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Masccse: mis oculto, el que no se puede nombrar porque ‘ng hay palabra que lo nombee. Al principio, cuando me enteré, me llené de terror, es cierto, pero después el terror se fie esfumando y tom la forma de un destumbramiento (..) Para quitarnos las tristezas, Maripepa nos reunia bajo las estrellas, sobre la tierra humedecida, y nos contaba historias, ‘Las palabras fe slian a borbouones de entre los pocos dientes, Ja lengua se le movia como sil bailara dentro de la boca YY todos, hipnotizados, la velamos agigantarse. embellecida. Ells conseguia domestica el tiempo. [Uo hacta avanzar 0 retroceder a su antojo. Oto dejaba quiet, como siya hubiersaleanzado Ja eternidad. iasta que a nosotros se nos caian los parpados y nos envolvia la niebla del suefio que cada uno habria de sofa” We amo fs, pe os mre ier me dom, irl, Tey. Nie a ‘roca ene is cls del Parad gro, ence, xl apa i comunicarte jibes Nn Bajo siete llaves Estela Smania DWOESIETE LLAWES Le Saved (Grados) Virginia Piss (Guedas) comuntoarie (foto catius _ 7 i Siete bed sean aindetotinnca, Mats Wee 2018 lseien ls Cerin Saeco Vea chen ime ii: be de 26 Dime nprin s 208 Sip per ik de Teer ri 3013 (Gane wenn cunt 45 ‘Guta "pon tnd one comuntoarte ean 02 Cine - Ageia Tales N50 SS cetilomuntanendhowna ren Fite Fons SA ina rd ee Se tmiauonde npn 1000 ‘Ghane 71, Aveda Boe (Qu ea leptoeubey 1172 econ Aaa An aie “Talo den rar Nose ei pre pd immanent amino others hea port yn tn cen ‘pan Spun ye nner sey ede tice pip Su acne conc ple Tene Ea Smite Sarai in Pi -Me Giakbes Conte St Sap TE Sone eden 4g pr Cann ad 1 oi al in Sv a UR Vin hi 4 Inds Montallo de Del Vado por compromise can los chicas 4 Nenucha Coronado por su genersidad: 4 Juan Martins y Liliana Tozzi por su confianza; «4 mi fomila, oa vez siempre Indice EI marquis del contijo Elis Ae Federico Joan Cruz Macias 3 45 oa 7 87 as abuelas son un gran invento. JFuncionan distinto a las madres. No sé si mejor 0 peor, pero distinto. Lo digo por lo que veo, por lo que oigo, porque Jo que se llama expetiencia personal, no tengo. No tengo cbmo comparar unas con owas: yo maci huérfano. Y¥ digo lo que digo por esa manera tan estcambé- tica de querer que tienen las abuelas. No andan escasas de tiempo todo el tiempo o lo disimulan. [Nos dejan entraren sus vidas de impreyisto, a los Hantos, a los saltos, a los tropezones, a los manota- 20s, y tan contents! {Vieron cémo miran embobadas? Sahen de todo ua poco las abuelas. Serd que son viejas y ya fueron y vinieron, como quien dice Ec Sn Seri. Pero nadie como ellas para sobar batrigis Aloloridas, para curarraspones, para despiojan des, pulgar y cascar lendres a mansalva Son aspaventeras St Roncan y jadean por lis naches, claro que sh Pero «308 ronquidos y eos jadeos son los que nos aseguran que siguen ahi, vivitasy coleando Sen eect sacs fansas o salvajes, segin se dé. Ingenuas y des- confiadas. Amables y mal llevadas. a y rurnas. Ciegasy vsionarias, medio sordas, Barto «3s, sencills, machaconas, simuladoras, humilde orgulloses, - Pero para especial, lo que se dice especial, ningu- 1 como mi abuela, Maripepa del Coheniva Segiin cuenean, su verdadero nombre cra Mar- dquesa del Corujo, pero, seg cuenta eambién, el tiempo invisible lo fue mutando, al nombre, se entiende. ¥ ella lo acepts de bucea guna, al com: bio, convencida de que el tiempo es ineuestions ble, y de que, después de todo, la variant le caa como anillo al dedo 'No son épocas para andar ostentando, Ahora que ya no esi su presencla es mis visible 3p vedader atures ms natural 3 mi cen imienco go no? Quiero decir que, en el caso de las abuelas, lo que se pierde se gana ‘Nada se le escapaka a la mia. ‘Uno no podia mantener en secreco ni siquiera un pensamiento. Adivinarlos o leetlos en la cara le resultaba pan comico, “Mejor dicho, a ver, yo creia por entonces que los adivinaba 0 los lefa en la cara de puro sensible, de ro abuela Pylata que conoc/ su secreto. El ms guardado, el is oculto, el que no se puede nombrar porque no hay palabra que lo nombre, Al principio, cuando me enteré, me lené de terror, es cierto, pero después el terror se fue exh mando y tomé la forma de un destumbramiento, “Me las sé a todas’, se jactaba mi abucla cuando robaba un pedazo ée carnaza en cuanto el carnice- ro se distrula; cuando lograba zafar de los que la petsegutan, corriendo en zigzag, escabulléndose en ‘alles desiertas, estrechas, embarradas, malolientes, ca llegar desmelenads, con la boca abierta y con {1 coraxin galopndole en el pecho: 0 cuando se colaba en la iglesia, desde alli ala sacrista, y desde alll campanario, slo para darme el gusto ~a mi ya los demés~ de contemplar un desparramo de palomas y un cielo poblado de plumas blancas, el Sonia mis Fie que ners, azul. que cafan sin “No por sabia sino por vieja”, deta. Yo creo que mi abuela eta vieja, como no podia set de otra manera, y era sabia. Corajuda, ademés Salvo en los dlas de tormenta. Las tormentas Ia atormentaban. No bien se desataban, mi abuela, en ugar de fuarecerse bajo las chapas, sala ala intemperie y aturdida, resoplando, totaba en espiral, expuesta al resplandor excesivo de ls rekimpagos, al retum. bar de trenos, rayos y cemtellas, a agua, Una vezen el centro dela érhita que bubfa taza- do, sigida, como estaqueada, aullaba de pavor fsa que Ia vase fina y deja de se, man Enonces, aficbrada, exhausta y empapada hasea los huesos, mi abuclavovia ens Fingerdos eon do de persuadienos alos que la mirdhamos fasina- dos, que todo no habia sido miés que un juego: el juego que ella queria jugar s Aungue no le creyéramos los gos del estémayo se suavizaban y la sangre volvta a corter, dulee y Bs que el miedo, como el hambre, duee. Mi abuela cra asi de especial, y mas también, teniendo en cuenta lo otto, lo que yo atin desco- nocia. Pero no era mi abuela. Lo averigié tarde. Me enteré de a poco. ‘Anduve mucho tiempo resbalando en la materia gelatinosa de la sospecha: hundiéndome y saliendo a flote, hundiéndome. Hay mentiras piadosas, claro. Pero con asuntos tan intimos no se puede jugar ‘Uno termina eayendo al fin y al cabo. Un gesto, una palabra, un descuido, cualquicr ‘eosa, y uno cae. Y ocurte que el veneno de la verdad oculta, des- tilado en gotas, es mds sutil, sf, pero se ramifica y lo infeeta todo: cuerpo y alma. Yo fui déndome cuenta a medida que otros como yo, enfermas, flacos, abandonados o huétfanos, Ilegaban « su casa en busta de abrigo y de comida Bueno, a lo que Maripepa llamaba su casa: un techo de chapas levantado en medio de un basural al que llamaban “el Cobertizo”. Y ella les daba lo que habfa segiin girara el rompo de la suerte. “Esta avarienta, esta establecida y perra suerte’, decia mi abuel. Y yo entre tanto. Pero no uno més ek San No uno del montén, No intercambiable. Pensar esto me ayud bstante a perdonar el enga- fo: a mi abuela y a mi nos unfa un Lazo amoroso indestructible, en el que la sangre no intervino. Yo la queria y ella me queria. Punto, Yo nacf totalmente huérfano de padre y casi huée- fano de madre. Antes de que yo naciera a mi padze lo atropellé lun camionero en la ruta nueve, Le dejé tirado como se deja tirado a los perros, sin saber, sin importarle si lo dejaba malherido 6 muerto. Ese tipo era un cobarde. La cobardia me repugna. Y¥ eso de que “actus como un animal” o “como tuna bestia", me patea el higado, aos animales no son cobardes. Miabucla lo desctibia como un morocho alto, de cuello ancho, de ojos como dos heridas negeas que metian micdo, pendenciezo y noctémbulo, Aun mes 0 dos de largarme al mundo, mi ‘madre, confundida © més bien enloquecida, desa- parecié. Una noche, maldiciendo vaya a saber qué ‘0a quign,llegé hasta el lugar del accidente a duras penas, y enclenque, sacudiea por la fiebre, ence- aj tlie dos los ojos por un goteo interminable, Rpt ce oar hats pede ‘Cuentan los que a conocieron que era colorada Y¥ eso cra rode lo que sabfa sobre mi madre. Cuando la quiero imaginar, no consigo ver sino Ja sombra de una sombra pélida que vacila encre itse o volver a amamantarme. Nacila? No vai : Se pietde hacia el sur. A ears ia sombra de wna sombre coasigo ve, Major, deta miabucl ‘Se me ocurre que mi abuela erefa en la memoria, Reo become de eoas et que, ade~ is, cefa en el olvido justo que permite seguir afe- srado al hilo de la vida. Decia: “A eos los mnlos recuerdos no son mds que huéspedes indeseables, No hay que dejarlos vaciar tiecucier ergo ea ar in Ia calle antes de que se acomoden. Telia Sear aque mi abuela decfa lo que decta porque, en el fondo, no le habia perdonado aa mi madre que se fuera dejéndome guacho, Para quitarnos las ristezas, Maripepa nos reunla bajo las extrellas, sobre la tierra humedecida,y nos taba historias Betsey ra de verla en el medio dle la ronda Siempre que la recuerdo la recuerdo asf. Capaz, {qué listimal, que esa imagen se vaya destiiendo, ‘que se haga agua, polvo, nada. Las palabras le salfan a borbotones de entre los pocos dientes, Ja lengua se le movia como si le bai lara dentro de la boca. Y todos, hipnotizados, la vefamos agigantarse, embellecida. Ella consegufa domescicar el tiempo. Lo hacfa avanzar 0 retroceder a su antojo. O Jo dejaba quiero, como si ya hubiera alcanza- do la eternidad. Hasta que a nosotros se nos eafan los pispados y nos envolyia la niebla del sueiio que ‘cada uno habria de sofiar. “Toda emocidn vale la pena’, decia Maripepa ‘cuando llorabamos con sus historias, y decéa tam- bién: “La vida no es un paseo por el campo.” Las que mas me gustaban eran las aventuras de st antepasado, el eélebre Marqués del Cortijo, que vivid en la Corte del rey Narciso III de Antinomia Mil veces las escuchaba y siempre parecian nuevas. siya snail en un pelo, {wo eal de “Pures Tira” de Jon Bape Yo, por entonces, me crefa todo lo que contaba. Después, a medida que fui creciendo, dudé, y por un tiempo me puse a resguardo de sus menti- Hoy sé que asi son los cuentos: verdades alteradas 0-a medias, oleaje de recuerdos, deseos, ec0s, pre- sagios. Esta que les cuento ahora, por ejemplo, me la sé de memoria de tanto ofrla una y otra vez, El marqués del cortijo “Pal vex, me digo, al quitarse los ojos ef hombre se dio cuenta de que ya no podria bacer ote cosa gue miner” mo, me diga, porque ta necedad y li jgnorancia on como carne y uf Hablo de wn vey. De un rey con corons y todo. Con capa de armitie y bastin de marfil y jade De wn rey com dinero y con poder, que también andan en yurta. Hablo de Narcio IT! de Antinomia, que reind hace un montin de ais y que vivia en wen palacio, como cs de presumir, del que jamds salla, Alli habia nacido principe primogénite, yall mori- via, peur de sus suenos de eternidad, porgise era was simple mortal, después de todo, debajo de si corona y 3 Rail Dora, en "Canc de Honor de su capa, aungue él se resisiens, clara Pero la ‘muerte es ast, ya lo sabemos: hace tabla rast. Es justa

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