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DELGADO ARANDA, Jhordan Alejandro 5to D

SESION Nº3
Reflexionamos para darle sentido a nuestra vida.
“El grito” de Edvard Munch

1. ¿Qué te sugiere el cuadro que estás observando?


Una figura angustiada con el trasfondo surrealista de un cielo rojizo, que
provoca la ansiedad del espectador.
2. ¿Cuál será el propósito?
Representar al hombre moderno en una situación de desesperación.
3. ¿Qué relación existe entre el cuadro y la realidad?
Los aspectos negativos entre el hombre y la sociedad
4. ¿Qué influencia crees que ejerce entre las personas? ¿Por qué?
La angustia porque en las predomina mucho
Lectura:
Recuerdas qué es un mito ¿De qué crees que tratará el texto?
Un mito es una narración La angustia que atenta a la sociedad hoy en día.
maravillosa
protagonizada por dioses,
héroes o personajes
fantásticos, ubicada fuera
del tiempo histórico, que
explica o da sentido a
determinados hechos o
fenómenos.
“El mito de Sísifo” de Albert Camus
Los dioses habían condenado a Sísifo a hacer rodar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, donde la piedra
volvía a caer por su propio peso. Habían pensado con alguna razón que no hay castigo más terrible que el trabajo
inútil y sin esperanza. Si se ha de creer a Homero, Sísifo era el más sabio y prudente de los mortales. No obstante.
DELGADO ARANDA, Jhordan Alejandro 5to D
Según otra tradición, sin embargo, se inclinaba al oficio de bandido. No veo en ello contradicción. Difieren las opiniones
sobre los motivos que le convirtieron en un trabajador inútil en los infiernos. Se le reprocha, en primer lugar, alguna
ligereza con los dioses. Reveló sus secretos. Egina, hija de Asopo, fue raptada por Júpiter. Al padre le asombró esa
desaparición y se quejó a Sísifo. Este, que conocía del rapto, ofreció a Asope darle informes con la condición de que
diese agua a la ciudadela de Corinto. Prefirió la bendición del agua a los rayos celestes.
Por ello fue castigado y enviado al infierno. Homero nos cuenta también que Sísifo había encadenado a la Muerte.
Plutón no pudo soportar el espectáculo de su imperio desierto y silencioso. Envió al dios de la guerra, quien liberó a
la Muerte de manos de su vencedor.
Se dice además que Sísifo, estando próximo a morir, quiso imprudentemente poner a prueba el amor de su mujer. Le
ordenó que arrojara su cuerpo sin sepultura en medio de la plaza pública. Sísifo se encontró en los infiernos y allí
irritado por una obediencia tan contraria al amor humano, obtuvo de Plutón permiso para volver a la tierra con objeto
de castigar a su mujer. Pero cuando volvió a ver el rostro de este mundo, a gustar del agua y el sol, de las piedras
cálidas y el mar, ya no quiso volver a la sombra infernal.
Los llamamientos, las iras y las advertencias no sirvieron para nada. Vivió todavía muchos años más ante la curva del
golfo, con el mar majestuoso y las sonrisas de la tierra. Fue necesario un decreto de los dioses. Mercurio bajó a la
tierra a coger al audaz por el cuello, y quitándole de sus alegrías, le condujo a los infiernos, donde estaba ya preparada
su roca.
Se ha comprendido ya que Sísifo es el héroe absurdo. Lo es tanto por sus pasiones como por sus tormentos. Su
desprecio de los dioses, su odio a la muerte y su pasión por la vida, le han valido este suplicio indecible en donde todo
el ser se emplea en no acabar nada. Es el precio que hay que pagar por las pasiones de esta tierra. No se nos dice
nada sobre Sísifo en los infiernos. Los mitos están hechos para que la animar la imaginación.
En este, se ve solamente todo el esfuerzo de un cuerpo tenso para levantar la enorme piedra, hacerla rodar y ayudarla
a subir una cima eternamente recorrida; se ve el rostro crispado, la mejilla pegada a la piedra, la ayuda de un hombro
que recibe la masa cubierta de arcilla, de un pie que la detiene, el continuo esfuerzo de los brazos, la seguridad
enteramente humana de dos manos llenas de tierra. Al cabo de este largo esfuerzo, medido por el espacio sin cielo y
el tiempo sin profundidad, se alcanza el objetivo. Sísifo mira entonces como la piedra rueda en unos instantes a ese
mundo inferior desde donde habrá de volverla a subir hacia la cumbre. Él vuelve a bajar de nuevo a la llanura. Es
durante esta vuelta, esta pausa, que Sísifo me interesa. ¡Un rostro que padece tan cerca de las piedras, es ya él
mismo piedra!.
Veo como ese hombre vuelve a bajar con paso lento, pero igual, hacia el tormento cuyo fin no conocerá. Esta hora
que es como una respiración y que vuelve tan seguramente como su desgracia: es la hora de la conciencia. En cada
uno de los instantes en que abandona la cima y se hunde poco a poco en la madriguera de los dioses, es superior a
su destino. Es más fuerte que su roca.
Si este mito es trágico, es porque su protagonista es consciente. ¿Dónde estaría, en efecto, su pena, si a cada paso
le sostuviera la esperanza de triunfar? El obrero de hoy trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas
y ese destino no es menos absurdo. Pero no es trágico sino en los raros momentos en se hace consciente. Sísifo,
proletario de los dioses, impotente y rebelde conoce toda la magnitud de su condición miserable: es en ella que piensa
durante su descenso. La clarividencia que debía constituir su tormento, consuma al mismo tiempo su victoria. No hay
destino que no se supere con el desprecio.
Si el descenso se hace así algunos días en el dolor, puede hacerse también con alegría. Estas palabras no están de
sobra. Imagino a Sísifo volviendo hacia su roca, y el dolor estaba en el principio. Cuando las imágenes de la tierra se
aferran demasiado fuertemente al recuerdo, cuando el llamado de la felicidad se hace demasiado urgente, sucede
que surge la tristeza en el corazón del hombre: es la victoria de la roca, la roca misma. La inmensa angustia es
demasiado pesada para poderla sobrellevar. Son nuestras noches de Getsemaní. Pero, las verdades aplastantes
perecen al ser reconocidas.
Así, Edipo obedece primeramente al destino sin saberlo. En el momento que sabe, comienza su tragedia. Pero en el
mismo instante, ciego y desesperado, reconoce que el único vínculo que le une al mundo es la mano fresca de una
muchacha. Resuena, entonces una frase desesperada: «A pesar de tantas pruebas, mi edad avanzada y la grandeza
de mi alma me hacen juzgar que todo está bien». El Edipo de Sófocles, como el Kirilov de Dostoievsky, dan así la
fórmula de la victoria absurda. La sabiduría antigua se une con el heroísmo moderno.
No se descubre lo absurdo sin sentirse tentado a escribir algún manual de felicidad. «¿Cómo? ¿Por caminos tan
estrechos...?». Pero no hay más que un mundo. La felicidad y el absurdo son dos hijos de la misma tierra. Son
inseparables. Sería un error decir que la felicidad nace forzosamente del descubrimiento absurdo. Ocurre también
que el sentimiento de lo absurdo nazca de la felicidad. «Juzgo que todo está bien», dice Edipo, y estas palabras son
sagradas. Resuena en el universo hosco y limitado del hombre. Enseñan que no todo está agotado, que no ha sido
agotado. Expulsan de este mundo a un dios que había entrado en él con la insatisfacción y el gusto de los dolores
inútiles. Hacen del destino un asunto humano, que debe ser arreglado entre los hombres.
Toda la alegría silenciosa de Sísifo consiste en eso. Su destino le pertenece. Su roca es su cosa. Del mismo modo el
hombre absurdo, cuando contempla su tormento, hace callar a todos los ídolos. En ese universo vuelto de pronto a
su silencio, las mil vocecitas maravillosas de la tierra se levantan. Llamadas inconscientes y secretas, invitaciones de
todos los rostros constituyen el reverso necesario y el precio de la victoria. No hay sol sin sombra y es necesario
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conocer la noche. El hombre absurdo dice “sí” y su esfuerzo jamás cesará. Si hay un destino personal, no hay un
destino superior, o, por lo menos no hay más que uno al que juzga fatal y despreciable. Por lo demás, él se sabe
dueño de sus días. En ese instante sutil en que el hombre se vuelve sobre su vida, Sísifo, volviendo hacia su roca, en
ese ligero giro, contempla esa serie de actos sin ligazón en que se convierte su destino. Creado por él, unido bajo la
mirada de su memoria y pronto sellado por su muerte. Así, persuadido del origen completamente humano de todo lo
que es humano, ciego que desea ver y que sabe que la noche no tiene fin, está siempre en marcha. La roca sigue
rodando.
Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre con su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior
que niega a los dioses y levanta las rocas. Él también juzga que todo está bien. Este universo, desde ahora sin amo,
no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada destello mineral de esta montaña llena de
oscuridad, forman por sí solo un mundo. El peso mismo de la roca hacia la cumbre basta para llenar el corazón de un
hombre.
Hay que imaginarse a Sísifo feliz.

¿Cuál es el propósito de la lectura? Hacer una reflexión sobre el valor y


las concurrencias de la vida que
permite ver la opinión del autor sobre
existencialismo
¿Qué tipo de tex3to estás leyendo? Un ensayo
¿De qué trata lo leído? La vida
¿Qué representa Sísifo? El valor de la vida
¿Por qué se dice que Sísifo tenía que cargar una gran Porque fue castigado.
roca?
¿Consideras que es absurda tu vida? ¿Por qué’ No, porque a lo largo de mi vida
estado muy bien identificado
¿Cuál es la postura del autor acerca de la vida?
Lo absurdo que es vivir, el suicidio y
una salida

¿Qué relación existe entre el texto y la realidad? De las personas no saben porque
vinieron al mundo
¿Cuáles son los argumentos que defiende su postura? Uno de ellos es ¿Por qué quiero ser
feliz?
¿Te consideras un Sísifo? ¿Por qué? No porque

✓ ¿Qué sentido tendrá subir y bajar siempre una roca?


✓ La sensación de no avanzar por mucho que nos esforcemos es algo que todos hemos
sentido en diferentes momentos de nuestra vida
✓ ¿Qué relación existe entre el cuadro de El grito y El mito de Sísifo?
✓ La vida que se desarrolla hoy en la sociedad
¿Qué nos transmite cada uno?
La desesperación y el sentido de la vid

El grito El Mito de Sísifo


En esta obra se expresa la soledad del ser El hombre rebelde es un tratado filosófico
humano y su pesimismo frente las de Albert Camus sobre la rebeldía, o
adversidades sobre cómo y por qué a lo largo de la
historia el hombre se levanta contra el
Dios o el Amo.
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El grito de terror trae consigo la tensión y el El esfuerzo mismo para llegar a las
pánico interior que destruyen la anatomía. Los cimas basta para llenar un corazón de
rasgos de rostro desaparecen bajo el gesto. hombre.
Los rasgos de rostro desaparecen bajo el Si la falta de un sentido o el absurdo de
gesto. No hay nada de Realismo, se la existencia requieren del suicidio.
representa el interior y no el exterior.

¿Qué sentido tienen estos textos leídos con relación al tema “en busca del sentido para tu vida”?

El mapa semántico nos permite organizar y sintetizar la información de un texto reconociendo


las relaciones entre distintos conceptos. Los mapas semánticos se elaboran tomando la
estructura que se estime conveniente, es decir, no siguen un patrón rígido, por lo general toman
la forma de una araña. Generalmente se elaboran, siguiendo la dirección de giro de las agujas
del reloj y de esa manera son leídas

Elabora un mapa semántico de la lectura.

RÚBRICA PARA EVALUAR EL MAPA SEMÁNTICO


ÍTEMS SÍ NO
Relaciona adecuadamente los conceptos. 
Existe coherencia entre el texto y las ideas. 
Organiza correctamente el concepto central con los otros conceptos. 
Sintetiza la información sin digresiones ni ambigüedades. 
Establece relaciones intertextuales entre el cuadro de Munch y el Mito de Sísifo. 

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