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EL TEATRO INFANTIL, UNA CUESTIÓN DE IMPORTANCIA

Por Javier Cuevas

A) LOS HECHOS

La historia de nuestro teatro infantil es corta y pobre.


Como últimas tomas de conciencia del problema conozco:

1.° La labor desarrollada por el Teatro Nacional de Juventudes.


2.° El trabajo de «La Farándula», de Sabadell.
3.° El número 71 de «Primer Acto».
4.° La promesa de «Yorick» de dedicar un número al tema.
5.° Las alusiones del proyecto de Ley de Teatro.
6.° El concurso convocado por la Comisaría de Teatros Oficiales
con motivo del V Día Mundial del Teatro.

Supongo, es un consuelo, que algo más se habrá hecho, pero la


situación es palpablemente deficitaria.

B) LA IMPORTANCIA

En el mejor de los casos el niño tiene la posibilidad de ver cine,


deportes o televisión, pero casi nunca se han puesto a su alcance
espectáculos teatrales que reúnan la doble exigencia de ser Teatro
Infantil. Son dos términos difíciles de conjugar pero no inconciliables.
Nos encontramos con el niño como espectador de televisión, cine

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y deporte. El teatro habrá perdido la batalla en condiciones adversas
(ya el niño es joven con gustos delimitados) y ajenas (enfocará el
teatro con óptica típicamente televisiva o cinematográfica, exigirá un
ritmo o una técnica que el teatro ni tiene ni necesita). Dado que el
teatro, en cuanto fenómeno social que es, no escapa a las rígidas
leyes de la oferta y la demanda, sólo una creación o recuperación
masiva de espectadores cualificados puede incidir en la cantidad y
calidad de los espectáculos dramáticos.

C) E N RESUMEN

No creo hacer ningún descubrimiento al afirmar rotundamente


que el teatro español de mañana estará condicionado por el teatro
infantil de hoy. Triste porvenir.

D) LAS CAUSAS

Quizás el carácter español no sea el más idóneo para las inver-


siones a largo plazo. Iniciar una revolución teatral partiendo de la
formación del público en su estado más elemental ha parecido utópico.

E) LAS SOLUCIONES

Aun a riesgo de ser tenido por mesiánico me atrevo a dejar cons-


tancia de una serie de puntos de referencia.
Cualquier solución que se adopte debe ser urgente, de fondo,
meditativa, masiva, compleja...
Hay que llevar a la sociedad el convencimiento de que el Teatro
Infantil no es algo minúsculo, sin importancia. La televisión, la Prensa,
la radio, las revistas especializadas, deben ser el primer campo de
polémica y batalla para esta toma de conciencia.
Las escuelas, los colegios, los institutos, serán (o deberán ser)
inestimables colaboradores. El teatro es algo formativo que no puede
estar al margen de la enseñanza. ¡Señor ministro de Educación y
Ciencia: no sólo de cuentas y dictados vive el niño!
La labor que realizan «Los Títeres» y «La Farándula» debe-
propagarse (Festivales de España, Carro de la Alegría) y contagiarse.

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JF) U N PROYECTO: CAMPAÑA DE TEATRO ESCOLAR

Creo que no es un sueño pensar en una gigantesca «Campaña


Nacional de Teatro Escolar». Podría orientarse en las siguientes
direcciones:

1.° Convocatoria de un concurso escolar de redacción cuyo tema


bien podría ser: «¿Qué es el Teatro?»
2.° Selección, adaptación, edición y difusión de textos dramá-
ticos aptos para representaciones infantiles (teatro de niños
para niños). Estos folletos incluirían acotaciones de dirección,
bocetos de vestuario y decoración, etc. Se enviarían a todos
los centros de enseñanza elemental y, para mayor incentivo,
con las copias suficientes para facilitar y abaratar el trabajo.
En este sentido me permito recomendar que se tenga en
cuenta la Campaña de Teatro Escolar que desde el Depar-
tamento de Educación de Puerto Rico dirige don Leopoldo
Santiago Lavandero.
3.° Convocatoria de un Concurso Nacional de Teatro Escolar
(con fases a escala local, provincial, regional y nacional).
4.° Convocatoria del Concurso Nacional de Teatro Infantil
(teatro escrito para niños y por niños) y el Concurso Nacional
de Teatro para la Infancia (teatro escrito por adultos para
los niños).

Esto implica una minuciosa dirección (que podría ser llevada a


cabo por un Gabinete de la A.T.I.J.), una colaboración de entidades
y medios de información y unos enormes gastos. Para esto no creo
que se consideren ajenos los siguientes organismos:

Ministerio de Educación y Ciencia.


Ministerio de Información y Turismo.
Delegación Nacional de Juventudes.
Delegación Nacional de la Sección Femenina de F. E. T. y de
las J. O. N. S.
Servicio Español del Magisterio.
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Diputaciones Provinciales.
Ayuntamientos.
Colegios.
Escuelas.
Cajas de Ahorro.

No se debe descartar la posibilidad de financiamiento total o par-


cial por una casa comercial. Como precedente recuérdese el Concurso
Nacional de Redacción que patrocina una casa de bebidas.

G) NOTA

Si he excluido el teatro de títeres y marionetas ha sido por con-


siderar que merece tratamiento aparte y soluciones distintas. El mez-
clarlo hubiese restado sistemática a este trabajo.

H) PARA TERMINAR

La Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud, tiene


por delante una inmensa y magnífica tarea. Somos muchos, aunque
quizás no los suficientes, quienes estamos tras ella para colaborar
y espolear que esto sirva de estímulo, compromiso y acicate.

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