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ANÁLISIS LITERARIO SOBRE: “LA TENSIÓN


SOBRE EL RESPETO A LA VIDA COMO EL AXIOMA SUPREMO, FRENTE A LA
LIBERTAD INDIVIDUAL DE DISPONER DE SU PROPIA EXISTENCIA HUMANA”

UNIVERSIDAD
FACULTAD DE DERECHO
PROGRAMA DERECHO
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Según Esquirol, el suicidio ofrece todos los caracteres de la enajenación de las facultades mentales El
hombre solo atenta contra su vida cuando está afectado de delirio, y los suicidas son alienados. Partiendo de
este principio, concluye el autor que el suicidio, siendo voluntario, no debería ser castigado por la ley…

(Durkheim, 2008)

Resumen
El análisis literario pretende realizar un acercamiento a la tensión sobre el respeto a la vida
como el axioma supremo, frente a la libertad individual de disponer de su propia existencia
humana desde la aproximación a la perspectiva general de tres autores como los son Emile
Durkheim con su concepción del suicidio en sociedades suicidogenas, la relación con el
texto de Hesse, H. (1988) “el Lobo estepario” que es una apología al individualismo en
cierta forma a esas sociedades suicidas de las que habla el mismo Durkheim donde se
evidencian la dualidad que el personaje del libro vivencia entre la Humanidad y su
sentimiento hermitaño y luego finalmente un autor más contemporáneo Salas A,A con sus
tesis de la medicalización del suicidio como un dilema bioético y el suicidio racional

Introducción.
En el presente análisis literario sobre la tensión sobre el respeto a la vida como el
axioma supremo, frente a la libertad individual de disponer de su propia existencia
humanase empieza con el acercamiento de Emile Durkheim y su concepción del suicidio,
después con la aproximación a la pregunta sobre si ¿El suicidio dice ser mirado en todos los
casos como resultado de una enajenación mental?, se habla de las sociedades suicidogenas,
se describe a el suicidio por sí mismo como una entidad morbosa sui géneris: una locura.
Se explican brevemente las dos tesis contrapuestas acerca del suicidio de los autores
Bourdin y Esquirol.
Se analiza a nivel general los postulados principales con respecto al texto “el
suicidio” de Durkheim, E. (1917) y la relación con el texto de Hesse, H. (1988) “el Lobo
estepario”, para finalmente explorar la perspectiva del suicidio como un problema bioético
y el suicidio racional.

Acercamiento al concepto de suicidio desde la perspectiva de Emile Durkheim

En el texto sobre El Suicidio Durkheim estudia, desde una amplia gama de variables
y cruces estadísticos, los cuales serían predominantemente, es decir, promediando
variables, las posibles influencias más significativas a la hora de explicar los suicidios en
una amplia zona de países europeos, para su caso, los más importantes en el siglo
XIX.(Palacio, 2010)
Normalmente se asocia el suicidio a causas de anomalías de salud psicológica y
concretamente a depresiones severas, Por tanto se considera al suicidio, según Emile
Durkheim de las psicologías cognitivas, como una más de las enfermedades mentales; y a
la depresión, como la explicación más divulgada y común para justificar tal acción. Si bien
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no se desconoce la posible influencia de la llamada depresión en los actos suicidas, se


podría considerar que está es más una consecuencia de un estado patológico mucho más
profundo; y por ello es frecuente aceptar que existe un origen común al suicidio y a la
depresión. (Palacio, 2010).

¿El suicidio dice ser mirado en todos los casos como resultado de una enajenación
mental?
Sin pretender responder esta compleja y difícil inquietud relacionada con el epígrafe
con el que empieza el presente análisis literario se podría decir que teóricamente hay dos
posturas y se ha defendido desde estas dos perspectivas diametralmente opuestas
representadas en los dos autores Bourdin y Esquirol.
Por un lado bien se dice que el suicidio por sí mismo es una entidad morbosa sui
géneris, Una locura. O bien sin hacer de él una especie distinta, se le considera
simplemente como un episodio de una o varias clases de locura, sin que pueda
encontrársele en los sujetos sanos de espíritu. La primera tesis es la de Bourdin, la segunda
tesis que se verá a continuación de Esquirol, opuestamente quien es el representante más
fehaciente de la otra concepción:
“Por lo que precede, dice, se entrevé ya que el suicidio no es para nosotros más que
un fenómeno consecutivo a un gran número de causas diversas, que se muestra con
caracteres muy distintos; este fenómeno no puede caracterizar una enfermedad. Es por
hacer hecho del suicidio una enfermedad sui generis por lo que se han establecido
proposiciones generales desmentidos por la experiencia.

Para Durkheim existen sociedades suicidógenas, o sea, sociedades donde el suicidio


es una tendencia, como podría serlo la pobreza, ya que es una de las consecuencias directas
de lo que sucede en el discurso de dichas sociedades, sobre todo con respecto a la
administración de sus reglas.
Durkheim dice al respecto: “Pero la sociedad no es solamente un objeto que atraiga,
con una intensidad desigual, los sentimientos y la actividad de los individuos. Es también
un poder que los regula. Existe una relación entre la manera de ejercer esta acción
reguladora y el porcentaje social de los individuos”.(Durkheim, 1917).Por la misma línea
de Durkheim se encuentra el escritor Hermann Hesse, con su novela El Lobo estepario que
es una apología al individualismo en cierta forma a esas sociedades suicidas de las que
habla el mismo Durkheim, obra la cual fue publicada por primera vez en el año 1927,
después de una fuerte crisis personal, psicológica y emocional que el autor vivió a partir del
año 1920, y que según los anales de la historia lo signó en un aislamiento e imposibilidad
de relacionarse con el mundo. Por una parte, la historia que narra es un alucinante viaje a
los temores, angustias y miedos a los que se ve abocado el hombre contemporáneo y por
otro lado es un, relato acerca de un hombre dividido entre su deseo de pertenecer a la
sociedad y su repudio hacia ella. Evidenciandose la división que el personaje del libro
vivencia entre la Humanidad y su sentimiento hermitaño (Hesse, 1988). Hesse afirma:
Aquí debe decirse que es erróneo llamar suicidas sólo a las personas que se asesinan
realmente. Entre éstas hay, sin embargo, muchas que se hacen suicidas en cierto modo
por casualidad y de cuya esencia no forma parte el suicidismo. Entre los hombres sin
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personalidad, sin sello marcado, sin fuerte destino, entre los hombres adocenados y de
rebaño hay muchos que perecen por suicidio, sin pertenecer por eso en toda su
característica al tipo de los suicidas, en tanto que, por otra parte, de aquellos que por
su naturaleza deben contarse entre los suicidas, muchos, quizá la mayoría, no ponen
nunca mano sobre sí en la realidad. El «suicida» -y Harry era uno- no es
absolutamente preciso que esté en una relación especialmente violenta con la muerte;
esto puede darse también sin ser suicida.
Pero es peculiar del suicida sentir su yo, lo mismo da con razón que sin ella, como un
germen especialmente peligroso, incierto y comprometido.

Pero contemporáneamente en el siglo XX Y XXI han aparecido a nivel general nuevas


clases de graves y padecientes enfermedades no solo las de tipo psicológico que hacen
reflexionar sobre la libertad individual de disponer de su propia existencia humana en
contraposición a el respeto a la vida como el axioma supremo

El suicidio: un problema bioético


Según (Salas, 2011) los suicidios desde la antigüedad han producido un
desconcierto y una condena social, religiosa y cultural por las dimensiones del acto. El
suicidio ha sido considerado como un pecado o como un crimen, y con el paso del tiempo,
se ha convertido en un problema de salud. Las instituciones de salud y gubernamentales
han decidido brindar la mayor cantidad de recursos para incidir de manera efectiva en la
disminución de los altos índices de ideación suicida, y así evitar que los sujetos decidan
quitarse la vida por mano propia
De acuerdo a Salas no se puede reducir la problemática del suicidio meramente al
ambito de la salud pública debido a que también involucra una problemática bioética
Según el autor por la situación compleja que la problemática involucra hay distintos
tipos de suicidio según las circunstancias u objetivos del mismo del “suicidio racional”,
“suicidio deliberado” o “elección voluntaria de la propia muerte”, en donde a diferencia de
la mayoría de los suicidios (causadas por alguna psicopatología o que provienen de la
“servidumbre de las pasiones”), se pueden entender en dos sentidos: en primer lugar,
reconocer y aceptar que existen sujetos que tienen el derecho a decir “hasta aquí”, es decir
de acuerdo a Salas:
Determinar cuándo y cómo uno quiere morir, acción que manifiesta que la vida no debe ni
puede ser el valor absoluto en nuestras sociedades. Y, en segundo lugar, la defensa hasta las
últimas consecuencias de los principios de libertad y de autonomía, en relación a la “calidad
de vida” o “proyectos de vida” que cada sujeto puede planear con respecto a su propia
existencia. Es importante destacar que lo primero que debemos hacer es “desestigmatizar”
la noción de “suicidio” y dejar de condenar dicho acto, y poder así repensar la validez que
tiene un acto suicida y comprender losmotivos por los que se considera que no tiene sentido
seguir con un proyecto de vida.(Salas, 2011)

Cuando se emplea el concepto suicidio se trae a colación dos ideas distintas primero
“describimos una manera de morir, es decir, quitarse la vida, voluntaria y
deliberadamente;segundo, la utilizamos para condenar la acción, es decir, para calificar el
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suicidio de pecaminoso,criminal, irracional, injustificado”(Salas, 2011) es decir algo


negativo.
Entonces siguiendo una aproximación a la suicidología enmarcada dentro d ela
psicología se puede definir el suiciio como “el proceso sistémico de síntesis de la
disposición autodestructiva que, va más allá del grado de conciencia de quien lo exterioriza,
está orientado a comunicar la intención de una resolución al conflicto que le da origen, por
medios letales”(Martínez, 2007)

El suicidio racional
Después de definida la categoría suicidio, se podría decir que el sujeto desde su
libertad y responsabilidad va construyendo y moldeando su existencia. Pero a pesar de ello,
el problema de muchos psicólogos es que pareciera que están convencidos de que si se
instruye a un paciente a que vea el mundo de forma optimista o en una “esfera de cristal”,
se desvanecerán las ideas suicidas. (Salas, 2011)
Por supuesto hay muchas ocasiones en los que el paciente se percata que había sido
la servidumbre de las pasiones la que había provocado el intento suicida. No obstante ante
un individuo que ante una enfermedad terminal (no necesariamente en una etapa avanzada)
o por un cansancio existencial, decide terminar lo más dignamente con su vida. Con tales
circunstancias para este tipo de personas, una de las mayores problemáticas a los que se
enfrentan los psiquiatras es que no existe una terapia, método ni resilencia efectiva para que
quien ha tomado la decisión racional de suicidarse, encuentre un sentido a su existencia.
(Salas, 2011).
Pero a pesar de ello, y después de todo lo expuesto ante la medicalización del
suicidio, se exhorta a la permisibilidad de aquellos casos en los que el suicidio racional
(muerte voluntaria por mano propia) sea legítimo, ya que la muerte voluntaria debe ser
reconocida como “una muerte libre y una cuestión altamente individual, que no se lleva a
cabo nunca al margen del contexto social, pero en la que el ser humano está solo consigo
mismo y ante la cual la sociedad debe callar” (Améry,2005).

Conclusiones
Es significativo resaltar que si se ha reconocido y aceptado la eutanasia, que supone
la existencia de pacientes que consideran que tienen el derecho a terminar en cierto
momento con su vida, y solicitan ayuda al personal de salud para que no recurran a medios
violentos para terminar con su existencia, y morir con cierta dignidad, se abre la puerta a la
permisibilidad y legitimidad del suicidio racional aquí descrito.
El Estado no debe impedir los derechos del paciente (suicida racional), sino que
tiene que posibilitar y garantizar la ayuda y asistencia de medios o del personal de salud.
La viabilidad de esta propuesta implica el hecho de que si se trata de permitir y
legalizar la ayuda a morir, la mejor manera de controlar esta práctica es limitando a que
sean los médicos quienes tengan la capacidad de realizarla
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Referencias
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Améry, J (2005) Levantar la mano sobre uno mismo. Discurso sobre la muerte voluntaria.
1ª. reimp.De la 1ª. ed. Versión castellana de Marisa Siguan Boehmer y Eduardo Aznar
Anglés. Valencia:Pre-textos.
Durkheim, E. (1917). El suicidio: Libro primero Los factores extrasociales. Libro
primero : factores extrasociales.
Hesse, H. (1988). Lobo estepario (Vol. 16). https://doi.org/10.2307/40086230
Martínez. (2007). Introduccion a La Suicidología. Buenos Aires: LugarEditorial.
Palacio, A. F. (2010). La comprensión clásica del suicidio. De Émile Durkheim a nuestros
días. Affectio Societatis, 7(12), 1–12. Recuperado de:
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/affectiosocietatis/article/viewFile
/6318/6520%5Cnhttp://antares.udea.edu.co/~psicoan/affectio12.html
Salas, Á. A. (2011). La medicalización del suicidio: un dilema bioético. Revista de Bioética
Y Derecho, 0(22), 24–35. Recuperado de: https://doi.org/10.1344/RBD2011.22.7665

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