POSICIÓN CRÍTICA SOBRE

“Settling with Waters” A Landscape Urbanism Investigation in the Sabana de Bogotá

Camila Cortés L.

La tesis del urbanismo de La Sabana de Bogotá es de gran importancia y abarca temas

controversiales de nuestros días, pues se centra en la interacción entre las relaciones del agua,
los asentamientos y los paisajes productivos. Lleva a la reflexión personal, la manera como
habitamos y los cambios negativos que el humano ha tenido frente al manejo de los recursos
hídricos. La autora refleja problemáticas reales de las que no siempre somos conscientes. Si
bien sabemos, el agua era símbolo de vida, de movimiento y de transición, un elemento
fundamental para las culturas que antes habitaban en La Sabana y para nosotros hoy es un
elemento inerte que pierde fuerza y se funde en el gris de la ciudad, se opaca por las
construcciones contiguas y olvidamos que lo necesitamos para sobrevivir. Puede que lo que
desglosó esto haya sido el rápido crecimiento poblacional que se consumió la tierra y ha
encasillado recursos hídricos, creando un ecosistema fragmentado.

Los casos de estudio propuestos y las investigaciones históricas ayudan a entender la evolución
que ha tenido el manejo del agua, como comenzó siendo un recurso que representaba vitalidad
y ahora es solo un hilo que se evade o se esconde por su polución o malos olores. La lectura me
llevó a entender que el mercado informal ha jugado un papel fundamental, la ciudad se ha
densificado por medio de la auto construcción creando una deficiencia cuantitativa, no ha
aumentado la calidad y las construcciones informales tienen déficit de espacio público,
equipamientos y baja conectividad. Hoy en día es un obstáculo construir viviendas de bajo costo
con buena localización, además muchas partes de Bogotá han sido construida por debajo del
nivel del agua y los fenómenos de lluvias puede incrementar el peligro.

En la investigación, Bernal el sitio se convierte en el instrumento controlador de la interfaz entre

la cultura y la naturaleza, lo cual es importante resaltar pues no siempre cuando se construye
en la zona rural se respecta el paisaje, este es solo visto como un terreno baldío con potencial
de construcción y no se convive en paz si no que somos enemigos del paisaje. Es importante
cambiar esa relación con la naturaleza, incluirla en nuestras composiciones y ser quienes le dan
paso a su libre crecimiento no un enemigo que la ahoga con el gris del concreto. Sin duda hay
una complejidad en entender la relación con la naturaleza porque hoy en día no hay una relación
espiritual ni de convivencia con ella, la naturaleza es vista como decorativa.

Se debería ver el agua y la naturaleza como un elemento constructivo que aporte más que solo
un ambiente cómodo, la arquitectura debería trabajar en conjunto por proteger estos recursos y
no por dar la espalda y abandonar si no por mezclarlo pacíficamente con las construcciones
hechas. Llevar a cabo construcciones de un territorio colectivo en donde el concepto de
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Camila Cortés L.
infraestructura social trascienda lo físico, donde haya encuentros de la comunidad, la
arquitectura en este punto se ve como un conjunto de variables que combinan lo viviente con lo
inerte y esa fusión crea un sentido de comunidad y un hábitat mucho más amigable con el medio
ambiente y limpio para nosotros.

Considero importante el entendimiento de los límites en cuanto a los recursos naturales, no

consiste únicamente en saber el ciclo, si no entender como conviven con elementos inertes
junto con los naturales y como es la mejor manera de relacionarlos.

El problema del agua en Bogotá va ligado a la falta de planeación de las construcciones, la

población y la dificultad de purificación del agua. Sin duda, es un ciclo vicioso al que nos vemos
expuestos pues porque el cambio es gradual y no se verán los impactos en el corto plazo. El
decremento del nivel del agua preocupa el bienestar de la comunidad, sin embargo, aún
seguimos haciendo construcciones masivas que le dan la espalda a este preciado recurso y
seguimos contaminando pensando en el futuro cercano y no en los impactos a largo plazo. La
cultura debe tener un cambio significativo que ayude a mitigar el efecto que se está teniendo en
el ecosistema

Me parece muy acetada la investigación cuidadosa que ella hace sobre la manera en que los
muiscas veneraban el agua por su simbología y porque la consideraban fundamental para la
producción de comida y esto a su vez aseguraba abundancia para la comunidad, es algo que
hemos perdido y que nos ha vuelto seres egoistas y poco pensantes, olvidamos que el agua es
símbolo de vida y la subestimamos pues parece ser un recurso inagotable. Los planes que
Bogotá ha tenido se han ido modernizando y la cuidad ha ido creciendo en torno de los recursos
hídricos pero por la necesidad de espacio y de control los rios se convirtieron en canales,
perdieorn su naturalidad y poco a poco se fueron llenando de desechos y por no verlos como
un recuro fundamental de la naturaeza los fuimos olvidadno y dejando de lado, remplazamos el
verde por el gris del concreto.

A manera de conclusión, el cambio gradual del tratamiento de los sistemas hídricos ha sido un
proceso gradual, que remplazó el cauce natural del agua a causa del crecimiento poblacional y
la necesidad de espacio, se tecnificó el proceso de recolección de agua y la productividad
responde a algo más económico, pues es lo que la modernización pide, avances más rápidos.
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Camila Cortés L.
¿Es esto estrictamente necesario? ¿Hay manera de ralentizar el proceso? ¿Podemos retomar
viejos hábitos y revitalizar los recursos hídricos?