Está en la página 1de 8

ANALISIS JURIDICO DEL DECRETO 1716 COMO NORMA RECTORA EN

LA CONCILIACION EXTRAJUDICIAL EN EL PROCESO ADMINISTRATIVO


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La conciliación es un procedimiento con una serie de etapas, a través de las

cuales las personas que se encuentran involucradas en un conflicto desistible,

transigible o determinado como conciliable por la ley, encuentran la manera de

resolverlo a través de un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

además de ser un procedimiento, la conciliación es un acto jurídico en el cual

intervienen sujetos con capacidad jurídica y distintos intereses y en donde su

consentimiento y voluntad están dirigidos directamente a dar por terminada una

obligación o una relación jurídica, a modificar un acuerdo existente o a crear

situaciones o relaciones jurídicas nuevas que beneficien a ambas partes.

(Ministerio de Justicia y del Derecho, 2017).

Esta figura no es para nada nueva en el mundo del Derecho, se utiliza desde la

implementación de las 12 tablas, en la cual se conminaba a las partes a

establecer el momento de acceder a la etapa de juicio, por otra parte, el código

manuelino portugués en el año 1521ordenaba acudir a esta figura como

requisito previo a la presentación de la demanda.

En nuestro país se presume la existencia de esta figura desde la

implementación de la ley 13 de 1825 en la que se estipula: “Ningún proceso

contencioso civil se tramitara sin que previamente se haya intentado

conciliación ante alcalde o autoridad parroquial”.

Paso siguiente el decreto 2158 de 1948 amplia la figura hasta el campo del

derecho laboral, más en esta no se estableció como imperativo la asistencia a


la conciliación como requisito procesal, sino que se estableció como

mecanismo facultativo y voluntario para las partes.

En el año 1991 con la expedición de la nueva constitución emerge la ley 123

con la que se presuponía la descongestión de los despachos judiciales se

eleva a canon constitucional el procedimiento conciliatorio, como opción de

desjudicialización de los conflictos y celeridad en la resolución de los mismos.

Una vez establecida la figura de la conciliación como mecanismo idóneo de

resolución alternativa de conflictos se dispuso direccionar y establecer

características propias de cada asunto en particular, como se referenció en el

cuerpo de este escrito en materia laboral se otorgó la posibilidad a las partes

que a criterio propios puedan acceder a esta, en lo concerniente a lo penal

aparece como base estructural del sistema procesal penal, bien sea en su

modalidad de conciliación pre procesal, como requisito de pre procesabilidad

en los delitos que requieren querella de parte, o bien como mecanismo propio

de protección a la víctima del injusto, cuando se adelanta el incidente de

reparación integra (Colombia, 2007).

Ahora bien en el desarrollo investigativo nos atañe en particular la conciliacion

en lo concerniente a la conciliacion en lo adiministrativo la Ley 446 de 1998,

artículo 70, indica que podrán conciliar, total o parcialmente, en las etapas

prejudicial o judicial, las personas jurídicas de derecho público, a través de sus

representantes legales o por conducto de apoderado, sobre conflictos de

carácter particular y contenido económico de que conozca o pueda conocer la

jurisdicción de lo Contencioso Administrativo a través de las acciones previstas


en los artículos 85, 86 y 87 del Código Contencioso Administrativo. (Colombia,

Guia de Conciliacion Adinistrativa, 2007)

Tenemos pues la posibilidad de acceder a la vía extra judicial conciliatoria para

dirimir los asuntos enunciados, pero y es en este especial aspecto en el que

centramos nuestra atención, toda vez que establece una serie de directrices

que distan del espíritu material del procedimiento conciliatorio.

En este sentido Artículo 5°de la Ley 1716 de 2009 aduce: “Derecho de

postulación. Los interesados, trátese de personas de derecho público, de

particulares o de personas jurídicas de derecho privado, actuarán en la

conciliación extrajudicial por medio de apoderado, quien deberá ser abogado

inscrito y tener facultad expresa para conciliar”, es decir excluye una de las

características primas de este mecanismo en las instancias regulares y demás

especialidades del derecho en las cuales se podrá acudir a conciliar sin

necesidad de ser representado por un profesional del derecho.

Aún más tenemos que el Artículo 12 de la Ley 1716 de 2009. “Aprobación

judicial. El agente del Ministerio Público remitirá, dentro de los tres (3) días

siguientes a la celebración de la correspondiente audiencia, el acta de

conciliación, junto con el respectivo expediente al juez o corporación

competente para su aprobación”. En concordancia al Art. 7 de la Ley 288 de

1996.- “Si se lograre acuerdo, las partes suscribirán un acta en que se lo hará

constar y que refrendará el agente del Ministerio Público. Dicha acta se enviará

inmediatamente al respectivo Tribunal Contencioso Administrativo para que el

magistrado a quien le corresponda por reparto decida si la conciliación resulta


lesiva a los intereses patrimoniales del Estado, o si puede hallarse viciada de

nulidad. En cualquiera de ambos casos, el magistrado dictará providencia

motivada en que así lo declare”, es decir abstrae al fallo emitido por el

conciliador la facultad de convertirse en proveido definitivo dentro del asunto en

cuestión.
PREGUNTA PROBLEMA

En el entendido que la conciliación a través su aparición y fortalecimiento en las

filas del derecho cumple con los principios de eficiencia y eficacia de la ley,

además de darle un trámite diferenciado a la resolución de los conflictos

suscitados por vulneración de los derechos u obligaciones consignadas en los

compendios normativos nacionales, y observando que en el tramite

contencioso administrativo las disposiciones que propenden por estas ventajas

son casi cercenadas nos cabe preguntar :

¿EL DECRETO 1716 COMO NORMA RECTORA DEL PROCEDIMIENTO

CONCILIATORIO ADMINISTRATIVO PERMITE MATERIALIZAR EL

PROPÓSITO DEL TRAMITE CONCILIATORIO?


JUSTICACION

La definición de parte del conflicto es más amplia que parte en materia

procesal, las normas procesales establecen requisitos para estar legitimado por

activa, pero en conciliación, ser parte implica más que estar legitimado por

activa; una persona natural o jurídica puede presentar una solicitud de

conciliación si tiene algún interés en la solución del conflicto, es decir, si el

conflicto la involucra o afecta de manera directa o indirecta.

la visión de la conciliación como institución jurídica la enmarca dentro de una

forma de terminación de procesos judiciales que actúa con independencia y

autonomía de este trámite y que consiste en intentar ante un tercero neutral un

acuerdo amigable que puede dar por terminadas las diferencias que se

presentan. Se constituye así esta figura en un acto jurídico, por medio del cual

las partes en conflicto se someten antes de un proceso o en el transcurso de él,

a un trámite conciliatorio con la ayuda de un tercero neutral y calificado que

puede ser el juez, otro funcionario público o un particular a fin de que se llegue

a un acuerdo que tendrá los efectos de cosas juzgada y prestará mérito

ejecutivo.

Es importante detenerse en los efectos del acuerdo conciliatorio con el fin de

hacer claridad sobre sus alcances: En primer lugar, el acta de conciliación hace

tránsito a cosa juzgada, es decir que los acuerdos adelantados ante los

respectivos conciliadores habilitados por ley, aseguran que lo consignado en

ellos no sea de nuevo objeto de debate a través de un proceso judicial o de

otro mecanismo alternativo de solución de conflictos. El efecto mencionado


busca darle certidumbre al derecho y proteger a ambas partes de una nueva

acción o una nueva sentencia, es la renovación de la autoridad del acuerdo

conciliatorio que al tener la facultad de no volver a ser objeto de discusión,

anula todos los medios de impugnación que puedan modificar lo establecido en

él (Ministerio de Justicia y del Derecho, 2017).

Al exponer una figura tan importante para la ejecución del derecho en un

periodo en que busca más que en cualquier momento ser factico, objetivo y

reparativo es indispensable entender si las normas emitidas en lo contencioso

administrativo se mueven en armonía a los principios de la conciliación.

De lo anterior cuesta entonces comprender ¿cómo mediante directrices

especiales para lo contencioso administrativo se cohíbe de forma tajante la

autonomía del conciliador al tener que sopesar la decisión tomada a el criterio

de un magistrado administrativo? ¿Dónde queda entonces los principios de

cosa juzgada, autonomía, de los que se vale el tramite conciliatorio?

Son estos algunos de los puntos en los que nuestra investigación encuentra

soporte, pretendiendo sumergirnos en el compendio normativo escrutando la

perspectiva desde la cual este cumple con los propósitos de la conciliación, o si

dentro del procedimiento administrativo se encuadra un nuevo trámite procesal

totalmente independiente de esta figura.

También podría gustarte