Está en la página 1de 8

Economía trabajos y sostenibilidad de la vida

Cristina Carrasco Bengoa.


Universidad de Barcelona

Sabemos que la visión de lo económico se ha resumido (excepto en lo que tiene que ver
con la economía ecofeminista) en los límites del mercado. Como resultado tenemos que
el concepto de trabajo se ha tenido siempre como sinónimo de empleo. Dejando fuera
de la definición todos aquellos trabajos que se desarrollan al margen del mercado.
Lo que expone en este trabajo Cristina Carrasco trata de cómo se han invisibilidad en
este caso el trabajo doméstico y el de los cuidados.

Vayámonos al pasado para entender el presente. La economía viene del griego oikos
(casa, nomos, administrador) es decir administrar la casa. Posteriormente en el siglo
XVII se comenzó a utilizar el término “economía política” para significar el arte de
administrar la ciudad. Pero actualmente estos dos significados han ido perdiendo
vigencia.

A lo largo de la historia se ha girado alrededor de dos grandes escuelas de pensamiento


económico. Por un lado; La escuela clásica, pensamiento basado en la economía
política que incidía más en un estudio de las leyes sociales que gobernaban la
producción y distribución de los medios materiales para satisfacer las necesidades
humanas que en carácter social asomando así Los primeros albores de la teoría
económica capitalista (Adam Smith, Jean-Baptiste Say) y por otro la escuela marginalista
surge en contraposición a la escuela clásica; dónde el objeto de estudio se desplazará
hacia el mercado perdiendo así toda reflexión y mirada hacia lo social. Incidiendo más
en la productividad. Dejando de ser una ciencia social para convertirse en una ciencia
lógico-formal. Como consecuencia de esto, la vida de las personas deje de estar en el
centro de la preocupación social y se convierte en un asunto a resolver en el ámbito de
lo privado de forma altruista.
En una primera etapa iniciada por Adam Smith y seguida por Ricardo y Marx el trabajo
es la fuente del valor, haciendo una asociación simbólica entre trabajo y trabajo
asalariado. Pero esta teoría le da valor sólo a los objetos entendiendo que Valor es igual
a la cantidad de trabajo que se necesita para producir objetos, dejando fuera de esta
manera todo lo relacionado con el trabajo doméstico y de cuidados. Desvalorizándolo;
puesto que no se encuentra dentro de la ecuación. Comienza así la era de la
industrialización. Con una separación ambigua entre lo público (espacio político y
económico de los hombres con poder y reconocimiento social) y privado (Espacio
doméstico exento de poder y de valor).Lo que llama la atención a Cristina Carrasco es la
ceguera de la historia de los economistas heterodoxos. Que no ven más allá del mercado
y son incapaces de ampliar su visión del escenario. No sé si es falta de imaginación o
más bien una ceguera patriarcal conveniente.
No siempre fue siempre así tanto Ricardo como Marx, con su teoría de la reproducción
social, discutieron las condiciones materiales para que un sistema social tuviera
continuidad. Alegaban que toda sociedad que quiera asegurar su supervivencia debía
pensar en una premisa básica de reproducción, es decir, una repetición de forma más o
menos análoga de una serie de procesos de producción, de distribución. Que permitieran
recomenzar el ciclo teniendo en cuenta que los recursos naturales, los productos
materiales y las personas, no pueden ser mayores que los disponibles para dicho
período. Un sistema que es incapaz de reproducir unas condiciones de vida sostenibles
es inviable y condenado a desaparecer.

0
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

El tiempo es Oro
Esto lleva a pensar en la dimensión temporal. Cuándo y cuánto tiempo se emplea en
abastecerse de ese bien de consumo. Como bien decía (Schütz 1980: 642) El límite
económico último no está en la escasez de bienes materiales si no en la escasez del
tiempo humano. La consabida frase del Tiempo es oro solo se aplica para aquellos
trabajos que están dentro de la lógica de mercado. Más no todo el tiempo es oro, como
decía Cristina Carrasco1 (2003) No todas las relaciones humanas están exclusivamente
gobernadas por el tiempo-dinero. Necesitamos dormir, comer, tener relaciones afectivas
y esto entra dentro de los cuidados de la vida nada tiene que ver con la obtención de
beneficios a través de una actividad profesional. Como alternativas Cristina Carrasco
propone optar por la vida humana y hacerse cargo de que esta lleva unos hilos. No es
homogénea, por ende los horarios deberían ir adaptándose a las necesarias jornadas
domésticas y no al revés.
Se trata de ver otro modelo del uso del tiempo. Darle prioridad a ese tiempo de
reproducción y de regeneración y ponerlo en el centro. No bajo una lógica de escasez
como viene siendo hasta ahora, si no asumiendo que son tiempos distintos y que no
pueden ser susceptibles de cambios variables y que hay que ir experimentando en cada
situación específica. No somos todos iguales y no todos tenemos las mismas
necesidades y lo que es más importante aún. No todas tenemos las mismas
posibilidades.

Sin embargo este factor, el factor que procura el sostenimiento de este sistema que no es
otro que el trabajo doméstico (en la medida que provee las necesidades sociales
consideradas no productivas y sin las cuales sería imposible lograr una estabilidad en la
producción) nunca es visible en las teorías económicas.
Si consideramos que los bienes y servicios que aporta cualquier producción van
destinados a esos mismos sujetos que la producen, qué duda cabe, que la trastienda
social donde se apoya ese valor final del mercado estará ligada al ámbito social y
domestico La mujer, en ese caso, se ve relegada a no ser considerada sujeto productivo,
sino más bien, vehículo de consumo. Ignorando en ese proceso el trabajo de sustento,
atención y cuidados que a través de esa labor domestica realiza y otorgándole un valor
igual a cero...
Si la economía cambia a las personas y las personas cambian la economía, este hecho
relacional, dejó de tener espacio de cabida en relación a las mujeres que se encuentran
fuera del ámbito productivo que marcan estas premisas falsas.
Se podría decir entonces que la economía cambia a las personas pero el mercado
economiza. Negándose a pagar todo lo que de productivo tiene el trabajo que el género
femenino ha de realizar desposeyéndolo de todo valor al considerarlo “natural” y no
agente económico.

1
Sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres?, Carrasco Cristina; Mujeres y trabajo:
Cambios impostergables. Porto alegre. 2003.

1
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

¿Qué es lo que esta haciendo la economía feminista?

Incorporar a esos circuitos económicos (dónde el mercado y la acumulación están en el


centro) todo el trabajo realizado desde los hogares sin el cual no podría suceder la
propia producción de mercado.
¿Cómo lo han hecho? Recuperando la idea de reproducción de Ricardo y Marx que se
refiere a los procesos recurrentes (o cíclicos) por los cuales las condiciones iniciales
necesarias para que ocurra la actividad económica son constantemente recreadas.
Cogen esa idea y la amplían. Así mismo subrayan el tema de la reproducción social no
suficiente para que tengamos en consideración que lo que se tiene que poner en el
centro, lo que se tiene que ponderar, son las condiciones de vida de toda la población,
entendiendo todos los trabajos de cuidados como todos los aspectos subjetivos no
medibles en términos de mercado; pero que son indispensables para la vida y la
supervivencia en condiciones de humanidad.

La economía feminista un prisma económico sin sesgo adrocéntrico.

Desde la economía feminista se critica la estructura dualista y jerárquica que confiere


total reconocimiento al mundo público y a la economía mercantil y se amplían las
fronteras de esta disciplina para incluir una economía no monetizada en los circuitos
económicos. Lo que permite denunciar la clara división entre el espacio mercantil y el
espacio no mercantil.
Históricamente el trabajo no mercantil es realizado desde los hogares y por las mujeres
fundamentalmente. Y está absolutamente devaluado- Es precisamente por estar
realizado por las mujeres esta razón última la que lo devalúa la responsabilidad del
trabajo doméstico con el que son cargadas las mujeres forzando que no estemos en las
mismas condiciones a la hora de acceder a trabajos de mercado. Y esto tiene sus
consecuencias: problemas de gestión de tiempo, salarios más bajos, menores pensiones
y un largo etc.… Tanto es así que podemos hablar de una pobreza específica de las
mujeres.
Lo que se reivindica desde la economía feminista es que el trabajo doméstico y familiar
es necesario para reproducir la población y en particular una fuerza de trabajo necesaria
para el beneficio del mercado; lo cual hace patente la falta de autonomía del sistema
mercantil capitalista y su absoluta dependencia en el trabajo no asalariado desarrollado
desde los hogares.

El interés del sistema patriarcal

Pero si queremos destacar que aunque el objetivo de algunos economistas sea cuidar a
todas las personas y dar bienestar a la población; también existe un objetivo más
específico propio de una sociedad patriarcal y es liberar de tiempo y responsabilidades
familiares a los hombres adultos que salgan a trabajar, libres de restricciones, al
mercado. Al espacio que tiene reconocimiento social en una sociedad capitalista. El
funcionamiento de este mercado presupone que el soporte vital que realizan
básicamente las mujeres (a través de una red de interdependencias sin el cual no
Se dispondría de fuerza de trabajo socializada) está ya emocionalmente estructurada y
asegurada a través de un sistema patriarcal que incluso grandes pensadores de ideas
avanzadas no tuvieron en cuenta al formular sus bases

2
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

La economía feminista recupera así la idea de reproducción social pero la amplia y la


llena de matices. Primero la relaciona con la reproducción biológica, que incluye la
construcción de la maternidad en cada sociedad. Segundo, la reproducción de la fuerza
de trabajo que incluye los procesos de aprendizaje. Tercero, la satisfacción de las
necesidades de cuidados donde pueden participar el sector público, los hogares y el
mercado. Es decir la economía del cuidado como aspecto relevante en los procesos de
reproducción social .No se trata de de considerar la reproducción de personas como si
fueran mercancías si ni tratar el cuidado bajo las premisas mercantiles de coste de
producción y eficiencia. Se trata de darle una vuelta más. Se trata de dar un giro en la
perspectiva capitalista y que esta estructura entienda que hay una dependencia del
sistema mercantil y la economía de cuidado y no pueden estar separados
Que hay que integrarlos en los enfoques económicos. Darles el lugar que les
corresponde. Esta propuesta representa un cambio total, ya que exige una
reorganización de los tiempos y los trabajos. Cambios en la vida cotidiana. Nuevas
estructuras de consumo y de producción y por supuesto un cambio de valores.

¿Por qué el concepto de bienestar que ya esta integrado por así decirlo, o que ya hemos
oído hablar de él en este sistema, no es suficiente? Porque no integra la visión desde los
hogares. La familia queda relegada de la discusión social que se discute solo en espacios
públicos encorsetando más aún si cabe el estereotipo, además de ser una mirada bastante
masculina del asunto. No se tiene en cuenta todos esos aspectos dentro de los hogares.

Sostenibilidad de la vida

Cuestionar los conceptos de trabajo y economía es lo que ha hecho posible visibilizar el


trabajo doméstico y de cuidados. Dar valor a la experiencia femenina del cuidado
situándola en el centro. Sustituir la idea masculina de la individualidad por la
interdependencia.
Nos basamos pues es el principio de reproducción social como universal. Si no se dan
las condiciones de reproducción social la sociedad no tiene asegurada su continuidad.
En este concepto también se entiende que hay una relación de ecodependencia es decir
una relación de respeto para con la naturaleza.
El segundo principio sería el de poner las condiciones de vida en el centro y éste no
tiene por qué ser universal. Entonces desde este punto se hace hincapié en el trabajo
doméstico y de cuidados cómo motor de cambio que va más allá de la idea de
reproducción social, es decir no sólo hay que mantener la fuerza del trabajo o el
ecosistema si no hay que mantener a toda la población (hombres y mujeres) en
condiciones de vida digna y equidad.
Esta forma de abordar el problema va más allá de la igualdad. No sitúa la atención sólo
en la desigualdad entre hombres y mujeres si no que nos lleva a darnos cuenta de que
somos interdependientes. A darnos cuenta de la profunda relación entre lo económico y
lo social. Y volver a darnos cuenta y tomar conciencia de la economía como una ciencia
social.

3
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

La idea de sostenibilidad.

Se trata de una noción multidimensional que engloba diversas sostenibilidades.


Básicamente, la ecología, la economía, la social y la humana. Y todas las interrelaciones
que existen entre ellas.

Cristina Carrasco las desglosa en tres categorías:


1. Sostenibilidad económica: equilibrio a corto o medio plazo entre producción
consumo e inversión.
2. Sostenibilidad ecológica: la capacidad de la economía de de funcionar si degradar la
base natural que la sustenta.
3.Sostenibilidad social: la posibilidad real de que todas las personas tengan una vida
digna, definida ahora como poder satisfacer las necesidades básicas entre las cuales se
sitúa en primera línea tener acceso a los cuidados.

Comencemos por el nivel más básico. La naturaleza. El agotamiento de los recursos


renovables y no renovables. Las múltiples formas de contaminación, el cambio
climático y la drástica perdida de la biodiversidad, son el producto de una economía de
consumo.
El segundo ámbito, el cuidado que históricamente ha recaído sobre las mujeres que
asumen la tarea en silencio, mientras es devaluada, por un sistema patriarcal.
En las últimas décadas además el envejecimiento de la población y la crisis ha
desvelado cómo la oferta de trabajo para las mujeres no es infinita y mucho menos igual
que la de los hombres. Las mujeres se han visto obligadas a volver a los hogares o bien
por falta de recursos para cuidar de sus mayores o de sus pequeños o bien porque el
sistema las expulsa dando prioridad en dotar de trabajo a los hombres.
Resumiendo la naturaleza y el trabajo doméstico y de cuidados son pilares
fundamentales de la economía actual y aunque se quiera ignorar e invisibilidad esto es
un hecho. Hace falta con carácter de urgencia poner la producción y el mercado al
servicio de las personas y no al revés como viene ocurriendo sistemáticamente.

En definitiva y después de haber leído a Cristina y empaparme también con otras


autoras como Amaia Pérez Orozco, hago mía la reflexión de “La vida es más que
trabajo” .Durante mis veinte años de vida laboral siempre me asalta la misma idea y
siempre me he sentido, por así decirlo, una “rara avis” con respecto a mis compañeros y
compañeras de trabajo. Me hacía siempre la misma pregunta. ¿Vale la pena trabajar?
Durante los períodos de trabajadora de temporada, mis turnos de diez horas en un bar,
mis horas extras no pagadas, mis reglas sufridas en silencio, los abusos de mis jefes…
Todo ello me llevaba a la pregunta, ¿dónde está mi salud?, ¿dónde está mi vida?
Pero a mí alrededor siempre se respiraba un ambiente de aceptación, mitad desidia,
mitad conformismo, que me hacían pensar que era yo la que estaba fuera del tiesto. Me
decía a mi misma que quizás era una vaga a la que no gustaba el trabajo.
¿Cuanto daño ha hecho el discurso capitalista?, ¿Cuánto se ha integrado en mi esencia
hasta el punto de culpabilizarme a mí misma? .Supongo que esto se puede considerar un
triunfo del sistema. Pero, por el otro lado, en mi faceta cómo actriz que en principio fue
vocacional) he pulsado cierto ambiente, al menos se podría decir, contestatario, donde
prácticamente ocurre lo mismo. Cada hora que he metido dentro del teatro ensayando

4
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

sin remunerar, las largas giras, en furgoneta etc… el panorama tampoco es halagüeño.
El problema ha venido cuando me he planteado tener hijas ¿Que vas hacer con
ellas?... Durante el embarazo no podrás actuar, te sustituirán y lógicamente perderás el
trabajo. Tu director o directora por mucho que quiera tener en cuenta este aspecto la
lógica del mercado en el que se mueve no lo contempla. Y me viene a la mente el caso
de Leticia Dolera. Pongo en antecedentes. Leticia Dolera es actriz, guionista y directora
feminista. Ocurre que durante la grabación de una serie, en la que ella trabaja cómo
directora, se ve en la tesitura de tener que despedir a una de las actrices. El motivo es
que la actriz estaba embarazada. La explicación de la directora no se hizo esperar. La
producción y el tiempo no dejaban el espacio para que la actriz pudiera dar a luz y
reincorporarse al trabajo. De tal manera que si Leticia Dolera apostaba por conservar el
trabajo para la actriz Aine Clotet significaba un gasto en postproducción (temas de
edición para eliminar la barriga de la actriz y demás) que no estaban dispuestas a
asumir. La actriz llegó a ofrecer su sueldo para pagar estos gastos extras de producción.
Aquí hago una reflexión personal mía: Estamos tan desesperadas por trabajar en un
sector en el que el porcentaje de paro es del 70 % que somos capaces de trabajar gratis.
No lo juzgo. Simplemente es un hecho.
Pero la alegación más contundente fue la de que había un problema con la póliza del
seguro que establecía un coste altísimo para cubrir cualquier problema derivado del
embarazo. Se pidió asesoramiento, llegando hasta una compañía de seguros que pedía
unos 30.000 euros al día. Parece ser que los seguros en las áreas audiovisuales llegan a
cubrir muerte, secuestro y enfermedades de los actores y actrices pero tiene tres
excepciones: enfermedades de niños menores de 9 años, accidentes por actividades de
riesgo y problemas derivados del embarazo.
Conclusión: “A la productora le conviene más rodar las escenas con otra
actriz".Algunas aseguradoras explican que en el sector audiovisual, hay una "relación
especial" y unas particularidades. Empezando por la "temporalidad" de las
producciones, la intermitencia de las obras y que se cotiza por día trabajado: "Al día
siguiente de que acabe el rodaje una actriz no está dada de alta. Si está embarazada, y en
ese momento pasa a ser de riesgo, tendrá seguridad social pero no los beneficios
laborales de un trabajador, ni una baja.
A nivel legal no se había llegado a firmar el contrato imposibilitándola entonces la
denuncia (si se habían intercambiado mail y ya estaban puestos los ensayos y demás)
.Ella se vio en la tesitura de o mentir o ser sincera eligió la segunda con la firme
creencia de que al ser una directora que lucha por los derechos de las mujeres estaría
amparada y comprendida. Yo me pongo en su lugar y el estrés, las dudas y ponerte en la
situación de tener que mentir en tu trabajo por estar embarazada es casi cómo si
estuviéramos hablando de otro mundo. Es casi marciano. Como si estuvieras en un
mundo distópico dónde se te penalizara por estar embarazada ¿verdad?
Estas explicaciones a priori para mí eran contundentes. Es imposible hacer nada al
respecto. Pero al margen de la realidad aplastante este hecho me hizo plantearme si no
habíamos perdido una oportunidad para crear un debate que fuera más allá de la lógica
del mercado. Yo me planteo ¿Se podría haber hecho algo más? Es decir ¿En el momento
que una mujer se queda embarazada es justo que pierda su trabajo? ¿Que alternativas se
podían haber ofrecido? No tengo respuestas, pero la sensación o el mensaje que se envía
con la respuesta desde NO PUEDES QUEDARTE EMBARAZADA hacen recaer sobre
ti la responsabilidad si lo haces. Durante los meses consecutivos he tenido que voces de
mis compañeras y compañeros que decían “Ella se lo buscado” “A día de hoy esas
cosas se pueden planificar”.” Es que un equipo no puede parar por una persona”…

5
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

Pareciera que en este conflicto a priori que no pudiéramos señalar quien tiene la llave
para solucionarlo, como si se desdibujase, ¿Es la productora?, ¿Es Leticia Dolera?,
¿Quién asume la responsabilidad?, ¿A quien podríamos señalar, a quien pedirle que
accione, que cambie?
Para mí en este caso la respuesta es clara. Las aseguradoras que cómo decía Amaia
Pérez Orozco en su simposio la Subversión feminista de la economía (Amaia Pérez
Orozco, 4 de octubre de 2017) El Capital tiene rostro.
Si tú pones unas cláusulas dónde puedes asegurar asesinatos, incluso secuestros pero no
aseguras los gastos derivados de los embarazos, yo no puedo más que asumir que es
discriminación, por razones de género, y que tiene que ver con una visión patriarcal
de los modelos de trabajo.
Este caso lo que me ha hecho pensar sobre todo es que la responsabilidad del cuidado de
la vida sigue siendo de las mujeres. Que ante este tipo de problemáticas nos
encontramos solas porque las estructuras y los tiempos de trabajo y de vida sigue siendo
algo secundario. Se ha primado aquí las necesidades de producción en este caso de una
serie de televisión por encima de todo. Pero no quiero acabar esta reflexión sin arrojar
algo de luz sobre el tema. La asociación AISGE (Sociedad de Gestión de Artistas e
Intérpretes) de la que soy socia, han diseñado el plan Actúa en familia para nosotras,
en el que ofrecen una aportación económica en los últimos meses de gestación y los tres
primeros años de crianza.
Sigue siendo una solución cosmética que sólo actúa a posteriori. Aunque ayuda, no
compensa la inseguridad, la precariedad y el estigma de las que fueron rechazadas por
atreverse a ser madres en una industria tan de competitiva cómo es la audiovisual.
El hecho de que cada vez seamos más las mujeres que nos incorporamos a la vida
laboral, es decir al trabajo de mercado, ha desvelado de alguna manera el problema que
arrastramos. Y es el hecho de conciliar el tiempo entre el trabajo y los cuidados, unido a
la nueva ola neoliberal hipercapitalista feroz que cada vez exige más y más de nosotras
y nosotros, pidiéndonos una disponibilidad, que está cerca de ser más una heroicidad
que una actividad más del ser humano.. El consabido “Esto es para ayer” o “Si me
pudiera partir en dos”, “Yes de can”, “Los cinco pasos para leer más rápido”, “10 pasos
para aumentar tu productividad”, etc… máximas neoliberales que no dejan de ser
sermones dónde la responsable única de todo eres tú en tu individualidad.
Es innegable que el sistema en el que vivimos hoy ya ha implantado las prioridades y
estas no son ni por lo más remoto nosotras ni nosotros sino LOS BENEFICIOS. Esto
claro está, tiene sus consecuencias en el cuidado de la vida. Es decir, nuestro cuidado,
nuestra ya no calidad de vida. Es que ya ni nuestra supervivencia en su prioridad Y esto
se ve claramente reflejado en los estudios económicos realizados. Al menos los
oficiales; dónde el sostenimiento de la vida no es una preocupación analítica central. Es
curioso ¿no? , que no se le dé importancia a algo tan básico cómo vivir. Pero realmente
no es que no se le haya dado importancia. Es que la mitad de la población se ha
encargado de ello por Amor y es muy difícil analizar el amor. Ponerle un porcentaje al
amor.

6
Economía trabajos y sostenibilidad de la vida
Cristina Carrasco Bengoa.
Universidad de Barcelona

Bibliografía

Sostenibilidad de la vida humana: ¿Un asunto de mujeres?, Carrasco Cristina; Mujeres y


trabajo: Cambios impostergables. Porto alegre. 2003.

El caso de Aina Clotet y Leticia Dolera: ¿a qué se enfrentan las actrices embarazadas en
un rodaje? ElDiario.es Belén Remacha / Mónica Zas Marcos. 20/11/2018.

Subversión feminista de la economía (Amaia Pérez Orozco, 4 de octubre de 2017).


https://www.youtube.com/watch?v=vFw_Po0bVcQ.

También podría gustarte