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Para este protocolo vale aclarar que primero se hace sobre la base de qué no hubo una
ponencia sobre la cual volver y teniendo en cuenta eso se hace entonces en virtud de las
discusiones, comentarios y lecturas realizadas en clase.
Ahora, en esta primera parte del texto haré referencia a los momentos propedéuticos
de la sesión sobre El ser y el tiempo-parágrafos 25-27, momentos que si bien son traídos a
colación por el profesor para ubicarnos mejor en la estructura del texto de Heidegger, también
son propiciados por preguntas aclaratorias sobre, por ejemplo, la mundaneidad del mundo o
la descripción fenomenológica. De manera que los siguientes párrafos son producto, en
principio, de la preocupación previa a la lectura de algunos parágrafos, pero transversales al
análisis del modo de ser del Dasein:
A) Discusión en clase.
La pregunta que inicia por el quién del Dasein, tiene radicada su importancia en la
pregunta por el ser, pues interroga el ente quién es el Dasein que como sabemos comprende
en ciertos sentidos su ser o en efecto se pregunta por él. Ahora, si la comprensión de esos
sentidos en los que el Dasein comprende su ser parece ser el principio para la comprensión
del ser en general. Entonces, si cada uno es un Dasein, nadie existe por mí, nadie puede llevar
mi existencia pero el quien del existir puede no ser precisamente yo mismo, puede serlo en
el sentido impropio, en el sentido óntico, de un yo individual.
Es decir que no se trata de un yo individual al sentido Descartes pues en mí se vuelca
toda la tradición histórica, toda la humanidad, además la descripción que se hace es
fenomenológica en los sentidos ya enunciados (rompiendo relación sujeto-objeto) por lo cual
el Dasein está en el mundo con otros Dasein. Entonces: está en el mundo y está con otros,
vemos pues que es una afirmación necesaria pues compone no una aceptación ontológica de
que existen otros, sino que más bien apunta a un estar-con. De manera que la existencia del
Dasein también es determinada por un estar-en el mundo y un estar-con los otros. En otras
palabras está en el mundo, es uno mismo, es decir que no es solo ser-ahí puesto que no se
trata de algo estático. En la vida cotidiana la pregunta por el quien se puede responder
fenoménicamente en un determinado modo de ser del Dasein.
Ahora, en el paso por el dónde se anticipa el paso por el quién, el estar con otros es al
estar constitutivo con el otro y el mundo siempre también me pertenece, el mundo es remisión
a los otros, otros que en tanto “con” son un modo de ser del Dasein, “con” que muestra lo
que yo comparto con los otros del mundo. De modo que el estar con los otros Dasein no se
dice en un sentido óntico, el estar en si mismo en una relación de existencia pero este estar
en si mismo lo vemos después que otros son Dasein, se comprende, pues, desde su mundo
pero primero lo vemos como una cosa. Cada cual es el otro y ninguno sí mismo, en suma
que el Dasein se define o se evalúa en términos de los otros por lo que cada Dasein debe
llegar a encontrarse. Para sinterizar: La esencia del Dasein es la existencia, y esa existencia
es cada vez suya (mismidad) por lo que el Dasein la tiene que determinar auténticamente; de
la misma manera que el Dasein necesariamente está-en un mundo, el Dasein también está-
con otros pero en sentido no-óntico, en sentido de co-estar.
Referencias
Heidegger, M. (1997). Ser y tiempo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.