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MUJERES EN LA HISTORIA

Rosalind Franklin
(Inglaterra. Notting Hill, 25 de julio de 1920-Chelsea, 16 de abril de 1958) La madre
en la sombra del ADN

“La ciencia y la vida ni pueden ni deben estar separadas. Para mí la ciencia da


una explicación parcial de la vida. Tal como es se basa en los hechos, la
experiencia y los experimentos… Estoy de acuerdo en que la fe es fundamental
para tener éxito en la vida, pero no acepto tu definición de fe, la creencia de que
hay vida tras la muerte. En mi opinión, lo único que necesita la fe es el
convencimiento de que esforzándonos en hacer lo mejor que podemos nos
acercaremos al éxito, y que el éxito de nuestros propósitos, la mejora de la
humanidad de hoy y del futuro, merece la pena de conseguirse”. Así se expresaba
Rosalind Franklin hacia 1940, cuando tenía veinte años, en una carta dirigida a su
padre con quien, como buena e inteligente hija, discrepaba en varias cuestiones.
Rosalind es la científica con cuyos datos Watson y Crick formularon en 1953 el
modelo de doble hélice que describe la estructura del ADN, uno de los hitos de la
Biología del siglo XX. ¿Por qué son ellos los únicos “famosos”?

Pese a ser la científica que obtuvo los datos que permitieron definir que el ADN
tiene estructura de doble hélice, no fue premiada con el Nobel. Había fallecido en
1958, cuatro años antes de que la Academia Sueca reconociese la importancia
del descubrimiento. Lo más sarcástico es que el premio se lo dieron a las personas
que habían usado sus datos a hurtadillas, que, por lo que luego han manifestado,
le mostraron su desdén como científica, no la apreciaban mucho como persona y
le amargaron los dos años de su carrera en el King’s Collegede Londres.¿Un mundo
de hombres?

Nació en Londres el 25 de julio de 1920, hija de un banquero judío obtuvo un título


universitario, en física, química y matemáticas, en el Newnham College, el colegio
mayor femenino de la Universidad de Cambridge. En esos años a las mujeres
Cambridge no les otorgaba el grado de Licenciado, no las consideraba parte del
claustro y limitaba el número de doctorandas a un 10% como mucho. Antes de
trabajar con el ADN, Rosalind estudió la porosidad del carbón y tras obtener su
doctorado se especializó en la técnica de difracción de rayos X, la que luego sirvió
para obtener una fotografía ya célebre, la foto 51 que Maurice Wilkins mostró
indiscretamente a un joven americano, James Watson que en colaboración con el
británico Francis Crick, estaba obsesionado por vencer a su compatriota Linus
Pauling en la carrera por descifrar la estructura del ADN.

http://www.madrimasd.org/blogs/microbiologia/2008/08/10/98464
Helen Adams Keller
(Tuscumbia, 1880 - Easton, 1968) La superación
La vida de Helen Keller es la historia de una superación; de la lucha por sobrevivir
en un mundo oscuro y silencioso. Una extraña fiebre dejó a Helen sorda y ciega
siendo todavía un bebé indefenso. Mientras todos esperaban su indefectible
muerte, el destino quiso que Helen viviera. Consiguió aprender a comunicarse,
gracias a otra gran mujer, su institutriz, Anne Sullivan, se licenció con honores en la
universidad, plasmó en varios libros su periplo vital y pasó toda su existencia
viajando para enseñarle al mundo cómo el ser humano se puede superar. Helen
Keller luchó también por los derechos de los más desfavorecidos, por los
disminuidos, por el sufragio femenino, por los trabajadores y por otras muchas
causas. Fue, sin lugar a dudas, un ejemplo de vida.

Helen Adams Keller nació el 27 de junio de 1880 en una pequeña ciudad de


Alabama llamada Tuscumbia. Era la mayor de las dos niñas de Arthur H. Keller y
Katherine Adams Keller. Tenía también dos hermanastros mayores que ella. La
familia de Helen vivía de las plantaciones de algodón y del dinero que ganaba su
padre como editor de un semanario local.

Helen nació totalmente sana. Era un bebé normal que balbuceaba y


evolucionaba como cualquier otro bebé. Pero en 1882, cuando aún no había
cumplido los dos años, contrajo una fiebre que los médicos identificaron con una
extraña fiebre cerebral y que muy posiblemente hubiera podido ser escarlatina o
meningitis. La fiebre pasó y en principio parecía que todo había sido una
enfermedad infantil sin importancia. Pero a los pocos días, la madre de Helen se
dio cuenta de que la niña no reaccionaba ante los sonidos ni pestañeaba al ver
pasar la mano de su madre por su cara. Con 18 meses de edad, la pequeña Helen
se quedaba ciega y sorda. Y a pesar de que nadie pensaba que sobreviviría,
aprendió a comunicarse con Martha, la hija de la cocinera de la familia. Las dos
niñas desarrollaron un lenguaje de señas con las que se relacionaban entre sí.

A pesar de que la pequeña parecía seguir adelante, su madre quiso que Helen
recibiera una atención especial. Por eso se puso en contacto con el doctor Julian
Chisolm quien a su vez les ayudó a conocer a Alexander Graham Bell, quien por
aquel tiempo trabajaba como profesor con niños sordos. Bell aconsejó a la familia
de Helen que ingresara en el Instituto para Ciegos del Sur de Boston. Allí le fue
asignada una institutriz e instructora. Se llamaba Anne Sullivan y también tenía
deficiencias visuales. Aquella jovencita de 20 años se convertiría en la compañera
incansable de Helen durante casi 50 años.

Anne Sullivan se instaló con los Keller en marzo de 1887. Como regalo de bienvenida
traía para la pequeña Helen una muñeca. Anne empezó a enseñarle a deletrear
los nombres de los objetos con su propia mano empezando por aquella muñeca y
sus letras (doll en inglés). Los primeros momentos fueron muy duros porque Helen no
conseguía entender a su profesora pero con el tiempo consiguió identificar cada
objeto por su propio nombre.

Así, con duro trabajo, desesperación y constancia, Anne Sullivan consiguió que
Helen aprendiera a comunicarse. Helen aprendió a escribir gracias a un sencillo
tablero acanalado y posteriormente con el sistema Braile. También llegó a hablar
mediante la identificación de las vibraciones de su garganta.

En mayo de 1888 Helen asistió al Instituto para ciegos Perkings y años después, en
1894 ingresó en la Escuela para ciegos Wright-Humason de Nueva York. Tras asistir
a otros centros educativos como la Escuela de Cambridge para Señoritas en 1896,
llegó a la Universidad de Radcliffe en 1900. Se convertía así en la primera persona
sorda y ciega en conseguir alcanzar unos estudios universitarios. Su esfuerzo y la
incansable ayuda de Anne dieron sus frutos y el 28 de junio de 1904 Helen se
graduaba cum laude en sus estudios de arte.

Durante los largos y duros años de estudio Helen había estado escribiendo sobre su
vida. Quería que el mundo supiera de su superación. Y así, sorda y ciega, no sólo
plasmó sobre papel su vida sino que se dispuso a explicarla en público al mundo
entero. El mismo año de su graduación lo hacía por primera vez en San Luis.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2012/10/la-superacion-helen-keller-1880-
1968.html

Egeria (s. IV-V).

Escritora y religiosa hispanorromana, nacida en la región de Galicia en la segunda


mitad del siglo IV y fallecida en la centuria siguiente. Viajera sabia e instruida,
poseedora de una acusada curiosidad intelectual que la impulsaba a relatar con
todo detalle cuantas novedades observaba fuera de su tierra natal, dejó escrito el
universalmente conocido como Itinerarium Egeriae (Itinerario [o Peregrinación] de
Egeria), obra en la que daba noticia a sus hermanas de religión de una larga visita
realizada a Tierra Santa entre los años 381 y 384. El hallazgo, hacia finales del siglo
XIX, de esta obra contribuyó notablemente a perfeccionar el conocimiento de la
circunstancias sociales, culturales y políticas del Próximo Oriente en el siglo IV, así
como al establecimiento de las pautas predominantes en las costumbres religiosas
de la época (muy especialmente, en las comunidades religiosas femeninas). Por
este famoso Itinerario, Egeria está considerada como la primera escritora hispánica
conocida.

Pese a esta importancia que recae sobre su figura y su obra, la mayor parte de las
circunstancias en que se desarrolló la vida de esta mujer sólo han podido ser
establecida merced a testimonios indirectos o a las especulaciones de los
estudiosos e investigadores especializados en el conocimiento de su época. De
hecho, su nombre no aparece en el manuscrito donde se conserva su único texto
conocido, y tampoco se hace referencia allí al lugar de procedencia de la persona
que lo escribiera. Gracias a un descubrimiento ajeno, en un principio, al Itinerario
de Egeria -una carta que, en el siglo VII, escribió Valerio, un abad de un monasterio
de El Bierzo-, se ha tenido noticia de que en el siglo IV una abadesa de aquellas
tierras, llamada Etheria o Egeria, emprendió una larga peregrinación hacia Tierra
Santa. Hasta el hallazgo de esta carta del abad Valerio, se pensaba que la autora
del Itinerario podría ser de la Galia, y más concretamente de la zona de
Normandía; sin embargo, el religioso de El Bierzo dejó escrito en su epístola que la
autora del relato de dicha peregrinación, "nacida en el extremo litoral del mar
Océano occidental, se dio a conocer al Oriente". Comoquiera que, por aquel
entonces, la región de Galicia era considerada el extremo occidental del mundo
(finis terrae), en la actualidad se da por admitido que Egeria nació en algún lugar
del noroeste de la Península ibérica (conjetura que queda refrendada por varios
detalles que, acerca de su origen, proporciona la autora a lo largo de su relato).

Se sospecha, también, con cierto fundamento que la escritora debía de proceder


de una familia rica y bien situada en la alta sociedad de su tiempo, pues, de lo
contrario, sería muy difícil explicar la extensa y profunda formación cultural que
había recibido Egeria, verdaderamente extraña en una mujer de su tiempo. Por las
fechas en que pudo haber nacido, algunos investigadores han lanzado la hipótesis
de que la primera escritora hispánica perteneciera a la familia del emperador
Teodosio I (346-395), nacido en Hispania y dueño y señor de una vasta extensión de
terreno que comprendía el territorio ocupado por la actual comunidad de Galicia
y buena parte de la meseta del Duero.

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=egeria2

Sta. Teresa de Ávila


(España. Gotarrendura, Ávila, 1515 - Alba de Tormes, 1582) Religiosa y escritora
mística

Española, conocida también como Santa Teresa de Ávila. Teresa de Jesús es el


nombre de religión adoptado por Teresa de Cepeda y Ahumada, hija de Alonso
Sánchez de Cepeda, probable descendiente de judíos conversos, y de Beatriz de
Ahumada, perteneciente a una noble familia abulense. Su vida y su evolución
espiritual se pueden seguir a través de sus obras de carácter autobiográfico, entre
las que figuran algunas de sus obras mayores: La vida (escrito entre 1562 y 1565), las
Relaciones espirituales, el Libro de las fundaciones (iniciado en 1573 y publicado en
1610) y sus cerca de quinientas Cartas.

La Vida abarca desde su infancia hasta la fundación del primer convento


reformado de San José de Ávila, en 1562. Gracias a ella se sabe de su infantil afición
por los libros de caballerías y de vidas de santos. En 1531, su padre la internó como
pupila en el convento de monjas agustinas de Santa María de Gracia, pero al año
siguiente tuvo que volver a su casa aquejada de una grave enfermedad.
Determinada a tomar el hábito carmelita contra la voluntad de su padre, en 1535
huyó de su casa para dirigirse al convento de la Encarnación. Vistió el hábito al año
siguiente, y en 1537 hizo su profesión.

Por entonces empezó para ella una época de angustia y enfermedad, que se
prolongaría hasta 1542. Durante estos años confiesa que aprendió a confiar
ilimitadamente en Dios y que empezó a practicar el método de oración llamado
«recogimiento», expuesto por Francisco de Osuna en su Tercer abecedario
espiritual. Repuesta de sus dolencias, empezó a instruir a un grupo de religiosas de
la Encarnación en la vida de oración y a planear la reforma de la orden
carmelitana para devolverle el antiguo rigor, mitigado en 1432 por Eugenio IV.

Empezó entonces a ser favorecida con visiones «imaginarias» e «intelectuales»,


visiones que habrían de sucederse a lo largo de su vida y que determinaron sus crisis
para averiguar si aquello era «espíritu de Dios» o del «demonio». Su ideal de reforma
de la orden se concretó en 1562 con la fundación del convento de San José. Se
inicia entonces una nueva etapa en su vida, en la que la dedicación a la
contemplación y la oración es compartida con una actividad extraordinaria para
conseguir el triunfo de la reforma carmelitana.

Desde 1567 hasta su muerte, fundó en Medina del Campo, Malagón, Valladolid,
Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas, Sevilla, Caravaca,
Villanueva de la Jara, Palencia, Soria y Burgos. En 1568 se erigió en Duruelo el primer
convento reformado masculino, gracias a la colaboración de San Juan de la Cruz
y del padre Antonio de Heredia. Redactó las Constituciones (1563), que fueron
aprobadas en 1565 por Pío IV, y que se basan en los siguientes puntos: vida de
oración en la celda, ayuno y abstinencia de carne, renuncia de rentas y
propiedades, comunales o particulares, y práctica del silencio.

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/teresa_dejesus.htm

Nuestro Señor le aconsejó en una de sus visiones: "No te dediques tanto a hablar
con gente de este mundo. Dedícate más bien a comunicarte con el mundo
sobrenatural". En algunos de sus éxtasis se elevaba hasta un metro por los aires
(Éxtasis es un estado de contemplación y meditación tan profundo que se
suspenden los sentidos y se tienen visiones sobrenaturales). Cada visión le dejaba
un intenso deseo de ir al cielo. "Desde entonces – dice ella – dejé de tener medio
a la muerte, cosa que antes me atormentaba mucho". Después de una de aquellas
visiones escribió la bella poesía que dice: "Tan alta vida espero que muero porque
no muero".

https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Teresa_de_Jesus.htm

Hatshepsut
(Egipto.Siglo XV a.C.) La reina que quiso ser faraón

Quinta gobernante de la Dinastía XVIII, Hatshepsut es una de las reinas destacadas


del antiguo Egipto. No se conformó con reinar como esposa de faraón y posterior
regente. En un golpe de estado sin precedentes, Hatshepsut decidió reinar en
solitario y como si fuera un faraón.

Hatshepsut era la primogénita del faraón Tutmosis I. Su madre era la princesa


Ahmose con la que se había casado su padre para poder legitimar su poder.
Además de la única hermana que sobrevivió, Neferubity, Hatshepsut tenía medio
hermanos nacidos de las relaciones de su padre con las concubinas reales. Uno de
ellos sería el futuro Tutmosis II.

Hatshepsut formaba parte de los tutmósidas, la dinastía XVIII, la primera que


corresponde al periodo conocido como Reino Nuevo. Este fue un momento de
esplendor del antiguo Egipto. Los tutmósidas fueron príncipes tebanos que tras
expulsar a los hicsos iniciaron una importante política de estrechamiento de lazos
internacionales y de importantes conquistas.

Fue Tutmosis I quien abandonó la tradición de enterrarse en una pirámide para ser
inhumado en un hipogeo excavado en la roca. Daba inicio al que sería conocido
como el Valle de los Reyes.

A pesar de que Hapshepsut era la primogénita del gran Tutmosis I y que este,
parece ser que antes de su prematura muerte la nombró heredera asociándola al
trono, fue un hermanastro suyo quien ostentaría el título de Rey. Apoyado por Ineni,
arquitecto real, Tutmosis II se hizo con el poder. Hatshepsut, quien se enorgullecía
de ser descendiente directa de faraones, se tuvo que conformar a verse relegada
al papel de Gran Esposa Real al casarse con Tutmosis II.

Esta incómoda situación para Hatshepsut duró muy poco porque Tutmosis II murió
siendo muy joven. Como si la historia se fuera a repetir, de su matrimonio con
Hatshepsut sólo había nacido una niña, Neferure, mientras que los descendientes
varones eran hijos de concubinas. En un primer momento, el poderoso Ineni nombró
heredero al que sería Tutmosis III quien en un futuro debería casarse con Neferure.
Durante los primeros años de su regencia del pequeño Tutmosis III Hatshepsut
consiguió urdir una conjura para expulsar a Ineni de la esfera política. Con la ayuda
de altos cargos como Hapuseneb y Senenmut, Hatshepsut planeó un valiente
golpe de estado. No sólo eliminó a Ineni, sino que decidió asumir todo el poder
tomando la titulatura real de los faraones y usurpando el poder a Tutmosis III. No
sólo eso, Hatshepsut decidió reinar como faraón: eliminó de sus nombres y títulos
todas las desinencias femeninas, se hizo nombrar faraón, se vistió como un hombre
y reinó como rey durante 22 años de paz y prosperidad en Egipto.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/03/la-reina-que-quiso-ser-faraon.html

Tercera reina-faraón conocida en la historia egipcia. Perteneció a la dinastía XVIII,


(Imperio Nuevo de Egipto).Su padre fue el gran Tutmosis I, quien conquistó las tierras
de toda la región sirio-palestina, fundó el Valle de los Reyes y que también le
nombró heredera. Sin embargo, sus deseos fueron incumplidos, pues el segundo al
mando y el arquitecto real,consiguieron sentar en el trono a Tutmosis II. quien era su
hermanastro y con quien tuvo que casarse. A la muerte prematura del joven faraón
Tutmosis II, se generó un nuevo conflicto en el trono. Tutmosis III, que no era hijo de
Hatshepsut, se proclamó sucesor, allí empezó a gestarse el golpe de Estado que
revolucionaría a la tradicional sociedad egipcia.

Cuando se vio lo suficientemente fuerte, Hatshepsut, en presencia del faraón


Tutmosis III, se autoproclamó también faraón de las Dos Tierras y primogénita de
Amón, con el beneplácito de los sacerdotes.

Asumió todos los atributos masculinos de su cargo, haciéndose representar a partir


de entonces como un hombre tocándose la barba postiza.

http://atlascultural.com/historia/misteriosa-vida-reina-faraona-antiguo-egipto-
hatshepsut

Mary Somerville
(1780 Escocia-1872 Italia) La reina de las ciencias

El siglo XIX nos ha dejado grandes nombres de mujeres científicas que aportaron
grandes descubrimientos al mundo de las matemáticas, la astronomía o la física.
Una de esas mujeres fue sin duda Mary Somerville, una escocesa que a pesar de
no saber leer a los 10 años, su incansable ansia de saber la llevó a convertirse en
una de las mujeres científicas más importantes de la historia.

Mary Fairfax Greig Somerville nació el 26 de diciembre de 1780 en Jedburgh,


Escocia, en la casa de su tía. Su padre era el almirante Sir William George Fairfax.
La niñez de Mary transcurrió en calma, en contacto con la naturaleza que un día
empezaría a observar de manera científica. Mary no tuvo una educación formal
por lo que tuvo que aprender de manera autodidacta. Su paso por un internado
no fue fructífero para su formación pero su encuentro con el doctor Somerville
cambiaría su vida. Tenía 13 años cuando conoció al que en el futuro sería su suegro,
un hombre sabio que se dio cuenta al momento de las ganas de aprender de la
pequeña. Así, sus primeros contactos con el saber se centraron en la vida de
grandes mujeres de la antigüedad.

Mary empezó a aficionarse a los pasatiempos matemáticos de las revistas


femeninas que resolvía con rapidez. Pronto intentó inmiscuirse en las clases que
recibía su hermano de matemáticas y consiguió superar al mismísimo tutor.

Mary Somerville se casó con un capitán de la marina rusa llamado Samuel Greig
cuando tenía 24 años. Tres años más tarde quedaba viuda, con dos hijos y con una
independencia económica que no desaprovechó. Mary no lo dudó y continuó con
sus estudios de matemáticas.

En 1812 se volvió a casar, esta vez que el hijo de aquel doctor Somerville, William
Somerville, también médico y amante de las ciencias como su esposa. En su casa
de Londres Mary tuvo la oportunidad de conocer a importantes nombres del
mundo de la ciencia. Fue entonces cuando conoció también a Ada Lovelace, de
quien se convertiría en su mentora.

En 1831 Mary publicó La Mecánica Celeste, una traducción de la obra de Laplace


en la que expuso los detalles del trabajo de dicho científico y que eran inéditos en
aquel momento en Inglaterra. Esta publicación la hizo famosa y la convirtió en una
de las mujeres científicas más respetadas del momento. Cuatro años después era
elegida junto a Caroline Herschel como miembro honorario de la Royal
Astronomical Society convirtiéndose en las primeras mujeres en recibir esa
distinción.

A partir de ese momento Mary no dejó de trabajar de manera incansable tanto en


Inglaterra como en Italia donde se trasladó con su marido en 1838. Sus obras sobre
matemáticas y astronomía tuvieron un gran éxito por su claridad y su estilo
divulgativo.

Además del trabajo científico, Mary tuvo tiempo para defender públicamente la
educación de las mujeres y convertirse en una ferviente sufragista.

Mary Somerville trabajó durante toda su larga vida. Falleció en Nápoles el 28 de


noviembre de 1872, a los 92 años de edad, mientras estaba estudiando e
investigando problemas matemáticos.

La memoria de Mary Somerville se mantiene viva no sólo en su obra sino también


en instituciones como el Somerville College de Oxford, una isla, un asteroide
descubierto en 1987 y un cráter lunar que llevan su nombre.
http://www.mujeresenlahistoria.com/2012/02/la-reina-de-las-ciencias-
mary.html

Marie Curie
(1867 Polonia-1934 Francia) Gran científica, humilde mujer

Todos los datos que rodean a esta científica son excepcionales por tratarse
de una mujer y de origen humilde. Dos licenciaturas en la Sorbona, un
doctorado cum laude, una cátedra de física, dos premios Nobel; descubrió
el polonio y el radio y aportó grandes avances en el estudio de la
radioactividad. Por encima de todo esto fue una joven polonesa con pocos
recursos pero incalculable coraje que luchó toda su vida por dedicarse a su
gran pasión, la ciencia.

Marja Skłodowska nació el 7 de noviembre de 1867 en una Polonia dividida


y ocupada por la Rusia Imperial. Era la pequeña de cinco hermanos; su
madre era maestra, pianista y cantante, su padre era profesor de física y
matemáticas. Marja se decantaría desde muy pequeña por las inquietudes
intelectuales de su progenitor. Huérfana de madre con tan sólo 11 años,
habiendo perdido a una de sus hermanas dos años antes, Marja vivió una
infancia triste pero nunca dejó de lado su gran pasión por la lectura y las
ciencias naturales.

Tras terminar sus estudios en Polonia, destacando siempre como alumna


ejemplar, Marja decidió continuar su formación académica en la Sorbona
de París. A pesar de recibir alguna ayuda económica, Marie vivió
verdaderas penurias en la ciudad del Sena; sólo el fuerte interés por el
conocimiento y la superación personal hicieron que la joven continuara
estudiando.

En 1893, dos años después de su llegada a París, Marie se licenciaba en física


siendo la primera de su promoción. Un año más tarde obtenía su segunda
licenciatura, ésta en matemáticas.

Con dos carreras en su haber, el siguiente paso era el doctorado, algo nada
normal en una mujer, pues en aquel momento sólo se conocía una que lo
había obtenido, la alemana Elsa Neumann. Pero fue el apoyo de quien se
había convertido en su marido lo que la animó a conseguirlo. Su tesis
doctoral se basó en recientes descubrimientos como los rayos X y la emisión
de rayos de naturaleza desconocida por parte de las sales de uranio. Marie
investigó el origen de dichos rayos producidos por las sales de uranio. No sólo
obtuvo el doctorado, sino que lo hizo con una mención cum laude.

En 1894 Marie conocía a un tímido profesor de física que se convertiría en


poco más de un año en su esposo y compañero incansable de estudios e
investigaciones científicas. Con dos bicicletas disfrutaron de una sencilla
luna de miel y en un humilde local realizaron sus descubrimientos científicos
más importantes. Estaban hechos el uno para el otro, complementándose y
entendiéndose a la perfección. Un trágico accidente 11 años después
dejaría viuda a Marie.

El matrimonio Curie tuvo dos hijas, Irene, quien seguiría los pasos de sus
padres y también obtendría el Nobel de Química, y Eva. Aunque su segunda
hija no se dedicó a la ciencia, contribuyó a la memoria de su madre
escribiendo su biografía.

Desaparecido su fiel marido en 1906, Marie obtuvo la cátedra de física de


la Sorbona que dos años antes le había sido otorgada a Pierre. La alumna
se convertía en profesora ante un auditorio entusiasta y expectante por ver,
por primera vez en la historia, a una mujer dando clases en la universidad. El
tema de su primera sesión fue la radioactividad.

Marie y Pierre Curie fueron admirados por sus conocimientos pero también
por su inexistente afán de lucro. El matrimonio nunca se preocupó de
patentar ninguno de sus descubrimientos. Desde su laboratorio hicieron
grandes descubrimientos para la humanidad a la que donaron todo ese
conocimiento con el fin de que futuros investigadores pudieran ampliar sus
hallazgos con total libertad.

No sólo eso. Durante la Primera Guerra Mundial y con la ayuda de su hija


Irene colaboró con el bando aliado usando la radiografía móvil en el campo
de batalla para tratar a los soldados malheridos.

E incluso, en su incansable trabajo en contacto con la radioactividad


pusieron sus vidas en peligro. De hecho parece ser que Marie sufrió un aborto
causado por su cercanía a elementos radioactivos y su propia muerte por
una anemia aplásica pudo ser causa de la exposición reiterada a dichos
elementos.

Los dos premios Nobel que consiguió Marie Curie fueron la culminación a
toda una vida de estudio e investigación. Junto a su marido, analizaron
distintos elementos que podía tenen o producir radioactividad como el
uranio en forma de pechblenda o el torio. También descubrieron dos
elementos químicos, el polonio (denominado así en honor a su fraccionada
Polonia natal) y el radio.

En 1903 obtenía el Premio Nobel de Física junto a su marido y Henri Becquerel


en reconocimiento a sus descubrimientos en el campo de la radioactividad.
En 1911, ya viuda, obtenía el Nobel de Química por el hallazgo del radio y el
polonio.
Su última morada junto a los hombre ilustres

Marie Curie murió a los 66 años de edad el 4 de julio de 1934. Desde 1995
descansa junto a su querido Pierre y otros grandes hombres ilustres en el
Panteón de París.
http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/02/gran-cientifica-humilde-mujer-
marie.html

Mary Wollstonecraft
(Inglaterra 1759-1797) En defensa de sus derechos

Durante mucho tiempo, prácticamente un siglo, la imagen de Mary


Wollstonecraft se vio ensombrecida por la publicación que su marido había
hecho de sus memorias. En ellas se hacía pública una relación escandalosa
y una hija ilegítima. Su vida personal eclipsó sus ideas sobre la igualdad de
hombres y mujeres hasta que las nuevas corrientes feministas del siglo XX y
escritoras como Virginia Woolf la rescataron del olvido.
Mary Wollstonecraft nació en el seno de una familia de clase media
londinense el 27 de abril de 1759. Su padre era un tejedor de seda que había
heredado una importante cantidad de dinero. Su negocio y su herencia le
habrían permitido a él y su familia tener una vida tranquila y acomodada
sino hubiera sido por su mala cabeza. Dilapidó el dinero y llevó a su propio
negocio a la ruina.

La precaria situación económica de la familia llevó a Mary a empezar a


trabajar en lo primero que encontraba: costurera, insitutriz o acompañante
de damas de la alta sociedad. Su inteligencia y su amor por la lectura la
llevaron a ejercer de profesora cuando tenía poco más de 20 años.
La infancia de Mary no sólo fue difícil por razones económicas. Ella misma
recordaba como había tenido que defender a su madre de la violencia que
su padre ejercía constantemente sobre ella.

Durante años Mary trabajó para sacar adelante y proteger a su familia de


la pobreza. Harta de las pocas posibilidades laborales que se le ofrecía a
una mujer, Mary decidió dedicarse a la escritura e intentar conseguir dinero
por sus palabras. Era una opción arriesgada y así se lo hizo saber a su
hermana Everina: Voy a ser la primera de una nueva especie. Tiemblo de
pensar en el intento.

Pero a pesar de sus miedos, alcanzó su sueño. No sólo fue aceptada en el


círculo literario de Londres, sino que consiguió que su editor le pagara por
sus escritos.

Mary Wollstonecraft se atrevió a defender la igualdad entre hombres y


mujeres. No sólo rechazaba el supuesto tradicional que definía de manera
diferente las naturalezas femenina y masculina, sino que afirmaba con gran
convencimiento que las mujeres no se desarrollaban más intelectualmente
porque se les vetaba el acceso al conocimiento.

A pesar de que sus primeros escritos defendían las virtures cristianas, con el
inicio de la Revolución Francesa sus ideas se fueron radicalizando y
derivando hacia una defensa de la razón por encima de la fe.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/05/en-defensa-de-sus-
derechos-mary.html

Ada Lovelace
(1815-1852) La encantadora de números

Si es difícil encontrar mujeres ilustres a lo largo de la historia, en el mundo de


la ciencia y la tecnología lo es aún más. A Ada Augusta Byron King, hija del
famoso escritor Lord Byron, se la considera como la primera programadora
de la historia.

Augusta Ada Byron nació el 10 de diciembre de 1815 en Londres. Ada era


un pequeño bebé de poco más de dos meses cuando sus padres,
Annabella Milbanke y George Gordon Noel Byron se separaron. Annabella
consiguió la custodia de Ada, aunque las leyes inglesas favorecían
principalmente al padre. Alejada del poeta, la madre de Ada decidió
centrar los estudios de su hija en materias diametralmente opuestas a las
letras. No quería que nada le recordara en su hija las pasiones de su ex
marido. Pronto empezó con sus clases particulares de matemáticas y
ciencias y pronto se vio que Ada tenía talento para los números.

Cuando era una joven de 18 años conoció a Mary Sommerville, otro genio
femenino conocida como “la reina de las ciencias del siglo XIX”, y se
convirtió en su tutora personal. Ada demostró ser una alumna aventajada.
Fue precisamente Mary quien le presentó a Charles Babbage, considerado
el padre de las computadoras. Babbage quedó impresionado por la
inteligencia y la capacidad intelectual de Ada, a quien bautizó como “La
encantadora de números”. Pronto empezaron a trabajar juntos; su relación
profesional se alargaría hasta la muerte de Ada.

Babbage había proyectado la creación de la que sería la primera


computadora de la historia la “Máquina analítica”. Aunque nunca llegó a
construirse, Ada estudió y analizó las ideas sobre la computadora de
Babbage.

Ada publicó sus notas sobre la máquina de Babbage con sus iniciales por
miedo a las reacciones que podría suscitar su condición de mujer. En estas
notas Ada mostró como la computadora solamente daba información
disponible pero no originaba conocimiento. Ada fue más allá y, a partir de
las ideas de Babbage, escribió el primer lenguaje de programación.

Este hito conseguido por una mujer del siglo XIX tuvo su reconocimiento un
siglo después. En 1979 el Departamento de Defensa de los Estados Unidos
daba su nombre, Ada, a un nuevo lenguaje de programación.

Mary Sommerville también fue la encargada de presentar a Ada a quien


sería su futuro marido. Tenía 19 años cuando se casó con el barón William
King, quien posteriormente sería nombrado conde de Lovelace. Ada tuvo
tres hijos. Su hija Anne sería una reconocida viajera.

A pesar de que su madre intentó alejar de su hija toda tendencia bohemia


y disipada, Ada siempre sintió interés por la poesía y temas trascendentales
como la metafísica. Annabella consiguió que Ada dedicara su vida a la
ciencia pero como si el destino se hubiera puesto en su contra, su final llegó
en el mismo momento que le llegó a su padre.
Un terrible cáncer de útero se llevó a esta joven científica con tan sólo 36
años de edad, el 27 de noviembre de 1852. Moría a la misma edad que su
padre, el poeta Lord Byron, junto al que fue enterrada en el panteón familiar.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/01/la-encantadora-de-
numeros-ada-lovelace.html

Mary Shelley
(1797-1851) Creadora de terror

La muerte estuvo muy presente en la vida de Mary Wollstonecraft Godwin,


conocida universalmente como Mary Shelley, la creadora de Frankenstein.
Su madre, tres de sus hijos y su marido desaparecieron de su vida
prematuramente.

Mary Shelley nació en Somers Town, Londres, el 30 de agosto de 1797, en el


seno de una familia de libre pensadores. Su madre, Mary Wollstonecraft era
una escritora y filosofa defensora del feminismo; su padre, William Godwin,
también era filósofo, escritor y periodista. Pocos días después de nacer, Mary
perdió a su madre, a la que veneraría a lo largo de su vida. Su padre se haría
cargo a partir de ese momento de su educación y de la de Fanny Imlay,
hermanastra de Mary por parte de madre.

A pesar de sus problemas económicos, William dio a su hija Mary una buena
educación, exepcional incluso para su época. Durante un tiempo su
formación estuvo a cargo de una institutriz para posteriormente pasar una
breve temporada en un internado.
Convertida en una joven de 17 años, Mary se fijó en un seguidor político de
su padre, Percy Bysshe Shelley. Shelley, de origen aristocrático, era un escritor
de tendencias radicales que había renegado de su clase. No sólo eso;
cuando Mary inició su relación con Percy, éste ya estaba casado. A pesar
de esto, Mary siguió adelante con su romance instalándose temporalmente
en Francia. De vuelta a Inglaterra, el rechazo social fue absoluto y las
desgracias se sucedieron. Mary, que estaba embarazada, perdió
prematuramente a su hijo; las deudas les ahogaban; recibieron un fuerte
rechazo por parte de su padre, y tuvieron que sufrir la responsabilidad del
suicidio de Harriet, la verdadera esposa de Percy. A pesar de todo ello, en
1816, contraían matrimonio.
Tras su primer embarazo frustrado, Mary hubo de sufrir la pérdida de dos hijos
más. Solamente uno, Percy Florence, permitiría a Mary ejercer como madre.
Aun no se había recobrado de estas duras pérdidas cuando, poco tiempo
después, en 1822, Percy se ahogaba en una violenta tormenta en la Bahía
de La Spezia.

A pesar de ser una escritora prolija, esta es sin duda, la novela gótica que la
encumbró eternamente. En la introducción a la edición de 1831, Mary
explicó cómo la idea de Frankenstein le sobrevino viviendo en Escocia
donde su padre le había envíado a vivir con la familia de otro radical, William
Baxter. Los paisajes del entorno fueron los que hicieron a Mary imaginar su
obra.

Pero fue unos años más tarde, en una villa cercana al Lago de Ginebra,
donde Mary dio forma definitiva a Frankenstein. En 1816 Mary, Percy, su hijo
y Claire Clairmont, hija de la segunda mujer de su padre, viajaron hasta
Ginebra invitados por el poeta Lord Byron, quien vivió un romance con la
hermanastra de Mary.

El grupo de filósofos pasaba el tiempo paseando por los alrededores de la


villa y navegando por el lago. En sus veladas leían historias de terror. Un día
Byron propuso que cada cual escribiera la suya propia. Mary escribió la suya
a raiz de un sueño que había tenido. Nacía uno de los mitos del terror más
conocidos de todos los tiempos.

La primera publicación de la obra fue anónima pero la firma de Percy en el


prólogo de la misma hizo creer a todo el mundo que Frankenstein la había
escrito él y no su mujer.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/02/creadora-de-terror-mary-
shelley-1797.html

Hipatia de Alejandría
(370-413?) La primera matemática

Unos años después de que el emperador Constantino decretara el cristianismo


como religión oficial, el mundo de las ideas y la fe dio un giro importante en todo
el territorio del Imperio Romano. Mientras años atrás muchas mujeres y hombres
dieron su vida por una fe, la de Cristo, prohibida y perseguida, ahora le tocaba el
turno a las creencias consideradas entonces como paganas. Hipatia de Alejandría
ha pasado a la historia por su terrible fin. Perseguida por un obispo intransigente,
terminó con una de las mujeres más sabias de la antigüedad, de la que poco nos
ha quedado de su legado científico y filosófico, pues fue debidamente borrado de
la historia por sus detractores.

Hipatia nació en Alejandría en una fecha indeterminada alrededor del año 370
d.C. Hija de un famoso filósofo y astrónomo llamado Teón, Hipatia recibió en su
infancia y juventud una educación extraordinaria centrada en la filosofía, la
astronomía, las matemáticas y la literatura. Hipatia pronto destacó como una de
las primeras seguidoras de la corriente neoplatónica. Hipatia vivió en un Egipto que
en el siglo IV era una de las provincias romanas que había experimentado una
fuerte cristianización. Hipatia no era cristiana, por lo que quedaba expuesta a las
enemistades de una parte de la población1. Sin embargo, la joven filósofa disfrutó
durante un tiempo de una posición privilegiada como profesora en la escuela
platónica dirigida por Plotino.

Respetada por los eruditos de Alejandría, Hipatia se ganó su reconocimiento y se


relacionó con ellos como una más. Además de dar clases en el Museion de la
Universidad de Alejandría de filosofía platónica, geometría y astronomía2, su casa
se convirtió en un centro de saber y conocimiento.

Aunque algunos autores apuntan a que Hipatia llegó a contraer matrimonio, otros
afirman que permaneció soltera3. Lo que está claro es que Hipatia dedicó su vida
en cuerpo y alma a la ciencia y al pensamiento. La obra de Hipatia fue destruida
tras su muerte por lo que su pensamiento filosófico se ha perdido. Sabemos sin
embargo que fue la inventora de algunos aparejos para uso científico.

En la Alejandría en la que vivía Hipatia, también residía uno de los obispos más
intransigentes del cristianismo. Cirilo estaba en contra de los ritos paganos y de los
pensamientos filosóficos. Según la versión del historiador Sócrates Escolástico, la
muerte de Hipatia fue a manos de unos monjes exaltados instigados por el obispo,
que la asaltaron mientras iba en su carruaje por las calles de Alejandría. Tras
arrastrarla un tramo, la descuartizaron y quemaron su cuerpo.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2012/01/la-primera-matematica-hipatia-
370-413.html

Marion Donovan
(1917-1998) Inventando pañales

Marion Donovan fue una mujer práctica. Madre de tres niños, desbordada en
muchas ocasiones por las dificultades rutinarias de su vida como ama de casa, lejos
de sentarse a llorar y lamentarse, decidió hacer su vida, y la de muchas otras
mujeres, mucho más fáciles. Marion Donovan pasó a la historia por haber inventado
los primeros pañales desechables. Su primer prototipo, una suerte de protector para
los pañales de tela, lo consiguió con tela de paracaídas. A lo largo de su vida
consiguió hasta veinte patentes de muchos otros objetos que ayudaron a hacer
más llevadera su existencia en el hogar.

Marion Donovan nació el 15 de octubre de 1917 en Fort Wayne, Indiana. Marion


perdió a su madre siendo una niña de poco más de siete años por lo que pasó
mucho tiempo junto a su padre y su tío, dos hermanos gemelos propietarios de una
empresa y con un espíritu inventivo que pronto impregnaría a la pequeña Marion.

Después de estudiar literatura inglesa en el Rosemont College de Pennsylvania,


donde se graduó en 1939, empezó a trabajar como asistenta en la revista de moda
Vogue. En aquel tiempo conoció a James Donovan, un empresario dedicado al
negocio de la piel, con el que se casaría. La pareja se marchó a vivir a Westport,
en Connecticut.

Convertida en ama de casa y madre de tres hijos, dos niñas, Christine y Sharon, y
un niño, James, Marion se vio desbordada en muchas ocasiones en su papel de
ama de casa. Fue entonces cuando siguió la estela de su padre y su tío como
inventores y se propuso inventar un protector que evitara los escapes provocados
por los pañales de tela. Sus primeros prototipos los hizo cosiendo un protector
utilizando tela de cortina de baño hasta que el formato definitivo lo consiguió
usando el mismo nailon con el que se fabricaban los paracaídas. Este protector fue
bautizado por la propia Marion como "Boater" porque le recordaba a la forma de
un barco (Boat en inglés).

El Boater se comercializó por primera vez en 1949 con gran éxito de ventas. Dos
años después consiguió las cuatro patentes que había necesitado para fabricarlo
y vendió los derechos de comercialización a la empresa Keko Corporation por un
millón de dólares.

Mujer incansable, Marion Donovan estudió en la década de los cincuenta la


carrera de arquitectura en la Universidad de Yale; fue, junto a otras dos mujeres, las
únicas estudiantes femeninas que se graduaron en su promoción. Mientras tanto,
Marion continuó trabajando para mejorar el Boater y conseguir un pañal
desechable por completo. Después de años intentando convencer a distintas
empresas papeleras para que participaran en el desarrollo de unos pañales
desechables a base de celulosa - los hombres de negocios consideraron que era
un invento irrelevante - fue Victor Mills quien en 1961 creyó en Marion y desarrolló
para Procter & Gamble el primer pañal desechable de la historia. Marion Donovan
no dejó de inventar distintos objetos a lo largo de su vida. Entre ellos, el "Zippity-Do",
una goma elástica que se acoplaba a las cremalleras (zippers en inglés); el "Dental
Loop", una seda dental colocada en un círculo que ayudaba a la limpieza dental;
unos platos que se autosecaban en el fregaplatos; un colgador de ropa... Hasta
veinte patentes consiguió. Con su título de arquitecta bajo el brazo diseñó su propio
hogar y trabajó en varias ocasiones como asesora de distintas empresas.
El 4 de noviembre de 1998, a la edad de ochenta y un años, fallecía en la ciudad
de Nueva York. Años después, en 2015, era incluida en el Paseo Nacional de la
Fama de Inventores de los Estados Unidos.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2016/11/marion-donovan.html

Florence Nightingale
(1820-1910) La dama de la lámpara,

En la tradicional Inglaterra Victoriana, donde no se concebía el papel de la


mujer más allá de los muros de su hogar, una joven emprendedora renunció
a una vida tranquila para sumergirse en el estudio y la práctica de la
enfermería. El importantísimo papel que jugó Florence Nightingale en la
Guerra de Crimea le dieron la fama y el reconocimiento como una de las
pioneras de la enfermería moderna.

Florence Nightingale nació en Villa Colombaia, en la ciudad italiana de


Florencia el 12 de mayo de 1820. Sus padres, William Edward Nightingale y
Frances Smith, pertenecientes a la clase alta inglesa, habían viajado por
Europa los primeros años de su matrimonio. Establecidos temporalmente en
Italia, pusieron a su segunda hija el nombre de su ciudad natal. Así habían
hecho también con su hermana mayor, Parthenope, a quien le pusieron el
nombre griego de la ciudad de Nápoles, Parthenopolis.

La infancia de Florence trancurrió tranquila en la campiña inglesa. Una


institutriz se hizo cargo de la educación de las niñas Nightingale hasta que
su padre asumió personalmente su formación. Florence mostró pronto un
especial interés por las matemáticas y, aunque sus padres intentaron que
siguiera una educación más acorde con su condición de mujer, la
tenacidad e insistencia de la pequeña hicieron que sus padres le permitieran
continuar con sus estudios.

De profunda fe en la religión anglicana, Florence experimentó una inusual


experiencia religiosa. El 7 de febrero de 1837, mientras paseaba por el jardín
de Embley, donde pasaba largas temporadas, creyó escuchar una llamada
de Dios. Aunque en un primer momento no entendió el significado de
aquella visión, con el tiempo se dio cuenta que su pasión por la enfermería
había sido una manera de ayudar a los demás tal y como Dios le había
pedido.

Su conocimiento de la enfermería por aquel entonces se reducía al cuidado


de familiares enfermos. Además de no ser una profesión conveniente para
una mujer de la alta sociedad, las personas que se dedicaban no eran
consideradas personas educadas ni bien formadas. Además, a la joven le
deparaba un futuro muy distinto, debería casarse y tener hijos y convertirse
en una gran dama inglesa. Aun así, Florence se enfrentó a su familia cuando
pidió incorporarse a trabajar en un hospital y renunció a una proposición de
matrimonio.

En su empeño por convertirse en una enfermera profesional, Florence inició


en 1849 un largo viaje por Europa y Egipto en el que conoció a varias
personas de renombre y visitó diferentes hospitales en los que aprendió
distintas metodologías y procedimientos.

En 1850 ingresó como enfermera en el Instituto de San Vicente de Paul en


Alejandría, una institución católica; posteriormente visitaría el hospital del
Pastor Theodor Fliedner en Kaiserwerth y el Instituto alemán para Diaconisas
Protestantes, ambos en Dusseldorf. En París también estuvo en el hospital
Saint Germain.

Toda esta experiencia le valió tres años después conseguir el puesto de


superintendente en el Instituto para el Cuidado de Señoras Enfermas de
Londres, cargo que ocuparía hasta su marcha a Crimea.

En marzo de 1854, tras un año de conflictos entre Rusia y la alianza formada


por Francia, Gran Bretaña y Turquía, estos declaraban formalmente la
guerra al imperio de los Romanov. Se iniciaba la Guerra de Crimea. Durante
el conflicto fueron muchas las bajas producidas por la falta y deficiencia de
contingentes sanitarios en la zona. El entonces Secretario de Guerra
británico, Sidney Herbert, a quien Florence había conocido en Roma unos
años antes, le pidió que supervisara el papel de las enfermeras en los
hospitales de la zona.

Nightingale no se lo pensó dos veces. Con el cargo de Superintendente del


Sistema de Enfermeras de los Hospitales Generales Ingleses en Turquía arribó
a Constantinopla junto con 38 enfermeras el 21 de octubre de 1854.

Su labor en Crimea le supuso el reconocimiento mundial como enfermera.


Trabajadora incansable, Florence no dejaba a sus enfermos ni durante la
noche, cuando realizaba rondas a la luz de un candil. Aquella anécdota le
valió el sobrenombre de “La Dama de la lámpara”.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/06/la-dama-de-la-lampara-
florence.html
María Montessori

(1870-1952) La importancia de la infancia

María Montessori fue una de las primeras mujeres de la historia que trabajó toda su
vida para demostrar la importancia que tenía la infancia en el desarrollo del ser
humano, no sólo a nivel formativo sino también a nivel emocional. María Montessori,
la primera mujer médico de Italia, desarrolló un método de educación que aún hoy
utilizan muchos educadores en todo el mundo.

María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, en la provincia


italiana de Ancona. Su madre se llamaba Renilde Stoppani y su padre, un estricto
militar, Alessandro Montessori. Maria creció en un ambiente burgués, católico y
recto en el que su padre vio con cierto recelo los intereses por el conocimiento de
su hija.

Y es que Maria vivió en un mundo en el que no se veía con buenos ojos que las
mujeres desarrollaran una carrera profesional. Pero ella fue una alumna ejemplar y
siendo muy joven ya había estudiado ingeniería, biología y era aceptada en la
universidad de Roma La Sapienza, en su facultad de medicina.

En 1896, con 26 años, Maria se graduaba y se convertía en la primera mujer italiana


en convertirse en médico. Y no se conformó, pues continuó estudiando
antropología, filosofía y psicología.

En 1898 nacía Mario, su único hijo, fruto de una tormentosa relación con Giuseppe
Montesano, un psiquiatra que había sido su profesor. Mario acompañaría a su
madre por medio mundo. El desengaño amoroso que tuvo Maria y la situación
social que vivía Europa e Italia en aquellos tiempos, hizo que se acercara a los
movimientos feministas. Maria participó en varios congresos internacionales en los
que se abordaba los derechos sociales de las mujeres y de los niños.

El mismo año en que nació su hijo, Maria empezó a trabajar con niños con
problemas mentales. La constante observación de estos niños marcó para siempre
la trayectoria profesional de Maria. No sólo se dio cuenta de que aquellos niños no
estaban tan perturbados sino que observó que los niños necesitaban de una guía
para hacer crecer su inteligencia, autoestima y personalidad.

Maria defendió en todo momento la importancia de la infancia como un momento


clave en la evolución del ser humano, imprescindible para hacer hombres y
mujeres de bien. Estudió en profundidad la obra de distintos médicos y pedagogos,
entre ellos Jean Itard, Eduard Séguin y Johann Heinrich Pestalozzi y sacó sus propias
conclusiones que derivarían en el famoso Método Montessori.

Maria desarrolló un método fruto del estudio y de la observación. Para ella la


educación era un triángulo basado en el amor, el ambiente y el niño. Con este
sencillo trío de conceptos, Maria venía a defender el amor a los niños en un
ambiente propicio para hacer crecer en ellos la autoestima y la capacidad de
amar para así poder desarrollar el intelecto. En su defensa por el respeto hacia el
niño, Maria aseguraba que había que dar cierta libertad a los más pequeños para
que pudieran preguntar, opinar y consecuentemente aprender.

Maria definió una serie de materiales pedagógicos de estudio y manipulación que


se plasmaron en su primer libro “El método de la pedagogía científica” escrito en
1909.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2012/02/la-importancia-de-la-infancia-
maria.html

Eleanor Roosevelt
(1884-1962) En favor de los demás

Anna Eleanor Roosevelt nació el 11 de octubre de 1884 en la ciudad de Nueva


York. Era hija de Elliott Roosevelt y Anna Hall Roosevelt, quien llamaba a su hija
cariñosamente “abuelita” por sus maneras de actuar un tanto anticuadas. Eleanor
era sobrina del que sería presidente de los Estados Unidos al inicio del siglo XX,
Theodore Roosevelt. Anna tenía dos hermanos pequeños y un medio hermano
nacido de una relación extramatrimonial de su padre con una sirvienta.

A pesar de haber nacido en una familia adinerada y de la alta sociedad


estadounidense, Eleanor no tuvo una infancia feliz. Cuando era una niña de 8 años
vio morir a su madre de difteria, enfermedad que también se llevaría a uno de sus
hermanos; dos años después desaparecía su padre después de haber sido
ingresado en un sanatorio por sus graves problemas con el alcohol. Por aquel
entonces Eleanor ya se había trasladado a vivir con su abuela materna aunque
pronto marchó a Londres donde terminó sus estudios. Al otro lado del Atlántico,
Eleanor consiguió desterrar sus sentimientos de inferioridad gracias en parte a Marie
Souvestre, una educadora de la academia privada en la que ingresó, y que supo
inculcar en Eleanor grandes dosis de autoestima.

En 1902, una joven alta, esbelta y bien educada, volvía a Nueva York para hacer
su debut en la alta sociedad. Antes de terminar el año, Eleanor conoció a su primo
Franklin Delano Roosevelt. Tras un breve noviazgo, el 17 de marzo de 1905 se
casaron. La presencia al enlace del entonces presidente Theodore Roosevelt dio al
acto una relevancia social importante.
Eleanor y Franklin fueron una pareja feliz los primeros años, a pesar de la oposición
y las constantes críticas de la madre de Franklin, Sara Delano Roosevelt. Tuvieron 6
hijos, uno de los cuales falleció siendo aún un niño.

En 1910 Franklin fue nombrado senador del estado de Nueva York y la pareja se
trasladó a vivir a Albany. Allí, Eleanor empezó a conocer los entresijos de la vida
política y a participar en diferentes organizaciones.

Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 ingresó en la Cruz Roja. En


aquellos años también apoyó la Liga de las Mujeres Votantes, la Liga de Mujeres
de la Unión de Comercio y la División de Mujeres del Partido Demócrata.

A pesar del distanciamiento que sufrió la pareja tras descubrirse un romance de


Franklin con otra mujer, Lucy Mercer, Eleanor se mantuvo a su lado, sobretodo en
momentos críticos como en 1921 cuando Franklin enfermó de poliomielitis.

En 1933 Franklin Delano Roosevelt era elegido Presidente de los Estados Unidos de
América. Eleanor se convertía en la Primera Dama. Con sus años de experiencia
política previos, Eleanor cambió la manera de hacer de su antecesora y tía, Edith
Roosevelt, y de muchas otras primeras damas. En un tiempo en el que la mujer
ejercía un papel relativamente reducido en la vida pública, la nueva Primera Dama
dio más de 300 conferencias para mujeres periodistas y participó en multitud de
actos políticos en defensa de los derechos femeninos, sobretodo de las mujeres
afroamericanas y de los derechos civiles en general. La columna de un periódico
llamada My Day fue testigo de sus pensamientos y opiniones en defensa de los más
desfavorecidos.

La muerte de su marido en 1945 y su aparente retirada de la primera fila política no


detuvieron el espíritu de lucha incansable de Eleanor. Como delegada de la
Asamblea de las Naciones Unidas y en su Comisión por los Derechos Humanos,
participó en la formulación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de las Naciones Unidas.

Eleanor Roosevelt escribió cuatro libros en los que relató su vida y sus ideas y
pensamientos en favor de los demás.

El 7 de noviembre de 1962, la incansable Eleanor fallecía a los 78 años de edad.


Tras de sí dejaba una vida plena. Fue madre, esposa, política y activista. Fue una
de las mujeres más influyentes de las Naciones Unidas que luchó toda su vida por
los más desfavorecidos.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/10/en-favor-de-los-demas-eleanor-
roosevelt.html
Gabriela Mistral
(Chile 1889-1957Estados Unidos) Sonetos a la muerte
Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor de ascendencia diaguita, y de
Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca, Gabriela Mistral nació en Vicuña,
ciudad en la que hoy existe un museo dedicado a ella en la calle donde nació y
que actualmente lleva su nombre. A los diez días sus padres se la llevaron a La Unión
(Pisco Elqui), pero su «amado pueblo», como ella misma decía, era Montegrande,
donde vivió de los tres a los nueve años, y donde pidió que le dieran sepultura.

Aunque su padre abandonó el hogar cuando ella tenía aproximadamente tres


años, Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Cuenta que «revolviendo
papeles», encontró unos versos suyos, «muy bonitos». «Esos versos de mi padre, los
primeros que leí, despertaron mi pasión poética», escribió.9

A los 15 años se enamoró platónicamente de Alfredo Videla Pineda, hombre rico y


hermoso, más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y
medio. 1904 comenzó a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la
Compañía Baja (en La Serena) y empezó a mandar colaboraciones al diario
serenense El Coquimbo. Al año siguiente continuó escribiendo en él y en La Voz de
Elqui, de Vicuña.

Desde 1908 fue maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos,


camino a Ovalle. No estudió para maestra, ya que no tenía dinero para ello, pero
posteriormente, en 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal № 1
de Santiago y obtuvo el título oficial de «profesora de Estado», con lo que pudo
ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus
colegas, ya que este título lo recibió mediante convalidación de sus conocimientos
y experiencia, sin haber concurrido al Instituto Pedagógico de la Universidad de
Chile. Posteriormente su valía profesional quedó demostrada al ser contratada por
el Gobierno de México para asentar las bases de su nuevo sistema educacional,
modelo que actualmente se mantiene Como poetisa, Gabriela Mistral se dio a
conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con Los sonetos de la muerte,
nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, el empleado ferroviario
Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906.vigente casi en su esencia, pues
solo se le han hecho reformas para actualizarlo.El 12 de diciembre de 1914 obtuvo
el primer premio en el concurso de literatura de los «Juegos Florales» organizados
por la FECh en Santiago, por sus Sonetos de la muerte.Desde entonces utilizó el
seudónimo literario «Gabriela Mistral» en casi todos sus escritos, en homenaje a dos
de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral.

A partir de 1933, y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de su


país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés,
italiano, alemán y sueco, y ha resultado muy influyente en la obra creativa de
muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz.
El reconocimiento más relevante por su alcance mundial fue el Premio Nobel de
Literatura, el que le fue conferido en 1945 luego de una campaña internacional
que la respaldaba desde la década de 1930. Nunca antes el galardón había sido
otorgado a una persona latinoamericana y solo cuatro mujeres lo habían
conseguido antes en la historia. Posteriormente, otro chileno, Pablo Neruda,
recibiría el Premio Nobel de Literatura.

La imagen de Gabriela Mistral ha aparecido en el billete de 5000 pesos chilenos


desde julio de 1981.28 En septiembre de 2009 se puso en circulación un nuevo
billete, del mismo valor, con una imagen más agradable de Mistral.

Mistral tenía diabetes y problemas cardíacos. Finalmente murió en el Hospital de


Hempstead (en la ciudad de Nueva York) a causa de un cáncer de páncreas, el
10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, estando Doris Dana presente.

https://es.wikipedia.org/wiki/Gabriela_Mistral

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mistral.htm

Agatha Christie
(Reino Unido 1891- 1976) Placer intelectual

Autora inglesa del género policíaco, sin duda una de las más prolíficas y leídas del
siglo XX. Hija de un próspero rentista de Nueva York que murió cuando ella tenía
once años de edad, recibió educación privada hasta la adolescencia y después
estudió canto en París. Se dio a conocer en 1920 con El misterioso caso de Styles.
En este primer relato, escrito mientras trabajaba como enfermera durante la
Primera Guerra Mundial, aparece el famoso investigador Hércules Poirot, al que
pronto combinó en otras obras con Miss Marple, una perspicaz señora de edad
avanzada.

En 1914 se había casado con Archibald Christie, de quien se divorció en 1928.


Sumida en una larga depresión, protagonizó una desaparición enigmática: una
noche de diciembre de 1937 su coche apareció abandonado cerca de la
carretera, sin rastros de la escritora. Once días más tarde se registró en un hotel con
el nombre de una amante de su marido. Fue encontrada por su familia y se
recuperó tras un tratamiento psiquiátrico. Dos años después se casó con el
arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó en todos sus viajes a Irak y Siria.
Llegó a pasar largas temporadas en estos países; esas estancias inspiraron varios de
sus centenares de novelas posteriores, como Asesinato en la Mesopotamia (1930),
Muerte en el Nilo (1936) y Cita con la muerte (1938).

La estructura de la trama de sus narraciones, basada en la tradición del enigma


por descubrir, es siempre similar, y su desarrollo está en función de la observación
psicológica. Algunas de sus novelas fueron adaptadas al teatro por la propia
autora, y diversas de ellas han sido llevadas al cine. Entre sus títulos más populares
se encuentran Asesinato en el Orient-Express (1934), Muerte en el Nilo (1937) y Diez
negritos (1939). En su última novela, Telón (1974), la muerte del personaje Hércules
Poirot concluye una carrera ficticia de casi sesenta años.

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/christie.htm

Simone de Beauvoir
(1908-1986) La mujer comprometida

La figura de Simone de Beauvoir está estrechamente ligada a la historia del


feminismo del siglo XX. Pero Simone de Beauvoir no fue solamente una de las
feministas más importantes de nuestro tiempo. Escritora, filósofa, defensora de los
derechos humanos, fue una mujer comprometida con sus propios ideales por los
que luchó toda su vida a pesar de las críticas que recibió de algunos sectores de
la sociedad. Su brillante pensamiento y su facilidad por exponer sus ideas la
convirtieron en una escritora prolífica, que publicó novelas, textos autobiográficos
y ensayos en los que plasmó sus creencias y que se han convertidos en clásicos de
la literatura y el pensamiento modernos.

Simone Ernestine Lucie Marie Bertrand de Beauvoir nació el 9 de enero de 1908 en


París en el seno de una familia burguesa con una moral cristiana muy estricta.
Simone y su hermana pequeña Poupette, con la que mantuvo siempre una
estrecha relación, fueron educadas en colegios católicos siempre bajo la rígida
disciplina de una madre profundamente religiosa. Ya siendo una adolescente,
Simone se rebelaría contra la fe familiar declarándose atea y viendo en la religión
una forma de subyugar al ser humano. De su padre, un abogado que dejó atrás su
sueño de ser actor de teatro, heredó el amor por la literatura.

Simone se fue a vivir con su abuela y empezó sus estudios de filosofía en la


universidad de la Sorbona. Con una tesis sobre Leibniz Simone se graduó en 1929.
Aquel mismo año, la joven graduada conoció a Jean Paul Sartre con el que iniciaría
una relación totalmente distinta a los cánones establecidos. Jean Paul y Simone,
quien nunca se planteó la posibilidad de contraer matrimonio, establecieron una
relación de pareja basada en el respeto y la libertad de cada uno como individuo.
Una relación que duró hasta la muerte del filósofo en 1980.

Simone de Beauvoir se ganó la vida como profesora, profesión que ejerció hasta
1943 cuando tuvo que abandonar el centro educativo en el que impartía clases
por la denuncia de una madre que se quejó de las ideas que había transmitido a
su hija.

Desde entonces, y hasta el final de sus días, Simone de Beauvoir dedicaría su vida
a escribir su credo en distintos registros literarios.
En 1943 escribía en el París ocupado La invitada, su primera novela. En sus páginas
reflejó una relación de tres que ella misma había experimentado con Jean Paul.
Sus ideas existencialistas sobre la responsabilidad personal y sus reflexiones sobre la
libertad del individuo aparecieron también en sus siguientes novelas, La sangre de
los otros (1944) y Los Mandarines (1954), por la que recibió el Premio Goncourt.

En 1945, junto a Jean Paul Sartre y otros eruditos del momento, fundaron la revista
Tiempos Modernos que se convirtió en importante referente de la cultura y la
política en Francia durante muchos años.

En 1949, la publicación de El segundo sexo, marcó el inicio de su andadura en el


mundo del feminismo. Un inicio controvertido pues su obra fue considerada
escandalosa e incluso pornográfica por algunos movimientos católicos. Aun así, sus
ideas sobre la emancipación de la mujer, el problema del papel en el hogar y de
su faceta como madre como factores opresivos y como freno a su independencia
se convirtieron en pilares de muchos grupos feministas contemporáneos y
posteriores a ella. A pesar de ver la maternidad como una manera de frenar la
libertad de las mujeres, Simone llegó a adoptar a una niña, Sylvie Le Bon de
Beauvoir.

Con algunas de aquellas feministas fundó la Liga de los Derechos de la Mujer para
que sus ideas pudieran convertirse algún día en hechos. Simone de Beauvoir
falleció en París el 14 de abril de 1986. Sus restos descansan junto a Jean Paul Sartre
en el cementerio parisino de Montparnasse.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2014/02/la-mujer-comprometida-simone-
de.html

Rosa Parks
(1913-2005) La dama de los derechos raciales

Muchos años después de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, la


igualdad racial no se había conseguido aún a principios del siglo XX. Los negros
vivían en guetos y debían seguir estrictas normas en los lugares públicos. Muchas
personas llevaban tiempo luchando contra todas aquellas injusticias. Pero Rosa
Parks se convirtió en un símbolo y un icono de aquella batalla contra la desigualdad
racial al negarse a ceder su asiento a un hombre blanco en el autobús.

Rosa Louise McCauley nació en Tuskegee, Alabama, el 4 de febrero de 1913. Su


madre, Leona, era profesora, y su padre, James, carpintero. Rosa fue una niña de
complexión débil que tuvo que sufrir la separación de sus padres cuando era muy
pequeña.
Rosa se crió en la granja de sus abuelos maternos donde se trasladó con su madre
y su hermano pequeño. Hasta los once años estudió en una escuela rural y más
tarde ingresó en la Escuela Industrial para Chicas de Montgomery. La mala salud
de su abuela y su madre la obligaron a dejar los estudios. Aun así, en los años en los
que asistió a la escuela ya fue testigo de la discriminación racial. Mientras los niños
blancos podían ir al colegio en autobús, los niños negros debían hacerlo a pie.

En aquellos años de su infancia fue también testigo de algunos de los actos racistas
perpetrados por el Ku Kux Klan.

En 1932 rosa se casó con un peluquero de Montgomey implicado en distintos actos


reivindicativos en favor de los derechos de los negros. Un año después, siendo ya
la señora Parks, Rosa consiguió reemprender y terminar sus estudios en el instituto,
algo realmente extraordinario pues muy pocos chicos de color, y menos si eran
mujeres, llegaban a estudiar.

Una década después, en 1943, Rosa empezó a trabajar activamente en


movimientos en favor de los derechos civiles hasta el punto de ser elegida
secretaria en Montgomery de la NAACP, Asociación Nacional por el avance de las
personas de color.

Fue en aquellos años de activo trabajo en la NAACP cuando tuvo lugar el incidente
que la haría famosa. El 1 de diciembre de 1955, en un autobús de Montgomery no
cedió su sitio a un hombre blanco tal y como mandaban las leyes raciales. Su
negativa a obedecer al chófer del autobús fue motivo de detención por haber
alterado el orden público. Tuvo que pagar una multa de catorce dólares.

La detención de Rosa indignó a la comunidad negra de Montgomery donde un


pastor baptista llamado Martin Luther King decidió iniciar una protesta en todos los
autobuses públicos de la zona. La repercusión de los actos reivindicativos supuso la
eliminación de aquella norma de segregar a negros y blancos en los autobuses
públicos.

Convertida en un icono de la lucha racial, Rosa y su marido se marcharon a vivir a


Detroit donde continuó trabajando hasta su muerte por los derechos de los negros
en Estados Unidos.

Su trabajo incansable le valió varios reconocimientos públicos, entre ellos la


medalla de oro del Congreso y la medalla Spingarn de la NAACP.

Rosa Parks falleció el 24 de octubre de 2005 en Detroit. Fue la primera mujer cuyos
restos fueron honrados en la Rotonda del Capitolio.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2013/09/la-dama-de-los-derechos-raciales-
rosa.html

Sor Juana Inés de la Cruz


La décima musa, Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695)

El Siglo de Oro de las letras y las artes hispanas dejó muchos nombres masculinos
de grandes escritores, pintores, artistas en general pero, como siempre, pocos
nombres femeninos. Sor Juana Inés de la Cruz no fue sólo uno de esos pocos
nombres escogidos; además de ser una de las mujeres escritoras más importantes
del siglo XVII fue una ferviente defensora del derecho de las mujeres a acceder a
la intelectualidad.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana nació el 12 de noviembre de 1651 en


Nepantla. Su padre fue don Pedro Manuel de Asuaje y Vargas Machuca, un militar
español del que poco se conoce. Su madre, doña Isabel Ramírez de Santillana, era
una mujer de origen criollo que dirigía una alquería.

Seguramente Juana fue la segunda de tres criaturas habidas de la pareja que


nunca se casó y pronto se separaría, pues se sabe que Isabel, la madre de Juana,
tuvo tres hijos más con otro hombre con el que tampoco contrajo matrimonio.

Una cabeza llena de ideas y no de hermosurasSor Juana aprendió a leer a los tres
años con la ayuda secreta de su hermana mayor. Con cinco años sabía escribir.
Así, desde bien pequeña, esa niña que se iba a convertir en una atractiva joven,
dedicó buena parte de su tiempo a la lectura y el estudio. Mujer perseverante, no
dudaba en cortarse un mechón de su bonita cabellera como auto castigo cada
vez que no conseguía aprender todo aquello que ella consideraba necesario para
su intelecto. Para Juana, la cabeza antes debía llenarse de ideas más que de
“hermosuras”.

Tras una infancia excepcional para una niña del siglo XVII, Juana rogó a su madre
que la dejara ingresar en la universidad disfrazada de hombre. Aunque su petición
fue denegada, Juana continuó buscando maneras para seguir estudiando. La
biblioteca de su abuelo materno fue el lugar idóneo.

Convertida en una joven bella y elegante, en 1656 Juana marchó a vivir con un
familiar a la capital mexicana, donde entraría en contacto con maestros que le
enseñarían diferentes disciplinas.

En 1664 Juana fue invitada por el virrey Antonio Sebastián de Toledo y su esposa
doña Leonor Carreto a formar parte de la corte virreinal como dama de compañía
de la virreina. Pronto se ganó la estima y respeto de la corte, sobre todo tras un
examen al que se vio sometida a un examen intelectual ante un grupo de sabios
humanistas. Durante este periodo su producción poética y lírica fue ampliamente
aplaudida.

Juana tenía claro que no quería ser una mujer casada, sino que quería dedicar su
vida a Dios y al estudio. Así, en 1666 ingresó en el convento de Santa Paula de la
orden de San Jerónimo, tras permanecer tres meses en un convento carmelita, en
el que la rigidez y estricto orden alteraron la salud de la nueva monja.
En Santa Paula permanecería el resto de su vida. Allí recibió a importantes poetas
e intelectuales y personajes destacados de la vida del virreinato. En su celda se
forjó toda la ingente obra de Sor Juana.

Vetado el acceso de las mujeres a la formación universitaria, Sor Juana no desistió


en su empeño de seguir estudiando. Como ya hiciera en la biblioteca de su abuelo,
ahora en su celda continuó con su estudio autodidacta.

Sor Juana practicó y ensayó múltiples formas de poesía; escribió villancicos,


redactó alegatos en defensa de los desfavorecidos. De su pluma salieron grandes
obras cuya fama resonaba por todas partes. La décima musa o el fénix fueron
algunos de los llamativos sobrenombres que adquirió Sor Juana.

Georgina Sabat nos dice de Sor Juana que no sólo fue la mejor cultivadora de las
letras, fue también la mejor exponente de lo que llamamos "feminismo" o, si se
prefiere, "protofeminismo".1

Como ya hiciera María de Zayas poco tiempo antes, Sor Juana defendió el acceso
de las mujeres al estudio defendiendo el carácter abstracto del pensamiento: el ser
valientes y sabias es resultado de las acciones del alma y esta no es hombre ni
mujer, sino ente universal2.

En 1691 Sor Juana escribió su famosa Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, un texto
que reclamaba al obispo de Puebla su derecho a poder opinar sobre temas
religiosos y no solamente profanos. Su atrevimiento le supuso una pública y
humillante reprimenda seguida de un castigo aún más duro: fue obligada a vender
su biblioteca y su colección de objetos musicales.

Sor Juana mostró a lo largo de su vida una increíble generosidad y solidaridad hacia
las mujeres a las que animó a seguir sus pasos intelectuales. Su amor al prójimo la
llevó a no abandonar a sus hermanas en religión cuando en 1695 una plaga afectó
a un gran número de religiosas. Ella misma terminaría sucumbiendo a la
enfermedad. Moría el 17 de abril de aquel mismo año.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/09/la-decima-musa-sor-juana-ines-de-
la.html

Madre Teresa de Calcuta


(1910-1997) Corazón puro. La pequeña flor albanesa

Agnes Gonxha Bojaxhiu nació el 26 de agosto de 1910 en Uskub, en el antiguo


Imperio Otomano y en la actual república de Macedonia. Gonxha significaba algo
así como “pequeña flor”. Era la hija pequeña de Nicola y Drane Bojanxiu, una
pareja de origen albanés.
Cuando Agnes tenía 8 años su padre falleció repentinamente dejando a la familia
en una situación económica precaria. A pesar de ello, su madre no dudó en dar
una educación a sus hijos. Rodeada de una profunda fe católica, Agnes pronto se
sentiría atraída por la vida religiosa.

Con 12 años, Agnes tenía muy claro que su vida iba estar ligada a la religión pero
fue al cumplir los 18 cuando sintió definitivamente la llamada de la fe. El 15 de
agosto de 1928 resolvió que quería ser monja tras una de las muchas
peregrinaciones a la capilla de la Virgen Negra de Letnice.

Aquel mismo año, Agnes viajó a Irlanda con la intención de aprender inglés. En la
abadía de Loreto fue admitida como postulante. Su vida se había decidido para
siempre. Ya no volvería a ver a su familia y su trayectoria vital se iba a centrar en los
pobres de la India.

El 6 de enero de 1929, Agnes llegó a Calcuta. En Darjeeling inició su etapa como


novicia. Dos años después, el 24 de mayo de 1931, Agnes hacía sus votos y se
convertía en monja. En el Colegio de Santa María de Entally en Calcuta, Agnes
escogió su nombre de religiosa. En honor a Teresa de Lisieux, la patrona de los
misioneros, Agnes se haría llamar a partir de entonces Teresa.

Convertida en la hermana Teresa, sus primeros años como monja los dedicó a la
enseñanza de historia y geografía en el convento de Loreto del que llegaría a ser
su directora. Durante todos esos años, Teresa no vivió ajena a la pobreza que se
respiraba en las calles de Calcuta. Así, movida por un sentimiento de solidaridad
hacia el prójimo, Teresa tuvo una visión mientras volvía de un retiro espiritual. Lo que
ella describió como la “llamada dentro de la llamada” fue determinante para
dedicarse en exclusiva a los más necesitados.

En 1949 había reunido a su alrededor un grupo de jóvenes dispuestas a seguirla en


su misión de ayudar a los pobres más pobres. El 7 de octubre de 1950, aquella
monja que había abandonado el hábito de las hermanas de Loreto para vestir un
sari blanco con líneas azules, recibió la autorización del Vaticano para crear su
propia congregación. Nacían las Misioneras de la Caridad, un grupo reducido de
13 mujeres, escasos recursos y excepcional fuerza de voluntad.

Dos años después se inauguraba el primer hogar para moribundos en Calcuta


conocido como Kalighat, la casa del corazón puro. En Kalighat se daba refugio a
aquellas personas desahuciadas por falta de medios y que deseaban poder morir
en paz y con dignidad.

A Kalighat le seguirían otras fundaciones como el centro Shanti Nagar para


leprosos, el Hogar del Niño del Inmaculado Corazón para los niños abandonados,
centros médicos, hospicios y orfanatos.

La fama de la madre Teresa y de sus hijas de la caridad se fue extendiendo por


todo el mundo y llamando la atención de personajes ricos e influyentes que no
dudaron en aportar dinero a la causa de las misioneras. Décadas después, poco
antes de su muerte, las Misioneras de la Caridad habían llegado a más de 100
países y habían creado más de 400 centros en todo el mundo. Su vida de renuncia
y arduo trabajo se apagó el 5 de septiembre de 1997. Era entonces una anciana
de 87 que había sufrido en sus últimos años de vida la malaria, problemas de
corazón y varios accidentes que le habían costado la rotura de costillas y clavícula.
La Madre Teresa murió en Calcuta donde se le ofrecieron funerales de estado.

La Madre Teresa de Calcuta recibió infinidad de premios y reconocimientos, entre


ellos el Nobel de la Paz, en 1979. Tras declinar la asistencia al banquete y pedir que
el premio fuera destinado a los pobres de la India, la Madre Teresa continuó
trabajando por la paz y la erradicación de la pobreza en el mundo.

La obra de la Madre Teresa fue impulsada sin duda alguna por su profunda fe. Una
fe que la llevó a crear una de las congregaciones religiosas más carismáticas del
siglo XX y a provocar el aceleramiento en su proceso de beatificación.

Después de su muerte acaecida el 5 de septiembre de 1997, el Vaticano inició el


proceso de beatificación dos años después sin esperar a los cinco años que
marcaba el Derecho Canónico. El proceso culminó el 19 de octubre de 2003
cuando el Papa Juan Pablo II proclamó beata a la Madre Teresa de Calcuta,
siendo su festividad el 5 de septiembre.

La Madre Teresa fue un gran ejemplo de amor al prójimo. A pesar de recibir


también críticas a su obra, su legado, una de las pocas congregaciones creadas
primero para mujeres (su sección masculina se fundaría en los años 60), fue de gran
ayuda y consuelo para muchos desarrapados de la sociedad.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/12/corazon-puro-teresa-de-calcuta-
1910.html

Eva Perón
(1919-1952) La amada Evita

En los últimos días de julio del año 1952, la capital de Argentina lloraba la muerte
de una mujer joven que había dejado una profunda huella en la historia de su país.
Miles de personas se postraron ante el féretro de Eva Perón, conocida por el pueblo
como Evita. Un pueblo en el que se volcó en cuerpo y alma para ayudar a salir de
la pobreza y superar la injusticia social. Evita fue la primera mujer argentina en
ejercer un papel activo como primera dama de su país; fundó distintas
organizaciones para solventar la miseria de muchos; defendió con uñas y dientes
los derechos de las mujeres, consiguiendo que se aprobara el sufragio femenino.
No es de extrañar que Eva Perón se convirtiera en un mito, en un icono que pasó a
la historia como Evita.
Eva María Ibarguren Duarte nació el 7 de mayo de 1919. Su lugar de nacimiento es
aún hoy una cuestión de estudio y debate por parte de historiadores que barajan
dos lugares, Junín y La Unión. Su padre, Juan Duarte, era un político conservador
que mantenía dos familias a la vez. Además de vivir con su esposa legal y sus seis
hijos legítimos, Juan Duarte mantenía una relación con Juana Ibarguren, de origen
criollo, con quien tuvo cinco hijos. Una situación que era "normal" entre los hombres
de las clases altas argentinas. Eva fue la pequeña de los hijos ilegítimos de Juan
Duarte y Juana Ibarguren.

La familia de Eva vivió en el campo hasta que su padre falleció en 1926, cuando
ella tenía apenas seis años. Su madre, desprotegida legalmente, se trasladó con
sus hijos a Los Toldos donde empezó a trabajar como costurera para sacar
adelante a su amplia prole. Mientras su madre y alguno de sus hermanos mayores
intentaban traer dinero al humilde hogar, Eva inició sus estudios en una escuela
primaria. Pero desde muy pronto demostró no ser muy buena estudiante, mientras
mostraba un claro interés por el mundo del teatro. En los años siguientes, madre e
hijos fueron trasladando su vivienda a distintos lugares en los que Eva continuaba
disfrutando con las actividades artísticas de las escuelas en las que ingresaba.

Cuando terminó sus estudios de primaria, recién estrenado el año 1935 y sus quince
años, decidió emigrar a Buenos Aires en busca de un sueño, convertirse en artista.
Acompañada primero de su madre y protegida más adelante por su hermano
Juan, empezó a hacer sus primeros trabajos en papeles secundarios en distintas
obras de teatro hasta que un año después de llegar a la capital argentina
consiguió un contrato en la Compañía Argentina de Comedias Cómicas. Tras
distintas incursiones tímidas en el cine y en portadas de revistas, le llegó una gran
oportunidad en el mundo de la interpretación en radioteatros. En 1938 consiguió
entrar en la Compañía de Teatro del Aire y en 1942 era contratada por la
Compañía Candilejas. Aquella carrera artística no sólo le serviría para conseguir su
sueño y una vida más o menos acomodada, sino que sería para la futura Eva Perón
una gran experiencia para hablar en público y enganchar con su fuerza y su
carisma a todos los que la escuchaban. En 1943 Eva empezó a implicarse en los
movimientos sindicales ayudando a fundar la Asociación Radial Argentina, el
primer sindicado de los trabajadores del sector radiofónico.

El 22 de enero de 1944 cambiaría la vida de Evita. En una colecta solidaria a favor


de las víctimas del terremoto de San Juan, la joven Eva conocería a Juan Domingo
Perón. Viudo desde 1938 y veinticuatro años mayor que ella, había protagonizado
un año antes un golpe de estado militar que había terminado con el gobierno
conservador.

Un mes después de conocerse, empezaron a vivir juntos en el apartamento de Eva.


La felicidad de la pareja se vio truncada cuando el 8 de octubre de 1945 un golpe
de estado dirigido por el general Ávalos puso a Perón en una situación complicada,
siendo detenido cuatro días después. La reclusión de Perón duró muy poco gracias
a la reacción de los sindicatos que se movilizaron masivamente y forzaron su
liberación. Días después, el 22 de octubre, Juan y Eva se casaban.

Como marido y mujer, la pareja empezó conjuntamente a trabajar en la carrera


hacia la presidencia de Perón. Algo totalmente inaudito en la historia de Argentina
donde por primera vez la esposa del candidato participaba activamente en la
campaña electoral. El 24 de febrero de 1946 Juan Domingo Perón ganaba las
elecciones y se convertía en presidente de Argentina. Eva Perón, como primera
dama, no se limitó a acompañarlo a los actos oficiales sino que puso en marcha
una amplia labor para mejorar la situación de los más desfavorecidos y luchar en
favor de los derechos de las mujeres.

Tres días después de la victoria electoral de su marido, Evita daba su primer discurso
político en el que defendió abiertamente el sufragio femenino. Un derecho de las
mujeres que en Argentina se alcanzó en 1947. Dos años después daba un paso más
y fundaba el Partido Peronista Femenino para que las mujeres tuvieran un papel
más activo en la vida social y política del país.

Aquel mismo año de 1947 Eva y Juan Perón iniciaron una amplia gira por distintos
lugares del mundo, España, Italia, Francia, Suiza, Brasil, Uruguay, entre otros, donde
Evita ejerció como embajadora de buena voluntad mientras tomaba nota de las
distintas actividades sociales realizadas en estos países para mejorar la situación
social de los trabajadores y desamparados.

De vuelta a Argentina, creaba la Fundación Eva Perón desde la que ayudó a un


gran número de personas mientras mantenía estrechas relaciones con los
sindicatos para trabajar por los derechos laborales.

Cuando en 1951 se convocaron unas nuevas elecciones, los sindicatos propusieron


a Evita como candidata. Pero los sectores peronistas más conservadores
consiguieron frenar una iniciativa totalmente rompedora para su tiempo. De todos
modos a Eva Perón le quedaba muy poco tiempo de vida. Un cáncer de útero
terminó con su vida el 26 de julio de 1952 cuando tenía solamente treinta y tres años
de edad.

El pueblo argentino quedó conmocionado por la muerte de su amada Evita, quien


además de recibir infinidad de condecoraciones, fue despedida con un
multitudinario funeral de estado, a pesar de no ejercer oficialmente ningún cargo
político. Años después, tras la caída del peronismo, su cuerpo fue secuestrado y
trasladado de un lado a otro en una truculenta operación en la que sus restos
fueron profanados. No fue hasta 1976 que el cadáver de Eva Perón fue entregado
a sus familiares, quienes la enterraron en el Cementerio de la Recoleta de Buenos
Aires donde descansa para siempre.

María Callas
(1923-1977) La voz divina

Su corta carrera como cantante la encumbró como una de las voces más
destacadas del siglo XX. María Callas dio un giro al Bel Canto con sus
interpretaciones musicales coronadas por un talento dramático inmejorable. No en
vano, pasó a la historia de la música como “La Divina”.

Anna María Kaikilía Sofía Kalogeropoúlou nació en Nueva York el 2 de diciembre


de 1923 en el seno de una familia de emigrantes griegos. Su padre cambió
entonces su complicado apellido por el de Callas. María pasó su infancia en
Estados Unidos. Pero tras la separación de sus padres en 1937 marchó a Grecia con
su madre y su hermana.

Por deseo de su madre, María ingresó en el Conservatorio Nacional de Atenas


donde inició sus estudios de canto de la mano de reputadas artistas como María
Trivella o la española Elvira Hidalgo. A la dureza de la formación en el conservatorio
se añadió una fuerte exigencia por parte de su madre quien quería que María fuera
una gran cantante a toda costa.

María no había cumplido aun los 20 años cuando en 1941 debutó en el Teatro Lírico
Nacional de Atenas. Su primera representación fue Boccaccio. Desde entonces
hasta 1944 en que las fuerzas aliadas perdieron el control de Grecia en los últimos
meses de la Segunda Guerra Mundial, María continuó representando óperas en
Atenas. La peligrosa situación en que se encontró su país la obligaron a ella y su
familia a volver a los Estados Unidos.

En Nueva York María rechazó varias propuestas y siguió estudiando y ensayando


para perfeccionar su voz. Solamente aceptó una oferta para cantar en la Arena
de Verona. Durante unos años estuvo viajando y representando óperas en lugares
destacados como el Teatro Colón de Buenos Aires o La Fenice de Venecia. Pero
fue en su segunda representación en la gran Scala de Milán en 1950 cuando María
Callas fue encumbrada definitivamente. Su interpretación en I vespri siciliani, de
Giuseppe Verdi dio origen a su seudónimo: “La Divina”.

La excepcionalidad de Callas fue que, además de ser capaz de abarcar tres


octavas y tener una voz especial, acompañaba su talento musical con una
exquisita y realista capacidad para la dramaturgia. María no sólo fue una gran
cantante de ópera, también fue una gran actriz que dio vida a sus personajes y
colocó el bel canto en un lugar privilegiado en el mundo de las artes.

El 16 de septiembre de 1977 María Callas moría en su casa de París. No quedaron


claras las causas de su fallecimiento, oficialmente provocado por una crisis
cardíaca. Incinerado su cuerpo, las cenizas de María Callas fueron esparcidas por
el Mar Egeo.

http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/05/la-voz-divina-maria-callas-1923-
1977.html
Gloria Zea
(Bogotá, 1935) Una vida entera luchando por la cultura

Después de medio siglo a la cabeza del MamBo, Gloria Zea renunció. Con esto se
cierra el ciclo profesional de una de las mujeres mas admiradas y controvertidas
de los últimos tiempos.

Con el transcurso de los años Gloria Zea pasó de ser un personaje a ser una
institución. En concreto, el símbolo de la cultura colombiana. La semana pasada,
después de 47 años en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, presentó su
renuncia ante ese organismo que nunca hubiera sido lo que llegó a convertirse si
no fuera por ella. Su vida ha sido apasionante, y no solo en el ámbito de la
cultura. Ha tenido más experiencias, más triunfos y mas sinsabores que la mayoría
de las personas. Y por eso tiene más anécdotas qué contar que la mayoría de la
gente.

Muchas veces le han sugerido escribir su autobiografía. Siempre se ha negado,


pero al ver el balance de su vida y obra en este último medio siglo sus amigos
esperan que cambie de opinión. Porque sus ejecutorias no son pocas.

Llevó la colección de arte del museo, de 80 obras cuando lo recibió en 1969, a las
3.633 de hoy. Gestó la construcción del elegante inmueble diseñado por Rogelio
Salmona donde hoy se encuentran las instalaciones. Y luego como directora de
Colcultura hizo que Colombia saliera del provincialismo cultural al traer la ópera,
hacer múltiples restauraciones como el Teatro Colón y al impulsar importantes
publicaciones en historia, sociología y literatura. Como era de esperarse, esa larga
travesía esta llena de anécdotas interesantes sobre cómo trajo obras de Picasso y
de Chagall por primera vez al país, sobre como Alejandro Obregón era mucho
más tímido de lo que parecía, mientras que con el expresidente Alberto Lleras
sucedía exactamente lo contrario. Detrás de esa fisonomía adusta, había un
hombre encantador.

Creció en el hogar de Germán Zea, uno de los prohombres del Partido Liberal en
la segunda mitad del siglo XX. Como su padre fue varias veces ministro y
embajador, fue una niña privilegiada. Conoció el mundo en su juventud, cuando
pocos colombianos podían hacerlo, y creció en una familia que era un punto de
encuentro de los poderosos del país.

En 1955 estudiaba Arte en Estados Unidos, pero en una visita decembrina a


Colombia coincidió con el expresidente Alberto Lleras en su casa. El entonces
rector de la Universidad de los Andes, a quien Zea consideraba su ídolo, la
convenció de regresar a estudiar en esa alma máter. Él mismo le hizo el recorrido
y la enroló. Precisamente allí, en una clase de pintura, conoció a Fernando
Botero. Era su profesor pero pronto se convirtió en su marido. Se fueron a México,
donde una estadía corta se extendió por dos años, y allá nació su primer hijo
Fernando. Luego volvieron a Colombia, donde nacieron Lina y Juan Carlos.Con su
regreso llegaron los retos intempestivos. Casi de un día para otro, por pedido de
Daniel Arango, asumió la cátedra de Humanidades que dictaba Ramón de
Zubiría en Los Andes. Enseñar la aterrorizó en un comienzo, pero cumplió
cabalmente al darles clases muchas veces a alumnos mayores que ella. La
experiencia cambió su vida. “Me permitió conocer a unos seres humanos
extraordinarios, a los intelectuales más importantes de este país. Eso me formó, fue
un punto de quiebre fundamental. Y selló mi contacto muy profundo con Los
Andes”, aseguró a SEMANA.

Pero la persona más importante en esa época fue Marta Traba, la argentina
gestora y abanderada del arte moderno en Colombia, que había sido su
profesora en los años cincuenta y se había vuelto su colega. Se adoraban y, en
medio de la idolatría que Gloria expresaba por su mentora, trabajaron varias
veces a cuatro manos en artículos y en programas de televisión. Esa amistad
cambiaría su vida profesional. Gloria volvió a Nueva York con Botero, pero allá se
separaron en 1960. Zea se mantuvo en la ciudad para no alejar a sus hijos del
pintor. Y allá coincidió dos años después con el empresario Andrés Uribe
Campuzano, contemporáneo y amigo de su padre, conocido como Mr. Coffee,
por su labor en la Federación Nacional de Cafeteros. Se casó en 1963, contra los
deseos de Germán Zea, con el hombre que todavía destaca como el “más
maravilloso, generoso y noble que conocí” y con quien compartía un profundo
amor por la poesía. Vivió con lujos en la Gran Manzana, estableció contactos con
importantes entes del arte, y luego regresó a Colombia. Con Uribe Campuzano
vivió 17 años felices.

En 1969, recién aterrizada, su compinche Marta Traba la llevó a almorzar al hotel


Continental y le indicó que asumiría como directora del Museo de Arte Moderno.
Traba, quien ostentaba el cargo, se había enamorado de Ángel Rama y viajaría a
Venezuela. “Tienes que hacer el museo que yo no pude hacer”, le dijo la
argentina. El MamBo, que había cobrado vida en 1955, que Traba había asumido
en 1963 y cuyas 80 obras estaban en la Universidad Nacional resultó otro reto
intempestivo que Gloria Zea abrazó. Cuando comenzó a dirigirlo, pasó de ser una
dama admirada por su belleza a ser una respetada figura en el mundo del arte.

Desde el inicio de su gestión apuntó alto. Gestionó con Bavaria una sede, por un
año, gracias al industrial Carlos J. Echavarría y el entonces jefe de Relaciones
Públicas de la compañía, Bernardo Hoyos. Allá montó sus primeras exposiciones.
Empezó con Alexander Calder, a quien nadie conocía en Colombia y, para
arrastrar al público, gestionó con el MoMa de Nueva York el préstamo de Tres
mujeres en la fuente de Picasso y con el Guggenheim el de La Novia de Chagall.
La segunda exposición, tan memorable para Zea como la primera, abordó a
Andrés de Santamaría. Viajó con su marido para conseguir sus pinturas a Bélgica y
a los Llanos Orientales de Colombia, donde vivían las dos hijas del artista.
La directora honró su compromiso y devolvió los locales de Bavaria tras un año, y
con Rogelio Salmona salió a buscar un nuevo espacio. Encontraron uno en el
recién terminado Planetario Distrital, pero para usarlo necesitaban un permiso del
Concejo de Bogotá que presidía María Eugenia Rojas. No se querían. Rojas creía
a Zea una burguesa elitista, pero Zea no se resignó. Le siguió la pista y una noche
en la que Rojas comía donde una amiga en común, la llamó. “Sé que cree que el
museo es una entidad elitista, pero yo le pido, vaya mañana que es sábado, y si
lo que ve es elitista, no le pido más”. El día después Zea esperó nerviosa un
veredicto. Rojas la llamó a las cinco de la tarde: “Es suyo doña Gloria”, le dijo. Allá
permaneció siete años.

Ella modestamente le atribuye su éxito a los que considera los mentores de su


vida. Además de sus tres maridos, Fernando Botero, Andrés Uribe Campuzano y el
actual, Giorgio Antei, reconoce una gratitud enorme con el expresidente Lleras,
con Rogelio Salmona y con Belisario Betancur. Lleras la encauzó en la academia
artística en Colombia y los dos últimos, desde sus capacidades, aportaron
enormes granos de arena para construir la sede del MamBo, que solo en 1985 se
entregó completa con los cuatro pisos planeados originalmente. Salmona jamás
cobró un peso por los diseños originales y por los constantes cambios. Betancur
estuvo dispuesto a respaldar con su propia firma un préstamo con las
corporaciones de ahorro necesario para terminar la obra.

Su legado como directora del MamBo quedará registrado de todas las formas. En
abril próximo se publicarán dos grandes tomos por gestión de sus amigos Francia
Escobar de Zárate, Gabriel Zárate y Efraín Otero. El primero cubrirá las 100 obras
icónicas del museo y el segundo abarcará las fichas técnicas de las obras y una
amplia cronología de vida de la institución.

Por décadas, Zea ha sacrificado su integridad física y su tiempo familiar para


mantener el museo funcionando. Ha gestionado años tras años los fondos
necesarios para albergar cientos de exposiciones y colecciones (Calder, Rodin,
Klee, Miró, Andrés de Santamaría, Alejandro Obregón, Edgar Negret, entre otras).
Las críticas nunca dejaron de llover sobre su manera de operar el museo, para
muchos ‘personalista’. El artista plástico Carlos Salas asegura que “una labor
titánica como la de Gloria en el museo pasa por grandes aciertos y uno que otro
desacierto. Yo soy de los que se centran en los logros”. Para el artista, “nunca se
podrán desligar MamBo y Gloria Zea”.

Gloria reconoce que es hora de dar un paso al costado, pero su fe en el futuro


reconforta. Describe a Claudia Hakim, su sucesora, como una persona
extraordinaria, profesional, seria, inteligente, capaz, íntegra, y un bello ser
humano, un rasgo que cada vez aprecia más. “Yo traje hasta aquí el museo, a
ella le corresponde desplegar hasta el máximo sus alas”, concluye.

Pero su impronta en el arte colombiano abarca mucho más que el MamBo.


Cuando el presidente Alfonso López Michelsen la llamó a ofrecerle la dirección de
Colcultura, ella se duplicó y lideró sus varias tareas en esa entidad y en el museo,
delegando y controlando a sus colaboradores como “todo un general de la
República”. Ella sabía de artes plásticas, de música, de cultura, pero no tenía
experiencia administrativa. Sin embargo, coherente con sus decisiones, asumió el
cargo. Hasta la fecha su labor a la cabeza de esa entidad es quizás la más
recordada, desde lo memorable e impactante hasta lo polémico.

Hoy varias entidades promueven ópera en Colombia, pero desde Colcultura


Gloria Zea plantó la semilla. Culminó la restauración del Teatro Colón, apoyó la
orquesta sinfónica, y luego escuchó a Alberto Upegui y Hyalmar de Greiff, sus
curadores cercanos, que le dijeron: “Ya tenemos teatro, tenemos orquesta, ¿por
qué no ópera?”. Como nunca faltó ambición se montaron La Traviata y La
Bohème. Según cuenta Zea, “fueron un éxito tan alucinante que seguimos”.

Le dijeron elitista por apostar por la ópera de primer nivel en Colombia. Pero el
vacío se sintió poderosamente cuando terminó su periodo en Colcultura, se cerró
la Fundación Asartes que le encontraba financiación privada al género, y este
quedó en vilo. Años después, un torrente de jóvenes cantantes, entre ellos el
barítono Sergio Hernández y la soprano Juanita Lascarro, fueron a decirle que
eran hijos de la Ópera de Colombia y que necesitaban su ayuda para devolver el
género a los escenarios. Se montó una audición, y apenas empezaron a cantar,
Gloria supo que volvería al ruedo. Desde 1988 también dirigió la Fundación
Camarín del Carmen, en el mágico espacio del centro de Bogotá, dedicada a
divulgar las artes escénicas, desde donde pudo aportar al regreso de la ópera.

Zea dirigió Colcultura ocho años. Desde allá publicó 1.000 libros, entre estos
Biblioteca básica colombiana, Biblioteca popular de Colcultura y Manual de
Historia Colombiana. También inició el programa de recuperación del patrimonio
cultural. Restauró varias iglesias en Bogotá y Tunja, y, como si fuera poco, gestionó
uno de los descubrimientos arqueológicos más relevantes de la historia de
Colombia. El Instituto Colombiano de Antropología, dependencia de Colcultura,
investigaba los sitios arqueológicos sobre el río Buritaca en la Sierra Nevada de
Santa Marta. Se habían encontrado 200 sitios arqueológicos hasta que, según
cuenta: “Un día me llamó Álvaro Soto, director del Icanh de ese entonces, me dijo
que habían encontrado un sitio mucho más grande que los otros. Le pusimos
Buritaca 200. Fue en ese momento cuando el país descubrió Ciudad Perdida.
Estaba cubierta por maleza de la selva, y nadie se imagina la emoción que eso
fue”. Al volver a Bogotá, al mes la citaron al Congreso de la república. Allá, se le
acusó de descuidar a San Agustín por pararle tantas bolas a lo que algunos
ignorantes llamaban ‘Ciudad mentira’.

‘Saudade’

El aire en las oficinas del MamBo está cargado de añoranza. En los ojos llorosos y
la voz que se quiebra de su colaborador Jaime Pulido, el director de
departamento de registro y, por consiguiente, la memoria gráfica del museo, se
reconoce que Zea creó empleo, pero sobre todo generó devoción entre sus
colaboradores. “Ha sido un honor trabajar con ella”, expresa Pulido. Sus 46 años
de colaboración terminan. No hay forma no emotiva de vivir el momento. Su
familia, quizás más consciente que nadie de su talante, entrega y determinación,
tomó cartas en el asunto. En su más reciente cumpleaños, en diciembre, sus hijos
y su marido Giorgio –con quien lleva 28 años de relación- la convocaron a un
restaurante de Bogotá. Llegaron desde México, desde Italia, con un pedido
específico y no negociable. “Mamá, hasta aquí vas, no más, renuncias”. Contra la
pared, no pudo sino seguirles la corriente.

Fernando Botero, uno de sus siete nietos, la considera una persona que no
esconde sus emociones, muy cercana a quienes ama y muy informada. “Si se le
pregunta sobre James en el Real Madrid opina. Ha sido una extraordinaria
abuela, y siempre nos ha inculcado leer, ver exposiciones, ver ópera, nos ha
hecho parte del mundo”. Botero pinta una imagen que de ahora en adelante
puede volverse más común: “Le fascina su finca en Tabio, el plan es tranquilo allá,
ella lee mucho, le gusta mucho estar pendiente de su jardín, le gusta ver series,
películas”.

A manera de cierre de una historia de vida fabulosa que no ha estado exenta de


golpes, Gloria asegura: “Solo hay una forma de vivir, siguiendo la propia
consciencia, el corazón, y con una regla ética que uno se pone a sí mismo.
También sabiendo personalmente que lo que se está haciendo está bien. La
crítica es inherente al que sale de la sombra. Soy Ph.D de la universidad de la vida
en eso”.

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