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Ejercicio
Llevemos un instante la conciencia a los pies. Sintamos nuestros pies, el
contacto con los zapatos, con los calcetines, con el suelo. Tengamos plena
conciencia de esta presión, de la temperatura, de la circulación de la sangre.
Ahora tenemos plena conciencia de cada uno de nuestros dedos, el dedo
grande, vamos recorriendo y lo haremos con un sentimiento de gratitud,
vamos a darle las gracias a nuestros pies por lo que son, por habernos
sostenido, por habernos soportado. Por haber trabajado con nosotros a
pesar de todo el olvido. Un callo es un olvido, una hiper-queratosis es un
olvido. Un zapato estrecho, soportado, es un olvido.
Ejercicio
Ahora llevemos la conciencia a nuestras manos, sintamos nuestras manos y
sintamos solamente las manos. Dejémoslas reposar suavemente sin ninguna
tensión. Sintamos el calor, la temperatura, la vibración. Sintamos que desde
la mano hemos construido nuestro mundo, hemos escrito nuestras mejores
cartas de amor, hemos expresado lo mejor de nuestro corazón a través de la
caricia, hemos plasmado la arcilla de nuestra vida, modelado nuestro
cuerpo, nuestro entorno y sembrado nuestras semillas. Sintamos ahora que
las manos son una proyección del corazón, una proyección del sentir, una
proyección de lo mejor de nuestros afectos.
Vamos a mover las manos con los ojos cerrados. Movemos las manos muy
cerca de nuestra cara, con una dulce caricia, agradecemos a nuestra cara,
nuestros ojos, experimentamos un sentimiento de amor y de gratitud, un
sentimiento de levedad, mientras dirigimos esta inteligencia cósmica de las
manos y la proyectamos a través de todo nuestro cuerpo. Sintamos el calor
de las manos, el contacto suave y enviamos lo mejor de nuestro amor a
cada parte de nuestro cuerpo.
Es una ducha de amor la que podemos darnos con las manos. Casi nunca
permitimos querernos. Ahora podemos querernos, podemos expresarlo,
podemos convertir un movimiento a través del vuelo de las manos, de
nuestro afecto que lentamente recorre todo nuestro cuerpo.
Ahora ponemos las puntas de los dedos, como antenas sobre nuestros ojos,
percibamos suavemente nuestros ojos, toda la luz, todo el calor, todo el
amor, toda la comprensión que guarda nuestra mirada. Vamos a recorrer
todo nuestro ordenador visual con la punta de los dedos, y con ellas
acariciamos nuestra frente, donde se esconde el secreto reflejo de todos
nuestros pensamientos, de nuestro proceso de humanización, de nuestro
cerebro cortical.
Sintamos ahora también este cerebro que sobrevive, que consume y muerde
el cerebro del maxilar inferior, el cerebro reptil que durante millones de
años ha garantizado nuestra supervivencia.
Descendemos con los dedos hasta el cuello, acariciamos lentamente nuestro
cuello, y sintamos esta zona de transición donde surge el verbo y nos
hacemos seres humanos, seres conscientes, creadores a través del sonido,
de la palabra. Permitamos con las manos que se abra la válvula de la glotis,
que vibren las cuerdas vocales, tantas veces calladas donde podamos emitir
la canción, el grito, la palabra. Esta palabra muchas veces ahogada en el
asma, ahogada en el resentimiento, ahogada en la ira. Ahora nos vamos a
dar permiso de que broten nuestras palabras, que seamos una cascada del
sonido, que se encarna nuevamente en nuestro cuerpo y en nuestras
relaciones.
Y ahora vamos a llevar las manos al altar del corazón, las manos juntas
cruzadas sobre el corazón. Las manos eran el corazón, el corazón derecho y
el corazón izquierdo. Entre la palma de nuestras manos, una conciencia
colectiva, la conciencia del amor, una conciencia creativa, la conciencia
humana. De la mano de nuestras manos podemos ascender al altar del
corazón y sentir en el corazón aquello que realmente somos, humanidad.
Ahora sabemos con las manos sobre el corazón que podemos pensar desde
el corazón. Nuestra mente y nuestro pensamiento no se anclan en el cerebro
como hemos pensando siempre, nuestra verdadera inteligencia tiene su raíz
en el corazón. Sintamos esta inteligencia viva, no hecha de intelecto sino
del código de sentir. Esta inteligencia que en nuestro corazón es totalidad.
Esta inteligencia que desde el corazón no es un primer plano, un plano
profundo, sino todo el paisaje de la vida, el paisaje total. Los claros y
oscuros de la vida, el placer, el dolor, la alegría, la tristeza, con todo su
colorido allí plasmados en nuestro corazón a través de las manos.
Ejercicio
Ahora vamos a levantar y expandir nuestra conciencia desde el corazón,
vamos a abrazar. Yo te reconozco de corazón, yo te llevo a mi corazón,
estoy en tu corazón, nos sentimos de corazón más allá de toda condición,
más allá de tu cultura, de tu conocimiento, de que seas, ahora no me
importa, eres un ser humano que puedo percibir en toda su grandeza
conmoviéndome desde el corazón. Vamos a circular cinco minutos, por
todo el salón y vamos a sentirnos en el corazón pero cinco minutos, no
más.
Estoy en tu corazón, estás en mi corazón, somos la corriente del amor
humano que siempre ha circulado a través de nosotros. Ahora lo reconozco.
Digan lo que quieran, callen lo que quieran, de todas maneras, siéntanse.
Nos vamos a sentir porque es la única manera de crear un contexto donde
podemos hablar de la conciencia. Una conciencia sin sensibilidad y sin
sentirlo un embeleco del intelecto. Ahora ya sabemos que nuestro cerebro,
el verdadero cerebro de síntesis habita en nuestro corazón y desde allí es
desde donde nos vamos a abrazar.
Conciencia
La conciencia no es el pequeño territorio donde somos conscientes de algo,
la conciencia es total, está en el átomo, en la molécula, en los electrones, en
cada uno de nuestros tejidos, en cada uno de nuestros cuerpos. Todo
cuanto existe son territorios de la conciencia. La conciencia es aquello
que nos permite la fusión o la unión. La conciencia es el testigo de la
interacción en nosotros, entre la sombra y la luz, entre el espíritu y la
materia, es el colorido de la vida, la cualidad de la vida. Conciencia es
cualidad y colorido, es alma. La otra definición de alma es conciencia y
este colorido no están en el cerebro, no están en la mente, no están allá
fuera, sino que están en cada una de nuestras moléculas.
Alma
Es importante comprender el alma, porque no es un patrón de organización
de la información, ni nuestro futuro, el alma es nuestro presente más
intenso, nuestro presente más presente, el alma es aquello que dinamiza
cada una de nuestras moléculas. Si estudiáramos el cerebro como
neuropatólogos y estudiáramos con conciencia lo que ocurre a nivel
molecular y celular en nuestro cerebro, encontraríamos impreso el secreto
de la evolución. Encontraríamos la conciencia en la filogénesis y en la
ontogénesis y también encontraríamos plasmado el programa de nuestro
porvenir.
Hago el amor no sólo con mi cuerpo sino también con mi cerebro. Pero con
mi cerebro se inscribe todos mis pensamientos, toda mi visión y mi
concepción del mundo encarnada. Es así como puedo hacer el amor, puedo
ser padre o puedo acariciar al hijo y esto está plasmado en el cerebro. Sin el
instrumento de nuestro cerebro sería imposible el plan de la música
vibrando en nuestros cuerpos y en nuestras relaciones.
De modo que todo lo que nos pasa es por uso o abuso de la conciencia,
todolo que ocurre, ocurre en términos de conciencia. El universo es
conciencia más o menos explícita, más o menos implícita, de todas
maneras es un torrente de conciencia. Este torrente de conciencia es lo que
reúne el espíritu y la materia, es la electricidad que se mueve desde el
potencial infinito del espíritu hasta el mínimo potencial de la materia.
No hay que hacer muchas cosas, simplemente hay que hacerle un campo a
la vida, hacer el vacío. Un buen psicólogo se olvida de todos, hace el
vació y se entrega al fluir de los instantes. La psicología del alma es la
psicología del fluir en el instante. Es la psicología del hombre creador, es
la psicología del artista o del poeta, porque la vida es más un poema que
una ecuación. La vida es totalmente impredecible. No podemos seguir
entendiendo tantas cosas sin haberlas aprendido. Entendemos muchas cosas
pero jamás las aprendimos. Las aprendemos cuando las volvemos un fuego
interior. Aprender es prender. Encender en el interior la llama de la vida
para que podamos comprender. Comprender es abarcar y abarcar es incluir,
incluir es abrazar y abrazar es avivar el fuego de la conciencia en nosotros,
el fuego de la mente, el fuego de la vida.
Se trata entonces de que podamos fluir a través de tres fuegos. Hay tres
fuegos en el universo:
De los tres fuegos derivan los cuatro fuegos de la materia, para hacer con el
tercer fuego cinco en total.
Estas cinco corrientes del prana que recorren todo nuestro cuerpo, animan
todos nuestros chakras, sentimientos y pensamientos y son responsables de
nuestra vitalidad. Es ahí en el fondo más oscuro de la materia, dormido,
está un fuego colosal de Kundalini, el mismo fuego del espíritu congelado
y anclado como un programa en el seno de la vida, que es el holograma
oculto que está en la base de toda la materia. Detrás de cada uno de
nosotros hay un holograma espiritual, que la evolución tarde o temprano va
a despertar. A través de la evolución o a través de la iniciación como
expansiones rápidas de conciencia, despertamos nuevamente el fuego del
espíritu que duerme en la materia.
Lo más importante del cerebro son las interneuronas, es decir, lo que está
ocurriendo en los espacios intermedios entre estas partes corticales activas.
De tal manera, que todo lo que llega a la corteza, a través del tálamo, se
multiplica, ¿por qué?, por tu vida, este es el factor de multiplicación: tu
experiencia viva.
Imagínense que también hay otro tallo cerebral invisible hacia arriba, este
tallo cerebral lo conocían los antiguos como “el hilo de la vida o el hilo
del sutratma”. Él es aquella corriente que nos conecta con el alma.
Adaptación
Así, que veamos el cerebro como un agente intermediario entre dos
mundos, el mundo de abajo, el mundo de afuera y otro mundo, el mundo de
adentro, el mundo de arriba. Entre el abajo y afuera, y entre el adentro y
arriba, nosotros estamos haciendo una permanente síntesis y esta sínteis es
nuestra conciencia adaptativa, nuestra verdadera inteligencia; porque
nuestra verdadera inteligencia no es mental, ni es emocional, ni es
intelectual, sino que nos da la posibilidad de adaptarnos a la vida
Nuestras programaciones
Esta puede ser una película hermosa, que está en resonancia con el mundo
y exalta su belleza o puede ser una película que niega el mundo y que lo
que me hace ver es el mundo de la ilusión. Todo depende de nuestras
programaciones. Estas programaciones están a nivel del sistema nervioso
central y no son sólo nuestras, porque son las programaciones de toda la
filogénesis.
El pasado familiar
No sólo tenemos pasado, no sólo tenemos un pasado filogenético, sino que
tenemos un pasado familiar.
Así que alguien se suicidó hace tres generaciones en la familia y de pronto
su hijo lesiona a la madre y la madre se quiere suicidar y nadie entiende
porque se quiere suicidar y por qué el hijo agrade a la madre.
Constelaciones familiares
Simplemente estamos viendo que todas estas imágenes se transfieren y no
sólo se transfieren vía campo cuántico, o por una energía misteriosa, sino
que de alguna manera tienen que estar aquí presentes, vivas en el cerebro,
moviendo el comportamiento. Así que cuando hablamos de constelaciones
familiares, cuando hablamos de nuestro pasado filogenético, nuestro
pasado familiar o nuestro pasado personal, realmente estamos
refiriendonos a cosas que tienen que inscribirse en el cerebro porque si no
se inscribieran en él realmente no podrían modular nuestro
comportamiento. En nuestra concepción, la mente está en el cuerpo, el
pasado está en el cerebro, la filogénesis y el pasado de la familia está vivo
en el cerebro y cualquiera de estos programas se puede encender en
determinado momento.
El tiempo personal tiene dos facetas. Una faceta hecha del pasado y
que son mis programaciones donde el cuerpo es una pantalla.
Estos programas (como disquete) están puestos en mi disco duro y se
activan emergiendo por la pantalla de mi cuerpo, por mis orejas, por mis
ojos, por mi nariz, pero también en mi hígado. El cuerpo es una pantalla
donde se está expresando esta conciencia programada de la evolución, a la
que yo no puedo renunciar.
El llanto visceral
A veces nuestra conciencia, nuestros traumas han descendido hasta el reino
mineral, están profundamente congelados y anclados. De tal manera que
alguien te hace un rolfing, un masaje duro hasta el periostio y te libera un
sentimiento profundamente retenido y empiezas a descubrir algo que no
sabias, que ni siquiera existía en ti porque se encontraba allá guardado.
Buscas con tu intelecto la clave de tu problema y de pronto una persona
amorosa te hunde los dedos hasta la cadena ganglionar simpática del
estómago, te hace un masaje y tu diafragma convulsiona y empiezas a
llorar, a tener este llanto visceral, este llanto que ya no viene de la víctima,
del que se queja, sino que sale del fondo del alma y empiezas a curarte.
Empiezas a curarte porque permites que tu energía pueda ascender y se
pueda mover. De tal manera que lo que ocurre con nuestro pasado está
pasando con todo nuestro cuerpo.
Puntos cruciales
Encontramos en nuestro pasado puntos cruciales, puntos de cruce que no
son sino vórtices caóticos. Puntos luego de los que la vida ya jamás volvió
a ser la misma. Puntos intensos, tiempos intensos, en que dejamos gravada
profundamente una cicatriz o un cauce de alegría. Estos puntos cruciales
recogen toda la memoria del pasado de tal manera que no tenemos que
hacer una regresión e ir hasta el momento en que yo era una ballena o un
delfín, no es necesario. Estos puntos cruciales guardan toda la memoria de
todos tus ciclos, si podemos encontrar en el tiempo de este ciclo vital,
porque simplemente están recogiendo como una espiral los tiempos de
otros tiempos donde se almacenan como paquetes de información.
Reconquistar la paz
Cuando conquistamos la lección del pasado en presente tenemos paz.
Cuando tenemos paz, accedemos a la máxima economía energética que en
términos fisiológicos llamamos respuesta de relajación. Cuando tenemos
respuesta de relajación o nuestras aguas están en calma, podemos
profundizarnos al océano interior de la serenidad y desde la serenidad
podemos actuar en la vida a través de nuestro ser profundo, de lo que
somos.
La paz interior
“Mi paz os dejo, mi paz os doy”. Hemos recibido esta herencia, la
herencia humana. La paz no se conquista afuera. La paz es un estado
céntrico de silencio interior que habita en el corazón, de cada uno de
nosotros, y no depende de ninguna ausencia. La paz es totalmente
incondicional. No tiene ninguna condición. No podemos pedir que cese
el ruido para tener paz. Cuando pedimos que cese el ruido exterior para
conquistar la paz es porque tenemos un terrible ruido interior. Cuando
tengamos paz ni siquiera escuchamos el ruido afuera. Detrás de todos los
ruidos, escuchamos la verdadera música, la armonía del universo. Detrás
de cada dolor vamos a percibir un significado de luz y de amor.
Tú das tu paz.
No des nada más. Si das tu paz eres el mejor terapeuta del mundo
porque permites que tu paciente se encuentre consigo mismo y este es un
encuentro trascendental. La gente no te busca a ti, la gente se está
buscando. Tú eres la disculpa. Sé un espejo transparente, ten paz en tu
corazón, abrázalo simplemente, escúchalo simplemente, que esto ya es
trascendental y desde el vórtice de tu paz, él va a encontrar su paz. Porque
la paz es contagiosa, es muy contagiosa.
2. Ahora vamos a tomarnos de las manos, los que estén en los extremos
ponen una de las manos en el corazón, y los otros se toman de las manos,
las dos manos. Y vamos a imaginar que podemos dar esta paz y recibir la
paz y que podemos entrar en un vórtice de paz. Sin ninguna resistencia,
desde nuestra paz recibamos la paz y demos esta paz multiplicada.
4. Vamos a imaginar que esta paz trasciende nuestra piel y más allá de
nuestra piel, el campo que nos circunda, en todo nuestro campo etérico,
emocional y mental y que va inundando esta corriente de paz y
proyectamos esta paz, al espacio de nuestras relaciones, allí donde hay
tensiones con el esposo, la esposa, el hijo, el jefe, la empleada, allí donde
ha habido tensiones en la relación. Visualizaremos que todo este campo de
relación también es inundado por la paz.
5. Ahora imaginamos un lugar que necesita paz, quee puede ser el Medio
Oriente, Irak, Irán, Estados Unidos, Colombia, América latina, allí donde
creamos que nuestra paz se necesita, esta paz humana que es la paz de
todos. Y centrando nuestra conciencia en el entrecejo como un haz de luz
que permite proyectar nuestra paz.
La vida es movimiento
Si lo pudiera amplificar y de hecho cuando tengo miedo o cuando me estoy
muriendo, cuando estoy sacudido energéticamente por alguna razón, este
temblor se acelera. Este temblor de la muerte es el mismo temblor de la
vida y esto implica que la vida es un perenne movimiento y este
movimiento es el que genera el transporte de la conciencia a lo largo del
cuerpo. Es la onda básica, la onda esencial, la onda portadora de la
marea de la vida. Va a diez ciclos por segundo y a diez ciclos por segundo
va la respuesta de relajación.
Códigos rítmicos
¿Qué es una epilepsia? Es un trastorno de conciencia, que me salgo de mi
propio ritmo. ¿Qué es una enfermedad? Es una dis-ritmia, ¿qué es una
depresión? Es un ritmo bajo, ¿y qué es una manía? Es un ritmo más
elevado, pero son ritmos. Simplemente cuando yo me salgo de mi ritmo,
me entra lo que llaman manía o depresión, o psicosis maníaco depresivo.
Unas veces estoy arriba, otras veces abajo. Que lo llamen diarrea o
estreñimiento, de todas maneras a nivel psíquico y a nivel orgánico lo que
tenemos son códigos rítmicos, la integridad de estos códigos rítmicos es
salud.
¿Qué hace un gran artista? Superar sus propios límites, los límites de la
humanidad, se destaca por ello. ¿Qué hace un gran deportista? Pues
spera récords. Uno se impresiona ¿es qué los hombres de 1995 son mucho
más fuertes y más vigorosos y manejan distinto las calorías y las proteínas
que los hombres de 1930? No, y sin embargo muchas veces se ha batido el
record mundial de natación, o el de las maratones.¿Cómo es posible que
puedan caer? ¿Esto es un asunto de fisiología? No, esto es un asunto de
conciencia. Quien puede superar los límites no es el cuerpo físico, sino la
conciencia en el cuerpo físico, una modalidad de conciencia o una
modalidad de utilización del cuerpo físico.
A veces pensamos que iluminarse es andar por ahí elevado. No, de lo que
se trata es de volver a poner los pies en tierra que es volver a mirar los ojos
que me miran, es volver a abrazar, es saber que el hijo está a mi lado y está
a mi lado no por casualidad, sino que diseñamos desde el alma un viaje
juntos, brazo a brazo, codo a codo, hombro a hombro.
Voy contigo porque no es una casualidad que tú estés a mi lado y me
estés acompañando. Así que vamos juntos y en este ir juntos, nosotros
podemos comprender la otra ley: Nuestro territorio es el territorio de los
nuestros. Tú no tienes un territorio particular. Aquí no existen en el mundo
espiritual los terratenientes ni las alambradas, nuestro territorio es el
territorio de los nuestros y en este nuestro me renuevo y crezco, me puedo
desarrollar. Supero mis propios límites cuando reconozco en mí un
profundo nosotros, entonces empiezo a vivir una vida espiritual.
Una vez que somos este vórtice de conciencia, que es el quinto centro del
hombre celeste, el Logos planetario, - este Logos Planetario no está afuera,
nosotros somos sus células, somos un centro de energía en su ser,
participamos desde su ser de la creación y empezamos a comprender que es
que la creación es imposible sin el hombre - participamos del programa de
la creación. El programa de la creación es un programa de voluntad, de
amor, y es también un programa de inteligencia. La inteligencia creativa
y activa es la humanidad.
Estamos aquí para inventar la vida, para crear la vida, para recrear la
naturaleza, también para hacer ingeniería genética. De pronto nos
escandalizamos, obviamente el problema no es que la hagamos o no la
hagamos, sino, ¿qué intención dirige esta creación? No se trata de que no
lo hagamos, se trata de cómo lo hacemos. No se trata de que no estudiemos
el genoma, se trata de para qué lo hacemos, de si verdaderamente lo
hacemos para recrear la creación, para ser partícipes conscientes de la
creación.
El movimiento
Una vez que podemos habitar en él, surge el movimiento, vamos a ver el
movimiento en muchos planos.
Hay movimientos externos. El Chi-kun hace unos cuantos movimientos,
concentra la energía, dirige la energía y sana. Todos nosotros somos
maestros de Chi-kun. Estamos haciendo en la vida, la danza de la energía.
Cada uno de nuestras palabras, de nuestras miradas, de nuestras acciones es
simplemente la exteriorización de un movimiento interno. No hay ningún
movimiento externo que no haya sido plasmado al interior. No hay
ningún movimiento externo que no retro-alimente el movimiento interior.
Lo que van a ver en la conciencia es una dinámica de relación entre el
movimiento adentro y el movimiento afuera. Mi actitud corporal es un
movimiento interno congelado en mi cuerpo.
Conectividad
Empezamos a ver otra ley básica. La conectividad se expresa a través de la
reciprocidad. Todos los movimientos son recíprocos, complementarios,
como es arriba es abajo, como es adentro es afuera, como es a la izquierda
es a la derecha, como es adelante es atrás. Ya lo vamos a ver en todas las
dimensiones. Como es en el futuro, es el pasado. Hay cascadas de
resonancia que van desde el futuro hasta el pasado.
Todo lo que pasa realmente es que nosotros le pasamos a las cosas, a las
situaciones, a la vida. Nosotros le pasamos a lo que nos pasa. Esto no nos
sucede desde afuera sino que nos sucede profundamente en nuestro interior
y esto lleva al sentido de la responsabilidad.
¿Todo esto para qué? Simplemente para decir que hay un momento de la
evolución en que surge un sujeto profundo, subjetivo, observador del
mundo, transformador del mundo, transformador del Universo. Que hay
un momento en la evolución en que yo me puedo mirar en el mundo y
reconocerme, y este reconocimiento es conciencia.
Conciencia reflexiva
En términos humanos conciencia es conciencia de la conciencia. Esto es
un milagro, es conciencia reflexiva. Es la conciencia que se mira y se
reconoce. Reconocerse es conciencia reflexiva, es conciencia interior.
La conciencia se exterioriza, se retro-alimenta interiormente, se
reconoce y así se comprende. El hombre es conciencia de conciencia,
conciencia de la conciencia es un movimiento. Pero este movimiento
solamente puede ocurrir en el milagro del presente. Uno no se puede
reconocer en pasado o en futuro. Uno sólo se reconoce en presente,
cuando se está mirando. De tal manera que ya no sólo nos conocemos, ya
no se trata de “conócete a ti mismo” sino “reconócete en la creación”.
Por la mañana cuando salgo a la consulta digo voy a pescar. Uno pesca
cosas que están sumergidas en el océano de la conciencia y es una
aventura de tal dimensión de consagración, que se podrían trabajar muchas
horas al día y terminar frescos y descansados, porque es como regresar de
la jornada de pesca donde se ha practicado el mejor hobby.
Es lo que hace que posibilita cuando se tienda al sol, tener una piel bonita
durante uno o dos meses y un cáncer de aquí a unos tres o cuatro años. El
milagro de la melanina, de los melanocitos ocurre por nuestra sensibilidad
a la luz. Esta sensibilidad ocurre porque la luz entra en resonancia con los
electrones que están en el anillo conjugado de la tirosina que están rotando
a una cierta frecuencia. Son estas frecuencias de la rotación de los anillos
conjugados, de los electrones interiores lo que entra en resonancia con
las frecuencias de la luz. Y así logra almacenar la luz, de tal manera que
vemos que la tirosina es un almacenador de luz.
Hay dos circuitos: el del pulmón que corresponde con la voluntad de vivir y
la respiración y el otro del corazón relacionado con las arterias del pulmón.
Comprometen el amor por la vida y la voluntad de vivir. La voluntad de
ser ella misma, de trabajar y proyectarse al mundo. Cuando hablamos con
su madre, nos dice que ella se negaba a nacer, cuando nació a los diez
meses.
Es un canal del amor, donde no sólo corre sangre sino también la energía
del corazón que es en esencia la energía del amor. Entonces estamos
hablando de un problema orgánico, de un problema que atañe la calidad de
su vida, la calidad de su respiración, pero donde realmente no tenemos
nada que hacer como médicos, cuando decimos esto es una estenosis
idiopática de la arteria pulmonar, condenados a esperar a lo mejor una
solución quirúrgica, pero donde realmente podemos por lo menos parar el
proceso, cuando sanamos el temor.
Hay que tratar “de que ella sea”, porque no tiene miedo a nada externo
sino a ser ella misma, “de nacer a su propia luz”. Esto es lo que hacemos en
la sanación, en voz alta con la madre donde aprenderemos a manejar la
mente. Lo puede hacer una mamá, un papá amoroso, aunque no pueda
seguir los circuitos neurológicos, por lo menos puede sanar con
imaginieria ese momento del nacimiento, este momento de dolor de la
madre.
Esto hace que automáticamente los sistemas dopaminérgicos, que son los
sistemas de recompensa, no funcionen bien. ¿Y por qué no funcionan
bien? Porque sentimos que hay algo que nos falta para ser completos,
para ser felices. Este estado de felicidad es consecuencia del
funcionamiento de los neurotransmisores y funcionan si vamos
ascendiendo escalón a escalón por el territorio de la maduración.
Es necesario que rescatemos esta parte de nuestra vida que tiene que
ver con el placer, para que la vida tenga sentido. Sin placer la vida no
tiene sentido. Como no tiene sentido vivir para el placer. El problema no
es que tengamos placer, el problema es que convirtamos el placer de vivir
en un vivir para el placer. Esto si es terrible porque esto es entrar en el
mundo de los apegos y quedarnos congelados.
Todo esto que tenemos impide poseer el ser. Se trata de poseernos que es
vivir apasionadamente que no es obviamente consumir cocaína, pero no
tenemos que hacer mucho realmente para vivir la pasión que vive en un
instante el adicto a los opiáceos. Realmente podemos experimentar el
placer heroico de la heroína sin destruirnos cuando hacemos que nuestra
vida sea intensa y estamos activando estos circuitos del placer. Quien
toca música como Pablo Casals hasta después de la novena década cuando
da un concierto está moviendo estos mismos circuitos del placer, se está
retroalimentando de su propia música. Realmente los supervivientes, los
hombres más creativos, son maestros de sus propios circuitos
dopaminérgicos.
La estática corporal
La dopamina está determinando en toda la vía extra-piramidal, en toda la
estática y la manera como oscilan tus músculos, para que la oscilación no
se vuelva un trastorno del movimiento, una pérdida de equilibrio o del
tono que llamamos espasticidad, como la que aparece en el síndrome de
Parkinson. Así que toda nuestra estática corporal es la manera como nos
enderezamos, como afrontamos la vida, como afrontamos la fuerza de
gravitacional, pero también como afrontamos las informaciones graves
en la vida.
De tal manera que tengo la imagen de mis pies, de mis manos, que
ascendiendo y rebota sobre la corteza y que se enriquece con mis
sentimientos, mis percepciones y con toda la imagen que tengo de mi en el
pasado y que se devuelve retroalimentado con esta imagen elaborada
nuevamente en mi periferia y en mi cuerpo a través de las vías espino-
cerebelosas, oligo-espinales. De tal manera que están haciendo un bucle,
un movimiento de ascenso y un movimiento de regreso. Están cerrando el
circuito en el cerebelo que es el gran hológrafo donde elaboramos buena
parte de nuestras imágenes corporales.
Podrás tener todos los motivos de felicidad y una mente muy sana, pero si
tu eje hipotalamo- hipofisiario está alterado: por un virus, por una
información toxica, por mercurio o por plomo,
Entonces no eres feliz.
Así el exceso de plomo también puede hacer infeliz. No sólo es una vía de
arriba hacia abajo, también de abajo hacia arriba. Es necesario tener en
cuenta la integridad de estos sistemas.
Y miramos entonces que es la excitación. Miren que nos fuimos detrás del
presente y en el instante y estamos metidos en los vehículos del cerebro y
la dopamina, esto es la excitación.
Primero la epífisis.
La serotonina es el gran encendedor de la epífisis,
y la epífisis es la glándula que nos permite el contacto con el alma.
Ella es auto-contráctil.
Así muchas células tienen estos marcapasos,
el hipotálamo tiene un marcapasos,
y este marcapasos es muy importante porque señala nuestro tiempo interno
y nuestra adaptación a los ritmos exteriores.
Miremos las células: decimos tener neuronas, como si las neuronas allá
quietas, tuvieran su programa.
¿qué es un linfocito? es como otra neurona que se viste con un ropaje
distinto y a esa cubierta exterior -su red de membrana con sus receptores
celulares-, lo llamamos linfocito.
Por eso podemos decir que un linfocito es una neurona ambulatoria, pero
también podríamos entender que las neuronas, los miocitos y los
fibroblastos son la misma célula que se pone distintos ropajes, porque
responde a distintos códigos de información, a distintas frecuencias.
¿Por qué esto es tan importante? Porque en el sistema nervioso central hay
alteraciones de las neuronas, y alteraciones de la glia, del tejido conectivo
cerebral. Si analizamos el cerebro, es como un pudding con pasas, las pasas
son neuronas, y el puding es la glia, es decir, que tenemos un 90% de
células gliales, que antes se creía que eran células de relleno, pero no son
células de relleno. Y cuando tomamos tomografías axiales computerizadas,
nos vamos a encontrar que buena parte de los desórdenes cerebrales son
gliosis, o sea, focos de desorden de la glia.
Yo me tengo una imagen en mis pies y camino sobre esa imagen. De esa
imagen depende mi estática, mi marcha, mis callos, dependen muchas
otras cosas, hasta los honguitos de los pies, y todo eso no esta
desconectado de la imagen que tengo de mí. Yo me tengo una imagen en mi
estómago y en mi tracto digestivo. Creíamos que teníamos un sistema
nervioso central y un cerebro central, pero estamos descubriendo que el
cerebro esta regado por todas partes, como el alma, que tenemos
conciencia celular, que hay conciencia en cada uno de nuestros
sistemas.
Pero más allá del sistema simpático o parasimpático, existe una especie de
cerebro que es totalmente independiente, que se llama el sistema nervioso
entérico que es tan independiente de los otros dos sistemas, que se le
conoce como el tercer sistema nervioso entérico. Ese sistema es un
complejo neuronal productor de neurotransmisores, de neuropéptidos,
donde se procesan directamente nuestras emociones, de tal manera que
estamos procesando los cambios emocionales con el colon, con el intestino
delgado, con el estomago, y ese sistema tiene una gran cantidad de
receptores que están determinando en buena parte nuestra respuesta
emocional.
Eso significa que el sistema límbico no es central sino se continúa por toda
la médula espinal, por los cuernos posteriores con los que tenemos la
percepción de la sensibilidad. ¿Y qué llega a los cuernos posteriores? llegan
las aferencias de las vísceras, entre otras, también las de la piel, de tal
manera que si seguimos retrocediendo podemos considerar que el sistema
límbico empieza a nivel visceral, “en el tracto gastrointestinal”, si tengo un
conflicto con mi padre, se daña la digestión y se daña la función biliar;
tengo un conflicto con mi madre y me daña la función esplénica, la del
bazo, tengo un conflicto “con mi imagen masculino-femenina”, y no solo
se va a quedar a nivel del tracto gastrointestinal, sino que va a ir a las
gónadas, a los testículos, a los ovarios, como síndrome de tensión
premenstrual, o infertilidad.
Estamos constatando que la vía que desciende desde arriba hasta abajo,
cómo el “procesamiento de las imágenes emocionales” está determinando
la manera como duele el colon, como se comporta la digestión, como
funcionan las gónadas, por ejemplo, o como funciona el equilibrio
hormonal. Ese es el sistema psico-neuro-inmuno-endocrino. Eso está
indicando que en todo momento las mareas integradoras que hacen
reaccionar como una totalidad, cuando la observamos desde una
perspectiva dinámica, aquello que no puedo tragar psíquicamente, tampoco
lo puedo tragar desde el punto de vista neurofisiológico y me genera
tensión.
Tenemos una tarea esencial que es sanar nuestras emociones. Pero sanar las
emociones es sanar la vida, es sanar las relaciones, la culpa, el
resentimiento, es adecuar los sentimientos para que fluyan como “buenos
sentimientos en el seno de un buen carácter”, es rescatar la capacidad de
vivir el amor. Cuando podemos sanar las emociones, reordenamos no solo
el cuerpo emocional, sino el “campo magnético glial”, y restauramos la
diferencia de potencial fronto-occipital y occipito-sacral, es decir, que
permitimos fluir la gran corriente de la vida.
¿Es posible sanar las emociones para sanar la vida? ¿Es posible sanar el
cuerpo emocional, sanando el cuerpo físico? ¿Es posible modular todo
nuestro sistema neuro-inmuno-endocrino desde el psiquismo? ¿Es posible
“cambiar nuestra historia y cambiar nuestra actitud hacia la historia”,
nuestra “actitud de víctimas” y tomar por fin posesión del instrumento,
subir en el caballo de eros y permitir que como un Pegaso, lleve a la unión
con el Alma?
¿Es posible hacer ahora que el caballo sea ese caballo alado que permite
llegar hasta el mundo de la mente, para poder ser nuestro real territorio, el
territorio del alma? ¿Es posible conocer el Alma y su mecanismo, cómo el
alma se expresa y se refleja en “el templo del cuerpo”, para que poder
construir, a través de ese reflejo, “el templo de la sabiduría”, el templo de
Salomón?
Hablábamos del padre, del fuego del espíritu, hablábamos de la madre, del
fuego de la materia. Cuando referíamos al prana, al fuego del alma. El
mecanismo del alma es el prana, porque es la circulación de la energía
vital, a través de la red etérica. El prana es el intermediario entre Kundalini
y Fohat, entre el Fuego del Espíritu y el Fuego de la Materia.
Si la vemos en la dimensión del cuerpo, cada vez que un hombre “se abre a
la conciencia”, se enciende una estrella en el Cosmos, eso es literalmente
cierto. Tu conciencia son los ojos del mundo, creados en la conciencia, y el
Creador mira su creación, y en ese mirar su creación, se incrementa la
conciencia. Posiblemente cierres los ojos, pero cuando cerramos los ojos,
podamos acceder a una visión interior. Posiblemente vamos a morir, pero
cuando morimos vamos a acceder a la corriente de la vida. Posiblemente
vamos a espirar, pero a cada espiración le sigue una inspiración.
Posiblemente vamos a renunciar, pero cada vez que renunciamos, nos
completamos. Renunciar es completarse, morir es renacer, cerrar los ojos
afuera es nacer a la visión interna, renunciar a los sentidos es acceder al
sentido, es la vía del alma.
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PSICOLOGÍA DE LA CONSCIENCIA - Cap 17-
Autor: Jorge Carvajal Posada
Esa vía del alma, que es triple, indica que cuando tu abres la glotis, se
cierra el cardias, cuando tu abres el cardias, se debe cerrar la glotis.
Cuando cierras el cardias, se abre el píloro, y así sucesivamente, para
que la energía, la materia y la conciencia se muevan, tu te abres y algo
se cierra, tu te mueres y algo vive. Tu das un paso hacia delante y toda
la creación puede ir hacia delante contigo. Tu te detienes, y haces un
infarto en la evolución. Tu das tu nota, y toda la sinfonía puede fluir, tu
retienes tu nota y toda la orquesta se desbarajusta.
Opto por mi actitud, y cuando opto por una actitud y esa actitud nace
de mi centro, entro en contacto con el Padre, con el espíritu en mi, con
ese sentido de dirección y de propósito. Ya no es una opción como
alternativa externa, sino una opción que se vuelve una dirección
interior, se vuelve un propósito en la vida, se convierte en un sentido de
vivir, en un proyecto de vida. Estamos a la distancia de un pensamiento
de cambiar nuestra vida: cambiamos nuestra dirección, cambiamos
nuestra actitud y nuestra vida.
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PSICOLOGÍA DE LA CONSCIENCIA - Cap 18
Autor: Jorge Carvajal Posada
Capítulo 18 - El despertar
Tomas una decisión, dices: voy a estar conmigo, voy a ser mi propia
compañía, voy a entrar en el altar de la soledad, que es la edad del Sol,
la maduración de mi tiempo interior, eso es la soledad. No busco
compañía afuera, soy mi propio soporte, soy mi propia compañía;
tengo autogestión porque me amo, el amor en mí no es una migaja que
cae desde el exterior, sino que es un torrente que nace en mi corazón
porque me acompaño. Entonces un día decides meditar y estar contigo.
Vas a tener que poner el despertador, tu mujer a lo mejor se enoja
porque le estás despertando antes de tiempo, pero van a pasar tres días
y te sientes mejor. Va a pasar una semana y no va a ser un esfuerzo tan
grande. Va a pasar un mes y se va a convertir en una necesidad. Va a
pasar un año y es el mejor hábito de tu vida, está incorporado en tu
piloto automático.
Es tan importante esa nutrición espiritual que has llegado al territorio
de la autogestión, que es la verdadera consagración. Te has convertido
en el dueño de tu vida, a través de esa opción has adoptado tu
territorio, y uno no tiene poder sobre aquello que no adopta. Se trata
de que adoptemos para adoptar. Adoptar es interiorizarnos.
A veces queremos adoptar la vida o una empresa, pero no nos hemos
adoptado a nosotros mismos. El hijo que hay que adoptar es la
conciencia, es Cristo en nosotros. Cuando nacemos a ese
reconocimiento nos adoptamos, y ese es el segundo movimiento, el del
Cristo interior. Ya no es el Padre sino el Hijo: nace el Hijo en nosotros.
Somos creadores. Hemos creado nuestro propio Paraíso, hemos
accedido a nuestro Universo interior. Ya jamás podremos estar solos,
porque somos nuestra propia compañía, ya jamás vamos a tener temor,
porque nuestra compañía permanente es el amor. Estamos con
nosotros y eso es un milagro. Cuando estás contigo y te aceptas y te
reconoces, brota el amor desde adentro. Entonces, te das cuenta de que
la vida no era nada para conseguir, ni para conquistar, ni para llenar,
era realmente una tea para encender en el centro de tu corazón, y tu
vida empieza a brillar, y empiezas a recuperar el calorcito interior. Se
quita la sensación de vacío y la sangre vuelve a tus mejillas y la sonrisa
vuelve a tus labios y la alegría vuelve a tus manos, y la vida se
convierte en una danza porque en este momento estás con el que danza
la danza.
Así que todos nosotros podemos ser libres, filósofos, científicos, santos,
cuando tomamos posesión de nuestro instrumento, cuando somos
capaces de optar y decidir, cuando tenemos un horizonte de la vida,
una dirección, cuando enrumbamos, levantamos nuestras anclas y
reconocemos nuestro norte y nos dirigimos al norte, al centro de la vida
para ser lo que somos, entonces empezamos a despertar nuestro
séptimo chakra, nuestro séptimo centro.
Vemos entonces que todo ese mecanismo del alma, a lo que llamamos
centro, es simplemente un conjunto de unidades de conciencia. Un
centro son unidades de conciencia del espíritu. Y tomamos posesión de
ese centro cuando despertamos la conciencia, es decir, el alma, cuando
somos conscientes de su significado entonces, empezamos a tomar
posesión de esos territorios, empezamos a adoptar esos territorios.