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Propiedad

intelectual

Cibercrimen

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Propiedad intelectual
En el siguiente desarrollo, podremos ver aquello atinente a la propiedad
intelectual, tanto a sus alcances como a sus consecuencias. También
veremos qué se entiende por marca y qué por patente, así como la relación
con el cibercrimen y el ciberespionaje.

Concepto
Como punto de partida, es necesario conocer conceptualmente qué es la
propiedad intelectual:

“... toda creación del intelecto humano… las invenciones, las obras literarias y
artísticas, los símbolos, los nombres, las imágenes y los dibujos y modelos
utilizados en el comercio” (Quiroga, 2012, p.2).

Como se puede apreciar, se tiende a reconocer todo tipo de creación


generada por un autor determinado. Ahora bien, si observamos el ámbito
internacional, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI,
2015) hace una distinción:

 Propiedad industrial: contempla marcas, patentes o diseños


industriales, entre otras.
 El derecho de autor: se refiere más a producciones literarias, películas,
música, diseños arquitectónicos. Además, se le agregan los derechos
conexos, ya sea que se trate de artistas intérpretes, ejecutantes de
interpretaciones, organismos de radiodifusión, etcétera.

Asimismo, se contemplan los derechos que se tiene como creador de una


obra: la Ley 11.7231 reconoce como titular a los autores de obras;
herederos o derechohabientes; los que tengan permiso del autor; personas
físicas o jurídicas que elaboren un programa de computación en el
desempeño de sus funciones. Con lo cual, se puede ver claramente quién
posee derecho a posterior reclamo sobre la obra en la cual se tenga
derecho.
Ahora, en el caso de los herederos y derechohabientes, la ley entiende que
pueden seguir ejerciendo el derecho de autor, una vez fallecido este
último, hasta setenta años contados a partir del 1 de enero del año
siguiente al de la muerte de su autor. Es decir, que es generosa la

1Art. 4°, Ley N.° 11.723. (1933). Ley de Propiedad Intelectual. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/BnJcxM

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normativa para aquellos familiares o que tengan ciertos derechos. Esto es
importante tenerlo presente, principalmente en los casos en que se trata
de obras desde la órbita digital, sobre todo software, diseños web o
digitales, entre otros. Cabe mencionar que, en caso de no existir herederos
o derechohabientes, pasa a la esfera del Estado por considerarse vacante.

Por otra parte, en el artículo N.° 9 de la misma ley2, se hace referencia a las
prohibiciones atinentes a la publicación de obras científicas y literarias sin
la debida autorización de su autor. En este sentido, es común ver casos de
libros que son publicados sin la debida autorización de su titular en páginas
por internet. De esta manera, la ley en su artículo 103 hace una salvedad
para aquellos casos en los que el fin sea netamente científico, didáctico,
entre otros, donde habilita su publicación.

Con relación al registro de obras, la ley hace referencia a las propias


formalidades que se deben cumplir al momento de su presentación ante la
Dirección Nacional del Derecho de Autor. Es importante tener en cuenta
todas estas cuestiones, ya que, en el caso de que se produzca el robo de
información y que se encuentre una obra que no esté registrada, puede
traer grandes problemas posteriores, no solo por la recuperación, sino que
esta hasta puede sufrir algún tipo de alteración.

Otra de las cuestiones para tener presente al momento del registro en la


Dirección del Derecho de Autor es que recae sobre obras publicadas de
edición literaria, inscripción de contratos, obras editadas y obra inédita en
custodia no musical. Cabe mencionar que, en el caso de que sea una obra
musical, el registro deberá realizarse ante la Sociedad Argentina de Autores
y Compositores (SADAIC).

Con base en lo mencionado, podemos decir que el derecho de propiedad


intelectual es un derecho de carácter patrimonial y exclusivo de sujetos
comprendidos en la mencionada ley.

Otra cuestión importante que de la ley, incorporada en el año 1998, es lo


que respecta al software o programa de computación. Veamos la siguiente
definición, que nos parece adecuada:

“Un programa de computación es un conjunto de instrucciones, en código


binario, que pueden ejecutarse en un soporte físico dado, y que posibilita la
obtención de información, procesada de acuerdo a una finalidad dada”
(Quiroga, 2012, p.33).

2 Art. 9°, Ley N.° 11.723. (1933). Ley de Propiedad Intelectual. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/BnJcxM
3 Art. 10°, Ley N.° 11.723. (1933). Ley de Propiedad Intelectual. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://goo.gl/BnJcxM

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Como se puede leer, es un programa que es editable y que se encuentra
representado por un conjunto de datos que son ordenados por el hombre.
A su vez es cada conjunto de comandos, escritos en un determinado
lenguaje, que se almacena en un archivo que lleva el nombre de código
fuente. Es aquí donde muchas veces comienza la confusión o los problemas
legales, principalmente cuando un programador realiza el diseño de un
programa con base en una idea que una persona determinada le
encomendó. El problema estará en lo siguiente: primero, si no se
confeccionó ningún documento entre las partes por escrito, ya que el
programador puede conservar el código fuente y utilizarlo posteriormente
sin la autorización de su cocreador. Aquí hay una cuestión de distinción, es
decir, si se trata de un software de sistema, de programación o de
aplicación. Si bien cada uno tiene fines determinados, lo importante es que
tanto el cliente como el programador deben fijar las pautas previas, ya que
no es lo mismo encargar la creación del software con el código fuente que
encargar un aplicativo o tener una licencia por el uso. Esto se relaciona a
los ciberdelitos no solo desde el punto de vista de las licencias apócrifas
que más de un usuario instala en su computador, sino también en cuanto a
hacer uso o del robo de información, en especial del código fuente de
programación de un determinado software.

Marcas y patentes

Continuando con los nuevos conceptos que debemos incorporar, tenemos


el de marcas y el de patentes. Según la OMPI cuando hablamos de marca
hacemos referencia a lo siguiente:

“La marca es un signo distintivo que indica que ciertos productos o servicios
han sido elaborados o prestados por determinada persona o empresa” (OMPI,
2015, https://goo.gl/jCzGJC).

Es decir, la finalidad de una marca es identificar productos o servicios, y su


titular puede hacer uso de estos a título personal o autorizar el uso a
terceros. Ello significa que, al momento de emprender un negocio, es clave
que el interesado tenga en cuenta que debe realizar un registro de su
marca, ya que han habido casos en los que, por no haber realizado este
trámite, el Titular/autor ha sufrido pérdidas de dinero como resultado de
que terceros generaron el registro previamente, con una clara intención
ilegítima. (Ompi -Organización Mundial de la Propiedad Intelectual-
https://goo.gl/SH9iy7).

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Otra cuestión puntual referida a delitos es que muchas veces las empresas
utilizan Internet para distribuir información de sus productos y servicios, ya
que la imagen de comercialización puede ser usada por los
ciberdelincuentes para comercializar productos apócrifos. Un caso puntual
ocurre en estafas que utilizan logos de marcas de grandes compañías para
hacerse pasar por gerentes o encargados comerciales de las firmas para
lograr llevar al error a las víctimas y hacerse de su dinero vía online. Por
otra parte, se ve en los casos de registro de dominio: se trata de registrar
dominios que tengan relación con ciertas marcas para luego pedir rescates
si dicha empresa quiere ellos. Como se puede ver, en infinidad de casos
podemos hacer mención de este tipo de situaciones que se generan a
través de la marca.

Es muy importante tener en cuenta que en estos delitos se mueven


millones de dólares y, lo cual, por supuesto, dependerá de los diferentes
tipos de productos (ver Figura 1).

Figura 1: Valores de las falsificaciones

Fuente: OCDE y EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea), s. f.,


https://goo.gl/vvpSWX

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En el otro costado, tenemos la patente:

“Una patente es un derecho exclusivo concedido sobre una invención – el


producto o proceso que constituye una nueva manera de hacer algo, o propone
una nueva solución técnica a un problema” (OMPI, 2015,
https://goo.gl/jCzGJC).

En este caso se apunta a reconocer la inventiva, de modo de lograr obtener


una retribución por su comercialización. Uno de los casos más resonantes
fue el del inventor del teléfono, cuya invención fue de Antonio Meucci y no
de Alexander Graham Bell, como todos lo conocen.

Cuando hablamos de estos fenómenos y los relacionamos a los ciberdelitos


o también al ciberespionaje, es producto de que existen claramente
intereses económicos por parte de los cibercriminales o de grupos
determinados. Sin ir más lejos, últimamente ha habido innumerables leyes
a nivel internacional para tratar de controlar la piratería de música o
filmaciones, entre otros, ya que comenzaron a generarse programas P2P
(peer to peer), los cuales permiten compartir dicho contenido de manera
gratuita, pero es obtenido de manera ilegítima. Esto llevó a pérdidas
millonarias en la industria, lo que poco a poco fue generando un cambio de
cultura, situación que hasta el día de la fecha sigue sin solucionarse del
todo. En este caso puntual, nos referimos a plataformas como Spotify o
Netflix, las cuales permiten el uso de contenido de autor o bajo licencia,
mediante el pago de un servicio, parte de cuyas ganancias se destinan a sus
autores.

Es importante destacar que la tecnología P2P desempeña un papel crucial,


ya que hoy en día representa más del 50 % de los consumidores de
internet. A ello hay que sumarle el servicio de Skype, que se utiliza como
streaming para poder mostrar en tiempo real lo que está pasando en un
programa bajo el régimen de derecho de autor. Un caso resonante en
España fue el caso Sharemula (Ortega, 2008), sitio desde donde se
suministraba enlaces P2P a usuarios para obtener o compartir contenido
pirateado. Fue a partir de ese punto que el juzgado interviniente entendió
que no había actividad delictiva en el funcionamiento porque los enlaces,
como tales, no contienen la obra, sino que llevan al usuario a otra página
distinta para su posterior descarga.

Por otra parte, desde el punto de vista del ciberespionaje, existe, con
relación a la competencia, el robo de proyectos que se encuentran
diseñados sobre futuros productos. Esto claramente no es bueno para uno
de los competidores, motivo por el cual se utilizan diferentes formas de
llegar a esa información (ver figuras 2 y 3).

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Figura 2: Algunos números en el ciberespionaje y cibercrimen

Fuente: Serrano (btzsercas), 2015, https://goo.gl/jT719x

Figura 3: Dominios de ciberespionaje y direcciones IP

Fuente: Serrano (btzsercas), 2015, https://goo.gl/jT719x

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Bibliografía de referencias
Ley N.° 11.723. (1933). Ley de Propiedad Intelectual. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/40000-
44999/42755/texact.htm#1

OCDE y EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea). (s.


f.). [Imagen sin título sobre falsificaciones]. Recuperado de
https://elpais.com/elpais/2017/06/21/media/1498062363_506915.html

Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. (2015). ¿Qué es la


Propiedad Intelectual? Recuperado de
http://www.wipo.int/edocs/pubdocs/es/intproperty/450/wipo_pub_450.p
df

Ortega, E. (2008). La Audiencia Provincial de Madrid confirma que enlazar a


redes P2P no es delito. Recuperado de
http://www.elmundo.es/navegante/2008/09/18/tecnologia/1221749937.h
tml

Quiroga, A. D. (2012). Tratado de Derecho Informático (1.ra ed.). Buenos


Aires: La Ley.

Serrano, B. (btzsercas). (2015). Ciberseguridad y ciberespionaje en


relaciones internacionales [imagen]. Recuperado de
http://diplomacydata.com/es/ciberseguridad-y-ciberespionaje-en-
relaciones-internacionales/

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