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ae aT cee ra ee ra discursiva elegida por Cristina Bajo para aludir y eludir a Se eee a eetesi ee eee dela poeta hitorcacontempordne, sn Tessin ee a ae rene eee an cal eee as a name oo npc eeee Co ae mat at a ad eee eee Na kp op. DONAIT CUECLAR bp Hoot nteinee LA UITERATURA DE CONSUMO: A PROPOSITO DE LAS BATALLAS SECRETAS DE BELGRANO Coeeanasel interés y la necesidad de construir Ia identidad na- cional de los pueblos americanos de acuerdo con las politi= «as de Estado y las historias oficiales, que caracterizan la mayor Parte de la novela hist6rica del siglo x1x, los novelistas de finales el xx reeseriben la historia a contracorriente de sus antecesores, interrogandoloso refutindolos especialmente en lo que concierne «los acontecimientos y protagonistas histérios a los que atribue yeron dimensiones legendarias 0 miticas. Asi, Gabriel Garcia Mat- {quez narra los padecimientos de la penosa vejez que vivid Simén Dolivar en sus tltimos dias, restituyéndolo a su dimensién humana (El general en su labernto, 1989); Andrés Rivera crea un Castel ‘onjetural que habla con distintas voees para pensar el problema ela independencia desde distintos puntos de vista (La revoluciin {1 sueho eterno, 1987); Toms Eloy Martinez incorpora en Santa Evita (1995) todas las voces de la sociedad, asi como fuentes do- cumentales eanénicas y marginales para sugerir que la realidad histGrica no es verdadera ni falsa, sino un complejo sistema de re- ‘sciones en el que participa toda la comunidad, de istintos modos desde diversos frentes, La novela historia de finales del siglo xx ola nueva novela his- ‘rica, segtin algunos eriticos historiadores de la literatura, ven- ‘iia a ser producto de uno de los instrumentos més valiosos, y no Por ello menos riesgosos, de la cultura de nuestro tiempo: Ia criti 2 Por ello, noes extraio que en estas novelas haya un ejerc 3, veces, hasta una gimnasia de la parodia y a iron, noe de desembocar en critica corosiva,reaccién natural en soce con una larga tradciontotalitarsta, como es el caso de las dades latinoamericanas. Que la nueva novela histrica sea dco instrumento de la critica en América Latina es. Basta con tener prescates el sometimiento de Latinoamérica Europa durante la conquista, los procesos independentstas, dictaduras, las guerrasevilesy, en el amanecer del nuevo si Jos ards y lentos procesos de democratizacion que ain no rminan. El ejercicio critic en la nueva novela hstérca se of en tomo a técnicas discursvas como la poifonia para articular dlidlogo con la otredad y encarnarlo en personajes ya no de ci siones legendarias 0 miticas, sino de dimensiones humanas, hhablan con voces que habian sido desotdas o acalladas por voces hegemnicas. Esta es una de las formas en que la nueva ‘ela histrica muestra el nuevo testo de la realidad latino ‘ana y replantea su historia, Si convenimos en que la iteratura en cuanto expres tica produce objetos euya recepcién provoca placer estéti induce a fa reflexién, no podemes eludr la exstencia de otra ‘atura que produce objetos de consumo cuva recep provoca placer efimero y aprovecha la pasividad de lector para trarle mensajes que responden a estereotipos previamente ‘minados. Vineulada a los medios de comunicaci6n, la lit

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