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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

MATERIA: HISTORIA DE AMERICA II (COLONIAL)

2DO CUATRIMESTRE DE 2018

ALUMNO: PABLO ROLDÁN

DNI: 36.394.671

MAIL: PROLDANSTP@GMAIL.COM
1. Las reformas impulsadas por el virrey Toledo a mediados del siglo XVI, tenían como
propósito regular los dominios coloniales en América desde un aspecto tanto económico
como político. La distancia, hacía más difícil para la corana que su voluntad fuera llevada
a cabo lo que facilitó la una acumulación de poder por parte de las elites locales. Toledo
se propuso entonces, como veremos, la domesticación de estas élites a través de reformas
estructurales a la forma de explotación del medio americano1.

La conquista, había sido incentivada desde un principio por la ambición aurífera no solo
de la corona, sino de empresas que financiaban embarcaciones en busca de nuevas y
mejores rutas comerciales marítimas2. En este contexto se da la llegada de Colon a
América con la clara pretensión de buscar en estas nuevas tierras, la mejor forma de
extraer un rédito económico, principalmente orientado a la extracción de metales
preciosos. Se fomentó entonces para expandir el dominio colonial en América, la
implementación de una institución bien conocida por los españoles, la encomienda. Esta
se basaba en la concesión, con el aval monárquico, de conjuntos de indios que estarían a
merced de un encomendero para ejecutar el cultivo de las tierras y otras tareas de servicio
personal. La corona concedía esta posición a aquellos colonos que se habían encargado
de la conquista del nuevo territorio, y le solicitaba a cambio que se encargaran del cuidado
y la evangelización de sus encomendados. Esta estructura que había funcionado desde la
llegada de los europeos a América, fue puesta en cuestión para mediados del siglo XVI.
Los encomenderos ejercían una explotación despiadada sobre los indios, obligándolos a
trabajos forzosos en condiciones inhumanas que solían llevarlos a la muerte. Es de hecho
las reiteradas denuncias sobre estos abusos que llegaban al Viejo Mundo, junto con el
peligro de una drástica baja demográfica, lo que alertó a la corona de que esta situación
debía ser revisada. Sumado además, a la inconformidad de la corona con los ingresos que
percibía desde sus colonias americanas. Las reformas de Toledo se propusieron entonces
un cambio estructural a nivel político, para lograr contener el constante ascenso que
habían experimentado las elites de encomenderos hasta ese momento; y a nivel
económica, buscando formar un sistema de extracción de recursos que permitiera a la
corona hacer de sus dominios coloniales, un proyecto mucho más rentable.

1
STERN, Steve, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española, Madrid, Alianza,
1986. Cap. 4: "La economía política del colonialismo", pp.134.
2
GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, América Latina. De los orígenes a la independencia,
Barcelona, Crítica, 2005, Tomo I, cap. 12: “Economía-mundo y economía colonial: mercado externo y
mercado interno” pp. 250.
Para este propósito, la corona comenzó por enviar una serie de misiones visitadores a
las zonas conquistadas, con el propósito de recopilar información que diera una base
confiable a la confección del nuevo plan de extracción económica. Una vez recopilada
esta información, se comenzó por fijar montos fijos de tributo que los tributarios deberían
pagar a sus encomenderos regularmente, y de los cuales la corona un porcentaje en
carácter de costos administrativos. Esta política, lograría cumplir con el propósito de
debilitar a los sectores de la elite al relegarlos a una condición de “pensionados de la
corona”3, no sin antes encontrar resistencia a través de levantamientos. La cuestión central
pasaba por la pretensión de la corona de eliminar los servicios personales de los que se
servían los encomenderos. Esto generaba una problemática de falta de mano de obra que
la corona optó por resolver a partir de una ingeniosa restructuración de una institución
precolonial bien conocida por los indios, la mita. En el período incaico, la mita
representaba un turno de trabajo, que se enmarcaba en una lógica de trabajo colectivo
realizado a partir de una rotación para cumplir con las demandas productivas de la
comunidad. Con las reformas del virrey, este mecanismo se reestructuró en un enorme
aparato de trabajo forzado4. Los indios a partir de ahora, además de pagar regularmente
un tributo, debían asistir por largos períodos de tiempo a trabajar en las minas en
condiciones deplorables. Estas reformas fueron percibidas por los indios como una carga
mayor a la que venían, como se evidencia en el siguiente enunciado:

“antes que estuviesen tasa daban lo que podían y sentían menos trabajo, porque con los
azotar el mayordomo y criados del encomendero decían que no tenían lo que les pedían
y no lo daban. Y después que se les dio tasa han de dar por fuerza lo que les está tasado
y si no que lo tienen presos y con esto reciben más fatiga”5.

El nuevo sistema fiscal presentaba una mayor presión sobre los indios de la que habían
experimentado hasta entonces. La corona por su parte, había visto engordecer los ingresos
provenientes de las colonias, mientras que los encomenderos, encontrarían nuevos
mecanismos para acomodarse en la nueva estructura, tales como el aprovechamiento del
incipiente mercado que estaba surgiendo en América.

3
GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, op. cit. p. 139.
4
GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, op. cit. p. 136
5
ASSADOURIAN, Carlos S., “La renta de la encomienda en la década de 1550: piedad cristiana y
desconstrucción”, en Transiciones hacia el Sistema Colonial Andino, Lima, El Colegio de México-IEP,
1994. pp. 190-191
Sin dudas el cambio más influyente que tuvieron las reformas en el aspecto económico
fue la revolucionaria estructuración que experimentó el sector minero. La incorporación
de la técnica azogue en 1570, generó un crecimiento exponencial en la productividad que
tenían las minas, particularmente Potosí, que se había convertido en el centro argentífero
por excelencia. Este nuevo y refinado proceso de refinamiento, reemplazo al de la huayra
que empleaban los indios y le permitió a la corona hacerse cargo de toda la estructura de
producción minera. A partir de esta creciente productividad, se evidencia una mayor
circulación de bienes en el mercado interno. Además, la mayor productividad demanda
una mayor mano de obra. Esta mano de obra se cubrirá en parte con el cumplimiento de
la mita, pero dará lugar también a nuevas formas de trabajo voluntario a cambio de un
salario6. El carácter más significativo de la fijación del tributo radica en el hecho de que
este se tasara principalmente en metálico. Esto empujaba a los indios a emprender una
serie de estrategias que les permitieran alcanzar los montos que la corona les requería.
Por un lado, se encontraba la incorporación de estos sectores al incipiente mercado
americano. Los indios debían vender en el mercado para conseguir el metálico necesario
para el pago de tributo. Por tanto, su producción de bienes ya no estaría estrictamente
ligada a la subsistencia ni al tributo en especies, sino también a la producción para su
posterior comercio. La obligación de la mita, reducía además el tiempo que esos indios
tenían para su producción de subsistencia, generando una profunda inestabilidad en las
comunidades, dado que, en los períodos de mita, estas perdían gran cantidad de mano de
obra. Esta mecánica es la que empujaba a los indios al mercado, quienes debían comprar
bienes para su subsistencia en el mercado cercano a las minas. Estos mercados estaban
controlados por los encomenderos, que lograban de esta forma otra fuente de ingreso en
metálico para su enriquecimiento. En ocasiones los tributarios viajaban con sus familias
para generar el propio alimento y soportar mejor la carga de la mita, sin embargo, los
acompañantes eran generalmente utilizados para ayudar en el trabajo en las minas. Se
evidencia así, que aquella pretensión de alivianar la explotación sobre los indios, no fue
percibida de esa manera por estos sectores. Sin embargo, con la fijación de un salario para
los mitayos, la corona había logrado regular la división del trabajo al encontrar la forma

6
ASSADOURIAN, Carlos S., “La producción de la mercancía dinero y la formación del mercado interno
colonial” en Enrique Florescano (comp.), Ensayos sobre el desarrollo económico de México y América
Latina, 1500- 1975, México, FCE, 1987, pp. 223-292.
de obligar a los indios a ir a trabajar a las minas. Para los indios, el tributo representaba
hasta un 60% del salario que percibían, dejando muy poco para su subsistencia7.

Pese a la armonía que parece presentar este esquema, debemos tener en cuenta que la
postura de los indios no fue estática ante la aplicación de estas reformas. Se evidencian
para el período diversas estrategias que fueron empleadas por los indígenas como
resistencia ante la implementación de estas reformas. Thierry Saignes, identifica a los
movimientos migratorios internos como una de estas estrategias8. El autor identifica por
un lado las migraciones que se ejercían entre las diferentes zonas de valles y punas para
generar una circulación de bienes de diferentes regiones. Por otro lado, las migraciones
se nos presentan como una estrategia que evidencia para el autor, una complicidad entre
caciques, curas y corregidores para bajar las cargas tributarias.

7
STERN, Steve, op cit. pp.142.
8
SAIGNES, Thierry, "Ayllus, mercado y coacción colonial: el reto de las 5 migraciones internas en
Charcas (siglo XVII)", en O. Harris, B. Larson y E. Tandeter (comps.), La participación indígena en los
mercados surandinos. Estrategias y reproducción social, siglos XVI-XX (La Paz, CERES, 1987), pp. 111-
158
2. El contacto entre españoles y americanos, estuvo signado desde un principio por la
sumisión de los segundos a manos de los primeros. Las primeras expediciones de Colón
se encargaron de capturar indios para ser comercializados como esclavos en Europa y
Africa. La corona había declarado “guerra justa”, y había habilitado así la sangrienta
cacería de cualquier indio que no estuviera asignado a un encomendero9. Esta
perspectiva fue puesta en duda a lo largo del siglo XVI con el desarrollo de diversos
debates que se planteaban la legitimidad de la forma en que se estaba implementando la
conquista.

Los españoles, habían justificado su dominación a partir del donativo papal de 1943,
por el cual el papa Alejandro VI, cede a los Reyes Católicos la autoridad por sobre los
mares e islas americanas, encargándoles su evangelización. Sin embargo, transcurridos
algunos años de la ocupación española en el continente, comienzan a surgir severas
críticas sobre el trato despótico que los indios percibían por parte de los colonos. Uno de
los referentes de estas denuncias, fue Bartolomé de las Casas, la llegada de los frailes
dominicos a La Española, donde Las Casas tenía una encomienda, había forjado una gran
influencia en él por su labor misionera y estilo de vida austero. Esto lo llevo a cuestionarse
el trato que se les daba a los nativos por lo que en 1514 liberó a sus indios encomendados
y se propuso reformar el sistema. Elabora entonces un proyecto de reforma en el que
advierte sobre el despoblamiento que se evidenciaba y resalta la necesidad de la abolición
de la encomienda y el remplazo por un sistema de trabajo de la tierra a cambio de un
salario. Si bien estas propuestas se asemejan al panorama que encontramos luego de las
reformas de Toledo, en ese entonces, las mismas fueron rechazadas al chocar con los
intereses del obispo Burgos, quien se interesaba por mantener el orden vigente10.

De todas maneras, podemos notar que las denuncias de Las Casas se habían sentido en
Europa y habían alertado a la corona sobre esta grave situación. La influencia de su
discurso puede apreciarse en la formulación de las Leyes Nuevas de 1542. Estas leyes
buscaban limitar el poder del encomendero, por un lado, limitando la heredabilidad de la
encomienda mientras que, por otro, establecía que el trabajo de los indios fuera
remunerado. Los encomenderos tomaron una postura hostil ante estas reformas

9
GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, América Latina. De los orígenes a la independencia,
Barcelona, Crítica, 2005, Tomo I, cap. 6: “La invasión europea del espacio Caribe: las Antillas y la Tierra
Firme”
10
BRADING, David A., Orbe Indiano. De la monarquía católica a la república criolla, México, F.C.E.,
1991. Cap. 3: “El profeta desarmado”, pp. 75-97 y Cap. 4: "El gran debate", pp.98-121.
generando reiteradas revueltas y levantamientos militares. Finalmente optarían por
proponer a la corona, en 1544, convertir las encomiendas en feudos, obteniendo así la
perpetuidad de sus dominios. Los sectores cercanos a Felipe II no veían con malos ojos
estas propuestas, pero también existía una fuerte oposición a que esto sucediera, que
encontraba nuevamente como exponente a Bartolomé de Las Casas.11Esta polémica
incentivó lo que sería conocido como el gran debate.

Entre los sectores defensores de la dominación española, que suscitaban el donativo


papal de 1943, se encontraba Palacios Rubio, quien apelaba a la teoría aristotélica para
justificar la esclavitud por naturaleza de los nativos, presos de su barbarie y de no estar
dotados de razón. Por otro lado, reafirmaba la autoridad espiritual del papa como vicario
de Cristo y su capacidad de conferir autoridad temporal. Francisco de Vitoria respondería
a estos argumentos, negando la naturalidad de esclavitud de los indios, y defendiendo su
capacidad de raciocinio. Además, discutía la autoridad del papa de conferir autoridad
temporal, entendiendo que los gobiernos tenían capacidad de generar la propia. Francisco
de Vitoria comprendía a la cultura de los indios como inferior, pero entendía que esto no
justificaba su esclavización, sino que se debía acercarlo al evangelio desde una postura
protectora, alejada de las armas.

Las Casas tomaría en un principio una postura equilibrada entre los derechos de los
pueblos y la legitimidad del donativo papal y su capacidad de conferir o suspender la
autoridad temporal en función del normal desarrollo de la evangelización. Durante las
controversias de Valladolid, Las Casas discutirá con Sepúlveda, quien representa una
especie de continuación de los postulados de Rubio, al considerar que los indios no tienen
capacidad de razonar, lo cual se evidencia en su ausencia de artes, ciencias, letras, etc.
Refuerza esta teoría asegurando que conforman estructuras de gobierno de carácter
despótico, por lo cual es necesario pacificarlos previo a su evangelización. Las casas por
su parte, y a través de un paralelismo de carácter evolucionista, intenta demostrar que la
cultura indiana se presenta sumamente similar a la del antiguo mundo. De esta manera
intenta justificar que todos los hombres son capaces de alcanzar el conocimiento y la
religión. Adentrado en los últimos años de su vida, Las Casas hace un viraje en su
consideración respecto del donativo papal, considerando que para sea legítimo debía tener
el consentimiento de los indios. Entiende además que para saldar esta grave situación es

11
BRADING, David A., op cit pp.103-105.
necesario reestablecer la autoridad de las comunidades indianas, o bien fortalecer el poder
de la corona por sobre el de los colonos y su descendencia. 12

Los postulados de Las Casas proporcionaron al gobierno de la época no solo una


advertencia de los peligros que suscitaba la acumulación de poder por parte de los
colonos, sino que brindó también nuevas perspectivas que influenciarían la construcción
de la nueva estructura de dominio colonial.

12
BRADING, David A., op cit pp.111-120.
Bibliografía
-ASSADOURIAN, Carlos S., “La producción de la mercancía dinero y la formación del mercado
interno colonial” en Enrique Florescano (comp.), Ensayos sobre el desarrollo económico de
México y América Latina, 1500- 1975, México, FCE, 1987, pp. 223-292.

-ASSADOURIAN, Carlos S., “La renta de la encomienda en la década de 1550: piedad cristiana
y desconstrucción”, en Transiciones hacia el Sistema Colonial Andino, Lima, El Colegio de
México-IEP, 1994. pp. 190-191

-BRADING, David A., Orbe Indiano. De la monarquía católica a la república criolla, México,
F.C.E., 1991. Cap. 3: “El profeta desarmado”, pp. 75-97 y Cap. 4: "El gran debate", pp.98-121.

-GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, América Latina. De los orígenes a la


independencia, Barcelona, Crítica, 2005, Tomo I, cap. 6: “La invasión europea del espacio Caribe:
las Antillas y la Tierra Firme”

-GARAVAGLIA, Juan C. y MARCHENA, Juan, América Latina. De los orígenes a la


independencia, Barcelona, Crítica, 2005, Tomo I, cap. 12: “Economía-mundo y economía
colonial: mercado externo y mercado interno” pp. 250.

-SAIGNES, Thierry, "Ayllus, mercado y coacción colonial: el reto de las 5 migraciones internas
en Charcas (siglo XVII)", en O. Harris, B. Larson y E. Tandeter (comps.), La participación
indígena en los mercados surandinos. Estrategias y reproducción social, siglos XVI-XX (La Paz,
CERES, 1987), pp. 111-158

-STERN, Steve, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista española, Madrid,
Alianza, 1986. Cap. 4: "La economía política del colonialismo", pp.134.

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