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¿LA

"DESNATURALIZACIÓN" ES UN HECHO O UNA PRETENSION?


Autor: VICTOR ANTONIO CASTILLO LEON1

1.- Introducción
De un tiempo a esta parte vienen proliferando en los órganos jurisdiccionales laborales,
pretensiones que procuran obtener pronunciamientos declarativos de desnaturalización
de diferentes figuras o instituciones laborales. Esta práctica viene provocando diversos
problemas que afectan la correcta administración de justicia, dado que existen pocos
órganos jurisdiccionales laborales2.
Estas pretensiones meramente declarativas contradicen con la historia de la litigación
laboral, caracterizada por pretensiones de condena y no declarativas3, lo cual guarda
plena congruencia con la naturaleza prestacional4 del derecho del trabajo5, en la que casi
la totalidad de conflictos laborales se refieren a pagos de derechos económicos
derivados del incumplimiento parcial o total de las obligaciones legales, convencionales
o contractuales del empleador. Estos incumplimientos se explican en el principio del
post numerativo en virtud al cual, en el contrato de trabajo, primero se ejecuta la
prestación de servicios y después de cumplida dicha prestación contractual a cargo del
trabajador, recién se produce el pago de las remuneraciones y los beneficios sociales;
dicha lógica responde pues a la máxima “primero trabajas y después cobras”. Ello
explica por qué los conflictos laborales por regla general se refieren a incumplimientos
de obligaciones por parte del empleador; y es que, las prestaciones atribuidas al
trabajador, por regla general, ya han sido satisfechas de manera previa.

1 Juez Superior Titular, Presidente de la Primera Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de La Libertad.
2 Dado que la Ley Procesal del Trabajo que impulsó la reforma del proceso laboral y por tanto de la jurisdicción
laboral, limita la utilización de fondos públicos para su implementación, salvo los que provienen de los recursos
ordinarios del Poder Judicial
3 El profesor Fairén Guillen, Víctor en su obra “teoría general del derecho procesal” señala que las pretensiones de

mera declaración, se trata en ellas de intentar y de conseguir si la sentencia lo admite, la simple declaración de la
existencia de un derecho o de un hecho, agotan su fuerza con esta declaración jurisdiccional y en las pretensiones de
condena señala que se trata de obtener mediante ellas, una declaración judicial, que precisa ser puesta en práctica
mediante una ejecución, también judicial, de diferente punto, según se trate de condena civil, a hacer, deshacer, no
hacer, entregar dinero o cosa especifica. Dan pues lugar a un proceso integrado por dos estadios, el primero
declarativo y el segundo ejecutivo.
4 Por naturaleza prestacional queremos significar que el principal objeto del derecho del trabajo es el contrato de

trabajo, el cual regula la prestación de servicios en condiciones de subordinación, a cambio de una remuneración y el
pago de derechos económicos complementarios, denominados beneficios sociales, prestaciones cuyo incumplimiento
representan tal vez más de un 90% de conflictos laborales judicializados; de ahí que cuando aludimos a la naturaleza
prestacional del derecho del trabajo, queremos decir que su principal objeto de regulación está constituido por todas
aquellas pretensiones de carácter económico que deben ser cumplidas por el empleador como retribuciones directas o
indirectas por el trabajo prestado.
5 El derecho del Trabajo es la disciplina que estudia el trabajo prestado en términos de subordinación, relacionándose

con una serie de fenómenos económicos, sociales y por cierto jurídicos.


2.- La “desnaturalización” en el derecho del trabajo
Las pretensiones meramente declarativas6 de desnaturalización de cualquier institución
del derecho del trabajo, en el fondo constituyen una victoria pírrica7 para el trabajador
que las procura, en tanto después de usar la jurisdicción para tal fin, no habrá logrado
nada significativo desde el punto de vista de la naturaleza alimentaria y urgente de los
derechos remunerativos y beneficios sociales, que como ya hemos explicado
constituyen la principal causa de los conflictos laborales, por lo que probablemente
habrá de iniciar un segundo proceso judicial para reclamar las prestaciones, cuya
inejecución total o parcial son la verdadera causa del conflicto laboral; es decir aquellas
que atañen a los derechos económicos sean estos remunerativos o no remunerativos8,
esos últimos denominados genéricamente “beneficios sociales” 9.
Pero, más allá de que esta práctica atente contra la tradición y la historia de la justicia
laboral10 por la naturaleza prestacional del derecho del trabajo, existen razones
sustantivas y procesales por las cuales no deberían formularse pretensiones declarativas
de “desnaturalización” de las instituciones laborales11. Una primera razón sustancial

6 Cfr. Luis Guilherme Marinoni, “Introducción al Derecho Procesal Civil”, Palestra, Lima, 2015, págs. 42-43: “Cuando
alguien pide que se declare la existencia de una relación jurídica, sin aspirar a otros efectos jurídicos, que son inmediatamente
derivados de la declaración, no afirma algún derecho subjetivo contra el adversario a no ser el propio derecho de acción,
coordinado a un interés de declaración; cualquier intento a dar otro contenido a ese derecho es inútil, porque
precisamente la declaración judicial a que se tiende no es una prestación que se pueda pretender del demandado. (…)
La sentencia declaratoria tiene una nítida relación con el Estado de Derecho de matriz liberal y con la escuela
sistemática, especialmente con la preocupación de asilar la acción del derecho material”.
7 Este término se emplea para referirnos a los éxitos cuya consecución no ha merecido la pena por haber costado

grandes esfuerzos y sacrificios. Es una victoria lograda con igual o más daño del vencedor que del vencido. En el
presente caso está dado por la ausencia de beneficios para las partes del litigio, porque sólo logran un
pronunciamiento declarativo y no la satisfacción de las prestaciones económicas en juego, habiendo provocado para
ello el uso innecesario de la administración pública para lograr su cometido, con una alta probabilidad de que el
Poder Judicial deba soportar nuevos litigios para establecer la condena de tales prestaciones.
8 La remuneración en el derecho del trabajo es la contraprestación por los servicios del trabajador, sea en dinero o en

especie, siempre que sea de su libre disposición, independientemente del nombre que se le dé. Los conceptos
económicos entregados al trabajador gozan de presunción de salariedad, lo que significa que, salvo que se demuestre
lo contrario, todo concepto económico entregado al trabajador por sus servicios, tiene naturaleza remunerativa.
9 El término “beneficios sociales” es una categoría genérica que alude a todos aquellos conceptos económicos

entregados al trabajador con motivo del contrato de trabajo, pero que no tienen naturaleza remunerativa, como por
ejemplo, la CTS, el beneficio de participación de las utilidades de la empresa y la lista de conceptos contenida en el
artículo 19 del Decreto Legislativo 650, su Texto Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo 001-97-TR.
10 Nos referimos a que la jurisdicción laboral surgió en el Perú a través de juzgados y tribunales especiales, luego

integrados en lo que se denominó el Fuero de trabajo y comunidades laborales, recién incorporado a la estructura
orgánica y funcional del Poder Judicial en el año 1991, en virtud a la actual Ley Orgánica del Poder Judicial, cuyo
Texto Único Ordenado ha sido aprobado por Decreto Supremo 017-93-JUS. El primer procedimiento laboral especial
data del año 1971 (Decreto Supremo 07-71-TR) y desde entonces la justicia laboral peruana acuñó un estilo
expeditivo, sencillo y concreto de trámite judicial, alejado de los excesos rituales que normalmente caracteriza a la
justicia civil. Una de las características de esta tradición judicial era sin duda la ausencia de pretensiones declarativas
ante los jueces laborales. No hay razones válidas que justifiquen un cambio de este rasgo señero de la justicia laboral.
11 Por instituciones laborales queremos significar el conjunto de regulaciones, garantías, derechos y prestaciones

reguladas en las normas del derecho del trabajo o en las demás fuentes que lo integran como por ejemplo la
consiste en que la desnaturalización constituye un término muy utilizado en el derecho
del trabajo para significar infracción de las normas imperativas, naturaleza ésta que es
común a casi la totalidad de las normas que integran el derecho del trabajo 12.
Por ello, hablar de desnaturalización de una institución laboral es un lugar común en los
conflictos laborales, pues significa aludir a una de las principales razones o causas de
las controversias laborales judicializadas, las que se expresan, como ya hemos señalado,
básicamente, en la inejecución de prestaciones económicas previstas o reguladas por
normas imperativas cuya infracción genera la nulidad del acto transgresor dejando
subsistente el acto real o verdadero. Convergen aquí otros paradigmas laborales como
los principios de primacía de la realidad e irrenunciabilidad de derechos, cuando en la
concreción del acto lesivo se expresa la voluntad del propio trabajador disponiendo de
un derecho irrenunciable.
De allí que la “desnaturalización” en el derecho del trabajo normalmente se asocia a
categorías como la simulación absoluta y el fraude a la ley 13, las cuales se constituyen en
medios frecuentes de infracción de la normas laborales imperativas u obligatorias.
Desde esta perspectiva, la desnaturalización en el derecho del trabajo equivale a hablar
en el derecho civil de invalidez o nulidad14, con la diferencia que mientras en el ámbito
civil las normas imperativas son escasas, el derecho del trabajo está integrado casi en su
integridad por normas imperativas.
La desnaturalización de instituciones laborales se asocia a supuestos de hecho
expresamente regulados en normas laborales, verbigracia, la desnaturalización de los
contratos modales15, la desnaturalización de la intermediación laboral16, la
desnaturalización de la tercerización17, entre tantos otros supuestos; pero también
existen hipótesis de desnaturalización no reguladas por normas laborales expresas (una
suerte de nulidad virtual18 desde un enfoque civilista), como ocurre con la tan común y

remuneración, la jornada de trabajo, la estabilidad laboral de entrada, la estabilidad laboral de salida, el ius variandi,
el derecho a la clasificación profesional, entre tantos otros.
12 El profesor Javier Neves Mujica en su libro “Introducción al Derecho del Trabajo”, explica la diferencia entre

normas imperativas y normas dispositivas de la siguiente forma: “En las normas dispositivas, su titular puede
decidir libremente sobre él. El acto que contenga esta decisión será de disposición” mientras que, por las normas
imperativas, “el titular del derecho no puede abandonarlo por su voluntad. Si lo hace, será un acto de renuncia”. Por
lo tanto, la característica esencial de una norma imperativa es que no solo es su carácter obligatorio sino las
consecuencias que se derivan de su infracción o incumplimiento: la invalidez o nulidad del acto infractor.
13 Arce Ortiz, Elmer, Derecho individual de Trabajo en el Perú desafíos y deficiencias. Palestra Editores Lima-2008.

página 225-229.
14 Rubio Correa, Marcial. Nulidad y Anulabilidad. La invalidez del acto jurídico. Biblioteca para leer el Código Civil-Vol.

IX PUCP-Fondo editorial, Lima 1989.


15 Artículo 77 de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, cuyo Texto Único Ordenado es aprobado por

Decreto Supremo 003-97-TR.


16 Artículo 5 de la Ley 27626.

17 Artículo 5 de la Ley 29245.

18 Recuérdese que de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil es nulo el acto jurídico

que infringe el orden público o las buenas costumbres. En el derecho del trabajo pos su parte, existe la categoría del
usual figura de la desnaturalización del contrato civil de locación de servicios, utilizada
por el empleador, en fraude a la ley para disimular una auténtica relación laboral. En
estos últimos supuestos no hay norma que regule la desnaturalización del contrato
indicado, sin embargo es tal vez el supuesto de desnaturalización más recurrente en la
casuística laboral. Hay muchos otros supuestos de desnaturalización no regulados
expresamente en el derecho del trabajo, como ocurre por ejemplo con la
desnaturalización de los contratos a tiempo parcial, entre otros.

3. La casación laboral número 7358-2013-Cusco


Queda claro entonces que la desnaturalización de las figuras laborales es uno de los
hechos más recurrentes o comunes en los conflictos de trabajo, sin embargo, ello no
significa que debamos recurrir al juez para pedir que declare dicha desnaturalización
como una pretensión distinta a las pretensiones de condena que pudieran reclamarse 19,
pues siendo la “desnaturalización” un hecho, debe ser expuesto o descrito en la
demanda como parte de los fundamentos fácticos de la misma (causa petendi o causa
de pedir), mas no debemos esgrimirla como petitorio o petitum.
Así lo ha explicado con bastante claridad la Casación número 7358-2013-Cusco, la
misma que ha establecido como ratio decidendi que la desnaturalización de un contrato
modal no debe ser formulada como petitorio 20 sino alegada como hecho. La Corte
Casatoria explica, analizando el caso que resuelve, que dado que la pretensión allí
ejercitada era de reposición en el trabajo, el juez estaba obligado, al resolver la
reposición planteada, a establecer previamente la naturaleza indeterminada del contrato
de trabajo, conclusión a la que no podía arribar sin antes analizar la licitud de la
contratación modal a la que había estado sometida la trabajadora demandante
(desnaturalización de los contratos modales). Siendo así, la Corte Suprema concluye en
la referida casación, que no es necesario ni útil solicitar la declaración de
desnaturalización como petitorio autónomo e independiente pues, concluye, la
desnaturalización, en rigor, es un hecho y por lo tanto, quien la esgrima solo debe

orden público laboral, que se expresa en el plexo de normas laborales de contenido imperativo cuya infracción o
vulneración deriva en la desnaturalización o invalidez del acto infractor.
19 Como beneficios sociales, cese de hostilidades o reposición, por ejemplo.

20 La casación laboral N° 7358-2013 Cusco, define el petitorio como lo que se pide sea reconocido o declarado en

sentencia a favor del accionante; constituye el pedido concreto, es decir, aquello que en el campo de los hechos el
pretensor desea que sea una actuación de lo pretendido y la causa de pedir como la razón que motiva la solicitud de
una consecuencia jurídica concreta, por lo que sea necesario que la causa de dicho pedido sea también jurídica “se
encuentra conformada por los supuestos de hecho a partir de los cuales se podrá derivar lógicamente la consecuencia
jurídica solicitada, es por ello, que los denominados fundamentos de hecho o la simple narración de hechos no
formarán parte de la causa petendi. En esa línea de ideas cabe destacar que para la moderna doctrina procesal, los
hechos en el proceso se encuentran constituidos por la mera narración fáctica o los simples acontecimientos del caso,
sino por los hechos que son coincidentes con el supuesto de hecho de una norma, de la cual se deriva la consecuencia
jurídica solicitada (petitorio), a estos hechos se le denomina hechos jurídicos, hechos constitutivos o hechos
principales”.
asegurarse de exponerla como parte de la causa de pedir o fundamento fáctico de la
demanda21.
El valor de doctrina jurisprudencial vinculante de esta jurisprudencia es innegable pues
cumple el estándar previsto en el artículo 22 de la LOPJ, según el cual, los
pronunciamientos casatorios resultan obligatorios cuando sientan doctrina o principios
de interpretación general. Precisamente eso es lo que logra la casación en mención,
pues, más allá del caso en concreto que resuelve, su ratio decidendi se funda en lo ya
analizado supra, en el sentido que la desnaturalización como institución laboral es
común, frecuente y consustancial al conflicto laboral en general, el cual, como ya hemos
explicado, surge de la infracción de normas imperativas, a partir del incumplimiento de
las obligaciones del empleador en el contrato de trabajo. En esa virtud, de la casación
que se comenta puede establecerse una regla jurisprudencial general, que claramente
desborda el caso en concreto que resuelve; dicha regla general puede enunciarse de la
siguiente manera: la desnaturalización de cualquier institución laboral, es un hecho que integra
la causa de pedir de la pretensión laboral, por lo que son improcedentes las pretensiones
meramente declarativas de desnaturalización de cualquier categoría del derecho del Trabajo.

4. Efectos nocivos de las pretensiones declarativas laborales


Por las razones brevemente expuestas, no se debe plantear la desnaturalización de una
institución laboral como pretensión declarativa ante la jurisdicción del trabajo, porque
es un verdadero desperdicio de energías procesales de las propias partes, las cuales
terminan desplegando gastos económicos y de otra naturaleza para lograr solamente un
pronunciamiento declarativo, pero además, porque con este tipo de pretensiones
declarativas de desnaturalización laboral se utiliza indebidamente los escasos recursos
con que cuenta la jurisdiccional laboral, tanto en número de jueces como en personal
jurisdiccional, infraestructura, logística y los diversos bienes y servicios que se necesitan
para poner en funcionamiento el servicio de justicia laboral.
Este panorama de escasez de recursos se agrava con la actual naturaleza oral del proceso
laboral, en tanto el juez laboral depende de una agenda22 en la que está obligado a
programar sus audiencias, sean de conciliación, únicas o de juzgamiento. Así las cosas,
el Juez Laboral oral no puede resolver ningún caso a amenos que previamente le haya
asignado un tiempo en su agenda, la que limita y condiciona su trabajo. Siendo así, si
una importante cantidad de procesos tienen que ver con meras pretensiones

21 Recomendamos la lectura y estudio de esta sentencia Casatoria porque consideramos que constituye una
importante doctrina jurisprudencial en tanto hace un análisis de la estructura de la pretensión procesal laboral y
determina la importancia de esta técnica procesal en la correcta conformación fáctica y jurídica del proceso laboral.
Destaca también la naturaleza social del proceso laboral y la necesidad de concebirlo como una herramienta eficiente
para la tutela de los derechos sustanciales y procesales de las partes del conflicto laboral y de seguridad social.
22 Programación del tiempo del juez para atender los casos bajo su conocimiento, a través de la técnica de la audiencia

pública, en la que se toman las decisiones más importantes del proceso laboral oral.
declarativas de desnaturalización de instituciones laborales, es fácil concluir que el
ejercicio de pretensiones meramente declarativas está perjudicando seriamente al actual
proceso laboral, no solo porque disminuye su calidad técnica, al formular como
petitorios lo que en realidad son hechos, sino porque este tipo de pretensiones
afectando seriamente la economía del proceso, distrayendo importantes recursos y
energías del servicio jurisdiccional que bien pueden ser orientados a la solución de
aquellos procesos en los que se procuran fallos de condena, acorde con la naturaleza
social y prestacional del derecho laboral, los cuales merecen una atención pronta y
sustancial, como ocurre cuando se pretende la restitución de derechos legales y
constitucionales o cuando se denuncia la inejecución total o parcial de prestaciones
económicas derivadas del contrato de trabajo o de las relaciones jurídicas de seguridad
social.
Adviértase que en todos estos tipos de prestaciones, la discusión en torno a la
desnaturalización de las instituciones laborales, no queda descartada ni excluida sino,
todo lo contrario, se desarrolla en el contexto que técnicamente corresponde, pues,
siendo la “desnaturalización” un hecho y no un petitorio, se la deberá plantear en la
demanda como un hecho jurídicamente relevante (causa de pedir). Esto dará lugar a
una eficiente discusión probatoria y oportuno pronunciamiento en la sentencia. Por lo
tanto, cuando afirmamos, siguiendo la casación antes señalada, que la desnaturalización
es un hecho y no una pretensión, de ninguna manera sugerimos la posibilidad de
limitar su discusión judicial; lo único que queremos resaltar es que dicha discusión no
debe enfocarse a lograr un fallo declarativo en torno a la desnaturalización alegada, sino
a fallos de condena en los que el juez, luego del análisis de las premisas fácticas, en las
que puede encontrarse comprendida la discusión en torno a la desnaturalización de
alguna institución laboral, restituirá u otorgará el derecho laboral vulnerado, en
concordancia con la naturaleza prestacional del derecho del trabajo.

5. Los poderes de control de la demanda del Juez laboral


El juez laboral tiene poderes de inadmisión y de control de procedencia de la
demanda23; esos poderes de saneamiento se extienden a lo largo del proceso y pueden
ejercitarse inclusive en la sentencia, en virtud al rol director o protagónico que le asigna
no solo la ley sino el sistema procesal público al cual se adscribe plenamente el proceso
laboral, y que se expresa en el interés de la sociedad, a través del Poder Judicial, de que
los intereses privados que son objeto de litigio sean tutelados a través de mecanismos
eficientes de solución de conflictos.
Por eso, el juez laboral, lejos de permitir e inclusive incentivar este tipo de demandas
meramente declarativas, debe usar sus facultades jurisdiccionales para erradicar esta

23Artículo III del Título Preliminar y artículo 17 de la Ley 29497, y los artículos 123, 128, 426, 427 y 465 del Código
Procesal Civil.
mala práctica procesal que está afectando la calidad y eficacia de la justicia laboral, al
producir sobrecarga procesal, pues luego de una discusión de poca relevancia jurídica,
el órgano jurisdiccional deberá prepararse para recibir una segunda demanda laboral,
esta vez recién orientada a lo que desde un inicio debió procurarse: la satisfacción de las
prestaciones sustanciales incumplidas o vulneradas en el contrato de trabajo. La clave,
como volvemos a insistir, se encuentra en que el abogado debe introducir la
“desnaturalización” como hecho en la demanda laboral, es decir, como parte de la causa
de pedir y no como petitorio y el juez debe asegurarse de controlar que así sea.

6. Conclusión
Los abogados son colaboradores de la justicia y su deber de cooperación tiene múltiples
dimensiones y formas de concretización24; consideramos que una de las más
importantes formas de cooperar con la justicia, consiste en la elevación de la calidad
técnica del postulatorio; en esa medida, constituye un ejercicio inadecuado del derecho
de acceso a la justicia, además de anti técnico, presentarse ante el juez social para
formular una pretensión que no tendrá ningún efecto práctico, concreto ni inmediato en
el trabajador. Por el contrario, la demanda laboral debe honrar la naturaleza social y
urgente de los conflictos que se controvierten, caracterizados por la esencia urgente y
alimentaria de los derechos y prestaciones que se reclaman; ello supone eliminar la
mala práctica de las demandas declarativas de desnaturalización, reconduciéndolas a su
correcta formulación, cual es, alegar la desnaturalización como un hecho o como un
facto, en el marco de cualquier petitorio de restitución de algún derecho laboral o de
seguridad social vulnerado o de una prestación económica incumplida total o
parcialmente por el empleador.

24Los deberes de los abogados están contemplados en: Ley 29497 artículo II del Título Preliminar; Código Procesal
civil artículos 109 a 112 y Ley Orgánica del Poder Judicial en el artículo 288.

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