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CAOSUALIDAD

(Los fractales en el tiempo y el espacio)

Juan Carlos Ramírez Pardo


Trabajo de grado
Artes Visuales con énfasis en expresión gráfica

Asesor: Ronald Fernando Meléndez Cardona

Pontificia Universidad Javeriana


2012-2013

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APROBADO POR: ___________________________
Ronald F. Meléndez Cardona

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CAOSUALIDAD
La casualidad no es, ni puede ser más que una
causa ignorada de un efecto desconocido.

Voltaire

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Tabla de contenidos

• Nota del autor ………………………………………………..…………...……....9

• Introducción ……………………………..…………..……………..………...….11

• Las tres esfinges de Bikini …………………………………………………….15

• Leda atómica ………………………………………………………………….....19

• Naturaleza muerta en rápido movimiento ……………………………….....25

• Reloj blando …………………………………………………………………..….33

• La persistencia de la memoria …………………………………………..…...39

• La nostalgia del caníbal ……………………………………………….….…...43

• La desintegración de la persistencia de la memoria ………..…….….....47

• Hipótesis ……………………………………………………………….…….…..53

• Objetivos …………………..……………………………………..……...….…...55

• Imagen ambivalente …………………………………………….…………......57

• Galacidalacidesoxyribonucleicacid ………………………………….…..….63

• El hombre invisible ……………………………………….……………….…...73

• Conclusión ………………………………………………….……………….…..75

• Bibliografía y webgrafía …………………………………..……………….….77

• Fuentes ………………………………………………………..……………….…79

• Agradecimientos……………………………………………..……………….…81

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Nota del autor

 Es importante plantear relaciones entre disciplinas que parecen distantes y


aún más cuando estas pueden hacer aportes importantes hacia el desarrollo
de la otra. Buscar inspiración en un tema poco explorado puede significar
hacer redescubrimientos en el oficio propio de una práctica

También es necesario abrir nuevos caminos y proponer aproximaciones


distintas en el área de la expresión gráfica, hablando de la reinvención de
estéticas poco exploradas o que han tardado más tiempo en ser analizadas.
Del mismo modo se quiere abrir una ventana hacia los nuevos medios,
teniendo en cuenta las posibilidades que estos ofrecen a la gráfica como
disciplina, experimentando con la creación y “educación” de un nuevo
escritor y un nuevo lector para el libro electrónico.

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Introducción

El mundo está lleno de reglas, algunas son naturales pero la mayoría están
dispuestas por obra y gracia del hombre civilizado. Desde los primero años de
nuestra vida nos enseñan la manera “correcta” de percibir el mundo, los métodos
normales de clasificación y la estricta medida de las cosas. Entre todos los campos
y disciplinas de estudio se han encargado de decir lo que es o no nuestro universo;
las reglas se actualizan y difícilmente se cambian. Muchas de estas, reglas tan
fuertes que al razonar más complejo se resisten, y otras a las que simplemente
aludimos por la fe. Estas reglas influyen de manera drástica nuestra percepción
hacia la mayoría de los elementos que nos rodean, incluso si nuestras disciplinas
tratan de “innovar”, “criticar”, “crear” o simplemente “romper reglas”.

Una de las disciplinas madre más dogmáticas es la matemática; a esta no le basta


solo con cuantificar y ordenar las cosas. Esta dura dictadora nos obliga a crear e
investigar siempre sobre ella. Cada elemento que nos rodea es notablemente
descrito con matemática, específicamente con la geometría: la mesa es cuadrada,
el suelo es un plano o la ruta más corta entre un punto y otro es una línea recta.
Mas hay un ente enorme que parecería desafiar muchas de las reglas matemáticas:
la naturaleza, que ha sido esquiva a todas nuestras predicciones, medidas o
clasificaciones. La meteorología no puede predecir con exactitud un día soleado; a
pesar de nuestros estudios demográficos hay problemas con la sobrepoblación. Así
se establezcan patrones de progresión o comportamiento, la naturaleza se sale con
la suya sin mayores complicaciones y de forma caótica.

Que tal los hombres aferrados a Newton o Pitágoras estemos equivocados y la que
tenga la razón sea la naturaleza y su errático comportamiento. Ella estuvo antes
que nosotros y nosotros fuimos parte de ella antes de independizarnos en nuestra
soberbia humanidad. Este proyecto nos invita a mirar un momento a la naturaleza,
a conocer su comportamiento y tal vez a entender sus reglas; nos invita a mirar el
mundo con los ojos de la experiencia, pues me atrevo a asegurar que todos en
algún momento nos dimos cuenta que el mundo que nos rodea está construido
sobre “accidentes”, y la rama más torcida o el animal con más patas, obedecen a
una norma que solo hace poco comenzó a resaltarse, pero que desde hace muchos
siglos ha sido percibida.

Todas estas ideas serán apoyadas a lo largo del texto por científicos y artistas, que
con sus postulados y trabajos han aportado cada línea a este proyecto. Con cada
personaje que sea nombrado se mencionará también su aporte, algunos vendrán
estrechamente relacionados y otros desde su perspectiva darán puntadas <a la
hipótesis que sostiene este proyecto. A este texto no se le pretende dar un matiz
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demasiado científico, no hay que entender fórmulas o amar la física cuántica para
disfrutarlo. Este proyecto trata de ciencia vista del modo práctico, del modo
experimental y puramente intuitivo. Todos los aportes de estas mentes destacadas
en nuestra humanidad, desembocan en la experimentación sobre la imagen, el
sonido y el tiempo, que al final sería la conclusión de estas ideas aplicadas en la
percepción.
El siguiente texto mencionará los aspectos principales del universo regido por el
caos como método de organización del universo, cuyo método de construcción se
basa en la matemática y la teoría fractal. Pero esta cuestión no será vista con los
ojos de un científico, por el contrario, se utilizarán los métodos de un ilustrador, de
un “artista”, que permita aplicar estas teorías a la composición de un objeto, una
obra que obedezca a las leyes naturales que dicta el caos.

No es la intención del texto tener un carácter puramente científico. Todo


acercamiento a la ciencia se hará desde la intuición de un sujeto que no practica
dicha disciplina; se hará desde los ojos de alguien que disfruta de la ciencia y que
se interesa en ella más como filosofía que como disciplina. Es descubrir una manera
de ver el mundo distinta, desde las materias que más rígidas parecerían; su aporte
va dirigido directamente a la producción artística, donde la pieza final aludirá y
experimentará un nuevo método de ver la imagen gráfica incidida directamente por
la ciencia.

Pero tampoco pretendo introducir las imágenes de la ciencia directamente al arte


sin digerirlas, no quiero que esto se convierta en el clásico “fractal art” con la simple
construcción de una gráfica a partir de algoritmos. Se pretende profundizar en lo
que de verdad considero se llama fractal, puesto que el caos no puede ser
condensado en una fórmula matemática. Así mismo indagar en lo que de verdad
sería una imagen fractal, una imagen regida por las normas del caos. Y del mismo
modo, des estigmatizar lo que es una imagen fractal, mostrando así a los “lectores”
esta manera de construcción universal aplicada a las que yo llamaría disciplinas
antes que ciencia –como la música o el arte visual.

No podría afirmar que es una prioridad o una necesidad la difusión de este tema,
es solo una propuesta, una nueva manera de ver el universo en cada uno de sus
elementos. Esta propuesta está diseñada para explorar la forma más natural de
componer una imagen, un sonido o una narración; no pretende cambiar el mundo,
sino abrir nuevos caminos hacia una estética diferente, pobremente explorada y
tardíamente analizada.

Estas teorías tuvieron un furor fugaz y se convirtieron en una moda, que hizo que
luego estos postulados fueran olvidados por la gente del común. Sin embargo las
aplicaciones para estas teorías han sido anónimas pero multitudinarias. Este
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proyecto pretende reabrir el interés por la ciencia y sus postulados hacia la
comprensión del todo. La filosofía se ha convertido en el eje de interés de los
artistas y así mismo se ha transformado en el foco de la comprensión del universo
por parte de la humanidad, pero la ciencia no solo discute -como la filosofía-, la
ciencia da respuestas concretas y demostrables, aun así es ignorada –tal vez
debido a su complejidad- pero es válida e interesante. Por esto se da este proyecto
como experimento para abrir la senda del interés a la ciencia frente a nuestros
problemas “existenciales” y personales.

El proyecto desembocará en una publicación que llamaré el “nuevo libro” gracias a


El Lissitzky, una publicación que abarcará y será consecuente con cada teoría, con
cada postulado e idea sobre el caos como orden del universo. Esta publicación será
de carácter digital –interactivo-, audiovisual e inocentemente literario. El producto
es un experimento, un ser que tiene muy pocos congéneres pero que a la vez tiene
muchos padres, una especie de Frankenstein que se nutre de partes de varios para
hacer un individuo que no pertenece a ningún lado y a todos al mismo tiempo.

Esta es una invitación a mirar alrededor, a mirar al mundo real y descifrar sus reglas;
es el primer paso a ver el mundo con los ojos, a ver lo que realmente está y no lo
que creemos ver; es una invitación a olvidarnos de las normas rígidas de la
matemática clásica, a olvidar los dogmas del universo como máquina de engranes
inamovibles. Lo único que realmente espero obtener con este proyecto es que las
personas que se choquen con este “accidente” disfruten descubriendo el mundo
con los ojos de los pocos que vieron fractales en las olas y en los árboles; es el
primer paso para entender el caos y saber que se puede ver como un sistema,
como una norma o una cosmología así haya sonado contradictorio por siglos.

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“Los pensadores y literatos no me pueden
aportar absolutamente nada y los
Las tres esfinges de Bikini científicos todo, incluso la inmortalidad del
alma.”

Salvador Dalí

Hay temas que se me hacen más interesantes que otros y esa es la más sencilla
explicación del por qué la ciencia. En la vida cotidiana, y desde muy chicos, nos
enfrentamos a preguntas como de dónde venimos, para qué venimos o hacia dónde
vamos. La filosofía y la religión siempre han sido pioneras en dar respuesta a este
tipo de preguntas, más a ninguna le puedo creer del todo. La filosofía más que
proponer respuestas propone más preguntas, convirtiéndose en un juego de loops
donde no se puede llegar metódicamente a una respuesta, así sea una solución
tentativa o temporal. Creo que se logra un disfrute en la filosofía mientras se maneja
como una discusión y no como un método. En cuanto a la religión (y vaya que no
sé cómo creo aun en Dios) ofrece respuestas sin argumento alguno más que la fe.
Puedo simplemente ceñirme a esto o ser un poco más crítico, dejar a un lado los
dogmas y buscar otro tipo de salida al concepto de la voluntad de Dios o la creación
del universo.

Las ciencias exactas desde hace siglos nos vienen ofreciendo respuestas
argumentadas a muchas de las preguntas sobre nuestro entorno. Antiguos
matemáticos griegos, ingenieros renacentistas, físicos modernos e ingenieros
contemporáneos le han encontrado respuesta a todas nuestras necesidades e
incluso han generado nuevas, han encontrado respuestas, o al menos, pistas del
origen tan esquivo del universo o rastros de lo que podría ser el futuro, en mi
humilde opinión, han sido estas personas no solo ladrillos sino columnas completas
de nuestra humanidad. Constantemente esas columnas se remplazan por otras,
como la pólvora reemplazó la flecha o como IBM reemplazó el ábaco, y tal vez como
los matemáticos, químicos e incluso meteorólogos de los últimos tiempos,
remplazarán algún día a Newton y sus leyes que han sido enseñadas por montones
de años y nos han impulsado incluso literalmente a la luna.

Seguramente los filósofos o los religiosos han sido unos muy buenos analistas y
literatos de cada época; tal vez hayan explicado cómo se comporta el ser humano
y que tendencias tiene, pero me atrevo a decir que nada ha influido más al
desarrollo del hombre y a la búsqueda de su propio origen que las ciencias exactas.
Al verme sumergido en una era digital ya muy avanzada en edad y con expectativa
del siguiente salto científico hacia una nueva era, es increíble pensar cómo de estar
en una época donde aún se usaban carabinas y mosquetes para la guerra saltamos
en menos de un siglo a volar en el espacio. Dicen que en el último siglo hemos
avanzado más que en el resto de la historia de la humanidad. Viendo todas estas
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pruebas materiales, históricas y con tantos testigos, no puedo dudar de la ciencia
como principal motor de conocimiento; tiene tantos campos, tantos métodos, tantas
imágenes, sonidos y tantas respuestas que no dudaría ni un segundo en escogerla
como fuente de inspiración.

Si hablamos de arte, sobra decir que esta disciplina está ligada a otras, en el caso
de la ciencia, son varios los antecedentes que lo han hecho. Sin duda alguna desde
la Grecia clásica, los estudios matemáticos han estado inmiscuidos en el arte, todos
los estudios pitagóricos, las medidas y las proporciones seguramente fueron
necesarias para los más prodigiosos escultores de la antigüedad –eso sin
mencionar la arquitectura. Si hablamos de biología, era necesario saber de
fisionomía para ver cómo se comporta un músculo y esculpirlo, o si se trata de
química, esta era necesaria para preparar los pigmentos más duraderos, y con esto
me atrevo a decir que el arte y la ciencia tal vez son la práctica interdisciplinar más
antigua que existe. Para no irnos tan atrás en nuestra relación arte-ciencia y para
tener ejemplos más concisos me remontaré hasta el Renacimiento. Esta es la
época clave para ver el lazo más fuerte que hay históricamente entre arte y ciencia:
la fascinación por las matemáticas, la composición con el número áureo de
estructuras y obras artísticas. Era incluso muy común que la misma persona
ejerciera más de una profesión, el caso más famoso es el de Leonardo Da Vinci
quien era pintor, escultor, ingeniero e incluso tenía algo de médico –si abrir
cadáveres se le llama así. En todo caso podía comparar anatomía, hacer estudios
de los músculos, tendones y luego llevar estos estudios al arte o, mejor aún, a
máquinas e inventos.

Este tipo de prácticas arte-ciencia desaparecerían del foco protagónico del arte por
un buen tiempo. Luego de unos predecesores que no mencioné, llega la cámara
fotográfica combinando un poco de química, mecánica e imagen que luego se
convertiría en arte; luego el futurismo, el opt art y el arte cinético, el video, la video
instalación, etc. Podría mencionar infinitos ejemplos del arte y la ciencia como una
única disciplina; podría decir que jamás, incluso en el arte rupestre han estado
separados, y en la actualidad podemos ver cómo incluso nos confundimos
definiendo dónde está el límite entre estas dos disciplinas.

Pueden existir artistas que manejan la ciencia de tal manera que parecen
científicos, y sus obras, resultados de un experimento; o científicos – aquí encasillo
a Benoit Mandelbrot- que parece que sus hipótesis fueran manifiestos artísticos;
pero otros muchos no pretenden más que basar su oficio en lo que otra disciplina
propone. No es necesario hacer un doctorado en anatomía para dibujar un buen
cuerpo humano, ni estudiar historia del arte para contemplar un Pollock, es decir,
podemos tener el acercamiento a la disciplina, el amor a ella, pero no su rigor; no
es necesario y mucho menos nada práctico tener que saber química nuclear y sus

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fórmulas para pintar el hongo que forma la bomba atómica y sentir curiosidad sobre
estos temas.

Y alguien que sabía muy bien lo que siento es Salvador Dalí, este excéntrico
español que cuando se convirtió en un ex-surrealista nos mostró de una manera
más que obvia su fascinación por la ciencia, cuando en sus obras comenzaron a
aparecer referencias a la cultura atómica de ese entonces. Figuras como el
hipercubo, e incluso algunos se atrevieron a especular –yo también lo creo- que en
su obra icónica La persistencia de la memoria, estaba la presencia clara de Einstein
y la teoría de la relatividad.

A lo que voy con todo esto es que esta es una manera sana, inteligente y
despreocupada para involucrar a la ciencia en el arte, es decir sin ninguna
pretensión de ser científico, ni ánimo alguno de cualquier resultado producto de la
experimentación metódica. Dalí combinaba arte y ciencia de una manera que
incluso se hace sutil a un ojo desprevenido. Dalí incluía imágenes propias de la
ciencia en su obra intuyendo y descifrando su significado sin necesidad de enredar
al espectador con intrincadas fórmulas, ni de llegar a revolucionar al mundo
científico. Su manera de enterarse de los avances científicos y estar al tanto de
ellos era leyendo algunos libros de ciencia de vanguardia, tener amigos científicos
o simplemente pedirles una charla. Con esto Dalí conseguía esbozar las principales
teorías científicas en su cabeza para luego traducirlas en sus pinturas; el no veía la
necesidad de convertirse en un matemático ni de resolver ecuaciones, simplemente
sentía una gran curiosidad por su contexto científico.

Con todo esto quiero dar a entender que no es necesario sumergirse en universos
desconocidos y especializados de la ciencia para tener contacto con ella y poder
hacer imágenes basándose en esta disciplina; es más bien cuestión de entender el
contexto, de saber cómo influye la teoría, invención o descubrimiento en cuestión
sobre la humanidad en dicha época, entender qué significa su contenido y aplicarlo
de la manera deseada a la obra. No es necesario exponer cada aspecto de la teoría,
entender cada fórmula o significado; es necesario saber para qué nos sirve, ver
cómo funciona y cómo afecta nuestro desarrollo como individuos y sociedad. El arte
puede prescindir de muchos pasos que tal vez sean necesarios en otras disciplinas,
en el arte es más valioso depurar y decir lo importante.

Con el arte podemos hablar como más nos sintamos cómodos. Se pueden utilizar
distintos métodos, usar la estrategia de enseñar todo el postulado científico, usar
sus ecuaciones y toda la indumentaria propia de la disciplina para llegar a un
resultado digno de un Nobel en física, pero también se puede simplemente intuir lo
que un científico explica, entender sus imágenes e ignorar las fórmulas y llegar
simplemente a la figuración. En este caso se utiliza la ciencia como catálogo, ya

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sea de imágenes, conceptos y métodos que puedo utilizar para hilar una hipótesis
que de científica no ganaría un premio nobel, pero que podría ofrecer respuestas a
preguntas clave de nuestra cotidianidad, respuestas a esos pensamientos que solo
llegan de noche cuando no podemos dormir o que nuestros hijos pueden preguntar
de repente.

Se podría resumir cómo tener la libertad y riesgo que nos proporciona el arte y
combinarlo con la curiosidad y variedad que nos ofrece la ciencia, obteniendo así
un tema específico para unas preguntas algo metafísicas. Confío en este tipo de
mecanismos interdisciplinares que me abren caminos infinitos para abordar
cualquier tema, caminos que puedo caminar a mi propio ritmo con mis propias
intensiones sin pretender ser ni un genio ni un bohemio.

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“Mis ideas están basadas en mi asombro y
admiración por las leyes contenidas en el
mundo que nos rodea. Quien se maravilla
de algo, toma conciencia de algo
maravilloso.”

M.C. Escher
Leda atómica

Cuando la teoría del caos llegó a la ciencia, fue una piedra en el zapato para todo
el mundo científico. Antes de que las leyes de Newton se comenzaran a
desmoronar, el universo era visto como una gran máquina cuyo funcionamiento
estaba establecido por unas fórmulas precisas, en este tipo de sistemas
newtonianos el resultado de cualquier ecuación y por ende todo sistema propio de
la ecuación podía ser totalmente predecible; pero como es ahora, antes nada había
sido predecible, por lo tanto decían que cualquier anomalía en sus predicciones se
trataba de la influencia de algún agente externo, un mugre en esta intrincada
maquinaria podía descuadrar los engranajes que eran predecibles. La pregunta
sería: si en la ecuación todo era predecible ¿eran predecibles también este tipo de
anomalías?

En cambio la teoría del caos está más que basada en esas anomalías. La teoría del
caos propone que por más simple que sea una ecuación, por más “lógico” que sea
su producto, el resultado será en algún punto totalmente impredecible. Para el
nacimiento de esta nueva e incómoda teoría se necesitaban nuevas fórmulas,
nuevos postulados sobre el orden de las cosas. Tal vez en este momento
podríamos fundir las palabras cosmos y caos en la misma definición. Cuando el
accidente hace parte de la fórmula, el caos se convierte en un elemento crucial del
cosmos, lo impredecible pasa a definir el movimiento de unos engranajes que
creíamos dogma.

Esta increíble teoría es aplicable a toda lo existente, absolutamente a todo y el


ejemplo más claro es nuestra propia vida. A veces pensamos que tenemos todo
completamente planeado, que no se nos escapa un solo detalle y de la nada lo
menos esperado sucede: nos chocamos en el automóvil, arruinamos una comida,
o estropeamos la cita perfecta con algo que decimos. Pero siempre el caos,
implícito en el tiempo y el espacio, está diseñado para reordenar las cosas, para
organizar los cambios de una monotonía a otra. Imaginemos solamente el proceso
evolutivo darwinista: generaciones y generaciones de una sola especie
reproduciéndose y de la nada, de lo imprevisto, un cromosoma diferente aparece,
uno que nos permite respirar oxígeno; luego millones de años los dinosaurios
gobiernan el planeta tierra y de la nada son borrados por un “accidente” y le dan
paso a especies que son mucho más inteligentes; ahora estamos escribiendo
teorías de cómo funciona todo y de la nada, eso que estudiamos nos puede
desaparecer del universo.

Una vez conocemos todos los elementos implicados debemos mencionar que
además de regir nuestro universo, este implícito orden que conlleva el caos puede
ser usado por nosotros para avanzar acorde al diseño que tiene al universo en un
movimiento armónico. De este tipo de premisas podemos llegar a ciertos científicos
y artistas que podrían ser mencionados como precursores de esta teoría. En
adelante este capítulo será un catálogo de personas que bien pudieron así sea de
forma inconsciente- utilizar la teoría del caos en su trabajo y que con este cambiaron
de cierta manera la forma de pensar de la humanidad en los últimos años. Tal vez
muchos de los artistas que mencionaré no incluyen en su discurso la teoría del
caos; tal vez solo sea acusarlos de algo que aborrecerían, pero las personas que
serán mencionadas producen según el orden de la naturaleza. El caos lo utilizaron
a su favor y dejaron rastros de cómo la mirada instintiva de un ser humano, la simple
intuición, nos hace víctima de la única regla que hasta el momento el todo parece
cumplirla.

Para comenzar a mencionar estos entusiastas comenzaré por el mundo científico.


En orden cronológico empezaré por un matemático y pionero de la computación
llamado Alan Turing. Este genio científico fue el primero en ver que la naturaleza
tenía ciertos patrones que consideraba matemáticos comprobables. Su visión sobre
los patrones naturales lo llevó a pensar en alguna fórmula que generara un orden
en lo que los demás veían anarquía. Su trabajo sobre la morfogénesis planteaba
que de alguna manera las moléculas, células y pequeñas estructuras se
organizaban o asumían papeles para crear un complot que terminaba en vida o en
inteligencia. El pensar cómo un corazón terminaba formándose cuando sus células
de manera primigenia eran idénticas a las que terminaban siendo parte de una uña,
es decir, cómo unas células con iguales características podían resultar organizadas
de manera diferente y funciones diferentes sin ninguna regla ni inteligencia que las
organizara. Realizó trabajos creando algoritmos que luego resultaban en la
generación de una imagen parecida a las manchas de una vaca, manchas que
parecían azarosas creadas por ecuaciones matemáticas. Luego realizaría trabajos
sobre filotaxis –organización de las hojas en un tallo- teorizando que las hojas en
muchas especies de plantas se organizaban de acuerdo la sucesión de Fibonacci
– de manera fractal- en el tallo (fig1). A donde voy con todo esto es la clara presencia
de la teoría del caos en los estudios de Turing: la presencia de resultados
“azarosos” como resultado de ecuaciones matemáticas hacía intuir que debía existir
una regla que rigiera a lo que todos creíamos no tenía orden.

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(fig1). Ejemplo de la regla de Fibonacci en una planta, teoría estudiada por Alan Turing.

Ahora podemos incluir al creador del concepto del “Efecto mariposa”, Edward
Lorenz, matemático y meteorólogo quien intentó alguna vez predecir el clima de
manera precisa valiéndose de ecuaciones complejas, pero que sin embargo nunca
pudo predecir el clima con precisión. Este antiguo creyente y ferviente seguidor de
Newton se encontró decepcionado de lo que él creía la norma universal de la física
y matemática antes del caos. Con estos estudios fracasados comenzaría su carrera
como un matemático del caos – él es uno de los padres de esta teoría- , postulando
que el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Japón, lo
cual quiere decir, que el más mínimo incidente puede cambiar a corto o larguísimo
plazo el resultado que creíamos contundente de alguna ecuación. Este postulado
luego daría origen a la famosísima película “El efecto Mariposa” de Eric Bress, que
seguramente a muchos nos hizo pensar por primera vez en el potencial de la teoría
del caos. Esta película ilustra de una manera, tal vez exagerada, a lo que se refería
Lorenz, pero de este caso específico me centraré en un capítulo donde analizaré el
fenómeno del tiempo frente al caos.

Por último, pero no el único caso del caos inmiscuido en la ciencia, mencionaré al
darwinismo y a la genética. En este caso no necesito un científico en concreto, ya
que cada avance genético y lo que nos han enseñado de la teoría de la evolución
nos gritan caos por todo lado. Aun no terminamos de descifrar el cien por ciento de
nuestro material genético y aun así sabemos cómo este debería funcionar; millones
de características grabadas en este material químico que de alguna manera la
naturaleza -más bien el caos- activa o desactiva, por esto nos convertimos en seres
indefinidamente diferentes, tenemos características de las cuales ni nos damos
cuenta y hasta la inteligencia o habilidad física depende de un “capricho” que
depende de los cálculos impredecibles del caos como orden de lo natural. Es culpa
de la teoría del caos, de esa fórmula maestra, que de un microorganismo
subacuático ahora seamos seres pensantes. El supuesto azar escogió el mejor

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material, activó y desactivó partes del mismo, cambió su composición, se equivocó
y acertó, extinguió y conservó especies hasta conseguir un mecanismo, un ser que
pudiera convertirse en un superviviente. El ser humano está en este momento
gobernando un planeta entero, gracias a que a la naturaleza -el sistema de
organización dictado por los postulados del caos- le pareció correcto que este
organismo continuara evolucionando hasta convertirse en raza dominante Homo
sapiens.

Algo que siempre estuvo ante nuestros ojos nos fue esquivo por milenios. La teoría
del caos solo fue visible a aquellos que podían ver patrones y orden en lo que
parecía azaroso y desordenado, la intuición tal vez a muchas generaciones les llevó
a hacer cosas que no llamaban teoría del caos, pero de alguna manera obedecía a
las leyes naturales. Por instinto o por simple observación nos movemos dirigidos
por dicha teoría y mi postulado simplemente es que debemos dejar a la naturaleza
actuar. No es tarea de todos entender las fórmulas, pero por instinto natural muchos
entendemos y creamos con dichas reglas.

En el mundo del arte no ha sido ajena esta intuición, de hecho es casi la norma del
arte contemporáneo, donde la obra es casi un experimento con miles de cabos
sueltos y donde el resultado es imprevisible; una obra donde el resultado depende
del espectador es casi aleatoria, pero de seguro debe tener una fórmula que lo
explique todo como en la naturaleza. Pasando a ejemplos que me son más
familiares en el arte –se más de ciencia e historia que de arte contemporáneo- me
gustaría de nuevo postular a movimientos, artistas o simplemente estilos en los que
es evidente el caos como orden. Tampoco quiero que crean que son los únicos que
cumplen con este patrón, pues reafirmo que el caos es la ley del todo; hasta el más
estructurado pensamiento contiene accidentes.

Comenzaré con esas majestuosas catedrales góticas, donde la saturación y la


repetición e iteración1 propias de este estilo las convertía en una arquitectura que
en sus más bellas representantes era totalmente orgánica y más que obvio es que
arquitectos amantes de la naturaleza como Antoni Gaudí se darían cuenta de esto
y lo retomarían. “La sagrada familia” (fig2) es un claro ejemplo en el que la intuición
puede hacernos partícipes de una fórmula que no conocemos. Gaudí intentó incluir
en su obra geometría no convencional, llegando a utilizar la superficie reglada 2 –
hablaré más adelante sobre la banda de Möbius- sin darse cuenta que esto estaba
directamente relacionado con la fórmula que el caos representaba; dos estilos
separados por siglos con un mismo eje.

1 Repetición del mismo fenómeno a distintas escalas.


2 Superficie que se compone de rectas que se desplazan a través de una curva, cuyo ejemplo más simple es el cilindro.

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(fig2). Acercamiento a la catedral “La sagrada familia” por Antoni Gaudí.

Cambiando hacia otro exponente del caos en el arte, preciso nombrar algo que nos
es familiar a todos, el proceso de creación de un poema dadá: algo que parece
accidental resulta en una obra que destaca la originalidad del sujeto. De un artículo
impreso, de donde uno creería el resultado podría ser medianamente predecible,
se producen oraciones que no creeríamos siquiera tendrían sentido y que solo una
mente bohemia encontraría significado profundo en un sistema de esta magnitud:

• “Tome un periódico.
• Tome unas tijeras.
• De este periódico seleccione un artículo que tenga el largo que desea para su poema.
• Recorte el artículo.
• Luego, cuidadosamente recorte cada una de las palabras que componen el artículo y métalas en una
bolsa.
• Agite suavemente
• Luego, tome de la bolsa un recorte tras otro.
• Copie concienzudamente cada palabra en el orden en que salieron de la bolsa
• El poema se parecerá a usted”3

Claramente es un procedimiento del arte influido por el caos. Yendo a un ejemplo


más drástico me fascinaría hablar de una técnica surrealista llamada bulletismo
(fig3), donde se disparan bolas con pintura a una superficie, dejando a la física, a la
misma naturaleza, generar la obra. Más adelante Salvador Dalí utilizaría variantes
de esta técnica para crear grabados e ilustraciones donde claramente el caos es
protagonista de sus obras. Cuando lleguemos a la parte sobre la metodología
exploraremos más profundamente al bulletismo y a Salvador Dalí como referente
visual propio del caos y su fórmula del todo.

3Tristan Tzara, Cómo hacer un poema dadaísta (Método de Tristan Tzara). [en línea]
< http://www.writing.upenn.edu/~afilreis/88v/tzara.html> (traducción propia), [citado el 02 de mayo de 2013).

23
Biblia Sacra 4 – Createo Volatilium (1969)
Litografía
Salvador Dalí

(fig3).Obra ejemplo del uso del bulletismo.

Retomando al caos como tema central de este capítulo, me es necesario concluirlo


en el resto del texto, puesto que esa fórmula del “todo” es mucho más compleja de
explicar que su ecuación de resolver. La fórmula fue propuesta por Benoit
Mandelbrot; la teoría fractal es la conclusión a la teoría del caos, es la fórmula
dictadora, es el funcionamiento base de la naturaleza. Esta explica cómo está
hecho el universo entero; esta es el sueño panteísta, el origen del todo, el orden de
todo está en todos lados.

24
“No tengo miedo de hacer cambios, destruir la
imagen, etc. Porque la pintura tiene vida propia.”

Jackson Pollock.

Naturaleza muerta en rápido movimiento

Cada vez que miramos lo que nos rodea, es fácil darse cuenta de una arquitectura
intrincada y es obvio que con esto no me refiero a los edificios de arquitectos
renombrados ni a los cubiculares edificios en donde vivimos. A veces es necesario
apartar la mirada de lo que consideramos “geométrico”, “simétrico” y “estético”, esas
frías figuras sólidas que cortan nuestro entorno con aristas marcadas y líneas rectas
impecables. Detrás de nuestros edificios están esas incomodas nubes, tan
azarosas, tan incomodas para analizarlas desde la geometría; bajo las perfectas
llantas cilíndricas de nuestros automóviles están esos suelos tan escarpados, esas
montañas tan imperfectas que son tan incomodas de analizar matemáticamente.

¿Por qué se siente inseguridad al tener que encajar estas figuras en la matemática
euclidiana? Benoit Mandelbrot afirmaba: “Ni las nubes son esféricas, ni las
montañas cónicas, ni las costas circulares, ni la corteza es suave, ni tampoco el
rayo es rectilíneo.”4 Seguramente afirmando que la arquitectura eterna, las
construcciones de la naturaleza y el cosmos no responden a las leyes de Euclides,
responden a unas leyes geométricas que siempre estuvieron presentes y que
fueron opacadas por nuestro afán de poner un orden lógico a todo: la geometría
fractal.

Desde el jardín, y si no fue antes, figuras como el triángulo, el rectángulo o el círculo


eran obligatorias para la comprensión del mundo. Mientras fui creciendo la unión
de estas formas construían el espacio, hasta en algunas clases de dibujo me vi
envuelto en la construcción de volúmenes geométricos “clásicos” para dibujar un
cuerpo humano o una simple fruta. Los postulados de Euclides nos los enseñan
desde que empezamos a hablar y tal vez muchas personas mueren siendo fieles a
ellos, pero quiero ser claro que se le llama geometría euclidiana a la clásica
geometría de colegio, es decir, no solo la que comprende los cinco postulados
propios de Euclides, sino también a las que tienen sus bases en ellos, como lo que
conocemos de ángulos, paralelas, radios, etc.

4 MANDELBROT, Benoit. La geometría fractal de la naturaleza. Barcelona: Tusquets Editores S.A, 1997, p.15

25
“Postulados de Euclides:

1. Por dos puntos diferentes pasa una sola línea recta


2. Un segmento rectilíneo puede ser siempre alargado.
3. Hay una sola circunferencia con un centro y un radio dados.
4. Todos los ángulos rectos son iguales.
5. Si una recta secante corta a dos rectas formando a un lado ángulos interiores, la suma
de los cuales sea menor que dos ángulos rectos; las dos rectas, suficientemente
alargadas se cortarán en el mismo lado.” 5

Puesto que nunca he podido construir una imagen solamente basada en Euclides,
siempre me vi inclinado a distorsionar algo los círculos y rombos. A causa de esto
me pregunté si debía existir una norma que construyera la naturaleza. Siempre he
visto cierta clase de orden en el caos que pareciera ser lo natural, es decir, ¿cómo
hace un helecho para organizar todas sus hojas, o el caracol para tener esa espiral
perfecta en su caparazón? Está claro que debe existir una norma, y así parezcan
desordenadas, azarosas y espontaneas, estas formas del cosmos seguramente
están descritas por alguna ecuación.

La geometría fractal fue la súbita respuesta a mi pregunta: no hay que ser un genio,
sino más bien un niño para ver brócolis más chiquitos dentro de un brócoli grande,
y diría yo que este es el ejemplo más claro de una construcción fractal. Si aún no
está claro el concepto de fractal lo explicaré con palabras concretas: un fractal se
contiene a sí mismo infinitas veces hacia adentro y hacia afuera (en extensión y en
contracción), es decir, se repite la misma figura a diferentes escalas. Según
Mandelbrot, y también a mi parecer, el mundo natural, desde la molécula más
simple hasta el sistema solar, está construido de manera fractal. El problema tal
vez es que antes de las computadoras ningún matemático pudo calcular lo
suficientemente rápido, ni lo suficientemente preciso y por esto preferíamos seguir
siendo discípulos de Euclides.

Luego de la existencia de estas máquinas que podían hacer cálculos instantáneos,


comenzaron a surgir las representaciones visuales de todos los algoritmos
existentes, incluidos, en estos algoritmos, los fractales. Desde finales de los setenta
hasta inicios de los ochenta comenzó un fulgor por las figuras fractales, por todas
estas imágenes coloridas y “psicodélicas” generadas por computador que se
convirtieron en una “moda”.

Entonces nació el llamado “fractal art” (fig4), que fue una corriente débil que surgió a
mediados de los años ochenta. Según su manifiesto no es tan simple como generar un
fractal en la computadora, pero a mí mirada sus resultados son exactamente los
mismos que los que un matemático o un ingeniero de sistemas pueden generar. Puede

5 D.E Joyce. [en línea] <http://www.euclides.org/menu/elements_esp/01/postuladoslibro1.htm> [citado el 21 de abril de 2013]

26
que estas palabras suenen odiosas pero tengo razones para decirlo. Sé que los
fractales pueden ser usados para algo más que diseños de camisas hawaianas o la
impresión que adorna el cuarto de un pseudo-hippie; sé que cuando la persona del
común escucha fractal se imagina algo parecido a un caleidoscopio o una alucinación
con LSD. Pero la realidad es otra.

El trono de Poseidón
Imagen generada por
computadora
Vicky Brago-Mitchell

(fig4) Ejemplo de “fractal art”.

Los fractales comenzaron a cambiar el mundo de maneras inesperadas, sus usos


variaron desde la generación de efectos especiales para películas y series de
televisión hasta la creación de antenas de mejor recepción y la evolución de los
microchips. En cuanto a la construcción de imágenes no se exploró más allá de la
imagen algorítmica, pero antes de que todo este fenómeno ocurriera, mucho antes
de que naciera Benoit Mandelbrot, y tal vez incluso antes de que Euclides naciera,
algunas comunidades y seres humanos ya se habían fijado en el orden que el caos
representaba, ya ponían fractales en sus objetos rituales u obras de arte de
maneras más significativas que las que un algoritmo en una pantalla podría llegar
a ser.

El ejemplo más claro del uso “invisible” pero intencional se encuentra en el


Renacimiento. En la búsqueda de una composición armoniosa, los artistas y
arquitectos se acercaron a la serie de Fibonacci, una sucesión numérica que
claramente describía un fractal al traducirse a una forma geométrica. Más adelante
artistas más recientes utilizaron este mismo modo de componer al buscar referentes

27
en el Renacimiento (fig5), uno de ellos es Salvador Dalí, que también usaría el espiral
de Fibonacci para organizar su obra en el lienzo (fig5).

A la izquierda:
San Juan Bautista (1508-1513)
Óleo sobre madera
Leonardo Da Vinci

A la derecha:
Giant Flying Mocca Cup with an
Inexplicable Five Metre Appendage.
(1946)
Óleo sobre lienzo
Salvador Dalí

(Fig5) Espiral de Fibonacci trazada sobre las obras de Leonardo Da Vinci y Salvador Dalí.

Pero existen dos casos especiales a los cuales me gustaría dedicarles algo más
que un párrafo: Jackson Pollock y Katsushika Hokusai, dos artistas que no solo
componen su obra de manera fractal –como los ejemplos anteriores-, sino que
además convierten a los fractales en el núcleo de su trabajo. Seguramente algunos
que ya hayan analizado su obra dirán que de eso no se trata y que simplemente
estoy escribiendo al azar o a primera impresión, además estoy seguro que cada
persona puede ver cosas diferentes en cada pieza artística. Una vez más mis
palabras se vuelven a apoyar en el mundo de la ciencia, pues estas aseveraciones
de ver a Pollock y a Hokusai como artistas fractales –verdaderos artistas fractales-
nacieron en el mundo científico.

En el 2001 la revista científica Discover publicó un artículo llamado “los fractales de


Pollock”. En esta publicación se hace una reseña de los estudios realizados por el
físico Richard Taylor, quien empezó estudiando las dimensiones fractales
(medida que dice cuan fractal es o no un fenómeno u objeto) de formas naturales
como las bifurcaciones en ríos o árboles. Luego a Taylor se le ocurrió que tal vez a
Pollock se le podía aplicar el mismo análisis, entonces fue cuando comenzó a visitar
galerías y comprar libros en los que estuviera involucrada la obra del artista. Obtuvo
imágenes de alta resolución de sus lienzos, analizó su obra en una computadora y
como resultado casi predecible por Taylor, la obra de Jackson Pollock sí cumplía
con la dimensión fractal.

Pero como su análisis es algo más parecido al lenguaje de los matemáticos que al
de los artistas, me tomo el atrevimiento de explicarlo con mis propias palabras: de
28
alguna manera en la obra más temprana y la más tardía de Jackson Pollock, la
medida de su dimensión fractal alcanza los niveles más altos. Esto se obtiene
mirando qué cantidad de iteración –entiéndase iteración como la repetición a
distintas escalas de la misma figura o fenómeno– se obtenía al comparar
cuadrantes trazados en la misma obra (fig6), es decir, existían gotas en sus lienzos
que se repetían en diferentes escalas, al igual que chorreones o salpicaduras, en
cuanto a dirección, radio o cualquier otro vector.

Según Taylor y sus estudios posteriores, tanto Pollock como otros artistas visuales,
músicos y arquitectos “emulan” la forma fractal de la naturaleza intuitivamente, tal
vez por instinto, ya que de alguna manera el ojo de un espectador humano tenía
ciertas tendencias a la predilección sobre ciertas dimensiones fractales. Lo más
interesante de este estudio en Pollock se encuentra cuando nos damos cuenta que
en obras parecidas, ya sean imitaciones, adaptaciones o falsificaciones, no se
encuentra la misma dimensión fractal que tienen los Pollock originales. Esto
demuestra (y ya lo habían hecho intuir los videos de su método al trabajar) que
Jackson Pollock controlaba totalmente el trabajo que realizaba sobre el lienzo,
dejando mover su cuerpo a velocidades, direcciones y distancias de tal manera que
su obra fuera una traducción artística de fenómenos como la fisiología humana, la
física de los fluidos y más importante aún, la matemática del caos: los fractales.

(fig6) Cuadrantes de la pintura de Pollock comparados donde 1 y 2 no son fractales, pero sus decimales si.

La experiencia con el artículo previamente mencionado no solo me sirve para


mencionar un referente de artista fractal, sino también me sirve para comprobar que
los fractales son la geometría de la naturaleza, de cualquier fenómeno científico, y
que no es necesario que un algoritmo representado en una pantalla sea la única
representación de esta fascinante teoría que son los fractales, es decir ¿Quién si
no es la naturaleza puede dibujar los mejores fractales? Y me permito hacer la libre
traducción de una cita de Richard Taylor que como anillo al dedo estaba en el
mismo artículo “¿Puedo tener a la naturaleza puesta sobre un trozo de lienzo? El
mejor ejemplo que jamás haya existido es Número 14 de 1948”6 (fig7). Tal vez de
eso carecen las computadoras que hacen algoritmos, la naturaleza es la única que
puede hacer fractales puros, ya sea a través del cerebro humano, obra natural que

6 Citado por: OUELLETTE, Jennifer. Pollock´s Fractals. En:


[En línea] <http://discovermagazine.com/2001/nov/featpollock#.UXQw36IieSo> Traducción Propia [Citado el 21 de abril de 2013]

29
por instinto los percibe e imita, o los fenómenos físicos que cumplen con los dogmas
perfectos del caos.

Pasando de esta extendida fascinación por Pollock y lo que es para mí y para


muchos otros la naturaleza en un lienzo, me es vital mencionar a Katsushika
Hokusai, personaje que antes que Mandelbrot ya se había dado cuenta de la
iteración a diferentes escalas de las cosas y fenómenos. Este es otro genio
dibujante de la naturaleza, su ojo diferente ya le había dado la capacidad de iterar
las formas (claro no al nivel matemático de Pollock) que para el siglo XIX podrían
pasar por sutilezas o simplemente estilización.

(Fig7) Número 14: Gris. Esmalte sobre yeso y papel Jackson Pollock.

En su obra más importante, La gran ola (1830-1833), está más que claro a lo que me
refiero sobre la iteración. Esta magnífica ola, con olas más pequeñas sobre ella,
que a su vez tiene olas más pequeñas en ellas, de la misma manera que sucede
con la espuma o gotas, están las gotas más grandes rodeadas por unas medianas
que a su vez están rodeadas por otras más pequeñas. Lo mismo puede decirse de
las nubes, los árboles, las montañas y cualquier elemento de la naturaleza que
encontremos en los grabados y dibujos de Hokusai. Es tan obvio y tan complejo

30
que el mismo Benoit Mandelbrot lo cita para hablar de la iteración y de los remolinos
en su obra La geometría fractal de la naturaleza.

A mí me gusta mencionar algo acerca de Hokusai que no menciona Mandelbrot al


relacionarlo con los fractales: en La gran ola (fig8) tal vez, la iteración y el uso del
fractal es intencional aunque “inocente” de esta teoría. Pero algo que no creo que
sea intencional sino más bien instintivo -con esto regreso a lo que mencioné en
Pollock sobre los seres humanos que inconscientemente imitan las formas fractales
de la naturaleza y puede que sea un juicio arriesgado-, es que Hokusai tenía una
línea diferente, que se nota sobre todo en sus dibujos en tinta. Me arriesgo a decir
que esa línea tiene unas pulsaciones y unos movimientos que al trazar montañas o
formas irregulares describe formas fractales. Estas se pueden ver sobretodo en sus
ilustraciones para Lecciones rápidas al dibujo simplificado o en otras obras como
El dragón de humo escapando del monte Fuji (1826-1833?) (fig8).

(fig8) Abajo:
La gran ola de Kanagawa (1830-1833)
Grabado
Katsushika Hokusai.

A la derecha:
El dragón de humo escapando del monte Fuji (1826-1833?)
Grabado
Katsushika Hokusai.

En resumen, y compilando todo lo que en este capítulo se ha descrito, puedo


afirmar que un espacio fractal puede ser alcanzado de distintas maneras, pues la
geometría puede ser usada para el diseño de una catedral o la organización de un
micro chip. Lo que me parece importante volver a repetir es que no es necesario la
31
traducción a imagen de un algoritmo por obra y gracia de la computadora. Esto
resulta en imágenes frías y antinaturales, se convierten en moda y le quitan el valor
a los fractales puros, pues al intentar mostrar un fractal enmarcado nos apartan la
vista de los que siempre nos han acompañado. Los fractales siempre han estado
presentes en la naturaleza. Desde antes de nuestra existencia el método de
selección natural los sigue conservando como orden: los árboles, las montañas, el
correr de los caballos, o la velocidad de un trazo de un artista. Los fractales están
rodeándonos todo el tiempo. En mi búsqueda por respuestas a un fenómeno que
tal vez podría sentirse metafísico como la palabra decisión, una fórmula
matemática podría traer la respuesta. Los fractales parecen ser el orden en un
sistema que parecía caótico: si una ley rige cualquier fenómeno del universo esta
puede ser la descrita por Mandelbrot.

32
“Todas las teorías son legítimas y ninguna
tiene importancia. Lo que importa es lo que
se hace con ellas.”

Jorge Luis Borges.


Reloj blando

Teniendo en cuenta a los fractales como estructura base del universo, podríamos
llegar a la conclusión de que este tipo de construcciones no solo son aplicables
para la materia y el espacio. Es veraz que solo con ver cómo está dividido nuestro
tiempo de reloj -una hora son sesenta minutos y un minuto son sesenta segundos-
que la fórmula fractal es aplicable también en las concepciones temporales.
Durante este capítulo mencionaré algunas formas donde podría estar implícito el
caos con cara de fractal en esa dimensión llamada tiempo, pasando por postulados
de la física cuántica, observando el tiempo como creación de nuestras mentes y
finalmente armando una hipótesis sobre cómo el tiempo se convierte en caos
cuando tratamos de tener control sobre el mismo.

Es común que miremos y naveguemos el tiempo en forma lineal, así se ha


enseñado esta dimensión durante siglos enteros y de hecho sentimos que este
fenómeno es algo inapelable. Es normal que solo podamos ver el tiempo en esta
forma, es algo que se nos presenta de esta única manera. Siempre miramos al
pasado en orden cronológico, lo organizamos sobre una línea recta y así se nos
facilita entender qué paso en qué momento. Pero ¿realmente podemos analizar al
tiempo desde esa perspectiva? O simplemente se convierte en el dios cronos, ese
ente inamovible que controla nuestros días, nuestras rutinas y el camino inminente
a nuestra muerte, un dios el cual no nos permite preguntarle el porqué de sus
decisiones.

Luego de los primeros cincuenta años del siglo XX se comenzó a emplear un nuevo
nombre para la era que se creía se comenzaría a vivir desde ese entonces: “la era
atómica”, que cambiaría la mentalidad de toda la raza humana en cuanto a
percepción del espacio-tiempo. Los científicos ya no centraban sus estudios al
comportamiento de cuerpos que son visibles a nuestros ojos, centrarían sus
preocupaciones a la mecánica ondulatoria, la rana de la física que describía
fenómenos a dimensiones de mil átomos o menos. Esto le permitió a la nueva elite
científica experimentar y teorizar sobre un nuevo campo, que en ese entonces
parecía sacado de la ciencia ficción, una ciencia donde dos cosas podían estar en
dos lugares al mismo tiempo o donde el tiempo podía ser maleable.

Pero existen algunos postulados que son de real importancia para entender el
tiempo como una estructura no lineal, entre ellas se encuentran: el principio de
incertidumbre, la relatividad y la teoría de cuerdas. Cada una de estas teorías aporta
propiedades maleables al tiempo, que intuitivamente conecté para describir al

33
tiempo como un fractal, teorías que podrían simplemente girar en torno a las
matemáticas de Mandelbrot y que podrían contribuir a confirmar que cada aspecto
del universo obedece a estas normas y que no solo la materia está ligada al caos.

El principio de incertidumbre fue formulado por el físico alemán Werner Heisenberg,


principio que en resumen dice que al tratar de percibir algo con precisión siempre
existirá margen de error, es decir, siempre estaremos equivocados. Heisenberg
postuló que no se podían determinar dos magnitudes físicas simultáneamente con
exactitud, es decir, no podríamos saber la velocidad y la posición de una partícula
al mismo tiempo, puesto que al simple hecho de observar la posición,
inevitablemente, la velocidad de la partícula en cuestión es modificada por el acto
de observar y viceversa. Por tanto solo se puede saber con exactitud una de las
dos magnitudes y recibir una información errada de la otra magnitud.

Es correcto entonces decir –esto no se si ya se ha postulado, es una idea propia-


que el principio de incertidumbre es el “efecto mariposa” –el cual expondré más
avanzado este capítulo- de la física cuántica, donde una acción, como el simple
hecho de la observación, puede cambiar otras variables indeterminadas de un
sistema –véase la observación como el aleteo de la mariposa. Por otro lado el
simple hecho de la incertidumbre, como el no saber qué información está siendo
alterada, nos deja entrever que independientemente de cómo la ecuación esté
formulada siempre existirá un punto donde no sabremos su producto –teoría del
caos en su máxima expresión. En un sistema donde se creía todo podía ser
cuantificado y determinado, un observador, con el cual obviamente se debió contar
en el preciso instante de la formulación del experimento, puede alterar el resultado
de sus valores de manera sustancial, de modo que inevitablemente el sistema se
vuelve impredecible desde cualquier punto de estudio.

En este punto llega el momento de exponer el caso de las teorías del afamadísimo
Albert Einstein. El postulado sobre la teoría de la relatividad además de haber
revolucionado el mundo científico, lo hizo con el mundo filosófico y más adelante
con nuestra cultura en general. No estoy muy seguro de cómo funciona y menos
aún de la totalidad de componentes y condiciones que debe tener, pero algo que
me llama la atención de esta teoría son sin duda sus postulados sobre el tiempo.
Imaginemos que el tiempo no transcurre de la misma manera en un lugar o en otro,
que el tiempo se puede desacelerar y que en consecuencia de todo esto podemos
viajar al futuro o dar un vistazo –solo observar imágenes- al pasado.

Esta teoría, sin más preámbulos, nos dice que el tiempo es un ente controlable –
claro con ciertas condiciones- y que algún día cuando contemos con la suficiente
tecnología o el suficiente conocimiento podremos navegar en él libremente.
¿Podríamos entonces, si se viajara en el tiempo –recordemos que el acto de

34
observación según Heisenberg modifica los valores de las partículas- deformarlo,
desviarlo y darnos cuenta que lo que creíamos una línea recta se comienza a curvar
o tal vez a bifurcar o iterar?

Para echarle una mano a Einstein –y seguro que si estuviera vivo no lo necesitaría-
con esta última pregunta recurro a lo “último” en teoría física: la teoría de cuerdas
–cabe aclarar que ni la física convencional, ni los físicos cuánticos están de acuerdo
con la teoría de cuerdas. Así pasa con todos los postulados innovadores en todas
las ciencias, como pasó con Einstein y la relatividad, debido a que le tenemos miedo
al cambio. Esta teoría afirma que las partículas matéricas no son puntuales –esferas
pequeñas- sino son estados vibratorios de unas cuerdas o filamentos. Pero no me
interesa sino una pequeña parte de esta nueva teoría física que corresponde a sus
refutaciones. Además de que sus experimentos no cuadren con sus cálculos
matemáticos y que la matemática que requiere sea tan avanzada que aún no la
“comprendemos”, existe también la necesidad de 26, 11 o 10 dimensiones en el
universo para no desestructurarla –la verdad no sé por qué y no entiendo lo que leo
sobre eso. Esas dimensiones hipotéticas nos muestran el tiempo y el espacio de
maneras algo confusas y para esto me tendré que extender algo más que en las
otras teorías.

Comencemos por lo básico, definiendo qué es una dimensión y cuáles son las
aceptadas comúnmente. Una dimensión, según la Real Academia Española, es
“Cada una de las magnitudes de un conjunto que sirven para definir un fenómeno.”7,
es decir una medición de algo –lo que sea. Comúnmente conocemos cuatro
dimensiones esenciales del universo: alto, largo, ancho y tiempo. Ahora, si
queremos hablar del tiempo como estructura no lineal debemos remitirnos a la
quinta y la sexta dimensión, dimensiones donde la cuarta dimensión comienza a
trazar vectores adyacentes a su vector, y es entonces cuando deja de ser lineal y
llega al punto en que además de convertirse en una estructura fractal plana puede
comenzar a doblarse, a convertirse en un bluce, el momento crucial donde el fractal
se define y comienza a iterarse a sí mismo.

Para explicar esto mejor me referiré a un video que vi en internet8 donde explican
de manera más fácil esta serie de fenómenos y que de una forma u otra me hizo
entender mi vida –literalmente- de otra manera. Para dibujar la quinta dimensión
imaginemos que el tiempo es una línea vertical en un inicio donde en el extremo
inferior estamos en el primer momento de nuestra existencia y donde en el extremo
superior decidimos si estudiar para ser ingenieros químicos o artistas, entonces

7 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. 22.a Edición, 2001: [En línea] < http://lema.rae.es/drae/?val=dimension>
[citado el 21 de abril de 2013].
8 Imagining the Tenth Dimension, < http://www.youtube.com/watch?v=JkxieS-6WuA >

[Citado en 29 de abril de 2013].

35
existen dos posibilidades y cada posibilidad inicia una nueva línea que nace de la
línea original, obteniendo algo así como una Y. De las dos posibilidades en la
primera instancia donde somos ingenieros químicos decidimos en algún punto si
casarnos o no, y se forman de esa línea otras dos, y donde somos artistas una
decisión X hace nacer dos líneas sobre la ya existente. De esta manera obtenemos
infinidad de líneas por cada decisión que tomemos o no y la figura dibujada sobre
el plano no sería una línea recta sino una estructura fractal parecida a un árbol (fig9).

(fig9) Ilustración de las líneas temporales divergentes, tomada del video “5th-Dimensional Camera Project”

Todas estas hipotéticas líneas del tiempo podrían ser simplemente especulación o
imaginación –como para San Agustín, el pasado y el futuro no existían, solo eran
abstracciones de nuestra mente- pero como Einstein tal vez refuta a San Agustín,
mostrando que el futuro y el pasado teóricamente pueden ser visitados, existe un
postulado que dice que estas líneas de tiempo pueden ser reales. Imaginemos un
ser totalmente bidimensional, este solo sería consiente del alto y del largo de las
cosas pero no puede ver la profundidad, es algo así como un ser recortado de una
revista. Ahora imaginemos el recorte en la cinta de Möbius (fig10), que es un ente de
tres dimensiones, entonces el ser de dos dimensiones es puesto sobre esta cinta
de tres dimensiones y se pone a recorrerla. Un ser de dos dimensiones puede
percibir solo el alto y el largo y al recorrer este objeto irremediablemente lo ve como
una pista plana de dos dimensiones sin percatarse de la torsión de la cinta que la
convierte en un espacio de tercera dimensión.

36
(fig10) Ejemplo de la cinta de Möbius. Cinta de Moebius II, M.C. Escher (1964)

Nosotros somos seres tridimensionales, por lo tanto no podemos ver claramente la


dimensión del tiempo -en el mismo espacio no nos vemos a nosotros mismos a los
cinco años o antes de nuestra muerte- puesto que no somos seres de cuatro
dimensiones. Pero es obvio que la dimensión “tiempo” existe y es fácil intuirla, así
mismo la quinta dimensión, la podemos intuir pero no verla porque somos seres en
tres dimensiones y no en cinco. Además, sí Einstein postula que podemos viajar en
el tiempo -y con el simple hecho “de observar” que postula Heisenberg-, y lo
alteramos justo antes de una decisión, nuestro dibujo en el plano cronológico podría
cambiar, e hipotéticamente el tiempo, nosotros y nuestras vidas “paralelas” podrían
ser experimentadas. Tal vez no nos damos cuenta en nuestra tercera dimensión
que estamos sobre una “cinta de Möbius” de 26 dimensiones.

37
38
“Los se enamoran de la práctica sin la teoría son
como los pilotos sin timón ni brújula, que nunca
podrán saber a dónde van.”
Leonardo Da Vinci
La persistencia de la memoria

Teniendo en cuenta la estructura de árbol, del tiempo en nuestra mente, es hora de


mezclarlo con la teoría del efecto mariposa y así involucrar al tiempo con la teoría
del caos. Como ya había mencionado previamente, el efecto mariposa consiste en
la predictibilidad de un sistema, pues el más pequeño cambio puede alterar de
manera drástica el resultado de la ecuación entera. Ahora en nuestro árbol fractal
del tiempo, imaginemos la decisión más trivial de la vida, tal como abrir la bolsa de
leche con la boca o un cuchillo. Esto podría ser crucial para que más adelante
fuéramos artistas o ingenieros químicos o tal vez un cadáver. Es decir,
incondicionalmente así tengamos la madurez que tengamos, los planes que
tengamos y la inteligencia que alardeamos, estamos condenados a ser juguetes del
caos. El más mínimo paso en nuestra vida, según el climatólogo Lorenz, podría
convertirnos en seres diferentes, podría torcer nuestra línea de tiempo; el simple
hecho de observar o no un instante en nuestro pasado nos puede tener donde
estamos.

Es decir, tal vez en otra línea temporal hipotética, en vez de escribir esto tal vez
estoy consolidando la teoría de cuerdas y tendría un premio Nobel encima, y tal vez
en otra soy un habitante de la calle; el cambio puede ser a corto o a largo plazo,
puede ser mínimo o crucial, y lo único que sabemos es que en algún punto algún
suceso o fenómeno inició la cadena que desembocó en el ahora, pero haciendo
honor al principio de incertidumbre no sabemos con exactitud dónde se originó todo.
Puede que se recuerde el día en que uno amaba a X persona, pero no se sabría
con exactitud donde nació ese sentimiento, si al mirarla, hablar con ella o desde un
principio estaba en los genes -hasta pudo haber influido la pequeña brisa que pasó
junto al cabello de esa persona en ese instante que uno la miró y que si no hubiera
pasado tal vez hoy estaría simplemente sin ella.

Pero este postulado tan drástico podría hacer pensar que el tiempo era inamovible
y ahora lo es más. No es así, el tiempo ahora se puede navegar y sabemos que
podemos quitar o poner detonantes en nuestra vida si y solo si la teoría de Einstein
se convirtiera en práctica, pero no está de más poder pensar de una manera distinta
los sistemas en que existimos.

Recordemos ahora las dos condiciones para que una figura sea fractal: que la figura
se repita a si misma infinidad de veces y que se repita a distintas escalas. Ya
tenemos al tiempo como una línea que se parte en otras líneas infinitamente, ¿pero
dónde está la iteración? El tiempo se debería repetir a distintas escalas hacia

39
adentro y hacia afuera –hacia el pasado o el futuro- para poder definirse como un
fenómeno fractal.
Luego de buscar y rebuscar teorías científicas que me ayudaran a explicar en dónde
estaba la iteración del tiempo como un sistema fractal, no encontré nada – la única
relación que encontré fue la de hora, minuto y segundo-, hasta que de la nada tuve
un deja vu, ese conocido y prostituido fenómeno que cuando llega al final se piensa
“esto ya lo he vivido” y esa frase es tal vez la respuesta a la iteración del tiempo
como esclavo del caos. Científicamente describen al deja vu como una deficiencia
o un error en el procesamiento de datos en algún lado de nuestra corteza cerebral.
Yo por otro lado comienzo a creer que tal vez nuestro cerebro encuentra datos en
X suceso que ya había procesado antes, viviendo en una monótona vida, y no solo
refiriéndome al ser humano, sino también al ser biológico instintivo. Está claro que
tenemos “protocolos” para realizar algunas cosas y tal vez ese deja vu es una
repetición a una escala menor de un suceso previo o a una escala mayor de un
suceso futuro.

No puedo afirmar ni dar pruebas científicas de la existencia de una iteración en el


tiempo, ni a que escala ocurren, puesto que no soy un científico y no he encontrado
nada relacionado, pero algo que puedo aportar son esa magnitud de ideas sueltas
que llegan al pensar en un tema, si son ciertas o no, tal vez jamás lo sabré, tal vez
para el mundo científico puedan ser ridículas, pero nunca dejaran de ser valiosas.
Luego de esbozar cómo el sistema temporal podría cumplir las propiedades de un
fractal, me gustaría cerrar este capítulo recordando a Borges, que será el mismo
autor que dará inicio a la siguiente parte de este texto. Esta parte se sale totalmente
del mundo científico pero no puedo prescindir de las ideas sobre el tiempo que tiene
este autor, ya que este podría aportar el eslabón final o un refuerzo más a mi
afirmación sobre el tiempo y la iteración.

Me gustaría en este capítulo solo referirme a un ensayo corto que hace parte de
“Otras inquisiciones”, llamado “Magias parciales del Quijote”, donde se puede
explicar claramente qué es un bluce y de qué manera está relacionado este
fenómeno con los fractales. En este ensayo Borges menciona algunos casos en
obras literarias donde algún personaje de dichos textos lee o cita el escrito del cual
es parte:

“En el sexto capítulo de la primera parte, el cura y el barbero revisan la


biblioteca de Don Quijote; asombrosamente uno de los libros examinados
es la Galatea de Cervantes, y resulta que el barbero es amigo suyo y no lo
admira demasiado, y dice que es más versado en desdichas que en versos
y que el libro tiene algo de buena invención, propone algo y no concluye

40
nada. El barbero, sueño de Cervantes o forma de un sueño de Cervantes,
juzga a Cervantes…”9

“figura en el Ramayana, poema de Valmiki, que narra las proezas de Rama


y su guerra con los demonios. En el libro final, los hijos de Rama, que no
saben quién es su padre, buscan amparo en una selva, donde un asceta les
enseña a leer. Ese maestro es, extrañamente, Valmiki; el libro en que
estudian, el Ramayana.”10

Finalmente Borges hace la referencia más apropiada de un fractal, una referencia


que además de referir el mismo texto, explica cómo se daría en sí la iteración entre
el texto que leemos nosotros, que también lee su protagonista, en donde el
protagonista también lo lee en una dimensión más pequeña y así hacia el infinito:

“Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte:
Josiah Royce, en el primer volumen de la obra The world and the individual
(1899), ha formulado la siguiente: ―Imaginemos que una porción del suelo
de Inglaterra ha sido nivelada perfectamente y que en ella traza un
cartógrafo un mapa de Inglaterra. La obra es perfecta; no hay detalle del
suelo de Inglaterra, por diminuto que sea, que no esté registrado en el mapa;
todo tiene ahí su correspondencia. Ese mapa, en tal caso, debe contener un
mapa del mapa; que debe contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta
lo infinito.11

Como vemos, el bluce, la repetición infinita de fenómenos, también se da a


diferentes escalas, reafirmando así la iteración que se necesita para describir un
sistema fractal. Ya los autores desde hace siglos –pues se da en el Ramayana-
podían intuir esa repetición, mostrando desde la narración el tiempo como un ente
fractal, una repetición de lo mismo a infinitas escalas; el tiempo desde siempre ha
tenido esta forma. Es entonces cuando puedo hablar que la narración ha dejado de
ser lineal. Desde hace mucho tiempo se hacen este tipo de experimentos con los
textos, estos ejemplos son solo la pequeña intuición, el sutil aviso mostrándonos
que el tiempo no es una línea recta, tal vez se parezca más a los fractales que
Mandelbrot propuso.

9 BORGES, Jorge Luis. Otras inquisiciones, Magias parciales del Quijote. Ediciones Neperus. p.29
10 Ibid. p.29
11 Ibid. p.30

41
42
“En vez de intentar producir un programa
que simule la mente adulta, ¿por qué no
tratar de producir uno que simule la mente
del niño? Si ésta se sometiera entonces a un
curso educativo adecuado se obtendría el
cerebro de adulto.”

Alan Turing.
La nostalgia del caníbal

Ya habiendo hablado de Borges, las referencias que realizo sobre algunas obras
donde se concebía un bluce y cómo el tiempo se ve afectado en estas, es preciso
entrar a hablar de algo que es crucial para esta investigación: la narración lineal en
contradicción al tiempo fractal, y en consecuencia de esto, de algunos pioneros que
se arriesgan a narrar de manera no lineal en sus obras. Sí existen artistas que de
alguna manera han capturado la esencia de los fractales en sus obras visuales,
deben existir otros autores que de alguna manera en su medio han intuido a los
fractales desde el ámbito temporal. Seguramente en obras visuales debe existir
más de una obra que hace honor a esta teoría, pero esta vez más que referentes
visuales utilizaré referentes narrativos, ya sea en libros, obras audiovisuales o
interactivas.

Una de las primeras obras que desafía el orden convencional de lectura es un libro
sagrado que está compuesto por una recopilación de textos escritos en diferentes
épocas y para diferentes motivos: La Biblia, que como muchos textos sagrados está
diseñada para ser leída –o recitada- según los intereses del propio lector o de la
persona que esté haciendo la relatoría sobre un fragmento de este texto. Si bien
sus partes están organizadas de manera “cronológica”, sus lectores habituales
suelen seleccionar un fragmento del texto para leerlo y navegarlo más que
simplemente hacer un recorrido lineal.

En esta recopilación de textos existen algunos fragmentos que están diseñados a


manera de manual de convivencia, estructurando el texto en pequeñas
recomendaciones y donde no se sigue ninguna narración –refiriéndome a los
salmos. En definitiva, este es un texto que en su composición y en su lectura no es
convencional, tal vez en su composición accidental de recopilatorio implícitamente
estaba sugiriendo una lectura diferente.

Ahora sin hablar de recopilatorios, puedo mencionar una obra que sin duda fue
pensada para ser leída de manera no convencional, donde se le da la libertad al
lector de navegar el texto de varias maneras diferentes. Julio Cortázar propone con
su obra Rayuela que los libros deberían ser escritos de otra manera para así ser
leídos también de una manera más intuitiva. Considerado como una novela
surrealista, pues de alguna manera está hecha en forma de collage –muy similar a
como está compuesta la biblia- se apilan los capítulos donde realmente la historia
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o hilo de la novela no importa demasiado, de hecho muchos de sus capítulos no
están ligados y son de autoría ajena a Cortázar.

Rayuela está diseñada de tal manera que le da una actitud activa al lector frente a
la obra, lo deja participar de alguna manera más que solo ser un espectador.
Cortázar estructuró su obra de tal manera que tuviera una lectura base, es decir, la
lectura tradicional de la página número uno a la página final; luego propone una
especie de mapa, una guía para navegar el texto de una manera alternativa, lo cual
le cambia el sentido a la lectura. En esta modalidad Cortázar propone capítulos en
desorden, saltos de los capítulos y un orden de lectura que es lo que hace llamar a
Rayuela una contranovela.

El texto se convierte cuando su estructura lineal cambia. Pero este mapa de lectura
no es lo único que propone Cortázar, además nos dispone para leer su texto como
nos plazca; nos propone experimentar nuestro propio orden de lectura, dando un
estatus activo al lector como ya se había mencionado. Lo que realmente me
interesa de esta obra, además de sus distintas maneras de abordaje, es sin duda
el papel del espectador en la construcción de la obra, donde este puede cambiar
con una sola decisión el orden entero de ella, convirtiéndola así en una co-creación,
donde el texto en una de sus propuestas se convierte en un libro totalmente
diferente para cada lector. Cortázar le escribió un libro a cada persona que leyó
Rayuela.

Si bien ninguno de los textos anteriormente mencionados cumple con las


propiedades fractales que Borges destacó en otras obras, estas son importantes
por cambiar el método lineal de leer el libro. Sin embargo estoy muy interesado en
exponer un caso de publicación seriada que propone el comic, refiriéndome
específicamente a los universos que han creado marcas como la Marvel Comics o
la DC Comics. Estos universos tienen una particularidad: cada personaje de las
publicaciones seriadas vive paralelamente a los demás, a veces hay encuentros
entre los personajes y por lo tanto podría coleccionarse toda la serie publicada,
donde cada personaje es protagonista en su revista, pero a su vez puede
complementar la historia de otro personaje. Algo así como lo que El asombroso
hombre araña hizo en un comic, que puede verse reflejado más adelante en la
publicación de El increíble Hulk-un efecto mariposa literario-, proponiendo un orden
de lectura “selectivo”, donde, si lo que interesa es saber que ocasionó cierto suceso,
se debe remitir a otra vida que se encuentra en una publicación externa.

Pero en el comic encontré algo más valioso y más cercano a este proyecto, algo
relacionado con la pregunta ¿Qué hubiera pasado sí…? “What if” (fig11) es un
conjunto de publicaciones especiales de la Marvel Comics, donde se hacen
variaciones de su universo principal a posibles universos alternos. Para explicarme

44
mejor haré una mención al capítulo sobre el tiempo fractal –la referencia hacia
nosotros, como ingenieros químicos o artistas en líneas de tiempo. En estos
números especiales se exploran el “qué hubiera pasado si” armando líneas de
tiempo derivadas del hilo principal del universo base: por ejemplo, en el universo
base Capitán América desaparece luego de la Segunda Guerra Mundial. En What
if se explora qué hubiera pasado si no hubiese desaparecido, donde un suceso
como el conocer a un súper héroe, un malentendido o una batalla toma un rumbo
diferente a la línea base de historietas, mostrándonos así una publicación donde se
explora directamente el concepto de la quinta dimensión, una línea temporal que
se puede bifurcar en un punto decisivo torciendo para un lado u otro de nuestro
“árbol fractal” la línea temporal que se mostraba en
otras narraciones
inmutable.

A la izquierda:
What If Vol.1
#46 (Agosto 1984)
Basado en: Amazing
Fantasy #15.

A la derecha:
What If ? Wolverine:
Father #1 (Febrero
2011)
Basado en: Wolverine: Origins #4 y #11.

(fig11) Edición clásica de “What if” sobre spider-man y versión actual de “What if” sobre Wolverine.

Otro lugar donde puedo claramente encontrar rastro de narración no convencional


es lógicamente los medios audiovisuales. En el cine y en la televisión se explora
ampliamente la técnica de la cual hablaré, que se trata del corte y el montaje
paralelo. Esta técnica es el collage llevado a un plano temporal: cogemos una
cámara, registramos los sucesos en el tiempo y luego los recortamos. Con estos
retazos podemos interpretar o abstraer lo que podría ser una idea correcta de la
geometría del tiempo.
Cuando se hace montaje paralelo se muestra lo que supuestamente está pasando
en el mismo espacio temporal pero en dos lugares distintos –o así se hace
convencionalmente. Además se pueden en un mismo plano cronológico intuir
distintos tiempos, ya sea pasado presente y futuro, pero también se podrían mostrar

45
más planos temporales que los verticales –recordando el diagrama del árbol.
Podríamos representar distintos planos de distintos tiempos, los que sucedieron y
los que no, pues muchos añoramos lo que no fue. No sé si se hayan hecho
experimentos de este tipo –además de “el efecto mariposa” de Eric Bress.

Ya que no he encontrado más ejemplos en un medio audiovisual convencional,


podría mencionar que la presencia de este tipo de experimentos es mucho más
usual en donde mezclamos lo audiovisual con lo interactivo. Las computadoras y la
posibilidad que nos ofrecen de cambiar información sobre el medio nos ofrecen
infinitas posibilidades; la aparición del internet donde el libro gigante se navega a
partir de nodos –parecido a nuestro árbol solo que desde el primer momento hay
infinitas posibilidades, más parecidas a una red-; los videojuegos donde el
espectador decide el destino del protagonista y aun mas donde la comunicación
convierte cualquier suceso en un modificador de todos los nodos de la red.

Se le abre paso entonces a los nuevos medios, que llegan para abrir nuevas
posibilidades a nuestras antiguas prácticas. Si con un medio convencional podemos
narrar de manera no convencional, los nuevos medios pueden potenciar las ideas
que alguna vez Cortázar, Cervantes, Pollock, Dalí, Lissitzky y muchos otros tuvieron
y que en su momento no pudieron llegar a su extremo potencial por la ausencia de
los datos procesados a velocidad luz.

46
“No tengo sensación de añadir algo
al mundo. ¿De dónde iría yo a tomar lo que
añado, sino del mundo?”

Rene Magritte.

La desintegración de la persistencia de la memoria

Antes de la llegada de los medios digitales, como ya lo he mencionado, hubo una


gran cantidad de precursores a lo largo de la historia, refiriéndome a la manera
cómo se presentaba una narración y sobre la construcción de un libro con sus
métodos de navegación. Sin embargo hay algo de suma importancia en cuanto el
abordaje de un libro de manera no convencional, que realmente ha cambiado el
concepto de navegación entre las páginas: la gráfica, siendo una disciplina que le
dio un nuevo horizonte a la concepción de maneras innovadoras de narrar, también
de navegar y construir las páginas de un objeto que se desarrolla en el tiempo.
Antes de la existencia de las computadoras como entes capaces de sumergirnos
como medio comunicativo, existió un referente que ya expresaba la esencia de la
expresión gráfica en cuanto a la presentación del libro como a interfaz podemos
referirnos.

El Lissitzky escribió hacia el año 1923 un manifiesto que anticipó un fenómeno que
se está dando con gran fuerza hoy en día: “Topography of Typogaphy”, un texto
que contiene la información necesaria que nos ayudaría a construir una “página” de
un libro para concebirlo de una nueva manera, un libro que se convierte en una
experiencia visual y no en un código. El Lissitzky propuso en diez ítems el mejor
método para organizar una página, dándole así importancia a la gráfica, donde las
tensiones entre objetos, los pesos y propiedades puramente gráficas de los objetos
debían componerla. Con esto el lenguaje presentado en el “nuevo libro” – así lo
llama El Lissitzky- necesita de un nuevo escritor, uno que ya no emplee la tinta y la
pluma, un escritor que utilice al libro y a la tipografía como almacenamiento de
información. Se debe ver más como una interfaz en la cual se navega de una
manera natural, donde el ojo es el timón que nos mueve en el libro:

47
“Manifiesto

1. Las palabras impresas en una hoja de papel no se perciben con el oído, sino con la vista.

2. La comunicación de ideas se hace mediante palabras convencionales. Es necesario


informar las ideas con las letras del alfabeto.

3. Economía de expresión. La óptica en vez de la fonética.

4. La estructuración del espacio del libro para el material de composición siguiendo las leyes
de las máquinas tipográficas, debe estar correspondida a las expectativas y a las tensiones
del contenido.

5. Estructuración del espacio del libro para el material de reproducción fotomecánica,


realización concreta de la nueva óptica. Realidad súper naturalista del ojo perfeccionado.

6. Continuidad de las páginas. El libro bioscopio.

7. El nuevo libro reclama un nuevo escritor. El tintero y la pluma de oca han muerto.

8. El papel impreso triunfa por encima del espacio y el tiempo. Es necesario triunfar sobre el
papel impreso, sobre la perennidad del libro. ELECTRO-BIBLIOTECA.”12

Lissitzky parece haber predicho cómo funcionaría la digitalización de los libros que
ahora se nos hace tan común, incluso con el “libro bioscopio” donde las páginas
son continuas –tal vez a manera de rollo de papel- como lo vemos ahora en el
simple hecho de leer un archivo en formato pdf, pero es aún más acertado para la
creación de interfaces de programas, páginas web y cualquier contenido disponible
en una pantalla.

Es entonces cuando podemos decir que, sin saberlo, a diario nos estamos
enfrentando a una “electro-biblioteca” gigante, al libro que triunfa en el tiempo y el
espacio –me atrevo a llamar así a internet- visitando sitios que están llenos de links
a otros sitios, donde hay más links a otros sitios y así sucesivamente. También si
somos afortunados, o más bien buenos navegadores, se nos hará fácil encontrar
contenido organizado de la manera que propuso algún día El Lissitzky, sitios que
organizan todo su contenido dando prioridad al poder de la gráfica, pues todos los
desarrolladores, se han dado cuenta que el contenido se hace más atractivo de
esta manera. Por este fenómeno le dedicaré el resto del capítulo a recorrer los
procedimientos de organización del contenido digital. Presentaré a los nuevos
medios como la evolución o el siguiente paso de los medios análogos de narración.

12 LISSITZKY, El. Topografía de la tipografía. En: Revista Merz #4, julio de 1923. p.47
[en línea] <http://blog.grrr.es/2010/11/05/topografia-de-la-tipografia/ > [Citado en 14 de mayo de 2013]

48
Para pasar a describir cómo funcionan los nuevos medios de comunicación,
refiriéndome a la narración y la presentación de contenido, es necesario definir la
palabra interfaz -en este caso una superficie cuya función es el intercambio de
información entre hombre y máquina-, que parece ser un término que no se ha
terminado de construir en cuanto a términos prácticos nos referimos. Para definir
esta palabra, y poner en evidencia sus componentes, me remitiré directamente al
libro escrito por Lev Manovich “El lenguaje de los nuevos medios de comunicación”.

En un principio debemos tener claro que el “objeto” de los nuevos medios solo está
presente como información -código binario en un sistema. Al digitalizar nuestro
mundo “real” este se convierte en información numérica; para hacer esta
información más cercana a nosotros se reinventa la interfaz – se reinventa porque
el mundo físico es una interfaz; la interfaz es una plataforma, un plano, un espacio
que nos permite intercambiar información. Percibimos las características de un
objeto, en este caso, características de la información almacenada, o podemos
añadir, quitar o modificar información –transformar el objeto- mostrándonos de una
manera familiar a cualquier persona que es lo que se está haciendo.

Entonces entendiendo a la interfaz como una superficie de comunicación –en este


caso hombre-máquina, en el pasado hombre-objeto– es claro que para que haya
comunicación ambos deben hablar el mismo idioma. Es por esto que las interfaces
la mayoría de las veces se han convertido en metáforas de los medios tradicionales,
como ejemplo claro, se menciona en el libro de Manovich la metáfora con la que
convivimos a diario en nuestros computadores: un escritorio con carpetas donde
tenemos archivados nuestros documentos “Por ejemplo, la interfaz del Macintosh
que Apple lanzó en 1984 emplea la metáfora de unos archivos y carpetas que se
disponen en el escritorio. Por último, la interfaz de usuario incluye también maneras
de manipular datos… …Como ejemplos de las acciones que nos permiten las
modernas interfaces de ordenador tenemos: copiar, borrar o cambiar el nombre del
archivo;”13. Estas metáforas han sido exploradas durante todo la historia de la
computación comercial, experimentos como interfaces gráficas – a lo El Lissitzky-
se han convertido en la tendencia entrado el 2012 y seguramente existirán
interfaces emulando espacios reales, pero la que nos interesa esta vez es la
metáfora del libro.

Sería erróneo –o más bien poco práctico y poco interesante– explorar el libro digital
llegando solo a describir las mecánicas del Microsoft Word como ejemplo de
escritura. La letra sobre la superficie a manera de códice al llegar al medio digital
se hace débil. Todos podemos cambiar esa información, es información fugaz que
puede ser eliminada con una tecla, además no explota de manera efectiva el poder
de la interfaz –el poder del lenguaje, irónicamente- la letra sobre el plano a manera

13 MANOVICH, Lev. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Cambridge: Ediciones Paidós, 2006, p. 119

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de códice carece de naturalidad, carece de atractivo. Las interfaces ahora se han
convertido en una explosión de “efectismo” audiovisual, que además de ser efectivo
está perfectamente maquillado, desplazando así la narración codificada.

Sin embargo el hecho de narrar sigue siendo necesario, aunque es difícil


desprendernos del video como nuestro medio favorito de recibir información
“atractiva”. Los nuevos medios nos ofrecen interfaces multifuncionales, que pueden
contener fragmentos de todo, texto, imagen, sonido o tiempo. El nuevo libro que
proponía Lissitzky se está construyendo de a poco en una red gigante, seguramente
no todo el contenido está organizado como este artista ruso lo hubiera querido, pero
al menos todos tenemos la capacidad de interactuar con él.

Con todo esto se podría seguir pensando en los nuevos medios solo como en la
emulación de los antiguos medios; se podría pensar en ellos como información con
una interfaz que la vuelve amigable al público, pero los nuevos medios nos ofrecen
características que son de interés para este proyecto, características de una nueva
manera de narración, propiedades que nos permiten ver el tiempo como un ente
fractal, como un ente modificable y que nos es perfecto para entender al caos como
característica esencial de nuestro mundo.

El tiempo al llegar a la digitalización se convirtió en una barra por donde se puede


desplazar el espectador a voluntad. Imaginémonos que pudiéramos de alguna
manera desplazar no solo una barra, sino más bien un punto por todos los
corredores infinitos de una forma fractal. Según Manovich, el tiempo está dispuesto
en el plano para ser maleable, para poder ser navegado “Un ejemplo es la película
de cine: cada fotograma es una fotografía continua, pero el tiempo es
descompuesto en una serie de muestras (fotogramas). El video da un paso más
allá al tomar muestras a lo largo de la dimensión vertical (las líneas de
exploración)”14 donde la imagen ya no recorre el tiempo de manera lineal, sino que
es actualizada en función de una representación más limpia.

Si bien el montaje y la manipulación del orden de los fotogramas ya estaba presente


en el cine, el video y su adaptación a los medios digitales nos permite transformarlo
una y otra vez, así estemos hablando de un programa de edición de video “una
película multimedia realizada con el popular programa Director de Macromedia
puede contar con cientos de imágenes fijas, películas en QuickTime y sonidos que
están guardados por separado y que se cargan en el momento de su ejecución.” 15
Pero si de manipular el tiempo se trata, solo basta con mirar un video en YouTube,
donde podemos desplazar la barra del tiempo a nuestro antojo –se representa el
tiempo en un plano que podemos recorrer adelante o atrás– y de eso se trata lo

14 Ibid., p. 72
15 Ibid., p. 76

50
digital, de la maleabilidad, tal vez del accidente; los nuevos medios nos ofrecen la
capacidad de pasar páginas no solo hacia adelante o atrás, sino en todas
dimensiones, pasar la página de un libro a la de otro, modificar la página que estoy
leyendo o que al pasar la misma hoja la siguiente nunca sea igual. Los nuevos
medios nos permitieron comprimir la información a tal punto que hay espacio en un
libro para infinitas páginas, para infinita lectura y al ofrecernos ese espacio
interminable, nos permite movernos para ver lo que queramos, no nos limita a una
lectura –recorrido lineal-, estos nos incitan a la navegación: podemos ir a donde
queramos en el momento que queramos.

Los nuevos medios nos permiten organizar las páginas a los espectadores,
convirtiéndonos en creadores de nuestro propio contenido; nos permite saltar entre
páginas, entre libros enteros, entre universos mediáticos tan separados que pueden
ir desde Wikipedia –la biblioteca pública- hasta Grooveshark –la tienda de discos-
en menos de un segundo; nos movemos por la historia, por la información a
velocidad luz –el sueño de Einstein convertido en realidad. Ya alcanzamos la
velocidad luz, por ende ahora podemos doblar el tiempo.

Es entonces cuando decido que se puede narrar lo que es y lo que no fue, lo que
será y lo que nunca existirá, todo ello compilado en un libro –en una interfaz- donde
la información y la ruta a ella puede ser escogida. Ya podemos construir imágenes
fractales, ya tenemos control sobre el tiempo y lo podemos ver completo, en su
totalidad, como fractal, ahora podemos narrar cada posibilidad del tiempo y el
espacio, no solo la linealidad a la que estábamos acostumbrados. Los
computadores nos dan ahora esa posibilidad –de hecho la fórmula del caos, lo
aleatorio, se puede programar, esto es irónico–, asemejando la narración a la
realidad, permitiéndome por fin “escribir” la historia que el espectador quiere “leer”,
permitiéndome “dibujar” lo que al espectador le es natural ver y facilitándome
finalmente hacer una conclusión sobre cómo representar “correctamente” el tiempo
y el espacio en una obra de carácter fractal, una obra caótica que obedece sin
objeciones ni opciones a la mecánica del caos, al accidente.

51
52
• Hipótesis

La teoría del caos y los fractales constituyen una importante fuente de


investigación y experimentación, que posibilitará la creación de piezas
gráficas que son consecuentes con los intereses de la ciencia y el arte como
disciplinas afines.

53
54
Objetivo general

• Crear un libro digital, que sea construido desde el área artística, teniendo en
cuenta las teorías fractales en el tiempo y el espacio de una manera intuitiva.

Objetivos específicos

• Exponer mi experiencia personal frente a los hallazgos de respuestas,


desde la ciencia, a preguntas existenciales.

• Crear un objeto que sea producto de las teorías exploradas, experimentando


directamente en el área de la expresión gráfica.

• Experimentar el acto creativo desde los métodos científicos.

• Proponer nuevos métodos de entender la construcción gráfica desde las


teorías del campo científico.

55
56
“Limitar nuestra atención a cuestiones
terrestres sería limitar el espíritu
humano.”
Stephen Hawking.
Imagen ambivalente

Una vez se han expuesto todos los términos de este proyecto, se podría formular
un método con el cual se pueda abarcar cada una de las teorías y postulados ya
presentados para concluir toda la investigación y las intuiciones en un objeto final.
En este capítulo se expondrán la mayoría de aspectos que desembocaron en el
producto audiovisual e interactivo que se presentará para el proyecto, cada uno de
los pasos que se siguieron, las influencias y los antecedentes. También se
enunciaran lo procesos que fueron dejados de lado para dejar circular ideas que
estaban más acorde con toda esta hipótesis sobre los fractales.

Creo que toda buena idea comienza por una anécdota, por un suceso que
desemboca en un hilo de pensamientos, un suceso que hace preguntas y exige
explicaciones. En mi caso esa palabra tan toqueteada y despojada de sentido –el
amor- fue la causa de todo esto. Hace aproximadamente un año me convertí en
padre, inesperadamente mi vida cambió del cielo a la tierra, de pasar a ser un
universitario corriente me llené de mil responsabilidades y la vida como es en
realidad cayó sobre mí con toda su fuerza. Un cambio que llega de manera
inesperada desestabiliza a cualquier persona y en esos momentos de debilidad
nace la palabra que se llama arrepentimiento –por supuesto mi hijo es lo que más
amo en el mundo- pero esa palabra es la que nos lleva a pensar sobre el origen,
el punto inicial donde esta cadena comenzó.

En algunas ocasiones culpamos a un suceso X, pero antes de ese suceso


seguramente otras acciones, pensamientos o factores “externos” gestaron ese
mismo suceso. En mi caso no podría culpar al acto preciso en el que mi hijo
comenzó a existir. Antes de eso conocí a su madre hace unos siete años y antes
de eso la ausencia de mi padre me hizo querer ser el mejor padre, pero me
equivocaría al buscar la raíz del hecho, que pudo incluso estar antes de mi
nacimiento. Antes ya expliqué cómo funcionaría el tiempo de manera fractal, idea
fácilmente aplicada a cualquier vida, sectores en nuestra línea del tiempo fueron
doblados emulando un fractal, todo esto con un origen secreto pero inevitable.

En esos momentos, donde nos devolvemos a buscar el origen esquivo de los


“accidentes” en nuestra vida, recorremos nuestros recuerdos y en ese recorrido nos
decimos algo como –y esto ya lo he mencionado en el texto- ¿qué hubiera pasado
sí…? Esta pregunta es importante para mí, pues encontré que siempre tendemos
a extrañar lo que nunca fue. En un punto de esa cadena de pensamientos –sin
origen, tal vez nuestro pensamiento puede funcionar de manera fractal- me imaginé

57
que la línea del tiempo en nuestra cabeza se parece más a la forma de un árbol
que a una línea, y unos cuantos días después, como una milagrosa coincidencia,
en un documental me enteré de la existencia de los fractales.

El relato anterior, el cual considero la historia pero no el origen del proyecto,


claramente tiene algunos antecedentes que comenzaron a construirlo antes de que
se materializara. Estos orígenes en su momento pasaron desprevenidos y sin
intención alguna de ser remarcables ni recordados, muchos pasaron como simples
ejercicios de clase y otros como un simple experimento sobre una técnica gráfica.
De todos modos es importante destacar que las experiencias personales siempre
influyen en el resultado final de cada trabajo, así se trate de un ejercicio académico.
Enseguida mostraré los antecedentes para este proyecto, componentes
conceptuales, técnicos y mediáticos serán mencionados. Primero se mencionará
un proyecto editorial que comparte varios componentes con el proyecto y más
adelante se mencionarán los trabajos que coinciden en algunos aspectos
esenciales con este mismo.

Los componentes conceptuales serán aquellos que de alguna manera están


estrechamente relacionados con la concepción del universo de manera fractal y que
mantienen a la teoría del caos como eje central en su estructura. “Fosfeno” (fig. 12)
es un libro que tiene bastantes componentes que son pertinentes con este proyecto,
en síntesis, “Fosfeno” es un libro que le da la bienvenida a un cambio de vida. Trata
de un suceso que cambia la línea temporal del sujeto, donde la pregunta “¿qué
hubiera pasado si…? está presente de manera sutil. Este libro relata en frases
cortas la experiencia de la concepción de un bebé, los sentimientos de un padre
primerizo y las consecuencias de una decisión que fue desencadenada por el caos,
un “accidente” que no se puede saber dónde tuvo origen. “Fosfeno” nos sitúa en el
punto exacto donde la línea “recta” de nuestra vida se tuerce en un momento
inesperado –seguramente mi vida sería otra sin un hijo.

“Fosfeno” no solo cuenta con el componente conceptual, este libro explora un


componente visual y mediático que resulta consecuente con el proyecto. Este libro
contiene imágenes que ilustran el tema de una manera diferente. Se han empleado
imágenes médicas para acompañar el texto, se han tomado ecografías que son
testimonio real de la historia y han sido adaptadas y modificadas para acompañar
el texto de una manera apropiada. Esto muestra el interés por el mundo científico y
las imágenes que nacen desde otra disciplina, en este caso la medicina, imágenes
que no suelen ser convencionales en el arte y que tienen un valor gigante en la
concepción de una publicación. Por otro lado se da una exploración inicial del libro,
es un proyecto editorial experimental donde el texto no es una narración lineal, sino
está compuesto de oraciones cortas que se convierten más en un juego de
diagramación que en un hilo narrativo, aun así las frases y las imágenes aportan

58
sentido la una a la otra. Además el libro puede ser navegado hacia adelante y hacia
atrás con facilidad, sin necesidad de haber leído la página anterior para darle
sentido al tema. Podría asegurar que “Fosfeno” es el trabajo más cercano a este
proyecto en cuanto a la coincidencia de sus componentes y el ideal con que es
construido.

(Fig12) Dobles Páginas del libro Fosfeno, 2011.

59
En los componentes conceptuales encontramos otro ejemplo de una narración que
involucra ese punto clave de nuestra línea temporal que se tuerce por un accidente,
un suceso que claramente no tiene un origen obvio pero si un punto de inicio gracias
a una decisión. “Red Label” (fig13) es un comic “mudo” cuyo argumento es sobre un
hombre que toma decisiones que tienen potencial para cambiar su vida, sin
embargo, él desconoce el producto de la reacción que sus acciones iniciaron y por
lo impredecible de la cadena de sucesos termina donde nunca espero estar. Este
trabajo trata de una manera sutil el concepto de las decisiones en el tiempo, y
posiciona al “accidente” como motor principal de los sucesos, donde un factor
específico en un momento no identificable, inicia por completo una rama del “árbol”
llamado tiempo.

(Fig13) Páginas del comic Red Label, 2011

Una vez mencionados estos componentes conceptuales es necesario mencionar


los componentes técnicos. Si bien nunca me he acercado de una manera directa a
la representación de un fractal, la tinta ha sido un medio que me ha posibilitado
emplear el caos como parte de mis trabajos, utilizándolo en los fondos, o como
material para componer sobre la mancha. Los trabajos con tinta han dejado de ser
controlados totalmente y he tratado de dejar fluir a la tinta como una expresión de
la mano de la naturaleza, sin embargo no me gusta mucho cuando se pierde la

60
figuración, pero por otro lado el ojo está entrenado para encontrarle forma a la
mancha más aleatoria, por esto la tinta además de aportar los trazos que definen
un dibujo controlado, genera la mancha que le da movimiento a la línea estática.
Estos componentes forman a las siguientes ilustraciones las cuales no serían
justificadas sin las imágenes.

(fig14) Educación 1, tinta sobre papel (2010). Educación 2, tinta sobre papel (2010).

Dejando de lado el asunto físico de la imagen, podemos entrar a discutir sobre


antecedentes que describan el medio digital como el medio apropiado para el
proyecto. Mi acercamiento con las imágenes generadas por computador comenzó
por la ilustración digital y el fotomontaje (fig15). Sin embargo, el medio digital, no solo
lo he explorado haciendo ilustración, sino que la programación experimental me ha
acompañado bastante tiempo. El interés por los videojuegos, por ejemplo, ha sido
un detonante para ese gusto. “Capulí” (fig16) fue un experimento sobre el juego de
video, donde los personajes fueron diseñados a partir de figuras precolombinas
colombianas y donde se utilizó “rpg maker xp” para la programación, software en el
que se trabaja atribuyendo comportamientos a objetos dejando una pequeña parte
para el código de programación. El hecho de poder dar interactividad a mis ideas
me entusiasmó desde que tuve contacto con una computadora. Finalmente en los
demás libros que he construido para trabajos universitarios, la exploración sobre la
diagramación ha sido importante para componer las páginas de una manera en que
el ojo y la gráfica prevalecieran por encima del “códice”. Si relacionamos el libro y
las posibilidades de programación, obtenemos el libro digital que propone El
Lissitzky en su manifiesto, claro, si se le da buen manejo a su composición.
61
(fig15) Autorretrato, Ilustración digital. (2011).

(fig16) Capulí, Video Juego. (2009) –captura de pantalla-.

Teniendo en cuenta estos factores, conceptuales, técnicos y mediáticos, se ha


creado un proceso mental que ha desembocado en el presente proyecto, donde
todo el desarrollo técnico y conceptual ha sido explorado de antemano.

Como en nuestras decisiones en el tiempo, este proyecto no surgió de la nada. El


proyecto, como había mencionado, no puedo saber dónde tuvo origen, pero puedo
rescatar las huellas que esto ha dejado en mí para fortalecer esta nueva idea.
Pero esta idea no solo ha tenido “ancestros”, también ha tenido un crecimiento y
una vida propia que será explorada en el siguiente capítulo.

62
“Si buscas resultados distintos, no hagas
siempre lo mismo.”
Albert Einstein

Galacidalacidesoxyribonucleicacid

La idea primitiva del proyecto constaba de un libro ilustrado convencional en donde


la narración se convertía en un mecanismo pedagógico para explicar qué es un
fractal y dar indicios de la teoría del caos en el texto mismo, haciendo obvio el uso
de los fractales en la ilustración y en los textos del libro. Pero luego de llevar el
proyecto a su realización, éste mismo me iba pidiendo cambios, me pedía
elementos con los que no contaba para su evolución y el mismo libro iba creciendo
a su manera, según sus necesidades y las de un hipotético lector. Este capítulo
narrará cronológicamente la evolución del objeto final del proyecto y así mismo de
la construcción conceptual de este. El libro tomó un curso inesperado y ahora que
el proyecto está casi completo me doy cuenta que incluso el caos y las decisiones
han transformado la inocente idea de un fractal que tenía en la cabeza cuando todo
esto comenzó y luego se tornó en algo totalmente diferente e inesperado –tal vez
accidental.

Una vez sabida la temática del proyecto podía empezar a planear el texto y la
manera de iniciar una narración consecuente con los fractales, además se debían
planear las ilustraciones y hacerlos también consecuentes con una temática fractal.
La idea base se transformó en primera instancia en cuanto al método de narración,
al pensar el tiempo de manera fractal no podía hacer una narración lineal y ser
consecuente con esta teoría, por lo tanto necesitaba encontrar una manera de
pasar las páginas y que estas se comportarán como lo hace el tiempo frente a la
acción de un personaje (fig17). Entonces diseñé un sistema para que las páginas se
pudieran pasar a la manera de un árbol fractal, mas esta peculiaridad superaba la
capacidad que un libro común podría ofrecer. El hecho del paso de páginas de
manera fractal solo me lo ofrecía el medio digital, gracias a su capacidad de
recopilar información y generarla en el momento necesario.

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(fig.17) Esquema de paginación en forma de árbol algorítmico.

Luego de pensar en este orden narrativo, tendría que pensar en escribir una historia
que pudiese ejemplificar de alguna manera el orden que el caos significa, mas
nunca llegué a escribir más de un párrafo sobre un hilo narrativo. Se construyeron
personajes inspirados en personalidades que tenían que ver con el mundo
científico(fig18), que impulsaron e investigaron la teoría fractal; se llegaron a construir
espacios basados en la geometría fractal (fig19), cuya estructura coincidía con la que
los algoritmos graficaban; y sin duda nació una estética que no está muy explorada
aun. Los espacios y objetos tomaron una atmosfera propia de la ciencia ficción,
pero aun no era totalmente conforme a lo que de verdad es un fractal en esencia y
apariencia.

(fig18) Personaje basado en Gaston Julia y Vehículo basado en la geometría fractal.

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(Fig19) Espacio basado en la geometria fractal.

Luego de tener una inmersión a lo que en la naturaleza es un fractal, de leer el


artículo sobre la obra de Pollock en la revista Discover y de entender que
Mandelbrot veía a Hokusai como artista fractal, entendí que la representación de
un algoritmo era algo propio de los computadores. Cualquier persona con un
procesador de fórmulas podría construir los fractales de esta manera, una forma
que resulta estática y más cercana a lo que representa la geometría euclídea que
lo que en realidad es la forma de la naturaleza. Por lo tanto al ver el trabajo de
Pollock y al recordar los antecedentes con la tinta, redescubrí que la naturaleza
puede dibujar y producir por mí, entonces comencé a hacer ejercicios de la
composición según la mancha que producía la física de la tinta regándose en la
hoja.

Se empezó una experimentación con la tinta y la mancha que producía, con


diferentes elementos como aceites, jabones, disolventes, papeles y tiempos de
secado, llegando así a resultados totalmente sorprendentes, desde el dinamismo
de una mancha que se mueve en la hoja para secarse rápido hasta la mancha
producida de tinta jabonosa en papel aceitoso que se seca lentamente, y que
increíblemente resultaba similar a la forma de un árbol fractal, a una pila de corales
que jamás había visto que la naturaleza dibujara en una hoja. Las distintas manchas
fueron obra del trazo de la naturaleza y de mi experimentación. (fig. 20, 21,22)

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(fig20) Experimento de tinta jabonosa y papel aceitado.

(fig. 21) Zoom de fractales generados. (fig. 22) Experimento de tinta en papel jabonoso.

Sin embargo el delimitar una mancha de tinta para convertirla en figuración resultó
en la perdida de fluidez y de nuevo se acercaba a la geometría euclídea. Fue
entonces cuando experimenté con la superposición de manchas de tinta de manera
digital: de la nada una imagen increíble surgió, sin quererlo, sin premeditarlo había
creado un “paisaje” con atmosfera, línea de horizonte y detalles increíbles, la tinta
y los fractales estaban “programados” para crear una imagen propia de la
naturaleza. Sin embargo mi amor por la figuración me obligó a organizar las
manchas para que al superponerlas crearan paisajes más controlados, más
“pensados”, pero no dejé de construir paisajes “accidentales”, de vez en cuando me
gustaba sorprenderme al ver cómo la mancha lo hacía todo.

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(Fig23) Imagen finalizada de superposición de manchas.

Una parte crucial para completar la estética de la imagen y darle un latido, una vida
a esa imagen que no se desarrolla en el tiempo, es el sonido. Contando con las
capacidades mediáticas de la plataforma digital, el sonido se puede agregar como
alma de las imágenes, disponiendo en el nuevo libro imagen y sonido de manera
simultánea –suceso que en los medios convencionales está bastante limitado. Con
el furor que se generó al principio de los años ochenta con los fractales, surgieron
variedades de software para usar los fractales de forma “creativa”, entre estos se
encuentra el programa “Fractal music generator” (fig24). Este programa resultó
componer piezas interesantes en formato midi, basado en el conjunto de
Mandelbrot. Pero no siendo suficientemente “orgánica” la música que generaba, se
hizo necesario otro software para crear sonidos desde los fractales, en este caso
desde mis propias imágenes: el programa “Paint 2 Sound” (fig. 25), el cual escanea
cualquier imagen y la traduce en sonido. Con estos dos programas se experimentó
en cuanto a la frecuencia, duración, tono y varios factores que como persona ajena
a la música de academia no conozco muy bien – de nuevo fruto del accidente.
Luego de generar una gran cantidad de piezas, estas se combinaron en “Audacity”
para crear piezas más orgánicas, utilizando sus ondas como imágenes para crear
más fractales. Estas resultaron ser apropiadas como latido del corazón de este
proyecto.

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(fig24) Captura de pantalla del programa “Fractal Music Generator”

(fig. 25) Captura de pantalla del programa “Paint 2 Sound”

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Una vez tenía esta estética, estaba seguro de que esta era la correcta, la que me
había confirmado que lo que era el motivo de mi investigación era cierto. Pero este
maravilloso descubrimiento cambio la concepción que tenía del resto del proyecto.
Así como alguna vez concebí la imagen fractal como producto propio del algoritmo,
de esta misma manera había concebido el tiempo, un árbol fractal premeditado que
cerraría las posibilidades narrativas que la naturaleza del tiempo ofrecía. Tener un
orden de lectura predeterminado –así tuviera una estructura de lectura variable-
sería como si alguien entre nosotros conociera el futuro, cuando este en realidad
es incierto. Lo que viene en seguida en el tiempo nunca es predecible del todo,
billones de elementos están alterando lo que podría venir, el tiempo es fractal por
lo tanto los sucesos en él son regidos por el caos y así debía comportarse una
narración para esta teoría.

Entonces llegué a imaginarme un libro en el que cada vez que se pasa la página se
encuentra una totalmente diferente, indiferentemente si se acaba de pasar la
portada o si se va en la página mil, un libro infinito y cambiante, tal cual es el tiempo.
De nuevo esta posibilidad solo un medio me la puede ofrecer: el medio digital,
siendo este el único con dicha capacidad de almacenamiento y programación,
particularmente a través Internet, que tiene las cualidades que necesitaba para
maquetar un libro con estas condiciones. Tal como lo proponía Lissitzky, es
necesario triunfar sobre el papel impreso. La creación de la electro biblioteca ahora
llamada Internet, me permite crear un libro de infinitas páginas, un libro de orden
no lineal y en el cual el espectador puede navegar en lugar de recorrer al modo de
una línea recta.

Con la imposibilidad de crear millones e infinidades de páginas de mi autoría en el


corto tiempo en el que creció el proyecto, me vi en la necesidad de agregar unas
pocas páginas al gigantesco libro en la red, páginas especiales en las que cada vez
que se descubren son sustancialmente diferentes, páginas que para cada mirada
que se le haga el libro sea una experiencia individual para el espectador – el asunto
del espectador se tratará más adelante.

Estas páginas fueron “programadas”, fueron predispuestas a transformar su


contenido cada vez que fueran visitadas. Así como el tiempo nos trae cosas
inesperadas segundo a segundo, las páginas fueron escritas de tal manera que su
contenido se encuentra en una base de datos gigante, y este es dispuesto en la
página de manera aleatoria. Por lo tanto el libro comienza a ser explorado al igual
que el tiempo, fenómeno que ahora sí se comenzaría a visualizar de manera fractal,
donde el caos –accidente- es el orden que la naturaleza impone.
Ahora necesitaba resolver un problema que parecía más complejo: las personas
entienden narración como una sucesión de fenómenos que transcurren en el
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tiempo. En ese momento solo tenía una manera de pasar el libro y los espacios que
“ilustrarían” el lugar de los sucesos, pero una vez se definió la manera en que el
libro se leería, fue casi intuitivo que el espectador sería el protagonista de esta
lectura, recorriendo los espacios en tiempo real y construyendo los sucesos. Sin
embargo, por el carácter estético de las imágenes, era fácil caer en el juego de
“descifrar” la imagen y dejarlo hasta ahí. Por otro lado mi intención era que cada
mirada cambiara el contenido a la imagen. Un elemento extra faltaba para terminar
esa subjetividad que quería para cada página, este elemento era sin duda la
palabra, el concepto tenía el poder de cambiar el contenido de una imagen así esta
estuviera totalmente desligada a las palabras que la describen.

Un juego interesante que propone René Magritte involucrando la imagen y el texto,


me abrió los ojos a la forma en la cual la imagen y la palabra podrían dotar o
suprimir significados mutuamente en una composición. En sus obras “esto no es
una pipa” y “La interpretación de los sueños”(fig. 26), Magritte propone un doble juego
en el cual a la imagen pasa por dos procesos: primero a esta se le sustrae
significado por acción de la palabra que la acompaña, se le deja como una
representación de un “algo” que no es lo que las reglas del lenguaje nos metió en
la cabeza y por otro lado se le da un nuevo significado a su acción representativa
cuando la palabra que acompaña a la imagen está cargada de un concepto que
puede atribuir una acción, una característica o un nombre a la imagen, sosteniendo
de esta manera que la imagen propuesta no siempre significa el objeto que está
representando.

(fig26) La interpretación de los sueños, Figura 1,17. Óleo, René Magritte. 1930.

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Partiendo del desarrollo conceptual que propone Magritte al cuestionar la relación
del lenguaje con la representación, pude disponer de la “palabra” de tal manera que
sustrajera y dotara de significado a la imagen. Teniendo en cuenta la manera en
que se diseñó la página, las combinaciones imagen-palabra nunca van a ser las
mismas cuando se visualizan. Por lo tanto la imagen, así se repita en los ojos de
dos o más espectadores, jamás serán las mismas gracias al poder transformador
de la palabra.

Una vez tengo construido el “nuevo libro”, haciendo así un homenaje a Lissitzky en
cuanto uso y composición, necesito explicar cómo se lee este al “nuevo lector”. Para
esto se propone un ejercicio de lecto-escritura en el cual al espectador se le pide
relacionar imagen con texto y, según estos, ir escribiendo una “historia”, para
comprobar de esta manera cómo cada espectador en este nuevo libro puede
encontrar sucesos, personajes y significados diferentes –pareciera esto el método
científico del proyecto.

Solo queda analizar un elemento significativo de este proyecto que no se ha


mencionado de manera profunda: el papel del espectador. Es imprescindible en el
resultado final de este proyecto, el espectador es lo que envuelve y le da sentido
total a este libro y por lo tanto a este proyecto, para esto se destina un capítulo
entero al elemento crucial y el núcleo del proyecto –es el ser que experimenta la
naturaleza fractal, así haciendo testimonio de ella.

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“Tener fe significa no querer
saber la verdad”.

El hombre invisible Friedrich Nietzsche.

Como elemento más importante en el desarrollo del proyecto, en cuanto a su puesta


en práctica, es necesario mencionar qué se espera del espectador, qué se obtiene
del espectador y cómo el proyecto se transforma teniendo en cuenta al espectador.
Este personaje principal en mi proyecto es un ser totalmente impredecible. Existen
tantos métodos de visualización y lectura, que es demasiado complejo construir
algo que funcione con cada persona, sobre todo si es algo que es extraño encontrar
en un “nuevo libro” que por años ha emulado el libro convencional. Cuando el
espectador se enfrenta a algo nuevo lo único seguro es que se necesita esperar su
reacción para saber si funciona o no.

Como siempre primero se presentan los retos y dificultades, el espectador como ya


lo había mencionado es impredecible y de aquí en adelante le atribuiré montones
de adjetivos que hacían difícil la construcción del libro electrónico propuesto. La
dificultad global que experimentaba el espectador es el enfrentarse a un libro que
no tiene principio ni final, un libro que no se lee como nos enseñaron en el colegio
–las antigüedades que nos enseñan en el colegio- un libro en un medio etéreo, un
libro que no llega a ningún lado y que para algunos simplemente no decía nada.

La parte más difícil del proyecto era darle validez como libro, pues algunas personas
creían que el libro solo podía estar impreso cuando Lissitzky decía lo contrario,
personas que argumentaban que un libro tenía que tener un hilo, una narración
lineal o al menos no tan “abstracta” como para entenderla, de hecho el suceso más
frustrante al mostrar las versiones beta del experimento era oír la pregunta “¿para
qué sirve?”

El lector convencional no estaba preparado para leer una versión del nuevo libro, y
no los culpo, era fácil meterme en sus zapatos y no entender que era lo que yo
mismo pretendía ni a donde iba. Otro problema común y tal vez el de más difícil
resolución es que las personas aislamos los elementos de una página, viendo la
palabra y la imagen como individuos y no la composición completa como una
unidad. Se nos hacía difícil enlazar la imagen con el texto aun en la misma página,
por lo que mi preocupación trascendió al ver si podían enlazar una página con la
otra.

Fruto de estas dificultades fue necesario transformar el proyecto, soluciones


gráficas para enlazar la palabra con la imagen fueron dispuestas, pero el problema
seguía siendo el anclar una página con la otra, de hecho las personas seguían sin
darle significado al contenido. El plantear un ejercicio fue buena idea para involucrar

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al espectador con un fin, una utilidad para el proyecto y un resultado que se espera
de cualquier suceso. Fue prioritario el incluir unas instrucciones de uso o más bien
de lectura, para educarnos a todos en el papel del nuevo lector. Esta fue la única
solución para el problema del significado para el espectador desprevenido.

El dar unas instrucciones de lectura ponía un propósito al personaje de este libro.


El espectador se podía enfrentar al proyecto con una meta, una “programación” que
lo ayudaría a navegar en este libro sin sentirse en un universo de la nada. El
ejercicio que se planteó hacía obvio que el mismo espectador se convertía en autor
y en personaje; se le pide al lector escribir lo que está viendo y leyendo; se le pide
construir una historia “lineal” donde hay solo azar e incertidumbre hacia la siguiente
página; el proyecto se convirtió en un libro de construcción casi dadá.

Es pretencioso afirmar que estas soluciones fueron definitivas. Algunos lectores


encontraban el ejercicio tedioso y otros simplemente seguían con las dificultades
para enlazar los elementos de las páginas y las mismas páginas –de hecho los
lectores más jóvenes encontraban más atractivo el proyecto e hilaban todos los
elementos sin dificultad, y con jóvenes me refiero menores de quince años. Podría
decir que el nuevo libro no fue del todo construido, la naturalidad de este en cuanto
a su lectura era difícil de instituir, pero aun así lo considero un “experimento” valioso,
poner a un adulto con unas piezas “lego” inesperadas.

Llegar a un público desprevenido –con esto me refiero a que no saben que están
viendo “Arte” o “ciencia”- es una tarea difícil, a mi aun me queda difícil enfrentarme
a un artista contemporáneo y entenderlo, no culpo a nadie de no entender mi obra,
ni de no intentarlo, es una reacción común a lo incomodo a lo extraño. Si algo falla
con respecto a la lecturabilidad del “nuevo libro” es que el “nuevo escritor” aún no
lo es del todo. Se podría decir que este proyecto está en un estado “beta”
permanente y comparte así esta característica de todo internet; el libro se va a
seguir transformando mientras nuevos lectores van surgiendo y mientras se hace
más natural enfrentarse a una página con ausencia de renglones, títulos o
paginación. Del espectador solo quiero un intento, un vistazo una crítica que haga
evolucionar a un libro, que como los fractales, se construya naturalmente, donde el
libro se adapte al lector y el lector se adapte al libro.

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Conclusión

Una vez se han puesto todos los elementos en su lugar solo quedaría ver el
producto final del proyecto, ese que ha tratado de ser explicado y justificado en este
texto. Esa sería la verdadera conclusión a este escrito, que no obtendría sentido
alguno sin el producto final.

De estas páginas se continúa a las páginas de ese libro que se ha presentado


sombríamente en este texto, es un texto que tal vez nunca termine y se siga
construyendo en la cabeza de algunos por el paso de los años. Como experimento
se deberían obtener resultados, pero este es un experimento intuitivo, un ejercicio
que no tendrá principio ni fin, el resultado no estará representado en estadísticas ni
en fórmulas que redefinan la física como ciencia. Este tal vez y tal vez no –
recordemos que todo es incertidumbre- podría ser el aleteo de una mariposa que
luego se convierta en tormenta.

No soy pretencioso en cuanto a los resultados, pero soy optimista en cuanto que
esto podría aportar una semilla a otras ideas, semilla que podría germinar en una
nueva manera de pensar la expresión gráfica en sus elementos generales, desde
la composición de la página hasta los medios que cubre esta disciplina. No se
pretende cambiar las sociedad, ni desaparecer la desigualdad, no se pretende
cambiar siquiera al individuo. Se abre únicamente una ventana que pocos habían
abierto, se abre para saciar la sed por conocimiento, la sed por otras disciplinas y
el interés por temas “aburridos” se incremente. Desestigmatizando así palabras tan
feroces como la matemática o teoría fractal, el ser humano en esta época está
llamado a buscar lo que le interesa. Este proyecto puede ser incómodo para
algunos, pero para otros puede ser simplemente una manera de crear o pensar,
personas que invito a disfrutar de un nuevo pensamiento mas no obligaré ni
pretenderé se liguen a estas ideas.

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Bibliografía

• Borges, Jorge Luis. Otras inquisiciones. Magias parciales del Quijote. Ediciones Neperus 2007

• Cortázar, Julio. Rayuela. Barcelona: Madrid: Editorial Alfaguara. 2005

• Mandelbrot, Benoit B. La geometría fractal de la naturaleza. Barcelona: Editorial Tusquets 1997.

• Manovich, Lev. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Cambridge: Editorial Paidós 2006.

Webgrafía

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• http://www.xatakaciencia.com/matematicas/los-fractales-en-la-pintura-de-pollock

• Imagining the Tenth Dimension - http://www.youtube.com/watch?v=zqeqW3g8N2Q

• Lissitzky, El. Topografía de la tipografía. En: Revista Merz #4 - http://blog.grrr.es/2010/11/05/topografia-de-


latipografia/

• Úbeda, Joan. Dimensión Dalí. Mediapro 2004 - http://www.youtube.com/watch?v=23KfoH7dI_c

• Nic Stacey, The secret life of chaos. BBC Four 2010 - http://www.dailymotion.com/video/xpxj1b_the-secretlife-
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• Nova, Hunting the Hidden Dimension 2008 - http://www.youtube.com/watch?v=LemPnZn54Kw

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Fuentes

(fig1):
https://plus.google.com/photos/107914194335268624018/albums/5755956146148990081/5755956148819652242

(fig2):
http://www.coloredhome.com/gaudi/sagrada_familia/sagrada_familia15.JPG

(fig3):
http://www.williambennettgallery.com/artists/dali/pieces/DALI1119.php

(Fig4): http://www.abm-enterprises.net/fractals/poseidonsthrone.html

(fig5):
http://cluesforum.info/viewtopic.php?p=2365815 http://laproporcionperfecta.blogspot.com/2011/06/numero-de-oro.html

(Fig 6):
http://discovermagazine.com/2001/nov/featpollock#.UXQ3taIieSo

(Fig7): http://artgallery.yale.edu/pages/collection/popups/pc_prints/enlarge17.html

(Fig8):
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Great_Wave_off_Kanagawa2.jpg
http://2.bp.blogspot.com/_WTgN37nzWpc/TIZoS4bynII/AAAAAAAAA0k/lnqLPG20r74/s1600/El+drag%C3%B3n+de+humo+escapando+
del+monte+Fuji.png
(fig9):
Captura de pantalla de: http://www.youtube.com/watch?v=o87TkFOR_Js

(fig10):
http://3.bp.blogspot.com/-eUY-aGDczeg/UKRXQRYQSwI/AAAAAAAAAW4/wxUbiQv0kWk/s1600/moebius5.jpg
http://www.wikipaintings.org/en/m-c-escher/moebius-strip-ii

Fig26:
http://1.bp.blogspot.com/-bd5wEOMoNho/Ti29QE7FtXI/AAAAAAAAAyU/ePOqV9uVbME/s320/magritte.jpg

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Agradecimientos

• Gracias a todos los que de alguna manera se vieron involucrados en este proyecto:
familiares, amigos, profesores y conocidos.
• Gracias en especial a Tomás Ramírez Pérez y Laura Pérez Chaparro, quienes fueron la
inspiración para llevar a cabo este proyecto.
• Gracias a Ronald F. Meléndez quien guió este proyecto por el camino adecuado y quien
estuvo pendiente de todo su desarrollo.
• Gracias a Adriana Pardo Olaya y a Juan Ramírez Trujillo quienes hicieron posible que
avanzara hasta este punto.

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