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Personalidad: la combinación específica de patrones de respuestas emocionales, actitudinales

y conductuales presentes en una persona. La personalidad de los individuos se refiere a lo


individual, a lo que los hace únicos y diferentes a los demás individuos de la misma sociedad.

Teoría Factorialista: se estudia la conducta humana como producto de ciertas características


estables que posee un individuo y que lo diferencian de los demás dentro de una misma
sociedad, a partir de los rasgos. Estos permiten explicar y predecir la conducta de los
individuos, ya que determinan la forma en que estos interpretan la realidad social.

Hans Eysenck (nivel científico): “la suma de patrones de conductas, bien actuales o
potenciales, que están determinados en el organismo por la herencia y por el medio social”
Para el autor, la personalidad tiene 4 niveles: 1. se ubican las conductas que son específicas y
ocasionales, que pueden o no ser características del individuo.2. Se ubican las conductas
similares del individuo. Son respuestas similares en circunstancias parecidas. 3. se ubican los
hábitos, que se ordenan en rasgos. 4. se correlacionan los rasgos, lo cual resulta en un mayor
nivel de generalidad denominado como tipo.

3 dimensiones de la Personalidad: introversión-extraversión: introversión es la orientación de


la personalidad hacia el interior del individuo. El individuo atiende a sus propios pensamientos
e intereses. Extraversión es la orientación de la personalidad hacia el exterior y se consideran
aquellas características que tienen que ver con la sociabilidad e interés del individuo por el
mundo externo y por los otros. Normalidad-neuroticismo: neuroticismo es una personalidad
que muestra conductas, como ansiedad, temor, ira, resentimientos, etc. Normalidad-
psicoticismo. Psicoticismo la personalidad está orientada a conductas impulsivas, agresivas y
de poca empatía.

Gordon Allport: desarrolló la teoría de la personalidad y destacó la singularidad del


comportamiento humano individual. Se opuso al psicoanálisis, al conductismo y a las teorías
del comportamiento de la época. Para Allport la base de la personalidad se forma en la
infancia, por lo que los rasgos dependen de la experiencia acumulada por cada individuo a lo
largo de su vida. Dice que: “la personalidad se forma en función del desarrollo del individuo, a
partir de las características ambientales, biológicas y sociales que explican, modulan y
mantienen su comportamiento”. Distinguió rasgos individuales (aquellos que presenta un
individuo determinado) rasgos comunes (aquellos que pueden presentar varios individuos
diferentes).

Raymond Cattell: identificó 16 factores o dimensiones básicas de la personalidad. Para Cattell,


existen rasgos comunes a todos individuos. Sostenía que estos rasgos eran estables y estaban
determinados por factores genéticos. Clasificó los rasgos en comunes a todos los individuos o
únicos, superficiales o fuentes (descubiertos por análisis factorial), constitucionales (herencia)
o ambientales, dinámicos (motivan hacia la meta), habilidad (capacidad para alcanzar la
meta) y temperamento (aspecto emocional de la actividad orientada a la meta).

Teoría Funcionalista: El funcionalismo estudia la conducta desde los datos y hechos


observables. Una diferencia fundamental entre las teorías es que para los estudiosos de las
teorías factorialistas existen conductas estables o rasgos, mientras que para los autores de la
teoría funcionalista las conductas son afectadas por las situaciones ambientales. Estudió la
relación entre la conducta del individuo y el medioambiente. Burrhus Frederic Skinner estudió
el comportamiento de los animales frente a condicionantes del ambiente, de qué manera estos
reforzaban o inhibían las conductas de los animales. La caja de Skinner fue ideada para
estudiar la respuesta de los animales frente a diferentes estímulos que iba presentándoles.
Para este autor, las conductas de las personas dependen de determinadas variables
independientes que son externas al individuo. Sostenía que no era necesario analizar la
personalidad, ya que esta podía conocerse a través de las conductas observables del individuo.
Para este autor, la personalidad era un conjunto de patrones de conducta que se generaban de
acuerdo a las situaciones.

El enfoque psicodinámico: sostiene que “la personalidad fundamental es más o menos estable
en cualquier situación, su núcleo básico se desarrolla durante la niñez del individuo y, en
esencia, cambia poco durante su desarrollo personal”. Se considera que el impulso que genera
una conducta obedece a determinantes irracionales. Estos impulsos, en contacto con la
realidad, provocan ciertos mecanismos psicológicos que distorsionan la realidad.

Sigmund Freud: consideró los instintos como el principal determinante de las conductas.
Distinguió 3 tipos de instintos: de vida, de muerte y sexual. Marín Sánchez y Sell Trujillo
destacan tres ejes de la teoría de Freud: 1. El desarrollo psicosexual del individuo. Según esta
idea, durante el desarrollo del individuo las pulsiones sexuales van pasando por diferentes
etapas (oral, anal, fálica y genital). La fijación en alguna de ellas podría ser determinante de la
personalidad adulta. 2. La conducta está determinada por tres aspectos de la personalidad: el
ello, el yo y el superyó. 3. Existen 3 grados de conciencia (consciente, preconsciente e
inconsciente) que influyen y determinan la conducta y la personalidad.

La teoría psicosocial: la personalidad depende de procesos sociales. Los principales


representantes de este enfoque son Alfred Adler y Erich Fromm. Para Adler, el ser humano es
social desde que nace y durante su desarrollo tiende a superarse dentro de la sociedad en la
que se encuentra inserto. Este autor distingue siete principios que rigen la conducta humana:

1) Sentimiento o complejo de inferioridad. 2) Sentimiento o complejo de superioridad. 3)


Estilo de vida. 4) El yo creativo. 5) El yo consciente. 6) Metas ficticias. 7) Interés social.

Fromm: sostiene que la personalidad es configurada por la sociedad, la cultura, el ambiente, y


no por fuerzas biológicas. Fromm sostiene que la personalidad está compuesta por
temperamento y carácter. El temperamento es la parte orgánica y el carácter se forma como
consecuencia de las presiones sociales. A su vez, el carácter es individual (se forma por las
influencias familiares) y social (por las influencias de la sociedad). Sostiene que el hombre
tiende a desarrollar su naturaleza humana individual, que es conocerse a sí mismo y a todo lo
que lo rodea. Esto le da libertad e independencia para desarrollar al máximo su capacidad
creadora. Las tendencias nucleares del hombre son: la necesidad de relación, necesidad de
trascendencia, necesidad de arraigo, necesidad de identidad y necesidad de marco de
referencia. Pero el hombre se ve enfrentado a dicotomías existenciales (por ejemplo, desea la
libertad, pero busca la seguridad) que no puede resolver. Para escapar de estas, tiene 4
mecanismos: sadismo, masoquismo, afán de irracionalidad y automatismo.
Identidad Social: Sánchez y Trujillo: el concepto de sí mismo que la persona deriva a partir de
la percepción de pertenencia o membrecía a distintos grupos sociales.

Teoría de la identidad social: se formuló para dar respuesta a los fenómenos psicológicos que
intervenían en la discriminación grupal y fue formulada por Henri Tajfel y John Turner. Se
cimienta en 3 pilares fundamentales: categorización, comparación e identificación. La idea
principal es que los individuos se categorizan a sí mismos como pertenecientes a diferentes
grupos, y esto es lo que forma su identidad social. Así, a través de un proceso de comparación
social, valoran positiva o negativamente a cada grupo.

Procesos de categorización social: se refieren a la tendencia de los individuos a clasificar


personas, objetos y situaciones para comprender más rápidamente el mundo social. Este
proceso permite establecer similitudes entre el individuo y los demás miembros del endogrupo
y, a la vez, establecer diferencias con miembros del exogrupo. Cuando un individuo se asume
como perteneciente a un grupo, también asume a qué grupos no pertenece. De esta manera,
se conforman 2 categorías: nosotros y ellos. En este proceso se forma la identidad social, pero
también se forman los estereotipos, los prejuicios y la discriminación. En el proceso, el individuo
tiende a exagerar las similitudes con los miembros de dicho grupo y a exagerar las diferencias
en relación a aquellos que no pertenecen a él (principio de acentuación), lo que les permite
formar una autoestima social positiva.

Autoestima social: el grado de estima proporcionado por la autoimagen que la persona deriva
de los grupos a los que pertenece. Pero cuando sentimos nuestra autoestima amenazada,
promovemos el adjudicar atributos negativos a los grupos a los que no pertenecemos,
generando conductas discriminatorias.

Proceso de comparación social: el individuo tiende a incluir en su endogrupo a aquellas


personas que percibe similares a sí mismo y a los que se diferencian como pertenecientes al
exogrupo. Además, se da una tendencia a adjudicar atributos positivos al endogrupo para que
mejore la imagen de sí mismo. Por el contrario, a los miembros del exogrupo se les adjudica
atributos negativos. En este punto es importante comprender el autoconcepto como un
constructo que refleja nuestro propio sentido de conciencia, de pertenencia social y de nuestra
identidad. Los componentes del autoconcepto son: el sí mismo (organizar fenómenos
psicológicos y sociales con la finalidad de regular el comportamiento interpersonal)

Identificación: El ser social está compuesto por una identidad personal y una identidad social.
Esto significa que a veces el individuo piensa y actúa como un individuo único, y otras veces,
como miembro de un grupo. La identidad personal: conocimiento del ‘yo’ derivado de
atributos únicos personales, la identidad social es esa parte del ‘yo’ que se define por nuestra
pertenencia a distintos grupos sociales. De esta manera, la identidad personal incluye
sentimientos, habilidades y características personales de los individuos, considerados como
únicos; y la identidad social se refiere a las características de los grupos a los que pertenece.

Tajfel define la identidad social como: la parte del autoconcepto individual que deriva del
conocimiento de la pertenencia a un grupo social (o grupos sociales) junto con el significado
emocional y valorativo que conlleva dicha pertenencia. Cuando el individuo se incluye en un
grupo social, forma su identidad social al identificarse con sus miembros y reafirma su
autoestima social.

Teoría de la autocategorización del yo: Con esta teoría Turner buscó explicar cuál es el proceso
que lleva a los individuos a incluirse en una u otra categoría. Aporta 3 novedades: el proceso de
despersonalización, la categorización del yo en interpersonal, intergrupal e interespecies, y el
concepto de prototipo. Sostiene que cuanto más se asemeja un individuo a los miembros de un
grupo, más se identifica con este y mayor es su dedicación a él, ya que se percibe como un
miembro valioso. Pero, en casos extremos, los individuos pueden llegar a perder su identidad
personal en beneficio de la identidad grupal y percibirse como miembros prototípicos del grupo
y, por lo tanto, intercambiables por otros miembros. Turner definió este proceso como de
despersonalización.

Turner sostiene que existen 3 niveles de abstracción de categorización del yo. El 1er N,
interespecies, se trata de una categorización del yo como ser humano frente a otras formas de
vida diferentes. El 2do N, intergrupal (corresponde a la identidad social), según el cual el
individuo se define como perteneciente a un endogrupo frente a un exogrupo. Y el 3er N,
interpersonal o intragrupal, se refiere a las diferencias entre el individuo y los demás miembros
del grupo; diferencias que definen al individuo como único.

Desde esta teoría se intentó explicar cómo es que las personas llegan a actuar como grupo y
Gómez Jiménez lo explica de la siguiente manera: Esto se consigue gracias a un cambio en el
nivel de abstracción o inclusividad del autoconcepto: de la identidad personal se pasaría,
mediante una elaboración sociocognitiva, a la identidad social, y la conducta interpersonal se
transformaría en conducta intergrupal, es decir, el individuo dejaría de percibirse como persona
individual (esto es lo que se conoce como despersonalización) y empezaría a verse como
miembro intercambiable de un grupo o categoría social.

Prototipo: define a la persona que mejor representa al grupo en alguna dimensión relevante.
De esta manera, cuanto más se acerque un individuo a esa posición, será más respetado y más
influyente para el grupo. Ambas teorías coinciden en la idea de que tanto nuestro
comportamiento, en tanto miembros de un grupo, como nuestra identidad social también
forman parte de nuestro autoconcepto. Esto explicaría por qué el autoconcepto de un individuo
puede cambiar en algunos aspectos y en otros mantenerse estable.

Estereotipos: 1922 Walter Lippman adoptó el término estereotipos para definir las
“tendencias a pensar que las personas o cosas que pertenecen a la misma categoría comparten
características similares”. Bueno y Torres: una representación mental que se determina
culturalmente y que, por tanto, está sujeta a los cambios sociales, ideológicos y culturales.

Gómez Jiménez: Creencias compartidas sobre un grupo que sirven como ahorro de energía
para explicar la realidad social. Propone definir los estereotipos y diferenciarlos de 2 conceptos
con los que se los suele confundir: los prejuicios y la discriminación. Propone retomar la
concepción tripartita de las actitudes para explicar la diferenciación de estos tres conceptos:
cognitiva, afectiva y conductual. En primer lugar, el afecto o evaluación sobre dicho grupo sería
el prejuicio. Esta evaluación puede ser positiva o negativa, pero implica una predisposición a
actuar de determinada manera frente a un individuo que forma parte de dicho grupo social.
Esta evaluación que realiza la persona se trata de una generalización errónea, sin fundamento
racional y no reconoce a los demás en su individualidad.

En segundo lugar, el componente conductual es la discriminación de dicho grupo. Bueno y


Torres definen este concepto como: una conducta —en principio negativa— dirigida hacia los
miembros de un exogrupo con el que mantenemos ideas prejuiciosas. Es el tratamiento
diferencial injusto (salvo en el caso de la llamada discriminación positiva) que damos a una
persona por no pertenecer a nuestra misma categoría social.

La discriminación: No basta con que una persona tenga pensamientos y sentimientos


específicos hacia otra persona para llevarlo a actuar en consecuencia. Influye un tercer factor:
las circunstancias externas.

En tercer lugar, la parte cognitiva en este caso serían las creencias que se asigna a un grupo de
personas en particular, es decir, los estereotipos. Gómez Jiménez sostiene que el prejuicio
permite predecir la discriminación más que el estereotipo, es decir, el componente afectivo es
más fuerte que el cognitivo.

Desde la Psicología Social, se han realizado muchas investigaciones sobre los estereotipos, pero
a grandes rasgos se pueden distinguir tres orientaciones según el nivel de análisis sobre el que
se trabaja: Teorías basadas en la personalidad: estudian los estereotipos dentro de un mismo
grupo o cultura. Pero no explican las diferencias intergrupales. Dentro de este grupo, se
considera el psicoanálisis de Freud, la teoría del chivo expiatorio de Allport y la teoría de la
personalidad autoritaria de Adorno. Teorías socioculturales: se consideran estudios que
explican los estereotipos como producto de la cultura, compartidos por todos los individuos de
ella y cuya función es lograr que el individuo se ajuste a las normas sociales. Dentro de esta
orientación, se considera a la teoría del conflicto realista, la teoría de la identidad social y la
teoría del aprendizaje social. Teorías de orientación cognitiva: la formación de estereotipos es
un proceso intrínseco al sistema cognitivo humano, ya que permite simplificar la realidad al
lograr que los individuos orienten sus conductas en la vida cotidiana.

Gómez Jiménez: identifica algunos mecanismos cognitivos que determinan la formación de los
estereotipos. En primer lugar, considera lo que se conoce como profecía auto cumplida o efecto
Pigmalión. Este fenómeno consiste en que las personas forman ciertas expectativas respecto de
ciertos grupos de personas, lo que las lleva a actuar como si fueran ciertas y válidas, lo cual,
finalmente, provoca la respuesta esperada. Por ejemplo, si consideramos que una persona, por
su apariencia –diferente al común de la sociedad–, tiene problemas de socialización con los
demás y por eso la excluimos, vamos a provocar que realmente empiece a desarrollar
problemas de socialización. En segundo lugar, podemos considerar la generalización de
conductas como mecanismo de formación de estereotipos. Si nos encontramos con una
movilización social que pide por la igualdad de género y vemos que algunas de esas personas
están dañando los espacios públicos, tendemos a considerar como violento a todo el grupo que
se está movilizando. En tercer lugar, se encuentra la correlación ilusoria que consiste en
percibir y evaluar negativamente a los grupos minoritarios en comparación con los
mayoritarios, aun cuando no existan diferencias reales entre ambos. En cuarto lugar, considera
la homogeneidad exogrupal, mediante el cual se tiende a ver de forma negativa a los miembros
que no pertenecen al propio grupo social.
Algunas de las funciones que podemos adjudicar a la formación de los estereotipos son:
Categorizar la realidad social, lo cual permite sistematizarla y simplificarla. Defender los
valores del yo. Desde las perspectivas psicoanalíticas, se trata de una defensa del yo como
desplazamiento y proyección que le permite desplazar los valores negativos del individuo hacia
los otros. Permiten al individuo constituir su identidad social a partir de su pertenencia a
determinados grupos sociales. Permiten explicar acontecimientos a gran escala. Posibilitan
justificar acciones contra otras personas o grupos sociales. Permiten ejercer control social.
Quienes tienen poder tienden a estereotipar a quienes no lo poseen como medida de ahorro de
atención y porque, además, creen que no necesitan individualizar a quienes poseen menos
poder.

Estereotipo de Género: Cuadrado Guirado “un conjunto de creencias compartidas socialmente


acerca de las características que poseen hombres y mujeres, que se suelen aplicar de manera
indiscriminada a todos los miembros de uno de estos dos grupos”. Las características asignadas
a las mujeres se conocen como comunales y las de los hombres como cualidades agánticas.
Parsons y Bales propusieron esta distinción entre instrumentalidad (cualidades de
productividad, eficacia, autonomía, etc.) y expresividad (todo lo relacionado a lo afectivo,
emocional, cohesión del grupo, etc.). Estas características que se atribuyen a los hombres y a
las mujeres pertenecen a la dimensión descriptiva. Cuando una persona categoriza a otra como
hombre o como mujer, automáticamente le adjudica las características vistas. Por otro lado,
los estereotipos de género tienen una dimensión prescriptiva, es decir, cuando vemos un
hombre o una mujer y los categorizamos en el género correspondiente, esperamos que tenga
realmente esas características. Las dos dimensiones de los estereotipos de género dan lugar a
la discriminación, pero a través de procesos diferentes. Cuadrado Guirado lo explica de la
siguiente manera: Los aspectos prescriptivos de los estereotipos de género dan lugar a una
forma de discriminación ‘fría’ que no está tan basada en los prejuicios de género como la
discriminación que se deriva de aspectos prescriptivos … suele producirse sin hostilidad y sin
que exista una intención abierta de discriminar. En contraste, los aspectos prescriptivos de los
estereotipos de género dan lugar a una discriminación intencional hacia las mujeres que
transgreden las prescripciones de su rol de género. Se trata de un tipo de discriminación
‘caliente’… relacionada con la amenaza percibida por los hombres y posee una fuerte carga
emocional.

Tiene 4 componentes: de rasgo (todas las características que venimos definiendo como
distintivas de hombres y de mujeres), de rol (todas aquellas actividades consideradas
apropiadas para una mujer o para un hombre). Ocupaciones (Profesiones de Hombre o Mujer)
y características físicas.

Respecto al cómo y para qué se forman los estereotipos de género, hay dos teorías. La primera,
la teoría del rol social, sostiene que solo se trata de una descripción de lo que realmente se ve
en la sociedad. Esta teoría sostiene que se trata de una tendencia natural de los géneros a
comportarse de determinada manera. La segunda teoría, la hipótesis de la racionalización,
sostiene que la formación de estereotipos obedece a la necesidad de justificar o racionalizar la
división sexual del trabajo y sostener el statu quo y las relaciones de poder en la sociedad. Estos
estereotipos de género contribuyen a sostener ideologías sexistas que perjudican tanto a
hombres como a mujeres. En el caso de mujeres, Cuadrado Guirado comenta lo que se conoce
como techo de cristal, que consiste en la imposibilidad de muchas mujeres de alcanzar puestos
de responsabilidad en organizaciones por su condición de género. Por parte de los hombres,
estos estereotipos de género se pueden observar desde el mismo sistema normativo que
establece que, en casos de divorcio, los menores quedan a cargo de la mujer.

Los agentes socializadores que transmiten y fomentan la formación de los estereotipos de


género son la familia, la escuela, los medios de comunicación y el lenguaje. La familia
contribuye a fijar los estereotipos de género respecto de los juguetes y juegos “adecuados”
según su género: una muñeca o una cocina para las niñas y un camión o una pelota para los
niños. En los colores: rosa para las niñas y azul para los niños; en las actitudes: las niñas deben
ser suaves y los niños no deben llorar. Estos estereotipos son reproducidos por la misma
escuela que contribuye a fijarlos en el niño. En el caso de los medios de comunicación, vemos
a diario que las publicidades de jabón para lavar ropa o de detergente son protagonizadas por
mujeres, mientras que las publicidades de vehículos son protagonizadas por hombres. En el
lenguaje podemos observar que un mismo término en masculino tiene un significado de
connotación positiva, mientras que en femenino tiene una connotación negativa o neutra.

MODULO 4

Grupo: 3 tendencias teóricas que abarcan al concepto: una identidad social compartida
(sentimiento de unidad entre los miembros de un grupo como consecuencia de compartir
tareas, objetivos, intereses, etc. Permite la formación de endogrupo), interdependencia
(Sánchez y González dos tipos de interdependencia: de los miembros del grupo y respecto de los
objetivos de este. Con interdependencia de los individuos del grupo, se hace referencia a
considerar a los miembros como partes del todo que interactúan entre sí con el objetivo de
lograr metas en común o para pertenecer o permanecer en un grupo determinado. Objetivos
del grupo: sostienen que los grupos existen para lograr objetivos en común. Esto determina tres
tipos de relaciones entre los individuos: de competencia, de cooperación o mixta). y estructura
social y de roles (se considera que la interacción en el grupo permite el desarrollo de una
estructura social conformada por sistemas, normas, roles y status).

Molero Alonso: distingue dos tipos de influencia o dependencia: informativa y normativa. La


influencia informativa se refiere a que, a través del grupo, el individuo accede a determinada
información, a la que no tendría acceso de otra manera. La normativa consiste en que la
persona se deja influenciar por el grupo para evitar un conflicto o ser rechazado.

Estructura de Grupo: Sánchez y González Definen la estructura del grupo como el sistema en el
que se diferencian y se organizan los miembros del grupo. Barra Almagia entiende por
estructura de grupo “al patrón de relaciones entre las partes diferenciadas del grupo”. Robert
Baron y Donn Byrne distinguen cuatro aspectos principales desde el punto de vista de la
influencia que ejerce el grupo sobre los individuos: roles: Robert Baron y Donn
Byrnedistinguen cuatro aspectos principales desde el punto de vista de la influencia que
ejerce el grupo sobre los individuos: roles: tareas y funciones que ejercen las personas en un
grupo. Sánchez y González: un conjunto de prescripciones que indican cómo se deben cumplir
las funciones encomendadas o asociadas a cada posición. Status: prestigio asociado a la
posición de cada individuo dentro del grupo. Sánchez y González: “un conjunto de derechos y
deberes cuya puesta en práctica constituye la función que cada individuo debe cumplir en la
sociedad. Está determinado por una valoración que elaboran los integrantes del grupo sobre
cada posición de acuerdo al prestigio, importancia y valor para el grupo. Normas: conjunto
único de estándares acerca de cómo los miembros deben comportarse frente a los otros
miembros. Cohesión: Barra Almagia: el campo total de fuerzas que actúan sobre los miembros
para que estos permanezcan en el grupo.

Tipos de grupos:
Violencia y Agresividad: Baron y Richardson (agresión): cualquier forma de conducta dirigida
a dañar o injuriar a otro ser vivo que está motivado a evitar tal trato. 2 tipos de agresión:
afectiva, también conocida como hostil o emocional, es aquella cuyo objetivo es provocar un
daño. Este tipo de agresión es impulsivo, no planificado y, generalmente, surge como
reaccionante un daño sufrido previamente. Agresión instrumental es un medio para lograr un
objetivo, por lo que es más racional que la agresión afectiva. El individuo se encuentra
motivado para realizar la agresión con el fin de lograr un beneficio o evitar un castigo.

Violencia: infligir fuerza intensa a seres vivos o propiedades con el propósito de destruirlos,
castigarlos o controlarlos. Núñez Domínguez y Romero Ramírez Se puede entender la violencia
como el revestimiento cultural de la agresividad”. Y luego explican que la violencia implica
agresión física, psicológica, simbólica o estructural.

Origen de la agresión: Las teorías sobre el origen de la agresividad pueden agruparse en tres
ejes fundamentales: aquellas que consideran la agresión como un impulso normal del ser
humano, aquellas que la consideran en relación a patrones de aprendizaje y aquellas que la
consideran como producto la cultura. El primer grupo de teorías –de corte biologista y
evolucionista– sostiene que las conductas agresivas son normales en el repertorio de conductas
del ser humano. Desde estas teorías se fundamenta que las conductas agresivas tienen relación
con la supervivencia de la especie frente a peligros diversos. Bajo este enfoque se realizaron
muchos estudios, y algunos de ellos concluyeron en que existen rasgos individuales comunes
entre aquellas personas que presentan conductas violentas. Desde el segundo enfoque, se
considera que “los seres humanos adquieren el comportamiento agresivo a través de la
experiencia pasada u observando las acciones de los demás” .Desde este enfoque encontramos
la teoría del aprendizaje social, que sostiene que las conductas (agresivas y no agresivas) se
aprenden al observar el comportamiento de otras personas y el mecanismo es la imitación.
Desde esta teoría, se han realizado importantes aportes también para comprender el papel de
los medios masivos de comunicación en la visión que tiene la sociedad sobre las conductas
agresivas. Distinguen dos efectos. Por un lado, “reduce la reacción de los observadores ante el
sufrimiento de las víctimas [y por otro] reduce la sensibilidad de los observadores hacia los
actos violentos” El papel de los medios de comunicación en la difusión, la imitación y el
aprendizaje vicario no solo de conductas agresivas, sino también para formar una opinión
sobre estas, es indiscutible. El tercer enfoque habla de la influencia cultural en el
mantenimiento y justificación de las conductas agresivas. En esta dirección encontramos lo que
se conoció en los años 90 como teoría de la cultura del honor Según ella, defender el honor
pierde su cualidad positiva (como virtud, hecho heroico, etc.) y pasa a convertirse en algo
negativo cuando se lo busca a cualquier costo, ya que desencadena hechos de violencia. Esta
teoría también puede aplicarse a las nuevas subculturas de la violencia, como es el caso de
muchos grupos de adolescentes que se caracterizan por sus conductas violentas. El concepto de
subcultura de la violencia se refiere a la existencia de grupos o bandas en las que el uso de la
violencia está regulado, legitimado y ritualizado.

Mecanismos implicados en las conductas agresivas: Arias Orduña distingue dos grupos: la
frustración (sostiene la hipótesis de que la agresión surge como respuesta a situaciones
generadoras de frustración.) y los estímulos ambientales: (encontramos el ruido, el
hacinamiento, la temperatura ambiental y el dolor) Estos factores no se relacionan con la
agresividad por sus cualidades objetivas, sino por la experiencia subjetiva que generan en cada
individuo. En primer lugar, encontramos el ruido como factor predisponente de conductas
agresivas. En segundo lugar, encontramos el hacinamiento humano como factor
predisponente. En tercer lugar, la temperatura ambiental. Estos estudios intentan explicar a
qué se deben las diferencias entre zonas geográficas. En cuarto lugar, encontramos el dolor
como antecedente para una conducta agresiva, pero, al igual que los factores anteriores,
depende de la experiencia subjetiva del individuo. Arias Orduña concluye en que “cualquier
acontecimiento, estímulo o acción que provoque un empeoramiento de las condiciones que la
persona había considerado como aceptables pueden favorecer las manifestaciones de
agresión”.

Antecedentes sociomotivacionales: En el contexto interpersonal, podemos encontrar algunos


antecedentes generadores de conductas agresivas. En primer lugar, el ataque interpersonal
entendido como “estímulos que provienen de otras personas en forma de insultos, menosprecio
y otras formas de agresión verbal y física”. Desde esta conceptualización, se considera que,
cuando una persona es atacada, tiende a reaccionar agresivamente. En esa situación, tiende a
evaluar el hecho desde dos aspectos: intenta determinar si el hecho pudo haberse evitado y,
además, la intencionalidad de este. De acuerdo a esta evaluación, la persona reaccionará de
forma agresiva o no. Este modelo explicativo del mecanismo de la agresión se conoce como
modelo atribucional de Weiner. Un segundo factor generador de conductas agresivas puede
ser la violación de normas. El abuso de poder, el incumplimiento de promesas y la violación de
derechos son factores generadores de ira y agresión. Como explica Arias Orduña, las normas
constituyen un marco común de reglas que regulan las interacciones entre los miembros de una
sociedad y, además, poseen un valor moral prescriptivo.

La exclusión social y las manifestaciones de rechazo constituyen otro factor predictor de la


agresividad. Arias Orduña identifica 3 características de los fenómenos de exclusión: tienen
continuidad, existe tolerancia o indiferencia institucional, la exclusión social es realizada por los
miembros de la sociedad que se encuentran más y mejor integrados ella. Se pueden destacar
tres formas de exclusión social: el mobbing o acoso laboral, el bullying o acoso escolar y la
exclusión social propiamente dicha, que es un rechazo estructural. El mobbing se define como
“toda conducta no deseada, realizada en el ámbito de trabajo, que tiene como objetivo o
consecuencia atentar contra la dignidad de la persona y crear un entorno humillante u
ofensivo”

Existen tres tipos de acoso laboral: ascendente, descendente y horizontal: El bullying se trata
de “actos intimidatorios y normalmente agresivos por parte de una o varias personas contra
otra persona. Es ofensivo y se basa en un desequilibrio de poderes. Esa intimidación suele estar
organizada, ser sistemática y oculta y extenderse en el tiempo” ciberbullying, que se refiere al
uso de las nuevas tecnologías de la comunicación para ejercer este tipo de acoso entre pares.

En tercer lugar, consideramos la exclusión social como un rechazo estructural. Se puede


considerar al sentimiento de injusticia, de humillación y de agravio en la base motivacional de
las conductas agresivas como deseo de venganza. El fenómeno de la exclusión social crece a
nivel mundial como consecuencia de crisis económicas en diferentes países. Se caracteriza por
la presencia de personas excluidas del sistema que, por no poseer medios o recursos de
subsistencia, pasan a vivir en la indigencia. Generalmente, es ocultada o enmascarada por los
gobiernos oficiales para que el impacto sobre su imagen sea mínimo.

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