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Universidad Pedagógica Nacional.

Facultad de humanidades-licenciatura en filosofía.


Preseminario.
Por: Sebastián Barbosa Montenegro.

Protocolo de la sesión 25 septiembre de 2019- ser y tiempo 25-27.

Para este protocolo vale aclarar que primero se hace sobre la base de qué no hubo una
ponencia sobre la cual volver y teniendo en cuenta eso se hace entonces en virtud de las
discusiones, comentarios y lecturas realizadas en clase.

Ahora, en esta primera parte del texto haré referencia a los momentos propedéuticos
de la sesión sobre El ser y el tiempo-parágrafos 25-27, momentos que si bien son traídos a
colación por el profesor para ubicarnos mejor en la estructura del texto de Heidegger, también
son propiciados por preguntas aclaratorias sobre, por ejemplo, la mundaneidad del mundo o
la descripción fenomenológica. De manera que los siguientes párrafos son producto, en
principio, de la preocupación previa a la lectura de algunos parágrafos, pero transversales al
análisis del modo de ser del Dasein:

A) Discusión en clase.

1. Cuando Heidegger hace referencia a la mundaneidad del mundo lo que quiere


demostrar es que uno cotidianamente se encuentra en el trato con las cosas, nos
encontramos en tanto rodeamos las cosas pero no teóricamente, nos encontramos
al mundo en primera instancia de una manera práctica. Por ejemplo : técnica en la
medida en que uno aprende a usar las cosas, también poética en el sentido de
creación, ir dándole sentido al mundo, un darse del mundo. No es que yo le de sino
que ese sentido va apareciendo para mí; antes de reflexionar sobre el mundo ya
estamos en él. Nadie existe si no es ya de entrada con el trato de las cosas materiales
o simbólicas. Ese descubrir el ser del mundo ya está además lingüísticamente
constituido.
Decimos que cuando Heidegger describe el Dasein lo hace desde una
descripción fenomenológica. ¿Lo hace entonces en el sentido Husserliano? Parece que no
puesto que se trata no de una descripción interior sino mas bien hacia el uso cotidiano de las
cosas.
Respecto a la pregunta sobre la mundaneidad del mundo lo que está haciendo
Heidegger es un análisis de la estructura ontológica del Dasein, todo apunta a que Heidegger
duda ontológicamente cual es la estructuras del único ente que es capaz de encontrarse con
el ser, pero ese recorrido de lo óntico a lo ontológico es precisamente el que muestra esa
estructura. El mundo no es lo otro del sujeto, como ya se ha dicho, el mundo y el ser del
mundo son constitutivos del Dasein, no es el objeto cartesiano, el mundo es constitutivo del
Dasein. Si no hay Dasein no hay mundo, este último no es un contenedor de las cosas: la
mundanidad del mundo es aquello que hace que el mundo sea mundo para el Dasein, es decir
que el Dasein ya tiene un trato con el mundo, no las percibe como algo fuera de sí, pues la
reflexión sobre ese trato es posterior.
Entonces cuando nos referimos a la descripción fenomenológica sabemos que no apela
a la relación sujeto-objeto, pues no es la primera que acontece, lo primero que hay es trato
con las cosas. Para Heidegger el si-mismo se va constituyendo incluso sin reflexión y esa
constitución del mundo es primigenia respecto a la misma reflexión filosófica.
Ahora bien, un modo de relación del mundo que no está apresado en el sujeto-objeto
es la lectura fenomenológica del mundo del Dasein que refiere a la remisión y a la
significatividad, la primera hace referencia a que en el trato con las cosas del mundo, estas
se nos dan, pero no reflexivamente: si uno se pone a pensar en la relación, no hace nada de
lo que se hace cotidianamente, tomar un bus, hacer una fila, enamorarse, etc. Es decir que en
el trato con las cosas nos vemos en el mundo pero no pensamos en el mundo. No es estar
puesto de manera reflexiva. En suma, la remisión es que el mundo remite al sí mismo. El
mundo es por-mor-de del Dasein: al camino posterior al si mismo, se llega tarde.
Otro modo es la significatividad: tiene que ver con que las cosas se dan en una red de
significados, cualquier particularidad se entiende: como se percibe un salón de clase, una
catedra, pero si una persona que nunca ha estado cerca y no tiene idea de que es un salón de
clase, no significa que no lo comprenda desde su significatividad, dirá: circulación de la
palabra, lugar de reflexión, espacio encerrado, etc. La significativad estaba referida al sujeto,
aquí está en el mundo, no necesitamos entender algo para que ese algo este dado en una
significativad, no es lingüística, no es lógica en principio, es existencial. Al Dasein le es
propio vivir en un mundo significativo, todas las cosas se nos dan en más de un sentido, solo
después podemos descubrir el sentido dado que no está en el sujeto como tal sino en el
mundo.

2) Lo que haremos de aquí en adelante es recopilar acepciones respecto a los


parágrafos, específicamente las preguntas por el quien y el con quién habita el
Dasein que veremos tienen estrecha relación con lo dicho primeramente:

La pregunta que inicia por el quién del Dasein, tiene radicada su importancia en la
pregunta por el ser, pues interroga el ente quién es el Dasein que como sabemos comprende
en ciertos sentidos su ser o en efecto se pregunta por él. Ahora, si la comprensión de esos
sentidos en los que el Dasein comprende su ser parece ser el principio para la comprensión
del ser en general. Entonces, si cada uno es un Dasein, nadie existe por mí, nadie puede llevar
mi existencia pero el quien del existir puede no ser precisamente yo mismo, puede serlo en
el sentido impropio, en el sentido óntico, de un yo individual.
Es decir que no se trata de un yo individual al sentido Descartes pues en mí se vuelca
toda la tradición histórica, toda la humanidad, además la descripción que se hace es
fenomenológica en los sentidos ya enunciados (rompiendo relación sujeto-objeto) por lo cual
el Dasein está en el mundo con otros Dasein. Entonces: está en el mundo y está con otros,
vemos pues que es una afirmación necesaria pues compone no una aceptación ontológica de
que existen otros, sino que más bien apunta a un estar-con. De manera que la existencia del
Dasein también es determinada por un estar-en el mundo y un estar-con los otros. En otras
palabras está en el mundo, es uno mismo, es decir que no es solo ser-ahí puesto que no se
trata de algo estático. En la vida cotidiana la pregunta por el quien se puede responder
fenoménicamente en un determinado modo de ser del Dasein.
Ahora, en el paso por el dónde se anticipa el paso por el quién, el estar con otros es al
estar constitutivo con el otro y el mundo siempre también me pertenece, el mundo es remisión
a los otros, otros que en tanto “con” son un modo de ser del Dasein, “con” que muestra lo
que yo comparto con los otros del mundo. De modo que el estar con los otros Dasein no se
dice en un sentido óntico, el estar en si mismo en una relación de existencia pero este estar
en si mismo lo vemos después que otros son Dasein, se comprende, pues, desde su mundo
pero primero lo vemos como una cosa. Cada cual es el otro y ninguno sí mismo, en suma
que el Dasein se define o se evalúa en términos de los otros por lo que cada Dasein debe
llegar a encontrarse. Para sinterizar: La esencia del Dasein es la existencia, y esa existencia
es cada vez suya (mismidad) por lo que el Dasein la tiene que determinar auténticamente; de
la misma manera que el Dasein necesariamente está-en un mundo, el Dasein también está-
con otros pero en sentido no-óntico, en sentido de co-estar.

Referencias
Heidegger, M. (1997). Ser y tiempo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

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