La corrupción es un proceso de quebrar deliberadamente el orden del sistema, tanto ética
como funcionalmente para beneficio personal. En el Perú se percibió casos de esta índole, principalmente en los representantes del país, tal como lo afirma el presidente Martín Vizcarra, “las autoridades dejaron de representar a la población por velar su bienestar personal”. Esto debería de cambiar ya que perjudica tanto social como políticamente a la población. Asimismo, produce el descontento e incredulidad de la metrópoli ya que significa la traición a su voto de confianza. Por otro lado, algunas personas afirman que la corrupción es una manera de supervivencia, es decir, una persona astuta será quién sobreviva en la sociedad. Sin embargo, Jorge Bruce (2019) afirma que esta situación solo provocará que se exacerbe la pulsión de muerte social. En otras palabras, la sociedad continuará corrompiéndose hasta llegar al punto del caos y su destrucción. La corrupción es como un vicio para la persona que lo predica, es por ello que no resultará fácil combatirlo. No obstante, lo primordial que podemos hacer hoy en día es no rendirse en la lucha contra la supresión de dicho problema, así no daríamos campo libre al crecimiento de la corrupción. También, demostraríamos que el virus de la corrupción no es incurable.