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Según Clark, Clemes y Bean (2000), “la autoestima es el concepto que tenemos de nuestra valía
y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre
nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida. Los millares de impresiones,
evaluaciones y experiencias así reunidos se conjuntan en un sentimiento positivo hacia nosotros
mismos o, al contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos”. La
autoestima influye sobre aspectos importantes de la vida tales como: situaciones nuevas, nivel
de ansiedad, aceptación de otros, rendimiento escolar, relaciones interpersonales, consumo de
drogas, embarazo en adolescentes y resiliencia (capacidad de las personas para sobreponerse y
enfrentar situaciones adversas). Quienes poseen una autoestima fortalecida se sienten bien
consigo mismos, son capaces de sentirse satisfechos con su vida, afrontan y resuelven con
seguridad los retos y asumen con responsabilidad las consecuencias de sus acciones. Además,
evitan a toda costa que los demás lastimen la propia dignidad.
Características de la autoestima
• Asumirá sus responsabilidades. Actuará con soltura y con seguridad en sí mismo y, sin que
haya que pedírselo, asumirá la responsabilidad de ciertas tareas o necesidades evidente (labores
domésticas, realizar actividades escolares o consolar a un amigo triste).
• Afrontará nuevos retos con entusiasmo. Le interesarán tareas desconocidas, cosas y
actividades nuevas que aprender y que poner en práctica, y se lanzará a ellas con confianza en
sí mismo.
• Estará orgulloso de sus logros. Se sentirá satisfecho de los logros alcanzados y reconocerá que
son fruto de su esfuerzo.
• Se sentirá capaz de influir en otros. Tendrá confianza en las impresiones y en el efecto que él
produce sobre los demás miembros de la familia, sobre los amigos e, incluso, en las personas
con autoridad: los profesores, el jefe, etcétera.
• Desmerecerá su talento. Dirá: “No puedo hacer esto o aquello… No sé cómo se hace… No lo
aprenderé nunca”.
• Sentirá que los demás no le valoran. Se sentirá inseguro o decididamente negativo sobre el
afecto o el apoyo que le prestan sus padres y amigos.
• Se sentirá impotente. Le hará frente a retos y dificultades sin ningún convencimiento de poder
superarlos.
• Se dejará influir mucho. Cambiará de idea y de comportamiento con mucha frecuencia, según
con quien esté: será fácil de manipular por otras personalidades más fuertes.
• Eludirá las situaciones que le provoquen ansiedad. Tendrá escasa tolerancia ante las
circunstancias que le provoquen angustia, temor, ira o sensación de caos.
• Echará la culpa a otros de sus debilidades. Rara vez admitirá errores o debilidades y la mayoría
de las veces atribuirá a otros o a la mala suerte la causa de sus dificultades.