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Iván Prieto Garrido
Marta Alicia Lozano Ángel
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@ Copyright
ISBN: 978-84-947161-7-1
Depósito Legal:
Todos los derechos reservados. Queda prohibida, salvo excepción prevista en ley, cualquier forma
de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin contar con la
autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados
puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (artículos 270 y siguientes del Código
Penal).
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ÍNDICE
PARTE 1.
CONSPIRACIONES Y ENIGMAS DE LA RELIGIÓN CATÓLICA Y EL
CRISTIANISMO ................................................................................ 11
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adoptaron ...................................................................................... 11
*Descubre el origen pagano de la palabra CRISTO. No es lo que tú
pensabas........................................................................................ 11
*¿Pero entonces hay alguna prueba fuera de la Biblia, de que Jesús
histórico haya existido? ................................................................. 11
1. Testimonios no cristianos.
*¿Existieron los 12 apóstoles? ....................................................... 11
*La Iglesia católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús 11
*Como Constantino modificó la Biblia y “creó” la Iglesia católica a su
conveniencia .................................................................................. 11
*¿Qué son los Evangelios Apócrifos y por qué se prohibieron? ..... 11
1. Evangelio de Tomás
2. Evangelio de Judas
3. Evangelio de María Magdalena
4. Evangelio de Pedro
PARTE 2.
CONSPIRACIÓN Y TEORÍAS SOBRE EL NACIMIENTO DE JESÚS
PARTE 3.
LA VIDA OCULTA DE JESÚS EN SUS AÑOS NO DOCUMENTADOS EN
LA BIBLIA.
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Para Jesús, al contrario que la Iglesia, la mujer si era impor-
tante.
¿Creía Jesús en la reencarnación?
¿Estuvo Jesús casado?
¿Fue María Magdalena la mujer de Jesús? Según Evangelios
Apócrifos por supuesto.
1. El misterio de “El Evangelio de la esposa de Jesús”
encontrado actualmente y que confirma su relación.
Sara, hija de Jesús y María Magdalena.
¿Son las tribus germánicas los descendientes directos de Je-
sús y María Magdalena?
Miles de mesías en tiempos de Jesús luchaban por ser el úni-
co. Aquí los 4 más peligrosos y famosos de la época.
1. Apolonio de Tiana
2. Simón Magnus o Simón el Mago
3. Tiberio, emperador de Roma.
4. Simón bar Kokhba.
¿Era Jesús de raza negra?
Jesús adoraba a Dios femenino y masculino a la vez. Así
afirman tablillas del S.I
¿Era Jesús simplemente un hombre de carne y hueso?
Jesús cambiaba de forma y edad a su antojo. Así lo describe
un Evangelio Apócrifo.
PARTE 4.
CONSPIRACIONES Y TEORÍAS SOBRE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN
DE JESÚS.
Judas no traicionó a Jesús, sino que le obedeció: eso dice su
Evangelio.
¿Podría ser Judas por lo contrario un sicario que mató a más
personas además de Jesús?
¿Fue Jesús crucificado por otro motivo? Historiadores pre-
sentan otra versión.
¿Sobrevivió Jesús a la crucifixión? El secreto de Rennes le
Château, el linaje de Jesús y María Magdalena.
¿Jesús huyó a Japón y murió allí con 106 años?
La tumba de María está vacía ¿Dónde fue enterrada enton-
ces?
¿Es la Sábana Santa, la prueba irrefutable que demuestra la
resurrección de Jesús?
Reflexión final: 4.200 religiones y dioses a lo largo de la his-
toria ¿Y crees que la tuya es la verdadera?
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INTRODUCCIÓN
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nidad. De esa manera, Jesús tuvo una doble naturaleza,
divina y humana.
Tras muchos años de silencio y sin una actividad
conocida en principio fue bautizado en el río Jordán por
Juan el Bautista.
Inmediatamente después se refugió en el monte de
la Cuarentena, también conocido como monte de las
Tentaciones. A las afueras de Jericó.
Es el lugar que sirvió de escenario a uno de los
momentos clave de la vida de Jesús. Sólo, sin otra com-
pañía que la de las fieras y la de los ángeles, metafóri-
camente la de sus instintos y su espiritualidad, alcanzó
el grado de evolución necesario para trascender su con-
dición humana. Lo que simbólicamente se manifiesta
venciendo las tentaciones del demonio y asumir su
compromiso como redentor.
Tras ese período de ayuno y meditación abandonó
este paraje para iniciar lo que se ha dado en llamar su
vida pública, dirigiéndose a Cafarnaún, donde comenzó
a predicar la inminente llegada del reino de Dios.
Esa urgencia en su mensaje, esa veracidad que tenía
de que algo estaba a punto de suceder es indiscutible
para los creyentes de la época.
“Os aseguro que todo ocurrirá antes de que pase
esta generación” .Se recoge textualmente en el evange-
lio de Mateo:
“Se ha cumplido el plazo. El reino de Dios está cer-
ca” Recoge en el evangelio de Marcos.
Está refiriéndose al final del mundo. Al comienzo
casi inmediato del anunciado por los profetas “Reino de
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Dios. (¿Qué sentido tenía entonces fundar una iglesia
para continuar su obra?)
Su predicación es clara: Hay que dejarlo todo: pose-
siones, trabajo, familia…porque ya no hay tiempo.
Es ese el aspecto más peligroso de su mensaje para
el poder establecido. El anuncio de una teocracia. El
retorno del Dios Yahvé para reinar sobre Israel implica-
ba el fin del poder romano, el final de las instituciones,
el final de cualquier autoridad humana o material. Ade-
más ese mensaje no surgía como algo exclusivo. Era
uno más dentro del ambiente caldeado y de agitación
que se estaba viviendo en Galilea en esos tiempos.
La campaña promovida por Jesús se produjo en el
momento políticamente más inoportuno. Realmente no
era un movimiento básicamente espiritual sino que ha-
bía numerosas connotaciones políticas y también nacio-
nalistas.
La universalidad que se le ha querido dar a su men-
saje poco tiene que ver con lo que los propios evange-
lios recogen.
Es un mensaje de un Israelita, dirigido a israelitas
en el seno de las tradiciones y creencias religiosas de
ese pueblo.
Quizás resulte algo inquietante para los creyentes
pero si dejamos a un lado la fe es lo que la lectura
desapasionada de los evangelios reflejan y lo que por
otra parte resulta históricamente lógico.
Según lo que de él se nos cuenta en los evangelios
desde los primeros momentos su actividad predicadora
estuvo acompañada de la realización de todo tipo de
prodigios y milagros, especialmente sanaciones. Lepro-
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sos, ciegos, paralíticos, sordomudos, enfermos de toda
condición se beneficiaron de sus extraordinarios pode-
res.
Algunos de esos milagros como cuando convirtió el
agua en vino en Caná durante una boda, pueden parecer
más populistas que necesarios, si es que no se trata de
metáforas con un significado más profundo.
Otros en cambio resultaron especialmente dramáti-
cos, como la resurrección de Lázaro en Betania, que
llevaba cuatro días muerto y según el evangelio de Juan
ya olía a podrido.
Sus poderes taumatúrgicos llegaron a tal punto que
en los pueblos en torno al lago de Genesaret, en el mar
de Galilea, dejaban a los enfermos a las puertas de las
casas, para que él los fuese curando a su paso. Allí fue
también donde caminó sobre las aguas y captó los pri-
meros discípulos pescadores, que dejaron de serlo para
convertirse en pescadores de almas.
Ese esquema de vida aprendido en escuelas y cate-
quesis nos habla también de su entrada triunfal en Jeru-
salén, conmemorada cada año en el domingo de Ramos
por centenares de peregrinos que recorren la ciudad en
procesión.
También está en nuestra memoria el pasaje que des-
cribe cómo arrojó a los mercaderes del templo, mos-
trando una imagen de Jesús enérgica, colérica incluso
que contrasta con la de paciente mansedumbre habitual
en el resto del relato evangélico.
Ese mismo esquema, innumerables veces repetido y
por todos aceptado nos dice que aun siendo el Mesías
que el pueblo esperaba su mensaje resultó tan distinto y
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desestabilizador para las jerarquías judías, que estas in-
trigaron hasta conseguir que las autoridades romanas lo
detuvieran.
La noche del huerto, la traición de judas y finalmen-
te su condena por parte de Poncio Pilatos, que sin creer
que fuera culpable lo envió a la cruz para satisfacer a los
perversos miembros del Sanedrín.
Sin embargo no todo quedó ahí y ahora viene la par-
te más importante a la que se agarran las instituciones
religiosas para confirmar la divinidad de Jesús y el po-
der que le fue otorgado por el para tener el control de
los creyentes:
Jesús resucitó al tercer día, confirmó a la iglesia que
había fundado en vida para que continuasen su obra y
ascendió a los cielos, no sin antes prometer que vendría
de nuevo al final de los tiempos para juzgar a los vivos
y a los muertos.
Esa es básicamente la idea que se tiene sobre este
personaje y la que aceptan sin crítica los creyentes.
Sin embargo desde el punto de vista histórico y
atendiendo a la realidad de los hechos y no a su aspecto
religioso la figura de Jesús es una incógnita.
Incluso ha habido numerosos autores que desde fi-
nales del SXIIX a principios del XX han negado que
hubiera existido alguna vez.
Hoy en día los más críticos admiten que sería casi
imposible justificar la existencia del cristianismo sin
aceptar al tiempo la de Jesús por mucho que su figura y
su vida haya sido vilmente manipulada en base a leyen-
das y conveniencias teológicas.
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En los royos del Mar Muerto no se menciona a Je-
sús en ningún momento. En los textos del Judaísmo pos-
terior a su muerte se le cita de forma insultante y ten-
denciosa como un blasfemo que negó la ley de Moisés y
sin añadir apenas nada más.
Pero aun dando por seguro que vivió y murió en Is-
rael hace unos 2000 años, lo cierto es que existen pocos
documentos que relaten la vida de Jesús fuera de los
redactados por sus seguidores y recogidos en el Nuevo
Testamento (los cuales veremos con detenimiento).
No podemos olvidarnos de una de las bases impor-
tantes de este libro, o sea, de los evangelios apócrifos.
Los evangelios apócrifos o extracanónicos son los
escritos surgidos en los primeros siglos del cris-
tianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret que no
fueron incluidos ni aceptados en el canon del Ta-
naj judío hebreo-arameo, de la Biblia israelita Sep-
tuaginda griega, así como tampoco de ninguna de las
distintas Biblias usadas por distintos grupos de cristia-
nos como la Iglesia católica, la Iglesia ortodo-
xa, Comunión anglicana e Iglesias protestantes.
No fueron aceptados por no seguir los dogmas esta-
blecidos en la época. Hubo un momento donde se tuvo
que decidir qué entraba y que no en el libro sagrado se-
gún convenía pero eso no significa que no pudieran ser
incluso hasta más fiables.
Así pues el medio que tenemos para acceder al Je-
sús histórico de una forma oficial son los escritos canó-
nicos, los evangelios considerados sagrados por las igle-
sias cristianas. Aunque se trata de literatura piadosa ob-
viamente no objetiva y adaptada a fines ejemplarizantes
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son los textos que más se acercan cronológicamente a la
vida de Jesús.
Los cuatro evangelistas: Marcos, Mateos, Lucas y
Juan no conocieron personalmente al nazareno y escri-
bieron a partir de la tradición oral. Cada uno por su
cuenta recibieron un legado a base de anécdotas, relatos
fragmentados, con frecuencia contradictorios y en oca-
siones poco más que frases sueltas.
Con esa información tuvieron que elaborar una his-
toria coherente, que pareciera verídica y ordenarla cro-
nológicamente, situándola en el marco histórico y geo-
gráfico supuestamente correcto.
Como veremos más adelante en este libro, una tarea
semejante no puede estar exenta de errores.
Los evangelios no coinciden en muchos puntos, a
veces significativamente, y sus relatos adolecen de
inexactitudes históricas, omisiones y distorsiones de los
hechos hasta tal punto que en ocasiones parecen estar
refiriéndose a personajes diferentes.
Como hemos visto en este breve resumen sobre la
vida oficial de Jesús y la implantación del cristianismo
todo está envuelto en un halo de secretismo, censura y
manipulación.
Algo que a muchas personas hace que se sientan
engañadas viviendo en una sociedad donde la mayoría
del rebaño cree lo que les cuentan aunque haya eviden-
cias claras de lo contrario por el simple hecho de que es
lo que todo el mundo piensa.
Después de años de estudio sobre la figura de Jesús
hemos decidido escribir este libro añadiendo todas las
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teorías existentes sobre su vida para, con todas las cartas
sobre la mesa, puedas decidir que creer y que no.
Alguna de estas pueden ser duras, otras insólitas,
otras que van totalmente en contra de las instituciones
religiosas y podemos encontrar información que se con-
traria una a la otra pero queremos dejar claro que no
hemos realizado el libro para cambiar las creencias de
nadie.No apoyamos ni boicoteamos ninguna de estas.
Simplemente basamos la información en una búsqueda
insaciable de contenido en diferentes fuentes por su-
puesto totalmente documentadas y no en nuestras creen-
cias personales.
Una vez dicho esto y sin extendernos más comen-
cemos cronológicamente. Primero hablaremos de la
poca exclusividad de las bases del cristianismo y el ca-
tolicismo viajando por las religiones antiguas y viendo
las extremas y sospechosas similitudes.
Más adelante continuaremos por los misterios
silenciados de la vida de este personaje que cambió
la humanidad desde su nacimiento hasta su muerte y
resu-rrección. De esa forma intentaremos conocer mejor
LA VIDA OCULTA DE JESÚS.
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PARTE 1
CONSPIRACIONES Y ENGAÑOS
DE LA RELIGIÓN CATÓLICA
Y EL CRISTIANISMO
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LAS CREENCIAS EN LAS QUE SE
BASA LA BIBLIA TIENEN SU ORI-
GEN EN OTRAS RELIGIONES,
PRINCIPALMENTE EN LA RELI-
GIÓN SUMERIA.
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Entre el río Tigris y Éufrates hacemos nuestra pri-
mera parada, centrándonos en la región de Sumeria. Las
ciudades de dicha región, compartían una misma reli-
gión, quizás el desconocimiento de la ciencia obligara a
dar una razón divina para explicar el paso del día y la
noche, para explicar la importancia del agua, o para de-
cir que aquel satélite que orbitaba alrededor de la tierra,
la luna, era la diosa Nana. Quizás los nombres de los
dioses En y ki no les suene a nadie. Pero sí cuento que
los sumerios ya tenían la idea concedida de un paraíso
del Edén ya os suene más, sí prosigo diciendo que el
dios Enlil creó al hombre con la arcilla de su tierra di-
réis, “esta historia me suena mucho”, quizás sea casua-
lidad, o no, la religión sumeria también relata la crea-
ción de la mujer, a partir de la costilla del hombre, cu-
riosamente “costilla” en la lengua aglutinante sumeria,
significa crear. Pero aquí no acaba la cosa seguimos con
los sumerios, la historia del diluvio, donde un hombre
reunió a una pareja de animales de cada especie, y se
embarcó con su arca para salvarse de la avalancha de
agua, un mito parecido al del héroe Sumerio Gilgamesh
y el diluvio.
Conceptos de premio y castigo por las buenas o ma-
las acciones, la idea del cielo y el infierno, demasiados
paralelismos entre el antiguo testamento y esta religión
que hace cinco mil años colaba la vida ciudadana de los
hombres.
Nos vamos ahora a Babilonia, concretamente al im-
perio paleobabilónico, en la época de máximo esplendor
de la Babilonia amorita bajo el reinado de Hammurabi I.
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La iconografía relata como el dios Shamash, dios de
la justicia, entrega al monarca las leyes que su pueblo
debe seguir, estas leyes adquieren un carácter divino
que la población acata sin rechistar, personalmente creo
haber visto una historia parecida en el que el protagonis-
ta era un tal Moisés y el código eran dos tablas de la ley
donde estaban grabados los diez mandamientos. Hoy en
día en código de Hammurabi puede ser contemplado en
el Louvre.
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que puede haber tenido un poco de inspiración. El Libro
Egipcio de los Muertos se leen los Mandamientos 3000
años antes.
Su texto, que para algunos es la fuente de origen de
los Diez Mandamientos, dice:
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–No hice agregados al peso de la balanza; ni aligeré
el peso de los platillos.
–No quité la leche de la boca del infante.
–No aparté el ganado de sus apacentadores.
–No tendí trampas al ave acuática de los dioses.
–No pesqué peces con carnada de sus propios cuer-
pos.
–No hice regresar el agua en su marea alta.
–No interrumpí el cauce del agua corriente.
–No extinguí la llama en su plenitud.
–No descuidé las estaciones para las ofrendas asig-
nadas.
–No alejé el ganado separado para el sacrificio.
–No impedí las procesiones del Dios.
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bestia Ammyt, la Devoradora, lista para engullirlo y
mandar la vida de la persona en el más allá a un cercano
y poco placentero final.
Esta escena no es solo remarcable por su intensidad,
sino porque también es uno de los pocos pasajes
del Libro de los muertos con un contenido moral explí-
cito. El juicio del difunto y la Confesión Negativa eran
una representación del código moral convencional que
rigió la sociedad egipcia.
Lo cierto es que durante tres milenios, antes de la
fundación del cristianismo, numerosas civilizaciones
dominaron en algún momento Mesopotamia, los con-
quistadores tomaban los dioses autóctonos como suyos
e inculcaban su propia religión y cultura en las ciudades
conquistadas. Quizás el cristianismo sólo sea eso, una
fusión de culturas que ha sobrevivido al paso del tiem-
po.
Las escrituras zoroastristas diez siglos antes de la
creación de la Biblia, hablaban de como Ormuz creó el
mundo y los dos primeros seres humanos en seis días y
descansó en el séptimo. Los nombres de estos dos seres
humanos eran Adama y Evah.
La Epopeya de Gilgamesh cuenta de cómo se crea
al hombre de la tierra, como habita un paraíso y como se
le entrega a una mujer que le dará de comer un alimento
por el que será obligado a abandonar el paraíso, y eso lo
dice 1600 años antes de la creación de la primera Biblia.
A un hombre se le advierte de una inminente inun-
dación por un dios y es instruido para construir un gran
barco con el fin de sobrevivir. Las dimensiones del bar-
co son 120 codos, los materiales de construcción son la
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madera, el tono y las cañas. Después de la inundación,
el barco cae en la cima de una montaña donde el hom-
bre envía una serie de aves de encontrar tierra seca. Con
el tiempo se les permite a todas las gentes y los anima-
les ser libres con un previo sacrificio al Dios que lo sal-
vó.
Existen un número importante de sorprendentes si-
militudes entre el libro de Proverbios en la Biblia y en la
Instrucción de Amenemope egipcia. A pesar de todos
los textos sobrevivientes de la Instrucción de Ame-
nemope, estos, son de una fecha posterior, se cree que la
obra fue compuesta durante la 12 ª dinastía.
Hay una interesante correlación entre el Gathas de
Zaratustra Yasna (los textos sagrados de los zoroastria-
nos) y el capítulo de la creación y el libro de Isaías en el
Antiguo Testamento. Esto se puede atribuir en gran par-
te a la influencia que los mesopotámicos imprimieron a
los israelitas durante el tiempo que los israelitas vivían
en Babilonia. Curiosamente, el libro de Yasna hace pre-
guntas que son respondidas directamente en el libro de
Isaías. Hay una gran cantidad de ejemplos de influen-
cias de zoroastrismo, pero éste es muy convincente.
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bien y del mal. El arte de Zoroastro retrata al profeta
Zaratustra como estar rodeado por el mismo halo de luz
en el que las figuras cristianas se representan a menudo.
La existencia de un paraíso para los buenos y un in-
fierno para los pecadores es muy anterior a la confec-
ción de la Biblia.
En el Papiro de Ani también se encuentra la “Ora-
ción del Ciego” que para algunos se trataría de una ver-
sión primigenia del Padre Nuestro:
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venga tu Reino;
efectúese tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Danos nuestro pan de cada día;
y perdona nuestras ofensas,
así como nosotros hemos perdonado a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal.
¿Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD?
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de la naturaleza de Dios. ¿Acaso ellos nos responderían
que Dios es una Trinidad?
El cristianismo surgió del judaísmo, y el judaísmo
es estrictamente unitario.
Les voy a mostrar lo que influyó en el catolicismo y
en la cristiandad para creer y aceptar esta doctrina após-
tata:
Por todo el mundo de la antigüedad, hasta allá en
los tiempos remotos de Babilonia, era común la adora-
ción de dioses paganos agrupados en tres, o trinidades.
Aquella influencia también dominó en Egipto, Gre-
cia y Roma en los siglos antes, durante y después de
Cristo. Y tras la muerte de los apóstoles aquellas creen-
cias paganas empezaron a invadir el cristianismo.
Si hablamos de la trinidad en las diferentes culturas
de la historia podríamos enumerarlas de la siguiente
forma:
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Como podemos ver, cada cultura pagana adoraba a
una tríada de dioses. Luego, ¿esto no se parece mucho a
la trinidad del catolicismo y del protestantismo?
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EL DILUVIO UNIVERSAL. TODAS
LAS COPIAS DEL SUCESO DESDE
SU MENCIÓN EN LA RELIGIÓN
SUMERIA.
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copiado, extraído, fragmentos o totalidad de muchas
otras culturas y todas juntas formaron una religión, con
dioses con similares poderes o diferentes nombres, con
parecidos orígenes, etc.
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k’iche’s, la inundación fue provocada por Uk’u’x Kaj
(“Corazón del Cielo”) o Jurakan, Madre y Padre de los
dioses
Los Incas: El dios Wiracocha (Viracocha) destruyó
a los gigantes y repobló la tierra con Manco Capac y
Mama Ocllo.
Y estás y muchas otras culturas como por ejemplo:
Los pascuense, Moussaye, Taíno, Uros, etc.
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culturas relatan la existencia de un diluvio, de diferente
forma pero con el mismo propósito sentenciar a la raza
humana ¿Hubo, existió un diluvio?.
La existencia de un diluvio que sumerja a todo el
planeta suena muy improbable, pero varios diluvios po-
drían ser una buena explicación. En 1929 se llevó a ca-
bo excavaciones en la antigua ciudad Sumeria, descu-
brieron que capa arcillosa de dos metros de espesor, los
análisis hechos mostraron que estos fueron provocados
por las aguas. Está capa arcillosa hace presumir que
probablemente existió una inundación muy poca común
en Nínive, Babilonia. Shuruppak, Uruk, Kish, Tello y
Fara, otras excavaciones han encontrado la misma capa
sedimentaria, si nos ponemos a pensar por el lugar geo-
gráfico y por la diferente datación que nos da, conclui-
mos que pudieron ser más de un diluvio, esto posibili-
dad sería más lógica, que la de un diluvio universal.
¿Una prueba del Diluvio? En Ur, en el país de Su-
mer, las capas estratificadas indican lluvias extraordina-
rias.
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Marco Polo en 1273, el provenzal Pitton de Tournefort
en 1701. Pero ninguno de ellos llega a la cima del monte
ni encuentra huella del Arca.
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nivel del mar a 4.500 metros, independientemente de la
veracidad de un diluvio, en ningún caso las aguas des-
cendientes habrían podido depositar un barco a esta
altura. De todos modos, es innegable que una gigantesca
construcción humana hecha de madera descansa bajo un
glaciar en el monte Ararat, constituyendo un nuevo
enigma para los arqueólogos.
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OTRAS HISTORIAS BÍBLICAS PLA-
GIADAS. ESTA VEZ DE LA MITO-
LOGÍA GRIEGA.
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LA CREACIÓN.
EL COMIENZO.
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(Los relatos difieren ligeramente aquí)
EL SUCESOR.
41
Rea, la esposa de Cronos, escondió uno de los
bebés, que por supuesto era Zeus que más adelante
mataría a Cronos para tomar el control, lo que signi-
fica que Cronos se tragó todos esos bebés para nada.
JESÚS Y DIOS.
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JUDAÍSMO, CRISTIANISMO E IS-
LAMISMO. LAS RELIGIONES IN-
VENTADAS POR ABRAHAM.
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aquellas tierras adoraba a diferentes tipos de deidades.
Algunos fueron vinculados con el bienestar de los pue-
blos y ciudades, como Marduk en Babilonia o Ra de
Heliópolis en Egipto. Otros Dioses eran los responsa-
bles del sustento y el bienestar del hombre en tiempos
de guerra y agitación, como Baal para los Cananeos e
Ishtar para los Sumerios y Asirios.
Entre este diverso conglomerado de culturas y
creencias politeístas surgió una única gran tradición que
más tarde iba a fusionar las bases de las tres grandes
religiones del mundo: el Judaísmo, el Cristianismo y el
Islam. Estas tres religiones pueden ser vinculadas a una
tradición religiosa común que se remonta a tiempos del
Profeta patriarcal Abraham. Esta tradición religiosa
subyacente, forma la sólida base sobre la que se han
construido las tres religiones en el transcurso de la his-
toria y de la que cada una ha desarrollado diferentes
creencias e ideales que los diferencian de los demás.
Para empezar, la diferencia fundamental que distin-
gue la tradición religiosa de estas tres religiones era el
concepto unificador del monoteísmo:
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sa común que comparten el Islam, el Cristianismo y el
Judaísmo se remonta a esos pueblos. Una mejor com-
prensión de la historia de este grupo de personas puede
ser útil para comprender el origen común de las religio-
nes monoteístas contemporáneas.
El relato preciso de las actividades de los hebreos
no está disponible. Sin embargo, los investigadores es-
tán de acuerdo en el hecho de que los relatos bíblicos
que hacen referencia a la emigración de los hebreos
desde Mesopotamia a la zona de Oriente Medio son
plausibles, de acuerdo con lo que se conoce de las rutas
generales de emigración de estas tribus seminómadas.
(Ibid, pág. 57) Las tradiciones religiosas e históricas
mencionan que el patriarca Abraham venía de Mesopo-
tamia y emigró al oeste con sus seguidores Hebreos y se
establecieron a lo largo de la costa oriental del mar Me-
diterráneo, en el área hoy conocida como Palestina.
(Ibid, pág. 56).
Abraham trajo consigo la idea de una creencia mo-
noteísta, una idea que más tarde demostró perdurar du-
rante mucho tiempo en la zona. La creencia monoteísta
hizo hincapié en las exigencias morales y las responsa-
bilidades del individuo y de la comunidad hacia la ado-
ración de un único Dios, quien era el regidor de todo.
Además, la creencia en un sólo Dios acentuó la idea de
que Dios tenía un plan divino para la historia de la hu-
manidad, y que las acciones y los ideales de su pueblo
elegido estaban indisolublemente unidos a este plan di-
vino. (Ibid., pág. C-1)
En la cúspide de esta tradición se encuentra
Abraham, quien es reconocido como el fundador de su
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fe por las tres religiones: el Islam, el Judaísmo y el Cris-
tianismo. Los seguidores de Abraham transmitieron esta
tradición generación tras generación, fortaleciendo y
uniendo a las personas de Palestina con la creencia en
Dios y la alianza hecha con su pueblo elegido. Fue en el
siglo 13 a.C. cuando Moisés demostró ser una gran
fuerza unificadora que iba a forjar, literalmente, la na-
ción de Israel. Fue durante la época de Moisés en la que
el concepto de la alianza fue reiterado y restablecido
entre los descendientes de Abraham.
La importancia de esta alianza puede ser reconocida
desde un análisis pormenorizado de las escrituras de las
tres religiones. Las tres ramas de la creencia monoteísta
original introducida por Abraham en la zona de Palesti-
na reconocen y relatan el evento en sus escrituras reli-
giosas:
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¡Oh, hijos de Israel! Acordaos de los favores que os
concedí y sed fieles a vuestro pacto conmigo; yo seré
fiel a mi alianza con vosotros, y sólo a mí debéis temer.
(El sagrado Corán 2:48).
Y acordaos cuando dimos a Moisés el libro y el dis-
cernimiento, para que pudierais ser guiados rectamen-
te. (El sagrado Corán 2:54).
Y acordaos de cuando aceptamos vuestra alianza y
llevamos sobre vosotros el monte, diciendo: “Sujetad
con fuerza lo que os hemos dados y recordad lo que
contiene, a fin de que os salvéis”. (El sagrado Corán
2:64).
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de nacerían las tres religiones. Oriente Medio, com-
prendiendo la zona de Palestina, la península del Sinaí,
la península Arábiga (especialmente la mitad norte) y
las áreas de la actual Turquía y Grecia constituyen, en
esencia, la cuna de las tres confesiones.
Otro paralelismo entre las tres religiones es la
creencia y el ideal de que a través de la oración y las
plegarias, y estableciendo una relación con Dios, uno
puede alcanzar la bondad en la vida y estar en un cons-
tante estado de paz y tranquilidad consigo mismo. Esta
es la raíz fundamental de toda oración en una religión
monoteísta. El Creador Todopoderoso es visto como un
Ser preocupado activamente por los actos y acciones de
Sus criaturas. De este modo, un giro hacia Él nos con-
duciría hacia un camino de Gracia y Misericordia divi-
na. Hablando en esencia, el propósito de Dios en la
creación de la humanidad fue por una muy buena razón:
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términos de conducta espiritual y excelencia moral. Esto
sólo podía hacerse si el individuo o la sociedad en gene-
ral reconocían el hecho de que fueron creados con un
propósito divino y de acuerdo a un plan preestablecido.
Se esperaba que los creyentes siguieran las enseñanzas
otorgadas a ellos a través de sus respectivas escrituras y
reconocieran a personas como Abraham, Moisés y
otros, ser Profetas que fueron inspirados e iluminados
por Dios y que les fue otorgada la tarea de liderar y re-
formar a las personas.
Todas las creencias mencionadas se encuentran en
las tres religiones. Todas ellas comparten una creencia
común en Dios vivo, autosuficiente y siempre presente
que mantiene y controla la forma de vida y la conducta
de cada individuo. Estas creencias formaron el cimiento
que era común para todas las religiones que se origina-
ron a partir de Abraham. Este punto común también
sirvió como fuerza unificadora que unió a todo Israel
bajo una única fe y un solo Dios.
El Islam y el Cristianismo también sostienen estas
creencias. Originarias de la zona de la Península Arábi-
ga y Palestina respectivamente, ambas consideran el
personaje de Jesucristo la extensión de esta tradición.
Mientras el Islam y el Cristianismo creen en Jesucristo
como Profeta y reformador, la fe Judía no lo hace.
Aquí es donde los paralelismos y las similitudes en-
tre las tres religiones se detienen. El Islam y el Cristia-
nismo se desvinculan con el Judaísmo cuando recono-
cen la santidad y la honradez de Jesucristo. Las tres
comparten la creencia en Moisés, pero sólo dos compar-
ten la creencia en la veracidad de Cristo. Las similitudes
49
entre el Cristianismo y el Islam concluyen, asimismo,
cuando el Islam se desvincula de los paralelismos y re-
conoce al Santo Profeta del Islam como un verdadero
Profeta de Dios que vino después de Jesucristo para
traer la Ley final de Dios para la guía de toda la huma-
nidad. Tanto el Judaísmo como el Cristianismo rechazan
esta afirmación. Por consiguiente, las religiones se sepa-
raron y sus similitudes terminan cuando empiezan a di-
ferir con respecto a Jesucristo y Muhammad (la paz sea
con ellos). Sólo el Islam reconoce la elección divina y el
profetazgo de los tres personajes, mientras que las otras
dos no.
Las tres religiones no comparten creencias comunes
después de la creencia en Moisés. El Islam reconoce a
los tres, el Cristianismo reconoce a dos, y el Judaísmo
sólo a uno.
Sin embargo, todas ellas están profundamente arrai-
gadas en el tejido del monoteísmo. Es esta tradición la
que sirve como columna vertebral de cada religión. La
alianza establecida por el patriarca Abraham, restableci-
da después por Moisés, sirve como vínculo común entre
las tres religiones del mundo. Un origen geográfico e
histórico cercano acerca a las tres religiones, y bajo una
perspectiva unificadora. Esta característica es lo que
hace a las religiones notablemente similares.
La gran tradición que dio lugar a estas tres religio-
nes remonta su origen y nacimiento a un pequeño grupo
de hebreos nómadas, simples en estilo de vida y hábitos.
No era el producto de las fuerzas imperiales o de gran-
des imperios. Los productos finales que se formaron
como resultado de esta tradición surgieron tras un largo
50
período de tiempo. Fue un proceso gradual y lento, no
un período rápido de turbulencia y caos religioso. El
intervalo de tiempo entre la aparición de Moisés y
Muhammad (la paz sea con ellos) fue aproximadamente
19 siglos (1300 A.C. – 600 D.C.), una enorme cantidad
de tiempo para cambiar y evolucionar en la religión.
Sin embargo, una adecuada comprensión del origen
de la creencia monoteísta permite a uno entender con
claridad en qué medida el Judaísmo, el Cristianismo y el
Islam pueden considerarse como parte de la misma tra-
dición religiosa y espiritual. Una tradición que se re-
monta a la época de Abraham, un simple nómada que
guió a su rebaño de seguidores hacia una mejor patria.
ENTONCES…
¿QUIÉN ESCRIBIÓ REALMENTE LA BIBLIA?
51
Cada año aparecen textos manuscritos que
desatan debates encendidos sobre la Biblia.
52
Una recopilación hebrea de la historia de pueblo de
Israel, llamado texto masorético ('tradición', en hebreo),
se hizo en el siglo IX DC. Es la versión hebraica que no
incluye el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento y la recopilación de los
Evangelios que retrataron la vida de Jesús, tuvo nume-
rosas fuentes y autores. El papiro más antiguo del Nue-
vo Testamento es un fragmento de Juan que data de los
años 125-130 d.C.
Sin rastro físico de aquellos originales de la Biblia
alejandrina, al igual que los textos de los filósofos grie-
gos presocráticos, no hay ningún rastro físico. Todo
aquello se esfumó debido a los saqueos e incendios de la
legendaria biblioteca, pero también debido a su débil
soporte de transmisión: el papiro, la vitela y el cuero, no
resisten el paso del tiempo. Lo mismo sucedió a los es-
critos evangélicos.
53
pias con otras copias para recomponer un texto lo más
parecido al original.
¿Se había hecho un buen trabajo o había pasajes fal-
sos o equívocos? ¿Estaban los cristianos de todo el
mundo confiando en unos textos erróneos?
54
NADA DE ESO ES VERDAD.
ANTIGUO TESTAMENTO
RECONSTRUCCIÓN EXACTA.
55
y paleógrafos respiraron tranquilos al comprobar que la
historiografía cristiana, después de todo, había trabajado
con enorme exactitud: había logrado componer unos
escritos sagrados bastante certeros. Los manuscritos de
Qumrán demostraron que el trabajo de los doxógrafos y
paleógrafos cristianos fue serio y atinado durante siglos,
y que en Qumrán solo había textos del Antiguo Testa-
mento. Y a pesar de que, más recientemente, el padre
Josep O'Callahan, (experto papirólogo), vio en algunos
de estos trozos de Qumránpequeñas frases del Nuevo
Testamento, un examen más profundo constató que la
vida de Jesús no estaba recogida en los manuscritos.
Los textos del Mar Muerto son públicos desde 1991,
cuando las autoridades arqueológicas de Israel (que con-
trolan el acceso a los documentos desde la Guerra de los
Seis Días en 1967), permitieron la libre consulta a todos
los documentos. Desde esa fecha, se han ido fotogra-
fiando, y desde hace pocos años, se podían consultar en
internet en este formato. Pero ahora, con Google, se
pueden consultar de una forma mucho más cómo-
da: digitalizados. Y además, Google Maps aporta
la localización exacta de aquellos manuscritos.
¿Y LA VIDA DE JESÚS?
56
en siríaco, en copto, en latín, en griego culto, en arme-
nio.... Algunas coincidían. Otras no.
El caso es que a medida que pasaba el tiempo, au-
mentaba el número de versiones. Cuanto más famoso
era Jesús, y más se extendía el cristianismo por el mun-
do, más difícil era encontrar 'la versión' fiable de su vi-
da.
En el 370 se elaboró una lista que contenía cuatro
evangelios creíbles, además de epístolas o cartas de San
Pablo, hechos de Apóstoles y el Apocalipsis de San
Juan. En un concilio celebrado en 397 después de Cristo
fueron consagrados después de cotejar unos con otros, y
descartar varias versiones, tema muy controvertido que
lo veremos más adelante.
Ahora bien, estos evangelios pudieron haber sido
escritos por ellos, o por comunidades de fieles que reco-
gieron estas versiones y las compilaron entre el siglo I y
el III. Luego, esas versiones fueron copiadas centenares
de veces hasta que los concilios las consagraron.
¿Y dónde están los manuscritos?
Los eruditos de hoy calculan que hay a su disposi-
ción hasta 150.000 manuscritos antiguos.
Pero dentro de esa marabunta de manuscritos, se ha
determinado cuáles son los más fiables.
Estos manuscritos se hallan hoy en el Vaticano, en
San Petersburgo, en París, en Cambridge... De alguno
solo hay pequeños trozos que han tenido que ser com-
plementados con versiones posteriores.
El manuscrito más antiguo y completo del Nuevo
Testamento es el Codex Sinaiticus, conservado en la
Biblioteca Británica de Londres. Está escrito en griego
57
uncial (un tipo de letra mayúscula), y data del 330-350
después de Cristo.
Pero si hablamos de trozos sueltos, el más antiguo
procede del 125-130 después de Cristo, se llama el papi-
ro Rylands y procede del evangelio de San Juan. Está
escrito por ambas caras y se conserva en la Biblioteca
Rylands de Manchester.
Cada año, aparecen nuevos 'trozos' del Nuevo o del
Antiguo Testamento, y entonces se desata una pelea
para saber si es copia fiel, o si es una versión mal traba-
jada.
El último texto apareció en 2012 y provocó un pe-
queño revuelo en marzo de 2014, cuando fue dado por
cierto por la Harvard Theological Review. Se trata de
un pequeño pasaje del Nuevo Testamento datado entre
el VI y el IX d.C. y que expone esta frase: "Jesús les
dijo: mi esposa...".
58
VÍRGENES Y NIÑOS DIVINOS EN
CASI TODAS LAS RELIGIONES.
59
Estudiosos de la Biblia y teólogos han discutido,
debatido e incluso polemizado durante largo tiempo
acerca del nacimiento virginal de Jesús, argumentando
algunos de ellos que no es imperativo ligarlo con la doc-
trina de la Encarnación.
Otro argumento que contradice los puntos de vista
de las narraciones de Mateo y Lucas es el silencio acer-
ca de este hecho tanto en Marcos como en Juan, así co-
mo otros textos cristianos como las epístolas de Pablo.
Filósofos como Michael Martin van más allá y
afirman que el nacimiento virginal no se cita en ninguna
otra fuente judía ni “pagana”. Por supuesto, no es habi-
tual que los historiadores presten una atención injustifi-
cada a un relato de una fuente concreta si no aparece en
las demás.
Por otro lado, las “pruebas” escritas de la Antigüe-
dad son particularmente endebles, y se hallan invaria-
blemente sujetas a análisis contrastados y encendidos
debates.
Son de gran interés en relación con la exégesis bí-
blica de esta misteriosa, sagrada y profunda tradición
cristiana las muchas versiones que se corresponden con
ella en otras antiguas leyendas.
¿Por qué son importantes estos relatos similares al
del milagroso embarazo de María? ¿Extienden el debate
bíblico sobre el nacimiento virginal de Jesús al incluirlo
en una tradición religiosa más amplia? ¿Nos llevan a
preguntarnos por qué dichas narraciones se originaron
en primer lugar?
60
INSEMINACIONES DIVINAS EN LAS MITOLO-
GÍAS GRIEGA Y ROMANA.
61
Los romanos contaban con narraciones sagradas si-
milares. La madre de Rómulo y Remo, Rea Silvia, una
virgen vestal, fue fecundada por Marte. Y como ejemplo
a la inversa en cuanto al género, se dice que Venus con-
cibió a su hijo Eneas al tener relaciones con el príncipe
troyano Anquises.
Aunque este último mito tiene raíces griegas, el re-
lato del nacimiento de Rómulo y Remo es intrínseca-
mente romano, e ilustrativo por tanto de cómo los mitos
griegos sobre nacimientos milagrosos continuaron bajo
un nuevo contexto cultural.
Estas tradiciones paralelas procedentes de las de-
nominadas culturas “paganas” son rechazadas a menudo
por aquellos cristianos que se adhieren a un literalismo
bíblico, y que hacen hincapié en estos casos en las dife-
rencias entre unos mitos y otros en lugar de en sus simi-
litudes.
62
Por lo tanto, para un héroe como Perseo, o para los
padres fundadores de la patria romana, Rómulo y Remo,
su valor y significado van ligados de forma inevitable a
la pureza de sus madres terrenales, tanto como a la divi-
nidad de sus padres celestiales.
63
nalmente apoteosis, van más allá del marco geográfico
del Oriente Medio y el Mediterráneo Clásico.
Estos pocos ejemplos de concepciones milagrosas,
con nacimientos virginales en ocasiones, y las similitu-
des que se observan en los acontecimientos de la vida de
estos hijos de diferentes dioses tienen sin duda su im-
portancia para el relato de la Navidad: al igual que las
leyendas sagradas, mitos, e historias de fundaciones con
las que se confrontan, resultan inevitablemente polémi-
cas por las numerosas semejanzas que presentan con la
concepción virginal de María.
UN BELLO MISTERIO.
64
DESCUBRE EL VERDADERO
ORIGEN DE LA FIGURA DE LA
VIRGEN MARÍA.
65
hasta llegar a lo que es la figura de la Virgen María en
la actualidad
Como ejemplo claro podemos ver el proceso de
cristianización de la sociedad romana, donde existen
numerosas crónicas que nos hablan de cómo el pueblo
romano, ya cristianizado, no abandonaba el culto a la
“Madre de Dios”, Isis, y lejos de quebrar sus imágenes
lo que hacía era cambiarles simplemente de nombre.”
La importancia que María tiene en los primeros
Evangelios es más bien escasa. Se destaca su virginidad
pero poco más se vuelve a hablar de ella. Tanto es así
que es el propio Jesús en el Evangelio de Marcos (pro-
bablemente el más antiguo) quien resta importancia a su
familia:
66
“Esta idolatría tenía otra coincidencia importante
con la sociedad católica actual y es el vestir a las imá-
genes; en el antigua Egipto, las imágenes de la diosa
Isis eran vestidas con lujosas vestiduras y ostentosas
joyas. Incluso había personas dedicadas en exclusivi-
dad a estos menesteres. No tienes nada más que acer-
carte a cualquier iglesia católica de tu localidad y ver a
cualquier “Virgen”, cómo está vestida y enjoyada, in-
cluso perduran las llamadas “camareras” que son las
encargadas de vestir a las imágenes.”
67
cronológico y ustedes mismos podréis ver como las re-
ligiones a la vez que van avanzando en el tiempo van
absorbiendo creencias anteriores. Comencemos:
SEMIRAMIS Y TAMUZ
ISHTAR
68
mantenía su virginidad y por eso también se la llama "la
siempre virgen", posiblemente por su relación astral con
Venus, como "la estrella de la mañana", y la constela-
ción de Virgo (Virgen).
Para algunos investigadores, la forma lingüística de
Astoret/Astarot tiene sus raíces en la diosa aca-
dia/babilónica Ishtar (de donde proviene el nombre de
Ester; Est. 2:5-7).
Tanto Ishtar (Babilonia), Innana (Sumeria), Afrodita
(Grecia) y Venus (Roma) están ligadas al planeta Ve-
nus, la constelación de Virgo y al culto solar-lunar. Re-
cordemos que el planeta Venus aparece como una estre-
lla tanto al amanecer junto al sol como al atardecer junto
a la luna, y de allí surge su adjetivo como "reina del
cielo".
TANIT
69
igual que Isis), la paloma (luna), la granada (fertilidad),
y el león (guerra).
ISIS
70
culto también ha sido prohibido, perseguido, sus tem-
plos derruidos y sus seguidores castigados y, en algunos
casos, ejecutados.
Isis es símbolo de poder, con sus alas extendidas,
confiere a aquel que porta un solo amuleto suyo un so-
plo de inmortalidad y sabiduría.
Isis surge una y otra vez, no importa cuántos siglos
pasen, como si de su propio mito se tratara. Incluso sus
adoradores actuales lo ignoran, pero ella sigue presente
y su espíritu inalterable.
Nunca nadie cometió tanta injusticia en la historia
como lo hizo el Cristianismo con esta diosa. Pero, dicho
así puede resultar increíble ¿una diosa del antiguo Egip-
to fue tomada por el Cristianismo y adaptada a su medi-
da?
Efectivamente, aunque en la Historia, nada sucede
de repente, todo sigue un proceso y eso es precisamente
lo que sucedió con Isis.
El origen de esta diosa no se conoce con exactitud,
se cree que procede del Delta del Nilo y la primera le-
yenda queda atestiguada en los Textos de las Pirámides
(3.000 a.C.). Isis (hasta en el Antiguo Egipto) significa
literalmente “El Trono” y así se le empezó a adorar,
como el trono del faraón. Es por esto que se le rinde
culto como diosa madre, por ser madre de Horus y por
dar origen al nombramiento del faraón, que como todos
sabemos, es un ser divinizado.
Poco más podemos saber de ella en aquella época.
Probablemente su culto prosiguiera con la misma es-
tructura o parecida durante milenios.
71
Fue en el año 332 a.C. cuando Egipto sufre una in-
vasión griega y, como consecuencia, todo sufre un pro-
ceso de helenización. Isis no escapa a esta circunstancia
y así comienza un sincretismo con otras diosas, hasta el
punto de que poco queda ya de aquella hasta primige-
nia.
El culto a Isis es mistérico, sólo se reserva para los
iniciados jugando un papel muy importante el hecho de
la muerte y resurrección de su esposo Osiris el cual, pa-
sa a ser Serapis (unión de Osiris y Apis). Tan importan-
te llega a ser este culto que ya en el año 300 a.C. se
construye el Serapeo de Alejandría, se acuñan monedas
donde aparece Isis en una cara y Serapis en la otra.
Estos ritos se empiezan a extender de Delos a Atenas y
otras ciudades griegas, donde el culto a Isis se hace ofi-
cial. El acercamiento por parte de los griegos a la reli-
gión egipcia se debe en gran medida a que los dioses de
la época sólo favorecían a las personas de clases privi-
legiadas y, fundamentalmente, estaban ligados a la polí-
tica. Isis lo cambió todo, el pueblo podía participar de su
culto, influían en las emociones de la gente, se celebra-
ban fiestas, procesiones y las ceremonias tenían un gran
boato. Y, además, en la época existía un gran arraigo a
las divinidades femeninas.
Hacia el año 200 a.C. entran las legiones romanas y,
de nuevo, Isis vuelve a ser asimilada por otras diosas
surgiendo una mezcla de Isis, Venus, Ceres, Proserpi-
na…
Como el culto a Isis por parte del pueblo comienza
a ser un foco de rebeliones, en el año 50 a.C. aproxima-
damente, se prohíbe, se persigue e incluso se llega a
72
crucificar sacerdotes. Pero el pueblo no cesa en su culto
y, por piedad popular, vuelven a levantarse los templos
destruidos.
Se crea un gran revuelo entre la multitud y Augusto, en
el año 28 a.C. prohíbe levantar altares a Isis en su au-
sencia y la práctica de sus ritos en un kilómetro y medio
alrededor de Roma.
Fue Calígula, atraído por el carácter divino de los
faraones, quien en el año 37 d.C. levanta un gran templo
a Isis en el Campo de Marte.
Y ya en el año 98, Roma acepta definitivamente el
culto isíaco convirtiéndose en una de las principales
religiones del Imperio a principios del siglo III.
El culto a Isis se expande a otros territorios, tal vez
a través de comerciantes y soldados y así, se han encon-
trado inscripciones confirmando la existencia de tem-
plos en España, por ejemplo, en Lugo y Baelo Claudia
(Cádiz). También en Inglaterra, Francia y norte de Áfri-
ca. Hay inscripciones agradeciendo a Isis su curación en
Alemania, en balnearios de Baden Baden.
La diosa madre ha sido, en todas las civilizaciones,
la figura probablemente más importante y, claro está,
Isis podía asimilarse perfectamente a otras diosas. Sólo
se le rinde culto pero éste carece de dogmas lo que favo-
rece claramente su expansión por Europa.
Es este el ambiente que se respira en el mundo
cuando el Cristianismo es declarado religión oficial. Es
la época de mayor difusión de los misterios isíacos y es
aquí donde se va a incidir de manera paulatina hasta
llegar a la suplantación total de Isis por María.
73
EL CONCILIO DE ÉFESO Y SUS ANTECEDEN-
TES.
74
Nestorio un monje con ideas ortodoxas, pero poco acos-
tumbrado a las intrigas eclesiásticas y, para colmo de
sus males, fue allí donde se otorgó el poder para dictar
sentencias en cuanto a juicios eclesiásticos.
Por su parte, Cirilo en Alejandría, vio cómo mer-
maba su poder. Poseía éste una gran riqueza debido a
que todo el dinero procedente de los templos cristianos
en Egipto, tenían su centro en Alejandría y era Cirilo
quien gestionaba todos estos bienes.
Todo el mundo en la época hablaba de teología, era
un tema “de moda”. La figura de María estaba teniendo
cada vez más repercusión y Nestorio no podía ser me-
nos.
En un sermón dijo Nestorio que María podía ser
considerada “Madre de Cristo” pero no “Madre de
Dios”. Puesto que ella no era una diosa, no podía en-
gendrar a Dios.
No negó la divinidad de Jesús, sólo que María había
engendrado la parte humana y no la divina del mismo.
En palabras del mismo:
75
Y, con este fin, en el año 471 se convocó el Conci-
lio de Éfeso, más bien lo convocó Cirilo aunque ya era
un hecho la acusación contra Nestorio.
Hubo vigilancia extrema en la ciudad de Éfeso por
temor a revueltas en la calle. Nestorio era un hereje y,
como tal, la multitud podía abalanzarse sobre él.
Y así, en medio de violencia, intrigas y sobornos,
Nestorio fue retirado a su antiguo convento y María fue
proclamada “Madre de Dios”.
Cirilo entró de nuevo en Alejandría como un héroe
vencedor de herejes. Tanto es así que fue nombrado San
Cirilo precisamente por su lucha contra la herejía.
Siglos más tarde, Juan Pablo II pidió perdón en
nombre de la Iglesia por este hecho.
Isis y María ¿una misma imagen?
En el 471 María es nombrada Madre de Dios y el
culto a Isis prohibido. Pero Isis, al igual que sucedió
anteriormente, tenía atributos propios de cualquier diosa
madre y era muy fácil compararla e incluso asumir vir-
tudes de otras diosas.
Sin embargo, esto no podía suceder con el Cristia-
nismo. Pensar en otra diosa sería alterar el monoteísmo.
El totalitarismo cristiano hizo que el sincretismo no fue-
ra posible y, directamente, se suplantara el culto a Isis.
María tenía todo lo que se necesitaba para la suplan-
tación. Era la Madre de Dios pero no era una diosa, no
alteraba las bases teológicas cristianas si se la elevaba a
esta categoría. Y así, poco a poco, las imágenes de Isis
fueron convertidas en imágenes de María.
76
Existen semejanzas tan grandes que no hay lugar a
dudas. Según se describe a Isis parece que estamos ha-
blando de María:
77
pasadizos subterráneos y que posteriormente se le ado-
rase con el nombre de María.
Esta afirmación resulta difícil de demostrar ya que
cuando un mito suplanta a otro lo primero que se suele
hacer es destruirle. Muchas veces no queda más que
especular acerca de si su identidad es la de Isis o es la
de María. Sin embargo existen claros ejemplos que no
dejan lugar a dudas. Uno de ellos se trataría de las Vír-
genes negras y otros dos los tenemos en nuestro propio
país y en nuestra vecina Portugal.
Las imágenes isíacas se guardaban, como dije antes,
en los sótanos de los templos y así, al entrar el Cristia-
nismo, dichos templos fueron erigidos como cristianos y
la imagen bautizada. Como Vírgenes Negras tenemos a
Ntra. Sra. De Perales, en Extremadura, es una figura del
siglo pasado que sirve para guardar las reliquias de la
antigua, de unos 71cm, estatura que coincide práctica-
mente con casi todas las imágenes de Isis. También hay
sospechas acerca de la Virgen de Covadonga en Astu-
rias. Otras dos aparecen en la catedral de Chartres: No-
tre Dame sous Terre y Notre Dame donde las crónicas
locales dicen:
78
Es posible que el color negro de estas imágenes se
deba a que Isis es la tierra de donde surge la vida y así,
el color negro, viene a representar la tierra fecundada.
Pero si tuviéramos que hablar con seguridad de una
suplantación real lo haríamos, por un lado, de la Virgen
de los Ojos Grandes en Lugo y Nossa Señora do Leite,
titular de la sede catedralicia en Braga, Portugal.
En el ábside de la catedral portuguesa, en el muro
exterior, aparece una inscripción romana que reza así:
79
faraones de forma que, si enfrentamos a Isis con María,
lo más fácil es que nos miren extrañados, como si estu-
viéramos locos.
Que hubo una suplantación, no cabe la menor duda
aunque se suplantó una gran mezcolanza de diosas pa-
ganas cuyo final resultó ser Isis y que ya poco o nada
tenía que ver con la Asta del Antiguo Egipto.
El pueblo necesita expresar sus emociones, necesita
suplicar a su ídolo que le cure de aquella enfermedad de
difícil solución, que le provea de fertilidad, en definiti-
va, que le saque de su penosa situación. Estos rituales
les vinieron muy bien a aquellos que dirigían la nueva
religión emergente que era el Cristianismo.
Debió ser difícil en los primeros momentos luchar
contra la herejía y tal vez resultó mucho más fácil unirse
a los ritos ya existentes. El culto a María, al contrario
que el de Isis, pasó a ser de todo el pueblo, no de unos
cuantos iniciados y ahora, cuando salimos en procesión,
ya no sabemos a quién adoramos ¿a Isis? ¿A María?
80
culto estaba extendido por todo el Imperio Romano tar-
dío tales como Isis, Cibeles y Artemisa. Debido a ello
pueden encontrarse ejemplos de estas vírgenes por toda
Europa, aunque también hay numerosos ejemplos en
América en que se identifican algunas veces con deida-
des femeninas amerindias o africanas como Pachamana
o Yemayá.
Junto con los Templarios y los Cistercienses, los
Hospitalarios fueron las principales congregaciones
propagadoras de la devoción a las Vírgenes Negras, que
ya aparecen mencionadas en el críptico “Cantar de los
Cantares” de Salomón:
La Virgen de Can-
delaria en la Basílica de
Candelaria (Tenerife),
Patrona de la Diócesis
Nivariensis, es la más
famosa Virgen Negra,
de toda Canarias y su
aparición a los Aborí-
genes Guanches en el Barranco de Chimisay en 1392,
95 años antes de la conquista de Tenerife, fue relatada
en 1594, por el religioso e historiador Fray Alonso de
Espinosa y su culto se extendió por el Nuevo Mundo.
81
Tiene grabada en el cuello unas extrañas letras, que di-
cen… “ETIEPESEPMERI”, y se ha calificado como la
“última Virgen Negra del Temple.”
La Orden del Temple, autorizada en el año 1118 tu-
vo su primera residencia en las ruinas del Templo de
Salomón, una construcción octogonal cedida por el rey
Balduino de Jerusalén, el mismo monarca que dio carta
blanca a la congregación… Dicha congregación cele-
braba romerías en recintos sagrados y los asistentes se
imbuían de la energía universal allí manifestada a través
de la Madre- Tierra personificada en la imagen de la
Virgen Negra que presidía los cultos.
La virgen negra bien puede ser un puente hacia los
misterios de las religiones matriarcales que preceden al
cristianismo. Estas religiones habían aprehendido los
ritmos de la Naturaleza que se manifiestan en los luga-
res de poder y que después fueron transformados en
santuarios.
82
LOS EXTREMOS PARALELISMOS
DE JESÚS CON DIOSES ANTE-
RIORES.
83
Charles François Dupuis (1742-1809) y el Conde de
Volney (1757-1820) fueron los primeros autores modernos
en presentar, alrededor del siglo XVIII, una analogía
entre Jesús y otras deidades solares anteriores. Este aná-
lisis comparativo ha sido abordado también por pensa-
dores como David Friedrich Strauss (1808-1874), Bruno
Bauer (1809-1882), Jean Meslier (1664-1769), Paul Henri
barón de Holbach (1723-1789), Voltaire (1694-1778)
y Hermann Samuel Reimarus (1694-1768), entre otros.
Hacemos un resumen de los paralelismos entre la
figura de Jesús y las otras deidades:
84
nó un rey celoso, como se cuenta también sucedió con
Krishna y Osiris.
Fue bautizado con agua estando presente el Espí-
ritu de Dios como pasó también con Buda, Horus (lo
bautizó Anup el Bautista y fue decapitado), Zoroastro.
Enseñó en el templo a los doce años igual que
Buda, Horus.
Tenía doce discípulos así como Mitra, Horus y
Krishna.
Fue considerado el Buen Pastor, la Verdad, la
Luz, el Camino, el Redentor, la Palabra Encarnada y el
Salvador como ocurrió con Mitra, Horus, Buda, Dioni-
so, Krishna y Baco.
Transformó el pan y el vino en cuerpo y sangre
de Dios como Mitra.
Realizaba milagros y resucitó a Lázaro. Horus,
hizo lo mismo, resucitó a El-Azarus de entre los muer-
tos.
Curó enfermos, hizo milagros y expulsó demo-
nios de manera muy similar procedieron Mitra, Buda,
Horus y Krishna.
Pronunció el Sermón de la Montaña. Mitra tam-
bién lo hizo.
Caminó sobre las aguas y alimentó a una multi-
tud. Buda hizo algo parecido. También pudo andar so-
bre las aguas y alimentó a 500 hombres con solo una
cesta de bizcochos.
Enseñaba mediante parábolas igual que Krishna,
Buda, Mahavira (de los jainistas).
Realizó una procesión triunfal montado en un bu-
rro como Dioniso.
85
Llevó a cabo una última cena como Mitra.
Tras su muerte, desciende a los infiernos, al ter-
cer día resucita y asciende al cielo en su gloria igual que
Attis, Mitra, Adonis (sirio), Osiris, Atunis (etrusco),
Tammuz (babilonio), Baldur (germano), Wotan (nórdi-
co), Hércules, Orfeo, Esculapio, Buda, Dioniso, Horus,
Krishna
Mitra dijo: “El que no coma de mi cuerpo ni beba
de mi sangre de suerte que sea uno conmigo y yo con él,
no se salvará”.
Mitra también habló del Juicio Final.
86
Mitra como Jesús, tuvo doce discípulos con quienes
estaría en la “Última Cena” sacramental. Al igual que
Cristo, Mitra se sacrificó a sí mismo para redimir al gé-
nero humano.
Descendiendo al mundo subterráneo, conquistaría a
la muerte, para renacer a la vida al tercer día. Entre sus
muchos títulos, se le conocía como La Luz, La Verdad,
El Dios Pastor. Aquellos que le adoraban, invocando su
nombre podían curar a los enfermos y realizar milagros.
Mediante el rito de beber su sangre y comer su carne (el
sacrificio del toro) sus fieles podían conquistar también
la muerte. Entonces tras el Día del Juicio, los muertos
resucitarían.
87
Para ingresar al mitraísmo, había un rito bautismal
con sangre de toro o cordero en el que consumían pan y
agua o vino, en una comunión. Esperaban que Mitra
regresara al final de los tiempos, donde éste juzgaría a
los hombres, de modo que los justos subirían con él al
cielo y los que no habrían obrado bien, serían arrojados
al reino de las tinieblas. Su principal fiesta era el 25 de
diciembre, fecha del Sol Invictus.
88
Como curiosidad, si observamos la cruz que lleva el
papa actualmente podremos ver algo que nos llamaría
muchísimo la atención. La imagen que está representada
dista mucho de lo que todo el mundo conoce como la
imagen de Jesús.
89
líder de la iglesia cristiana, tiene bastante sentido. Pero
¿Por qué el papa Francisco tiene esta extraña cruz, en
vez de la típica romana apostólica?
Este símbolo con el que se representaba a Jesús fue
tomado del dios Mitra que se le representaba antigua-
mente como a un pastor cargando una oveja en los
hombros.
Curioso ¿no?
90
La celebración de este ciclo de muerte y renovación
fue uno de los festivales más importantes del culto me-
tróaco... Attis por lo tanto representa una promesa de la
vida renacida y, como tal, no es sorprendente que se
encuentren representaciones de Atis de duelo como un
motivo común de las tumbas en el mundo antiguo.
El paralelo entre el mito y el relato de la resurrec-
ción de Cristo es claro. Por otra parte Atis, como pastor,
ocupa una imagen favorita cristiana de Cristo como el
buen pastor. Otros paralelismos también parecen haber
existido: el árbol de pino de Atis, por ejemplo, fue visto
como un paralelo a la cruz de Cristo.
El punto culminante de la celebración de la resu-
rrección de Atis, la Hilaria, cayó el 25 de marzo, la fe-
cha en que la iglesia primitiva había asentado como el
día de la muerte de Cristo...
Atis muere, fijado a un árbol, y resucita después de
tres días, mientras que su madre es "considerada como
una diosa virgen" comparable a la Virgen María.
Estas conclusiones proceden de los antiguos escritos
paganos, así como de los primeros Padres de la Iglesia.
Los mitos de la muerte de Atis incluyen que fue
eliminado por un jabalí o que se castró a sí mismo bajo
un árbol, así como que fue colgado en un árbol o "cruci-
ficado".
De hecho, ha sido llamado el "Atis castrado y cruci-
ficado." (Harari, 31)
Especialmente importante para nosotros es el hecho
de que el Atis frigio fue crucificado en el madero...
En la antigüedad, estos dos conceptos eran obviamente
91
lo suficientemente similares como para ser intercambia-
bles en la comprensión.
La muerte y la resurrección en tres días, la "pasión
de Atis," también es relatado por el profesor Merlin
Stone:
Reportes romanos de los rituales de Cibeles regis-
tran que el hijo... fue primero atado a un árbol y luego
enterrado. Tres días después, se dice que una luz apare-
ció en la sepultura, de donde Atis resucitó de los muer-
tos, trayendo con él la salvación en su renacimiento.
El culto a Atis es siglos más antiguo que el culto a Jesús
y fue muy popular en algunas partes del Imperio Ro-
mano antes y hasta bien entrada la "era cristiana".
92
Lo llamaban “El Buen Pastor”, “El Supremo
Dios”, “El Unigénito Hijo de Dios”, “El Salvador”.
93
Poseía una doble divinidad, Padre e hijo Divino.
Su padre se llamaba Seb (José)
Nació en una cueva
Se transfiguró en una montaña
Fue anunciado por un ángel a su madre
Su nacimiento fue anunciado por la estrella Si-
rius
Pastores fueron testigos de su nacimiento
Cuando nació fueron a visitarlo 3 deidades sola-
res.
Durante su infancia Herut intentó asesinar a Ho-
rus
Fue bautizado en el río Eridanus a los 30 años
por Anup el Bautista el cual fue decapitado
Tuvo tentaciones en el desierto de Amenta enci-
ma de una montaña alta por su arco-rival Sut. Sut (a.k.a.
fijar) era un precursor para el Satán hebreo la cual resis-
te
Tuvo 12 discípulos
Caminó sobre las aguas
Curó a los enfermos
Levantó a Osiris, su padre muerto, del sepulcro.
Murió crucificado acompañado de 2 ladrones
Fue enterrado en una tumba
Descendió a los infiernos y resucitó al tercer día
Su resurrección fue anunciada por mujeres
Está considerado como el salvador de la humani-
dad
Denominado KRST, untado.
94
Otras nombres serían El buen pastor, el cordero
del dios, el pan de la vida, el hijo del hombre, la pa-
labra, el pescador, la aventadora.
Asociado a los Piscis, los pescados
95
* Krishna era so-
brino del rey Kamsa,
quien tuvo una visión en
la que uno de los sus
sobrinos iba a asesinar-
lo. Kamsa se ocupó de
matar a todos sus so-
brinos, pero al lograr
salvarse Krishna, orde-
nó matar a todos los
niños de la comarca. A
pesar de esto, Krishna
El divino Krishna en un fresco del siglo
XVI, Palacio de la Ciudad, Udaipur, logró sobrevivir e inclu-
Panel 101. so llegó a ser el sucesor
de Kamsa.
96
Resucito a los muertos y curo a leprosos, ciegos
y sordos.
Predicaba en parábolas enseñando la caridad y
el amor.
Vivía pobre y quería a los pobres.
Tenía doce discípulos
Se transfiguro frente a sus discípulos.
Fue crucificado en un árbol, resucito y ascendió
a los cielos.
Es llamado “Pastor de Dios”, “El Señor de Se-
ñores”, “El Redentor”.
Era la tercera persona de una Trinidad.
Declaró la resurrección y el camino hacia el
padre.
Era considerado el principio y el fin (Alfa y
Omega).
Sus discípulos lo llamaban “Jezeus”, represen-
tando con ese nombre a “La Esencia Pura”.
Krishna regresará para luchar contra el prínci-
pe del mal que desolara la tierra.
97
Dioniso, es el dios tra-
cio del vino. Es considera-
do promotor de la civiliza-
ción, legislador y amante
de la paz, así como dios
protector de la Agricultura
y el Teatro.
Dioniso era también
conocido como Baco,
nombre con el que fue asi-
milado en la mitología ro-
mana. También fue hijo de
una mujer mortal (Sémele), y engendrado por un dios
(Zeus). Al igual que Jesús, regresó de entre los muertos
y convirtió el agua en vino.
Se cree que las nociones cristianas de comer y beber
la “carne” y la “sangre”, están fuertemente influencia-
das por el culto a Dioniso. Pero profundicemos un poco
más en esas similitudes:
98
Dio de comer alimento sagrado a sus seguidores
y recibieron así el cuerpo de Dios.
Resucito ente los muertos un 25 de Marzo.
Es identificado con el símbolo del carnero y el
cordero.
Lo llamaban “Rey de Reyes”, “El Unigénito de
Dios”, “El Redentor ”, “El Salvador”, “El Alfa y Ome-
ga”.
99
las religiones antiguas daban énfasis a los pre-
mios/castigos, a los constantes sacrificios y ofrendas
rituales y a una manera distinta de hacer sacerdocio.
El camino de "redención" de ambos es interno.
Ambos postulaban que no había intermediarios entre lo
humano y lo divino, más que la búsqueda personal.
Buda, no obstante, no era arrogado como dios ni hi-
jo unigénito de dios, sino que es alguien que ha logrado
la iluminación y la trascendencia en forma espiritual,
superando el sufrimiento
Jerry H. Bentley plantea la posibilidad de que «el
budismo influenciara el primitivo desarrollo de la cris-
tiandad» y sugiere prestar «atención a muchos parale-
lismos referentes a nacimientos, vidas, doctrinas y
muertes de Buda y Jesús» en su libro “Cross-Cultural
Contacts and Exchanges in Pre-Modern Times”.
Z. P. Thundy ha hecho un seguimiento de las simili-
tudes y diferencias entre el relato del parto de Maya, al
dar a luz a Buda, y el de María al nacer Jesús, y señaló
que aunque existen semejanzas, como el parto virginal,
hay diferencias, como que María sobrevive a Jesús des-
pués de criarlo, pero Maya muere poco después del na-
cimiento de Buda.
100
Perdido por 40 días en el desierto, o la selva
Curó al enfermo
Comienza el ministerio a los treinta años de edad
Atrajo una gran cantidad de seguidores espe-
cialmente de las clases menores
Fue consagrado en un río sagrado
Renunció a las riquezas mundanas y pidió a sus
discípulos lo mismo
Realizó milagros tales como curar la ceguera
Dio principalmente los sermones desde un mon-
tículo
Alimentó a 500 hombres de una “Canasta pe-
queña de pasteles”
Abolió la Idolatría y predico el establecimiento
de un reino de rectitud
Enseño la Castidad, la Moderación, la toleran-
cia, la compasión, el amor y la igualdad de todos los
hombres.
Caminó sobre las aguas
Se le llamo el Buen pastor, el Carpintero y el
Eterno.
Buda pertenecía a la realeza, Jesús pertenecía a
la Estirpe real de David.
Justo antes de su muerte enviaron a los discípu-
los a predicar en otros sitios.
101
temas morales: ayudar a los pobres, abolir la esclavitud
y los sistemas de castas; abandonar el yo y el egoísmo;
y ama a tu vecino, incluso a tu enemigo. Muchas decla-
raciones de Jesús se parecen a las de Buda, como se pre-
sentan aquí:
102
BUDDHA: "Si alguien te da un golpe con sus ma-
nos, con un palo, o con un cuchillo, deberías abandonar
todo deseo y no pronunciar malas palabras."
103
nes, y da el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el
cielo.
BUDDHA: "Los avariciosos no van al cielo, los
tontos no alaban la caridad. El sabio, no obstante, se
regocijándose en la caridad, se vuelve por lo tanto feliz
en el más allá.
104
Fue traicionado por sus hermanos
Fue vendido por Judá por 20 piezas de plata
Fue tentado y pasó con éxito la prueba
Lo mataron junto a 2 criminales, de los cuales
uno murió y otro vivió
Pudiendo matar a su agresor decidió perdonarlo
Ofrecía la salvación
Ofreció pan a sus discípulos
Fue el libertador de su pueblo
105
có una nueva religión basada en la adoración de una
deidad suprema llamada Aura Mazda u Ormuz («el Se-
ñor Sabio»), acompañada de los seis espíritus de la ver-
dad, la justicia, el orden, la docilidad, la vitalidad y la
inmortalidad.
Era una religión dualista, pues a este dios de la jus-
ticia y la verdad se le oponía un espíritu del mal, llama-
do Ahriman. Los mazdeístas suponen que los individuos
son libres de elegir entre el bien y el mal, pero que exis-
te un imperativo moral para conducirse de forma justa y
que las fuerzas superiores de Aura Mazda acaban por
imponerse siempre; la creencia en la vida después de la
muerte traduce esta confianza en el triunfo de las fuer-
zas del bien.
Zoroastro redactó unos cánticos llamados gathas,
que constituyen el componente más antiguo del Avesta
o libro sagrado del mazdeísmo. Luchó contra la religión
politeísta dominante en el mundo indo-iranio y consi-
guió convertir a un príncipe de la región periférica de
Asia central llamado Vishtaspa, que le protegió y facili-
tó la extensión del mazdeísmo. Y cuando la región fue
incorporada al imperio persa -en la época en que murió
Zoroastro- su religión comenzó a extenderse por un es-
pacio mayor, siendo adoptada por los emperadores
Aqueménidas.
La expansión del mazdeísmo entre los persas hizo que
se convirtiera en religión oficial bajo la dinastía Sasáni-
da (siglos III-VIII), después del periodo helenístico, en
el cual había retrocedido frente a la influencia cultural
griega. Ante la islamización del Irán, algunos mazdeís-
tas se refugiaron en la isla de Ormuz (golfo Pérsico) y
106
en la India (los parsis), donde perviven comunidades de
esta religión (además de las que han sobrevivido en el
propio Irán).
El zoroastrismo ejerció una influencia notable sobre
el judaísmo y está muy presente en la doctrina cristiana.
Su idea de un mundo dominado por la lucha entre los
principios del bien y el mal fue también la base del ma-
niqueísmo desde el siglo III.
107
EL HOMBRE VERDE: EL INICIO DEL MITO DE
JESUCRISTO
108
En la época neolítica, en la que según dicen algunos
“Dios era una Mujer,” la Diosa y su Hijo, el Hombre
Verde, eran venerados por gentes de todo el mundo para
renovar anualmente la abundancia material de los frutos
de la Tierra. Surgió una leyenda universal acerca de
ellos, dando comienzo la fecundación anual de la “vir-
gen” Diosa Tierra por parte del Sol, el “Padre del Cie-
lo,” con el consecuente nacimiento de su Hijo, el Hom-
bre Verde. Este importante acontecimiento tenía lugar
anualmente en torno al solsticio de invierno, cuando el
espíritu del Hombre Verde, que llevaba un tiempo
adormecido bajo tierra en el inframundo, era traído de
nuevo a la vida. Pero aunque su espíritu durmiente había
sido ya animado, el Hombre Verde aún no había desper-
tado por completo. Esto no ocurría hasta algunos días
más tarde, el 25 de diciembre, cuando el Sol o Espíritu
Solar invertía definitivamente su camino descendente y
empezaba a dar pasos de manera ostensible en dirección
norte.
Éste era un importante ritual del tipo “como es arri-
ba, es abajo.” Se creía que el Espíritu Solar renovado y
revitalizado en las alturas celestiales había despertado
de nuevo y revitalizado el espíritu de su hijo, que habi-
taba más abajo, en el interior de la Tierra. Y ahora, el
futuro Hombre Verde podía comenzar su período anual
de gestación en el útero de su madre, la Tierra virginal,
antes de recibir un nuevo y resucitado cuerpo con la
llegada de la primavera.
La leyenda de la Diosa y el Hombre Verde salta en-
tonces al equinoccio vernal o de primavera, cuando el
Hombre Verde está finalmente listo para emerger del
109
útero de su madre. Este es el momento del año en el que
la luz “masculina” es equivalente a la oscuridad “feme-
nina”, y su polaridad masculino/femenino se unifican
plenamente para producir una renovada inyección de
energía vital que cubre y fertiliza la tierra. El cuerpo
fetal del Hombre Verde está ahora listo para nacer del
útero de la Madre Tierra bajo la forma de nuevos y tier-
nos brotes primaverales. Muy pronto, su resurrección
anual será plena. Esto ocurrirá alrededor del mismo día
que nuestra Pascua, una festividad religiosa moderna
asociada con la resurrección mucho más reciente de otro
Hijo de una virgen.
La leyenda del Hombre Verde recorre entonces los
cálidos meses de verano, en los que el Hijo madura rá-
pidamente al igual que crece y madura la vegetación en
la naturaleza. Madura de hecho tan rápido, que el Hom-
bre Verde no sólo se hace Uno con su Padre Celestial,
sino que consigue aparearse e inseminar a su propia
madre. Esta cohabitación produce un segundo influjo de
fructífera energía vital sobre la Tierra, que se manifiesta
como una segunda proliferación vegetal y acompaña a
la cosecha.
En último término, este hecho acaba acelerando el
final del Hombre Verde, que poco después acaba mu-
riendo con la decadencia de la vegetación y la caída de
las hojas que se producen en otoño. ¿La causa de su
muerte? Los sacerdotes que interpretaron su leyenda
milenios más tarde aseguraban que moría por los peca-
dos de la humanidad. Se creía en el pasado que a causa
del pecado original no sólo la humanidad perdió su pro-
110
pio derecho de alcanzar la vida eterna, sino también el
de toda la vida sobre la Tierra.
En las postrimerías de la era neolítica, cuando sur-
gieron las civilizaciones para sustituir a otras culturas
puramente agrícolas, la antigua leyenda de la Diosa y el
Hombre Verde se extendió y adoptó tintes religiosos. Se
convirtió de este modo en un mito oficial que era recita-
do anualmente y escenificado de forma dramática en
templos y escuelas mistéricas de las nuevas e incipientes
ciudades, naciones e imperios. Una de las características
de esta línea de evolución del mito fue que el Hombre
Verde adoptaba ahora el papel adicional de Rey del
Mundo, gobernando a éste bajo la autoridad de su ma-
dre, la Tierra. Y en algunas versiones de la leyenda se
decía que el Hijo encontraba la muerte al llegar el otoño
a manos de su hermano sin escrúpulos, o de un dios os-
curo y maligno.
En las ciudades de la antigua Mesopotamia, la le-
yenda neolítica se transformó en la historia de diosas
como Inanna o Ishtar, que cada año daban a luz al Hijo,
el Hombre Verde, futuro rey bajo el nombre de Dumuzi
o Tammuz. Se decía entonces que Dumuzi/Tammuz
crecía para aparearse con su propia madre, al tiempo
que gobernaba la Tierra para ella.
A fin de reflejar esta antigua leyenda en su cultura,
los habitantes del Creciente Fértil coronaban a aquellos
individuos de sus ciudades-estado reconocidos como
encarnación de Dumuzi/Tammuz y siervos reales de la
Diosa Inanna/Ishtar.
111
Grabado desenterrado en la sala principal del pala-
cio de Arad. Representa dos imágenes casi idénticas de
un hombre con la cabeza en forma de gavilla o rama,
uno de ellos de pie y el otro tumbado en el suelo. La
escena podría representar al dios de la fertilidad Tam-
muz o a una deidad similar, que moriría en otoño para
resucitar en primavera. Museo de Israel.
Esto también se cumplía en Egipto, donde los pode-
rosos faraones eran considerados encarnaciones de Ho-
rus, el hijo de la diosa Isis, y gobernaban bajo la autori-
dad de ésta. Pero en la tierra de Kemet, aunque el espíri-
tu del faraón que ocupaba el trono era Horus, su cuerpo
físico estaba formado por Seth, el dios que regía la cris-
talización de la energía en carne física. Juntos, Horus y
Seth eran los “gemelos” divinos que formaban el cuerpo
físico y el espíritu del faraón, convirtiendo de este modo
112
a los monarcas egipcios en representantes del primer y
más grande rey, Osiris, el Hombre Verde.
REFERENCIAS ASTRONÓMICAS
113
geist) expone precisamente esta perspectiva astronómi-
ca:
La Estrella de Oriente que anuncia el nacimiento de
Jesús, o de tantas otras deidades, se corresponde con la
estrella Sirio. El 24 de diciembre esta estrella se alinea
con otras tres estrellas conocidas en la antigüedad como
“Los Tres Reyes” en el cinturón de Orión. Estas tres
estrellas siguen en línea a sirio, que apunta directamente
al emplazamiento de la salida del sol en la mañana del
25 de diciembre. Este fenómeno explica la famosa his-
toria de los Tres Reyes Magos que llegaron los últimos
al nacimiento de Jesús, el nacimiento del sol tras el sols-
ticio de invierno.
La Virgen María, por otra parte, representa la cons-
telación de Virgo. Durante el solsticio de invierno, la
constelación de Virgo se eleva sobre el horizonte dando
la sensación de que el sol, Jesús, nace de este signo zo-
diacal. Virgo, además, significa “virgen” en latín y en
el zodiaco es representado por la letra “M”. De ahí el
nombre de María, y otras madres vírgenes como la ma-
dre de Horus, Meri, o la de Buda, Maya.
Virgo también es llamado astrológicamente “La
Casa de Pan”, haciendo referencia a su iconografía, una
mujer portando una espiga de trigo; y a su momento del
año, agosto y septiembre, el periodo de cosecha. La tra-
ducción del latín de la ciudad donde nació Jesús, Belén,
es “Beth Lehem”, literalmente “La Casa de Pan”. Así,
Belén no se referiría a un emplazamiento en la tierra,
sino en el cielo, en la constelación de Virgo.
La fecha del nacimiento de Jesús simboliza el re-
surgir del sol, el principio de una nueva estación. Si nos
114
ubicamos en el hemisferio norte da la sensación de que
a partir del solsticio de verano el sol empieza a moverse
hacia el sur, los días se hacen más cortos y la luz men-
gua. El 22 de diciembre, el sol llega al punto más bajo
en el cielo y deja de moverse hacia el sur, es el solsticio
de invierno. Durante tres días, 22, 23 y 24, el sol parece
que se detiene en la Constelación de Sur o de la Cruz,
para empezar a moverse un grado hacia el norte el día
25.
Este acontecimiento astronómico explica por qué
Jesús, entre otros dioses mitológicos, fue crucificado, el
sol muere en la Constelación de la Cruz; estuvo muerto
tres días, el sol se mantiene quieto tres días; y nace o
resucita para subir a los cielos, el sol se eleva propor-
cionando días más largos, luz y calor. Sin embargo, la
resurrección de Jesús, o del sol, no se celebra hasta la
Pascua o Semana Santa en el equinoccio de primavera.
Este es el momento del año en el que el sol llega a la
mitad del hemisferio y la duración de los días supera al
de las noches. Es la primavera, el resurgir, la elevación
del sol en el cielo.
El paso del sol por las diferentes estaciones del año
fue ilustrado por nuestros ancestros paganos con la rue-
da zodiacal. Los 12 signos zodiacales o meses son los
12 discípulos con los que Jesús, el sol, viajaba.
Otra de las referencias que son tomadas como metá-
foras son las menciones a la era. Esto se explica a través
del fenómeno astronómico llamado Precesión de los
Equinoccios. Las antiguas culturas, como la egipcia,
notaron que cada 2.150 años el nacimiento del sol en el
equinoccio de primavera ocurre en diferentes signos
115
zodiacales. Esto es debido a un cambio gradual y lento
en el ángulo del eje de la rotación de la tierra que reco-
rre una circunferencia completa cada 25.776 años. De
esta manera, cada 2.150 años el sol se proyecta en dife-
rentes signos zodiacales, lo que se considera una era:
4.300 – 2.150 A.C. Era de Tauro, 2.105 A.C.- 1 D.C.
Era de Aries, 1- 2.150 D.C. Era de Piscis, 2.150 – 4.300
D.C. Era de Acuario.
El nacimiento de Jesús coincide con el comienzo de
la era de Piscis, en la que nos encontramos. Con esto se
explica las numerosas referencias a los peces que se en-
cuentran en la tradición cristiana, entre otras: “No tene-
mos aquí más que 5 onzas de pan y 2 peces” Mateo,
15:17. [Los primeros cristianos usaban la palabra grie-
ga “icthys”, que significa pez, como nombre de Jesús, y
representaban su fe con el símbolo místico pitagórico
de la “vesica piscis” (signo del pez),] conformado por
dos círculos que se intersectan, con el que se indicaba el
reinado del sol durante la era de piscis. [Tanto la mitra
de los obispos como la tiara de los papas tienen la forma
de una cabeza de pez.]
Más allá, cuando los discípulos preguntaron a Jesús
que debían hacer cuando él no estuviera, Jesús respon-
dió: “… al entrar en la ciudad, os saldrá al encuentro
un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle a la
casa.” Lucas, 20:10. El hombre con el cántaro de agua
coincide con la iconografía del signo de acuario, por lo
que esta cita es vista como una clara alusión del co-
mienzo de una nueva era tras la ida de Jesús o el fin de
la era de piscis.
116
¿CÓMO SE EXPLICAN ENTONCES LAS COINCI-
DENCIAS ENTRE CULTOS?
117
118
DESCUBRE EL VERDADERO
ORIGEN DE LA CRUZ Y COMO
LOS CRISTIANOS LA ADOPTA-
RON.
119
Los celtas e incluso los fenicios le rendían culto a
este símbolo marcándolo en sus monumentos mucho
antes de que llegaran los cristianos, también en México
la adoraban siglos antes de que los misioneros católicos
pisaran sus tierras.
También los Griegos reconocían la cruz como un
símbolo de divinidad antes de la era cristiana como por
ejemplo Baco el cual llevaba en su cabeza una banda
cubierta con cruces.
Más tarde la cruz celta llegó a simbolizar los 4 ca-
minos de las esquinas de la tierra, donde la unión de los
4 puntos formaban una cruz y el punto central significa-
ba el centro del mundo. El centro también representaba
el origen de la vida, el nacimiento de los 4 ríos místicos
y las cumbres de las montañas del mundo.
También hay datos de que los druidas hacían uso de
este símbolo. El estudioso del s. XIX Thomas Maurice,
en su obra, "Las Antigüedades Indias", hizo una extra-
ordinaria observación acerca de la importancia de la
cruz en la adoración que los druidas a la naturaleza, el
escribió:
120
El origen de la cruz utilizada por los cristianos tiene
su origen en la letra "T", Donde esta letra era el símbolo
de Tamuz, un antiguo dios de los caldeos y egipcios.
Tamuz era el hermano de la diosa de la fertilidad Ishtar
quién ahora es inconscientemente adorada por millones
de cristianos. La "T" es también muchas veces nombra-
da como "el signo de la vida"
La iglesia fue paulatinamente dejando entrar a los
paganos dejando que conservaran sus símbolos es de esa
manera que los cristianos comienzan a adueñarse de
ellos.
121
esto que Constantino se dio cuenta de esto y declaró que
la iglesia era una institución política de cuidado.
Más tarde las hostilidades entre Constantino y su
cuñado hicieron explosión y llegaron a un enfrentamien-
to que tuvo lugar en el río Tiber.
Existen varias versiones que cuentan lo que pudo
haber ocurrido con Constantino en aquella batalla: una
de ellas es que tuvo un sueño en el cual vio una cruz en
el cielo que probablemente eran las letras griegas "chi"
y "rho" (las 2 primeras letras de Christos) luego vio u
oyó estas palabras "por medio de este signo conquista-
rás". El historiador Eusebio escribió que esto lo vio du-
rante el día y que no solo lo había visto él sino que tam-
bién su ejército fue testigo de aquello, también escribió
que Jesús se le apareció al día siguiente y le aconsejó
que pusiera aquel símbolo en los estandartes de batalla
de su ejército. Sea cierto o no Constantino ganó la bata-
lla y le atribuyó la victoria al dios cristiano. Después de
esto vino su transformación al cristianismo pero esto fue
solo de nombre ya que nunca dejo de rendirle culto a
sus dioses, ya que en sus monedas tenía el símbolo de
una cruz con sus brazos equidistantes, este era el más
antiguo símbolo religioso y le rendía culto al dios Sol, la
cruz estaba encerrada dentro de un círculo y representa-
ba el calendario solar, marcaba los solsticios y los equi-
noccios.
Luego de la victoria, Constantino forma una alianza con
el Imperio del Este y conjuntamente lanzan el "Edicto
de Milán", el que promueve la tolerancia religiosa y con
esto establece el domingo o sun day (en inglés) como
día de adoración al sol. (El hecho de que la iglesia haya
122
aceptado el día que estaba encima del sabbath demues-
tra lo corrupta que es.)
Una vez que Constantino obtuvo el poder de toda
Roma, tuvo más control sobre la iglesia y paulatinamen-
te Roma se fue convirtiendo al cristianismo.
Otras de las razones fue la misma iglesia que, ya
con toda la corrupción, estaba inundada de influencias
paganas porque gracias al respaldo de Constantino co-
menzó a reclutar paganos convertidos: primero unos
pocos y después la cantidad fue aumentando a miles.
Finalmente, la inserción de personas fue demasiada y la
iglesia perdió las esperanzas de que los paganos se con-
virtieran completamente al cristianismo dejándolos que
siguieran portando sus símbolos, pero con la finalidad
de apoderarse luego de ellos.
Es así como la antigua cruz que representaba la pu-
reza y la fuerza del sol fue paulatinamente tomando un
significado sucio y lleno de sangre, pero pase lo que
pase ellos saben que no es suya.
123
124
DESCUBRE EL ORIGEN PAGANO
DE LA PALABRA CRISTO. NO ES
EL QUE TÚ PENSABAS.
125
La palabra Cristo quiere decir “Ungido, lleno de la
Gracia”, esto es castellano y proviene del grie-
go “Chrestos”, el cual a su vez proviene del he-
breo “Masia”, que traducido al castellano es “Mesías”.
Cuando un hebreo era nombrado rey, los profetas lo
ungían con aceite sagrado, y a este se le llamaba “Ma-
sia”, “el Ungido”.
La palabra Chrestos fue utilizada en Grecia aprox.
desde el Siglo V A.C., esto quiere decir, mucho antes de
la existencia de la religión Cristiana. Tenía que ver con
los oráculos, lo que significa que también tiene que ver
con el llamado Paganismo (al que tanto desprecian los
cristianos actuales).
Chrestés es el que explica oráculos, “un profeta y
adivino”, y Chrésterios es el que sirve a un oráculo o un
dios.
Se le llama “Oráculos” a las contestaciones dadas
por las divinidades, a través de las bocas de las pitonisas
y de los sacerdotes del paganismo, a las preguntas que
se les hacían. Uno de los oráculos más famosos es el de
Delfos. Una de las razones por las que los cristianos
actuales consideran al paganismo como algo malo, es
debido a confusiones etimológicas, ya que filósofos pla-
tónicos como Porfirio y Jámblico admitían que los
oráculos eran expresados por “demonios”, palabra que
proviene del griego Daemon (Daimón) y tiene una sig-
nificación idéntica a la de “dios”, “ángel” o “genio”,
destino o fortuna. Los Daimones son los espíritus guar-
dianes de la raza humana “aquellos que moran en las
proximidades de los inmortales, y desde allí velan los
asuntos humanos”, según la expresión de Hermes.
126
Por lo que vemos la palabra “demonio” etimológi-
camente no proviene de un significado malévolo.
ORÁCULO DE DELFOS.
127
del Cristo se refiere al regreso del personaje histórico
llamado Jesús, probablemente se queden esperando.
Todos nosotros tenemos un “Cristo interno”, tam-
bién conocido como Ego o Alma Espiritual. Al decir
Ego nos referimos al Ego superior, ya que hay un ego
inferior que es efímero e imperfecto.
Para entenderlo esta es la explicación esotérica…
El hombre está formado por Siete principios, tam-
bién llamados cuerpos o vehículos:
Cuerpo físico, etérico, astral, mental, manas, budd-
hico y atmico.
Del 1 al 4 son los cuerpos inferiores, los de la per-
sonalidad imperfecta, del 5 al 7 son los cuerpos superio-
res o divinos. El Cristo se encuentra en el cuerpo mental
superior, nuestra mente divina. Cuando la humanidad
logre dominar el cuerpo mental inferior y unirlo al supe-
rior, es cuando se dará la segunda venida del Cristo (Je-
sús a pesar de haber estado aquí con un cuerpo físico,
actuaba por completo en función al cuerpo mental supe-
rior).
Se habló brevemente de los Siete Cuerpos solo para
ayudar a comprender el concepto de “Cristo”. Espe-
ro hayamos entendido la importancia de conocer las
raíces etimológicas de las palabras...
128
¿PERO ENTONCES HAY ALGUNA
PRUEBA FUERA DE LA BIBLIA, DE
QUE JESÚS HISTÓRICO HAYA
EXISTIDO?
129
Este apartado lo desarrollaremos comenzando con
preguntas y respuestas y después con aquellos testimo-
nios escritos que ha dejado la historia
Se dice que fuera de la Biblia existen pocos testi-
monios escritos que hablan de la figura de Jesús pero
aquí vamos a demostrar que son bastantes y entre ellos,
podemos mencionar los de Flavio Josefo, Plinio el Jo-
ven, Cayo Cecilio, o incluso el emperador Adriano.
Muchos historiadores afirman rotundamente
que hay más pruebas de la existencia de Jesús que de la
de Julio César.
130
Los evangelios han construido una persona artificial
a partir de un mito religioso y se ha difundido poste-
riormente como si fuera historia verdadera. Contra este
modo de pensar la historia, cabe formularse la pregunta
al contrario.
131
Se construye así un “Cristo celestial” que es más
producto de la teología que de la historia.
132
Los “Enciclopedistas” en general, lo negaron
igualmente. Pero el célebre Voltaire nunca negó su exis-
tencia.
Hoy día hay también negadores de la existencia de
Jesús.
El más difundido en lengua hispana es Michel On-
fray en su Tratado de Ateología (2006).
Sobre Jesús se ha escrito quizás demasiado durante
largo tiempo, pero ¿sabremos algún día más sobre su
vida privada? ¿Pueden existir otros evangelios apócri-
fos por desvelarse?
Por supuesto que sí. No sabemos qué es lo que ocul-
tan todavía las secas arenas de Egipto, lugar ideal para
la conservación de manuscritos antiguos.
133
Comenzaremos este compendio plasmando las na-
rraciones de estos personajes desde los inicios hasta la
actualidad.
Queremos dejar claro que estamos hablando de la
existencia de un Jesús histórico y no del Bíblico, tema
que también tocaremos durante nuestro recorrido a tra-
vés de su vida oculta.
El catedrático de Nuevo Testamento de la Facultad
de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca,
Santiago Guijarro señala: «La muerte en la cruz es el
hecho histórico mejor atestiguado de la biografía de
Jesús»
Jesús no fue considerado como significativo por los
historiadores de su tiempo. Si aparece en la literatura
pagana y judía de la época fue por el empuje de los cris-
tianos que le siguieron. «Ninguno de los historiadores
no cristianos se propuso escribir una historia de los
comienzos del cristianismo, y por esta razón sólo men-
cionan los acontecimientos que tenían alguna relevan-
cia para la historia que estaban contando. Sin embargo,
el valor de estos datos puntuales es muy grande», expli-
ca Guijarro en «El relato pre-marcano de la Pasión y la
historia del cristianismo».
Por otra parte, el historiador norteamericano John P.
Meier relata en «Un judío marginal. Nueva visión del
Jesús histórico» cómo «cuando en conversaciones con
gente de la prensa y el libro (…) ésta fue casi invaria-
blemente la primera cuestión: “Pero ¿puede usted pro-
bar que existió?” Si me es posible reformular una inte-
rrogación tan amplia en una más concreta como “¿Hay
pruebas extra-bíblicas en el siglo I d.C. de la existencia
134
de Jesús?” Entonces creo que, gracias a Josefa (Flavio
Josefo), la respuesta es sí».
El historiador judío romanizado (37 a 110 d.C.) re-
coge en el texto conocido como «Testimonium flavia-
num» de su libro «Antigüedades judías (91-94)» una
referencia a Jesús que si bien se cree que fue retocada
con las frases abajo entre paréntesis, se considera autén-
tico:
135
emperador había ordenado el fuego y recoge cómo «pa-
ra acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y so-
metió a las torturas más refinadas a aquellos a los que el
vulgo llamaba “cristianos”, [un grupo] odiado por sus
abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo,
quien bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el
procurador Poncio Pilato. Sofocada momentáneamente,
la nociva superstición se extendió de nuevo, no sólo en
Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la
ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervien-
temente prácticas horrendas y vergonzosas de todas cla-
ses y de todas partes del mundo».
Los historiadores consideran a Flavio Josefo y Táci-
to como los testimonios primitivos independientes rela-
tivos al mismo Jesús más consistentes, aunque también
hay otras fuentes que recogen datos sobre los primeros
cristianos.
Aquí su carta.
«Decidí dejar marcharse a los que negasen haber
sido cristianos, cuando repitieron conmigo una fórmula
136
invocando a los dioses e hicieron la ofrenda de vino e
incienso a tu imagen, que a este efecto y por orden mía
había sido traída al tribunal junto con las imágenes de
los dioses, y cuando renegaron de Cristo (Christo male
dicere). Otras gentes cuyos nombres me fueron comuni-
cados por delatores dijeron primero que eran cristianos
y luego lo negaron. Dijeron que habían dejado de ser
cristianos dos o tres años antes, y algunos más de vein-
te. Todos ellos adoraron tu imagen y las imágenes de
los dioses lo mismo que los otros y renegaron de Cristo.
Mantenían que la sustancia de su culpa consistía sólo
en lo siguiente: haberse reunido regularmente antes de
la aurora en un día determinado y haber cantado anti-
fonalmente un himno a Cristo como a un
dios. Carmenque Christo quasi deo dicere secum invi-
cem. Hacían voto también no de crímenes, sino de
guardarse del robo, la violencia y el adulterio, de no
romper ninguna promesa, y de no retener un depósito
cuando se lo reclamen».Trajano contestó a Plinio di-
ciéndole que no buscara a los cristianos, pero que,
cuando se les acusara, debían ser castigados a menos
que se retractaran.
137
organizando tumultos por instigación de un tal Chres-
tus». En los Hechos de los Apóstoles se documenta este
hecho: «Áquila y Priscila acababan de llegar a Corinto
desde Italia por haber decretado Claudio que todos los
judíos saliesen de Roma».
138
los hebreos fueron muertos o expulsados de su tierra
para vivir dispersos por doquier. Sócrates no murió
gracias a Platón; tampoco Pitágoras a causa de la esta-
tua de Era; ni el rey sabio gracias a las nuevas leyes
por él promulgadas».
139
manifestar que eras verdaderamente el Hijo de Dios».
Celso, «Discurso verdadero contra los cristianos». Su
prosa, si bien incendiaria, busca activar los mecanismos
de la razón en una parte del movimiento cristiano que él
consideraba capaz de entender su mensaje, a pesar de
que consideraba a la mayoría de los fieles de la nueva
religión como gente inculta.
A Tiberio César:
“Apareció en Galilea un hombre joven, que en
nombre del Dios que lo envió, predicaba humildemente
una nueva ley. Primero temí que su intención fuera su-
blevar al pueblo contra los romanos. Pero pronto se
borraron mis sospechas. Jesús de Nazareth habló más
bien como un amigo de los romanos, que no de los ju-
díos.
Cierto día observé en un grupo de personas a un
hombre joven que, apoyado en el tronco de un árbol,
140
hablaba tranquilamente a la multitud que le rodeaba.
Se me dijo que era Jesús. Esto podía haberlo supuesto
fácilmente, por la gran diferencia que había entre él y
aquellos que le escuchaban. Su pelo rubio y su barba le
confirieron a su apariencia un aspecto celestial. Pare-
cía tener unos 30 años. Nunca antes había visto una faz
más amable o simpática. Qué diferencia tan grande ha-
bía entre él y los que le escuchaban, con sus barbas
negras y su tez clara. Como no deseaba molestarle con
mi presencia, proseguí mi camino, indicándole sin em-
bargo a mi secretario que se uniera al grupo y escucha-
ra. Más tarde mi secretario me informó que jamás ha-
bía leído en las obras de los filósofos nada que pudiera
compararse con las enseñanzas de Jesús. Me informó
que Jesús no era seductor ni agitador. Por ello decidi-
mos protegerle. Era libre de actuar, de hablar y de re-
unir al pueblo. Esta libertad ilimitada provocaba a los
judíos, los indignaba y los irritaba; no a los pobres,
sino a los ricos y poderosos. Más tarde escribí una car-
ta a Jesús y le pedí una entrevista con él en el Pretorio.
Acudió. Cuando el nazareno apareció, estaba yo dando
precisamente mi paseo matinal y al mirarle, mis pies
parecían aferrados con correas de hierro al piso de
mármol, temblando yo con todo el cuerpo cual un ser
culpable, a pesar de que él estaba tranquilo. Sin mo-
verme, admiré durante algún rato a este hombre excep-
cional. Nada había en él ni en su carácter que fuera
repulsivo; pero en su presencia sentí un profundo respe-
to. Le dije que él y su personalidad estaban rodeados de
una contagiosa sencillez que le situaba por encima de
los filósofos y maestros de su tiempo. A mí y a todos nos
141
causó una honda impresión debido a su amabilidad,
sencillez, humildad y amor.
Éstos, noble soberano, son los hechos que atañen a
Jesús de Nazareth. Y me tomé tiempo para informarte
de los pormenores acerca de este asunto. Opino que un
hombre que sabe transformar el agua en vino, que cura
a los enfermos, que resucita a los muertos y apacigua a
la mar embravecida, no es culpable de un acto criminal.
Y como otros han dicho, debemos admitir que es real-
mente el hijo de Dios”.
Tu obediente servidor, Poncio Pilato.
142
¿EXISTIERON LOS 12 APÓSTOLES?
143
Veamos en que se basan las personas que apoyan
estas teorías:
Hay que aclarar varias cosas antes de empezar este
proyecto y para tener una correcta perspectiva. Hay que
diferenciar al Jesús “Histórico” del Jesús “Mitológico”,
la mayoría de las personas creemos que sí existe un Je-
sús mitológico; creo que negarlo es algo ingenuo. Hay
un Jesús que la gente adora, que nunca existió de forma
real y que fue creado o diseñado para ser el estandarte
del Cristianismo. Esta representación “espiritual-
material” de Dios es simplemente un motivo y objeto
de adoración, presentando características similares al
del resto de los “dioses-hombres” que los humanos he-
mos adorado desde tiempos inmemoriales.
Este Jesús existe y es el que la gente reza y adora.
Solo está en la mente de sus fieles seguidores. Pero el
Jesús real, físico, que nació de una virgen, hizo mila-
gros, resucitó de entre los muertos y subió en cuerpo
hacia los cielos (todo esto de forma literal), es el que
mucha gente niega.
Cuando el Ateo dice “No creo en Jesús”, se está re-
firiendo precisamente al Jesús literal e histórico pues
aunque el Jesús Mitológico no existiera si existe en las
mentes de algunas personas.
Todos sabemos que la principal fuente y evidencia
que poseen los Creyentes de la existencia real de Jesús
son los evangelios y las epístolas del Nuevo Testamen-
to. Si descubrimos que entre estos hay fallas, contradic-
ciones, errores, anacronías, falacias; por una simple re-
lación de dependencia directa, el Jesús histórico desapa-
recería.
144
Intentaremos ver “un poco más allá” de simple-
mente los versículos Bíblicos. Trataremos de analizar el
contexto histórico y literario que rodean a los Evange-
lios y las epístolas del Nuevo Testamento; y nos centra-
remos en esos desconocidos hechos que rodearon a los
primeros días del Cristianismo y a los “Santos” padres
de la Iglesia. La intención es revelar al lector esa “oscu-
ra etapa” que rodea este incipiente inicio del Cristia-
nismo y las irregularidades involucradas.
Jesús existió o no existió. No hay puntos interme-
dios. Si llegásemos a tener argumentos suficientes para
asumir que su existencia real es poco probable, no ten-
dría sentido el ser cristiano ya que éste movimiento está
basado en la figura de Jesús. Sería muy deshonesto ha-
cerlo.
145
Pero ¿qué sabemos acerca de ellos?
146
necesario para un dios del sol, pasando por las doce
constelaciones del zodíaco. Al igual que otros dioses
salvadores, Jesús tuvo que tener su séquito.
LOS DOCE.
147
trañar que la mayoría de los discípulos sean solo meros
nombres (que no son siempre los mismos nombres de
Evangelio en Evangelio) y sólo unos pocos tienen un
carácter definible. Por otra parte, parece que algunos
evangelistas han tenido problemas para dar con sufi-
cientes nombres para completar los doce (aunque los
autores de los evangelios de Marcos y Lucas lo logra-
ron), mediante la combinación de las tres historias por
separado sobre los discípulos y apóstoles, ¡para llegar a
dar inclusive hasta con trece nombres!
A pesar de que Mateo y Lucas son conocidos por
haber copiado el entorno narrativo del evangelio de
Marcos, es interesante observar que sus listas de discí-
pulos (o apóstoles) no coinciden exactamente con Mar-
cos. El Tadeo de Marcos es Lebeo en Mateo (Nunca
más se vuelve a nombrar “Lebeo” en la Biblia). Los
intentos de armonizar esta diferencia resultaron en ma-
nuscritos posteriores de la lista de Mateo (Donde Lebeo
fue colocado como sinónimo de Tadeo) un cambio que
fue trasladado de nuevo más tarde a los manuscritos de
Marcos también. De seguro la armonización de estas
fallas surgieron de la necesidad de hacer lo más real y
creíble posible la leyenda y la ficción. Esta opinión se
ve reforzada por el hecho de que tanto Lebeo y Tadeo
faltan en Lucas, donde tiene lugar un misterioso Judas
hermano de Jacobo. Y, por supuesto, Lebeo, Tadeo, Ju-
das hermano de Jacobo, y Jacobo, ¡los cuatro están des-
aparecidos en el evangelio de Juan!!!! (De hecho ningún
Jacobo en nombrado en Juan). Para compensar el defec-
to, Juan da a Jesús un discípulo llamado Natanael, un
hombre desconocido en los otros evangelios. (De hecho,
148
incluso los evangelios apócrifos están desprovistos de
Natanael hasta el siglo VI)
Es increíble, pero el evangelio de Juan no hace nin-
guna mención a cualquier discípulo llamado Juan (a
pesar de un Juan ayuda a compensar la cuenta de doce o
trece en los otros tres evangelios oficiales). Pero enton-
ces, el evangelio de Juan no tiene Bartolomé, ni Mateo,
ni Jacobo hijo de Alfeo, ni Simón el Cananeo. Ni tiene
Simón Zelotes, ni Leví hijo de Alfeo, ni Mateo el publi-
cano (recaudador de impuestos). Es sorprendente des-
cubrir que los evangelios que tiene a Leví y a Mateo
como si fuesen una misma persona (Marcos 2,14).
Mateo (10,2-4)
Simón Pedro; Jacobo hijo de Zebedeo; Juan her-
mano de Jacobo; Andrés hermanos de Simón Pedro;
Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás; Jacobo hijo de Alfeo;
Lebeo (Tadeo); Simón e Cannanita y Judas Iscariote.
Marcos (3,16-19)
Simón Pedro; Jacobo hijo de Zebedeo; Juan her-
mano de Jacobo (Boanerges); Andrés, Felipe, Bartolo-
mé, Mateo, Tomás; Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo; Simón
el Cannanita y Judas Iscariote.
149
Mateo, Tomás; Jacobo hijo de Alfeo; Judas, hermano de
Jacobo, Simón Zelote y Judas Iscariote.
Juan
No muestra una lista de los Discípulos como lo
hacen los demás Evangelios.
No nombra Lebeo, Tadeo, Judas hermano de Ja-
cobo, ni a Jacobo.
Nombra a un misterioso discípulo Natanael (Juan
21,2), que no es mencionado en ningún otro evangelio.
Aunque este evangelio se llama Juan, no nombra
a ningún Juan.
No nombra a Bartolomé, ni a Jacob hijo de Al-
feo, si Simón el Cananeo.
No tienen ningún Simón Zelotes, no Leví hijo de
Alfeo, ni Mateo el publicano.
150
LA IGLESIA CATÓLICA NO TIENE
SU ORIGEN EN LAS ENSEÑANZAS
DE JESÚS.
151
establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese real-
mente el origen de la Iglesia Católica? Por el contrario.
Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento reve-
lará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las en-
señanzas de Jesús o Sus apóstoles.
En el Nuevo Testamento, no hay mención del papa-
do, la veneración o adoración de María (o de la inmacu-
lada concepción de María, la perpetua virginidad de
María, la ascensión de María, o María como co-
redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el
cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las orde-
nanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el
bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdo-
te, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad parale-
la de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si
el origen de la Iglesia Católica no se encuentra en las
enseñanzas de Jesús y sus apóstoles, como están regis-
tradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero
origen de la Iglesia Católica?
Durante los primeros 280 años de la historia cristia-
na, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y
los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto
cambió después de la “conversión” del emperador ro-
mano Constantino. Constantino “legalizó” el cristia-
nismo en el Edicto de Milán en el año 313.
Después en el 325 d.C. Constantino convocó al
Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristian-
dad. Constantino visualizó el cristianismo como una
religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en
ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse.
152
Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo po-
sitivo para la iglesia cristiana, el resultado fue todo me-
nos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar
de lleno la fe cristiana, sino que continuó con muchas de
sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia
cristiana que Constantino promovió era una mezcla del
verdadero cristianismo con el paganismo romano.
Descubrió que con la gran extensión del Imperio
Romano, tan diverso y expansivo, no todos accederían a
renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el cristia-
nismo en su lugar. Así que Constantino permitió, y aún
promovió la “cristianización” de la creencia pagana. Y
así, creencias completamente paganas y totalmente anti-
bíblicas le dieron nuevas identidades al “cristianis-
mo” Algunos claros ejemplos de ello son los siguientes:
La mayoría de los emperadores romanos (y ciuda-
danos) eran enotistas. Un enotista es alguien que cree en
la existencia de muchos dioses, pero que tiene un enfo-
que primario en un dios en particular, o considera a un
dios en particular como supremo sobre los otros dioses.
Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era supremo sobre
el “panteón” (la totalidad de los dioses) romano. Los
marinos romanos con frecuencia eran adoradores de
Neptuno, el dios de los océanos.
Cuando la Iglesia Católica absorbió el paganismo
romano, simplemente reemplazó el “panteón” de dioses
con los santos. Así como el panteón de dioses romanos
tenía un dios del amor, un dios de la paz, un dios de la
guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría, etc.,
la Iglesia Católica tiene un santo que “está a cargo” de
cada una de estas características, y existen muchas otras
153
categorías. Igualmente, así como muchas ciudades ro-
manas tenían un dios específico para la ciudad, también
la Iglesia católica provee sus “santos patrones” para las
ciudades.
La supremacía del obispo romano (el papado), fue
creado con la ayuda de los emperadores romanos. Sien-
do la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio
romano, y con los emperadores romanos viviendo en
Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminen-
cia en todas las facetas de la vida. Constantino, y sus
sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el
supremo gobernante de la iglesia.
Desde luego, era mejor para la unidad del imperio
romano, que el gobernante y la sede de la religión se
encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que
muchos otros obispos (y cristianos) se resistieron a la
idea de que hubiera un obispo romano supremo, even-
tualmente el obispo romano se elevó a la supremacía, a
través del poder y la influencia de los emperadores ro-
manos. Cuando el imperio romano se colapsó, los papas
tomaron el título que previamente había pertenecido a
los emperadores romanos “Pontificus Maximus”.
Se pueden dar muchos otros ejemplos, esto es sufi-
cientes para demostrar el verdadero origen de la Iglesia
Católica. Desde luego, la Iglesia Católica Romana niega
el origen pagano de sus creencias y prácticas. La Iglesia
Católica disfraza sus creencias paganas bajo capas de
complicada teología. La Iglesia Católica excusa y niega
su origen pagano tras la máscara de la “tradición ecle-
siástica”. Reconociendo que muchas de sus creencias y
prácticas son totalmente ajenas a la Biblia; la Iglesia
154
Católica está forzada a negar la autoridad y suficiencia
de las Sagradas Escrituras.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico com-
promiso del cristianismo con las religiones paganas que
la rodeaban. En vez de proclamar el Evangelio y con-
vertir a los paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las
religiones paganas, y “paganizó” el cristianismo. Al
mezclar las diferencias y borrar las características dis-
tintivas, si, la Iglesia Católica se hizo a sí misma atracti-
va a la gente del imperio romano. Uno de los resultados
fue que la Iglesia Católica se convirtiera en la religión
suprema en el “mundo romano” durante siglos. Sin em-
bargo, otro resultado fue la más dominante forma de
apostasía del cristianismo del verdadero Evangelio de
Jesucristo y la verdadera proclamación de la Palabra de
Dios.
Timoteo 4:3-4 declara, “Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a
sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad
el oído y se volverán a las fábulas”.
155
156
COMO CONSTANTINO MODIFI-
CÓ LA BIBLIA Y "CREÓ" LA IGLE-
SIA CATÓLICA A SU CONVE-
NIENCIA PARA CONTROLAR A
TODOS.
157
secuciones a las que se habían visto sometidos. Tras el
edicto se abrieron nuevas vías de expansión para los
cristianos, incluyendo el derecho a competir con los pa-
ganos en el tradicional “cursus honorum” para las altas
magistraturas del gobierno, así como también ganaron
una mayor aceptación dentro de la sociedad civil en ge-
neral. Los líderes cristianos alcanzaron una mayor im-
portancia (como ejemplo de ello, los obispos cristianos
adoptaron unas posturas agresivas en temas públicos
que nunca antes se habían visto en otras religiones)
Constantino no oficializó el cristianismo el cual
no se convertiría en religión oficial del Imperio hasta
el final de aquel siglo (un paso que daría Teodosio en
el 380 con el Edicto de Tesalónica)
Constantino consideraba que era su deber como
emperador, designado por Dios para ello, calmar los
desórdenes religiosos, y por ello convocó el Primer
Concilio de Nicea (20 de mayo al 25 de julio de 325)
para terminar con algunos de los problemas doctrinales
que contaminaban la Iglesia de los primeros siglos, es-
pecialmente el arrianismo. Dio un discurso inicial ata-
viado con telas y accesorios de oro, para demostrar jus-
tamente el poderío del Imperio por un lado, y el apoyo e
interés al concilio desde el estado por el otro.
Constantino "creó" la Iglesia Católica, e impulsó la
doctrina de la Santísima Trinidad presionando a los
obispos reunidos en el Concilio. Los defensores de la
Iglesia Católica sostienen que las bases de la doctrina ya
estaban en la iglesia primitiva unos 200 años de Cons-
tantino, como el nombre "católico", la veneración a Ma-
ría, las imágenes, la Trinidad, la naturaleza de Cristo.
158
Sin embargo no hay suficiente documentación que lo
apoye. Este concilio fue sumamente importante ya que
se establecieron bases bíblicas y religiosas que nos afec-
tan hasta el día de hoy.
En sus últimos años de vida también ejerció como
predicador, dando sus propios sermones en el palacio
ante su corte y los invitados del pueblo. Sus sermones
pregonaban el principio la armonía, aunque gradual-
mente se volvieron más intransigentes hacia los viejos
modos paganos.
Inmediatamente después de su legalización, la Igle-
sia cristiana ataca a los paganos: en el Concilio de An-
cyra, se denuncia el culto a la diosa Artemisa; muchos
templos paganos fueron destruidos por las hordas cris-
tianas y sus sacerdotes fueron asesinados. Entre el año
315 y el siglo VI miles de creyentes paganos fueron ase-
sinados. Entre 316 y 326 se proclaman una serie de dis-
posiciones que favorecen al cristianismo frente a la reli-
gión tradicional (prohibición de la magia y los sacrifi-
cios privados, exoneración fiscal a los clérigos cristia-
nos, se otorga jurisdicción a los obispos...) En el año
326, El emperador Constantino, siguiendo las instruc-
ciones de su madre Elena, destruye el templo del dios
Asclepio en Aigeai de Cilicia y muchos más de la diosa
Afrodita en Jerusalén, en Afka en el Líbano, en Mam-
bre, Fenicia, Baalbek, etc.
En el año 330 el emperador Constantino roba todos
los tesoros y las estatuas de los templos paganos de
Grecia, para llevárselos y decorar Constantinopla, su
nueva capital del Imperio.
159
Constantino retiró
su estatua de los tem-
plos paganos. La repa-
ración de estos templos
fue prohibida, y los
fondos fueron desvia-
dos en favor del clero
cristiano. Se suprimieron las formas ofensivas de adora-
ción, fueran cristianas o paganas. En la reinauguración
de Constantinopla en 330 se efectuó una ceremonia mi-
tad pagana y mitad cristiana. En la plaza del mercado se
impuso la cruz de Cristo sobre el carro del Dios Sol.
Fue bautizado cuando ya se encontraba en su lecho
de muerte, tras un largo catecumenado. Solo la Iglesia
Ortodoxa lo venera como santo.
160
Si Constantino grabó la efigie del Crismón en sus
estandartes y gracias a ella se fundamenta una religión,
¿Por qué el cristianismo actual toma como referencia y
signo de adoración la clásica cruz? ¿Por qué no se utili-
zó en los inicios de cristianismo el Crismón como su
símbolo?
O en todo caso.
Si lo que Constantino recibió como visión fue la
cruz que todos conocemos ¿Por qué desobedeció y co-
locó el símbolo del Crismón en sus estandartes? ¿No es
esto un acto de blasfemia o desobediencia a Dios?
161
tuas y tesoros de Grecia, perdiéndose de esta manera
valores culturales irrecuperables.
Acostumbraba a aparecer en público, en los conci-
lios y ante la corte vestido con las ropas más lujosas,
cargado de adornos de oro, al estilo oriental, marcando
un antecedente del emperador que gobierna rodeado de
riquezas en nombre de Dios.
Todo esto sin incluir los numerosos cambios y su-
presiones que sufrieron las sagradas escrituras manipu-
ladas por los seguidores de Constantino en los sucesivos
concilios con el fin de obtener una “Biblia” que los be-
neficiara y se adaptara al dominio político y económico
que tanto buscaban. En 315, Constantino hizo de la
conversión al judaísmo un crimen capital; tanto el judío
proselitista como el cristiano converso eran reos de pena
capital.
Pero las cualidades homicidas de Constantino de
exacerban con su propia familia: Según se dice, elimi-
nó a su propio hijo cuando se enteró de que éste ya-
cía con su madre. Después, al enterarse de que era men-
tira, hizo lo mismo a su mujer por mentirosa. A su hijo
Crispo también lo eliminó y su esposa, la emperatriz
Fausta dejada fallecer en un baño excesivamente calien-
te.
Este hecho no impidió su bautismo cristiano en
su lecho final.
Para muchos estudiosos todo esto de las visiones y
los milagros fueron solo un teatro de Constantino que al
ver el gran auge y la creciente cantidad de fieles que
estaba teniendo el cristianismo, decidió hacer una espe-
cie de fusión entre ambos tomando ritos de cada parte
162
para crear una religión muy particular y parecida a la
que tenemos hoy en día. Su visión fue básicamente eco-
nómica ya que respetó e incluso apoyó hasta el fin de
sus días muchos ritos paganos, con el objetivo de bene-
ficiarse de ambas partes:
Se sabe que durante mucho tiempo siguió acuñando
monedas con figuras de Dioses paganos como Sol Invic-
tus, Júpiter capitolino y Marte, siendo del primero de
éstos el que durante más tiempo tuvo culto oficial, tanto
así que la festividad del domingo, introducida en 321,
era en realidad el llamado Dies Solis; con ella Constan-
tino, notorio antisemita, evidentemente quiso reempla-
zar la fiesta judaica del sábado por el día del señor cris-
tiano. Poco antes de su muerte, Constantino hizo repre-
sentar su persona en una estatua de pórfido bajo la figu-
ra de Helios, e incluso la víspera de su fallecimiento
restableció una ley antigua por lo que “Los sacerdotes
paganos quedaban exentos a perpetuidad de los tributos
inferiores”. De sí mismo afirmaba que jamás había
cambiado de divinidad a la hora de recogerse a rezar.
Es increíble la cantidad de sentimientos y reaccio-
nes encontradas que genera la figura de Constantino.
Veamos dos opiniones apasionadas sobre él, pero total-
mente opuestas entre ellas:
163
Obispo Eusebio de Cesárea
“Ese monstruo Constantino. Ese verdugo hipócrita
y frío, que degolló a su hijo, estranguló a su mujer, ase-
sinó a su padre y a su hermano político, y mantuvo en
su corte una caterva de sacerdotes sanguinarios y cerri-
les, de los que no solo se habría bastado para poner a
media humanidad en contra de la otra media y obligar-
las a matarse mutuamente”.
164
¿QUÉ SON LOS EVANGELIOS
APÓCRIFOS Y POR QUÉ SE
PROHIBIERON?
165
Es así como la mezcla de lo oral con lo escrito, lle-
vó a que a finales del siglo I y en el decurso del II, sur-
giera una gran cantidad de escritos recopilatorios de
dichos y sentencias dispersas de Jesús, algunos de los
cuales llegaron a adoptar forma de Evangelios, pero al
no ser incluidos en la Biblia, o aceptados por otras igle-
sias cristianas, fueron llamados “extra-canónicos” o
“apócrifos”.
En el libro “Los Apócrifos”, Aurelio de Santos Ote-
ro los describe como aquellos que no fueron reconoci-
dos por las iglesias cristianas de los primeros siglos co-
mo parte de la Sagrada Escritura. Sin embargo, se pre-
sentan con nombres o características que los hacen pa-
recer canónicos.
Según el teólogo Pablo Uribe, de la Universidad Ca-
tólica de la Santísima Concepción, estos escritos se dis-
tinguen de los textos sagrados por su contenido y el esti-
lo con el que presentan los hechos. Mientras los evange-
lios mantienen una forma propia de una predicación
apostólica, sobria y carente de adornos, en los apócrifos
abunda el relato fantástico y no sigue el género utilizado
para escribir un evangelio.
Además, los apócrifos se diferencian de los evange-
lios, ya que estos últimos apenas señalan la autoría de
quienes los escribieron, mientras que los “extra-
canónicos” resaltan varias veces el nombre de algún
miembro distinguido de la comunidad que supuestamen-
te lo produjo.
Uribe explica que los apócrifos intentan completar
la vida de Jesús, pero distan mucho de los contenidos
incluidos en la Biblia. Muchos de ellos datan de tiempos
166
más lejanos al de los textos bíblicos; aparecen años des-
pués.
En general, se han transformado en una corriente
muy estudiada dentro de la teología, ya que permiten
conocer las distintas creencias que van mostrando otra
manera de pensar, indicó Uribe.
Entre los apócrifos más estudiados, ya sea porque se
acercan más a las sagradas escrituras o al tiempo en que
se escribieron los evangelios son:
167
“cuando se conozcan a sí mismos, entonces serán cono-
cidos y comprenderán que son hijos del padre viviente”.
Jesús no tiene que los demás no puedan tener, es posible
tener el mismo tipo de relación con lo divino, indican
los investigadores.
En esta apócrifo se llama a una conexión personal
con Dios sin que se necesiten iglesias organizadas, sa-
cerdotes u obispos. Tratándose de un evangelio conside-
rado “gnóstico” (secta constituida a comienzos del cris-
tianismo que enfatizaba el misticismo y estaba en
desacuerdo con la jerarquía cristiana emergente), no fue
del agrado de las autoridades de la Iglesia. Y probable-
mente esa puede ser la razón por la cual este evangelio
fue calificado como herético.
168
EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA: ¿LA
VERDADERA LÍDER DE LA IGLESIA CRISTIA-
NA?
169
cuyo interior había un monje del siglo VIII. En sus ma-
nos había un libro llamado el Evangelio de Pedro, sien-
do uno de los primeros textos perdidos en ser descubier-
tos.
Éste cuenta una versión muy diferente de la vida de
Jesucristo; es una historia temprana y alternativa, donde
Jesús no sufrió dolor alguno mientras estaba en la cruz.
“Y tomaron dos malhechores, y crucificaron al Señor
entre ellos. Mas él se callaba, como aquel que no siente
sufrimiento alguno”. Asimismo afirma revelar un testi-
monio presencial de la resurrección, convirtiéndose en
el único evangelio que intenta contar la historia de lo
que pasó durante la resurrección, pues todos los evange-
lios bíblicos hablan de los resultados de ésta, que la
tumba estaba vacía, etc.
En el texto dice “la tumba estaba abierta, y los sol-
dados lo vieron porque montaban guardia. Mientras
explicaban lo que habían visto vieron salir a tres hom-
bres de la tumba”.
Cuando salen van sujetando un tercero, el que su-
puestamente es Jesús, y luego se oye una voz profunda
que pregunta “¿Has predicado a los que están dormi-
dos?”. Es así como la resurrección termina con Jesús y
las otras dos figuras subir al cielo, dejando a los testigos
oculares asombrados.
El descubrimiento de estos evangelios revela una
batalla secreta ya olvidada, pero que una vez fue de gran
relevancia: la pelea por el alma de la cristiandad. Por un
lado hay un grupo devoto que desea una relación directa
y espiritual con Dios y con sus propios evangelios, y por
170
el otro, una creciente jerarquía de cristianos ortodoxos
que solo aceptan cuatro evangelios.
Lo paradójico de esto es que se supone que pedro
fue el elegido por Jesús para construir su iglesia y no
fue incluido, la verdad es lamentable como la iglesia ha
manipulado y manipula la información actualmente,
esta condena le cae no solo a la iglesia católica sino a
todas las iglesias cristianas.
Entre los libros que no se incluyeron en el nuevo
testamento por que la iglesia los considero algo diferen-
tes y que podía confundir a sus fieles tenemos (La ma-
yoría de estos textos fueron escritos en el siglo primero
y segundo al igual que los textos canónicos aceptados
por la iglesia):
171
Hechos de Mateo y Andrés
Hechos de Pedro y Pablo
Hechos de los hermanos de Jesús
Testimonio el Misterio de La Cruz por Apóstol
Juan
Libro el Martirio de Policarpo
Evangelio de Bernabé
Cartas de Bernabé
Cartas de Pedro
Cartas de Santiago
Evangelio de la Verdad
Evangelio de los Egipcios
Otro Evangelio de Felipe
Escritos de Juan Bautista
Libro los secretos de Jaime
Evangelio de Nicodemo
Evangelios Gnósticos de Juan
Evangelios Gnósticos de María Magdalena
Evangelios Gnósticos de Pedro
Evangelios Gnósticos y Proféticos
Evangelio de Taciano
Hechos de Pedro y los Apóstoles
La hija de Pedro
Epístolas de Bernabé
Libro Doctrina de los Apóstoles
Evangelio del pastor de Hermas
Evangelio de Irene de Lyon (discípulo de Juan
Apóstol)
Manuscritos del Templo
172
Detalles del Templo
Libro de Cobre
Libro de Plata
Libros de los Tesoros del Templo
Libro de los Saduceos
Libros del Jesús Esenio
Libro de los Fariseos
Libro de los canticos
La lista es más amplia, son alrededor de 250 tex-
tos.
173
174
PARTE 2
CONSPIRACIÓN
Y TEORÍAS SOBRE
EL NACIMIENTO DE JESÚS.
175
176
JESÚS NO NACIÓ EN NAZARET.
ESTA SE CONSTRUYÓ 4 SIGLOS
DESPUÉS.
177
ret que es identificado con ese nombre casi como su
apellido: Jesús de Nazaret. Por lo tanto si descubrimos
que es poco probable que Nazaret no existió en el pri-
mer siglo, sería otro dato más a las muchas evidencias
que insinúan que Jesús como personaje histórico jamás
existió. Según la Biblia Nazaret era la ciudad donde vi-
vían los padres de Jesús y donde se supone que Jesús
transcurrió toda su infancia.
El vocablo “Nazaret” aparece en la Biblia 17 veces.
Debía de ser bastante conocida en los alrededores por-
que a Jesús siempre lo acompañaba el título de la ciudad
donde vivió. Lucas 4,16 nos dice que había una sinago-
ga en Nazaret, por lo que la ciudad era de importancia
para la religión local y lo suficientemente grande como
para albergar un santuario.
Estas referencias del Nuevo testamento acerca de
Nazaret son escasas y poco explicativas; pero su exis-
tencia, según la Biblia, está claramente establecida.
Pero al buscar ratificación histórica sobre Nazaret
nos damos cuenta que las evidencias de su existencia
son prácticamente nulas:
Nazaret no se menciona ni una sola vez en el Anti-
guo Testamento. El Libro de Josué, enumera doce po-
blaciones y seis aldeas, pero omite a Nazaret del listado.
Por otro lado El Talmud tampoco la menciona en
sus textos.
San Pablo no dice nada sobre Nazaret. Es verdade-
ramente increíble que el gran apóstol Pablo ni siquiera
nombra una sola vez esta ciudad. Ni tampoco la nombra
como el apellido de Jesús.
178
NINGÚN ANTIGUO HISTORIADOR O GEÓGRAFO
MENCIONA A NAZARET.
179
entonces había espacio. ¡Este espacio sería en el futuro
la actual ciudad de Nazaret! A la completa destrucción
de Japha, el uso para tumbas habría sido imposible en
dicho sitio si ésta hubiera existido. La anónima necrópo-
lis yace hoy en día bajo la moderna ciudad de Nazaret.
Espero se entienda esto: En el año 67 los muertos de
la guerra de Japha fueron enterrados en un sitio donde
tiempo después existiría Nazaret. Es decir, para el año
67 Nazaret aun no existía.
Posteriormente (según lo indican hallazgos de ce-
rámica) el sitio donde fueron enterrados estos cadáveres
fue ocupado de nuevo por el éxodo generalizado de los
judíos de Judea y Galilea. La nueva aldea vivía de agri-
cultura de pan comer y totalmente ajena al uso como
cementerio de la gente de Japha. Esto ocurrió después
de la revuelta de Bar Kochba del 135 AD
Existe un Itinerario de una peregrinación anónima
de Burdeos, que es la más antigua descripción dejada
por un pío turista. Está fechada en 333 AD. Es un lista-
do de ciudades al estilo romano, con distancias y algún
comentario ocasional.
Observamos que el peregrino menciona muchos lu-
gares de la historia de la vida de Jesús: En Jezreel (Stra-
dela) menciona al rey Ahab y Goliat. En Aser (Teyasir)
menciona a Job. En Neopolis su referencia es al Monte
Gerizim, Abraham, José y el pozo de Jacob, en Sichar
(donde JC le pidió agua a la samaritana). Pasa la villa de
Bethel (Beitin) y menciona el encuentro de Jacob con
Dios, y Jeroboam. Luego sigue a Jerusalén. Nuestro pe-
regrino no hace referencia alguna a Nazaret aun en el
año 333.
180
ENTONCES SI HAY TAN POCA EVIDENCIA DE
SU EXISTENCIA… ¿POR QUÉ JESÚS ES IDENTI-
FICADO CON ESE NOMBRE?
181
ción contra los herejes en las oraciones diarias de los
judíos.
“Tres veces diarias dicen: que Dios maldiga a los
Nazarenos”.
Epifanio (Panarion 29.9.2)
Los Nazarenos podrían haberse considerado a sí
mismos como una rama de la estirpe de Josué (padre del
legendario rey David). Ciertamente, ellos tenían su pro-
pia versión temprana de “Mateo”.
Este texto perdido, el evangelio de los Nazarenos,
difícilmente puede verse como “el evangelio de los ha-
bitantes de Nazaret”
“Y llegado, puso su residencia en una ciudad lla-
mada Nazaret; para que así se cumpliese lo dicho por
medio de los profetas: Nazoraios será llamado”.
(Mateo 2.23)
Fue el posterior evangelio de Mateo que inició el
engaño de que el título “Jesús de Nazaret” en alguna
manera debiera relacionarse con Nazaret, citando la
“profecía”:
182
que implica “residente en, pudo fabricar un vínculo de
ciudad de origen para su ficticio héroe”.
183
184
¿QUIÉNES ERAN LOS REYES MA-
GOS REALMENTE? NI REYES NI
MAGOS... ¿SABIOS? ¿HOMBRES DE
CIENCIA? ¿ASTRÓLOGOS?
185
eran ni de dónde provenían. Escrituralmente, solo es
sabido de ellos que cuenta el Evangelio de Mateo:
Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del
rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos ma-
gos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba
de nacer? (Mateo 2,1-2).
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre
María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus teso-
ros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Ma-
teo 2:11).
Lo que todo el mundo conoce es que vinieron de
Oriente, en número de tres, guiados por una estrella que
les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús,
adorándolo y ofreciéndole oro (presente conferido a los
reyes), incienso (empleado en el culto en los altares de
Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los
muertos). Antes de llegar, en la ciudad de Jerusalén, se
toparon con el gobernador Herodes el Grande, quien
astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con
él para darle noticia del sitio donde se hallaba dicho
niño, para acabar con su vida, tras ordenar la matanza de
los inocentes. Poco después durante el camino, un ángel
se apareció a los tres reyes advirtiéndoles del gran peli-
gro que corría Jesús si obedecían el deseo de Herodes.
Así pues, no volvieron por el mismo camino .Parece ser
que por el hecho de que el relato evangélico indicara
que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio
por hecho que eran tres… Aunque lo más misterioso es
que en algún momento las distintas tradiciones han con-
tado que eran dos, cuatro, siete...
186
La primera vez que surge el nombre con que hoy
conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San
Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la ima-
gen está decorado con mosaicos de mediados del siglo
VI que representan la procesión de las Vírgenes.
187
Y así la tradición los ha representado con las tres
razas conocidas en la antigüedad y representantes de las
tres edades del hombre.
La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado
también en los Evangelios Apócrifos. Según la tradición
esotérica aplicada al cristianismo, estos personajes pro-
cedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan.
Otra leyenda cuenta que después de la Resurrección
de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba (India), que
fueron bautizados y que se les consagró obispos; des-
pués fueron martirizados en el año 70 y fueron deposi-
tados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados
a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Fede-
rico I Barbarroja, en el siglo XII, las trasladó a Colonia,
donde hoy reposan sus cenizas con las coronas que su-
puestamente llevaron durante su existencia.
Actualmente en la catedral de Colonia, se veneran
los supuestos restos de los Reyes Magos en una urna
dorada colocada en el altar mayor.
Si bien parece contradictorio que practicantes de la
magia, sean admitidos como adoradores del Mesías, el
término griego no era utilizado preponderantemente
para referirse a los hechiceros; se utiliza, en este caso
para referirse a hombres sabios (cual se los llama en
diversas versiones de la Biblia en inglés), o más especí-
ficamente, hombres de ciencia. De hecho, también po-
seían conocimiento de las Escrituras (Mateo 2:5-6).
San Mateo nos deja ver que eran astrónomos que
conocían con precisión el movimiento de la estrella.
Aunque bien intencionados, su visita es causa de turba-
ción general y del celo de Herodes (2:3). A pesar de ser
188
anciano y de haber reinado ya por más de treinta años,
Herodes les ruega que averigüen el sitio preciso del na-
cimiento del Mesías (2:8) con el fin de acabar con su
potencial sucesor. Los sabios, que no sospechan esto,
encuentran al Niño, al cual adoran y obsequian oro, in-
cienso y mirra (2:11), pero prevenidos por un ángel
(2:12), no regresan con Herodes. Iracundo, el rey manda
a matar a los niños menores de dos años. Para entonces,
José ha sido avisado en sueños (2:13) de huir a Egipto
con los suyos.
A partir de ese relato, tanto la Iglesia Católica como
el vulgo en general han ido elaborando una historia so-
bre los hechos y la personalidad de estas tres figuras,
incluyendo el presunto estatus real.
Desde muy antiguo el tema de los Reyes Magos ha
sido ejecutado por artistas pintores y escultores. Les han
representado en número de tres, cuatro, y en algún caso
de dos. Poseen un monumento de ellos mismos que se
halla en la localidad alicantina de Ibi, España.
189
190
¿Existió la estrella de Belén?
¿Acontecimientos astronó-
micos? ¿Algomás?
191
sobre su origen. ¿Una nave tripulada por extraterrestres?
¿meteoritos? ¿ lluvias de estrellas fugaces?... Desde la
astronomía se han buscado diversas explicaciones ra-
cionales al origen de la estrella de Belén. Aunque habi-
tualmente se representa con forma de cometa, no se tie-
ne constancia de ningún astro de este tipo que hubiera
brillado con fuerza suficiente en aquella época como
para llamar tanto la atención. El pintor Giotto en su
cuadro "La adoración de los Magos" de 1304 representó
al cometa Halley como el astro guía de los Reyes, segu-
ramente aún impresionado por la visión del mismo tan
sólo tres años antes. Esta asociación ha llegado hasta
nuestros días, aunque los científicos aseguran que el
cometa se vio en el año doce antes de Cristo, por lo que
no sería posible que el Halley fuera la buscada estrella.
El astrónomo Mark Kidger, del Instituto de Astrofí-
sica de Islas Canarias, plantea que en realidad fue una
suma de acontecimientos astronómicos sucesivos que
alertarían a los magos de que algo importante iba a pa-
sar en Judea. Todo comenzaría con una "conjunción
triple" de Júpiter y Saturno. En una conjunción triple las
órbitas de los dos planetas se alinean de tal modo con la
Tierra que estos parecen acercarse y separarse en el cie-
lo tres veces en unos siete meses. Posteriormente, en el
año cinco antes de Cristo, una nova brilló en el cielo
durante 70 días y los magos, que ya estaban en aviso, se
pondrían en camino guiados por ella. Según esta teoría,
el nacimiento de Jesús habría que situarlo en el período
entre finales de marzo y el comienzo de abril del año
cinco antes de Cristo y no el 25 de Diciembre como se
cree (a continuación extenderemos el tema). Kidger ar-
192
gumenta que la fecha de muerte de Herodes se sitúa en
torno al año cuatro antes de Cristo por lo que su expli-
cación sería plausible.
193
tuvo donde estaba el Niño. Y al ver la estrella se regoci-
jaron con un gozo muy grande”. ¿Qué pudo ser esa luz
que les guió aparentemente de forma inteligente durante
todo su viaje? Son muchas las posibles respuestas que
se han barajado: desde alineaciones astrológicas a fe-
nómenos astronómicos fuera de lo común como meteo-
ritos, estrellas novas o cometas, pasando por espectacu-
lares conjunciones planetarias. Pero todas esas posibili-
dades no explican el extraño comportamiento que tuvo
esa singular estrella que guió a los Magos de Oriente.
Un comportamiento que muchos estudiosos no han du-
dado en calificar de inteligente. La estrella de Belén no
indicó solo el camino que debían seguir, sino que, lo
que aún es más importante, llegó a detenerse en dos
ocasiones para señalar dónde tenían que parar: primero
sobre Jerusalén y luego sobre Belén, donde se encontra-
ba el recién nacido Jesús. No hay ningún fenómeno na-
tural que pueda justificar este prodigio, y solo si se tra-
tase de algo con un control inteligente se podría explicar
ese comportamiento. Si se admite la realidad del relato
bíblico, no hay ninguna explicación natural que con-
cuerde con la descripción de la estrella de Belén.
Los estudiosos del tema han querido encontrar para-
lelismo existente entre fenómenos inexplicables de la
Biblia y Naves espaciales, ya que entendemos por OV-
NI aquel objeto que vemos en el cielo y no sabemos
identificar de qué se trata.
Esta teoría se basa en que no puede existir una es-
trella inteligente, que brille para guiar a unos magos,
que se para cuando paran las personas que van en pos de
194
ella, y prosigue su camino cuando estos reanudan la
marcha.
Una estrella no se detendría sobre el portal, en el si-
tio en que había nacido Jesucristo.
Agregan que una estrella no pudo acercarse tanto a la
tierra, de haber ocurrido así, hubiese originado el caos.
Por todo ello esgrimen que, lo que en realidad vie-
ron los magos, fue un ovni, ya que un ovni si puede
desplazarse, parar en un lugar determinado y continuar
su marcha
Las estrellas pueden moverse y detenerse, por su-
puesto, unas las vemos fijas en el firmamento, las estre-
llas fugaces y los cometas se mueven, pero en lo que se
basan es en que es imposible que sea las dos cosas a la
vez, que se detenga en un lugar determinado, es decir
que parezca inteligente o que obedece ordenes inteligen-
tes.
La teoría poco comprobada indica que la Estrella de
Belén era un OVNI. Así que los Reyes Magos llegarían
hasta el niño Jesús gracias a una presencia extraterres-
tre.
Reinaldo Ríos, investigador de fenómenos ovni es
uno de quienes creen que pudo ser una nave espacial.
Basándose en los evangelios apócrifos, dice que un ra-
yo desde la estrella alumbraba el pesebre. Ese rayo po-
dría ser lo que en ufología se denomina un SENDRA, o
sea un túnel desde un ovni, por lógica, los Ángeles que
estaban en el portal serian extraterrestres.
Sixto Paz Wells presenta una larga explicación, pe-
ro la conclusión es la misma.
195
Iván Benítez y Ricardo Suárez también son defenso-
res de esta teoría.
Pero ¿Qué fue lo que vieron de verdad los reyes
magos? Para los teólogos católicos, lo único cierto es
que los Reyes Magos fueron testigos de una luz extraor-
dinaria, dispuesta en el cielo de manera inusual, donde
el universo indicaría, en forma de homenaje, el lugar
exacto del nacimiento del hijo de Dios. El Papa Bene-
dicto XVI, reafirma el poder de Dios sobre la materia
(“de lo contrario no sería Dios”, sostiene). Y agrega
que “No es la estrella la que determina el destino del
Niño, sino el Niño el que guía a la estrella”.
196
JESÚS NO NACIÓ EL 25 DE DICIEM-
BRE. ¿RECICLADO DE CREENCIAS?
¿POR QUÉ ESE DÍA ENTONCES?
197
Según los estudios de media vida JJ Benítez, todo
da pie a pensar que Jesús nació entre el 5 y 25 de Agos-
to y unos 4 años antes de lo que se dice
Además en el libro Daily Life in the Time of Jesus
(Vida cotidiana en el tiempo de Jesús), de Henri Daniel-
Rops, se nos dice algo semejante: “Los rebaños […]
pasaban el invierno bajo cubierto; y solo por este deta-
lle puede verse que es poco probable que la fecha tradi-
cional de la Navidad, en el invierno, sea cierta, ya que
el Evangelio dice que los pastores estaban en los cam-
pos”.
The Encyclopedia Americana dice lo siguiente so-
bre el 25 de diciembre: “En Occidente no se estableció
esta fecha hasta aproximadamente mediados del siglo
IV, y en Oriente, hasta más o menos un siglo después”.
Si buscamos información en la Biblia, llegamos a la
conclusión que Jesús no nació en esa fecha. Y él no au-
torizó la celebración de la Navidad, como tampoco lo
hicieron sus discípulos ni los escritores de la Biblia. De
hecho los primeros cristianos no celebraban el naci-
miento de Cristo. Además si hubiese sido importante
recordar su nacimiento, ¿no lo habría mandado?
Además hasta la Iglesia Católica reconoció que Je-
sús no nació en esa fecha, en su periódico del Vaticano
L’Osservatore Romano dijo: “Históricamente, la verda-
dera fecha del nacimiento de Jesús permanece bajo un
velo de incertidumbre que no han podido levantar ni la
historia romana, ni el censo imperial de aquella época,
ni la investigación de siglos posteriores.
198
ENTONCES… ¿POR QUÉ SE ESCOGIÓ EL 25 DE
DICIEMBRE PARA CELEBRAR EL NACIMIENTO
DE JESÚS?
¿Y EL ÁRBOL DE NAVIDAD?
199
¿QUÉ OCURRIÓ DESPUÉS?
200
veniente para sus propósitos, aun careciendo de veraci-
dad. En ella nacían casi todos los dioses solares jóvenes:
Horus, Osiris, Apolo, Mitra, krisna.... porque su culto
nada tenía que ver con su personalidad, sino con su as-
pecto astronómico y simbólico.
Las vidas de estos dioses solares tienen un gran pa-
ralelismo entre sí, nacidos en cuevas o pesebres, de una
madre virgen y todos murieron asesinados y resucitaron
el tercer día.
En la mitología egipcia, Isis quedaba embarazada en
el mes de Marzo, dando a luz a Horus a finales de Di-
ciembre, su imagen, la de un niño recién nacido, era
sacada del templo para ser adorada por el pueblo.
En los mitos persas, Mitra había nacido de una jo-
ven virgen, un 25 de Diciembre en una gruta, adorado
por pastores, fue perseguido y asesinado resucitando al
tercer día (esto ocurrió cinco siglos antes que Jesucris-
to).
Todos esos dioses deben cumplir esa misión, pasan-
do por una serie de sacrificios (incluida la muerte) para
redimir la humanidad, son salvadores o libertadores, y
como tal, son considerados por todas las culturas y reli-
giones.
201
VI. Para determinar el año del nacimiento de Cristo to-
mó en cuenta los reinados de los emperadores romanos,
pero olvidó que César Augusto había mandado
cuatro años con el nombre de Octavio y también omitió
el año cero (número desconocido en esa parte del mun-
do en esa època).
Ese margen de error sitúa el nacimiento de Jesús
cinco años antes de lo que normalmente se
cree. Otros dos datos aportados por los Evangelios son
útiles para buscar la fecha aproximada del aconteci-
miento venerado por los cristianos.
El censo que obligó a José y María a pedir posada
en Belén podría ser el que César Augusto ordenó entre
los años 8 y 6 a. de C. Adicionalmente, según las escri-
turas, aún vivía el rey Herodes, que murió en el año
4 a. C.
Por supuesto, la Natividad tampoco ocurrió en di-
ciembre. Lucas el Evangelista comenta que los
pastores vigilaban sus rebaños en las montañas, pero en
Belén diciembre es un mes duro en el cual las ovejas
habrían estado bajo techo y no pastando fuera. Ese dato
sugiere que el nacimiento de Jesús se produjo entre
marzo y abril del año 6 a. C.
Pero en el Evangelio de Lucas se dice que el ángel
Gabriel se aparece a Zacarías, padre de Juan el Bautista,
cuando él ministraba en el templo. Teniendo en cuenta
esto, se obtiene el dato de que, como era de la orden de
Abías, ministraba el incienso la penúltima semana de
Mayo, y Juan le llevaba a Jesús seis meses de edad. En-
tonces, Jesús debe de haber nacido para la fiesta de los
Tabernáculos, el mes de septiembre del año 7 ó 6 a. C
202
Según el Libro de Urantia, se describe que "Jesús nació
al mediodía del 21 de agosto del año 7 a. de J.C. El 29
de mayo del año 7 a.C., hubo una extraordinaria conjun-
ción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis. Y
es un hecho astronómico notable el que conjunciones
similares ocurrieran el 29 de septiembre y el 5 de di-
ciembre del mismo año. Sobre la base de estos aconte-
cimientos extraordinarios, pero totalmente naturales, los
creyentes bien intencionados de las generaciones suce-
sivas construyeron la atractiva leyenda de la estrella de
Belén y de
los Reyes Magos adoradores conducidos por la estrella
al pesebre para contemplar y adorar
al recién nacido. La mente oriental y del cercano Orien-
te se deleita en las fábulas, e inventa constantemente
bellos mitos sobre la vida de sus dirigentes religiosos y
de sus héroes políticos. En la ausencia de la imprenta,
cuando la mayor parte del conocimiento humano se
trasmitía oralmente de una generación a la otra, era muy
fácil que los mitos se tornaran tradiciones y que las tra-
diciones finalmente se aceptaran como hechos."
203
204
¿ES JESÚS HIJO DE DIOS O DE UN
ROMANO LLAMADO PANTER
QUE ABUSÓ DE MARÍA?
205
Aunque, J. Lallemant en su libro “Las verdades
ocultas de la Biblia” expone justamente lo contrario
pues, no sólo afirma que María no permaneció virgen –
tanto que habría tenido más hijos– sino, lo que puede
resultar más escandaloso a ojos de muchos, que “Jesús
no fue hijo de José”.
Para ello se basa en diversas fuentes como el Co-
rán (en donde la familia de María la trata de una mujer
licenciosa, es decir, de prostituta porque llega embara-
zada sin haberse casado –aunque en últimas en el texto
se le reconoce como un nacimiento milagroso).
Otra fuente utilizada es el Talmud, las referencias
de Celso y un texto conocido como Sefer Toled
Yeshu que relata:
S.T.Y.1:1 Libro de la genealogía de Yesh”U (Jesús
de Nazaret), hijo de Pandira, hijo de la impureza sexual.
1:2 He aquí en el año 3671 en los días del rey Ja-
nay3, una gran desgracia ocurrió en Israel, cuando se
presentó cierto hombre de mala reputación de la tribu de
Yehudah, su nombre era Yosef Pandira.
1:3 Él vivió en Beot-Lejem de Yehudah.
1:4 Y cerca de su casa moró una viuda con su hija
que era hermosa quien se llamaba Miriam (María).
Mir”iam era virgen (betulah- )בתולה, y estaba compro-
metida con Jojanan, de la casa de David, un hombre
“docto en la torah y temeroso de DI-S”.
1:5 Y Yojanan se comprometió con Mir”iam en
Beit-Lejem (Belén), la doncella humilde y respetable.
1:6 Pero Mir”iam (María) trajo al hermoso villano
Yosef Pandira.
206
1:7 Después de Motzae-Shabat (finalizar el sábado),
Yosef Pandira, lució como un atractivo guerrero y miró
impúdicamente a Mir”iam, quién después golpeó la
puerta y fingiendo que él era Yojanan su marido.
1:8 A pesar de esto, Mir”iam fue sorprendida por la
conducta incorrecta y yació con ella.
1:9 Después de eso, y cuando Yojanan se enteró,
Mir”iam expresó su asombro sobre el comportamiento
tan extraño, pues ella supuso que se trataba de su pro-
metido y, sometiéndole sólo contra su voluntad, le causó
sorpresa este acto de su “piadoso” novio.
1:10 Yojanan sospechó de Pandira y comunicó sus
sospechas al rabán Shime`on Ben Shetaj. Quien relacio-
nó con él la trágica seducción.
1:11 Careciendo de los testigos requeridos para cas-
tigar a Yosef Pandira, y a Mir”iam, ésta quedó embara-
zada, y Yojanan sabía que no era de él, pero no pudien-
do comprobar la parte culpable, huyó a Babilonia.
Sin embargo, lo más impresionante es que el autor
se basa en la misma Biblia y en la tradición cristiana
que afirma que José no es el padre biológico de Jesús,
sino que es sólo su padre adoptivo. Para Lallemant el
argumento es sencillo: “Un fantasma no puede fecundar
un óvulo, no puede dejar embarazada a una mujer y, si
José no es su padre, o bien ella adulteró y le fue infiel a
José”.
Ambas posiciones son terribles y, si lo vemos de ese
modo, parece razonable, aunque una parte de nosotros
quizás salta a defender la creencia que nos ha sido ense-
ñada por siglos. Que Jesús, el hijo de Dios, o Dios mis-
mo habría sido fruto de un encuentro esporádico es en
207
términos prácticos también otra de las deducciones de
tal afirmación.
Es evidente que “María yació con un soldado Ro-
mano de apellido Panter, o Pantera”, y que el nombre
verdadero de Jesús es Yeshua ben Pantera, que por in-
tercambio de letras se convirtió en “parthena”, que en
griego significa “virgen”. Es decir, que no se quería
decir “hijo de la virgen”, “hijo de partena”, sino hijo
de panthera, aludiendo así a su verdadero padre.
Sin embargo, J. Lallemant no ha sido el único en
proponer esta hipótesis. Paul Verhoeven, el cineasta
holandés y director de la película Bajos instin-
tos también propone igual teoría y ambas parecen un
calco recíproco, bien que toman como referencia los
mismos textos, si bien Lallemant la desarrolla un poco
más y dedica todo un capítulo a sistemáticamente de-
rrumbar la virginidad de la madre de Jesús.
208
¿JESÚS FUE HIJO DEL REVOLUCIO-
NARIO “JUDAS EL GALILEO”? DO-
CUMENTOS APOYAN LA TEORÍA
209
el carpintero” que nombra los evangelios. Es tan forza-
da y sobrepuesta esta figura de José, que su invención es
más que obvia; su presencia es tan limitada y artificial
en los evangelios que esta demás decir que es una agre-
gación posterior. Pero… si José no era su padre…
¿Quién era? ¿A quién pretenden los evangelios ocultar?
¿Quiénes eran sus verdaderos parientes?
Entiendo perfectamente lo difícil que es para el cre-
yente cristiano común el pensar que Jesús no era un ser
celestial y divino. Por esto es comprensible el sentirse
reacios a aceptar que Jesús tuvo hermanos o hermanas;
y un padre carnal. Pero es lógico suponer que es perfec-
tamente entendible que tuviese una familia que lo apo-
yase y se involucrase en sus actividades revolucionarias.
Y si este Jesús “Humano” existió, unos documentos
del siglo I (bien sean cartas y evangelios, apócrifas o
no) nos darán datos sobre su filiación familiar)
La unidad e integración familiar entre los judíos es
muy fuerte, por lo que no es descabellado pensar que los
hermanos y familiares cercanos de Jesús estaban ínti-
mamente involucrados en su movimiento revoluciona-
rio-religioso.
210
Fue bajo éste (Tiberio Alejandro) cuando sufrió Ju-
dea la enorme carestía de víveres que hizo que la reina
Elena (Reina de Abdiadena) comprara trigo a Egipto a
elevado precio para distribuirlo a los indigentes. Fue
también en aquel momento cuando apresaron a los hijos
de Judas de Galilea, quién había incitado al pueblo a
rebelarse contra los romanos cuando Quirino procedía al
censo de Judea. Esos dos eran Jacobo y Simón. Alejan-
dro ordenó crucificarlos…
Flavio Josefo, antigüedades judaicas xx, v, 2.
Abundan los versículos que establecen que Santiago
(Jacobo en hebreo, evidentemente) y Simón eran her-
manos menores de Jesús.
Por consiguiente, el silogismo es obvio: si Santiago
y Simón eran, por una parte, hijos de Judas el Galileo
(alias Judas de Gamala), y, por otra parte, ambos eran
hermanos de Jesús, dicho Jesús era también hijo de Ju-
das el Galileo...
Esta conclusión es lógica, sencilla y elemental.
Lo cual explica que Jesús, en sus proposiciones, re-
cogiera numerosos elementos de la doctrina del citado
Judas de Gamala, aquella doctrina en la que se basó la
cuarta secta fundada por éste, y de la que nos habla Fla-
vio Josefo en sus Guerras de Judea y en sus Antigüeda-
des judaicas.
Observaremos también que con frecuencia Jesús se
llama a sí mismo “hijo del hombre”. ¿Qué quiere decir
con esto? Aquí abajo todos somos hijos del hombre. Es
decir que, en hebreo, bar-aisch no significa nada. Pero,
afortunadamente, existe un segundo vocablo para desig-
nar al hombre. El antiguo germánico conoce la palabra
211
bar, que significa hombre libre, y ese término dio lugar
a nuestro barón. El hebreo posee la palabra geber, que
significa lo mismo, pero que tiene, además, el sentido de
héroe.
Por lo tanto, si traducimos “hijo del hombre”, no
por bar-aisch, sino por bar-geber, tenemos “hijo del
hombre libre”, o “hijo del héroe”, características todas
que se acomodan perfectamente a Judas de Gamala, el
“héroe del censo”, el hombre que llamó a Israel a la
insurrección en nombre de Yavé, y que hizo acuñar unas
monedas que llevaban como exergo el término de medi-
na, que significa “república”, que organizó Israel si-
guiendo dicho modelo, y elaboró una doctrina en la cual
únicamente Dios era el rey del pueblo elegido.
Así pues, sería el “Héroe de Dios” (Geberael) el
que fecundaría a la joven virgen llamada María, pero, en
realidad, no se trataría de un puro espíritu (porque Ga-
briel, arcángel, significa asimismo “héroe de Dios”),
sino de un héroe de tres dimensiones, de un hombre en
el sentido completo del término.
Un último argumento apoya todavía la tesis de que
Simón-Pedro y Santiago-Jacobo, su hermano, eran hijos
de Judas de Gamala. Se encuentra en las Homilías cle-
mentinas, apócrifo sacado del Escrito primitivo, otro
apócrifo del siglo II, de origen sirio o transjordano, atri-
buido a Clemente de Roma, discípulo directo de Pedro.
En las Homilías clementinas encontramos este ex-
traño pasaje, que contradice formalmente a los Evange-
lios canónicos:
212
“Ante estas palabras Pedro respondió”: … porque
yo y Andrés, mi hermano carnal y ante Dios, no sólo
fuimos criados como huérfanos, sino además, a causa
de nuestra pobreza y de nuestra penosa situación, desde
nuestra infancia estuvimos acostumbrados al trabajo.
Por eso soportamos bien ahora las fatigas de los via-
je…”
Mateo 4,21
21 pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo
hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con
213
Zebedeo su padre, que remendaba sus redes; y los lla-
mó.
Pues bien, sabemos por Mateo (13,55) que Simón y
Santiago eran hermanos, lo que Lucas (5,10), púdica-
mente, llama “Compañeros” (otra patética contradic-
ción)
Por lo tanto, los canónicos dicen de Simón, implíci-
tamente, que es “hijo de Zebedeo”. En cambio, en otro
punto se dice que es hijo de un misterioso Jonás (bar-
jonna… Juan, 21,15). De hecho, no era hijo ni de Zebe-
deo ni de Jonás, era huérfano de padre, y ese padre se
llamaba Judas de Gamala. La contradicción entre Mateo
(4,21), que le llama hijo de Zebedeo, y Juan (21,15),
que le llama hijo de Jonás, no hace sino acentuar las
mentiras de los escribas.
A menos que María, esposa de Judas de Gamala, se
hubiera vuelto a casar a la muerte de este último. Ello
era perfectamente lícito una vez era patente el falleci-
miento. Contrariamente al derecho común, según el cual
cualquier hecho debía tener dos testigos para ser con-
firmado, para certificar un fallecimiento bastaba con un
solo testimonio, y la muerte del esposo podía incluso ser
sólo presumible (Talmud: Yebamoth, 88a) si el testigo
era perfectamente honorable. Pues bien, no todos los
compañeros de Judas de Gamala perecieron con él, de
modo que su muerte pudo ser fácilmente atestiguada, y
además los romanos la difundieron. En ese caso, Zebe-
deo pudo ser el segundo esposo de María, viuda de Ju-
das, ya que la vida, en aquellos tiempos de disturbios,
era terrible para una mujer viuda, con tantos niños que
criar.
214
Uno de los motivos, y no el menos importante, de
ese nuevo matrimonio sería la necesidad de salvar a los
hijos del gran Galileo, a fin de salvaguardar la estirpe
davídica, la filiación real. Y ese nuevo matrimonio, que
quizás le fuera impuesto por el partido zelota, permitiría
conservar el secreto de su existencia. En adelante serían,
oficialmente, “hijos de Zebedeo”.
En efecto, los romanos no tenían por costumbre res-
petar la vida de la progenie de los rebeldes. Conocemos
la historia de aquellas niñas y niños judíos que fueron
embarcados en un navío con destino a los lupanares de
Italia, y que se enteraron por la tripulación, atrevida y
burlona, de su destino final. Todos sin excepción, a la
señal de uno de ellos, se precipitaron al mar para evitar
semejante degradación. Asimismo, cuando Rabbi Hana-
nia, subjefe de los cohanin e hijo de The-radion, decidió
continuar enseñando la Tora a pesar de la prohibición
romana (bajo el reinado de Adriano), se le condenó a ser
quemado vivo, con un rollo de la citada Tora enrollado
alrededor de su cuerpo. Su mujer fue también condena-
da a muerte, por no haber impedido a su marido que se
entregara a esos estudios sagrados, y su hija fue ence-
rrada en una casa de prostitución. Fue Rabbi Meir, que
se había casado con la sabia Beruria, hermana de Rabbi
Hanania, quien compró a la muchacha de nuevo.
Por otra parte, los romanos buscaban a los supervi-
vientes de la estirpe davídica para tenerlos bajo vigilan-
cia en los períodos de paz, y exterminarlos en períodos
de disturbios.
Admito totalmente que todo esto son teorías basadas
no solo en los documentos canónicos, sino también en
215
documentación histórica de la época. Pero es muchísimo
más factible y creíble pensar que Jesús fue hijo de un
revolucionario judío muerto en la revuelta del censo; a
creer que Jesús es hijo de un dios que fecundó a una
mortal al mejor estilo de la mitología helénica.
Por eso no entiendo como la mayoría de los creyen-
tes se escandalizan al escuchar que Jesús pudo haber
tenido como padre a un sedicioso rebelde, pero aceptan
sin chistar y con regocijo que su padre es un Dios invi-
sible y mágico…
216
PARTE 3
217
218
Jesús… ¿El niño asesino?
219
ra. En su enojo, lo maldijo expresando que así habría de
caer él también y en ese momento el pequeño murió.
Este episodio está escrito en el Evangelio Árabe de
la Infancia, el cual fue hecho con el propósito de abun-
dar sobre la niñez de Jesús. Muchos de sus episodios
están basados en el Proto Evangelio de Santiago, reco-
nocido por la Iglesia como el evangelio apócrifo más
ortodoxo.
En la biografía no autorizada de Jesús, se habla de
sucesos de ira sin control porque en la Antigüedad clá-
sica la infancia de cualquier héroe era descrita como
incontrolable, lo que implicaba un manejo desordenado
de sus facultades.
“El evangelio de la infancia según Tomás”. Este
evangelio apócrifo, escrito entre el 140 y el 170 d.C., es
atribuido a Tomás “el israelita” y no a Tomás el discí-
pulo de Jesús, supuesto autor de otro evangelio apócrifo
llamado “El evangelio de Tomás”.
En el Evangelio de Pseudo Tomás y en el Árabe de
la Infancia se citan otras muertes cuando José llevaba a
Jesús con maestros para que lo instruyeran, pero en lu-
gar de ello, se generaban discusiones que terminaban en
tragedia.
Está el caso de un maestro que se ofendió cuando
Jesús lo llamó ignorante: le dijo que cómo le iba a ense-
ñar el alfabeto si ni siquiera entendía el significado de
alfa, la pri- mera letra. El maestro le dio un golpe, y el
hombre cayó muerto. José se desesperó ante estos he-
chos y le rogó a María que le ayudara con el niño, pues
parecía que “su palabra es verbo”.
220
Jesucristo “el niño asesino”. Lo que más llama la
atención es el instinto asesino innato del pequeño Jesu-
cristo. Aunque el evangelio trate de justificar los asesi-
natos del niño como consecuencia del proceso de des-
cubrimiento de sus súper poderes, la ira asesina que lo
embarga a cada momento no es comprensible. Menos
aún, en un supuesto enviado de Dios a la tierra a predi-
car la paz y el amor.
El evangelio de la infancia según Tomás III, 1-3, “Y
el hijo de Anás el escriba se encontraba allí, y, con una
rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús había
reunido. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó, y
le dijo: Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te han he-
cho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te
secarás como un árbol, y no tendrás ni raíz, ni hojas, ni
fruto. E inmediatamente aquel niño se secó por entero.”
El evangelio de la infancia según Tomás IV, 1,
“Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que co-
rría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó:
No continuarás tu camino. Y, acto seguido, el niño cayó
muerto.” Luego de esto, y como si se tratara de una se-
cuela de la película Frankenstein, los miembros de la
comunidad indignados fueron a reclamar a José por el
monstruo que tenía por hijo.
El evangelio de la infancia según Tomás IV, 2, “Y
los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y
se le quejaron, diciendo: Con semejante hijo no puedes
habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle
a bendecir, y no a maldecir, porque mata a nuestros
hijos.”
221
El evangelio de la infancia según Tomás V, 1, “Y
José tomó a su hijo aparte, y lo reprendió, diciendo:
¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y
nos persiguen. Y Jesús respondió: Sé que las palabras
que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaré a
causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo. Y, sin demo-
ra, los que lo acusaban, quedaron ciegos.” Jesucristo
había perdonado la vida a su padre pero dejó ciegos a
todos los que delataron su crimen. El pequeño hijo de
José estaba en camino de convertirse en el asesino en
serie más grande de la historia.
222
¿JESÚS TUVO HERMANOS?
CONOCE AQUÍ TODA LA DO-
CUMENTACIÓN QUE LO CON-
FIRMA.
223
(Santiago), Yosef (José), Simón y Yahudah (Judas)
y habría al menos dos hermanas de las que no se dan los
nombres.
Sabemos también por el Nuevo Testamento que
esos hermanos no creían en Jesús inicialmente (Juan 7,
5) y que incluso en un primer momento, en compañía de
María, intentaron disuadirle de su ministerio (Mateo 12,
46 ss.).
Esa incredulidad de los hermanos de Jesús segura-
mente explica que en la cruz encomendara el cuidado de
su madre al discípulo amado. Sin embargo, también
consta que se produjo un cambio al poco de la muerte,
ya que en Pentecostés tanto Miriam (María) como los
hermanos de Jesús ya formaban parte de la comunidad
nazarena de Jerusalén (Hechos 1, 14).
No se sabe con total certeza a qué obedeció la trans-
formación, pero todo parece señalar que pudo deberse a
la convicción de que Jesús había resucitado. De hecho,
Saúl (Pablo), escribiendo un par de décadas después,
señalaba que entre las personas que vieron a Jesús resu-
citado se encontraba Santiago (I Corintios 15, 7). Cabe
pues pensar que esa circunstancia provocó un cambio
radical en él y, muy posiblemente, también en los otros
hermanos.
El papel que tendrían en los años siguientes en el
seno de la comunidad cristiana varió, pero no cabe duda
de que Yacob (Santiago) fué el más importante. En
torno a década y media después de la crucifixión, Yacob
era con Pedro y Juan una de las “columnas” de la co-
munidad nazarena de Jerusalén según informa el propio
Saúl escribiendo a los gálatas (Gálatas 2, 9).
224
La marcha a actividades misioneras de Pedro y Juan
dejó a Yacob como dirigente indiscutible de la comuni-
dad creyente de Jerusalén de tal manera que en torno al
año 49 se celebró bajo su presidencia un concilio que
abrió definitivamente las puertas de la nueva fe a los no-
judíos.
Según la Biblia, Santiago(o Jacobo), que escribió el
libro del mismo nombre, que se encuentra en el Nuevo
Testamento, era hermano de Jesucristo.
Marcos 6:2-3 dice: “Y llegado el día de reposo, co-
menzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se
admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas?
¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos mila-
gros que por sus manos son hechos? ¿No es este el car-
pintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de
Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros
sus hermanas?”
Evidentemente después del nacimiento virginal de
Jesús, José y María tuvieron sus propios hijos e hijas.
El apóstol Pablo hace referencia a Jacobo, como el
hermano de Jesús, en Gálatas 1:19: “Pero no vi a nin-
gún otro, sino a Jacobo el hermano del Señor.”
Tras la muerte de Festo (en el año 62 A.D.) el em-
perador Nerón envió a Albino a ser procurador de Ju-
dea, pero antes de que llegase, el Rey Agripa nombró a
Anás Sumo Sacerdote, que era hijo del anciano Anás. El
anciano Anás, al que se hace alusión aquí, es el mismo
Anás que aparece en los Evangelios del Nuevo Testa-
mento. Este anciano Anás hacía mucho tiempo que ve-
nía siendo Sumo Sacerdote.
225
Tenía cinco hijos, todos los cuales llegaron al sacer-
docio. Sin embargo, el joven Anás, era un bruto, que
seguía a los saduceos, que eran unos desalmados cuando
pronunciaban juicio. Una vez que Festo hubo muerto y
Albino estaba aún viajando, Anás pensó que podía salir-
se con la suya.
Llamando a los miembros del Sanhedrín, trajo ante
ellos a un hombre llamado Jacobo, el hermano de Jesús,
que era llamada el Cristo, y a ciertos otros, acusándoles
de haber quebrantado la ley y ordenó que fuesen ape-
dreados”.
Aunque la Biblia no lo menciona, Josefo afirma que
Santiago fue convertido en mártir por el Sanedrín.
La declaración más importante hecha por Jacobo al
hermano de Cristo:
226
Los romanos eran los que nombraban a los sacerdo-
tes y las familias helenizadas pudientes pujaban para
que sus hijos pudieran servir como sacerdotes. Desde
hacía tiempo ya no estaba funcionando el sistema armó-
nico como antes y Roma tomó cartas en el asunto de-
nominando a lo que consideraban el mejor candida-
to para esa función (sirviendo a Roma por supuesto).
Del resto de hermanos de Jesús poco se sabe. Hege-
sipo transmite la noticia de que las hermanas se llama-
ban Salomé y Susana, y el Nuevo Testamento contiene
una epístola de Judas que, posiblemente, se deba al
hermano de Jesús del mismo nombre, ya que en ella se
presenta como “hermano de Santiago”
Tal y como informa Eusebio de Cesárea en su His-
toria eclesiástica, en la época de Domiciano se procedió
a la detención de otro de los hermanos de Jesús por te-
mor a que, siendo de ascendencia davídica, pudiera su-
blevarse contra Roma. Tras interrogarlo, las autoridades
romanas llegaron a la conclusión de que era inofensivo
y lo pusieron en libertad.
Finalmente, ha de señalarse que el último familiar
de Jesús que conocemos, un tal Conón, hijo de un her-
mano, fue martirizado a inicios del siglo II y su tumba
se halla en Nazaret dentro del recinto de la basílica de la
Anunciación y bajo los cuidados actuales de la Custodia
de Tierra Santa encomendada desde hace siglos a los
franciscanos.
Por lo tanto, de todo lo anterior se desprende que
cualquiera que conozca el Nuevo Testamento –no di-
gamos ya si además ha leído a Josefo o a Eusebio de
227
Cesárea la mención de los hermanos de Jesús no reviste
ninguna novedad.
¿Más datos? Ahí van. Dice Tertuliano: “Esas pala-
bras no contradicen la verdad de la humanidad de Je-
sús. Nadie le habría dicho que su madre y sus hermanos
estaban fuera si no hubiese sido verdad que lo estaban
realmente… Todos nacemos, pero no todos tenemos
hermanos y madre… los hermanos del Señor no creye-
ron en él… y no está demostrado que su madre fuese
discípula suya…Aunque era virgen cuando concibió,
fue mujer cuando dio a luz” (De la carne de Cristo, 7 y
23).
“Dos protectores tenemos de la santidad cristiana,
la monogamia y la continencia. Como virgen ciertamen-
te María dio a luz a Cristo reservando su matrimonio
[es decir su unión carnal con José] para después del
parto de Jesús de modo que quedaran verificados los
dos títulos de santidad: virgen y luego madre y esposa
de un solo varón (Sobre la monogamia, )”.
228
Son variadas las referencias que tenemos del apóstol
Santiago, hermano del Señor, en las Sagradas Escritu-
ras. A él se refiere Pablo (El Apóstol) en la carta a los
Gálatas (1,18-19), cuando dice "No vi a ningún otro
apóstol, excepto a Santiago, el hermano del Señor".
Este Santiago sería el mismo al que se refiere Lucas en
el capítulo 15 versículo 13 de los Hechos de los Apósto-
les. Y Santiago es uno de los hermanos de Jesús que se
cita en el Evangelio de Mateo (13, 55-56).
Josefo, conocido historiador judío, se refiere a San-
tiago así: "Así pues, habiendo pensado esta clase de
persona, Anano, que disponía de una ocasión favorable
porque Festo había muerto y Albino estaba de camino,
convocó una reunión de jueces y llevó ante él al her-
mano de Jesús, que es llamado Mesías, de nombre San-
tiago, y a algunos otros. Los acusó de haber transgre-
dido la ley y los entregó para que fuesen apedreados".
Santiago, el hermano de Jesús, que sería dirigente
de la comunidad judeocristiana de Jerusalén, debió ser
ejecutado en el año 63 de nuestra era, aproximadamente.
Lemaire reconoce que de los cuarenta mil habitantes
que tenía Jerusalén en aquella época, los nombres de
Jacobo, José y Jesús eran muy comunes y, desde un
punto estadístico, podría haber unos veinte que se lla-
maran Jacobo y que, además, fueran hijos de José y
hermanos de Jesús. Sin embargo, contra esta objeción
estadística, Lemaire señala que "es muy dudoso que hu-
biera un Jacobo que tuviera un hermano que mereciera
el honor de ser mencionado en su tumba".
De todos modos, este hallazgo no altera el estado de
la cuestión en relación con los posibles hermanos de
229
Jesús, pues, como ya se ha visto, en el Nuevo Testamen-
to ya se hablaba de Santiago, el hermano del Señor. Por
último, debe también recordarse que este no es el único
hallazgo arqueológico que confirma el carácter histórico
de personajes protagonistas de los Evangelios. Así, en
Cesárea Marítima se halló hace ya unos años una ins-
cripción en la que se menciona expresamente al procu-
rador Poncio Pilato.
Y, además, en el año 1990 tuvo lugar un descubri-
miento todavía más espectacular. En Jerusalén, durante
la construcción de un parque se encontró una cueva fu-
neraria para los huesos de los muertos. Uno de los co-
fres funerarios contenía la inscripción "José, hijo de
Caifás". Según los especialistas, se trata del cofre fune-
rario del sumo sacerdote Caifás.
El osario estaría datado en el año 63, fecha en que
murió Santiago, y se trata de una nueva evidencia histó-
rica de la existencia de Jesús de Nazaret. Va a ser ex-
puesto en Israel.
Una caja caliza de 2.000 años de edad, que algunos
creen que contiene los restos de Santiago, el hermano de
Jesucristo, se expone al público en Israel, a pesar de que
está desencadenando reacciones por parte de los católi-
cos que rechazan que Cristo tuviese hermanos biológi-
cos.
La famosa revista "Biblical Archeology Review" dio a
conocer en 2002 el descubrimiento de un osario de pie-
dra caliza del primer siglo de nuestra era con una ins-
cripción en idioma arameo que decía lo siguiente: "Ja-
cobo, hijo de José, hermano de Jesús"
230
La noticia dio la vuelta al mundo. ¿Acaso se había en-
contrado un resto arqueológico que se refería a Santiago
(o Jacobo, sinónimos), el hermano de Jesucristo? En el
momento del hallazgo no se dudó en que estos eran sus
restos, pero en junio del 2003 la Dirección de Antigüe-
dades de Israel anunció que el osario no era auténtico.
231
John Meier, profesor de la Universidad Notre Da-
me, apoyó por su parte la hipótesis de Lemaire y señaló
que "por primera vez, se pueden poner las manos en
algo próximo a Jesús".
EL OSARIO
232
Entre el año 1 y el 70 de nuestra era se considera
que era frecuente el uso de los osarios. Transcurrido un
año por lo menos de la muerte, los familiares recogerían
los restos para pasarlos a un osario. Seguramente los
restos del Jacobo del osario serían retirados de la caja
por los familiares poco antes de la destrucción de Jeru-
salén el año 70.
Análisis de laboratorio realizados por el Servicio
Geológico de Israel han confirmado que la piedra caliza
de que está hecha la urna proviene del área de Jerusalén.
La pátina que la recubre es, según el mismo examen, la
propia de un objeto que ha permanecido largo tiempo en
una cueva.
Según el paleógra-
fo André Lemaire, de la
Universidad de "La
Sorbona", que es quien
dio a conocer el descu-
brimiento, este osario,
que se encuentra vacío
y es propiedad de un
coleccionista que vive
en Israel, "proporciona
la más sólida mención de la época del Nuevo Testamen-
to a la figura central de la Cristiandad y es el primer
descubrimiento arqueológico que corrobora las refe-
rencias bíblicas hacia Jesús". El experto indicó que en
el siglo I de nuestra era no era usual escribir varios
nombres en estas cajas funerarias. De las decenas de
osarios encontrados hasta ahora, solamente en dos se
233
hacen referencias a un hermano del muerto. Por ello, el
experto francés interpreta que la palabra ‘Jesús’ que
aparece en este osario se debe a que debía ser una per-
sona muy popular o que llegó a representar un papel de
cierto relieve en su época.
234
LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS CONFIRMAN
QUE JESÚS TENÍA UN HERMANO GEMELO.
235
llamaban María y José; este, supuestamente fue descen-
diente del profeta Natán. Cuando los recién nacidos fue-
ron presentados en el templo, el descendiente de Natán,
que era un ser de luz, poseedor de toda la verdad exis-
tente del universo, se fundió en uno sólo junto con el
descendiente de Salomón. Lo anterior en esencia, ya que
no significa que uno haya desparecido… el cuerpo de
ambos permaneció y vivieron vidas paralelas… Esta
unión creó a dos seres trascendentales con poderes so-
brenaturales. Por ello se dice en base a este argumento,
que Cristo tuvo misteriosamente dos genealogías distin-
tas, mismas que si se aceptan en el Nuevo Testamento.
236
Se dice que él fue una reencarnación de Buda y que
predicó en la India su doctrina. Ahí murió y fue sepulta-
do en Cachemira.
237
“Los tres niños santos”
Bernardino de Conti “Los tres niños santos “ origen de
sus personajes….
238
¿CUÁL ERA LA TRADICIÓN GNÓSTICA SOBRE
UN HERMANO GEMELO DE JESÚS?
239
De lo que se habla en esta hipótesis podemos observar
un ejemplo en el cuadro de Bergognone, en el que dos
niños Jesús aparecen en la escena.
240
¿QUIÉNES ERAN LOS HERMANOS DE JESÚS?
241
242
¿Viajó Jesús a Nepal, La India y
Persia durante su juventud?
243
todos los pueblos de Galilea como artesano ambulante
que era». El catedrático Antonio Piñero va más allá:
«No sabemos nada porque entonces Jesús era un don
nadie, que sólo comienza a tener proyección tras su
muerte, cuando sus discípulos lo convierten en héroe y
en un dios».
Sin embargo, proliferan las tesis que intentan relle-
nar este enorme hueco en la vida de Cristo. Empezando
por la infinidad de Evangelios apócrifos. Unos, preña-
dos de leyendas. Otros, más verosímiles. Y no faltan
teorías con raíces históricas en el Islam y en religiones
orientales. Entre ellas, la sostenida por Levi H. Dowling
en el libro El Evangelio de Acuario, en el que se basa
precisamente la película. Con más de 50 ediciones en
100 años, la obra de Dowling sostiene que Jesús fue un
ser humano que logró convertirse en Cristo, que alcanzó
el estado ideal del ser en Asia, después de un profundo
aprendizaje filosófico. Como Buda.
Una enseñanza que comenzó a los 12-13 años con
un viaje iniciático que lo llevó de Nazaret a la India,
Tíbet y Nepal, pasando por Damasco y Persia (el actual
Irán). Huésped del príncipe Ravanna, Jesús habría
aprendido los principios del Dios piadoso con los brah-
manes. Pero, al ver la situación de los parias o intoca-
bles, decidió luchar por ellos, inspirándose en los prin-
cipios sagrados de la igualdad y del amor de Dios hacia
todos los seres. Y sacó el látigo, como después haría con
los mercaderes del Templo de Jerusalén.
Atemorizados por una eventual revolución social,
los brahmanes expulsaron a Jesús, que escapó a Nepal y
al Tíbet, donde aprendió de los monjes la vida de Buda,
244
la meditación y la reencarnación. De hecho, en 1887, el
viajero ruso Nicolás Notovitchin halló en un monasterio
budista un antiquísimo relato de la «leyenda de Issa».
Un chaval, de 12 años, llamado Issa, salió de Palestina
hacia Asia. Allí siguió a varios maestros espirituales y, a
los 29, regresó a Palestina. Notovitchin concluye: «Issa
es Jesús de Nazaret».
Tanto en su viaje de ida como en el de vuelta, Jesús
pasó por Persia, donde aprendió el zoroastrismo, reli-
gión y filosofía basada en las enseñanzas de Zaratustra.
Allí se reencontró también con los Reyes Magos, antes
de regresar a Palestina. Con el alma y la mente empapa-
das de la profunda espiritualidad oriental. Una espiritua-
lidad que, después, predicó a los intocables judíos. De
ahí que su doctrina, recogida en los Evangelios, rezume
las claves espirituales del Oriente, especialmente del
hinduismo y del budismo.
Buda y Jesús predican la existencia del más allá y
del paraíso, así como la superación de los límites nacio-
nales y racionales, porque la salvación llega a todos los
seres humanos. Según la teóloga Karen Amstrong, «la
compasión budista y la radical no violencia activa del
siervo de Yavé son lo mismo».
El amor al enemigo, distintivo del creyente cris-
tiano, está también presente en el budismo (entendido
como solidaridad con todos), así como en el taoísmo y
en el confucionismo. Y por supuesto, la coincidencia en
los grandes principios morales es evidente. El budismo
predica cinco prohibiciones: matar, robar, cometer adul-
terio, mentir y embriagarse. Y diez pecados: asesinato,
robo, fornicación, mentira, maledicencia, injuria, charla-
245
tanería, envidia, odio y error dogmático. Y seis virtudes:
limosna, moral perfecta, paciencia, energía, bondad y
caridad. ¿No suena a los 10 mandamientos y a las virtu-
des teologales católicas?
Más aún, el estilo de vida de Jesús tiene mucho que
ver con el de Buda (lo dejan todo, reúnen discípulos,
predican). Sus máximas son semejantes. Y hasta coinci-
den en sus parábolas. De hecho, el jesuita Tony de Me-
llo centró toda su obra, de gran influencia entre los cató-
licos, en retomar las parábolas de Jesús desde la sabidu-
ría oriental. Pero Roma, dijeron, no quería perder la ex-
clusiva de Cristo y condenó la obra del jesuita hindú.
246
PARA JESÚS, AL CONTRARIO
QUE LA IGLESIA, LA MUJER SI
ERA IMPORTANTE.
247
Los derechos de propiedad de una mujer hebrea
eran prácticamente inexistentes. En forma teórica, ella
podía heredar la tierra, pero en la práctica, los herederos
varones tenían precedencia. Aun si ella lograba heredar
la propiedad, su esposo tenía el derecho a uso y usufruc-
to. La principal esfera de la mujer era el hogar, donde la
hospitalidad era su tarea especial. Las mujeres lideraban
las oraciones durante las comidas y las ceremonias de
encendido de velas en los festivales.
Un niño era considerado judío solamente si la ma-
dre era judía. La mayoría de las niñas judías eran pro-
metidas en matrimonio por sus padres a una edad muy
temprana. Las mujeres judías se consideraban impuras
durante su menstruación. Si inadvertidamente tocaban a
un hombre durante sus reglas, estaban obligadas a so-
meterse a un ritual de purificación que duraba una se-
mana antes poder volver a orar en el Templo. En el
evangelio de Marcos, la mujer que padecía una hemo-
rragia desde doce años atrás era sin duda alguna una
marginada social. Observamos que Jesús no se preocupa
en absoluto acerca del ritual de impureza cuando la cu-
ra, después de que ella con valentía lo tocara a pesar del
tabú existente. (Marcos:25)
Las mujeres del judaísmo primitivo proclamaban y
profetizaban, pero en la época de Cristo no podían leer
la Torá en la Sinagoga debido a su periódico “estado de
impureza”. El tema de si una mujer debía ser educada
en la Torá era ampliamente debatido. Como regla gene-
ral, solo las esposas de los Rabinos recibían esta educa-
ción. De acuerdo con la legislación judía, las mujeres no
podían ser testigos ni podían enseñar las leyes. Las mu-
248
jeres no tenía roles religiosos o de liderazgo en el ju-
daísmo del primer siglo. En un país gobernado por una
élite religiosa, esto significaba que ellas eran invisibles
y no tenían poder alguno.
249
La inclusión radical de las mujeres realizada por Je-
sús también queda ilustrada por la historia de Marta y
María. María asume su lugar a los pies de Jesús, el lugar
ocupado tradicionalmente por los varones dedicados a
los estudios rabínicos. Marta, (tal como sucede aun ac-
tualmente entre las mujeres cuando se desafían las leyes
del patriarcado), protesta. Pero Jesús elogia la sed de
conocimientos de Dios expresada por Marta: “María ha
escogido la parte mejor, y nadie se la quitará.” (Lucas
10:38-42)
En todos los Evangelios, vemos que Jesús desafía
los preceptos patriarcales profundamente establecidos:
que sólo las mujeres llevan la carga del pecado sexual;
que las mujeres Cananeas y Samaritanas deben ser re-
chazadas y repudiadas; y que los hijos pródigos deben
ser desheredados. En cambio, los hombres son desafia-
dos a aceptar su propia complicidad en el adulterio; la
mujer samaritana se convierte en misionera consiguien-
do que todo su pueblo crea en Jesús; el amor inconteni-
ble de la mujer cananea por su hija logra ampliar los
propios horizontes de Jesús con respecto a los destinata-
rios de la Buena Nueva, y el hijo díscolo y caprichoso es
acogido calurosamente en su hogar con una gran fiesta
celebrada por un padre pródigo.
La similitud de la llamada al apostolado de las mu-
jeres junto con sus hermanos varones se destaca aún
más en los relatos de la Resurrección, porque la procla-
mación de este hecho se basa fundamentalmente en el
testimonio de las mujeres. Los cuatro Evangelios mues-
tran a María Magdalena, Juana, María la madre de San-
tiago y José, Salomé y las otras mujeres discípulas que
250
acompañaron a Jesús hasta su muerte; ungieron y ente-
rraron su cuerpo; vieron la tumba vacía; y finalmente
experimentaron su presencia ya resucitado. El hecho de
que el mensaje de la resurrección fuera entregado pri-
mero a las mujeres es considerado por los estudiosos
bíblicos como la prueba más rotunda de la historicidad
de los relatos de la resurrección. Si estos textos hubieran
sido creados por los discípulos masculinos con su extra-
ordinario fervor, nunca hubieran incluido los testimo-
nios de las mujeres en una sociedad en la que eran re-
chazadas como testigos jurídicos. Al principio, los após-
toles no creyeron en su mensaje. Y aún hoy, algunos
discípulos se niegan a escuchar la buena nueva si es
proclamada por mujeres.
251
bre, no hay hombre ni mujer, pues todos vosotros sois
uno en Cristo Jesús” (Gal. 3:28). Este texto era proba-
blemente una oración o cántico de la iglesia primitiva
que todo nuevo cristiano cantaba o recitaba como mues-
tra de su gran alegría.
El Libro de los Hechos habla de “las hijas de Felipe
con don de profecía” (Hechos 21:9-10). Eusebio, el his-
toriador de los inicios de la iglesia, atribuye los orígenes
apostólicos de las iglesias de las provincias de Asia a su
ministerio, reconociendo de esta manera que al menos
algunas mujeres eran transmisoras de la tradición apos-
tólica. ¡Qué lástima que sus nombres no nos hayan sido
transmitidos! La Didaché, una epístola que contiene
oraciones de los primeros tiempos, nos da nombres de
profetas como los líderes regulares de las celebraciones
eucarísticas, las cuales se celebraban frecuentemente en
los hogares de mujeres prominentes.
Al final del primer siglo de cristianismo, el lideraz-
go de las mujeres comenzó a encontrar oposición: “La
mujer se debe dejar instruir en silencio con toda sumi-
sión. No tolero que la mujer enseñe, ni que se tome au-
toridad sobre el marido; que esté callada […]” (1
:Tim). No obstante ello, las líderes femeninas florecie-
ron junto con los líderes masculinos en las iglesias
Montanistas y Valentinianas ortodoxas e igualitarias del
Asia Menor hasta el siglo IV, cuando fueron suprimidas
de estos roles. En ese momento, Constantino había lo-
grado utilizar el Cristianismo para unificar el Imperio
Romano que estaba al borde de desmoronarse. El apos-
tolado inclusivo y carismático de igualdad que había
ayudado al rápido crecimiento del cristianismo durante
252
los primeros tiempos había sido domesticado, sólo para
resurgir con el nacimiento de comunidades religiosas
que continuaron con la tradición profética del Catoli-
cismo durante 2000 años. Es dentro de esta tradición
que las organizaciones reformistas de la iglesia se
desempeñan actualmente.
253
254
¿Creía Jesús en la Reencar-
nación?
255
es considerado a menudo un nuevo nacimiento. La resu-
rrección corporal del ser humano, por su parte, podría
ser asimismo considerada una forma de reencarnación.
Según uno de los primeros y más importantes padres de
la Iglesia Ortodoxa, Orígenes de Alejandría (185 d. C. –
254 d. C.), el alma ya existe antes del nacimiento. Orí-
genes sugería que la preexistencia del alma era un con-
cepto que ya aparecía en las escrituras hebreas y en las
enseñanzas de Jesús.
El Espíritu Santo, bajo la forma de una paloma, des-
ciende sobre la Sagrada Familia bajo la atenta mirada de
Dios Padre y los ángeles, ‘Las dos Trinidades (1679-
80), óleo de Bartolomé Esteban Murillo. (Public Do-
main)
El Espíritu Santo, bajo la forma de una paloma, des-
ciende sobre la Sagrada Familia bajo la atenta mirada de
Dios Padre y los ángeles, ‘Las dos Trinidades (1679-
80), óleo de Bartolomé Esteban Murillo. ( Public Do-
main )
Además, los escritos de Clemente de Alejandría,
discípulo del apóstol Pedro, sugieren que su maestro
recibió algunas enseñanzas secretas de Jesús. Una de
ellas tenía relación con el concepto de renacimiento físi-
co y espiritual. Estas enseñanzas secretas parecen con-
firmarse en algunos pasajes de la Biblia. Hay un frag-
mento de los Evangelios que sugiere que Jesús conocía
la teoría de la reencarnación y las vidas pasadas, cuando
alguien de entre la multitud le pregunta: “Ellos entonces
le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola crea-
mos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comie-
ron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del
256
cielo les dio a comer.’ Jesús les respondió: ‘En verdad,
en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan
del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del
cielo’” (Juan 6,30-32)
En la cita anterior, Jesús no se refiere a los padres
de sus interlocutores, sino que dice en segunda persona
“os dio el pan del cielo”, lo que implica que en el relato
están incluidos todos los presentes. En Deuteronomio
18,15, dice Moisés: “Yahveh tu Dios suscitará, de en
medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a
quien escucharéis.”
Nuevamente, Moisés no dice “a quien escucharán
vuestros hijos”, sino “a quien escucharéis”, lo que in-
dica que será la misma gente a la que está hablando la
que verá y escuchará al Mesías. Según muchos estudio-
sos de la Biblia, existen muchos ejemplos que invitan a
creer que la reencarnación era una idea conocida y ple-
namente aceptada por los primeros cristianos.
Importantes modificaciones medievales
A principios de la Edad Media, las doctrinas de la
preexistencia del alma y la reencarnación únicamente
eran conocidas como enseñanzas secretas de Jesús. En
el año 553 d. C., sin embargo, esta creencia fue declara-
da herejía en el Segundo Concilio de Constantinopla. La
Iglesia de Roma decidió entonces destruir todos aque-
llos escritos que enseñaban esta doctrina. La fe católica
y la fuente de ingresos de los sacerdotes podrían haberse
visto en peligro en caso de que la gente creyera que vol-
vería a la vida una y otra vez. Este antiguo conocimien-
to siguió el mismo destino que numerosos libros y escri-
tos de autores precristianos. Los obispos temían a una
257
doctrina capaz de demostrar que la institución eclesiás-
tica no era la única opción que tenía la gente para acce-
der a la “vida eterna”.
258
¿ESTUVO JESÚS CASADO?
259
bra en el texto evangélico a la esposa de Jesús, mientras
que sí se habla con toda naturalidad, por ejemplo, de la
suegra de Pedro.
Este mutismo no debe interpretarse como una cen-
sura en que los pasajes que hablaran de la esposa del
Nazareno hubiesen sido eliminados posteriormente,
puesto que cuando se compusieron los evangelios no
existía problema especial en mostrar a Jesús como casa-
do, si realmente esto hubiera sido cierto. En segundo
lugar -y sobre todo- por una interpretación de la senten-
cia de Jesús, ¿hay otros que se hicieron a sí mismos eu-
nucos por amor al reino de los Cielos?.
Sin embargo, hay intérpretes del Nuevo Testamento
para quienes es posible que el Mesías estuviera casado.
Su primer argumento se basa en las costumbres de aque-
llos años, sobre todo en la arraigada norma de la época
que prohibía ser célibe a todo rabino -y Jesús lo era,
aunque no sabemos si estrictamente ordenado o no por
imposición de las manos- .
Un segundo argumento se apoya en el frecuente tra-
to que Jesús tenía con mujeres, como cuentan los evan-
gelios canónicos. Esto se interpreta como que hubo de
ser un hombre casado en algún momento. La tercera
razón hace referencia a algunos textos (todos del Evan-
gelio de Juan) que contienen indicios de una tradición
sobre el estado de casado del profeta, tradición que más
tarde desapareció por diversas circunstancias. Sobre
todo porque los evangelios fueron editados en el siglo
II, época en que en la Iglesia reinaba una enorme ten-
dencia de aprecio por la continencia sexual.
260
La tradición sobre un Jesús casado tiene su conti-
nuación en ciertas afirmaciones de los evangelios apó-
crifos: los de Felipe, María y Tomás, que hablan de una
esposa de Jesús a la que llaman María o Salomé. Res-
pecto a estos últimos textos conviene observar que se
hallan dentro de unos evangelios absolutamente gnósti-
cos y deben ser interpretados, naturalmente, de acuerdo
con las ideas gnósticas contrarias al matrimonio. La
"esposa" de Jesús parece referirse siempre a la discípula
perfecta, no a una mujer que comparte con él cama y
mesa.
261
262
¿FUE MARÍA MAGDALENA LA
MUJER DE JESÚS? SEGÚN EVAN-
GELIOS APÓCRIFOS: POR SU-
PUESTO.
263
sías prometido a Israel, y de una manera sesgada en lo
referente a su vida privada.
Ya todos conocemos la existencia de los evangelios
apócrifos (secretos) y no dudamos que es muy posible
que el Vaticano guarde muchos de ellos, la prueba de
esto es que fueron ellos mismos, los Padres de la Iglesia,
los que elaboraron el dogma católico y que escogieron
los cuatro evangelios que conocemos y que son los que
aparecen en la Biblia.
264
Guardados a buen recaudo. Y los que se le escaparon a
los ya mencionados Padres de la Iglesia, van aparecien-
do poco a poco en los sitios más recónditos.
En esos textos considerados heréticos se dice que la
“mujer de Jesús” era María Magdalena, a quien la Igle-
sia confundió durante siglos con una prostituta hasta que
tuvo que rectificar cambiando el texto evangélico de la
liturgia de la santa.
Ella fue predicadora de las enseñanzas de Jesús y
por lo tanto también hay un Evangelio según María
Magdala, Evangelio corroborado por el de Felipe. Nos
cuenta esto:
265
crear y la de engendrar, para culminar sugiriendo que su
unión con Magdalena fue un “matrimonio sagrado”, al
que diferencia del profano calificado y califica de autén-
tico misterio.
No cabe duda de que estos textos apócrifos —
perseguidos y destruidos por la Iglesia desde los años
que siguieron al Concilio de Nicea en el siglo IV d.C.—
dieron lugar a una leyenda que circuló ampliamente du-
rante la Edad Media.
A partir de aquí, sacad vuestras conclusiones...Esto,
además, es importante, porque hay que saber que duran-
te el cristianismo primitivo, (cuando más perseguidos
fueron) proliferaron las mujeres predicadoras, pues par-
tían de las enseñanzas de Jesús de igualdad de los sexos,
por lo tanto, las primeras cristianas disfrutaron de una
igualdad y libertad sin precedentes, hasta que llegaron
los padres de la Iglesia que al elaborar el dogma, y pro-
fundamente patriarcales e influidos por Aristóteles y la
Filosofía griega, recluyeron a la mujer en la cocina y la
mandaron callar.
¿Por qué? ¿Quiénes fueron los Padres de la Iglesia?
Los seguidores de los discípulos, es decir, los obispos y
primeros papas...Y si siguieron a los discípulos, posi-
blemente, también recibieron de ellos la posible envidia
hacia María Magdala, una mujer. Que unido a su pa-
triarcalismo, y viendo que podían adquirir un poder im-
portante, la sometieron y encerraron en casa. Y la Igle-
sia no ha parado hasta ver que eso ha sido así durante
siglos, sabiendo que los apócrifos hablan de un Jesús
íntimamente vinculado con ella que afirman que Pedro
mostraba cierto recelo y envidia hacia esta mujer, ne-
266
gándose a aceptar que, tras su muerte, Cristo resucitado
le hubiese confiado sus enseñanzas secretas a Magdala
por encima de la comunidad de sus seguidores.
Cuando ella lo comunicó al resto de apóstoles, no la
creyeron.....
Este mismo hecho, fue usado en época medieval por
notables clérigos misóginos, para atestiguar que las mu-
jeres son cotillas y chismosas, y por eso Jesús fue a Ma-
ría, porque ella no podría contener su lengua y ensegui-
da se enteraría todo el mundo... Eso, sin darse cuenta,
fue blasfemar, pues puso en duda la capacidad y autori-
dad de Cristo en decidir a quién contárselo primero. (Ya
"riñeron" a estos tratadistas medievales por eso mismo)
Y, ni que decir tiene, que la Iglesia niega todos es-
tos textos antiguos-gnómicos y que en su día los tachó
de heréticos...¿Por qué será?
267
En la imagen central del retablo, aparece la figura
de un San Juan Evangelista con aspecto señaladamente
femenino, de largos y rizados cabellos pelirrojos, labios
de color carmesí carnosos y sensuales y que sostiene
una copa o grial con la mano izquierda, a la altura del
pecho.
Aunque la figura central del retablo pretende ser la
de San Juan Evangelista, demasiados aspectos lo con-
tradecían. Tradicionalmente a éste se le representaba
con un aspecto varonil, barba poblada y edad madura,
casi siempre con un libro en las manos. Baste recordar
los lienzos sobre San Juan Evangelista de pintores como
El Greco, Tiziano o Velázquez. En cambio, la imagen
central del retablo era indudablemente femenina. Yo la
identifiqué como María Magdalena, por la larga melena
de color cobre-rojizo y el tipo de vestimenta y colorido
más utilizado en su representación, con predominio del
rojo. También por el hecho de sujetar en la mano iz-
quierda la urna donde se guardan los óleos con que un-
gió de Jesús, un dato inequívoco, pues así es como se la
ha representado mayoritariamente.
Como hemos mencionado, debajo del icono central
hay siete iconografías de menor tamaño, cuatro de cuyas
figuras se identifican con María Magdalena, y otras tres
centrales de mayor tamaño, que representan episodios
de la vida de Jesús: el nacimiento, la crucifixión y el
descendimiento de la cruz.
268
En el icono central aparece la escena de la crucifi-
xión de Jesús, junto a los dos ladrones y a los pies en-
contramos la mayor de las sorpresas: ¡María Magdale-
na embarazada!
269
En la siguiente escena, podemos ver el descenso de
la cruz de Jesús ya fallecido, rodeado de varios persona-
jes. De izquierda a derecha aparecen María, esposa de
Cleofás y prima de la madre de Jesús; José de Arimatea,
con barba y el típico turbante que llevaban algunos fari-
seos; Magdalena, quien aparece con la urna de los óleos
en sus manos; Lázaro-Juan, sujetando por los brazos a la
Virgen María; Juana, hermana de la Virgen María y tía
de Jesús, quien aparece arrodillada, recogiendo los pies
del crucificado; y por último y subido en la escalera que
hay apoyada en la cruz, un personaje que bien podría ser
Nicodemo.
270
En la iconografía del descenso de la cruz, el autor
nos da un detalle de suma importancia: todos los perso-
najes que aparecen en el icono, por fuerza tenían que ser
parientes de Jesús. Según la Ley de Moisés no estaba
permitido tocar a los muertos, a menos que fuesen pa-
rientes, como podemos confirmar en Números1
9,11: “El que tocare un muerto, el cadáver de un hom-
bre cualquiera, seré impuro por siete días”, un tabú de
contacto con el cadáver reiterado en Números 19, 14 y
19 : 16.
Como vemos, sólo estaba permitido tocar a los
muertos a los familiares más cercanos. En este caso, el
autor del icono dejaba claro una vez más la relación de
pariente cercano que ostentaba María Magdalena con
respecto a Jesús. El resto de la iconografía también ha-
cía referencia a la relación entre ésta y Jesús. De hecho,
vuelve a insistir en la misma idea, como podemos ver en
otro icono donde aparece ella con los signos inequívo-
cos del embarazo.
Finalmente, la posible descendencia de Jesús y Ma-
ría Magdalena quedó testimoniada por el autor del reta-
blo en otro de los iconos, donde podemos observar a
Magdalena acompañada ya de sus dos vástagos, en este
caso, de dos niñas gemelas.
271
Izquierda: María Magdalena embarazada con la cruz.
Derecha: Iconografía correspondiente a Magdalena
con las dos niñas gemelas, llevadas de la mano y en
brazos. ¿La evidencia de la descendencia de Jesús y
María Magdalena?
272
EL MISTERIO DE “EL EVANGELIO DE LA ES-
POSA DE JESÚS” ENCONTRADO ACTUALMEN-
TE Y QUE CONFIRMA SU RELACIÓN.
273
El papiro pertenecía a un coleccionista anónimo que
contactó con la investigadora, pues sospechaba que po-
dría hablar del supuesto matrimonio del Mesías. "En un
principio pensaba que no era auténtico, y le dije que no
estaba interesada", ha explicado King. Pero debido a su
persistencia, la científica accedió a reunirse con él y a
examinarlo. Poco se sabe sobre el descubrimiento del
fragmento, pero se cree que procede de Egipto, y que
probablemente "procede de algún antiguo montón de
basura, igual que todos los primeros restos del nuevo
Testamento", ha afirmado AnneMarie Luijendijk, profe-
sora asociada de religión en la Universidad de Prince-
ton.
274
mujeres pudieran ser sus discípulas y predicar su mensa-
je.
El polémico documento, sin embargo, acaba de ser
considerado auténtico (el soporte, que no el conteni-
do) por la prestigiosa Escuela de Teología de la Univer-
sidad de Harvard, por la de Columbia y por el MIT, que
datan su escritura entre los siglos IV y IX.
El controvertido manuscrito, conocido como
“Evangelio de la mujer de Jesús” y que, según su des-
cubridora, formaría parte de un evangelio apócrifo (no
reconocido por la Iglesia Católica como parte de las Sa-
gradas Escrituras), fue analizado por un grupo de inge-
nieros eléctricos, químicos y biólogos que concluyeron,
a través de la prueba del carbono 14 y de análisis de
infrarrojos, que la tinta y el papiro eran de la época atri-
buida inicialmente y no una falsificación moderna.
Si bien los resultados de la investigación demuestran
que el papiro fue escrito entre los años 659 y 859, no
existe evidencia alguna de la veracidad de su conteni-
do. La propia historiadora ha afirmado desde su publi-
cación que no debe ser considerado como prueba de que
Jesús se casó, sino de que las mujeres que eran madres y
esposas también podían ser íntimas seguidoras del me-
sías, dado que el papiro contiene también la frase "Ella
podrá ser mi discípula".
275
276
SARA KALI, HIJA DE JESÚS Y MA-
RÍA MAGDALENA.
277
secución, muchos misioneros sobrevivieron y lograron
fundar más tarde lo que conocemos ahora como Iglesia.
278
las acompañó fielmente Sara que era la esclava de estas
últimas.
Sara era una muchacha de piel negra que llamaba
mucho la atención. Con tal de ganar algo de dinero para
sus amas, tuvo que salir a la calle a pedir limosna. Muy
pronto el pueblo gitano la identificó, puesto que tenía
fama de ser muy buena. Debido a esto, fue considerada
una santa pagana y se le rindió culto como patrona de
los gitanos.
También se cuenta que Sara viajaba en un barco pe-
queño con sus amas y los discípulos de Cristo. De re-
pente, las olas comenzaron a tambalear la embarcación.
El mal clima y la terrible incertidumbre de la noche
amenazaban el naufragio. Sara se quitó el velo de la ca-
beza y con gran convicción gritó a los cielos. Oró fervo-
rosamente y dijo que, si todos se salvaban, ella sería
esclava de Dios para siempre. Su velo se endureció,
convirtiéndose en una balsa provisional que acogió a los
navegantes.
La embarcación de los seguidores de Cristo se ha-
bría hundido de no ser por Sara Kali.
279
debía ayudar a aquellos que habían visto la muerte del
Señor.
En efecto, días después Sara y su pueblo vieron lle-
gar una embarcación sin remos ni provisiones a punto
de hundirse. Ella los rescató usando su velo como barca
y los recibió en su hogar, aunque no compartían creen-
cias religiosas. Su bondad y valentía la convirtieron en
una santa pagana.
280
ENTRE LO PROHIBIDO Y LO ILÍCITO.
281
282
¿SON LAS TRIBUS GERMÁNICAS
LOS DESCENDIENTES DIRECTOS
DE JESÚS Y MARÍA MAGDALENA?
283
Francos del Este y de Basina, Princesa de los Turingios.
Nació en el año 415 y murió en el 457/458.
Meroveo se casó con Vérica, entre otras muchas,
porque los Merovingios eran polígamos.
Poco se conoce de la vida de Meroveo, el cual es ci-
tado por Gregorio de Tours en le Historia de los Francos
y su nombre da origen a la estirpe de los Merovingios.
Tomó parte en la Batalla de los Campos Cataláuni-
cos (451), luchando en el lado de Ætius y del rey visi-
godo Teodorico I, alcanzando la victoria frente al ejerci-
to Huno de Atila.
Meroveo, inició un plan expansionista que le permi-
tió incorporar la actual Bélgica y Alemania.
Orígenes Históricos. La polémica está servida.
Actualmente se los sitúa, como descendientes de
María Magdalena.
La dinastía Merovingia, procede de las tribus de los
sicambros, situados en territorios germánicos y que
pronto empezaron a denominarse francos, cuando se
desplazaron hasta la zona norte de la actual Francia.
En el Siglo V, la invasión de los hunos, contra el
Imperio Romano, provoca un vacío de poder, que apro-
vechan los sicambros, y se desplacen hacia Francia y
Bélgica, concretamente las regiones de las Ardenas y
Lorena, creando el reino de Australasia.
SUPUESTOS ORÍGENES
284
1.- La tribu de Benjamín, a la que pertenecía María
Magdalena, habría sido expulsada de Israel, desplazán-
dose hacia "Arcadia" (parte de la actual Grecia, lo que
antiguamente pudo ser Troya) y posteriormente, habrían
subido hacia el Danubio y después se dirigieron hacia
en Rhin, instalándose en los territorios germánicos, lo
que actualmente, se denomina Alemania Occidental.
Los Merovingios se consideraban:
-Descendientes de Noé.
-Descendientes de los Troyanos. Ello, les ha llevado
crear ciudades con nombre troyanos: Paris, Troyes... y
al uso de otros muchos nombre de origen troyano.
285
CONJETURAS
286
Los Merovingios eran polígamos y tenían harenes
de grandes proporciones, aun cuando, el imperio mero-
vingio, se convirtió al cristianismo, ellos continuaron
con esa prerrogativa con el consentimiento de la Iglesia.
287
288
MILES DE MESÍAS EN TIEMPOS
DE JESÚS LUCHABAN POR SER EL
ÚNICO. AQUÍ LOS 4 MÁS PELI-
GROSOS Y FAMOSOS DE LA
ÉPOCA.
289
habían muchos otros movimientos religiosos con ideas
bastantes parecidas.
En la época de Jesús, Roma controlaba casi todo el
mundo conocido, eso provoco un crisol que hacía que
muchas religiones competían entre sí, así como dioses,
profetas e hijos de Dios, así como los propios dioses de
cada civilización. Por todo el imperio aparecen hombres
que predican nuevas verdades espirituales, surgen nue-
vos ídolos religiosos, algunos nacidos, supuestamente
de mujeres vírgenes, otros que celebran banquetes sa-
cramentales y otros que supuestamente han regresado de
la muerte. Muchas de estas religiones eran más famosas
que el cristianismo ya que contaban con poderosos pa-
trocinadores y se enfrentaron a los primeros cristianos a
lo largo y ancho del imperio romano.
APOLONIO DE TIANA:
290
Jesús en Turquía y también le anunciaron a su madre la
venida por un ángel. Apolonio fue un filósofo pagano
que enseñaba el respeto por todos los dioses romanos,
tenía cientos de seguidores. Las historias sobre su vida
tienen muchas coincidencias con la de Jesús, también
sana a los enfermos. Se dice que también podía resucitar
a los muertos, al igual que Jesús.
Se dice que Apolonio vivió hasta ya anciano y en
lugar de morir subió al cielo con un coro celestial, a pe-
sar de sus logros él nunca logro tener los seguidores que
logro Jesús de Nazaret, quizá el fracaso fue que no supo
publicitarse ya que andaba entre los ricos, mientras que
el cristianismo supo surgir en poblados pobres.
Según algunos investigadores, Apolonio no desapa-
reció por la falta de fe o seguidores, sino por la misma
iglesia cristiana que se encargó de acabar todo rastro de
él, es por eso que no lo mencionan en ningún momento
dentro de la historia cristiana.
291
Simón Magnus, conocido también con el nombre de
Simón el Mago, es quizá uno de los casos más intere-
santes y de los que menos se tiene conocimiento, de él
se menciona muy poco en la Biblia en Hechos 8:9-24;
pero en los escritos apócrifos existen muchas referen-
cias de este personaje.
Simón el Mago, fue un líder religioso samaritano
contemporáneo a Jesús y es considerado como “El pa-
dre de la gnosis.” Nació en Gitta, Samaria;
Los seguidores de Simón creían que era el Mesías,
pero el señalaba que había dos reencarnaciones vivas de
Dios, Simón afirmaba será la potencia de Dios, el Dios
hombre, mientras que el pensamiento de Dios, la mujer
mesías, era una mujer de nombre Elena, Simón el Mago
la había encontrado en un prostíbulo y significaba lo
que era caer y recapacitar y ser agradable a los ojos de
Dios, historia muy similar a la de María Magdalena.
Simón Magnus usaba la magia y se dice incluso
que hacía milagros; algunos escritos apócrifos dicen que
Simón levitaba. Sus detractores, entre ellos discípulos
de Cristo como Aquila y Niceto, reconocían que Simón
el Mago era capaz de realizar los milagros que Jesús,
éstos no eran debidos a una naturaleza divina del “im-
postor”, sino a la magia, y recordemos que ya desde el
cristianismo primitivo la magia fue absolutamente re-
chazada.
Además de Aquila y Niceto, es posible encontrar
otras referencias de Simón el Mago en San Justino Már-
tir e Ireneo quienes cuentan que Simón era adorado en
la forma de Zeus (principal dios de la mitología griega)
y Helena en la de Atenea (diosa griega de la sabiduría).
292
Hipólito, por su parte, da informaciones muy detalladas
del “Simonianismo.” Algunos afirman incluso que Si-
món el Mago pudo ser Pablo de Tarso una vez que se
convirtió al Cristianismo.
293
10 y todos, desde el menor hasta el mayor, le pres-
taban atención diciendo: este es el que se llama el gran
poder de Dios
11. Le prestaban atención porque por mucho tiem-
po los había asombrado con sus artes mágicas
12. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaban
las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de
Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como muje-
res
13. Y aún Simón mismo creyó. Después de bautizar-
se continuó con Felipe y estaba atónito al ver los gran-
des milagros que se hacían
14. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén
oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios
les enviaron a Pedro y a Juan
15. Quienes descendieron y oraron por ellos para
que recibieran el Espíritu Santo
16. Pues todavía no había descendido sobre nin-
guno de ellos. Solo habían sido bautizados en el nombre
del Señor Jesús
17. Entonces les imponían las manos y recibían el
Espíritu Santo
18. Cuando Simón vio que el espíritu se daba por la
imposición de manos de los apóstoles les ofreció dinero
19. Diciendo: Dadme también a mí esa autoridad,
de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos
reciba el Espíritu Santo
20. Entonces Pedro le dijo: que tu plata perezca
contigo, porque pensaste que podías obtener el don de
Dios con dinero
294
21. No tienes parte ni suerte en este asunto, porque
tu corazón no es recto delante de Dios
22. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y
ruega al señor que si es posible se te perdone el intento
de tu corazón
23 .Porque veo que estás en hiel de amargura y en
cadena de inquinidad
24. Pero Simón respondió y dijo: rogad vosotros al
señor por mí para que no me sobrevenga nada de lo que
habéis dicho
Hechos 8:9-24
De esta manera, vemos como para los primeros cris-
tianos Simón el Mago era no sólo un impostor, sino una
especie de Anticristo, el adversario de Jesús. Sin embar-
go, sus seguidores se extendieron desde Samaria hasta
Fenicia y durante buena parte del siglo I fue un movi-
miento muy fuerte. No es de sorprender que Simón ape-
nas sean mencionados en el Nuevo Testamento, con-
forme los cristianos fueron ganando terreno y el cristia-
nismo se extendió por Occidente, es evidente que los
textos bíblicos se fueran ajustando a lo más conveniente
para esta naciente religión.
Aunque en textos apócrifos hay varias referencias a
Simón el Mago, ninguna de ellas se menciona con cer-
teza el lugar y circunstancias de su muerte, hay dos teo-
rías de su muerte: en el escrito apócrifo de Hechos de
Pedro, se decía que mientras Simón mostraba a Pedro
que podía volar, sufrió una caída y murió; la otra teoría
proviene también de un escrito apócrifo donde Simón
discutía con los discípulos y Pedro le pide que sea ente-
295
rrado y resucite al tercer día, Simón es enterrado pero
no hay tal resurrección
296
tigo era la persecución y a veces la muerte, el empera-
dor tenía que seguir siendo supremo.
297
dignación se extendió por la ciudad, por lo que Simón
bar Kokhba y los judíos se revolucionaron.
Simón bar Kokhba tuvo mucho éxito en la guerra ya
que incluso logro acabar con toda una legión romana y
libero Jerusalén de la ocupación romana, por eso surgió
un aspecto mesiático hacia él, Simón bar Kokhba se
declaró príncipe de Israel y sus seguidores lo considera-
ban Mesías aunque tenía otro significado en esa época
era ungido.
Estos son algunos, de los miles de rivales de Jesús
en la lucha por ser el mesías y hacer triunfar la religión
que cada uno defendía, no sabemos qué hubiera pasado
si alguno hubiera triunfado.
298
¿ERA JESÚS DE RAZA NEGRA?
299
Una persona con estas características físicas se ha-
bría visto muy diferente de todos los demás en la región
donde Jesús vivió.
Por el contrario, según el Evangelio de Mateo,
cuando Jesús fue arrestado en el huerto de Getsemaní
antes de la crucifixión, Judas Iscariote tuvo que señalar
a los soldados quien era Jesús porque no podían distin-
guirlo entre sus discípulos.
Existe el problema adicional de que ni tiene un es-
queleto ni otros restos para poder hacer un estudio de su
ADN. En ausencia de pruebas, nuestras imágenes de
Jesús se han dejado a la imaginación de los artistas.
El periódico 'News Nation' eligió a este personaje
histórico como el mayor "icono negro de la historia"
Y para justificarlo utilizó el argumento de que "las
primeras representaciones hechas por los primeros cris-
tianos lo representan de esta forma". El teólogo Marcus
Cleage considera que Jesús era "una mezcla de pueblos
oscuros, como egipcios, etíopes o babilonios".
DESCRIPCIÓN FÍSICA
300
que cree que Jesús sería blanco, hermoso y probable-
mente con el pelo largo y un brillo etéreo.
¿NIGERIANO O EGIPCIO?
301
Estamos acostumbrados a ver representaciones de
Jesús de Nazaret que le muestran con melena castaña,
tez blanca, ojos claros y barba. Pero la ciencia ahora
pone en duda ese aspecto tan caucásico y afirma que su
color era negro, tenía una nariz más grande y además,
un aspecto mucho más corpulento.
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JESÚS ADORABA A DIOS FEME-
NINO Y MASCULINO A LA VEZ. ASÍ
AFIRMAN TABLILLAS DEL SIGLO I
303
En 2008 un beduino descubrió en una cueva Jorda-
na 70 tablillas de metal unidas por una especie de ani-
llas. En páginas de no muchas más dimensiones que una
tarjeta de crédito, había imágenes, símbolos y palabras
que se refieren directamente al Cristo, sus discípulos, a
la crucifixión y la resurrección.
304
La cosa no queda ahí, ya que en el texto podemos
ver claramente que dice que Jesús adoraba a un Dios
que era tanto femenino como masculino.
305
cientemente una de las tablillas de plomo, confirmando
que es “compatible con una muestra comparativa de
antiguo plomo romano procedente de unas excavaciones
realizadas en el siglo I.
306
ciedad para el Estudio del Antiguo Testamento, confir-
mó que en la Biblia se menciona un libro sellado.
“Tan pronto como pude observar eso, me quedé con
la boca abierta,” comentó Barker. “Eso me pareció de
forma totalmente segura una imagen cristiana. Hay una
cruz en primer plano, y detrás de ella lo que parece ser
la tumba [de Jesús], un pequeño edificio con una abertu-
ra, y detrás los muros de la ciudad.”
“También hay paredes representadas en otras pági-
nas de estas láminas y con toda seguridad se refieren a
Jerusalén. Se trata de una crucifixión cristiana que tiene
lugar fuera de las murallas de la ciudad.”
De confirmarse la antigüedad de los documentos es-
taríamos frente a un hallazgo revolucionario y sin pre-
cedentes.
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¿ERA JESÚS SIMPLEMENTE UN
HOMBRE DE CARNE Y HUESO?
309
tamento de Estudios Religiosos de la Universidad de
Carolina del Norte (EE.UU.), James Tabor.
Tanto el Evangelio de Marcos como el Evangelio de
Mateo afirman que Jesús tenía varios hermanos y her-
manas (de los cuales ya hemos hablado anteriormente.
Precisamente en las cartas escritas por Jacobo (o
Santiago) y Judas no hay ninguna referencia sobre la
divinidad de Jesús, cree el académico.
Abren la tumba de Cristo ¿Por qué es importante?
La 'Epístola de Santiago', uno de los textos cristia-
nos más antiguos, supuestamente fue escrita en el siglo I
y describe a Jesús como el 'maestro' de sus seguidores
pero no menciona su origen divino. Ni siquiera mencio-
na que fuera crucificado, una de las piedras angulares de
la fe cristiana.
"La Epístola de Santiago trata de las enseñanzas de
Jesús y no de enseñanzas sobre él. Santiago transmite lo
que ha recibido de su hermano", asegura Tabor. "No
menciona la crucifixión de Cristo, no menciona la san-
gre de Jesús, no menciona el perdón de los pecados por
creer en Dios, nada de eso", añade.
Uno de los libros cristiano más antiguos, la 'Ense-
ñanza del Señor a las naciones por medio de los doce
apóstoles' (o 'Didaché'), escrita en los tiempos en que
toda la familia de Jesús estaba viva, recomienda seguir
las enseñanzas más que a la persona en sí. El 'Didaché'
tampoco contiene ninguna mención al nacimiento virgi-
nal ni a la resurrección, y presenta a Jesús como un sier-
vo de Dios. Sin embargo, en sus primeros días la Iglesia
desarrolló otra narración de Jesucristo, asegura el cientí-
fico.
310
Una carta de Judas de la Biblia muestra que las per-
sonas que conocían a Jesús estaban cada vez más cansa-
das de que sus seguidores difundieran mensajes sobre su
divinidad, según Tabor. "Está muy preocupado y habla
con un pequeño grupo que le escuchaba. Creo que en
realidad Judas dice que no escuchen todas esas cosas
nuevas y que luchen duramente por la fe original que se
les entregó".
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312
JESÚS CAMBIABA DE FORMA Y
EDAD A SU ANTOJO. ASÍ LO
DESCRIBE LOS EVANGELIOS
APÓCRIFOS.
313
Apocryphon”, hoy tenemos la información de un anti-
guo evangelio copto, escrito por San Cirilo de Jerusa-
lén, un teólogo que vivió durante el siglo IV de nuestra
era y narra, en este antiguo texto, parte de la historia de
la crucifixión de Jesús con giros argumentales apócrifos.
Este texto egipcio de 1.200 años de antigüedad, el
cual ha sido descifrado recientemente, describe a Jesús
como un ser con capacidad de cambiar de forma como
si fuera un mutante. No deja sorprender que tan rápido
como la historia acaparó la atención de los principales
sitios informativos de todo el planeta, haya desaparecido
y apenas haya sido mencionado desde entonces. ¿Por
qué el estudio y la investigación en torno a este texto
cayó en el olvido? ¿Por qué no ha habido prácticamente
ningún debate académico sobre el tema?
El antiguo texto explica por qué específicamente
Judas usó un beso para traicionar a Jesús. Según la bi-
blia canónica, el apóstol Judas traiciona a Jesús a cam-
bio de dinero mediante el uso de un beso que lo identifi-
cará y, posteriormente, le detendrá. Este evangelio apó-
crifo explica que la razón Judas usó un beso, específi-
camente, es porque Jesús tenía la habilidad de cambiar
de forma.
Entonces los judíos le preguntaron a Judas: ¿Cómo
vamos a arrestarlo (a Jesús), porque él no tiene una
sola forma, con sus cambios de apariencia, a veces es
rojiza, a veces es de color blanco, a veces es de color
rojo, a veces es de color trigo, a veces es pálida como
los ascetas, a veces él es un joven, a veces un anciano…
Esto lleva a Judas para sugerir el uso de un beso
como un medio para identificarlo. Si Judas había hubie-
314
ra dado a los que fueron a arrestarle una descripción,
Jesús podría haber cambiado la forma. Besando a Jesús,
Judas señala exactamente quién es.
315
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PARTE 4
CONSPIRACIÓN Y TEORÍAS
SOBRE LA MUERTE
Y RESURRECCIÓN DE JESÚS
317
318
JUDAS NO TRAICIONÓ A JESÚS,
SINO QUE LO OBEDECIÓ. ESO
DICE SU EVANGELIO
319
surado y suprimido porque afirma que estaba en reali-
dad siguiendo las órdenes de Jesús?
Se trata de un manuscrito del siglo III o IV después
de Cristo, que fue restaurado y traducido del copto
(idioma antiguo de los egipcios, que se conserva en la
liturgia de los cristianos de este país), según informaron
especialistas en la Biblia. Entre los teólogos se desató
inmediatamente una polémica sobre el significado del
documento.
Los expertos estiman que se trata del mayor descu-
brimiento sobre la época del primer cristianismo.
LA VOLUNTAD DE JESÚS
320
En el "Evangelio de Judas", la traición se convierte
en un hecho glorioso: Judas es el único que comprende
el mensaje de Jesús. Jesús inicia a Judas en todos los
secretos, y le encarga realizar para él un último encargo.
Los investigadores que tradujeron el texto interpretan
que Judas llevó a Jesús a la muerte, pero que le hizo así
un último favor.
321
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¿PODRÍA SER JUDAS POR LO
CONTRARIO UN SICARIO QUE
MATÓ A MÁS PERSONAS ADE-
MÁS DE JESÚS?
323
ser interesante. Por ejemplo, Judas Iscariote pudo ser
miembro de una antigua orden de sicarios.
Los nombres de los 12 apóstoles eran tan comunes
en sus días como lo son hoy. Judas era el hijo de Simón
Iscariote, lo que ha llevado a algunos a confundirlo con
el Simón apóstol —renombrado por Jesús: Pedro (Mr
3:16)—.
El que el nombre de Judas sea acompañado por ‘Is-
cariote’ es de suma importancia. Iscariote no es solo un
apellido, o el nombre de un ‘clan’, sino que marca a su
portador como un sicario. Este nombre proviene de
la sica, puñal o daga pequeña, fácilmente ocultable en
los pliegues de la toga o bajo la capa. Literalmen-
te sicarius significa ‘hombre-daga’.
El término sicarius se aplicó, por analogía empleada
por los invasores romanos, a los defensores judíos (o a
los insurrectos) que procuraron expulsar a los romanos y
a sus partidarios de Judea.
El historiador Flavio Josefo, quien vivió en la pri-
mera mitad del siglo primero después de Cristo, escribió
acerca de las tácticas sicarias. «Vistiendo largas togas y
portando pequeñas dagas llamadas ‘sicas’, ellos espera-
ban hasta que un oficial romano caminara entre la multi-
tud para escabullirse, acercarse y apuñalar al oficial,
para luego perderse entre la gente y esconder el arma
utilizada para el asesinato».
Esta orden , símbolo de la resistencia a la ocupa-
ción, era muy exitosa en instalar el terror entre la pobla-
ción gobernante. Incluso fueron tras los colaboradores
locales que trabajaban para el régimen romano. Sin em-
bargo, de acuerdo a los historiadores, no estuvieron en
324
se cenit hasta el año 70 d.C. Por lo tanto, si el Judas bí-
blico representó un personaje histórico real, la noción
que fuera un Iscariote se mantiene en las sombras de la
teoría.
Muchos eruditos apuntan a que el principal proble-
ma de ubicar a Judas como miembro de los sicarios es
que para entonces (principios de la década de los 30′s)
no existía dicho movimiento como tal. Este grupo se
formaría en la década de los 50′s o 60′s en periodos de
Félix y Albinus. El probable origen de la etimología
vendría del hebreo תוירק־שיא, Κ-Qrîyôth, ‘hombre de
Kerioth’, que es el nombre un pueblo de Judea.
El aceptar a Judas como un sicario, aún si solo se
trata de una figura literaria, le da cierto tinte político a
su traición sobre el nazareno. No solo estaría traicio-
nando a su amigo, sino también a su gente y reforzando
la autoridad romana. Por el contrario, otros —y siempre
manteniéndonos en el campo teórico— sostienen que
Jesús habría decepcionado a Judas en su papel de Me-
sías guerrero que se levantaría en armas y expulsaría a
los romanos, y que esto lo habría llevado a traicionarlo
para provocar alguna reacción violenta.
En el año 2006, una lectura menos agresiva y más
positiva de Judas vio la luz cuando se publicó la traduc-
ción del Evangelio de Judas, un texto gnóstico que data
posiblemente del siglo II. Según este texto, el propio
Jesucristo pidió a Judas que lo traicionara y éste cum-
plió la orden como supremo acto de obediencia. Enton-
ces… ¿fue Judas en realidad una «víctima» de Jesús?
325
326
¿FUE JESÚS CRUCIFICADO POR
OTRO MOTIVO? HISTORIADO-
RES PRESENTAN OTRA VERSIÓN.
327
Los libros bíblicos de Marcos y Lucas afirman que
al menos uno de los seguidores de Jesús llevaba una
espada cuando el Mesías fue arrestado poco después de
la Última Cena, en el momento de la fiesta judía de la
Pascua, según Dale Martin, profesor de estudios religio-
sos en la Universidad de Yale citado por el semanario
“Newsweek”.
Ese discípulo, Simón Pedro, incluso utilizó su espa-
da para cortar la oreja de uno de los que arrestaron a
Jesús, según el Evangelio de Juan. Es casi seguro que
este comportamiento militante no habría sido tolerado
por los romanos, liderados por el prefecto Poncio Pilato.
Según Martin, este aspecto de la historia de Jesús mues-
tra que el hombre de Nazaret no era tan pacifista.
"Poseer ni que fuera una daga era motivo de arresto
en Roma, con lo cual si los seguidores de Jesús estaban
armados había razones suficientes para crucificarle",
dice Martin, cuyo análisis fue publicado este mes en la
revista 'Journal for the Study of the New Testament'
(revista para el estudio del Nuevo Testamento).
Los primeros seguidores de Jesús y quizás el propio
Jesús se encontraron inevitablemente en conflicto con
el terrorismo estatal del Imperio romano, donde los ro-
manos aplicaba la violencia de manera aleatoria contra
las poblaciones conquistadas, matando a decenas de
miles de personas mediante la crucifixión", dice Hal
Taussig, experto del Seminario Unido de Teología en
Nueva York.
El estudio de Martin le ha valido muchas críticas
por parte de la sociedad científica.
328
Literalmente él dice que este aspecto de la historia
de Jesús, en los evangelios, ha recibido muy poca aten-
ción, pero por sí sola podría explicar la ejecución de
Jesús y también muestra que el hombre de Nazaret no
era pacifista como por lo general se muestra. Los libros
bíblicos de Marcos y Lucas dicen que al menos uno (y,
probablemente, dos o más) de los seguidores de Jesús
llevaban una espada cuando Jesús fue arrestado poco
después de la Última Cena, en el momento de la fiesta
judía de la Pascua.
Por ejemplo, los documentos históricos muestran
que era ilegal caminar armado en Roma y en otras
ciudades romanas en ese tiempo.
Aunque no hay registros legales que sobrevivan
de Jerusalén, es lógico pensar, basado en el conoci-
miento de la historia de Roma, que los gobernantes de la
región habrían desaprobado el porte de espadas, y sobre
todo, no habrían tolerado una banda armada de Ju-
díos que vagaba por la ciudad durante la Pascua, un fes-
tival a menudo turbulento.
Harold Attridge, ex decano de la Escuela de Divini-
dad de Yale, que no participó en el estudio, dice que
este análisis es sólido y que “probablemente los roma-
nos habrían sido severos en contra de alguien visto co-
mo una amenaza política,” como casi seguro podría ha-
ber sido el caso con Jesús.
329
330
¿SOBREVIVIÓ JESÚS A LA CRUCI-
FIXIÓN? EL SECRETO DE RENNES
LE CHÂTEAU, EL LINAJE DE JESÚS
Y MARÍA MAGDALENA.
331
vido la crucifixión y que la crucifixión, para decirlo sin
rodeos, fue un “fraude”.
El escritor e investigador Michael Baigent, autor de
la Sagrada Sangre – Santo Grial (Holy Blood-Holy
Grail), y otros estudiosos creen que los evangelios son
sospechosas a la teoría de la supervivencia de Cristo. Él
dice que sus teorías no tienen la intención de ofender,
pero hay que mantener una clara distinción entre
el Jesús de la historia y el Jesús de la teología, a pesar
de que el Jesús de la teología se basa en
el Jesús histórico.
Sólo se puede encontrar la figura del Jesús de la his-
toria hurgando en varios documentos históricos, uno de
los cuales es el Nuevo Testamento.
En la teoría de la supervivencia de Jesús, hay una
serie de pistas que ayudan a apoyar esto, pero hay dos
pistas principales que son las más fuertes.
La primera está en la propia crucifixión. Cuando
una persona era crucificada no moría rápidamente, sino
más bien era una lenta y dolorosa muerte, mórbida que
hubiera tomado dos o tres días, posiblemente incluso
una semana. Jesús murió supuestamente en el plazo de
dos a tres horas. José de Arimethea fue donde Pilatos a
pedir el cuerpo de Jesús, que era contrario a la ley ro-
mana, de todos modos, y cuando Pilatos oyó
que Jesús ya estaba muerto, estaba tan sorprendido al
oír que Jesús había muerto tan rápidamente que envió a
un centurión comprobar.
La segunda rareza es que la crucifixión tuvo lu-
gar en lo que parecía ser un jardín privado y una tumba
propiedad de José de Arimethea. La importancia de esta
332
observación es que si hubo alguna fraudulencia asociada
con la crucifixión, entonces el público podría ser man-
tenido alejado, en un jardín privado, y Jesús podría ser
quitado, revivido, cuidado y ministrado en privado.
Si Jesús no murió en la cruz habría sido obligado a
huir de la Tierra Santa.
Si las autoridades hubieran descubierto
que Jesús todavía estaba vivo, habría sido nuevamente
sancionado. Entonces, ¿dónde se habrá ido?
¡Los parientes consanguíneos de Jesús pudieran to-
davía vivir entre nosotros!
Rennes le Château se encuentra al pie de las monta-
ñas en el sur de Francia (en el área del Languedoc. Este
pequeño pueblo está en el centro de un ciclón religioso e
histórico. La historia comienza con un joven sacerdote
parroquial con el nombre de Bérenger Saunière.
Bérenger Saunière fue asignado primero a Rennes le
Château en 1885, a la edad de 33 años. Comenzó las
renovaciones de la iglesia y encontró una pieza sospe-
chosa santificada en el altar, cuando fue separada. Den-
tro de la pieza santa encontró cuatro pergaminos, que
comenzaron el misterio.
Dos de los pergaminos estaban escritos en código
que él no pudo descifrar.
Saunière llevó los pergaminos a París para buscar
ayuda de expertos en códigos militares y sistemas de
cifrado. Se cree que él encontró la clave para abrir el
misterio de los documentos. También se cree que al-
guien le dio dinero a Saunière para saber qué informa-
ción fue obtenida en los pergaminos, o tal vez para que
los secretos de Rennes le Château se mantuvieran lejos
333
del público. Cuando Bérenger Saunière fue a su casa, él
comenzó una renovación total de la iglesia. Encontró
nuevos detalles en las ilustraciones de la iglesia, que él
creyó que eran pistas a la información contenida en los
pergaminos.
¿Es posible que los documentos codificados le reve-
laron a Bérenger Saunière que Cristo había sobrevivido
a la crucifixión?
En una representación en catorce etapas de la cruz
(imagen de arriba), que son normalmente el cuerpo
de Cristosiendo llevando a la tumba, Saunière mostró
que la luna ya se había levantado en el cielo, con lo
que la Pascua ya había comenzado.
Ningún judío se ocuparía de un cuerpo muerto des-
pués del inicio de la Pascua.
Saunière estaba mostrando, ya sea que:
a. El cuerpo no estaba muerto
b. Estaban sacando el cuerpo de la tumba y no me-
tiéndolo
Después de la renovación de la iglesia, Saunière to-
davía tenía algo de dinero sobrante, por lo que continuó
en Rennes le Château y construyó una casa, jardín y una
torre que él llamó en honor a María Magda-
la (Magdalena).
La figura de María Magdalena pudiera resultar cla-
ve para las leyendas históricas, que María Magdalena
viajó al sur de Francia, además de que algunos eruditos
creen que pudo haber sido la esposa de Jesús.
Una serie de documentos hablaron de las relaciones
entre María Magdalena y Jesús, que sólo podrían ser
descritas como cercanas. Por ejemplo, fue atestiguado
334
de que Jesús la besaba a menudo en los labios hasta el
punto que los otros discípulos se quejaron, tal vez se
sintieron celos. Jesús fue un maestro religioso. Era muy
inusual que un maestro religioso judío fuera soltero, de
hecho, un mandamiento de Dios era que fueran fecun-
dos y que se multiplicaran.
Se planteó la cuestión, ¿que podría ser tan importan-
te acerca de esta relación que podría causar tal misterio?
Michael Baigent cree que aquí convergen dos histo-
rias.
¿Podría el Santo Grial, el legendario tesoro ilusorio
y mito ser la clave para desentrañar este misterio? Pare-
ce no estar relacionado con Jesús y María, pero pudiera
ser la pista más importante de todas. El Santo Grial fue
pensado como el cáliz del que Cristo bebió en la última
cena, y que pudiera haber contenido su sangre después
de la crucifixión.
¿Podría el Santo Grial tener otro significado? Un
sentido oculto en las palabras francesas del Santo Grial:
SAN GREAL = SANTO GRIAL, SI SE ROMPE
DE MANERA DIFERENTE A
SANG REAL = SANGRE REAL, EL LINAJE
REAL (LA LÍNEA DE SANGRE REAL)
Durante la investigación se encontró pruebas histó-
ricas de que la línea de David, la línea de sangre de Je-
sús, existió en Europa durante la Edad Media. Según
Bérenger Saunière, cuando el caballero encuentra el
Grial, no encuentra el cáliz de oro, sino que la prueba de
que Jesús sobrevivió a la crucifixión.
En 1917, cuando Saunière estaba muriendo, pidió a
un sacerdote para que escuchara sus confesiones. Cuan-
335
do el sacerdote lo hizo, huyó de la habitación en estado
de shock, nunca volviendo a sonreír. Tal vez Saunière le
impartió a él un secreto, un secreto que ha sido suprimi-
do durante 2.000 años.
Un secreto de que Jesús había sobrevivido a la cru-
cifixión. Un secreto que Jesús tuvo una relación con
María Magdalena, una relación que produjo los hijos. Y
que estos hijos se dirigieron a Francia, donde el linaje
de Cristo, la línea de sangre de la línea real de David, de
hecho, continúa hasta nuestros días.
La pericia de Saunière, con su no explicado acceso
a una fabulosa fortuna y su repercusión en la tranquila
vida aldeana de Rennes-le-Château, venían a confirmar
las viejas historias sobre tesoros. De hecho los campesi-
nos de la región tenían una explicación bien sencilla
sobre la fortuna del párroco. Ningún enigma que desci-
frar: el nuevo cura se habría tropezado con una fuente
de riqueza escondida por los antepasados. Pero el caso
fue que mientras vivió, Saunière guardó silencio absolu-
to sobre el origen de sus fondos y se negó obstinada-
mente a revelar el secreto. Las especulaciones intermi-
nables a que dio lugar tal actitud se multiplicaron des-
pués del súbito fallecimiento de aquél. ¿Cómo pudo lle-
varse a cabo el rápido enriquecimiento de Saunière?
¿De dónde provenía el dinero? ¿Qué contenían los mis-
teriosos pergaminos?. ¿Tenían algo que ver con el mis-
terioso secreto de los Cátaros, por el cual prefirieron ser
quemados, muchos siglos atrás, en esta misma región?
¿Descubrió Saunière el tesoro escondido de los Templa-
rios? Nunca lo reveló, pero dejó muchas pistas a su al-
rededor. Especialmente en su iglesia.
336
Después del descubrimiento de los pergaminos y
durante varios años Saunière se dedicó a restaurar la
iglesia añadiéndole decoraciones y detalles, figuras es-
trafalarias y tallas estrambóticas. Cualquier católico que
entre en el lugar y desee persignarse encontrará que la
pila del agua bendita está sustentada por un personaje
bien conocido, aunque desde luego el que menos espe-
raría encontrar en tal lugar, “el diablo en persona”. Por
otro lado las estaciones del vía crucis, muy llamativas y
desproporcionadas de tamaño difieren de los grabados
de los vía crucis normales. Y por si esto fuera poco hizo
colocar en el dintel de la puerta la siguiente inscripción
“Terribilis est locus iste” Este lugar es terrible.
Saunière halló cuatro o cinco pergaminos en unos
tubos de madera sellados. Dos de ellos contenían genea-
logías relacionadas con la dinastía merovingia, los otros
hablan de pasajes evangélicos. Uno se refiere a cómo
iba Jesús con sus discípulos en sábado por unos sem-
brados, y ellos cortaron algunas espigas y las comieron.
337
El otro cuenta la cena en Betania con Lázaro resuci-
tado de entre los muertos, durante la cual María Magda-
lena ungió los pies de Jesús. La versión oficial de los
pergaminos está exhibida a la vista del público en las
paredes del museo Saunière en Rennes-le-Château.
Desde que las copias de los pergaminos fueron pu-
blicados – los originales permanecen ocultos – se ha
intentado descifrarlos a partir de variadas aproximacio-
nes. El Enigma Sagrado es posiblemente la obra más
leída sobre el tema y en ella, como en estudios posterio-
res, se enfatiza que el tesoro encontrado en el interior de
la iglesia de María Magdalena, fue de naturaleza espiri-
tual. Un secreto preservado a través de milenios, una
herejía que atenta contra los fundamentos de la Iglesia y
que perturba a todo cristiano comprometido: El cuerpo
de Jesús permanece enterrado en un lugar cercano a
Rennes-le-Château. Una versión señala que se exilió
después de sobrevivir a la crucifixión mientras otra se
inclina a que su cuerpo fue traído momificado por los
templarios, y ambas que tuvo descendencia de su unión
con María Magdalena. Y que su línea genealógica llega
hasta hoy día. Si esto fuese cierto las leyendas sobre el
Santo Grial adquirirían nuevos significados.
Mucho se ha escrito sobre el misterio de los Cátaros
y Rennes-le-Château. Hoy sabemos que la fortuna de
Saunière provenía de las donaciones de nobles y de so-
ciedades secretas vinculadas al secreto. Un secreto que
indiferentemente sea verdad o mentira, atrae a numero-
sos visitantes con ánimo de encontrar algo que quizás
por su simplicidad permanece oculto a sus miradas pero
abierto a sus corazones. Cierto o falso, verdad o menti-
338
ra, forma parte de la historia de Rennes-le-Château. Al-
go que muy pronto todos podremos ver.
339
ella existe un grupo escultórico de cuatro ángeles donde
puede leerse la frase que Constantino había visto en el
cielo: “Con este signo le vencerás”, que por supuesto
está bajo la señal de la cruz.
340
tivamente Jesús y el otro su hijo y que, según la leyenda
del Grial, su descendencia escapó de la masacre de
Montsegur.
341
Esta no es precisamente la imagen de Jesús resuci-
tado elevándose sobre el sepulcro. En cambio vemos a
unos personajes que al amparo de la noche transportan
el cuerpo sangrante de Jesús. -Obsérvese la herida en el
lado izquierdo del cuerpo- Esta imagen suele interpre-
tarse como lo que pudo suceder después de un simulado
entierro: Algunas personas se llevan el cuerpo aún vivo
de Jesús.
Usted está viendo la diferencia entre el Jesús de la
teología y el Jesús de la historia.
El Jesús de la teología es un Dios, el Jesús de la his-
toria es un hombre como todos los demás hombres.
342
¿JESÚS HUYÓ A JAPÓN Y MURIÓ
ALLÍ CON 106 AÑOS?
343
cayó en el olvido hasta 1935, cuando Kiyomaro
Takeuchi (Takenouchi) descubrió supuestamente un
antiguo documento en la prefectura de Ibaraki (Japón).
El texto de este manuscrito daba a conocer un relato
asombroso en el que se afirmaba que Jesucristo fue en-
terrado en la localidad japonesa de Herai, perteneciente
a la prefectura de Aomori.
No solo eso, sino que en el documento además se
puede leer que Jesús fue enterrado en Herai junto con su
hermano. El texto parecía realmente auténtico, y no ha-
bía razón para dudar de que se tratara de un original. No
obstante, el gobierno japonés decidió vetarlo y mante-
nerlo en secreto. Se convirtió en parte de la colección
del museo de Tokio, bombardeado durante la Segunda
Guerra Mundial. Todos los archivos del museo queda-
ron destruidos por las bombas; sin embargo, la familia
Takeuchi había realizado copias de este antiguo texto
antes de informar a las autoridades de su descubrimien-
to. Estas copias abrieron la puerta a una antigua y olvi-
dada leyenda japonesa.
344
UNA TUMBA LEGENDARIA
345
Según la descripción que figura junto a la tumba:
Cuando Jesucristo tenía 21 años, vino a Japón y
buscó la sabiduría de la divinidad durante 12 años. Vol-
vió a Judea a la edad de 33 y se entregó a su misión. Sin
embargo, en aquel tiempo las gentes de Judea no acepta-
ron la doctrina de Jesús. En lugar de eso le apresaron e
intentaron crucificarle. Su hermano menor Isukiri, ca-
sualmente ocupó su lugar y murió en la cruz. Cristo que
escapó a la crucifixión, soportó los avatares de la trave-
sía y volvió de nuevo a Japón. Se instaló justo aquí, en
la aldea conocida como Herai, y murió a la edad de 106
años. En este lugar santo se ha heregido un túmulo fune-
rario a la derecha dedicado a Cristo y una tumba a la
izquierda dedicada a Isukiri.
346
su hermano era dos años más joven que él. Parece ser
que fueron enterrados en el mismo lugar.
Los arqueólogos han buscado pruebas de la presen-
cia de un enterramiento en la supuesta Tumba de Cristo
de Shingo, como huesos, dientes u objetos. Por desgra-
cia, no han descubierto nada parecido hasta ahora. El
monumento se encuentra en un monte y debe su forma
al terreno. En la actualidad también hay en la tumba
cruces y otros símbolos típicamente cristianos.
La prueba más interesante que confirma la extraña
conexión entre las lenguas japonesa y hebrea es una an-
tigua canción que es conocida en Herai desde hace
2.000 años. Esta canción incluye en su letra la frase:
“Nanya Do Yara Nanya Do Nasareno Nanya Do Yara”,
que significa “¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? ¿Qué
vais a hacer?”
Según el Dr. Tom J. Chalko, si se repiten muchas
veces, estas palabras tienen un significado diferente. La
frase de la canción citada anteriormente, traducida del
hebreo, significaría “Soy YO, Joshua, el niño dado por
Jehová (Yah).” El investigador cree que esta frase se
asemeja al hebreo que conocemos de los textos escritos
en vida de Jesús.
347
¿Por qué razón habría viajado Jesucristo a Japón?
En Asia se conocen unas cuantas historias más acerca
de un hombre sabio llegado del Próximo Oriente que
viajó hacia el este. Fue visto en la India, Nepal e incluso
China. En la región de Cachemira, aún se venera en
nuestros días otra tumba de un sabio llamado Jesús. Es
casi imposible que tantas historias de tan distantes re-
giones de Asia no tengan razón de ser. Especialmente
cuando se reconoce que durante muchos siglos el cris-
tianismo no fue una religión demasiado popular en Asia.
348
No obstante, podría habérsenos escapado algún de-
talle oculto en esta historia. Es posible que uno de los
discípulos de Jesús, quizás incluso uno de sus apóstoles,
viajara a Asia. Llegados a este punto, debemos recordar
que en la antigüedad la palabra “hermano” podía utili-
zarse cuando dos hombres eran parientes, pero también
si existía un estrecho vínculo entre ellos, si eran grandes
amigos por ejemplo.
¿Fueron estos viajeros simplemente seguidores de
Cristo que querían dar a conocer el mensaje de su Maes-
tro? ¿Es posible que fueran fugitivos huidos de su país
tras la ejecución de Jesús para no correr su mismo des-
tino? Quizás nunca lleguemos a conocer la respuesta a
estas preguntas…
349
350
LA TUMBA DE MARÍA ESTÁ VA-
CÍA ¿DÓNDE FUE ENTERRADA
ENTONCES?
351
muy difícil encontrar piezas arqueológicas que hayan
podido tener relación con la Madre Virgen, pero existe
un lugar que según la tradición siempre ha estado vincu-
lado a ella.
¿REALIDAD O FICCIÓN?
352
embargo, según algunos textos, su cuerpo fue resucita-
do, y al igual que su Hijo, al tercer día subió a los Cielos
en cuerpo y alma. Según se dice, se descubrió que su
tumba estaba vacía tres días después de su funeral.
353
Éfeso acompañado únicamente por Prócoro y a una
edad muy avanzada, es decir, después de la muerte de
María.(…) Las dos cartas B Inatii Missa S. Joanni, es-
critas hacia el año 370 d.c., demuestran que la virgen
bendita pasó el resto de sus días en Jerusalén. Por otro
lado, la carta de Dionisio areopagita al obispo Tito (363
d.c), el libro Joannis de Dormitione Mariae (entre los
siglos III d.c y IV d.c), y el tratado de Transitu B. M.
Virginis (SIV d.c) sitúan su tumba en Getsemaní (…).
Nunca ha existido ninguna tradición que vincule la
muerte y el enterramiento de María con la ciudad de
Éfeso.
Muchos aún dudan que esta tumba realmente perte-
neciera a la Virgen María. En el siglo V d. C., Cirilo de
Escitópolis escribe en Euthymiaca Historia que el empe-
rador Marciano y su esposa Pulqueria solicitaron el en-
vío de las reliquias (los restos) de la Virgen María. El
Patriarca de Jerusalén, Juvenal, contestó que no quedaba
reliquia alguna, y que el cuerpo de María dejó la tumba
tres días después de su funeral.
354
LA TUMBA DE MARÍA.
355
356
¿ES LA SÁBANA SANTA, LA PRUEBA
IRREFUTABLE QUE DEMUESTRA LA
RESURRECCIÓN DE JESÚS?
357
fixión. Se encuentra ubicado en la capilla real de la ca-
tedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia).
El sudario mide 436 cm × 113 cm. Los orígenes del
sudario y su figura son objeto de debate entre científi-
cos, teólogos, historiadores e investigadores. Algunos
sostienen que el sudario es la tela que se colocó sobre el
cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y
que el rostro que aparece es el suyo. Otros afirman que
este objeto fue creado en la Edad Media. La Iglesia ca-
tólica no ha manifestado oficialmente su aceptación o
rechazo hacia el sudario, pero en 1958 el papa Pío XII
autorizó la imagen en relación con la devoción católica
hacia la Santa Faz de Jesús. En 1988 la Santa Sede auto-
rizó la datación por carbono-14 de la sábana, que se
realizó en tres laboratorios diferentes, y los tres labora-
torios dataron la tela entre los siglos XIII y XIV (1260-
1390).
La imagen de la sábana se puede apreciar más cla-
ramente en negativo, debidamente contrastado, que en
el color sepia original. La imagen en negativo fue con-
templada por primera vez en la noche del 28 de mayo de
1898, en el reverso de la placa fotográfica del fotógrafo
amateur Secondo Pia, que estaba autorizado para foto-
grafiarla mientras se exhibía en la catedral de Turín.
358
en1969, incluía serólogos forenses, anatomistas, radió-
logos, historiadores, físicos, etc. Los resultados de la
investigación fueron cautelosos; aunque no favorables a
la autenticidad en algunos casos, no la excluía de mane-
ra concluyente.
En 1978 se llevó a cabo un estudio detallado por un
grupo de científicos estadounidenses llamado Shroud of
Turin Research Project (STURP), financiado por la
Holy Shroud Guild, una organización religiosa dedicada
a la promoción de la reliquia. No encontraron pruebas
fiables para afirmar que se trataba de una falsificación, y
consideraron que la aparición de la imagen era todo «un
misterio».
En 1988 se efectuó una prueba de datación por ra-
diocarbono con pequeños fragmentos del sudario. Los
laboratorios de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich,
la Universidad de Oxford y la Universidad de Arizona
determinaron que la Sábana Santa data de la Edad Me-
dia, entre 1260 y 1390 (±10 años). Los resultados fue-
ron publicados en la revista científica Nature. Dicha
datación se corresponde cronológicamente con la prime-
ra aparición histórica documentada, lo que fortalece una
explicación científicamente coherente en la que la crea-
ción de la pieza se habría producido en los años inme-
diatamente anteriores a esta primera exhibición pública
de1357.
Entre junio y julio de 2002 un equipo de expertos
bajo la dirección de Mechthild Flury-Lemberg, conser-
vadora del Museo histórico de Berna (Suiza), realizó
una tarea de restauración del lienzo, que se acompañó
del escaneo, espectrometrías, microfotografías, etc., y el
359
lienzo fue guardado en una teca especialmente diseñada
en condiciones óptimas para su conservación, que, al
parecer, estaba amenazada desde hacía años. En estos
trabajos se levantó por primera vez el forro posterior
que cubría la tela.
Pese a que se pensó que la datación de 1988 podía
dejar zanjada la cuestión, ni éste ni los trabajos subsi-
guientes han acallado la polémica entre los defensores y
los detractores de la autenticidad del lienzo en el ámbito
de lo que algunos denominan como “sindonología” (es-
tudios sobre la síndone -del griego σινδών sindon, mor-
taja, la palabra utilizada en el Evangelio de Marcos para
referirse al tipo de tela que José de Arimatea compró
para usarla de sábana mortuoria-). Aspectos de estas
polémicas como los antecedentes históricos del lienzo,
la formación de la imagen, la naturaleza del tejido, la
datación, etc., se recogerán a continuación.
HISTORIA
POSIBLE HISTORIA ANTERIOR AL SIGLO XIV:
LA IMAGEN DE EDESA
360
Turín y la Imagen de Edesa. Ninguna leyenda relativa a
la imagen lleva a pensar que contuviera la imagen de un
Jesús malherido, sino que mencionan que la imagen fue
transmitida a la tela por el propio Jesús. Suele describir-
se como una mera representación del rostro de Jesús, no
del cuerpo entero. Los defensores de la teoría de que la
imagen de Edesa y el sudario son el mismo objeto, lide-
rados por Ian Wilson, creen que siempre estuvo plegado
de manera que sólo mostraba la cara.
Las antiguas Leyendas de Abgaro sitúan el lienzo
en la ciudad de Edesa (650 km al norte de Jerusalén),
durante el reinado del rey Abgaro V (en el siglo I). El
antiguo historiador Eusebio(325) habla de esa leyenda,
refiriendo a la “Imagen de Edesa”, y relata que cuando
el lienzo con la imagen fue llevado al rey por el discípu-
lo Tadeo, el rey fue curado de su lepra. Evagrio(590) se
refiere al lienzo como “acheiropoieta” -no hecho por
manos humanas-. Los Actos del Santo Apóstol Tadeo
(siglo VI) hablan de la “tetradiplon” (tela doblada en
cuatro). San Juan Damasceno, durante los debates ico-
noclastas del siglo VIII, llamó al Sudario como “hima-
tión” o larga-tela. Los griegos bizantinos continúan ha-
blando de la acheiropoieta (imagen no hecha por manos
humanas) y del “Mandylion” – o pequeña toalla. Algu-
nos defensores de la autenticidad del Sudario defienden
que este era el Mandylion doblado en cuatro partes.
Se citan tres muestras principales de evidencia para
identificarla con el sudario. Juan de Damasco menciona
la imagen en su obra anti-iconoclasta Sobre las imáge-
nes santas, describiéndola como una «cinta» o tela
361
oblonga, en lugar de un cuadrado, como sostienen otras
notificaciones de la tela de Edesa.
Con motivo del traslado de la sábana a Constanti-
nopla en 944, Gregorio Refrendario, arcediano de la
Hagia Sophia (Constantinopla), dio un sermón sobre el
mismo. Dicho sermón se perdió, pero volvió a aparecer
en los archivos del Vaticano, y en 2004 fue traducido al
inglés por Mark Guscin. El sermón, según la controver-
tida traducción de Guscin, que se basaba en la de An-
dré-Marie Dubarle y otros, diría que la tela de Edesa
contenía una referencia a la herida del costado, lo que
sugiere que la imagen representaría el cuerpo entero de
Jesús. Sin embargo, esta traducción fue abandonada in-
cluso por su autor. En la Biblioteca del Vaticano y en la
Universidad de Leiden aparecieron otros documentos
antiguos. En uno de ellos, el Códice Vossianus Latinus
Q69 del siglo X, en la que figura una mención de un
testigo del siglo VIII sobre una tela que recibió el rey
Abgar con la imagen de Cristo en la que: «[Non tantum]
faciei figuram sed totius corporis figuram cernere po-
teris» («No sólo podrás ver la imagen/figura de la cara,
sino también la imagen/figura del cuerpo entero»).
Otros autores, como Antonio Lombatti y Andrea
Nicolotti, han rechazado la idea de que el Mandylion
pudiera ser el lienzo de Turín. Ellos señalan que hay
diferencias cruciales entre uno y otro (fundamentalmen-
te que el Mandylon retrata a un hombre vivo, con los
ojos abiertos -cf. ilustración adjunta al texto-), las des-
cripciones del Mandylion siempre se refieren a un ros-
tro, nunca se ha descrito la tela como una sábana y los
que hablan de un sudario lo diferencian del Mandylion
362
como dos objetos diferentes. La hipótesis de un lienzo
doblado les parece “fantástica”. Nicolotti sugiere que
ciertas diferencias en los textos respecto al origen y
forma del lienzo podrían deberse a que se habla de oídas
o se están contemplando copias diversas que existieron
en la época. El método de trabajo de los partidarios de la
identificación ha sido criticado seriamente por Nicolotti,
que considera que trabajan con frases descontextualiza-
das. En la misma línea, en L’Image D’Édesse, Romain
et Constantin, Bernard Flusin juzga que los métodos de
trabajo de Guscin son académicamente inválidos.
363
En la Biblioteca Nacional de Budapest se encuentra
el Códice Pray, el texto más antiguo que sobrevive en
húngaro. Fue escrito entre los años 1192 y 1195 (65
años antes de la más antigua fecha determinada por el
carbono-14 de 1988) bajo el reinado de Bela III de
Hungría, criado en Constantinopla. Según algunos auto-
res, una de sus ilustraciones muestra preparaciones para
la sepultura de Cristo. Dicha ilustración incluiría una
mortaja con el mismo tejido de patrón de espiga como el
Sudario, más cuatro agujeros de quemadura cercanos a
uno de los bordes. Los agujeros forman una “L”.
Para estos autores lo llamativo es que ese extraño
patrón de agujeros se encuentra en el Sudario de Turín.
Son agujeros de quemaduras, posiblemente causados
por un atizador o brasas de incienso. Según los registros
el sudario era conservado en la capital del Imperio bi-
zantino, y exhibido todos los viernes, acontecimiento
con el que Bela III pudo haber estado muy familiarizado
en su estadía en Constantinopla, y, eventualmente, des-
pués fue tomado el patrón del manto para elaborar el
Códice Pray.
Gian Marco Rinaldi mantiene, por el contrario, que
lo que se dice que es el sudario es en realidad la tapa del
sarcófago adornada con trazos quebrados y que los re-
dondeles que aparecen en la ilustración no son quema-
duras sino ornamentos, como aparecen en la cubeta del
sarcófago (junto con cruces) y en los vestidos de los
personajes. Mantiene que la iconografía de la ilustración
del Códice Pray es consistente con la de las “Santas Mu-
jeres” de la época. También la imagen del embalsama-
miento de Jesús es similar a otras del período. Daniel
364
Scavone afirma que la iconografía de Jesús en la tumba,
desnudo y con las manos cruzadas en el pubis aparece
en forma de “lamentatio” o “threnos” en el Imperio bi-
zantino hacia 1100. Charles Freeman, por su parte, hace
notar que la posición del cuerpo en el Códice Pray era
habitual en los enterramientos medievales y señala unas
cuantas diferencias entre él y el hombre del sudario de
Turín.
En 1203, un cruzado llamado Robert de Clari asegu-
ra haber visto en la iglesia de Santa María de las Blan-
quernas de Constantinopla una tela con la imagen de
Jesús: «Donde estaba el sudario en el que nuestro Señor
fue envuelto, y que cada viernes se alzaba bien alto para
que uno pudiera ver en él la figura de nuestro Señor».
La cita tiene importancia porque es el primer testimonio
que se conoce de un sudario con imagen. Pero, al mismo
tiempo, también menciona el Mandylion que se encon-
traba en el palacio de Bucoleón, lo que hace difícil la
identificación de las dos imágenes.
En 1205, tras la cuarta cruzada, Teodoro Angelos
(sobrino de uno de los tres emperadores bizantinos que
fueron depuestos) envió la siguiente misiva al papa
Inocencio III, protestando por el ataque a la capital. Sa-
cado del documento, con fecha de 1º de agosto de 1205:
Los venecianos se repartieron los tesoros de oro,
plata y marfil, mientras que los franceses hicieron lo
mismo con las reliquias de los santos y, lo más sagrado
de todo, el lino en el que nuestro Señor Jesucristo fue
envuelto tras su muerte y antes de su resurrección. Sa-
bemos que esos saqueadores han guardado los objetos
365
sagrados en Venecia, Francia, y otros lugares, estando el
sagrado lino en Atenas.
Códice Chartularium Culisanense, fol. CXXVI (co-
pia), Librería Nacional de Palermo)
Desde el siglo XIII, la Imagen de Edesa se halla en
paradero desconocido, salvo que se trate del Sudario de
Turín. Un estudio de la historiadora italiana Barbara
Frale afirma que el sudario fue custodiado por los Caba-
lleros Templarios desde el saqueo de Constantinopla
hasta la disolución de la orden en 1312. En su libro Los
templarios y la Síndone de Cristo, Frale relata que en
1287 un joven de buena familia llamado Arnaut Sabba-
tier ingresó a la Orden de los Caballeros Templarios y
luego de ser admitido fue invitado a besar tres veces los
pies de la imagen del Santo Sudario. La tesis de Frale ha
sido discutida por varios autores que no aceptan la iden-
tificación del Sudario de Turín con la imagen de la que
habla Sabbatier. Entre otras cosas, aducen que los tem-
plarios fueron condenados por besar la imagen de un
demonio llamado “Bafomet” y no por hacerlo con una
imagen que claramente representa a Cristo en la tumba
con los signos de la pasión. Además, se puede citar en
su contra la descalificación del propio Wilson, a quien
la historiadora italiana tomaba como referencia.
SIGLO XIV
366
dos de armas del caballero y su viuda pueden verse en el
Museo Cluny de París, en un medallón peregrino que
también muestra una imagen del sudario de Turín.
A lo largo del siglo XIV, el sudario fue expuesto
públicamente a menudo, aunque no de forma continua,
puesto que el obispo de Troyes (Henri de Poitiers) había
prohibido venerar la imagen. A los treinta y dos años de
este pronunciamiento, la imagen volvió a exponerse, y
el rey Carlos VI de Francia ordenó retirarla de la iglesia
de Lirey, citando la impropiedad de la imagen. Los co-
misionados fueron incapaces de llevar a cabo la orden.
En 1389, el obispo Pierre d’Arcis denunció en una
carta al papa de Aviñón que la imagen era un fraude,
indicando que ya había sido denunciada anteriormente
por su predecesor Henri de Poitiers, al que le extrañaba
que no fuera mencionada en ningún Evangelio.
Según d’Arcis, «Un examen riguroso descubrió
eventualmente cómo la imagen había sido astutamente
pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pin-
tor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y
no fue forjada ni se formó milagrosamente». En la carta
no se nombra al artista.
La carta de d’Arcis menciona también el esfuerzo
del obispo Henri por eliminar la veneración, pero que la
tela fue rápidamente escondida «unos 35 años», lo que
concuerda con los detalles históricos antes menciona-
dos. La carta ofrece una descripción precisa de la sába-
na:
«Tras dibujar con audaz maña la imagen a doble ca-
ra de un hombre, es decir, vista frontal y dorsal, declaró
falsamente y pretendió que se trataba del sudario en el
367
que nuestro salvador Jesucristo fue envuelto en el sepul-
cro, y sobre el que la figura completa de nuestro salva-
dor ha permanecido por ello impresa junto a las heridas
que portaba».
Pese a las declaraciones del obispo d’Arcis, Cle-
mente VII, primer antipapa del Gran Cisma de Occiden-
te, prescribió indulgencias a los que peregrinaran al su-
dario, por lo que la veneración continuó. Sin embargo,
se debía proclamar en voz alta: «este no es el verdadero
sudario de nuestro Señor, sino una pintura o cuadro rea-
lizado a semejanza o representación del sudario». Asi-
mismo, se le prohibió a Pierre d’Arcis oponerse a la ex-
hibición de la reliquia.
SIGLO XV
368
que el sudario no era auténtico y la figura estaba pinta-
da.
La viuda vendió la imagen en 1453 a cambio de un
castillo en Varambon (Francia). El nuevo propietario,
Luis de Saboya, la guardó en su capital, Chambéry, en
la recién construida Capilla Santa, que el papa Pablo II
erigió a continuación a mayor honra de una iglesia cole-
gial. En 1464, el duque acordó pagar una tasa anual a
los canónigos de Lirey a cambio de que dejaran de re-
clamar la propiedad de la tela. A partir de 1471, la sába-
na se desplazó por varias ciudades de Europa, residien-
do brevemente en Vercelli, Turín, Ivrea, Susa, Cham-
béry, Avigliana, Rívoli y Pinerolo. Por esos días, dos
sacristanes de la Capilla Santa describieron que el suda-
rio estaba guardado en un relicario «envuelto en una
cortina de seda roja, y guardada en una caja cubierta de
terciopelo carmesí, decorada con clavos bañados en pla-
ta, y cerrada con llave de oro».
369
SIGLO XVI A NUESTROS DÍAS
370
La última ostensión o exhibición pública del sudario
fue durante el Jubileo del año 2000. Y el papa Benedic-
to XVI autorizó una exposición para el año 2010, ha-
biéndose realizado entre el 10 de abril y el 23 de mayo
2010.
CARACTERÍSTICAS DE LA IMAGEN
371
Presenta los colores invertidos respecto de una
imagen óptica habitual. Por eso ha sido comparada a
veces con un negativo, aunque algunas de sus partes (el
cabello, por ej.) escapan a la norma.
Se puede observar sólo a cierta distancia.
Es de color amarillo pardo en el cuerpo y rojo en
las manchas de sangre.
La pigmentación de la imagen corporal no afecta
más que a la superficie de las fibras, mientras que los
regueros de sangre traspasan la tela.
Los contornos de la imagen son imprecisos.
La imagen dorsal es unos centímetros más ancha
y más larga que la frontal.
Entre la imagen anterior y la posterior hay una
separación que ha sido estimada entre 12 y 18 cm.
La pigmentación es más intensa en el rostro que
en el cuerpo.
372
los lados largos del Sudario (llamado “orillo”). Ese pa-
trón de cosido es muy similar a los fragmentos de tela
encontrados en las tumbas de la fortaleza judía de Ma-
sada (el palacio de invierno del rey Herodes). Las telas
de Masada son aproximadamente de los años 40 a. C.
al73 d. C.. Antonio Lombatti afirma, por el contrario,
que ni los tejidos de Masada son como los del lienzo de
Turín ni el único sudario completo de la época de Jesús
que se conoce, el de Akeldama, es como el Lienzo de
Turín.
En 1978 Sam Pellicori (ingeniero en óptica) notó la
presencia de partículas de suciedad en la nariz así como
en la rodilla izquierda y el talón; se ha identificado que
esta suciedad es aragonita travertina. [Esto puede deber-
se a que las Cuevas-Tumbas estaban hechas dentro de
los lados de las colinas de piedra caliza].[cita requeri-
da]Asimismo, la presencia de carbonato de calcio (pol-
vo de piedra caliza) en el Sudario fue notada por la Dra.
Eugenia Nitowski (arqueóloga de Utah) en sus estudios
de las cuevas-tumbas de Jerusalén. El profesor Giovanni
Riggi notó ácaros de sepultura. Trazos de áloe y mirra
también han sido encontrados en el Lienzo. Todos estos
son congruentes con las costumbres de sepultura judía
en la antigüedad.
373
FORMACIÓN MILAGROSA
374
el evento milagroso pudo haber grabado a fuego la ima-
gen en la tela.
375
fuertes en sus tejidos, como pudriscina y cadaverina.
Esto provocaría el color observado en la capa de hidra-
tos de carbono, pero crea preguntas sobre por qué ambas
vistas de la imagen son tan fotorrealísticas y por qué no
fueron destruidas por posteriores productos de la des-
composición (una pregunta obvia si hubo resurrección,
o si se retiró el cuerpo de la tela en el momento requeri-
do).
AUTO-OXIDACIÓN
376
sión del sudario y lo tuvo expuesto en una iglesia de
Lirey.
Knight y Lomas basan sus hallazgos en parte en las
pruebas del carbono 14 de 1988 y en la investigación de
Mills en 1995 acerca de una reacción química llamada
auto-oxidación, y argumentan que su teoría concuerda
con los datos conocidos sobre la creación de la tela y de
los resultados de la datación por radiocarbono.
REPRODUCCIÓN FOTOGRÁFICA
¿PODRÍA HABER SIDO LA SÁBANA SANTA HE-
CHA POR DAVINCI IMPRIMIENDO SU ROSTRO
EN ÉL?
377
Sudario y en el del mismo autorretrato del célebre-
polímata florentino.
Entre los métodos propuestos por los partidarios de
la creación de la imagen en la Edad Media, hay quien no
duda en considerar al sudario como la primera fotogra-
fía del mundo, atribuyendo su autoría a Leonardo da
Vinci. Según ellos, la imagen habría sido producida con
la ayuda de una linterna mágica, un dispositivo de pro-
yección simple y compuestos de plata sensibles a la luz
aplicados sobre la tela. Esta teoría se apoya en el pare-
cido que algunos encuentran entre el famoso autorretra-
to de Leonardo y la imagen del sudario, pese a que Leo-
nardo nació varios siglos después de la primera apari-
ción documentada de la sábana, si se considera que la
sábana de Turín es la misma que la de Edesa, cosa que
algunos expertos dudan.
Los principales defensores de esta teoría son Lillian
Schwartz (consultora gráfica de la School of Visual Arts
en Nueva York, quien se hizo conocida en la década de
1980 por pretender que la Mona Lisa era un autorretrato
de Leonardo), Lynn Picknett (investigadora), Nicholas
Allen (profesor en Historia del Arte de la Nelson Man-
dela Metropolitan University en Sudáfrica, quien sostie-
ne que la prueba de que el sudario fuese una fotografía
de Da Vinci sería que se encontraran rastros de sulfato
de plata en el sudario) y Larissa Tracy (profesora de la
Longwood University en Virginia). Todos ellos afirman
que Leonardo tenía todos los conocimientos necesarios
en anatomía y los materiales para fabricar una primitiva
cámara oscura como para fabricar un sudario falso que
378
reemplazaría a la falsa reliquia de mala calidad que es-
taba en posesión de la familia Saboya desde 1453.
PINTURA
379
mentos a la vista. Los partidarios de la autenticidad del
sudario replican que ninguna técnica conocida de pintu-
ra a mano puede aplicar un pigmento con semejante ni-
vel de control sobre una superficie de fibras nanométri-
cas. Sin embargo, las hipótesis de algunos autores críti-
cos, como Nickell o Garlaschelli, no suponen que la
imagen fuera pintada tal como la conocemos. Ellos
piensan que lo que vemos son restos o una marca de una
pintura original que, según testigos de la época, aparecía
entonces como “pintada hoy mismo”.
380
rado que tendría y la compatibilidad del método con la
afirmación de Fanti de que la imagen original es de do-
ble cara.
381
Simposio Científico Internacional, opinando que mu-
chas de esas marcas debían de ser más antiguas, porque
las simetrías se corresponden más con el plegado que se
requiere para guardar la tela en una jarra de barro (como
las muestras de tela en Qumram) que para hacerlo en el
relicario que la hospedó en 1532.
Según la experta restauradora de textiles Mechthild
Flury-Lemberg hay un zurcido en la sábana idéntico a
un tejido del siglo primero, que era exclusivo de la for-
taleza de Masada junto al Mar Muerto. Su patrón de
hilado, un entretejido 3:1, es el propio del diseño sirio
de la época, según la apreciación de Gilbert Raes, del
Instituto Ghent de Tecnología Textil en Bélgica. Flury-
Lemberg expuso que «la tela de lino del Sudario de Tu-
rín no exhibe técnicas de tejido ni costuras que contra-
digan su origen como producto de gran calidad de los
obreros textiles del siglo primero».
Estas afirmaciones son contradichas por el trabajo
de Orit Shamir. Según Shamir, son varias las diferencias
fundamentales entre el tejido del sudario de Turín y los
de Palestina en el siglo I (analiza más de 1500). Ni el
tipo de hilado (torsión en Z), ni el material, ni la densi-
dad del entramado (demasiado denso), ni el formato de
tejido del lino (3:1), son propios de las telas del siglo I
en Palestina. Además, pese a lo que afirmó Flury-
Lemberg, los hilos que se utilizaron para coser la franja
lateral del Sudario de Turín pueden encontrarse en pe-
riodos distintos de la época romana. No hay ningún teji-
do de la época que contenga algodón. Shamir también
descarta que la tela haya sido importada desde otros te-
rritorios.
382
ESTUDIO FORENSE MÉDICO Y BIOLÓGICO
DETALLES DE LA TÉCNICA DE LA CRUCIFIXIÓN
383
MANCHAS DE SANGRE
384
Respecto a la posición de los regueros de sangre
Garlaschelli y Borrini han presentado un estudio según
el que las manchas no pueden proceder ni de un hombre
crucificado ni de un cadáver colocado en posición supi-
na.
GRANOS DE POLEN
385
las imágenes disponibles, no es posible decantarse
inequívocamente por una especie concreta de planta.
Gaetano Ciccone, analizando los muchos puntos os-
curos del trabajo de Frei, la utilización de fotos ajenas
como propias, la imposibilidad de ciertas afirmaciones,
etc., concluye que en sus estudios hay algo más que in-
competencia o superficialidad. Igualmente crítico, aun-
que menos drástico en las conclusiones, es Vaughn
Bryant, en su recensión del libro de Danin et allia. Este
autor extiende su escepticismo a los trabajos de Danin y
Baruch, que encuentra insuficientemente fundamenta-
dos.
386
de lituus del reinado de Tiberio. En el siglo I fue cos-
tumbre poner monedas al cerrar los ojos a los muertos,
razón que explicaría la presencia de las monedas. Algún
error ortográfico de las monedas se ha encontrado en
varios ejemplares no ligados con la sábana. Su teoría fue
debatida por Antonio Lombatti y Alan Whanger en
“Doubts Concerning the Coins Over the Eyes”.Gian
Marco Rinaldi publicó en el boletín de CICAP una críti-
ca detallada con abundante material gráfico. Rinaldi
afirma que la costumbre de poner monedas en los ojos
no era hebrea y menos poner monedas imperiales en un
cadáver de un judío religioso. También compara las fo-
tografías que usó Filas con otras de mayor resolución,
en las que desaparece la imagen del leptón.
En 1979, Piero Ugolotti dijo haber hallado caracte-
res griegos y latinos próximos a la cara, que fueron es-
tudiados posteriormente en 1997 por André Marion y su
alumna Anne Laure Courage, del Institut d’Optique
Théorique et Appliquée d’Orsay (Instituto de Óptica
Teórica y Aplicada de Orsay).
En el lado derecho encontraron las letras ΨΣ ΚΙΑ,
que ellos interpretaron como ΟΨ—ops ‘cara’ + ΣΚΙΑ—
skia ‘sombra’, aunque no aparece la primera letra. El
problema de esta interpretación es que es gramatical-
mente incorrecta, pues en griego «cara» debería apare-
cer en genitivo. A la izquierda hallaron las letras in ne-
ce(parte tal vez de in necem ibis, ‘irás a la muerte’), y
ΝΝΑΖΑΡΕΝΝΟΣ— nnazarennos (una forma penosa de
escribir ‘nazareno’). Los científicos detectaron otras
muchas «inscripciones», pero según Mark Guscin, so-
lamente una de ellas podría estar escrita en griego o la-
387
tín: ΗΣΟΥ que es el genitivo de «Jesús», a falta de la
primera letra.
Sus oponentes rechazan frontalmente estas afirma-
ciones, por estar los textos plagados de errores ortográ-
ficos. Guscin concuerda con ellos en que estos detalles
se han extraído de interpretaciones claramente subjeti-
vas, muy al estilo de un test de Rorschach.
ANÁLISIS ARTÍSTICO
388
que la tela original pudiera haber sido sustituida a fina-
les del siglo XV, idea que fue recogida por Lynn Pick-
nett y Clive Prince para atribuir la imagen al propio
Leonardo, del que sería un autorretrato.
Otros autores, como Denis Dutton, o Gregory S.
Paul, encuentran la relación más bien con el gótico que
con el arte bizantino. Para estos autores, la posibilidad
de que el arte haya imitado una figura desconocida en la
Antigüedad es prácticamente nula. Más bien consideran
las semejanzas como una prueba contraria a la autenti-
cidad, siendo el artista que hizo el sudario el que siguió
modelos artísticos de su época. William S. A. Dale, ex-
perto de la National Gallery of Otawa, señala el extraor-
dinario parecido del lienzo de Turín con el Epitaphios
serbio de Milutin Uros (1300 aprox.), lo que, a su juicio
fecharía el primero a partir de finales del siglo XIII.
Ciertas desproporciones anatómicas, que no son
compatibles con una representación realista de un cuer-
po humano, han sido señaladas como prueba de que la
imagen de Turín es una obra iconográficamente asimi-
lable al arte bizantino o bizantinizante. Por ejemplo, la
longitud desmesurada de los dedos.
La posición de los clavos en las manos ha suscitado
una polémica en relación con su plausibilidad artística
que puede verse en el apartado Detalles de la técnica de
crucifixión.
389
y no tenemos suficientes avances en la actualidad para
saber de qué forma se quedó plasmada esa imagen.
Ni siquiera podemos saber si es de un ser humano
real por lo que usted tiene la última palabra Sea o no sea
él, la Sábana Santa es uno de los mayores misterios re-
lacionados con Jesús en la actualidad
390
4200 RELIGIONES Y 30000 DIO-
SES A LO LARGO DE LA HISTO-
RIA. ¿Y CREES QUE LA TUYA ES
VERDADERA?
391
mas que se esfumaron tras provocar guerras, leyes y la
sumisión de sus creyentes
Si usted cree ciegamente en alguna de las 4.200 re-
ligiones que existen en el mundo, seguramente su fe
merezca un hueco en uno de esos 4.200 cielos que habi-
tualmente se contradicen unos a otros. Durante mile-
nios, millones de personas han creído en dioses que hoy
ni siquiera se recuerdan. Los humanos les rezaron, les
erigieron templos e incluso mataron por ellos, pero hoy
aquellos seres todopoderosos no existen. Tampoco exis-
tían entonces, pero ahora no existen ni en la memoria
colectiva. Son religiones extinguidas.
Un paseo por la mayor colección privada de manus-
critos del mundo, con casi 14.000 piezas que se remon-
tan a los 5.000 años de antigüedad, podría hacer temblar
las convicciones de cualquier persona religiosa. Es la
colección Schøyen, acumulada en Oslo por el empresa-
rio noruego Martin Schøyen. En uno de sus manuscri-
tos, una tablilla de arcilla de hace 4.400 años, aparece
una recopilación de dioses sumerios: Enlil, Ninlil, Enki,
Nergal, Hendursanga, Inanna-Zabalam, Ninebgal, Inan-
na, Utu, Nanna. Lo fueron todo. Se legisló en su nom-
bre. Sus historias, como las de todos los dioses, eran la
Verdad revelada coma por coma y punto por punto. Y
hoy no son nada.
La sumeria, florecida en lo que hoy es Irak, no es la
única religión extinguida representada en la colección
Schøyen. También aparecen amuletos dedicados a Enki,
el dios del agua dulce en el que creían los asirios hace
2.800 años; papiros egipcios dedicados a Osiris hace
más de 3.000 años, espejos de bronce con inscripciones
392
dedicadas a dioses etruscos y rituales contra la migraña
practicados por los sacerdotes babilónicos hace 4.000
años.
DOGMAS PREHISTÓRICOS
393
La tesis de Abram, de la Universidad Northwestern,
y sus colegas era sencilla y ya la habían aplicado para
calcular el ritmo de desaparición de idiomas minorita-
rios. Los científicos parten de la base de que un grupo
social con muchos miembros es más atractivo para un
ciudadano, y de que un grupo social tiene un estatus y
una utilidad. Por ejemplo, argumentaban, en Perú puede
ser más útil y tener un estatus superior hablar español
que quechua. Lo mismo estaría ocurriendo con las reli-
giones en los países ricos, en los que las iglesias se va-
cían. Un Eurobarómetro de 2010 mostraba que el 51%
de los europeos cree en un dios, otro 26% cree en algu-
na clase de “espíritu o fuerza vital” y un 20% es ateo. El
ateísmo es mayor en Francia (40%), República Checa
(37%) y Suecia (34%), pero sigue siendo residual en
países como Grecia (4%) y Rumanía (1%).
Debería ser posible obtener una estimación aproxi-
mada del orden de magnitud de cuántas religiones se
han extinguido a lo largo de la historia. El problema es
que incluso esa estimación sería subjetiva, porque no
hay una manera aceptada mundialmente para determinar
si dos sistemas tienen suficientes elementos en común
como para constituir una sola religión”
“Se parece bastante a intentar contar el número de
especies que han vivido en algún momento en el plane-
ta, pero es incluso más complicado”.
El filósofo estadounidense Daniel Dennett propugna
la investigación científica de las religiones e intenta
predecir su futuro. En una de sus hipótesis más radica-
les, el fenómeno religioso ya agoniza. “En este escena-
rio, aunque puede haber algunas manifestaciones de
394
resurgimiento locales y temporales, o incluso algunas
catástrofes violentas, las grandes religiones del mundo
pronto se extinguirían, como lo hacen cientos de reli-
giones menores que se desvanecen antes de que los an-
tropólogos puedan siquiera registrarlas”, reflexiona
Dennett, codirector del Centro de Estudios Cognitivos
de la Universidad de Tufts (EEUU). En ese escenario
extremo, “nuestros nietos vivirán la transformación de
la Ciudad del Vaticano en el Museo Europeo del Catoli-
cismo Romano, y la de La Meca en El Mágico Reino de
Alá de Walt Disney”.
395
Con todas las cartas sobre la mesa tanto creyentes
como no creyentes pueden tomar sus propias conclusio-
nes pero hay una cosa que se puede afirmar rotunda-
mente:
396
Este libro fue impreso el
30 de octubre de 2018
397
398