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Los celtas (500 -1500)

Los celtas habitaron el norte de Europa hace 5000


años y construyeron el famoso monumento
megalítico de Stonehenge. Julio César ya había
luchado contra ellos durante su conquista de la
Galia y, con el tiempo, los romanos les arrebataron
también sus dominios británicos e ibéricos. A finales
del Antiguo Imperio Romano, los celtas tan sólo
ocupaban partes del noroeste de Francia, Irlanda,
Gales y algunas zonas de Escocia. Durante el
transcurso de la Edad Media, reforzaron su
control de Escocia e hicieron varios intentos de
ampliar su territorio en Inglaterra.

Los irlandeses siguieron siendo pequeños grupos


durante la alta Edad Media. Hacia el 800, las cuatro
provincias de Leinster, Ulster, Connaught y Munster
habían alcanzado el poder bajo "reyes de elevado
rango". Las incursiones vikingas comenzaron en el 795
como anticipación a los asentamientos vikingos de
mediados del siglo IX, siendo el más importante de
éstos el de Dublín. Brian Boru se convirtió en el
primer rey de elevado rango de toda Irlanda en
torno al año 1000. Los irlandeses derrotaron en
Clontarf a los daneses de Dublín en el año 1014,
aunque Brian Boru fue asesinado.
Un pueblo irlandés llamado los scotti invadió el
territorio sur de la actual Escocia en los inicios de
la Edad Media, asentándose permanentemente y
dando su nombre a la zona. Los scotti hicieron
retroceder y absorbieron a los pictos, nativos que
habían hostigado a los romanos hacia el sur. El reino
de Escocia tomó su actual forma durante el siglo
XI, pero atrajo la intromisión inglesa. Los escoceses
respondieron con la "vieja alianza" con Francia, que
constituiría la base de su diplomacia durante siglos.
Pero en 1296, Eduardo I de Inglaterra, el Zanquilargo,
o "Martillo de los Escoceses", se anexionó Escocia.
Los vikingos (500 al 1100)

Los vikingos, que significa "hombres del norte", fueron


la última de las tribus bárbaras llamadas
germanas por los romanos que aterrorizó Europa.
Procedían de Escandinavia y atravesaban
velozmente el mar asolando las costas desde sus
"drakkars" (llamadas así porque las proas y popas de
sus naves estaban adornadas con cabezas de
dragón). Empezaron con asaltos y saqueos,
retirándose antes de que fuera posible oponerles
una resistencia organizada. Pero con el tiempo se
volvieron más audaces, llegando a ocupar y a
asentarse en gran parte de Europa.

Al ser paganos, no dudaban en asesinar a clérigos y


en saquear las propiedades de la Iglesia. La población
se sentía atemorizada por su ferocidad y crueldad.
Por otra parte, eran diestros artesanos, marineros,
exploradores y comerciantes.

Los vikingos procedían de Noruega, Suecia y


Dinamarca. Ellos y sus descendientes controlaron
durante algún tiempo la mayor parte de la costa
Báltica, gran parte del interior de Rusia, Normandía
(Francia), Inglaterra, Sicilia, el sur de Italia y parte
de Palestina. En el 825 descubrieron Islandia, donde se
asentaron en el 875 (aunque ya estaba habitada por
monjes irlandeses). Colonizaron Groenlandia en el 985.
Algunos creen que los vikingos llegaron al nuevo
mundo y exploraron parte de Norteamérica 500
años antes que Colón.

Los vikingos comenzaron haciendo incursiones y


posteriormente se asentaron a lo largo de la costa
oriental del mar Báltico durante los siglos VI y VII.
A finales del siglo VIII, ya realizaban grandes
incursiones a través de los ríos de Rusia,
estableciendo fortificaciones defensivas. En el siglo
IX gobernaban Kiev; y en el 907, una escuadra de 2.000
embarcaciones y 80.000 hombres atacó
Constantinopla, aceptando el ventajoso acuerdo
comercial que el emperador bizantino les ofreció a
cambio de su retirada.

Las primeras incursiones vikingas en Occidente


datan del siglo VIII. Los daneses atacaron y
saquearon el conocido monasterio británico de
Lindisfarne, situado en un islote al noreste de la
isla, dando inicio a una tendencia que iba a perdurar.
La magnitud y frecuencia de las incursiones vikingas
en Inglaterra, Francia y Alemania aumentó hasta
el punto de convertirse en verdaderas invasiones, en
las que se establecían asentamientos con miras a
incursiones posteriores. El territorio de
asentamiento vikingo del noroeste de Francia se
denominó Normandía, que procede del término
"hombres del norte" y dio el nombre de normandos a
sus habitantes.

Un gran ejército danés invadió Inglaterra en el 865,


continuando a lo largo de dos siglos su expansión
por la mayor parte de la isla. Canuto, quien gobernó
simultáneamente Dinamarca y Noruega, fue uno de
los últimos reyes vikingos de Inglaterra antes del
año 1066. Una gran flota que atravesó el Sena con la
intención de atacar París en el año 871 tuvo sitiada
la ciudad durante dos años, hasta que se llegó a un
beneficioso acuerdo económico para los vikingos.
Este incluía un elevado pago en metálico y el
permiso para saquear el oeste de Francia sin
impedimento.

A cambio del cese de las incursiones y de la


conversión vikinga al cristianismo en el año 911, el
rey de Francia dio el nombramiento de duque al jefe
vikingo de Normandía. Del ducado de Normandía,
surgió un gran número de famosos guerreros. Entre
ellos se encuentran: Guillermo I, que conquistó
Inglaterra en el 1066; Robert Guiscard y su
parentela, que le arrebataron Sicilia a los Árabes
entre 1060 y 1091; Balduino I, rey del reino cruzado de
Jerusalén.

Las incursiones vikingas cesaron a finales del siglo


X. Dinamarca, Suecia y Noruega se habían convertido
en reinos, y los reyes dedicaron la mayor parte de
sus energías al gobierno de sus dominios. Con la
expansión del Cristianismo, los antiguos valores
guerreros de los vikingos se debilitaron hasta
desaparecer. Las culturas que habían conquistado
los absorbieron; y así los ocupantes y conquistadores
de Inglaterra se volvieron ingleses, los normandos
franceses, y los varegos rusos.
Los Templarios

La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del


Templo de Salomón (en latín: Pauperes Commilitones
Christi Templique Salomonici), también llamada
la Orden del Temple, cuyos miembros son conocidos
como caballeros templarios, fue una de las más
poderosas órdenes militares cristianas de la Edad
Media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos
siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por
nueve caballeros franceses liderados por Hugo de
Payns tras la primera cruzada. Su propósito original
era proteger las vidas de los cristianos
que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La
orden fue reconocida por el patriarca latino de
Jerusalén Garmond de Picquigny, que le impuso como
regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.
Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129,
durante el Concilio de Troyes (celebrado en
la catedral de la misma ciudad), la Orden del Temple
creció rápidamente en tamaño y poder. Los caballeros
templarios tenían como distintivo un mantoblanco
con una cruz paté roja dibujada en él. El 24 de abril de
1147, el papa Eugenio III les concedió el derecho a llevar
permanentemente la cruz; cruz sencilla, pero
ancorada o paté, que simbolizaba el martirio de Cristo;
de color rojo, porque el rojo era el símbolo de la sangre
vertida por Cristo, pero también de la vida. La cruz
estaba colocada en su manto sobre el hombro
izquierdo, encima del corazón.» Militarmente, sus
miembros se encontraban entre las unidades mejor
entrenadas que participaron en las cruzadas Los
miembros no combatientes de la orden gestionaron
una compleja estructura económica dentro del
mundo cristiano. Crearon, incluso, nuevas técnicas
financieras que constituyen una forma primitiva del
moderno banco. La orden, además, edificó una serie
de fortificaciones por todo el mar
Mediterráneo y Tierra Santa.
El éxito de los templarios se vincula estrechamente a
las cruzadas. La pérdida de Tierra Santa derivó en la
desaparición de los apoyos a la orden. Además, los
rumores generados en torno a la secreta ceremonia
de iniciación de los templarios crearon una gran
desconfianza. Felipe IV de Francia, fuertemente
endeudado con la orden y atemorizado por su
creciente poder, comenzó a presionar al papa
Clemente V con el objeto de que tomara medidas
contra sus integrantes. En 1307, un gran número de
templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo
tortura y quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V
cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su
abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y
leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días
el nombre de los caballeros templarios.
INGLESES

Tras la retirada de las legiones romanas a la Galia


(actualmente Francia) en torno al año 400, las Islas
Británicas cayeron en un periodo de oscuridad que
duró varios siglos y del que apenas quedan crónicas
escritas. La cultura británico-romana que había
existido durante 400 años bajo el dominio del Imperio,
desapareció a causa de las incesantes migraciones e
invasiones bárbaras. Los celtas vinieron de Irlanda
(el pueblo de los Scotti dio su nombre a la parte
norte de la principal isla, que se llamó Escocia). Los
sajones y anglos llegaron desde Alemania, los frisos
de la actual Holanda y los jutos de la actual
Dinamarca. Hacia el año 600, los anglos y los sajones
controlaban la mayor parte de la actual
Inglaterra. Hacia el 800, tan sólo las actuales
provincias de Gales, Escocia y el oeste de Cornwall
permanecían en manos de los celtas.

Los nuevos habitantes fueron llamados


anglosajones (palabra que proviene de la fusión de
dos pueblos: los anglos y los sajones). Los anglos
dieron su nombre a la nueva cultura (Inglaterra
viene de "tierra de los anglos"), y la lengua
germánica que trajeron consigo reemplazó al
idioma celta nativo y al latín importado con la
conquista romana. A pesar de posteriores invasiones,
y de incluso una conquista militar en fechas más
tardías, la parte este y sur de la mayor isla
británica se ha llamado desde entonces Inglaterra
(y su pueblo e idioma "inglés").

En el 865, se rompió la relativa paz inglesa con una


nueva invasión. Vikingos daneses que habían estado
haciendo incursiones en Francia y Alemania
formaron un gran ejército y dirigieron su atención
hacia Inglaterra. En un plazo de diez años, la
mayoría de los reinos anglosajones cayeron o se
rindieron. Sólo los sajones del oeste (actualmente
Wessex) resistieron al mando de Alfredo, único rey
inglés que sería llamado "el Grande".

Durante casi 200 años, Inglaterra quedó dividida


entre los vikingos, los sajones occidentales y un
puñado de reinos ingleses. La mitad vikinga fue
llamada Danelaw (que significa "bajo la ley danesa").
Los vikingos recaudaban un elevado impuesto,
conocido como el Danegeld ("el oro de los daneses"), a
cambio de la paz. Se convirtieron al cristianismo y
fueron asentándose gradualmente. Con el tiempo
los ingleses se volvieron contra los daneses y, en el
954, fue asesinado el último rey vikingo de York. Por
primera vez, Inglaterra se unió bajo un rey inglés de
Wessex.

En el año 1066, el Witan ("consejero del rey") ofreció


la corona a Harold, hijo del conde de Wessex. Había
otros dos pretendientes al trono: Harald Hardrada
(que significa "el duro gobernante"), rey de Noruega,
y el duque Guillermo de Normandía. El noruego
desembarcó primero, cerca de York, pero Harold lo
venció en la batalla de Stamford Bridge.
Rápidamente y tras su victoria, Harold forzó la
marcha de su ejército en dirección sur para
encontrarse con Guillermo en Hastings. La batalla
osciló a favor de uno y otro bando durante todo el
día hasta que, al atardecer, una flecha hirió de
muerte a Harold en los ojos. Durante los dos años
que siguieron, Guillermo, llamado "el Conquistador",
consolidó la conquista de Inglaterra.
Durante el resto de la Edad Media, los sucesores de
Guillermo se agotaron a sí mismos y al propio país
con una serie de enfrentamientos y guerras
encaminadas a expandir o defender sus posesiones en
Francia: la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra
y Francia constituyó un conflicto interminable que
se extendió desde 1337 hasta 1453. La aspiración de un
rey inglés al trono de Francia, debido a enlaces
matrimoniales, fue el detonante del conflicto.
Otras causas de esta guerra fueron la lucha por el
control del lucrativo mercado de la lana y, entre
otros antecedentes, el apoyo francés a la
independencia de Escocia. En sus inicios, la guerra se
caracterizó por una serie de inesperadas victorias
de los ingleses, normalmente debidas a la pericia de
los arqueros que, con sus armas de largo alcance,
barrían las hordas de vistosas armaduras de la
caballería francesa.

Sin embargo, los ingleses no consiguieron alcanzar


una victoria definitiva y los franceses lograron
rehacerse. Inspirados por Juana de Arco, una joven
campesina que decía actuar bajo mandato divino, los
franceses contraatacaron triunfando con la toma
de Burdeos en 1453.

Descendientes de los ingleses se encuentra el


Clan de la familia MacLaren, Hay dos posibles
orígenes bastante separados para el apellido
MacLaren. Uno de estos proviene del condado
de Perthshire, mientras que el otro proviene de
la isla de Tiree en Argyll . En Argyll se dice que
la familia MacLaren es descendiente de Fergus
MacErc , fundador del reino de Dál Riata .
En gaélico escocés el nombre del clan es Clan
Labhruinn . Sin embargo, el antepasado de los
MacLarens generalmente se da como Laurence,
abad de Achtow en Balquhidder , que vivió
durante el siglo XIII. Balquhidder era parte del
antiguo príncipe de Strathern cuya heráldica
se muestra en la heráldica de los
MacLarens. La heráldica del clan sugiere que
desciendan de una rama cadete de la dinastía
de los Condes de Strathearn .

También hay una tradición de que los


MacLarens lucharon en la Batalla de la
Norma bajo Malise I, conde de Strathearn ,
por David I de Escocia .
Britania y la leyenda de
Excalibur

Hace algún tiempo (cuenta la Leyenda) se introdujo


una hermosa y fastuosa espada en una Roca, y solo
un hombre sería capaz de arrancarla, y aquel que
lo consiguiera sería el Rey de Britania.

El Rey Arturo fue un gran héroe romántico. Criado


por el Mago Merlín, se encontró con una Diosa en un
Lago, arrancó una espada de una Roca, se casó con
la hermosa Ginebra, y consiguió multitud de
victorias en sus batallas. Fue un rey inglés que
gobernó desde Camelot con sus caballeros de la
mesa redonda.

Merlín le enseñó todas las habilidades necesarias


para un buen príncipe; montar a caballo, la caza,
los juegos, y lo más importante, a utilizar la espada.
En las referencias que se tienen, siempre se habla de
espadas con poderes asombrosos y mágicos.

Fuertes jefes militares y soldados intentaron en


vano liberar la espada de la roca, y, entonces, el
joven Arturo se acercó y sacó la espada fácilmente.
Hay arqueólogos que nos dicen que la leyenda de
la espada en la Roca no es del todo una fantasía, y
que no es sino el recuerdo de un arte practicado en
la antigüedad. Mucho antes de la época del
rey Arturo, las espadas se forjaban en bronce. Una
espada de bronce, se fabricaba mediante un molde
de piedra de dos piezas unidas entre sí, y la piedra
del molde debía calentarse a la misma
temperatura que el bronce fundido que iba a
introducirse. Así pues, se vierte el bronce en el
molde, se espera unos minutos para que se enfríe, y
se retiran las clavijas que sujetan las dos mitades.

Es posible que esta forma de “sacar” la espada del


molde es donde resida el origen de la espada del Rey
Arturo… Pero la “espada en la roca” es solo una de
las dos grandes espadas de la leyenda. Un día,
cuando era ya un hombre
adulto, Arturo necesitaba una espada nueva,
y Merlín le dijo donde podía encontrar una espada
mágica digna de un Rey. En un Lago secreto vivía
una hechicera, la Dama del Lago. Ella tenía la
espada más poderosa del Mundo, Excalibur. Es una
fantasía, pero puede tener también algún
argumento verídico. Había un rito que consistía en
que, a la muerte de un gran guerrero, su espada se
tiraba al agua, fuese río o lago, como símbolo del
viaje del guerrero al Mas Allá.
Arturo se rodeó de una hermandad de caballeros
fieles, Los Caballeros de la Mesa Redonda. De hecho,
con el tiempo, las historias de los Caballeros se
vuelven más importantes que el propio Arturo.

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