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Nombre: María Alejandra Chamorro Bastidas

Caso 1 Ética
Adriana Gómez siempre destacó por su excepcional desempeño académico, sus
padres Francisco Gómez y Mariana Beltrán se encontraban orgullosos del camino
que había tomado su hija, pues, ambos abogados de la Universidad de
Guadalajara, vieron a su hija graduarse con honores del colegio; terminar su
carrera de derecho en la misma universidad y actualmente, a sus 32 años, ejercer
como jueza en Ciudad de México.
Caracterizada por su dedicación al trabajo, los buenos modales y actuar
políticamente correcta en lo posible, impartía su filosofía de vida en Marta, su
única hija y compañera en su hogar, esto debido a que su esposo Orlando falleció
como víctima de un atentado de una banda criminal quienes eran parte de un caso
previo de Adriana.
Un martes en la mañana, está a punto de entrar a un juicio de un robo de banco,
los acusados, Bernardo Solarte, un hombre de 65 años de bajos recursos que,
junto a su esposa sobreviven el día a día del reciclaje para mantener a su hijo
recién nacido; por otro lado, uno de los integrantes de la banda criminal ya
mencionada.
Recibe una llamada previa al juicio en donde uno de los líderes le informa que su
hija se encuentra capturada y que la única manera de que la liberen es declarando
culpable al pobre hombre de quien está completamente segura que es inocente
por las pruebas presentadas por fuentes de confianza; llama a casa, pero nadie
contesta, aún no tiene la certeza de que lo que le acaban de decir por llamada sea
cierto. ¿Qué harías tú en este caso?
Preguntas:
1) El problema en este caso radica en que se enfrenta el valor de la justicia junto
al de la rectitud, la sinceridad y la integridad; valores muy arraigados a la ética
profesional de un abogado en el entendido de que se le debe dar a cada quien lo
que se merece siempre en respeto de su dignidad humana. Estos se enfrentan a la
decisión de salvar la vida de una persona, que en este caso no es cualquier
persona, pues se trata de su hija, con quien ha creado lazos afectivos muy grandes.
2) Posibles alternativas:
-Declarar inocente a Bernardo y esperar a que la llamada haya sido únicamente
una amenaza aprovechándose de la situación y que realmente Marta está a salvo,
de esta forma habría cumplido con su labor, tendría la conciencia limpia y a su
hija sana.
-Declarar inocente a Bernardo cumpliendo profesionalmente en la parte laboral y
arriesgarse a que el secuestro de su hija sea legítimo, por lo tanto, comprometer
su salud e incluso e incluso su vida, teniendo en cuenta de que su hogar
únicamente se conformado por ellas dos.
-Declarar culpable a Bernardo que a pesar de ser inocente sigue siendo un
desconocido, por otro lado, es la vida de su hija la que está en juego y de esta
forma la tendría de regreso a casa.
3) El ámbito moral en el caso, claramente se refiere al valor de justicia en el
entendido de que, si una persona actúa mal, tiene que asumir las consecuencias
de sus actos y someterse a un proceso legal que dará como resultado una pena. Es
así como según la normatividad, en este caso jurídica propendería por darle el
castigo a quien se lo merece, sin dejarse llevar por sentimientos ni arbitrariedades.
El ámbito ético en el caso se puede conceptualizar desde dos formas: la ética
profesional que debería tener un abogado al actuar frente al justiciable y la ética
de la persona al discernir sobre si está bien o está mal arriesgar la vida de su hija
y además de ello la de su núcleo familiar.
4) Lo que yo haría en este caso, primeramente, sería partir de saber y reconocer
que no sería moralmente correcto condenar a una persona inocente y culparla por
algo que no ha hecho, más si hay pruebas fehacientes de ello. Sin embargo, si
realizara lo que moralmente está correcto arriesgaría a un ser querido e
irremplazable, pues de madre a hija o de padre a hijo se crean lazos afectivos
enormes. Es ahí en donde claramente surge el dilema y el juicio acerca de qué
está bien y qué no, pues desde la perspectiva moral, es inconcebible que una
persona sea castigada por algo que no ha hecho, no obstante, cuando se trata de
la familia, al ser seres sociales y de vínculos sentimentales, es casi imposible
considerar la idea de elegir la libertad de un desconocido por el costo de poner en
riesgo la vida de un ser querido. Entonces, lo que haría es discernir cuál de las
dos alternativas me traería más arrepiento a futuro, y evidentemente según mi
construcción moral y mis principios fundamentados en la prevalencia de la vida
de las personas sobre la libertad de ellas, no podría perdonarme nunca el que por
mí culpa murió mi hijo o hija. Ello me lleva a una decisión: decidiría declarar
culpable a la persona inocente, debido a que, en el caso, las amenazas provienen
de personas que ya han demostrado con actos lo que son capaces de hacer.
5) Mi proyecto ético de vida personal consiste en realizarme como persona, es
decir, buscar y propender siempre por la consecución de mis fines, sueños y
metas, tanto a largo como a corto plazo sin olvidar esa construcción interior por
la que tenemos que preocuparnos cada día, pues, así como nos preocupamos por
obtener cosas materiales, es imprescindible llevar una vida sana sin también
preocuparnos por lo que hay en nuestro interior. Es ahí en donde a través de la
búsqueda de conocerme mejor a mí misma según mis experiencias y condiciones,
quisiera fortalecer valores como la integridad personal, la paz y sobre todo la
conciencia, ya que pienso que una vida tranquila no se puede concebir sin una
conciencia limpia, pues cuando tenemos cosas que nos perturban, se afectan las
actividades diarias e incluso las relaciones personales. Además de ello quisiera
aprender a ser más libre en el entendido de buscar más seguridad en mí a la hora
de tomar decisiones que pueden cambiar el rumbo de mi vida; claro está, siempre
respetando la libertad y dignidad del otro. Pienso que el paso más importante que
debo dar para lograr mi proyecto ético de vida personal, es nunca olvidar la
tolerancia y el respeto, en razón de que, gracias a estos dos valores, no solo es
posible aceptar a los demás, sino que también es posible aceptarme a mí misma,
respetarme y valorarme en el sentido de que, si cometo de errores, la salida no es
hundirme en éstos o en la decepción de haberlos cometido, sino que se trata de
aprender a sobrellevarlos para aprender de ellos.

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