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De los cultivos nativos y el cambio del clima Hallazgos (Huánuco y Apurímac)

Book · June 2019

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4 authors, including:

Juan Torres-Guevara Fabiola Parra


Universidad Nacional Agraria La Molina Universidad Nacional Agraria La Molina
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Alejandro Casas
Universidad Nacional Autónoma de México
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Land cover and vegetation cartography of Mexico View project

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De los cultivos nativos y el
cambio del clima
Hallazgos

(Huánuco y Apurímac)

Juan Jesús Torres Guevara


Fabiola Alexandra Parra Rondinel
Alejandro Casas Fernández
Aldo Cruz Soriano

EDITORES

PARTE 1: CENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIFICACIÓN EN AMÉRICA

PARTE 2: AGROBIODIVERSIDAD

PARTE 3: ESCENARIOS CLIMÁTICOS

PARTE 4: SEGURIDAD ALIMENTARIA

1
De los cultivos nativos y el cambio del clima. Hallazgos (Huánuco y Apurímac)

Editores:

©Juan Jesús Torres Guevara


©Fabiola Alexandra Parra Rondinel
©Alejandro Casas Fernández
©Aldo Cruz Soriano

Comité editor
Ing. Yoskaya Nayme Blanco Navea
Blga. Marggiori Elizabeth Pancorbo Olivera

Jr. Camilo Carrillo 325


Jesús María-Lima
C.P. 15072, Perú.
Primera edición, mayo 2019

Ilustraciones de carátula y separadores de Ivo Vásquez Castro

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2019-05871


ISBN: 978-612-00-4349-3

La presente publicación se realizó en el marco del proyecto PNIA 027-2015-INIA-PNIA/UPMSI/IE “Diversidad, flujo
génico de cultivos nativos andinos y seguridad alimentaria: contrarrestando procesos de erosión genética para
enfrentar los inciertos estados de cambio climático”, que fue ejecutado por cuatro universidades peruanas, una
universidad mexicana y tres organizaciones no gubernamentales, y financiado por el Programa Nacional de
Innovación Agraria.

Se terminó de imprimir en mayo del 2019 en:


Intelligent Images E.I.R.L.
Jr. Chota 1263 Of. 203 Lima Cercado

2
A las siete comunidades
que nos enseñaron lo que aquí
presentamos

3
4
PARTICIPANTES DEL PROYECTO

Mg. Sc. Juan Torres Guevara


Universidad Nacional Agraria la Molina (UNALM-Perú)

Dra. Fabiola Parra Rondinel


Universidad Nacional Agraria la Molina (UNALM-Perú)

Dr. Alejandro Casas Fernández


Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-México)

Eco. Aldo Cruz Soriano


Coordinadora de Ciencia y tecnología en los Andes (CCTA)

Ph. D. Ignacio Torres García


Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-México)

Dr. Nicolás Ibáñez Blancas


Universidad Nacional Agraria la Molina (UNALM-Perú)

Mg. Sc. Doris Romero Rivera


Coordinadora de Ciencia y tecnología en los Andes (CCTA)

Ing. Yoskaya Nayme Blanco Navea


Centro de Investigaciones en Zonas Áridas (CIZA-UNALM -Perú)

Dra. Milka Tello Villavicencio


Universidad Nacional Hermilio Valdizán (UNHEVAL-Perú)

Mg. Sc. Luís Lizárraga Valencia


Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC-Perú)

Lic. Carmen Álvarez Ponce de León


Centro Andino de Educación y Promoción José María Arguedas (CADEP)

Lic. Robert Álvaro Bobadilla


Centro Andino de Educación y Promoción José María Arguedas (CADEP)

Ing. Domingo Begazo Olivera


Centro Andino de Educación y Promoción José María Arguedas (CADEP)

Tec. César Ccalluche Mendoza


Centro Andino de Educación y Promoción José María Arguedas (CADEP)

Ing. Juan Vaccari Chávez


Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA)

5
Ing. Wilmar León Plascencia
Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA-Húanuco)

Ing. Dante Flores Flores


Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA-Húanuco)

Ing. Jorge Soto Atencia


Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA-Húanuco)

Blga. Marggiori Pancorbo Olivera


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Blgo. Edson Jair Arias Huachamber


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Bach. Sphyros Luciano Lastra Paucar


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Bach. Aracelly Mallma Carrera


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM)

Bach. Edison Chalco Espino


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM)

Bach. Nilda Condori Chumbisuca


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Ing. Eusebia Márquez Castellano


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Ing. Jorge Segovia Callañaupa


Tesista del Proyecto 027 2015 INIA PNIA-UNALM

Sr. Ubaldo Flores Calcina


Agricultor de la comunidad San Juan de Llachua – Haquira - Apurímac

Sr. Doroteo Condorimay Jauja


Agricultor de la comunidad Ccocha – Haquira -Apurímac

Sr. Santiago Ochoa Pezo


Agricultor de la comunidad Ccocha – Haquira - Apurímac

Sr. Hugo Álvarez Ccosco


Agricultor de la comunidad Pauchi Marcallac – Haquira - Apurímac

Sr. Hilario Parejo Hacho


Agricultor de la comunidad Huancacalle – Haquira - Apurímac

6
Sra. Brígida Laguna Oviedo
Agricultora de la comunidad Pauchi Marcallac – Haquira - Apurímac

Sr. Alejandrina Ramos Oviedo


Agricultora de la comunidad San Juan de Llachua – Haquira - Apurímac

Sra. Predesbinda Borja Beteta


Agricultora de la comunidad Tres de Mayo de Huayllacallan – Kichki - Huánuco

Sr. Feliciano Antonio Hilario


Agricultor de la comunidad Tres de Mayo de Huayllacallan – Kichki - Huánuco

Sra. Salomé Raymundo Alejo (†) y familia


Agricultora de la comunidad San Pedro de Cani - Kichki - Huánuco

Sr. Gregorio Feliciano Goñi


Agricultor de la comunidad San Pedro de Cani - Kichki - Huánuco

Sr. Juan Goñi Cruz y Familia


Agricultor de la comunidad San Pedro de Cani - Kichki – Huánuco

Sra. Evina Alejo Justo


Agricultora de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki - Huánuco

Sra. Leoncia Lama Lucas


Agricultora de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki - Huánuco

Sr. Juan Javier Rosado Pérez y Familia


Agricultor de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki - Huánuco

Sr. Clíder Dionicio Ponce y Familia


Agricultor de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki - Huánuco

Sra. Nelly Rosado Adán


Agricultora de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki – Huánuco

Sra. Jobita Lama Lucas y Familia


Agricultora de la comunidad Santa Rosa de Monte Azul - Kichki – Huánuco

7
8
GLOSARIO DE SIGLAS

CADEP JMA Centro Andino de Educación y Promoción-José Maria Arguedas


CC Cambio Climático
CCTA Coordinadora de Ciencia y Tecnología de los Andes
Centro Nacional de Estimaciòn, Prevención y Reducción del Riesgo de
CENEPRED
Desastres
CICA Centro Internacional de Cultivos Andinos
CIP Centro Internacional de la Papa
CIZA Centro de Investigación de Zonas Áridas
IDMA Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente
INIA Instituto de Innovación Agraria
INEI Instituto Nacional de Estadística e Informática
IPCC Panel Intergubernamental de Cambio Climático
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
MINAM Ministerio del Ambiente
MINAGRI Ministerio de Agricultura y Riego
PAAC Programa de Adaptación frente al Cambio Climático
PCM Presidencia del Consejo de Ministros
PNIA Programa Nacional de Innovación Agraria
RAE Real Academia Española
SENAHMI Servicio Nacional de Metereologìa e Hidrologìa del Perú
UNALM Universidad Nacional Agraria la Molina
UNAM Universidad Autónoma de México
UNAMBA Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac
UNEP Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
UNHEVAL Universidad Nacional Hermilio Valdizán
UNSAAC Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
ZA Zonas de Agrobiodiversidad

9
10
CONTENIDO

PRÓLOGO ................................................................................................................... 15
AGRADECIMIENTOS .................................................................................................. 17
INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 19

PARTE 1: CENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIFICACIÓN EN AMÉRICA... 21


CENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIFICACIÓN DE PLANTAS CULTIVADAS
EN AMÉRICA
ALEJANDRO CASAS ............................................................................................................ 23

PARTE 2: AGROBIODIVERSIDAD ................................................................................. 63


AGROBIODIVERSIDAD VEGETAL EN LOS ANDES: PROPUESTA
METODOLÓGICA PARA LA EVALUACIÓN DE LA DIVERSIDAD Y
CONSERVACIÓN DE LOS CULTIVOS DE PAPA Y MAÍZ NATIVOS
FABIOLA PARRA RONDINEL .............................................................................................. 65

2.1. PAPAS NATIVAS ................................................................................... 79


INVESTIGACIONES EN PAPA
RAMIRO ORTEGA DUEÑAS ................................................................................................ 83

REINTRODUCCIÓN DE PAPAS NATIVAS EN LA COMUNIDAD DE


LLULLUCHA Y LAURAMARCA – OCONGATE – CUSCO
LUIS LIZÁRRAGA, ANALÍ LIZÁRRAGA, DANIEL HUAMÁN ............................................. 85

2.1.1. DIVERSIDAD INTRA-ESPECÍFICA .................................................................. 103


DIVERSIDAD DE PAPAS (SOLANUM SPP.) CONSERVADAS IN SITU:
RESULTADOS PRELIMINARES DISTRITO DE HAQUIRA, PROVINCIA DE
COTABAMBAS, REGIÓN APURÍMAC
NILDA CONDORI-CHUMBISUCA, MARIO TAIPE-CANCHO, FABIOLA PARRA-
RONDINEL, JUAN TORRES-GUEVARA .......................................................................... 105

11
USO DE ÍNDICES DE DIVERSIDAD PARA EVALUAR EL CULTIVO DE PAPA
EN UNA ZONA DE AGROBIODIVERSIDAD DE LOS ANDES PERUANOS
SPHYROS LASTRA, FABIOLA PARRA, ALEJANDRO CASAS, JUAN TORRES, ALDO
CRUZ, WILMAR LEÓN, DANTE FLORES ........................................................................ 119

2.1.2. FLUJO GÉNICO ............................................................................................... 145


CONECTIVIDAD ENTRE POBLACIONES SILVESTRES Y CULTIVADAS DE
PAPA ....................................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.
EUSEBIA MARQUEZ-CASTELLANOS, LUIS LIZÁRRAGA, FABIOLA PARRA,
ALEJANDRO CASAS4, JUAN TORRES-GUEVARA, DOMINGO BEGAZO, ALDO CRUZ,
IGNACIO TORRES, MARIANA ZARAZÚA .............. ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

2.2. MAÍZ .............................................................................................................................. 173


CULTIVO DE MAÍZ EN CUSCO: DIVERSIDAD, CONSERVACIÓN Y
SANIDAD
WILFREDO CATALÁN-BAZÁN, TEÓFILO COSIO-CUENTAS, FABIOLA CATALÁN-ORTEGA
........................................................................................................................................... 177

2.2.1. DIVERSIDAD INTRA-ESPECÍFICA ............................................................................. 189


DIVERSIDAD INTRA-ESPECÍFICA DE MAÍZ Y FACTORES QUE INFLUYEN
EN SU CONSERVACIÓN IN SITU: RESULTADOS PRELIMINARES DISTRITO
DE HAQUIRA, COTABAMBAS, APURÍMAC
JORGE SEGOVIA, LUIS LIZÁRRAGA, ALEJANDRO CASAS, FABIOLA PARRA, JUAN
TORRES, DOMINGO BEGAZO, ROBERT BOBADILLA, CESAR CCALLUCHE ............... 191

CULTIVO DE MAÍZ EN UN CONTEXTO DE CAMBIO CLIMÁTICO:


DIVERSIDAD DE MAÍZ (ZEA MAYZ L.) Y CONSERVACIÓN IN SITU EN LA
MICROCUENCA DE LANJAS, DISTRITO DE KICHKI, HUÁNUCO
JUNIOR JUSTINIANO, MILKA TELLO, ALEJANDRO CASAS, FABIOLA PARRA.......... 217}

PARTE 3: ESCENARIOS CLIMÁTICOS ............................................................ 221


LOS CULTIVOS NATIVOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS ANDES DEL
PERÚ - HÚANUCO Y APURÍMAC
NICOLÁS IBÁÑEZ BLANCAS ........................................................................................... 225

12
¿DÓNDE ENCONTRAREMOS PAPA Y MAÍZ EN EL FUTURO EN HAQUIRA?
UN ANÁLISIS DE LA INFLUENCIA DEL CAMBIO CLIMÁTICO
ARACELLY MALLMA-CARRERA, NICOLÁS IBÁÑEZ, NEYSI QUIÑONES, DOMINGO
BEGAZO, CÉSAR CCALLUCHE, ROBERT ALVARO-BOBADILLA .................................. 237

EVALUACIÓN DE ESCENARIOS CLIMÁTICOS CUANTITATIVOS Y


CUALITATIVOS PARA PAPA Y MAÍZ EN LA SIERRA CENTRA
EDSON ARIAS, JUAN TORRES, NICOLÁS IBAÑEZ, WILMAR LEÓN ............................ 261

PARTE 4: SEGURIDAD ALIMENTARIA ...................................................................... 285


LA SEGURIDAD ALIMENTARIA, LAS DIVERSIDADES Y LA
INCERTIDUMBRE DEL CLIMA EN LA SIERRA CENTRO (HUÁNUCO) Y SUR
(APURÍMAC)
JUAN TORRES GUEVARA ................................................................................................ 287

PLANTAS SILVESTRES Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA ZONA


SUR ANDINA: REGIÓN APURÍMAC
EDISON CHALLCO ESPINO, LUIS LIZÁRRAGA VALENCIA, JUAN TORRES GUEVARA,
FABIOLA PARRA, ALEJANDRO CASAS .................. ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

ALIMENTOS DEL MONTE: PLANTAS COMESTIBLES SILVESTRES,


ARVENSES Y RUDERALES EN KICHKI (HUÁNUCO, PERÚ)

MARGGIORI PANCORBO-OLIVERA, FABIOLA PARRA, JUAN TORRES-GUEVARA,


ALEJANDRO CASAS, WILMAR LEÓN, JORGE SOTO ATENCIA, DANTE FLORES, JESÚS
ROJAS-NÁJAR .......................................................... ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO.

13
14
PRÓLOGO

La revalorización de la cultura andina ha sido primordial en los últimos años


como factor de impulso para generar un cambio en el Perú. Algunos alimentos
casi olvidados y en vías de extinción han sido recuperados y reconocidos por
su gran valor en la dieta, no solo como fuente de nutrientes, sino por sus
cualidades preventivas o curativas de enfermedades que la sociedad moderna
trajo consigo.
Los Andes peruanos que atraviesan nuestro país de Norte a Sur, permiten
mantener ecosistemas diferentes con climas especiales que son los
responsables de la riqueza de la biodiversidad con la que cuenta el país.
Paradójicamente, muchos pueblos andinos presentan las tasas más altas de
pobreza y mortalidad infantil en el Perú, siendo Apurímac clasificada en la
región de pobreza alta y Huánuco en la región de pobreza media.
El presente libro nos introduce al conocimiento de la biodiversidad y a los
orígenes de dos cultivos de gran importancia en la alimentación mundial, que
se desarrollan en estas dos regiones: la papa y el maíz. Investigadores de
diferentes instituciones de América Latina se han unido para demostrar que
los conocimientos ancestrales unidos a los nuevos desarrollos de la ciencia
aportarán a la conservación de la biodiversidad. Asimismo, como producto del
Proyecto realizado: “Diversidad, flujo génico de cultivos nativos andinos y

15
seguridad alimentaria: contrarrestando procesos de erosión genética para
enfrentar los inciertos escenarios del cambio climático”, financiado por el
Programa Nacional de Innovación Agraria, se entrega a la sociedad esta
herramienta que servirá como fuente importante de información para la
protección de la riqueza de nuestros andes con fines de seguridad alimentaria
y combate contra la pobreza.

Carmen Velezmoro Sánchez


Vicerrectora de Investigación UNALM

16
AGRADECIMIENTOS

Nuestros más sinceros agradecimientos a las comunidades de Kichki


(Huánuco) y Haquira (Apurímac), por todas sus enseñanzas y el cariño con
que nos recibieron, en especial a los agricultores que colaboraron activamente
con el proyecto, y a las autoridades de cada comunidad. A nuestros colegas de
la UNAM de México, por la generosidad que mostraron con nuestros alumnos
tesistas y con los agricultores de las comunidades altoandinas, y por haber
hecho posible las estancias en el IIES.

Agradecemos también al Programa de Maíz de la UNALM, al CICA, al CRIBA,


al Herbario César Vargas y al Laboratorio de entomología de la UNSAAC, al
Herbario MOL – Biología de la UNALM y al Herbario USM de la UNMSM.

Finalmente, al PNIA y a la FDA por todo el apoyo y confianza que tuvieron


hacia a nuestro grupo de trabajo.

17
18
INTRODUCCIÓN

Referirnos a la diversidad biológica, los alimentos y el clima desde un antiguo


país de montañas tropicales resulta ser muy pertinente, más aún en tiempos
donde tanto el riesgo como el cambio climático se hallan globalizados.

Los estudios que se presentan provienen de diferentes perspectivas (Estado,


sociedad civil, comunidades), disciplinas (ciencias naturales y sociales) y
escalas (regional, nacional e internacional).

La investigación duró tres años (2016 – 2018) y en ella participaron cinco


universidades, de las cuales tres fueron regionales: Universidad Nacional de
San Antonio Abad del Cusco, Universidad Nacional Hermilio Valdizán –
Huánuco y Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac; una fue de
carácter nacional, la Universidad Nacional Agraria la Molina y, de México, la
Universidad Nacional Autónoma de México. Desde la sociedad civil
estuvieron las Organizaciones No Gubernamentales IDMA (Huánuco),
CADEP JM (Cusco) y CCTA (Lima), así como siete comunidades campesinas:
San Pedro de Cani, Santa Rosa de Monte Azul y Tres de Mayo de Huayllacayán
(Huánuco), Llachua, Patahuasi, Pauchi Marcallac y Santiago de Queuñapampa
(Apurímac).

La publicación reúne 15 documentos entre revisiones, ensayos y trabajos de


investigación (nueve), pertenecientes a 17 autores, referidos a temas
relacionados con la agrobiodiversidad vegetal nativa alto andina de la sierra
centro (Huánuco) y sur (Apurímac), priorizando a dos cultivos: la papa y el

19
maíz, y su relación con el cambio climático a través de escenarios climáticos,
su potencial de adaptación a condiciones ambientales cambiantes, y su aporte
a crear mejores condiciones para garantizar la seguridad alimentaria
considerada como la medida de adaptación más importante. El papel de los
conocimientos tradicionales es abordado como un tema transversal a todas las
investigaciones.

El proyecto fue posible gracias al apoyo del Programa Nacional de Innovación


Agraria (PNIA 027-2015-INIA-PNIA/UPMSI/IE).

Finalmente es importante resaltar que el objetivo esencial de esta publicación


es documentar y comunicar los hallazgos de este equipo conformado por
investigadores andinos y mesoamericanos a los profesionales, estudiantes,
técnicos, autoridades locales y a los miembros de la comunidad relacionados
con los recursos naturales y el ambiente.

20
PARTE 1:

CENTROS DE ORIGEN Y
DIVERSIFICACIÓN EN
AMÉRICA

21
22
CENTROS DE ORIGEN Y DIVERSIFICACIÓN DE PLANTAS
CULTIVADAS EN AMÉRICA
Alejandro Casas

LABORATORIO DE MANEJO Y EVOLUCIÓN DE RECURSOS GENÉTICOS. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN


ECOSISTEMAS Y SUSTENTABILIDAD (IIES), UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM)

Resumen
El origen de las plantas cultivadas ha generado inquietud en la humanidad
desde la antigüedad, y entre los científicos su estudio se formalizó desde
mediados del siglo XIX. Las primeras expresiones de reflexión sobre el tema se
pueden encontrar en los diarios de viaje en el Beagle y en el Origen de las
especies de Charles Darwin en 1839 y 1859, respectivamente. Esas fueron la
base para la construcción de la primera teoría formal sobre el tema por
Alphonse De Candolle en 1882, quien reunió una serie de observaciones de
naturalistas, lingüistas, antropólogos e información botánica. En 1926 Nikolai
Vavilov formuló una de las teoría más completas y famosas sobre los centros
de origen y geografía de plantas cultivadas, la cual ha generado investigación
arqueológica, genética, biogeográfica y, más recientemente, filogeográfica.
Todos estos elementos han venido consolidando una importante teoría que
permite identificar las áreas del mundo que desarrollaron las experiencias más
antiguas de agricultura y los principales reservorios de recursos genéticos en
el mundo. Hoy se reconoce que al abordar el estudio de los centros de origen
es preciso reconocer (1) los centros de origen y evolución natural,
independientemente de los seres humanos, de los taxa silvestres relacionados
con los cultivos de interés, (2) el área de origen del o los taxa que constituyen
los ancestros directos de esos cultivos, (3) las áreas en las que se originó la
domesticación, las cuales frecuentemente ocurrieron en las áreas en las que se

23
originaron los taxa ancestrales, pero no en todos los casos, (4) las áreas de
diversificación por domesticación que, una vez iniciada la domesticación,
fueron sumamente dinámicas en generar nuevas variantes de los cultivos y (5)
los centros de origen de la agricultura, que generalmente fueron aquellas áreas
civilizatorias más antiguas, la mayor parte de ellas habiéndose desarrollado
independientemente. En este trabajo se analizan ejemplos sobre los distintos
aspectos de estos centros de origen, su carácter dinámico en función de los
avances de investigación botánica, filogenia molecular, filogeografía y
arqueología. Se centra la mirada en las áreas propuestas para el continente
americano: Mesoamérica, la región andina, el noreste de los Estados Unidos y,
más recientemente, la Amazonía, así como en cultivos icónicos de las regiones
para analizar los principales retos en este campo de investigación: maíz, papas,
cacao y otros más, las cuales aportan elementos para entender las
particularidades de cada región y al mismo tiempo los patrones similares en
los procesos en escalas temporales que son cada vez más precisas. Todos estos
elementos conducen cada vez más a visualizar el carácter difuso de los centros
de origen propuestos por diferentes autores a lo largo del siglo XX y a
reconsiderar su carácter acotado. Y cada vez parece ganar más terreno la
necesidad de reconocer al Neotrópico como una extensa y dinámica área de
domesticación con conexiones e intercambios de experiencias y recursos desde
la antigüedad. Se concluye el análisis poniendo en perspectiva las prioridades
de investigación para continuar aclarando la teoría, así como sus implicaciones
para la conservación y uso de recursos genéticos.

Palabras clave: agrobiodiversidad, centros de origen, continente americano,


domesticación, patrimonio biocultural, recursos genéticos

24
Introducción
Los orígenes de los seres humanos, del mundo que los rodea y de las prácticas
que determinan su forma de vivir, entre éstas la agricultura, han sido parte de
la curiosidad humana desde la antigüedad (Harlan, 1975). Desde cuándo y
cómo lo explicaban puede revisarse entre los testimonios escritos de mayor
antigüedad, al menos para aquellas culturas que legaron testimonios escritos,
hace más de 5000 años entre los sumerios y los egipcios (Senner, 1991). Las
diferentes culturas del mundo han dado sus propias explicaciones sobre estas
inquietudes, dando lugar a una enorme riqueza mitológica y de cosmovisiones
que arqueólogos, antropólogos y etnobiólogos documentan y abastecen sus
diarios de campo. El interés es sumamente atractivo. Numerosos equipos de
biólogos investigan sobre el origen de la vida y de la diversidad biológica, los
paleoantropólogos aportan continuamente información fascinante sobre los
ancestros de los humanos, y grupos interdisciplinarios de biólogos,
arqueólogos, geógrafos y antropólogos investigan sobre el origen de la
agricultura.

En todo el mundo existe investigación y gran expectativa por saber acerca de


¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿por qué? se originaron la domesticación, la
agricultura y el pastoralismo (Casas et al., 2016). En la órbita de estas preguntas
se encuentran las posibilidades de entender cómo se originaron y moldearon
las civilizaciones, cómo operan los procesos evolutivos y el origen de la
diversidad biológica, entre otros temas fascinantes. La investigación científica
sobre estos temas tiene casi 200 años de antigüedad, y en ese lapso ha sido
posible tener un panorama general de las regiones del mundo que han sido su
escenario, de la dimensión temporal de los procesos, de los factores que
motivaron a los seres humanos a desarrollar la agricultura y crianza de

25
animales, y algunas ideas de por qué lo hicieron y lo siguen haciendo (Casas y
Parra, 2016). Continuamente surgen nuevas herramientas para la investigación
científica, y el estado del conocimiento también se renueva continuamente, los
paradigmas se transforman en lapsos de décadas o años, o incluso meses como
veremos en este capítulo. Así ha ocurrido desde las primeras ideas sobre los
procesos de domesticación propuestas por Charles Darwin en 1859 en El
Origen de las Especies (Darwin 1859), así como las desarrolladas por De
Candolle (1882) y Vavilov (1926) sobre el origen de la agricultura.

En este capítulo presentaremos un panorama de ideas recientes sobre estos


temas en el escenario que conforma el continente americano. Entender la
domesticación nos acerca al entendimiento del origen de las civilizaciones y la
historia de la diversidad y la unidad de las culturas de América. Y en este
proceso histórico las plantas cultivadas nativas del continente y las que
entraron durante la colonización europea se diversificaron. Asimismo, se
diversificaron y continúan haciéndolo numerosas especies de plantas,
animales y microorganismos que conforman la agrobiodiversidad. Y
documentar el estado de tal diversificación y los procesos que la moldean
amerita investigaciones para comprenderla y valorarla, así como acciones para
protegerla, pues constituye la base fundamental para desarrollar estrategias
frente a los escenarios futuros asociados al denominado cambio global. Tal
cambio involucra de manera dramática el calentamiento global, pero también
alteraciones de ciclos biogeoquímicos, la pérdida de diversidad biológica, el
declive de poblaciones de polinizadores y dispersores de semillas, y otros
procesos que afectan los ecosistemas a escala planetaria (Vitousek, 1994).
Asimismo, la enorme pobreza, la inseguridad alimentaria, la enorme y
creciente desigualdad de la humanidad y la pérdida paulatina de las culturas

26
del mundo. Las dimensiones ecológica y social del cambio global tienen en la
agrobiodiversidad un importante seguro para enfrentar los retos del presente
y del futuro.

Los orígenes
Charles Darwin fue uno de los primeros científicos en elaborar una teoría sobre
el parentesco silvestre de los organismos domesticados y en visualizar a la
domesticación como un proceso evolutivo. Desarrolló sus primeras tesis sobre
estos tópicos en el Capítulo 1 de “El Origen de las Especies” (Darwin, 1859) y
nueve años después escribió dos volúmenes de su obra “Evolución de
Animales y Plantas Bajo Domesticación” (Darwin, 1868), en los cuales
desarrolló y fundamentó de manera pormenorizada sus ideas. En estos
trabajos Darwin planteó que las plantas y animales domesticadas tienen
ancestros silvestres y que ambos tipos de formas han divergido en el tiempo
por efecto de la selección humana. Darwin denominó a esta selección
“selección artificial”, para diferenciarla de la “selección natural”, y usó el
proceso de domesticación como un modelo para explicar los mecanismos que
generan diversidad biológica como la que observó durante su viaje en el Beagle
entre 1831 y 1836.

Posteriormente a Darwin, Alphonse De Candolle (De Candolle, 1882) se


enfrentó a la necesidad de explicar las monstruosidades de plantas cultivadas
que parecían tener rasgos afines a ejemplares silvestres y desconcertaban por
sus rasgos tan dispares en algunos caracteres. Para contestar tales interrogantes
reunió información de múltiples campos de conocimiento, entre otros la
botánica en la que era especialista, la geografía, la etnografía, la lingüística, la

27
historia, y ello le permitió delinear las primeras ideas sobre las áreas del mundo
en donde pudo haberse originado la agricultura. Entre las áreas propuestas
aparecieron el territorio mesoamericano y la región andina como regiones de
primordial importancia para algunos grupos de plantas.

Nikolai Vavilov (Vavilov, 1926) profundizó en la teoría, destacando como


elementos clave para identificar centros de origen de un cultivo, las áreas de
mayor diversidad y la presencia de sus parientes silvestres. Vavilov utilizó el
término “centros de origen” en virtud de que se trataba de áreas relativamente
pequeñas en donde se domesticaron varias especies. Estas áreas se encontraban
distribuidas en distintas regiones del mundo en las que puede suponerse que
eran comunes las prácticas agrícolas tempranas y a partir de las cuales se
difundió la experiencia a otras regiones. Entre los llamados “centros
vavilovianos” destacan los del continente americano, entre los cuales identificó
la región comprendida en la mitad sur de México y parte de Centroamérica, la
cual Paul Kirkoff en los años 40’s denominó Mesoamérica (Kirkoff, 1943;
Matos-Moctezuma, 1994). También identificó como importantes centros las
regiones andinas de Ecuador y Perú y del sur de Chile, así como algunas zonas
de Paraguay. Posteriormente, Jack Harlan en su libro “Crops and Man”
(Harlan, 1975), propuso la existencia de áreas relativamente pequeñas y
discretas a las que denominó “centros” de origen de la agricultura y áreas más
extensas y difusas a las que denominó “no centros”. En el continente americano
Mesoamérica fue considerada como un “centro” y la amplia zona de región
andina desde el norte de Argentina y Bolivia hasta Venezuela y la región del
nordeste de Brasil como un “no centro”. Bruce Smith (Smith, 1998), incluyó
como centro el noreste de los Estados Unidos, y más recientemente Gruissem
(2013) y otros autores como Charles Clement (Clement, 2015) y Levi et al. (2017)

28
han propuesto a la Amazonía como una región en donde se originó la
domesticación. En los últimos años es cada vez más contundente la
información que apoya la propuesta de la Amazonía como una importante área
temprana de domesticación.

Los centros de origen


Identificar las áreas del mundo en las que se originaron las plantas y animales
domesticadas fue uno de los primeros retos que enfrentaron los científicos
modernos. En principio motivados por la curiosidad de entender la naturaleza
de las “monstruosidades” que llegaban a los herbarios y colecciones de historia
natural en el siglo XIX. Posteriormente, porque se visualizó la importancia de
tales áreas como reservorios de diversidad de opciones fenotípicas, adaptativas
y genéticas para afrontar los retos de la producción agropecuaria. Hoy en día,
quienes investigamos sobre estos temas reconocemos la importancia de
distinguir: (1) las áreas en donde se originaron y evolucionaron los grupos de
especies relacionadas con las que eventualmente se domesticaron; como
veremos, éstas no necesariamente coinciden con aquellas áreas en donde se
inició su domesticación, (2) la identidad de las plantas silvestres que son
parientes directos de los cultivos, así como las áreas en donde éstas se
distribuyen de forma natural; los ancestros silvestres directos se han
identificado para una centena de especies, las económicamente más
importantes, pero en el mundo existen más de 4000 especies domesticadas y
numerosas otras, cuya cifra es aún indeterminada, con signos de domesticación
incipiente o intermedia cuyas relaciones ancestrales se desconocen; asimismo,
hoy en día comenzamos a visualizar que el área de distribución de tales
ancestros puede coincidir o no con las áreas en las que se inició su
domesticación o con las áreas en las que su diversificación como consecuencia

29
de la domesticación ocurrió, (3) las áreas donde se domesticaron primeramente
las especies cultivadas; como veremos, el panorama sobre este tema ha sido
sumamente dinámico en la medida en que las investigaciones arqueológicas,
filogeográficas y paleogenómicas se conjugan de manera interdisciplinaria, (4)
las áreas donde las primeras plantas domesticadas continuaron
domesticándose y diversificando; es importante tener en mente que la
domesticación es un proceso continuo, que operó en el pasado, a lo largo de la
historia y continúa en el presente; de manera que identificar los sitios de
domesticación más temprana de una especie es solamente parte de la historia,
su difusión como cultivo encontró frecuentemente en otras áreas contextos
para intensificar su domesticación y diversificación, y (5) las áreas en donde la
agricultura se estableció en épocas tempranas, dando origen a las civilizaciones
humanas; la sedentarización, en algunos contextos se favoreció con las
prácticas agrícolas, mientras que en otros las prácticas agrícolas se favorecieron
con la sedentarización; no existe una sola fórmula para explicar el origen de las
civilizaciones, pero sigue siendo cierto que ambos procesos tienen una íntima
relación y comprenderlo sigue siendo un importante desafío científico.

Con tales puntos de referencia en mente, a continuación, exploraremos el


estado general de conocimiento sobre diferentes “centros de origen” en el
continente americano, revisando información disponible en la literatura para
algunas especies representativas de Mesoamérica, la región andina y la
Amazonía la cual nos ayuda a ilustrar las diferentes facetas de los llamados
“centros de origen”, así como las principales preguntas y retos de investigación
contemporáneos. Asimismo, se discuten las implicaciones que tiene identificar
las áreas de domesticación y origen de la agricultura, en particular para la

30
conservación de agrobiodiversidad, de cara a las incertidumbres que plantean
los cambios socio-ecológicos que ocurren a escala planetaria.

El concepto de centros de origen y evolución de las especies silvestres


emparentadas con los cultivos nos lo ilustran los casos emblemáticos del maíz
y la papa. El maíz como cultivo se distribuyó ampliamente por el continente
americano desde tiempos precolombinos. Fue uno de los cereales más
importantes de las culturas de América antes de la colonización europea.
Desde finales del siglo XV, en 1493, durante el segundo viaje de Cristóbal
Colón, el maíz llegó a España y pronto se difundió por Europa, Asia y África,
y actualmente el maíz se encuentra distribuido en una amplia región el mundo.
Una historia similar tuvo la papa, aunque su llegada a Europa fue más tardía,
en el siglo XVI.

Sin embargo, la región en donde se originaron y diversificaron las especies y


subespecies del género Zea que le dieron origen, se encuentra principalmente
en la región central de México y Centroamérica hasta Costa Rica (González et
al., 2018). Los parientes silvestres directamente emparentados son Zea mays,
las subespecies parviglumis y mexicana, se distribuyen naturalmente en la
región central de México, en donde la información arqueológica (MacNeish,
1967) y molecular (Matsuoka et al., 2002, Heerwaarden et al., 2011) indican que
se originó su domesticación. Existe evidencia que apoya una ruta de difusión
desde las tierras bajas de México, en la Cuenca del río Balsas, a las tierras altas
del país y de ahí a Norteamérica y Sudamérica (Ross-Ibarra et al., 2009, Fonseca
et al., 2015).

En el caso de la papa, de acuerdo con Hawkes (1990) y Spooner et al. (2004)


alrededor de 200 especies del género Solanum dentro de la sección Petota, y

31
más recientemente, de acuerdo con Spooner (2009), se encuentran
cercanamente emparentadas con las papas. La mayor parte de estas especies se
distribuye en la región andina, principalmente en Perú, Bolivia y el norte de
Argentina. La principal especie domesticada, Solanum tuberosum L., se
domesticó en la región del lago Titicaca, en el sur de Perú (Spooner et al., 2005).
Sin embargo, otras siete especies forman parte del complejo de papas
domesticadas, y el área de su domesticación original continúa investigándose.
A pesar de ello, estudios recientes de genómica han logrado identificar la
introgresión de genes alrededor de alrededor de 20 especies silvestres,
principalmente S. candolleanum, S. medians y S. raphanifolium, nativas de
Perú, así como S. brevicaule, S. leptophyes y S. microdontum nativas de Bolivia
y S. berthaultii, S. chacoense, S. gourlayi, S. kurtzianum, S. microdontum, S.
spegazzinii y S. vernei de Argentina, y en las variedades cultivadas de S.
tuberosum (Hardiganm et al., 2017). Tal introgresión es considerada como la
causa principal de adaptabilidad de los cultivares de S. tuberosum a distintos
ambientes.

En el caso del frijol común, Phaseolus vulgaris L., y de los pallares P. lunatus
cuyos parientes silvestres tienen naturalmente una amplia distribución, tanto
en Mesoamérica como en la región andina, se han propuesto por lo menos dos
áreas de domesticación independiente (Bitochi et al., 2017). A estos cuatro
eventos de domesticación inicial, se suman los que domesticaron a Phaseolus
coccineus, P. dumosus y P. acutifolius en Mesoamérica; de manera que para
este importante grupo de recursos se cuentan al menos siete eventos
independientes de domesticación en el continente (Bitochi et al., 2017).
Estudios previos de los autores referidos (Bitochi et al., 2012) habían
identificado el origen de la domesticación de P. vulgaris en la región central de

32
México y su distribución subsecuente en Sudamérica. Sin embargo, los avances
en herramientas de investigación permitieron cambiar en tan solo un lustro el
panorama de lo ocurrido con las especies de este importante género.
Primeramente, fueron relevantes los estudios de Schmutz et al., (2014), quienes
mediante estudios genómicos identificaron que las poblaciones silvestres de la
región andina derivaron de poblaciones mesoamericanas hace 165,000 años,
mucho tiempo antes de que llegaran las poblaciones humanas a esos
territorios. Ello significa que las culturas mesoamericanas y andinas
interactuaron con poblaciones de frijoles silvestres y que los conocieron,
manejaron y domesticaron independientemente. Una historia similar parece
haber ocurrido con los frijoles pallares y, por lo tanto, al menos dos eventos
independientes, uno en Mesoamérica y otro en los Andes parecen haber
ocurrido (Bitochi et al., 2017). Los estudios en Phaseolus, como en otras
especies domesticadas, permiten identificar paulatinamente que en cada
región pudieron existir múltiples eventos de domesticación temprana. Esta
propuesta es altamente probable pues los grupos humanos en la prehistoria
mantenían mayor aislamiento entre sí que en la actualidad. Evidencia de ello
es la enorme diferenciación lingüística que se produjo entonces. Tal
aislamiento y la relativamente amplia distribución de las poblaciones de las
especies domesticadas pudieron favorecer no uno sino múltiples eventos de
domesticación. Por ahora, sin embargo, no existe evidencia al respecto. Así, por
ejemplo, Chacón-Sánchez et al. (2017) y otros estudios previos documentaron
dos a tres diferentes linajes de P. lunatus en Mesoamérica, pero solamente
pudieron identificar un evento de domesticación. De forma similar, Guerra-
García et al. (2018) analizaron materiales de P. coccineus, especie que se
distribuye desde el norte de México hasta Panamá. Anteriormente a este

33
trabajo, Angioi et al. (2009a) habían identificado al menos dos grupos genéticos
de P. coccineus y habían sugerido posibles eventos múltiples de domesticación
de esta especie en Mesoamérica. No obstante, el trabajo de Guerra-García et al.
(2018), aunque identifica diferentes linajes regionales, aporta elementos para
concluir que los frijoles ayocotes cultivados tienen un origen monofilético. Esta
es una línea de investigación que ha motivado controversia y que aún tiene
mucho camino por delante.

En el caso de los tomates, los parientes silvestres son eminentemente


sudamericanos. Los más cercanos a los tomates cultivados se distribuyen en el
norte de Perú y en Ecuador. Pickersgill (2007) propuso que los tomates
ingresaron a Centroamérica y México como plantas silvestres o arvenses y
posteriormente fueron domesticadas en Mesoamérica. Sin embargo, estudios
genómicos más recientes permiten identificar huellas de domesticación
temprana en los tomates sudamericanos, lo que sugiere fuertemente que hubo
una etapa temprana de domesticación en el área de distribución de los
parientes silvestres, y una segunda fase de domesticación en Mesoamérica
(Pease et al., 2016), en donde los tomates arvenses son muy comunes en la
actualidad. Este proceso pudo haber sido muy común en numerosas especies,
pues en realidad el proceso de domesticación es continuo y sus inicios en una
zona continuaron desarrollándose por miles de años en otras regiones.

Los chiles o ajíes parecen tener una historia similar a la de los tomates.
Múltiples estudios taxonómicos han documentado desde hace décadas que la
mayor diversidad de especies del género Capsicum se encuentra en
Sudamérica. Estudios filogenéticos recientes muestran que las especies de este
género se originaron y diversificaron hace millones de años en la porción que
actualmente corresponde al territorio del norte de Perú y una amplia porción

34
de Ecuador. De ahí, naturalmente y mucho tiempo antes de la presencia
humana se difundieron y diversificaron hacia la región amazónica, el nordeste
de Brasil y la región andina de Bolivia y del norte de Argentina (Carrizo-García
et al., 2016). Un grupo se difundió a Mesoamérica, también, mucho tiempo
antes de la llegada de Homo sapiens al continente americano. De manera que
las diferentes especies de Capsicum tuvieron interacciones independientes con
los seres humanos en distintas regiones. En Mesoamérica las culturas de
distintas regiones domesticaron Capsicum annuum y C. frutescens (Carrizo-
García et al., 2016; Carrizo-García, 2018), mientras que en la región alto-andina
se domesticó C. pubescens y en las tierras bajas C. chinense y C. baccatum. Aún
se desarrollan investigaciones dirigidas a identificar uno o más eventos de
domesticación de estas especies.

Un caso emblemático de los grandes cambios en el panorama sobre el origen y


la difusión de la domesticación lo constituye el caso del cacao. Hasta
recientemente, Theobroma cacao había sido considerada una especie
domesticada en Mesoamérica, pues los restos más antiguos de formas
domesticadas se habían registrado en la región olmeca del sureste mexicano.
Por mucho tiempo se consideró que, aunque la mayor diversidad del género
Theobroma se encuentra en la región amazónica, al menos tres especies (T.
cacao, T. bicolor y T. angustifolia) tuvieron distribución natural hasta el área
mesoamericana. No obstante, las poblaciones silvestres de T. cacao no han sido
claramente identificadas, lo que motivó debate e investigación al respecto.
Hasta recientemente se consideró que fue introducida silvestre a Mesoamérica
y domesticada por mayas y olmecas hace aproximadamente 3000 años. Sin
embargo, un estudio publicado recientemente en Nature Ecology and
Evolution reveló que la historia fue diferente. En un estudio realizado con

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técnicas muy refinadas, Zarrillo et al. (2018) identificaron que, en La Florida,
Ecuador el cacao se utilizaba 1,500 años antes que en Mesoamérica. Cornejo et
al. (2018) habían identificado las huellas de domesticación mediante genómica
de Theobroma cacao, de manera que con base en tal información y con base en
el refinamiento de estudios arqueológicos y paleogenómicos que permitieron
recuperar restos de cacao de vasijas, no solo se identificaron restos de T. cacao
en las vasijas de La Florida, sino además las huellas de domesticación en estos
restos (Zarrillo et al., 2018). Estas investigaciones permiten identificar la zona
alto-amazónica como el área más antigua hasta ahora reconocida en donde se
utilizaba cacao domesticado, mucho tiempo antes de que se domesticara en
Mesoamérica. La historia del cacao cambió, entonces, recientemente, y en los
próximos años podrán ajustarse de manera similar muy probablemente la
propia historia del cacao y la de otras especies domesticadas. Sin duda, la era
que abre el estudio de la evolución a través de la genómica revolucionará
nuestra manera de concebir la domesticación, su origen y difusión, así como
nuestras ideas sobre el origen de la agricultura.

En las áreas en donde la domesticación ha sido muy activa, es posible encontrar


una alta diversidad de los organismos domesticados, pues como hemos
referido arriba, la domesticación es un proceso diversificador (Casas y Parra,
2016). El mecanismo más dinámico es la selección humana, aunque otras
fuerzas evolutivas como el flujo génico y los sistemas de cruzamiento también
son determinantes (Casas y Parra, 2016). Estas fuerzas evolutivas
antropogénicas operan simultáneamente a las fuerzas evolutivas naturales,
influyendo en la diferenciación de poblaciones silvestres y domesticadas. Tal
diferenciación puede ser menor o mayormente pronunciada en función de la
magnitud de las fuerzas evolutivas involucradas. Los mismos principios,

36
aunque con mecanismos distintos operan en plantas y animales, y son por
ejemplo los principios que durante miles de años han permitido la
diferenciación de más de 60 razas de maíz y numerosas variantes dentro de
cada raza en México (Ortega-Pacska, 2017) y de manera similar en el Perú. En
ambos casos la historia, la cultura y los contextos ecológicos y tecnológicos han
sido propicios para tal magnitud de diversificación, similar en magnitud, pero
diferente en las particularidades de cada contexto ecológico y cultural.

El origen de la agricultura
La agricultura involucra el manejo de los ecosistemas en los cuales se propagan
las plantas que se desean, y el manejo de la diversidad genética través de la
domesticación. La preparación del terreno, la labranza y fertilización de la
tierra, así como las estrategias para controlar competidores y herbívoros que
afectan los cultivos, son expresiones de tal manejo de ecosistemas. El manejo
de ecosistemas es mucho más antiguo que la domesticación, por ejemplo,
formas de manejo pre-agrícolas, como las quemas de más de 50,000 años de
antigüedad identificadas en África, dirigidas a favorecer cereales importantes
en la dieta de los pueblos que las practicaban (Rose-Inés, 1972). Otro ejemplo
son los aclareos de la selva para favorecer plantas como el taro (Colocasia
esculenta) y otras especies comestibles en Papúa Nueva Guinea, y que los
arqueólogos han documentado con más de 30,000 años de antigüedad (Groube,
1986). En Mesoamérica, el manejo silvícola de distintos grupos culturales ha
sido documentado desde hace décadas. El pet-kot maya es una forma de
manejo de la selva en la que la composición de fragmentos de selva es
manejada con el fin de aumentar la densidad de individuos favorables a los

37
seres humanos (Gómez-Pompa et al., 1987). Este tipo de prácticas están
ampliamente extendidas y son vigentes (Casas et al., 1997).

Nuestras investigaciones han venido documentando cómo operan el manejo


silvícola y agrosilvícola. Hemos identificado que ambas formas de manejo
involucran un proceso selectivo que favorece unas especies sobre otras, pero
también, dentro de cada especie, algunos fenotipos sobre otros (Casas et al.
1996, 1997, 2007, 2017). Se trata entonces de un doble proceso de selección
artificial, uno a escala de la comunidad de plantas y otro a escala de las
poblaciones de cada especie. Prácticas como estas han dejado huella a lo largo
del tiempo, como lo demostraron Levi et al. (2017) en las selvas amazónicas.
Ahí, en una vasta región, en las denominadas en portugés terras pretas (tierras
negras, formadas por efecto de la perturbación humana), tienen una
composición atípica de la vegetación, siendo más abundantes los componentes
que proveen recursos a la gente, incluyendo elementos con signos de
domesticación. Este manejo silvícola es vigente y tiene una antigüedad de cerca
de 8,000 años, lo que ha fortalecido la propuesta de que los pueblos amazónicos
fueron domesticadores del paisaje y de especies de plantas desde tiempos
antiguos.

La base para contestar ¿dónde? y ¿cuándo? se inició la práctica de agricultura


la encontramos en los trabajos de Vavilov (1926), los cuales sugirieron a los
arqueólogos en qué regiones del mundo podrían encontrar evidencias de la
agricultura más temprana. Richard MacNeish, uno de los grandes arqueólogos
exploradores del origen de la agricultura (MacNeish, 1992), destacó que el área
de mayor antigüedad fue el Medio Oriente, el llamado Creciente Fértil, hace
cerca de 11,000 años. También identificó una gran similitud temporal en
Mesoamérica y la región andina hace cerca de 9,500 años.

38
El primer trabajo para estimar la antigüedad del proceso de domesticación lo
llevó a cabo el equipo de investigación de Robert y Linda Braidwood en el
Creciente Fértil. Pudieron realizar los primeros fechamientos de los materiales
arqueológicos gracias a que, durante el tiempo de sus excavaciones, en 1949
Willard Libby de la Universidad de Chicago comenzó a practicar la técnica de
Carbono 14. Posteriormente, durante los años 1960’s, MacNeish llevó a cabo
sus estudios en Mesoamérica (en las cuevas de Ocampo, Tamaulipas, Santa
Martha, Chiapas, el Valle de Tehuacán, y algunos sitios de la cuenca del río
Balsas según lo narra en el primer tomo de la obra The Prehistory of the
Tehuacán Valley), así como en cuevas de la región andina, principalmente en
Perú. También se llevaron a cabo estudios en el resto de las regiones
“vavilovianas” entre la década de los 70’s y las décadas posteriores, y
continúan en la actualidad. Entre los 80’s y 90’s se innovaron técnicas de
fechamiento mediante espectrometría de masas, y sus resultados permitieron
cambiar el panorama temporal que resume MacNeish (1992). Más
recientemente, se reconoce que la domesticación es más antigua de lo que se
registró originalmente, siendo en Medio Oriente entre 12,000 y 13,000 años de
antigüedad o más, mientras que en Mesoamérica y la región andina es
alrededor de 10,000 años (Zeder, 2011; Gruissem, 2013).

Acerca de cómo se originó la agricultura, los primeros estudios arqueológicos


en Medio oriente sugirieron la ocurrencia de un súbito cambio del patrón de
cazadores-recolectores a agricultores, lo que condujo a la idea de que ocurrió
una Revolución Neolítica. Los estudios subsecuentes permitieron apreciar con
mayor detalle los estados transitorios en los modos de vida de los agricultores
tempranos, y surgió la idea de un proceso gradual conocido como Evolución
Neolítica. Estas ideas se siguen revisando en la medida en que surgen nuevas

39
técnicas para documentar la vida en la prehistoria. En el libro “Foraging and
farming, the evolution of plant exploitation” de David Harris y Gordon
Hillman (Harris y Hillman, 1986) convocaron a los principales estudiosos del
origen de la agricultura de la década de los 70’s y 80’s, entre ellos arqueológos,
antropológos, etnólogos, etnobiológos y biológos. En resumen, estos autores
identificaron un consenso acerca de que la agricultura resultó de un proceso
paulatino de desarrollo tecnológico desde (1) formas incipientes de manejo de
ecosistemas para propagar a pequeña escala plantas de interés, (2) la práctica
posterior de manejo a mayor escala y con labranza sistemática, hasta (3) el
manejo sistemático de ambientes a mayor escala alojando plantas
domesticadas.

Sobre el por qué se originó la agricultura, ha habido diferentes propuestas. Una


muy extendida se relaciona con presiones asociadas a cambios ambientales,
frecuentemente explicada en relación con cambios climáticos durante el
periodo de transición del último glaciar. Otros han propuesto que se trata de
una ruta en la que la búsqueda por asegurar recursos se combinó con las
innovaciones tecnológicas para lograrlo. Pero ambos procesos requieren una
mayor fundamentación. En la medida en que la cronología de los estudios
arqueológicos pueda precisarse y completarse lo suficiente como para armar
un rompecabezas más amplio, y en la medida en que los estudios del presente
permitan documentar con mayor detalle las motivaciones, los procesos y las
consecuencias de la domesticación, la ciencia estará en mejores posibilidades
de precisar una explicación sobre este por qué.

En un estudio llevado a cabo en Guilá Naquitz, Oaxaca, en Mesoamérica, Kent


V. Flannery (Flannery,1986) propuso que la principal motivación para manejar
y domesticar eventualmente plantas es la necesidad de disminuir la

40
incertidumbre en su disponibilidad, en la búsqueda por asegurar el acceso a
los recursos. Esta hipótesis es difícil de probar en los estudios arqueológicos,
pero es viable a través de estudios antropológicos y etnobiológicos del
presente. Nuestro grupo de trabajo en México y en el Perú ha llevado a cabo
investigaciones sobre los factores que en la actualidad motivan a manejar los
recursos en las comunidades rurales. Entre tales factores destaca la
disponibilidad espacial y temporal y sus fluctuaciones interanuales asociadas
a oscilaciones climáticas, así como aquellas que se asocian a cambios
ambientales de mayor plazo. Las oscilaciones interanuales han podido
evaluarse en algunas especies (véanse por ejemplo los trabajos de Casas et al.,
1997; Blancas et al., 2010, 2013; Rangel-Landa, 2017), pero las preocupaciones
ligadas a cambios de mayor plazo requieren aún mayor documentación. Otros
factores que influyen están asociados a aumentos en la demanda,
principalmente debido a los mercados, pero también a la necesidad de
satisfacer necesidades en comunidades crecientes y a cambios en el uso del
suelo, particularmente la reducción de áreas en las que los recursos se
encontraban disponibles. También son significativos los cambios en la
posibilidad de tener acceso a los recursos apreciados, principalmente en
relación con los regímenes de propiedad de la tierra. Pero, finalmente, también
son importantes aspectos como la necesidad de facilitar el acceso a un recurso
muy apreciado, el aprecio por la belleza y su relación con el embellecimiento
de los espacios domésticos, o simplemente la curiosidad por conocer el
desempeño de tal o cual recurso ante acciones de manejo. Esta es una línea de
investigación que puede arrojar argumentos más sólidos sobre los factores
causales que motivaron el origen de la agricultura.

41
Nuestras investigaciones
Nuestro grupo de investigación trabaja actualmente a escala continental (Casas
et al., 2016b, 2017b), estudiando aspectos ecológicos, evolutivos y culturales
relacionados con procesos actuales de domesticación. Buscamos entender
cómo operan los procesos de domesticación en el presente como base para
comprender la información histórica, y exploramos la hipótesis de que los
centros de origen mesoamericano y andino no fueron los únicos, ni ocurrieron
en áreas pequeñas y discretas. Existe cada vez mayor evidencia de que el
manejo y domesticación temprana de plantas ocurrió también en la Amazonía
(Clement, 2015; Levi et al., 2017). Y la información disponible parece indicar
que las fronteras de los “centros” han sido establecidas de forma arbitraria, y
que las influencias mutuas ocurrieron muy tempranamente en la historia.
Consecuentemente, consideramos que sería conveniente hablar de un área
Neotropical de origen de la agricultura, capaz de incluir múltiples regiones en
las que se encuentran signos tempranos de domesticación, así como la
posibilidad de explicar las influencias en esas múltiples zonas dentro de tan
amplia región (Casas et al., 2017c).

Para analizar esta hipótesis, llevamos a cabo estudios de caso con métodos
similares que permitan generar información comparable. En México hemos
estudiado cómo operan en la actualidad los procesos selectivos en plantas
herbáceas anuales como Anoda cristata y Crotalaria pumila (Casas et al., 2007),
árboles de crecimiento rápido como Leucaena esculenta, pochotes (Ceiba
aesculifolia) (Avendaño et al., 2009), jícaras (Crescentia cujete y C. alatta)
(Aguirre-Dugua et al., 2012, 2013, 2018) y tempesquistles (Sideroxylon palmeri)
(González-Soberanis y Casas, 2004). También estudiamos varios complejos de
agaves, particularmente en el complejo que forman Agave inaequidens y A.

42
hookeri, por un lado, así como las diferentes subespecies y variedades de
Agave americana. Tratamos de entender las relaciones de ancestría en los
complejos que involucran formas silvestres y domesticadas (Figueredo et al.,
2014, 2015, 2017). El caso de Agave americana ofrece la oportunidad de analizar
procesos de origen y difusión de la domesticación entre Mesoamérica y la
región andina, pues este agave se encuentra ampliamente distribuido en la
región andina de Colombia hasta Perú y Bolivia y, al parecer, es una especie
introducida en esa zona en tiempos precolombinos. Asimismo, hemos
estudiado varias especies de cactáceas columnares de los géneros Stenocereus,
Polaskia, Lemairocereus, Escontria y Myrtillocactus, que se encuentran bajo
distintas expresiones de intensidad de manejo (Casas et al., 2007). Estos
estudios nos han permitido analizar los factores que influyen sobre la
intensidad de selección humana y las consecuencias que tienen en la
diferenciación de poblaciones silvestres, bajo manejo silvícola y cultivadas.

En todos los casos mencionados analizamos los patrones y grados de


divergencia asociados a la intensidad de manejo en aspectos como la
morfología (Casas et al., 1999a, 2007; Blancas et al., 2009; Parra et al., 2010), la
biología reproductiva (Casas et al., 1999b; Cruz y Casas 2003; Otero-Arnaiz et
al., 2003; Ortiz et al., 2010) y la genética de poblaciones (Casas et al., 2006;
Otero-Arnaiz et al., 2005; Cruse-Sanders et al., 2013; Alvarado Sizzo et al.,
2018). Hemos encontrado importantes divergencias en los patrones de
reproducción y visitantes florales en contextos silvestres, aquellos bajo manejo
silvícola y poblaciones cultivadas. Y estos patrones son de gran importancia
para analizar cómo se mantienen las divergencias morfológicas y genéticas en
poblaciones silvestres y manejadas que se encuentran simpátricas. Estos
mecanismos son de particular relevancia pues el flujo génico entre poblaciones

43
silvestres y domesticadas tiende a contrarrestar los efectos de la selección en
poblaciones domesticadas.

Otro enfoque importante para nosotros es la filogeografía, una aproximación


que nos permite explorar, con base en el análisis espacial de linajes de genes,
procesos de origen y difusión de materiales manejados. Hemos abordado con
este enfoque el caso de la jícara Crescentia cujete (Aguirre-Dugua et al., 2012),
una especie muy importante en las culturas mesoamericanas. Para esta especie
encontramos importantes divergencias en los linajes silvestres y cultivados.
Posteriormente exploramos el posible origen amazónico de los linajes
cultivados (Ambrósio-Moreira et al., 2018). Pero no lo encontramos.
Apostamos ahora a encontrarlos en alguna región de Centroamérica.

Hemos hecho estudios con especies de cactáceas pitayeras de amplia


distribución, como Stenocereus pruinosus (Parra et al., 2015; Alvarado-Sizzo et
al., 2018). Este estudio permitió analizar la situación de un complejo de especies
cercanamente relacionadas y aclarar sus delimitaciones. Estos estudios nos
permitieron identificar una nueva especie Stenocereus huastecorum
(Alvarado-Sizzo et al., 2018). Y seguimos realizando estudios explorando la
relación de los representantes de este complejo dentro de Mesoamérica y entre
los materiales mesoamericanos y sudamericanos.

Actualmente llevamos a cabo estudios para aclarar el origen y difusión de la


guayaba. Es una especie de amplia distribución y se ha propuesto que su
domesticación se originó en Mesoamérica y algunos autores proponen que fue
en Sudamérica. Es realmente un sistema complejo. Estudiamos la hipótesis de
domesticación paralela, pero tan solo aclarar el estatus de la especie Psidium
guajava, está siendo un gran reto, debido a la enorme capacidad invasiva y de

44
hibridación con otras especies. La filogeografía, los marcadores nucleares y de
cloroplasto, así como la genómica son parte de las herramientas que estamos
empleando para aclararlo. Una aproximación similar estamos llevando a cabo
para aclarar la identidad taxonómica de las subespecies y variedades que
constituyen el complejo Agave americana, de la cual existen representantes
sudamericanos. Hipotetizamos que se trata de agaves introducidos a
Sudamérica desde México. Desconocemos aún los detalles. Pero todos estos
estudios de caso constituyen piezas que podrán contribuir a armar el
rompecabezas sobre los orígenes y difusión de la domesticación y las
experiencias de las prácticas agrícolas.

Perspectivas
Hemos comenzado a estudiar procesos de manejo y domesticación de
animales, vertebrados e invertebrados (Zarazúa, 2016), así como de
microorganismos. Ello nos permitirá ampliar la mirada más allá de las plantas.
También estamos incursionando en el estudio de la genómica de distintas
especies, tanto en Mesoamérica como en la región andina y amazónica, con el
fin de aclarar interacciones entre regiones a través de materiales domesticados
y cultura. Ello nos ayudará a continuar aclarando con mayor precisión acerca
del origen de las plantas que se domesticaron y actualmente se domestican en
Mesoamérica, así como sobre los procesos que se iniciaron hace cientos o miles
de años.

Estas preguntas siguen siendo un reto que motivan una investigación científica
apasionante para entender la historia de nuestros recursos genéticos. Pero
también, permiten documentar el estado de diversidad de los recursos

45
genéticos y los procesos que intervienen en su generación. Sabemos del gran
valor que tiene esta diversidad para manejar los nuevos riesgos asociados al
cambio global. Y, por lo tanto, la importancia de mantener y desarrollar este
patrimonio biocultural. Somos conscientes de que México es uno de los
escenarios con mayor historia de procesos de domesticación y, también, de
agrobiodiversidad a escala planetaria. Y mantener tal diversidad pasa por
combinar iniciativas de conservación in situ y ex situ, cada una de las cuales
tiene su propia complejidad. La conservación ex situ en bancos de
germoplasma y otro tipo de colecciones es muy importante, pero tiene una
capacidad limitada. La conservación in situ ofrece una perspectiva amplia,
pero para hacerla operativa se requiere conocer en detalle los procesos que
general tal diversidad. Más que conservar una u otra variedad, es importante
conservar los procesos que la generan. Existen procesos ecológicos y biológicos
que influyen en tal generación de diversidad, el mantenimiento de hábitats, de
especies que constituyen fuentes de diversidad genética, el aseguramiento de
los procesos de flujo génico, son todos aspectos relevantes. Pero también se
tiene la dimensión cultural del proceso, y en esta, el uso, las técnicas de manejo,
los criterios de selección, el valor cultural y económico de los recursos, son
todos factores que influyen en el mantenimiento del sistema. Conservar estos
procesos involucra políticas públicas ad hoc, así como incentivos e
innovaciones tecnológicas.

Pero los procesos son dinámicos y la agrobiodiversidad no solamente puede o


debe conservarse, sino también desarrollarse. Las premisas para su
conservación son similares a las que permitirán su desarrollo y por ello su
comprensión es altamente prioritaria en la investigación científica y su
vinculación con los tomadores de decisiones a diferentes escalas. Son las

46
culturas mesoamericanas responsables de generar una alta diversidad de
recursos genéticos, los han empleado para enfrentar retos a lo largo de la
historia y lo harán para enfrentar los que se avecinan.

Agradecimientos
Los estudios que sustentan esta revisión han sido apoyados por los proyectos
“Domesticación y manejo in situ de recursos genéticos en el Nuevo Mundo:
Mesoamérica, la región andina, amazónica y del nordeste de Brasil PAPIIT,
DGAPA, UNAM (Proyecto IN206217); el proyecto “Diversidad, flujo génico de
cultivos nativos andinos y seguridad alimentaria: contrarrestando procesos de
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Coordinado por el M. en C. Juan Torres Guevara y la Dra. Fabiola Parra
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AGROBIODIVERSIDAD

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64
AGROBIODIVERSIDAD VEGETAL EN LOS ANDES: PROPUESTA
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NATIVOS

Fabiola Parra Rondinel

DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA, FACULTAD DE CIENCIAS. UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA.

Los Andes Centrales en la parte sur del continente son ampliamente conocidos
como uno de los centros de origen y/o diversificación de cultivos entre ellos
de papa y maíz (Vavilov, 1951; Harlan 1975), donde se han podido registrar
restos arqueobotánicos (Pickersgill, 2016; Hawkes, 1990) que contribuyen a
ubicar en el tiempo los orígenes de ambos cultivos, y que indican para el caso
de la papa a la región que rodea al lago Titicaca (Spooner et al., 2005; 2014),
como un centro de origen de este cultivo, lo cual ha sido determinado con
evidencias moleculares. Sin embargo, las evidencias de tipo arqueológico,
morfológico, lingüístico, entre otros, continuarán surgiendo gracias a diversas
investigaciones y contribuyendo a la no acabada reconstrucción histórica del
origen de los cultivos, al menos en el caso de la papa cultivada, que se remonta
a hace aproximadamente unos 6500 años atrás (Spooner et al, 2005; Pickersgill,
2016; Hawkes, 1990). Lo que sí es muy evidente y tangible, y continúa
documentándose, es la gran riqueza de variantes de ambos cultivos que
podemos encontrar a lo largo y ancho del territorio nacional. En el caso de la
papa, esta está representada por entre 3000 y 4000 variedades (Spooner et al.,
2014; De Haan y Rodríguez, 2016) conocidas hasta el momento y caracterizadas
con descriptores morfológicos y de las cuales la mayoría se encuentra en el
Perú. Por otro lado, en el caso del maíz la información para el país indica

65
también que los Andes son sobretodo un centro importante de diversificación
de razas y variantes dentro de las razas, y para el Perú, según el estudio de
línea de base del maíz del MINAM (2018) son cerca de 50, luego de una
reclasificación de lo que registraron Grobman (1961) y Salhuana (2004), quienes
reportaban entre 52 y 55 razas distribuidas a nivel nacional, y que indica una
importante diversidad, cercana a lo que se encuentra en México, que es el
centro de origen y también más importante centro de diversificación a nivel
mundial, contando con 59 razas, según indica Sánchez (2011) en documento de
trabajo elaborado en el marco de sistematización sobre cultivos de la
CONABIO de México.

Sin embargo, para ambos cultivos queda aún mucho que documentar acerca
de la variabilidad manejada en chacra o campo de cultivo, donde el agricultor
y agricultora suelen manejar niveles importantes de diversidad. Si bien los
especialistas agrónomos y botánicos clasificamos esta diversidad siguiendo
criterios taxonómicos, principalmente usando descriptores morfológicos, las
formas de denominación local o campesina que reciben las variantes dentro de
un cultivo, forma en que se le ha llamado a la variabilidad dentro de cultivos,
son parte de sistemas de conocimientos locales que siguen otros criterios más
relacionados con experiencias, relación y percepción de su entorno (Boster,
1985; Pickersgill, 2007). Estas son muy diferentes a los nombres que son
generados por la ciencia occidental, y son formas de clasificar y nombrar sus
cultivos y variedades desde el conocimiento tradicional que son claves en la
toma de decisiones de los campesinos, campaña agrícola tras campaña (Brown
y Hodgkin, 2007; 2015).

Existen experiencias grandes a nivel nacional que han utilizado los criterios de
denominación campesina de la diversidad dentro de cultivos nativos para

66
elaborar inventarios, metodología que fue puesta en práctica en el país en el
Proyecto de Conservación In Situ de Cultivos Nativos y sus Parientes Silvestres
realizado entre el año 2000 y 2005 a nivel nacional (Torres Guevara et al., 2016),
y que se basa en un enfoque lingüístico antropológico, de manera que permite
contar con listados de nombres de variantes nativas de cultivos. Esta
metodología fue empleada para registrar variantes de cultivos nativos en
diferentes regiones del país, donde una de las instituciones participantes del
proyecto, la Coordinadora de Ciencia y Tecnología en los Andes (CCTA),
registró cerca de 1900 variantes de papa para cuatro regiones andinas, y la
misma metodología también fue empleada por Velásquez et al., (2011) en un
estudio regional sobre la diversidad dentro del cultivo de papa siguiendo la
denominación campesina y los factores ambientales, culturales,
socioeconómicos y tecnológicos involucrados en su conservación. Sin embargo,
se tiene conocimiento de la existencia de hasta 9000 variantes de papas nativas
reconocidas con nombres locales a nivel nacional (CCTA, 2006; Velásquez et
al., 2011), lo cual demuestra que falta mucho que documentar sobre la
diversidad dentro de los cultivos en las diferentes regiones del territorio
nacional y sobretodo entender cuáles son los mecanismos que llevan a los
agricultores a conservar niveles tan importantes de diversidad.

Lo mencionado hasta el momento hace referencia a las formas en que se puede


registrar la diversidad y en este caso, dentro de un cultivo o lo que se conoce
como la diversidad intra-especifica o diversidad genética, mediante un
parámetro en particular, que se denomina riqueza. Es decir, la riqueza es el
enumerar cada una de las diferentes unidades taxonómicas u organismos
diferentes que podemos hallar en una determinada región, lo cual se realiza,
por ejemplo, a nivel de especies diferentes en una comunidad biológica, o en

67
el caso del registro de número de variantes o variedades diferentes dentro de
una especie, sea silvestre o domesticada. El cálculo o estimación de la riqueza
es uno de los principales objetivos de los inventarios de la diversidad biológica
(Magurran, 2004) y se utiliza comúnmente en los programas de monitoreo para
la conservación, tanto de diversidad biológica silvestre como domesticada, lo
cual nos permite contar con listados de especies o variedades dentro de
especies.

Actualmente nos encontrarnos en un contexto actual de cambios globales,


incluyendo al cambio climático que afecta particularmente a las regiones
montañosas del mundo, que están generando procesos catastróficos de
pérdida de diversidad biológica en general (Barnofsky et al., 2011; Casas et al.,
2016), donde la erosión genética, es decir, pérdida de recursos genéticos a
diferentes escalas, es unas de las principales preocupaciones a nivel mundial
(MEA, 2005; IPBES, 2019). Y es particularmente preocupante la erosión
genética que está ocurriendo dentro de las diferentes especies de plantas
cultivadas que constituyen la agrobiodiversidad vegetal destinada a la
alimentación, como en el caso andino documentado desde los años 70s hasta
la última década, para tuberosas, granos andinos y maíz (Figueroa, 2006; Rojas
et al., 2009; Velásquez et al., 2011; Skarbo, 2015), y que se refleja en la
desaparición de variedades localmente adaptadas de diversos cultivos,
aquellas conocidas como tradicionales, lo que está reduciendo la capacidad de
adaptación y resiliencia de los agroecosistemas frente a los escenarios futuros
(Padulossi et al., 2013) que son fuente de recursos para la alimentación a nivel
local, regional y global, y fuente de recursos genéticos para las generaciones
actuales y futuras

68
A pesar de la preocupación, no se cuenta aún con suficiente información sobre
dicha erosión genética que permita conocer la severidad de las pérdidas,
debido a que aún no es muy difundido el uso de indicadores útiles para estimar
la magnitud de dichas pérdidas. Si bien el cálculo de la riqueza es un estimador
de la diversidad, no es lo suficientemente potente para indicarnos que sucede
con la variabilidad de organismos que se estudian, es decir, si algunos son
escasos y otros abundantes, cuales son más vulnerables a extinguirse o
desaparecer, y cuales no lo son, por lo que los indicadores que están basados
únicamente en el registro de variedades nos brindan solo una parte del
panorama, y por lo tanto, de la tendencia de la diversidad genética en paisajes
agrícolas (Bonneuil, 2012). La riqueza se refiere al número de diferentes clases
de individuos sin importar sus frecuencias, mientras que la equidad mide que
tan similares son las frecuencias de cada clase o variedad, de tal manera que
una baja equidad indica la dominancia de una o pocas variedades (Jarvis et al.
2008). Por ejemplo, el que aumente el número de variedades registradas en un
territorio determinado, puede ocultar una disminución de la diversidad
genética en los agroecosistemas, por la amplia siembra de un número reducido
de variedades (Bonneuil, 2012). Entre las recomendaciones del Convenio de
diversidad Biológica (2004) para estudiar la diversidad genética de cultivos, se
sugiere que se considere para el uso de estimadores, el número de entidades
diferentes (riqueza), la equidad (similares proporciones o frecuencias) entre
entidades y la magnitud de diferencias entre las entidades, queriendo decir
esto último que recomiendan evaluar la diversidad genética incluso dentro de
las entidades, comprendidas como variedades (a nivel molecular). Pero ya
desde antes de que la CDB indicara lo mencionado, existen diversas, aunque
aún pocas investigaciones que han generado propuestas de cómo estimar la

69
diversidad genética para cultivos, como son el caso del trigo (Meng 1997;
Brennan et al., 1999; Smale et al., 2003, Bonneuil et al., 2012), frejol (Martinez et
al., 2004), yuca y maíz (Collado, 2002).

Para efectos de generar propuestas de monitoreo de la diversidad genética en


chacra que sean más precisas en cuanto a la determinación del estado de
conservación de la agrobiodiversidad vegetal nativa principalmente, y
contribuir a identificar la vulnerabilidad a la extinción de las variantes por
cultivo y de la identificación de agricultores y comunidades de los distritos de
Kichki, en Huánuco, y en Haquira Cotabambas, en Apurímac, andes del centro
y sur respectivamente, que poseen diversos niveles de diversidad genética de
sus cultivos, el presente proyecto generó una propuesta metodológica para
poder no solo registrar el número de variantes campesinas dentro del cultivo
de papa y maíz, sino también la cantidad de cada una de ellas que conforma la
producción total por unidad familiar y también a nivel de comunidades.

Para esto, se realizó el registro de variantes con denominación campesina a


nivel familiar, se estableció un sistema de depuración de nombres para resolver
las sinonimias, trabajo realizado conjuntamente con los agricultores con los que
se llevó a cabo el estudio (Torres Guevara et al., 2016), y se realizó la medición
de la biomasa (peso en kg) de cada variante identificada por denominación
campesina, para el cálculo de proporciones que se requiere para dos índices
que estiman la diversidad que se basan en la riqueza, abundancia y equidad,
como son los índices de Simpson y Shannon (Magurran, 2004), estimadores de
diversidad biológica usados originalmente para el estudio de diversidad de
especies en comunidades biológicas, pero empleado ya desde hace algún
tiempo para el cálculo de la diversidad dentro de especies e incluso dentro de
especies (obtenida mediante análisis moleculares). La metodología propuesta

70
emplea el cálculo de biomasa a partir del pesado de los tubérculos de papa y
el pesado de las mazorcas de maíz de las distintas variantes identificadas por
los agricultores y agricultoras en una muestra del total de la cosecha para cada
cultivo, como se detalla en los estudios de caso que se presentan a
continuación, y los cuales a su vez muestran algunas variaciones
metodológicas dependiendo del contexto del cultivo sobre todo con respecto
al manejo campesino de las semillas.

Esta propuesta es una de las primeras a desarrollarse y puestas en práctica con


agricultores altoandinos peruanos para ambos cultivos, y consideramos que
debido a que se realiza en base a la identificación de variantes locales con
denominación campesina, puede ser una metodología fácilmente replicada en
otras zonas del país, y adoptada por los agricultores de manera que ellos
pudieran ser los principales encargados de hacer el registro campaña agrícola
tras campaña y contribuir con la información generada a sistemas de
monitoreo locales, regionales e incluso nacionales que pudieran generarse de
la mano con las autoridades políticas a cargo de estos temas para hacer un
correcto y preciso seguimiento del estado de conservación de la
agrobiodiversidad vegetal nativa en nuestro país.

Asimismo, en esta parte se muestran estudios que contribuyen con aportes


sobre los factores subyacentes de tipo ambientales, culturales, socioeconómicos
y tecnológicos que contribuyen con que podamos observar la diversidad de
variantes de papa y maíz que encontramos a nivel familiar y comunal en las
dos zonas de estudio, basándonos en los mecanismos que contribuyen con la
conservación de la agrobiodiversidad identificados por la CCTA (2009), y el
trabajo de Velásquez et al., (2011), estudios que ayudarán a entender por qué
existen ciertos perfiles de agricultores, aquellos que son reconocidos como

71
“conservacionistas” de diversidad genética, o los que están en proceso de serlo,
así como conocer aspectos del uso y manejo de los cultivos estudiados que no
son muy conocidos y que reflejan la vigencia de sistemas tradicionales de
manejo de cultivos andinos para las regiones de estudio, que evidencian un
conjunto de conocimientos y prácticas locales de uso y manejo de la papa y el
maíz adaptados a los contextos andinos donde se desarrollan, y que pueden
contribuir a generar estrategias de manejo integrales de recursos genéticos que
tanta falta harán para enfrentar los escenarios futuros de cambio climático y
más aún de cambios globales que se avecinan también para la región andina.

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77
78
2.1. PAPAS NATIVAS

79
80
¡Papales, cebadales, alfalfares, cosa
buena!
¡Cultivos que integra una asombrosa
jerarquía de útiles
y que integran con viento los
mujidos,
las aguas con su sorda antigüedad!

Cesar Vallejo: Telúrica y Magnética


(Fragmento)

81
82
INVESTIGACIONES EN PAPA

Ramiro Ortega Dueñas

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO, PERÚ

Las investigaciones en papa en el Perú se inician en la década de los 20 con los


trabajos pioneros del botánico Dr. Fortunato L. Herrera de la entonces Facultad
de Ciencias de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Los
resultados están contenidos en sus conocidas obras clásicas “Contribución a la
Flora del Departamento del Cusco” (1921), y “Estudios sobre la Flora del
Departamento del Cusco” (1933). Los trabajos de Herrera, fueron continuados
con mayor profundidad y detalle por el botánico Dr. César Vargas Calderón
(1936-1960), principalmente en lo referente al estudio de las papas silvestres y
cultivadas del departamento de Cusco. El material taxonomizado y clasificado
fue donado al Herbario Vargas, por cierto, uno de los más importantes en
cuanto a los Solanum tuberíferos (Sección Petota) del Perú. Por los años 1967 a
1968, el Profesor Carlos Ochoa Nieves, siendo docente de la Escuela de
Graduados de la Universidad Nacional Agraria La Molina, y director del
Instituto de Investigación de Papa de la referida Universidad, contacta con el
Ing. Oscar Blanco Galdos, quien fuera Profesor Principal de la Facultad de
Agronomía de la UNSAAC, con el objeto de desarrollar algunos trabajos
colaborativos en materia de: a) Conservación de los Recursos Genéticos y b)
Mejoramiento Genético de papa. La relación científica y de amistad entre
Ochoa y Blanco hizo posible llevar a cabo trabajos de selección de linajes
avanzados de papa creados por Ochoa en años anteriores. En la década del 70,
siempre en cooperación con el Instituto de Investigaciones en Papa de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, se llevaron a cabo trabajos de
adaptación y multiplicación de los híbridos de Ochoa: Yungay y Tomasa Ttito

83
Condemayta. En forma paralela, se hicieron selecciones de otros híbridos, de
las cuales resultaron algunas variedades mejoradas como: Cusco y Micaela
Bastidas. Los trabajos de C. Ochoa derivaron en la serie de libros “Las Papas
de Sudamérica”. Entre 1964 y 1984 el Ing. Oscar Blanco Galdos llevó a cabo
trabajos de mejoramiento genético en papa con diversos resultados. Los
genotipos de 1965 no entraron al mercado de semillas, pero un linaje de 1972
fue lanzado como la variedad CICA en 1981, con buen éxito dada su rusticidad
bajo las condiciones climáticas de Cusco y Apurímac. El autor de esta
presentación, en el periodo de 1974 al 2004 desarrolló un extenso trabajo en los
siguientes aspectos: Germoplasma, Investigación Básica, Investigación
Agronómica, Mejoramiento Genético, Producción de Semilla, Utilización,
Proyección Social. También lideró y ejecutó el Proyecto: “Fortalecimiento de la
conservación in-situ de los tubérculos andinos y seguridad alimentaria en los
ecosistemas frágiles de los Andes altos del Perú”. Actualmente continúan la
investigación en papa profesionales como el Ing. Alberto Salas, y el Mg. Sc.
Rolando Egúsquiza, siendo el principal desafío de la investigación el
institucional.

Palabras Clave: Papa, mejoramiento genético, conservación de recursos


genéticos.

84
REINTRODUCCIÓN DE PAPAS NATIVAS EN LA COMUNIDAD
DE LLULLUCHA Y LAURAMARCA – OCONGATE – CUSCO

Luis Lizárraga1, Analí Lizárraga1, Daniel Huamán1

1CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIÓN EN BIODIVERSIDAD ANDINA-UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN


ANTONIO ABAD DEL CUSCO (CRIBA-UNSAAC). CUSCO-PERÚ

INTRODUCCIÓN

La región andina, incluyendo varias regiones agrícolas en el departamento de


Cusco, sufre de incidencias regulares de bajas temperaturas y heladas, que
pueden ocurrir en cualquier momento y dañar los campos de cultivo de papa
con pérdidas parciales o totales. De hecho, el año 2008 gran parte de la sierra
sur y central del país fue declarada en estado de emergencia por las graves
pérdidas agrícolas causadas por heladas. Es, por lo tanto, muy importante
buscar alternativas que permitan solucionar este problema reintroduciendo el
germoplasma de papas nativas en las comunidades afectadas.

La papa, una fuente de orgullo nacional, nació en el Perú. Culturas del


paleolítico tardío y del arcaico temprano, entre siete u ocho milenios atrás,
labraron su primera domesticación en los andes centrales de Sudamérica,
comenzando a seleccionar formas comestibles de especies silvestres de papa y,
eventualmente, cruzándose entre sí. Alrededor de tres mil ochocientos años
antes de la presente centuria, ocurrió la formación de comunidades agrícolas
(como Qaluyo y Chiripa en el Perú y Bolivia, respectivamente) en torno a la
papa y otros importantes sembríos (Watanabe et al., 2008).

La papa nativa tiene un valor económico importante ya que a nivel local,


regional y nacional provee alimentación e ingresos económicos en muchas
familias de las comunidades altoandinas de la región Cusco; al mismo tiempo,

85
se consume en diversas formas (chuño, moraya, sancochado, sopa, frituras
entre otras). Sin embargo, cada año es afectada por factores bióticos (plagas y
enfermedades) y factores abióticos como el estrés por heladas, sequías y
salinidad que causan pérdidas importantes en rendimiento y productividad.
Esta situación es crítica si se considera que la producción de alimentos requiere
duplicarse para los años futuros.

La pérdida de la variabilidad de papas nativas en las comunidades del distrito


de Ocongate, específicamente en las comunidades de Llullucha y Lauramarca,
se dio debido a las siguientes causas: Las inclemencias climáticas como
heladas, granizadas y sequías, la introducción de papas mejoradas que
arrinconan a las papas nativas hacia las periferias, el incremento de plagas y
enfermedades que disminuyen los rendimientos hasta en un 50% de la
producción, el cambio de uso de terrenos agrícolas hacia la actividad pecuaria
(crianza de cuyes y vacunos), la micro parcelación de las áreas del cultivo,
escaza asistencia técnica y económica de las instituciones estatales y privadas,
la migración de los comuneros hacia las zonas mineras de Puerto Maldonado,
migración a las ciudades de Urcos, Cusco y otras quedando únicamente en las
comunidades los niños, mujeres y ancianos, así como la construcción de la
carretera transoceánica, que hizo cambiar sus hábitos alimenticios. Estos
problemas ocasionan erosión genética y pérdida de la diversidad de estos
tubérculos andinos en la zona de estudio (Lizárraga & Huamán, 2015).

Es importante mantener y conservar esta diversidad de papas nativas, ya que


nos permite realizar trabajos de investigación y mejoramiento en un futuro,
puesto que existe intercambio de conocimiento científico y tradicional entre los
investigadores y agricultores en el manejo de cultivo de papas nativas,

86
involucrando a las familias campesinas y a los investigadores referentes a
aspectos que involucran la conservación y manejo.

Al reintroducir la diversidad de papas nativas a nivel de la comunidad y


distribuirla a nivel familiar, se logra conservar la gran variabilidad de estos
tubérculos con fines de garantizar la seguridad alimentaria de los pobladores
rurales y urbanos del distrito de Ocongate. Además, la conservación y
mantenimiento de dichos tubérculos se realiza de acuerdo al interés del
agricultor (consumo, religiosidad, procesamiento de chuño y moraya, y
comercialización). De otro lado, se logró replicar la introducción,
mantenimiento y conservación del germoplasma de papas nativas en otras
comunidades aledañas e inclusive en otras provincias de la zona andina
mediante el flujo de semillas y ferias agropecuarias locales y regionales.

OBJETO DE ESTUDIO

El propósito principal de la reintroducción de papas nativas en las


comunidades de Llullucha y Lauramarca del distrito de Ocongate, es dar
alternativas de usos a estos tubérculos andinos. Nuestros antepasados legaron
dichos productos garantizando la seguridad alimentaria de las generaciones
presentes y futuras. Además de la seguridad alimentaria, la diversidad de
tubérculos tiene una serie de funcionalidades en la vida social andina. Los
tubérculos son utilizados en rituales, tales como las pruebas de
emparejamiento de jóvenes, en donde el pelado de papa de la variedad
“jhachun waqachi” es realizado por las futuras yernas con el fin de demostrar
sus virtudes culinarias, también se utilizan en el proceso de transformación de
moraya y chuño específicamente de variedades amargas con el fin de ser

87
usadas en época donde no hay tubérculos frescos. Por otro lado, ha cobrado
gran vivacidad cultural la participación en diferentes ferias locales, distritales
y provinciales, presentándose a concursos de “agricultores conservacionistas”
siendo premiados con algún incentivo.

Los objetivos específicos de la presente investigación fueron: reintroducir y


caracterizar morfológica y agronómicamente el germoplasma de papas nativas
en las comunidades de Llullucha y Lauramarca del distrito de Ocongate;
caracterizar participativamente en conjunto con los agricultores, utilizando
descriptores morfológicos generados por en su idioma mater, el quechua;
conservar y mantener dicha reintroducción de papas nativas en las
comunidades en estudio; contribuir a mejorar la seguridad alimentaria de las
poblaciones altoandinas con la conservación y mantenimiento de papas
nativas; y. por último, intercambiar conocimientos científicos y tradicionales
entre los investigadores y agricultores en el manejo de cultivo de papas nativas.

METODOLOGÍA

La Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, a través de sus


investigadores y estudiantes; teniendo como uno de sus objetivos la proyección
social hacia las comunidades campesinas de Ocongate, seleccionó en un primer
momento tres comunidades campesinas entre las más pobres; con menor
diversidad agrícola. Se empezó un proceso de diálogo para contar con la
autorización de los miembros de la comunidad en una asamblea comunal para
empezar a trabajar en forma conjunta reintroduciendo tubérculos andinos
(papa, oca y mashua). Ver la Figura 1.

88
Figura 1. Investigadores del proyecto ARES-UNSAAC coordinando con el
presidente de la comunidad de Llullucha (mayo del 2014)

Tanto los investigadores como la comunidad acordaron realizar trabajos


participativos. Los investigadores contribuyeron con la reintroducción de la
variabilidad de papas nativas, el manejo fitosanitario, la conducción de las
parcelas de cultivo, cosecha, post cosecha y capacitaciones en temas
relacionados a factores bióticos y abióticos que causan pérdidas económicas al
cultivo. La comunidad se comprometió en facilitar los campos de cultivo para
la instalación del germoplasma de papas nativas, la conducción en las labores
agrícolas (preparación del terreno, siembra, aporques, deshierbos, cosecha y
otros).

La metodología utilizada fue la reintroducción de papas nativas en la


comunidad de Llullucha con aceptación de los integrantes de la comunidad
quienes asumieron las labores de preparación de terreno, utilización de abonos
orgánicos (estiércol de animales), siembra de los tubérculos en el sistema chuki
seguido del aporque, cosecha y post cosecha, sin alterar la metodología
utilizada por los comuneros. Ver la Figura 2.

89
Figura 2. Participación de los miembros de la comunidad de llullucha en (a)
la siembra de papas nativas en el sistema chuki (octubre del 2015) y (b) en el
aporque de papas nativas

Se introdujeron 1500 entradas de papas nativas (Ver la Figura 3) en dos


comunidades campesinas Llullucha y Lauramarca en el distrito de Ocongate
provincia de Quispicanchis – Cusco, con la participación de comuneros,
agricultores independientes, estudiantes e investigadores en forma conjunta
las cuales fueron sembrados en terrenos preparados por los miembros de las
comunidades en estudio, para luego ser evaluados y caracterizados
morfológica (hojas, tallos, flores y tubérculos) y agronómicamente
(rendimiento) con los descriptores estandarizados proporcionados por el
Centro Internacional de la Papa (CIP). Ver la Figura 4.

Así también participaron en las tres campañas agrícolas los tesistas de


pregrado asesorados por docentes investigadores de la Facultad de Ciencias
Agrarias, donde se intercambió conocimientos ancestrales y científicos (Ver las
Figuras 5 y 6). En cuanto a los agricultores conservacionistas de papas nativas,

90
estos adoptaron los tubérculos reintroducidos, y los replicaron y multiplicaron
en otras parcelas aledañas a las comunidades en estudio.

Figura 3. Variabilidad de papas nativas reintroducidas en las comunidades de


Llullucha y Lauramarca-Ocongate

Figura 4. (a) Cosecha de papas nativas con la participación de los miembros


de la comunidad de Llullucha (abril del 2016). (b) Identificación de
morfotipos de papas nativas

91
Figura 5. Intercambio cultural y tradiciones en las comunidades

Figura 6. Participación de estudiantes en las ctividades culturales para el


cultivo de papa nativa: siembra, primer aporque y cosecha

RESULTADOS

Se logró la reintroducción crianza y conservación de 1500 entradas de papas


nativas, en las comunidades campesinas de Llullucha y Lauramarca del
distrito de Ocongate. Los comuneros adoptaron positivamente la introducción
de papas nativas, distribuyéndolas entre las familias, quienes las utilizan para
su consumo, fresco (tubérculo) y procesado (chuño y moraya). Al mismo

92
Morfotipo Oscuro

Morfotipo blanco

Morfotipo rojo

Figura 7. Caracterización morfológica de tres morfotipos de papas nativas


introducidas en las comunidades campesinas

93
tiempo realizan la conservación y mantenimiento de la variabilidad de papas
nativas.

Los investigadores y tesistas realizaron la caracterización morfológica (color


forma de hojas, tallos, flores, frutos y tubérculos) y agronómica (rendimiento,
periodo vegetativo, altura de planta y numero de tubérculos) de 1500 entradas
de papas nativas. Ver la Figura 7.

Se generaron 11 descriptores morfológicos en su idioma materno (quechua)


con lo cual los miembros de la comunidad caracterizaron el cultivo de papa.
Ver la Tabla 1.

Tabla 1. Descriptores morfológicos utilizados por los agricultores en


Ocongate

Quechua Español
Sayayninmanta Habito de crecimiento de la planta
Rap'inpa kulurrninmanta Color de la hoja
Ticanpa asjka cayninmanta Grado de floración
Tamboroqotoqkulurninmanta Color de la baya
Tullumpa kulurninmanta Color del tallo
Tullumpa asjkakayninmanta Por la cantidad de tallos
T'icampa kulurninmanta Color de la flor
Papaq sonqo kulurninmanta Color pulpa tubérculo
Qarampa kulurninmanta Color de piel tubérculo
Poqoyninmanta Por el grado de madurez
Asjka ruruyninmanta Cantidad o rendimiento

Consideramos de utilidad contar con un vocabulario que el agricultor y el


ingeniero agrícola compartan. Por eso identificamos los nombres en quechua
del lugar de órganos de la planta usados por agricultores. Ver la Tabla 2.

94
Tabla 2. Nombres en quechua de los principales órganos de las plantas

Quechua Español

Saphy Raíz

Ch’aucho Brote

Papa Tubérculo

Tullu Tallo

Rap’hy Hoja

T’ika Flor

Ruro Fruto

Tabla 3. Variedades nativas de papas introducidas con resistencia a heladas


Variedades nativas resistente a la heladas introducidas en
dos comunidades de Ocongate
ID Código colecta Nombre Característica
1 UNAQP-1665 Oqo Mallku Resistente
2 UNAQP-2058 Phoqaya Suyt'u Resistente
3 UNAQP-1241 Papa Alianza Resistente
4 UNAQP-3456 Yuraq waña Resistente
5 UNAQP-3012 Yuraq waltha Resistente
6 UNAQP-623 Puka Pole Resistente
7 UNAQP-2492 Puka P'itiquiña Resistente
8 UNAQP-2870 Puka muro ymilla Resistente
9 UNAQP-2379 Posi Bole Resistente
10 UNAQP-2350 Yuraq Paqocha senqa Resistente
11 UNAQP-395 Yuraq kuchillo Ppaqui Resistente
12 UNAQP-3403 Panty q'anchillo Resistente
13 UNAQP-878 Qello J'allwa Resistente
14 UNAQP-1869 Puka Alqa Simuku Resistente
15 UNAQP-246 Yuraq waqoto Rresistente
16 UNAQP-2877 Puka malan Resistente
17 UNAQP-2132 Qompis Resistente

95
De las 1500 entradas de papas nativas introducidas en las comunidades
campesinas de Llullucha y Lauramarca se seleccionaron 17 entradas con
características de resistencia y tolerancias a heladas, aporte de los
investigadores hacia los agricultores conservacionistas de estos tubérculos
para mitigar los efectos del cambio climático. Ver la Tabla 3.

Los investigadores y miembros de la comunidad de Llullucha y Lauramarca -


Ocongate al intercambiar conocimientos ancestrales (pago a la pacha mama,
siembra sistema chuki, tipos de siembra maway y hatun tarpuy entre otros), se
nutren de información y de los saberes campesinos en el manejo de las papas
nativas.

Se cuenta con el registro fotográfico de la caracterización morfológica y


agronómica de las 1500 entradas de papas nativas, reintroducidas en ambas
comunidades.

CONCLUSIONES

1. Se logró reintroducir 1500 entradas de papas nativas, los cuales fueron


adoptadas positivamente por los miembros de las comunidades campesinas
de Llullucha y Lauramarca del distrito de Ocongate, las que fueron
distribuidas entre las familias de los comuneros, para ser utilizadas en el
consumo, procesamiento, exposición en ferias agropecuarias, religiosidad y
comercialización.
2. Se mantienen y conservan las 1500 entradas de papas nativas en condiciones
de campo y sin alterar la tecnología ancestral de las comunidades en estudio.
3. Los agricultores generaron 11 descriptores morfológicos en quechua y
caracterizaron 60 entradas de papas nativas. Además, identifican todos los

96
órganos de la planta de papa en su idioma mater (quechua) en las dos
comunidades campesinas en estudio.
4. En las familias de las comunidades de Llullucha y Lauramarca se logró
garantizar la calidad alimentaria que ofrece la variabilidad de papas nativas
(forma, tamaño, rendimiento, usos y calidad culinaria), porque aporta como
fuente protéica, carotenos, antocianinos y otros de importancia para la
nutrición de las familias altoandinas. De otro lado, se garantiza la presencia
de papa mediante la transformación de chuño y moraya, en épocas donde
escasean los tubérculos frescos.
5. Los investigadores y miembros de las comunidades campesinas de
Llullucha y Lauramarca, Ocongate, al intercambiar conocimientos
ancestrales y científicos validados por la experiencia y ciencia se nutren de
información y de los saberes campesinos en la crianza y conservación de las
papas nativas introducidas en dichas comunidades.
6. Los investigadores y agricultores lograron un aprendizaje mutuo en las
labores agrícolas de manejo de papas nativas. Al mismo tiempo, los
investigadores y tesistas se identificaron con las costumbres y tradiciones
ancestrales de las comunidades en estudio.

REFLEXIONES

Con la introducción, crianza y conservación del germoplasma de papas nativas


en ambas comunidades se ayuda a garantizar la seguridad alimentaria de las
generaciones presentes y futuras.

El intercambio de aprendizaje científico y tradicional nutre los conocimientos


tanto a los investigadores, tesistas y agricultores, quienes en forma
participativa condujeron la reintroducción, crianza y conservación del

97
germoplasma de papas nativas en las dos comunidades involucradas. Por
ejemplo, la siembra en el sistema chuki es escasamente conocida por los
investigadores y tesistas.

De otro lado, la siembra bajo el sistema chaq´ru (mezcla de tubérculos) que


utilizan los agricultores garantiza la producción y la respuesta a las
condiciones adversas y favorables del lugar de siembra. Este fue entendido,
valorado e impartido en las aulas universitarias por los investigadores y
tesistas.

Los investigadores y estudiantes tesistas se identificaron, valoraron y


transmitieron las costumbres, tradiciones, rituales relacionados a la
producción de este tubérculo andino legado por nuestros antepasados. Tal es
el caso el pago a la Pachamama que consiste en pedir permiso a la madre tierra
para lograr una buena cosecha. El consumo de tubérculos cosechados se realiza
de dos formas. La huatia, que consiste en preparar un horno a base de terrones
de tierra que son calentados con leña y bosta (estiércol seco de animales), luego
se colocan los tubérculos para su posterior cocción, por un tiempo
determinado. El qhapu, que consiste en colocar la bosta en la base
encendiéndola y sobre ella terrones de tierra, los mismos que son calentados a
cierta temperatura que permita la cocción de las papas; una vez calentadas se
colocan los tubérculos y sobre ellos los terrones calentados y cubiertos con
tierra por un lapso de tiempo para su cocción. Lo aprendido es consumir
tubérculos recién cosechados cocidos con el calor que le dio los terrones de
tierra, el mismo que es aprovechado como descanso y un medio de
socialización entre las familias de los miembros de la comunidad,
investigadores y tesistas.

98
IMPACTOS EN LA UNSAAC

Los investigadores y estudiantes que participaron en la investigación a través


de tesis obtuvieron beneficios de aprendizaje, al mismo tiempo vertieron sus
conocimientos hacia los agricultores conservacionistas de papas nativas
desarrollando uno de los objetivos de extensión y proyección de la universidad
hacia las comunidades campesinas.

Los investigadores de la UNSAAC consiguieron tener un impacto positivo en


la ampliación de la frontera agrícola. La introducción, crianza y conservación
de estos tubérculos andinos reivindicaron su vigencia en la región, y
revaloraron la importancia en la biodiversidad andina de los criadores de
papas nativas en el ámbito del distrito de Ocongate, así como aperturaron la
posibilidad de futuras investigaciones.

DIFICULTADES

Las inclemencias climáticas propias de comunidades alto andinas ocasionan


pérdidas importantes en el rendimiento y productividad de la variabilidad de
papas nativas. Por el poco conocimiento y las condiciones del lugar del trabajo
afectan las plagas y enfermedades causando pérdidas considerables ya que
reducen la calidad y los rendimientos de estos tubérculos hasta en un 50%.

En cuanto a los accesos a los campos de cultivo, estos son inaccesibles


dificultando el traslado de la cosecha de estos tubérculos hacia el mercado por
lo que el agricultor no cultiva en extensiones mayores.

99
Por otro lado, la escasa capacitación que reciben los agricultores en cuanto al
manejo sostenible del cultivo de papas nativas dificulta la siembra en áreas más
extensas.

La existencia de minifundios conlleva a cultivar estos tubérculos andinos en


pequeñas áreas (un topo= tercera parte de una hectárea) lo cual genera escasos
ingresos económicos.

Otro inconveniente es el poco conocimiento de los pobladores urbanos


respecto a la calidad de la papa nativa, por lo que la demanda de esta
disminuye; las familias productoras limitan su producción para su
autoconsumo.

La migración de la población alto andina en su mayoría varones genera que las


mujeres asuman la conducción de los campos de cultivo, repercutiendo en la
producción.

BIBLIOGRAFÍA

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Perú.

Casas, A.; Torres, J.; Parra, F. (eds.). 2016. Domesticación en el continente


americano. Volumen 1: Manejo de biodiversidad y evolución dirigida por
las Cultural del Nuevo mundo. Morelia, México, Universidad Nacional
Autónoma de México, Universidad Nacional Agraria La Molina.

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100
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Universidad Agraria La Molina. Lima, Perú.

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Lizárraga, L. & Huamán, D. (2015) Experiencias en el cultivo de papas nativas


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Peru.

Spooner, D. M., Ghislain, M., Simon, R., Jansky, S. H., & Gavrilenko, T. (2014).
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Watanabe, L. K.; Baigorria, M.; Olcese, O. (2008). Contribuciones al estudio de


la papa en el Perú. Lima: San Marcos

101
102
2.1.1. DIVERSIDAD INTRA-ESPECÍFICA

103
104
DIVERSIDAD DE PAPAS (Solanum spp.) CONSERVADAS in situ:
RESULTADOS PRELIMINARES
DISTRITO DE HAQUIRA, PROVINCIA DE COTABAMBAS, REGIÓN APURÍMAC

Nilda Condori-Chumbisuca1, Mario Taipe-Cancho2, Fabiola Parra-Rondinel3, Juan


Torres-Guevara3

1UNIVERSIDAD NACIONAL MICAELA BASTIDAS DE APURÍMAC, 2UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAÑETE, 3CENTRO


DE INVESTIGACIÓN EN ZONAS ÁRIDAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA

INTRODUCCIÓN
La región altoandina ha sido considerada como una región marginal, de fuertes
contrastes climáticos y en la que las posibilidades de desarrollo están limitadas.
Se le ha denominado como sierra por su topografía escarpada consecuencia de
la gran cadena de montañas que la conforma: los Andes (Cabrera & Willink,
1973).

La Sierra Sur del Perú es un centro de diversificación importante del cultivo de


papa. En este entender, la biodiversidad como fruto de la crianza cariñosa
puede ser erosionada por la intervención de ciertos factores, que ponen en
peligro la diversidad fitogenética y con ella la comprensión cultural que posee
una sociedad de criadores como es la andina (Rengifo Grimaldo, 2003). Uno de
estos factores en Haquira, de acuerdo al Plan de Desarrollo Concertado del
Distrito de Coyllurqui al 2021, es la pérdida de cobertura vegetal de los suelos
de pastoreo, es decir, la reducción de su capacidad de soporte y resiliencia
(Municipal Distrital de Coyllurqui, 2012). Otros factores, aún más importantes,
son la migración y la minería (CCTA et al., 2015).

Sin embargo, muchos sistemas agrícolas tradicionales, que aún persisten en


varios países en desarrollo, ofrecen una amplia gama de opciones y diseños de

105
manejo que incrementan la biodiversidad funcional en los campos de cultivo,
y, por consiguiente, refuerzan la resiliencia de los agroecosistemas (Koohafkan
y Altieri, 2010; Toledo y Barrera Bassols, 2008).

Es por ello que desde finales de los 80 e inicios de los 90, se inició el desarrollo
de la línea de la conservación in situ en Perú, constituyéndose actualmente en
una línea de pensamiento, una concepción y hasta un paradigma en la relación
del hombre con la naturaleza (Velásquez et al., 2001). En esta línea, Valdivia
(2014) investigó el conocimiento local sobre aspectos etnobotánicos de la
diversidad de las papas nativas en las Comunidades Pauchi, Queuñapampa y
Huancacalla Chico (distrito de Haquira), determinando indicadores de
importancia para la conservación de la diversidad de este cultivo, y generando
una primera lista de nominancias y variedades locales. Estudios con esta
orientación también se han realizado con las tuberosas nativas de Huánuco y
Cajamarca (Velásquez, 2009), con la agrobiodiversidad en general y su relación
con la nutrición en Huancavelica (Scurrah et al., 2015), y con granos andinos
en comunidades bolivianas del área circundante al Lago Titicaca (Rojas et al.,
2012), entre otros.

Para poder conservar esta agrobiodiversidad es necesario definir una unidad


de conservación para lo cual es necesario cuantificar la diversidad (Chávez,
2006). Sin embargo, estudios previos sobre dicha diversidad se han enfocado
en el registro de la riqueza varietal, dejando de lado el análisis de la equidad
en la distribución de las variedades en el territorio. Este componente podría
dar una idea de la existencia de variedades predominantes y/o en riesgo de
perderse, por lo que es importante calcularlo.

106
Por ello, la presente investigación tuvo como objetivo general determinar el
estado de conservación de la diversidad intraespecífica de papas (Solanum
spp.) mantenidas por la agricultura familiar en dos centros poblados, para lo
cual se planteó como objetivo específico documentar el nivel de diversidad
intraespecífica de papas cultivadas (Solanum spp.) que manejan por unidad
familiar y por centro poblado.

ÁREA DE ESTUDIO

Este trabajo se realizó en los centros poblados de Santiago de Queuñapampa y


Pauchi Marcallac, ubicados en el distrito de Haquira, provincia de
Cotabambas, región Apurímac. El distrito se encuentra aproximadamente en
las coordenadas 14º 30` latitud sur y 72º 00` longitud oeste, a una altitud que
oscila entre los 2700 m.s.n.m. y 5000 m.s.n.m. Las comunidades en estudio
forman parte de la región Suni y Quechua de acuerdo a las ocho regiones
naturales en el territorio peruano propuestas por Pulgar Vidal (2014). Estas
comunidades, junto a Huancacalla Chico han sido reconocidas y seleccionadas
por la iniciativa de Chirapaq Ñan del Centro Internacional de la Papa (CIP)
como microcentro de alta diversidad de papa (Valdivia, 2014).

METODOLOGÍA

Se trabajó con 20 familias en total, durante la campaña 2017-2018. Se


seleccionaron las papas de acuerdo a la nominación que les daba cada familia.
Cuando tuvieron en almacén las semillas para la próxima campaña, se tomó el
25% del total (Figura 1 a) y se les pidió a sus dueños que las separaran por

107
variedad (Figura 1b). Cada variedad fue pesada, registrándose el nombre y
peso de cada una. Se tuvo cuidado especial con la denominación quechua.

A B

Figura 1. (A) Selección de papa (Solanum spp.) para semillas y separación de


la cuarta para que se midiera de un chaqru de semillas de papa (Solanum
spp.). (B) Selección de las variedades de papa (Solanum spp.) de acuerdo a
sus nominancias locales.

Se tomaron fotos de la pulpa (corte transversal de 5 mm) y piel de tres


tubérculos de cada variedad, de manera que se armó una colección de fotos de
las nominancias campesinas locales. Además, se midió la altitud y área de cada
parcela de papa poseída por las familias colaboradoras.

De igual forma, se realizaron entrevistas preguntando la cantidad de


tubérculos de papa destinados a su consumo familiar, a la elaboración de
chuño, y a cualquier otro procesamiento. También se preguntó acerca de otros
factores que determinan la conservación in situ de la papa.

108
En un taller con representantes de todas las familias con las que se trabajó se
determinaron las sinonimias y homonimias de los nombres tradicionales de las
papas a partir de la colección de fotos y luego se ordenaron escribiéndolos; en
caso de tener nombres en quechua, de acuerdo al diccionario de la Academia
Mayor de la Lengua Quechua (Gore Cusco, 2005).

Se calculó la riqueza varietal, es decir, el recuento del número de variedades


locales (Smith, 2006), para contar con la relación de nombres y número de
variedades a nivel familiar y comunal. Se obtuvo la diversidad varietal
mediante el índice de Simpson, el cual mide la probabilidad de que dos
individuos seleccionados al azar de una muestra pertenezcan a la misma
variedad, en el caso de diversidad intraespecífica, utilizando el peso de cada
variedad como indicador de abundancia. Se calculó mediante la siguiente
fórmula:

𝑛𝑖
𝐷 = 1 − ∑( )2
𝑁

Donde:

ni: Número de individuos (peso) de la variante i

Ʃ: Suma de todos los individuos (peso) de las variantes

N: Número total de individuos (peso total) de todas las variantes

El valor de D oscila entre 0 y 1. En presencia de diversidad, donde hay un


número similar de individuos o, en este estudio, pesos similares por variantes
o relativamente parecidos de todas las variantes (equitatividad), el valor de D
es o tiende a 1. Cuando la equitatividad de la especie se reduce, el valor se
aproxima a 0 (Smith, 2006).

109
RESULTADOS Y DISCUSIONES: PRIMERAS APROXIMACIONES

Riqueza y diversidad de papa

En cuanto a la riqueza, se registraron 165 nombres o denominaciones de papas


(124 en Pauchi y 107 en Queuñapampa) entre variedades mejoradas y
variedades locales. Las familias del centro poblado de Pauchi Marcallac tienen
un mínimo de 14 y un máximo de 56 variedades de papas. En Santiago de
Queuñapampa las familias tienen entre 19 y 57 variedades. Si bien estas cifras
son mayores a las reportadas por Valdivia (2014) en la misma zona de estudio
(67 variedades en Pauchi y 59 en Queuñapampa), parecen ser bajas a
comparación de la riqueza reportada en otras regiones del Perú. Por ejemplo,
Velásquez (2009) reportó 365 y 543 variantes de papa en dos microcuencas de
Cajamarca y Huánuco respectivamente, y el Proyecto Modelos de Gestión de la
Agrobiodiversidad que promueven la Soberanía Alimentaria – ABISA documentó 699
ecotipos (también basados en las nominancias locales) en la Zona de
Agrobiodiversidad de Kichki, Huánuco (IDMA, 2016),

Aun así, se puede considerar que la riqueza de variedades locales reportada en


este estudio es alta, y esta se debe a que la provincia de Haquira (Cotabambas-
Apurímac) presenta una variedad de pisos ecológicos que le permiten
mantener en su territorio una inmensa diversidad biológica, cultivándose
diferentes especies de papa (S.tuberosum, S. curtilobum, S. juzepczukii) de
acuerdo a información brindada por la Iniciativa Chiparaq Ñan a Valdivia
(2014).

Respecto a la diversidad, cuantificada a través del Índice de Simpson, como se


muestra en la Tabla 1, esta tiene un valor muy alto (0.94) en Pauchi Marcallac

110
Tabla 1. Riqueza y diversidad de papa en dos centros poblados
MUESTRA SIMPSON(1-D) RIQUEZA EDAD
PAUCHI MARCALLAC 0.94 124
ZORAIDA E. H. 0.82 23 45
CEFERINO B. B. 0.96 56 59
RENE A. B. 0.81 19 37
MARITZA S. C. 0.89 29 42
INGRACIA H. B. 0.77 35 53
HUGO A. C. 0.96 43 54
DANIEL T. G. 0.95 41 47
BRAULIA H. B. 0.86 29 43
ADRIEL G. B. 0.6 14 57
SANTIAGO DE QUEUÑAPAMPA 0.6 107
BENEDICTA G.T. 0.74 32 41
EMILIA H. G. 0.81 32 67
DOMINGO H. C. 0.62 26 72
FABIAN M. C. 0.2 57 55
JUVENAL M. L. 0.95 47 34
PRESENTACIÓN H. L. 0.81 33 49
ROSA CH. H. 0.81 40 35
SANTUSA H. L. 0.23 19 50
SEVERINO F. H. 0.87 46 71
AURORA C. T. 0.94 48 41
WALTER M. T. 0.94 48 51

111
de la situación de la diversidad en una localidad. En el primero, Pauchi y un
valor medio (0.6) en Queuñapampa. Esto representa dos casos distintos

Marcallac, posee una riqueza baja pero un índice de diversidad de Simpson


alto. Es decir, las variedades, aunque no muy numerosas, están distribuidas
equitativamente entre las unidades familiares, lo que indicaría un signo
positivo para la conservación de papa en la zona. En el segundo caso,
Queuñapampa, se posee una riqueza aún más baja, y el índice de diversidad
de Simpson es medio, es decir, las variedades no se distribuyen tan
equitativamente como en el primer caso, corriendo el riesgo de perderse
aquellas poseídas por pocas o una familia.

Por otro lado, a nivel familiar, las familias de ambas comunidades manejan
similar riqueza cada una (no menos de 14 y no más de 57). Las familias que
sobresalen manejar mayor riqueza de variedades son la del señor Ceferino B.B.
(56) y la del señor Fabian M.C. (57), de Pauchi y Queuñapampa
respectivamente. Aun así, y al igual que lo observado a nivel de comunidad,
no siempre quienes tienen mayor riqueza mostraron mayores índices de
diversidad. Algunos de los que tienen más riqueza poseen también mayor
diversidad, como el caso de los señores Ceferino B.B. y Hugo A.C., pero otros,
poseen baja riqueza y alta diversidad, como el caso del señor Rene A.B., o alta
riqueza y baja diversidad, como el señor Fabian M.C. (Ver la Tabla 1).

Asimismo, de acuerdo al número de agricultores que posee cada variedad, y


como se observa en la Figura 2, predominan las variedades amenazadas (55%)
y las poco abundantes (43%), lo cual indica que las familias en general poseen
variantes de papa que no están ampliamente distribuidas en las comunidades

112
y sobre las cuales habría que establecer estrategias de conservación pues
podrían estar bajo riesgo de perderse.

2%

43% NOMINANCIAS
ABUNDANTES
NOMINANCIAS POCO
ABUNDANTES

55% NOMINANCIAS
AMENAZADAS

Figura 2. Abundancia de las nominancias (variedades locales) de papa en

A B C

Figura 3. Variedades de papa más abundantes. A. Michi senqa. B. Pu Puka


suwa llulla. C. Yuraq sunchus

Respecto a las variedades de papa clasificadas como más abundantes, se


encontraron solo tres (es decir, 2% del total): michi senqa, puka suwa llulla y
yuraq sunchu, las cuales se pueden apreciar en la Figura 3. Algunas variantes
coinciden con lo documentado por Valdivia (2014), quien menciona que en las

113
comunidades de Queuñapampa y Santiago de Pauchi, se encontraron las
variedades yuraq sunchus, huallareta y suwa llulla, como las más abundantes.

Esto parece ser otro indicador negativo negativo de la conservación de papa en


Haquira, ya que, sobre todo, predominan entre los agricultores variantes que
pocas familias manejas, y que deben ser foco de atención para la conservación
de papa en Haquira.

En las mismas comunidades, aunadas a Huancacalla Chico, Valdivida (2014),


registró 13 variedades locales amenazadas, 8 variedades locales dependientes
de la conservación y 3 (mencionadas en el párrafo anterior) sin riesgo de
acuerdo a la percepción de los agricultores. A pesar de que no son resultados
comparables, pues la mencionada autora usó la percepción de los agricultores
para determinar estos indicadores mientras que en la presente se usó como
indicador de abundancia el número de familias que posee cada variedad, se
cumple la misma tendencia: más de la mitad de las variedades registradas se
encuentran amenazadas (55% en esta investigación) y muchas otras (43%) son
poco abundantes.

CONCLUSIONES

Si bien la diversidad es alta y la riqueza es baja en los Centros Poblados de


Santiago de Queuñapampa y Pauchi Marcallac, el número total de variantes
registradas en este estudio es importante, lo que indica que el distrito de
Haquira en Cotabambas es un centro de diversidad que requeriría mayores
estudios sobre las papas nativas, más aun si se toma en cuenta que muchas de
estas son variantes raras de papa que podrían correr el riesgo de desaparecer
en el futuro, y con ello, ocurrir una pérdida de diversidad genética. Esto

114
resultados evidencian la necesidad de plantear políticas en el sector agrario que
promuevan la conservación y multiplicación de variedades que actualmente se
encuentran con tendencia a desaparecer, y de conocer más acerca de las formas
de uso, manejo, selección, entre otras, que están contribuyendo a que esta
riqueza se mantenga en el tiempo en la región. Este método, por ser
relativamente práctico, es una propuesta metodológica que se podría
incorporar a un sistema de monitoreo donde cada unidad familiar pueda
realizarlo y saber, a partir de su propia cosecha campaña tras campaña, la
diversidad con que cuentan en sus cultivos para evitar la ocurrencia de la
erosión genética. Se conseguiría, así, contribuir a que las autoridades políticas
puedan hacer un seguimiento y tomar decisiones más precisas al conocer los
niveles de diversidad (considerando abundancias y equidad de la presencia de
las variantes estudiadas) a nivel de familia y de comunidad en localidades
altoandinas del país.

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118
USO DE ÍNDICES DE DIVERSIDAD PARA EVALUAR EL CULTIVO DE
PAPA EN UNA ZONA DE AGROBIODIVERSIDAD DE LOS ANDES
PERUANOS

Sphyros Lastra1, Fabiola Parra1, Alejandro Casas2, Juan Torres1, Aldo Cruz1,
Wilmar León3, Dante Flores3

1 CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN ZONAS ÁRIDAS - UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA (CIZA-UNALM). LIMA, PERÚ.
2 INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN EN ECOSISTEMAS SUSTENTABILIDAD - UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (IIES-UNAM). MORELIA, MÉXICO.
3 INSTITUTO DE DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE (IDMA). HUÁNUCO, PERÚ.

INTRODUCCIÓN

La diversidad es abundancia o gran cantidad de varias cosas distintas (RAE,


2014). Es una propiedad que puede describir cualquier objeto o ente. Por
ejemplo, en cuanto a alimentación, se tendrá una dieta más diversa, en la
medida que se consuma una mayor cantidad de alimentos diferentes. Así
también, desde el punto de vista ecológico, la diversidad es una propiedad
emergente de las comunidades biológicas que se relaciona con la variedad
dentro de ellas (Magurran, 2004). Esta variedad recibe el nombre de diversidad
biológica o biodiversidad.

Desde que fuera acuñado por el biólogo Walter Rosen a mediados de los 80', el
término biodiversidad ha variado a lo largo de los años (Nuñez et al., 2003).
Refiriéndose en sus inicios a la totalidad de todas las variaciones de lo vivo
(Wilson, 1988), fue redefinido en el Convenio para la Diversidad Biológica
(UNEP, 1992) como la variabilidad de los organismos vivos de todo origen
incluido, tanto interior de las especies y entre especies, como de los ecosistemas
terrestres y los complejos ecológicos de los cuales forman parte.

Una porción de esta diversidad es la agrobiodiversidad, la que incluye toda la


variabilidad de animales, plantas y microorganismos en los niveles genético,

119
de especies y de ecosistemas, pertinentes a la alimentación y la agricultura, y
que son esenciales para mantener la estructura, funciones, y procesos
principales de los ecosistemas agrarios (CDB, 2000).

En cuanto a las especies cultivadas, no se limita a la diversidad genética dentro


y entre los cultivos (i.e variedades comerciales y variedades nativas), sino que
abarca también a sus parientes silvestres, así como a los conocimientos
ecológicos tradicionales relacionados a su manejo (Brookfield and Stocking,
1999; citados por Last et al., 2014). Ruiz (2006) citado por CCTA (2009) incluye
también la diversidad de culturas, de ecosistemas, pisos ecológicos, prácticas
tradicionales, la fauna nativa domesticada, entre otros.

Esta diversidad es fuente de adaptabilidad para responder a los riesgos


medioambientales, incluido el cambio climático, a la vez que permite obtener
una amplia gama de energía, proteínas, grasas y diferentes nutrientes para la
seguridad alimentaria y la nutrición mundial (CIP-UPWARD 2003). De aquí se
justifica los diferentes esfuerzos que diversas entidades han puesto por
estudiarla, revalorizarla y conservarla.

En el contexto peruano, la Ley sobre Conservación y Aprovechamiento


Sostenible de la Diversidad Biológica (PCM, 2001) reconoce a las llamadas
Zonas de Agrobiodiversidad. Estas están orientadas a la conservación y uso
sostenible de especies nativas cultivadas por parte de pueblos indígenas. En
ellas se busca dar a conocer y promover la agrobiodiversidad nativa y las
prácticas y costumbres tradicionales de los pueblos indígenas. Después de un
largo periodo, finalmente en el 2016, se aprobó el reglamento para la
formalización del reconocimiento de las Zonas de Agrobiodiversidad
(MINAGRI, 2016).

120
En este contexto, al reconocer la existencia de una rica agrobiodiversidad
nativa, así como una cultura que mantiene y recrea dicha diversidad basada en
sus conocimientos tradicionales, el Gobierno Regional de Huánuco decretó el
reconocimiento y la creación de la Zona de Agrobiodiversidad (ZA) de Kichki
en el año 2014, en el territorio de tres comunidades: Tres de Mayo de
Huayllacayan, Santa Rosa de Monte Azul y San Pedro de Cani; las mismas que
se encuentran en la Microcuenca de Mito, en los Andes centrales del Perú.

Estudios previos han buscado cuantificar la diversidad del cultivo de papa en


el lugar. Es así que Cruz (2001) reportó la presencia de 277 nombres
campesinos, que se agruparían en 99 morfotipos. Años después, y basándose
en los datos del proyecto Conservación in situ de los cultivos nativos y sus
parientes silvestres en el Perú (Proyecto In Situ) (2006), Velásquez (2009)
encontró 543 variedades de papa. En años más recientes, el IDMA (2017) logró
recopilar información sobre la existencia de 699 variedades de papa en dicho
distrito.

Sin embargo, estos inventarios de la riqueza varietal han dejado de lado el


análisis de otro componente importante de la diversidad: la equidad. Esta mide
qué tan similares son las frecuencias de cada clase, o variedad de papa en este
caso, de tal manera que una baja equidad indica la dominancia de una o pocas
variedades (Jarvis et al. 2008). En ese sentido, se hace válido preguntarnos
¿existen variedades predominantes en la ZA de Kichki? O, dicho de otra
manera, ¿existirán variedades que se encuentren en riesgo de perderse? El
contexto actual de cambio climático, y más aún, los inciertos escenarios futuros
que producto de este puedan presentarse, añaden un especial interés por
implementar metodologías de monitoreo integrales y sencillas para detectar
posibles pérdidas de diversidad.

121
Es así que los objetivos del presente trabajo fueron 1. Cuantificar la diversidad
del cultivo de papa en la Zona de Agrobiodiversidad de Kichki, usando índices
integrales de diversidad, con el fin de brindar un aporte metodológico que
facilite la gestión de la conservación de los recursos genéticos con fines
agrícolas; 2. Identificar los factores que intervienen en la conservación in situ
de la diversidad de papas en la zona de estudio.

AREA DE ESTUDIO

El estudio se llevó a cabo en la ZA de Kichki, región Huánuco, ubicada en la


vertiente oriental de los Andes peruanos. El área comprende zonas altoandinas
de la Cuenca de Mito, sistema hídrico perteneciente al río Higueras, el cual
forma parte del gran sistema hidrográfico del Huallaga.

Santa Rosa de Monte Azul

Tres de Mayo de Huayllacallán

Figura 8. Ubicación de la ZA de Kichki

122
Se incluyeron a las comunidades de Santa Rosa de Monte Azul y Tres de Mayo
de Huayllacallán. La primera ubicada en la subcuenca de Guellaymayo, entre
los 3000 y 4000 m.s.n.m. y la segunda en la subcuenca de Ragracancha, entre
los 3000 y 4400 m.s.n.m. Ver la Figura 1.

El paisaje es típicamente montañoso en el que se alternan cumbres y


quebradas, que pueden llegar a ser muy profundas. El relieve es accidentado y
la topografía es predominantemente de pendiente. Es posible encontrar cochas
(cuerpos de agua) y lagunas altoandinas entre las extensas áreas de pastizales,
acompañadas por bofedales. Este sistema presenta dos estaciones marcadas:
una época seca de abril a octubre, y una época corta de lluvias de noviembre a
marzo (Velasquez, 2009).

METODOLOGÍA

Se determinó como unidad muestral a una familia campesina, buscando


trabajar con el 10% de familias de las comunidades como mínimo. En base al
censo realizado por el Proyecto In situ, la muestra fue de 12 familias
campesinas, seis en cada subcuenca. Adicionalmente se realizó una
segmentación de acuerdo al número de variedades que maneja cada familia,
siendo estas: bajo (menos de 100 variedades), medio (100 a 200 variedades) y
alto (más de 200 variedades).

Para llegar a las familias se utilizó la metodología de bola de nieve hasta


alcanzar el número de familias en cada estrato. Una vez contactadas se les
explicó la naturaleza y objetivos del trabajo, de esta forma se firmaron
consentimientos informados previos para realizar el trámite de acceso a

123
recursos genéticos y su componente intangible con la autoridad pertinente. El
Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), en este caso.

Se acordó visitar sus almacenes de semilla, realizándose un muestreo del stock


de semilla al final de la campaña 2016-2017, correspondiente al 25% del total
de tubérculos-semilla de dicho stock. En donde los agricultores almacenaban
sus semillas en sacos, se procedió a evaluar 1/4 de cada saco de papa, mientras
que en los almacenes en donde las semillas eran guardadas en el piso o sobre
paja, se trazaron dos líneas perpendiculares imaginarias sobre la superficie que
contenía las semillas y se seleccionó uno de estos cuadrantes al azar para ser
evaluado (Ver la Figura 2).

Figura 2. Evaluación de semillas almacenadas en sacos de papa (a) y sobre el


piso o paja (b)

Una vez en los almacenes, se solicitó a los agricultores participantes que


separen los tubérculos en las diferentes variedades tradicionales. Se registraron
estos nombres para obtener la riqueza varietal. Adicionalmente se registró el
peso de los tubérculos de cada variedad, con el objetivo de utilizar la
información de biomasa (kg) en la construcción de los índices de diversidad.

124
Los nombres dados por los campesinos pasaron por un tratamiento de
uniformización. En primer lugar, se corrigieron con la ayuda del Sr. Victoriano
Fernández, reconocido agricultor conservacionista a nivel nacional.
Posteriormente, se realizó un taller de sinonimia en la comunidad de Monte
Azul, en donde se invitó a los agricultores participantes y a otros miembros de
la comunidad. Se presentaron 200 variedades colectadas del stock de semillas
del Sr. Alejo, con las que se identificaron sinonimias y homonimias entre los
nombres de las variedades. Finalmente, la escritura se adecuó a la usada en el
diccionario Rimaycuna: Quechua de Huánuco (ILV, 2008).

Con la lista de nombres unificada, se calcularon los índices de Simpson y


Shannon, los cuales fueron adaptados para la presente investigación,
expresándose de la siguiente manera:

Simpson:

𝛾 = 1 − ∑ 𝑝𝑖2
𝑖

Donde 𝛾 es la diversidad del cultivo de papa y 𝑝𝑖 es la abundancia relativa de


biomasa de cada variedad de papa.

Shannon:

𝐷 = − ∑ 𝑝𝑖 ln 𝑝𝑖 ; D≥0

Donde D es la diversidad del cultivo de papa y 𝑝𝑖 es la abundancia relativa de


biomasa de cada variedad de papa.

Adicionalmente, se utilizó la encuesta propuesta por Velásquez (2009), con el


fin de indagar en las realidades ambientales, culturales y socio-económicas de
los agricultores de la ZA de Kichki. De esta manera, se determinaron el Índice

125
de Distribución de Parcelas (IDIPAR), Número de Parcelas Totalesm la
Superficie Cultivada de Papa, el Índice de identidad Cultural (IIDCU), el Índice
de Manejo Agrícola Tradicional (IMAT), el Índice de Arraigo Territorial (IArr),
el Índice de Autosubsistencia (IAs), el Índice de Tamaño Familiar (ITF) y el
Índice de Fuerza Laboral (IFL). Finalmente, con la Información de la riqueza y
diversidad del cultivo de papa y los índices propuestos por Velásquez (2009)
se realizó un análisis de la similitud entre agricultores, utilizando las técnicas
de agrupamiento (Sneath y Sokal, 1973 citados por Velásquez, 2009) mediante
el programa MINITAB 17 (Minitab, 2013).

RESULTADOS Y DISCUSIONES

Diversidad y riqueza de variedades tradicionales


Se registraron 683 variedades tradicionales diferentes manejadas por los
agricultores de la ZA de Kichki. Los resultados a nivel de ZA, sub-cuenca y
agricultor se presentan en la Tabla 1.

En la sub-cuenca del Guellaymayo se encontró mayor riqueza (505 variedades


tradicionales) que en la sub-cuenca del Ragracancha (421). En promedio global
es de 112 variedades tradicionales de papa por agricultor, aunque el promedio
en Guellaymayo es mayor (129) respecto a Ragracancha (95) (Figura 3a). A
nivel de toda la ZA de Kichki, los señores Fernández y Rosado manejan la
mayor riqueza con más de 180 variedades, mientras que las señoras Ponce y
Borja, y el señor Vela poseen la menor riqueza, con menos de 80 variedades.

126
Tabla 4. Riqueza y diversidad del cultivo de papa en dos cuencas de la Zona
de Agrobiodiversidad de Kichki en la campaña 2016-2017

Variedades Peso del Simpson Shannon


Edad
de papa stock (t) (1-D) (H)

ZA Kichki 682 19.7 0.86 2.77


Guellaymayo 505 8.4 0.79 2.25
SegSalas 60 131 0.5 0.78 2.59
WalChaupis 30 95 1.4 0.71 1.82
JavRosado 41 182 3.8 0.67 1.65
SabAlejo 64 146 1.0 0.58 1.53
ClyDionisio 26 100 1.1 0.54 1.64
JosLama 25 119 0.7 0.47 1.57
Ragracancha 420 11.3 0.89 2.96
VicFernandez 60 188 2.9 0.89 2.73
PreBorja 40 74 3.1 0.8 2
FelAntonio 49 120 2.9 0.77 2.19
HilPonce 48 30 0.7 0.77 1.83
AndSolis 50 84 1.6 0.74 2.09
LorVela 50 74 1.0 0.5 1.43

Este alto nivel de riqueza de variedades tradicionales, en su mayoría nativas,


parece un signo alentador en cuanto al estado de conservación de la diversidad
genética del cultivo de papa en la región de Huánuco. Este resultado es mayor
a la cantidad de variedades encontradas por Velásquez (2009) en el mismo
distrito durante el periodo 2001-2005, pero coincide con el reporte de 699
ecotipos de papa por el Proyecto Modelos de Gestión de la Agrobiodiversidad
que promueven la Soberanía Alimentaria - ABISA (IDMA 2016) en el distrito
de Kichki.

127
En cuanto al peso de las semillas, los agricultores de Ragracancha
seleccionaron una mayor cantidad de semilla, con 11.3 t sobre las 8.4 t de los
agricultores de Guellaymayo (Figura 3b). Los señores Rosado, Fernandez,
Antonio y la señora Borja manejaron la mayor cantidad de semillas, con un
stock mayor a 2.9 t.

a b

Figura 3. Boxplot de la riqueza (a) y peso (b) del stock de semillas manejada
por productores de las cuencas del Guellaymayo y Ragracancha en la ZA de
Kichki en la campaña 2016-2017.

Los índices de Simpson y Shanon indican que se maneja una alta diversidad.
Sin embargo, en Ragracancha habría una mayor diversidad del cultivo de papa
que en Guellaymayo (Shannon: 2.96 y 2.25; Simpson: 0.89 y 0.79,
respectivamente). Ambos índices posicionan a los señores Fernandez
(Ragracancha) y Reyes Chaupis (Guellaymayo), como poseedores de los stocks
más diversos (Shannon: 2.73 y 2.59; Simpson: 0.89 y 0.78, respectivamente), y a

128
los señores Vela (Ragracancha) y Lama (Guellaymayo), como aquellos con los
stocks menos diversos (Shannon: 1.43 y 1.57; Simpson: 0.50 y 0.47,
respectivamente).

El resultado de la prueba t-student para las medias de cada una de las variables
mencionadas fue no significativo, demostrando la existencia de diferencias
entre ambas cuencas. Los resultados se muestran en la Tabla 2.

Tabla 5. Prueba t de contraste de medias entre cuencas en la ZA de Kichki

Variable t G.L p-valor


Riqueza 1.3 10 0.22
Abundancia -0.9 10 0.37
Simpson -1.7 10 0.12
Shannon -1.0 10 0.33

Las variedades más abundantes según su peso en el stock de semillas de cada


agricultor son Canchán, Yungay, Tomasa, Amarilla Tumbay y Hualash. Las
cuatro primeras son variedades comerciales producto del mejoramiento
genético (variedades mejoradas), aunque la variedad Amarilla tumbay
pertenece a una especie nativa: Solanum stenotomum subsp. goniocalyx Juz.
& Bukasov. Hualash es una variedad nativa, usada principalmente para la
preparación de tokosh, insumo de altísimo valor para la gastronomía andina
tradicional y que además posee grandes propiedades medicinales y
antibióticas. Las variedades Hualash, Amarilla Tumbay y Yungay son las que
más agricultores manejan (12, 10 y 9, respectivamente).

Cabe resaltar que, junto con el fin alimenticio, estas variedades también tienen
un propósito comercial, lo que explicaría la mayor abundancia y por lo tanto
las diferencias en lo indicado por la riqueza y los índices de diversidad. En la

129
Figura 4 se presentan las 20 variedades más abundantes. Por otro lado, entre
las 20 variedades menos abundantes de la campaña 2016-2017 se encuentran
Yuraj oga juito, Garhuash uma y Yana tornillo.

Figura 4. Variedades más abundantes en la ZA de Kichki en la campaña 2016-


2017

De acuerdo a la cantidad de agricultores manejando cada variedad, el 82%


(562) de las variedades fueron muy raras, pues solo las tuvieron uno o dos
agricultores (Ver la Tabla 3). Estas, junto a aquellas catalogadas como raras,
constituyen el 94%, por encontrarse en el stock de cinco o menos agricultores,
estando el 73.5% de estas variedades en el stock de solamente un agricultor.
Más del 50% de estas variedades son manejadas por los señores Fernández (139
variedades), Rosado (119), Alejo (118) y Reyes Chaupis (92), siendo estos tres
últimos de la sub-cuenca de Guellaymayo, donde se maneja un mayor número
de estas variedades; el productor con mayor porcentaje de estas variedades fue
el señor Alejo (81% de su stock de semillas). Se manifiesta así que más del 50%
de variedades raras o muy raras se encuentran en manos de solo el 30% de los

130
agricultores. Estos resultados podrían indicar cierta vulnerabilidad y riesgo de
pérdida de variabilidad del cultivo de papa, es decir, erosión genética.

Situación parecida fue reportada por Zimmerer (1988) en la provincia de


Paucartambo (región Cusco), en donde el 40% de todas las variedades de papa
representó menos del 10% de los tubérculos muestreados en campo. Brush
(1992) afirma que la pérdida total es lo más probable para variedades raras o
muy raras. Por el contrario, la situación más conveniente para la conservación
de la riqueza de variedades sería que éstas estuvieran presentes más
equitativamente entre los agricultores, incrementándose la posibilidad de
recuperar la variedad si es que un agricultor la pierde.

Por otro lado, solo el 2% (13) de variedades fueron muy comunes o comunes,
al ser encontradas en el stock de 8 a 12 agricultores (Ver las Tablas 3 y 4). En
estas dos últimas categorías podemos encontrar tanto variedades muy
abundantes en peso como Canchán, Yungay o Hualash (peso > 2 t), como otras
mucho menos abundantes: Yana huayrush, Puca huayrush, Puca culebra y
Yuraj piña (peso < 30 kg).

Tabla 3. Clasificación de las variedades de papa según su abundancia en la


ZA de Kichki en la campaña 2016-2017
Categoría Sifnificado # Variedades
1 Muy común 5
2 Común 8
3 Poco común 49
4 Rara 356
5 Muy rara 264

131
Tabla 4. Variedades muy comunes y comunes en la ZA de Kichki en la
campaña 2016-2017
Peso total
Variedad # Agricultores
en stock (kg)
Hualash 12 3456.4
Azúcar cantina 11 440.7
Peruanita 11 197.4
Quinua pa tulum 11 108.4
Wacapa gallum 11 31.1
Amarilla tumbay 10 2524.3
Mula jitarpoj 10 43
Puca huayrush 10 28.5
Canchán 9 4070.3
Yana huayrush 9 24.3
Yungay 9 3950
Muru huayrush 8 445.7
Puca culebra 8 11.8
Yuraj piña 8 8.6

De ellas, cuatro fueron variedades mejoradas (Yungay, Canchán, Amarilla


Tumbay y Peruanita), lo cual indica un alto grado de adopción de estas
variedades en la ZA de Kichki. Estas se siembran en monocultivo cuando se
destinan a la comercialización, o se encuentran incorporadas en el complejo
sistema de siembra en mezcla de variedades, llamado huachuy. Esta sería la
situación de las variedades Peruanita, María Huanca, Tomasa, Perricholi,
Huamantanga, Renacimiento, entre otras. A pesar de que solo en el caso del
señor Rosado fue reportada la aparición "espontánea" de una variedad nueva
en un predio, la incorporación de variedades mejoradas en sistemas en
constante evolución, como los predios de estos agricultores, invita a pensar en
procesos de introgresión genética. En este sentido, un caso interesante es el
reportado por Bitocchi et al. (2009, 2015), quienes reportaron cruzamientos
espontáneos entre híbridos comerciales y variedades italianas tradicionales de

132
maíz (landraces), lo que dio como consecuencia que los genes incorporados se
convirtieran en el objeto principal de selección positiva por parte de los
agricultores tradicionales que manejaban estas variedades de maíz. Estos
resultados deben despertar el interés por estudiar la posibilidad de este tipo de
procesos en la ZA de Kichki.

Ya que en la sub-cuenca de Guellaymayo, se maneja una mayor cantidad de


variedades que en Rangracancha, y sus agricultores concentran una mayor
cantidad de variedades raras y muy raras, esta zona cobra una especial
relevancia en cuanto a la conservación de variedades de papa, especialmente
de variedades tradicionales.

Como se hay descrito, ya que la riqueza varietal no es el único componente de


la diversidad, se decidió evaluar un segundo componente, la equidad, a través
del uso de los conocidos índices de Simpson (1949) y Shannon-Wiener (1949).
En este sentido, la presente investigación busca ser un aporte metodológico
para la evaluación de la diversidad de cultivos a través de los mencionados
índices. Ya que determinar la abundancia relativa de cada variedad es un paso
crucial para el cálculo de ambos índices, se optó hacerlo a nivel de semilla y
utilizando la biomasa como indicador de abundancia. Se descartaron las
aproximaciones que implican identificar las variedades sembradas en campo,
número de individuos por variedad y área sembrada de cada variedad
(Bonneuil 2012; Tiongco y Hossain 2015), pues son varios los factores que
pueden afectar a las plantas en campo, además de que la identificación de cada
variedad se hace muy difícil, pues como afirma Brush (2004), las variedades se
distinguen principalmente por las características de los tubérculos y son muy
raros los casos en el que los agricultores las identifican por medio de alguna
otra característica como el color de la flor o los tallos.

133
Los resultados de abundancia a nivel de toda la ZA de Kichki muestran una
amplia diferencia entre el número de variedades muy y poco abundantes. Tan
solo cinco variedades superan los 1000 kg. Contrastantemente, 620 no superan
los 10 kg en los stocks de semillas de los productores. La principal explicación
se debe a la cantidad de área dedicada, y, por consiguiente, de semilla
utilizada, para las variedades mejoradas. Las variedades Canchán, Yungay,
Amarilla Tumbay y Tomasa, son las principales variedades requeridas por los
mercados y en el caso de Canchán y Tomasa, también por la importante
industria de papa congelada en tiras para freír. Este no es el caso de la variedad
Hualash, de pulpa blanca, que se utiliza en la elaboración del tokosh, destinada
a la comercialización solo por el señor Dionisio, lo cual indica que esta y su
producto, el tokosh, son esencialmente para el autoconsumo, convirtiéndose
en una gran reserva alimenticia, pieza clave para la seguridad alimentaria de
los pobladores de la ZA de Kichki.

Casos interesantes son los del señor Fernández y Rosado. Como ya se


mencionó, el primero posee la mayor riqueza y diversidad. Mientras que el
señor Rosado es el segundo con mayor riqueza, pero es de los que menor
diversidad maneja. La razón estaría en el número de variedades que destinan
a la comercialización. Mientras que el señor Fernández ha encontrado mercado
para varias de sus variedades nativas, el otro centra su producción en solo dos.
Por otro lado, el caso de la señora Ponce, quien posee la menor riqueza (30
variedades), pero índices de diversidad altos (Simpson = 0.77, Shannon = 1.83),
indicaría la necesidad de basarse en ambos indicadores (riqueza y diversidad),
para tener una mejor comprensión del estado de la diversidad. Esto contrasta
con lo expresado por Bonneuil et al. (2012), quien recomienda basarse solo en

134
los índices de diversidad. Esta consideración cobra relevancia al momento de
proponer acciones de manejo y conservación de la agrobiodiversidad.

Se ha propuesto que la biodiversidad está positivamente asociada con la


estabilidad de las propiedades funcionales de comunidades en diferentes
ecosistemas (McNaughton, 1993; Tilman, 1996, Van der Heijden et al., 1998).
La variabilidad genética entre y dentro de las especies confiere el potencial
para resistir condiciones de estrés a corto y largo plazo (Giller et al., 1997). Por
lo tanto, como menciona Di Falco (2003), se espera que la promoción de la
diversidad en la agricultura incremente la resiliencia y sostenibilidad de los
agroecosistemas.

En el caso de la ZA de Kichki existe, en general, una equitativa distribución de


las abundancias de cada variedad. Esto es también una señal alentadora sobre
el estado de la conservación del cultivo de papa en el lugar y, posiblemente, de
un sistema con mayor estabilidad y resiliencia, y por lo tanto sostenible en el
tiempo. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, es preocupante que
una gran porción de la riqueza se considere rara o muy rara. Es así que, si algún
agricultor decidiera abandonar la actividad agrícola, existiría una gran
posibilidad de que muchísimas variedades se pierdan. De lo dicho
anteriormente se concluye que en zonas donde se alberga una alta diversidad
de algún cultivo se hace necesario evaluar tanto la riqueza varietal, como la
equidad y la frecuencia de agricultores que manejan dichas variedades a través
del tiempo. De esta manera se logrará tener una visión integral del estado de
la conservación del cultivo y se podrán tomar las mejores decisiones para la
conservación de los recursos genéticos en un determinado lugar.

135
Factores que influyen en la conservación de variedades tradicionales de papa
Los resultados de los índices de factores ambientales, culturales y socio-
económicos se presentan en la Tabla 5. En general, los pobladores de la ZA de
Kichki están bastante identificados con la cultura tradicional andina y local,
presentando un alto arraigo por su territorio. En cuanto al manejo del cultivo
de la papa, estos distribuyen sus parcelas en diferentes pisos altitudinales, con
una preferencia por las zonas altas. Las prácticas relacionadas al manejo
tradicional, como el tipo de labranza, la independencia de insumos modernos,
la ayuda mutua, se mantienen en Huayllacayán, aunque han ido
disminuyendo en la zona de Monte Azul, exceptuando a los señores Rosado y
Alejo. Por otro lado, el destino de la producción agrícola y de la actividad
pecuaria es predominantemente la comercialización. Las unidades familiares
suelen reducirse a la familia nuclear y la cantidad de hijos disminuye con la
edad del jefe de familia, por lo que la fuerza laboral es baja en siete de las
familias encuestadas.

Tabla 5. Índices asociados a factores ambientales, socio-económicos y


culturales en la ZA de Kichki.

Agricultor NPAR IDIPAR IMAT IIDCU IArr IAs IFL ITF


SC Guellaymayo
S_Alejo 4 0.61 0.57 0.76 0.79 0.64 1 1
W_Chaupis 4 0.64 0.41 0.6 0.3 0.23 0.18 0.36
R_Chaupis 3 0.71 0.32 0.71 0.61 0.39 0.73 0.82
C_Dionisio 3 0.92 0.38 0.67 0.83 0.32 0.18 0.45
J_Lama 2 0.91 0.3 0.7 0.89 0.64 0.27 0.45
J_Rosado 8 0.76 0.61 0.68 0.75 0.25 0.36 0.45
SC Ragracancha
F_Antonio 3 0.98 0.53 0.8 0.37 0.59 0.36 0.64
P_Borja 4 0.94 0.62 0.63 0.29 0.24 0.27 0.36

136
V_Fernandez 5 0.76 0.76 0.73 0.64 0.43 0.73 0.73
H_Ponce 5 0.98 0.32 0.61 0.63 0.56 0.73 0.82
A_Solis 7 0.87 0.65 0.76 0.55 0.46 0.27 0.27
L_Vela 3 0.71 0.48 0.61 0.64 0.38 0.91 1

El análisis de agrupamiento claramente separó en cuatro grupos a los


productores, de acuerdo a las variables de diversidad y los índices ambientales,
socio-económicos y culturales-tecnológicos (Figura 5). Un primer grupo
bastante diferenciado está formado por los señores Rosado y Fernández
(Figura 6a), poseedores de la mayor riqueza de variedades tradicionales,
además de una fuerte identidad cultural andina y un fuerte manejo tradicional
del cultivo de papa. A este grupo se le dio el nombre de "conservadores
innovadores". Así también, se observan otros tres grupos formados por tres
agricultores cada uno. El primero lo conforman los señores Alejo, Antonio y
Reyes Chaupis (Figura 6b). El segundo, por los señores Lama, Dionisio y
Walter Chaupis (Figura 6c), mientras que el último, por el señor Vela y las
señoras Borja y Solís (Figura 6d).

De estos, al primer grupo se le catalogó como "conservadores tradicionales".


En este, se agrupan los agricultores con mayor edad, en conjunto tienen el
segundo mayor valor en manejo de riqueza y diversidad. El segundo grupo
está conformado por los productores más jóvenes con quienes se trabajó.
Poseen los más bajos niveles de diversidad del cultivo de papa, pero altos
niveles de arraigo, además sus familias son pequeñas y sus hijos totalmente
dependientes de sus padres. A este grupo se les catalogó como "conservadores
iniciantes". El último grupo es el más diverso, en estos se encuentra una alta
variabilidad, tanto en la diversidad, como en los factores que la explicarían. A
estos, se les dio el nombre de "conservadores en posible riesgo", pues en

137
Figura 5. Dendograma del análisis de agrupamiento de los agricultores de la
ZA de Kichki

A B

C D

Figura 6. Características de los grupos de agricultores de la ZA de Kichki. A)


Conservadores innovadores. B) Conservadores tradicionales. C)
Conservadores iniciantes. D) Conservadores en posible riesgo.*

138
*Los valores de Riqueza, Indice de Simpson, Indice de Shanon, Edad,
Número de Parcelas y Superficie Cultivada son la relación de cada uno de
estos valores frente al mayor valor registrado de cada variable.

general, poseen bajos niveles de arraigo y manejan la menor cantidad de


variedades de papa.

La campaña 2016-2017 se caracterizó por una disminución y cambio en la


estacionalidad de las lluvias. Los pobladores reportaron sequías durante la
primavera del 2016. Esto coincide con reportes del SENHAMI para otras
regiones del país (ANDINA, 2017). Por ejemplo, en la sierra norte, el
departamento de Ancash tuvo el período más seco en los últimos 30 años,
mientras que, en la sierra sur, Arequipa experimentó su período más seco en
los últimos 10 años. Esta situación tuvo consecuencias negativas especialmente
para los cultivos tradicionales, ya que estos son sembrados en las zonas más
altas y alejadas, donde se practica exclusivamente una agricultura de secano.
Fue crítico el caso del señor Lama, quien reportó un crecimiento reducido de
su cultivo de papa, teniendo consecuencias muy negativas en el rendimiento
final obtenido.

Si bien la actividad agrícola está catalogada como de alto riesgo, especialmente


cuando depende de las lluvias, los inciertos escenarios producto del cambio
climático pueden incrementar aún más la vulnerabilidad de estos sistemas. Se
dice que el cambio climático tendrá mayor impacto en los pequeños
agricultores de países en vías de desarrollo, pero estos impactos son complejos
y específicos, por lo que son difíciles de predecir (Morton, 2007). En la ZA de
Kichki se reporta con mayor frecuencia cambios en la estacionalidad de la
lluvia y el incremento de la amplitud térmica. Esto último abre la posibilidad
a una mayor presencia de plagas en las zonas altas, reservas de la alta riqueza

139
varietal, no solo del cultivo de papa, sino de cultivos nativos en general, lo que
ha sido reportado por el Proyecto ABISA (IDMA, 2016) y se constató a través
de la convivencia con los agricultores participantes de esta investigación.

Aunque se cree que la agrobiodiversidad jugará un rol fundamental en la


capacidad de los sistemas agrícolas para adaptarse y responder al cambio
climático (Jarvis et al. 2010; Ortiz 2011), este rol permanece, aún, relativamente
desconocido (Ortiz, 2011). Se hace necesaria la determinación de la ecología,
usos y capacidad de resistencia a plagas y enfermedades de la amplia riqueza
conservada en la ZA de Kichki a través de la documentación de los
conocimientos tradicionales de los agricultores que la manejan, pero también
a través de experimentos de campo, que complementen la información
recogida de los agricultores.

Los resultados de Velásquez (2009) indican que para el año 2008, solo un
agricultor reportó la venta como razón para cultivar variedades tradicionales
de papa, situación que no ha cambiado en la actualidad. No se han encontrado
datos de abundancia con los cuales contrastar los obtenidos en este estudio,
por lo que es imposible indicar si existe una tendencia al incremento de
superficie de variedades nativas exclusivamente para el mercado. A pesar de
ello, se estima que a medida que la agricultura se intensifica y se empieza a
comercializar, los agricultores tienden a especializarse en cultivos y variedades
que pueden vender, orientando sus decisiones hacia las preferencias de sus
consumidores y comprando lo que necesitan para su propio consumo,
poniéndose en riesgo la diversidad de variedades tradicionales (Jarvis et al.
2000). Sin embargo, los mismos autores indican que esto debe ser probado en
cada contexto en específico. Por otro lado, es necesario mencionar que en
donde se observó una alta abundancia de variedades tradicionales, se observó

140
una menor dominancia de la superficie destinada a variedades mejoradas y
que la riqueza varietal no se vio afectada. Es posible hipotetizar, que en la ZA
de Kichki, a medida que algunas variedades tradicionales empiecen a tener un
valor comercial, estas desplazarían la siembra de variedades mejoradas y no la
siembra tradicional en huachuy, haciendo los stocks de semillas más
equitativamente abundantes. Especial interés debe cobrar el monitoreo de la
abundancia de variedades, para que las oportunidades que genera la
comercialización de estos valiosos recursos, no devengan en posibles, aunque
por ahora lejanos, procesos de erosión genética.

CONCLUSIONES

1. La riqueza varietal del cultivo de papa en la ZA de Kichki fue en general


elevada, encontrándose en total 692 variedades. La riqueza en la sub-
cuenca de Guellaymayo (505) fue mayor que la del Ragracancha (420).
2. La cuantificación de la diversidad con los índices de Simpson y Shannon,
muestra una alta diversidad del cultivo de papa (0.86 y 2.67,
respectivamente). En la sub-cuenca de Ragracancha, ambos índices fueron
mayores que en Guellaymayo. Se evidencia que no siempre una mayor
riqueza, significa una mayor diversidad.
3. Podría existir una situación de riesgo de erosión del cultivo de papa dada
la existencia de un alto porcentaje de variedades raras o muy raras (94% de
las variedades). Por otro lado, el 90% de las variedades no superan los 10
kg de semilla en toda la ZA de Kichki.
4. Se generó una herramienta metodológica que permite explorar la
diversidad genética de cultivos, en base a la abundancia de cada variedad.

141
Esta, integrada a la riqueza y a la cantidad de variedades presentes en los
stocks de semilla, constituye una forma de monitoreo que aportaría a la
conservación in situ de la diversidad genética de papa, y otros cultivos en
general.
5. Se identificaron cuatro patrones de estrategias en cuanto al manejo y
conservación de la diversidad del cultivo de papa. Se asignaron los
siguientes nombres para cada grupo: "conservadores innovadores",
"conservadores tradicionales", "conservadores iniciantes" y "conservadores
en posible riesgo".

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144
2.1.2. FLUJO GÉNICO

145
146
CONECTIVIDAD ENTRE POBLACIONES SILVESTRES Y
CULTIVADAS DE PAPA

Eusebia Marquez-Castellanos1, Luis Lizárraga1, Fabiola Parra2,3, Alejandro Casas4,


Juan Torres-Guevara2,3, Domingo Begazo5, Aldo Cruz6, Ignacio Torres4, Mariana
Zarazúa4
1CENTRO REGIONAL DE INVESTIGACIÓN EN BIODIVERSIDAD ANDINA, UNIVERSIDAD NACIONAL SAN ANTONIO
ABAD DEL CUSCO, 2CENTRO DE INVESTIGACIONES EN ZONAS ÁRIDAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA
MOLINA, 3 DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA, UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA, 4INSTITUTO DE
INVESTIGACIONES EN ECOSISTEMAS Y SUSTENTABILIDAD (IIES), UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
MÉXICO, 5CENTRO ANDINO DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN JOSÉ MARÍA ARGUEDAS, 6COORDINADORA DE
CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LOS ANDES

INTRODUCCIÓN

La papa es una planta alimenticia vinculada a las culturas más remotas de


nuestra historia (Egusquiza, 2000). Esta surgió hace unos 8000 años cerca del
Lago Titicaca (Spooner et al., 2005) en la frontera de Perú y Bolivia, pero el
proceso inició por lo menos unos 7000 años antes, cuando las comunidades de
cazadores y recolectores comenzaron a domesticar las plantas silvestres de la
papa que se daban en abundancia en los alrededores del lago (FAO, 2008). Los
macrorrestos más antiguos de papa corresponden a los reportados por Jack
Hawkes en 1990, encontrados en la región de Ancón y Chillón con una
antigüedad de 4500 años (Pickersgill, 2016). De acuerdo a Chávez (2008),
calcula que en todo el Tahuantinsuyo, los incas habían logrado domesticar y
cultivar cerca de 3,000 variedades agrupadas en ocho especies de papa según
la clasificación de Hawkes (1990), de las cuales cerca 1000 variedades se
habrían extinguido. El género Solanum se distribuye desde el sureste de
Norteamérica, pasando por toda América central y América del sur hasta llegar
a latitudes más allá del 50° sur en el archipiélago de los Chonos (Contreras,
2008).

147
La distribución de los parientes silvestres de la papa cultivada (Solanum,
Sección Petota, Solanaceae) es muy amplia, y va desde el sur de los Estados
Unidos, hasta la Patagonia (Spooner et al., 2005: De Haan y Rodríguez, 2016;),
y los Andes centrales, en especial Perú y Bolivia, son países donde se concentra
la mayor riqueza de estos parientes silvestres (De Haan y Rodríguez, 2016). El
potencial genético de las especies silvestres de Solanum, especialmente en
Perú, Bolivia y Ecuador, es muy grande; estas contienen un acervo de genes o
alelos potencialmente útiles para el fitomejoramiento mediante métodos
convencionales a corto y largo plazo (Chávez, 2008).

Ochoa (1999) señala que Solanum bukasovii Juz., uno de los parientes silvestres
de la papa, cuenta con una distribución geográfica muy amplia y se le
encuentra en gran variabilidad de ecosistemas. Esta especie pertenece al
complejo Solanum brevicaule, que comprende a las especies más cercanas a la
papa cultivada, a la que Hawkes (1990) propone como parte de los ancestros
de Solanum stenotonum Juz. & Bukasov (Solanum tuberosum Grupo
Andigena). S. bukasovii crece en la provincia de Cotabambas, entre los 3750 y
4200 metros de altitud, en matorral ralo y pajonales de puna, entre el “ichu”
(Stipa ichu), región que corresponde a la parte sur de su distribución en nuestro
país (Ochoa, 1999).

La erosión genética, es decir, la pérdida de genes, genotipos y/o formas y


variedades dentro de especies (Cosio, 2004) es una constante amenaza para la
papa, tanto para sus variedades nativas cultivadas como para sus parientes
silvestres, y es uno de los principales problemas tanto a nivel mundial como
nacional, y particularmente preocupante en los centros de origen y de
diversificación (Casas y Velásquez, 2016; Velásquez et al., 2016). Urrunaga
(2002), indica que uno de los factores más importantes que influyen la erosión

148
genética es la pérdida de valores por falta de transmisión de los patrones de
comportamiento de los ancianos a los jóvenes y niños; estos últimos cada vez
más van ignorando y desconociendo el valor de estos recursos, que, en el caso
de las papas silvestres, los primeros denominan con temor y respeto "machu
papas", "gentil papas", "ruq'i papas", "atoc papas". Otro factor de riesgo es el
cambio climático, que, según la FAO (2011), ocasionará que entre el 16 y 22%
de los parientes silvestres de importantes cultivos alimentarios como maní,
papa, frijoles desaparezcan para el 2050 y que a su vez tendrá consecuencias
en la pérdida de cultivos, principalmente en regiones de montañas (CCTA et
al., 2015), siendo la sierra sur y particularmente Apurímac una de las regiones
afectadas.

Conocer la compatibilidad genética de variedades nativas de papa y sus


parientes silvestres, en especial en lo que se refiere al flujo de polen, es esencial
para los fines de mejoramiento, por cuanto permitirá resguardar la seguridad
alimentaria de las generaciones futuras, ya que a partir de esta información
base el fitomejorador podrá obtener nuevas variedades, al igual que los
agricultores andinos, quienes podrían ponerlas a prueba in situ, en sus campos
de cultivo. Asimismo, identificar los visitantes florales es indispensable para el
mantenimiento de la biodiversidad y conocimiento de los procesos naturales
de flujo génico que contribuyan a entender cómo ha surgido la diversidad
genética en el cultivo de papa. Sin embargo, pocos estudios, como el de Scurrah
et al. (2008), han podido registrar los polinizadores de ambos tipos de
poblaciones (cultivadas y silvestres) y la capacidad de intercambio de genes.

Por lo expuesto, el objetivo general del presente estudio fue determinar los
mecanismos de cruzamiento entre poblaciones de papa cultivada y de sus
parientes silvestres en la comunidad de Huancacalla Chico del distrito de

149
Haquira, Cotabambas, Apurímac, identificando qué especies de insectos
participan y en qué medida. Para ello se planteó 1) Identificar cuáles de las
variedades nativas de papa cultivada y sus parientes silvestres son compatibles
para su reproducción; 2) Determinar la fenología floral de las variedades
nativas de papa y un pariente silvestre, y 3) Identificar los polinizadores
florales involucrados en el flujo de polen entre las poblaciones de papa
cultivada y silvestre.

ÁREA DE ESTUDIO

Esta investigación se llevó a cabo en la comunidad campesina Huancacalla


Chico, que pertenece al distrito de Haquira, provincia de Cotabambas, región
Apurímac. Su ubicación geográfica corresponde a las coordenadas 14º15'529''
latitud sur y 72º17'979'' longitud oeste, a una altitud de 4134 m.s.n.m. Además,
se ubica dentro de la cuenca de Santo Tomás, y, según Holdridge, R. (1982), la
comunidad pertenece a la zona de vida natural “Paramo húmedo montano
subtropical (ph – MS)”. La estación de lluvias empieza en el mes de octubre,
con mayor intensidad entre los meses de enero y marzo, culminando en abril.
Se estima que el promedio anual de las precipitaciones fluviales de diciembre
a enero es de 700mm3 a 850mm3. Entre los árboles y arbustos que sobresalen
se pueden mencionar al eucalipto y el molle. También chaman retama,
maguey, huarango, chachacomo, tayanca, tuna, las cactáceas columnares, la
tara, entre otros, que se venden sin ningún valor agregado (Huillcahuanaco,
2008).

150
METODOLOGÍA

El trabajo de campo se realizó durante la campaña 2016 – 2017 y concluyó en


junio del 2017. Los siguientes meses se realizó la fase de laboratorio y la fase
de gabinete, es decir, el procesamiento de datos. El trabajo se llevó a cabo en
una población de papa cultivada con variedades nativas, con un total de 30
variedades, obtenidas de la colección institucional del Centro CADEP, las
cuales fueron sembradas en un campo de cultivo brindado por los pobladores
en la comunidad de Huancacalla Chico. Este campo contaba en los bordes o
“pirqas” con una población de papas silvestres pertenecientes a la especie S.
bukasovii.

Análisis de ploidía de variedades nativas de papa cultivada

Este se realizó para las papas nativas y un pariente silvestre (S. bukasovii) por
el método de conteo de cloroplasto (Huamán, 1995) con algunas
modificaciones. Se recolectaron los foliolos terminales de varias hojas de la
misma planta por cada variedad estudiada. En el laboratorio del Centro
Regional de Investigación en Biodiversidad Andina (CRIBA), con ayuda de un
alfiler, se cortó la epidermis del envés próximo a las nervaduras del foliolo
sobre un portaobjeto, luego se añadieron dos gotas de Tintura de Yodo y una
gota de glicerina, posteriormente se colocó el cubre objeto por 10 minutos y se
observó al microscopio.

Experimentos de cruzas entre papa cultivada y un pariente silvestre

Primero, se emascularon (retirar las anteras) las yemas florales escogidas para
ser receptoras de polen, previamente marcadas en horas de la mañana (121 de
papas cultivadas y 45 de S. bukasovii). Se recogió polen de flores maduras
marcadas previamente en placas Petri (121 de S. bukasovii y 45 de papas

151
cultivadas). El polen de S. bukasovii se impregnó en los estigmas de las flores
emasculadas de las papas cultivadas, y el viceversa. Para prevenir agentes
adversos, las yemas florales polinizadas se cubrieron con bolsas tull de tamaño
10 cm x 10. Se recolectaron bayas de las flores que formaron la misma a los 20,
40 y 45 días después de la cruza. Las semillas se extrajeron, decantaron cuatro
veces, enjuagaron con agua y contaron. Seis meses después se sembraron,
previamente remojadas en ácido giberélico por 24 horas. El porcentaje de
germinación se determinó 20 días después de la siembra.

Fenología: producción de flores

Se evaluó la aparición de flores a lo largo de 7 meses, mediante la observación


directa. Se llevó a cabo el registro fenológico tanto en la población de papa
cultivada como en la de S. bukasovii. Las variables evaluadas fueron tiempo
de floración después de la siembra en las cultivadas y tiempo de floración
después de la emergencia en S. bukasovii, duración de la antesis, horas de
antesis, periodo de floración y pico de floración. El pico de floración se evaluó
según los parámetros de SENAMHI (2015), que incluyeron la fecha de inicio
de floración, floración máxima (pico de floración) y los últimos individuos que
tenían flores. La evaluación se realizó al mismo tiempo en ambas poblaciones
y durante entre los meses de noviembre y mayo.

Estudio sobre visitantes florales y polinizadores

Para la identificación de los visitantes florales se usaron tres video filmadoras


para 3 individuos y 5 flores de la misma inflorescencia por individuo de papa
silvestre y tres filmadoras para 3 individuos y 5 flores de la misma
inflorescencia por individuo de papa cultivada. Tres filmadoras fueron del
modelo Canon Power Shot XS 530 HS, y las otras tres del modelo…Se filmó

152
por 4 días consecutivos desde las 5 hasta las 17 horas. Los videos se observaron
minuciosamente para registrar las especies visitantes a flores de variedades
nativas y sus parientes silvestres, categoría del comportamiento de forrajeo
(polinizadoras, robadores de polen y visitantes), duración en segundos de
visita por flor, visitas según rango de hora, frecuencia de visitantes por flor,
comportamiento de pecoreo según fecha de observación. De esta manera, con
los detalles se contribuye a identificar cuáles son visitantes potencialmente
efectivos en la polinización (que tienen contacto con las estructuras
reproductivas de la planta) y cuales no (sin contacto con las estructuras
reproductivas) (Ortiz et al., 2010). También se procedió a colectar los insectos
con redes entomológicas tanto en la población silvestre como en la cultivada y
fueron preservados en alcohol al 70% para su posterior identificación. Estos
fueron identificados mediante el uso de claves de Fernandez et al. (2006),
Michener (2000) y Silveira et al. (2002), con el apoyo del laboratorio de
entomología de la Facultad de Biología de la UNSAAC. Los especímenes
fueron acomodados en una caja entomológica y depositados dicho laboratorio.
La información se llevó a una base de datos en Excel 2010 y estos datos se
exportaron el paquete estadístico SPSS V.25, donde se realizó el análisis
descriptivo de horarios de actividad y el comportamiento de pecoreo de las
abejas visitantes mediante un análisis de varianza (ANOVA).

RESULTADOS Y DISCUSIONES

Niveles de ploidía de las variedades nativas de papa y parientes silvestres

Como se observa en la Tabla 1, del total de 30 variedades de papa nativas, se


obtuvo en su mayoría variedades diploides, seguidas de las tetraploides. Solo

153
se pudo observar una variedad triploide y una pentaploide. Las siglas NI
significan “no identificadas” debido a que los agricultores no estaban seguros
de que los individuos de los que se extrajo las hojas pertenecieran a la variedad
indicada. Esto concuerda con Contreras (2008), que indica que de todas las
especies silvestres existentes de papa y las ocho cultivadas, hay un 74.6 % de
diploides, 3.8 % triploides, 14.8% tetraploides, 1.6% pentaploides y 5.5%
hexaploides. Es importante mencionar que S. bukasovii es una especie diploide
(Spooner et al., 2014).

Tabla 6. Poliploidización de papas nativas

N° VARIEDADES NATIVAS CODIGO PLOIDIA


1 Puka Ñawi P’asña PÑP 2n=2x=24

2 Azul Ñawi P’asña AÑP 2n=2x=24


3 Yuraq Pitusiray YP 2n=2x=24
4 Yana Linli YL 2n=2x=24
5 Makustin MA 2n=2x=24

6 Yuraq Khulluna YK 2n=2x=24


7 Puka Khulluna PK 2n=2x=24
8 K'ala Ñinri K'Ñ 2n=2x=24
9 Puka Isakaña PI 2n=2x=24

10 Manta korales MC 2n=3x=36


11 Yana Suwa Llulla YSL 2n=4x=48
12 Lerccay LE 2n=4x=48
13 Michi Senqa MS 2n=4x=48

154
14 Moro Salamanka MSA 2n=4x=48
15 Puma Maki PM 2n=4x=48

16 Yana P'utis YP' 2n=4x=48


17 Yana Phoq'oya YP 2n=5x=60
18 Alqocha Papa AP NI
19 Yuraq Sunc’hu YS NI

20 Puka Suso PS NI
21 Yana Suso YSU NI
22 Yuraq Wachala YW NI
23 P’alta Paullo PP NI

24 Yuraq Suso YUS NI


25 Sapo Ñinri SÑ NI
26 Yana Isakaña YI NI

27 Daniel DA NI
28 Moro Linli ML NI
29 P'alta Suso P'S NI
30 Chakiña CH NI

Pruebas de cruzas entre papa cultivada y un pariente silvestre

En cuanto al cruce de S. bukasovii como receptor de polen (♀) con variedades


cultivadas como donadoras de polen (♂), de un total de 45 flores polinizadas
se formaron siete bayas, que corresponden a las flores de S. bukasovii cruzadas
con las variedades Alqocha papa, Yana Suwa Llulla, Azul Ñawi Pasña, Yuraq
Pitusiray. De ellas, todas formaron semillas a excepción de la única baya

155
perteneciente a la variedad Azul Ñawi Pasña. Observar los resultados en la
Figura 1.

8 350
7 300
N° de flores y bayas

N° de semillas
250
5
200
4
150 N° FLORES
3
2 100 N° BAYAS
1 50 N° SEMILLAS
0 0
BUK x YS**
BUK x YP*
BUK x YSL*

BUK x AÑP*

BUK x YK*

BUK x LE**
BUK x PS **

BUK x YW**
BUK x AP**
BUK x MS**
BUK x M*
BUK x PÑP*

BUK x YL*

BUK x PP***
S. bukasovii x variedades nativas
Figura 9. Número de flores, bayas y semillas resultado de la polinización S.
bukasovii (BUK, receptor de polen) x variedades nativas (donadoras de
polen) (♀ X ♂). Ver nombres completos de las variedades cultivadas en la
Tabla 1.
*Variedades cultivadas diploides
**Variedades cultivadas tetraploides
***Variedades cultivadas de ploidía indeterminada

Por otro lado, en el caso del cruce de variedades nativas como receptoras de
polen (♀) con S. bukasovii como donador de polen (♂), de las 121 flores
cruzadas, solo 34 formaron bayas, y de ellas, solo 5 presentaron semillas. Ver
la Figura 2.

Se observaron cruces exitosos en las papas nativas tetraploides y diploides; en


el caso de la triploide y pentaploide no hubo formaciones de baya. Las bayas
(tretraploide y diploide), sin semillas fueron abortadas a los 20 días, pero
debido a la presencia de heladas negras (helada agronómica), que ocurrió por
dos días consecutivos. Los datos registrados serían primeros indicios que
concuerdan con lo demostrado por Muthoni et al., (2012), quienes indican que

156
en general los ploliploides pares son fértiles mientras que los poliploides
impares son masculinos estériles, y los hexaploides y tetraploides son

14 70

12 60

10 50

N° de semillas
N° Flores y bayas

8 40
N° FLORES

6 30 N° BAYAS

N° SEMILLAS
4 20

2 10

0 0
PK x BUK*
YK x BUK*

PP x BUK*****
YSL x BUK*

YP x BUK*

PI x BUK*
MA x BUK*

MSA x BUK***
SÑ x BUK***

YP´ x BUK***

YW x BUK*****
CH x BUK*****
LE x BUK*
PÑP x BUK*

AÑP x BUK*

YP x BUK****

ML x BUK*****
YL x BUK*

K´Ñ x BUK*

MC x BUK**

MS x BUK***

YSU x BUK*****
YUS x BUK*****

DA x BUK*****
PS x BUK***

YS x BUK***
AP x BUK***
PM x BUK***

YI x BUK*****

P´S x BUK*****
Variedades nativas x S. bukasovii
poliploides autocompatibles.

Figura 10. Número de flores, bayas y semillas resultado de la polinización


variedades nativas de papa (receptor de polen) x S. bukasovii (BUK, donador
de polen) (♀ X ♂). Ver nombres completos de las variedades cultivadas en la
Tabla 1.
*Variedades cultivadas diploides
**Variedades cultivadas triploides
***Variedades cultivadas tetraploides
****Variedades cultivadas pentaploides
*****Variedades cultivadas de polidía indeteterminada

Se observó que en general, a pesar de haberse polinizado menos flores de S.


bukasovii y de producir estas menos bayas, se obtuvo mayor número de
semillas de ellas que de las flores de las variedades cultivadas. Esto concuerda
con la afirmación de Papa y Gepts (2004), de que, en cultivos propagados

157
vegetativamente, el flujo de genes en el sentido silvestre a domesticado es
prácticamente nulo, mientras que en el sentido domesticado a silvestre es muy
intenso.

En cuanto al porcentaje de germinación, este fue de 100% en todas las semillas


a los 20 días después de haberse sembrado, excepto en la cruza de S. bukasovii
(♀) x Azul Ñawi Pasña (♂), en la que el porcentaje de germinación fue 0%.

Sobre todo, se observa cierta concordancia con lo registrado por Scurrah et al


(2008) quienes muestran cómo los híbridos de S. bukasovii con variedades
diploides de papa cultivada producen un elevado número de frutos y semillas,
tanto al ser donadoras o como receptoras de polen. Pero, por otro lado, en este
estudio los resultados de hibridación entre S. bukasovii y variedades
tetraploides no fueron tan claros. Se cuentan con datos de un cruzamiento con
una variante tetraploide que resulta en producción de bayas y muchas
semillas, pero no se pudo evaluar un patrón similar con otras variantes
tetraploides, por lo que se recomienda repetir y ampliar el experimento, sobre
todo debido a que fue realizado en campo abierto, y por lo que estuvo sujeto a
las inciertas variaciones en el tiempo.

Evaluación de la fenología: floración

Se observó que el período desde la paralización vegetativa hasta el


desprendimiento del pétalo duró de 27 a 29 días en S. bukasovii, y de 25 a 29
días en las variedades nativas. En ambos grupos la duración de la antesis fue
de 4-5 días, las antesis comienza a horas de la mañana. Así, los resultados
concuerdan con Barrientos (2012), quien menciona que las flores de Solanum
sp., se caracterizan por presentar antesis al amanecer, y con Meza et al. (2014),

158
quienes afirman que la duración de la antesis es de 4 días, y ocurre de 6:45 a.m.
a 8:00 a.m.

En cuanto al inicio de la floración, esta ocurrió a los 78 días después de la


siembra en las variedades nativas, y a los 45 días después de la emergencia el
caso de S. bukasovii. El pico de floración (periodo de mayor intensidad de
floración), se observó en las variedades nativas a los 92 días después de la
siembra, en el caso del S. bukasovii, a los 63 días después de su emergencia
(momento en que brota de la tierra el tallo con las primeras hojas de la planta).
En la Figura 3 se puede observar que existe un traslape parcial de las etapas de
floración entre los meses de enero y febrero en que ambos periodos de floración
coinciden. Esto brindaría evidencias de que potencialmente podría existir
intercambio de polen de ser el caso en que ambas poblaciones silvestres y
cultivadas compartan especies de polinizadores. Cabe recalcar que hubo
sequías prolongadas después de la siembra (noviembre – diciembre), además
de nevadas y granizadas intensas en los meses de enero, febrero e inicios de
marzo, y heladas negras a fines de marzo; la campaña 2016-2017 fue atípica por
la presencia de “El niño costero”.

Estos resultados son afines con la investigación de Ladrón de Guevara (2005),


quien menciona que la aparición de los botones florales y primeras flores de
Solanum spp. va de los 68 a 84 días después de la siembra, aunque no con Meza
et al. (2014), quien indica 55 días para ello, y que el periodo de mayor
intensidad de floración ocurre a los 60 días con flores en cerca del 90% de las
plantas. En general, Román et al. (2002), indican que la floración comienza en
variedades precoces, a los 30 días; en variedades intermedias, entre los 35 y 45
días, y en las tardías entre 50 y 60 días.

159
Figura 11. Meses y picos de floración de variedades nativas cultivadas de
papa y su pariente silvestre S. bukasovii

El periodo de floración de la especie S. bukasovii, es un nuevo registro para la


región de estudio, que contrasta con lo reportado por Scurrah et al., (2008) para
Puno, donde la floración ocurre entre la quincena de febrero y quincena de
abril, lo que corresponde a una región que se encuentra ubicada en el extremo
sur del país.

Identificación de visitantes florales y polinizadores

De un total de 201 eventos de visita de insectos que se registraron durante las


filmaciones, se observó que en el 64% el insecto se comportó como polinizador,
en el 28% como visitante y en el 8% como robador de polen. Respecto a ello, de
acuerdo a Pantoja et al. (2014), los visitantes flores no siempre son
polinizadores, su papel en la polinización dependerá entre otras cosas de su
identidad, tamaño, edad y experiencia previa. El agente polinizador visita las
flores, acarrea polen que es co-específico y viable de la planta que se estudia, y
deposita suficiente polen en la parte correcta y receptiva del estigma en el

160
tiempo correcto de su desarrollo. En la Figura 4 se observa el comportamiento
forrajero de algunos visitantes florales filmados.

Se capturaron 38 ejemplares de visitantes florales de los cuales 10 fueron


identificados: 4 a nivel de especie, 5 hasta género y 1 a nivel de familia, como
se muestra en la Tabla 4.

Tabla 7. Visitantes florales capturados de flores de papa cultivada y S.


bukasovii
Nº ORDEN FAMILIA GÉNERO ESPECIE

1 Bombus Bombus sp.


2 Kelita Kelita sp.
Apidae
3 Himenóptera Bombus Bombus funebris Smith, 1854
4 Bombus Bombus opifex Smith, 1854
5 Halictidae Ruizanthedella Ruizanthedella sp.
6 Melyridae Astylus Astylus subannulatus Pic,1903
7 Tetragonix Tetragonix sp.
Coleóptera
Meloidae Epicauta zishkai Martínez,
Epicauta
8 1955

9 Syrphidae Allograpta Allograpta sp.


Díptera
10 Sarcophagidae NN1 NN1

161
Figura 12. Algunos visitantes florales. A) y B) Kelita sp. forrajeando con el
cuerpo encorvado sobre las anteras y estigma de la flor, C) Bombus funebris,
con el cuerpo encorvado en forma de C, y forma de recolección de polen en
forma de una bola, D) Bombus sp., con comportamiento de forrajeo igual que
las anteriores, E) Allograpta sp., solo llega a tocar los estambres, F) Astylus
subannulatus sp., reportada como plaga, en esta investigación se la observó
lamiendo polen.

162
Asimismo, como se muestra en la Figura 5, si bien Kelita sp., Bombus sp.,
Bombus funibris, solo se observaron como polinizadores, cinco especies
presentaron diferentes comportamientos de forrajeo.

80.6%
Sarcophagidae 16.1%
3.2%

0.0%
Ruizanthedella sp. 33.3%
66.7%

85.7%
Epicauta zishkai 14.3%
0.0%

0.0%
Bombus funebris 0.0%
100.0%

0.0%
Bombus sp. 0.0%
100.0%

0.0%
Kelita sp. 0.0%
100.0%

37.1%
Allograpta sp. 14.3%
48.6%

60.0%
Astylus subannulatus 5.0%
35.0%

0.0% 20.0% 40.0% 60.0% 80.0% 100.0%


Visitante Robador de polen Polinizador

Figura 13. Categoría del comportamiento de forrajeo (polinizadores,


robadores de polen y visitantes) de los insectos identificados.

Se observó en esta investigación que no hay polinizadores exclusivos, pues


todas las especies que filmadas con comportamiento de polinizadores son
compartidas por papas nativas cultivadas y S. bukasovii (Ver Figura 6). Sin
embargo, existe mayor frecuencia de visita de especies polinizadoras como
Bombus funebris, Bombus sp. y Kelita sp. en S. bukasovii, lo cual tal vez se
deba a que las especies silvestres emanen mayor olor o contengan mayor

163
cantidad de polen, pues de acuerdo a Warren et al. (2014), el olor y composición
química del polen varía con la biología reproductiva de cada planta.

Sarcophagidae

Ruizanthedella sp.

Bombus funebris

Bombus sp. Cultivada

Kelita sp. Silvestre

Allograpta sp.

Astylus subannulatus

0.0% 20.0% 40.0% 60.0% 80.0% 100.0%

Figura 14. Polinizadores en especies silvestres y cultivadas de papa

En el caso de las papas cultivadas (Solanum spp.) lo registrado coincide con


SIOVM (2017), que reporta para la especie Solanum tuberosum vectores
entomófilos para el transporte de polen, principalmente especies del género
Apis y Bombus latreille.

Scurrah et al. (2008) reporta al género Astylus sp. en Junín y Cusco, y a Bombus
funebris como polinizadores en el cultivo de papa en las regiones de Junín,
Cusco y Puno, coincidiendo con lo encontrado en el presente estudio. En los
análisis de comportamiento de forrajeo no se tomaron en cuenta a Bombus
opifex y Tetragonix sp. ya que estos no aparecieron durante las filmaciones,
pero sí en las colectas. Sin embargo, Scurrah et al. (2008) sí reportó a Bombus
opifex como polinizador de papas cultivadas en la región Puno

164
Por otro lado, sobre el promedio de la duración de vista, este varió desde 3.04
segundos para Bombus sp. hasta 113.75 segundos (1.9 minutos) en Astylus
subannulatus, coincidiendo con De Luca et al. (2013), Barrientos (2012) y
Sepulveda (2013), quienes mencionan que las abejas de diferentes familias y
especies invierten poco segundos en cada flor, entre 5 y 16 segundos, y entre 4
y 247 segundos respectivamente.

Finalmente, en cuanto al horario de actividad, este se clasificó en cuatro rangos


de horas (9:00 a 11:59; 12:00 a 14:59; 15:00 a 16:59). Si bien el ANOVA indicó
que no hay diferencias estadísticamente significativas (P=0.865) entre estos
rangos, las observaciones indican una mayor frecuencia de visita de 12:00 a
14:59 horas, con un total de 57.7% (33% en silvestres y 30% en cultivadas) de
los 201 eventos de visita registrados; las visitas restantes se distribuyeron en
los otros rangos de horas. FAO (2007) menciona que los polinizadores se
vuelven más activos en diferentes momentos del día o incluso entre años, los
polinizadores más abundantes y eficaces de un cultivo pueden cambiar.
Barrientos (2012) y FAO (2007) encontraron mayor cantidad de abejas
forrajeando entre las 10 y 12 horas del día; esta diferencia respecto a lo
registrado en esta investigación podría deberse a los días lluviosos durante el
experimento.

En este trabajo también se pudo apreciar que una flor recibió más de un
visitante floral ya sea de la misma especie o distinta. Lo mismo fue observado
por Barrientos (2012), quien indica que incluso, en muchos casos las abejas
dejan marcas sobre la superficie de los estambres que son útiles para identificar
las flores que ya han sido visitadas.

165
CONCLUSIONES

En las cruzas recíprocas de variedades nativas y su pariente silvestre


(S.bukasovii) se lograron las cruzas con éxito en papas que tenían ploidía par
(diploide y tetraploide). En cuanto a los periodos de floración y duración de la
antesis, existe traslape durante las temporadas de año de floración de las papas
nativas y sus parientes silvestres, lo que sería una evidencia de que la
coexistencia y los traslapes pueden contribuir al intercambio de genes vía el
movimiento de polen. Asimismo, se identificaron visitantes florales y un
potencial polinizador (Bombus opifex), registrándose que son visitantes tanto
en flores de papa cultivada como de S. bukasovii, y siendo el rango con mayor
actividad entre las 10 y 12 horas. Todo esto brinda evidencias de la existencia
de flujo de genes vía el movimiento de polen gracias a los polinizadores
compartidos entre las papas nativas cultivadas y sus parientes silvestres, lo que
sustentaría que existen conexiones naturales entre ambos tipos de poblaciones
y habría contribuido, contribuye y posiblemente continuará contribuyendo a
la generación de variabilidad genética para el cultivo de la papa, pero lo cual
deberá estudiarse con mayor profundidad en el futuro. Se sugieren realizar
investigaciones sobre la viabilidad de las semillas producto de los
cruzamientos entre las especies estudiadas que coexisten en este escenario
altoandino.

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171
172
2.2. MAÍZ

173
174
¡Cuaternarios maíces, de opuestos
natalicios,
los oigo por los pies cómo se alejan,
los huelo retomar cuando la tierra
tropieza con la técnica del cielo!
¡Molécula exabrupto! ¡Átomo terso!

Cesar Vallejo: Telúrica y Magnética


(Fragmento)

175
176
CULTIVO DE MAÍZ EN CUSCO: DIVERSIDAD, CONSERVACIÓN
Y SANIDAD

Wilfredo Catalán-Bazán1, 2, 3, Teófilo Cosio-Cuentas1,2, Fabiola Catalán-Ortega3

1ESCUELA PROFESIONAL DE AGRONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO

(UNSAAC), 2CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE CULTIVOS ANDINOS (CICA-UNSAAC), 3PROGRAMA DE


INVESTIGACIÓN EN MAÍZ (UNSAAC)

DIVERSIDAD Y CONSERVACIÓN

El Perú, a través del Programa Nacional de Maíz, conserva en la actualidad 250


accesiones agrupadas en 51 razas. Esta diversidad genética, ubica al país en un
sitial importante en Latinoamérica, siendo así para las instituciones
competentes una gran responsabilidad continuar con la conservación y la
investigación, por ejemplo, en la generación de nuevas variedades o líneas con
proyección hacia el mercado y la seguridad alimentaria para los que producen
y conservan este recurso genético.

La región de Cusco dispone de amplia diversidad de maíz cristalino en la


amazonía y de maíces de altura en la zona andina, donde se reconoce a los
agricultores como los mejores y fieles conservadores y consumidores de este
recurso genético. El Centro de Investigación de Cultivos Andinos (CICA) de la
Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, es el encargado de
conservar esta diversidad. Para ello, cuenta con un Banco de Germoplasma en
el cual conserva 627 accesiones, agrupadas en 13 razas, colectadas de la región
de Cusco y Apurímac. En la actualidad sus actividades consisten en la
caracterización agro-botánica realizada a través de tesis de investigación de
pregrado y postgrado, y se está avanzando con la caracterización molecular de

177
seis razas para determinar la diversidad genética. Terminar este estudio es la
tarea que queda en el futuro (Ver la Figura 1).

a b c
v v v
Figura 1. Aspectos del trabajo del CICA-UNSAAC. (a) Banco de germoplasma de
maíz del CICA, (b) Entradas Identificadas y Agrupadas por año de refrescamiento,
(c) Ejemplo de una publicación de los investigadores del CICA.

NUEVOS COMPUESTOS GENERADOS POR EL CENTRO DE


INVESTIGACION EN CULTIVOS ANDINOS (CICA-INSAAC)

Con el mejoramiento genético convencional el CICA, a través del Programa de


Maíz, ha generado dos compuestos raciales: el “Compuesto Blanco Kayra” con
rendimiento promedio de 4.3 t/ha y periodo vegetativo de 6.5 meses, y el
“Compuesto Amarillo Kayra” con rendimiento promedio de 4.4 t/ha y 6 meses
de periodo vegetativo (Ver la Figura 2). Ambos compuestos poseen mejor
adaptación al estrés abiótico (estrés hídrico) y biológico (principalmente a las
enfermedades foliares). Estos materiales han sido ampliamente distribuidos a
los agricultores de los diferentes agroecosistemas de maíz en la región de
Cusco y Apurimac, que ahora forma parte de la diversidad de variedades de
maíz en el sistema del agricultor.

178
a b
v a

Figura 2. Compuestos desarrollados por el CICA-UNSAAC. (a) Compuesto


Blanco Kayra, (b) Compuesto Amarillo Kayra

VARIEDADES ÉLITES DE MAÍZ EN CUSCO

Si bien la diversidad de razas y variedades que conservan y producen los


agricultores en los diferentes agroecosistemas de la región de Cusco constituye
la base de la seguridad alimentaria en sus diferentes formas de uso, hay
variedades élites que son sembradas en mayor extensión y en diversos
agroecosistemas porque tienen mayor acogida y demanda en el mercado
regional, nacional e internacional, estas variedades son:

La variedad Blanco Gigante Cusco


Esta cuenta con “Denominación de Origen” y tiene ventajas comparativas
únicas por la calidad del grano y su adaptación a un piso agroecológico único
en Valle Sagrado de los Incas. Es sembrada por 4500 agricultores y sembradas
en 5000 hectáreas aproximadamente, de las cuales el 30% son para choclo y
70% para grano. Su periodo vegetativo dura ocho meses y los rendimientos
fluctúan de 3 a 6 t/ha, lo cual está supeditado al nivel de tecnología que el
agricultor utiliza. Los granos de primera y segunda calidad determinados por
el peso y tamaño son comercializados al mercado internacional de Japón,

179
Estados Unidos, Alemania, España, China, Grecia y Chile. Los granos de
tercera y otros son comercializados en el mercado nacional o consumidos por
los agricultores (Ver la Figura 3).

La variedad Amarillo Oro


Formalizada su liberación por el INIA, es la otra de mayor extensión sembrada
por la demanda comercial en el expandido “mana” y con otras variedades
locales de amarillo semi-cristalino forman la alternativa de mayor consumo en
la zona rural en “mote”, harina, la jora (germinado) para la elaboración de
chicha, el hábito de consumo en choclón en esta variedad es muy poco, el
periodo vegetativo fluctúa de 6 a 7 meses y el rendimiento promedio de 3 t/ha
(Ver la Figura 3).

b
a

Figura 3. Variedades más sembradas en Cusco: (a) Variedad Blanco Gigante


de Cusco (Fotografía de cortesía AGROVAS), (b) Variedad Amarillo Oro
(Foto de Wilfredo Catalán Bazán)

La variedad Chulpi
Tiene alta demanda en el mercado, pero la oferta es limitada porque, por su
periodo vegetativo largo (ocho meses), es sembrada en zonas con menor riesgo
a heladas y en parcelas con disponibilidad de agua de riego. Su consumo

180
destaca en tostado “cancha” y se promueve preferentemente en los hoteles,
restaurantes turísticos, cevicherías y los mercados Wong y Metro; los
rendimientos varían de 3 a 4 t/ha. El INIA cuenta con el material de selección
avanzada, próximo a liberar una nueva variedad (Ver la Figura 4).

La variedad Chacche Andenes


Es una variedad seleccionada en la Estación Experimental Andenes (INIA-
Cusco) y formalizada su liberación en el año 2001. Su periodo vegetativo varía
de 5 a 6 meses y el rendimiento de 3 a 4 t/ha. El principal atributo mejorado es
el tamaño de grano que está relacionado con el rendimiento y es de amplio
consumo en tostado y requerido básicamente en las cevicherías (Ver la Figura
4).

a b
Figura 4. Algunas variedades élites de Cusco: (a) Variedad Chullpi, (b)
Variedad Ch’ecche Andenes. Fotografías de Wilfredo Catalán Bazán

OTRAS RAZAS DE CONSUMO LOCAL

Otras razas de maíz que forman parte del sustento de la seguridad alimentaria
de las comunidades campesinas y los mercados de las zonas rurales, son:
Lukuchanca, y Morocho sembradas preferentemente al Nor-Oeste de Cusco, y
las razas San Jerónimo, Huancavelicano, Cusco y Pisccorunto, al Sur- Este y
Sur-Oeste. Otras razas están relegadas a sitios específicos por su requerimiento

181
agroecologico, por la preferencia de los agricultores por usos particulares de
consumo u otras razones culturales de uso (Ver la Figura 5).

Figura 5. Familia mostrando sus variedades de maíz (Fotografía de Wilfredo


Catalán Bazán).

SITUACION ACTUAL DE SANIDAD DEL CULTIVO DE MAIZ EN


CUSCO

La sanidad es un aspecto preocupante porque en los últimos años, los


agricultores perciben el aumento y mayor presión de daño de plagas y
enfermedades en agroecosistemas por debajo de 3200 m.s.n.m, donde la
amenaza es a la priorización del uso de pesticidas, alternativa cuya aplicación
no era usual en muchas zonas de producción de maíz. En Cusco, de 28 690
hectáreas sembradas anualmente, el 35% ya reciben el control químico,
mientras que el 65% es todavía libre de uso de esta tecnología, salvo en algunas
campañas, cuando la insurgencia de plagas o enfermedades es mayor de lo
normal. Para el año 2000, en Cusco se registra el control químico de insectos
plagas solo para las comunidades de la zona baja de Limatambo, en
Quillabamba y esporádicamente en las comunidades de pisos bajos de

182
Ollantaytambo y Paruro, las cuales correspondían aproximadamente al 10% de
área sembrada en Cusco.

Plagas
Las especies de plagas registradas en categoría clave se describen a
continuación. El Puranius sp. (Curculionidae-Coleóptero), se comporta como
masticador del embrión y tallo subterráneo en los primeros 40 días después de
la siembra. Le sigue Diabrotica spp. (Chrysomelidae-Coleóptero), un
masticador de hojas e importante en los primeros estadíos de desarrollo de las
plantas. Continúan los masticadores de hojas Spodoptera frugiperda y
Copitarsia turbata (Noctuidae-Lepidoptera). Los masticadores de grano
lechoso y seco son Heliothiz zea (Noctuidae-Lepidoptera), en almacén el
Pagiocerus frontalis (Curculionidae-Coleoptera), junto con Ephestia sp.
(Gelechiidae-Lepidoptera); son plagas importantes por debajo de 3000
m.s.n.m., y que requieren necesariamente el control químico y otras prácticas
culturales. Los cicadélidos con la especie Dalbulos maydis (Cicadellidae-
Hemíptero) es un insecto con daño no percibido por los agricultores, pero es el
potencial transmisor del patógeno Espiroplasma (Mullicutis), conocido por los
agricultores como la enfermedad de “Pukaponcho”; por otro lado, los
pulgones “piojera o it’ha” Rhopalisiphum maydis son importantes desde antes
y durante la floración. Asimismo, los insectos del género Trips sp. (Tripetidae-
Tysanoptera), importantes en los primeros estadíos de desarrollo del cultivo,
son plagas de condición ocasional, donde es opcional el control químico. La
mayoría de estas plagas en altitudes mayores a 3000 m.s.n.m. no requieren el
uso de control químico, salvo casos exceptuados en la primera etapa de
desarrollo del cultivo (Ver la figura 6).

183
Enfermedades
Las enfermedades foliares son las más importantes para los agricultores
ubicados por debajo de 3200 m.s.n.m., donde es posible el uso de fungicidas
para el control. La Bipolares sp., anteriormente llamado Helmimthosporium
turcicum, la Cercospora maidis y la Puccinia maidis, son patógenos asociados
a las hojas, pedúnculo y las brácteas, a los cuales los agricultores denominan
“rancha de maíz”. La infección inicial de estas se observa a partir de la etapa
V6 y V8, pero la enfermedad se hace evidente con los síntomas en V11 o V12,
cuando el agricultor recién repara el daño. Para las mazorcas se resalta a los
patógenos Diplodia sp. y Fusarium sp., las infecciones son preocupantes en los
últimos años y están relacionadas fuertemente con las mazorcas que tienen
cobertura parcial o incompleta de brácteas, daños de aves, insectos, roedores y
plantas acamadas por el efecto del viento; por otro lado las lluvias
extemporáneas que se presentan en mayo y junio, propician el ambiente ideal
para su desarrollo, el control está basado en la selección y aislamiento de las
mazorcas en campo previa a la cosecha, y luego en tendal y almacén.

Figura 6. Esquema de distribución de plagas relacionadas con las etapas


fenológicas del cultivo. Elaborado por Wilfredo Catalán (2018).

184
CAMBIO CLIMÁTICO Y EL CULTIVO DE MAÍZ EN CUSCO

Muchos científicos consideran que el maíz es uno de los indicadores biológicos


que ayuda a afirmar efectos del cambio climático en ciertos agroecosistemas.
En Cusco, el maíz en los últimos 20 años ha ganado mayor altura, tal es así que,
en Mamuera (Maranganì – Canchis) que está ubicado a 3800 m.s.n.m., ahora
siembran el maíz para uso en grano y chala para la alimentación de los
animales. Otros expertos manifiestan que, para el maíz Blanco Gigante de
Cusco, su piso agroecológico ideal se encuentra 100 metros más arriba de su
piso original, ya que en este último estaría sufriendo estragos fisiológicos,
bióticos y abióticos inadecuados para el cultivo. Por otro lado, los agricultores
perciben con claridad que en muchos de los cultivares de maíz se está
reduciendo el periodo vegetativo, que está relacionado con el crecimiento y la
maduración acelerada, en efecto con demanda de nutrientes y agua en corto
tiempo (el uso de materia orgánica en el suelo es mínimo).

El estrés hídrico es el otro factor frecuente, como consecuencia de la escasez de


agua, requerimiento concentrado en casos de sequía y por el comportamiento
de la fluctuación anormal de las lluvias en los últimos años. De acuerdo a los
datos estadísticos de la Dirección Regional Agraria de Cusco, el 30% de las
áreas sembradas se desarrollan solo con lluvias, 60% de áreas sembradas con
lluvias y complementadas con el riego, y 10% de áreas sembradas solo con
riego, siendo así el cultivo de maíz en Cusco altamente vulnerable a variaciones
anormales de las lluvias y escasez de agua de riego.

La proliferación de plagas y enfermedades, que sin duda está relacionada


directamente con las variaciones de la temperatura ambiental, la humedad
relativa, las lluvias y las prácticas de control químico, factores propiciados por

185
el efecto del cambio climático, es percibido por los agricultores, técnicos y
profesionales.

Por ejemplo, en un Informe de MINAM y Eco Development Group (2016) el


65% de los agricultores manifiestan que en sus cultivos observan nuevas plagas
que antes no estaban presentes, y 32% de agricultores manifiestan que esto es
consecuencia del cambio climático. Por otro lado, en una Investigación
realizada por Mamani y Catalán (2006), se reporta que en los campos de maíz
del Valle Sagrado se ha encontrado el 57,50% de mazorcas llenas de granos, el
28,84% de mazorcas pequeñas y llenas de granos, 13.66% de mazorcas
deformes y parcialmente llenas de grano, el 50,17% de los granos chupados con
un peso de 46,06 g/100 granos y 49,50 % de granos maduros y llenos con un
peso de 57,39 g/100 granos.

BIBLIOGRAFÍA

Cosio. P.; Catalán. W.; Yepez. E.; Meza. I. 2014. Conservación, caracterización
y evaluación del germoplasma de maíz del CICA – FAZ – UNSAAC, Cusco.

Dirección Regional Agraria de Cusco, 2015. Estadísticas de producción


agropecuaria en la región de Cusco. Oficina de Información Agraria.

Mamani. E, Catalán W. 2007. Factores que ocasionan pérdidas y deterioro de


la calidad de grano del maíz blanco gigante Cusco en el Valle Sagrado de
los Incas. Tesis de Ingeniero Agrónomo. Universidad Nacional de San
Antonio Abad del Cusco.

Ministerio del Ambiente (MINAM) y Eco Development Group SAC. 2016.


Informe Final del Servicio de Consultoría para el Análisis Sobre

186
Organismos y Microrganismos del Aire y Suelo del Maíz en el Perú.
MINAM. 117 p.

187
188
2.2.1. DIVERSIDAD INTRA-
ESPECÍFICA

189
190
DIVERSIDAD INTRA-ESPECÍFICA DE MAÍZ Y FACTORES QUE
INFLUYEN EN SU CONSERVACIÓN in situ: RESULTADOS
PRELIMINARES
DISTRITO DE HAQUIRA, COTABAMBAS, APURÍMAC

Jorge Segovia1, Luis Lizárraga1, Alejandro Casas2, Fabiola Parra3, Juan Torres4,
Domingo Begazo4, Robert Bobadilla4, Cesar Ccalluche4

1UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO, 2INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN


ECOSISTEMAS Y SUSTENTABILIDAD (IIES), UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM),
3UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA, CENTRO ANDINO DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN JOSÉ

MARÍA ARGUEDAS (CADEP-JMA)

INTRODUCCIÓN

Para diseñar el aprovechamiento de algunas formas dentro de la diversidad


genética regional de una especie es necesario conocer de manera detallada la
variación existente (Castillo, 1993). El cultivo de maíz es diverso, se siembra en
diferentes continentes y se adapta a distintas condiciones ampliando su
diversidad. Existen más de 250 razas clasificadas y se encuentran
aproximadamente 10000 entradas entre los bancos de germoplasma de México
y América Central, el Caribe, la zona Andina y las costas tropicales de América
del Sur (CIMMYT, 1986).

Los andes centrales del Perú son parte de las regiones más importantes de
diversificación del maíz. De las 260 razas existentes, en ellos se identificaron 52
razas y en la sierra, 27. La riqueza genética de variedades campesinas
tradicionales de cultivos andinos es generalmente alta en familias
conservacionistas. Sin embargo, los pequeños agricultores (además de los que
no poseen tierras y pobres urbanos) están entre los grupos más postergados y
más vulnerables del mundo en desarrollo. A nivel global, cerca de 55% de los
hogares de pequeños agricultores se encuentran por debajo de la línea de
pobreza (Rosenzweig y Hillel, 1998).

191
La preservación de la diversidad genética de las variedades de maíz ha sido
reconocida de gran importancia en la investigación y como consecuencia de su
utilización en mejoramiento de este cultivo. Para el estudio de la diversidad
fenotípica en la formación de los grupos o razas de maíz se utilizaron las
características de hábitat (sobretodo altitud y latitud), planta, panoja, mazorca,
grano, complementada con las características citológicas y arqueológicas. La
evolución de las razas se origina desde tiempos remotos en donde los
agricultores, tuvieron un rol importante desempeñando una amplia gama de
funciones en relación con la producción y el mantenimiento de las semillas. En
muchos casos son ellos quienes todavía continúan con la tradición de conservar
los recursos genéticos seleccionando y plantando las semillas a partir de sus
variedades y son los principales consumidores de su producto (Salhuana,
2013).

En este contexto, existen riesgos de pérdida de variedades asociados a: 1)


Cambios desfavorables en los contextos ecológicos y socioculturales de uso y
manejo, 2) asimetría marcada en riqueza de variedades manejada por las
familias y 3) un alto número de variedades únicas manejada por una sola o
pocas familias. (Casas et al., 2014). Además, se dice que la conservación de las
variedades tradicionales en manos de los campesinos no es una obligación
moral para ellos, ya que, de hecho, permanentemente están transformando y
adaptando variedades para adecuarlas a la satisfacción de sus necesidades, por
lo que, si se identifican variedades valiosas como recursos genéticos para ser
conservadas bajo esta estrategia, se necesitará de estímulos económicos o
culturales para los campesinos que las mantengan (Bellon y Smale, 1998).

Los conocimientos y prácticas locales de manejo de maíz son importantes en


su conservación in situ y para contrarrestar su erosión genética, pero están bajo

192
riesgo latente de perderse por cambios culturales socioeconómicos,
tecnológicos y ambientales. En las comunidades de Ccocha, San Juan de Llac-
Hua y Patahuasi (distrito de Haquira), el maíz es un cultivo principal para su
uso local y comercialización. Conocer las variedades de maíz de estas
comunidades, será útil para la toma de decisiones y planificación de acciones
futura. Algunas son variedades abundantes, pero, paradójicamente, están en
peligro de erosión, por lo que se requieren formas adecuadas de monitoreo de
la diversidad, que vayan más allá del simple registro del número total de
variedades, es decir, saber que tanto existe de cada variante. Por lo tanto, este
estudió planteó determinar la diversidad de maíces y factores ambientales,
socio-económicos y tecnológicos que contribuyen con el manejo y conservación
de maíces en las comunidades campesinas de Ccocha, San Juan de Llac-Hua y
Patahuasi del distrito de Haquira – Cotabambas – Apurímac.

ÁREA DE ESTUDIO

La investigación se realizó en tres comunidades con alta agrobiodiversidad:


Ccocha, San Juan de Llac-Hua y Patahuasi, del distrito de Haquira, provincia
de Cotabambas, región Apurímac. Estas se encuentran en un valle interandino
entre las latitudes 11° 15’ y 13° 30’ sur y los meridianos 72 y 74 Longitud Oeste.
Ocupan parte del nudo orográfico de Vilcanota. Su diversidad y los cambios
abruptos de paisaje y ecosistemas están principalmente asociados a la
Cordillera de los Andes. Ver la Figura 1.

La zona de estudio tiene un clima templado, sobre todo, la comunidad de


Ccocha. Las especies de flora que más abundan en la zona de estudio son: en
la zona baja, la chamana (Dodonaea viscosa), el Senecio oreophyton,

193
huaranhuay (Tecoma stans), tuna (Opuntia ficus-indica); en la parte media, el
sach’a “chachacomo” (Senecio oreophyton), molle (Schilius molle) y pacpa
(Agave americana); y en la zona alta, el pacpa (Agave americana) y eucalipto
(Eucalyptus globulus). Las familias se dedican principalmente a la agricultura
y ganadería. La principal actividad es el cultivo de maíz seguido de papa y
cereales. En Llac-Hua y Ccocha el cultivo principal es el maíz, seguido de la
papa, mientras que en Patahuasi es la papa el principal cultivo, seguida del
maíz. Se dedican a la crianza de animales mayores y menores. Las familias
tienen como idioma predominante es el quechua. La mayor población que
radica en la zona es adulta, mientras que los jóvenes en su mayoría están
migrando hacia otras ciudades y hacia las minas en busca de trabajo y estudio.

Mapa
Provincial

Mapa
Nacional

Mapa
Distrital

Figura 1. Mapa de ubicación del área de estudio

194
METODOLOGÍA

El trabajo de investigación se realizó bajo el permiso y el consentimiento


informado de cada comunidad. Los trabajos se realizaron durante toda la
campaña de desarrollo del cultivo de maíz y la post cosecha.

Se trabajó con 10 familias en cada comunidad, que poseían mayor riqueza de


maíz, estableciendo previamente tres categorías de familias por el número de
variantes diferentes que poseían: a) de 1 a 10; b) de 11 a 20 y c) de 21 a más.
Con estas familias se procedió a realizar el estudio, dividiendolo en dos partes:
primero, el análisis de la diversidad y riqueza a nivel familiar, y segundo, el
estudio de los factores ambientales, socioeconómicos y culturales-tecnológicos
involucrados en el estado de conservación in situ del cultivo de maíz en la
zona.

Para realizar la estimación sobre diversidad y riqueza en el cultivo de maíz, se


registró el total de variantes diferentes de maíz que poseía cada unidad
familiar, según la denominación campesina, lo cual corresponde al valor de la
riqueza. Del volumen total de la cosecha de maíz por familia, se tomó una
muestra de una cuarta parte de toda la producción, para lo cual se lanzaron
sobre el total de producción dos cuerdas perpendiculares que dividían la
cosecha en cuatro. Se pesó la cosecha de maíz para estimar los índices de
diversidad. Se realizó un taller de homonimias y sinonimias con los
agricultores para estimar la riqueza, y así evitar la sobre o sub-estimación en el
total de variantes de maíz que se encontró por comunidad, basándonos en la
metodología seguida en el Proyecto In situ (Torres Guevara et al., 2016). Ya
contando con una lista unificada de nombres de variantes de maíz, se procedió
al registro la biomasa de mazorcas de las variantes de cada familia, y se calculó

195
la proporción del total de biomasa de mazorcas por variante, con respecto al
total de la cosecha. Con estos datos se calcularon los siguientes índices, que
incluyen la abundancia por variante y la equidad en cuanto a la abundancia
entre variantes. Ver la Figura 2.

a b

c d

e f

Figura 2. Secuencia metodológica: (a) Entrevistas a agricultores, (b)


Cosecha del cultivo de maíz, (c) Registro de diversidad, (d) Preparado del

196
pesado (e) Visita a campo para estimar el área y georreferenciación, (f)
Pesado de la cosecha
Para calcular el Índice de diversidad de Simpson se utilizó la siguiente fórmula:

𝑆 = 1 − ∑ 𝑝𝑖2
𝑖

Donde S es la diversidad del cultivo de maíz


𝑝𝑖 : Proporción de biomasa por variante de maíz = peso total mazorcas de la
variante i y peso total de mazorcas cosechadas de todas las variantes. Cuando
el valor es 0, no existe diversidad, y el valor de uno expresa la mayor
diversidad (0 ≤ S ≤ 1).
Asimismo, para calcular el Índice de Shannon Wiener se utilizó la siguiente
fórmula:

𝐻 = − ∑ 𝑝𝑖 ln 𝑝𝑖 ;
Donde:
H≥0
H: diversidad del cultivo de maíz
𝑝𝑖 : Proporción de biomasa por variante de maíz = peso total mazorcas de la
variante y peso total de mazorcas cosechadas de todas las variantes.
En el Índice se Shannon Wiener, si la diversidad es baja, entonces la seguridad
de tomar un individuo de una variante determinada por azar, es alta. Si la
diversidad es alta, entonces es difícil predecir a qué variante pertenecerá un
individuo tomado al azar.

Para la descripción de los factores ambientales, socioeconómicos y culturales-


tecnológicos que contribuyen con la conservación in situ del cultivo de maíz,

197
se usaron modelos lineales generalizados para explorar la relación de los
factores referidos con el nivel de diversidad manejada por unidades de
producción campesina, así como análisis multivariados (análisis de
agrupamiento y de componentes principales) de las similitudes entre los
agricultores con respecto al manejo de diversidad (Velásquez, 2009).

Los mecanismos que contribuyen con la conservación de la agrobiodiversidad


identificados por la CCTA et al. (2009) y a partir de los cuales se proponen los
factores estudiados por Velásquez (2009) para la conservación in situ del
cultivo de la Maíz, se modificaron y se elaboraron encuestas considerando los
factores culturales, ambientales, socioeconómicos y tecnológicos que suelen
influir en el estado de conservación in situ de la agrobiodiversidad nativa. Las
encuestas se aplicaron a las 30 familias seleccionadas con el fin de recoger su
conocimiento y percepción a profundidad sobre dichos factores y cómo
influyen sobre el manejo de la diversidad de maíz en las unidades de
producción, buscando documentar aspectos sobre la vigencia del manejo
tradicional de este cultivo, formas de obtención e intercambio de semillas o las
rutas de semillas, la distribución del cultivo en el territorio, influencia de las
características familiares en el cultivo del maíz además de aquellos factores
ambientales como el clima, plagas y enfermedades, entre otras, que influyen
en la continuidad familiar del cultivo en el área de estudio. Asimismo, se
complementó la información con el método de observación-participante y
recorridos de campo, así como con entrevistas semi estructuradas basadas en
una guía de preguntas.

198
RESULTADOS Y DISCUSIONES

Sobre la riqueza e índices de diversidad del cultivo


A nivel de las comunidades la riqueza registrada en Ccocha fue de 45 variantes
de maíz, 73 en San Juan de Llac-Hua y 42 en Patahuasi, entre mejoradas y
criollas. La mayor riqueza, se encontró en la familia de Antonieta Z. A. (36),
Victoria Q. P. (29) y Roque C. Z. (29). La menor riqueza se encuentra en las
familias de Santos C. C. y (1). Cinfriano P.P (4) y Ubaldo F. C (4) (Ver la Tabla
1).

En cuanto a la diversidad, a nivel de las comunidades se registraron mayores


índices en la comunidad de Ccocha (S= 0.8339 y H=2.297), seguida de San Juan
de Llac-Hua (S =0.7247 y H= 2.36) y Patahuasi (S=0.6125 y H=1.781). Sin
embargo, la riqueza es mayor en San Juan de Llac-Hua (N=73) que en Ccocha
(45). Asimismo, pobladores con alta diversidad de maíz en Ccocha (S=0.8446)
poseen baja riqueza (N=12), mientras que en Llac-Hua pobladores con baja
diversidad (S=0.774) poseen mayor riqueza (N=29). Por lo tanto, la alta
diversidad no siempre está de la mano de una alta riqueza, como se puede ver
en el caso de los agricultores Bonifacia S. C. que posee solo 5 variantes y una
diversidad S= 0.6367 en Patahuasi, Santa Rosa T. P., que posee solo 5 variantes
y una diversidad S= 0.572 en Ccocha. De igual forma, mientras en San Juan de
Llac-Hua Roque Castro Zaa posee 29 variantes, pero una diversidad de S=
0.570, Rayme G. Ch. tuvo 14 variantes en la campaña evaluada, pero una
diversidad de S= 0.371.

A nivel familiar, entre las tres comunidades, la Sra. Antonieta Z. A. (S= 2.759 y
H=0.884) de la comunidad de San Juan de Llac-Hua presenta el índice de
Simpson más alto, es decir, si de sus parcelas se sacan dos individuos al azar,

199
hay un 88.4% de probabilidad de que sean diferentes variantes. La menor
diversidad la presenta el Sr. Ubaldo F. C. (S=0.051 y H= 0.148), de la misma
comunidad, porque existen diferencias en abundancias entre las distintas
variantes. (Ver la Tabla 1)

Tabla 1. Índices de diversidad y riqueza de maíz por familia y por comunidad

INDICE DE
DIVERSIDAD Y EDAD Simpson_1-D Shannon_H Riqueza
RIQUEZA
CCOCHA 0.8339 2.297 45
ANA MARISOL P. H. 26 0.4097 1.001 12
BONIFACIA H. B. 33 0.7291 1.732 16
SANTA ROSA T. F. 25 0.572 0.9829 5
FLAVIO O. P. 83 0.8446 2.04 12
CIPRIANA C. S. 39 0.8382 2.047 16
CIRILO C. P. 46 0.7625 1.937 17
CELSO G. H. 76 0.555 0.9909 7
FELICITAS H. C. 54 0.8008 1.983 14
DOROTEO C. J. 50 0.3884 0.7919 5
SANTIAGO O. P. 60 0.6515 1.54 18

SAN JUAN DE LLAC-HUA 0.7247 2,36 73


VICTORIA Q. P. 53 0.774 2.126 29
TERESA H. P. 58 0.673 1.605 20
ROQUE C. Z. 55 0.570 1.649 29
BERNARDO C. Z. 52 0.629 1.707 21

200
RAYME G. CH. 51 0.371 1.028 14
CINFRIANO P. P. 85 0.526 0.912 4
UBALDO F. C. 53 0.051 0.148 4
ANTONIETA Z. A. 56 0.884 2.759 36
DARWIN Z. A. 64 0.707 1.800 21
ANIBAL Z. H. 59 0.492 1.176 11
PATAHUASI 0.6125 1,781 42
ODILON P. Z. 67 0.7866 2.329 28
ALEJANDRO C. C. 55 0.7715 2.055 21
BONIFACIA S. C. 45 0.6367 1.171 5
SAMUEL CC. S. 58 0.3879 0.8078 5
VISITACION M. H. 54 0.3051 0.7074 8
FLORENCIA Z. H. 57 0.2325 0.5785 6
OTILIA C. S. 32 0.5784 1.126 5
MERCEDES S. H. 34 0.6251 1.267 8
VICTOR HUGO CC.
28 0.6002 1.145 6
C.

De acuerdo al número de agricultores que las poseen, las variantes más


abundantes o comunes son Jatun Paraccay y Uchuy Paraccay o ñato Paraccay,
poseídas por el 80% de los agricultores con quienes se trabajó; las variantes
semi raras son Jatun Waccanqui, Puka Waccanqui, Oscco Tinti Muru y
constituyen el 19.95% del total de variante registradas; las raras son Q’ello
Wayra, Waqsa Puka (0.05% de las variantes registradas), las cuales están a
punto de desaparecer ya que el cultivo de maíz se da en sistema Chaqro
(mezcla) y origina una mezcla genética de las variedades. Sobre la producción,

201
entre las personas entrevistadas para la investigación, la comunidad que tiene
mayor cantidad de cosecha en peso es Ccocha (8557 kg), seguida de San Juan
de Llac-Hua (5197.72 kg) y Patahuasi (1419.04 kg). La variedad más abundante
es Paraccay, las intermedias son Puka Waccanqui y Tintimu, y la menos
abundante es Waqsa puka. Ver la Figura 3.

a b c
C

Figura 3. Clasificación de maíces según la abundancia; de menos rara a la


más rara, se tiene: (a) Variedad Uchuy Paraccay Paraccay o ñato Paraccay, de
abundancia alta (b) Variedades Waqsa puka o Sillu Puka, con abundancia
media), y (c) Variedad Puka Waccanqui (menos abundante)

Tabla 1. Listado de variantes de maíz más comunes por comunidad y cantidad


en kg

VARIEDAD COMUNIDAD PESO (kg) ABUNDANCIA


Paraccay 2475 Alto

Jatun Paraccay 1965 Alto

Jatun Waccanqui 151.2 Medio


CCOCHA
Puka Waccanqui 148.64 Medio

Q'ello Wayra 1.4 Bajo

Waccanqui Ccahuiña 0.8 Bajo

202
Paraccay 2664 Alto

Waqsa Paraccay 280.4 Alto

Q'ello Ch'ila SAN JUAN DE 180 Medio

Oscco LLAC-HUA 167.92 Medio

Waqsa Ccasa 1.6 Bajo

Waqsa Puka 1.72 Bajo

Paraccay 864 Alto

Jatun Paraccay 156 Alto

Puka Waccanqui 37.72 Medio


PATAHUASI
Tinti Muru 36.32 Medio

Wayra Oscco 0.8 Bajo

Muru Sara 0.6 Bajo

CH’ELA Q’ELLO (M) OSCCO (M)

PARACCAY (A) PUKA WAQSA (B)

Figura 4. Fotos de una mezcla de variantes de maíz de las tres


comunidades.

203
Factores que influyen en la conservación in situ del cultivo de maíz

El cultivo de maíz es principal en las comunidades de Ccocha y San Juan de


Llac-Hua; en la comunidad de Patahuasi, pasa a segundo plano, respecto a su
producción, el cultivo que toma protagonismo es el de papa; además podemos
mencionar que los agricultores, asocian el cultivo de maíz con otros como:
frejol, quinua, tarwi, calabaza y zapallo. Cabe señalar las papas araccas están
creciendo en asociación en los campos de cultivo de maíz.

a) Sobre los Factores ambientales o climáticos


Las familias al 100% coinciden en las entrevistas en que los fenómenos
climáticos que más afectan al cultivo de maíz ya que han estado ocurriendo
con mayor frecuencia en los 10 últimos años son la helada, granizada y, con
menos intensidad y frecuencia, la sequía. Cuando afectan de manera severa
estos fenómenos muchas veces se pierden muchas variantes. Las enfermedades
que afectaron de manera más importante van en el siguiente orde: sarro “roya”
(Puccinia sorghi), Mallata “Carbon” (Ustilago maydis), las plagas sillwi (Feltia
expert, Agrotis ipsylon y Copitarsia turbata), gusano choclero (Helicoverpa zea
o Heliothis zea), así como la rata (Rattus sp.), polilla de grano de maíz
(Sitotroga cerealella), gorgojo (Pagiocerus frontalis) y loro (Ognorhynchus
icterotis). También se identificaron las variedades más resistentes a fenómenos
naturales: Uchuy Ccawina, Oscco y Oq’e “Helada y Sequia”. Ver la Figura 5.

204
Figura 5. Daños causados por loro (Ognorhynchus icterotis)

Sobre la percepción de su territorio, los agricultores identifican plenamente el


tipo de vegetación, suelos, flora y fauna, y utilizan estos criterios para clasificar
las zonas que prevalecen para cultivar el maíz en cada parte de la cuenca. Ver
la Tabla 3.

Tabla 3. Especies vegetales representativas en la Cuenca


PARTE DE LA
N° Nombre Común Nombre Científico
CUENCA
1 Chamana Dodonaea viscosa
2 Sach’a "Chachacomo" Senecio oreophyton
3 Huaranhuay Tecoma stans
PARTE BAJA
4 Tuna Opuntia ficus-indica
5 Durazno Prunus pérsica
6 Capuli Prunus salicifolia
7 Sach’a "Chachacomo" Senecio oreophyton
8 PARTE MEDIA Molle Schilius molle
9 Pacpa Agave americana
10 Pacpa Agave americana
PARTE ALTA
11 Eucalipto Eucalyptus globulus

205
Dentro de la vegetación los pobladores también reconocen plantas comestibles,
las cuales se observan en la Tabla 4.

Tabla 4. Especies vegetales representativas en la Cuenca


HIERBAS COMESTIBLES

N° Nombre Común Nombre Científico

1 at’aco Amaranthus quitensis

2 yuyo o nabo Brassica rapa

FRUTALES
1 tuna Opuntia ficus-indica

2 durazno Prunus pérsica

3 capulí Prunus salicifolia

4 manzano M. sylvestris

En el ámbito de estudio, se identificaron también animales, entre mamíferos,


aves; que, según la percepción de los agricultores, ocasionan daños al cultivo
de maíz, a continuación, se detalla (Tabla 5):

Tabla 5. Especies animales representativas en la Cuenca

ANIMALES SILVESTRES

N° Nombre Común Nombre Científico

1 Taruca Hippocamelus antisensis

2 Loro Ognorhynchus icterotis

3 LLuttu “perdiz” Notoprocta pentlandi

4 Atoq “zorro" Pseudalopex culpaeus

5 Añas “zorrino" Conepatus chinga

6 Puma Felis colocolo

206
Asimismo, la identificación del tipo de suelo, es importante, para designar las
zonas productivas del cultivo de maíz. Por el tipo de estructura, lo clasifican
en bajo como Qéshua (arenoso, pedregoso), medio (franco arenoso, pedregoso
y franco arcilloso) y alto (franco arcilloso, pedregoso y arcilloso).

b) Sobre los Factores Socioeconómicos

El tamaño de la familia es un promedio de 6 personas. Los jóvenes migran por


motivos de trabajo a las unidades mineras cercanas como las Bambas, aunque
en general al cumplir la mayoría de edad, los jóvenes migran a otras ciudades
como Arequipa, Cusco y Lima. A pesar de esto, las principales actividades
económicas siguen siendo la agricultura y la crianza de animales tales como la
vaca, oveja, caballo y burro.

En cuanto a la tenencia de tierra, el 95 % de los terrenos de cultivo de maíz son


herencia, y el resto son obtenidos por compra - venta. Hay un promedio de
cinco parcelas de maíz por familia con un área promedio de 0.33 has. La venta
de maíz se da todo el año y es el principal ingreso económico familiar. Sobre el
destino de la producción, el 30 a 40 % es para la alimentación familiar y el 60 a
70% para la venta; la comercialización es en grano seco al 98% y en choclo es
mínimo como un 2%.Ver la Figura 6.

Figura 6. Deshoje de maíz

207
El ingreso económico familiar, varía de acuerdo a la época y al cultivo a
cosechar; por ejemplo; maíz (todo el año), tuna, durazno (enero – abril), papa
(mayo – julio), etc. Y las familias también perciben ingresos económicos por
medio de programas sociales tales como Pensión 65 y Programa Juntos.

c) Sobre los factores culturales.


Los jefes de familia al 100 % aún hablan el idioma quechua, más no sus hijos.
Del arraigo de las familias, un 90% son del lugar. Casi en su totalidad
empezaron a trabajar el maíz desde sus 10 años de edad a lado de sus padres.

Las semillas son herencia de los padres hacia los hijos, también consiguen o
incrementan por intercambio entre familias de comunidades en estudio, pero
cabe precisar no hay intercambio dentro de la comunidad por temas de recelo
y cuando compran de las ferias agropecuarias esta última representa sólo un
1%.

Se mantienen costumbres ancestrales como el Ccatay, que consiste que en la


siembra de maíz, la nuera o el yerno lleva una planta adornada con panes,
cañazo, coca y entrega al dueño de la chacra y el dueño en caridad entrega a
la nuera o el yerno un cordero que debe ser sacrificado y preparado para la
cena como caldo, termina con una fiesta entre todos los trabajadores de la
chacra. También se realizaba la Minka con panes grandes, que consistía en
contratar 01 masa de toros yunta más el dueño con 04 panes y sólo con 02
panes un peón, esta costumbre ya se perdió hace 10 a más años atrás. La Minka
consiste en suplir a otras familias para su trabajo en la chacra, mientras que el
Ayni consiste en conseguir trabajadores, que no esperan recibir un estipendio
económico, para apoyar en las tareas que requiera el dueño de la chacra y
devolver el trabajo cuando el vecino o familia, lo requiera. Asimismo, se

208
mantiene la práctica del trueque de maíz con cecina (carne seca), queso, chuño,
papa, etc. Esta costumbre aún siguen practicando al 100% todas las familias
cuando hay necesidad, pero ya en pocas cantidades.

La variante favorita para la producción es la Paraccay, por su buena demanda


en el mercado y para autoconsumo, sea en mote (se consume como merienda
en los trabajos agrícolas) o tostado. La variedad Uchuy Ccawiña se destina para
la elaboración de chicha (bebida fermentada de maíz) para realizar trabajos de
la chacra, fiestas patronales y venta en los eventos feriales, cumpleaños, etc.
Variantes de Oq’e y Oscco para tostado para el desayuno; Cccocawi (es el
fiambre que se llevan para pastear ganados o llevarse a faenas) y también
preparan para trabajos de sus chacras para la hora del almuerzo.

El transporte de la cosecha al secadero es en burros y caballos al 100%, para


esta se utilizan sacos de lana de llama en un 30% y que tiene un costo de 130
soles y el resto son en sacos de arpillera. Posteriormente son llevados al
secadero por 20 a 30 días y después al “Truji” o almacén. Ver la Figura 7.

a b

Figura 7. Cosecha (a) y transporte de maíz al secadero en sacos de lana y en caballo


(b)

209
Un 10 % de los entrevistados mantienen el uso de almacenes llamados Kullum
que son hechos con palos delgados y encima es tarrajeada con barro, y el 60 %
usa el Taq’e que son vasijas hechas con palos delgados y tejidas con lana. El
30 % se conservan en sacos. Ver la Figura 8.

a b
)

Figura 8. Transporte del maíz (a) y secadero (b)

d) Sobre los factores tecnológicos.

No acostumbran realizar rotación de parcelas, debido a que son las únicas


parcelas para sembrar. El cultivo de maíz es asociado con los cultivos de haba,
frejol, quinua y calabaza. Las chacras al 99% siempre están en producción sin
entrar en descanso. La siembra es realizada en un sistema llamado T’aya, que
consiste en sembrar sin utilizar surcos. Los agricultores se identifican con las
prácticas tradicionales ancestrales de siembra, aporque y cosecha del cultivo
de maíz. Utilizan un promedio de 40 kg de semilla, y los maíces crecen
generalmente en asociación con las papas Araqas y estas papas les sirven como
primera cosecha en los meses de enero a marzo. Aún no se utilizan el sistema
de riego presurizado.

La producción de maíz empieza con el abonado directo de las chacras con


guano de animales como oveja, vacas y caballos, en los meses de julio y agosto

210
y septiembre empieza la preparación de terreno; la siembra es de octubre a
diciembre; el aporque es de diciembre a enero; en los meses de marzo ponen
los Manchachis “espantapájaros” para ahuyentar loros de los maizales; la
cosecha es en los meses de junio y julio previo una autorización de la asamblea
comunal. Las herramientas tradicionales que se utilizan son Taqlla
(herramienta para realizar la preparación de terreno y se utiliza con los
bueyes), yugo (herramienta para amarrar los bueyes y se pone en la nuca),
chaquitaqlla (herramienta manual, que se utiliza para roturar o hacer la
preparación de terreno), Rauccana (herramienta que se utiliza para el aporque
es una especie de lampa pero es de madera); el pico lampa es una herramienta
moderna, que se utiliza desde hace 15 a 20 años. Los animales, utilizados en la
siembra son toros para el barbecho y siembra; el caballo y burro para el
transporte de semillas, herramientas y la cosecha. La actividad de la
producción del maíz, se pierde por el poco interés de los jóvenes. La tecnología
de producción es limitada, para la preparación del suelo, solo se utiliza abonos
como guano de corral, que las familias obtienen directamente con sus ganados
en la chacra después de la cosecha. Sobre la incorporación de nuevas semillas;
es mínimo debido a que ellos manifiestan que no tienen necesidad de adquirir,
ya que se cuentan con una amplia riqueza. Solo se tiene registro, en los últimos
10 años, que se introdujeron como 2 a 3 variedades de las ferias como
Tambobamba y Cusco. Las semillas se obtienen como herencia en cada
generación por ejemplo las familias nuevas obtienen por regalo de sus padres
para poder empezar a cultivar el maíz. En caso de que hubiera pérdida de maíz

211
por fenómenos naturales, manifiestan que recurrirían a ferias locales, para la
nueva compra de semillas. Ver la Figura 9.

a b
) )

Figura 9. Manchachi o espantapájaro en maizal (a). Mercado dominical


Haquira (b)

CONCLUSIONES

1. Se estimó la diversidad de maíz usando índices de Simpson y Shannon,


que son utilizados en ecología, y sensibles a parámetros como abundancia
y equidad de elementos dentro de un grupo, y la riqueza. Para esto se
registró la biomasa de mazorcas de cada variedad y la proporción de la
misma con respecto al total de la cosecha, tomando un 25% de esta como
muestra.
2. Las variedades más abundantes son Paraccay, las intermedias Puka
wccanqui y Tintimu, y entre las menos abundantes está Q´ello Wayra. La
comunidad de Ccocha posee la más alta diversidad (S=0.8339; H= 2.297)
mientras que Patahuasi la menor (S= 0.6125, H= 1.781). Sin embargo, la
riqueza es mayor en Llachua (N=73) que en Ccocha (45). Asimismo,
pobladores con alta diversidad de maíz en Ccocha (S=0.8446) poseen baja
riqueza (N=12), mientras que en Llacchua pobladores con baja diversidad
(S=0.774) poseen mayor riqueza (N=29).

212
3. Se documentó procedencia y el destino, “flujo de semilla”, de los maíces,
usos y manejo, que indica que se usa semilla del stock familiar, y pocas
veces se recibe o regala semillas nuevas.
4. En el área de estudio existen diversos microclimas y pisos ecológicos que
permiten el desarrollo de diversas razas nativas de maíz; siendo el
principal alimento y parte de su seguridad y soberanía alimentaria.
5. Todas las familias entrevistadas son quechua hablantes, y usan semillas
heredades de padres a hijos. La siembra se realiza por minka y ayni, y en
diferentes pisos ecológicos. El cultivo de maíz se mantendría gracias a la
cultura andina fuertemente arraigada en la zona, reflejándose en
importantes niveles de riqueza y diversidad intraespecífica, pero urge
identificar variedades poco comunes para su conservación y posible
difusión pensando en futuros escenarios de cambio climático que las
requerirán a manera de seguro de vida para el productor maicero andino.

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216
CULTIVO DE MAÍZ EN UN CONTEXTO DE CAMBIO
CLIMÁTICO: DIVERSIDAD DE MAÍZ (Zea mayz L.) Y
CONSERVACIÓN IN SITU EN LA MICROCUENCA DE LANJAS,
DISTRITO DE KICHKI, HUÁNUCO

Junior Justiniano1, Milka Tello1, Alejandro Casas2, Fabiola Parra2

1 UNIVERSIDAD NACIONAL HERMILIO VALDIZÁN, 2 INSTITUTO DE ECOSISTEMAS Y SUSTENTABILIDAD (IIES),


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM), 4 UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
(UNALM)

El Perú es un país de gran diversidad de razas de maíz, casi como México, que
posee la mayor diversidad en Latinoamérica. En el caso peruano, esta
diversidad se debe a la riqueza cultural y a la gran variabilidad ecológica y
ambiental que se observa principalmente en la región andina. Sin embargo, la
pérdida de este recurso genético y de los conocimientos locales asociados a su
uso y manejo por diversos factores socio económicos, culturales y ambientales,
ahora intensificados por el cambio climático, generan enorme preocupación en
comunidades campesinas y científicos en general. En la región Huánuco,
provincia de Huánuco, distrito de Kichki, existe la Zona de Agrobiodiversidad,
una de las pocas creadas a nivel regional para conservar los importantes
niveles de diversidad de maíz, papa y otros cultivos nativos andinos que posee
la región. En Kichki, el maíz es uno de los más importantes, junto al frijol, papa
y la calabaza, aportando alrededor del 75% de calorías de los campesinos. Sin
embargo, hacen falta estudios recientes sobre la diversidad de maíz de la zona,
tanto a nivel de riqueza de variedades, como de diversidad genética, así como
de los factores que contribuyen con dicha diversidad. Se evaluó la diversidad
dentro de este cultivo usando índices de Simpson y Shannon, y la riqueza a
nivel familiar, utilizando la denominación campesina de variedades, con 12

217
familias de las comunidades altoandinas de San Pedro de Cani y San Pablo de
Lanjas (microcuenca de Lanjas). También se hizo un taller para evaluar
sinonimias y homonimias, se evaluaron las razas, y se documentaron con
encuestas y con carácter de primera aproximación, los factores
socioeconómicos culturales y ambientales que contribuyen con la diversidad
del cultivo de maíz. Ambas comunidades poseen similares niveles de
diversidad, con S>0.9 (Simpson), pero con bajos niveles de riqueza en ambos
casos, observándose familias que poseen pocas variedades (4 a 5) en San Pablo
de Lanjas, y solo una familia que posee 12 variedades diferentes. El 90% de la
superficie sembrada con maíz se realiza con variedades criollas seleccionadas
por los propios productores, 7% con variedades mejoradas de polinización
libre y 3% con híbridos. Las asociaciones, intercalaciones y sucesión de cultivos
son frecuentes en el distrito de Kichki, aunque predomina la superficie
sembrada con maíz solo. Las asociaciones más comunes son: Maíz-frijol, maíz-
arracacha, maíz-yacón, maíz-habas, maíz-papa, maíz-calabaza, maíz-camote,
etc. Se mantiene el uso de puyhuanes, palos y tinques para selección y
almacenamiento. Aún se practican fiestas tradicionales para hacer peticiones a
los apus para una buena campaña agrícola de maíz. A pesar de la poca riqueza
hallada, existe aún una vasta cultura en el manejo y uso de las variedades
criollas de maíz, importante para impulsar la conservación de la riqueza
genética existente y posible formación de futuros híbridos y variedades, para
buscar estrategias con el fin de elevar la producción de los materiales locales,
evitar la erosión genética, pérdida de la seguridad alimentaria y de esta manera
lograr la autosuficiencia alimentaria de maíz a nivel local.

218
Palabras Clave: Entrecruzamiento, variedades criollas, riqueza genética,
híbridos.

219
220
PARTE 3:

ESCENARIOS
CLIMÁTICOS

221
222
¡Oh climas encontrados dentro del oro,
listos!
¡Oh campo intelectual de cordillera!...

Cesar Vallejo: Telúrica y Magnética


(Fragmento)

223
224
LOS CULTIVOS NATIVOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS
ANDES DEL PERÚ - HÚANUCO Y APURÍMAC
Nicolás Ibáñez Blancas

UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA

El Cambio Climático (CC) tiene una gran influencia sobre la agricultura, y por
ende en las personas que viven o dependen de ella, tanto para la generación de
ingresos, la alimentación, la reproducción de identidades locales, de
conocimientos, entre otros. Según cifras del World Resources Institute, el
aumento de 3°C de temperatura hacia el año 2080 generará una reducción de
la productividad entre 10 a 20 % para países como México y Perú. Es decir, las
cosechas se reducirían en ese rango debido a los efectos de extremos climáticos,
como pueden ser las sequías o las inundaciones, heladas en las zonas altas
montañosas, entre otros, y también a la variabilidad misma de las variables
meteorológicas. Los estudios han documentado una gran sensibilidad negativa
del rendimiento de los cultivos a temperaturas extremas diarias alrededor de
los 30° C. Asimismo, todos los aspectos de la seguridad alimentaria son
potencialmente afectados por el CC, incluyendo el acceso, la utilización, y
estabilidad de los precios de los alimentos (Aalst et al., 2014).
El quinto reporte sobre CC explica que cada vez los eventos extremos de
temperatura a nivel diario se agudizan en las proyecciones de todos los
modelos a partir del año 2030, situación que será uno de los efectos que mayor
impacto tendría en la fenología de los cultivos, pues elevaría el nivel de estrés
actual. De igual forma el reporte señala un cambio fuerte respecto de la
proporción de días lluviosos, que también muestra un incremento respecto de
la tendencia histórica (Stocker et al., 2013). Estos aumentos se corresponden
con los análisis de estrés que afectan a la agricultura.

225
Según la FAO, en su reporte “Dimensions of Need: An atlas of food and
agriculture” de 1995, de 250 mil especies vegetales del mundo, sólo 7 mil han
sido empleadas como cultivos en toda la historia de la humanidad. De ellas,
sólo el maíz, el arroz y el trigo, representan el 60% de la cobertura de
necesidades calóricas de los seres humanos (Aldington et al., 1995). De una
parte, las necesidades de alimentos de la sociedad han sido cubiertas con sólo
una parte de las plantas con potencial alimenticio, y de otra, la necesidad de
cubrir las necesidades alimentarias de la población en las diferentes épocas de
la historia ha considerado optar por aquellas que tuvieran cosechas más
abundantes y mayores rendimientos. Es decir, la adaptación ha representado
la búsqueda de un incremento de la productividad para mejorar las
capacidades de enfrentar situaciones de cambio y estrés, lo cual ha podido
aportar a la reducción de la biodiversidad.
Este tipo de apuestas, que dejan de lado la diversidad de las plantas cultivadas,
si bien han conseguido superar las situaciones de estrés y de incertidumbre, al
mismo tiempo han vuelto más vulnerables a los sistemas agrícolas actuales.
Los mismos que son cada vez más dependientes de la energía y los insumos
que provee el sistema de producción para poder mantener los volúmenes de
producción que se requieren para la alimentación, la producción de otros
insumos derivados y el crecimiento de la economía.

Efectos del CC sobre la agricultura


El Perú no es ajeno a estos procesos globales. Estudios recientes empiezan a
mostrar el impacto del CC respecto de la mayor proliferación de plagas, el
desplazamiento de los hábitats de los cultivos, la mayor vulnerabilidad del
acceso a los alimentos, entre otros. Frente a ello, el impacto del CC con relación

226
a la biodiversidad cultivada no está muy difundido y analizado. Estudios como
los realizados por Sanabria et al. (2011) y Sanabria et al. (2014) han mostrado
que en el caso del maíz y de la papa, el aumento de la temperatura y los
cambios de los patrones de lluvia generarán cambios importantes. En las
regiones Cusco y Apurímac aparecen cambios de la duración del periodo de
cosechas y la duración del ciclo de los cultivos. En general se denota la
reducción de los periodos de cosecha y duración de los cultivos, tanto para la
papa como para el maíz en todas las localidades analizadas. El caso más visible
fue el de Sicuani, región Cusco, donde el cultivo de papa redujo su periodo de
cosechas en 10 días y la duración total del periodo de cultivo en 13 días.
De otro lado, este aumento de la temperatura estaría modificando también el
hábitat de algunas especies, una de estas modificaciones sería la subida en
altitud de las áreas de cultivo de determinadas plantas. En el caso de los
cultivos, además del efecto térmico aparece la mayor demanda de producción,
por lo que se deben ocupar nuevas áreas para instalar una mayor cantidad de
campos de cultivo. Tovar et al. (2013), en un estudio realizado en Cajamarca,
señalan cómo se ha modificado la ocupación de áreas agrícolas. Con relación a
los cultivos, en el caso del maíz Skarbø (2005) y Skarbø & VanderMolen (2016)
han observado que los cultivos de maíz en comunidades de la provincia de
Imbabura en Ecuador han mostrado un incremento en el rango de su
distribución altitudinal, que ha registrado una subida del nivel de 2900 a 3200
m.s.n.m. Es decir, una variación de 300 metros entre los años 2005 y 2014.

Adaptación, vulnerabilidad, conocimientos tradicionales y percepciones


Todas las consideraciones anteriores nos llevan a plantear la adaptación al CC
como una necesidad fundamental. Se entiende por adaptación al proceso de

227
ajuste al clima actual o esperado y sus efectos. En los sistemas humanos, el
concepto de adaptación observa una moderada posición entre explorar e
implementar los beneficios potenciales. En algunos sistemas naturales, las
intervenciones humanas pueden facilitar el ajuste al clima esperado y sus
efectos (IPCC, 2007). La adaptación está muy ligada a la gestión de riesgos y
desastres, en este sentido, desde el reporte IV del Panel Intergubernamental de
cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la visión de la adaptación ha
pasado de revisar solamente los aspectos biofísicos a las habilidades de la
personas para responder al cambio y reducir la vulnerabilidad (IPCC, 2013).
De otro lado, el concepto de adaptación está ligado al de vulnerabilidad, que
se describe como el grado al cual un sistema es susceptible e incapaz de hacer
frente a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad
climática y los extremos. Además indica que la vulnerabilidad se puede
encontrar en función del carácter, magnitud, y la tasa de variación del CC
(Stocker et al., 2013). El grado de vulnerabilidad también estará asociado a la
capacidad de respuesta al cambio, y la capacidad de adaptación o resiliencia.
Diversas experiencias presentadas por estudios en África y América Latina,
muestran como la gestión de la diversidad natural aporta una serie de valores
importantes, como los estudios llevados a cabo en bosques por (Smukler et al.,
2012), quienes revisaron el conjunto de beneficios que recibían los productores
locales que trabajaban con asociaciones agroforestales, frente a las
explotaciones de monocultivos, en un proporción de 2 a 1 para el primer caso.
Frente a este hecho, el quinto reporte del IPCC reconoce que los conocimientos
tradicionales de las comunidades locales representan un recurso importante
para enfrentar la vulnerabilidad y como un soporte para la adaptación.
Diversas experiencias de aplicación del conocimiento empírico en el trato de

228
desastres naturales como sequías e inundaciones han sido mostrados para
África por (Osman-Elasha et al., 2006), otras relacionados con crisis sanitarias
y clima (Wandiga et al., 2006), así como las observaciones de las tendencias a
largo plazo (Huntington and Fox 2005; McCarthy et al., 2005) que fueron
registradas en el caso de las poblaciones locales en el Ártico. En resumen, estos
conocimientos pueden ser especialmente útiles en la comprensión de las
estrategias de respuesta y capacidad.
Si bien las percepciones de los agricultores sobre los pronósticos de
determinadas variables meteorológicas son recientemente incorporadas a la
discusión científica, algunas evidencias aparecen en la literatura. Como ha sido
el caso de la evaluación de los impactos del CC en la agricultura de Nepal, a
través de un estudio comparando 40 años de datos climáticos (1968-2007) y
datos de productividad de arroz, maíz y trigo (1992 – 2008), frente a la opinión
al azar de 60 familias (Paudel et al., 2014). El resultado arrojó que las
percepciones locales no concuerdan con las tendencias en las precipitaciones
anuales y estacionales. No obstante, las percepciones respecto de la variación
en la temperatura y una tendencia significativa al alza de la máxima y la
mínima sí mostró una alta correlación con los eventos registrados.
Escenarios y aproximaciones de futuro
Para enfrentar la incertidumbre del CC se pueden usar los escenarios como
herramientas de prospección de los futuros posibles. Es necesaria una
diferenciación entre modelos y escenarios. Los modelos son representaciones
simplificadas de una realidad compleja que nos permiten elaborar
predicciones en sistemas complejos (Peterson et al., 2003). Estas
representaciones tienen diferentes aplicaciones, como son las predicciones, los
pronósticos y las proyecciones. Es decir, tratar de simular condiciones

229
hipotéticas en función de cambios que pueden ocurrir en el conjunto de
relaciones que se pretende modelar (Sarewitz et al,. 2000). Una predicción
ecológica vendría a ser la distribución de probabilidad de variables ecológicas
específicas en un tiempo determinado en el futuro, sometida a las condiciones
actuales y a supuestos específicos respecto de impulsores de cambio (Clark et
al., 2001). En contraste con una predicción, un pronóstico es la mejor estimación
de un método en particular, modelo o individuo (Mac Cracken, 2001). Según
este mismo autor, la proyección es una declaración probabilística de la
posibilidad de que algo sucederá en el futuro si se desarrollan ciertas
condiciones. Los escenarios no tienen estos alcances.
Por esta razón entendemos como escenarios las “[…] imágenes alternativas de
lo que podría acontecer en el futuro, y constituyen un instrumento apropiado
para analizar de qué manera influirán las fuerzas determinantes […], y para
evaluar el margen de incertidumbre de dicho análisis” (IPCC, 2000). La
Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MA, por sus siglas en inglés)
expone los escenarios como descripciones sobre cómo se podría desarrollar el
futuro, basadas en una serie de asunciones coherentes sobre las relaciones
clave entre elementos y los impulsores de cambio (MA, 2005). Por tanto un
escenario no es una foto fija de un determinado momento del futuro, sino un
desarrollo que incorpora la secuencia lógica de situaciones e impulsores de
cambio (Henrichs et al., 2010). La MA analizó la posible evolución de la
sociedad y ecosistemas hasta el año 2050, que se expresa en cuatro escenarios
globales: Orquestación mundial; Orden desde la fuerza; Mosaico adaptativo y
Tecnojardín (Biggs et al., 2007; Palomo et al., 2011). Estos escenarios han
servido para dimensionar las políticas y los posibles impactos de los cambios
o tendencias que se van dando a nivel de la sociedad global.

230
Por otro lado, la aplicación de métodos de escenarios en el Perú ha permitido
enlazar las estimaciones de modelos con las percepciones locales. Estudios en
relación al agua en Arequipa (Ibáñez et al., 2018) o la relación del CC respecto
del cultivo de café en San Martin (Guzman, 2013), muestran las potencialidades
de combinar información numérica con información cualitativa, proveniente
de las opiniones y visiones de la población local.
Tomando en cuenta todo lo discutido anteriormente, las investigaciones que se
presentan a continuación proponen, a partir de la información disponible,
hacer una aproximación al impacto del CC en la biodiversidad, desde un
enfoque de adaptación y combinando la información cuantitativa de modelos
climáticos con la percepción de la población local. Este capítulo tratará de
exponer cuál es el rol de la biodiversidad agrícola en el Perú y en zonas de
montaña, como es el caso de Apurímac y Huánuco, respecto del CC. Estas
regiones son al mismo tiempo zonas de gran diversidad de cultivos,
principalmente de papa y maíz. Por este motivo las investigaciones buscan
responder a la pregunta de cómo afectaría el cambio de patrones de la lluvia y
la temperatura, de una parte, la presencia de los cultivos de papa y maíz, y de
otra parte apreciar los efectos de manera diferenciada, a través de variedades
específicas que se cultivan en las regiones de Huánuco y Apurímac. El
horizonte planteado es el año 2050, para el caso de los modelos numéricos.
Tomando como base el trabajo de (Fick & Hijmans, 2017), se busca con modelos
de distribución ver cómo variaría la presencia de maíz y papa en los próximos
30 años.
Los primeros hallazgos se enlazan con lo encontrado por Paudel et al. (2014),
respecto de una primera articulación entre los resultados de los modelos de
temperatura y la percepción de los agricultores locales, y también difiere en el

231
caso de la precipitación, tal como fue observado por Guzman (2013). No
obstante, es necesario profundizar más en los discursos y el sentido de la
explicación que hacen los agricultores respecto de la variación de las lluvias.
Una primera aproximación sería que, si bien ellos perciben que habrá sequía,
esta opinión va de la mano con el aumento de temperatura, como una forma
de explicar que se necesita más agua porque el calor aumentará la
evapotranspiración y la demanda de agua de los cultivos. Explicaciones como
estas dan lugar a nuevas búsquedas que se espera vayan aportando en la
comprensión de la incertidumbre que genera el CC y que permitan la mejora
de las estrategias de adaptación en el mundo rural.

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25.

236
¿DÓNDE ENCONTRAREMOS PAPA Y MAÍZ EN EL FUTURO EN
HAQUIRA? UN ANÁLISIS DE LA INFLUENCIA DEL CAMBIO
CLIMÁTICO

Aracelly Mallma-Carrera1, Nicolás Ibáñez1, Neysi Quiñones2, Domingo Begazo2,


César Ccalluche2, Robert Alvaro-Bobadilla2
1UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA (UNALM), 2CENTRO ANDINO DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS (CADEP)

INTRODUCCIÓN

El Perú, un país muy diverso y rico, cuenta con una región montañosa, la
Sierra, conocida también como región Andina debido a que en ella
encontramos gran parte de la cordillera de los Andes, donde se asienta el 64%
del total de agricultores del país (Diagnóstico de la Agricultura en el Perú,
2011), entre grandes productores y agricultores para autoconsumo. Estos
últimos integran la llamada “sierra rural”, la categoría con mayores niveles de
pobreza: 47,8% (INEI, 2017).

A su vez, aproximadamente solo un 38% de la superficie agrícola cuenta con


riego tecnificado, es decir, el 62% depende de la lluvia para dar inicio a la
siembra (INEI, 2012), dentro de este porcentaje encontramos, nuevamente, a la
agricultura de autoconsumo. Otro factor importante para el desarrollo de los
cultivos es la temperatura, dado que el calentamiento de la atmósfera ha de
modificar las condiciones ambientales óptimas de las plantas. Estos dos son
claros ejemplos de cómo afectan las condiciones globales a una actividad en
particular y cómo es que se pone en riesgo la existencia de la biodiversidad.

Por lo expuesto, el objetivo general de este estudio fue analizar la influencia


que tendrá el cambio climático en la adaptabilidad de los cultivos de papa y
maíz en la microcuenca de Calicanto, al año 2050. Para lograrlo se plantearon

237
los siguientes objetivos específicos. Primero, determinar los cambios de
tendencia climática en los últimos 30 años, usando los datos históricos más
próximos al área de estudio. Segundo, analizar la influencia del cambio
climático mediante el modelamiento de escenarios del clima actual y futuro
para los cultivos de papa y maíz, haciendo uso del programa MaxEnt, lo que
permite ver las modificaciones del nicho de la especie a futuro. Por último, se
planteó generar escenarios de futuro usando la percepción de los agricultores
de las comunidades presentes dentro de la microcuenca.

ÁREA DE ESTUDIO

La presente investigación se realizó en los centros poblados Ccocha, San Juan


de Llachua, Patahuasi, Haquira, Huancacalla Chico y Pauchi, que se
encuentran dentro del área de la microcuenca de Calicanto, en el distrito de
Haquira (provincia de Cotabambas, región Apurímac), ubicado en las
coordenadas 14°13′24″S 72°11′41″O. Este distrito se encuentra al sur de
Apurímac y cuenta con topografía muy accidentada; posee alturas que oscilan
entre los 2934 a los 4880 m.s.n.m. (Ver la Figura 1).

METODOLOGÍA

Análisis de tendencias de temperatura y precipitación


En base a Guirado y Bermúdez (2011), quienes evalúan las tendencias de
precipitación, temperatura máxima y mínima a través del cálculo de una
regresión lineal a lo largo de una serie no menor a 30 años y luego dividen
dicha serie por décadas, se realizó el análisis haciendo uso de los datos de las

238
Figura 1. Mapa del distrito de Haquira, provincia de Cotabambas, región
Apurímac. En azul se resalta a la microcuenca de Calicanto. También se
resaltan los centros poblados que fueron parte de esta investigación. Fuente:
Elaboración propia.

estaciones más cercanas a la microcuenca (Acomayo, Paruro y Curahuasi) para


el periodo de 1965-2016, cuyos datos se obtuvieron de la página web del
SENAMHI. Los años de información faltante se completaron usando el
programa Rclimtool versión 1, un software de libre acceso, y el software
estadístico R versión 2.15. Ya que dichas estaciones no están muy cerca de la
zona de estudio, se decidió usar también los datos PISCO, proporcionados por
SENAMHI y generados para todo el Perú por interpolación entre datos reales
y datos de satélite, por lo que pueden brindar una idea del comportamiento de
las variables de interés dentro del área de estudio. Dichos datos son mensuales
del periodo de 1981 al 2016. Se construyeron gráficos de tendencia para el
mismo período usando el programa R versión 3.5.1. con el fin de obtener una
idea general de la tendencia de los datos en la región, y no ilustrar solo
periodos o ciclos concretos (Guzmán, 2013).

239
Evaluación del impacto climático en base al modelamiento del clima actual
y futuro
Se trabajó en base al escenario climático RCP 4.5, uno de los cuatro nuevos
escenarios de emisiones definidos por el IPCC (2013) en su 5to informe de
Cambio Climático, que plantea la estabilización de las concentraciones de
gases de efecto invernadero bajo el supuesto de que las acciones de mitigación
mundiales surtieron efecto, y a la metodología usada por Guzmán (2013) para
obtener los escenarios climáticos cuantitativos y cualitativos.

a) Modelamiento del clima actual y futuro

Se utilizaron archivos que contienen datos climáticos globales de temperatura


máxima, mínima y precipitación, obtenidos de los modelos ACCESS1-0,
HadGEM2-AO y HadGEM2-ES que pertenecen al Coupled Model
Intercomparison Project Phase 5 (CMIP5) y han sido verificados como los
modelos que mejor representan las condiciones atmosféricas para la zona sur
del país (Barreto, 2016). Dichos datos son de libre distribución y se pueden
descargar de la siguiente dirección web:
http://www.worldclim.org/version1. Se escogió la opción de downscalling a
30 segundos de arco, es decir, son un registro a nivel global pero ajustado a
0.86 km2 en el Ecuador y contienen los datos mencionados anteriormente para
el presente y para el futuro al año 2050, precisamente el año de interés.

a) Distribución potencial

Se georreferenciaron campos de cultivo de papa y maíz durante tres viajes a la


zona de estudio. Luego, los datos de temperatura máxima, mínima y
precipitación de los modelos climáticos futuros mencionados (ACCESS1-0,
HadGEM2-AO y HadGEM2-ES), así como la información para las condiciones

240
actuales se procesaron en el programa ArcGis versión 10.2 y los archivos
obtenidos se guardaron en formato ASCII, al igual que el archivo de alturas.
Ver la Figura 2.

Data actual
Data actual
y futura
y futura

Figura 2. Mapa conceptual de la ejecución del programa MaxEnt y de su


resultado. Fuente: Elaboración propia

Se escogieron las variedades Ccompis y Linli para la papa y las variedades


Amarillo amiláceo y Blanco o Paraqay para el maíz, en cuyo futuro los
agricultores mostraron mayor interés. Se obtuvieron 30 puntos para cada
variedad de maíz, 26 para Linli y 28 para Ccompis. Cada parcela o punto se
guardó en formato CSV. y se registró con por lo menos 1 km de distancia una
de otra, pues así lo requiere el software MaxEnt, un programa que combina
estadística, máxima entropía y métodos bayesianos, con el propósito de
estimar distribuciones de probabilidad de máxima entropía sujeto a
restricciones dadas por la información ambiental (Phillips et al., 2006).

Percepción local para la generación de escenarios cualitativos de futuro


Los escenarios se pueden entender como historias que ayudan a tener una idea
del futuro con el fin de planificar y tomar decisiones que ayuden a disminuir

241
riesgos y generar estrategias que disminuyan los impactos negativos de ciertas
situaciones a diferentes escalas (Guzmán, 2013; Ibáñez, 2013). En base a la
metodología de Guzmán (2013) e Ibáñez (2013), se realizó un taller con 16
pobladores de Llachua y Ccocha, en el que se discutieron las variables que
afectan a los cultivos, a partir de las cuales se fabricó una hipótesis de lo que
pasará en el 2050, que luego se convirtió en el escenario de futuro para la papa
y maíz, bajo la percepción de los agricultores. Ver la Figura 3.

Figura 3. Taller en Haquira el 12 de agosto del 2017 en el local de la ONG


CADEP.

RESULTADOS

Análisis de tendencia decadal

Se nota una tendencia positiva de la temperatura máxima y mínima en las tres


estaciones a partir del 2005 (Figuras 4 y 5). La tendencia de la precipitación de
las estaciones Curahuasi y Paruro es positiva desde el 2005, mientras que la de
la estación Acomayo es negativa (Figura 6).

242
Figura 4. Tendencias del promedio de temperatura máxima anual para las
estaciones Acomayo, Paruro y Curahuasi en los periodos a) 1965-1975 b)
1976-1986, c) 1987-1997, d) 1998-2008 y e) 2009-2016.

Figura 5. Tendencias del promedio de la temperatura mínima anual para las


estaciones Acomayo, Paruro y Curahuasi en los periodos a) 1965-1975 b)
1976-1986, c) 1987-1997, d) 1998-2008 y e) 2009-2016.

243
Figura 6. Tendencias del acumulado anual de la precipitación para las
estaciones Curahuasi (a-e), Paruro (f-j) y Acomayo (k-o), y, en los periodos
1965-1975 b) 1976-1986, c) 1987-1997, d) 1998-2008 y e) 2009-2016.

Uso de datos PISCO

Como muestra la Figura 7, existe una tendencia general al aumento para la


temperatura y precipitación dentro de la microcuenca de Calicanto.

Resultados del modelamiento del maíz

Ambas variedades se encuentran en zonas aledañas a la cabecera de la


microcuenca Calicanto, a altitudes aproximadas de 3500 a 4050 m.s.n.m.
(Figuras 8a y 9a).

a) Modelamiento del maíz variedad blanco

La diferencia del modelo ACCESS1-0 con su distribución actual (Figura 8)


ubica al cultivo en la cabecera de cuenca, más precisamente en las laderas
cercanas al cauce principal. Sin embargo, la diferencia con los modelos Figura

244
7.

Tendencias de a) Precipitación, b) Temperatura mínima y c) Temperatura


máxima en el área de estudio. Elaboración Propia

HadGem2-ES y HadGem2-AO (Figuras 8 e y g), lo ubica en la zona sur-oeste,


aproximadamente entre los 4000 a 4300 m.s.n.m. que no dista mucho de los
niveles actuales a los que se encuentra hoy en día, sin embargo, se aleja mucho
del cauce principal del río Calicanto.

b) Modelamiento del maíz variedad blanco amiláceo

Las diferencias para cada modelo ubican dicha variedad en la zona sur-oeste,
pero el modelo ACCESS1-0 muestra un rango mucho más restringido a la zona
sur-este (Figura 9).

Resultados del modelamiento de papa

Los mapas de distribución actual y futuro para las variedades de papa las
ubican lejos del río Calicanto, donde no hay condiciones para su desarrollo,

245
muy contrario al maíz. Los mapas de diferencias ubican ambas variedades en
la zona suroeste de la microcuenca para el 2050.

a) Modelamiento de papa variedad ccompis

Los tres modelos futuros muestran casi la misma distribución a la actual, sin
embargo, el modelo ACCESS1-0 (Figura 14c), muestra una mayor zona nula o
de disminución (Figura 10).

a) Modelamiento de papa variedad linli

Los modelos la ubican al borde nor-oeste de la microcuenca (4250 y 4500


m.s.n.m.), con algunos parches en la zona suroeste (4100 a 4600 m.s.n.m.). Ver
la Figura 11.

246
DIFERENCIA DE LA
DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE DISTRIBUCIÓN POTENCIAL DE LA
DISTRIBUCIÓN FUTURA
LA VARIEDAD BLANCO VARIEDAD BLANCO AL 2050
MENOS LA ACTUAL
Alta:100
Ubicación de Probabilidad de
Microcuenca de (%)
!
las parcelas hallar la especie Valores Neutro Valores
Calicanto Baja:0
negativos positivos

A
C
C
E
S
S
1
-
0
(b) (c)

H
A
D
G
E
M
2
-
E
(a) (d) (e)
S

H
A
D
G
E
M
2
-
A (f) (g)
O

Figura 8. Escenario al 2050 para el Maíz variedad "Maíz Blanco" de acuerdo al


Programa MaxEnt para los Modelos ACCESS1-0, HadGEM2-ES y HadGEM2-
A0. Fuente: Elaboración propia

247
DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE DISTRIBUCIÓN POTENCIAL DE LA DIFERENCIA DE LA
LA VARIEDAD AMARILL0 VARIEDAD AMARILL0 AMILACEO DISTRIBUCIÓN FUTURA
AMILACEO AL 2050 MENOS LA ACTUAL

Alta:100
Ubicación de Probabilidad de
Microcuenca de (%) Valores Neutro Valores
!
las parcelas hallar la especie
Calicanto Baja:0 negativos positivos

A
C
C
E
S
S
1
-
0
(b) (c)

H
A
D
G
E
M
2
-
(a) E (d) (e)
S

H
A
D
G
E
M
2
-
A
O (f) (g)

Figura 9. Escenario al 2050 para el Maíz variedad "Maíz Amarillo" de acuerdo


al Programa MaxEnt para los Modelos ACCESS1-0, HadGEM2-ES y
HadGEM2-AO. Fuente: Elaboración propia

248
DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE DISTRIBUCIÓN POTENCIAL DE LA DIFERENCIA DE LA
LA VARIEDAD DE PAPA VARIEDAD DE PAPA CCOMPISI AL DISTRIBUCIÓN FUTURA
CCOMPIS 2050 MENOS LA ACTUAL

Alta:100
Ubicación de Probabilidad de
Microcuenca de (%) Valores Neutro Valores
!
las parcelas hallar la especie
Calicanto Baja:0 negativos positivos

A
C
C
E
S
S
1
-
0 (b) (c)

H
A
D
G
E
M
2
-
(a) E (d) (e)
S

H
A
D
G
E
M
2
-
A
O (f) (g)

Figura 10. Escenario al 2050 para la Papa variedad "Papa Ccompis" de


acuerdo al Programa MaxEnt para los Modelos ACCESS1-0, HadGEM2-ES y
HadGEM2-o. Fuente: Elaboración propia

249
DISTRIBUCIÓN ACTUAL DE DISTRIBUCIÓN POTENCIAL DE DIFERENCIA DE LA
LA VARIEDAD DE PAPA LINLI LA VARIEDAD DE PAPA LINLI DISTRIBUCIÓN FUTURA
AL 2050 MENOS LA ACTUAL
Alta:100
Ubicación de Probabilidad de
Microcuenca de (%)
!
las parcelas hallar la especie
Calicanto Baja:0

A
C
C
E
S
S
1
-
0
(b) (c)

H
A
D
G
E
M
2
-
E
(a) S (d) (e)

H
A
D
G
E
M
2
-
A
O (f) (g)

Figura 11. Escenario al 2050 para la Papa variedad "Papa Linli" de acuerdo al
Programa MaxEnt para los Modelos ACCESS1-0, HadGEM2-ES y HadGEM2-
AO. Fuente: Elaboración propia.

250
Creación de escenarios cualitativos

Tabla 1: Resultados de los escenarios del futuro en el 2050 para el maíz y para
la papa
Escenario para el maíz al 2050 Escenario para la papa al 2050
- Cultivo de menor tamaño - El cambio climático originará el retraso de
las lluvias.
-Temperatura elevada
-Poca producción
-Más plagas
-La minería sigue siendo el factor número
-Más temporadas de sequía uno de contaminación.
-Conflictos por el agua -Cultivos contaminados
-Aumento de los ventarrones, nevadas y -Contaminación de agua, animal y humana.
granizadas
-Cambios en el paisaje, producto de la
-La minería sigue siendo el factor número uno minería.
de contaminación.
- Los jóvenes se van de la chacra.
-Quedarán menos jóvenes en los centros
poblados. -El estado estará del lado de los grandes
inversionistas mineros.
- El estado apoyará más a las empresas mineras
que a los pobladores. -Aumentarán los conflictos sociales.
-Menor esperanza de vida. -La organización comunal será muy
importante.
- La escuela no adaptará su currículo lo
suficientemente rápido como para que los
niños valoren su cultura y los conocimientos
tradicionales.

DISCUSIONES

El análisis decadal para el periodo de 1965 al 2016 con los datos de las
estaciones y los datos PISCO se hizo con el fin de tener una idea general del
comportamiento real de las variables temperatura máxima, mínima y
precipitación en la microcuenca y quizás así corroborar cambios no registrados
de manera cuantitativa pero que están en la memoria de los pobladores.

251
En el 2014, el Centro de Investigación de Zonas Áridas (CIZA- UNALM)
realizó líneas de tiempo para la papa y el maíz en base al testimonio de los
pobladores de Haquira, resaltando los años donde ocurren hechos importantes
en el desarrollo de estos cultivos, información de utilidad para comparar con
esta y mostrar una vez más los efectos del cambio climático.

Análisis decadal para la temperatura máxima

Su disminución hacia el año 1998, cuando ocurrió un evento El Niño,


caracterizado por la drástica disminución de lluvias en la zona sur del país,
coincide con la pérdida de semillas de papa y con la siembra de calabaza, en
zonas donde no se suele cultivar, así como una disminución de lluvias que
llevó a la pérdida del maíz Chullpi (CIZA, 2014).

Análisis decadal para la temperatura mínima

La tendencia positiva coincide con el aumento de plagas de loros para el cultivo


de maíz y con la producción de variedades mejoradas de papa (CIZA, 2014),
que son variedades de mayor resistencia a los efectos adversos de su entorno.

Análisis decadal para la precipitación

Si bien las tres estaciones se encuentran en una zona con topografía muy
accidentada y lejos a la zona de estudio, para todas se produce un cambio en
la tendencia para el periodo 1998-2016.

Análisis con datos PISCO

El informe #1 del Programa de Adaptación al Cambio Climático-PACC


(SENAMHI, 2012) en Apurímac y Cusco no muestra un patrón sostenido de
aumento o disminución de la variabilidad de la precipitación, temperatura
máxima y mínima del aire a nivel decadal, como sí muestran las estaciones,

252
pero no los datos PISCO, que presentan una tendencia general de aumento de
las tres variables. Sin embargo, este informe menciona un incremento de la
precipitación en un promedio de 3.3 mm/día/año, tendencia que sí coincide
con los datos PISCO (Figura 7a). También menciona periodos lluviosos muy
intensos, pero de corta duración, al igual que reportan los pobladores de
Haquira durante el taller realizado en este trabajo.

El mencionado informe indica que parece existir una clara influencia


interanual producto de los periodos El Niño y La Niña. Por otro lado, Sanabria
et al. (2013) mencionan una reducción de los periodos de cosecha y duración
de los cultivos papa y maíz en Andahuaylas y Chalhuanca (Apurímac), la cual
se daría por las mayores temperaturas, y la consecuente aceleración de los
procesos de floración, producción y maduración.

Modelamiento del futuro con el progama maxent

La distribución con MaxEnt para cada modelo hizo énfasis en la cabecera de


cuenca. Los modelos para el maíz lo ubican en la zona sur este de la cuenca,
cerca de la cabecera, mientras que ubican a ambas variedades de papa lejos de
las riberas del río Calicanto. La papa linli es el cultivo que muestra mayor
incremento en su área de distribución para el 2050.

Comparación de los resultados cuantitativos con los cualitativos

Tabla 8. Comparación de los escenarios cualitativos y cuantitativos al 2050


ESCENARIOS CUANTITATIVOS ESCENARIOS CUALITATIVOS
Tendencia de las temperaturas y Taller con los pobladores de Haquira
precipitación y modelización con
MaxEnt

253
Pérdida de variedades, cultivos de menor
Tendencia positiva de la temperatura
tamaño y aparecen más plagas por la
máxima y mínima (Figuras 4, 5 y 6).
mayor temperatura.

Más periodos lluviosos muy intensos,


Ocurrencia de veranillos con más
pero de corta duración (SENAMHI,
frecuencia.
2012).
Tendencia positiva de la precipitación. Ocurrencia más sequías y conflictos por
(SENAMHI, 2012; Figuras 6 y 7). el agua.
Desplazamiento hacia zonas de mayor
altura para ambas variedades de papa y Los cultivos están subiendo de nivel.
maíz.

Los escenarios cualitativos y cuantitativos se asemejan en que existe un


aumento de temperatura mínima y máxima. Por otro lado, la variable
precipitación (Figuras 5 y 7a) presenta una tendencia positiva a nivel local y
regional (SENAMHI, 2012). Sin embargo, los agricultores mencionan que en el
futuro existirá más sequía y por ello habrá conflictos por el agua. Aunque esto
parezca contradictorio, visto desde su contexto, al existir un aumento de
temperatura, habrá una mayor evapotranspiración, por lo que los pastos
quedarán secos, y eso sería considerado como “sequía”.

Los pobladores de Haquira coinciden en que hay cultivos que tienen que ser
sembrados en niveles más altos, así como también esperan un cultivo de menor
calidad, dado que se encontrará bajo condiciones no tan buenas para su
desarrollo. El hecho de contar con días más cálidos podría dar a pensar que las
heladas dejarían de ocurrir, pero la percepción local y el escenario de futuro
indican este fenómeno seguirá apareciendo y con mayor frecuencia.

254
CONCLUSIONES

1. Existe una tendencia positiva para la precipitación, temperatura máxima y


mínima en la zona.
2. Los modelos de distribución potencial de ambas variedades de maíz
muestran una preferencia por la zona suroeste de la microcuenca para
ambas variedades de papa y también para el maíz, pero este último con
menor probabilidad, pues dicho cultivo se realiza en el área cercana a la
cabecera de la microcuenca y sus alrededores.
3. Los agricultores concuerdan que existe una cadena y el principal eslabón
es la minería, que por un lado trae consigo mejoras para la población, como
el mejoramiento de la infraestructura y el ingreso de la modernidad a los
centros poblados, pero por otro, afecta a la nueva generación de
agricultores, a quienes se les instruye en base a un currículo occidental, sin
considerar que este no refuerza su cultura y por ende el conocimiento
tradicional, lo que provoca una fuerte migración y que en el futuro exista
menos jóvenes que se dediquen a la chacra, por lo que se reducen las
parcelas y consigo el número de variedades cultivadas.
4. El cambio climático es percibido por los agricultores como un proceso
natural de la tierra que influye en esta zona, en cuanto al aumento de
temperatura y en la demora de las lluvias, afectando a sus cultivos. Sin
embargo, la minería es el factor que más repercusiones tiene a corto plazo
y de manera más rápida, no solo por el hecho de que contamina la zona,
sino porque fomenta la migración de la juventud campesina, dejando sin
herederos y frustrando la línea de sucesión de los conocimientos
tradicionales. Si se quiere proteger la diversidad de los cultivos, opinan
que se tiene que atacar la causa principal de la pérdida de esta.

255
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260
EVALUACIÓN DE ESCENARIOS CLIMÁTICOS
CUANTITATIVOS Y CUALITATIVOS PARA PAPA Y MAÍZ EN LA
SIERRA CENTRAL

Edson Arias1, Juan Torres1, Nicolás Ibañez1, Wilmar León2

1 CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN ZONAS ÁRIDAS – UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA (CIZA-


UNALM), 2 INSTITUTO DE DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE (IDMA)

INTRODUCCIÓN

El Quinto Informe del IPCC afirma que en los últimos años se ha incrementado
la temperatura promedio en la atmósfera y en los océanos, ha disminuido la
extensión de hielo en los glaciares, han aumentado los gases de efecto
invernadero, y han concluido que la influencia humana en la variación
climática es inequívoca (IPCC, 2013). Todo esto se ha manifestado en los
últimos años con la intensificación e incremento de la frecuencia de fenómenos
climáticos externos a nivel mundial. Sumando a esto, los impactos del cambio
climático potenciarán procesos de erosión genética lo cual perjudicará a la
actividad agrícola ocasionando la disminución de su productividad y el
incremento de la inseguridad alimentaria (INIA et al. 2015; MINAM, 2015).

Si bien existen trabajos para la cuenca de Mito sobre agrobiodiversidad y


conservación in situ (Velásquez, 2009, Torres et al., 2009), este vendría a ser el
primer estudio que permitirá evaluar la influencia del cambio climático sobre
cultivos de papa y maíz para la zona de estudio mediante escenarios
cuantitativos y cualitativos. Los escenarios son de utilidad para el análisis del
cambio climático, y en particular para la creación de modelos del clima,
evaluación de sus impactos y para iniciativas de adaptación y mitigación. Esto
a su vez complementará la falta de información y permitirá reducir la

261
incertidumbre local en Huánuco, ya que por ahora se sabe que la seguridad
alimentaria para esta región, y muchas más del país, se encuentra altamente
amenazada (PMA y CENEPRED, 2015).

Tanto la papa como el maíz conforman dos de los cultivos con la mayor
cantidad de hectáreas cosechadas en la región de Huánuco, lo que demuestra
el importante aporte a la economía local, nacional, y a la propia alimentación
de las comunidades campesinas (INEI, 2012). En este sentido el objetivo
general del presente estudio es comparar escenarios cuantitativos y
cualitativos en un escenario actual y futuro frente al cambio climático para los
cultivos de papa y maíz en la cuenca de Mito, Región Huánuco, siendo los
objetivos específicos:

1. Determinar los cambios de tendencia climática en los últimos 30 años para


la cuenca de Mito, con el fin de comprender la dinámica del clima en la
zona de estudio.
2. Analizar la influencia del cambio climático mediante modelamiento de
escenarios cuantitativos en base al clima actual y futuro para los cultivos
de papa y maíz.
3. Generar escenarios cualitativos futuros sobre la influencia del cambio
climático a partir de la percepción de las comunidades productoras de
papa y maíz.

ÁREA DE ESTUDIO
El estudio se realizó en las comunidades campesinas de San Pedro de Cani,
cuyo cultivo principal es el maíz, y Santa Rosa de Monte Azul, cuyo cultivo
principal son las papas nativas, de la cuenca de Mito. Políticamente, estas están

262
ubicadas en el distrito de Kichki de la provincia de Huánuco. Geográficamente,
la cuenca de Mito está ubicada entre los 09°48’ – 09°55’ de latitud sur y los
76°21’ – 76°30’ de longitud oeste, con una extensión de 17063 ha y altitudes de
2100 a 4200 msnm (Ver la Figura 1).

Figura 1. Ubicación del distrito de Quisqui, Huánuco. Fuente: IDMA (2016)

METODOLOGÍA
Tendencias climáticas
Para realizar tendencias de variables climáticas se necesitan datos históricos de
al menos 30 años. Sin embargo, dentro del área de estudio no contamos con
una estación meteorológica que cuente con esa condición. Por ello, se hizo una
búsqueda de estaciones meteorológicas que al menos cuenten con datos desde
1980. La página web del SENAMHI ofrece a disposición de investigadores este
tipo de datos de forma gratuita, por lo que se utilizaron los datos de las
estaciones meteorológicas: Canchan, Huánuco y San Rafael (SENAMHI, 2019).

Existen vacíos en la serie de datos de las tres estaciones meteorológicas para


las variables: Temperatura mínima diaria, Temperatura máxima diaria y

263
Precipitación diaria. Por lo tanto, fueron tratados el programa de
modelamiento Rclim Tool para completar dichos vacíos de data histórica
(periodo 1980-2013), y así elaborar las líneas de tendencias. RClim Tool necesita
de tres estaciones meteorológicas como mínimo para completar los vacíos de
datos meteorológicos, mediante la estimación de un modelo vector
autoregresivo (VAR), el cual emplea correlaciones entre diversas series de
datos (Cordano y Eccel, 2013; Llanos, 2014).

Con los datos completos de los parámetros de Temperatura máxima diaria,


Temperatura mínima diaria y Precipitación diaria de las tres estaciones
meteorológicas se decidió que los datos de la estación meteorológica Canchan
serían utilizados para representar las tendencias climáticas de la cuenca de
Mito, ya que es la más próxima a la zona de estudio. Para graficar las
tendencias de los parámetros de clima y acorde al trabajo de Gulrado y
Bermúdez (2011) y Guzmán (2013) se realizó:

• Un gráfico de tendencia para la variable temperatura máxima anual y la


temperatura mínima anual en el periodo de 1980-2013, además se
consideró graficar la tendencia por periodos de 10 años.
• Un gráfico de tendencia para la variable precipitación anual en el
periodo 1980-2013, también se consideró graficar la tendencia por
periodos de 10 años.
• Un gráfico de la anomalía de la precipitación anual para el periodo 1980-
2013.

Escenarios cuantitativos
Para conocer la influencia del cambio climático en la papa y maíz se realizó el
modelamiento del área de distribución potencial para el escenario actual y

264
futuro para la cuenca de Mito. El escenario de cambio climático elegido para
esta investigación es el RCP 4.5 al año 2050, en el cual la emisión de gases de
efecto invernadero se estabiliza en 540 ppm al año 2100 (IPCC, 2013).

El análisis del área de distribución potencial del cultivo de papa y maíz


requiere del programa MaxEnt. Dicho programa permite el modelamiento de
la distribución de especies basándose en el principio de máxima entropía
(Phillips, 2006). Se necesitan dos tipos de datos para obtener los mapas de
distribución. Primero, la ubicación georreferenciada de los cultivos a modelar.
Segundo, las variables climáticas para el escenario actual y futuro para el área
de estudio en formato ráster.

Para el modelamiento de la distribución potencial se escogieron las siguientes


variedades:

• Papa Canchan: por ser un cultivo de ingreso económico para las familias
de la comunidad de Monte Azul.
• Papa Hualash Largo: una variedad nativa importante en la alimentación
de las familias de la comunidad de Monte Azul, ya que de esta se elabora
el tocosh.
• Maíz Morocho: una raza de maíz importante en la alimentación de las
familias de San Pedro de Cani, ya que de esta se elaboran muchos platos
típicos.

Los modelos climáticos para el escenario RCP 4.5 al año 2050 se descargaron
desde la página WorldClim. Se seleccionaron tres modelos para este escenario:
ACCESS1-0, HadGEM2-ES, HadGEM2-AO. También, se seleccionó uno para
el escenario actual: Current conditions. De ellos se obtuvieron las variables:
Temperatura mínima mensual, Temperatura máxima mensual y Precipitación

265
mensual. El escenario futuro se elaboró mediante el promedio de todas las
variables de los tres modelos ya mencionados con el fin de obtener un solo
conjunto de variables al año 2050. Adicionalmente, se calcularon dos variables
nuevas para el escenario actual, datos del modelo Current Conditions, y el
escenario futuro: Evapotranspiración de referencia y la Duración de la
temporada seca.

La última variable que se agregó fue una capa de modelo digital de elevación
(DEM) que nos brinda información de la altura en metros sobre el nivel del mar
(m.s.n.m.). Esta última es importante, ya que el área de estudio constituye un
ecosistema de montañas.

La resolución de pixel en todas las variables de climáticas es de 30 segundos


de grado de Arco o 1 km aproximadamente por lado, siendo esta, hasta el
momento, la mejor resolución posible para trabajar.

Para el análisis de la distribución potencial se asignó un valor de celda de dos


para el ráster de la distribución potencial futuro y un valor de celda de uno
para el ráster de la distribución actual (Scheldeman y van Zonneveld, 2011).
Luego se realizó una resta y un cálculo de áreas para conocer la influencia del
cambio climático en nuestros cultivos para el área de estudio, agrupadas en:

• Áreas de alta influencia: áreas en las que la especie probablemente ocurra


en las condiciones climáticas actuales pero que dejarán de ser adecuadas
en el futuro.
• Áreas por fuera del nicho realizado: áreas que no son adecuadas ni con
las condiciones actuales ni con las condiciones futuras (de acuerdo con la
modelación).

266
• Áreas de baja influencia: áreas en las que la especie probablemente ocurra
tanto en las condiciones climáticas actuales como en las condiciones
climáticas futuras.
• Nuevas áreas adecuadas: áreas en las que una especie tendría
probabilidades de ocurrir en el futuro, pero que no son idóneas para la
ocurrencia natural en condiciones actuales.

Escenarios cualitativos
Para la construcción de escenarios cualitativos, se empleó la metodología de
“La matriz de aspectos y definición de impulsores de cambio” que consiste en
la identificación de factores que influyen en un factor central u específico, que
ente caso fue La diversidad de papas y maíces. (Palomo et al., 2009), en un taller
con los agricultores. Los factores fueron elegidos en base a la experiencia previa
del CCTA (2014) siendo seis en total: Plagas y enfermedades del cultivo,
Comercio del cultivo, Clima, Consumo del cultivo, Costumbres de la
comunidad, y Sistema de producción del cultivo.

Se comenzó por completar una matriz de factores (Tabla 1), en donde se


conoció la percepción de un grupo de agricultores sobre cada factor.
Seguidamente, el mismo grupo, en un espacio en blanco, empezó a crear
relaciones entre los seis factores mencionados y el factor central. Otros factores
surgidos en la conversación se incluyeron en la gráfica.

¿Por qué
Factor Antes Ahora Beneficiados Perjudicados
cambió?
FACTOR 1
FACTOR 2
FACTOR 3
Tabla 1. Matriz de factores. Fuente: Palomo et al. (2011)

267
Por último, se aplicó la “técnica de las historias de futuro y construcción de
escenarios” (MA, 2005) que toma como base las líneas de tiempo sobre una
situación hipotética de futuro ligada al impulsor de cambio identificado por
la población local: el cambio climático. Para este taller se centró en una
dinámica que consiste en dibujar: ¿Cómo afectaría el cambio climático a
cultivos de papa/maíz? Incluyendo los factores ya mencionados. Finalmente,
los trabajos se expusieron frente al grupo narrando una historia, la cual se
registró en forma de audio.

RESULTADOS

Tendencias climáticas
La precipitación anual para el periodo 1980-2013 presenta un valor mínimo de
202.6mm (en 1991), y un valor máximo de 618.7mm (en 1989). Esta presenta
una pendiente positiva en los tres periodos evaluados, con incrementos de
11.9mm/año, 8.7mm/año y 7.2mm/año para las décadas 1980-1989, 1990-1999
y 2000-2013 respectivamente (Ver la Figura 2).

Figura 2. Distribución temporal de la precipitación anual 1980 -2013

268
La temperatura máxima anual en la zona de estudio para el periodo 1980-2013
oscila entre 27.09°C (en el año 1998), y 25.65°C (en 1993). Se observa que en la
primera década de estudio (1980-1989) se obtuvo una línea de tendencia
negativa con un decrecimiento de -0,04°C/año. Mientras que en

Figura 3. Distribución temporal de la temperatura máxima anual 1980 -2013

la segunda década (1990-1999) se obtuvo una línea de tendencia positiva con


un incremento de 0.07°C/año. Así mismo, el periodo 2000-2013 presenta una
línea de tendencia positiva con un incremento de 0.03°C/año (Ver la Figura 3).

La temperatura mínima anual en la zona de estudio para el periodo 1980 al


2013 oscila entre 11.73°C (en 1991), y 13.88°C (en 1998). Se observa que en la
primera década de estudio (1980 -1989) existe una tendencia negativa con un
decrecimiento del 0.06°C/año, mientras que en la segunda década (1990-1999)
se presenta una tendencia positiva con un incremento del 0.17°C/año. Ya para

269
los años 2000-2013 la tendencia es negativa con un decrecimiento de
0.04°C/año (Ver la Figura 4).

Figura 4. Distribución temporal de la temperatura mínima anual 1980 -2013

La anomalía de la precipitación en el período 1980-2013 presentó una tendencia


positiva que incrementa en 3.38mm/año. Se observa que en la última década
las lluvias han presentado un comportamiento que va hacia el aumento (Ver la
Figura 5).

Figura 5. Distribución temporal de la anomalía de precipitación anual 1980 -


2013

Escenarios cuantitativos
a) Precipitación actual y al 2050: La precipitación anual actual es de 386 a
1014 mm. Al ser contrastada con el escenario al 2050, presenta un
incremento que va de 55 a 148 mm, fluctuación que puede deberse al
incremento de la intensidad de las lluvias y a la variabilidad de la
frecuencia de las mismas (Ver la Figura 6).

270
Figura 6. Distribución espacial de la variación de precipitación anual

b) Temperatura máxima actual y al 2050: El rango de la temperatura máxima

promedio anual actual va desde 12.9 ºC a 25.6 ºC. Al contrastado con el


escenario al año 2050 el incremento es de 2.0 ºC y 2,2 ºC (Ver la Figura 7).

Figura 7. Distribución espacial de la variación de temperatura máxima


anual

c) Temperatura mínima 2000 y al 2050: El rango de temperatura mínima

promedio anual actual oscila entre -1.3 °C y 10.4 °C. Al ser contrastado con
el escenario al año 2050 existe un incremento de entre 2.13 ºC y 2.27 ºC (Ver
la Figura 8).

271
Figura 8. Distribución espacial de la variación de temperatura mínima
anual

d) Análisis de la influencia del cambio climático


La influencia de cambio climático al año 2050 para el cultivo papa Canchan
se expresa en áreas de baja influencia, que representan el 41.5% (7081.1ha)
del área total de la cuenca de Mito. Por otra parte, el área de alta influencia
representa el 11.6% (1979.3ha) del área total de la cuenca (Ver la Figura 9).

ACTUAL MAPA DE INFLUENCIA DEL CAMBIO


CLIMÁTICO

FUTURO AL AÑO
2050

Figura 9. Mapas de distribución potencial actual y al año 2050; y mapa de


influencia del cambio climático para papa canchan

272
En el mapa de influencia del cambio climático para la papa Hualash (Ver
la Figura 10) tenemos que el área de baja influencia representa el 37.3%
(6364.5ha) del área de la cuenca. Mientras que el área de alta influencia,
área donde la especie no estaría presente en el futuro, representa el 36.9%
(6296.2ha) del área de la cuenca. Además, según el modelo, las nuevas
áreas idóneas para el cultivo representan el 11.7% (1996.4ha) del área de la
cuenca.

ACTUAL MAPA DE INFLUENCIA DEL CAMBIO


CLIMÁTICO

FUTURO AL AÑO
2050

Figura 10. Mapas de distribución potencial actual y al año 2050; y mapa


de influencia del cambio climático para papa Hualash

El mapa de influencia del cambio climático para el maíz morocho (Ver la


Figura 11) muestra que el área de bajo impacto representa el 26.9%
(4589.9ha) del área de la cuenca. Además, según el modelo, las nuevas
áreas idóneas para el cultivo representan el 13.5% (2303.5ha) del área de la
cuenca.

ACTUAL MAPA DE INFLUENCIA DEL CAMBIO


CLIMÁTICO

FUTURO AL AÑO
2050

273
Figura 11. Mapas de distribución potencial actual y al año 2050; y mapa de
influencia del cambio climático para maíz morocho

Escenarios cualitativos
El taller logró congregar a 20 campesinos conservacionistas de las
comunidades de Santa Rosa de Monte Azul y Huallacayán. Con una duración
de 6 horas desde las 9:00 hasta las 17:00 horas del domingo 25 de junio del año
2017.

En cuanto al cultivo de maíz, en la Figura 12 tenemos que los productores


identificaron más factores ajenos a los que ya se habían planteado: Aumento
de la población, Migración, Gobierno y Colegio. Para este cultivo, se observa
que el factor dominante o de cambio es Sistema de producción, con 7
interacciones, seguido por el factor Comercio, con 6 interacciones, y los factores
Hábitos de consumo y Costumbres, 5 interacciones.

Para el escenario futuro del Maíz, si las variables actuales de temperatura y


precipitación al año 2050 mantuvieran su tendencia, entonces las condiciones
meteorológicas no serían favorables para el maíz nativo, así como para su
consumo por parte de las nuevas generaciones de jóvenes. Mientras que las
variedades de maíz mejorado serían cultivadas con mayor frecuencia, pero
ocuparían zonas más altas de las habituales, ya que el mercado así lo demanda
y será aún una fuente de ingresos para la economía familiar. También se resalta

274
un cambio en el consumo de alimentos y de las costumbres propias de la
comunidad.

Figura 12. Interacciones entre factores para el cultivo de Maíz (Rojo:


influencia positiva y Azul: influencia negativa)

Para la diversidad de papa (Figura 13), se agregaron cuatro factores adicionales


en el diálogo: Gobierno, Cambio de Hábitat, Migración y Aumento de
población. El gráfico también refleja las relaciones entre factores, dando como
resultado que el factor Comercio presenta más relaciones, siete en total,
seguido de los factores: Hábitos de consumo y Cambio del clima, con 6 en total.

Para el cultivo de papa, si las variables actuales de temperatura y precipitación


al año 2050 mantuvieran su tendencia, disminuiría la producción debido al
aumento de las plagas que generará una disminución del comercio de este
producto en los mercados locales y regionales. Al mismo tiempo esta reducción
afectaría la seguridad alimentaria de la población, y profundizaría su
desplazamiento, principalmente porque los suelos han sido contaminados por

275
el exceso de fertilizantes y otros insumos químicos, debido al aumento en la
producción de papa mejorada. Como resultado, los hábitats naturales aledaños
a la comunidad se verían reducidos. En cuanto a los hábitos de consumo, los
patrones de consumo de papa se verán afectados de manera significativa,
debido a que los jóvenes ya no darán continuidad a los patrones de producción
y porque han sido influenciados grandemente por la cultura exterior. Muchos
de estos jóvenes, ya no laboran en el campo y se están empezando a desplazar
para seguir sus estudios de secundaria, o en algunos casos, universitarios.
Quizá llegue el momento en donde se haga la siguiente pregunta ¿Quién
sembrará estas tierras? Al mismo tiempo, esto se daría en un contexto de menor
apoyo del gobierno al sector agrícola, lo que afectaría sensiblemente la
conservación de las variedades actuales.

Figura 13. Interacciones entre factores para el cultivo de Papa (Rojo:


influencia positiva y Azul: influencia negativa)

276
DISCUSIONES
Tendencias climáticas
Las tendencias positivas de los últimos años para las variables en estudio son
el reflejo de un patrón visto en varias estaciones a lo largo de la cordillera de
los andes (SENAMHI, 2010). Para la variable precipitación, es claro que su
aumento con los últimos años es mayor, pero además existe un aumento en su
anomalía. Lo que se expresaría en que está lloviendo más, pero de forma más
irregular. Mientras que las variables temperatura máxima y mínima, en la
última década de estudio presentan pendientes opuestas. Una positiva para
temperatura máxima y una negativa para temperatura mínima, lo que hace
que la amplitud térmica anual esté en aumento y que esto se exprese en veranos
más cálidos e inviernos más fríos.

Escenarios cuantitativos
Sobre el modelamiento en MaxEnt para cultivos, el algoritmo también permite
la identificación de zonas agroecológicas ideales. Sin embargo, esta es una tarea
aún más compleja que la de identificar el área de distribución natural de una
especie silvestre debido a la interacción dinámica entre los paisajes agrícolas
de manejo y los factores ambientales, ya que una especie se puede cultivar
fuera de su nicho, siempre y cuando se usen determinadas prácticas agrícolas
(Scheldeman y Van Zonneveld, 2011).

Para el cultivo de maíz morocho, un cultivo que se encuentra arraigado a la


cultura andina, en el escenario futuro al año 2050 presenta condiciones
favorables, beneficiado por el incremento de la temperatura, y la precipitación
e incluso por la irregularidad de las lluvias. Si bien los resultados proyectados
para maíz morocho al año 2050 son favorables para nuestra área de estudio
indicando aumentos de área, no necesariamente indicaría que todos los maíces

277
cultivados por los agricultores de Quisqui respondan de igual forma (Ureta et
al., 2012).

Para el caso de la papa Canchan, existe una reducción del área de distribución
potencial frente a un escenario de cambio climático. La variedad mejorada
enfrenta un reto más en un escenario que no ha sido tan agresivo como para la
variedad nativa Hualash, ya que las condiciones climáticas están entre los
rangos óptimos de temperatura y precipitación a lo largo del crecimiento y
desarrollo del cultivo (SENAMHI, 2009; SENAMHI, 2013; Egusquiza, 2000).

Para el caso de papa Hualash, una variedad de papa nativa, en el escenario al


año 2050, el contraste es muy marcado, mostrando una reducción agresiva del
espacio geográfico disponible a futuro para que este cultivo se desarrolle, y que
si bien muestra un aumento de áreas idóneas para su desarrollo esto quizá se
deba la poca cantidad de muestras dentro del modelamiento. La irregularidad
de las precipitaciones estaría limitando el desarrollo de la especie, ya que, para
el cultivo de papa, en específico la formación de tubérculos, las condiciones
ideales son comprendidas entre 10 a 20°C; y en cuanto al agua, la planta no
debe sufrir de déficit de agua (Egusquiza, 2000). Además, como otras plagas
podrían subir en altitud, por ejemplo, la polilla de la papa (Veneos, 2014), cabe
la posibilidad de que otras plagas y enfermedades aumenten su área de
distribución.

Escenarios cualitativos
Para el escenario del maíz, el factor de sistema de producción nos muestra que
la producción de maíz ha cambiado mucho. Desde la llegada de insumos
químicos para mejorar el rendimiento por hectárea, que se centran en unas
pocas variedades, mientras que el resto se quedan relegadas y en algunos casos

278
olvidadas. Además, poco a poco, algunos agricultores empiezan a cambiar a
otros cultivos que no necesiten tantos requerimientos y así incrementar sus
ganancias para la canasta básica. Para este cultivo, el factor comercio se
interrelaciona mucho, ya que se centra en variedades mejoradas, las cuales
presentan demanda en el mercado local. Así, poco a poco, los agricultores de
variedades nativas son marginados al punto de tener que elegir si seguir con
sus variedades o enfocarse a una, ya que además esta variedad es la que genera
ingresos económicos a la familia. Aquí los hábitos de consumo y las costumbres
afectan negativamente a la diversidad de maíz en la cuenca, muy similar al
caso de la papa: los jóvenes prefieren otro tipo de alimentos, están cambiando
sus gustos por las frituras, los dulces, y platos que no son de la zona. Y no solo
en el tema alimenticio, ya que los jóvenes no se dedican al campo como sus
padres y las jóvenes no están aprendiendo la selección de semillas como sus
madres.

Para el escenario de la papa, el factor comercio se puede ver afectado desde


varias aristas, como la introducción de variedades mejoradas, el acceso a través
de carreteras y movilidad, así como las capacitaciones por parte del gobierno
para la siembra de un tipo de variedad mejorada y que a su vez esto mejore el
ingreso monetario en el hogar, afectaría de forma negativa a la diversidad de
papa. El comercio ha moldeado a las comunidades, cambiando así también sus
hábitos de consumo, otro factor importante, ya que se han abandonado las
comidas tradicionales a base de papa. Se menciona como ahora los jóvenes
prefieren otro tipo de comidas, que se preparan con alimentos ajenos a la zona
o procesados. Es cierto que el acceso a vías de transporte ha permitido un mejor
comercio de variedades de papa, pero también el ingreso de otras costumbres
a las comunidades, como por ejemplo los programas de gobierno quienes

279
alegan que los alimentos locales son poco nutritivos y que incorporan en sus
planes nutricionales alimentos que no son de la zona. Mientras que los cambios
del clima en los últimos 30 años, hacen que sea un poco difícil conocer las
fechas de lluvias, y las señales meteorológicas que los padres y abuelos
utilizaban, ya no son tan claras o no se cumplen como antes. Sienten que las
sequías duran más y que las lluvias demoran en llegar. Así también que los
veranos son más cálidos y los inviernos más fríos. Todo esto no solo afecta a
sus chacras, sino también a los ganados, así como a las plagas y enfermedades
que atacan a los cultivos en general, más para las variedades mejoradas con
plagas como la rancha. Estos cambios han hecho que familias enteras dejen el
campo, por algo más seguro, como cambiar de cultivos locales a cultivos
mejorados, o en el peor de los casos, buscar un empleo en las ciudades.

CONCLUSIONES
1. La distribución temporal de la precipitación anual presenta tendencias
positivas para las últimas tres décadas. Además, la anomalía de la
precipitación también muestra una tendencia positiva en los últimos 30
años. Mientras que la distribución temporal de las variables Temperatura
máxima anual presenta en la última década una tendencia positiva, y la
temperatura mínima anual una tendencia negativa para la misma década.
Esto significaría un aumento de la amplitud térmica, veranos más cálidos e
inviernos más fríos.

2. De los modelos de distribución potencial actual y futuro de los cultivos en


estudio; papa canchan, papa hualash y maíz morocho; se obtuvo que las
áreas con alta influencia frente al cambio climático al año 2050 son: Para
papa canchan de 11,6% (1979.3ha); y para papa hualash, der 36.9%

280
(6296.6ha). El caso del maíz morocho, este cultivo a futuro no presenta áreas
con alta influencia, sino nuevas áreas idóneas que representan el 26.9%
(4589.9.9ha).

3. Los escenarios cualitativos generados a partir de los talleres resultaron en


que, para el maíz, si bien las condiciones futuras permitirán una expansión
de las áreas cultivadas, en áreas de mayor altura, la migración de los jóvenes
no permitirá aprovechar esta condición debido a la escasez de mano de obra.
En el caso de las papas, los dos escenarios muestran una mayor competencia
entre variedades mejoradas y nativas, y también señalan un posible límite
cuando la temperatura no permita el desarrollo de este cultivo; en este caso
las papas nativas tendrían mejores capacidades de respuesta y de
adaptación.

4. Los productores de papa de las comunidades de San Pedro de Cani y Santa


Rosa de Monte Azul afirman que cada año el calor aumenta y que resulta
muy difícil precisar cuándo va a llover, lo cual se reafirma con las tendencias
de las estaciones meteorológicas. Ellos comentan que las señas
meteorológicas no son muy claras y cada vez son menos las personas que
las utilizan. Los productores de maíz y papa, tienen muy en claro que tanto
el maíz nativo como la papa canchan podrían expandirse a zonas más altas.
Esto se afirma con el aumento de áreas que indican los modelos de
distribución potencial. Mientras que, para la papa nativa, esta competiría
con las papas mejoradas por los recursos, ya que la temperatura en aumento
no permitiría su crecimiento, siendo este cultivo el más afectado por el
cambio climático según su distribución potencial.

281
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284
PARTE 4:

SEGURIDAD
ALIMENTARIA

285
286
LA SEGURIDAD ALIMENTARIA, LAS DIVERSIDADES Y LA
INCERTIDUMBRE DEL CLIMA EN LA SIERRA CENTRO
(HUÁNUCO) Y SUR (APURÍMAC)

Juan Torres Guevara

CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN ZONAS ÁRIDAS – UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA (CIZA-


UNALM)

Es cada vez más aceptado que el cambio climático, especialmente en las


montañas tropicales, como los Andes centrales, va a plantear escenarios muy
inciertos a la seguridad alimentaria de las poblaciones andinas y frente a ellos
debemos tener un buen número de alternativas de fuentes de alimento. Una de
ellas es la agrobiodiversidad vegetal con que se cuenta especialmente en los
Andes. La pregunta es si va a ser suficiente, si va alcanzar la frondosa
diversidad andina para hacer frente a lo incierto, y es a la respuesta a esta
interrogante a la que buscan contribuir los trabajos del presente estudio.

Reconocemos que el tema seguridad alimentaria es muy complejo, una


problemática con historia (1) y que demanda de un abordaje interdisciplinario
en la medida que tiene varias aristas, y esto lo reconocen los especialistas y los
organismos internacionales relacionados con esta trama (FAO, 2006). Al
referirse a la seguridad alimentaria, esta se entiende como: la disponibilidad,
el acceso, el uso adecuado (dieta) y la estabilidad en el tiempo en cuanto al
acceso de los alimentos. Conceptos como el de Soberanía Alimentaria, acotan
más el tema, y permite ser más inclusivo el abordaje en la medida que
incorpora explícitamente la opinión de la población implicada en un tema tan
delicado como el de los alimentos de una cultura. En este caso queremos
aportar a la solución del problema desde la perspectiva del componente
referido a la disponibilidad, a los proveedores, a la base natural de donde

287
parten los alimentos: los ecosistemas y la biodiversidad, incluida la
diversidad cultural (2).

Sumada a la exuberante agrobiodiversidad habrá que considerar la vieja


relación de casi 10 mil años de las culturas andinas con la variabilidad climática
y eventos extremos que les ha permitido desarrollar una muy buena capacidad
de adaptabilidad a lo incierto.

La gran diversidad en la que se basa la seguridad alimentaria en el Perú se


asienta a su vez en la gran diversidad de ecosistemas. El “Mapa Nacional de
Ecosistemas del Perú” elaborado por el MINAM (2018) reconoce 36
ecosistemas, 11 para la región de selva tropical, 3 para la yunga, 11 para la
región andina, 9 para la costa y 2 ecosistemas acuáticos. Ver la Figura 1.

Si a la gran diversidad de ecosistemas le sumamos la frondosa


agrobiodiversidad “… que presenta cifras como: 4400 especies vegetales
nativas utilizadas, 1700 especies cultivadas y 182 domesticadas” (Brack et al.,
2006), que en la mayoría de los casos habría que recuperar podremos entender
en parte el por qué la exuberante diversidad de culturas en la región (Torres y
Sandoval, 2013). Ver la Figura 2

288
Figura 1. La gran diversidad de Ecosistemas (36) según el Mapa Nacional de
Ecosistemas (MINAM 2018)
Figura 2. La frondosa agrobiodiversidad existente en el Perú

Entre tantas diversidades no es inverosímil que haya surgido una hermosísima


diversidad de culturas en la región (sólo para el Perú, el Ministerio de Cultura
ha identificado 55 pueblos indígenas u originarios), y quizás ahora podamos
entender por qué existe en la zona una grandiosa base de alimentos
diversificados que pueden, a su vez, garantizar una potencial fuente de
recursos genéticos que nos permitan crear condiciones favorables para la
seguridad alimentaria, aún en situaciones de incertidumbre climática. Ver la
Figura 3.

La multiplicidad de la cocina andina y mesoamericana es comprensible a partir


de la integración de estas tres diversidades: 1) diversidad biológica, 2)
diversidad ecológica, 3) diversidad cultural (Toledo, 1985) tan propia de los
ecosistemas montañas y además tropicales.

290
Figura 3. Diversidad biológica, Agrobiodiversidad, Diversidad de Culturas
en la región. Fuente: Rural Advancement Foundation International-RAFI
(1999). Mariah Found International Development Research Center (IDRC)

Podemos concluir que es muy importante ampliar nuestra mirada sobre


fuentes de alimentos vegetales, e incluir a especies silvestres o a los llamados

291
parientes silvestres de las plantas cultivadas (los “sachas” en quechua) que son
fuentes de genes con caracteres de rusticidad muchas veces necesarios para
aumentar la resiliencia de las especies domesticadas alimenticias. Trabajos que
están en esta línea como los de Cruz-García (2012) en Tailandia, que presenta
“malezas” comestibles en plantaciones de arroz, o como el trabajo de Parra F.
(2012) de frutos comestibles de algunos cactus en México, aportan a ampliar
nuestro panorama de oferta de alimentos

Finalmente, los trabajos que se presentan a continuación son parte del aporte a
la recuperación de varias especies vegetales alimenticias que han sido
olvidadas, ocultadas o perdidas y que pueden contribuir a ampliar el espectro
de alimentos que forman parte de la seguridad y soberanía alimentaria de las
comunidades andinas en especial. En el caso de Pancorbo (2019) para Kichki,
Huánuco, sierra central, reporta 64 especies silvestres que se pueden
incorporar a los sistemas alimentarios locales y en el caso de Challco (2019)
para Haquira, Apurímac, sierra sur, informa de 47 especies silvestres
alimenticias recuperadas para la soberanía alimentaria local, contribuyendo de
esta manera a reducir los posibles impactos del cambio climático regional.

Estos trabajos son parte de los aportes del grupo de investigación a las
sociedades andinas que pasan por la ironía de ser tan ricas en fuentes de
alimentos y a la vez estar pasando por una situación de anemia infantil. Por
ello su gran valor.

292
REFERENCIAS

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293
Torres J. y Sandoval T. 2013. Seguridad Alimentaria y Aspectos Ambientales:
El papel de la Diversidad. En: Foro Seguridad Alimentaria: Desafíos del
Futuruo y Tareas del Presente. CEPES Lima

294
PLANTAS SILVESTRES Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LA
ZONA SUR ANDINA: REGIÓN APURÍMAC
CONTRIBUCIONES POTENCIALES

Edison Challco Espino1, Luis Lizárraga Valencia1, Juan Torres Guevara2, Fabiola
Parra2, Alejandro Casas3

1UNIVERSIDAD NACIONAL SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO, 2DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA, FACULTAD DE
CIENCIAS, UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA (UNALM), 3INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN
ECOSISTEMAS Y SUSTENTABILIDAD (IIES), UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM), 4
CENTRO ANDINO DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

INTRODUCCIÓN

Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo


momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos
para satisfacer sus necesidades y preferencias alimenticias a fin de llevar una
vida activa y sana (FAO, 2011). Por otro lado, la inseguridad alimentaria es un
problema difícil de solucionar, pues si bien la producción de alimentos a nivel
mundial creció, el número de personas que padecen hambre también aumentó
debido al crecimiento poblacional y una distribución de alimentos deficiente
por diferentes razones, ya sean económicas, políticas, sociales o ambientales
(Tenesaca, 2010).
Vale mencionar que la seguridad alimentaria a nivel del Perú no cumple con
las expectativas ya que la mayoría de la población es vulnerable a la
inseguridad alimentaria por más que existan programas sociales que tratan de
mitigar este problema. Este es el caso de la Región Apurímac, por mucho
tiempo considerada una de las regiones más pobres del Perú, y en el último
Censo que realizó el MIDIS presenta una vulnerabilidad a la inseguridad
alimentaria muy alta, al igual que la provincia de Cotabambas y el distrito de
Haquira (MIDIS, 2012).

295
Si bien la biodiversidad es un gran aliado en la alimentación de la población y
lo será por mucho tiempo, en los últimos años está siendo amenazada por el
cambio climático. Entre las respuestas ecológicas en los Andes al cambio
climático se han reportado alteraciones en la fisiología de las especies y su
capacidad de soportar eventos extremos como las heladas, cambios en los
patrones de distribución y riqueza de especies, incrementos en las tasas de
extinción locales de algunas especies o comunidades de especies y alteraciones
en los patrones fenológicos. Como consecuencias derivadas, también se
proyectan cambios en los patrones de distribución de los ecosistemas o biomas
y posibles alteraciones en funciones ecosistémicas como el ciclo del carbono y
el agua (Cuesta, 2012).
Por lo explicado, el objetivo general de la presente investigación fue identificar
como la biodiversidad local puede sustentar la seguridad alimentaria y el
aporte que tiene en la dieta diaria en las comunidades de Patahuasi y San Juan
de Llachua. Para lograrlo, se propuso lo siguiente: 1) Conocer los alimentos, la
cantidad que provienen de la recolección, cosecha, compra, trueque o subsidio
de especies silvestres y en qué momento recurren a ellas; 2) Determinar la
suficiencia de la cantidad de alimentos que disponen para satisfacer sus
necesidades alimenticias; 3) Conocer la percepción que tienen los pobladores
sobre los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria.
ÁREA DE ESTUDIO

El trabajo que se realizó en las comunidades de Patahuasi y San Juan de


Llachua, ubicadas políticamente en el distrito de Haquira, provincia de
Cotabambas, región Apurímac. En cuanto a su ubicación geográfica, ambas
pertenecen a la cuenca de Santo Tomás, subcuenca de Calicanto. Según

296
Holdridge (1982), el Distrito de Haquira pertenece a la zona de vida natural
“bosque húmedo montano sub-tropical (bh – MS)”.

METODOLOGÍA

En primer lugar, se socializó la investigación mediante un taller inicial, en que


se buscó obtener el consentimiento informado previo y contactar con los
primeros pobladores conocedores del tema. A continuación, se procedió a
ubicar otros conocedores mediante el muestreo tipo bola de nieve
(Albuquerque et al., 2014a).
Se realizaron entrevistas semiestructuradas (Albuquerque et al., 2014b) con
pobladores de ambas comunidades, priorizando a las mujeres cabezas de
familia. En ellas se buscó información sobre los alimentos cultivados, así como
la cantidad que consumen diariamente. Se realizó el pesado de los productos
en la unidad de medición que los agricultores utilizaban para luego convertir
estos datos a la unidad convencional (kg). También se les preguntó sobre las
especies silvestres de flora y fauna que utilizan como parte de su alimentación,
su nomenclatura local, la forma como los consumen y la época en que acuden
a ellos. Las entrevistas también incluyeron los productos que provienen del
intercambio monetario, trueque y subsidios, y en qué cantidad.
Se realizaron caminatas etnobotánicas (Verde et al., 2012) con tres pobladores
locales para identificar las especies silvestres que ellos utilizan en su
alimentación y las zonas donde estas se encuentran. Durante estas caminatas
se entrevistó a los acompañantes acerca de cada planta siguiendo una guía de
preguntas preparada con anterioridad. También se tomaron muestras
botánicas y fotografías.

297
Se preparó un herbario y se visitó a especialistas taxónomos para confirmar su
nomenclatura botánica. Finalmente, durante el trabajo de gabinete se realizó el
análisis de datos.

RESULTADOS Y DISCUSIONES

Alimentos cultivados para sustentar la seguridad alimentaria

La actividad principal es la agropecuaria. Predomina el cultivo de productos


tradicionales de los andes como los tubérculos, menestras, cereales, hortalizas
y algunas frutas (Ver la Tabla 1). Esto coincide con Tapia y Fries (2007), quienes
indican que las comidas regionales de Perú siguen teniendo como base los
cultivos nativos. Por ello, existe una gran variabilidad y la posibilidad de
disponer una dieta variada.

Tabla 9. Principales cultivos de Patahuasi y San Juan de Llachua

Nº CULTIVAR TIPO DE ALIMENTO


1 Papa Tubérculo
2 Maíz Cereal
3 Haba Menestra
4 Trigo Cereal
5 Cebada Cereal
6 Arveja Menestra
7 Olluco Tubérculo
8 Oca Tubérculo
9 Mashua Tubérculo
10 Tarwi Menestra

298
11 Lechuga Hortaliza
12 Col Hortaliza
13 Cebolla Hortaliza
14 Beterraga Hortaliza
15 Cilantro Hortaliza
16 Orégano Hortaliza
17 Perejil Hortaliza
18 Tuna Fruta
19 Durazno Fruta

La mayor parte de la producción está destinada a la alimentación de la


comunidad. Poder cultivar una cantidad adecuada para que el alimento dure
por mucho tiempo dependerá de la cantidad de integrantes de una familia, así
como de los factores bióticos y abióticos que influirán en el rendimiento.
Con altos rendimientos hay probabilidad de que la cantidad producida cubra
las necesidades básicas y se destine una parte para otra actividad, como es la
venta, y en algunos casos para realizar la actividad del trueque. Cuando los
rendimientos son bajos, entonces hay un riesgo en la alimentación pues las
raciones se reducen, y para evitar dicha escasez los pobladores realizan otras
actividades como trabajos ocasionales o la migración de algunos integrantes de
la familia (por lo general los hijos mayores de edad) para las ciudades
próximas.
También se producen cultivos que no requieren de mucho esfuerzo, con ciclo
de vida corto y que pueden producir todo el año, las hortalizas, y la mayor
parte de la producción es destinada a la venta que se realiza en el distrito de
Haquira.

299
Crianza de animales domésticos, fuente importante de alimentos

La actividad pecuaria tiene importancia tanto en la alimentación como en la


obtención de recursos para adquirir víveres. Las crianzas más comunes se
listan en la Tabla 2.

Tabla 10. Principales crianzas de Patahuasi y San Juan de Llachua

Tipo de Cantidad Criada Nº De


Nº Destino Fr. Consumo
Animal Promedio Familias
1 Vacunos 4 cabezas 20 Venta -
2 Ovinos 12 cabezas 24 Mixto Ocasional
3 Caprinos 4 cabezas 4 Mixto Ocasional
4 Pollos 5 unidades 17 Autoconsumo Ocasional
5 Cuyes 8 unidades 23 Autoconsumo Ocasional

Además del consumo de carne, se aprovechan otros productos como la leche y


huevos. Cabe recalcar que el consumo de alimentos provenientes de la
actividad pecuaria es de manera ocasional y lo hacen en fechas determinadas
como festividades y cumpleaños.
Plantas silvestres

La Tabla 3 muestra 47 especies de plantas silvestres útiles registradas en la zona


de estudio. De ellas 19 especies son alimenticias, 18 medicinales y 10
alimenticias y medicinales al mismo tiempo. Ver la Figura 1. Las especies
silvestres juegan un papel importante en la alimentación de la población desde
tiempos remotos, importancia que ha sido reportada también en otros países
como Argentina (Rapoport et al.. 1998; Ladio 2005) y Tailandia (Cruz-Garcia y

300
Price, 2011). En la zona de estudio una de las épocas de hambruna fue la del
terrorismo, cuando estas especies (nabo, waywa, ocoruro, amancae y muchas
más) fueron el único alimento. Sin embargo, en la actualidad su uso en la
alimentación es poco, ya que la dieta ha cambiado de manera radical y
solamente pobladores de mayor edad las consumen. Existe temor de que se
pierda el conocimiento que se tiene de la importancia de dichas especies.
Aquellas utilizadas como medicina representan, para muchos, la única forma
de preservar la salud sin necesidad de acudir a otros medios, y son valoradas
incluso por personas ajenas al lugar. Este conocimiento se ve en todo los andes
del Perú y en muchas zonas rurales de todo el mundo.

Tabla 11. Plantas silvestres usadas en la alimentación y medicina natural de


Patahuasi y San Juan de Llachua

Nº Nombre Científico Nombre común Uso


1 Sambucus nigra SAUCO Alimenticio
2 Chenopodium ambrosoides PAICCO Alimenticio y medicinal
3 Shinus molle MOLLE Alimenticio y medicinal
4 Arracacia elatawolff RACCCACHA Alimenticio
5 Foeniculum vulgare Mill HINOJO Medicinal
6 Ageratum conyzoides L MANCA PAKI Medicinal
7 Bidens squarrosa Kunth PIRKA Medicinal
Cosmos peucedanifolius
8 Wedd PANTY Medicinal
9 Hipochaeris acaulis PILI PILI Medicinal
10 Tagetes mandonii CHICCHIPA Alimenticio
11 Tagetes pusilla Kunth PAMPA ANIS Alimenticio y medicinal
12 Tecoma sambucifolia HUARANHUAY Medicinal
13 Brassica rapa L NABO Alimenticio y medicinal
14 Echinopsis luzcoencia JIGANTON Medicinal

301
15 Calceolaria tripartita OCORURO Alimenticio y medicinal
16 Equisetum bogotense Kunth PINCO PINCO Alimenticio
17 Equisetum giganteum COLICABALLO Medicinal
18 Cassia houkeriana MUTUY Medicinal y alimenticio
19 Lepechinia meyenii PUNA SALVIA Medicinal
20 Minthosthachis mollis MUÑA Alimenticio y medicinal
21 Salvia appositiflora ÑUCCHU Medicinal
YAHUAR
22 Oenathera rosea CHONCCA Medicinal
23 Passiflora mollissima TUMBO Alimenticio
24 Passiflora pinnatistipola TINTIN Alimenticio
25 Pronus serotina CAPULI Alimenticio
26 Phisalis peruviana AGUAYMANTO Alimenticio
27 s.i. YANQUE Medicinal
CHUÑO
28 s.i. CCOLO Alimenticio
29 s.i. LLAMA LLAMA Alimenticio
30 Amaranthus hibridus JATTACO Alimenticio
Nothoscordum andicola
31 Kunth CHULLCOS Alimenticio
32 s.i. KALLAMPA Alimenticio
33 s.i. CONCHAS Alimenticio
DIENTE DE
34 Taraxacum officinale LEON Medicinal
35 s.i. MARANZERA Alimenticio y medicinal
36 Valeriana henrici CHICURO Alimenticio
37 Opuntia floccosa HUARACCO Alimenticio y medicinal
38 s.i. HAÑAPANCCA Alimenticio
39 Muehlembeckia hastulata MULLAKA Medicinal
40 s.i. WAYWA Alimenticio
41 Alstroemeria aurea AMANCAE Alimenticio
42 Nasturtium officinale BERRO Alimenticio y medicinal
43 Plantago major LLANTEN Medicinal
RUNA
44 Desmodium adscendens MANAYUPA Medicinal
45 Solanum tuberosum ARACA PAPA Alimenticio
46 Urtica dioica ORTIGA Medicinal
47 Aloysia triphyllabritton CEDRONCILLO Medicinal

302
21%
40%

39%

Alimenticio Medicinal Alimenticio y medicinal

Figura 15. Usos de las plantas silvestres en Patahuasi y San Juan de Llachua

a) Usos alimenticios

En la Figura 2 se observa que el 38% se usa como infusión, es decir, una parte
de la planta (mayormente hojas, pero también flores y en algunos casos la raíz)
se pone a reposar en agua recientemente hervida; por lo general se preparan
para aprovechar las propiedades medicinales que tienen estas plantas y de esa
forma aliviar problemas de salud que pueden presentar los pobladores. En el
caso del 24% de las plantas, la población considera que se consume el fruto
directo, pero se trata de diferentes partes de la planta como el fruto y raíz.
El 19% se consume en forma de cocción para la preparación de algunos platos
específicos,

303
40%

35% 38%
30%

25%

20% 24%
15% 19%
17%
10%

5%
2%
0%
Infusion Coccion Infusion y Fruto directo Fermentador
coccion

Figura 16. Usos alimenticios de las plantas silvestres

como sopas, platos típicos y en ensaladas. Algunas plantas que son usadas
como cocción también son usadas para infusión (17%), aunque en algunos
casos se usan diferentes partes de la planta o en diferente estadío de la misma.
En algunas de estas plantas el fruto se consume directamente además del uso
medicinal, pero solo en ocasiones. Por último, en esta forma de uso también se
consideró el molle (2%), cuyos frutos maduros son utilizados como fermento
para la preparación de la chicha (bebida hecha a base de maíz).
b) Formas de manejo

En la Figura 3 se observa que el manejo que predomina es la recolección, esto


se debe a que por lo general estas plantas son encontradas cuando la población
realiza sus actividades cotidianas, lo que coincide con lo reportado por Casas
et al. (1994). En especial la realizan las mujeres. Estas especies, al ser
recolectadas, son consumidas de manera inmediata, aunque hay algunas
plantas, las de uso medicinal, que pueden ser almacenadas en pequeñas
cantidades. Otras especies, además de ser recolectadas, también se trasplantan,

304
si bien no con propósitos alimenticios, sino como cerco vivo para proteger
áreas de cultivo. De igual forma los frutos se aprovechan para el consumo y
venta.

Recolección
y transplante
4%

Recolección
96%

Figura 17. Porcentaje de especies silvestres según su forma de manejo

c) Disponibilidad temporal

Se observa en la Figura 4 que la mayor parte de especies silvestres están


presentes en temporada de lluvias (diciembre a marzo). Es así que la
población las recolecta aprovechando las actividades cotidianas que
realizan. Estas plantas, de algún modo, contribuirían a contrarrestar la
escasez de los alimentos que ellos producen como también de medicinas.
En menor porcentaje hay plantas que se pueden encontrar todo el año

305
13%

87%

Lluvias Anual

Figura 18. Porcentaje de especies según su disponibilidad temporal

d) Disponibilidad espacial

La Figura 5 muestra los lugares específicos donde las especies silvestres están
disponibles. Estas se encuentran en mayor porcentaje en campo abierto,
normalmente en grandes cantidades, pero por lo general se recolectan en poca
cantidad. Otro grupo se encuentra en áreas de cultivos, y estas sí juegan un
papel importante en la alimentación, incluso existen potajes preparados
exclusivamente de estas plantas o son ingredientes importantes en ciertos
potajes. De la misma forma las plantas que se encuentran en los bofedales
también son importantes en la dieta diaria aunque su recolección es un poco
complicada. Las que se encuentran en los huertos son recolectadas en pequeñas
cantidades debido a que se desarrollan junto a las hortalizas y verduras
producidas, y son aprovechadas de igual forma.

306
70%
62%
60%

50%

40%

30%

20% 15%
9%
10% 6%
4%
2% 2%
0%
Campo Chacra Huerto Bofedales Asoci Pinal Pajonal
abierto

Figura 19. Porcentaje de especies según lugar de recolección

Cabe recalcar que estas plantas son recolectadas de manera ocasional y no hay
una cantidad determinada, sino que los pobladores obtienen lo necesario para
su consumo. Ellos indican que en estos últimos tiempos la disponibilidad de
estas plantas se ha reducido debido a factores climáticos.
Animales silvestres

La Tabla 4 muestra algunas especies de animales silvestres que se incluyen en


la dieta alimenticia de la población. La cantidad de obtención de estos es
variada, solo para autoconsumo, la frecuencia de caza y/o pesca es de manera
ocasional. La mayoría de estas especies están disponibles todo el año, a
excepción del huaytampo, una larva que vive en las plantas de queuña
(Polylepis spp.) y que solo puede encontrarse en los meses de junio y julio.
Tabla 12. Animales silvestres usados en la alimentación

307
NOMBRE
COMÚN
CANTIDAD DE DESTINO Fr: Tem:
DEL
CAZA/PESCA CAZA/PESCA CAZA/PESCA
ANIMAL
Venado Variado Autoconsumo Ocasional Anual
Vizcacha Variado Autoconsumo Ocasional Anual
Perdíz Variado Autoconsumo Ocasional Anual
Urpis Variado Autoconsumo Ocasional Anual
Trucha Variado Autoconsumo Ocasional Anual
Huaytampo Variado Autoconsumo Ocasional Junio y Julio

Productos provenientes del intercambio monetario

La Tabla 5 muestra los productos que se adquieren a través del intercambio


monetario y que provienen de la actividad comercial. Estos juegan un papel
importante en la seguridad alimentaria de la población ya que de algún modo
reducen la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria que en tiempos
anteriores se sentía.

Tabla 13. Productos complementarios introducidos usados en la alimentación


de la población.

Frecuencia de Cantidad
Cantidad Cantidad Cantidad(
Producto adquisición/ consumida/
(Kg) (Unidades) Litros)
Semana Familia
Arroz 50 - - 31 2.08
Azúcar 50 - - 67 0.95
Sal 1 - - 2.4 0.49
Fideos 1 - - 1.8 0.78
Pescado 1.2 - - 2 0.81
Pollo 2 - - 1.3 1.81
Tomate 2.4 - - 1 2.45

308
Huevos - 6 - 1.7 5.18
Pan - 10 - 1 10.6
Atún 1 1.3 0.78
Aceite - - 1.5 2.1 0.82
Leche - - 1 0.8 0.74

Los productos que adquieren los pobladores son de primera necesidad. Estos
se adquieren en volúmenes distintos de acuerdo a su naturaleza. Por ejemplo,
el arroz y azúcar, de duración amplia, se adquieren por lo general por sacos de
50 kg, mientras que los demás productos se adquieren en menor volumen
debido a su poca durabilidad.
La frecuencia de adquisición de estos productos se determinó por semanas
debido a que son los fines de semana cuando concurren a los pueblos cercanos
donde los adquieren. En cuanto a la cantidad consumida, esta se determinó por
unidad familiar y no por persona debido a que existen factores, como el sexo y
la edad, que influyen de algún modo en la alimentación.
Disponibilidad temporal en abundancia de las diferentes fuentes de
alimento

Como se observa en la Tabla 6, los cultivos son abundantes a partir a partir de


la cosecha, (abril a octubre), que es cuando la población da uso a dichos
productos de diferentes formas y de manera inconsciente. Las especies
silvestres, en cambio, abundan en temporada de lluvia y de algún modo suplen
la escasez de los alimentos provenientes de la agricultura. De ahí la gran
influencia que tienen en la seguridad alimentaria de esta zona. Los animales,
ya sea criado o salvaje, presentan una disponibilidad indeterminada debido a
la necesidad de disponerlos para comer en momentos indicados y bien
marcados, ya que la cantidad de crianza también es influenciada por diferentes
factores. Por último, los alimentos comprados en la actualidad juegan un papel

309
importante en la alimentación porque gracias a su presencia la escasez de otras
fuentes de alimento no se siente al extremo, e incluso están reemplazando de
manera considerable a los alimentos locales, generando el cambio en la dieta
alimenticia de la población. Por consiguiente, se pierden los saberes
tradicionales sobre los alimentos producidos por la población y en especial el
conocimiento ancestral de las diferentes propiedades que tienen las plantas
silvestres sin que nada se pueda hacer. Esto es un gran problema que debe
resolverse pronto.

Tabla 14. Meses en que están disponibles los alimentos obtenidos de diversas
fuentes

F.A Meses ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SET OCT NOV DIC
CULTIVOS X X X X X X X
E. SILVESTRES X X X X
A.
DOMÉSTICOS * * * * * * * * * * * *

A. SILVESTRES * * * * * * * * * * * *
PRO.
COMPRADOS X X X X X X X X X X X X

CONCLUSIONES

Existe una diversidad de plantas silvestres que tienen influencia directa en la


seguridad alimentaria. En cuanto a las formas de uso alimentario y medicinal,
el manejo realizado es el de recolección y de manera ocasional, llevadas a cabo
en época de lluvias. Se priorizan plantas asociadas a los cultivos, coincidiendo
con las actividades agrícolas que los pobladores realizan y cubriendo la
disponibilidad de alimentos del día a día, aunque existen múltiples espacios o

310
hábitats a partir de los cuales los pobladores obtienen plantas, que indican
estrategias diversificadas de acceso a alimentos.

BIBLIOGRAFÍA

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Investigación en Etnobiología y Taxonomía del Sureste Ibérico. Instituto
Botánico, Jardín Botánico de Castilla.

312
ALIMENTOS DEL MONTE: PLANTAS COMESTIBLES
SILVESTRES, ARVENSES Y RUDERALES EN LA SIERRA
CENTRAL
(KICHKI, HUÁNUCO)

Marggiori Pancorbo-Olivera1, Fabiola Parra1, 2, Juan Torres-Guevara1, 2, Alejandro


Casas3, Wilmar León4, Jorge Soto Atencia4, Dante Flores4, Jesús Rojas-Nájar5

1CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN ZONAS ÁRIDAS (CIZA) UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA


(UNALM), 2DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA UNALM, 3INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN ECOSISTEMAS Y
SUSTENTABILIDAD (IIES) UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO (UNAM), 4INSTITUTO DE
DESARROLLO Y MEDIO AMBIENTE (IDMA-HUÁNUCO), 5INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN Y CONSERVACIÓN
AMBIENTAL (ICOAM)

INTRODUCCIÓN

Los Andes constituyen uno de los centros de origen de plantas cultivadas


(Vavilov, 1951) donde la gran diversidad de condiciones climáticas y suelos
dan origen a una gran variedad de recursos naturales utilizables (Tapia, 2013),
pero también a una constante incertidumbre ecoclimática (Earls, 2006). Por
ello, los pobladores andinos han desarrollado, durante milenios, estrategias de
manejo de riesgos (Murra, 1975; Earls, 2006).

De acuerdo a varios cronistas, los peruanos pre-colombinos “comían todas las


hierbas, dulces y amargas”, así como una amplia gama de animales (Antúnez
de Mayolo, 2011). Sin embargo, con la colonización española gran parte de los
alimentos andinos fueron violentamente reemplazados (Antúnez de Mayolo,
2011). A este proceso de erosión cultural se ha sumado en las últimas décadas
el cambio climático, que limita la capacidad de adaptación de los pobladores
(IPCC, 2007). Brack (1999) reporta en el Perú 787 especies alimenticias: 107
domesticadas y exclusivamente cultivadas, 167 silvestres que también se
cultivan, y el resto exclusivamente silvestres; el 70 % son de origen amazónico.

313
Charles Darwin desafió la dicotomía silvestre-domesticada en 1868 al
proponer que la domesticación es un proceso continuo (Cruz-Garcia y Vael
2017). En este sentido, De Wet & Harlan (1975) plantearon la existencia de una
gama de estatus ecológicos de las plantas de acuerdo a su grado de
dependencia del hombre, denominando silvestres a aquellas que solo crecen
naturalmente fuera de los hábitats disturbados por el hombre, arvenses a
aquellas que invaden hábitats disturbados (campos de cultivo, huertos, etc.), y
ruderales a las que crecen alrededor de caminos y vías. Con ello se desafía
también la dicotomía recolector-agricultor.

Si bien actualmente ciertas variedades de unas pocas plantas domesticadas


(trigo, arroz, maíz y papa) dominan los patrones alimentarios mundiales
(Bonet y Vallès 2002), las no domesticadas (silvestres, arvenses y ruderales)
siguen siendo incorporadas en la dieta de sociedades tradicionales. Desde hace
cerca de cuatro décadas estas plantas, y en especial aquellas nutracéuticas (que
tienen usos medicinales además de alimenticios), han sido abordadas mediante
estudios antropológicos, etnobotánicos y etnoecológicos sobretodo en Europa,
Asia y África, así como en algunos países de América; en base a ello, la
contribución nutricional y potencialmente medicinal de los vegetales de hojas
verdes, en especial los no domesticados, ha sido reconocida (Pieroni et al.,
2005). Así, difundir su consumo es de suma importancia en Perú, donde, e n el
2017, la anemia afectó al 44,4% de los niños de 6 a 35 meses de edad, y al 52,6% en el
área rural (INEI, 2017). Por ello, estas plantas pueden contribuir a mantener la

seguridad alimentaria de las poblaciones que las usan (FAO, 2011). Además, al
configurar la culinaria, cultura e identidad de estos pueblos (Pieroni et al.,
2005) estos alimentos participan de la soberanía alimentaria local (Declaración
de Nyéléni, 2007).

314
En el Perú, sin embargo, los estudios etnobotánicos, es decir, aquellos que
investigan las interacciones personas-plantas (Bennett, 2009), son mayormente
etnomedicinales y orientados a producir inventarios (La Torre-Cuadros y
Albán 2006). En este sentido, el objetivo general de este estudio fue contribuir
al conocimiento acerca de los patrones alimentarios de dos comunidades
campesinas altoandinas del distrito de Kichki desde una perspectiva
etnobotánica, como aporte para posibles estrategias de adaptación local frente
al cambio climático. Para ello, los objetivos específicos fueron (1) Elaborar un
registro etnobotánico de especies de plantas silvestres, arvenses y ruderales
alimenticias, sus formas de uso y manejo, (2) Identificar sus hábitats de
obtención y los meses de consumo, y (3) Describir los patrones alimentarios de
las comunidades desde una perspectiva etnobotánica, y la importancia de estas
especies en la dieta.

ÁREA DE ESTUDIO

Esta investigación se llevó a cabo en la comunidad campesina Santa Rosa de


Monte Azul (Monte Azul) y el Centro Poblado San Pedro de Cani (Cani),
ubicados en el distrito de Kichki, provincia y región Huánuco. Ambos
pertenecen a la cuenca de Mito, tributaria del gran sistema hidrográfico del
Huallaga (Velásquez, 2009). Monte Azul, en la parte alta de la cuenca,
corresponde al piso ecológico Suni (Pulgar Vidal, 2014), y Cani, en la parte
media, al piso ecológico Quechua. Se presenta una época seca (abril a octubre)
y una época de lluvias (noviembre a marzo); son comunes las heladas y sequías
(Felipe, 2002; Velásquez, 2009). En base a Weberbauer (1945), en la zona se
puede encontrar césped de puna (plantas de porte arrosetado o almohadillado

315
como Pycnophyllum molle, Azorella diapensoides, sin predominio de
gramíneas), pajonal de puna (estepa de gramíneas como Festuca sp.,
Calamagrostis sp. y Stipa sp. dispuestas en manojos con muchas plantas
enanas como Muehlenbeckia volcanica en medio), monte de arroyada
(arbustos y pequeños árboles como Sambucus peruviana y Alnus acuminata a
lo largo de arroyos) y sabana pluviifolia (estepa de gramíneas con árboles como
Dodonaea viscosa dispersos; escasez o ausencia de cactáceas). Ambas
comunidades son parte de la Zona de Agrobiodiversidad de Kichki, creada en
2012 por la alta diversidad genética de cultivos nativos que manejan los
agricultores locales (Mejía, 2016). La lengua principal es el quechua, pero
también se habla castellano. Sus principales actividades económicas son la
agricultura y ganadería. El 79.7% de la población de Kichki se encuentra en
situación de pobreza (INEI, 2010), y existen altos niveles de analfabetismo, lo
que determina la migración de las zonas rurales a las urbanas (Velásquez,
2009).

METODOLOGÍA

Entre marzo y abril del 2017, se socializó la investigación durante asambleas


comunales y se solicitó el consentimiento informado previo a nivel comunal.
Se inició con un muestreo tipo bola de nieve (Albuquerque et al., 2014) para
identificar a los productores conocedores de las plantas de interés, trabajando
con un total de 39 familias en Cani y 12 en Monte Azul.

Se realizaron listados libres (Albuquerque et al., 2014) para obtener


información preliminar de los productores más conocedores (los que listen más
plantas), con quienes se aplicaron entrevistas semiestructuradas (Albuquerque

316
et al., 2014), 14 en Cani y 10 en Monte Azul. En ellas, se indagó sobre las
cantidades y frecuencias de consumo, principales formas de uso y
disponibilidad a lo largo del año. Además, se realizaron caminatas
etnobotánicas (Medeiros et al., 2014) para conocer los hábitats de obtención y
realizar las colectas botánicas, y conversaciones informales (Devillard et al.,
2012) durante la convivencia con las comunidades.

La etapa de campo finalizó con un taller (setiembre del 2017) para, mediante
grupos focales (Albuquerque et al., 2014), realizar listados libres colectivos de
las plantas no domesticadas, elaborar mapas comunales, ubicar en ellos los
principales lugares de obtención de estas plantas, y conocer la percepción de
los agricultores sobre los cambios en su dieta.

Los ejemplares colectados fueron prensados, secados y herborizados. La


determinación taxonómica se realizó mediante la comparación con muestras
de los herbarios de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Herbario
USM) y el herbario de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional
Agraria la Molina (Herbario MOL), con muestras digitalizadas en la base de
datos Neotropical Herbarium del Field Museum, con la ayuda de taxónomos
y el uso de claves dicotómicas y descripciones en literatura especializada
(McBride, 1963-1981; Ballard, 1986; Luteyn, 1991; Funk y Zermoglio, 1999;
Hofreiter y Rodríguez, 2006; Urtubey et al., 2009; Huamantupa, 2010;
Gonzáles, 2012; León, 2012; Rodríguez y Sagástegui, 2014; Freire et al., 2016;
Mione et al., 2016; Luteyn y Pedraza-Peñalosa, s. f.). La nomenclatura y estatus
migratorio de cada especie fue corroborada en la base de datos Tropicos (MBG,
2019), y la escritura de los nombres quechua con el Diccionario de Quechua de
Huánuco Rimaycuna (Weber et al. 2008).

317
RESULTADOS Y DISCUSIONES

Se registró el uso de 63 plantas silvestres, arvenses y ruderales comestibles en


Cani y 115 en Monte Azul; 36 son utilizadas en ambas comunidades, siendo un
total de 142, que pertenecen a 43 familias botánicas. Sobresalen las Asteráceas
(21.8 %), Lamiáceas (8.5 %), Rosáceas (7.0 %) y Ericáceas (5.6 %); 14 plantas solo
se determinaron hasta género, y 4, hasta familia.

El número registrado es alto a comparación de otros estudios, como el de Cruz-


Garcia y Vael (2017), que reportan 30 en una comunidad mestiza de Ucayali, o
Pauro et al. (2011), que documentaron 15 en dos comunidades campesinas de
Puno. Esto se debe a que, al igual que Bonet & Vallès (2002), Pardo-de-
Santayana el al. (2006) y Thakur et al., (2017) en Europa, sí se consideraron las
bebidas (descritas líneas abajo) porque acompañan las comidas con propósitos
digestivos, medicinales en general, sociales (sobremesa) y/o por su sabor
agradable.

Asimismo, en Monte Azul se encontró casi el doble que en Cani. Esto puede
deberse a que en Cani, ubicada a menor altitud y a menor tiempo de la ciudad
de Huánuco, se complementa la agricultura con otras actividades (tiendas,
minería, transporte), estando las personas más expuestas a la cultura
occidental, que privilegia otros conocimientos. Asimismo, el territorio de Cani
está altamente impactado por el cambio de uso de suelo, y sus pobladores se
mueven en un mayor rango altitudinal para realizar la agricultura y ganadería;
así, al implicar un mayor esfuerzo, la recolección en ambientes lejanos a la
chacra o huerto queda relegada.

De acuerdo a su estatus ecológico, se observó que la mayoría se comporta como


silvestre (58.5%), o como silvestre y arvense (14.1%); un cuarto (24.6%) se

318
encontraron en más de un estatus ecológico (Ver la Tabla 1). Alrededor del
9.7% son introducidas.

Tabla 15. Plantas alimenticias silvestres, arvenses y ruderales de acuerdo a su


estatus ecológico

Estatus Ecológico Cani Monte Azul Ambas


Silvestre 27 74 83
Arvense. Silvestre 13 14 20
Arvense 9 11 17
Arvense. Ruderal.
Silvestre 7 6 9
Ruderal 3 5 7
Arvense. Ruderal 2 2 4
Ruderal. Silvestre 2 2 3

Usos alimenticios de plantas no domesticadas


Las partes más usadas son las ramas (38%), generalmente para infusiones, las
hojas (33.1%) mayormente como verduras o infusiones, y los frutos (19%). Las
formas de uso se clasificaron de acuerdo a Casas et al. (1987), Viveros et al.
(1993), y Casas et al. (1994) para las plantas alimenticias de Mesoamérica.
Dentro de cada forma se identificaron 15 usos específicos de las plantas
alimenticias no domesticadas en la zona de estudio (Ver las Figuras 1 y 4).

a) Bebidas (74.7%). Incluyeron tres usos específicos. Las infusiones “mates”,


“cafesitos” o “tesitos” (68.3%) son bebidas calientes que resultan de reposar
las partes útiles de la planta en agua hirviente, consumidas acompañando
las comidas principales; los agricultores reportaron propiedades
medicinales para el 69.7% de ellas (por ejemplo, la “muñá” Minthostachys
mollis). Los refrescos (4.2%) son bebidas obtenidas triturando la parte útil,
tallos o flores, y mezclando el “jugo” obtenido con agua fría y azúcar. Por

319
ejemplo, se usan los tallos de los “berros” (Philoglossa mimuloides), y las
flores del “uchu uchu” (Pellegrinia coccinea). Solo la “pichiuquita”
(Clinopodium breviflorum), fue reportada como usada en la preparación de
la chicha.

90
80
70
60
N° especies

50
40
30
20
10
0

Chicle

Sancochado
Chicha

Guisos

Dulces
Frutas
Ensaladas

Aderezos

Consumo directo
Refrescos

Chupar
Sopas

Ají
Infusiones

Mermeladas

Bebidas Verduras Frutas Dulces y condimentos Misceláneas R, b, t

S. P. Cani S. R. Monte Azul

Figura 20. Número de especies de plantas alimenticias silvestres, arvenses y


ruderales de acuerdo a sus formas de uso en Cani y Monte Azul

b) Frutas (18.3%). Consumidas entre comidas camino a la chacra o de regreso,


siendo los niños quienes más gustan de ellas. Algunos ejemplos son la
“gongapa” (Vaccinium floribundum), el “puka satu” (Thibaudia mellifera),
la “shira mullaca” (Rubus spp.), el “capulí macho” (Physalis peruviana).
c) Verduras (29.6%). Incluyen plantas que proporcionan hojas, otras partes
vegetativas, y a veces también flores y frutos, que se consumen como platillo
principal o complementario (Casas et al., 1994). Se consideraron las plantas
para sopas (12.7 %) como el “pacha perejil” (Daucus montanus), las plantas

320
para guisos, “segundos” o “picantes” (9.2 %), como el “atogo” (Amaranthus
hybridus), el “cashuá” (Dysphania ambrosioides), y el “yuyo” (Brassica
rapa), y las plantas para ensaladas (7.8 %), como el “jupay olluco” (Ullucus
tuberosus) y el “quishiu” (Cyclanthera brachybotrys).
d) Dulces y condimentos (16.2%). Incluyen plantas que se utilizan como
saborizantes en diversos platillos dulces o salados. Se consideraron las
plantas para mermeladas (4.2%), es decir que se trituran crudas o hervidas
y se mezclan con azúcar, como las flores del “uchu uchu (Pellegrinia
coccinea), las plantas que saborizan los dulces (2.1%), como el “anís”
(Tagetes filifolia), las plantas para aderezos (3.5 %), como el “walmish”
(Senecio condimentarius), y las plantas para ají (6.3 %), como el “pacha
perejil” (Daucus montanus) y la “chulquilla” (Peperomia crystallina).
e) Raíces, bulbos y tubérculos (0.7%). Se indican coo “R, b, t” en la Figura 1.
Son plantas cuyas partes subterráneas se comen crudas o cocidas (Casas
et al., 1994). Solo se encontró una especie, Troaeolum sp., un pariente
silvestre de la mashua.
f) Misceláneas (9.2%). Incluyen plantas comestibles de diversos usos que son
consumidas eventualmente en las labores de campo, sin constituir un
alimento importante (Casas et al., 1994). Algunos ejemplos son el “mascón”
(Hypochaeris aff. eriolaena), cuyo látex se mastica a manera de chicle y el
“tuyo” o “tuyu” (Puya aff. nigrescens), cuyo escapo floral se pela y se chupa
para calmar la sed.
El “pochgo” (Oxalis rigidicaulis aff.), cuyo tallo se utiliza como cuajo para
hacer queso, no se ubicó en ninguna de las formas de uso explicadas. Bonet &
Vallès (2002) reportan el mismo uso para Cynara cardunculus debido a su
contenido de cardosinas, ampliamente conocido (Roseiro et al., 2003; Almeida

321
& Simões, 2018), por lo que se recomiendan estudios fitoquímicos para el
“pochgo”.

Se reportó uno medicinal para el 47.2% (desde afecciones digestivas cotidianas


hasta diabetes o cáncer), el cual es reportado en otros estudios (Ladio, 2006).
Los alimentos con propiedades medicinales (nutracéuticos), se relacionan con
bajas tasas de enfermedades crónicas (Pieroni et al., 2005), en parte, por poseer
constituyentes fenólicos y otros antioxidantes (Pieroni y Quave, 2006). Por ello
se recomiendan estudios fitoquímicos para este grupo.

Formas de manejo
Se clasificaron de acuerdo a las formas de manejo de plantas comestibles de
Mesoamérica propuesta por Casas y Caballero (1995), quienes las agrupan en
dos: manejo in situ y ex situ. Ver las Figuras 2 y 4.

a) Manejo in situ. Definido por dichos autores como aquellas interacciones


hombre-planta que ocurren en los mismos espacios ocupados por las
poblaciones de las plantas útiles. En esta investigación se reportaron tres
formas de manejo in situ. La recolección (87.3 %) abarcó plantas obtenidas
directamente de sus poblaciones naturales, como el “huiro huiro” (Senecio
canescens); cerca de un tercio de ellas (39 especies), se manejan también de
otras formas. Entre las plantas toleradas (35.9 %), se encontraron arvenses
que no son deshierbadas, como el “san José” (Conyza bonariensis); en el caso
del yuyo (Brassica campestris), este abunda en los terrenos en descanso. El
fomento o inducción (7.7%) abarcó arvenses que reciben cuidados especiales
para asegurar su persistencia, siendo regadas como el “atogo” (Amaranthus
hybridus), o dispersándose sus semillas como el “quishiu” (Cyclanthera
brachybotrys).

322
b) Manejo ex situ. Interacciones que se llevan a cabo por fuera de las
poblaciones naturales, en hábitats creados y controlados por el hombre, e
incluye el trasplante y la siembra y plantación. El trasplante (8.5%), que se
refiere a transportar individuos completos, abarcó árboles trasplantados a
las huertas, bordes de chacras o alrededores de las casas para cercos vivos o
para sombra, además de sus usos alimenticios, como el “rallán” (Sambucus
peruviana) y arbustos llevados a chacra o a la huerta como el “purun
chincho” (Tagetes elliptica); los plantones de “congona” (Peperomia
inaequalifolia) se obtienen en las ferias de la ciudad de Huánuco. La siembra
y plantación (4.2 %), consiste en la propagación sexual y vegetativa de la
planta, respectivamente. El “rallán” (Sambucus peruviana) se propaga de
ambas formas, mientras que el “capulí macho” (Physalis peruviana) se
propaga sexualmente (a través de sus semillas) en los huertos.
El manejo ex situ cobre relevancia porque incrementa la diversidad de
chacras y huertos, aumentando así su resiliencia y convirtiendo estos
espacios en reservorios genéticos (Caballero et al., 2010; Campos, 2015).
Manejo

Siembra y plantación
Ex Situ

Transplante

Fomento o Inducción
Manejo
In Situ

Tolerancia

Recolección

0 20 40 60 80 100 120

Monte Azul Cani

Figura 21. Número de especies de plantas alimenticias silvestres, arvenses y


ruderales de acuerdo sus formas de manejo

323
Hábitats y épocas de obtención
El 66.2 % se obtiene en ambientes antropogénicos, en su mayoría chacras, pero
también huertos y caminos, Por otro lado, las formaciones vegetales naturales
proveen el 88.6 % de las especies, siendo las que más proveen la sabana
pluviifolia (40.8 %) y el pajonal de puna (30.3 %), seguidas de el monte de
arroyada (13.4 %) y el césped de puna (4.2 %). Ver las Figuras 3 y 4.

Cabe resaltar que en Cani predomina el uso de arvenses toleradas en las


chacras o huertos, lo cual al parecer corrobora la teoría de la "paradoja
botánica-dietética" (Ogle y Grivetti 1985), es decir, que los agricultores
dependen cada vez más marcadamente de las “malezas” agrícolas porque ha
disminuido el área boscosa. Por otro lado, en Monte Azul, donde los bosques
aledaños están más conservados, la mayoría de especies se obtiene en la sabana
pluviifolia (casi el doble que Cani), y el número de especies del pajonal de puna
(41) es similar a la chacra (42).

Césped de Puna
naturales
Hábitats

Monte de arroyada
Pajonal de Puna
Sabana Pluviifolia
antropogéni

Caminos
Hábitats

cos

Huerto
Chacra y alrededores

0 10 20 30 40 50
N° Especies
Monte Azul Cani

Figura 22. Número de especies de plantas alimenticias silvestres, arvenses y


ruderales de acuerdo sus hábitats de obtención

324
Estos hábitats se encuentran en un gradiente altitudinal que es aprovechado
por los agricultores de Cani (2700 a 4100 m.s.n.m) y Monte Azul (3200 a 4300
m.s.n.m) para diversificar sus recursos alimenticios. Asimismo, de acuerdo a
las entrevistas, se usan entre 3 y 7 hábitats por familia, siendo en promedio 4.6
hábitats usados por familia en Cani y 5.4 en Monte Azul. Este patrón de uso
del medio corrobora la vigencia de las estrategias de manejo de riesgos
descritas por Murra (1975) y Earls (2006), aunque esta vez desde la perspectiva
de los recursos vegetales no domesticados, y de la “estrategia de uso múltiple
de apropiación de la naturaleza” (Toledo, 2001), tanto desde el manejo de
recursos como de espacios a diferentes niveles altitudinales con el fin de
aminorar los riesgos de escasez de alimentos (Rangel-Landa et al. 2017) y las
fluctuaciones en la disponibilidad de los cultivos (Blancas et al., 2013).

En cuanto a la época de obtención, la mayoría de plantas (50.7 %) se obtiene y


consume durante todo el año, generalmente aquellas usadas para infusiones.
Otra gran parte (37.3%) se obtiene durante la época húmeda, generalmente
frutas y muchas que se usan para infusiones. Solo unas pocas se obtienen en
época seca (10.7 %), de las que resaltan el “yuyo” (Brassica rapa), entre otras,
que aparece cuando las parcelas han sido barbechadas o removidas antes de la
siguiente siembra, y son usadas en general como verduras. Ver la Figura 4.

a c

325
(a) (b) (e)

(c) (d)

Figura 23. Algunas plantas no domesticadas en Santa Rosa de Monte Azul y


b
San Pedro de Cani. (a) Pichiuquita Clinopodium breviflorum (Benth.)
Govaerts, que se encuentra recolectada alrededor de las chacras, caminos y en
la sabana pluviiflolia donde se encuentra como ruderal y silvestre, (b) Capulí
(macho) Physalis peruviana L. que es una arvense común en las chacras y se
maneja mediante la tolerancia, fomento, trasplante y siembra y plantación, (c)
Walmish, anomakey Senecio condimentarius Cabrera, que se encuentra en el
pajonal de puna a lo largo de todo el año, y es recolectado y trasplantado, (d)
Gongapa Vaccinium floribundum Kunth, que se encuentra como silvestre en
el pajonal de puna y es recolectada, (e) Quishiu Cyclanthera brachybotrys
(Poepp. & Endl.) Cogn., que se obtiene del huerto y la chacra, donde es una
arvense manejada mediante la tolerancia, fomento, siembra y plantación.

CONCLUSIONES

En las comunidades altoandinas de Cani y Monte Azul se incluyen en la dieta


cerca de 142 especies de plantas silvestres, arvenses y ruderales a través de
diferentes preparaciones, las cuales configuran la culinaria local. Muchas de
ellas son además nutracéuticas, por lo que se recomiendan estudios
fitoquímicos y nutricionales de ellas. En consecuencia, los agricultores realizan

326
diferentes actividades de manejo para obtenerlas, que van desde la recolección
(manejo in situ) hasta la siembra en huertos (manejo ex situ) las cuales son
comparables a aquellas descritas en otros pueblos tradicionales del mundo,
como en Mesoamérica, y cada familia las realiza en los hábitats aledaños a las
casas, alrededor y en los campos de cultivo, y en distintas formaciones
vegetales del “monte” a diferentes niveles altitudinales debido a la marcada
verticalidad propia de las montañas andinas. Esto evidencia un manejo de
recursos y espacios heredado de los habitantes andinos pre-colombinos como
una estrategia de manejo de riesgos, lo cual ha sido estudiado principalmente
en relación a la agricultura andina en el Perú, pero no a los recursos vegetales
no domesticados. Asimismo, la obtención de estas plantas en diferentes épocas
del año complementa a los alimentos domesticados. Este conocimiento peligra
por fenómenos socioeconómicos como la migración, por lo que debe ser
documentado a profundidad y promovido su uso y manejo entre los
pobladores locales y la población en general, de manera que puedan contribuir
a la seguridad y soberanía alimentaria de estos pueblos y de la sociedad en
general a corto y largo plazo.

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AUTORES

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ARIAS HUACHAMBER, Edson Jair 261
BEGAZO OLIVERA, Domingo
BOBADILLA, Robert Álvaro
CALLUCHE MENDOZA, Cesar
CASAS FERNÁNDEZ, Alejandro
CATALÁN BAZÁN, Wilfredo
CHALLCO ESPINO, Edison
CONDORI CHUMBISUCA, Nilda
COSIO CUENTAS, Teófilo Pompeyo
CRUZ SORIANO, Aldo
FLORES FLORES, Dante
HÚAMAN, Daniel
IBAÑEZ BLANCAS, Alexis Nicolás
JUSTINIANO LEÓN, Junior Danjun
LASTRA PAUCAR, Sphyros Luciano
LEÓN PLASCENCIA, Wilmar
LIZARRAGA FARFÁN, Analí
LIZÁRRAGA VALENCIA, Luis Justino
MÁRQUEZ CASTELLANO, Eusebia
MALLMA CARRERA, Gleni Aracelly
ORTEGA DUEÑAS, Ramiro
PANCORBO OLIVERA, Marggiori Elizabeth
PARRA RONDINEL, Fabiola Alexandra
ROJAS NÁJAR, Jesús
SEGOVIA CALLAÑAUPA, Jorge
SOTO ATENCIA, Jorge
TELLO VILLAVICENCIO, Milka
TAIPE CANCHO, Mario
TORRES GUEVARA, Juan
TORRES GARCÍA, Ignacio
ZARAZÚA, Mariana

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