Introducción El funcionamiento de las máquinas de desplazamiento positivo no se basa, en
la ecuación de Euler, sino en el principio de desplazamiento positivo. “El principio de
desplazamiento positivo consiste en el movimiento de un fluido causado por la disminución del volumen de una cámara”. Teóricamente, el flujo volumétrico (caudal) no dependerá de la resistencia en la tubería de impulsión, que se reflejará en un aumento de la presión (p) que reine en el cilindro, ya que dada una velocidad del émbolo (v), el desplazamiento será el mismo, y el caudal (Q) también. Además, si las paredes del émbolo son suficientemente robustas, y el motor de accionamiento es suficientemente potente, la bomba proporcionará toda la presión que se le pida. Teóricamente la curva H-Q de una bomba de desplazamiento positivo será una paralela al eje H (Mataix, 1982). Las variaciones de caudal que puedan producirse para distintas presiones se deberán a las inevitables tolerancias constructivas o a faltas de estanqueidad (sello) en algunos órganos constitutivos. Se debe distinguir entre las máquinas de accionamiento reciprocante y las rotativas. En las primeras un órgano impulsor (un pistón o un diafragma) tiene un movimiento alternativo provocado mecánicamente. En las segundas hay una o más piezas con movimiento rotatorio (“rotor”) que toma el líquido de un recipiente a baja presión y lo trasvasa a otro a mayor presión Como criterio general, suelen ser usadas para aplicaciones que requieran bajos caudales y altas o muy altas presiones. A diferencia de las máquinas centrífugas, pueden trabajar satisfactoriamente con bajas velocidades y en la mayoría de los casos son relativamente insensibles al efecto de la viscosidad del fluido. Al ser el caudal independiente de la presión de descarga, en su instalación se deberá prever siempre la posibilidad de alivio por presiones excesivas.
Suele incorporarse a la bomba, o en su defecto instalarse exteriormente, una válvula de alivio
que, al superarse esta en la tubería de descarga la presión máxima calibrada, la comunica o bien con el exterior o, más adecuada y frecuentemente, con la tubería de admisión.