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El Enfoque Integral pretende que todos los actores participantes concierten sus estrategias y
acciones desde el primer momento y al más alto nivel, compartiendo objetivos y planeamiento
para evitar que la gestión de la crisis pueda verse afectada por la divergencia de prioridades,
falta de realismo en los objetivos, duplicación en las actividades o el enfrentamiento entre
estrategias. Esta fórmula debe adoptarse en todos los niveles de la gestión de la crisis (político,
estratégico, operacional y sobre el terreno) y en todas las fases (concepción, planeamiento,
ejecución y evaluación) de una misión u operación. (Pareja & Colom, 2008)
Ante todo, el nivel de calidad y los requerimientos del producto o servicio los establece y define
el cliente. El que decide si el producto o servicio es adecuado y verifica si el cumplimiento de las
características satisface sus necesidades es el propio cliente. Por tanto, la empresa ha de captar
su confianza ofreciéndole la calidad que desea. Se debe tratar de comprender y determinar los
criterios y valoraciones que tiene el cliente, saber escucharle en todo momento y actuar en
consecuencia.
No se puede exigir una implicación activa de todos los recursos humanos sin una adecuada
información y educación sobre los conceptos de calidad, los objetivos que persigue la empresa,
las mejoras que se obtienen y sobre todo la forma práctica y efectiva de cómo aplicar las ideas
de calidad. La información y educación llevan asociado otro concepto importante: la motivación.
La información y la formación son la fase, la motivación es la acción o actitud que involucra a las
personas, fomentando la participación activa, la aportación de ideas y mejoras. De nada servirá
aplicar las técnicas y procesos más avanzados para la mejora de la calidad sin una motivación
importante de los recursos humanos.
4. Ventaja competitiva
La calidad constituye un factor básico para obtener ventaja competitiva. La empresa debe
adoptar una estrategia que persiga la calidad en todos sus productos, procesos y servicios que
la diferencie del resto de la competencia y le permita afrontar los nuevos retos desde una
posición de privilegio. La consecución de esta ventaja es fundamental para el crecimiento de la
empresa y es uno de los objetivos principales de cualquier compañía en la actualidad.
6. Los proveedores
El papel que desempeñan los proveedores resulta fundamental para que la aplicación de la
calidad llegue a realizarse de forma efectiva. Los proveedores constituyen el primer eslabón de
la cadena y sobre ellos habrá que actuar para obtener la calidad desde el origen. Debe existir un
compromiso de calidad para que los objetivos sean comunes. La calidad de nuestros productos
no depende exclusivamente de nuestra organización, sino que vendrá supeditada al nivel que
presente la misma en los suministros de los proveedores.
7. Ética de la calidad
Existen una serie de preceptos o actitudes positivas que constituyen la ética de la calidad,
algunos de los cuales se enumeran a continuación:
Ante los errores repetitivos, resulta más efectiva una información adecuada y objetiva que una
amonestación o crítica
ENFOQUES
Si estamos interesados en proporcionar valor a los clientes, debemos considerar cómo podemos
mejorarlo, para ello hay una serie de enfoques que son fundamentales para la práctica de la
Gestión de la Calidad.
1. Enfoque al cliente
Si queremos crear valor para nuestros clientes tenemos que ser obsesivos con entender a
nuestros clientes, sus necesidades y expectativas.
2. Enfoque estratégico
La gestión de la calidad debe ser una tarea estratégica. Si las empresas quieren sobrevivir y
avanzar a través de la entrega de valor a sus clientes entonces deben tratar esto como un
objetivo estratégico clave, para ello se debe dar la creación de una visión estratégica y la
implementación de ésta en toda la empresa mediante objetivos y acciones asociadas que
implican un compromiso y enfoque a largo plazo.
3. Liderazgo Enfocado
Nada sucede, en cualquier organización, sin el compromiso de los líderes, su conducción activa
de la estrategia y un compromiso positivo constante con su aplicación.
La Gestión de la Calidad se trata fundamentalmente de las personas. Los procesos sólo son
eficaces en la entrega de valor para el cliente si se asocian con comportamientos apropiados de
los individuos involucrados. Un excelente proceso puede ser dañado por un miembro de equipo
desmotivado o mal entrenado. Un aspecto importante de la gestión de la calidad es la creación
de una fuerza de trabajo motivada y con la capacidad de trabajar con y en procesos para
maximizar el valor del cliente.
5. Enfoque científico
Podemos gestionar o administrar la calidad y para tal debemos entender sus enfoques: enfoque
al cliente, enfoque estratégico, liderazgo enfocado, conocimiento de los procesos, orientación a
las personas, enfoque científico , innovación y aprendizaje como resultado mejora de los
procesos en su totalidad. Siendo así que la Gestion de la Calidad es mejor vista con un enfoque
holístico que implica la suma de todas estas partes.
7. Enfoque en procesos
Las organizaciones han estado obsesionadas con los resultados demasiado tiempo. Los
resultados son impulsados por la aplicación efectiva de los procesos correspondientes. El énfasis
debe pasar de la evaluación del resultado al desarrollo y control de procesos para entregar valor
al cliente. Debemos cuidar las fronteras departamentales que a menudo tienen un efecto
perjudicial en el proceso de negocio global.
El enfoque a procesos conduce a una empresa hacia una serie de actuaciones tales como:
Al poder ejercer un control continuo sobre los procesos individuales y sus vínculos dentro del
sistema del proceso se pueden conocer los resultados que obtienen cada uno de los mismos y
cómo contribuyen al logro de los objetivos generales de la empresa. A raíz del análisis de los
resultados de los procesos, se permite, además, central y priorizar las oportunidades de mejora.
– AGENTES: son aquellos aspectos del sistema de gestión de la institución. Son las causas de los
resultados (el otro criterio). A su vez, por cada grupo de criterios hay reglas de evaluación
basadas en la lógica REDER.
Los agentes deben estar bien fundamentados e integrados con otros aspectos del sistema de
gestión. También debe evaluarse periódicamente su efectividad, para el aprendizaje y mejora.
– RESULTADOS: representan lo que la organización consigue para cada uno de sus actores, es
decir empleados, clientes, sociedad e inversores.
En este caso, los resultados deberían mostrar tendencias positivas, por ejemplo compararse
favorablemente con los objetivos propios y con los resultados de otras organizaciones. Además,
estar causados por los enfoques de los agentes. Por último, abarcar todas las áreas relevantes.
La identificación de los puntos fuertes y débiles en los distintos ámbitos de la empresa son el
punto de partida para el proceso de mejora continua. De este modo, con la autoevaluación
conseguida a través del EFQM, puede lograrse una gestión más eficaz y eficiente. (Coppini, 2018)
El cuadro de mando integral (CMI) (en inglés Balanced ScoreCard, BSC) es una metodología que
han utilizado muchas organizaciones, porque ayuda a superar la dispersión o duplicación de
esfuerzos, permite la creación de sinergias, apoya para que la operación diaria esté conectada
con la misión, la visión y los objetivos estratégicos; sin embargo, requiere una defi nición clara
de los procesos clave y que la estrategia de cambio sea entendida y asumida por todos. El CMI
ayuda a monitorear la implementación de la estrategia a través de indicadores de desempeño y
metas concretas, así como a lograr que las distintas áreas estén alineadas al plan estratégico.
(Gutiérrez, 2010)
El CMI permite tener el control del estado de salud corporativa y la forma como se están
encaminando las acciones para alcanzar la visión, y por sus características, el CMI puede
implementarse tanto a nivel corporativo como en áreas o departamentos con visión y
estrategias de negocios definidas y que mantengan cierta autonomía funcional. Esos CMI de
departamento deben revertir en el CMI global o en el de su departamento superior.
El CMI utiliza dos elementos: el mapa estratégico y el tablero de control. El mapa estratégico es
la representación visual de los objetivos de una organización y utiliza al menos cuatro
perspectivas: la perspectiva económica o financiera, que contiene las expectativas del
desempeño financiero; la perspectiva del cliente, que traduce las expectativas de los clientes en
cada segmento de mercado y enfatiza los objetivos de los atributos de los productos, de servicio
y de imagen; la perspectiva de procesos, que contempla los objetivos de los procesos de soporte
y operativos que son consistentes con los objetivos de calidad, tiempo y efi ciencia para
satisfacer al cliente, y la perspectiva de aprendizaje y crecimiento, es decir, las capacidades y
habilidades de la fuerza laboral, la inteligencia competitiva, la tecnología, las competencias, la
cultura y los valores que posibilitan los procesos. (Gutiérrez, 2010)
Las perspectivas agrupan los objetivos causa-efecto para lograr materializar las estrategias a
corto, mediano y largo plazos. Por su parte, el mapa sirve para relatar de manera comprensible
cómo se entrelazan las hipótesis de cada perspectiva. (Gutiérrez, 2010)
Bibliografía
Coppini, M. (2018). Modelo Europeo de Excelencia Empresarial (EFQM): Gestión de Calidad
Total. Obtenido de https://geoinnova.org/blog-territorio/modelo-europeo-excelencia-
empresarial-efqm/
Pareja, Í., & Colom, G. (2008). El enfoque integral a la gestión de crisis internacionales. Madrid:
Real Instituto Elcano.