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OBRAS DE CONTROL Y MITIGACIÓN DE MOVIMIENTOS EN MASA.

ABNER ALFREDO BALLESTA CHACÓN

DAVID ALEXANDER RODRIGUEZ PRADA

JERSSEY MAGNOLIA CARREÑO ARDILA

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICO – MECÁNICAS

ESCUELA DE INGENIERÍA CIVIL

BUCARAMANGA

2013
OBRAS DE CONTROL Y MITIGACIÓN DE MOVIMIENTOS EN MASA.

ABNER ALFREDO BALLESTA CHACÓN

DAVID ALEXANDER RODRIGUEZ PRADA

JERSSEY MAGNOLIA CARREÑO ARDILA

Exposición de Geología

Profesor

DIEGO IBAÑEZ

Geólogo

UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICO – MECÁNICAS

ESCUELA DE INGENIERÍA CIVIL

BUCARAMANGA

2013

1
GLOSARIO

GEOMORFOLÓGICO

ESCORRIENTA

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CONTENIDO

INTRODUCCION………………………….……………..……………………..…4

1. OBJETIVOS ...................................................... Error! Bookmark not defined.

1.1. Objetivo General .............................................................................................. 5

1.2. Objetivos Especificos ....................................................................................... 5

2. REMOCIÓN O MOVIMIENTO DE MASA .......... Error! Bookmark not defined.

3. PROBLEMATICA .............................................. Error! Bookmark not defined.

3.1. Tipos de movimientos ....................................... Error! Bookmark not defined.

3.2. Velocidad del movimiento ................................. Error! Bookmark not defined.

3.3. Factores a tener en cuenta en caso de un movimientoError! Bookmark not defined.

3.4. Como identificar un movimiento ........................ Error! Bookmark not defined.

3.5. Factores descencadenantes ............................. Error! Bookmark not defined.

3.6. Miticación .......................................................... Error! Bookmark not defined.

3.6.1. No estructurales ................................................ Error! Bookmark not defined.

3.6.2. Estructurales ..................................................... Error! Bookmark not defined.

4. OBRAS DE CONTROL Y MITIGACION ............ Error! Bookmark not defined.

4.1. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.2. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.3. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.4. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.5. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.6. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

4.7. .......................................................................... Error! Bookmark not defined.

9. CONCLUSIONES ............................................. Error! Bookmark not defined.

BIBLIOGRAFÍA ............................................................... Error! Bookmark not defined.

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INTRODUCCIÓN

………

4
1. OBJETIVOS

1.1. Objetivo General

1.2. Objetivos Específicos

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2. REMOCIÓN O MOVIMIENTOS EN MASA.

Es un proceso geomorfológico por el cual el suelo, regolito y la roca se mueven


cuesta abajo por la fuerza de la gravedad. Tipos de remoción de masa incluyen
fluencia, deslizamientos, flujos y caídas, cada uno con sus propias características, y
que tiene lugar en escalas de tiempo de segundos a años.

La remoción de masa se produce en ambas vertientes terrestres y submarinas.


Cuando la fuerza gravitacional que actúa sobre una pendiente superior a su falta de
resistencia a la fuerza, la remoción en masa se produce. La resistencia del material
pendiente, la cohesión y la cantidad de fricción interna entre la ayuda material de
mantener la estabilidad de la ladera y se conocen colectivamente como
la resistencia al corte de la pendiente. El ángulo mayor no cohesivo de una
pendiente que puede mantenerse sin perder su estabilidad se lo conoce
como ángulo de reposo. Cuando una pendiente posee éste ángulo, su resistencia al
corte perfectamente equilibra la fuerza de gravedad que actúa sobre ella. La
remoción de masa puede producirse a un ritmo muy lento, particularmente en las
áreas que son muy secas o las zonas que reciben precipitación suficiente para que
la vegetación se estabilice en la superficie. También puede ocurrir a una velocidad
muy alta, como en deslizamientos de rocas y deslizamiento de tierra, con
consecuencias desastrosa tanto inmediatas como diferidas, por ejemplo como
resultado de la formación de represas de deslizamientos. Factores que modifican el
potencial de la masa incluyen: cambios en el ángulo de la pendiente, el
debilitamiento del material por la erosión, mayor contenido de agua, cambios en la
cubierta vegetal, y la sobrecarga.

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3. PROBLEMÁTICA.

3.1. Tipos de movimientos

Caídas

Las Caídas son masas desprendidas de pendientes muy fuertes o escarpes, que se
mueven en caída libre, dando tumbos (saltos) o ruedan ladera abajo.

Todas las caídas se inician con un desprendimiento de suelo o roca de una ladera
muy empinada, a lo largo de una superficie en la que poco o ningún desplazamiento
cortante se desarrolla. El material desciende en caída libre, saltando o rodando, el
movimiento es de muy rápido a extremadamente rápido. Solo cuando la masa
desplazada es socavada, las caídas son precedidas por pequeños deslizamientos o
movimientos de basculamiento que separan el material de la masa no perturbada.
Socavamiento ocurre típicamente en suelos cohesivos o rocas al pie de escarpes
que sufren el ataque de las olas o debido a la erosión de márgenes de ríos.

Basculamientos

Un basculamiento es la rotación hacia adelante (afuera) de una masa de suelo o


roca, alrededor de un punto o eje bajo el centro de gravedad de la masa
desplazada.

El basculamiento algunas veces es causado por el empuje del material localizado


ladera arriba y otras veces por el agua presente en las grietas del macizo.
Los basculamientos producen caídas o deslizamientos del material desplazado,
dependiendo de la geometría del material en movimiento, la geometría de la
superficie de separación y la orientación y extensión de las discontinuidades
cinemáticamente activas. Los basculamientos varían de extremadamente lentos a
extremadamente rápidos, algunas veces acelerando con el avance del movimiento.

Separaciones laterales.

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La separación lateral se define como una extensión de una masa cohesiva de suelo
o roca, combinada con la subsidencia del material fracturado en un material
subyacente más blando.
La superficie de ruptura no es una superficie de corte intenso y el proceso es el
producto de la licuefacción o flujo (extrusión) del material más blando.
Claramente estos movimientos son complejos, pero debido a que son muy
comunes en ciertos materiales y situaciones geológicas, es mejor reconocerlos
como un tipo separado de movimiento.

Deslizamientos

Un deslizamiento es un movimiento ladera abajo de una masa de suelos o rocas,


que ocurre predominantemente a lo largo de una superficie de ruptura o zonas
relativamente delgadas de intensa deformación cortante. Inicialmente, el
movimiento no ocurre simultáneamente a lo largo de lo que, eventualmente, será la
superficie de ruptura; el volumen de material desplazado se incrementa a partir de
un área de falla local.
Muchas veces, los primeros signos de movimiento son grietas en la superficie
original del terreno, a lo largo de lo que más tarde será el escarpe principal del
deslizamiento.
El material desplazado puede deslizarse más allá de la punta de la superficie de
ruptura, cubriendo la superficie original del terreno, la cual, a su vez, se convierte en
superficie de separación.
Desplazan masas a lo largo de uno o más planos discretos. Pueden ser
rotacionales o translacionales en su movimiento

Deslizamientos rotacionales.

Estos deslizamientos se mueven a lo largo de superficies de ruptura curvas y


cóncavas, con poca deformación interna del material. La cabeza del material
desplazado se mueve verticalmente hacia abajo, mientras que la parte superior del
material desplazado se bascula hacia el escarpe.

El escarpe principal es prácticamente vertical y carente de soporte, por lo que se


pueden esperar movimientos posteriores que causen retrogresión del deslizamiento
a la altura de la corona. Ocasionalmente, los márgenes laterales de la superficie de
ruptura pueden ser los suficientemente altos y empinados, como para producir
deslizamientos hacia la zona de pérdida.

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El agua de escorrentía o un nivel freático somero pueden causar el desarrollo de
lagunas en las secciones basculadas de material desplazado, lo que a su vez,
mantiene el material saturado y perpetúa el movimiento hasta que se desarrolle
una pendiente suficientemente baja.

Deslizamientos translacionales.

La masa se desplaza a lo largo de una superficie de ruptura plana o suavemente


ondulada y superponiéndose a la superficie original del terreno.
La superficie de ruptura usualmente se orienta a lo largo de discontinuidades como
fallas, juntas, planos de estratificación o el contacto entre roca y suelos residuales o
transportados.
En los deslizamientos translacionales la masa desplazada puede también fluir,
convirtiéndose en un flujo de detritos ladera abajo. El movimiento translacional se
da cuando la superficie de ruptura es más o menos planar o suavemente ondulante
y la masa se mueve paralela a la superficie del terreno.

Flujos.

Un flujo es un movimiento espacialmente continuo, en el que las superficies de


corte son de corta duración, de espaciamiento corto y usualmente no se preservan;
la distribución de velocidades en la masa que se desplaza se compara con la de un
fluido viscoso.

El límite inferior de la masa desplazada puede ser una superficie, a lo largo de la


cual se desarrolla un movimiento diferencial apreciable o una zona gruesa de corte
distribuido. Es decir, existe una gradación desde deslizamientos a flujos,
dependiendo del contenido de humedad, la movilidad y la evolución del movimiento.
Los deslizamientos de detritos pueden convertirse en flujos de detritos
extremadamente rápidos o avalanchas de detritos, en la medida en que el material
desplazado pierde cohesión, aumenta de contenido de humedad o encuentra
pendientes más fuertes.

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Algunos deslizamientos pueden presentar más de un tipo de movimiento, en este
caso se describen como complejos.

3.2. Velocidad de movimiento

3.3. Factores a tener en cuenta en caso de un movimiento

 Volumen de masa inestable

 Velocidad de movimiento y comportamiento de masa inestable

 Profundidad en planos de rotura

 Pendiente y altura de ladera

 Tipo de materiales presentes

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 Accesibilidad a la ladera

3.4. Como identificar un movimiento

3.5. Factores desencadenantes

Para que se produzca la inestabilidad y puesta en movimiento de una masa de


terreno deben intervenir y modificarse de forma conjunta varios factores. Aunque
las formas de la superficie terrestre se pueden considerar como resultantes de un
sistema evolutivo y, por tanto, en continuo cambio, a la escala de tiempo en la que
se producen estos movimientos del terreno, a algunos de los factores que
intervienen en ellos se les puede conceptuar como constantes o con poca
variabilidad a lo largo del tiempo y, a otros, como factores variables que sufren
modificaciones con cierta periodicidad.

Los primeros, serían de carácter pasivo y condicionarían y conformarían el tipo de


rotura y su mecanismo. De otro lado, los factores variables o activos interferirían
sobre los anteriores, modificándolos y desencadenando la inestabilidad y puesta en
movimiento del terreno, además de determinar, en muchos casos, la magnitud del
proceso.

Factores constantes

 Naturaleza de los materiales


 Relación estructura-ladera
 Pendiente topográfica y morfología de la ladera

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 Vegetación

Factores variables
 Climatología
 Meteorización
 Agua
 Erosión fluvial y costera
 Sismicidad de la zona
 Acciones antrópicas

Factores constantes.

Naturaleza de los materiales

La litología de los materiales aflorantes y su grado de alteración condicionará sus


características físico-mecánicas y, por tanto, su estabilidad potencial, por lo que el
comportamiento variará de unos materiales a otros aun cuando actúen sobre ellos
con igual intensidad los mismos factores.

Los parámetros resistivos dependerán de la composición mineralógica y de la


textura, compactación, tamaño, forma y cementación de las partículas que formen
la roca o sedimento. Por tanto, materiales poco cementados, con tamaños de grano
fino (limo-arcilla o arenas limo-arcillosas), o de un amplio rango granulométrico
(derrubios de ladera) son litologías más propensas al deslizamiento.
La influencia de la composición mineralógica de los materiales es, en ocasiones,
determinante para que se produzcan inestabilidades. En sedimentos con
abundancia de minerales de la arcilla del tipo montmorillonita, se puede producir, en
épocas de lluvia, un hinchamiento de estos minerales por la absorción de agua en
su estructura molecular y posterior dilatación, lo que provoca una expansión del
terreno, con aumentos de volumen que son problemáticos si alcanzan el 5% y que,
en casos excepcionales, pueden llegar al 50%.

También, la alternancia o intercalación de materiales de distinta naturaleza, y por


tanto, con resistencia, compactación y permeabilidades diferentes, producirá
heterogeneidades en el comportamiento global de la masa, que según la tipología
de aquéllas, tendrá una respuesta variable a los factores externos que se
manifiesten, lo que favorece la aparición de fenómenos de inestabilidad. Del mismo
modo, el espesor de los diferentes materiales podrá determinar que el movimiento
sea superficial o profundo.

Relación estructura-ladera

Otro aspecto de gran importancia a considerar frente a la estabilidad es la relación y


combinación de la disposición geométrica de los materiales aflorantes, con respecto
a la orientación, pendiente y altura de la ladera natural o talud artificial. En este
sentido, deberán observarse las discontinuidades presentes (planos de
estratificación, fallas, diaclasas, esquistosidad), atendiendo a su inclinación,
orientación, número, densidad, naturaleza y morfología.

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Estas características tienen gran importancia en el caso de materiales rocosos
(calizas, areniscas, etc.), que serían estables de no ser por la fisuración y
disgregación que produce la existencia e intersección de estas discontinuidades, al
modificar las propiedades de los materiales, lo que provoca que el macizo rocoso,
en su conjunto, adquiera una resistencia menor que la roca inicial.
Asimismo, cuando la dirección de la estructura de los materiales con respecto a la
del terreno natural o talud artificial es paralela - y, por tanto,- coincidente, y dichos
materiales tienen una inclinación ladera abajo, se facilita el desencadenamiento de
inestabilidades, que será mayor cuanto más pequeño sea el ángulo de intersección
que formen ambas inclinaciones. Estas circunstancias se verán favorecidas por la
circulación del agua de infiltración a través de las discontinuidades, que pueden
actuar durante los periodos de lluvia como superficies de despegue.

Las diferencias del estado tensional dentro de un macizo rocoso conllevan que
dentro de un mismo sector geográfico, la disposición y el número de
discontinuidades no sea constante y, por tanto, las condiciones de inestabilidad
puedan variar.

Pendiente topográfica y morfología de la ladera

La pendiente topográfica y la altura de las laderas son factores que condicionan el


desarrollo de procesos de deslizamiento por su contribución a la inestabilidad de los
materiales; tanto es así que son parámetros utilizados sistemáticamente en la
mayoría de los métodos de cálculo de estabilidad de taludes. En terrenos
homogéneos, cada tipo de material tendrá una altura crítica y un ángulo máximo, a
partir de los cuales se producirá un desequilibrio gravitacional, siendo posible la
rotura. No obstante, en zonas muy húmedas, la morfología no tiene por qué ser
necesariamente abrupta para que materiales arcillosos, debido a la saturación,
puedan generar movimientos rápidos, de tipo flujo, con velocidad considerable.

También, las características morfológicas de la ladera aumentarán o disminuirán su


equilibrio, y ya que estas formas son además el resultado de un proceso evolutivo,
nos servirán también como indicadores de inestabilidad. Una topografía abrupta,
con valles profundos, grandes diferencias de altura entre vaguadas, alto gradiente
hidráulico, relieve escarpado, red de drenaje densa y encajada, formas
acarcavadas y laderas con morfología cóncava, es indicativa de zonas con alto
potencial de inestabilidad. De este modo, mediante la combinación de determinados
índices morfológicos y morfométricos del terreno, tales como la morfología, altura y
pendiente topográfica, la superficie y longitud de la cuenca superficial y de los
conos de deyección, etc., se han desarrollado métodos para determinar la
susceptibilidad de rotura de una ladera.

Vegetación

Es éste un factor controvertido, tanto en su uso como parámetro a intervenir en la


estabilidad, como en el papel que desempeña. Esto es debido tanto a las distintas
circunstancias que se producen en la presencia de la amplia variedad de especies
vegetales existentes, dentro de las cuales algunas tienen un marcado carácter
estacional, como a los efectos que en ellas se manifiestan.

Aunque es el factor menos constante de los hasta ahora reseñados y no llega ser
determinante para la estabilidad global de una masa de terreno, sí condiciona de
forma notable la acción de otros factores.

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El efecto positivo que produce la vegetación es el de mantener la estabilidad
superficial del terreno y evitar su degradación, ya que las raíces cohesionan las
partículas del suelo y disminuyen la disgregación de los niveles superficiales. La
presencia de una cobertera vegetal también favorece el drenaje por la absorción del
agua superficial del terreno, al tiempo que disminuye el efecto producido por la
erosión hídrica. Como contribución negativa, está la producida por el efecto de cuña
realizado por algunas raíces al desagregar el suelo, provocando los consiguientes
efectos mecánicos en grietas y fracturas.

Factores variables

Climatología

Las causas que intervienen en los movimientos del terreno están muy influidas por
las características climatológicas de la zona, que deben ser consideradas como
agentes que influyen en la formación del relieve por su repercusión en los procesos
geomorfológicos.
Los efectos del clima se derivan principalmente de la pluviometría y temperatura.
Por lo que respecta a las precipitaciones, no sólo influye el volumen total anual, sino
también la distribución estacional, el régimen y su intensidad.
De esta manera, cuando las lluvias son torrenciales, el impacto físico de las gotas
de agua ataca enérgicamente el suelo y provoca la disgregación y removilización de
las partículas superficiales, que son arrastradas por el agua. A su vez, la cantidad
de lluvia caída en tan poco tiempo, excede la capacidad de infiltración en el terreno,
por lo que se produce una escorrentía superficial que intensifica el efecto erosivo
del agua sobre las laderas durante el transporte del sedimento y forma depósitos
característicos al pie de las pendientes. Si, por el contrario, el agua de lluvia se
infiltra lentamente, se produce un mayor grado de saturación del terreno, que puede
llegar a formar un nivel de agua subterránea.

En general existe una buena correlación entre la frecuencia de deslizamientos y la


estación del año, correspondiendo un mayor número de aquéllos a los meses más
lluviosos. Este fenómeno se incrementa en zonas muy húmedas y durante los
periodos con lluvias más extensas e intensas aumenta también la magnitud de los
movimientos, ya que el terreno presenta un elevado grado de saturación como
consecuencia de lluvias anteriores.
Por lo que respecta a las temperaturas, parámetro de menor importancia, cuanto
más altas y más extremas sean, mayor será su influencia sobre los ciclos de
humedad-sequedad del suelo. Los cambios de temperatura originarán procesos de
expansión y contracción de los poros del terreno, con los consiguientes efectos
sobre su grado de esponjamiento y saturación.

Meteorización

Este factor produce una alteración de la roca o del sedimento original de la ladera,
cambiando su resistencia y permeabilidad. Las transformaciones químicas,
mineralógicas y texturales que se generan durante el desarrollo de este proceso,
por la acción de reacciones de disolución, oxidación, hidrólisis, etc., destruyen el
empaquetamiento de los materiales, disgregan el conjunto y generan una pérdida
de la cohesión, lo que lleva en definitiva a una disminución de su resistencia.

Agua

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El agua es el agente que contribuye con mayor peso a la modificación de las
condiciones de estabilidad de una ladera. Por una parte, provoca la disgregación
física de la estructura de las partículas del suelo, así como su alteración química
mediante procesos de disolución, oxidación, etc. Todo ello genera cambios
mineralógicos, composicionales y texturales, lo que da como resultado, en ambos
casos, una disminución de sus parámetros resistivos.
Por otra parte, cuando el agua se infiltra y percola en el subsuelo a través de poros
y fisuras, puede formarse un nivel de saturación variable, con un drenaje y un flujo
determinado. A nivel intuitivo, puede pensarse entonces, que el papel
desestabilizador del agua procede del efecto lubricante que ésta produce sobre las
partículas y discontinuidades del terreno.

Sin embargo, su acción desestabilizadora proviene tanto de la sobrecarga


proporcionada por el peso del agua al ocupar poros y fisuras antes vacíos, como de
las presiones intersticiales. Al tener un suelo saturado, constituido por partículas
sólidas y agua, los esfuerzos son absorbidos en diferente proporción por ambos
elementos. Como el agua no puede soportar esfuerzos cortantes, se disminuyen las
tensiones efectivas del terreno, y se incrementa el esfuerzo de corte, lo que afecta,
por tanto, a la estabilidad. Esto es de gran importancia cuando el terreno está
compuesto por una alternancia de capas permeables e impermeables, ya que las
primeras son capaces de desarrollar presiones intersticiales considerables.

Erosión fluvial y costera


Las laderas escarpadas de las riberas de los valles fluviales se ven afectadas por el
caudal y nivel de agua. Durante las crecidas se modifican las condiciones
geométricas y erosivas y puede cambiar la posición y extensión del cauce, al
tiempo que aumenta la carga hidráulica y la capacidad erosiva del río. De este
modo, se induce una socavación lateral en las márgenes y cambia la morfología
inicial de las vertientes, aumentando su verticalidad. Todo ello genera una
disminución de su soporte por la base, desarrollándose deformaciones elásticas e
incrementándose el esfuerzo de corte sobre los materiales.
El mismo efecto de socavación se produce en la base de los acantilados costeros
por la acción del violento choque de las olas durante los periodos de tormenta, lo
que actúa como factor modificador y desestabilizador del relieve y de la línea de
costa.

Sismicidad de la zona

Los movimientos sísmicos son factores que pueden acelerar y desencadenar


grandes movimientos de masa como resultado de la generación de una serie de
vibraciones que se asocian a un incremento de la aceleración vertical y horizontal.
Estas oscilaciones provocan una sacudida del suelo, desplazan de su vertical a la
componente de peso de una ladera e inducen una mayor tensión tangencial de
cizalla en el plano de rotura. Además, como resultado de la alteración del
empaquetamiento de los granos del terreno, se disminuye la cohesión, lo que en
materiales poco compactados y saturados se traduce en fenómenos de
licuefacción, generados por la compactación y el aumento de la presión intersticial
producida por las vibraciones.

Acciones antrópicas

Las actividades humanas pueden modificar parte de los factores que se han tratado
anteriormente. La intervención en laderas naturales o la construcción de taludes

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artificiales, tenderá a variar las condiciones de equilibrio iniciales, y podrá originar
procesos de inestabilidad.

Estas actividades pertenecen principalmente al campo de la obra civil y a las


actuaciones urbanas sobre todo en aquellos municipios ubicados en zonas de
montaña.
Una ladera en equilibrio estricto puede ponerse en movimiento cuando se
sobrecarga en su parte superior, situación que se ocasiona por la construcción de
edificios, depósitos de agua o carreteras sobre materiales que no pueden
mantenerse estables bajo las nuevas condiciones de carga adicional. A su vez, una
excavación en la base de una vertiente natural disminuye las tensiones
estabilizadoras normales y aumenta las restantes. Esta circunstancia se produce en
las construcciones al pie de un talud o, con mucha más frecuencia, en el caso de la
ejecución de obras lineales, principalmente carreteras, cuyo trazado tiene una alta
probabilidad de atravesar zonas con desprendimientos y deslizamientos activos o
antiguos, además de ser la causa de la generación de dichos movimientos.
También en las acumulaciones artificiales de materiales, tales como vertederos de
residuos urbanos, inertes y escombreras de mina pueden desencadenarse
movimientos de masa si no se han construido atendiendo a las condiciones de
estabilidad y seguridad que requiere la geometría y la naturaleza del relleno.

En las obras públicas, las inestabilidades de ladera pueden constituir un grave


problema en las boquillas de los túneles, que además pueden generar subsidencia
en zonas urbanas. El nivel de agua en embalses puede estar sometido a
importantes variaciones estacionales.
Cuando las presas son sometidas a un desembalse rápido tras un periodo de aguas
altas, el nivel del vaso desciende con más rapidez que el del agua existente en los
poros de los materiales circundantes, por lo que las zonas que antes se
encontraban bajo el agua pueden deslizar dentro del embalse. Al perder parte del
sustento por la base, los materiales que quedan por encima pierden apoyo,
desarrollándose deslizamientos ladera arriba.
Por lo que respecta a las actuaciones urbanísticas, la edificación en zonas de
pendiente elevada comporta la ejecución de muros de contención, a veces con
drenaje insuficiente, que produce un efecto de retención sobre las aguas de
infiltración. La expansión urbanística conlleva, de modo paralelo a la edificación, la
ejecución de redes de abastecimiento, saneamiento y pluviales, cuyas fugas
provocan una infiltración directa y continua en el terreno. A estas infiltraciones
puede unirse el riego de zonas ajardinadas, con lo que, en su conjunto, se supera
con creces la infiltración pluvial anual. Si estas fugas provocan movimientos del
terreno, las conducciones rígidas enterradas pueden fisurarse, y el fenómeno se
autoalimenta de nuevo.

La actividad humana modifica las condiciones hidrogeológicas del área urbanizada.


Al estar ocupada por edificaciones y pavimento la práctica totalidad del suelo
urbano, no queda casi superficie para que se produzca una infiltración de agua de
lluvia y un drenaje natural. Por tanto, la alimentación principal de las aguas
subterráneas se produce por las fugas antes señaladas, generando una humedad
continua del terreno subsuperficial. Además, esta infiltración no se lleva a cabo por
toda la superficie del suelo, sino que se localiza en determinados puntos,
provocando heterogeneidades en el comportamiento del subsuelo. A esto se suma
que en épocas de lluvia, ya que el agua queda recogida por la red de alcantarillado,
la inyección directa producida por los eventuales escapes de la red sea muy
elevada, lo cual puede producir movimientos de masa repentinos. Estas

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circunstancias aconsejan que en las urbanizaciones realizadas sobre zonas
escarpadas, las redes de drenaje sean diseñadas, proyectadas y ejecutadas
atendiendo a las características naturales del terreno.

SUSCEPTIBILIDAD

3.6. Mitigación

Mitigar significa tomar medidas y/o acciones para reducir el nivel de pérdidas
esperado ante la ocurrencia del desastre. El término mitigación se emplea para
denotar una gran variedad de actividades y medidas de protección que pueden ser
adoptadas, tales como el reforzamiento de edificios de forma sismo resistente.

La mitigación del riesgo supone:

 reducir la vulnerabilidad de los elementos en riesgo.


 modificar la exposición del lugar ante el peligro o cambiar su función.

La prevención y la mitigación se concretan en la adopción de medidas no


estructurales y estructurales.

No Estructurales

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Buscan reducir la vulnerabilidad del sistema expuesto a través de medidas
legislativas u organizativas que solas o en combinación con las medidas
estructurales permiten mitigar el riesgo de una manera efectiva e integral.

Legislativas se relacionan con la legislación y planificación e inciden sobres las


causas de fondo, las presiones dinámicas y las condiciones de seguridad de los
elementos expuestos. Por ejemplo: Elaboración e implementación de políticas, los
Planes o Esquemas de Ordenamiento Territorial, planes de desarrollo, códigos de
construcción, estímulos fiscales y financieros, promoción de seguros. Competen a
los planificadores y requieren de voluntad política.

Organizativas son aquellas que promueven la interacción directa con la comunidad.


Se refieren a la organización para la reducción del riesgo y la atención de
emergencias, el fortalecimiento institucional, la educación, la información pública y
la participación. Competen a las autoridades ambientales y a la comunidad en
general y requieren de su participación activa.

Estructurales

Desde un punto de vista físico, consisten en obras de ingeniería para la prevención


de riesgos factibles y la mitigación de riesgos ya existentes. La ejecución de estas
obras, como cualquier obra de infraestructura puede generar un impacto negativo
sobre el medio ambiente, por lo cual se deben tener en cuenta recomendaciones
técnicas a fin de evitar, reducir, corregir o compensar tales impactos.

4. OBRAS DE CONTROL Y MITIGACION

Obras de regulación

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DISIPADORES DE ENERGÍA

El agua que discurre cuesta abajo va incrementando su energía, ello aumentan su


poder de destrucción que se observa al arrastrar piedras y sedimentos que
encuentra en su cauce, para finalmente afectar la vulnerabilidad de las poblaciones
que se encuentran afincadas en sus laderas; los Disipadores de Energía son
elementos Estructurales destinados a reducir la fuerza producidas por acción
dinámica del lodo y piedras que arrastran, al impactar contra las barreras
estructurales, mitigando el grado de Vulnerabilidad. Así mismo permitirá desviar el
flujo a una zona no poblada en caso de ser necesario.

Para su diseño y tipo de Disipador se debe de tener en cuenta lo siguiente:

La energía del flujo.

El grado de vulnerabilidad de los poblados aguas abajo.

El costo económico y de mantenimiento.

La accesibilidad para su mantenimiento

 Tipo de Disipador- De piedra asentada con cemento de tipo semi-rustico

Finalidad- Proteger a la población contra las lluvias y posible huayco.


Recomendaciones- Mantener una descolmatación de rocas y sedimentos antes de
las lluvias después de la acción de cada huayco.

 Tipo de Disipador.- Estructuras de diques de mampostería de piedra


asentados con una mezcla fuerte de cemento –arena.
Finalidad.- Proteger a la población contra los huayco.

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Recomendaciones.-Deben tener un adecuado sistema de drenaje que permita
evacuar el flujo de agua y lodo. Se debe mantener una descolmatación de piedras y
sedimentos antes de las lluvias después de la acción de cada huayco.

 Tipo de Disipador.- Estructuras de escalones y rampas disipadoras de


energía, de concreto simple o empedradas.

Finalidad.- Proteger las laderas, ubicadas en los cauces de las quebradas, contra la
erosión del agua y flujo de lodo y rocas evitando la formación de cárcava ó
proteger el cauce de las cárcavas que afecten a la población asentada en la
cercanía de esta. En algunos casos se hace necesaria la construcción de rampas
en quebrada con pendiente fuertes, reduciéndose así la energía mediante el
impacto y la disipación del aire que se produce.

Recomendaciones.- Mantener una descolmatación de piedras y sedimentos antes y


después de las lluvias. Por su alto costo son poco usadas

 Tipo de Disipador.- Estructuras artesanales de de caña de guayaquil o


troncos.

Finalidad.- Proteger a la población, ubicada en pequeñas quebradas y taludes de


laderas, contra la energía hidráulica de las aguas de lluvias y lodos.
Recomendaciones.- Mantener una descolmatación de materiales orgánicos y
sedimentos antes y durante las lluvias.

Tapas

Pantallas deflectoras

Subdrenes interceptores

Obras de rectificación

Siembra de pastos en taludes

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Una de las formas de contrarrestar el flagelo de los derrumbes y el deterioro de los
suelos en la zonas de laderas, jarillones de ríos y quebradas o canales, y taludes
carreteables, es el establecimiento de barreras vivas con PASTO VETIVER en
contra de la pendiente (surcos), distanciando plántulas entre una y otra entre 10 a
15 centímetros, y distanciando los surcos entre 1 metro a 5 metros, dependiendo la
pendiente que se tenga, con el fin de formar muros de contención con las raíces,
las cuales se entrelazan entre si y amarran evitando desprendimiento de tierra, y
que al contrario evitan escorrentía de aguas y mantienen siempre un nivel de
humedad excelente, para que en épocas de verano no afecten la naturaleza
aledaña a ellas o a los cultivos que la circundan.

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22
Este tipo de obras de estabilización de terrenos se viene llevando a cabo en
muchos países como la India, Gana, Venezuela, Puerto Rico, China, Japón,
Panamá, y ahora Colombia.
Además de servir como medios naturales para estabilizar terrenos de laderas,
taludes carreteables y jarillones de cuencas hidrográficas, también nos

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contribuyen con la purificación del aire y la descontaminación del medio
ambiente saturado de CO2, el cual es captado a través de la biomasa aérea, y
convertida por efecto de fotosíntesis en oxigeno, captando del medio ambiente
1 kg/m2/año, que en términos de plantas sembradas es equivalente a 6 plantas
por metro cuadrado, en su etapa inicial.

Bioestabilización de taludes
Prevensión con bioestabilización técnica vetiver
Este procedimiento no requiere de mucha inversión si el terreno a estabilizar se
encuentra en condiciones estables, pero si no presenta estas condiciones hay
que utilizar guaduas y estacas, además del material vegetal a utilizar, y se
puede aplicar en taludes que aun no han sido afectados por la erosión, pero que
están expuestos a futuros derrumbes a causa de las constantes precipitaciones,
a la deforestación de bosques montañosos maderables, a incendios forestales y
al mal uso del suelo que personas indiscriminadas le dan con permiso o sin
permiso de entidades gubernamentales.

Estabilización correctiva de taludes erosionados con técnica


vetiver
Para poder mitigar los desastres ocasionados en los taludes y laderas
montañosas por las inclemencias del clima, como altas precipitaciones de
lluvias o el uso indiscriminado de los recursos naturales, llámese deforestación,
explotación minera o agrícola, que han sufrido deslizamientos de la capa
vegetal orgánica, debemos tener en cuenta varios mecanizamos indispensables
para su reestabilización y recuperación de la capa vegetal, con el fin de preveer
futuros desastres ecológicos.

Nuestra Técnica de Control de Erosión con Vetiver, requiere para este tipo de
obras, una adecuación de los terrenos afectado, una remoción de escombros y
una construcción de un sistema de trinchos en madera o guadua de protección
del material a utilizar, el cual funcionara durante el tiempo en que el material
vegetal logre un sistema radicular suficiente para sostenerse solo y luego el
mismo se degradara y su material se incorporara al suelo. Es importante aclarar
que para un buen manejo de Control de Erosión con VETIVER, se debe hacer
un mantenimiento permanente del cultivo, por lo menos cada 3 meses, con el fin
de que su sistema radicular continúe su desarrollo normal hasta los cinco años,
edad en la cual su sistema radicular debe estar en aproximadamente 5 metros
de profundidad, y entrelazado entre planta y planta logra la firmeza y

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afianzamiento definitivo esperado. Este cultivo puede durar más de cincuenta
años de vida con un buen mantenimiento que se reduce a tan solo podas de la
plantación, si este procedimiento no se hace la planta solo logra un desarrollo
radicular de menos de un metro y medio de profundidad; con un buen manejo
de podas en dos años puede alcanzar desarrollo radicular de casi 3 metros de
profundidad.

Vetiver no es una maleza, ya que no se reproduce por semillas propagadas, y


se adapta al lugar de siembra fácilmente, donde permanece por muy largo
tiempo recogiendo del medio ambiente sustancias del aire como CO2. En caso
de incendios forestales vuelve y renace sin necesidad de establecer nuevos
cultivos. Las hojas afiladas y las raíces aromáticas, de Vetiver, repelen
serpientes, roedores y otras plagas similares.

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Cubrimiento con vegetación

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Debe considerarse la limitada oferta del suelo que condiciona el establecimiento y
desarrollo de la vegetación de cara a la obtención de un cubrimiento adecuado
contra la acción erosiva de la lluvia.

Entramados

Son cercos de estacas de 6-15 cm de diámetro y longitudes de 0,7-1,5 m, hincadas


a distancias de 0,3-0,5 m, y entretejidas con ramas formando un enrejado; los
enramados tienen una altura entre 0,3 y 0,6 m, y se deben profundizar por lo menos
0,25 m en el suelo.

Taludes en escalera

Controlan aguas superficiales, remoldean terreno e incorporan material vegetal.


Con cunetas en la superficie; se forman niveles de terraza. Las paredes constan de
estacas como elemento vertical y cañabrava o bambú como elemento horizontal.
Los terraplenes se cubren de suelo orgánico, sobre el cual se disponen semillas de
pastos.

Hidrosiembra

Se aplica una gran presión sobre el terreno de una suspensión homogénea de


agua, semillas, mulch, fertilizantes y estabilizadores químicos. La finalidad es
obtener la aglomeración física de las partículas del suelo para mejorar las
cualidades edáficas del substrato y reducir la erosión.

Enredadero metalico

Contiene la caída de rocas de pequeñas dimensiones, se recubre todo el talud con


una malla metálica protectora de triple torsión

Obras de protección

Se trata de manera directa la problemática.

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Interviene la ingeniería como base de la prevención, disminución del riesgo,
periodicidad e intensidad de un repentino contratiempo

Obras típicas de manejo y estabilidad: Gaviones

En ingeniería, los gaviones son contenedores de piedras retenidas con malla de alambre.
Se colocan a pie de obra desarmados y, una vez en su sitio, se rellenan con piedras del
lugar.

Como las operaciones de armado y relleno de piedras no requiere ninguna pericia,


utilizando gaviones se pueden ejecutar obras que de otro modo requerirían mucho más
tiempo y operarios especializados.

Se fabrican con mallas (de triple torsión y escuadradas tipo 8x10 cm) de alambre
de acero (con bajo contenido de carbono) de 2,7 mm, al que se le da tres capas
de galvanizado, con 270 gramos de zinc. Las aristas de los gaviones se refuerzan también
con alambre de 3,4 mm También se utiliza alambre para el amarre de las piezas de 2,2 mm.

Los gaviones pueden tener diferentes aspectos, es muy frecuente encontrarlos con forma
de cajas, que pueden tener largos de 1,5, 2, 3 y 4 metros, un ancho de 1 metro y una altura
de 0,5 ó 1,0 metros.

[editar]Usos

 Muros de contención: los muros de gaviones están diseñados para mantener una
diferencia en los niveles de suelo en sus dos lados constituyendo un grupo importante
de elementos de soporte y protección cuando se localiza en lechos de ríos.

 Conservación de suelos: la erosión hídrica acelerada es considerada sumamente


perjudicial para los suelos, pues debido a este fenómeno, grandes superficies de suelos
fértiles se pierden; ya que el material sólido que se desprende en las partes media y
alta de la cuenca provoca el azolvamiento de la infraestructura hidráulica, eléctrica,
agrícola y de comunicaciones que existe en la parte baja.

 Control de ríos: en ríos, el gavión acelera el estado de equilibrio del cauce. Evita
erosiones, transporte de materiales y derrumbamientos de márgenes, además el gavión
controla crecientes protegiendo valles y poblaciones contra inundaciones.

 Decorativos: Recientemente se han utilizado como un nuevo recurso. Ejemplo:


en Puerto Madero, Buenos Aires.

Obras típicas de manejo y control de la erosión: Cortacorrientes

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Obras típicas de manejo y control de drenaje: Disipador de energía en
concreto

Obras típicas de estabilización: Bulones y Anclajes

Obras típicas de estabilización: Mallas metálicas de triple torsión

DESCRIPCIÓN
Se trata de una malla de triple torsión hecha con alambre galvanizado que posee una alta
resistencia mecánica y una gran resistencia a la corrosión, la malla

USOS

ESTABILIZACION DE CORTES:
Uno de los problemas mas graves que se presentan en las vias de comunicación (carreteras,
autopistas, vias ferreas) que cruzan por zonas montañosas es que mientras se estabilizan los
cortes, se presentan una gran cantidad de derrumbes, deteriorando los pendientes dominantes.

La aplicación de la malla metálica de triple torsión, es la alternativa mas viable y económica para
este tipo de protección, ya que prevée la degradación de las superficies sujetas a derrumbes. Evita
la caida de peñascos protegiendo la infraestructura subsecuente, ademas crea un consolidamiento
natural superficial de la pendiente.

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SISTEMAS DE PROTECCIÓN

Instalación de malla malla: acomodo de rollos.Existen dos maneras para


maneras para extender los rollos de malla sobre la superficie a cubrir.

Transportar los rollos hasta la Desenrollar desde el pie del caído caído
superficie del caído y después de introduciendo una barra dentro del rollo
alinearlos y sujetarlos dejarlos caer de y levantarla hasta la parte parte

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manera que se desenrollen. superior.

SISTEMAS DE ESTABILIZACION
Refuerzo de superficies y el efecto de vegetación sobre rocas

Obras típicas de estabilización: Barreras estáticas

Son barreras que se colocan


transversalmente a la trayectoria de las
piedras en su caída con el fin de detenerlas,
sustituyendo la rigidez características de las
barreras estáticas por deformación plástica.

Están formadas por redes metálicas de


alta resistencia hechas con cable de acero
y ancladas al terreno mediante postes, en
los cuales se instalan disipadores de energía
(en el argot "frenos") que actúan a fricción o
a cortante absorbiendo la energía cinética
que lleva la roca.

En nuestro país se empiezan a instalar en la década de los 80, como medida pasiva de
protección, habiendo alcanzado en la actualidad una difusión muy importante por la
efectividad demostrada en la lucha contra
desprendimientos.

El diseño apropiado para una localización


particular depende de la topografía del
terreno, de las cargas de impacto, de la

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altura de rebote de las piedras, y de la
capacidad de amortiguación del terreno.

En el mercado existen en la actualidad


barreras cuyo rango de capacidad de
absorción de energía varía entre
250 Kj y 3.500 Kj, con capacidades
aún mayores en fase de experimentación.

(Un bloque de 2.500 Kg ( 1 m3.) cayendo en caída libre desde 100 m. de altura desarrolla
una energía cinética aproximada de 2.500 KJ).

El montaje de estas barreras debe ser realizado por personal muy especializado, entre
muchos motivos por situarse frecuentemente en emplazamientos de difícil acceso.

Obras típicas de estabilización: Barreras dinámicas

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Obras típicas de estabilización: Túneles artificiales

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