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El origen mítico

Lejanías*
La esencia no reside en estar en
del hombre lobo
Esta bestia ha sido personaje de terror y también se ha presentado de
uno u otro país, sino en el roce forma cómica, irónica y distorsionada, pero su origen mítico no es su-
con otros seres, otras costum- ficientemente conocido
bres, otras calles y espacios Luis Alberto Pérez Amezcua

U
María Cristina Preciado N. na de las criaturas más populares de nuestro en decadencia. En la última edad en realidad un dios, pero no lo jos, los licaónidas, gobernantes
Lejos muy lejos de aquí imaginario es sin duda el hombre lobo. Presen- “irrumpió toda iniquidad [y] hu- creyó y decidió ponerlo a prueba: de las ciudades arcadias, y que
está tu alma. Tu alma extranjera... te en numerosas culturas, hay quien afirma que yeron el pundonor, la verdad y la degüella a un rehén “y los miem- todos ellos, menos uno, hereda-
Lubicz Milosz, 1906. es uno de los mitos más universales que existen. Esta lealtad; su lugar lo ocuparon los bros así medio muertos en parte ron su violencia. Pareciera que

H
bestia se encuentra en series de televisión, videojuegos, engaños, las mentiras, las embos- los ablanda en agua hirviente, en en esta sociedad la degradación
ace tiempo un buen amigo me habló de una novela suma de un punto pretérito y otro punto que se apunta al sur y espera nuestra llegada. Somos canciones, caricaturas, innumerables textos literarios cadas y también la violencia y el parte los asa puestos al fuego”. Al se transmite por genética o por
excepcional. En ella, al finalizar la obra, se notaba prolonga al infinito. todo lo que fuimos y lo que no pudimos ser. Y en y teatro. Ha sido un personaje del terror clásico por sí criminal deseo de poseer”. De poner eso en la mesa, Zeus in- sistema (pues hay un compo-
la ausencia de tres libros en el estante del persona- Estas son las razones que explican que la esen- medio del silencio de las horas nos damos cuenta mismo (como en el cine de la primera mitad del siglo todo esto deben resaltarse dos cendia el techo del lugar y Licaón nente político en todo esto) y así
je principal, un hombre que se marchó de su tiempo a un cia no reside en estar en uno o en otro país, sino que el móvil que nos impulsó hacia otros mun- XX) o por asociación, pues en muchas historias ha co- cosas: la violencia y la degenera- huye aterrorizado. Es entonces hacen lo mismo los hijos que los
mundo futuro, a una época lejana de este siglo. El autor (H. en el roce con otros seres, otras costumbres, dos, no es sino el ansia de comprender el más laborado o combatido con otros monstruos, como el ción del hombre, por una parte, cuando, ya en el campo —retrata subordinados. “Estos superaron
G. Wells) cuestionaba, a través de sus personajes, qué libros, otras calles y espacios… La presencia amable- extenso y verdadero peregrinar que inició el día vampiro. También se ha presentado en forma cómica o y la genealogía maldita, por otra. de manera exquisita Ovidio—: a todos los hombres en soberbia
el lector de la novela, llevaría consigo a otra época con el fin mente programada de una aeromoza, recogió la en que nacimos: el viaje al fondo de uno mismo. irónica en la modernidad (como en Hombre lobo ameri- Licaón será “la gota que de- e impiedad”, dice el mitógrafo, y
de ser útiles a la civilización existente. Muchas noches me he charola del servicio. Sobrevolamos durante va- Desde un punto de vista platónico, la incesante cano en Londres) y de manera distorsionada en la post- rramó el vaso” y es por él que lanza aullidos y en vano inten- Zeus hizo la misma prueba con
preguntado qué libros escogería (sólo tres) y valoraría esen- rios minutos, rodeados de viento e incertidum- búsqueda de nuevos mundos no es sino el anhe- modernidad (como los lobos “buenos” de Crepúsculo). Júpiter decide destruir a la raza ta hablar; su cara concentra de él ellos. Sólo que, en vez de darle a
ciales para la formación espiritual e intelectual de un pueblo. bre. Pronto rocé los pasillos del aeropuerto de lo de encontrar en ellos la geografía espiritual de No obstante, su origen mítico no es suficientemente co- humana, pues se ha enterado de mismo la rabia y hace uso de su un esclavo, le dieron a comer las
De la misma manera el ímpetu de mi naturaleza humana me Ezeiza… Cuando contemplamos nuestro país nuestro mundo interior. acostumbrado deseo de matan- entrañas de su hermano peque-
incita a buscar qué pasajes de mi vida pueden trascender en desde tierras lejanas, nos damos cuenta cuán El mundo grecolatino simboliza este peregri- za contra los animales y todavía ño. El olímpico, según las ver-
la memoria de otros espíritus. Estos pensamientos se agolpan distantes estamos de él. Aprendemos a contem- nar interno de las almas en el Ulises nauta, en el ahora se alegra con la sangre. En siones, o los convirtió a todos en
en mi mente envuelta en un fragor de turbinas, rodeada de plarlo desde otro ángulo, a definirlo desde otras Eneas virgiliano. Otros autores de siglos poste- pelaje se transforman sus vesti- lobos o los fulminó. De cualquier
rostros anónimos. atmósferas. riores también describen esta odisea del hombre dos, en patas sus brazos: se con- manera, el componente ejemplar
Para responder, intento contemplarme dentro de veinte Cuando pasen los años comprenderemos que universal (El Quijote, El Ulises, de Joyce), a tra- vierte en lobo y mantiene rastros y el factor del canibalismo (de la
años, en este presente, en el que no he rozado más de veinte no somos un ente único: Somos la suma de to- vés de su vida. Todos llevamos en la sangre el de su propia figura; el pelo cano violencia extrema contra los se-
estaciones de primaveras inciertas. Me imagino reconstru- dos los seres que para bien o para mal cruzaron ímpetu aventurero de un Ulises, la rebeldía de es el mismo, la misma la violen- mejantes, y peor aún, contra la
yendo este instante para un ser amado que me pide que res- nuestras vidas, somos la suma de todos los ca- un Prometeo. Nos rebelamos ante cualquier ca- cia de su semblante, sus ojos bri- propia familia) redundan, se re-
cate un pasaje de mi vida que haya transformado el mundo minos recorridos y de todos aquellos que falta- mino demarcado, abrimos sendas, construimos llan igual, la imagen de fiereza es duplican, lo que demuestra el in-
externo e interno de mi alma. ron por transitar, somos la noche estrellada de puentes, fabricamos alas a la medida de nuestros la misma. terés del mito por “salir a la luz”.
Creo que la metamorfosis del alma sedentaria a transeún- ese verano insólito, la llanura deslumbrante de sueños, y sin embargo, en el ocaso de nuestros Así pues, el componente mítico
te, sería la etapa que yo abstraería para dársela. tonos verdes y amarillos, el rumor lejano de un días retornamos sobre nuestros mismos pasos a Es esta la primera metamor- del hombre lobo nos remonta, de
El ímpetu de viajar a otros países, o surcar otro cielo, per- tren distante, el ascenso aeronáutico al azul de la tierra abandonada hace tantos años. No, no fosis de un ser humano en la modo codificado, a los comien-

MITOLOGÍA
mite rozar el perfil crepuscular de otros mundos, desde el un cielo indefinible. Somos la calle borgiana que me refiero a la tierra natal, sino a la tierra como influyente obra del poeta latino, zos mismos de la civilización:
ángulo silencioso de nuestro ser. Me fue concedido conocer elemento orgánico. Es el retorno al verdadero y de ahí proviene su relevancia. nuestra especie no puede renun-
un país de Centroamérica, y hoy tal vez roce en una hora dis- seno materno. Es el encuentro con el paraíso Son el salvajismo y la crueldad ciar a su origen salvaje, primiti-
tinta de la que marca mi reloj, el extremo sur del continente. perdido. Es el tiempo recobrado de Proust. del hombre contra sus semejan- vo, y por eso esta historia es tan
La tradición judeo-cristiana vino a suplantar la concepción Cuando se aproximen esos días comprendere- tes —agravados por el tabú del popular. Vale la pena recordar,
VIAJES

del mundo grecoromano respecto al destino del hombre. La mos que somos, también, la suma y la resta para canibalismo— los que motivan pues, los orígenes de los produc-
primera concibe la vida de los hombres como un trayecto en EL ÍMPETU DE VIAJAR otros seres y otras distancias. La eternidad de la ira divina. Como metáfora, la tos culturales que apelan a nues-
línea recta. Rechaza, por ejemplo, la noción de la reencarna-
ción como una concepción cíclica de la vida. La tradición de
A OTROS PAÍSES, O nuestros actos reposará en la efímera memoria
de los hombres. Nuestra eternidad es breve y en
corrupción de ciertos individuos
se explica suficientemente con la
tro imaginario, para revisar críti-
camente el mensaje que los mitos
los grecolatinos percibe el mundo humano en forma cíclica. SURCAR OTRO CIELO, ella termina el viaje al fondo de nosotros mis- nocido. Pocos saben que Licaón es el nombre del primer que el rey ha organizado un “ver- locución latina popularizada por han tratado de transmitirnos
Según los historiadores, esta concepción se estancó en una
época y ya no pudo satisfacer las necesidades de una civili-
PERMITE ROZAR EL PERFIL mos.
Hoy retorno a mi tierra. Hace horas que mi
hombre lobo de que se tenga noticia en el ámbito occi-
dental. La etimología de licántropo, que es otra manera
gonzoso banquete” en el que se
ha comido carne humana. Así lo
Thomas Hobbes y originada por
Plauto: Homo homini lupus, “el
pero que por diversas razones
(en especial la mercadotécnica)
zación en progreso. Quizá desde un punto de vista material CREPUSCULAR DE OTROS reloj comenzó a recobrar la lógica de su tiem- de decirle, deriva precisamente del griego λύκος, lýkos hace saber el poseedor del rayo hombre es el lobo del hombre”. ha sido despojado de su comple-
tengan razón; sin embargo, desde la concepción espiritual,
siento que el ser humano no ha seguido esta evolución.
MUNDOS, DESDE EL po. Sobre la pantalla electrónica unas gráficas
nos indican el camino que hemos recorrido, la
(lobo) y άνθρωπος, ánthrōpos (hombre).
La historia de Licaón es contada por Ovidio (43 a.C.-
en una asamblea de los dioses en
la que relata cómo, deseando que
Este pecado —así lo llama Ovi-
dio— recibe un castigo ejemplar
jidad y profundidad. Una razón
más, Calvino dixit, para leer los
Si concebimos la trayectoria en forma rectilínea como una ÁNGULO SILENCIOSO DE distancia de los seres que despedimos, la cerca- 17 d.C.) en el Libro I de sus Metamorfosis. Se halla —sig- fueran falsas esas noticias, acu- que muchas veces nuestra socie- clásicos y hallar en ellos las bases
aproximación al infinito, creo que la concepción circular
del universo también es infinita, porque no podemos deter-
NUESTRO SER nía de nuestros valles y el perfil telúrico de una
mujer dormida, según la leyenda. Sé que alguien
nificativamente— entre La Gigantomaquia (la lucha de
los Gigantes contra los dioses olímpicos) y El Diluvio.
de personalmente disfrazado en
forma humana hasta el palacio
dad quisiera ver reflejado en su
sistema de justicia.
y las verdaderas motivaciones de
lo que vemos a diario.
minar cuál es el punto inicial o final de la circunferencia y espera mi regreso. El episodio de ese rey de Arcadia tiene lugar en un mo- de Licaón. Al llegar, señala, pudo La historia de Licaón no se
más si ésta se concibe como un trozo ondulatorio. Existe un mento en el que los dioses, especialmente Júpiter (Zeus comprobar que “las habladurías agota con su transformación. perez.amezcua@cusur.udg.mx
punto en que la nueva circunferencia converge con la que an- *Este texto fue escrito alrededor de 1992 para los griegos), están al pendiente de lo que el hombre en sí mismas eran más pequeñas El llamado Pseudo-Apolodoro
tecede. Es aquí donde concibo la noción de lo eterno: es la hace, pues la estirpe ya ha tenido cuatro edades: oro, que la verdad”. La gente le dijo a afirma en su Biblioteca mitoló- Imagen: Hendrick Goltzius “Licaón
plata, bronce y hierro, en cada una de las cuales ha ido su rey que ese recién llegado era gica que éste tuvo cincuenta hi- transformado por Zeus”

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