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El Sacerdocio Catolico PDF
El Sacerdocio Catolico PDF
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………...2
JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………………3
CONCLUSIONES………………………………………………………………………23
BIBLIOGRAFÍAS………………………………………………………………………..24
~1~
INTRODUCCIÓN
De igual forma se citan diferentes fuentes para corroborar lo que aquí se está
diciendo y mostrar de esa manera que “no es gusto personal lo que se dice sino
lo que la iglesia está pidiendo”1.
1
Frase dicha por el P. Fernando Mercado Agustín en una clase de Formación Humana.
~2~
JUSTIFICACIÓN
Este trabajo se ha realizado para resolver las inquietudes que por parte de un
servidor había sobre lo que es en sí el sacerdocio y lo que implica ser y actuar
como tal dentro de la sociedad; y esto porque desde hace tiempo he tenido la
inquietud vocacional de si esto es para mí, si es Dios quien me está llamando o
es una inquietud muy personal donde yo soy el que está queriendo esto de Dios.
Es entonces que los datos confrontados aquí, los que con mis palabras coloco
llevan ese fin: descubrir poco a poco como es la forma en cómo quiere Dios que
le responda.
Había la inquietud de parte mía por hacer este pequeño trabajo de un tema
referente a la familia o al matrimonio, para que de igual manera se me resolvieran
algunas inquietudes vocacionales respecto a lo que Dios me pide, pero
analizando un poquito más a fondo dicha inquietud descubrí que era más
conveniente y más adecuado hacerlo del sacerdocio porque ya hace un tiempo
hice un ensayo de la familia y logré descubrir a grandes rasgos lo que es y lo que
implica; y del sacerdocio y la relación que éste tiene que llevar con Cristo no lo
había analizado todavía tanto, sólo de manera general cuando teníamos algunas
clases, y mi inquietud se inclinaba más por este tema.
Decidí también hacerlo con este argumento porque considero que, aparte de
lo que ya he dicho, también tengo y poseo más referencias de este tema, y si lo
hubiera empezado de otro, quizá me haría falta completarlo un poquito más o
confrontarlo con más fuentes, y considero que las citadas aquí son las
necesarias.
~3~
CAPÍTULO I
2
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~4~
resaltar también que la definición se queda únicamente en eso, la pura definición
y no se trasciende el término a lo que realmente vale, que es Dios.
3
íbidem.
4
Cfr. LARA TORRES, Leopoldo. Gramática latina. México, 7ª edición, Ediciones seminario de Morelia,
1912. p.70
5
íbidem p. 37
6
RUIZ ESPINOSA, Juan Carlos. Espiritualidad del presbítero diocesano. Colombia, autor.
~5~
fieles, tuvieran el poder sagrado del Orden, para ofrecer el sacrificio y perdonar
los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función
sacerdotal en favor de los hombres.”7 Y es ahora sí que se tiene una concepción
un poquito mejor de lo que quiere decirse cuando se usa el término sacerdote.
9
Cfr. Plan de formación Integral, Curso Introductorio. El objetivo específico.
~7~
“El mismo Señor constituyó a algunos ministros, que ostentando la
potestad sagrada en la sociedad de los fieles, tuvieran el poder sagrado
del orden para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados y desempeñaran
públicamente, en nombre de Cristo, en favor de los hombres, para que los
fieles se fundieran en un solo cuerpo, en que no todos los miembros tienen
la misma función”10.
Es con lo anterior como se hace visible, a pesar de que ahí menciona una
separación pero ésta debe ser entendida como un cambio de actividades y no
como supresión de la comunidad parroquial donde se desarrolle, la gran
relacionalidad que el presbítero tiene en una sociedad particular. Pero esta
relación que el presbítero vive con su entorno, con Dios y en sí mismo no surge
espontáneamente sino que se va trabajando paso a paso en el Seminario, casa
de formación de los futuros sacerdotes, y es por eso que el objetivo de dicha
institución está orientado a ello, esto lo corroboramos fácilmente analizando un
poco su objetivo general que es “edificar una comunidad que, animada por el
Espíritu Santo, propicie una experiencia profunda de Dios en la que los llamados
disciernan su opción sacerdotal mediante procesos integrales y graduales para
10
Presbyterorum Ordinis. Documentos conciliares Vaticano II. No. 2
11
PFLIEGLER, Michael. Existencia sacerdotal, ensayo de una tipología. España, 1957, Ediciones Dinor-San
Sebastián, p. 39
~8~
que se configuren con Cristo, Buen Pastor”12, aquí su enfoque esta puesto en la
relación trinitaria especialmente pero no deja de lado las relaciones con la propia
persona del sacerdote y con los demás, se dejan entrever. De tal modo que todo
el trabajo que con los jóvenes seminaristas se realiza está encaminado a ello.
12
Plan integral de formación. Seminario diocesano de Zamora, p. 2
13
Cfr. íbidem p. 2-3
14
Cfr. íbidem p. 3
~9~
1.2.2 Dimensión Espiritual
15
Cfr. íbidem p. 6-7
16
Cfr. íbidem p. 9-10
17
Cfr. íbidem p. 11-12
~ 10 ~
1.2.5 Dimensión Vocacional
18
Cfr. íbidem p. 13-14
~ 11 ~
CAPíTULO II
Antes que otra cosa es necesario definir qué se entiende por oración o más
bien ver cómo algunas personas la han definido, por ello se citarán las siguientes.
Santa Teresa de Jesús dice que es una relación interpersonal entre Dios y el
cristiano y una relación de amor, donde se crea una amistad que termina siendo
teologal y que redunda en la misma amistad19. ¿Qué quiere dar a entender esta
definición? Que para poder orar necesariamente debe estar involucrado el amor,
ya que la oración no es posible si no se da en un clima donde ambas partes, el
hombre y Dios, estén en sintonía. Y si se involucra todo esto a la persona del
19
Cfr. SANTA TERESA DE JESÚS. Vida. 8, 5.
~ 12 ~
sacerdote es más necesario contar con el amor pues es a partir de esto que
puede darse la relación con Dios.
20
DE FOUCAULD, Charles. Escritos espirituales. España, 1975, p. 175.
21
ROYO MARIN, A. Teología de la perfección. Madrid, 1958, p. 581.
~ 13 ~
de libre elección”22. Por tanto no deberse la oración como un elemento superficial
dentro de la persona del sacerdote, sino como algo que le pertenece totalmente
porque es ahí que el presbítero se nutre y puede llevar de buena forma su
ministerio siempre guiado y haciendo lo que Dios quiere.
No debe olvidarse también que el sujeto que ora, que en este caso es el
sacerdote, entra en comunión y diálogo intimo con Dios y además cumple con
ciertas características que lo hacen ser verdaderamente un ente de oración con
su creador. Las características de las cuales se habla aquí hacen referencia, y en
mucho, a la relación que el presbítero debe vivir en su vida sacerdotal y por lo
tanto, que no puede dejar de lado, ni ignorarlas.
22
GAMARRA, Saturnino. Manual de espiritualidad sacerdotal. España, 2008, Editorial Monte Carmelo, p.
268.
23
íbidem p. 263
24
íbidem p. 263
25
íbidem p. 263
26
íbidem p. 263
~ 14 ~
Aquí logra verse claramente la relacionalidad que debe desempeñar el
hombre que desee orar verdadera y vivamente, pues orar no sólo implica hablar
con Dios sino que va más allá, trasciende al sacerdote y lo lleva a traducir eso
que está hablando con Dios en amor a los hermanos.
Una forma muy propia para que el presbítero logre ver el amor de Dios en
su vida y transformarse en hombre de oración es la de trascender las Sagradas
Escrituras, es decir, ir más allá de lo que simplemente dice textualmente.
Convertir los textos que se presenten en la biblia en algo más que eso y verlos
como palabras del Espíritu. Esto que aquí se dice lo resalta el papa Benedicto
XVI en la encíclica Verbum Domini cuando dice que “es decisivo comprender el
paso de la letra al Espíritu, ya que la Palabra de Dios nunca está presente en la
simple literalidad del texto; para alcanzarla hace falta trascender, y un proceso de
comprensión que se deja guiar por el movimiento interior del conjunto. Es por ello
que debe convertirse en un proceso vital”27. Por lo tanto el sacerdote tiene una
gran tarea respecto a la interpretación que tiene y debe hacer de la S.E. valiendo
esto tanto para su oración personal como comunitaria, que serían como los dos
grandes pilares en los cuales se mueve el sacerdote en la relación con Dios.
Pero estas formas de orar que debe aplicar el sacerdote en su vida no son
las únicas, hay muchas más y todas muy importantes. Aquí, lo que ahora se
quiere, es solamente mencionarlas para tener una idea del vasto campo espiritual
27
BENEDICTO XVI. Verbum Domini. No. 38
~ 15 ~
en el que debe estar marcada la vida sacerdotal, para ello se coloca la siguiente
tabla28:
De tal modo que la oración del sacerdote no se reduce sólo a una sola
opción sino que son muchas las formas que se presentan como medio para que
el presbítero pueda vivir una auténtica relación con Dios y todas muy buenas.
Ademes todas ellas ayudan a que el hombre de la eucaristía viva plenamente su
vida ministerial en el servicio de los otros.
28
Se colocan aquí algunas de las formas de oración marcas en el Catecismo de la Iglesia Católica, y que
son esenciales en la vida del pbro., y sus respectivos números para confrontarlas si se desea.
~ 16 ~
que se lleva dentro y con el modo como se canaliza nuestro eros 29, es decir, que
todo lo que se hace o se deja de hacer conforma la espiritualidad; y aquí entran
todas las actividades que desempeña el presbítero, desde lo más simple hasta lo
más complejo pero todo llevado a cabo siempre en comunión con Aquel que lo
puede todo. Cabe mencionar también que el eros del cual se habla aquí no hace
referencia a lo erótico en cuanto referido a las relaciones intimas entre hombre y
mujer, sino mas bien se refiere a la energía que cada quien posee y la cual se
emplea para realizar las diferentes actividades que se tienen en la vida, que en
este caso es la vida presbiteral.
29
Cfr. ROLHEISER, Ronald. En busca de espiritualidad: lineamientos para una espiritualidad cristiana del
siglo XXI. Argentina, 2003, Lumen, 1era edición, p. 23-24
30
JUAN PABLO II. Pastores Dabo Vobis: sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual. No.
33. México, 1992, Ediciones Librería parroquial de clavería, p. 86
31
ROLHEISER, Ronald. En busca de espiritualidad: lineamientos para una espiritualidad cristiana del siglo
XXI. Argentina, 2003, Lumen, 1era edición, p. 19
32
JUAN PABLO II. Pastores Dabo Vobis: sobre la formación de los sacerdotes en la situación actual. No.
21. México, 1992, Ediciones Librería parroquial de clavería, p. 53
~ 17 ~
“Su vida es una manifestación ininterrumpida, es más, una realización
diaria de su «caridad pastoral». Él siente compasión de las gentes,
porque están cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor (cf. Mt 9, 35-
36); él busca las dispersas y las descarriadas (cf. Mt 18, 12-14) y hace
fiesta al encontrarlas, las recoge y defiende, las conoce y llama una a
una (cf. Jn 10, 3), las conduce a los pastos frescos y a las aguas
tranquilas (cf. Sal 22-23), para ellas prepara una mesa, alimentándolas
con su propia vida”33.
De tal modo que la espiritualidad del sacerdote diocesano debe estar siempre
marcada por la caridad pastoral que en palabras de Gamarra es “el amor de
Cristo Pastor, encarnado, prolongado, historizado, actualizado en el amor
concreto del presbítero a su comunidad y a la entera comunidad eclesial” 34. Es
entonces vital que el sacerdote tenga una buena relación tanto con los que están
a su alrededor de manera cercana como con los que no tanto, porque ellos están
formando la comunidad en donde se hace presente Cristo.
33
Íbidem, No. 22, p. 55
34
GAMARRA, Saturnino. Manual de espiritualidad sacerdotal. España, 2008, Editorial Monte Carmelo, p.
277.
~ 18 ~
además encontrarse consigo mismo y vivir sus principios morales cuya base es
Cristo y es a partir de ahí que se encuentra con lo que le da su fuerza para seguir
adelante y hacer las cosas bien.
2.- La justicia social: Y cuando se vive en comunión con Dios por medio de la
oración no queda otra opción que vivir la justicia social y los demás valores
sociales, porque Cristo está llamando a eso y si el sacerdote es ya alter Christus,
que más se puede esperar, sino buscar el bien de los que más lo necesitan.
3.- La calidez del corazón y del espíritu: Se hace referencia con esto, más
que nada, a las actitudes propias del sacerdote para con las personas con las
cuales se relaciona, y que deben ser actitudes de cariño, comprensión, respeto,
amabilidad, etc.; y que el sacerdote, por ser el representante de Dios en el
mundo, debe ejercer también como Jesús lo hizo en su tiempo con las personas
de su tiempo. Es importante que el sacerdote no se vuelva frio y descuidado en la
relación con los demás para que con sus actitudes no orille a otros a alejarse de
Dios.
35
Los cuatro puntos citados pueden ser confrontados en: ROLHEISER, Ronald. En busca de espiritualidad:
lineamientos para una espiritualidad cristiana del siglo XXI. Argentina, 2003, Lumen, 1era edición, p. 76.
~ 19 ~
El aspecto objetivo: “El sacerdote por su ordenación es definitivamente
habilitado para actuar en nombre de Cristo, Cabeza y Pastor”36; esto es que el
presbítero es de manera real el representante de Cristo aquí en la tierra y que
tiene la potestad dada por Cristo para actuar en nombre Suyo de manera
indeleble; esto se da no por méritos propios sino por gracia de Dios.
36
Íbidem, p. 273.
37
Íbidem, p. 273.
~ 20 ~
presente todos los días hasta el fin del mundo (Cfr. Mt 28,20). Pero esta potestad
ejercida por el sacerdote no la lleva a cabo por sus propios méritos o porque
realmente lo merezca, sino que lo es en virtud de una gracia especialísima
recibida de parte de Dios ya “que Él, que es el solo Santo y Santificador, quiso
tener a los hombres como socios y colaboradores suyos, a fin de que le sirvan
humildemente en la obra de santificación”38. Así se lee en la PO en su número 5
lo siguiente:
Es por ello que los sacerdotes no sólo deben ofrecer al pueblo los
sacramentos como vías de encuentro con Dios, sino que además deben tratar de
vivirlos, y vivirlos de una manera muy personal. Pero de entre todos los
sacramentos hay dos que ocupan para el sacerdote un lugar muy especial: la
Eucaristía y la Penitencia.
38
Presbyterorum Ordinis: sobre el ministerio de los presbíteros. No. 5, p. 512.
39
Íbidem
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dice la PO, “los demás sacramentos, al igual que todos los ministerios
eclesiásticos y las obras del apostolado, están unidos con la Eucaristía y hacia
ella se ordenan, pues ahí se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia” 40.
Así se concluye que la relación que el presbítero tiene con Dios es muy
cercana e implica gran esfuerzo de su parte para que con su testimonio siga
suscitando más vocaciones y que más gentes se acerquen a Aquél que es su
fuente y culmen. Y es entonces que el presbítero se convierte en el puente entre
Dios y los hombres y por lo mismo debe vivir de una manera que con su actuar
pueda demostrar eso que aquí se dice.
40
Íbidem p. 513
41
DE KEMPIS, Tomás. Imitación de Cristo. México, 2010, Editorial San Pablo, 75ª edición, p. 245.
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CONCLUSIONES
Antes que otra cosa logra descubrirse que el sacerdocio no es cosa que
venga simplemente de lo que los hombres quieren sino que va mucho más allá,
viene directamente de Dios. Y que Él lo otorga a quien él quiere y no a quienes
creen que lo merecen. Por tanto se debe responder generosamente al llamado y
descubrir que es realmente lo que Dios pide.
~ 23 ~
BIBLIOGRAFÍAS
DE KEMPIS, Tomás. Imitación de Cristo. México, 2010, 75ª edición, Editorial San
Pablo, 286 p.
JUAN PABLO II. Pastores Dabo Vobis: sobre la formación de los sacerdotes en
la situación actual. México, 1992, Ediciones Librería parroquial de clavería, 227 p.
~ 24 ~
MAGISTERIO DE LA IGLESIA. Catecismo de la Iglesia Católica. México, 2010,
Coeditores Católicos de México, 982 p.
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