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Dialnet ArtesPlasticasYMujeresEnLaUltimaDictaduraArgentina 6268420 PDF
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En este artículo, se reconstruyen las presencias femeninas Neste artigo se reconstroem as presenças femininas
emergentes en un salón artístico desarrollado anualmente emergentes num salão artístico realizado anualmente durante a
durante la última dictadura argentina, donde Córdoba última ditadura argentina, onde a cidade de Córdoba entrelaçava
entrelazaba redes locales, nacionales e hispanoamericanas. redes locais, nacionais e hispano-americanas. Como hipótese
Como hipótesis, se sostiene que en el campo artístico de las defende-se que no campo artístico das décadas de 1970 e 1980
décadas de 1970 y 1980 prevaleció una pirámide jerárquica prevaleceu uma pirâmide hierárquica de posições, integrada por
de posiciones, compuesta por tres escalones de artistas: três degraus de artistas: jovens na base, reconhecidos numa
jóvenes en la base, reconocidos en una posición intermedia y posição intermediaria, e consagrados no topo. Nesse contexto,
consagrados en la cúspide. En ese marco, el salón visibilizaba o salão expunha uma composição pluralista nos concorrentes
una composición pluralista en los concursantes aceptados, aceitados, mas as distinções (econômicas e simbólicas) eram
pero las distinciones (económicas y simbólicas) eran outorgadas reiteradamente a obras de autores maiores e
adjudicadas reiteradamente a obras de autores mayores y masculinos. Por meio de ferramentas conceptuais de Historia
masculinos. Mediante herramientas conceptuales de historia Cultural e Estudos de Gênero se exploram as generalidades
cultural y estudios de género, se exploran las generalidades del do salão dentro da política cultural e se aprofunda a análise
salón dentro de la política cultural y se profundiza en el análisis do concurso de esculturas, aonde “o feminino” existia não só
del concurso escultórico, donde “lo femenino” existía, no solo como objetos representados por homens como também em
como objetos representados por varones, sino en estrategias estratégias criativas de mulheres escultoras.
dictadura argentina.
Abstract
Enfoques y contextos
Para analizar un caso local, inscripto en una tradición occidental de dominación masculina
que condicionó desde los macrocosmos sociales hasta los microcosmos artísticos (Haraway
1995; Bourdieu 2000, 2003), recurriremos a una historia cultural transdisciplinaria que combina
estudios de género, historia y sociología del arte (Myers 2002; Rosa 2008). Como explica
Haraway (1995, 324), uno de los mayores desafíos es encontrar alternativas frente a un modelo
científico tradicional donde
el sistema sensorial ha sido utilizado para significar un salto fuera del cuerpo marcado hacia
una mirada conquistadora desde ninguna parte. Esta es la mirada que míticamente inscribe
todos los cuerpos marcados, que fabrica la categoría no marcada que reclama el poder de ver
y no ser vista, de representar y de evitar la representación. Esta mirada significa las posiciones
zno marcadas de Hombre y de Blanco uno de los muchos tonos obscenos de la objetividad
a oídos feministas en las sociedades dominantes científicas y tecnológicas, postindustriales,
militarizadas, racistas y masculinistas.
Según nuestra hipótesis de lectura, en el campo de las artes plásticas, durante las décadas
de 1970 y 1980 en Córdoba, encontramos una pirámide jerárquica de posiciones, compuesta
por tres escalones principales: artistas jóvenes en la base, artistas reconocidos en una posición
intermedia y artistas consagrados en la cúspide. En esas estratificaciones, se producía una sin-
gular mixtura entre clasificaciones etarias, genéricas y clasistas: mientras la base se caracteri-
Miguel Ángel Bondone. Nació en Bell Ville. En 1963 comenzó su tarea como escultor,
abocándose definitivamente a la misma desde 1970. Es autodidacta. Ha realizado diversas
exposiciones individuales y colectivas en Buenos Aires y Córdoba. 1978: Primer Premio del
Salón de Escultura de Artistas Plásticos Asociados de Córdoba.
Carlos Hipólito Zárate. Nació en Olpas, La Rioja en 1928 […] Egresó como Profesor de Dibujo
y Escultura de la Escuela Provincial de Bellas Artes. Distinciones: 1.er Premio de Escultura,
1952 Acción Católica Argentina; 1964, Salón de Córdoba; 1974 Artistas Plásticos Asociados de
Córdoba […] Exposiciones: desde 1966 en Buenos Aires y Córdoba. Sus obras se encuentran
en colecciones privadas del país y el extranjero. Obras públicas: Busto de Jerónimo Luis de
Cabrera (piedra), Córdoba, 1969; Monumento a la Madre (mármol), La Rioja, 1965 […]
Oscar Enrique Páez. Autodidacta; comienza su obra en 1977. 1978, 1.er Premio en el Salón
Juvenil. 1979, mención honorífica del jurado en el Salón y Premio Ciudad de Córdoba. 1980,
premio Fundación Alejandro Shaw en la ANBA [Academia Nacional de Bellas Artes] […] 1981,
1.er Premio en el V Salón Anual de Constitución. Ha participado en numerosas muestras
colectivas en Córdoba y en Buenos Aires.
Marta Bersano [sic]. Profesora de Dibujo y Escultura, egresada de la Escuela Provincial de Bellas
Artes en 1978. Formó parte del equipo de Horacio Suárez para la realización del Monumento
al General Manuel Belgrano y a Pedro Nolasco y los murales de Plaza España. Participó en
muestra colectiva de egresados de la Escuela Provincial de Bellas Artes y colectiva de Artistas
Plásticos Asociados de Córdoba. Actualmente ejerce la docencia en institutos de Bell Ville.
(VI Salón y Premio Ciudad de Córdoba, Escultura, cat. ex Córdoba, Museo Municipal de Bellas
Artes Dr. Genero Pérez, 1982).
Las edades biológicas de los cuatro distinguidos ascendían, en 1982, a 43 años Bondone
(1939-), 54 años Zárate (1928-), 29 años Páez (1953-) y 30 años Bersano (1952-). Adentrémo-
nos en los significados sociales (y, en especial, artísticos) que se entrelazaban con esos datos
etarios (Bourdieu 2002). Según el catálogo, los dos premiados compartían una característica:
precedentemente, habían obtenido el primer premio en concursos escultóricos organizados
por los Artistas Plásticos Asociados de Córdoba, entidad que poseía representación en el
ESCULTORA: Mucha gente tan talentosa que he visto pasar por la Escuela, en veintiséis años [de
docencia] he visto gente increíble, y después no existe más. Creo que es porque se necesita como
de una fortaleza especial para estar en el arte. No sé, será, sobre todo, por la escultura, la condición
de mujer, que influye mucho también.
ESCULTORA: Creo que siempre es en contra. Creo que la sociedad por más que digamos “esto o
aquello”, “liberación de la mujer”…
ESCULTORA: Hay estructuras que están ahí muy solidificadas. Entonces, ser mujer y ser escultora
pareciera que no es muy compatible. La escultura necesita un estado físico. Necesitás fuerza. Si
no tendrías que tener un… Bueno tendríamos que partir desde una economía fantástica, entonces,
vos tenés muchos ayudantes, los ayudantes hacen las cosas bajo tu supervisión. Esa es otra situa-
Este fragmento de entrevista nos introduce en dos ejes de variables entrelazadas: clase social
y género. Por un lado, Bersano llama la atención sobre las limitaciones económicas que restringían
la posibilidad de contratar ayudantes; recurso que la entrevistada considera determinante, por
ejemplo, en la mítica figura de una de las primeras escultoras argentinas reconocidas: Lola Mora
(1867-1936) (Centro Virtual de Arte Argentino). El alerta sobre los altos costos del trabajo escultó-
rico también era señalado por un cronista epocal (La Voz del Interior, 4 de julio de1982). Por otro
lado, la reflexión de Martha nos invita a pensar en un androcentrismo generalizado, especialmente,
en el área de la escultura, condicionado por la supuesta “fuerza física” necesaria para trabajar con
materiales considerados pesados y “nobles”, como el mármol.
Esa percepción personal de la artista puede ser situada en un proceso social mayor. Mediante
una milenaria tradición, reinventada en Occidente, se fue cristalizando un binomio que calificó
y opuso un “sexo fuerte” (masculino) por encima de un “sexo débil” (femenino). Se trató de
complejos procesos de naturalización de la cultura, situaciones donde una invención social perdía
su carácter de construcción histórica para devenir algo “universal y normal”. La arbitrariedad de
ese mecanismo de legitimación circular fue denunciada por investigaciones como las de Haraway
(1995), Butler (1999) y Bourdieu (2000) que demostraron cómo ciertos datos biológicos son mani-
pulados para constituirse en garantes “naturales” de un orden social hegemónico. Así, tanto en los
microcosmos artísticos como en el macrocosmos social, el agente predominante es masculino,
heterosexista, burgués y blanco (De Diego 1999; Rosa 2008).
Conjuntamente, un testimonio actual de Bersano permite pensar que los condicionantes de
género y clase social también se combinaban con otros factores (generacionales y de pertenencia
a una de las dos academias con sede en la capital cordobesa) que posibilitaban el des-conocimien-
to entre las mujeres dedicadas a la escultura:
Marta Giraudo […] Sí fue, o es aún, escultora. Yo no la recuerdo. Estudié en la F. Alcorta y ella era
docente de la Universidad Nacional de Córdoba.
Dentro de las modeladoras, como referente anterior la tengo a Clara Ferrer Serrano de quien fui
ayudante. (Martha Bersano, correo electrónico a la autora, junio de 2017)
Miguel Ángel Bondone, Comunicación, Miguel Ángel Bondone, Mujer con espejo,
terracota. 1er. Premio del SPCC terracota. Estado de conservación:
1982, Córdoba. Colección del MMGP. Desconocido (Municipalidad de Córdoba,
Estado de conservación: Desconocido SPCC 1982, catálogo de exp).
(Municipalidad de Córdoba, SPCC
1982, catálogo de exp, p.5).
En el trabajo de Zárate, congratulado con el segundo puesto, Éxtasis (figura 3), adverti-
mos el protagonismo de dos antebrazos que se alzan verticalmente que culminan en enérgi-
cos puños cerrados. Relacionando esta pieza con su segundo envío (Guerrero), donde plantea
una figura masculina con brazos amputados, consideramos que sus propuestas entraban en
diálogo con el contexto de reciente derrota en la guerra de Malvinas, donde en el macrocos-
mos emergieron cuerpos heridos y deseos de victoria truncados. Sus materiales y técnicas
abarcaron chapa batida y hierro soldado.
figura 3
Péndulo V, de Páez (figura 4), distinguida con la primera mención, presentaba una
composición abstracta donde alcanzan a percibirse dos elementos: un cerrojo en la parte
inferior y una cadena con una esfera en la parte superior. Esta obra podría leerse, atendiendo
al título, como un dispositivo pendular; no obstante, la sensación de movimiento deviene
limitada. En su segundo envío (Memorias de una civilización), coincidente con el primero en
figura 4
Continuemos el recorrido visual por un segundo grupo: las obras de otros ocho escultores
varones que fueron seleccionadas, pero no recibieron premiaciones. Sus creaciones posibili-
tan transitar en un espectro que abarca desde abstracciones hasta figuraciones. En los traba-
jos de Kilstein, observamos técnica mixta e imágenes abstractas, aunque sus títulos pueden
conducir a reflexiones temáticas. Uno de sus envíos, Tótem (figura 5), remitiría a prácticas
metafísicas donde algunos objetos alcanzan funciones sobrenaturales (unas acciones que,
desde la lectura oficial de “la civilización occidental y cristiana”, eran adjudicadas a culturas
“primitivas”). En cuanto a Homenaje a Da Vinci (máquina de volar), podemos pensar en una
apropiación, desde corrientes objetuales y cinéticas, de uno de los íconos del Renacimiento.22
figura 5
Su obra no oscila entre grandes cambios, se caracteriza por una búsqueda intuitiva de formas
[…] Podemos distinguir un periodo en el cual aliviana los volúmenes y donde lo épico juega un
papel activo. Luego regresa al bloque, simplificando formas hasta rayar casi la abstracción […]
La temática constante es la mujer, los hijos y la maternidad.
figura 6
Las obras de Sahade, cuyos materiales y técnicas eran madera y forja, también presentaban
abstracciones; es más, podríamos pensar que la supuesta Figura (figura 7) anunciada por los rótu-
los homónimos de sus dos envíos era una estrategia de competencia para poder entrar en salones
oficiales más habituados a aceptar obras representativas que reproducían realidades externas al
mundo del arte. Estas, y otras propuestas abstractas que confluyeron en el Salón y Premio Ciudad
de Córdoba, entrarían en diálogo con algunas tendencias que, desde el siglo XX, defienden la pro-
ducción plástica como una tarea experimental que puede inventar nuevas formas y no solo reflejar
las ya existentes. En ese marco, no nos parece un dato menor que en otras esculturas de Sahade
se reitere el nombre Sin título.23
El Salón también fue prolífico en la selección de obras figurativas. Por ejemplo, la escultura
El burgués (figura 8), de Lotz, presentaba un retrato masculino de cuerpo entero: una testa oval
con ojos acentuados y un vientre obeso que se alzaba como centro de la composición. Desde una
estética mixta, con rasgos realistas y humorísticos, elaboraba una crítica de la burguesía por la acu-
mulación de bienes (no solo) alimenticios. Este discurso podría relacionarse con el marco de aguda
crisis económica que estalló en 1981 en Argentina. Su segunda obra, La oceánida, presenta líneas
ondulantes, sintéticas y abstractizantes, que conserva como similitud solo la forma de la cabeza.
En la obra de Criado, Ecuestre II (figura 9), un clásico género de la estatuaria, cuyo tema
remitía a la idea de un soldado a caballo, era tensionado en sus dos componentes protagóni-
cos: por un lado, un equino asentado en sus patas derechas poseía sus extremidades izquier-
das en parte mutiladas; por otro, la posición de jinete era ocupada por un ser espectral, cuya
humanidad no devenía certera. Su segundo envío, Ecuestre I, reiteraba ambas figuras, aunque
eran las patas delanteras del caballo las que estaban amputadas. Una posible lectura es aso-
ciar estas imágenes con sensaciones de combate y violencia que se multiplicaron durante la
guerra de Malvinas.
figura 9
La representación zoomorfa emergía también en Pájaro fósil, de Álvarez, pero allí la sínte-
sis de la figura adquiría preponderancia. Su segunda obra, Pareja (figura 10), se distanciaba de
aquella silueta abstracta y ofrecía un retrato realista, de dos figuras humanas sentadas, cuyas
vestimentas y gestos reconstruían una representación androcéntrica tradicionalista: donde
un hombre de mayor tamaño, en posición activa, miraba hacia arriba mientras abrazaba a una
mujer de contextura más pequeña. Ese binarismo androcéntrico y heterosexista era amplifi-
figura 10
La obra de Garrone Y seréis como dioses. Gn 3:5 (figura 11) proponía un desnudo natura-
lista de una pareja que recitaba visual y textualmente dos íconos de la Biblia: Adán y Eva. En
esta escultura, se combinaban tradiciones estéticas y éticas que asignaban distintos valores a
esas figuras. Adán era asociado con el patrimonio de fuerza física e impasibilidad emocional,
unas características que se reiteraban en la composición del segundo envío, El lírico, donde
Garrone proponía una cabeza masculina en clave neoclásica. En contrapartida, Eva era repre-
sentada como un cuerpo de menor potencia anatómica, mientras la inclinación de su mirada
hacia abajo sugería sumisión y vergüenza ante el pecado material y simbólico que, supuesta-
mente, había originado.24
figura 11
figura 12 figura 13
Marcelo I. Hepp, Imagen en reposo, Marcelo I. Hepp, Sensación de costumbre, bronce batido. Estado
bronce batido. Estado de conservación de conservación y ubicación actual: desconocidos. (Municipalidad de
y ubicación actual: desconocidos. Córdoba, SPCC 1982, catálogo de exp, p. 21)
(Municipalidad de Córdoba, SPCC
1982, catálogo de exp, p. 21)
figura 14 figura 15
Marta Bersano, El grito, piedra reconstituida. 2ª Mención del SPCC Marta Bersano, Horizonte, piedra reconstituida. Estado de
1982, Córdoba. Colección de la artista. Estado de conservación: conservación: existente. Ubicación actual: Colección de la artista
existente (Archivo fotográfico de la escultora). (Municipalidad de Córdoba, SPCC 1982, catálogo de exp, p. 15)
Si la idea de grito podía aludir al contexto epocal de 1982, no parece un dato casual que
el tópico de angustia vuelva a irrumpir en una pieza que había sido votada para la segunda
mención por tres de los ocho jurados: Vino una paloma que comenzó un tal rumor de lamentos
(figura 16), de Raurich-Saba. Si bien la reproducción no permite percibir con nitidez el tema
presentado, podemos inferir, según título, que el símbolo internacional de la paz era portador
allí de murmullos de llantos o súplicas. Así, se anudaba una coincidencia entre las sensaciones
auditivas de dolor propuestas por Martha y Carmen, más allá de las divergencias en cuanto a
edades, técnicas y materiales. El segundo envío de Carmen, El día en que los peces soñaran
figura 16
Carmen Raurich-Saba, Vino una paloma que comenzó un tal rumor de lamentos,
talla directa en mármol. Estado de conservación y ubicación actual: desconocidos
(Municipalidad de Córdoba, SPCC 1982, catálogo de exp., p.25).
figura 17
Carmen Raurich-Saba, El día en que los peces soñaran ser pájaros, talla directa en
mármol. Estado de conservación y ubicación actual: desconocidos (Municipalidad de
Córdoba, SPCC 1982, catálogo de exp, p.25
La escultura de Belloni, Intip-Churi (figura 18), ponía en tensión una arista del discurso
oficial: si el Salón y Premio Ciudad de Córdoba emergía en el marco de los homenajes por
la Fundación de Córdoba (donde el proceso de conquista y colonización era redefinido como
una “obra de evangelización”), el título de su obra (que en quechua significaría “hijo del sol’)
invitaba a pensar en uno de los pueblos arrasados por el Imperio español, los incas. Esta
recuperación del pasado latinoamericano mediante lenguajes sintéticos y abstractizantes po-
figura 18 figura 19
María T Belloni, Intip-Churi, ensamble en quebracho. Estado de Sara Galiasso, Socavón, madera ensamblada. Estado de conservación
conservación y ubicación actual: desconocidos. (Municipalidad de y ubicación actual: desconocidos. (Municipalidad de Córdoba, SPCC
Córdoba, SPCC 1982, catálogo de exp, p. 14) 1982, catálogo de exp, p. 19)
Paralelamente, encontramos puntos de contacto en los segundos envíos de esas dos es-
cultoras: Maternidad y prehistoria, de Belloni (figura 20), y Teresita Batista, de Galiasso (figura
21). Ambas son abordadas desde tendencias abstractas, y a su vez los materiales elegidos se
distancian del clasicismo del mármol o del bronce para proponer madera trabajada en técnica
de ensamblado. Sobre las temáticas sugeridas por los títulos, podemos pensar que Bello-
ni concretaría una reflexión plástica sobre la función reproductora adjudicada a las mujeres,
mientras Galiasso podría aludir al personaje de una novela del brasileño Jorge Amado (Teresa
Batista cansada de guerra, 1972), donde se retrataban escenas de violencia sexual.
María T Belloni, Maternidad y Prehistoria, ensamble en Sara Galiasso, Teresita Batista, madera ensamblada.
quebracho. Estado de conservación y ubicación actual: Estado de conservación y ubicación actual: desconocidos.
desconocidos. (Municipalidad de Córdoba, SPCC 1982, (Municipalidad de Córdoba, SPCC 1982, catálogo de
catálogo de exp, p. 14) exp, p. 19)
Las propuestas formales de las cuatro escultoras aportaban tensión a una tradición
cimentada en la representación mimética, los materiales “nobles” y el androcentrismo. En
esas costumbres centenarias del campo artístico occidental, la posición de objeto visual
correspondía a la mujer y la de sujeto activo a un creador masculino, quien mediante retratos
realistas o naturalistas re-construía una imagen femenina “virtuosa” (anclada en el rol materno)
o “pecaminosa” (cuyo cuerpo desnudo era ofrecido a la mirada varonil). Distanciándose de esos
mandatos, estas mujeres estaban re-afirmando su posición de artistas mediante la producción
de esculturas donde, en lo plástico, prevalecían las propuestas abstractas, mientras sus títulos
transitaban un espectro complejo de problemáticas: desde vivencias corporales “femeninas”
como la maternidad hasta tematizaciones poético-políticas de un contexto social donde se
reinventaban los lazos trans-locales de Córdoba con las culturas prehispánicas, mientras se
escuchaban gritos y lamentos.
NOTAS
1. Agradezco al Dr. Federico Alvez Cavannapor su colaboración en la traducción al
portugués del resumen de este artículo.
2. Quiroga (2004) diferencia cuatro fases dentro de la última dictadura argentina:
1) Legitimación (1976-mediados de 1978). 2) Deslegitimación (1978-1979). 3)
Agotamiento, 1980-1982. La crisis comenzada en 1980 (cuando se precipitan
las tensiones sociales acumuladas en años precedentes y se vislumbra la
vulnerabilidad del sistema financiero) irá acrecentándose. Así, se desemboca en la
siguiente fase: 4) Descomposición (mediados de 1982-finales de 1983). Derrumbe
por disidencias internas en las Fuerzas Armadas, derrota en la guerra de Malvinas
(que agudiza esas diferencias) y crisis económica. Sobre los alcances de la
dictadura argentina en (y desde) Córdoba, puede consultarse Revista Alfilo (2016).
REFERENCIAS
Academia Nacional de Bellas Artes. 2017. “Nelly Kirger de Perazzo”, acceso el 5 de mayo de 2017,
https://www.youtube.com/watch?v=pyIf2-GY1tA
Barrancos, Dora. 2007. Mujeres en la sociedad argentina: una historia de cinco siglos. Buenos Aires: Sudamericana.
Beltramini Zubiri, Alicia Estela. 2011. “Leonardo Kilstein: una celebración de los materiales”. Arte. http://
www.arte-online.net/Notas/Leonardo_Kilstein._Una_celebracion_de_los_materiales