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Economia Feminista
Economia Feminista
Sabemos que la visión de lo económico se ha resumido (excepto en lo que tiene que ver
con la economía ecofeminista) en los límites del mercado. Como resultado tenemos que
el concepto de trabajo se ha tenido siempre como sinónimo de empleo. Dejando fuera
de la definición todos aquellos trabajos que se desarrollan al margen del mercado.
Lo que expone en este trabajo Cristina Carrasco trata de cómo se han invisibilidad en
este caso el trabajo doméstico y el de los cuidados.
Vayámonos al pasado para entender el presente. La economía viene del griego oikos
(casa, nomos, administrador) es decir administrar la casa. Posteriormente en el siglo
XVII se comenzó a utilizar el término “economía política” para significar el arte de
administrar la ciudad. Pero actualmente estos dos significados han ido perdiendo
vigencia.
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Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona
El tiempo es Oro
Esto lleva a pensar en la dimensión temporal. Cuándo y cuánto tiempo se emplea en
abastecerse de ese bien de consumo. Como bien decía (Schütz 1980: 642) El límite
económico último no está en la escasez de bienes materiales si no en la escasez del
tiempo humano. La consabida frase del Tiempo es oro solo se aplica para aquellos
trabajos que están dentro de la lógica de mercado. Más no todo el tiempo es oro, como
decía Cristina Carrasco1 (2003) No todas las relaciones humanas están exclusivamente
gobernadas por el tiempo-dinero. Necesitamos dormir, comer, tener relaciones afectivas
y esto entra dentro de los cuidados de la vida nada tiene que ver con la obtención de
beneficios a través de una actividad profesional. Como alternativas Cristina Carrasco
propone optar por la vida humana y hacerse cargo de que esta lleva unos hilos. No es
homogénea, por ende los horarios deberían ir adaptándose a las necesarias jornadas
domésticas y no al revés.
Se trata de ver otro modelo del uso del tiempo. Darle prioridad a ese tiempo de
reproducción y de regeneración y ponerlo en el centro. No bajo una lógica de escasez
como viene siendo hasta ahora, si no asumiendo que son tiempos distintos y que no
pueden ser susceptibles de cambios variables y que hay que ir experimentando en cada
situación específica. No somos todos iguales y no todos tenemos las mismas
necesidades y lo que es más importante aún. No todas tenemos las mismas
posibilidades.
Sin embargo este factor, el factor que procura el sostenimiento de este sistema que no es
otro que el trabajo doméstico (en la medida que provee las necesidades sociales
consideradas no productivas y sin las cuales sería imposible lograr una estabilidad en la
producción) nunca es visible en las teorías económicas.
Si consideramos que los bienes y servicios que aporta cualquier producción van
destinados a esos mismos sujetos que la producen, qué duda cabe, que la trastienda
social donde se apoya ese valor final del mercado estará ligada al ámbito social y
domestico La mujer, en ese caso, se ve relegada a no ser considerada sujeto productivo,
sino más bien, vehículo de consumo. Ignorando en ese proceso el trabajo de sustento,
atención y cuidados que a través de esa labor domestica realiza y otorgándole un valor
igual a cero...
Si la economía cambia a las personas y las personas cambian la economía, este hecho
relacional, dejó de tener espacio de cabida en relación a las mujeres que se encuentran
fuera del ámbito productivo que marcan estas premisas falsas.
Se podría decir entonces que la economía cambia a las personas pero el mercado
economiza. Negándose a pagar todo lo que de productivo tiene el trabajo que el género
femenino ha de realizar desposeyéndolo de todo valor al considerarlo “natural” y no
agente económico.
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Sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres?, Carrasco Cristina; Mujeres y trabajo:
Cambios impostergables. Porto alegre. 2003.
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Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona
Pero si queremos destacar que aunque el objetivo de algunos economistas sea cuidar a
todas las personas y dar bienestar a la población; también existe un objetivo más
específico propio de una sociedad patriarcal y es liberar de tiempo y responsabilidades
familiares a los hombres adultos que salgan a trabajar, libres de restricciones, al
mercado. Al espacio que tiene reconocimiento social en una sociedad capitalista. El
funcionamiento de este mercado presupone que el soporte vital que realizan
básicamente las mujeres (a través de una red de interdependencias sin el cual no
Se dispondría de fuerza de trabajo socializada) está ya emocionalmente estructurada y
asegurada a través de un sistema patriarcal que incluso grandes pensadores de ideas
avanzadas no tuvieron en cuenta al formular sus bases
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Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona
¿Por qué el concepto de bienestar que ya esta integrado por así decirlo, o que ya hemos
oído hablar de él en este sistema, no es suficiente? Porque no integra la visión desde los
hogares. La familia queda relegada de la discusión social que se discute solo en espacios
públicos encorsetando más aún si cabe el estereotipo, además de ser una mirada bastante
masculina del asunto. No se tiene en cuenta todos esos aspectos dentro de los hogares.
Sostenibilidad de la vida
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Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona
La idea de sostenibilidad.
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Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
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sin remunerar, las largas giras, en furgoneta etc… el panorama tampoco es halagüeño.
El problema ha venido cuando me he planteado tener hijas ¿Que vas hacer con
ellas?... Durante el embarazo no podrás actuar, te sustituirán y lógicamente perderás el
trabajo. Tu director o directora por mucho que quiera tener en cuenta este aspecto la
lógica del mercado en el que se mueve no lo contempla. Y me viene a la mente el caso
de Leticia Dolera. Pongo en antecedentes. Leticia Dolera es actriz, guionista y directora
feminista. Ocurre que durante la grabación de una serie, en la que ella trabaja cómo
directora, se ve en la tesitura de tener que despedir a una de las actrices. El motivo es
que la actriz estaba embarazada. La explicación de la directora no se hizo esperar. La
producción y el tiempo no dejaban el espacio para que la actriz pudiera dar a luz y
reincorporarse al trabajo. De tal manera que si Leticia Dolera apostaba por conservar el
trabajo para la actriz Aine Clotet significaba un gasto en postproducción (temas de
edición para eliminar la barriga de la actriz y demás) que no estaban dispuestas a
asumir. La actriz llegó a ofrecer su sueldo para pagar estos gastos extras de producción.
Aquí hago una reflexión personal mía: Estamos tan desesperadas por trabajar en un
sector en el que el porcentaje de paro es del 70 % que somos capaces de trabajar gratis.
No lo juzgo. Simplemente es un hecho.
Pero la alegación más contundente fue la de que había un problema con la póliza del
seguro que establecía un coste altísimo para cubrir cualquier problema derivado del
embarazo. Se pidió asesoramiento, llegando hasta una compañía de seguros que pedía
unos 30.000 euros al día. Parece ser que los seguros en las áreas audiovisuales llegan a
cubrir muerte, secuestro y enfermedades de los actores y actrices pero tiene tres
excepciones: enfermedades de niños menores de 9 años, accidentes por actividades de
riesgo y problemas derivados del embarazo.
Conclusión: “A la productora le conviene más rodar las escenas con otra
actriz".Algunas aseguradoras explican que en el sector audiovisual, hay una "relación
especial" y unas particularidades. Empezando por la "temporalidad" de las
producciones, la intermitencia de las obras y que se cotiza por día trabajado: "Al día
siguiente de que acabe el rodaje una actriz no está dada de alta. Si está embarazada, y en
ese momento pasa a ser de riesgo, tendrá seguridad social pero no los beneficios
laborales de un trabajador, ni una baja.
A nivel legal no se había llegado a firmar el contrato imposibilitándola entonces la
denuncia (si se habían intercambiado mail y ya estaban puestos los ensayos y demás)
.Ella se vio en la tesitura de o mentir o ser sincera eligió la segunda con la firme
creencia de que al ser una directora que lucha por los derechos de las mujeres estaría
amparada y comprendida. Yo me pongo en su lugar y el estrés, las dudas y ponerte en la
situación de tener que mentir en tu trabajo por estar embarazada es casi cómo si
estuviéramos hablando de otro mundo. Es casi marciano. Como si estuvieras en un
mundo distópico dónde se te penalizara por estar embarazada ¿verdad?
Estas explicaciones a priori para mí eran contundentes. Es imposible hacer nada al
respecto. Pero al margen de la realidad aplastante este hecho me hizo plantearme si no
habíamos perdido una oportunidad para crear un debate que fuera más allá de la lógica
del mercado. Yo me planteo ¿Se podría haber hecho algo más? Es decir ¿En el momento
que una mujer se queda embarazada es justo que pierda su trabajo? ¿Que alternativas se
podían haber ofrecido? No tengo respuestas, pero la sensación o el mensaje que se envía
con la respuesta desde NO PUEDES QUEDARTE EMBARAZADA hacen recaer sobre
ti la responsabilidad si lo haces. Durante los meses consecutivos he tenido que voces de
mis compañeras y compañeros que decían “Ella se lo buscado” “A día de hoy esas
cosas se pueden planificar”.” Es que un equipo no puede parar por una persona”…
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Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
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Pareciera que en este conflicto a priori que no pudiéramos señalar quien tiene la llave
para solucionarlo, como si se desdibujase, ¿Es la productora?, ¿Es Leticia Dolera?,
¿Quién asume la responsabilidad?, ¿A quien podríamos señalar, a quien pedirle que
accione, que cambie?
Para mí en este caso la respuesta es clara. Las aseguradoras que cómo decía Amaia
Pérez Orozco en su simposio la Subversión feminista de la economía (Amaia Pérez
Orozco, 4 de octubre de 2017) El Capital tiene rostro.
Si tú pones unas cláusulas dónde puedes asegurar asesinatos, incluso secuestros pero no
aseguras los gastos derivados de los embarazos, yo no puedo más que asumir que es
discriminación, por razones de género, y que tiene que ver con una visión patriarcal
de los modelos de trabajo.
Este caso lo que me ha hecho pensar sobre todo es que la responsabilidad del cuidado de
la vida sigue siendo de las mujeres. Que ante este tipo de problemáticas nos
encontramos solas porque las estructuras y los tiempos de trabajo y de vida sigue siendo
algo secundario. Se ha primado aquí las necesidades de producción en este caso de una
serie de televisión por encima de todo. Pero no quiero acabar esta reflexión sin arrojar
algo de luz sobre el tema. La asociación AISGE (Sociedad de Gestión de Artistas e
Intérpretes) de la que soy socia, han diseñado el plan Actúa en familia para nosotras,
en el que ofrecen una aportación económica en los últimos meses de gestación y los tres
primeros años de crianza.
Sigue siendo una solución cosmética que sólo actúa a posteriori. Aunque ayuda, no
compensa la inseguridad, la precariedad y el estigma de las que fueron rechazadas por
atreverse a ser madres en una industria tan de competitiva cómo es la audiovisual.
El hecho de que cada vez seamos más las mujeres que nos incorporamos a la vida
laboral, es decir al trabajo de mercado, ha desvelado de alguna manera el problema que
arrastramos. Y es el hecho de conciliar el tiempo entre el trabajo y los cuidados, unido a
la nueva ola neoliberal hipercapitalista feroz que cada vez exige más y más de nosotras
y nosotros, pidiéndonos una disponibilidad, que está cerca de ser más una heroicidad
que una actividad más del ser humano.. El consabido “Esto es para ayer” o “Si me
pudiera partir en dos”, “Yes de can”, “Los cinco pasos para leer más rápido”, “10 pasos
para aumentar tu productividad”, etc… máximas neoliberales que no dejan de ser
sermones dónde la responsable única de todo eres tú en tu individualidad.
Es innegable que el sistema en el que vivimos hoy ya ha implantado las prioridades y
estas no son ni por lo más remoto nosotras ni nosotros sino LOS BENEFICIOS. Esto
claro está, tiene sus consecuencias en el cuidado de la vida. Es decir, nuestro cuidado,
nuestra ya no calidad de vida. Es que ya ni nuestra supervivencia en su prioridad Y esto
se ve claramente reflejado en los estudios económicos realizados. Al menos los
oficiales; dónde el sostenimiento de la vida no es una preocupación analítica central. Es
curioso ¿no? , que no se le dé importancia a algo tan básico cómo vivir. Pero realmente
no es que no se le haya dado importancia. Es que la mitad de la población se ha
encargado de ello por Amor y es muy difícil analizar el amor. Ponerle un porcentaje al
amor.
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Cristina Carrasco Bengoa.
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Bibliografía
El caso de Aina Clotet y Leticia Dolera: ¿a qué se enfrentan las actrices embarazadas en
un rodaje? ElDiario.es Belén Remacha / Mónica Zas Marcos. 20/11/2018.