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El Alzheimer se enmarca dentro de las llamadas enfermedades neurodegenerativas, eso quiere decir que en

el sistema nervioso central de los afectados por esta enfermedad mueren progresivamente células.
Dependiendo de la zona del cerebro en que mueren esas células nerviosas, así serán los síntomas que
vemos en el enfermo.
En el Alzheimer, la afectación comienza primeramente en las regiones cerebrales implicadas en el proceso
de memoria y orientación, de ahí que los síntomas iniciales de la enfermedad que comenzamos a percibir
son que a nuestro familiar se le olvidan cosas recientes, o que se desorienta en lugares conocidos, por
ejemplo, de la casa al súper.
A medida que el Alzheimer avanza, otras zonas del cerebro también se afectan y el enfermo pierde otras
capacidades, como hablar o caminar. Y, ¿por qué ocurre ese deterioro del cerebro?

El Alzheimer: causas.

A la izquierda, imágenes de un cerebro normal, a la derecha, cerebro de persona con enfermedad de


Alzheimer en el que se aprecia la atrofia cerebral.
Las causas finales que expliquen por qué mueren las neuronas y la comunicación entre ellas se pierda, aún
no son del todo conocidas. Sí se sabe que en el cerebro de los enfermos se acumulan unas proteínas —o
dejémoslo simplemente en sustancias— de forma anormal que terminan impidiendo que las neuronas se
comuniquen entre sí o que obtengan los nutrientes necesarios para sobrevivir.
Esas proteínas tóxicas normalmente debieran ser desechadas por nuestro sistema de reciclaje natural, el
sistema inmunitario, pero sucede que con el Alzheimer, el sistema inmunitario deja de funcionar
adecuadamente.
Entonces, imaginen el panorama: compuestos tóxicos se acumulan dentro y fuera de las neuronas y el
encargado de impedirlo no funciona ¿resultado? El Alzheimer avanza, sigue matando neuronas y
termina evolucionando a la demencia.
Si te interesa profundizar en este tema: Causas de la enfermedad de Alzheimer. Factores de riesgo.

No todas las personas con demencia tienen alzhéimer, aunque todas las personas con
alzhéimer terminarán desarrollando demencia.
Y aquí una aclaración importante: no todas las personas con Alzheimer tienen aún demencia, ni todas las
personas con demencia tienen Alzheimer. La enfermedad de alzhéimer es solo una más de las decenas de
enfermedades que causan demencia, entre ellas el Huntington, el párkinson o la demencia con cuerpos de
Lewy.
Aunque, perdón, el alzhéimer no es una más, en realidad esta enfermedad es la primera causa de
demencia en el mundo, justificando más del 60% de los casos.
Así, el Alzheimer es una enfermedad que llevará, hasta el momento de forma inevitable, a padecer
demencia, una condición que está determinada por el deterioro de las capacidades mentales en grado
suficiente como para impedir desarrollarnos de forma autónoma en la vida cotidiana.

Evolución de la enfermedad de Alzheimer.

La prevención del alzhéimer pasa primero por la detección las primeras fases, cuando los síntomas todavía
no son visibles.
Pero al inicio, el alzhéimer es solo alzhéimer, sin demencia, aunque esta es su final más temido. Al
comienzo, los enfermos ni sus familiares notan los síntomas porque los cambios se están produciendo a
nivel cerebral y no son suficientes para provocar manifestaciones visibles.
En el cerebro de los afectados esos compuestos dañinos a los que nos referimos al inicio, se van
acumulando entre 20 y 30 años antes de que veamos síntomas como que nuestra madre ya no es capaz de
hacer esas cenas que antes eran cotidianas.
Después, cuando el daño en el cerebro está suficientemente avanzado, comenzamos a notar cosas extrañas,
nuestro familiar “ya no es el que era antes”, lo que generalmente significa que ya no es capaz de hacer
actividades que anteriormente formaban parte de su rutina. Aquí es donde normalmente se acude al
médico, cuando ya han pasado décadas desde el comienzo real de la enfermedad.
Si te interesa profundizar en este tema: Fases de la enfermedad de Alzheimer. Síntomas.

El Alzheimer: tratamiento.

Si el temido diagnóstico llega, sí existen tratamientos que ayudan con algunos síntomas aunque no curan la
enfermedad Los tratamientos, tanto farmacológicos como no farmacológicos, permiten mantener por más
tiempo las capacidades mentales y funcionales del enfermo.
En la actualidad hay cuatro fármacos aprobados para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, con
alcance modesto, fundamentalmente mejorando algunos procesos cognitivos o alteraciones conductuales. A
medida que pasa el tiempo ese efecto positivo es cada vez menos notable.
Los tratamientos no farmacológicos como la fisioterapia, la terapia ocupacional o la estimulación
cognitiva deben ser considerados de primera línea debido a que ayudan a potenciar el efecto de la
medicación y, además, contribuyen a la calidad de vida del enfermo. Muchos centros ofrecen terapias
dirigidas especialmente a las personas con alzhéimer de las que podéis beneficiaros.
El alzhéimer es una enfermedad y quienes la padecen son sujetos de derecho; en este caso su más
elemental derecho es al tratamiento de los síntomas del mal de Alzheimer.

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