CONSTITUCIÓN POLÍTICA E INSTRUCCIÓN CÍVICA

DIOMEDES DIAZ GONZALEZ

Código: 1410011821
Tutora: ADRIANA CASTRO

¿Colombia, un estado democráticamente equilibrado?

El fenómeno mundial que ha marginado en mayor manera, la vida de una

significativa cantidad de personas es desde luego, la injusticia social. Cada
colombiano vive en carne propia la inestabilidad social bien sea en los temas
básicos de salud, o empleo, o educación; o mejor aún en ver los habituales
excesos de nuestros laboriosos dirigentes, muchos de ellos, en este momento,
rindiendo indagatoria por concepto de dudosos manejos de la administración de la
economía nacional y el presupuesto público. Evidentemente es un negocio
próspero y por ello es que vemos tan comúnmente el interés personal por parte de
los políticos colombianos.
Pero recordemos que es el estado social de derecho. Es un sistema que busca
mejorar todos los servicios a los cuales se les consideran fundamentales para la
sociedad y el individuo. También es un sistema encargado de garantizar los
derechos fundamentales para que cada individuo pueda llegar a tener un nivel de
vida suficiente entre la sociedad y mantenerse en él. El estado social de derecho
vigila que las reglas económicas sean rigurosamente implementadas y que las
utilidades sean extendidas a la sociedad midiendo los esfuerzos de cada quien sin
llegar a ser privatizados.
Colombia cuenta con una gran cantidad de hechos que sin duda nos han marcado
a muchos y han dejado en evidencia la gran desigualdad que existe entre ricos y
pobres. El tratamiento a los derechos fundamentales es muy desalentador para
cualquier colombiano, la desaparición forzada, el flagelo, los grupos armados
ilegales, la corrupción del gobierno, se puede decir incluso que el derecho a la
vida es el más vulnerado por el Estado.
Por tanto el reconocimiento de los derechos fundamentales, debe ser
necesariamente acatado por las instituciones públicas y privadas sin excepción;
donde la Corte Constitucional debe de desempeñar su papel primordial, cual es la
protección y guarda de la Constitución, sin miramientos a los intereses políticos y
económicos del poder legislativo y ejecutivo, para que sus fallos sean coherentes
y favorables a los colombianos y sus facultades básicas, reconocidas así, en la
Carta Magna del 91. Es así como concluimos que el rol de la Corte Constitucional
debe ser replanteado por una nueva reforma constitucional o por una nueva
Asamblea Nacional Constituyente, que le dé el cumplimiento y eficacia a todos los
derechos consagrados en la constitución política para toda la población
colombiana.
Podemos argumentar que la Constitución de 1991, se quedó en sentido
meramente formal. Aunque es una herramienta para la construcción de paz y
convivencia, el estado social de derecho, se quedó como un instrumento dispuesto
para dispensar justicia social, pero que hasta el momento, se ha quedado como
una maravillosa prosa que sólo ofrece esperanza. El derrumbe de la Constitución
es más que evidente, cuando no ha logrado sus objetivos vitales como garantizar
los derechos humanos, una salida política al conflicto que busque la reconciliación
y que la sociedad en general se apropie de la democracia para construir Patria.
Actualmente vemos los proyectos políticos neoliberales, destruyendo cada vez
más al Estado Social de Derecho, cuando se privatizan las empresas estatales y
las políticas económicas van encaminadas a la globalización y al fortalecimiento
del mercado. Este neoliberalismo viene representado en las nuevas tendencias
democráticas, pluralistas y participativas que caracterizan a los países avanzados
de occidente y donde expresa a la democracia en participativa y pluralista.

La democracia es una construcción, es una idea que se ha venido elaborando a lo

largo de los siglos, que se ha olvidado y que una vez que se conquista, no quiere
decir que esté a salvo. Si hay algo que tiene amenazas es la democracia. La idea
de que haya una sociedad que pueda funcionar por conceso y la idea que el papel
del Estado no sea de imposición ni de protección de intereses particulares, sino de
facilitación para que defender el sentido de común acuerdo es lo que llamamos
democracia; nunca va a estar conquistada, ni suficientemente valorada, puede
desaparecer.
La democracia es y hace parte de una condición real en el ejercicio del poder en
Colombia, la soberanía de nuestro país reside exclusivamente en nosotros, el
pueblo. Y aunque en teoría, la práctica es bien diferente, tenemos la posibilidad de
luchar por nuestros derechos, por la igualdad nuestros derechos. La inequidad es
el punto fuerte de la injusticia social en Colombia: Como quienes recogen basura
para poder comer, duermen debajo de un puente, viven dentro de un caño, sufren
derrumbes por inundación y son marginados, entre tantos otros ejemplos.
Quinientos años de colonialismo, de regímenes coloniales en los que las
estructuras de nuestro país se formaron para beneficiar a otro mediante una
economía de extracción del imperio español, son las principales causantes de
enfrentarnos hoy con dificultades para empezar a crear proyectos propios, debe
ser que no hemos asumido nuestra propia identidad. Tenemos que construir un
sentido de propia valía para empezar a generar no solo ideas que permitan
beneficios sociales comunes, sino una contracultura capaz de transformar el país
y para ello se requiere educación; la primera condición para el equilibrio de la
democracia es la educación masiva y de amplia cobertura, en la que todo el
mundo tenga derecho no solamente a la cobertura sino a la calidad porque los
derechos y deberes se pueden ejercer en la medida en que se comprendan y si
tenemos unos derechos y no sabemos en qué consisten y cómo manejarlos, no es
posible hacer algo con ellos. Y si seguimos así nos hemos enfrascado en esos,
que creen que tenemos que seguirle rindiendo tributo, ¿es posible que la solución
de la crisis nacional venga de allá mismo de los que la han provocado? Somos
más de cuarenta millones contra esa pequeña, muy pequeña franja.
Nuestro derecho a la democracia es la única herramienta que nos permitirá llegar
a acuerdos, a consensos, la democracia es una manera que nos inventaron los
griegos de sentarnos y ponernos de acuerdo para la foto, a ver cómo es que
vamos a hacer algo, pero para ello debemos PARTICIPAR.
En conclusión la democracia nuestra es fuerte en la medida en que ha resistido
golpes que otros países del continente no han podido, está en construcción en la
medida en que en que falta que llegue a mucha más gente, porque también la
democracia tiene otra condición y es que la gente pueda participar de ella, y lo
hacemos en la medida en que podamos decidir nuestra vida cotidiana; existen
canales y existe una institucionalidad que ha logrado grandes y pequeños avances
de la que nosotros podemos apropiarnos para hacerla más completa, más
profunda.
Los fines y los medios no son separables; no podemos tener grandes ideales y
ruines métodos, porque los medios corrompen el fin más puro; el fin de la no
violencia no es derrotar al enemigo, es avergonzarlo, que es una cosa diferente.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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D.C. 1998.
Oscar Mejía Quintana. La Constitución Política de 1991 y la realidad Socio-Política
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Carlos Mario Molina Betancur. Corte Constitucional 10 años balance y
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