Como Hablar de Temas Complicados Con Tus Niños-Ana Maria Ferrero PDF

Cómo Hablar Temas Complicados Con Tus Niños
Ana María Ferrero R. - Editado por Ciberautores.com
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+ Capítulo Uno
10 consejos esenciales para hablar con tus niños
+ Capítulo Dos
Cómo hablar con los niños sobre sexo
+ Capítulo Tres
Cómo hablar con los niños sobre la muerte
+ Capítulo Cuatro
Cómo hablar con los niños sobre el divorcio
+ Capítulo Cinco
Cómo hablar con los niños sobre la violencia
+ Capítulos Seis
Cómo hablar con los niños sobre el alcohol y las drogas
+ Capítulo Siete
Cómo hablar con tus hijos sobre el SIDA
+ Capítulo Ocho
Cómo hablar con los niños sobre las tragedias en los medios
+ Capítulo Nueve
Cómo ayudar a tus niños a lidiar con la nostalgia
+ Capítulo Diez
Cómo preparar a tus niños para un nuevo bebé
+ Capítulo Once
Cómo enseñar a tus niños a ser tolerantes
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Introducción
Hablar con niños envuelve muchas cosas: el uso de las palabras (qué decimos y
cómo lo decimos), ideas y sentimientos. Nos comunicamos de diferentes
maneras: con el tono de nuestra voz, con la mirada, con el silencio y por
supuesto con las acciones. Muchos adultos no tienen problemas para
comunicarse con los niños cuando se trata de dar instrucciones (cómo andar en
bicicleta o patear un balón) o explicar cosas (porqué sucede un incendio), pero a
menudo tienen dificultad cuando en la conversación se involucran los
sentimientos, tanto sean los de los niños como los de los propios adultos.
Tener la habilidad de saber hablar con los niños ayuda a desarrollar

relaciones más cálidas, cooperación y autoestima. La carencia de comunicación
entre padres e hijos a menudo deriva en conflictos, peleas, niños con baja
autoestima y desconectados del ámbito familiar. Como madre y estudiosa de este
tipo de relaciones, he recibido muchas consultas de padres y madres
solicitándome estrategias para utilizar en casa y aprender a hablar y conectar
mejor con sus hijos. He incluido en este libro varias ideas que han funcionado
bien para mi.
Las gran variedad de estrategias que sugiero a continuación, seguramente

funcionarán con muchos niños, pero por supuesto cada niño es diferente, así
que necesitarás improvisar y adaptar los detalles que consideres apropiados de
acuerdo a tu propio hijo o hijos. He escrito este libro como una guía, para
aprender a hablar con niños acerca de temas sensibles como la muerte, las
enfermedades, el sexo, la violencia y las drogas, entre otros, y también para dar a
aquellos que lo necesitan, un punto de partida. Hablar con tus hijos es en mi
opinión la única manera que tienes de asegurarte que están recibiendo la
información correcta y los valores que les deseas inculcar. Para lograrlo,
necesitas ser consistente, confiable y abierto al intercambio de opiniones tanto
como sea posible.
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El mundo en que vivimos se encuentra en constante cambio y evolución.

Necesitamos ayudar a nuestros hijos a comprender cosas que incluso a nosotros
a veces nos cuesta comprender. La tarea no es sencilla. Cada vez que un niño
siente la curiosidad suficiente como para formular una pregunta, la situación se
transforma en una oportunidad de enseñanza que podemos y debemos
aprovechar.
Aunque podamos encontrar dificultades en explicar ciertos temas, debemos

intentarlo. Si deseamos mantener a nuestros hijos motivados para que recurran
a nosotros cada vez que tienen dudas, debemos tener las líneas de comunicación
abiertas y ofrecer respuestas confiables. Los niños desean que sus padres hablen
con ellos incluso sobre los temas más complejos. Necesitan padres que puedan
proveer la información que necesitan durante todo su desarrollo.
Si un niño es suficientemente grande como para realizar una pregunta, también

lo es como para conocer la respuesta correcta con las palabras correctas. El
grado de detalles que des, debe ser modificado según la edad y el nivel de
madurez del niño. Después de todo, necesitamos recordar que cuando un niño
nos realiza una pregunta sobre un tema sensible, a menudo está buscando dos
cosas en particular: tranquilidad e información que pueda
comprender.
Por ejemplo, cuando un niño pequeño nos pregunta porqué dos personas
murieron en un accidente de coche, necesitamos explicarle los hechos de forma
clara y simple para luego seguir con el lado emocional: ese accidente no tiene
porque sucederle a ellos. No debemos apabullarlos con detalles que solo
lograrían asustarles. Entonces, vamos a comenzar. En las próximas secciones del
libro trataré una gran cantidad de información, ideas y consejos. Espero que
sean de utilidad y un valioso recurso para ti en la educación de tus hijos.
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Capítulo Uno
Diez consejos necesarios para abordar cualquier conversación sobre temas

sensibles con niños.
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(1)
Establece líneas abiertas de comunicación
Los niños desde temprana edad desean desesperadamente hablar con sus padres
sobre todos esos temas “difíciles”. Necesitan hacer preguntas a sus padres, pero
normalmente solo las harán si perciben que sus padres están abiertos a ello. Si el
niño siente miedo en realizar una pregunta o piensa que será reprimido de
alguna manera, es natural que se aleje de la idea.
Es nuestra responsabilidad crear una atmósfera donde nuestros niños se sientan

confiados, relajados y seguros al momento de realizarnos cualquier pregunta, en
cualquier momento y sobre cualquier tema sin sentir temor a las consecuencias.
Por ejemplo, si tu hijo de diez años de pronto te pregunta “Papá ¿Qué es

masturbarse?» mientras estás sorteando el tráfico en medio de la carretera,
trata de no reaccionar de forma abrupta al cuestionamiento. Algunas de las
mejores conversaciones se darán cuando menos las esperas. Por supuesto si el
momento es extremadamente inconveniente y necesitas concentrarte, puedes
responder: “es una buena pregunta pero no te la puedo contestar mientras
esquivo coches. Luego del almuerzo en casa lo hablamos”. Luego ¡asegúrate de
hacerlo!
A menudo necesitarás más de una conversación antes que el niño capte

realmente la información, por lo que estate preparado o preparada para volver al
tema en varias ocasiones.
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(2)
Comienza Pronto
Es natural para los niños pequeños acudir a sus padres antes que a nadie más
cuando necesitan información. Al hablar con los niños sobre temas sensibles
desde temprana edad, estamos fomentando sus valores y convicciones antes que
otros influencien en ellos.
Los adolescentes tienden a acudir a sus amistades y compañeros de colegio

cuando necesitan información, a menos que hayan establecido una relación
franca y cercana con sus padres. Es importante tomar ventaja de las diferentes
oportunidades que se presentan para conversar sobre temas sensibles con los
niños a medida que ellos van creciendo y se van planteando las preguntas. Oirán
muchos mitos y preconceptos desde diversas fuentes a lo largo de su vida, por lo
que una buena base desde temprana edad es muy beneficioso para ellos.
(3)
Escucha a tus niños
Otorgando a tus niños algo de atención individual y sin interrupciones les

dejamos saber que lo que ellos tienen para decirte es importante para ti y tienes
mucho interés en oírlos. A veces es difícil dejar lo que estamos haciendo, pero ya
sabes lo frustrante que es intentar hablar con alguien que no te está escuchando
con atención. Por ejemplo, mientras está en la computadora, leyendo el
periódico o mirando la televisión. Siempre intenta prestar verdadera atención a
lo que ellos te están preguntando, ya que eso te ayudará a saber cuantos detalles
necesitan conocer. Por ejemplo, si tu niño de siete años te pregunta: “Mamá, ¿de
donde vine yo?», antes de sumirte en una profunda disertación sobre lo que tu
piensas que él ha preguntado, intenta averiguar qué es exactamente lo que ha
querido decir con la pregunta. Tal vez tan solo quiera saber como se llamaba el
barrio donde vivieron antes de mudarse.
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Escuchar activamente a tus hijos también les ayuda a construir y desarrollar su

autoestima. Ellos apreciarán lo importante que es sentirse escuchados y a su vez
de esta manera aprenderán a oír a los demás.
(4)
Inicia conversaciones con tus niños
Ya que probablemente no siempre los niños acudan a ti cada vez que tengan una
duda, es necesario que tu misma inicies conversaciones con ellos sobre los
sucesos cotidianos. Utilizar los medios de comunicación como herramienta es
muy útil. Por ejemplo si estás viendo con tu niño una película o un documental
en televisión donde se ha mencionado el SIDA, una vez haya terminado
pregúntale que le pareció el programa. Mira si ha comprendido el significado y
cómo se siente al respecto. La conversación se generará a partir de las preguntas
que tu le realices.
Recuerda que el vocabulario que utilices necesita ser el apropiado según la edad
del niño. Utiliza palabras más cortas y simples para los más pequeños y un
lenguaje más técnico para los más grandes. Si discutes algún tema con un niño
mayor delante de uno menor, es buena idea hablar luego con el más pequeño de
forma individual ya que los niños pequeños pueden sentirse confundidos y crear
nuevas dudas mientras escuchan tus conversaciones con sus hermanos mayores.
(5)
Sé paciente
Particularmente, los niños más jóvenes requieren de un mayor plazo de

asimilación para absorber la información y comprender las conversaciones que
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hayan tenido. Debes prepararte para volver una y otra vez al mismo tema y saber
que esto es algo totalmente normal.
Cuando converses con tus niños, permíteles completar sus oraciones sin
interrumpirles. Algunas veces ellos están pensando las cosas al momento que
las van diciendo y es muy importante comprender lo que nos están queriendo
decir. Paciencia y persistencia ayudarán que el proceso sea más fácil para ambos.
(6)
Toma la iniciativa
Una vez hayas tenido una conversación con tus hijos, también puedes volver por
tu cuenta al tema en otras ocasiones. Puedes preguntarles que han aprendido o
que recuerdan de un determinado tema tratado anteriormente en una charla. De
esta manera logras investigar si están comprendiendo las cosas correctamente o
si tienen algún tipo de confusión que necesiten aclarar.
(7)
Sé informal y luce relajado
Utilizando las diferentes oportunidades para conversar sobre temas sensibles

ayudará a tus hijos a sentirse relajados y con la tranquilidad de poder
preguntarte en cualquier momento sobre cualquier duda que se les plantee.
Esta es la razón por la cual yo sugiero no tener conversaciones demasiado

formales o programadas sobre el sexo o la pubertad. Haciéndolo de esta manera
damos la impresión que estos temas fuesen algo misterioso y secreto. Tratando
estos temas en la medida que surgen, como por ejemplo cuando aparece algo en
televisión, en las revistas, en la calle o conversando sobre experiencias del
pasado, les muestras que es posible hablar de ello con total naturalidad sin que
parezca que están en un salón de clase.
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(8)
Utiliza los recursos a tu alcance
Si estás nervioso o nerviosa por el hecho de tener que hablar sobre un

determinado tema sensible con tus hijos, sin duda debes procurar utilizar
algunos recursos que te guíen y te ayuden a transitar el camino correcto. Acude a
la biblioteca, a la librería o busca en internet, libros relacionados con el grupo de
edad de tus niños. Estos son especialmente útiles para temas como el sexo y la
pubertad, donde explicaciones e ilustraciones también pueden ayudar a los
niños a comprender.
(9)
Comunícales tus valores y sentimientos
No dudes en hablar sobre tus creencias, valores y sentimientos junto con los
hechos. Los niños se sentirán más tranquilos y seguros de ver tus emociones y
sentimientos ante los diferentes temas sensibles que converses con ellos ya que
esto les ayudará a comprender los suyos propios. Comparte con tus hijos como
te hacen sentir esos temas y como lidias con ellos. Pregúntales como se sienten y
conversa sobre las diferentes maneras de convivir con los sentimientos que
experimentan. Los niños necesitan hechos, pero su tranquilidad es igual de
importante.
(10)
Sé honesto
Provee respuestas directas y confiables. Los niños son muy perceptivos y si no

reciben una respuesta honesta, tenderán a llenar los espacios vacíos por ellos
mismos, lo que puede derivar en confusiones y conceptos equivocados.
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Capítulo Dos
Cómo Hablar Con Los Niños Sobre Sexo
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Hablar con los hijos sobre sexo es algo que hace sentir incómodos a muchos
padres y madres en el mundo entero. Una maestra de niños de cinco y seis años
que entrevisté al recabar información para esta guía me contaba de su
experiencia al tener que hablar de sexo y desarrollo físico ante una clase llena de
estudiantes:
“Mi mayor preocupación al principio era el temor a no poder contener
las risas de los niños o recibir preguntas difíciles de contestar. Casi no
dormí la noche anterior pensando en ello. Sin embargo, la manera en que
los niños se involucraron en la conversación me sorprendió totalmente.
Una vez comenzó el tema, algunos niños se miraron entre si con cara
risueña, solo un par parecían avergonzados. Les expuse directamente
sobre lo que íbamos a hablar y les informé que algunas personas se
sentían incómodas conversando sobre el tema, que no se preocuparan ya
que era normal sentirse así y que yo estaba allí para explicarles lo que
necesitaran saber con total naturalidad y seriedad. También les dije que
podrían preguntar lo que quisieran.
Las reacciones de los niños fueron mucho más maduras de lo que pude
haber imaginado, pero lo más sorprendente fue la cantidad de preguntas
interesantes que surgieron incluso de los niños más callados y
reservados. Cuando el tiempo destinado al tema se terminó, los niños
querían seguir hablando y no había manera de frenarlos. Ese día me di
cuenta que el sexo no es un tema que deba estar limitado entre los niños,
una vez que el hielo se ha roto, la conversación se torna de lo más
natural. También fue interesante conocer lo que los niños saben y lo que
no saben y me dio la oportunidad de aclarar algunos mitos y conceptos
erróneos que tenían.»
Contar con la habilidad de saber hablar con nuestros propios hijos sobre el
tema más íntimo de todos, hará que los demás temas sean mucho más simples
de tratar.
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Hablar de sexo en el momento y de la manera adecuada puede construir un

poderoso y profundo nexo emocional entre tu y tus hijos que genere confianza
entre ambos y facilite la comunicación recíproca.
La cosa más importante cuando hables con tus hijos sobre sexo es hacerlo de
una forma positiva, divertida y enlazada con la lealtad, el amor y el compromiso.
Muchos padres en el mundo entero desean saber cómo hablar con sus hijos
sobre sexo de una manera positiva y que su influencia pueda superar cualquier
otra impuesta por sus pares o los medios de comunicación. En mis consejos a
continuación, te mostraré como lograrlo.
En algunos casos a los padres les preocupa que hablar de sexo con sus hijos les
anime a comenzar con las relaciones sexuales de forma temprana. Esto no suele
suceder así. Los niños igualmente verán y oirán de sexo a través de los medios de
comunicación, por internet, en la escuela, en el bus y en charlas con sus
compañeros y amigos. Es algo inevitable y real como la vida misma. Por lo tato
es mejor que lo oigan de ti, que lo hablarás desde los valores y los sentimientos,
guiándolos en la dirección correcta.
Aquello de la “seria conversación sobre sexo” según mi opinión no debiera

ocurrir. Pienso que no es la forma más adecuada de abordar el tema. El camino
debe ser un proceso de descubrimiento gradual donde los niños aprendan a
través del tiempo lo que necesitan saber. La natural curiosidad de los niños debe
ser satisfecha a medida que van madurando.
En este libro te daré algunas indicaciones para ciertas conversaciones según

cada edad para que sirva como guía. He decidido hacer esto por si a una
determinada edad tus hijos no te han preguntado sobre nada que pueda derivar
en una charla relacionada con el sexo, tal vez igualmente sea el momento de
tomar la iniciativa por tu cuenta. En algunos casos ellos ya han oído cosas sobre
sexo pero se sienten avergonzados de preguntar.
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Hablar de sexo de una forma sana y abierta les demostrará a ellos que el sexo no
está asociado con secretos ni culpas. De esta manera ellos aprenderán a utilizar
la terminología correcta sin ningún tipo de prejuicios ni pre-conceptos.
Vale la pena recordarles a tus hijos que tu conversación con ellos sobre sexo es
privada e íntima, de manera que podrán acudir a ti cada vez que tengan dudas o
quieran hacer alguna pregunta. Que no es un tema que se pueda hablar con todo
el mundo en cualquier lugar. Enséñales que significa utilizar la discreción.
Después de todo, no deseamos que nuestro hijo de 8 años comience a contar lo
que sabe de sexo ¡en la fiesta de cumpleaños de la abuela!
A continuación mis mejores consejos para ayudarte a hablar con tus hijos sobre
sexo.
(1)
¿Cuál es TU actitud sobre el sexo?
¡Hazte a ti misma esta pregunta antes que nada! ¿Cómo sientes tu sobre el sexo
y que actitud deseas transmitir a tus hijos? Si te sientes particularmente
incómoda con el tema, puede ayudar que leas algunos libros. Te sentirás con
más confianza si tienes información fresca en tu mente.
Está comprobado que los niños que conversan abiertamente sobre sexo y
relaciones interpersonales con sus padres son menos propensos a caer en
comportamientos de alto riesgo que aquellos que no poseen vías abiertas de
comunicación en sus casas.
Recuerda: es correcto admitir a tus hijos que no sabes una respuesta a alguna de
sus preguntas o que jamás antes habías oído hablar de eso. Después de todo, los
niños hoy en día utilizan un nuevo lenguaje que no existía cuando nosotros
éramos de su edad.
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Ayuda a que los niños se den cuenta que nosotros también somos seres humanos
y que estamos siendo honestos con ellos. Cuando me preguntan algo y no se la
respuesta, lo admito y juntos intentamos encontrar la solución. Los niños
adoran esto ya que aprenden y comprenden que el camino correcto viene con la
verdad y no con la mentira.
(2)
Comienza temprano
A menudo la razón por la cual hablar sobre sexo se vuelve tan incómodo es
porque es un tema que nunca habías tratado antes con tus hijos. Yo sugiero que
incluso cuando tu hijo es un bebé, comiences enseñándole las partes de su
cuerpo por su verdadero nombre. Si, eso significa llamarle al pene “pene” y a la
vagina “vagina”.
Como mencioné antes, de esta manera nunca les daremos la impresión que las
partes íntimas de su cuerpo son algo de lo que sentirse culpable, avergonzado o
posible objeto de burlas.
Cuando un niño pequeño pregunta: "¿De dónde vienen los bebés?»

Dependiendo de su edad, puedes decirle que el bebé crece en una especie
huevito dentro de la barriga de mamá y luego de varios meses sale por su vagina.
Si ellos desean saber más, no tomes demasiado temprano el camino de

explicarles lo que significa hacer el amor. Comienza simplemente por decirles
que cuando un hombre y una mujer se aman, les gusta estar juntos, entonces el
esperma del hombre se junta con el óvulo de la mujer y el bebé comienza a
crecer.
Muchos niños hasta los seis años aceptarán esta información como suficiente
por el momento. Si ellos persisten, busca algunos libros apropiados para su edad
que puedan mostrar con algunas ilustraciones simples lo que les has contado y
así satisfacer su curiosidad.
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En la medida que tu hijo comienza a crecer y a comprender más, puedes

expandir la información y educarlo gradualmente. (Mira los consejos para
hablar con niños entre 3 y 7 años.)
(3)
Toma la iniciativa
En ocasiones los niños no saben como sacar el tema del sexo ante sus padres.
Como padres debemos tomar la iniciativa si no han comenzado las preguntas
luego de los siete años de edad. Pero ¿Cómo hacerlo?
Por ejemplo, una manera simple de buscar una conversación con un niño de
ocho años es cuando estando juntos ves con tu hijo o hija a una mujer
embarazada. Esta mujer puede ser alguien de la familia, una amiga o quien sea.
Aprovechando la ocasión, puedes preguntar a tu hijo ¿Te diste cuenta que la

panza de Tía Carla cada día es mas grande? Ella tiene un bebé creciendo en su
barriga. ¿Sabes cómo entró allí el bebé?
Los niños necesitan conocer los hechos biológicos tal como son, sin embargo tu
puedes modificar y simplificar los detalles de acuerdo a su edad para facilitarles
la comprensión.
(4)
Conversa sobre los aspectos emocionales
y responsabilidades del sexo
La realidad sobre el sexo es importante, también lo son las razones por las cuales
las personas tienen relaciones sexuales. Asegúrate de incluir en tus charlas que
las relaciones sexuales incluyen cuidado, cariño y responsabilidad. Los pre-
adolescentes (niños entre los once y los doce años) deben aprender las
responsabilidades y consecuencias de tener relaciones sexuales. Dependiendo de
tus creencias religiosas y valores familiares, puedes considerar educarlos para
que se protejan desde el mismo comienzo de su vida sexual.
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Recientemente aprendí que aquellos niños que crecen pensando en el sexo como
algo maravilloso, especial y espectacular que no solo permite que nazcan bebés
sino que también mantiene a las parejas y a las familias unidas y felices, tienen
tendencia a evitar las relaciones sexuales tempranas y peligrosas. Simboliza esta
aproximación con palabras como “maravilloso” y “especial”.
Los niños que visualizan el sexo con estas emociones, enlazadas con esos
valores, logran apreciar el verdadero significado detrás del sexo. Después de
todo, nosotros queremos que nuestros hijos un día formen una hermosa y feliz
familia también. Refiérete al sexo como algo estrechamente relacionado con el
amor y la familia en todas las conversaciones.
Hablar con tus hijos sobre las emociones, valores y responsabilidades que están
ligadas al sexo, les ayudará a estar mejor preparados para tomar decisiones más
adelante y a ser más reticentes a caer en presiones por parte de sus pares.
(5)
Háblales sobre las citas
Los niños necesitan escuchar sobre la importancia que tiene conocer bien a una
persona antes de planificar una relación sexual. Existe tiempo de sobra para
conocerse antes de ir a la cama juntos. Apórtales ejemplos como ir al cine, hacer
deportes juntos, tomarse de las manos, pasear, disfrutar de un paisaje, etc.
Los niños ven a menudo en las películas como dos personas pueden terminar en
la cama apenas unas horas después de conocerse en una discoteca. Recuérdales
que la vida real está llena de oportunidades para conocerse uno a otro y formar
una relación basada en el amor y en el respeto mutuo.
(6)
Sé preciso en tus respuestas
Como padre o madre, necesitas juzgar y conocer cuanta información deseas

brindar a tus niños según su edad. Ten presente que si ellos te preguntan algo
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que resulta totalmente novedoso dentro de las conversaciones normales,

seguramente es porque han visto u oído algo en la escuela, en el club o donde sea
y lo que buscan (consultándote) es aclarar sus dudas al respecto.
Recuerda esto y responde su consultas con dedicación. Utiliza un lenguaje

adecuado a su edad pero llamado siempre las cosas por su nombre como
“vagina”, “pene”, “testículos” y “pecho”. No des demasiadas “vueltas” sobre el
mismo punto ya que puedes confundirlos aun más, hacer que pierdan el interés
y busquen información en otros sitios. Ve directo al grano y utiliza tu sentido
común como medida de los detalles que quieres dar según la edad y nivel de
madurez de tu hijo.
(7)
Anticípate
Crea un ambiente abierto y relajado para que las conversaciones con tus hijos
fluyan y continúen acercándose a ti cuando necesiten información. Esto me trae
al centro de la cuestión: es crucial educar a los niños de acuerdo a su actual
estado de desarrollo y también al actual grado de aproximación al que hayamos
llegado con ellos. Durante la pubertad los cambios del cuerpo suceden
rápidamente, por lo que debes estar preparada de antemano para lo que deberán
enfrentar durante esa etapa. Esto hará que se reduzca la confusión, la ansiedad y
los temores cuando estos cambios comiencen a ocurrir.
(8)
Relájate
La manera en que tu respondas al hablar de sexo con tus hijos es más

importante que tener todas las respuestas a sus preguntas. Si deseas que tus
hijos se sientan confortables hablando contigo, necesitas que se encuentren
libres, seguros y tranquilos para exponer cualquier tema y eso incluye el sexo.
Con el respeto necesario ningún tema debería ser tabú o ser excluido de los
posibles temas de conversación íntima con tus hijos. Mencioné antes que debes
tratar que las conversaciones sobre sexo se originen y fluyan naturalmente en la
medida que se va despertando la curiosidad de tus hijos. Sin embargo, vuelvo a
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recordarte que cuando los niños no realizan demasiadas preguntas, más que
aliviarnos debemos tomar la iniciativa e intentar poner el tema sobre la mesa.
A continuación voy a facilitar algunas ideas para comenzar posibles

conversaciones según la franja de edad en la que se encuentren tus niños. En
cualquier caso queda a tu criterio utilizar tu propio sentido común y experiencia
con ellos para determinar qué es lo que crees más apropiado para cada ocasión.
Ideas para hablar con niños entre 3 y 7 años
Hasta que los niños tienen siete u ocho años, puedes atender a sus preguntas con
simples y positivas respuestas. Si a los cinco o seis años te preguntan de donde
vienen los bebés, diles: “cuando un hombre y una mujer se quieren mucho,
pueden convertirse en papás y tener un bebé juntos. Es algo muy especial.»
Mira si eso satisface su curiosidad. Puedes dar algunos detalles más si ellos así lo
requieren, pero no te extiendas demasiado.
Anima a tus hijos a sentirse bien consigo mismos y con sus cuerpos. Una actitud
saludable sobre el sexo se desarrolla de una forma más natural si los niños
comprenden y aceptan sus cuerpos.
Expón a tus hijos ante emociones de lealtad, amor, compromiso y valores

familiares. Comparte con ellos historias positivas que recuerdes de tu propia
infancia. Si sientes que no has tenido experiencias para contarles, diles qué te
hubiera gustado hacer, tener o lograr. Háblales de lo hermoso que es amar y
recibir amor.
Cuéntales historias que hablen de la lealtad, por ejemplo ayudar a la hermana

pequeña a hacer la tarea, animar al hermano mayor en un partido de fútbol. Los
niños adoran escuchar tus historias y tu aprovechas en ellas a enseñarles tus
valores.
Si has crecido con dificultades, comparte tu experiencia con tus hijos pero
tranquilízalos diciéndoles que tu estarás siempre para cuidarlos.
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Ideas para hablar con niños de 7 y 8 años
Sobre los ocho años es buen momento para pensar en conversaciones algo más
profundas sobre sexo. Muchos niños a esa edad son inocentes y curiosos sobre el
mundo que los rodea. En muchos casos aun no han aprendido lo suficiente como
para sentir vergüenza al hablar sobre el tema.
Dependiendo del ambiente donde se haya movido el niño hasta ahora, puede o
no haber oído algo sobre el sexo. Cualquiera sea el caso, un comprometido y
preparado padre estará listo para aclarar, corregir y profundizar en cualquier
percepción que fuera necesario.
Cuando tu hijo te realiza una pregunta o tu decides iniciar una conversación,

intenta buscar un sitio cómodo para charlar, libre de interrupciones o
distracciones. También asegúrate de no estar especialmente cansado o
sintiéndote mal.
Sería fantástico si incluso ambos padres pueden participar en la conversación,

especialmente porque no deseas que el sexo sea un tema tabú. Esto también
aporta al niño la impresión de que ambos padres estarán disponibles para hablar
de sexo cuando así lo necesite. Pero si no es posible, un solo padre es suficiente.
Para estas conversaciones intenta estar lo mejor preparado posible, si tienes un

libro ilustrado apropiado para su edad, puede servirte de ayuda. No necesitarás
más de uno o dos libros, pero intenta que sean publicaciones que no dramaticen
la situación, por el contrario debes intentar que la conversación sea amena y
divertida.
Lee a tu hijo las secciones del libro que te resulten apropiadas al caso y elige
aquello sobre lo que quieres conversar y la manera de explicar los diferentes
conceptos. El niño probablemente te haga detener en más de una oportunidad
para que le aclares cosas. Intenta anticiparte a algunas preguntas que pueda
realizar para más o menos tener una respuesta acorde a lo que deseas exponerle.
Recuerda ser honesto y mantener la conversación en zona positiva.
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Una vez hayas tenido una interesante charla con tu hijo de ocho años, es normal
que él vuelva en numerosas ocasiones con más preguntas. Preguntas que olvidó
hacer y nuevas preguntas que surjan deberán ser respondidas en el futuro. La
comunicación sobre sexo estará abierta y así intentaremos mantenerla.
Mientras conversas con tus hijos, enséñales que existe un tiempo y un lugar para
hablar de sexo. No se trata de un tema secreto ni de algo que se deba sentir
vergüenza pero igualmente se trata de una conexión íntima y especial entre las
personas que normalmente requiere privacidad.
Ideas para hablar con niños de 9 a 13 años
A esta edad los niños están usualmente muy interesados en tener una
conversación sobre el sexo y el desarrollo corporal. Desde el momento en que
están madurando durante estos años tan importantes del crecimiento, se sienten
suficientemente grandes como para tener este tipo de conversaciones contigo.
Ser capaz de conversar con tus hijos sobre sexo a esta edad tiene sus grandes
ventajas. En general aun no se encuentran hormonalmente o emocionalmente
preparados para el sexo, de manera que aun tienden a ver el tema de manera
bastante objetiva. Enseñarles a tus hijos sobre sexo a esta edad te ahorrará
mucho tiempo cuando sean un poco más grandes y con una mayor inclinación a
rechazar o evitar una conversación sobre el tema.
Construir un marco positivo alrededor del sexo a esta edad, aporta bases sólidas
para cuando ingresen en la adolescencia. Haber tenido conversaciones previas te
ayudará a ser más accesible a tus hijos en el futuro.
Existen diferentes maneras de iniciar una conversación sobre sexo en esta franja
de edades. En primer lugar, debes ser consciente que tus hijos, como todos los
niños, continuamente están expuestos a estímulos relacionados con el sexo: en
la televisión, en el cine, en las revistas, en las vallas publicitarias, también con
sus amigos en el colegio. Inicia las conversaciones con temas que ellos hayan
visto u oído. Por ejemplo: «¿Te gustó la película?» «¿Piensas que Daniela y
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Sebastián hicieron bien en ponerse de novios? O «¿Hablaron de sexo en la clase

de biología hoy?» «¿Qué aprendiste?»
Refuerza en tu hijo la idea de que es completamente libre de acudir a

preguntarte cualquier duda que tenga en cualquier momento. Mantén tu
conversación positiva y sin caer en juicios de valor, especialmente cuando
comparten contigo lo que sus amigos les cuentan.
Recuérdales que algunas veces, la gente hace chistes sobre sexo porque piensan
que es algo superficial y en realidad no lo comprenden. Refuérzales la convicción
que el sexo es una forma natural y magnífica de expresar el amor dentro de una
relación de pareja.
Como mencioné anteriormente, se trata de una edad crucial para hablar sobre la
pubertad y el desarrollo corporal antes que ingresen en esa etapa. Utiliza
también la oportunidad para hablar de sexo. Estate atento para saber cuando en
la escuela den alguna clase relacionada con el tema para aprovechar ya que
probablemente se planteen algunas dudas que tu puedes ayudar a resolver.
Las clases que se refieren a sexo en las escuelas pueden ser algo impactantes
para los niños, especialmente si no han conversado mucho en casa sobre el
tema. Permanece atento y no olvides realizar algunas preguntas como: «¿Qué
cosas nuevas aprendiste de educación sexual en la escuela?» o «¿La maestra
dijo algo que no entendiste y quieres que te lo explique?»
Premia su iniciativa a conversar contigo, por ejemplo: «¡Eso está muy bien,
Enrique! Ya estás preparado para ese tema, seguramente prestaste mucha
atención.»
Hablar con tus hijos sobre sexo, desarrollo corporal y relaciones puede ser
realmente disfrutable y tener una recompensa sin límites tanto para ti como
para ellos. Permite que el contacto evolucione naturalmente siendo abierto y
honesto con tus hijos, especialmente en estas edades. Una vez comiences no
querrás mirar atrás.
22
Capítulo Tres
Cómo Hablar Con Los Niños Sobre La Muerte
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Hablar sobre la muerte con los niños puede resultar una gran complicación y
muchos padres tienden a evitarlo. Sin embargo, la muerte es una parte
inevitable de la vida y es nuestra responsabilidad asegurarnos que nuestros hijos
estén conscientes de ello y sepan que está bien hablarlo si ellos sienten la
necesidad de hacerlo. Si permitimos a los niños comentarnos cosas sobre la
muerte, podemos brindarles la información necesaria, prepararlos para una
posible crisis familiar y ayudarlos con sus temores (y a veces terrores). Podemos
fomentar la comunicación al respecto mostrando atención y respeto por lo que
ellos nos mencionan sobre el tema. También podemos facilitarlo mostrándonos
abiertos, honestos y en paz con nuestros propios sentimientos ante ese tipo de
eventos.
La muerte forma gran parte de nuestra vida a diferentes niveles. Te

sorprenderías de lo alerta que están los niños ante el tema de la muerte. Ellos
ven insectos muertos, pájaros y animales muertos en la carretera o incluso la
mascota de la casa puede haber muerto. Los niños leen sobre muertes en los
cuentos clásicos, las ven en los dibujos animados e incluso la mencionan en sus
juegos de recreo. Sin darse (o darnos) cuenta ellos ya cuentan con cierta
exposición ante el concepto.
Los tres problemas que hacen que hablar de la muerte con los niños sea tan
complicado.
(1) Intentamos evitar hablar de cosas que nos pongan tristes.
Muchos tenemos esa sensación interna que si no mencionamos algo, lo

alejamos. Los niños son grandes barómetros de las emociones y
extremadamente observadores. Ellos saben cuando algo no está bien tan solo al
ver nuestras caras. Nuestro lenguaje corporal, las emociones expresadas en los
rostros, lo que decimos y lo que no decimos está constantemente enviando
mensajes a nuestros hijos.
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Cuando escogemos no hablar sobre cierto tema con los niños, ellos preferirán en
muchos casos también evitarlo. Automáticamente pensarán "Si mamá y papá
están tan tristes que no pueden hablar de eso, creo que mejor será no hablar
tampoco ¡debe ser muy malo!» Esto causa que los niños se estresen y se
preocupen aun más ya que desconocen qué es lo que estamos sintiendo.
(2) Nos sentimos incómodos cuando no tenemos todas las

respuestas.
Como profesional y madre puedo decir que los niños esperan que nosotros
tengamos todas las respuestas, también las relacionadas a la muerte. Tómalo
como un cumplido: advierte todo lo que nos admiran y esperan de nosotros.
Está bien decirle a tu hijo “No estoy seguro de eso” o “No sé la respuesta a esa
pregunta”. Los niños responderán positivamente ante tu honestidad y se
sentirán conectados con nosotros al vernos abiertos a recibir sus preguntas, aun
cuando no sepamos la respuesta. Les ayuda a sentirse mejor el ver que no solo
ellos tienen ese tipo de incertidumbres. Al hablar sobre la muerte, podemos
encontrar varias respuestas en las diferentes etapas de nuestra vida o durante
los diferentes procesos de duelo que debemos atravesar en ella.
Comparte con tus hijos tus creencias. Explícales también las creencias de otras
personas, por ejemplo que existen quienes creen que hay vida después de la
muerte y quienes no. Permíteles que ganen en tranquilidad conociendo nuestras
creencias y pudiendo escoger las suyas propias.
(3) La muerte es a menudo un tema tabú
En algunas culturas, la muerte es parte integral de la vida familiar. La gente

muere en su hogar, rodeada de sus seres queridos (tanto adultos como niños).
Ellos se consuelan unos a otros y realizan el duelo en comunión.
25
Desafortunadamente hoy en día la muerte sucede en muchos casos de una

manera muy diferente. Mucha gente muere en soledad y sus seres queridos
olvidan compartir con ellos esos últimos momentos. La muerte se torna algo
ajeno a la vida en lugar de ser parte de ella, esto le agrega misterio y para
algunos terror y miedo.
Ayuda a disminuir esta tendencia y ábrete a hablar con naturalidad del tema con
tus hijos cuando arribe el momento apropiado. Modela una reacción natural
hacia la muerte, por ejemplo expresando delante de tus hijos tu simpatía por
alguien que ha perdido a un ser querido. Muéstrales que es bueno respetar esos
momentos y mostrar todo nuestro cariño hacia aquellos que están tristes por
una pérdida.
26
Desarrollo de las etapas de comprensión
Una guía general
La mayoría de niños en edad preescolar (4-5 años) ven la muerte como un

suceso temporal, reversible e impersonal. En las historias que ellos leen o ven en
las series o dibujos animados, es normal que alguien se levante y ande luego de
haber sido totalmente destruido o aniquilado. No es sorprendente que no
comprendan la muerte en toda su dimensión e incluso es normal a su edad
pensar de esa manera.
 Entre las edades de cinco y nueve años, muchos niños comienzan a darse
cuenta que todas las cosas vivas llega un momento que mueren y que esa
muerte es el final definitivo. No obstante tienden a no relacionarlo con
ellos mismos y consideran que es algo de lo que pueden escapar. Suelen
asociar imágenes con la muerte como un esqueleto o un hombre con
capucha. Algunos niños comienzan a tener pesadillas con estas imágenes.
 Desde los nueve años hasta la adolescencia, los niños comienzan a

comprender completamente que la muerte es un hecho irreversible y que
ellos también morirán algún día.
Sin embargo, es importante recordar que todos los niños desarrollan esta
experiencia en diferentes niveles y a su propia manera. Cada uno tiene su
manera personal de manejar y expresar las emociones. No es poco común que
un niño de tres años haga preguntas sobre la muerte, por ejemplo cuando ha
tenido que vivir la pérdida de alguno de sus abuelos o incluso la de su mascota.
Algunos niños revelan su preocupación acerca de la muerte mientras utilizan sus
juguetes. Es importante explicarles la muerte en términos muy simples a los
niños más pequeños. Por ejemplo cuando alguien muere, deja de respirar, deja
de comer, no siente hambre ni frío y no puedes volver a verlo.
27
Independientemente de la manera en que un niño lidie con el tema o exprese sus

sentimientos ante el mismo, necesita respuestas por parte de los adultos. La
escucha y la observación son importantes para aprender a responder
apropiadamente a las necesidades de nuestros hijos.
Hablando sobre la muerte con niños preescolares
Mucha gente siente como un desafío cuando deben acercarse al tema de la

muerte ante los niños más pequeños. Ellos particularmente necesitan respuestas
breves, sencillas y que no les atemoricen. Utilizar ejemplos familiares y
concretos puede ayudar. Por ejemplo, la muerte puede explicarse de una forma
más clara en términos de la ausencia de las funciones naturales de la vida:
cuando la gente muere, no respirará, no comerá, no hablará o sentirá más.
Cuando un perro muere, no ladrará o correrá más; cuando las plantas mueren
no crecerán o florecerán más.
Los niños aprenden a través de la experiencia y la repetición por lo que

deberemos explicar esto en varias oportunidades. Algunos niños pueden
comenzar a realizar más preguntas, otros quedarán callados deseando que
retomes el tema en otro momento.
Los niños en muchas ocasiones se sienten confundidos con lo que oyen, por lo
que es importante que observes lo que ha entendido, volviendo al tema en los
momentos apropiados. En la medida que el tiempo pasa y los niños van teniendo
nuevas experiencias, necesitarán nuevas explicaciones y compartir sus ideas y
pensamientos. Puede tomar algo de tiempo a un niño comprender
completamente las ramificaciones de la muerte y sus implicaciones emocionales.
Un niño que sabe que Tío Tomás ha fallecido, puede continuar preguntando
porque llora Tía Julia. Ese niño necesita una respuesta: “Tía Julia está llorando
porque está triste porque Tío Tomás ha muerto. Ella lo extraña mucho. Todos
nos sentimos tristes cuando alguien que queremos muere.»
28
También existen momentos cuando somos nosotros mismos como adultos

quienes tenemos problemas para “comprender” lo que nuestros hijos nos están
preguntando. Una pregunta que puede resultar una tontería o una falta de
respeto para un adulto, puede ser un pedido desesperado de un niño en busca de
tranquilidad. Más allá de enfadarnos debemos atender a estos requerimientos.
Por ejemplo una pregunta como «¿Cuándo te vas a morir?» necesita ser
escuchada con el conocimiento que un niño pequeño percibe la muerte como
algo temporal y no como una ofensa.
Ya que lo irreversible de la muerte aún no ha sido totalmente comprendido, un

niño puede pensar que la muerte significa separación y la separación de ellos
con sus padres conlleva la pérdida del cuidado y el cariño. Esto les ocasiona
temor y buscan respuestas que confirmen que no sucederá.
Ante esa pregunta -que en general es en busca de tranquilidad- probablemente

la mejor respuesta sea: «¿Estás preocupado porque no esté aquí para
cuidarte?» Si ese es el caso, la respuesta puede ser algo como: “Espero no morir
hasta dentro de mucho tiempo y estar aquí para cuidarte, pero si yo muriera
existen muchas personas que te quieren, que también te cuidan y seguirán
cuidándote. Está papá, la abuela Laura, el tío Pedro, la tía Juanita...»
Es importante vigilar las palabras que utilizas cuando conversas de la muerte

con tus hijos. Algunos niños confunden la muerte con dormir, especialmente
cuando oyen adultos refiriéndose a la muerte con uno de los muchos
eufemismos que se utilizan: “murió mientras dormía”, “descanso eterno”,
“descanse en paz”, “pusieron a dormir al perro”. Como resultado de esta
confusión, un niño podría tener temor en ir a la cama a dormir por miedo ¡a no
despertar.
De igual manera, si los niños reciben por respuesta ante alguien que ha muerto
“viajó lejos”, separaciones breves pueden comenzar a preocuparles. “El abuelo
viajó lejos”. Tal vez cuando papá viaje por negocios y no vuelva durante la
semana, se convierta en motivo de gran sufrimiento interno para el niño. Por lo
29
tanto siempre es importante evitar referirse a la muerte ante los niños con
palabras relacionadas con “dormir”, “descansar” o “viajar lejos”.
Para evitar confusiones con los preescolares y niños más pequeños ayuda
explicar que solo las enfermedades serias pueden causar la muerte. Cuando ellos
escuchan que una enfermedad es causa de muerte, no queremos que ellos
asuman que pueden morir por un resfrío o que si alguien tose, su vida está en
peligro.
Cuando un niño asocia la muerte solo con la edad avanzada, también puede
sentirse confundido al aprender que la gente joven también puede morir. Es
importante explicarles que la mayoría de gente vive mucho tiempo, pero que
algunas personas no. Y que siendo así igualmente todos esperamos vivir por
muchos, muchos años (siempre tranquilízalos con esta afirmación).
Referencias religiosas
La religión es una fuente real de fortalecimiento para mucha gente en momentos

de pérdida y duelo. Si bien la religión puede no haber influido en la vida de un
niño antes que comiencen a oír hablar de la muerte, puede resultar confuso y
preocupante para ellos algunas referencias que hacen las religiones ante la
muerte.
Por ejemplo, la explicación “Tu hermana mayor está con Dios ahora” puede
reconfortar a un adulto, pero asustar y preocupar a un niño. Pueden temer que
venga Dios y los lleve tal como hizo con la su hermana mayor. Si utilizas estas
formas de expresión, asegúrate siempre que tu hijo se familiarice con tus
términos para que así pueda comprenderte.
Otros mensajes que pueden confundir a los niños incluyen afirmaciones como
“Raúl está feliz en el Paraíso con los ángeles”. Ellos se preguntarán porqué todo
30
el mundo está tan triste cuando dicen que Raúl está feliz. Ellos necesitan oir
sobre la tristeza de haber perdido a Raúl junto con las expresiones de fé
religiosa.
Es importante ayudar a los niños a comprender la realidad de la muerte, la

pérdida y el duelo. Tratar de aislar a los niños de estas realidades solo les niega
la oportunidad de expresar sus sentimientos y sentirse más tranquilos y
reconfortados. Compartir estos sentimientos con tus hijos los beneficiará a
ambos.
Otras oportunidades para hablar de la muerte
Cuando los niños descubren el tema de la muerte se tornan especialmente

curiosos. Particularmente, en un inicio con la muerte de las flores, pájaros,
árboles e insectos. Esto puede abrir una ventana de posibilidades para conversar
sobre la muerte y responder con detalle todas las preguntas que el niño se está
planteando. Trata de reforzar el concepto que todas las cosas vivas en un
momento dejan de existir, pero dejan un espacio para que nazcan nuevas cosas.
Otras oportunidades para conversar sobre la muerte con tus niños surgen
cuando fallecen personas famosas y el funeral recibe una gran cobertura
mediática. Es un buen momento para despejar algunas dudas que ellos puedan
tener sobre el tema. Si la muerte es violenta o agresiva sin embargo, necesitas
tranquilizar a tu hijo, diciéndole que él está seguro y que a la mayoría de gente
no le suceden esas cosas.
Acudiendo a funerales
Si tu hijo va a asistir a un funeral, necesita ser preparado con anterioridad para

lo que verá y oirá durante y luego de la ceremonia. Explícale que es una ocasión
triste y que mucha gente estará llorando y sintiéndose muy triste.
31
Sienta a tu hijo cerca de ti o de alguien de la familia que esté dispuesto a

responder preguntas y preparado para ofrecer explicaciones que el niño pueda
comprender. Si tu hijo prefiere no asistir al funeral, no debe ser forzado a
hacerlo.
Duelo
Todos necesitamos de un período de duelo para curar nuestro dolor ante una
pérdida y seguir adelante con nuestra vida. Abrirnos y expresar nuestra pena
ante nuestros hijos ya que ellos también sienten a menudo la necesidad de
sentirse tristes y llorar. No debemos relacionar jamás la tristeza y las lágrimas
con la debilidad.
Los niños a menudo sienten culpabilidad y enfado cuando pierden a un familiar

cercano. Necesitan la seguridad que a pesar de esa pérdida continuarán siendo
queridos y cuidados.
Resumiendo
Un niño atravesando un proceso de duelo necesita información que sea clara y

comprensible de acuerdo a su nivel de desarrollo. Debes darle mucha seguridad
sobre que es querido, que se encuentra a salvo y que tu estás dispuesto a
escucharle y a tener todas las conversaciones que él considere necesarias para
sentirse mejor.
Cuando debas preparar a un niño para una muerte inminente en la familia, si lo

desea permítele acercarse y cuidar a la persona que está por morir y responde
todas sus consultas sobre la condición física, emocional y mental de ese ser
querido. Dale la oportunidad de elegir si desea visitarlo a menudo o no hacerlo.
32
Capítulo Cuatro
Como hablar con los niños sobre el divorcio
33
Una de las primeras cosas que debes considerar cuando la separación es

inminente es cómo y cuando comunicarlo a tus hijos. La manera en que la
información sea dada a tus hijos marcará en gran parte su reacción posterior.
Los niños son naturalmente ansiosos y sensibles por lo que necesitas tener en
mente que ellos deberán saber:
o Que tu los quieres sin importar la situación;
o Que ni tu no el otro padre los rechaza;
o Que ellos no son la causa del divorcio;
o Que seguirán siendo una familia aunque sus padres no vivan más juntos;
o Que existe una razón para el divorcio (y ten una explicación preparada,
pero de momento sin necesidad de demasiados detalles).
Consejos para hablar con tus hijos y ayudarlos a superar el divorcio de sus
padres:
(1) Encuentra el momento – Hablar con tus hijos sobre el divorcio en caso
de suceder debe hacerse lo antes posible. De ser factible es mejor hacerlo con
todos tus hijos a la vez. Trata de saber de antemano lo que les vas a decir y
preferiblemente conversarlo antes con tu futura ex-pareja. De esta manera
evitarás que los niños tengan dos diferentes versiones de los hechos.
Aunque la situación marital de sus padres se está disolviendo, ellos necesitan

continuar confiando en la relación de ambos padres con respecto a ellos. Puedes
comenzar diciendo: “Por mucho tiempo, Mamá y Papá no se han estado
llevando bien. Hemos intentado varias maneras de solucionarlo y tener un
matrimonio feliz pero aun así no lo hemos logrado. Así que hemos decidido no
vivir más juntos y divorciarnos.»
34
Algunas cosas necesitarán cambiar y otras seguirán tal como hasta ahora. Los
niños querrán saber con quien vivirán, cuando podrán ver a cada uno de ustedes
y donde deberán ir a la escuela. Si tienes las respuestas, díselas, de otra manera
sé honesto y promételes que se lo dirás en cuanto lo sepas.
(2) Tranquiliza a los niños. Diles que es normal que se sientan tristes
porque en algunos momentos echarán de menos a la madre o al padre que ya no
vivirán juntos en la casa. Intenta proveerles de una sensación de seguridad.
Muchos niños mayores de cuatro o cinco años se sienten culpables por el
divorcio de sus padres. Recuérdales que el divorcio no tiene relación alguna con
nada que ellos hayan hecho y lo orgullosos están ambos (padre y madre) de sus
hijos.
Asegúrate que tu y tu futura ex-pareja, padre o madre, estén ambos

considerando los sentimientos de sus hijos al tomar las importantes decisiones
que se vienen y ten presente que la idea es que todo vaya a mejor tanto para
ustedes como para ellos. Diles a los niños cuanto los aman ambos y que siempre
será así sin importar las circunstancias.
(3) Sé honesto. Trata de ser lo más honesto posible con tus hijos. Los niños
pequeños pueden confundirse fácilmente con demasiados detalles, intenta
mantener tus explicaciones simples pero honestas y reales.
Decisiones importantes como cambios de vivienda deben ser compartidas con

los niños tan pronto como se tomen o conozcan.
(4) Acepta el enfado y la decepción. Escucha y atiende como tus niños

están sintiendo y date cuenta que es natural tener esas emociones. Otra vez,
vuelve a insistir en que ambos los quieren y que seguirán teniendo tanto con
mamá como con papá, momentos igual de especiales y divertidos como hasta
ahora.
(5) Sé justo cuando hables del otro padre. A menos que tu futura ex-
pareja se haya comportado como un mal padre (o madre) con tus hijos, será más
difícil para ellos si menosprecias al hacer referencia de él o ella.
35
Es doloroso para los niños sentirse presionados por ambos lados y tener que
tomar partido por uno de los dos. Es injusto colocar a cualquier niño en esta
situación y no debería hacerse jamás bajo ningún concepto. Trata de tener la
fuerza suficiente como para hablar siempre con respeto sobre tu ex-pareja
delante de tus hijos. Aunque pueda resultarte difícil hacerlo, para tus hijos será
más fácil sobrellevar la situación.
Los niños saben que son parte de ambos padres y los quieren a ambos. Es
doloroso para ellos escuchar cosas horribles del otro padre ya que también es
parte que les pertenece.
(6). Provee estabilidad. Aunque muchos cambios deban realizarse, como

mudarse o cambiar de trabajo, trata de mantener a tus hijos dentro de sus
rutinas habituales tanto como te sea posible. Por ejemplo, mantén los horarios
de acostarse a dormir, los horarios de las comidas y las actividades a las que
están acostumbrados. Haz que los niños se sientan seguros y en un ambiente
familiar como hasta ahora.
Recuerda dar a tus hijos mucho afecto para que sepan que cuentan con tu amor
y tu apoyo. Realiza los cambios necesarios en sus vidas de manera gradual y
permite que compartan contigo como se sienten acerca de los cambios.
Permite que tus hijos mantengan una relación positiva con ambos padres y
demuéstrales que confías en ellos para que se adapten a los cambios que deben
ser realizados.
(7). Sé flexible. Podrás necesitar alterar un poco las explicaciones

dependiendo de la edad de tus hijos y la información que desean escuchar.
Existen posibilidades que niños más grandes no se sorprendan demasiado con la
noticia del divorcio si ya han notado que la relación entre sus padres no era
buena. En algunos casos incluso pueden sentirse aliviados cuando reciben la
noticia.
36
(8). Sé abierto, cercano y consistente. Estate preparado para volver a las

mismas conversaciones una y otra vez con tus hijos. Incluso si han hablando
mucho desde el comienzo, diles que pueden hablar contigo sobre el divorcio
tantas veces como lo necesiten.
De vez en cuando puedes preguntarles para saber como lo están tomando.

Cuando originas una conversación por tu cuenta con ellos, les das el mensaje
que está bien hablar del divorcio y que no existe ningún problema en hacerlo.
(9) Nunca utilices a tu hijo como mensajero. Si necesitas hablar algo con
tu ex-pareja, díselo tu mismo o escríbele un mensaje. Es terriblemente injusto
utilizar a un niño como mensajero y ponerlo en una situación incómoda.
(10) Muéstrales mucho apoyo. Apoya a tus hijos cuando necesiten visitar a
su otro progenitor y en su deseo de quererlos y estar con ambos. Diles que eso
está bien y que los apoyas en su decisión. Eso les ayudará a sobrellevar mucho
mejor la situación.
Lo que debes evitar siempre:
Nunca preguntes a tus hijos a que padre quieren más, si a papá o a mamá. No los
presiones ni los manipules. Tampoco utilices nunca a tus hijos como consejeros:
encuentra a una persona adulta para que cubra esas necesidades.
Lo que debes procurar siempre
Detente a pensar cómo tus palabras puedan estar afectando a tus hijos. Ellos
necesitan de ti y de tus palabras. Cuando los niños sean lo suficientemente
grandes como para comprender lo que has pasado, ellos te admirarán y
apreciarán incluso más por haber tenido en cuenta sus necesidades.
37
Capítulo Cinco
Como hablar con los niños sobre la violencia
38
La violencia existente a todos los niveles en el mundo que vivimos no escapa a

nuestros hijos. Está en los medios de comunicación, enquistada en nuestras
comunidades e incluso en las escuelas. Los niños están expuestos a imágenes e
historias increíbles llenas de violencia que pueden ser realmente horrorizantes
para ellos.
Como padres, la mejor cosa que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a
lidiar con estos temas es estar disponibles para conversar, darles información
confiable y dotarlos de valores.
A continuación algunos consejos que puedo sugerir para hablar con tus niños y
que puedan lidiar con el tema de la violencia.
(1) Anima a tus niños a hablar de lo que ven y oyen. Sintoniza con los
sentimientos de tus hijos y anímalos a conversar sobre las cosas que ven y
escuchan en la calle, en la escuela o en la televisión. Puedes iniciar una
conversación diciendo “Ese programa de televisión que acabamos de ver me
parece que asusta un poco ¿Qué piensan ustedes?» o «¿Cómo se sintieron
después de ver tanta gente herida? A mi me dio mucha pena por ellos ¿Y a
ustedes?» y mira hacia donde desemboca la charla.
Tus niños se sentirán mejor si pueden expresar sus sentimientos, además eso les
aliviará el peso de tener que enfrentar esos temores en solitario.
Si tus niños se sienten deprimidos, enfadados o perseguidos, es muy importante

que los tranquilices asegurándoles que los quieres y hablando de sus
preocupaciones y temores.
Si tu hijo se ha puesto violento o ha sido víctima de la violencia, encuentra un

lugar seguro para que exprese sus sentimientos.
Averigua qué es lo que tus hijos escuchan en la escuela. Si es necesario, dales

información correcta al respecto y despeja todas sus dudas y confusiones.
39
Brinda siempre información apropiada según el rango de edad y pon los eventos
en su contexto. Explícales que aunque algunas cosas que atemorizan ocurren a
veces a algunas personas, la mayoría de las veces no ocurre nada malo y el día
transcurre normalmente.
(2) Limita la exposición a la violencia. Estudios recientes han probado

que los niños que ven mucha violencia por televisión, películas o videojuegos se
sienten menos seguros que aquellos que no están tan expuestos.
Trata de acercarte a tus niños y habla con ellos acerca de las cosas que ven y
juegan juntos. Por ejemplo, recuérdales que los héroes que ven en el cine, los
comics y la televisión como los representados por Arnold Schwarzenegger o
Sylvester Stallone son parte de una actuación. Si estos actores actuaran así en su
vida real, ¡se verían en un grave problema!
Permite a tus hijos conocer tus valores, por ejemplo: “La violencia no es
divertida para mi. Sé que esos juegos y películas no son reales, pero cuando la
gente se hace daño en la vida real, es bastante triste”.
Mirar los noticieros y películas juntos provee oportunidades para reforzar las
consecuencias negativas de la violencia.
Algunas maneras de disminuir los efectos de los mensajes violentos son:
o Limita el horario de ver TV y el tipo de programación;
o Navega en internet junto con ellos y elige sitios apropiados y

adecuados a su edad.
o Supervisa la exposición de tus hijos a todas las formas de

comunicación existentes.
o Si es necesario, instala herramientas de monitoreo para bloquear

contenido inapropiado tanto en internet como en la televisión.
40
o Toma nota de las calificaciones aportadas a los programa de

televisión y películas y actúa de manera acorde.
(3) Tranquiliza a tus hijos. Los niños que han estado expuestos a ver u oír
actos de violencia pueden volverse ansiosos y temerosos de que algo similar le
suceda a un ser querido.
Tranquiliza siempre a tus hijos diciéndoles que están seguros ya que mucha
gente está pendiente de ellos para cuidarlos que nada les suceda. Por ejemplo
puedes generarles tranquilidad y seguridad dándoles diferentes opciones de lo
que deben hacer si se sienten inseguros en algún momento cuando no están en
casa, como acudir a un adulto de confianza, familiar o amigo.
Recuérdales que siempre pueden acudir a ti cuando tengan temor en cualquier

situación sin importar cual sea esta. Háblales sobre la policía y el fantástico
trabajo que realizan día a día lidiando con estos problemas y manteniendo a la
comunidad segura.
Proveeles de un entorno consistente y con el suficiente apoyo para ayudarles a

reducir sus miedos, temores y ansiedades.
(4) Mantén la firmeza. Los valores que deseas transmitir a tus hijos
necesitan ser claros y consistentes. No caigas en el “viejo truco” de “todo el
mundo lo hace” o “a todos mis amigos los dejan hacerlo”. Necesitas explicar a
tus hijos porque no aceptas la violencia en tu hogar para que así acaten tu
decisión.
Por ejemplo, tu puedes decir: “Tu padre y yo no estamos de acuerdo en el

mensaje que aporta ese show. Ver actos violentos no es divertido y no lo
aceptamos en nuestra familia”.
(5) Permite que tus hijos conozcan tus criterios. Habla con tus niños
sobre los límites. Déjales saber que en tu casa hay cero tolerancia con los juegos
bruscos, los insultos y la violencia en general.
41
Si tu niño se comporta de forma violenta con otro, colócalo unos minutos “en
penitencia” o aplica cualquiera de las técnicas disciplinarias que utilices para
que se calme. Una vez se haya tranquilizado, pregúntale porqué se comportó o
reaccionó de esa manera. Juntos, busquen una manera pacífica de resolver el
problema sin utilizar la violencia.
(6) Ofréceles herramientas. Sugiere a tus hijos maneras para que puedan
lidiar con los sentimientos que se producen al ponerse violentos. Insiste en la
importancia de utilizar las palabras para resolver los problemas y no la fuerza
física. Por ejemplo puedes decirles “Cuando José toma unos de tus juguetes sin
permiso, primero debes perdirle amablemente que te lo devuelva. Si eso no
funciona puedes jugar con algún otro de tus juguetes. Si lo ignoras y no le das
importancia al hecho, tal vez no lo vuelva a hacer.» o "Respira profundo y ven
a decirme lo que ha sucedido, te sentirás mejor si hablas sobre las cosas que te
molestan”..
(7) Habla sobre grupos y pandillas. Cuando llegue el momento oportuno,

habla con tus niños sobre la razón por la cual la juventud forma pandillas. Existe
gente que necesita pertenecer a un determinado grupo y sentirse apoyados por el
resto. Investiga que conoce sobre las pandillas. Utiliza sus propias historias para
las próximas charlas. Puedes explicarles cómo esos niños piensan que estando
juntos pueden comportarse fuera de las reglas, pero que en realidad no es lo
correcto.
Explícales que el problema es que muchos niños que se involucran en pandillas

acaban haciéndose daño a si mismos, incluso llegando a perder la vida por
involucrarse en situaciones peligrosas. Los niños más sabios escogen amigos con
los que se divierten sanamente y cuidan el uno del otro.
(8) Educa a tus hijos. Dales opciones y prepáralos para situaciones en las
que pudiesen sentirse inseguros. Por ejemplo si ellos ven un arma en la casa de
un amigo o en la escuela, NUNCA tocarla y salir del lugar. Contarle a un adulto
de confianza ayudará a mantenerse él y sus amigos a salvo.
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Si otro niño parece estar molestando a tu hijo, explícale que los niños que
intimidan usualmente lo hacen porque no se sienten felices por alguna razón.
Intentan sentirse mejor molestando a los demás ya que no lo logran por si
mismos.
Alienta a tus niños a no permitir que esta clase de niños los provoque y nunca
rebajarse a su nivel. Calmado, delante del niño “matón” decirle algo así como:
“No voy a discutir ni a pelear contigo”. Recuerda a tus hijos que no deben
intentar resolver este tipo de situaciones por ellos mismos. Tu estás allí para
apoyarlos e intervenir si la situación se torna un problema.
(9) Controla tu propio comportamiento. Examina cómo tu misma te

aproximas al conflicto y recuerda que tu hijo está aprendiendo en todo momento
de ti y modelando cualquier comportamiento que puedas tener. Pregúntate a ti
misma: ¿Cómo actúas ante una discusión? Cuando estás enfadada, ¿cómo
lidias con tus sentimientos? Antes que nada debes evitar usar la violencia si
deseas que tu hijo no sea violento.
(10) Busca apoyo externo. Si sientes que necesitas más información o

asistencia no dudes en acudir a un profesional, puede ser dentro del mismo
colegio, un médico, un psicólogo, miembros de la comunidad u otros padres.
43
Capítulo Seis
Como hablar con los niños sobre el alcohol y las drogas
44
Varias encuestas e investigaciones revelan que los niños que se sienten cómodos
hablando con sus padres acerca de sus problemas y sentimientos son más
propensos a mantenerse alejados de las drogas y el uso excesivo del alcohol.
Aquí te facilito once consejos para hablar con tus niños sobre el consumo de
drogas y alcohol.
(1) Provéeles la información apropiada de acuerdo a su edad. A

menudo y en ocasiones relevantes debemos dar a nuestros hijos el mensaje de
los riesgos y peligros asociados al consumo de drogas y alcohol. Por ejemplo si tu
hijo de siete años está comiendo algo de fruta, puedes hablar con él sobre lo
buena que es la fruta para la salud. Luego mencionas otros alimentos saludables
y llevas la conversación hacia las cosas que mucha gente consume y no son
buenas para la salud como fumar o tomar medicinas que no necesitan.
Cuando el tema de las drogas es expuesto en los medios de comunicación o en

conversaciones, por ejemplo cocaína, marihuana, pregunta a tus hijos si saben
que es o lo que significa. Explícales que son sustancias adictivas que dañan
severamente nuestro cuerpo y nuestra mente. Si solicitan más información y
puedes darla, no lo dudes un instante.
Cuanto más grande sea tu niño, más información buscará. Asegúrate de estar
informado sobre los nombres de las drogas que circulan por las calles y cómo
afectan nuestro cuerpo para poder darles la información más adecuada y
correcta. No siempre conocemos todas las respuestas pero cuanto más cosas
podamos hablar con ellos en edad temprana, sin necesidad de asustarlos, más
cuidadosos y alerta estarán.
(2) Habla de los valores familiares. Dile a tus hijos que piensas del uso de
drogas y el consumo excesivo de alcohol y que cosas no son aceptables en tu
familia. Por ejemplo “en nuestra familia no estamos de acuerdo en que se tome
ninguna sustancia o medicamento a menos que mamá, papá o el médico lo
permita. Es peligroso automedicarse y tomar ese tipo de sustancias sin control,
por lo que nuestra regla en ese sentido es muy seria. Alguna gente comete un
45
gran error al consumir drogas. Enferman y luego mueren”. O “En nuestra

familia no se bebe alcohol hasta alcanzar la mayoría de edad. El consumo de
alcohol es perjudicial para tu cuerpo, especialmente cuando estás en pleno
crecimiento”. Si tu niño tiene dudas, responde las preguntas que te realice.
(3) Refuerza el mensaje. En cualquier momento que consideres apropiado,

reinicia una conversación sobre las drogas. Repite los peligros y las
consecuencias de consumir drogas. Sé informativo sobre los hechos y responde
las preguntas pertinentes.
(4) Modela tus creencias. Demuestra a tus niños que practicas lo que
predicas. Evita beber en exceso si deseas que ellos no beban o lo hagan de
manera responsable. Trata de no beber cada noche de la semana si no deseas
que hagan lo mismo y que ofrezcan a los invitados también bebidas no-
alcohólicas de manera que el alcohol sea opcional. De igual manera si por alguna
razón debes tomar muchos medicamentos o vitaminas, hazlo de manera
discreta.
(5) Confía en tus hijos. Brinda a tus niños la posibilidad de hacer las cosas
correctas. Si ellos deciden desobedecer tus reglas, entonces castígalos
apropiadamente. Prémialos cuando se comporten de forma responsable y
honesta. Diles que confías en ellos. En mi experiencia, si les dices a los niños
“no” todas las veces o les prohíbes salir, buscarán la manera de lograr su
cometido tarde o temprano. Explica a tus hijos tus valores, límites y reglas.
Luego confía en ellos y dales oportunidad para que tomen las mejores
decisiones.
(6) Fomenta en tus hijos la responsabilidad. Aprender desde temprana

edad que la potestad de tomar decisiones incluye responsabilidad les ayudará a
sentirse más seguros cuando deban tomar las primeras decisiones serias de la
adolescencia. Aprender desde bien pequeños que las malas decisiones tienen
consecuencias negativas les ayudará a ser mejores en el futuro. A los ocho años,
déjalos decidir cuál instrumento desean aprender a tocar, que tareas de la casa
prefieren hacer o cuanta gente desean invitar a su fiesta de cumpleaños, etc. Esto
ayudará a tus hijos a tomar decisiones por ellos mismos en el futuro.
46
(7) Fomenta la autoestima. Como mencionamos en capítulos anteriores,

muchos niños con baja autoestima se vuelven vulnerables a utilizar el alcohol y a
otro tipo de sustancias para sentirse mejor. Fomentando la autoestima en casa
brindando tiempo de calidad a diario, donde puedas dedicarte exclusivamente a
ellos, para conversar, jugar o dar un paseo, ofrecerles aliento, proponerles tareas
que puedan cumplir y decirles cuanto los quieres.
(8) Háblales sobre la presión de grupos. Los niños necesitan saber que los
“buenos amigos” están para cuidarlos y escucharlos. Los compañeros que tratan
de presionar para que prueben los cigarrillos, el alcohol o las drogas no son
buenos amigos, ni siquiera amigos. Anima a tus hijos a que se inscriban en
actividades saludables como el deporte, que les ayuda a mantenerse en forma,
energéticos y a sentirse bien consigo mismos.
(9) Háblales sobre como aprender a decir "no". Proveer diferentes

escenarios les permite poner los pies sobre la tierra y saber como decir “no” en
situaciones de presión. Por ejemplo diles: “Supongamos que estás en la casa de
Sara, ella encuentra unos cigarrillos de su padre y te invita a fumar uno con
ella ¿Tu que dirías?
Alaba la actitud de tu hijo si la respuesta es satisfactoria, en caso contrario

ofrécele algunas alternativas como “No gracias, no me gusta fumar. Necesito
tener mis pulmones en perfecto estado para el partido del sábado”.
(10) Explícales. Es una buena idea explicar a tus hijos la razón por la cual
algunos niños comienzan a consumir drogas, a fumar o a tomar alcohol en
exceso. Por supuesto existen muchas razones posibles, pero cuando una persona
tiene un problema y nadie con quien conversarlo, en algunos casos suelen
comenzar a consumir ese tipo de sustancias. Muchos acaban transformándose
en adictos. Pregúntales por qué razón ellos piensan que la gente consume esas
sustancias, averigua qué es lo que saben y cómo se sienten acerca de ello.
(11) Ayúdalos a distinguir. Recuérdales a tus hijos que si bien es muy

peligroso ingerir sustancias en exceso o sin prescripción médica, no todas las
47
sustancias son letales. Por ejemplo, algunos medicamentos nos ayudan a

mejorarnos cuando estamos enfermos, pero solo aquellos que son indicados por
un médico, mamá o papá. Nunca es correcto tomar medicinas por cuenta propia.
Dependiendo de tus creencias, puedes explicarles que las personas adultas

pueden disfrutar de un vaso de vino con las comidas o un aperitivo sin que esto
se torne un problema para su salud. Es cuando el consumo se vuelve excesivo o
se combina con otras sustancias o actividades que puede convertirse en algo
realmente peligroso.
Los niños están expuestos a esta información desde muy temprana edad. En la
medida que esta información aumenta, ellos se van tornando cada vez más
curiosos, preguntando más y de manera más frecuente. En tus respuestas,
anímalos a que tomen por si mismos la decisión de cuidarse y estar orgullosos de
tener un cuerpo y una mente saludables desde bien pequeños.
48
Capítulo Siete
Como hablar con los niños sobre el SIDA y el HIV
49
Lo primero y más importante es informarte sobre lo que es el HIV/SIDA, de

manera de estar preparado o preparada para conversar del tema con tus hijos,
cuando ellos estén listos. Consigue algunos libros o información confiable en
internet para hablar con la mayor propiedad posible.
Puedes ingresar por ejemplo a Wikipedia.
Desafortunadamente se trata de un tema a menudo mal interpretado que puede

dejar a los niños preocupados y confundidos. Compartir información concreta
en el momento propicio con tus hijos les ayudará a sentirse y estar más seguros.
Pasos para hablar sobre HIV/AIDS con tus hijos
(1) Introduce el tema – Aguarda al momento apropiado para iniciar una

conversación sobre HIV/SIDA. Por ejemplo, cuando ellos ven anuncios sobre
SIDA en la televisión o se realiza un evento relacionado con la enfermedad y es
promocionado en los medios, aprovecha para averiguar qué es lo que ya saben
sobre el tema preguntándoles: «¿Sabes lo qué es el SIDA? o «¿Qué sabes sobre
el SIDA?»
(2) Bríndales información veraz– Los detalles variarán según la edad de

tus hijos. Por ejemplo, a un niño de siete años, puedes decirle “El SIDA es una
enfermedad que puede afectar mucho la salud de una persona. Está causada
por un pequeño virus llamado HIV”.
Niños entre diez y once años serán capaces de comprender más a fondo como:
“Nuestros cuerpos están compuestos por millones de células. Entre ellas están
las células T, que nos ayudan a luchar contra diferentes enfermedades. Si
alguien contrae el virus HIV, éste mata las células T. Si una persona se
enferma, debido al HIV, no tendrá suficientes células T que las protejan.
Entonces esa persona padecerá una enfermedad llamada 'Síndrome de
Inmuno Deficiencia Adquirida', más conocido como S.I.D.A. o A.I.D.S.»
50
Adolescentes y pre-adolescentes necesitan saber cómo los preservativos ayudan

a protegerlos de contraer HIV y que la enfermedad también puede transmitirse
si se comparten jeringuillas. Si aun no has tenido una conversación sobre sexo
con tus hijos, intenta que la primera conversación no sea sobre el SIDA. Cuando
hayas hablado sobre sexo con ellos, entonces si ingresa en el tema en posteriores
charlas.
(3) Vuelve a conversar sobre el tema a menudo. Esto es particularmente

importante para los más pequeños ya que es un tema complejo con mucho para
comprender. Necesitarás insistir varias veces con el tema de tiempo en tiempo.
Los niños en la escuela pueden confundirse unos a otros con sus diferentes
versiones, por lo que es importante estar atentos para que ellos tengan siempre
la información correcta. Por ejemplo, si tu hijo de siete años vuelve de la escuela
molesto porque alguien lo empujó y otros niños le han dicho que quien lo tocó
podría tener SIDA. Explícales que probablemente no sea verdad y que además
el contagio solo puede producirse si los fluidos corporales de una persona entra
en contacto con los de alguien que tiene SIDA.
(4) Elogia a tus hijos. Fomenta su autoestima dentro de la familia y en tus

hijos. Elógialos a menudo en sus buenas actitudes y mantenlos motivados con
sus intereses y metas. Es importante que tus hijos se sientan bien consigo
mismos ya que de esta manera podrán controlar mejor su exposición a la presión
de algunos de compañeros para consumir sustancias como alcohol y drogas o
tener relaciones sexuales antes de estar preparados para ello. En otras palabras,
puede ayudar a prevenirlos y concienciarlos a tiempo de realizar actividades de
alto riesgo para contraer SIDA.
(5) Prepárate para hablar de la muerte. Los niños pueden comenzar a

preguntar más acerca de la muerte cuando se habla sobre el SIDA.
Tranquilízalos comentándoles que el SIDA puede prevenirse y que gracias a
excelentes médicos e investigadores ya conocemos qué es la enfermedad y cómo
se contrae, gracias a ellos podemos sentirnos mucho más seguros.
51
Capítulo Ocho
Como hablar con los niños sobre las tragedias en la TV
52
Niños, adolescentes e incluso personas adultas pueden sentirse realmente

afectadas por las imágenes e historias de gente siendo violentada en los medios,
tanto la TV como internet o la prensa escrita. Los niños especialmente pueden
volverse muy temerosos respecto al mundo que los rodea. Es importante
mantenerte alerta y vigilar la programación de los canales que están viendo tus
hijos.
Intenta ver la televisión juntos con tus hijos (especialmente durante los
noticieros), escucha sus preguntas y respóndelas honestamente. Las tragedias
afectan tanto a niños como a adultos. Los niños necesitan hablar sobre sus
miedos, frustraciones y descreimiento. Es importante que estemos al pendiente
de esas emociones y abramos espacios de comunicación en torno a ellas
Los niños pueden estar preocupados por:
 Que la situación pueda sucederle a ellos o a alguno de sus seres queridos;

 Que pudiesen ser separados de alguien que ellos quieren o incluso ser
abandonados;
 Algo que afecte su seguridad o la de sus seres queridos.
Dependiendo de su edad y nivel de madurez, los niños pueden percibir las cosas
de diferente manera que los adultos. Recuerda con tu hijo (de hasta nueve años)
ser especialmente simple en tus explicaciones sin abundar en demasiados
detalles, sobre todo si la tragedia es extremadamente desagradable. Sé cordial y
receptivo durante las conversaciones. Los niños más grandes serán capaces de
manejar más información.
Técnicas de conversación
 Sé sincero – Los niños necesitan comprender que está sucediendo a su

alrededor para sentirse seguros. Habla con ellos si ha sucedido algún
hecho que pueda estar asustándoles, intenta contarles lo que ha sucedido y
tranquilízalos si es necesario. Ayúdales a lidiar con sus sentimientos.
53
 Aliéntalos a realizar preguntas – Asegúrate que tus hijos se sienten

libres de acercarse a ti a preguntar sobre cualquier duda que pudieran
tener sobre el suceso. Algunas veces un niño puede tardar en procesar un
evento y volver con más cuestionamientos. Recuérdale que siempre serán
bienvenidas sus consultas al respecto.
 Los sentimientos son algo normal – Algunos niños pueden tardar un

buen tiempo en superar los eventos trágicos y esto es perfectamente
normal. Permíteles llorar si lo necesitan y exteriorizar sus emociones.
Comparte tus sentimientos con ellos sobre lo que ha sucedido. Ayuda a tus
hijos a verbalizar sus sentimientos contigo. Tranquilízalos y reconfórtalos
con un abrazo cálido y recuérdales que están seguros contigo. Mantén las
cosas en perspectiva y reitera que no toda la gente es violenta, ni toda la
gente desea hacerle daño a los demás, tan solo se trata de una minoría.
Desafortunadamente durante los últimos años hemos estado expuestos a

numerosas tragedias masivas que han resultado inquietantes y desgarradoras
para cada uno de nosotros. Las imágenes en los medios y lo continuos debates
sobre estas situaciones pueden ser realmente alarmantes para nuestros niños. Es
imperativo que reconozcamos esos eventos y podamos explicarles de la mejor
manera posible lo que ha sucedido.
A menudo los niños oyen historias que pueden no ser reales o ser exageradas por
lo que debes estar atento para saber si ellos tienen una percepción correcta de lo
que está sucediendo.
Cuando hables de tragedias con tus hijos, como siempre debes escoger las
palabras adecuadas según el rango de edad de los niños. Pero en cualquier caso
debes:
54
 Asegurarte que se sienten seguros – explicarles que algo

desafortunado ha sucedido y que es normal sentir tristeza y frustración
cuando vemos que otra gente está experimentando sufrimiento y dolor.
 Mantente cerca y muéstrales el afecto que necesitan. Dales un

abrazo y diles que están seguros contigo. Durante la etapa de mayor crisis
procura que estén siempre rodeados de amigos y familiares.
 Permite que los niños hablen sobre lo que ha sucedido y que

expresen como se sienten. Responde honestamente cada una de sus
preguntas y procura que se sientan en paz. Evitar o prohibir hablar de
estos sucesos podría hacerles pensar que se trata de un tabú.
 Vigila posibles cambios de comportamiento – si tus hijos pequeños

comienzan a comportarse de manera diferente, como no dormir por las
noches, tener miedo, no querer que mamá o papá vayan al trabajo o pedir
para dormir contigo por las noches. Debes dedicarles más tiempo y
atención de la habitual, de continuar así tal vez sea conveniente visitar al
médico o al psicólogo en busca de ayuda profesional.
 Para adolescentes – habla con ellos, escúchalos y realiza preguntas.

Estabiliza el tema preguntando «¿Qué dicen tus amigos sobre esto?»
«¿Cómo se están sintiendo ellos?» Asegúrate que están recibiendo la
información correcta. Diles que estás allí para ellos.
55
Capítulo Nueve
Como ayudar a los niños a lidiar con la nostalgia
56
Los sentimientos de soledad y nostalgia pueden ser muy dolorosos para un niño
y debe tenerse siempre en cuenta. Cuando los padres intentan ayudar a sus hijos
a desarrollar nuevas experiencias como campamentos, vacaciones, actividades al
aire libre, explorar nuevos entornos y hacer nuevos amigos, muchas veces
sienten dudas sobre qué hacer cuando el niño llama diciendo que quiere volver a
casa. Muchos padres encuentran que dando el tiempo suficiente, la mayoría de
niños logran acostumbrarse y volver a sentirse felices. Cada niño es un mundo
por lo que deberás analizar qué es lo mejor para tu hijo en estas circunstancias.
Síntomas de nostalgia
La nostalgia es bastante común entre los niños. Es natural para ellos sentir
alguna ansiedad y miedo cuando se separan temporalmente de sus padres y su
hogar.
Habitualmente la nostalgia va disminuyendo con la edad a la vez que descubren

que aunque extrañen a sus padres o su casa, aun así pueden divertirse y que la
casa y los papás estarán allí cuando la jornada termine. En la medida que el niño
va madurando, la nostalgia puede ser mejor manejada al ser capaces de poner
los propios sentimientos bajo un poco más de perspectiva. El grado de nostalgia
y su duración varía mucho entre individuos.
Los niños que padecen nostalgia generalmente se sienten tristes y deprimidos.

Pueden verse enfermos, llorar, no querer realizar actividades, aferrarse a papá o
a mamá o tener problemas de dormir, entre muchos otros síntomas. Es muy
importante como padres comprender lo que nuestros hijos están pensando y
sintiendo antes que la separación ocurra.
Cómo ayudar a tu hijo a hacer frente a la nostalgia
Tanto si tu hijo está yendo a un campamento, a la casa de campo de un amigo

por una semana, a una excursión o donde sea, aquí tienes algunas cosas que
puedes hacer para ayudar a tu hijo a hacer frente a la situación.
57
(1) Asegúrate que tu hijo quiere ir. Los niños más pequeños pueden ver la
salida como una especie de rechazo, especialmente si su opinión no cuenta en la
decisión de ir. No envíes a tu hijo a una salida simplemente porque así lo
hicieron con un hermano mayor a su edad o porque la experiencia le va a quitar
la timidez o hacerle más valiente. Lo que es bueno para un niño no tiene porque
serlo para otro.
(2) Planea en conjunto. Si tienes la posibilidad de elegir a que campamento,

club, sitio o casa de amigo ir, incluye a tu niño en el proceso de decisión. Los
niños que se sienten parte de este tipo de decisiones, generalmente toman una
mayor responsabilidad y suelen ser más felices en la salida.
(3) Habla sobre expectativas. Conversa con tu hijo porqué tu piensas que
esos días fuera serán buenos para él y qué es lo que disfrutará de ello. Permítele
expresar sus expectativas y también las preocupaciones que pueda tener. Intenta
que ambos se enfoquen en lo positivo.
(4) Da pequeños pasos. Antes que tu hijo comience a salir a este tipo de
actividades que constan de varios días lejos de casa, trata de programar algunas
salidas más cortas, como una noche en casa de algún primo o en la casa de la
abuela. De esta manera podrá ir ganando confianza a lugares menos familiares
que su habitación y su hogar.
(5) Busca el procedimiento adecuado. En muchos campamentos a los que

he asistido, existía una regla: los niños no podíamos llamar a casa durante los
primeros días. Yo encontraba esa norma completamente injusta y a los dos días
de mi primer campamento ya rompí y llamé a mis padres. Me sentí más
tranquila y creo que si me hubieran permitido llamar cuando lo necesitase,
hubiera sido mucho mejor la experiencia. La regla de no llamar a casa puede ser
efectiva para algunos niños, pero tener la tranquilidad de poder llamar en caso
necesario a menudo provee un entorno más amigable y seguro.
Si tu hijo está por ir a algún campamento o similar, lee previamente cuales son
las reglas del mismo. Habla con los niños sobre estas reglas de antemano. Si
ellos tienen muchos inconvenientes ante esto, se sienten molestos o inseguros,
58
solicita un permiso en la institución para que le permitan llamar a casa en caso

necesario. Limita a una llamada por día si así lo estimas. Muchas veces el hecho
que se prohíba este tipo de llamadas, solo les distrae, les preocupa y harán lo que
sea por romper la regla. Si se les permite llamar aunque sea un número limitado
de veces y tiempo, existen muchas posibilidad que ni necesiten hacerlo.
(6) Visita previamente el lugar. Si te es posible, visita junto con tu hijo

previamente el lugar donde pasará esos días y noches. Si tu hijo puede visualizar
donde dormirá, jugará y comerá, seguramente se sienta más tranquilo. Si
además vas con él, se sentirá seguro que cuenta con tu apoyo y que consideras
que el lugar es bueno y sin peligros.
(7) Informa a los responsables Si tu hijo desea ir pero tiene algunos

antecedentes de haber sentido nostalgia en otras salidas (incluso aquellas más
cortas que mencionamos anteriormente) déjalo saber a los responsables del
lugar. Ellos estarán más receptivos y preparados para ayudar a tu hijo si se diera
la situación
(8) Empaca con tu hijo su mochila. Muchas veces cuando los propios niños
preparan su mochila, al llegar y mirar adentro es muy común que hayan
olvidado algo importante, esto puede ser una importante causa de estrés.
Empaca junto a él y asegúrate que lleva todo lo necesario. Por ejemplo, sus
zapatillas preferidas, ropa de baño, la linterna o las botas de montaña.
Planear la ropa que se va a llevar también aporta oportunidades para conversar

sobre lo que necesita según las actividades que vaya a realizar. Si alguien dice
«¿Trajeron sus playeras?» es mejor que sepa por si mismo que efectivamente
fueron empacadas con el resto de las cosas.
(9) Comparte algo especial. Cuando me iba de campamento en la infancia,

mi madre y yo nos quedábamos cada una con una media del mismo par. Ella
guardaba un calcetín y yo el otro. Simbolizaba que cada una tenía una cosa que
le pertenecía a la otra y debíamos volver a unir ese par de medias pronto. Esto
puede ser realizado con cualquier objeto que pueda ser separado y compartido.
El concepto resulta muy reconfortante tanto para padres como para hijos.
59
(10) Sé positivo. Haz que la partida de tus hijos sirva para expresarles la
confianza que tienes en ellos. No les prometas que irás a buscarlos si no se
sienten a gusto ya que podrías condicionarlos. Además eso les genera dudas
sobre si tu en realidad no estás segura que van a un lugar donde lo pasarán bien.
Mantente positiva y aprovecha para darles ánimo.
¿Qué hacer si te llaman llorando?
Incluso si has hecho todo lo posible para preparar a tu hijo para estar fuera por
varios días, ellos igual pueden sentir nostalgia.
Si te llama llorando, escucha todo lo que tenga para decirte. Tranquilízalo

diciéndole todo lo que lo quieres y que también lo estás echando de menos.
Algunos expertos recomiendan mostrarse muy optimista y expresar lo feliz que

estás de oír todas las cosas nuevas que está haciendo. ¿Qué pasa si te dice que
nada bueno le ha sucedido? Esto probablemente signifique que está preocupado
o molesto y busca reafirmación de tu parte. No ignores sus reclamos. Los niños
son muy perceptivos. En algunos casos solo necesitan un momento de atención
para volver a sentirse tranquilos. Presta real atención a lo que te está contando,
explícale que es normal sentir así al principio y que tu lo sabes porque también
te sucedió así. Recuérdale que pronto volverá a casa a explicar todas las nuevas
aventuras que vivió y todo lo que aprendió.
Dile que tienes mucha confianza en él, en lo valiente y fuerte que es, anímalo a
aprovechar al máximo su tiempo en el lugar donde se encuentre. Tranquilízalo
expresándole que siempre estarás para cuidarle. Trata de no saltar como
desesperada al coche para recogerlo cuando te llame para expresar algunas
quejas. Verás que en general estará pasando buenos momentos con sus amigos y
cuando te llamen será en algún momento de descanso o aburrimiento. Ten un
poco de paciencia, ya que puede requerir algo de tiempo para que se
acostumbren a la nueva rutina o a conocer nuevos amigos.
60
¿Qué hacer cuando llaman para que los vayas a buscar?
En algunos casos la nostalgia puede ser bastante severa, el niño dejar de dormir
e incluso de comer.
Si eso comienza a preocuparte, ve a visitar a tu hijo. Si ha sido de ayuda, visítalo

nuevamente pocos días después. Siempre mantenlo informado de cuando
volverás.
Si la visita no ayuda, te sugiero que lo lleves de vuelta a casa. Tal vez aun no se
encuentre preparado para este tipo de ausencia del hogar. Dile que estás
orgullosa de que lo haya intentado y que tal vez el año siguiente sea más fácil. Si
lo deseas puedes comenzar nuevamente con salidas más cortas.
Conclusión
La nostalgia es dolorosa pero generalmente temporal. A menudo luego de un par

de días las cosas vuelven a la normalidad. Oye lo que tus hijos tengan para
decirte, especialmente si la nostalgia es prolongada. Dales la oportunidad de
hablar y expresar sus sentimientos. Sigue tus instintos. ¡nadie más conoce a
tus hijos que tu misma!
61
Capítulo Diez
Cómo preparar a tus hijos para un nuevo bebé
62
La llegada de un nuevo bebé es ocasión de alegría para una familia, pero a la vez
ocurren muchos cambios que afectan nuestras vidas y especialmente las de los
más pequeños que conviven con nosotros.
Los padres se tornan preocupados por las preparaciones, la falta de sueño y el

ajuste para la nueva rutina. Comienzan a sucederse las visitas para ver al recién
nacido y la atención puede volverse totalmente uni-direccional.
Para los hermanos, esto puede ser difícil de manejar. Es bastante natural que
reaccionen de maneras a veces imprevisibles al intentar hacer frente a la
situación.
Para ayudar a realizar la transición más fácil para tu hijo, aquí te presento
algunas estrategias que puedes utilizar para prepararlos para el cambio que se
avecina.
Cuando estás embarazada o tu pareja está esperando un bebé.
Depende de ambos como padres decidir cuándo y cómo comunicar a tus hijos
que estás embarazada y que va a llegar un nuevo ser a la familia. Esto depende
de la edad de los niños y su nivel de madurez.
Pero en todos los casos, cuanto más tiempo les des a tus hijos para
acostumbrarse a la idea, mejor.
Explícales sobre el embarazo según la edad que corresponda y responde sus

preguntas de la forma más concreta posible. Si te sientes cómoda hablando del
tema, también lo estarán tus hijos.
Un niño de tres años por ejemplo no necesita tener una respuesta relacionada
con el sexo cuando pregunta «¿Cómo entró el bebé a tu panza?» Una simple
respuesta como “Mamá y papá hicieron al bebé juntos y ahora está creciendo
dentro de la panza de mami” puede ser suficiente para satisfacer su curiosidad.
63
Explica como la barriga se irá haciendo más grande en la medida que el bebé
vaya creciendo y llegando el momento de nacer. Los niños más pequeños aun no
dominan la medida del tiempo por lo que suele ser más fácil describir la
situación relacionándola a un evento específico. Por ejemplo: “El bebé nacerá
cuando llegue el invierno” o “El bebé nacerá luego de tu próximo cumpleaños”.
Realiza actividades en conjunto que logren fomentar el interés de tus hijos en el

nuevo bebé, como visitar familiares o amigos que tengan un bebé pequeño o
recién nacido. Pensar nombres de bebés juntos. Volver a mirar las fotos de
cuando tus hijos eran bebés. Leer libros que hablen de la llegada de un nuevo
bebé al hogar. Ver juntos las ecografías u oír los latidos del corazón del bebé
cuando asistes a los exámenes de rutina.
Algunos hospitales dan clases para hermanos y es bueno tenerlas en cuenta si

existen en tu zona. Ellos explican a los niños como nacen los bebés, les dan
oportunidad de expresar sus sentimientos, les enseñan como tomar a un bebé en
brazos y otras cosas que pueden ayudar.
Cuando se acerca el nacimiento del bebé
Estudia que planes deseas hacer para cuando llegue la hora del parto y necesites
pasar algunos días en el hospital. Habla de esos planes con tus hijos para que
sepan que esperar y se sientan cómodos con los arreglos y los cambios
momentáneos que también les afectarán a ellos.
Procura que tus hijos tengan actividades para el momento en que nazca el bebé.
Si es posible, intenta que ellos te visiten en el hospital antes que las demás
personas. Esto ayudará a que se sientan incluidos en el proyecto y a tener un
momento íntimo con la familia. Es muy gratificante y positivo para los hermanos
tener la posibilidad de mostrar el recién nacido a los abuelos, así como a los
visitantes, esto los hace sentir realmente importantes dentro de la familia.
Trata de mantener a tus hijos en una rutina normal y familiar de manera que
ellos no sientan que el nuevo bebé ha creado un trastorno en sus vidas. Por
64
ejemplo, si necesitas mudar a alguno de tus hijos a una nueva habitación, hazlo
antes que el bebé nazca o bien después que el bebé ya se encuentra en casa. Lo
mismo cuando debas realizar algún cambio de camas, lugar de juegos u otras
variaciones que necesites para adaptar la casa al recién llegado.
Una vez el bebé está en la casa
Intenta incluir a tus niños en tantas actividades diarias como puedas con el
recién nacido. Esto ayudará a que ellos se sientan también importantes y
necesarios en lugar de sentir que son dejados de lado.
Estate preparada para asumir que la ayuda de tus niños puede enlentecer las
cosas un poco, pero bien vale la pena el esfuerzo. Ellos pueden ayudar a pasar
crema en el pañal, a hablar o jugar con el bebé mientras tu lo estás cambiando o
incluso ayudar a empujar el cochecito o a sacar el aire luego de ser
amamantados.
Alábalos por sus esfuerzos con el nuevo hermanito, diles que bien lo hacen y que
el bebé realmente debe gustarle mucho que ellos estén ayudando.
Si tus hijo no se muestra interesado con el bebé, igualmente pregúntale si desea

ayudar, si se niega, acéptalo y no lo fuerces a hacerlo. Les puede tomar algún
tiempo asumir la presencia del nuevo bebé o simplemente puede ser que estén
preocupados por sus propias actividades.
En ocasiones tu niño no será capaz de ayudar demasiado o bien tu necesitarás

algo de tranquilidad con el bebé como por ejemplo para darle el pecho. Ten
actividades organizadas para tu hijo que se divierta mientras tu sabes que está
seguro. Considera actividades como ver su programa favorito, jugar con sus
juguetes más queridos, leer o colorear.
Trata también de compartir algunos momentos exclusivos con tus hijos. Si ellos
reciben algún tiempo de calidad cada día, no sentirán que el nuevo bebé es una
especie de competencia para ellos. Esto puede ser jugar juntos, hablar o pasarse
una pelota. Bríndales algo de tiempo exclusivo a diario.
65
Cuando familiares y amigos vengan a ver al bebé, deja que tus niños ayuden a
mostrarlo y que cuenten como se están sintiendo. Intenta también iniciar
conversaciones con los visitantes que no solo hablen del bebé. Por ejemplo,
como les está yendo a tus otros niños en el colegio o en el club. Esto ayudará
también a recordar a la visita que recuerden incluir a los otros niños (los tuyos y
los de ellos) junto con la alegría y la excitación del bebé recién llegado.
Si tus hijos comienzan a comportarse mal repentinamente
Los niños son extremadamente perceptivos y a menudo expresarán sus

sentimientos a través de diferentes comportamientos.
Si tus niños comienzan a comportarse mal, a hablar con voz de bebé, a gimotear
o a actuar de manera resentida, esto podría ser señal que les está siendo difícil
adecuarse a los cambios.
A menudo este tipo de comportamiento es un grito desesperado por atención.

En cualquier caso, los cambios de comportamiento deben ser tratados con
sensibilidad y empatía.
No aceptes que el comportamiento no deseado haga que tus límites se desborden

o sean traspasados por los niños. Deja saber a tu hijo que como se sienta él, es
algo importante para ti pero que debe expresarlo de una manera correcta.
Tu hijo simplemente podría estar buscando algún tiempo de calidad contigo. Si

tu y tu pareja se ayudan en conjunto para cuidar al bebé, entre ambos podrían
turnarse para dar algún tiempo exclusivo y de calidad al niño o demás niños de
la familia.
Inicia conversaciones con tus hijos que les ayuden a expresar como se están
sintiendo con la llegada del nuevo hermanito.
Tranquilízalos diciéndoles que los quieres mucho, que son muy importantes en
tu vida y que pueden decirte a ti como se sienten cuando quieran hacerlo.
66
Capítulo Once
Como enseñar a tus hijos a ser tolerantes
67
No podemos negar que la sociedad de hoy en día está inmersa en grandes

diferencias de género, de habilidades, étnicas, raciales, religiosas, económicas,
culturales y muchas más de diversa índole.
Algunas personas aman vivir en sociedades multiculturales donde nadie se

sienta diferente al resto. Pero otras no sintonizan con esto. Esto en mayor
medida depende de la propia exposición y actitudes hacia la interacción con
diferentes personas de diferentes sitios, religiones, niveles económicos, razas,
etnias y culturas.
¿Por qué debemos enseñar a nuestros hijos a ser tolerantes?
Para comenzar, deseamos que nuestros niños crezcan abiertos a aprender de

diferentes culturas. Ellas aportan nuevas ideas, experiencias y energía a nuestra
vidas. Nuestros hijos pueden aprender muchísimo de otras culturas diferentes a
las que pertenecen. La tolerancia también abre las puertas a la educación, a los
negocios, a los viajes, el ocio, el estilo de vida, el arte y otras áreas de la vida.
Para ayudar a nuestros hijos a ser personas exitosas en el futuro, necesitan

aprender a trabajar con otras personas. Necesitan no temer salir de su zona de
confort y comprender, respetar y apreciar a los demás. También aprender de
ellos.
La tolerancia es aceptar a la gente por quienes son y tratarlos como tu mismo

deseas ser tratado. Recuerda a tus niños esto de manera consistente.
Ser tolerante de las diferencias no significa sacrificar tu herencia cultural, ni tus

creencias. Podemos estar orgullosos de esas creencias al cien por ciento mientras
continuamos celebrando que existan diferencias.
El nivel de tolerancia que los padres muestren de forma natural es el que envía el
mensaje directo a sus hijos. Los niños nos observan constantemente y nos
imitan, incluso en la más tierna infancia, antes de comenzar a hablar. Modelan e
imitan los valores y actitudes de aquellos que quieren y admiran.
68
Los padres que modelan y muestran tolerancia en sus acciones y palabras de

cada día, enseñan a sus hijos a apreciar las diferencias en los demás también. O
sea, enseñamos con el ejemplo y proveyéndoles oportunidades para trabajar y
jugar con los demás en ambientes sanos y saludables.
No alcanza solo con decirle esto a los niños, ellos necesitan experimentar cómo
gente diferente entre si puede contribuir al conjunto de muchas maneras.
A continuación algunas ideas para enseñar a tus hijos a practicar la tolerancia.
o Observa la manera en que tratas y hablas con los demás.

¿Refleja tolerancia? Demuestra siempre respeto por los demás y
refléjalo en tu actitud a diario.
o Los niños escuchan y aprenden de ti. Todos hemos oído en algún

momento a niños mencionando estereotipos y bromeando acerca de los
nombres despectivos que se le asignan a diferentes grupos de personas.
En general son nombres que no suelen utilizar ni siquiera mencionar en
sus casas. Incluso si estás teniendo una conversación privada con tu
pareja, ten en cuenta que los niños pueden estar escuchando.
Piensa cuidadosamente las palabras que vas a utilizar si ellos están

presentes. Puedes referirte a grupos, razas, etnias o colectividades para
aportar algún tipo de información, el que consideres, pero evita
bromear o burlarte de ellos utilizando nombres despectivos o
degradantes. Tus hijos pueden repetirlo en situaciones menos privadas.
o Responde las preguntas de tus hijos de una manera honesta y

respetuosa. Todos encontramos diferencias entre las personas, o sea
que es perfectamente correcto discutirlo con tus hijos siempre que se
realice de forma respetuosa.
o Escoge programas, películas, historias, series y juegos que

valoren las diferencias en lugar de menospreciarlas. Los
69
medios tienen una gran capacidad de modelar actitudes. Si ves en la

televisión algo que fomenta los prejuicios entre individuos y grupos,
asegúrate de conversar sobre esto con tus hijos y el daño que eso
ocasiona al mundo.
o Fomenta que tus hijos traten a los demás con respeto.

Modelando la tolerancia tu mismo, ciertamente no debes aceptar
comportamientos irrespetuosos e intolerantes tanto dentro como fuera
de tu hogar.
o Valora las diferencias dentro de tu propia familia. Reconoce las

cualidades que cada miembro de la familia posee. Ayuda a tus hijos a
valorar a las personas por quienes son y no por lo que tienen, el idioma
que hablan o el color de su piel.
o Fomenta la autoestima dentro de tu familia. Todos sabemos que

la gente que no respeta a sus semejantes son personas que difícilmente
se sienten felices o seguras con ellas mismas. Los niños que se sienten
felices y seguros de si mismos tienden a ser más educados con y
preocupados por los demás. En general son las personas que llegan al
éxito.
o Envuelve a tus niños desde temprana edad en situaciones

donde la diversidad se encuentre presente. Esto puede ser en un
club deportivo, en la escuela o en actividades al aire libre como paseos,
excursiones y campamentos.
o Aprende con ellos sobre otras culturas y tradiciones. Explora

cómo las diferentes culturas celebran sus fiestas en una forma
particular. Permite que valoren la gran riqueza que existe en esas
diferencias. Habla sobre ello y enséñales a apreciar la experiencia.
o Enseña a tus hijos tus propias tradiciones familiares y haz

que se sientan orgullosos de ellas. Cuéntales con orgullo de donde
vienes y cual es tu propia herencia cultural.
70
Decide cuales son los comportamientos que deseas ver en tus hijos. Luego
modela esos comportamientos. Predica con el ejemplo. Los hijos en su gran
mayoría siguen las huellas de sus padres.
71
Conclusión
Espero que hayas encontrado útil mi información. Ahora es el momento de

poner todos estos consejos en práctica y sentirte relajado y con confianza en ti
mismo cuando debas hablar de temas sensibles con tus niños. No dudes en
profundizar y buscar más información que te asista en tus explicaciones.
Existe mucha gente con la que puedes hablar para encontrar más ideas y apoyo.
Por ejemplo médicos, profesores, maestros y otros padres.
Y por último y más importante ¡disfruta a tus niños! No serán pequeños por
demasiado tiempo y antes que nos demos cuenta ya estarán formando sus
propias familias.
Coloca el siguiente poema en un lugar seguro y léelo a menudo.
72
Si pudiera volver a educar a mi hijo

(Anónimo)
Si pudiera volver a educar a mi hijo

construiría su autoestima primero y la casa después.
Pintaría más con los dedos y señalaría menos.
Haría menos correcciones y más conexiones.
Apartaría los ojos del reloj y los usaría para mirar.
Me interesaría por saber menos y aprender a interesarme más.
Haría más excursiones y haría volar más cometas.
Dejaría de mostrarme seria y jugaría más en serio.
Vería el árbol en el fruto más a menudo.
Sería menos firme y afirmaría mucho más.
Enseñaría menos sobre el amor al poder
y más sobre el poder del amor.
73
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Como Hablar de Temas Complicados Con Tus Niños-Ana Maria Ferrero PDF

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Cómo Hablar Temas Complicados Con Tus Niños

Ana María Ferrero R. - Editado por Ciberautores.com

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