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A través de esta imagen lo que logro rescatar es el rol protagónico de alumnos y docentes
en el aula, así como de cada recurso utilizado. El aula es aquel espacio que se ha
desatendido por el surgimiento de otras problemáticas sociales, cuando en realidad es allí
donde se refleja la sociedad misma. En el recorrido de las cuatro prácticas he atravesado
dificultades, me he sorprendido al observar una institución en la que me formé durante
varios años y todavía formo parte de ella como alumna(Facultad de Derecho-Universidad
Nacional de Córdoba), pero que a pesar de ello no había direccionado la atención a los
aspectos que influyen directamente en nuestra formación como futuros profesionales y
muchas veces docentes al egresar, adoptando de manera imperceptible características de los
distintos formadores que nos han marcado. Durante este recorrido he aprendido a ser crítica
con mi propia trayectoria de formación escolar. Con las prácticas he sentido que volvía a
transitar cada una de esas etapas, desde la primaria, secundaria, universitaria e incluso
actividades académicas de posgrado, pero con una mirada más técnica, poniendo énfasis en
lo que me ha sido trasmitido por los docentes que he encontrado en el camino, rescatando
circunstancias que me han marcado de manera positiva y negativa, y entendiendo por qué
se dieron de esa manera y no de otra o por qué una temática me había costado más que otra
más allá de la complejidad del contenido. Aprendí a mirar, ya no a ver, a adentrarme en la
vida del aula que va más allá de cumplir con la presentación del contenido de un programa.
Creo que somos los arquitectos de ese aula en conjunto con los alumnos, y no
individualmente. Trabajar de manera coordinada, buscando su motivación, logrando en la
medida de lo posible asociar el placer al aprendizaje, más allá de los esfuerzos que se
asocian hoy en día al mérito. Para ello debemos contar con herramientas que nos permitan
en mayor medida, advertir errores que puedan desatender problemáticas propias de la
heterogeneidad del grupo. Ingresar a una institución, presentarme al frente del aula, y ser la
encargada de transmitir determinados contenidos, luego de esta experiencia, me da una
mirada más comprensiva de la complejidad de la enseñanza, me permite observar más allá
de lo tangible, lo proporcionado, buscando herramientas propias que permitan marcar
aunque más no sea una parte de la trayectoria de esos ciudadanos en formación, y de la
mejor manera posible, poniendo en sus manos aprendizajes significativos.
Al día siguiente jueves 13 de junio, ingresamos al aula a las 15 horas. Me surge otra duda,
claramente es un horario que resulta complicado, y pienso si de verdad podrán participar
atentamente de la actividad. Sorpresivamente los saludo y me dicen: “Profe,¿ ya nos
ponemos en grupos para el juego?”. Me pone felíz haber podido captar su atención con la
actividad, así como que pudieran organizarse cumpliendo con la consigna del día anterior.
Por cada grupo llamo a un representante encargado de manipular el celular para iniciar el
juego. Ellos se inquietan muchísimo, el desorden se hace presente por primera vez. Uno de
ellos me pregunta si era por tiempo. Había olvidado mencionar que el juego se definía por
los puntajes, y no por el tiempo en terminarlo. Debo volver a pedir que bajaran el volumen
de la voz y se calmaran. Aclaro que todo se define por puntaje pero que principalmente se
busca ver qué conocimientos han adquirido o los ha enriquecido. El juego se desarrolla
muy bien todos participan. Recorro el aula viendo a cada grupo integrarse perfectamente.
Luego, llega el momento de definir puntaje de cada grupo y ganadores. Se los ve contentos
con esta nueva propuesta práctica. Suena el timbre, el profesor hace algunas aclaraciones ya
que estará ausente unos días. Luego, me despedí y agradecí su participación. Los chicos
aplauden y manifiestan haber estado contentos con la actividad y el desarrollo teórico.
Puedo decir que a pesar de haber pasado muchos nervios, esta primera experiencia de
muchas, parece haber sido enriquecedora para ambos protagonistas: docente y alumnos.
B.
C. El día Jueves 13 de Junio del corriente año, ingresé a las 15 horas al aula 14 del Colegio
Monserrat, donde consulté a los alumnos si habían podido descargar la aplicación Kahoot a
los fines de poder desarrollar la actividad práctica, ya que el día anterior les había solicitado
como tarea hacerlo como también armar los grupos de no más de 5 personas, para iniciar la
jornada de manera más rápida. Una vez verificado esto, llamé a un representante por grupo
con el teléfono celular en mano y la aplicación disponible, para proceder a explicarles a qué
pestaña debían ingresar dentro de la misma, esto es, “Unidad 3 4H”. Cuando todos se
encontraban listos para dar inicio a la actividad, se inició el juego. Todos estaban muy
ansiosos creyendo que era un juego en el que ganaba quien más rápido contestaba, a lo que
tuve que intervenir para explicar que ganaría quien más preguntas correctas contestara sin
importar el tiempo sino más bien el puntaje más alto. Durante la actividad mi par
pedagógico colocó los nombres de los grupos en el pizarrón y el puntaje alcanzado por cada
uno de ellos. Al finalizar el grupo de mayor puntaje recibió como premio alfajores y
chupetines, mientras que los demás iban recibiendo chupetines como premio por responder
preguntas de la actividad que habían jugado.
En relación a la interacción docente-alumno, advertí que los profesores son más poderosos
que los alumnos en el sentido de poseer una mayor responsabilidad en la conformación de
los acontecimientos del aula y esta era una clara diferencia a la hora de ir marcando los
distintos momentos del desarrollo de la clase. Al realizar la actividad práctica se pudo
visibilizar que los alumnos se enfrentan de tres maneras que menciona Jackson: como
miembros de una masa, como receptores potenciales de elogios o reproches, esto se pudo
ver sobre todo cuando contestaban las preguntas de la actividad en voz alta pudiendo o no
recibir como premio una golosina, y por último, como peones de las autoridades
institucionales, esto se ve en su relación con la preceptora.
En la vinculación docente- docente titular del espacio, percibí que adentrándonos en los
modos de ejercer la autoridad, este ejercía un modo de colocarse en un lugar superior
porque detenta un poder sobre otro inferior, ya que si bien inicialmente fuimos bien
recibidas, durante el desarrollo de las observaciones se impuso como autoridad titular del
espacio curricular reconocido por la institución, sobre nosotras; esto se pudo advertir ante la
dificultad para acceder a la documentación, planificación, e incluso para asistir a
determinadas clases por “inhibir” a los alumnos.
Dentro de las decisiones micro que tuvimos que asumir en nuestro rol docente, fue adoptar
durante 10 minutos como actividad alternativa el “juego del ahorcado” a los fines de poder
completar el módulo de 40 minutos, ya que en la planificación se proyectaba desarrollar la
actividad original de Kahoot en no más de 30 minutos debido a que el docente titular del
espacio debía organizar y dejar pautadas tareas a los alumnos previamente a un viaje que
tenía previsto.
Para el desarrollo de la actividad práctica que planteamos utilizamos como alternativa
metodológica el trabajo en grupos de no más de 5 personas, en 2 casos 6 alumnos debido al
mayor número de asistentes. El recurso que se decidió utilizar para su concreción fue el
teléfono celular haciendo uso de la aplicación Kahoot, ya que era un recurso compartido y
de uso común de todos los estudiantes durante las clases que fueron observadas y que se
utilizaba para, por ejemplo, buscar leyes que se consultaban durante la clase. Esta decisión
se adoptó con la finalidad de promover en los alumnos una experiencia valiosa para su
formación y conducir en la mayor medida de lo posible al cumplimiento de los objetivos
planteados en los contenidos procedimentales y actitudinales fijados por el programa de la
asignatura (Ver supuestos 1 y 2).-