Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL ORDEN ECOSISTÉMICO
¾ En dónde está el hombre?. Otro aspecto para reflexionar tiene que ver
con la manera de entender al hombre dentro de las cadenas tróficas. No
hemos hallado al hombre por ninguna parte y de hecho, los ecólogos
tampoco han podido encontrarlo. Hay, por tanto, una serie de preguntas que
nos acercan al problema ambiental y que sería conveniente mantener la
vista sobre el desde ahora.
2.2.3 CONTENIDO
Las plantas y las algas son un verdadero depósito de energía que van a utilizar las
demás especies. Las plantas verdes y las algas absorben el espectro visible de la
luz solar. Los ecólogos han dado a este primer nivel el nombre de autótrofos que
literalmente significa "los que se alimentan de sí mismos", del griego "auto trofein".
Vamos a explicar brevemente estos niveles de las escalas tróficas. Los ecólogos
hablan de dos escalas, a saber:
Cerca del cincuenta por ciento de la energía solar que cae sobre la superficie de la
tierra, recae sobre las algas y las plantas, pero de esta inmensa cantidad de
energía es muy poca la que las plantas sintetizan y acumulan.
Algunos ecólogos dicen que la fotosíntesis es perezosa, pero esa apreciación quizás
resulta de una comparación falsa con los sistemas tecnológicos. En este nivel, la
energía no necesita una eficiencia mayor. Con esa eficiencia escasa, las plantas
verdes pueden llenar todo el planeta y satisfacer suficientemente a los eslabones
restantes. La energía absorbida por las plantas y las algas es la base de una gran
pirámide. La pirámide es un buen modelo para describir el ecosistema, al menos,
en relación con el flujo de la energía. La alimentación es transmisión de energía y
se realiza de un nivel a otro de la pirámide.
Cómo dijimos antes, la base de la pirámide, es decir, las plantas verdes y las algas,
son muy poco eficientes en la transformación de la energía. La eficiencia del
sistema va aumentando a medida que se asciende por la pirámide. Las plantas solo
transforman máximo un cinco por ciento de la energía que reciben y de la cantidad
que transforman ellas tienen que utilizar aproximadamente un 25% para su propia
subsistencia.
En esta forma, queda un 75% para el siguiente nivel. Los herbívoros aumentan la
eficiencia aproximadamente en un 10% y los carnívoros pueden llegar a un 25% de
eficiencia en la transformación de la energía. Puede decirse que la eficiencia del
sistema es inversamente proporcional a la cantidad de energía disponible. Si las
plantas son perezosas en la asimilación de la energía, es porque cuentan con
inmenso y continuo flujo de energía solar. En último término "vivir" es un trabajo,
en el sentido físico del término, es decir, es un consumo continuo de energía.
La cúpula no está ocupada por el hombre. Este es el primer mito que es necesario
superar para poder comprender en que consiste el problema ambiental. El hombre
no hace parte de las cadenas tróficas. En la cúpula están situados los grandes
carnívoros que dominan la cumbre del sistema. Por esta razón el hombre los ha
llamado los reyes de la naturaleza. El león y el chita africanos, el puma y el jaguar
americanos, entre los mamíferos terrestres o el águila entre las aves, son algunos
ejemplos de estos reyes del sistema vivo.
Pero, allí no acaba la fiesta de la vida. Escala abajo, la vida empieza a alimentarse
de la muerte. La escala descendente está ocupada por los que viven de la
descomposición de la materia. Los ecólogos han dado el nombre de saprótrofos.
También se les llama los "consumidores de detritus", o sea de desperdicios.
Primero, las especies carroñeras, esos animales poco apreciados por la cultura,
como los buitres, los gallinazos o las hienas. El trabajo de estos "recicladores" es
fundamental. Ellos impiden que la putrefacción se acumule, lo que haría imposible
la continuidad de la vida. En esta forma los complejos sistemas orgánicos se van
reduciendo de nuevo a cadenas químicas más o menos sencillas, pero que pueden
ser favorables o desfavorables para la vida.
Podemos mencionar por vía de ejemplo, algunas de las divisiones del ejército de
organismos que se encargan de descomponer los residuos vegetales
¾ En primer lugar entran los mohos, los hongos y las bacterias no formadoras
de esporas. Estas especies se encargan de la primera faena que consiste en
descomponer las substancias orgánicas más blandas, como los aminoácidos
y las proteínas más simples.
¾ Luego entra el ejército más vigoroso de los mixobacterias. Estos atacan las
substancias endurecidas de la celulosa para dar paso a los actinomicetos,
encargados de construir el humus con todas las substancias disueltas.
¾ Las hojas del mangle caen al agua y son dispersadas por la corriente y
consumidas por los devoradores de detritus, o sea por los hongos, las
bacterias y los protozoos.
Vista desde esta perspectiva, la vida individual parece ser un simple accidente,
que cumple con la función de reconstruir continuamente la pirámide de la vida.