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Cordobeses que buscan su propio
negocio
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Arrancó desde el piso

Domingo 15 de junio de 2008 + - imprimir recomendá favoritos Consultor "con" empresas

Edición impresa | Suplemento Economía


| Nota ¿La marcha de la economía se
despega de la pelea política?

Entrevista con Andrés Rodríguez / Director de Johnny B. Good Argentina pierde con sus vecinos en
atraer inversiones

El papá de JBG
Johnny B. Good ya no es sólo la cadena de restobar más importante de
Córdoba, también se está transformando en un grupo empresario que maneja Las 5 más leídas.
una diversidad de negocios, como una marca de helados, otra de ropa y una "Feria" de drogas a cinco minutos
cadena de "fast food". Se vienen las franquicias. del centro

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racotto@lavozdelinterior.com.ar
Motociclista murió en un choque y
Es uno de los creadores de Johnny B. Good, los el automovilista se fugó
restobar por donde cada mes, pasan 60 mil Cordobeses que buscan su propio
personas entre los tres locales que tienen en negocio
Córdoba Capital. El éxito de esta cadena le
permitió a Andrés Rodríguez, junto a sus socios, compartir
Versátil. Andrés Rodríguez, de la medicina
comenzar a sumar nuevos negocios con lo que forense al mundo de la gastronomía.
Foto:
ahora forman un grupo empresario que da trabajo LaVoz / Ramiro Pereyra
a 200 cordobeses y que tiene una fuerte apuesta
hacia la expansión nacional e internacional a
través de un sistema de franquicias que se
estrena este año.
Amiguero
 
Es el típico emprendedor que apostó fuerte y al
que le fue bien. Por eso tiene mucho para contar
de lo que logró, pero también tiene un pasado
rico y quizá inesperado pensando en su actividad
actual.

–¿Sos cordobés nato?

–Sí, totalmente. Criado en Barrio San Martín. Hice


la secundaria en el Liceo Militar General Paz.
Promoción 33.

–Ah, la 33. Es famosa esa promoción, salieron


algunos conocidos...

–Claro, el ex intendente, por ejemplo.

–Así que fuiste compañero de Luis Juez...

–Sí, dormíamos al lado porque somos del mismo


target, y allí te dividen por altura para asignarte
el lugar. Después estudié medicina, y me
especialicé en medicina forense.

–Qué especialidad por Dios...

–Sí, es duro. Ejercí como médico forense en


Policía Judicial desde el ’89, cuando me recibí, y
hasta el ’96.

–Me estoy yendo del tema central de esta


entrevista pero contame ¿qué hacías
exactamente?

–Medicina legal, es decir intervenís en todos los


hechos que se judicializan ya sea accidentología,

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muerte por etiología dudosa, homicidios,


suicidios, choques, drogas, violaciones.

–¡¡Cuánto glamour!! Tanto como JBG.

–(Risas) Los médicos siempre pidieron que se lo


declare tarea insalubre porque aparte de
manipular todo tipo de cuerpos, mentalmente te
afecta mucho, tratás con lo peor, con la miseria
humana, la muerte, la pena. Igual,
científicamente hablando, la medicina forense es
un campo hermoso. Y en Córdoba hay excelente
nivel.

–De todas maneras veo que vos saliste


eyectado.

–Sí, cuando tuve mi primera hija no pude más,


renuncié, estaba paranoico.

–¿Renunciaste a la nada?

–Nooo. Mi vida comercial había comenzado


bastante antes, yo vengo de una familia muy
humilde, de clase media baja, perdí mi papá a los
tres años.

–Así que tuviste que ‘bancarte’ los estudios.

–Sí, los banqué con el ‘correcaminos’ de mi vieja


(una R 4), con la que vendía ropa casa por casa.
Terminé teniendo una verdadera tienda
ambulante.

–¿Cuándo empezaste con el negocio de los


bares?

–Mientras era médico forense y junto a otro


médico de ahí, pusimos en Nueva Córdoba un
boliche que se llamó Suep. Un exitazo, fue un
ícono.

–¿De ahí el gran salto a Rock & Feller’s, la


marca que cambió el estilo de los bares en
Córdoba?

–Sí, estando en Suep, me hice íntimo del


relaciones públicas del lugar, Guillermo "Willy"
Fernández Chrystie. Con él comenzamos a
imaginar un lugar multihorario, al que pudieras ir
solo o acompañado, a comer o a tomar algo. Así
salió el restobar temático musical R&F. Lo
hicimos junto a Oscar Sambucetti.

–¿En qué año fue?

–Inauguramos en el ’96, el primero fue el de


Hipólito Irigoyen. Nos jugamos la vida porque
usamos todo tipo de recursos, créditos, préstamos
de familiares, ahorros, vendimos todo para
apoyar a ese proyecto. Pero estábamos
convencidos de que iba a funcionar.

–Y no se equivocaron.

–No. Fue un éxito total, durante el primer año


tuvimos cola permanente para entrar. Eso nos
animó a abrir el del Cerro, en el ’98, y ahí sí que
nos volvimos a endeudar tremendamente, fue una
obra muy, muy cara.

–Pero no le tenían miedo.

–Admito que fueron decisiones muy jugadas las de


construir estos monstruos. Son negocios muy
equipados, a los que nos les falta nada, todos los
materiales son nobles, se percibe que hay
calidad, pero fueron posibles de armar en otra
Argentina, hay mucha cosa importada, hoy no

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podés armar algo así.

–¿Y qué pasó con R&F?

–Luego vino la expansión con franquicias en varios


lugares y después la crisis del país de 2001 y junto
con ella, la crisis societaria.

–Divorcio en puerta...

–Sí, nos terminamos dividiendo, algo que lamento


mucho porque con Willy habíamos hecho una gran
amistad y eso se rompió.

–¿Cómo fue la separación de bienes? ¿Cómo


llegan los JBG?

–Oscar se fue de la sociedad, Willy se quedó con


la marca R&F y las franquicias y yo con la
administración de los locales de Nueva Córdoba y
Cerro.

–Pero tampoco funcionó.

–Tampoco, así que yo dejé definitivamente la


marca. Me asocié con Freddy Morosovzky y Menzi
y junto a ellos, comenzamos de nuevo de cero.
Así, en 2004 nació JBG con estos dos locales y
sumamos el del shopping de Villa Cabrera.

–¿Y vienen más?

–Estamos en conversaciones con la gente de


Capitalinas para ver si ponemos otro en ese
emprendimiento. Por otro lado estamos en pleno
desarrollo del sistema de franquicias. La primera
va a ser en Rafaela, Santa Fe y tenemos
interesados en Ushuaia, Salta y Mendoza.

–¿Aspiran a una expansión nacional?

–Sí, el objetivo final es Buenos Aires y luego el


exterior. Pero además quiero contarte que el
crecimiento de JBG nos animó a incursionar en
otros negocios.

–¿Cuáles?

–En la Núñez, al frente de JBG hicimos La Aleida,


un restauran de comida regional, autóctona.
También tenemos un formato de fast food con la
marca Funny Ville, que está en los patios de
comida de los shopping de Villa Cabrera y
Nuevocentro.

–He visto que hasta al negocio de la ropa se le


animaron.

–Sí, pasa que Freddy es un eximio diseñador de


ropa, creador de la marca AF, cuando AF era una
gloria, y así como yo lo metí en los bares, él me
metió en el mundo textil.

–¿Cuál es la marca?

–Se llama Be More tiene exclusivos en Villa


Cabrera, en Patio Olmos y está en las tiendas
Karmya y en el interior. Por ahora es sólo ropa de
mujer para el segmento de 15 a 25 años.

–¿Fabrican ustedes?

–Se hace la primera y la última etapa, es decir los


diseños y la moldería, luego tercerizamos la parte
de taller y hacemos el toque final con etiquetado
y demás. Otro de los emprendimientos que
tenemos es una marquita de helados con su
pequeña fábrica.

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–¿También helados?

–Sí, se llaman Creambury, son helados premium


muy naturales, no tienen conservantes, ni
aditivos. Tenemos una heladería en la Núñez y
otra en Obispo Salguero y Rondeau, que también
tiene cafetería y repostería. A Creambury y a
Funny Ville queremos terminar de consolidarlos
para luego expandirlos a través de franquicias. Y
lo último que hicimos...

–¡Qué proactivos que vienen!

–Sí, estamos con todas las pilas. Lo que pasa es


que todo lo que ganamos lo reinvertimos, nuestra
apuesta es a Córdoba. Si nos das vuelta, te puedo
asegurar que no se nos cae ni una moneda, todo
está puesto aquí.

–Bueno, ¿qué era lo último que hicieron?

–El año pasado armamos un Centro de Distribución


Gastronómica, en donde procesamos materia
prima, pollo, pescado, carne, frutas, verduras y
los distribuimos, por ahora a nuestras propias
unidades de negocios, pero en el futuro con este
centro, que se llama Food Max, queremos dar
servicios a otros colegas, a hoteles y demás.

–¿Cómo es el sistema?

–Mirá, en países como Estados Unidos, vos no


tenés 100 proveedoras que cada uno te traiga una
cosita, sino uno que concentra todo, lo
gastronómico, el bazar, la bebida. Con esto se
logra un gran beneficio en economía de escala y
en tiempo.

–Como R&F o como JBG, como cadena de


restobar siempre les fue bien. ¿Cuál crees que
fue la clave?

–El concepto de negocios, esa idea original. Fijate


que estos son uno de los pocos lugares en donde
conviven las distintas generaciones y no se
molestan. Conviven chicos y grandes; los solos
con las familias; los cumpleañeros con los dos
tipos que están haciendo negocios tomando un
trago en la barra, todos sin molestarse y a
cualquier hora del día. Aquí podés venir a las
cinco de la tarde y uno se toma un café y otro
come unos sorrentinos o podés venir a cenar a las
tres de la mañana. Es un lugar sin limitaciones.
De la mano del concepto va la performance de los
locales, que gustan.

–Sos el típico caso de un emprendedor al que le


salieron las cosas bien ¿es difícil hacer negocios
en Argentina?

–Yo creo que siempre hay oportunidades y aliento


a los jóvenes a que se animen, nosotros
apostamos todo. Creo que hay que creer en las
ideas cueste lo que cueste, que hay que animarse
porque, pese a todo, el mercado de Argentina
siempre da oportunidades. Fuera de esto, te
cuento que me gustaría en algún momento
participar en la vida política de Córdoba.

–¿Cómo ves al país?

–Creo que Dios es argentino y el país tiene hoy


una oportunidad única por el problema
alimentario del mundo, lástima que creo que los
argentinos nos vamos a ocupar de convertir esa
oportunidad en una crisis económica y social.
Argentina es un adolescente que está en el peor
momento de la edad del pavo.

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–¿Eso qué quiere decir?

–Que estamos como cuando creés que te las sabés


a todas, no escuchás a nadie, todos los demás no
saben nada, tenés la razón en todo y cuando te
pasa algo, la culpa es de los otros. Argentina
tiene que pasar de esa edad del pavo a ser un
joven con aspiraciones y comenzar a pensar
seriamente en su futuro. Ojalá el Gobierno deje
de mentir y reconozca que al modelo económico
lo que le hace falta es caja para mantener toda
esta maraña de subsidios, el año pasado
recurrieron a las AFJP, ahora están desesperados
por las retenciones. Es hora de sincerar los
tantos.

–¿Cuál es tu sueño?

–Mi mayor sueño es poder ver a mis hijos grandes.

 
 
 
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