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Zygmunt Bauman
revista de s a n t a n d e r
¿Múltiples culturas, una sola humanidad?
¿Múltiples culturas, una sola humanidad?
zygmunt bauman
El
«multiculturalismo» es
la respuesta más habitual
Este ensayo fue incluido en la compilación del autor que
entre las clases cultas y
originalmente fue titulada Community. Seeking Safety in an
creadoras de opinión a
Insecure World (Polity Press, 2001). La traducción española
la incertidumbre mun-
fue hecha por Jesús Alborés y publicada como capítulo 9 de
dial respecto a qué tipos de valores merecen
la obra Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil
ser estimados y cultivados y qué direcciones
(Madrid: Siglo XXI, 2003; p. 145-168). En esta obra, el autor
deben seguirse con firme determinación. Esa
advirtió que la palabra «comunidad», pese a transmitir una
respuesta se está convirtiendo rápidamente
buena sensación, por desgracia representa el tipo de mun-
en el canon de la «corrección política»; es
do al que no podemos acceder. La «comunidad realmente
más, se convierte en un axioma que ya no
existente» nos pide renunciar a nuestra libertad, obediencia,
es necesario explicitar, en el prolegómeno a
desconfianza respecto de los extraños y una renuncia a enten-
cualquier deliberación posterior, la piedra
derlos o hablar con ellos. El precio de «estar en comunidad»
angular de la doxa: no en un conocimiento
puede ser el de la renuncia a la autonomía. Por derivación,
en sí mismo, sino en la asunción tácita, no
la propuesta del «multiculturalismo» debe ser examinada
pensada, de todo pensamiento que lleva al
con sumo cuidado. Nacido en 1925 en Pozna (Polonia),
conocimiento.
emigró de su patria en 1968 por razones políticas y se con-
En pocas palabras, la invocación
virtió en uno de los grandes sociólogos de nuestro tiempo.
del «multiculturalismo», en boca de las clases
Es profesor emérito en la Universidad de Leeds (Inglaterra).
cultas, esa encarnación contemporánea de
los intelectuales modernos, significa: lo sien-
to, no podemos sacarte del lío en el que estás
metido. Sí, hay confusión sobre los valores,
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habilidades vitales que no habían necesitado miento del orden moderno requería gestores
jamás y que nunca habían tenido la oportu- y profesores. La era de la construcción del
nidad de aprender; establecer nuevos puntos estado-nación tenía que ser, y fue, una época’
de orientación, nuevos fines vitales, nuevas de vinculación directa entre los gobernantes y
lealtades y nuevos estándares de conformidad los gobernados.
en sustitución de los que solían proveer las Eso ya no ocurre; en todo caso,
comunidades en las que estaba inscrita la vida ocurre cada vez menos. Los nuestros son
humana de la cuna a la sepultura, pero que tiempos de desvinculación. El modelo pa-
ahora habían perecido, ya no eran accesibles nóptico de dominación que utilizaba la vigi-
o habían caído rápidamente en desuso. lancia y el control hora a hora y la corrección
La otra tarea era contribuir a la de la conducta de los dominados como su
empresa acometida por los legisladores: dise- estrategia principal está siendo rápidamente
ñar y construir nuevos entornos bien estruc desmantelado y deja paso a la autovigilancia
turados y cartografiados que hicieran posible y autocontrol por parte de los dominados,
y eficaz semejante navegación, y dar forma a algo que es tan eficaz para suscitar el tipo 31
una «masa» temporalmente amorfa; estable- de conducta «correcta» (funcional para el
cer el «orden social», o, más exactamente, una sistema) como el antiguo método de domi-
«sociedad ordenada». nación… sólo que considerablemente menos
Ambas tareas derivaban de la mis- costoso. En lugar de columnas en avance,
ma gran empresa de la revolución moderna: enjambres.
la construcción del estado y la nación: la A diferencia de las columnas en
sustitución de un mosaico de comunidades avance, los enjambres no requieren sargentos
locales por un sistema más estrechamente ni cabos; los enjambres encuentran su ca
integrado de estado-nación, de «sociedad mino infaliblemente sin los oficiales del es-
imaginada». Y ambas tareas requerían una tado mayor ni sus órdenes de marcha. Nadie
confrontación directa, cara a cara, de todos conduce a un enjambre hacia los prados flo-
sus agentes –económicos, políticos o espi- ridos, nadie tiene que reconvenir y sermonear
rituales– con los cuerpos y las almas de los a los remolones, ni fustigarlos para que vuel-
objetos de la gran transformación en marcha. van a la fila. Quien quiera mantener a un en-
Construir la industria moderna se reducía al jambre centrado en su objetivo debe atender
desafío de transplantar a los productores de
la rutina tradicional, ligada a la comunidad,
a otra rutina diseñada y administrada por los
propietarios de las fábricas y sus supervisores Tras el viaje de los intelectualistas hasta su actual
a sueldo. Construir el estado moderno consis- ecuanimidad hay una razón más importante que la
tía en sustituir las antiguas lealtades hacia la
parroquia, la comunidad del vecindario o el cobardía de las clases cultas. Las clases cultas no han
gremio artesano por nuevas lealtades de corte
hecho solas el viaje. Han viajado con una compañía
ciudadano hacia la totalidad abstracta y dis-
tante de la nación y de las leyes del país. Las muy numerosa: en compañía de los poderes econó
nuevas lealtades, a diferencia de las antiguas y
micos cada vez más extraterritoriales, en compañía
obsoletas, no podían confiar en mecanismos
de auto-reproducción espontáneos y que se de una sociedad que vincula a sus miembros cada
seguían sin más; tenían que ser cuidadosa-
vez más a su papel de consumidores en vez de al de
mente diseñadas y meticulosamente instala-
das en un proceso de educación organizada productores…
de las masas. La construcción y manteni-
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Se espera (y se confía en) que los demandan- la crisálida de la sociedad capitalista de pro-
tes de empleo «se movilicen» o contraten los ductores surgió, metafóricamente hablando,
servicios de un amable consultor de pequeñas la mariposa de la sociedad de consumidores.
empresas (Gordon Brown, el ministro de Esta metáfora sólo es parcialmente correc-
Economía británico, propuso que se dotara ta, sin embargo, puesto que la transición en
a todos los demandantes de empleo de telé- cuestión no fue ni mucho menos tan abrupta
fonos móviles gratuitos para garantizar su como el nacimiento de una mariposa. Requi-
continua disponibilidad); igual que ocurre rió mucho tiempo advertir que habían cam-
con las acciones y las monedas, se espera (y se biado demasiadas cosas en las condiciones de
confía en) que quienes aprenden «encuentren la vida humana y en los fines de la vida hu-
su propio nivel». En ningún caso se requiere mana para que el estado de cosas emergente
la anticuada vinculación, esa mezcla de rigu- no pudiera considerarse ya como una versión
rosa supervisión y vigilancia solícita. Lo que nueva y mejorada del antiguo; para que el
queda de gestión significa manipulación a juego de la vida adquiriera las suficientes nor-
través de la seducción oblicua, indirecta: ges- mas y apuestas como para merecer un nom-
tión a distancia. bre propio! Retrospectivamente, sin embargo,
La segunda desviación fecunda podemos situar el nacimiento de la sociedad
–la sustitución de la regulación y control de consumo y de la mentalidad de consumo
normativo por los poderes seductores del aproximadamente en el último cuarto del
exceso– está estrechamente relacionada con siglo pasado, cuando la teoría del trabajo de
la transformación de las estrategias de domi- Smith/Ricardo/Marx/Mill fue puesta en tela
nación y el surgimiento de la coordinación de juicio por la teoría de la utilidad marginal
sin integración. de Menger/Jevons/Walras: cuando se afirmó
Nunca se dictó oficialmente, y mu- a las claras que lo que da a las cosas su valor
cho menos llegó a los titulares, la sentencia no es el sudor requerido para producirlas
de muerte contra las normas, pero el destino (como diría Marx), o la autorrenuncia que
de la norma quedó sellado cuando a partir de se precisa para obtenerlas (como diría Georg
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rarse libertad individual en la sociedad tar- y el principal motivo por el que ofendían en
domoderna: la única forma de libertad que el modo sobrio, fríamente calculador de la
conocen los hombres y mujeres de nuestra racionalidad instrumental era, al fin y al cabo,
época. su «inutilidad»; pero en una vida de expe
rimentación, el exceso y el derroche son cual-
A medida que se acerca el final del siglo quier cosa menos inútiles. En realidad, son
XX hay una creciente preocupación por la las condiciones indispensables de la búsqueda
producción elaborada, aparentemente para racional de fines. ¿Cuándo se hace excesivo
servir al interés del consumo, y una prolife- el exceso? ¿Cuándo se hace derrochador el
ración del exceso, una proliferación de una derroche? Estas preguntas no tienen ninguna
heterogeneidad de elección y experiencia respuesta obvia y, con toda certeza, no hay
que prometen liberación, de construcción y forma alguna de responderlas de antemano.
persecución de sublimes objetos de deseo. La Uno puede lamentar los años derrochados
construcción de artefactos sublimes, objetos y los gastos excesivos de energía y de dine-
de deseo, personalidades, «estilos de vida», ro, pero uno no puede distinguir la medida 35
estilos de interacción, formas de actuar, excesiva de la adecuada ni el derroche de la
formas de construir la identidad, etc. se con- necesidad antes de que nos hayamos quema-
vierte en una opresiva rutina enmascarada do los dedos y haya llegado el momento de
como una elección continuamente amplia- arrepentirse.
da. La materia llena por completo la totali- Sugiero que la mejor forma de
dad del espacio. La elección es una ilusión interpretar la «ideología multiculturalista
desconcertante. del final de la ideología» es como glosa inte-
lectual de la condición humana tal como la
Ilusión o no, esas son las condiciones de configura el doble impacto del poder-me-
vida a las que hemos sido arrojados: eso es diante-la-desvinculación y la regulación-
lo único respecto a lo que no hay elección. mediante-el-exceso. El «multiculturalismo»
Si la secuencia de pasos no está predetermi- es una forma de ajustar el papel de las clases
nada por una norma (y no digamos por una cultas a esas nuevas realidades. Es un mani-
norma carente de ambigüedad), la experi- fiesto en pro de la reconciliación: nos rendi-
mentación continua es lo único que alienta la mos a las nuevas realidades, no las desafiamos
esperanza de encontrar alguna vez el objetivo, ni las combatimos; dejemos que las cosas (los
y semejante experimentación exige nume- sujetos humanos, sus elecciones y el destino
rosos caminos alternativos. George Bernard que determinan) «sigan su propio curso». Es
Shaw, gran ingenioso y gran aficionado a la también un producto del mimetismo de un
fotografía, afirmó humorísticamente en cier- mundo caracterizado por la desvinculación
ta ocasión que, igual que el bacalao necesita como la principal estrategia del poder y por
diseminar miríadas de huevos para que pue la sustitución de normas con un objeto por
dan sobrevivir hasta la madurez unos pocos la variedad y el exceso. Si no se cuestionan
descendientes, un fotógrafo necesita hacer las realidades y se supone que no permiten
una miríada de tomas para que unas pocas ninguna alternativa, uno sólo puede hacerlas
fotografías logren auténtica calidad. Ahora tolerables replicando su modelo en la propia
parece que todos seguimos la receta que em- forma de vida.
plea el bacalao para sobrevivir. El exceso se En la nueva Weltanschauung de
convierte en un precepto de la razón. El ex- los creadores y diseminadores de opinión, las
ceso ya no parece excesivo, como el derroche realidades en cuestión se visualizan conforme
tampoco parece derrochador. El significado al modelo del Dios tardomedieval construido
principal de «excesivo» y de «derrochador» por los franciscanos (en particular los fratri-
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