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¿Las opiniones premonitorias de Jaime

Garzón?
Antonio N. Wolff y Alfredo Rangel analizan las ideas de
Godofredo y el militar del Quemando central.
Por: MARÍA DEL PILAR CAMARGO CRUZ | 3:22 p.m. | 13 de agosto de 2014

Jaime tenía algo poderoso. Decía, en términos directos y con humor, lo que la gente del común
pensaba. Era su fortaleza, por eso fue tan exitoso (…) Era capaz de predecir ciertas cosas del
futuro", afirma el senador por la Alianza Verde Antonio Navarro Wolff, quien fue amigo de Garzón
desde 1997.

Otro congresista coincide con Wolff en que "en su momento, Garzón tuvo una forma de humor
muy audaz". Se trata del senador por el Centro Democrático Alfredo Rangel. Aunque reconoce el
talento del periodista, aclara que "hoy en el país, ese estilo de humor no haría reír a muchos".

"Si estuviera vivo, su genialidad hubiera evolucionado, hubiera cambiado su estilo de humor (…) Su
forma de humor ya se nota un poco trasnochada y desgastada para el público de hoy", dice.

EL TIEMPO recopiló algunos videos que hoy circulan en las redes sociales, en los que Garzón -a
través de sus personajes Godofredo Cínico Caspa y el militar del Quemando central- opina sobre el
entonces gobernador de Antioquia Álvaro Uribe, la supuesta llegada de soldados norteamericanos
al país y los presuntos intereses de las Fuerzas Militares.

Sin vestir ningún disfraz, el abogado también se refiere al deseo nacional de la paz e incluso
bromea sobre la hora de su muerte.

¿Fueron premonitorias sus opiniones? Los senadores Navarro Wolff y Rangel analizan cada idea.

"… Uribe Vélez, el dictador que este país necesita"

Navarro Wolff sostiene que Uribe "no fue un dictador, sino un presidente elegido
democráticamente". "Decir que era 'el dictador que este país necesita' fue una exageración propia
del humor. Uribe fue elegido por voto popular y después de ocho años, cuando no pudo
reelegirse, aceptó y no se volvió a presentar. Fue una predicción importante al darse cuenta de
hacia dónde iba el país, que iba hacia un periodo de mano dura, sin duda alguna", explica el
senador.

Navarro Wolff destaca que la opinión del periodista apuntó a la seguridad democrática. "Mucha
gente pensaba que el camino era la paz, porque se estaba negociando en el Caguán, pero Jaime
previó que lo que venía era un periodo de seguridad democrática. Predijo el periodo de un
presidente de mano dura, que efectivamente sucedió".

"Las supuestas anticipaciones de Jaime Garzón son totalmente equivocadas y vanas", opina, por su
parte, Rangel.

"Jaime Garzón tenía grandes dotes de comediante, pero igualmente era muy errado en sus
apreciaciones políticas, y eso lo demuestra en la visión que tenía de Álvaro Uribe Vélez, como un
'dictador y una persona peligrosísima'. Sus gobiernos demostraron todo lo contrario", afirma.

El senador asegura que el exmandatario fue un "presidente apegado a las leyes". "No hay ni una
sola demanda o sentencia en contra de Uribe por la violación de la ley o la Constitución Nacional.
Por el contrario, Uribe ha sido el gran pacificador del país y con él se lograron superar los
problemas de derechos humanos heredados de los gobiernos anteriores".

"Con la seguridad democrática se redujo el número de homicidios a menos de la mitad, los


secuestros se redujeron en un 90 por ciento; el desplazamiento forzoso, en más del 60 por ciento;
y se redujeron, en cerca del 80 por ciento, los atentados contra sindicalistas, defensores de los
derechos humanos y periodistas", precisa.

"… Será él quien por fin traiga a los redentores soldados norteamericanos"

En criterio de Navarro Wolff, Garzón se refería al Plan Colombia. No obstante, dice el congresista,
fue Pastrana quien trajo los estadounidenses al país.

"Al país llegaron asesores norteamericanos, militares, en la época de toda la transformación de la


fuerza pública, pero no llegaron con Uribe, llegaron con Pastrana. Era la reconstrucción de la
fuerza pública, entre 1998 y el 2002. El Plan Colombia comenzó con Pastrana y tuvo continuidad
con Uribe, reentrenando a las Fuerzas Armadas colombianas".

Por su lado, Rangel aclara que "evidentemente, esos soldados norteamericanos nunca llegaron al
país". "Jaime Garzón se equivocó de medio a medio. En algún momento, Uribe le propuso al país
solicitar el ingreso de los cascos azules de las Naciones Unidas, para proteger a la población civil de
la barbarie de la guerrilla, pero esa propuesta nunca fue acogida y, por lo tanto, tampoco los
cascos azules hicieron presencia en el país", subraya el político, quien, además, se vuelve a referir
a una escandalosa frase de Garzón, en la que el periodista asegura que Uribe es "peligrosísimo".

"Jaime Garzón llama a Uribe 'peligrosísimo', cuando lo que hizo fue recuperar la seguridad en el
país y sacar a Colombia del hueco de la violencia en el que se encontraba".

"No nos raparán el sagrado derecho a operar y juzgar, dónde y cómo, a quién sea"
Garzón hace "un anticipo descriptivo de la seguridad democrática", señala el senador Navarro
Wolff.

"El ejemplo que más recuerdo con claridad es el de Arauca, donde detuvieron a centenares o miles
de personas, durante el segundo gobierno de Uribe, acusándolos de ser sospechosos de colaborar
a la guerrilla, los interrogaban", explica.

Rangel reconoce que en el primer gobierno de Uribe "alguna vez sí hubo una detención de
personas en zonas especiales de orden público, para luchar con más eficacia en contra del
terrorismo, pero la mayoría de las personas fue puesta en libertad y se respetaron sus derechos".

"Esas medidas no prosperaron porque fueron declaradas inconstitucionales. A pesar de ello, Uribe
logró los más grandes éxitos del Estado colombiano en contra del terrorismo: redujo a la guerrilla
a menos de la mitad, tanto las Farc como el Eln, y desmovilizó y desarmó a cerca del 90 por ciento
de los grupos paramilitares. Encerró en la cárcel a cerca de 1.900 de sus integrantes, entre ellos, la
cúpula de las autodefensas".

Navarro indica que las palabras de Garzón se cumplieron más en el gobierno de Julio César Turbay.
"En el Estatuto de Seguridad, en el que los militares juzgaron a los civiles. Durante la seguridad
democrática no hubo juicios militares a los civiles, pero sí detenciones masivas", insiste.

"El juzgamiento militar a los civiles nunca ha sido una pretensión de las Fuerzas Militares, esos
juicios se dieron en los tiempos del presidente Virgilio Barco. En esas apreciaciones, Jaime Garzón
estaba total y absolutamente equivocado", concluye, por su parte, Rangel.

"Creo en un país en paz"

Navarro Wolff coincide con Garzón en que "Colombia está en malas manos hace muchos años".
"En ese momento, ese país que soñaba Jaime Garzón lo soñaban la mayoría de los colombianos.
Jaime era vocero de la manera de pensar de muchos colombianos. Hasta hoy, por primera vez, ese
sueño podría hacerse realidad", opina el senador.
Rangel no se distancia de la opinión de Navarro al aceptar que la declaración de Garzón representa
el deseo nacional de la paz, pero tiene sus reparos.

"Todos los colombianos estamos de acuerdo en ese sentido. Nos dividimos en torno al cómo, de
qué manera se alcanza la paz. Para algunos, como el Gobierno Nacional y su Unidad Nacional, la
paz se debe lograr de cualquier manera y a cualquier precio; para otros, la paz se debe lograr sin
impunidad y con una suspensión previa de todo acto de violencia por parte del terrorismo,
asegurando la entrega de armas y sin negociar la agenda nacional con los terroristas. Que la
violencia es negativa y perjudicial, claro, en eso estamos de acuerdo todos".

Rangel considera que lo único premonitorio en las declaraciones de Garzón está relacionado con el
presidente Juan Manuel Santos. "Él decía que el país estaba en malas manos, seguramente pensó
en el gobierno de Juan Manuel Santos, sin mencionarlo, se anticipa. Es absolutamente
premonitorio".

"Uno todos los días se prepara para morirse"

Navarro Wolff cree que la muerte sí sorprendió a Garzón. "No me atrevo a decir que él sabía que
se acercaba la muerte. Pienso que la muerte siempre lo sorprende a uno, por muy anunciada que
esté".

En su opinión, que el periodista bromeara con su fallecimiento hacía parte de su personalidad.


"Era su carácter, que todas las cosas las tomaba con humor. Jaime estaba siendo amenazado y
bromeaba. Infortunadamente, en su caso esas amenazas fueron materializadas y lo mataron".

En ese sentido, Rangel recuerda que en esa época, "desafortunadamente, había miles de personas
amenazadas, no solamente por los narcotraficantes, sino también por las Farc, el Eln, los
paramilitares y delincuentes de todo tipo". Y lamenta que "la justicia no haya logrado esclarecer
cuáles fueron los móviles y todos los involucrados en ese asesinato que, por supuesto, es
absolutamente condenable".
MARÍA DEL PILAR CAMARGO CRUZ

Redacción ElTiempo.com

@PilarCCruz

pilcam@eltiempo.com

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