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m- CAPITULO 7 Politicas de recursos humanos en el ambito de la salud El caso de la formacién de graduados en psicologia Martin de Leis Enrique Saforcada EI problema Las politicas de formacién y utilizacién de los recursos humanos del sector salud deben situarse en el marco més ge~ neral de los procesos de modernizacién y reforma del Estado ~~ iniciados en todo el mundo a principios de la década del 80, Por entonces se habia generado consenso en las elites di- rigentes con respecto a que era necesario adoptar reformas eseructurales para dotar de mayor eficiencia el accionar del Estado y revalorizar al mercado como mecanismo para la asignacién de recursos. ‘Algunas de las estrategias més importantes mediante las ‘cuales se orienté dicho proceso de reforma comprendfan la descentralizacién, la privatizacion o tercerizacién de servi- liticas publicas sectoriales, estimulando un proceso de trans- we yee 292 Martin de Lelis y Enrique Saforeada Sinancieros cuya blicos gratuito descinados especificameni cientes segan criterios de costo-efectividad, y un conjunto de prestaciones basicas ordenadas y racionalizadas segtin crite- ris tales como la eficiencia y ei apoyo en evidencia cientifi- ca para ig poblacién no careciente que pudiera disponer de cobertura social La influencia de este modelo se prolonga més tarde en to- dos aquellos documentos gestados como resultado de even tos promovidos desde la flamante Organizacién Mundial de Comercio, que comienza a incorporar servicios y bienes pi- blicos considerados de alto impacto social, como los sanita- rios o los educativos, involucréndolos en aquellas transaccio- nes que deben ser normadas segrin las reglas provenientes de los acuerdos celebrados internacionalmente (Feldfeber y Se forcada, 200: El progresivo avance de la racionalidad de mercado facili- 16 Ia incorporacién a las éreas de salud y educacién, entre otras, de actores provenientes del imbito financiero con dis- tintas racionalidades ¢ intereses, quienes buscaban captar re- cursos humanos capacitados © que in adaptarse a las nuevas demandas de! ambito empresarial. Incluso hubo casos en los que se plantearon alianzas concertadas entre empresas ‘oportunidades de capacitacién sign de sistemas y servicios de ina serie de normas que impedian la provisidn de de- terminados bienes y servicios por parte de agentes econémi- os pblicos y/o privados. No obstante, ef sentido que adopts Jos hechos el término regulacién (o su contrario, desregu- j6n) debfa considerarse como parte de un proceso, ya que la desregulacion conllevaba necesariamente la introduccién de nuevas medidas regulatorias (Casal y Castro, 2001). Una de las consecuencias que cabe apuntar es que se debi- lit6 atin més el grado de liderazgo que por entonces ejercfa la autoridad sanitaria nacional; Io cual puso al descubierto nega- tivas situaciones estructurales precedentes que se vieron mag- nificadas ante la emergencia econémica y sanitaria, Otra de las consecuencias notorias que se derivé de este proceso fue la fragmentacidn entre los subsectores que conformaban el apa- rato del Estado, debilitando la capacidad regulatoria y el lide~ razgo estatal en todos las aspectos concernientes a la forma- cin ¢ inserciéin de los graduados en e! sistema de salud. ‘Al mismo tiempo que se expande en dicho periodo la in- fluencia de los organismos multilaterales de crédito sobre el sector de la salud, se observs o organismos interna- les en la materia asisten & acion de su hegemo- desde comienzos de . z > thewa tes. 294 ‘Martin de Leis y Enrique Saforcada Sin embargo, el avance experimentado por agencias finan- cieras sobre-las politicas publicas sectoriales produjo una reaccin en ciertos grupos ¢ instiraciones que se habian cons- situido en referentes indiscutidos del campo sanitario. En un desjerarquizacién y deslegitimacién del pensamiento salu- brista, y se planteaban un conjunto de cuestiones clave que 7 fo specs relatos a le orpizacida servicios de salud. Se planteaban también propuestas especi- ficas en torno al fortalecimiento dela capacidad docente y de la investigacién de las escuelas de salud piiblica y la creacion de una red de instituciones formadoras en el marco de la Aso iacién Latinoamericana y del Caribe de Educacidn en salud piblica (ALAESP) y la Asociacién de Escuelas de salud pti- blica de los Estados Unidos (ASPH). Casi una década més tarde, en un documento titulado Punciones esenciales de la salud publica, de la Organizacién Pa- zamericana de la Salud (OPS, 2000), se sefalaba que en la re- gi6n latinoamericana los procesos de reforma del sector se hhabfan concentrado principalmente en los cambios estructu- rales, financieros y organizacionales de los sistemas de salud yen ajustes relativos al tipo y cantidad de prestaciones de ser- Vicios dirigidos a las personas (Muioz.t a., 2000). ‘Al destacar las prioridades que debian abordar las autori- dades sanitarias de los paises miembros, menciona que la sa- Jud publica habia sido descuidada como una responsabilidad social, precisamente cuando més atencién y apoyo requeria, de los gobiernos a fin de modernizar a infraestructura nece- saria para el desarrolio. Entre las prioridades de la politica publica que deberian figurar en la agenda de ios paises de la regiGn se ubica al desarrollo de recursos humanos para el ém- © de la sociedad civil en el Politcas de recursos bumanos en el émbito de la salud 295 bito de fa salud y la capacitacién en salud la vez como fuciones erenciales que debia c dad sanitaria nacional. pobreza y la desigualdad soci reas que tendian 2 desarrollar acciones regulatorias comu- nes: a) en virtud de las interacciones que surgen cuando se evan a cabo, por vias separadas, acciones para nes de salud, b) por-ias necesidades de ajustar vinculados con la formacién y el reconocimiento oficial del recurso humano que actia en los servicios sanitar Con respecto a la formacién de grado, si bien hist6 ‘mente la Argentina mantiene una politica de sefialados anteriormente coadyuvaron para un crecimiento descontrolado de universidades privadas y carreras de la salud ae, sin contar algunas de ellas con adecuados regulacién y control, ampliaron el nimero de sraduados, cifra que ya era juzgada excesiva en disciplinas que eran ofertas tradicionales de formacién. 296 Martin de Lellis y Enrigue Saforcada 1 homogeneizar las divergencias regionales. ‘Con respecto a le participacién de organizaciones de Ia sociedad civil, se increments el riesgo de que cada uno de los actores interviniese con sus propias demandas y, en la perse- eucién de intereses, movilizara los recursos insticacionales del Estado en su propio beneficio sectoral, generando, tam- bin en esta dreas, el fenémeno denominado como captura regulatoria.” Los procesos que acontecieron en el érea de la formacién, impactaron a su vez sobre la demanda de mayor calificacion formal para ingresar al mercado de trabajo, lo que devino en tun hecho altamente relevante si se considera que en Is Ar- gentina el titulo académico de grado en todas las carreras través de dererminadas organizacianes) que pueden tatar de obten regulador decisiones que los favorezcan. Cuando a elo e le afade disrecionaldad de los agentes regulatoris yl opac se eitablece an campo fer paral corrapcin de quie regulatoria, Politicas de recursos bumanas en el émbite de la salud — 297 pertenecientes al érca de la salud resulta atin habilitante para cl ejercicio profesional. ‘Cabe seftalar asimismo que tales transtormaciones se mente, afecta negativamente la calidad de aque reciben los usuarios v aumenta el riesgo de iatrogenia ne- gativa encre a poblacién. Principales situaciones y procesos distorsivos Los procesos antes aludidos, que han tenido impacto en las iltimas dos décadas sobre el sector sanitario y edueativo, agudizaron los siguientes problemas estructurales vinculados con Ia oferta de recursos humanos en salud) Soireoferta y suboferta profesional La oferta formativa desregulada y librada a las fuerzas del mercado generé una sobreabundancia de recursos en ciertas especialidades tales como la medicine y la psicologia, y subo- fertas.en otras areas o niveles de formacidn, aun en aquellas Bibideradas criticas para el des nacional y la calidad de vids de la sociedad. En el caso de la medicina, la Argentina ostenta una de las 4. 298 ‘Martin de Lellisy Enrique Saforcade tasas de médicos por habitante internacionalmente més altas 2,1 cada 1.000 habitants incluso a la mayoria de pita, tales smo se observa cuando compara or parte de los paises de América ( Univers] Hab. | Pscoie ‘datos/ | por Psb| gos por Progr | e6logo | 300.000 mee ab. 35 | eae] 358 32 [10.286] 10 sa | aase| 87 ‘58 | 2066) 48 se | 2333] 42 40 | 2000) 50 3 | 2953/36 sa | 8000) 13 5 | 2a17| 47 390 | 1020] 96 ‘a | 2a7a| 40 20 | 2361| «2 | igo ss ie | 23a) a {900 | 232 223) 38 \ ‘see | 26 3604 | 2645] 68 + pxT08 DE 1909, Fuente: Alonso y Esp (eds), Pacolngle en Jes Américas, CO faces, SP Politicas de recursos pumanes en et amore ae ua sama 27 genierfa sanitaria, la heme sonas con discapacidad, rea de lo mental en la Este proceso debe a su ver relacionarse con otra situacién que cabe sefialar por sus efectos negativos y distorsionantes: la baja proporcién relativa y el bajo grado de profesionalizacién de los técnicos del rea salud y del personal de enfermeria. Dichos procesos (la existencia de areas de aplicacién insu- ficientemente cubiertas y la inadecuads calificaci6n de los recursos humanos) se expresan en fenémenos concurrentes, que a continuacién se enumeran: 2) subutilizacién de recursos humanos adecuadamente formados pero atin no reconocidos oficialmente; ») alto grado de empirismo y subcalificcién de personal ‘empleado, por tratarse de areas en las que no existen re- cursos humanos con suficiente grado de formacién (por ejemplo, enfermeria destinada a la rehabilitacion de pa- cientes crénicos 0 con patologias discapacitantes); ©) certificaci6n educativa equivalente para trayecto mativos distintos en rel cuestiones cientificas iamjento terapéutico); 4) el surgimiento de nuevos temente regulados como logo social y el counselor, 300 ‘Martin ie Lelis y Enrique Safercada no graduados en carreras universitarias y cuyas au- toadjudicadas incumbencias se superponen y/o afectan das 0 el desarrollo personal de actividades de las que admiten 2 males no-psicélogos para “formar- Jos” en practicas clinicas (diagndstico y/o tratamiento) que Is, ley reserva s6lo para los médicos y psicélogos, promoviendo practicasilegales carentes del debido soporte formativo cien- tifico-téenico. Contrariamente a lo que ocurriera en el resto de América latina, donde el niimero de instituciones educativas en esta frea permaneciera constante, se ha producido en los itimos ‘aos un significativo incremento en el niimero de escuelas y facuktades de Psicologia, en especial de aquellos estableci- ‘mientos localizados en la Ciudad Auténoma de Buenos Aires. Un dato lamativo (véase cuadro 2) es el alto porcentaje de sraduados que aportan las universidades privadas en compare- ‘Gin con las piblicas, siendo que éstastltimas abrieron sus ca- rreras de la discipline hace aproximadamente cincuenta afios y Jas privadas comenzaron 2 hacerlo, salvo dos o tres excepoio- nes, hace alrededor de quince afios. No obstante, las institucio- nes privadas involucran la tercera parte de los ingresos, egre~ al de alumnos comprendidos en e! sistema. te, cabe sefialar la existencia de distorsi » dado que la oferta se concentra en at mayor abundancia de recursos, consagra Poltias de recurs bumanas en el imbito de la salud Cuadro 2: Universidades piblicas y privadas que imparten carreras de grado en Psicologia. Tocal del pats eee mw 302 Martin de Lelis y Enrique Saforcada Politica de recursos bumanos en el ambi de a salud 303 vvez ms [a inequidad y la ley de asistencia inversa en las cua- Cuadro 3: Coborte de graduados por pais y provincia les, a mayor necesidad nor posibilidad de acceder Repiiblice Argentina a gs recursos necesarios para resol Esto se observ: * soBRe| TOTAL yoria de los paises del mundo. Tradicionalmente, para las ca~ rreras consideradas criticas (como Medicina, Psicologia, Enfermeria) han ido desarrollindose distintos dispositivos de formacién a fin de que los graduados reciban un intenso en- enamiento en servicio que garantizara el aprendizaje de destrezas bisicas pars el ejercicio profesional, # menudo for- ‘alizadas bajo la denominacién de residencias. Este sistema, ‘que conjugé las demandas de mano de obra calficada y la ne- cesihd de segrar una adesuad formacign profesional en- : Cm wae . 176 en crisis en la medida que los cupos habilitados en el sis- Sonepat heat Seinen ne aaes tema piblico y privado de atencién no alcanzaban a satisfacer Nata Se cee ot enireae.y rea las demandas de especializacion de la gran cantidad de gra- vbemamertales,y en organisms

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