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Existe un modo de poder disminuir o prevenir los comentarios agresivos o las insinuaciones
molestas por parte de otra persona. “Lo más complejo cuando se produce un ataque verbal
es mantener la mente fría y las emociones intactas.
Lo que es bastante frecuente es responder a la agresión provocando una irritación mayor
entre ambas partes y las discusiones que se generan distan mucho de ser racionales.
· Este conjunto de técnicas sirven para combatir los sentimientos negativos que
afloran ante una persona o situación provocada por alguien que no cae bien
· Intenta identificar los distintos grados de abuso como por ejemplo comentarios
críticos por detrás, personalidades que son de una manera con uno y diferente con el resto
(doble cara) o traiciones.
También son considerados abusos los gritos, amenazas, la violencia que de ser verbal pasa
a convertirse también en física y el entrometerse en la intimidad y espacio de uno.
A menudo, la violencia verbal suele estar dentro de una familia, pareja o círculo de amigos o
compañeros de trabajo. “Es muy complejo romper con esta espiral de agresividad cuando es
una conducta rutinaria.
Estar dentro de la situación implica el no darse cuenta de las propias actitudes. Nadie es
capaz de reflexionar y el odio va creciendo directamente proporcional a la agresión”,
sostiene la especialista.
Hay que armarse de mucha tolerancia y eso no es nada fácil, pero es la única manera de
librarse de un sujeto que transmite este tipo de violencia”, aconseja Guzmán.
· Otro de los estilos que se pueden reconocer es aquel provocador que ocasiona
disturbios desde las sombras. “Este tipo de personalidad se caracteriza por demostrar
ingratitud y sobre todo soberbia.
Son incapaces de reconocer lo bueno que se hace por ellas. No dicen lo que piensan a la
cara sino que van tejiendo críticas y mentiras alrededor.
Son manipuladoras y sobre todo, muy inmaduras. Esto es una de las agresiones más
complicadas con la que lidiar.
No buscan la pelea directamente sino que hacen que se vaya acumulando poco a poco
malestar y resentimiento por ambas partes.
La mejor manera de manejar esto es enfrentando cara a cara el problema, para poder
analizar las estrategias y saber contra quien se está luchando”, argumenta la profesional.
Consejos prácticos:
· Dejar los impulsos de lado. “Contestar con otra agresión no lleva a nada y se entra
en el juego del violento”, comenta la especialista.
Lo mejor es evadir el problema ignorarlo y no presionarse. También hay que saber aceptar
que no podemos llevarnos bien con todo el mundo”, opina Guzmán.
· El respeto siempre tiene que hacerse presente. “Nadie tiene porqué sentirse
menospreciado ni inferior al otro. Sobre todo si se vive en una misma casa.
Si hay alguien neutral en la familia, ésta debe ser la persona que establezca un ambiente
neutral de convivencia”, finaliza diciendo la experta.