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Las dos caras de un héroe.

A lo largo de la magnífica obra épica que se le atribuye a Homero, “Ilíada” (Siglo V


a.C.) pudimos apreciar a uno de los guerreros más sorprendentes de todos los tiempos,
Aquiles.

Educado por Fénix, en el seno de una cultura Aristocrática. En el campo de batalla,


no había quien lo supere (Carmen 64, v.343). Su valor, su bravura militar, su nobleza, su
belleza son características de su ἀρετή (arete) (Jaeger, 1983). Hijo de la ninfa Thetis y
Peleo, Aquiles es considerado un semidiós, quien a pesar de esa condición, se enfrenta en
una sangrienta batalla a pedido de Ulises. Aunque es su madre quien le advierte los peligros
que enfrentara al ir a la guerra, él prefiere una vida corta y prestigiosa a una vida larga sin
fama ni gloria. Es así que Aquiles parte hacia Troya sin dudarlo.

Al llegar a Troya, tiene entra en conflicto con el rey Agamenón, quien le arrebato su
botín, la bella Briseida. Envuelto en una cólera terrible se exilia de las tropas aqueas y
decide no volver al combate. El rey Agamenón envía una comitiva para tratar de convencer
al héroe que vuelva a la batalla, los encargados de persuadir al Pélida, eran Fenix, Ayante
Telamoniada y Ulises. Aunque le ofrecen los regalos que Agamenón pretendía darle para
compensar su perdida del botín, no logran convencer a éste que vuelva a la empresa. Es
hasta la muerte de Patroclo, que este decide volver a la batalla para vengar la muerte de su
amigo en manos de Héctor.

Solo la muerte de Héctor era capaz de calmar la ira de Aquiles. Es así que una vez
terminada su tarea decide no entregar el cadáver del príncipe Troyano para que le honren
con la sepultura digna de un noble, lo ata a un carruaje y lo arrastra alrededor de las
murallas de Troya profanando el cadáver del Priámida Héctor.

No es sino hasta que el propio rey Troyano, Príamo, se acerca a la tienda de Aquiles
suplicando le devuelva a su hijo, que éste lo entrega para sus funerales.

Ahora bien, hasta aquí, solo tenemos una breve reseña de la vida de nuestro héroe.
Pero ¿era realmente Aquiles digno de ese nombramiento?, ¿peleaba solo por el honor y la
gloria, o anteponía sus pasiones ante todo? Analizaremos la figura de héroe de Aquiles,
según el Carmen 64 de Catulo, donde podemos apreciar una mirada muy diferente de este
héroe Homérico.

Es con las bodas de Thetis y Peleo que comienza el poema de Catulo, Carmen 64,
donde no solo se canta sobre este gran acontecimiento, sino también es donde se predice el
nacimiento y la heroica vida de Aquiles.

Este magnifico poeta recrea libremente la historia ya contada y da rienda suelta a su


expresividad e integra elementos originales que intentan mostrar otro lado de un héroe
desmedido.

Al final de la celebración nupcial es cuando aparece el canto de las Parcas1, quienes


profetizan el nacimiento de Aquiles, (v. 338) su gloria guerrera y la muerte heroica. Una de
las partes más extensas del canto es la que corresponde a este designio, las acciones del
héroe son el tema principal (v. 348).

Teniendo en cuenta el análisis que realiza Lía Galán (2003) sobre el poema de
Catulo se puede apreciar una critica hacia el modelo de héroe propuesta por Homero, en el
texto se lo compara con otros dos héroes, Teseo y con su padre Peleo. La virtus heroica de
Teseo los lleva a enfrentarse con criaturas primitivas e inhumanas y su heroísmo se destaca
por ser el gran matador de monstruos, por otra parte a Aquiles lo denominan el gran
matador de hombres en el campo de batalla, así se encuentra presente en los siguientes
versos: “Pues como un segador que, arrancando apretadas espigas, /bajo el sol ardiente
cosecha los rubios sembradíos,/los cuerpos de los troyanos abatirá con hierro
funesto./Corred, husos, corred guiando los hilos.” (V. 353-356)

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El canto de bodas está a cargo de las Parcas, tres ancianas diosas que tejen el destino de los hombres;
como las Moiras griegas una se ocupa del nacimiento, otra del matrimonio y la tercera de la muerte de los
hombres. Su canto finaliza con la mención de Aquiles, el hijo mortal de Thetis, que perecerá antes los muros
de Troya y a quien será sacrificada una doncella, Polixena, la más joven de las hijas del rey Príamo en una
suerte de boda fúnebre.
En este texto Aquiles representa el descarnado heroísmo bélico, es un ser que es
expers terroris (v.338) se encuentra realizado en la guerra por y para que existe, Catulo no
resalta en él, ningún rasgo de humanidad ya sea patriótica y familiar como la Teseo o
erótica y personal como la de su padre Peleo.

Con el sacrificio de Polixena2 queda sellada su heroica y corta trayectoria (v. 364) es
en este momento que se encuentra presente el elemento femenino, que se encuentra tan
ausente en la vida del héroe. La problemática más importante en este poema es la compleja
relación que existe entre el exceso de pasión y el exceso de heroísmo los cuales Catulo
considera altamente destructivos.

Ahora bien, si analizamos la figura de héroe de Aquiles desde el punto de vista de


otros autores también podemos distinguir similitudes con el análisis que realiza Lía Galán.
En la Tesina de licenciatura realizada por la profesora Deidamia Zamperetti (2018) , ella
sostiene que Aquiles es una persona extremadamente efusiva y esto lleva a no medir las
consecuencias de sus actos, siempre se encuentra al merced de las circunstancias, y cada en
acto que provoque su cólera prevalece el clímax de salvajismo, esto se puede apreciar en
los cantos XVII (vv.23-38) y XXII de Ilíada, la falta de consideración y compasión por su
comunidad y el orgullo y crueldad con la que trata a los demás miembros. Otro de los
héroes de la misma obra es quien critica el accionar de Aquiles, reprochando que no respeta
las relaciones de amistad (v. 630). José Alsina, autor de “Homeriká: Catarsis Homérica”,
considera que el héroe se ciega frente a su cólera (ceguera moral, así lo define) y es por eso
que actúa de manera cruel y salvaje, el dolor y la ira que siente en ese momento de cólera,
lo arrastran fuera de si, pero cuando este héroe se halla en sus plenas facultades, es un ser
dotado de cierta humanidad, es un ser apasionado y rebelde. Aunque estos autores realizan
su análisis de la figura de Aquiles sobre la obra Ilíada, es el reflejo de lo que Catulo quiso
demostrar en el Carmen 64, mostrar la “otra” cara del héroe, contar la historia desde una
mirada propia.

Continuando con el análisis, y teniendo en cuenta los conceptos expresados en el


texto de Jaeger, (1983), en cierta forma se encontraría justificada el accionar de Aquiles en

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Polixena, las más joven de las hijas de los reyes Troyanos, Príamo y Hécuba, Aquiles habría estado
enamorado de Polixena en vida, y la habría reclamado como recompensa después de su muerte.
las obras épicas, debido a que él no hacía otra cosa más que defender su arete. Para la
cultura Griega, la educación de los nobles era sumamente importante, era más que palidecía
(crianza de los niños) (Jaeger 1983), la educación debía ser de modo tal que se pudieran
demostrar todos los atributos de los hombres, ésta educación nace en la nobleza
caballeresca. Este concepto hace referencia a la excelencia humana, a la superioridad de
algunos hombres (ya que el hombre ordinario no poseía arete). Para demostrar su arete los
hombres debían asentar sus destrezas físicas, la fuerza, la dominación, la virtud guerrera, la
oralidad, la astucia. Los héroes debían tratarse con sumo respeto y honra, así como también
debían ser hospitalarios y solidarios con los extranjeros, ofreciendo todo lo que estaba a su
alcance para lograr que su estadía fuera lo más cómoda posible, a su partida eran
entregados preciados obsequios. A los amigos se los honraba con grandes banquetes y eran
siempre bienvenidos, tratados de manera muy educada brindando lo mejor de lo mejor.
Claro que esto no servía de nada si no era reconocida por los demás miembros de la
comunidad, ya que la opinión del resto de los mortales y de los dioses también contaba para
lograr mantener este status.

Existía una única manera de lograr la perfección absoluta, y esta era con la muerte
física de quien la poseía, de esta forma se perpetuaría su fama. Claro está que aquel que se
atreviera a desafiar uno de estos mandamientos de la nobleza caballeresca seria juzgado por
los Dioses por haberse atrevido a cometer hybris 3 (Lasso de la Vega) debiendo así pagar un
alto precio por su desmesura.

Comparando una vez más al héroe en cuestión, y esta vez teniendo en cuenta el
concepto de arete dado por Jaeger, se podría decir que Aquiles no es un héroe que respete
las condiciones de este contrato moral de educación caballeresca, ya que su accionar esta
guiado por su furia, por su pasión y olvida en ese momento que existen ciertas reglas que
por su condición debe cumplir, su condición de semidiós hace que en ocasiones se sitúe
más cerca de las divinidades que de los mortales, pero hasta los dioses se los puede
persuadir más rápidamente que a Aquiles envuelto en su cólera.

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El hybris era generalmente castigado por los dioses, pero en el caso de Aquiles no es castigada
directamente por los dioses sino todo lo contario, porque Zeus ayuda a cumplir su voluntad.
A modo de conclusión, podemos afirmar que Catulo, a través de su poema nos
permite saber cuál era su mirada crítica de los acontecimientos ocurridos, y analiza las
circunstancias desde su propio punto de vista otorgándole otro sentido, mostrando la misma
historia con otra voz, con otra interpretación, aunque de forma muy sutil, logro que otros
por medio de su obra pudieran también cuestionarse y repensar la historia tal y como la
habían contado. El mostrar los acontecimientos vividos desde otra perspectiva, nos
demuestra la genialidad del autor de lograr apartarse de una línea y darles voz a otros para
poder, de esa manera, dar a conocer una cara oculta de nuestro héroe. Ya que no solo resalta
su atributos sino también se anima a dar a conocer sus más oscuros deseos, así lo podemos
ver en el texto de Lía Galán donde realiza un análisis exhaustivo de la obra del autor y saca
a la luz sus interpretaciones que nos llevan a conocer la historia contada con otras voces, es
decir, nos enseña a abrir nuestra mente, pudiendo conocer realmente quien era Aquiles, con
sus defectos y virtudes, y poder bajarlo del pedestal donde el mismo Homero lo había
colocado y poder de cierta manera conocer más su lado “humano” y no de semidiós como
así le habían atribuido.

Es gracias a la obra de Catulo, el Carmen 64, y los textos críticos ya mencionados,


que pudimos concluir nuestro trabajo, donde consideramos que queda en evidencia una cara
no tan conocida de nuestro magnifico Aquiles.

I.S.F.D. N° 9

Profesorado en educación secundaria en Lengua y Literatura.

Materia: Literatura Griega y Latina.

Profesor: Rodrigo Fuentes.


Las dos caras de un héroe.

Alumna: Verónica Manchado.

Curso: 1° A

Lugar y fecha: Centenario, 15 de Octubre de 2018.

Bibliografía:

-Alsina, J. (S/F), Homeriká: Catarsis homérica, recuperado de:


www.https.//summa.upsa.es>hugh.raw?

-Galán, L., (2003), El Carmen 64 de Catulo. La Plata. Argentina. Ingitur.


-Gil, L. y otros (1984), Introducción a Homero, Barcelona: Labor, pp 239-309.

-Jeager, W., (1983). Nobleza y areté en Pandeia, México: F.C.E.

-Zamperetti M., Deidamia, S. (2018), Troya bifronte. Dicotomia y estética del relato de
guerra en las figuras de Héctor y Aquiles en Iliada. Universidad Nacional de La Plata.
Argentina.

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