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Herbert Caller Gutiérrez
Herbert Caller Gutiérrez
El 28 de julio del 2017 nosotros presentamos nuestra solicitud de inscripción para obtener
el kit ante lo que era en ese momento la Onpe, porque actualmente la nueva ley dispone
que lo haga el Jurado Nacional de Elecciones. Hemos tenido una reunión con uno de los
titulares de ese organismo y la semana pasada me reuní con el director nacional del
registro de organizaciones políticas, porque estamos sumamente preocupados. La
ciudadanía tiene que observar que de nada va a servir que se adelanten elecciones y se
piensen elegir congresistas si es que van a nacer de las mismas cunas y que ya nos han
representado en el Congreso anterior.
Bajo la circunstancia actual no participaríamos (en estas elecciones), sino para las
elecciones presidenciales y congresales del 2021. Las organizaciones políticas que están
impulsando su inscripción van a tener hasta setiembre del 2020 para concretar su
inscripción y poder participar en las elecciones del 2021.
Hay un problema no solo para las organizaciones políticas, sino para lo que va a pasar en
el país. El primer problema es que las organizaciones políticas que participarán en estas
elecciones van a ser las mismas, no van a haber organizaciones nuevas. El segundo
problema es que es un periodo corto de representación. No van a postular las personas
más preparadas, porque van a estar esperando las elecciones del 2021 para tener cinco
años de representación.
Debería validarse ese trabajo si realmente se quieren tener nuevos cuadros dentro del
escenario. Al final la ciudadanía elegirá a los candidatos que estamos presentando, y no
en base a los requisitos exigidos para su postulación. De nada sirve este impulso de
renovar la inscripción de un partido y la imperiosa necesidad de tener representantes bien
proyectados y formados, si es que al final vamos a impulsar las elecciones con las
mismas reglas de juego y con los mismos actores políticos.
Una empresa privada jamás va a reventar un sol si es que no tiene un retorno en base a
lo que uno proyecta. En el Perú hay nueve millones de empresas, desde las
microempresas. Un microempresario es un patriota para nosotros, porque patriota no solo
es el que ha ido a la guerra y ha muerto por la patria. Patriota es el peruano que ama a su
país y trabaja por sus semejantes sin hacerle daño a la segunda madre que cada uno
tiene y es la madre tierra. El Partido Patriótico del Perú va a implementar el pensamiento
empresarial dentro de la gestión pública.
Lo que pasa es que esos representantes tienen que conocer la realidad y conocer la
realidad no es conocer el territorio, sino conocer el Estado, su estructura y la función de
estas instituciones.
El pensamiento empresarial significa que el Estado puede ser un gran gestor y tener una
capacidad enorme de negociación. Por ejemplo, nosotros al plantear la creación de una
línea aérea de bandera, una flota mercante nacional y una línea de trenes de bandera
nacional, no significa que el Estado va a tomar un sol de esos 167 mil millones de soles
que tiene como presupuesto para hacerlo. Lo que va a hacer es llamar al mejor operador
del mundo para que se una empresarialmente con el Gobierno como accionista
mayoritario para crear una línea aérea de bandera.
Los mecanismos que existen en la actualidad para impulsar las inversiones no son
efectivos, como lo que nosotros planteamos. Se dice que no hay que dar pescados a las
personas, sino que hay que enseñarles a pescar. Nuestro partido va más allá, porque
puede que no haya pescado y por ello va a impulsar la generación del mejor pescado.
Hasta ahora la actuación del Estado ha sido esperar las inversiones que más no
convienen. Por ejemplo, en el Perú existe una empresa que tiene operaciones petroleras
offshore y es una porquería. El Perú debería identificar a los mejores del mundo y traerlos
acá.