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APROBADO POR: ___________________________
Ronald F. Meléndez Cardona
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CAOSUALIDAD
La casualidad no es, ni puede ser más que una
causa ignorada de un efecto desconocido.
Voltaire
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Tabla de contenidos
• Introducción ……………………………..…………..……………..………...….11
• Hipótesis ……………………………………………………………….…….…..53
• Objetivos …………………..……………………………………..……...….…...55
• Galacidalacidesoxyribonucleicacid ………………………………….…..….63
• Conclusión ………………………………………………….……………….…..75
• Fuentes ………………………………………………………..……………….…79
• Agradecimientos……………………………………………..……………….…81
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Nota del autor
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Introducción
El mundo está lleno de reglas, algunas son naturales pero la mayoría están
dispuestas por obra y gracia del hombre civilizado. Desde los primero años de
nuestra vida nos enseñan la manera “correcta” de percibir el mundo, los métodos
normales de clasificación y la estricta medida de las cosas. Entre todos los campos
y disciplinas de estudio se han encargado de decir lo que es o no nuestro universo;
las reglas se actualizan y difícilmente se cambian. Muchas de estas, reglas tan
fuertes que al razonar más complejo se resisten, y otras a las que simplemente
aludimos por la fe. Estas reglas influyen de manera drástica nuestra percepción
hacia la mayoría de los elementos que nos rodean, incluso si nuestras disciplinas
tratan de “innovar”, “criticar”, “crear” o simplemente “romper reglas”.
Que tal los hombres aferrados a Newton o Pitágoras estemos equivocados y la que
tenga la razón sea la naturaleza y su errático comportamiento. Ella estuvo antes
que nosotros y nosotros fuimos parte de ella antes de independizarnos en nuestra
soberbia humanidad. Este proyecto nos invita a mirar un momento a la naturaleza,
a conocer su comportamiento y tal vez a entender sus reglas; nos invita a mirar el
mundo con los ojos de la experiencia, pues me atrevo a asegurar que todos en
algún momento nos dimos cuenta que el mundo que nos rodea está construido
sobre “accidentes”, y la rama más torcida o el animal con más patas, obedecen a
una norma que solo hace poco comenzó a resaltarse, pero que desde hace muchos
siglos ha sido percibida.
Todas estas ideas serán apoyadas a lo largo del texto por científicos y artistas, que
con sus postulados y trabajos han aportado cada línea a este proyecto. Con cada
personaje que sea nombrado se mencionará también su aporte, algunos vendrán
estrechamente relacionados y otros desde su perspectiva darán puntadas <a la
hipótesis que sostiene este proyecto. A este texto no se le pretende dar un matiz
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demasiado científico, no hay que entender fórmulas o amar la física cuántica para
disfrutarlo. Este proyecto trata de ciencia vista del modo práctico, del modo
experimental y puramente intuitivo. Todos los aportes de estas mentes destacadas
en nuestra humanidad, desembocan en la experimentación sobre la imagen, el
sonido y el tiempo, que al final sería la conclusión de estas ideas aplicadas en la
percepción.
El siguiente texto mencionará los aspectos principales del universo regido por el
caos como método de organización del universo, cuyo método de construcción se
basa en la matemática y la teoría fractal. Pero esta cuestión no será vista con los
ojos de un científico, por el contrario, se utilizarán los métodos de un ilustrador, de
un “artista”, que permita aplicar estas teorías a la composición de un objeto, una
obra que obedezca a las leyes naturales que dicta el caos.
No podría afirmar que es una prioridad o una necesidad la difusión de este tema,
es solo una propuesta, una nueva manera de ver el universo en cada uno de sus
elementos. Esta propuesta está diseñada para explorar la forma más natural de
componer una imagen, un sonido o una narración; no pretende cambiar el mundo,
sino abrir nuevos caminos hacia una estética diferente, pobremente explorada y
tardíamente analizada.
Estas teorías tuvieron un furor fugaz y se convirtieron en una moda, que hizo que
luego estos postulados fueran olvidados por la gente del común. Sin embargo las
aplicaciones para estas teorías han sido anónimas pero multitudinarias. Este
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proyecto pretende reabrir el interés por la ciencia y sus postulados hacia la
comprensión del todo. La filosofía se ha convertido en el eje de interés de los
artistas y así mismo se ha transformado en el foco de la comprensión del universo
por parte de la humanidad, pero la ciencia no solo discute -como la filosofía-, la
ciencia da respuestas concretas y demostrables, aun así es ignorada –tal vez
debido a su complejidad- pero es válida e interesante. Por esto se da este proyecto
como experimento para abrir la senda del interés a la ciencia frente a nuestros
problemas “existenciales” y personales.
Esta es una invitación a mirar alrededor, a mirar al mundo real y descifrar sus reglas;
es el primer paso a ver el mundo con los ojos, a ver lo que realmente está y no lo
que creemos ver; es una invitación a olvidarnos de las normas rígidas de la
matemática clásica, a olvidar los dogmas del universo como máquina de engranes
inamovibles. Lo único que realmente espero obtener con este proyecto es que las
personas que se choquen con este “accidente” disfruten descubriendo el mundo
con los ojos de los pocos que vieron fractales en las olas y en los árboles; es el
primer paso para entender el caos y saber que se puede ver como un sistema,
como una norma o una cosmología así haya sonado contradictorio por siglos.
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“Los pensadores y literatos no me pueden
aportar absolutamente nada y los
Las tres esfinges de Bikini científicos todo, incluso la inmortalidad del
alma.”
Salvador Dalí
Hay temas que se me hacen más interesantes que otros y esa es la más sencilla
explicación del por qué la ciencia. En la vida cotidiana, y desde muy chicos, nos
enfrentamos a preguntas como de dónde venimos, para qué venimos o hacia dónde
vamos. La filosofía y la religión siempre han sido pioneras en dar respuesta a este
tipo de preguntas, más a ninguna le puedo creer del todo. La filosofía más que
proponer respuestas propone más preguntas, convirtiéndose en un juego de loops
donde no se puede llegar metódicamente a una respuesta, así sea una solución
tentativa o temporal. Creo que se logra un disfrute en la filosofía mientras se maneja
como una discusión y no como un método. En cuanto a la religión (y vaya que no
sé cómo creo aun en Dios) ofrece respuestas sin argumento alguno más que la fe.
Puedo simplemente ceñirme a esto o ser un poco más crítico, dejar a un lado los
dogmas y buscar otro tipo de salida al concepto de la voluntad de Dios o la creación
del universo.
Las ciencias exactas desde hace siglos nos vienen ofreciendo respuestas
argumentadas a muchas de las preguntas sobre nuestro entorno. Antiguos
matemáticos griegos, ingenieros renacentistas, físicos modernos e ingenieros
contemporáneos le han encontrado respuesta a todas nuestras necesidades e
incluso han generado nuevas, han encontrado respuestas, o al menos, pistas del
origen tan esquivo del universo o rastros de lo que podría ser el futuro, en mi
humilde opinión, han sido estas personas no solo ladrillos sino columnas completas
de nuestra humanidad. Constantemente esas columnas se remplazan por otras,
como la pólvora reemplazó la flecha o como IBM reemplazó el ábaco, y tal vez como
los matemáticos, químicos e incluso meteorólogos de los últimos tiempos,
remplazarán algún día a Newton y sus leyes que han sido enseñadas por montones
de años y nos han impulsado incluso literalmente a la luna.
Seguramente los filósofos o los religiosos han sido unos muy buenos analistas y
literatos de cada época; tal vez hayan explicado cómo se comporta el ser humano
y que tendencias tiene, pero me atrevo a decir que nada ha influido más al
desarrollo del hombre y a la búsqueda de su propio origen que las ciencias exactas.
Al verme sumergido en una era digital ya muy avanzada en edad y con expectativa
del siguiente salto científico hacia una nueva era, es increíble pensar cómo de estar
en una época donde aún se usaban carabinas y mosquetes para la guerra saltamos
en menos de un siglo a volar en el espacio. Dicen que en el último siglo hemos
avanzado más que en el resto de la historia de la humanidad. Viendo todas estas
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pruebas materiales, históricas y con tantos testigos, no puedo dudar de la ciencia
como principal motor de conocimiento; tiene tantos campos, tantos métodos, tantas
imágenes, sonidos y tantas respuestas que no dudaría ni un segundo en escogerla
como fuente de inspiración.
Si hablamos de arte, sobra decir que esta disciplina está ligada a otras, en el caso
de la ciencia, son varios los antecedentes que lo han hecho. Sin duda alguna desde
la Grecia clásica, los estudios matemáticos han estado inmiscuidos en el arte, todos
los estudios pitagóricos, las medidas y las proporciones seguramente fueron
necesarias para los más prodigiosos escultores de la antigüedad –eso sin
mencionar la arquitectura. Si hablamos de biología, era necesario saber de
fisionomía para ver cómo se comporta un músculo y esculpirlo, o si se trata de
química, esta era necesaria para preparar los pigmentos más duraderos, y con esto
me atrevo a decir que el arte y la ciencia tal vez son la práctica interdisciplinar más
antigua que existe. Para no irnos tan atrás en nuestra relación arte-ciencia y para
tener ejemplos más concisos me remontaré hasta el Renacimiento. Esta es la
época clave para ver el lazo más fuerte que hay históricamente entre arte y ciencia:
la fascinación por las matemáticas, la composición con el número áureo de
estructuras y obras artísticas. Era incluso muy común que la misma persona
ejerciera más de una profesión, el caso más famoso es el de Leonardo Da Vinci
quien era pintor, escultor, ingeniero e incluso tenía algo de médico –si abrir
cadáveres se le llama así. En todo caso podía comparar anatomía, hacer estudios
de los músculos, tendones y luego llevar estos estudios al arte o, mejor aún, a
máquinas e inventos.
Este tipo de prácticas arte-ciencia desaparecerían del foco protagónico del arte por
un buen tiempo. Luego de unos predecesores que no mencioné, llega la cámara
fotográfica combinando un poco de química, mecánica e imagen que luego se
convertiría en arte; luego el futurismo, el opt art y el arte cinético, el video, la video
instalación, etc. Podría mencionar infinitos ejemplos del arte y la ciencia como una
única disciplina; podría decir que jamás, incluso en el arte rupestre han estado
separados, y en la actualidad podemos ver cómo incluso nos confundimos
definiendo dónde está el límite entre estas dos disciplinas.
Pueden existir artistas que manejan la ciencia de tal manera que parecen
científicos, y sus obras, resultados de un experimento; o científicos – aquí encasillo
a Benoit Mandelbrot- que parece que sus hipótesis fueran manifiestos artísticos;
pero otros muchos no pretenden más que basar su oficio en lo que otra disciplina
propone. No es necesario hacer un doctorado en anatomía para dibujar un buen
cuerpo humano, ni estudiar historia del arte para contemplar un Pollock, es decir,
podemos tener el acercamiento a la disciplina, el amor a ella, pero no su rigor; no
es necesario y mucho menos nada práctico tener que saber química nuclear y sus
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fórmulas para pintar el hongo que forma la bomba atómica y sentir curiosidad sobre
estos temas.
Y alguien que sabía muy bien lo que siento es Salvador Dalí, este excéntrico
español que cuando se convirtió en un ex-surrealista nos mostró de una manera
más que obvia su fascinación por la ciencia, cuando en sus obras comenzaron a
aparecer referencias a la cultura atómica de ese entonces. Figuras como el
hipercubo, e incluso algunos se atrevieron a especular –yo también lo creo- que en
su obra icónica La persistencia de la memoria, estaba la presencia clara de Einstein
y la teoría de la relatividad.
A lo que voy con todo esto es que esta es una manera sana, inteligente y
despreocupada para involucrar a la ciencia en el arte, es decir sin ninguna
pretensión de ser científico, ni ánimo alguno de cualquier resultado producto de la
experimentación metódica. Dalí combinaba arte y ciencia de una manera que
incluso se hace sutil a un ojo desprevenido. Dalí incluía imágenes propias de la
ciencia en su obra intuyendo y descifrando su significado sin necesidad de enredar
al espectador con intrincadas fórmulas, ni de llegar a revolucionar al mundo
científico. Su manera de enterarse de los avances científicos y estar al tanto de
ellos era leyendo algunos libros de ciencia de vanguardia, tener amigos científicos
o simplemente pedirles una charla. Con esto Dalí conseguía esbozar las principales
teorías científicas en su cabeza para luego traducirlas en sus pinturas; el no veía la
necesidad de convertirse en un matemático ni de resolver ecuaciones, simplemente
sentía una gran curiosidad por su contexto científico.
Con todo esto quiero dar a entender que no es necesario sumergirse en universos
desconocidos y especializados de la ciencia para tener contacto con ella y poder
hacer imágenes basándose en esta disciplina; es más bien cuestión de entender el
contexto, de saber cómo influye la teoría, invención o descubrimiento en cuestión
sobre la humanidad en dicha época, entender qué significa su contenido y aplicarlo
de la manera deseada a la obra. No es necesario exponer cada aspecto de la teoría,
entender cada fórmula o significado; es necesario saber para qué nos sirve, ver
cómo funciona y cómo afecta nuestro desarrollo como individuos y sociedad. El arte
puede prescindir de muchos pasos que tal vez sean necesarios en otras disciplinas,
en el arte es más valioso depurar y decir lo importante.
Con el arte podemos hablar como más nos sintamos cómodos. Se pueden utilizar
distintos métodos, usar la estrategia de enseñar todo el postulado científico, usar
sus ecuaciones y toda la indumentaria propia de la disciplina para llegar a un
resultado digno de un Nobel en física, pero también se puede simplemente intuir lo
que un científico explica, entender sus imágenes e ignorar las fórmulas y llegar
simplemente a la figuración. En este caso se utiliza la ciencia como catálogo, ya
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sea de imágenes, conceptos y métodos que puedo utilizar para hilar una hipótesis
que de científica no ganaría un premio nobel, pero que podría ofrecer respuestas a
preguntas clave de nuestra cotidianidad, respuestas a esos pensamientos que solo
llegan de noche cuando no podemos dormir o que nuestros hijos pueden preguntar
de repente.
Se podría resumir cómo tener la libertad y riesgo que nos proporciona el arte y
combinarlo con la curiosidad y variedad que nos ofrece la ciencia, obteniendo así
un tema específico para unas preguntas algo metafísicas. Confío en este tipo de
mecanismos interdisciplinares que me abren caminos infinitos para abordar
cualquier tema, caminos que puedo caminar a mi propio ritmo con mis propias
intensiones sin pretender ser ni un genio ni un bohemio.
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“Mis ideas están basadas en mi asombro y
admiración por las leyes contenidas en el
mundo que nos rodea. Quien se maravilla
de algo, toma conciencia de algo
maravilloso.”
M.C. Escher
Leda atómica
Cuando la teoría del caos llegó a la ciencia, fue una piedra en el zapato para todo
el mundo científico. Antes de que las leyes de Newton se comenzaran a
desmoronar, el universo era visto como una gran máquina cuyo funcionamiento
estaba establecido por unas fórmulas precisas, en este tipo de sistemas
newtonianos el resultado de cualquier ecuación y por ende todo sistema propio de
la ecuación podía ser totalmente predecible; pero como es ahora, antes nada había
sido predecible, por lo tanto decían que cualquier anomalía en sus predicciones se
trataba de la influencia de algún agente externo, un mugre en esta intrincada
maquinaria podía descuadrar los engranajes que eran predecibles. La pregunta
sería: si en la ecuación todo era predecible ¿eran predecibles también este tipo de
anomalías?
En cambio la teoría del caos está más que basada en esas anomalías. La teoría del
caos propone que por más simple que sea una ecuación, por más “lógico” que sea
su producto, el resultado será en algún punto totalmente impredecible. Para el
nacimiento de esta nueva e incómoda teoría se necesitaban nuevas fórmulas,
nuevos postulados sobre el orden de las cosas. Tal vez en este momento
podríamos fundir las palabras cosmos y caos en la misma definición. Cuando el
accidente hace parte de la fórmula, el caos se convierte en un elemento crucial del
cosmos, lo impredecible pasa a definir el movimiento de unos engranajes que
creíamos dogma.
Una vez conocemos todos los elementos implicados debemos mencionar que
además de regir nuestro universo, este implícito orden que conlleva el caos puede
ser usado por nosotros para avanzar acorde al diseño que tiene al universo en un
movimiento armónico. De este tipo de premisas podemos llegar a ciertos científicos
y artistas que podrían ser mencionados como precursores de esta teoría. En
adelante este capítulo será un catálogo de personas que bien pudieron así sea de
forma inconsciente- utilizar la teoría del caos en su trabajo y que con este cambiaron
de cierta manera la forma de pensar de la humanidad en los últimos años. Tal vez
muchos de los artistas que mencionaré no incluyen en su discurso la teoría del
caos; tal vez solo sea acusarlos de algo que aborrecerían, pero las personas que
serán mencionadas producen según el orden de la naturaleza. El caos lo utilizaron
a su favor y dejaron rastros de cómo la mirada instintiva de un ser humano, la simple
intuición, nos hace víctima de la única regla que hasta el momento el todo parece
cumplirla.
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(fig1). Ejemplo de la regla de Fibonacci en una planta, teoría estudiada por Alan Turing.
Ahora podemos incluir al creador del concepto del “Efecto mariposa”, Edward
Lorenz, matemático y meteorólogo quien intentó alguna vez predecir el clima de
manera precisa valiéndose de ecuaciones complejas, pero que sin embargo nunca
pudo predecir el clima con precisión. Este antiguo creyente y ferviente seguidor de
Newton se encontró decepcionado de lo que él creía la norma universal de la física
y matemática antes del caos. Con estos estudios fracasados comenzaría su carrera
como un matemático del caos – él es uno de los padres de esta teoría- , postulando
que el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Japón, lo
cual quiere decir, que el más mínimo incidente puede cambiar a corto o larguísimo
plazo el resultado que creíamos contundente de alguna ecuación. Este postulado
luego daría origen a la famosísima película “El efecto Mariposa” de Eric Bress, que
seguramente a muchos nos hizo pensar por primera vez en el potencial de la teoría
del caos. Esta película ilustra de una manera, tal vez exagerada, a lo que se refería
Lorenz, pero de este caso específico me centraré en un capítulo donde analizaré el
fenómeno del tiempo frente al caos.
Por último, pero no el único caso del caos inmiscuido en la ciencia, mencionaré al
darwinismo y a la genética. En este caso no necesito un científico en concreto, ya
que cada avance genético y lo que nos han enseñado de la teoría de la evolución
nos gritan caos por todo lado. Aun no terminamos de descifrar el cien por ciento de
nuestro material genético y aun así sabemos cómo este debería funcionar; millones
de características grabadas en este material químico que de alguna manera la
naturaleza -más bien el caos- activa o desactiva, por esto nos convertimos en seres
indefinidamente diferentes, tenemos características de las cuales ni nos damos
cuenta y hasta la inteligencia o habilidad física depende de un “capricho” que
depende de los cálculos impredecibles del caos como orden de lo natural. Es culpa
de la teoría del caos, de esa fórmula maestra, que de un microorganismo
subacuático ahora seamos seres pensantes. El supuesto azar escogió el mejor
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material, activó y desactivó partes del mismo, cambió su composición, se equivocó
y acertó, extinguió y conservó especies hasta conseguir un mecanismo, un ser que
pudiera convertirse en un superviviente. El ser humano está en este momento
gobernando un planeta entero, gracias a que a la naturaleza -el sistema de
organización dictado por los postulados del caos- le pareció correcto que este
organismo continuara evolucionando hasta convertirse en raza dominante Homo
sapiens.
Algo que siempre estuvo ante nuestros ojos nos fue esquivo por milenios. La teoría
del caos solo fue visible a aquellos que podían ver patrones y orden en lo que
parecía azaroso y desordenado, la intuición tal vez a muchas generaciones les llevó
a hacer cosas que no llamaban teoría del caos, pero de alguna manera obedecía a
las leyes naturales. Por instinto o por simple observación nos movemos dirigidos
por dicha teoría y mi postulado simplemente es que debemos dejar a la naturaleza
actuar. No es tarea de todos entender las fórmulas, pero por instinto natural muchos
entendemos y creamos con dichas reglas.
En el mundo del arte no ha sido ajena esta intuición, de hecho es casi la norma del
arte contemporáneo, donde la obra es casi un experimento con miles de cabos
sueltos y donde el resultado es imprevisible; una obra donde el resultado depende
del espectador es casi aleatoria, pero de seguro debe tener una fórmula que lo
explique todo como en la naturaleza. Pasando a ejemplos que me son más
familiares en el arte –se más de ciencia e historia que de arte contemporáneo- me
gustaría de nuevo postular a movimientos, artistas o simplemente estilos en los que
es evidente el caos como orden. Tampoco quiero que crean que son los únicos que
cumplen con este patrón, pues reafirmo que el caos es la ley del todo; hasta el más
estructurado pensamiento contiene accidentes.
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(fig2). Acercamiento a la catedral “La sagrada familia” por Antoni Gaudí.
Cambiando hacia otro exponente del caos en el arte, preciso nombrar algo que nos
es familiar a todos, el proceso de creación de un poema dadá: algo que parece
accidental resulta en una obra que destaca la originalidad del sujeto. De un artículo
impreso, de donde uno creería el resultado podría ser medianamente predecible,
se producen oraciones que no creeríamos siquiera tendrían sentido y que solo una
mente bohemia encontraría significado profundo en un sistema de esta magnitud:
• “Tome un periódico.
• Tome unas tijeras.
• De este periódico seleccione un artículo que tenga el largo que desea para su poema.
• Recorte el artículo.
• Luego, cuidadosamente recorte cada una de las palabras que componen el artículo y métalas en una
bolsa.
• Agite suavemente
• Luego, tome de la bolsa un recorte tras otro.
• Copie concienzudamente cada palabra en el orden en que salieron de la bolsa
• El poema se parecerá a usted”3
3Tristan Tzara, Cómo hacer un poema dadaísta (Método de Tristan Tzara). [en línea]
< http://www.writing.upenn.edu/~afilreis/88v/tzara.html> (traducción propia), [citado el 02 de mayo de 2013).
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Biblia Sacra 4 – Createo Volatilium (1969)
Litografía
Salvador Dalí
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“No tengo miedo de hacer cambios, destruir la
imagen, etc. Porque la pintura tiene vida propia.”
Jackson Pollock.
Cada vez que miramos lo que nos rodea, es fácil darse cuenta de una arquitectura
intrincada y es obvio que con esto no me refiero a los edificios de arquitectos
renombrados ni a los cubiculares edificios en donde vivimos. A veces es necesario
apartar la mirada de lo que consideramos “geométrico”, “simétrico” y “estético”, esas
frías figuras sólidas que cortan nuestro entorno con aristas marcadas y líneas rectas
impecables. Detrás de nuestros edificios están esas incomodas nubes, tan
azarosas, tan incomodas para analizarlas desde la geometría; bajo las perfectas
llantas cilíndricas de nuestros automóviles están esos suelos tan escarpados, esas
montañas tan imperfectas que son tan incomodas de analizar matemáticamente.
¿Por qué se siente inseguridad al tener que encajar estas figuras en la matemática
euclidiana? Benoit Mandelbrot afirmaba: “Ni las nubes son esféricas, ni las
montañas cónicas, ni las costas circulares, ni la corteza es suave, ni tampoco el
rayo es rectilíneo.”4 Seguramente afirmando que la arquitectura eterna, las
construcciones de la naturaleza y el cosmos no responden a las leyes de Euclides,
responden a unas leyes geométricas que siempre estuvieron presentes y que
fueron opacadas por nuestro afán de poner un orden lógico a todo: la geometría
fractal.
4 MANDELBROT, Benoit. La geometría fractal de la naturaleza. Barcelona: Tusquets Editores S.A, 1997, p.15
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“Postulados de Euclides:
Puesto que nunca he podido construir una imagen solamente basada en Euclides,
siempre me vi inclinado a distorsionar algo los círculos y rombos. A causa de esto
me pregunté si debía existir una norma que construyera la naturaleza. Siempre he
visto cierta clase de orden en el caos que pareciera ser lo natural, es decir, ¿cómo
hace un helecho para organizar todas sus hojas, o el caracol para tener esa espiral
perfecta en su caparazón? Está claro que debe existir una norma, y así parezcan
desordenadas, azarosas y espontaneas, estas formas del cosmos seguramente
están descritas por alguna ecuación.
La geometría fractal fue la súbita respuesta a mi pregunta: no hay que ser un genio,
sino más bien un niño para ver brócolis más chiquitos dentro de un brócoli grande,
y diría yo que este es el ejemplo más claro de una construcción fractal. Si aún no
está claro el concepto de fractal lo explicaré con palabras concretas: un fractal se
contiene a sí mismo infinitas veces hacia adentro y hacia afuera (en extensión y en
contracción), es decir, se repite la misma figura a diferentes escalas. Según
Mandelbrot, y también a mi parecer, el mundo natural, desde la molécula más
simple hasta el sistema solar, está construido de manera fractal. El problema tal
vez es que antes de las computadoras ningún matemático pudo calcular lo
suficientemente rápido, ni lo suficientemente preciso y por esto preferíamos seguir
siendo discípulos de Euclides.
Entonces nació el llamado “fractal art” (fig4), que fue una corriente débil que surgió a
mediados de los años ochenta. Según su manifiesto no es tan simple como generar un
fractal en la computadora, pero a mí mirada sus resultados son exactamente los
mismos que los que un matemático o un ingeniero de sistemas pueden generar. Puede
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que estas palabras suenen odiosas pero tengo razones para decirlo. Sé que los
fractales pueden ser usados para algo más que diseños de camisas hawaianas o la
impresión que adorna el cuarto de un pseudo-hippie; sé que cuando la persona del
común escucha fractal se imagina algo parecido a un caleidoscopio o una alucinación
con LSD. Pero la realidad es otra.
El trono de Poseidón
Imagen generada por
computadora
Vicky Brago-Mitchell
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en el Renacimiento (fig5), uno de ellos es Salvador Dalí, que también usaría el espiral
de Fibonacci para organizar su obra en el lienzo (fig5).
A la izquierda:
San Juan Bautista (1508-1513)
Óleo sobre madera
Leonardo Da Vinci
A la derecha:
Giant Flying Mocca Cup with an
Inexplicable Five Metre Appendage.
(1946)
Óleo sobre lienzo
Salvador Dalí
(Fig5) Espiral de Fibonacci trazada sobre las obras de Leonardo Da Vinci y Salvador Dalí.
Pero existen dos casos especiales a los cuales me gustaría dedicarles algo más
que un párrafo: Jackson Pollock y Katsushika Hokusai, dos artistas que no solo
componen su obra de manera fractal –como los ejemplos anteriores-, sino que
además convierten a los fractales en el núcleo de su trabajo. Seguramente algunos
que ya hayan analizado su obra dirán que de eso no se trata y que simplemente
estoy escribiendo al azar o a primera impresión, además estoy seguro que cada
persona puede ver cosas diferentes en cada pieza artística. Una vez más mis
palabras se vuelven a apoyar en el mundo de la ciencia, pues estas aseveraciones
de ver a Pollock y a Hokusai como artistas fractales –verdaderos artistas fractales-
nacieron en el mundo científico.
Pero como su análisis es algo más parecido al lenguaje de los matemáticos que al
de los artistas, me tomo el atrevimiento de explicarlo con mis propias palabras: de
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alguna manera en la obra más temprana y la más tardía de Jackson Pollock, la
medida de su dimensión fractal alcanza los niveles más altos. Esto se obtiene
mirando qué cantidad de iteración –entiéndase iteración como la repetición a
distintas escalas de la misma figura o fenómeno– se obtenía al comparar
cuadrantes trazados en la misma obra (fig6), es decir, existían gotas en sus lienzos
que se repetían en diferentes escalas, al igual que chorreones o salpicaduras, en
cuanto a dirección, radio o cualquier otro vector.
Según Taylor y sus estudios posteriores, tanto Pollock como otros artistas visuales,
músicos y arquitectos “emulan” la forma fractal de la naturaleza intuitivamente, tal
vez por instinto, ya que de alguna manera el ojo de un espectador humano tenía
ciertas tendencias a la predilección sobre ciertas dimensiones fractales. Lo más
interesante de este estudio en Pollock se encuentra cuando nos damos cuenta que
en obras parecidas, ya sean imitaciones, adaptaciones o falsificaciones, no se
encuentra la misma dimensión fractal que tienen los Pollock originales. Esto
demuestra (y ya lo habían hecho intuir los videos de su método al trabajar) que
Jackson Pollock controlaba totalmente el trabajo que realizaba sobre el lienzo,
dejando mover su cuerpo a velocidades, direcciones y distancias de tal manera que
su obra fuera una traducción artística de fenómenos como la fisiología humana, la
física de los fluidos y más importante aún, la matemática del caos: los fractales.
(fig6) Cuadrantes de la pintura de Pollock comparados donde 1 y 2 no son fractales, pero sus decimales si.
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por instinto los percibe e imita, o los fenómenos físicos que cumplen con los dogmas
perfectos del caos.
(Fig7) Número 14: Gris. Esmalte sobre yeso y papel Jackson Pollock.
En su obra más importante, La gran ola (1830-1833), está más que claro a lo que me
refiero sobre la iteración. Esta magnífica ola, con olas más pequeñas sobre ella,
que a su vez tiene olas más pequeñas en ellas, de la misma manera que sucede
con la espuma o gotas, están las gotas más grandes rodeadas por unas medianas
que a su vez están rodeadas por otras más pequeñas. Lo mismo puede decirse de
las nubes, los árboles, las montañas y cualquier elemento de la naturaleza que
encontremos en los grabados y dibujos de Hokusai. Es tan obvio y tan complejo
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que el mismo Benoit Mandelbrot lo cita para hablar de la iteración y de los remolinos
en su obra La geometría fractal de la naturaleza.
(fig8) Abajo:
La gran ola de Kanagawa (1830-1833)
Grabado
Katsushika Hokusai.
A la derecha:
El dragón de humo escapando del monte Fuji (1826-1833?)
Grabado
Katsushika Hokusai.
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“Todas las teorías son legítimas y ninguna
tiene importancia. Lo que importa es lo que
se hace con ellas.”
Teniendo en cuenta a los fractales como estructura base del universo, podríamos
llegar a la conclusión de que este tipo de construcciones no solo son aplicables
para la materia y el espacio. Es veraz que solo con ver cómo está dividido nuestro
tiempo de reloj -una hora son sesenta minutos y un minuto son sesenta segundos-
que la fórmula fractal es aplicable también en las concepciones temporales.
Durante este capítulo mencionaré algunas formas donde podría estar implícito el
caos con cara de fractal en esa dimensión llamada tiempo, pasando por postulados
de la física cuántica, observando el tiempo como creación de nuestras mentes y
finalmente armando una hipótesis sobre cómo el tiempo se convierte en caos
cuando tratamos de tener control sobre el mismo.
Luego de los primeros cincuenta años del siglo XX se comenzó a emplear un nuevo
nombre para la era que se creía se comenzaría a vivir desde ese entonces: “la era
atómica”, que cambiaría la mentalidad de toda la raza humana en cuanto a
percepción del espacio-tiempo. Los científicos ya no centraban sus estudios al
comportamiento de cuerpos que son visibles a nuestros ojos, centrarían sus
preocupaciones a la mecánica ondulatoria, la rana de la física que describía
fenómenos a dimensiones de mil átomos o menos. Esto le permitió a la nueva elite
científica experimentar y teorizar sobre un nuevo campo, que en ese entonces
parecía sacado de la ciencia ficción, una ciencia donde dos cosas podían estar en
dos lugares al mismo tiempo o donde el tiempo podía ser maleable.
Pero existen algunos postulados que son de real importancia para entender el
tiempo como una estructura no lineal, entre ellas se encuentran: el principio de
incertidumbre, la relatividad y la teoría de cuerdas. Cada una de estas teorías aporta
propiedades maleables al tiempo, que intuitivamente conecté para describir al
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tiempo como un fractal, teorías que podrían simplemente girar en torno a las
matemáticas de Mandelbrot y que podrían contribuir a confirmar que cada aspecto
del universo obedece a estas normas y que no solo la materia está ligada al caos.
En este punto llega el momento de exponer el caso de las teorías del afamadísimo
Albert Einstein. El postulado sobre la teoría de la relatividad además de haber
revolucionado el mundo científico, lo hizo con el mundo filosófico y más adelante
con nuestra cultura en general. No estoy muy seguro de cómo funciona y menos
aún de la totalidad de componentes y condiciones que debe tener, pero algo que
me llama la atención de esta teoría son sin duda sus postulados sobre el tiempo.
Imaginemos que el tiempo no transcurre de la misma manera en un lugar o en otro,
que el tiempo se puede desacelerar y que en consecuencia de todo esto podemos
viajar al futuro o dar un vistazo –solo observar imágenes- al pasado.
Esta teoría, sin más preámbulos, nos dice que el tiempo es un ente controlable –
claro con ciertas condiciones- y que algún día cuando contemos con la suficiente
tecnología o el suficiente conocimiento podremos navegar en él libremente.
¿Podríamos entonces, si se viajara en el tiempo –recordemos que el acto de
34
observación según Heisenberg modifica los valores de las partículas- deformarlo,
desviarlo y darnos cuenta que lo que creíamos una línea recta se comienza a curvar
o tal vez a bifurcar o iterar?
Para echarle una mano a Einstein –y seguro que si estuviera vivo no lo necesitaría-
con esta última pregunta recurro a lo “último” en teoría física: la teoría de cuerdas
–cabe aclarar que ni la física convencional, ni los físicos cuánticos están de acuerdo
con la teoría de cuerdas. Así pasa con todos los postulados innovadores en todas
las ciencias, como pasó con Einstein y la relatividad, debido a que le tenemos miedo
al cambio. Esta teoría afirma que las partículas matéricas no son puntuales –esferas
pequeñas- sino son estados vibratorios de unas cuerdas o filamentos. Pero no me
interesa sino una pequeña parte de esta nueva teoría física que corresponde a sus
refutaciones. Además de que sus experimentos no cuadren con sus cálculos
matemáticos y que la matemática que requiere sea tan avanzada que aún no la
“comprendemos”, existe también la necesidad de 26, 11 o 10 dimensiones en el
universo para no desestructurarla –la verdad no sé por qué y no entiendo lo que leo
sobre eso. Esas dimensiones hipotéticas nos muestran el tiempo y el espacio de
maneras algo confusas y para esto me tendré que extender algo más que en las
otras teorías.
Comencemos por lo básico, definiendo qué es una dimensión y cuáles son las
aceptadas comúnmente. Una dimensión, según la Real Academia Española, es
“Cada una de las magnitudes de un conjunto que sirven para definir un fenómeno.”7,
es decir una medición de algo –lo que sea. Comúnmente conocemos cuatro
dimensiones esenciales del universo: alto, largo, ancho y tiempo. Ahora, si
queremos hablar del tiempo como estructura no lineal debemos remitirnos a la
quinta y la sexta dimensión, dimensiones donde la cuarta dimensión comienza a
trazar vectores adyacentes a su vector, y es entonces cuando deja de ser lineal y
llega al punto en que además de convertirse en una estructura fractal plana puede
comenzar a doblarse, a convertirse en un bluce, el momento crucial donde el fractal
se define y comienza a iterarse a sí mismo.
Para explicar esto mejor me referiré a un video que vi en internet8 donde explican
de manera más fácil esta serie de fenómenos y que de una forma u otra me hizo
entender mi vida –literalmente- de otra manera. Para dibujar la quinta dimensión
imaginemos que el tiempo es una línea vertical en un inicio donde en el extremo
inferior estamos en el primer momento de nuestra existencia y donde en el extremo
superior decidimos si estudiar para ser ingenieros químicos o artistas, entonces
7 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. 22.a Edición, 2001: [En línea] < http://lema.rae.es/drae/?val=dimension>
[citado el 21 de abril de 2013].
8 Imagining the Tenth Dimension, < http://www.youtube.com/watch?v=JkxieS-6WuA >
35
existen dos posibilidades y cada posibilidad inicia una nueva línea que nace de la
línea original, obteniendo algo así como una Y. De las dos posibilidades en la
primera instancia donde somos ingenieros químicos decidimos en algún punto si
casarnos o no, y se forman de esa línea otras dos, y donde somos artistas una
decisión X hace nacer dos líneas sobre la ya existente. De esta manera obtenemos
infinidad de líneas por cada decisión que tomemos o no y la figura dibujada sobre
el plano no sería una línea recta sino una estructura fractal parecida a un árbol (fig9).
(fig9) Ilustración de las líneas temporales divergentes, tomada del video “5th-Dimensional Camera Project”
Todas estas hipotéticas líneas del tiempo podrían ser simplemente especulación o
imaginación –como para San Agustín, el pasado y el futuro no existían, solo eran
abstracciones de nuestra mente- pero como Einstein tal vez refuta a San Agustín,
mostrando que el futuro y el pasado teóricamente pueden ser visitados, existe un
postulado que dice que estas líneas de tiempo pueden ser reales. Imaginemos un
ser totalmente bidimensional, este solo sería consiente del alto y del largo de las
cosas pero no puede ver la profundidad, es algo así como un ser recortado de una
revista. Ahora imaginemos el recorte en la cinta de Möbius (fig10), que es un ente de
tres dimensiones, entonces el ser de dos dimensiones es puesto sobre esta cinta
de tres dimensiones y se pone a recorrerla. Un ser de dos dimensiones puede
percibir solo el alto y el largo y al recorrer este objeto irremediablemente lo ve como
una pista plana de dos dimensiones sin percatarse de la torsión de la cinta que la
convierte en un espacio de tercera dimensión.
36
(fig10) Ejemplo de la cinta de Möbius. Cinta de Moebius II, M.C. Escher (1964)
37
38
“Los se enamoran de la práctica sin la teoría son
como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca
podrán saber a dónde van.”
Leonardo Da Vinci
La persistencia de la memoria
Es decir, tal vez en otra línea temporal hipotética, en vez de escribir esto tal vez
estoy consolidando la teoría de cuerdas y tendría un premio Nobel encima, y tal vez
en otra soy un habitante de la calle; el cambio puede ser a corto o a largo plazo,
puede ser mínimo o crucial, y lo único que sabemos es que en algún punto algún
suceso o fenómeno inició la cadena que desembocó en el ahora, pero haciendo
honor al principio de incertidumbre no sabemos con exactitud dónde se originó todo.
Puede que se recuerde el día en que uno amaba a X persona, pero no se sabría
con exactitud donde nació ese sentimiento, si al mirarla, hablar con ella o desde un
principio estaba en los genes -hasta pudo haber influido la pequeña brisa que pasó
junto al cabello de esa persona en ese instante que uno la miró y que si no hubiera
pasado tal vez hoy estaría simplemente sin ella.
Pero este postulado tan drástico podría hacer pensar que el tiempo era inamovible
y ahora lo es más. No es así, el tiempo ahora se puede navegar y sabemos que
podemos quitar o poner detonantes en nuestra vida si y solo si la teoría de Einstein
se convirtiera en práctica, pero no está de más poder pensar de una manera distinta
los sistemas en que existimos.
Recordemos ahora las dos condiciones para que una figura sea fractal: que la figura
se repita a si misma infinidad de veces y que se repita a distintas escalas. Ya
tenemos al tiempo como una línea que se parte en otras líneas infinitamente, ¿pero
dónde está la iteración? El tiempo se debería repetir a distintas escalas hacia
39
adentro y hacia afuera –hacia el pasado o el futuro- para poder definirse como un
fenómeno fractal.
Luego de buscar y rebuscar teorías científicas que me ayudaran a explicar en dónde
estaba la iteración del tiempo como un sistema fractal, no encontré nada – la única
relación que encontré fue la de hora, minuto y segundo-, hasta que de la nada tuve
un deja vu, ese conocido y prostituido fenómeno que cuando llega al final se piensa
“esto ya lo he vivido” y esa frase es tal vez la respuesta a la iteración del tiempo
como esclavo del caos. Científicamente describen al deja vu como una deficiencia
o un error en el procesamiento de datos en algún lado de nuestra corteza cerebral.
Yo por otro lado comienzo a creer que tal vez nuestro cerebro encuentra datos en
X suceso que ya había procesado antes, viviendo en una monótona vida, y no solo
refiriéndome al ser humano, sino también al ser biológico instintivo. Está claro que
tenemos “protocolos” para realizar algunas cosas y tal vez ese deja vu es una
repetición a una escala menor de un suceso previo o a una escala mayor de un
suceso futuro.
Me gustaría en este capítulo solo referirme a un ensayo corto que hace parte de
“Otras inquisiciones”, llamado “Magias parciales del Quijote”, donde se puede
explicar claramente qué es un bluce y de qué manera está relacionado este
fenómeno con los fractales. En este ensayo Borges menciona algunos casos en
obras literarias donde algún personaje de dichos textos lee o cita el escrito del cual
es parte:
40
nada. El barbero, sueño de Cervantes o forma de un sueño de Cervantes,
juzga a Cervantes…”9
“Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte:
Josiah Royce, en el primer volumen de la obra The world and the individual
(1899), ha formulado la siguiente: ―Imaginemos que una porción del suelo
de Inglaterra ha sido nivelada perfectamente y que en ella traza un
cartógrafo un mapa de Inglaterra. La obra es perfecta; no hay detalle del
suelo de Inglaterra, por diminuto que sea, que no esté registrado en el mapa;
todo tiene ahí su correspondencia. Ese mapa, en tal caso, debe contener un
mapa del mapa; que debe contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta
lo infinito.11
9 BORGES, Jorge Luis. Otras inquisiciones, Magias parciales del Quijote. Ediciones Neperus. p.29
10 Ibid. p.29
11 Ibid. p.30
41
42
“En vez de intentar producir un programa
que simule la mente adulta, ¿por qué no
tratar de producir uno que simule la mente
del niño? Si ésta se sometiera entonces a un
curso educativo adecuado se obtendría el
cerebro de adulto.”
Alan Turing.
La nostalgia del caníbal
Ya habiendo hablado de Borges, las referencias que realizo sobre algunas obras
donde se concebía un bluce y cómo el tiempo se ve afectado en estas, es preciso
entrar a hablar de algo que es crucial para esta investigación: la narración lineal en
contradicción al tiempo fractal, y en consecuencia de esto, de algunos pioneros que
se arriesgan a narrar de manera no lineal en sus obras. Sí existen artistas que de
alguna manera han capturado la esencia de los fractales en sus obras visuales,
deben existir otros autores que de alguna manera en su medio han intuido a los
fractales desde el ámbito temporal. Seguramente en obras visuales debe existir
más de una obra que hace honor a esta teoría, pero esta vez más que referentes
visuales utilizaré referentes narrativos, ya sea en libros, obras audiovisuales o
interactivas.
Una de las primeras obras que desafía el orden convencional de lectura es un libro
sagrado que está compuesto por una recopilación de textos escritos en diferentes
épocas y para diferentes motivos: La Biblia, que como muchos textos sagrados está
diseñada para ser leída –o recitada- según los intereses del propio lector o de la
persona que esté haciendo la relatoría sobre un fragmento de este texto. Si bien
sus partes están organizadas de manera “cronológica”, sus lectores habituales
suelen seleccionar un fragmento del texto para leerlo y navegarlo más que
simplemente hacer un recorrido lineal.
Ahora sin hablar de recopilatorios, puedo mencionar una obra que sin duda fue
pensada para ser leída de manera no convencional, donde se le da la libertad al
lector de navegar el texto de varias maneras diferentes. Julio Cortázar propone con
su obra Rayuela que los libros deberían ser escritos de otra manera para así ser
leídos también de una manera más intuitiva. Considerado como una novela
surrealista, pues de alguna manera está hecha en forma de collage –muy similar a
como está compuesta la biblia- se apilan los capítulos donde realmente la historia
43
o hilo de la novela no importa demasiado, de hecho muchos de sus capítulos no
están ligados y son de autoría ajena a Cortázar.
Rayuela está diseñada de tal manera que le da una actitud activa al lector frente a
la obra, lo deja participar de alguna manera más que solo ser un espectador.
Cortázar estructuró su obra de tal manera que tuviera una lectura base, es decir, la
lectura tradicional de la página número uno a la página final; luego propone una
especie de mapa, una guía para navegar el texto de una manera alternativa, lo cual
le cambia el sentido a la lectura. En esta modalidad Cortázar propone capítulos en
desorden, saltos de los capítulos y un orden de lectura que es lo que hace llamar a
Rayuela una contranovela.
El texto se convierte cuando su estructura lineal cambia. Pero este mapa de lectura
no es lo único que propone Cortázar, además nos dispone para leer su texto como
nos plazca; nos propone experimentar nuestro propio orden de lectura, dando un
estatus activo al lector como ya se había mencionado. Lo que realmente me
interesa de esta obra, además de sus distintas maneras de abordaje, es sin duda
el papel del espectador en la construcción de la obra, donde este puede cambiar
con una sola decisión el orden entero de ella, convirtiéndola así en una co-creación,
donde el texto en una de sus propuestas se convierte en un libro totalmente
diferente para cada lector. Cortázar le escribió un libro a cada persona que leyó
Rayuela.
Pero en el comic encontré algo más valioso y más cercano a este proyecto, algo
relacionado con la pregunta ¿Qué hubiera pasado sí…? “What if” (fig11) es un
conjunto de publicaciones especiales de la Marvel Comics, donde se hacen
variaciones de su universo principal a posibles universos alternos. Para explicarme
44
mejor haré una mención al capítulo sobre el tiempo fractal –la referencia hacia
nosotros, como ingenieros químicos o artistas en líneas de tiempo. En estos
números especiales se exploran el “qué hubiera pasado si” armando líneas de
tiempo derivadas del hilo principal del universo base: por ejemplo, en el universo
base Capitán América desaparece luego de la Segunda Guerra Mundial. En What
if se explora qué hubiera pasado si no hubiese desaparecido, donde un suceso
como el conocer a un súper héroe, un malentendido o una batalla toma un rumbo
diferente a la línea base de historietas, mostrándonos así una publicación donde se
explora directamente el concepto de la quinta dimensión, una línea temporal que
se puede bifurcar en un punto decisivo torciendo para un lado u otro de nuestro
“árbol fractal” la línea temporal que se mostraba en
otras narraciones
inmutable.
A la izquierda:
What If Vol.1
#46 (Agosto 1984)
Basado en: Amazing
Fantasy #15.
A la derecha:
What If ? Wolverine:
Father #1 (Febrero
2011)
Basado en: Wolverine: Origins #4 y #11.
(fig11) Edición clásica de “What if” sobre spider-man y versión actual de “What if” sobre Wolverine.
45
más planos temporales que los verticales –recordando el diagrama del árbol.
Podríamos representar distintos planos de distintos tiempos, los que sucedieron y
los que no, pues muchos añoramos lo que no fue. No sé si se hayan hecho
experimentos de este tipo –además de “el efecto mariposa” de Eric Bress.
Se le abre paso entonces a los nuevos medios, que llegan para abrir nuevas
posibilidades a nuestras antiguas prácticas. Si con un medio convencional podemos
narrar de manera no convencional, los nuevos medios pueden potenciar las ideas
que alguna vez Cortázar, Cervantes, Pollock, Dalí, Lissitzky y muchos otros tuvieron
y que en su momento no pudieron llegar a su extremo potencial por la ausencia de
los datos procesados a velocidad luz.
46
“No tengo sensación de añadir algo
al mundo. ¿De dónde iría yo a tomar lo que
añado, sino del mundo?”
Rene Magritte.
El Lissitzky escribió hacia el año 1923 un manifiesto que anticipó un fenómeno que
se está dando con gran fuerza hoy en día: “Topography of Typogaphy”, un texto
que contiene la información necesaria que nos ayudaría a construir una “página” de
un libro para concebirlo de una nueva manera, un libro que se convierte en una
experiencia visual y no en un código. El Lissitzky propuso en diez ítems el mejor
método para organizar una página, dándole así importancia a la gráfica, donde las
tensiones entre objetos, los pesos y propiedades puramente gráficas de los objetos
debían componerla. Con esto el lenguaje presentado en el “nuevo libro” – así lo
llama El Lissitzky- necesita de un nuevo escritor, uno que ya no emplee la tinta y la
pluma, un escritor que utilice al libro y a la tipografía como almacenamiento de
información. Se debe ver más como una interfaz en la cual se navega de una
manera natural, donde el ojo es el timón que nos mueve en el libro:
47
“Manifiesto
1. Las palabras impresas en una hoja de papel no se perciben con el oído, sino con la vista.
4. La estructuración del espacio del libro para el material de composición siguiendo las leyes
de las máquinas tipográficas, debe estar correspondida a las expectativas y a las tensiones
del contenido.
7. El nuevo libro reclama un nuevo escritor. El tintero y la pluma de oca han muerto.
8. El papel impreso triunfa por encima del espacio y el tiempo. Es necesario triunfar sobre el
papel impreso, sobre la perennidad del libro. ELECTRO-BIBLIOTECA.”12
Lissitzky parece haber predicho cómo funcionaría la digitalización de los libros que
ahora se nos hace tan común, incluso con el “libro bioscopio” donde las páginas
son continuas –tal vez a manera de rollo de papel- como lo vemos ahora en el
simple hecho de leer un archivo en formato pdf, pero es aún más acertado para la
creación de interfaces de programas, páginas web y cualquier contenido disponible
en una pantalla.
Es entonces cuando podemos decir que, sin saberlo, a diario nos estamos
enfrentando a una “electro-biblioteca” gigante, al libro que triunfa en el tiempo y el
espacio –me atrevo a llamar así a internet- visitando sitios que están llenos de links
a otros sitios, donde hay más links a otros sitios y así sucesivamente. También si
somos afortunados, o más bien buenos navegadores, se nos hará fácil encontrar
contenido organizado de la manera que propuso algún día El Lissitzky, sitios que
organizan todo su contenido dando prioridad al poder de la gráfica, pues todos los
desarrolladores, se han dado cuenta que el contenido se hace más atractivo de
esta manera. Por este fenómeno le dedicaré el resto del capítulo a recorrer los
procedimientos de organización del contenido digital. Presentaré a los nuevos
medios como la evolución o el siguiente paso de los medios análogos de narración.
12 LISSITZKY, El. Topografía de la tipografía. En: Revista Merz #4, julio de 1923. p.47
[en línea] <http://blog.grrr.es/2010/11/05/topografia-de-la-tipografia/ > [Citado en 14 de mayo de 2013]
48
Para pasar a describir cómo funcionan los nuevos medios de comunicación,
refiriéndome a la narración y la presentación de contenido, es necesario definir la
palabra interfaz -en este caso una superficie cuya función es el intercambio de
información entre hombre y máquina-, que parece ser un término que no se ha
terminado de construir en cuanto a términos prácticos nos referimos. Para definir
esta palabra, y poner en evidencia sus componentes, me remitiré directamente al
libro escrito por Lev Manovich “El lenguaje de los nuevos medios de comunicación”.
En un principio debemos tener claro que el “objeto” de los nuevos medios solo está
presente como información -código binario en un sistema. Al digitalizar nuestro
mundo “real” este se convierte en información numérica; para hacer esta
información más cercana a nosotros se reinventa la interfaz – se reinventa porque
el mundo físico es una interfaz; la interfaz es una plataforma, un plano, un espacio
que nos permite intercambiar información. Percibimos las características de un
objeto, en este caso, características de la información almacenada, o podemos
añadir, quitar o modificar información –transformar el objeto- mostrándonos de una
manera familiar a cualquier persona que es lo que se está haciendo.
Sería erróneo –o más bien poco práctico y poco interesante– explorar el libro digital
llegando solo a describir las mecánicas del Microsoft Word como ejemplo de
escritura. La letra sobre la superficie a manera de códice al llegar al medio digital
se hace débil. Todos podemos cambiar esa información, es información fugaz que
puede ser eliminada con una tecla, además no explota de manera efectiva el poder
de la interfaz –el poder del lenguaje, irónicamente- la letra sobre el plano a manera
13 MANOVICH, Lev. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Cambridge: Ediciones Paidós, 2006, p. 119
49
de códice carece de naturalidad, carece de atractivo. Las interfaces ahora se han
convertido en una explosión de “efectismo” audiovisual, que además de ser efectivo
está perfectamente maquillado, desplazando así la narración codificada.
Con todo esto se podría seguir pensando en los nuevos medios solo como en la
emulación de los antiguos medios; se podría pensar en ellos como información con
una interfaz que la vuelve amigable al público, pero los nuevos medios nos ofrecen
características que son de interés para este proyecto, características de una nueva
manera de narración, propiedades que nos permiten ver el tiempo como un ente
fractal, como un ente modificable y que nos es perfecto para entender al caos como
característica esencial de nuestro mundo.
14 Ibid., p. 72
15 Ibid., p. 76
50
digital, de la maleabilidad, tal vez del accidente; los nuevos medios nos ofrecen la
capacidad de pasar páginas no solo hacia adelante o atrás, sino en todas
dimensiones, pasar la página de un libro a la de otro, modificar la página que estoy
leyendo o que al pasar la misma hoja la siguiente nunca sea igual. Los nuevos
medios nos permitieron comprimir la información a tal punto que hay espacio en un
libro para infinitas páginas, para infinita lectura y al ofrecernos ese espacio
interminable, nos permite movernos para ver lo que queramos, no nos limita a una
lectura –recorrido lineal-, estos nos incitan a la navegación: podemos ir a donde
queramos en el momento que queramos.
Los nuevos medios nos permiten organizar las páginas a los espectadores,
convirtiéndonos en creadores de nuestro propio contenido; nos permite saltar entre
páginas, entre libros enteros, entre universos mediáticos tan separados que pueden
ir desde Wikipedia –la biblioteca pública- hasta Grooveshark –la tienda de discos-
en menos de un segundo; nos movemos por la historia, por la información a
velocidad luz –el sueño de Einstein convertido en realidad. Ya alcanzamos la
velocidad luz, por ende ahora podemos doblar el tiempo.
Es entonces cuando decido que se puede narrar lo que es y lo que no fue, lo que
será y lo que nunca existirá, todo ello compilado en un libro –en una interfaz- donde
la información y la ruta a ella puede ser escogida. Ya podemos construir imágenes
fractales, ya tenemos control sobre el tiempo y lo podemos ver completo, en su
totalidad, como fractal, ahora podemos narrar cada posibilidad del tiempo y el
espacio, no solo la linealidad a la que estábamos acostumbrados. Los
computadores nos dan ahora esa posibilidad –de hecho la fórmula del caos, lo
aleatorio, se puede programar, esto es irónico–, asemejando la narración a la
realidad, permitiéndome por fin “escribir” la historia que el espectador quiere “leer”,
permitiéndome “dibujar” lo que al espectador le es natural ver y facilitándome
finalmente hacer una conclusión sobre cómo representar “correctamente” el tiempo
y el espacio en una obra de carácter fractal, una obra caótica que obedece sin
objeciones ni opciones a la mecánica del caos, al accidente.
51
52
• Hipótesis
53
54
Objetivo general
• Crear un libro digital, que sea construido desde el área artística, teniendo en
cuenta las teorías fractales en el tiempo y el espacio de una manera intuitiva.
Objetivos específicos
55
56
“Limitar nuestra atención a cuestiones
terrestres sería limitar el espíritu
humano.”
Stephen Hawking.
Imagen ambivalente
Una vez se han expuesto todos los términos de este proyecto, se podría formular
un método con el cual se pueda abarcar cada una de las teorías y postulados ya
presentados para concluir toda la investigación y las intuiciones en un objeto final.
En este capítulo se expondrán la mayoría de aspectos que desembocaron en el
producto audiovisual e interactivo que se presentará para el proyecto, cada uno de
los pasos que se siguieron, las influencias y los antecedentes. También se
enunciaran lo procesos que fueron dejados de lado para dejar circular ideas que
estaban más acorde con toda esta hipótesis sobre los fractales.
Creo que toda buena idea comienza por una anécdota, por un suceso que
desemboca en un hilo de pensamientos, un suceso que hace preguntas y exige
explicaciones. En mi caso esa palabra tan toqueteada y despojada de sentido –el
amor- fue la causa de todo esto. Hace aproximadamente un año me convertí en
padre, inesperadamente mi vida cambió del cielo a la tierra, de pasar a ser un
universitario corriente me llené de mil responsabilidades y la vida como es en
realidad cayó sobre mí con toda su fuerza. Un cambio que llega de manera
inesperada desestabiliza a cualquier persona y en esos momentos de debilidad
nace la palabra que se llama arrepentimiento –por supuesto mi hijo es lo que más
amo en el mundo- pero esa palabra es la que nos lleva a pensar sobre el origen,
el punto inicial donde esta cadena comenzó.
57
que la línea del tiempo en nuestra cabeza se parece más a la forma de un árbol
que a una línea, y unos cuantos días después, como una milagrosa coincidencia,
en un documental me enteré de la existencia de los fractales.
58
sentido la una a la otra. Además el libro puede ser navegado hacia adelante y hacia
atrás con facilidad, sin necesidad de haber leído la página anterior para darle
sentido al tema. Podría asegurar que “Fosfeno” es el trabajo más cercano a este
proyecto en cuanto a la coincidencia de sus componentes y el ideal con que es
construido.
59
En los componentes conceptuales encontramos otro ejemplo de una narración que
involucra ese punto clave de nuestra línea temporal que se tuerce por un accidente,
un suceso que claramente no tiene un origen obvio pero si un punto de inicio gracias
a una decisión. “Red Label” (fig13) es un comic “mudo” cuyo argumento es sobre un
hombre que toma decisiones que tienen potencial para cambiar su vida, sin
embargo, él desconoce el producto de la reacción que sus acciones iniciaron y por
lo impredecible de la cadena de sucesos termina donde nunca espero estar. Este
trabajo trata de una manera sutil el concepto de las decisiones en el tiempo, y
posiciona al “accidente” como motor principal de los sucesos, donde un factor
específico en un momento no identificable, inicia por completo una rama del “árbol”
llamado tiempo.
60
figuración, pero por otro lado el ojo está entrenado para encontrarle forma a la
mancha más aleatoria, por esto la tinta además de aportar los trazos que definen
un dibujo controlado, genera la mancha que le da movimiento a la línea estática.
Estos componentes forman a las siguientes ilustraciones las cuales no serían
justificadas sin las imágenes.
(fig14) Educación 1, tinta sobre papel (2010). Educación 2, tinta sobre papel (2010).
62
“Si buscas resultados distintos, no hagas
siempre lo mismo.”
Albert Einstein
Galacidalacidesoxyribonucleicacid
Una vez sabida la temática del proyecto podía empezar a planear el texto y la
manera de iniciar una narración consecuente con los fractales, además se debían
planear las ilustraciones y hacerlos también consecuentes con una temática fractal.
La idea base se transformó en primera instancia en cuanto al método de narración,
al pensar el tiempo de manera fractal no podía hacer una narración lineal y ser
consecuente con esta teoría, por lo tanto necesitaba encontrar una manera de
pasar las páginas y que estas se comportarán como lo hace el tiempo frente a la
acción de un personaje (fig17). Entonces diseñé un sistema para que las páginas se
pudieran pasar a la manera de un árbol fractal, mas esta peculiaridad superaba la
capacidad que un libro común podría ofrecer. El hecho del paso de páginas de
manera fractal solo me lo ofrecía el medio digital, gracias a su capacidad de
recopilar información y generarla en el momento necesario.
63
(fig.17) Esquema de paginación en forma de árbol algorítmico.
Luego de pensar en este orden narrativo, tendría que pensar en escribir una historia
que pudiese ejemplificar de alguna manera el orden que el caos significa, mas
nunca llegué a escribir más de un párrafo sobre un hilo narrativo. Se construyeron
personajes inspirados en personalidades que tenían que ver con el mundo
científico(fig18), que impulsaron e investigaron la teoría fractal; se llegaron a construir
espacios basados en la geometría fractal (fig19), cuya estructura coincidía con la que
los algoritmos graficaban; y sin duda nació una estética que no está muy explorada
aun. Los espacios y objetos tomaron una atmosfera propia de la ciencia ficción,
pero aun no era totalmente conforme a lo que de verdad es un fractal en esencia y
apariencia.
64
(Fig19) Espacio basado en la geometria fractal.
65
(fig20) Experimento de tinta jabonosa y papel aceitado.
(fig. 21) Zoom de fractales generados. (fig. 22) Experimento de tinta en papel jabonoso.
Sin embargo el delimitar una mancha de tinta para convertirla en figuración resultó
en la perdida de fluidez y de nuevo se acercaba a la geometría euclídea. Fue
entonces cuando experimenté con la superposición de manchas de tinta de manera
digital: de la nada una imagen increíble surgió, sin quererlo, sin premeditarlo había
creado un “paisaje” con atmosfera, línea de horizonte y detalles increíbles, la tinta
y los fractales estaban “programados” para crear una imagen propia de la
naturaleza. Sin embargo mi amor por la figuración me obligó a organizar las
manchas para que al superponerlas crearan paisajes más controlados, más
“pensados”, pero no dejé de construir paisajes “accidentales”, de vez en cuando me
gustaba sorprenderme al ver cómo la mancha lo hacía todo.
66
(Fig23) Imagen finalizada de superposición de manchas.
Una parte crucial para completar la estética de la imagen y darle un latido, una vida
a esa imagen que no se desarrolla en el tiempo, es el sonido. Contando con las
capacidades mediáticas de la plataforma digital, el sonido se puede agregar como
alma de las imágenes, disponiendo en el nuevo libro imagen y sonido de manera
simultánea –suceso que en los medios convencionales está bastante limitado. Con
el furor que se generó al principio de los años ochenta con los fractales, surgieron
variedades de software para usar los fractales de forma “creativa”, entre estos se
encuentra el programa “Fractal music generator” (fig24). Este programa resultó
componer piezas interesantes en formato midi, basado en el conjunto de
Mandelbrot. Pero no siendo suficientemente “orgánica” la música que generaba, se
hizo necesario otro software para crear sonidos desde los fractales, en este caso
desde mis propias imágenes: el programa “Paint 2 Sound” (fig. 25), el cual escanea
cualquier imagen y la traduce en sonido. Con estos dos programas se experimentó
en cuanto a la frecuencia, duración, tono y varios factores que como persona ajena
a la música de academia no conozco muy bien – de nuevo fruto del accidente.
Luego de generar una gran cantidad de piezas, estas se combinaron en “Audacity”
para crear piezas más orgánicas, utilizando sus ondas como imágenes para crear
más fractales. Estas resultaron ser apropiadas como latido del corazón de este
proyecto.
67
(fig24) Captura de pantalla del programa “Fractal Music Generator”
68
Una vez tenía esta estética, estaba seguro de que esta era la correcta, la que me
había confirmado que lo que era el motivo de mi investigación era cierto. Pero este
maravilloso descubrimiento cambio la concepción que tenía del resto del proyecto.
Así como alguna vez concebí la imagen fractal como producto propio del algoritmo,
de esta misma manera había concebido el tiempo, un árbol fractal premeditado que
cerraría las posibilidades narrativas que la naturaleza del tiempo ofrecía. Tener un
orden de lectura predeterminado –así tuviera una estructura de lectura variable-
sería como si alguien entre nosotros conociera el futuro, cuando este en realidad
es incierto. Lo que viene en seguida en el tiempo nunca es predecible del todo,
billones de elementos están alterando lo que podría venir, el tiempo es fractal por
lo tanto los sucesos en él son regidos por el caos y así debía comportarse una
narración para esta teoría.
Entonces llegué a imaginarme un libro en el que cada vez que se pasa la página se
encuentra una totalmente diferente, indiferentemente si se acaba de pasar la
portada o si se va en la página mil, un libro infinito y cambiante, tal cual es el tiempo.
De nuevo esta posibilidad solo un medio me la puede ofrecer: el medio digital,
siendo este el único con dicha capacidad de almacenamiento y programación,
particularmente a través Internet, que tiene las cualidades que necesitaba para
maquetar un libro con estas condiciones. Tal como lo proponía Lissitzky, es
necesario triunfar sobre el papel impreso. La creación de la electro biblioteca ahora
llamada Internet, me permite crear un libro de infinitas páginas, un libro de orden
no lineal y en el cual el espectador puede navegar en lugar de recorrer al modo de
una línea recta.
(fig26) La interpretación de los sueños, Figura 1,17. Óleo, René Magritte. 1930.
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Partiendo del desarrollo conceptual que propone Magritte al cuestionar la relación
del lenguaje con la representación, pude disponer de la “palabra” de tal manera que
sustrajera y dotara de significado a la imagen. Teniendo en cuenta la manera en
que se diseñó la página, las combinaciones imagen-palabra nunca van a ser las
mismas cuando se visualizan. Por lo tanto la imagen, así se repita en los ojos de
dos o más espectadores, jamás serán las mismas gracias al poder transformador
de la palabra.
Una vez tengo construido el “nuevo libro”, haciendo así un homenaje a Lissitzky en
cuanto uso y composición, necesito explicar cómo se lee este al “nuevo lector”. Para
esto se propone un ejercicio de lecto-escritura en el cual al espectador se le pide
relacionar imagen con texto y, según estos, ir escribiendo una “historia”, para
comprobar de esta manera cómo cada espectador en este nuevo libro puede
encontrar sucesos, personajes y significados diferentes –pareciera esto el método
científico del proyecto.
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“Tener fe significa no querer
saber la verdad”.
La parte más difícil del proyecto era darle validez como libro, pues algunas personas
creían que el libro solo podía estar impreso cuando Lissitzky decía lo contrario,
personas que argumentaban que un libro tenía que tener un hilo, una narración
lineal o al menos no tan “abstracta” como para entenderla, de hecho el suceso más
frustrante al mostrar las versiones beta del experimento era oír la pregunta “¿para
qué sirve?”
El lector convencional no estaba preparado para leer una versión del nuevo libro, y
no los culpo, era fácil meterme en sus zapatos y no entender que era lo que yo
mismo pretendía ni a donde iba. Otro problema común y tal vez el de más difícil
resolución es que las personas aislamos los elementos de una página, viendo la
palabra y la imagen como individuos y no la composición completa como una
unidad. Se nos hacía difícil enlazar la imagen con el texto aun en la misma página,
por lo que mi preocupación trascendió al ver si podían enlazar una página con la
otra.
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al espectador con un fin, una utilidad para el proyecto y un resultado que se espera
de cualquier suceso. Fue prioritario el incluir unas instrucciones de uso o más bien
de lectura, para educarnos a todos en el papel del nuevo lector. Esta fue la única
solución para el problema del significado para el espectador desprevenido.
Llegar a un público desprevenido –con esto me refiero a que no saben que están
viendo “Arte” o “ciencia”- es una tarea difícil, a mi aun me queda difícil enfrentarme
a un artista contemporáneo y entenderlo, no culpo a nadie de no entender mi obra,
ni de no intentarlo, es una reacción común a lo incomodo a lo extraño. Si algo falla
con respecto a la lecturabilidad del “nuevo libro” es que el “nuevo escritor” aún no
lo es del todo. Se podría decir que este proyecto está en un estado “beta”
permanente y comparte así esta característica de todo internet; el libro se va a
seguir transformando mientras nuevos lectores van surgiendo y mientras se hace
más natural enfrentarse a una página con ausencia de renglones, títulos o
paginación. Del espectador solo quiero un intento, un vistazo una crítica que haga
evolucionar a un libro, que como los fractales, se construya naturalmente, donde el
libro se adapte al lector y el lector se adapte al libro.
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Conclusión
Una vez se han puesto todos los elementos en su lugar solo quedaría ver el
producto final del proyecto, ese que ha tratado de ser explicado y justificado en este
texto. Esa sería la verdadera conclusión a este escrito, que no obtendría sentido
alguno sin el producto final.
No soy pretencioso en cuanto a los resultados, pero soy optimista en cuanto que
esto podría aportar una semilla a otras ideas, semilla que podría germinar en una
nueva manera de pensar la expresión gráfica en sus elementos generales, desde
la composición de la página hasta los medios que cubre esta disciplina. No se
pretende cambiar las sociedad, ni desaparecer la desigualdad, no se pretende
cambiar siquiera al individuo. Se abre únicamente una ventana que pocos habían
abierto, se abre para saciar la sed por conocimiento, la sed por otras disciplinas y
el interés por temas “aburridos” se incremente. Desestigmatizando así palabras tan
feroces como la matemática o teoría fractal, el ser humano en esta época está
llamado a buscar lo que le interesa. Este proyecto puede ser incómodo para
algunos, pero para otros puede ser simplemente una manera de crear o pensar,
personas que invito a disfrutar de un nuevo pensamiento mas no obligaré ni
pretenderé se liguen a estas ideas.
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Bibliografía
• Borges, Jorge Luis. Otras inquisiciones. Magias parciales del Quijote. Ediciones Neperus 2007
• Manovich, Lev. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Cambridge: Editorial Paidós 2006.
Webgrafía
• http://discovermagazine.com/2001/nov/featpollock
• http://www.xatakaciencia.com/matematicas/los-fractales-en-la-pintura-de-pollock
• Nic Stacey, The secret life of chaos. BBC Four 2010 - http://www.dailymotion.com/video/xpxj1b_the-secretlife-
of-chaos_tech#.UZEnJ6IieSo
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Fuentes
(fig1):
https://plus.google.com/photos/107914194335268624018/albums/5755956146148990081/5755956148819652242
(fig2):
http://www.coloredhome.com/gaudi/sagrada_familia/sagrada_familia15.JPG
(fig3):
http://www.williambennettgallery.com/artists/dali/pieces/DALI1119.php
(Fig4): http://www.abm-enterprises.net/fractals/poseidonsthrone.html
(fig5):
http://cluesforum.info/viewtopic.php?p=2365815 http://laproporcionperfecta.blogspot.com/2011/06/numero-de-oro.html
(Fig 6):
http://discovermagazine.com/2001/nov/featpollock#.UXQ3taIieSo
(Fig7): http://artgallery.yale.edu/pages/collection/popups/pc_prints/enlarge17.html
(Fig8):
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Great_Wave_off_Kanagawa2.jpg
http://2.bp.blogspot.com/_WTgN37nzWpc/TIZoS4bynII/AAAAAAAAA0k/lnqLPG20r74/s1600/El+drag%C3%B3n+de+humo+escapando+
del+monte+Fuji.png
(fig9):
Captura de pantalla de: http://www.youtube.com/watch?v=o87TkFOR_Js
(fig10):
http://3.bp.blogspot.com/-eUY-aGDczeg/UKRXQRYQSwI/AAAAAAAAAW4/wxUbiQv0kWk/s1600/moebius5.jpg
http://www.wikipaintings.org/en/m-c-escher/moebius-strip-ii
Fig26:
http://1.bp.blogspot.com/-bd5wEOMoNho/Ti29QE7FtXI/AAAAAAAAAyU/ePOqV9uVbME/s320/magritte.jpg
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Agradecimientos
• Gracias a todos los que de alguna manera se vieron involucrados en este proyecto:
familiares, amigos, profesores y conocidos.
• Gracias en especial a Tomás Ramírez Pérez y Laura Pérez Chaparro, quienes fueron la
inspiración para llevar a cabo este proyecto.
• Gracias a Ronald F. Meléndez quien guió este proyecto por el camino adecuado y quien
estuvo pendiente de todo su desarrollo.
• Gracias a Adriana Pardo Olaya y a Juan Ramírez Trujillo quienes hicieron posible que
avanzara hasta este punto.
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