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CAPITULO II

MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación
Al desarrollar una investigación es de suma importancia tomar en cuenta y examinar
diferentes trabajos que conducen a revisar el problema en estudio de manera que puedan ser
utilizados en diferentes ámbitos y ambientes con la finalidad de estudias los diferentes
aspectos a considerar y así obtener aportes que permitan sustentar la presente investigación.
Los mismos se deben presentar en orden cronológico. A continuación, se mencionan los
siguientes trabajos:

A nivel internacional

Coffin Cabrera y colaboradores, 2011, en la Universidad NacionalAutónoma de México,


Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI),realizaron la investigación sobre
“Depresión e ideación suicida enestudiantes de la FESI”. Los objetivos fueron conocer la
prevalencia dela depresión e ideación suicida en alumnos de todas las carreras de laFESI,
así como la correlación entre las variables de género y carrera. La
muestra no probabilística fue de 251 estudiantes (4 y 8 semestre de laEscuela de
Psicología, Biología, Medicina y Enfermería). Estudio deenfoque cuantitativo y de corte
transversal. Los instrumentos utilizados elInventario de depresión de Beck y el Inventario
de Orientaciones deCasullo. Se concluye que existe en las mujeres niveles deideación
suicida y depresión moderado y alto, yen los varones niveles leves y moderados.
Porcarrera, el nivel de ideación suicida y depresiónen nivel alto se muestra con mayor
prevalenciaen Medicina y Enfermería.

Carmona Jaime, Gaviria Jorge y LayneBenilda, 2013, en laUniversidad de Colombia,


realizaron un estudio sobre “Suicidio, vínculosen estudiantes universitarias colombianas”,
con el objetivo de indagary comparar la manifestación de la ideación de conducta suicida
respectode la no aparición de conducta suicida en estudiantes universitarias,teniendo en
cuenta los vínculos afectivos que ellas establecen. Estudiodescriptivo, enfoque cuantitativo,
corte transversal y no experimental. Lamuestra fue de 1055 de 17 universidades privadas de
Colombia, conedades entre 18-25 años de edad. El instrumento fue el cuestionariovalidado
mediante jueces. Los resultados fueron:Las estudiantes que no han presentadoideación,
intento de suicido y comportamientoautodestructivo califican sus vínculos como
muybuenos, en razón de la cual, se puede afirmarque los vínculos de calidad son un
factorprotector frente a comportamientosautodestructivos y fortalecen la salud.

Inquilla M. Juan, en el año 2013 en la Universidad Nacionaldel Antiplano Puno-Perú,


realizó el estudio “Representacionessociales sobre el suicidio de los estudiantes en la
UniversidadNacional Altiplano”. Los objetivos fueron identificar elconocimiento y
pensamiento que tienen los estudiantes sobre elsuicidio, determinar los factores asociados a
los intentos de suicidioen los jóvenes universitarios, identificar las creencias sobre
lasprincipales causas que conllevan al suicidio. La muestra fue de 150estudiantes y 10
casos con diagnóstico de intento de suicidio(edades de 17-25 años de edad). Estudio de
enfoque cuantitativode corte transversal y de carácter no experimental. Losinstrumentos
fueron los cuestionarios y análisis de registro en loscasos de intento de suicidio (Hospitales
“Manuel Núñez Butrón dePuno y “Carlos Monge Medranoen la ciudad de Juliaca. Se
concluye que los hallazgos encontrados de lasrepresentaciones sociales del
suicidiomanifiestan que la estructura familiar, prejuicios,relaciones sociales inestables o
disfuncionales,perturbaciones emocionales, baja autoestimaconllevan a tener mayores
pensamientos sobreel suicidio.

Los antecedentes presentados a nivel internacional guardan relación por cuanto estudian
la variable de suicidio, permitiendo mejorar la investigación desde lo teórico, pasando por
los instrumentos y propuestas realizadas. Además, son de suma importancia por cuanto
busca estudiar el suicidio en adolescentes, incluso a nivel universitario, aspecto este de
interés para esta investigación
Bases Teóricas
La base teórica presenta una estructura sobre la cual se fundamenta la investigación, sin
esta no se sabe cuales elementos se pueden tomar en cuenta y cuales no. Tomando como
base la variable en estudio, a continuación se presenta las bases teóricas de cada variable
dimensión e indicador estudiado referente al tema del suicidio.

Suicidio

El suicidio (del latín: suicidium) es el acto por el que una persona de forma deliberada
se provoca la muerte. Como se menciona se trata de un término que proviene de dos
vocablos latinos y una traducción aproximada podría ser matarse a sí mismo. Diversas
estadísticas ubican el suicidio como la cuarta causa de muerte más frecuente en todo el
mundo, con más de 9.000 intentos diarios.
Aunque en diversos países el suicidio o su intento son considerados un delito, en la
mayoría de las naciones occidentales no son punibles. Durante los siglos XX y XXI, el
suicidio mediante inmolación fue utilizado en algunas ocasiones a manera de protesta,
mientras que los ataques suicida, como el kamikaze, han sido empleados como una técnica
militar y terrorista. Pretendiendo emular las explicaciones biológicas, la Psicología sigue
adoptando concepciones fundamentadas en instancias y/oatributos de carácter interno que
dan lugar a interpretaciones reduccionistas y maquinistas que no aportan soluciones a este
complejo problema de salud pública. Resulta necesario desarrollar modelos explicativos
sobre el suicidio que, desde una perspectiva psicosocial permita el desarrollo tanto de
programas preventivos, como estrategias de prevención efectivas.

Enfoque Psicosocial del Suicidio

De acuerdo con Carmona Parra, Torbón Hoyos, Jaramillo Estrada y Areiza Sánchez
(2010), el suicidio debe analizarse desde una perspectiva interaccionista, ya que puede ser
una expresión de un acto individual gestado en la dinámica de esa persona con el mundo
que le rodea, en donde pueden intervenir factores sociales en la construcción y significación
del acto.
Según la teoría de las representaciones sociales, en el proceso de interacción con otras
personas se comparten los universos simbólicos que le otorgan sentido a la realidad y que
dirigen el accionar de las personas (Moscovici, 1979). Por tanto, la forma de entender el
suicidio depende de cómo, en un contexto social y cultural particular, se construye y
reconstruye el acto continuamente en un proceso de intercomunicación individual-social
(García Alba et al., 2011). Desde este punto de vista, se debe tratar de identificar el papel
de las instituciones y los grupos de pertenencia del individuo, ya que pueden influir en los
significados que se le den al suicidio, ya sea para estimularlo o desincentivarlo:
“Esta perspectiva interaccionista permite comprender los intentos de suicidios y los
suicidios en niños y adolescentes, como actos socialmente construidos, en los cuales los
factores biológicos, psicológicos y sociológicos tienen un lugar, pero no en calidad de
determinismos mecánicos, o variables independientes que explicarían el fenómeno como
una resultante o variable dependiente, sino como aspectos del mundo físico y simbólico con
los que los niños y adolescentes se relacionan de una manera activa, alterándolos,
transformándolos, interpretándolos, resignificándolos, recreándolos e incluso
reinventándolos (Carmona Parra et al.94-95)”
Asimismo, el suicidio no se puede explicar a partir de una única variable, ni se pueden
generalizar sus causas a todos los diferentes casos, pues cada uno responderá a la
conjunción de distintos factores. Por tanto, para efectos del diagnóstico, el suicidio no se
considera necesariamente como el resultado de un trastorno psicopatológico. Durkheim
explica el suicidio como “todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un
acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir
ese resultado” (60). Usualmente se tiende a analizar cada caso de forma individual
identificando causas muy puntuales para cada uno; sin embargo, para Durkheim, las
verdaderas causas obedecen a fenómenos sociales.

Por tanto, no se debe confundir el evento detonante del suicidio que puede dotarlo de
ciertas particularidades con las verdaderas causas subyacentes. Como lo expresa el autor,
“los más diversos acontecimientos de la vida hasta los más contradictorios pueden
igualmente servir de pretexto al suicidio. Pero ninguno de ellos es su causa específica”
(Durkheim 406).
El suicidio en una sociedad es interpretado, por Durkheim (341), como un hecho social
que puede ser explicado a partir de las fuerzas sociales imperantes en esa sociedad, la cual
ejerce cierto control sobre los individuos, pues “es el único poder moral superior al
individuo, y cuya superioridad este acepta”, de manera que esa determina en gran parte las
acciones de sus integrantes, incluyendo el impulso de quitarse la vida.
En su análisis identifica tres tipos de suicidio de acuerdo con los diferentes controles
morales de la sociedad, a saber: egoísta, altruista y anómico. El primero se caracteriza
porque la persona no posee un vínculo con los grupos sociales que la rodean y, por tanto,
carece de un sentido de vida al no poder cumplir con su fin social. Recibe el nombre de
egoísta porque la individuación de la persona se vuelve excesiva. A partir de esto es
importante señalar que, en el caso contrario, si la persona mantiene un vínculo con la
sociedad se puede considerar un factor protector porque es capaz de encontrarle un sentido
a la vida, al considerar que cumple con su papel social.
El suicidio altruista, por su parte, se da cuando la persona tiene una relación demasiado
estrecha con sus grupos sociales, con lo cual pierde su individuación y se anula su
personalidad. Este tipo de suicidio es común en sociedades pequeñas donde existe un fuerte
control social y donde las personas viven las mismas circunstancias y condiciones,
impidiendo así que el individuo se distancie del grupo.
Por último, el suicidio anómico es aquel que se da en sociedades desorganizadas, donde
las reglas no logran regular las acciones de las personas y, por tanto, no existe una esfera
social como en el suicidio egoísta; pero en este caso se vislumbra esa falta en la carencia de
reglas para regular las pasiones individuales.

La ideación suicida

La ideación suicida es la «presencia de deseos de muerte y de pensamientos persistentes


de querer matarse», que forma parte de la conducta suicida. El término implica un rango de
gravedad (ideas vagas a un plan detallado) e intensidad, pues puede conllevar pensamientos
infrecuentes en un contexto de «vaga curiosidad» y sin impacto, a otros fácilmente
suprimibles y, finalmente, a pensamientos constantes e incontrolables.

En este sentido, se ha hablado de la «dinámica del suicido» que consiste en tres fases: la
primera “fase ideativa”, en la que el paciente fantasea con la idea y sus consecuencias,
seguida de la “fase de lucha”, con angustia intensa, y, por último, la “fase de relajación”
ante una decisión ya tomada. No obstante, junto a esta visión, producto de “prolongadas
rumiaciones”, el suicidio también puede producirse como una conducta impulsiva
ocasionada por una situación estresante aguda.

Existen diversas concepciones en torno a la ideación suicida, Eguiluz (1995) menciona


que la ideación suicida es una etapa de vital importancia como factor predictor para llegar
al suicidio consumado y la define como aquellos pensamientos intrusivos y repetitivos
sobre la muerte auto infringida, sobre las formas deseadas de morir y sobre los objetos,
circunstancias y condiciones en que se propone morir. Por su parte, Jiménez y González-
Forteza (2003), han definido el suicidio como un proceso que comienza con la idea de
suicidarse y pasa por la tentativa o los intentos de suicidio, hasta concluir con la muerte
auto infringida. Consideramos que estas dos concepciones sobre la ideación suicida que
tienen como característica similar el ser conceptualmente inespecíficas, tienen problemas
para su operacionalización. Sin embargo, Pérez (1999) define la ideación suicida
considerando una serie de pautas como la preocupación autodestructiva, planeación de un
acto letal y el deseo de muerte.

El suicidio se conceptualiza de esta forma como un proceso, pues este implica un


conjunto de acciones con las que se asume que una persona busca quitarse la vida. Por lo
anterior, es importante estudiar los procesos que anteceden a los suicidios como son la
ideación y el intento para así conocer y atender esta problemática. Algunos autores como
por ejemplo Miranda, et al., (2009) señalaron cinco etapas aclarando que no necesariamente
tienen que ser secuenciales:

1) Ideación suicida pasiva,


2) Contemplación activa del propio suicidio,
3) Planeación y preparación,
4) Ejecución del intento suicida, y
5) El suicidio consumado.

Generalmente la ideación suicida se considera como una entidad de naturaleza interna a


la que, de acuerdo a los cánones tradicionalistas en Psicología se le atribuye una relación
causal reduccionista-determinista (Mondragón, et al., 1998). Aun y cuando diversos autores
señalan que el suicidio es un fenómeno multideterminado y que la ideación suicida está
contemplada como uno de los factores principales, se sigue destacando sucarácter
fenomenológico (Jiménez y González-Forteza, 2003; Serrano y Flores, 2005). Desde una
perspectiva de campo en psicología en donde la naturaleza o propiedades de los factores no
son necesarias en la explicación de los fenómenos, la ideación suicida sería considerada
como una variable latente. Las variables latentes, son construcciones o elaboraciones
teóricas acerca de procesos o eventos que no son observables, sino que deben inferirse a
través de la presencia de objetos, eventos o acciones. Sin embargo el considerar que las
variables latentes no son observables a simple vista no presupone aceptar la noción
mentalista clásica de que estos constructos sean entidades internas transespaciales (Kantor,
1969).

Desde esta perspectiva las variables latentes se definen operacionalmente en términos de


comportamientos que deben representarlas (Corral, 1995). En el caso de la ideación suicida,
podría definirse como las primeras manifestaciones conductuales del suicidio que van
desde expresiones que denotan una dificultad para vivir como “no vale la pena vivir”, hasta
manifestaciones que se acompañan de intención de morir o de un plan suicida. Es decir, en
una concepción de campo interactivo, la ideación suicida es considerada como un evento
prístino (Kantor, 1971) y no como un evento mediador de procesos causales de naturaleza
interna (psíquicos o cognitivos). En otras palabras, la ideación suicida, no es una entidad
diferente a la conducta suicida que pueda ser considerada como factor asociado o de riesgo.
Al contemplar la ideación suicida como el comportamiento inicial del continuo
denominado suicidio, se resalta la relevancia del estudio de esta pandemia en esta primera
etapa, pues los resultados de la investigación proporcionarían la base para la
implementación de estrategias de prevención del suicidio.

La tasa elevada de prevalencia entre los jóvenes de comportamiento suicida no mortal


aunada a la falta de registros sobre este comportamiento que dificulta la obtención de datos
útiles para fines de investigación y de prevención del suicidio, nos llevan a incursionar en el
análisis de la ideación suicida en adolescentes como una fuente que nos permita encontrar
factores de riesgo de suicidio. De lo anteriormente expuesto, la investigación en ideación
suicida, así como la identificación de factores asociados a esta, resultan de particular
importancia en la prevención del suicidio.

Suicidio en adolescentes

El suicidio entre los adolescentes ha tenido un aumento dramático recientemente a través


de la nación. Cada año miles de adolescentes se suicidan en los Estados Unidos. El suicidio
es la tercera causa de muerte más frecuente para los jóvenes de entre 15 a 24 años de edad,
y la sexta causa de muerte para aquellos de entre 5 a 14 años.

Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas de sí


mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y otros miedos mientras van
creciendo. Para algunos adolescentes el divorcio, la formación de una nueva familia con
padrastros y hermanastros o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos
e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. Para algunos adolescentes, el suicidio
aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.

La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay
que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en
adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuando hay duda en
los padres de que el niño o el joven pueda tener un problema serio, un examen siquiátrico
puede ser de gran ayuda.
Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los
padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el
adolescente está contemplando el suicidio:

 Cambios en los hábitos de dormir y de comer


 Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales
 Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa
 Uso de drogas o de bebidas alcohólicas
 Abandono fuera de lo común en su apariencia personal
 Cambios pronunciados en su personalidad
 Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de
su trabajo escolar
 Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: los dolores de cabeza, de
estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del
joven
 Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones
 Poca tolerancia de los elogios o los premios

Un adolescente que está contemplando el suicidio también puede:

 Quejarse de ser una persona mala o de sentirse abominable


 Lanzar indirectas como: no les seguiré siendo un problema, nada me importa, para
qué molestarse o no te veré otra vez
 Poner en orden sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas, limpiar
su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc.
 Ponerse muy contento después de un período de depresión
 Tener síntomas de sicosis (alucinaciones o pensamientos extraños)

Factores relacionados con el suicidio en adolescentes


En el comportamiento suicida se presentan pensamientos de muerte, ideación e intentos
de suicidio hasta llegar a su consumación y morir. En la literatura que se ha revisado, se
encuentra entre los factores relacionados con el suicidio en adolescentes, a los aspectos
neurobiológicos, la presencia de trastornos psiquiátricos, el embarazo, el bullying escolar
(maltrato escolar), el ciberbullying (maltrato cibernético) y el desempleo. A continuación se
describen brevemente.
 Aspectos neurobiológicos del suicidio. El estudio de la conducta suicida es
complejo debido a su condición multifactorial, en la base del estudio de la
genética se menciona la disfunción del sistema serotoninérgico como la actividad
del gen transportador de serotonina y del genotipo de la enzima hidroxilasa
triptófano (TPH) como factor predisponente de la conducta suicida, asimismo la
investigación por imagen reporta disminución de la serotonina en la zona del
córtex prefrontal y alteraciones de la materia blanca del córtex órbitofrontal
izquierdo, lo que podría relacionarse con la impulsividad y la conducta suicida en
pacientes con trastorno bipolar. La investigación sobre la expresión genética y
proteica de los niveles de las citoquinas proinflamatorias y del factor de necrosis
tisular en la corteza frontal de 24 adolescentes víctimas de suicidio y en 24
sujetos normales de control, muestra un aumento del RNA mensajero y de los
niveles de expresión proteica de las citoquinas proinflamatoriasinterleuquinas y
del factor de necrosis tisular alfa en al área 10 de Brodmann de las víctimas
suicidas comparadas con los sujetos control, lo que sugiere un papel importante
de la interleuquina (IL)-1beta, IL-6 y del factor de necrosis tisular alfa en la
fisiopatología de la conducta suicida.
 Desesperanza. La desesperanza entendida como la falta de objetivos positivos
acerca del futuro o pesimismo acerca del futuro; se estudió en población
adolescente de estudiantes de secundaria y preparatoria, donde se encontró que la
desesperanza se presenta en la etapa previa al suicidio consumado y al intento de
suicidio; se identificó en adolescentes con sentimientos de soledad y con pocos
amigos, y que la desesperanza que experimentan los adolescentes es similar a la
manifestada por adultos mayores que viven con dificultades económicas y
médicas; otros estudios mencionan que a mayor número de eventos estresantes
como violencia intrafamiliar, pobreza, bajo nivel educativo, conflictos en la
relación con los padres, malas amistades, pensamientos idealistas como fijarse
altas expectativas lejanas a la realidad, una baja autoestima, y la percepción de
no tener apoyo de su núcleo social como la familia y los amigos, incrementa la
desesperanza y se correlaciona con la conducta suicida, abuso de alcohol y otras
sustancias. La desesperanza es el resultado de la incongruencia entre las
expectativas y oportunidades reales puestas en este grupo de edad y la ausencia
de los apoyos, resultado de un sistema económico que no los toma en cuenta.
 Trastornos psiquiátricos. El trastorno depresivo mayor caracterizado por
episodios de tristeza, llanto, irritabilidad, ansiedad, crisis de angustia, fobias,
obsesiones, excesiva preocupación por la salud física, quejas de dolor y
conductas de autodaño; es la psicopatología más frecuente en el suicidio.
La comorbilidad con el uso de alcohol incrementa la agresión y la impulsividad;
asimismo, los trastornos psiquiátricos como el trastorno bipolar, los episodios
psicóticos y conductas de riesgo, como conductas sexuales sin protección,
aumentan el riesgo suicida en los adolescentes.En los cuadros psicóticos, debe
tenerse cuidado de monitorear la conducta del paciente desde el inicio del
tratamiento y durante el proceso de la enfermedad, después de haber presentado
el primer intento suicida, para prevenir un segundo evento.
En la población de adolescentes gays, lesbianas y bisexuales, el estrés psicosocial
derivado de la estigmatización y la victimización los conduce al uso de
sustancias, al desarrollo de trastornos alimenticios y psiquiátricos, hasta llegar a
presentar conductas suicidas. Los factores de riesgo del suicidio son ambientales,
psicosociales y culturales, por lo tanto, el impacto del suicidio y su
estigmatización, afectan de igual manera al paciente con enfermedad mental
crónica, a su núcleo social y a sus familiares, por lo que éstos últimos también
requieren de apoyo.
 Impulsividad. Uno de los factores de alto riesgo para consumar el suicidio es el
pobre control de los impulsos agresivos, los cambios intempestivos en el estado
de ánimo y la irritabilidad frecuente. Se ha mencionado que los suicidios que se
registran en los adolescentes, son respuestas impulsivas producidas por
acontecimientos sociales estresantes, como discusión entre amigos, conflictos
con compañeros de la escuela, el fracaso académico, enfrentarse con la ley o
figuras de autoridad, ruptura sentimental, bullying escolar y/o familiar, así como
abuso físico y/o sexual.
 Embarazo. Las relaciones sexuales sin protección, así como el abuso físico y
sexual en el adolescente, tienen como resultado embarazos no deseados e
infecciones de transmisión sexual; el embarazo en la adolescencia es un factor
relevante de abandono escolar por lo que la adolescente ante tal situación tiende
a buscar un trabajo de tipo informal; todos éstos, son factores de riesgo de
ideación, plan e intento suicida en las adolescentes de entre 10 y 15 años de edad.
Borges y colaboradores reportan que el 41% de las adolescentes mexicanas sólo
terminan la educación secundaria. En tanto, Lara y colaboradores encontraron
que los síntomas depresivos se presentan con mayor frecuencia en las
adolescentes mexicanas un año después del parto; quienes quedan embarazadas
sin pareja, durante el primer trimestre de su embarazo; las adolescentes que
tienen un hijo de más de un año de edad y las que no estudian. La depresión pre y
posparto en las adolescentes genera negligencia en la crianza, carencia afectiva y
maltrato verbal, físico y psicológico en el bebé; este maltrato produce retraso
global o específico en el desarrollo en sus cuatro áreas física, cognitiva, social y
emocional. La depresión en el neonato se presenta desde la lactancia y se puede
manifestar durante la adolescencia. La carencia de afecto, la ausencia de la
imagen materna y las imágenes maternas múltiples, desarrollan reacciones
depresivas, trastornos psicosomáticos, trastornos del sueño, de la alimentación y
en la infancia trastornos de conducta y de la socialización.
 Trastornos de la alimentación. Los adolescentes tienen una alta propensión a
este tipo de trastornos (entre el 12% y el 14%). En la mayoría de los casos,
aunque el trastorno principal es el trastorno alimenticio, existe un trastorno
depresivo y ansioso, que hace aún más difícil el manejo de este tipo de pacientes.
Las mujeres adolescentes, son las que sufren este trastorno en mayor proporción
que los hombres (7 a 1), obsesionadas con tener el cuerpo perfecto, pueden caer
víctimas de desórdenes alimenticios como la anorexia nervosa, bulimia nervosa o
el trastorno por atracón. Las adolescentes anoréxicas comen muy poco, por el
miedo a engordar y experimentan problemas de salud a largo plazo como una
pérdida severa de peso, el cese del ciclo menstrual, retraso del crecimiento, piel
severamente seca y pérdida de cabello. Las mujeres adolescentes con desórdenes
alimenticios pueden sentirse solas, avergonzadas, ansiosas y deprimidas, con
baja autoestima, pudiendo llegar al suicidio.
 Bullying escolar y ciberbullying. El bullying es la violencia intencional,
frecuente y prolongada, donde el atacante (bully) abusa del poder, excluye e
intimida a la víctima (bullied), para ejercer dominio sobre ésta. Los roles son la
víctima, el perpetrador y víctima-perpetrador. Se clasifica en tipo verbal, físico,
de exclusión social, de rumores y el cyberbullying. Es frecuente en el sexo
masculino, y produce problemas de salud, trastornos del sueño, de la
alimentación, abuso de alcohol y drogas, baja autoestima, tristeza, depresión,
abandono escolar, desempleo, criminalidad, conductas de autodaño e ideación
suicida. El bullying escolar se da en el colegio y es ejercido por los compañeros a
través de burlas constantes, exclusión y/o exhibición social de la víctima, uso de
apodos, hasta derivar en la agresión física. El ciberbullying se efectúa a través de
los teléfonos celulares y las computadoras, los adolescentes por medio del correo
electrónico y las redes sociales, intimidan, denigran y violentan a sus amigos y/o
compañeros publicando rumores y fotos acerca de su sexualidad, religión, y
condición racial y étnica. En un estudio realizado en adolescentes extranjeros
víctimas de bullying que nacieron de familias inmigrantes en Estados Unidos, se
encontró el desarrollo de ideación, intento de suicidio y presencia de conductas
autolesivas. Se ha encontrado en los adolescentes víctimas de bullying, una
corelación entre violencia intrafamiliar, antecedentes de maltrato por parte de los
padres, dificultades en la comunicación y bajo nivel socioeconómico.
 Desempleo. En las últimas décadas a nivel mundial apareció el fenómeno social
denominado NINI's, adolescentes de 15 a 29 años de edad que no estudian ni
trabajan debido a la falta de oportunidades para trabajar y para estudiar; se
clasifica en cuatro categorías: el que únicamente estudia, el que exclusivamente
trabaja, el que simultáneamente trabaja y estudia, y el adolescente que no estudia
ni trabaja (NINI). En dos investigaciones epidemiológicas realizadas en una
muestra de adolescentes mexicanos de 12 a 17 años de edad, Benjet y
colaboradores; y en la otra de 15 a 29 años de edad, Hernández y colaboradores;
mencionan que hasta el 2010 había 8.6 millones de NINI's en México, que la
población de mujeres es la de mayor prevalencia con 6.55 millones de
adolescentes debido a que no encuentran trabajo en guarderías y por dedicarse a
las labores domésticas, aunque se menciona que esta cifra disminuyó, de acuerdo
al número de matrículas escolares y laborales registradas en el 2010. Ambos
estudios concluyen que los factores sociales que influyen para desarrollar la
condición de NINI's son los bajos niveles educativos y de ingresos familiares, lo
que genera que el adolescente sólo termine la educación secundaria y así
abandone la escuela, la desintegración familiar, el matrimonio y la procreación
de hijos durante la adolescencia.
También reportan que los NINI's y los adolescentes que exclusivamente trabajan,
tienden al desarrollo de trastornos psiquiátricos, uso de sustancias y de la
conducta suicida, y que el estudio suele ser un factor de protección. El uso de
sustancias se encontró en los NINI's, los adolescentes que estudian y trabajan, y
en los que trabajan exclusivamente. Este fenómeno se ha tratado de explicar, a
partir de la dinámica de selección del trabajo que el adolescente busca, ya que
prueba varios empleos en los que permanece poco tiempo, hasta encontrar el que
más le gusta, esta búsqueda lo ubica de manera frecuente en el desempleo; si la
condición de estar desempleado se prolonga, genera insatisfacción, exclusión
social, sentimientos de no pertenencia, riesgo de desarrollar trastornos mentales,
conducta suicida y promueve el trabajo informal, la criminalidad (Arceo y
colaboradores) y el uso de sustancias.
 Música. A través de la música el adolescente identifica sus sensaciones y
emociones, proyecta su identidad, su personalidad, vínculos y valores, es el
medio de escape a situaciones estresantes, de ahí la importancia sobre la cantidad
de tiempo que se dedica a escuchar música; en la población adolescente británica
y estadounidense, el promedio es de 2.5 y 4 horas al día, los adolescentes con
psicopatología escuchan música más allá de este promedio de horas. Una
revisión de estudios sobre el estilo de música y su relación con la Salud Mental y
las conductas suicidas, co-relaciona a la música de heavymetal y rap con
conductas antisociales, violencia, hostilidad, baja autoestima y misoginia, en las
mujeres se asocia con conductas de autodaño e ideación suicida.
 Otros factores. La depresión es un estado que se presenta frecuentemente en las
enfermedades crónicas, genera ansiedad y desesperación, sobre todo en los
adolescentes, lo que puede favorecer el riesgo suicida, ideación e intento de
suicidio, lo cual se ve incrementado en adultos jóvenes con depresión no tratada.
En algunos estudios se menciona que las enfermedades físicas crónicas están
asociadas con la presencia de conducta suicida, en condiciones crónicas como el
asma, infecciones recurrentes, problemas mentales crónicos como ansiedad,
depresión y conducta disruptiva se reporta una correlación elevada con el riesgo
de autoagresión, pensamiento e ideación suicida en los adolescentes y adultos
jóvenes. El dolor crónico y los eventos estresantes en los adolescentes, aumentan
el riesgo para la ideación e intento suicida, sin estar relacionado con depresión.
En una investigación realizada en una muestra de estudiantes adolescentes
estadounidenses, reportan que el sueño insuficiente, produce el uso frecuente de
cigarrillos, alcohol y marihuana, así como mayor tendencia a la actividad sexual,
presencia de intentos de suicidio, sentimientos de tristeza, desesperanza, peleas
físicas, disminución de actividades deportivas, incremento del uso de la
computadora y de la ingesta de refrescos gaseosos.

En la Tabla 2 se describen los factores relacionados con el suicidio en adolescentes.


El suicidio considerado como un fenómeno complejo, se estudia no sólo desde la
perspectiva biológica, psicológica y social, sino también desde el enfoque forense.

Autopsia psicológica

En sujetos que realizan suicidio consumado y en víctimas de homicidio, se realiza el


peritaje médico, psiquiátrico y psicológico forense. La autopsia psicológica es una técnica
de investigación retrospectiva sobre el suicidio consumado, y se utiliza en el ámbito
científico y pericial para diagnosticar el estado y trastornos mentales, así como eventos de
vida premórbidos y antecedentes familiares de la persona finada.
Ya que han transcurrido de tres a 12 meses después del suicidio y considerando el
proceso de duelo, la familia a partir del consentimiento informado, autoriza el estudio
autorradiográfico cadavérico sobre la fijación de 5-HTT (gen transportador de serotonina),
de las notas suicidas, diarios y la realización de entrevistas estructuradas a la familia,
amigos y médicos, lo cual permite identificar los factores de riesgo y describir el perfil de
la conducta suicida, para su prevención.
Los estudios y revisiones de autopsias psicológicas realizadas en adolescentes víctimas
de suicidio de 15-24 años de edad en China, en algunos países de Europa y en países de
Latinoamérica, reportan como factores de riesgo predisponentes para la conducta suicida y
el suicidio consumado al trastorno depresivo mayor, trastornos psicóticos como la
esquizofrenia, trastorno por uso de sustancias y comorbilidades con el trastorno del estado
de ánimo y de la personalidad borderline, antecedentes de intento de suicidio, impulsividad,
enfermedad orgánica, bajo nivel educativo y económico, disfunción familiar, estrés laboral,
pocas redes sociales, y el desempleo; en los hombres la soltería, el divorcio, la separación y
la viudéz; y la falta de adherencia terapéutica psiquiátrica y/o psicológica. Como métodos
empleados, el uso de arma de fuego en los hombres y envenenamiento con fármacos y
pesticidas, en las mujeres.

Duelo en los padres del adolescente suicida

Cuando un adolescente se suicida, se presta poca atención al proceso de duelo de los


padres, quienes para recordar al adolescente guardan sus objetos, y mantienen su habitación
sin modificar, éstos son denominados objetos de vinculación. El duelo en los padres, se
matiza de sentimientos de culpa, evitan el contacto social, se sienten estigmatizados por la
vergüenza que les causa el acto suicida, se muestran vulnerables y enojados; pueden
enmascarar el duelo, negándolo en un complot de silencio y refugiándose en el uso de
alcohol y otras sustancias, así como desarrollar trastorno de ansiedad y depresión mayor.

Abordaje del suicidio en el adolescente

El suicidio impacta en todos los ámbitos del adolescente y a nivel social, por lo que la
prevención de este fenómeno comienza con programas de prevención, a partir de la
promoción de la Salud Mental, la formación de programas de "escuelas para padres" y la
importancia de alfabetizar a los padres, para la detección de la conducta suicida y la
atención multi-disciplinaria especializada; proporcionar información sobre el perfil de la
conducta suicida dentro de la familia, en la escuela como el principal núcleo social del
adolescente, así como en los clubes sociales, y el uso de la tecnología a la que tiene acceso
el adolescente, permitiría la réplica de la información y la detección temprana por parte de
sus compañeros, profesores y orientadores escolares aplicando estrategias de intervención y
derivando hacia una atención psiquiátrica y psicológica. Se ha mencionado que los
programas cognitivo-conductuales para la crianza, el asesoramiento escolar, el tratamiento
psicofarmacológico, la terapia individual y la terapia grupal cognitivo-conductual son
favorables en la reducción de la ansiedad y la depresión en adolescentes víctimas de
agresión y para la prevención de la conducta suicida. Los factores de protección ante este
fenómeno son fomentar una alta autoestima, el bienestar emocional a partir de las
relaciones familiares y con amigos, la integración en grupos sociales, promover el ejercicio,
la dieta y sueño adecuados, que fomenten una vida saludable física y emocionalmente.
En la Tabla 3 se describen los comentarios frecuentes de aviso de planes o intentos de
suicidarse; y en la Tabla 4 se presenta un resumen sobre las medidas para prevenir el
suicidio en los adolescentes.

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