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LA SUPER HIPERMICROBACTERIA TERIA

AUTORAS: UNIDAD EDUCATIVA “JUAN MONTALVO”

En un planeta muy pequeño y lejano llamado Plutón, vivían millones de bacterias.


Entre ellas había una llamada Teria que tenía ojos grandes, cabello corto y muy
juguetona toda ella. Todos la querían porque era una heroína, ya que le encantaba
ayudar. Un día se dio cuenta que su planeta iba a ser destruido por un gran
meteorito, Teria en muy poco tiempo creó una súper micro nave espacial con
muchos plásticos, cartones, papeles, metales espaciales para poder salvar a su
planeta.

Despegó su nave con todos los habitantes del lugar, hacia el tercer planeta del
sistema solar llamado Tierra, en el cual solo había agua y una mínima parte de
tierra. De pronto escuchó una gran explosión y vieron que su planeta ya no existía.

La nave espacial, después de muchas horas de vuelo, llegó a su destino. Ellas


cayeron en el mar donde encontraron un lugar ideal para vivir ya que era muy
grande con mucha agua cristalina. Agradecieron a Teria por haberlas salvado y
desde ese día procrearon más vida en el planeta Tierra.

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Por qué deberíamos dejar de dar la mano y probar otras formas
de saludar
Se trata de un gesto que usamos de forma cotidiana, pero no es tan saludable
como pensamos

The Conversation | Nicky Milner

18 JUL 2018 - 08:51 CDT

El gesto de dar la mano desempeña un papel central en nuestra vida cotidiana.


Estrechamos la mano a las personas que conocemos y las que no. Un apretón de
manos sirve para comunicar nuestra personalidad y nuestro estado de ánimo a los
demás y lo usamos como una forma aceptable desellar tratos en infinitas
situaciones.

Pero si deja por un momento de dar la mano y observa de cerca la ciencia que se
esconde detrás de este gesto, puede que no lo vea como algo tan agradable como
pensaba. Esto se debe en parte a que el cuerpo humano contiene muchos tipos
diferentes de bacterias. Algunos son buenos y confiamos en ellos para ayudarnos
a mantenernos saludables. Otros no son tan buenos y pueden hacer que
enfermemos.

Constantemente ganamos y perdemos bacterias, por lo que nunca estamos


seguros de cuándo podremos contraer una infección. Las superficies actúan como
una ruta de transmisión para las bacterias y, cada vez que tocamos una, estos
microbios se traspasan sin darnos cuenta. Esta es la razón por la cual aumenta el
riesgo de contraer una enfermedad infecciosa en lugares como los váteres. ¿Pero
alguna vez ha pensado en qué bacterias comparte cuando le da la mano a
alguien?

El poder de un apretón de manos

Según un estudio de la Universidad de Colorado, en nuestras manos hay una


media de 3.200 bacterias de 150 especies diferentes. Y, sin embargo, estrechar la
mano puede ser una ocurrencia cotidiana. Se considera una forma aceptada para
saludar a las personas y es el epítome de la cortesía en diversas culturas,
especialmente en el mundo occidental. También se usa para construir una buena
relación y generar confianza con las personas. De hecho, ignorar un apretón de
manos se considera descortés y grosero.

Distintas investigaciones han demostrado que a lo largo de nuestra vida daremos


la mano unas 15.000 veces. Por lo tanto, existen muchas oportunidades para
propagar bacterias entre las personas, particularmente si portan aquellas
potencialmente infecciosas que pueden enfermarnos. Esto incluye las fecales,
cuya presencia es bastante común en nuestras manos.

Este riesgo aumenta aún más cuando no nos lavamos las manos con regularidad,
por lo que es esencial tener una buena higiene de las manos. Y, por supuesto, si
las bacterias son resistentes a los antibióticos, podríamos, sin saberlo,
desempeñar un papel en la difusión de la resistencia a los antibióticos en el
medioambiente.

Mejor, chocar los puños

Algunos hospitales están tan preocupados por la propagación de gérmenes a


través del gesto de dar la mano que plantean crear zonas libres de apretones de

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manos. La buena higiene de las manos y su lavado regular, a menudo, es muy
bajo en los hospitales. Y las infecciones adquiridas en estas instalaciones son una
gran preocupación en las instituciones de salud.

Los espacios en los hospitales se controlan regularmente para detectar la


presencia de agentes potencialmente infecciosos que los pacientes puedan
adquirir durante su estancia. Las salas de cuidados intensivos y aquellas en las
que hay pacientes vulnerables (como los muy jóvenes, los ancianos y los
inmunodeprimidos) son especialmente importantes ya que este tipo de enfermos
son más propensos a contraer infecciones graves.

Por ello, las investigaciones realizadas en las salas de cuidados intensivos


neonatales, donde se atiende a los bebés recién nacidos enfermos, exploran la
posibilidad de crear zonas libres de apretones de manos. Algunos hospitales han
llevado a cabo pruebas para desalentar los apretones de mano y fomentar
activamente saludos alternativos, como chocar los puños, la sonrisa y el contacto
visual, para tratar de reducir la propagación de agentes infecciosos entre las
personas.

Saludos alternativos

Pero no se limita a un choque de puños: en todo el mundo hay muchas formas


diferentes de decir hola y no es necesario mirar muy lejos para encontrar formas
de saludar "más sanas". Por ejemplo, el tradicional saludo de los maoríes de
Nueva Zelanda consiste en frotarse la nariz y la frente, y los japoneses saludan
simplemente moviendo la mano, sin contacto. También hay saludos como chocar
la mano o los puños, comúnmente utilizados por las personas jóvenes en el
mundo occidental.

La ciencia ha demostrado que la cantidad de bacterias que se transmiten a través


de un apretón de manos es el doble en comparación con las que nos pasamos al
chocar las manos. El número también es significativamente menor cuando
chocamos los puños. Esto se debe, principalmente a la diferencia en las áreas de
superficie que están en contacto entre sí, independientemente del tiempo de
duración del saludo y de la cantidad de bacterias que hay en la mano de la
persona que inicia el saludo.

Entonces, ¿se puede reemplazar el tradicional apretón de manos con alternativas


más diversas y saludables? Se trata de algo que, si llega a suceder, llevará
tiempo. Pero dicho esto, a medida que crece la conciencia sobre las
enfermedades infecciosas y las personas intentan activamente reducir su
propagación, es posible que haya un futuro en el que todos choquemos los puños
en lugar de darnos la mano. O al menos adquiramos hábitos más higiénicos.

*Nicky Milner es ponente 'senior' de Ciencias Biológicas en la Anglia Ruskin


University, en Reino Unido. Este artículo es una publicación original de The
Conversation. Lea aquí el artículo en inglés.

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