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Aproximaciones A Una Estetica Andina de PDF
Aproximaciones A Una Estetica Andina de PDF
Tr¡stan pl1n
Veróiíca Cersced.{)
TRBS R.EFT-,EXIONES
SOERE EL
PENSAN{IENT'O ANDINO
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érése Bouvsse-Cassagne / Olivia Harris
' Tristan Platt
Verónica Cereceda
TRBS REFLEXIONES
SOBRE EL
PENSAMIENTO ANDINO
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BibliEteca Hndina i
fi¡l!¡P,o
,e. $tütl"r
INDICE
1. Introducción. l1
a. Me¡áfora y Memorización. 1t
b- l-os Aymara en su mundo, l4
c. L¿s traducciones de la e\ angeli¿¡crón. 16
d. El concepto de Pacha. 18
4. Interroganfes fin¿les. 55
5'7
Biblioerafra.
II. ENTRE C1''AXflA YM¿TXSA. PARA UNA HISTORIA
DEL PENSAMIENTO POLITICO AYMARA. 61 3. El segundo fexto: un dibqio. 149
a. I a milad de un Halcon : ¡a pre.encia inka. r00 a. Wayruru como exp€sión de la belleza. 168
b. Mercado.porosino I dinero Lriburario : el pacro al mara b. La magia de las semillas. 170
con ta sobennia europea. 105 c. Dos prcblemas lingüísticos. t14
c. De la " Canancra comerciaIlusta' a la Racionajidad liberal 116 d, Wayruru como color. t15
3. Coriclus¡dn tzt ?. un último texto: las degrad¡ciones del color
€n algunos textiles ay¡naras. 186
Bibliografia. t22
a. Morfología de esta belleza. 186
b. La sinta\is de üna b€llez:r 194
Itr, APROX]MACIONES A UNA ESTETICA ANDINA: El pequeño universo de sentido expresado por las k'isas. r95
DELABELLEZA ALTINKU 133 1. La función aniculanfe. 195
Veróníca Cereceda. 2. Los nombres de las degradaciones. n2
3. El "modelo" natu¡al
1. Preguntas sin respuestas- 133
8. Intent¡ndo ¡lgunas conclusiones. 2l'7
2. El pr¡mer texto: un mito. 139
a. Los temas reiGrativos que acompañan a belleza . 217
a. La primem secuencia. 139 b. Desp€jdndo el concep¡o de belleza. 'a
b. La segun¿l¿ secuencia. t40 c. Precisando la idea de mediación. 218
c. La presencia de labelleza r4t d. Una posición taxonómica. 223
d. La estrucüra ¿lel rela¡o. 142
e. El papel de la belleza den¡ro de Ia esrtuctur¿. t44 Bibliograña. 221
L Los olros rcma\ del rucmuniverso, 147
III. APROXIMACIONES A UNA ESTETICA ANDINA:
DE LA BELLEZA AL TINKU
Verónica Ce¡eceda
Resülia tan natural pensarhoy que, cuando nos refe¡imos alas obras que nos
qJedan de I¿r gr;nde. cr plecolombina\. podemos hablar. sin pro-
'lizrciones
lilemas. de un ane andino. Aún cuando muchas veces no se esl¡blezca, enlfe el
obse¡vador actual y el objeto del pasado, ninguna relación especial, una siSniñ-
cdcidn aqreqad¿ -ademdc del u'oulilircno parece estarsiempre ali. prcsenle en
el obieto': e; ral rez. en e\e "al6o más que reconocemos. \in mayore\ dudas. la
presencia de una creación artística,.,
Y sin embargo, esos mismos objetos, esos mismos edificios, fuero¡ perci-
bidos con ojos muy distjnfos por los espafioles que llegaron a América, y estu-
vie¡on también muy lejos de conmover a Europa en los primeros siSlos que
.ieuieron a la conqui5ú. Los croni.lar dercnben con admjración cieñas tecnicas
Lltbrado de piedra\. conc¡rucciones de puentes y camrnos. finura del t¡lado. com-
pletidad de lo5 bordado" con lan¿5 o con plumas). Y re marat illan ante Ias nque-
2aique r an encont rando a ru paso, Pero enconllar unas lrnea. que te de-
"ddnde
lengán en el deldlle de la' formar mismas. por ejemplo. o en una determinada
corñbinacion de colore5. o en un espacjo arquitec¡ural. raduciendo. al mismo
tiempo, un sentimiento que pod namo! c¿lifrcü como cercano a una emocrcjn es-
tética?.
Muchos crcnistas son escritores delicados que desc¡iben con placer las flo_
res, tos pájaros, los paisajes e incluso las histonas de amor le8endarias que les
son contirdas. Pero el lenguaje pmpiamente plástlco de los objetos hechos por el
hombre, que ahoracaliñcamos como ane, recibemás bien expresiones de un Pro-
fundo desagrado:
133
.:i,¡
En tomo a esros temar. rd¿ts las pregun!¿s e:rtan aún por formularse, ¿Te-
''un íd¡rlo de piedr¿.-- úuy ¿boñinable..."
nía, poreiempló. el idioma a) mara de los tiempos de la Conqursta. Grminos e5pe-
cificos que podi¿n defrnrr. nitidamenle. un concepto de belleza? ¿O una idea de Io
nos dice el exti¡p¿dorde idola!ías Alonso García Cuadrado, describiendo la esta- bello se pri.enlaba srempre en conjunción con ótras ideds, olrÁ valore\. de los
tua o estela que encontrafa en las cercanías de Ilavel. Y su ¡Ecbazo parece surgir cuales nó es pos¡ble aislaila totalmente?.
urlo de la ambiSüedad sexual que presenla la imagen:
_o¡Lruosa\: la L-a de \aroo. qrc n¡ab4 Llama la atención la gran canudail ¿le términos aymaras, ¡€cogidos por
'con dos fi8ús J racimeno det 5!t. y ta Benonio en el siglo XVII, que parecen rclacionarse de ün modo u otro con un
olra con rosl¡o de mujer a ld espaldas, que miraba al Poniente... ' valor estétlco. Tenemos, prr ejemplo3:
como d€l detrlle de las ñguras que la decoran! unas "gruesas culebras" que le su- Muy li¡doj nuy bien (L , 19)
ben de los pies a la cabeza y otras ñguras "como de satos". 'Cancot¡, vel sumg Hemoso" (LII, 35)
''Kanchilla, klpchi calano bie¡ adeR{ado' (I.II, 45)
Hoy, en canbio, objetos que evocan, si no un estilo, al menos un modo de Bien ad€Eqado, Lüzido" (T.ll,46)
'Kap.hl, Kanchila
representación ce¡cano al de la estatua descubiena por García Cuadrado, son 'Collan¡ Ex@le¡tc, cosa rima (LII, 50)
capaces de.producimos una fuene aEacciónt por ejeniplo, el ñno y oscuro ídolo
''cchamlrl sun8, c¡ncota Hcmoso" (T.II, 77)
que se exhibe en el museo dePachacamac. Tailado en 1ó alrc de uimade¡ode lú- 'Huayruru Cosa ñuy hcrlmsa'(I. , 157)
cuma tiene -como el de\truido por el e\tirpador hace ma5 de 350 año\. do5 figu- Cosa de grdde aüniracióú, o arsombrc"
ms unidas por la espalda. Hay algo de s<ibrecogedor en e\te peBonaje. y e"\la (f. ü, zz7)
rñpresron resrde, tal r ez tanlo en esa falta de límire\ enlrF lo mascrlmo r lo feme- ' Phalata haqu€, C¿mcota
nino. como en el complejo laruaje que lo recubre rserpienres. felinos.-planus y Hefmo$, bied hecho" G.lI, 55)
.1. Ccachura haqu€
olros slgnos)r pero aiora. es jusL¿mente su ¡mbrAUedad la que no\ \educe. dejan- Cosa o perso¡a he¡msa CLII, 327)
donos como en un estado de éncantamiento.. (I.lI,
''Sumirl lel Sun¡ Cosa o peÁoúa homosa" 327)
"Ttilu Cualquier cosa heha con gla Prjnol
. son los mismos. ran sólo que ,iglo\ de procesos ) de reflerrones (I.n, 356)
^Losobjetos
de Occidente nos permiren enfrenr¿rlo\ cón un; nue!a in¡rmidaA. Com;enzan a
perder su hermerismo: Ios sabemos productos de unc historia, de oúar altemali- "Thüpat¡, Lluncuts h¡que Honbie bien h@ho, hertDso, lroporcic
nado, & c (l.ll,368)
vas de aprehender y e\presar Ia realidad. y las profusas imágenej que los decomn
se presenEn mas bten como s¡stema. de signor que es posible de(odtficar.
Y a panir del castellano:
Se trata. sin emb¿rgo. de nuesro cambio: seguimo\ esúndo tan lejos como
antes cle conocer la emoción que ellos pudieron su\cr1ár en los ane\anós que los
Suma, Cmcota, Cachuls, Sd¿t¡,
constmyeron, o en las poblacione5 a laq cuales eso\ objelo\ erlab¿n de\nirados.
Husyruru, Killl Kluii¡, Phal¡t¡,
Mulla Mül¡s, Thupala' Lluncute, Lü-
¿Con qué ojo\ miraban los aymaraj de¡ \iglo X\ II a eie ¡dolo escondido en los plri, C¡nquerl, Suñl¡1, Ccharúlrl,
ceros cercanos a Ilare:;Era t¿n sdlo un objeto sagrado o rambién un obielo be_
l¡o l ¿L)qocraba el prnsamienlo andino la belleza de la iacralidad?2. Nsyr¡ Ccharmaqül sáPPa' hlsqul, &
c..," (TJ,263)
- "Ccharmiri". por ejemplo. {que aparec€ como rinonimo de sunra } c¡m- d) I as errpre.rones que más nos inter\an. sjn embarSo. porque.se acercan al te-
cota ). Ccharmiri ahanoni ¡s ''tlermo.o iajano lDsrro) y l_arnbien ma qué vamos a ábordar, qon aquellas expresione\ que 'uBieren que. detrás
(nayr¡=ojo). Pero Ccharmttatha (en Bertonio) es de lo bello, se esconde algún dpo de peliSro:
Ccharmiri
_pestañear'. nayrani
ccharmjatha, guiñai'... Por lo t¡nlo Charmiri es quien rea-
l¡za -segummente de contínuo- esa acción de cerar y abrir los ojos. 5ugi- Tlillu. por eiemDlo, es cualquier co\a hech¿ con primor. pero lliltutha. en
riendo a\í un¿ belleza que no descansa en loj ojos mi!mos. sino en el movi- ¡a¡o veibo, és'duiurlo ajenócon falsa5 mzones ) menDra\". "tomarcon en'
mienro ágil de los párpádos... ¿Encanro. picardia o delicadeza. en e\a con5- gaño . ¿tJn Excdsivo encánto o alracción pueden ser aprovechado\ para co-
tante intenupción de la mir¿da? metef abusos l ,
- Killi killija es también "hermoso". Pero killli killies además "un paxarc, Tambien kaoch¡ sueiere la idea de un exceso de!rá\ de lo g¿iano bien l
'aplicadó como ¿djerivo a un di\curso. se conviene en fanfa-
poco menos que el halcoo muy hermoso". Y l¡lli lilli
nasani es la nariz aderezad o":
ronear'', en iartaae con menliras . Demaciada belleza parece. pues. conte-
aSuileña... ¿Le pre\hba e¡ ave su elegancia a eie delerminado npo de nari¿ o
era, por el contrario, la bella curvatura de la nariz 1o que embelle¡ía al ave? ner implrc¡ramente un rietgo, un pehgro. y esra idea parecería mani[ettarse
con ¡oda su fuer¿a en la e)\pre.idn mulla mulla (que hemos cirado h¿cia el fi_
c) Algunos lérminos de belleza parecen relacionar\e con !eóos que implican nal del inlenrano). Mulla:en ringular. es asombro espanlo. miedo ¿Cómo
crertas operacrones eléctuadas sobre un objeto, sería esa experiencia de la belleza que podía se¡ designada como mulla
mulla, poniendo al miedo y al espafio en superlativo?
- Thupala lluncula haque es un hombrc "bien hecho. herno:o p,oprer-
cionado" (haque-hombre). Perc Thupatha. como !eóo, rraduce la ideá de En el a\ñara de hov. cuando algo toca el alma como 'iendo mu) bello.
''limar._ acepillar". 'pulid'. y lluncltha reprre e5os mismos signlñcado\. provoca-ndo admiración 1 levanlanao el de\eo de lenerlo. se e\clama:
agRgando Ia idea de bruñjr". Parecen ¿st cómpleur lo sugerido por el Ér-
mino sulata, citado también en la lista a pafti¡ ae "hermosó", en ¿astellano: "Aay! Jiw¡kl jlFakhr!"
sülalha e\. enlucii'. allaral. sulapampa. un llano \¡n cerrillo5". ¿puli-
do y bru'ñjdo son una simple me!¿ifora para evocar la rersum de una piel: ¿O que Dodríamos traducir como "iAyl ;MuenE. muene no másl ' l]-a raiz jiwa
se tmlade una relactón máscompleja donde la belle¿a de una personaescom- ón¡ene la ¡dea de mueflel iiwaña e5 morir) ¿Con qué suril llnea une el
parada al trabajo bien rerminado. al rrabajo perfecro? Bruñii y pulir son las penlamien¡o aymar¿ la belleza y la muene. aunque la exprcslÓn \ea a veces
úhimas fases del tmbajo de ta cerámica. an"red que la pieza enrÉ il homo para prcnungada con ciefto humor?4,
su cocción (\ir pulir, la pieza izualmenre ürill: énluci¡el suelo v las mu-
rallas es el úllinio toque dado 'eía
a la caia campesina. que podna ser úribién ha- 4) E¡ €l castella¡o ¡ati¡o¡mencano es Posible exclamd il-a nu¿nel arre algo exlr¡ú¿ildi¡
birada cor las parede¡ rugosas... menle alraclivo, au¡qre no n@si2ft¡te e L'¡re de algo bcllo
't36 137
Estamos lejos de proponemos, sin embargo, un estudio de "una idea de belle- de cohesión, ¿le armonía, al inteúor de esas drásricas distinciones que él mismo
za aymara a panir de estas palabras (muchas de las cuale\ han dejado de us¿r5e se da 1¿ dura ta¡ea de establecer
como rérminos de belleza) ¿Cuándo se enunciaría una. cudndo la otra?;,A que
eúociones pudieron asociame? Y, sobre todo, ¿qué apariencias o qué ex¡erién- 2. EL PRIMER TEXTO: tN MITO
cias merecra¡ esos epiteros de kanchilla. l'¡t'u. etc? El léxico deja enlrcier que
nos encontrarnos no sólo ante 'un2" idea de belleza. 5ino fren¡e a una pluraldad Es un largo relaro dividido en dos pafles, que Rcogiera fray Malin de Mu-
de conceptos (un campo súmántico de límites imprecisos) y, más aún, frente a rua, probablemenre a mmienzos del siglo XVll. y que intent¿remos resumir¡.
procesos: según el grado de intensidad de la belleza, sus valores se tr¿nsforman,
va¡ desde el encanto tranquilo del anchaki al pavo¡ sagrado de 10 mulla mulla. a) La prirnera secuencia
Y a Io largo de e\te léxico una primera pregunra no\ asaju: . disociaba el perl5a-
mienb a)mam un conocimienlo directo. ¿ pr¡ori, de lo bello, de un conoci- Trata de unas extrañas seÁales qüe apareciercnen el cielo, en el mary en la
miento r€flexivo ligado a la ¡azón? dena. duranle el Bobremo del lnka Tupaj Yup¿nki. A mi7 de eías senales. son
consultados los wak'a tdiosec locales), quiene' pÉd¡ce0 la Ilegada de ex-
Recordeños, de paso, lo que el sentido común considera como "belleza,,, en lranieros que colonizariín y destruirán el reino. Abrumado por este trlste ptesagio,
occidenter "Propiedad de las cosas que r¡os hace ama¡Ias..." nos dice el diccio- el lñka cáe gravemente eifermo. Pam intentar una mejona. es llevado a un silio
na¡io de la Real Academia; "Que hace ¡acer un sentimiento de admimción o de de clima reiaiado en las afuerasdel Cu¿co All' se realizan numerosos rilos y
¡atisfacción (opuesto a mediocre) ... y "aquello que hace expenmenrar una emo- sacrificios tñr \u salud,consultándoie una vez má\ Ios ordculo5 para saber sl el
ción estética (senrimiento de admiración. Dlacer desinre¡esado - . )" - el Perit
- lnka Dodrá 5aiir adelante de esta enfermedad [¡s wak'a responden esu vez que
'epún
Roben5. ¿Que propiedades hacian y haceri amar las cosas en los ÁndeJ?,;Qué si. oué 'no morira . Y desde entonc€s -sen¿la el nuto- el lugar ñre llamado Mana
fe-
nóúerbs, qué apanencia. qué s€rcs u objero5. se alínean en esre polo de Io no Úa¡iunqa ten quechua no morirá). Aquí se ¡ntenumpe el relato y el cronisu
mediocre . de la adm¡r¿ción y del "placer desrnteesado ? empieza otra hr\'roria ligada ¿ e5u. que es la que nos in¡eresa más úrecaamenre.
Y, sin embargo, esta primera \ecuencia es rmpoÍanle: nos perrnite saber que to-
. Las páginas qle siguen tntentan una aproxtmacidn a e\tos problemas. mo- das las acciories que suceden en la 5egunda Parte se ubican en:
Oesta y margrn¿1, 5elecclonando seis te\to\ en que "algo" o "alguien escalifi-
cado. explícit¿ u implic,tamente, como bello -se rata. n-aruratme-nte, de una calr-
ficación de carácter social. no individual-. nos pregunramos por el pirpel que de- lt un lupar de clitria lemplado en las afueras del Cuz(!. hacia donde
sempeña una idea de belleza al interior de estos texro.. ; Qué nlac io nes e:iablece bdo5;e desDlazan siguiendo al lnka enfermo. Sl recordamos que el Cuzco.
a los diferentes nireles deldtscurso? ¿Por qué \e hace n_ecesario habldr de ella.' la caoital. erb perc¡biAo como siendo el centlD de¡ mundo, es€ lugar "en lar
afueüs puedé ser vi'to como una perjferia. {Más adelanle leremos c{imo.
.La belleza 5e compona como el e\remo de la hebra. en una madeja en de. ertranam;nte, una situaclón periférica o mar81nal. acompaña a menudo a la
sorden: al perseguirla. nos va enredando en uno y ono rema, hasla deiámo\. de presencia de la belleza).
pronto. en un puntoetunarañado donde el Densamrento andino intenta. desesrpra-
d¿menle. con\truir las drsiinciones fundamenules de un univeAo semánDco: 2l I en un momenlo de tránsito. El Inka agoniza y los rilos intentan a¡raer
i¡na aruda sob¡enatuml pam salvarlo. Se trata de un insunte de suspenso en-
tre la-vida y la muefe,¡ue \e Rsoltera con el paso de Ia enfermedad ¿ la
salud.
El relato termina diciendo que desde entonces el sitio fue llamado Mana
Wañunqa, es de4ir. se planFa a sí miqmo como 5iendo el ongen de üna ropom--
_ El Ú¿bajo se cenúa en una homologación -que aparecf, como una co0stante mia, del nombre de un lugar que seBummenle rcdoq conocian tl
rruto crca a5l.
en los seis textos, entre la belleza y la
gráu ,ensuilid;d. por u¡a parre. un¿ idea sabiamente. su DroDia ¡lusión d¡ realidadl ¡odo parece haber sucedido lal como se
de mediación (contenida en co
nñlms. rransiros, eniaces, erc.). ór olra. El ' lo cuenu. La ségúnda pane se desanollará entonces bajo este efecto: como si
pensañrenlo pífece asf util¡zar Io bello y lo qen5ible para establec€r ún pnncrpio fuese, sin que quepan dudas, un hecho verdadero.
5) D|{¡or¡rlo d€ l¡ t6eu¡ Elpanoh 1956: r7, y petl! Robdt, ¡t5t?1. 6) Mml¡. ü, l0-r4
l3a 139
b) La s€gund¡ secuencia
,
Pero junro con decir e.ta fra\e y su deci\idn de i^e p€rdido. ve aparecer una
ar¿ñir. que lo\ indios llaman kusi kusi. y Ia rienen por buen agrjero. y.
Podría aparecer, a simple vista, mucho más intrascendente que la anterior.
Si¡ embargo, Murúa asegu¡a que se la hizo leer "con gran dificultad" de los ''Est¡ndola considcrddo bio be¡i¡, por e¡l¡e t6 olmsN noEs y berdes yc¡ba que
khipu a¡tiguos (cuerdas con ludos, que servían para a¡otar), en donde est¿ba re- sercava cl hemso nana¡¡¡I, dos culebras...,'
gistrada. ¿Par¿ qué necesitaba la memoria colectiva reco¡dar una historia tán sim-
ple como esta segunda parte?
el machoqueriendo monlara la hembra.que huye ) nosedeja. Vaenronces eta5-
ruro ani¡lalen busca de una llory rocanáo coáelja a la hembra te esruvo que-
Preocupado por la salud de su hermano, el príncipe Tupac Amaru lo acom- da . \ iendo el pnncipe esle sucéro tan exrmño ¡ admirable". Ileno de gozo y
Daña, como muchos o¡ros noble¡. a ese lusar temDlado oue se llamtrá de\Duéq contento" coge "la hermosa y blanca flor", regresando donde su amada,
Mana Wanunqa. Y durane su esÉdra fuem¡el Cuzlo te ejerciu.
jüe8c, en
''¡Jego qf { bo ún el¡. Ia Loca lor a dtrha flor J I¿ hcmo\¿ ñust¡ sDüo at
"e¡ alguros especial ei del st¡pt¡ ques corno a las r¿blas Reales. Y esro punio sus efec!os... queda¡do como a¡rebal¡da y fuerá de ,
¡o rEms qE @¡ los orejones tíos suyos, y obDs setores gi¡cipaies...
t...
Y de este modo Tupaj Amaru alcanzó "los lanses por donde amor queúa".
lNaruralmente. llama la alención que no 5olo Tup¿j Amaru -tan preocup¿do
por la salud de su hermano- sino rambién lodos esot princip'ales. sé de- La narración se vuelve bruscamente rascendente al terminardiciendo que, de
diquen a jugar diver$s juegos miennas agoniz¿ su'áñores
lnka fupa¡ Yupanki. El estos hechos:
felalo suger asi que los Juego\ -tai como ¡os nroq ) sacnñcios que se practican
$mu¡ta¡eamente- panicipan, dealgüna manera, eñe5eenfrentamienloenreenfer-
medad v sálud
- Tomó nombre el príncipe Tupac Amanr, poramora lasdos culebras (en que-
chua, amaru:serpiente)
e pesat Ae .u ¡uuentuC. el pnncipe Tupac Amaru se encuentra lrble de penas - Y umbien lomo nombre el mananrial que 5e llamo Qollqe Mach ajsa) (en
y accidentes amorosos, Pero. un día, se ¿cercan a conLemplar uno de ectos júegos
que_chua. qollqe plata. mach'qiway=cltebra) por un ürnpto qué miiae
un¿srñusta (muchachas de la noblea). donsell¿s de su cuñada. laCoJa"ilañi.
edrficar en ere lugar el prfncrpe. con dor cu'ebms de plaral y qire llamó ram-
na). El pnncipe alza los ojos para mirar a lar ñustas ) de improvió se sienre 'e
bién Konroj. por Ia flor, en memoria de lo sucedido.'
"herido de los amores de una dé ellas" -noemos que de'la má, liermosa - Ilama-
da Kusichimpu. (¿Po¡ qué el amor y la belleza imimpen en medio de unjuego?).
- Y que desde entonces Ios Inkas las pintan en sus arnas.
"husup¡ hüsupsce hü¡upac¡l¡lDpl husuc huuttmp¡s yrn¿n h6ün, b) la "he¡mosa y blanca flol'
que com dezi e¡ úuq6o bul8¿r, el perdido que es pe¡dido que de perdido s pie¡de,
qu. s€ pierda que se lierd¿..." c) el "hermoso ma¡antial" de "olorosas flores y berdes yerbas".
lEs esle el único tro¿o que Munja conserva en quechua. al lranscribir el Son, naoralmente, las palabras de Munia las que definen esta belleza y no
rru!o).
podemos saber en qué términos t¡¿ducía el narmdoi quechua su historia anotada
140
141
en las cue¡das. En este caso, sin embargo, estos úes elementos seleccionados cias forman un todo: no s¡jlo suceden en un mismo lugar si¡o también sus dem-
porel mito (el manantial,la flory la ñusta) parecen poseer una cr¡alidad estética pos se sr¡perponen.
que les es propia.
Podemos considerarque la primera historia constituye la sinlación de fondo
El
mananl¡al. por ejemplo. Un sunidero con esle mr5mo nombrt. Oántoi sobre la cuai se desarolla la historia de amor. El Ink¡ esrí enfemo y, por lo
PaJcha {Qanloj. la llor: pajcha. ca'cadaj e. citado varias leces a lo larp;de l; tanto, toda la sociedad está enferma. Los "nobles", incluído Tupaj Ama¡u, se de_
crónica de Waman Puma, como siendo uno de los placeres, de los "rcga'íos" del dican a pracrrcardi!eAas ceremonra\ yjuegos pam intentarel Rstablecimienlo de
Inka y de la Koya: es po\ible \uponer entonces qJe \e ú¿iaba de una"uenienü Tupaj \ upanKi. Se vive un momenlo de suspenso. que podn'amos esquemati¿ar:
especralme¡re bella y lamof. y que el oyenle del mtto conocia su ext\rencia,.
La blanca flor. Munia es aqui ambiAuo. por una Dane dice oue el m¿nan_
riai.se llamó umbien Kanroj. por la tlor. :Se rataba d¿ ¡a canlutát8 pero, maq
acfelante. Mu¡ua se excu\a de uná maner,r poco conüncente. Dor no enr€oamoq Pero es justamente duranfe uno de esos juegos que Tupaj Aman es s€ducido
el nombre de la flor: se tuviera la impresion de que lo ienor¿ Sea Ia oue"frere por Kuv Chinpu. Abandona. enlonce\. esre programa coleclito e incia una
por ser tlor. 5e sinia del lado de los objelos belios. dor-ada además de) re,plan_ áccrón penonal, aDarenremenre independiTadá det lrabajo rirual de los olros
dorque le entrega¡ sus 'a propiedades mágicas. noble': conseguir el amor de su ñusla, Sus penunas aparecen como un
paréntesis en el conflicto que afecta al país:
-
I¿
ñusla. No solo e\ a los ojos del héroe del cuenlo ¡a más hermo\at el mi_
úo habla cliÉcramenre de su belle¿a al llamarla Kusi Chjnpu (en ouechu¿.
kusi- alegna. conten!o: ch¡npu-aureoloa. halo. s€n¿l).
(problend de TuF.j Anrr1¡)
, Podemos
relalo.
reconocer. asi. ¡rna pltsencia de la bejlez¡ a un nivel superficial del
a¡ njlel de su figurarividad (de la5 y
cosas seres del mundo oüe i.tenri_
flcamos sin problemas). Pero una belleza de oúo eirilo parrce rambien reñir roda
Y mientms el príncipe desespera, ocune la breve escena de las dos culebr¿s:
esta \ecuencia: algo como una emocicin sensonal, no e"ptrcir¿ en ta,
oalitm.. oe_
ro que e\ posible_e!ocat los co¡ores y pertume,lunro i¡ ¡¡ananoal]el ,uiáo
iil
agua que bmta. el destello blanco de la flor contra el verde del follaje, la teñura
delospechosdelañusta...Munjalaexpresacongransensrbilidad¡.reemos.sin prcbleEa! de Tupaj Afnm
emDargo, que no hace otra co\a que tr¿ductr ¿¡lgo inlerenre a¡ mtto: la
emocion
sensonal parece juga_r un papel en su esrucrura profunda, (esda de la dos clLebras)
süfriEie¡to de Tupaj Atna$ La oadcioación de la belleza paRce inlen5ificarse a medida que se reduce el
.rr"nr"l se resuelveelcon-
-tiiiiL u Á.ái¿^oue no\ acercamos al modelo menor.donde
t----'*-r'-t-l
no sólo podemos leer una ciefta poesla de la e5lructura, una reiteración nrÍnica,
Éi p¡t"i,
"ür"
á * rli¡ i.tpi"¡"
;nsjnua una leve exaiEción
que, comparado con el
de
pun¡o de
los senüdos:
paÍida' el
todos se diri-
fío y seco cli-
la ve'
"""
ñradetCuzco. el orente ándino podna asociarcon un aumenlo del blenestar'
sino tarnbién la expresjón de una ideología: geración. de ios pd¡atos. de los colores. Pero es un ambiente qüe permatece
144 145
vago y no interviene directamente en Ia acción. La belleTa del p¿isaie se orecisa. do lo "real" , por decirlo así;
en cainbio, hacia la mitad del seBundo relato. cuando Tupaj A;ranj, decidiendo
ine perdido. llega junto al mananrial: en los Andes una veitien¡e ei siemore un - ot¡o, entre este mundo, a donde la flor pertenece, y un mundo sobrenatural,
oasis de rerdor y ¡umedad. y en esE sitlo remplado podemos suponer¡a rddeada de donde obtiene sus poderes.
de plantas, de perfumes, y con el encan¡o del murmulio del agua q:ue corre.
Una última emoción acompaÁa, posiblemente, este momento de resolución
Jusro en ese instante aparcce la ardria. kusi kusi -una 5eñal de buena,uene_ del conflictor es el estado de admi¡ación, asombro, extraieza, Sozo, co¡ que Tu-
que anticipa la escena de magia que ocurirá momentos de.pués, No¡emos oue la paj Amatu contempla la escena de las culebras. ¿Un ectado jubjelivo que \e
ara-ña h¿ce las vecesde un punto de enlace enre el relato deTupaj Amrru y re_ il ácárca. tal vez. a lo exprcsado por los Grminos múlla mulla o wara wara. que
lato de las culehras: citamos en el léxico inicial?.
Hisrcria de Tupaj La belleza participa así, directamente, en la t¡ansformación que ocurre enel
relatoy,al mismo riempo, relaciona la'diferenres panesde la esrrucrura Enesle
le)\lo. el pens¿mienro combina de tal modo la idea de un Irán\ito con un lema de
dana belleza, que casi obliga a p¡eglntaEe: ¿esque el m¡o esrí utilizando labelleza pa-
--.'.\ ra otros ñnes que no son el¡a úisma? Si es así ¿de qué manera la belleza r€suka
-'\ uDa herr¿mienta eficaz?
146
Todo sugiere que el mito funcionaba como un ¡ito. Que al conta¡se las his-
J. EL SEGUNDO TEXTO: UN DIBUJO
torias de la enfermedad de Tupaj Yupan}i, de los amores de su hermano, de la es-
cena máEica de las culebras (rodos. posiblemente. r iejos motivos que se reor.
denaban. camb¡ando de Inka y de circun\mncras). se inrenmba. ul vez, provocar
una 0asformación en un conflicto Ral. üvido en un preqe e. Pero sdlo los
cAt4ci}l4rsiuvcfcA
wak'a puden operar esla ¡ransformación: a el¡os se dirigen lodos los ritos y ce.
r€monias que se rcalizan por ¡a salud del Inka... . Son entonces los dio5es sen-
sibles a la emocid¡ y a la belleza. a las hisrorias dé amor, human¿a y animales?
¿Es quizas la beileza y la \ensrbilidad el lenguaje preciso para drngir;e a ellos, el
que ellos cor¡prenden,los atrae y los seduce?.
AviE0tL0utl
¿Cuándo se relataba este mito? ¿En qué circunstancias? ¿Cuándo \e iba a Ia
fucnle , a su palacio? ¿Qué ritos se tracli¡aban alli? ¿O toda;sta reunion de ele-
mentos no es más que una siÍ¡ple fantasía del mito (o de Munia)? Uno o varios
manantiales con este no¡¡bre existieron, sin embargo. Waman puma ¡os cita co-
mo los regalor'' preferidos del lnka ) de la Koy¿. Y era lal la imponancia oue t.-___-
tetuan. que los incluye en el plano de la c¡udad del Cuzco y. más aun, los drbla
en su págin¿ 3l6 (facsrmilar).
-:
r,;J¡q"-^
o *",)n
W tttZ=t
{'pG:.-
reo,!J-l t^qgÁ
t4t ws¡ná¡ Puna (1615' 1980: 316) 1¡t9
En lo allo de un cerro lque lleva varios nombres), dosjórenes rocan \u. p¡n- sol no estií allí tan sólo por compmmiso... (disimulando, tal vez así, el verdadero
k¡lloÉ. Sumergidas en el aBua del nb Waranay (en quechua, malu. nb), dos mu- caiác¡er eótrco y mágico de la situación ¡epresentada).
iercs desnudas ca¡lan, Y en elespacio que separ¡ a los hombres de las muleres.
inesperadamente. Qollqe Vach'ajway y Qa¡loj Unu qen quechua, unu=água;, b) Hacia €l contenido: las figuras
bs manandales de Tupaj Ariarul ¿Qué h¿cen alli. en medio de e.ra escena. apa-
fe ement4 cle amor y cle múslca l Estos cuatro espacios que hemos distinSlido a partir unicamenle, de sus cua_
lidades visuales, sugieren también cuatro unidades a nivel del contenido. Ladere_
¡) Un lengüqje plástico cha no es sólo el ceno, sino también lo alto,lo masculino, y diíamos,lo coti_
dia¡o. Dos hombres tocan sus pinkillos (flauias), y las Savillas que descanzan
Hay que recordarque el dibujo sigue la convencidn de la época. siruando al a sus esp¿üdas, les confiercn todo su carácfer de realialad
espectadorcomo siesruviese denrro del cuadm y no enfrentado a é1. De este mo-
do izquierda y derecha se inviefen en Élación a nuest¡a leclura actual de una Loc peaonates de Ia izquierda, abajo. son en ca m bio. ev iden¡emente nútims.
imagen. La\ pa\iil¿s detiá. de Io\ hómbres indican que la cosecha ya ha sido recogida,
ral !éz ma) o, o iunio... Pero las mujeres eslán tratquilamente sumergidas en el
S¡ observamos la lámina con alención. podremos verque ,como si fuese un ío, sin apárentar frío, en esas latin¡des del Cuzco y en pleno inviemo ! Se posan
pin[or experimentado- Waman Puma nos pdrmite dis¡inguir cuaüo espacios dis- en el agrra y no hacen ningún esfuerzo para flotar, como si no fuviesen pesantez.
ti¡tos en su dibujo: a la derecha. el cerro: a la izquierda, el nb;al c€ntro, rre\ fuen- Y se quedan ahí, desnudas, sin molesrarse por la presenc¡a de los muchachos que
¡es (pqich¡: chono de agua o fuente, en quethua); ariba, el cielo. Noternos las miran; mas aún, :e comunican con ellos y les responden cantando El canto
que. desile un punro de üsta g¡ífico, cada uno de estos espacios ha sido narado esrá suF,erido no sdlo en la oicuridad de una de las bocas. sino umbién por la
con forñas y contomos propios. que Io califican y diferen¿ian, suqtriendo, lam- palabra wanJ<a -"canción de la mo7as"- que va incluida en el orulo.
bién. que un !entido d¡srinro ha srdo encodado tra\ cada uno de esal maneras del
dibujo.
Las tres fuentes creanunespacio intermedio, un puente, entre los personajes
A la derecha vemos. por ejemplo. que formas cerradas. venicales, con li- normales en 10 alto del cerm y los sobrenaturales sumergidos en el ¡ío.
neas c¿¡sj rEct¿rs que se coflan en ánBulos lambién reclos. deñnen el espacio del
ce¡to.
En cuanlo al cielo, \u conlenido de "dla pleno . manilest¿do en la presencia
A 1¿ izquierda, en cambio, líneas ambiguas, tan pronto muy ceradas, tan del so¡ v en 5u pocicidn, no deia de producir extrañeza. Porque la escena recuerda
pronto ri.ulc¡
muy_ abienas. pero siempre curvr.. y ri,n ¡u nl:... ,l.r 'm,rr .
L re. ra- la' creéncias a¡ruales andinas en fuerzas dadoras de la mú'ica, que habitan, Ee-
yadas: dan la impresión de confundir, en Ln solo rooo, el .ubel,o de ljs mu.¡eres y neralmente, al interior del agua. Llamadas a veces "sircnas", otms " sereno", o asi-
el agua del ío. miladas simplemenle al supay (deidad de las profundidades. semi-demoniaca).
se Ia\ invoca mn musjca y ntos especiales: dejando luePo los insuume os Junto
tn¡re la serenidad y firmeza del cerro, y io tormenroso de las aauas del wa- a¡ apua, es posible lograr que estas fuerzas los templen. enúe8ándoles melodias
t¿nay, las lineas condnuas, dulcemente curvadas. de Ias r¡e\ fue¡rei wimv p¡i. exlñordinarias, Pero esto ocurre, normalmenle, a la media noche, con gran ries-
cha, Qanroy Unu. Qollqe vachajway. Topológicamenr, las fuentes ocuoin uria qo de perder la ra¿ón, la conscienc¡a. ¿,Algunas variantes de esle rilo 5e daban a
Frosición cenral. Perocon'rJruyen. rambién. una mediacion gráñca. Suscurvas re- ;leno ¡ia, en el sielo Xvl: O, waman Puma. preocupado siempre por aparentar
cuerdan. en su srmplicidad, a las Iíneas del cerm; vemos oue las onda\ -a Desar üna posición evanpaeli¿adora y momlista. ¿,no se alÉüó r recrear toda la magia
de ser agua como lo es el nb- forman, más bien,,uDerfi¡ies ca.i jinrniasjase- de eia siruacicin y"poner una lüna en vez de_l sol? Bien pudiera ser, también, que
n¡ejándose en eqte rasgo, a los rectángulos de la derecha; con todo. son'curvas. v el medio día, considerado a veces como una "mala hora" _tanta luz enceguese y
¿le esta manem se unen. tanrbién, pláqrjcamenre. a lrs líneas cresoas de la izcuiii- hace Derder el contomo de las cosas- a¡ igual que la media noche, fuese igual-
ala. Las fuentes parecen a\i mediai -espacial y grdñcarnente- enire lo que súcede menle un momenlo propicio para ese tlpo de encuentros.
en el cerro y lo que sucede en el río,
Po¡ últiúo, un cielo que se mantiene ajeno a esta escena: sus líneas total- En relación a nue\tro tema, dos cosas nos inleresan especialmenE: por una
menle rectas. coladas, paftlelas. no se ltpiten en ninguna oúa pafe del djbuio, pane,la imagen rEpresenta un insl¡nte de comunión. La músicaque va y üene de
se tocan co¡ otros elemenlos, ha\ta el punlo que es posible pregunuarse siel i¡na pareia ala orá. es ahora e' nexo que une al mundo exuaordinaiio de las mu-
l5lt 151
jeres con el mundo cloridiano de los hoñbres. Juega asi. el mismo papel que te
cupo a ra Detta t¡or . tn¡ermedtana entre dos universoq. y el nombre de Wala
lo Jt
Ifuol-u {"puena de la deidad". en quechua), escriro en e¡ asua hacia la derec¡,
marca ta1 vez ese limite enlE lo sagrado y lo prolano. porórra, el hecho de oui
seaú,prec¡samenle los manantiales de Qollqe Mch'ajway y ean¡oi Unu _cirados
con los mrsmos nombres que les daban en el milo anlerior_ los oue vuelven a
pRsenurse como un escenario apropiado para una coniunción, \oiemos oue n.
sólo ur¡en lo normal y lo sobrenatural: hac¡n ümbién. Áragi,rralnente. las'vecei
ale un puenE plásiico enrre lo a¡to y lo bajo. enne lo duró. pe.ado, inmoril del
cerro. y lo b¡ando. ligero. móü1. del agxal entIe lo seco y lo húmedo.
CI
c) Las palab¡as que descr¡ben el paisaj€
155
jugaba y el nombre de un juego. (\4ayru. en esL¿5 ul¡mas acepcrone\. es
sinónimo de phishqa).
'' Heraana... ¿qué h@nrs? Fl dádo narece \er el ifu\tmmenü) mismo de Ia comunicacidn. Es!á coústrurdo
lu.tamente p;ra que no pueda ser maneJado ni por la conciencla. nl por ¡a vo-
Y ella le lesponde: iunrad, nr porla lógicacóniente de lat cosas: enfÍenta. asi. a otra realidad. (¿Qué
fuerza' o qué dioses :e sirúan en esl¿ olra rea¡idad?) En esle senlrdo. el dado con-
"-Eq Sbior...' (etc.) rjene un princrpio de asocialidad; inclu'o de salvajirmo. drnamos. -sin inlencion
wroratii a .r óe.de un punlo de vista andino considerár¿mos como salvaje" to-
doaquello que fuera de una posrble dome\ticacidn. orden o no.ma. Eljue-
"e 'r¡úa ¿.í.omo un rilo mediador -sus e5lricla\ reglas no hacen
Justameüe en ese llrniF de lo iúplevi\ible que deiiene al lnka. ru errns¡ to podna sér entendido
pueOe. no obsEnre. actua¡: ella es la que enmga ia fórmula másica oue m#rre ótrá cosa que prepamr el enflt ntamiento corl ¡o imposible de reglamentar- entre la
atraer el número preciso. Noremos que no se trala de la erposioriniiojt. ae Ia ldgrca de lo .ocial y una ¡eaiidad regida por olrc. principlos
Loya. de la rerna. sino de Ia esposa secundaria. que proüerie de irna náción oue
rio es et Cuzco, ts alecir. que lleva una connoEcion de marqinal. no
s¡jlo oor
exFanjen¡ stno umb¡én por secundaria. Perronate de came v hue\o en et Étriñ _ Pero - mr oué ese dado indomdble e5 5ensible al nombre de la señora,
madre de un hijo del Inka.:iguajmen¡e amaáo qu. eriu.rooru. ii.n...-in responde a"iu miejco llamado?.1Cs que su erlrema hermosura coniiene también
embarSo. el don d€ @er enEegar ün objeto con propredadei un elemento asocial, salvaje?
esoeciales: nr
nomDre. l,em, en e¡ te.xto siempR tan concentrado de un rel¿r¡o mttiü
_ es acaro
posrbte sepamr esre nombre de la pe^ona que lo lleva y
de la e"rra"ordlnarii La hermosa señora, la palabra wayru y el dado (que segummente se llamaba
nermosum que la caractedz¿? inmemoriale\) esuin unidos no sólo a un nivel lingülstico (way_
a5í desde riemDo!
ru¡. sino umürén a nivel de la eslrucrura: inleñienen en el ins@nle mi5mo de la
. Tomando la posicicin que ocupa la blanca flor y Ia mú\rca, en los textos an_ anicu¡acion {del cambio) enrre un¿ primem siruación en que el Inka está
-ttnores. es ahor¿ la palabr¿ *ay.u -que l]odos gritan a voces_ la enfrentado a ia necesidad ile vence¡ y una segunda en que ya ha venci¿lo en el
oue lnce la\
ve@s u¡ falrsmánt acn¡a como un inhrmediario enEe esos hombre; oue iuepan Juego.
y ras Mr¿as
^oe mrslenosas oue sobiemrn Ia .alda del dado. pero. enroricei
papeljuega el dádo? ¿óué
13) Núiesnkióld, 1930.
156
15f
be]la scnora, noDbrs, d¡do estaban estructurados estos juegos y como podían ellos ayudamos a comp.ender
la relación más profunda que se establece ent¡e el dado y la belleza?
jueso
5. EL CUARTO TEXTO: HACIA LA ESTRUCTURA DE UN
JUEGO
(si¡ la joya) (con lajoya)
Según Wama¡ P ma, et juego del wa¡'r'u y de la phisqa se jugaban en un
Y esta adiculación, donde interviene una vez más la belieza, sucede en el peúodo preciso del aÁo, durante el mes de abril. En los Andes, es la época en que
va1le del Yucay... considerado uno de los más belios que rodean ai Cuzco. Los ierminan las lluvias y se pasa de la e.tacjdn húmeda y cálida al inviemo. nuy lnb
incas "lo tuvieron porjardín y lugar de sus deleites", nos dice Garcilaso, "el sitio y seco. es dccir. ei un momenro de ránsilo Hoy. lueSos llamados wayru o
es amenísimo, de aires frEscos y suaves, de lindas aguas..." Y, curiosamenrc, el phishqa. a veces con otro nombre..obrcviven cúmo ritos liEados a los muelos:
nombre mismo de Yucay evocaesadoble faz de maravilla y peligro del exceso de ócurren en los velorios, en la fiesta de Todos los Santos o en la última despedida
belleza: por una pafe, yukay contiene, en quechua, la idea de "distraer, seducit de las almas, para Camavales.
p¡cducrr ilusión". pero ¡¿mb¡en "engJñar. emb¡u(ar. obrar con ¿srucld y
aíimana'la. reiordando. l¡n cercanamente, los signiñcado\ de lo\ lermino\ Losjuegos modemos cooperan con la partida o el regreso de 1as almas de los
t'it'u o kapchi que citamos inicialmente, en el breve léxico aymara sobre la dirunlos hacia el pais de lo\ muenos i ique e5 \iempre lambrén un pequeño pa'
lÉlleza. rar.o:l y hacen ariel rrabajo inveAo al que pcrecídn realizar aquellosjuegos de I¿
primera hjsroria de Murua. que intenl¿ban de\ol\er al Inka al mundo de lo. vi-
Porsupaisaje, el valle de Yucay conespoode a la idea de encanto de los sen- vos. Pero ¿de qué manera concreta losjuegos conesponden a un rito?
tidos, deexaltaciónde la prcepción como Mana Wañunqa. Y porsuubicación, a
un "esta¡en las afueras". Pero ahora esta marginalidad del valle se repite en la se- Si buscamos el significado de wayru o de phishqa en los anti8uos diccíona-
ñora, origín¿¡ia de la región de W¿yru. Algunos documentos coloniales mencio- rios quechuas, nos encontramos sólo con datos que ya conoc€mos, como el nom-
¡ran una nación coll ese hombre, sin darje üna ubicación precisals; Io que inte, bre del jueeo:
Iesa, sin embargo, no es la historicidad posible de esta "nación" sino el hecho de
que el mi¡o defina a la señora como extranjera, y esposa secundaria, viniendo de luego de los NaluraleJ
una periferia a ese cenlro del mundo que em el Cuzco. Pero si bien todo sucede ico¡zález Hols!í¡, p. 196)
enese ambiente marginal, el momento mismo seleccionado por el ¡elatoocurre al
interiorde unjuego;s€ t¡ata, pues, de lainstalación de dosespacios concéntricos: o designado la cam ga¡adora del dado:
el amplio valle y el pequeño espacio determinado porunjuego (fuese éste un di-
bujo en el suelo o un table¡o), y es en ese espacio concentrado donde se resuel- "Hua.yo el hayor !un(), o e1 nejor que ga¡a'
ven realmente los hechos, rEcordados como Íascendentes p)r esta historia. (rbo.
r a eoici\ icin aumentada. de lq0l. agreAa que $a, ru er u:l¿ e\pecie de dddo
Con un espacio propio, con un tiempo propio, el juego es t¿mbién una ac- jrande y. adema\ el grilo con que .e in!oca a ld :uete, I O\ otJo. diccionario\
cióoreducida, un modelo menor, como la escena de las culebras. LDe qué manera de la época redlrndan er estos mismos lemas.
5(ía, en aambio, la Dalabra qavru pcro funcionando .5ra .ez conlu Ln tema
14) A¡loi¡eíe Moli¡i4F¡davadi ¡s i¡lrod@ ¡ su librc L. V¡rré S¡d& rté And6, @ )rrg"i'rico en la lengua ,r') m.lra. i, jue ró. permiura enneJer algu:¡r re\pde\t¿\.
16 sigúificn¡to¡ del nmhre tust, ¡ parn del diújoo{io d. Júge LiF (p 4a¡. Ur p@ !.r¡
adelafie iricia s dcscip€ió¡ d.l valle coú l¡. p€labEs de Carcila$. ¡ercn 6l¡s .!.6 cit¡6 c! ¿) Lrs relaciones ent¡'e eljuego, la i-.ellez¿ y !a eo4ina
sü t¿Iro ls qw ¡d ogirjñ¡ ls @¡¡d¡ciones qw poda rens el rémi¡o Yúc¡t en sl milo
Pensar4os que se trata de una r:isrta piilabra -eil realid¿d, de unmismo te¡ra
15) "Hutru: cieí¡ ¡aci6n, dc indi6, en es¡ d6a'. Dkdd¡rio Anón¡no (Riqdo), p.51. r,ntüi.nco- forq,ie salru, en alm&a. da oriten a un verbo que de\rgna la ac-
Tanbié¡ c¡ W¡m¡ Pm U¡tro ¡F¡ee cil¡do @tu drihryendo ú grupo, júto . cidn de jug¿r -oD un d¿drr qL,e ilanrar phis'qal6. tsumo5. frues. en un milmo
Chac¡aFys, P.€j*, etc. (p 9olDlJ). Si¡ eúüa¡go, l¡nlo en su p. ¡01/101, mo m Ia
2J3¿55, pdee Iriue más bid de u¡a clao de nuj€¡ss qre de ün grulo érnim
16) Ccüo escnbe Pl(¡.¡, Be¡1onic, Pho Se rr¿la d€ Ia nisd palabn, qüe signili€ cin@
l5a ii,,:,,a 159
campo semántico. Befonio ¡os describe unjuego que Por si nrviésemos alguna duda:
"Chuncaslth!, Pis¿¡lth¿ JuBd a la tagu4 que &á es de n¡dera'{T. ll, Y de 10 que er¡:
92).
- "aliscreto", "separado" (es posible distinguir cada g¡ano, aún los pequeños
"Huayrullth¡, Plscasllha Ju8ar @ú ura pieddill¿s adela¡la.dold cD grano' de quínoa, contarlos. cogerlosr. a 'unido (ya no es posible sepamr el
sus hoylos srgün los pu¡Los de u¡a ñaera de polvo. de uÍo en uno)
dado 8r¿¡de e¡ üno deros juegos vd
adelú!¡¡do las piedrd aldeEedo. o eú cir.ulol - "duro" (con cutícula, puntas, aspe¡ezas) a "suave",
cd olros dddo buelras como rio, &c. (T. IL
l5?).
Lo que evoca, pues,la acción de la¡zar el dado es el hac€r pasarde un estado
físico a otlo, los granos que servirán de alimento. Ei juego se acerca, metafó-
3. Y, por útimo, un nombrc derivado de wayru, wayrusiña, cuyo nctunenre. a todas aquell¡\ acciunes rirudle. que elecrua¡ los yaliri rsace¡doE
sigrificado, aparcntemente muy alejado del juego, nos remite al mundo n¿Ü!o5) cu¿ndo preperan lor rngredienle' par¿ una me\a" rofrenda a los djoses
simple y diario de la vida doméstica: tuteleres)i convieten algunas cosas duras en bland¿s, moliendo, raspando,.,
¿Cuál es e1 verdade¡o sentido de esta acción? /,Y de qué manera los temas que nos
''Hu¡) ruslóo, vú L¡¡mppo cron¡t! Heina de quinü4 o nayz bie¡ moli
interesan -la belleza, las emociones, los tránsitos y ar¡culaciones- podrían tener
da' (tuid).
alguna relación corl esta idea de mo]ido cuidadosamente en un batán?
¿Se Íata de dos palabras distiritas -et nombrE del juego y el nombre de la harina-
Hay !ano. ldrminos en a) mara para de\rgnarharina ) muchoc términos para
de dos pa¡ónimos? Sin embarSo, otro de los verbos qüe designan ta acción de
jugar, citado hace un momen¡o, chuncasitha, da origen también a un nombÍe erpre.ar la idea de moler. \egLn el llpo de monem ) la marera de hacerlo. El
d¿do parece recordar. a t,ard, de lo\ nombres del juego. sdlo un determinado
que irBiste en la idea de moli¿lo:
tipo de harina "muy finamente molida".En los ejemplos anteriores podemos yer
que tanto wayrusiña cono chunkasiña llevan como sinónimo a llamp'u. Y
''Cbumesld¡, Ll¡dpo Bied moüdo o¡ piedfa. (L ll,92)
es prccisamen¡e la palab¡a llamp'u la que pone de relieve esa cualidad -
Y chunka, como lema lingüistico. esüi en tan evidenre relación con el juego que ¿suavemente homogénea?- que tiene esa hari¡a:
designa. al igual que pishqa ( cinco), al dado mismo: "Llanpo Blmdo- DizF dcla o!4 y cosa mlidd
(op.úit.T.Il,20I)
Tagua de ñadera pd jus¿l (I.II,9) 'N¡khn¡, ñák¡, llamppu can¡ Bim molido srn t¡rlondmner'(fbrd 210).
160 161
Canasa significa "bien molido". De modo que nakhna, naka! llamppo Queb.m€ l¡ anisl¡d. Deziñ paiabru j¡jüiosd (op¡iL T. ll,
es!án ahí como adjetivos que hacen resaltar una sensación de "no resistencia' , ¡e 3,1$.
"no agresividad", por decirlo así, ya que no hay u¡a sola aspereza, un solo
tolondrón. Y permiren comprender la relacrón que re eslirblece -a traves de Pero hay, ademiís, otro significado que nos interesa especialmente: es la idea
Ilamp'u- enlfe e5e @lvo delicado y un estado del espíritu: de desco)untarse que puede erpresar lraqa:
''Ll¿mDDo chulmol, Ayc¡y¿; akha Apeible, mrs' (lbid, 201). ''Ttaccar6tb¡ ApaÍme, Dvidüse, Dcsoyunlase' (loc. cit).
(chuFa =e1cor¡á¡ y todos los
¿No evocabanlos relatos an¡eriores -en los que se prcibía la presencia de la
belleza- una articulación, un paso de una situación a otr¿, un enlace? Descoyun-
Como velbo llamp'u expresa también esa idea de !"nsformadión que talse (desañicula¡se) nos recuerda necesariamente aquella situación pnmer¿ de
p6Fcian sugerir wayrus¡ña y chunkas¡ña. Transformacidn que .e aplica ahóra separación: el Inka sin la salud, Tupaj Aúa¡r sin la ñusta, el Ink¡ sin la joya.
Ix) sólo a la ñárÉriá' El juego resultzr así -al igual que los relatos míticos de Murúa y Cobo- expresando
u¡ triínsito entre un estado prime¡o de diüsión, awka t'aqa, y un estad,o pos-
te¡ior de unión, wayrusiña.
"Usqpchar¡¿
Podemos ver que los significados de las dos palabr¿s que foñian el nombÉ
sino también al estado de iánimo: del diseño en el suelo, se oponen totalmente a los significados de dos de las
palabras que desigür el hecho de iugar con el dado:
"Uampo@aüla Arna¡s6e, deseojarc" Cnoqa €rcsa uúa idea
abladdúe o amansarse el que estaba ¿urado Mie¡l¡a ¡w\¡ t'¿q¡ es: W¡ynslñ¡ y chu¡l¡slña son:
Gi.). Cpt¡ coDtie¡e la idea de un cambio rotat)
Bertonio, T. II,201). /dividido de naúerd invisible
P€ro ¿de qué ¡spereza, de qué enojo se tmta? ¿Están de alguna manera repre- /Fpa¡ado definitivarFúte cono
s€nt¿dos también en el juego?
__ El diccionario deqcribe el juego como teniendo un !¡azado. es decir, una /@, !¿láb¡d i¡iu¡iosas /¿@n paláb6 cdinosa?
linea.un determináio dibujo en el suelo. Esre razado es llamado anka I'aqa
{auca llaca. para Benonio). El nombre es muy \ugeRn¡e. ya que awka. en ün
\enrido resüingido. puede ser traducido como ene-migo y ie rrna manem mas Estos signiñcados opuestos se complementan. Awka traqa mntiene nece-
Seneral. awka -en eaa epoca- expresaba una idea de ¡onirariedad: co\a o seres sariamente una idea de pluralidad, dos cosas, dos bandos o dos personas -como
qoe se encuentran en una siruación de opo\rcrón. como el dl'a de Ia noche, la vida el hilo cuñ¡do en dos- o mas co\as. per¡ona\ o bandos. para que pueda haceñe
de Ia muefe. CorDo enemigo- a$ka suliere asr Ia pR\encia de un enojo. de una pre\enre Ia enemislad. la sepamcrdn. la diferencia. Er ese abismo que las separa
ouez¿: como conF¿ried¿d. la presencia de una máxima dlferenciacirin: awk¡ elque e\ "reducido poreltrabajo de los moÍeros o batanes. que \uav¡zan. unen.
son bdas aquellas cosa! que no pueden e\rar junu¡s , dice Benonio. y l,aq¡ Se trata, entonces, ¿le una estucn¡ra donde waltrusiña se sitúa eng€ las asp€tE-
acenü¡? esta idea de exrrema divición: zas o difelenc¡ar expresadas pora$ka t'aqa:
162 '1&t
nombre de otros dos juegos cuzqueños que utilizaban también un dado llamado Wallparrimachi. eLc.rl8 han desrrito esLosjuego: Lal como se lo( practica hoy
phishqa y "frisoles de divelsos colorcs", recuerdan muy directamenre los signi- en los lelorios. se¡ lrenrÉ a¡ cadiver. sea camino al emenrerio, Sus apasio-
ñcados que invocaba eljuego en la región aymara del Lagor?: ndnre\ datos dejan enrreterde que se trata siempre de cooperar, a ravés del
juego, al viaje del alma del difunto hacia el país de los muenos. Cada vez
- Murúa cita una variante llamada " aucai', (y awka tiene en qu echua el mismo que üna partida es ganada, se reza;porel conlrario, cuando unjugadorobtie-
senrido de ruptura y enemistad que e¡ aymara). ne "cero", se le golpean las manos con ñbras de cabuyau otros castigosjoco-
sos: no estií ayudando al muerto,
- y Cobo una llamada lacinaco. Es mur Doiible oue erta oálabra Drolenpd
de takana-que er¿ y e\ aún ho¡- un mazo o manittb que uritizan toJ hemrós 2, Y de un momento de enlace entrc este mundo y otra lealidad. En es€
y plaleros. llamado tak¿laka... umbral donde los vivos ya no puden comunic¿rse con el muerto, el dado per-
manece sensible a la voluntad de éste. El alma del muerto ronda a los juga-
¿No estamos en la misma lógica de losjuegos altiplánicos? dorest nos dice Kañten:
. 'A¡ies de cchd el dado sobre el suelo, cada i¡digena hace u¡ ldSo gesto en el aile
c) Tal v€2, un¡ emoción estética cono si desea.a aFapar al alña co¡ el dado" (Karsleú, p. 247) (L¡ traducción e,!
1. Se trata aquí otra vez de un tráns¡¿o l¿le aw[ii l,rca a wavru$ña). ' En un plano ñuy üvido, directo el de los penonajes, la vacilación del Inka,
Se ruriera la impresión de que e\ esle el .enBdú lunrjanrerLal oue h¿n con.e¡ la obtención de lajoya, etc.
r ado lo\JUegos que sobrevir en en nue.rro, dia,. Lrrrl.zunrro uá oado Ilam¿do
pishqa o raaJaru. Muchos elnólogo, rK.r^!en. qi.rr \orCen.l,jold, Roc¡ - Pero también en un nivel más abstracto, en esas con¡otaciones que la sola
mención de losjuegos debía despena¡ necesari amente en algüien que p€¡te-
nece a esa cultura.
17J U¡ dalo de Bollaer, de gran intcé6 pü divere! r¡zones¡ p€m¡ile @mPle¡dd ¡ó ¡erJc¡,jn ern€
el dado y 106 frijolg de diterenFs @lo¡e¡ . E¡ jucgo que é1 preserc,a, ¡o ¿n $! .Jr@+ ¡ino en - Y es posible tambiénque la sola introducción del ambiente -cuando el narm-
l¿ .elebrdrón de ¿ oesk de r C¿odct¡n¿. ) .¡ dorempezaba situando los hechos en Yucay y describiendo la extraordinaria
"0 tr"r un iatud, ,, .. ñú
herrnosum ¿le 1a esposa secundaria del Inka y el gran amor que este le tenía-,
Nac¿)¡. r la Fe{d¡rlq¡ ¿et ¡de oe Ctri,c, - :nuJo ps¿ , { I.eg¡ ..¡ oor
indnftÍG ,.,o¡e a pFad sgle of wmd, wirh t¡n Lols on cach rid¿. beins le¡s, ¿¡d are anlcipa¡a, a través de la emoción sensible despe¡tada en su audiencia, el
Mke¡ pilh p€gs ¡o de¡ol¿ evsi @\ Eerings; üe orher is a b.ne i¡ a a r!¿rd üi a die, cut
{¡{¡ *rd l!as, 6€ ol vh¡ch h$ . p¡r.tcut¡. ñ¡,ft c¡l¡c<t er¡rro {húarru). t¡l) EI E¡bajo nás completo sobre las cer€no¡i¡s iú¡eb¡6 que i¡c¡uye¡ jueSos @n dados sigüe sie¡-
The d¡6 five 1eU eqdi¡s to üe ¡umbe¡ fo fiem, a¡d lhe lal is a bla¡¡. Th¿ way of ptayinA do el de Pad Rivet, l9n, l:37G417. Su €xro d@uñ¿¡¡¡ la p¡esenci¡ de juegos llamdós
is 10 to$ up th€ bone, and rbc naks on the upp* suta@ & e many gc¡- Bur rte gü¿r,o gualro o gu¿m, desde el Eoad6 hasa ¡6 P€hüe¡ch$ rgenü¡$, y @ u &do nuy
8c3 ld ten, and the tike nuñbe. i6 l6t, the blan* sid. apprs..., Gt subEr€do e! ¡@st¡o) snejút, p.ro @n el noñb@ mFehe de "cin@ , enl¡e ls &aücúff drilgnq. Vq l¡nóié¡
Bollatri, l8&: 16?-168. Kúrm, 1952:241253 y Nordenskióld, 1930:211'213. E¡l¡. los ¿¡r1dcs p€ron6 * posible
t¡¡ ob!Ñ¡ciofts de Bollaql, e¡te 1826 y 1828, coincid€¡ lot¡¡nenle @ ¡s <ie
hechas cnü a Roñeo, 1941: 1955, C¡vero y R@ Wauporisñhi, 1955. Uú rxc€l€ . Évisió¡.te
Mtu l Od¡ioela, en: Dueto en ¡€ d€nos de ¡G ¡r.l¡6,, (Dronenbs ülotuio¡ los Eab¿jos que de!(ib€¡ los juegos andinos es €l ¡riculo de A M. lidguengheiú, 199,
d€l Pá1), r blic!¿4 c¡ 1873, pdo relativas ¡ ra reeión de cajañüa Esr6 !:¿baj6 ¡o s Enc@n, sin enbego, a Ia esmrtn f¡tm de¡ jwep.
164
165
rema de la me.dracrón que e¡L¿ba frcr veni¡.
Noremos que son. en eile c3\o. lo\ conlenido\ de la\ oalabras warru. Yu-
cay, y no \us son;dos. lo¡ que van e\l¿blecrendo una rclactói oue Dodn¿;o\ catr.
ñcarde poerica: conslru)en un plano \en5ible, pero imagrnaoó. dónde los lolDei
del mamllo o el nrmco v¡iven del bardn. o la dureza oi los granos enler; lo
suave de ¡a h¡rina. elc.. \an repiflendo un¿ vez má.. oero aióra en un nlrnrie,.
;
,'E'| g
.(G)
ricl¿menle \ensonal. la tran5lormaciun e!oc¡da por el mito.
Todo p¿rcce r¿n \encillo como si hubiem j.rcedido: ra\ Dahbm\ del Inka. lo\ t: .-6I
Besros..' Y. \in embargo. hay ul deo\idad del \ent.do que álgo como una e\pre_ jj; A
(r_/
SrOn aIf¡\ltCa ronita at m O;Sesenriaelolenrepleso-no)adeun¿ide.ldebelle_
za. la 5e¡iora. el \ alle- cino de .u frop a emo..ori Írenre ¿ ún rerto con,r-uido ma. oóo
glsrralmenle como lor circulos concentricoj que lorma una piedra a¡ caer J
en el
agua?
Ir ii "rpj
_ Porolra pam. ha) en e\los do. relalo\ en que p¿nictpa ¡a bellezt. el de Mu. I, 't
!;
nia y el de Cobo. una especiat presencia de lo;rr¡]el,,o h"e .¡e;p; ii Dei- ,.LAIV
cepEbte en otro5 rruto\. I oc peaonaje\ se angu5tian hastá la "o
enrermebad, am¿n
apas¡Onadamenle. v¿cilan o loman decis,ones anre nuestros oio\t Flla. aunoue P Rivel (1923:392)
Dado Publicado ?or
\ióque la preseaque sejugaba... e¡c. Es decir, comunican urii;*;;;;; ;; -
qujca que se"recibe de ¡nmedialo. ma\ alla de loda refle\idn. El óyenre puide
,clenllrcaae fácilmenle con los per\onajes y t ¡vl| \u\ emoctones. aunoue re ¡rate En estas caras están labmdos unos círculos medianos que indican los tantos'
del propro lnka, ¿tsusc¿ba el mito provocar una emp¡üa". una DarticiDacion.lel nu... acómoa¡an siempre de olms.ignos: circuhlos r¡ás pequeñosmn un-punto
oyente. como un¿ manera de reachvar el r¿lor migico del rclaro?' it cenLro, erpeciet de cilces. elc. Eslo\ oltos elementos crean una lmpresron de
desorden.
^H¡nxo hdl¡... (la nuheha) "he¡ú)sa m m¿yor E¡ado',. (J¡¡q'o=.olor vienrras que en el segundo sugrere. deliciosamenle. que la belleza de las
qilla walruru manlrene demasiado ocLlpado ¿d Inka Wayna Qhapaj. h¿ciendolo
20) Ir t¡t xri @¡ I¡nbié! E&&6 r¡¡lE$ rl€tuId, do¡de É tElo 16 terülq de 2l) Ve¡ la,¡bién W¡nú Plm: "Ma¡daú6 qüe e¡ estos rey¡d leng¡r
myú b.l¡.a y eli.ld y ddyb * FlF¡ba ¡6 ¡liE¡ts q.tuniala (cnhh., panes v¡trd rq[¡, ch¡up¡ qll¡' pahP¡ ¡q¡l¡ P 192194. Ell¡¡ ¡Jll¡
tanbié¡ llmqoss vees en o úpitulo p. 299¡301.
't6€
^cll¡:
16S
descuidar su tarea principal de la guerm. El ejército cüzqueño ha sufrido alord
muchas derrotás, con grandes É¡didas humanas en sus batallas contra los
Cayambis, Y e¡cronrsta pdrece lamenurse de eslas desBr¿cra\ culpando al propro
lnka que ha cRído en lar pmmesas de Ia wak'a PachacJmac ) de otro\ rdülos.
agrcgando además
¿Es posible que se Eatard aqui de una seduccion necesaria. nruall Las ajll¡
estaban desdnadas al clrllo de djreGas divinidade5, y no podian lfner contacto
con hombrE alguno...salvo con el Inka. Cobo reproduce el diálogo que se es-
lablecía enbt los guardianes, muy celoso\ de su deber. que curdaban de las
ajllawasi y el soberano que se habia excedido . Sabiendo que el ¡nka h¿bia en-
lrado por Ia noche, al dia \iguienc. cuando esub¿ en \u drario sacnfrcro en la
Plaza del Sol. uno de ¡os guardiirnes -que \iemprr eran muy viejos- se le acercaba
por la espalda y
.sentá¡dos. jüdr. ¡ é1, le !-¿tab¿ de la ¡na¡ta y Ie deaía rmy quedor tncq est¡
no.he út_ate er la casa dcl sl y ruvisr€ que vcr on u¡a de la mujercs. Y el In.¡
al quedo Éspondi& Pe¡tué . (Cobo.232).
No@mos la extrañ¡ familiaridad del guardr¿n ) e¡ tono intimo en que hab¡an. casí
como qr lirese una ceremotua. A rra\és de la arráccidn de est¡s bellezas, de la \en-
sualidad y la emoción amoro\a ¿raspasabd el Inka hasÉ una regron:¿grdda a
donde, con sus solos poderc\. no podla llÉgarl
l,o indudable es. en¡onces que. dl menos ha'rr cumren¿o. dcl la \Vll,
paláb¡¿ wayruru de\rgnabd algo muy. mu! hemrosu y. en el caro jun(reto de
las qilla, con @erEs de comünicación c¡n lo sobrer¿¡ural.
''llana! y lisas, de ur nno @ral ... (y que c¿da u¡a üene) una n¿ncha negra que l¡
hcmosa' (Cobo, ?. 272).
$r¿yrurus ripo peqE¡o, ag.andados por e enlo d€ la €árú4
Desde muy antiguo parecen haberse reconocido en es¡a semilla cualidades es-
17r
170
téiicas y mágicas. Cobo agrega que:
'Esriman en ñucho est?s pepitar los i¡dios. afi¡ma¡do valer @¡Fa ol nal de co-
razó¡ y melancolÍas, toña¡do de süs poivos cn vino y agua de aahar... Denás de es
to dicen que tralda u¡a sdta de ellas al cuello que caiSa sobrc el ?echo, aPovehrn
6ntra las t¡isl4as de @razó¡, y que coúloruú la visla y el ce¡Ébro" (loc.ciL).
'A la apdicióD de la lura nueva, los I¡dige¡as tienen la cosb¡nbre de lez& en su di'
@ció¡ u!¿ ¡¿b¿ huyrü ¿companatdo es¿ Easto @ú el Ézo: 'Nwva lüna, s€ faYG
¡able co¡ noso¡ls " (op. cit.,u0).
¿Por qué esta s€milla -de aspecto más bien humilde y manchado_ ha sido se_
173
bccionada como un medio de co¡nunicación, o más bien como un medio de la t¡aducción "castellana" del nombre selvátrco origin¿l de sus especies23.
atr¿cción de las fuerzas no humanas (destino, suerle, deidades) y no otras es-
plendorcsas s€millas t¡opicales? Las semrllas llañadas waJruru no rjenen. pue\. otra unidad que aquel¡a que
le, d¿n lor olos andino. de la. alruras. confundrendo, en un solo nombrc. a lodas
c) Dos proble¡nas lingúísticos, las pepiras' rotas manchada\ con negro: Esre hecho sugiere que lo que esld lal
vez denominando la palabra es aquí, justamente, esa combinación de dos colores.
Los Exros ciudos hasta aquí crean un¿ ciena confusrdn: l) enm wayru v
wa}ruru ¿se t¡¿t¿r de una misma pa.labra?. y 2) enlÉ el rérnlno ualruru ¡'co<á Y repasando lo. ejemplos que hemo\ ci¡ado anteriormenle veremos que. en
muy hemosa, qill¡ *ayruru; y ei Érmino i¡J ruru que designa a lás semiltas. efecto, ef uco del lérmino wayruru resulta ambiguo: sr bren muclas veces ex-
pre\a claramenre hermosura. en otmq caso\ es indudable que Ia palabra e.tá si8-
n;ficando un delerminado color,
t) Wayru / wáJTuru, Es posible notar qrc Polo l'¿ma a las semillas Cuav-
ros. mienrras que Cobo habla de la5 pepitas del gualroro (wayruru), ¡l
¡érmrno más corienre pam designar a la5 semillaq en nuestmq dias. Cu-
d) Wayruru como color
riosamente Ka'sÉn habla rambrén de huayru al referirse a las semiltas roii- Recordemos que Belonio sitúa a las "mujeres escogidas" al interior de un
negras que ve panicipaf en diversos ritos mod€mos y las asinula, sin hacer& pequeño sistema clasificalono donde sus belle¿as son ordenadas.
mayores problemas. alnombrc wayru del juego (Kaa!en, 192l. Lá ñeirf.;ri.rmenre- en base a colores:
connr5ión parEce tambiin afecrar a la\ailla. Pa;a B=eñonio v Ranos Gavilán
son comrEtarnenE qill¡ wayruru. ¡eio Sanra Cruz Pacir¿curi, las llama ' Paqo (las que llevan por nombre ese to¡o encen¿hdo de algünas alpacas)
unar veces vayruaclla (es decir. 4lla r+ayrul y otras \ayruraclla, ru- son, al pare@r, las hermosas, pero no t¿nto,.,
giriendo Ia palabra wayruru que ha perdjdo su rocal final en un aoocone
¿Se trakba de dos rcmas lingüis¡icor disüntos. wayru (dado, bella sdñora') r
wayruru lcosa muy hermosa. semilla)?. El problema penenece a la éd'-
- Hanq'o (blanco), las muy hellnosas. Y:
mo¡ogía y nos sobrepa\a. Las rclacionér que vamos persigüiendo. sin em- - Wayruru, las miís bellas de todas.
bar8o. eúe la bellezáde la señora wayru y la belleza cón¡erida en el rérmino
wayruru. s€ planlean má\ allá o más acií de una posible (o no, rc¡acrón .toue color era evocado por la palabm walruru?. Podríamos p€ntar que se
lingüística. trau¡e una cla.iñcacion poco srstemárica, que para dos Srados usa una refercricia
de coloÉs y parael tercero un término debelleza. Pero Ramos Gaviláninsiste en
2) Por oE¿ pá¡te, no5 encont¡arnos Oua *r"r"urr, en el siqlo XV¡l er¿
empleado ra¡to signiñcando belleza"on( {bsa mu} hermosa ) que óomo nombn
de una semrlla, Pero en este caso, e! idencras muy concrcus, como veremos.
nos Ilevan a petuar direcrlmenle en un solo rermi;o lingúriüco.
23) D¿ ua eq€.ie del gé¡ero Oñodll¡ se erttu e¡ clEe AgÉd@ro ¡ FreceMai¿ C¿P
vitz l¡ ge ilú
de habdos Plporcionado estos dals Oblitas Pob¡ete clasifie ranrbién esr¡3
Todas la5 semilla¡ flamada\ $a\¡ruru, tan¡o en quechua como en avmám. seniuas @m Mjnl*emo húnch.do, e¡ u mnbre 6P¡íol, S¡r¡rl @mo rcnbÉ c¡ ¿v-
prolienen de los bosques húmedos de¡ orienle bolit¡ano o oeruano. v ló inte- n{¡ y Gü¡iru.ü et qrechu. Su ¡oñbr ciettifico serl¡ i'l!n6"€mun M¡ohrüm' v egú¡
resante e5 que esÍin Iqios de rener un mi.mo oneen boránico: Sesún dih\ .let F Liúio Arbus F¡storluñ (Oblii.s Pohlele H¿nr¿s M€d¡.ln¡16 d. llol¡v¡& P r84)
M. Cassevirz tcom. pel\onal). penenecen a di;ersos Aeneros iórmosilla. Erv- Tcúend Ia iñF6ió¡ ¿e que lat1o Ohlitas Póblere, @no Jd8¿ Muño¿ eD su Cse!¡tt¡ de
th¡na) y cada género contiene. a su vez. vanas cspecies. Las poblaciones;l_ Boliii¡ (p, l3O) nw d¡ tanbién el nonbF de S¡.¡r¡ y {ic Hu¡yrun ¡l á¡!ol, cldific&dolo
vatcas_rcconocen perfec¡amente e\tas diferenre. especie, y lés dan nombres c@o Om6¡¡ Nitld¡ e refiden a uú d€ l¡s aFds bcf¡¡i6, d€ntso de las trmres eF
peies qD Fodu@¡ senjns s€ptrbles de sq llamdd w¡vruru. Re@rdam! q@ K{g€D ¡¡3
especíicos, que vafan segú¡ el grupo étnico que las dónominá, Y QuisP Ia! d€¡mi¡¡ Cvth¡Avld Hna¡c
¡eroestenombre idenlifi.ó com ¡¡tlhrlm
Íto es nunca waynüu, perciben esta palabra como extranjera y ia explican como los {¡yru.us lud¡@nmG apüEe¡ d los nitc del
CuiNftnq senillas Freida ¡
^n€rion¡.
ruy
Pofúl Vu¡, irtfliniendo e¡ h oe&ió¡ de üm !ús¡ hw¡idad. bego de¡ f@s ¿e ¡¡ se
günda, 16 diñs pidd a lc aditi¡d Echad la suene @ e8a$ 9r¿¡6 d€ miz y d. t lé,
¿l Tod Züidetu .stab¿tee l¡nbi¿D. s¡¡ DtoRr pmbtems ho8tsr.@s.
l¡s agúsc, ú viejo y @ vie¡, dien ent'rnes: lTC mlz, ú, tz¡téi 1ú, susle; ló qiarE¡,
üni¡6, a}!r¡¡6! les dijdot al maí2, n ¿¡ló com Fov€nieúdo del árbol d€l pilo v siedo úa
¡onbE de¡ iueco y .t ¡onüF & t.s *mU¿& en e atorlo n ciDdo
Eryth¡ina Cor¡lladendd, uno de lN Sónerd d¿ lG que Fovien€ el W¡y¡üru!
174
1?5
esta taxonomía, esta vez de lasajlla de la Isla del Sol, y Santa Cruz Pachacuti anoiado con pePitas de waYrüru:
agr€ga, incluso, a las yana ajlla (en quechua, qilla neg¡as), despejando toda
posible duda de que hanq'o y paqo estén significando, en esios casos, orra cosa ''Cumplida tene¡ la 1a!sa T¡seh¡ huayro'l)... (op. ciL T. 1,153).
que dos colofes.
Se trata ahora de obietos, pero lo que esiá clasificando lm relaciones humanas
Además. wayruru no apafce inte$ando una jer¿rquia de colore5 5olamenre entre deudores y págadoés son lbs coiores, desprenahdos de sus sopo¡tes'
en relación a lar ajlla. \ino tambrén al impuesto colorual. Esle pago. que la ad- piedras o semillas.
m¡njsnacion españóla imporüa a las pobla¡iones indigen¡5 5om¡d¡as. debra ser
asumido por las comunidades en tanto colectividades, y no po¡ cada individuo. Pero desde nuerlro punto de üsla waJruru reple.enlaía üna combinacidn
Cumplir. pues. la pane que le coneipondía a cada uno -fuese dinero, obieros o de dos colore. - roio y n¡gro. No debe exlraiar srn elnbar3o. que e5u combina-
trabajo5- implicaba uno de Ios deberes comunil¿rios más rmponanres de la dpoca. cion de colore, fuese ir¿l¡á¡ como siendo un.olo coloa y no rompie'e la ló8ica
Es¡e estado de gracia, en rclación a esta deuda, era calificado como wayruru_:
de esa\ clasrñcaciones que incluian mtores enleros. como i¡nq'o. ch'iyara.
paqo. El idioma ayma¡a tiene la posibilidad de denominar ciertas esmlcn¡ras cro-
"HuaXruruhu¡ tasb¡ Mi l?sa esla pagada si¡ qüe u¡ Dreci\as de una manera monole:.ema¡ica, es decir. con una sola
(Berto¡io, T. II,157).
s€ deya Srano' itrit'i"",,-ur
pal¿bra, coia imposible en casrell¿no: podemoq decir
"a pinlas a Iayas" elc .
.
'oero
est¿s elpresiones no indi(an nada de ¡os colores que intervlenen ¿n ay-
inara. en cam6io, rerminos simples pueden definir de inmedrato:
Que ¡ndemos Íaducfu como "mi tasa es o está ,i{ayruru'. Curiosamente,
aquello" que €
debía de la lasa era llamado. en cambio. ch'ilara. es decir - cu¡inros colore\ intervienen en Ia combinac,ón;
negfo :
Pero wayruru no es sólo en nueslros días una semilla sino también el nombre
de un poncho que se teje en los ¿lrededores del lago Titicaca y en algunas
cabeceras de valle cercanas. Se trata de un prncho de dos colo¡es que se
disponen en list¿s angostas. Una de Ias listas es roja (o en algún matiz det rojo,
rosa oscuro o francamente anaranjado) y la otra sicmpre negra. Entre la semilla,
el poncho y la abeja, no hay otra cosa en común que permita utilizar el m,smo
término lingüísrico, que esa peculiar combinación de colo¡Es.
181
. Podn¿mo\ decir. entonces. que como tdeal de belleza. el pen\amiento avma.
r¿ ha eleSrdo no una ide.r ptásric¿ qimpte
srno una rdea compleja: un confli.ro óprico.un
color enrero. ;; ;üil
;""rrJ;;_
.
. Con lo cuai semilla \e roca con el ritual del luego ) con Ia e\cena de la fior
l¿r
- lo dividido, no de Io entero;
't83
s€s -!ti- presenles en tantos mitos, y cuyo tema rEtomamos en otro trabajo)24i
¿Se rrara lan solo de una elección emocional, estérica. o responde Iambien a
una ideología?
Estando una vez entre unas seis o siete de las mejores tejedoras de la
cctmunidad de fsluga¡, que conversaban agradablemente al sol, preguné cuál
sela, a los ojos de cada una, el detalle más hermoso que podían tejer. Y quedé
ale¡ta, esp€rando una larga discusión. Lo que obtuve fué, sin embargo, una res-
puesta uniánime y lacónica: "[¡
más lindo son las krisas..Las k'isas siempÉ."
(Las k'is¡s son angostas degradaciones de color que muestran simultánearnente
matices de un mismo tono, unos más cla¡os, oFos más oscuros). Este acueido
evidedte, tranquilo, no dejó de produci¡me asombro. Las mujeres de ¡sluga son
maestras para tejer las pequeñas figums con que decomn sus fajas. Y son muy
celosas tanto de la manera corno, con formas muy simples. pueden representar
toda la complejidad de su paisaje {águilas. parinas. avesrruces. paros, árboles, flo-
res! etc.), como de la ñnura con que tejen ñguras abstmctas (¡iwillo, ch'añü,
etc.). ¿Por qué, entonces, lo más hermoso son las k'¡sas, que no exigen ni la
misma destrcza ni el mismo poder de síntesis? Insisdendo, sólo conseguí, entrc ri-
sas: "l¡s krisas son su luz". Su luz del tejido, naturalmente.
Una k'isa es una a¡gosta escala cromática. Es!á formada por listas que se
van ordenando de más oscura a más clam, o de más clara a mr^ oscura, segin la
lectura, produciendo la impresión de que un mismo tono26 se transforma hacien-
24) 'Texli¡es y milos en um fMt€'1 étris: el c¿so de l$ Uru-CbiFya y d¿ los Ayñañs de ¡.
- Su brillo. por ejemplo. A una primera mirdda. una p'ana k'isa aparece
.rempre como un e\!¿llido de color bri'l¿nle. Mirándola. con atencidn. \in
Llammos clar/osdro (en témi¡m de arcs Plá{ss= valoi ): a las posicio¡e¡ El¡liv¡s
queromn los to¡os o nalices los uns on ¡csPecro a los olos, e¡ Elaciór a la soñbÉ o a la
lú/. I ap-Ean m. c rd' ^. o'ó¡ ná. Lnitñ.
'c
Ll¡ñanos f reza o bnlhnl.z : a la culidad de vcherFñcia, dc inFrsid¿d del tono calidad q@
m!¡iflesar tdos aqDellos totos que se a.¿¡c¡n a los que v€nos en el esp¿cro solai Los tonos
¡ueder p€rdcr esa purza cú¡údo la lnleasidad con que €liiica¡ u¡a luz o una sDt r6cie sólida'
disninutc,o cuxido ¡greg¿i blanco Tcnenos, ento¡ces, lt inpresión de q@ el @lo¡ se
'désl¡va , cono en el caso de los roros Élidos (cekr¿, ve'ú6 aBDa, elc ). EI olo. Piede s
brilla.tez y sc habla en !¡l ca$ de d€s¡luGción Pem en las ales pláslicas !€ considen ¡¡ñ
bién que un .olor es inpum u opa@ cua¡do ün detcmi¡ado trno es el Fsult¡do de una nezcla
de otrcs, coño es el caso dcl afé, del ¡¿gro, dcl Cns o del belgs Fara los lslug¡ sla 6nsi
dcEción del úodo de p¡epaEción dc un cólor ¡o cs p€ri¡enle t nás bisn la aregoriació¡ P¡sa
po¡ tonos que r€ucln!¡ al ¡roi¡il y totos quc ¡o lo Ecucda
Es jusbne¡te disrinsuiendo direrencias al intenor ds cad¡ culidad ld¡á¡dolas 6no Esgós dia
cí¡i6* qüe ls ddiñs ha¡ Pnido lundú¿¡¡¡r lensujd que P exPte¡ en 6loE3
27) Siguiendo el uso @ri€nte cn Cbile y Bolilia, uramos el témino efé' pea desig¡ar el @lor
que los perua¡os uaman naró¡ , y que la Ral Acadenia den¡o como cast¿ío (Dícose del o
lor de la cásca¡a de la casuna.., ). El Prcbleñ¿ ds d6i8¡at es lmo 6 conplejo, Po¡quc .¡ Chi-
lc castaño no te¡¿ u¡ nivel de ge¡enlidad suilcienlc: sc apliq nás bien al c¡bello v al @lor
de los ojos. No seri¡ posible decú quc aleunos objdos d¡Ectamento M €slaioJ, siro en-
pls¡ una cipresiór: de color casbno (cono en el caso ds üna puerá' una cas, la tez de u¡a
PqFn¡, dc.).
dicen las te.iedoras, definiendo el número idealde listis q!e debe¡a inregrar-
embarao. es posible ver que junlo a lo\ tono' mu) vr\o\ y puro\. ld\ kr¡sils la. irunque ¿ vece\:e ¡ejcn k'isus de rres. crarlo ) ha'11 se¡s li\t¿.. i,v-e
se dan-la lrbenád de incorpor¿r lonos impuros ) opacos como el negrú. pam \ucede enroncrs? Que nece5¿ri¿rnenre. ¡l rnr(rror de I r ev Jla, d\ life encrdi
definir a veces un extremo de sombra, o el blanco, para marcar un punto de :un 'nL) Brande\ ) no muy i-percepllblemenle gI¿d.rada\. conro lo e (ieina
luz; o matices muy desa¡urados como celestes o rosas muy pálidos, que no e\e modelo del mlndo n unl. el arco del .'ielo.Sr una l ¡s¿ l.cne ian Jc;-
tienen fuerza ninguna. (El arcoids no incluye ni negro Di blanco, ni matices lo trcs grados, por ejemplo, y uno es obligadamente muy oscuro (su som-
delicados). Sabiámen¡e dispuestos, estos colo¡es opacos son absorlr'idos por bra), el oro muy claro (su luz), el tono mediano no puede llen¡r, tx)r i'í solo,
los colores b¡illantes que dominan, y no hac€n otra cosa que aumentar el ese Sran vacío iuminoso que se plantea enlrc los dos exlreimos. Todo parece
efecro de brillo del lorai de la escala. Írut simple: un verde más claro, L¡no más oscuro. Pero ¿qué !erde mediano
con qué verde claro? ¿Es que ese tono mediano acepla o no el salto hacia el
Su luminosidad. Para conseguir está impl€sión, las tejealo¡as recuner, negrol tlegir loj coloft' oue llenrran tas posicrones en el inlerior d( l: e'_
justamente, a lo contm¡io marcan con ñrerza el extremo de sombm, De esta
cdlaes,enlealid!d.el ¡nede'con.rruir" unairnpre.lón: hacerquc un¿e'en-
manera, por contraste, el ojo prcibe de inmediato la luz contenida en los
crd disconÜnua ap¿rezca como ura continuldad ¿\o conlienen I¿\ k'isás
otros grados de la escala. Pero se trata sólo de un efecto: como estructura,
e.d mt.ma rrimpa de lo. seflidos de la hanna de wlyru\¡ñ¿. que are.en-
las k'is¿s co¡fienen un equilibrio entre su cantidad de sombra y su canridad
tándose como conpacta rro es otIa cosa que unidades de polvo, fnamenle di-
de luz.
vididas?
Su unidad. Las listas de colo¡es que fo¡man uDa degradación no se leen
por sí mismas: es la pqueña escala que va desde la sombra a la luz la que
constituye una unidad mínima de sentido. Y la que recibe un nombre unitario ;.Qué permite a las k'isas producir ese eiecto de deslello brillatue, luminoso'
dulcdminré continuo.'Prccr,¡niente el hecho de que \on ango\t-aq. de que el color
a pafir de su tono centml (de su taypi, como 10 llamaban en Chuani). Se di-
no L ubrt espacior .rno lrslas y el oro puede d\l coeer la escala como un bdo. unl-
ce así k'isá ch'ojiña (vede), krisa liriu (rosa intenso ligeramente viole
frcJndo lo. colore. a panir ué los ii,.ins domrnanire\ v lten¿ndo el mismo lo. va-
tr), k'isa jaruma (nar¿nja), k'isa laraÍra (azul).
i.q"i"cru¡a inleriorlla beltera de l;s degradaciones descansa'
"i"iÑ"áijiii
pues, en su ¡educción.
Pem en rigor. una ercald no esri formada por un solo lono ) sus maüce\
Desnuda¿las de esas ilusiones ópticas, las k'isas no scn más que una eslruc-
más clams y más oscuros sino, muy a menudo, por dos o tres tonos. Es así
como en una degradación 'verde" puede aparecer un amarillo . perfec-
Dnenre di'ringuible y le\icalizdble en aymara (q'ellu); en una deer¿ddcron
liriu puede aparccer un juli tgL¡ndo morado): en una nirrania, un roto L"i- snbú vs ir¡z
lar: en una azul. un sajuna ra¡¡l marinor: ademds de negro ) blanco. Ál inre
rior de una degrad¡cion, e5lo\ orro\ tonos pietden .u pe^onalidad, y deian mediada porel tono intermedio y sus maEc€s, si los hay. Es decir:
de rr nombrado' en.í mr\mos par¿ conreñirre en su sombra'o en i'\u
luz de la k'¡sa. en el lenguaje de las mujere\. L¡ que e' nombR rr¿duce e\,
puei. el 'elecro.en.ible' que rnrenu producir la lejedora: de una rran\
fomación en l¿ ]u7. pero de una unidad en el tono. Efecto que no cone,-
pondiendo a la real¡dad de l¿ k'i\a ex.ge una cuidado,a \eleccidn de ru\
col,)rei. rEsle complejo ú¿bxjo armoniz¿dor es llamrdo I'inkuyaña. en el Pem una estructum donde todas las posicionesestán expresa¿las por"cantida-
valle de Ambana). des mínimas".
Por último, su continuidad, Entre el contraste de sus ext¡emos (a veces A e'te n¡ve¡ simplemente 5en.ible, de la sol¿ percepcrón de las li'ras de colo'
una k'isa lerde emp,e¿a en un negro ) termina en un am¿nllor. la\ de- re\. la bellez.:1de las k'is€s no. lme de welta al tema de las aruculaciones y dl le-
ma de la reducción de un confljcto, que nos rondaban en los textos anterioresl en
Sradaciones deben crear la ilusión de üna transformación sin quiebres, que re-
cuerde al arcoirir. E\ precri¿menre eira ilu.¡dn de connnuidad. sin rupruras. su interior una k'isa expresa una conjunción entre ia sombra y la-luz La es-
lo_q!e esrá designando la palabr¡ k'i\a (dulce . suave"). Pero la irnjdad trucnrra de las k'isas ios recuerda, naturalme¡te, la estructura de los way_
miruma de las k'isas, )a indicJda .e\a esc¡la que es di'dngurble con el nom rurus. Pe¡o las krisas manifiestan un tercer término, un elemento @¡ciliador en
bre de un tono- riene la obligatoriedad de \er antosra: no más de cinco , la oposición del color.
18S
. Se ir¡ta.aquí de una esrrudura realizada por las mujeres, a panir de la subieti-
vidad de cada una. Sr bien se drce. de una mrnera penerJl, que .a\ deeraJacrullrs
ti(ncn oel arco is. lar muJeres se dehenden de rod¿ posiürlrd¿d de-una conrr
"Yo no se roba-rle sus k'isas tal arcoiri\), decirn a ve.ts. cn¡cando a rlsir¡¿
telcdor¿ imagrn¡ria que pud¡era ha.er L¿I, yo 5rco ld\ rnrrs de mi cora?un: La
sola mencjón de,que pudrerin tejer su\ escald5 mirando pnmero alenrrmente al a-
coiris parecía ofenderlas. 't en verd¿,d el "rrco dcl crelo resullr nruv rjtcenuo
frcnle a la erúrmada cornplrcacion de las k,isas, que rjeben ng,re poi toa_, uii
compleja gramá¡ca para eltablecer lre combinac¡ones de un¿5 cón otia\.
28) val¡. llro d ¡a F@rdnten, a u¡q 3.t00 ns n.,1, ro ¡a región de 1..¿Or¡, nie ü Cnib.
Klssüld@dúúrm¡¡oii@Ú{rúndJéÑmÉrdeE @Ür#úOriM]|üF
-Jsnl4 ¿^ile -
K,.r., ¿- ¿t c¿^+.- d. !\1 <^1"?<.
r0t
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Frdada dréraménl¿ ksda suga, ch€. Las anoGlas guadás de ¡bulos {slr6) quiebran ge¡amenE e
¿sp¿cio exesvamenre @^t^uo de la kisas d€ mc¿o de adi@larlo. La oñxnudad rñ tupufa3 €s pé¡cbda
6mó p€ aósa(noad@la.ió¡ = asú áldád)
1S3
mos an¡enormente- podemos ver una k'isa azul que entra en relación con
una liriu, a través alel solferino:
I
Ll sufrto -lhapi sgrega la idea de "rcplegaae : el movimienlo hacra la 'om-
br¿ es percrbido como un movimlenlo de clem
La\ k'i5tata, Dos escrlas dl.lintar se encuenman por su e{lremo de lu¿ uly
ámo.ucede en et borde del mlsmo anako. enÍe la k'isa lerde cle amba
que.l¡ n¿rania
ü ora l" .ig*. o enlre la narania y Ia lir¡u {Noleqe
""i,*
r"-, rimlirén una indir k'isa) El sufiio -lata a8Éga ahom la
'crea
oe
"expansión' a esa coyuntura luminosa:
o
y
Por .rué conceder ianla impolancia a eslos lipos de enlace enlle escala
r
...uir. irrnro de nombrarlo' ] normarlo\l La verdad es que' a pesar de su
enc¿nto."tlas deeradaciones son con5ldemdas en Isluga como allamente..pellSro-
.,' Deben ser-urili¿adas lu.lo donde convienen. sjn abusar 'leal ell¿s :uema
relenñe' a,!e-
srad¿s k'isasi , decran lai mujeres de Ia comunidad de Amba
ce\. a los terido5 de Ia rütad de Abajo ¿De dóncle provrene esu perrgrosruau;
t¡.remor oue cuando las L'isas 5e exdenden por supertic'es mas ampllas l&ll
enÚe la
c.,mo o.u'ie en la lrazada o en el anakol. se esublece una aJnb'guedad
;t;;^;;; ;.t; .in sentjr pau\aq, v el ptnsamiento que la\ reje: el pen-
que \e trara
ir.,.nLo intenta temrdar, a travé' de la\ normas y de los nombres
áe unrdade. mrrumas, disringurbles enJazadas atravé\de an'culaclonestamolen
i-"inocr¡i"" ¡"i, ad.¿" uripunto de vista sensible, estamos freüte a una con_ una
;;;;ffi,;;; ñ;;;;-ounrá de u',ra logico. ftente a una di\conrinuidad
con ias oritsnca
discon¡niidad muy Ie!ty mínima. es cierlo. si la comparamos
drlercncias que puaden apar€cer al jnlerior de un óseno lelloo rero' aun asr' E5
i;';;;; ;;.';;,it,;;;i'tii t ;¡sas
'"
manÉnsan del lado de la cuhura' del lado
percepclon con algurus
de aquelló que es orden¿ble. cla5ifrcable y que regala a la
disdnciones, aunque sean mi mas.
¿Qué ha pcrmitido a esre diseño exrendeFe de rel modo a travós de los An,
de.. mantenrendore inper-rl.dbtei Al inrenr¿r leer o. ,".errlo. qr. n",
$ri
á"
welu¡. bru\cJmcnte. a ld ertructur de lor ¡uegos. "r. 41
Co\t¿le, ) olega\.e re.en, pñr lo generJt. (on ! ellon n.uural. dc Uam.\ !
pac¿r. [¡\ diiererenre, colo-er icate. rrre. en.e,. negro. blrnicl. d,r¡ue.r.1, "t_
sn
bandas. \e rlteran en'rc m¿\ c dr.,\ r mr,a Ji modo de ri l-i..rcndo
resaltar una diferencia entre soñbr¿ y l'uz. ".cur".,
F.te e¡cuenrro enrrc l¿.Jmbr¿ v.¿ lur. ¿hor..,-n pr,,nJr\ di¡nrn.r,.ner, e.
.,
ll¿mado allqr. Allqa e, todo con¡aie nj¡Jo, ro ,.lo -nrre c Jro ! orcLro \rnu
l¿mblen entrr Lolorr5 que el oio cirpri como ofu(\ro\ verue mio. n¡rdnlr dzul.
negro/D¡anco, e¡r. 5tn re'omtr aqLI c,¡e lema. olo¿rno\ r:rn ,olo ,c allqa-e,
¡ una
maner¿ cle mdnrle.r¿r. con lormar y coJorrs. und rde,, Je ..únurri.dJd. L\ decir,
e¡ allqa. a rrd!er del cotlrja,Le. erpre,a .Jlt¡drmcnr( d .^\ ojo, ld mrsn a rder
que acl\hc¿rnenle. h¿crr ltce.rr I¿ pJlJbrJ alrkt. e!orad.r p.'lo.
iuegu. {recor
0emos. awqa t'aq¡, awkail.
.Conl¡[io
en las cótorcs y ctc'¡ent s]
^uca
nos dice Befonio:
' Y dc bdas aqueua cosar 6si que ¡o puden cst¡¡ junl6 (op.cit. 1.. I, 140).
Lo que nos interesa aquí es que esta situación de awka, exprEsada por el que aEdih¿r e'
:osrá ardFróa|:o :¿srofo reio¡al i¡us@ San ü'qu¿L de AzaF
tes hilers de rúlu que afrdrañ ¿L cstrÓ
;ne¿nro enre smbra v luz Y lá3
199
r
b) Srrven r"Irhien pd'd rupr irr fundrmcn irl qJe se produ.i eltre
los lrmrre, de l¡ relr v.' r)undJ ñir ¿llJ dc cllJ I ¿. degrddr('i^ne, pu(,icn lú
mirr l,r formr Je un bod¡du que \e srp(Dr\nc a l-r on.l¡\ (kl¡nbn) Vol-
verEmo\ ma. rdelr e e.tJ ¡rl¿.r¡n dc lr, k'¡s:¡\ cñn lo\ limrre. I i,s tor-
ma! de k'. teYtrlc.
"
''De ¿o\ ¿n dos, ¿e .arazón a útdzón a caru.ón. ti. tú ercs duk:e. )I:.\ du!.p tú h..
ühzt,.
(Cúoión aynüa de anor, cjl¡da po. Wrnan puñ4
I ll?/319/)10.
'KLschal3, vel Caulnch.ta are Palabras dulces É8aladls (op cil II, -102).
Las degradacjones del color nos dewelven así a toda esa eral¿ sensualidarl
que acompandba ¿ la belleza y al nanstlo. en lo\ mrto\ re irtddo\_antes.
unlda a i;
temura y a la erpenenoa amoro\a: el q,re habla a todo\ con canño el k¡sa aro-
nr! monkhsa aron¡. .egún Bertonio y el jer amado, cavina. No \e n¿la .le
un¿ simple coincidencia de tem¿s: uno de los sinO;.orqu. i
""ornpunrii".pr"
30) E¡ Ayñd¿: Paúiy p€0i, chutruy chuym¿. Jumax¡, junda nuretapi. Mqel¡ri un¿rir¡ual
(Reorslrdaión y b¿ducció¡ de Virari,no lluanca dct tcxro cil¡do poi
Wanan p!n¡. Edj.lón de Dibljoseñ Lalnlers4ióndelaembád€ unalleon aluz deh'ni
Stlo xX¡)
200
k'is¡, mo.iisa, hace las veces de un puente entre este pequeño texto tejido que
lü.'"*iór o¡o" I los rexto. antenóre'. permrriendo comprender que eitamos
en rn mi.mo v unico microun,ve^o 'emánl¡co
Cuando, en los primeros momenlos de nuestrc Ir¿bi{o decampo se nos ha-
podnan llam¡r\e^rgual que
." ¿i¡"liá"ip,i"¿!, por que l¿s erc¡lar cromaricas de Todo\ lo5 S¿nros en
i;.;;;.;;;i .É;r qr.
'enden
en las calles parr la tiesu
r^ me ¡clrr¿ban: "i('isa es mojjsa mojjsa'' h¡ciendo
"j',1""i,"J. 'ilɿ"us
.i^q1i.rr:i,.;uió". Y bren moisa además de desrgn¿I lo dulce designa t¿m-
bién lo blando:
El vellón reñido de todos colorcs forma parie también junto a los lvayrurus,
de diferenres mesas ntuales- ¿De dónde proviene el poder aficulante de las degra
daciones del color? A diferencia de la flor, de la señora wayru e incluso del \vay-
ruru, las escalas crcmálicas explicitan, claramente, su trabajo: son un esfuerzo
por unir la sombr¿ y la luz, pa\¡ndo a lrave\ de Ios coloRs bnllanres que. merarlJ
iicamenre. permrtirá una rranilormacrdn en orro plano de la redliddd. t<re poder
transformadors€ haceevidente en algu nas ceremoni as de cu ración mágica, que se
basan en los colores.
Junto al enfermo, el "médico" coDienza por dobla¡ un irs negro (manta del
hombre), en cuatro: esta superñcie cuadrada servirá, al mismo riempo de "mesa"
(lugar de la ofr€nda) como de representación de la enfermedad, encamada en Io
oscuro. Con vellón de perro color qhamara (beige o crema, en lengua chipaya),
forma, luego, un círculo que dispone sobre la manta doblada, sin cubrirla rotal
menle. Esdecir,lo que hace es establecerundoble principio de contradicción ópri,
ca, como inicio de la ceremonia: lo cuadrado y lo redondo, y el allqa form¿da
por lo oscuro del irs y lo claro del vellón qhamara, Estas diferencias serlsib¡es
conesponden a un estado de división enEe enfermedad y salud. La tarca del mé-
dico indígena (sacerdote y maBo, al mismo tiempo), será la de esfumar esa di,
visión a través de Ia transformación gr¿dual dei color.
- "Primero un blanco para avisar,lo que se quiere", Después, un azul, muy cer-
ca aún de lo oscuro, un tímido paso hacia la luz, que regresa mievamente a
un anillo negro jpara no olvidarlo", (a la enfermedad)" para que no se
enoje"-. Va avanzando así con las ho¡as, hacia el centro, donde debe quedar
siempre un cúculo qhamara. E5le espacio central que hace las veces de la
luz y la sa¡ud, quedará crrcado por los arullos. a Ia llegada del dra. Pero.
antes, al alba, se ha llegado a algún tono desa¡urado como ese celeste que
pintóel "médico" u "otrocomoé1" (comomurmuraba mientras buscaba enire
3l) Comunid¡d siluada er cl su dc Cü¿ngas, p€rlen¿cienre ¿ ¡a ni¡o¡ía érnica Uru, que habla aún su "cuélébfilla": almo de €mavd d tbs en los poñp.n€s
205
204
\
't
)
\
¡a
\*.
207
qué psmib a d6!ódaciÓn
-M,.s' sa @ra alqunas énf€médades a ta!és del pae dé la smbla a la luz
,¡ror. D bujo del pfogio'd& @' (chipava caÉñs6 _ aollva)
?09
mr. l.p.es el maliz ¿proprddo..in enconlrajlor. A lo\ pnmeros anebole\.
(irculo rolo. y irl primer rayo det sol. et amanlo. j" t.,", *i.""... et
crrcuto cen.rat con gra\. de cerdu y sobre ella .e dr,ponen grrniro5 de
li
mi-
rru: que hdn stdo pLe\ro\ en conr¿cto con el cueryrc del enfermo. en\ueho.
detrcadameme en morjEs de dlgodún. De este modo, la forma perfecu
dei
crrculO empteza a de5cltbUtaf\e llo\ pequeño\ envoltOrios van diseminados
]
srn orden en prolu\ion). al mrsmo rrempo que 5e alcanza Ia mdxrm¿ cla_
ndad. el bhnco del algodon. Se ha e5tdblecido üna mediac,on en¡e ta.ámbia
y li luz y se trá un paso m¡\ all¿j. hrcra la perfecta unron del oscuro/claro I en_
lermedad salud r. rl re\olcar un rrozo grañde de algodon en hollin oara culnr
con él todd ld- me'a . Según lJs e\plicacro¡.e\ oel medico , el blanco del at_
podon ) el negro del ho.lrn 'enrran como en ¿mor" {anulacron de la di\jun-
ción ¡nJ. rrl,.
'lodo se lle!a lejo!
) se abandona tunro con un bulDLo de oaste¡ius (rabler¡s
dulce\ de cercmotua,). Este e\ l.rn \olo un eiemp¡o de los muchos en oue lái
po\rbrlrdade\ del color. como un lenguate,5e udlrzan en rran\formac,one, anr_
l
Sin embargo. e.ra caltdad de dulce, suare blando de los colore\ en depra.
d¿crón. puede ser también el re.ulr¿do de una rrolencia. El termrno mo¡i\a r¡i|t_
zura y blandura pore\ce¡encial sugierc, al igu¿l que lo. mamllo5 v morié-..
posrbrlrdacl de obrener un esl¿do de no rc\i\¡enciá por medio de úna dureza:
..,
*ha¡ dulcc a la cofnida..-
211
I
m\ibiLdrd de cornbinacidn erd, nrtunlmenle. el ¿rcoiris, que podrd 'er ¡podJdo - una sucesión de tonos brill¿ntes, puros, interEos (las k'isas incorporafl colo-
iiiir tinkuta: e. dec,r. eldegrad:rdo mryor o "el n¿. imponar te . res opacos, negfo. blanco, desaturaciones, como se ha dicho),
En el anliguo aymara dei Lago tinkuña tiene dos signiñcados:
que re drn sie'¡pre en el miimo ulden ll¡s k'isas d-n 'irllo. en er c.pe.lro.
- En su forma ¡eflexiva, signiñca aiustar, "venir bien en¡rc sl', confomar o ir\dndo del rosa irl \erde. por ejemplo).
concordar una cosa con la otra, tal como una llave con una cerradura- (La
ímagen perfecta de una coyüntura del cuerpo, de una aÍiculación). - \.lr '' robt( (odr. lu\ co\d\, u.la grmr: ei declr. ura lrun.formdci.n donde
íro e. oosrLl ¡ercibir ni un 50l¡ qu ebre Eso' lo(oi. Iu\ lono\. qLe cada (ul_
- En su lorma drrecta. "encontrarse', pero !iniendo de direccrone\ opue\ta\! l,rr eilee Dari hJ\ cr cieno\ cofl<s en ere 'onlinuo. .e funden de Irl ñodo en
sea los que v¿n y vienen en el camino. sed el agua de do. nos. Pued¡ 5er un \us rre;s;enrenc¿., que no e' porible decir d.nde lermrn¿ un aranllu )
e¡cuenrro pacifico. pero lambién el encuentro de dos ejércllos conúaior en
donde emiieza un rerde. por ejemplo Vemo. lo5 lonos pero no sus limres
la suerra o en los iueeos, Y Duede exDresar tambien ld ldea de comen/ar la
(Enlas delradaciones lejidasse t¡ata, encambio' de escalas. de pequeños pel_
baiálla-. t¡s Chuáni'agregan el sufijó -¡a. que implica 'hdcer que orros ...
en este caso, "se encuentfen". daños, níridamente distinguibles).
Pero tinku es también, y hr.t¿ nuesrro dra\, el nombre de la\ batallir\ 'Por (lue .e drce ellonct\ oue las k ¡sas 5e onglnsn (n el a¡rolri\: Dlnillnor
riturles que ocunen, sea al rnlerior de una gran comunidad, enrre lo\ driüntoi oue i arcd'ris er ¡¡ modelo trriecro: clta la mi' complel¿1 urxon entre Losd' mJ'
grupo\ que componen la estrucrura \o.r"l (alllu\. milade.. erc.J..ea enlre riiterente\ rr¿n d rlnra\ comi un tono de orro lono). perml'lendo s n embhrgo que
comunidades. unar conra oÍar. - fvocxn lor Chuanr erLo\ srncrienro\ combare\ cr.l¿ una con\erve Dlenamenle su roenlidad: segulmo\ prlcibiendo el roio cla7uI
ceremoniales, que llegan incluso" a ld muene, cudndo denominan .us degr¿da- eic Y * rl mi.mó ri<mDo. el modelo perfecro de una rrdn\lormircidn: lodd una
ciones del color? ¿O sólo quieren expresar un ajuste pacífico enlre dos cosas? El esrruc'urade pa\oenlIe lb.rolo.o*uró..de unerlr(r¡o l lo\ \iolelirs del oÜo
aiu\re es nece\ano, rin embarqo, precilamenre ahr donde ha\ una enemr\rad , ir, ¿.nrr¿aciones e.ian leio\ de inlenlar und reproducción snaldtlca
una dilercncia. v lor poloes ?e lo\ tinkus no hacen orrá'co\a aue cre¿r la '.¡¡¡¿r
;Que ma\ leio, de un dr,:oin. que ina degradacidn q-e empezrndo en un
verde
concordia (comó lo hidemosnado Tn.un Pl.r). C,rno.amenre, eiras baL¡ll¡s
rinrales son llamadas, en algunas rcgiones, anata o p\illay, es decir 'juego",
Á,¡rrro slhe harr¿ L¡ luz v ahr .e de5dobla para lnlclar Lln nue\o descen\o n¿cra
en aym¿r¿ o quechua, respectivamente. sin importar el alto gaado de violencia i". i"¡ir n.""to., por eie.nplo? Lo que la. k'i$s inlenlan recordirr del ¿rcoinr
que puedan, d t ece\. conlle\ ar: la normacron e\rricra de lr. lrmr\ ) la m¡ner¡ de ei. mr" ¡'en. su priicipró olrco: el di lir mjs perfeda union donde srn emb¿r-
enfrenrar\e. el dra ñjo. ). ma\ aún. la limir¡c¡on precr.a de l¡- horc, en que po, c¡da identidJd se cúnseñ a con fuerza
comienzdn \ lenrinJn. srqiirn ¿ los tinku\. concreramenre, tunro a los i o'.
como lo.Juégos narado. en lo\ mi'os de Cobo ) de \4 .ruJ. Pero los cnlore. de lrs de¡raddc;one\ IeJrda\. a pe'a' de \u' ilusioner' 'on rn'
mur¿ble\ Y nnen u1¿ m¿ eniprin¿ qLe rieie un cie¡lo peso. ld ldna Lo-\ colore'
Lor Chuani de\ipn¿n también \u\ de¡r¿dacione. .on un .ecundo ierbo: del a_c.irn., en crmbio, .on simplemé"tc lu¿ .ri¡e . dccian en Chuani e'
puro
Tinl'a!¿ria. que rradúcen como haler h,z'. En el a.mar¡ modeino rinkr'aór ái."tl i.u nrru'"l"rr.' crr¡biir;le No 'olo dd I¿' imDre.ion de tra'loda^e ftrp
y linki'a¡aña üenen el .enrido de aclar"/ o compafucer ante unJUe¿ prr¿ dc- damenre de luc¡r slro de morlrar a vece\ elespecllo complelo ol'd\ ran sÓlo un¡
clarar', es decir. hirer lu7 en un jtricio o,onflicro iRu*. 601. L.rc mr,mo.e1- n:,re.oanrreé-cJmuurilriodoble E'rd.ordlcionligael a_coiri\alo\colore\
tido era e.rDresado L¡mbren Dor tinkusiña. en el a\mara del XVll: Conronn.r
los diclros de tos e.rigo. . dl.e Bcnonio. Cl h¡.eil.-rz de lo\ C\L.ni ,e refrere. ¡onfujos e rre,tables de lJ\ dgu:t. de colo e. . de 13. nube, en l"' li'rdes. de ¡5
naruralmenre. a un efecro ópli.o. en rel"c.rn drre, rJ cun aquel J hellezir ir 'a que \e iela. como el r¡m¿.o1. Lo. dégr¿oa.ione¡ l..idr5 no lo siSLe¡ hasra e'o'qedl' de:or'
dener exrrcnro\ del .olor narurrl qtur' de colore' luce' de l¿ la'de )
¡efenan las mujerer de T.luga.uando dec
de luz irradianla k'ises? "n .u. k'isus.on .u lu/'. "Q re cld.e i*..*i.. ¿" i i'"..".rbi3nle5,.on c;n'iderador all¿mente peligrososel- c¡mbrovir'bd
una n¿cer el manrnliál que d¡ origen al no l\.u8¿ ) f¡'cinrdd con
3. El "rnodelo" nahrral 'i,
de colores oue aDar(cia sobre lJs ro' ¡. hureda.. lldmd a la ¡mlga I'luguen¿'
que
rne acomoeiiabai ' Ven ¡ rer rus k'isas , le dije Cog,d brus'amenle mr bra¿o )
I a luzde las k isasrecuerdacienameme lalu¿delarcoiri\. aunoue-comohe. me dio uir emouron hacid ¿lri!. No mrre. . me drjo energica esos colores son
mos id¡ t iendo. ell¿s contradicen la esencia misma del e.pectro. Puique el arcoi-
ris es33. ante todo:
deundiabloquerire¡l fondo del agur" Y srguio conlÍi¡dome lodos.lo- mirle\ )
eniemed.'riei oue DodrrJ acdrltarme mirdr e\ai lran\lbrmsclones de¡ manrnndr'
Éi ;;;;;;'. ;; ¿;;[i". sin problem¡s ju5ramcnre de e5.,\ lusares de-aÉuJs
1} "rce
decolores.ydepozosreldcionadbsconserpienreslmelJle\'dcslll()5callllcaoos
Del \¿!.o ktu nel arój¡i6 r¡¿ún6 l!0 rólo " úrcl.o¡ a.pecd que !e F¿.onan
n¡nb ún lar l'¡sr- como saiira (de srcr¿lidcd demoni¡ca):
212 213
''Cuúdo llueve, sal. un mo, u¡ kümi (úcoúis, ayñ.) De esas aguas corno ají, de o'o, colqrndo del recho numeru,o. cri.ules ) alun'br¿do oor Ia luz que ve',ia
de venriin". en dos lado\, en e\e eruaordinerio juego de lu(es. do, indior:.o
ess paftes sc lcvantd... De es¿ aSua de orc viene... Esa agua ¡o úllanros, bjcn dc cG
Dl¡b¿n. Y de ese \renlo del .oplo {ma\ la humedad del alrenrol, .ali¿ un
árco oue ellos ll¡m"n cujchi . Hrncado el Inha en nredio de e.e 3 co o\
nos decía un amigo, en la comunidad de Chuani. El arcoiris mantiene, al menos,
d(moiio\ re ib¿n respond,endo ln que pedra {Cu-m¡n Poma: 2ó2 20J'.
una secuencia inmutable de sus tonos. Se si¡ia, así, en una posición inten¡edia
enr¡e la estricm morfología y sintaxis de las k'isas, por un lado, y las lrans-
Pero, al mismo tiempo, extremo peligro. Los relatos de 1os cronistas, co_
formaciones demasiado libres de alSunas luces, de los colores de las aguas o de
ios cuerpos de ciertos repdles. mo las creencir\ qLre e\ po.ible recogel ho) e.l el campo. h3'en dcl arco;ris
cnser ambiralenlé,c¡n un :,spe'ro remrble Lo: crmpe'ino' dr'trnguen ra
Pero el pensamiento mítico obliga al arcoiris a jugar otro papel más fun, rios arcoiris. unos más nefasaos que otros, pero. en general' el arcoiris es
Lon,iderado un $a[4, q.re lieldo a la fe.undjddd ] a la nque/a met¿iic¿ del
damental como intermedia¡io: origi nándolo en los pozos profundos o lagunas, co-
mu¡ncados a menudo "con el centro de la tie¡ra", ei arcoii.is tiende un pirente cur- mündo subler¿neo. m¿n-¡ie"la un caJ3crer seml demonlaco Se ple'enu a
menudo acomoaiado de lemblore5 y d( ruldo.: t an" totot" 6"a¡¿n
los Tr-
!
ro enre lar profund¡dades del mundo y el cielo. e" lu\lcmenle jugarido el pjrpet
l"ea S"be .iel robrc auuelro\ que,o mir¿n direclamenle se les enu¡ al e\_
de una aruculacrón como se presen¡a en cierloi mitos.
o ¿ la \agina. preñ¿ enfermr \ mdta Cile I¿mbren \obre lo' objetos
'd;aeo
r,rill"'ni"'. .oto-lot d'enre., t nu) e.peci¿lmente \obre las k'isas. que
Recordemos qüe cuando los hermanos Aya¡, en su peregrinaje entre la os- \on como 5u e\oeio, Lrs armas defen.lva' qu( se uDll¿¡n en eslor c¡\os
cura cueva y el valle del Cuzco, alcanzan el ce(o más altó, se levanta un arm del oefinen por anútesrs. h narurale¿a del arcolrl' Por elemplo lo' colores'
cielo "mu) ermoio de lodos colores", sepún S¿nta Cruz Pachaculi Y sobre ese C'nra. amanllar, o lan¿s rojas. prolegen a lo. niñot pequeno' fs decr¡ co
arco. oro. de fiodo que Apomanco CrpaCqueda;usto en el medio. \
.¡nriendolo lores enleros, Dor urJ p¡íe, y por oEa. colole\ qu( recuerdan lx lu¿ solar'
como una buena señal, comienza a cantar el canto de chamaiguarisca, El ar- Tdmb;en do.jipos de drbLJo' 'on con.ider¡doi como una buena deten:a
coiris tiende un puente enm un mundo m¿s pnmidvo repre.enrado por Ia cue!a y los k'illi y los p'uytu:
el nombre A) ar (quinoa \rl\estre). y toda Ia ñrtona culrú¡l de lo\ lrika que se de'-
sarollitrd posteriormente. Otro ar-coiris enciend el cueryo mueno de Aühuajlpa.
en Ia.onocrda pinrura.olonial que conserva en el M;seo de Cu¿co, como ri el
'e
decapiramiento hi.tonco del úlnmo lnka no fuera ma\ que el punlo final oe r¡n mr-
to. Bta Fesencia del a¡coiris en el momento de tránsitó enÍ¿ dos Edades, es cla-
ramente reconocible también en las tradiciones de Huarochirí. MienÍas ocuren
los combates enFe Huaryacuri, (que rep¡esenta al futuro) y su cuñado (que re-
presenta al pasado), en uno de esos desafíos, Huatyacuri va muy temprano en la
mañana a una fuenre. de donde recope unr prel de puma rojo. iNoremos la pre-
senoa de e5td fuente que recuerda al mananl en el milo de \4unia. y lor colores
del cielo en esr hor¿¡ del rlba, que evocan lr\"l
k is.r\...r. Cu¡ndo HuaLr¿cufl .e P'ür.tu
tr\leconsu puma rojo) birilacónel.u'r rr'orn\.eler¡nl¡. E+ede.¡frórermina K',ill
asi. \:n malores delalle\. y se pa.a al .iguierte. como ¡r la jola dpi-rcidn del ar-
corn\ b¡5ura p¡ra m.rcar una !rctoria. e, de.ir. par¿ ¡nuncl¡r el paso de una
Edrd a orá f\ decir. aoLello. gran.mo\ que lienen ar rla\. punlx\' 11 cuanlo ¿ Io'.obielos-
la. meiores um:¡5 defen'ivr. \on los la$r¡ rsSujas gtande\l o lus cu(nrllos ,quc-
puei tu conrano:-el
, tl ücoiri\ p¿Rcr ilm(rllar en el mundo lo que
oo. arrasúanoo con el t05 temas que yd nos \on cono!lJo\:
la, k'isas anicul¿n en el rejr. se le ri;an con fuer¿a. Todo aquello que cona o clxta es.
corn\ e\ todo blando. sin ángulos, coño el cuerpo de lds culeDra'.cuya.lrgur¿
,áooto a u..er en la rconogiafía precolombrna {Es rodo moijsa' lEmpu,or-
(¿contraÓcen ettos to outec
namor). Por út¡mo. los oloreq fuere'. ajos. onnes
Enlace mágico con un plano sobrenalural. t n brele da¡o de waman del arcoiris?).
t.uma sugiere que el arcoin\ panjcipab¿ en riloj de aJi\ inacron. En cieras ce-
remonra\ en el lemnlo de Concanchir. las paredes cubierlaj enteramenle de - Y aún ñás, una innegabl€ bellez¡. "Muy ermoso, de todos
colores"' dice
215
2t4
el cronista indígena Santa Cruz Pachacuti, cuando describe el arcoiris de
Manco Capac. fxpre\iones pdrecida\ se Rc¡ben ho) en las comunidades E. INTENTANDO ALGUNAS CONCLUSIONES
cuardo \e conversa \obre el arcoiris. Una ctu de J, CJjarerde deia en¡rerer
elencan(o que p¡o!ocan sus colores en orra\ mujere\ que no son-las lsluea, a) Los temas rcit€raiivos que acompañan a la belleza
Un npo de arcoiris habrLa en los mananllales en forma de siele madejas de_hi-
los que corresponden a sus siete colorcs: Dando una mirada hacia a!rás, es posible recor¿larque algunoshechos se pre-
sentan como una invarianfe a lo largo de los seis lextos. La belleza, por ejeúplo,
"Cuenta uúa i¡Joma¡te qle tuvo oportunidad de ver dútro de las aguas crisr¡linas de no roarece nunca sólo como algo que riene un vrlor en sr -indifelenle al acontecer
u¡ trDant¿ siele madejar de hilos de cotoH Sustu hu¡kuyükuy', (que daba¡ ganas del ;undo. diríamos rinocon-una tarea a cumplir: producrrun enlace -o un paso-
de rÉo8úla ft la poueÉ\, (CÁaverde: l'l. enlre doj remino\ conlranos (enfermedad y salud: rrda y mueñe: nalural y
\ohrenar'rral: ooaco \ brillsnle, elc.) l na ldea de belle¿a se presenla a\i en
Tuve una vez la oportun;dad de observa¡ una escena de fascinación en¡re un ,-Álirli¡n.on''rrt" ion una idea de i-lermediacion dando la impre\ion de que
campesino de fsluga. de edad madura. y un arco,ns doble que se habra levanrado r.¡rs.e,ecubren r que, en cieñoq c¿ao\ llegan a confundiFe {;L-as k'¡sas ron
sobre mi casa. Temprano en ¡a manana golp€o mt pueña urÁiéndome para que sa- ¡.ti"io .on *n".rítei ¿e do. realidades oFica' dis¡ntas?r'
lÉse a mirar. Demoé uDos insrantes y cuando abn-la puen¿; lo ví en m;dro del Da-
tio, mirando exrasiado hacia el cieio. Recorddndome de las creencras. le drje \o Pero hay otros temas -que tal vez pod¡íamos llamar subsidiarios- (la ma¡gi-
mires! Es- peligrosol". Pem sí! Se lo puede mira¡... siempre que sea con res- nalid;d. el a;ror. el Deliem, la reducci.in. elc ) que lambien se Rpilen üna y oÚa
peto:... Yo lo estoy nurando.,, como a un rey en su lronol. El .abe oue lo e\la_ vez. aouí v alla, eninlalando de tal manera todos lo\ texlos. que^je ru\rera la
mos adomndo: El sabe que e\ todo prec¡oso el". y se rol! id luego ha;ia el e\r. ilnot".ián'¿i or. 'o" fragmenlos de algún diqculso mi5 amplio Sin embirrgo'
"Mir¿ el sol". me düo. Sus rdyos tr¿5pasaban apenas la\ nubes-oscura\ oue lo se irai¿ de te\¡ós mu) helerogeneo. que provienen de distjntas
epocas y regrones'
cubn'an Cuando para'el arcorris. el \ol s€ poni medio... apagoso.Ievanro i..'*",¡".im"nu'.¡'culoidiferenie.ipalabras.geslos.acciones imá8enes óp-
su mano y la gi¡ó leritamente: "se da la welta para no mirarlo,,. ' íica.r Lo único oue les conñeR unida¿ e\ que. a un nivel ma' profundo del
conrenrdo,lodos óefienecen a un mlsmo micro univer\o ideoldBico' de ca¡¿cter
El arcoi¡is se definía así como "anti sola/'. Su luz, y la luz de las k'isas. se mítico35,
aproxiÍiar l¡l vez a e\os Ésplandores (ill¡, del relám;aeo v del raro rle to.
metales y las piedras precios¿s a¡ inlerior de la! mrn¡s, di io, óios ¿e l'os leiná.: Los marenales analizados proponen la exislencia de e\te pequeno unlvecro
\e-
\ubsidi¿rios no
los gato: monrses se conservan embalsamado5 en la. ca.as ¿e LI.eo, iáo-i¿o; .r'*. i J.;;t inteioi tos temas qr're hemos llamado
con veilón refudo ), k isado. que se les amara dl pelo. y iuando et ircoiri, en al_ ';;;"ia
neóerariami'nte Drc5en¡es en todos lo\ texlos. a un mlsmo tlempo_.I a re-
gunos relatos, toma la forma de una cabeza con cola. .us ojo. .on !erdes como rtircrirjn oue alecla a ja5 \emilla\, a la e\cf,na de la5 culebrac a Ia\ klsas.ar
"sran
1os ojos de los gatos. ;;;; i,i*o. pur.o ur'.n'e de lir e\cf,na de la mu'rca [,t
'-';,:;;;;"o
oa.;on ámolosa ".*'
qie óñe fueflemenLe los miros de Murua y{.obo ena
'erua"l. c¡ an'or en las l( lsas que
Como otms bellez¿5. el arcoins es alma lunlha¡a (ladron det almdr. sesun i¡c,La ta.b'en en lo. sayrurus que araen
los Chuarül quedarse anobado conremplindoto pueoe lle,.aru oe,u*.if irii¡ ilá nromueven la lertiliddd del ian¿do: pero no parece nece\¡ria \rn emDargo a ra
memoria.¿Seú¡ladeunpeligro\emanhco: f árcorn.es.eiaide.am¡'ocueíu_ lsrructura interiordel tuelo-\ atí Dlnamos que penenecen a un-paradlgm¿ oe
dtera jer desfa!or¿ble... ¿O de un peligro ¡ura.nenre plrsrico. opticú, de ur,á ;la_ po\ibrl,d¿des latentes. hn camblo. la ocacinn enlre una ldea de belleza ) una uc
c,Onoeña\taclollutdaenúeunc¡lor)l'lro,rrn:Or.racprects¿.,\,n\o.-.rumosne_
tos. donde la percepaion no^puede reconr, Ju obreu: D¿r) que l¿ i-.triifencr. lo
ar.
le. to dehna. lo comprenda'.i. rMt\
15' .n Lni\cr,J !.tu0!(o "si" er .o1r¡ro de conl'¡ioo' v "1" dg"1i¿d 'o¡es 'eld¡o\
a u¡d culud dád¡ iodesñpLoe er !u lokl'd¿d Ln mic¡dn re¡so e¡
34) Ló ip.*J" *i,,0. p.' L *-o'- dc ra E"der¿ de P1c ry*.
'':lil:.-:;-:*':
er,ruc eb¿ ú¡ur¡do por obú ukso¡i ubrnind{r¡\
de los sie¡€ @ldes es, ¡ahralmcnle, un¡ i¡fircnci¡ Gcided¡l, cono t¡ ¿xirencia {ts
colqes e0 et ü6iri!, cwdo e ta retaciona co¡ ta band@ bolivia¡a. l:
ae¡ .i.-r¡,o-**. '"''qll:11:l:"1'
Fegu¡ra de cuá¡to¡ l¿úmcn'L0nUe¡uou¡qpe¡vmo:qu.¡clr¡bdedosúLegonaqbÁ:i.¿3
colqes hay e¡ et e@inq más bj¿n desonciera. y a uú oxigencj¡, r", .",¡,i.r* que e{d eregds e¡Ú'Err
* -,i ,¿r,- cono ..nm ,".¡or,'o de ede micro_úivefo
san 16 cuaao qüe denoni¡on 1ta kies, s¡ dho o nucv,: * den, h e;cnci¡,lel d;.js "a*, lnr,¿¡u mm por u¡ ssr"* semtsrnbor'o: r¡ pr*n''a ' de Ln¿
l"* "ry1¡'i.-l.Lil
pzs ñ¡! bien. pq !m Lol¿lid¿d det 6to, dc e ñ\ At rc.,.irale eú "i
F¡knF¡b ¿ l¡ o;, m dd'nrnados onrc^r'q CoñÓ !e \Úá nás adehnreDo@r v3 b€rrea
'oxomma.
i¿: ErpubL¡ ¡o0 F{ore¡ y no \rgu.n, neccsF¿ñflkj td.ándes de t\cúon ilil.-"i;;";"*-";,.;;;.'.'.qlJn. '..,""- r¿s de
"on 'ncú¡o
al¿Rnte dtrmles.
rambién
.r*¡ioo.r1. ¡- t- pun" ' a ón \! cró1 p'r oÜ"
'on'J
216 217
mediación se prcsenta como una constante: es el núcleo que no sólo da sefltido a univeno de la "disjunción"3ó Siendo su contra¡io, la mediación se inscribe en'
cada texto, sino a todos los otms temas que parecen Sravitar en tomo a é1, Pero bnces al inrerior de la "conjunción", pero rEpresenta tan sólo üna parte de ella; el
¿de que idea de belle¿a han üatado, ro¡os es¡os ejemplos.) Y ¿de que manera 5e mundo de la conjunciónes el mundo del con¡acto y la mediación no es todo con-
aroculana con una rdea oe meolaclon.' tacto posible sino tan sóto aquel que, siendo diñcil de lograr o siendo peliSroso,
¡equiere un intermediario: Es a este contacto "riesgoso" que se asocia una idea de
b) Deqejando e¡ conc€pto d€ belleza belleza.
La maner¿más cla¡a de precisary destaca¡una idea es oponiéndola a su con, La mediacjón es, pues, una entldad independiente que reiaciona paries divi'
tra¡io; entendemos la luz en función de la sombra, la vida en función de la didas o en discordia, sin que ellas pierdan su identidad: así, cuándo losjugador€s
mueñe. Resull¿ signillcativo. así. que en lodos los texto\ percrb¿mos el tema de ur rliTan eld¿do par¿ en¡rtr en contaclo con elalma del difunlo elplanode lavida
la belle¿a sin ninguna referencia al lema que sena \u complementano, la realdad. \ el pla^o de ld mueíe se tocan. ptro conlinú¿n \rendo do5 realldades dlsllnta\.
Labellezaque surye de estos textos parece destaca¡se simplemente de lo "sin-be- Tai óomo lo hemos visto, l¿ mediació¡ es alSo más que un punto o instante de
Ileza" y planrear. más bien. no una oposicrón binaria sino una cuestión de Arados. corrac,o: es c¿pa¿ de recubnrse con un senlrdo propio y dedesplegar.e de una
Sr recordamos los distintos le'(tos veremos que la belleza qe cone5ponde an ellos menera compleia, sea en un proceso. como ocurfe por ejemplo en una batalla ri-
con una posrcior de"exah¿cion yde exc¡pcional o e\iraordinario". pordrle. rual, sea en una est¡ucruÉ, como suc-ede en las k'is¿s. dinamo\ que \e mue!e en_
rencia al encanto normal que pudjeran tener las cosas del mundo, Dinambs oue s¡ tre dos insta¡cias: los trabaios para establecer el contacto y los mecanismos pal¿
¡a belleza se distin8ue de las cosas "no-bella\" no es porque é5r¿s sean tea\ u ho- impedrr que sea exce\ivo, funcion que cumplinan los nros r En lerminos a) maras
fribles lla fea¡dad es un rema apane. ¡os rextos no ¡a meácronanJ. sjno porque la
_mi¡a¡ ;.en. polible erpre.ar e*a idea compleia de mediacion cont¿clo mn.eguido- a
belleza es sobresaliente: es probable que esas ñust'as que se acerca.oit a iravés de la polisemja de la patabra tinku?).
los juegos en los que participaba Tupaj Amaru, fue¡an todas muchachas her-
mosas, sólo que Kusi Chimpu era la más hermosa entre todas ellas. La belleza A panir de los distrntos ejemplos podemos intuir diversos aspectos que
ocupa, pues, uno de los extremos ¿le una categoía estética basada en la intensi, contbmaía¡ la m€diación:
dad, que podlamos esquemadza¡ como
l. La maniputacidn del oonta(1o (para emple¿r un lérmino de la 'emrooca
si¡ dnoción d€ belez¿ con elwió¡ de bellezj Es el 5enlldo que lienen los
!rcrmasianal, es decir, el intrnlo de conseguirio.
iuegor que ie pracr,can duranle la enlermedad de Tupac Yupanki o el de_
li-a.to Irábrro de las teiedorar cuando armotu¿ar 5u5 co¡ores Lsla manl-
Notemos cuan delicadametne realizaaquíel pensamiénto sü clasificación: lo nul¿cr¡jn deiencuentro ioma forma\ varidda\: la violencid rmamllor. mone
que clesúca eselgrado de emocidn e\téúca -la vjva intensrdad emocionr-oue des- ios, batallas), la se¿lucción (arma esencial de ia belleza)' la minimización
pienan cienas co5as, seres, paisaies, imdeenes. etc. E.. oues. esta vrva einocion (rvay¡uru, ktisa, juego), Ia des¡¡ucción de los límites (a-raia, aureoia de ia
laquees pririlegiadaen lor rertos 1 la qie recrbe una,r!nificacidn adicionalde iiusi'a, cÉ'impu'ón e't pelaje de los animales), etc. Una forma puede com-
htermedlana o artrculadom_ plement¿me con otras.
c) Precisando la idea de rmdiac¡ón 2. El conlaclo mismo. que parcce lraduciae por un placer,sencuil o un
goce e\prrirudl El ertado dé conucto parece eipftsado mel¿loncamenr en
A diferencia de lo que ocuire con el concepto de belleza,los tex¡os hablan de io suaré de ta nanna, en lo dulcf, guslalr!o de las k'¡sa. en la exallacron 0e
una mediacid0 a paÍir de las ideas que le \on opuesraq: ruptura. division, de\. los renEdos con e¡ Dais¿F del vallé; en un grado supenor. en la embnague¿
aft¡cutac,on. etc, tstas tdeas se expresan a veces en qiruaciones de ouiebre como de lo. roc¡.lore\ rie hauti. en la belleza e5talianle de Ia musica, de los colo'e)
la enfermedad del ¡nka, el desamo¡ de la ñusl'a. el connasle sombra tuz: orms ve- á; las-'a;fiü"ú;¡, 'en el canto de los \ avruru. como tod¿
ces en paiabras cl¿ves como t'¡qa. awqa. allqa: e¡las fepre.enun un univeEo comunicación, el contacto necesiú ier manEnido. renoiado ¿Es e'e el papcl
opuesto y confario que, en érminos más abstáctos, podriamos deñnir como el que desempenan la5 palabr¿s liemas. amorosas. o los 8eslos de Ilamada de
las mujercs desnudas?
3ó) U&¡h et témrno dújuacón y 0o dislan.,ón, are0rérdoios , ¡a lr.d'rccióú a8l€uan¡ de 3- El ext€\o de contacto. [Jn Deligro oue Darece acechar siempre a la me_
ese úmm d: Sem¡llrto, Dtcdon.rto rbñado de t. T6rl¡ dd Ldgude prer-
diación: el de con\enir."e en ui'a u-ruón, doi,de las pütes se confun'len )
Dsjúüóo r o¡jumió¡ @Ntu'en tas do" Frtr o.q e(úena" de b caléCola de la den su ¡denridad. Los jugadore\ del wayru se deñenden con difelEnles pre-
2i8 219
pam no sef arrasúados por el a¡ma hacia el país de los muenos, en ese iff_
tante de comunicación. El exceso se expresa en pa\ión cieq¡, arrobamiento.
Érdida de Ia conciencia o de la idenddad -ese alma lunlhaia del arcoiris_ en
la mueflF. que puede ser el saldo de un tinku demasiado violento. erc. {Diía.
mos que es jusEmenF contra es€ lEligro que parece luchaf Ia comDle¡a cra_
mática de las k'¡sa, irnpidiendo que Ias degradrciones mediadoras ie éx¡i-en_
dan, sin constricciones. a lo largo de un diseño).
b) c)
Da¡lpül¿clón-------> comüDtcactó¡ ---------> ercs
Disjunclón
Dtsjunclón
224
jeros. por doflde ef agua se entra . E\los do\ sgujero. \on llsJnados oori laka-
ni. es decir. con boca de oro. (Notemos la pre.en.ia de la ide¿ de anicLjldcidn en
BIBLIOGRAFIA
la tmagen de estas bocas), En dia5 "malor' {apro. para ceremonias J diose\ 5e_
midemoníacos) es posible ver que esro\ agujéros le rodean de un aniilo n:r;á_
disiaco: una ¡sla redonda los circunda cubie¡a de lor más hermosos arboter' flo. ACOSTA, ]. dE
res) páiaro\.desconocidos en eia drida pampa que h¿brr¡n Io, Ch oara llie n,_ 1550 Histori¡ natur¡l v moral de las Indi¡s. BAE, Madrid,1954.
raíso. dicen "no ha] que mirü". En esos dia\ rambren ,uelen .rlir o eñrrar ¿ivei_
!o\ peaonaJes a fos qori lakani. ligado\ todos a l¿ bellez¡ _como t¿s narin¡ , ADORNO. Rolena
tTh"
al sajra, la enrjdad de c¿racFr diabdhco que rllr habrra. Ln dra, un Cirio¡ra rlá iqRj lonnuace ol Hrston in Cua¡ran Poras \ueva Cronica y
tusto_ na_re_cuenta con cltversos prougonislas) pudo ver rodas e¡.¿1s B',en Co"bieñoFn: Fiom oral to $Titten erpresslon: nali-
.
med¡o del IaBo y en vezde cenar los ojos o drr weha l¿ cabeza. 5e
Dlaniaj-en el
uJ uná"un chronicles of the early colonial p€riod USA:
óuedd embe- Siracusa UniversrtY.
lesado. Y estando asr. mirando
"vió s¿lir por uda de tas bocas u¡a chica ñuy simpádca ANONIMO-
.
ió¿i pn"ol-f uh. Las anligua\ hislor¡as del quiché' I l raduc-
(los Ctúpaya dicen simpárica por "bella, hermosa") cioi, inrro,luc(idn ) nol¿ide Adnan Recino")Me\ico
"l¿ chica venía con trajes ¡uevos¡ con paso vivo. por el ofo qort taka¡i salió
to¡c€s ü¡ joven müy sinpárico. SonbEro bla¡co, qh¡wa (ú¡ica) ¡ueval panlaló¡
en,
r'S8ó'-
ANONIMO
R¡r". el lrrdilions de Huaroch¡ri. l\4anuicrilo qlechua del sF
glo X\ IL e.r¿blecido ) trdducido porC Ta)lor) Pan\'
Pero la mu_chacha desaparece. El Joven ja quiere mucho, la ecoera. pero cdrtá ve2 . .-
ANONIMO
la l'rngua- G€nera¡ de los in-
que e¡ia sate. et se entra. El hombre de Chipa) a mira. sin poder
apenar la mrradi. iliió vo"uournrio I phrasis en
Tart¿ flor, t¿nra gente "simpádca"... .l¡o( del Perú.llamada Ouichua Lim¿ 1951
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