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03 Medio Ambiente

Dr. Ricardo Figueroa J. / Facultad de Ciencias Ambientales


ÍNDICE DE CONTENIDOS:

Resumen 03

Introducción 04 - 05

Ecología como ciencia 06 - 08

Ecología ambiental a la economia de la naturaleza 09 - 10

Conclusiones - Referencias 011

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Resumen

Los sistemas naturales son complejos, conectados e interdependientes, donde los flujos de energía explican la existencia,
el funcionamiento y los efectos de los cambios que podemos provocar en ellos, los cuales no siempre son directamente
en un sistema, sino que responden a una cadena de eventos asociados a un efecto o cambio puntual en tal sólo una
parte de ellos. En este sentido los sistemas naturales tienen características únicas, dependientes también de sus
relaciones internas que los hacen complejo-resilentes o complejo frágiles, por lo cual se requiere entender las relaciones
de los organismos con su medio ambiente en los diversos niveles (genético, de especies y de ecosistemas), a fin
de comprender las relaciones entre el componente vivo o “biótico” y el físico o “abiótico”, los efectos ecosistémicos y
sinérgicos con miras a la conservación de su conjunto.

Este capitulo trata aspectos generales sobre las características de los sistemas naturales, urbanos y productivos. Hace
una revisión de los principales conceptos y paradigmas asociados a la gestión de los sistemas naturales, ecología,
aspectos metodológicos y de aplicación; destacando además su relevancia para la sociedad. Asimismo, se introduce en
aspectos ambientales, destacando el significado de la inserción del hombre en los sistemas naturales y su dependencia
desde una visión desde los servicios ecosistémicos.

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01. Introducción

Desde la primera imagen que la humanidad obtuvo de la tierra, hasta las más actualizadas capturadas por los sa-
télites modernos que la circundan, se ha podido observar la diversidad de colores que esta ofrece al espacio: el agua,
los bosques, los desiertos y lo más importante, la dinámica temporal a gran escala como la estacionalidad, o a una
escala menor, como es la noche y el día; las tormentas, las nubes que le rodean y se modifican. La anterior dinámica
no obedece sólo a las leyes físicas, sino también a elementos bióticos que lo coordinan con una precisión más bien
discreta, pero dentro de un equilibrio dinámico que se aleja de cualquier otro mundo conocido.

Hace 3 000 millones de años, la Tierra casi no contenía oxígeno y la atmósfera primordial era principalmente vapor
de agua, monóxido (CO) y dióxido de carbono (CO2), nitrógeno N2, amoniaco (NH3) y otros elementos gaseosos donde la
vida puede ser un sueño. Sin embargo, en medio de la nada y con una probabilidad dentro de la imposibilidad (10 –2000) 1,
aparece la vida y no como la conocemos hoy. La base que origina la biodiversidad actual y algunas teorías al respecto
demuestran que hay algo más, como la evolución química y la selección natural. No quedan fuera otras teorías como:
¿hay origen extraterrestre? La tierra lo es y somos bombardeados a diario con meteoritos y polvos cósmicos carga-
dos de estructuras básicas para la generación de proteínas necesarias para la vida. Un ambiente adecuado también
ayuda, como lo es un caldo de cultivo que existe y existió provocado por fumarolas marinas generadas a partir de
las fracturas de la corteza terrestre, la cual nos ha mostrado mucha actividad recientemente, hechos que nos indican
que las placas continentales siguen colisionando.

La pregunta que sigue a lo anterior es: ¿cómo es posible que en tan poco tiempo se haya llegado a la actual di-
versidad biológica (o la conocida hasta ahora)? Lo único que está claro es que el medio lo ha permitido y no sólo
eso, presiona al más apto para su subsistencia. Sin embargo, los organismos también deben crear sus propias
condiciones, eso explica los procesos de colonización y sucesiones, como ya han sido estudiadas por Cowles2 y Cle-
ments3, hasta llegar a un equilibrio del sistema, en relación a lo que se puede definir una continua interacción entre
los organismos y el medio, mecanismos que hoy son la base en proyectos de restauración de sistemas naturales
enfocados a rehabilitar la funcionalidad ecológica.

Lo anterior, Lovelocke4 lo explica muy bien, en lo que llamó la “hipótesis de Gaia”, la cual explica que la Biosfera, es
decir, la vida misma sobre la tierra, autorregula las condiciones para hacer su entorno más hospitalario entre todas
las especies. Esto implica una evolución físico-química hacia la estabilidad relativa, que permitió los primeros vesti-
gios de vida, los que no sólo se adaptaron a lo que había, sino que también participaron en los cambios. La tabla 1
muestra esta relación para la Tierra (sin vida) y los cambios posteriores de equilibrio dinámico. Nada más lejos que
la estabilidad físico-química inicial existente en los planetas sin vida. Los culpables: las primeras células proca-
rióticas anaeróbicas que aparecieron hace 3,6-3,8 billones, después y sólo hace 2,5 billones de años la aparición de
los primeros procariotas fotosintéticos, las cianobacterias, todos existen hasta nuestros días, incluso posterior a
la Gran Revolución: el oxígeno proveniente de la fotosíntesis que hizo posible la formación de la capa de Ozono
(O3); junto con ello, la reducción de la incidencia de la radiación UV sobre el planeta. Sin duda un enorme cambio que
favoreció el desarrollo de otras formas de vida, pero no olvidemos que en su mayoría se da en presencia de oxígeno,
el elemento básico que empuja a la entropía. Los procesos fueron hasta entonces lentos, pero a partir de los últimos
500 millones de años, durante el cámbrico, se produce un cambio importante, ya que aparecen los primeros animales
acuáticos y plantas terrestres que serían el sostén y origen para los cambios más importantes de la vida de la tierra.

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Tabla 1. Concentración de gases en la Tierra sin vida, comparando con planetas vecinos y la Tierra actual.

Elemento / Planeta Venus Tierra sin vida Marte Tierra Actual

Dióxido de carbono 98 % 98 % 95 % 0,03 %

Nitrógeno 1,9 % 1,9 % 2,7 % 79 %

Oxigeno Vestigios Vestigios 0,13 % 21 %

Argón 0,1 % 0,1 % 2% 1%

Temperatura 477 ºC 0,1 ºC 2 ºC 13 ºC

Presión 90 bar 60 bar 0,0064 bar 1,0 bar

La historia en años parece relativamente fácil de contar: “y salieron las plantas del agua”, pero esto significó muchos
ensayos, mutaciones, tiempo y vencer fuerzas importantes, ya no dependía de las olas ni de la presión hidrostática, sino
de vencer la gravedad, deshidratación, adaptarse, sobrevivir y ser como hasta ahora el sustento para el desarrollo
de la diversa fauna que han marcado la historia de la tierra, con ganadores temporales o simplemente adaptándose
al entorno para diversificarse en nuevos grupos y especies que le sobreviven hasta hoy. Al respecto, se calcula que
han existido unas 450 millones de especies y en la actualidad, existirían unos 50-100 millones. Lo importante de lo
anterior, no es sólo la cantidad, sino que también el siguiente ejercicio: si ordenamos la vida de nuestro planeta y
la diversidad conocida en un reloj de 24 horas, sólo en los 2 últimos segundos aparece la especie más depredadora
de todas, el Hombre. El Homo sapiens a pesar de su reciente aparición, es la única especie que ha colonizado todos
los ambientes terrestres conocidos, modificando los ambientes acuáticos y gestionando el uso de todo el territorio,
donde las tasas de extinción de especies son de 10 mil veces más rápidas antes que su aparición, con una media
actual de 20 a 80 especies de plantas y animales que desaparecen cada día. Más de la mitad de las especies que
existían hace 50 años han desaparecido. En este sentido, la ecología ambiental tiene un importante desafío y poco
tiempo para orientarse al estudio y solución de los problemas ambientales que permitan la sustentabilidad
del próximo segundo sobre la Tierra, dando así un paso a un nuevo concepto y donde la humanidad sea el foco de
atención como generadora y solución a los problemas ambientales a través de las ciencias ambientales.

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02. Ecología como ciencia

La conservación de los recursos naturales es base en la gestión del territorio, especialmente por un profundo cam-
bio de paradigma frente al nacido en la década del 60, el cual se orientó a proteger áreas específicas e intocables,
mientras que en el resto del planeta fueron interiorizadas como áreas de sacrificio, las que una vez destruidas, se
requieren de otras.

Ejemplo:
Destrucción de la amazonia para agricultura con la posterior pérdida de calidad de los suelos y paso a la ex-
pansión urbana (lo cual demanda nuevos suelos para uso agrícolas).

Hoy se reconoce la dependencia de los seres humanos de la naturaleza misma y a su vez, de los servicios que esta
les provee, concepto clave para la gestión de la sustentabilidad. Sobre esta visión se construye el nuevo paradigma
de una sociedad protectora, no solo de los ecosistemas con alguna figura de protección legal, sino de los socio-ecosistemas,
en donde el hombre interactúa en la productividad de los mismos, permitiendo la regulación de procesos naturales
e intentando entender como ellos le confieren el equilibrio dinámico o de sustentabilidad.

Para ello es importante comprender algunos conceptos básicos, como por ejemplo la importancia de la protección
de la Biodiversidad en sus tres niveles más relevantes, como son: 1) la biodiversidad genética, que comprende la
variabilidad de la información genética entre individuos de una misma especie y que permite la plasticidad de la
especie en cuestión para responder a los cambios ambientales sin desaparecer por completo; 2) la biodiversidad de
especies que comprende la variedad de especies que pueden interactuar en un ecosistema, y finalmente; 3) la biodi-
versidad de ecosistemas como bosques, desiertos, praderas, ríos, lagos y mares, etc… Los últimos generan diversos
hábitats para la existencia de las diversas especies conocidas. Siendo entonces un ecosistema, la unidad básica de
estudio en Ecología, donde se combinan e interactúan los factores bióticos (todo organismo vivo) y abióticos (no
vivos), que existen en la naturaleza.

Asimismo, los diversos ecosistemas que se localizan en la biosfera (planeta y la atmósfera que la rodea) obedecen a
las condiciones climáticas que se encuentran a las diversas latitudes, las cuales suelen repetirse desde los trópicos
hacia el norte y hacia sur; y en algunos casos desde el mar hacia la cordillera. De esta forma se generan ecosistemas
diversos, pero también algunos similares que pueden tener sus propias especies (poblaciones de especies) o compartir
algunas en ecosistemas con similares características.

Las ciencias ambientales que buscan resolver los problemas de la humanidad, así como la ecología pura o aplicada,
no pueden por sí mismas comprender la funcionalidad de los sistemas naturales y cómo las diversas presiones las
modifican, es por ello que requieren de otras ciencias que apoyen estos estudios, permitiendo conocer sus interacciones
con el medio y con otras especies (comunidades de especies) del ecosistema en un momento dado y en el tiempo,
para así definir, además de esta estructura básica, la funcionalidad del ecosistema estudiado y su evolución. Cada
uno de los niveles de estudio puede ser expresado en modelos cualitativos (Figura 1) o de mayor precisión a través
de modelos matemáticos simples o complejos. De esta forma es posible desarrollar estrategias y herramientas para la
conservación de áreas prioritarias y sitios específicos que aseguren la sustentabilidad de recursos.

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Este estudio ha sido campo de la ecología, la cual se sustenta entonces en diversas otras ciencias para comprender
las relaciones entre los organismos vivos y su ambiente. Lo anterior, ha resultado difícil de realizar al querer dejar
de lado al hombre como especie, que por un lado no se ajusta a ningún modelo ecológico, y por otro, ha generado
muchos problemas globales u holísticos, los cuales deben ser resueltos con múltiples aproximaciones de mitigación
que permitan un resultado también holístico de restauración o rehabilitación en parte de la funcionalidad ecosistémica.
En este sentido se requiere centrar la vista sobre el conjunto de los problemas o más bien las consecuencias de muchos
impactos, como por ejemplo: el efecto invernadero, destrucción de la amazona, el agujero en la capa de ozono, vertidos
de petróleo, pérdida del recurso hídrico, residuos de plásticos en los océanos; políticos, como EEUU, que se nego
firmar el Tratado de Kioto o el retiro del éste por parte de Canadá, y actualmente el retiro de EEUU del acuerdo de París.

Asimismo, los ecosistemas no son sólo elementos o materiales que se estructuran de manera permanente, sino que
además son retenedores temporales de energía, la cual fluye través de las cadenas tróficas. De esta forma un
ecosistema, al igual que la Teoría de Sistemas que requiere de entradas y salidas, es una unidad de la Biósfera capaz
de soportar un flujo de energía que le permite mantener la vida en cualquiera de sus facetas. Aquí participan todos
los seres vivos que le componen, los cuales reciclan la materia a través de los ciclos Biogeoquímicos.

Es por ello que el flujo de energía en los ecosistemas


naturales es abierto, puesto que al ser utilizada por los
seres vivos en sus funciones propias de asimilación,
crecimiento, desarrollo fisiológico, reproducción; parte
de ella es traspasada a los niveles tróficos superiores y
otro se degrada y disipa como calor (respiración: que es la
forma que los organismos vivos utilizan la energía para sus
diversas actividades). De modo que este proceso puede
tener una gran cantidad de material y energía disponible,
pero sólo atrapa una parte de ella por los seres vivos
(hasta su muerte).

Aquí la materia es degradada por los organismos des-


componedores para ser reutilizada, con la consecuente
pérdida de energía del ecosistema en todo el proceso, de
modo que la Energía atrapada en el seno del ecosistema
Figura 1. Modelo de flujos de energía según Odum & Odum (1981) debe ser utilizada de manera eficiente y rápida.

Por otro lado, cuando la materia es transformada por los descomponedores en moléculas orgánicas e inorgánicas,
que básicamente son nuevos nutrientes disponibles, estos no siempre son asimilados con la misma rapidez en nuevos
tejidos; muchas veces son incorporadas a las cadenas tróficas, pero en otros pueden tardar miles de años para estar
nuevamente disponibles para los organismos vivos, aun cuando los elementos más importantes para la vida se
encuentran en la atmósfera, hidrósfera y geósfera. De modo que un ecosistema sigue un ciclo bio-geo-químico que
tiene una zona biótica y una zona abiótica. El flujo en la primera es rápida, pero hay cantidad limitada de elementos
formando parte de los seres vivos, en comparación con la zona abiótica que contiene grandes cantidades, pero el
flujo de ellos es muy lento. Asimismo, muchos de los ciclos biogeoquímicos son dependientes de ciclos más globales,

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como lo es el ciclo del agua, la cual puede moverse rápidamente en fenómenos como la evaporación, precipitaciones
y escurrimientos superficiales formando ríos y esteros, o a tasas de renovación más lentas como los lagos y/o
lagunas (donde ayuda a acumular nutrientes).

Estos fenómenos que parecen tan claros también evolucionan en funcionalidad respondiendo a cambios ambientales
como lo es el calentamiento global, o aumenta el conocimiento que se tiene de ellos, rompiendo paradigmas a medida
que se desarrollan nuevas tecnologías para la investigación. Por ejemplo recientemente se ha descrito la existencia
de un océano tres veces más grande a lo conocido que existe bajo el manto de la tierra y que estaría participando
en el ciclo hidrogeológico, aportando agua y a la dinámica del movimiento tectónico (ver Science 13 (Vol. 344) Nº 6189:
1265-1268). Ambos, descritos de forma separada como el “Ciclo del Agua” y el “Movimiento de las Placas Tectónicas”
que ha unificado y separado continentes varias veces, dando paso a las diversas adaptaciones de la Vida.

Muchos cambios en las velocidades de estos procesos, generalmente son consecuencia de las perturbaciones antrópicas
que rompen los equilibrios de los ecosistemas (capacidad de carga), por ejemplo, la eutrofización es un problema
de residencia excesiva de nutrientes en los sistemas acuáticos. Otro ejemplo más drástico es la pasada crisis de
la salmonicultura el 2007 en Chile, provocada por el virus ISA, que no es otra expresión más de la superación de la
capacidad de carga en términos productivos y de autodepuración de los sistemas de fiordos.

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03. De la ecología ambiental a la economia de la naturaleza

Como ya se discutiera en esta guía, la aparición del hombre en el medio natural y su posterior desarrollo en sociedades
dependiente de los recursos naturales, ha traído consigo diversos cambios en los ecosistemas, debido al ilimitado uso
que hace de ellos, modificando los ciclos biogeoquímicos y la poca conciencia en dar un uso adecuado al territorio en
términos de una gestión sustentable. La explotación no sólo se limita a recursos alimenticios básicos o de vivienda, sino
que se juega sobre la base de los recursos energéticos y de explotación masiva para alimentar una dinámica económica
mundial no soportable. Cálculos sobre la huella ecológica indican que las sociedades humanas superaron la capacidad
de carga del planeta el 2014 y actualmente, estamos viviendo de materia y energía prestada del futuro. Es una burbuja
inmobiliaria, solo que nuestra casa es el planeta y no hay más, tampoco el banco mundial puede darnos otro.

Reconocer que los Ecosistemas Naturales y las especies que las constituyen sostienen la vida humana, ha permitido
generar un nuevo concepto aplicable al socio-ecosistema, que ha sido definido como Servicios Ecosistémicos o también
llamado Servicios ambientales. Este concepto busca comprender las relaciones entre los beneficios que el hombre
obtiene de los ecosistemas (cualquiera sea el que estemos analizando) y las consecuencias de sus pérdidas. Expresada
como una moneda de cambio, se ha transformado en una poderosa herramienta a nivel mundial, que permite diseñar
políticas ambientales para la conservación de los mismos (ver http://www.unep.org/maweb/es/index.aspx, http://
www.ecomilenio.es/, http://www.journals.elsevier.com/ecosystem-services/, etc.), especialmente cuando diversas
metodologías de valoración han demostrado las pérdidas económicas generadas de la destrucción de los sistemas
naturales y sus SE, que surgen de la interacción de los componentes bióticos y abióticos, los cuales suelen ser física y
económicamente muy difícil de revertir.

Dada la diversidad de los Servicios ambientales que han sido reconocidos, existe la necesidad de una clasificación que
permita ordenarlos de acuerdo a su funcionalidad ecológica, como:

1. Servicios ambientales de Provisión, que sustentan la economía mundial a través de la explotación de los recursos
naturales como son cereales, vegetales, vinos, productos lácteos, hongos, algas, madera, flores, minerales, etcétera.

2. Servicios ambientales de Regulación, que permiten funciones relevantes para la sobrevivencia como Tratamiento de
aguas residuales, protección contra erosión, retención de nutrientes, ciclo hidrológico, fijación de nitrógeno, produc-
ción de oxígeno, captura de CO2 desde la atmósfera, etcétera, y,

3. Servicios ambientales Culturales, que son aquellos que por el sólo hecho de existir entregan beneficios sociales,
como paisajístico, sentido de lugar, tranquilidad, pesca, avistamiento de aves o ballenas, áreas de belleza natural
excepcional, turismo, ceremonias étnicas, etcétera.

En este sentido es posible verificar que nos novemos dentro del concepto de la sustentabilidad, ajustando al modelo
crecimiento económico a través de los servicios de provisión, a la sustentabilidad a través de los servicios de regulación
y de la equidad social a través de la conservación de los servicios ambientales culturales, exigiendo el equilibrio entre
la conservación de estos recursos como modelo de desarrollo y bienestar humano.

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04. Conclusiones

1. La aparición del hombre es muy reciente en la historia de la Tierra y la vida en ella, sin embargo, gestiona los usos
del territorio y debe ser responsable de los resultados de una mala gestión.

2. No obstante puede gestionar el territorio, sigue siendo dependiente de la naturaleza y de los bienes y servicios que
esta le provee.

3. Las diferentes escalas temporales y espaciales de los procesos que permiten lo flujos de materia y energía, es a tra-
vés de las relaciones tróficas y ciclos biogeoquímicos que mantienen la vida. Por lo cual depende de una adecuada
gestión no modificar estos ciclos a través de fenómenos de perturbación contante (contaminación).

4. Entender estos procesos permite una buena gestión para una productividad sustentable.

5. Los ecosistemas naturales son dinámicos, están en continua evolución, así como el conocimiento humano que ofrece
nuevas oportunidades y nuevas aproximaciones a la solución de problemas ambientales.

05. Referencias

1. Denten M. (1985) Evolution: A Theory in crisis. Burnett Books. 368 pp.

2. Cowles HC (1901) The physiographic ecology of Chicago and vicinity. Botanical Gazette 31: 145-182.

3. Clements FE (1936) Nature and structure of climax. Journal of Ecology, 24: 252-284.

4. Lovelock J (1985). Gaia, una nueva visión de la vida sobre la Tierra. Ediciones Orbis.

5. Odum HT & HC Odum (1981) Hombre y naturaleza. Barcelona. 901 pp.

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