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Se conoce como República Aristocrática (1895-1919) a la época de la historia del

Perú caracterizada por el dominio político de una oligarquía dedicado a la


agroexportación, minería y las finanzas, por medio del Partido Civil. El término
fue acuñado por el historiador Jorge Basadre.

El periodo comienza con el ascenso al poder del político y abogado arequipeño


Nicolás de Piérola lo que marca el inicio de una sucesión de gobiernos elegidos
democráticamente, hasta el golpe de Augusto B. Leguía en 1919. La única
interrupción de esta sucesión se produce en 1914 cuando, debido a diferencias
entre el Partido Civil y Guillermo Billingurst, el general Óscar R. Benavides da un
golpe de Estado para convocar a elecciones generales. Es el periodo más largo de
sucesión democrática en la historia del Perú e inicia la historia republicana de este
país en el siglo XX.

A grandes rasgos, las características de este periodo son las siguientes:

 Dependencia económica hacia el capitalismo inglés.


 Desarrollo de nuevas actividades económicas: agro-exportación (azúcar y
algodón), extracción cauchera y la extracción petrolera.
 Predominio político del Partido Civil en el poder ejecutivo y legislativo. El
Partido Demócrata o pierolista se constituyó en la oposición, aunque
progresivamente fue mermando su presencia en la escena política. El
civilismo sufrió, sin embargo, un cisma, dividiéndose en el civilismo clásico
y en el leguiísmo.
 Surgimiento de los movimientos obreros organizados (anarcosindicalismo).
El Oncenio de Leguía fue la época del gobierno de Augusto Bernardino Leguía en el
Perú, entre 1919 y 1930. Se caracterizó por el desplazamiento del civilismo como fuerza
política predominante, el culto a la personalidad y un estilo de gobierno dictatorial y
populista. En lo económico se dio una apertura, considerada por algunos autores
excesiva, al capital extranjero, especialmente el estadounidense. Fortaleció al Estado,
inició la modernización del país y emprendió un vasto plan de obras públicas,
financiadas mediante empréstitos y cuyo fin inmediato fue festejar apoteósicamente el
Centenario de la Independencia del Perú en 1921. En el aspecto ideológico, se produjo
el derrumbe de los partidos tradicionales y el surgimiento de nuevas corrientes, como el
aprismo y el comunismo.

Leguía había ya sido presidente constitucional entre 1908 y 1912. Su segundo gobierno
iniciado en 1919 se prolongaría por once años, ya que, tras sendas reformas
constitucionales, se reeligió en 1924 y en 1929. Por eso se le conoce como el
ONCENIO y también como la «Patria Nueva».

Su último periodo se vio interrumpido por un golpe de estado perpetrado por los
militares, encabezados por el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro

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