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Prof. Dr. Dr. h. c.

HANS - HEINRICH JESCHECK


Catedrático de Derecho Penal y Director del
Instituto Max Planck de Derecho Penal de Friburgo en Brisgovia

TRATADO
DE DERECHO PENAL
PARTE GENERAL

Traducción y adiciones de Derecho español por


S. MIR PUIG
Director del Departamento de Derecho Penal
de la Universidad Autónoma de Barcelona
(págs. 261 a 1042)

y
F. MUÑOZ CONDE
Director del Departamento de Derecho Penal
de la Universidad de Cádiz
(pags. 1 a 260 y 1043 a 1255)

VOLUMEN SEGUNDO

BOSCH, Casa Editorial, S. A. - Urgel, 51 bis - BARCELONA

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Título original: Lehrbuch des Strafrechts, 3. a edición
© 1978 Duncker & Humblot, Berlin 41
ISBN 3-428-04075-9

ÍNDICE

Sección 3.a
GRADOS DEL HECHO PUNIBLE
Págs.

§ 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa 697


I. Panorama histórico-dogmático de la tentativa. . . 699
© BOSCH, Casa Editorial, S. A.
II. Fundamento del castigo de la tentativa . . . . 700
Urgel, 51 bis - Barcelona-11
III. El tipo de la tentativa 703
© de la traducción y adiciones
IV. La delimitación entre tentativa y preparación . . 706
de Derecho español
Santiago Mir Puig
V. Penalidad de la tentativa 710
y Francisco Muñoz Conde VI. Penalidad de los actos preparatorios . . 712
ISBN 84-7162-852-X
VIL Casos especiales de tentativa 713
Depósito Legal, B. 20.458 - 1981 VIII. El delito de emprendimiento 715
IX. Derecho comparado 716
Adiciones de Derecho español 718
§ 50. Tentativa inidónea y delito imposible 724
I. Punibilidad de la tentativa inidónea 725
II. La impunidad del delito putativo 729
III. El error sobre la idoneidad del sujeto 731
Adiciones de Derecho español 733
§ 51. El desistimiento de la tentativa 735
I. Fundamento jurídico de la impunidad en caso de de-
sistimiento voluntario de la tentativa 736
II. La distinción entre tentativa acabada e inacabada . . 739
III. El desistimiento de la tentativa inacabada (§ 24 I 1
primera alternativa) 742
IV. El desistimiento de la tentativa acabada (§ 24 I 1 se-
gunda alternativa) 744
V. El desistimiento del delito consumado, de los actos
preparatorios autónomos y del delito de emprendi-
miento 745
VI. Efectos del desistimiento 747
Adiciones de Derecho español ' 750

IMPRESO EN ESPAÑA PRINTED IN SPAIN Sección k.a


PRESUPUESTOS DE LA PUNKILIDAD FUERA DEL INJUSTO
Y DE LA CULPABILIDAD

Imprenta Clarase, S. A. - Villarroel, 15 - Barcelona-11 § 52. Las causas personales de exclusión y levantamiento de la pena 756

mULv'JJUJKlWIWI
VIII Índice índice ix
Fágs. Págs.

I. Esencia de las excepciones personales a la punibilidad 756 II. La posibilidad de advertir y cumplir el deber objetivo
II. Clases de excepciones personales a la punibilidad . . 757 de cuidado 818
III. Tratamiento de las excepciones personales a la puni- III. La previsibilidad subjetiva del resultado y del curso
bilidad 759 causal 821
Adiciones de Derecho español 760 IV. La inexigibilidad de un comportamiento adecuado a la
norma 822
§ 53. Las condiciones objetivas de punibilidad 762 Adiciones de Derecho español 823
I. Concepto y función de las condiciones objetivas de pu-
nibilidad 763
II. Las concretas condiciones objetivas de punibilidad . 767 Sección 2.a
III. Tratamiento de las condiciones objetivas de punibilidad 769
Adiciones de Derecho español 769 E L DELITO DE OMISIÓN

§ 58. Concepto, clases y problemática fundamental del delito de


CAPÍTULO 3.°
omisión 825
I. Rasgos fundamentales de la historia dogmática de los
ESPECIALES FORMAS DE APARICIÓN DE LA ACCIÓN delitos de emisión 826
II. La distinción de hacer positivo y omisión . . . . 828
PUNIBLE III. Distinción de delitos de omisión propia e impropia . . 832
IV. La función de garantía de la Ley Penal en los delitos
Sección 1.a de omisión impropia no regulados legalmente. . 835
E L DELITO IMPRUDENTE DE COMISIÓN
V. La atenuación facultativa de la pena en los delitos de
omisión impropia 838
§ 54. Concepto y clases de imprudencia 774 VI. Derecho comparado 840
I. Concepto de imprudencia 775 Adiciones de Derecho español 841
II. Clases y grados de imprudencia 782
III. Tratamiento de las combinaciones de dolo e impru- § 59. El tipo del delito de omisión 846
dencia 784 I. La concurrencia de la situación típica . . . . 848
IV. Tentativa y participación en los delitos imprudentes . 787 II. La ausencia de la acción esperada y la capacidad in-
V. Derecho comparado 789 dividual de acción 849
Adiciones de Derecho español 790 III. Resultado y causalidad en los delitos de omisión im-
§ 55. El tipo de injusto del hecho imprudente 795 propia 851
IV. La posición de garante en el delito de omisión impro-
I. La vulneración del deber objetivo de cuidado (lo in- pia. (Primer criterio de equivalencia.) . . . . 854
justo de la acción) 796 V. La correspondencia de los elementos de la acción. (Se-
II. Producción, causación y previsibilidad del resultado gundo criterio de equivalencia.) 863
(injusto del resultado) 802 VI. El dolo en los delitos de omisión 865
Adiciones de Derecho español 808 VIL La imprudencia en los delitos de omisión . . . . 868
§ 56. Las causas de justificación en el delito imprudente . . 810 VIH. La imputabilidad en los delitos de omisión . 870
I. Aplicabilidad de las causas de justificación en los deli- Adiciones de Derecho español 872
tos imprudentes 810 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato, tentativa y
II. Legítima defensa, estado de necesidad justificante y participación en los delitos de omisión '876
consentimiento de la víctima en los delitos imprudentes 812 I. Conciencia de lo injusto y error de mandato . . . 877
III. Problemas especiales del riesgo permitido y del com- II. La tentativa de omisión 878
portamiento adecuado al tráfico 814 III. Omisión y participación 881
Adiciones de Derecho español 815 Adiciones de Derecho español 883
§ 57. La culpabilidad en el delito imprudente 816
I. Capacidad de culpabilidad y conciencia de lo injusto . 817

B
x índice índice xi
Págs.
CAPÍTULO 4.°
III. Concierto, aceptación del ofrecimiento y manifesta-
ción de estar dispuesto a la comisión de un delito gra-
AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN ve (§ II) 984
Págs.
IV. El desestimiento de la tentativa de intervención (§ 31) 986
V. La subsidiariedad del § 30 987
§ 61. Fundamentos de la teoría de autoría y participación . . 885 Adiciones de Derecho español 987
I. Posición sistemática de la teoría de autoría y parti-
cipación 887 CAPÍTULO 5.°
II. El concepto unitario de autor y la distinción de dife-
rentes formas de intervención 889 UNIDAD Y PLURALIDAD DE HECHOS PUNIBLES
III. Concepto restrictivo de autor y teoría objetiva de la
participación 892 § 66. Unidad y pluralidad de acciones 994
IV. Concepto extensivo de autor y teoría subjetiva de la I. Origen y criterios de distinción de los conceptos de uni-
participación 894 dad y pluralidad de acciones 995
V. La teoría del dominio del hecho 897 II. Unidad típica de acción en sentido estricto . . 997
VI. La intervención en el delito imprudente . . . . 900 III. Unidad de acción típica en sentido amplio . . . . 998
VIL La dependencia de la participación respecto del hecho IV. Unidad y pluralidad de acciones en los delitos impru-
principal (accesoriedad) 901 dentes y de omisión 999
VIII. Derecho comparado 907 V. El delito continuado 1000
Adiciones de Derecho español 909 VI. El delito colectivo 1005
§ 62. La autoría mediata 919 Adiciones de Derecho español 1005
I. Esencia y delimitación de la autoría mediata . . . 919 § 67. El concurso ideal 1010
II. Los grupos de casos de la autoría mediata . . . . 922 I. Esencia del concurso ideal 1011
III. Tratamiento de los casos de error 928 II. Formas de aparición del concurso ideal . . . . 1012
IV. Tentativa y omisión en la autoría mediata 930 III. Casos especiales de concurso ideal 1015
Adiciones de Derecho español 931 IV. Tratamiento del concurso ideal 1018
§ 63. La coautoría 937 V. Derecho comparado 1019
Adiciones de Derecho español 1020
I. Concepto y delimitación de la autoría . . . . 937
II. El acuerdo en común 941 § 68. El concurso real 1024
III. La ejecución del hecho en común 943 I. Esencia del concurso real 1024
IV. Tentativa y omisión en la coautoría 945 II. Tratamiento del concurso real . . . .. . 1025
V. La punición de la coautoría 946 III. Formación de la penalidad global 1027
Adiciones de Derecho español 947 Adiciones de Derecho español 1030
§ 64. Inducción y complicidad 953 § 69. La unidad de ley 1033
I. Fundamento de la punición de la participación . . 954 I. Esencia de la unidad de ley . . . . . 1033
II. La accesoriedad de inducción y complicidad . . 956 II. Grupos de casos de la unidad de ley 1035
III. La inducción 957 III. Tratamiento de la unidad de ley 1040
IV. La complicidad 962 Adiciones de Derecho español 1041
V. Concurso de varias formas de intervención . 968 i

VI. La participación necesaria 968


Adiciones de Derecho español 972 TERCERA PARTE
§ 65. Tentativa de inducción al delito y otras fases anteriores a
la intervención 979 LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
I. Fundamentos generales 980 § 70. Tendencias internacionales en la Política criminal moderna . 1045
II. La inducción intestada (§ 30 I) 983 I. El movimiento de la Défense sociale 1047

I

XII índice índice xm
Págs. Págs.

II. La tendencia de la "Nonintervention" . . . . 1049 III. Procedimiento y ejecución de la confiscación y el comiso 1109
III. Valoración de la Política criminal alemana desde el Adiciones de Derecho español 1110
punto de vista internacional 1052
§ 71. Excurso: La pena de muerte 1053 CAPÍTULO 2.°
I. Excurso: La pena de muerte 1053
II. La pena de muerte en otros países 1056 MEDIDAS DE CORRECCIÓN Y SEGURIDAD
Adiciones de Derecho español 1057
§ 77. Medidas privativas de libertad 1114
I. Generalidades 1115
CAPÍTULO 1.° II. El internamiento en un hospital psiquiátrico (§ 63) . 1117
III. El internamiento en un establecimiento de deshabi-
PENAS Y CONSECUENCIAS ACCESORIAS tuación (§64) 1121
IV. El internamiento en un establecimiento de terapia
§ 72. Las penas privativas de libertad 1060 social 1123
I. La prisión perpetua 1061 V. El internamiento en custodia de seguridad (§ 66) . . 1126
II. Pena privativa de libertad temporal 1065 VI. Sistema de la vía única en la ejecución de las medidas
III. Pena privativa de libertad de corta duración . . . 1065 privativas de libertad 1132
IV. Ejecución de las penas privativas de libertad . . . 1067 VII. Duración del internamiento 1133
V. Derecho Comparado 1068 Adiciones de Derecho español 1135
Adiciones de Derecho español 1070 § 78. Medidas no privativas de libertad 1137
§ 73. La multa 1072 I. La vigilancia de conducta (§§ 68 y ss.) . . . . 1138
I. Situación y evolución de la multa en el sistema san- II. La privación del permiso de conducir (§§ 69 y ss.) . 1141
cionatorio 1073 III. La inhabilitación profesional (§§ 70 y ss.) . . . 1146
II. Esencia, ventajas, inconvenientes y ámbito de aplica- Adiciones de Derecho español 1149
ción de la multa 1075
III. Determinación de la multa según el sistema de los
CAPÍTULO 3.°
días-multa 1077
IV. Ejecución de la multa 1083
V. Imposición y ejecución de la multa en la praxis . . 1085 SUSPENSIÓN DE LA PENA, AMONESTACIÓN CON RESERVA
VI. La multa en el Derecho comparado 1086 DE PENA, DISPENSA DE PENA Y DECLARACIÓN DE
Adiciones de Derecho español 1088 IMPUNIDAD
§ 74. La prohibición de conducir 1090 § 79. Suspensión condicional de la pena y libertad condicional . . 1151
I. Naturaleza jurídica y regulación de la prohibición de I. La suspensión condicional de la pena (§§ 56 y ss.) 1152
conducir 1090 II. La libertad condicional (§57) 1165
II. La aplicación de la prohibición de conducir en la praxis 1092
§ 80. Amonestación con reserva de pena 1167
Adiciones de Derecho español 1093
I. Antecedentes de la amonestación con reserva de pena . 1168
§ 75. Las consecuencias accesorias 1094 II. Esencia y naturaleza jurídica de la amonestación . . 1169
I. Pérdida de la capacidad para desempeñar cargos pú- III. Presupuestos de la amonestación 1170
blicos y del derecho electoral pasivo y activo (§§ 45 ss.) 1094 IV. La sentencia y su realización 1172
II. La publicación de la sentencia (§§ 165, 200) . . . 1096
Adiciones de Derecho español 1097 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad . . . . 1173
I. La dispensa de pena en casos de poca importancia . . 1174
§ 76. Confiscación y comiso 1098 II. La dispensa de pena en el § 60 StGB 1177
I. La confiscación (§§ 73-73d) 1099 III. La declaración de impunidad (compencación) . . . 1179
II. El comiso (§§ 74-75) 1102 Adiciones de Derecho español 1182
XIV índice índice xv

CAPÍTULO 4.° CAPÍTULO 6.°

LA DETERMINACIÓN DE LA PENA LA REHABILITACIÓN DEL CONDENADO


Págs.
Págs.
§ 82. Teorías generales sobre la determinación de la pena . . 1187
§ 87. Inscripciones en el Registro federal central y cancelación de
I. Determinación legal y judicial de la pena . . . . 1189 las inscripciones 1247
II. La determinación judicial de la pena como acto dis- I. Evolución y reforma del Derecho registral penal . . 1248
crecional 1191 II. Inscripciones en el Registro 1249
III. Estructura del proceso de determinación de la pena . 1194 III. Información registral 1249
IV. Las reglas del § 46 1199 IV. Cancelación de las inscripciones 1251
V. Prohibición de la doble valoración de los factores de Adiciones de Derecho español 1252
determinación de la pena 1201
VI. Derecho comparado 1202 § 88. Indulto 1254
Adiciones de Derecho español 1204 I. Fundamentos del indulto 1254
II. Posibilidades de conseguir la rehabilitación del con-
§ 83. Factores determinantes de la pena 1205 denado a través del indulto 1257
I. El contenido del injusto y de la culpabilidad. . . 1207 Adiciones de Derecho español 1258
II. La personalidad del reo 1210
índice bibliográfico general 1259
III. La vida anterior del reo y su conducta posterior al
delito 1211
Adiciones de Derecho español 1213
§ 84. Determinación de la pena en casos especiales . . . . 1216
I. La limitación de las penas privativas de libertad de
corta duración (§47) 1217
II. La reincidencia (§48) 1221
III. El abono de la prisión preventiva (§ 51) . . 1223
IV. Atenuación discrecional de la pena 1225
Adiciones de Derecho español 1225

CAPÍTULO 5.°

PRESUPUESTOS PROCESALES RECOGIDOS EN EL StGB

§ 85. Querella penal y autorización 1229


I. La querella penal (§§ 77-77d) 1230
II. Autorización y petición . . 1234
Adiciones de Derecho español 1235
§ 86. Prescripción del delito y de la pena 1237
I. Prescripción del delito (§§ 78-78c) 1238
II. Prescripción de la pena (§§ 79-79b) 1243
Adiciones de Derecho español 1244
Sección 3.a
Grados del hecho punible

Los preceptos penales de la Parte Especial describen el delito


normalmente en el estadio de su consumación. Con ello se plantea la
cuestión de si los estadios previos a la consumación del delito doloso
quedan impunes o si, dentro de ciertos límites, son abarcados tam-
bién por las conminaciones penales previstas para la consumación.
Son varios los grados que la acción punible dolosa recorre desde que
aparece la primera idea de cometer el delito hasta su culminación;
un camino más o menos largo (iter criminis) que va desde la deci-
sión de cometer el delito hasta su agotamiento, pasando por su pre-
paración, comienzo de la ejecución, conclusión de la acción ejecutiva
y producción del resultado. La conminación penal legal se impone
en su totalidad cuando se produce la consumación del delito con la
realización de todos los elementos típicos. Las meras ideas no son,
por el contrario, punibles (cfr. supra, § 23 IV 2 d), y la manifesta-
ción externa de la decisión de cometer el delito sólo es punible dentro
del marco previsto en el § 30 II ("manifestarse dispuesto" a cometer
un delito grave). Dentro de estos límites se plantea la cuestión de la
punibilidad de los actos preparatorios y de la tentativa.

§ 49 Concepto, tipo y punición de la tentativa


Arzt, Bedingter EntschluP und Vorbereitungshandlung, JZ 1969, 54; «7.
Baumgarten, Die Lehre vom Versuche der Verbrechen, 1888; Becher, Zur Ab-
grenzung von Vorbereitung und Versuch, tesis, Münster 1973; Blei, Versuch
und Rücktritt nach neuem Recht, JA 1975, 95, 167; Bockelmann, Über das Ver-
háltnis der Begünstigung zur Vortat, NJW 1951, 620; Bórker, Die Milderung
der Strafe für den Versuch, JZ 1956, 477; Burgstaller, Über den Verbrechens-
versuch, JB1 1969, 521; el mismo, Der Versuch nach § 15 StGB, JB1 1976, 113;
v. Buri, Der Versuch des Verbrechens mit untauglichen Mitteln oder an einem
untauglichen Objekt, GS 20 (1868), pág. 325; Burkhardt, Das Unternehméns-
delikt und seine Grenzen, JZ 1971, 352; Coester, Die Vorbereitungshandlung im
E 1927, Strafr. Abh. Heft 329, 1933; Delaquis, Der untaugliche Versuch, 1904;
Dreher, Was bedeutet Milderung der Strafe für den Versuch? JZ 1956, 682; el
mismo, Doppelverwertung von Straf zumessungsumstanden, JZ 1957, 155; el mis-
mo, Gedanken zur Strafzumessung, JZ 1968, 209; Engisch, Der Unrechtstatbe-
stand im Strafrecht, DJT-Festschrift, t. I, 1960, pág. 401; Fiedler, Vorhaben
und Versuch im Straf recht, 1967; Frank, Vollendung und Versuch, VDA, t. V,
1908, pág. 163; Furtner, Rechtliche Vollendung und tatsáchliche Beendigung bei

1. — Hans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II

mmsnm
698 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa I. P a n o r a m a histérico-dogmático de la tentativa 699

einer Straftat, J R 1966, 169; Gallas, Anmerkung zu RG vom 22-4-1937, ZAK ih der Strafrechtsreform, JB1 1969, 113; Spendel, Zur Notwendigkeit des Objek-
1937, 437; v. Gemmingen, Die Rechtswidrigkeit des Versuchs, Strafr. Abh. Heft tivismus im Strafrecht, ZStW 65 (1953), pág. 519; el mismo, Kritik der subjekti-
306, 1932; Germann, Über den Grund der Strafbarkeit des Versuchs, 1914; Gós- ven Versuchstheorie, NJW 1965, 1.881; el mismo, Zur Neubegründung der ob-
sel, Über die Vollendung des Diebstahls, ZStW 85 (1973), pág. 591; el mismo, jektiven Versuchstheorie, Festschrift für U. Stock, 1966, pág. 89; el mismo, Zur
Anm. zu BGH 26, 201, J R 1976, 249; Grolmann, Grundsátze der Criminalrechts- Kritik der subjektiven Versuchs- und Teilnahmetheorie, J u S 1969, 314; Stra-
wissenschaft, 1798; Hall, Über das Mipiingen, Festschrift für E. Wolf, 1962, pá- tenwerth, Anmerkung zu OLG Hamm vom 23-5-1960, JZ 1961, 95; el mismo, Die
gina 454; Hau, Die Beendigung der Straftat und ihre rechtlichen Wirkungen, fakultative Strafmilderung beim Versuch, Festgabe zum Schweiz. Juristentag,
1974; Hennig, Vorbereitung und Versuch im Strafrecht der DDR, 1966; Herz- 1963, pág. 247; Stree, Zur Auslegung der §§ 224, 226 StGB, GA 1960, 289; el
berg, Der Versuch beim unechten Unterlassungsdelikt, MDR 1973, 89; el mismo, mismo, Beginn des Versuchs bei qualifizierten Straftaten, Festschrift für K. Pe-
Táterschaft und Teilnahme, 1977; Reinhard v. Hippel, Untersuchungen über den ters, 1974, pág. 179; Thomsen, Über den Versuch der durch eine Folge qualifi-
Rücktritt vom Versuch, 1966; Hirsch, Zur Problematik des erfolgsqualifizierten zierten Delikte, 1895; Tiedemann, Der Versuch der Zweckentfremdung im
Delikts, GA 1972, 65; Hold v. Ferneck, Der Versuch, 1922; Horn, Der Versuch, Steuerstrafrecht, J R 1973, 412; el mismo, Bekampfung der Wirtschaftskrimi-
ZStW 20 (1900), pág. 309; Horstkotte, Zusammentreffen von Milderungsgründen nalitát, Gutachten C zum 49. DJT, 1972; Tittmann, Handbuch des gemeinen
(§ 50 StGB), Festschrift für E. Dreher, 1977, pág. 265; Hruschka, Die Dogmatik deutschen peinlichen Rechts, Parte I, 1806; Trepldn, Der Versuch, ZStW 76
der Dauerstraftaten und das Problem der Tatbeendigung, GA 1968, 193; el mis- (1964), pág. 441; Ulsenheimer, Zur Problematik des Versuchs erfolgsqualifizier-
mo, Anmerkung zu BGH 22, 227, JZ 1969, 607; Isenbeck, Beendigung der Tat ter Delikte, GA 1966, 257; Waiblinger, Die Abgrenzung des strafbaren Versuchs,
bei Raub und Diebstahl, NJW 1965, 2.326; Jescheck, Wesen und rechtliche Be- etcétera, SchwZStr 72 (1957), pág. 121; el mismo, Subjektivismus und Objekti-
deutung der Beendigung der Straftat, Festschrift für H. Welzel, 1974, pág. 683; vismus in der neueren Lehre und Rechtsprechung vom Versuch, ZStW 69 (1957),
Armin Kaufmann, Die Dogmatik der Unterlassungsdelikte, 1959; el mismo, Die página 189; Waider, Strafbare Versuchshandlungen der Jagdwilderei, GA 1962,
Dogmatik im Alternativentwurf, ZStW 80 (1968), pág. 34; Klein, Grundsátze des 176; Wessels, Zur Problematik der Regelbeispiele, etc., Festschrift für R. Mau-
gemeinen peinlichen Rechts, 2.a ed. 1799; Kleinschrod, Systematische Entwick- rach, 1972, pág. 295; Wittenbeck, Probleme der Vorbereitung und des Versuchs
lung der Grundbegriffe und Grundwahrheiten des peinlichen Rechts, Parte I, einer Straftat, NJ 1967, 369; Zacharia, Die Lehre vom Versuche der Verbrechen,
1794; Koch, Der Rücktritt vom formell vollendeten Delikt, Strafr. Abh. Heft Parte I, 1836; Parte II, 1839; Zielinski, Handlungs- und Erfolgsunwert im Un-
398, 1939; Else Koffka, Erfolgsdelikte, Niederschriften, t. II, pág. 234; Krug, rechtsbegriff, 1973.
Die Lehre vom Versuche der Verbrechen, 1854; Monika Kolz-Ott, Eventualvor-
satz und Versuch, 1974; Kühl, Die Beendigung des vorsátzlichen Begehungsde-
likts, 1974; Lampe, Genügt für den Entschlup des Táters in § 43 StGB sein be- I. Panorama histérico-dogmático de la tentativa
dingter Vorsatz? NJW 1958, 332; Lange, Strafrechtsreform, 1972; Barbara
Lehmann, Die Bestrafung des Versuchs nach deutschem und amerikanischem El Derecho germánico sólo conocía algunos supuestos típicos de tenta-
Recht, 1962; Less, Genügt "bedingtes Wollen" zum strafbaren Verbrechensver- tiva (por ej., acechar, desenvainar la espada), aunque en algunos casos,
such? GA 1956, 33; E. v. Liszt, Die Lehre vom Versuch, ZStW 25 (1905), pág. 24; sobre todo en relación con la tentativa de homicidio, preveía también reglas
Luden, Abhandlungen aus dem gemeinen teutschen Strafrecht, t. I, 1836; Mau- mucho más amplias. 1 Pero ya la CCC contenía en su a r t . 178 una definición
rach, Fragen der actio libera in causa, J u S 1961, 373; H. Mayer, Zur Abgren- general de la tentativa de g r a n rango científico en base a la doctrina penal
zung des Versuchs von der Vorbereitungshandlung, SJZ 1949, 172; D. Meyer, medieval italiana que dominó h a s t a el siglo xix. 2 La t e n t a t i v a se regulaba
Abgrenzung der Vorbereitung vom Versuch etc., JuS 1977, 19; J. Meyer, Kritik como forma especial de delito junto al delito consumado, caracterizada en
an der Neuregelung der Versuchsstrafbarkeit, ZStW 87 (1975), pág. 598; Mit- el ámbito subjetivo por la exigencia de dolo y en el objetivo por el comien-
termaier, Beitráge zur Lehre vom Versuche der Verbrechen, Neues Archiv des
zo de la ejecución, lo que la distinguía, al mismo tiempo, de los actos pre-
Criminalrechts I (1816), pág. 165; el mismo, Über den Anfangspunkt der Straf-
barkeit der Versuchshandlungen, Neues Archiv des Criminalrechts II (1818), paratorios. La pena se atenuaba adecuadamente y en la definición de ten-
página 602; el mismo, Die rechtliche Bedeutung des Ausdrucks; Anfang der tativa se incluía el desistimiento como elemento negativo. La Ciencia
Ausführung etc., GS 11 (1859), pág. 197; Nagler, Die Neuordnung der Strafbar- jurídico-penal del siglo xix se esforzó sobre todo por analizar el problema
keit von Versuch und Beihilfe, GS 115 (1941), pág. 24; Noli, Strafrecht im Über- de la inclusión de los actos preparatorios en la t e n t a t i v a punible y la cues-
gang, GA 1970, 176; Oehler, Das erfolgsqualifizierte Delikt ais Gefáhrdungs- tión de la tentativa inidónea. Las respuestas a estas cuestiones variaba se-
delikt, ZStW 69 (1957), pág. 503; el mismo, Das objektive Zweckmoment in der g ú n se viera el fundamento penal de la tentativa en la voluntad criminal
rechtswidrigen Handlung, 1959; Platzgummer, Die "Allgemeinen Bestimmun- del reo (como en la CCC) o en la puesta en peligro del objeto de la acción
gen" des Strafgesetzentwurfes, etc., JB1 1971, 236; Roeder, Der Allgemeine Teil protegido por el tipo. Mientras las teorías m á s a n t i g u a s admitían la puni-
des osterr. StG-Entwurfes, 1965; el mismo, Die Erscheinungsformen des Verbre-
bilidad de los actos preparatorios, 8 posteriormente se impuso la tesis con-
chens, 1953; Roxin, Der Anfang des beendeten Versuchs, Festschrift für R. Mau-
rach, 1972, pág. 213; Roxin/Schünemann/Haffke, Strafrechtliche Klausuren-
lehre, 2.* ed. 1975; Rudolphi, Zur Abgrenzung zwischen Vorbereitung und Ver- 1 Cfr. v. Hippel, t. I, pág. 118; Wilda, Strafrecht der Germanen, pági-
such, J u S 1973, 20; Salm, Das versuchte Verbrechen, 1957; Sauermann, Der Ver- nas 598 y ss.
such ais "delictum sui generis", Strafr. Abh. Heft 227, 1927; W. Schmid, "Be- 2 Detenida exposición y valoración en J. Baumgarten, Die Lehre vom Ver-
dingter Handlungswille" beim Versuch etc., ZStW 74 (1962), pág. 48; R. Schmitt, suche, págs. 109 y ss.
Rücktritt von der Verabredung zu einem Verbrechen, J u S 1961, 25; el mismo, 3 Así Klein, Grundsátze, pág. 124; Kleinschrod, Grundbegriffe Teil I,
páginas 63 y ss.; Tittmann, Handbuch Teil I, págs. 268 y ss.; Grolmann, Grund-
Vorsatzliche Tótung und vorsatzliche Kórperverletzung, JZ 1962, 389; Schroder, sátze, pág. 39; Feuerbach, Lehrbuch, 4.a ed., pág. 44. Finalmente, todavía hoy el
Die Unternehmensdelikte, Festschrift für E. Kern, 1968, 457; Seiler, Neue Wege Derecho Penal soviético (art. 15 StGB de la URSS).
700 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa
II. Fundamento del castigo de la tentativa 701
traria, influida por el pensamiento liberal, que pretendía limitar el poder
punitivo del Estado.4 En la controversia sobre la punibilidad de la tentati- se castiga, por tanto, por la alta probabilidad de producción de lo
va inidónea se enfrentaban ya a comienzos del siglo xix una tendencia ob- injusto del resultado. Pero como esta probabilidad, en principio, sólo
jetiva6 y otra subjetiva.6 La primera negaba la punibilidad, la segunda la se da con el comienzo de la ejecución y únicamente cuando la tenta-
afirmaba con ciertas limitaciones. El StGB prusiano de 1851, siguiendo al tiva es idónea, la teoría objetiva conduce a limitar la punibilidad de
pie de la letra el art. 2 del Code penal de 1810, mantenía una línea restric- la tentativa frente a los actos preparatorios y a rechazar la punibi-
tiva: el § 31 excluía la punibilidad tanto de los actos preparatorios como lidad de la tentativa absolutamente inidónea. Además, la falta de lo
de la tentativa absolutamente inidónea.7 La Jurisprudencia siguió también injusto del resultado conduce a esta teoría a sostener la atenuación
al principio esta dirección;8 pero, aunque el RStGB, en su § 43, siguió man- obligatoria de la pena.
teniendo casi al pie de la letra la regulación del Derecho prusiano, el RG
se inclinó luego por la tesis contraria, influido por la teoría de v. Buri9 Ejemplos: Sólo con el envío de la carta amenazante a la víctima de la
(RG 1, 439 [441]: punibilidad de la tentativa absolutamente inidónea; extorsión comienza la tentativa, porque hasta este momento no se produce
RG 51, 341 [343]; 59, 1: ampliación de la tentativa a ciertos actos prepa- la puesta en peligro del patrimonio (RG 30, 98 [99]). El coger la pistola
ratorios) . cargada, pero aún con el seguro puesto, no constituye tentativa de asesinato,
cuando el autor intenta disparar acto seguido (RG 68, 339 [340]). La en-
II. Fundamento del castigo de la tentativa trada en el lugar en el que no se encuentra la cosa que se pretende robar
no es tentativa de robo, aunque el autor creyera que se encontraba allí
La punibilidad de la tentativa puede fundamentarse de diversas (Preuss. Obertribunal GA 1854, 548).
formas. La teoría objetiva pura está actualmente superada, ya que el § 22
1. Según la doctrina antigua,10 la punibilidad de la tentativa se tiene en cuenta tanto que el autor dé principio a la realización del
basa únicamente en la puesta en peligro del objeto de la acción pro- tipo* como "su representación del hecho", y el § 23 parte de la pu-
tegido por el tipo. Como el dolo conforme a su naturaleza es el mismo nibilidad de la tentativa inidónea.11
en todos los estadios del delito (preparación, ejecución, consumación), 2. Según la doctrina actualmente dominante, el fundamento pe-
se busca la distinción entre tentativa y acto preparatorio en el ám- nal de la tentativa es la voluntad manifestada contraria al derecho.12
bito objetivo. Según este criterio, el fundamento jurídico de la puni- Para ella lo decisivo es, por tanto, no la real puesta en peligro del
bilidad de la tentativa no reside en la voluntad del autor, sino en el objeto de acción protegido por el hecho, sino lo injusto de la acción
peligro próximo de que se produzca el resultado típico; la tentativa realizado en el propósito criminal manifestado. La teoría subjetiva
conduce a la ampliación del ámbito de la tentativa punible a costa de
4 Así Mittermaier, Neues Archiv des Criminalrechts I (1816), pág. 168; los actos preparatorios, al reconocimiento de la punibilidad incluso
el mismo, Neues Archiv des Criminalrechts II (1818), pág. 605; Zacharia, Die
Lehre vom Versuche, Teil I, pág. 202; Luden, Abhandlungen, t. I, pág. 305; Krug, de la tentativa absolutamente inidónea y al principio de equipara-
Versuch, págs. 16 y ss.; una posición ecléctica adopta Kostlin, System, pág. 233. ción de la punición de la tentativa y de la consumación, ya que la vo-
Igualmente hoy la mayoría de los Ordenamientos penales. luntad contraria al derecho es en ambos casos idéntica.
5 Así Feuerbach, Lehrbuch, 4.a ed., pág. 43; Zacharia, Die Lehre vom Ver-
suche, Teil I, págs. 239.
6 Así Tittmann, Handbuch, Teil I, pág. 267; Grolmann, Grundsátze, pá- * La expresión "dar principio" se ha elegido como traducción de la alemana
gina 39; una posición ecléctica adopta Mittermaier, Neues Archiv des Criminal- "ansetzen zu", en lugar de otras posibles traducciones (como "disponerse a" o
rechts I (1816), págs. 183 y ss. y GS 11 (1859), págs. 209 y ss., que introdujo "prepararse para") por ajustarse mejor al origen lingüístico del verbo ansetzen
aquí la distinción entre medios absoluta y relativamente inidóneos. (expresión verbal aquí de Ansatz, que sin duda debe traducirse por "principio",
7 Cfr. Goltdammer, Materialien, t. I, págs. 245, 248 y 272. "punto de partida"), por mejor responder al contexto del § 22 StGB (que no
8 Preuss. Obertribunal GA 1854, 548 y 822 y ss.; Archiv des Criminal- apunta a la actitud del sujeto, sino a lo que hace con su acción) y, muy en par-
rechts 1854, 498. ticular, por ser la única manejable que refleje el sentido que la doctrina alemana
9 v. Buri, GS 19 (1867), págs. 71 y ss.; el mismo, GS 20 (1868), págs. 325 le confiere, pues ésta entiende la fórmula del "ansetzen zu" como determinación
y ss.; el mismo, GS 32 (1880), págs. 357 y ss. del "principio de ejecución" (Anfang der Ausführung) y no como anticipación
10 Así, sobre todo, Feuerbach, Lehrbuch, 4.a ed., pág. 43; Berner, Lehr- de la tentativa a momentos anteriores a dicho comienzo, como el de "disponerse
buch, págs. 153 y ss.; Frank, VDA, t. V, pág. 249; v. Hippel, t. II, págs. 403 a" la ejecución. Cfr. recientemente Roxin, TatentschlufJ und Anfang der Aus-
y ss.; Hold, v. Ferneck, Der Versuch, pág. 13; v. Liszt/Schmidt, pág. 302; Ols- führung beim Versuch, en J u S 1979, pág. 3. (Nota del traductor.)
hausen, § 43 Anm. 2a; Wegner, Strafrecht, pág. 222. Actualmente mantienen 11 Cfr. Lackner, § 22 Anm. 2a; Schonke/Schroder/Eser, § 22 Vorbem. 20.
esta teoría objetiva pura Spendel, ZStW 65 (1953), pág. 522; el mismo, NJW 12 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 507; Dreher, § 22 Anm. 25; Delaquis,
1965, 1.888; el mismo, Stock-Festschrift, págs. 98 y ss.; el mismo, JuS 1969, 314 Der untaugliche Versuch, págs. 204 y ss.; Germann, Strafbarkeit des Versuchs,
y ss.; Dieke, J u S 1968, 157; Treplin, ZStW 176 (1964), pág. 447. Una variante páginas 147 y ss.; el mismo, Das Verbrechen, pág. 63; Lackner, § 22 Anm. 2a;
de la teoría objetiva es la teoría de la "falta de tipo" (así, sobre todo, Graf zu LK (Busch), § 43 Anm. 1; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 278; Otto, Grundkurs,
Dohna, Versuch, pág. 95 y Verbrechenslehre, págs. 56 y ss.), según la cual sólo página 223; Preisendanz, § 22 Anm. 1; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 592; Stra-
existe tentativa cuando falta el resultado, y con él la "parte final del tipo". tenwerth, Allg. Teil I, núm. 685; Welzel, Lehrbuch, págs. 192 y ss. Cfr. también
BT-Drucksache V/4.095, pág. 11.
702 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa III. El tipo de la tentativa 703
Ejemplos: La confección de un certificado falso que va a ser utilizado el volante estaba bloqueado, porque pensaba apoderarse de él inmediata-
posteriormente para defraudar a otro se considera ya tentativa de estafa mente (BGH 22, 80).
(RG 51, 341 [343]). El empleo de un medio inidóneo para provocar un
aborto es tentativa de aborto (RG 1, 439 [441]) e igualmente lo es la ac- En principio, debe seguirse la teoría subjetiva, ya que lo que se
ción abortiva en una mujer no embarazada (RG 8, 198 [203]). castiga en la tentativa es la voluntad criminal exteriorizada. Pero
este criterio debe ser completado con la idea de la impresión que el
Tampoco la teoría subjetiva pura puede mantenerse actualmente, hecho produce en la comunidad, porque sólo merece ser castigada una
ya que el momento objetivo del dar principio inmediatamente a la manifestación de voluntad que pueda minar la confianza de la comu-
realización del tipo fue introducido en el § 22 para impedir la exce- nidad en la vigencia del orden jurídico. El actual Derecho vigente,
siva ampliación de la punibilidad de la tentativa a que conducía la con la fuerte acentuación del comienzo de la realización del delito
teoría subjetiva, y el § 23 III permite que pueda prescindirse de la (§ 22), con la atenuación facultativa (§ 23 II) y con la posibilidad de
pena en los casos de tentativa inidónea por una burda falta de enten- prescindir de la pena para la tentativa inidónea por una burda falta
dimiento del autor. 13 de entendimiento del autor se entiende mejor desde el punto de vista
3. Una tercera teoría (ecléctica) parte de la teoría subjetiva, pero de la teoría de la impresión.
la combina con elementos objetivos. Según esta tercera teoría, el fun-
damento del castigo de la tentativa es, ciertamente, la voluntad con- III. El tipo de la tentativa
traria a una norma de conducta, pero la punibilidad de la exteriori-
zación de la voluntad dirigida al delito sólo podrá ser afirmada cuando Según el § 22, que sigue la fórmula abreviada del § 24, del Pro-
por su causa pueda resultar minada la confianza de la comunidad en yecto Alternativo y no la versión más explícita del § 26 del Proyecto
la vigencia del orden jurídico y resultar dañados el sentimiento de de 1962, la tentativa supone tres requisitos: 16 La decisión de reali-
seguridad jurídica y, con él, la paz jurídica (teoría de la impresión).14 zar el tipo como elemento subjetivo, el dar principio inmediatamente
Por otra parte, la punibilidad de la tentativa se fundamenta, también, a la realización del tipo como elemento objetivo y la no producción
en la peligrosidad del autor, para lo que se tiene en cuenta si la pues- de la consumación como factor negativo conceptualmente necesario.
ta en peligro del objeto de la acción protegido reside en su voluntad Todos estos tres momentos deben engranarse siempre en un tipo es-
de cometer el hecho (teoría del autor).16 Las teorías eclécticas con- pecial. La tentativa es, por tanto, un tipo dependiente,17 ya que sus
ducen a una combinación de los criterios subjetivos y objetivos a la elementos no se pueden comprender por sí mismos, sino que deben
hora de delimitar los actos preparatorios de la tentativa, a la impu- ser referidos al tipo de una determinada forma de delito (no hay una
nidad de la tentativa inidónea por burda falta de entendimiento y a "tentativa en sí", sino sólo, por ejemplo, tentativa de asesinato, de
la atenuación facultativa de la pena. hurto o de estafa).
1. La tentativa exige el tipo subjetivo completo. En primer lugar,
Ejemplos: Deben considerarse todavía como preparación los esfuerzos el dolo (cfr. supra, § 29 III). Como en el delito consumado, también
por encontrar un médico dispuesto a realizar el aborto (BGH 4, 17 [18]), en la tentativa debe referirse el dolo a todos los elementos objetivos
e igualmente la búsqueda de un cómplice para llevar a cabo la estafa (de del tipo. En los tipos cualificados también deben ser abarcados por
otra, opinión, RG 77, 172). Tampoco es punible como tentativa el empleo de el dolo los elementos cualificantes. El dolo puede adoptar también la
medios supersticiosos para producir la muerte de una persona (RG 33, 321 forma de dolo eventual, siempre que sea suficiente para el tipo res-
[323]). Por el contrario, se admitió ya la tentativa de hurto en un caso en pectivo.18 Como en el delito consumado, debe distinguirse del dolo
el que el autor manipulaba las ruedas de un vehículo para comprobar si
eventual la "voluntad de actuar condicionada" (cfr. supra, § 29 III
13 Cfr. Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pág. 29; Roxin, Einführung, pág. 15. 3 e). No actúa dolosamente quien todavía no está decidido a cometer
14 Así v. Bar, Gesetz und Schuld, t. II, págs. 527 y ss.; Blei, Allg. Teil, el delito y sólo explora los presupuestos de su comisión. No existe,
páginas 205 y ss.; Burgstaller, JB1 1969, 529 y ss.; Eser, Strafrecht II, núm. 31 en cambio, voluntad de actuar condicionada cuando se ha tomado
A 34; Grünwald, Welzel-Festschrift, pág. 712; v. Gemmingen, Die Rechtswidrig-
keit des Versuchs, págs. 160 y ss.; Maurach, Allg. Teil, págs. 508 y ss.; Mezger, definitivamente la decisión y sólo se espera a la producción de una
Lehrbuch, pág. 397; J. Meyer, ZStW 87 (1975), pág. 604; Schonke/Schróder/
Eser, § 22 Vorbem. 23; SK (Rudolphi), § 22 Vorbem. 14; Salm, Das versuchte
Verbrechen, págs. 103 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 107. Anteriormente, ya 16 Sobre la estructura de la tentativa cfr. Fiedler, Vorhaben, págs. 60
Horn, ZStW 20 (1900), pág. 597. Cfr. también BGH 11, 324 (327). y ss.; Reinhard v. Hippel, Untersuchungen, págs. 26 y ss.
15 Así Bockelmann, Untersuchungen, págs. 146 y ss. y 162; Engisch, DJT- 17 Cfr. sobre ello Sauermann, Versuch, págs. 31 y ss.
Festschrift, pág. 435; Kohlrausch/Lange, § 43 Vorbem. III 4; Oehler, Das objek- 18 Cfr. BGH 22, 330 (332 y ss.); Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 17,
tive Zweckmoment, pág. 121; Waiblinger, ZStW 69 (1957), pág. 214. Anterior- con ulteriores referencias. De otra opinión Lampe, NJW 1958, 333. Restrictiva-
mente, ya E. v. Liszt, ZStW 25 (1905), pág. 36. mente para la tentativa inidónea, Monika Kólz-Ott, Eventualvorsatz, pág. 147.

m
704 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa III. El tipo de la tentativa 705
condición independiente de la voluntad del a u t o r que debe decidir En los casos graves que se describen con ejemplos típicos (por ej., § 243),
el comienzo de la acción ejecutiva (RG 16, 133 [135] ; BGH 12, 306 se deberá exigir para la tentativa que el autor dé principio a la realización
[ 3 1 0 ] ; 21, 14 [18]). 1 9 del tipo básico, ya que los ejemplos típicos no son elementos del tipo en el
sentido del actual § 22.22a Sin embargo, la doctrina dominante, siguiendo
Ejemplos: No existe tentativa de apropiación indebida (§ 246), cuando el Proyecto de 1962 (Fundamentación, págs. 144, 403) considera suficiente
el funcionario abre una carta sólo para comprobar si merece la pena apo- el dar principio a la realización del ejemplo típico, aun cuando en ello no
derarse de su contenido (RG 65, 145 [148]). Naturalmente, sí se realiza consista todavía el dar principio a la acción del hecho.22b
en este caso el delito previsto en el § 354 II núm. 1 (violación del secreto
postal). Existe, en cambio, tentativa de hurto, cuando el autor penetra 3. Por último, el hecho no ha de quedar consumado. La consuma-
en la casa con el propósito de apoderarse de cualquier cosa útil que encuen- ción no depende de si el autor ha conseguido su meta, sino que se
tre (RG 70, 201 [203]), y también cuando está decidido a cometer el hecho, produce en el momento en que se realizan todos los elementos del tipo
pero primero quiere comprobar si encuentra algo que merezca la pena (cfr., sin embargo, en caso de cosas compuestas OLG Karlsruhe, J u s -
(OLG Hamm MDR 1976, 155). Asimismo, existe sin duda una voluntad in-
condicionada de traficar ilegalmente con divisas en el hecho de coser las tiz 1972, 361). Según la redacción del tipo de que se t r a t e (delitos de
divisas a la alfombrilla de un automóvil (de otra opinión, RG 71, 53), aun- lesión, de peligro o de resultado cortado) la consumación puede pro-
que todavía no se haya comenzado a evadirlas al extranjero. ducirse en un momento anterior o posterior. El concepto es, por con-
siguiente, de naturaleza formal. De la consumación debe distinguirse
De la necesidad del dolo en la tentativa se derivan dos conse- la terminación (consumación material) del delito. 23 Los delitos en los
cuencias : que la consumación se produce en otro momento que la terminación,
a) Por un lado, no hay una tentativa por imprudencia, pues quien se pueden clasificar según su estructura en cuatro g r u p o s :
actúa imprudentemente no manifiesta la decisión de cometer un de- E n primer lugar cabe mencionar los delitos de consumación an-
lito (cfr. infra, § 54 IV). 2 0 ticipada (delitos de intención, delitos de peligro, delitos de emprendi-
b) P o r otro lado, también deben existir, además del dolo como miento). Un segundo grupo, en el que la terminación sigue a la con-
general elemento subjetivo del tipo, los especiales elementos subje- sumación, se caracteriza por la estructura iterativa de los tipos (de-
tivos típicos que exija el delito en cuestión (cfr. supra, § 30 I I ) , ya litos permanentes, delitos de dos actos, tipos con pluralidad de actos).
que en la estructura del concepto de delito se sitúan al mismo nivel Un tercer grupo lo forman los casos en los que el resultado final o
del dolo. 21 total del hecho se consigue por acciones que no corresponden ya en
2. Como elemento objetivo exige la tentativa que el autor "dé sentido formal a la descripción del tipo, con el ocultamiento del botín
principio inmediatamente a la realización del tipo". D a r principio del h u r t o (BGH 20, 194 [196]), el aseguramiento del contrabando una
inmediatamente es comenzar una actividad que debe conducir, sin vez que se ha pasado la frontera (BGH 3, 40 [44]) o la destrucción
p a s a r por ninguna otra fase intermedia, a la realización del tipo. completa del edificio incendiado (OLG H a m m J Z 1961, 94 [ 9 5 ] ) . El
P a r a saber cuándo éste es el caso hay que acudir al plan imaginado cuarto grupo lo integran los casos de unidad natural de acción (§ 66
por el autor, es decir, a la "representación que se haya hecho el autor III) y de delito continuado (§ 66 V) . 24
del hecho". Decisiva es, por consiguiente, la valoración objetiva de La distinción entre consumación y terminación tiene importancia
la proximidad de la acción al hecho en base a la representación que
el a u t o r se haya hecho del modo y forma de llevar a cabo su decisión
de cometer el delito (teoría objetivo-individual) (cfr. con detalle in- mo, JA 1975, 96; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 194; Maurach, Allg. Teil, pág. 499;
Roxin, Einführung, pág. 15; Rudolphi, JuS 1973 23; Schdnke/Schroder/Eser,
fra, § 4 9 I V ) . « § 22 Anm. 34; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 11; Wessels, Allg. Teil, pág. 108.
22a Así Baumann, Allg. Teil, pág. 521; Blei, Allg. Teil, pág. 197; Wessels,
Maurach-Festschrift, pág. 305.
19 La jurisprudencia del RG y del BGH es oscilante; cfr. detalladamente 22b Así Dreher, § 243 Anm. 43; Lackner, § 46 Anm. 2b dd; LK (Heimann-
Leas, GA 1956, 36 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 501; W. Schmid, ZStW 74 Trosien), § 243 Anm. 47. Cfr. también OLG Hamm MDR 1976, 155.
(1962), págs. 48 y ss.; R. Schmitt, JuS 1961, 25 y ss.; Schdnke/Schroder/Eser, 23 Cfr. sobre ello Jescheck, Welzel-Festschrift, págs. 685 y ss.; Hau, Die
§ 22 Anm. 18 y ss.; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 3 y ss. Artz, JZ 1969, 54 y ss., Beendigung der Straftat, págs. 70 y ss.; Furtner, JR 1966, 169; Schonke/Schro-
no considera válido el "querer condicionado", pero se equivoca, ya que la pre- der/Eser, § 22 Vorbem. 4 y ss.
paración de una acción típica con reserva de la decisión definitiva no es rara 24 Críticamente sobre la teoría de la terminación del hecho punible por el
como fenómeno psicológico (cfr. BGH 21, 14 [17]). abandono que supone de la descripción de la acción típica, Gallas, ZAK 1937,
20 Así LK (Busch), § 43 Anm. 4 m. Nachw.; Schdnke/Schroder/Eser, § 22 438; Isenbeck, NJW 1965, 2.329; Hruschka, GA 1968, 193; Gdssel, ZStW 85
Anm. 22. (1973), págs. 644 y ss.; Herzberg, Táterschaft, págs. 71 y ss. Diferenciando en-
21 Cfr. Schdnke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 23; Wessels, Allg. Teil, pág. 108. tre terminación de la conducta y terminación del resultado Kühl, Die Beendi-
22 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 522; Blei, Allg. Teil, pág. 206; el mis- gung, págs. 80 y ss. Objeciones también en Lackner, § 22 Vorbem. 2.
706 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa IV. La delimitación entre tentativa y preparación 707
26
práctica en diversos aspectos. Por una parte, en el Derecho Penal la fase que antecede inmediatamente a la realización del tipo, impedir
Internacional se acepta que en los delitos a distancia, la terminación que él comienzo de la tentativa se amplíe excesivamente a la zona
del hecho, entendida como realización de la intención típica, debe con- previa al hecho.29
siderarse como resultado en el sentido del § 9 I (cfr. supra, § 18 IV
2b). Por otra parte, en el lapso de tiempo intermedio cabe aún la Con ello se supera la teoría puramente subjetiva que para determinar
participación (BGH 2, 344 [346 y ss.], 6, 248 [251]) (cfr. para la co- el comienzo de la tentativa sólo atendía a la representación del autor del
autoría infra, § 63 II 2, para la complicidad infra § 64 IV 2b). Ade- comienzo de la ejecución, entrando así ampliamente en el ámbito de los
más, al autor se le imputan los elementos cualificadores del tipo que actos preparatorios, y también su opuesta, la teoría objetivo-formal, según
haya realizado durante ese espacio de tiempo (BGH 20, 194 [196]; la cual la tentativa comenzaba con la acción típica entendida estrictamen-
22, 227; BGH GA 1971, 82). En orden al concurso, los delitos cuya te. También ha perdido importancia la fórmula de Frank de la "concep-
ción natural", empleada muchas veces por la Jurisprudencia (cfr. ed. ante-
terminación y consumación se producen en momentos distintos cons- rior, págs. 390 y ss.). En cambio, sigue vigente la teoría objetivo-material
tituyen supuestos de unidad de acción, de tal forma que un entrecru- que exige para la tentativa una inmediata puesta en peligro del objeto de
zamiento que sólo se produzca en esta última fase, originará un con- la acción protegido, ya que este criterio debe seguir aplicándose en aque-
curso ideal (RG 60, 315 [316 y ss.] ; BGH JZ 1952, 89; GA 1955, 245 llos casos en los que falla la fórmula del dar principio (cfr. infra, § 49 IV 6).
[246 y ss.]; JZ 1975, 130 [131]). Finalmente, la prescripción del
delito (cfr. infra, § 86 I 2) no comienza hasta la terminación del delito. 2. Para distinguir la tentativa de los actos preparatorios hay que
partir de la "representación del autor del hecho", pues el acontecer
Ejemplos: La extorsión (§ 253) se consuma tan pronto como el extorsio- externo sólo en parte realizado únicamente se puede comprender, en
nado entrega el dinero, aunque el autor no llegue a recibirlo (BGH 19, 342 todo caso en la tentativa no acabada, desde el plan del autor.80 Lo que
[343]), pero sólo termina cuando se consigue el dinero. También en el hur-
to la terminación del hecho requiere el aseguramiento del dominio que se importa para determinar la cuestión de si el autor da principio ya
ha obtenido sobre la cosa. Si la víctima persigue al ladrón que huye con el inmediatamente a la realización del tipo, es cómo ha imaginado el
botín, el hurto se ha consumado, pero aún no ha terminado, así que la autor el curso del hecho y cuándo y de qué manera quería comenzar
ayuda al fugitivo por un tercero puede constituir complicidad en un hurto a ejecutar la acción típica.
(BGH 6, 248 [249]).26
Ejemplos: Existe tentativa de robo (§ 250 I núm. 1), cuando los autores
IV. La delimitación entre tentativa y preparación decididos a atracar una estación de servicio llaman, con la cara tapada y
con la pistola dispuesta para disparar, a la puerta del vigilante para asal-
1. Según el § 22, la tentativa comienza cuando el autor "de acuer- tarlo apenas la abra, aunque después nadie acuda a la llamada (BGH 26,
do con su representación del hecho da principio inmediatamente a la 201 [203 y ss.] con nota favorable de Góssel, JR 1976, 249 y ss.). En cam-
realización del tipo". Con ello, el legislador ha sustituido la antigua bio, la preparación de un fraude fiscal previsto en el § 370 I, II AO 1977
fórmula del "comienzo de ejecución" (§ 43 ant. red.), demasiado es- (venta de aceite para calefacción como si fuera carburante diesel), estable-
ciendo los necesarios contactos comerciales, no es todavía empleo ilícito del
trecha para las necesidades prácticas, y que por eso mismo tuvo que combustible, ya que el aceite aún debe ser encargado y transportado a la
ser ampliada por la Jurisprudencia (RG 71, 53; BGH 6, 302 [303]; compradora (de otra opinión conforme al anterior Derecho vigente, OLG
OLG Karlsruhe JR 1973, 425), por una redacción en la que se com- Karlsruhe JR 1973, 425).31 Tampoco hay tentativa, sino sólo un acto pre-
bina un criterio subjetivo (representación del autor del hecho) con paratorio de tráfico ilegal de estupefacientes (§ 11 I núm. 1, II BetMG),
un elemento objetivo (dar principio inmediatamente a la realización en el hecho de viajar al extranjero para recoger allí la mercancía (BGH
del tipo). Esta llamada "teoría objetivo-individual",27 que ya había Dallinger MDR 1975, 21). De la misma forma, tampoco constituyen tenta-
sido mantenida anteriormente, 28 sirve para, limitando a la tentativa tiva las maniobras de inducción a un niño a acceder a realizar actos des-
¡
25 Cfr. Je8check, Welzel-Festschrift, págs. 696 y ss.; Hau, Die Beendigung Schróder/Eser, § 22 Anm. 25; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 11; Wessels, Allg. Teil,
der Straftat, págs. 114 y ss. página 108. Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 611 habla en el mismo sentido de "teo-
26 Críticamente sobre ello, Gallas, ZAK 1937, 438; Isenbeck, NJW 1965, ría de la totalidad".
2.329; Roxin/Schünemann/Haffke, Strafrechtliche Klausurenlehre, págs. 230 29 Cfr. Proyecto 1962, Fundamentación, pág. 144; BT-Drucksache V/4.095,
y siguientes. página 11. Sobre su efecto en la jurisprudencia, cfr. Becher, Zur Abgrenzung, pá-
27 Cfr. Welzel, Lehrbuch, pág. 190; Jescheck, Niederschriften, t. II, pági- ginas 54 y ss.
na 194. 30 Cfr. el ejemplo del envenenamiento planeado en SK (Rudolphi), § 22
28 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 194; Dreher, § 22 Anm. 8; Lackner, Anm. 11; cfr. además Baumann, Allg. Teil, pág. 501.
§ 22 Anm. I b ; J. Meyer, ZStW 87 (1975), pág. 604, nota 34; Otto, Grundkurs, 31 Sin embargo, para Tiedemann, JR 1973, 413 y ss., existe tentativa por-
página 225; Roxin, Einführung, pág. 15; Rudolphi, J u S 1973, 23; Schonke/ que el autor omitió avisar a tiempo a la Oficina de Impuestos.
IV. La delimitación entre tentativa y preparación 709
708 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa
4. E n los tipos cualificados la tentativa comienza, según la regla
honestos, cuando se piensa llevar a cabo estos actos en otro lugar (OLG del § 22, al dar principio a la realización del tipo, siendo indiferente
Celle NJW 1972, 1.823). Exigir a una prostituta que entregue regularmen- si el autor comienza primero con la acción del tipo cualificado o con
te lo que gana con su ilícito comercio, es tentativa del delito previsto en el
§ 181a I núm. 1 (BGH 19, 350 [351]); en cambio, sólo constituye un acto la del tipo fundamental. Si el autor empieza a realizar primero el
preparatorio la proposición de dedicarse a la prostitución (BGH 6, 98 [99]). elemento cualificante (por ej., antes del incendio inutiliza los extin-
No es tentativa del delito previsto en el § 175 proponer a una menor pasar tores, § 307 núm, 3), debe seguir en inmediata conexión con dicha ac-
la noche en un hotel (OLG Oldenburg MDR 1963, 155), ni de hurto el po- ción, conforme al plan general, la realización de la acción del tipo
nerse en camino para llegar al lugar donde se va a cometer el hecho (BGH básico. 36
Daüinger MDR 1966, 197), ni de estafa de seguro la simulación de un robo 5. Aunque no directamente en su tenor literal, sí están compren-
(BGH NJW 1952, 430). La fabricación de un artefacto incendiario es un didos en el sentido de la fórmula utilizada en el precepto legal los ca-
acto preparatorio si el autor pretende por sí mismo prender fuego y ten- sos en los que el autor ha comenzado ya por la propia acción de eje-
tativa si el fuego debe ser prendido por un tercero que actúe de buena fe cución típica, o en los delitos de varios actos, por la p r i m e r a acción
(RG 66, 141). típica, pues en estos casos se ha traspasado ya el simple dar princi-
3. Con el elemento de dar principio inmediatamente a la reali- pio al delito.
zación del tipo se pretende acercar la tentativa " h a s t a r a y a r en el
Ejemplos: El ataque al acompañante de la víctima del robo es violencia
límite mismo de la acción típica". 3 2 Los actos constitutivos de tenta-
típica que constituye el primer estadio del robo (BGH 3, 297); cerrar con
tiva son, por tanto, sólo aquellos sucesos "que se encuentran en la llave la puerta del local es comienzo de la amenaza (RG 69, 327 [331]).
zona inmediatamente anterior a la realización de un elemento del
tipo". 3 3 Lo decisivo p a r a ello es que el comportamiento que todavía De esto se deduce que el dar principio a la realización del tipo debe
no es típico, según el plan del a u t o r esté t a n estrechamente vinculado entenderse sólo como presupuesto mínimo y que se ha considerado
a la acción ejecutiva, que sin eslabones intermedios esenciales pueda superflua una aclaración al respecto (cfr. BT-Drucksache V/4.095,
p a s a r a la fase decisiva del hecho. 34 página 11), lo que no es, sin embargo, muestra de un buen estilo le-
gislativo. 37
Ejemplos: El simple acechar es un acto preparatorio (BGH Dallinger
MDR 1973, 728, 900); en cambio, es tentativa cuando, con la llegada del 6. La nueva regulación de los límites de la tentativa por el § 22
tranvía en el que se espera venga el cobrador que va a ser asaltado, se está pensada p a r a la tentativa no acabada del autor de un delito co-
ponen en marcha los medios de ataque y de huida de los atracadores que ya misivo que actúa individualmente, y ciertamente aumenta con rela-
están preparados (BGH NJW 1952, 514). Tentativa es penetrar en el edi- ción a la misma la determinación de los límites de la punibilidad que
ficio en el que se piensa robar caso de que se encuentre algo (OLG Hamm la idea del Estado de Derecho exige. Sin embargo, la fórmula no se
MDR 1976, 155). Cargar la mercancía es un acto preparatorio de un delito ajusta a otras formas de aparición de la tentativa, p a r a las cuales
de contrabando (de otra opinión, BGH 20, 150) o de un delito de abaste- debe ser sustituida o modificada. Así, falta un punto de referencia
cimiento (de otra opinión, BGH 12, 54); en cambio, es tentativa el trans- p a r a el dar principio en los delitos de omisión, ya que en ellos el autor
porte hasta la frontera o a un restaurante. 36 También es tentativa el ataque se comporta de un modo puramente pasivo. E n estos casos h a b r á que
corporal a un niño, narcotizándolo para cortarle acto seguido las arterias atender, por tanto, al momento de la inmediata puesta en peligro
radicales (RG 59, 157). La entrada en la prisión para procurar a los pre-
del objeto de acción protegido o, en su caso, al aumento de un peligro
sos instrumentos para que puedan escapar es un acto preparatorio del
delito de evasión de presos (§ 120) (de otra opinión, BGH 9, 63 [64]). ya existente (cfr. infra, § 60 II 2). 3 8 E n otros casos la fórmula es
ciertamente aplicable, pero conduce a resultados que van demasiado
32 Así, acertadamente, Roxin, Einführung, págs. 15 y ss.; Schdnke/Schró- lejos y produce precisamente lo contrario de una limitación de la
der/Eser, § 22 Anm. 35. Áhnlich Dreher, § 22 Anm. 11; Preisendanz, § 22 Anm. punibilidad de la tentativa, que era lo que se pretendía conseguir.
4a. En cambio, Lackner, § 22 Anm. Ib, considera que la nueva regulación es "en Así en la autoría mediata se debe considerar como criterio correcto
esencia la misma" del anterior Derecho vigente; igualmente Schmidhduser, Allg.
Teil, pág. 611 considera el cambio de terminología "indiferente". Análogamente
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 665; D. Meyer, JuS 1977, 21. 36 Cfr. Arzt, JZ 1959, 59; Schonke/Schróder/Eser, § 22 Anm. 58; SK
33 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 194. (Rudolphi), § 22 Anm. 18; Stree, Peters-Festschrift, pág. 192; Wessels, Allg.
34 Así Schonke/Schróder/Eser, § 22 Anm. 39; SK (Rudolphi), § 22 Anm. Teil, pág. 110.
13; Wessels, Allg. Teil, págs. 108 y ss. 37 La redacción del § 26 del Proyecto de 1962 también era mejor en este
35 Desde el punto de vista político-criminal, expresa reservas contra la punto; cfr. Blei Allg. Teil, pág. 200.
"fórmula del dar principio a" en los delitos económicos Tiedemann, 49. DJT 38 Así Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pág. 30; J. Meyer, ZStW 87 (1975),
1972, pág. 52; el mismo, JR 1973, 412; el mismo, Wirtschaftsstrafrecht, Allg. página 605; Roxin, Einführung, pág. 16; Schonke/Schróder/Eser, § 22 Anm. 50:
Teil, págs. 221 y ss. En contra, con razón, Dreher, § 22 Anm. 17; J. Meyer, ZStW Tiedemann, JR 1973, 412.
87 (1975), pág. 610; Lange, Strafrechtsreform, págs. 34 y ss.
710 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa V. Penalidad de la tentativa 711
no la acción del autor mediato sobre el instrumento, sino el que éste nuada prevista en el § 49 I. Si concurrieran varias circunstancias
dé principio a la realización del tipo y con ello a la puesta en peligro atenuantes la penalidad puede ser varias veces atenuada 42 (BayObLG
del objeto de acción protegido (cfr. infra, § 62 IV 1). Tampoco en la NJW 1951, 284).
actio libera in causa puede ser el momento decisivo el dar principio
a la provocación de la falta de capacidad de culpabilidad (por ej., el Ejemplos: En la tentativa de coacciones sexuales (§ 178) cometida por
embriagarse intencionadamente), sino sólo el dar principio a la rea- un autor con la capacidad de culpabilidad disminuida, la penalidad del de-
lización del propio tipo (cfr. infra, § 49 VII 4). Finalmente, la tenta- lito que va de uno a 10 años baja a otra que va de un mes a 5 años, 7
tiva acabada no comienza hasta que el autor hace salir definitivamen- meses y 2 semanas.
te el suceder de su ámbito de dominio, cuando, por ejemplo, el arte- La atenuación puramente facultativa se ajusta a la teoría de la
facto incendiario queda dispuesto de manera que el incendio puede impresión (cfr. supra, § 49 II 3), según la cual el hecho debe ser cas-
producirse por un cortocircuito o por la manipulación del interruptor tigado con la penalidad normal o con la penalidad atenuada, según
por un tercero (RG 66, 141 [142] ). 39 su proximidad a la consumación, la peligrosidad de la tentativa y la
intensidad de la voluntad criminal.43
V. Penalidad de la tentativa En la elección entre la penalidad normal y la especial del § 49 I
el juez sólo puede tener en cuenta aquellas circunstancias que se re-
1. La tentativa es punible, por una parte, en los delitos graves
fieren al hecho en su cualidad de tentativa y que en cuanto tal lo hacen
porque en ellos ya el dar principio inmediatamente a la realización
aparecer como suficientemente grave aún o como relativamente ate-
del hecho es adecuado para conmover el sentimiento colectivo de se- nuado, ya que el cambio de penalidad sólo puede fundamentarse con
guridad jurídica. Por otra parte, la tentativa también debe ser casti- arreglo a los criterios específicos de la tentativa. 44 En cambio, a la
gada por razones de prevención general en aquellos delitos que cons- hora de determinar el juez la pena concreta dentro de la penalidad
tituyen la criminalidad media y en los que la tentativa de cometerlos atenuada, no debe tenerse en cuenta el hecho de que sólo sea tenta-
es especialmente grande, como por ejemplo evasión de presos (§ 120 tiva, porque, de lo contrario, una circunstancia que ya ha sido consi-
III), lesiones peligrosas (§ 223a II), pasar moneda falsa (§ 147 II), derada en la determinación del marco de la penalidad legal volvería
coacciones (§ 240 III), hurto (§ 242 II), extorsión (§ 253 III), recep- a serlo por segunda vez dentro de este marco (cfr. infra, § 82 V 2) ,45
tación (§ 259 III), estafa (§ 263 II) y falsedad documental (§ 267 II).
En esta idea se basa la regulación procedente de los arts. 2 y 3 del El BGH considera, sin embargo, que en la elección entre ambas pena-
Code penal francés que castiga siempre la tentativa en los delitos lidades lo decisivo es "la consideración global de todas las circunstancias
graves y sólo en los casos determinados legalmente, tratándose de del hecho y de la personalidad del autor", así que para rechazar la atenua-
delitos menos graves (§ 23 I) .40 Para la distinción entre ambas cla- ción penal también debe ser tenida en cuenta, por ej., la circunstancia de
ses de acciones punibles debe atenderse a la consideración abstracta
(cfr. supra, § 7 IV 2). facultativa en contra del criterio del § 25 II del Proyecto Alternativo, y siguien-
do al § 27 II 2 del Proyecto de 1962.
Ejemplo: Tampoco es punible la tentativa en los casos especialmente 42 El nuevo Derecho vigente no ha acogido la prohibición de doble ate-
graves de infidelidad patrimonial (§ 266 II) (RG JW 1937, 169). nuación recogida en el § 65 II del Proyecto de 1962. El § 50 sólo excluye la do-
ble atenuación en el supuesto de que la apreciación de un caso menos grave se
apoye en la existencia de la atenuación prevista en el § 49; cfr. sobre ello Horst-
2. Según el § 23 II la tentativa puede ser castigada con una pena kotte, Dreher-Festschrift, págs. 272 y ss.
inferior que el delito consumado,41 de acuerdo con la penalidad ate- 43 Cfr. sobre esto Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 438 y ss.; Schmid-
hauser, Allg. Teil, pág. 595; Schdnke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 6; BT-Druck-
sache V/4.095, pág. 11. A favor de la atenuación obligatoria dada la falta del
39 Así Roxin, Maurach-Festschrift, pág. 226. Críticamente al respecto, injusto del resultado, en cambio, Baumann, Allg. Teil, págs. 504 y ss.; Straten-
Blei, JA 1975, 167; Herzberg, MDR 1973, 89; Schdnke/Schroder/Eser, § 24 werth, Allg. Teil I, núm. 698; el mismo, Schweiz. Juristentags-Festgabe, pág. 256.
Anm. 12. En favor de que se castiguen con la misma pena tentativa y consumación, Roe-
40 En las infracciones administrativas sólo puede castigarse la tentativa der, Erscheinungsformen, pág. 14; Zielinski, Handlungs-und Erfolgsunwert, pá-
cuando la ley lo diga expresamente (§ 13 II OWiG), lo que sólo excepcionalmente ginas 213 y ss.
sucede; cfr. Gohler, OWiG, § 13 Anm. 1. 44 Así Dreher, JZ 1956, 638; el mismo, JZ 1957, 155 y ss.; el mismo, § 23
41 La atenuación obligatoria de la tentativa fue suprimida, conforme a las Anm. 3; Schdnke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 7; SK (Rudolphi), § 23 Anm. 3 ;
exigencias de un "Derecho Penal de voluntad", por el § 4 de la Ordenanza sobre OLG Hamm NJW 1958, 561.
el delincuente violento de 5-12-1939 (RGB1 I, pág. 2.378). Por la Ordenanza de 45 Cfr. BGH 16, 351 (354); Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 448; Dre-
29-5-1943 (RGB1 I, pág. 341) se reformó el § 44. Con ello se equiparó el Derecho her, § 23 Anm. 3 ; Schdnke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 10. Con razón, señala, sin
alemán al § 8 del antiguo StGB austríaco y al art. 21 del StGB suizo. Cfr. sobre embargo, SK (Rudolphi), § 23 Anm. 4 que las cualidades específicas de la ten-
ello Nagler, GS 115 (1941), págs. 27 y ss. El § 23 II ha mantenido la atenuación tativa en cuestión deben ser tenidas en cuenta.
712 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa VII. Casos especiales de tentativa 713
que el autor ha cumplido ya precisamente una pena de prisión (BGH 16, b) Además, se castigan especialmente como delitos autónomos actos
351 [353]; 17, 266).^ Por otra parte, dé acuerdo con este criterio debe vol- preparatorios de típica fisonomía y alta peligrosidad, sin que sea necesario
verse a tomar en cuenta en la determinación de la pena concreta dentro que el autor tenga proyectado un delito totalmente determinado, como la
del marco penal elegido la circunstancia de que sólo se trata de una ten- preparación de una falsificación de moneda (§ 149), la venta de medios abor-
tativa (BGH 17, 266). 47 Este criterio sólo parece correcto, e incluso nece- tivos (§ 219c), la estafa de seguros (§ 265), la preparación de una guerra
sario, cuando se permanece en la penalidad normal, ya que en su determina- de agresión (§ 80).
ción no se tuvo en consideración la tentativa. En la penalidad normal debe
ser considerado como atenuante que el hecho no haya pasado del estadio 3. Los casos de preparación punible plantean diferentes cuestio-
de la tentativa, ya que la falta del desvalor del resultado hace aparecer nes dudosas.
siempre el delito intentado en igualdad de circunstancias como menos gra-
ve que el delito consumado.48 La tentativa no es punible en los tipos preparatorios no autónomos
(BGH 6, 85 [87]), pero sí en la mayoría de los tipos autónomos (así, por ej.,
E l nuevo Derecho vigente prevé en el § 49 I p a r a la tentativa una el incendio en la creencia errónea de que la cosa está asegurada, como
disminución gradual t a n t o de la pena máxima como de la mínima. E n tentativa de estafa de seguro conforme al § 265, RG 68, 430 [436]; la ten-
lugar de la penalidad normal aparece una penalidad especial con tativa de revelar secretos estatales del § 96, I, BGH 6, 385 [387]). No es,
una atenuación penal delimitada, según la gravedad. en cambio, posible la tentativa en la preparación de un emprendimiento
de alta traición (§ 83), ya que este precepto adelanta ya tan ampliamente
La pena impuesta dentro del marco de la penalidad especial no es ne- el ámbito de la alta traición que no hay necesidad de entender la pena más
cesario que sea inferior al mínimo de la pena prevista en el marco penal allá.61 El precepto relativo al desistimiento en la tentativa (§ 24) no es,
normal; 49 no obstante, de la fundamentación de la sentencia debe dedu- sin embargo, aplicable a los actos preparatorios comprendidos en tipos
cirse que el juez ha sido consciente de la posibilidad de atenuar, la pena por propios ya que representan delitos formalmente consumados (BGH 15, 198
debajo del grado mínimo. [199]), aunque existen muchos preceptos especiales (cfr. §§ 31, 83a, 84 V,
85 III, 87 III, 98 II, 316c IV) que son aplicables por analogía a otros
casos similares (BGH 6, 85 [87]) (cfr. infra, § 51 V 2). 62 Es imaginable
VI. Penalidad de los actos preparatorios
una participación punible tanto en los actos preparatorios autónomos como
1. Los actos preparatorios permanecen por lo general impunes, en los no autónomos.68
porque están demasiado alejados de la consumación como p a r a con-
mover seriamente el sentimiento jurídico de la comunidad. A ello se VII. Casos especiales de tentativa
añade que la mayoría de las veces en los actos preparatorios no es
claramente demostrable la existencia de dolo. 50 1. También es posible la tentativa en los delitos de mera acti-
vidad (cfr. supra, § 26 II I b ) : por una parte, cuando la actividad no
2. Sólo por especiales razones de política criminal considera el
se consuma inmediatamente, sino que requiere un cierto espacio de
legislador conveniente castigar excepcionalmente los actos p r e p a r a -
tiempo p a r a ello, y, por otra, en los casos de suposición errónea de un
torios.
elemento del tipo (tentativa inidónea).
a) Por un lado, se trata de la extensión no autónoma de ciertos tipos
cuya cualidad requiere una intervención especialmente temprana, porque Ejemplos: Existe tentativa de perjurio cuando se ha comenzado a pres-
de lo contrario la pena no tendría ninguna eficacia, así sucede con la prepa- tar el juramento (BGH 4, 172 [176]). Si el autor cree erróneamente que
ración de un emprendimiento de alta traición (§ 83), el espionaje para realiza abusos deshonestos con un menor de 14 años, existe tentativa in-
revelar secretos de estado (§ 96 I ) , la preparación de un delito de exponer idónea del delito previsto en el § 176 (cfr. también RG 47, 189 [191]).
a alguien a ser objeto de represalias (§ 234a III) o de un ataque a aero-
nave (§ 316c III). 2. E n los delitos cualificados por el resultado (cfr. supra, § 26
II la) deben diferenciarse dos grupos de casos. 64
i
46 También la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 512 y ss.; Bockel-
mann, Allg. Teil, pág. 198; Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 446 y ss.; LK 51 Cfr. Lackner, § 22 Vorbem. 3 ; Maurach, Allg. Teil, pág. 490; Schonke/
(Busch), § 44 Anm. 4; Maurach, Allg. Teil, pág. 216; Stratenwerth, Schweiz. Schróder/Eser, § 22 Vorbem. 29.
Juristentags-Festgabe, pág. 261. Dudoso Lanckner, § 23 Anm. 2a, § 49 Anm. 3a. 52 Cfr. sobre ello Schdnke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 125; G. Koch, Der
47 Igualmente LK (Busch), § 44 Anm. 6. Rücktritt, pág. 71.
48 Así Schdnke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 9; de otra opinión, Bruns, Straf- 53 Ésto también rige, en contra de la opinión de Coester, Die Vorberei-
zumessungsrecht, pág. 449; LK (Busch), § 44 Anm. 3. tungshandlung, págs. 141 y ss., para la complicidad en los actos preparatorios
49 De otra opinión, Bórker, JZ 1956, 478; contra él, acertadamente, Dre- dependientes.
her, J Z 1956, 683; el mismo, § 23 Anm. 3. 54 Cfr. Thomsen, Über den Versuch, págs. 57 y ss.; Else Koffka, Nieder-
50 Cfr. Maurach Allg. Teil, pág. 489. schriften, t. II, págs. 236 y ss.; Oehler, ZStW 69 (1957), págs. 520 y ss.; Bau-

2. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


714 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa V I I I . El delito de emprendimiento 715
a) Por un lado, existe la posibilidad de que el autor cause ya el con nota contraria de Schroder, J Z 1967, 368), de lo contrario será aplicable
resultado cualificante como consecuencia de la tentativa del delito el § .225.
básico y actúe en relación a dicho resultado imprudente (§18) o ne-
gligentemente. En estos casos debe estimarse la punibilidad conforme 3. Sobre la tentativa del delito de emprendimiento, cfr. infra,
al tipo cualificado cuando el tipo vincule el resultado a la acción (por § 60 I I ; sobre la tentativa de participación, cfr. infra, § 65 II, III;
ejemplo, en los §§ 177 III, 251) y, por el contrario, rechazarse, cuan- sobre la tentativa de autoría mediata cfr. infra, § 62 IV, 1; sobre la
do el resultado cualificante deba basarse en el resultado del delito bá- tentativa de coautoría, cfr. infra, § 63 IV 1.
sico (por ej., en los §§ 224, 226,66 307, 309), ya que en el segundo caso 4. La tentativa de la actio libera in causa dolosa (cfr. supra,
la tentativa del delito básico no representa para el tipo, base suficien- § 40 VI 2) en los delitos comisivos no comienza todavía con la provo-
te para la imputación del resultado cualificante.56 cación de la incapacidad de acción o de culpabilidad, sino hasta que
se da principio a la ejecución de la acción punible misma, ya que an-
Ejemplos: Existe tentativa de violación con resultado de muerte (§ 177 tes falta tanto la inmediata puesta en peligro del bien jurídico pro-
III) cuando el empleo de violencia conduce ya a la muerte de la víctima, tegido como la posibilidad de que el suceso produzca una impresión
antes de haberse conseguido el yacimiento (RG 69, 332). Lo mismo cabe externa. 59 En los delitos omisivos (omissio libera in causa) se atiende
decir del § 251 (RG 62, 422 [423]). En el incendio con resultado de muerte al momento de la producción de la inactividad, porque, según algunos,
(§ 307 núm. 1) ésta debe producirse, en cambio, por el incendio mismo y
no por el material inflamable (RG 40, 321 [324]; probablemente también aquí no hay un comienzo de ejecución en el sentido de los delitos co-
en esta opinión BGH 20, 230 [231]; de otra opinión, en cambio, BGH 7, misivos.60 Lo correcto es, sin embargo, hacer comenzar la tentativa en
37 [39]). el momento en el que el autor hubiera tenido que realizar la acción
debida.
b) De ellos deben distinguirse los otros casos en los que el autor
intenta o consuma el delito básico y pretende asimismo el resultado VIII. El delito de emprendimiento
cualificante, pero no lo consigue. El resultado actúa aquí como un ele-
mento cualificante normal del tipo, ya que el § 18 no excluye el dolo 1. Junto al delito consumado, la tentativa y los actos preparato-
("por lo menos"). 57 Esta doctrina rige, sin embargo, sólo para aque- rios castigados autónomamente todavía prevé el StGB otra forma de
llos delitos cualificados por el resultado que no tienen corresponden- acción punible: el delito de emprendimiento (cfr. supra, § 26 II 7).
cia con un delito doloso. El § 11 I, núm. 6 contiene la siguiente definición de esta forma de
delito: emprendimiento de un delito es su consumación y su tenta-
Ejemplos: Existe tentativa de la detención ilegal cualificada prevista tiva (sobre los precedentes legales cfr. ed. anterior, pág. 397). El
en el § 239 (más de una semana), cuando el autor, para desembarazarse de sentido del delito de emprendimiento es agravar la reacción juridico-
un pariente incómodo, lo interna antijurídicamente en un establecimiento penal, equiparando tentativa y consumación e impidiendo así la ate-
cerrado, pero inmediatamente es dado de alta por encontrarse perfecta- nuación de la pena en la tentativa.
mente curado (RG 61, 179; BGH 10, 306 [309]; BGH GA 1958, 304). Lo 2. En el tratamiento de los delitos de emprendimiento debe te-
mismo hay que decir para el delito previsto en el § 224, ya que aquí el
resultado cualificante puede producirse con dolo eventual68 (BGH 21, 194 nerse en cuenta lo siguiente: 61
En los casos en los que el emprendimiento se ha quedado en el
mann, Allg. Teil, págs. 514 y ss.; Schonke/Schroder/Eser, § 18 Anm. 8 y ss.; Dreher, § 224 Anm. 13; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 8; dudoso Blei, Allg. Teil,
SK (Rudolphi), § 18 Anm. 7; Hirsch, GA 1972, 75 y ss. página 248.
55 El BGH 14, 110 (112) considera, en cambio, suficiente ya como causa de 59 También así Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 55; Stratenwerth, Allg.
la muerte la acción de lesionar (de otra opinión, RG 44, 137 [139]). De acuerdo Teil I, núm. 546 y, en parte, Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 617 y ss. La opinión
con esta tesis, Stree, GA 1960, 290 y ss., que incluso considera suficiente la ten- de Roxin, Maurach-Festschrift, págs. 220 y ss.; Dreher, § 20 Anm. 19; SK (Ru-
tativa de lesiones (pág. 296). En contra, con razón, Maurach, Bes. Teil, pág. 96. dolphi), § 22 Anm. 21 y Maurach, JuS 1961, 374, de que la tentativa comienza ya
56 También así, Dreher, § 18 Anm. 5; Lackner, § 18 Anm. 5a; LK (Busch), con la provocación de la embriaguez, no puede ser aceptada ya que la actio li-
§ 43 Anm. 28; Maurach, Allg. Teil, pág. 503; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 642; bera in causa no significa una anticipación de la acción típica.
Schonke/Schroder/Eser, § 18 Anm. 9; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 7. De otra opi- 60 Así Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 56 contra Maurach, J u S 1961,
nión, sobre esto, Ulsenheimer, GA 1966, 267 y ss., que atiende a si el peligro 374, 377 y Allg. Teil, pág. 503.
especial contenido en el delito básico se ha realizado en el resultado cualificante. 61 Cfr. con detalles Schroder, Kern-Festschrift, págs. 459 y ss.; Dreher,
57 También así Baumann, Allg. Teil, pág. 523; Dreher, § 18 Anm. 5; Lack- § 11 Anm. 34; LK (Busch), § 46a Anm. 5 y ss.; Schonke/Schroder/Eser, § 11
ner, § 18 Anm. 5b; Hirsch, GA 1972, 75, nota 50; Maurach, Allg. Teil, pág. 504; Anm. 58 y ss.; SK (Rudolphi), § 11 Anm. 23 y ss., que pretende excluir del concep-
Schonke/Schroder/Eser, § 18 Anm. 10; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 8; Stree, GA to de emprendimiento los casos de falta de tipo, no tiene en cuenta la evolución
1960, 295; Ulsenheimer, GA 1966, 273 y ss. histórica que se ha consumado desde hace un siglo en base a la tentativa, y que
58 También así Maurach, Bes. Teil, pág. 96; R. Schmitt, J Z 1962, 392; ha sido reconocida por la doctrina y la Jurisprudencia.
716 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa IX. Derecho comparado 717
grado de tentativa la pena no puede ser atenuada conforme al § 23 II, gara, sin duda a la Jurisprudencia a abandonar su postura puramente sub-
porque el emprendimiento se castiga como la consumación. Los lími- jetiva 65 (cfr. ya OGH EvBl 1975, 71 ). 66 Según el nuevo Derecho vigente,
tes entre el delito de emprendimiento y los actos preparatorios son los es asimismo impune la tentativa absolutamente inidónea; 67 en la delimi-
mismos que en la t e n t a t i v a ; los actos preparatorios quedan, por tan- tación entre tentativa y acto preparatorio se emplea la teoría de la impre-
to, excluidos del concepto de emprendimiento. Mientras, la tentativa sión.68 La jurisprudencia suiza ha subjetivizado fuertemente la fórmula
como delito de emprendimiento es punible, los grados previos del de- objetiva de delimitación del art. 21 I StGB en el sentido de la "teoría de la
lito de emprendimiento — en cierto modo, la "tentativa de la tenta- irrevocabilidad"6» (BGE 71 IV 211; 83 IV 145; 87 IV 155) ™ y castiga tam-
t i v a " — no lo son ya que están demasiado alejados de la zona previa. 62 bién, conforme al art. 23 I StGB, la tentativa inidónea. En Francia se re-
suelve la cuestión de la delimitación de acuerdo con una fórmula que acen-
Sin embargo, el delito de emprendimiento es punible en los casos de
túa la proximidad de la realización del tipo, 71 considerándose punible de un
tentativa con medios inidóneos u objeto inadecuado, ya que, si el em- modo general la tentativa inidónea.72 El C. P. italiano exige, en el art. 56 I,
prendimiento permanece en el estadio de la tentativa, se t r a t a de una acciones que de manera inequívoca se dirijan a la realización del hecho pu-
tentativa en el sentido del § 22 (RG 39, 321 [323 y s s . ] ; 56, 2 2 5 ; 72, nible y que, según el art. 49 II, deben ser además idóneas; ambos presu-
80). E l precepto sobre el desistimiento contenido en el § 24 no es puestos se interpretan de un modo objetivo.73 La teoría y la praxis inglesas
aplicable en los delitos de emprendimiento, ya que la pena que se les siguen la teoría del "dolus ex re" ("mens rea must be evidenced by what
señala es la del delito consumado; pero sí son de aplicación por ana- the accused has actually done") y considera también punible la tentativa
logía los preceptos específicos que en relación a algunos de estos de- inidónea; en el fondo de esta teoría laten cuestiones de prueba. 74 Según
litos existen sobre el desistimiento (§§ 31, 83a y 316a II) a todos los la sect. 7 (2) de la Criminal Law Act 1967, la tentativa se castiga con la
demás delitos de emprendimiento, incluso a los "impropios" (cfr. in- misma pena que la consumación. En la diversa praxis americana se em-
fra, § 51 V 3) . 63 E n estos últimos delitos (cfr. supra, § 26 I I 7) sólo plean igualmente criterios objetivos para delimitar la tentativa de los ac-
es punible la tentativa con medios inidóneos, pero no la tentativa con tos preparatorios; en la tentativa inidónea se consideran impunes los casos
de "legal impossibility" y de "apparent impossibility".75 El Derecho es-
objeto inadecuado, ya que, excepto la virtualidad del emprendimiento
pañol sigue en la delimitación entre tentativa y acto preparatorio un es-
p a r a alcanzar su meta, deben darse todos los elementos del tipo. 64 tricto criterio objetivo (art. 3 III C. P.), pero desde la redacción del Código
Penal de 1944 castiga también la tentativa inidónea (art. 52 II C. P.). 76 En
Ejemplo: En el favorecimiento (§ 257) es indiferente el que la ayuda el Derecho holandés se resuelve la cuestión de la delimitación de un modo
prestada al autor del delito previo asegure realmente los beneficios del
hecho. Pero no sería suficiente para la punición que el autor creyera erró-
neamente que el objeto al que se refiere la ayuda procede de un hecho pre- 65 Cfr. las sentencias citadas por Rittler, t. I, pág. 262 y su crítica (pá-
gina 263); Nowakowski, Grundriss pág. 91; Burgstaller, JB1 1969, 522.
vio antijurídico. 66 Cfr. Burgstaller, JB1 1976, 117 y ss.; Leukauf/Steininger, § 15 Anm.
C 2; Foregger/Serini, § 15 Anm. IV.
67 Cfr. Burgstaller, JB1 1969, 523 y ss y 530 y ss.; Roeder, Der Allge-
IX. Derecho comparado meine Teil, págs. 33 y ss.; Platzgummer, JB1 1971, 246.
68 Así Burgstaller, JB1 1976, 122.
El Derecho comparado muestra una imagen variada en torno a las dos 69 Seguida por Germann, Verbrechen, págs. 191 y ss., y Waiblinger,
cuestiones polémicas más importantes sobre la teoría de la tentativa. El SchwZStr 72 (1957), pág. 127. En favor de la teoría objetiva, sin embargo, Haf-
ter, Allg. Teil, pág. 204. Sobre ello, Schultz, Einführung I, págs. 222 y ss.
nuevo StGB austríaco amplía de un modo general la conminación penal 70 Cfr. Pfenninger, Das schweizerische Strafrecht, pág. 232; Noli, GA 1970,
de los delitos dolosos a la tentativa y prevé sólo una atenuación dentro del 181 y siguientes.
marco de la penalidad normal (§§ 15 I, 34 núm. 13). En la distinción entre 71 Cfr. la jurisprudencia en Bouzat, Traite, t. I, págs. 293 y ss. y Merle/
tentativa y acto preparatorio se emplea en el § 15 II una fórmula objetivo- Vitu, Traite, págs. 485 y ss. Cfr. además Stefani/Levasseur, Droit penal gene-
ral, págs. 194 y ss.; Vouin/Léauté, Droit penal, pág. 43.
individual similar a la utilizada en el § 22 del StGB alemán, lo que obli- 72 Cfr. la jurisprudencia en Bouzat, Traite, t. I, págs. 300 y ss. y Merle/
Vitu, Traite, págs. 495 y ss. Cfr. además, Stefani/Levasseur, Droit penal gene-
ral, págs. 201 y ss.; Vouin/Léauté, Droit penal, pág. 46.
62 Así la doc. absolutamente dom.; cfr. por ejemplo LK (Busch), § 46a 73 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, págs. 530 y ss.; Pagliaro, Principi, pági-
Anm. 5 con referencias; Burkhardt, JZ 1971, 357. nas 486 y ss.
63 Así Schdnke/Schrdder/E8er, § 11 Anm. 63; Schróder, Kern-Festschrift, 74 Cfr. Kenny/Turner, Outlines, págs. 104 y 106 y ss.; Glanville Williams,
páginas 462 y ss. De otra opinión, BGH 15, 198 (199); Baumann, Allg. Teil, pá- Criminal Law, págs. 622 y ss. y 635 y ss., con numerosas referencias; Smith/
gina 516; Dreher, § 11 Anm. 34; LK (Busch), § 46a Anm. 5; Preisendanz, § 11 Hogan, Criminal Law, págs 163 y ss., con la jurisprudencia más reciente.
Anm. VI 1; Maurach, Allg. Teil, pág. 526; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 640, 75 Cfr. Honig, Das amerikanische Strafrecht, págs. 177 y ss. y 186 y ss.,
nota 34; SK (Rudolphi), § 11 Anm. 26, 30. con numerosas referencias; Barbara Lehmann, Die Bestrafung des Versuchs,
64 -Así Burkhardt, JZ 1971, 355; Schonke/Schróder/Eser, § 11 Anm. 66; páginas 78 y ss. y 116 y ss.
de otra opinión, Bockelmann, NJW 1951, 622 y ss.; Armin Kaufmann, Unter- 76 Cfr. Antón Oneca, Derecho Penal, págs. 410, 416 y ss.; Rodríguez De-
lassungsdelikte, págs. 234 y ss.; Waider, GA 1962, 183 y ss. En favor de castigar vesa, Derecho Penal, págs. 660 y ss., y 665 y ss.; Córdoba Roda/Rodríguez Mou-
solamente la tentativa idónea, SK (Rudolphi), § 11 Anm. 29. rullo, Art. 3, §§ 2 y 3 Anm. III 1 B y Arts. 51 y 52, Anm. II 2.
718 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 49 719
predominantemente objetivo,77 excluyéndose del ámbito de la penalidad la expresa regulación de la tentativa inidónea en el art. 52, entendida como
tentativa absolutamente inidónea.78 El StGB de la República Democrática emanación de un enfoque subjetivista? ha dividido la doctrina en los térmi-
Alemana castiga en su § 21 la tentativa y los actos preparatorios siempre nos siguientes: un sector juzga necesario conectar la disposición del art. 52
que la ley así lo diga expresamente, lo que no siempre sucede ni siquiera II con las definiciones de tentativa y frustración del art. 3, de modo que la
en los delitos graves. En la delimitación entre tentativa y actos prepara- tentativa inidónea allí prevista no sería más que una modalidad de las defi-
torios se sigue una línea objetiva, pero se tiene también en cuenta el plan nidas en el art. 3 cuya especialidad radicaría solamente en un tratamiento
del autor. 79 La tentativa inidónea es punible (OG NJ 1967, 353) excepto penal algo más beneficioso, que equipararía todo delito imposible al régimen
cuando se trate de acciones que sean expresión de un total desconocimiento de la tentativa (pena inferior en uno o dos grados), aunque conceptualmente
de las leyes de la naturaleza. 80 pueda constituir una frustración;4 otro sector doctrinal, en cambio, no cree
compatibles el art. 3 y el art. 52 II, por entender que responden a principios
* # * contrapuestos — objetivo y subjetivo, respectivamente —, y sostienen la con-
currencia desde 19 UU de dos sistemas distintos, el de la tentativa y la frustra-
ción "idóneas" reguladas en el art. 3 y el de la tentativa inidónea del ar-
I. Fundamento de la punición de la tentativa tículo 52 II que se superpone a las figuras tradicionales.6
Personalmente, me inclino por la primera solución, única que permite
La regulación española de los grados de imperfecta ejecución ha conduci- contar con un verdadero concepto de tentativa inidónea, puesto que el art. 52
do ala doctrina dominante en nuestro país a una f undamentación objetiva de II no ofrece, sino que da por supuesto dicho concepto — ¡evidentemente, no
su punición, por lo menos respecto de las formas de tentativa o frustración siempre que existe imposibilidad de ejecución del delito concurre tentativa
idóneas. Se entiende que sólo una fundamentación objetiva atenta al distinto inidónea, sino que es preciso que el sujeto intente la consumación y no se
grado de proximidad del peligro del intento puede explicar la distinta grave- limite a constatar la imposibilidad de ejecución! —; tampoco se desprende
dad que nuestro Código otorga no sólo a la consumación y a la imperfecta del art. 52 II la posibilidad de desistimiento voluntario, que debe fundarse
ejecución, sino también a la tentativa y a la frustración, sobre todo desde en el art. 3.e La disposición del art. 52 constituye sólo una regla de determi-
que en 1850 se pasó de un concepto subjetivo a otro objetivo de frustración. nación de la pena que se justifica suficientemente por el trato más benévolo
Siendo ya perfecta la voluntad criminal desde que se inicia la ejecución, sólo que puede suponer en los casos de frustración. Esta vinculación entre las
se distinguen la consumación, la tentativa y la frustración por el dato obje- definiciones del art. 3 y la regla del art. 52 II del CP vigente aparece con
tivo del distinto grado de proximidad respecto de la lesión del bien jurídico. claridad en el Proyecto 1980, que en su art. 25, tras definir la tentativa,
La atenuación obligatoria de la pena en caso de ejecución imperfecta y la dis- declara que "en los casos de imposibilidad de producción de un delito por
tinta gravedad conferida a tentativa y frustración constituyen, pues, carac- falta de idoneidad de los medios empleados o por ausencia de objeto, la pena
terísticas del Derecho penal español que parecen tener que explicarse por la correspondiente a la tentativa podrá reducirse en los términos previstos en
distinta peligrosidad objetiva de cada una de estas fases.1 el artículo 73 de este Código" — fórmula que presupone inequívocamente que
No obstante, en la reforma de 19UU se introdujo el actual párrafo 2." del la tentativa inidónea es una tentativa según la definición del concepto en el
artículo 52 CP, que castiga con la pena de la tentativa "los casos de imposibi- párrafo íV del mismo artículo —. Ahora bien, la subsunción de la tentativa
lidad de ejecución o de producción del delito", y la posibilidad de rebajar sólo inidónea bajo las definiciones del art. 3 podría interpretarse tanto concibien-
en uno o dos grados la pena de la tentativa, que así se aproxima a la de la do todo él conjunto desde el prisma objetivo como desde él subjetivo. Creo
frustración. Ello plantea la cuestión de si no es preciso revisar el plantea- que no hay duda de que él sistema del art. 3 se halla anclado en lo objetivo,
miento objetivo. La aproximación de las penas de tentativa y frustración de forma que parece más natural que sea éste el punto de vista decisivo.
se ha interpretado como "un paso hacia lo subjetivo".* Por otra parte, la
A mi juicio, además, no existen obstáculos materiales para que la puni-
ción de la tentativa inidónea pueda fundarse en razones objetivas. Es más,
77 Cfr. van Bemmelen, Ons Strafrecht, págs. 291 y ss.; D. Hazewinkel-Su- estoy convencido de que sólo situando en él terreno de lo objetivo él funda-
ringa, Inleiding, pág. 342, con jurisprudencia. mento de la tentativa inidónea resulta posible distinguir de ella la tentativa
78 Cfr. Pompe, Handboek, págs. 214 y ss.; D. Hazewinkel-Suringa, Inleiding, irreal impune. Y así debe ser en un Derecho penal, como él español, propio
páginas 354 y ss., con jurisprudencia. de un Estado social y democrático de Derecho (art. 1 Constitución española
79 Cfr. Hennig, Vorbereitung und Versuch, págs. 30 y ss.; Wittenbeck,
NJ 1967, 370. 1978), que está llamado al cometido político-social de prevención de conipor-
80 Cfr. Hennig, Vorbereitung und Versuch, pág. 47; Strafrecht der DDR
(Hennig/Neubof), § 21 Anm. 13; Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, págs 369 y ss. 3
Cfr. Cuello Calón, PG p. 628; Rodríguez Mourullo, Comentarios p. 85.
0> Cfr. sobre todo Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 81 ss. También 4
Así Antón Oneca, PG p. 417. En el mismo sentido Córdoba Roda, Notas II
Antón Oneca, PG p. 417 ("nuestro Código... está muy lejos de ser subjetivista); páginas 185 s. Desde el prisma subjetivo cfr. Cerezo Mir, Tentativa cit. p. 31;
Rodríguez Devesa, PG pp. 730 s., 738; Córdoba Roda, Notas II pp. 185 s. En un Suárez Montes, El delito imposible de aborto... en ADPCP 1966, pp. 226 s.
sentido más subjetivo, en cambio, Cuello Calón, PG p. 626; Cerezo Mir, Lo objetivo
y lo 2subjetivo en la tentativa, Valladolid, 1964, p. 31. 6 Así, sobre todo, Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 83 ss. También
Cfr. Córdoba Roda, Notas II p. 186; Rodríguez Mourullo, Comentarios I Rodríguez Devesa, PG pp. 735 s.
página 81. 6 Así, para el desistimiento, Córdoba Roda, Notas II p. 185.
720 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 49 721
tamientos externos (no de voluntades) en la medida de su peligrosidad (obje- go, no sigue la consumación del delito. La frontera que separa los conceptos
tiva) para bienes jurídicos. Desde esta perspectiva preventivo-externa, el de tentativa y frustración es la práctica de todos los actos de ejecución. La
fundamento del castigo de toda forma de tentativa ha de verse en el peligro interpretación de este concepto plantea en dos sentidos distintos el dilema
ex ante que encierra todo intento (no irreal) dirigido a consumar un delito, entre objetivismo y subjetivismo. Por una parte, en el sentido de si para la
peligro que (¡ex ante!) no depende necesariamente de la efectiva idoneidad frustración basta la realización de todos los actos que corresponden al sujeto,
que luego se compruebe del intento, sino de la apariencia que hubiera gene- o si por el contrario precisa la concurrencia de todos los actos objetivamente
rado a los ojos del especiado imparcial en el momento de su realización; pues necesarios para la producción del delito, con independencia de quién deba
la norma preventiva debe intentar impedir todos aquellos comportamientos realizarlos. Por otra parte, importa averiguar si es la opinión del sujeto o
que en el momento de su verificación aparezcan como objetivamente peli- un punto de vista objetivo el que debe servir para decidir cuándo la ejecu-
grosos.1 ción llega a su fin.
El Proyecto 1980 confirmará, esta interpretación objetiva de la tentativa a) La primera cuestión planteada equivale a preguntar si la distinción
inidónea, al permitir para ella una atenuación especial de la pena, mayor entre tentativa y frustración se corresponde a la manejada en Alemania de
que la de la tentativa idónea, diferencia que sería más difícil de explicar tentativa acabada y tentativa inacabada (cfr. infra § 51 II). Si por realiza-
desde un prisma subjetivo, dada la coincidencia en este aspecto de ambas ción de todos los actos de ejecución se entiende la práctica de la parte de
clases de tentativa. ejecución que corresponda al sujeto, la tentativa española equivaldrá a la
tentativa inacabada, mientras que la frustración será la tentativa acabada.
Tal construcción era posible bajo el CP 18¿8, que entendía concurrente la
II. El tipo de tentativa y frustración frustración "cuando el culpable, a pesar de haber hecho cuanto estaba de su
parte para consumarlo, no logra su mal propósito por causas independientes
Es tradicional en Derecho español la distinción de dos fases en los grados
de su voluntad". Mas el abandono de esta fórmula en los Código posteriores
de imperfecta ejecución: la tentativa y la frustración. Tal distinción, desco-
es interpretado con razón por la doctrina dominante y la jurisprudencia en
nocida en Derecho alemán, desaparece en él Proyecto 1980, que mantiene un
el sentido objetivo contrario, según el cual la frustración requiere no sólo los
solo concepto de "tentativa", comprensivo de los de tentativa y frustración
actos de ejecución que corresponden al sujeto, sino todos los que sean preci-
actuales (art. 25). Éstos sólo se distinguen entre sí en cuanto a la parte ob-
sos objetivamente para conducir a la consumación.9 Cuando, p. ej., alguien
jetiva del tipo, que requiere un mayor desarrollo en la frustración que en
vierte veneno en un café que debe servir un criado a la víctima, no existirá
la tentativa. Lógicamente, en cambio, el tipo subjetivo de ambas figuras
frustración, sino tentativa, en caso de que el criado no sirva el café o incluso
coincide. La doctrina española vertida sobre esta parte subjetiva es amplia-
si, pese a hacerlo, la víctima no se lo toma, pues la completa ejecución requie-
mente coincidente con la reflejada en el texto de Jescheck, pues no existen
re que tanto el criado como la víctima efectúen ciertos actos (utilizados como
en este punto peculiaridades propias del Derecho español, salvo la de que
instrumentos en autoría mediata).
éste no alude expresamente a la necesidad del dolo de consumar el delito
— lo que evidentemente no ha sido obstáculo alguno para que se haya consi- b) Distinta es la cuestión del punto de vista, objetivo o subjetivo, que
derado una exigencia tácita —.8 Sólo es preciso, pues, examinar brevemente debe decidir el momento en que han de estimarse realizados todos los actos
las diferencias existentes en el tipo objetivo de tentativa y frustración. de ejecución, cuestión independiente de la respuesta que reciba la que aca-
Según el art. 8 III CP "hay tentativa cuando el culpable da principio a la bamos de examinar: tanto si se cree suficiente para la frustración que el
ejecución del delito directamente por hechos exteriores y no practica todos autor realice todo lo que estaba de su parte, como si se exigen todos los actos
los actos de ejecución que debieran producir el delito, por causa o accidente objetivamente necesarios para la consumación, puede adoptarse un punto de
que no sea su propio y voluntario desistimiento". La tentativa requiere, pues, vista objetivo o subjetivo para decidir cuándo se acaba la parte de realiza-
que los actos de ejecución den comienzo pero no se realicen en su totalidad. ción que corresponde al sujeto o cuándo se alcanza la total ejecución, respec-
El art. 8 II CP define, en cambio, la frustración como sigue: "Hay delito tivamente.10 Pues bien, a tal efecto debe utilizarse un criterio coherente con
frustrado cuando él culpable practica todos los actos de ejecución que debe- el fundamento de la punición de las formas de imperfecta ejecución y con el
rían producir como resultado él delito y, sin embargo, no lo producen por que éste impone también en orden a la distinción de actos preparatorios y
causas independientes de la voluntad del agente" La frustración supone, por ejecutivos. Según la fundamentación que más arriba he propuesto, y coinci-
tanto, una realización completa de los actos de ejecución a la que, sin embar- diendo con el criterio manejado por el texto de Jescheck para determinar el

7 Cfr. Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito en el Estado social y 9
Cfr. en este sentido Antón Oneca, PG p. 412; Rodríguez Mourullo, Comen-
democrático de Derecho, Barcelona, 1979, p. 49. tarios I pp. 88 ss.; Rodríguez Devesa, PG p. 731. Es fundamental en esta línea la
8 No obstante, Córdoba Roda, Notas II p. 190, aunque descarta la "tentati- STS 23 abril 62, y también la STS 10 dic. 66. En contra, sin embargo, Cuello
va culposa", sí estima punible con arreglo al art. 565 ó 586 CP la" tentativa de Calón, PG pp. 624 s. y 633. Identifica la distinción de tentativa y frustración a la
un hecho punible culposo" (así en el caso del conductor que consciente de su inep- de tentativa inacabada y tentativa acabada Rodríguez Muñoz, Notas II p. 226.
titud se pone al volante). Acoge este planteamiento Rodríguez Mourullo, Comen- !0 Mezcla, sin embargo, ambas cuestiones, Rodríguez Mourullo, Comenta-
tarios I p. 96. rios I pp. 87 s.
722 § 49. Concepto, tipo y punición de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 49 723
11
inicio de la ejecución, debe acogerse un punto de vista objetivo, el del espec-
tador imparcial, pero a la vista del plan del autor: ¿cuándo estimaría reali- IV. Punibilidad de la tentativa
zados todos los actos de ejecución el espectador imparcial habida cuenta del 1. El CP español concede mayor ámbito que el StGB alemán a la punición
plan que sigue el autor? de las formas de imperfecta ejecución, pues según el art. 3 CP la frustración
y la tentativa son punibles en todos los delitos. Incluso en ciertas faltas
III. Delimitación de actos preparatorios y tentativa puede castigarse la frustración, a saber: en las faltas contra las personas o
la propiedad. El Anteproyecto de 1979 mantiene idéntico criterio (art. 2U).
Es curiosa la proximidad entre la nueva fórmula del § 22 StGB 1975 y la 2. También en nuestro Código se prevé una rebaja de la pena para las
manejada tradicionalmente por los Códigos penales españoles por lo que res- formas de ejecución imperfecta, pero tal rebaja no es facultativa, sino obli-
pecta al inicio de la tentativa. Según el StGB éste comienza cuando el autor, gatoria. Según el art. 51, "a los autores de un delito frustrado se les impon-
"según su representación del hecho, da principio directamente a la ejecución drá la pena inmediatamente inferior en grado a la señalada por la Ley para
del tipo", y con arreglo al art. 3 III CP uhay tentativa cuando el culpable el delito consumado"; y el art. 52 establece que "a los autores de tentativa de
da principio a la ejecución del delito directamente por hechos exteriores". delito se les impondrá la pena inferior en uno o dos grados, según arbitrio
La única diferencia relevante es la de que el CP no se refiere expresamente del Tribunal, a la señalada por la Ley para él delito consumado". Suprimido
a la necesidad de partir de la representación que el sujeto posea acerca del el concepto de frustración por él Proyecto 1980, su art. 73 impone para la
hecho. Cabe, pues, defender también en nuestro país el planteamiento de la tentativa "la pena inferior en grado a la señalada por la Ley para el delito
doc. dom. alemana acogido por Jescheck. El adverbio "directamente" puede consumado en la extensión que se estime adecuada según el grado de ejecu-
interpretarse como exigencia de conexión directa, al estilo de Frank, entre el ción alcanzado" lo que supone una restricción, a mi juicio censurable, del
acto de que se trate y la realización típica, de suerte que aquél aparezca como arbitrio judicial en favor del reo, pues desaparece la posibilidad de rebajar
parte de ésta.12 Y tal exigencia de conexión directa puede precisarse en el la pena en dos grados.
sentido de la teoría de la inmediatez temporal, como necesidad de que no
falte ninguna fase intermedia entre el acto de que se trate y la estricta reali-
V. Punibilidad de actos preparatorios
zación del verbo típico13 — para lo que habría que contemplar la acción en
sus distintos momentos dotados de unidad de significado, puesto que desde En principio los actos preparatorios también son impunes en nuestro
el solo punto de vista naturalístico no existe solución de continuidad en el Derecho. No obstante, el art. 3 CP declara la punibilidad de la conspiración,
desarrollo de un hecho. la proposición y la provocación para delinquir, cuyos conceptos se definen
No obstante, la doc. dom. en España se pronuncia en favor de la teoría en el art. U CP. Mas tales "actos preparatorios punibles" participan de la
objetivo-formal.14 Aparte de resultar del todo inútil para precisar cuándo naturaleza de las formas de codelincuencia, de las que constituyen modali-
da principio la ejecución de los delitos meramente resultativos, como el de dades preparatorias o de imperfecta ejecución, al igual que las figuras con-
homicidio — y en rigor no cabría desde dicha perspectiva formal tentativa templadas en el § 30 StGB alemán. Por ello se examinarán con relación a
en tales delitos, porque en ellos no hay realización típica en sentido estricto •estas otras instituciones alemanas (cfr. infra § 65).
hasta que se produce el resultado: no se "mata" hasta que tiene lugar la
muerte —, tal planteamiento pasa por alto que el art. 3 CP, al exigir que se VI. Supuestos especiales
dé principio a la ejecución del delito directamente por hechos exteriores, da
por supuesto a sensu contrario, que es posible entender que la ejecución 1. Pese a que un importante sector de la doctrina española niega la posi-
dé comienzo antes, no directamente, esto es, al prepararse,16 y hasta por bilidad de tentativa en los delitos de mera actividad,1,1 otra dirección doctri-
actos interiores. De otro modo, no sería necesario que la ley exigiese el ca- nal más actual la admite. Por una parte, ésta arguye en favor de ello que
rácter directo y la exterioridad de los actos de ejecución.1* el art. 3 no restringe los actos de ejecución que pueden dar lugar a tentativa
a aquellos que pueden "causar" un resultado delictivo, sino que abarca a
todos los que puedan "producir el delito", con independencia de si éste es o no
ii Así la doc. dom.: Rodríguez Devesa, PG p. 731; Rodríguez Mourullo, de resultado.19 Por otra parte, se defiende la posibilidad de tentativa incluso
Comentarios I pp. 88, 90. en aquellos delitos de mera actividad que se perfeccionan por la práctica.de
12 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 117. Cfr. también Ferrer Sama,
Comentarios I p. 56; Jiménez de Asúa, Tratado VII p. 552. un solo acto, argumentándose acertadamente que la tentativa empieza' ya
!3 Así Gimbernat, Autor y cómplice p. 105. antes de la estricta realización del verbo típico, en cuanto se lleven a cabo
14 Cfr. en este sentido, Antón Oneca, PG p. 410; Jiménez de Asúa, Trata- actos naturalmente unidos a dicha conducta.19 Comparto este punto de vista,
do p. 302 ss.; Rodríguez Devesa, PG p. 728; Cerezo Mir, Tentativa, p. 19.
15 Los mismos defensores de la teoría objetivo-formal reconocen que me- 17 Cfr. Antón Oneca, PG pp. 410 s.; Ferrer Sama, Comentarios I p. 64;
diante el adverbio "directamente" la ley excluye los actos preparatorios: cfr. Quintano Ripollés, Curso I p. 229; Jiménez de Asúa, Tratado VII p. 874.
Antón Oneca, PG p. 409. i» Así Córdoba Roda, Notas II p. 188.
19
i« Cfr. Mir Puig, Matrimonios ilegales en el Código penal, en ADPCP 1974, Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 141. Este autor rechaza, sin
página 464. -embargo, la posibilidad de frustración en los delitos de mera actividad en p. 106.
724 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible I. Punibilidad de la tentativa inidónea 725

no sólo por lo que respecta a la tentativa en sentido estricto, sino también a Tatbestandsmerkmalen, 1960; Kohn, Der untaugliche Versuch und das Wahn-
la frustración, siquiera sea en este caso respecto de los supuestos de frustra- verbrechen, Strafr. Abh. Heft 53, 1904; Kriegsmann, Wahnverbrechen und un-
ción por in^bneidgd-d&JíLcanducta — también en caso de inidoneidad puede tauglicher Versuch, Strafr. Abh. Heft 51, 1904; Langer, Das Sonderverbrechen,
1972; Maurach, Die Beitráge der neueren hóchstrichterlichen Rechtsprechung
y debe distinguirse entre tentativa y frustración con arreglo a las definicio- zur Bestimmung des Wahnverbrechens, NJW 1962, 716, 767; Niethammer, Be-
nes del art. 3 CP—. Rechazar la posibilidad de las formas de imperfecta sprechung von Mezger, Strafrecht I, Allg. Teil, DRZ 1949, 428; Nowakowski,
ejecución en los delitos de mera actividad podría resultar coherente con la Besprechung von Welzel, Das deutsche Strafrecht, JZ 1958, 415; Roxin, Offene
teoría objetivo-formal del inicio de la tentativa en los delitos de un solo acto Tatbestande und Rechtspflichtmerkmale, 1959; Sax, Zum logischen und sachli-
instantáneo, pero resulta incorrecto, incluso en este caso, desde el prisma de chen Gehalt des sog. " Umkehrschlusses aus § 59 StGB", JZ 1964, 241; Schneider,
una delimitación objetivo-material de actos preparatorios y ejecutivos. Der abergláubische Versuch, GA 1955, 265; Schoetensack, Verbrechensversuch
2. Respecto de la problemática de la tentativa en los delitos cualificados und deutscher Strafgesetz- Vorentwurf, Festschrift für K. Binding, t. II, 1911,
por el resultado, ha encontrado, en parte, acogida en España el planteamiento página 375; el mismo, Der Versuch und der Amtliche Entwurf eines Allgemeinen
Deutschen StGB, GS 91 (1925), pág. 378; Seidman, Witch Murder and Mens Rea:
expuesto en el texto.20 A Problem of Society under Radical Social Change, Modern Law Review 28
(1965), pág. 46; Spendel, Der sogenannte UmkehrschluP aus § 59 StGB nach
VIL El delito de emprendimiento der subjektiven Versuchstheorie, ZStW 69 (1957), pág. 441; Stoger, Versuch des
untauglichen Táters, 1961; Traub, Die umgekehrte " Parallelwertung in der
A diferencia del Derecho alemán, el español no prevé expresamente esta Laienspháre" — Wahndelikte oder untauglicher Versuch? JuS 1967, 113.
figura, pero sí contiene preceptos en los que cabe encontrarla por equipararse Cfr. además la bibliografía del § 49.
en ellos las penas del delito consumado y del intentado (así arts. H2 y 15U
CP; y los correspondientes arts. 569 y 581 Proyecto 1980). Aunque formal-
mente subsistiría en tales casos la posibilidad de "tentativa de la tentativa", I. Punibilidad de la tentativa inidónea
las razones materiales que se oponen a ello concurren tanto en nuestro país
como en Alemania, y así se ha reconocido por la doctrina.21 1. Existe tentativa inidónea cuando la acción del autor dirigida
a la realización de un tipo penal en las circunstancias dadas no puede
llegar a la consumación por razones fácticas o jurídicas. Sucede esto
§ 50 Tentativa inidónea y delito imposible en los casos de inidoneidad del objeto, de los medios o del sujeto.
También deben incluirse aquí los casos en los que el objeto de la ac-
Baumann, Das Umkehrverháltnis zwischen Versuch und Irrtum im Straf- ción previsto por el autor no se encuentra en el lugar de comisión
recht, NJW 1962, 16; Bindokat, Zur Frage des doppelten Irrtums, NJW 1963,
745; Blei, Das Wahnverbrechen, JA 1973, 601; Bruns, Zur Frage der Strafbar- del delito o, en contra de lo esperado por aquél, se halla lejos de él
keit des "Versuchs" eines untauglichen Subjekts, DStr 1938, 161; el mismo, Der (inidoneidad del medio).
untaugliche Táter im Strafrecht, 1955; Dicke, Zur Problematik des untaugli-
chen Versuchs, JuS 1968, 157; Engisch, Der "umgekehrte Irrtum" und das Ejemplos: La tentativa de homicidio en un cadáver (RG 1, 451 [452])
"Umkehrprinzip", Festschrift für E. Heinitz, 1972, pág. 185; Foth, Neuere Kon- es tentativa con un objeto inidóneo, y la tentativa de aborto con calmantes
troversen um den Begriff des Wahnverbrechens, JR 1965, 366; Gbssel, Zur Straf- para el dolor de cabeza (RG 17, 58) es tentativa con medios inidóneos, obe-
barkeit des Versuchs nach dem 2. StrRG, GA 1971, 225; Hardwig, Der Versuch deciendo en ambos casos la inidoneidad a razones fácticas. Son tentativas
bei untauglichem Subjekt, GA 1957, 170; Hirsch, Die Lehre von den negativen con objeto inidóneo por razones jurídicas, la tentativa de estafa cuando el
provecho patrimonial pretendido era un enriquecimiento legítimo (RG 42,
Acoge el planteamiento de este autor García-Pablos de Molina, Tentativa y frus- 92), o la tentativa de hurto cuando se desconoce el consentimiento del le-
tración en el delito de asociación ilícita, en "Rev. de la Facultad de Derecho de la gítimo poseedor (RG JW 1926, 2.752). El trato denigrante de un recluta
Universidad Complutense de Madrid", n.° 49, p. 71. por un camarero que se considera como su superior jerárquico (§ 31 WStG)
20 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 144 s. En contra de la admi- es el hecho de un sujeto que, por razones jurídicas, carece de la idoneidad
sión de tentativa en los delitos cualificados por el resultado Quintano Ripollés, exigida (cfr. infra, § 50 III). También existe tentativa con medios inidóneos
Curso I p. 229.
21
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 140; García-Pablos de Molina, cuando los atracadores se ponen en marcha con la llegada de un tranvía, pero
Tentativa pp. 72 ss., aunque admite la tentativa en los delitos de consumación el esperado cobrador no se encuentra en él (BGH NJW 1952, 514), así como
anticipada que se hayan erigido en delicta sui generis, independientes ya. La en el hecho de meter la mano en el bolsillo vacío o de apuntar la pistola di-
STS 6 feb. 69 declara que es preciso exceptuar de la tentativa del art. 3 las con- rigiéndola a la víctima que en ese momento se encuentra demasiado lejos
ductas de tentativa especialmente penadas por la ley, alegando el art. 55 CP. Mas (RG 77, 1 [2]).
nótese que este precepto se limita a excluir la rebaja de la pena prevista para
las formas imperfectas respecto de la tentativa o frustración especialmente san- El tratamiento penal de estos casos depende de las razones por
cionadas, con respecto de la tentativa o frustración de las mismas. El rechazo de
la "tentativa de la tentativa" debe fundarse, pues, en razones materiales, no en las que se considere merecedora de pena la tentativa (cfr. supra,
la letra de la ley. § 49 I I ) . La antigua disputa sobre el castigo de la tentativa inidó-
726 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible I. Punibilidad de la tentativa inidónea 727
nea se decide hoy fundamentalmente en el sentido de una teoría mix- 47, 65); tentativa de aborto con medios inidóneos en mujer no embarazada
ta objetivo-individual (cfr. infra, § 50 I 4). (RG 34, 217 [219]); ejecución de acciones deshonestas con un niño que el
autor creía menor de 14 años (RG 39, 316); tentativa de hurto por error
2. La teoría objetiva exige una puesta en peligro real, producida por la del autor sobre el consentimiento del propietario (RG JW 1926, 2.752;
acción, del objeto de acción protegido. Parte del injusto del resultado como BGH 4, 199); tentativa de receptación por creer erróneamente que se ha-
de la verdadera razón del merecimiento de pena del hecho y exige conforme bía cometido el delito previo (RG 64, 130 [132]); tentativa de perjurio por
a ello también de la tentativa que se presente como un injusto del resultado creer erróneamente que se realizaba ante autoridad competente (BGH 3,
de sus comienzos. La teoría objetiva ya no es compatible con el Derecho ac- 248 [255]); tentativa de robo, cuando la víctima no aparece en el lugar
tualmente vigente (§§ 22, 23 III) y sólo unos pocos autores la mantienen del hecho (BGH NJW 1952, 514); tentativa de homicidio con una dosis pe-
todavía1 (sobre ella, detenidamente, ed. anterior, pág. 400). queña de veneno (BGH 11, 324).
3. Tampoco se ajusta al actual Derecho vigente la teoría de la falta de
tipo que pretendía limitar conceptualmente la tentativa a la falta de re- 5. Las sentencias acabadas de citar parten aún, aunque parcial-
sultado (cfr. ed. anterior, pág. 400), ya que del § 23 III se deriva que deben mente, de una teoría puramente subjetiva que, tanto en la delimita-
ser tratados por igual los casos de inidoneidad del objeto y de los medios.2 ción respecto de los actos preparatorios como en la determinación del
grado de peligrosidad de la tentativa inidónea, atiende solamente a la
4. Decisiva para la punibilidad de la tentativa es la voluntad del voluntad del autor. No obstante, conforme al Derecho vigente deben
autor contraria al Derecho, pero no como un fenómeno en sí, sino hacerse dos limitaciones en atención a la exigencia de que el hecho
entendida en su efecto sobre la comunidad. La confianza de la co- produzca la impresión capaz de minar la confianza en el Derecho:
munidad en la vigencia del ordenamiento jurídico, entendido éste a) Por una parte, igual que en la tentativa idónea, el autor debe
como un poder que configura objetivamente la vida social, resultaría haber dado principio, según su plan general, a la ejecución de la
minada si quedara impune quien se ha propuesto seriamente realizar acción (cfr. supra, § 49 IV 3). Ello significa que en la tentativa inidó-
un delito grave y ha dado principio a su ejecución (teoría de la im- nea a los efectos de la delimitación la acción debe considerarse como
presión o teoría objetivo-individual). El mismo efecto puede tener si fuera idónea (así, expresamente, el § 22).
también un hecho que no puede consumarse porque el autor no ha
tenido en cuenta un obstáculo esencial, pues, de todos modos, el autor Ejemplos: La compra de los medios abortivos por la mujer no embara-
se ha mostrado capaz de cometerlo y la no producción del resultado zada es un acto preparatorio, el empleo de dichos medios es tentativa (RG
puede deberse al azar (cfr. supra, § 49 II 3). En el menoscabo del 18, 198 [200 y ss.]) que ahora no es ya punible por lo que respecta a la
mujer (§ 218 IV 2).
sentimiento de que la paz jurídica está asegurada reside el daño para
la comunidad tanto en la tentativa idónea como en la inidónea, aña- b) Por otra parte, la tentativa debe encerrar un mínimo de pe-
diéndose en la tentativa idónea además la puesta en peligro del ob- ligrosidad. Esta peligrosidad falta cuando el hecho, por la naturaleza
jeto de la acción protegido. Esta teoría, derivada de la misión de del objeto en el que iba a recaer o de los medios con los que fue co-
prevención general que corresponde al Derecho Penal, es hoy domi- metido, "en ningún caso" podía llegar a la consumación y el autor
nante. 8 Mantenida muchas veces por el RG, también se ha adherido no lo sabía por una falta burda de entendimiento (§ 23 III).
a ella en repetidas ocasiones el BGH. El nuevo Derecho vigente atien- aa) Por virtud de la delimitación objetiva se excluyen de la pu-
de, en el § 22, a la "representación del hecho" que el autor se haya nibilidad aquellos casos "en los que no existe una puesta en peligro
formado, pero permite prescindir de la pena en los casos de tentativa ni concreta ni abstracta" (BT-Drucksache V/4.095, pág. 12). No es
absolutamente inidónea que refleje una burda falta de entendimiento necesario replantear la vieja disputa sobre la delimitación entre ten-
en el autor (§ 23 III). tativa absoluta y relativamente inidónea (cfr. ed. anterior, pági-
na 400) .4 No es preciso trazar una línea delimitadora inequívoca des-
Ejemplos: Tentativa de aborto con medios inidóneos (RG 1, 439 [441]; de el punto de vista lógico; a los efectos prácticos es ampliamente
17, 158); tentativa de aborto en mujer no embarazada (RG 8, 198 [203]; suficiente el criterio de que un hombre prudente dotado de conocimien-
tos medios que conoce el plan del hecho, no lo pueda tomar en serio.6
1 Así Spendel, NJW 1965, 1.881; el mismo, Stock-Festschrift, págs. 89 y
siguientes; cfr. también Dicke, J u S 1968, 161.
2 A favor de la teoría de la falta de tipo, Schmidhduser, Allg. Teil, pág. 607. 4 Cfr. Lackner, § 23 Anm. 3b; Roxin, Einführung, pág. 18; Schonke/Schró-
3 Baumann, Allg. Teil, págs. 526 y ss.; Blei, Allg. Teil, págs. 205 y ss.; derlEser, § 23 Anm. 15. En relación con esto, expresa reservas Bockelmann, Allg.
Bockelmann, Allg. Teil, págs. 196 y ss.; Burgstaller, JB1 1976, 122; Dreher, § Teil, pág. 197.
23 Anm. 6; Lackner, § 22 Anm. 2b; Maurach, Allg. Teil, pág. 508; Schonke/ 5 Así, Proyecto 1962, pág. 145; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 197; Burgs-
Schroder/Eser, § 22 Anm. 65; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 689; Welzel, taller, JB1 1976, 122; Gossel, GA 1971, 228; Maurach, Allg. Teil, pág. 517; Lack-
Lehrbuch, pág. 193; Wessels, Allg. Teil, pág. 112; SK (Rudolphi), § 23 Anm. 5. ner, § 24 Anm. 3b; Preisendanz, § 23 Anm. 6a.
728 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible II. La impunidad del delito putativo 729
11
bb) Pero la delimitación sólo consigue contornos precisos gracias el dolo, pero incluso aunque hubiera que afirmar la tentativa, el
al elemento subjetivo, que debe entenderse que forma una unidad con empleo de métodos mágicos y otros análogos no podría despertar nin-
el objetivo.6 Burda falta de entendimiento no significa representación gún tipo de impresión en la comunidad.12 La situación sería natural-
falsa del supuesto de hecho, ni aun en el caso de que el autor no hu- mente distinta si un grupo de sectarios extremistas intentara matar
biera podido equivocarse de haber prestado la menor atención (coge a alguien con medios reales, pero por razones absurdas.
del armario erróneamente agua destilada en lugar del ácido que se en-
contraba a su lado), sino "una representación absolutamente abe-
rrante de relaciones causales generalmente conocidas".7 II. La impunidad del delito putativo
1. De la tentativa inidónea hay que distinguir el delito putativo,
Ejemplos: Tentativa de aborto con una infusión de manzanilla (RG 1, que de acuerdo con la opinión dominante no es punible porque los
439); en cambio, no se aplicó la cláusula del art. 23 II del StGB suizo, re- límites de la punibilidad se determinan por la ley y no por las repre-
lativa a la falta de entendimiento, en un caso de tentativa de aborto con
baños de agua jabonosa, porque este medio "se considera en amplios secto- sentaciones del autor. 13 En la tentativa inidónea el autor cree errónea-
res de la población como idóneo para producir el aborto" (BGE suizo 70 IV mente que existe un elemento objetivo del tipo que en realidad no
49 [50]). La tentativa de derribar un avión con un tiro de pistola refleja existe (error de tipo al revés). En el delito putativo, en cambio, el
una burda falta de entendimiento, no así, en cambio, el calcular mal el al- error se refiere a la prohibición del hecho: el autor cree erróneamente
cance de un arma de fuego. que su conducta está prohibida por una norma que en realidad no
existe (error de prohibición al revés). 14 El autor puede creer errónea-
La limitación de la punibilidad de la tentativa inidónea en el § 23 mente en la existencia de una norma prohibitiva (cree, por ejemplo,
III no conduce por lo demás, a la total impunidad (como en el § 15 III que hacer una declaración falsa como acusado es punible, OLG Bam-
del StGB austríaco), 8 aunque en el fondo falte en estos casos la ne- berg NJW 1949, 876); también puede interpretar erróneamente los
cesidad de pena, sino sólo a la posibilidad de prescindir de la pena o límites de un precepto legal que sí existe (cree que los cupones de un
incluso sólo a una atenuación facultativa de la pena conforme al § 49 vale son documentos, BGH 13, 235 [240 y ss.]), o, por último, desco-
II, que, no obstante, es más amplia que la prevista en el párrafo 1, ya nocer la eficacia justificante de un precepto permisivo (el médico cree
que el juez puede aquí, en todos los casos, rebajar la pena hasta el que es punible la interrupción del embarazo por razones terapéu-
mínimo legal e imponer una multa en lugar de la pena privativa de ticas) ,15
libertad. 9
6. También es impune conforme al nuevo Derecho vigente, la 11 Así en el supuesto académico expuesto por Graf zu Dohna, Verbrechens-
tentativa irreal o supersticiosa (en distinto sentido, ed. anterior, pá- lehre, pág. 57, en la que "alguien da zapatazos en el suelo porque cree que puede
así hacer saltar por los aires a sus antípodas".
gina 402, nota 7a), 10 por ejemplo, la tentativa de matar a otro por 12 Cfr. Bockelmann, Untersuchungen, págs. 160 y ss. Una relevante im-
conjuración con el diablo (RG 33, 321). Normalmente ya faltará aquí portancia social tiene, en cambio, la tentativa de homicidio por medios mágicos
en África, conmoviendo profundamente a la población nativa; cfr. Seidman,
Modern Law Review 28 (1965), págs. 46 y ss.
13 Cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 511; Foth, J R 1965, 366; Maurach, Allg.
6 Cfr. Dreher, § 23 Anm. 6; Lackner, § 23 Anm. 3b; Roxin, Einführung, Teil, pág. 510; Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 78; SK (Rudolphi), § 22
página 18; Schonke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 17. En el § 15 III del nuevo StGB Anm. 30; Welzel, Lehrbuch, pág. 194; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 601 y ss.;
austríaco falta este segundo criterio. LK (Busch), § 43 Anm. 56.
7 Cfr. Dreher, § 23 Anm. 6; Góssel, GA 1971, 225; Lackner, § 23 Anm. 3d; 14 Cfr. SK (Rudolphi), § 22 Anm. 30. Críticamente, sobre ello, Engisch,
Roxin, Einführung, pág. 19; Schonke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 17; SK (Ru- Heinitz-Festschrift, págs. 190 y ss. El "principio de inversión", que ha sido in-
dolphi), § 23 Anm. 7; Wessels, Allg. Teil, pág. 112. vocado repetidas veces por la jurisprudencia (RG 42, 92 [94] ; 66, 124 [126 y ss.] ;
8 Críticamente al respecto, J. Meyer, ZStW 87 (1975), pág. 615; Roxin, 72, 109 [112]; BGH 13, 235 [239 y s s . ] ; 14, 345 [350]), no debe entenderse
Einführung, págs. 21 y ss.; Schonke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 18; Straten- como un argumento adicional para la punibilidad de la tentativa inidónea, sino
werth, Allg. Teil I, núm. 692. como un criterio diferenciador entre tentativa idónea y delito privativo, y lo
9 Según el BT-Drucksache V/4.095, pág. 12, la dispensa de pena debe ser, que interesa de hecho en orden a esta distinción es qué error es el que se in-
en todo caso, la regla general. vierte. Así, con razón, Sax, JZ 1964, 245; Baumann, NJW 1962, 16; Schbnke/
10 Así la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 204; Dreher, § 23 Anm. 5; Schrbder/Eser, § 22 Anm. 69. Acertadamente acentúa Spendel, ZStW 69 (1957),
Góssel, GA 1971, 235; Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pág. 30; Lackner, § 23 páginas 449 y ss. y NJW 1965, 1.885 y ss., que la inversión de la regulación del
Anm. 3a; Maurach, Allg. Teil, pág. 510; J. Meyer, ZStW 87 (1975), pág. 618; error contenida en el § 16 nada dice sobre la punibilidad o impunidad de la
Roxin, Einführung, pág. 20; Schonke/Schroder/Eser, § 23 Anm. 13; SK (Ru- tentativa inidónea.
dolphi), § 23 Anm. 35; Wessels, Allg. Teil, pág. 112. Críticamente sobre la dis- 15 Cfr. Blei, J A 1973, 601 y ss.; Roxin, Offene Tatbestande, págs. 159 y ss.;
tinción entre tentativa irreal y tentativa que obedece a una burda falta de en- Kriegsmann, Wahnverbrechen, pág. 5 1 ; Kohn, Der untaugliche Versuch, pági-
tendimiento de su autor, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 692. A favor de la nas 51 y ss.; Schdnke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 80 y ss. Sobre la evolución de
inclusión en el § 23 III Baumann, Allg. Teil, pág. 528. la jurisprudencia, cfr. Maurach, NJW 1962, 716 y ss., y 767 y ss.

3. — Hans-Helnrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II

J3
730 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible III. El error sobre la idoneidad del sujeto 731
Ejemplos: Delito putativo es el error sobre la aplicabilidad de una ley Especiales dificultades depara el caso del doble error. En este caso, el
fiscal no aplicable al caso (RG 64, 229 [238 y ss]), el error sobre la existen- autor desconoce un elemento del tipo, pero este error es compensado de
cia del deber de espera previsto en el § 142, cuando el único lesionado es nuevo por otro error que hace que el autor llegue a conocer dicho elemento
el propio conductor (BGH 8, 263 [268]), el error sobre el ámbito del ju- del tipo. La Jurisprudencia estima, con razón, que en este caso debe casti-
ramento de manifestación (BGH 14, 345 [350]). Quien cree haber compra- garse por consumación ya que al final el autor ha llegado a conocer correc-
do en Basilea un valioso reloj suizo y lo oculta al funcionario de Aduanas, tamente el elemento típico en cuestión, aunque el segundo error que le
cuando en realidad se trata de una fabricación barata, comete un delito perjudica aisladamente considerado conduciría a la hipótesis del delito
de contrabando en grado de tentativa, ya que los relojes suizos auténticos putativo.
deben pagar el impuesto de aduanas. En cambio, quien oculta un reloj Ejemplo: El autor vendió a un tercero antes de pagar el precio total de
auténtico en la creencia de que debe pagar impuestos, mientras que en rea- compra la maquinaria que había adquirido con reserva de dominio y, aun-
lidad estos relojes han sido eliminados de la lista de los objetos por los que que no había leído la cláusula de reserva de dominio en el contrato, creía que
hay que pagar, comete un delito putativo. el comprador no adquiriría la propiedad hasta que pagara el precio total.
El BagObLG NJW 1963, 310 la condenó correctamente por apropiación in-
2. Mientras que la delimitación entre tentativa inidónea y delito debida consumada, según el § 246.18
putativo es fácil de hacer cuando se t r a t a de casos de e r r o r sobre
la existencia de una norma prohibitiva (error sobre la existencia), III. El error sobre la idoneidad del sujeto
se plantean relevantes dificultades en el e r r o r sobre elementos nor-
mativos del tipo (error sobre los límites), ya que en este último caso 1. Existe e r r o r sobre la idoneidad del sujeto cuando alguien co-
es dudoso si el e r r o r debe entenderse como e r r o r de tipo al revés (va- mete un delito especial en la creencia equivocada de que posee la cua-
loración paralela errónea en la esfera del profano, cfr. supra, § 29 lidad exigida en el tipo p a r a ser autor.
I I 3a) o representa un e r r o r de subsunción al revés (cfr. supra, § 29 Ejemplos: Un empleado civil del ejército considera que es soldado ( § 1 1
V 7a). E n el primer caso existiría tentativa inidónea, en el segundo WStG) y cree, por tanto, que su alejamiento del lugar de trabajo constituye
delito putativo. 1 6 La decisión correcta se deriva de si el e r r o r se re- deserción (§ 16 WStG). Un funcionario cuyo nombramiento es nulo por
fiere al supuesto de hecho (tentativa inidónea) o al ámbito normativo defecto de forma se deja sobornar (§ 332). Un soldado cree que por razón
(delito putativo). de un servicio que se le ha encargado es superior de otros soldados a los
efectos previstos en los §§ 30 y ss. WStG.
Ejemplos: Delito putativo (error de subsunción al revés) es la creencia
Deben distinguirse los auténticos delitos especiales de los casos
errónea de que un documento falso con un sello oficial es un documento
falso público (RG 66, 124 [126]), de que una oficina de servicio es un lugar en los que la inidoneidad del sujeto viene determinada por la inido-
competente para recibir una declaración jurada (BGH 1, 13 [16]), de que neidad del objeto (cfr. infra, § 50 I I I 3).
un papel en el que faltan la firma y la finalidad probatoria es un documento 2. La cuestión del tratamiento del e r r o r sobre la idoneidad del
en el sentido del § 267 (BGH 13, 235 [241]), de que un objeto sustraído sujeto en los delitos especiales propios es muy discutida.
está sometido al deber de manifestación previsto en el § 807 2PO (BGH 14, a) La opinión dominante considera que se t r a t a de un caso de
345 [350]), de que una Comisión de Depuración es competente para recibir tentativa inidónea punible, ya que las cualidades especiales que sirven
una declaración jurada del afectado (OLG Bamberg NJW 1949, 879). 17 Por de base a la cualidad de autor en el delito especial, son, según esta
el contrario, es tentativa inidónea (error de tipo al revés) la creencia erró- opinión, auténticos elementos del tipo (BGH 8, 321 [323]), de suerte
nea en la competencia de un tribunal para prestar juramento en un proceso que el e r r o r debe ser considerado como error de tipo al revés. 19 El RG,
en el que legalmente el juramento no está permitido (BGH 3, 248 [253]; 5,
I I I [117]), la creencia errónea en la validez de una enajenación afecta de 18 Sobre esto, distinguiendo, Baumann, Allg. Teil, págs. 513 y ss.; Bin-
garantía de un automóvil transmitido por el autor mediante una tentativa dokat, NJW 1963, 746 y ss. En favor de la punibilidad por tentativa, Foth, JR
de apropiación indebida (OLG Stuttgart NJW 1962, 65 [66]), el error sobre 1965, 371 y ss. En favor de la punibilidad por consumación, Hirsch, Negative
la existencia de un hecho punible anterior en el delito de obstaculización de Tatbestandsmerkmale, pág. 229. Cfr. además los casos citados por Schqnke/
Schroder/Eser, § 22 Anm. 87.
la Justicia penal (BGH 15, 210). 19 Así Blei, Allg. Teil, págs. 203 y ss.; Bruns, Der untaugliche Táter, pá-
ginas 38 y ss.; Burgstaller, JB1 1976, 125 y ss.; Dreher, § 22 Anm. 28; Eser,
Strafrecht II, núm. 36 A 50; LK (Busch), § 43 Anm. 49; Lackner, § 22 Anm. 2b;
16 Cfr. Eser, Strafrecht II, núm. 36 A 16 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pá- Maurach, Allg. Teil, pág. 512; Olshausen, § 43 Anm. 6a; Schdnke/Schroder/
gina 513; Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 85; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 32. Eser, § 22 Anm. 76; Nowakowski, JZ 1958, 416; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 28;
En cambio, Foth, JR 1965, 370, admite también en el error de subsunción al v. Weber, Grundriss, págs. 77. En contra, pretende Foth, JR 1965, 371, equipa-
revés una tentativa inidónea. rar el caso de error sobre la idoneidad del sujeto a la tentativa supersticiosa;
17 En contra Traub, JuS 1967, 116 y ss., que recomienda volver a la anti- Stoger, Versuch des untauglichen Táters, págs. 68 y ss. quiere castigarlo, cuando
gua distinción entre error de hecho y error de valoración. el agente es "autor potencial".
732 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible Adiciones de Derecho español al § 50 733
t r a s haber rechazado incidentalmente. en u n a t e m p r a n a decisión esta 3. Si el tipo penal exige, en cambio, una relación entre el a u t o r y
opinión (RG 8, 198 [200]), 2 0 se adhirió más t a r d e a ella (RG J W el objeto del hecho de tal forma que la cualidad de autor se deduzca
1938, 798; RG 72, 110) .2* Cfr. también (RKG 2, 53 y 164). ya de la cualidad del objeto, existe según la opinión general tenta-
b) La opinión contraria ve en la tentativa del autor inidóneo una tiva inidónea, cuando el autor estima concurrentes sin razón estas
especie de delito putativo impune, porque los especiales deberes ju- cualidades y por tanto su propia cualidad de autor. Según las reglas
rídicos que constituyen la posición específica del autor (funcionario, generales de la teoría subjetiva sólo importa aquí el dolo de autor
médico, soldado), sólo pueden ser infringidos por aquel a quien in- (RG 8, 198 [199] : tentativa de aborto de la no embarazada; RG 47,
cumbe realmente su cumplimiento. 22 E s t a teoría supone, en parte, un 189 [191] : tentativa de incesto mediante yacimiento realizado con la
regreso a la teoría de la falta de tipo. presunta hermana) (ambos casos ya no son punibles en el actual De-
c) Lo correcto es también aquí proceder a distinguir entre e r r o r recho vigente) ,24
de tipo al revés y e r r o r de subsunción al revés. 23 La mujer de la
limpieza que se cree funcionaría porque t r a b a j a en una oficina públi- * * *
ca, comete un delito putativo según el § 332 al e n t r e g a r por dinero al
agente secreto el contenido del cesto de los papeles. Tampoco comete I. Punibilidad de la tentativa inidónea
tentativa de perjurio el inculpado que, sin estar obligado a ello, pres-
ta j u r a m e n t o ante el juez (BGH 10, 8 [ 1 0 ] ) . E n cambio, hay casos de 1. El art. 52 II CP sanciona con la pena de la tentativa "los casos de im-
tentativa de sujeto inidóneo que hay que tomarse en serio y que pa- posibilidad de ejecución o de producción del delito". Esta disposición, introdu-
recen punibles porque en los elementos normativos del tipo no se pue- cida por la reforma de 19UU, plantea la cuestión, examinada ya en Adiciones
de distinguir jurídicamente si el error se refiere a la cualidad de autor, al § 4-9, de si vino a añadir un concepto de tentativa inidónea que anterior-
al objeto de la acción o a las modalidades del hecho. Quien errónea- mente no tenia cabida en el art. 3 CP, o por el contrario ofreció sólo una
regla de determinación de la pena que presupone la concurrencia de los ele-
mente cree que se dan circunstancias (fácticas o jurídicas) que, si
mentos de las definiciones del art. 3 CP. Me limitaré aqui a recordar que la
existieran, fundamentarían su cualidad de autor, comete una tenta- única solución satisfactoria es la segunda, acogida precisamente por el Pro-
tiva inidónea del respectivo delito especial (valoración paralela erró- yecto 1980 (art. 25). Éste permite para la tentativa inidónea una atenuación
nea en la esfera del profano). mayor que la en él asignada a la tentativa idónea: la pena inferior en dos
grados (en lugar de un grado), según arbitrio del Tribunal (art. 73).
Ejemplos: Un empleado municipal cuyo nombramiento como funciona- 2. La doctrina española se halla dividida en torno al fundamento de la
rio es nulo por incompetencia de la autoridad que lo nombró, puede cometer punición de la tentativa inidónea. Se defiende tanto el punto de vista subjeti-
una tentativa de la falsificación de documento público prevista en el § 348 vo 1 como el objetivo,2 la teoría de la falta de tipo 8 y la teoría subjetivo-
(incorrectamente OLG Kiel ShlHA 1949, 297 [298]). La persona de con- objetiva de la impresión.4 Personalmente me he inclinado por una perspec-
fianza que cree que ya por su nominación en el testamento es tutor según tiva objetiva, que creo necesaria en el Derecho penal preventivo que impone
el § 1.777 BGB, comete el delito previsto en el § 174 I núm. 1 en grado de un Estado social y democrático de Derecho (cfr. supra Adiciones al § 49, I
tentativa si abusa deshonestamente de su "pupilo". El automovilista que y nota 7). Un tal Derecho debe penar comportamientos que ex ante, al reali-
cree erróneamente que ha provocado un accidente y se aleja del lugar, zarse, aparezcan como peligrosos para bienes jurídicos. La tentativa inidónea
comienza una tentativa punible del delito de huida del lugar del accidente es peligrosa en la medida en que, para el espectador objetivo situado en él
previsto en el § 142 II a. v. (BayObLG 1952, 31). lugar del autor, ex ante hubiera podido no concurrir en ella la inidoneidad y
producirse por su virtud el delito.
20 De esta resolución se apartó ya el RG GA 32 (1884), pág. 243 (244). 3. La doctrina dominante en España rechaza la punición de la tentativa
21 Cfr. sobre ello Bruns, DStr 1938, 161 y ss. En el RG se había impuesto irreal. Ello no se basa, sin embargo, en la letra de la ley, que a diferencia de
este punto de vista ya antes de 1933; aunque se trataba de tipos penales polí- Alemania no explícita límite alguno a la punibilidad de la tentativa inidónea.
ticos ideológicos, ambas sustancias estaban motivadas, según Niethammer, DRZ
1949, 429, por razones puramente jurídicas.
22 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 527; Hardwig, GA 1957, 175; v. Hippel, 24 Cfr. Kohlrausch/Lange, § 43 Vorbem VIb; Maurach, Allg. Teil, pá-
tomo II, pág. 437; Kohlrausch/Lange, § 43 Vorbem. Vía; Langer, Sonderverbre- gina 511; Schonke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 76; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 26;
chen, pág. 498; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 288; Schmidhduser, Allg. Teil, pági- Stratenwerth, Alg. Teil I, núms. 667 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 195.
nas 618 y ss.; Schoetensack, Binding-Festschrift, t. II, págs. 390 y ss.; el mismo, 1
Cfr. Cuello Calón, PG p. 628; Cerezo Mir, Tentativa p. 31; Suárez Montes,
GS 91 (1925), pág. 381; Stratenwerth, Allg. Teil, núms. 675 y ss.; Welzel, Lehr- ADCP 1966, p. 227.
buch, pág. 194. 2
23 Así Bruns, Der untaugliche Táter, págs. 18 y ss.; Eser, Strafrecht, II, Cfr. Antón Oneca, PG p. 417.
3
número 36 A 50; Blei, Allg. Teil, pág. 204; Schbnke/Schrdder/Eser, § 22 Anm. Cfr. Núñez Barbero, El delito imposible, Salamanca, 1963, pp. 158 ss.;
76; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 28; Wessels, Allg. Teil, pág. 111. La 2." StrRG Antón Oneca, PG p. 147.
4
ha dejado abierta la cuestión; cfr. BT-Drucksache V/4.095, pág. 11. Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios II pp. 224 s.
734 § 50. Tentativa inidónea y delito imposible § 51. El desistimiento de la tentativa 735

La doctrina intenta fundar la mencionada restricción por distintos caminos tencia de objeto ("imposibilidad de producción"),1* como hacía expresa-
y según el fundamento de que se parta: a través de la teoría de la falta de mente el art. 9 de la Ley de Vagos y Maleantes y el art. 5 de la ley de 2k ene-
tipo,6 en base a la consideración de que el fundamento objetivo común a toda ro 19bl. Pero lo cierto es que la letra del art. 52 II alcanza a la inidoneidad
tentativa punible impide castigar los supuestos de inidoneidad absoluta* o del sujeto, que constituye una de las posibles causas de "imposibilidad de
por la necesidad de que la tentativa cause una determinada "impresión" en ejecución", y siendo así lo decisivo debería ser la inexistencia de diferencias
la colectividad.1 Desde mi planteamiento objetivo-preventivo, la razón de que materiales entre la inidoneidad del sujeto y las demás incluidas en el pre-
no pueda castigarse la tentativa irreal es la siguiente: un Derecho penal cepto examinado, según pone de manifiesto Jescheck. El planteamiento que
que deba limitarse prevenir hechos externos sociálmente nocivos (como es éste propone me parece, pues, aplicable también a nuestro paísM No obs-
preciso en un Estado social y democrático de Derecho),9 sólo puede conminar tante, el Proyecto 1980 — sin justificación suficiente — parece excluir esta
con pena la realización de conductas que en el momento de ser llevado a cabo solución al especificar únicamente como formas de tentativa inidónea las pro-
aparezcan como peligrosas para bienes jurídicos para el observador objetivo cedentes de "falta de idoneidad de los medios empleados" y de "ausencia de
situado en el lugar del autor. Para un tal observador la acción de disparar objeto".
con una pistola descargada podrá aparecer ex ante como peligrosa en la me-
dida en que la pistola aparezca cargada, por lo que dicha acción constituirá
una tentativa inidónea punible. Pero el mismo espectador no considerará § 51 El desistimiento de la tentativa
nunca peligrosa, ni siquiera ex ante, la "tentativa supersticiosa" ni el intento
de envenenar con azúcar sabiendo que lo es.9 Allfeld, Der Rücktritt vom Versuch etc., Festgabe für R. v. Frank, t. II,
1930, pág. 74; Arzt, Zur Erfolgsabwendung beim Rücktritt vom Versuch, GA
1964, 1; Baumann, Noch einmal: Kenntnis des Verletzten und tatige Reue, JuS
II. La impunidad del delito putativo 1971, 631; Blei, Die Entdeckung der Tat durch den Verletzten (§ 46, núm. 2
StGB), JA 1971, 297; Bloy, Die dogmatische Bedeutung der Strafausschlie|3ungs-
Existe acuerdo en España en descartar la punibilidad del delito putativo, und Strafaufhebungsgründe, 1976; Bockelmann, Anmerkung zu RG 75, 393, DR
en base al principio de legalidad.™ No concurren, por lo demás, peculiarida- 1942, 432; el mismo, Wann ist der Rücktritt vom Versuch freiwillig? NJW 1955,
des en nuestro Derecho que obstaculicen la aplicación al mismo del plantea- 1.417; el mismo, Versuch und Vorbereitung, Niederschriften, t. II, pág. 171;
miento del texto. Bringewat, Kenntnis des Verletzten und tatige Reue, JuS 1971, 403; Burkhardt,
Der "Rücktritt" ais Rechtsfolgebestimmung, 1975; Graf zu Dohna, Die Freiwil-
ligkeit des Rücktritts vom Versuch im Lichte der Judikatur des RG, ZStW 59
III. El error sobre la idoneidad del sujeto (1940), pág. 541; Dopffel, Zur Lehre vom Rücktritt vom Versuch, GS 94 (1927),
Algún autor recoge en España el estado de la doctrina alemana que re- página 422; Dreher, Anmerkung zu BGH 22, 176, JR 1969, 105; el mismo, An-
fleja el texto, considerándolo inaplicable a nuestro Derecho por entender, merkung zu BGH 24, 48, NJW 1971, 1.046; Feuerbach, Kritik des Kleinschro-
dischen Entwurfs zu einem peinlichen Gesetzbuche für die Chur-Pfalz-Bayeri-
con arreglo a la doctrina española dominante,11 que el art. 52 II no da schen Staaten, Parte II, 1804; Franzius, Versuch und Vorbereitungshandlungen,
cabida a los supuestos de inidoneidad del sujeto.12 En favor de esta exclusión Materialien, t. II, 1, pág. 309; Geilen, Zur Abgrenzung zwischen beendetem und
se alega la voluntad del legislador expresada en el art. 52 II, que sólo aludiría unbeendetem Versuch, JZ 1972, 335; Georgiadis, Rücktritt vom Versuch und
a la inidoneidad de los medios ("imposibilidad de ejecución") y a la inexis- tatige Reue etc., 1939; Giffhorn, Über Bedeutung und Begriff der "Freiwillig-
keit" beim Rücktritt vom Versuch und bei der tatigen Reue, tesis, Gottingen
6
Cfr. Núñez Barbero, El delito imposible pp. 158 ss.; Antón Oneca, PG 1948; Góssel, Über den fehlgeschlagenen Versuch, ZStW 87 (1975), pág. 3; Gold-
página 147. schmidt, Die Lehre vom unbeendigten und beendigten Versuch, Strafr. Abh.
« Cfr. Antón Oneca, PG p. 147. Heft 7, 1897; Grünwald, Zum Rücktritt des Tatbeteiligten im künftigen Recht,
7
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios II pp. 224 s. Recoge también esta Festschrift für H. Welzel, 1974, pág. 201; Gutmann, Die Freiwilligkeit beim
teoría Rodríguez Devesa, PG pp. 734 s.; Gimbernat entiende, en otra dirección, Rücktritt vom Versuch und bei der tatigen Reue, 1963; Heinitz, Streitfragen der
que en la tentativa irreal estamos, en realidad, bien ante supuestos de delito pu- Versuchslehre, JR 1956, 248; Henkel, Anmerkung zu RG 71, 242, JW 1937, 2.375;
tativo, bien ante casos en los que falta el elemento intelectual (no el volitivo) del Herzog, Rücktritt vom Versuch und tatige Reue, 1889; Reinhard v. Hippel, Un-
dolo: Delitos cualificados pp. 144 ss.
8 13
Cfr. Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito pp. 49 s. Cfr. Castejón, Génesis y breve comentario del Código de 1944, Madrid,
9
Apunta acertadamente a la "apariencia de delito de posible efectividad" 1946, p. 38. Sin embargo, creen poder excluir el supuesto de falta de objeto:
como criterio delimitador de lo punible la STS 11 dic. 68. Antón Oneca, PG p. 417; Núñez Barbero, Delito imposible pp. 158 ss., 163 (en
10
Cfr. Antón Oneca, PG p. 418; Rodríguez Mourullo, Comentarios II pá- base a la teoría de falta de tipo). También Quintano Ripollés, Curso I p. 232. En
ginas 226 s., siguiendo en sus puntos esenciales la exposición de Jescheck; Rodrí- favor de la inclusión de la inidoneidad del objeto en el art. 52 II: Rodríguez Mou-
guez Devesa, PG p. 736 s.; Quintano Ripollés, Curso p. 232; Cuello Calón, PG rullo, Comentarios II pp. 230 ss.; Rodríguez Devesa, PG p. 737. También la Juris-
página 629. prudencia dominante TS (SS. 9 abril 52, 23 marzo 55, 30 dic. 55; 30 sept. 65;
11
Cfr. en este sentido Rodríguez Devesa, PG p. 737; Jiménez de Asúa, Tra- 5 febr. 66; 28 mar. 69 y 17 julio 69.
tado VII (1970) pp. 787 s.; Córdoba Roda, Notas II p. 197.
12
14 Además de la inidoneidad del objeto y de los medios la STS 23 marzo 55
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios II pp. 227 s. apunta como posible "cualquier otra causa".
736 § 51. El desistimiento de la tentativa I. F u n d a m e n t o jurídico de la impunidad 737
tersuchungen über den Rücktritt vom Versuch, 1966; Hruschka, Zur Frage des mantenidas por nadie.4 No son, desde luego, razones de lógica jurídica, sino
Wirkungsbereichs eines freiwilligen Rücktritts vom unbeendeten Versuch, JZ de discrecionalidad legislativa las que se alegan hoy como justificación de
1969, 495; Jescheck, Anmerkung zu BGH 7, 296, MDR 1955, 562; Krautham- la impunidad de la tentativa en el caso del desistimiento. La cuestión de
mer, Der Rücktritt vom Versuch, Strafr. Abh. Heft 310, 1932; Laekner, Anmer- cuáles sean estas razones no sólo encierra importancia teórica, sino que
kung zu BGH 20, 279, JR 1966, 106; Lange, Anmerkung zu BGH 11, 324, J Z
1958, 671; Lang-Hinrichsen, Bemerkungen zum Begriff der "Tat" im Strafrecht, posee también trascendencia práctica en la determinación del concepto de
Festschrift für K. Engisch, 1969, pág. 353; Lenckner, Probleme beim Rücktritt "voluntariedad".
des Beteiligten, Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 281; Maiwald, Die natür-
liche Handlungseinheit, 1964; Meister, Strafbefreiender Rücktritt durch Erfolg- 2. Una parte de la doctrina mantiene la doctrina del "puente
sabwendung beim untauglichen Versuch, DStr 1943, 160; Muñoz Conde, Der de plata"* 6 que procede de Feuerbach* (teoría político-criminal). Para
mipiungene Rücktritt: eine Wiederkehr der Erfolgshaftung? GA 1973, 33; el esta teoría, la promesa de la impunidad debe significar para el autor
mismo, Theoretische Begründung und systematische Stellung der Straflosigkeit
beim Rücktritt vom Versuch, ZStW 84 (1972), pág. 756; Otto, Fehlgeschlagener un estímulo para desistir de la tentativa antes de la consumación e
Versuch und Rücktritt, GA 1967, 144; el mismo, Kausaldiagnose und Erfolgs- impedir la producción del resultado. El RG se adhirió a esta teoría, 7
zurechnung, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 91; Ranft, Strafgrund der pero, en cambio, el BGH sólo la siguió al principio.8 Se alega en su
Berauschung und Rücktritt von der Rauschtat, MDR 1972, 737; Roxin, Krimi- contra, sobre todo, que la promesa de la impunidad no influye en el
nalpolitik und Strafrechtssystem, 2 / ed. 1973; el mismo, Über den Rücktritt
vom unbeendeten Versuch, Festschrift für E. Heinitz, 1972, pág. 251; v. Scheurl,
momento decisivo en la decisión del autor, ya que muchas veces éste
Rücktritt vom Versuch und Tatbeteiligung mehrerer, 1972; Schmidhauser, Zur no la conoce.9 La Jurisprudencia habida hasta ahora muestra que en
Systematik der Verbrechenslehre, Gedachtnisschrift für G. Radbruch, 1968, pá- el desistimiento influye toda clase de motivos, pero nunca la consi-
gina 268; Schroder, Der Rücktritt des Teilnehmers vom Versuch nach §§46 und deración de poder librarse de una pena ya merecida.10 En todo caso
49a, MDR 1949, 714; el mismo, Die Freiwilligkeit des Rücktritts vom Versuch, se puede decir con Feuerbach, de forma negativa, que el legislador
MDR 1956, 321; el mismo, Grundprobleme des Rücktritts vom Versuch, J u S
1962, 81; el mismo, Die Koordinierung der Rücktrittsvorschriften, Festschrift no ha de cortar la retirada al autor con la idea de que de todos modos
für H. Mayer, 1966, pág. 377; el mismo, Die Unternehmensdelikte, Fest- va a ser castigado.
schrift für E. Kern, 1968, pág. 457; Schwalm, Versuch und Vorbereitung, Nie- 3. Según una teoría más reciente, que hoy se mantiene mayori-
derschriften, t. II, pág. 187; Tróndle, Die Rechtsprechung des BGH in Straf- tariamente y que debe seguirse, el § 24 está llamado a premiar el de-
sachen, GA 1962, 225; Ulsenheimer, Grundfragen des Rücktritts vom Versuch
etcétera, 1976. sistimiento voluntario de la tentativa (teoría del premio o de la gra-
Cfr. además la bibliografía del § 49.
cia).11 Quien desiste voluntariamente e impide la consumación o se

4 Cfr. las exposiciones en Herzog, Rücktritt vom Versuch, págs. 147 y ss.;
I. Fundamento jurídico de la impunidad en caso de desistimiento vo- Oeorgiadis, Rücktritt vom Versuch, págs. 24 y ss.; Gutmann, Die Freiwilligkeit,
luntario de la tentativa páginas 13 y ss. Una excepción es Reinhard v. Hippel, Untersuchungen, pág. 58.
* La traducción literal de esta expresión sería "puente de oro", pero con
1. El § 24 concede la total impunidad en caso de desistimiento la misma se alude a un modismo alemán que intenta expresar una idea que, en
voluntario de la tentativa. Esta generosidad por parte del legislador este contexto, puede reflejarse en castellano mediante el refrán "a enemigo que
huye, puente de plata". La frase hecha alemana es "tender a alguien un puente
requiere una fundamentación. de oro" y se diferencia de la española en que, siendo más amplia y expresando
en general el sentido de facilitar algo a alguien, en ciertos contextos, sugiere
Aunque el desistimiento de la tentativa determina actualmente también antes la idea de posibilitar la aproximación de alguien que la de hacer más
la impunidad en la mayoría de los Ordenamientos extranjeros, 1 en el De- fácil su huida. (N. del T.)
5 Así, adhiriéndose a v. Liszt, Lehrbuch, 1.a ed., págs. 143 y ss., sobre todo
recho común sólo excluía a la pena ordinaria. 2 E n los a r t s . 21 y 22 del StGB Allfeld, Prank-Festgabe, t. II, pág. 76; Frank, VDA, t. V, pág. 242; v. Hippel,
suizo el desistimiento sólo determina una atenuación progresiva de la tomo II, pág. 411; Kohlrausch/Lange, § 46 Anm. I ; v. Liszt/Schmidt, pág. 315;
pena que no va más allá de la dispensa de pena. 3 A n t e estas diferencias no Maurach, Allg. Teil, pág. 518; Mezger, Lehrbuch, pág. 403; Olshausen, § 46
es extraño que la ciencia penal se haya ocupado desde antiguo de la cues- Anm. 1. En contra, detenidamente, Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 68 y ss.
6 Feuerbach, Kritik des Kleinschrodischen Entwurfs, págs. 102 y ss.
tión de la justificación de la impunidad de la tentativa en el caso del desis- 7 RG 6, 341; 17, 243 (244); 63, 158 (159); 72, 349 (350); 73, 53 (60). /
timiento voluntario. Las teorías m á s antiguas, llamadas "teorías jurídicas", 8 BGH 6, 85 (87).
que pretendían ver en el desistimiento un obstáculo jurídico p a r a el cas- 9 Cfr. M. E. Mayer, Lehrbuch, pág. 370, nota 7.
tigo de la tentativa (Zacharia, Luden, Berner, Binding), apenas son hoy 10 Así Ulsenheimer, Rücktritt, pág. 69; Bockelmann, NJW 1955, 1.420; el
mismo, Niederschriften, t. II, pág. 178. Cfr. además la doc. dom.; Baumann, Allg.
Teil, pág. 531; Heinitz, J R 1956, 249; Jescheck, MDR 1955, 563; Lang-Hinrich-
1 Cfr. Franzius, Materialien, t. II, 1, pág. 324. sen, Engisch-Festschrift, pág. 368; LK (Busch), § 46 Anm. 2; H. Mayer,
2 Cfr. Schaffstein, Die allgemeinen Lehren, pág. 168. Grundriss, pág. 146; Otto, GA 1967, 150; Schroder, MDR 1956, 322; Welzel,
3 Cfr. Hafter, Allg. Teil, págs. 209 y ss. En la misma dirección, Burk- Lehrbuch, pág. 196.
hardt, Der "Rücktritt", págs. 184 y ss.; Schonke I Schroder I Eser, § 24 Anm. 75; 11 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 531; Bockelmann, NJW 1955, 1.420; el
Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 346 y ss., con ulteriores referencias, nota 550. mismo, Allg. Teil, págs. 200 y ss.; Dreher, § 24 Anm. 3 ; Heinitz, J R 1956, 249;
738 § 51. El desistimiento de la t e n t a t i v a II. La distinción entre tentativa acabada e inacabada 739
esfuerza seriamente en ello, sin que la consumación se produzca, Derecho vigente se concede la impunidad en los casos de voluntariedad del
borra la mala impresión que su hecho causa en la comunidad, mere- desistimiento, ya que considera el desistimiento simplemente como un fac-
ciendo, por ello, el perdón. Se añade, además, que la culpabilidad pro- tor de determinación de la pena.
pia de la tentativa resulta compensada hasta cierto punto, por el 6. La teoría de la culpabilidad pretende ofrecer el auténtico funda-
contrapeso que representa la actuación meritosa. Tal mérito del de- mento material de la impunidad de la tentativa en caso de desistimiento
voluntario considerando que supone una causa de exculpación.15* Pero la
sistimiento radica sólo, claro está, en la voluntariedad, sin que sea culpabilidad no es anulada por el desistimiento, sino que sólo posterior-
preciso que tenga un especial valor ético el motivo que llevó al sujeto mente resulta hasta cierto punto compensada por él, y este esfuerzo del
a desistir.12 autor se recompensa mediante la impunidad. Al suponer la presencia de
4. La Jurisprudencia del BGH fundamenta, en parte, la impuni- una causa de exclusión de la culpabilidad equiparable sistemáticamente al
dad del desistimiento en la desaparición del fin de la pena, lo que no estado de necesidad (§ 35) dicha teoría sobrevalora este punto de vista.
coincide con la idea de recompensa (teoría del fin de la pena) (BGH
9, 48 [52]; 14, 75 [80] ; también ya 6, 85 [87]). 13 Cuando el autor se II. La distinción entre tentativa acabada e inacabada
aparta voluntariamente de la consumación del hecho, demostraría
que su voluntad de realizar el delito no ha sido lo suficientemente 1. Punto de partida de la regulación del desistimiento sigue
enérgica. La pena no sería necesaria por razones de prevención ge- siendo la distinción entre tentativa acabada e inacabada, que sirve
neral ni de prevención especial, y en tal caso tampoco la idea de jus- de base también al nuevo § 24 I l.16 El legislador parte de la idea de
ticia la haría necesaria. En contra de esta teoría cabe alegar que la que, como regla general, la impunidad sólo cabe cuando el delito no
voluntad del autor puede ser en el momento de la tentativa lo sufi- se ha consumado. Si en el momento en que el autor pretende desistir
cientemente enérgica como para consumar el delito, pues el desisti- se ha producido el resultado, el delito se ha consumado, aunque el
miento muchas veces se produce por circunstancias externas pura- autor no lo supiera, y no resulta aplicable el § 24 I l.17 Si, por el con-
mente casuales.14 Normalmente tampoco es apenas menor la peligro- trario, el hecho permanece en el estadio de la tentativa, debe distin-
sidad del hecho y del autor por el hecho del desistimiento. El mereci- guirse : si el autor no ha hecho todavía todo lo que le parece necesario
miento de pena del hecho, pues, no se borra sin más por el desis- para la producción de la consumación, es suficiente para el desisti-
timiento. A los argumentos de la teoría de los fines de la pena hay miento que deje de seguir actuando (desistimiento de la tentativa in-
que añadir la idea de la teoría del premio de que al autor sólo puede acabada). Si, en cambio, se han producido ya, según su criterio, to-
perdonársele la pena ya merecida cuando voluntariamente regrese das las condiciones del resultado, de tal forma que la producción del
al dominio del derecho. resultado sólo depende del efecto autónomo de factores causales o de
la actuación de terceros, entonces el autor debe desarrollar una acti-
5. La teoría de la unidad aspira a una consideración totalizadora que vidad contraria para evitar el resultado (desistimiento de la tenta-
supere la estimación separada de la tentativa y del desistimiento como tiva acabada). 18 La distinción tiene relevante importancia práctica,
"contrarius actus".16 Pero esta teoría no explica por qué razón en el actual ya que tanto los presupuestos como las posibilidades de la impunidad
en ambos casos son distintos. En el primer caso basta la simple omi-
H. Mayer, Grundriss, pág. 145; LK (Busch), § 46 Anm. 4; Otto, GA 1967, 150; sión de seguir actuando, posibilidad que el propio autor tiene en sus
Schroder, MDR 1956, 322; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 625; Welzel, Lehrbuch,
página 196; Wessels, Allg. Teil, pág. 113. Distinguiendo entre tentativa acabada manos, en el segundo, en cambio, debe realizar un comportamiento
e inacabada Arzt, GA 1964, 9. Desde el punto de vista histórico la teoría del activo y corre, por tanto, con el riesgo de que no se consiga la evita-
premio es antigua, se encuentra ya en el ALR prusiano, Parte II 20 § 43. Crí- ción del resultado.
ticamente, Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 74 y ss.
12 En favor, sin embargo, Bockelmann, NJW 1955, 1.421, con referencias 2. La tentativa acabada y la inacabada únicamente pueden dis-
jurisprudenciales; el mismo, Allg. Teil, pág. 201; Sauer, Allgemeine Strafrechts-
lehre, pág. 116; Giffhom, Freiwilligkeit, pág. 107.
13 También así una teoría que va ganando terreno; cfr. Blei, Allg. Teil, 15a Así, sobre todo, Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 103 y ss.; además $K
página 209; Ranft, MDR 1972, 743; Roxin, Heinitz-Festschrift, pág. 269; Otto, (Rudolphi), § 24 Anm. 6; Roxin, Heinitz-Festschrift, págs. 273 y ss.
Grundkurs, pág. 235; Schónke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 5; SK (Rudolphi), 16 Cfr. Dreher, § 24 Anm. 4; Lackner, § 24 Anm. 2; Schónke/Schroder/
§ 24 Anm. 4. Cfr. también Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 705 y Muñoz Conde, Eser, § 24 Anm. 9; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 15.
ZStW 84 (1972), págs. 761 y ss. 17 Cfr. Eser, Strafrecht II, núm. 33 A 47 y ss.; Lenckner, Gallas-Fest-
14 Cfr. también Schroder, J u S 1962, 8 1 ; cfr. además Ulsenheimer, Rück- schrift, págs. 290 y ss.; Muñoz Conde, GA 1973, 33 y ss.; Schónke/Schroder/Eser,
tritt, págs. 78 y ss. § 24 Anm. 25.
15 Así Lang-Hinrichsen, Engisch-Pestschrift, págs. 370 y ss. En esta di- 18 Cfr. sobre ello Goldschmidt, Unbeendigter und beendigter Versuch, pá-
rección también Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 623 y ss.; Roxin, Kriminalpo- ginas 62 y ss. Completamente independiente de esto es la cuestión de cuándo
litik, págs. 36 y ss.; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 5; Muñoz Conde, ZStW 84 (1972), debe admitirse en la tentativa acabada un dar principio inmediatamente a la
página 778. Cfr. además Eser, Strafrecht II, núm. 32 A 22. realización del tipo (cfr. sobre ello supra, § 49 IV 6).
740 § 51. El desistimiento de la t e n t a t i v a II. La distinción entre tentativa acabada e inacabada 741
tinguirse de acuerdo con un criterio- subjetivo, ya que la cuestión de cuente especialmente peligroso que desde el primer momento tiene en cuen-
si todavía tiene que suceder algo por parte del autor para consumar ta todas las posibilidades del transcurso del hecho, y se perjudica al delin-
el hecho, depende solamente de su plan de ejecución del hecho y de cuente irreflexivo, el BGH ha corregido en un caso de esta naturaleza el
cómo se representa su decurso (BGH 14, 75 [79]; 22, 330 [331]). 19 insatisfactorio resultado mediante una suposición de hechos (BGH 22, 176).
Según esto, la tentativa es inacabada cuando el autor cree que no ha b) Un sector de la doctrina atiende a los distintos actos incluso en los
realizado todavía todo lo necesario para consumar el delito; en cam- casos en que el BGH, en base al método subjetivo, llega a una consideración
bio, la tentativa es acabada cuando de acuerdo con su representación global y admite como consecuencia una tentativa inacabada; con ello dicha
corriente propugna, pues, una consideración más restrictiva, al considerar
se han dado todos los pasos que parecen necesarios para la con- todo acto singular fracasado como tentativa acabada.21
sumación. Si el autor tiene dudas sobre si su acción es ya suficiente
para producir el resultado, debe estimarse tentativa acabada.19* c) La correcta solución de esta cuestión requiere la unión de los
criterios objetivos y subjetivos. Si el único medio disponible para
Ejemplos: Si anticipadamente se sale un catéter que una mujer se había realizar el hecho según la representación del autor ha sido ineficaz,
colocado para provocar un aborto, existirá tentativa inacabada si la mujer la tentativa habrá fracasado y es imposible el desistimiento (cfr. su-
no vuelve a colocarlo, aunque crea que sólo una permanencia prolongada en
el cuerpo puede resultar eficaz (RG 57, 278 [280]). Si el autor suelta el pra, § 51 II 4). Lo mismo debe valer si existe todavía otro medio de
nudo corredizo del cuello de su víctima cuando cuenta con la posibilidad ejecución del hecho, pero no entra en el plan del autor el emplearlo
de que muera ya a consecuencia de la estrangulación, existe tentativa aca- (el marido rechaza la taza de café envenenado). En todos los demás
bada (BGH DaUinger MDR 1970, 381). Lo mismo vale cuando el delincuente casos en los que vienen en consideración varias acciones para la con-
celoso deja a su víctima después de haberle inferido varias puñaladas que secución de la meta, deberá aceptarse siempre tentativa inacabada,
ponen en peligro su vida (BGH 23, 330 [332]). cuando los nuevos actos parciales de los que el autor desiste, formen
una unidad natural de acción con los anteriores que realizó sin éxito
3. Muy dudosa es la cuestión de la delimitación entre tentativa (así BGH 21, 319 [322]). 22 Presupuesto de ello es la estrecha relación
acabada e inacabada cuando el autor planea desde el primer momento temporal de los actos parciales, el aumento sólo cuantitativo del con-
conseguir el resultado con varias acciones, pero antes de alcanzar la tenido de injusto por la repetición de los actos de la tentativa y la
consumación desiste de la posterior ejecución del hecho; o cuando, persistencia de la situación motivadora unitaria (cfr. infra, § 66
en principio, ha pensado en realizar una sola acción que, en contra III 2).
de lo esperado, no produce el resultado, pero luego no sigue actuando, 4. El desistimiento de la tentativa supone siempre que el autor
aunque tiene a su disposición otros medios eficaces. considera posible todavía la consumación. Si, por el contrario, llega
a) La jurisprudencia emplea también en estos casos el método subjeti- al convencimiento de que en ese momento no puede conseguir el resul-
vo?* Existe para ella tentativa acabada cuando el autor haya creído poder tado con los medios de que dispone habrá tentativa fracasada, de la
realizar el hecho con una sola acción, aunque tras saber el fracaso hubiera que ya no es posible desistir, ya que un dolo que no puede realizarse
podido seguir actuando con los mismos o con otros medios a su alcance tampoco puede abandonarse. 23 Por esta razón tampoco interesa en
(BGH 10, 129 [131]; 14, 75 [79]). Si, en cambio, hubiera previsto, desde un caso de este tipo la distinción entre tentativa acabada y tentativa
el principio, realizar varias acciones, existiría tentativa inacabada, aunque inacabada.
todos estos actos hayan fracasado, siempre que el autor, de acuerdo con
su criterio, pueda disponer todavía de otros medios idóneos (BGH GA 1966, Ejemplos: Si el autor pretende robar una cantidad de dinero mayor que
208; BGH 22, 330 [332]). Pero como de este modo se privilegia al delin- la que encuentra, la tentativa ha fracasado y no hay por qué plantearse la
cuestión del desistimiento (de otra opinión, BGH 4, 56). Si la víctima de la
19 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 515; Blei, Allg. Teil, tentativa de robo asegura que no tiene dinero, la cuestión de si hay o no
página 209; Geilen, J Z 1972, 335 y ss.; Kohlrausch/Lange, § 46 Anm. I I I ; LK
(Bu8ch), § 46 Anm. 6; Maurach, Allg. Teil, pág. 519; Mezger, Lehrbuch, pági-
na 400; Olshausen, § 46 Anm. 3 ; Schonke/Schróder/Eser, § 24 Anm. 10; Wel- 21 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 516; Gutmann, Freiwilligkeit, págs'. 92
zel, Lehrbuch, pág. 196; Wessels, Allg. Teil, pág. 114. En cambio, recomienda y ss.; Maiwald, Natürliche Handíungseinheit, págs. 92 y ss.; Eser, Strafrecht
una delimitación esencialmente objetiva Henkel, J W 1937, 2.376 y ss.; igual- II, núm. 33 A 35 y ss.; Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 240 y ss.
mente Ulsenheimer, Rücktritt, págs. 225 y ss. 22 Así Dreher, J R 1969, 107; Hruschka, J Z 1969, 498; Otto, GA 1967, 148
19a Cfr. Geilen, JZ 1972, 339 y ss.; LK (Busch), § 46 Anm. 8; Schonke/ y ss.; Schonke/ Schróder/ Eser, § 24 Anm. 18 y ss.; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 14.
Schróder/Eser, § 24 Anm. 24. Cfr. sobre ello, también detenidamente, LK (Busch), § 46 Anm. 9 y ss.
20 También así, Blei, Allg. Teil, pág. 210; Welzel, Lehrbuch, págs. 196 23 Así, ampliamente, Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 627 y ss.; SK (Ru-
y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 519; Wessels, Allg. Teil, págs. 114 y ss. Amplia dolphi), § 24 Anm. 8 y ss.; también LK (Busch), § 46 Anm. 33; Otto, GA 1967,
crítica en LK (Busch), § 46 Anm. 6 y ss.; Geilen, JZ 1972, 335; Roxin, Heinitz- 144 y ss. En contra, sin razón, Góssel, ZStW 87 (1975), págs. 3 y ss.; críticamen-
Pestschrift, págs. 267 y ss. te también Lackner, § 24 Anm. 2 a. E.
742 § 51. El desistimiento de la t e n t a t i v a I I I . El desistimiento de la tentativa inacabada 743

tentativa inacabada dependerá de si el ladrón cree que t e n d r í a éxito la con- [53] ; 13, 156, 20, 279, con nota crítica de Lackner). Pero en estos
tinuación de sus amenazas; si no es éste el caso, existirá igualmente ten- casos no existe desistimiento, sino tentativa fracasada (cfr. supra,
tativa fracasada (BGH 4, 180 [ 1 8 1 ] ) . Si la a u t o r a sabe que el raticida no § 51 II 4). 26 Debe admitirse, en cambio, el desistimiento, aunque ne-
ha tenido el efecto deseado y que por ello la víctima del envenenamiento gando la voluntariedad, cuando en sí la consumación hubiera sido
no corre peligro, tampoco cabe el desistimiento (BGH GA 1971, 5 1 ) . todavía posible, pero de ella hubieran seguido para el autor conse-
cuencias tan gravemente perjudiciales, que racionalmente no podría
III. El desistimiento de la tentativa inacabada (§ 24 I 1 primera haberlas aceptado (BGH 9, 48 [52 y ss.] : desistimiento de tentativa
alternativa) de violación al ser reconocido el autor por la víctima). En el enjui-
ciamiento de la voluntariedad debe partirse de la representación del
La impunidad del desistimiento de la tentativa inacabada exige autor, por lo que también cabe un desistimiento voluntario de la ten-
que el autor abandone voluntariamente la posterior ejecución del he- tativa inidónea, mientras el autor esté convencido de su idoneidad
cho en un momento en el que todavía cree que no ha hecho todo lo (RG 68, 82 [83]: el autor desiste de la tentativa de estafa, sin saber
que tenía que hacer para consumar el delito. que ha sido ya descubierto; BGH 11, 324: desistimiento de tentativa
1. El momento objetivo del desistimiento en la tentativa inaca- acabada de homicidio con una dosis insuficiente de veneno).27 Esto
bada consiste sólo en que el autor no continúe actuando. Pero debe se reconoce ahora expresamente en el § 24 I 2: para el desistimiento
tenerse en cuenta que debe haber abandonado su propósito definiti- de la tentativa inidónea se exige que el autor se haya esforzado seria
vamente, ya que de lo contrario no merecería la impunidad.24 y voluntariamente en impedir la consumación.28 Excluye, en especial,
2. El momento subjetivo del desistimiento radica en la volunta- la voluntariedad, el descubrimiento del hecho, si el autor lo sabe (cfr.
riedad del abandono de la decisión de cometer el delito. Voluntarie- infra, § 51 IV 2).
dad significa que el desistimiento no ha sido motivado por obstáculos
forzosos, sino que ha surgido de motivos autónomos (independientes) Ejemplos: Es voluntario el desistimiento motivado por razones de con-
que, sin embargo, no tienen por qué ser éticamente valiosos (BGH 7, ciencia (RG 14, 19 [22]), por sentimiento de vergüenza (RG 47, 74 [79]),
296 [299], con nota favorable de Jescheck, MDR 1955, 563: desisti- por miedo a la pena (RG 54, 326), por miedo (BGH MDR 1952, 520, de
miento voluntario de una violación en atención a la promesa de acce- otra opinión todavía, RG 68, 238), por el mal sabor del abortivo (RG 35,
der al yacimiento más tarde; de otra opinión, todavía el RG 75, 393 102), por insistentes reproches del coautor (BGH 21, 319 [321]). Involun-
[395] con nota favorable de Bockelmann, DR 1942, 432) .^ El autor tario es el desistimiento por miedo a ser descubierto de forma inminente
debe por propio impulso haber regresado al orden jurídico.25* Fre- (RG 37, 402 [406], 38, 402 [404]) o a que se le cierre la huida (RG DJ
cuentemente la cuestión de la voluntariedad también se plantea (y se 1938, 596 [597]).2«
3. Un problema específico del desistimiento de la tentativa inacabada es
niega) cuando a los ojos del autor la consumación del hecho es impo- el error sobre la idoneidad de la acción de desistimiento. Si el resultado se
sible o no tiene ya para él ningún sentido (por ej., RG 39, 37 [38] y produce antes de lo que el autor esperaba y antes de que aplique sus esfuer-
65, 145 [149] ; 70,1 [3] ; RG JW 1935, 2.734; BGH 4, 56 [59] ; 9, 48 zos en desistir, ello no le beneficia porque el hecho se ha consumado ya en
ese momento, aunque el autor no supiera la producción del resultado. La
24 Así la jurispr. y una parte de la doctrina dom.: RG 72, 349 (351); BGH impunidad del desistimiento queda también excluida aunque, en contra
7, 296 (297); 21, 319 (321 y ss.); Baumann, Allg. Teil, pág. 532; Bockelmann, de lo esperado por el autor, el resultado se produzca después de haber de-
Allg. Teil, pág. 198; KohVrausch/Lange, § 46 Anm. VIII; Jescheck, MDR 1955,
563; LK (Busch), § 46 Anm. 18; Schonke/Schróder/Eser, § 24 Anm. 39 (con la
acertada restricción de que la reserva de volver a intentar de nuevo alguna vez 26 Esta objeción afecta también a la conocida fórmula de Frank, § 46
el hecho, no excluye el desistimiento); Welzel, Lehrbuch, pág. 198; Wessels, Anm. I I : "Es voluntario al desistimiento cuando el autor se dice: no quiero
Allg. Teil, pág. 115. La opinión contraria de que es suficiente con el desistimiento llegar hasta el final, aunque puedo; involuntario, cuando se dice: no puede lle-
de la ejecución concreta del hecho es mantenida por Allfeld, Frank-Festgabe, gar a la meta aunque quiera". Críticamente, sobre ella, Roxin, Heinitz-Fest-
tomo II, pág. 79; Heinitz, J R 1956, 252; Lenckner, Gallas-Festschrift, págs. 302 schrift, pág. 254.
y ss.; v. Liszt/Schmidt, pág. 317; Maurach, Allg. Teil, pág. 522; Mezger, Lehr- 27 Pero para ello no hay que atender a la "razón del delincuente", cojino
buch, pág. 405; Blei, Allg. Teil, pág. 213; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 631; proponen Roxin, Heinitz-Festschrift, págs. 255 y ss. y SK (Rudolphi), § 24 Anm.
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 763. SK (Rudolphi), § 24 Anm. 18 al atender 25, sino al concreto plan del autor.
a los motivos del autor, conduce a dificultades probatorias insolubles. 28 No es necesaria la aptitud objetiva de la actividad dirigida a impedir
25 Así la jurispr. y la doc. dom.; RG 35, 102; 37, 402 (404); 61, 115 (117); la consumación, pero el que desiste debe creer que lo es; cfr. Grünwald, Welzel-
BGH GA 1968, 279; Baumann, Allg. Teil, pág. 533; Heinitz, J R 1956, 251; LK Festschrift, págs. 715 y ss.; Lenckner, Gallas-Festschrift, págs. 297 y ss.; Schon-
(Busch), § 46 Anm. 20 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 521; Blei, Allg. Teil, pá- ke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 71.
ginas 212 y ss.; SchbnkelSchrbder/Eser, § 24 Anm. 56; Dreher, § 24 Anm. 8; 29 Con razón destacaba Graf zu Dohna, ZStW 59 (1940), págs. 544 y ss.
Lackner, § 24 Anm. 3b; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 25. De otra opinión, los auto- que muchas veces no se trataba aquí de la involuntariedad en sentido lógico, sino
res citados en la nota 12. de la cuestión práctica del precio que se está dispuesto razonablemente a pagar
25a Cfr. sobre todo Ulsenheimer, Rücktritt, pág. 314. por el hecho.
744 § 51. El desistimiento de la tentativa V. El desistimiento del delito consumado 745
jado de seguir ejecutando el hecho.30 En este caso puede producirse, de prudencia y la doctrina dominante (cfr. ed. anterior, página 411,
todos modos, una situación en la que resulte excluida la imputación obje- nota 27).
tiva (cfr. supra, § 28 IV 4) o en la que exista un error excluyente del dolo 2. En la tentativa acabada, el desistimiento también requiere la
sobre el curso causal (cfr. supra, § 29 V 6b) y, por tanto, únicamente pueda voluntariedad. En el anterior Derecho vigente (§ 46 núm. 2 ant. red.)
estimarse la existencia de tentativa. De esta tentativa puede desistirse de
acuerdo con las reglas generales.81 la impunidad dependía de que el hecho "no hubiera sido todavía des-
cubierto" en el momento de la evitación del resultado, mas tanto la
Jurisprudencia como la doctrina dominante "subjetivizaban" ya este
IV. El desistimiento de la tentativa acabada (§ 24 I 1 segunda requisito objetivo del descubrimiento (cfr. ed. anterior, págs. 411 y
alternativa) siguientes), por lo que siguen vigentes los principios por ellas desa-
rrollados, ya que debe negarse la voluntariedad cuando el autor sabe
La impunidad del desistimiento de la tentativa acabada exige que ha sido descubierto (BGH Dallinger MDR 1975, 724). De acuerdo
que el autor impida voluntariamente la consumación del hecho. con este criterio debe aceptarse la impunidad cuando, pese a haber
1. En el aspecto objetivo, el desistimiento de la tentativa acabada sido el autor objetivamente descubierto, él no lo sabía. Se considera
exige más que el desistimiento de la tentativa inacabada, ya que el que el hecho ha sido descubierto cuando el mismo ha sido advertido
hecho ya ha llegado allí hasta el final de la acción ejecutiva. El autor en su contenido criminal esencial por una persona que no ha inter-
debe impedir el resultado por propia actividad, o, en su caso, con ayu- venido en él y que podría haber impedido el resultado de haber inicia-
da de terceros (RG 15, 44 [46] : impedir la disposición patrimonial do un proceso penal (RG 38, 402 [403] : alguien descubre por el humo
perjudicial del engañado por medio de un apoderado). Su actividad
que sale de una habitación la tentativa de incendio; RG 68, 242 [243] :
debe, además, estar dirigida a la evitación del resultado (RG 63, 158
un niño que presencia una tentativa de envenenamiento sólo puede
[159]: sin la voluntad de desistir o de interrumpir el hecho, no es
decirse que ha descubierto el hecho cuando advierte que se está co-
imaginable un desistimiento). Mas la expresión "arrepentimiento
activo", empleada frecuentemente para denominar el desistimiento en metiendo un delito; BGH NJW 1969, 1.073: se debe considerar como
la tentativa acabada, induce a error, ya que, al igual que en la tenta- descubierta una tentativa de asesinato cuando el marido sabe por
tiva inacabada, en la acabada tampoco es preciso que el arrepenti- su hijo pequeño que la madre ha puesto algo en la comida, deduciendo
miento sea el motivo del desistimiento (RG 61, 115 [117]). Por últi- de ello, correctamente, que iba a ser envenenado). Conseguir un coo-
mo, también aquí debe tener éxito el desistimiento: si, a pesar de la perador en el desistimiento no es descubrimiento, sino parte de la
iniciativa contraria del autor, se produce el resultado, debe castigarse evitación del resultado (BGH 11, 324 [325]). También la víctima pue-
por delito consumado.82 Sólo cuando la evitación del resultado se im- de haber descubierto el hecho, siempre que hubiera podido impedir
pida dolosamente por el lesionado mismo, estará justificada la aplica- por su parte el resultado o determinar la persecución penal del autor
ción analógica del § 24 I 2.a3 Según este precepto, como ya se ha di- (RG 66, 61 [62 y ss.] ; BGH JR 1952, 414) ,34 La Jurisprudencia (RG
cho (cfr. supra, § 51 III 2), basta para el desistimiento un esfuerzo 26, 77 [78]; BGH 24, 48 [50]) considera que este principio debe
serio y voluntario de desistir cuando el resultado deja de producirse tener validez general. Lo correcto es, sin embargo, que el descubri-
por causas distintas al desistimiento, por ejemplo, porque la tenta- miento no excluya el desistimiento cuando es necesario de acuerdo
tiva, sin saberlo el autor, era inidónea (BGH 11, 329) o porque el con el tipo en cuestión, como en los delitos en los que se emplea vio-
resultado ha sido impedido por la intervención de un tercero. Ésta lencia o intimidación, ya que de lo contrario resultaría prácticamen-
ha sido también la opinión mantenida anteriormente por la Juris- te siempre imposible en estos delitos el desistimiento.36

V. El desistimiento del delito consumado, de los actos preparatorios


30 En favor del desistimiendo de la tentativa presuntamente inacabada, en autónomos y del delito de emprendimiento
cambio, Eser, Strafrecht II núm. 33 A 48; Schonke/Schroder/Eser, § 24 Anm.
23; Schroder, J u S 1962, 82; v. Scheurl, Rücktritt, págs. 48 y ss.
31 Como aquí Baumann, Allg. Teil, págs. 532 y ss.; Schmidhauser, Allg. 1. Excepcionalmente, es también posible el desistimiento en el
Teil, pág. 501; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 715; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 16. delito consumado, si en el tipo en cuestión el momento de la consu-
32 Sólo en los §§ 83a I, II, 84 V, 85 III, 129 VI núm. 1, 129 V está pre-
vista la dispensa de pena a pesar del fracaso de la evitación del resultado. Sobre
la aplicación por analogía de estos preceptos Schroder, H. Mayer-Festschrift, 34 Cfr. Baumann, J u S 1971, 631; Bringewat, J u S 1971, 403; Dreher, NJW
páginas 386 y ss. 1971, 1.048; el mismo, § 24 Anm. 9; Eser, Strafrecht II, núm. 34 A 16 y ss.
33 Cfr. Arzt, GA 1964, 1; Baumann, Allg. Teil, pág. 537; Lenckner, Gallas- 35 Cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 214; el mismo, J A 1971, 298; Mezger, Lehr-
Festschrift, págs. 392 y ss.; Otto, Maurach-Festschrift, pág. 99; Schonke/Schro- buch, pág. 406; Schonke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 52; SK (Rudolphi), § 24
der/Eser, § 24 Anm. 62; Schroder, J u S 1962, 82; SK (Rudolphi), § 24 Anm. 28. Anm. 29.

4. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


746 § 51. El desistimiento de la t e n t a t i v a VI. Efectos del desistimiento 747
mación se produce en un momento, especialmente temprano, aun pios", parece justificada (de otra opinión, en cambio, BGH 15, 198
cuando el autor se esfuerce inútilmente en deshacer lo hecho, como [199] en relación con el § 122 II) (cfr. supra, § 49 VIII 2). 38
por ejemplo en la formación de asociaciones criminales (§§ 129 VI
número 1, 129a V), o si el autor impide la producción del verdadero VI. Efectos del desistimiento
daño, como en el incendio previsto en el § 310 (BGH 18, 363 [364])
y en el atentado contra una aeronave (§ 316c IV), o bien en el caso 1. El desistimiento voluntario sólo produce la impunidad del que
de que aquél, por propia actividad, anule el resultado ya producido, desiste. De acuerdo con la opinión dominante es una causa personal
como en la rectificación oportuna de una declaración falsa prevista de levantamiento de la pena (cfr. infra, § 52 2), ya que el desisti-
en los §§ 158, 163 II.* miento no afecta ni a la tipicidad ni a la antijuricidad y tampoco la
culpabilidad queda compensada más que en cierta medida.39 Para
Los preceptos específicos sobre el desistimiento del delito consumado los partidarios de la f undamentación político-criminal que la impuni-
originariamente sólo concedían impunidad total en el caso del § 310 y en dad del desistimiento esta conclusión es evidente, ya que las consi-
el desistimiento de la omisión del deber de denunciar un delito (§ 139 IV 1), deraciones que conducen a la admisión del privilegio del desistimiento
permitiendo en los demás casos sólo una atenuación o la dispensa de pena. no tienen nada que ver con el hecho mismo. Pero tampoco la teoría
La 1/ StrRG ha introducido, sin embargo, también la impunidad en los más reciente que atiende a la recompensa del mérito que representa
delitos de asociaciones políticas ilegales (§§ 84 V, segundo inciso y 85 III), la voluntariedad del desistimiento, tiene inconveniente en conside-
en los de tenencia de explosivos (§ 311c III), en los de puesta en peligro
de transportes públicos (§ 315 VI 2) y en los ataques peligrosos al tráfico rar el desistimiento como causa personal de levantamiento de la pena,
viario (§ 315b VI) ocasionados por imprudencia, cuando se evita el resul- ya que el desistimiento no anula la culpabilidad, sino que sólo la com-
tado dañoso. En las detenciones ilegales con exigencia de rescate (§ 239a pensa posteriormente. 40 La teoría de la unidad (cfr. supra, § 51 I 5),
III) y en la toma de rehenes (§ 239b II), en cambio, sólo se concede en el al exigir una contemplación totalizadora de tentativa y desistimiento,
caso de desistimiento una atenuación facultativa igual que la prevista en conduce en cambio a entender el desistimiento como elemento negativo
el § 49 I para la tentativa. del merecimiento de pena que, por un lado, no está vinculado incon-
dicionalmente a la no consumación formal del delito y que, por otro,
2. Existen también preceptos específicos sobre el desistimiento también puede ser tenido en cuenta con una simple atenuación o con
en los actos preparatorios configurados como tipos penales autóno- la dispensa de pena.41
mos (cfr. supra, § 49 VI 2). 2. Según el § 24 I 1, los efectos del desistimiento consisten en que
el autor no es castigado "por tentativa". 42 La impunidad sólo alcanza
Aquí deben citarse el desistimiento de la tentativa de participación
(§ 31), el desistimiento de la preparación de alta traición (§ 83a II), el 38 Cfr. Schroder, Kern-Festschrift, págs. 462 y ss.; Schonke/Schroder/
abandono del hecho o la evitación del peligro en la preparación de un de- Eser, § 24 Anm. 130.
lito sobre materias explosivas (§ 311c III, núm. 2), el desistimiento de la 39 Cfr. RG 72, 349 (350); BGH 7, 296 (299); Baumann, Allg. Teil, pág. 532;
preparación de un ataque a una aeronave (§ 316c III, IV). Blei, Allg. Teil, pág. 217; Dreher, § 24 Anm. 3 ; Lackner, § 24 Anm. 1; Kohl-
rausch/Lange, § 46 Anm. I I ; LK (Busch), § 46 Anm. 1; Maurach, Allg. Teil,
página 525; Schonke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 7; Welzel, Lehrbuch, pág. 196;
Es preciso la aplicación por analogía de estos preceptos a otros Wessels, Allg. Teil, pág. 113. En favor de la inclusión del desistimiento en el tipo
casos similares no regulados especialmente (así BGH 6, 87, con re- de la tentativa como elemento negativo suyo Reinhard v. Hippel, Rücktritt, pági-
nas 72 y ss. También en este sentido, un sector de la doctrina española: cfr.
lación al § 234a III) ,87 Muñoz Conde, ZStW 84 (1972), pág. 764, nota 30. En contra, con razón, Roxin,
3. Por último, también se prevén preceptos específicos para el Heinitz-Festschrift, pág. 275; Muñoz Conde, ZStW 84 (1972), pág. 767. En favor
de la postura de v. Hippel se muestra, sin embargo, Bloy, Dogmatische Bedeu-
desistimiento del delito de emprendimiento (cfr. supra, § 26 II 7), tung, págs. 175 y ss. (ausencia de merecimiento de pena en el ámbito del injusto).
aunque sólo, en principio, para estos tres casos: el desistimiento del 40 Cfr. Allfeld, Frank-Festgabe, t. II, pág. 76; Wessels, Allg. Teil, pági-
emprendimiento de alta traición (§ 83a I), del asalto a vehículos de na 113. En contra, Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, pág. 115, que considera
que es una causa de anulación de la culpabilidad; Roxin, Heinitz-Festschrift,
motor (§ 316a II) y del emprendimiento de un secuestro de aero- página 273 que considera que existe una causa de exclusión de la culpabilidad;
nave (§ 316 IV). La aplicación por analogía de estos preceptos espe- SK (Rudolphi), § 24 Anm. 6 y Ulsenheimer, Rücktritt, pág. 114 lo consideran
ciales a todos los delitos de emprendimiento, incluidos los "impro- una causa de exculpación.
41 Así Lang-Hinrichsen, Engisch-Festschrift, pág. 373; Schmidhauser,
Radbruch-Gedáchtnisschrift, pág. 280; el mismo, Allg. Teil, págs. 623 y ss. En
esta dirección también Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 733; Burkhardt, Rück-
36 Cfr. Koch, Rücktritt vom vollendeten Delikt, págs. 44 y ss.; Schonke/ tritt, pág. 116.
Schroder/Eser, § 24 Anm. 125. 42 En el § 24 no se prevén las consecuencias jurídicas mucho más dife-
37 Cfr. Schonke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 125 y ss. renciadas que se contienen en otros preceptos (§§ 83a, 315 VI), las cuales, por
VI. Efectos del desistimiento 749
748 § 51. El desistimiento de la tentativa

a la tentativa "en cuanto tal". Si la tentativa contiene un delito ya § 24 II se regulan ahora los presupuestos para ello. Si el partícipe se
consumado, éste sigue siendo punible a pesar del desistimiento vo- ha esforzado en vano en hacer desistir al autor, el desistimiento ha
luntario (tentativa cualificada). Esto rige tanto en caso de concurso fracasado.46 El desistimiento puede tener, en cambio, éxito, por de
ideal como de concurso de leyes. Un delito consumado no puede que- pronto, cuando el partícipe impide voluntariamente la consumación
dar impune por el hecho de que su autor haya intentado, con el mis- del hecho en el que ha cooperado (§ 24 II 1). Si, a pesar de los es-
mo, cometer además otro delito. fuerzos del partícipe, el autor principal comete el hecho en forma
distinta (por ej., en otro momento sobre un distinto objeto), el de-
Ejemplos: En caso de desistimiento que libere de la pena del robo con sistimiento es también eficaz cuando el nuevo hecho representa un
fractura (§ 243 I núm. 1) siguen siendo punibles los daños y el allanamien- exceso del autor principal (cfr. infra, § 64 III 4 y IV 3, § 63 I 3b) .47
to de morada (RG 40, 430). Quien desiste de una tentativa de violación Si el hecho no se consuma por causas ajenas al partícipe (tentativa in-
(§ 177), sigue siendo punible, en su caso, por la coacción sexual prevista idónea o fracasada, desistimiento del autor principal), basta para la
en el § 178 (RG 23, 225; BGH 7, 296 [300]; 17, 1 [2]) o por las lesiones impunidad el esfuerzo serio y voluntario del partícipe por impedir la
peligrosas previstas en el § 223a (BGH 9, 48 [53]). Si el testigo desiste
del perjurio antes de prestar juramento puede ser castigado por la decla- consumación del hecho (§ 24 II 2 primera alternativa). 48 Aun cuan-
ración falsa sin juramento prevista en el § 153, aunque en este caso debe do se cometa el delito, puede desistir antes el partícipe. Para ello es
aplicarse el § 158 (BGH 8, 301 [315]). En el desistimiento de un intento necesario que se esfuerce seria y voluntariamente por impedir la
de envenenamiento el autor puede responder por el envenenamiento previs- consumación del delito y consiga la anulación completa de su aporta-
to en el § 229.48 En el desistimiento de la tentativa de asesinato siguen ción personal al hecho (§ 24 II segunda alternativa). Para el desis-
siendo punibles las lesiones corporales ya consumadas (sobre la relación timiento no es suficiente, por el contrario, que el partícipe retire su
entre el dolo de lesiones y el de homicidio BGH 16, 122).44 contribución al hecho sin esforzarse en impedir su consumación.49
Igualmente, tampoco es suficiente que el partícipe se limite a empren-
Dudosa es la cuestión de si el delito de peligro contenido en la ten- der un único intento de impedir el resultado que se adivina fallido: 50
tativa renace de nuevo con el desistimiento. Para solucionarse debe si sabe que la anulación de su aportación al hecho no puede impedir
distinguirse entre delitos de peligro abstracto y concreto. Los efectos su consumación, debe seguir esforzándose en lograrlo.61
del desistimiento se extienden también al delito consumado de peli-
gro concreto, siempre que se refiera al mismo bien jurídico, ya que Ejemplos: Si el inducido abandona la ejecución del hecho ante las pre-
su puesta en peligro sólo es un grado previo de su lesión (así el desis- siones contrarias del inductor, permaneciendo en el estadio de la tentativa,
timiento del 310 también extiende su eficacia al § 310a y el desisti-
miento de la tentativa de asesinato excluye también la punibilidad de 46 Cfr. Lenckner, Gallas-Festschrift, págs. 289 y ss.; LK (Busch), § 46
las lesiones con peligro de muerte del § 223a). En cambio, sigue sien- Anm. 48; Schdnke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 94.
do punible, a pesar del desistimiento, el delito de peligro abstracto 47 Cfr. Dreher, § 24 Anm. 16; Grünwald, Welzel-Festschrift, pág. 713;
v. Scheurl, Rücktritt, pág. 120; Schdnke/Schroder/Eser, 24 Anm. 106; SK (Ru-
dada su peligrosidad general (por ej., la preparación del 149 es pu- dolphi), § 24 Anm. 33.
nible aunque el autor desista de la falsificación de moneda).46 48 Esta segunda posibilidad para el desistimiento del partícipe correspon-
de a la regulación del § 24 I 2 para el desistimiento del autor.
3. En los casos de intervención de varias personas en el hecho, 49 Cfr. Dreher, § 24 Anm. 16; Lackner, § 24 Anm. 6a; Preisendanz, § 24
el desistimiento, como causa personal de levantamiento de la pena, Anm. 7c; Schdnke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 117; SK (Rudoiphi), § 24 Anm. 34.
sólo deja sin castigo al interviniente que ha desistido por sí mismo La agravación que representa esta nueva regulación frente al anterior Derecho
vigente, en el que era suficiente la anulación de la propia aportación al hecho
(cfr. infra, § 52 III 2), pero no a los demás (coautores, inductores y (cfr. edición anterior, pág. 414), se fundamenta alegando la mayor peligrosidad
cómplices) (RG 56, 209 [210]; BGH 4, 172 [179]), que también tie- del hecho cometido por varias personas (BT-Drucksache V/4.095, pág. 12), lo
nen que desistir personalmente para merecer la impunidad. En el que no es convincente, ya que el desistimiento del partícipe supone precisamente
que no quede nada de su aportación al hecho. Críticamente también Grünwald,
Welzel-Festschrift, pág. 701; J. Meyer, ZStW 87 (1975), pág. 619; Lenckner,
tanto, tampoco se pueden aplicar por analogía; cfr. Burkhardt, Rücktritt, pági- Gallas-Festschrift, pág. 305; Roxin, Einführung, pág. 24; v. Scheurl, Rücktritt,
nas 184 y ss.; Schonke/Schrdder/Eser, § 24 Anm. 75. páginas 148 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 961. En el fondo, tras la
43 Cfr. en el caso descrito por Dopffel, GS 94 (1927), pág. 422. nueva regulación se halla la idea de que quien ha cooperado alguna vez no debe
44 Según Olshausen, § 46 Anm. 2, la impunidad también debe comprender permanecer impasible mientras los demás continúan actuando; así Dreher, § 24
los delitos anteriores de poca entidad (por ej., § 303 frente a los §§ 243 I, núm. 1); Anm. 16: pero en esta idea late una responsabilidad por el hecho de otro a la
sin embargo, es más correcto aplicar en estos casos el § 154 StPO, como propo- que es ajena nuestro Derecho Penal.
nen LK (Busch), § 46 Anm. 42 y Schdnke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 80. 50 Así Grünwald, Welzel-Festschrift, págs. 716 y ss.; SK (Rudolphi), §
45 También así Maurach, Allg. Teil, pág. 526; Schdnke/Schrdder/Eser, 24 Anm. 35.
§ 24 Anm. 77; LK (Busch), § 46 Anm. 4 1 ; Trdndle, GA 1962, 231; Schmidhauser, 51 Así Lenckner, Gallas-Festschrift, pág. 299; Schdnke/Schroder/Eser,
Allg. Teil, pág. 640. § 24 Anm. 119.
750 § 51. El desistimiento de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 51 751
la impunidad alcanza también al inductor (RG 47, 358 [361]; 56, 209 el concepto legal de tentativa (art. 25 in fine). Ante tal planteamiento legal,
[210]). El cómplice que ha prometido apoyar una estafa procesal testifi- el desistimiento no se presenta como un "mérito" que pesa tanto como una
cando con perjurio ante el tribunal, desiste eficazmente si declarando la tentativa subsistente y que debe "premiarse" con él "perdón" o el "levan-
verdad impide la consumación de la estafa (RG 62, 405 [406]); no, en cam- tamiento del castigo" que de suyo reclamaría la tentativa no desaparecida,
bio, el cómplice que sólo abandona su puesto de vigilante (BGH GA 1966, sino como una anulación 6 de toda tentativa y, por tanto, de las razones
209). El coautor sólo merece impunidad en el caso de que anule el efecto político-criminales de la punición de ésta. Desde la concepción preventivo-
causal de su aportación al hecho o impida su consumación; en el delito objetiva que suscribo, ello puede conducir a la siguiente formulación: si la
consumado "no puede contenerse nada que pueda ponerse en relación cau- tentativa se castiga por la peligrosidad que ex ante parecía concurrir en
sal con la parte de la acción total ya realizada por él" (RG 54, 177 [178]; la actuación del agente, la desaparición de la tentativa por virtud del desis-
59, 412 [413]; BGH NJW 1951, 410). En la autoría mediata, si el cómplice timiento puede explicarse por el hecho de que la concurrencia de éste viene
desiste por indicación del autor mediato, el desistimiento favorecerá tam- a derrumbar o por lo menos a poner en entredicho la apariencia según la
bién a éste (RG 39, 37 [41]), de lo contrario, no. cual la conducta del sujeto encerraba en sí misma suficiente peligrosidad
como para llegar a la consumación, y no ya por circunstancias fortuitas aje-
* * * nas a la virtualidad criminal interna al plan desarrollado, sino por una insu-
ficiente capacidad de realización del delito inherente al motor interno de la
I. Razón de la impunidad en caso de desistimiento de la tentativa acción, esto es, a la voluntad del agente.
Los distintos puntos de vista manejados por la doctrina alemana y ex- II. Tentativa acabada e inacabada
puestos por el texto también se utilizan por la doctrina española. No puede
decirse, en cambio, que la "teoría del premio" sea dominante entre nosotros, Sobre la relación existente entre el par de conceptos de tentativa acabada
sino sólo acogida por algún autor entre otros criterios.1 Mayor importancia e inacabada y los de tentativa y frustración en Derecho español cfr. supra,
tienen en nuestro país las fundamentaciones de cuño político-criminal, sea Adiciones al § b9 II. Como según la interpretación objetiva dominante de la
en el sentido de la "teoría político-criminal" — en la terminología acogida frustración ésta no coincide con la tentativa acabada, a efectos de desisti-
por Jescheck —,2 sea en la línea de las teorías que fundan la impunidad en la miento no puede sustituirse la distinción de tentativa acabada e inacabada
desaparición de la necesidad de la pena en orden a la prevención* por la de tentativa y frustración — como de forma incoherente a veces se
Este diverso estado de la cuestión en España puede estar relacionado con hace —fi Lo correcto es, entonces, admitir que la tentativa acabada puede
la diferente configuración legal del desistimiento en ambos países. Mientras presentarse tanto en forma de frustración — cuando, no siendo precisos más
que en el StGB alemán la tentativa se define con independencia de la figura actos ejecutivos que los del agente, resulte fallida — como de tentativa stric-
del desistimiento, de suerte que la concurrencia de éste no hace desaparecer to sensu — cuando, terminada la parte del plan correspondiente al sujeto
la presencia de la tentativa anterior sino sólo su punibilidad, en el CP espa- activo, sean precisos más actos de ejecución de otras personas —, y hasta
ñol los conceptos legales de tentativa y frustración requieren para su concu- como figura no constitutiva ni de "tentativa" ni de "frustración" en el sen-
rrencia la ausencia de desistimiento, el cual se considera, pues, por la doc- tido del CP — cuando se han analizado todos los actos objetivamente necesa-
trina dominante como elemento negativo del tipo de tentativa o frustración rios para que pueda producirse la consumación y nada impide que ésta vaya
y no sólo causa de exclusión de la punibilidad.4 La situación no varía en el a tener lugar en un momento posterior: p. ej., se ha dejado preparada una
Proyecto 1980, aunque en él se ofrezca una regulación separada del desisti- bomba perfectamente apta para explotar y la policía no la ha descubierto
miento (art. 25 III), 4 b l s pues la ausencia del mismo sigue requiriéndose en todavía.
Pero es que, además, el concepto de frustración nunca podría cumplir la
1 función de la tentativa acabada en orden a precisar las modalidades (activas
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I, pp. 130 s.
2
Cfr. así Cuello Calón, PG p. 629 ("a enemigo que huye puente de plata"); o pasivas) que debe adoptar el desistimiento, pues aunque la frustración
Antón Oneca, PG p. 412. siempre será una tentativa acabada, ya nunca permitirá el desistimiento
3
Así sobre todo Muñoz Conde, El desistimiento voluntario de consumar el voluntario relevante, puesto que siempre constituirá una tentativa acabada
delito, Barcelona 1972, pp. 37 ss. También entre otros criterios, Rodríguez Mou- fallida (fehlgeschlagener Versuch) y para desistir voluntariamente sería
rullo, Comentarios I p. 130. preciso que la tentativa tuviese todavía posibilidades de llegar a la consuma-
* Cfr. p. ej.: Rodríguez Muñoz, Notas II pp. 230 s.; Quintano Ripollés, ción (cfr. supra § 51 II U). Nunca cabría hablar, pues, de "desistimiento
Curso I p. 230; Córdoba Roda, Notas II p. 200; Rodríguez Mourullo, Comenta-
rios I p. 126; Antón Oneca, PG p. 411. Cfr. también la STS 2 dic. 76. En contra, de la frustración", sino sólo de desistimiento de una tentativa acabada, frente
sin embargo, Muñoz Conde, ZStW 84 (1972) p. 778; Gimbernat, Introducción, pá- al desistimiento de la tentativa inacabada.
gina 111.
4 MB Cree, en cambio, que la regulación separada del desistimiento en el 6 Cuello Calón, PG p. 629, escribe, en este sentido, que el desistimiento hace
Proyecto permite atribuirle la naturaleza de causa personal de exclusión de la impune al agente porque "anula su propia voluntad y su actividad criminal".
6
pena, Rodríguez Mourullo en el libro La reforma penal y penitenciaria, presenta- Cfr. así Rodríguez Devesa, PG p. 732, pese a haber definido objetivamente
do por Fernández Albor, Santiago de Compostela 1980, p. 32. la frustración en la pág. anterior.
752 § 51. El desistimiento de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 51 753
Tampoco resulta plenamente satisfactoria la terminología dominante desistimiento relevante. Tal restricción deberá considerarse prohibida por
según la cual el desistimiento de la tentativa acabada recibe el nombre de el principio de legalidad si se entiende como una forma de ampliación analó-
"arrepentimiento activo",7 "arrepentimiento eficaz"9 o "arrepentimiento ac- gica de lo punible (permitiendo castigar supuestos en que concurre desis-
tivo eficaz".9 El CP no requiere para la impunidad un propio "arrepenti- timiento voluntario por analogía con los que no lo son), pero podrá admi-
miento", sino sólo el impedir voluntariamente la consumación, por lo que tirse si se concibe como resultado de una interpretación restrictiva del tér-
también basta el desistimiento de la voluntad criminal, por mucho que en mino "voluntario".
los delitos de comisión positiva deba consistir en un desistimiento activo y
eficaz.10 El "arrepentimiento" constituye en nuestro Derecho otra institu-
ción que supone la previa consumación del delito: la circunstancia atenuan- IV. Desistimiento de la tentativa acabada
te 9.a del art. 9 CP (art. 27, 6." Proyecto 1980). La redacción del art. 8 II CP, que define él delito frustrado, plantea la
duda de si es eximente el desistimiento de la tentativa acabada objetiva-
III. Desistimiento de la tentativa inacabada mente fallida, esto es, incapaz de llevar a la consumación (p. ej.: la bomba
colocada para hacer explosión encierra un defecto que lo impide), cuando el
Aunque, según lo dicho, el desistimiento de la tentativa acabada no puede sujeto lo desconoce y cree aún en su virtualidad. Según la doctrina domi-
entenderse como desistimiento de la frustración, el desistimiento de la ten- nante en Alemania, seguida por el texto, el desconocimiento del sujeto impe-
tativa inacabada sí lo será siempre de la "tentativa" definida en el art. 3 III diría que nos encontrásemos ante una "tentativa fracasada" (fehlgeschlage-
CP, pues desde el momento del inicio de la ejecución hasta el desistimiento ner Versuch), pues este concepto se define subjetivamente y en función de la
habrá concurrido la misma (por mucho que según la fórmula legal española posibilidad de una actitud de desistimiento por parte del sujeto (cfr. supra
el desistimiento venga a "anular" a posteriori dicha figura). Para que tal § 51 II U). La construcción parece razonable, y es la única que permite
desistimiento resulte relevante, según el art. S III CP, serán precisas como extender la posibilidad de desistimiento eximente a la tentativa inidónea
en Alemania las dos notas que requiere Jeschec: a) que el sujeto no practi- — lo que resulta absolutamente justo —. Mas la literalidad de la definición
que "todos los actos de ejecución que debieran producir el delito"; b) que el legal de frustración no parece referirse a la posibilidad de desistimiento en
desistimiento sea "propio y voluntario". (El Proyecto 1980 sólo exige la vo- caso de tentativa acabada objetivamente fallida. Sólo excluye la punición de
luntariedad: art. 25.) No existen, pues, obstáculos legales a la aplicación a la tentativa acabada el hecho de que no produzca como resultado el delito
nuestro Derecho del planteamiento del texto. "por causas independientes de la voluntad del agente". La misma expresión
Así, la doctrina tradicional española defiende una concepción de la "vo- se mantiene en el art. 25 I Proyecto 1980, que además condiciona la eficacia
luntariedad" del desistimiento anclada en él planteamiento fundamental- del desistimiento de la tentativa acabada a que él sujeto impida voluntaria-
mente psicológico del texto.11 No obstante los autores que últimamente han mente la producción del resultado (art. 25 III). Por lo tanto, parece que no
prestado mayor atención a este problema se han adherido a la corriente doc- impide la frustración punible, según la letra de la ley, él descubrimiento de
trinal que en Alemania preconiza la necesidad de superar el psicologismo una tentativa acabada objetivamente fallida, aunque él sujeto desconozca
para poner el acento decisivo en la valoración de los motivos, no ética pero sí aún tal carácter, pues en tal supuesto él desistimiento no podrá impedir que
jurídica: no todo desistimiento voluntario debería conducir a la impunidad, la no producción del delito obedezca a "causas independientes de la voluntad
sino únicamente aquel que respondiese a motivos tales que demostrasen el del agente" — esto es, al objetivo fracaso de la tentativa. ¿Es político-crimi-
retorno del autor al orden jurídico n o, simplemente, la innecesariedad de la nalmente admisible esta consecuencia?
pena desde él prisma de la prevención general y especial.1* Este planteamien- Lo mismo sucede respecto de la tentativa acabada inidónea. La definición
to ha de superar, sin embargo, él obstáculo que representa la letra de la ley, de "tentativa" del art. S III CP permite conceder relevancia eximente al de-
que concede la impunidad a todo desistimiento "propio y voluntario", sin sistimiento de la tentativa inacabada inidónea, con tal de que se admita la
distinguir, y convierte en contra reo la restricción del ámbito propio del inclusión de esta clase de tentativa en dicho precepto — inclusión que viene
así a resolver de la única forma justa un importante problema — . u La ley
' Así Antón Oneca, PG p. 412; Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 97 ss. sólo requiere en este caso para la exención que el culpable haya dado princi-
También Córdoba Roda, Notas II p. 200, traduciendo, sin embargo, la terminología pio a la ejecución del delito directamente por hechos exteriores y no practi-
de Maurach (tatige Reue), el cual la abandonó por reconocer que puede originar que todos los actos de ejecución que debieran producir el delito por su propio
confusiones, en AT 4.» ed. p. 518. y voluntario desistimiento. Igualmente, el Proyecto 1980 concede eficacia a
8 Así Rodríguez Muñoz, Notas II pp. 230 s. todo desistimiento voluntario de la tentativa inacabada, sin exigir que se
9 Así Rodríguez Devesa, PG p. 731. impida mediante él mismo él resultado (art. 25 III). Todo ello sucede en él
io Cfr. en este sentido Muñoz Conde, Desistimiento p. 9 s.; Quintano Ripo- desistimiento de la tentativa inacabada inidónea. En cambio, ante una tenta-
llés, Curso I p. 231. tiva acabada inidónea, él desistimiento no puede evitar que la no producción
ii , Cfr. Cuello Calón, PG p. 635; Antón Oneca, PG p. 411; Quintano Ripollés, del delito tenga lugar "por causas independientes de la voluntad del agente".
Curso I p. 230.
12 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 102 s.
i» Así Muñoz Conde, Desistimiento p. 100 ss. 14 Así Córdoba Roda, Notas II p. 185.
754 § 51. El desistimiento de la tentativa Adiciones de Derecho español al § 51 755
Evidentemente esto no es más que una variante de lo que sucede en la tenta- y 581 Proyecto 1980) respecto de los "intentos" que en ellos se castigan. No
tiva acabada objetivamente fallida. obstante, sí puede admitirse la eficacia eximente del desistimiento de las
La única solución que se me alcanza para evitar la inadmisible conclusión tentativas especialmente penadas como la consumación en el delito de homi-
de que no cabe desistimiento relevante en los supuestos contemplados — me- cidio del Jefe del Estado. (Art. 142 II CP 569 II Proyecto 1980). Pese a cas-
nos graves que los demás — es aceptar la eficacia eximente del desistimiento tigarse de forma especial entre los delitos del Libro II, la tentativa y frus-
por analogía in bonam partem. tración de homicidio del Jefe del Estado no sólo mantienen su naturaleza
material de tales formas ejecutivas, sino que la ley sigue designándolas como
"tentativa y frustración". Pues bien, el art. 8 CP (y el 25 I Proyecto 1980)
V. Desistimiento del delito consumado, de actos preparatorios punibles y del condiciona la presencia de dichos conceptos a la ausencia de desistimiento
delito de emprendimiento voluntario.
1. El CP ofrece un ejemplo de concesión de relevancia eximente de desis-
timiento de un delito consumado en el art. 226: "Cuando los rebeldes o sedi- VIL Efectos del desistimiento
ciosos se disolvieren o sometieren a la autoridad legitima antes de las inti-
Ya dije más arriba fsupra I) que la doctrina española deduce fundada-
maciones o a consecuencia de ellas, quedarán exentos de toda pena los meros
mente de la configuración legal del desistimiento voluntario en el CP la
ejecutores de cualquiera de aquellos delitos, y también los sediciosos com-
consecuencia de que en nuestro Derecho no constituye una causa personal
prendidos en el artículo 219, si no fueren funcionarios públicos". El art. 585
de levantamiento de la pena, como suele entenderse en Alemania, sino un
Proyecto 1980 modifica la última parte como sigue: "quedarán exentos de
elemento negativo del tipo de la tentativa o de la frustración. Por exigencias
toda pena, salvo que fuesen funcionarios públicos, los meros ejecutores de la
del principio de accesoriado tal concepción conduce a un tratamiento contra-
rebelión y los sediciosos de cualquier rango". Respecto de los demás culpa-
rio al texto de los eventuales intervinientes en la tentativa desistida que no
bles tal desistimiento determina la rebaja de la pena en uno o dos grados.
comparten el desistimiento. Como escribe Antón Oneca, "cuando el autor de
La razón material es aquí también el que se trate de delitos de consumación
los actos de ejecución desiste, no hay tentativa punible y, faltando el delito,
anticipada.15 El Proyecto 1980 ofrece otro ejemplo de desistimiento de un
no puede hacerse responsable de ella a los partícipes".1,1 Ello no obsta a la
delito consumado en el falso testimonio (art. 511).
posibilidad de que subsista algún acto preparatorio punible por parte del
Por lo demás, en nuestro Derecho constituye una circunstancia atenuante
interviniente, al cual no alcanzaría el desistimiento de la otra persona. Por
genérica "la de haber procedido el culpable antes de conocer la apertura del
ejemplo: si el inducido desiste voluntariamente, no por ello deja de ser pu-
procedimiento judicial, y por impulsos de arrendamiento espontáneo, a re-
nible el inductor por "proposición" (art. 4 CP).
parar o disminuir los efectos del delito, a dar satisfacción al ofendido o a
confesar a las autoridades la infracción". (Art. 9, 9." CP.) En el Proyecto
1980 (art. 27, 6.°) se viene a aproximar más él contenido de esta circunstan-
cia al de desistimiento, al sustituirse en eüa la necesidad del "arrepentimien-
to espontáneo" por la simple concurrencia de voluntariedad en las actividades
de reparación o confesión exigidas.
2. A diferencia del StGB alemán, el CP español no prevé la posibilidad
de desistimiento de los actos preparatorios punibles (conspiración, proposi-
ción y provocación: art. 4 CP). No obstante, como ha advertido la doctrina
y la jurisprudencia,16 es preciso admitir que en ciertas condiciones el desis-
timiento debe conducir también aquí a la impunidad. Ello debe fundarse en
analogía in bonam partem. A este tema dedicaremos la debida atención en su
momento (cfr. infra § 65).
8. En él CP español, a falta de reglas especiales que prevean la posibili-
dad de desistimiento eximente en delitos de emprendimiento, habría que es-
tar al principio de que parte el texto (cfr. supra § 49 VIII 2), según el cual
no cabe desistir de un hecho consumado salvo que lo contrario se determine
expresamente o se siga por analogía de una tal regulación. No cabría así el
desistimiento relevante en los arts. 152, 158 y 154 CP (en los arts. 579, 580

i« Cfr. Antón Oneca, PG p. 317; Cobo Del Rosal, ADPCP 1968, pp. 68 s.;
Muñoz Conde, El delito de alzamiento de bienes, Barcelona 1971, p. 167 nota 3.
17
i« Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 166 ss.; SSTS 5 julio 48, Cfr. Antón Oneca, PG p. 411; Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 98;
19 abril 65. Rodríguez Muñoz, Notas II p. 230. En contra, Muñoz Conde, ADPCP 1971, p. 833.
I I . Clases de excepciones personales a la punibilidad 757

La concurrencia de tales circunstancias no impide afirmar el mere-


cimiento de pena del hecho, mas entonces no bastan por sí solos el
injusto y la culpabilidad. La consecuencia que entrañan las excep-
ciones personales especiales es que la necesidad de pena para el he-
cho se halla excluida de antemano o se suprime con posterioridad. 2
Sección 4.a El sentido de estas causas que impiden la punición en parte posee
naturaleza no jurídico-penal, como la protección de la libertad parla-
Presupuestos de la punibilidad fuera del injusto y déla mentaria de voz y voto en el supuesto de la inmunidad de los par-
culpabilidad lamentarios (cfr. supra, § 19 II 2), y en parte se halla vinculado a
criterios específicamente jurídico-penales, como la idea según la cual
Injusto y culpabilidad bastan normalmente como presupuestos debe premiarse al autor que desiste voluntariamente de la tentativa
materiales de la punibilidad. Pero existen casos en los que con ello no (cfr. supra, § 51 I 3). El legislador dispone de libertad para atender
resulta suficientemente constatada la necesidad de pena, sino que la a estas consideraciones, pues la vigencia del principio "no hay pena
decisión sobre la punibilidad del hecho depende de elementos que se sin culpabilidad" no implica la de su contrario.
encuentran más allá del injusto y de la culpabilidad. Estos elementos
adicionales sólo afectan a la cuestión de la punibilidad cuando perte- 2. Algunas circunstancias personales ajenas a injusto y culpabilidad no
necen al Derecho penal material. Cuando, por el contrario, se trate se hallan configuradas como causas de exclusión de la pena, sino que única-
mente poseen virtualidad de presupuestos procesales. Así, el hurto y la
de presupuestos procesales o de obstáculos procesales (como la quere- apropiación indebida entre ciertos parientes y cuando son de cosas de in-
lla o la amnistía), los mismos no condicionarán la punibilidad, sino la significante valor, son delitos perseguibles a instancia de parte (§§ 247,
perseguibilidad del hecho. Entre los presupuestos procesales y los 248a). Lo mismo vale para la receptación (•§ 259 II), la estafa (§ 263 IV),
elementos del tipo existe, pues, un grupo de factores que no pertene- la defraudación de prestaciones (§ 265a III) y la infidelidad (§ 266 III).
cen ni a una ni a otra categoría. Son las causas personales de exclu-
sión y de levantamiento de la pena (cfr. infra § 52) y las condiciones
objetivas de punibilidad (cfr. infra, § 53). II. Clases de excepciones personales a la punibilidad
Las excepciones personales a la punibilidad pueden ser causas
§ 52 Las causas personales de exclusión y levantamiento de la pena de exclusión o de levantamiento de la pena.3
Bloy, Die dogmatische Bedeutung der Strafausschlie[3ungs- und Strafaufhe- 1. Las causas personales de exclusión de la pena son circunstan-
bungsgründe, 1976; Bulla, Zum Irrtum beim Familiendiebstahl, J u S 1974, 231; cias que se oponen a la punición por concurrir en el momento de la
Kielwein, Unterlassung und Teilnahme, GA 1955, 225; Koch, Zum Antragsrecht acción. Entre ellas cuenta la inmunidad parlamentaria (art. 46 I GG,
beim "Familiendiebstahl", GA 1962, 304; Peters, Zur Lehre von den personlichen § 36 StGB) (cfr. supra, § 19 II 2). La impunidad de los informes par-
StrafausschliePungsgründen, J R 1949, 496; Rittler, Strafbarkeitsbedingungen,
Festgabe für R. v. Frank, t. II, 1930, pág. 1; Schmidhauser, Objektive Strafbar- lamentarios verdaderos (§ 37 StGB) (cfr. supra, § 19 II 3) constituye
keitsbedingungen, ZStW 71 (1959), pág. 545; Stree, In dubio pro reo, 1962; von también una causa de exclusión de la pena, con la particularidad sin
Weber, Das Absehen von Strafe, MDR 1956, 705. embargo de que no opera personal, sino objetivamente.

I. Esencia de las excepciones personales a la punibilidad El ámbito de las causas personales de exclusión de la pena se delimita
a menudo con mayor amplitud que aquí. Peters4 incluye el caso de la coli-
1. Las excepciones personales a la punibilidad son circunstancias sión de deberes irresoluble (cfr. en contra supra, § 47 I 3). Igualmente, la
que no afectan al bien jurídico protegido ni a la forma de comisión doctrina mayoritaria considera como causas de exclusión de la pena el pri-
del hecho, ni tampoco a la disposición del autor con respecto al De- i
recho que el hecho manifiesta, sino que se hallan más allá de injusto mentos personales y objetivos Maurach/Zipf, Allg. Teil, págs. 498 y ss. Lo co-
y culpabilidad, aunque guardan relación con la persona del autor. 1 rrecto es entender que el § 37 constituye una causa objetiva de exclusión de la
pena, pero que éste es el único caso.
2 También así Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 186 y ss.; Schmidhauser,
1 También así Baumann, Allg. Teil, pág. 486; Bulla, J u S 1974, 231; Dre- Allg. Teil, págs. 488 y ss.
her, § 32 Vorbem. 17; Eser, Strafrecht I, núm. 20 A 13; Lackner, § 13 Vorbem. 3 La distinción es corriente; cfr. Dreher, § 32 Vorbem. 17; Schdnke/Schro-
III 5a; Schonke/Schrdder/Lenckner, § 32 Vorbem. 127; SK (Rudolphi), § 19 der/Lenckner, § 32 Vorbem. 127, 133; SK (Rudolphi), § 19 Vorbem. 14. Pero
Vorbem. 14; WesseU, Allg. Teil, págs. 88 y ss. En contra del elemento, "perso- en contra, LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 191.
nalmente", LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 191: en favor de la separación de ele- 4 Peters, J R 1949, 498.
758 § 52. Causas de exclusión y levantamiento de la pena I I I . T r a t a m i e n t o de las excepciones personales 759

vilegio de edad del § 173 III 5 y el privilegio de parentesco del § 2b8 VI * de exculpación (cfr. supra, § 42 I I 1), en el segundo, de la causa de j u s t i -
(cfr. en contra supra, § 42 II 1). Un sector entiende también que la exclu- ficación de secreto profesional 1 3 y en el tercero, de la exclusión de la tipi-
sión de la competencia de los Tribunales nacionales que según el Derecho cidad de la omisión de denunciar el delito. 14
de gentes se establece para los diplomáticos, constituye otra causa de ex-
clusión de la pena (cfr. en contra supra, § 19 III 2).7 III. Tratamiento de las excepciones personales a la punibilidad
2. Las causas personales de levantamiento de la pena son cir- 1. Como las causas personales de exclusión de la pena se hallan
cunstancias que no se producen hasta después de la comisión de la fuera del injusto y de la culpabilidad, ni el dolo del autor ni el co-
acción punible y que eliminan con carácter retroactivo la punibilidad nocimiento de la prohibición precisan referirse a ellas. Importa sólo
ya surgida. El ejemplo principal lo ofrece el desistimiento de la ten- su presencia, de suerte que es irrelevante el error sobre las mismas.15
tativa previsto en los §§ 24, 31, 159 (RG 16, 347; 37, 402 [405]; 56,
149 [150]), a cuyo lado aparecen el desistimiento del hecho consu Ejemplo: En el Derecho anterior se preveía una causa personal de ex-
mado, el de actos preparatorios autónomos y el de delitos de empren- clusión de la pena para el hurto y la apropiación indebida entre cónyuges
(§ 247 II ant. redacción). El ladrón era punible con arreglo al § 242 aunque
dimiento, que excepcionalmente liberan de la pena (cfr. supra, § 51 supusiera erróneamente que la cosa hurtada pertenecía a su mujer y que-
V). En algunos casos no se prevé para el desistimiento la impunidad, daba impune, en cambio, en el supuesto contrario (BGH 23, 281). Lo mismo
sino sólo una atenuación de la pena o la renuncia a la misma (por e j v vale para el requisito de instancia de parte del § 247 (BGH 18, 123 [125
§§ 83a, 84 V, 87 III, 158 I, 316a II). 8 También constituye una causa y siguientes]).
personal de levantamiento de la pena la remisión de ésta tras el trans-
curso del período de prueba (§§ 56g I, 1, 57 III). Por el contrario, 2. Las causas personales de exclusión y levantamiento de la
el indulto, la amnistía y la prescripción de la acción penal poseen una pena son circunstancias aplicables únicamente a aquellos intervi-
doble naturaleza: son tanto causas de levantamiento de la pena como nientes en el hecho en quienes concurren (§ 28 II) (cfr. infra, § 61
obstáculos procesales.9 VII 4 a ce).16

También el ámbito de las causas personales de levantamiento de la pena Ejemplo: Si de entre varios intervinientes en una tentativa de falsi-
se delimita por un sector con mayor amplitud que aquí, Así, el privilegio de ficación de moneda (§ 146) desiste uno, los demás siguen siendo punibles
p a r i e n t e s 1 0 y el precepto especial previsto por el § 139 I I I 2 p a r a abogados, (RG 59, 412).
defensores y médicos, 1 1 así como el ejercicio de la posibilidad de elección 1 2
del § 139 IV se presentan con frecuencia como causas personales de levan- 3. Puesto que las causas de exclusión y supresión de la pena per-
tamiento de la pena. Sin embargo, en el p r i m e r caso se t r a t a de una causa tenecen, en cuanto elementos de la punibilidad, al Derecho Penal ma-
terial, no cabe duda de que el principio "in dubio pro reo" (cfr. su-
pra, § 16 II1) también resulta de aplicación a las mismas.17 Lo mismo
5 Así, por ejemplo, Baumann, Allg. Teil, pág. 488; Dreher, § 173 Anm. 8;
Maurach, Bes. Teil, pág. 433; Lackner, § 173 Anm. 7; Schonke/Schroder/Lenck-
sucede en relación a la amnistía. 18
ner, § 173 Anm. 8.
6 Así Dreher, § 258 Anm. 16; Lackner, § 268 Anm. 8; Maurach, Bes. Teil, Ejemplo: Si no puede determinarse si el parlamentario efectuó la ex-
página 736; Schonke/Schroder/Stree, § 258 Anm. 39. Como el texto, LK (Hirsch), presión injuriosa durante una sesión del Parlamento o en una pausa, debe
§ 51 Vorbem. 192; SK (Rudolphi), 19 Vorbem. 10. aplicarse el § 36.
7 Bloy, De dogmatische Bedeutung, págs. 57, 73, 87, 211 incluye, entre los
obstáculos jurídico-materiales a la punición, situados fuera de injusto y culpabi-
lidad, la extraterritorialidad, indemnidad e inmunidad (en la medida en que no se 13 Así Dreher, § 139 Anm. 7. Kielwein, GA 1955, 231, para quien la omi-
trate solamente de no permisión de la detención), así como la concesión de gra- sión no es, en este caso, ni siquiera típica.
cia. Ofrece una visión de conjunto. LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 192. 14 Así Schonke/Schroder/Cramer, § 139 Anm. 6.
8 Prescindir de la pena no significa absolución, sino condena sin imposi- 15 Cfr. BGH 23, 281; OLG Stuttgart MDR 1970, 162; Baumann, Allg.
ción de pena, cfr. sobre esto v. Weber, MDR 1956, 707. La diferencia consiste, Teil, págs. 487 y ss.; LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 193; Schonke/Schroder/Lendk-
sobre todo, en que en la renuncia a la pena el acusado aparece como condenado, ner, § 32 Vorbem. 132; Schmidhauser, ZStW 71 (1959), pág. 559.
y, por ello, ha de abonar las costas del proceso según el § 465 I, 2 StEO (cfr. in- 16 Cfr. Rittler, Frank-Festgabe, t. II, pág. 8; Schonke/Schroder/Lenck-
fra, § 81 I, II). ner, § 32 Vorbem. 132.
9 También así Baumann, Allg. Teil, pág. 489; el favor, sin embargo, de 17 Cfr. BayObLG NJW 1961, 1.222; Petera, JR 1949, 499; Stree, In dubio
considerar estos supuestos como puros obstáculos procesales, Maurach/Zipf, Allg. pro reo, págs. 29 y ss.; Schonke I Schroder/Lenckner, § 32 Vorbem. 131 y 134.
Teil, pág. 499. Cfr. también Koch, GA 1962, 304.
10 Así Dreher, § 139 Anm. 6; Lackner, § 139 Anm. 3a; Maurach, Bes. Teil, 18 Cfr. Stree, In dubio pro reo, pág. 73; Dreher, 32 Vorbem. 17; Schonke/
página 725. Schroder/Lenckner, § 32 Vorbem. 134. Pero en contra, RG 56, 49 (50); 71, 259
11 Así Maurach, Bes. Teil, pág. 725; Welzel, Lehrbuch, pág. 518. (263); BGH JZ 1951, 655. Distinguiendo BGH NJW 1958, 392; OLG Hamm NJW
12 Así Lackner, § 139 Anm. 3b. 1955, 75, 644.
760 § 52. Causas de exclusión y levantamiento de la pena Adiciones de Derecho español al § 52 761

• * * la presencia de "delito", por lo que no podían considerarse prueba de que en


algún caso la ley requiera la punibüidad como nota adicional del concepto
del delito.6 La doctrina dominante actual ha aceptado la crítica de Rodríguez
I. Esencia de las excepciones personales a la punibüidad Muñoz con relación al encubrimiento entre parientes (art. 18 CP), pero sigue
considerando excusas absolutorias que excluyen el delito las previstas en los
La doctrina dominante en España añade también al injusto y la culpabi-
artículos 226 y 564 CP, y, ciertamente, aunque en estos preceptos la ley con-
lidad la exigencia de ciertos presupuestos que acostumbran a reunirse bajo
sidera subsistente el "delito" pese a la exención, ello no es óbice para consi-
la rúbrica de "punibüidad" o "penalidad".1 Tal proceder encuentra un pri-
derar ésta excluyente del delito en sentido dogmático, pues el CP utiliza la
mer precedente importante en la obra de Silvela, quien al lado de las causas
expresión "delito" como equivalente a tipo de injusto (completo).''* Se aña-
de justificación y de inimputabilidad (= culpabilidad) ya distinguió "otras
de además el nuevo art. 563 bis b) CP (art. 854 I Proyecto 1980), según el
causas mediante las cuales no se impone pena, que pueden llamarse excusas
cual "quedará exento de responsabilidad penal el librador de cheque o talón
absolutorias". 2 La esencia que en el siglo pasado atribuyó este autor a tales
que hiciere efectivo su importe en el plazo de cinco días a partir de la fecha
causas personales de exclusión de la punibüidad coincide sustancialmente
de su presentación al cobro".9
con la que en la actualidad les concede tanto la doctrina alemana reflejada
en el texto como la usual en nuestro pais: en este caso la exclusión de la pena Junto a estas "excusas absolutorias" los autores españoles incluyen tam-
"no se apoya en que el acto sea en sí mismo legítimo, como sucede en las cau- bién otras causas de exclusión de la pena que se distinguen sólo por razones
sas de justificación, ni tampoco en que no aparezca un sujeto en condiciones tradicionales — por haberse estudiado tradicionalmente con independencia,
de capacidad para responder, como acontece en las causas de no imputabüi* como límites de la ley penal con relación a las personas, límites que ahora se
dad, sino más bien aparece fundada en motivos transitorios y de conve- prefiere no tratar de forma general, sino sólo como contadas excepciones par-
niencia"? ticulares, necesitadas de especial fundamentación, al principio de igualdad
de todos ante la ley —.10 Se contemplan aquí las inmunidades del Jefe del
Estado (art. 56, 8 Constitución 1978) y de los parlamentarios (art. 71 Cons-
II. Clases de excepciones personales a la punibüidad titución),11 junto a las que corresponden a los Jefes de Estado y representan-
No acostumbra a distinguir la doctrina española, a diferencia del texto, tes diplomáticos extranjeros (art. 884 LOPJ).12 En realidad, sólo la inmuni-
entre "causas personales de exclusión de la pena" y "causas personales de dad del Jefe del Estado y de los parlamentarios en cuanto a las opiniones
levantamiento de la pena".4 Existe una terminología arraigada que se refie- manifestadas en el ejercicio de sus funciones (art. 71,1 Constitución) cons-
re a las "excusas absolutorias" en el sentido de Silvela. Este autor consideró tituyen verdaderas causas de exclusión de la punibüidad y no sólo de la pro-
tales las exenciones previstas para el encubrimiento entre parientes próxi- cedibilidad. Tanto la inmunidad de los parlamentarios relativa a la imposi-
mos (art 18 CP; art. 517 Proyecto 1980), para los rebeldes y sediciosos que büidad de ser detenidos salvo en caso de flagrante delito y de ser inculpados
desistan de su levantamiento ante las intimaciones de la Autoridad (art. 226 o procesados sin la previa autorización de la Cámara a que pertenezcan (ar-
CP; art. 585 Proyecto 1980) y para los reos de ciertos delitos contra la pro- tículo 71, 2 Constitución), como las de Jefes de Estado y representantes
piedad cometidos contra determinados parientes (art. 564 CP; art. 284 Pro- diplomáticos extranjeros, son sólo obstáculos procesales.
yecto 1980) — aparte de la exención ya suprimida para el marido que hallase Ya dije en su momento (Adiciones al % 51 I y VI) que el desistimiento
a los adúlteros en flagrante delito (anterior art. 428 CP) —.6 Rodríguez de la tentativa no se considera en España generalmente como causa de levan-
Muñoz revisó críticamente este planteamiento y llegó a la conclusión de que 6
el art. 18 CP contempla una causa de inexigibüidad excluyente de la culpabi- Cfr. Rodríguez Muñoz, Notas I pp. 166 ss.
7
lidad y que, si bien los supuestos ahora contemplados en los arts. 226 y 564. Cfr. Antón Oneca, PG pp. 316 ss.; Cuello Calón, PG pp. 618 ss.; Rodríguez
CP no excluían el injusto ni la culpabüidad, sino sólo la pena, dejaban en pie Devesa, PG pp. 625 ss. En contra, siguen considerando excusa absolutoria la
exención del art. 18 CP: Quintano Ripollés, Curso I p. 407; Gimbernat, Introduc-
1
ción p. 36. Según mi opinión, el art. 18 contiene una presunción objetiva (iuris et
Cfr. Antón Oneca, PG pp. 233 ss. y 315 ss.; Cuello Calón, PG pp. 616 ss.; de iure) de falta de culpabilidad, pues con ser cierto el origen de la exención que
Córdoba Roda, Notas I pp. 175 s.; Rodríguez Devesa, PG pp. 318 y 621 ss.; Jimé- descubrió Silvela, es indudable que la ley no exige que el sujeto actúe efectivamen-
nez de Asúa, Tratado III p. 63; Quintano Ripollés, Curso I p. 398. te llevado por una situación subjetiva de inculpabilidad, sino que considera sufi-
2
Cfr. Silvela, Derecho penal II (1879), pp. 249 ss. ciente el dato objetivo del parentesco.
8
Cfr. Silvela, Derecho penal II p. 249. En este sentido especialmente cfr. 8 Cfr. Mir Puig, ADPCP 1973, pp. 320 ss.
Antón Oneca, PG p. 315. 9
4
Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 628; Quintero Olivares, El nuevo delito de
Rodríguez Devesa, PG p. 621, distingue entre "causas personales de exclu- cheque en descubierto, Madrid, 1972 p. 47 (separata del RGU 1972).
sión de la pena" y "causas de extinción de la responsabilidad penal", pero esta !<> Cfr. Antón Oneca, PG p. 320; Rodríguez Devesa, PG p. 621.
última expresión, manejada por el CP en un sentido distinto (Cap. 1.°, Tít. V, 11
Cfr. Antón Oneca, PG pp. 320 s.; Rodríguez Devesa, PG pp. 621 ss.,
Libro I), le lleva a incluir en ella una serie de supuestos, como la muerte del reo quien, no obstante, afirma que la inmunidad parlamentaria constituye una "cau-
o el cumplimiento de la condena, que nada tiene que ver con la problemática de la sa de justificación" (p. 624). Se refiere sólo al Jefe del Estado Gimbernat, Intro-
punibüidad. ducción p. 36.
5 12
Cfr. Silvela, loe. cit. Cfr. Rodríguez Devesa, PG pp. 622 s.; Cuello Calón, PG p. 618.

5. — Rans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n


762 § 53. Las condiciones objetivas de punibilidad I. Concepto y función de las condiciones de punibilidad 763

tamiento de la punibilidad, sino como elemento negativo de la tentativa. En página 84; H. Bruns, Kritik der Lehre vom Tatbestand, 1932; H. J. Bruns, Zur
cambio, la remisión de la condena que prevé el art. 15 Ley de Condena Con- neüesten Rechtsprechung über die Strafbarkeit der Volltrunkenheit, JZ 1958,
dicional de 1908 tras el transcurso del plazo de suspensión condicional sin 105; Cramer, Der Vollrauschtatbestand ais abstraktes Gefáhrdungsdelikt, 1962;
Finger, Tatbestandsmerkmale und Bedingungen der Strafbarkeit, GA 50 (1903),
haberse debido revocar ésta, podría considerarse también como causa de página 32; Hardwig, Studien zum Vollrauschtatbestand, Festschrift für Eb.
levantamiento de la punibilidad, a no ser que se vea como causa de extinción Schmidt, 1961, pág. 459; el mismo, Der Vollrauschtatbestand, GA 1964, 140; Ha$,
de la responsabilidad ya nacida por virtud del fallo. Los demás supuestos a Die Entstehungsgeschichte der objektiven Strafbarkeitsbedingung, tesis, Kiel
que Jescheck atribuye esta naturaleza, siquiera con carácter mixto sustan- 1969; el mismo, Zu Wesen und Funktion der objektiven Strafbarkeitsbedingung
tivo-procesal (el indulto, la amnistía y la prescripción) se examinan normal- etcétera, Rechtstheorie 3 (1972), pág. 23; Hegler, Die Merkmale des Verbrechens,
mente en nuestro país en un apartado destinado a la "extinción de la respon- ZStW 36 (1915), pág. 184; Hirsch, Ehre und Beleidigung, 1967; el mismo, Zur
sabilidad penal".19 En rigor procede distinguir entre los casos que impiden Problematik des erfolgsqualifizierten Delikts, GA 1972, 65; Jescheck, Straftaten
el nacimiento de la responsabilidad penal (así la prescripción del delito) y gegen das Ausland, Festschrift für Th. Rittler, 1957, pág. 275; Kantorowicz,
aquéllos otros que la extinguen una vez nacida (así la prescripción de la pena Tat und Schuld, 1933; Armin Kaufmann, Lebendiges und Totes in Bindings Nor-
mentheorie, 1954; Arthur Kaufmann, Zur Frage der Beleidigung von Kollektiv-
y el indulto), considerando sólo a las primeras como causas de levantamiento persónlichkeiten, ZStW 72 (1960), pág. 418; el mismo, Unrecht und Schuld beim
de la punibilidad. Mas, sin perjuicio de la conveniencia de esta distinción, a Delikt der Volltrunkenheit, JZ 1963, 425; Hilde Kaufmann, Strafanspruch, Straf-
efectos expositivos resulta preferible el criterio tradicional, tanto por razón klagrecht, 1968; Lackner, Vollrausch und Schuldprinzip, JuS 1968, 215; Land,
de unidad de una materia que la ley regula unitariamente (arts. 112 ss. CP; System der áuperen Strafbarkeitsedingungen, Strafr. Abh. Heft 229, 1927;
IOS ss. Proyecto 1980), como porque algunas de las causas que suelen estu- Lange, Die Behandlung der Volltrunkenheit in der Strafrechtsreform, JR 1957,
diarse entre las de extinción de la responsabilidad penal (la amnistía y el 242; Lang-Hinrichsen, Zur Frage der Zurechnung von Folgen der Straf tat bei
perdón de la víctima) pueden aparecer tanto como tales (cuando tienen der Strafzumessung, GA 1957, 1; el mismo, Zur Krise des Schuldgedankens im
lugar con posterioridad a la condena) como impidiendo la condena, esto es, Strafrecht, ZStW 73 (1961), pág. 210; H. Mayer, Die folgenschwere Unmápigkeit
la punibilidad (cuando se producen con anterioridad a la sentencia). (§ 330a StGB), ZStW 59 (1940), pág. 283; Müller-Dietz, Grenzen des Schuldge-
dankens im Straf recht, 1967; Radbruch, Tat und Schuld, SchwZStr 51 (1937),
Resumiendo, podríamos aplicar a nuestro Derecho el planteamiento del página 249; Rittler, Strafbarkeitsbedingungen, Festgabe für R. v. Frank, t. II,
texto en los términos siguientes: a) son causas personales de exclusión de la 1930, pág. 1; Roeder, Wahrheitsbeweis und Indiskretionsdelikt, Festschrift für
punibilidad la exención prevista en el art. 56U CP (art. 28U Proyecto 1980) R. Maurach, 1972, pág. 347; Sauer, Die beiden Tatbestandsbegriffe, Festschrift
y las inmunidades del Jefe del Estado y de los parlamentarios por las opinio- für E. Mezger, 1954, pág. 117; Sax, "Tatbestand" und Rechtsgutsverletzung,
nes manifestadas en el ejercicio de sus funciones (arts. 56, 3, y 71,1 Consti- JZ 1976, 9; Schaad, Die objektiven Strafbarkeitsbedingungen im schweiz. Straf-
tución) ; b) constituyen causas personales de levantamiento de la punibilidad recht, 1964; Schmidhauser, Objektive Strafbarkeitsbedingungen, ZStW 71 (1959),
él desistimiento de los delitos de rebelión y sedición, previsto en él art. 226 página 545; Schwalm, Gibt es objektive Strafbarkeitsbedingungen? MDR 1959,
(art. 585 Proyecto 1980), y el pago en el delito de cheque en descubierto 906; Schweikert, Strafrechtliche Haftung für riskantes Verhalten? ZStW 70
(1958), pág. 394; Stratenwerth, Objektive Strafbarkeitsbedingungen im Entwurf
contemplado en el art. 568 bis b) (art. 58k V Proyecto 1980),u así como la eines StGB 1959, ZStW 71 (1959), pág. 565; Stree, Objektive Bedingungen der
prescripción del delito, siempre, y la amnistía y el perdón de la víctima Strafbarkeit, JuS 1965, 465; Tiedemann, Objektive Strafbarkeitsbedingungen
cuando tengan lugar antes de la condena. La remisión de la condena podrá, und die Reform des deutschen Konkursstrafrechts, ZRP 1975, 129; v. Weber, Die
o no, considerarse otro de estos supuestos, según se entienda nacida o no con strafrechtliche Verantwortlichkeit für die Rauschtat, Festschrift für U. Stock,
el fallo condenatorio la responsabilidad penal. 1966, pág. 59; Wehzel, Der Irrtum über die Rechtmápigkeit der Amtsausübung,
JZ 1952, 19; Zimmerl, Zur Lehre vom Tatbestand, Strafr. Abh. Heft 237, 1928.
Tu. Tratamiento de las excepciones personales a la punibilidad
El planteamiento del texto es perfectamente aplicable a nuestro Derecho. I. Concepto y función de las condiciones objetivas de punibilidad
Adiciones de Derecho español al § 58.
1. Las condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias
que se encuentran en relación inmediata con el hecho, pero que no
§ 53 Las condiciones objetivas de punibilidad pertenecen ni al tipo de injusto ni al de culpabilidad. 1 Cuentan todas
Bemmann, Zur Frage der objektiven Bedingungen der Strafbarkeit, 1957; ellas entre los presupuestos materiales de la punibilidad, pero entre
el mismo, Welche Bedeutung hat das Erfordernis der Rauschtat im § 330a StGB, sí muestran importantes diferencias, ya que algunas forman un pro-
GA 1961, 65; Bockélmann, Bedingungen der Strafbarkeit, Niederschriften, t. V,
1 Cfr. Dreher, § 16 Anm. 32; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 485; Schmid-
13 Cfr. Cuello Calón, PG pp. 741 ss.; Antón Oneca, PG pp. 567 ss.; Quinterno hauser, ZStW 71 (1959), pág. 558; Kantorowicz, Tat und Schuld, págs. 237 y ss.;
Ripollés, Curso I pp. 585 ss. LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 188; Maurach/Zipf, Allg. Teil, pág. 314; Schonke/
i* En el Proyecto 1980 cabría añadir el supuesto del art. 511: "Quedará Schrdder/Lenckner, § 13 Vorbem. 124; SK (Rudolphi), § 19 Vorbem. 13; Wes-
exento de pena el que, habiendo prestado un falso testimonio en causa criminal, sels, Allg. Teil, págs. 32 y ss. Por el contrario, Sax, JZ 1976, 14 y ss. destaca,
se retractare en tiempo y forma, manifestando la verdad para que surja efecto." precisamente, su pertenencia al tipo de injusto.
764 § 53. Las condiciones objetivas de punibilidad I. Concepto y función de las condiciones de punibilidad 765
pió grupo específico mientras que otras se hallan próximas a los ele- La diferencia que separa a las condiciones de punibilidad de las
mentos del tipo. Pese a estas diferencias, todas se tratan con arreglo causas de exclusión y levantamiento de la pena (cfr. supra, § 52) se
al mismo principio: en orden a la punibilidad únicamente importa el halla en que éstas se encuentran unidas a la persona de los intervi-
hecho de su concurrencia o no concurrencia, no siendo necesario que nientes, mientras que faltando una condición objetiva el hecho re-
el dolo ni la imprudencia se refieran a ellas.2 Esto significa que el sulta impune para todos. Las condiciones de punibilidad se diferen-
autor es punible cuando la condición objetiva se produce durante o cian de las cualificaciones del resultado (cfr. supra, § 26 II 1) en que
después del hecho aun cuando aquél no la conozca o no pudiera prever éstas constituyen elementos agravatorios del tipo de injusto que de-
su aparición, pero también que el mismo no puede ser castigado por ben ser imputables al menos a imprudencia (§ 18) o requieren im-
tentativa cuando, habiendo creído en la presencia o en la producción prudencia temeraria, en tanto que aquéllas se hallan fuera del injusto
de la condición objetiva, ésta en realidad falte o no se produzca. y de la culpabilidad.
2. Solamente puede obtenerse una imagen correcta de la función
que corresponde a las condiciones objetivas de punibilidad distin- Son pocas las concepciones doctrinales discrepantes acerca de las con-
guiendo distintos grupos de casos:9 diciones objetivas de la punibilidad propias. Sauer* Land* y Sax10 incluyen
a) Las condiciones de punibilidad propias son puras causas de las condiciones objetivas de punibilidad en el tipo por la estrecha conexión
restricción de la pena, por lo que no pueden ser objetadas desde el que las une a lo injusto del hecho. Zimmerl propuso una subdivisión, coin-
punto de vista del principio de culpabilidad. Cabe contemplarlas como cidente en principio con el texto aunque discrepante en lo particular, de
contrapartida objetiva de las causas personales de exclusión y supre- toda la materia en elementos del injusto, elementos objetivos de culpabili-
dad y propias condiciones de la punibilidad.11 Bemmann12 rechaza por com-
sión de la pena (cfr. supra, § 52), con las que comparten la misma pleto las condiciones objetivas de punibilidad por entender que no hay lu-
posición en la estructura del delito (cfr. BGH 11, 273 [274]). 4 En gar para ellas ni cumplen función alguna dentro de la estructura del delito.
determinados casos, aunque de hecho concurran injusto y culpabili-
dad, el legislador niega la necesidad de la pena si no se añade otra b) Al lado de las propias existen las condiciones de punibilidad
circunstancia que afecte al hecho o a la situación que se desarrolla impropias, que en la práctica desempeñan un papel más importante
tras él, confiriéndole una mayor significación en su relación con su que aquellas otras y a las cuales se dirigen las verdaderas objeciones
mundo circundante. 6 Aunque el merecimiento de pena (cfr. supra, dogmáticas. Un primer grupo de ellas constituyen causas de agrava-
§ 7 I 1) supone normalmente la necesidad de pena, existen casos en ción encubiertas, que con arreglo a su esencia pertenecen al tipo de
los que es preciso que concurra además un especial menoscabo de los injusto, pero que formalmente se hallan configuradas como condicio-
valores de orden amparados por el correspondiente precepto penal nes de punibilidad porque el legislador quiere sustraerlas a la exi-
para que se reconozca la necesidad político-criminal de la pena.6 gencia de dolo o imprudencia. Materialmente encierran restricciones
del principio de culpabilidad por razones político-criminales.13
Ejemplo: Así, los Estados extranjeros solamente se hallan protegidos
frente a agresiones con arreglo a los §§ 102 y ss. si la existencia de rela-
ciones diplomáticas y la observancia de la reciprocidad garantizan un mí- de presupuestos procesales, los dos elementos mencionados se reputan por la
nimo contacto político y jurídico-internacio'nal (§ 104a), ya que de otro doc. dom. condiciones objetivas de punibilidad; cfr. Jescheck, Rittler-Festschrift,
modo la pena carecería de sentido político-criminal.7 página 282; Kohlrausch/Lange, § 104a Anm. I; Maurach, Bes. Teil, pág. 559;
Schonke/Schroder/Eser, § 104a Anm. 2; LK (Wülms), § 104a Anm. 2, 3. Dre-
her, § 104a Anm. 1; Lackner, § 104a Anm. 1; SK (Rudolphi), § 19 Vorbem. 13.
2 Hap, Entstehungsgeschichte, pág. 71 explica su origen a partir de la "fi- En favor en cambio de la calificación de presupuestos procesales, Bemmann, Be-
nalidad de desconectar el § 59"; cfr. también el mismo, Rechtstheorie 3 (1972), dingungen der Strafbarkeit, pág. 31.
página 33. 8 Cfr. Sauer, Grundlagen, págs. 335 y ss.; el mismo, Mezger-Festschrift,
3 Cfr. la crítica de Armin Kaufmann, Normentheorie, pág. 213 al "concepto página 118.
colectivo que engloba elementos cuya correcta clasificación es dudosa"; también 9 Cfr. Land, Strafbarkeitsbedingungen, págs. 22 y ss.
Maurach/Zipf, Allg. Teil, pág. 315; M. E. Mayer, Lehrbuch, pág. 101. 10 Cfr. Sax, JZ 1976, 16 ("elementos del tipo porque contribuyen a deter-
4 Cfr. Stree, J u S 1965, 467. minar la lesión del bien jurídico perteneciente al tipo de injusto como parte del
5 Cfr. Gallas, Niederschriften, t. V, pág. 104. tipo").
6 Así la doc. dom.; Finger, GA 50 (1903), pág. 43 ("condiciones externas 11 Cfr. Zimmerl, Lehre vom Tatbestand, págs. 24 y ss.
de punibilidad"); Hegler, ZStW 36 (1915), págs. 223 y ss.; Lang-Hinrichsen, GA 12 Cfr. Bemmann, Bedingungen der Strafbarkeit, págs. 52 y ss. Por el
1957, 9; Radbruch, SchwZStr 51 (1937), págs. 254 y ss.; Rittler, Prank-Festgabe, contrario, la crítica de Bockelmann, Niederschriften, t. V, págs. 84 y ss. No se
tomo II, pág. 15; Schmidhauser, ZStW 71 (1959), pág. 561; el mismo Allg. Teil, refiere a las propias condiciones de punibilidad (cfr. Niederschriften, t. V, pá-
páginas 484 y ss.; Schwalm, MDR 1959, 906; Stratenwerth, ZStW 71 (1959), pá- ginas 91).
gina 567; Stree, J u S 1965, 467; Schaad, Objektive Strafbarkeitsbedingungen, 13 Mediante la interpretación respectiva de los §§ 186, 227 I y 330a, LK
página 36. (Hirsch), § 51 Vorbem. 189, intenta poner en concordancia a estos supuestos con
7 En contra de la relación literal del § 104 a, que abona la consideración el principio de culpabilidad.
766 § 53. Las condiciones objetivas de punibilidad II. Las concretas condiciones objetivas de punibilidad 767

Ejemplo: En el delito de embriaguez plena (§ 330a) la razón de la puni- Quien se coloca en una situación de embriaguez que excluye la capaci-
ción es sólo la producción dolosa o imprudente de la misma, constituyendo dad, de culpabilidad, hace nacer con ello un peligro para la colectividad, ya
el hecho cometido bajo ella una condición objetiva de punibilidad.14 Sin que nadie puede prever y dominar con seguridad sus reacciones en un es-
embargo, la gravedad de la conminación penal no puede explicarse por la tado como aquél. Quien afirma un hecho injurioso sobre un tercero ha de
peligrosidad abstracta del estado de embriaguez, sino sólo por el contenido asegurar que pueda probar su verdad.
adicional de injusto que encierra el hecho producido. La retribución ha de
conseguirse manteniendo la medición de la pena, en los casos en que el 3. Las condiciones objetivas de punibilidad deben distinguirse de
autor no pudiera prever la comisión del hecho, en el ámbito inferior de la los presupuestos procesales. 19 E n aquéllas se expresa el grado de me-
penalidad típica.16 noscabo del orden jurídico protegido que en cada caso se requiere,
mientras que los presupuestos procesales toman en consideración cir-
P o r otra parte, entre las condiciones de punibilidad impropias se cunstancias que se oponen a la verificación de un proceso penal. 20
encuentran elementos que en realidad no son más que circunstancias Cuando falta una condición objetiva en el momento del juicio oral
del hecho enmascaradas que fundamentan la pena y que también procede la absolución, cuando falta un presupuesto procesal el proce-
por exclusivas razones político-criminales se hallan formalmente des- so se detiene.
gajadas de las esferas de injusto y culpabilidad.
Ejemplo: Mientras que en los delitos contra Estados extranjeros (§§
Ejemplo: Devenida dudosa la posición de la "adecuación a Derecho del 102 y ss.) la existencia de relaciones diplomáticas y la observancia de re-
acto de servicio" a que se refiere el § 113 a causa de la regulación del error ciprocidad constituyen condiciones objetivas de punibilidad, la solicitud
que se contiene en su párrafo 4.0,16 ya sólo cabe aducir el § 186, que prescribe de pena del Estado lesionado y la autorización del Gobierno Federal (§ 104a)
la punición por difamación aunque el difamador haya creído en la verdad son presupuestos procesales que se exigen por razones políticas, porque la
de su manifestación.17 realización del proceso penal más puede dañar que beneficiar cuando los
Estados afectados no lo desean.21
Las objeciones que caben formular en contra de las condiciones
objetivas de punibilidad desde el prisma del principio de culpabilidad
II. Las concretas condiciones objetivas de punibilidad
se desvanecen en p a r t e ante la consideración de que el a u t o r asume
el riesgo, que cualquiera puede advertir sin más, de que pueda con- La clasificación de todos los elementos considerados como condi-
c u r r i r la condición objetiva de punibilidad. 18 ciones objetivas de punibilidad 22 en un esquema determinado por su
función no e n t r a ñ a dificultad alguna.
14 Cfr. sobre esto BGH 16, 124 (125 y ss.); 187 (190); 20, 284; Bemmann,
GA 1961, 69; Bockelmann, Niederschriften, t. VIII, pág. 147; H. J. Bruns, JZ 1. Según la doctrina dominante son propias condiciones objetivas de
1958, 108; Cramer, Der Vollrauschtatbestand, págs. 108 y ss.; Hardwig, GA punibilidad la existencia de relaciones diplomáticas y la observancia de
1964, 142 y ss.; el mismo, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 466 y ss.; Arthur Kauf- reciprocidad en los delitos contra Estados extranjeros (104a). 23 La misma
mann, JZ 1963, 428 y ss.; Lackner, JuS 1968, 216 y ss.; Maurach, Bes. Teil,
página 513; MiÜler-Dietz, Schuldgedanke, pág. 77; Schonke/Schroder/Cramer, naturaleza poseen también la suspensión de pagos, la declaración de quie-
§ 330a Anm. 1. Por el contrario, H. Mayer, ZStW 59 (1940), págs. 307 y ss. Con- bra y el rechazo de la solicitud de la declaración por falta de masa, según
cibe el § 330a como delito cualificado por el resultado. En él ven una especie de la nueva configuración de los delitos de quiebra por la 1.a WiKG (§§ 283
delito de peligro concreto, Lange, JR 1957, 242 y Welzel, Lehrbuch, pág. 474; En VI, 283b II, 283c III, 283d IV), puesto que el tipo de injusto de estos pre-
esta línea, también, BGH 10, 247 (250). En favor de sacar del § 51, anterior re-
dacción, la embriaguez, producto de la propia culpa, adhiriéndose al derecho ita- ceptos concuerda en la actualidad con el principio de culpabilidad, de modo
liano, v. Weber, Stock-Festschrift, pág. 73. que la condición objetiva de punibilidad ya sólo representa una causa de
15 Cfr. H. J. Bruns, JZ 1958, 110; Schonke/Schroder/Cramer, § 330a
Anm. 30a.
16 Schónke/Schróder/Eser, § 113 Anm. 24, pese al § 113 IV, estimó una y ss., con más detalle, Schweikert, ZStW 70 (1958), pág. 408; también Baumann,
condición objetiva de punibilidad. La clasificación dogmática queda abierta en Allg. Teil, págs. 491 y ss.; Hardwig, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 459, nota 2;
Baumann, Allg. Teil, 493; Lackner, § 113 Anm. 5; Maurach, Allg. Teil, pág. 251. Lackner, Rósch, Schafer, Niederschriften, t. V, págs. 93, 106, 108; Wessels; Allg.
Dreher, § 113 Anm. 10 considera la falta de adecuación a derecho de la ac- Teil pág. 33. En contra Lang-Hinrichsen, ZStW 73 (1961), págs. 221 y ss.'
tuación del funcionario como causa de justificación, en sentido parecido, LK (Hei- 19 Cfr. Schmidhüuser, ZStW 71 (1959), págs. 550 y ss.; Dreher, § 32 Vor-
mann-Trosien), § 113 Anm. 20. Lo correcto es estimar ahora un elemento del de- bem. 19; Kleinknecht, StPO Einl. Anm. 138 y ss.
ber jurídico en el sentido de Welzel, JZ 1952, 19, lo que, sin embargo, no elimina 20 En contra de la hipotética "fórmula del test" de Hilde Kaufmann, Straf-
las anomalías dogmáticas. anspruch, pág. 134 cabe efectuar objeciones que resultan, especialmente, mani-
17 También así, Baumann, Allg. Teil, pág. 493, nota 9; Maurach/Zipf, Allg. fiestas en la demanda de persecución penal (págs. 152 y ss.). Cfr. sobre esto, tam-
Teil, pag. 315; Roeder, Maurach-Festschrift, págs. 356 y ss. Por el contrario, bién, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 191.
Hirsch, Ehre und Beleidigung, págs. 152 y ss., requiere que el autor haya actuado, 21 Cfr. LK (Willms), § 104a Anm. 4 y ss.
en relación a la verdad, de forma, por lo menos descuidada. 22 Cfr. la visión de conjunto de LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 188.
18 Adhiriéndose a H. Bruns, Kritik der Lehre vom Tatbestand, págs. 32 23 Cfr. supra, § 53, nota 7.
768 § 53. Las condiciones objetivas de punibilidad III. Tratamiento de las condiciones objetivas de punibilidad 769
restricción de la pena (sobre el Derecho anterior cfr. edición anterior, pá- parte, la protección del honor del ofendido exige que el ofensor pueda pro-
gina 423). 24 Una condición de punibilidad general (no vinculada a un de- bar su imputación. Esto obliga al legislador a configurar el precepto penal
terminado tipo) es la concurrencia de la potestad punitiva alemana con de suerte que suponga la condena del injuriador cuando éste no pueda efec-
arreglo a las reglas del Derecho Penal internacional (cfr. supra, § 18 V). 26 tuar la prueba de la verdad, por mucho que pueda haber actuado de buena
2. En las impropias condiciones objetivas de punibilidad hay que dis- fe acerca de la verdad del hecho imputado. De ahí que la indemostrabilidad
tinguir entre circunstancias que constituyen en realidad causas de agrava- deba considerarse como condición objetiva de punibilidad (impropia y fun-
ción de la pena y aquellas otras que aparecen como elementos fundamenta- damentados de la pena). 30
dores de la pena. En todos estos casos se trata de restricciones del princi-
pio de culpabilidad que sólo hasta cierto punto pueden justificarse mediante III. Tratamiento de las condiciones objetivas de punibilidad
la idea de riesgo.
a) Son impropias condiciones objetivas de la punibilidad que material- 1. Las condiciones objetivas de punibilidad son circunstancias
mente encierran causas de agravación de la pena la producción de la con- que se hallan fuera del tipo de injusto y del de culpabilidad, pero de
secuencia grave en la riña (§ 227 I ) 2 6 y la comisión del hecho en el delito cuya presencia dependen la punibilidad del hecho y la posibilidad de
de embriaguez plena (§ 330a). 27 En estos casos el comportamiento base la participación. Como no pertenecen al tipo, no es preciso que sean
abrazado por la exigencia de culpabilidad, ya manifiesta un cierto grado abarcadas por el dolo ni por la imprudencia. El error, pues, se halla
de merecimiento de pena, ya que supone la puesta en peligro de la colec- jurídicamente desprovisto de significación. Las impropias condicio-
tividad o de determinados individuos. Mas formalmente, la punibilidad del
nes objetivas de punibilidad también se t r a t a n como si no pertene-
hecho no resulta fundada hasta que se produce la condición objetiva de
punibilidad. El hecho de que la penalidad asignada sea notablemente mayor ciesen al tipo de injusto porque el legislador las h a desvinculado por
que el contenido de culpabilidad de la conducta base muestra, no obstante, razones político-criminales de la exigencia de dolo o culpa (cfr. BGH
que materialmente se trata de una causa de agravación de la pena que debe 2 1 , 3 3 4 [364 y ss.]). 8 1
desgajarse de las esferas del injusto y de la culpabilidad. El principio de 2. La producción de las condiciones objetivas de punibilidad es
culpabilidad ha de salvaguardarse en estos supuestos manteniendo el juez indiferente en orden al lugar y al tiempo de la acción. P o r ello, el
la medición de la pena en su grado mínimo cuando el autor no podía pre- auxilio prestado al a u t o r por otra persona t r a s la terminación del
ver la producción de la condición objetiva de punibilidad. hecho, pero antes de la producción de la condición, no constituye
6) La única 28 condición objetiva de la punibilidad impropia que en rea- complicidad, sino encubrimiento (§ 257) u obstaculización de la J u s -
lidad supone un elemento típico que fundamenta la pena es ahora la inde- ticia penal (§ 258) . ^
mostrabilidad de la verdad de los hechos imputados en la difamación (§ 186).
3. No obstante, las condiciones objetivas de punibilidad partici-
La posición jurídica de la indemostrabilidad de la verdad en el ámbito del
§ 186 se halla especialmente discutida.29 Si se parte de que la razón del cas- pan de todas las garantías del Estado de Derecho impuestas a los
tigo de la difamación no es el menoscabo de la buena fama, sino la puesta elementos del tipo. También rigen p a r a ellas la función de g a r a n t í a
en peligro de la estima merecida por el ofendido, la falsedad de la manifes- de la ley penal (cfr. supra, § 15 III 2c), las exigencias derivadas de la
tación injuriosa sólo puede constituir elemento del tipo, ya que el contenido regulación de la prueba en el proceso penal (§§ 244-256 StPO) y la
de injusto del hecho radica en la imputación de un hecho falso. Por otra necesidad de la mayoría de dos tercios en todas las resoluciones del
Tribunal que perjudiquen al reo (§ 263 S t P O ) . »
24 Cfr. Tiedemann, ZRP 1975, 132 y ss.
25 Kantorouñcz, Tat und Schuld, pág. 236 (tabla núm. 1); Mezger, Lehr- * * *
buch, pág. 178.
26 Cfr. BGH 14, 132 (134 y ss.); 15, 369 (370); Maurach, Bes. Teil, pági-
na 102; Schonke/Schroder/Stree, § 227 Anm. 1. Por el contrario, Bemmann, Be- I. Concepto y función de las condiciones objetivas de punibilidad
dingungen der Strafbarkeit, pág. 45, considera la producción de la consecuencia
más grave elemento del tipo. Hirsch, GA 1972, 77 y LK (Hirsch), § 227 Anm. 1, La doctrina dominante en España, que, como se vio en las Adiciones al
15 convierte el precepto en un delito cualificado por el resultado. § 52 I, admite la punibilidad como nota del concepto de delito, incluye gene-
27 Cfr. supra, § 53, nota 14. i
28 Cfr. supra, § 53, nota 17.
29 En favor de la clarificación de condición de punibilidad o causa de ex- 30 Sobre la fundamentación de la punibilidad de la difamación (§ 186) me-
clusión de la pena, RG 65, 422 (425); 69, 80 (81); BGH 11, 273 (274); Dreher, diante la idea de riesgo cfr. Hardwig, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 462; Hirsch,
§ 186 Anm. 12; LK (Herdegen), § 186 Anm. 2; Kohlrausch/Lange, § 186 Anm. Ehre und Beleidigung, pág. 169.
VIII; Maurach, Bes. Teil, pág. 151; Mezger/Blei, Bes. Teil, pág. 116; Schonke/ 31 Cfr. Schonke/Schróder/Cramer, § 16 Anm. 34; Dreher, § 16 Anm. 32;
Schroder/Lenckner, § 186 Anm. 10. Para Arthur Kaufmann, ZStW 72 (1960), SK (Rudolphi), § 19 Vorbem. 13.
página 437 el elemento de la no posibilidad de prueba cumple la función, pura- 32 Cfr. Kohlrausch/Lange, Vorbem. VI A; Stree, JuS 1965, 473; LK
mente procesal, de invertir la carga de la prueba. Aprecian una combinación (Hirsch), § 51 Vorbem. 190.
especial de dolo e inobservancia del cuidado. Hirsch, Ehre und Beleidigung, pá- 33 Cfr. Gallas, Niederschriften, t. V, págs. 104 y ss.; Schmidhauser, ZStW
ginas 168 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 313. 71 (1959), págs. 556 y ss.; Kem/Roxin, Strafverfahrensrecht, pág. 237.
770 § 53. Las condiciones objetivas de punibilidad Adiciones de Derecho español al § 53 771
1
raímente en ella las condiciones objetivas de unibilidad. Aunque no suele 341 LOPJ);6 en los delitos que se cometen por medio de la imprenta, el no
analizarse su fundamento, cuando se hace se alude a razones políticas o pro- ser conocidos, no estar domicüiados en España o estar exentos de responsa-
cesales (éstas en cuanto a través de la condición se establece una presunción bilidad penal los autores reales, directores y editores, para que tenga efecti-
de culpabilidad).2 Su concepto se determina por la opinión mayoritaria en vidad la responsabilidad subsidiaria de directores, editores e impresores,
base a dos notas: 1.a) su ajenidad a la acción; 2°) la no necesidad de que respectivamente (art. 15 CP) (desaparece en el Proyecto 1980);7 la exigen-
sean abarcadas por el dolo? Se maneja así una noción distinta y en teoría cia de reciprocidad en el art. 187 CP (art. 652 Proyecto 1980);8 la necesidad
más estricta que la del texto. Sin embargo, al enumerarse las distintas con- de sentencia o auto firme en que se mande proceder contra el denunciador o
diciones de punibilidad se incluyen supuestos en los que en rigor, la condi- acusador falso (art. 825 CP);9 la sentencia condenatoria en el delito de falso
ción constituye, al menos en principio, un resultado causado por la conducta testimonio (art. 826 I CP);10 la no constancia del autor de la muerte o lesio-
del sujeto, en la medida en que sin ella no se hubiera producido (así, p. ej.: nes resultantes y estos mismos resultados (arts. 408, 424 y 588, 7." CP; ar-
la sentencia o auto final en que se ordene proceder contra el denunciador o tículos 172 y 658 Proyecto 1980) ;n la ausencia de explicación satisfactoria
acusador falso, art. 825 CP [art. 496 Proyecto 1980]; la sentencia condena- de la muerte o desaparición de la víctima en el rapto (art. 442 CP) o en la
toria en contra del reo en el falso testimonio, art. 326 [art. 506 Proyecto sustracción de menores (art. 485 CP), o de razón del paradero del detenido
1980]; la declaración de insolvencia fraudulenta o culpable conforme al Có- (art. 483 CP);12 la declaración de insolvencia fraudulenta o culpable con
digo de Comercio, arts. 520 y 521 CP [art. 381 Proyecto 1980] )A arreglo al Código de Comercio (arts. 520 y 521 CP).13
No se efectúa en nuestro país la distinción del texto entre propias e im- Poniendo en relación estos ejemplos con el planteamiento del texto puede
propias condiciones objetivas de punibüidad. En cambio, sí se destaca la hacerse la siguiente clasificación:
diversa naturaleza de las condiciones de procedibilidad, que no excluyen la 1) Son propias condiciones objetivas de punibüidad las previstas en los
punibüidad ni el delito.6 artículos 340 y 341 LOPJ y en el art. 137, 2." CP, así como en los arts. 825,
326, 520 y 521 CP, si éstas se consideran condiciones de punibilidad y no
II. Enumeración de las condiciones objetivas de punibilidad de procedibilidad (arts. 325, 520 y 521) o resultado propio del delito (ar-
tículo 326 I). Por lo que respecta a las resoluciones judiciales exigidas
No existe ninguna seguridad en la determinación de las concretas condi- por los arts. 825, 520 y 521, podría, en efecto, entenderse que no afectan
ciones objetivas de punibüidad existentes en el Derecho penal español. A tí- tanto a la existencia material de la acusación o denuncia falta, o de la insol-
tulo de ejemplos, y sin pretensión de exhaustividad, suelen mencionarse las vencia fraudulenta o culpable, como a su imposibilidad de prueba por otro
siguientes: la exigencia de que, en los delitos cometidos por españoles contra cauce (condición procesal) — como la condena de todo delito no es condición
extranjeros fuera de España, el hecho sea delito en el país que se perpetró y de su efectiva existencia material ni, por tanto, de su punibilidad.
cuente entre los delitos considerados graves por el Código penal (arts. 340 y 2) Son impropias condiciones objetivas de punibilidad las contenidas en
los arts. 15, 408, 424, 583 7.°, 442, 483 y 485 CP.
1
Cfr. Antón Oneca, PG pp. 233 ss.; Cuello Calón, PG pp. 616 s.; Quintano La primera posee distinta naturaleza a todas las demás. Mientras que
Ripollés, Curso I pp. 399 s., aunque luego afirma preferible en nuestro Derecho la extensión de la responsabilidad prevista en el art. 15 CP responde a moti-
la adscripción de las condiciones objetivas de punibilidad al tipo. En este último vos político-criminales de prevención general que no guardan relación alguna
sentido Rodríguez Devesa, PG pp. 400 ss., incluyendo las condiciones objetivas de con el injusto, las demás condiciones encierran en realidad presunciones de
punibilidad en el tipo de injusto y admitiendo al mismo tiempo la categoría injusto. En el homicidio (o lesiones) en riña tumultuaria se presume que el
de la punibilidad, en la que estudia las causas personales de exclusión de la pena. autor de la muerte (o de las lesiones) estará entre los que han causado las
Jiménez de Asúa, Tratado VII, p. 18 ss.
2 Así Antón Oneca, PG p. 234.
3 Cfr. Antón Oneca, PG p. 233; Cuello Calón, PG p. 616; Córdoba Roda, 6 Cfr. Cuello Calón, PG p. 617; Antón Oneca, PG p. 234; Quintano Ripollés,
Notas I p. 297; Rodríguez Devesa, PG pp. 400, 438. Curso I p. 399.
* Cfr. Nota anterior. En contra de la afirmación de Rodríguez Devesa, PG 7 Cfr. Antón Oneca, PG p. 234.
página 401, de que entre la declaración falsa y la condena en el art. 326 no existe 8
Cfr. Antón Oneca, PG p. 234; Gimbemat Ordeig, Introducción p. 36. En
relación de causalidad, cfr. Antón Oneca, PG p. 235; en general Mezger, Trata- contra Rodríguez Devesa, PG p. 400 nota 35.
do 2 p. 304 nota 14, lo que sin duda es aplicable a aquel ejemplo en la medida 9
Cfr. Antón Oneca, PG p. 234; Córdoba Roda, Notas I p. 175.
en que se supone que la declaración falsa es condición (necesaria, aunque no sea 10
Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 401; Cuello Calón, PG p. 617; Quintano
suficiente) de la concreta sentencia condenatoria. Ripollés, Curso I p. 391. En contra Antón Oneca, PG p. 235; Córdoba Roda, No-
5
Así Antón Oneca, PG p. 235; Jiménez de Asúa, La ley y el delito, p. 456. tas I p. 297.
En cambio, incluyen dentro de la punibilidad las condiciones de procedibilidad 11
Cfr. Cuello Calón, PG p. 617 (sólo respecto del desconocimiento); Antón
Cuello Calón, PG pp. 617 s.; Quintano Ripollés, Curso I p. 400; Rodríguez Devesa, Oneca, PG p. 234; Córdoba Roda, Notas I p. 298; Quintano Ripollés, Curso I p. 399
PG p, 401 distingue las "condiciones objetivas de procedibilidad" de las "condi- (como Cuello).
ciones objetivas de penalidad", pero luego, son dudosa coherencia, incluye las 12 Cfr. Antón Oneca, PG p. 234; Córdoba Roda, Notas I p. 298;
condiciones de procedibilidad entre las "causas de exclusión de la pena": pp. 620, 13 Cfr. Cuello Calón, PG p. 617; Antón Oneca, PG p. 234; Córdoba Roda,
645. PG p. 298; Quintano Ripollés, Curso I p. 399.
772 § III. Las condiciones objetivas de punibilidad
lesiones. En el rapto se presume que el feo del delito que no da razón del
paradero de la persona raptada, o explicación sobre su muerte o desapari-
ción, ha determinado su muerte. Algo parecido sucede respecto de la deten-
ción, ilegal o déla sustracción de menores. De ahí que, en caso de contrade-
cirse inequívocamente la presunción (p. ej.: aparece con vida el detenido o
se comprueba que uno de los que causaron lesiones graves en la riña no
pudo haber matado en ningún caso a la víctima), deba negarse la presencia CAPÍTULO III
de delito, pese a la concurrencia de la condición objetiva. Más adecuada,
pues, que la ubicación sistemática de estos supuestos en la categoría de la ESPECIALES FORMAS DE APARICIÓN
punibilidad, sería su contemplación en el ámbito del tipo de injusto. DE LA ACCIÓN PUNIBLE
ni. Tratamiento de las condiciones objetivas de punibilidad
Con independencia de las consideraciones acabadas de efectuar, es per- Todos los acontecimientos relevantes para el Derecho Penal se
fectamente aplicable a nuestro Derecho el tratamiento propuesto por el presentan como formas de "comportamiento humano socialmente re-
texto. levante*1 (cfr. supra, § 23 IV 1). Esto vale tanto para el hacer posi-
tivo como para la omisión, y tanto para el actuar doloso como para
el imprudente. La estructura del concepto de delito se ha expuesto
hasta aquí en relación al delito doloso de comisión, como modelo de
acción punible (cfr. supra, Capítulo 2.°, preámbulo al § 24). El si-
guiente Capítulo 3.° trata, sobre esta base, de las otras dos formas
de aparición de la acción punible: el delito imprudente de comisión
(Sección 1.a) y el delito de omisión (doloso o imprudente) (Sección 2. a ).
Tomando como trasfondo la dogmática del delito doloso de comisión,
se considerarán las desviaciones que en la estructura de la teoría del
delito aparecen en las otras dos modalidades de acción punible.1 La
estructura básica del delito como acción típica, antijurídica y culpa-
ble concurre también en el delito imprudente y en el de omisión, por
lo que se mantiene la misma estructuración para las dos Secciones
de este Capítulo 3.° Asimismo deben extenderse a las otras dos for-
mas básicas de acción punible las subcategorías del concepto de delito
que han sido desarrolladas de la mano del delito doloso de comisión
(cfr. supra, §§ 24-53). Así, también aquí, aparecerán los conceptos de
injusto de la acción y del resultado, de bien jurídico y objeto de la
acción, la exigencia de imputabilidad objetiva del resultado, la ex-
clusión de la antijuricidad por obra de las causas de justificación, la
necesidad de capacidad de culpabilidad, el error de prohibición, la
renuncia al reproche de culpabilidad cuando concurren causas de
exculpación y la dependencia de la sanción jurídico-criminal de condi-
ciones objetivas de punibilidad. A menudo, sin embargo, será precisa
una adaptación de las doctrinas generales hasta aquí desarrolladas
a las especiales formas de aparición representadas por el hecho im-
prudente y la omisión.

1 De acuerdo Nowakowski, JB1 1972, 30. El mismo criterio sistemático


acogen Blei, Allg. Teil, págs. 87, 260, 273; Maurach, Allg. Teil, págs. 211, 528,
577; Wessels, Allg. Teil, págs. 21, 119, 129.
I. Concepto de imprudencia 775
RStGB, t. I, 1910, pág. 179; Krauft, Erfolgsunwert und Handlungsunwert im
Unrecht, ZStW 76 (1964), pág. 19; Lampe, Táterschaft bei fahrlássiger Straf-
tat, ZStW 71 (1959), pág. 579; Larenz, Lehrbuch des Schuldrechts, t. I, 11. a ed.
1976; Lóffler, Die Schuldformen des Straf rechts, 1895; Maihofer, Zur Syste-
matik der Fahrlássigkeit, ZStW 70 (1958), pág. 159; Maiwald, Der Begriff der
Leichtfertigkeit etc., GA 1974, 257; Müller-Dietz, Grenzen des Schuldgedankens
im Strafrecht, 1967; Naucke, Über das RegrePverbot im Strafrecht, ZStW 76
(Sección 1.a (1964), pág. 409; Niese, Finalitát, Vorsatz und Fahrlássigkeit, 1951; Nowakow-
ski, Die Theorie der Fahrlássigkeit, JB1 1953, 506; el mismo, Probleme der Straf-
El delito imprudente de comisión rechtsdogmatik, JB1 1972, 19; Núñez Barbero, El delito culposo, 1975; Oehler,
Das objektive Zweckmoment in der rechtswidrigen Handlung, 1959; el mismo,
Die erlaubte Gefahrsetzung und die Fahrlássigkeit, Festschrift für Eb. Schmidt,
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Unzumutbarkeit ais regulatives Rechtsprinzip, Festschrift für E. Mezger, 1954, GA 1976, 161; Walder, Probleme bei Fahrlássigkeitsdelikten, ZBJV 104 (1968),
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Konkrete Gefáhrdungsdelikte, 1973; Jakobs, Studien zum fahrlássigen Erfolgs- theorie, GA 1977, 257; Zielinski, Handlungs- und Erfolgsunwert im Unrechts-
delikt, 1972; el mismo, Das Fahrlássigkeitsdelikt, Beiheft ZStW Teherán, 1974, begriff, 1973.
página 6; Jescheck, Aufbau und Behandlung der Fahrlássigkeit im modernen
Strafrecht, 1965; Kadecka, Gesammelte Aufsatze, 1959; Armin Kaufmann, Das
fahrlássige Delikt, ZfRV 1964, 4 1 ; el mismo, Zum Stande der Lehre vom perso- I. Concepto de imprudencia
nalen Unrecht, Festschrift für H. Welzel, 1974, pág. 393; Arthur Kaufmann,
Das Schuldprinzip, 2.* ed. 1976; Kienapfel, Strafrechtsdogmatik in ósterreich, 1. El desarrollo del concepto de imprudencia (culpa) se debe, al igual
JZ 1972, 569; Kohlrausch, Die Schuld, en: Aschrott/v. Liszt, Die Reform des que el descubrimiento del dolo (dolus) (cfr. supra, § 29 II 1), al Derecho
776 § 54. Concepto y clases de imprudencia I. Concepto de imprudencia 777

romano2 y a la ciencia jurídico-penal italiana de los siglos XV y XVI,8 ya que pro reo"* Asimismo ha de repudiarse la opinión según la cual ante una si-
hasta la Recepción, el Derecho germánico y el Derecho alemán medieval, tuación fáctica insuficientemente esclarecida, como "tipos de recogida",
si bien conocían la figura menos penada de las "obras del acaso" (Vnge- los delitos de imprudencia deberían llenar la laguna que surge cuando no
fakrwerke), sólo la aprehendían con frecuencia de forma casuística y en puede probarse el dolo (cfr. supra, § 16 I I 2 ) . 7
base a elementos externos, a menudo bien discutibles.4 En la CCC de 1532
tiene lugar por vez primera en ciertos tipos una descripción de la impru- 3. La imprudencia no es, como antes se pensaba generalmente
dencia, junto a una clara delimitación respecto del dolo y el caso (art. 134, y aún hoy se enseña con frecuencia, una mera forma de culpabilidad
146 y 180). Mas una determinación general del concepto de imprudencia al lado del dolo,8 sino un especial tipo de acción punible que mani-
no se previo hasta el ALR de 1974, en su Parte II, Título 20, § 28. En cam- fiesta una estructura peculiar tanto en el ámbito del injusto como en
bio, el StGB prusiano de 1851 y el RStGB de 1871 prescindieron de defini- el de la culpabilidad.9 La imprudencia se determina con arreglo a un
ciones al respecto. doble baremo. Por una parte, ha de preguntarse qué comportamiento
era el objetivamente debido en una determinada situación de peligro
2. Dolo es el conocer y querer los elementos objetivos del hecho en orden a la evitación de una violación no querida del Derecho; y,
que pertenecen al tipo legal (cfr. supra, § 29 II 2). Imprudentemente por otra parte, si este comportamiento puede ser exigido al autor
actúa, en cambio, quien realiza el tipo de una ley penal a consecuen- atendidas sus características y capacidades individuales. El tipo de
cia de la vulneración no querida de una norma de cuidado, sin adver- injusto del hecho imprudente no resulta, pues, determinado completa-
tirlo pese a que debía o considerándolo posible pero confiando contra mente por la causación del resultado, por ejemplo, la muerte de un
su deber en que el resultado no se produciría. 6 La imprudencia no hombre (§ 222) .10 Además de ello, el resultado debe obedecer a una
es, pues, una forma menos grave de dolo, sino algo distinto al dolo vulneración de aquellas exigencias de cuidado que el orden jurídico di-
(BGH 4, 340 [341]); no obstante, el contenido de injusto y culpabili- rige en la situación del hecho al sujeto esmerado y prudente que per-
dad del hecho imprudente es inferior al del hecho doloso, puesto que
en aquél el autor no contraviene el mandato del orden jurídico volun- 6 La cuestión es polémica. Como aquí LK (Trondle), después de § 2 Anm.
tariamente, sino por falta de atención. De ahí que no pueda apreciarse 35; Wolter, Alternative und eindeutige Verurteilung, pág. 214. Maurach, Allg.
imprudencia cuando consta la presencia de dolo. Si, en cambio, existe Teil, pág. 531 en un sentido distinto al del texto, y con ulteriores referencias.
7 También así LK (Trondle), después de § 2 Anm. 35.
sólo la sospecha no probada de dolo, cabe condenar por imprudencia 8 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 457; Gerland, Lehrbuch, pág. 139; v. Hip-
si concurren sus presupuestos (RG 59, 83 [84]; OLG Hamburg JR pel, t. II, pág. 364; Mezger, Lehrbuch, pág. 357; Kohlrausch/Lange, § 59 Anm.
1950,408 [409]). IV 3b; Olshausen, § 59 Vorbem. 9; Oehler, Das objektive Zweckmoment, págs. 74
y ss.; él mismo, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 240 y ss.; v. Liszt/Schmidt, pá-
gina 272; Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 428 y ss.; Frank, § 59 Anm. VIII;
La posibilidad, que se admite con frecuencia, de una calificación opcio- Roeder, Sozialadaquates Risiko, pág. 94; Schultz, Einführung I, pág. 148.
nal (Wahlfeststellung)* entre hecho doloso e imprudente debe rechazarse, 9 Así, en la actualidad, la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 261 y ss.;
Bockelmann, Allg. Teil, pág. 151; el mismo, Verkehrsrechtliche Aufsátze, pági-
porque ambas especies de acción punible se encuentran en una relación nas 202 y ss.; Boldt, ZStW 68 (1956), págs. 344 y ss.; Burgstaller, Das Fahr-
gradual de más a menos y ha de intervenir, por ello, el principio "in dubio lássigkeitsdelikt, págs. 23 y ss.; Erenius, Criminal Negligence, págs. 149 y ss.,
y 164 y ss.; Engisch, Vorsatz und Fahrlássigkeit, págs. 334 y ss.; el mismo, DJT-
Festschrift, t. I, pág. 428; Gallas, Beitráge, págs. 53 y ss.; Eser, Strafrecht II,
2 Cfr. Paulu8, Dig. 9, 2, 3 1 : "culpam autem esse, quod cum a diligenti pro- número 21 A 9; Hall, Fahrlássigkeit im Vorsatz, pág. 22; Henkel, Mezger-Fest-
videri potuerit non esset provisum". Sobre esto, Mommsen, Rómisches Straf- schrift, pág. 282; Hirsch, ZStW 74 (1962), pág. 95; Jescheck, Fahrlassigkeit,
recht, págs. 88 y ss. págs. 7 y ss.; Armin Kaufmann, ZfRV 1964, 45; Kienapfel, JZ 1972, 575;
3 Cfr. v. Hippel, t. II, pág. 355; Schaffstein, Die allgemeinen Lehren, pá- Maihofer, ZStW 70 (1958), págs. 184 y ss.; H. Mayer, Grundrip, pág. 129; Nowa-
ginas 146 y ss. kowski, JB1 1972, 31 y ss.; Niese, Finalitat, pág. 61; Rudolphi, J u S 1969, 549;
4 Cfr. Eb. Schmidt, Einführung, pág. 32, 7 1 ; Wilda, Strafrecht der Ger- Platzgummer, JB1 1971, 240; Schonke/Schrbder/Cramer, § 15 Anm. 122, 188;
manen, págs. 544 y ss.; His, Strafrecht des deutschen Mittelalters, págs. 86 y ss. Schünemann, JA 1975, 516; Schaffstein, Welzel-Festschrift, pág. 558; Ulsen-
5 Una definición legible del complejo concepto de imprudencia sólo resulta heimer, J Z 1969, 364; Walder, ZBjV 104 (1968), págs. 169 y ss., y 184 y ss.;
posible en esta forma simplificada. Cfr. también sobre el concepto de impruden- Wessels, Allg. Teil, págs. 119 y ss.; Welzel, Fahrlássigkeit und Verkehrsdelikte,
cia las doctrinas, ampliamente divergentes entre sí de Binding, Normen, t. IV, página 11; el mismo, Lehrbuch, págs. 131 y ss. En la jurisprudencia, en este' sen-
páginas 451 y ss.; Exner, Fahrlássigkeit, págs. 207 y ss.; Engisch, Vorsatz und tido, BGH VRS 14, 30; OLG Kóln NJW 1963, 2.381; BGHZ 24, 21. Anterior-
Fahrlássigkeit, págs. 266 y ss. y 365 y ss.; v. Hippel, t. I. II, págs. 357 y ss.; Mez- mente, la jurisprudencia y la doctrina atendían al baremo objetivo de la impru-
ger, Lehrbuch, págs. 351 y ss.; Baumann, Allg. Teil, págs. 456 y ss.; Dreher, § 15 dencia en el marco del concepto de culpabilidad; cfr. RG 39, 2 (5); 67, 12 (19);
Anm. 12; Lackner, § 15 Anm. I I I ; Maurach, Allg. Teil, pág. 533; Wessels, Allg. v. Hippel, t. II, págs. 361 y ss.; Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, pág. 173.
Teil, pág. 121. Cfr. también la visión de conjunto de LK (Schroeder), § 59 Anm. Maurach, Allg. Teil, págs. 555 y ss., por el contrario, en los resultados típicos
142 y ss. que se producen, pese a la observancia del cuidado debido, cree que sólo des-
* Córdoba Roda tradujo esta expresión por "fijación alternativa" en su aparece la responsabilidad por el hecho.
traducción de R. Maurach, Tratado de Derecho Penal, Barcelona 1962,1 págs. 118 10 Sobre la polémica acerca de la posición del resultado en el tipo de in-
y ss. (N. del T.) justo del delito imprudente, cfr. infra, § 55 II, l a .

6. — Hans-Helnrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


778 § 54. Concepto y clases de imprudencia I. Concepto de imprudencia 779
tenece al ámbito del tráfico propio del autor, y es preciso que dicho objetivos que rigen la imprudencia, aun cuando el autor no pudiese cumplir
resultado fuera asimismo previsible para una persona de tales carac- el deber de cuidado que le obliga personalmente por hallarse bebido. Ade-
terísticas. De ahí que el tipo de los delitos de imprudencia deba com- más, la Jurisprudencia se ve estimulada, si parte de la cara objetiva de la
pletarse, trascendiendo a su tenor literal, por medio de valoraciones imprudencia, a condensar en reglas generales los mandatos de cuidado vá-
judiciales adicionales.11 Esto no encierra infracción alguna del man- lidos para determinadas situaciones (cfr. por ej., el principio de confianza
dato de determinación (cfr. supra, § 15 III 3), ya que la concreción de en el tráfico viario), lo cual fortalece la función de garantía de la ley penal.
los deberes de diligencia en continua evolución no es pensable mas que Por último, los criterios objetivos de la imprudencia suponen el reconoci-
por la vía de la praxis judicial y el ciudadano puede informarse más miento de una frontera superior que impide dirigir exigencias exageradas
al individuo y sirve, así, al principio de igualdad.15 Frente a esto, el "ar-
fácilmente al respecto mediante su propia percepción que acerca del gumento de la legítima defensa" (entonces no cabría tampoco legítima de-
contenido de las leyes.12 Tampoco en los delitos imprudentes de mera fensa frente a una acción cuidadosa, pero dañosa) no posee ninguna jus-
actividad (por ej., § 163) se deducen los mandatos de cuidado exclu- tificación, pues la admisibilidad de la legítima defensa se decide con arre-
sivamente de la ley, sino también de la praxis judicial, que por ejem- glo a sus propios presupuestos (cfr. sobre esto, § 32 II la bis d).16
plo, en las falsedades imprudentes impone al sujeto de la declaración
un diferente grado de deber de preparación, de información y de con- 4. El tipo de injusto de la imprudencia se determina, pues, por
centración según la posición que ocupe en el proceso (BGH 13, 190 medio de tres elementos: la posibilidad de advertir el peligro de rea-
[191] ; 18, 359 [362]). 18 Solamente cuando se ha constatado el aspec- lización del tipo, la actuación que en vista de este peligro no observa
to objetivo del hecho imprudente (tipo de injusto) puede seguirse el cuidado objetivamente requerido 17 y (en los delitos imprudentes de
preguntando si el mandato general de cuidado y previsión también resultado) la producción del resultado típico, en la medida en que éste
hubiese podido ser cumplido por el autor individual, según su inteli- se deba a la inobservancia del cuidado.18 Para la f undamentación de
gencia y formación, su habilidad y capacitación, su experiencia de la la responsabilidad dirigida al resarcimiento de daños, según el De-
vida y su posición social (tipo de culpabilidad).14 recho Civil, bastan estos presupuestos, puesto que la conclusión de un
contrato supone que se garantiza la capacidad personal necesaria
Ejemplos: Ante la comunicación telefónica de un cuadro patológico gra-
ve es contraria al deber la negativa a efectuar visita domiciliaria por p a r t e
para su cumplimiento adecuado, principio que ha de ser válido en
del médico de guardia (BGH 7, 211 [ 2 1 2 ] ) . El mantenimiento en la auto-
pista de una distancia suficiente respecto de los vehículos precedentes cons- 15 Consideran, sin embargo, injustificada una tal limitación de la respon-
t i t u y e una regla básica del tráfico rodado que todo conductor ha de conocer sabilidad, Schdnke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 135 y ss.; Otto, JuS 1974,
707 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.096; mientras, Blei, Allg. Teil, pá-
y respetar (BGH 17, 223 [ 2 2 6 ] ) . ginas 265 y ss., partiendo también de la concepción del texto, trata el no uso
El valor práctico de la contemplación separada del momento objetivo de capacidades especiales como una vulneración objetiva del deber de cuidado.
de la imprudencia, como núcleo de la antijuricidad típica, se deriva de las Como el texto, la doc. dom., que sostiene el correcto punto de vista según el cual
el Derecho Penal no puede exigir más allá del "cuidado exigible en el tráfico",
consideraciones siguientes: E n p r i m e r lugar, la valoración independiente por supuesto, a capacidades especiales estandarizadas (conductor de camión ha-
de lo injusto de la acción propio del hecho imprudente ofrece un contrapeso bituado a largos viajes, médico jefe); cfr. las referencias que recoge Schonke/
a la tendencia excesivamente acentuada que la práctica m u e s t r a hacia la Schrdder/Cramer, § 15 Anm. 137.
responsabilidad por el resultado. E n segundo lugar, ello permite asociar al 16 En contra del "argumento de la legítima defensa", también, Blei, Allg.
hecho imprudente medidas de seguridad aunque el a u t o r sea inculpable (§§ Teil, pág. 264.
17 En contra de considerar la violación del deber de cuidado como un ele-
63, 64, 69, 7 0 ) . E n tercer lugar, los presupuestos de la punibilidad en el mento autónomo del delito de imprudencia, LK (Schroeder), § 59 Anm. 176;
§ 330a, cuando el hecho realizado en estado de embriaguez constituya un de- Wolter, GA 1977, 267 y ss.; Schmidhauser, Schaffstein-Festschrift, págs. 131 y
lito imprudente, pueden determinarse correctamente gracias a los criterios siguientes, quien sólo se fija en la previsibilidad de la lesión del bien jurídico.
Pero la infracción de la norma, y, con ella, lo injusto de la acción, residen,
precisamente, en la inobservancia de las concretas exigencias que el ordenamien-
11 Cfr. Welzel, Fahrlássigkeit und Verkehrsdelikte, pág. 15; Wessels, Allg. to jurídico dirige al autor, en una determinada situación, en vista de la previ-
Teil, pág. 120. sibilidad del resultado. Como el texto, la doc. dom.; cfr. Lackner, § 15 Anm. XII 1.
12 Cfr. Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, págs. 208 y ss.; H. Ma- 18 Pretenden concebir el resultado como pura condición objetiva de puni-
yer, Grundri(3, pág. 129. bilidad Armin Kaufmann, ZfRV 1964, 41 y ss.; el mismo, Welzel-Festschrift,
13 Cfr. sobre esto Dreher, § 163 Anm. 4 y ss.; LK (Wülms), § 163 Anm. páginas 410 y ss.; Horn, Konkrete Gefahrdungsdelikte, págs. 78 y ss.; Schaff-
6 y siguientes. stein, Welzel-Festschrift, pág. 561; Zielinski, Handlungs- und Erfolgsunwert,
14 Apartándose de ello, incluyen ya la posibilidad indiviual de cumplir el páginas 128 y ss. y 200 y ss. (cfr. sobre esto ya supra, § 24 III 2). Mas, lo injus-
deber de cuidado y de previsión en el tipo de injusto del delito imprudente Stra- to del delito imprudente radica, según el derecho vigente, además de en la acción
tenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.097; Otto, Grundkurs, págs. 172 y ss.; Jakobs, Stu- descuidada, también en el daño real causado por ella; así, Krau$, ZStW 76
dien, pág. 69; SK (Samson), § 16 anexo núms. 13 y ss., en contra en forma (1964), págs. 61 y ss.; Stratenwerth, Schaffstein-Festschrift, págs. 187 y ss.;
amplia y convincente, Schünemann, Schaffstein-Festschrift, págs. 160 y ss.; JA Schünemann, Schaffstein-Festschrift, págs. 169 y ss.; el mismo, J A 1975, 442
1975, 512 y ss.; Armin Kaufmann, Welzel-Festschrift, págs. 404 y ss. y ss. Cfr. también Volk, GA 1976, 171 y ss. sobre las consecuencias prácticas.
780 § 54. Concepto y clases de imprudencia I. Concepto de imprudencia 781
todo caso en caso de accidente y para la responsabilidad nacida de de culpabilidad se refiere al hecho de que el autor ha actuado descui-
delito.19 Ahora bien, para la pena ha de concurrir además la exigencia dadamente pese a haber previsto la realización del tipo como posible
de culpabilidad imprudente porque aquí no importa la compensación consecuencia de su hacer. Pero tampoco en la culpa inconsciente es
de daños, sino el pronunciamiento de un juicio ético-social de desvalor una ficción el reproche de culpabilidad. En ella éste se refiere al he-
que únicamente puede alcanzar a quien merece tal reproche. cho de que el autor o bien no ha prestado una atención suficiente a la
situación peligrosa, o bien no ha derivado del peligro en sí advertido
a) La cuestión del contenido de culpabilidad de la imprudencia ha re- la puesta en peligro del objeto de la acción, o, finalmente, no ha con-
sultado polémica siempre. En el Derecho natural, la imprudencia no repre- cedido a la conciencia de dicha puesta en peligro importancia bastan-
sentaba aún una propia forma de culpabilidad, sino que se veía como un te al adoptar su decisión. La imprudencia sólo es merecedora de pena
cuasidelito que determinaba una atenuación de la pena.20 Por ello, Feuer- cuando la falta de atención se debe a defectos de la actitud interna,
bach se vio obligado a intentar armonizar la teoría de la imprudencia con por ejemplo, a desconsideración, indiferencia, falta de cuidado por
su concepción de la pena referida a la voluntad criminal (coacción psicoló-
gica) admitiendo en aquélla una decisión voluntaria.21 También los kege- otras personas, en otras palabras: a un fallo funcional del sentimiento
lianos se esforzaron en descubrir un momento voluntario en la impruden- del valor; 2 7 en cambio, en Derecho Penal no cabría reprochar en base
cia, que vieron en el conocer y querer las condiciones de las que surge el a insuficientes aptitudes corporales o espirituales, a lagunas del co-
resultado antijurídico como posibilidad real.22 De forma análoga, Binding nocimiento o de la experiencia, a falta de previsión y habilidad, o a
construyó la imprudencia como culpabilidad de voluntad en base a la idea fallos cometidos en situaciones en que se exige al sujeto más de lo que
de que, en todo caso, la acción como proceso es querida.28 Otros niegan todo puede (cfr., no obstante, sobre la culpa por asunción infra, § 57 II 3).
contenido de culpabilidad a la imprudencia por falta de una voluntad diri- También en la culpa inconsciente la culpabilidad radica en un fallo de
gida al resultado,24 o lo hacen en todo caso, en relación a la culpa incons- la actitud interna, constituido por la no prestación de la medida
ciente (cfr. infra, § 54 II l). 26 mínima de atención objetivamente requerida por el orden jurídico
b) Mas estas teorías deben rechazarse. El objeto del reproche de para la evitación de menoscabos y daños en valores y bienes de la co-
culpabilidad también es en la imprudencia la censurable actitud in- munidad, en la medida en que la edad, las fuerzas, la profesión y la
terna del autor ante el Derecho (cfr. supra, § 39 I I 1 ) . Las exigencias experiencia de la vida del autor hagan posible el cumplimiento de di-
del orden jurídico se dirigen en este caso a conseguir que todos hagan cha exigencia.28 El mandato de atención posee en la edad de la técni-
uso de su capacidad personal, dentro del marco del límite objetivo de ca tanta justificación como el deber de cada cual de armonizar su
responsabilidad, en orden a poder advertir y evitar a tiempo peligros voluntad consciente con las normas del orden jurídico.
para el bien jurídico protegido.26 En la culpa consciente el reproche 5. El Derecho Penal vigente no conoce un delito de imprudencia
general (como el Derecho Civil, por ej., en el § 823 I BGB), sino so-
19 Así, la doc. dom.; cfr. Larenz, Schuldrecht, t. I, págs. 233 y ss. Por el lamente particulares tipos de imprudencia, que en el StGB se prevén
contrario, según Enneccerus/Nipperdey, Allgemeiner Teil, t. II, págs. 1.321 y ss. en número reducido, pero que son frecuentes en cambio en el Derecho
en la imprudencia debe atenderse también, en Derecho Civil, a la capacidad Penal especial. Como en los delitos dolosos, se distingue entre delitos
individual de rendimiento, lo que, sin embargo, solamente puede valer para aque- de resultado (por ej., §§ 222, 230, 309, 345 II) y de actividad (§§ 163,
llos casos de responsabilidad extracontractual en los que sea aplicable la idea
de asunción de garantía. 316 II), entre delitos de comisión y de omisión (§ 138 III). La actua-
20 Cfr. Boldt, Bóhmer, pág. 387. ción imprudente sólo es punible cuando la ley así lo prevé expresa-
21 Feuerbach, Lehrbuch, 13.* ed., págs. 92 y ss. mente (•§ 15). Muchos delitos dolosos, como la interrupción del emba-
22 Cfr. KostUn, System, pág. 165; Berner, Imputationslehre, págs. 227 y ss.
23 Binding, Die Schuld, pág. 127; también Mezger, Lehrbuch, págs. 355 y razo (§ 218), detenciones ilegales (§ 239), delitos contra la libre auto-
siguientes, requiere "un momento de querer consciente contrario al deber". determinación sexual (§§ 164 y ss.) y la mayoría de los delitos patri-
24 Cfr. Baumgarten, Verbrechenslehre, págs. 116 y ss.; Germann, SchwZStr
49 (1935), págs. 322 y ss. moniales no tienen correspondencia en el ámbito de la imprudencia,
25 Así, por ejemplo, Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsátze, págs. 213 porque el legislador niega que ésta merezca ser castigada. Mas la
y ss.; dudando Allg. Teil, págs 159 y ss.; Germann, Das Verbrechen, pág. 94;
J. Hall, Principies, pág. 372; Kohlrausch, Die Schuld, págs. 208 y ss.; Arthur
Kaufmann, Schuldprinzip, págs. 156 y ss.; Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, 27 Así, con razón, Nowakowski, JB1 1953, 508; cfr. también el mismo, JB1
página 180; Glanville Williams, Criminal Law, págs. 122 y ss. Frente a esto, 1972, 31.
Erenius, Criminal Negligence, págs. 87 y ss. no atiende a la cuestión puramente 28 Cfr. Coenders, Feuerbach, págs. 28 y ss.; Lóffler, Schuldformen, pág. 9;
teorética de la culpabilidad de voluntad, sino a qué medios de defensa (defences, Armin Kaufmann, ZfRV 1964, 53; Welzel, Lehrbuch, págs. 150 y ss.; Straten-
exceptións) puede oponer el autor ante el reproche de imprudencia. werth, Allg. Teil I, núm. 1.081; Wessels, Allg. Teil, pág. 127. En especial, sobre
26 Así, en contraposición a la "teoría de la voluntad", la "teoría del sen- la "culpabilidad por el resultado", Müller-Dietz, Schuldgedanke, págs. 77 y ss.;
timiento"; cfr. Exner, Fahrlassigkeit, págs. 173 y ss.; Kadecka, Gesammelte Dubs, SchwZStr 78 (1962), págs. 45 y ss. Dudando Roxin, ZStW 82 (1970), pá-
Aufsátze, pág. 69; Engisch, Vorsatz und Fahrlassigkeit, pág. 470. gina 687.
782 § 54. Concepto y clases de imprudencia II. Clases y grados de imprudencia 783
primera WiKG ha introducido nuevos tipos de imprudencia (§§ 264 ni siquiera percibe el peligro puede merecer más grave reprobación
111,283 IV, V y 283b II). que la de quien actúa en culpa consciente y que se limita a sobre-
estimar sus propias fuerzas (BGH NJW 1962, 1.780 [1.781]; OLG
II. Clases y grados de imprudencia Karlsruhe DAR 1968, 220) .32 La importancia práctica de la distin-
ción de culpa consciente e inconsciente33 reside sobre todo en el hecho
1. Tradicionalmente se distinguen dos clases de imprudencia: la de que permite una clara línea de separación respecto del dolo even-
culpa inconsciente y la consciente.29 En la culpa inconsciente (negli- tual (cfr. supra, § 29 III 3c) .M
gentia) el autor no piensa, a causa de la vulneración del cuidado debi- 2. El Derecho Penal vigente no conoce con carácter general dis-
do, en la posibilidad de que pueda realizar el tipo legal, mientras que tintos grados de imprudencia (culpa lata, levis y levissima), como las
en la culpa consciente (luxuria), aunque advierte la concurrencia del que el Derecho Penal común había tomado del Derecho Civil86 y to-
peligro concreto para el objeto de la acción protegido, confía, por una davía hoy emplea el legislador en esa otra rama del Derecho (junto
infravaloración del grado de aquél o por una excesiva valoración de a la imprudencia "grave" (grobe) y "leve" aparece la "diligentia
sus propias fuerzas, o, simplemente, confiando indebidamente en su quam in suis".3* No obstante, el legislador requiere en creciente me-
suerte, en que el tipo legal no va a realizarse. 80 Del mismo modo que dida la imprudencia temeraria (Leichtfertigkeit) como forma agra-
el dolo (cfr. supra, § 29 II 3a), también la imprudencia puede no sólo vada de imprudencia (por ej., §§ 97 II, 109g IV, 138 III, 264 III, 283
referirse a un resultado de lesión, sino que también es imaginable en IV núm. 2, V núm. 2, 345 II, StGB; §§ 21, 41 III WStG). Esto vale,
relación a una puesta en peligro: el autor considera en este caso po- en especial, para muchos delitos cualificados por el resultado (por ej.,
sible la producción del peligro, pero confía en que no se realizará. 81 §§ 176 IV, 177 III, 178 III, 239a II, 251-316c II). También se utiliza
La Jurisprudencia ha acogido la distinción de culpa consciente e incons- en forma creciente el concepto de imprudencia temeraria en el De-
ciente. Concurre imprudencia "cuando consta que el autor ha dejado de recho Penal administrativo (por ej., §§ 378-381 AO 1977) ,37 La im-
atender al cuidado a que, según las circunstancias y sus conocimientos y prudencia temeraria corresponde a la imprudencia grave del Derecho
facultades personales, estaba obligado a y era capaz de observar, y que, a Civil (BGH 14, 240 [255] ; 20, 315 [325]), 38 concurriendo, pues, cuan-
consecuencia de ello, o bien no ha previsto el resultado que hubiera podido do se ha inobservado el cuidado exigible "en una medida desacostum-
prever aplicando el cuidado debido — culpa inconsciente—, o bien pese a brada", o cuando el autor no ha observado "lo que en el caso concreto
haber previsto la posible producción del resultado ha confiado en que el había de resultar evidente a cualquiera" (RGZ 141, 129 [131]; BGHZ
mismo no iba a tener lugar — culpa consciente — (RG 56, 343 [349] sobre 10, 14 [16]; 17, 191 [199]). Al juzgar el contenido de culpabilidad
defectos de construcción; RG 58, 130 [134] sobre la omisión imprudente; del hecho, la imprudencia temeraria debe medirse con arreglo al bare-
RG 67, 12 [18] sobre un fallo médico). mo individual, es decir, el autor mismo había de poder percibir sin
En ambas clases de imprudencia, que en la práctica no pueden a más las circunstancias que hacen aparecer su comportamiento como
menudo distinguirse con nitidez, el contenido de injusto y de culpabi- temerario. 39
lidad radica en una falta de la debida atención, pues también la culpa El AE contiene en su § 16 II la atendible propuesta de dejar por
consciente se debe al desconocimiento contrario al deber, no, cierta-
mente, de la presencia del peligro, pero sí de su medida, del alcance 32 Cfr. LK (Schroeder), § 59 Anm. 141; Maurach, Allg. Teil, págs. 534 y ss.
del deber de cuidado o de la limitación de las propias facultades. Tam- 33 KohlrauschfLange, § 59 Anm. IV 3, la niega; cfr. en contra, sin embar-
go, Maurach, Allg. Teil, págs. 534 y ss.; Dubs, SchwZStr 78 (1962), págs. 35
poco existe ninguna relación jerárquica en el contenido de culpabili- y ss.; LK (Schroeder), § 59 Anm. 136; Binavince, Fahrlássigkeit, pág. 142.
dad propio de ambas clases de imprudencia, pues la actitud de quien 34 Desde la perspectiva de su delimitación divergente del dolo eventual
(cfr. supra, § 29 III, 3daa); Schróder tuvo que considerar erróneo el concepto
de culpa consciente; cfr. Schróder, Sauer-Festschrift, pág. 237. También Schmid-
29 Esta teoría se remonta a Feuerbach, Lehrbuch, 13. a ed., pág. 93, el cual háuser, GA 1957, 313; el mismo, GA 1958, 167; el mismo, Allg. Teil, pág. 435.
efectuó aquí, por primera vez, una distinción cualitativa en lugar de los grados 35 Cfr. Boldt, Bohmer, pág. 402.
cuantitativos de culpa del derecho común. 36 Cfr. Larenz, Schuldrecht, t. I, págs. 237 y ss. '
30 Cfr. las definiciones contenidas en el Proyecto 1962 § 18 I (culpa incons- 37 Cfr. Gohler, § 10 OWiG Anm. 3 C.
ciente) y II (culpa consciente), ninguna de las cuales, sin embargo, han sido re- 38 Cfr. Maiwald, GA 1974, 258; Jakobs, Teheran-Beiheft, págs. 30 y ss.;
cogidas en el texto definitivo de la Parte General. Tenckhoff, ZStW 88 (1976), págs. 898 y ss.; Volk, GA 1976, 175 y ss.; Maurach,
31 La culpa consciente, referida a la lesión del objeto de la acción, sólo Allg. Teil, pág. 536; Hall, Mezger-Festschrift, pág. 244. Cfr. también la defini-
equivale al dolo de peligro, cuando el autor toma en serio y se conforma con el ción del Proyecto 1962 I 18 III, que, no obstante, no ha encontrado acogida en el
peligro de producción de una lesión; cfr. sobre esto Schaffstein, Gottinger Fest- texto definitivo.
schrift OLG Celle, pág. 180. En contra de la equiparación general de culpa cons- 39 Maiwald, GA 1974, 265, requiere, llegando demasiado lejos, que el autor
ciente y dolo de peligro que efectúa Arthur Kaufmann, Schuldprinzip, pág. 154, haya poseído también la capacidad de prever el enjuiciamiento de su comporta-
con razón, LK (Schroeder), § 59 Anm. 140. miento como descuidado. En contra, también, SK (Rudolphi), § 18 Anm. 5.
784 § 54. Concepto y clases de imprudencia III. Tratamiento de dolo e imprudencia 785
completo impunes los comportamientos imprudentes insignificantes, halla conminada con pena de forma independiente, pero en sí misma
por entender que en tal caso es insuficiente la culpabilidad criminal.40 constituye una infracción administrativa, una contravención disci-
plinaria o, por lo menos, una acción claramente antijurídica, cuya
III. Tratamiento de las combinaciones de dolo e imprudencia significación especial proviene de haber producido el resultado de
peligro. De ahí que se halle justificado resolver la cuestión de la deli-
Baumann, Kritische Gedanken zur Beseitigung der erfolgsqualifizierten De-
likte, ZStW 70 (1958), pág. 227; Cramer, Das Strafensystem des StGB nach dem
mitación cargando el acento en la parte dolosa del tipo.
1-4-1970, J u r A 1970, 183; Hanle, Die Teilnahme an den erfolgsqualifizierten De-
likten, tesis, Tübingen 1970; Hardwig, Betrachtungen zum erfolgsqualifizierten Ejemplo: El taxista que conduce incorrecta y dolosamente por varios
Delikt, GA 1965, 97; Hirsch, Zur Problematik des erfolgsqualifizierten Delikts, pasos cebras para llevar de la forma más rápida posible a un ocupante que
GA 1972, 65; Jakobs, Das Fahrlassigkeitsdelikt, Beiheft ZStW Teherán, 1974, le ha determinado a conducir de tal guisa, poniendo en peligro la vida de
página 6; Janiszewski, Anmerkung zu BGH vom 22-7-1966, MDR 1967, 229; varios peatones, debe ser condenado por delito continuado con arreglo al
Jescheck, Erfolgsdelikte, Niederschriften, t. II, pág. 246; Arthur Kaufmann, § 315c III núm. 1 en reí. con el párrafo I núm. 2c, debiendo serlo el ocupan-
Das Schuldprinzip, 2.» ed. 1976; Else Koffka, Erfolgsdelikte, Niederschriften, te por inducción.
tomo II, pág. 234; Krey/Schneider, Die eigentlichen Vorsatz-Fahrlássigkeits-
Kombinationen etc., NJW 1970, 640; Lang-Hinrichsen, Zur Krise des Schuldge-
dankens im Strafrecht, ZStW 73 (1961), pág. 210; Maiwald, Der Begriff der En las combinaciones de dolo e imprudencia propias, la culpa
Leichtfertigkeit ais Merkmal erfolgsqualifizierter Delikte, GA 1974, 256; Oehler, ofrece la peculiaridad de que la vulneración del cuidado en relación
Das erfolgsqualifizierte Delikt und die Teilnahme an ihm, GA 1954, 33; el mismo, al resultado tiene lugar ya en la acción dolosa, pues quien, por ejem-
Das erf olgsqualifizierte Delikt ais Gef ahrdungsdelikt, ZStW 69 (1957), pág. 503; plo, no respeta dolosamente la preferencia de paso (§ 315c I núm. 2a),
Rudolphi, Anmerkung zu BGH 26, 175, J R 1976, 74; Schubarth, Das Problem
der erfolgsqualifizierten Delikte, ZStW 85 (1973), pág. 754; Tenckhoff, Zur actúa en relación a la puesta en peligro de los demás sujetos del trá-
leichtfertigen Herbeiführung qualifizierter Tatfolgen, ZStW 88 (1976), pág. 897; fico (§ 315c III núm. 1) normalmente, de forma descuidada, de suerte
Traub, Zur Bedeutung des Wortes "wenigstens" in § 56 StGB, NJW 1957, 370. que sólo falta preguntar si el resultado de puesta en peligro era tam-
bién previsible. Como la parte dolosa del tipo, en sí mismo contem-
En Derecho Penal existen numerosos tipos para cuya acción se plada, sólo constituye, sin embargo, un delito de peligro abstracto, la
requiere el dolo mientras que basta imprudencia en relación al resul- inobservancia del cuidado en relación al resultado puede excepcional-
tado de lesión o de puesta en peligro. La cuestión que entonces se mente tenerse que negar cuando la producción del peligro pareciese
suscita, es, en primer lugar, la de si estos preceptos penales comple- imposible según las especiales circunstancias del caso (cfr. supra,
jos deben tratarse como tipos dolosos o como tipos imprudentes. Por §26112).
otra parte, ello plantea el problema de qué estructura reviste en tales 2. El segundo grupo de combinaciones de dolo e imprudencia lo
casos la imprudencia. constituyen los delitos cualificados por el resultado (combinaciones
1. En relación a las combinaciones de dolo e imprudencia propias, impropias de dolo e imprudencia, cfr. supra, § 26 II l a ) . Son delitos
por ejemplo, la puesta en peligro del tráfico rodado prevista en el dotados de un contenido de peligrosidad típico que, de realizarse el
§ 315c III núm. 1 (cfr. supra, § 26 II l a ) , el nuevo Derecho contiene peligro inherente al tipo básico, se castigan con una pena esencial-
en su § 1 1 I I la regla según la cual "en el sentido de esta ley", esto es, mente más grave que las señaladas al hecho simple. El § 18 dispone
prácticamente en orden a la participación (OLG Stuttgart VRS 50, para este grupo de delitos, que únicamente podrá imponerse al autor
265), a la tentativa (por ej., § 353b II), 41 al delito continuado y a la la pena más grave "cuando por lo menos éste haya producido la con-
medición de la pena (•§§ 48, 56g II, 66), las mismas deben contem- secuencia imprudentemente". 48 Todavía subsisten en el StGB nume-
plarse como tipos dolosos.42 La parte dolosa del tipo complejo no se rosos delitos cualificados por el resultado, como reminiscencias de la
antigua responsabilidad por el resultado (por ej., §§ 221 III, 224,
40 También así, Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, págs. 216 y ss.; 226, 229 II, 239 II, III, 307 núm. 1, 312, 321 II, 324, 340 II), aun en
Stratenwerth, Basler Juristische Mitteilungen 1966, 72 y ss.; el mismo, Allg. combinación con un hecho imprudente como tipo base (§§ 39, 314,
Teil I, núm. 1.138. Cramer, DAR 1974, 322, pretende restringir la responsabilidad
por el resultado en el Derecho Penal del trafico a los casos en que concurra im-
prudencia grave, mientras que Volk, GA 1976, 179 y ss., propone excluir las con-
secuencias de escasa importancia. E n contra de ello, Trondle, DRiZ 1976, 132. 1970, 641 y ss.; LK (Schroeder), § 109b Anm. 12. Cfr. también BGH MDR
41 En contra, Krey/Schneider, NJW 1970, 644; SK (Rudolphi), § 11 1966, 229.
Anm. 36. 43 Del empleo del elemento "por lo menos" se deduce que, en principio,
42 De acuerdo Dreher, § 11 Anm. 38; Laekner, § 11 Anm. l i a ; Schonke/ también, cabe el dolo, por ejemplo, para el § 224 dolo eventual, mientras que, si
Schroder/Eser, § 11 Anm. 86; Janiszewski, MDR 1967, 229; cfr. también BT- concurre dolo directo, interviene el § 225. Cfr. sobre esto, BGH 9, 135 (136);
Drucksache IV/651, pág. 25. Por el contrario, cargan el acento en la parte de Schonke ISchróderI Cramer, § 18 Anm. 5; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 5; Traub,
imprudencia del tipo, Cramer, J u r A 1970, 196 y ss.; Krey/Schneider, NJW NJW 1957, 370.
786 § 54. Concepto y clases de imprudencia IV. Tentativa y participación en los delitos imprudentes 787
326).** Pese al § 18, es discutible su,compatibilidad con el principio con una pistola cargada, en la previsibüidad de que se dispare un tiro
de culpabilidad, puesto que la combinación penal resulta agravada de mortal (también así BGH 24, 213 [215]). En todo caso, como no se
suerte que excede notablemente a la pura culpabilidad imprudente. 46 precisa únicamente de una relación de adecuación, sino una culpabi-
lidad imprudente, el resultado ha de haber sido previsible también
Ejemplo: Si al golpear con una pistola cargada se escapa un disparo para el autor según sus personales facultades.49
que produce la muerte de la víctima, según el § 226, la penalidad mínima
imponible no es inferior a tres años y en los casos menos graves es de tres Si en un delito cualificado por el resultado intervienen varias personas,
meses a cinco años de privación de libertad. En cambio, el golpe por sí solo debe partirse siempre del delito-base dolosamente ejecutado. Según los §§
se castiga con arreglo al § 223a con una pena de privación de libertad de 29, 18 I, la cuestión de si la penalidad agravada ha de aplicarse a alguno
hasta cinco años o multa, la misma penalidad que para el homicidio impru- de los intervinientes (coautor, inductor, cómplice) depende sólo de si para
dente aisladamente considerado señala el § 222 (BGH NJW 1960, 683). dicho interviniente era previsible la consecuencia más grave, con indepen-
dencia de si el autor principal ha actuado dolosamente, por imprudencia o
Para vincular más estrechamente los delitos cualificados por el sin culpa.60
resultado al principio de culpabilidad, cada vez se requiere en mayor Ejemplo: Quien induce a otro a cometer un robo en el que la víctima ha
medida imprudencia temeraria en lugar de simple (cfr. supra, § 26 de ser golpeada con un palo en caso de que ofrezca resistencia, debe ser
II l a ) . Mas como en estos casos, a diferencia de lo que sucede en el condenado por inducción al robo con resultado de muerte (§§ 251, 226), si
§ 18, no se requiere "por lo menos" imprudencia temeraria, en caso el robado pierde la vida en el momento del hecho pudiendo el inductor ha-
de concurrir dolo en relación a la consecuencia más grave no cabe berlo previsto (BGH 19, 339 [341 y ss.]).
apreciar el delito cualificado por el resultado (BGH 26, 175 sobre el
§ 251, con nota favorable de Rudolphi, JR 1976, 74).« Sobre la tentativa en los delitos cualificados por el resultado, cfr.
Es evidente que debe aplicarse a los delitos cualificados por el re- supra, § 49, VIÍ 2, y sobre concurso cfr. infra, § 67 III 3.
sultado la regulación prevista en el § 11 II. Que deben tratarse, como
hechos dolosos, se desprende ya del hecho de que su tipo base cons- IV. Tentativa y participación en los delitos imprudentes
tituye por sí mismo un delito doloso punible con independencia.47
Dicho hecho-base, doloso también, contiene siempre, en cuanto deli- En los delitos imprudentes no caben ni tentativa (cfr. supra, §
to de lesión, una inobservancia del cuidado debido en orden a la evita- 49 III la) ni participación (cfr. infra, § 61 VI), aunque en sí ambas
ción de la consecuencia especial. La imprudencia que requiere el § 18 cosas serían imaginables en la culpa consciente. Si varias personas
consiste, pues, aquí únicamente en la previsibüidad de la consecuen- causan imprudentemente un resultado típico, cada una de ellas es
cia más grave,48 por ejemplo, en el caso arriba mencionado del golpe responsable de la totalidad. 61 Sin embargo, se plantean cuestiones
dudosas en los casos en que alguien contribuye mediante un compor-
44 Sobre el Derecho Penal especial, cfr. Hanle, Die Teilnahme, pág. 14. tamiento imprudente a que otro pueda cometer un hecho doloso. Si,
45 Cfr. Arthur Kaufmann, Schuldprinzip, pág. 244; Kohlrausch/Lange, por ejemplo, el asesino utiliza la falta de cuidado de un farmacéutico
§ 56 Anm. III (págs. 211 y ss.); Hardwig, GA 1965, 98; Schdnke/Schroder/Cra- para procurarse veneno para la ejecución del hecho, no cabe dudar,
mer, § 18 Anm. 1; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 1. En favor de la supresión de los
delitos cualificados por el resultado de lege ferenda, Jescheck, Niederschriften, en cualquier caso, en la concurrencia de la relación de causalidad (no
tomo II, pág. 248; Schubarth, ZStW 85 (1973), pág. 775. Favorable, en cambio, existe interrupción del nexo causal por el hecho doloso; cfr. supra,
a la situación en que se encontraba el derecho, antes de la introducción del § 56 § 28 II 3) .52 El problema no reside en la imputación objetiva del hecho
anterior redacción, Baumann, ZStW 70 (1958), págs. 236 y ss.; contra él, con
razón, Lang-Hinrichsen, ZStW 73 (1961), págs. 224 y ss. En favor del manteni-
miento de los delitos cualificados por el resultado, con argumentos respetables,
Hirsch, GA 1972, 77. En favor de que se revisen las penalidades, Jakobs, Tehe- 49 En favor de la restricción de los delitos cualificados por el resultado
ran-Beiheft, págs. 37 y ss. a la relación de adecuación, Hardwig, GA 1965, 100; Jescheck, Niederschriften,
46 Sobre las consecuencias en orden a la determinación de la pena, cfr. tomo II, págs. 249 y ss.; Arthur Kaufmann, Schuldprinzip, pág. 245; Kohlrausch/
Maiwald, GA 1974, 270; Lackner, § 251 Anm. 4. Por el contrario, Dreher, § Lange, § 56 Anm. III; Oehler, ZStW 69 (1957), págs. 512 y ss. Pero debe reco-
251 Anm. 6, con argumentos respetables, propone aplicar, también, el § 18 a nocerse que, esta exigencia, todavía resultaría menos compatible con el principio
los tipos que requieren imprudencia grave. Un efecto oclusivo de la penalidad de culpabilidad que el § 18.
menos grave del § 251, en caso de homicidio doloso, aconsejan acertadamente, 50 Cfr. Dreher, § 18 Anm. 4; Lackner, § 18 Anm. 3b; Schonke/Schroder/
Lackner, § 251 Anm. 4; Tenckhoff, ZStW 88 (1976), págs. 912 y ss. Cramer, § 18 Anm. 7; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 6; discrepando, en parte, Oehler,
47 Aquí quedan fuera de consideración los §§ 309, 314 y 326, en los cuales, GA 1954, 37 y ss.; Hanle, Die Teilnahme, págs. 58 y ss.
el tipo básico, es un hecho imprudente. 51 Cfr. sobre esto, con más detalle, Gallas, Beitrage, pág. 91; Maurach,
48 Así, expresamente, § 17 Proyecto 1919 y, también, art. 123 II StGB Allg. Teil, págs. 532 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.184 y ss.; Welzel,
suizo. También así, Else Koffka, Niederschriften, t. II, pág. 242; Jescheck, ibídem, Allg. Teil, págs. 99, 189.
página 248; Lackner, § 18 Anm. 3c. Antes ya Radbruch, VDA, t. II, pág. 251. 52 Cfr. Spendel, J u S 1974, 753 y ss.
788 § 54. Concepto y clases de imprudencia V. Derecho comparado 789
doloso, sino en la delimitación del deber de cuidado del que actúa con fundamentar la responsabilidad por imprudencia el posibilitar o facilitar
imprudencia. Cabe distinguir dos grupos de casos: un hecho doloso a cuya comisión cabía advertir que otro podía decidirse.
1. Si la inobservancia del cuidado encierra en sí misma el peligro Evidentemente, en estos supuestos, la previsibilidad podrá afirmarse más
de producción del resultado típico, el aprovechamiento de la situa- raramente y casi nunca será susceptible de prueba.
ción favorable p a r a la comisión de un hecho doloso permanece dentro
del marco del riesgo jurídicamente desaprobado, y la responsabilidad V. Derecho comparado
del que actúa descuidadamente por el resultado del hecho doloso se
La reestructuración de la imprudencia, con arreglo al doble módulo de
rige según las normas generales. una componente de antijuridicidad y otra de culpabilidad, ha encontrado
también partidarios en Austria,51 en Suiza66 y en América.69 Por el con-
Ejemplos: El asesino puede procurarse el veneno en la farmacia sin que trario, la doctrina francesa, acerca de la esencia y de los límites de la im-
ello sea advertido, porque el farmacéutico se comportó de forma gravemen- prudencia, ha permanecido en una fase que debe denominarse "clásica"; 60
te contraria a los reglamentos. Alguien alquila una vivienda fuertemente la Jurisprudencia tiende, en base al principio de la identidad de la impru-
expuesta a peligro de incendio en la que más adelante perecen los inquili- dencia en el Derecho Civil y en el Penal, a una concepción extensiva y ri-
nos a causa de un incendio provocado dolosamente por un tercero (RG 61, gurosa. 61 La doctrina italiana también basa la imprudencia en un baremo
318 [320]). En ambos casos debe afirmarse homicidio imprudente. tanto objetivo como subjetivo, pero atribuye la totalidad a la culpabilidad.62
Lo mismo cabe decir del estado actual de la doctrina española.68 La origi-
2. Faltando un riesgo jurídicamente desaprobado — alguien presta a
nalidad del Derecho español radica en el art. 565 C. P., que contiene un
un amigo un rifle de caza, sin pensar que con él éste puede matar a su mu-
tipo general de imprudencia.64 También en Holanda se discuten las compo-
jer —, debe negarse la imputabilidad objetiva del resultado. La prohibición
nentes objetivas y subjetivas de la imprudencia bajo el concepto superior de
de regreso que algunos autores admiten 68 debe, no obstante, rechazarse.64
culpabilidad, aunque por lo demás surgen los mismos problemas de la doc-
También en un tal caso, puede suceder que el hombre de atrás pudiera pre-
trina alemana.65 En el derecho penal angloamericano no basta la impru-
ver el hecho doloso gracias a conocimientos especiales. En tal caso, él sería
dencia simple para la punición, sino que se requiere un grado más elevado
responsable del resultado por imprudencia. La Jurisprudencia se ha adhe-
de imprudencia que para la acción ilícita del Derecho Civil, lo que se designa
rido a este punto de vista.
como "criminal, culpable o gross-negligence", de suerte que la responsabi-
Ejemplos: Debe imputarse al comerciante que vulnera el deber de in-
formación, la lícita exportación dolosa de artículos que efectúa su compa-
ñero de negocios, si aquél podía prever el curso de los acontecimientos 57 Cfr. Burgstaller, Das Fahrlassigkeitsdelikt, págs. 23 y ss.; el mismo,
(RG 58, 366 [368]). La madre cuya hija va a dar a luz ilegítimamente es Chrundzüge, págs. 105 y ss.; Graftberger, ZfRV 1964, 20 y ss.; Rittler, t. I, pági-
responsable de homicido imprudente (cometido por omisión) si se aleja nas 217 y ss.; Kienapfel, JZ 1972, 775; Nowakowski, JB1 1972, 30 y ss.; Platz-
gummer, JB1 1971, 240; Seiler, Maurach-Festschrift, pág. 79. Roeder, Sozialadá-
de la vivienda durante el parto, pese a que podía prever que su hija daría quates Risiko, pág. 51, defiende, también, el doble baremo, pero, estimando una
muerte al niño (RG 64, 316 [319]). La amante que proporciona al marido causa de exclusión de la culpabilidad, en caso de observancia del cuidado ob-
el veneno con el cual éste mata a su mujer, es responsable de homicidio im- jetivamente debido (pág. 94).
prudente si podía advertir el destino del veneno (RG 64, 370 [373]). En la 58 Cfr. BGE 69 (1943) IV 231; Frey, Schweiz. Juristenvereins-Festschrift,
páginas 343 y ss.; Schwander, Das schweiz. StGB, pág. 94; Walder, ZBJV 104
provocación imprudente de un suicidio se rechaza, de forma excesivamente (1968), págs. 169 y ss., y 184 y ss. Pero, críticamente, Schultz, SchwZStr 83
general, el homicidio culposo (BGH 24, 342). a En sentido restrictivo, con (1967), pág. 319.
razón, BayObLG JZ 1973, 319. 59 Binavince, Fahrlássigkeit, págs. 227 y ss.
60 Cfr. Cornil, ZfRV 1964, 35; Bouzat, Traite, t. I, págs. 195 y ss.; Stefa-
Stratemverth6* sostiene que en estos casos sólo entra en consideración nilLevasseur, Droit penal general, págs. 216 y ss. Pero, de forma análoga a la
la responsabilidad por imprudencia del hombre de atrás cuando podía ad- moderna doctrina alemana, Merle/Vitu, Traite, págs. 597 y ss. Cfr. sobre el
vertir que el autor del delito doloso ya se hallaba decidido a cometer el tema el informe relativo al VIII Congreso Internacional de Derecho Penal de
hecho. Mas una tal restricción del deber de cuidado resulta injustificada, 1961, de Hannequart, Rev dr pén crim 42 (1961-62), págs. 484 y ss.; también,
Colloque sur le probléme des délits involontaires, Rev se crim 1962, 241 y ss.
pues no es cierto que, por lo general, quepa confiar en la no comisión de un 61 Cfr. los ejemplos de Jescheck, Fahrlássigkeit, págs. 14 y ss., 19, 24;
hecho doloso, aun cuando existan indicios de lo contrario. También debe también Brigitte Dieckmann, Das fahrlássige Erfolgsdelikt im franzósischen
Strafrecht, 1969. '
62 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, págs. 439 y ss.; Nuvolone, Sistema, pági-
53 Cfr. Frank, § 1 Anm. III 2a; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 138; Lampe, nas 278 y ss.; críticamente, Pagliaro, Principi, pág. 291, nota 29.
ZStW 71 (1959), pág. 615; Naucke, ZStW 76 (1964), págs. 409 y ss. 63 Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 401 y ss., 412 y ss. Mas,
54 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 230; Maurach/Zipf, Allg. Teil, págs. 271 el influjo de la moderna doctrina alemana, resulta innegable; cfr. Núñez Bar-
y ss.; Schdnke/Schroder/Lenckner, § 13 Vorbem. 79; Spendel, JuS 1974, 755 bero, El delito culposo, págs. 102 y ss.; Torio López, Anuario 1974, 49 y ss.
(quien, no obstante, al final de la pág. 756 defiende la impunidad por otras razo- 64 Cfr. Córdoba Roda, ZStW 81 (1969), págs. 429 y ss.
nes). Como Spendel, también Schonke/SchrSder,/Cramer, § 15 Anm. 154 y ss. 65 Cfr. van Bemmelen, Ons strafrecht, págs. 147 y ss.; Pompe, Das nie-
55 Cfr. la acertada crítica de Geilen, JZ 1974, 146 y ss. derlándische Strafrecht, págs. 82 y ss. Una amplia exposición de la Jurispruden-
56 Stratenwerth, Allg. Teil I, págs. 1.162 y ss. cia bajo este aspecto ofrece D. HazewinkeUSuringa, Inleiding, págs. 173 y ss.
790 § 54. Concepto y clases de imprudencia Adiciones de Derecho español al § 54 791

lidad jurídico-penal resulta restringida de forma notable.66 En la RDA la Personalmente me he manifestado favorable a llevar a sus últimas conse-
imprudencia se imputa a la culpabilidad con sus elementos objetivos y sub- cuencias el giro sistemático que inició el finalismo, en la línea que sigue el
jetivos. Las distintas formas de imprudencia (§§ 7, 8 StGB) y el concepto sector doctrinal alemán fStratenwerth, Jakobs, Otto: cfr. supra § 5U I
de deber (§ 9 StGB) se hallan legalmente definidos. La imprudencia incons- nota 1U) según el cual también los conocimientos y capacidades personales
ciente (§ 8 II StGB) se halla restringida por la exigencia de una indiferen- condicionan lo injusto de la imprudencia. Ésta es la única forma de evitar
cia irresponsable o una actitud indisciplinada.67 la escandalosa impunidad de quien, dotado de facultades sobresalientes,
deja de emplearlas voluntariamente y se limita a comportarse con arreglo al
* * * "deber objetivo de cuidado". Según el planteamiento que relega el poder sub-
jetivo del autor a la culpabilidad, este sujeto actuaría con arreglo a Derecho
y no podría, pues, ser castigado luego por la sola concurrencia de una "ma-
I. Concepto de imprudencia
yor" culpabilidad. Desde mi punto de vista, lo decisivo ha de ser la posibili-
1. La doctrina española sobre la imprudencia divide sus posiciones en dad de emplear voluntariamente las facultades personales. Si pudiendo
torno, fundamentalmente, a su actitud frente a la alternativa de sistemá- utilizarlas cuando fuera necesario el agente no lo hizo, ya sea a conciencia,
tica causalista o sistemática finalista. El sector tradicional, causalista, con- ya por descuido, el mismo se comportó incorrectamente desde el prisma de
cibe la imprudencia (o "culpa", término éste preferido en nuestro pais pese un observador objetivo, quien conociendo la posibilidad de utilizar unas
a la terminología más inequívoca del Código Penal, que sólo se refiere a "im- facultades excepcionales consideraría obligado su empleo para evitar la lesión
prudencia" o "negligencia" en los arts. 565, 586 y 600) 1 como segunda forma del bien jurídico. En tal caso la conducta sería antijurídica, prohibida por
de la culpabilidad, junto al dolo. Sin embargo, no han podido dejar de acusar la norma de cuidado que obliga a hacer todo lo posible al autor en la situa-
su influjo las modernas corrientes y los causalistas ya no pretenden concebir ción concreta a juicio del espectador objetivo. Viceversa, por lo que respecta
la culpa en un sentido puramente psicológico, sino también en el sentido tanto al poder inferior del sujeto, como al poder excepcional no disponible a
normativo de omisión de la diligencia debida. Pero, situada la imprudencia voluntad (p. ej., hasta cierto punto, una mayor inteligencia), constituyen
de la culpabilidad, a efectos sistemáticos no distingue este sector doctrinal asimismo límites de lo prohibible por la norma de cuidado y, por tanto, tam-
entre el deber de cuidado objetivo y el subjetivo, sino que contempla ambos bién de lo injusto, por la misma razón que en los delitos de omisión: el poder
aspectos de forma unitaria.2 de cumplimiento es el límite máximo del deber normativo, porque la prohibi-
Mas es creciente la importancia de quienes, acogiendo la sistemática ción preventiva de la norma no puede intentar motivar a realizar conductas
finalista, conciben la imprudencia como determinante de una clase de tipo imposibles. Según esto, la norma de cuidado no obliga a nadie a aplicar un
de injusto. Se distingue, desde esta óptica, entre deber objetivo (injusto) y comportamiento para el que no tiene facultades, aunque aquel comporta-
deber subjetivo (culpabilidad) de cuidado, de la forma en que se hace en el miento sea el impuesto a la mayoría de hombres, dotados de mayor capaci-
texto? dad; y, por otra parte, la norma de cuidado tampoco puede obligar a utilizar
un poder sobresaliente no disponible a voluntad, pues que el sujeto esté o no
66 Cfr. sobre el Derecho inglés, Grünhut, Das englische Strafrecht, pági- a la altura de un tal poder excepcional en el momento concreto del hecho no
nas 195 y ss.; Kenny/Tumer, Outlines, pág. 38, con jurispr. en nota 3; Smith/ puede imponerse por la motivación de la norma, y cuando aquél deja de estar-
Hogan, Criminal Law, pág. 256. Sobre el Derecho americano, Honig, Das ameri- lo más bien se pone de manifiesto que en el momento del hecho el mismo no
kanische Strafrecht, págs. 114 y ss.; Caspari, Die Fahrlássigkeit im amerikani- se halla en condiciones superiores a lo normal, por lo que no podría exigírsele
schen Strafrecht, 1972; también Jescheck, Fahrlássigkeit, págs. 15, 19 y ss. más cuidado que al término medio de los hombres. ¿Qué queda entonces para
67 Cfr. Schroder/Gabler, Studien zur Schuld, págs. 93 y ss. Propugnan
prudencia, Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, pág. 287. la culpabilidad? Nada que no sea común a todo delito, sea doloso o sea im-
i Sólo en el art. 8, 8.° CP hace uso la ley del término "culpa". En cambio, prudente: las condiciones, sean personales sean situacionales, de una recep-
el Proyecto 1980 acoge esta terminología ("culpa") con preferencia a la más ex- ción normal de la motivación normativa (motivabilidad normal) »4
presiva y tradicional de "imprudencia", lo que considero recusable (cfr. arts. 17
y 18 Proyecto), como lo prueba el que aquél no pueda prescindir de recurrir a la Según lo anterior, todo lo específico de la imprudencia pertenece al ámbi-
terminología tradicional al describir el tipo de los delitos imprudentes (así ar- to de lo injusto (único ámbito de lo prohibido,). Ello resulta perfectamente
tículo2 175): "El que por imprudencia causare la muerte de otro..."). satisfactorio desde el prisma del Derecho español, que contempla la impru-
Cfr. Antón Oneca, PG pp. 217 ss.; Cuello Calón, PG p. 454 s.; Rodríguez dencia (o negligencia) como una clase de tipo de injusto.5
Devesa, PG pp. 451 ss.; Quintano Ripollés, Curso I p. 291; Jiménez de Asúa, Tra-
tado V (1963) p. 841; Torio, El deber objetivo de cuidado en los delitos culposos, 2. A) La regulación tradicional de la imprudencia en los Códigos peria-
en ADPCP 1974, pp. 54 ss. También el TS ha incorporado la concepción normati-
va; cfr. ss. 7 dic. 33, 11 dic. 45, 21 febr. 47, 1 jun. 47, 9 sept. 66, 31 oct. 67,
30 abr. 68, 19 mayo 69, 23 nov. 72, 30 jun. 73, 27 marzo 74, etc. 1963, pp. 75 ss.; Beristain Ipiña, Cuestiones penales y criminológicas, Madrid,
3 Aunque no todos sean "finalistas", aceptan esta sistemática finalista: 1979, pp. 112 ss., 121 ss.; Qimbemat Ordeig, Estudios pp. 97 s.; Núñez Barbero,
Cerezo Mir, Lo injusto de los delitos dolosos en el Derecho penal español, en El delito culposo, 1975, pp. 34 y 49 s
ADPCP 1961, p. 65; Córdoba Roda, Notas I pp. 258 ss.; el mismo, Una nueva 4
concepción del delito... Barcelona, 1963, pp. 90 ss.; Conde Pumpido, Exposición Cfr. un desarrollo de parte de estas ideas en Mir Puig, Función de la pena
crítica de la doctrina de la acción finalista..., en ADPCP p. 277; Suárez Montes, y teoría del delito, pp. 53 ss.
Consideraciones críticas en torno a la doctrina de la antijuricidad en el finalismo, 6 Cfr. Mir Puig, Delito y falta, en ADPCP 1973, pp. 328 ss.
792 § 54. Concepto y clases de imprudencia Adiciones de Derecho español al § 64 793
les españoles discrepa abiertamente de la existencia en Alemania, común subjetivos del injuston y también ha de ocurrir cuando el tipo requiera una
en el Derecho comparado y acogida en el Proyecto 1980. En lugar de tipifi- clase cualificada de dolo que excluya el dolo eventual (cfr. con más detalle
carse de forma particularizada cada uno de los hechos imprudentes como se supra Adiciones al § 29). La doctrina española absolutamente dominante
hace con los dolosos, en nuestro Derecho se prevén fórmulas generales de se opone a tan amplia extensión de la punibilidad de la imprudencia y pide la
imprudencia que es preciso relacionar con cada uno de los tipos dolosos. adopción del sistema de incriminación particularizada y restrictiva. 12 El
Tales fórmulas se contienen en los arts. 565, 586 8." y 600 CP. El art. 565 Proyecto 1980 recoge esta aspiración, lo que constituye una de sus principa-
se halla previsto entre los "delitos", los otros dos artículos entre las "faltas*'. les novedades (art. 18).
El art. 565 dice en su primer párrafo:
"El que por imprudencia temeraria ejecutare un hecho que, si mediare II. Clases y grados de imprudencia
malicia, constituiría delito, será castigado con la pena de prisión menor."
Ahora sólo importa destacar la técnica empleada por el CP, que queda 1. La distinción de culpa consciente e inconsciente es constante en la
claramente reflejada en la redacción legal acabada de citar. Se sigue de ella doctrina española,12 pese a que tal distinción no se halla prevista por la ley
tanto que los demás tipos previstos por el Libro II del CP contienen en ni puede tener efectos decisivos sobre la gravedad del hecho. El CP distingue
principio el dolo — el dolo pertenece al tipo —, como que el tipo imprudente únicamente entre "imprudencia temeraria", "imprudencia simple con infrac-
resulta de la puesta en relación del art. 565 (o del 586 3." ó 600, según los ción de reglamentos" e "imprudencia simple sin infracción de reglamentos".
casos) con la parte objetiva de los distintos tipos dolosos que en general Estas diversas clases de imprudencia no se diferencian en cuanto a su estruc-
constituyen el Código penal.6 tura psicológica y nada tienen que ver con la distinción de culpa consciente
Sin perjuicio de este sistema de fórmulas generales, el Código prevé e inconsciente. La gravedad de la infracción de la norma de cuidado es el
algunos supuestos excepcionales de particulares tipos imprudentes (así, en momento normativo a que atiende la clasificación legal. La imprudencia
los arts. 855, 858 II, 860, 895 CP y, acaso, con imprudencia presunta en los temeraria es la modalidad más grave, habiendo sido equiparada por el TS en
artículos 412, 427 y 521 CP). ocasiones a la "culpa lata" del Derecho común.1* Silvela la definió como
B) Sin embargo, no sólo estos supuestos particulares encierran crimina "aquel cuidado y diligencia, aquella atención que puede exigirse al menos
culposae diferenciados. También en la imprudencia resultante de las fórmu- cuidadoso, atento o diligente",14 baremo éste del hombre menos diligente que
las generales entiende la doctrina dominante que existen tantos crimina cul- la doctrina y el TS manejan a menudo,16 aunque también con frecuencia el
posae como posibles figuras de delito imprudentes (homicidio imprudente, último se contenta con la infracción de las normas que observaría una perso-
lesiones imprudentes, etc.). La técnica de fórmula general no debe entender- na media.16 Puede constituir imprudencia temeraria tanto la culpa conscien-
se, pues, como tipificadora de un único crimen culpae genérico, de un solo te como la inconsciente, siendo a veces lo más imprudente el emprender una
"delito de imprudencia", por cada fórmula legal de imprudencia.1 Debe re- determinada conducta sin haberse preocupado de advertir siquiera los ries-
chazarse la opinión contraria del TS, que le conduce a apreciar un único gos que evidentemente supone.17
delito de imprudencia cuando una sola conducta imprudente origina varios La imprudencia simple con infracción de reglamentos constituye la clase
resultados* a diferencia de la doctrina, que estima en este caso concurso de de imprudencia que sigue en gravedad a la temeraria. Supone un concepto
delitos.9
C) El sistema de cláusulas generales confiere una extraordinaria ampli- 11
Cfr. Antón Oneca, PG p. 224; Rodríguez Devesa, PG p. 414; Córdoba
tud a la punibilidad de la imprudencia, erigiéndola en regla general, 10 salvo Roda, Notas II p. 216; Jiménez de Asúa, Tratado V p. 1.050. SSTS 8 mayo 33,
que el tipo correspondiente al resultado realizado la impida, lo que sucede, 12 nov. 58,11 marzo 77. Algunos sectores manejan, además, otros criterios restric-
según la doctrina dominante y el TS, cuando dicho tipo contiene elementos tivos de la posibilidad de imprudencia. Así su exclusión en delitos de "dolo dupli-
cado" (Quintano Ripollés, Comentarios p. 1.064), en los que se alude al dolo (Cór-
doba, Notas II p. 217; Rodríguez Devesa, PG p. 463), en los de mera actividad
« Cfr. Mir Puig, ADPCP 1973, pp. 328 s.; mismo autor, La Reincidencia (doctrina minoritaria: cfr. Gimbernat Ordeig, Introducción pp. 123 s.).
en el Código penal, Barcelona, 1974, pp. 376 ss.; Gimbernat Ordeig, Introducción 12
Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 410; Antón Oneca, PG p. 226; Jiménez de
páginas 115 ss. Asúa, Tratado V p. 738; Gimbernat Ordeig, Introducción p. 122; Cerezo Mir,
7
Cfr. Jiménez de Asúa, Tratado V p. 724; Quintana Ripollés, Derecho pe- ADPCP 1972, p. 766.
nal de la culpa, Barcelona, 1958, p. 19; Antón Oneca, PG p. 222; Córdoba Roda, i3 Cfr. Jiménez de Asúa, Tratado V pp. 997 ss.; Antón Oneca, PG p. .223
Notas II pp. 254 s.; Rodríguez Devesa, PG pp. 468 s.; Rodríguez Muñoz, Notas I (aunque entendiendo que hubiera podido identificarse la culpa temeraria con la
(1955) pp. 206 ss; Núñez Barbero, Delito culposo p. 77. consciente); Rodríguez Muñoz, Notas II p. 170.
8 Así SS. 12 dic. 27, 2 abril 32, 11 mayo 40; 29 sept. 62, 2 junio 72. En esta i* Cfr. Silvela, Derecho penal II p. 161.
línea Cuello Calón, I p. 450. Cfr. Gimbernat Ordeig, Introducción p. 121, que 16
Cfr. Antón Oneca, PG p. 223; Rodríguez Devesa, PG p. 466. Entre la
refleja la situación jurisprudencial. abundante jurisprudencia del TS (recogida ampliamente por Rodríguez Devesa
9 Así SS. 8 oct. 1887, 12 dic. 27, 14 dic. 31, 2 abr. 32, 14 dic. 40, etc. Cfr. loe. cit.), cfr. SS. 27 mayo 68, 24 dic. 73, 24 en. 74.
sobre esto Antón Oneca, PG p. 222; Rodríguez Devesa, PG pp. 726 s.; Gimbernat 16
Cfr. p. ej.: SSTS 7 junio 62, 17 abril 63, 26 febr. 64, 10 dic. 73.
Ordeig, Introducción p. 121. 17
Así Rodríguez Devesa, PG p. 460. También Gimbernat Ordeig, Introduc-
io En contra Torio López, ADPCP 1972, p. 555. ción p. 118.

7. — Hans-Helnrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H


794 § 54. Concepto y clases de imprudencia Adiciones de Derecho español al § 54 795
complejo, que requiere imprudencia simple, por una parte, y, por otra, una tual). Quien toma unas curvas de visibilidad reducida a velocidad muy exce-
infracción de alguna norma jurídica expresamente establecida en alguna siva por su izquierda, a conciencia de que ello constituye una forma de con-
ley, reglamento, etc. La imprudencia (o "negligencia", concepto éste gene- ducción temeraria pero confiando que en su caso no va a salirle al paso
ralmente considerado sinónimo)18 simple es la forma menos grave de im- ningún vehículo en sentido contrario (culpa consciente), no cometería el
prudencia que conoce nuestro Derecho penal. Equiparada a la "culpa levis" delito del art. 840 bis 2." CP. La impunidad de los supuestos como éste no
(no a la levissima,),19 supone la infracción de normas de cuidado no tan ele- resultaría adecuada a las exigencias político-criminales propias del tráfico
mentales como las vulneradas por la imprudencia temeraria, normas que res- rodado. La única solución que permitiría la concepción estrictamente dolosa
petaría no ya el ciudadano menos diligente, sino uno cuidadoso.20 Acompa- del art. 340 bis a) 2." sería la punición por imprudencia (arts. 565, 586 8." ó
ñada de infracción de reglamento, la imprudencia simple resulta agravada 600 CP en relación con aquel precepto) .**
en su tratamiento legal, convirtiéndose con ello en "delito" el hecho impru-
dente que de ser doloso tendría también esta gravedad (art. 565 II), La
IV. Tentativa y participación en los delitos imprudentes
imprudencia simple sin infracción de reglamentos es la tercera, y última en
gravedad, de las especies legales de imprudencia. Nunca puede convertir en A diferencia de lo que sucede en Alemania, en la doctrina española se
"delito" el hecho imprudente, que quedará en "falta" cualquiera que sea la admite tanto la posibilidad de tentativa (minoritariamente)24 como la de
gravedad del resultado producido (así el homicidio por imprudencia simple participación en hechos imprudentes (doctr. dom.),25 siendo esto último com-
constituirá sólo "falta ) . 2 1 partido por una dirección de la jurisprudencia del TS.26 Más adelante (Adi-
En el Proyecto 1980 se sustituyen las clases tradicionales de imprudencia ciones al § 61 VI) examinaremos la interesante posibilidad de la participa-
por las de "imprudencia gravé" e "imprudencia leve" (así, p. ej., arts. 175 y ción en delitos imprudentes.
282 y sus equivalentes "culpa grave" y "culpa leve" (arts. 661, 667 y 668). Con relación a la problemática de la actuación que da lugar a la comisión
de un delito doloso, la doctrina del TS según la cual la intervención dolosa de
Hf. Tratamiento de las combinaciones de dolo e imprudencia un tercero determina una interrupción del nexo causal (cfr. supra Adiciones
al § 28), conduciría a negar la responsabilidad por imprudencia del que posi-
En nuestro país no se ha planteado expresamente esta problemática. bilita por descuido el delito doloso.
El CP no prevé de modo explícito delitos de peligro con conducta dolosa y
causación imprudente del resultado de peligro, ni tampoco requiere para los
delitos cualificados por el resultado la concurrencia de imprudencia respecto § 55 El tipo de injusto del hecho imprudente
del resultado cualificativo. En cuanto a lo primero, todo depende de si en los
delitos de peligro concreto previstos por la ley (como el del art. 840 bis 2.a; Baumann, Schuld und Verantwortung, J Z 1962, 4 1 ; Bockelmann, Das Straf-
artículo 827, 2." Proyecto 1980 CP) es preciso no sólo el dolo respecto de la recht des Arztes, Lehrbuch der gerichtlichen Medizin, 3. a ed. 1967, pág. 1; von
Caemmerer, Das Problem der überholenden Kausalitat im Schadensersatzrecht,
conducta peligrosa, sino también con relación al resultado de puesta en pe- Gesammelte Schriften, t. I, 1968, pág. 411; Deutsch, Fahrlássigkeit und erfor-
ligro de concretos bienes jurídicos. La mejor doctrina considera que el delito derliche Sorgfalt, 1963; Engelmann, Rechtsbeachtungspflicht und rechtliche
de conducción temeraria del art. 8¿0 bis a) 2." requiere el dolo, siquiera de Schuld (separata de Festschrift für L. Traeger), 1926; Exner, Fahrlassiges
peligro, y que el mismo alcance tanto a la forma temeraria de conducir como Zusammenwirken, Festgabe für R. v. Frank, t. I, 1930, pág. 569; Gallas, Die
a la puesta en peligro (concreto) de la vida, integridad física o bienes de strafrechtliche Verantwortlichkeit der am Bau Beteiligten, 1963; Gimbernat
alguna persona determinada.22 El alcance de este planteamiento es de gran Ordeig, Die innere und die áu|3ere Problematik der inadáquaten Handlungen etc.,
trascendencia práctica: no bastará, según el mismo, que el sujeto sea cons- tesis, Hamburg 1962; Hall, Über die Kausalitat und Rechtswidrigkeit der Unter-
ciente de la peligrosidad abstracta y general de su forma de conducir, sino lassung, Erinnerungsgabe für M. Grünhut, 1964, pág. 213; Hanau, Die Kausa-
que será preciso además que, por lo menos, advierta como probable la posi- litat der Pflichtwidrigkeit, 1971; Herikel, Anmerkung zu OLG Stuttgart vom
17-2-1956, NJW 1956, 1.451; v. Hippel, Vorsatz, Fahrlássigkeit, Irrtum, VDA,
bilidad de poner en concreto peligro a alguna persona o bienes determinados tomo III, 1908, pág. 373; Jagusch, StraPenverkehrsrecht 23. a ed. 1977; Jakobs,
y no descarte la producción de ese posible resultado de peligro (dolo even-

18 28 Aunque reconoce la posibilidad conceptual de la comisión imprudente,


No obstante, Cuello, PG p. 461, considera posible entender que la negli- cree que se opone a ella la voluntad de la ley Córdoba Roda, Comentarios,III
gencia se refiere a las modalidades omisivas. página 1.260.
19
Cfr. Antón Oneca, PG p. 223; Quintana Ripollés, Curso I p. 301. 24 Admite la posibilidad de tentativa en un hecho culposo (no la tentativa
2
<> La doctrina se refiere en este caso a la inobservancia de la "mediana pre- culposa) Córdoba Roda, Notas II p. 190.
visión": cfr. Antón Oneca, PG p. 223. Pero ya se vio que con frecuencia emplea 25
En este sentido: Quintano Ripollés, Derecho penal de la culpa, Barcelo-
el TS este baremo para la imprudencia temeraria (cfr. nota 16). na, 1958, pp. 327 ss., 333; Córdoba Roda, Notas II p. 330; Rodríguez Mourullo,
21
Cfr. Gimbernat Ordeig, Introducción p. 120. Comentarios I pp. 814 ss., 881; el mismo, ADPCP 1969, p. 480; Rodríguez Devesat
22
Cfr. Muñoz Conde, PE p. 399; Rodríguez Devesa, PE p. 1.021 s.; Berxs- PG p. 762.
tain Ipiña, Cuestiones penales pp. 318 s.; Córdoba Roda, Comentarios III (1978) 26 Cfr. SS. 31 oct. 28, 22 febr. 30, 25 nov. 52, 17 nov. 58, 2 julio 66, 17 febr.
página 1.259. del 76.
796 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente I. Vulneración del deber objetivo de cuidado 797

Vermeidbares Verhalten und Strafrechtssystem, Festschrift für H. Welzel, 1974, información sobre la clase y medida del cuidado que es preciso em-
página 307; Jescheck, Verhütung von Straftaten gegen das Leben und die Kor- plear.
perintegritat durch Fahrlassigkeit, MSchrKrim (Sonderheft zum IV e Congrés
International de Défense Sociale) 1956, 38; Kahrs, Das Vermeidbarkeitsprinzip
und die conditio-sine-qua-non-Formel im Strafrecht, 1968; Arthur Kaufmann,
Ejemplos: Así, el § 222 en el homicidio imprudente, sólo menciona el re-
Die Bedeutung hypothetischer Erfolgsursachen im Strafrecht, Festschrift für sultado junto al requisito de causalidad y, por lo demás, únicamente exige
Eb. Schmidt, 1961, pág. 200; Kienapfel, Die Fahrlassigkeit etc., Zeitschrift für imprudencia sin indicar a qué se refiere con ello. Tampoco el § 163, que
Verkehrsrecht 1977, 1; Lenckner, Technische Normen und Fahrlassigkeit, Fest- contiene un delito de actividad, dice nada sobre la clase y medida del cui-
schrift für Karl Engisch, 1969, pág. 490; Mannheim, Der Mapstab der Fahr- dado que se requiere por parte del obligado a prestar juramento para evitar
lassigkeit im Strafrecht, tesis, Konigsberg 1912; Maurach, Adáquanz der Verur- una falsa declaración.
sachung oder der Fahrlassigkeit? GA 1960, 97; Mittasch, Der Nachweis der
Ursachlichkeit beim fehlerhaften Risiko, DRechtsw 8 (1943), pág. 46; MÜhlhaus, Por el contrario, el Derecho Civil contiene una disposición general
Die Fahrlassigkeit in Rechtsprechung und Rechtslehre, 1967; Münzberg, Ver- sobre el contenido que debe atribuirse a la imprudencia.8 Según el §
halten und Erfolg ais Grund der Rechtswidrigkeit und Haftung, 1966; Nowa-
kow8ki, Zu Welzels Lehre von der Fahrlassigkeit, JZ 1958, 335, 388; Radbruch, 76 I 2 BGB, actúa imprudentemente "quien deja de observar el cui-
Aussetzung, VDB, t. V, 1905, pág. 185; Boxin, Pflichtwidrigkeit und Erfolg bei dado exigible en el tráfico". Según esto, lo decisivo es el grado de
fahrlássigen Delikten, ZStW 74 (1962), pág. 411; el mismo, Literaturbericht, prudencia y atención que resulte "exigible" en la comunidad para
ZStW 78 (1966), pág. 214; el mismo, Gedanken zur Problematik der Zurechnung evitar vulnerar bienes jurídicos, y no una práctica efectiva que pue-
im Strafrecht, Festschrift für R. Honig, 1970, pág. 133; Samson, Hypothetische
Kausalverláufe im Strafrecht, 1972; Schaffstein, Die Risikoerhohung ais objek-
de resultar descuidada aunque se halle ampliamente extendida (por
tives Zurechnungsprinzip, etc., Festschrift für R. Honig, 1970, pág. 169; Schrb- ejemplo, en el tráfico de autopista el conducir sobre la línea central
der, Anmerkung zu OLG Oldenburg vom 1-12-1970, NJW 1971, 1.143; Schroeder/ o la continua utilización del carril de adelantamiento, BGH 16, 145
Kauffmann, Sport und Recht, 1972; Seebald, Nachweis der modifízierenden Kau- [151]; cfr. también RG 39, 1 [4]). Esta fórmula del Derecho Civil,
salitát des pflichtwidrigen Verhaltens, GA 1969, 193; Spendel, Zur Unterschei- como norma fundamental del baremo objetivo de la imprudencia, debe
dung von Tun und Unterlassen, Festschrift für Eb. Schmidt, 1961, pág. 183; el
mismo, Conditio sine-qua-non Gedanke und Fahrlássigkeitsdelikt, J u S 1964, 14; emplearse también para completar el tipo de los delitos imprudentes. 4
Stoll, Kausalzusammenhang und Normzweck im Deliktsrecht, 1968; Straten- 2. a) El primer deber que se deduce de la exigencia general de
werth, Arbeitsteilung und árztliche Sorgfaltspflicht, Festschrift für Eb. Schmidt, cuidado es el de advertir el peligro para el bien jurídico protegido y
1961, pág. 383; el mismo, Bemerkungen zum Prinzip der Risikoerhohung, Fest- valorarlo correctamente, pues todas las precauciones tendentes a la
schrift für W. Gallas, 1973, pág. 227; Ulsenheimer, Das Verhaltnis zwischen
Pflichtwidrigkeit und Erfolg bei den Fahrlássigkeits delikten, 1965; Volk, An- evitación de un daño dependen, en su especie y cantidad, del cono-
scheinsbeweis und Fahrlassigkeit im Straf proze(3, GA 1973, 161; Wessels, Anmer- cimiento del peligro amenazante. Ello constituye el cuidado interno"
kung zu BGH 21, 59, J Z 1967, 449; Wimmer, Die Fahrlassigkeit beim Verlet- que Binding caracterizó como "deber de examen previo". 5 Consiste en
zungsdelikt, ZStW 70 (1958), pág. 196; el mismo, Das Zufallsproblem beim fahr- la observación de las condiciones bajo las cuales tiene lugar una ac-
lássigen Verletzungsdelikt, N J W 1958, 521; E. A. Wolff, Kausalitat von Tun und
Unterlassen, 1965. ción, en el cálculo del curso que va a seguir y de las eventuales modi-
Cfr. además la bibliografía que encabeza el § 54.
ficaciones de las circunstancias que la rodean, así como en la refle-
xión acerca de cómo puede desarrollarse y qué consecuencias se pue-
den derivar de un peligro advertido. Para el grado de la atención que
I. La vulneración del deber objetivo de cuidado (lo injusto de la para ello se requiere son determinantes, en especial, la proximidad
acción) del peligro y el valor del bien jurídico a que el mismo afecta.
1. Es misión de las normas jurídico-penales inducir a los destina-
Ejemplos: Tratándose de la venta de cerillas a niños, hay que atender a
tarios del Derecho a un contenido volitivo correcto (cfr. supra, § 24 su edad, a la fiabilidad de su afirmación de que actúan por encargo de sus
II 2 y III 4c). 1 Toda norma jurídica que conmina con pena un com- padres y a las circunstancias familiares (RG 76, 1 [3]). Ante la comunica-
portamiento imprudente exige, pues, de todos la aplicación del cui- ción telefónica de una grave enfermedad, el médico debe contar con que
dado objetivamente debido que resulte necesario para evitar, me- i
diante un querer correcto, la realización del tipo (neminem laede).2 3 Cfr. sobre esto Larenz, Schuldrecht, t. I, págs. 230 y ss.; Enneccerus/Nip-
Sin embargo, normalmente los tipos imprudentes no ofrecen ninguna perdey, Allgemeiner Teil, t. II, págs. 1.307 y ss.
4 Bockelmann, Allg. Teil, pág. 151; el mismo, Verkehrsrechtliche Aufsátze,
página 203; v. Hippel, VDA, t. III, pág. 569; Welzel, Fahrlassigkeit und Ver-
1 Sobre la norma jurídica como directriz de comportamiento, incluso en kehrsdelikte, pág. 15.
las reacciones involuntarias, Jakobs, Welzel-Festschrift, págs. 309 y ss.; Stra- 5 Binding, Normen, t. I, págs. 499 y ss., 530 y ss., y 546 y ss.; el mismo, Die
tenwerth, Allg. Teil I, núm. 132 y ss. Schuld, págs. 120 y ss. Cfr. también Engisch, Vorsatz und Fahrlassigkeit, pági-
2 Sobre la tesis de Schmidhauser del "hecho imprudente sin inobservan- nas 269 y ss.; Deutsch, Fahrlassigkeit, págs. 94 y ss.; Nowakowski, JBÍ 1972,
cia del deber de cuidado", cfr. supra, § 54 I 4, nota 17. 30; LK (Schroeder), § 59 Anm. 146 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 122.
798 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente I. Vulneración del deber objetivo de cuidado 799
exista peligro para la vida y no puede limitarse a un diagnóstico a distan- edad tecnológica un cierto grado de peligro pertenece a las circuns-
cia (BGH 7, 211 [213]). Ante personas evidentemente distraídas o reco- tancias normales de la vida diaria (cfr. supra, § 25 IV 1).
nociblemente achacosas, ante niños pequeños y, en ciertas ocasiones, tam-
bién ante jóvenes, el conductor debe estar preparado a que pasen de re- Ejemplos: El conductor no ha de contar con un defecto de material raro
pente de la acera a la calzada (BGH 3, 49 [51] ; cf. también BGH 9, 92 [94]). y difícilmente reconocible en su camión (BGH 12, 75 [80]); en cambio,
El conductor sólo debe tomar a niños pequeños en presencia de un acompa- quien asiste a una función teatral ha de prever que la pistola cargada y sin
ñante (OLG Karlsruhe, Die Justiz 1976, 435). Una precaución especial se seguro que deja en el guardarropía, en el bolsillo de su abrigo, pueda dis-
requiere al iniciar una maniobra de adelantamiento en la autopista (BGH pararse a otra persona por distracción (RG 34, 91 [94]). Parece excesivo
5,271 [274]). que un conductor de camión detenido por la policía por un defecto de ilu-
minación no pueda confiar en que los agentes dejen sus luces de seguridad
b) El baremo de la atención exigible al autor en orden a advertir hasta que se consiga ayuda (BGH 4, 360 [363]).
el peligro, es el "hombre consciente y cuidadoso del sector del trá-
fico a que pertenece el agente" (RGZ 126, 329 [331]), en la concreta 3. De la posibilidad de advertir el peligro, se sigue el deber de
situación en que se ha encontrado y contemplando la situación de pe- realizar un comportamiento externo correcto con objeto de evitar la
ligro "ex ante" (BGH VRS 5, 368; OLG Kóln NJW 1963, 2.382).« En producción del resultado típico ("cuidado externo").9
el enjuiciamiento de la cognoscibilidad objetiva del peligro debe con- a) El deber de cuidado requiere, en el supuesto más sencillo, que
siderarse, además, el especial conocimiento causal del autor, por ejem- se abandone la ejecución de aquellas acciones apropiadas para reali-
plo, su conocimiento de la peligrosidad de un cruce (OLG Braum- zar el tipo del delito imprudente (cuidado como omisión de acciones
schweig VRS 13, 286) o del hecho de que a determinada hora, de un peligrosas).10
edificio, salen corriendo colegiales a la calle (cfr. sobre esto supra,
§ 2 8 1112).* Ejemplos: Si determinado material no puede ser elaborado sin peligro,
pese a su desinfección, debe omitirse su utilización (RG 63, 211 [214]). En
Ejemplos: Debe atenderse, así, la capacidad de previsión que posee el caso de empeoramiento progresivo de un cuadro patológico, el autor que
"conductor consciente" en la autopista (BGH 16, 145 [161]), el "corredor aplica el procedimiento de la "curación por rezos" debe desistir de conti-
consciente" en la carrera de Nürburg (BGHZ 5, 318 [320]), el "conductor nuar el tratamiento (RG 50, 37 [42]). Nadie debe tomar parte en una ca-
de un camión pesado consciente de su responsabilidad" antes de entrar en rrera de motos con un ebrio (BGH 7, 112 [115]). Además, los tipos de los
una larga pendiente (BGH 7, 307 [309]), el "facultativo no médico cons- delitos de peligro contienen también acciones prohibidas de forma general
ciente" que se encuentra con un cuadro patológico preocupante (RG 67, 12 por su peligrosidad (por ej., §§ 315 y ss.).
[23]), un "oficial encargado de una peligrosa misión de mando" en un ejer-
cicio de tiro (BGH 20, 315 [319]). Cfr. además la rica casuística que con- Un caso especial de vulneración del deber de omisión lo constituye
templa Schonke/Sckrbder/Cramer, § 15 Anm. 204 y ss. y LK (Schroeder) la "culpa por asunción" (Ubemahmeverschulden) . n Según esto, pue-
§ 59 Anm. 218 y ss. de concurrir ya una infracción objetiva del deber cuando alguien
emprende o asume una acción que el experto podría practicar sin di-
Sin embargo, no cabe formular exigencias imposibles ni exagera- ficultad faltándole los necesarios conocimientos (cfr. RG 59, 355
das (RGZ 169, 215) ,8 pues bajo las condiciones que impone nuestra [356] ; 67,12 [20] para el curandero no reconocido; BGH VRS 5, 477
para el conductor con exceso de cansancio; OLG Hamm VRS 25, 455
6 Así la doc. dom.; cfr. Larenz, Schuldrecht, 1.1, págs. 231 y ss.; Blei, Allg. para el conductor principiante en condiciones de tráfico especialmente
Teil, pág. 265; Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, pág. 220, nota 27;
Burgstaller, Das Fahrlassigkeitsdelikt, págs. 31 y ss.; Deutsch, Fahrlássigkeit, difíciles; BGH 10, 133 [134] para el vendedor de revistas que vende
páginas 128 y ss.; Engisch, Vorsatz und Fahrlássigkeit, págs. 283 y ss., 334 y ss.; escritos peligrosos para la juventud).
Gallas, Beitrage, págs. 53 y ss.; LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 160; Lackner, § 15
Anm. III la aa; Nowakowski, JB1 1972, 31 y ss.; Welzel, Fahrlássigkeit und Ver-
kehrsdelikte, págs. 24 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 122; Zielinski, Handlungs- 9 Cfr. Engisch, Vorsatz und Fahrlássigkeit, págs. 273 y ss. Que el "cui-
und Erfolgsunwert, pág. 168 y ss. Por el contrario, Schonke/ Schroder/Cramer, dado externo" solamente puede ser la consecuencia del "interno", como Jakobs,
§ 15 Anm. 135 y ss., requiere lo "máximo que pueda hacerse en la concreta si- Studien, págs. 62 y ss. objeta, no cabe ponerlo en duda, pero tampoco se opone
tuación de la vida". Sobre el baremo subjetivo-individual de Stratenwerth y otros al valor de la distinción.
cfr. supra, § 54 I 3, nota 14. 10 Cfr. Engisch, Vorsatz und Farrlássigkeit, págs. 283 y ss.; Nowakow-
7 Así, con razón, Welzel, Lehrbuch, pág. 132; Burgstaller, Das Fahr- ski, JZ 1958, 337.
lássigkeitsdelikt, págs. 64 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 572; Wessels, Allg. 11 Cfr. sobre esto, con más detalle, Bockelmann, Verkehrsrechtliche Auf-
Teil, pág. 122. satze, pág. 211; Maurach, Allg. Teil, pág. 576; Dreher, § 15 Anm. 16; LK
8 v. Bar, Gesetz und Schuld, t. II, págs. 456 y ss.; v. Hippel, VDA, t. III, (Schroeder), § 59 Anm. 158; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 271; Schonke/Schroderf
página 570; Larenz, Schuldrecht, t. I, pág. 231; Mannheim, Fahrlássigkeit, pá- Cramer, § 15 Anm. 196; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 444; Wessels, Allg. Teil,
gina 44; Walder, ZBJV 104 (1968), pág. 171. página 122.
800 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente I. Vulneración del deber objetivo de cuidado 801
b) Pero es más frecuente el caso de que la acción peligrosa pueda debe tomar conocimiento del origen delictuoso del hierro que compra in-
en sí misma ser realizada porque a causa de su utilidad social en la formándose al respecto (RG 60, 349 [350] sobre el § 18 UnedMG). El mé-
vida moderna no pueda prescindirse de ella, como sucede con la uti- dico ha de mantenerse al corriente de los progresos de la medicina y el
lización de medios de transporte rápidos, el empleo de máquinas pe- desarrollo de los medicamentos (RG 64, 263 [269]; 67, 12 [23]). La parte
ligrosas en la industria y el uso de medicamentos tóxicos por la me- en el proceso debe prepararse para efectuar su declaración ante el tribunal
dicina. Aquí el deber de cuidado obliga a aplicar todas las medidas con objeto de poder corregir a tiempo recuerdos incorrectos (RG 62, 126
[129 y ss.]). El conductor debe informarse sobre todas las disposiciones
necesarias de prudencia, control y supervisión al realizar la acción, del derecho de la circulación que puedan vincularle. Esto vale en especial
para así descartar o mantener dentro de ciertos límites los peligros para los viajes al extranjero.
implicados (cuidado como actuación prudente en situaciones peli-
grosas).12 La doctrina dominante habla también en este punto de "ries- d) El deber de observar el cuidado externo puede poseer distintos
go permitido",19 concepto que aquí no significa lo mismo que cuando fundamentos jurídicos. En primer lugar, puede proceder de la ley.
se le utiliza como causa de justificación (cfr. supra, § 36 II e infra, Así, las reglas del tráfico rodado se contienen en buena parte en la
§ 56 III 1). Cuanto mayor sea el valor social de la acción ejecutada StVO y en la StVZO, "constituyen el resultado de una amplia previ-
por el autor, en mayor medida podrán correrse peligros en su ejecu- sión de posibles peligros basada en una larga experiencia y en la re-
ción (por ej., en la navegación espacial). flexión" (BGH 12, 75 [78]). También entran en consideración los re-
glamentos de policía, disposiciones particulares de la policía industrial
Ejemplos: El médico debe utilizar aquellos métodos de tratamiento re- para prevención de accidentes de trabajo y en la empresa, y estatutos
conocidos como especialmente eficaces aunque no correspondan a su propia autónomos como reglamentos de empresa y preceptos para evitación
opinión doctrinal (RG 74, 60; BGH NJW 1960, 2.253). Además, tiene el de accidentes de cooperativas profesionales.16 Por lo demás, rigen las
deber de controlar la correcta ejecución de sus órdenes (BGH 3, 91 [96]; reglas generales de cuidado, que la Jurisprudencia ha elaborado o asu-
6, 282 [286]), así como el de supervisar y vigilar el personal nuevo o in-
experimentado (BGH NJW 1955, 1.488). El conductor posee especiales de-
mido para determinadas actividades o profesiones (por ej., el princi-
beres de prudencia al salir hacia atrás de un inmueble (BGH 2, 226 [229]), pio de confianza en el tráfico rodado,16 o la "lex artis" del personal
al entrar al mismo por la izquierda (BGH 15, 178 [182 y ss.]) y al dejar el facultativo") .17 De la experiencia de la vida pueden derivarse, además,
vehículo en la montaña (BGH 17, 181 [185]). especiales deberes de cuidado. Se remontan en último término a la
regulación jurídico-penal de la imprudencia misma, puesto que ésta
c) El cuidado exigible también puede imponer el cumplimiento impone a todos el deber de comportarse en toda situación de tal modo
de deberes de preparación e información, antes de ejecutar acciones que pueda evitarse la vulneración del objeto de la acción protegido
peligrosas (cuidado como cumplimiento de un deber de informa- (RG 19, 51 [53]). Así, el cuidado exigible al esquiar sobre pistas con-
ción).14 Se trata aquí de que el autor se procure a tiempo los conoci- curridas se desprende de las exigencias de la situación concreta (OLG
mientos, experiencia y capacitación sin los cuales la realización de la Koln NJW 1962,1.110 [1.111]; OLG Karlsruhe NJW 1964, 55 [56]),
acción sería irresponsable por el riesgo que encierra. Los deberes que pero ya han surgido ciertas reglas por la vía del Derecho consuetu-
entran en consideración son distintos en especie y amplitud. Pueden dinario.18
requerir tanto un examen del caso concreto que requiera breve tiem-
po (así la indagación del historial clínico, BGH 21, 59), como una La vulneración de normas especiales sobre el cuidado que debe obser-
constante formación profesional que ocupe toda una vida de trabajo. varse no indica, ciertamente, en todos los casos, que el autor haya actuado
En especial, el deber de información puede exigir tomar conocimiento
de los preceptos jurídicos y de las demás normas de comportamiento 15 Cfr. sobre esto Gallas, Verantwortlichkeit der am Bau Beteiligten, pá-
que rigen una determinada actividad. gina 36; Jescheck, MSchrKrim 1956, 46 y ss.; LK (Schroeder), § 69 Anm. 182
y ss. Sobre normas técnicas (normas DIN, VDE y VDI) cfr. Lenckner, Engisch-
Ejemplos: El contribuyente debe informarse por un experto de sus de- Festschrift, págs. 492 y ss. ¡
16 Según el mismo, el conductor que actúa con arreglo al tráfico, no tiene
beres tributarios (RG 57, 329; 59, 53 [54]; 61, 259 [263]). El chatarrero por qué contar con que otros intervinientes en el tráfico realicen comportamien-
tos inadecuados al mismo, en la medida en la que lo contrario no sea claramente
advertible o esperable, según la experiencia, cfr. sobre esto, Schdnke/Schróder/
12 Cfr. Engisch, Vorsatz und Fahrlassigkeit, págs. 290 y ss.; Wimmer, Cramer, § 15 Anm. 209 y ss.; LK (Schroeder), § 59 Anm. 187 y ss.
ZStW 70 (1958), págs. 214 y ss. 17 Cfr. sobre esto, Bockelmann, Das Strafrecht des Arztes, págs. 39 y ss.;
13 Cfr. Schonke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 142; SK (Samson), § 16 Schonke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 215.
Anm. 16 y ss. 18 Cfr. sobre esto, Losaos, Pichler, Podrut, en: Schroeder/Kauffmann,
14 Engisch, Vorsatz und Fahrlassigkeit, págs. 306 y ss.; Binding, Nor- Sport und Recht, págs. 57 y ss., 83 y ss. y 100 y ss., también las reglas FIS (pá-
men, t. IV, pág. 501; Engebnann, Rechtsbeachtungspflicht, págs. 37 y ss. gina 264).
802 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente II. Producción, causación y previsibilidad del resultado 803
imprudentemente (RG 56, 343 [349]; 76, 1 [2]; BGH MDR 1951, 274), "pase" nada, y, como es notorio, a menudo es obra de la casualidad
mas la contravención de preceptos vinculantes constituye siempre "indi- el que por una imprudencia alguien resulte muerto o lesionado.21 Pese
cio probatorio" de la concurrencia de una infracción del deber de cuidado a este "momento de azar",™ no es correcto contemplar la producción
(RG 67, 12 [21]; BGH 4, 182 [185])." Por otra parte, la observancia de del resultado como una condición objetiva de punibilidad,28 ni consi-
los preceptos existentes no basta siempre, si la especificidad de la situación derarlo menos importante en relación a la antijuricidad del hecho
exige más o menos de lo que se haya regulado (RG 59, 341 [342]; 77, 28 imprudente. 24 Acción y resultado se hallan estrechamente vincula-
[31]). Así, el § 1 II StVO modifica, en su caso, las reglas de cuidado del dos entre sí y deben entenderse como una unidad.26 En primer lugar,
derecho de la circulación que de otro modo resultarían vigentes (cfr. tam- la finalidad de las normas que rigen el comportamiento es la protec-
bién, § 11 II StVO).
ción de un objeto; en segundo lugar, el peligro para el objeto de la
e) También para decidir la posibilidad de advertir peligros debe acción protegido determina la clase y medida del cuidado exigible;
aplicarse, como patrón, el comportamiento de un sujeto consciente y en tercer lugar, la vulneración del deber de cuidado debe haberse ma-
prudente perteneciente al mismo sector de tráfico del autor, contem- nifestado en el resultado producido (cfr. infra, § 55 II 2b); además,
plada la situación "ex ante". En relación a la cuestión de a quién co- el resultado ha de haber sido previsible en el momento de la acción
rresponde la responsabilidad por el cumplimiento de un determinado (cfr. infra, § 55 II 3 ) ; finalmente, el resultado no sólo sirve para de-
deber de cuidado, hay que atender al principio de la división del tra- cidir si se castiga, sino también el título en virtud del cual ello tiene
bajo, que modifica los principios acerca de la responsabilidad por lugar.26 El "resto de responsabilidad por el resultado'* que subsiste
imprudencia del que actúa individualmente y hace posible una dis- en lo injusto del resultado del hecho imprudente consiste sólo, pues,
tribución razonable de las tareas cuando intervienen varias personas, en el hecho de que quien haya tenido suerte será castigado más leve-
como por ejemplo, entre médico y personal auxiliar (cfr. BGH NJW mente o no lo será en absoluto, aunque en sí pueda imputársele una
1955, 1.487 [1.488] ; BGH 6, 282 [288] ; OLG Hamm NJW 1969, vulneración del cuidado objetivamente exigible.
2.211) .20 El superior debe elegir, dirigir y controlar cuidadosamente
a sus colaboradores, pero también puede limitarse a ellos cuando no b) La comprensión de los delitos de peligro imprudentes resulta difi-
existen razones para suponer fallos. El subordinado, por su parte, cultada por el hecho de que en ellos debe trabajarse con un doble concepto
de peligro.27 Por una parte, la infracción del deber de cuidado exige que,
puede confiar en la corrección de las indicaciones que se le imparten. según el juicio de un espectador prudente, la acción haya puesto en peligro
el bien jurídico protegido y, por otra parte, el resultado consista precisa-
II. Producción, causación y previsibilidad del resultado (injusto mente en el hecho de que un determinado objeto de la acción se pone en
peligro por la inobservancia del cuidado. Ambos conceptos de peligro se
del resultado) distinguen en que la peligrosidad de la acción ha de enjuiciarse en abstracto
1. Pertenece, además, al tipo de los delitos imprudentes de resulta- y depende de si podía menoscabar, según su naturaleza, el bien jurídico pro-
do la producción del resultado típico, que, al igual que en los delitos tegido, mientras que la puesta en peligro del objeto de la acción debe cons-
tatarse en concreto, en base a la consideración de si ha entrado en la esfe-
dolosos, puede consistir tanto en una lesión como en una puesta en ra propia de la acción peligrosa.
peligro concreta (cfr. supra, § 26 II 2). Ejemplos: Antes de un cambio de rasante está prohibido adelantar, lo
Ejemplos: Son delitos imprudentes de lesión: el homicidio culposo (§ que es sancionable como infracción administrativa aunque no venga en sen-
222), las lesiones imprudentes (§ 230) y el incendio imprudente (§ 309). tido contrario ningún vehículo (§§ 5 II 1, 49 I núm. 5 StVO). Pero si de-
Son delitos imprudentes de peligro concreto la producción de un peligro trás del cambio de rasante venía en dirección contraria un vehículo que
de incendio (§ 310a) y los distintos tipos de puesta en peligro imprudente no podía ser visto, el mismo entra dentro de la esfera del adelantamiento
del tráfico (§§ 315 IV, V, 315a III, 315b IV, V, 315c III). Contienen delitos
imprudentes de peligro abstracto los §§ 163, 316 II y los §§ 3-6, 21 GjS 21 Cfr. Engisch, Vorsatz und Fahrlássigkeit, págs. 341 y ss.
(BGH 8, 80 [89]; 10, 133). 22 Cfr. Exner, Fahrlássigkeit, pág. 83; Radbruch, VDB, t. V, pág. 201,
nota 2; Binavince, Die vier Momente, págs. 203 y ss.
23 Sobre las teorías que pretenden entender el resultado en los delitos de
a) El contenido de injusto propio de la infracción del deber de imprudencia, como condición objetiva de punibilidad, cfr. supra, § 54 I 4, nota 18.
cuidado no resulta aumentado ni disminuido por la producción o no 24 Pero así, Welzel, Fahrlássigkeit und Verkehrsdelikte, pág. 21; el mismo,
Lehrbuch, pág. 136.
producción del resultado; la acción sigue siendo incorrecta aunque no 25 Cfr. Wimmer, NJW 1958, 521.
26 El resultado no sólo posee, pues, una función limitadora de la punibili-
19 Cfr. con más detalle Volk, GA 1973, 179 y ss. dad; cfr. Kraufr, ZStW 76 (1964), págs. 61 y ss.
20 Cfr. Stratenwerth, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 393 y ss.; Schonke/ 27 Así Welzel, Lehrbuch, pág. 137; Lackner, Niederschriften, t. IX, pági-
Sehroder/Cramer, § 15 Anm. 151 y ss. nas 333 y ss.
804 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente II. Producción, causación y previsibilidad del resultado 805
30
incorrecto, por lo que concurre una puesta en peligro imprudente del trá- 1926, núm. 2.302). Un fabricante hace elaborar pelos de cabra chinos no
fico rodado (§ 315c I b, II 2) si el autor actuó, además, de forma descon- desinfectados, lo que produce la muerte de varias trabajadoras por bacterias
siderada y gravemente contraria a las normas del tráfico. de carbunco; el peligro de contagio, sin embargo, no se hubiera podido ex-
cluir por completo ni siquiera mediante la desinfección (RG 63, 211 [213]).
2. El resultado debe, además, haber sido producido causalmente Un facultativo ordena demasiado tarde el tratamiento clínico de una pacien-
por la acción del autor. te de cáncer, de suerte que ya no es posible la ayuda quirúrgica; pero, pro-
a) El primer presupuesto de la imputación objetiva del resultado bablemente, tampoco hubiera podido salvarse mediante una operación a
tiempo (RG 75, 324). El conductor de un camión adelanta a un ciclista sin
es el nexo causal, que debe ser constatado con arreglo a las reglas guardar la distancia lateral necesaria, el ciclista cae bajo el remolque y
generales de la teoría de la condición (fórmula de la condición ajus- muere; mas, muy probablemente, el accidente se hubiera producido igual
tada a las leyes de la experiencia, cfr. supra, § 28 II 4) ,28 aun conduciendo correctamente, ya que el ciclista estaba notablemente ebrio
6) Pero en la imprudencia no basta que la acción descuidada cons- (BGH 11, 1). Cfr. también BGH VRS 21, 341 [342] ; BGH 21, 59 [61].
tituya una causa del resultado. Por el contrario, éste únicamente pue-
de imputarse objetivamente al autor cuando la infracción del deber La solución de estos casos únicamente suscita dudas cuando no
de cuidado haya constituido precisamente su presupuesto específi- puede dilucidarse si el resultado hubiera podido, o no, ser evitado con
co, ya que, a diferencia del hecho doloso, lo injusto de la acción del una probabilidad rayana en la seguridad. Según la doctrina domi-
delincuente imprudente radica únicamente en dicha infracción del nante, 81 seguida también por la Jurisprudencia (BGH 11, 1 [ 7 ] ; 21,
deber de cuidado. 59 [61]; 24, 31 [34]; OLG Hamm BAR 1963, 245; OLG Stuttgart
El especial nexo de antijuricidad que se requiere así no constituye 1963, 335; OLG Karlsruhe GA 1970, 313), es preciso absolver siem-
más que la aplicación de la teoría de la imputación objetiva a los pre que no pueda constatarse con una probabilidad rayana en la se-
delitos imprudentes (cfr. supra, § 28 IV 4, 5). Dicha relación de an- guridad que el resultado hubiera sido evitado mediante un compor-
tijuricidad requiere dos cosas. Por una parte, que el resultado hu- tamiento correcto (solución según la fórmula "in dubio pro reo").
biera podido ser evitado mediante un comportamiento cuidadoso y, Según OLG Oldenburg NJW 1971, 631, con anotación crítica de Schró-
por otra parte, que la norma infringida por la acción descuidada sir- der, debe negarse la imputación objetiva incluso en el caso de que el
viese precisamente a la evitación de un resultado como el producido comportamiento debido hubiese producido un daño inferior.82 La opi-
en el caso concreto. nión contraria afirma la imputación objetiva del resultado cuando un
aa) El nexo de antijuricidad debe negarse cuando, a pesar de que comportamiento reglamentario posiblemente hubiera evitado el resul-
el autor ha causado el resultado típico mediante el comportamiento tado y lo contrario ya no era de esperar "para una estimación huma-
descuidado, dicho resultado se hubiera producido igualmente con un na". 83 Debe acogerse, sin embargo, una opinión intermedia según la
comportamiento cuidadoso (caso del comportamiento alternativo cual la imputación objetiva del resultado debe afirmarse ya, y sólo
ajustado a derecho, cfr. supra, § 28 IV 5) .29 entonces, cuando la infracción del deber de cuidado haya conllevado,
de forma demostrable,84 una puesta en peligro del objeto de la acción
Ejemplos: Un farmacéutico suministra varias veces un medicamento notablemente más elevada de lo normal, ya que los deberes de cuidado
tóxico sin que se presente una nueva receta, lo que determina la muerte del que en cada caso existen con objeto de evitar el resultado deben res-
paciente; pero existe la probabilidad de que el médico responsable del tra-
tamiento hubiese renovado la receta de habérselo solicitado, porque no
existía ningún motivo externo para interrumpir el tratamiento (RG 15, 151 30 Cfr. sobre esto Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, págs. 161 y ss. y
[155]). En una operación se utiliza erróneamente como anestesia cocaína Exner, Frank-Festgabe, t. I, pág. 583.
31 Así Bockelmann, Allg. Teil, págs. 155 y ss.; Blei, Allg. Teil, págs. 266
en lugar de novocaína, por lo que el paciente muere; sin embargo, éste, a y ss; LK (Schroeder), § 59 Anm. 213; Lampe, ZStW 71 (1959), pág. 603; Kahrs,
causa de su hipersensibilidad frente a toda clase de narcóticos, posiblemen- Das Vermeidbarkeitsprinzip, pág. 268; Oehler, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 239;
te también hubiera muerto de habérsele suministrado novocaína (RG HRR Schdnke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 170 y ss.; SK (Samson), § 16 Anh. Anm.
27; Uhenheimer, Pflichtwidrigkeit und Erfolg, pág. 149; el mismo, JZ 1969, 3Í66;
Welzel, Lehrbuch, pág. 136; Wessels, Allg. Teil, pág. 126.
28 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 538; SK (Samson), § 16 Anh. Anm. 23. 32 Correctamente, en cambio, BayObLG VRS 19, 128, en donde se su-
29 Así la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 266 y ss.; Bockelmann, Allg. pone que la producción del daño menor debe tomarse en consideración, tanto
Teil, pág. 155; Eser, Strafrecht I, núm. 6 A 3; Kienapfel, Zeitschrift für Ver- cuando favorezca como también cuando perjudique al autor.
kehrsrecht 1977, 11 y ss.; Lackner, § 15 Anm. III la bb; Oehler, Eb. Schmidt- 33 Así Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, pág. 201; Arthur Kaufmann,
Festscnrift, pág. 238; Schdnke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 161 y ss.; SK Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 229; Spendel, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 190;
(Samson), § 16 Anh. Anm. 25; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.106; Wessels, el mismo, JuS 1964, 17; también Hall, Grünhut-Erinnerungsgabe, págs. 229 y ss.
Allg. Teil, págs. 124 y ss. En distinto sentido, sólo Spendel, Eb. Schmidt-Fest- 34 La constatación de la elevación del riesgo se requiere, con razón, por
schrift, pág. 198. Stratenwerth, Gallas-Festschrift, págs. 235 y ss.
806 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente II. Producción, causación y previsibilidad del resultado 807

petarse aunque no sea seguro si su observancia lo conseguirá. 86 E l 3. P o r último, deben haber sido previsibles el resultado en su con-
principio "in dubio pro r e o " no interviene, según esta teoría, en t a n - creta configuración y el curso causal en sus elementos esenciales. 40
to no resulte dudoso si el comportamiento descuidado h a determinado Si no era previsible la muerte, sino sólo u n a lesión corporal, es de
una elevación esencial del riesgo. aplicación el § 230, aunque se haya producido el resultado de m u e r t e
bb) También falta la relación de antijuricidad cuando el resulta- (RG 28, 273). Si al chocar dos ciclistas, uno de ellos muere únicamente
do causado por el autor mediante una acción descuidada queda fuera por una anquilosis de la columna vertebral que padecía, debe negarse
del ámbito de protección de la norma violada (cfr. supra, § 28 IV la previsibilidad del curso causal (en distinto sentido, BGH LM § 222
4) . 36 Se t r a t a de una limitación general de la imputación objetiva que número 1). La previsibilidad del resultado y de la cadena causal
vale también p a r a el resarcimiento de daños del Derecho Civil 87 y constituye, j u n t o a la exigencia de que el resultado se deba a la inob-
p a r a los delitos dolosos. 88 servancia del cuidado, el segundo momento de la conexión de lo in-
justo de la acción y del resultado. La cuestión de la previsibilidad en-
Ejemplos: Si dos ciclistas circulan en la oscuridad, sin luces, uno tras cuentra fácil respuesta en la imprudencia consciente, pues en ella el
otro, y otro ciclista que viene en sentido contrario colisiona con el primero autor ha advertido el peligro por mucho que haya confiado indebida-
de aquellos, el segundo ciclista no será responsable del accidente, porque el mente en que el resultado no iba a producirse (cfr. OLG S t u t t g a r t J u S
deber que tiene de llevar luces no tiene el sentido de que se ilumine a otros 1977, 52). Las dudas empiezan con la imprudencia inconsciente, pues-
vehículos (RG 63, 392 [394]). 89 Asimismo, el hecho de que, de haber obser- to que en ella el autor no h a advertido en absoluto el peligro o, al me-
vado el límite de velocidad permitida, el conductor del camión no hubiese nos, no lo h a tomado en serio. La previsibilidad ha de enjuiciarse con
llegado hasta el lugar del accidente hasta después de que hubiera pasado
el accidentado, resulta irrelevante para el resultado, pues las limitaciones de arreglo a un baremo objetivo,41 que tome en cuenta la capacidad de
velocidad no persiguen la finalidad de retrasar la llegada del conductor del conocer y j u z g a r que posee un sujeto consciente y cuidadoso que per-
camión a un determinado lugar (BGH VRS 5, 284 [286]; VRS 20, 129 tenezca al sector del tráfico propio del autor, así como el conocimiento
[131]; OLG Hamm VRS 10, 459 [461]; OLG Stuttgart NJW 1959, 351; causal adicional que éste pueda tener (en BGH 12, 75 [80] el conduc-
incorrectamente, OLG Karlsruhe NJW 1958, 430). Si la muerte del paciente tor, por ejemplo, hubiese conocido la r u p t u r a oculta del mecanismo).
a consecuencia de un accidente de anestesia no se hubiera producido hasta
un momento algo posterior, en el caso de que el médico responsable del tra- La jurisprudencia tiende a extender ampliamente la previsibilidad.*2
tamiento hubiese pedido consejo a un internista con anterioridad, hay que Para su estimación no sería preciso que pudiera preverse el curso del hecho,
negar que la muerte se deba a la inobservancia del cuidado, porque el sen- con tal de que sí fuera previsible el resultado en su configuración final, a
tido de este deber no puede ser el de prolongar la vida del paciente por corto no ser que aquel curso causal quedara tan manifiestamente fuera de toda
tiempo (BGH 25, 59 [61] con anotación de Wessels, JZ 1968, 449, que pone experiencia, que nadie pudiera contar con él ni siquiera aplicando el cuida-
de manifiesto que aquí se trata en realidad de un caso de los citados supra do debido (sólo se rechaza la previsibilidad del curso causal cuando falta la
en aa). relación de causalidad adecuada) (RG 73, 370 [372] ; BGH 3, 62 [63 y s s . ] ;
4, 360 [363]; 12, 75 [77]; BGH GA 1960, 111).
Ejemplos: Serían previsibles la muerte de quien es golpeado por una
35 Así la teoría de la elevación del riesgo que inició Roxin, ZStW 74 (1962) , piedra levemente sufriendo de hemofilia (RG 54, 349 [351]), el desenlace
páginas 430 y ss. und Honig-Pestschrift, págs. 133 y ss.; a ella se han adherido mortal de una conducción no autorizada que hizo posible el cierre insufi-
Burgstaller, Das Pahrlássigkeitsdelikt, págs. 139 y ss.; Kienapfel, Zeitschrift ciente del vehículo (BGH VRS 20, 282), la muerte de un herido leve en
für Verkehrsrecht 1977, 11; Jakobs, Studien, pág. 103; Jescheck, Pahriassigkeit,
página 17; Lackner, § 15 Anm. III la bb; Otto, JuS 1974, 708; Schaffstein, Ho- accidente de tráfico por una embolia causada por una acusada tendencia a
nig-Festschrift, pág. 171; Schünemann, JA 1975, 647 y ss.; Rudolphi, JuS 1969, la trombosis (OLG Stuttgart NJW 1956, 1.451, con anotación contraria de
553; Stratenwerth, Gallas-Festschrift, pág. 239; Seebald, GA 1969, 213; Wolff, Henkel) y un derrame cerebral mortal a consecuencia de la excitación pro-
Kausalitat, pág. 27. De acuerdo para el Derecho civil, Hanau, Kausalitat, pági-
nas 130 y ss. También sigue la teoría de la elevación del riesgo, la judicatura
austríaca; cfr. las referencias que ofrece Burgstaller, Das Fahrlassigkeitsdelikt,. 40 Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, pág. 206; Maurach, Allg. Teil',
página 135, nota 35. páginas 573 y ss.; Schonke/Schrdder/Cramer, § 15 Anm. 178 y ss.; SK (Sartí-
36 Opinión unánime; cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 156; Burgstaller, son), § 16 Anh. Anm. 29; Welzel, Lehrbuch, pág. 136; Wessels, Allg. Teil, pági-
Das Fahrlassigkeitsdelikt, pág. 96; Lackner, § 15 III la bb; Eser, Strafrecht I r na 122. Cfr. sobre esto la sentencia, profundamente fundada, BGH 23, 156 (165
número 7 A 3; Hardwig, JZ 1968, 291; Roxin, Gallas-Festschrift, págs. 241 y ss.; y ss.) sobre la previsibilidad del hecho de dormirse al volante.
Schonke/Schrdder/Cramer, § 15 Anm. 173; SK (Samson), § 16 Anh. Anm. 28; 41 Cfr. sobre la teoría que pretende concebir subjetivamente la previsibili-
Ulsenheimer, JZ 1969, 364 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 126. Cfr. también Gim- dad, supra § 54 I 3, nota 14.
bernat Ordeig, Inadáquate Handlungen, págs. 133 y ss. 42 De acuerdo Mühlhaus, Fahrlássigkeit, págs. 47 y ss.; en contra, Maurach,
37 Cfr. v. Caemmerer, Gesammelte Schriften, t. I, págs. 445 y ss.; Stoll, GA 1960, 97; el mismo, Allg. Teil, págs. 573 y ss., con numerosas referencias;
Kausalzusammenhang, págs. 13 y ss. Blei, Allg. Teil, págs. 268 y ss.; Schonke/Schrdder/Cramer, § 15 Anm. 179;
38 Cfr. Nowakowski, JB11972, 26, 81; Münzberg, Verhalten, págs. 128 y ss. Welzel, Lehrbuch, pág. 176.
39 Cfr. sobre esto Exner, Frank-Festgabe, t. I, pág. 585.
808 § 55. El tipo de injusto del hecho imprudente Adiciones de Derecho español al § 55 809
vocada por un accidente de tráfico (OLG-Hamm VRS 26, 426). Por el con- jurídico del deber externo de cuidado, téngase en cuenta que en Derecho
trario, se ha rechazado la previsibilidad en la muerte de la víctima de un español la ley confiere específica relevancia a la infracción de reglamentos
accidente determinada por una anestesia en sí inocua (OLG Hamm VRS 18, cuando la imprudencia es simple, caso en el que resulta agravada — no así
356), en la muerte por infarto a consecuencia de un adelantamiento inco- en la imprudencia temeraria, cuya penalidad es independiente de que supon-
rrecto (OLG Stuttgart VRS 18, 365), en la muerte de un enfermo cardíaco ga o no infracción de reglamentos. Sobre el concepto amplio, equivalente a
producida por una ligera colisión (OLG Karlsruhe JuS 1977, 52), y en un norma jurídica expresa, en que hay que entender el término "reglamento"
accidente sufrido por un autobús a causa de un charco en la autopista cfr. supra Adiciones al § 54 II 1. Resulta perfectamente válido en nuestro
ocasionado por una infracción del deber por parte del personal de servicio Derecho, tanto en doctrina como en jurisprudencia, lo que se dice en el texto
(BGH 10, 121 [124]). También puede excluir la previsibilidad del resul- en él sentido de que la sola infracción de reglamentos no implica necesaria-
tado la concurrencia de culpa totalmente inesperada de la víctima o de ter- mente imprudencia y viceversa.
ceras personas (RG 73, 239 [242]; 73, 370 [373]; BGH NJW 1956, 1.527;
BGH VRS 28, 202 [206]). II. Producción, causación y previsibilidad del resultado
* • * 1. El papel del resultado en el delito imprudente no se discute por la
doctrina causalista tradicional, que precisamente lo considera él fundamento
de todo injusto; pero incluso desde la perspectiva finalista se rechaza en Es-
I. La inobservancia del deber objetivo de cuidado paña la tesis welzeliana según la cual el desvalor de la acción agota lo injusto
de estos delitos, y se reclama la pertenencia del resultado al tipo de injusto de
1. La doctrina dominante y la jurisprudencia del TS aceptan el momento
los delitos culposos.2 Personalmente me he manifestado en contra de ver en
normativo de la infracción de la norma de cuidado como integrante del con-
el resultado el fundamento de la prohibición de los hechos imprudentes,
cepto de imprudencia, aunque la posición tradicional (en franco retroceso),
prohibición que sólo puede operar ex ante y respecto de una conducta, pero
sigue contemplándolo en la culpabilidad. Cuando se incluye en el tipo de
estimando de importancia político-criminal la limitación que proporciona la
injusto se hace en general, como en él texto, con relación al deber objetivo
necesidad de producción de un resultado, en cuanto prueba, a menudo única
de cuidado, remitiéndose a la culpabilidad la capacidad individual de obser-
inequívoca, de que la conducta era efectivamente incorrecta (esto es: antiju-
varlo, postura ésta que creo necesario revisar, en especial en un Derecho
rídica) y no tenía razón el autor al creer que no iba a producir la lesión (o
como el nuestro que sólo prevé la imprudencia como fuente de tipos de in-
puesta en peligro).3 La conducta que causa un resultado por imprudencia no
justo (cfr. sobre todo esto Adiciones al § 5U I).
es antijurídica por la producción del resultado, sino por la infracción de la
2. La clara distinción de inobservancia del cuidado interno y externo,
norma de cuidado por parte del comportamiento, pero el Derecho sólo consi-
aunque no es usual en España, resulta perfectamente aplicable a nuestro De-
dera que puede probarse dicha infracción cuando consta la efectiva produc-
recho. Un supuesto de "culpa por asunción" fsupra I 3 a.) lo constituye la
ción del resultado — aunque por sí solo éste tampoco sea prueba suficiente
"impericia profesional" especialmente prevista por el art. 565: "Cuando se
de la imprudencia de la acción — como a continuación se verá.
produjere muerte o lesiones graves a consecuencia de impericia o de negli-
gencia profesional se impondrán en su grado máximo las penas señaladas en 2. Los arts. 565, 586 3." y 600 CP (como los arts. 175, 282, 309, 661, 667
este articulo. Dichas penas se podrán elevar en uno o dos grados, a juicio del y 668 Proyecto 1980) requieren que el resultado se produzca "por impruden-
Tribunal, cuando el mal causado fuere de extrema gravedad." No se trata cia". Esta exigencia se ha intentado satisfacer por el causalismo tradicional
aquí de la "imprudencia del profesional", sino de la "imprudencia profesio- por la sola aplicación de las teorías causales, en el ámbito de un tipo de in-
nal", en el sentido de realización de determinada conducta sin los conoci- justo objetivo común a los delitos dolosos e imprudentes — esto es, sin
mientos o cautelas necesarios en el sector profesional a que aquélla pertenece. atender a consideraciones normativas derivadas de la necesidad de relacionar
El calificativo de profesional, aunque literalmente referido sólo a la negli- el resultado con la infracción de la norma de cuidado —. Sin embargo, incluso
gencia, se extiende de hecho también a la impericia,1 lo que sólo es admisible desde un planteamiento causalista se proclamó en España muy temprana-
desde una interpretación de lo profesional como la indicada, que no exija el mente, ya en la década de los sesenta, la necesidad de restringir el tipo im-
carácter de profesional en el autor, sino sólo la falta de la diligencia debida prudente en base al fin de protección de la norma.4 Por lo demás, tanto la
en un determinado sector profesional. Así, el intruso que ejerce actos de la
2
profesión médica sin los debidos conocimientos y causa un resultado lesivo Cfr. en este sentido Cerezo Mir, Notas p. 18; Snárez Montes, considera-
ha de incurrir en impericia profesional, aunque tal intruso no sea un pro- ciones en torno a la doctrina de la antijuricidad en el ñnalismo cit. pp. 75 ss.
fesional. Admite, en cambio, el planteamiento finalista Beristain Ipiña, Cuestiones penales
Con relación a lo expuesto por el texto en I 8 d sobre el fundamento y criminológicas pp. 116 s.
3
Cfr. Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito pp. 48 s.
4
1
Ello se debe a Gimbemat Ordeig, Delitos cualificados pp. 119 ss. Esta obra
Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 468, siguiendo a Díaz Palos, Derecho penal es de 1966, pero procede de su tesis alemana de 1962 (cit. por Jescheck nota 35).
y procedimiento penal en materia de circulación por carretera, en "Rev. del Ins- También Torio López, ADPCP 1976, p. 39. En esta línea SSTS 13 oct. 69, 15 oct.
tituto de Derecho Comparado" 1962, pp. 248 s. 69, 4 jun. 71.

8. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


810 § 56. Las causas de justificación en el delito imprudente I. Aplicabilidad de las causas de justificación 811
necesidad de que el resultado no se hubiera producido igualmente aun sin distingue los tipos dolosos de los imprudentes conlleva también espe-
la infracción de la norma de cuidado fsupra / / 2 b a &)& como la exigencia
de previsibilidad del resultado* se reconocen por la doctrina y por la juris-
cialidades en relación a las causas de justificación.
prudencia. 2. Así, resulta dudoso en primer lugar, si en los hechos impruden-
tes entran en juego también todas las causas de justificación. Ello
deberá negarse, en todo caso, en los casos en que el ordenamiento ju-
§ 56 Las causas de justificación en el delito imprudente rídico aprueba una acción en sí objetivamente incorrecta en atención
Baumann, Die Rechtswidrigkeit der fahrlássigen Handlung, MDR 1957, 646; a la finalidad que con ella se persigue, pues aquí debe exigirse, por lo
Becker, Sportverletzung und Strafrecht, DJ 1938, 1.720; Berz, Die Bedeutung menos, un examen cuidadoso por parte del autor, de manera que la
der Sittenwidrigkeit für die rechtfertigende Einwilligung, GA 1969, 145; Bickel- actuación descuidada no puede, por principio, estar justificada. Es lo
haupt, Einwilligung in die Trunkenheitsfahrt, NJW 1967, 713; v. Caemmerer, que sucede en relación a la salvaguardia de intereses legítimos, a la
Wandlungen des Deliktsrechts, Gesammelte Schriften, t. I, 1968, pág. 452; En-
gisch, Der Unrechtstatbestand im Strafrecht, DJT-Festschrift, t. I, 1960, pági- actuación con consentimiento presunto, cuando no resultan coincidir
na 401; Fri8ch, Das Fahrlássigkeitsdelikt und das Verhalten des Verletzten, 1973; la voluntad real y la presunta, y a ciertas acciones de funcionarios
Geppert, Rechtfertigende "Einwilligung" des verletzten Mitfahrers etc., ZStW (cfr. supra, § 31 IV 3).
83 (1971), pág. 947; Hansen, Die Einwilligung des Verletzten bei Fahrlássigkeits- 3. Por otra parte, se discute si también es preciso requerir el ele-
taten etc., tesis, Bonn 1963; Himmelreich, Notwehr und unbewuBte Fahrlássig-
keit, 1971; Hirsch, Die Lehre von den negativen Tatbestandsmerkmalen, 1960; mento subjetivo de justificación en los hechos imprudentes, 2 o basta,
Kohlhaas, Strafrechtlich wirksame Einwilligung bei Fahrlassigkeitstaten? DAR por el contrario, la concurrencia de los presupuestos objetivos de la
1960, 348; harem, Lehrbuch des Schuldrechts, t. II, 10.a ed. 1972; Mahling, Die causa de justificación3 (cfr. sobre los elementos subjetivos de justifi-
strafrechtliche Behandlung von Sportverletzungen, tesis, Berlín 1940; Nipper- cación supra, § 31 IV 1). Lo correcto es prescindir del elemento sub-
dey, Rechtswidrigkeit, Sozialadáquanz, Schuld im Zivilrecht, NJW 1957, 1.777; jetivo de justificación en los delitos imprudentes de resultado, puesto
Eb. Schmidt, Schlagermensur und Strafrecht, JZ 1954, 369; R. Schmitt, Subjek-
tive Rechtfertigungselemente bei Fahrlássigkeitsdelikten? J u S 1963, 64; Stoll, que, como en los delitos dolosos, lo injusto del resultado desaparece
Zum Rechtfertigungsgrund des verkehrsrichtigen Verhaltens, JZ 1958, 137; el con la situación justificante y, a diferencia de en aquéllos, aquí lo in-
mismo, Das Handeln auf eigene Gefahr, 1961; Weimar, Der "Rechtfertigungs- justo de la acción no es punible por sí solo (no cabe la tentativa im-
grund" des werkehrsrichtigen Verhaltens, J u S 1962, 133; Wietholter, Der Recht- prudente). Sin embargo, en el delito imprudente de actividad, el
fertigungsgrund des verkehrsrichtigen Verhaltens, 1960; Zipf, Einwilligung und
Risikoübernahme im Strafrecht, 1970; el mismo, Die Bedeutung und Behandlung autor debe haber actuado con la finalidad de ejercer la facultad que
der Einwilligung im Strafrecht, OJZ 1977, 379. la causa de justificación le confiere.4
Cfr. además la bibliografía de los §§ 54 y 55.
Ejemplos: Si el facultativo infiere al paciente por un fallo médico una
I. Aplicabilidad de las causas de justificación en los delitos lesión corporal sin saber que aquél estaba de acuerdo por esperar una ele-
vada suma del seguro, el autor no puede ser castigado con arreglo al § 230.
imprudentes En cambio, quien sale de una fiesta en la que está bebiendo para dirigirse
1. Con la realización de lo injusto de la acción y del resultado al lugar de un accidente sin pensar en su incapacidad para conducir (§
propios del tipo de delito correspondiente se cumple el tipo de in- 316, II), sólo quedará justificado por el § 34 si quiere aportar ayuda (OLG
justo del delito imprudente de resultado. Al igual que en el hecho Hamm VRS 20, 232).
doloso ello implica a la vez un "indicio" de la antijuricidad, esto es, 4. Por último, de la relación escalonada que existe entre dolo e
ésta debe estimarse en la medida en que no concurra excepcionalmen- imprudencia se sigue que el hecho descuidado está justificado cuando
te una causa de justificación (cfr. supra, § 31 1 3 ) . Según la opinión el resultado quedaría justificado aunque se actuase dolosamente.
general, la antijuricidad del hecho imprudente típico puede resultar
excluida por la presencia de causas de justificación del mismo modo
que el hecho doloso.1 Sin embargo, la diferencia de estructura que § 32 Vorbem. 92; Schaffstein, Welzel-Festschrift, pág. 562; SK (Samson),.§ 16
Anh. Anm. 31; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.111; Welzel, Lehrbuch, pági-
nas 137 y ss.; Wessels, Allg. Teil, págs. 126 y ss.
« Cfr. Cerezo Mir, Notas p. 18; Rodríguez Devesa, PG p. 455. SSTS 19 oct. 2 Así Maurach, Allg. Teil, pág. 551; Welzel, Lehrbuch, pág. 97; Geppert,
64, 7 febr. 66. ZStW 83 (1971), pág. 979; Eser, Strafrecht II, núm. 21 A 21a; LK (Hirsch),
« Cfr. Rodríguez Devesa, PG pp. 455 s.; Antón Oneca, PG p. 218. STS § 51 Vorbem. 40; Zielinski, Handlungs- und Erfolgsunwert, págs. 255 y ss.;
10 abr. 73. edición anterior, pág. 445.
1 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 290; Blei, Allg. Teil, pág. 267; Bockel- 3 Así R. Schmitt, J u S 1963, 68; Schaffstein, Welzel-Festschrift, págs. 573
mann, Allg. Teil, pág. 157; Burgstaller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, pág. 150; y ss.; Himmelreich, Notwehr. págs. 100 y ss.
Dreher, § 15 Anm. 15; Eser, Strafrecht II, núm. 21 A 18; LK (Hirsch), § 51
Vorbem. 35; Maurach, Allg. Teil, págs. 551 y ss.; Schónke/Schroder/Lenckner, 4 Así, acertadamente, Schónke/Schrdder/Lenckner, § 32 Vorbem. 98 y ss.;
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.119 y ss.; SK (Samson), § 16 Anh. Anm. 32.
812 § 56. Las causas de justificación en el delito imprudente II. Legítima defensa, estado de necesidad justificante 813
Ejemplo: Quien dispara en legítima defensa un tiro admonitorio queda caso, normalmente, de infracciones de las normas de tráfico que p o r
justificado por el § 32 aunque dé muerte al agresor por falta de atención, su naturaleza conllevan notables peligros p a r a otros sujetos del t r á -
en la medida en que con arreglo a la situación objetiva también hubiera
fico. De ahí que deba comprobarse siempre si, a pesar del peligro p a r a
resultado justificado un disparo intencional (BGH 25, 229). 5
el tráfico rodado y del escaso tiempo que de tal forma se gana, el
interés que el autor quiere salvaguardar excede en importancia esen-
II. Legítima defensa, estado de necesidad justificante y consenti- cialmente al interés en el mantenimiento de la seguridad del tráfico
miento de la víctima en los delitos imprudentes (cfr. supra, § 33 IV 3c).
Como causas de justificación, en los hechos imprudentes deben
Ejemplos: Si el médico, al acudir a un paciente que se encuentra en pe-
contemplarse en especial la legítima defensa, el estado de necesidad ligro de muerte, sobrepasa sin advertirlo la velocidad máxima permitida
justificante y el consentimiento de la víctima. en poblaciones, sin poner en peligro a otros sujetos del tráfico, debe esti-
1. No sólo el comportamiento doloso, sino también el imprudente marse estado de necesidad justificante (OLG Dusseldorf VRS, 30, 444;
puede, según la opinión general, quedar cubierto por legítima defen- OLG Schleswig VRS, 30, 462), a diferencia de lo que sucede si, en el mismo
sa, 6 en la medida en que el agresor mismo resulte lesionado por la caso, el médico toma una curva peligrosa a la izquierda de forma grave-
acción defensiva y no un tercero no interviniente (como en el caso mente contraria a las normas del tráfico y poniendo en notable peligro a
RG 58, 27). Dentro de los límites de lo que resulta necesario como los vehículos que vienen en sentido contrario (OLG Stuttgart, Justiz, 1963,
acción defensiva, también estará justificado un resultado lesivo que 37). 8 El atropello imprudente de un gato se halla siempre permitido por es-
el autor en sí no h a querido y que hubiera podido evitar aplicando el tado de necesidad justificante en cuanto exista la sola posibilidad de que el
frenar o desviar la marcha suponga la posibilidad de puesta en peligro
cuidado exigible (cfr. supra, § 56 I 4 ) . Pero en tal caso debe siempre
de una persona (cfr. OLG Kóln WRS 16, 442).
comprobarse si el hecho de correr un riesgo especialmente elevado
representa un abuso del derecho de legítima defensa.
3. P o r último, las acciones imprudentes pueden estar justificadas
Ejemplos: Un funcionario de Policía dispara sobre unos ladrones de por el consentimiento de la víctima o p o r su consentimiento presunto
fruta unos tiros de intimidación a gran distancia, manteniendo el arma, (OLG F r a n k f u r t MDR, 1970, 695) . 9 Al igual que en el consentimiento
al hacerlo, apuntando muy poco por encima del árbol para que los ladrones en un hecho doloso, importa aquí que el bien jurídico puesto en pe-
adviertan que los disparos se dirigen a ellos; uno de los tiros ocasiona la ligro entre dentro de la facultad de disposición del que consiente
muerte de un ladrón. El hecho está justificado si esta forma de disparar los (cfr. supra, § 34 I I 3 ) . P o r ello, el consentimiento en u n a puesta en
tiros era necesaria para ahuyentar a los ladrones (RG, JW 1925, 962). La peligro del tráfico prevista en el § 315c, que esencialmente se dirige
voluntad defensiva (no así la necesidad de la defensa) se estimó en un contra la colectividad (BGH 6, 232 [ 2 3 4 ] ; 23, 261 [264]), 1 0 o el con-
caso en que el agredido se cubrió con un cuchillo de matarife confiando en sentimiento en una puesta en peligro de la vida individual que con-
poder así mantener a raya al agresor; sin embargo, éste se arrojó sobre él
duce como resultado a la m u e r t e de la víctima, carecen de eficacia j u -
y resultó herido mortalmente (BGH MDR, 1958, 12). Debe estimarse legí-
tima defensa cuando el agredido sólo quiere disparar un tiro de aviso, mas rídica (BGH 7, 112 [ 1 1 4 ] ; BGH V R S 17, 2 7 9 ; BayObLG N J W 1957,
al hacerlo alcanza al agresor, en la medida en la que también hubiera estado 1.245 [ 1 . 2 4 6 ] ) . n P o r el contrario, el consentimiento en u n a puesta en
justificado un disparo intencional (BGH 25, 229; OLG Hamm NJW 1962, peligro imprudente de la integridad física es lícita dentro de los lími-
1.169 en contra de OLG Frankfurt NJW 1950, 119). Concurría legítima
defensa en un caso en que un cochero, cuyo coche de caballos fue detenido
8 En contra de esta sentencia, sin razón, Maurach, Allg. Teil, pág. 552.
antijurídicamente, golpeó los caballos con las riendas para pasar rápida- 9 Cfr. sobre esto, Baumann, Allg. Teil, pág. 332; Dreher, § 226a Anm. 4;
mente, alcanzando sin darse cuenta al agresor (OLG Dresven JW 1929, LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 105; Lackner, § 226a Anm. 1; Maurach, Allg. Teil,
2.760). páginas 553 y ss.; Schdnke/Schroder/Lenckner, § 32 Vorbem. 102, 106; Schaff-
8tein, Welzel-Festschrift, págs. 565 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 97; Zipf, OJZ
1977, 382. Frisch, Das Fahrlassigkeitsdelikt, págs. 118 y ss. ,
2. También el estado de necesidad justificante puede determinar 10 Distinguiendo Geppert, ZStW 83 (1974), pág. 986. Como el texto, Schaff-
la justificación de una actuación imprudente (§ 34) . 7 Se t r a t a en este stein, Welzel-Festschrift, pág. 574.
11 La cuestión se halla vivamente discutida en la literatura. Como el texto,.
Bickelhaupt, NJW 1967, 713; Geppert, ZStW 83 (1971), págs. 953 y ss.; Mau-
5 Más ejemplos en Schdnke/Schroder/Lenckner, § 32 Vorbem. 96. rach, Allg. Teil, pág. 553; Zipf, Einwilligung, pág. 73. En favor de la relevancia
6 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 552 y ss.; Schdnke/Schroder/Lenckner, del consentimiento en la puesta en peligro de la vida, Schaffstein, Welzel-Fest-
§ 32 Vorbem. 96; Welzel, Lehrbuch, pág. 138; Himmelreich, Notwehr, págs. 52 schrift, págs. 570 y ss.; Berz, GA 1969, 148. Sostienen una posición intermedia
y siguientes. LK (Hirsch), § 51 Vorbem. 101 y Schdnke/Schroder/Lenckner, § 32 Vorbem.
7 Cfr. Schaff8tein, Welzel-Festschrift, págs. 574 y ss.; Schdnke/Schrdder/ 104 (baremo del § 226a); Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.115. Cfr. también
Lenckner, § 32 Vorbem. 101. OLG Hamm MDR 1971, 67.
814 § 56. Las causas de justificación en el delito imprudente Adiciones de Derecho español al § 56 815
tes del § 226a, teniendo su principal importancia práctica en el trá- gación es utilizado con ocasión de una catástrofe para realizar primeros
fico rodado y en las lesiones deportivas. auxilios. Si en supuestos como estos se produce un desenlace desgraciado,
aunque la acción no satisfaga las exigencias objetivas de cuidado, resultará
Ejemplos: Si cuatro personas van en un scooter completamente sobre- justificada con arreglo a los principios del riesgo permitido, puesto que se
cargado, las mismas aceptan el riesgo de un accidente y la lesión corporal trata de la única posibilidad de salvación que racionalmente podía inten-
producida (§ 230) se halla justificada por consentimiento (BGH DAR 1959, tarse ponderadas todas las circunstancias.
300). 12 Es suficiente el consentimiento en la puesta en peligro; casi nadie
estará dispuesto a consentir en el resultado lesivo producido (BGHZ 34, No obstante, la doctrina mayoritaria entiende de forma esencial-
355 [360]; KG WRS 7, 184 [186]; OLG Celle NJW 1964, 736)." Las le- mente distinta la idea del riesgo permitido. Se incluyen en la misma
siones deportivas imprudentes que se producen dentro de las reglas del todas aquellas acciones que por su naturaleza son peligrosas pero
juego (por ej., una colisión en el campo de fútbol), o que constituyen in- pueden ser emprendidas si se respeta el cuidado exigible en el tráfico.
cluso infracciones no intencionales e insignificantes de las mismas, se ha- Pero ello no es más que el baremo objetivo del cuidado en la realiza-
llan cubiertas por el consentimiento,14 pero no así las violaciones dolosas o ción de acciones peligrosas, cuya observancia excluye ya la propia
gravemente imprudentes de dichas reglas que determinan lesiones corpo-
tipicidad del hecho imprudente (cfr. supra, § 55 I 3b). El verdadero
rales (BayObLG NJW 1961, 2.062 [2.073]).
problema del riesgo permitido, a saber, que la acción es en sí des-
En el Derecho Civil no se atiende ya en el "actuar bajo la propia cuidada, no resulta pues, aprehendido. 1 7
responsabilidad" al consentimiento, sino, según los §§ 242 y 254 BGB, 2. Lo mismo vale para la concepción del "comportamiento adecuado al
a la adecuada distribución del riesgo, única que permite deducir una tráfico" en la circulación y el ferrocarril como causa de justificación BGHZ
restricción o exclusión de la responsabilidad para el causante del daño 24, 21 [28]). 18 Tampoco el comportamiento adecuado al tráfico constituye
(BGHZ 34, 355)." ninguna proposición permisiva que elimine el indicio de injusto típico del
resultado que nace de la lesión producida por la imprudencia. El comporta-
miento adecuado al tráfico significa, por el contrario, que falta una lesión
I I I . Problemas especiales del riesgo permitido y del comportamiento del deber de cuidado, y, con ello, lo injusto de la acción del tipo impru-
adecuado al tráfico dente.19
1. El riesgo permitido puede constituir o t r a causa de justificación * • •
en los hechos imprudentes. Se t r a t a en tal caso, normalmente, de su-
puestos de imprudencia consciente (cfr. supra, § 36 I 3) .1€ I. Aplicabüidad de las causas de justificación a los delitos imprudentes

Ejemplos: Un médico presta primeros auxilios en el lugar del accidente En general la doctrina española no discute la posibilidad de estimar las
con medios insuficientes para salvar a un herido grave. Un piloto aterriza causas de justificación en delitos imprudentes, lo que en los Manuales, causa-
en un aeropuerto dotado de una pista de aterrizaje excesivamente corta listas, se explica en mayor medida porque no tratan de forma separada la
porque el aeropuerto de destino ha quedado inutilizable a causa de la nieve. problemática de lo injusto de esa clase de delitos, limitándose a examinar
Un avión que ha dejado de resultar suficientemente seguro para la nave- las causas de justificación de forma general, común a todo delito, sin atender
específicamente a la imprudencia.

12 En contra, sin razón, Kohlhaas, DAR 1960, 348. II. Causas de justificación particulares
13 Por el contrario, Eb. Schmidt, JZ 1954, 372, para que el consentimiento
pueda resultar eficaz, lo refiere, también, en los hechos imprudentes, a la acción En nuestro país se han planteado de forma específica los supuestos de
y al resultado; también así, Geppert, ZStW 83 (1971), pág. 974. En contra, de
forma convincente, la bibliografía jurídico-civil; cfr. Stoll, Handeln auf eigene estado de necesidad y de cumplimiento de un deber. Por lo que respecta al
Gefahr, págs. 93 y ss.
14 Cfr. Becker, DJ 1938, 1.721; Mahling, Sportverletzungen, pág. 68; Mau- 17 Maurach, Allg. Teil, págs. 548 y ss., en contra de la doc. dom., distingue
rach, Bes. Teil, pág. 79; Kohlrausch/Lange, § 226a Anm. IV 1; LK (Hirsch), entre "empresa" lícita y "acción de empresa" antijurídica, en la cual la obser-
§ 226a Anm. 8; Schonke/Schroder/Stree, § 226a Anm. 12; Welzel, Lehrbuch, vancia del cuidado debido solamente excluiría la responsabilidad por el hecho.
página 96; Zipf, Einwilligung, pág. 95. En contra, ampliamente, Blei, Allg. Teil, pág. 262.
15 Cfr. supra, fundamentalmente, Stoll, Das Handeln auf eigene Gefahr, 18 De acuerdo Baumann, MDR 1957, 646; Dreher, § 15 Anm. 15; Oehler,
páginas 305 y ss.; también, Hansen, Die Einwilligung des Verletzten, págs. 146 Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 244.
y siguientes. 19 En contra, como el texto, la doc. dom.; cfr. v. Caemmerer, Gesammelte
16 Como el texto, Baumann, Allg. Teil, pág. 331; Engisch, DJT-Festschrift, Schriften, t. I, pág. 551; Engisch, DJT-Festschrift, t. I, págs. 418 y ss.; Nipper-
tomo I, págs. 418 y ss.; Hirsch, Negative Tatbestandsmerkmale, pág. 308, nota dey, NJW 1957, 1.780; Stoll, JZ 1958, 140; Weimar, JuS 1962, 135; Wietholter,
122; Kohlrausch/Lange, § 59 Anm. IV 4; Schonke/Schroder/Lenckner, § 32 Verkehrsrichtiges Verhalten, págs. 9 y ss. Cfr. sobre todo Larenz, Schuldrecht,
Vorbem. 100. tomo II, págs. 461 y ss.
816 § 57. La culpabilidad en el delito imprudente I. Culpabilidad y conciencia de lo injusto 817
primero, debe distinguirse entre estado dé necesidad provocado por impru- beim Fahrlassigkeitsdelikt, NJW 1951, 828; Kienapfel, Die Fahrlassigkeit etc.,
dencia e imprudencia determinada por un estado de necesidad. En cuanto a Zeitschrift für Verkehrsrecht 1977, 1; Klee, Anmerkung zu RG vom 25-11-1938,
lo primero, cfr. supra Adiciones al § 88. Aquí me referiré a la cuestión de si JW 1939, 547; Schlosky, Straftaten in Volltrunkenheit, JW 1936, 3.425; Schmidt-
él estado de necesidad puede operar justificando un hecho imprudente. El Leichner, Verkehrsstrafrecht ohne Schuldfeststellung? NJW 1960, 996; Welzel,
Die deutsche strafrechtliche Dogmatik der letzten 100 Jahre und die fínale Hand-
TS ha rechazado tal posibilidad por estimar que en los delitos culposos falta lungslehre, JuS 1966, 421; Wimmer, Über unzulássige Vertiefung der Schuld-
la voluntad de lesionar un bien jurídico para salvar otro.1 En contra, acerta- frage bei Fehlleistungen von Kraftfahren, NJW 1959, 1.753; el mismo, Verein-
damente, se ha alegado que el delito imprudente no supone la falta de toda fachungen im allgemeinen Strafrecht bei der Bestrafung von Verkehrsübertre-
voluntariedad, sino que precisamente requiere que la conducta descuidada tungen, DAR 1960, 245.
(no el resultado) sea voluntaria; de ahí que tal conducta pueda dirigirse Cfr. además la bibliografía de los §§ 54 y 55.
voluntariamente a la salvación de un bien jurídico en estado de necesidad,
lo que puede fácilmente suceder en el tráfico rodado.2 A los efectos de com- La culpabilidad significa en los delitos imprudentes, fundamen-
paración del "mal causado" y el que se trataba de evitar, aquél no será el talmente como en los delitos dolosos, la reprochdbüidad de la acción
resultado por sí mismo (p. ej., la muerte de un peatón), sino sólo la realiza- típica y antijurídica en atención a la actitud interna jurídicamente
ción de la conducta imprudente, en la medida de la gravedad del riesgo que desaprobada que dicha acción expresa (cfr. supra, § 39 I I l ) . 1 Úni-
ex ante con ella se corría, pues la decisión de si al actuar el autor podía asu- camente mediante la separación de las componentes objetivas de la
mir tal riesgo justificadamente no puede depender del resultado que luego se
imprudencia que pertenecen al tipo de injusto respecto de la culpabi-
produzca, sino sólo de la comparación del peligro que corría el bien en estado
de necesidad y el peligro que suponía la acción descuidada.9 lidad imprudente, resultaría posible su aprehensión material. 2 Los
También se ha contemplado la cuestión de la admisibilidad en hechos elementos de la culpabilidad imprudente, sin embargo, son en p a r t e
imprudentes de la causa de justificación de cumplimiento de un deber (art. 8, distintos a los propios de la acción dolosa culpable. Su comprobación
11* CP; art. 26, 9.° Proyecto 1980). Córdoba niega que resulte amparada resulta a menudo descuidada en el proceso penal. 8
por esta eximente la conducta descuidada de la Autoridad o sus agentes que
causa un resultado no querido, aunque tal conducta se halle dentro de los I. Capacidad de culpabilidad y conciencia de lo injusto
límites de la necesidad en la utilización de la violencia.* El TS ha apreciado,
en cambio, la causa de justificación 11* del art. 8 en un caso en que la Guar- 1. También en la imprudencia, el p r i m e r elemento sobre el que
dia Civil realiza unos disparos al aire y al suelo descuidadamente pero den- descansa el juicio de culpabilidad es la capacidad de culpabilidad,
tro del deber de detener a los fugitivos, uno de los cuales resulta lesionado que también aquí se halla vinculada a la edad y a la salud psíquico-es-
(S. 80 nov. 88). Todo depende de si la acción descuidada sigue hallándose piritual del autor (cfr. supra, •§ 40 I I 3). Quien es incapaz de culpa-
dentro de los límites de la necesariedad y proporcionalidad pese a su carácter
bilidad no puede tampoco a c t u a r culpablemente en el sentido de la
imprudente. Si es así, debe estimarse la eximente. Cuando la imprudencia se
debe a la creación de un peligro para terceras personas, que luego resultan imprudencia. 4 La imprudencia del incapaz de culpabilidad se limita
lesionadas, la proporcionalidad requiere que la agresión al orden público que al carácter objetivamente descuidado de la ejecución de la acción y
deba evitar la Autoridad sea tanto o más importante que el peligro que su- a la previsibilidad del resultado. A la realización del tipo de injusto
pone intentar evitar dicha agresión de forma imprudente. pueden asociarse también en el hecho imprudente las medidas jurí-
dico-criminales previstas p a r a el autor incapaz de culpabilidad (§§ 63,
64, 69, 70), lo que evidentemente presupone que por lo demás puede
§ 57 La culpabilidad en el delito imprudente atribuírsele el hecho. 6
Baumann, Schuldvermutung im Verkehrsstrafrecht? NJW 1959, 2.293; el
mismo, Probleme der Fahrlassigkeit bei Stra|3enverkehrsunfállen, Kriminalbiol. 1 Cfr. Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, pág. 210; Burgstaller,
Gegenwartsfragen, Heft 4, 1960, pág. 100; Boo$, Keine Schuldvermutung im Das Fahrlassigkeitsdelikt, págs. 182 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 570; Blei,
Verkehrsstrafrecht! NJW 1960, 373; Sigrid Fischer, Vergessen ais Fahrlassig- Allg. Teil, pág. 267; Nowakowski, JB1 1972, 31; Welzel, Fahrlassigkeit und Ver-
keit, Strafr. Abh. Heft 346, 1.934; Heitzer, Unrechtsbegriff und Schuldbegriff kehrsdelikte, pág. 30; Wessels, Allg. Teil, pág. 127.
2 Cfr. Welzel, JuS 1966, 424 y ss.
3 Critica esto, con razón, Baumann, Probleme der Fahrlassigkeit, págs. 105
i Así SS. 24 sept. 53, 23 jun. 55, 1 febr. 60, 16 abr. 62, 20 en. 68. Cfr. y ss. También así, Schonke/Schróder/Cramer, § 15 Anm. 200; Lackner, § 15
Córdoba Roda, Comentarios I p. 283. Anm. III a b bb; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.137.
2 Cfr. Córdoba Roda, Comentarios I pp. 283 s. 4 Cfr. Burgstaller, Das Fahrlassigkeitsdelikt, págs. 183 y ss.; Schdnke/
8
Córdoba Roda coincide en negar que baste el resultado del hecho impru- Schroder/Cramer, § 15 Anm. 189; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.125. En
dente para valorar la entidad del "mal" que produce, pero considera necesario a contra se sostuvo, anteriormente, a menudo, en base a la concepción de la impru-
dencia como forma de culpabilidad, que el incapaz de culpabilidad no podía ac-
tal efecto tener en cuenta tanto la acción imprudente como el resultado: Comen- tuar, en absoluto, de forma imprudente; cfr. Schlosky, JW 1936, 3.427; Klee,
tarios I pp. 284 s. JW 1939, 548.
•* Cfr. Córdoba Roda, Comentarios I pp. 378 nota 35 y 379. 5 Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.126 destaca, con razón, que, para la
818 § 57. La culpabilidad en el delito imprudente II. Advertir y cumplir el deber objetivo de cuidado 819
7
2. La culpabilidad imprudente presupone, además, al igual que 58, 130 [134 y ss.]). Evidentemente, tampoco aquí resulta posible
la culpabilidad en el hecho doloso, la conciencia de la antijuricidad o un juicio sobre el poder personal más que preguntando si "otro'*, a
la evitabilidad del error de prohibición (cfr. supra, § 4 1 1 1) .6 Error quien hay que imaginar igual al autor en edad, inteligencia y conoci-
de prohibición y falta de previsión van generalmente unidos en la mientos, que hubiese estado en su lugar y situación según nuestra
imprudencia. Pero también aquí la conciencia de la antijuricidad po- experiencia, hubiera sido capaz de observar las exigencias de cuidado
see un significado específico, en la medida en que el autor debe saber interno y externo necesarias para la evitación del resultado típico
que las exigencias objetivas de cuidado que deben ser atendidas en (cfr. supra, § 39 III l). 8
el caso concreto constituyen verdaderos deberes jurídicos y no sólo 2. Son circunstancias que no pueden reprocharse al autor los
normas de cortesía o que deban observarse por costumbre o decencia. defectos corporales, la falta de inteligencia, las lagunas de conoci-
Si el autor no ha advertido su deber de cuidado (culpa inconsciente) miento y experiencia, la pérdida de facultades por razón de la edad,
debe exigirse que aquél pudiera advertirlo como deber jurídico (cfr. así como especiales dificultades situacionales para las que no pudiera
infra, ¡§ 57 II). En los delitos imprudentes de resultado el autor debe, estar preparado. Evidentemente, siempre debe hacerse la salvedad de
además, saber o poder saber que el resultado que ha provocado se la "culpa por asunción".
halla desaprobado por el orden jurídico. Si se trata de homicidio o
lesiones imprudentes no es preciso detenerse en este punto. Por el Ejemplos: Una capacidad intelectual insuficiente puede disculpar unas
maniobras incorrectas en el tráfico ferroviario (RG 22, 163 [164 y ss.]).
contrario, es posible que en las acciones peligrosas para el tráfico Si el testigo, por su escasa inteligencia, no es capaz de advertir que su de-
rodado, como el abrirse repentinamente de forma excesiva, el cerrar claración es falsa, no puede ser castigado según el § 163 (RG JW 1928,
el paso tras un adelantamiento, o el aumentar la velocidad al ser ade- 1.505). No es reprochable la incapacidad para conducir derivada de una
lantado, que se producen constantemente, falte la conciencia de lo mengua progresiva de facultades por causa de la edad, si no puede ser adver-
injusto, ya que muchos no ven en ello un hecho antijurídico sino la tida.9 Un agotamiento que sobreviene de repente y que el conductor no po-
expresión de un temperamento deportivo digno de alabanza. Basta día esperar por defectos corporales o mentales que le resultasen conocidos o
para el reproche de culpabilidad la potencial conciencia de lo injusto, cognoscibles, puede también disculpar graves infracciones de tráfico (BGH
pero en la medición de la pena el error de prohibición evitable posee VRS 7, 181 [182]; BGH DAR 1958, 194). La falta de práctica en la con-
menor gravedad en el ámbito de la imprudencia que la plena concien- ducción no puede reprocharse al conductor inexperto (BGH DAR 1956, 106;
cia de lo injusto. KG VRS 7, 184 [185]) la falta de capacidad de un facultativo para advertir
una apendicitis puede excluir el reproche de culpabilidad (RG 67, 12 [19
y ss.]). La perplejidad motivada por un peligro aparecido de forma ines-
II. La posibilidad de advertir y cumplir el deber objetivo de cuidado perada puede disculpar reacciones erróneas, como cuando tiene lugar una
agresión nocturna (RG 58, 27 [30]), un fallo repentino del freno del pie de
1. En la imprudencia el reproche de culpabilidad depende en bue- un ómnibus en una pendiente difícil, en especial si concurren simultánea-
na medida de que el autor, según sus facultades personales, se en- mente agotamiento y escasa experiencia en el conductor (BGH DAR 1956,
cuentre en situación de advertir y cumplir las exigencias de cuidado 106 [107]), un repentino cambio de carril de un camión en la autopista
que se le dirigen con arreglo al baremo objetivo. Al comprobar este (BGH VRS 10, 213 [214]) o un vehículo que viene en dirección contraria
y enciende antes de tiempo y de forma imprevisible las luces largas (BGH
punto lo decisivo no es la capacidad que posea el sujeto cuidadoso y 12, 81 [84]). Por último, aunque la concurrencia de culpa por parte de la
consciente que pertenezca al sector del tráfico del autor (baremo ob- víctima no pueda eliminar la culpabilidad del autor, sí puede atenuarla
jetivo), sino éste mismo con su nivel individual de fuerzas, experien- esencialmente (RG 59, 355 [359]; BGH 4, 182 [187]; 17, 299 [302 y ss.]).
cias y conocimientos (baremo subjetivo) (RG 39, 2 [5] ; 56, 343 [349] ;
7 Así, la doc. dom.; cfr. Baumann, Probleme der Fahrlássigkeit, pág. 105;
punibilidad, en base a un hecho imprudente, cometido en el estado de embriaguez Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsátze, págs. 210 y ss.; Engisch, Vorsatz und
previsto en el § 330a, hay que comprobar si el cuidado objetivamente exigible Fahrlássigkeit, págs. 349 y ss.; Exner, Fahrlássigkeit, pág. 217; Lackner, § 15
hubiera podido requerirse al autor en estado de sobriedad. (RG DStr 1936, 180 Anm. III l a ce; Mannheim, Fahrlássigkeit, págs. 61 y ss.; Maurach, Allg. Teil,
[181]; también así, Schdnke/Schrdder/Cramer, § 15 Anm. 190. página 570; Mühlhaus, Fahrlássigkeit, pág. 32; Preisendanz, Vorbem. C 4, pá-
6 La exigencia de conocimiento actual o potencial de lo injusto es destaca- gina 3 1 ; Schdnke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 193; SK (Samson), § 15 Anh.
da, con razón también para la imprudencia, por Bockelmann, Verkehrsrechtliche Anm. 34; Welzel, Lehrbuch, pág. 175. Sobre la teoría discrepante que incluye la
Aufsátze, pág. 213; Burgstáller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, págs. 196 y ss.; posibilidad individual de cumplir el mandato de cuidado, ya en el propio tipo
Lackner, § 15 III l e ; Maurach, Allg. Teil, págs. 571 y ss.; Sauer, Allgemeine de injusto, cfr. supra, § 54 I 3, nota 14.
Strafrechtslehre, pág. 180; Schdnke/Schroder/Cramer, § 15 Anm. 191; Welzel, 8 Burgstáller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, pág. 189; Nowakowski, JB1 1972,
Pahrlássigkeit und Verkehrsdelikte, pág. 32; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú- 31; Kienapfel, Zeitschrift für Verkehrsrecht 1977, págs. 13 y ss.
mero 1.127. 9 Ejemplo de Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsátze, págs. 211 y ss.
820 § 57. La culpabilidad en el delito imprudente III. La previsibilidad subjetiva del resultado 821
3. El reproche de culpabilidad puede basarse ya en el hecho de nejo procesal. Un Derecho Penal que quiera desplegar efectos educativos
que alguien realice una actividad para la cual le falten los necesarios no puede apartarse del principio de culpabilidad precisamente en la im-
conocimientos y facultades (culpa por asunción) (cfr. supra, § 55 I prudencia, porque la pena debe poner de manifiesto al autor su responsa-
bilidad personal. Y los motivos de la sentencia deben mostrarle hasta qué
3a). Mas aquí se plantea la cuestión de qué ocurre cuando falta al punto precisamente él hubiera podido evitar el hecho imprudente y podrá
autor incluso la inteligencia necesaria para poder formarse un juicio evitarlo en el futuro.
sobre la insuficiencia de su propia capacidad.10 Consecuentemente, la
doctrina requiere que el autor pueda advertir que no se halla en con-
diciones de responder a las exigencias que implica la actividad por él III. La previsibilidad subjetiva del resultado y del curso causal
asumida.11 Sin embargo, la Jurisprudencia no ha hecho expresa esta
1. En los delitos imprudentes de resultado, éste y el curso causal,
exigencia, de modo que produce la impresión de una objetivación del
en sus rasgos esenciales, no sólo deben haber sido previsibles objeti-
baremo de culpabilidad que resulta contraria al sistema (RG 50, 37
vamente (cfr. supra, § 55 II 3), sino que para que sea reprochable la
[45]; 59, 355 [356] ; 64, 263 [271]; 67, 12 [20]; BGH 10, 133 [134] ;
causación del resultado, es preciso también que hubiesen sido previ-
K G V R S 7 , 1 8 4 [185]).
sibles por el autor, atendidas sus facultades y conocimientos perso-
La culpa por asunción guarda parentesco con la actio libera in causa nales (RG 3, 208 [209] ; 30, 25 [28]; 64, 316 [320] ; 74, 195 [198] ;
en cuanto ancla el reproche de culpabilidad en un momento temporal anti- BGH 24, 213 [216] ). 14 El baremo subjetivo de la previsibilidad del
cipado (cfr. supra, § 40 VI, 1). La diferencia estriba en que en esa otra resultado es fundamentalmente el mismo utilizado para decidir la
institución el autor provoca culpablemente un estado de falta de libertad posibilidad de advertir y cumplir con el deber de cuidado.
(incapacidad de acción, incapacidad de culpabilidad) en el que comete una
acción conminada con pena, mientras que en el caso ahora contemplado le Ejemplos: La previsibilidad de las consecuencias de un golpe en la ca-
faltan al sujeto de antemano los presupuestos personales para asumir una beza depende del nivel cultural (RG 73, 257 [263]) y la inteligencia del
determinada actividad, pudiendo advertirlo. autor (OLG Koln NJW 1963, 2.381 [2.383]). El olvido de un maestro del
informe según el cual un determinado alumno es "hemofílico", no es re-
4. Las facultades personales del autor, como fundamento del re- prochable si dicho alumno pone en peligro la clase con una incorrección
proche de culpabilidad, al igual que toda realidad subjetiva, sólo que hace precisa una reacción inmediata (BGH 14, 52 [54]).16 Una cam-
pueden constatarse mediante una deducción a posteriori basada en pesina intelectualmente primitiva que practica en la persona de su hija un
datos objetivos. A menudo, el juez, podrá, para ello, partir de la im- aborto sin la necesaria esterilización, no puede prever la muerte como con-
secuencia de su intervención (BGE 69 IV 228 [232]). La abuela que en-
presión personal que le cause el autor, de su posición social, de su tra por vez primera en un "Metro" sin saber, por ello, que las puertas se
experiencia de la vida y de la conducta por él demostrada anterior- cierran automáticamente antes de partir, no puede prever que pone en pe-
mente, así como de reglas generales de experiencia, y podrá conside- ligro a su nieto si no lo mantiene suficientemente alejado de la puerta (caso
rar probada la culpabilidad imprudente en cuanto no existan indicios de Schmidhauser).
en contrario (prueba de la apariencia) (BGH DAR 1954, 17 [18]). 12
2. La previsibilidad subjetiva del resultado no plantea problemas
Sin embargo, no con ello se abandona el baremo subjetivo de la culpabi- en la culpa consciente, pues en ella el autor prevé, y toma en serio, la
lidad imprudente,13 sino que únicamente se muestra un camino para su ma- peligrosidad de la situación para el objeto de la acción protegido, aun
cuando confíe indebidamente en que el resultado no va a realizarse
10 Cfr. Larenz, Schuldrecht, t. I, pág. 211; también, sobre el Derecho ci- (OLG Stuttgart JuS 1977, 52). La dificultad radica una vez más en
vil, BGH JZ 1968, 103. la culpa inconsciente, pues la peligrosidad de muchos procesos de la
11 Cfr. Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsátze, pág. 211; Burgstaller, vida cotidiana, en particular en la medicina, en la construcción o en
Das Fahrlássigkeitsdelikt, pág. 193; el mismo, Grundzüge, pág. 126; Maurach,
Allg. Teil, pág. 676; NowakowsJci, JB1 1953, 510 y ss.; Schonke/Schroder/Cra- i
mer, § 15 Anm. 196; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.103; Schmidhauser, Allg.
Teil, pág. 444; LK (Schroeder), § 59 Anm. 160. página 23; Schmidt-Leichner, NJW 1960, 996 y ss.; Baumann, Probleme der
12 Cfr. sobre esto Bockelmann, Untersuchungen, pág. 268; el mismo, Ver- Fahrlássigkeit, pág. 106.
kehrsrechtliche Aufsátze, pág. 24; Burgstaller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, pá- 14 Cfr. Burgstaller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, pág. 187; Maurach, Allg.
ginas 194 y ss.; Volk, GA 1973, 166 y ss.; Wimmer, NJW 1959, 1.756 y ss.; el Teil, pág. 575; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 271; Welzel, Fahrlássigkeit und Ver-
mismo, DAR 1960, 247 y ss. En contra, Baumann, NJW 1959, 2.293 y ss. kehrsdelikte, págs. 30 y ss.; el mismo, Lehrbuch, págs. 175 y ss.; Schmidhauser,
13 Requieren sin embargo, una objetivización de la culpabilidad impru- Allg. Teil, pág. 445; Schdnke/Schrbder/Cramer, § 15 Anm. 197; Wessels, Allg.
dente, Frey, Schweiz. Juristenvereins-Festschrift, págs. 343 y ss.; Salm, Das Teil, pág 127.
vollendete Verbrechen, t. I, 1, págs. 69 y ss., 114, 117 y ss., 137, 203; Boop, 15 Cfr. sobre los límites del deber de concentración, Sigrid Fischer, Ver-
NJW 1960, 373. En contra, con razón, Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsátze, gessen ais Fahrlássigkeit, págs. 86 y ss.
822 § 57. La culpabilidad en el delito imprudente IV. Inexigibilidad de comportamiento adecuada a norma 823
19
el tráfico rodado, permite prever que casi toda inobservancia del cui- pra, § 47II 3b). Ello constituye una depuración del principio de cul-
dado debido pueda conducir a las más graves consecuencias, y ello pabilidad, frente a la cual concurren objeciones prácticas, en especial
puede advertirlo cualquiera, pues el posible curso causal es lo bastan- bajo el punto de vista del principio de igualdad. En todo caso, es se-
te sencillo como para resultar accesible incluso a los espíritus más guro que únicamente puede tenerse en cuenta una valoración objetiva
limitados. Mas en ciertos hechos imprudentes también concurren a de los motivos del autor. 20
veces procesos más complejos, que hacen precisa la comprobación de
la capacidad personal del autor en orden a la previsión del resultado Ejemplos: La Jurisprudencia partió del "caso del Leinenfánger" (caballo
que apresa las riendas) (RG 30, 25), caso que, sin embargo, hoy hubiera
y del curso causal (por ej., dejar un líquido venenoso en un local ce- sido resuelto de forma distinta en atención a la existencia de protección
rrado en el que, sin embargo, jugando los niños pueden entrar por jurídica para los trabajadores y la elevada peligrosidad de los vehículos
la ventana). Los conocimientos especiales gravan al autor, por ejem- que no reúnen las necesarias condiciones de seguridad para el tráfico.21
plo: el conocimiento de que la víctima sufre una afección cardíaca, RG 36, 78 (80) negó también que un padre faltase a su deber al omitir un
pese a lo cual se le causa una impresión mortal al comunicarle, impru- internamiento a tiempo en una clínica de su hijo gravemente enfermo,
dentemente, una noticia que le conmociona. porque ello se debió a los ruegos encarecidos del propio niño y al hecho de
que poco antes había muerto su mujer en la misma clínica. RG 57, 172 (174)
estimó que no cabía hacer reproche alguno a un transbordador cuyo barco
IV. La inexigibilidad de un comportamiento adecuado a la norma había zozobrado en el río Niemen a consecuencia de una tempestad y de una
Además de por las causas que concurren en la persona del autor, crecida de las aguas, porque los dos pasajeros le habían exigido incesante-
el reproche de culpabilidad correspondiente a la imprudencia puede mente la travesía pese a habérseles indicado su peligrosidad y hasta ha-
bían llegado a poner en duda su valor personal. RG 74, 195 (198) que rechazó
desaparecer también cuando circunstancias exteriores hacen apare- el reproche de culpabilidad frente a un conductor de tranvía que para con-
cer como inexigible el cumplimiento del deber objetivo de cuidado.16 seguir la iluminación reglamentaria de su remolque hubiera debido con-
Al contrario de lo que sucede en las acciones dolosas, en las cuales se travenir un precepto (equivocado) de las ordenanzas.
exige obediencia al Derecho aun cuando en contra concurran las más
intensas presiones sobre la motivación, en la medida en que no se den * * *
los casos excepcionales especialmente previstos por la propia ley (por
ejemplo, § 35) (cfr. supra, § 47 II 2), la Jurisprudencia toma en con-
No existe en nuestro país un estado de la doctrina relativo a la específica
sideración en los delitos imprudentes, sobre todo en situaciones de culpabilidad de los delitos imprudentes que permita compararlo con el plan-
conflicto, el carácter anómalo de las circunstancias externas en rela- teamiento del texto. Baste remitir a lo que se dijo en las Adiciones al % 55 I
ción con las características personales del autor, con sólo que las mis- acerca del grado de admisión en España de la escisión de la imprudencia en
mas le dificulten en una medida extraordinaria el cumplimiento del infracción del objetivo deber de cuidado (en el injusto) y poder individual
deber de cuidado. Sin embargo, ello no constituye un límite del cui- de haberla evitado por parte del autor (en la culpabilidad). Pero importa
dado debido en el ámbito objetivo de la antijuricidad, 17 ni tampoco el subrayar que, con independencia de las divergencias sistemáticas en este
reconocimiento de una causa "supralegal" de exculpación por inexi- ' punto, existe unanimidad entre nosotros en condicionar la presencia de im-
gibilidad,18 sino la limitación del deber de cuidado que corresponde prudencia — como uno u otro fundamento dogmático — a que el autor se en-
personalmente al autor (OLG Frankfurt VRS 41, 32 [35]) (cfr. su- cuentre en condiciones personales de poder observar el cuidado necesario
para evitar el hecho.1
16 Cfr. sobre esto Blei, Allg. Teil, pág. 269; Burgstaller, Das Fahrlassig-
keitsdelikt, págs. 198 y ss.; Dreher, § 15 Anm. 16; Heitzer, NJW 1951, 829;
Kienapfel, Zeitschrift für Verkehrsrecht 1977, 14 y ss.; Kohlrausch/Lange, § 59
Anm. IV 4; Maurach, Allg. Teil, págs. 569 y ss.; Schónke/Schroder/Cramer,
§ 15 Anm. 202; SK (Samson), § 16 Anh. Anm. 36; Nowakowski, JB1 1953, 509
y ss.; Welzel, Lehrbuch, págs. 183 y ss.; Jakobs, Studien, págs. 141 y ss.; Wes-
8el8, Allg. Teil, pág. 127. Menciona expresamente la exigibilidad el § 6 I StGB 19 Así Burgstaller, Das Fahrlássigkeitsdelikt, pág. 199. Por el contrario,
austríaco. Escéptico ante la inexigibilidad por las dificultades de delimitación, Schdnke/Sehroder/Cramer, § 15 Anm. 202, atribuye a la inimputabilidad una "do-
Schünemann, JA 1975, 791 y ss. ble función".
17 Así H. Mayer, Lehrbuch, pág. 141; el mismo, Grundrip, pág. 135; Hen- 20 Así, con razón, Welzel, Lehrbuch, pág. 184. Cfr. también, Burgstaller,
kel, Mezger-Festschrift, pág. 286. Maurach, Allg. Teil, pág. 568, considera que Das Fahrlássigkeitsdelikt, págs. 200 y ss., con ejemplos.
falta la responsabilidad por el hecho. 21 Así Bockelmann, Verkehrsrechtliche Aufsatze, página 211; Mühlhaus,
18 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 482; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 159; Fahrlássigkeit, págs. 43 y ss.
Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 477 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.130; 1
Cfr. por ejemplo Antón Oneca, PG p. 219; Rodríguez Devesa, PG p. 456.
Welzel, Lehrbuch, pág. 183.
§ 58. El delito de omisión 825

§ 58 Concepto, clases y problemática fundamental del delito


de omisión
AndroulakÍ8, Studien zur Problematik der unechten Unterlassungsdelikte,
1963; Bertel, Begehungs- oder Unterlassungsdelikt? JZ 1965, 53; Binding, Der
Sección 2.a Entwurf eines StGB f. d. Nordd. Bund in seinen Grundsatzen, 1869; BockeU
mann, Strafrecht des Arztes, 1968; Bohm, Die Rechtspflicht zum Handeln bei
den unechten Unterlassungsdelikten, tesis, Frankfurt, 1957; el mismo, Metho-
El delito de omisión dische Probleme der Gleichstellung des Unterlassens mit der Begehung, J u S
1961, 177; Boldt, Anmerkung zu RG 74, 309, DR 1941, 195; Busch, Zur gesetz-
lichen Begründung der Strafbarkeit unechten Unterlassens, Festschrift für
El delito de omisión constituye, al igual que el delito imprudente H. v. Weber, 1963, pág. 192; Clemens, Die Unterlassungsdelikte im deutschen
Strafrecht von Feuerbach bis zum RStGB, Strafr. Abh. Heft 149, 1912; Dahm,
de comisión, una forma especial de aparición de la acción punible. El Bemerkungen zum Unterlassungsproblem, ZStW 59 (1940), pág. 133; Graf zu
delito doloso de omisión se expondrá aquí, como el delito imprudente, Dohna, Zur Lehre von den Kommissivdelikten durch Unterlassung, DStr 1939,
sobre la base del delito doloso de comisión (cfr. supra, §§ 24-53). Pero 142; Drost, Der Aufbau der Unterlassungsdelikte, GS 109 (1937), pág. 1; En-
los delitos de omisión no sólo pueden cometerse dolosamente, sino gisch, Besprechung von Kaufmann, Die Dogmatik der Unterlassungsdelikte, JZ
1962, 189; el mismo, Vom Weltbild des Juristen, 2.' ed. 1965; el mismo, Tun und
también por imprudencia. El delito de omisión imprudente se trata- Unterlassen, Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 163; Gallas, Anmerkung zu
rá en correspondencia con el dolo y a la vez en relación con el delito BGH 2, 150, JZ 1952, 371; el mismo, Unterlassene Hilfeleistung nach deutschem
imprudente de comisión (cfr. supra, §§ 54-57). Como los delitos de Strafrecht, Deutsche Landesreférate zum IV. Int. Kongrep f. Rechtsvergleichung
comisión, los de omisión son subsumibles bajo el concepto superior de 1955, pág. 344; Geüen, Neue juristisch-medizinische Grenzprobleme, J Z 1968, 145;
"comportamiento socialmente relevante" (cfr. supra, § 23, IV, 1 y 2), el mismo, Das Leben des Menschen in den Grenzen des Rechts, FamRZ 1968,
121; Georgakis, Hilfspflicht und Erfolgsabwendungspflicht im Strafrecht, 1938;
pero se distinguen tan esencialmente de los delitos cometidos por un Grünwald, Das unechte Unterlassungsdelikt, tesis, Gottingen 1957; el mismo, Zur
hacer positivo, que no resulta posible una traslación inmediata a los gesetzlichen Regelung der unechten Unterlassungsdelikte, ZStW 70 (1958), pá-
mismos de las reglas y conceptos jurídicos desarrollados para los de- gina 412; el mismo, Die Beteiligung durch Unterlassen, GA 1959, 110; Haffke,
litos de comisión. La dogmática de los delitos de comisión ha de adap- Unterlassung der Unterlassung? ZStW 87 (1975), pág. 44; Henke, Handbuch
des Criminalrechts und der Criminalpolitik, 1." Parte, 1823; Henkel, Das Me-
tarse, pues, a los condicionamientos especiales de los delitos de omi- thodenproblem bei den unechten Unterlassungsdelikten, MSchrKrim 1961, 178;
sión. Herzberg, Die Unterlassung im Strafrecht und das Garantenprinzip, 1972;
Hirsch, Ehre und Beleidigung, 1967; Honig, Zur Frage der Strafbarkeit der Un-
Mas al hacerlo no cabe proceder esquemáticamente, con arreglo a un terlassung im romischen Recht, Festschrift für E. Heilfron, 1930, pág. 63; el
"principio de inversión" pretendidamente válido, 1 según el cual, en los de- mismo, Die Entwicklung des Unterlassungsdelikts vom Romischen bis zum Ge-
litos de omisión los fenómenos equivalentes sólo pueden producir efectos meinen Recht, Festgabe für R. Schmidt, 1932 (Sonderdruck); Jescheck, Straf-
opuestos y únicamente pueden tener lugar los mismos efectos aquellos fe- rechtsreform in Deutschland, SchwZStr 91 (1975), pág. 1; Jescheck/Goldmann,
nómenos que ostenten una e s t r u c t u r a inversa. P o r el contrario, tiene que Die Behandlung der unechten Unterlassungsdelikte im deutschen und auslándi-
tener lugar, de problema en problema, una transposición adecuada a sen- schen Strafrecht, ZStW 77 (1965), pág. 109; Armin Kaufmann, Die Dogmatik
tido de las categorías de pensamiento desarrolladas p a r a los delitos de co- der Unterlassungsdelikte, 1959; el mismo, Methodische Probleme der Gleichstel-
misión a los delitos de omisión. Como la omisión no posee la misma reali- lung des Unterlassens mit der Begehung, J u S 1961, 173; Arthur Kaufmann, Die
Bedeutung hypothetischer Erfolgsursachen im Strafrecht, Festschrift für Eb.
dad que el hacer positivo, sino que sólo puede pensarse como frustración Schmidt, 1961, pág. 200; Arthur Kaufmann/Hassemer, Der überfaliene Spazier-
de la expectativa de una determinada acción posible p a r a el autor, deben ganger, J u S 1964, 151; Kienapfel, Aktuelle Probleme der unechten Unterlas-
introducirse en el concepto de omisión elementos que no encuentran corres- sungsdelikte, Strafrechtliche Probleme der Gegenwart, t. II, 1974, pág. 77; el
pondencia en los delitos de comisión. P o r virtud de estas transposiciones y mismo, Die Garantenpflichten..., JB1 1975, 13, 80; el mismo, Die Gleichwertigkeit
complementos, la estructura de los delitos de omisión adopta una configu- von Tun und Unterlassen, ÓJZ 1976, 197; el mismo, Die Abgrenzung von'Tun
ración más complicada que la de los delitos de comisión. und Unterlassen, ÓJZ 1976, 281; Kissin, Die Rechtspflicht zum Handeln bei den
Unterlassungsdelikten, Strafr. Abh. Heft 317, 1933; Kohler, Studien aus dem
Strafrecht, Parte I, 1890; Landsberg, Die sog. Commissivdelikte durch Unter-
lassung im deutschen Strafrecht, 1890; Lenckner, Árztliche Hilfeleistungspflicht
1 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 87 y ss.; Welzel, Lehr- und Pflichtenkollision, Medizinische Klinik 64 (1969), pág. 1.000; Luden, Abhand-
buch, pág. 203. Como aquí, Schonke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 138; Schmid- lungen aus dem gemeinen teutschen Strafrechte, t. I, 1836, t. II, 1840; H. Mayer,
hauser, Allg. Teil, págs. 653 y ss., nota 1 y, ampliamente, Haffke, ZStW 87 Die gesetzliche Bestimmtheit der Tatbestande, Materialien, t. I, pág. 259; Meister,
(1975), págs. 44 y ss. Echtes und unechtes Unterlassungsdelikt, MDR 1953, 649; Meyer-Bahlburg, Bei-

9. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H


826 § 58. El concepto de omisión I. Historia dogmática de los delitos de omisión 827

trag zur Erorterung der Unterlassungsdelikte, tesis, Hamburg 1962; el mismo, ello, el interés se centró d u r a n t e largo tiempo en la cuestión de la
Zur gesetzlichen Regelung der unechten Unterlassungsdelikte, MSchrKrim 1965, causalidad de la omisión en orden al resultado no evitado. H a habido
247; el mismo, Die Garantenstellung bei den Unterlassungsdelikten, GA 1968, 49; que esperar a nuestro tiempo p a r a que se advirtiese el problema de
Nagler, Die Problematik der Begehung durch Unterlassung, GS 111 (1938), pá- la equiparación en los delitos dotados de especiales elementos de la
gina 1; Nickel, Die Problematik der unechten Unterlassungsdelikte..., 1972;
Ranft, Zur Unterscheidung von Tun und Unterlassen im Strafrecht, JuS 1963, acción (§ 13, segundo inciso). 4
340; Roxin, Pflichtwidrigkeit und Erfolg bei fahrlassigen Delikten, ZStW 74
(1962), pág. 411; el mismo, Táterschaft und Tatherrschaft, 3.* ed. 1975; el mis- 2. Feuerbach,6 con la fundamentación característica de la idea de li-
mo, An der Grenze von Begehung und Unterlassung, Festschrift für K. Engisch, bertad propia de la Ilustración, según la cual "la vinculación originaria del
1969, pág. 380; el mismo, Kriminalpolitik und Strafrechtssystem, 2.* ed. 1973; ciudadano se refiere únicamente a omisiones", sólo consideró al contrato y
Rudolphi, Die Gleichstellungsproblematik der unechten Unterlassungsdelikte und a la ley como causa jurídica de una obligación de evitar el resultado. Span-
der Gedanke der Ingerenz, 1966; Samson, Begehung und Unterlassung, Fest- genberg* y Henke1 advirtieron, además, que también ciertas estrechas re-
schrift für H. Welzel, 1974, pág. 579; Samson/Horn, Steuerunehrlichkeit durch laciones vitales (por ej.: el matrimonio y el parentesco próximo) constituían
Unterlassen, NJW 1970, 593; Sauer, Kausalitat und Rechtswidrigkeit der Un- fuentes de obligación. Stübel,8 por último, añadió el hacer peligroso prece-
terlassung, Festgabe für R. v. Frank, t. I, 1930, pág. 202; Sax, Zur rechtlichen
Problematik der Sterbehilfe etc., JZ 1975, 137; Schaffstein, Die unechten Unter- dente como fundamento del deber de evitar el resultado. Con ello se había
lassungsdelikte etc., Festschrift für W. Graf Gleispach, 1936, pág. 70; el mismo, puesto la base de la evolución posterior de los delitos de omisión. Con la
Tatbestandsirrtum und Verbotsirrtum, Gottinger Festschrift für das OLG Celle, entrada del pensamiento científico-natural en la teoría del Derecho Penal,
1961, pág. 175; Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, 1939; R. Schmüt, Zur Sys- en torno a la mitad del siglo xix empezaron los intentos de resolver el pro-
tematik der Unterlassungsdelikte, JZ 1959, 432; Schone, Unterlassene Erfolgs- blema de la equiparación mediante la prueba de una propia causalidad de
abwendungen und Strafgesetz, 1974; Schünemann, Grund und Grenzen der unech- la omisión respecto del resultado producido. Aquí no vamos a destinar mayor
ten Unterlassungsdelikte, 1971; Schwalm, Begehen durch Unterlassen, Nieder- atención a la evolución de esta corriente (cfr. infra, § 59 III 2), porque tras
schriften, t. XII, pág. 74; J. Sehwarz, Die Unterscheidung zwischen echten und muchos rodeos y caminos erróneos, se ha impuesto la conclusión de que la
unechten Unterlassungsdelikten, tesis, Freiburg 1967; Separovic, Die Behand- causalidad no constituye la cuestión decisiva de la omisión.9 "La punibili-
lung der Unterlassungsdelikte in Jugoslawien, ZStW 77 (1965), pág. 149; Sgubbi,
Responsabilitá pénale per omesso impedimento dell'evento, 1975; Spangenberg, dad de la omisión es completamente independiente de la admisión de su
Über Unterlassungsverbrechen und deren Strafbarkeit, Neues Archiv des Cri- causalidad". 10 Lo importante es, por el contrario, el punto de vista norma-
minalrechts IV (1821), pág. 527; Spendel, Zur Unterscheidung von Tun und Un- tivo, con arreglo al cual aquél en cuya intervención confía la comunidad,
terlassen, Festschrift für Eb. Schmidt, 1961, pág. 183; Stübel, Über die Teilnah- al omitir la actividad esperada, vulnera intereses que se hallan confiados
me mehrerer Personen an einem Verbrechen, 1828; Traeger, Das Problem der a su custodia y que, a falta de otro aseguramiento, quedan desprovistos de
Unterlassungsdelikte im Straf- und Zivilrecht, Festgabe für L. Enneccerus, protección.11 El problema de la equiparación se convirtió, así, en una cues-
1913 (separata); Vogt, Das Pflichtproblem der kommissiven Unterlassung, ZStW tión de antijuricidad. Durante largo tiempo los deberes jurídicos relevantes
63 (1951), pág. 381; Welp, Vorangegangenes Tun ais Grundlage einer Handlungs- para los delitos de omisión se fundaron, de modo puramente formal, en su
áquivalenz der Unterlassung, 1968; Welzel, Zur Dogmatik der echten Unterlas-
sungsdelikte etc., NJW 1953, 327. origen (Ley, Derecho consuetudinario, contrato, actuar precedente). 12 Pero
pronto empezó a intentarse deducir materialmente de la función de protec-
ción del Derecho Penal deberes jurídicos de evitación del resultado. Así, se
I. Rasgos fundamentales de la historia dogmática de los delitos de
omisión
1. E l problema fundamental de los delitos de omisión no regula- 4 Cfr. sobre esto Schónke/Schróder/Stree, § 13 Anm. 4; Schmidháuser,
dos en la ley penal es la cuestión de los presupuestos bajo los cuales Allg. Teil, págs. 682 y ss.; SK a(Rudolphi), § 13 Anm. 18.
5 Feuerbach, Lehrbuch, 3. ed., § 24.
la no evitación de un resultado típico puede equipararse a su pro- 6 Spangenberg, Neues Archiv des Criminalrechts IV (1821), págs. 539.
ducción mediante un hacer positivo. Mientras que en la bibliografía 7 Henke, Handbuch, págs. 395 y ss.
del siglo XVIII no cabe encontrar sobre este problema más que decla- 8 Stübel, Über die Teilnahme, pág. 61.
9 Cfr. sobre esto Jescheck/Goldmann, ZStW 77 (1965), págs. 114 y ss.;
raciones ocasionales relativas a los delitos de homicidio, 2 desde Feuer- Maurach, Allg. Teil, pág. 588; Rudolphi, Die Gleichstellungsproblematik, pági-
bach la ciencia jurídico-penal alemana se esforzó en a b a r c a r sistemá- nas 7 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, págs. 684 y ss. '
ticamente los deberes jurídicos de evitación del resultado.9 J u n t o a 10 v. lÁszt, Lehrbuch, 6.a ed., pág. 108.
11 Así Kohler, Studien Teil I, págs. 46 y ss.; Traeger, Unterlassungsdelikte,
página 21.
2 Cfr. sobre esto Clemens, Unterlassungsdelikte, págs. 6 y ss.; Nagler, GS 12 Así, espec. la Jurispr.; cfr. RG 58, 130 (131); 63, 392 (394); 74, 309
111 (1938), págs. 3 y ss.; Schaffstein, Die allgemeinen Lehren, págs. 56 y ss.; (311); también aún BGH 2, 150 (153). También los tratados más importantes:
Honig, R. Schmidt-Festgabe (separata), págs. 25 y ss. (sobre antecedentes en los v. Hippel, t. II, págs. 161 y ss.; v. Liszt/Schmidt, págs. 190 y ss.; M. E. Mayer,
glosadores). Sobre el Derecho romano, cfr. Honig, Heilfron-Festschrift, págs. 63 Lehrbuch, págs. 191 y ss.; Mezger, Lehrbuch, págs. 138 y ss. Todavía se basan en
y ss. Sobre lo siguiente, también LK (Heimann-Trosien), Einl. Anm. 117 y ss. ello, Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 989 y ss.; Maurach, Allg. Teil, págs. 605
3 Sobre esto, ampliamente, Welp, Vorangegangenes Tun, págs. 25 y ss. y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 283; Otto, Grundkurs, págs. 151 y ss.
828 § 58. El concepto de omisión II. La distinción de hacer positivo y omisión 829
18
apuntó al círculo social de deberes propio del que omite, al sano senti- ejemplo, §§ 138,174 y ss., 264 I núm. 2, 265b I núm. 2, 283 I núms. 5,
miento popular 14 y a las necesidades del orden interno de las comunidades 7b, 283b I núms. 2, 3b, 223b I, 3. a modalidad de acción, 315b I núme-
sociales.16 La teoría de Nagler16 cerró provisionalmente la evolución histo-
rico-dogmática. Según la misma, la equiparación constituye un problema de ros 2g, 330g, 340 I, 2. a modalidad de acción, 353c II, 357 3. a mo-
complemento del tipo del delito de comisión correspondiente al de omisión, dalidad de acción), y en particular en el Derecho Penal especial (cfr.
mediante elementos que caracterizan al omitente "como garante de la no por ej., § 401 AktG, y también los casos de entrega de armas de fuego
producción del resultado, que está obligado a evitar el daño que puedan cau- y municiones a otra persona previstos en el § 53 Waff G) . 20 La impor-
sar las energías contrarias al Derecho". Sobre esta base, la doctrina de los tancia práctica de los delitos de omisión no regulados por la ley, es,
deberes de garante ha experimentado en la dogmática más reciente un sin embargo mayor que la de los casos legalmente regulados, ya que
proceso incesante de depuración (cfr. con mayor detalle infra, § 59 I I I ) . la Jurisprudencia y la doctrina admiten que la mayoría de delitos de
comisión a cuyo tipo pertenece un resultado de lesión o de peligro,21
II. La distinción de hacer positivo y omisión también pueden ser cometidos mediante la no evitación del resultado
en la medida en que concurra un deber jurídico de actuar. Además
1. Las normas jurídicas son normas prohibitivas o preceptivas.
existe la opinión según la cual cabe también la comisión por omisión
La norma prohibitiva impide una determinada acción y ordena, pues,
en los delitos de actividad.22 Para la resolución de un caso de Derecho
una omisión; la vulneración del Derecho consiste en la realización de
Penal se plantea, pues, en primer lugar la cuestión de si ante un de-
la acción prohibida. Mediante la norma preceptiva se ordena una de-
terminado suceso lo relevante para el enjuiciamiento jurídico-penal es
terminada acción y se impone, por consiguiente, un hacer positivo; la
un hacer positivo o una omisión.
infracción del Derecho consiste, entonces, en la omisión de este ha-
cer.17 Todos los delitos de omisión, sean propios o impropios (cfr. so- Ejemplos: Cuando alguien derriba al agresor en legítima defensa de-
bre esto infra, § 58 III), constituyen infracciones de normas precep- jándole en el suelo sangrando, cabe pensar tanto en un homicidio por hacer
tivas.18 positivo como en una omisión indebida.28
Ejemplos: El § 142 I prohibe alejarse del lugar del accidente, por lo que 2. Generalmente, la cuestión de si un supuesto de hecho debe con-
constituye una norma prohibitiva, el § 142 II y III prevén la obligación siderarse como hacer o como omisión puede responderse fácilmente
de facilitar posteriormente las comprobaciones necesarias, conteniendo,
según el entendimiento natural de las cosas. Pero existen casos que
así, normas preceptivas. 19
no resultan evidentes a primera vista.24
En el Derecho Penal predominan, naturalmente, las normas pro-
hibitivas, porque en principio la misión de las sanciones penales no Ejemplos: En especial, los hechos imprudentes en los que la infracción
del deber de cuidado consiste en un actuar sin las necesarias precauciones
puede ser la de obligar a los destinatarios del Derecho a la salvación
de seguridad, pueden entenderse casi siempre como hacer positivo y como
de bienes jurídicos en peligro mediante su intervención personal. No omisión al mismo tiempo (cfr. los casos del farmacéutico, de cocaína, de
obstante, existen bastantes tipos de omisión punible en el StGB (por los pelos de cabra, del facultativo y del ciclista, supra § 55 II 2b a a ) . Tam-
bién resultan dudosos los casos siguientes: una mujer recoge a su marido
13 Cfr. sobre esto Sauer, Grundlagen, pág. 460; el mismo, Frank-Festga- ebrio de una posada para llevarlo a casa, pero por una discusión surgida
be, 1.1, pág. 220; Kissin, Die Rechtspflicht zum Handeln, págs. 102 y ss., 107 y ss.
14 Así Schaffstein, Gleispach-Festschrift, págs. 95. Críticamente, Graf zu 20 En las leyes recientes, las omisiones (propias) se incluyen, con frecuen-
Dohna, DStr 1939, 142 y ss. cia, como infracciones administrativas, lo que guarda relación con el inferior
15 Así Dahm, ZStW 59 (1940), págs. 170 y ss.; Boldt, DR 1941, 196. contenido de injusto de la vulneración de deberes de información y semejantes;
16 Nagler, GS 111 (1938), págs. 51, 59. cfr., por ejemplo, § 28 I, núms. 2, 5, 6, 11; II, núms. 1, 4 GaststG.
17 Así Engiseh, Weltbild, pág. 37 Anm. 70. 21 Sobre excepciones, SK (Rudolphi), § 13 Anm. 9 y ss.
18 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 3 y ss.; el mismo, 22 Así Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 160; Steiner, MDR 1971, 261.
JuS 1961, 173 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 200; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú- En contra, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 128.
mero 1.038; Sehmidhauser, Allg. Teil, pág. 659. En distinto sentido, R. Schmitt, 23 Cfr. sobre estos casos de "sucesión de formas de comportamiento", Welp,
JZ 1959, 432, quien estima, como la doctrina antigua, que el delito de omisión Vorangegangenes Tun, págs. 118 y ss., 321 y ss.; Herzberg, Unterlassung, pági-
impropia vulnera, al mismo tiempo, una norma prohibitiva. También así, Bau- nas 284 y ss.
mann, Allg. Teil, pág. 244; Maurach, Allg. Teil, pág. 580; Wessels, Allg. Teil, 24 Cfr. sobre lo que sigue, Engiseh, Gallas-Festschrift, págs. 168 y ss.;
página 130. LK (Heimann-Trosien), Einl. Anm. 133 y ss., con numerosos ejemplos; Samson,
19 También el § 142 I se considera, por la doc. dom., por otra parte, como Welzel-Festschrift, págs. 579 y ss.; Spendel, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 183
un delito de omisión propia (deber de posibilitar la práctica de comprobaciones y ss.; Ranft, JuS 1963, 340 y ss.; Meyer-Bahlburg, GA 1968, 49; Maurach, Allg.
mediante la permanencia y la indicación de la propia intervención). Así Dreher, Teil, pág. 582; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 5 y ss.; Kienapfel, Strafrechtliche
§ 142 Anm. 6; Lackner, § 142 Anm. 4d; SK (Rudolphi), § 142 Anm. 5; aún en Probleme II, págs. 83 y ss.; el mismo, OJZ 1976, 281 y ss„ con abundante mate-
distinto sentido, E 1962 § 347 Begründung, pág. 531. rial de casos.
II. La distinción de hacer positivo y omisión 831
830 § 58. El concepto de omisión
tras que en el caso del facultativo concurre una omisión del ingreso a
durante el camino le deja en un lugar peligroso y el marido, al intentar
tiempo en la clínica. En el caso de los cónyuges lo importante es la omisión
seguir adelante por sí mismo, cae a un arroyo y se ahoga (OGH austr. SSt
de un ulterior acompañamiento. El escribir la carta sin tratamiento cons-
tomo 31 [1960], núm. 1). En un escrito de queja, el acusado omite el tra-
tituye un hacer positivo, y la no aceptación del saludo una injuria por omi-
tamiento de "señor" antes del nombre del juez municipal (RG LZ 1915,
sión. En cuanto al supuesto del mesonero, el seguir sirviendo alcohol al con-
446) o rechaza la mano que se le tiende como saludo. El mesonero sirve
ductor ebrio puede ya constituir un hacer positivo imprudente, pero posi-
alcohol a un conductor ebrio y no le impide después el regreso a casa (BGH
blemente el momento decisivo no se produce hasta que no se impide el pro-
19, 152). El amigo que ha tomado el volante por amabilidad, sustituyendo
seguir la marcha, lo que constituye una omisión, si el mesonero no ha ad-
al conductor que se encuentra en estado de embriaguez, a solicitud del mis-
vertido la completa embriaguez del cliente hasta un momento posterior. El
mo le deja luego seguir conduciendo (OLG Karlsruhe JZ 1960, 178). El
director de la empresa ha causado la conducción bajo los efectos de la em-
director de una empresa autoriza un viaje de servicio a un conductor ebrio
briaguez mediante un hacer positivo (autorización). Asimismo, también
(OLG Hamburg VRS 25, 433 [434]). Ante un bañista en peligro alguien
constituye un hacer positivo el impedir la salvación, lo mismo que sucede
impide mediante coacción o engaño que quien estaba dispuesto a salvar a
respecto del impedir la entrada al niño que va a ser mordido por un perro. 29
aquél lo haga. El propietario de la casa impide violentamente el acceso a
En el caso del médico la opinión mayoritaria estima una omisión ("omisión
la misma a un niño que huye perseguido por un perro rabioso. El médico
mediante hacer") y un hacer positivo únicamente si interviene un tercero
desconecta a un enfermo grave del pulmón-corazón artificial con objeto de
no legitimado.30 Lo correcto es, sin embargo, contemplar también la actua-
aplicárselo a otro paciente que cuenta con más expectativas de curación.
ción del médico como comisión, porque él interrumpe un proceso de salva-
ción que en sí hubiera proseguido por sí mismo.31 Las posibilidades de éxi-
En tales casos dudosos, las siguientes consideraciones conducen
to que pueda tener dicho proceso de salvación no pueden decidir la delimi-
al resultado correcto: si alguien ha causado el resultado mediante un tación de acción y omisión.
hacer positivo objetivamente típico, éste constituye el punto de refe-
rencia importante para el Derecho Penal (criterio de la causalidad).26
A un hacer positivo imprudente puede, en todo caso, seguir una
A continuación ha de preguntarse si el autor ha actuado dolosa o cul-
omisión dolosa (BGH 7, 287 [288]). Asimismo, también un hacer po-
posamente. Ante un hecho doloso o culposo importa únicamente a los
sitivo ajustado a Derecho puede hallarse acompañado de una omisión
efectos de la valoración jurídico-penal el hacer positivo. Sólo cuando
antijurídica imprudente (BGH 7, 268 [272]).
conste que el actuar activo del autor, aunque doloso o culposo, era
adecuado socialmente, ajustado a Derecho o inculpable, deberá se-
3. La Jurisprudencia y la doctrina se guían en esta cuestión por fórmu-
guirse preguntando si el autor ha omitido un hacer positivo esperable
las incontrolables que, en mayor o menor grado, vienen a contentarse con
mediante el cual se hubiera evitado el resultado. 26 una llamada al sentimiento jurídico. La opinión mayoritaria se fija en el
Según esto, en los casos del farmacéutico,27 de la cocaína, de los pelos "centro de gravedad del comportamiento del autor". 32 Eb. Schmidt consi-
de cabra28 y del ciclista, debe admitirse un hacer positivo descuidado, mien- dera decisivo el "sentido social" del suceso.33 Spendel** y Arthur Kauf-

25 También así, Bbhm, Die Rechtspflicht zum Handeln, págs. 18 y ss.;


Grünwald, Das unechte Unterlassungsdelikt, págs. 21 y ss.; Roxin, ZStW 74 Pero como el texto, Blei, Allg. Teil, pág. 274; Engisch, Gallas-Festschrift, pá-
(1962), págs. 415 y ss.; Samson, Welzel-Festschrift, págs. 589 y ss.; SK (Ru- ginas 184 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 582; Schónke/Schrbder/Stree, § 13
dolphi), § 13 Vorbem. 7; Welzel, Lehrbuch, pág. 203; Eser, Strafrecht II, núme- Vorbem. 158; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 700.
ro 25 A 15. Sobre la "omissio libera in causa", acertadamente, Bertel, JZ 1965, 29 En distinto sentido, Ranft, JuS 1963, 342 y ss.; Arthur Kaufmann/
53 y siguientes. Hassemer, JuS 1964,156. Como el texto, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 143; Roxin,
26 La "pregunta-test" de Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 700 y ss., que Engisch-Festschrift, pág. 387; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 159.
suprime, mentalmente, la posibilidad de acción y, a continuación, pregunta si 30 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 107 y ss.; Engisch,
subsiste un delito de comisión, también parte del criterio de causalidad empleado Gallas-Festschrift, págs. 177 y ss.; Roxin, Engisch-Festschrift, págs. 395 y ss.;
en el texto. También el criterio del "empleo de energías" a que apunta Engisch, Geilen, FamRZ 1968, 125; Welzel, Lehrbuch, págs. 203 y ss.; Wessels, Allg. Teil,
Gallas-Festschrift, págs. 170 y ss., conduce a la "prueba de la causalidad" si se página 132.
parte de que sólo el hacer positivo puede ser causal. Como Engisch, también 31 Así Bockelmann, Strafrecht des Arztes, págs. 112, 125, nota 45; elmis-
Androulakis, Unechte Unterlassungsdelikte, págs. 55 y ss. y Welp, Vorangegan- mo, Allg. Teil, pág. 143; Blei, Allg. Teil, pág. 276; Samson, Welzel-Festschrift,
genes Tun, págs. 109 y ss. En definitiva, también como el texto, Kienapfel, OJZ página 601; Sax, JZ 1975, 137 y ss.
1976, 286 y ss. 32 Así BGH 6, 46 (59); OLG Stuttgart FamRZ 1959, 74; H. Mayer, Lehr-
27 Mezger, Lehrbuch, pág. 116, nota 21, estima aquí, sin razón, una omi- buch, pág. 112; Maurach, Allg. Teil, pág. 582; Blei, Allg. Teil, págs. 274 y ss.;
sión. Habitualmente, el tribunal supremo de Berna, SchwJZ 1945, 42 (43), en Ranft, JuS 1963, 340 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 158; Wessels,
un supuesto de accidente de montaña por insuficiente aseguramiento de cuerda, Allg. Teil, pág. 132.
así como OLG Karslruhe, Justiz 1976, 435, en el caso de llevar a un niño pe- 33 Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, págs. 75 y ss., 160 y ss. También
queño en el coche, sin colocar el seguro de las puertas. así, LK (Heimann-Trosien), Einl. Anm. 135; Meyer-Bahlburg, GA 1968, 49;
28 En favor de la omisión, sin razón, Baumann, Allg. Teil, pág. 244; Mez- Geilen, JZ 1968, 151; Lenckner, Med. Klinik 64 (1969), págs. 1.004 y ss.
ger, Lehrbuch, pág. 116, nota 21; Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, pág. 79. 34 Spendel, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 194.
832 § 58. El concepto de omisión III. Distinción de delitos de omisión propia e impropia 833
monw86 son de la opinión de que un comportamiento que contenga tantos vierte la evitación del resultado en un deber p a r a el omitente ni t a m -
elementos de comisión como de omisión ha de considerarse "en la duda" poco, por tanto, la producción de un determinado resultado en elemen-
como hacer positivo. Baumann*6 pretende buscar retroactivamente, a partir to del tipo. Los delitos de omisión propia constituyen, por ello, la
del resultado, "la causa independiente más próxima". Ciertamente, en base contrapartida de los delitos de mera actividad (cfr. supra, § 26 II I b ) .
a tales criterios se llegará también normalmente al resultado correcto, pero
los mismos no constituyen una verdadera ayuda. De ahí que la Jurispru-
Ejemplos: El § 138 obliga a todo aquel que toma conocimiento del pro-
dencia muestre en este punto una inseguridad (cfr. BGH 6, 46 [59]; 8, 8
yecto de un determinado delito grave a denunciarlo a las autoridades o al
[10]; BGH NJW 1959, 1979; OLG Stuttgart Fam RZ 1959, 74) que re-
amenazado, sin exigirle que impida el hecho. En caso de accidente, todos
sulta tanto más lamentable cuanto que de la decisión sobre el hacer posi-
deben prestar el auxilio que a cada cual resulte posible, según el § 330c
tivo o la omisión depende que deba o no concurrir un deber de garante
(BGH 21, 50 [54]), con independencia de si ello puede determinar que se
(cfr. infra, § 59 IV) y si basta un juicio causal hipotético (cfr. infra, § 59
impida o no "el resultado" (por ej., la muerte del accidentado) (BGH 17,
III, 4).
166 [172]). Así, la prestación de ayuda sólo puede consistir en un apoyo
espiritual si éste resulta apropiado para reforzar la voluntad de autocon-
servación del accidentado (OLG Stuttgart MDR 1964, 1.024).
III. Distinción de delitos de omisión propia e impropia
1. Los delitos de omisión se dividen en dos g r u p o s : los delitos de E n los delitos de omisión impropia, por el contrario se impone al
omisión propia (delicta omissiva) y los delitos de omisión impropia " g a r a n t e " un deber de evitar el resultado. La producción del resulta-
(delicia commissiva p e r omissionem). do pertenece al tipo, y el g a r a n t e que vulnera su deber de evitar el
resultado se ve gravado con la responsabilidad jurídico-penal por el
La distinción se remonta a Luden.97 Este autor vio la esencia de los de- resultado típico. Los delitos de omisión impropia constituyen, pues, la
litos de omisión propia en el hecho de que los mismos consistían únicamente contrapartida de los delitos de resultado (cfr. supra, § 26 I I l a ) .
en la infracción de un mandato y no se dirigían a la vulneración de dere-
chos subjetivos ajenos, mientras que los "delitos que se cometen por accio-
nes omisivas" implicaban la dirección a la lesión de un bien jurídico. La Ejemplos: El funcionario de policía competente que toma conocimiento,
"impropiedad" del segundo grupo reside, según esto, en que el autor no se en circunstancias de verosimilitud, de la inminencia de un determinado
limita en ellos a una pura insubordinación, sino que mediante su inactividad delito grave, debe impedir el hecho, y si es necesario con riesgo de su vida;
causa un resultado que normalmente será producido por un hacer positivo. de lo contrario resultará punible por complicidad en el delito cometido. El
Los delitos de omisión impropia, constituyen, según esta opinión "propios" conductor que ha causado el accidente debe procurar cuidado médico al acci-
delitos de comisión. dentado; de otro modo puede ser hecho responsable de homicidio doloso
(BGH 7, 287 [288]).
2. Hoy la cuestión de en qué consiste la diferencia existente entre
los delitos de omisión propia e impropia resulta discutida. Lo correc- Los argumentos en contra que se apoyan en sentencias de la Jurispru-
to es, como la concepción tradicional, ver en los delitos de omisión dencia no son convincentes. En el favorecimiento cometido por omisión
(§ 257) 8 9 debe constatarse la adecuación objetiva de la acción esperada para
hechos punibles que se agotan en la no realización de una acción exi-
sustraer al autor previo las ventajas patrimoniales del hecho.40 Mediante
gida por la ley (BGH 14, 280 [281]). M Ciertamente, mediante la ac- la omisión, pues, debe haberse dejado de evitar por lo menos el concreto
ción exigida debe evitarse, en último término, un resultado valorado peligro de mejorar la posición del autor anterior. Los abusos deshonestos
objetivamente por el ordenamiento jurídico, pero el legislador no con- de niños mediante la permisión de acciones deshonestas (RG 10, 158 [160] ;
BGH 5, 147 [149] ) 4 1 no constituyen un delito de omisión impropia, sino
propia. En la "injuria por omisión" o bien se trata de delitos de omisión
35 Arthur Kaufmann, Eb. Schmidt-Festschrift, pág. 212. propia (abarcados por el § 185), o bien no existe injuria. 42 En los casos de
36 Baumann, Allg. Teil, pág. 206.
37 Luden, Abhandlungen, t. II, págs. 219 y ss.
38 Como aquí, Blei, Allg. Teil, pág. 273; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 128;
Bohm, JuS 1961,178; Gallas, Deutsche Landesreférate, pág. 349; Georgakis, Hilf- 39 En ello se apoya la opinión contraria de R. Schmitt, JZ 1959, 432.
spflicht und Erfolgsabwendungspflicht, págs. 15 y ss.; LK (Heimann-Trosien), 40 Igualmente se requiere para el favorecimiento mediante un hacer po-
Einl. Anm. 143; Maurach, Allg. Teil, págs. 578 y ss.; Meister, MDR 1953, 658; sitivo, la adecuación objetiva de la acción para colocar al autor anterior en
M. E. Mayer, Lehrbuch, pág. 190; Kienapfel, Strafrechtliche Probleme II, pági- condiciones más favorables; cfr. Lackner, § 257 Anm. 3 y (para § 257 a.r.) RG
nas 79 y ss.; Vogt, ZStW 63 (1951), pág. 404; Wessels, Allg. Teil, págs. 129 y ss.; 36, 76 (77); 58, 13 (15); 76, 122 (123); BGH 4, 221 (225); BGH NJW 1971, 526;
SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 10; Schone, Unterlassene Erfolgsabwendungen, Kohlrau8ch/Lange, § 257 Anm. IV; Maurach, Bes. Teil, pág. 730.
páginas 56 y ss., 115 y ss. En el mismo sentido están concebidos los §§ 13 y 12 A.E. 41 A éstos y a los siguientes casos apunta Meyer-Bahlburg, MSchrKrim
Cfr. también Jescheck/Goldmann, ZStW 77 (1965), págs. 121 y ss. Zur Dogmatik 1965, 247.
der echten Unterlassungsdelikte Welzel, NJW 1953, 327 y ss. 42 Cfr. Hirsch, Ehre und Beleidigung, págs. 238 y ss.
834 § 58. El concepto de omisión IV. La Ley Penal en los delitos de omisión impropia 835
receptación (RG 52, 204; OLG Celle HESt 1, 110) el resultado consiste, da alternativa), la omisión de denuncia del delito (§ 138), varios delitos
igual como en la participación por omisión, en el favorecimiento del hecho sexuales (§§ 174 y ss. por el elemento "o deja realizar en su persona"), el
principal.43 no posibilitar las comprobaciones posteriores tras el alejamiento del lugar
Por ello, más acertada que la designación de delito de omisión del accidente (§ 142 II), la estafa de subvención (§ 264 I núm. 2) y de cré-
dito (§ 265 I núm. 2b), la quiebra (§ 283 I núm. 5, 7b), la infracción del
"propia" e "impropia" sería la de delito de omisión "simple" y "cua- deber de llevar libros (§ 283 b I núm. 2, 3b), la omisión de socorro (§ 330c).
lificada".Ai Pero la terminología tradicional se halla tan asentada, También en otras leyes se encuentran delitos de omisión propia, así la ne-
que no puede evitarse por mucho que hoy ya no quepa aceptar la fun- gación de obediencia del § 20 I núm. 2 WStG, la omisión de presentación
damentación originaria según la cual los delitos de omisión impropia de la solicitud de quiebra en el § 84 GmbHGes., la infracción del deber de
constituían "propiamente" delitos de comisión.46 los miembros de la presidencia en el § 401 AktG. Además, en algunos delitos
3. Según la opinión contraria, los delitos de omisión propia e im- de actividad particulares la Jurisprudencia ha llegado, mediante interpre-
propia deben distinguirse solamente mediante un criterio externo- tación, a la conclusión de que el tipo también puede ser realizado por una
formal. Los delitos de omisión propia serían, según esto, los que han pura inactividad, como sucede en la prevaricación (§ 336) (BGH 10, 294
encontrado su regulación en la ley, en tanto que los de omisión im- [298]).
propia serían los creados, por el contrario, fuera de la ley por la Ju- El StGB prevé, asimismo, algunos delitos de omisión impropia. En este
risprudencia y la doctrina.46 A ello cabe oponer que de tal modo se caso, el legislador mismo ha determinado que, bajo ciertas condiciones, el no
evitar el resultado típico equivalga a la producción del resultado por un
desdibujaría la diferencia material existente entre los delitos de omi- hacer activo. Cabe mencionar la automutilación (§ 109 segunda modalidad
sión propia e impropia y se desconocería que en la ley también existen de acción), la lesión de la salud de personas que se hallan a cargo del autor
delitos de omisión impropia que deben tratarse de forma distinta que por desatención del deber de asistencia (§ 223b tercera modalidad de
los de omisión propia (cfr. infra, § 58 III 4). acción), la puesta en peligro del tráfico rodado por la falta de señalización
Tampoco cabe efectuar la distinción de delitos de omisión propia de vehículos que se han dejado mal aparcados (§ 315c I núm. 2g), el con-
e impropia según la clase de norma vulnerada (norma preceptiva o sentir por parte de un funcionario público la comisión de una lesión cor-
prohibitiva), 47 pues en los últimos el garante que omite la acción es- poral (§ 340), el consentir la comisión de delitos de funcionarios (§ 357).
perada también infringe únicamente un mandato de actuar, y no, a Junto a esto, existen delitos de omisión impropia que no poseen correspon-
la vez, la prohibición de causación del resultado. Igualmente, la cues- dencia con ningún delito de comisión, como son la infracción del deber de
asistencia o educación respecto de personas menores de 16 años (§ 170b).
tión de si es o no necesaria una vulneración del deber de garante no También cabe encontrar delitos de omisión impropia en otras leyes, así en
puede representar un elemento de distinción,48 pues precisamente se la WStG, la desobediencia (§ 19), el incumplimiento gravemente impru-
busca la respuesta a la pregunta de cuándo y por qué, para la puni- dente de una orden (§ 21), la permisión de un abuso o trato deshonroso de
bilidad de la omisión se requiere la posición de garante como elemento un inferior (§§ 30 II, 31 II), la falta de control jerárquico (§ 41), y en el
adicional del tipo. § 370 I núms. 2, 3 AO 1977 la reducción de ingresos fiscales (BGH 23, 319
[322]).49 Una significación todavía mayor tienen, sin embargo, los casos
4. El StGB prevé una serie de delitos de omisión propia. Deben mencio- no regulados por la ley, en los cuales la Jurisprudencia castiga con arreglo
narse, en especial el no alejarse en el allanamiento de morada (§ 123 segun- a la penalidad del delito de comisión correspondiente la no evitación del
resultado típico.
43 Cfr. sobre esto Bockelmann, Untersuchungen, pág. 126; Androulakis,
Unechte Unterlassungsdelikte, pág. 164.
44 Así Drost, GS 190 (1937), págs. 7 y ss.; de forma parecida, ya antes,
Landsberg, Commissivdelikte durch Unterlassung, págs. 181 y ss., que distinguía IV. La función de garantía de la Ley Penal en los delitos de omisión
entre delito de omisión "puro" y "por sus consecuencias". En contra, Maurach, impropia no regulados legalmente
Allg. Teil, pág. 579.
45 En contra de la terminología usual, enfáticamente, Schmidhauser, Allg.
Teil, pág. 658, quien, como el texto, distingue entre omisión "sin resultado y re- 1. En el delito de omisión impropia el resultado típico se imputa
ferida a resultado". al garante que no ha evitado su producción igual como si lo hubiese
46 Así Armin Kauftnann, Unterlassungsdelikte, págs. 206 y ss., 275 y ss; ocasionado mediante un hacer positivo. En los preceptos penales
elmÍ8mo, JuS 1961, 174; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 137; R. Schmitt,
J Z 1959, 432; Welzel, Lehrbuch, págs. 202 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú- acabados de mencionar el legislador ha equiparado expresamente la
mero 987, considera todo ello como una cuestión de oportunidad. no evitación del resultado a la causación por una actuación activa.
47 Pero así, Baumann, Allg. Teil, pág. 244; v. Hippel, t. II, págs. 153 y ss.;
v. Liszt/Schmidt, pág. 173; Maurach, Allg. Teil, pág. 579.
48 Pero así, J. Schwarz, Echte und unechte Unterlassungsdelikte, pág. 104.
Meyer-Bahlburg, GA 1966, 204 y ss. apunta, con razón, al hecho de que tam- 49 En sentido restrictivo sobre el § 392 I AO a.r. Samson/Horn, NJW 1970,
bién en los delitos de omisión propia, cabe encontrar elementos de garante. 595 y siguientes.
836 § 58. El concepto de omisión IV. La Ley Penal en los delitos de omisión impropia 837
Existen, además, algunos tipos de delito de resultado que, según su altamente sensible a las tensiones que, evidentemente, concurrían en este
literalidad, no son únicamente aplicables a un hacer positivo, sino puntó (cfr. sobre esto edición anterior, págs. 461 y ss.). Como resultado, la
también a una omisión, como por ejemplo el infanticidio (§ 217), admisión de delitos de omisión impropia se consideró por la doctrina domi-
cuando la madre da muerte a su hijo ilegítimo recién nacido no ali- nante como una interpretación lícita con arreglo al Derecho consuetudinario
de los tipos de los delitos de comisión correspondientes.62
mentándolo, o la infidelidad en su modalidad de tipo de ruptura de
la fidelidad, cuando por ejemplo el obligado omite solicitar la devo- 3. La doble duda acerca de la compatibilidad de los delitos de omi-
lución de impuestos (§ 266, segunda alternativa), o la producción de sión no regulados por la ley con el principio de legalidad tenía que
una falsedad ideológica en un documento (§ 271), si el autor deja que aclararse por obra del actual § 13 (cfr. BT-Drucksache V/4.095, pá-
tenga lugar infringiendo un deber jurídico. Pero tales tipos son ex- gina 8) ,63 Además, había que dar a la Jurisprudencia por lo menos in-
cepciones. Normalmente los preceptos penales sólo describen la cau- dicaciones en orden al sentido que el legislador concedía a los requi-
sación del resultado por una actuación activa, y no incluyen la no sitos del delito de omisión impropia.64 Ambas metas se han alcanzado
evitación por omisión de un hacer esperado. De ahí que en el Derecho hasta cierto punto. Ahora ya no están justificadas las reservas deri-
anterior hubiera que modificar la literalidad de los delitos de comi- vadas de la prohibición de analogía,66 pues el legislador ha aclarado
sión al aplicarse a supuestos de omisión indebida, y ello en los tres expresamente en el § 13 que deberá ser responsable también con arre-
extremos siguientes: en primer lugar, se partió del supuesto de que glo al Código Penal quien no evite, faltando a un deber jurídico, el
los tipos de comisión podían ser realizados por la no evitación del re- resultado previsto en el tipo. Se reconoce así, al mismo tiempo, que
sultado; en segundo lugar, dado que no todos pueden ser autores de basta para la constatación de la causalidad un juicio sobre el curso
un delito de omisión impropia, tuvo que determinarse mediante ele- causal hipotético, que sólo puede constituir un juicio de probabilidad.66
mentos restrictivos cual era el círculo de garantes que podían apa- 4. Por el contrario, el § 13 no ha satisfecho aún por completo el
recer como autores; por último, fue preciso admitir que para la impu- mandato de determinación,67 aunque ahora se haya especificado que
tación objetiva basta un nexo causal hipotético. el deber de actuar que determina la obligación de evitar el resultado
2. La adaptación que ello hizo necesaria de los delitos de resultado que 52 Cfr., por ejemplo, Baumann, Allg. Teil, 5." ed., pág. 230; Bohm, J u S
requieren un hacer positivo a las particularidades de la no evitación del 1961, 179; Engisch, J Z 1962, 192; Gallas, ZStW 80 (1968), pág. 20; Meyer-Bahl-
burg, Unterlassungsdelikte, págs. 151 y ss.; Schonke/Schrbder, 17.* ed., Vorbem.
resultado típico, tuvo lugar por la vía del complemento judicial del tipo 100a, ed. anterior, pág. 462.
(BGH 16, 155 [158]).60 La cuestión de la compatibilidad de esta forma de 53 Cfr. Dreher, § 13 Anm. 1; Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pág. 23; Prei-
proceder con la función de garantía de la ley penal (art. 103 II GG) se plan- sendanz, § 13 Anm. I ; Lackner, § 13 Anm. 1; LK (Heimann-Trosien), Intr. Anm.
teó, entonces, bajo dos puntos de vista.61 Por una parte, resultaba dudoso 124; Roxin, Einführung, pág. 2; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 1.
54 Cfr. E 1962 Begründung, pág. 124; Schwalm, Niederschriften, t. XII,
si cabía ya admitir delitos de omisión impropia no regulados por la ley y si página 76.
la causalidad real del hacer positivo podía sustituirse por la causalidad 55 También así, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 128; Dreher, § 13 Anm. 1;
hipotética de la omisión (cuestión de la compatibilidad con la prohibición Roxin, Einführung, págs. 2 y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 3; Schonke/Schrb-
de analogía cfr. supra, § 15 III 2a). Por otra parte, se objetó que la deli- der/Stree, § 13 Anm. 5. Otto, Grundkurs, pág. 157 considera, sin razón, que el
§ 13 "carece de sentido".
mitación del círculo de autores mediante los elementos de garante utilizados 56 El § 13 se legitima por la tradición legislativa, que también existe en
por la Jurisprudencia no podía practicarse de forma lo bastante inequívoca el Derecho extranjero. Acción y omisión se equiparan, con frecuencia, en la le-
como para que la frontera del tipo legal siguiese siendo claramente recono- gislación desde comienzos del siglo Xix; cfr., por ejemplo, el Código Penal de
cible (cuestión de la compatibilidad con el mandato de determinación, cfr. Holanda de 1809, art. 97 y el StGB de Brunswick de 1840, § 4. En el proyecto
de StGB prusiano de 1851, sólo a causa de un mal entendido, se suprimió un pre-
supra, § 15 III 3). Mientras que en la Jurisprudencia la compatibilidad de cepto de equiparación, y en el RStGB de 1871 la única razón por la que no se in-
los delitos de omisión impropia no regulados por la ley con el principio de trodujo una tal disposición fue la de que se reputó obvia la aplicabilidad de los
legalidad nunca se puso en duda (así ya RG 10, 100 [101]), la ciencia fue tipos de comisión a la omisión contraria al deber de evitar el resultado, de acuer-
do con la Jurisprudencia y la doctrina; cfr. sobre esto Clemens, Unterlassungs-
delikte, págs. 17 y ss., 34 y ss.; Binding, Der Entwurf, págs. 42 y ss. Cfr., en,el
50 Cfr. Nagler, GS 111 (1938), págs. 51 y ss.; Gallas, JZ 1952, 373; Kohl- Derecho extranjero, el art. 40 II C. e. italiano de 1930, Sect. 2.01 I l l b Model Penal
rau8ch/Lange, System. Vorbem. II B II 3 ; LK (Mezger), 8.a ed., pág. 34; Mau- Code de USA de 1962. También el StGB que la RDA contiene en su § 1 un pre-
rach, Allg. Teil, págs. 600 y ss.; Eb. Schmidt, Der Arzt im Strafrecht, pág. 80; cepto de equiparación; cfr. sobre esto Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, págs. 232
Schaffstein, Gottinger Festschrift, pág. 202; Welzel, Lehrbuch, pág. 209. y ss., 253 y ss.
51 En sentido crítico, especialm., H. Mayer, Materialien, t. I, pág. 277; el 57 También así Eser, Strafrecht II, núm. 26 A 9; Jescheck, SchwZStr 91
mismo, Grundrip, pág. 80; Grünwald, ZStW 70 (1958), pág. 418; Stratenwerth, (1975), pág. 24; Lackner, § 13 Anm. 7; Roxin, Einführung, pág. 3; Schonke/
Allg. Teil I, núm. 988; Schone, Unterlassene Erfolgsabwendungen, págs. 277 y ss. Schroder/Stree, § 13 Anm. 6; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 988. Se manifiesta,
En distinto sentido — pero en base a una "interpretación correctiva del art. 103 en sentido positivo, SK (Rudolphi), § 13 Anm. 3. Sobre la exigencia de determi-
II GG"—, Nickel, Die Problematik der unechten Unterlassungsdelikte, págs. 179 nación de forma general, BVerfGE 26, 41 (43) (con relación al § 360 I, núm. 11
y siguientes. a.r. StGB).
838 § 58. El concepto de omisión V. Atenuación de la pena en la omisión impropia 839

ha de constituir un deber jurídico (y no sólo moral) y que en los deli- II una atenuación facultativa de la pena para los delitos de omisión
tos de resultado dotados de especiales elementos de la acción debe exa- impropia. Como en la tentativa (§ 23 II), consiste en la posibilidad
minarse además si la omisión equivale a la realización del tipo legal de acudir al marco penal atenuado del § 49 I en lugar de a la penali-
por un hacer. Para el cumplimiento del mandato de determinación dad normal. La posibilidad de atenuación obedece a que normalmente
falta todavía, por una parte, la más precisa delimitación de aquellas el contenido de culpabilidad de la omisión es inferior al del hacer
posiciones de garante de las cuales se deduce el deber de evitar el re- positivo, pues requiere mayor energía criminal llevar a la práctica la
sultado, y por otra parte, la caracterización de las circunstancias a resolución de delinquir mediante una acción activa, que contemplar
que debe referirse la comprobación de la equivalencia. Mas el estado pasivamente en contra del deber de garante de evitar el resultado el
de la dogmática en el momento actual no permite todavía una deter- curso de un suceso que conduce a un resultado típico.61 En principio,
minación definitiva de ambos extremos en la Parte General,58 por lo esto es válido tanto para los delitos de pura causación, como para los
que no podría exigirse al legislador más que una cláusula general de de resultado dotado de especiales elementos de la acción. Excepcio-
clara estructura. Con todo, los delitos de omisión impropia regulados nalmente, el contenido de injusto del delito de omisión impropia
legalmente (cfr. supra, § 58 III 4) ofrecen puntos de apoyo para de- puede resultar inferior al del correspondiente delito de comisión, aun-
terminar los principios que deben resolver el problema del garante que el § 13 parte de la plena equiparación de lo injusto de la acción y
en los supuestos no regulados. Por el momento habrá que contentarse, del resultado.62 Pese a la vulneración del deber de garante, en efecto,
pues, con el grado de determinación de los elementos de garante ela- "lo injusto de la acción" del delito de omisión puede tener menos gra-
borados por la Jurisprudencia y la doctrina, puesto que la seguridad vedad que en el correspondiente delito de comisión (lo injusto de la
jurídica queda todavía a salvo por esta vía de la mejor forma posible acción es más grave cuando el marido arroja a su mujer al agua con
(cfr. infra, § 59 4). Tampoco cabe objetar, en base al mandato de intención homicida que cuando se limita a no salvarla), y también en
determinación, el debilitamiento del requisito de causalidad, ya que el delito de resultado dotado de una especial descripción de la acción
ante la omisión de la evitación de un resultado no puede pensarse lo injusto de la acción requiere, con arreglo a la cláusula de equiva-
más que en un juicio de probabilidad 69 y la "probabilidad rayana en lencia, únicamente una "correspondencia", pero no una plena igual-
la seguridad" representa el grado más elevado de certidumbre alcan- dad.68
zable por el entendimiento humano en los juicios hipotéticos (cfr. in- 2. En el § 13 II se prevé solamente, con razón, una atenuación fa-
fra, § 59 III 4) .89a Ahora bien, hubiera sido posible, indicado y exigi- cultativa de la pena, porque en muchos casos de delitos de omisión im-
ble que la cláusula de equivalencia hubiera esclarecido la cuestión de propia ni el contenido de injusto ni el de culpabilidad es menor que
a qué se refiere propiamente la comprobación de la correspondencia de en el correspondiente delito de comisión.64 Esto vale tanto para los
omisión y hacer positivo (cfr. sobre esto infra, § 59 V) -60 hechos dolosos como para los imprudentes.

V. La atenuación facultativa de la pena en los delitos de omisión Ejemplos: La madre abandona descuidadamente a sus hijos en la casa
cerrada, sin calefacción, por lo que el más joven de ellos perece y los otros
impropia sufren otros graves perjuicios en su salud (BGH 21, 44). El guardabarre-
1. Atendiendo a una extendida exigencia de la doctrina (cfr. edi- ras hace entrar, por descuido en la vía incorrecta, el tren directo que se
ción anterior, pág. 463, nota 58), el legislador ha previsto en el § 13
61 Cfr. Dreher, § 13 Anm. 20; Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pá-
gina 300 y ss.; Lackner, § 13 Anm. 5a; Maurach, Allg. Teil, pág. 598; Preüen-
58 Cfr. expresamente BT-Drucksache V/4.095, pág. 8. Los intentos de re- danz, § 13 Anm. IX; Roxin, Einführung, págs. 8 y ss.; Schónke/Schroder/Stree,
gulación de la posición de garante, resultaron, anteriormente, todos ellos insatis- § 13 Anm. 64; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 65; Schmidhawer, Allg. Teil, pág. 659.
factoríos. Esto vale tanto para la remisión del problema a la Parte Especial (así 62 Cfr. sobre esto Herzberg, Die Unterlassung, págs. 7 y ss.
Grünwald, ZStW 70 [1958], págs. 425 y ss.; Busch, v. Weber-Festschrift, pági- 63 P a r a BT-Drucksache V/4.095, pág. 8, la redacción de la cláusula de co-
nas 192 y ss.; Schone, Unterlassene Erfolgsabwendungen, págs. 243 y ss.; en con- rrespondencia se basa en la idea de legitimar la posibilidad de atenuación de Ja
tra, Meyer-Bahlburg, MSchrKrim 1965, 252) como, también, para una regula- pena con arreglo al § 13 II, en tanto que el Proyecto 1962, § 13, requiere, todavía,
ción más completa en la Parte General (así, § 12 Á E ; últimamente incluso sus "equivalencia" y, por lo tanto, hubiera excluido la posibilidad de atenuación (cfr.
autores se manifiestan escépticamente [pág. 203]; cfr. sobre esto Herzberg, Die Fundamentación, pág. 126).
Unterlassung, pág. 362), y, finalmente, para la poco fecunda breve fórmula de 64 Roxin, Einführung, pág. 9, señala con razón que no cabrá atenuación
Schünemann, Grund und Grenzen, pág. 380. de la pena en el caso de que sólo se requiera del omitente una actividad que "se
59 Cfr. Boekelmann, Allg. Teil, pág. 130. halle prevista, de antemano, en el curso normal de la vida". En cambio, no cabrá
59a También en algunos casos de hacer positivo, como sucede en el im- excluir, de antemano, la atenuación de la pena para todos los delitos consistentes
pedir una acción de salvación, depende de si ésta hubiera conducido, con una en la infracción de un deber (por ej., § 266); así, sin embargo, Roxin, Taterschaft
probabilidad rayana en la seguridad, a la evitación del resultado. und Tatherrschaft, pág. 460; Herzberg, Die Unterlassung, págs. 51 y ss.; SK
60 Cfr. Je8check, SchwZStr 91 (1975), págs. 24 y ss. (Rudolphi), § 13 Anm. 6; dubitativo, Lackner, § 13 Anm. 5a.
840 § 58. El concepto de omisión Adiciones de Derecho español al § 58 841
acerca ruidosamente, lo que determina que colisione con un tren de viaje- ción del deber de prestación de socorro prevista por el art. 63 II del C. P.
ros que viene en dirección contraria. francés muestra los inconvenientes de tal regulación.70 En España existen,
ciertamente, ciertas reservas derivadas también del principio de legalidad
3. Como sucede en la determinación de la pena en la tentativa (cfr. en contra de la admisión de delitos de omisión impropia no previstos por la
supra, § 49 V 2), el juez debe adoptar ante un delito de omisión im- Ley, pero la doctrina se encuentra en el mismo estado que la alemana.71 Lo
propia dos decisiones en relación a la medición de la pena.66 Por mismo vale para la doctrina italiana, sobre la base de equiparación de ac-
una parte, debe comprobar, según el § 13 II el hecho mismo de si cabe ción y omisión en el art. 40 II C. P., pero al igual que en el Derecho español
acudir en la sentencia a la posibilidad de atenuación. Para ello, sólo falta una teoría suficientemente elaborada de los deberes de garante. 72 La
debe preguntarse si el contenido de injusto y de culpabilidad del hecho doctrina holandesa distingue, como la alemana, entre "eigenlijke" y "onei-
merece una valoración más leve en atención al carácter de omisión genlijke omissiedelikten", mas no ha desarrollado fundamentación alguna
que el mismo posee. Si se acude al marco penal atenuado del § 49 I en para los deberes de garante, sino que trata la problemática como problema
de causalidad.73 También el Derecho inglés prevé una responsabilidad ju-
favor del omitente, todas las demás circunstancias de determinación rídico-penal para la omisión, cuando existe un deber de ayudar; el problema
de la pena (aunque no las referidas a la omisión) deben valorarse fundamental reside en la delimitación de los deberes de actuar. 74 El Dere-
dentro de estos límites. cho americano,™ dispone de una teoría de los deberes mucho más desarro-
4. La atenuación de la pena prevista por el § 13 II no es aplicable llada. En el StGB de la RDA se equiparan la acción y la omisión (§ 1), mas
a los delitos de omisión propia, ni tampoco a los delitos de actividad falta una regulación más detallada. El § 9 del StGB RDA contiene una de-
que puedan ser cometidos por omisión (por ej., §§ 153,154, 163, 336). finición del concepto de deberes que han de entenderse como deberes de
También deja de aplicarse el § 13 II en relación a aquellos delitos evitar el resultado 76 y constituyen, así, la base de los delitos de omisión
de omisión impropia que se encuentran regulados por completo en impropia.
el StGB o en otras leyes, pues el legislador ha fijado ya en tales ca- * * *
sos de forma terminante el marco penal (cfr. supra, § 58 III 4) .66
I. Evolución de la dogmática española de los delitos de omisión
VI. Derecho comparado El grado medio de desarrollo de la dogmática de los delitos de omisión
€7
El Derecho comparado manifiesta en los delitos de omisión impropia en España corresponde a un momento evolutivo anterior al que refleja el
a menudo estructuras análogas a las alemanas, pero existe la tendencia a texto de Jescheck. O no se considera necesaria todavía, para la equiparación
delimitar el círculo de los deberes de garante de forma más estricta y en de la no evitación del resultado a su producción por vía activa, más que el nexo
parte a proteger sólo bienes jurídicos especialmente importantes, en par- causal consistente en el dato de que de haberse actuado se habría evitado el
ticular la vida y la integridad física, mediante la conminación juridico- resultado;1 o, si se requiere la posición de garante, se propone una construc-
penal de las infracciones del deber por omisión (así, sobre todo, el Derecho ción formal de las fuentes que la originan: la ley, el contrato, el actuar
americano). El nuevo StGB austríaco contiene en su § 2 un precepto sobre precedente.2 Ello no obsta a que en algunas ocasiones se reflejen momentos
"comisión por omisión", que se halla construido como el § 13, pero que
mantiene la estricta cláusula de equivalencia del Proyecto 1.962.68 El De- 70 Cfr. el muy discutido caso médico Cass. 15-3-1961, D. P. 1961, 610. So-
recho suizo no conoce ningún precepto paralelo al § 13, mas trata el pro- bre esto, Merle/Vitu, Traite, págs. 469 y ss.
71 Cfr. Antón Oneca, Derecho Penal, págs. 170 y ss. (doctrina anterior);
blema de la misma forma que el alemán.6* Francia y Bélgica mantienen una Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 325 y ss. (doctrina moderna).
posición particular, pues en tales países la omisión sólo se pena en los 72 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, págs. 245 y ss.; Nuvolone, Sistema, págs. 153
casos legalmente regulados. Las lagunas de punibilidad que ello determina y ss., 178 y ss.
se evitan en su mayor parte mediante la conversión de los delitos de omisión 73 Cfr. van Bemmelen, Ons strafrecht, págs. 191 y ss.; D. Hazewinkel-Su-
ringa, Inleiding, págs. 135 y ss. (amplia discusión de la historia dogmática y de
dolosos en delitos de comisión imprudentes y gracias a amplios tipos de la Jurisprudencia).
omisión propia. No se gana así necesariamente en cuanto a la seguridad 74 Cfr. Glanville Williams, Criminal Law, págs. 4 y ss.; Kenny/Turner,
exigida por el Estado de Derecho, sino que, por el contrario, la gran amplia- Outlines, págs. 19 y ss.; Smith/Hogan, Criminal Law, págs. 40 y ss. ,
75 Cfr. ampliamente Honig, Das amerikanische Strafrecht, págs. 69 y ss.
76 Cfr. Strafrecht der DDR (Lekschas/Mürbe), § 9 Anm. 4. Cfr. sobre
65 Cfr. SK (Rudolphi), § 13 Anm. 66. esto, recientemente, la teoría de la posición de garante de Lekschas/Renneberg,
66 Cfr. Lackner, § 13 Anm. 5b; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 4 y ss. Lehrbuch,
1
págs. 253 y ss.
67 Cfr. sobre esto, con más detalle, Jescheck/GoMmann, ZStW 77 (1965), Cfr. Córdoba Roda, Comentarios I p. 9; Quintano Ripollés, Curso I p. 213;
páginas 109 y ss. Sobre el Derecho yugoslavo, Separovic, ZStW 77 (1965), pági- Cuello Calón, PG pp. 337 s. añade la necesidad de que concurra un deber jurí-
nas 149 y ss. dico de obrar, pero sin concretarlo con ayuda del moderno concepto de posesión
68 Sobre la interpretación, cfr. Kienapfel, Strafrechtliche Probleme II, de garante.
2
páginas 77 y ss.; el mismo, JB1 1975, 13, 80; el mismo, ÓJZ 1976, 197. Jiménez de Asúa, Tratado III (1965) pp. 420 ss.; Cfr. Rodríguez Devesa,
69 Cfr. Schultz, Einführung I, págs. 107 y ss., 118 y ss. PG p. 372; aunque alude a la idea de la asunción del deber de actuar, condiciona

10. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n


842 § 58. El concepto de omisión Adiciones de Derecho español al § 58 848

más actuales de la dogmática germánica de la omisión-* En todo caso, en camino correcto: por una parte, el atropello por no haber frenado a tiempo
España el grado de diferenciación y fundamentación de los distintos grupos sólo puede constituir delito de comisión — como se pretende — si la conduc-
de casos de omisión por omisión es muy inferior al alcanzado en Alemania. ción resulta imprudente en algún momento anterior a la pérdida de control
del vehículo, pues el mero no frenar no es hacer nada positivo; por otra par-
te, el dejar a un vehículo de motor sin calzos en una pendiente y la causación
11. Distinción de hacer positivo y omisión de la muerte por el vehículo al deslizarse por la calzada a causa de su propio
1. En nuestro pais suele mantenerse la antigua tesis, rechazada por la peso no será comisión por omisión — como afirma Rodríguez Devesa —, sino
actual doctrina alemana (que acoge el texto), de que no todos los delitos delito de acción si todo se debe a una colocación (positiva) descuidada de los
de omisión vulneran una norma preceptiva, sino que los impropios delitos de calzos.6
omisión se distinguen por infringir una norma prohibitiva (la misma que
transgreden los delitos de comisión).* 111. Distinción de los delitos de omisión propios e impropios
También en el CP español constituyen excepción los delitos de omisión.
Ejemplos de éstos: arts. 185,187 1." y 2.'; 188, 228, 859, 871, 876, 895, U85, 1. El criterio de distinción de los delitos de omisión propios e impropios
U87, U88, 5U6, 58J> 5.' 12.*, U.°, 15.', 58U, U.°, 586 2.* CP, y sobre todo, los que acoge el texto es en parte compartido por la doctrina española, aunque
delitos de omisión de socorro (art. A89 bis CP; arts. 198 ss. Proyecto 1980) se halla más extendida la designación "comisión por omisión" que la — tam-
y del deber de impedir determinados delitos (art. 888 bis CP; art. U9U Pro- bién manejada — de "omisión impropia", lo que en ocasiones responde a la
yecto 1980), de alcance más general. La opinión más generalizada entiende antigua idea de que la comisión por omisión no es en realidad una forma de
que, además, pueden cometerse tanto por hacer activo como por omisión los omisión, sino una figura intermedia.1
tipos que se limitan a describir la causación de un resultado, sin limitar 2. La diferenciación formal de los delitos de omisión regulados como
los medios comisivos ("resultados") mientras que los delitos de medios de- tales por la ley y los no previstos de modo expreso por la misma se considera
terminados (activos) o de mera actividad no permiten más que su realiza- por algún autor español tan necesaria como la distinción material de omisión
ción positiva.6 pura y comisión por omisión. Para expresar ambas se considera necesario
2. No es corriente que se planteen los autores españoles cómo decidir en sustituir la dicotomía tradicional por la clasificación tripartita siguiente:
el caso concreto si el hecho constituye un delito comisivo u omisivo. Rodrí- a) delitos de pura omisión, a cuyo tipo no pertenece más que una conducta
guez Devesa propone el siguiente planteamiento: tratándose de delitos omisiva; b) delitos de omisión y resultado, en cuyo tipo a una conducta omi-
dolosos, lo decisivo será la calificación positiva u omisiva que merezca el siva se anuda un determinado resultado; c) delitos de comisión por omisión,
hecho desde el momento en que concurre el dolo; en los hechos imprudentes que surgen cuando la figura legal se limita a prohibir la causación de un
hay que distinguir, según que se mantenga un hacer activo, susceptible o no determinado resultado con independencia de que él mismo sea él efecto de un
de control en el momento del resultado (delito de comisión), o, por el contra- hacer positivo o de un omitir* Pero esta clasificación no responde a un crite-
rio, las fuerzas naturales queden abandonadas a sí mismas (delito de omi- rio unitario, ni a la estructura material del delito ni a la propia del tipo
sión). Mas los ejemplos que propone este autor muestran que no es éste el legal. Desde el primer punto de vista sólo cabe distinguir delitos de pura
omisión y delitos omisivos de resultado; desde la segunda perspectiva debe-
ría distinguirse entre los tipos legales de pura omisión, los omisivos de re-
su operatividad a que la misma proceda de un contrato o del derecho público. sultado y los meramente resultativos (sin medios activos ni omisivos deter-
Antón Oneca, PG pp. 172 s., recoge la doctrina alemana de la posición de garante minados). Ambas clasificaciones, la material y la legal, son perfectamente
procedente de ley, asunción del deber y actuar precedente en virtud de derecho compatibles.
consuetudinario, pero la juzga demasiado amplia.
8
Así Rodríguez Mourullo, La omisión del deber de socorro, Madrid, 1966,
página 95. En su PG p. 312 este autor reproduce brevemente un esquema de • Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 372 s. Errónea me parece también la califica-
fuentes materiales de la posición de garante coincidente con el expuesto por el ción que este autor efectúa de ciertos tipos legales como de omisión: así, el delito
texto; Gimbernat Ordeig, ADPCP 1970, pp. 724 s. de conducción sin permiso (art. 340 bis c CP), el de elaboración de sustancias
4 nocivas a la salud sin hallarse autorizado (art. 341 CP), que sin duda son de ac-
Cfr. en este sentido Quintano Ripollés, Curso I p. 213; Antón Oneca,
PG p. 170; Rodríguez Mourullo, Omisión p. 76. ción (el no poseer carnet de conducir no es delito, ni lo es el no estar autorizado,
6 Cfr. Ortego Córteles, Ensayo; Rodríguez Mourullo, Omisión p. 107; Cór- sino las conductas activas de conducir o elaborar en determinadas condiciones).
doba Roda, Comentarios I, pp. 8 ss. Según Rodríguez Devesa, PG p. 373, depende Compruébese aplicando el correcto criterio acogido por Jescheck. '
7
de la interpretación de cada tipo. Una opinión anterior, hoy ya no compartida, Cfr. Rodríguez Devesa, PG pp. 369 s. (prefiere la expresión "comisión por
consideraba que la alternativa prevista por la definición de los delitos y faltas omisión" a la de "omisión impropia", por entender que su puesto no está tanto al
del art. 1 CP como "las acciones u omisiones" "penadas por la ley" obligaba a lado de los delitos de omisión pura como junto a los delitos de resultado); Antón
entender que el Código sólo preveía tipos exclusivamente de acción y tipos exclu- Oneca, PG p. 170; Jiménez de Asúa, Tratado III (1965) pp. 389 ss., habla sólo de
sivamente de omisión, de modo que los tipos de acción no podían cobijar a omi- "omisión simple" y "comisión por omisión" para dar a entender que esta última
siones, que sólo serían delictivas cuando se hallasen previstas expresamente como figura no es una clase de omisión, sino intermedia entre la acción y la omisión.
8
tales: cfr. Silvela, Derecho penal II (1879) p. 128; Córdoba Roda, Notas pp. 297 s. Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión p. 77, seguido por Córdoba Roda, Co-
En contra Quintano Ripollés, Curso I p. 214. mentarios I pp. 7 s.
844 § 58. El concepto de omisión
Adiciones de Derecho español al § 58 845
Ya se ha dicho más arriba que, a diferencia del texto, la doctrina espa-
ñola suele acudir a la vieja construcción de los delitos de comisión por omi- borado ni diferenciado del resto de deberes jurídicos de actuar. Contrasta,
sión según la cual éstos se diferencian de los de omisión pura por infringir pues, la extraordinaria resistencia a admitir la comisión por omisión en
una norma prohibitiva, la que prohibe la producción del resultado (vid. delitos dolosos con la amplitud, carente de límites definidos, que se concede
nota U). a la estimación de aquella figura en los delitos imprudentes — lo que sin
3. Ejemplos de tipos de omisión pura en el CP español se contienen en duda es incorrecto, pues es sabido que la imprudencia requiere la ejecución
los arts. 185, 187 i: y 2>°, 188 1.', k.°, 5." y 6.°, 228, 357 II, 359, 371 I, 376, del mismo hecho que si mediare malicia constituiría delito.
U85, k87, U88, 5b6, 581* 5.", 12.°, U.° y 15.°, 586 2." CP. Pero los más impor- ¿Cuál es el estado actual de la doctrina española? La tendencia más gene-
tantes, por su generalidad no limitada a especiales posiciones subjetivas ralizada parte de que la comisión por omisión sólo puede ser admitida en la
como los anteriores (funcionarios, padres, titulares de la patria potestad, medida en que lo permita la interpretación de los tipos legales. Tal sucede,
etcétera), son los ya citados de omisión de socorro (art. U89 bis CP) 9 y del se entiende, cuando el sentido del verbo típico no se halla restringido a con-
deber de impedir determinados delitos (art. 338 bis CP). ductas positivas, sino que permite su realización por omisión. Un sector doc-
trinal entiende que éste es el caso de los delitos "resultativos", en los que sólo
U. Ejemplos de tipos omisivos de resultado los ofrece el CP en los ar-
se prohibe la producción de un resultado sin alusión a los medios que pueden
tículos 81+0 bis b 2.°, 371 II, 376, 395, U88 últ. párr. Es curioso que en varios
conducir a él.u Pero esta posición presupone que es posible producir efectiva-
de estos delitos se prevé un resultado considerado por la doctrina como con-
mente por omisión el resultado prohibido por tales delitos.15 Creo que asiste
dición objetiva de punibilidad, que no precisa ser imputable a dolo ni a im-
la razón al texto cuando acoge la teoría hoy dominante que rechaza la posibi-
prudencia.10
lidad de una auténtica causación (producción) de un resultado positivo por
un no hacer. De otro modo, ¿por qué no habría de bastar la "producción" del
IV. Función de garantía de la ley penal y delitos de omisión impropios no resultado por omisión en condiciones de imputación objetiva para considerar
regulados por la ley definitivamente realizado el tipo de resultado correspondiente? ¿Por qué, si
efectivamente produjese el resultado de muerte ("matase") todo aquél que
En nuestro país se han sentido de forma especial las dificultades que el
pudiendo evitar la muerte de otra persona no lo hace, no es considerado se-
principio de legalidad plantea a la admisibilidad de los delitos de comisión
riamente por nadie como autor de un homicidio más que si además se en-
por omisión no previstos expresamente por la ley. En los manuales tradicio-
cuentra en posición de garante — pese a que el art. h07 sólo requiere que se
nales suelen mencionarse únicamente los casos más indiscutibles (la madre
mate—? Sólo cabe una respuesta a estos interrogantes: porque por omisión
que deja de alimentar a su hijo recién nacido que perece por ello, el guarda-
no se puede causar en sentido propio el resultado típico.
gujas que no mueve las agujas produciendo un accidente) . n La jurispru-
dencia sólo ha admitido la comisión por omisión dolosa en unas pocas sen- Estimo acertado el punto de partida según el cual la admisibilidad de
tencias (así 12 febrero 1892: calificó de parricida a la madre que dejó sin la comisión por omisión depende, en un Derecho como el nuestro en que no
alimento a su hijo entre los seis y diez días de su nacimiento, por lo que existe ningún precepto que prevea su existencia, de que quepa en él sentido
aquél murió; igual 15 nov. 77; 13 jun. 51: falsedad documental del n* ¿.° del tipo. Pero para que esto sea posible no habrá que interpretar las palabras
del art. 302 por omisión; 30 en. 45: consideró co-autor de robo al padre que que describen la conducta típica en su sentido causal estricto (naturalista),
presenció inactivo el concierto de su hija de 1U años con un tercero para ir sino con arreglo a su significado social.16 Así, aunque desde el punto de vista
a robar).12 En cambio, en los delitos imprudentes el TS no encuentra obs- empírico sólo "mata" quien causa la muerte mediante un comportamiento
táculo alguno en admitir indistintamente la comisión positiva y la omisiva,19 activo, sociálmente se entiende que también "mata" quien omite salvar la
sin detenerse ni siquiera a discutir qué circunstancias son precisas para que vida de otro pudiendo hacerlo y pese a hallarse respecto de dicha vida en
el autor se halle en una posición de garante, concepto éste en absoluto ela- posición de garante (así, sociálmente se dirá que la madre "ha matado" a su
hijo recién nacido que muere por no darle aquélla alimento alguno).
El planteamiento propuesto ha conducido a edificar los delitos de comi-
9 También lo es, según la doc. dom., el párrafo tercero del art. 489 bis ("Si sión por omisión sobre las mismas bases de que arranca la dogmática alema-
la víctima lo fuese por accidente ocasionado por el que omitió el auxilio debido..."). na: el juicio de causalidad hipotética y la posición de garante. Pero, no exis-
€fr. por todos Luzón Peña, Rev. D.° Civ. 1974 pp. 269 s., en contra de una decla- tiendo en nuestro Derecho la cláusula general que admite la posibilidad ge-
ración que efectúa la STS 24 abr. 74. neral de realización de los tipos legales por omisión cuando éste equivalga
io Cfr. Rodríguez Devesa, PE pp. 111, 1.109, 1.114; Muñoz Conde, PE a la acción, no bastará que aquellos dos elementos permitan afirmar que la
(1976) pp. 674, 137 s.
ii Cfr. Antón Oneca, PG p. 173; Cuello Calón, PG p. 337 s. Más amplia- 14 Así Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 106 s.; Córdoba Roda, Comenta-
mente Rodríguez Devesa, PG p. 371 s. rios I pp. 7 ss.; Quintano Ripollés, Curso I pp. 213 s. participa de la idea de que
12 Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 115 s.; Gimbemat Ordeig, Intro- en los delitos de resultado éste puede producirse tanto por acción como por omisión.
ducción pp. 138 s., donde se pone de manifiesto la inseguridad del TS en referencia 15 Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 54 ss.; Córdoba Roda, Comentarios
a la participación omisiva. I p. 9; Quintano Ripollés, Curso I p. 213.
13 Cfr. con amplia relación de SSTS Gimbemat Ordeig, Introducción pá- 16 Antón Oneca, PG p. 173 remite, en un sentido paralelo, a "la interpreta-
ginas 139 s.; Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 111 ss. ción que a ésta (La figura de delito) da el común sentir".
846 § 59. El tipo del delito de omisión § 59. El tipo del delito de omisión 847

omisión equivale en gravedad a la acción, porque tal equivalencia únicamente des Erfolgsabwendung bei unechten Unterlassungsdelikten, JR 1968, 6; Doering,
Strafrechtliche Garantenpflicht aus homosexueller Lebensgemeinschaft? MDR
indica por sí sola la existencia de analogía, que en esta materia resulta 1972, 664; Engisch, Die Kausalitát ais Merkmal der strafrechtlichen Tatbestande,
prohibida por ser contraria al reo. En Derecho español hará falta algo más 1931; el mismo, Der finale Handlungsbegriff, Festschrift für E. Kohlrausch,
que equivalencia en la gravedad: será preciso que el sujeto omita en una tal 1944, pág. 141; el mismo, Besprechung, MSchrKrim 1939, 414; Gallas, Straf bares
situación respecto del bien jurídico afectado, que pueda decirse no sólo que Unterlassen im Falle einer Selbsttotung, JZ 1960, 649, 686; el mismo, Die straf-
es como si realizase el verbo típico, sino que socialmente lo realiza, no sólo rechtliche Verantwortlichkeit der am Bau Beteiligten, 1963; Geilen, Garanten-
que es como si matase, sino que "ha matado". EUo exige una construcción pflichten aus ehelicher und eheahnlicher Gemeinschaft, FamRZ 1961, 147; el mis-
restrictiva de la teoría de la posición de garante. mo, Stillschweigen des Angehorigen beim Mordkomplott, FamRZ 1964, 385; el
En todo caso, facilitaría en gran medida las cosas la introducción en mismo, Zur Mitverantwortung des Gastwirts bei Trunkenheit am Steuer, JZ
nuestro Derecho de una cláusula general que sancionase expresamente la 1965, 469; el mismo, Unterlassene Verbrechensanzeige und ernsthafte Abwen-
dungsbemühung, JuS 1965, 426; Geyer, Grundrip zu Vorlesungen über gemeines
posibilidad de la construcción dogmática de la comisión por omisión y sen- deutsches Strafrecht, 1884; / . Glaser, Abhandlungen aus dem osterreichischen
tase sus bases — lo que, sin embargo, no se hace en el Proyecto de 1980, Strafrecht, t. II, 1858; Granderath, Die Rechtspflicht zur Erfolgsabwendung
desaprovechándose una importante ocasión histórica. aus einem vorangegangenen gefáhrdenden Verhalten etc., tesis, Freiburg 1961;
Grünhut, Grenzen des übergesetzlichen Notstands, ZStW 51 (1931), pág. 454;
V. ¿Atenuación facultativa para los delitos de omisión impropia? Grünwald, Der Vorsatz des Unterlassungsdelikts, Festschrift für H. Mayer,
1966, pág. 281; Hall, Über die Kausalitát und Rechtswidrigkeit der Unterlassung,
Al no existir en el CP español regulación expresa alguna de la comisión Erinnerungsgabe für M. Grünhut, 1964, pág. 213; Hanau, Die Kausalitát der
por omisión, tampoco se prevé la posibilidad establecida en Alemania de una Pflichtwidrigkeit, 1971; Hardwig, Vorsatz bei Unterlassungsdelikten, ZStW 74
atenuación facultativa de la pena. Habida cuenta, además, de la rígida enu- (1962), pág. 27; el mismo, Die Zurechnung, 1957; Heinitz, Anmerkung zu BGH
meración de atenuantes característica de nuestro Derecho, entre las cuales vom 25-2-1954, JR 1954, 270; Henkel, Zumutbarkeit und Unzumutbarkeit ais re-
no cuenta la ahora contemplada, no resultará posible rebajar la pena propia gulatives Rechtsprinzip, Festschrift für E. Mezger, 1954, pág. 249; Herzberg,
Die Kausalitát beim unechten Unterlassungsdelikt, MDR 1971, 881; el mismo,
del tipo de resultado correspondiente, una vez decidido que la no evita- Garantenpflichten auf Grund gerechtfertigten Vorverhaltens, JuS 1971, 74; Ho-
ción del mismo puede subsumirse bajo el significado social del verbo típico nig, Die Intimspháre ais Kriterium strafbaren Begehens durch Unterlassen,
con que se expresa su producción. O se entiende realmente realizado el tipo Festschrift für F. Schaffstein, 1975, pág. 89; el mismo, Kausalitát und objektive
resultativo, y entonces no cabe sino imponer la penalidad a él asignada, o se Zurechnung, Festgabe für R. v. Frank, t. I, 1930, pág. 174; Hopfner, Zur Lehre
advierte que la omisión no llega a encerrar él significado social expresado vom Unterlassungsdelikte, ZStW 36 (1915), pág. 103; Kahrs, Das Vermeidbar-
por la redacción del tipo, en cuyo caso sólo cabe acudir, en cuanto sea posi- keitsprinzip und die conditio-sine-qua-non-Formel etc., 1968; Armin Kaufmann,
ble, a un tipo de omisión pura. Cabe, sí, en el primer caso, que el juez tenga Unterlassung und Vorsatz, Festschrift für H. v. Weber, 1963, pág. 207; Arthur
presente la modalidad omisiva, si la juzga expresiva de menor energía cri- Kaufmann, Bemerkungen zum Irrtum beim unechten Unterlassungsdelikt, JZ
1963, 504; Kielwein, Unterlassung und Teilnahme, GA 1955, 225; Klug, GmbH-
minal, para imponer la pena mínima que le permita el marco de arbitrio de Strafrecht, Sonderdruck aus Hachenburg, Kommentar zum GmbHG, 6/ ed. 1959;
que pueda disfrutar. Krug, Abhandlungen aus dem Straf recht, 1855; Kugler, Ingerenz und Selbst-
De lege ferenda se inclina por la atenuación facultativa de la pena verantwortung, tesis, Bochum 1972; Lampe, Ingerenz oder dolus subsequens?
Cuello Calón.17 Por el contrario, Rodríguez Devesa entiende que, una vez ZStW 72 (1960), pág. 93; el mismo, Die Problematik der Gleichstellung von Han-
afirmada la equiparación entre no impedir y causar, no existe razón alguna deln und Unterlassen, ZStW 79 (1967), pág. 47; A. Merhel, Kriminalistische
de peso que induzca a un trato más benévolo.18 Abhandlungen, t. II, 1867; Naucke, Anmerkung zu BGH 27, 10, JR 1977, 290;
Nowakowski, Probleme der Strafrechtsdogmatik, JB1 1972, 19; Otto, Vorangegan-
genes Tun ais Grundlage strafrechtlicher Haftung, NJW 1974, 528; Pallin, Lage
§ 59 El tipo del delito de omisión und Zukunftsaussichten der osterr. Strafrechtsreform etc., ZStW 84 (1972), pá-
gina 198; Peters, Bemerkungen zur Rechtsprechung der Oberlandesgerichte zur
Aldo88er, Inwiefern konnen durch Unterlassungen strafbare Handlungen be- Wehrersatzdienstverweigerung aus Gewissensgründen, JZ 1966, 457; el mismo,
gangen werden? 1882; Barwinkel, Die Struktur der Garantieverhaltnisse bei den Überzeugungstater und Gewissenstater, Festschrift für H. Mayer, 1966, pági-
unechten Unterlassungsdelikten, 1968; Blei, Garantenpflichtbegründung beim na 257; Pfander, Die Rechtspflicht zum Handeln aus Vertrag beim unechten Un-
unechten Unterlassen, Pestschrift für H. Mayer, 1966, pág. 119; Bockelmann, terlassungsdelikt, tesis, Basel 1967; Pfleiderer, Die Garantenstellung aus voran-
Betrug verübt durch Schweigen, Festschrift für Eb. Schmidt, 1961, pág. 437; gegangenem Tun, 1968; Platzgummer, Die Bewuptseinsform des Vorsatzes,'1964;
Bringewat, Der Notwehrer ais Garant aus vorangegangenem Tun, MDR 1971, Rower, Die Zumutbarkeit ais spezielles taterschaftliches Merkmal beim Handeln
716; v. Buri, Über die Begehung der Verbrechen durch Unterlassung, GS 21 durch Unterlassung, NJW 1958, 1.528; Roxin, Zur Kritik der finalen Handlungs-
(1869), pág. 189; v. Caemmerer, Gesammelte Schriften, t. I, 1968; Cramer, Teil- lehre, ZStW 74 (1962), pág. 515; el mismo, Ein "neues Bild" des Strafrechts-
nahmeprobleme im Rahmen des § 330a, GA 1961, 97; Dallinger, Unzumutbarkeit systems, ZStW 83 (1971), pág. 369; Rudolphi, Anmerkung zu BGH 25, 218, JR
1974, 160; Sauer, Das Unterlassungsdelikt, GS 114 (1940), pág. 279; Schaffstein,
"Cfr. Cuello Calón, PG p. 338. Die Risikoerhohung ais objektives Zurechnungsprinzip, Festschrift für R. Ho-
18 nig, 1970, pág. 169; Schünemann, Zur Kritik der Ingerenz-Garantenstellung, GA
Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 373. Recoge la discusión doctrinal en Italia 1974, 231; Schultz, Besprechung von Kaufmann, Die Dogmatik der Unterlas-
y Alemania Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 98 ss.
848 § 59. El tipo del delito de omisión II. La ausencia de la acción esperada 849
sungsdelikte, SchwZStr 77 (1961), pág. 208; W- Schwarz, Die Kausalitat bei den forma completa, regulada por el propio tipo. En los delitos de omisión
Begehungsdelikten durch Unterlassung, Strafr. Abh. Heft 254, 1929; Spendel, creados fuera de la ley mediante la inversión de los tipos de comisión
Zur Dogmatik der unechten Unterlassungsdelikte, JZ 1973, 137; Storsberg, Der
gegenwártige Umfang der Nothilfepflicht im StGB, tesis, Gottingen 1952; Stree, lo que falte ha de completarse con arreglo a su sentido.
Garantenstellung kraft Übernahme, Festschrift für H. Mayer, 1966, pág. 145;
Struen8ee, Die Struktur der fahrlássigen Unterlassungsdelikte, J Z 1977, 217; Ejemplos: En la omisión de denuncia de un delito (§ 138) la situación
Uhenheimer, Zumutbarkeit normgemaBen Verhaltens bei Gefahr eigener Straf- típica consiste en que se ha planeado un determinado delito grave que toda-
verfolgung, GA 1972, 1; Welp, Anmerkung zu BGH 23, 327, JZ 1971, 433; Wel- vía puede evitarse mediante su denuncia (RG 71, 385 [386]). La acción
zel, Anmerkung zu OLG Karlsruhe vom 15-10-1959, J Z 1960, 179; E. A. Wolff, ordenada es ahí la denuncia a tiempo ante las autoridades o el amenazado,
Kausalitat von Tun und Unterlassen, 1965; Würtenberger, Zur Kausalitat der y obligado a actuar lo es todo aquel que tiene noticia verosímil de ello. En
Unterlassung, ZAK 1942, 167. el maltrato de personas sujetas a protección (§ 223b I tercera modalidad
Cfr. además la bibliografía del § 58. de acción) radica un peligro para la salud de personas que dependen del
autor que puede evitarse mediante una adecuada custodia. La acción exi-
I. La concurrencia de la situación típica gida consiste en la prestación de la asistencia necesaria según las circuns-
tancias (alimentación, vestido, alojamiento, asistencia médica) y debe pres-
Omisión no significa "no hacer", sino "no hacer algo determina- tarse por el obligado a la custodia. En un atentado homicida cometido por
do".1 En los delitos de omisión propia se deduce directamente de la la madre y el hijo mayor en la persona del marido y padre, la situación
ley cómo tiene que ser la acción esperada pero omitida. Así, quien típica consiste en el peligro para la vida creado por el plan de la acción,
permanece indebidamente en un local ajeno tiene que alejarse de él mientras que la acción debida es el impedir el hecho; el obligado a actuar
a requerimiento del legitimado, según el § 123 segunda alternativa. es el otro hijo menor que vive en la misma casa (BGH 19, 167).8
En otros, el contenido del deber de actuar se halla descrito de forma
más general. Así, según el § 330c, en casos de accidente hay que "pres- II. La ausencia de la acción esperada y la capacidad individual de
tar ayuda"; lo que tenga que hacerse en particular se deduce, enton- acción
ces, del conjunto de todas las circunstancias de la situación. También
en los delitos de omisión impropia el contenido del deber de actuar se 1. Pertenece, naturalmente, al tipo de delito de omisión la ausen-
determina generalmente con arreglo a las circunstancias. Lo decisivo cia de la acción exigible con arreglo a la situación típica.4 El médico
es la meta de protección del objeto jurídico de la acción ante una le- al que se ha comunicado una enfermedad grave no atiende a la lla-
sión o puesta en peligro típica. mada de auxilio (BGH 17, 166). Tras un accidente de tráfico, el inter-
viniente que resulta ileso no conduce al hospital al herido grave (BGH
Ejemplos: Si un niño se quema con agua hirviendo, de la entidad y 7, 287 [288]). Falta ya el tipo del delito de omisión doloso cuando
grado de la quemadura, de la edad y constitución del niño, del lugar y tiem- el autor se ha esforzado infructuosamente en cumplir su deber de
po del accidente, se deducirá lo que deba hacerse: así, si basta la aplicación actuar. La denuncia escrita de un inminente atraco a un banco llega,
de pomada contra quemaduras, si debe avisarse a un médico o si resulta por ejemplo, demasiado tarde a la policía porque el que lo sabía ha
necesario el ingreso en un hospital. dejado de dar noticia de ello por teléfono a las autoridades. Quien
La situación que permite deducir en cada caso el concreto conte- actúa erróneamente con intención de cumplir el mandato o hace de-
nido del deber de actuar, recibe el hombre de situación típica.2 El masiado poco inconscientemente, sólo puede ser castigado, pues, por
tipo del delito de omisión describe en distinta medida las circunstan- un delito de omisión imprudente?
cias particulares de las cuales surge el deber de actuar. El mismo 2. La capacidad general de acción, esto es, la posibilidad de que
designa la meta que ha de alcanzarse mediante la intervención ac- alguien, al que debe imaginarse en la plena posesión de todos los co-
tiva, indica el bien jurídico a proteger, menciona en su caso las cir- nocimientos y facultades propios del hombre medio, pudiera realizar
cunstancias concomitantes y caracteriza expresa o tácitamente la pro- la acción exigida, pertenece ya, en el marco de la teoría de la acción,
i
pia acción exigida. En los delitos de omisión regulados por la ley la
situación típica se encuentra en gran medida, aunque no siempre de 3 Cfr. sobre esto Geilen, PamEZ 1964, 385.
4 Cfr. Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pág. 106; LK (Heimann-
Trosien) Einl. Anm. 146; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 151; Straten-
1 Blei, Allg. Teil, pág. 273; Gallas, Beitráge, pág. 26; Mezger, Lehrbuch, werth, Allg. Teil I, núm. 1.021; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 12; Welzel, Lehr-
página 132; Maurach, Allg. Teil, pág. 578; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Vor- buch, págs. 204, 211 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 133.
bem. 139; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 4. 5 Cfr. Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 109 y ss., 133 y ss., y
2 Cfr. Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 96 y ss.; Maurach, 310; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 151; Welzel, Lehrbuch, págs. 204,
Allg. Teil, pág. 593; Welzel, Lehrbuch, págs. 204, 211; Schmidhauser, Allg. Teil, 211 y ss. Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.048 requiere, con razón, que el autor
páginas 678 y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 1 1 ; Welzel, NJW 1953, 328. haya confiado en la eficacia de sus esfuerzos, para que el dolo resulte excluido.
850 § 59. El tipo del delito de omisión III. Resultado y causalidad en la omisión impropia 851
al concepto de omisión como comportamiento humano socialmente re- Lo correcto es buscar la verdad en un punto medio. La capacidad de
levante (cfr. supra, § 23 IV 2b). Sin embargo, la cuestión de la tipici- acción requiere, en primer lugar, que el omitente conozca la situa-
dad de la omisión debe referirse a aquellos individuos que en el caso ción típica. También debe requerirse que concurran los presupuestos
concreto pueden omitir, ya que sólo pueden reunir la cualidad de in- externos (proximidad especial, medios de auxilio apropiados) para la
justo la omisión de una acción que hubiera sido posible precisamente realización de la acción y que pueda disponerse de las fuerzas pro-
a éste. Al tipo de delito de omisión pertenece, pues, la capacidad in- pias necesarias (fuerzas físicas, conocimientos técnicos, facultades
dividual de acción, que debe afirmarse si el autor hubiera podido apli- intelectuales). Además de esto, el omitente debe representarse la ac-
car al auxilio fuerzas apropiadas (OLG Hamm VRS 34, 149) .6 Esto ción exigida como meta posible de su voluntad o, por lo menos, podér-
presupone que hubiera sido posible al autor hacer lo exigido de forma sela representar aplicando el cuidado debido.11 Ambos extremos deben
conveniente. contemplarse con arreglo a un baremo objetivo: importa, pues, si un
espectador inteligente hubiera conseguido, mediante el examen de la
Ejemplos: Tiene capacidad de acción el asegurado acusado de incendio situación "ex ante", representarse la acción exigida como meta vo-
(§ 306 núm. 2) por omisión al cual le hubiera sido "fácil" impedir el hecho luntaria y a considerar suficientes las posibilidades externas. 12
a su mujer (RG 64, 273 [276]). Por el contrario, no puede castigarse a un
funcionario de la Brigada Criminal por un delito de obstaculización de la
acción de la Justicia cometida por omisión (§ 258a), si el mismo se halla III. Resultado y causalidad en los delitos de omisión impropia
desbordado por el trabajo más allá de los limites de su capacidad de ren-
dimiento y, por ello, no puede ocuparse suficientemente de sus asuntos atra- 1. La consumación del delito de omisión impropia requiere la pro-
sados (BGH 15, 18 [22]). Debe negarse la capacidad de acción cuando el ducción del resultado típico. Debe constatarse, pues, por ejemplo, la
autor únicamente hubiera podido sustituir el resultado amenazante por muerte del lesionado en el homicidio imprudente por omisión de la
otro resultado equivalente (BGH DaMnger MDR 1971, 361: arrojar por la acción de salvación (BGH 11, 353 [356]), la subsistencia de la sospe-
ventana en lugar de morir entre las llamas). cha en la acusación falsa por omisión de la rectificación (BGH 14, 240
[246]), la muerte de la víctima por no impedir el atentado homicida
Mientras que la exigencia de la capacidad individual de acción se (BGH 19,167).
halla reconocida generalmente en cuanto tal, la cuestión de bajo qué
2. El resultado, sin embargo, debe ser también objetivamente
presupuestos puede admitirse dicha capacidad, resulta discutida.
imputable al omitente. En los delitos de comisión la imputación obje-
Un sector apoya el juicio de posibilidad únicamente en puntos de vista tiva requiere que el autor haya causado el resultado (cfr. supra, § 38
objetivos.7 Otro sector, por el contrario, aparte de la pura posibilidad fí- I 1). Si, por el contrario, el resultado típico únicamente deja de evi-
sica de acción, requiere como "base cognoscitiva" el conocimiento de la tarse, se suscita la cuestión de las condiciones bajo las cuales tiene
meta de la acción.8 Otros consideran presupuesto de la capacidad de acción que tener lugar, entonces, la imputación objetiva. Con otras palabras,
la de culpabilidad por parte del omitente,9 y otros incluso lo posibilidad de ¿existe una "causalidad de la omisión"?
libre motivación.10
La ciencia jurídico-penal se ha esforzado desde hace tiempo en demos-
trar que también en la omisión concurre una "causa efficiens" en el sen-
6 Así la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 278; Bockelmann, Allg. Teil, tido de una fuerza real que produce un efecto.13 Así, Luden vio el momento
página 130; Eser, Strafrecht II, núm. 26 A 13 y ss.; Nagler, GS 111 (1938), pá- causal en el hecho de que el omitente desarrolla durante el tiempo en que
gina 70; Kielwein, GA 1955, 228; Maurach, Allg. Teil, pág. 587; Sauer, GS 114 hubiera debido evitar el resultado otra actividad, "y ésta es entonces la
(1940), pág. 315; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 152; SK (Rudolphi), única causa del resultado criminal.14 Krug,1* JvXius Glaser16 y Adolf Mer-
§ 13 Vorbem. 13; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 681; Wessels, Allg. Teil, pág. 133.
Por el contrario, Baumann, Allg. Teil, pág. 223 considera la imposibilidad de cum-
plir el mandato como una causa de justificación, en tanto que v. Weber, GrundriB, 11 Como aquí, Engisch, Kohlrausch-Festschrift, pág. 164; Gallas, Beitr^ge,
páginas 122 y ss., estima una causa de exculpación. página 53; Mezger, Lehrbuch, pág. 133; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.031;
7 Así Schonke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 143; Grünwald, Das unechte Welzel, Lehrbuch, págs. 204 y ss., 212.
Unterlassungsdelikt, pág. 14; Maurach, Allg. Teil, pág. 587; Schünemann, Un- 12 Cfr. Gallas, Deutsche Landesreférate, pág. 349; BGH 14, 213 (216); 19,
terlassungsdelikte, págs. 30 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 133; Schmidhauser, 295 (299).
Allg. Teil, pág. 681. 13 Cfr. sobre esto, con más detalle, W. Schwarz, Die Kausalitat, págs. 8
8 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 41 y ss., 100 y ss. y ss.; Traeger, Unterlassungsdelikte, págs. 27 y ss.; Welp, Vorangegangenes
9 Así Honig, Frank-Festgabe, t. I, págs. 191 y ss.; Storsberg, Nothilfe- Tun, págs. 166 y ss.
pflicht, pág. 54. 14 Luden, Abhandlungen, t. 1, pág. 474; t. II, págs. 221 y ss.
10 Así Androulakis, Unterlassungsdelikte, pág. 115; E. A. Wolff, Kausali- 15 Krug, Abhandlungen, págs. 21 y ss.
tat, pág. 46, nota 26. 16 J. Glaser, Abhandlungen, págs. 289 y ss.
852 § 59. El tipo del delito de omisión III. Resultado y causalidad en la omisión impropia 853

kel17 pretendían, por el contrario, descubrir la causa no en una acción si- la experiencia que implicaba la causalidad en el hacer positivo (cfr.
multánea, sino en una precedente, pero con ello llegaron a la admisión del supra, § 28 II 4) cuando el hacer imaginado hubiera evitado el re-
"dolus subsequens". Otros autores 18 vieron en la omisión una causa que sultado. La fórmula usual de la teoría de la condición que se emplea
operaba psíquicamente, al ser la inactividad del obligado a actuar lo único respecto del hacer real se convierte, pues, en la omisión, en la de que
que lleva a un tercero a la idea de ocasionar el resultado. Las teorías de la la causalidad debe afirmarse "si la acción esperada no puede supri-
interferencia 19 vieron en el abandono de la natural voluntad de impedir el mirse mentalmente sin que desaparezca el resultado" ("dúplex nega-
hecho la anulación positiva de una condición que apartaría el resultado y tio est affirmatio") (así RG 58, 130 [131]; 63, 392 [393]; 75, 49
vieron, así, en la omisión un hacer activo. Finalmente, se consideró suficien- [50]), aunque también deben efectuarse aquí las mismas reservas en
te una pura "causalidad jurídica", 20 lo que prácticamente desembocó en que contra de su utilidad (cfr. supra, § 28 II 4).
la causalidad fuera equiparada al deber jurídico de evitar el resultado. Al
término de la evolución se negó la posibilidad de la causalidad en la omi- 4. Con objeto de aproximar al máximo el baremo de la comproba-
sión,21 apareciendo, en suma, la polémica en torno a esta cuestión como "una ción de la causalidad al empleado en relación al hacer positivo, la Ju-
de las más infructuosas que haya sostenido jamás la ciencia jurídico-penal". 22 risprudencia requiere que la acción imaginada hubiese evitado el re-
sultado con una probabilidad rayana en la seguridad (RG 15,151 [153
3. Hoy se rechaza mayoritariamente una causalidad de la omisión y siguientes]; 51, 127; 58, 130 [131]; 74, 350 [372]; 75, 49 [50];
en el sentido de un producir real del resultado.28 La causalidad, como 75, 372 [374]; BGH 6, 1 [ 2 ] ; 7, 211 [214]; BGH Dallinger MDR
categoría del ser, requiere una fuente real de energía que sea capaz 1956, 144) .26
de conllevar un despliegue de fuerzas, y ello falta precisamente en la Ejemplos: No basta para la causalidad de la omisión el "fundado pro-
omisión ("ex nihilo nihil fit"). Mas para la perspectiva jurídica, el nóstico" de que hubiera podido impedirse la prosecución de la marcha al
concepto de causa propio de las ciencias de la naturaleza no resulta conductor ebrio por medio de la persuasión( BGH NJW 1954, 1.047 [1.048]).
decisivo (cfr. supra, § 28 I 3), como se deduce de la existencia de los La omisión de colocación de señales luminosas junto a una zanja abierta
delitos de omisión impropia regulados por la ley (cfr. supra, § 58 III por unas obras, no es causal respecto del accidente si los gamberros noc-
4), así como de que en el § 13 mismo se presupone sin más la concu- turnos posiblemente hubieran retirado no sólo las vallas, sino también las
rrencia de una "relación causal'* entre la omisión y el resultado.24 Al lámparas (OLG Hamm NJW 1959, 1.551). Quien, por el contrario, se niega
Derecho no importan las relaciones causales en el sentido de la me- en un incendio a arrojar a sus hijos del piso superior a los brazos de auxi-
cánica, sino únicamente si la acción posible para el omitente hubiera liadores apostados para ello, causa la muerte de los mismos entre las llamas
si por dicho procedimiento se hubiera conseguido con seguridad salvar sus
evitado el resultado.25 Según esto, la acción omitida se halla respecto vidas (BGH Dallinger MDR 1971, 361 y ss.). Al igual que en el hacer posi-
del resultado producido en aquella relación ajustada a las leyes de sitivo, rige también aquí el principio "in dubio pro reo", pero siempre que-
da, si hay que negar la imputación objetiva del resultado, la posibilidad de
17 A. Merkel, Kriminalistische Abhandlungen, t. II, págs. 76 y ss. castigar por tentativa.
18 Así Geyer, GrundriB, pág. 124; Aldosser, Unterlassungen, págs. 94 y ss.
19 v. Buri, GS 21 (1869), págs. 196 y ss.; Binding, Normen, t. II, págs. 516 Sin duda, en la omisión no cabe requerir, como en el hacer posi-
y ss., 536 y ss., 555 y ss. De forma similar, hoy, H. Mayer, Lehrbuch, págs. 112 tivo, una certeza plena en relación a la causalidad, puesto que el exa-
y siguientes.
20 v. Bar, Gesetz und Schuld, t. II, págs. 268 y ss.; Hopfner, ZStW 36
(1915), pág. 114; Kohler, Studien Teil I, pág. 46. 26 De acuerdo la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 248; Maurach,
21 Así Gerland, Lehrbuch, págs. 166 y ss.; v. Liszt/Schmidt, págs. 172 y ss. Allg. Teil, págs. 591 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 279; Schonke/Schrdder/Stree,
22 v. Liszt, Lehrbuch, 21/22 ed., pág. 128. § 13 Anm. 61; LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 197; Welzel, Lehrbuch, pági-
23 Así Traeger, Der Kausalbegriff, pág. 71; Bockelmann, Eb. Schmidt-Fest- na 212; Würtenberger, ZAK 1942, 167; Herzberg, MDR 1971, 882. Por el con-
schrift, pág. 449; Gallas, Beitráge, págs. 25 y ss.; Armin Kaufmann, Unterlas- trario, debe rechazarse la sentencia RG 75, 324 (328), que se conforma con una
sungsdelikte, pág. 61; Arthur Kaufmann, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 214 "probabilidad correspondiente a la experiencia general de la vida". Tampoco
y ss.; Lackner, § 13 Anm. III le bb; Schonke/Schrdder/Stree, § 13 Anm. 61; puede acogerse la opinión contraria sostenida en la doctrina, según la cual, para
Dreher, § 13 Anm. 4; Welzel, Lehrbuch, pág. 212; Schmidhauser, Allg. Teil, pá- la afirmación de la causalidad, bastaría que la acción omitida hubiera mejorado
gina 684; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.024. De otro modo, Baumann, Allg. las posibilidades de salvación; así Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.025 y ss.;
Teil, pág. 246; Hall, Grünhut-Erinnerungsgabe, pág. 224; Spendel, JZ 1973, 139. Kahrs, Vermeidbarkeitsprinzip, págs. 46 y ss.; Hardwig, Zurechnung, pág. 162;
24 Grünwald, ZStW 70 (1958), págs. 417 y ss. SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 16; Schaffstein, Honig-Festschrift, pág. 172. En
25 Así Blei, Allg. Teil, págs. 278 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 130 contra, acertadamente, Herzberg, MDR 1971, 882. Tampoco en los delitos de omi-
y ss.; Bohm, JuS 1961, 178; sobre todo, Engisch, Kausalitat, págs. 29 y ss.; el sión imprudentes, basta la elevación del riesgo para la imputación objetiva del
mismo, MSchrKrim 1939, 426 y ss.; el mismo, JZ 1962, 190; el mismo, Weltbild, resultado; así, sin embargo, Schaffstein, Honig-Festschrift, págs. 172 y ss., de
páginas 135 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 591; Herzberg, MDR 1971, 882; acuerdo Hanau, Die Kausalitat, págs. 78 y ss. en correspondencia con el trata-
Schonke/Schrbder/Stree, § 13 Anm. 61; Wessels, Allg. Teil, pág. 133. Con más miento de los delitos de comisión imprudentes (cfr. supra, § 55 II 2b). Pues, al
fuerza, en el sentido de un propio "producir" por omisión, Androulakis, Unter- autor de un delito de comisión, cabe reprocharle un hacer peligroso, realmente
lassungsdelikte, págs. 83 y ss.; E. A. Wolff, Kausalitat, págs. 36 y ss. causal, mientras que, el omitente se limita a permanecer inactivo.
854 § 59. El tipo del delito de omisión IV. La posición de garante en la omisión impropia 855
men de la misma no puede basarse en un suceso real, sino únicamente 13 I requiera para la equivalencia de la omisión al hacer positivo, en
posible, que no puede calcularse con absoluta seguridad (causalidad el plano de la causación del resultado, que el autor "sea jurídicamente
hipotética). 27 Mas la medida de la inseguridad restante depende so- responsable de que el resultado no se produzca". Mediante el elemento
lamente de la limitación de la capacidad de conocimiento humano (RG objetivo de autoría representado por la posición de garante los de-
75, 372 [374]).*• No obstante, ello no significa que en la omisión haya litos de omisión impropia adquieren el carácter de delitos especiales
de aplicarse la teoría de la adecuación para comprobar la causalidad, propios.20
sino únicamente que los resultados de la teoría de la condición son 2. La cuestión es, sin embargo, de qué forma pueden caracteri-
aquí menos fiables que en el hacer positivo. Únicamente cuando cons- zarse y delimitarse de forma clara los deberes de garante relevantes
ta con una probabilidad rayana en la seguridad que la acción esperada para el Derecho Penal. La clasificación tradicional se basa en la
hubiera evitado el resultado, puede seguirse preguntando con arreglo fuente de la que surge el deber jurídico (teoría formal del deber ju-
a la teoría de la adecuación (cfr. supra, § 28 III 2), como en el hacer rídico).81 Según esto se admite la ley, el contrato y el actuar peligro-
positivo, si la producción del resultado era "decididamente imprevisi- so precedente (RG 58, 130 [131]; 63, 392 [394]; BGH 4, 20 [22] ;
ble" a la vista del escaso grado de peligrosidad de la omisión. En 11, 353 [355]), a cuyas causas se ha añadido posteriormente la es-
lugar de esto, hoy se aplica la teoría de la imputación objetiva. trecha relación vital (RG 69, 321 [323]; 74, 309; BGH 2, 151 [153];
19, 167 [169]). Por el contrario, no pueden deducirse deberes de ga-
Ejemplo: Debe negarse la imputación objetiva cuando un peatón, que rante de la situación típica de un delito de omisión propia, ya que en
se ha roto una pierna al resbalar sobre el hielo a causa de un deficiente tal caso concurren deberes que afectan a todo (RG 64, 273 [276]; 73,
estado de la acera, resulta muerto en un accidente de tráfico sufrido al ser
transportado al hospital (cfr. supra, § 28 IV 4 : el resultado queda fuera
52 [55]; BGH 3, 65 [67]). Como únicamente una causa jurídicamen-
del ámbito de protección de la norma). te reconocida de obligación puede tomarse en consideración en orden
a la posibilidad de evitar un resultado, los deberes morales no pueden
constituir el fundamento de la responsabilidad jurídico-penal (RG 66,
IV. La posición de garante en el delito de omisión impropia. (Primer
71 [73] ; BGH 7, 268 [271]), lo cual se determina ahora expresamente
criterio de equivalencia)
en el § 13 I.
1. En los delitos de comisión, la imputación objetiva descansa en La clasificación tradicional no se fija en el contenido del deber ju-
la causación del resultado típico. En los delitos de omisión impropia, rídico, por lo que no puede indicar ningún elemento material de deli-
no basta, por el contrario, el hecho de que una posible acción hubiera mitación (BGH 19, 167 [168]). Tal defecto intenta evitarse por la
evitado el resultado para poner a cargo de todo aquel sujeto capaz más reciente doctrina, iniciada por Armin Kaufmann, según la cual
de actuar la lesión del bien jurídico como injusto del que deba res- los deberes de garante deben determinarse con arreglo a criterios
ponder, pues no puede existir un deber de prestar ayuda donde quiera materiales. Dicha teoría distingue entre deberes de garante que con-
que haga falta. Desde Feuerbach (cfr. supra, § 58 I 2) se admite, por sisten en una función de protección de un determinado bien jurídico
ello, que el ordenamiento jurídico, en principio, sólo impone al ciu- (deberes de custodia) y aquellos otros en los que el garante está obli-
dadano el deber de omitir acciones activas mediante las cuales puedan gado al control de una fuente de peligro (deberes de aseguramiento
menoscabarse bienes jurídicos de terceros, y que siempre ha de de- o dominio) (teoría de las funciones).82 La perspectiva material mues-
mostrarse una "causa jurídica específica" para que alguien excep-
cionalmente pueda ser hecho responsable de haber omitido actuar cial", Barwinkel, Garantieverháltnisse, págs. 111 y ss. En contra, Schünemann,
positivamente para proteger bienes jurídicos ajenos. La equivalencia Unterlassungsdelikte, págs. 132 y ss., por su parte apoya la imputación en la
de la omisión con el hacer positivo, presupone, pues, que el omitente idea del "dominio sobre la causa del resultado" (pág. 236). Escépticamente, acer-
ca de la manejabilidad de la teoría del rol, también Otto, Grundkurs, págs. 152
aparezca como "garante" de la evitación del resultado. Todos los su- y siguientes.
puestos de este deber de evitar el resultado se basan en la idea funda- 30 Cfr. Welzel, Allg. Teil, pág. 208.
mental de que la protección del bien jurídico en peligro depende de 31 Así Baumann, Allg. Teil, págs. 253 y ss.; Dreher, § 13 Anm. 5 y 'ss.;
Laekner, § 13 Anm. 3a; Maurach, Allg. Teil, págs. 605 y ss.; Welzel, Lehrbuch,
una prestación positiva de una determinada persona y que los afecta- páginas 213 y ss. Por el contrario, Blei, H. Mayer-Festschrift, pág. 133 pretende
dos confían en la intervención activa de la misma.29 De ahí que el § limitar los deberes de garante a la ley y al actuar precedente, a los que deberían
añadirse, además, los deberes de aseguramiento en el propio ámbito social de
dominio y la perturbación de precauciones protectoras organizadas (pág. 142).
27 Cfr. v. Weber, Grundrip, pág. 61; Welzel, Lehrbuch, págs. 212 y ss. Cfr. también Blei, Allg. Teil, págs. 283 y ss. El § 12 AE, limita los deberes de
28 A ello alude, con razón, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 131. Con ello des- garante a la ley, a la asunción del riesgo y al actuar precedente. En ello se basa
aparecen las objeciones de Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 685 y ss. la exposición de Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 989 y ss.
29 Cfr. E. A. Wolff, Kausalitat, pág. 40. Propone la idea-test del "rol so- 32 Así AndroulakÍ8, Unterlassungsdelikte, págs. 205 y ss.; Armin Kauf-
856 § 59. El tipo del delito de omisión IV. La posición de garante en la omisión impropia 857
tra un camino de resolución de la problemática del garante sobre la dependencia respecto de los primeros (en distinto sentido, BGH 19, 167,
base del sentido social de los distintos deberes, pero tampoco pueden que afirma el deber de garante por parte de los hijos adultos sin restric-
perderse de vista las fuentes de las que éstos surgen, pues de lo con- ción). 36 El padre, en virtud de la vinculación natural con su hijo, tiene el
trario se abrirían las puertas al peligro de una excesiva extensión. deber de impedir la acción abortiva de la mujer (RG DStr 1936, 179; BGH
De ahí que deba perseguirse la unión de los puntos de vista formales DaUinger MDR 1973, 369). En contra, RG 56, 168 (169) quiere extender esto
al embarazo ilegítimo. La mujer tiene la obligación de impedir un incendio
y materiales.33 en la propiedad del marido (OGH 3, 1 [4]). Existe un deber de asistencia
3. Pueden surgir deberes de protección relativos a determinados para los abuelos respecto de sus nietos (RG 39, 397 [398]; 66, 316 [317];
bienes jurídicos de una vinculación natural con el titular del bien 72, 373 [374]; OGH 1, 87 [88]) y de los hermanos, pero en este caso debe
jurídico, de estrechas relaciones de vida y de la asunción de custodia. examinarse siempre si concurren las estrictas condiciones especiales del
Para la delimitación de los deberes de garante que se derivan de estas deber de garante. También en la relación existente entre los cónyuges se
tres fuentes es necesario, además, que o bien exista una relación de admite un deber de garante para la protección e integridad de la vida, en
dependencia entre los afectados, o bien que el titular del bien jurídico, base al § 1.353 BGB (RG 71, 187 [189]; BGH 2, 150 [153] con nota de Gal-
o la persona en su caso responsable de su protección, hayan asumido las, JZ 1952, 371; OLG Oldenburg DAR 1955, 300), lo que evidentemente
riesgos más elevados confiando en la intervención del garante o hayan presupone los requisitos restrictivos arriba mencionados. La Jurisprudencia
renunciado a otras medidas de protección** extiende el deber de garante a las relaciones de afinidad (BGH 13, 162 [166])
y de noviazgo (BGH JR 1955, 104).»?
a) La causa jurídica más poderosa y evidente que puede originar
deberes de garante es la vinculación natural, la cual, sin embargo, b) También constituyen una fuente reconocida de deberes de ga-
para poseer eficacia jurídico-penal, ha de descansar en un vínculo rante las estrechas relaciones comunitarias. Lo decisivo es también
jurídico. Así, ante todo, los parientes más próximos se hallan obliga- aquí que a causa de confianza recíproca surjan relaciones de depen-
dos recíprocamente, como regla, a apartar los peligros que amenacen dencia, se corran riesgos mayores o se omitan otras medidas de se-
a su integridad física o a su vida.36 Es dudoso, sin embargo, qué am- guridad (comunidad de peligro, vida en común análoga a la conyugal,
plitud debe otorgarse al círculo de garantes bajo esta perspectiva y relaciones de custodia).88
si pueden protegerse también bienes jurídicos de inferior valor a la
integridad y a la vida. Ejemplos: El guía de una excursión de montaña está obligado a pro-
veer a los participantes que por debilidad no pueden seguir adelante de
Ejemplos: Los padres están obligados a proteger de peligros para la in- toda la ropa disponible mientras va en busca de ayuda (BG Praxis 46 [1957],
tegridad física y la vida a sus hijos que vivan con ellos (BGH 7, 268 [272] ; página 302 [306]; cfr. también Obergericht Bern Schw JZ 1945, 42 [44
RG 66, 71 [74]), por el contrario no lo están los hijos respecto de los pa- y ss.]). La admisión de personas necesitadas de cuidado en el propio do-
dres, salvo que excepcionalmente, éstos se encontrasen en una relación de micilio convierte en deber jurídico la necesaria asistencia (RG 69, 321; 73,
389 [391]; 74, 309 [311]). Lo mismo se ha estimado en relación a una co-
munidad de vida entre homosexuales (AG Duisburg MDR 1971, 10). De
mann, Unterlassungsdelikte, págs. 283 y ss.; Eaer, Strafrecht II, núm. 25 A 49
y ss.; Henkel, MschrKrim 1961, 190; Jescheck/Goldmann, ZStW 77 (1965), pá- una pura fiesta no se deriva sin más ningún deber de garante, sino que
gina 123; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 9; Rudolphi, Gleichstellungspro- cada participante debe cuidar por sí mismo de procurarse un acompaña-
blematik, pág. 101; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 666; SK (Rudolphi), § 13 miento seguro (BGH NJW 1954, 1.047). Igualmente debe rechazarse un
Anm. 24 y ss.; Wessels, Allg. Teil, págs. 134 y ss. Una teoría material de la po- deber de garante general de evitar los perjuicios económicos derivados de
sición de garante, basada en la idea de la "igualdad respecto de la comisión",
que distingue un "dominio sobre la causa esencial del resultado" y un "dominio un negocio en común (en distinto sentido, BGH 2, 325 [326]).
sobre vulnerabilidad de la víctima", es desarrollada por Schünemann, Unterlas-
sungsdelikte, pág. 280, lo que no consigue, sin embargo, ningún aumento de se- c) Una tercera causa jurídica que fundamenta una posición de
guridad jurídica. protección es su asunción voluntaria en favor del que se encuentra
33 Así Geilen, FamRZ 1964, 390 y ss.; Rudolphi, Gleichstellungsproblema-
tik, pág. 54; Stree, H. Mayer-Festschrift, págs. 146 y ss.; LK (Heimann-Tro- i
sien) Einl. Anm. 166; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 8. 36 De acuerdo Geilen, FamRZ 1964, 391; en sentido crítico, H. Mayer, Grun-
34 Stree, H. Mayer-Festschrift, págs. 154 y ss., destaca esto, con razón, driB, pág. 79; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 49; Schünemann, Unterlassungsdelikte,
para el deber de garante, en virtud de asunción, pero, los mismos puntos de vis- páginas 357 y ss.
ta, deben valer, también, para los demás casos. También así, SK (Rudolphi), § 37 En contra, con razón, Geilen, FamRZ 1961, 155 y ss.; Schdnke/Schro-
13 Anm. 49. der/Stree, § 13 Anm. 18; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 49.
35 También así, Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 18; Schmidhauser, 38 También así, Maurach, Allg. Teil, págs. 607 y ss.; Schonke/Schroder/
Allg. Teil, pág. 667; LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 167 y ss.; Welzel, Lehr- Stree, § 13 Anm. 25; Barwinkel, Garantieverhaltnisse, págs. 137 y ss. En contra,
buch, págs. 213 y ss.; Wesséls, Allg. Teil, pág. 134. Schünemann, Unterlassungs- por razones de seguridad jurídica, Doering, MDR 1972, 665. Sobre la intervención
delikte, pág. 357, por el contrario, sólo considera válido como criterio de equipa- de la esfera íntima, como criterio de estrechas relaciones de convivencia, Honig,
ración el "efectivo dominio personal de protección". Schaffstein-Festschrift, págs. 98 y ss.
11. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. U
858 § 59. El tipo del delito de omisión IV. La posición de garante en la omisión impropia 859
en peligro, ante éste o un tercero. 89 En especial, importa aquí que garante ha de vigilar. La amplitud de estos deberes de garante que
otras personas, confiando en la disposición a intervenir expresada por surgen "de la proximidad del peligro" es menor que la del círculo de
el garante, se expongan a un peligro mayor que en circunstancias deberes que nace de una posición de protección respecto de un deter-
distintas, o renuncien a otro tipo de protección, pues sólo en tales minado bien jurídico. Mientras que en este último caso el deber de
casos la asunción justifica una responsabilidad jurídico-penal. 40 La garante se dirige a la defensa del objeto de protección frente a toda
transmisión lícita de deberes a terceros exime de responsabilidad al clase de menoscabos, aquí el garante únicamente ha de mantener
responsable principal (BGH NJW 1964, 1.223; BGH 19, 286). Lo bajo control la propia fuente de peligro.
decisivo para la posición de garante no es la validez jurídica del con- a) El deber de garante por un hacer precedente peligroso se
trato concluido, sino que se funda en la efectiva asunción. De ahí que basa en la prohibición de lesionar a otros ("neminem laede"). Quien
excepcionalmente el deber de garante pueda también prolongar su produce una perturbación de aquel orden social de protección que se
duración más allá del tiempo de vigencia de un contrato (RG 16, 269 dirige a la evitación de lesiones de bienes jurídicos (injerencia) debe
[271]; 64, 81 [84]). 41 cuidar de que el peligro por él creado no se convierta en un resul-
tado físico (RG 24, 339; 64, 273 [276]; BGH 4, 20 [22]). t ó Sin em-
Ejemplos: Es garante quien como alpinista experimentado debe guiar bargo, para que quede claro que de la sola causación de un peligro no
una excursión de montaña (BG Praxis 46 [1957], pág. 302 [307]), quien puede nacer el deber de evitar el resultado, la idea de la injerencia
como médico debe tratar a sus pacientes (RG DR 1943, 897; RG 74, 350 debe restringirse en un triple sentido.43 En primer lugar, el hacer
[354]), quien como médico de guardia debe sustituir a otros médicos (BGH
7, 211 [212]) y quien como empresario debe hacer efectivo el impuesto so- precedente debe haber ocasionado el peligro próximo (adecuado) de
bre las rentas del trabajo personal (BGH 23, 319 [322]). También es ga- producción del daño.44 En segundo lugar, el comportamiento previo
rante el posadero que saca a la calle concurrida a un cliente ebrio abando- debe haber sido objetivamente contrario al deber (aunque no sea cul-
nándolo allí a su destino (BGH 26, 35, 39). Por el contrario, quien por ama- pable) (BGH 17, 321; 19, 152; 23, 327; 25, 218).« Por último, con ob-
bilidad toma el volante en lugar del conductor embriagado, no tiene por
qué impedir que durante una pausa en la marcha éste vuelva a conducir por 42 También así, Baumann, Allg. Teil, pág. 257; Blei, Allg. Teil, págs. 285
sí mismo (OLG Karlsruhe JZ 1960, 178 con nota favorable de Welzel). La y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 136 y ss.; Maurach, Allg. Teil, págs. 608
Jurisprudencia ha ampliado intensamente el deber de garante derivado de y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, pág. 671; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 32;
Stree, H. Mayer-Festschrift, págs. 156 y ss.; Welp, Vorangegangenes Tun, pá-
la atención voluntaria (BGH 5, 187 [190]: deber de impedir puestos en la ginas 177 y ss. En sentido restrictivo, Pfleiderer, Garantenstellung aus vorange-
empresa basado en el contrato de trabajo; BGH 6, 198: deber de comuni- gangenem Tun, págs. 128 y ss.; en contra, Roxin, ZStW 83 (1971), pág. 403;
car la incapacidad de pago producida con posterioridad al otro contratante Schiinemann, Unterlassungsdelikte, págs. 106 y ss., 165 y ss., 231 y ss., 308 y ss.;
obligado a una prestación prevista en un contrato de obra). el mismo, GA 1974, 233 y ss.
43 Así, sobre todo, Rudolphi, Gleichstellungsproblematik, págs. 110 y ss.;
SK (Rudolphi), § 13 Anm. 38 y ss.
4. La responsabilidad por determinadas fuentes de peligro cons- 44 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 257; Granderath, Voran-
tituye la idea básica del segundo grupo de posiciones de garante. Tam- gegangenes gefáhrdendes Verhalten, págs. 156 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pági-
bién aquí deben distinguirse tres subgrupos. En primer lugar, un na 608; Blei, Allg. Teil, pág. 286; Rudolphi, Gleichstellungsproblematik, pá-
ginas 120 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 34; Kienapfel, JB1 1975,
comportamiento previo peligroso puede hacer surgir una situación 83; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.004 y ss., que apunta, con razón, a la ade-
que amenace a otras personas y que el garante debe remover. En cuación del comportamiento precedente, para producir el peligro, y al deber de
impedir que de ello se deriva.
segundo lugar, también pueden determinar un deber de garante fuen- 45 Así v. Hippel, t. II, pág. 166; Kohlrausch/ Lange, Vorbem. II 3d; Mez-
tes de peligro situadas en el propio ámbito social de dominio. Final- ger, Lehrbuch, pág. 147; Blei, Allg. Teil, pág. 286; Lackner, § 13 Anm. 3a dd;
mente, existe un deber de controlar la actuación de personas que el Henkel, MSchrKrim 1961, 183; Rudolphi, Gleichstellungsproblematik, págs. 157
y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 35; Welzel, Lehrbuch, pág. 216;
Schmidháuser, Allg. Teil, págs. 673 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 135. Una ex-
39 También así, Maurach, Allg. Teil, páginas 606 y siguientes; Schmid- tendida opinión, considera, sin embargo, suficiente toda acción creadora de un
háuser, Allg. Teil, págs. 669 y ss.; LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 183 y ss.; peligro con independencia de su calificación jurídica; cfr. Baumann, Allg. Teil,
SK (Rudolphi), § 13 Anm. 58 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 26 y ss.; página 258; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 136 y ss.; Granderath, Vorangegan-
Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 996 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 214. genes gefáhrdendes Verhalten, págs. 149 y ss.; Heinitz, JR 1954, 270; Herzberg,
40 Cfr. Stree, H. Mayer-Festschrift, págs. 154 y ss.; también así Blei, ibí- JuS 1971, 74; el mismo, Die Unterlassung, págs. 294 y ss.; v. Liszt/Schmidt,
dem, págs. 121 y ss. Sobre la idea de confianza, cfr. también Pfander, Die Rechts- página 191; Maurach, Allg. Teil, pág. 608; Olshausen, § 47 Vorbem. 7c; Vogt,
pflicht zum Handeln aus Vertrag, págs. 163 y ss. En contra, Stratenwerth, Allg. ZStW 63 (1951), pág. 403; Welp, Vorangegangenes Tun, págs. 209 y ss. (dis-
Teil I, núm. 1.001; LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 184. tinguiendo para la legítima defensa, págs. 271 y ss.). También distinguiendo
41 RG 17, 260 (261). Es, sin embargo, demasiado amplia, puesto que, en Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.008, que, en acciones precedentes efectuadas en
este caso, después del transcurso del contrato de asistencia, la comunidad era res- riesgo permitido, niega la exigencia de contrariedad al deber, a diferencia de lo
ponsable de atender al necesitado de auxilio. La limitación temporal y objetiva de que hace en relación a los "derechos de injerencia". Una fórmula algo distinta,
la asunción del deber es destacada, con razón, por Kienapfel, JB1 1975, 22. pero que no lleva mucho más allá, ha sido propuesta por Otto, NJW 1974, 534.
860 § 59. El tipo del delito de omisión IV. La posición de garante en la omisión impropia 861
jeto de excluir infracciones mínimas del deber, la clase de la pertur- solitario antes del alumbramiento, con objeto de dar allí muerte al niño,
bación debe haber sido lo suficientemente importante como para que, excluye las instancias protectoras de otro modo existentes (RG 66, 71). El
según las convicciones jurídicas de la colectividad, parezca posible caso principal de la posición de garante por actuar precedente es la creación
hacer responsable jurídico-penalmente al perturbador por no haber de nuevas fuentes de peligro; así, en especial, el conductor de un camión
evitado el daño. 46 Este último presupuesto sólo concurre cuando el que contrariamente a su deber pone a otro en peligro de muerte, debe bus-
car ayuda médica como garante (BGH VRS 13, 120 [122]; BGH 7, 287
sujeto de la injerencia o bien suprime una relación de protección exis-
[288]; cfr. también BGH 25, 218). Quien embriaga a otro, de modo que
tente, haciendo imposible la intervención del titular del bien jurídico éste deja de poder actuar de forma responsable, debe conjurar los peligros
mismo o de otra persona dispuesta a protegerlo, o bien crea una nueva que puedan derivarse para él mismo o para terceras personas (BGH 19,
fuente de peligro, que puede consistir ya en el desencadenamiento de 152 [155]). 60 Incluso la creación, contraria al deber, del peligro de un he-
fuerzas de la naturaleza o en la no vigilancia de personas que les es- cho punible por parte de una persona plenamente responsable debe acarrear
tán confiadas. responsabilidad jurídico-penal para la omisión del deber de impedir delitos
(BGH 2, 279 [283 y ss.]; 17, 321 [323]), aunque generalmente sólo sea en
Ejemplos: La proximidad del peligro se requiere en la Jurisprudencia forma de complicidad por omisión.61
actual de forma general. Así, para que concurra complicidad con el perju-
rio por omisión es preciso que se haya creado un peligro especial de per- b) En correspondencia con el deber de asegurar el tráfico en el
jurio o que deje de ser propio del proceso (RG 75, 271 [274 y s s . ] : BGH Derecho Civil (BGH NJW 1961, 868 [869]; NJW 1962, 791 [792] ), 62
NJW 1953, 1.399; NJW 1954, 1.818; BGH 17, 321 [322]); el que no se también en Derecho Penal existe un deber de garante para el con-
encuentra en condiciones de conducir o ebrio debe haber sido colocado en trol de fuentes de peligro que se hallan situadas en el interior del
una situación de mayor peligro (BayObLG NJW 1953, 556; OLG Karlsruhe
propio ámbito de dominio, y ello con independencia de si se ha asu-
JZ 1960, 178; OLG Oldenburg NJW 1961, 1.938). También la exigencia de
contrariedad al deber del comportamiento previo empieza a imponerse en mido voluntariamente la custodia o concurre un hacer precedente
la Jurisprudencia (en distinto sentido, antes, RG 51, 9 [12]; BGH 3, 203 contrario al deber 68 (este punto de vista debe distinguirse, pues, de
[205]; no se discute en BGH 11, 353). 47 Del hecho de haber bebido alcohol las dos causas del deber de garante anteriormente tratadas) M su fun-
no se sigue, porque ello constituya "un comportamiento generalmente re- damentación reside en el hecho de que la sociedad debe poder confiar
conocido como dañoso socialmente", el deber del posadero de impedir que en que, quien ejerce el poder de disponer sobre un espacio delimitado
sus clientes cometan acciones punibles (BGH 19, 152 [154], en distinto sen- que se halla abierto a otros o desde el cual es posible incidir sobre
tido, antes, BGH 4, 20). La lesión del agresor en la legítima defensa no otros, domine los peligros que en dicho ámbito pueden proceder de
convierte al agredido en garante (BGH 23, 327). 48 Un camionero que se ha objetos, animales, instalaciones o maquinaria.
comportado según las normas del tráfico no tiene una posición de garante
respecto de la víctima de un accidente que constituye su único culpable Ejemplos: Es garante quien asume como arrendador el deber de sembrar
(BGH 25, 218 [221] con nota favorable de Rudolphi, JR 1974, 160). La con- (OLG Celle NJW 1961, 1,939), quien acepta controlar los camiones de una
trariedad al deber debe referirse, precisamente, a la puesta en peligro del empresa en cuanto a sus condiciones de seguridad para circular (OLG
bien jurídico tutelado (por ello debe rechazarse BGH 17, 321 [323], que Hamm VRS 20, 465) o, en caso de una detención repentina, avisar a los
basa el deber de evitar el perjurio en una relación adúltera). 49 Ejemplos en vehículos que les precedan (BGH VRS 17, 424 [428]). La omisión contra-
que se hace imposible la intervención del titular del bien jurídico los ofrece ria al deber de iluminación de la entrada de una casa determina la aplica-
la Jurisprudencia relativa al § 221 (RG 31, 165 [166]; 54, 273; BGH 4, 113 ción del § 230 si, a consecuencia de la oscuridad, alguien resulta lesionado
[115]). El padre ilegítimo que determina a su prometida a buscar un lugar (RG 14, 362 [363]). En el deber de control se halla la razón de la responsa-
bilidad del propietario de un camión que no mantiene el vehículo en con-
Los casos de deberes de aseguramiento del tráfico se tratan infra, § 59 IV 4b; diciones de seguridad para el tráfico (BGH VRS 17, 388 [390]) o que per-
allí se contemplan las acciones precedentes permitidas.
46 Destaca esto, con razón, E. A. Wolff, Kausalitat, págs. 42 y ss.; cfr. tam-
bién Blei, Allg. Teil, pág. 287. 50 Cfr. Cramer, GA 1961, 101; Geilen, JZ 1965, 469 y ss.
47 La opinión contraria alude, sobre todo, a la situación de legítima defen- 51 Cfr. Gallas, JZ 1960, 687; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 42.
sa, y teme que ello suponga, para el agresor herido, una especie de "pérdida de 52 Cfr. v. Caemmerer, Gesammelte Schriften, t. I, págs. 562 y ss. Reúne
la paz" (Baumann, Allg. Teil, pág. 258), lo que carece de fundamento, ya que, el la Jurisprudencia jurídico-penal, Schünemann, Unterlassungsdelikte, págs. 303
agredido, sigue teniendo deber de prestar auxilio con arreglo al § 330c. y siguientes.
48 La sentencia, vivamente discutida, es rechazada por Eser, Strafrecht II, 53 Cfr. Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 43 y ss.; LK (Heimann-Tro-
número 27 A 11; Herzberg, MDR 1971, 74 y ss.; Welp, JZ 1971, 433 y ss. De sien) Einl. Anm. 186 y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 26 y ss.; Granderath, Vo-
acuerdo, con razón, Bringewat, MDR 1971, 716 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, rangegangenes gefáhrdendes Verhalten, págs. 161 y ss.; Schmidhauser, Allg.
§ 13 Anm. 37; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 41; con reservas, LK (Heimann-Tro- Teil, págs. 675 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.018 y ss.
sien) Einl. Anm. 192. 54 Cfr. Kugler, Ingerenz, págs. 147 y ss.; Otto, NJW 1974, 532; Schüne-
49 De acuerdo, sin embargo, Bockelmann, Untersuchungen, pág. 133. mann, Unterlassungsdelikte, págs. 284 y ss.
862 § 59. El tipo del delito de omisión V. Correspondencia de los elementos de acción 863

mite conducir el vehículo a quien no se encuentra en situación de hacerlo oficiales de navio se desprende del § 108 de la Seemannsges, la obligación
o carece de la pericia necesaria (BGH 18, 359 [361]; BGH VRS 14, 191 de impedir negocios de contrabando por parte de la tripulación (RG 71, 176
[195]; VRS 20, 282). El propietario de una casa debe evitar un incen- [177]). Asimismo existe un deber de garante en el maestro con respecto
dio por el peligro que implica para la colectividad (OHG 3, 1 [3 y ss.] con a las acciones punibles de sus alumnos en el ámbito escolar. El personal
una fundamentación distinta). La dirección de obras implica la existencia de la prisión es responsable de que los presos no cometan acciones punibles
de una gradación de deberes de control para los distintos intervinientes (RG 53, 292).
(BGH 19, 286 [288 y ss.]; OLG Karlsruhe NJW 1977, 1.930). El domador Por el contrario, el deber de garante de los funcionarios de la policía
es responsable, dentro de los límites del deber de cuidado, de que sus ani- ejecutiva en orden a impedir acciones punibles debe basarse en la idea de
males no produzcan daño alguno (OLG Bremen NJW 1957, 72; OLG Bre- la asunción (cfr. supra, § 59 IV 3c). Tampoco existe un deber jurídico para
men VRS 23, 41 [42]). Un campo de fútbol debe estar protegido respecto el trabajador superior de evitar un hurto por parte de un trabajador subor-
de la carretera general (BGH VRS 18, 48 [51]). Las pistas de ski deben dinado a él en perjuicio del empresario (OLG Karlsruhe GA 1971, 281). De
resultar seguras para el tráfico (BGH GA 1971, 333; NJW 1973, 1.379). la convivencia matrimonial no se deriva ninguna clase de deberes de im-
Por el contrario, el posadero no puede ser condenado como encubridor pedir hechos punibles (en distinto sentido, RG 64, 162 [166] ; 74, 283 [285] ;
por colaborar en la venta por el hecho de no impedir la oferta de bienes ro- BGH 6, 322 [323 y ss.]; BGH NJW 1953, 591; BGH LM § 47, núm. 5; du-
bados en el local (en distinto sentido, RG 58, 299; acertadamente, sin em- bitativa sin embargo, en la actualidad BGH 19, 295 [297]). M El Tribunal
bargo, OLG Schleswig NJW 1954, 285), pues las dependencias de su es- Federal suizo ha estimado un deber de intervenir por parte del propieta-
tablecimiento no constituyen ninguna fuente de peligro.66 De la misma rio de la empresa en contra de negocios prohibidos de empleados y direc-
forma, una violación que tiene lugar en una posada no puede determinar tivos (BGE 96 IV 155) (caso Bührle).
para el posadero que permite que se produzca el hecho más que la punibi-
lidad prevista en el § 330c (BGH GA 1971, 337). Lo mismo vale, con ma- 5. El deber de g a r a n t e también puede seguirse de más de u n a de
yor razón, para una lesión corporal (en distinto sentido BGH NJW 1966, las razones mencionadas (por ejemplo, el padre deja de salvar al niño
1.763). También existen reparos en contra de fundamentar una posición cuya vida él mismo h a puesto en peligro faltando a su deber). Tal
de garante en el hecho de admitir a otra persona en la propia vivienda (así, concurrencia de deberes de garante fortalece la exigibilidad de la
sin embargo, BGH 27, 10, con nota crítica de Naucke JR 1977, 290). Por acción de salvación (cfr. infra, § 59 V I I I ) . Si concurren deberes de
último, tampoco puede fundar un deber de auxilio superior al general la a c t u a r incompatibles frente a distintas personas, se produce un caso
"posición de monopolio" en un ámbito de dominio delimitado,66 por ejem- de colisión de deberes (cfr. supra, § 47 I ) .
plo, cuando el capitán de un barco descubre a un pasajero a bordo y no se
hace cargo de él, sufriendo el último daños en su salud.
V. La correspondencia de los elementos de la acción (Segundo
c) Desde el punto de vista de la proximidad del peligro puede sur- criterio de equivalencia)
gir también un deber de garante en relación a la actuación de ter- 1. L a imputación objetiva del resultado típico se basa, en los de-
ceras personas, y ello igualmente con independencia de un actuar litos de omisión impropia, en que en lugar de la causación del resul-
precedente o una asunción voluntaria.67 Lo decisivo es aquí la idea de tado por un hacer positivo tiene lugar la no evitación del mismo en
que la generalidad, a la vista de posiciones de autoridad o vigilancia, contra de un deber de g a r a n t e (cfr. supra, § 59 IV 1). J u n t o a los
confía en que el obligado domine los peligros que procedan de la per- puros delitos de causación como el homicidio (§ 212), las lesiones
sona sometida a control. (§ 223), los daños (•§ 303), el incendio imprudente (§ 309), existen, sin
embargo, delitos de comisión en los que no es típica la producción del
Ejemplos: Los encargados de la educación deben cuidar de que los me-
nores sometidos a su vigilancia no cometan hechos punibles (BGH FamRZ resultado por sí sola, sino también el que tenga lugar de una deter-
1958, 211). La posición de garante de funcionarios superiores (§ 357) y su- minada forma.
periores militares (§ 41 WStG) se halla regulada en la propia ley. Para
Ejemplos: En la estafa (§ 263) el perjuicio patrimonial debe haber
sido causado mediante "el daño", y en la extorsión (§ 253) por medio de* "vio-
55 Demasiado lejos llevan los ejemplos de Dahm, ZStW 59 (1940), pág. 173.
En distinto sentido del texto, también Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 47,
que en el caso del posadero se fija en el derecho a la intimidad del hogar. Como 58 H. Mayer, Materialien, t. I, pág. 275 habla, no sin razón, a la vista de la
el texto, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.019; LK (Heimann-Trosien) Einl. Jurisprudencia anterior, de '"corresponsabilidad familiar". En el mismo sentido,
Anm. 190; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 37; Herzberg, Allg. Teil, págs. 332 y ss. ahora, la doc. dom.; Maurach, Allg. Teil, pág. 605; Schonke/Schroder/Stree, § 13
56 Así, acertadamente, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.020. Anm. 53; Maurach, Allg. Teil, pág. 605; LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 173;
57 También así, Schonke/Schroder/Stree, § 13 Anm. 51 y ss.; SK (Ru- Lackner, § 13 Anm. 3c; Wessels, Allg. Teil, pág. 135; Geilen, FamRZ 1961, 157
dolphi), § 13 Anm. 32 y ss.; Schünemann, Unterlassungsdelikte, págs. 323 y ss.; y ss.; Barwinkel, Garantieverhaltnisse, págs. 154 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil,
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 993. página 668; Welzel, Lehrbuch, pág. 214.
864 § 59. El tipo del delito de omisión V I . El dolo en los delitos de omisión 865
lencia o amenaza de un mal sensible". L a estimulación de acciones sexua- mente) el error o cuando ha abusado de una relación de confianza es-
les en menores de edad (§ 180) requiere una colaboración "mediante me- pecialmente estrecha. 62
diación o por concesión o procuramiento de oportunidad". Una lesión cor- 2. Algunos delitos requieren, además, la concurrencia de especia-
poral peligrosa (§ 223a) concurre únicamente si la lesión de la salud se in- les elementos de autoría. Los mismos pueden concurrir sin más en el
flinge "por medio de un instrumento peligroso" o de o t r a forma especial-
mente peligrosa.
omitente si se trata de elementos que definen una situación jurídica
(por ejemplo, el funcionario, §§ 11 I núm, 2, 340, o médico, § 278).
Por el contrario, en los delitos que requieren una determinada forma
Lo específico de lo injusto de la acción consiste en estos preceptos de vida (por ej., rufianismo, § 181a) o que únicamente pueden reali-
penales no sólo en la causación del resultado típico, sino también en zarse de propia mano (cfr. supra, § 26 II 6), se halla excluida la po-
la forma de comisión del hecho. ¿Qué sucede, sin embargo, en tales sibilidad de autoría por omisión, puesto que en ellos únicamente pue-
casos, con lo injusto de la acción correspondiente a los delitos de de ser autor quien vive de la forma incriminada o bien comete el hecho
omisión, habida cuenta de que la pura inactividad no puede nor- personalmente.68
malmente realizar elementos de la acción? 69 El § 13 requiere actual-
mente, como segundo criterio de equivalencia, que la omisión corres-
ponda a la realización del tipo legal mediante un hacer. Ahora bien, VI. El dolo en los delitos de omisión
lo injusto específico de la acción que encierra el no impedir el resul- Tampoco las reglas relativas al dolo desarrolladas en relación a
tado en los delitos dotados de especiales elementos de la acción úni- los delitos de comisión (cfr. supra, § 29 III) pueden aplicarse inme-
camente puede corresponder al hacer positivo si el resultado se ha diatamente al dolo en los delitos de omisión. Por el contrario, requie-
realizado en la forma exigida por el tipo, es decir, mediante engaño, ren su adaptación al hecho de que falte un hacer positivo conducido
coacción, procuramiento de ocasión, empleo de un instrumento peli- por una voluntad de realización. En los delitos de omisión, por una
groso, o de un modo equivalente.60 No otro es el sentido de la cláusula parte, el tipo objetivo, y con él el objeto del dolo, se encuentra estruc-
de equivalencia del § 13 I. Por el contrario, la falta de injusto de la turado de forma distinta que en los delitos de comisión y, por otra
acción no puede compensarse mediante una "valoración global" del parte, también la estructura del dolo debe determinarse de modo par-
hecho, puesto que ello pondría en peligro la seguridad jurídica. 61 cialmente diferente.
Resulta dudoso dónde deben buscarse los elementos de la correspon- 1. Al tipo objetivo de los delitos de omisión pertenece la situa-
dencia, cuando, como sucede en la estafa, el autor no engaña, sino ción típica, la ausencia de la acción exigida y la capacidad personal
que se limita a dejar surgir o que subsista un error. En todo caso, de acción en la situación concreta (BGH NJW 1953, 1.838; OLG Kóln
habrá que fijarse tanto en el ámbito de lo injusto como en el de la NJW 1973, 861). En los delitos de omisión impropia se añaden, ade-
culpabilidad, así cuando el autor mismo ha provocado (involuntaria- más, el resultado típico y una probabilidad de su evitación rayana
en la seguridad. Durante largo tiempo se discutió la cuestión de si
asimismo pertenecía al tipo objetivo del delito de omisión el deber de
59 Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 682 excluye, en estos casos, la posibilidad garante (así, anteriormente, para los delitos de omisión impropia,
misma de omisión típica. BGH 2, 150 [155] ; 3, 82 [89] ; 4, 327 [331] ; 5, 187 [189] ; 14, 229
60 Cfr. sobre esto, Gallas, Niederschriften, t. XII, pág. 80; el mismo, ZStW
80 (1968), págs. 19 y ss.; Jescheck, Niederschriften, t. XII, págs. 96 y ss.; Blei, [232]; para los delitos de omisión propia, RG 52, 99 [102]; 75, 160
Allg. Teil, págs. 291 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 137; Herzberg, Die Un- [163]; BGH GA 1959, 87 [89]; BGH JZ 1958, 506 [508]). Entre
terlassung, págs. 66 y ss.; Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pág. 288; tanto, sin embargo, el BGH ha adoptado el punto de vista correcto
el mismo, J u S 1964, 177; Lackner, § 13 Anm. 4; LK (Heimann-Trosien) Einl.
Anm. 198; Kienapfel, ÓJZ 1976, 199 y ss.; Roxin, Einführung, págs. 6 y ss.; Ru- adhiriéndose a la teoría de la culpabilidad.64 Según esto, pertenecen
dolphi, Gleichstellungsproblematik, págs. 57 y ss.; Schbnkel Schr'óder I Stree, § 13
Anm. 4; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 18; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.033
y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 219; Eser, Strafrecht II, núm. 25 A 16; Wessels, 62 Cfr. LK (Heimann-Trosien) Einl. Anm. 198; Roxin, Einführung, pági-
Allg. Teil, pág. 121; AE Fundamentación del § 12 i.f. Dubitativo frente a la na 7; Wessels, Allg. Teil, pág. 136; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.035.
fórmula de la equiparación, Baumann, Allg. Teil, pág. 254; Schóne, Unterlassene 63 Cfr. Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pág. 288; Rudolphi, Gleich-
Erfolgsabwendungen, pág. 338. En cambio, debe rechazarse la opinión según la stellungsproblematik, pág. 63; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 10.
cual también en los delitos de resultado, desprovistos de especiales elementos 64 También así, la doc. dom.; cfr. Androulakis, Unterlassungsdelikte, pá-
de la acción, debería tener lugar, también, la comprobación de la equivalencia; ginas 253 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 297; Dreher, § 16 Anm. 12; Armin Kauf-
así, sin embargo, Androulakis, Unterlassungsdelikte, págs. 219 y ss.; Henkel, mann, Unterlassungsdelikte, págs. 129 y ss., 306 y ss.; Arthur Kaufmann, JZ
MSchrKrim 1961, 178 y ss.; Arthur Kaufmann/Hassemer, J u S 1964, 153; Pallin, 1963, 504 y ss.; Lackner, § 15 Anm. II l e ; Maurach, Allg. Teil, págs. 506, 519;
ZStW 84 (1972), pág. 200; OGH austr. JB1 1972, 276. Schaffstein, Gottinger Festschrift, págs. 198 y ss.; Schdnkef Schr'óder I Cramer,
61 Pero así, E 1962, Begründung, pág. 125. Cfr. también en esta dirección § 15 Anm. 91 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 219. Stratenwerth, Allg. Teil I, nú-
Blei, Allg. Teil, pág. 229; Dreher, § 13 Anm. 17; OLG Karlsruhe MDR 1975, 771. mero 1.038, requiere, con razón, también aquí, una "valoración paralela en la es-
866 § 59. El tipo del delito de omisión VI. El dolo en los delitos de omisión 867
al tipo de los delitos de omisión impropia, sólo los elementos de la víctima de la violación, y ambos saben con exactitud lo que sucede.
posición de garante, pero no el propio deber de acción que de ello se b) Sin embargo, no siempre puede demostrarse la existencia de
deriva; éste pertenece a la antijuricidad como el deber de omisión una verdadera resolución de dejar que las cosas sigan su curso a la
en los delitos de comisión (BGH 16, 155 [158]).€B En la misma línea vista de su evolución peligrosa.69 Ello falta, en especial, cuando la si-
se encuentra la distinción, efectuada para los delitos de omisión pro- tuación típica no alcanza ningún punto dramático, sino que va ma-
pia, entre el supuesto de hecho descrito en el tipo, al que se vincula el durando paulatinamente y el autor omitente no puede llegar a nin-
deber jurídico de actuar, y el deber de acción en sí mismo, que no guna decisión.
pertenece al tipo (BGH 19, 295 [298]). 66 Con ello queda claramente
delimitado el objeto del dolo, pero sigue siendo discutible cómo debe Ejemplos: La esposa descubre poco a poco que su marido tiene entre
determinarse su estructura. manos un plan de atracar a un banco. Cuando el marido una mañana sale
2. El contenido del dolo en los delitos de comisión es el conocer y de casa con un martillo, piensa para sí: "ahora va a hacer algo", pero no
dice nada (BGH 19, 295 [296]). La mujer advierte con el tiempo que su
querer los elementos objetivos que pertenecen al tipo legal (cfr. su- amante intenta quitar la vida a su marido, pero no hace nada por evitar el
pra, § 29 II 2). El querer reside en la conducción del hacer activo, lo asesinato (según RG 73, 52).
que por lo menos implica que el autor se conforma con la realización
del tipo legal, y el conocer significa que el autor al menos considera En tales casos, difícilmente puede concurrir una resolución de
seriamente como posible la realización del tipo legal (cfr. supra, § permanecer inactivo que pueda entenderse como una decisión de vo-
29 III 3a). La cuestión es si en la omisión existe una relación compa- luntad. Por el contrario, el dolo se agota en el conocimiento de la
rable del autor con el tipo objeto.67 situación típica y la conciencia de la propia capacidad de acción. Deja
a) Puede suceder que el omitente, a la vista de la situación típica de existir una participación de la voluntad en la omisión. De ahí que
y consciente de la propia capacidad de acción, adopte directamente en esta especie de dolo tampoco sea posible la "intención" (BGH su-
la resolución de permanecer inactivo.68 pra, § 29, III, 1) .70 Basta en estos supuestos que el omitente devenga
consciente, aunque sea oscuramente, 71 de lo que sucede y de lo que
Ejemplos: El médico de guardia decide que p o r la noche no debe ad- debería hacer, como por ejemplo cuando la mujer del atracador del
m i t i r en el hospital a un herido grave porque no queda ninguna cama libre banco supone lo que va a ocurrir y se dice que por lo menos debería
(OLG Koln N J W 1957, 1.609 [1.610]). El taxista, que h a llevado en un m i s -
intentar que su marido desistiese del plan criminal (§ 139 III). No
mo viaje a varios jóvenes y a una muchacha, resuelve no impedir un de-
lito de violación que tiene lugar en su coche p a r a " n o tener nada que ver
obstante, resultan posibles los delitos de intención como la estafa
con el a s u n t o " (BGH 16, 155 [ 1 5 9 ] ) . (§ 263), lo que sucede cuando el autor decide no esclarecer un deter-
minado error para obtener un beneficio que le supone la disposición
En estos casos, el conocimiento y la voluntad pueden constatarse patrimonial del que se encuentra en dicho error. 72 La dificultad radica,
y distinguirse como en el delito de comisión. El médico quiere aban- cuando falta una resolución, sobre todo en la delimitación del dolo
donar a su paciente a su suerte y el taxista quiere lo mismo para la eventual respecto de la culpa consciente, puesto que no tiene lugar
en absoluto un propio impulso de la voluntad en que pueda incluirse
la posibilidad de la realización del tipo (cfr. supra, § 29 III 3a). Lo
f era del profano" (que en BGH 16, 155 reside en la conciencia de la asunción del
deber de una segura protección). Por el contrario, Kohlrausch/Lange, § 1 Vor- decisivo es, en esta situación, la representación por parte del omi-
hem. II 3 atribuye, también, el deber de garante, al tipo, en tanto que Baumann, tente de la situación típica, de la posición de garante y de la posibi-
Allg. Teil, pág. 250 imputa el deber de garante a la antijuricidad con inclusión lidad de actuar, así como la actitud personal frente al desarrollo del
de los elementos que lo fundamentan ("teoría de la unidad").
65 Pero en distinto sentido, E. A. Wolff, Kausalitat, págs. 49 y ss. y Stra- hecho: si el autor considera seriamente como posible y se conforma
tenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.107, que, también, requiere una valoración parale-
la en la esfera del profano, con relación al deber de garante. i
66 Así la doc. dom.; cfr. Geilen, J u S 1965, 427; Welzel, N J W 1953, 329. 69 Cfr. Grünwald, H. Mayer-Festschrift, pág. 285 y ss.; manifiesta reser-
67 Equivalencia del dolo de comisión y de omisión estima Lampe, ZStW 72 vas, sin embargo, Nowakowski, JB1 1972, 32.
<1960), pág. 99; el mismo, ZStW 79 (1967), págs. 508 y ss. 70 Así Grünwald, H. Mayer-Festschrift, pág. 289; Schonke/Schroder/Cra-
68 Constituye opinión dominante que existe, realmente, esta posibilidad a mer, § 15 Anm. 94; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.050.
la que remiten las teorías de la interferencia, en orden a la causalidad de la 71 Cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 138; Grünwald, H. Mayer-Festschrift,
omisión; cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 138; Engiseh, J Z 1962, 190; Hardwig, páginas 294 y ss.; Platzgummer, Bewu(3tseinsform, págs. 63 y ss., 82 y ss.;
ZStW 74 (1962), pág. 34; Lampe, ZStW 72 (1960), págs. 98 y ss.; Maurach, Allg. Schaffstein, Gottinger Festschrift, pág. 201 Anm. 67; Maurach, Allg. Teil, pági-
Teil, págs. 587, 611; H. Mayer, Grundrip, pág. 8 1 ; Roxin, ZStW 74 (1962), pá- na 595; Wessels, Allg. Teil, pág. 136.
gina 530; Schultz, SchwZStr 77 (1961), pág. 209; E. A. Wolff, Kausalitat, pági- 72 Éstos son los casos que tiene, ante sí, Baumann, Allg. Teil, pág. 399,
nas 47 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.041. nota 5 y SK (Budolphi), § 13 Vorbem. 27.
868 § 59. El tipo del delito de omisión VII. La imprudencia en los delitos de omisión 869
con la realización del tipo, como la esposa del atracador del banco, 2. La estructura de la imprudencia es en los delitos de omisión,
debe estimarse dolo eventual, mientras que si confía en que el otro en principio, la misma que en los delitos de comisión (cfr. supra, §
desistirá del hecho en el último momento, como posiblemente es el 54 I 3 y 4), pero existen distintas posibilidades de imprudencia. 7 7
caso de la mujer del asesinado, concurre únicamente culpa consciente.
Ejemplos: La falta de cuidado puede referirse tanto al conocimiento
3. A la opinión dominante se opone la teoría según la cual en los de- de la situación típica (el encargado de negocios de la GmbH no advierte la
litos de omisión no existe dolo alguno, sino que en ellos lo injusto de la producción de la incapacidad de pago, § 84 GmbHG), como a la compro-
acción debe determinarse de forma distinta: a saber, mediante la falta de bación de la propia capacidad de acción (el conductor del vehículo averiado
resolución de realizar la acción exigida conociendo la situación típica.7* no piensa en que lleva consigo una señalización de averías, § 315c, núm. 2g,
En contra, sin embargo, debe objetarse que algo puramente negativo no III). También es posible la ejecución defectuosa de la propia acción de
puede sustituir al dolo. Si el omitente no se ha representado la acción exi- salvación (el que comparte el conocimiento del plan del delito no piensa en
gida, por lo menos "en el límite de la conciencia", a lo sumo puede haber la comunicación telefónica de la denuncia, § 138 I I I ; el bañista arroja un
actuado de forma imprudente. 74 flotador al niño que se ahoga en lugar de lanzarse él mismo al agua; el
amigo atiende por sí mismo al intoxicado por somníferos sin avisar a nin-
gún médico (AG Duisburg MDR 1971 [1.027], § 222) ™ Por último, en los
VIL La imprudencia en los delitos de omisión delitos de omisión impropia la imprudencia puede referirse a la inminente
producción del resultado típico (la madre que deja sin cuidados a un recién
1. La "comisión" imprudente también es posible en los delitos de nacido de 24 horas no piensa que ello puede producirle daños en su salud,
omisión. E n los delitos de omisión propia la imprudencia sólo se halla § 230). Ello es importante, sobre todo, en relación a los delitos cualificados
penada en el StGB en un único caso: 7 6 la omisión de denuncia de por el resultado (cfr. supra, § 54 III 2).
posibles delitos requiere, según el § 138 III, dolo respecto de la situa-
ción típica, pero considera bastante la imprudencia (en su forma 3. P a r a los delitos de omisión impropia debe añadirse la especia-
agravada de temeraria) en relación a la omisión de la denuncia. P e r o lidad de que en los hechos imprudentes, en parte, coincide el deber
existen también delitos de omisión propia en los cuales basta p a r a la de g a r a n t e y el deber objetivo de cuidado (cfr. supra, § 55 I ) , aun-
punibilidad imprudencia respecto de la situación típica, por ejemplo, que deben diferenciarse conceptualmente p a r a que pueda medirse
§ 401 I núm. 2 AktG., § 84 GmbHG sobre la omisión de la presen- correctamente el alcance que les corresponde. 7 9
tación de solicitud de quiebra o convenio (RG J W 1905, 551) , 76 Son
Ejemplos: El constructor tiene, para asegurar el tráfico (apertura de
delitos de omisión impropia legalmente regulados p a r a los que basta una fuente de peligro al abrir una zanja de obras), el deber de adoptar las
la imprudencia la puesta en peligro del tráfico rodado por la ausen- usuales precauciones de cierre, pero aquí termina también su deber de
cia de señalización de vehículos detenidos o estacionados (§ 315c I cuidado. Por otra parte, el garante tampoco puede hacer menos de lo que
número 2g en relación con el § 3) y la falta de control jerárquico le impone su deber de cuidado. Quien, por ejemplo, abre un ferrocarril de
(§ 4 1 I I I W S t G ) . E n ellos se requería anteriormente t e n e r conoci- montaña para esquiadores, en caso de una helada extrema debe cerrar a
miento de la situación típica (así en los §§ 121 II, 347 I I ant. red.), tiempo las zonas de partida (BGH NJW 1973, 379).
m a s según el Derecho vigente es suficiente imprudencia (así en el §
Finalmente, la imprudencia también puede referirse aquí a la
315c I I I núm. 2 y en el § 4 1 I I I W S t G ) . Los delitos de omisión impro-
posición de garante. 8 0
pia no regulados en la ley pueden cometerse por imprudencia siempre
que el correspondiente tipo de comisión considere suficiente la culpa Ejemplo: La maestra que ve desde el aula cómo juegan peligrosamente
(por ej., §§ 222, 230, 309, 345 I I ) . a trepar unos niños, uno de los cuales sufriría un accidente mortal, actúa
imprudentemente si no comprueba si se trata de niños de su propia escuela
a los que debería prohibir el juego.
73 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 66 y ss., 110 y ss.,
309 y ss.; el mismo, v. Weber-Festschrift, págs. 218 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pá-
gina 201. 77 Cfr. Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 172 y ss.; Schmid-
74 Cfr. el ejemplo de Grünwald, H. Mayer-Festschrift, pág. 293. Pero cfr. háuser, Allg. Teil, pág. 695; Welzel, Lehrbuch, págs. 207, 222 y ss.; Struensee,
también las reservas de Geilen, JuS 1965, 428, en contra de premiar al omitente JZ 1977, 217 y ss.
del todo indiferente. Como el texto, también, Stratenwerth, Allg. Teil I, núme- 78 Quien, conscientemente, hace menos en orden a la salvación de lo que
ro 1.044; Schonke/Schróder/Cramer, § 15 Anm. 90; SK (Rudolphi), § 13 Vor- resulta necesario, actúa dolosamente; cfr. el caso indicado por Stratenwerth,
bem. 22 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, pág. 694. Allg. Teil I, núm. 1.048, BGE suizo 73 IV 174 (homicidio doloso si la madre se
75 Estos casos son, por el contrario, más frecuentes en el Derecho Penal limita a suministrar a su hijo inconsciente, a causa de sus malos tratos, reme-
especial (cfr. por ej., § 45 II, núm. 1, IV AtomG) y muy frecuentes en el Dere- dios caseros inidóneos, por temor al médico).
cho Penal administrativo (cfr. por ej., § 13 I, núms. 2, 3 BetMG). 79 Cfr. Gallas, Verantwortlichkeit der am Bau Beteiligten, págs. 82 y ss.
76 Cfr. Klug, § 84 GmbHG. Anm. 12. 80 En contra, Welzel, Lehrbuch, pág. 223.
870 § 59. El tipo del delito de omisión VIII. La imputabilidad en los delitos de omisión 871
liados para los §§ 138 y 330c no pueden, sin embargo, extenderse a to-
VIII. La imputabilidad en los delitos de omisión dos los delitos de omisión, ni siquiera a todos los propios.
1. En el delito de comisión puede concurrir un deber de actuar Ejemplos: El delincuente perseguido no puede, ante el requerimiento
con un deber de omitir de forma que el autor no tenga otra posibilidad del morador de que se aleje (§ 123 I segunda alternativa), aludir al peligro
de elección más que la de lesionar uno u otro deber. En este caso, el de ser detenido. El camionero que no señaliza su vehículo averiado (§ 315c I,
autor se encuentra cubierto por una colisión de deberes justificante número 2g) no puede objetar que el tráfico de la autopista le resultaba de-
si cumple el deber de actuar de mayor rango (cfr. supra, § 33 V l a ) . masiado peligroso; en caso de necesidad debe salir fuera del carril de la
Una posibilidad paralela existe también en el delito de omisión: el calzada.
autor no puede cumplir el deber de actuar sin infringir al mismo 3. En los delitos de omisión impropia la Jurisprudencia ha em-
tiempo un deber de omitir de rango superior. Ello no constituye nin- pleado en algunas sentencias la idea de la inexigibilidad como prin-
gún problema de exigibilidad. cipio general de limitación del deber del garante (RG 58, 97 [98];
226 [227] ; 69, 321 [324] ; 77, 125 [127] ; BGH 6, 46 [57 y ss.] ; 7,
Ejemplos: El sacerdote al que el autor se había confiado en su condi-
ción de confesor, omite, en virtud del secreto de confesión, la denuncia de 268 [271]; BGH NJW 1964, 731 [732]), pero ello resulta desacer-
futuros asesinatos de un delincuente sexual (§ 139 II). El abogado omite tado, pues el garante tiene el deber de evitar el resultado del mismo
como testigo un extremo al que se refiere su deber de secreto según el § 203 modo que el autor de un delito de comisión posee el deber de no oca-
I 3 (RG 70, 390 [393]). sionar el resultado mediante un hacer positivo. La equivalencia radica
Tampoco se trata de un problema de exigibilidad en caso de concurren- en la posición de garante del omitente y, caso de concurrir especiales
cia de deberes equivalentes de actuar y omitir (cfr. en particular supra, elementos de la acción, en la necesaria correspondencia prevista por
§ 33 V Ib, c). el § 13 I segundo inciso. La atenuación del contenido de culpabilidad
del hecho que generalmente tiene lugar en el delito de omisión se tie-
2. Sin embargo, la inexigibilidad de un comportamiento adecua- ne en cuenta ya por medio de la atenuación facultativa de la pena
do a la norma en algunos delitos de omisión propia hace desaparecer (cfr. supra, § 58 V 1). Por ello, la inexigibilidad al garante únicamen-
el propio deber de actuar y, con ello, el tipo (cfr. supra, § 47 II 3c). te puede contemplarse en el marco del estado de necesidad exculpante
Así, la omisión de socorro (§ 330c) está sometida a la restricción de (§ 35) .•*
que nadie debe aceptar ponerse en serio peligro o sufrir otro menos-
cabo considerable para dar cumplimiento a su deber de auxilio.81 Así Las demás sentencias alegadas por la doctrina no resultan apropiadas
se halla liberado del deber de denuncia quien resulta sospechoso de para apoyar la teoría de la inexigibilidad como limitación del deber de ga-
haber intervenido en el delito o en su planificación (BGH FamRZ rante. En RG 72, 19; 72, 20 (23) y 73, 52 (57) se afirma la exigibilidad pese
1964, 416 [418]). 82 La limitación del deber de actuar por obra de la al peligro de un proceso penal. RG JW 1939, 400 niega ya la omisión, y ade-
inexigibilidad depende aquí, pues, del tipo.88 Los principios desarro- más existía peligro para la vida de un pariente próximo, porque lo que ya
hubiera resultado aplicable el § 54 anterior redacción. En BGH 3, 203 (206)
la acción previa era ajustada al deber, en BGH 7, 268 (271) faltaba el propio
81 Cfr., sin embargo, la estricta interpretación de la inexigibilidad en los deber jurídico en cuanto tal, en BGH GA 1963, 16 la acción de salvación
casos en los cuales el omitente ha contribuido a causar el accidente. (BGH GA resultaba imposible. Incluso las consideraciones efectuadas en los casos de
1956, 120 [121]; BGH 11, 353 [354 y ss.]) (no se admite como causa de inexigi- alcahuetería (RG 77, 125 [127]; BGH 6, 46 [58]) se refieren más a una
bilidad el peligro de persecución penal). De acuerdo SK (Rudolphi), § 13 Vor-
bem. 33; Ulsenheimer, GA 1972, 22 y ss. colisión de deberes justificante que a inexigibilidad, y además han perdido
82 Críticamente al respecto, Geilen, FamRZ 1964, 386 y ss. su significación al suprimirse el § 180 ant. red.
83 Como aquí, Gallas, Niederschriften, t. XII, pág. 8 1 ; Maurach, Allg. Teil,
páginas 612 y ss.; LK (Mezger), 8.' ed., § 51 Vorbem. 12c. La doc. dom., por el 4. La inexigibilidad del interviniente en un curso causal peligro-
contrario, entiende la inexigibilidad, tanto en los delitos de omisión propia como
impropia, en parte como una restricción general del deber jurídico: así, Henkel, so para el objeto de la acción tutelada sólo puede entrar en conside-
Mezger-Festschrift, págs. 280 y ss.; Grünhut, ZStW 51 (1931), pág. 467; Kohl- ración como causa de exclusión supralegal de la culpabilidad cuando
rausch/Lange, Vorbem. II 3e a.E.; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 119; Rower, N J W el autor omite por razones de conciencia la acción a la que en sí hu-
1958, 1.529; Schdnke/Schroder/Stree, § 13 Vorbem. 155; Lackner, § 13 Anm. 2c;
Dreher, § 13 Anm. 16; OLG Karlsruhe MDR 1975, 771, en parte como causa de biera estado obligado jurídicamente. Esto vale, en todo caso, cuando
exculpación supralegal: así Baumann, Allg. Teil, pág. 243; Peters, J Z 1966, pueda apoyarse en el Derecho fundamental a la libertad de credo pre-
458; Welzel, Lehrbuch, págs. 220 y ss.; el mismo, JZ 1958, 495; Stratenwerth,
Allg. Teil I, núms. 1.054 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 698; Dallinger,
J R 1968, 8; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 31 y ss. Cfr. también LK (Heimann- 84 También así, Maurach, Allg. Teil, pág. 614. En distinto sentido, sin
Trosien) Einl. Anm. 200. embargo, la doc. dom.; cfr. los autores citados en la nota 83.
872 § 59. El tipo del delito de omisión Adiciones de Derecho español al § 59 873
2
vista en el artículo 4 I GG (BVerf GE 32, 93). P o r el contrario, Peters delito de comisión por omisión, algunos autores exigen la posición de ga-
no considera merecedora de pena de forma general la omisión basada rante. Para clasificar los casos en que concurre preferentemente se atiende
en una decisión en conciencia, pues quien adopta una tal decisión se en general, todavía, al origen formal de la misma (ley, aceptación del deber
encontraría, "según el artículo 4 GG, libre de la coacción estatal a por contrato, etc., y actuar precedente),3 aunque en algún caso se recoge ya
el punto de vista material de la situación de dependencia que genera la posi-
tener que actuar". 8 6
ción de garante.* En particular se discute si puede originar una posición de
garante el deber genérico de auxilio derivado de la convivencia.6
* * * Yendo al contenido de las distintas fuentes de posición de garante, im-
porta destacar dos posiciones divergentes de la opinión corriente. Por una
El inferior grado de desarrollo de los conceptos en la dogmática española parte, en contra de la tendencia general en España de restringir los supues-
de la omisión, comparada con la alemana, se refleja en la ausencia de una tos de posición de garante, Jiménez de Asúa considera fuente de ésta la
estructuración del tipo omisivo tan diferenciada como la que expone el texto aceptación del riesgo aunque con ella no se impidan otras posibles instancias
En principio no existen obstáculos para trasladar a nuestro Derecho dicho salvadoras ni se aumente el peligro: así, según dicho autor, el dar comienzo
planteamiento, salvo las características diferenciales que determina la inexis- a la respiración artificial en un sujeto medio ahogado obligaría a continuar
tencia en el CP de una cláusula general como la del § 1S StGB. A continua- las tentativas de salvamento, aunque la intervención del auxiliador no haya
ción me limitaré, pues, a referirme a los aspectos que han sido objeto de aumentado el peligro en que se halla ya la víctima.* Esta solución resulta
atención por los autores españoles y a las necesarias diferencias existentes inadmisible: por el mero hecho de haber auxiliado durante un tiempo no
entre el Derecho alemán y el español. debe resultar perjudicado el auxiliador en comparación con el que ni siquie-
ra quiso ayudar en ningún momento. De otro modo se estaría estimulando
injustamente la negación de socorro, lo que sin duda sería político-criminal-
I. El problema de la causalidad en los delitos de comisión por omisión mente contraproducente. Por otra parte, un sector doctrinal niega, en contra
En nuestro país no existe el acuerdo que en general concurre en Alema- de opinión dominante, que él actuar precedente origine una posición de ga-
nia acerca de la imposibilidad de una propia relación de causalidad entre rante cuando supone la lesión previa de la víctima por accidente (imprudente
una omisión y un resultado positivo, sino que los autores se agrupan por o no) ocasionado por él omitenteJ Luzón Peña, en este sentido, cree que sólo
igual en torno a las dos posibles respuestas a esta cuestión.1 Personalmente cabe admitir posición de garante cuando la omisión en sí misma implica la
me inclino por la posición negadora de la causalidad que adopta el texto, pero creación del riesgo, lo cual no sucedería en el supuesto de que la víctima lo
entendiendo que, cuando alguien puede salvar un bien jurídico de cuya inte- haya sido por imprudencia o caso fortuito del omitente, porque aquí no sería
gridad es responsable (posición de garante) y no lo hace pese a su específico la omisión subsiguiente lo que crea el peligro, sino el accidente anterior. En
deber jurídico de garante, puede considerarse que realiza el verbo típico de tal caso sólo existiría concurso de delitos de omisión de socorro cualificada
un delito de resultado, no naturalísticamente, pero sí en su significado social.
Ésta sería una de las consecuencias más importantes de la concepción de la 2 Cfr. Quintano Ripollés, Curso I pp. 213 s.; Córdoba Roda, Comentarios I
conducta típica como un fenómeno social y no naturalístico. Y sólo en la me- páginas 7 ss.; Antón Oneca, PG pp. 172 s.; Cuello Calón, PG pp. 337 s. El TS se
dida en que socialmente pueda decirse que mediante la omisión él sujeto "ha limita a expresar la necesidad de un deber jurídico: cfr. Gimbernat Ordeig, Intro-
matado", "ha lesionado", etc., podrá entenderse realizado él tipo de la comi- ducción, p. 140.
sión por omisión, en un Derecho como él nuestro que no regula expresamente 8 Así Jiménez de Asúa, Tratado III (1965) pp. 420 ss.; Rodríguez Devesa,
dicha figura (cfr. supra Adiciones al § 58 IV). PG p. 371 s. Recoge también esta clasificación Rodríguez Mourullo, PG p. 311 s.,
pero ver nota siguiente.
4
Cfr. Rodríguez Mourullo, PG p. 312, acoge un esquema coincidente con el
11. Deber jurídico de actuar y posición de garante del texto.
Aunque ni un sector doctrinal importante ni él TS precisan la necesidad 6 En sentido afirmativo cuando la omisión es dolosa, pese a considerar tal
deber de naturaleza "moral", Jiménez de Asúa, Tratado III (1965) pp. 427 ss.
de infracción de un específico deber de garante por parte del autor de un Admite también que la comisión por omisión surja de un deber puramente moral
Ferrer Sama, Comentarios I p. 12. La doc. dom. requiere, en cambio, un deber
85 Cfr. Peters. H. Mayer-Festschrift, págs. 276 y ss.; él mismo, JZ 1972, 85 jurídico: cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 110 s. Pero adviértase que, al
y siguientes. menos tras la introducción de los arts. 489 bis y 338 bis CP en 1951, el deber de
i En pro de la existencia de causalidad: Cuello Calón, I p. 343; Quintano socorro no es moral sino jurídico. En cualquier caso, no consideran suficiente el
Ripollé8, Curso I p. 213; Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 54 ss.; mismo autor, deber genérico de auxilio quienes requieren la posición de garante: vid. nota 3.
PG pp. 306 s. (no en sentido "mecánico-material", pero sí en el "lógico-científico"); « Cfr. Jiménez de Asúa, Tratado III (1965) p. 424.
Córdoba Roda, Comentarios I p. 9. En contra de la posibilidad de propia causali- 7 Así Gimbernat Ordeig, ADPCP 1970, p. 726 (adhiriéndose a Bacigalupo,
dad: Rodríguez Devesa, PG p. 371; Antón Oneca, PG p. 172; Jiménez de Asúa, Delitos impropios de omisión, Buenos Aires, 1970, obra que el autor español recen-
Tratado III (1965) p. 679; Sánchez Tejerina, Teoría de los delitos de omisión, siona en loe. cit.); Luzón Peña, RDC 1973, p. 273; Rodríguez Mourullo, ADPCP
Madrid, 1918, p. 28. 1973, pp. 513 s. Cfr. las SSTS 16 oct. 70, 17 dic. 71, 20 abr. y 30 jun. 72.

12. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n


874 § 59. El tipo del delito de omisión Adiciones de Derecho español al § 59 875
(art. 489 bis III CP) y el delito de resultado imprudente (homicidio, lesio- tanda; quien asume voluntariamente un riesgo, se convierte en garante en
nes, etc.) en su caso producido.8 la medida en que con ello cree (o aumente) un peligro para otro; más evi-
Me parece plausible el intento de esta dirección doctrinal de restringir el dente es todavía la creación de un riesgo atribuible en los supuestos de deber
ámbito de la posición de garante en un Derecho como el español en que, por de control de una fuente de peligro. Mas para que en todos estos casos surja
no hallarse regulada la comisión por omisión, ni siquiera basta que la no la posición de garante es preciso que además la puesta en peligro determine
evitación del resultado sea análoga a su producción positiva, sino que es una situación de dependencia absoluta del bien jurídico respecto del autor
preciso que aquélla realice literalmente el verbo típico de resultado, siquiera de aquélla (así, pese a los deberes maternos, la madre no será garante de su
sea en un sentido social no limitado a la causación naturalística. No hay hijo recién nacido cuando lo haya confiado a otra persona).
duda de que la producción imprudente de un peligro genera un deber de
actuar cualificado en comparación con el puro hallarse a alguien en peligro. III. ¿Comisión por omisión en delitos de medios determinados?
El CP español ya agrava la omisión de socorro en aquel caso (art. 489 bis
III CP; art. 195 Proyecto 1980). Pero otra cosa es que la concurrencia de Para estimar realizado un tipo legal comisivo por omisión, en España no
imprudencia en la causación del peligro convierta socialmente en "homicidio" basta como en Alemania que el omitir "corresponda" (equivalga) a la reali-
— como el dar muerte por vía activa a la víctima de la imprudencia — el zación del tipo mediante un hacer (§18 StGB), sino que, excluida la posibi-
hecho de no evitar que dicha víctima muera. Cabe pensar que derivar sin lidad de analogía contra reo, es preciso que pueda entenderse literalmente
más de la imprudencia inicial la calificación de homicidio posterior es un realizado el tipo, siquiera sea interpretado según su significado no natura-
procedimiento próximo al versari in re illicita. Ahora bien tampoco parece lístico. Con arreglo a un sector doctrinal, ya referido, en el CP sólo pueden
que quepa fijar la atención sólo en la omisión subsiguiente exigiendo — como realizarse por omisión los tipos de pura causación ("matar", "causar da-
hace Luzón Peña — que la misma cree el peligro que da lugar al resultado: ños", etc.). (Cfr. supra Adiciones al § 58 IV.) Mas como ni siquiera esta
naturalísticamente ninguna omisión puede crear nada positivo ni, por tanto, clase de tipos pueden realizarse en sentido naturalístico, sino sólo a través
tampoco puede originar peligro alguno, y en sentido social, en cambio, de de su interpretación con arreglo al lenguaje social, tampoco cabe descartar
toda omisión sin la cuál el resultado se hubiera evitado podría decirse que por principio la posibilidad de comisión por omisión de tipos de medios
ha creado o aumentado el peligro (esto es, las posibilidades de que se produz- determinados, que acaso también puedan, si no en un sentido físico-real sí
ca el resultado) al no impedir la lesión, lo que impediría distinguir entre conforme al uso social de la lengua, ser realizados por un no hacer en deter-
omisión pura y comisión por omisión. minadas condiciones. Es posible, p. ej., que socialmente puedan verse de-
Probablemente convenga no atender ni al solo dato del acto precedente, terminadas omisiones como "engaños" suficientes para dar lugar a delitos de
ni a la sola omisión que le sigue, sino a ambas cosas a la vez. Para que estafa (ver, p. ej., las SSTS 2 abr. 69, 25 sept. 70 y 22 en 75, y 6 dic. 74)*
exista posición de garante sería preciso: a) la creación (o aumento) de un o que el no retirar determinado obstáculo que impide hacer lo que la ley no
peligro atribuible a su autor; b) que tal peligro determine una situación prohibe constituya "violencia", en su sentido espiritualizado, a los efectos
de absoluta dependencia del bien jurídico respecto de su causante. Lo pri- del delito de coacciones.10 En definitiva se trata, pues, de una cuestión de
mero falta, p. ej., cuando la creación del peligro es atribuible a la propia interpretación de cada tipo.
víctima (así, cuando ésta resulta lesionada por quien actúa en legítima de-
fensa o por un accidente provocado por él y sin imprudencia del lesionante). IV. El dolo en los delitos de omisión
Lo segundo excluiría la posición de garante, con independencia de la natu-
raleza de la causación del peligro, cuando el sujeto en peligro no quedase El problema que plantea el dolo en los delitos de omisión no ha sido tra-
desamparado y pudiese ser socorrido por terceras personas. (P. ej., no con- tado más que por algún autor. La posición que en todo caso se mantiene es
curriría posición de garante por el solo hecho de atropellar imprudentemente la de requerir la misma voluntariedad para la omisión que para la acción, lo
a un peatón en una vía urbana muy concurrida y cerca de agentes de tráfico; que en algún caso se funda en la definición del art. 1 CP: "Son delitos o faltas
en cambio, podría estimarse posición de garante en quien causa con la mis- las acciones y omisiones voluntarias..."11 No se plantea, en cambio, el pro-
ma imprudencia un resultado análogo en una carretera solitaria y alejada.) blema examinado por el texto de las omisiones en que falta una verdadera
Entendiendo en sentido amplio la exigencia de "creación o aumento de resolución volitiva. Personalmente pienso que, si ni siquiera es necesaria
un peligro atribuible a su autor", tal vez cabría erigir el planteamiento bipo- una resolución activa en los delitos de acción (piénsese en el dolo directo
lar propuesto en fundamento general de toda posición de garante: la madre i

origina, al dar a luz, el peligro de que su hijo recién nacido muera de ham- » En esta última se consideró estafa el no declarar el accidente, para cu-
bre y ello le es atribuible por sus deberes maternos; los compañeros de esca- brirlo, al suscribir el seguro: cfr. García Valdés, en Quintano Ripollés, Trata-
lada, sin cuya compañía el accidentado no se hubiera atrevido a participar do II (1977), p. 600 nota.
en ella, han sido condición de que el sujeto se expusiese a los peligros de la io Me refiero en este sentido a la "resistencia pasiva" por parte de una
escalada, carácter que les es atribuible por su conocimiento de dicha circuns- muchedumbre que obstaculiza con su sola presencia en El delito de coacciones en
el Código penal, en RJCat. 1977, p. 791. De acuerdo TS SS. 27 oct. 34 y 9 jul. 45.
ii Así Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 37 a 41; Córdoba Roda, Comenta-
8 Cfr. Luzón Peña, RDC 1973, p. 273. rios I pp. 6 s.; Antón Oneca, PG p. 174.
876 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato
I. Conciencia de lo injusto y error de mandato 877
de 2* grado o eventual, en que basta que el sujeto acepte pasivamente la se- für E. Mezger, 1954, pág. 165; Frank, Vollendung und Versuch, VDA, t. V, pá-
gura o eventual producción del resultado), tampoco será precisa para la gina 165; Fuhrmann, Der Irrtum über die Garantenpflicht, etc., GA 1962, 161;
"voluntariedad" de la omisión que requiere el art. 1 CP, sin necesidad de que S. Glaser, Der Versuch des Unterlassungsdelikts, MSchrKrim 1935, 254; Grün-
— como estima el texto — dicha falta de resolución positiva verse como falta wald, Der Versuch des unechten Unterlassungsdelikts, JZ 1959, 46; Herzberg,
del elemento volitivo del dolo — el aceptar el curso de los acontecimientos sin Der Versuch beim unechten Unterlassungsdelikt, MDR 1973, 89; Lonnies, Rück-
querer intervenir no es sólo "conocer", sino también "querer" la omisión. tritt und tatige Reue beim unechten Unterlassungsdelikt, NJW 1962, 1.950;
Maihofer, Der Versuch der Unterlassung, GA 1958, 289; D. Meyer, Anstiftung
zum Unterlassen, MDR 1975, 286; Oehler, Konkurrenz von unechtem und ech-
V. La imprudencia en los delitos de omisión tem Unterlassungsdelikt, JuS 1961, 154; Roxin, Der Anfang des beendeten Ver-
En el CP español son especialmente raros los tipos legales de omisión suchs, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 213; Rudolphi, Die Strafbarkeit
expresamente previstos como imprudentes. Un ejemplo lo ofrece el art. 395 des versuchten unechten Unterlassungsdelikts, MDR 1967, 1; Schmidhauser,
Gesinnungsethik und Gesinnungsstrafrecht, Festschrift für W. Gallas, 1973,
CP (art. 488 Proyecto 1980, cuyo art. 495 ofrece otro ejemplo). Pero, en página 81; Stree, Teilnahme am Unterlassungsdelikt, GA 1963, 1; Vogler, Zur
cambio, la técnica de las cláusulas generales en la incriminación de la impru- Bedeutung des § 28 StGB etc., Festschrift für R. Lange, 1976, 265; Zacharia,
dencia ha permitido al TS castigar toda clase de delitos por omisión impru- Die Lehre vom Versuche der Verbrechen, Teil I, 1836.
dente. Ya se dijo supra, Adiciones al % 58 IV, que la casi nula importancia Cfr. también la bibliografía de los §§ 58 y 59.
práctica de la comisión por omisión dolosa contrasta con la constante esti-
mación de la comisión por omisión imprudente.
I. Conciencia de lo injusto y error de mandato
VI. La exigibüidad en la omisión 1. El objeto de la conciencia de lo injusto en los delitos de comi-
sión es la prohibición jurídica de una determinada acción: el autor
En la doctrina española se ha contemplado la cuestión, examinada por el debe saber que el Derecho no le permite realizar la acción correspon-
texto, de la naturaleza que corresponde al limite fijado en ciertos delitos de
omisión propia de que no exista riesgo para el autor ni para tercero (ar-
diente (cfr. supra, § 41 I 3a). En los delitos de omisión, por el con-
tículos 388 bis y 489 bis CP; arts. 193 y 494 Proyecto 1980). Para un sector trario, la conciencia de lo injusto se refiere al mandato jurídico de eje-
la concurrencia del riesgo excluye la "exigibüidad" específica de la culpabili- cutar una acción determinada: el autor debe saber que el derecho no
dad-12 Otra opinión acoge, en cambio, la tesis de Maurach según la cual se le permite omitir la acción correspondiente. Si, así, el punto de re-
trata aquí de una causa de justificación.19 El fundamento material del límite ferencia de la conciencia de lo injusto es distinto en ambos tipos fun-
examinado es el propio del estado de necesidad: una situación de conflicto, damentales de acción punible, su estructura es, sin embargo, la mis-
entre el deber de solidaridad y un peligro para el posible salvador, frente a ma. Todas las consideraciones efectuadas para los delitos de comisión,
la cual el Derecho decide expresamente qué valor estima preponderante. La resultan, pues, aplicables aquí (cfr. supra, § 41 I y II).
objetiva descripción de la exigencia de ausencia de riesgo, que ni siquiera 2. El error de prohibición consiste en los delitos de comisión en
precisa ser grave ni siempre personal o de un allegado, según la redacción el error sobre el deber de omitir: el autor no conoce la norma prohi-
de los arts. 838 bis y 489 bis CP, hace pensar que tal estado de necesidad se
configura como justificante. Según la interpretación que estimamos preferi- bitiva de la que se deduce la antijuricidad material de su acción, o
ble del art. 8, 7.' CP, estaríamos aquí frente a supuestos particulares del bien la considera no vigente o la interpreta incorrectamente (cfr. su-
estado de necesidad general previsto en este precepto, igual como ocurre en pra, § 41 II 1). Según esto, concurre un error de mandato en los de-
el allanamiento de morada en el art. 491 CP. litos de omisión cuando el autor yerra sobre su deber de actuar: des-
conoce la norma preceptiva de la que se sigue la antijuricidad ma-
terial de su inactividad. El error de mandato afecta en los delitos de
§ 60 Conciencia de lo injusto y error de mandato, tentativa y parti- omisión, como el error de prohibición en los delitos de comisión, no
cipación en los delitos de omisión al tipo, sino a la antijuricidad. Pues al tipo de los delitos de omisión
Baumgarten, Die Lehre vom Versuche der Verbrechen, 1888; Borker, Der propia únicamente pertenece la situación típica, y no el deber de ac-
Irrtum des Unterlassungstáters über die Rechtspflicht zum Handeln, JR 1956, tuar que de la misma se deriva (BGH 19, 295 [298] ; 25, 13 [18])', y
87; Busch, über die Abgrenzung von Tatbestands- und Verbotsirrtum, Festgabe al tipo de delito de omisión impropia sólo pertenecen los elementos
de la posición de garante, no el deber de garante mismo (BGH 16, 155
12 Cfr. en este sentido Sáinz Cantero, El delito de omisión del deber de [158]; BGH GA 1968, 336) (cfr. supra, § 59 VI 1). Se sigue de ello
socorro, en RGU 1960, p. 447; el mismo, Las causas de inculpabilidad en el Có-
digo penal español, en RGLV 1967, p. 73; Navarrete Uñeta, La omisión del deber que el error de prohibición y el error de mandato merecen igual tra-
de socorro, en RFDM 1959, p. 428; Muñoz Conde, PE p. 143. tamiento.1 Las consideraciones efectuadas con relación al error de
13 Así Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 213 ss. — rechazando tanto la ubi-
cación en la culpabilidad como en el tipo. 1 Blei, Allg. Teil, pág. 297; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 141; Borker, JR
878 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato II. La tentativa de omisión 879
prohibición, en especial sobre la aplicabilidad del § 17, valen, pues, cia del Derecho Penal y, por lo menos para el delito de omisión im-
también para el error de mandato (cfr. supra, § 41 II 2a). propia, se respondió de forma positiva por la doctrina mayoritaria. 8
3. Únicamente deben establecerse reglas especiales para la evi- Hoy la doctrina dominante entiende que cabe tentativa tanto en el
tabilidad del error de mandato. Por una parte, el deber de actuar no delito de omisión propia, como en el de omisión impropia, y ello tanto
resulta normalmente tan evidente como el deber de omitir. Por ello, en la forma de tentativa idónea como inidónea.4
en los delitos de omisión la posibilidad de un error de mandato debe 1. Como, salvo en el § 138, todo retraso de la acción exigida (cfr.
considerarse siempre, mientras que el error de prohibición en los sobre el § 330c BGH 14, 213 [215 y ss.] ; 17, 166 [169 y ss.]) cons-
delitos de comisión únicamente ha de discutirse cuando los hechos tituye ya la consumación del hecho, en los delitos de omisión propia
dan motivo para ello (cfr. supra, § 4 1 1 4). Por otra parte, los delitos la tentativa sólo resulta imaginable en la modalidad de inidónea. Son
de omisión se hallan a menudo fuera del ámbito de la conciencia ética raros los preceptos penales en los que se conmina con pena la tenta-
general. A diferencia de lo que sucede en los delitos de comisión, en tiva de un delito de omisión propia. Actualmente sólo queda la pre-
los cuales del dolo se deduce un estímulo a la comprobación de la varicación (§ 336). Este delito puede cometerse por omisión de accio-
antijuricidad, normalmente debe existir, pues, un motivo especial que nes jurídicamente exigidas (BGH 10, 294 [298]); la tentativa se halla
induzca al omitente a contemplar la norma preceptiva (cfr. BGH 19, penada porque se trata de un delito grave. 6
295 [299]). Por último, en los delitos de omisión impropia no regu- Ejemplos: Concurre una tentativa inidónea de prevaricación (§ 336)
lados legalmente, la norma preceptiva no se deriva solamente de la cuando el juez omite conscientemente el nombramiento de un defensor de
prohibición jurídico-penal de menoscabar un determinado bien jurí- oficio pese a suponer, erróneamente, que la detención provisional ha durado
dico, sino únicamente de una norma que impone un deber, no perte- ya más de tres meses (§ 140 I, núm. 5 StPO). En la omisión de denuncia de
neciente al Derecho Penal, de intervenir mediante un hacer positivo posibles delitos (§ 138) también es imaginable la tentativa idónea,6 ya que
para proteger un bien jurídico en peligro. El error del omitente pue- aquí existe un espacio de tiempo para la realización de la acción exigida,
de, aquí, pues, referirse tanto a la norma prohibitiva juridico-penal que empieza con la primera posibilidad de denuncia y termina con la úl-
como al deber de garante. tima posibilidad de presentarla a tiempo.7 Un "dar principio inmediata-
mente" a la ejecución del hecho sólo puede estimarse, sin embargo, en cuan-
Ejemplos: El error del médico sobre el deber jurídico de prestar auxilio to el autor deja pasar el momento de mayores posibilidades de éxito de la
en caso de accidente (§ 330c) constituye un error de mandato evitable, pues- denuncia,8 como la posibilidad de una segura comunicación escrita u oral a
to que el deber de auxilio es, precisamente cuando requiere una actuación
médica, por sí mismo evidente (BGH 2, 296). Por el contrario, la mujer que 3 Cfr. Zacharia, Die Lehre vom Versuche, págs. 66 y ss.; J. Baumgarten,
por creer que ello resultaría inútil ni siquiera intenta hacer desistir a su Die Lehre vom Versuche, pág. 438; Landsberg, Die Commissivdelikte durch Un-
marido, con arreglo al § 139 I, del robo bancario que planea (BGH 19, 295 terlassung, pág. 172; v. Liszt, Lehrbuch, 12.'-1S.' eds., pág. 207; Frank, VDA
tomo V, págs. 309 y ss. y § 43 Anm. V 1 ; S . Glaser, MSchrKrim 1935, 258; Sauer,
[396, 299]), podrá beneficiarse de su error sobre el deber de actuar, si éste GS 114 (1940), pág. 304.
se afirma.2 El taxista (cfr. supra, § 59 VI 2a) por el contrario, no sólo conoce 4 Así Baumann, Allg. Teil, págs. 509 y ss.; Grünwald, JZ 1959, 46 y ss.;
la prohibición de la violación, sino que la gravedad del delito cometido ante Maihofer, GA 1958, 289 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 502; Oehler, J u S 1961,
sus ojos, del que debería haber protegido a su cliente, debiera haber sido 154; Schonke/Schroder/Eser, § 22 Vorbem. 27; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú-
meros 1.056 y ss.; Wessels, Allg. Teil, págs. 139 y ss. Por el contrario, para Ar-
motivo para él para advertir su deber de intervenir (BGH 16, 155 [156]). min Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 204 y ss. y Welzel, Lehrbuch, pági-
nas 206, 221, entiende que sólo existe una omisión de intentar el cumplimiento,
como fenómeno característico de los delitos de omisión que sería equiparable a
II. La tentativa de omisión la tentativa acabada inidónea. De acuerdo, Haffke, ZStW 87 (1975), pág. 58. En
favor de la impunidad de la tentativa de omisión inidónea, Rudolphi, MDR 1967,
La cuestión de si también puede darse en los delitos de omisión 2 y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 55; Schmidhüuser, Allg. Teil, pág. 716; el
dolosos el grado de tentativa, se planteó tempranamente en la cien- mismo, Gallas-Festschrift, págs. 96 y ss. (Delito irreal). Favorable, siempre, a
la impunidad de la tentativa en el delito de omisión, Herzberg, MDR 1973, 89 y ss.
(Derecho Penal de la actitud interna). '
1956, 87 y ss.; Busch, Mezger-Festschrift, pág. 179; Dreher, § 16 Anm. 12; 5 De acuerdo, Maurach, Allg. Teil, pág. 502; Schonke/Schroder/Eser, § 22
Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pág. 140; Kohlrausch/Lange, § 138 Anm. 53.
Anm. IX a.E.; Maurach, Allg. Teil, pág. 615; Welzel, Lehrbuch, págs. 206, 219 6 El ejemplo sólo encierra importancia teórica, ya que la tentativa no se
y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 25; Preisendanz, § 13 Anm. IV 2; Wessels, halla penada en el § 138.
Allg. Teil, pág. 138; Fuhrmann, GA 1962, 161; Arthur Kaufmann, J Z 1963, 504. 7 Cfr. Maihofer, GA 1958, 294.
Por el contrario, requieren ya, para el dolo, la conciencia del deber, Schmidhauser, 8 Así, con razón, Grünwald, JZ 1959, 48. Pone de manifiesto los peligros
Allg. Teil, págs. 694 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.038. que surgen para la seguridad jurídica cuando no se exige como presupuesto de
2 Dreher, § 139 Anm. 5 afirma el deber de acción, aunque no exista ninguna la punición de la tentativa de omisión un elemento que corresponda al "empezar
posibilidad de éxito, en tanto que Geilen, J u S 1965, 430 lo niega, de forma de- inmediatamente" el Tribunal especial de Praga, DR 1944, 24, con anot. crítica
cidida. de Dahm.
880 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato III. Omisión y participación 881
las autoridades, mientras que después, sólo le queda la posibilidad de avi- cuando el accidentado es salvado en el último instante al detener el oficial
sar telefónicamente a la persona en peligro o impedir el delito (§ 139 IV 1). la pastera. Se produce una tentativa de abuso de personas sujetas a pro-
El omitente debe, evidentemente, estar decidido a no actuar tampoco des- tección (§ 223b I tercera modalidad de acción), cuando el obligado a la cus-
pués, lo que resultará difícilmente comprobable. todia empieza, con intención de dañar la salud, a descuidar la necesaria asis-
tencia y la víctima empieza a sufrir por dicho motivo. La tentativa será
2. En los delitos de omisión impropia la tentativa resulta, por el acabada cuando la producción de un daño en la salud no pueda ya evitarse.
contrario, de considerable importancia práctica. La punibilidad se El conductor de un automóvil que ha atropellado a un peatón y lo ha dejado
determina expresamente en algunos de los casos previstos por la ley, en el lugar del accidente para deshacerse, así, de un testigo peligroso, co-
así en el dejar cometer una lesión corporal por parte de un funcio- mete una tentativa de homicidio doloso si cree que la víctima del accidente
nario de servicio (§ 340 II), en el dejar cometer un hecho antijurídico todavía vive y puede ser salvado mediante una ayuda inmediata, cuando en
realidad el herido resultó muerto en seguida (BGH WRS 13, 120 [123]) o,
por parte de un inferior, si se trata de un delito grave (§ 357) y en aunque no resultase muerto en el acto, tampoco hubiera podido ser salvado
la falta de vigilancia jerárquica (§ 41 I, II WStG). Todavía más im- mediante asistencia médica (BGH 7, 287 [288]), o si el herido se salva gra-
portante es la posibilidad de tentativa por omisión en todos los de- cias a la ayuda de una tercera persona.18 La tentativa quedará acabada
litos de resultado cuando concurren los requisitos de los §§ 22 y 23. cuando el conductor ya no pueda regresar al lugar del accidente.
Resulta dudosa la cuestión de cuándo empieza la tentativa en cada
caso. La fórmula del "dar principio inmediatamente a la realización 3. En la tentativa del delito de omisión también es posible un de-
del tipo" (§ 22) no sirve aquí de mucha ayuda, porque en el hecho sestimiento que excluya la pena con arreglo al § 24 (cfr. supra, § 51) .14
imprudente no concurre ningún momento comparable a dar principio Así, cuando el omitente no realiza la acción exigida, pero en el último
a la realización de la comisión activa. Por ello, hay que atender al momento le resulta posible, por ejemplo, pese a las grandes dificul-
momento de la inmediata puesta en peligro del objeto de la acción tu- tades existentes, prevenir telefónicamente al banco en el que se pla-
telado, o bien a la elevación de un peligro ya existente (cfr. supra, nea realizar un atraco, después de haber omitido la denuncia al poli-
§ 49 IV 6). Con arreglo a una dirección doctrinal, en el delito de omi- cía (§ 138 I), o cuando el conductor de automóvil se aleja del lugar de
sión lo decisivo es el primer momento en el que hubiera resultado un accidente, pero luego reflexiona, regresa y lleva al herido al hos-
posible la acción,9 y según otra opinión, el último.™ Lo correcto es, pital, donde se salva. A diferencia de los delitos de comisión, el desis-
sin embargo, fijar el comienzo de la tentativa en el momento en que timiento de la tentativa de omisión requiere siempre, pues, una acti-
la demora de la acción de salvación hace surgir un peligro inmediato vidad positiva. Por ello, se suscita la cuestión de si al que desiste,
para el objeto de la acción protegido o determina un aumento del pe- como sucede en la tentativa acabada del delito de comisión, debe impu-
ligro existente, 11 o aquel otro en que el curso causal escapa de las társele en todo caso el fracaso de la acción de salvación. Ello única-
manos al autor.12 La tentativa es inacabada cuando el autor cree po- mente parece justificado cuando el que desiste espera durante tanto
der todavía realizar la acción exigida, y acabada cuando según su tiempo a intervenir, que la evitación del resultado sólo le resulta ya
opinión no podría ya impedir el resultado. posible a través de medios más peligrosos que las acciones a que en
un principio estaba obligado.16 Antes de este momento, el fracaso de
Ejemplos: En una pelea que tiene lugar en un horno, un panadero pro- la evitación del resultado sólo puede constituir un hecho imprudente.
pina a un compañero de trabajo un empujón tan fuerte en la espalda que
éste da con la parte superior del cuerpo en la cuba de la pasta y es presio- III. Omisión y participación
nado por la palanca de la máquina mezcladora hacia la masa de la pasta
(OGH 1, 357 [359 y ss.]). En caso de que el autor resuelva matar al otro, Con respecto a la problemática de la participación en la omisión
concurre una tentativa inidónea si el primero cree que éste todavía vive es preciso distinguir dos grupos de casos: la participación en un de-
cuando en realidad ya está muerto en el momento en que la máquina se de- lito de omisión por un hacer positivo y la participación por omisión
tiene. Por el contrario, debe estimarse una tentativa idónea condicionada en un delito de comisión u omisión. '

9 Así Maurach, Allg. Teil, pág. 503; Maihofer, GA 1958, 297; Lonnies, 13 Contra esta Jurisprudencia, sin razón, Welzel, JZ 1958, 495; manifiesta
NJW 1962, 1.950. dudas, también, Grünwald, JZ 1959, 46.
10 Así Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, págs. 210 y ss.; Welzel, 14 Cfr. sobre esto, con más detalle, Grünwald, Das unechte Unterlassungs-
Lehrbuch, pág. 221. delikt, págs. 91 y ss.; Maihofer, GA 1958, 598; Maurach, Allg. Teil, págs. 502
11 Así Rudolphi, MDR 1967, 1; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.058; y ss.; Schbnke/Schroder/Eser, § 24 Anm. 27 y ss.; Lonnies, NJW 1962, 1.950 y ss.
Eser, Strafrecht II, núm. 31 A 51; Schoncke/Schroder/Eser, § 22 Anm. 50; Roxin, 15 Así, con razón, Lonnies, NJW 1962, 1.952; Schonke/Schrdder/Eser, § 24
Einführung, pág. 16; WesseU, Allg. Teil, pág. 140. Anm. 29 y ss., ambos con ejemplos. En distinto sentido, en este punto, SK (Ru-
12 Así, en especial, Roxin, Maurach-Festschrift, págs. 213 y ss. dolphi), § 13 Vorbem. 56.
882 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato Adiciones de Derecho español al § 60 883
1. Caben, también, en los delitos de omisión la inducción y la com- así, cuando alguien impide, mediante coacción o engaño, el cumpli-
plicidad por un hacer positivo. 16 L a inducción consiste aquí en la pro- miento de su deber a quien se halla obligado y dispuesto a a c t u a r
vocación dolosa de la decisión del omitente de permanecer inactivo <cfr. supra, § 58 II 2 ) . E n este caso el hombre de a t r á s asume por sí
pese a conocer la situación típica (en los delitos de omisión impropia mismo la autoría del hecho mediante un hacer positivo, mientras que
conociendo también la posición de garante) (§ 26). Una complicidad el instrumento queda inactivo bajo su influjo. 19 P o r el contrario, debe
(generalmente psíquica) resulta igualmente posible, por ejemplo, me- negarse la posibilidad de u n a autoría mediata del hombre de a t r á s
diante el fortalecimiento de la decisión del omitente de permanecer cometida por omisión. 20 E l cuidador que permite que el enfermo
inactivo (•§ 27). Como se t r a t a de inducción y complicidad mediante mental ejecute la acción antijurídica es un " a u t o r de omisión" inme-
un hacer positivo, aquí no se plantea la problemática del g a r a n t e . El diato (responsabilidad de g a r a n t e por la actuación de terceras per-
§ 28 I (cfr. infra, § 61 V I I 4a) no resulta aplicable a estos casos por- sonas) (cfr. infra, § 62 IV 2 ) .
que los elementos de g a r a n t e no constituyen "especiales" elementos 2. Sobre los problemas de la participación por omisión, cfr. infra,
personales, sino que sólo fundamentan la equiparación de comisión y § 64 I I I 6 y IV 5.
omisión en lo injusto del resultado. 1 7
* • #
Ejemplos: Inducción al favorecimiento de acreedores (§ 283c) mediante
la no presentación de la solicitud de quiebra que el omitente hubiera debi-
do interponer según los §§ 64 y 84 GmbHG (RG 48, 18 [21] ; paralelamente I. Conciencia de lo injusto y error de prohibición
para la complicidad BGH 14, 280 [282]). Complicidad por favorecimiento
del incumplimiento de los deberes de denuncia y entrega (RG 51, 39 [41]; Cuando excepcionalmente en la doctrina española se ha planteado esta
77, 268 [269]) o mediante el fortalecimiento de la decisión de un soldado problemática, se ha admitido el planteamiento acogido por el texto, según
que se encuentra en vacaciones de no regresar a tiempo a la tropa (§ 15 el cual debe distinguirse entre error sobre los presupuestos del deber de
WStG) (RG 27, 157). actuar y de garante, por una parte, y error sobre el deber mismo, por otra
parte. El primero constituye error de tipo, el segundo de prohibición, porque
Concurre coautoría de varios omitentes cuando éstos sólo pueden sólo pertenecen al tipo los presupuestos del deber, no la existencia de éste,
cumplir conjuntamente un deber que les obliga a todos (cfr. infra, que se considera un momento de la antijuricidad.1
§ 73, IV 2). También se acepta la posibilidad de coautoría e n t r e auto-
res de delitos de comisión y de omisión, 18 m a s responde mejor a la II. La tentativa de omisión
teoría del dominio del hecho considerar en tal caso al omitente como 1. También en España se niega la posibilidad de tentativa (idónea) en
cómplice (cfr. infra, § 64 IV 5 ) . los delitos de omisión puro 2 y se admite, en cambio, la tentativa inidónea
en los mismos.2 Pero, ¿qué ocurre cuando el conductor que en un primer mo-
Ejemplos: Se comete un hurto en un depósito de mercancías gracias a
que el vigilante, según lo acordado, deja abierta la puerta mientras otros 19 Cfr. Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 472; Stree, GA 1963,
penetran y sustraen el botín. El hijo del campesino, de acuerdo con su ma- 12; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 39.
dre, que permanece inactiva, prende fuego al corral (OGH 3, 1). 20 Así la doc. dom.; cfr. Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 38; Stra-
tenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.063; de otro modo, Maurach, Allg. Teil, pág. 643.
P o r último, también cabe autoría mediata, mediante la determina- i Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 71, 16.
ción de quien actúa como instrumento a omitir una acción exigida; 2 Cfr. Antón Oneca, PG p. 411; Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 276 ss.;
Jiménez de Asúa, Tratado III (1965), p. 435. Sin embargo, da que pensar el ejem-
plo que propone Vannini del médico que intenta no socorrer a alguien pero es
16 Así la doc. dom., cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 600; LK (Busch), § 49 obligado por la fuerza a hacerlo (Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión p. 278).
Anm. 11; Kielwein, GA 1955, 232; Maurach, Allg. Teil, pág. 681; D. Meyer, MDR s Cfr. Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 283 ss.; el mismo, El delito de omi-
1975, 287; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 510 y ss.; Stree, GA
1963, 10, 14; Dreher, § 13 Anm. 7; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 76 sión de auxilio a víctima y el pensamiento de la ingerencia, en ADPCP 1973, pá-
y ss.; SK (Rudolphi), § 13 Vorbem. 49 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núme- gina 517. En este sentido también STS 30 mayo 1973. Respecto de la omisión de
ro 1.074. La opinión contraria, sostenida por Armin Kaufmann, Unterlassungs- socorro la calificación de tentativa inidónea se considera la única posible cuando
delikte, págs. 190 y ss. y Welzel, Lehrbuch, págs. 206, 221, que, en lugar de in- el auxilio era en realidad inútil (p. ej., por estar muerta ya la víctima sin saber-
ducción o complicidad, pretende estimar autoría por hacer positivo, fracasa, lo el autor), porque se concibe el delito como de puesta en peligro de la seguridad
como lo demuestran los ejemplos del texto, pero además, carece, en sí misma, de las personas y requiriendo, por tanto, una efectiva existencia de riesgo para
de fundamento. dicha seguridad. En cambio, la jurisprudencia del TS tiende a aproximar el
17 Cfr. infra, § 61 VII 4a, nota 51. subtipo agravado del art. 489 bis III, de omisión de socorro a la víctima del propio
18 Así Maurach, Allg. Teil, pág. 661; Roxin, Táterschaft und Tatherr- accidente, a la figura del "delito de fuga" contrario a la Administración de Justi-
schaft, págs. 470 y ss.; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 49; LK (Busch),
§ 47 Anm. 20; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.066 y ss. cia, de modo que considera realizada dicha modalidad cualificada aunque fuera
884 § 60. Conciencia de lo injusto y error de mandato
mentó no se detiene a socorrer a un accidentado cambia de opinión poco más
adelante y regresa y socorre a la víctima? ¿No debe estimarse desistimiento
voluntario ? (Cfr. supra II 8.) Ello supone la posibilidad de tentativa idónea.
2. Se admite, asimismo, la tentativa (idónea e inidónea) en los delitos de
comisión por omisión.4 No se plantea el problema de cuándo empieza la eje-
cución en estos casos. El texto acoge la opinión según la cual hay un lapso
de tiempo entre el inicio de la tentativa y la consumación, que empieza CAPÍTULO IV
cuando la no realización de la acción debida crea o aumenta el peligro para
el bien jurídico. Lo mismo debería aplicarse a los deberes de omisión pura, AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN
entendiéndose que sólo empieza la tentativa con la creación o aumento del
peligro de que no pueda realizarse a tiempo la acción debida y no se produce
la consumación hasta que ésta resulte ya imposible. La necesidad de apreciar § 61 Fundamentos de la teoría de autoría y participación
desistimiento voluntario eficaz en los delitos de omisión pura que propone
el texto confirma la posibilidad de tentativa idónea en esta clase de delitos. Arzt, "Gekreuzte" Mordmerkmale? JZ 1973, 681; Baumann, Die Tatherr-
La doctrina española se refiere al desistimiento en la comisión por omisión.B schaft in der Rechtsprechung des BGH, NJW 1962, 374; el mismo, Beihilfe bei
eigenhándiger voller Tatbestandserfüllung, NJW 1963, 561; el mismo, Táter-
schaft und Teilnahme, JuS 1963, 51, 85, 125; el mismo, Die strafrechtliche
III. Omisión y participación Problematik der nat. soz. Gewaltverbrechen, en: Henkys (ed.), Die nat. soz.
Gewaltverbrechen, 1964, 267; Beling, Der gegenwártige Stand der straf rechtli-
La doctrina española comparte el planteamiento del texto.6 chen Verursachungslehre, GS 101 (1932), pág. 1; Anna Benakis, Táterschaft
und Teilnahme im deutschen und griechischen Strafrecht, 1961; Bindokat, An-
merkung zu OLG Koln de 19-10-1961, NJW 1962, 686; v. Birkmeyer, Die Lehre
von der Teilnahme, etcétera, 1890; el mismo, Teilnahme am Verbrechen, VDA,
tomo II, 1908, página 1; Bockelmann, Die moderne Entwicklung der Begri-
ífe Táterschaft und Teilnahme im Strafrecht, Deutsche Beitráge zum VII.
Int. StrafrechtskongreP, Sonderheft der ZStW 1957, 46; el mismo, Zur Proble-
matik der Beteiligung an vermeintlich vorsatzlich rechtswidrigen Taten, Fest-
schrift für W. Gallas, 1973, pág. 261; H. Bruns, Kritik der Lehre vom Tatbe-
stand, 1932; BurgstaUer, Zur Táterschaftsregelung im neuen StGB, ÓRiZ 1975,
13; v. Buri, Die Causalitát und ihre straf rechtlichen Beziehungen, 1885; Cramer,
Die Beteiligung an einer Zuwiderhandlung nach § 9 OWiG, NJW 1969, 1.929; el
mismo, Grundbegriffe des Rechts der Ordnungswidrigkeiten, 1971; Dahm, Tá-
terschaft und Teilnahme im Amtl. Entwurf eines AStGB, tesis, Heidelberg, 1926;
el mismo, Anmerkung zu OLG Stuttgart de 6-3-1959, MDR 1959, 508; Detzer,
Die Problematik der Einheitstaterlósung, tesis, Erlangen-Nürnberg 1972, Dietz,
Táterschaft und Teilnahme im auslándischen Strafrecht, 1957; Graf zu Dohna,
inútil el auxilio omitido, en atención a la infracción del "deber de permanecer" Das RG zur Teilnahmelehre, DStr 1940, 120; v. Dohnanyi, Táterschaft und Teil-
y de socorrer aunque otros pudieran hacerlo también: cfr. SS. 10 mar. 70, 6 oct. nahme, en: Gürtner (ed.), Das kommende deutsche Strafrecht, Allg. Teil, 1934,
70, 17 dic. 71, 21 mayo 71, 5 oct. y 14 dic. 73. No obstante la importante STS página 73; Dreher, Anmerkung zu BGH 19, 135, MDR 1964, 337; el mismo, An-
30 mayo 73 vino a reconocer que el párrafo III del art. 489 bis no puede desvincu- merkung zu BGH 23, 39, JR 1970, 146; el mismo, Pládoyer für den Einheitstáter
larse de los requisitos básicos de los párrafos I y II del mismo artículo, como en im Ordnungswidrigkeitenrecht, NJW 1970, 217; Engelmann, Der geistige Urhe-
cambio había pretendido una dirección anterior de la jurisprudencia representada ber des Verbrechens nach dem italienischen Recht des Mittelalters, Festschrift
por la STS 11 dic. 69. En este último sentido, y en contra de prescindir del requi- für K. Binding, t. II, 1911, pág. 287; Engisch, Die Kausalitat ais Merkmal straf-
sito de que la víctima se halle "desamparada" o de interpretarlo en un sentido rechtlicher Tatbestánde, 1931; el mismo, Entwicklung der dogmatischen Straf-
menos riguroso, Luzón Peña, RDC 1973, p. 590; Torio López, ADPCP 1967, pá- rechtswissenschaft etc., ZStW 66 (1954), pág. 339; Güilas, Anmerkung zu OG^
gina 594. La actuación precedente agrava la omisión, pero no puede suprimir la 1, 365, DRZ 1950, 67; el mismo, Táterschaft und Teilnahme, Materialien, t. I,
necesidad de efectivo peligro y desamparo, por lo que de haber desaparecido ya, 1954, pág. 121; el mismo, Táterschaft und Teilnahme, Niederschriften, t. II, pá-
p. ej., la posibilidad de socorro por ser demasiado tarde, sólo subsistirá la posibi- gina 67; el mismo, Die moderne Entwicklung der Begriffe Táterschaft und Teil-
lidad de tentativa inidónea. nahme im Strafrecht, Deutsche Beitráge zum VIL Int. StrafrechtskongreP,
número extraord. de la ZStW 1957, 3; Geerds, Besprechung von Roxin, Táter-
* Cfr. Jiménez de Asúa, Tratado III (1965), p. 435. schaft, GA 1965, 216; Geppert, Zur Problematik des § 50 II etc., ZStW 82 (1970),
6
Cfr. Jiménez de Asúa, Tratado III (1965), pp. 435 ss. página 40; Gerl, Die besonderen personlichen Merkmale etc., tesis, Berlín 1975;
* Ampliamente Rodríguez Mourullo, Omisión pp. 289 ss.; Jiménez de Asúa, Germann, Die Bestimmungen über die Teilnahme im Entwurf eines schweiz.
II (1965), pp. 436 s.; Antón Oneca, PG p. 440 sólo parece oponerse a la inducción StGB, Strafr. Abh. Heft, 207, 1923; Grebing, Strafrechtslehrertagung 1975,
por omisión.
886 § 61. Teoría de autoría y participación I. Posición sistemática de la teoría de autoría 887
ZStW 88 (1976), pág. 162; Gimbemat Ordeig, Gedanken zum Táterbegriff uncí hinter dem Táter", Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 173; Sax, Dogmatische
zur Teilnahmelehre, ZStW 80 (1968), pág. 915; Goetzeler, Der Ideengehalt des Streifzüge durch den Entwurf des Allg. Teils eines StGB etc., ZStW 69 (1957),
extensiven (intellektuellen) Táterbegriffs und seine Auswirkungen, SJZ 1949,. página 412; el mismo, Der Bundesgerichtshof und die Táterlehre, J Z 1963, 329;
837; Grünhut, Grenzen strafbarer Taterschaft und Teilnahme, J W 1932, 366; Schafer, Taterschaft und Teilnahme, Niederschriften, t. II, pág. 75; Schlutter,
Gulphe, La distinction entre coauteurs et cómplices, Rev se crim 1948, 665; Ha- Zur Dogmengeschichte der Akzessorietat der Teilnahme, Strafr. Abh. Heft 420,
nack, Zur Problematik der gerechten Bestrafung nat. soz. Gewaltverbrecher,. 1941; Eb. Schmidt, Die mittelbare Taterschaft, Festgabe für R. v. Frank, t. II,
1967; Hardwig, Über den Begriff der Taterschaft, JZ 1965, 667; Hartung, Der 1930, pág. 106; R. Schmitt, Ordnungswidrigkeitenrecht, 1970; Schólz, Wehr-
"Badewannenfall", JZ 1954, 430; Hegler, Zum Wesen der mittelbaren Tater- strafgesetz, 2 / ed. 1975; Schóneborn, Kombiniertes Teilnahme- und Einheitsta-
schaft, RG-Festgabe, 1929, pág. 304; Heidland, Die besonderen personlichen tersystem, ZStW 87 (1975), pág. 902; Schroder, Der Táterbegriff ais "techni-
Merkmale etc., tesis, Heidelberg 1971; Heimberger, Die Teilnahme am Verbre- sches" Problem, ZStW 57 (1938), pág. 459; Schroeder, Taterschaft und Teilnah-
chen in der Gesetzgebung und Literatur von Echwarzenberg bis Feuerbach, 1896; me bei eigenhándiger Tatbestandsverwirklichung, ROW 1964, 97; el mismo, Der
Heinitz, Teilnahme und unterlassene Hilfeleistung beim Selbstmord, JR 1954, Táter hinter dem Tater, 1965; Schultz, Taterschaft und Teilnahme im modernen
403; el mismo, Gedanken über Táter- und Teilnehmerschuld im deutschen und schweizerischen Strafrecht, SchwZStr 71 (1956), pág. 244; Schwalm, Tater-
italienischen Strafrecht, Berliner Festschrift zum 41. DJT, 1955, pág. 93; Herz- schaft und Teilnahme, Niederschriften, t. II, pág. 88; Seebald, Teilnahme am
berg, Taterschaft und Teilnahme, 1977; el mismo, Die Problematik der "beson- erfolgsqualifizierten und am fahrlassigen Delikt, GA 1964, 161; Seiler, Neue
deren personlichen Merkmale", ZStW 88 (1976), pág. 68; Jager, Betrachtungen Wege in der Strafrechtsreform, JB1 1969, 113; Spendel Zur Kritik der subjek-
zum Eichmann-ProzeP, MSchrKrim 1962, 73; Jahrig, Die personlichen Umstande tiven Versuchs- und Teilnahmetheorie, J u S 1969, 314; el mismo, Fahrlássige Teil-
etcétera, tesis, Koln 1974; Jakobs, Niedrige Beweggründe beim Mord etc., N J W nahme an Selbst- und Fremdtotung, J u S 1974, 749; el mismo, Der "Táter hinter
1969, 489; el mismo, Anmerkung zu BGH 23, 39, NJW 1970, 1.089; JeschecK dem Táter", etc., Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 147; Straub, Taterschaft
Anstiftung, Gehilfenschaft und Mittaterschaft im deutschen Strafrecht, SchwZStr und Teilnahme im englischen Strafrecht, 1952; Vogler, Zur Bedeutung des § 28
71 (1956), pág. 225; el mismo, Strafrechtsreform in Deutschland, SchwZStr 90" StGB für die Teilnahme am unechten Unterlassungsdelikt, Festschrift für R.
(1975), pág. 1; Kantorovñcz, Tat und Schuld, 1933; Kienapfel, Der Einheitstater Lange, 1976, pág. 265; Welp, Der Einheitstater im Ordnungswidrigkeitenrecht,.
im Strafrecht, 1971; el mismo, Erscheinungsformen der Einheitstaterschaft, en; VOR 1972, 299; Welzel, Studien zum System des Strafrechts, ZStW 58 (1939),
Müller-Dietz (ed.), Strafrechtsdogmatik und Kriminalpolitik, 1971, 2 1 ; el mismo, página 491; el mismo, Zur Kritik der subjektiven Teilnahmelehre, SJZ 1947, 645;
Das Prinzip der Einheitstaterschaft, J u S 1974, 1; el mismo, Die Einheitstaterre- el mismo, Teilnahme an unvorsátzlichen Handlungen? JZ 1954, 429; Wessels,
gelung der §§ 12 y ss. y 32 y ss. StGB, JB1 1974, 113; el mismo, Zur Táter- Zur Problematik der Regelbeispiele etc., Festschrift für R. Maurach, 1972, pá-
schaftsregelung im StGB, QRiZ 1975, 165; Klee, Zur Abgrenzung von Teilnahme gina 295; Zimmerl, Grundsatzliches zur Teilnahmelehre, ZStW 49 (1929), pág. 39.
und Taterschaft, ZAK 1940, 188; Kohlrausch, Das kommende deutsche Straf-
recht, ZStW 55 (1936), pág. 384; el mismo, Táterschuld und Teilnehmerschuld,
Festschrift für E. Bumke, 1939, pág. 39; Korn, Taterschaft oder Teilnahme bei I. Posición sistemática de la teoría de autoría y participación
staatlich organisierten Verbrechen, NJW 1965, 1.206; Lampe, Über den Begriff
und die Formen der Teilnahme am Verbrechen, ZStW 77 (1965), pág. 262; Lange, 1. Los preceptos penales de la Parte Especial describen general-
Der moderne Táterbegriff und der Strafgesetzentwurf, 1935; el mismo, Beteilig- mente acciones de una sola persona (otra cosa sucede, por ej., en los
ter und Teilnehmer, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 235; Langer, Das llamados delitos "colectivos", §§ 121 StGB, 27, 28 WStG). Autor e»
Sonderverbrechen, 1972; el mismo, Zum Begriff der "besonderen personlichen el "quien" anónimo con que empiezan la mayoría de descripciones
Merkmale", Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 241; Letzgus, Vorstufen der
Beteiligung, 1972; Léauté, Coactivité, complicité et provocation en droit franjáis, típicas: El legislador parte del presupuesto de que el autor es quien
SchwZStr 72 (1957), pág. 1; Liepmann, Einleitung in das Strafrecht, 1910; Mau- realiza la totalidad de los elementos del tipo en su propia persona.
rach, Die Mordmerkmale aus der Sicht des § 50 StGB, J u S 1969, 249; H. Mayer, El nuevo Derecho caracteriza al autor individual, pues, mediante el
Taterschaft, Teilnahme, Urheberschaft, Festschrift für Th. Rittler, 1957, pági- precepto: "se castiga como autor a quien comete por sí mismo el he-
na 243; Mezger, Teilnahme an unvorsátzlichen Handlungen, J Z 1954, 312; Mühl- cho punible" (§ 251). Pero el hombre generalmente no actúa solo, sino
berger, Zur strafrechtlichen Verantwortlichkeit von Teilnehmern, NJ 1973, 287;
Niese, Die fínale Handlungslehre und ihre praktische Bedeutung, DRiZ 1952, 2 1 ; en colaboración con otros. Así sucede también en la comisión de de-
Nowakowski, Tatherrschaft und Táterwille, J Z 1956, 545; Oehler, Die mit Strafe litos. El ordenamiento jurídico se encuentra, así, ante el problema
bedrohte tatvorsátzliche Handlung im Rahmen der Teilnahme, Berliner Fest- de la intervención de varios en una acción punible.
schrift zum 41. DJT, 1955, pág. 255; Paehler, Die Abgrenzung von Beihilfe zum 2. La teoría de la participación constituye una parte de la teoría
Selbstmord und Totung auf Verlangen, MDR 1964, 647; Peters, Probleme der
deutschen Strafrechtsreform, SchwZStr 77 (1961), pág. 161; Piotet, Systematik del tipo.1 Por de pronto es autor el que realiza por su propia per>
der Verbrechenselemente und Teilnahmelehre, ZStW 69 (1957), pág. 14; Platz- sona todos los elementos del tipo de la acción punible (§ 25 I primer
gummer, Die "Allgemeinen Bestimmungen" des Strafgesetzentwurfs etc., JB1 supuesto). El concepto de autoría no se limita, sin embargo, a la
1971, 236; Roeder, Exklusiver Táterbegriff und Mitwirkung am Sonderdelikt, autoría individual de propia mano, sino que también alcanza a los
ZStW 69 (1957, p. 223); el mismo, Der Unbegriff des "extrañen" Taters, etc., JB1
1975, 561; Roxin, Straftaten im Rahmen organisatorischer Machtapparate, GA
1963; el mismo, Zur Dogmatik der Teilnahmelehre im Strafrecht, J Z 1966, 293; 1 Así la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 220 y ss.; Herzberg, Tater-
el mismo, Taterschaft und Tatherrschaft, 3. a ed. 1975; el mismo, Kriminalpo- schaft, pág. 3 ; Gallas, Materialien, t. I, pág. 132; Kohlrausch/Lange, § 47 Vor-
litik und Strafrechtssystem, 2 / ed. 1973; el mismo, Bemerkungen zum "Tater bem. I; Maurach, Allg. Teil, pág. 617; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft,.
página 581; Welzel, Lehrbuch, pág. 98; Wessels, Allg. Teil, pág. 94.
888 § 61. Teoría de autoría y participación II. Concepto unitario de autor y formas de intervención 889
casos en los que el autor se sirve de otro como "instrumento". Tam- por el influjo de su mujer). Una inducción a un hecho principal no doloso
bién se castiga, pues, como autor a "quien comete el hecho punible a resulta imposible, ya que precisamente falta toda resolución por parte del
través de otro" (•§ 25 I segundo supuesto) (autoría mediata). Ade- autor principal que pueda ser provocada por el inductor (en este sentido,
más, existe la posibilidad de que varias personas vinculadas entre BGH 4, 355 [356]). Concurre coautoría cuando dos personas cooperan, di-
sí colaboren en un hecho como autores (coautoría). El § 25 II deter- vidiéndose las funciones, en un atraco bancario (uno toma el dinero y el
mina, en este sentido: "si varios cometen conjuntamente el hecho otro lo asegura), sin que pueda jugar papel alguno el grado de interés en
punible serán castigados todos como autores". Finalmente, también el botín (en sentido distinto, BGH DaUinger MDR 1973, 729).
es posible que varias personas intervengan en un mismo hecho como
autores independientemente los unos de los otros (autoría accesoria). II. El concepto unitario de autor y la distinción de diferentes formas
Mientras que el autor comete por sí mismo o a través de otro la acción de intervención
típica o colabora en ella como coautor, el inductor y el cómplice que- Para el tratamiento de los problemas de participación existen,
dan fuera del tipo. De ellos se ocupan preceptos penales específicos: fundamentalmente, dos diferentes posibilidades de solución. Se pue-
es inductor "quien ha determinado dolosamente a otro a realizar un de incluir todas las clases de intervención bajo el denominador común
hecho antijurídico cometido dolosamente" (§ 26), y cómplice "quien de un concepto general de autor (causante, concepto unitario de autor)
ha prestado ayuda dolosamente a otro a realizar un hecho antijurídi- o bien distinguir varias formas de intervención según la importancia
co cometido dolosamente" (§ 27). Los requisitos de inducción y com- material de las aportaciones al hecho.
plicidad se deducen, así, sólo parcialmente del correspondiente tipo 1. El concepto unitario de autor 4 contempla a todos los intervi-
de delito, y por lo demás, sólo de preceptos complementarios de la Par- nientes que prestan una contribución causal a la realización del tipo
te General que se refieren, no obstante, a las tipicidades de la Parte como autores, con independencia de la importancia que corresponda
Especial.2 a su colaboración para el conjunto del hecho. Esta cuestión sólo posee
3. La clasificación de las formas de aparición de la intervención importancia para la aplicación de la pena y debe responderse en di-
en la acción punible no es asunto que quede al libre criterio del legis- cha sede con independencia de todas las distinciones dogmáticas de
lador o del juez. Se trata, por el contrario, de la descripción de pro- la teoría de la participación, con arreglo únicamente al sentido y fin
cesos vitales, cuyo enjuiciamiento jurídico también se halla amplia- de la pena. El criterio de la relevancia jurídico-penal de un comporta-
mente determinado por su sentido social.8 Conceptos como autoría, miento, es, según esto, sólo el de la causalidad, desapareciendo el re-
autoría mediata, coautoría, inducción y complicidad se hallan acu- quisito de accesoriedad. Se reserva al juez el castigar a cada uno de
ñados previamente por la naturaleza ele las cosas, por lo que también los cooperadores según la intensidad de su voluntad criminal y la im-
deben mantener para el Derecho un contenido que equivalga a su sen- portancia de su contribución al hecho. Esta concepción, recomendada
tido natural. especialmente por la escuela moderna, 6 pero también por el "Derecho
Penal de la voluntad", 6 hace posible colmar todas las lagunas de pu-
Ejemplos: Quien mata de propia mano a un hombre es autor de asesi-
nato y no cómplice, aun cuando actúe por indicación del servicio secreto de nibilidad y orientar las sanciones con arreglo únicamente a la per-
una potencia extranjera (en sentido distinto, BGH 17, 87 [95]) o sólo de- sonalidad del autor.
see no aparecer como cobarde frente a otros autores (en sentido distinto,
BGH DaMnger MDR 1974, 547: correctamente, por el contrario, BGH 8, 4 En contra, en Alemania, la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 218;
393: homicidio de propia mano por parte del marido que actúa dominado Bockelmann, Deutsche Beitráge, págs. 46 y ss.; el mismo, Allg. Teil, págs. 164
y ss.; Cramer, NJW 1969, 1.929 y ss.; Dreher, NJW 1970, 218; Gallas, Mate-
rialien, t. I, págs. 140 y ss.; el mismo, Deutsche Beitráge, págs. 39 y ss.; Roxin,
2 La relación entre los preceptos que regulan la participación, en la Parte Taterschaft und Tatherrschaft, pág. 451; Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 501
General, y los tipos de la Parte Especial, se concibe en la doctrina de distintas y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 93; Schoneborn, ZStW 87 (1975), pág. 90. Reco-
formas. Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 498 y Herzberg, GA 1971, 2, hablan de mienda el concepto unitario de autor Schwalm, Niederschriften, t. II, págs. 90
"delitos de participación" autónomos, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 860, des- y ss.; Roeder, ZStW 69 (1957), págs. 238 y ss.; Geerds, GA 1965, 218; Rittlér,
taca, por el contrario, acertadamente, en primer lugar, la aportación accesoria tomo I, págs. 283 y ss.; Seiler, JB1 1969, 117; Detzer, Einheitstaterlosung, pá-
al hecho principal. gina 275. En favor de una autoría unitaria "funcional", ampliamente, Kienapfel,
3 Así Bockelmann, Untersuchungen, pág. 111; Gallas, Niederschriften, to- Erscheinungsformen, págs. 34 y ss.; el mismo, JuS 1974, 6 y ss. Kienapfel, Ein-
mo II, pág. 67; Lampe, ZStW 77 (1965), págs. 263, 308; Stratenwerth, Die Natur heitstater, pág. 31, ve su valor, sobre todo, en la renuncia a la accesoriedad y en
la posibilidad de una determinación de la pena "totalizante". Con reservas, en
der Sache, págs. 15 y ss.; Roxin, Taterschaf t und Tatherrschaf t, pág. 26; Schmid- cambio, Burgstaller, ÓRiZ 1975, 13 y ss.; contra él, Kienapfel, ÓRiZ 1975, 165
hauser, Allg. Teil, pág. 500; LK (Busch), § 47 Vorbem. 5; Welzel, Lehrbuch, y siguientes.
páginas 94 y ss. Pero en contra, Engisch, Eb. Schmidt-Festschrift, págs. 109 y 5 Cfr. Kienapfel, Einheitstater, págs. 11 y ss.; v. Birhmeyer, VDA, t. II,
siguientes; Schrdder, ZStW 57 (1938), pág. 460; Schónke/Schrdder/Cramer, § páginas 82 y ss.
25 Vorbem. 2. 6 v. Dohnanyi, Táterschaft und Teilnahme, págs. 75 y ss.
13. — Hans-Helnrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H
890 § 61. Teoría de autoría y participación II. Concepto unitario de autor y formas de intervención 891

En contra del concepto unitario de autor, pese a que a primera vista b) Bajo la rúbrica "autoría y participación", el nuevo Derecho
pueda aparecer como sencillo y práctico, concurren graves objeciones. Por regula todas las formas de intervención en el hecho punible y las
una parte, al convertirse todas las contribuciones al hecho en la causación describe en base a elementos generales. Autoría y participación, no
de lesiones del bien jurídico, se pierde lo injusto específico de la acción de pertenecen, sin embargo, como ya se deduce directamente de la letra
cada tipo. Por otra parte, en los delitos de propia mano y especiales habría de los §§ 25 a 27, a un mismo plano. La línea de separación discurre
que considerar también autores a intervinientes extraños por la pura cau- entre el autor, el coautor y la autoría mediata, de una parte, y el
salidad de su cooperación, a pesar de que precisamente no actúan de pro- inductor y el cómplice, de otra, pues también el coautor y el autor
pia mano o no están cualificados para ser autores. Además, el abandono del
mediato cometen la acción punible como autores, aun cuando el pri-
principio de accesoriedad determinaría la supresión de las fronteras del
tipo. El concepto unitario de autor conduce también a una ampliación in- mero lo haga en colaboración con otros autores y el segundo a través
deseable de la punibilidad, puesto que la tentativa de cooperación resulta- de otro como instrumento, en tanto que el inductor y el cómplice in-
ría punible en todos aquellos casos en los que el tipo permite la punibilidad tervienen en un hecho ajeno. Inducción y complicidad, como las for-
de la tentativa, mientras que de lo contrario la tentativa de participación m a s de la participación, presuponen, pues, siempre la autoría de otro.
únicamente tiene señalada pena dentro de estrechos límites (§§ 30, 120 II). La dependencia de la participación respecto del hecho principal re-
Lo mismo vale para la complicidad (así §§ 12, 15 I StGB austríaco). Por cibe el nombre de accesoriedad (cfr. infra, § 61 V I I ) . Inducción y com-
último, el concepto unitario de autor conduce a una pérdida de matices, plicidad son, además, únicamente punibles como intervención dolosa
puesto que excluye la posibilidad de una penalidad atenuada para inducción en un hecho ajeno. No obstante, la participación imprudente no queda
y complicidad. sin m á s impune, sino que puede, en la medida en que el delito corres-
2. E l Derecho Penal alemán no h a acogido, por ello, el principio pondiente permita también la comisión imprudente, constituir auto-
de la unidad de autor, sino que distingue e n t r e distintas f o r m a s de r í a imprudente (cfr. infra, § 61 V I ) .
intervención. E s t a perspectiva, que evidentemente ha perdido par- c) Por el contrario, en el Derecho Penal administrativo se ha introdu-
t e de su importancia práctica por obra de la teoría subjetiva de la cido, en el § 14 OWiG, el principio de unidad de autor, y porque las razones
participación, que sostiene la Jurisprudencia (cfr. infra, § 61), se ha que aconsejan la diferenciación no parecen concurrir aquí. En todo caso,
mantenido también en el nuevo Derecho. P o r virtud de los §§ 25 a 27, sin embargo, la inclusión de la complicidad, que no resultaba punible en las
el concepto unitario de a u t o r h a sido rechazado en Derecho Penal. 7 faltas (§ 49 I ant. red.), supone una notable ampliación de la OWiG.10 Tam-
P o r supuesto, ello únicamente vale p a r a la intervención dolosa, mien- bién resulta discutible el que elementos personales especiales que funda-
t r a s que en el hecho imprudente constituye autoría toda forma de coo- mentan la posibilidad del castigo graven siempre a todos los intervinientes,
peración causal (cfr. infra, § 61 V I ) . aunque únicamente concurran en uno de ellos.11

a) El tratamiento diferenciador de las formas de intervención corres- 3. Mediante las reglas contenidas en el StGB, la relación existente
ponde a la tradición histórica.* La elaboración de una teoría de la partici- entre autoría y participación, aunque se halla suficientemente deter-
pación específica fue obra de la ciencia italiana de Derecho Penal de fines minada en cuanto a su estructura interna, no lo está en orden a la
de la Edad Media. De allí, esta teoría pasó, todavía inacabada a los artícu- aplicación práctica del Derecho. La cuestión de los criterios según
los 177,107 y 148 de la CCC. La ciencia del Derecho común distinguió, pues, los cuales debe distinguirse entre la comisión del hecho propio como
siguiendo el ejemplo de la italiana, entre distintas formas de participación, autor, como coautor o como autor mediato, y el favorecimiento de un
aunque en sentido distinto que el Derecho vigente. La distinción objetiva hecho ajeno por inducción y complicidad, cuenta entre los problemas
entre autoría y participación con arreglo al criterio de la realización de una m á s discutidos y dudosos del Derecho Penal alemán. P u n t o de partida
acción ejecutiva (causa physica) o de una acción de mero auxilio (causa mo-
de la polémica fue la cuestión de la delimitación entre coautoría y
ralis) no se impuso hasta que tuvo lugar la influencia de Bóhmers. lia, delimi-
tación actual entre autoría, inducción y complicidad procede del Code penal
francés (art. 60), que llegó al RStGB a través del StGB prusiano de 1851.9 10 Cfr. sobre el § 14 OWiG los comentarios de Góhler; también crítica-
mente, Cramer, Grundbegriffe, págs. 80 y ss.; R. Schmitt, Ordnungswidrigkeiten-
recht, págs. 36 y ss.; Lange, Maurach-Festschrift, págs. 237 y ss., que alude a
7 Baumann, Allg. Teil, pág. 542; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 165; Dre- otras posibilidades de excepción discutibles, y, en contra, con amplia funda-
her, § 25 Vorbem. 1; Herzberg, Táterschaft, págs. 1 y ss.; Lackner, § 25 Vorbem. mentación, Welp, VOR 1972, 299 y ss. Cfr., por lo demás, sobre la controversia
1; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 1; SK (Samson), § 25 Anm. 2; entre Cramer, Dreher y Kienapfel, mpra, § 7 V, nota 36.
Roxin, Einführung, pág. 27. 11 Goehler, § 14 OWiG Anm. 2 apunta a la posibilidad de que la falta de
8 Cfr. sobre esto Engelmann, Binding-Festschrift, t. II, págs. 394 y ss.; características personales, con arreglo al § 28 I StGB, sea contemplada en la
Heimberger, Die Teilnahme, págs. 98 y ss.; Schaffstein, Die allgemeinen Lehren, determinación de la pena de multa, pero la ley no contiene, para este caso, nin-
páginas 169 y ss. gún límite máximo de la pena de multa que se corresponda con el § 49 I, núm. 2
9 Cfr. Goltdammer, Materialien Teil I, pág. 299. inciso 2.°.
892 § 61. Teoría de autoría y participación III. Concepto restrictivo de autor 893
complicidad, ampliándose más tarde la discusión a la relación que Desde el prisma del concepto restrictivo de autor, la previsión de es-
guardan la autoría mediata y la inducción. Finalmente, se añadió el peciales formas de participación, como la inducción y la complicidad,
problema del "autor tras el autor". significa que la punibilidad se amplía a acciones que quedan fuera del
tipo, pues con arreglo al propio tipo sólo podría castigarse al que por
Ejemplos: Si la hermana de la madre ilegítima ahoga al recién nacido sí mismo mata, hurta u ofrece resistencia. Otros intervinientes que
a petición de la última, para evitar su deshonra, se pregunta si debe ser se limitan a determinar al autor a la comisión del hecho o a auxiliarle
castigada como autora por la comisión de propia mano o sólo como cómplice
por faltar en ella un interés propio (cfr. RG 74, 84). Si un servicio secreto en el mismo, deberían quedar impunes si no existiesen los especiales
extranjero ordena a un agente que dé muerte a un político exiliado, el que preceptos penales que regulan la inducción y la complicidad.
confiere el encargo puede ser responsable, en principio, de inducción del 2. Si la realización de la acción típica ya significa objetivamente
autor, de comisión mediata a través de un instrumento dependiente o de algo distinto a su favorecimiento, se deduce por sí solo que autoría
coautoría (cfr. BGH 18, 87). Para el "hombre que se encuentra en el apa- y participación también deben distinguirse con arreglo a criterios ob-
rato central de poder de la organización", que hace trabajar a su gente para jetivos. Por ello, el concepto restrictivo de autor va unido a una teo-
sí, podría estimarse coautoría, autoría mediata y autoría accesoria (cfr. in- ría objetiva de la participación.16 Ésta es defendida de las dos for-
fra, § 62 II 8). mas siguientes:
a) La antigua teoría objetivo-formal16 se atiene estrictamente a
Para resolver la cuestión de la delimitación debe partirse del con-
la literalidad de las descripciones de la acción por parte de los tipos
cepto de autor, ya que sólo a partir del mismo puede aclararse lo que
y considera autor, sin atención al peso de su cooperación a la totalidad
deba entenderse como participación en sentido estricto (concepto pri-
del suceso, a todo aquel cuyo comportamiento entra dentro del círculo
mario de autor).12 Por el contrario, no es procedente obtener el con-
que quiere abarcar el tipo, mientras que se entiende que únicamente
cepto de autor, por decirlo así, mediante una sustracción, conside-
puede ser partícipe aquel que aporta cualquier otra contribución cau-
rando autor dentro del marco de la causalidad a todo aquel que no
sal al hecho.
sea partícipe, puesto que por esta vía el concepto de autor perdería
sus perfiles jurídicos (concepto secundario de autor).12 b) Los defectos de la teoría objetivo-formal se pusieron de mani-
fiesto en los puros delitos de resultado, ya que en ellos la acción con-
siste solamente en la causación del resultado típico y falta una des-
III. Concepto restrictivo de autor y teoría objetiva de la partici- cripción de lo injusto de la acción apropiada para diferenciar autoría
pación y participación. Para estos casos, la teoría objetivo-material17 ofrece
1. El nuevo Derecho contiene, en el § 25 I, una definición de la un complemento mediante la perspectiva de la mayor peligrosidad que
autoría individual y de la autoría mediata que parte de la base de debe caracterizar a la contribución del autor al hecho en comparación
que es autor quien "comete" el hecho. Como las acciones punibles, sin con la del cómplice. También se atendió a la diferencia que apareciese
embargo, no son otra cosa que las formas de delito descritas en la Par- en la especie e intensidad de la relación causal.18
te Especial, es evidente que el concepto de autor se vincula al tipo de 3. El concepto restrictivo de autor constituye el punto de partida
la correspondiente clase de delito. Según esto, autor es, sólo, quien aceptable, porque se basa en la descripción de la acción efectuada en
comete por sí mismo la acción típica, mientras que la sola contribu- el tipo legal, que es donde el propio legislador ha dado a entender lo
ción a la causación del resultado mediante acciones no típicas no pue-
de fundamentar autoría alguna (concepto restrictivo de autor).14
15 Constituye, aquí, una excepción, Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Vor-
bem. 67, que vincula el concepto restrictivo de autor a una teoría subjetiva de
12 Así la doc. dom.; cfr. Lange, Der moderne Táterbegriff,, págs. 4 y ss.; la participación moderada.
Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem. I ; H. Mayer, GrundriB, pág. 151; Maurach, 16 Cfr. Grünhut, J W 1932, 366; Hegler, RG-Festgabe, pág. 307; v. Hippel,
Allg. Teil, págs. 632, 635; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 27; Wel- tomo II, págs. 453 y ss.; v. Liszt/Schmidt, págs. 334 y ss.; Mezger, Lehrbuch,
zel, Lehrbuch, pág. 98; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 397. página 444; Zimmerl, ZStW 49 (1929), pág. 46. Sobre esto, Stratenwerth, Allg.
13 En esta línea, sin embargo, Bockelmann, Untersuchungen, página 76 Teil I, núm. 738.
Anm. 106. 17 Así, por ejemplo, Liepmann, Einleitung, pág. 70; Dahm, Táterschaft
14 Las denominaciones de concepto "restrictivo" y "extensivo" de autor se und Teilnahme, pág. 43. Sobre esto, Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pá-
remontan a Zimmerl, ZStW 49 (1929), págs. 41, 45. En favor del primero, sobre ginas 38 y ss.
todo la antigua doctrina; cfr. Beling, Die Lehre vom Verbrechen, pág. 250; Graf 18 Cfr. Feuerbach, Lehrbuch, 13.* ed., págs. 74 y ss.; v. Birkmeyer, Die
zu Dohría, Verbrechenslehre, pág. 59; Frank, § 47 Vorbem. I I ; H. Mayer, Lehr- Lehre von der Teilnahme, págs. 112 y ss.; Frank, § 47 Vorbem. II (pág. 104):
buch, pág. 300; Grünkut, J W 1932, 366; Wegner, Strafrecht, pág. 249. Cfr. so- Autoría es la colocación de una "causa" (Ursache), participación la colocación
bre esto, también, Maurach, Allg. Teil, págs. 623 y ss. y Blei, Allg. Teil, págs. 219 de una "condición" (Bedingung). Sobre esto, críticamente, Engisch, Kausalitat,
y ss., que parten del concepto restrictivo de autor. página 79; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 741.
IV. Concepto extensivo de autor 895
894 § 61. Teoría de autoría y participación
condiciones del resultado (cfr. supra, § 28 II 1). Según la misma, es
que quiere que se entienda por autoría en los distintos tipos de delito.19
autor todo aquel que ha contribuido a causar el resultado típico, sin
La teoría objetivo-formal ha encontrado expresión en el § 25 I en
necesidad de que su contribución al hecho consista en una acción tí-
la medida en que en todo caso es autor aquel que comete por sí mismo
pica. Según ella, también el inductor y el cómplice son en sí autores,
el hecho punible. Pero más allá no cabe sostener esta teoría. No cabe
pero el establecimiento de especiales preceptos penales para la par-
discutir, ciertamente, que la misma posee la ventaja de la claridad,
ticipación pone de manifiesto que estas formas de intervención en el
mas ello implica el precio demasiado elevado de un formalismo rígi-
marco del concepto global de autor deben tratarse de forma distinta
damente vinculado a la letra de la ley. Una objeción decisiva en contra
a la autoría misma. La inducción y la complicidad, aparecen, así,
de esta teoría es, sobre todo, el hecho de que no permite aprehender
como causas de restricción de la pena. Si se considera autor a todo
en absoluto la autoría mediata y la coautoría solamente en aquellos
aquel interviniente mediante una aportación causal al hecho, en la
intervinientes que, por lo menos, realizan una parte del tipo.
medida en que no llegue a beneficiarse como inductor o cómplice de
Ejemplos: Quien envía a su hijo de cinco años a casa de su tía rica, una causa de restricción de la pena, la punibilidad del autor mediato,
con objeto de que le regale un bombón envenenado para su cumpleaños, es que hace actuar a otro en su lugar, así como la del coautor que no
asesino en autoría mediata y no puede quedar impune por falta de un hecho realiza ninguna acción típica, se deducen sin más. El concepto exten-
principal dolosamente cometido. Quien, de acuerdo con un plan común, sivo de autor hace posible, pues, que no pueda existir ninguna apor-
desvía la atención de la tía mientras otro le vierte el veneno en su taza es tación causal al hecho que, por lo menos en principio, no pueda ser
coautor del envenenamiento y no sólo cómplice. aprehendida por el Derecho Penal.
2. Pero si autoría y participación no pueden distinguirse objeti-
Tampoco la teoría objetivo-material, entendida de forma pura-
vamente, porque ambas son equivalentes desde un prisma causal, so-
mente objetiva, basta para aprehender todos los momentos relevan-
lamente resta la posibilidad de buscar la distinción en un criterio
tes del hecho punible, pues la peligrosidad de las distintas contribu-
subjetivo. De ahí que el concepto extensivo de autor vaya unido a la
ciones al hecho no resulta determinada solamente por el suceso exter-
no, sino también por todo el plan de los intervinientes. Auque pudie- teoría subjetiva de la participación.21 Según la misma, es autor quien
ran efectuarse graduaciones en la relación de causalidad, tampoco re- realiza una aportación causal al hecho, cualquiera que sea su conte-
sultarían decisivas, ya que lo importante para la imputación de un nido, con voluntad de autor, mientras que es partícipe quien al ha-
hecho es la forma de conducción del suceso causal. cerlo únicamente posee voluntad de partícipe. El autor quiere el
hecho "como propio", tiene "animus auctoris", el partícipe quiere
Ejemplos: Si "A" sirve a la tía el café en el que "B", por orden del pri- el hecho como "ajeno", actúa con "animus socii". Esta fórmula del
mero, ha vertido el veneno, "A" es autor, "B" cómplice. Si "A" no sabe ánimo ha sido acogida por el RG apelando a los motivos (RG 3, 181
nada del veneno, "B" se convierte en autor mediato aunque nada haya cam- [182 y ss.]), 22 sirviéndose también de ella la Jurisprudencia del BGH,
biado en el curso externo del hecho. abstracción hecha de algunas sentencias aisladas que tienden a una
tercera opinión que enseguida se expondrá (BGH JR 1955, 304 [305];
IV. Concepto extensivo de autor y teoría subjetiva de la partici- BGH 8, 393 [396] ; 19, 135 [139]). La distinción entre autoría y par-
pación ticipación ha pasado a ser así en amplia medida, en la aplicación prác-
tica del Derecho, de ser una cuestión del tipo a convertirse en un
1. Con la finalidad, sobre todo, de colmar las lagunas de punibili- problema de fijación de la pena.
dad que implicaba la aplicación consecuente del concepto restrictivo
de autor, se contrapuso al mismo el concepto extensivo de autor.20 Ejemplos: Aunque el sujeto coopere en la violación ejerciendo la vio-
El fundamento dogmático de esta teoría es — coincidiendo en este lencia sobre la víctima, puede, no obstante, ser sólo un cómplice (RG 3,
punto con el concepto unitario de autor (cfr. supra, § 61 II 1) — la 181 [182 y ss.]). Quien en un asesinato solamente asume el aseguramiento
idea básica de la teoría de la condición de la equivalencia de todas las del autor, sin colaborar en la acción homicida, puede, pese a ello, ser co-

19 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 623 y ss.; Schonke/Schroder/Cramer, 21 Procede de Kóstlin, System §§ 93, 94 y se defiende, hoy, sobre todo, por
§ 25 Vorbem. 7; Schafer, Niederschriften, t. II, págs. 75, 78; LK (Buseh), § 47 Baumann, Allg. Teil, págs. 551 y ss.; Olshausen, § 47 Vorbem. 24; Schonke/
Vorbem. 7; Lackner, § 25 Vorbem. 2. Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 67 y ss. (con la reserva de que siempre es autor
20 Así Baumann, JuS 1963, 126 y ss. (en sentido restrictivo, el mismo, Allg. quien comete el hecho de propia mano); v. Weber, Grundrip, pág. 65. Sobre esto,
Teil, pág. 548); Goetzeler, SJZ 1949, 837 y ss.; Lange, Der moderne Taterbegriff, Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 742 y ss.
páginas 37 y ss.; Kohlrausch, ZStW 55 (1936), pág. 393; Mezger, Lehrbuch, pá- 22 También aquí sentó las bases teóricas v. Buri, Die Causalitat, págs. 41
ginas 415 y ss.; Olshausen, § 47 Vorbem. 20; Eb. Schmidt, Frank-Festgabe, t. II,
páginas 117 y ss.; Roeder, ZStW 69 (1957), pág. 238. y siguientes.
896 § 61. Teoría de autoría y participación V. La teoría del dominio del hecho 897
autor (RG 63, 101). Quien induce a una mujer que actúa de propia mano y tiene en el hecho para obtener de ello un indicio objetivo de la en-
con plena responsabilidad a un aborto sobre sí misma, es autor y no sólo tidad y especie de la voluntad criminal (teoría de los intereses), ello
inductor si posee voluntad de autor (RG 74, 21 [23]). El que da muerte al no constituye ningún criterio manejable, ya que no pocos tipos prevén
niño recién nacido por solicitud y en interés de la madre ilegítima es sólo expresamente una actuación en interés ajeno (por ej., §§ 216, 253,
cómplice y no autor (RG 74, 84 [85]; ** en sentido paralelo, BGH VRS 24,
263, 289). Por ello, sólo queda la posibilidad de buscar el criterio de-
184 [188]). Quien determina la detención injustificada de otra persona
es autor de detenciones ilegales (BGH 3, 4 [5]). Incluso dos homicidios cisivo en la actitud interna de los intervinientes, pero de esta suerte
cometidos de propia mano por encargo de un servicio secreto extranjero se abandona el plano del tipo y se pasa a una consideración de la
pueden aparecer como puros actos de complicidad al asesinato (BGH 18, 87 culpabilidad basada en el sentimiento (de forma característica, BGH
[90]). 24 Quien echa a un accidentado del vehículo en marcha a requeri- 18, 87 [95 y ss.]). Finalmente, la teoría subjetiva contradice, en su
miento del conductor, ocasionando así la muerte al primero, sólo es cómpli- consecuencia más esencial, según la cual el que actúa de propia mano
ce (BGH GA 1963, 187). Quien en un atraco bancario asume la función de y con plena responsabilidad también puede ser cómplice si no quiere
aseguramiento en la ventanilla, es coautor sólo en el caso de que actúe con el hecho "como propio", el Derecho vigente, puesto que el § 25 I
voluntad de autor (BGH DaUinger MDR 1973, 729). Pese a la ejecución de ("quien cometa por sí mismo el hecho") prescribe ahora expresamen-
propia mano del homicidio, el interviniente sólo es cómplice cuando care- te para este caso la estimación de autoría. 27
ce de interés propio y únicamente quiere evitar aparecer como cobarde
ante los demás intervinientes (BGH DaUinger MDR 1974, 547). M
V. La teoría del dominio del hecho
3. Tanto el concepto extensivo de autor como la teoría subjetiva
de la participación deben rechazarse. Contradicen la estructura bási- 1. Ni una teoría puramente objetiva ni otra puramente subjetiva
ca del Derecho Penal vigente, que se basa en tipicidades descritas y resultan, pues, apropiadas para fundamentar de forma convincente
delimitadas de forma predominantemente objetiva.26 La ampliación la esencia de la autoría y, al mismo tiempo, para delimitar acertada-
de la punibilidad a toda contribución causal y culpable ^ál hecho di- mente entre sí autoría y participación. Por el contrario, es preciso
solvería en la práctica los tipos. Especialmente en los delitos de pro- buscar una síntesis de ambas opiniones doctrinales, cada una de las
pia mano y en los delitos especiales, la existencia de tipicidades es- cuales caracteriza correctamente una cara del problema, pero que
peciales para la autoría mediata (§§ 160, 271) pone de manifiesto que aisladamente consideradas desvirtúan el sentido de su totalidad. Ésa
el extraño en modo alguno es considerado con carácter general como es la meta de la teoría del dominio del hecho, que recientemente ha
posible autor, por mucho que haya querido el hecho "como propio". alcanzado una posición dominante en la ciencia.28 El punto de partida
Se añade a esto que la fórmula del ánimo no proporciona ningún ele- para la solución de la cuestión es el concepto restrictivo de autor y
mento racional susceptible de prueba para la distinción, sino que la conexión que supone con el tipo legal. No toda contribución causal
convierte el problema de la delimitación en una cuestión de determi-
nación de la pena. Aun cuando, como a menudo sucede en los tribu- 27 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 165; Dreher, § 25 Vorbem. 2; Herz-
berg, Táterschaft, págs. 2 y ss.; Preisendanz, § 25 Vorbem. 2b ce; Roxin, Einfüh-
nales (RG JW 1937, 2.509; RG 74, 84 [85]; BGH 6, 226 [229]; 18, rung, págs. 28 y ss.; el mismo, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 546 y ss.;
87 [95]), se atienda al distinto grado de interés que el interviniente Schonke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 68; SK (Samson), § 25 Anm. 19;
Wessels, Allg. Teil, pág. 96. En este sentido, también, el Proyecto 1962, Begrün-
dung, pág. 149 y AE, Begründung, pág. 167. Defiende la posición contraria, Bau-
23 Críticamente, sobre esto, Klee, ZAK 1940, 188; Graf zu Dohna, DStr mann, Allg. Teil, pág. 554. De otra opinión para casos extremos (por ej., homici-
1940, 120; sobre el trasfondo de esta sentencia, Hartung, JZ 1954, 430. dio en cumplimiento de una orden), también, Lackner, § 25 Anm. 19.
24 De acuerdo, Baumann, NJW 1963, 562 y ss.; Korn, NJW 1965, 1.206 28 Así Blei, Allg. Teil, págs. 223 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 168;
y ss. Críticamente, sobre esto, Schroeder, ROW 1964, 102 y ss. Abiertamente en Gallas, Materialien, t. I, pág. 128; el mismo, Deutsche Beitrage, pág. 13; Heinitz,
contra, Maurach, Allg. Teil, págs. 554 y ss. JR 1954, 405; Herzberg, Táterschaft, pág. 8; Jescheck, SchwZStr 71 (1956), pá-
25 Amplios análisis de la vacilante Jurisprudencia del BGH se encuentran gina 234; Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem. I 3; Lackner, § 25 Vorbem. 2c; Mau-
en Baumann, NJW 1962, 374 y ss.; Dreher, § 25 Vorbem. 2; Sax, JZ 1963, 329 rach, Allg. Teil, pág. 627; Niese, DRiZ 1952, 23; Roxin, Táterschaft und Tat¿
y ss.; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 557 y ss.; LK (Busch), § 47 herrschaft, págs. 107 y ss. (pero, fundamentalmente, en distinto sentido, en los
Vorbem. 18 y ss. delitos consistentes en la infracción de un deber, págs. 352 y ss.); Sax, ZStW 69
26 Cfr. para la crítica de la teoría subjetiva de la participación Beling, (1957), págs. 432 y ss.; Schroeder, Der Táter hinter dem Tater, págs. 70 y ss.;
GS 101 (1932), pág. 10; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 167; H. Bruna, Kritik der Welzel, Lehrbuch, pág. 100; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 750 y ss.; Eser,
Lehre vom Tatbestand, pág. 56; Gallos, Materialien, t. I, págs. 123 y ss.; el mis- Strafrecht II, núm. 37 A 15 y ss.; SK (Samson), § 25 Anm. 18; Wessels, Allg.
mo, Deutsche Beitrage, págs. 7 y ss.; Herzberg, Táterschaft, págs. 5 y ss.; M. E. Teil, pág. 97. El primer hito de esta teoría se encuentra en Welzel, ZStW 58
Mayer, Lehrbuch, pág. 402; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 583 y (1939), pág. 539. Sustenta una teoría del dominio del hecho cimentada subjetiva-
siguientes\ el mismo, Kriminalpolitik, págs. 20 y ss.; Sax, JZ 1963, 330 y ss.; mente Nowakowski, JZ 1956, 546. En este contexto hay que mencionar, también,
Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 745 y ss.; Spendel, JuS 1969, 314 y ss.; SK la " teoría de la totalidad" de Schmidhüuser, Allg. Teil, pág. 582, que, sin em-
(Samson), § 25 Anm. 17; Wessels, Allg. Teil, págs. 95 y ss. bargo, no se concibe, a modo de definición, sino fenomenológicamente.
898 § 61. Teoría de autoría y participación
V. La teoría del dominio del hecho 899
al resultado típico puede, pues, fundamentar la autoría, sino en prin- b) El segundo grupo de casos se refiere a la cooperación de varios
cipio sólo la realización de una acción típica. Ésta, sin embargo, no en forma de coautoría (§ 25 II). Aquí, todos los intervinientes deben,
puede entenderse únicamente como un actuar con una determinada ac- en primer lugar, ser cotitulares de la decisión común de realizar el
titud, ni como un suceso puramente perteneciente al mundo exterior, hecho, porque sólo entonces pueden tomar parte en el ejercicio del
sino como unidad de sentido objetivo-subjetiva. El hecho aparece, así, v dominio del hecho. Además de esto, todos deben haber aportado ob-
como la obra de una voluntad que conduce el suceso.2» Mas no sólo jetivamente una contribución al hecho que se halle cualificada por
la voluntad de conducción resulta decisiva para la autoría, sino tam- su importancia para el resultado y que en todo caso no constituya so-
bién la importancia material de la parte que cada interviniente asu- lamente un acto preparatorio. La más adecuada forma de "distribu-
me en el hecho. Por ello, sólo puede ser autor quien, en atención a la ción de funciones" puede, no obstante, determinar en la coautoría
importancia de su aportación objetiva, contribuya a dominar el cur- mediata que también baste para la punición por autoría una contri-
so del hecho. bución al hecho que formalmente no entre en el ámbito de la acción
2. Se sigue de lo anterior, en primer lugar, que la realización típica. Baste con que constituya una parte necesaria de la ejecución
de propia mano y plenamente responsable de todos los elementos del del plan global, según una adecuada "división del trabajo" (dominio
tipo fundamenta siempre la autoría (en distinto sentido, RG 74, 84 del hecho funcional).92
[85] y BGH 18, 87 [89]). Éste es, también, el sentido del nuevo § 25
I, primer supuesto, según el cual se castiga como autor a "quien co- Ejemplos: Quien, en concepto de jefe de una banda de atracadores, di-
mete por sí mismo el hecho punible" (cfr. supra, § 61 IV 3). rige en el lugar del hecho las actuaciones de sus hombres, es un coautor,
3. El concepto de autor, sin embargo, no puede limitarse, como aun cuando no sustraiga por sí mismo el botín. Quien, por el contrario, no
suponía la teoría objetivo-formal, a la realización de una acción tí- es puesto al corriente del plan proyectado de un robo con homicidio hasta
pica en el sentido estricto de la palabra. La interpretación de los tipos momentos antes del hecho y se limita a poner a disposición las armas homi-
cidas y a infundir ánimo a los autores afirmando que permanece en las
pone de manifiesto, por el contrario, que la descripción de la acción, proximidades del lugar del hecho, es solamente un cómplice (en distinto
cuando el resultado tiene lugar mediante la cooperación de varias per- sentido, OGH 1, 365 [367]).
sonas, ha de entenderse de una forma material que amplíe el sentido
literal. El tipo sólo puede realizarse, según esto, bajo ciertos presu- 4. En la Jurisprudencia del BGH domina la teoría subjetiva (cfr.
puestos y por parte de aquellos intervinientes que, aun no realizando supra, § 61 IV 2). Ha influido en ello, sobre todo, la problemática de
una acción típica en sentido formal, hacen algo equivalente desde el los delincuentes nacional-socialistas. En el enjuiciamiento de asesina-
punto de vista valorativo. tos ordenados por organizaciones, los tribunales se han resistido nor-
a) En primer lugar, ello tiene lugar en los casos de autoría me- malmente a estimar autoría cuando los ejecutores se encuentran en
diata admitidos por la doctrina y la Jurisprudencia (§ 25 I, segundo la esfera de poder del que imparte la orden, inclinándose, en cambio,
supuesto) en los cuales el hombre de atrás se sirve para la comisión a la complicidad en base a la teoría subjetiva de la participación.33
del hecho de otra persona y mediante su "prevalencia" 80 consigue Únicamente en las sentencias que a continuación se refieren ha apli-
un dominio del hecho equivalente a la comisión directa. Quien, por cado el BGH expresamente la teoría del dominio del hecho.
el contrario, induce a una persona que actúa típica, antijurídicamente
y con plena responsabilidad, es inductor aunque "domine" a la otra tario del hombre de atrás, por el contrario, la doctrina, que va abriéndose paso,
persona de forma puramente fáctica en mayor o menor medida, pues del "autor tras el autor", cfr. en este sentido Baumann, NJW 1963, 564; Hard-
wig, GA 1954, 260 y ss.; Jager, MSchrKrim 1962, 79; Maurach, Allg. Teil, pági-
la resolución de cometer el hecho se toma en tales casos, generalmente, na 632; Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem. I 5 B 2 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 227,
bajo la poderosa influencia del hombre de atrás (cfr. los medios de en caso de error de prohibición vencible y dominio voluntario, en virtud de un
aparato organizativo de poder también Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft,
inducción enumerados por vía de ejemplo en el § 48 ant. red.) .81 páginas 591 y ss.; el mismo, Lange-Festschrift, págs. 177 y ss.; el mismo, GA
1963, 199 y ss. Fundamentalmente Schroeder, Der Táter hinter dem Táter, pági-
nas 119 y ss. En contra de esta teoría, acertadamente, Spendel, Lange-Festschrift,
29 Así Gallas, Materialien, t. I, pág. 128. Pero debe concederse a Engisch, página 171.
ZStW 66 (1954), págs. 383 y ss., que se trata de una "imagen", aunque no resul- 32 Cfr. Gallas, DRZ 1950, 67 y ss.; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft,
te posible más que una descripción gráfica del fenómeno. páginas 275 y ss., 597 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 659; Lackner, § 25 Anm.
30 Así primero Hegler, RG-Festgabe, pág. 307. 2b bb; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 825; SK (Samson), § 25 Anm. 43; Wessels,
31 Así también Gallas, Materialien, t. I, pág. 134; el mismo, Deutsche Bei- Allg. Teil, pág. 98. En sentido restrictivo, Herzberg Táterschaft, pág. 57 y ss.
trage, págs. 14 y ss.; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 313; Dreher, § 26 Anm. 4; Herz- 33 Cfr. sobre esto, críticamente, Baumann, en: Henkys, Die nat. soz. Gewalt-
berg, Táterschaft, pág. 19; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 158; verbrechen, pág. 317; Hanack, Bestrafung nat. soz. Gewaltverbrecher, págs. 34
Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 771 y ss.; Welzel, SJZ 1947, 650; Wessels, Allg. y ss.; LK (Busch), § 47 Vorbem. 19a; también la resolución de la comisión del
Teil, pág. 100. En favor de considerar presente autoría en caso de dominio volun- DJT, JZ 1966, 715.
900 § 61. Teoría de autoría y participación VII. La dependencia de la participación 901
Ejemplos: En el tráfico de divisas importa para la autoría hasta qué glo al § 315c I, núm. 2b, en relación con el párrafo 3, núm. 2). Concurre ho-
punto cada interviniente ha compartido el dominio del curso del hecha micidio imprudente en autoría accesoria cuando dos trabajadores de la
(BGH JR 1955, 304 [305]). Quien mata a un hombre de su propia mano construcción arrojan entre ambos un madero a la calle de forma tan impru-
es autor aunque lo haga bajo el influjo y en presencia de otra persona y dente que resulta muerto un peatón.
únicamente en interés de ésta (BGH 8, 393 [396]). En caso de un doble
suicidio en el que uno de ellos resulta frustrado, el superviviente es autor, VII. La dependencia de la participación respecto del hecho princi-
según el § 216, si ha tenido en su mano hasta el último momento el proceso
pal (accesoriedad)
que conduce a la muerte (BGH 19, 135 [140]). S4 Cfr. también las esporá-
dicas manifestaciones que se contienen en BGH 11, 268 (272); 13, 162 1. L a participación (inducción y complicidad) depende de la exis-
(166); 16, 12 (15), de las cuales la última caracteriza a la autoría mediata tencia de un hecho principal doloso (accesoriedad), pues únicamente
ya sólo como "punto de referencia". mediante la comisión de un hecho principal se consuma el tipo de in-
j u s t o de los §§ 26 y 27. Además, la exigencia de accesoriedad t a m -
VI. La intervención en el delito imprudente bién desempeña un papel en la coautoría. Como aquí, la contribución
de un interviniente al hecho se completa mediante la del otro hasta
Cuando varias personas cometen conjuntamente un delito por im- la plena realización del tipo del delito, surge, igualmente, la cuestión
prudencia inconsciente, no resulta posible la distinción de autoría y de los elementos del concepto de delito que deben concurrir en todos
participación, porque falta en todos los intervinientes por igual la los actos parciales vinculados. 87 La accesoriedad requiere que el hecho
previsión del resultado típico, y por ello, no puede hablarse de u n principal reúna determinadas condiciones jurídicas.
dominio del suceso en ninguno de ellos. 86 P o r el contrario, en la culpa
consciente es en sí imaginable una clasificación como la que tiene lu- Hasta 1943 s8 rigió el principio de la accesoriedad extrema, según la
g a r en el delito doloso, ya que aquí los intervinientes se representan cual el autor principal tenía que haber cometido una acción "punible"
la realización del tipo como posible consecuencia de su hacer. Sin ("strafbare"). Se entendía por tal una acción que, según su tipo, antiju-
embargo, en los §§ 26 y 27 la ley sólo castiga la participación dolosa. ricidad y culpabilidad, debía reunir todos los elementos de la punibilidad,
Lo importante p a r a las graduaciones dentro de la imprudencia es, salvo las causas personales de exclusión de la pena y los presupuestos pro-
únicamente, el grado de la vulneración del deber de cuidado y ésta cesales.39 Precipitadamente y sin una clara previsión de las consecuencias,40
la VO del 29 de mayo de 1943 (RGB1. I pág. 341) introdujo la accesoriedad
se mide con arreglo a criterios distintos de los que puede proporcionar
limitada con objeto de colmar supuestas lagunas de punibilidad, aunque
la teoría del dominio del hecho. 36 Por eso, es autor del delito impru- gracias al § 4 JGG 1923 la cuestión de la accesoriedad había sido resuelta
dente todo aquel que, vulnerando el cuidado exigible en el tráfico, desde hacía tiempo en relación a la participación en hechos de menores
contribuye a realizar el tipo, debiéndose atender, evidentemente, al en el sentido de la limitación y los demás casos podían ser aprehendidos
hecho de que en la medida en que no se t r a t e de u n p u r o delito de r e - sin problemas por la figura generalmente reconocida de la autoría mediata.
sultado (por ej., §§ 222, 230, 309), aquél debe realizar también los El hecho principal ya sólo necesitaba constituir una "acción conminada
elementos de la acción p a r a poder ser castigado (por ej., §§ 163, 310b con pena" (§§ 48 I y 49 ant. red.). El sentido que debía atribuirse a eso se
IV, 315c I I I , núm. 2, 316 II, 326, 330a). Tampoco en la culpa cons- desprendía del § 50 I ant. red., que determinaba que todo interviniente
ciente cabe una distinción entre autoría y participación (cfr. supra, debía resultar "punible según su culpabilidad y con independencia de la
§ 54 I V ) . culpabilidad de los demás". En esta regulación resultaba especialmente
discutible la cuestión de si la posibilidad de participación dependía o no
Ejemplos: Si la acompañante induce al conductor a conducir descuida- del dolo del autor (cfr. sobre esto edición anterior, págs. 498 y ss.).
damente y contribuye así a causar un accidente, ambos son autores de ho-
micidio imprudente (pero sólo el conductor será castigado además con arre- 2. El nuevo Derecho h a decidido esta polémica de acuerdo con la
doctrina ya entonces dominante y en p a r t e también con la J u r i s p r u -
34 En sentido crítico, en definitiva, Dreher, MDR 1964, 337; Paehler, MDR dencia (BGH 9, 370), en el sentido de que la inducción y la complici-
1964, 648 y ss.; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 567 y ss.
35 Cfr. Gallas, Materialien, t. I, págs. 128 y ss.; el mismo, Deutsche Bei- 37 También así, LK (Busch), § 47 Vorbem. 28; Stratenwerth, Allg. Teil I,
trage, pág. 18; Herzberg, Taterschaft, págs. 72 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pági- número 831.
na 626; Schbnke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 18; Stratenwerth, Allg. Teil I, 38 Sobre la antigua evolución del concepto de accesoriedad, cfr. Schlutter,
número 1.152; Welzel, Lehrbuch, pág. 99. Zur Dogmengeschichte der Akzessorietat, págs. 13 y ss.
. 36 Cfr. Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, 2.' ed. 1967, págs. 551 y ss. 39 Cfr. Frank, § 48 Anm. II 2; § 49 Anm. I; RG 31, 395 (396); 57, 272
Según la doc. dom., la intervención imprudente en un hecho doloso, constituye (273); 70, 26 (27). En distinto sentido, ya entonces, Kantorowicz, Tat und Schuld,
autoría accesoria (cfr. supra, § 54 IV). En contra de la punibilidad de quien ac- páginas 120 y ss.
túa, imprudentemente, en tales casos, Spendel, JuS 1974, 756. 40 Cfr. Oehler, Festschrift zum 41. DJT, pág. 255.
902 § 61. Teoría de autoría y participación VII. La dependencia de la participación 903
41
dad presuponen un hecho principal dolosamente cometido. Ello re- con arreglo al § 30, mientras que todos los demás casos deben quedar
sulta importante, sobre todo, para los delitos especiales y de propia impunes.
mano, ya que en ellos desaparece la posibilidad de autoría mediata. 4. La participación no se debe a sí misma su contenido de injusto,
sino que éste le procede del favorecimiento de un hecho ajeno. Por
Ejemplos: Quien induce a un médico a efectuar una imprudente decla- ello, la limitación de la accesoriedad no puede llegar en sí misma tan
ración de un hecho sometido al deber de secreto, no puede ser castigado por lejos que resulte restringido el contenido de injusto del hecho prin-
inducción a la violación del secreto (§ 203 núm. 1) (en sentido distinto, BGH
4, 355; 5, 47). Quien hace creer al conductor de un vehículo implicado en un cipal. Una rígida regulación de la accesoriedad que extendiese sin
accidente que el otro interviniente ha renunciado a las comprobaciones usua- más a todos los Íntervinientes todo elemento del injusto que cualifi-
les, no puede ser condenado por complicidad con relación al § 142 (cf r. el caso case o atenuase el hecho principal, operaría, sin embargo, de forma
OLG Stuttgart JZ 1959, 579).« injusta, ya que las circunstancias que modifican la punibilidad pue-
den resultar tan estrechamente vinculadas a la persona que única-
La crítica de esta regulación se apoya en las lagunas de punibili- mente puedan grabar o beneficiar a aquellos intervinientes en los
dad que supone,43 pero es más importante el hecho de que aquélla per- que efectivamente concurran también. Por ello, el § 28 II determina
mita mantener la determinación que el dolo confiere a los tipos a los que los elementos personales especiales que agraven, atenúen o ex-
que se refiere la participación. cluyan la pena solamente podrán imputarse a aquel interviniente en
3. Sigue siendo dudosa la cuestión de si para la punibilidad del el que concurran.44* La situación del partícipe no solamente puede
partícipe basta que el mismo haya creído erróneamente que el autor resultar atenuada por esta regulación, sino también agravada, pues
actuaría dolosamente. El tipo del hecho principal desde esta perspec- los elementos personales agravatorios que aun concurriendo en él no
tiva permanece intacto, al menos en la mente del partícipe. También concurran en el autor, le agravan, y las circunstancias personales ate-
se respeta el tipo de participación, pues el partícipe ha cooperado en nuantes que reúne el autor pero no él, no le benefician. Completando
un hecho antijurídico, que, según su creencia, realiza plenamente el el § 28 II, el § 28 I determina, en beneficio del partícipe no cualificado,
tipo objetivo y subjetivo. El precepto del § 32 Pr. 1962, que pretendía que en caso de faltar elementos personales especiales que fundamen-
hacer expresamente suficiente la suposición del dolo, no ha sido adop- ten la punibilidad del autor, deberá atenuarse la pena con arreglo al
tado por el nuevo Derecho (cfr. BT-Drucksache V-4.095, pág. 13). § 49 I.
Una vez que la ley requiere expresamente en los §§ 26 y 27 el dolo del a) Resulta dudoso qué deba entenderse por "elementos persona-
autor principal para la punibilidad del partícipe, ya no cabrá con- les especiales".46 Según la definición del § 14 I, se trata de "especia-
tentarse con un dolo supuesto sin violar la prohibición de analogía. les características, relaciones o circunstancias personales". Para los
(En sentido distinto, la edición anterior, pág. 499.) u Esto significa elementos personales modificativos de la pena del § 50 III ant. red.,
que únicamente puede castigarse por inducción intentada a un delito anteriormente se exigió el carácter duradero (RG 25, 266 [267]; OGH
1, 95 [104] ; OLG Braunschweig MDR 1948, 183) .46 Mas, según la
41 Cfr. de acuerdo Bockelmann, Gallas-Festschrift, págs 261 y ss., con más opinión correcta, ello no importa, sino sólo el carácter altamente per-
referencias en nota 2; Dreher, § 25 Vorbem. 10; Lackner, § 25 Vorbem. 4a; Mau- sonal del elemento.47 Debe distinguirse entre elementos personales
rach, Allg. Teil, págs. 674 y ss., 723; SK (Samson), § 26 Vorbem. 27; Wessels,
Allg. Teil, pág. 101.
42 Cfr. sobre esto Herzberg, J u S 1975, 577 y ss.; Roxin, Einführung, pági- 44a Esta disposición debe aplicarse igualmente a ejemplos típicos, de suerte
na 31. que, por ejemplo, la actuación profesional prevista en el § 243 I, núm. 3, única-
43 Pero, también, los críticos consideran que la regulación de los §§ 26 y mente puede gravar a los intervinientes en que concurra; cfr. Dreher, § 243
27 resulta inequívoca y vinculante; cfr. Roxin, Einführung, pág. 32; el mismo, Anm. 44; Wessels, Maurach-Festschrift, pág. 307.
Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 551 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pági- 45 Cfr. las exposiciones de Heidlúnd, Die besonderen persónlichen Merk-
na 539, nota 11; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 36 y ss. Langer, Son- male, págs. 28 y ss.; Jahrig, Die persónlichen Umstande, págs. 56 y ss.; Gerl,
derverbrechen, pág. 468, considera suficiente un "hecho principal conscientemente Die besonderen persónlichen Merkmale, págs. 81 y ss. ¡
lesivo" (sobre este concepto, pág. 301). 46 En este sentido, Frank, § 50 Anm. I I ; Gerland, Lehrbuch, pág. 193;
44 Así la doctrina mayoritaria; cfr. Bockelmann, Gallas-Festschrift, pági- v. Liszt/Schmidt, pág. 347; también así sobre el § 28 Baumann, Allg. Teil, pági-
nas 261 y ss.; Herzberg, Taterschaft, págs. 45 y ss.; Jescheck, SchwZStr 90 na 609.
(1975), pág. 32; Letzgus, Vorstufen, pág. 3 1 ; Maurach, Allg. Teil, pág. 675; Prei- 47 Así, la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 236 y ss.; Gallas, Deutsche
sendanz, § 25 Anm. III 2c aa; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 555 Beitráge, pág. 35; Kohlrausch/Lange, § 50 Anm. I I I ; LK (Busch), § 50 Anm.
y ss.; SK (Samson), § 26 Vorbem. 27; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 17 y ss.; Dreher, § 28 Anm. 6; Maurach, Allg. Teil, pág. 714; el mismo, JuS
36; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 963; Wessels, Allg. Teil, pág. 101. Sostienen 1969, 253; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 28 Anm. 22; Welzel, Lehrbuch, págs. 120
la opinión contraria, Baumann, Allg. Teil, pág. 584; Dreher, § 25 Vorbem. 10; y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 102. En la misma dirección, BGH 22, 375; sobre
Lackner, § 25 Vorbem. 4a; Eser, Strafrecht II, núm. 41 A 22; Schdneborn, la clasificación del "móvil bajo" (§ 211), cfr. Dreher, J R 1970, 146; Jakobs, NJW
ZStW 87 (1975), pág. 911, nota 38. 1969, 489. Por el contrario, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 934, reserva el § 28
904 § 61. Teoría de autoría y participación VII. La dependencia de la participación 905
referidos al hecho y referidos al autor (en el asesinato, por ej., de una [290]; BGH NJW 1955, 720). El § 28 II rige también para la participación
parte, la alevosía, BGH 23, 103 [105] y, de otra parte, los móviles de civiles en hechos militares, según el § 1 III WStG, si el hecho resulta,
bajos, BGH 22, 375 [378 y ss.]).48 Entran dentro del § 28 sólo los ele- al mismo tiempo, punible con arreglo al Derecho Penal general, de suerte,
mentos personales referidos al autor, debiéndose tratar según las que, por ejemplo, el soldado será castigado por coacción de un superior se-
reglas generales de la accesoriedad los elementos referidos al hecho, gún el § 24 WStG y el partícipe civil lo será como inductor o cómplice en
ya que los mismos caracterizan lo injusto del hecho principal que cual- base al § 240.53
bb) Es un elemento personal atenuatorio el actuar por solicitud seria y
quiera puede cometer.49 Según esto, no todos los elementos que contri- expresa de la víctima de homicidio (§ 216), mientras que las demás cir-
buyen a determinar el aspecto personal de lo injusto de la acción cunstancias normalmente posibles en este caso (por ej., capacidad de culpa-
cuentan entre las características, circunstancias y relaciones persona- bilidad disminuida, § 21; la condición de madre ilegítima, § 217) consti-
les (cfr. supra, § 24 III 4). Deben excluirse, por una parte, el dolo y, tuyen, según la apreciación correcta, causas de atenuación de la culpabilidad
por otra parte, entre los subelementos subjetivos del injusto, las in- que se excluyen ya de la posibilidad de participación mediante la limitación
tenciones (RG 56, 171 [173]) (cfr. supra, § 30 II 1), puesto que las de la accesoriedad según el § 29, y ello incluso en el caso de que fundamen-
mismas sólo representan elementos del tipo objetivo reflejadas en lo ten la pena (cfr. infra, § 61 VII 4c).
subjetivo.60 Tampoco pertenecen a este lugar, en los delitos de omisión ce) Que las causas personales de exclusión y de levantamiento de la
impropia, los deberes de garante, pues la prohibición contenida en el pena no impiden la responsabilidad del partícipe (por ej., el desistimiento
tipo de omisión impropia se dirige a todos y el deber de garante úni- de la tentativa que libera de la penalidad con arreglo al § 24, la indemni-
camente encierra el significado de equiparar en la imputación del re- dad de los diputados prevista en el art. 46 I GG), se admitía ya bajo el im-
perio de la accesoriedad estricta, pues una tal "accesoriedad extrema" no
sultado típico el hacer positivo y la omisión.51 Por último, tampoco se ha existido nunca (cfr. supra, § 52 III 2). La admisión de este grupo en
apunta aquí a los elementos objetivos de autoría del § 14 I, núms. 1-3, el § 50 III ant. red. por la VO de 29 de mayo de 1943, fue, por ello, más
a los cuales no cabe referirse desde una interpretación correcta de la perturbadora que esclarecedora.54
definición de elementos personales especiales contenidas en el mismo
precepto (cfr. supra, § 23 VI 2). b) La restricción de la accesoriedad prevista por el § 28 II se
refiere a las variaciones dependientes del tipo básico (cfr. supra, § 26
aa) Son características, relaciones o circunstancias personales agrava- III 2). La cuestión de si el precepto es aplicable también a delitos sui
torias, por ejemplo, la reincidencia (§48) (RG 54, 274 [275]; BGH MDR generis (cfr. supra, § 26 III 3) depende de la interpretación. Cuando
1952, 407), la profesionalidad y la habitualidad (RG 26, 3 ; 61, 268; 71, 72),
el que se haya confiado la cosa al autor en el § 246 segunda modalidad de falta un tipo básico de partida, al que pueda referirse un elemento
acción (posición especial de confianza del autor), 52 la condición de funcio- personal especial como agravatorio o atenuatorio de la pena, la cues-
nario en los impropios delitos de funcionarios (RG 65, 102 [105]; 75, 289 tión debe responderse negativamente.55
c) Los elementos del tipo de culpabilidad, en especial los elemen-
tos de la actitud (cfr. supra, § 42 II 3), no constituyen elementos per-
(prescindiendo de elementos de culpabilidad) a deberes especiales (por ej., § 266 sonales especiales en el sentido del § 28, sino que entran dentro del
segunda modalidad de acción, o § 340, en relación con el § 223). También así
Arzt, JZ 1973, 685. § 29, que establece el principio de la independencia de la culpabilidad
48 Cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 188; Dreher, § 28 Anm. 26; Lackner, de los intervinientes.56 La cuestión de la inclusión en el § 28 o en el
§ 28 Anm. 2a; Schdnke/Schroder/Cramer, § 28 Anm. 12; SK (Samson), § 28
Anm. 16; Wessels, Allg. Teil, pág. 102.
49 La distinción de Langer, Lange-Festschrift, pág. 261, entre "injusto co- 53 Cfr. Schdlz, WStG § 1 Anm. 42, § 24 Anm. 17.
mún" e "injusto especial", resulta demasiado estrecha, puesto que sólo alcanza 54 Cfr. Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 928.
a los elementos del tipo y, por ejemplo, no incluye la reincidencia (aunque sí la 55 Así la doc. dom.; cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 237 y ss.; Frank, § 50 Anm.
profesionalidad). Tampoco la distinción de Herzberg, ZStW 88 (1976), págs. 68 II 2; LK (Busch), § 50 Anm. 14; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 340; Schdnke/Schro-
y ss. y Táterschaft, págs. 124 y ss., entre elementos personales "neutros valora- der/Cramer, § 28 Anm. 26; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 937. En favor de
tivamente" y "referidos a valor" aprehende la esencia del problema. Cfr. sobre la exclusión de los delitos sui generis, Baumann, Allg. Teil, pág. 609; HeinÜtz,
esto las consideraciones de Gallas en Grebing, ZStW 88 (1976), págs. 173 y ss. Berliner DJT-Festschrift, pág. 112; Maurach, Allg. Teil, pág. 716 y ed. anterior,
50 Cfr. Schdnke/Schroder/Cramer, § 28 Anm. 14. página 501.
51 Así, acertadamente, Geppert, ZStW 82 (1970), pág. 70; Gerl, Die beson- 56 La cuestión de la clasificación de los elementos del tipo de culpabilidad
deren personlichen Verháltnisse, pág. 165; Lackner, § 28 Anm. 2a; Preisendanz, es polémica; como el texto, Herzberg, Táterschaft, págs. 121 y ss.; Langer, Lan-
§ 28 Anm. 3; Schdnke/Schroder/Cramer, § 28 Anm. 13; de otro modo, Roxin, ge-Festschrift, págs. 252 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 547. La doc. dom.,
Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 515; Dreher, § 28 Anm. 6; Eser, Strafrecht sin embargo, aplica únicamente el § 29 a las reglas generales sobre exclusión y
II, núm. 42 A 12; Baumann, Allg. Teil, pág. 612; SK (Samson), § 28 Anm. 21, atenuación de la culpabilidad (por ej., §§ 17, 19, 20, 33, 35); así Gallas, Beitráge,
así como, con amplia fundamentación, Vogler, Lange-Festschrift, pág. 283. página 156; el mismo, Diskussionsbeitrag bei Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 174;
52 La cuestión es polémica; como aquí Schdnke/Schrdder/Eser, § 246 Anm. Lackner, § 28 Anm. 1; SK (Samson), § 28 Anm. 14; Schdnke/Schroder/Cramer,
26, con bibliografía. § 28 Anm. 5; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 925; Vogler, Lange-Festschrift,

14. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


§ 61. Teoría de autoría y participación VIII. Derecho comparado 907
906
§ 29 carece, en definitiva, de trascendencia en relación a los elemen- de Baviera, no es punible con arreglo a los §§ 90a I núms. 1 y 27, porque,
tos del tipo de culpabilidad que modifican la pena (por ej., § 217), ya por supuesto, él no ha actuado maliciosamente.
que ambos preceptos excluyen la accesoriedad, pero sí la tiene para 5. La regulación del § 28 abarca, así, todos aquellos elementos
los elementos que fundamentan la pena (cfr. sobre esto infra, § 61 personales especiales que pertenecen al ámbito de lo injusto. En re-
VII 4b). lación al ámbito de la culpabilidad, el § 29 excluye por completo la
Ejemplo: Quien induce a la madre ilegítima a un infanticidio ha de accesoriedad, lo que en sí mismo constituye una consecuencia de la
ser castigado con arreglo a los §§ 212, 26, mientras que el § 217 resulta de limitación de la accesoriedad por los §§ 26 y 27. El principio de in-
aplicación a la autora (§ 29). dependencia de la culpabilidad significa que, interviniendo varios,
cada uno es castigado sólo según su propia culpabilidad. La indepen-
d) Los elementos personales que fundamentan la pena se hallan dencia del reproche de culpabilidad vale tanto para las causas gene-
excluidos de la regulación del § 28 II, porque deben concurrir en la rales de exclusión o disminución de la culpabilidad (§§ 17, 19-21, 33
persona del autor para que pueda concurrir el tipo de una acción pu- y 35), como para los elementos esenciales del tipo de culpabilidad.69
nible. Por ello, su falta sólo puede considerarse como causa de ate- En relación a este grupo, sin embargo, debe tenerse en cuenta que si
nuación de la pena correspondiente al partícipe. El § 28 I ha intro- concurren causas de exclusión de la culpabilidad o de exculpación en
ducido en la actualidad la atenuación obligatoria de la pena con la persona del "autor", el hombre de atrás se convierte en autor me-
arreglo al § 49 I porque el injusto y la culpabilidad del partícipe no diato si se aprovecha de esta circunstancia para el hecho (cfr. infra,
cualificado aparecen en todos los casos como esencialmente inferiores § 62 II 4-6).
que los del autor y esta disminución requiere una apertura hacia
abajo del marco penal.67 La atenuación prevista por el § 28 I y II le VIII. Derecho comparado
podrá, evidentemente, beneficiar (BGH 26, 53).
Entre los ordenamientos jurídicos extranjeros tan sólo unos pocos em-
Ejemplos: Quien induce a un funcionario de Correos a detener una plean el concepto unitario de autor, 60 en tanto que la mayoría de ellos dis-
carta, es punible con arreglo a la penalidad del § 354 (RG 28, 100 [102]; tinguen, al igual que el Derecho alemán, distintas formas de intervención.61
71, 330 [332]), que, sin embargo, debe atenuarse según los §§ 28 I y 49 I. El ejemplo principal de una regulación consecuente del concepto unitario de
Lo mismo sucede en relación al favorecimiento por parte de funcionarios autor lo ofrecen los §§ 12 y 14 del nuevo StGB de Austria62 Según el § 14
(§ 346 ant. red. [ahora § 258a] BGH 5, 75 [81 y ss.]). En ambos casos, la I 1, los elementos personales especiales que afectan al injusto operan en
Jurisprudencia, a diferencia de la doctrina, estima un delito de funcionario favor y en contra de todos los intervinientes aunque únicamente concurran
propio. en uno de ellos. En Suiza, la teoría dominante en materia de distinción de
las diferentes formas de intervención es la teoría subjetiva; 63 la Jurispru-
Los elementos personales fundamentadores o agravatorios de la dencia requiere un actuar doloso y culpable del autor principal, 64 mientras
pena que concurren en el autor o en el partícipe no precisan ser idén- que la doctrina prefiere la accesoriedad limitada sin requerir el dolo en el
ticos sino que pueden divergir. 68 autor principal. 66 El derecho francés proclama en el art. 59 C. P. el prin-
Cuando falte un elemento del tipo de culpabilidad que fundamente cipio de la igual punición de autoría y participación. La doctrina efectúa
la pena en el partícipe, deberá aplicarse el § 29, con la consecuencia
de que el partícipe resultará impune. En ello consiste la diferencia 59 Lo último es polémico (cfr. supra, § 61 VII 4d, nota 56).
esencial frente a la doctrina dominante, que en este caso sólo estima 60 Cfr. Kienapfel, Einheitstaterschaft, págs. 30 y ss.; también el mismo,
atenuación de la pena con arreglo a los §§ 28 I y 49 I (cfr. supra, § 61 Der Einheitstater, pág. 17, nota 36.
VII 4c, en especial, nota 56). 61 Cfr. sobre esto Dietz, Táterschaft und Teilnahme, págs. 108 y ss. Para
material de Derecho comparado también Rev int dr pén 1956, 156 y ss.; 1957, 49
y ss. Sobre el Derecho griego, Anna Benakis, Táterschaft und Teilnahme, págs. 37
Ejemplo: Quien, para ganarse unos marcos ante una necesidad, distri- y ss., 60 y ss., 122 y ss. '
buye un manifiesto electoral en el que claramente se desacredita el Land 62 Cfr. Kienapfel, JB1 1974, 113 y ss.; Platzgummer, JB1 1970, 244 y ss.
Cfr. además la controversia entre Burgstaller, ÓRiZ 1975, 13 y ss. y Kienapfel,
ÓRiZ 1975, 165 y ss. En contra del § 14 I StGB austríaco, Roeder, JB1 1975, 561
página 267. Dubitativo, Dreher, § 28 Anm. 7. El nuevo § 14 II del StGB aus- y siguientes.
tríaco acoge la concepción mantenida en el texto. 63 Cfr. Germann, Die Bestimmungen über die Teilnahme, pág. 36; Schultz,
57 Cfr. Laekner, § 28 Anm. 2; LK (Busch), § 50 Anm. 13; Schdnke/Schro- SchwZStr 71 (1956), págs. 244 y ss.; BGE 69 (1943) IV, pág. 97; 76 (1950) IV,
der/Cramer, § 28 Anm. 7. En sentido crítico sobre el § 28 I, Schmidhauser, Allg. página 160; 77 (1951) IV, pág. 91.
Teil, pág. 550. 64 BGE 71 (1945) IV, pág. 135; 85 (1959), IV, pág. 135.
58 Cfr. BGH 23, 39 m. Anm. Jakobs, NJW 1970, 1.089. Críticamente, sobre 65 Así Germann, Das Verbrechen, págs. 78 y ss.; Schwander, Das schweiz.
esto, Arzt, JZ 1973, 682 y ss. StGB, pág. 129; Schultz, Einführung I, pág. 244.
908 § 61. Teoría de autoría y participación Adiciones de Derecho español al § 61 909
la delimitación con arreglo a puntos de vista objetivos.66 En la Jurispru-
# # #
dencia se encuentran, ciertamente, sentencias que emplean en amplia me-
dida criterios subjetivos,67 pero las mismas han encontrado duras críticas. 68
El principio, originariamente estricto, del "emprunt de criminalité" se ha I. Generalidades
ido debilitando progresivamente a favor de la accesoriedad limitada sin 1. Si el Título I CP español se ocupa de los delitos y faltas, su Título II
exigencia de dolo en el autor principal. 69 El C. P. italiano contiene en su trata "de las personas responsables de los delitos y faltas". Encabeza este
artículo 110 el concepto unitario de autor, de modo que no se plantea ni Título el art. 12, que declara: "Son responsables criminalmente de los delitos
el problema de los criterios de distinción ni el de la accesoriedad.70 Incluso y faltas:
en delitos de propia mano y especiales, según el art. 117 C. P., toda contri-
bución causal basta para la autoría. 71 El Derecho español parte de un con- 1.°) Los autores
cepto restrictivo de autor, limita objetivamente las distintas formas de 2.°) Los cómplices
intervención y se basa en la accesoriedad limitada. 72 En Holanda se dis- S.°) Los encubridores."1
tingue, como en Derecho alemán, entre las formas conocidas de interven- 2. El Código vigente incluye, pues, una categoría, la de los encubridores,
ción. La delimitación se efectúa según elementos objetivos.78 En el Derecho que en Alemania sólo se halla prevista en la Parte Especial, dando lugar a
inglés la delimitación entre autoría y participación tiene lugar también los delitos de "favorecimiento" (consistente en prestar ayuda a quien ha
desde criterios puramente objetivos: es autor quien de propia mano prac- cometido un hecho antijurídico, con el propósito de asegurarle el producto
tica una acción ejecutiva, todos los demás intervinientes son partícipes, los del mismo § 257 StBG) y de obstaculización de la Justicia (impedir total o
cuales se incardinan en un complicado esquema escalonado.74 Las lagunas parcialmente el castigo o imposición de una medida al autor de un hecho
de punibilidad que plantea la accesoriedad máxima se evitan mediante la antijurídico ($% 258 y 259 StGB), y al delito de receptación, simple o profe-
admisión amplia de la autoría mediata (principal by the means of an inno- sional, previsto en los §§ 259 y 260 StGB. Con arreglo al art. 17 CP, "son
cent agent). 75 El Derecho americano, en sus Códigos más modernos, se en- encubridores los que, con conocimiento de la perpetración del hecho punible,
cuentra, a diferencia del derecho inglés, próximo al concepto unitario de sin haber tenido participación en él como autores ni cómplices, intervienen
autor (cfr. Model Penal Code Sect. 2.06), y sólo se destaca con carácter con posterioridad a su ejecución de alguno de los modos siguientes:
especial el "accessory after the fact" (encubrimiento). En la medida en la 1.') Auxiliando a los delincuentes para que se aprovechen de los efectos
que deban distinguirse con arreglo al common law formas de intervención, del delito o falta.
se emplean criterios objetivos de delimitación.76 En la RDA el § 22 StGB 2.') Ocultando o inutilizando él cuerpo, los efectos o los instrumentos del
contiene una completa regulación de autoría y participación. El § 22 I re- delito o falta, para impedir su descubrimiento.
gula la autoría y la autoría mediata (excluyendo al "autor tras el autor") 8.') Albergando, ocultando o proporcionando la fuga al culpable, siempre
y el § 22 II prevé como formas de participación la inducción, la autoría y la que concurra alguna de las circunstancias siguientes: Primera. La de inter-
complicidad. La accesoriedad se entiende en el sentido de que el autor prin- venir abuso de funciones públicas por parte del encubridor. — Segunda. La
cipal ha de haber actuado dolosa y antijurídicamente, aunque no es preciso de ser el delincuente reo de traición, homicidio contra el Jefe del Estado o su
que sea culpable.77 sucesor, parricidio, detención ilegal bajo rescate o imponiendo cualquier otra
condición, detención ilegal con simulación de funciones públicas, depósito de
66 Bouzat, Traite, pp. 751 y ss.; Merle/Vitu, Traite, pp. 539 y ss.; Stefani/ armas o municiones, tenencia de explosivos y estragos".
Leva88eur, Droit penal general, pp. 267 y ss.; Vouin/Léauté, Droit penal, p. 47. La Ley de 9 mayo 1950 convirtió en delito autónomo la receptación, que
67 Cfr., por ejemplo, Cass. de 14-1-1921, Sirey 1922 I, pág. 235; Cass. de
13-4-1922, Sirey 1923 I, pág. 41. desde entonces se regula en los arts. 546 bis a) a f), y ha absorbido los
68 Cfr. Gulphe, Rev se crim 1948, 682 y ss. supuestos de aprovechamiento de los efectos de un delito contra los bienes.
69 Cfr. Léante, SchwZStr 72 (1957), págs. 14 y ss. Un sector de la doctrina española se muestra favorable a negar el carácter
70 En sentido divergente, Detzer, Einheitstaterlosung, págs. 112 y ss. de participación al resto de conductas de encubrimiento aún previstas en
71 Cfr. sobre esto, con anotaciones críticas, Bettiol, Diritto pénale, págs. 582
y ss.; también Nuvolone, Sistema, pág. 380; Pagliaro, Principi, págs. 520 y ss.; el art. 17 y convertirlas también en un delito especial.2 Ésta ha sido la solu-
Heinitz, Festschrift zum 41. DJT, págs. 96 y ss.; Kienapfel, Einheitstaterschaft, ción adoptada por el Proyecto 1980 (arts. 515, 516 y 517, entre los delitos
páginas 30 y ss. contra la Administración de Justicia) .2 bis En mi opinión, ni siquiera el ar-
72 Cfr. Gimbernat Ordeig, ZStW 80 (1968), págs. 915 y ss.; Rodríguez De- i
vesa, Derecho Penal, págs. 690 y ss.; Antón Oneca, Derecho Penal, págs. 433 y ss. 1
Excepcionalmente, en los delitos y faltas cometidas por medio de la im-
73 Cfr. sobre esto, con Jurisprudencia, Pompe, Handboek, págs. 233 y ss.; prenta, el grabado u otra forma mecánica de reproducción, sólo responderán los
van Bemmelen, Ons strafrecht, págs. 308 y ss.; D. Hazewinkel-Suringa, Inleiding,
páginas 363 y ss. autores, entendiéndose por tales "los que realmente lo hayan sido" y, en ciertas
74 Straub, Taterschaft und Teilnahme, pág. 67. condiciones, los directores y editores (arts. 13 y 15 CP; art. 34 Proyecto 1980).
2
75 Cfr. Kenny/Turner, Outlines, pág. 111; Glanville Williams, Criminal Esta tesis se mantuvo en especial por Silvela, El derecho penal (1903),
Law, págs. 349 y ss. I p. 185 y II pp. 235 ss. Cfr. también Cuello Calón, PG p. 652; Antón Oneca,
76 Cfr. Honig, Das amerikanische Straf recht, págs. 218, 233. PG pp. 448 ss.
77 Cfr. Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, págs. 375 y ss.; Mühlberger, NJ 2 ws El actual art. 12 CP se corresponde con el art. 31 Proyecto 1980, que
1973, 287 y ss.
910 § 61. Teoría de autoría y participación Adiciones de Derecho español al § 61 911

tícvlo 17 CP vigente obliga a considerar como forma de "participación" al to 1980 decide la cuestión iniciando el artículo 31, correspondiente al actual
encubrimiento. Por el contrario, dicho precepto requiere expresamente que artículo H CP, como sigue: "Además de quienes realizan él hecho por sí o
el encubridor no haya tenido "participación" en él delito, participación por medio de otro del que se sirven como instrumento, se consideran auto-
que ciertamente seria imposible interviniendo con posterioridad. Lo úni- res: "...(sigue a continuación la enumeración tradicional).
co que impone la regulación actual es que él encubridor "responde de los Es evidente, en cambio, que el n.° 2 del art. 1U se refiere a la inducción.
delitos y faltas" (art. 12 CP), lo que sólo determina un carácter "accesorio" Según un sector doctrinal, además cobija supuestos de autoría mediata en la
del encubrimiento respecto del hecho principal, que se refleja en la técnica palabra "fuerza".7 El n-° 3 del art. 1U incluye en la categoría legal de autor la
de su punición, con una penalidad dependiente (inferior en dos grados) de "cooperación necesaria", que, al menos en principio, constituye materialmen-
la del autor.3 te una forma de complicidad cualificada*
3. El CP se caracteriza por ofrecer un concepto legal de autor más am- U. Según el art. 16 CP (art. 33 Proyecto 1980), "son cómplices los que,
plio, según la opinión generalizada, que su noción ontológica. El art. H CP no hallándose comprendidos en el art. 1U, cooperan a la ejecución del hecho
dice, en efecto: "Se consideran autores — dando a entender que no necesa- con actos anteriores o simultáneos".
riamente lo son en realidad, sino que se trata de una asimilación legal—:4
1.°) Los que toman parte directa en la ejecución del hecho. 2.°) Los que II. Concepto unitario de autor y distinción de diferentes formas de
fuerzan o inducen directamente a otros a ejecutarlo. 3.°) Los que cooperan intervención9
a la ejecución del hecho con un acto sin el cual no se hubiere efectuado."
Para la doctrina tradicional el n.° 1." del art. 14 acabado de citar contiene De lo expuesto en el apartado anterior se desprende claramente que el
la autoría ontológica,6 mientras que la doctrina más reciente se inclina en Derecho español, como el alemán, ha optado por distinguir diferentes formas
favor de entender que tal autoría en sentido material no se describe en nin- de intervención en el delito. También en nuestro país debe distinguirse entre
guno de los apartados del art. 1U, sino que resulta de la pura redacción de las modalidades de intervención que constituyen autoría en sentido real y
los tipos de la Parte Especial. El n.° 1." del art. H sólo incluirá, según esta aquellas otras que tienen naturaleza de participación, pues en las segundas
opinión, supuestos de coautoría por parte de quienes no realizan todos, sino rige el principio de accesoriedad. Ello es independiente de la consideración
parte de los actos ejecutivos, propios del correspondiente delito.6 El Proyec- legal de autoría (art. H) o complicidad (art. 16), pues aquélla no obsta a la
subsistencia de la auténtica naturaleza de la forma de intervención de que
se trate, que sin duda es de participación en algunos casos (así la inducción
según lo dicho queda redactado así: "Son responsables criminalmente de los deli- del art. 1U, 2." o las formas de complicidad necesaria del art. Ib, S.°), los
tos y faltas: 1.°) los autores; 2.°) los cómplices." cuales seguirán sometidos, por tanto, al límite de la accesoriedad. Es válida
3 para nuestro Derecho la afirmación del texto según la cuál debe partirse del
En la terminología del CP el encubrimiento constituye un "delito", pero
no autónomo, sino dependiente del hecho principal, con todas las consecuencias de concepto (ontológico) de autor en orden a distinguir las diferentes formas
imposibilidad de participación e imperfecta ejecución que de ello se derivan: cfr.
Mir Puig, Delito y falta, en ADPCP 1973, pp. 362 ss., 368 ss. La accesoriedad del
encubrimiento se considera positiva incluso desde posiciones favorables a la nega- i Cfr. Antón Oneca, PG p. 435; Del Rosal, Derecho penal español (1960),
ción a aquél del carácter de participación: cfr. Antón Oneca, PG p. 450. II p. 128; Córdoba Roda, Notas II p. 310; Rodríguez Devesa, PG p. 744. En con-
4
Lo confirma que, en cambio, el art. 15 empiece por afirmar que "se repu- tra Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 845 s., que apartándose de la opinión
tarán autores de las infracciones mencionadas en el art. 13 (mediante imprenta, mayoritaria sólo incluye en el art. 14, 2.° la vis compulsiva, no la vis absoluta,
etcétera) los que realmente lo hayan sido"; a lo que en el mismo art. 13 se contra- y únicamente cuando no dé lugar a autoría mediata. En un sentido próximo a esto
ponen otros supuestos (directores y editores) respecto de los cuales se dice sólo Quintero Olivares, Delitos especiales pp. 94 ss.
que "se reputarán autores". 8 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 871; Antón Oneca, PG p. 421
6 Así Pacheco, El Código Penal (1848), I p. 272; Ferrer Sama, Comenta- (incluyendo también algunos casos de autoría mediata (p. 435) como hace Gim-
rios II pp. 43 s.; Antón Oneca, PG p. 421; Cuello Calón, PG pp. 645 ss. (654); bernat. Autor y cómplice p. 249; Rodríguez Devesa, PG p. 758. No obstante,
Córdoba Roda, Notas II p. 311; Cerezo Mir, La polémica en torno al concepto Roxin. Sobre la autoría y participación en el Derecho penal, en el Libro-homenaje
finalista de autor en la Ciencia del Derecho penal española, en ADPCP 1975, a Jiménez de Asúa, Problemas actuales de las ciencias penales y la filosofía del
páginas 44 s.; el mismo, Autoría y participación en el Código penal vigente y en Derecho, pp. 66 s., ve en el art. 14, 3.° CP — al menos en parte: p. 68 nota 26 —
el futuro Código penal, en "Doctrina penal", n.° 7, julio-set. 1979, destinado a los una expresión de la "autoría funcional", verdadera autoría según el prisma del
trabajos del "Seminario Hispano-germánico sobre la reforma del Derecho pe- dominio funcional del hecho. En esta línea cfr. Córdoba Roda, Notas II pp> 311,
nal", presentados y sistematizados por Mir Puig, p. 649. 343.
6 9 Aquí, como en el texto me he permitido introducir la terminología "inter-
En este sentido Rodríguez Mourullo, Omisión p. 287; el mismo, Comenta-
rios I p. 802; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice en Derecho penal, Madrid, 1966, vención" (empleada por el art. 17 CP) para traducir el término alemán "Beteili-
páginas 215 ss.; Rodríguez Devesa, PG pp. 741, 752 s.; Quintero Olivares, Los gung", que a diferencia del de "Teilnahme" no se reduce a la "participación" en
delitos especiales y la teoría de la participación, Barcelona, 1974, pp. 74 ss. Pero sentido estricto, sino que tiene alcance general y abarca tanto a los autores como
para Rodríguez Mourullo los ejecutores del art. 14, 1.° CP son auténticos "coau- a los partícipes. En España se usa también la palabra "codelincuencia", pero ésta
tores", mientras que para Gimbernat, Rodríguez Devesa y Quintero no son auto- expresa sólo los casos de pluralidad de intervinientes y dejaría fuera al autor
res en sentido estricto, lo que tiene consecuencias en orden a los delitos especiales. individual.
912 § 61. Teoría de autoría y participación Adiciones de Derecho español al § 61 913
de intervención en él delito. La consideración de autores a todos los sujetos ció sine qua non y procede de la distinción que los juristas italianos de la
previstos en el art. 14 se limita, fundamentalmente, a determinar la imposi- Baja Edad Media efectuaban entre el cooperador quod causam dedit delicto,
ción a todos ellos de la pena correspondiente a los verdaderos autores (art. 49 equiparado al autor, y aquel quod causam non dedit, castigado con menos
CP).10 La misma situación se mantiene en el art. 81 Proyecto 1980, pese al pena.15 Ahora bien, como se ha visto supra, el CP parte de que no todos
inciso inicial añadido antes mencionado.,i° bls estos causantes del hecho son autores en sentido real, sino que su virtualidad
causal sólo permite equipararlos a la penalidad del verdadero autor. Por otra
III. Concepto restrictivo de autor y teoría objetiva de la participación parte, no es seguro que el cómplice no deba haber aportado una contribución
causal al delito: téngase en cuenta que según la teoría de la equivalencia
1. Existe acuerdo en la doctrina española en entender que él CP acoge él será causal toda condición del resultado concreto y no cabe distinguir entre
concepto restrictivo de autor y que, por tanto, los tipos de delito no se co- causa (autor) y condición (cómplice).
meten por cualquiera que interponga alguna condición causal del hecho. Los 2. En cualquier caso, la teoría subjetiva de la participación no se ha
participes resultarían, pues, impunes si no se previera su punición mediante defendido apenas en nuestra doctrina,15 ni resulta adecuada en modo alguno
disposiciones extensivas de la punibilidad (arts. 12 ss. en reí. con arts. 49 SS al criterio objetivo que inspira las distinciones legales de los arts. 14 y 16
CP).11 Me parece decisivo, en este sentido, el argumento gramatical que CP. No obstante, el TS ha venido manteniendo la llamada doctrina del "acuer-
ofrece el art. 15 CP, que tras la enumeración del art. 14, empieza por decla- do previo", según la cual basta para ser autor el dato predominantemente
rar: "Sin embargo de lo dispuesto en el artículo anterior, solamente se repu- subjetivo de una previa resolución conjunta de ejecutar el hecho entre varios,
tarán autores de las infracciones mencionadas en el art. 13 los que realmente con independencia de la realización de actos ejecutivos que requiere él art. 14,
lo hayan sido..." 12 1.", de que efectivamente medie inducción según él art. 14, 2.', y de que se
2. La doctrina española ha mantenido tradicionalmente puntos de vista compruebe objetivamente la necesidad de la cooperación para la ejecución
anclados en la perspectiva objetivo-formal, considerando autores a los que del hecho (art. 14, 3.°). Pese a ello, él TS entiende que el solo acuerdo previo
realicen algún acto típico, sea como autores individuales, sea en colaboración permite ya entender concurrente alguno de estos supuestos del art. 14: sea
con otros (art. 14, 1." CP). En la actualidad se añade la autoría mediata, la coautoría directa, sea la inducción (como "inducción recíproca"), sea la
pero sin que ello signifique necesariamente la adopción de un concepto mate- cooperación necesaria. Se comprenderá que la doctrina censure duramente
rial de autoría de carácter general que eleve a nota común de todo autor tan anómalo proceder, que de hecho implica sustituir los requisitos legales,
algún criterio sustantivo como el dominio del hecho.1* de carácter objetivo, por un dato subjetivo no previsto por la ley19 — vinién-
dose a aproximar así, curiosamente, la jurisprudencia española a la tradicio-
IV. Concepto extensivo de autor y teoría subjetiva de la participación nal en Alemania.

1. A diferencia de lo que ha sucedido en Alemania, en nuestro país no se


ha defendido nunca de forma significativa el concepto extensivo de autor. V. La teoría del dominio del hecho
No obstante, la observación del art. 14 a la luz de su origen histórico podría
En España la teoría del dominio del hecho no ocupa el lugar absoluta-
poner de manifiesto que el concepto legal de autor que en él se contiene parte
mente dominante que le concede la doctrina alemana, sino que constituyen
del mismo punto de arranque que el concepto extensivo de autor, a saber:
aún un sector minoritario los autores que aquí la erigen con carácter gene-
que todo sujeto que contribuye a causar el hecho es autor. Así, el inductor
ral en contenido material del concepto de autor ¿i Si por "dominio del hecho"
ha de causar la resolución de delinquir y por tanto el delito, y el cooperador
debiera entenderse incluso él poder de interrumpir la realización del tipo1*
necesario se define precisamente con ayuda de la fórmula causal de la condi-

u> Aparte de esto, a efectos de terminología legal, se deduce del art. 49 CP " Cfr. Cerezo Mir, ADPCP 1975, p. 42. La tripartición del art. 14 CP
que todos los intervinientes del art. 14, en cuanto se consideran autores, "cometen" procedería de forma inmediata de autores del siglo xix como Rossi, que inspiró a
(siquiera en forma de asimilación legal) el delito: cfr. Mir Puig, Delito y falta, Pacheco, y Feuerbach, y encontraría un precedente coincidente en el art. 45 del
en ADPCP 1973, p. 360, donde, no obstante, señalo que tal asimilación terminoló- Código bávaro de 1813.
18
gica no es obstáculo a las exigencias materiales del principio de accesoriedad. Cfr. Luzón Domingo, Derecho penal del TS, Barcelona 1964, II pp. 202 s.;
io bis En este sentido Cerezo Mir, "Doctrina penal" p. 649. Conde-Pumpido, Encubrimiento y receptación, 1955, pp. 88 s.
16
11
Así p. ej.: Antón Oneca, PG pp. 433 s.; Rodríguez Muñoz, Notas II pá- Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 64 ss.; Rodríguez Mourullo,
ginas 250 s. (aunque con argumentos ya no existentes en el vigente CP); Rodríguez Comentarios I pp. 829 ss. Sin embargo, el TS ha empezado a abandonar la doc-
Devesa, PG p. 741; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 219 ss.; Rodrí- trina del acuerdo previo: SS. 11 dic. 70, 28 sept. 71; 25 en. 77, Cfr. Gimbernat
guez Mourullo, Comentarios I p. 802. Ordeig, Introducción p. 143; Rodríguez Devesa, PG p. 762.
17
12 Así Rodríguez Devesa, PG p. 741. A favor de posturas finalistas: Córdoba Roda, Notas II pp. 310 s.; Cerezo
i» Cfr. Cuello Calón, PG p. 645; Antón Oneca, PG pp. 433 ss.; Rodríguez Mir, ADPCP 1975, pp. 55 s. En contra en general, aunque admitan su utilidad
Mourullo, Comentarios I pp. 802 ss.; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 135 para la autoría mediata: Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 136 s.; Rodrí-
siguientes. Acogen en cambio la teoría del dominio del hecho desde el prisma fina- guez Mourullo, Comentarios I pp. 824 s.
lista Córdoba Roda, Notas II pp. 310 s.; Cerezo Mir, ADPCP 1975 pp. 55 s. is Así Maurach, Tratado II pp. 309, 343.
914 § 61. Teoría de autoría y participación
Adiciones de Derecho español al § 61 915
no bastaría, ciertamente, para definir la autoría, pues tal posibilidad puede a su autor, esto es, como hecho suyo, como "perteneciente" a él. La teoría
hallarse también en manos del inductor, del cómplice y hasta de terceros.19 de la autoría no sólo es un fragmento de la teoría del tipo, sino, más concre-
A mi juicio, para ser autor es preciso algo más: la pertenencia, exclusiva o tamente, de la imputación objetiva. Los partícipes se distinguen del autor
compartida, del hecho. Y el hecho no pertenece a todo aquél de quien depende en que no realizan el tipo objetivo de la Parte Especial, porque, aunque
la posibilidad de su ejecución, sino sólo a quien la realiza por sí solo o a tra- "causen" el hecho, éste no les es imputable objetivamente como obra suya.
vés de otro que actúa como instrumento, o la comparte con otros. Esta termi- Pues bien, si la autoría equivale a la realización objetiva del tipo de la
nología me parece más precisa que la del dominio del hecho. Sin embargo, la Parte Especial (o de su tentativa o frustración), su concepto no puede ser
versión restrictiva de este concepto que, procedente de Roxin, acoge Jeschek distinto en los hechos dolosos y en los imprudentes, pues ambos requieren la
viene a reducir el dominio (funcional) del hecho a términos más aceptables realización del mismo hecho objetivo — lo único distinto ha de ser la presen-
desde el prisma aquí propuesto de la "pertenencia del hecho". Pues no sólo cia del dolo ("malicia": art. 565 CP) —. El concepto restrictivo de autor ha
requiere para la coautoría una contribución necesaria para la ejecución (con- de ser, pues, común a los delitos dolosos y a los imprudentes, de lo que se si-
dición de posibilidad), sino que la aportación constituya una "parte necesaria gue que los demás "causantes" del hecho no podrán ser autores del mismo.
de la ejecución". En la medida en que sean imaginables las actividades de inducción o de
No creo, en todo caso, que pueda prescindirse de un contenido material cooperación respecto a un hecho imprudente, dichos "causantes" sólo podrán
— expresión de la idea de "pertenencia del hecho" — que sirva de aglutinan- ser penados como inductores o cooperadores. Ej.: él acompañante determina
te común a todas las modalidades de autoría. La sola referencia formal al a conducir en forma imprudente al conductor, él cual atropella por ello a un
tipo sólo explicaría la autoría individual directa. Ni cabría explicar por qué peatón; el acompañante será inductor.
posee el mismo carácter de autoría la mediata, ni podría decidirse qué su- Tal planteamiento tiene la ventaja de que permite mantener en los deli-
puestos del art. 14 constituyen verdadera autoría — ni siquiera podría justi- tos imprudentes la posibilidad de graduar las responsabilidades según la
ficarse que él art. 14, 1." alcance a formas de auténtica coautoría. importancia de la forma de intervención en él hecho. Así, cabrá distinguir
entre cooperación necesaria (art. 14,8.' CP) y complicidad (art. 16 CP). Ej.:
VI. La intervención en el hecho imprudente si alguien accede a acompañar en su coche a quien manifiesta su deseo de
conducir a una velocidad inadecuada, será cooperador necesario en caso de
Tanto la doctrina dominante como el TS admiten la participación en deli-
accidente cuando sin su compañía él conductor no hubiera efectuado la "ca-
tos imprudentes,20 con lo que se apartan de la opinión absolutamente genera-
rrera", y sólo cómplice si de haber rechazado la invitación otro hubiera acce-
lizada en Alemania que acoge el texto. Como fundamento de esta actitud de
dido a acompañar al chófer. Por otra parte, subsistirá en los delitos impru-
nuestra doctrina se alega la necesidad que impone el art. 565 de que el autor
dentes el límite de la accesoriedad de la participación: quien induce a otro
del delito imprudente realice la misma conducta objetivamente necesaria
a llevar a cabo una actividad peligrosa para éste — p. ej., una escalada difí-
para el delito doloso correspondiente — "un hecho que si mediare malicia
cil —, no podrá ser castigado si se produce un accidente, porque su coopera-
constituiría delito" —. Si para "matar" dolosamente es preciso algo más que
ción tropieza con el obstáculo de la atipicidad de la conducta del inducido
interponer cualquier condición causal de la muerte, lo mismo será necesario
— matarse o lesionarse a sí mismo por imprudencia es atípico.
para "matar" por imprudencia-21
Considero correcto este planteamiento. El concepto restrictivo de autor
parte de un concepto de realización del tipo más estricto que el de su mera VII. El principio de accesoriedad
causación: no todo causante del hecho realiza el tipo. Y ello no se debe a ra- 1. La doctrina dominante acepta en nuestro país el punto de vista de la
zones que dependan del dolo del sujeto, sino al significado objetivo del verbo accesoriedad limitada. 22 Aparte de razones materiales existentes igual que
típico: si no todo causante de la muerte "mata" aunque haya querido el re- en Alemania, en nuestro CP concurren argumentos que abonan esta solución.
sultado, ello se debe a que socialmente "matar" es algo objetivamente más Así, el significado de la palabra "hecho" (arts. 14 y 16 CP; arts. 32 y 33
estricto que causar la muerte. Para "matar" es preciso no sólo causar la Proyecto 1980), empleada por la ley como presupuesto de las diferentes for-
muerte, sino que esta muerte pueda imputarse objetivamente al sujeto como mas de participación, y que según se desprende de su uso en los núms. 1.°,
2.' y 8." del art. 8 CP, no requiere la culpabilidad del autor.2* El art. 546 bis f)
19
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 824 s. CP no sólo consagra él principio de la accesoriedad limitada para la recepta-
20
Así Quintano Ripollés, Derecho penal de la culpa, Barcelona, 1958, pá- ción,24 sino que confirma que el "autor del hecho" puede ser inculpable' o
ginas 327 ss., 333; Córdoba Roda, Notas II p. 330; Rodríguez Mourullo, Comen- hallarse exento de pena. Por lo que respecta al encubrimiento del art. 17 CP,
tarios I pp. 814 s., 881; el mismo, ADPCP 1969, p. 480; Rodríguez Devesa, se ha creído necesario por algún autor exceptuarlo de la accesoriedad limi-
PG p. 762; Ferrer Sama, Comentarios II pp. 28 s.; Antón Oneca, PG p. 428. En tada en beneficio de la máxima porque la ley condiciona su punibilidad a que
contra Cerezo Mir, ADPCP 1975, pp. 50 s. En la jurisprudencia del TS cfr.
SS 31 oct. 28, 22 febr. 30, 25 nov. 52, 17 nov. 58, 2 jul. 66, 25 febr. y 5 mar. 74, 22
17 febr. 76. Cfr. Antón Oneca, PG p. 422; Rodríguez Devesa, PG p. 750 s.; Rodríguez
21
El razonamiento procede de Rodríguez Muñoz, Notas (1955), I p. 209, y Muñoz, Notas II p. 294.
es esgrimido por Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 814 s. ^ Así Mir Puig, Delito y falta, en ADPCP 1973, p. 326.
24 Cfr. Rodríguez Devesa, PG p. 751.
916 § 61. Teoría de autoría y participación Adiciones de Derecho español al § 61 917
el encubridor tuviera conocimiento del "hecho punible". 26 No obstante, lo ios delitos especiales propios, en caso de carecer el partícipe de la necesaria
cierto es que esta expresión puede entenderse equivalente a las de "hecho cualificación, lo que conduciría a su impunidad, negándose así la posibilidad
que la ley sanciona como delito" (art. 8, 1.' y 8.' CP) y "hecho castigado de participación en los delitos por parte del no cualificado.91
por la ley" (art. 8, 2.° CP), que, sin duda suponen la ausencia de culpabili- No hay duda alguna de que esta última posición es absolutamente inco-
dad?6 El Proyecto 1980 adopta expresamente esta posición (art. 516). rrecta.92 Mas no sólo se opone a ella, sino también a la posibilidad de romper
2. No se ha planteado apenas en España como problema autónomo la la unidad de título de imputación por causa de circunstancias personales, una
cuestión de si la participación dolosa en un hecho requiere él dolo en él autor. importante dirección doctrinal actual. Argumentan estos autores en el sen-
La doctrina causalista tradicional no menciona el tema, de donde cabe dedu- tido de negar la aplicábttidad del art. 60 CP a los elementos personales pre-
cir que se contenta con la exigencia del injusto objetivo.21 Quienes incluyen vistos en la Parte Especial. Este precepto se refiere, en efecto, a las "circuns-
el dolo en el tipo de injusto han de condicionar la punibilidad de la participa- tancias agravantes o atenuantes" y a cuándo pueden desplegar su efecto de
ción a titulo de dolo a la concurrencia de dolo en el hecho principal : 2 8 faltan- 4t
agravar o atenuar la responsabilidad". Se entiende que tales circunstancias
do este dolo aquélla sólo podrá castigarse entonces como participación en un sólo son las previstas en los arts. 9, 10 y 11 CP. Según esto, no existiría en
hecho imprudente, si se admite esta figura, o en su caso como autoría mediata el CP ningún precepto que autorizase a contravenir la estructura accesoria
— lo que evidentemente nunca será posible en los delitos especiales propios de la participación. El extraneus que induce a un delito especial impropio
en que la necesaria condición subjetiva sólo concurra en el ejecutor no (así, el no pariente que induce al hijo a matar al padre de éste) sólo puede
doloso.29 haber inducido a un parricidio, único delito cometido en el que puede parti-
8. En el CP no existe ningún precepto equivalente al § 28 StGB. El ar- cipar aquél — no podría hablarse de inducción a homicidio o asesinato, por-
ticulo 60 CP es interpretado, no obstante, por la doctrina tradicional y por que ni el autor lo ha cometido, ni el inductor ha matado a un extraño, sino
el TS en un sentido próximo al del § 28 II StGB. Dice el art. 60 I CP (que que sólo ha participado en la muerte del padre por su hijo (parricidio) —.
permanece inalterado como art. 77 en el Proyecto 1980): "Las circunstan- Lo mismo sucede, pero a la inversa, cuando el pariente participa en la muerte
cias agravantes o atenuantes que consistieren en la disposición moral del de su padre por un extraño (participación en homicidio o asesinato).,88
delincuente, en sus relaciones particulares con él ofendido o en otra causa Con objeto, no obstante, de tomar en consideración, en sentido agravatorio
personal, servirán para agravar o atenuar la responsabilidad sólo de aquéllos o atenuatorio, las cualidades personales concurrentes (o no concurrentes)
culpables en quienes concurran." Se entiende que esta disposición es aplica- en él particpe y poder diferenciar así de acuerda con la justicia material la
ble tanto a las circunstancias agravantes o atenuantes en sentido estricto, pena del autor y la de los partícipes (p. ej., si el partícipe es hijo de la vícti-
esto es, las previstas en los arts. 9, 10 y 11 CP (arts. 27, 28 y 29 Proyecto ma y no lo es del autor, parece conveniente tener en cuenta aquel parentesco
1980), como a las previstas en la Parte Especial que determinan la aparición para agravar su pena), Gimbemat Ordeig recuerda la necesidad de aplicar
de un tipo cualificado o privilegiado (p. ej.: la doble reincidencia del art. 580 al partícipe las circunstancias agravantes o atenuantes personales que con-
CP), aunque el mismo implique un delito distinto, con un nuevo nomen iuris curran según el Libro I CP. En el ejemplo propuesto el pariente partícipe
(p. ej.: el parricidio en lugar del homicidio). Así, el partícipe no incluido responderá como inductor de un homicidio o asesinato, pero con la agravante
entre los parientes previstos por el art. ¿05 CP no respondería como partíci- de parentesco del art. 11 CP.U
pe en un parricidio, sino en un homicidio y, viceversa, el hijo que indujera a Una posición intermedia mantiene Rodríguez Mourullo. Según este autor
un no pariente a dar muerte al padre de aquél, sería castigado como inductor el art. 60 CP no es, ciertamente, aplicable a los elementos personales de la
a un parricidio.™ Un sector de la doctrina Uegó a extender este criterio a Parte Especial. Mas ello no obliga a mantener inevitablemente el principio
de unidad de título de imputación, como lo probaría que en ocasiones el legis-
26 A s í Antón Oneca, P G p . 422. lador prevé en ciertos delitos circunstancias personales que sin duda deben
2« Así Rodríguez Devesa, P G p . 7 7 ; Mir Puig, A D P C P 1973, p . 326. acompañar sólo y siempre al interviniente en quien concurran. Sería él caso
27 C f r . Antón Oneca, P G p . 4 2 8 ; Rodríguez Devesa, P G p . 7 6 1 ; Rodríguez de la multirreincidencia antes prevista por él art. 516, 8,' CP. En cambio, en
Mourullo, Comentarios I p . 84.
28 Cfr. Gimbemat Ordeig, Estudios p. 96; el mismo, Introducción p. 148. otros casos parecería preferible la solución contraria — así en él parricidio,
28 Gimbemat Ordeig, Estudios pp. 88, 96, pone los ejemplos de la bigamia
y de la revelación de secretos por parte de un funcionario, cuando alguien induce 18 mayo 63. P a r a u n a amplia exposición de esta doctrina, en contra, Gimbernat
a realizar su tipo objetivo al ya casado o al funcionario, respectivamente, que lo Ordeig, A u t o r y cómplice p p . 266 ss., 288 ss. ¡
desconocen. Según el causalismo el inductor sería punible por el delito a título 81 Cfr. Antón Oneca, P G p . 431.
doloso, mientras que la inclusión del dolo en el tipo impide castigar al instigador 82
Así expresamente Córdoba Roda, N o t a s I I p . 312; Rodríguez Mourullo,
como partícipe — tanto en un delito doloso porque no se da, como en un hecho im- Comentarios I p . 863.
prudente porque en estos delitos no cabe la imprudencia — y como autor mediato
«8 Así Viada, Código penal I I I (1890), p p . 8, 447; I I p p . 387, 532, 564, 650,
— porque falta en él la calidad de ya casado o funcionario. 653; Süvela, E l Derecho penal I (1903), p . 149; I I (1903), p . 2 1 6 ; Quintano Ri-
«o, Cfr. Cuello Calón, PG I p. 644 y PE (1972), pp. 513 ss.; Antón Oneca, pollés, T r a t a d o I (1962), p p . 153 ss., 449 s s . ; Gimbernat Ordeig, A u t o r y cómpli-
PG pp. 430 s.; Córdoba Roda, Notas I p. 292. SSTS 11 mar. 87, 7 feb. 88, 27 en. ce p p . 272 ss., 282; Quintero Olivares, Delitos especiales p p . 65 s s . ; Rodríguez
1902, 7 oct. 53, 15 dic. 53, 5 feb. 55, 16 jun. 55, 21 dic. 63. En el delito de malver- Devesa, P E p . 54 s.
sación el TS ha mantenido, en cambio, el principio de accesoriedad: SS 18 jun. 51, M
Cfr. Gimbernat Ordeig, A u t o r y cómplice p p . 283 ss.
918 § 61. Teoría de autoría y participación I. Esencia y delimitación de la autoría mediata 919
cuyo de8valor especial se transmitiría al partícipe extraneus —. Ello indica-
ría que depende de la voluntad de la ley, cuyo descubrimiento compete a la § 62 La autoría mediata
interpretación de los diferentes supuestos de la Parte Especial, él que pueda
o no romperse el título de imputación por razón de circunstancias perso- Baumann, Mittelbare Taterschaft oder Anstiftung bei Fehlvorstellungen über
nales.^ den Tatmittler? JZ 1958, 230; Binding, Die drei Subjekte strafrechtlicher Ve-
Creo que, en efecto, el art. 60 CP no es aplicable a los elementos cualifi- rantwortlichkeit, etc., GS 71 (1908), pág. 1; el mismo, Das Subjekt des Verbre-
cativos o privilegiantes personales de la Parte Especial, sino sólo a las cir- chens etc., GS 76 (1910), pág. 87; Dahm, Der Tátertyp im Strafrecht, 1940;
cunstancias modificativas de la responsabilidad previstas en los arts. 9, 10 Drost, Anstiftung und mittelbare Taterschaft, ZStW 51 (1931), pág. 359; En-
y 11 CP. Aparte de responder a la terminología estricta del CP, ello se con- gelsing, Eigenhandige Delikte, Strafr. Abh. Heft 212, 1926; Exner, Fahrlássiges
firma por el contexto de los artículos que rodean al 60 CP (cfr. arts. 58, 59 Zusammenwirken, Festgabe für R. v. Frank, t. I, 1930, pág. 569; Gallas, Anmer-
kung zu BGH 2, 150, JZ 1952, 371; el mismo, Straf bares Unterlassen im Falle
y 61, cuya puesta en relación muestra que las circunstancias atenuantes o der Selbsttótung, JZ 1960, 649, 686; Grünwald, Die Beteiligung durch Unter-
agravantes sólo operan en los términos previstos en él art. 61, esto es, modi- lassen, GA 1959, 110; Hegler, Mittelbare Taterschaft bei nicht rechtswidrigem
ficando, en principio internamente, la penalidad típica de un delito, no cam- Handeln der Mittelsperson, Festgabe für R. Schmidt, t. I, 1932 (Sonderdruck);
biando la calificación típica). Pero a continuación hay que distinguir en la Herzberg, Mittelbare Taterschaft bei rechtmaBig oder unverboten handelndem
Parte Especial entre elementos típicos personales cuya concurrencia no sólo Werkzeug, 1967; el mismo, Eigenhandige Delikte, ZStW 82 (1970), pág. 896; el
aumenta o disminuye la pena típica, sino que determina la aparición de un mismo, Der Versuch beim unechten Unterlassungsdelikt, MDR 1973, 89; Jáger,
delito distinto (así, p. ej.: el parentesco del art. U05 CP determina el paso del Verbrechen unter totalitarer Herrschaft, 1967; Johannes, Mittelbare Taterschaft
"homicidio" o "asesinato" al de "parricidio"), y aquellos otros que modifican bei rechtmáBigem Handeln des Werkzeugs. Ein Scheinproblem, 1963; Armin
la pena dentro del mismo delito (así, p. ej., él carácter de "facultativo" del Kaufmann, Die Dogmatik der Unterlassungsdelikte, 1959; J. Meyer, Kritik an
der Neuregelung der Versuchsstrafbarkeit, ZStW 87 (1975), pág. 598; Roxin,
autor o cooperador en un aborto (art. U15 CP), que opera siempre en el inte- Der Anfang des beendeten Versuchs, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 213 ;
rior del mismo delito de "aborto". En este segundo caso las reglas de la par- el mismo, Literaturbericht, ZStW 85 (1973), pág. 76; Rudolphi, Ist die Teilnahme
ticipación no se oponen a que el elemento personal de que se trate afecte an einer Notstandstat strafbar? ZStW 78 (1966), pág. 67; el mismo, Strafbarkeit
sólo y siempre al interviniente en quien concurra: aunque el autor del aborto der Beteiligung an den Trunkenheitsdelikten im StraBenverkehr, GA 1970, 353;
sea un facultativo, el partícipe que no lo sea podrá a la vez mantener su Schilling, Verbrechensversuch des Mittaters und des mittelbaren Táters, 1975;
papel accesorio respecto del aborto (único delito en juego en que puede par- Sehrdder, Eigenhandige und Sonderdelikte bei Fahrlássigkeitstatbestanden, Fest-
ticipar) sin tener que soportar personalmente la cualificación del art. hl5 CP schrift für H. v. Weber, 1963, pág. 233; el mismo, Grundprobleme des § 49a
aunque ésta alcance al autor. En cambio, cuando el elemento personal deter- StGB, J u S 1967, 289; Schweiger, Das Urteil des BGH zur Frage der Denunzia-
mine un cambio en el nomen iuris del delito, sólo será posible la participación tion, N J W 1952, 1.200; Trondle, Zur Frage der Teilnahme an unvorsatzlicher
Haupttat, GA 1956, 129; v. Uthmann, Objektive und subjektive Tatherrschaft,
en el delito efectivamente concurrente y no en el que correspondería a la NJW 1961, 1.908; Wagner, Amtsverbrechen, 1975; Welzel, Anmerkung zu OLG
circunstancia personal de que se trate: el pariente sólo podrá participar en Bamberg vom 27-7-1949, DRZ 1950, 303.
un "homicidio" o "asesinato", y no en un parricidio, si el autor es un
Cfr. además la bibliografía del § 61.
extraneus, porque el parricidio no se ha cometido.
Ocurre, sin embargo, que en este último caso la solución que se dé a la
cuestión de si cabe autoría mediata en el supuesto de "instrumento doloso no I. Esencia y delimitación de la autoría mediata
cualificado" (cfr. infra § 62 II 7) puede conducir a otra construcción. Si
se admite la autoría mediata en los delitos especiales propios realizados a 1. La autoría mediata es una forma de autoría y, al igual que la
través de un instrumento doloso no cualificado, debería estimarse también autoría inmediata, se caracteriza porque supone la existencia del do-
en los delitos especiales impropios en que él intraeus causa el tipo mediante minio del hecho (cfr. supra, § 61 V 3a) .* E s autor mediato quien rea-
un extraneus. En él ejemplo del parricidio examinado la conducta del pa- liza el tipo penal sirviéndose, p a r a la ejecución de la acción típica,
riente que induce a un extraño a matar al padre de aquél, además de poder de otra persona como "instrumento". E l dominio del hecho requiere
ser calificada como inducción a un homicidio o asesinato podría serlo también
de autoría mediata de parricidio (nunca como inducción a parricidio), cali-
ficación preferente desde él prisma del concurso de leyes. En cambio, en el 1 Así Blei, Allg. Teil, pág. 225; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 169; Hegler,
R. Schmidt-Festschrift, pág. 2 1 ; Gallas, Materialien, t. I, pág. 133; el mismo,
caso contrario, de extraño que induce al pariente a matar al padre de éste, Deutsche Beitráge, pág. 15; Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem. I B 2; Maurach,
la posible calificación de autoría mediata de asesinato u homicidio para el Allg. Teil, págs. 630 y ss.; Lackner, § 25 Anm. 29; Welzel, Lehrbuch, pág. 102;
primero debería ceder ante la de inducción al parricidio (más grave). Pero LK (Busch), § 47 Anm. 34; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 762; Wessels, Allg.
la fundamentación de este planteamiento depende de lo que se dirá infra ^ Teil, pág. 99. En contra, Baumann, Allg. Teil, pág. 570 y Schdnke/Sehrdder/Cra-
mer, § 25 Anm. 7, parten de la "voluntad de autor". En los delitos consistentes
§ 62 II 2. en la infracción de un deber (por ej., delitos de funcionarios), Roxin, Taterschaft
und Tatherrschaft, pág. 360, propone sustituir el dominio del hecho por la vul-
neración del deber. Schmidhüuser, Allg. Teil, págs. 58 y ss, pretende deducir la
35 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 864 ss. autoría mediata a partir de la teoría de la imputación objetiva.
920 § 62. La autoría mediata I. Esencia y delimitación de la autoría mediata 921
en la autoría mediata que todo el proceso se presente como obra de posibilidad de autoría mediata imprudente, puesto que en la impru-
la voluntad rectora del hombre de atrás y que éste tenga en su mano, dencia, por falta de una voluntad que conduzca el hecho, no es posi-
gracias a su influjo, al intermediario en el hecho. El nuevo Derecho ble el dominio del hecho y, por otra parte, tal figura resultaría inne-
menciona la autoría mediata en el § 25 I (se castiga como autor al cesaria porque a todo aquél que actúa descuidadamente contribuyen-
que comete el hecho "a través de otro"), sin definir, evidentemente, do a causar el resultado se le considera sin más como autor accesorio
como hacía el proyecto de 1958 en su § 28 II las distintas formas de (cfr. supra, § 61 VI).«
aparición de la autoría mediata. 2 3. Para que pueda afirmarse el dominio del hecho en el hombre
de atrás, el instrumento debe encontrarse respecto del mismo en una
En la historia dogmática, originariamente la autoría mediata jugaba posición subordinada. Todos los presupuestos de la punibilidad de-
el solo papel de colmar lagunas ("Lückenbü|3ers"). Con ellas se quería ben, según esto, concurrir en la persona del hombre de atrás y refe-
aprehender aquellos casos en los que no resultaba posible la punición por
inducción debido a la estricta accesoriedad de la participación. La limita- rirse únicamente a éste.7 La subordinación puede proceder de coac-
ción de la accesoriedad por obra de la VO del 29 de mayo de 1943 (cfr. su- ción, error, incapacidad de culpabilidad o, también, de la sola cir-
pra, § 61 VII 1) también tuvo en su momento el sentido de ampliar el cunstancia de que el hecho al que ha sido inducido por el hombre de
ámbito de aplicación de la inducción a costa de la autoría mediata. atrás íio pueda ser cometido en absoluto por el que actúa directa-
mente, por faltarle la necesaria cualificación o intención/ La cuestión
Hoy, sin embargo, se estima generalmente, y con razón, que la de cuándo concurre en concreto esta posición subordinada puede, evi-
autoría, aunque sea en la forma de autoría mediata, disfruta de prio- dentemente, resultar dudosa y no encuentra una respuesta unitaria
ridad frente a la participación (concepto primario de autor, cfr. su- en los distintos grupos de casos de la autoría mediata (cfr. infra, §
pra, § 61, II 3) y que, por ello, caso de concurrir el dominio del hecho 62 II). En todo caso, la autoría mediata no siempre requiere que el
debe estimarse autoría mediata en el hombre de atrás aun cuando en hombre de atrás haya determinado al instrumento a cometer el hecho.
sí fuera posible desde el punto de vista constructivo admitir induc- También puede concurrir autoría mediata mediante una cooperación
ción por la limitación de la accesoriedad (por ej., en el caso del ins- que exteriormente se presente como complicidad, si depende del com-
trumento que actúa sin culpabilidad).8 portamiento del hombre de atrás el que el hecho pueda llegar a ser
2. La figura jurídica de la autoría mediata no puede, sin embar- cometido (el sobrino vierte, por ej., sin ser visto, veneno en la taza
go, utilizarse sin límites. La posibilidad de autoría mediata termina, de café que la asistenta, desconocedora de ello, sirve al tío rico) .8 Pero,
en primer lugar, allí donde el instrumento es en sí mismo un autor además, en los delitos de resultado también habrá que considerar su-
plenamente responsable, pues la ley penal parte de que el que actúa ficiente una cooperación secundaria y externamente del todo inesen-
inmediatamente en este caso ha de responder del hecho en su propia cial si el que actúa directamente lo hace sin dolo, porque en tal caso
persona como autor, de suerte que la intervención de un hombre de el hombre de atrás es el único que advierte la situación (alguien sirve,
atrás sólo puede contemplarse en forma de "participación en el do- por ej., a otro, por solicitud del mismo, un vaso de agua para diluir
minio del hecho" (coautoría) o como inducción o complicidad (cfr. su- un medicamento, pero ha advertido que el otro ha tomado por error un
pra, § 61 V 2). 4 En segundo lugar, tampoco cabe autoría mediata veneno mortal). 9 La frontera de la autoría mediata se alcanza, sin
cuando el tipo requiere la realización corporal o, por lo menos, per- embargo, cuando la ley penal valora el comportamiento del que actúa
sonal de la acción típica por parte del autor (delitos de propia mano)
o cuando el hombre de atrás carece de la especial cualificación (deli- 6 Como aquí, Baumann, J u S 1963, 92; Maurach, Allg. Teil, págs. 630 y ss.;
tos especiales propios) (cfr. supra, § 26 II 6), que requiere el tipo de LK (Busch), § 47 Anm. 33; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 42 y ss.;
la correspondiente especie de delito.6 Por último, debe negarse la Schrdder, v. Weber-Festschrift, págs. 236 y ss. Una laguna de punibilidad surge
en los §§ 315c III, 316 II, en cuanto delitos imprudentes de propia mano (BGH 18,
6 [ 9 ] ; Schonke/Schroder/Cramer, § 315c Anm. 36b; Rudolphi, GA 1970, 359).
2 El E 1962 ya había prescindido de una tal descripción en su § 29 I, a En favor de autoría mediata imprudente, Exner, Frank-Festgabe, t. I, pág. 670;
causa de la "multiplicidad de formas que puede adoptar la autoría mediata" LK (Mezger), 8." ed., § 47 Anm. 9a; Kohlrausch/Lange, § 47 Anm. I B 3 ; Schmid-
(Fundamentación, pág. 149). hauser, Allg. Teil, pág. 519.
3 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 570; Binding, GS 71 (1908), págs. 4 y ss.; 7 También así, LK (Busch), § 47 Anm. 45; Schonke/Schroder/Cramer, § 25
Gallas, Materialien, t. I, pág. 135; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 305; Schonke/ Anm. 9.
Schroder/Cramer, § 25 Anm. 23. 8 Cfr. Gallas, Materialien, t. I, pág. 138; Maurach, Allg. Teil, pág. 642;
4 Sobre la teoría del "autor tras el autor" cfr. supra, § 61, nota 31. Mezger, Lehrbuch, pág. 429; LK (Busch), § 47 Anm. 32; Schonke/Schroder/Cra-
5 Cfr. LK (Busch), § 47 Anm. 30 y ss.; Roxin, Taterschaft und Tatherr- mer, § 25 Anm. 26.
schaft, págs. 360 y ss., 399 y ss.; Herzberg, ZStW 82 (1970), págs. 314 y ss.; 9 Así Nowakowski, JZ 1956, 549; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft,
Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 28, 29; Stratenwert, Allg. Teil I, núme- páginas 175 y ss. Pero en distinto sentido, M. E. Mayer, Lehrbuch, pág. 377; Bin-
ros 757, 759. ding, GS 76 (1910), pág. 102, nota 2.

15. — Hans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n


*
922 § 62. La autoría mediata II. Los grupos y casos de la autoría mediata 923

directamente como un hecho doloso plenamente delictivo, ya que en- 2. E n sí, desde el punto de vista constructivo, también concurre
tonces deja de ser posible jurídicamente la dominación por p a r t e del un caso de instrumento que actúa atípicamente cuando falta el dolo
hombre de atrás. 1 0 en el intermediario, pero este grupo de casos se reúne generalmente,
de forma separada, bajo la rúbrica "instrumento que actúa sin
I I . Los grupos de casos de la a u t o r í a mediata dolo". 15 E l t r a t a m i e n t o de estos casos como autoría mediata respon-
de al máximo al sentimiento jurídico, pues nadie dudaría de que
Los casos de la autoría mediata manifiestan en lo esencial claros quien coloca intencionalmente en un error de tipo al que actúa, o
perfiles, elaborados paulatinamente por la Jurisprudencia y la doc- aprovecha un error ya existente, posee el dominio del hecho y por
t r i n a . Las dudas existentes se limitan a cuestiones de delimitación y ello debe responder como autor (cfr. la leyenda germánica del dios
fundamentación. de la luz, Balber, que por causa de Loki fue muerto por un proyectil
1. El caso del instrumento que actúa atípicamente se da cuando del ciego H ó d u r ) . E n caso de que el ejecutor directo actúe con culpa
alguien se m a t a o lesiona a sí mismo bajo el influjo más poderoso inconsciente, el hombre de a t r á s también tendrá el dominio del hecho
(análogo a un estado de necesidad) de otra persona. El intermediario si conoce la inobservancia del cuidado debido. 16
no puede en este caso realizar por su propia persona la acción eje-
cutiva típica porque el correspondiente tipo requiere el homicidio o Ejemplos: Quien hace atravesar la frontera y carga de objetos sujetos
lesión de otro. E l dominio del hecho del hombre de a t r á s consiste en a derechos de Aduana a quien lo desconoce, comete una defraudación adua-
nera en calidad de autor mediato (RG 39, 298). Quien, sin estar legitimado
este caso en que el instrumento, a causa de error, coacción o falta de
para ello, hace recoger traviesas de ferrocarril a un comprador de buena
conocimiento o fuerza de voluntad, tiene al instrumento en sus fe de tramos viarios, es autor mediato del hurto (RG 47, 147 [148]; RG 70,
manos. 1 1 212). Es autor mediato de un homicidio quien proporciona un arma cargada
Ejemplos: Se da homicidio doloso cuando "A" determina a "B", que a quien quiere gastar una broma con un fusil descargado. El médico que
nada supone, a tocar un cable de alta tensión, y concurre una lesión corpo- determina que el farmacéutico de buena fe expenda drogas a no legitima-
ral cuando el patrón obliga al aprendiz a comer un pedazo de mondongo dos, se hace culpable de la ilícita introducción en el tráfico como autor me-
sin limpiar (RG 26, 242). Debe estimarse asesinato cuando los padres pro- diato (RG 62, 369 [390]). Cfr. también RG 1, 146 (148).
ducen la muerte de un hijo mediante golpes, amenazas y una continuada
desmoralización psíquica (caso de Hildegard Hoefeld), 12 y lesiones cuando P o r el contrario, debe rechazarse la estimación de autoría media-
en un KZ los reclusos son obligados a permanecer durante largo tiempo t a cuando se engaña a quien actúa dolosamente acerca de la gra-
en agua helada (OGH 2, 5 [7]). También constituye un caso de coacción vedad de lo injusto típico (por ej., sobre el valor del cuadro dañado) 1 7
a una autolesión (§ 186) el de quien dirige a un funcionario una carta in- o acerca de una circunstancia cualificativa del hecho (por ej., el ca-
juriosa que aquél, en virtud del Reglamento de Servicio, ha de poner en r á c t e r de vivienda del edificio incendiado) , 18 Aquí concurre inducción
conocimiento de su superior (RG 41, 61 [64]). Constituye un homicidio do- y el dolo trascendente del hombre de a t r á s ha de considerarse en el
loso el inducir a un familiar enfermo mental al suicidio. Por el contrario,
momento de determinación de la pena. Tampoco constituye ningún
el favorecimiento del suicidio de una persona plenamente responsable resul-
ta impune aunque tenga lugar mediante la provocación de un error en los caso de autoría mediata la provocación de un error in persona (cfr.
motivos, porque el hombre de atrás no posee el dominio del hecho (RG 70, supra, § 29 V 6a) ,19 Quien, mediante un engaño acerca de la identidad,
313 [315]; BGH 2, 150 [151 y ss.] con nota de Gallas, JZ 1952, 371). 1 »' 14 *
Der Táter hinter dem Tater, pág. 92. Sobre la participación imprudente en un
10 En distinto sentido, para los casos de error de prohibición vencible, de suicidio, cfr. BGH 24, 342; Spendel, JuS 1974, 749 y ss.
error sobre el concreto sentido de la acción y sobre el dominio de la voluntad por * La solución debería ser distinta en España, habida cuenta de que en
virtud de un aparato de poder organizativo, la teoría del "autor tras el autor"; nuestro país se castigan expresamente la omisión y el auxilio al suicidio (ar-
cfr. Roxin, Lange-Festschrift, págs. 179 y ss. tículo 409 C. P.). (N. del T.)
11 Cfr. sobre esto Maurach, AUg, Teil, págs. 636 y ss.; Schdnke/Schroder/ 15 Cfr. sobre esto Bocícelmann, Allg. Teil, pág. 170; Maurach, Allg.' Teil,
Cramer, § 25 Anm. 12; Schroeder, Der Tater hinter dem Táter, págs. 89 y ss.; páginas 637 y ss.; Blei, Allg. Teil, págs. 226 y ss.; LK (Busch), § 47 Anm. 35;
Stratenwerth, AUg. Teil I, núm. 774. Por el contrario, concurre autoría inmedia- Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 522 y ss.; SK (Samson), § 25 Anm. 31; Straten-
ta cuando falta incluso al comportamiento del "hombre de delante" la cualidad werth, Allg. Teil I, núms. 765 y ss.; Wessels, AUg. Teil, pág. 99.
de acción; también así, Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 763 y ss. 16 Así, con razón, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 767, contra Roxin, Tá-
12 Cfr. la exposición de Lange, Der moderne Taterbegriff, págs. 32 y ss. terschaft und Tatherrschaft, págs. 189 y ss.
13 Cfr. también Gallas, JZ 1960, 687; asimismo, Stratenwerth, Allg. Teil I, 17 Así Roxin, Lange-Festschrift, págs. 184 y ss. Como el texto, Straten-
número 784. werth, Allg. Teil I, núm. 786.
18 Pero así, Roxin, Lange-Festschrift, págs. 186 y ss.
14 Más adelante, Maurach, Allg. Teil, pág. 643 (dominio del hecho psicoló- 19 Pero así, Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 212 y ss.; el mis-
gico) ; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 227. En favor de la limitación mo, Lange-Festschrift, págs. 189 y ss.
de la autoría mediata al "ámbito clásico", sin embargo, con razón, Schroeder,
924 § 62. La autoría mediata II. Los grupos y casos de la autoría mediata 925

le sustituye al autor su víctima por Otra, es inductor si instiga al P o r el contrario, u n a denuncia verdadera nunca da lugar a auto-
a u t o r y, de no ser así, autor accesorio. 20 ría mediata, aunque tenga lugar por motivos censurables, puesto que
3. Con especial claridad se manifiesta la necesidad de referir to- el denunciante actúa en sí mismo con arreglo a Derecho (BGH 3, 110
dos los requisitos de la punibilidad al hombre de a t r á s , en el supuesto [114 y ss.]). 2 4 La condena de denunciantes de la época nazi por un
de autoría mediata a t r a v é s de un instrumento que actúa con arreglo delito contra la humanidad previsto en el KRG núm. 10, se basaba
a Derecho. 21 E n estos casos el instrumento mismo actúa, sin duda, en la idea del abandono de personas materialmente inculpables a un
jurídicamente tanto desde el punto de vista objetivo como del sub- sistema inhumano en autoría inmediata con arreglo a un precepto
jetivo (por ej., el funcionario de policía que practica de buena fe u n a especial adecuado a estos casos (OGH 1, 6 ; 1, 1 1 ; 2, 1 7 ; 2, 67).
detención en virtud de una acusación falsa consciente, cfr. supra, 4. Mientras que los grupos de casos t r a t a d o s hasta aquí no se
§ 35 I 3), pero no importa su actuación ajustada a Derecho, sino la discuten en lo esencial, surgen dudas cuando alguien hace ejecutar
ilicitud de la actuación del hombre de a t r á s , si éste sabe que la p r i - un hecho punible por un instrumento incapaz de culpabilidad (niños,
vación de libertad no se halla materialmente justificada. E l dominio ebrios, enfermos mentales), pues estos casos, por virtud de la limi-
del hecho se fundamenta aquí en que el instrumento, por razón de tación de la accesoriedad, pueden incluirse tanto en la autoría me-
los preceptos jurídicos existentes, debe comportarse del modo como diata como en la inducción. Como siempre, lo decisivo es aquí el do-
pretende el hombre de a t r á s de mala fe. 22 minio del hecho por p a r t e del hombre de atrás. 2 6 Concurre con segu-
ridad cuando éste ha producido intencionadamente la incapacidad de
Ejemplos: El practicar la detención de un inculpable mediante engaño culpabilidad del intermediario, por ej., por embriaguez, p a r a que se
de las autoridades constituye una detención ilegal (RG HRR 1935, 471; pliegue a sus planes. Pero también ha de admitirse autoría mediata
BGH 3, 4 [ 6 ] ; 10, 306 [307]; BGH LM § 3, núm. 2). Quien pretende in- en caso de que únicamente se conozca la incapacidad de culpabilidad
ducir al Juez en un proceso civil a una sentencia perjudicial para el con- y se aproveche este estado p a r a la comisión del hecho. Por el contra-
trario mediante falsas declaraciones de parte, comete tentativa de estafa rio, si el niño o el enfermo mental se halla capacitado excepcional-
procesal (RG 72, 150). mente p a r a adoptar una resolución propia, concurre inducción con
Si el hombre de atrás ha ocasionado intencionalmente una situación de arreglo a los §§ 26 y 29.2«
legítima defensa, para que el defensor vulnere como instrumento al agre-
sor, sólo debe estimarse autoría mediata del hombre de atrás cuando exista Ejemplo: El acusado utilizó a un nieto de trece años para causar un in-
dominio del hecho tanto frente al agresor como frente al defensor. Éste cendio. Como el joven poseía "un entendimiento no pleno pero sí suficiente"
es colocado por la agresión provocada por el autor mediato en una situa- para el hecho, debió admitirse inducción y no autoría mediata (RG 61, 265
ción de necesidad que no le deja ninguna otra salida más que la de lesionar [267]).
al agresor, pues le pone en sus manos. En el agresor la posición de subor-
dinación respecto del autor mediato solamente puede afirmarse cuando se 5. Lo mismo vale p a r a el caso de que el instrumento actúe en un
trata de un niño o de un enfermo mental, no bastando la causación enga- e r r o r de prohibición invencible. No sólo debe estimarse autoría del
ñosa de un error en los motivos.28 hombre de a t r á s cuando él ha provocado intencionadamente el error,
sino también cuando el mismo lo conoce y aprovecha. Mas si el error
es vencible p a r a quien ejecuta inmediatamente el hecho, éste actuará
20 Así, con razón, Herzberg, Táterschaft, págs. 49 y ss.; Stratenwerth,
Allg. Teil I, núm. 785; Welzel, Lehrbuch, pág. 111. 24 Sobre esto, Schweiger, NJW 1952, 1.200; Maurach, Allg. Teil, págs. 639
21 Cfr. sobre esto Blei, Allg. Teil, pág. 227; Hegler, R. Schmidt-Festgabe, y ss.; Eser, Strafrecht II, núm. 38 A 22 y ss. Por el contrario, OLG Bamberg
páginas 21 y ss.; Herzberg, Mittelbare Táterschaft, págs. 28 y ss.; Maurach, DRZ 1950, 302, con anot. crítica de Welzel pretende condenar por detención ile-
Allg. Teil, págs. 638 y ss.; LK (Busch), § 47 Anm. 41; Schonke/Schroder/Cra- gal en autoría mediata cuando el juez debe aplicar una ley formalmente válida
mer, § 25 Anm. 18; SK (Samson), § 25 Anm. 32; Wessels, Allg. Teil, pág. 99. pero inmoral.
22 No debe aprobarse, sin embargo, la conclusión obtenida, a partir de un 25 Cfr. Blei, Allg. Teil, págs. 227 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, pág, 183;
punto de vista extremadamente subjetivo, por Johannes, Mittelbare Táterschaft, Gallas, Materialien, t. I, pág. 134; Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem I É 2a;
página 59, según la cual en la autoría mediata no importa en principio si el ins- Maurach, Allg. Teil, pág. 640; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 23; Stra-
trumento actúa de forma adecuada o contraria a derecho (cfr. por el contrario el tenwerth, Allg. Teil I, núm. 778; Welzel, Lehrbuch, pág. 103; Wessels, Allg. Teil,
caso BGH 3, 110). página 99.
23 Así Herzberg, Mittelbare Táterschaft, pág. 29; Schoncke/Schroder/ 26 Por el contrario, Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 591 esti-
Cramer, § 25 Anm. 20; SK (Samson), § 25 Anm. 32; Stratenwerth, Allg. Teil I, ma sólo participación cuando el incapaz de culpabilidad ha adoptado con auto-
número 790; Welzel, Lehrbuch, pág. 105; LK (Busch), § 47 Anm. 43. Sin esta nomía la decisión criminal y el hombre de atrás se limitó a favorecer el hecho.
restricción, sin embargo, la opinión mayoritaria, cfr. Drost, ZStW 51 (1931), pá- Herzberg, Táterschaft, pág. 30 aprecia autoría mediata en todos los casos en
gina 369; Maurach, Allg. Teil, pág. 639; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, que el hombre de atrás conoce la incapacidad de culpabilidad del determinado a
página 168; Schroeder, Der Tater hinter dem Tater, pág. 100. actuar.
926 § 62. La autoría mediata II. Los grupos y casos de la autoría mediata 927

con culpabilidad, sin duda atenuada (cfr. supra, § 41 II 2a, III 2b), 7. La teoría del dominio del hecho encuentra dificultades para la
pero de forma plenamente responsable desde el prisma jurídico-penal; fundamentación de la autoría mediata en el caso de ejecución del
la contribución del hombre de atrás al hecho resulta, así, conver- hecho mediante un instrumento que actúa sin intención o cualifica-
tida en participación. 27 ción.80 No cabe aquí la conversión en inducción o complicidad, por-
que el intermediario carece precisamente sea de la intención típica
Ejemplo: Si el soldado comete un delito grave o menos grave por virtud del delito, sea de la condición personal que fundamente la punibilidad,
de una orden, resulta excluida su culpabilidad si el mismo no ha advertido por lo que no puede ser autor. Tampoco puede hablarse de un dominio
ni podía advertir sin más la antijuricidad penal del hecho (cfr. supra, § 46 de la voluntad por parte del hombre de atrás sobre el instrumento,
II 3b). Según el § 33 WStG, e! superior es entonces autor mediato. Si el si además no concurre coacción, error o incapacidad de culpabilidad
subordinado actúa por el contrario culpablemente, él será autor, aunque
según el § 5 II pueda apreciarse una atenuación de la pena o incluso su en el instrumento. JLa.consideración decisivaha de ser aquí la de j ^ §
dispensa por escasa culpabilidad. En este caso, el superior será castigado en estos casos, el dominio''deTTieéffil^
como inductor según el § 33 WStG.28 "El hecho nimihlp. qo pnede_ser cometido en absoluto por el mediador
sin la cooperaron ripn¡ornlTfplIe~atr^ an produoo wn
6. Se halla generalmente admitido, también, el caso del instru- hecKo jurídico-penalmente relevante en cuanto éste^apnrta b intpnff
mento que actúa sin libertad. Quien intencionalmente coloca a otra ción o ctt^Hffaa^ipSrTda^pW'.él leg-isladorr Lo"décisivo^jmes. para la
persona en una situación de estado de necesidad prevista en el § 35, autoría es el inHujo jurídicamente dominante del hombre de atrás. La
de la cual el segundo sólo puede librarse mediante la comisión del crítica a esíaTeoría acierta, sin duda, al observar que, aparte del mo-
hecho punible perseguido por el hombre de atrás, es responsable del mento jurídico representado por la circunstancia de que el hecho no
hecho cometido en la situación de necesidad como autor mediato. podía ser cometido por el que actúa sin el hombre de atrás cualificado,
Quien, por el contrario, se encuentra con una situación de necesidad también debe añadirse el momento psicológico consistente en que el
ya existente y se limita a estimular al que actúa en estado de necesi- hombre de atrás haya determinado a cometer el hecho a quien actúa.
dad mediante la indicación del camino de salvación u ofreciéndole Se puede, por ello, hablar en tales casos de un dominio normativo-
otro tipo de ayuda, sin cambiar la situación exterior en perjuicio psicológico del hecho. Si falta la mencionada influencia, únicamente
de la víctima del hecho realizado en el estado de necesidad, comete concurre un delito de omisión del hombre de atrás. 82
inducción o complicidad en relación al hecho cometido, por lo que
también resultará punible.29 Ejemplos: E s a u t o r mediato del h u r t o quien hace coger una pelota de
Ejemplos: El novio que mediante amenazas de muerte obliga a un me- un j a r d í n ajeno a un auxiliador de mala fe con objeto de apropiárselo aquél
nor a disparar sobre su prometida, de la que se ha cansado ya (§ 35), es (RG 39, 37 [ 3 9 ] ) . El alcalde que, como autoridad de policía local, ha de
autor mediato de asesinato (RG 64, 30 [32]). Lo mismo vale para una ten- expedir un documento relativo al t r a n s p o r t e de presos, comete una falsedad
tativa de aborto impuesta por la fuerza (RG 31, 395 [398]). ideológica en el ejercicio de su cargo, según el § 348 I, si hace extender

27 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 183; Gallas, Materialien, t. I, pág. 134;
Wessels, Allg. Teil, pág. 99; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 780. Por el con- 30 Se estima de forma mayoritaria que la teoría del dominio del hecho falla
trario estima autoría mediata también en el supuesto de error de prohibición por completo en el caso del instrumento no cualificado y que aquí la autoría me-
vencible, Herzberg, Taterschaft, pág. 23 (contra J u S 1974, 374); Maurach, Allg. diata ha de ser fundada en la vulneración del deber especial por parte del hom-
Teil, pág. 641; Preisendanz, § 25 Anm. 3d bb; Roxin, Lange-Festschrift, pági- bre de atrás (por ej., el deber de funcionario); así Roxin, Taterschaft und
nas 178 y ss.; Lackner, § 25 Anm. Ib bb. Welzel, Lehrbuch, pág. 103, estima que Tatherrschaft, págs. 360 y ss.; el mismo, ZStW 85 (1973), pág. 102; Wagner,
en este caso siempre concurre participación, en tanto que Blei, Allg. Teil, pág. 228, Amtsverbrechen, págs. 378 y ss.; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 28; SK
sólo admite la autoría mediata si el hombre de atrás ha producido el error (Samson), § 25 Anm. 35; Wessels, Allg. Teil, pág. 95; Schroeder, Der Tater hin-
de prohibición con objeto de determinar al agente a la comisión del hecho. ter dem Tater, pág. 88. Por el contrario aprecian impunidad Herzberg, Tater-
28 Cfr. con más detalle Schroeder, Der Táter hinter dem Táter, págs. 135 schaft, pág. 34 y Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 799. Rechaza por completo la
y ss., que con razón se opone a BGH 8, 393 (397), en donde se considera al sol- figura del "instrumento no intencional" Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft,
dado plenamente responsable como mero cómplice. Pero también en favor de la páginas 341 y ss., quien en su lugar propugna autoría con inducción. Hereberg,
complicidad, LK (Busch), § 47 Anm. 40. Taterschaft, pág. 35 y Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 803, se hallan, también
en este punto, a favor de la impunidad.
29 También así, Blei, Allg. Teil, pág. 228; LK (Busch), § 47 Anm. 36 y ss.;
Welzel, Lehrbuch, págs. 102 y ss.; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, pági- 31 Así Blei, Allg. Teil, pág. 226; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 172; Gallas,
na 153; Herzberg, Taterschaft, págs. 13 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núme- Materialien, t. I, págs. 135 y ss.; Dahm, Tatertyp, pág. 56; Hegler, R. Schmidt-
ro 771. Por el contrario, estiman impunidad de la participación en un hecho Festgabe, pág. 22; Lackner, § 25 Anm. Ib bb; Welzel, Lehrbuch, pág. 104; Wes-
principal que se halle exculpado con arreglo al § 35 o al § 33, Maurach, Allg. sels, Allg. Teil, pág. 99 (únicamente para el instrumento no intencional), LK
Teil, págs. 721 y ss. (Falta la responsabilidad por el hecho); Riidolphi, ZStW 78 (Busch), § 47 Anm. 46; Maurach, Allg. Teil, pág. 636; E 1962 Begriindung, pá-
(1966), págs. 98 y ss.; SK (Rudolphi), § 35 Anm. 21 (por lo menos atenuación de gina 149.
la pena). 32 Así Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 328; SK (Samson), § 25 Anm. 35.
928 § 62. La autoría mediata III. Tratamiento de los casos de error 929
88
falsamente el documento a sus empleados particulares (según EG 28, 109 y dolo subjetivo de inducir, como el dolo requerido por el § 36. Evi-
[110]). dentemente, si falta en el a u t o r el dolo, como sucede en el caso del su-
puesto h u r t o de madera, sólo podrá estimarse tentativa de inducción
8. Recientemente se admite también con frecuencia un dominio del (cfr. supra, § 61 VII, 3). E n el caso contrario, en el que quien actúa
hecho basado en el aparato de poder de una organización, de modo que el
directamente es plenamente responsable, mientras el hombre de a t r á s
"sujeto que actúa tras una mesa de despacho" pero en cuyas manos está
la organización, aparezca siempre como autor mediato.83 Esta opinión sólo cree erróneamente que le faltan el dolo y la capacidad de culpabilidad,
puede admitirse cuando el ejecutor no pueda ser considerado en sí mismo cree poseer el dominio del hecho cuando en realidad solamente realiza
como autor plenamente responsable (por ej., según el § 5 I WStG). Pero una inducción. También aquí debe estimarse, en conclusión, una in-
si lo es, el sujeto que permanece en la central es, precisamente porque do- ducción consumada, ya que el dolo de inducir se halla contenido en la
mina la organización, coautor.34 El carácter común de la decisión criminal conciencia del dominio del hecho. 39 Lo mismo vale p a r a el caso de
tiene lugar gracias a la pertenencia a la organización. que el hombre de a t r á s crea equivocadamente que el instrumento ac-
t ú a en el h u r t o sin intención de apropiación (RG 57, 274 estima, sin
I I I . T r a t a m i e n t o de los casos de e r r o r embargo, a u t o r í a ) .
2. U n tercer caso concurre cuando el instrumento actúa víctima
Hay que distinguir t r e s grupos de casos de error. de un e r r o r en el objeto (cfr. supra, § 29 V 6a). E n este supuesto,
1. El hombre de a t r á s supone erróneamente que quien actúa di- una p a r t e de la doctrina se fija en el hecho de si el intermediario ac-
rectamente lo hace con dolo o es capaz de culpabilidad, cuando en t ú a dolosamente o no. E n caso de actuación dolosa, el e r r o r en el
realidad éste actúa sin dolo o carece de capacidad de culpabilidad. 86 objeto no debe beneficiar al hombre de a t r á s como autor mediato,
como tampoco beneficia a quien actúa directamente. A h o r a bien, si
Ejemplos: El guardabosques infiel vende a su nombre madera en el el instrumento actúa sin dolo, h a b r á que estimar, por el contrario, un
bosque que hace retirar de él al vendedor, creyendo equivocadamente que caso de a b e r r a t i o ictus 4 0 (cfr. supra, § 29 V 6c). La opinión contraria
éste actuaba también de mala fe. Alguien contrata para la ejecución de un pretende equiparar por completo el instrumento humano al mecánico
asesinato a un delincuente que no parecía ser un enfermo mental.
y, por ello, t r a t a ambos casos según las reglas de la aberratio ictus,
E n ambos casos el hombre de a t r á s cree cometer una inducción, como cuando un a r m a y e r r a su meta. 4 1 La correcta es la segunda
al h u r t o o al asesinato, pero actúa objetivamente como autor mediato opinión, porque el dolo del a u t o r mediato debe a b a r c a r t a n t o el dolo
sin, no obstante, advertir su dominio del hecho, de suerte que tampoco de inducir como el resultado del hecho, y el e r r o r en el objeto del ins-
puede ser castigado por autoría mediata. 3 6 U n sector de la doctrina trumento se presenta en el autor mediato, pues, como aberratio ictus.
quiere estimar aquí una participación intentada, 8 7 lo que evidente- Ejemplos: A determina a B bajo una amenaza de muerte a disparar
mente sólo conduce a la punibilidad en el caso de inducción a un de- sobre su enemigo C; pero a consecuencia de una confusión de personas B
lito grave (§ 30 I ) . E n el caso del a u t o r que no parece ser enfermo dispara sobre D. A hace preparar para C a la camarera B, que nada supo-
mental lo correcto es castigar por inducción consumada (cfr. proyec- ne, una taza de café envenenado, que, sin embargo, se bebe D porque B
to 62 § 32), puesto que concurren en el a u t o r t a n t o autoría mediata le confunde con C. En ambos casos A sólo es punible por tentativa de homi-
objetivamente consumada (o sea, un plus en relación a la inducción) cidio.

38 Así la opinión mayoritaria; cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 584 y ss.;
33 Así Dreher, § 25 Anm. 3; LK (Busch), § 47 Anm. 48; Roxin, Tater- Gallas, Materialien, t. I, pág. 139; Mezger, Lehrbuch, pág. 449; Sax, MDR 1954,
schaft und Tatherrschaft, págs. 242 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 526 69; Schroeder, ROW 1964, 104; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 267
y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 791 y ss. y siguientes.
34 Como el texto, SK (Samson), § 25 Anm. 36. Sobre la situación del su- 39 Así Gallas, Materialien, t. I, pág. 139; LK (Mezger), 8.' ed., § 48 Anm.
bordinado cfr. Jager, Verbrechen unter totalitarer Herrschaft, págs. 166 y ss. 3d; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 271 y ss.; Schmidhauser, Allg.
35 Cfr. para esto, ampliamente, Letzgus, Vorstufen, págs. 28 y ss., que de- Teil, pág. 530; Wessels, Allg. Teil, pág. 100; Stratenwerth, Allg. Teil I, núme-
nomina a esta figura "inducción imperfecta". ro 959. En favor de la autoría mediata a causa de la "voluntad de autor", sin
36 No obstante, en favor de la autoría mediata, Kohlrausch/Lange, § 47 embargo, Baumann, JZ 1958, 233; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 72.
Vorbem. I B 2a; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 329; Eb. Schmidt, Frank-Festgabe, En favor de apreciar tentativa de autoría mediata, Maurach, Allg. Teil, pág. 675;
tomo II, pág. 131; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 25 Vorbem. 73; v. Uthmann, SK (Samson), § 25 Anm. 38; distinguiendo Blei, Allg. Teil, pág. 230.
NJW 1961, 1.909. 40 Así Maurach, Allg. Teil, págs. 689 y ss.; Schdnke/Schrdder/Cramer,
37 Así Bockelmann, Untersuchungen, pág. 96; Blei, Allg. Teil, pág. 230; § 25 Anm. 35 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 75.
Heinitz, Festschrift zum 41. DJT, pág. 106; Maurach, Allg. Teil, pág. 675; Tróva- 41 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 428; LK (Schroeder), § 59 Anm. 23;
le, GA 1956, 143; Welzel, Lehrbuch, pág. 123; Letzgus, Vorstufen, págs. 29 y ss.; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 215; Schmidhauser, Allg. Teil, pá-
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 963. gina 530; SK (Rudolphi), § 16 Anm. 30; Wessels, Allg. Teil, pág. 104.
930 § 62. La autoría mediata Adiciones de Derecho español al § 62 931
3. El autor mediato no es responsable de la acción punible que el 44
el intermediario da principio a la ejecución del hecho punible. Pero
instrumento cometa excediéndose del plan de la acción por su pro- también debe estimarse ya tentativa en el estadio previo si al autor
pio impulso o por una errónea comprensión de lo proyectado por el mediato se le escapa de las manos el dominio del hecho, sin que en tal
hombre de atrás (exceso), ya que esta parte del suceso queda sustraí- caso pueda existir diferencia alguna entre que el instrumento actúe
da del dominio del hecho de este último.42 dolosa o no dolosamente.46
2. Es polémica la cuestión de si un hecho en autoría mediata pue-
IV. Tentativa y omisión en la autoría mediata de cometerse también por omisión. Una parte de la doctrina admite
la posibilidad de autoría mediata cuando alguien no impide la acción
1. La autoría mediata también puede tener lugar en forma de punible del instrumento en contra de un deber de garante. 46 En un
tentativa. Se discute, no obstante, la cuestión de en qué momento hospital el enfermero omite voluntariamente, por ejemplo, impedir
empieza el estadio de la tentativa en el sentido del § 22 (cfr. supra, que un enfermo mental agreda a otro paciente. No obstante, parece
§ 49 IV 6). También aquí distingue una parte de la doctrina entre acertada la opinión contraria, que va ganando terreno, 47 que en estos
el instrumento de buena fe y el de mala fe. Siendo el instrumento de casos estima autoría directa por omisión, porque la no evitación del
buena fe la tentativa debería empezar ya cuando el hombre de atrás hecho de un incapaz de culpabilidad al que hay que vigilar hace
ejerce su influjo, ya que este caso debe tratarse de la misma forma nacer la plena responsabilidad como garante de la actuación de ter-
que el de poner en movimiento una cadena causal mecánica. Ante un ceras personas (cfr. supra, § 59 IV 4c).
instrumento de mala fe la tentativa no empezaría, sino con la acción
ejecutiva del instrumento. 43 * • #

Ejemplos: La presentación de una relación inexacta de existencias al


I. Esencia y delimitación de la autoría mediata
administrador del concurso de buena fe que éste ha de transmitir en segui-
da a los acreedores sería ya, según lo anterior, tentativa de estafa (BGH 4, 1. La doctrina española, tras ciertas vacilaciones, acepta en la actualidad,
270 [373]). El verter veneno en el té que la asistenta de buena fe debe como el TS, la figura de la autoría mediata.1 Mas sólo un sector doctrinal
servir en seguida a la víctima constituiría una tentativa de envenenamien- acude a la idea del "dominio del hecho" para expresar su esencia? En general
to (RG 59, 1; cfr. 66, 141 [142]). Quien induce al comprador de buena fe se contentan los autores con fundamentarla en la equivalencia de utilizar
mediante engaño a retirar de un depósito de mercancías vigas de hierro que
no le pertenecen, cometería ya un hurto intentado al realizar la acción en-
gañosa (RG 30, 212 [213]). Quien, por el contrario, quiere procurarse un 44 En favor del comienzo de la acción de ejecución del instrumento como
billete gratuito convenciendo por carta a un soldado ingresado en un hos- momento determinante para la tentativa se manifiestan: Frank, § 43 Anm. II 2a
pital militar en el lugar en que pretende pasar sus vacaciones aquél, de que i. f.; v. Hippel, t. II, pág. 475; Eb. Schmidt, Frank-Festgabe, t. II, pág. 132. Dre-
her, § 22 Anm. 18 apunta, en consecuencia, a la inmediata puesta en peligro del
se haga pasar por su pariente y solicite su visita, cometería sólo un acto objeto de la acción. También así, BGH 4, 270 (273).
preparatorio porque el instrumento elegido actuaría de forma dolosa (en 45 Así, acertadamente, Roxin, Maurach-Festschrift, págs. 227 y ss.; tam-
distinto sentido, RG 77, 172 [175]). bién Dreher, § 22 Anm. 18; Herzberg, MDR 1973, 94 y ss.; J. Meyer, ZStW 87
(1975), pág. 608; SK (Rudolphi), § 22 Anm. 20; Wessels, Allg. Teil, pág. 111.
46 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 571; Engelsing, Eigenhándige Delikte, pá-
Sin embargo, la distinción de instrumentos de buena y de mala fe gina 42; Maurach, Allg. Teil, pág. 643; Blei, Allg. Teil, pág. 229; Schmidhauser,
en este lugar no se halla justificada. La tentativa presupone, según el Allg. Teil, pág. 706.
§ 22, que el autor da principio, según su plan global, a la realización 47 Así Grünwald, GA 1959, 122; Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte,
página 294; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, pág. 471; Schonke/Schro-
inmediata del tipo (cfr. supra, § 49 IV 1). Lo mismo vale también der/Cramer, § 25 Anm. 38; SK (Rudolphi), § 13 Anm. 33; Welzel, Lehrbuch,
para la autoría mediata. Concurre siempre, pues, tentativa en cuanto página1
206; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.065.
A favor: Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 222 ss.; Rodríguez
Mourullo, El autor mediato en Derecho penal español, en ADPCP 1969, pp. 464 ss.
42 También así, Maurach, Allg. Teil, págs. 643 y ss.; Schmidhauser, Allg. y Comentarios I pp. 5 1 ; Córdoba Roda, Notas II pp. 310 s. En contra: Quintano
Teil, pág. 531; Wessels, Allg. Teil, pág. 100; también, con una fundamentación Ripollés, Curso I p. 246; Cuello Calón, PG p. 647. La admiten, pero incluida en
subjetiva, Baumann, Allg. Teil, pág. 576. el art. 14 CP; Antón Oneca, PG pp. 435 ss. (en el art. 14 2° y 3.a CP); Ferrer
43 Así Blei, Allg. Teil, pág. 230; Kohlrausch/Lange, § 43 Vorbem. II 3 i. f.; Sama, Comentarios II pp. 46 ss. (en el art. 14, 1.° C P ) ; Del Rosal, Derecho pe-
Mezger, Lehrbuch, págs. 386, 401; LK (Busch), § 43 Anm. 33; Schonke/Schro- nal II (1960), p. 128 (en el art. 14, 2.°). Entre las SSTS cfr. 31 marzo 44, 26 dic.
der/Eser, § 22 Anm. 54; Welzel, Lehrbuch, pág. 191. Sobre la relación con el 67, 12 mayo 71; 19 mayo 75; 5 junio 76.
2
§ 49a ant. red., cfr. Schroder, J u S 1967, 295. Por el contrario estiman concu- Cfr. Córdoba Roda, Notas II p. 310; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice
rrente, en todo caso, tentativa de incidencia en el mediador: Baumann, J u S páginas 135 s.; Cerezo Mir, ADPCP 1975, p. 51. Maneja el concepto del dominio
1963, 92 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 173; Maurach, Allg. Teil, pág. 504; del hecho como ilustrativo de la esencia de la autoría mediata Rodríguez Mourullo,
ampliamente, Schilling, Verbrechensversuch, pág. 104. Comentarios I p. 824 nota 89 en reí. con pp. 818 s.
932 § 62. La autoría mediata Adiciones de Derecho español al § 62 933
como instrumento una cosa y una persona. El Proyecto 1980 alude expresa-
mente a la autoría mediata en estos términos: "quienes realizan el hecho.., II. Los casos de autoría mediata
por medio de otro del que se sirven como instrumento" (art. 82). El estado de la doctrina española en cuanto a la diferenciación y análisis
No se ha abandonado por completo la concepción de la autoría media- de los grupos de casos reconocidos en él texto de acuerdo con la doctrina
ta como expediente justificado por la necesidad de evitar lagunas que de dominante en Alemania, se caracteriza en general por un inferior grado de
otro modo surgirían por causa del principio de accesoriedad de la partici- desarrollo.9 Como especialidades dignas de mención cabe especificar las si-
pación^ guientes: el tratamiento del caso de instrumento violentado por fuerza irre-
2. No obstante, algún autor va más lejos que el propio Jescheck en la sistible y la discusión acerca de la admisibilidad de las figuras del "instru-
admisión de la autoría mediata. Así, Rodríguez Mourullo lo admite incluso mento sin intención" y del "instrumento no cualificado".
en casos en que el instrumento actúa de forma plenamente responsable 1. El texto de Jeschek presupone que no constituye verdadera autoría
(caso del "autor tras él autor").4 Que la autoría mediata no cabe ni en los <$* mediata la de quien se sirve de un instrumento humano que obra sin "ac-
delitos de propia mano^nLen los delitos estJHMwXeí^pí^^ ción". En España existe en este punto división de opiniones. Un sector doc-
Se atrás carece de la cualificación típica, se reconoce también entre nosotros y ¡j' f trinal incluye un supuesto de esta naturaleza como de autoría mediata en
Alternas, algún autor niega la posibilidad de la autoría mediata en los delitos ¡ el art. lk, 2." primer inciso CP: "Los que fuerzan... a otros a ejecutarlo",9 WB
que no sólo requieren un resultado, sino una actividad determinada, ponién- ""t~' entendiendo por fuerza la irresistible que excluye la acción.10 Otro sector,
dose como ejemplo el art. ¿20 CP, que requiere, entre otras, la conducta de en cambio, reduce el artículo 1U, 2." primer inciso, a los casos de vis compul-
"golpear", supuesto en el que se postula la misma solución que para los deli- siva que excluye la acción en el ejecutor material, entendiendo que la fuerza
tos de propia mano.6 En cambio, por otra parte se defiende la posibilidad de irresistible determina autoría directa, y no mediata, en quien la ejerce.11
autoría mediata en delitos imprudentes, 7 posibilidad lógica si se admite Esta última solución parece preferible. Por una parte, el art. H, 2." CP
también el concepto restrictivo de autor en estos delitos y la necesidad con- requiere que el forzado ejecute el hecho, y ello sólo puede hacerlo quien efec-
siguiente de distinguir en ellos entre autoría y participación, como parece túa un comportamiento humano; por otra parte, la utilización meramente
indicado en nuestro Derecho. (Cfr. supra, Adiciones al § 61 VI). material de un hombre, sin que éste actúe como tal bajo el control de su vo-
3. En nuestra doctrina sólo se admite, en general, que concurre la nece- luntad, en nada se distingue del empleo de otro instrumento no humano, por
saria subordinación del instrumento característica de la autoría mediata lo que no justifica la construcción de autoría mediata.
cuando media error, violencia o utilización de un inimputable, y no, en cam-
2. La construcción del "instrumento doloso sin intención" se rechaza en
bio, cuando sólo falta la cualificación o intención necesarias en la persona
nuestro país por quienes consideran necesario para la autoría mediata que el
que realiza un delito especial propio inducido por quien sí posee dichas con-
instrumento actúe sometido al hombre de atrás por error, violencia o utiliza-
diciones.8
ción de inimputabüidad, lo que no sucede en el caso aquí contemplado.12 La
solución que se propone para evitar la inadmisible impunidad del hombre de
atrás en el clásico caso del hurto propuesto en el texto ('supra / / 7) es la
8
Vid. por ej., Rodríguez Devesa, PG pp. 744, 746. Del mismo prisma parten sugerida por Maurach y Roxin: considerar autor de hurto al ejecutor mate-
quienes consideran innecesaria la autoría mediata por entenderla incluible en al- cial, porque el hurto no requiere el ánimo de quedarse la cosa para sí, sino
guno de los números del art. 14: cfr. nota 1. En cambio, claramente a favor de que basta tomarla con la intención de disponer de ella (p. ej., para rega-
una fundamentación ontológica de la autoría mediata: Córdoba Roda, Notas II larla).13
página 310; Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 464 s., y Comentarios I p. 805. Igualmente rechaza este sector doctrinal el caso del "instrumento doloso
* Cfr. Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 468 s., y Comentarios I pá-
ginas 808 s.
8
Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 236, 242, 247; Córdoba Roda, 9
La exposición más próxima al planteamiento alemán de los diferentes
Notas II pp. 312 s.; Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, p. 477, y Comentarios I grupos de casos la ofrece Rodríguez Devesa, PG pp. 744 ss.
página 812; Quintero Olivares, Delitos especiales pp. 108, 113 ss. «bis Este inciso desaparece en el Proyecto 1980, art. 32, pues se entiende
6
Así Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 223 ss. En contra Quintero comprendido por la referencia general a la autoría mediata de su párrafo I.
Olivares, Delitos especiales p. 110. io Así Antón Oneca, PG p. 435; Rodríguez Devesa, PG p. 744; Ferrer Sama,
7 Así Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 477 ss., y Comentarios I pá- Comentarios II p. 49.
ginas 812 ss., alegando la STS 5 junio 57, en que se declaró autor de un delito ii Así Rodríguez Mourullo, Comentarios pp. 845 s.; Quintero Olivares,
imprudente al que dirigía al chófer de un camión en su maniobra, mientras que Delitos especiales pp. 95 s. En este sentido parece inclinarse Gimbernat Ordeig,
no se consideró responsable de imprudencia alguna al conductor, por entender que Autor y cómplice pp. 220 s., 222.
éste actuaba sólo como instrumento que debía confiar en las órdenes del primero. 12 Así Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice p. 227; Rodríguez Mourullo,
8
Cfr. Antón Oneca, PG pp. 436 s.; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice ADPCP 1969 pp. 469 ss.; Quintero Olivares, Delitos especiales p. 99. A favor,
página 291; Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 469 ss., y Comentarios I pá- en cambio, de la figura del "instrumento doloso sin intención" Rodríguez Devesa,
ginas 809 ss.; Quintero Olivares, Delitos especiales pp. 99 ss. En favor, en cambio, PG p. 744.
de la doctrina alemana dominante acogida por Jescheck: Rodríguez Devesa, 13 Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice p. 227, de acuerdo con las SSTS
PG p. 745. 26 enero 1888 y 30 enero 52.
934 § 62. La autoría mediata Adiciones de Derecho español al § 62 935
no cualificado". La razón sigue siendo la- inexistencia de una auténtica suje- utilicen dos conceptos de autor, sino de que una misma contribución causal
ción del ejecutor material al hombre de atrás, quien no emplea sobre él ni puede desempeñar funciones distintas según su relación (o ausencia de rela-
violencia ni engaño, ni utilización de inimputabilidadM ción) con otras contribuciones.
La negación de autoría mediata en todos estos casos puede conducir, no El planteamiento propuesto permite estimar autoría mediata en los deli-
obstante, a lagunas inadmisibles que la dogmática no debe limitarse a pro- tos especiales propios, pero también en los delitos especiales impropios. En
clamar, sino que ha de esforzarse en evitar, si no quiere traicionar su misión éstos puede suceder también que quien reúne la cualificación necesaria utilice
de complemento creador de la ley. Para evitar absurdas impunidades cabe, para la ejecución material a otra persona (ej., el hijo determina a un extraño
proponer la siguiente p.n'jn&tmi.o.o.ión La autoría (realización del tipo) requiere a matar al padre de aquél) que, aunque realice a su vez el delito común co-
(seguk lo dicho supra, Adiciones al % 61 V) la causación del tipo más la rrespondiente, no pueda ser autor del delito especial ni por tanto arrebatar
pertenencia de ella al sujeto. Esta pertenencia corresponde en primer lugar su pertenencia al intraneus. En cuanto, en el ejemplo, éste (el pariente) cau-
al ejecutor material individual, cuando es el único causante al que le es impu- sa la muerte de su padre, siquiera mediante el extraño, queda entonces como
table el tipo, porque no existe posibilidad de atribuirle a otro aquella perte- único autor (mediato) de dicha muerte (parricidio). Ciertamente, el pariente
nencia, y cuando concurren otros causantes no ejecutores (así un inductor) puede ser considerado también inductor al homicidio o asesinato cometido
porque éstos dependen de que el primero ejecute o no el delito, que queda en por el extraño, pero entre esta calificación y la de autor mediato de parricidio
sus manos a título propio. Es seguro que ¡^pertenencia de la causación típica es preferible, según las reglas del concurso de leyes, la segunda. (Cfr. supra,
• también f.MMfaajiM^f; en «qgj(.fl/fa Imjfiiyaí n
^Z..'mPñlf'Írn $"* 1l™9M^ >>m
' Adiciones § 61 VII).
¡| imtrum&niMHjatfoliu total control. En todos estos^casos sucede lo siguiente:
jí la ^peTtegeTicía^dcl hwhn corresponde al causante en cuanto otro causante no lll. Tratamiento de los casos de error
'; puede arrebatársela. Pues bien, ello p&rmite sostener queda pertenencia yase.
i eMjorma de autoría mediata^ al hornfre ri*. ntrA» que determina (mediante La doctrina no se ha ocupado en nuestro país de estas cuestiones. No
vñdwxytón- o cooperación)á4a~ causación del tipo, cuando aquella pertenencia obstante, no existe ninguna especialidad en el CP que obstaculice la aplica-
no puede sino corresponderle a él.]Es lo que sucede en los casos ae inStru-' ción de lo expuesto en el texto al Derecho español. Téngase únicamente pre-
mentó dolodo sin intención, o no cualificado, en los cuáles éste no puede cau- sente que el tratamiento del error vn objecto, cuando resulte relevante por la
sar él tipo a título propio, lo cual sólo puede hacerlo él hombre de atrás. De los diferente protección jurídica de los objetos en juego, y de la dberratio idus
dos causantes del tipo aquí concurrentes, la pertenencia sólo puede corres- pueden incluirse en el art. 50 CP; pero a mi juicio, en ciertas condiciones
ponder al hombre de atrás porque el intermediario no puede arrebatársela. bajo las cuales conducirán a las mismas soluciones que permitirían las reglas
Lo anterior supone que el concepto de realización del tipo, que determina generales del concurso ideal (art. 71 CP; art. 88 Proyecto 1980) , 16 De ahí
la autoría, no se halla vinculado de forma absoluta a la importancia causal que la supresión del art. 50 CP que propone el Proyecto 1980 y que sería
intrínseca de una determinada conducta, sino que depende del papel relativo conveniente, no modificaría dicho tratamiento del error in persona relevante
(funcional) de la aportación causal en el conjunto de condiciones causales del ni de la aberratio ictus.
tipo. El ejecutar el último acto necesario para la consumación no determina Por lo que se refiere al exceso del instrumento, la misma solución del texto
en sí mismo la realización del tipo (autoría), sino sólo en cuanto pueda supo- se derivará expresamente del art. 60II CP (art. 77 II Proyecto 1980), cuan-
ner además la pertenencia del delito. Viceversa, el interponer a un mediador do aquél sujeto actúe de forma típicamente antijurídica (cuando sea un
humano no es en sí sólo participación (inducción), sino que puede conver- "delincuente": art. 60 I CP; art. 77 I Proyecto 1980)^ y el exceso recaiga
tirse en realización del tipo (autoría mediata) cuando el ejecutor del último sobre circunstancias modificativas (arts. 9 y 10 CP; 26 y 27 Proyecto 1980)
acto consumativo no puede ser autor (sea por no dominar el hecho, sea por "que consistieren en la ejecución material del hecho o en los medios emplea-
no reunir las condiciones típicas necesarias) M No se trata, pues, de que se dos para realizarla", caso en el que "servirán para agravar o atenuar la res-
ponsabilidad únicamente de los que tuvieren conocimiento de ellos en el
n Así Antón Oneca, PG pp. 436 s.; Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice momento de la acción o de su cooperación para el delito". En los demás ca-
páginas 261 s.; Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 470 ss.; Quintero Olivares, sos la solución se obtendrá de las reglas generales sobre preterintenciona-
Delitos especiales, pp. 99 ss. lidad — que en mi opinión sólo podrán buscarse en los arts. 9, k.° y 50 CP
15 En realidad, el planteamiento propuesto es el único que puede explicar en cuanto no se opongan a las reglas del concurso,1* únicas aplicables; si
casos de autoría mediata tan indiscutibles como el del instrumento que actúa por prospera la propuesta del Proyecto 1980 de derogar aquéllos artículos, salvo
error. En este caso no es necesario, contra lo que suele afirmarse, que el autor por lo que respecta al binomio lesiones-homicidio (así, si el instrumento
mediato tenga en sus manos todo el "dominio del hecho", como lo prueba el que el
instrumento puede actuar por su cuenta y no necesariamente en el sentido supues-
to por el hombre de atrás. Tan es así que uno de los más brillantes defensores w Cfr. Mir Puig, Preterintencionalidad, en RJCat 1979, pp. 87 ss.
de la teoría del dominio del hecho entiende que cuando el autor mediato deja el 17
El CP usa el término "delito", y por tanto el de "delincuente", en el sen-
hecho en manos del instrumento que debe servir el veneno sin saberlo, pierde tido de tipo (total) de injusto: cfr. Mir Puig, Delito y falta, en ADPCP 1973,
el dominio de los acontecimientos (Roxin, JuS 1979, pp. 9 ss., seguido por páginas 320 ss.
Jescheck supra § 62 IV 1). 18 Cfr. Mir Puig, RJCat 1979, pp. 82, 90 ss, 94 ss.
936 § 62. La autoría mediata I. Concepto y delimitación de la autoría 937
produce una muerte en lugar de lesiones), supuesto especialmente regulado otro comenta un delito. De ello derivaría la necesidad de admitir la autoría
en el art. 178 Proyecto. mediata por omisión, que habría que diferenciar de la cooperación, necesaria
(art. 148 CP) o no (art. 16 CP), por omisión, según concurran o no los pre-
supuestos generales de la autoría mediata.
IV. Tentativa y omisión en la autoría mediata
No existe en España un propio estado de la cuestión en estos temas, pero
resultan perfectamente válidos los términos en que el texto plantea la discu- § 63 La coautoría
sión de los mismos.
Berolzheimer, Die akzessorische Natur der Teilnahme, tesis Diss. München
1. Por lo que respecta al inicio de la tentativa en la autoría mediata, 1909; v. Birkmeyer, Die Lehre von der Teilnahme, etc., 1890; v. Buri, Urheber-
Rodríguez Mourullo parece admitir la doctrina según la cual la tentativa schaft und Beilhilfe, GA 17 (1869), pág. 233; el mismo, Die Mittaterschaft im Sinne
comienza en la autoría mediata con instrumento no doloso (la única que este des deutschen StGB, GS 25 (1873), pág. 237; Busse, Táterschaft und Teilnahme bei
autor acepta) en el momento en que el hombre de atrás incide en el instru- Unterlassungsdelikten, tesis, Gottingen 1974; Exner, Fahrlássiges Zusammen-
mento.19 En efecto, si el autor mediato ha de ser verdadero autor no puede wirken, Festgabe für R. v. Frank, t. I, 1930, pág. 569; Finche, Der Táter neben
quedar en actos preparatorios. Esta solución me parece la preferible para dem Tater, GA 1975, 161; Furtner, Zur Frage der Anrechnung erschwerender
todos los casos de autoría mediata, tanto si el mediador actúa de buena como Umstande, etc., J R 1960, 367; Gimbernat Ordeig, Gedanken zum Táterbegriff,
de mala fe, y con independencia de si escapa o no al autor mediato el control etcétera, ZStW 80 (1968), pág. 915; Grünwald, Die Beteiligung durch Unter-
del intermediario. La fórmula diferenciadora de Roxin que acoge el texto, lassen, GA 1959, 110; Hardwig, Zur Abgrenzung von Mittaterschaft und Bei-
hilfe, GA 1954, 353; Armin Kaufmann, Die Dogmatik der Unterlassungsdelikte,
basada en la subsistencia o no de este control, no resulta justificada, porque 1959; Kion, Grundfragen der Kausalitat bei Tótungsdelikten, J u S 1967, 499;
el control que supone la mera posibilidad de intervenir en el hecho (p. ej., Martin, Zur Frage der Zurechnung bei sukzessiver Mittaterschaft, NJW 1953,
vigilando al instrumento) hasta el último momento no implica realización 288; Niese, Anmerkung zu BGH 2, 344; NJW 1952, 1.176; Oehler, Das erfolgs-
efectiva de actos ejecutivos, sino sólo de su posibilidad. Aunque la mujer qualifizierte Delikt und die Teilnahme an ihm, GA 1954, 33; Schroder, Anmer-
que deja dispuesta con veneno la sopa que debe servirse su marido se quede kung zu BGH 11, 268, JR 1958, 427; Spendel, Zur Kritik der subjektiven Ver-
observando los hechos por si es necesario asegurar activamente el resulta- suchs- und Teilnahmetheorie, J u S 1969, 314; Zimmerl, Zur Lehre vom Tatbe-
do,20 no por eso habrá dejado de finalizar su intervención ejecutiva al dejar stand, Strafr. Abh. núm. 237, 1928.
dispuesta la sopa si no resulta precisa su ulterior intervención: sólo él ma- Cfr. además la bibliografía de los §§ 61, 62.
rido habrá realizado los actos consumativos decisivos. Siendo así, no puede
decirse que en tal caso la mujer haya mantenido el "dominio del hecho" I. Concepto y delimitación de la autoría
entendido como una "parte de la ejecución" (y no sólo como posibilidad de
interrumpirlas, que no basta [cfr. Adiciones al § 61 V~\): la única forma 1. Cuando varios cometen un hecho en común, todos son casti-
de sostener lo contrario sería concibiendo este plan ejecutivo como de omisión gados como autores (§ 25 II). La propia ley designa en este caso a
y ello es insostenible porque él mismo incluye actos dolosos positivos como los intervinientes como "coautores". La coautoría, al igual que la
los de verter él veneno que determinan positivamente él resultado (cfr. supra coautoría mediata, es una forma de autoría. Sin embargo, los requi-
§ 88 II 2: criterio de la causalidad para la distinción de acción y omisión).
sitos y los límites de la coautoría resultan, pese a esta regulación le-
Ahora bien: si la mujer terminó la ejecución al dejar la sopa, no puede gal, discutidos.
empezar después la fase ejecutiva. Y ello aunque luego se vea obligada a in-
tervenir activamente para conseguir que su marido ingiera el veneno, pues a) También la coautoría se basa en el dominio del hecho. Pero
entonces la ejecución proseguirá pero no anulará los actos ejecutivos ya como en su ejecución intervienen varios, el dominio del hecho debe
efectuados. Ocurre aquí lo mismo que en el supuesto de quien dispara sobre ser común (cfr. supra, § 61 V 3b). Cada coautor domina todo el su-
otro y espera un rato con objeto de asegurarse de que la herida le produce ceso en cooperación con otro u otros. La coautoría consiste, así en
la muerte, lo que no sucede y le determina a volver a disparar: el segundo una "división del trabajo" que o bien condiciona la propia posibilidad
disparo prolongará una ejecución que de otro modo quedaría ya cerrada, del hecho o lo posibilita, o bien reduce de forma esencial el riesgo de
pero no podrá anular el hecho de que el primer disparo ya inició la ejecución. su producción. Requiere, en su aspecto subjetivo, que los intervinien-
2. Si se quiere mantener en los delitos de omisión la diferencia entre tes se vinculen recíprocamente mediante un acuerdo en común de
autoría y participación — lo que resulta obligado por el concepto restrictivo realizar el hecho, debiendo asumir cada uno de ellos un cometido par-
de autor que maneja el CP— (cfr. infra, Adiciones al § 6h), nunca puede cial necesario para la totalidad del plan, que les haga aparecer como
considerarse autor directo de comisión por omisión a quien no impide que
cotitulares de la responsabilidad por la ejecución de todo el hecho.
La resolución común de ejecutar el hecho es el vínculo que convierte
w Cfr. Rodríguez Mourullo, ADPCP 1969, pp. 424 s., y Comentarios I pá- las distintas partes en un todo. En sentido objetivo, la aportación
ginas 809 s.
2
<> Según el ejemplo de Roxin, J u S 1979, p. 9.
de cada coautor debe encerrar un determinado grado de importan-

16. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


938 § 63. L a coautoría I. Concepto y delimitación de la autoría 939
cia funcional, de modo que la colaboración de cada uno de ellos me- quien por encargo de un servicio secreto extranjero ejecuta dos asesinatos
diante el desempeño de la función que a cada uno le corresponde, se sólo és cómplice por faltarle una propia voluntad de autor se ha doblegado
presente como una pieza esencial para la realización del plan general. 1 de mala gana al autor del encargo (BGH 18, 87 [95]). En caso de duda, no
b) La teoría subjetiva de la participación, por el contrario, re- debe estimarse coautoría, sino complicidad (BGH 23, 203 [207]).
mite también aquí a la voluntad de autor. 2 Únicamente importaría el c) La teoría objetivo-formal (cfr. supra, § 61 III 2a), antes dominante
que cada interviniente haya querido el hecho como "propio" con la en la literatura,4 se defendía últimamente todavía por H. Mayer, apelando
colaboración de los demás (cfr. supra, § 61 IV 2). En caso de con- al claro tenor legal del § 47 anterior redacción ("ejecutar" en común).5 Este
currir la voluntad de autor toda contribución causal al hecho situada autor requiere como requisito objetivo de la coautoría la intervención en la
en el marco del acuerdo en común, debería bastar para los requisitos acción de ejecución típica; sólo dentro del estadio ejecutivo podría el mo-
mento subjetivo de la participación de la voluntad en el hecho decidir sobre
objetivos de la coautoría aunque exteriormente poseyera una pequeña la concurrencia de autoría o participación.
significación. La Jurisprudencia 3 se adhirió tempranamente a esta
doctrina (RG 2,160 [163]; 3, 181 [182]). Se sirve de ella de tal modo 2. Para la coautoría no rige el principio de la imputación por la
que los conceptos de autoría y complicidad, como los de autoría e accesoriedad (cfr. sin embargo infra, § 63, V), sino la inmediata
inducción, se relajan todo lo que sea necesario con arreglo a las exi- imputación recíproca de todas las contribuciones al hecho que tienen
gencias de la determinación de la pena. lugar en el marco del común acuerdo (RG 58, 279; 66, 236 [240] ;
OLG Hamm NJW 1971, 1.954). La razón de ello estriba en que la
Ejemplos: El solo favorecimiento psíquico del hecho mediante consejos coautoría lleva en sí misma su contenido de injusto, que no le pro-
puede constituir coautoría en la defraudación de los derechos de Aduanas viene de un hecho ajeno. Para los casos de error rigen las reglas ge-
(RG 35, 13 [17]), y la descripción de las circunstancias relativas al lugar
y de otro tipo constituiría coautoría en el hurto (RG 53, 138). La ideación nerales. El error in objecto irrelevante en un coautor tampoco favo-
del plan y la información de la ocasión del robo constituye ya, igualmente, rece a ninguno de los demás intervinientes. Las únicas particulari-
coautoría (BGH NJW 1951, 410). Quien se limita a favorecer que el incen- dades se deducen del hecho de que la coautoría supone autoría en
diario acceda al lugar del hecho puede ya ser coautor del incendio (RG HRR todos los intervinientes, de modo que cada uno de ellos ha de poder
1934, 147). En un hecho de los previstos en el § 169 II en el que intervienen ser un autor idóneo de la parte de los demás (cfr. infra, § 63 I 3b).
dos hombres, el que únicamente está presente en el lugar del mismo apro- Si, por ejemplo, unos daños a realizar en común se dirigen, a conse-
bándolo, sin abusar él mismo de la enferma mental, también puede ser cuencia del error del que actúa, contra el patrimonio de uno mismo de
coautor (RG 71, 364). La madre que induce a su hijo a dar muerte a su los coautores, para éste sólo cabe apreciar una tentativa de daños.6
padre y comenta con él la ejecución del hecho, es coautora (RG BR 1944, Ello conduce también a la solución del caso siguiente, en el cual, a
147 [148]). Por otra parte, quien se dispara contra sí mismo el disparo
mortal sólo puede aparecer como cómplice si ha actuado subordinado por consecuencia de un error del que actúa directamente, la agresión pier-
completo a otro interviniente (OGH 1, 95 [102]). Lo mismo vale, también de para uno de los coautores la dirección requerida por el tipo "en
para la cooperación en la ejecución de un delito de contrabando (BGH 8, 70 contra de otro".
[73]). Quien induce a otro al hurto de un vehículo con el cual ha de em-
prenderse un viaje común, es coautor (BGH 16, 12 [13]). Por otra parte, Ejemplo: En base al común acuerdo, un coautor dispara en la oscuridad
sobre un supuesto perseguidor que, sin embargo, en realidad era otro de
los coautores. BGH 11, 268 (271) también estimó aquí tentativa de asesi-
1 Así Blei, Allg. Teil, pág. 246; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 175 y ss.; nato para el coautor al que se dirigió el disparo, aunque el hecho hubiera
Lackner, § 25 Anm. 2b bb; Gallas, Materialien, t. I, págs. 136 y ss.; Maurach, quedado solamente en una tentativa impune de asesinato de haberlo efec-
Allg. Teil, págs. 657 y ss.; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 277
y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 107; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 509; SK (Sam-
8on), § 25 Anm. 47; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 825; Wessels, Allg. Teil, 4 Su fundador fue Feuerbach, Lehrbuch, § 53. Como representantes prin-
página 98. Críticamente sobre esto, Herzberg, Taterschaft, págs. 57 y ss., que cipales deben mencionarse: Beling, Die Lehre vom Verbrechen, pág. 408; Graf
requiere, en sentido restrictivo, que la aportación al hecho del coautor se halle zu Dohna, Verbrechenslehre, págs. 59 y ss.; Frank, § 47 Anm. I I ; v. Hippel, f. II,
"en estrecha relación con la propia acción típica" (pág. 66). página 454; v. Liszt/Schmidt, pág. 334; Wegner, Strafrecht, pág. 255.
2 Así Baumann, Allg. Teil, págs. 557 y ss.; el mismo, J u S 1963, 90; Olshau- 5 H. Mayer, Lehrbuch, págs. 313 y ss.; el mismo GrundriB, pág. 161. Aná-
sen, § 47 Vorbem. 24; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 44, 5 1 ; aquí, tam- logamente, con relación al derecho anterior, Herzberg, J u S 1974, 722; Gimbernat
bién, LK (Busch), § 47 Anm. 6. LK (Mezger), 8.» ed., § 47 Anm. 2c, representó Ordeig, ZStW 80 (1968), págs. 931 y ss.
el tránsito a la teoría del dominio del hecho a través de la fórmula de que im- 6 También así, SK (Samson), § 25 Anm. 49. En distinto sentido, Schroder,
porta la "estimación objetiva de la acción voluntaria". JR 1958, 428, que aquí quiere dar preferencia con carácter excepcional a los prin-
3 La misma seguía también aquí las consecuencias extraídas de la teoría cipios de la participación, de suerte que debería estimarse daños consumados.
de la causalidad de v. Buri; cfr. v. Buri, GA 17 (1869), págs. 233 y ss.; el mismo, A ello se opone el hecho de que la coautoría no es precisamente participación. Dis-
GS 25 (1873), págs. 237 y ss. P a r a la crítica, cfr. v. Birkmeyer, Die Lehre von crepa también Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 286 y ss.; Baumann,
der Teilnahme, págs. 194 y ss. J u S 1963, 127.
I I . El acuerdo común 941
940 § 63. L a coautoría

tuado contra sí mismo. 7 E n este caso sólo concurre tentativa por dos razo-
litos de propia mano sin una propia realización de la acción típica
n e s : por una p a r t e porque el disparo ha errado su meta y, por o t r a p a r t e , (OGH 1, 303 [304] para la usurpación de funciones públicas; RG 61,
porque aquel al que se dirigía no hubiera podido consumar el hecho. 199 [201] para el perjurio, incorrectamente, RG 71, 350 [353]) ni,
tampoco, en los delitos especiales propios y la cualidad requerida
Como la imputación recíproca en la coautoría no puede tener lu- (RG 42, 382 para el cohecho). Tampoco cabe coautoría cuando el tipo
gar según las reglas de la accesoriedad, el enjuiciamiento jurídico requiere un determinado elemento jurídico en el autor que no concu-
de las distintas contribuciones al hecho deben efectuarse por sepa- rre en el correspondiente interviniente, como la posesión de la te-
rado en la medida en la que quede a salvo la unidad de la totalidad en nencia en la apropiación indebida (RG 59, 79 [81]; BGH 2, 317
el marco del acuerdo común (RG 12, 8 [ l l ] ) . 8 [318]), la voluntad de disponer del regalo para fines propios en el
cohecho (BGH 14, 123 [127]) y el haber tomado parte en el acci-
Ejemplos: La coautoría no resulta excluida en la estafa por el hecho de dente en el delito de alejarse del lugar del accidente (BGH 15, 1 [3]).
que uno de los intervinientes actúe por propio provecho y el otro en prove- Los elementos subjetivos del tipo, como la intención de apropiación
cho ajeno (RG 59, 104 [107]). Cabe que un coautor sea responsable de un
robo y el otro de un hurto. Una contribución al hecho puede consistir en en el hurto y el robo o el ánimo de lucro en la receptación, deben con-
un hacer y la otra en una omisión; así, cuando el vigilante nocturno, según currir también en todo interviniente que haya de considerarse co-
el común acuerdo, omite el control de la seguridad de un edificio para que autor (OLG Hamburg MDR 1975, 772). Mas la responsabilidad juri-
los ladrones tengan libre acceso a él. Pero en este caso sería mejor esti- dico-penal de los coautores sólo llega hasta donde alcance el común
mar complicidad por omisión. Por el contrario, concurre un exceso que, por acuerdo. Las acciones de intervinientes aislados que excedan de ello
tanto, fundamenta una autoría individual, si uno de los coautores va más (exceso) solamente pueden atribuirse a los mismos como autores in-
allá de la lesión acordada y mata dolosamente a la víctima (RG 44, 321 dividuales.12
[324]).
Ejemplos: Un coautor da muerte a la víctima pese a que solamente se
3. Los límites de la coautoría se deducen del hecho de que se tra- había acordado lesionarle (RG 44, 321 [324]), o utiliza un cuchillo para
ta de una forma de autoría basada en un común acuerdo. la lesión (§ 223a) cuando sólo había de tener lugar una lucha a los puños
a) No cabe, por ello, coautoría en los delitos imprudentes, pues- (RG 67, 367 [369]). Un coautor comete un robo estando únicamente pla-
to que en ellos falta el común acuerdo.9 Cuando varios cooperan de neada una coacción (BGH GA 1968, 121). En el robo, un coautor mata a
forma imprudente, cada uno de ellos es autor accesorio y las distin- la víctima que únicamente debía quedar sin sentido (BGH NJW 1973, 377).
tas aportaciones deben valorarse separadamente en cuanto a su con- Pero las desviaciones inesenciales del curso causal no benefician aquí a
tenido de imprudencia (cfr. infra, § 63 II 3) .10 ninguno de los intervinientes. Un exceso puede también introducirse táci-
tamente durante la ejecución del hecho en el común acuerdo.
b) Como la coautoría representa una forma de autoría, sólo pue-
de ser coautor quien pueda ser un autor idóneo en relación a las de- En los delitos cualificados por el resultado, la agravación de la
más contribuciones al hecho.11 Por ello, no cabe coautoría en los de- pena sólo alcanza a aquel interviniente al que corresponde impru-
dencia en relación a la consecuencia más grave (§ 18) ,18
7 De acuerdo, Baumann, J u S 1963, 126 y ss.; Dreher, § 25 Anm. 8; Eser,
Strafrecht II, núm. 39 A 10 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 662; Blei, Allg. Teil, II. El acuerdo en común
página 243; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 68. En contra, Schmidhauser,
Allg. Teil, pág. 508; Herzberg, Taterschaft, pág. 63; Spendel, J u S 1969, 314.
Cfr. también, Schroder, J R 1958, 428. 1. La componente subjetiva necesaria de la coautoría es el co-
8 Cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 249; Dreher, § 25 Anm. 5; Lackner, § 25 Anm. mún acuerdo. Ello constituye la única justificación de la posibilidad
2e; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 513. de imputar recíprocamente las contribuciones al hecho. No basta
9 Así BGH VRS 18, 415 (421 y ss.); Baumann, Allg. Teil, págs. 557 y ss.;
Dreher, § 25 Anm. 5; v. Liszt/Schmidt, pág. 337; Maurach, Allg. Teil, pág. 664; un consentimiento unilateral, sino que "todos deben actuar en una
OUhau8en, § 47 Vorbem. 25; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 73; SK (Sam- cooperación consciente y querida" (RG 8,42 [44] ; BGH 6,248 [249]).
son), § 25 Anm. 54, 4 1 ; LK (Busch), § 47 Anm. 23. En la concordancia de voluntades debe fijarse la distribución de fun-
10 Por el contrario sostiene la posibilidad de coautoría imprudente: Be-
rolzheimer, Teilnahme, pág. 49; Exner, Frank-Festgabe, t. I, pág. 572; Frank,
§ 47 Anm. I I I ; Kohlrausch/Lange, § 47 Anm. I I I ; Mezger, Moderne Wege, pá- 12 Opinión unánime; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 568; Bockelmann, Allg.
gina 32; Roxin, Taterschaft und Tatherrschaft, págs. 531 y ss.; Zimmerl, Lehre Teil, pág. 180; Dreher, § 25 Anm. 8; Maurach, Allg. Teil, págs. 662 y ss.; Schdn-
vom Tatbestand, pág. 107; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 515. ke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 65; SK (Samson), § 25 Anm. 51; LK (Busch),
11 Opinión unánime; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 558; Blei, Allg. Teil, § 47 Anm. 25.
página 243; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 179; Dreher, § 25 Anm. 6; Lackner, 13 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 663; Oehler, GA 1954, 37; Schonke/
§ 25 Anm. 2b; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 53; SK (Samson), § 25 Schroder/Cramer, § 18 Anm. 7.
Anm. 49; LK (Busch), § 47 Anm. 3 y ss.
942 § 63. La coautoría I I I . La ejecución del hecho en común 943
ciones mediante la cual ha de conseguirse el resultado perseguido en en cambio es frecuente en la imprudencia, porque la cooperación im-
común mediante la unión de fuerzas (BG 24, 286 [288]). Además, la prudente de varios constituye un fenómeno cotidiano que, sin em-
clase de reparto de funciones debe poner de manifiesto que la respon- bargo, no puede dar lugar a coautoría (cfr. supra, § 63 I 3a).
sabilidad del hecho gravita sobre las espaldas de todos los intervi-
nientes.14 Ejemplos: Dos cazadores furtivos disparan, independientemente el uno
del otro, al guardabosque (RG 8, 42 [44]). La madre y la hija matan sin
El acuerdo puede producirse también, sin duda, tácitamente o mediante acuerdo previo, mediante hechos independientes, a su respectivo marido y
actos concluyentes (RG 49, 239 [241]; OGH 2, 352 [355]). No es preciso padrastro (BG NJW 1976, 1.823). Después de haber jugado aquella tarde
que los coautores se conozcan entre sí, "en la medida en la que cada uno de a los bolos A y B organizaron, a propuesta de X, una carrera de motos
ellos resulte ya consciente de que junto a él va a colaborar otro u otros, entre los tres, en la cual X pierde la vida por su culpa. A y B son respon-
y éstos se hallan imbuidos de la misma conciencia" (RG 58, 279). sables, en ese caso, de homicidio imprudente porque toman parte en la
carrera con el ebrio (según BG 7, 112). Lo mismo vale para el huésped
2. El acuerdo de los intervinientes normalmente se habrá produ- y el anfitrión, cuando éste sigue ofreciendo bebida a aquél pese a que ya no
cido antes del inicio del hecho (conspiración). Pero también es posi- está en condiciones de conducir, y luego éste causa un accidente mortal de
ble que un coautor se añada durante la ejecución del hecho hasta su regreso a casa (BGH 4, 20 [21]).
terminación (cfr. supra, § 49 III 3) ,16 en cuyo caso compartirá la res-
ponsabilidad por aquellas circunstancias agravantes, por él conoci- También constituye autoría accesoria el aprovechamiento de un
das, que hayan tenido lugar antes de su intervención, en la medida en comportamiento imprudente de una persona plenamente responsable
la que puedan afectarle (coautoría sucesiva),,16 para la comisión de un hecho doloso.
El concepto de autoría accesoria sólo tiene sentido como designa-
La cuestión ha perdido una parte de su importancia tras la modificación ción global de todas las formas de aparición que constituyen la con-
del § 243, ya que la estimación de un caso de hurto especialmente grave en trapartida de la coautoría. Dogmáticamente carece de un valor pro-
el autor que se añade resulta independiente de si se le considera coautor. pio, puesto que supone solamente una coincidencia causal de varios
Anteriormente, por el contrario, regía lo siguiente: si A se añadía una vez supuestos de autoría individual.18 El problema de la coautoría acce-
que B había descerrado un quiosco y sustraía juntamente con este último soria, se encuentra en la cuestión de causalidad de las distintas con-
los objetos previamente encontrados ahí, dicho A era punible también por
hurto con fractura (§ 243 I, núm. 2 ant. red.) (BGH 2, 344 [346] con nota tribuciones al hecho en relación a un resultado producido entre todas
aprobatoria de Niese, NJW 1952, 1.146; BGH GA 1966, 210; OGH 2, 209 (cfr. supra, § 28 II 5). 19
[210]). Así, ya antes para la complicidad, RG 52, 202, pero en sentido dis-
tinto para la coautoría RG Jurisp. 8, 80 (82). En sentido contrario, también III. La ejecución del hecho en común
OLG Frankfurt NJW 1969, 1.915. En las acciones que dan lugar a un hecho
autónomo y que ya se hallan concluidas a su comienzo no gravan, sin em- 1. Según el § 25 II, la coautoría requiere la ejecución del hecho
bargo, al coautor que se adhiera luego (BGH DaMnger MDR 1969, 533). en común. Cada interviniente, para que pueda considerarse coautor,
También en la coautoría sucesiva es preciso que el hecho resulte favore- debe, pues, efectuar una contribución objetiva al hecho. La cuestión
cido por la nueva aportación (BGH Ddttinger MDR 1975, 365 y ss.). de qué deba entenderse por tal se halla, sin embargo, en discusión.
Según la teoría del dominio del hecho todos los coautores deben ha-
3. Cuando varias personas producen en común el resultado típico ber intervenido en el ejercicio del dominio del hecho (dominio del
sin hallarse vinculados por un común acuerdo, concurre autoría ac- hecho funcional). Este requisito, en todo caso, concurre siempre que
cesoria.17 Esta modalidad es infrecuente en los hechos dolosos, pero cada uno de los intervinientes realice, en base al común acuerdo, un
elemento del tipo de propia mano y con plena responsabilidad (cfr.
14 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 647 y ss.; Schdnke/Schrdder/Cramer, supra, § 71 V 2). No obstante, ninguno precisa realizar en su perso-
§ 25 Anm. 47; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 814; Welzel, Lehrbuch, pág. 107.
15 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 568; Furtner, J R 1960, na, por sí sólo todos los elementos del tipo, ya que las contribuciones
367; Maurach, Allg. Teil, págs. 660 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 244; Schónhe/ de cada uno de los intervinientes pueden imputarse a todos, en virtud
Schroder/Cramer, § 25 Anm. 63; LK (Busch), § 47 Anm. 16; Martin, NJW 1953,
288 y ss.
16 Contra la coautoría sucesiva, cuando quien se añade no ha contribuido Anm. 19; Finche, GA 1975, 164 y ss. (exposición de grupos de casos); Maurach,
ya a determinar la agravación, Eser, Strafrecht II, núm. 40 A 16 y ss.; Herz- Allg. Teil, págs. 664 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 832 y ss.; Schonke/
berg, T^terschaft, pág. 153; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 289 Schroder/Cramer, § 25 Anm. 72; Wessels, Allg. Teil, pág. 98; Schmidhauser,
y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 510; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 820 y Allg. Teil, pág. 517.
siguientes; SK (Samson), § 25 Anm. 48. 18 También así, Finche, GA 1975, 176; SK (Samson), § 25 Anm. 56.
17 Cfr. con más detalle Baumann, Allg. Teil, pág. 553; LK (Busch), § 47 19 Cfr. Kion, J u S 1967, 499.
944 § 63. L a coautoría IV. Tentativa y omisión en la coautoría 945
y en el marco del común acuerdo, como su propia acción. Se sigue de todo por la Jurisprudencia para la estimación de coautoría basta ya,
ello que en los delitos de varios actos (cfr. supra, § 26 II 5) basta para en cambio, que un interviniente efectúe con voluntad de autor cual-
la estimación de coautoría la realización de una parte del hecho.20 quier contribución causal al hecho, aunque materialmente se trate
solamente de la planificación, preparación, inducción o favorecimiento
Ejemplo: En una violación (§ 177) en la que uno de los intervinientes (cfr. supra, § 63 I Ib). 24
aplica la violencia mientras el otro realiza el acto sexual, ambos son coauto-
res (RG LZ 1921, 109; RG 71, 350 [353]). Para fundamentar la extensión de la participación en la responsabilidad
de autor a personas que han actuado incluso únicamente en la fase previa o
Sin embargo, el dominio del hecho no se limita a los casos de co- marginalmente al tipo, se alude al hecho de que la coautoría debe entenderse
misión de propia mano de una acción típica. Por el contrario, el de- como un subcaso de la autoría mediata. Puesto que toda aportación al hecho
sarrollo del plan general puede hacer necesaria y conveniente una dis- se imputa como hecho propio a todos los intervinientes no importaría la
tribución de funciones que atribuya también a los distintos intervi- propia tipicidad del actuar (RG 63, 101 [103]; 66, 236 [240] ; 71, 23 [24]).26
nientes contribuciones que queden fuera del tipo legal y haga depen- Pero este argumento no es sostenible, porque en la autoría mediata falta
der la ejecución del hecho de la colaboración de esta forma establecida precisamente el dominio individual del hecho en el hombre de atrás carac-
(cfr. supra, § 61 V 3b). 21 En todo caso, no es imprescindible la pre- terístico de la autoría mediata.26
sencia personal en el lugar del hecho (RG 54, 152 [153]; OLG Dussel-
dorf MDR 1963, 521). IV. Tentativa y omisión en la coautoría

Ejemplos: Un robo bancario se desarrolla de forma que un interviniente 1. Como consecuencia de la imputación directa para todos los in-
espera en un vehículo con el motor en marcha, otro desconecta la instalación tervinientes, concurre coautoría en la tentativa en cuanto uno de
de alarma, un tercero asegura la salida, un cuarto mantiene a raya el per- los coautores se pone a realizar el tipo en el marco del común acuerdo
sonal de la Caja con la pistola y un quinto recoge el botín. Todos son coauto- (§ 22). Aquí la coautoría también presupone que los demás intervi-
res según los §§25 II, 250 I, núm. 1, aunque sólo el cuarto y el quinto rea- nientes hayan asumido, con arreglo al reparto de funciones deter-
lizan elementos del tipo. Cfr. también RG 55, 60 sobre un caso de allana- minado por el acuerdo en común, contribuciones al hecho que les hu-
miento de morada colectivo. biera implicado en el dominio del hecho y que hubieran debido efec-
tuarse para completar la tentativa iniciada.27
Toda contribución al hecho debe, sin embargo, ser una pieza de su
ejecución. No basta por sí sola una cooperación en la preparación del Ejemplo: Un coautor debía efectuar la falsificación del documento y el
hecho, ya que no supone todavía la función de ninguna parte del do- otro utilizar el documento falso en el tráfico jurídico. Cuando uno comienza
minio del hecho.22 Quien, en cambio, asume la planificación y la or- la acción de falsificación el otro también se hace responsable de tentativa
ganización del hecho, configura su desarrollo y participa, así, en el de falsificación de documentos (§ 267) (según RG 58, 279). Cfr. también el
dominio del hecho.28 El suministro de armas o instrumento de un curioso caso de tentativa, BGH 11, 268.
robo constituye solamente complicidad. Quien tiene parte en el domi- Sobre el desistimiento de la tentativa en la coautoría, cfr. supra,
nio del hecho no puede alegar que en realidad sólo tenía dolo de cóm- § 51 VI 3.
plice (en sentido distinto, RG 74, 84; BGH 18, 87).
2. Según la teoría subjetiva de la participación, seguida sobre 24 Así Baumann, Allg. Teil, págs. 561 y ss. y 567; Dreher, § 25 Anm. 7;
LK (Busch), § 47 Anm. 20 y ss.; Schonke/Schrdder/Cramer, § 25 Anm. 51.
25 Cfr. Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 45.
20 Cfr. Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 52. 26 Cfr. sobre esto Schroeder, Der Táter hinter dem Táter, págs. 100 y ss.;
21 Cfr. Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 277 y ss.; Kohlrausch/ Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 276.
Lange, § 47 Anm. I 1; Lackner, § 25 Anm. 2; LK (Busch), § 47 Anm. 20; Mau- 27 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, J u S 1963, 86 y ss.; Bockelmann, Alig.
rach, Allg. Teil, págs. 659 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 825 y ss.; Teil, pág. 195; Kohlrausch/Lange, § 47 Anm. I I ; LK (Busch), § 47 Anm. 26;
Welzel, Lehrbuch, págs. 110 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 509; SK Maurach, Allg. Teil, pág. 662; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 616; Schonke/
(Samson), § 25 Anm. 47; Wessels, Allg. Teil, pág. 98. Schrdder/Cramer, § 25 Anm. 69; SK (Samson), § 25 Anm. 55; Welzel, Lehr-
22 Cfr. Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 292 y ss.; Gallas, Ma- buch, pág. 191. Schilling, Verbrechensversuch, pág. 104, mantiene la posición
terialien, t. I, pág. 113; Gimbernat Ordeig, ZStW 80 (1968), pág. 928; también contraria, al entender que para cada coautor la tentativa no comienza hasta que
Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 509; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 823 y ss. se inicia su propia contribución al hecho. La teoría subjetiva no efectúa esta
Pero en contra, la Jurisp. constante (BGH 14, 123 [128]; 16, 12 [ 1 4 ] ; BGH restricción; cfr. Schonke/Schrdder/Cramer, § 25 Anm. 69. La teoría objetivo-
NJW 1951, 410) y una importante parte de la doctrina (cfr. infra, nota 24). formal, por el contrario, requería que cada coautor hubiera realizado una acción
23 Así Maurach, Allg. Teil, pág. 659; Welzel, Lehrbuch, págs. 110 y ss.; ejecutiva; cfr. Frank, § 47 Anm. V; RG Rspr. 7, 341 (342). También RG 3 (7)
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 826, en tanto que Roxin, Táterschaft und Tat- exigía todavía para la punibilidad que los coautores "hayan entrado ya en la
herrschaft, pág. 299, requiere la dirección o aseguramiento en el lugar del hecho. ejecución del papel por ellos asumido".
946 § 63. La coautoría Adiciones de Derecho español al § 63 947
2. También en los delitos de omisión cabe coautoría. Por de pron- * * *
to, debe estimarse coautoría cuando uno de los intervinientes efectúa
una contribución al hecho mediante un hacer positivo mientras que
I. Concepto y delimitación de la coautoria
el otro omite contra un deber jurídico, impedírsela (OGH BZ 3, 1
[ 4 ] ; BGH NJW 1966,1.763) (cfr. supra, § 60 I I I 1 ) . Mas corresponde 1. En el CP español no es tan sencillo como en el alemán decidir qué
mejor a la teoría del dominio del hecho considerar en este caso al precepto regula la coautoría. Por una parte no existe ninguna disposición
omitente como cómplice, porque se encuentra en una posición subor- que, como el § 25II StGB, la defina expresamente; por otra parte, en cambio,
dinada respecto del autor activo (cfr. infra, § 64 IV 5). Constituye, en el art. Ib CP (— art. 32 Proyecto 1980) existen dos números, el 1,' y el S.°,
que contemplan posibles supuestos de coautoría. Por de pronto, caben enton-
por el contrario coautoría la omisión de la evitación del resultado
ces dos actitudes: Por una parte, considerar que la coautoría se halla conte-
en contra de un deber jurídico de actuar que afecta colectivamente a nida en alguno de los números citados del art. Ib CP; por otra parte, enten-
varias personas (RG 66, 7 1 : el padre y la madre omiten en común der que la auténtica coautoría no se contempla en ningún precepto específico,
el cuidado del hijo ilegítimo recién nacido) ** Pero en este caso no es sino que se deriva directamente de la realización del tipo de la Parte Es-
preciso que tenga lugar la recíproca imputación característica de la pecial.
coautoría, ya que cada uno de los omitentes es responsable por sí a) La primera actitud es la de la doctrina tradicional, que ha visto en
solo, como garante, de todo el resultado. El verdadero caso de coauto- el art. Ib, 1." CP la expresión legal de la coautoría en sentido estricto (o
ría concurre sólo cuando el deber colectivo sólo puede cumplirse en coautoría principal), frente a las demás formas de "autoría" asimiladas, a
común (por ej., la declaración del impuesto sobre los ingresos de cón- cuyos sujetos el art. Ib "considera autores" pero que en realidad serían ma-
yuges que deben efectuarla conjuntamente) w si falta un deber colecti- terialmente formas de participación (en principio, inducción [art. Ib, #.°] y
vo puede, todavía, concurrir coautoría, cuando varios que se encuentran complicidad cualificada [art. Ib, 8."~\). El n.° 1." del art. Ib alcanza a "los
que toman parte directa en la ejecución del hecho".1 En la interpretación de
a actuar por una misma situación típica resuelven colectivamente no
este precepto se ha acostumbrado a partir de posiciones coincidentes o pró-
actuar, por ejemplo, varios intervinientes en un accidente que han in- ximas a la teoría objetivo-formal, entendiéndose así necesaria y suficiente
gresado al herido en un hospital, acuerdan no presentarse (§ 142 II) .30 para la coautoría en sentido estricto la realización de algún acto ejecutivo,2
acompañada de acuerdo de voluntades*
V. La punición de la coautoría b) La segunda actitud se adopta en la actualidad por un sector impor-
tante, que entiende que todos los supuestos reunidos en el art. Ib CP, con
Todo coautor es castigado como autor según la ley penal que le inclusión del n.' 1.°, constituyen formas de participación accesoria en él
afecta (§ 25 II). El hecho de que uno de los intervinientes sea un en- hecho del autor en sentido estricto, cuyo concepto se desprende directamente
fermo mental cuya condición no resulte reconocible no obsta a la pu- del tipo correspondiente. "El art. Ib núm. 1 — escribe Gimbernat — está ahí,
nibilidad de los demás coautores, ya que rige aquí la regla según la más bien, para fundamentar la pena de los que, realizando actos ejecutivos,
cual cada uno es punible con arreglo a su culpabilidad (§ 29) . 81 Los llevan a cabo una conducta que no es directamente subsumible en él tipo de
elementos personales agravatorios o atenuatorios de la pena solamente la parte especial."4 Se interpreta la expresión "toman parte en la ejecución"
deben imputarse a aquellos intervinientes en los que concurran (§ 28
II), sin que ello pueda poner en cuestión la relación de coautoría (en i Para una completa referencia bibliográfica cfr. Gimbernat Ordeig, Autor
caso de una lesión peligrosa realizada en común por un funcionario y cómplice pp. 15 s. Por ej., cfr. Cuello Calón, PG p. 654; Antón Oneca, PG p. 421.
En este sentido en definitiva Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 826, 837 s.,
y un sujeto no cualificado, el primero deberá castigarse con arreglo aunque en otros lugares afirma que el art. 14, 1.° supone una ampliación del con-
al § 340 y el segundo según el § 223a).32 cepto de autor en sentido estricto, que se desprendería de los tipos de la Parte Es-
pecial, porque éste exigiría la realización de todos, no sólo de parte de los actos
28 Cfr. Dreher, § 25 Anm. 7; Maurach, Allg. Teil, pág. 661; LK (Busch), de ejecución: pp. 802, 828.
§ 47 Anm. 6, 20; Busse, Unterlassungsdelikte, págs. 312 y ss.; Stratenwerth, Allg. 2 Cfr. el análisis que efectúa Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 88 ss.
Teil I, núms. 1.066 y ss. 3 Así Antón Oneca, PG p. 434. '
29 La posibilidad de una "coautoría en la omisión" se niega por Grünwald, 4
Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 219, 215. En la misma línea
GA 1959, 111; Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte, pág. 189; Welzel, Lehr- Rodríguez Devesa, PG pp. 752 s.; Quintero Olivares, Delitos especiales pp. 74 ss.
buch, pág. 206, por entender que no existe el dolo de omitir. En contra, acerta-
damente, Maurach, Allg. Teil, pág. 661; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, Ya se ha visto que Rodríguez Mourullo, Comentarios pp. 826, 827 s. y 839, coinci-
páginas 469 y ss. de en considerar al art. 14, 1.° CP como causa de ampliación respecto del concep-
30 Así Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 705. to de autor en sentido estricto a buscar en el tipo; pero más adelante admite que
31 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 648 y ss.; Roxin, Táterschaft und Tat- el art. 14, 1.° contiene la "coautoría propiamente dicha" y la coautoría sucesiva
herrschaft, págs. 288 y ss. (pp. 837 s.). En el p. 827 hay una frase que acaso explique la doble actitud: "De
32 Cfr. Baumann, JuS 1963, 86; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 Anm. 57; ahí que contemplada aisladamente la conducta de cada uno de ellos, los coautores
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 831.
948 § 63. La coautoría Adiciones de Derecho español al § 63 949
en referencia a quien efectúa algún acto ejecutivo sin realizar toda la figura surgirían en Alemania. Mas que la distinción de coautoría y complicidad en
de delito.6 De esta suerte se viene a coincidir con la interprtación, si no del sentido estricto no sea tan importante en nuestro país no significa que ca-
sentido, sí del alcance del art. H, 1." CP que efectúa la doctrina tradicional: rezca de toda significación. No sólo teóricamente, sino en la práctica importa
con arreglo a la teoría objetivo-formal. siempre decidir si el sujeto se halla sometido al principio de accesoriedad
c) Contrasta con el carácter restrictivo de esta interpretación generali- (participación) o al de imputación recíproca (coautoría). La exposición de
zada del art. ÍU, 1." CP, y en todo caso con el concepto restrictivo de autor Jescheck sigue siendo útil, pues, en cuanto se ocupa de precisar esta distin-
en sentido estricto, la amplitud que él TS ha venido concediendo a la coauto- ción entre coautoría y participación en sentido estricto.
ría. Según la doctrina jurisprudencial tradicional del "acuerdo previo", son Creo, además, que el concepto material de coautoría del dominio funcio-
coautores todos quienes se hallan unidos por dicho común acuerdo, con inde- nal del hecho responde sustancialmente a la idea esencial de la autoría: el
pendencia de la objetiva intervención que hayan tenido en el delito. La doc- compartir la "pertenencia del hecho". Esta pertenencia no se da sólo en quien
trina ha puesto de manifiesto suficientemente la contradicción existente entre realiza todos los actos consumativos ni en quienes efectúan algún acto ejecu-
el criterio objetivo del art. H y la concepción puramente subjetiva del TS, tivo en sentido estricto, como en nuestro país suele pensarse. El propio
e incluso éste empieza a cambiar de actitud.6 Gimbernat reconoce que la teoría objetivo-formal fracasa ante la autoría
d) Éstas son las grandes corrientes de la doctrina y de la jurisprudencia mediata, que se caracteriza por la no realización de los actos que aquella
españolas. Además debe mencionarse la opinión de quienes ven en el art. lk, teoría considera ejecutivos.8 Es preciso, por consiguiente, encontrar un cri-
S.° CP la posibilidad de inclusión de verdaderos coautores junto a cómplices terio material que trascienda al punto de vista objetivo-formal y permita
cualificados. La fórmula de este número del art. 1U daría entrada a sujetos explicar tanto la autoría directa como la mediata. Tal criterio es, a mi juicio,
que tendrían el dominio del hecho. Al referirse a "los que cooperan a la eje- el de la atribuibilidad de la pertenencia del hecho.
cución del hecho con un acto sin el cual no se hubiere efectuado", dicho pre- Este juicio de atribución recae indudablemente en el que interviene indi-
cepto contemplaría casos en que el cooperador tendría en sus manos la ejecu- vidualmente en el delito, porque sólo a él puede pertenecerle. También debe
ción del hecho.7 recaer en el autor mediato que realiza el tipo mediante otra persona a la que
e) Importa, en todo caso, destacar una importante diferencia entre el no puede pertenecer el hecho (cfr. supra, Adiciones al § 62 II 2). Más difícil
Derecho penal alemán y el español en materia de coautoría: mientras que es saber a quién corresponde la pertenencia del hecho cuando intervienen
en Alemania de la inclusión o no en el concepto de coautoría (estricta) de- en él varios sujetos que no sólo lo causan, sino que además reúnen las condi-
pende el castigo como autor o como cómplice, de distinta gravedad, en Espa- ciones típicas necesarias (dolo, cualificación personal). Nadie discute que
ña no es tan trascendente la cuestión, pues aunque se niegue el carácter de entre él inductor y él ejecutor inmediato, éste tiene preferencia para asumir
coautor a determinado sujeto, ello no obsta a que pueda castigársele con la la autoría, porque su aportación causal es la más próxima a la consumación.
pena del autor, si de todos modos entra dentro de alguno de los supuestos del Esto significa que él hecho se atribuye a quienes intervienen en la ejecución
artículo H. Ello puede haber influido en la distinta amplitud que en general inmediata del hecho con preferencia a quienes sólo cooperan (mediatamente)
encierran los conceptos de coautoría estricta en Alemania y en España. En en un momento preparatorio. Quedan entonces los que intervienen en él mo-
aquel país se ha preocupado la dogmática, en ofrecer un concepto material mento de la ejecución inmediata: ¿Son todos ellos autores o sólo quienes
de coautoría lo suficientemente amplio como para abarcar todos los supues- realizan los actos consumativos? La fenomenología de la codelincuencia
tos de intervención especialmente importantes y merecedores de mayor pena muestra que en la realización colectiva de un hecho no siempre los actos con-
que la del mero cooperador. Aquí, en cambio, esa necesidad político-criminal sumativos constituyen la parte más difícil o insustituible y que, en cambio,
no existía en la misma medida, porque el art. H CP señala la pena del autor el éxito del plan depende de todos quienes asumen una función importante
para los intervinientes más importantes con independencia de si realmente en el seno del mismo. Acierta, pues, el texto al considerar coautores no sólo
son coautores o no. La doctrina española ha podido entonces partir de un a los que ejecutan en sentido estricto los elementos del tipo, sino a todos
concepto de coautoría muy estricto, tradicionalmente coincidente con el de quienes aportan una parte esencial al plan de realización del hecho. A todos
la teoría objetivo-formal y ahora aún más limitado por ciertos autores, sin ellos "pertenece" el hecho, que es "obra" inmediata de todos, los cuáles "com-
que ello determinase las lagunas político-criminales que con tales criterios parten" su realización al distribuirse los distintos actos por medio de los
cuales tiene lugar.
directos (los del art. 14, 1.° quiere decir) no puedan ser considerados autores en f) Si se interpreta en sentido objetivo-formal el art. 1U, 1." CP, como
sentido estricto." suele hacerse, no cabrán en él todas las formas de coautoría, sino sólo'las
6 Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 92 ss. que impliquen ejecución en sentido típico estricto. Habría que incluir
« Cfr. una exhaustiva exposición y crítica en Gimbernat Ordeig, Autor y entonces los demás casos de coautoría en el art. 1U, S.° CP, que sin duda lo
cómplice pp. 57 ss. También Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 828 ss. permite (aunque no sólo,) al referirse a todos aquellos que cooperan a la eje-
Aprecia un comienzo de abandono de la doctrina del acuerdo previo por parte del cución del hecho con un acto sin el cual no se hubiera cometido.9 Mas acaso
TS Gimbernat Ordeig, Introducción, p. 143, citando las SSTS 11 dic. 70, 28 sept.
71 y 25 en. 77.
7 Así Córdoba Roda, Notas II pp. 310 s. Ha sugerido esta vía Roxin, Libro- 8
Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 39 s., 41.
Homenaje a Jiménez de Asúa, Buenos Aires 1970, p. 66. « Vid. nota 7.
§ 63. La coautoría Adiciones de Derecho español al § 63 951
950
sería preferible deslindar más nítidamente los campos propios de los nú- del hecho, aunque se admite expresamente alguna de sus consecuencias,
meros 1* y 3." del art. Ib ampliando la interpretación del primero a todos como la de que el hecho se consuma para todos los coautores en cuanto uno
los casos de autoría señalados y dejando el n.° 3." para los supuestos de de ellos alcanza la consumación.1*
cooperación necesaria en la fase preparatoria y coetáneas a la fase ejecutiva 3. a) La admisión de la participación en los delitos imprudentes por
que no constituyan parte esencial del plan global. Sería preferible, digo, parte de la doctrina española debería conducir, como lógica consecuencia, al
porque los términos centrales de ambos números se adaptarían mejor a la reconocimiento de la posibilidad de coautoría en los mismos. La realización
sustancia de los casos en ellos incluidos. El Ib, 1." habla de "los que toman de la conducta imprudente puede ser obra conjunta de varias personas que
parte directa en la ejecución", que alude a la idea de "compartir" la perte- actúan de común acuerdo, y el resultado puede aparecer, entonces, como
nencia del hecho que define la esencia de la coautoría, y, sobre todo, el art. Ib, producto de esa obra común.
3." se refiere a los que "cooperen", verbo que responde perfectamente a la b) Por lo que se refiere a la necesidad de que el coautor reúna la cualifi-
naturaleza de la complicidad (siquiera asimilada legalmente a la autoría). cación personal necesaria para ser autor del delito, se discute entre nosotros
Y no me parece imposible la ampliación propuesta del art. Ib, 1.°, antes bien el supuesto de la muerte del padre a manos, conjuntamente, de su hijo y de
acaso necesaria para evitar contradicciones en que tal vez incurre su inter- un extraño. Existe ciertamente acuerdo en que la coautoría en sentido estric.
pretación usual. Así, hay coincidencia en considerar que toma parte en la to requeriría la cualificación típica personal,14 pero se discute si el extraño
ejecución según el art. Ib, 1.° quien sujeta a la víctima del homicidio, cuando "toma parte en la ejecución" del parricidio o no. Gimbernat cree necesario
en puridad no realiza la ejecución del delito en sentido estricto en ninguna mantener incluso aquí la unidad de título de imputación y calificar la con-
de sus fases, ni siquiera en la de su comienzo, pues la fase inmediatamente ducta del extraño como de "tomar parte en la ejecución" del parricidio (ar-
previa a la causación efectiva de la muerte no es el sujetar, sino el iniciar tículo Ib, 1." CP). Esto se debe a que este autor entiende que el art. Ib, 1."
la acción homicida decisiva (así, abalanzarse con el cuchillo sobre la vícti- no contiene supuestos de autoría en sentido estricto, sino de participación.15
ma) : antes de esa acción el sujetar es sólo preparatorio y durante la misma, En cambio, otro sector considera inaplicable el art. Ib, 1." al extraño por
concomitante. Sin duda el que sujeta "toma parte en la ejecución", pero no entender que no realiza actos ejecutivos de la muerte de su padre.16
porque practique ningún acto estrictamente ejecutivo. Lo mismo ocurriría Por otra parte, Rodríguez Mourullo admite una excepción al principio de
respecto al que ayuda a encaramarse a otro para que pueda alcanzar el objeto la necesidad de cualificación personal para ser verdadero coautor de un
del hurto. Más coherente sería reconocer que "toman parte en la ejecución" delito especial: cuando el tipo describa varios actos, bastará para la coautoría
según el art. Ib, 1° no sólo quienes "ejecutan" en sentido estricto, sino tam- en sentido estricto la idoneidad para realizar alguno de ellos (p. ej.: una
bién los que toman parte en el plan de ejecución. mujer puede aplicar la fuerza sobre la violada, por lo que podrá ser coautora
de violación).11
Por último, que en el art. Ib, 1° se incluya la coautoría en sentido estric-
to no puede objetarse diciendo que la verdadera autoría debería despren- En cuanto al exceso de un coautor, el Derecho penal español permite la
derse directamente del tipo. El legislador hubiera podido decir en cada tipo: misma solución del texto.19
"El que por sí solo o junto con otros..." Pero elementales razones de econo-
mía aconsejaban evitar la repetición acudiendo a una fórmula general en el II. El común acuerdo
Libro I CP que, puesta en relación con el artículo correspondiente de la 1. Mientras que el art. Ib, 1." CP no requiere expresamente el común
Parte Especial, permitiese deducir el completo alcance de la expresión "el acuerdo de tomar parte en la ejecución, él TS ha incurrido tradicionálmente
que" de cada tipo. Así sucede en Alemania, en cuyo StGB el § 25 II define en lo contrario: considerar suficiente el acuerdo previo. Para la auténtica
sin duda la coautoría ontológica, y así puede interpretarse — como ha hecho
la doctrina dominante — él art. Ib, 1° CP. Por lo demás, la expresión "los i« Cfr. Antón Oneca, PG p. 435.
que tomen parte en la ejecución del hecho" no supone que otro ejecute ese 14 Cfr. Quintero Olivares, Delitos especiales p. 79; Rodríguez Mourullo,
hecho en el que se toma parte,11 pues el hecho puede ejecutarse entre varios, Comentarios p. 838.
como lo prueba el que a veces la ejecución se reparte por completo (p. ej.: 16 Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice p. 271. Le sigue Quintero Oli-
dos sujetos vierten, de común acuerdo, cada uno una parte del veneno nece- vares, Delitos especiales, pp. 79 ss.
16
sario en la bebida de la víctima). Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 840, Rodríguez Devesa, PE p. 54,
2. Que la coautoría en sentido estricto no se halla sujeta al principio de ha cambiado su postura anterior y considera al extraño cooperador, necesario/ o
accesoriedad se reconoce en nuestro país.12 No ha profundizado en cambio no, del delito de parricidio en lugar de autor de homicidio o asesinato como antes
la doctrina en el principio, que rige la coautoría, de la imputación recíproca pensaba, pero ello no supone necesariamente cambio de opinión en cuanto a la
imposibilidad de considerar que el extraño "toma parte en la ejecución" del parri-
cidio, pese a que entiende que el art. 14, 1.° define una forma de participación.
10 i ' Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 839.
Cfr., con completa relación bibliográfica, Gimbernat Ordeig, Autor y cóm- 18 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 842 ss., recogiendo la inte-
plice pp. 107 ss. resante STS 30 abril 1971 en un sentido parecido, salvo en entender suficiente la
11
En este sentido, sin embargo, Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pá- "previsibilidad" del exceso para su imputación a los demás coautores; Antón
ginas 215, 219. Oneca, PG p. 435.
12
Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 822.
952 § 63. La coautoría Adiciones de Derecho español al § 63 953
coautoría son precisas ambas cosas, de forma que el art. Ib, 1* CP debería 2. También la doctrina tradicional del acuerdo previo del TS se contenta
interpretarse restrictivamente como aplicable sólo a quienes toman parte con éste y prescinde de la importancia objetiva de las aportaciones (pero
en la ejecución de común acuerdo.19 Tanto aquí como en el texto, debe enten- sobre la evolución actual de la jurisprudencia cfr. supra nota 6).
derse por común acuerdo el referido a tomar parte conjuntamente en la eje-
cución del hecho, no bastando el acuerdo entre el instigador y el ejecutor IV. Tentativa y omisión en la coautoría
material,20 ni debiéndose confundir con el dolo21 1. La posición que se adopte ante la cuestión de cuándo empieza la ejecu-
2. También cabe en el art. 1U, 1." CP, como verdadera forma de coautoría, ción para cada uno de los coautores depende de si se adopta una concepción
la coautoria sucesiva.22 objetivo-formal (fr. nota 27 del texto, segunda parte), como suele ocurrir
3. La autoría accesoria es incluida por algún autor en el art. Ib, 1* CP,2* en nuestro país, o se acepta el prisma material del texto (como creo correcto)
pero no supone en realidad una verdadera forma de "tomar parte en la eje- según el cual el hecho aparece como obra de todos quienes tienen asignada
cución". Esta expresión alude a una ejecución unitaria en la que se toma una parte importante del plan de ejecución.
parte, mientras que la autoría accesoria supone la falta de referencia a toda 2. Rodríguez Mourullo admite la posibilidad de coautoría en los delitos
unidad existente entre las distintas aportaciones materiales. Por ello, cada de omisión impropia (citando las SSTS 15 dic. 81, 22 en. 21, 5 jul. US y
una de éstas sólo puede constituir autoría en cuanto por separado realice el 30 en. U5), pero no en los delitos de omisión propia.24
tipo y no bastaría que representase una parte de la ejecución. En el caso,
por ejemplo, de que dos sujetos, independientemente el uno del otro, viertan V. Punición de la coautoría
sendas dosis claramente insuficientes de veneno desconociendo cada uno la
aportación del otro, podrá afirmarse la frustración (punible como delito im- También el CP castiga a todos los coautores con la pena señalada en el
posible) para ambos por imposibilidad de imputación objetiva del resultado tipo al autor (art. b9 CP). Asimismo, la culpabilidad de cada coautor es
a ninguno de ellos, si la suma de las dos cantidades insuficientes produce la independiente de la de los demás. La no comunicabilidad de los elementos
muerte de la víctima, y no les sería aplicable, en cambio, el art. Ib, 1* con típicos personales se funda incorrectamente por la doctrina dominante y el
relación a un homicidio consumado. TS en el art. 60 CP, que sólo se refiere a las circunstancias modificativas del
Libro I CP.25 Mas la misma solución puede alcanzarse en base a la necesidad
de que cada coautor reúna las cualidades personales requeridas al autor (cfr.
III. ha ejecución conjunta del hecho supra I 3 b y Adiciones correspondientes).
1. Me remito a lo dicho supra / 1. Baste recordar que según la opinión
usual la coautoría en sentido estricto requiere la realización de propia mano § 64 Inducción y complicidad
de algún acto ejecutivo, mientras que para un sector importante es preciso
incluso la posibilidad de subsunción directa en el tipo, siendo minoritaria Backmann, Die Rechtsfolgen der aberratio ictus, JuS 1971, 113; Bemmann,
la doctrina que acepta la doctrina del dominio del hecho como criterio deli- Zum Fall Rose-Rosahl, MDR 1958, 817; el mismo, Die Umstimmung des Tatent-
mitador. En mi opinión lo correcto es, como el texto, dar cabida dentro de la schlossenen etc., Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 273; Bockelmann, Anmer-
kung zu RG vom 10-2-1941, DR 1941, 987; Bohne, Kuppelei, Festgabe für R. v.
coautoría en sentido estricto tanto a la ejecución de propia mano de algún Frank, t. II, 1930, pág. 440; Bringewat, Die Strafbarkeit der Beteiligung an
acto típico, como al tomar parte importante en el plan global de ejecución, fremder Selbsttotung, ZStW 87 (1975), pág. 801; Bruns, Anmerkung zu BGH
pues basta esto para compartir la realización del hecho. Todo ello cabe en JR 1975, 509; C7ap, Die Kausalitat der Beihilfe, Festschrift für U. Stock, 1966,
el art. Ib, 1." CP, pues como acertadamente hace Jescheck, puede hablarse página 115; Coenders, Über die objektive Natur der Beihilfe, ZStW 46 (1925), pá-
entonces en sentido amplio de que cada aportación constituye una "parte de gina 1; Cramer, Anmerkung zu BGH 19, 339, JZ 1965, 31; Dreher, Kausalitat
la ejecución del hecho". La intervención en la fase preparatoria sólo puede der Beihilfe, MDR 1972, 553; el mismo, Der Paragraph mit dem Januskopf,
constituir cooperación necesaria (art. Ib, 3." CP) o complicidad (art. 16 CP). Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 307; Engisch, Das Problem der psychischen
Al requerir el art. Ib, 1* CP que se tome parte directa en la ejecución, será Kausalitat beim Betrug, Festschrift für H. v. Weber, 1963, pág. 247; Esser, Die
Bedeutung des Schuldteilnahmebegriffs im Strafrechtssystem, GA 1958, 321;
más difícil incluir en él al jefe de la banda que no interviene activamente
Freudenthal, Die notwendige Teilnahme am Verbrechen, Strafr. Abh. Heft 37,
en el plan ejecutivo. 1901; Gallas, Anmerkung zu RG 71, 193, ZAK 1937, 438; el mismo, Anmerkung
zu BGH 8, 137, J R 1956, 226; Geilen, Suizid und Mitverantwortung, J Z 1974,
19 Así Antón Oneca, PG pp. 435; Rodríguez Mourullo; Comentarios I p. 822. 145; Gossel, Dogmatische Überlegungen zur Teilnahme am erfolgsqualifizieríten
Correctamente STS 12 marzo 65. Delikt, etc., Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 219; Grünwald, Die Beteiligung
durch Unterlassen, GA 1959, 111; el mismo, Der praktische Fall, JuS 1965, 311;
20 Sobre la confusa utilización de ambos sentidos por el TS, Rodríguez Mou- Hanack/Sasse, Zur Anwendung des § 56 StGB auf den Teilnehmer, DRiZ 1954,
rullo, Comentarios I pp. 832 s. 216; Heüborn, Der agent provocateur, 1901; Herzberg, Anstiftung und Beihilfe
21 Sobre este sentido del acuerdo previo como precedente y luego junto al de
"confabulación" en la doctrina del TS, Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice
pp. 64 ss. 24 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 827.
22 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 837. 25 Sobre esta problemática más ampliamente cfr. supra, Adiciones al § 61,
23 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 838.
17- — Hans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II
954 § 64. Inducción y complicidad I. Fundamento de la punición de la participación 955
ais Straftatbestande, GA 1971, 1; Hülenkamp, Die Bedeutung von Vorsatzkon- de la inducción y la complicidad requiere una especial fundamenta-
kretisierungen bei abweichendem Tatverlauf, 1971; Isenbeck, Beendigung der
Tat bei Raub und Diebstahl, NJW 1965, 2.326; Katzenstein, Der agent provo- ción: Además, de la razón del castigo de la participación cabe deducir
cateur vom Standpunkt des RStGB ZStW 21 (1901), pág. 374; Kielwein, Unter- cómo deben delimitarse los conceptos de induccción y complicidad res-
lassung und Teilnahme, GA 1955, 223; Kohlrausch, Anmerkung zu RG 72, 373, pecto del ámbito de la impunidad.
ZAK 1939, 245; Kratzsch, Recht — mit zweierlei MaP?, J R 1975, 102; Küper, Der
"agent provocateur" im Strafrecht, GA 1974, 321; Lange, Die notwendige Teil- 1. Según la vieja teoría de la participación de la culpabilidad,1 el par-
nahme, 1940; el mismo, Die Schuld des Teilnehmers, insbesondere bei Tótungs- tícipe es castigado porque ha conducido al autor a la culpabilidad y a la
und Wirtschaftsverbrechen, JR 1949, 165; LeP, Der Unrechtscharakter der An- pena y ha contribuido, además, en la ejecución del hecho ("peccat in se et
stiftung, ZStW 69 (1957), pág. 43; Loewenstein, Error in obiecto und aberratio alium peccare facit").2 Esta teoría ya no resulta sostenible por la razón de
ictus, J u S 1966, 314; Lüderssen, Zum Strafgrund der Teilnahme, 1967; el mis-
mo, Verbrechensprophylaxe durch Verbrechensprovokation? Festschrift für K. que contradice el § 29 que permite la participación en un hecho principal
Peters, 1974, pág. 349; Martin, Beihilfe zur Anstiftung, DRiZ 1955, 290; Mau- no culpable.3 Sin duda, los casos de participación en el hecho de un autor
rach, Beihilfe zum Meineid durch Unterlassung, DStr 1944, 1; el mismo, Zur incapaz de culpabilidad son raros en la práctica, ya que generalmente con-
neueren Judikatur über Meineidsbeihilfe durch Unterlassen, SJZ 1949, 541; currirá autoría mediata. Pero también los casos normales por lo menos la
H. Mayer, Táterschaft, Teilnahme, Urheberschaft, Festschrift für Th. Rittler, medida de la culpabilidad del partícipe es independiente por completo de la
1957, pág. 243; P. Merkel, Anstiftung und Beihilfe, Festgabe für R. v. Frank, del autor, lo que se opone a la posibilidad de la teoría de la participación de
tomo II, 1930, pág. 134; D. Meyer, Das Erfordernis der Kollusion bei der An- la culpabilidad.4
stiftung, tesis, Hamburg 1973; el mismo, Zum Problem der Kettenanstiftung,
J u S 1973, 755; el mismo, Anstiftung durch Unterlassen? MDR 1975, 982; Mon- 2. Hoy es dominante la teoría del favorecimiento (o de la cau-
tenbruck, Abweichung der Teilnehmervorstellung von der verwirklichten Tat,
ZStW 84 (1972), pág. 323; Miüler-Dietz/Backmann, Der praktische Fall, J u S sación).6 Según la misma, la razón del castigo de la participación se
1971, 412; Nagler, Die Teilnahme am Sonderverbrechen, 1903; el mismo, Die halla en el hecho de que el partícipe produce una acción típica y an-
Neuordnung der Strafbarkeit von Versuch und Beihilfe, GS 115 (1941), pág. 24; tijurídica mediante la provocación del dolo del hecho, o bien la favo-
Oehler, Das erfolgsqualifizierte Delikt und die Teilnahme an ihm, GA 1954, 33; rece psíquica o materialmente, actuando él mismo en todo caso culpa-
Otto, Straflose Teilnahme, Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 197; Píate, Zur
Strafbarkeit des agent provocateur, ZStW 84 (1972), pág. 294; Roxin/Schü-
nemann/Haffke, Strafrechtliche Klausurenlehre, 2.a ed. 1975; Rutkowsky, Die 1 Sobre la historia doctrinal cfr. Lange, Notwendige Teilnahme, págs. 36
psychisch vermittelte Kausalitat, NJW 1952, 606; Salomón, Vollendete und ver- y siguientes.
suchte Beihilfe, tesis, Gottingen 1968; Samson, Hypothetische Kausalverláufe im 2 Así Kohlrausch, Bumke-Festschrift, pág. 48; LeP, ZStW 69 (1957), pá-
Strafrecht, 1972; el mismo, Die Kausalitat der Beihilfe, Festschrift für K. Pe- gina 47; H. Mayer, Lehrbuch, págs. 318 y ss.; el mismo, Rittler-Festschrift,
ters, 1974, págs. 121 y ss.; Sax, Über Rechtsbegriffe, Festschrift für H. Nottarp, páginas 254 y ss.; el mismo, Grundrip, pág. 155; Nagler, Teilnahme am Sonder-
1961, pág. 133; Schaffstein, Rechtswidrigkeit und Schuld im Aufbau des neuen verbrechen, pág. 142; Schaffstein, ZStW 57 (1938), pág. 323.
3 H. Mayer, Grundrip, págs. 155 y ss. acude, por ello, a la "teoría del ori-
Strafrechtssystems, ZStW 57 (1938), pág. 295; el mismo, Die Risikoerhóhung gen" en los casos de participación en un hecho principal no culpable, pero pre-
ais objektives Zurechnungsprinzip im Strafrecht etc., Festschrift für R. Honig, cisamente no debería fundarse la punibilidad del originamiento en base al § 50
1970, pág. 169; Schmidhauser, Selbstmord und Beteiligung am Selbstmord, 1974, I ant. red. desarrolla para el Derecho alemán y suizo una variante de la teoría de
página 801; Schwind, Grundfálle der "Kettenteilnahme", MDR 1969, 13; Seebald, la participación en la culpabilidad, Thechsel, Strafgrund, págs. 32, 54 y ss.,
Teilnahme am erfolgsqualifizierten und am fahrlássigen Delikt, GA 1964, 161; mediante la teoría de la "desintegración social a que sería sometido el autor
Spendel, Beihilfe und Kausalitat, Festschrift für E. Dreher, 1977, pág. 167; principal por el inductor, mientras que la razón del castigo de la complicidad
Erika Stork, Anstiftung eines Tatentschlossenen zu einer vom ursprünglichen sería solamente la aportación causal al hecho principal (pág. 107). Sin embargo,
Tatplan abweichen den Tat, tesis, Münster 1969; Stratenwerth, Der agent pro- también esta teoría fracasa ante el derecho positivo, ya que el § 26 solamente
atiende, para la punición del inductor, al hecho del autor, y no al grado en que
vocateur, MDR 1953, 717; Stree, Bestimmung eines Tatentschlossenen zur Tat- el mismo haya sido dañado por las consecuencias del hecho (también así, por lo
ánderung, Festschrift für E. Heinitz, 1972, pág. 277; el mismo, Begrünstigung, demás, el art. 24 StGB suizo); cfr. sobre esto SK (Samson), § 26 Vorbem. 6;
Strafvereitelung und Hehlerei, JuS 1976, 137; Trechsel, Der Strafgrund der Teil- Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 856.
nahme, 1967; v. Weber, Anmerkung zu OLG Freiburg vom 9-2-1950, JZ 1951, 4 Así, acertadamente, Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 854 y ss.; SK (Sam-
86; Vogler, Zur Frage der Ursachlichkeit der Beihilfe etc., Festschrift für E. son), § 26 Vorbem. 5; Schonke/Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 20.
Heinitz, 1972, pág. 295; Widmaier, Der miPverstandliche Bestechungsversuch, 5 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 580; Bockelmann, Untersuchungen, pági-
JuS 1970, 242; Ziege, Die Bedeutung des § 56 StGB für Anstiftung und Beihilfe, nas 93 y ss.; Esser, GA 1958, 333; Heinitz, Berliner Festschrift, pág. 101; Lange,
NJW 1954, 179; Zóller, Die notwendige Teilnahme, tesis, Bonn 1970. J R 1949, 168; Kohlrausch/Lange, § 48 Anm. III; Maurach, Allg. Teil, pág. 680;
Rudolphi, GA 1970, 365; Preisendanz, § 25 Vorbem. 3 ; Schonke/Schroder/Cra-
Cfr. además la bibliografía de los §§ 61-63. mer, § 25 Vorbem. 22; Welzel, Lehrbuch, pág. 115; Wessels, Allg. Teil, pág. 101.
Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 860 aclara esta teoría mediante la acentuación
del carácter no autónomo de la contribución del partícipe a la realización del in-
I. Fundamento de la punición de la participación justo típico por parte del autor (teoría de la participación en el injusto). De
forma parecida, SK (Samson), § 26 Vorbem. 14 y ss. En un sentido propiamente
no divergente, la teoría de la puesta en peligro de Otto, Lange-Festschrift, pá-
La inducción y la complicidad son, frente a la autoría, causas de ginas 209 y ss., puesto que la puesta en peligro no es más que la causación de
extensión de la pena (cfr. supra, § 6 1 I I I 1 ) . Por ello, en la punibilidad peligro.
956 § 64. Inducción y complicidad I I I . La inducción 957

blemente. De la teoría del favorecimiento se deduce que la voluntad


del partícipe debe dirigirse a la ejecución del hecho principal (RG 15, III. La inducción
315 [316]) y que para el hecho principal hay que requerir dolo (BGH 1. Inducción es determinar dolosamente a otro al hecho antiju-
9, 370 [382]). Sólo esta teoría resulta compatible con la ley, en la rídico por él cometido (•§ 26). El inductor se limita a provocar en el
medida en la que deja en claro que el partícipe no vulnera por sí mis- autor la resolución delictiva, no tomando parte en el dominio del hecho
mo la norma contenida en el tipo del delito, sino que su injusto con- mismo. En ello se distingue la inducción de la coautoría (cfr. supra,
siste en colaborar en la violación de la norma por parte del autor. Lo § 61 V 3b). Por el contrario, para la teoría subjetiva, lo decisivo es
injusto del hecho del partícipe ha de depender, por ello, en su causa y que el inductor solamente posee voluntad de partícipe y no de autor
medida, de lo injusto del hecho principal (§§ 26, 27, 28). (cfr. supra, § 61 IV 2). La inducción es siempre una influencia espi-
ritual del autor mediante conexión, no bastando para la estimación
3. Discrepando de esto, Lüderssen6 afirma la presencia de tipos de par- de inducción el procuramiento de una ocasión favorable que pueda
ticipación autónomos, desligados de lo injusto del hecho principal; parte
de que el partícipe no puede ser hecho responsable por el favorecimiento de suponer una tentación para el autor. 11
un hecho ajeno, sino por su propio injusto típico. La dependencia de la pu- 2. La participación punible presupone una vinculación del hecho
nibilidad del partícipe de la concurrencia del hecho principal sería "de na- principal y la acción del inductor.
turaleza puramente fáctica". De esta suerte, se abandona la accesoriedad a) Los medios de la inducción no se hallan mencionados en el
de la participación y, con ella, también la estructura de inducción y compli- § 16, a diferencia de lo que sucedía en el § 48, anterior redacción.
cidad como basada en los tipos de la parte especial. Resulta punible, así, Pero la ley ya decía antes, expresamente, que los supuestos que men-
por ejemplo, incluso la participación en el suicidio; la participación en la cionaba (regalos, promesas, amenazas, abuso de ascendiente o de vio-
omisión de socorro mediante un hacer positivo llega a convertirse en parti- lencia, provocación de un error) sólo constituían ejemplos, de suer-
cipación en un delito de homicidio.7 Esta teoría no resulta compatible con te que también cabían la expresión de un deseo (RG 36, 402 [405])
el derecho positivo. La misma objeción debe dirigirse contra la teoría que o de una petición (RG HRR 1942, 741), el medio de la persuasión (RG
estima la concurrencia de un "delito de participación" independiente no
sólo en el tipo de culpabilidad, sino también en el de injusto, que sólo por 53, 189 [190]) o, incluso, un aparente desaconsejar. En principio to-
razones de merecimiento de pena se haría depender, en principio, de un dos los medios de inducción son idóneos en la medida en la que su-
hecho principal cometido.8 En contra de su propia concepción de los pre- pongan un influjo psíquico. También es imaginable inducción en forma
ceptos relativos a la participación como "tipos de delitos propios" el mis- de inducción a la inducción al hecho principal (inducción en cadena).12
mo Herzberg9 sugiere posibles objeciones que resultan convincentes. En El inductor que se encuentra en la cadena no precisa conocer ni el
todo caso, según la estructura de los preceptos de participación, la compli- número ni el nombre de los demás miembros intermedios, ni tam-
cidad no puede entenderse como "delito de peligro abstracto".10 poco el nombre del autor principal (BGH 6, 359 [361 y ss.] ; 7, 234
[237]), con tal de que posea una representación concreta del hecho
principal. Además, la inducción también puede cometerse en la mo-
II. La accesoriedad de inducción y complicidad dalidad de co-inducción y de inducción accesoria (OLG Dusseldorf
La accesoriedad de la participación ha sido objeto de tratamiento supra SJZ 1948, 479), así como en forma de inducción mediata, en la cual
en el § 61 VII, ya que también posee importancia para la coautoría. En no apareciendo el inductor ante el autor, sino sirviéndose de un ter-
dicha sede se contempla la dependencia de inducción y complicidad respecto cero como "instrumento" (BGH 8, 137 [139] con nota de Gallas, JR
del hecho principal. 1956, 225) ,13
b) El inductor debe, además, actuar dolosamente, aunque basta

11 Cfr. H. Mayer, Lehrbuch, pág. 321; D. Meyer, Das Erfordernis. der


Kollusion,; págs. 141 y ss.; el mismo, MDR 1975, 982; Rutkowsky, NJW 1952,
6 Lüderssen, Strafgrund, págs. 119 y ss. 608; Schmidháuser, Allg. Teil, pág. 553; Schonke ¡Schroder/Cramer, § 26 Anm.
7 Cfr. Lüderssen, Strafgrund, págs. 168, 192. Cfr. en contra, Schonke/ 7; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 484; Stratenwerth, Allg. Teil I,
Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 21. número 882; Welzel, Lehrbuch, pág. 116. En contra, Herzberg, Táterschaft, pá-
8 Así Schmidháuser, Allg. Teil, págs. 532 y ss. Cfr. en contra, Maurach, ginas 146 y ss.; Lackner, § 26 Anm. 2; SK (Samson), § 26 Anm. 5; Dreher, § 26
Allg. Teil, pág. 672; SK (Samson), § 26 Vorbem. 10. Anm. 3; Preisendanz, § 26 Anm. 4.
9 Cfr. Herzberg, GA 1971, 2, 8 y ss. 12 Cfr. sobre esto, ampliamente, D. Meyer, JuS 1973, 755 y ss.; también,
10 Sobre la problemática de la participación en el suicidio, BGH 24, 342; Eser, Strafrecht II núm. 44 A 4 y ss.; Schonke/Schroder/Cramer, § 26 Anm. 9.
cfr. sobre esto Geilen, J Z 1974, 145 y ss.; Spendel, J u S 1974, 749 y ss.; Schmid- 13 Cfr. sobre esto Maurach, Allg. Teil, págs. 681 y ss.; Schonke/Schrbder/
háuser, Welzel-Festschrift, págs. 819 y ss.; Bringewat, ZStW 87 (1975), pági- Cramer, § 25 Anm. 7; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 967.
nas 623 y ss.
958 § 64. Inducción y complicidad III. La inducción 959

el dolo eventual (RG 72, 26 [29]). La inducción imprudente no es del hecho, ni la víctima ni las particularidades de la forma de comi-
punible en cuanto tal, mas puede suponer autoría imprudente. El dolo sión,, porque estas cuestiones dependen, a menudo, del desarrollo pos-
del inductor debe, por una parte, estar dirigido a la producción de terior (RG 34, 327 [328]).
la resolución de cometer el hecho y, por otra parte, a la ejecución del
hecho principal por parte del autor, incluyendo los elementos subje- Un tipo de recogida lo constituye la provocación pública a la comisión
tivos del tipo y la realización del resultado típico (doble dolo). Un de delitos (§ 111). El precepto resulta aplicable cuando falta la determina-
error de tipo en el inductor hacer desaparecer el dolo de inducir, ción de las personas a inducir.18
mientras que, por el contrario, un error de prohibición o un error en c) Finalmente, la acción del inductor ha de ocasionar la resolu-
el tipo permisivo (cfr. supra, § 41 III 2b) únicamente afecta a la cul- ción de cometer el hecho en el autor principal. Si el sujeto a inducir
pabilidad del inductor.14 ya se halla decidido a cometer el hecho (omni modo facturas), úni-
camente concurrirá tentativa de inducción (§ 30 I) o complicidad
La doctrina dominante entiende que el inductor debe perseguir la con- psíquica (RG 13, 121 [122] ; 36, 402 [404] ; 72, 373 [375] ; BGH Dal-
sumación del hecho principal; si el mismo únicamente quiere conducir a la linger MDR 1972, 569) .19
tentativa del hecho principal (agente provocador), debería permanecer im-
pune (RG 15, 315 [317]; 44, 172 [174]; BGH GA 1975, 333)." Mas esta Quien determina a quien se halla resuelto a cometer un robo a emplear
concepción, incluso desde el punto de vista de la teoría de la causación, no un arma para hacerlo, no sólo es considerado culpable, sin embargo, de in-
es correcta si el "agente provocador" somete el objeto de la acción a una ducción a la parte adicional del hecho, sino de inducción a todo el robo de
puesta en peligro por parte del autor y se conforma con dicho peligro.16 De mayor gravedad (BGH 19, 339 [340] con nota crítica de Cramer, JZ 1965,
no ser así, según la teoría de la causación "el agente provocador" debe 31). Según la idea básica de la inducción debe, por el contrario, estimarse
quedar impune, aunque origine la tentativa, porque su comportamiento complicidad (psíquica) al robo más grave en concurso ideal con inducción
deja de suponer la dirección del ataque al bien jurídico protegido que tam- a la lesión corporal.20
bién resulta exigible al partícipe.
3. El hecho al que se induce, debe o bien ser consumado o, por
El dolo del inductor debe, también, ser concreto, esto es, dirigirse lo menos, constituir una tentativa conminada con pena. Si el hecho
a un determinado hecho y a un determinado autor en el que debe principal ni siquiera ha sido intentado, la punibilidad se limita al
producirse la resolución de delinquir. Tan pronto como deja de ser caso de que debiera cometerse un delito grave (§ 30 I). Además, el
determinable individualmente el círculo de personas a las que se di- hecho principal debe cometerse dolosamente (cfr. supra, § 61 VII 2).
rige la instigación, desaparece la inducción.17 Por el contrario, no es También resulta posible la inducción a un delito especial propio me-
preciso que se hallen definitivamente fijados ni el tiempo ni el lugar diante un sujeto no cualificado.21 Según el § 28 I, el inductor, sin em-
bargo, no debe ser castigado con la totalidad de la pena correspon-
14 Cfr. Welzel, Lehrbuch, pág. 117; por el contrario, Schonke/Schroder/ diente al autor del delito especial propio, sino que debe atenuarse la
Cramer, § 26 Anm. 15, estima error de tipo cuando el inductor yerra sobre la
legitima defensa del autor principal. pena según los preceptos relativos a la tentativa (cfr. supra, § 61
15 Así v. Bar, Gesetz und Schuld, t. II, pág. 644; Baumann, Allg. Teil, pá- VII 4d).
ginas 586 y ss.; Binding, Normen, t. II, 2 pág. 891; Blei, Allg. Teil, págs. 250
y ss.; Dreher, § 26 Anm. 8; Küper, GA 1974, 335; Franje, § 48 Anm. III; Katzen- 4. El inductor sólo responde en la medida en la que el hecho prin-
stein, ZStW 21 (1901), págs. 417 y ss.; Kohlrausch/Lange, § 48 Anm. III; Mau- cipal concuerda con su dolo. Si el autor principal por el contrario,
rach, Allg. Teil, pág. 686; Lackner, § 26 Anm. 4; Schmidhüuser, Allg. Teil, pá-
gina 555; LK (Busch), § 48 Anm. 13; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 26 Anm. 16;
SK (Samson), § 26 Vorbem. 38; Welzel, Lehrbuch, pág. 117; Stratenwerth, Allg. 18 Cfr. Lackner, § 111 Anm. 1; pero en distinto sentido, Dreher, Gallas-
Teil I, núm. 890. Por el contrario, a favor de la plena punibilidad del agente Pestschrift, pág. 324.
provocador, Heilbom, Der agent provocateur, págs. 85 y ss.; H. Mayer, Lehrbuch, 19 Cfr. sobre esto, Kohlrausch, ZAK 1939, 245; Schonke/Schroder/Cramer,
página 336 (en base a la teoría de la participación en la culpabilidad, en distin- § 26 Anm. 5; LK (Busch), § 48 Anm. 6; Letzgus, Vorstufen, págs. 32 y ss. '
to sentido, ahora, Grundrip, pág. 163); P. Merkel, Frank-Festgabe, t. II, pág. 147; 20 También así, Bemmann, Gallas-Festschrift, pág. 273; Eser, Straffecht
Olshausen, § 48 Anm. 13; antes, también, Stratenwerth, MDR 1953, 717 y ss. II, núm. 43 A 8; Grünwald, J u S 1965, 311, nota 32; Letzgus, Vorstufen, pág. 33;
(con más bibliografía en las notas 1 y 2). Schdnke/Schrdder/Cramer, § 26 Anm. 6; SK (Samson), § 26 Anm. 4; Welzel,
16 Así Píate, ZStW 84 (1972), págs. 306 y ss. Pero, en contra, Herzberg, GA Lehrbuch, pág. 117. Como el BGH, sin embargo, Baumann, Allg. Teil, pág. 586;
1971, 12; Küper, GA 1974, 333, en especial, nota 81; Otto, Lange-Festschrift pá- el mismo, J u S 1963, 126; Stree, Heinitz-Festschrift, págs. 291 y ss.; Lackner,
gina 216; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 891. En favor de la antijuricidad proce- § 26 Anm. 2; Preisendanz, § 26 Anm. 3c; Maurach, Allg. Teil, pág. 687; LK
sal del empleo del agente provocador en la lucha contra el delito, acertadamente, (Busch), § 48 Anm. 14; Wessels, Allg. Teil, pág. 103; Erika Stork, Anstiftung
Lüderssen, Peters-Festschrift, págs. 359 y ss. En contra, BGH GA 1975, 333. eines Tatentschlossenen, pág. 175.
17 Cfr. LK (Busch), § 48 Anm. 12; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 26 Anm. 21 Críticamente, sobre esto, Langer, Sonderverbrechen, págs. 484 y ss.;
14; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 889. Schmidhüuser, Allg. Teil, pág. 546, nota 25.
960 § 64. Inducción y complicidad I I I . La inducción 961

hace más de lo querido por el inductor (exceso), éste únicamente es hecho principal, el e r r o r in objeto del a u t o r se convierte en el inductor en
responsable hasta el límite de su dolo de inducir.22 Debe diferenciar- aberratio idus (cfr. supra, § 29 V 6c). De ahí que el inductor sólo pueda
se entre los casos en que el autor comete un hecho distinto al que le ser castigado por inducción intentada al asesinato según los §§ 30 I y 211, 2 6
quería determinar el inductor (exceso cualitativo) y los casos en los posiblemente en concurso ideal con autoría imprudente (también así en
relación a la autoría mediata, supra § 62 I I I 2 ) .
cuales el autor, dentro del marco del hecho a que se le instiga, hace
E n los delitos cualificados por el resultado el inductor responde de la
más de lo que pretendía el inductor (exceso cuantitativo). Sin embar- consecuencia más grave sólo en el caso de que se le pueda a t r i b u i r a im-
go, en los casos de discrepancia debe tenerse en cuenta que los límites prudencia (§ 18). El hecho del inductor se presenta en esos casos como in-
del dolo del inductor deben tratarse de forma más amplia que los ducción dolosa al delito base y autoría accesoria imprudente con relación
límites del dolo en la coautoría y en la autoría mediata, ya que per- a la consecuencia m á s grave (BGH 19, 339 [341 y ss.] con anot. aprobatoria
tenece a la esencia de la inducción el que el inductor le confíe los de- de Cramer, J Z 1965, 32). 2 7 E n la actualidad, otra conclusión encuentra apo-
talles de la ejecución.23 y a t u r a en el § 11 I I .

Ejemplos: Quien induce a otro a un robo no es responsable del hecho 5. El inductor es castigado con arreglo a la ley aplicable al hecho
cuando el segundo comete en su lugar una violación. Por el contrario, con- principal (§ 26), en la medida en la que la concurrencia de elementos
curre una inducción frustrada punible con arreglo a los §§ 30 I, 249. Quien personales especiales no imponga diferenciaciones (§ 28 I, 2). Ello
induce a otro a un hurto simple sólo debe castigarse según los §§ 26 y 242 vale también para el caso de que el hecho principal no llegue más
si el autor sin conocerlo comete en lugar de aquél un robo (RG 67, 343). allá de la tentativa. El nuevo StGB ha mantenido, con razón, el prin-
Quien induce a otro a un delito de lesiones sólo es responsable con arreglo
a los §§ 26 y 223 y ss. cuando el inducido mata dolosamente a la víctima cipio de la igualdad de punición y ha rechazado la atenuación facul-
(GBH 2, 223 [225]; cfr. también BGH 11, 66). Sin embargo, las desviacio- tativa prevista en el § 28 II AE, 28 porque al inductor se debe la inicia-
nes inesenciales del hecho principal respecto del dolo del inductor no pueden tiva de cometer el hecho y a menudo constituye su fuerza impulsora
servir de descargo al inductor: la madre induce al hijo a matar con ella (BT-Drucksache V/4.095, pág. 13). La pena del inductor, según esto,
a su padrastro, pero el hijo ejecuta el hecho solo (RG 70, 293 [295]); el puede incluso ser más grave en el caso concreto que la del autor,
acusado quiere inducir al testigo a efectuar un falso testimonio positivo, como sucede cuando aquél advierte plenamente el contenido de in-
mas éste únicamente jura no saber nada del asunto (BGH LM § 154 StGB, justo del hecho a diferencia del autor. Por ello, político-criminalmente
número 37). no existe ningún motivo para sustraer de la inducción los casos más
El error sobre el objeto de la acción, que por parte del autor general- graves mediante la figura del "autor tras el autor". 29
mente es inesencial (cfr. supra, § 29 V 6a), se considera por un sector de 6. Una inducción por omisión no resulta jurídicamente posible.30
la doctrina, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo de Prusia
en el caso Rose-Rosahl (GA 7 [1859]), pág. 322), también inesencial para
el inductor, por entender que el inductor ha provocado el dolo del autor y 26 En favor de tentativa a la inducción, por el contrario, Blei, Allg. Teil,
que, por lo tanto, no puede resultar más beneciado que éste.24 Lo correcto es, página 251; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 284. La ejecución sobre un falso
no obstante, estimar, según una opinión que va abriéndose camino, que ha objeto no constituye, normalmente, sin embargo, tentativa alguna de ejecución
sobre el objeto correcto.
de favorecer al inductor el que el curso del hecho no resulte cubierto por 27 También así, Baumann, Allg. Teil, pág. 594; Eser, Strafrecht II, núm. 43
el dolo.25 Como el dolo del inductor también ha de abarcar el resultado del A 23; Maurach, Allg. Teil, págs. 688 y ss.; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 26
Anm. 17; SK (Rudolphi), § 18 Anm. 6; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 563 (con-
curso de participación dolosa e imprudente); Welzel, Lehrbuch, pág. 122; LK
22 Cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 591 y ss.; Maurach, Allg. Teil, págs. 688 (Busch), § 48 Anm. 12. En contra, Oehler, GA 1954, 38 (que estima autoría con
y ss.; Schdnke/Schróder/Cramer, § 26 Anm. 17. relación al tipo cualificado por el resultado); Hanack/Sasse, DRiZ 1954, 217 y
23 Para la sistematización, cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 591 y ss.; Ziege, NJW 1954, 179 (que requieren dolo eventual en el partícipe); Seebald,
Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 444 y ss.; Letzgus, Vorstufen, págs. 43 y ss.; GA 1964, 165 y ss. (que aprecia tentativa en un delito imprudente cualificado).
Montenbruck, ZStW 84 (1972), págs. 323 y ss. En contra, Góssel, Lange-Festschrift, pág. 236, quien considera imposible la
24 Así Dreher, § 26 Anm. 15; Kohlrausch/Lange, § 48 Anm. VII; Loe- participación en un delito cualificado por el resultado a causa de la exigencia.'de
wenheim, J u S 1966, 314; LK (Busch), § 48 Anm. 22; Maurach, Allg. Teil, pági- dolo en el hecho principal.
nas 689 y ss.; Schdnke/Schrdder/Cramer, § 26 Anm. 18; Welzel, Lehrbuch, 28 Cfr. Gallas, ZStW 80 (1968), pág. 32; sobre esto, críticamente, Straten-
páginas 75, 117; Backmann, JuS 1971, 119; Müller-Dietz/Backmann, J u S 1971, werth, Allg. Teil I, núm. 893.
416. 29 Pero así, Schroeder, Der Táter hinter dem Táter, pág. 204.
25 Así Baumann, Allg. Teil, págs. 593 y ss.; Binding, Normen, t. III, pá- 30 Así, la doctrina dominante; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 588; Busse,
gina 213; Bemmann, MDR 1958, 817 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 251; Eser, Straf- Unterlassungsdelikte, pág. 139; Grünwald, GA 1959, 122; Armin Kaufmann, Un-
recht II, núm. 43 A 21; Hülenkamp, Vorsatzkonkretisierungen, págs. 63 y ss.; terlassungsdelikte, pág. 292; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 321; D. Meyer, MDR
Letzgus, Vorstufen, págs. 55 y ss.; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pági- 1975, 982; Roxin, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 484; Schdnke/Schrdder/
na 215; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 561; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 284; Cramer, § 26 Anm. 7. En distinto sentido, Maurach, Allg. Teil, pág. 684; Lack-
Wessels, Allg. Teil, pág. 104; SK (Samson), § 26 Vorbem. 40. ner, § 26 Anm. 3; LK (Busch), § 48 Anm. 14; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 707.
962 § 64. Inducción y complicidad IV. La complicidad 963
El inductor debe provocar en el autor la resolución de la acción por que dé muerte a su mujer (RG 72, 52 [53]). La promesa previamente for-
la vía del influjo psíquico. Ahora bien, mediante la inactividad, úni- mulada de vender tras la comisión del hecho las latas sustraídas, origina
camente deja de impedirse su espontánea aparición, lo que constituye complicidad con el hurto (BGH 8, 390 [391]). Una vendedora fortalece la
algo esencialmente distinto en relación con lo injusto de la acción de resolución criminal de un compañero que interviene en un hurto nocturno
la inducción. en un almacén, si le ofrece una coartada mediante la utilización de su bi-
llete de tranvía (BGH NJW 1951, 451).
IV. La complicidad b) También se halla ampliamente delimitado el ámbito temporal
1. La complicidad es la cooperación dolosa con otro en la rea- de la complicidad. La cooperación no precisa ser prestada para el
lización de su hecho antijurídico dolosamente cometido (§ 27 I). El propio hecho principal o para la realización de un elemento del tipo,
cómplice se limita a favorecer un hecho ajeno; como el inductor, no sino que puede referirse solamente a un acto preparatorio, en la me-
toma parte en el dominio del hecho; el autor no necesita siquiera dida en la que por lo menos el hecho principal queda en tentativa pu-
conocer la cooperación que le presta (la llamada complicidad oculta). nible (RG 59, 376 [380]: fortalecimiento de la resolución de delinquir
En este punto se distingue la complicidad de la coautoría, puesto que mediante la promesa de permanecer alejado del lugar del hecho; RG
ésta requiere el dominio funcional del hecho sobre la base de un 61, 360 [362] : indicación de la dirección de un médico para practicar
acuerdo en común (cfr. supra, § 63 I l a ) . Por el contrario, para la el aborto; RG DR 1941, 987: complicidad a la formulación de una
teoría subjetiva, la distinción radica solamente en la "actitud interna falsa declaración jurada por parte de un examinando prestándole
y dirección de la voluntad del que actúa" (cfr. supra, § 63 I Ib). ayuda en el trabajo correspondiente al examen). Además, la compli-
2. Al igual que la inducción, la complicidad requiere también una cidad no es sólo posible hasta la consumación formal, sino que, al
vinculación entre el hecho principal y la acción del cómplice. igual que la coautoría, cabe también hasta la terminación material
a) A diferencia del § 49, anterior redacción, el nuevo Derecho del hecho principal (BG 6, 248 [251]) (cfr. supra, § 49 III 3).™
habla sólo de "prestar ayuda" sin mencionar los medios de la com- Ejemplos: Después del incendio de un edificio todavía resulta posible
plicidad que anteriormente se caracterizaban con los términos "he- la complicidad si el dolo del incendiario se extiende a la reducción a ceni-
chos" y "consejos". No obstante, habrá que seguir distinguiendo en- zas de toda la finca (RG 71, 193 [194]; OGH 3, 1 [3]). Aunque los ladro-
tre complicidad intelectual (psíquica) y técnica (física).31 Los medios nes ya hayan emprendido la fuga todavía puede tener lugar complicidad
de la complicidad son ilimitados, de modo que todo favorecimiento con el hurto aplicando violencia sobre el propietario (BGH 6, 248 [251]).
doloso de un hecho doloso ajeno constituye complicidad. Incluso en La negativa de posesión de una mercancía de contrabando imputada pro-
el caso de que alguien realice de propia mano un elemento del tipo visionalmente constituye complicidad con la depravación de los derechos
del hecho principal, puede excepcionalmente concurrir sólo compli- aduaneros (OLG Koln NJW 1956, 154). El suministro de microemisoras
cidad, en la medida en la que no se tenga participación alguna en el a personas privadas constituye complicidad con el establecimiento de una
común acuerdo constitutivo de la coautoría (cfr. supra, § 63 II 1). instalación no autorizada de telecomunicación (OLG Frankfurt NJW 1971,
1.622). Cfr. también OLG Karlsruhe GA 1971, 281.
Únicamente da lugar en todo caso a autoría la realización de propia
mano y plenamente responsable de todos los elementos del tipo (cfr. c) Resulta dudoso qué deba entenderse objetivamente por pres-
supra, § 61 V 2) ,32 La complicidad psíquica puede tener lugar, en es- tación de ayuda para el hecho principal. En la inducción resulta
pecial, mediante el fortalecimiento de la voluntad de actuar del autor claro qué contribución objetiva al hecho requiere la ley por parte del
principal. Tal forma de complicidad cabrá, entre otros casos, cuando inductor: éste ha de haber determinado al autor a cometer el hecho.
el autor deje de utilizar un instrumento proporcionado por el cóm- El concepto de prestación de ayuda no dice nada, sin embargo, sobre
plice, pero se siente fortalecido por la cooperación psíquica de éste.
Ejemplos: El amigo da al autor un instrumento para robar "por si aca- 33 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 601; Blei, Allg. Teil,
so", que éste, sin embargo, no necesita porque se encuentra la puerta sin página 253; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 186; Dreher, § 27 Anm. 4; Lackner, §
27 Anm. 2b; Maurach, Allg. Teil, pág. 694; LK (Busch), § 49 Anm. 21; Roxin,
cerrar (cfr. el caso mencionado en RG 58, 113 [115 y ss.]; también RG 38, Táterschaft und Tatherrschaft, pág. 291; Schdnke/Schroder/Cramer, § 27 Anm.
156). La amante promete al uxoricida contraer matrimonio en el caso de 13, 17; Wessels, Allg. Teil, pág. 105; Schmidháuser, Allg. Teil, págs. 567 y ss.
Fundamentalmente en contra de la posibilidad de complicidad tras la consu-
mación del hecho principal, Gallas, ZAK 1937, 439; Sax, Nottarp-Festschrift,
31 Cfr. Schdnke/Schroder/Cramer, § 27 Anm. 12; SK (Samson), § 27 página 137, nota 11; Herzberg, Táterschaft, págs. 71 y ss.; Roxin/Schünemann/
Anm. 11; Lackner, § 27 Anm. 3. Haffke, Strafrechtliche Klausurenlehre, págs. 230 y ss.; diferenciando según la
32 De acuerdo, Schdnke/Schroder/Cramer, § 27 Anm. 1. causalidad, SK (Samson), § 27 Anm. 18.
964 § 64. Inducción y complicidad IV. La complicidad 965
los presupuestos que debe reunir la complicidad para satisfacer las pía la complicidad como delito de peligro abstracto 38 o concreto39 y
exigencias del § 27. De ahí que la cuestión resulte dudosa y discutida.34 se contenta con una elevación de las posibilidades de producción del
Solamente es seguro que la complicidad puramente intentada no es resultado del hecho principal (teoría de la elevación del riesgo).
punible, puesto que la punibilidad de la tentativa de complicidad con Lo correcto es mantener la exigencia de causalidad de la com-
el delito, introducida en el año 1943 (§ 49a III, anterior redacción), plicidad, ya que su concepción como puro delito de peligro conduciría
ha sido suprimida por la tercera ley de modificación del Derecho Pe- a convertir la complicidad, que según el Derecho vigente adquiere su
nal de 1953 por entenderse excesivamente amplia (cfr. BT-Drucksa- contenido de injusto por su contribución a la causación del hecho
che 1/3.713, pág. 31). principal, en un delito de participación autónomo, como el de favo-
Según la Jurisprudencia basta que la acción del autor que realiza recimiento (§ 257) y a la punición de la complicidad intentada. Evi-
el tipo haya sido favorecida por la prestación de ayuda en cualquier dentemente, debe pensarse que en los delitos de mera actividad la
momento anterior a su terminación, no siendo, en cambio, necesario prestación de ayuda no puede ser causa de un resultado situado fuera
que ello contribuya a producir causalmente el resultado del hecho del tipo. En estos casos basta, pero también es necesario, que la con-
principal (RG 6, 169; 8, 267; 58, 113 [114 y ss.] ; 67, 191 [193] ; 71, tribución del cómplice haya influido en la actuación o, en su caso (en
176 [178]; 73, 153 [154] ; RG DR 1941, 978; BGH WRS 8, 199 [201] ; el delito de omisión), en la omisión del autor, favoreciéndolas (BGH
BGH Dallinger MDR 1972, 16; OGH 1, 321 [330]; 2, 23 [44]; 14, 280 [282]). Por el contrario, en los delitos de resultado la apor-
BayObLG 1959, 132 [138]; OLG Freiburg JZ 1951, 85; OLG Ham- tación del cómplice debe contribuir a la consecución del resultado tí-
burg JR 1953, 27) .35 La Jurisprudencia también ha considerado como pico en el sentido de una "causalidad fortalecedora",40 mediante la
supuesto de favorecimiento del hecho principal, casos en los cuales facilitación de la acción delictiva. Lo decisivo no es que el cómplice
un instrumento proporcionado por el cómplice no fue utilizado por el ofrezca al autor mejores posibilidades para la ejecución del hecho,
autor en la ejecución del hecho, aun cuando no pudo determinarse ex- que es posible que éste no utilice, sino que le siga auxiliando efecti-
presamente que tuviera lugar un fortalecimiento de la resolución vamente, por lo que, por ejemplo, el llevar la escalera constituye com-
criminal (complicidad psíquica) (RG 6, 169; RG IV 1.075/13, de 7-11- plicidad con el hurto con escala aunque el ladrón hubiera podido lle-
1913; RG 58, 113, 114 y ss.; BGH Dallinger MDR 1972, 16). var por sí solo la escalera sin la cooperación del cómplice. Esto sig-
Por el contrario, en la doctrina se requiere mayoritariamente la nifica que en los casos en los que el cómplice ha proporcionado un
causalidad de la contribución del cómplice en relación al resultado del instrumento no utilizado en el hecho (RG 58, 113), sólo puede es-
hecho principal, 86 para lo cual, sin duda, debe bastar, según Mezger, timarse complicidad bajo el punto de vista del apoyo psíquico del
que el resultado haya sido influido en su "configuración absolutamente autor principal. 41 Que también el apoyo psíquico puede ser causal para
concreta" o incluso, solamente, que haya resultado modificada la un hecho no puede ser puesto en duda según la fórmula de la condición
"imagen del hecho concreto".37 Mediante esta debilitación del requi- ajustada a las leyes de la experiencia científica (cfr. supra, § 28 II
sito de causalidad disminuye, sin embargo, la diferencia respecto a la 4), 42 pero tampoco puede plantearse aquí la cuestión de si el hecho
Jurisprudencia. Una teoría más reciente ha dado abiertamente este se hubiera omitido sin la acción del cómplice (cfr. OLG Freiburg JZ
paso prescindiendo de la exigencia de causalidad. La misma contem- 1951, 85) .** La especial dificultad que se plantea en la complicidad re-
side en la constatación de la causalidad, puesto que la prestación de
34 Cfr. las amplias exposiciones de Dreher, MDR 1972, 553 y ss.; Letzgus, ayuda junto al hecho principal aparece solamente como una causa
Vorstufen, págs. 71 y ss.; LK (Busch), § 49 Anm. 2 y ss.; SK (Samson), § 27
Anm. 5 y ss.
35 De acuerdo, LK (Lobe), 4 / ed., § 49 Anm. 4; v. Hippel, t. II, pág. 462; 38 Así Herzberg, GA 1971, 7.
P. Merkel, Abgrenzung, pág. 13, nota 10; Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, 39 Así, Salomón, Beihilfe, págs. 134 y ss.; Schaffstein, Honig-Festschrift,
página 223; v. Weber, Grundrif3, pág. 72; el mismo, JZ 1951, 86; Wegner, Allg. página 184; Otto, Lange-Festschrift, pág. 210; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú-
Teil, pág. 237. En contra, Bockelmann, DR 1941, 987; Frank, § 49 Anm. I, IV; mero 899. También, Vogler, Heinitz-Festschrift, pág. 311, cree suficiente la "ido-
Gerland, Lehrbuch, pág. 201, nota 4; LK (Busch), § 49 Anm. 5; Kohlrauschl neidad general de la cooperación en orden a la lesión del bien jurídico por el
Lange, § 49 Anm. III 1; Olshausen, § 49 Anm. 3 ; v. Liszt/Schmidt, pág. 321. hecho principal" (delito de peligro abstracto-concreto). En contra, Samson, Hy-
36 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 600; Blei, Allg. Teil, pág. 254; Bockel- pothetische Kausalverláufe, págs. 202 y ss.; el mismo, Peters-Festschrift, pá-
mann, Allg. Teil, pág. 186; Dreher, MDR 1953, 553 y ss.; Eser, Strafrecht II, ginas 123 y ss.
número 45 A 7; Lackner, § 27 Anm. 2a; Letzgus, Vorstufen, pág. 74; Maurach, 40 Sobre esto, Clafi, Stock-Festschrift, págs. 114 y ss.; Dreher, MDR 1972,
Allg. Teil, págs. 691 y ss.; Preisendanz, § 27 Anm. 3d; Schmidhauser, Allg. página 555.
Teil, págs. 569 y ss.; Schonke/Schroder/Cramer, § 27 Anm. 10; SK (Samson), 41 Cfr. Bockelmann, DR 1941, 987 y ss.; Spendel, Dreher-Festschrift, pá-
§ 27 Anm. 9; Spendel, Dreher-Festschrift, págs. 185 y ss.; Welzel, Allg. Teil, gina 186.
página 119; Wessels, Allg. Teil, págs. 104 y ss. 42 Cfr. Engisch, v. Weber-Festschrift, pág. 269.
37 Así LK (Mezger), 8.a ed., § 49 Anm. 2. 43 Cfr. Cla$, Stock-Festschrift, págs. 121 y ss.; también, Coenders, ZStW
46 (1925), págs. 3 y ss.
966 § 64. Inducción y complicidad IV. La complicidad 967

concomitante para el resultado típico {alguien sirve al atracador una un hecho imprudente no es en sí misma punible, pero puede consti-
botella de coca-cola como refresco) ,44 Toda ayuda, incluso la más pe- tuir autoría mediata (cfr. supra, § 62 II 2). Para la complicidad con
queña, que objetivamente favorezca el hecho es suficiente, en tanto un delito especial propio vale lo dicho para la inducción (cfr. supra,
que una cooperación importante de la que no se sirve el autor queda § 64 III 3). El cómplice tampoco es responsable del exceso del autor
en complicidad intentada (impune). (cfr. supra, § 64 III 4).
d) Por último, el cómplice debe actuar dolosamente (BGH JR 4. La penalidad correspondiente al cómplice depende de la con-
1975, 119) .45 La complicidad imprudente no es en sí misma punible, minación penal prevista para el autor, pero la pena debe atenuarse
aunque puede constituir autoría imprudente. En cuanto a la clase de con arreglo al § 49 I (§ 27 II 2). De ahí que en la complicidad con una
dolo basta, como en la inducción, el dolo eventual (RG 72, 20 [24]). tentativa pueda tener lugar una doble atenuación (en sentido distinto,
El dolo del cómplice debe referirse tanto a la ejecución del hecho cuando falta un elemento personal especial, BGH JR 1975, 509 con
principal mismo como, también, a su favorecimiento, de suerte que, anotación aprobatoria de Bruns). Al contrario de lo que sucedía en el
al igual que en la inducción el dolo debe ser doble.** Para el error de derecho anterior, 48 el nuevo StGB ha regresado a la atenuación obli-
tipo y de prohibición del cómplice rige lo dicho para la inducción gatoria que se preveía hasta 1939 (coincidiendo Pr. 1962, § 31 II 2 y
(cfr. supra, § 64 III 2b). El dolo del cómplice también debe dirigirse Pr. Alto, § 29 II 2) ,49 Ello se basa en la idea de que el contenido de
a un hecho principal individual determinado (RG 59, 245 [246]), mas injusto de la complicidad es, por el hecho de que solamente supone
en los actos de favorecimiento que se encuentran en el estadio pre- un favorecimiento que fuerza en el hecho principal y la causa de su
paratorio no es preciso todavía que se halle determinada la persona influjo únicamente mediato sobre el resultado, menor en todos los
del autor (RG 11, 87 [88]; 31, 35 [37]). Para el dolo del cómplice no casos que el contenido de injusto del hecho principal y que, por ello,
es necesario su aprobación personal del hecho principal (OLG Karls- también la culpabilidad del cómplice es menos grave que la del autor.
ruhe GA 1971, 281). 5. La complicidad también puede tener lugar por omisión, en la
medida que el cómplice esté obligado a un deber de garante (cfr. su-
Al igual que para la inducción, la doctrina dominante requiere también pra, § 59 IV) -60 La cuestión de la delimitación de coautoría y compli-
para la complicidad que el dolo se dirija a la consumación del hecho princi-
pal (BGH Dallinger MDR 1973, 554). No es punible por complicidad quien cidad en este caso no resulta generalmente problemática, ya que fren-
sólo quiere que el hecho llegue hasta la tentativa o de antemano sabe que te al autor de un delito de comisión doloso que ejerce el dominio del
no podrá alcanzar hasta la consumación (tentativa inidónea) (RG 15, 315 hecho, la contribución del garante que no impide el hecho sólo posee,
[317]; 17, 377; 60, 23).47 El farmacéutico que, por ejemplo, proporciona en principio, significado de complicidad.61 El dominio del hecho sólo
conscientemente a la embarazada un medio idóneo para el aborto, para que se transmite al omitente en caso de que el que actúa deje de dominar
con el tiempo aquélla cambie de parecer, no comete complicidad con la el curso del hecho.
tentativa de aborto. Pero si el cómplice somete al objeto de la acción a una
puesta en peligro, debe estimarse también participación en la tentativa Ejemplos: Quien, en su condición de funcionario encargado de la vigi-
(cfr. supra, § 64 III 2b). lancia, permite hurtos a presos en trabajos exteriores, comete complicidad
con el hurto (RG 53, 292; cfr. también OLG Karlsruhe GA 1971, 281). El
3. El hecho para el cual se presta la ayuda debe ser consumado, superior que no impide a su subordinado que se aleje indebidamente del
o por lo menos haber conducido a una tentativa conminada con pena.
La complicidad infructuosa sólo sigue castigándose en la liberación 48 Sobre la sustitución de la atenuación de la pena obligatoria por otra fa-
de presos (§ 120 III). Según el § 27,1 el hecho principal debe haberse cultativa, cfr. Nagler, GS 115 (1941), págs. 36 y ss.
49 De acuerdo, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 903.
cometido dolosamente (cfr. supra, § 61 VII 2). La complicidad con 50 La cuestión es polémica; como aquí, Baumann, Allg. Teil, pág. 601;
Busse, Unterlassungsdelikte, págs. 325 y ss.; Eser, Strafrecht II, núm. 43 A 5a;
Frank, § 49 Anm. I 2; LK (Busch), § 49 Anm. 11; Dreher, § 27 Anm. 7; Lack-
44 CtoP, Stock-Festschrift, pág. 126, habla en este sentido de "causalidad ner, § 27 Anm. 4; Preisendanz, § 27 Anm. 3b; Maurach, Allg. Teil, pág. 693; Wel-
de afluencia o de fortalecimiento". También así, LK (Busch), § 49 Anm. 4. De zel, Lehrbuch, pág. 119; Wessels, Allg. Teil, pág. 104; restrictivamente, Roxin,
acuerdo, Dreher, MDR 1972, 555. En sentido restrictivo, con relación a la com- Táterschaft und Tatherrschaft, págs. 476 y ss., que como regla estima autoría
plicidad psíquica, Samson, Hypothetische Kausalverláufe, págs. 195 y ss. de omisión (pág. 485); Herzberg, Táterschaft, pág. 83; Schonke/Schroder/Cra-
45 Sobre la valoración de la prueba, críticamente, Kratzsch, JR 1975, 102 mer, § Vorbem. 80 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.076. Contra la po-
y siguientes. sibilidad de complicidad por omisión, Armin Kaufmann, Unterlassungsdelikte,
46 Cfr. Eser, Strafrecht II núm. 43 A 12; Baumann, Allg. Teil, pág. 591; páginas 291 y ss.; Grünwald, GA 1959, 110 y ss.
Frank, § 49 Anm. I I ; Letzgus, Vorstufen, pág. 66; LK (Busch), § 49 Anm. 13. 51 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 191; Gallas, JZ 1952, 372; el mismo,
47 Así la doc. dom.; cfr. Letzgus, Vorstufen, pág. 66; LK (Busch), § 49 JZ 1960, 687, nota 67; Lackner, § 27 Anm. 4; Kielwein, GA 1955, 227; Schonke/
Anm. 13; Baumann, Allg. Teil, pág. 601; Maurach, Allg. Teil, pág. 695; Schonke/ Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 84; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 707; en sen-
Schroder/Cramer, § 27 Anm. 25; Welzel, Lehrbuch, pág. 120. tido restrictivo, Maurach, Allg. Teil, pág. 693.
VI. La participación necesaria 969
968 § 64. Inducción y complicidad
lugar del accidente, es cómplice (RG 69,-349). El oficial del barco que per- homicidio politizado (§ 216), la usura (§ 302a), en el yacimiento entre
mite hacer contrabando a su tripulación se hace culpable de complicidad parientes (§ 173), en el abuso sexual de sujetos a custodia (§ 174),
con la defraudación de los derechos aduaneros (RG 73, 176). La amante en elfavorecimiento de acciones sexuales de menores de edad (§ 180),
del hombre casado que no impide a éste que dé muerte a su mujer, puede en el favorecimiento de la sustracción al cumplimiento de la pena
ser culpable de complicidad con el asesinato (RG 73, 53 [54]). El posadero (§ 258), en el rufianismo (§ 181a) o en el favorecimiento de acreedo-
que permite, aprobándolo, que se lesione a un huésped en sus locales sólo res (§ 283c). Con razón se alude al hecho de que la expresión " p a r t i -
puede ser hecho responsable de complicidad (en distinto sentido, BGH cipación necesaria" no es del todo exacta, porque puede t r a t a r s e de
NJW 1966, 1.763). El asegurado que no impide el incendio del inmueble una coautoría y porque la cooperación con otra persona no precisa
asegurado debe ser castigado por complicidad para con los §§ 306, núm. 2, haber alcanzado el grado de participación. 6 7 Los casos de participa-
265 (BGH Dallinger MDR 1951, 144 y ss.). Sobre la complicidad por omi-
ción necesaria se dividen en delitos de convergencia y delitos de en-
sión en perjurio cfr. BGH 4, 327; 14, 229; 17, 321.62
cuentro. 5 8 E n los delitos de convergencia las manifestaciones de vo-
luntad de los intervinientes se producen desde la misma p a r t e y hacia
V. Concurso de varias formas de intervención
la misma meta, como sucede en la insurrección de presos (•§ 121), en
1. Respecto de actos de participación resulta posible, a su vez, parti- el allanamiento de morada grave (§ 124) y en el h u r t o en cuadrilla
cipación.53 La inducción a la inducción equivale a inducción al hecho prin- (§ 244 I núm. 3). Como en estos casos por virtud de la ley todos los
cipal (inducción en cadena, cfr. supra, § 64 III 2a). La inducción a la com- intervinientes son punibles como autores, en ellos no se plantea el
plicidad, la complicidad con la inducción64 y la complicidad con la compli- problema de la participación necesaria. E n los delitos de encuentro,
cidad (BGH 6, 361; 8, 137) constituyen complicidad mediata respecto del las manifestaciones de voluntad de los intervinientes, aunque se di-
hecho principal (complicidad en cadena) (no cabe la doble rebaja de la pe- rigen a la misma meta, lo hacen desde partes distintas, de modo que
nalidad) «« (RG 14, 318 [320]; 23, 300 [306]; 59, 396).
en cierta forma convergen, 59 como es el caso del favorecimiento de
2. Cuando concurren en una persona autoría y participación, o induc-
ción y complicidad en relación al mismo hecho (el autor, por ej., instiga a acciones sexuales de menores (§ 180). Aquí la ley únicamente señala
otro a la coautoría o complicidad, o bien induce y presta además ayuda al pena, en preceptos particulares, p a r a determinados intervinientes,
hecho principal), las formas más débiles de intervención retroceden ante mientras que deja a los demás impunes. Ello vale, por ejemplo, p a r a
las más poderosas, esto es, la inducción tiene preferencia sobre la compli- el abuso sexual de sujetos a custodia (§ 174), p a r a el yacimiento en-
cidad y la coautoría sobre la inducción y la complicidad (subsidiariedad, t r e parientes cuando los intervinientes no h a n alcanzado todavía 18
cfr. infra, § 69 II 2a) (RG 62, 72 [73]; BGH 4, 244 [247]; casos espe- años de edad (§ 173 III), p a r a la admisión de regalos (§ 331) o p a r a
ciales en RG 70, 138; 293 [296 y ss.]). 56 el favorecimiento de que otro se sustraiga a la pena (§ 258). E n esos
3. Si mediante la misma acción se induce o se presta cooperación a va- casos lo problemático es si de la esencia de la participación o del
rios hechos, sólo concurre una inducción o complicidad en concurso ideal sentido del correspondiente precepto penal se deduce que el intervi-
homogéneo o heterogéneo (RG 70, 26 [31]). niente necesario tampoco pueda ser castigado por inducción o com-
plicidad aunque desborde el papel que le atribuye el tipo de que se
VI. La participación necesaria t r a t e . L a Jurisprudencia ha rechazado hasta ahora tal limitación y
1. Se da participación necesaria cuando un tipo se halla de tal estimado, por tanto, la punibilidad del interviniente necesario, cuan-
forma concebido que p a r a su realización resulta necesaria concep- do el mismo induce al hecho a la otra p a r t e o le ayude en una "forma
tualmente la intervención de más de una persona, como sucede en el que sobrepase su papel".

52 Confrontar sobre esto, ampliamente, en el sentido de limitación de la pu- Ejemplos: Se consideraba punible la inducción al favorecimiento perso-
nibilidad, Bockelmann, Untersuchungen, págs. 126 ss.; Maurach, DStr 1944, 1 ss.; nal (ahora favorecimiento de la sustracción de otro a su castigo) del pro-
el mismo, SJZ 1949, 541 ss.; Schonke/Schroder/Lenckner, § 154 Anm. 36 ss. pio inductor (RG 50, 364 [365] ; 60, 346 [347 y ss.] ; 63, 373 [375] ; BGH 5,
53 Sobre las concretas modalidades de casos, Schwind, MDR 1969, 13 y ss.; 75 [81]; 17, 236) .60 Sin embargo, esta Jurisprudencia ha perdido su base
cfr. también, Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 965 y ss.; Schmidhauser, Allg.
Teil, págs. 584 y ss.
54 Cfr. Martin, DRiZ 1955, 299; LK (Busch), § 49 Anm. 11. Por el contra-
rio, Schdnke/Schroder/Cramer, § 27 Anm. 18, no estima complicidad mediata con 57 Así Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 943; Maurach, Allg. Teil, pág. 668;
el hecho principal en caso de prestación de ayuda al inductor, sino complicidad Herzberg, Táterschaft, pág. 133.
con la inducción. 58 Así, básicamente, Freudenthal, Notwendige Teilnahme, págs. 1, 122.
55 También así, Schdnke/Schroder/Cramer, § 27 Anm. 18. Distinguiendo, Sobre la evolución cfr. LK (Busch), § 50 Anm. 25.
Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 971 y ss. 59 Así Lange, Notwendige Teilnahme, pág. 12.
56 Cfr. LK (Busch), § 47 Vorbem. 33; Schdnke/Schroder/Cramer, § 25 60 De acuerdo, H. Mayer, Rittler-Festschrift, pág. 261.
Vorbem. 24; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 973.
18. — Hans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n
970 § 64. Inducción y complicidad
VI. La participación necesaria 971
por virtud del nuevo § 258 V.61 Por el contrario, el nuevo § 257 III 2 de-
clara ahora expresamente punible la inducción al favorecimiento con el fin ción activa del favorecido, porque la situación motivacional y carac-
de asegurar un beneficio.62 También es punible el encubrimiento del in- terística del hecho hace aparecer como natural una cooperación que
ductor o cómplice del hecho previo (BGH 7, 134; 8, 390 [392]; 13, 403 exceda el papel previsto en más o en menos. Según esto, deben quedar
[406]), la inducción a la liberación de presos por obra del propio recluso impunes la inducción y la complicidad por parte del recluso con re-
(RG 61, 31 [33] ; BGH 4, 396 [401]; 17, 369 [373]), la inducción y la com- lación al delito de liberación de presos (§ 120) .M En la obstaculización
plicidad de las partes beneficiadas en la prevaricación del abogado (RG 71, de la punición (§ 258 V) la impunidad de quien ha de resultar favo-
114 [116]). Lo mismo rige en el ámbito de los delitos contra la moralidad: recido por el hecho (por ej., por inducción a la obstaculización de la
así, se considera punible la inducción al favorecimiento de la prostitución punición) se halla en la actualidad prescrita por la propia ley, mien-
por parte de la persona prostituida (§ 180 anterior redacción) (RG 26, 369
[370]; BGH 10, 386 [387]; 15, 377 [382]),™ así como la inducción del
tras que en el favorecimiento del aprovechamiento de los efectos del
rufián por parte de la prostituta (BGH 19, 107). También es punible la in- delito (§ 357 III, 2) se prevé la punición del inductor en cuanto se in-
ducción y la complicidad en relación al favorecimiento de acreedores (§ 283c) troduzca a un no interviniente en el hecho previo.68* En los casos de
por parte del favorecido (RG 65, 416 [417]; 61, 314 [315 y ss.]),« 4 la induc- los §§ 120 y 258a V la impunidad proviene de la disminución esencial
ción a la venta por encima del precio máximo por parte del vendedor (RG de la culpabilidad (situación análoga al estado de necesidad) ,69
70, 344 [347]) y la inducción a la expendición prohibida de alcohol por c) Por último, un sector de la doctrina considera justificada la im-
parte cliente (RG 70, 233 [234]).«5 punidad del interviniente necesario aunque la iniciativa de cometer
el hecho acostumbre típicamente a proceder de parte suya. Bajo esta
2. La punibilidad de la participación necesaria, en cambio, se perspectiva la inducción al favorecimiento de la prostitución en bene-
limita con razón de forma esencial por parte de la doctrina.** ficio propio (§ 180a), la inducción a vender infringiendo la obligación
a) En primer lugar existe acuerdo (también con la Jurispruden- de respetar un determinado precio por parte del vendedor y la par-
cia) acerca de que el interviniente necesario siempre debe quedar ticipación de la prostituta en el rufianismo (§ 181a) serían impunes.70
impune en la medida en la que el precepto penal persiga precisa- Aquí resulta decisiva la idea de la inutilidad político-criminal de pro-
mente su protección. En estos casos puede, incluso, suceder que la hibiciones de esta naturaleza. Por el contrario, la punibilidad de la
cooperación de la otra parte no alcance ni siquiera, desde el punto de inducción al favorecimiento de acreedores (§ 283c) o a la prevarica-
vista constructivo, el grado de complicidad, como ocurre si un escolar ción del abogado (§ 356) no resulta ni inútil ni injusta.71
permite el tocamiento deshonesto del maestro. Pero también debe
quedar impune en cuanto persona protegida la alumna que induce
al maestro a realizar acciones sexuales con ella misma (§ 164 I núme- * * *
ro 1), el menor que coopera en el hecho de ser sustraído a la custodia
de su persona (§ 235), el prestatario que instiga al prestamista a con-
cluir el negocio usurario (§ 302a) (RG 18, 273 [281] ).67 68 Así Binding, Lehrbuch, t. II 2, pág. 590; Deubner, NJW 1962, 2.260;
b) En segundo lugar, en aquellos preceptos penales que prohiben Frank, § 47 Vorbem. V 2; Gerland, Lehrbuch, pág. 347; Kohlrausch/Lange,
el favorecer a un delincuente se estima la impunidad de la participa- § 47 Vorbem. IV 1; Maurach, Bes. Teil, pág. 655; Welzel, Lehrbuch, pág. 507.
68a Críticamente, sobre esto, Stree, JuS 1976, 138; Laekner, § 257 Anm. 7.
69 Coincide, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 949. Por el contrario, el tra-
61 Cfr. Dreher, § 258 Anm. 13; Laekner, § 258 Anm. 7; Schonke/Schró- tamiento de elemento excluyente de la pena (§ 50 III ant. red.), propuesto por
der/Stree, § 258 Anm. 38. Herzberg, GA 1971, 10, lleva demasiado lejos, ya que por dicha vía también que-
62 Críticamente, sobre esto, Herzberg, Táterschaft, pág. 137; Laekner, § darían impunes casos en los cuales la impunidad resultaría inmerecida (por
257 Anm. 6; Otto, Lange-Festschrift, pág. 214, nota 66; Schonke/Schroder/Stree, ejemplo, inducción al § 283c). También las consecuencias lógico-legales que extrae
§ 257 Anm. 33. Zoller, Die notwendige Teilnahme, págs. 170 y ss., 230 y ss. de la estructura
63 De acuerdo, Blei, Allg. Teil, pág. 232. supuestamente "análoga a la coautoría" de la participación necesaria, no resul-
64 De acuerdo, Herzberg, Táterschaft, págs. 137 y ss.; Otto, Lange-Fest- tan convincentes porque, en modo alguno, puede demostrarse siempre la concu-
schrift, pág. 24. rrencia de tal estructura. ,
65 De acuerdo, LK (Busch), § 50 Anm. 27; Otto, Lange-Festschrift, pági- 70 Así Bohne, Frank-Festgabe, t. II, pág. 471; Gerland, Lehrbuch, pág. 417;
na 214; Schónke/Schrbder/Cramer, § 25 Vorbem. 50. Kohlrausch/Lange, § 47 Vorbem. IV 2; Welzel, Lehrbuch, pág. 123; Schmid-
66 Cfr. sobre esto, Baumann, Allg. Teil, págs. 614 y ss.; Herzberg, Táter- hauser, Allg. Teil, págs. 583 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 950. En con-
schaft, págs. 133 y ss.; Otto, Lange-Festschrift, págs. 210 y ss.; Maurach, Allg. tra, en cambio, Maurach, Allg. Teil, pág. 669, en atención a que el § 181a pro-
Teil, págs. 667 y ss.; SK (Samson), § 26 Vorbem. 43 y ss.; Welzel, Lehrbuch, tegería también otros bienes jurídicos además de los del interviniente necesario.
páginas 122 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 946 y ss.; Schmidhauser, Sobre la finalidad de protección del § 181a, ahora, BayObLG JZ 1974, 460.
Allg. Teil, págs. 583 y ss. De otra opinión, LK (Busch), § 50 Anm. 27. 71 Así, con razón, Maurach, Allg. Teil, pág. 669; Schonke/Schroder/Stree,
67 Cfr. SK (Samson), § 26 Vorbem. 47; Schonke/Schróder/Cramer, § 25 § 241 KO Anm. 19, § 356 Anm. 25; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 951. Herz-
Vorbem. 51; LK (Busch), § 50 Anm. 29. berg, Táterschaft, pág. 139, va aquí demasiado lejos al considerar punible tam-
bién como complicidad la pura aceptación del beneficio.
972 § 64. Inducción y complicidad Adiciones de Derecho español al § 64 973

I. La razón del castigo de la participación renda a la fuerza, que pasaría a la autoría mediata del párrafo I del nuevo
precepto. Excluida la "fuerza", el concepto de "inducción" que se maneja en
Son raras en nuestra doctrina las manifestaciones expresas en torno al nuestro país coincide sustanciálmente con él ofrecido en él texto. La fórmula
fundamento del castigo de la participación. Sin embargo, cabe deducir que legal sólo impone una diferencia: la exigencia de que la inducción sea "di-
también nuestro Derecho parte de la concepción, dominante en Alemania y recta".
mantenida en el texto, de la teoría del favorecimiento o déla causación. Abo- 2. a) Tampoco el art. 1U, 2." CP (= art. 32, 2." Proyecto 1980) menciona
nan esta afirmación razones de Derecho positivo confirmadas por la actitud ni por tanto restringe los medios por los que puede operar la inducción, por
de la doctrina y del TS. Como se dijo supra, Adiciones al § 61 IV, el criterio lo que es perfectamente aplicable lo expuesto por el texto. Por lo que respec-
material que parece inspirar la equiparación a los verdaderos autores del ta a la inducción en cadena, el TS la ha aceptado en el sentido del texto
inductor (art. 1U, 2." CP) y el cooperador necesario (art. ík, 3." CP) es el (S. 30 nov. 6U), pero la doctrina dominante la rechaza por entender que el
de la causalidad: todos ellos aportan una condición causal del delito (ya inductor al inductor no induce a éste al delito principal, como se juzga que
veremos en qué sentido) especialmente importante, aunque sea de forma requiere el art. lk,2." CP. Se piensa que el inductor al inductor debe casti-
mediata a través del autor o coautores en sentido estricto. Ello da pie a pensar garse como cooperador necesario5 o cómplice.6 Ciertamente, aunque el art. U9
que él CP valora las conductas de participación desde el prisma de su impor- CP permite afvrmar que el inductor "comete" el delito como "autor" asimila-
tancia causal, mayor ("autoría" asimilada) o menor (complicidad) para el do que es, el inductor no sólo ha de inducir a "cometer" un hecho, sino a
delito. Al acoger la fórmula de la "accesoriedad limitada" de la participación, "ejecutarlo", cosa que del propio art. 1U, 2." CP se deriva que no hace el
la doctrina española se aparta de los principios de la teoría de la culpabilidad inductor, sino sólo el inducido. Nada se opone a la coinducción ni a la induc-
para inclinarse en favor de los postulados de la teoría de la causación. Por ción accesoria. En cuanto a la inducción mediata, podría pensarse que se
último, el TS parece moverse en la misma línea de caracterizar la esencia de opone a ella la necesidad de que la inducción tenga lugar "directamente",
la inducción no como forma de concepción del inducido (pese a ser aquí pero lo único que tiene sentido requerir mediante este término es que la
donde encontraría mejor terreno la teoría de la culpabilidad), sino como inducción se refiera a un delito y, a lo sumo, un ejecutor determinados. 7
"causa de la ejecución del hecho antijurídico y típico" (no dice culpable: b) También en nuestro país se considera necesario que la inducción sea
S 25 junio 62) a la que contempla, desde la perspectiva del hecho por ella dolosa, bastando él dolo eventual.8 En cuanto al contenido del dolo es perfec-
causado, como "autoría moral" (SS 7 julio 1906, 10 dic. 23, 8 jul. 68). tamente aplicable a nuestro Derecho, y compartido en su esencia por la
Certeramente, no obstante, destaca algún autor la necesidad de referir doctrina y el TS, el planteamiento del texto. Si la instigación no se dirige a
la causación propia de la participación a un hecho ajeno al del autor en sen- un sujeto o sujetos determinables, tampoco habrá inducción según la inter-
tido estricto:1 el partícipe se castiga como tal no por causar directamente pretación corriente del adverbio "directamente" del art. lk, 2' CP,9 pero
el hecho como propio, sino por contribuir a causar él hecho del autor. Esto el art. 4 III CP, segundo inciso, conducirá a castigar con la misma pena si
explica la posibilidad de participación punible en delitos especiales por parte concurre "provocación" seguida de perpetración del delito, y el art. U II y
de un sujeto no cualificado para lesionar por sí mismo el bien jurídico. III CP permitirá, en sus respectivos casos, la punición atenuada prevista
para la "proposición" y "provocación" respectivamente (sobre estas figuras
11. ha inducción cfr. infra, Adiciones al § 65).
No es dominante, en cambio, en la doctrina española la solución mayori-
1. El art. 1U, 2." CP se refiere a "los que fuerzan o inducen directamente taria en Alemania de la impunidad del agente provocador. De acuerdo con el
a otros a ejecutarlo (el hecho)", sujetos a los que aquel artículo "considera criterio de Jescheck, suele admitirse la punibilidad del provocador, aunque
autores". Tanto si entre "los que fuerzan" se incluye a quienes emplean la no pretenda que se llegue a la consumación, si la tentativa inducida ya im-
vis absoluta 2 como a los que se valen de la vis compulsiva,3 el concepto de plica un peligro para bienes jurídicos.10 Quienes así se manifiestan parten,
"inducción" se distingue por la doctrina de dicha utilización de fuerza, que
en general se ve como modalidad de autoría mediata expresamente prevista más adelante (p. 850) afirma que la provocación de un tal miedo origina autoría
por la ley.4 En cualquier caso, el Proyecto 1980, art. 32, 2.a, suprime la refe- mediata.
5 Así Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice p. 330; Rodríguez Mourullo, Co-
1
mentarios I p. 862.
Cfr., en referencia a la inducción, Rodríguez Mourullo, Comentarios I 6 Así Quintano Ripollés, Comentarios I p. 862. ¡
página2
847. 7 Cfr. Cuello Calón, PG p. 656; Antón Oneca, PG p. 439; Rodríguez Deve-
Doctrina dominante. Cfr. p. ej., Antón Oneca, PG p. 435; Gimbernat Or- sa, PG p. 753 vid. SSTS, 22 dic. 34 y 25 junio 62.
8
deig, Autor y cómplice, p. 207. Cfr. Antón Oneca, PG, p. 440; Ferrer Sama, Comentarios II p. 52; Ro-
34 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 845. dríguez Mourullo, Comentarios I p. 852 s. Este autor señala también la posibili-
Por ej.: Rodríguez Devesa, PG p. 744; Antón Oneca, PG p. 435; Gimber- dad de conversión en causación culposa del resultado producido por el ejecutor;
nat Ordeig, Autor y cómplice p. 207 ("en muchos casos"). Rodríguez Mourullo, en el segundo caso, el mismo autor destaca la posibilidad de autoría mediata (pá-
Comentarios I p. 846, en cambio, excluye expresamente de la "fuerza" del art. 14, gina 848).
2.° la que determine autoría mediata, por entender que dicho precepto se limita 9 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 181; Antón Oneca, PG pp. 405,
a formas de participación en hecho ajeno; no obstante, incluye en él la vis com- 439. 10
pulsiva motivadora de miedo insuperable eximente (art. 8, 10 CP), pese a que Así Cuello Calón, PG p. 649; Antón Oneca, PG p. 440; Rodríguez Mou-
974 § 64. Inducción y complicidad Adiciones de Derecho español al § 64 975
sin embargo, de que toda tentativa 'punible encierra tal peligro, y de que de
sume, o en otro caso la correspondiente a los autores de frustración o tenta-
otro modo (así cuando el provocador ha impedido de antemano la posibilidad tiva (arts. 51 y 52 CP; art. 73 Proyecto 1980).
de consumación) concurriría una tentativa absolutamente imposible, impu-
6. La STS 30 en. 45 y algún autor admiten la inducción por omisión.20
ne, lo que comparte el TS.11
c) Tanto la doctrina como el TS requieren también que el ejecutor mate-
rial no estuviera ya previamente decidido a cometer el delito (omnímodo fac- III. La complicidad
turus), lo que a menudo se expresa mediante la exigencia de relación de 1. Es característica del CP la distinción de dos clases de cooperadores:
causalidad entre la instigación y la aparición de la resolución criminal en el el cooperador necesario, equiparado al autor aunque realmente no lo sea, y
ejecutor.12 No concurriendo tal requisito cabrá la "proposición" o "provoca- el cómplice en sentido legal estricto. Alude la ley al primero diciendo que
ción", en su caso (art. U CP; art. 23 Proyecto 1980). En cuanto a la posibili- "se consideran autores: 3.') Los que cooperan a la ejecución del hecho con
dad de estimar complicidad psíquica, admitida por algún autor español,™ un acto sin el cuál no se hubiera efectuado" (art. Ib, 3." CP = art. 32, 3."
deberá rechazarse por quien crea excluida tal índole de cooperación por la exi- Proyecto 1980). "Son cómplices — declara el art. 16 CP (=art. 33 Proyec-
gencia del art. 16 CP de que la complicidad tenga lugar mediante "actos",u to 1980) los que, no hallándose comprendidos en el art. 1U, cooperan a la
lo que no estimo argumento convincente, pues también la influencia moral ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos." La delimitación de
trasciende al exterior mediante actos positivos en cuanto no tenga lugar por ambas figuras constituye el principal problema práctico en esta materia
omisión. (sobre la distinción de la coautoría en sentido estricto y la cooperación nece-
8. Existe acuerdo entre nosotros en requerir al menos inicio de ejecución saria cfr. Adiciones al § 68 11 a y í).
(tentativa) del hecho objeto de la inducción.1* En otro caso se plantea la En la interpretación de la fórmula del art. 1U, 8." ha oscilado la doctrina
cuestión de la posible aplicación de "proposición" o "provocación" (art. U española entre un punto de vista abstracto y otro concreto. Desde él primer
CP) (fr. infra Adiciones al § 65). Sobre la necesidad o no de dolo en el indu- punto no basta para la cooperación necesaria que la ayuda prestada condicio-
cido cfr. Adiciones al § 61 VII 2. Quien admita la participación en hechos nara la forma concreta en que se manifestó el hecho, como afirman los parti-
imprudentes podrá aceptar la posibilidad de inducción a un delito impru- darios de la perspectiva concreta, sino que sería preciso que sin la ayuda el
dente.16 El CP no prevé atenuación alguna para el inductor no cualificado a hecho no hubiera podido efectuarse tampoco bajo otras circunstancias. No
un delito especial propio (cfr. sobre esta posibilidad Adiciones al § 61 obstante, nadie ¡lega en realidad a mantener un punto de vista rigurosamen-
VII 8). te concreto, que conduciría a dejar sin contenido en la gran mayoría de los
k. Es aplicable a nuestro Derecho la doctrina según la cual el dolo del casos a la complicidad. La diferencia debe fijarse, pues, en base al grado más
inductor constituye el límite, de su responsabilidad como tal en caso de o menos elevado de abstracción que se maneja.21
exceso del inducido.1^ Pero ello no obstan a juicio de algún autor, a la posi- Dos criterios principales se han propuesto para superar la inseguridad
bilidad de que concurra además imprudencia (en forma de autoría) por el que supone la situación descrita. Por una parte, se arranca del punto de vista
exceso si éste era previsible.19 Por lo que respecta al error in objecto del concreto, pero requiriéndose sólo la necesidad de la cooperación para la pro-
inducido, se ha considerado como inesencial para el inductor y no como mo- ducción del resultado, sin requerir además que resulte necesaria para las
dalidad de aberratio ictus. 19 modalidades de la acción.22 Por otra parte, se atiende a la escasez de la
5. El CP considera "autor" al inductor, lo que tiene la consecuencia fun- aportación para decidir la calificación de cooperación necesaria o complici-
damental de hacer extensible a éste la penalidad señalada en el tipo de la dad: si la aportación constituye un "bien escaso" para el autor en su situa-
Parte Especial (art. U9 CP; art. 72 Proyecto 1980), cuando el hecho se con- ción concreta, constituirá cooperación necesaria, si no lo es, complicidad.25
rullo, Comentarios I p. 855. Por la punición con carácter general, Rodríguez De- 20
vesa, PG p. 687. Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 851 s. En cambio cfr. Antón
Oneca, PG p. 440.
11 Cfr. nota anterior y SSTS 22 jun. 50 y 27 jun. 67 analizadas por Rodrí- 21
Sobre todo esto, con completa referencia bibliográfica, cfr. Gimbernat
guez Mourullo, loe. cit. Ordeig, Autor y cómplice, pp. 131 ss. El TS acoge una perspectiva preferente-
12 Cfr. Cuello Calón, PG, p. 656; Antón Oneca, PG p. 439; Rodríguez Mou- mente concreta (cfr. ibídem).
rullo, Comentarios I pp. 848 s.); Rodríguez Devesa, PG p. 754; SSTS 3 jul. 45, 22
Así Antón Oneca, PG p. 441; Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 872
26 oct. 57 ("de tal modo que sin ella no se hubiera ejecutado"), 24 nov. 58, 25 y s., distinguiendo más acertadamente entre el "sí" y el "cómo" del hecho»' in-
junio 62, 8 jul. 68, 4 nov. 69, 29 oct. 70. cluyendo en el "sí" del hecho su realización en el "momento histórico concreto"
13 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 848. elegido, que quedaría descartada por su emplazamiento pp. 875).
14 Cfr. Antón Oneca, PG p. 439. 2
3 Así Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice, pp. 152 ss. Cfr. SSTS 29 di-
15 Cfr. Cuello Calón, PG p. 648; Antón Oneca, PG p. 438; Rodríguez Mou- ciembre 69, 21 en. 70, 29 oct. 70, 20 dic. 71, 1 mar. 72, 19 may. 75, 18 nov. 77. En
rullo, Comentarios I p. 856 Rodríguez Devesa, PG p. 754. su Introducción, Gimbernat evita la terminología de los "bienes escasos", cri-
16 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 846, aunque estima que "por ticada por Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 874, y formula su posición más
regla general podrá surgir en estos casos una verdadera autoría mediata". precisamente diciendo que "lo único decisivo es si la aportación ha de conside-
17 Cfr. p. e j . : Antón Oneca, PG p. 426; Rodríguez Devesa, PG p. 762; Ro- rarse, ex ante, como de gran importancia para la ejecución del delito" (p. 145).
dríguez Mourullo, Comentarios I p. 857 (excluyendo las desviaciones inesenciales). Rodríguez Devesa, PG pp. 759 s., propone la fórmula siguiente: "La actividad
i» Cfr. en este sentido Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 859. desplegada por un cooperador en el delito será necesaria ("imprescindible")
19 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 857. cuando ninguno de los que en él tuvo intervención hubiera podido sustituirle".
976 § 64. Inducción y complicidad Adiciones de Derecho español al § 64 977
Ambas posiciones me parecen compatibles porque fundamentalmente literalmente como comprensiva del no actuar, pues "acto" procede del verbo
apuntan a aspectos distintos del problema. Mientras que la primera posición latinó ago de significado inequívocamente activo (término éste del mismo
trata de determinar los aspectos del hecho de los que debe ser condición la origen). Sólo cabría entender que permite la omisión en la medida en que se
cooperación (responde a la cuestión: ¿para qué debe ser necesaria la coope- acepte que también toda omisión tiene lugar mediante un comportamiento
ración?), la segunda posición ofrece un criterio para decidir cuándo la mis- socialmente positivo distinto al esperado, comportamiento que en general es
ma debe considerarse condición del hecho (responde a la cuestión: ¿qué se físicamente activo.2* Pero no siempre lo es, en cuyo caso la única solución
entiende por necesidad de la cooperación?). La solución del problema debe satisfactoria requeriría una interpretación extensiva del término "acto" en
combinar aspectos acertados existentes en las dos posiciones. La primera el sentido de comportamiento socialmente positivo. De ahí que resulte prefe-
acierta al distinguir entre el "si" y el "cómo" del hecho (mejor que entre el rible la expresa solución legislativa de la cuestión, como advirtió el Antepro-
"resultado" y las "modalidades de la acción", que sólo apunta a los delitos yecto de CP 1979, camino que, sin embargo, ha abandonado el Proyecto 1980.
de resultado), pero a condición de que se entienda por el "si" del hecho la b) En cuanto al momento de la participación, según la distinción pro-
realización de los elementos (el "hecho" como tipo) dentro del tiempo en que puesta en Adiciones al % 68 I í, la cooperación necesaria del art. Ib, 3." CP
persiste (y no ha sido abandonada entre tanto) la resolución criminal origi- debe tener lugar en la fase preparatoria o, si es simultánea a la ejecución
naria, y se incluyan en el "cómo" sólo aquellas circunstancias ejecutivas irre- del hecho, no ha de constituir una parte esencial del plan global de realiza-
levantes para la individualización del tipo. Así, p. ej., aun existiendo otras ción del mismo, pues de otro modo daría lugar a la auténtica coautoría del
armas que permitirían un "homicidio", la aportación de veneno puede resul- artículo Ib, 1-° CP. La cooperación necesaria durante la fase ejecutiva será,
tar necesaria para el "si" del asesinato, aunque verse sobre las modalidades pues, excepcional, ya que su carácter necesario la erigirá, en principio, en
de la acción; en cambio, la aportación de un arma que no variase la califi- coautoría en sentido estricto.^ En cambio, no existe ninguna dificultad para
cación de asesinato que determinarían también las demás armas utilizables que la "complicidad" del art. 16 CP pueda prestarse tanto mediante actos
por el autor, no sería necesaria para este delito. La segunda posición tiene anteriores (preparatorios) como simultáneos, según expresamente prevé la
razón al situar el punto de mira ex ante, porque nunca podrá saberse con ley. Se admite generalmente que la promesa de favorecimiento posterior a la
seguridad si luego el autor hubiera podido o no cometer el delito sin la coo- consumación cuando es hecha con anterioridad al delito constituye también
peración. En cuanto al criterio de la "escasez", es útil para auxiliar a decidir cooperación y no encubrimiento.29
si la aportación se presentaba (ex ante) ante los ojos del espectador objetivo, c) En nuestro país no se ha debatido como en Alemania la cuestión de si
atendido el plan del autor, como condicio sine qua non de la realización del es o no precisa la relación de causalidad entre la cooperación y el delito co-
tipo, pero lo decisivo es en cualquier caso, según impone la fórmula del ar- metido. La doctrina y el TS parecen convenir en que no es precisa una propia
tículo Ib, S.°, la constatación (por aquél o por otro medio) de que ex ante causalidad condicionante del resultado, sino que basta para la cooperación un
apareciera la cooperación como necesaria. favorecimiento eficaz del hecho.29 El TS excluye la complicidad cuando la
2. a) Ni el art. Ib, S.°, 16 CP precisan los medios por los que pueden te- ayuda no refleja su eficiencia en el hecho.** Todo depende, claro está, del con-
ner lugar los actos de cooperación. Se discute si tiene cabida en ésta la de cepto de causalidad que se maneje. Si se considera suficiente, como hace él
naturaleza psiquica (o moral) o sólo la material,24 y si puede tener lugar por texto, la "causalidad fortalecedora", consistente en él mero facilitamiento
omisión o únicamente por actos positivos.25 Ambas cuestiones dependen de la de la producción del resultado, las diferencias reales entre él planteamien-
interpretación que se dé al término "acto" empleado por la ley para referirse to de Jescheck y la opinión española reseñada se diluyen.
a la cooperación. Político-criminalmente es preferible la interpretación am- d) A diferencia de lo que sucede con relación a la cooperación necesaria,
plia. Gramaticalmente la misma no plantea problemas en orden a la inclusión el TS no ha admitido la punición de la complicidad culposa, exigiendo por el
de la cooperación psíquica, puesto que ésta también tiene lugar por los actos contrario constantemente la concurrencia de dolo (SS 15 abr. 1889,19 febr.
físicos que le sirven de vehículo (el consejo o el asesoramiento suponer por 1935, 19 oct. 19bS, 10 mayo 1968).zx Tanto la exigencia de doble dolo como
lo menos el acto de hablar y con frecuencia muchos otros, como el de acudir
a una entrevista en un determinado lugar). Más difícil es admitir la coope- 26
ración por omisión. No es cierto que la palabra "acto" pueda interpretarse Cfr. Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito, pp. 37 s.
27 Cfr. Roxin, Libro-homenaje a Jiménez de Asúa, p . 66. Pero no cabe
destacar la posibilidad de cooperación necesaria durante la ejecución que no
llegue a constituir parte esencial del plan: piénsese en el supuesto de coopera-
E n sentido crítico, con razón, por la limitación a la posibilidad de sustitución por ciones marginales prestadas lejos del lugar de ejecución del plan, pero duran-
los que intervienen en el hecho Rodríguez Mourullo, Comentarios I p . 875 n.° 20. te la misma, que no obstante su carácter secundario el autor pone como con-
24 E n contra Antón Oneca, P G pp. 439 s. A favor Rodríguez Mourullo, Co- dición de su actuación criminal.
mentarios I pp. 879, 894; Ferrer Sama, Comentarios I I p . 59; SSTS 30 en. 45, 28
Cfr. Antón Oneca, P G p . 445; Rodríguez Mourullo, Comentarios I p . 891;
17 oct. 61, 22 mar. 66, 8 febr. 64. Ferrer Sama, Comentarios I I p . 333.
25 A favor Córdoba Roda, Notas I I p . 345; Quintano Ripollés, Comentarios 29 Cfr. Gimbemat Ordeig, Autor y cómplice pp. 170 ss., 209, 211; Rodrí-
páginas 267, 275; Rodríguez Mourullo, Comentarios pp. 879, 892 ss., insistiendo guez Mourullo, Comentarios I p . 890; SSTS 3 febr. 45, 7 dic. 54, 15 febr. 63, 13
en la necesidad de posición de garante; SSTS 15 dic. 1881, 22 en. 21, 22 febr. 30; dic. 64, 10 mayo 68, 27 abr. 71, 1 mar. 72.
5 jul. 43, 30 en. 45, 12 febr. 58, 8 febr. 64. Interpreta de otro modo la jurispru- 30 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 890.
dencia Antón Oneca, P G pp. 424 s., alegando a su vez argumentos en contra de 31
Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 895 s., quien pese a enten-
la posibilidad de complicidad por omisión. der que en nuestro Derecho no existe obstáculo alguno para la punición de la
978 § 64. Inducción y complicidad Adiciones de Derecho español al § 64 979

la suficiencia del dolo eventual se comparten en nuestro país, aunque debe VI. La participación necesaria
subrayarse que para el dolo requiere la jurisprudencia el conocimiento del
carácter delictivo, sin el cual la participación se estima impune (SSTS 18 Esta doctrina ha encontrado cierta acogida en la doctrina española. Ro-
febrero 1968, 28 jun. 1968) .32 dríguez Devesa admite que en los delitos de encuentro queda fuera del
8. También en el CP es necesaria la consumación o inicio de ejecución círculo de los posibles autores el partícipe necesario en cuyo beneficio se
(tentativa) del hecho para el cual se presta la cooperación. Así se despren- establece el tipo penal; en los demás casos la impunidad o punición del par-
de de la interpretación del término "hecho" que la doctrina coincide en tícipe necesario depende, a su juicio, de la interpretación del tipo de que
proponer para la inducción y que utiliza la ley también para la cooperación se trate. Así, en la bigamia admite la impunidad para el cónyuge no ca-
necesaria y la complicidad (cfr. supra, Adiciones a este § 6U II 8). sado anteriormente si no excede de su papel — si instiga responderá por in-
U. lia penalidad correspondiente al cooperador necesario es la señalada ducción—, y para el sacerdote que autoriza la unión en todo caso." Real-
al autor, equiparación ésta cuya consecución constituye la razón fundamen- mente, de la sola falta de mención legal del partícipe necesario lo único que
tal de que el CP le "considere" autor. Al cómplice se le impone la pena cabe deducir, inequívocamente, es que el mismo no puede ser autor del de-
inferior en grado a la del autor (artículo 58; artículo 74 Proyecto 1980). lito, y no necesariamente que no pueda ser castigado como partícipe. Esta
Por pena correspondiente al autor debe entenderse la del delito consumado, última conclusión depende obviamente del significado de la participación
frustrado o intentado en que se haya cooperado, de suerte que también en necesaria en relación con la naturaleza del tipo de que se trate. El plan-
nuestro país procede una doble rebaja de la pena en caso de complicidad en teamiento de la doctrina alemana acogido por Jescheck ofrece una válida
un delito frustrado o intentado. La atenuación es asimismo obligatoria. estructuración general de los distintos supuestos. Debe notarse, sin em-
5. Cfr. supra, Adiciones a este § 64 III 2&), bargo, que por lo que respecta al grupo de casos que el texto contempla su-
pra, VI 2 b), el CP castiga expresamente como delito específico el quebran-
tamiento de condena por parte del propio sujeto a ella, y no sólo el favore-
V. Concurso de varias formas de intervención
cimiento por otra persona para que aquél se sustraiga al cumplimiento de
1. Existe división de opiniones en España acerca de la participación en la condena (art. 884. CP; art. 518 Proyecto 1980).
cadena. Sobre la inducción a la inducción, cfr. supra, Adiciones a este § 64
II 2&). Respecto a los supuestos de complicidad con la inducción, complici-
dad con la cooperación necesaria y complicidad con la complicidad, Gim- § 65 Tentativa de inducción al delito y otras fases anteriores
bernat mantiene acertadamente la solución del texto: en todos los casos a la intervención
complicidad con el hecho principal.*9 En cambio, Córdoba parece partida-
rio de que cada eslabón determine, en su caso, una rebaja de pena (así, en Blei, Anmerkung zu BGH 10, 388, NJW 1958, 30; Borker, Zur Bedeutung
la complicidad con la complicidad) ,84 Por último, no faltan quienes se in- besonderer personlicher Eigenschaften bei der versuchten Anstiftung zu einem
clinan en estos casos por la impunidad.96 Verbrechen, J R 1956, 286; J.-D. Busch, Die Teilnahme an der versuchten Anstif-
2. Es aplicable a nuestro Derecho la solución del concurso de leyes con tung, NJW 1959, 1.119; el mismo, Die Strafbarkeit der erfolglosen Teilnahme et-
cétera, tesis, Marburg 1964; R. Busch, Zur Teilnahme an den Handlungen des
arreglo al principio de subsidiariedad que se defiende en el texto con rela- § 49a StGB, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 245; Coenders, Zum neuen
ción a los casos de concurrencia de actos de autoría y participación.96 Strafgesetz, RG-Festgabe, 1929, pág. 266; Dreher, Anmerkung zu BGH 3, 228,
4. Respecto al supuesto de inducción o cooperación a varios hechos me- NJW 1953, 313; el mismo, Grundsátze und Probleme des § 49a StGB, GA 1954,
diante una sola acción, el planteamiento que he expuesto en otro lugar con 11; el mismo, Anmerkung zu BGH 6, 308, MDR 1955, 119; el mismo, Anmerkung
relación a la producción de varios resultados a través de una única con- zu BGH 14, 156, N J W 1960, 1.163; el mismo, Anmerkung zu BGH 24, 38, MDR
ducta37 conduciría a afirmar, también aquí, la presencia de concurso real. 1971, 410; Gallas, Der dogmatische Teil des Alternativentwurfs, ZStW 80 (1968),
página 1; Armin Kaufmann, Anmerkung zu BGH 9, 131, JZ 1956, 606; Kern, Die
Áuperungsdelikte, 1919; Letzgus, Vorstufen der Beteiligung, 1972; Maiwald, Li-
teraturbericht, ZStW 88 (1976), pág. 712; Maurach, Die Problematik der Ver-
brechensverabredung (§ 49a II StGB), JZ 1961, 137; H. Mayer, Teilnahme und
complicidad culposa, cree quizás explicable su negación por la Jurisprudencia Gefangenenmeuterei, JZ 1956, 434; Meister, Zweifelsfragen zur versuchten ,An-
por la escasa gravedad de dicha figura. stiftung, MDR 1956, 16; Otto, Personales Unrecht etc., ZStW 87 (1975), pág. 539;
32 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 895. R. Schmitt, Rücktritt von der Verabredung zu einem Verbrechen, J u S 1961, 25;
33 Cfr. Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice p. 331. En la misma línea
entiende que tanto el inductor del cooperador necesario como el cooperador ne-
cesario del inductor son cooperadores necesarios del hecho principal: p. 332.
Cfr. también Mir Puig, Delito y falta, ADPCP 1973, p. 363. 38 Cfr. Rodríguez Devesa, PG pp. 746 s. Para la bigamia considera coope-
34 Cfr. Córdoba Roda, Notas II p. 367 nota 10. rador necesario punible al cónyuge no casado anteriormente Ferrer Sama, No-
36 Cfr. Del Rosal/Cobo/Rodríguez Mourullo, Derecho penal español (Parte ción y características del delito de bigamia, en ADPCP 1948, p. 468. Mir Puig,
Especial), Delitos contra las personas, Madrid 1962 p. 272. Matrimonios ilegales, ADPCP 1973, p. 468 admite esta posibilidad, pero seña-
86 Cfr. en este sentido Gimbernat Ordeig, Autor y cómplice pp. 305 s. lando que cabe discutir también la posible impunidad en base a la doctrina de
37 Cfr. Mir Puig, Coacciones, RJCat pp. 811 ss. la participación necesaria (nota 109).
980 § 65. Tentativa de inducción al delito I. Fundamentos generales 981
Schroder, Grundprobleme des Rücktritts vom Versuch, J u S 1962, 81 ; el mismo, del merecimiento de pena el fortalecimiento y afirmación de la reso-
Grundprobleme des § 49a StGB, JuS 1967, 289; el mismo, Anmerkung zu BGH lución criminal del presunto autor, que queda vinculado al asunto me-
24, 38, JZ 1971, 563; Vogler, Eine verhangnisvolle Bitte, J u S 1976, 245. diante la vinculación espiritual con los demás intervinientes. 4
Cfr. además la bibliografía de los §§ 61-64.
3. Sistemáticamente constituyen formas de aparición que guar-
I. Fundamentos generales dan parentesco con la participación. Mas como el hecho principal no
se ha cometido en realidad, el desvalor del hecho se limita a un in-
1. El precepto decisivo en relación a la punibilidad de fases previas a justo de la acción que permanece en el ámbito de lo espiritual, apa-
la participación es el § 30. Hasta el año 1974 rigió el § 49a), que había te- reciendo lo objetivo únicamente a través de la expresión de la inten-
nido una historia cambiante. Se introdujo la punibilidad de determinadas ción criminal o del acuerdo con ésta. 5 E n todos los casos — a excep-
fases previas a la participación mediante una ley de 26-2-1876 tras ha-
ción de la inducción fracasada, ajena al sistema, y del ofrecerse no
berse ofrecido el belga Duchesne, con ocasión del conflicto que en Prusia
tenía lugar entre la Iglesia y el Estado, al Arzobispo de París para asesinar seguido de resultado, que se producen más allá dentro de la esfera
a Bismarck mediante el pago de 60.000 francos ("Duchesne-Paragraph").1 previa al delito — el merecimiento de pena del hecho obedece a la
Por obra del Reglamento de 29-5-1943 se extendió la punibilidad al concierto vinculación conspiracional de la resolución criminal a una voluntad
para cometer un delito grave, al hecho de entrar a considerarlo seriamente ajena. La inclusión del § 30 en el capítulo relativo a la participación
y a la complicidad frustrada en un delito también grave, agravando la pe- se justifica por la dependencia de la punibilidad respecto del delito
nalidad.2 La tercera ley de modificación del Derecho Penal de 4-8-1953 ha propuesto, cuya consumación deben querer todos los intervinientes
conferido al § 49a una nueva configuración: la punibilidad de la compli- (accesoriedad hipotética). 6 La limitación de la accesoriedad también
cidad frustrada se suprimió de nuevo y se perfeccionaron los preceptos rige p a r a el § 30, de suerte que, por ejemplo, la inducción intentada
relativos al desestimiento. El nuevo Derecho ha acogido en lo fundamental de un enfermo mental que no cabe reconocer como tal resulta punible.
la reglamentación anterior en los §§ 30 y 31, coincidiendo con los §§ 35,
Sin embargo, no cabe desconocer que también hubiera podido fun-
36 del Pr. 1962, pero en contra de los §§ 32 y 33 del Pr. Alt., que pretendía
dejar impunes incluso en delitos graves la manifestación de estar dispues- damentarse la inclusión en el capítulo referente a la tentativa, 7 ya
tos, la aceptación de ofrecimiento y el concierto. Los casos mencionados que la dependencia característica de la participación respecto del
en último lugar aparecieron como merecedores de pena a los ojos del legis- hecho principal no existe al faltar éste ni, tampoco, puede ser sus-
lador porque "podían surgir vinculaciones muy peligrosas" (así BT-Druck- tituido por una " p u r a accesoriedad hipotética". Se t r a t a , pues, de ac-
sache V/4.095, pág. 13). tos preparatorios punibles por sí mismos, que, no obstante, en su es-
t r u c t u r a — pues constituyen supuestos de conspiración — constituyen
2. Los actos preparatorios del autor individual quedan impunes formas de aparición de la participación (BG 9, 131 [ 1 3 4 ] ; 14, 378
como regla a u n tratándose de los delitos más graves, no empezando [379]).
la punibilidad hasta que el sujeto se pone inmediatamente a realizar 4. P a r a el carácter de delito grave del hecho planeado, lo im-
en vivo (§ 22). El § 30 prevé una excepción a este principio p a r a
ciertos actos preparatorios dirigidos a la comisión de delitos graves 4 Por esta razón, Letzgus, Vorstufen, págs. 141 y ss., propone de lege fe-
que constituyen fases previas a la intervención. E l § 30 I abarca la renda restringir la punibilidad prevista en el § 30 I al supuesto de inducción no
inducción intentada a un delito grave y el § 30 I I otros actos pre- seguida de resultado (se produce el dolo de cometer el hecho, pero falta éste),
en tanto que la inducción fallida (ni siquiera se produce la resolución de come-
paratorios (manifestación de estar dispuesto, aceptación del ofreci- ter el hecho) debería quedar impune (pág. 145). Lo mismo debería regir en orden
miento de otra persona y concierto), que materialmente representan al ofrecerse del § 30 II no seguido de resultado, puesto que, en este caso, tampoco
se produce una resolución de delinquir (págs. 175 y ss.). En sentido crítico, sobre
fases previas a la coautoría, a la inducción o a la complicidad. La ra- esto, Maiwald, Literaturbericht, ZStW 88 (1976), pág. 720. Por el contrario,
zón del castigo que subyace al § 30 radica en la especial peligrosidad Busch, Maurach-Festschrift, pág. 256, piensa de lege ferenda en una regulación
que suponen las vinculaciones conspiracionales que surgen al impli- diferenciada en la Parte Especial en atención a las distintas clases de delito.
5 El § 30 es un delito de expresión en el sentido de Kern, Die Áu|3erungs-
car a otras personas en la resolución de delinquir. 3 E s determinante delikte, págs. 9 y ss.; de ahí que también puedan tener lugar declaraciones me-
diante un comportamiento concluyente.
1 Sobre el origen histórico, cfr. J.-D. Busch, Erfolglose Teilnahme, pági- 6 Así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 619; Dreher, § 30 Anm.
nas 47 y ss. 2; Letzgus, Vorstufen, págs. 219 y ss.; Kohlrausch/Lange, § 49a Anm. II (aun-
2 En contra de esta evolución, ya Coenders, RG-Festgabe, págs. 277 y ss. que estrictamente); Maurach, Allg. Teil, pág. 699; el mismo, JZ 1961, 138; LK
("un precepto de una inquietante inseguridad"), también críticamente para con (Busch), § 49a Anm. 6; Schbnke I Schroder I Cramer, § 30 Anm. 2; Schmidhduser,
el Derecho vigente, en especial, Kohlrausch/Lange, § 49a Anm. II ("expresión de Allg. Teil, pág. 644; Schroder, J u S 1967, 289. Por el contrario, H. Mayer, Lehr-
un espíritu policial"); también Baumann, Allg. Teil, pág. 619; Stratenwerth, buch, pág. 341, siguiendo a Binding, Lehrbuch, t. II 2, págs. 838 y ss., entiende
Allg. Teil I, núm. 921. que concurre un tipo autónomo (agresión a la actitud interna de fidelidad al de-
3 Cfr. Lackner, § 30 Anm. 1; Maurach, Allg. Teil, pág. 594; Schroder, JuS recho de la otra parte).
1967, 289; ampliamente, Letzgus, Vorstufen, págs. 126 y ss. 7 Así Letzgus, Vorstufen, págs. 219 y ss.
II. La inducción intentada (§ 30 I) 983
982 § 65. Tentativa de inducción al delito
Ejemplo: Para la cuestión de si debe estimarse inducción frustrada al
portante no es la situación real, sino la representación, acaso dis- asesinato o al homicidio únicamente importa cómo se ha representado la
crepante, del que actúa, y a que el § 30 h a de abarcar, como la t e n - ejecución del hecho el inductor (§ 30 I) (BGH NJW 1951, 666). Cfr. sobre
tativa, la voluntad contraria a Derecho manifestada (BGH 4, 2 5 4 ; el § 347 de la anterior redacción también BGH 6, 308 (309 y ss.).
BGH N J W 1951, 666 [667] ; B G H GA 1963, 126). También aquí debe
aplicarse el punto de vista abstracto (cfr. supra, § 7 IV 2 ) . 5. En todos los casos del § 30 la pena correspondiente es la pro-
pia de la tentativa del delito preparado, pero, a diferencia del § 23
Sin embargo, se discute la cuestión de cómo debe decidirse el supuesto II y del § 49a, anterior redacción, la atenuación resulta obligatoria.
de que especiales elementos personales (§ 28) conviertan el hecho en delito El § 28 II es de aplicación, de modo que la inducción frustrada de un
grave (por ej., la cualidad de funcionario). 8 Para la cualificación del hecho funcionario a cometer el hecho del § 345 debe castigarse para el no
pretendido la doctrina atiende mayoritariamente a la persona del in-
ductor o de quien admite el ofrecimiento (no a la persona que se pre- cualificado con arreglo a los §§ 239, 30 y 49 I. En el § 28 I (delito de
tende que sea autor), por lo que también aplica el § 28 II a la cuestión de funcionario propio) entra en juego una doble atenuación. Como el
la naturaleza de delito grave del hecho.9 Mas lo correcto es estimar única- § 30 contempla siempre supuestos de tentativa, en caso de falta de
mente un delito grave en el sentido del § 30 en el caso de que los especiales comprensión burda debe aplicarse el § 23 III (§ 30 I 3) (cfr. supra,
elementos personales concurran en la persona que ha de cometer el hecho, § 50 I 5b).
pues no son los autores peligrosos los que pretenden abarcar el § 30, sino
los hechos especialmente graves. Su preparación debe someterse a pena.10 II. La inducción intentada (§ 30 I)
Se sigue de ahí al mismo tiempo que para la fundamentación de la natura-
leza de delito grave del hecho perseguido únicamente pueden considerarse Según el § 30 I se castiga, en primer lugar, la inducción intenta-
aquellos elementos personales que afecten a su contenido material de in- da a un delito grave. En segundo lugar se declara expresamente pu-
justo (por lo tanto no, así, la reincidencia, como pretende RC 32, 267), nible, coincidiendo con la anterior Jurisprudencia y doctrina (cfr. edi-
puesto que sólo en el caso de que el hecho perseguido posea un contenido ción anterior, pág. 534), la inducción frustrada a la inducción a un
de injusto más elevado puede afirmarse la mayor necesidad de protección de delito grave (inducción intentada en cadena), mientras que la in-
la colectividad que justifica la aplicación del § 30.11 La objeción, según la ducción intentada a la complicidad en un delito grave y la complicidad
cual el inductor frustrado debería responder más gravemente según el en la inducción intentada a un delito grave resultan impunes porque
§ 30 que el coautor al que favorezca un especial elemento personal que re- la complicidad intentada tampoco se halla ya penada (BGH 14, 156
bajase el hecho a delito menos grave (por ej., en la tentativa del § 313, que [157]).12* En el § 159 el precepto se extiende a los dos delitos menos
en su párrafo 2 no se halla penada), 12 puede contestarse argumentando
que en un tal caso especial también procedería la impunidad según el § 30 graves de declaración falsa no jurada (§ 153) y falsa promesa emi-
(argumentum a maiore ad minus). tida en lugar de juramento (§ 156). El traspaso de límite represen-
tado por la necesidad de un delito grave se halla justificado por la
específica peligrosidad de estos dos delitos contra la Administración
8 El legislador ha dejado abierta conscientemente esta cuestión regulada
con criterios opuestos en el § 35 III E 1962 y en el § 32 II AE (BT-Drucksache de Justicia. 18
V/4.095, pág. 13); críticamente, sobre esto, Roxin, Einführung, págs. 26 y ss. 1. La acción debe consistir en el ponerse inmediatamente (§ 22)
9 Así Blei, Allg. Teil, pág. 257; Heinitz, Berliner Festschrift, pág. 117;
Kohlrausch/Lange, § 49a Anm. IV 3; Lackner, § 30 Anm. 1; Maurach, Allg. a determinar a otro a la comisión de un delito grave. 14 Lo correcto es
Teil, pág. 702; el mismo, JZ 1961, 141; Schróder, JuS 1967, 292 y ss.; Schónke/ requerir que la declaración haya llegado por lo menos al destinata-
Schroder/Cramer, § 30 Anm. 36; SK (Samson), § 30 Anm. 11; Schmidhauser, rio, pues de lo contrario no se alcanza el mínimo de peligrosidad que
Allg. Teil, pág. 645; Vogler, JuS 1976, 249. Requiere la cualidad de delito en
los hechos de ambos intervinientes, Baumann, Allg. Teil, pág. 620, nota 120. parece necesario para que el hecho merezca ser penado.16 La consu-
10 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 203; LK (Busch), § 49a Anm. 21 y ss.;
J.-D. Busch, Erfolglose Teilnahme, págs. 149 y ss.; Bórker, JR 1956, 286; Dreher, 12a Para la punibilidad de la complicidad con arreglo al § 30, sin embar-
NJW 1953, 313; el mismo, GA 1954, 17; el mismo, MDR 1955, 119; el mismo, § 30 go, Dreher, GA 1954, 17 y.ss.; el mismo, NJW 1960, 1.163 y ss.; LK (Busch),
Anm. 6; Preisendanz, § 30 Anm. 3a; Letzgus, Vorstufen, pág. 205; Meister, MDR § 49a Anm. 37; así como Busch, Maurach-Festschrift, pág. 255.
1956, 16; Niese, JZ 1955, 324; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 915; Welzel, Lehr- 13 BGH 24, 38 negó con razón la punibilidad del inductor con base al § 1¿9,
buch, pág. 118. En el concierto (§ 30 II) basta para la punición de todos los in- cuando la afirmación jurada del autor quede impune como tentativa inidónea,
tervinientes que el hecho constituyera delito para alguno de los conspiradores, pues una resolución de delinquir sólo es peligrosa cuando su realización sería
también así, LK (Busch), § 49a Anm. 32; Dreher, GA 1954, 16; Letzgus, Vor- punible. En distinto sentido, Schróder, JZ 1971, 563; Dreher, MDR 1971, 410.
stufen, págs. 206 y ss. Para Schónke/Schroder/Cramer, § 30 Anm. 36; Schróder, Como aquí, JA 1971, StR 79.
JuS 1967, 292 y ss.; Maurach, JZ 1961, 141, por el contrario, en el concierto del 14 BGH 8, 294 (296) entiende que basta para ello "cualquier actuación".
presunto coautor para el cual el hecho acordado sólo constituyese un delito menos Por el contrario, destaca con razón, H. Mayer, JZ 1956, 435, que debe concurrir
grave, no ha de poder castigarse con arreglo al § 30 II. una tentativa de influjo psíquico, ya que se trata de una tentativa de inducción.
11 Así Gallas, ZStW 80 (1968), pág. 33; Dreher, GA 1954, 16 y ss.; Mau- 15 AsíRG26, 81; 47, 230; Eser, Strafrecht II, núm. 47 A 19; LK (Mezger),
rach, Allg. Teil, pág. 705; Letzgus, Vorstuf en, págs. 205 y ss. 8.* ed., § 49a Anm. 4a; SK (Samson), § 30 Anm. 14; Schmidhduser, Allg. Teil,
12 Así Lackner, § 30 Anm. 1; SK (Samson), § 30 Anm. 11.
984 § 65. Tentativa de inducción al delito
I I I . Comisión de un delito grave (§ 30 I I ) 985
marión de la inducción puede faltar, ya sea porque el sujeto a indu-
cir no adopte la resolución criminal (inducción fracasada), ya sea constituyen todavía concierto (BGH 12, 306 [309]), pero la depen-
porque no ejecute el hecho (inducción no seguida de resultado) ya dencia de la ejecución del hecho respecto de condiciones aún inexis-
porque el mismo se encuentre ya decidido a cometer el hecho (induc- tentes no se oponen a la estimación de un concierto (cfr. sobre la
ción inidónea) (cfr. supra, § 64 III 2c). Si el inducido comete el hecho voluntad condicionada de realizar la acción supra, § 29 III 3e).19
principal, por lo menos en la forma de tentativa punible, resulta apli- Ahora también entra expresamente en el § 30 I el concierto para in-
cable el § 26, ya que la inducción ya no es intentada, sino consumada. ducir a un delito grave, en la medida en la que la acción de inducción
2. El autor debe, además, poseer el doble dolo del inductor, esto deba ser ejecutada en forma de coautoría. En cuanto al grado de de-
terminación del plan criminal, los tribunales, con razón no exigen
es, debe querer determinar a la comisión de un delito grave al sujeto
demasiado. También resulta punible la inducción al concierto para
a inducir y, al mismo tiempo, querer producir la ejecución del hecho
un delito grave.198
principal. También por lo que respecta al grado de determinación
del dolo son aplicables las reglas expuestas para el inductor (cfr. su- Ejemplos: Debe estimarse el § 30 II cuando unos coautores se dirigen
pra, § 64 III 2b). La seriedad de la proposición solamente requiere a la autopista con objeto de perpetrar una agresión sobre un conductor
que el inductor cuente con que el sujeto a inducir la tome en serio.16 (§ 316a) (OLG Kóln NJW 1951, 612), cuando los ladrones no saben todavía
Evidentemente, también él mismo debe querer la ejecución del hecho si van a atracar el parador o la gasolinera (BayObLG NJW 1954, 1.257).
principal. Por ello, el § 30 I deja de resultar aplicable si el hecho so- En un sentido excesivamente estricto, OLG Hamburg MDR 1948, 368
lamente puede ser cometido conjuntamente con el sujeto al que se ("algún lugar de Hamburg" no bastaría para el concierto a una extorsión).
propone y éste no ha tomado en serio la proposición (BGH 18, 160). 2. La aceptación del ofrecimiento significa que el autor se manifiesta de
acuerdo mediante su asentimiento con el ofrecimiento de otra persona a
cometer un determinado delito grave o a inducir al mismo. Su específica
III. Concierto, aceptación del ofrecimiento y manifestación de estar cooperación consiste en el hecho de que mediante la aceptación fortalece
dispuesto a la comisión de un delito grave (§30 II) la resolución criminal del que se ofrece (complicidad típica no seguida
Según el § 30 II se hallan también conminados con pena ciertos de resultado).20 Si causa el mismo la resolución delictiva concurrirá induc-
ción no seguida de resultado según el § 30 I. No debe compartirse la opinión
actos preparatorios que constituyen fases previas a la coautoría, a la según la cual únicamente debe haberse expresado seriamente la manifes-
inducción y a la complicidad. tación de aceptación, y no el ofrecimiento, pues solamente una voluntad
1. Es importante en la práctica, y sobre todo en alto grado mere- decidida bajo la condición de la aceptación encierra el peligro que justifica
cedor de pena, el concierto para cometer un delito grave; se prevé, la pena prevista para el aceptante (en distinto sentido, BGH 10, 388).21
en especial, en el terrorismo, en el robo y en otros delitos violentos, en Para la declaración de aceptación basta que el aceptante cuente con que el
particular en los previstos en los §§ 239a, 239b, 316c. En el hurto otro ejecutará el hecho en virtud de la declaración.
grave (§§ 243, 244) resulta frecuente, pero no es punible. Al menos 3. El legislador, al extendido al máximo la punición en el supuesto del
dos personas se ponen de acuerdo seriamente para cometer como co- manifestarse dispuesto: aquí no se atiende ya al peligro de que otro pueda
autores una acción penada como delito grave. 17 El concierto coincide, cometer un delito grave a consecuencia de la declaración del autor, sino ya
pues, con la resolución de cometer el hecho en común en el sentido la seria (BGH 6, 346 [347]) exteriorizarían de la propia disposición a co-
meterlo, y que no obstante ha de trascender a alguien de cuyo asentimiento
del § 25 II (cfr. supra, § 63 II l). 1 8 Los meros contactos previos no hace depender el autor la ejecución del delito grave. El ofrecimiento debe
manifestarse a una persona que ha de aceptarlo. El manifestarse dispuesto
página 647, nota 43; Schroder, J u S 1967, 290; SK (Samson), § 30 Anm. 14; Stra- puede también tener lugar mediante la aceptación por parte del manifes-
tenwerth, Allg. Teil I, núm. 917. La opinión contraria según la cual la declara-
ción no precisa ni siquiera haber llegado a poder del destinatario, la sustentan
BGH 8, 261; Lackner, § 30 Anm. 2a; Maurach, Allg. Teil, pág. 700; Blei, Allg. 19 Cfr. Maurach, JZ 1961, 139; Schroder, JuS 1967, 291; R. Schmitt, J u S
Teil, pág. 257; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 202; Dreher, § 30 Anm. 9; el mismo, 1961, 25.
GA 1954, 14; LK (Busch), § 49a Anm. 16; Preisendanz, § 30 Anm. 3d. 19a Así Schonke/Schroder/Cramer, § 30 Anm. 5 1 ; en contra, Maurach JZ
16 Cfr. Schroder, J u S 1967, 292, así como también Letzgus, Vorstufen, pá- 1951, 143.
ginas 182 y ss, con más bibliografía en la nota 289. 20 Así Dreher, GA 1954, 18; LK (Busch), § 49a Anm. 36; Blei, Allg. Teil,
17 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 622; Dreher, GA 1954, 14; Kohlrausch/ página 258. De otra opinión, la doc. dom.; cfr. Letzgus, Vorstufen, págs. 97 y ss.,
Lange, § 49a Anm. V 1; Lackner, § 30 Anm. 3; LK (Busch), § 49a Anm. 3 1 ; con bibliografía; SK (Samson), § 30 Anm. 22.
Maurach, Allg. Teil, pág. 705; Schonke/Schroder/Cramer, § 30 Anm. 18; Letz- 21 Como el texto RG 57, 243 (245); Blei, NJW 1958, 30; Kohlrausch/Lan-
gus, Vorstufen, pág. 110; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 644; OLG Hamm NJW ge, § 49a Anm. V 3; Letzgus, Vorstufen, págs. 184 y ss.; Schmidhauser, Allg.
1959, 1.237. La sentencia divergente RG 58, 392 (393) se halla superada. Teil, pág. 646. Pero en contra, Lackner, § 30 Anm. 3 ; Maurach, Allg. Teil, pági-
18 Sobre la estructura del concierto, cfr. en particular Letzgus, Vorstufen, na 706; Dreher, § 30 Anm. 11; Otto, ZStW 87 (1975), pág. 569, nota 105; Preisen-
danz, § 30 Anm. 4b; Schonke/Schroder/Cramer, § 30 Anm. 17. Críticamente, so-
páginas 105 y ss. bre esto, LK (Busch), § 49a Anm. 35.

19. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


986 § 65. Tentativa de inducción al delito Adiciones de Derecho español al § 65 987
tante de la proposición de otro a cometer el hecho. Si el manifestante es rio y serio de impedirlo, si el hecho se omite sin la cooperación del que de-
inducido por el otro no se precisa ni siquiera la trascendencia de la mani- siste (el intento de inducción fracasa sin que él lo sepa) o cuando se comete
festación.22 Este supuesto comprende al autor presunto en el caso de independientemente de su comportamiento precedente (el sujeto a inducir
inducción no seguida de resultado. El nuevo Derecho considera suficiente ya se hallaba resuelto a cometer el hecho). 28
expresamente la manifestación de estar dispuesto a una inducción.
V. La subsidiariedad del § 30
IV. El desistimiento de la tentativa de intervención (§ 31)
La punibilidad con arreglo al § 30 es subsidiaria, ya que se re-
1. La disposición relativa al desistimiento prevista por el § 24 fiere a fases previas a la participación (cfr. infra, § 69 I I 2b). El
sólo resulta aplicable a la tentativa en el sentido del § 22. 28 P o r ello, precepto deja de ser aplicable en cuanto el delito grave planeado se
p a r a el desistimiento de las fases previas a la intervención el legis- ejecute por lo menos en grado de tentativa. 2 9 Esto vale también p a r a
lador h a previsto disposiciones especiales en el § 31 (BGH 15, 198). el caso de que la ejecución del hecho llegue más allá de lo previsto en
El desistimiento debe ser siempre voluntario (BGH 12, 306 [308 y ss., el plan delictivo, pero no cuando el hecho ejecutado resulta por com-
311] **) (cfr. supra, § 5 1 I I I 2 ) . Si el autor del delito planeado desiste pleto distinto o de menor gravedad que el planeado. E n el último caso
luego voluntariamente de la tentativa según el § 24, no vuelve a sur- mencionado debe estimarse concurso ideal con el § 30. 80 También
g i r la punibilidad prevista en el § 30, puesto que ya no concurre nin- existe concurso ideal cuando la tentativa de inducción constituye al
gún acto preparatorio no seguido de resultado cuando ha tenido lugar mismo tiempo otro hecho punible (BGH 6, 308 [311]).
u n a tentativa punible (BGH 14, 378) * (cfr. infra, § 69 I I I 1). E s t a
misma consecuencia deberá admitirse también cuando el hecho que Ejemplos: El § 30 deja de resultar aplicable cuando el robo al que se
instigó llega a cometerse en realidad, aunque en lugar del que se propuso
se intentó resulte menos grave que el planeado, puesto que la impuni-
sin éxito se haya producido otro distinto (BGH 8, 38). La inducción a
dad del hecho h a de comprender también la impunidad de la partici- un perjurio no seguida de resultado se encuentra, en cambio, en concurso
pación y de las fases previas a la misma como formas menos impor- ideal con inducción con falso testimonio sin juramento en caso de que,
tantes de injusto de la acción. 26 contra lo que se esperaba, no se tome juramento al testigo (BGH 9, 131
[134] que se aparta de BGH 1, 131 [135]). La punibilidad por concierto
2. El § 31 está pensado para los distintos casos de participación no se- para cometer un delito grave (§ 30 II) no resurge cuando los intervinientes
guida de resultado. El nuevo Derecho ha eliminado dudas y ha mejorado en el complot desisten de la tentativa con arreglo al § 24 II (BGH 14, 378)
la regulación del desistimiento (cfr. posición anterior, pág. 536). En la (cfr. supra, § 65 IV 1).
tentativa de inducción basta de suyo el abandono de la incidencia en la
otra persona; pero tan pronto como exista el peligro (a juzgar subjetiva- * * *
mente por el inductor) de que el inducido cometa el hecho, el inductor ha
de conjurar este peligro (§ 31, I núm. I). 2 7 Para el desistimiento de la I. Generalidades
manifestación de estar dispuesto el número 2 requiere que el autor aban-
done su propósito de forma perceptible externamente, por ej., mediante 1. La historia de los Códigos penales españoles se manifiesta fluctuante
revocación ante el receptor de la manifestación. Para el desistimiento del en torno a la punición general de actos anteriores al comienzo de la ejecu-
concierto y de la aceptación del ofrecimiento es preciso, según el número ción de los hechos penados en la Parte Especial. Del mismo modo que las
tercero, impedir el hecho. Con arreglo al § 31 II basta el esfuerzo volunta- sucesivas versiones de CP han respondido a cambios políticos de signo
opuesto al que inspiró en cada caso la precedente, en cada una de tales re-
formas se ha invertido el tratamiento dado anteriormente a los llamados
22 Schroder, JuS 1967, 291. Por el contrario, LK (Busch), § 49a Anra. 34 y "actos preparatorios punibles". Se ha podido decir expresivamente que la
Maurach, Allg. Teil, pág. 705, propone renunciar también en el primer caso a la
trascendencia, mientras que Letzgus, Vorstufen, págs. 90, 92; Dreher, § 30 Anm. posición adoptada por cada uno de los Códigos españoles ante el problema
10; Schonke/Schroder/Camer, § 30 Anm. 16, que en ambos casos requieren la
trascendencia. 28 Cfr. sobre esto, con más detalle, SK (Samson), § 31 Anm. 14 y ss/
23 Cfr. Schroder, JuS 1962, 85. 29 BGH 14, 378 (379); Baumann, Allg. Teil, pág. 623; Maurach, JZ 1961,
24 Cfr. sobre esto, críticamente, R. Schmitt, JuS 1961, 25 y ss. 145; Blei, Allg. Teil, pág. 257; Schroder, JuS 1967, 294 y ss.; Schonke/Schroder/
25 Así, también, Baumann, Allg. Teil, pág. 623; Lackner, § 31 Anm. 3; LK Cramer, § 30 Anm. 5.
(Busch), § 49a Anm. 11; Maurach, JZ 1961, 145; Schonke/Schroder/Cramer, 30 También así, hoy, el BGH y la doc. dom.; cfr. BGH 9, 131 (apartándose
§ 30 Anm. 7. Pero en contra, Dreher, § 31 Anm. 8. de BGH 1, 131), con anot. aprobatoria de Armin Kaufmann, JZ 1956, 607; Bau-
26 También así, Schonke/Schroder/Cramer, § 30 Anm. 7; Schmidhduser, mann, Allg. Teil, pág. 623; Dreher, § 30 Anm. 16; Preisendanz, § 30 Anm. 5b;
Allg. Teil, pág. 648. Mantienen la posición contraria, Maurach, JZ 1961, 146; LK (Busch), § 49a Anm. 10 y ss.; Letzgus, Vorstufen, págs. 63 y ss.; Maurach,
LK (Busch), § 49a Anm. 11; Dreher, § 30 Anm. 16. Allg. Teil, pág. 706; Schroder, JuS 1967, 294; Schonke/Schroder/Cramer, § 30
27 Cfr. sobre esto, con más detalle, SK (Samson), § 31 Anm. 7 y ss., so- Anm. 6. Contemplan exclusivamente la inducción no seguida de resultado, Kohl-
bre la cuestión del error del inductor acerca de la existencia de peligro, Anm. 11. rausch/Lange, § 49a Anm. IV y la abandona, sentencia BGH 1, 131.
§ 65. Tentativa de inducción al delito Adiciones de Derecho español al § 65 989
988
sión de un "delito", término éste que equivale en el uso del CP a "hecho anti-
de si deben castigarse o no con carácter general dichos actos preparatorios
jurídico" y no requiere la culpabilidad del autor."1 Bastará, pues, que la pro-
constituye el termómetro que mide el calor de las convicciones liberales.1
posición o provocación tengan lugar respecto a un hecho antijurídico, aunque
En efecto: los Códigos más autoritarios han castigado de modo general la
recaigan sobre un inimputable* Esto mismo valdrá para la conspiración,9
conspiración, la proposición (1850) y, además, la provocación para delin-
aunque la misma se entienda como forma de coautoría anticipada en la que
quir (1928, l9Uk)? mientras que los más liberales han limitado la punición
no caben supuestos de participación accesoria.
de estas figuras a ciertos casos expresamente determinados en la Parte Es-
U. En el CP vigente es preciso que la conspiración, la proposición y la
pecial (1848, 1870, 1982, Proyecto 1980). No obstante, el Proyecto 1980
provocación se refieran a la comisión de un "delito". No es preciso, pues, que
añade la definición de la "apología del delito", aunque también como pu-
se trate de un "delito grave" como en Alemania, pero sí que no constituya
nible únicamente en los casos expresamente previstos por la Ley. Tal figura
únicamente una "falta". Así se desprende de la declaración del art. 5, según
resulta recusable por adelantar las barreras de la punición al terreno de
la cual las faltas sólo se castigan cuando son consumadas, salvo las frustra-
la expresión de la propia opinión. Por otra parte, deberían unificarse las
das contra las personas o la propiedad.10 El problema deja de tener impor-
figuras de proposición y provocación.
tancia en el Proyecto 1980, pues según éste la ley debe decir expresamente
2. También en España son en principio impunes los actos preparatorios. respecto a qué delitos resultan punibles actos preparatorios.
Asimismo, existe, sin embargo, la excepción de los llamados "actos preparato-
Existe acuerdo en negar la necesidad de que el sujeto sepa que el hecho
rios punibles":8 la conspiración, la proposición y la provocación para delin-
proyectado constituye "delito" y no "falta", pero no en cuanto a la necesidad
quir, que desde 19UU son punibles con carácter general (arts. 8 y U) CP). El
o no de la conciencia de la antijuricidad del hecho.11 Habida cuenta de que,
Proyecto de 1980 (art. 22) vuelve, como se ha visto, a limitar la punición de
como se ha visto, el "delito" propuesto sólo requiere el injusto y no la culpa-
estas figuras, a las que se añade la "apología del delito", a los casos especial-
bilidad, la solución depende del lugar sistemático que se conceda al error de
mente determinadas por la ley.4 Como en Alemania, también la doctrina es-
prohibición. Sólo podrá matenerse la necesidad de conciencia de la lesividad
pañola ha visto en los actos preparatorios punibles formas previas a la inter-
jurídica del hecho si la misma se considera presupuesto del injusto.**
vención de varias personas en el hecho.5 El fundamento del castigo de dichas
También discute la doctrina si el "delito" planeado debe ser viable o pue-
figuras se contempla igualmente desde el prisma de la mayor peligrosidad
de ser de imposible ejecución (así, conspiración a un delito imposible).1* En
que supone la implicación de otras personas en la resolución crimonal* No
sentido negativo se resuelve la cuestión de si caben los actos preparatorios pu-
se castigan, en cambio, en Derecho español el manifestarse dispuesto ni la
nibles con relación a hechos de participación (conspiración para inducir) o
aceptación de la proposición de delinquir.
a otros actos preparatorios punibles (conspiración para conspirar).u
8. El parentesco existente entre los actos preparatorios punibles y las
formas de codelincuencia ha de manifestarse también en nuestro país exi- En cuanto a la problemática discutida por el texto de hechos cuya califi-
giendo éstas la sumisión al principio de accesoriedad limitada respecto del cación de "delito" depende de características altamente personales, se plantea
delito a cometer (como accesoriedad hipotética, claro está, no como exigencia en España en términos que dependen de la posición que se sustente acerca
de realización del hecho proyectado). Ello se desprende del propio texto del tratamiento de tales elementos personales (así, el planteamiento del texto
legal, que refiere la conspiración, la proposición y la provocación a la comi- sería válido para la doctrina tradicional que admite la ruptura del título de
imputación y califica el hecho para cada interviniente según sus personales
1 cualidades: cfr. supra Adiciones al § 61 VII 8).
La frase es de Jiménez de Asúa, La ley y el delito, 2.a ed., Buenos Aires,
1954, p. 502.
2 En éste se agravó además el rigor penal para con los actos preparatorios 7 Cfr. Mir Puig, Delito y falta, ADPCP 1973, pp. 320 ss.
punibles al elevarse su punición y equipararse a la de la tentativa (art. 52): cfr. 8 También así, por lo menos para la provocación, Rodríguez Mourullo, Co-
Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 64. mentarios I pp. 174 s. y 188.
3 Se apartan de esta terminología ampliamente dominante Jiménez de Asúa, 9 En cambio, Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 156 s. considera que
La Ley y el delito p. 500, y Rodríguez Devesa, PG p. 724, que hablan de "formas la conspiración requiere la culpabilidad de los conspiradores, de suerte que no
de resolución manifestada". En contra con razón Rodríguez Mourullo, La punición cabría conspirar con un inimputable. En contra, y de acuerdo con el texto acep-
de los actos preparatorios en 1968, p. 278 en ADPCP. tando mi tesis de que el "delito" al que se refiere la conspiración significa "tipo
* Favorable a esta solución un importante sector doctrinal. Por todos cfr. de injusto" y no requiere la "culpabilidad", Cuello Contreras, Conspiración p. 59,
Rodríguez Mourullo, Actos preparatorios, ADPCP 1968, pp. 283 ss. citando a favor la STS 19 abril 65.
5 Cfr. Mir Puig, Delito y falta en ADPCP 1973, pp. 363 s.; Córdoba Roda, w Cfr. en este sentido Rodríguez Mourullo, Actos preparatorios, ADPCP
Notas II p. 362; Quintano Ripollés, Comentarios p. 60; Rodríguez Mourullo, Co- 1968, p. 277 Nota 2; Cuello Contreras, Conspiración p. 88.
11
mentarios I pp. 151, 154, 168, 181; Cuello Contreras, La conspiración para come- La considera necesaria Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 156 s.; en
ter el delito, Barcelona, 1978, p. 19. contra Cuello Contreras, Conspiración pp. 133 ss.
6 Cfr. a partir de la teoría de la motivación de la norma penal como medio 12 Así Mir Puig, Función de la pena y teoría del delito pp. 55 ss.
13
de protección de la Sociedad, Cuello Contreras, Conspiración, pp. 16 ss. Antón En sentido afirmativo Cuello Contreras, Conspiración pp. 111 s.; en contra
Oneca, PG p. 404, escribe: "La conspiración, la proposición y la provocación tie- Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 154 ss.
nen de común su finalidad captadora de voluntades." También Rodríguez Mouru- i* Cfr. Mir Puig, Delito y falta, ADPCP 1973, p. 374; Cuello Contreras,
llo, Comentarios I p. p. 154. Conspiración pp. 93 ss. y 99.
990 § 65. Tentativa de inducción al delito Adiciones de Derecho español, al § 65 991
5. La pena señalada por el art. 52 III CP a los actos preparatorios puni- ponente esté resuelto a ejecutar materialmente y se limite a invitar a otro a
bles es la misma que la asignada a la tentativa: la pena inferior en uno o dos tomar parte con él en la ejecución, la provocación supone que el provocador
grados a la del delito consumado. no desea intervenir en la ejecución.18 Por otra parte, se apela al sentido
histórico del concepto de provocación, que en 1870 y 1932 se refería única-
11. ha conspiración mente a la incitación mediante la imprenta, el grabado u otro medio de publi-
Según el art. U 1 CP, "la conspiración existe cuando dos o más personas cación, para proponer la siguiente diferenciación: la provocación debe diri-
se conciertan para la ejecución de un delito y resuelven ejecutarlo". La mis- girse a una masa indeterminada de sujetos, "arrojándose la idea como
ma definición se mantiene en el Proyecto 1980. Dos concepciones de esta semilla a voleo sobre la multitud", mientras que la proposición, habrá de
figura se proponen en la doctrina. Un sector la concibe como "coautoría an- referirse a un sujeto o sujetos determinados y constituirá inducción no se-
ticipada", requiriendo que los conspiradores resuelvan ejecutar todos ellos el guida de la ejecución del delito.19 Por último, un sector doctrinal intenta la
delito como coautores — como sostiene el texto para la forma de conspiración diferenciación en base al distinto significado de los verbos "invitar" e "inci-
prevista en el § 30 StGB, cfr. supra § 56 III 1 —M Otra opinión entiende, tar" empleados respectivamente para la proposición y la provocación, consi-
por el contrario, que no es precisa en el conspirador la resolución de contri- derándose en parte que el segundo verbo requiere mayor intensidad.20
buir a la ejecución del delito como coautor, sino que basta que influyan Me inclino por combinar los puntos de vista de la segunda y tercera teo-
decisivamente en la adopción de la resolución de que se ejecute un delito, rías. El origen histórico del concepto de provocación es inequívoco y su am-
aunque sea por parte de otro u otros.15 La primera interpretación es la única pliación en el CP vigente se explica suficientemente por la voluntad de abar-
que se ajusta a la letra de la ley, que no se contenta con la resolución de que car a todo medio de provocación general que pudiera tener una eficacia
se ejecute un delito, sino que requiere que sean los conspiradores quienes comparable a la que tiene lugar por los medios expresamente enumerados
resuelvan ejecutarlo. Ahora bien, si se admite como nosotros que la coautoría (así la radio y ahora la televisión) . 21 En el texto legal resultante es evidente,
no requiere la práctica de actos típicos en sentido estricto, sino sólo el tomar además, que, mientras la proposición se refiere a una o varias personas deter-
parte en la ejecución del plan global con actos esenciales al mismo (cfr. supra, minadas, no se requiere para la provocación relación personal alguna.22 Este
Adiciones al § 63 I), no sólo deberán considerarse conspiradores los que se carácter general de la provocación explicaría que la ley requiera en ella ma-
reserven actos consumativos.16 yor intensidad ("incitar" con "medios de posible eficacia") que en la propo-
sición, lo que podría interpretarse como voluntad de compensar la mayor
Las consecuencias fundamentales de la esencia de la conspiración como
distancia entre el provocador y el destinatario.2®
"coautoría anticipada" son: a) sólo pueden conspirar quienes reúnan las
condiciones necesarias para ser autores del delito proyectado; b) la resolu- Por otra parte, la proposición no requiere, como entiende la primera
ción de ejecutar el hecho debe constituir una decisión firme de ser coautor teoría expuesta, que el proponente se halle resuelto a "ejecutar" el hecho,
de un delito concreto — sin el cual no podría determinarse la pena inferior sino sólo a "cometer" un delito. Y del art. U9 CP se desprende que "cometen"
en grado que señala la ley.11 el delito todos los "autores" con arreglo a la terminología legal, esto es:
tanto quienes ejecutan el hecho como los inductores y los cooperadores nece-
III. Proposición y provocación sarios. Cabe, pues, entender que la inducción no seguida de ejecución se con-
templa en la proposición.
El art. 4 II define como sigue la proposición: "La proposición existe El art. U II CP no ha excluido esta posibilidad (como hubiera podido
cuando el que ha resuelto cometer un delito invita a otra u otras personas a fácilmente) requiriendo que el proponente invite a "tomar parte en la ejecu-
ejecutarlo". La provocación se configura por el art. U III en los términos si- ción", sino que más bien lo primero que sugiere la expresión "invita a otra
guientes: "La provocación existe cuando se incita de palabra, por escrito o u otras personas a ejecutarlo" (y más aún la fórmula de 1932 "propone su
impreso, u otro medio de posible eficacia, a la perpetración de cualquier deli- ejecución a otra u otras personas") es que se propone a otro que él ejecute
to. Si a la provocación hubiere seguido la perpetración del delito, se castigará
el delito.
como inducción."
Se trata de dos figuras próximas cuyos contornos no se hallan suficiente-
mente diferenciados. Tres criterios se han propuesto para distinguirlas. i» Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 180; Rodríguez Devesa, PG
Por una parte, se entiende que mientras la proposición requiere que el pro- página 724; Ferrer Sama, Comentarios I pp. 87 s.
19 Así Antón Oneca, PG pp. 405 s.
14 20 Cfr. Quintano, Comentarios p. 59; Luzón Domingo, Derecho Penal del
Cfr. así Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 151 s.; Gimbernat Ordeig,
Autor y cómplice, pp. 165 s., e Introducción p. 107. Tribunal Supremo, Barcelona, 1964 II p. 33.
15 Cfr. en este sentido Cuello Contreras, Conspiración pp. 39 ss. y 125 ss., 21 Cfr. en este sentido Antón Oneca, PG p. 405.
22
concibiendo la conspiración como "inducción mutua" y no como "coautoría antici- Lo reconoce el propio Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 182. Cfr.
pada": cfr. loe. cit., pp. 151 ss., 161. También en esta línea Quintero, Comentarios también Cuello Contreras, Conspiración p. 153: "El que provoca no ha de conocer
(2.' ed.), p. 58; STS 7 mayo 75. siquiera al provocado."
16 23 Escribe Cuello Contreras, Conspiración p. 153, respecto a la provocación:
Podría ser entonces correcta la STS 5 jul. 48.
17 "Preferible es hablar de un peligro abstracto de ejecución de delitos, apareciendo
Cfr. sobre estas consecuencias Rodríguez Mourullo, Comentarios I, pá-
ginas 152 ss.; Ferrer Sama, Comentarios I p. 82. el peligro más lejano que en los casos de la conspiración y proposición."
992 § 65. Tentativa de inducción al delito
La proposición puede cobijar, pues, ante todo la inducción frustrada. Se
evita así una importante laguna legal, pues de otro modo aquélla debería
quedar impune, pese a constituir el acto preparatorio más indudablemente
punible (el único aceptado por el AE: cfr. supra § 65 11). En efecto, la in-
ducción frustrada no cabría tampoco en la provocación,24 y no sólo porque
ésta debe entenderse como dirigida a destinatarios indeterminados, sino por-
que de lo contrario sería inexplicable: 1.°) por qué cree necesario el legisla- CAPÍTULO V
dor equiparar a la inducción la provocación seguida de perpetración del
delito; 2.a) por qué tal equiparación sólo es posible cuando se produce la UNIDAD Y PLURALIDAD DE HECHOS PUNIBLES
"perpetración", término que debe entenderse como "consumación",2* y no
cuando el provocado sólo ejecuta parcialmente el hecho — es sabido que se-
gún el art. 1U 2.", la inducción es punible tanto respecto del hecho consumado
como del intentado o frustrado. Cuando concurren varias infracciones de la ley se plantea la cues-
tión de si sus consecuencias jurídicas deben determinarse separada-
IV. El desistimiento de los actos preparatorios punibles mente y sumarse (principio de acumulación) o si debe aplicarse un
Una de las lagunas más evidentes de la Parte General del CP, no subsa- sistema menos riguroso. Existen para esto último las siguientes po-
nada por el Proyecto 1980, es la falta de previsión del desistimiento de los sibilidades : la agravación de la pena más grave (principio de aspera-
actos preparatorios punibles. No obstante, tanto la doctrina, como el TS ción), la determiación de la pena con arreglo únicamente a la ley vio-
aceptan la eficacia del desistimiento, a veces en ciertas condiciones. Mientras lada más grave (principio de absorción), la combinación de las pena-
algún autor considera suficiente la resolución contraria a la previamente lidades correspondientes a las distintas leyes infringidas dando lugar
adoptada,26 el TS parece requerir que el que desista lo comunique formal- a una penalidad común (principio de combinación) y la fijación de
mente a los demás implicados (SS SO sept. ¿8 y 19 abr. 65) y que ello motive una pena unitaria independiente del número de las infracciones lega-
a éstos a no ejecutar el delito (S. SO sept. U8). Más acertada parece la vía les y de la forma en que concurren (principio de la pena unitaria).1 El
media que considera necesario y suficiente que el que desiste haya convertido
nuevo Derecho ha regulado la cuestión de la sanción aplicable en el
en ineficaz su contribución y se haya esforzado en impedir en la medida de
lo posible la comisión del hecho proyectado.2,1 En efecto: la admisión de la tercer capítulo, titulado "Consecuencias jurídicas del hecho", dentro
eficacia del desistimiento sólo puede admitirse por analogía in bonam partem del título tercero, relativo a la "medición de la pena en casos de varias
respecto del desistimiento de la tentativa, y para que la situación creada por infracciones de la ley'*,2 de forma coincidente con las líneas fundamen-
él desistimiento en los actos preparatorios sea completamente análoga a la tales que inspiraban el Derecho anterior. Se distinguen tres grupos
del desistimiento en la tentativa no basta con él puro cambio de opinión y él de casos.8 Si una acción infringe varias veces la misma ley penal, se-
no proseguir con él proyecto criminal. Como la tentativa acabada, los actos gún el principio de absorción, sólo se impone una vez la pena corres-
preparatorios punibles crean una situación de peligro — la implicación de pondiente a la ley varias veces vulnerada (§ 52 I). Cuando una acción
otras personas — que se independiza del sujeto y que, si éste no hace nada infringe distintas leyes penales, las penalidades de estas leyes se re-
positivo para impedirlo, puede desembocar en la producción del delito. Del únen, según el principio de combinación, para formar una penalidad
mismo modo, pues, él desistimiento deberá ser activo, de modo que contra-
común (§ 52 II-IV). Si, por el contrario, se juzgan al mismo tiempo
rreste el peligro creado. Pero, por otra parte, tampoco puede llegarse a condi-
cionar la eficacia del desistimiento a que los demás implicados no cometan varias acciones del mismo autor, resulta aplicable en parte el prin-
efectivamente él delito, si ello no está en las manos del que desiste. Lo máxi- cipio de asperación y en parte el de acumulación (§§ 53-55). En otro
mo que puede exigirse al sujeto es que haga todo lo que le resulte posible grupo de casos no regulados por la ley, sólo aparentemente concurren
para impedir él hecho. una pluralidad de infracciones legales, deduciéndose en realidad de

V. Subsidiariedad de los actos preparatorios punibles 1 Sobre los principios de la teoría del concurso, con más detalle, Blei, Allg.
Resulta aplicable a nuestro Derecho, salvadas las diferencias, el plantea- Teil, págs. 299 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 2 y ss.
miento del texto. 2 La rúbrica pone de manifiesto que nos hallamos en una zona intermedia
entre la teoría del hecho punible y la de las consecuencias del injusto (Wessels,
Allg. Teil, pág. 141; cfr. también, Maurach, Allg. Teil, pág. 728, con referencias
24 En contra Cuello Calón, PG p. 640; SSTS 26 oct. 57 y 23 mayo 62. 3 Las propuestas de introducir el principio de unidad de pena (cfr. 1." ed.,
25 Éste es el único sentido que puede tener dicho término en el inciso prime- página 483), fueron acogidas por el AE en su § 64, pero no por el E 1962 (cfr.
Fundamentación, págs. 189 y ss.), ni por el nuevo Derecho (cfr. BT-Drucksache
ro del propio art. 4 III. V/4.094, pág. 25) (sobre Derecho extranjero cfr. infra, § 67 V). Cfr. sobre esto,
26 Así Ferrer Sama, Comentarios I p. 85. Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 8; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.206;
27 Así Rodríguez Mourullo, Comentarios I p. 168. Blei, Allg. Teil, pág. 301.
994 § 66. Unidad y pluralidad de acciones I. Conceptos de unidad y pluralidad de acciones 995
la relación existente entre los preceptos penales implicados que sólo likten, 1971; Wahle, Die sog. "Handlungseinheit durch Klammerwirkung", GA
uno es aplicable y que los demás dejan de serlo. El primer grupo de 1968, 97; Warda, Grundfragen der strafrechtlichen Konkurrenzlehre, J u S 1964,
página 81.
casos se denomina concurso ideal, el segundo concurso real y el ter-
cero concurso de leyes (o mejor, unidad de leyes).4 La judicatura ha- El punto de partida de la teoría del concurso es la distinción de
bla en el concurso ideal de unidad de hecho y en el concurso real de unidad de acción y pluralidad de acciones, puesto que en ella se basa
pluralidad de hechos (BGH 4, 303 [304]; 4, 345; 8, 243). la diferenciación de las consecuencias jurídicas previstas en los §•§ 52
y 53.6 Con relación a esta distinción hay que destacar que el concep-
§ 66 Unidad y pluralidad de acciones to jurídico-material de "unidad de acción" no guarda ninguna rela-
ción con el concepto jurídico-constitucional de "hecho" en el sentido
Bindokat, Zur Frage des prozessualen Tatbegriffs, GA 1967, 362; Blei, Die del § 864 StPO (RG 24, 370 [372] ; BGH 10, 396 [397]). 6 En este
Natürliche Handlungseinheit, J A 1973, 95; Bringewat, Fortsetzungstat und "in otro precepto se alude en su totalidad al proceso histórico que sub-
dubio pro reo", J u S 1970, 329; Bruns, Ungeklárte materiell-rechtliche Fragen des yace en el proceso penal.
Contergan-Prozesses, Festschrift für E. Heinitz, 1972, pág. 317; v. BuH, Ein-
heit und Mehrheit der Verbrechen, 1879; Dahm, Das Straf recht Italiens im aus-
gehenden Mittelalter, 1931; Doerr, Das fortgesetzte Delikt, GS 71 (1908) Beila- I. Origen y criterios de distinción de los conceptos de unidad y
geheft; el mismo, Die Lehre vom fortgesetzten Delikt etc., Festgabe für R. v. pluralidad de acciones
Frank, t. II, 1930, pág. 210; Graf zu Dohna, Betrachtungen über das fortgesetzte
Verbrechen, DStr 1942,19; Geeras, Zur Lehre von der Konkurrenz im Straf recht, 1. La estructuración de la teoría del concurso en base a los dos con-
1961; el mismo, Anmerkung zu BGH 18, 376, JZ 1964, 593; Hartung, Tateinheit ceptos fundamentales de unidad y pluralidad de acciones se remonta a la
und künstliche Verbrechenseinheiten etc., SJZ 1950, 326; Helimer, Das Zusam- ciencia jurídico-penal del Derecho común. En este punto fue J. Ch. Koch"1
mentreffen von natürlicher Handlungs- und rechtlicher Tateinheit bei Verletzung quien mediante la distinción de concursus simultaneus (unidad de acción),
hochstpersónlicher Interessen, GA 1956, 65; Herzberg, Die Kausalitát beim unech-
ten Unterlassungsdelikt, DMR 1971, 881; el mismo, Ne bis in idem — Die Sperr-
concursus subccessivus (pluralidad de acciones) y concursus continuatus
wirkung des rechtskráftigen Strafurteils, J u S 1972, 113; v. Hippel, Die allge- (acción continuada) y la solución de estos casos con arreglo a los princi-
meinen Lehren vom Verbrechen in den Entwürfen, ZStW 42 (1921), pág. 525; pios de absorción, alteración y unidad, sentó las bases de la evolución his-
Honig, Studien zur juristischen und natürlichen Handlungseinheit, 1925; Hopf- tórica. La distinción de concurso ideal y concurso real se encuentra con fre-
ner, Einheit und Mehrheit der Verbrechen, t. I, 1901; Hruschka, Der Begriff der cuencia en los códigos penales alemanes particulares del siglo xix y pasó
"Tat" im Strafverfahrensrecht, JZ 1966, 700; el mismo, Die Dogmatik der Dauer- al RStGB de 1871 a través del StGB prusiano de 18518 sin modificacio-
straftaten und das Problem der Tatbeendigung, GA 1968, 193; Jagusch, Anmer- nes profundas. La regulación de los problemas concúrsales constituye, así,
kung zu BGH 24, 268, NJW 1972, 454; Jescheck, Die Konkurrenz, ZStW 67 una de las más antiguas piezas del Derecho Penal vigente que ha consegui-
(1955), pág. 529; J. Ch. Koch, Institutiones juris criminalis, 9.a ed. 1791; F. W. do sortear, incluso, el temporal de la reforma jurídico-penal sin alteracio-
Koch, Zur fortgesetzten Fahrlassigkeitstat, N J W 1956, 1.267; Kohlrausch, Der
Sammelbegriff der Sammelstraftat, ZAK 1938, 473; Maiwald, Die natürliche
nes sustanciales.
Handlungseinheit, 1964; D. u. U. Mann, Materielle Rechtskraft und fortgesetzte
Handlung, ZStW 75 (1963), pág. 251; Mezger, Der Fortsetzungszusammenhang 2. El comportamiento humano se compone de una serie continua-
im Straf recht, J W 1938, 3.265; Noli, Tatbestand und Rechtswidrigkeit etc., ZStW da de acciones y omisiones. Se plantea, por ello, la cuestión de los
77 (1965), pág. 1; Nowakowski, Fortgesetztes Verbrechen und gleichartige Ver- criterios con arreglo a los cuales cabe dividir este proceso en fases
brechensmenge, 1950; Preiser, Aufspaltung der Sammelstraftat etc., ZStW 58 que puedan concebirse como unidades de acción o pluralidades de
(1939), pág. 743; el mismo, Einheitsstrafe für eine Mehrheit gleichartiger Hand-
lungen etc., ZStW 71 (1959), pág. 341; Roth-Stielow, Kritisches zur fortgesetz- acción. Una descomposición en sus piezas más pequeñas, según el nú-
ten Handlung, NJW 1955, 450; Schlosky, Über Tateinheit und fortgesetztes Ver-
brechen ZStW 61 (1942), pág. 245; Eb. Schmidt, Anmerkung zu OLG Dusseldorf 5 Así la doc. dom.; cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 234; Maurach, Allg.
vom 8-12-1949, SJZ 1950, 286; el mismo, Anmerkung zu OLG Bremen vom 4-5- Teil, pág. 728; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 46; Schonke/Schróder/Stree,
1950, JZ 1951, 21; el mismo, Zum Begriff der Sammelstraftat, J Z 1952, 136; § 52 Vorbem. 10; SK (Samson), § 52 Vorbem. 15 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I,
R. Schmitt, Die Konkurrenz im geltenden und künftigen Strafrecht, ZStW 75 números 1.207 y ss.; Warda, JuS 1964, 82; Wessels, Allg. Teil, pág. 141. ,'
(1963), págs. 43, 179; Schultz, Die strafrechtliche Rechtsprechung des Bundes- 6 Sobre el concepto jurídico-constitucional, con más detalle, Lowe/Rosen-
gerichts im Jahre 1964, ZBJV 102 (1966), pág. 4 1 ; Stratenwerth, Zum Verbrauch berg (Gollwitzer), § 264 StPO Anm. 2; Bindokat, GA 1967, 362 y ss.; Hruschka,
der Strafklage beim Fortsetzungszusammenhang, J u S 1962, 220; Stree, Teil- JZ 1966, 700 y ss.; Herzberg, J u S 1972, 117 y ss.
rechtskraft und fortgesetzte Tat, Festschrift für K. Engisch, 1969, pág. 671; el 7 Cfr. J. Ch. Koch, Institutiones juris criminalis, § 24. La teoría y práctica
del final de la Edad Media seguía generalmente el principio de acumulación, se-
mismo, In dubio pro reo, 1962; Struensee, Die Konkurrenz bei Unterlassungsde- gún el número de resultados y de acciones punibles, pero los distintos tipos de
concurso ya se encuentran también en los criminalistas italianos; cfr. Dahm,
Das Strafrecht Italiens im ausgehenden Mittelalter, págs. 237 y ss. Sobre todo
4 La expresión concurso procede de la de "concursus delictorum", de la esto, también Schaffstein, Die allgemeinen Lehren, págs. 212 y ss., 218 y ss.
doctrina del Derecho común. 8 Cfr. sobre esto, Goltdammer, Materialien, tomo I, págs. 447 y ss., 453 y ss.
996 § 66. Unidad y pluralidad de acciones II. Unidad típica de acción en sentido estricto 997
mero de las inervaciones musculares (unidad fisiológica de acción) un primer fracaso inesperado (BGH 10, 139). Por el contrario, varias ac-
carecería, evidentemente, de sentido, pues, como la teoría del con- ciones abortivas practicadas en distintos momentos sobre la misma mujer
curso está llamada a establecer reglas para la aplicación de las dis- no constituirían una unidad de acción (RG 58, 113 [116 y ss.]). También
tintas penalidades según concurra una acción o varias acciones, úni- debe estimarse pluralidad de acciones cuando se produce inducción al hurto
camente puede servir a la distinción una perspectiva jurídica. Para seguida de encubrimiento de la cosa (BGH 22, 206 [209]).
ello son imaginables los siguientes puntos de vista: la vieja distinción Pero la fórmula de la "concepción natural de la vida'* no ofrece
atenta al número de los resultados producidos se halla hoy abando- mayor ayuda, sino que oculta las verdaderas razones de la estima-
nada porque una pluralidad de resultados, aun cuando éstos supongan ción de unidad o pluralidad de acciones. Ni existen unidades de acción
la lesión de bienes jurídicos altamente personales, puede haber sido sociales que preceden al Derecho y puedan subsumirse bajo los con-
ocasionada por una única manifestación de voluntad y en tal caso ceptos jurídicos sin más como medida fija, ni tampoco puede resultar
sólo debe estimarse concurrente una acción (BGH 1, 20; 16, 397; RG decisiva la unidad del plan del autor, 11 ya que de una resolución cri-
70, 26 [31]). 9 Tampoco puede decidir la cuestión el número de los minal pueden proceder muchos actos parciales que por razones de
tipos realizados, ya que el § 52 parte precisamente de que pueden justicia no cabe unir en una unidad de acción (por ej., hurto del arma
cometerse varias infracciones de la ley mediante una acción. El con- homicida, homicidio de la víctima, robo de un vehículo para huir).
cepto jurídico-penal de acción tampoco proporciona ninguna solución, La distinción tiene que decidirse, por el contrario, con arreglo única-
ya que únicamente persigue la determinación de las exigencias mí- mente al sentido de los tipos legales en cada caso vulnerado que
nimas que debe cumplir con carácter general el comportamiento hu- quepa deducir mediante la interpretación. 12
mano para que sea susceptible de valoración jurídico-penal (cfr. su-
pra,% 23 IV 3).
3. La Jurisprudencia y la doctrina dominante fundan la determi- II. Unidad típica de acción en sentido estricto
nación de la unidad de acción en la concepción natural de la vida. Con frecuencia, la estimación de unidad de acción se deriva ya de
Según ello, una pluralidad de partes componentes del curso de un la simple realización del propio tipo.
suceso externamente separables constituye una unidad de acción cuan- 1. Constituye siempre una única acción la realización de los re-
do los distintos actos parciales se hallan conducidos por una resolución quisitos mínimos del tipo legal, aunque el comportamiento físico pue-
de voluntad unitaria y se encuentra en una conexión temporal y es- da también descomponerse en varios actos parciales desde el punto
pacial tan estrecha que se sienten como unidad por un espectador de vista puramente fenomenológico (así, constituye una acción en
imparcial. 10 el sentido del § 218 I la práctica de un aborto mediante numerosos
Ejemplos: Según esto, varias acciones sexuales realizadas en la per- actos parciales). 18
sona de, o delante de, un niño en la misma ocasión constituyen una acción 2. También constituye una acción cuando el tipo mismo requiere la
unitaria (BGH 1, 168 [170]). Aunque se abandone momentáneamente, el realización de varios actos parciales (delitos de varios actos, cfr. su-
dolo de hurtar concurre una sola acción cuando el hecho es proseguido una pra, § 26 II 5). Así, constituye una acción en el sentido del § 177 el
vez cesada la interrupción de la policía (BGH 4, 219). También debe esti- empleo de violencia y el yacimiento extraconyugal, y una acción en el
marse unidad de acción al modificarse la elección del medio homicida cuan- sentido del § 307 núm. 3, el incendio y la retirada de los aparatos ex-
do el autor busca en seguida realizar la decisión criminal por otra vía tras tintores. Aunque el segundo acto aparezca en el tipo solamente como
elemento subjetivo del injusto (intención), en caso de su efectiva rea-
9 Cfr. Warda, J u S 1964, 82; Schonke/Schróder/Stree, § 52 Anm. 26; Wel-
zel, Lehrbuch, pág. 318. En distinto sentido, en cambio, para el supuesto de ho-
micidio de varias personas mediante una acción (por ej., por una explosión), Eb. 11 Pero así, la concepción caracteriza una gran parte de la Jurispr. (cfr.
Schmidt, JZ 1951, 22; Baumann, Allg. Teil, pág. 671; Geerds, Konkurrenz, pá- así BGH VRS 28, 359 [361]; VRS 48, 191; BGH 22, 67 [76 y ss.]) de Schloshy,
ginas 272 y ss. Contra el concepto de "delito de masa", con razón, LK (Mosl), ZStW 61 (1942), pág. 257. Contra la creencia de que la unidad de acción puede
§ 73 Vorbem. 19; Schónke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 27. conseguirse por el plan del autor, ya v. Buri, Einheit und Mehrheit der Verbre-
10 Cfr. Baumann, Allg. Teil, págs. 684 y ss. (con restricciones); Blei, J A chen, pág. 37. También así LK (Mosl), § 73 Vorbem. 10; Schonke/Schróder/Stree,
1973, 95 y ss.; Dreher, § 52 Vorbem. 2; Kohlrausch/Lange, § 73 Vorbem. II A; § 52 Vorbem. 24.
LK (Mosl), § 73 Vorbem. 8 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, págs. 724 y ss.; 12 Cfr. en esta línea, Blei, Allg. Teil, pág. 39; el mismo, JA 1973, 98 y ss.;
Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 23 y ss. (sobre la Jurisprudencia); Warda, Geerds, Konkurrenz, pág. 249; Maurach, Allg. Teil, págs. 731 y ss.; Maiwald,
J u S 1964, 83. Por el contrarío, Blei, Allg. Teil, págs. 304 y ss. se fija sólo en el Natürliche Handlungseinheit, págs. 66 y ss.; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pági-
número de actos de de voluntad, y H. Mayer, Lehrbuch, pág. 407, sólo en la uni- nas 46 y ss.; Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 22; SK (Samson), § 52
dad de resolución de voluntad. Críticamente, frente a la doctrina de la concepción Vorbem. 2 1 ; Welzel, Lehrbuch, pág. 225. Sobre la estimación global de una "uni-
natural de la vida, con razón, Geerds, Konkurrenz, págs. 244 y ss.; Wessels, Allg. dad natural de acción, en la resolución Contergán del LG Aachen, críticamente,
Teil, pág. 143. Bruns, Heinitz-Festschrift, págs. 319 y ss.
13 Cfr. Geerds, Konkurrenz, pág. 264; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 46.
998 § 66. Unidad y pluralidad de acciones IV. Unidad y pluralidad de acciones 999

lización habrá que apreciar una única acción (una acción en el sen- te cuantitativa mediante la repetición plural del tipo (injusto unita-
tido del § 267 es la falsificación de un documento y su uso con ánimo rio) y que, además, el hecho responda a una situación motivacional
de engaño). 14 unitaria (culpabilidad unitaria) ,17 La unidad natural de acción no re-
3. Por último, da lugar a una unidad de acción típica en sen- resulte excluida por el hecho de que se vulneren bienes jurídicos alta-
tido estricto el delito permanente. Aquí el hecho punible crea un mente personales de distintos autores (CH, 1, 20 [22]; RG 27, 19
estado antijurídico mantenido por el autor mediante cuya permanen- [21] ). 18
cia se sigue realizando ininterrumpidamente el tipo (cfr. supra, § 26 2. También puede concurrir unidad de acción en caso de realiza-
II la). 1 5 Éste es, por ejemplo, el caso del allanamiento de morada (§ ción progresiva del tipo a través de una sucesión de actos parciales
123), de la infracción del deber de custodia (•§ 170d), la privación de mediante los cuales el autor se aproxima más y más al resultado típi-
libertad (§ 239), la puesta en peligro de los transportes mediante la co. Éste es el caso del paso de la tentativa a la consumación, de la eje-
colocación de obstáculos (§ 315b I núm. 2), incluso en el caso de que cución de un hurto con fractura en dos etapas (BGH 4, 219), del trá-
resulten en peligro distintas personas efectivamente (BGH 22, 67 fico previsto en el § 11 I, núm. 1 BetMG (BGH 25, 290) y del cambio
[71 y ss.]), y de la conducción sin permiso (§ 21 I núm. 1 StVG). La de forma de ejecución de un homicidio doloso (BGH 10, 129; BGH
creación del estado antijurídico forma con los actos destinados a su NJW 1967, 60). Lo decisivo para la estimación de unidad de acción
mantenimiento una acción unitaria (por ej., el encerrar y sujetar a es, en estos casos, la subsistencia de una misma situación motivacio-
la víctima en el § 239) (cfr. infra, § 67 III 2). nal en una situación fáctica unitaria. 19
3. La Jurisprudencia tiende a ampliar el concepto de unidad natural de
III. Unidad de acción típica en sentido amplio acción. Se incluyen, por ejemplo, casos en los cuales las distintas acciones
En otros casos debe apreciarse unidad de acción con arreglo al únicamente se practican de forma simultánea o en una estrecha conexión
sentido del precepto penal correspondiente pese a que el autor tras- espacio-temporal, o con el fin de alcanzar una finalidad unitaria (cfr. por
ejemplo RG 11, 355 [359]; OLG Celle SGZ 1947, 272; OLG Bremen JR
ciende a la simple realización del tipo (unidad natural de acción). 1953, 388; BGH DaUinger MDR 1973, 17). No obstante, debe rechazarse
1. En primer lugar, debe mencionarse la realización repetida del la existencia de una "unidad natural de acción" fuera de los grupos de ca-
mismo tipo en un corto espacio de tiempo. Algunos preceptos penales sos arriba mencionados.20 El RG se opuso repetidamente a la tendencia de
incluyen ya en la descripción de la acción una pluralidad indetermi- los Tribunales inferiores a la ampliación, aunque no pudo detener esta
nada de actos parciales, como la actividad de espionaje (§§ 98 y 99), evolución. Así, el propio BGH en un caso de huida del lugar del accidente
la falsificación de moneda (§ 146), la práctica de acciones sexuales con empleo de violencia contra la policía, consideró suficiente la voluntad
(§§ 174 y ss.) (BGH 1, 168) o la riña (§ 227). Mas aunque el tipo no unitaria de huir del autor para establecer una unidad natural de acción
lo prevea expresamente, la realización repetida del tipo da lugar a entre varios delitos materialmente distanciados (BGH VRS 28, 359 [361];
unidad de acción, por ejemplo, en la redacción y remisión de un texto en sentido restrictivo VRS 48, 191; OLG Koblenz, VRS 47, 341).
con varias injurias (RG 34, 134 [135]), en la inducción de varios
autores principales mediante una conversación (RG 70, 36 [31]). en IV. Unidad y pluralidad de acciones en los delitos imprudentes y
la ejecución de un hurto a través de una pluralidad de acciones de de omisión
sustracción (BGH 10, 230), en la injuria mediante varios términos Existen ciertas especialidades en relación a la problemática que
ofensivos.16 En estos casos la unidad de acción requiere que la lesión plantea la admisión de unidad o pluralidad de acciones en los hechos
del bien jurídico únicamente experimente una agravación puramen- imprudentes y de omisión.

14 Cfr. LK (Mosl), § 73 Vorbem. 13 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 735; 17 Así, acertadamente, Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, págs. 72
Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 14; SK (Samson), § 52 Vorbem. 23; Stra- y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 28 y ss.
tenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.210 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 225; Warda, 18 También así, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 235; Dreher, § 52 Vorbem. ¿ 2;
J u S 1964, 84 y ss. Hellmer, GA 1956, 68. En distinto sentido, Maiwald, Natürliche Handlungsein-
15 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 738 y ss.; Blei, Allg. Teil, pág. 308; heit, pág. 8 1 ; SK (Samson), § 52 Vorbem. 29.
Dreher, § 52 Vorbem. 4; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 81 y ss.; SK 19 Así Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, pág. 90. Sobre la interrup-
(Samson), § 52 Vorbem. 26 y ss.; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.216. Más le- ción de la unidad de acción, por el momento, de la "disuasión ética", cfr. v. Bar,
jos llega Hruschka, GA 1968, 193 y ss. Gesetz und Schuld, t. III, pág. 564; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 19.
16 Cfr. Binding, Handbuch, pág. 544; Doerr, GS 72 (1908), Beilageheft, 20 También así, Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 22 y ss.; SK (Sam-
página 86; Honig, Studien, págs. 77 y ss.; Hopfner, Einheit und Mehrheit, pági- son), § 52 Vorbem. 21; Maurach, Allg. Teil, pág. 734; Blei, Allg. Teil, pág. 310;
nas 222 y ss.; Kohlrausch/Lange, § 73 Vorbem. II A; Schonke/Schroder/Stree, R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 58; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.215;
§ 52 Vorbem. 17; Stratenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.212, 1.214; Warda, J u S Wessels, Allg. Teil, pág. 143. En distinto sentido, Warda, J u S 1964, 83; Wahle,
1964, 84. GA 1968, 111.
1000 § 66. Unidad y pluralidad de acciones V. El delito continuado 1001
1. En los delitos imprudentes de resultado concurre siempre uni- realizan el mismo tipo de delito y cuya determinación y tratamiento
dad de acción cuando se produce sólo un resultado típico, aunque se procesales individualizados carecen de sentido y resultan imposibles".
base en una pluralidad de infracciones del deber de cuidado (BGH Pero en estos casos la Jurisprudencia se ha esforzado, mediante la
VRS 9, 353). Si, por el contrario, tienen lugar varios resultados tí- estimación de una "unidad jurídica de acción", en escapar a la ne-
picos o la repetición del mismo resultado, la solución depende de si el cesidad de comprobar todos los actos parciales y de aplicar las reglas
autor se encontraba en situación de cumplir de nuevo el mandato de relativas al concurso real (§§ 53 y ss.) (RG 70, 243 [244]: "un tra-
cuidado entre la producción de cada uno de los distintos resultados. bajo fatigoso, superfluo y singularmente chocante"; más prudente-
Debe apreciarse, por ejemplo, unidad de acción cuando el vehículo del mente, sin embargo BGH 5, 136 [138]). A tal fin sirve el delito con-
autor resbala y lesiona, inmediatamente una tras de otra, a varias tinuado.25 Sin embargo, las ventajas prácticas de este expediente tro-
personas y, en cambio, pluralidad de acciones si el autor causa tres piezan con importantes desventajas político-criminales: a consecuen-
accidentes separados por un largo espacio de tiempo por inobservancia cia de la no aplicación del § 54, el marco penal resulta más estrecho
del deber de respetar la seguridad del tráfico (RG 16, 290) .21 En los que en caso de pluralidad de hechos, lo que se traduce en una benevo-
delitos imprudentes de actividad también debe atenderse a si el autor lencia injustificada; la determinación de la pena pierde precisión y
podía cumplir de nuevo el mandato de cuidado entre cada uno de los posibilidad de control cuando no es preciso sospesar las penas par-
actos parciales. Así, concurre pluralidad de acciones ante varias in- ciales; la posibilidad de imposición del internamiento de seguridad
fracciones imprudentes de los preceptos que regulan los precios (RG previsto en el § 66 II resulta restringida; el efecto de cosa juzgada
53, 226 [227]).« impide la persecución ulterior aunque luego se descubran partes
2. Los mismos principios deben observarse en los delitos de omi- esenciales del hecho (RG 70, 243) ,26 Por otra parte, la práctica sufre
sión. Si el autor omite, en contra de un deber de garante, evitar va- las consecuencias de la naturaleza en parte ficticia del delito conti-
rios resultados típicos (delito de omisión impropia), ha de estimarse nuado y de la problematicidad de sus elementos, de suerte que los
una omisión cuando solamente podía evitar todos los resultados de Tribunales no resultan realmente descargados, ya que, de todos mo-
forma conjunta. Por el contrario, concurren varias omisiones cuan- dos, es preciso esclarecer los actos parciales del delito continuado y,
do tras la producción de un resultado hubiera sido aún posible la evi- siendo así, no supondría ya ningún esfuerzo la fijación de las penas
tación del otro. Así, en caso de vulneración del deber de alimentos con parciales. No es, por ello, de extrañar que aumenten las voces que
respecto a distintas personas concurre una pluralidad de omisiones aconsejan el abandono del delito continuado.27
(BGH 18, 376 [379] ; BayObLG NJW 1960, 1.730). Si en un delito 2. Pese a la gran significación práctica de esta figura jurídica, los
de omisión propia el autor omite simultáneamente el cumplimiento de requisitos del delito continuado en modo alguno se hallan determi-
varios mandatos de actuar, hay que estimar una pluralidad de omisio- nados de forma completa. Tan pronto se conciben de forma amplia
nes cuando los distintos deberes de acción podían haberse cumplido como estricta, según se atienda más a sus ventajas o a sus inconve-
sucesivamente (RG 76, 140 [144] J.28 nientes.
a) En primer lugar, objetivamente es necesaria la homogeneidad
de la forma de comisión (unidad de lo injusto objetivo de la acción).
Y. El delito continuado
Ello requiere que los preceptos penales violados por los actos parcia-
1. La unificación de una pluralidad de actos parciales en una uni- les se hallen materialmente en la misma norma y que el desarrollo de
dad de acción mediante la interpretación del tipo solamente resulta los hechos manifieste en lo esencial los mismos elementos externos e
posible dentro de límites relativamente estrechos. No cabe resolver internos. Resulta posible, por ejemplo, la conexión de continuidad
por esta vía un frecuente caso de conexión puramente fáctica que ha entre un hurto simple y otro grave (RG 53, 262 [263]), entre lesiones
recibido el nombre de "pluralidad homogénea de delitos".24 Se pro-
duce cuando "una sola persona es responsable de varios hechos que
25 Cfr. sobre esto Graf zu Dohna, DStr 1942, 21; Maurach, Allg. Teil, pá-
gina 739; Dreher, § 52 Vorbem. 25 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem.
21 Cfr. Hópfner, Einheit und Mehrheit, pág. 250; Bockelmann, Allg. Teil, 30 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 33 y ss.
página 236; Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, pág. 111. 26 Cfr. con más detalle Jescheck, ZStW 67 (1955), pág. 553; Lackner, § 52
22 Cfr. Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, pág. 112. Vorbem. IV 2b; Preiser, ZStW 58 (1939), págs. 778 y ss.; R. Schmitt, ZStW 75
23 Cfr. sobre todo esto Geeras, Konkurrenz, págs. 262 y ss.; Hbpfner, Ein- (1963), págs. 59 y ss.; Jagusch, NJW 1972, 455. En sentido restrictivo sobre la
heit und Mehrheit, págs. 164 y ss.; Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, pá- cosa juzgada parcial, Stree, Engisch-Festschrift, pág. 692.
ginas 105 y ss.; Herzberg, MDR 1971, 883; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vor- 27 Así Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 728 y ss.; R. Schmitt, ZStW 75
bem. 28; Struensee, Konkurrenz, págs. 37 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 143. (1963), págs. 59 y ss.; Schultz, ZBJV 102 (1966), pág. 55; Stratenwerth, Allg.
24 Así, Nowakowski, Fortgesetztes Verbrechen, pág. 51. Teil I, núm. 1.236; Wahle, GA 1968, 109.

20. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1002 § 66. Unidad y pluralidad de acciones V. El delito continuado 1003

graves y peligrosas (RG 57, 81), entre extorsión simple y cualificada tricta del delito continuado, porque en la Ley no existe ningún punto
(BGH 22, 90 [94]), pero no entre un hurto y una apropiación inde- de referencia que permita al juez hacer de varios hechos uno solo,
bida (RG 58, 228 [229]; BGH GA 1962, 78) o entre un hurto simple al menos en la medida en que los actos sociales no se hallen ligados
y un robo (BGH Dallinger MDR 1973, 554). La homogeneidad no re- por un vínculo subjetivo. Sin embargo, no hay que olvidar que un dolo
sulta excluida cuando los actos parciales se cometen en parte en forma global en sentido estricto se produce muy raramente en la realidad,
dubitativa y en parte como delitos consumados (BGH Dallinger MDR razón por la cual los tribunales se ven forzados a fundamentaciones
1975, 542), y sí, en cambio, si concurren un hacer positivo y una omi- artificiales para que el delito continuado pueda alcanzar alguna im-
sión (RG 68, 315 [317]). Por último, la homogeneidad del modo comi- portancia práctica. 30
sivo requiere también una cierta conexión temporal y espacial.
b) Los actos parciales deben, además, lesionar el mismo bien jurí- La doctrina se contenta a menudo, por ello, con un dolo continuado cri-
dico (unidad de lo injusto del resultado). Esta condición falta, por minológicamente entendido, que se presenta como un ceder, psíquicamente
ejemplo, cuando concurren el abuso sexual de niños (§ 176) y el ya- siempre homogéneo, por parte del autor ante la misma situación de hecho.81
Un sector defiende también una teoría puramente objetiva del delito con-
cimiento entre parientes (•§ 173). Si se trata de bienes jurídicos cuta- tinuado, que únicamente atiende a los elementos externos de la homogenei-
mente personales no cabe el delito continuado cuando los actos parcia- dad representados por la forma de comisión y el bien jurídico, a la conexión
les se dirigen contra distintos titulares (RG 70, 243 [245] : homicidio temporal de los actos parciales y al aprovechamiento de una misma oca-
de distintas personas; RG 53, 274: abusos sexuales de distintos niños; sión.32
BGH 18, 26 [28]: violación de distintas mujeres; BGH 26, 24 [26] : Ejemplos: Para comprender varias estafas en un delito continuado, el
coacción de distintas personas). Esta restricción se halla justificada, dolo debe hallarse dirigido de antemano a la totalidad de las distintas le-
pues tratándose de bienes jurídicos altamente personales son tan dis- siones patrimoniales; no basta la resolución adoptada con carácter general
tintos en cada acto parcial tanto lo injusto de la acción y del resul- de cometer el mayor número posible de estafas de determinada especie
tado como el contenido de culpabilidad del hecho, que no parece admi- (RG 44, 392 [396]) o de robar a cuantos transeúntes sea posible (BGH MDR
sible renunciar a valoraciones separadas. 28 1972, 752). Concurre el dolo global cuando el autor ha adoptado la resolu-
ción de sustraer de un determinado taller, aprovechando las circunstancias
c) Para la delimitación del delito continuado resulta decisiva la favorables existentes, el mayor número posible de bicicletas, pero no cuan-
unidad del dolo (unidad de lo injusto personal de la acción). La Ju- do únicamente se ha planeado cometer numerosos hurtos de bicicletas cuya
risprudencia requiere un propio dolo global que abarque el resultado ejecución todavía resulta incierta en cuanto a lugar, tiempo y forma (RG 66,
total del hecho en sus rasgos esenciales en cuanto al lugar, al tiem- 236 [239]; 72, 211 [214]). Sin embargo, BGH NJW 1962, 115 ha reputado
po, a la persona de la víctima y a la forma de comisión, de tal modo suficiente un mero dolo continuado en un caso de abusos repetidos de niños.
que los actos parciales no representen más que la realización sucesiva No se requiere una visión global del hecho (BGH 26, 4 [8]).
de la totalidad querida unitariamente, a más tardar, durante el último d) Si se requiere para el delito continuado el dolo global no puede con-
acto parcial (BGH 23, 33 [35]) (RG 66, 45 [47] ; BGH 1, 313 [315] ; currir el vínculo de continuación en los delitos imprudentes (RG 73, 230
16, 124 [128] ; 19, 323; 21, 319 [322]; 26, 4 [7 y ss.] ; OLG Koln GA [231]; 76, 68 [71]; BGH 5, 371 [376]; 22, 67 [71]).33 Por el contrario,
1975, 123).** Preciso es admitir esta concepción relativamente es-
y culpabilidad de los actos parciales, se estimase por puras razones pragmáticas
para simplificar la labor de la justicia.
28 También así la doc. dom.; cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 700; Dreher, 30 No se comprende por qué aquí no deba regir el principio "in dubio pro
§ 52 Vorbem. 29; Geerds, Konkurrenz, pág. 304; Jescheck, ZStW 67 (1955), pá- reo", como se supone por la Jurisprudencia (cfr. BGH 23, 33 [35]; también así,
ginas 552 y ss.; Maiwald, Natürliche Handlungseinheit, págs. 80 y ss.; Maurach, Maurach, Allg. Teil, pág. 742); correctamente, Schonke/Schróder/Stree, § 52
Allg. Teil, pág. 746; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 409; Blei, Allg. Teil, pág. 312; Vorbem. 63; Stree, In dubio pro reo, págs. 24 y ss.; Bringewat, J u S 1970, 331,
Lackner, § 52 Vorbem. IV 2a bb; LK (Mosl), § 73 Vorbem. 28; Welzel, Lehr- con bibliografía.
buch, pág. 221. En distinto sentido, en cambio, Schonke/Schróder/Stree, § 52 31 Así v. Hippel, t. II, pág. 542; Maurach, Allg. Teil, pág. 743; Mezger,
Vorbem. 44; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.221; SK (Samson), § 52 Vorbem. J W 1938, 3.268; Blei, Allg. Teil, págs. 314 y ss.; Roth-Stielow, NJW 1955, 451;
36; Struensee, Konkurrenz, págs. 86 y ss. SchónkeISchroder I'Stree, § 52 Vorbem. 52 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem.' 44;
29 Así, también, Baumann, Allg. Teil, pág. 699; Boekelmann, Allg. Teil, Eb. Schmidt, SJZ 1950, 286; Welzel, Lehrbuch, pág. 229.
página 239; Dreher, § 52 Vorbem. 26; Preisendanz, § 52 Vorbem. IV 1; v. We- 32 Así Graf zu Dohna, Verbrechenslehre, pág. 66; el mismo, DStr 1942, 19;
ber, Grundrip, pág. 100; LK (Mosl), § 73 Vorbem. 22 y ss.; Lackner, § 52 Vor- Frank, § 74 Anm. V 2c (pág. 240); Honig, Studien, pág. 137; M. E. Mayer, Lehr-
bem. IV 2b; Wessels, Allg. Teil, pág. 144; dubitativo, Stratenwerth, Allg. Teil I, buch, pág. 167; v. LisztlSchmidt, pág. 352.
números 1.227 y ss. Las objeciones en contra del dolo global que plantean Prei- 33 También así, Baumann, Allg. Teil, pág. 698; Doerr, Frank-Festgabe,
ser, ZStW 71 (1959), pág. 346; Maurach, Allg. Teil, pág. 742; Schónke/Schró- tomo II, pág. 212; Dreher, § 52 Vorbem. 26; Lackner, § 52 Vorbem. IV 2a ce;
der/Stree, § 52 Vorbem. 52; Blei, Allg. Teil, págs. 314 y ss.; SK (Samson), § 52 LK (Mosl), § 73 Vorbem. 28; Welzel, Lehrbuch, pág. 229. La opinión contraria
Vorbem. 44, no resultan convincentes, puesto que carecería de fundamento jurí- de Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.230; Schbnke/Schroder/Stree, § 52 Vor-
dico una unidad de acción que, prescindiendo del distinto contenido de injusto bem. 55; SK (Samson), § 52 Vorbem. 45, se basa en otro concepto de dolo.
1004 § 66. Unidad y pluralidad de acciones
VI. El delito colectivo 1005
la teoría objetiva no tiene ningún motivo para efectuar esta restricción. 84
Pero también desde el prisma del dolo continuado ha de resultar posible el VI. El delito colectivo
delito continuado en los hechos imprudentes. 86 Esto pone de manifiesto cla-
ramente, sin embargo, que el dolo continuado no es dolo en el sentido del § 16. 1. En otro tiempo también se consideraba como unidad jurídica de ac-
ción al delito colectivo. Se llaman delitos colectivos aquellos tipos cuya rea-
3. El tratamiento del delito continuado responde al hecho de que lización requiere profesionalidad (GewerbsmáPigkeit o GescháftsmáPig-
keit) o habitualidad de la conducta, lo que confiere un elemento vinculante
sus actos parciales forman sin excepción un único hecho punible (RG
a los actos parciales (cfr. supra, § 30 II 2c). La profesionalidad en forma de
68, 297 [298]). Se siguen de ello distintas consecuencias. Hay que GewerbsmáPigkeit significa que el autor desea procurarse, a través de la
imponer una sola pena en base a la penalidad del delito más grave, comisión repetida del hecho, una fuente de ingresos duradera (RG 66, 19
pero la gravedad y número de los actos parciales pueden tomarse en [21]; BGH 1, 383). La habitualidad concurre cuando el hecho se debe a
consideración en sentido agravatorio (RG DR 1944, 329) .8€ E n el sen- una tendencia a cometer el delito de que se trate adquirida por su comisión
tido del § 66 I I el delito continuado constituye solamente un hecho. reiterada (RG 59, 142; BGH 15, 377 [380]). La profesionalidad concurre
Si los actos parciales realizan en p a r t e la modalidad básica de un de- en forma de GeschaftsmaPigkeit cuando el autor persigue convertir el
lito y en p a r t e una forma cualificada del mismo, se aplica única- hecho, mediante su repetida comisión, en parte de su ocupación económica
mente el precepto penal cualificado (RG 67, 183 [ 1 8 8 ] : tentativa de o profesional (RG 72, 313 [315]).
asesinato y tentativa de homicidio). E n caso de concurrir a la vez 2. La reunión de las conductas profesionales o habituales expresadas en
tentativa y consumación debe entenderse consumado el hecho (BGH una unidad jurídica de acción resultaría equivocada, tanto dogmática como
político-criminalmente, puesto que la unidad de estos supuestos sólo se basa
N J W 1957, 1.288). Si, por el contrario, el delito se consuma en su
en la integridad de la voluntad que concurre en los distintos actos parciales
modalidad m á s leve y, únicamente, se intenta en su forma m á s grave, y el reconocimiento jurídico de una tal unidad puramente criminológica
debe apreciarse concurso ideal (§ 52) .87 El delito continuado queda favorecería precisamente la delincuencia habitual, ya que el § 54 y el § 66
consumado con el primer acto parcial, pero no se agota hasta que se II resultarían excluidos. La escisión del hecho colectivo que efectúa la Ju-
realizan todos los demás actos parciales (RG 66, 36). P o r ello, la pres- risprudencia (RG 72, 164, 257, 258, 401; 73, 216; BGH 1, 41) encuentra,
cripción del delito continuado no empieza a correr hasta la termina- por ello, una aprobación mayoritaria en la doctrina.40 Como otros delitos,
ción del último acto parcial (RG 64, 33 [40] ; BGH 1, 84 [91 y ss.]). 8 8 los hechos cometidos profesional o habitualmente pueden hallarse en rela-
Por el contrario, la cuestión de si la persecución penal ha de promo- ción de continuidad, a condición de que, junto a los demás requisitos, con-
verse a instancia de p a r t e debe examinarse con relación a cada uno curra también el dolo global (BGH 26, 4 [ 8 ] ; BayObLG 1951, 488 [490]).
de los actos parciales por separado (BGH 17, 157). El efecto de cosa
* # *
juzgada de la sentencia alcanza a todos los actos parciales cometidos
antes de su notificación, con independencia de si el tribunal los co-
También en Derecho español debe partirse del concepto de "unidad de
noció o pudo conocerlos (RG 72, 211 [ 2 1 2 ] ; BGH 6, 92 [95] ; 15, 268 hecho" y su distinción respecto de la "pluralidad de hechos", como piedra
[272]). 8 9 angular sobre la que descansa la teoría del concurso. Así se desprende del
artículo 71 CP, que hace depender el tratamiento penal del concurso de deli-
tos, como concurso real o ideal, de que los mismos hayan sido producidos o no
34 Cfr. Frank, § 74 Anm. V 2c (pág. 240); v. Hippel, ZStW 42 (1921), pá- por "un solo hecho". El mismo punto de partida mantiene el Proyecto 1980,
gina 545; Honig, Studien, pág. 135. ya que en él subsiste casi literalmente el mismo precepto. De ahí que la doc-
35 Así OGH 1, 344 (347); F. W. Koch, NJW 1956, 1.268; Maurach, Allg. trina dominante inicie también la materia del concurso por el tema de la
Teil, pág. 744; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 55; Welzel, Lehrbuch, unidad y pluralidad de acciones,1 y sean en cambio recusables los intentos
página 229.
36 Cfr. con más detalle, Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 464; Schonke/
Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 65. 40 Cfr. Geerds, Konkurrenz, pág. 270; Hartung, SJZ 1950, 333; Kohlrausch,
37 Así, con razón, Lackner, § 52 Vorbem. IV 2c bb; Schonke/Schroder/ ZAK 1938, 473; Kohlrausch/Lange, § 73 Vorbem. II B 3a; Maurach, Allg. Teil,
Stree, § 52 Vorbem. 66. páginas 781 y ss.; Blei, Allg. Teil, págs. 310 y ss.; Olshausen, § 73 Vorbem. 2;
38 Así, Dreher, § 52 Vorbem. 40; Maurach, Allg. Teil, pág. 747. En favor, Preiser, ZStW 58 (1939), págs. 748 y ss.; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 62;
por el contrario, de una prescripción autónoma de los actos parciales, Noli, ZStW Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 93; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 729;
77 (1965), pág. 4; LK (Mósl), § 67 Anm. 9; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vor- Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.237. La opinión contraria de H. Mayer, Lehr-
bem. 33, lo que, sin embargo, sólo puede justificarse desde el prisma del dolo de buch, pág. 410; Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, pág. 230; Eb. Schmidt, SJZ
continuación. 1950, 292 y JZ 1952, 136; Welzel, Lehrbuch, pág. 230 sólo puede fundarse en la
39 Así también la doc. dom.; cfr. Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. unidad de la conducta vital criminal, lo que, sin embargo, contradice el principio»
69; Dreher, § 52 Vorbem. 39; Stratenwerth, JuS 1962, 220. Favorable, en cambio, a del hecho del Derecho Penal vigente.
una escisión procesal del delito continuado, D. u. U. Mann, ZStW 75 (1963), pá- 1
Cfr., p. ej., Antón Oneca, PG pp. 545 ss.; Cuello Calón, PG pp. 666 ss.;
ginas 258 y ss. Córdoba Roda, Comentarios II pp. 314 ss.
1006 § 66. Unidad y pluralidad de acciones Adiciones de Derecho español al § 66 1007

de eludir el problema, alegando su innecésariedad2 o tratando de sustituir (dolosa) de un resultado, siendo en él en cambio irrelevante el número de
la unidad de acción por la unidad de tipo.z movimientos corporales que el sujeto emplea para la causación.
Todo ello permite afirmar lo siguiente: la producción dolosa de varios
resultados materiales típicos mediante una sola conducta da lugar a varios
I. Criterios manejados para determinar la unidad de acetan hechos, mientras que constituirá un solo hecho la lesión ideal de varios bie-
Varios son los criterios utilizados en la doctrina española para determinar nes jurídicos mediante un solo comportamiento. Así, el matar a varias per-
la "unidad de acción". Por una parte, se atiende a la unidad de acto de sonas dolosamente constituirá varios hechos de homicidio tanto si se hace
voluntad, con independencia del número de resultados y distinguiéndolo de la mediante varios disparos como haciendo explotar una bomba? En cambio,
unidad de fin que abarca varios actos distintos.* Por otra parte, se considera el dar muerte a un agente de la Autoridad no podrá constituir más que un
decisiva la "manifestación de la voluntad en el exterior susceptible de inte- solo hecho porque en este caso tanto la conducta como el resultado empírico
grar el presupuesto de un tipo penal". 5 Esta posición coincide con la de son únicos.9
Jescheck en cuanto a la delimitación jurídica que supone, con la consecuencia
de que puede explicar que una conducta pueda constituir al mismo tiempo II. El delito continuado
un hecho, desde el punto de vista de un determinado tipo (asi el apodera-
miento con violencias físicas sería un hecho de robo), y varios hechos desde 1. No existiendo particularidades dignas de mención en el Derecho ni en
el prisma de otros tipos (en el ejemplo habría también dos hechos ya típicos la doctrina españolas, por lo que respecta a los temas tratados por Jescheck
por sí solos: el apoderamiento y las violencias).6 Este planteamiento me pa- en II y III, pasamos a ocuparnos del delito continuado. Como en Alemania,
rece, sin duda, orientado en la dirección correcta: sólo el tipo puede servir tampoco en el CP se prevé expresamente esta figura, que en cambio se aplica
de pauta para recortar las "unidades" de acción que interesan como tales al continuamente en la práctica con arreglo a unos requisitos exigidos, con
Derecho penal. Ahora bien, los tipos no describen sólo manifestaciones de vo- importantes vacilaciones, por la jurisprudencia.10 Siguiendo el ejemplo del
luntad, sino que ello sólo sucede en los delitos de mera actividad. Los tipos CP 1928, el Proyecto 1980 trata de conferir base legal a la construcción ju-
de resultado material exigen incorporar éste, como elemento decisivo, a la risprudencial del delito continuado mediante su regulación expresa (art. 86).
"unidad" de hecho de que se trate, al menos en Derecho español, en que la ley En todo caso se entiende que se trata de un supuesto de pluralidad de accio-
se fija en la unidad de "hecho", no de "acción" (Handlung) como el StGBJ nes que realizan un solo delito.11 La actitud de la doctrina ante la admisión
No obstante, la función de acotamiento del tipo sólo puede operar sobre una jurisprudencial del delito continuado no es uniforme, no faltando quienes se
realidad empírica, por lo que la concurrencia de varias unidades de hecho oponen tanto a ella como a la conveniencia de introducir la figura del delito
típicas presupone necesariamente una realidad empírica plural y no sólo la continuado en él Código, pidiendo que en su lugar se modifiquen las normas
lesión ideal de varios bienes jurídicos. (relativas al concurso y ala fijación de las penas en los delitos contra la pro-
piedad en base a las cuantías) que plantean los problemas que tratan de
Ello no sucede por el solo hecho de que se produzcan varias lesiones ideales resolverse mediante la figura del delito continuado.12 Antón Oneca13 condi-
de bienes jurídicos. Tampoco bastaría para la pluralidad de hechos la produc-
ción no dolosa de más de un resultado. Pero cuando el sujeto dirige su actua-
ción dolosamente a la causación de varios resultados típicos materiales que 8 Cfr., en contra de la doc. dom., Mir Puig, Coacciones, RJCat 1977, p. 811;
efectivamente se producen, su comportamiento externo tiene el sentido, tanto Córdoba Roda, El delito de detenciones ilegales, en ADPCP 1965, pp. 28 ss.;
subjetivo como objetivo, de realización en el mundo empírico de varias cau- Rodríguez Mourullo, Omisión del deber de socorro pp. 318 ss. También una direc-
saciones, cada una de las cuales supone un hecho típico distinto — pues el ción del TS (así 9 febr. 35); cfr. Córdoba Roda, Comentarios II p. 352, que sin
embargo ha cambiado de criterio.
hecho descrito por el tipo de resultado se define en función de la causación
9 Cfr. Mir Puig, RJCat. 1977, p. 812.
!0 Se ha admitido sobre todo en los delitos contra la propiedad en que las
2
Así Rodríguez Devesa, PG p. 787. penas se determinan con arreglo a las cuantías, pero también en las falsedades,
3
Así Cuello Contreras, La frontera entre el concurso de leyes y el concurso en el cheque en descubierto, etc. El TS rechaza en cambio el delito continuado en
ideal de delitos: la función de la normativa concursal (I), en ADPCP 1979, pp. 63 los abusos deshonestos con un mismo sujeto pasivo; cfr. Gimbernat Ordeig, Intro-
siguiente, aunque no puede prescindir de manejar como factor decisivo a renglón ducción, pp. 155 s., con cita de jurisprudencia reciente.
11
seguido el concepto de unidad de acción: cfr. ibídem pp. 64 ss. (así p. 66: "el con- Cfr. M.' T. Castiñeira, El delito continuado, Barcelona, 1977, p.' 15;
cepto unidad de acción produce el efecto de impedir estimar concurso real de Antón Oneca, Delito continuado, en NEJ 1954, p. 448 y PG p. 464; Córdoba Roda,
delitos"). Comentarios II p. 317; Rodríguez Devesa, PG p. 797; Peláez de las Heras, El
4
Así Antón Oneca, PG p. 455. delito continuado, Salamanca, 1942, p. 12; Camargo Hernández, El delito continua-
6
Así Córdoba Roda, Comentarios II p. 315. do, Barcelona, 1951, p. 53. El Proyecto 1980 parece, no obstante, afirmar la unidad
6
Cfr. Córdoba Roda, Comentarios II p. 315. de "hecho" para el delito continuado pese a exigir expresamente la pluralidad de
7
El art. 86 Proyecto 1980 parece admitir que en el delito continuado la "acciones" y "omisiones".
12
"pluralidad de acciones y omisiones" constituye un solo "hecho": tras afirmar la Cfr. en este sentido Castiñeira, Delito continuado, p. 211; adhiriéndose,
necesidad de aquella pluralidad se refiere a "si el hecho revistiese notoria gra- Rodríguez Devesa, PG p. 800.
13
vedad". Cfr. Antón Oneca, PG pp. 466 s.
1008 § 66. Unidad y pluralidad de acciones Adiciones de Derecho español al § 66 1009

ciona de lege lata la admisión del delito continuado a los casos en que no de un plan preconcebido o aprovechando idéntica ocasión, realizare una plu-
supone perjuicio del reo, aunque de lege ferenda se inclina por la expresa ralidad de acciones y omisiones que ofendan a uno o varios sujetos e infrin-
regulación legal que impusiese una sola pena susceptible de agravación, a jan el mismo o semejantes preceptos penales, será castigado, como autor de
arbitrio del Juez, en función de la persistencia de la resolución criminal. En un delito o falta continuados..." "Quedan exceptuadas de lo establecido en
cambio, el TS considera superada la originaria finalidad pietista del delito el párrafo anterior las ofensas a bienes jurídicos eminentemente personales,
continuado y lo estima aunque perjudique al reo, sea como expediente proce- salvo las constitutivas de infracciones contra el honor y la libertad sexual,
sal motivado por la indeterminación de las acciones particulares, sea fundán- en cuyo caso se atenderá a la naturaleza del hecho y del precepto infringido
dolo en razones materiales. 1 4 para aplicar o no la continuidad delictiva."
2. Tampoco en nuestro país se hallan claramente determinados los requi- Destacan en la configuración propuesta por el Proyecto: 1.°) la no nece-
sitos del delito continuado. La doctrina considera como fundamentales: en sariedad de indeterminación procesal de las diversas acciones; 2") la con-
lo objetivo, la pluralidad de acciones, la unidad de ley violada y a veces la cepción bifronte que permite tanto el dolo conjunto como el continuado;
unidad de sujeto pasivo, y, en lo subjetivo, la unidad de designio, propósito, 3.°) la inclusión de los supuestos de "sujeto pasivo-masa" (p. ej.: estafas
intención o dolo; como secundarios, la unidad o identidad de ocasión, la que afectan a una masa de sujetos, como las que atraen a las víctimas me-
conexión espacial y temporal, y el empleo de medios semejantes.15 El TS, por diante publicidad)20 en el delito continuado, tanto porque lo permite con
su parte, ha añadido tradicionalmente a estos requisitos, como fundamental pluralidad de sujetos como, especialmente, porque contiene un inciso desti-
el de indeterminación de las diversas acciones,16 criterio que últimamente se nado a agravar la pena "si el hecho revistiere notoria gravedad y hubiere
empieza a abandonar.11 Pero, como en Alemania, tampoco existe unanimidad perjudicado a una generalidad de personas".21
en cuanto a la exacta naturaleza del elemento subjetivo, dividiéndose los En mi opinión, la figura del delito continuado sólo tiene sentido como
pareceres en dos direcciones: a ) una exige un auténtico dolo conjunto que forma extrema de "unidad natural de acción" que da lugar a una "unidad
abarque de antemano los distintos actos parciales, solución acogida en sus típica de acción en sentido amplio" en el sentido del texto fsupra § 66 III 1)>
declaraciones teóricas por el TS, por mucho que de hecho tiende a deducir La "unidad natural" de los distintos actos parciales se basa en su homoge-
la presencia de tal unidad subjetiva de la mera indeterminación objetiva de neidad objetiva y subjetiva, y puede convertirse en "unidad de hecho típico"
los actos parciales;1* b) otra corriente acoge en la doctrina la teoría alemana en cuanto aquellos actos realicen un mismo tipo cuyo sentido material permi-
del dolo continuado, consistente en la homogeneidad de la parte subjetiva de ta tal unificación. De ahí derivaría la necesidad de condicionar la estimación
los distintos actos, homogeneidad derivada de obedecer cada acto a situacio- del delito continuado a la naturaleza del tipo realizado: sólo cabría en aque-
nes motivacionales semejantes; en favor de esta posición se alegan no sólo llos delitos cuya realización típica puede tener lugar tanto por uno como por
razones de realismo, sino en especial el hecho de que sólo este "caer en la varios actos y que no afectan a bienes personalísimos. Desde este prisma, la
misma tentación" criminal justifica el trato más benigno que tradicional- regulación que propone el Proyecto 1980 resulta acertada, tanto por abando-
mente se atribuye al delito continuado, por manifestar una voluntad delicti- nar la concepción procesal del delito continuado y fijarse exclusivamente en
va más débil, a diferencia de lo que sucede cuando existe un plan preconce- una unidad material y jurídica de las acciones que le permite hablar de "el
bido, supuesto que se considera como expresivo de una más firme voluntad hecho", en singular (esto es: "unidad típica, de hecho") para referirse al
criminal.19 conjunto, como también porque excluye del delito continuado las "ofensas
Ante esta situación jurisprudencial y doctrinal, el art. 86 Proyecto 1980 a bienes jurídicos eminentemente personales", con la salvedad de que remi-
opta por regular expresamente él delito continuado en los siguientes térmi- te a "la naturaleza del hecho y del precepto infringido" para decidir si la
nos: "No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el que, en ejecución figura es aplicable a los delitos contra el honor y la libertad sexual.
En cambio, a mi juicio, resultaría discutible la inclusión de los delitos
con sujeto pasivo-masa en el delito continuado, pues los delitos en que aquella
w Cfr. Castiñeira, Delito continuado pp. 20 ss. figura se aplica, delitos contra la propiedad, se describen como lesiones a un
is Sigo la sistematización de Castiñeira, Delito continuado p. 30. Cfr. tam- sujeto determinado, de suerte que su tipo impide lógicamente abarcar ata-
bién Córdoba Roda, Comentarios II p. 318 ss. No obstante, en contra de la unidad
de sujeto pasivo cfr. Antón Oneca, PG pp. 467 ss.; Quintano, Curso I p. 261; ques a sujetos distintos. Por otra parte, acaso habría que revisar la difun-
Córdoba Roda, Comentarios II p. 323. dida idea de que es necesario unificar los casos de "delito masa" para evitar
i* Cfr. Castiñeira, Delito continuado, p. 35. que las normas del concurso impidan castigar la totalidad de lo defraudado.
17 Cfr. p. e j . : SSTS 22 oct. 70, 16 jun. 72; 18 nov. 75 y 4 jun. 76. La gravedad de los delitos de defraudación no se determina por el Código
18 Interpreta en este sentido la jurisprudencia Castiñeira, Delito continua- en base al "beneficio" obtenido por el sujeto, sino en función del "perjuicio"
do pp. 77 ss., 130. Entre las SSTS recientes cfr. en este sentido 16 febr. 70, que se inflinge a la víctima. Y ciertamente, si bien se mira, no se perjudica
30 mar. 70, 12 mayo 70, 29 dic. 70, 9 febr. 71, 10 mar. 71, 5 nov. 71, 12 mayo 72,
16 jun. 72, 20 febr. 75,12 mayo 75, 10 jun. 75, 23 febr. 76, 16 febr. 77, 28 mayo 77.
También así Rodríguez Devesa, PG pp. 798 s.; Camargo Hernández, Delito conti- 20 Sobre el "sujeto pasivo-masa" cfr. Reol Suárez, ADPCP 1959, pp. 21 ss.;
nuado pp. 32 y 47. Sáinz Cantero, ADPCP 1971, pp. 664 ss.
w Así Castiñeira, Delito continuado, pp. 144 ss.; Córdoba, Comentarios II 21 En este sentido abiertamente crítico para con la fórmula del Proyecto
página 319; Antón Oneca, Delito continuado, p. 457. Rodríguez Devesa, PG p. 803.
1010 § 67. E l concurso ideal I. Esencia del concurso ideal 1011
tanto a nadie si se defrauda a mil persortas mil pesetas a cada una como si im franzosischen und deutschen Strafrecht etc., tesis, Freiburg i Br. 1950; Fuchs,
se defrauda un millón de pesetas a una sola persona. Es razonable considerar Erfoígsqualifiziertes Delikt und fahrlássig herbeigeführter Todeserfolg, N J W
más grave el segundo supuesto. A efectos de prevención general es verdad 1966, 868; Hruschka, Konkurrenzfragen bei den sog. erfolgsqualifizierten De-
también que puede convenir agravar el trato penal de las defraudaciones likten, GA 1967, 42; Kubisch, Tateinheit und Tatmehrheit, DJ 1942, 97; Ma-
masivas para evitar que una pena pequeña pueda resultar insuficiente para schinsky, Zur Frage von Tateinheit und Tatmehrheit, DJ 1942, 503; Mezger, An-
disuadir de la obtención de un gran beneficio. Pero ello no debe llevar a ter- merkung zu RG 75, 19, DR 1941, 922; Niese, Empfiehlt sich die Einführung einer
einheitlichen Strafe auch im Falle der Realkonkurrenz? Materialien, t. I, pági-
giversar la esencia dogmática del problema, sino a regular convenientemente na 155; Oehler, Das erfolgsqualifizierte Delikt ais Gefáhrdungsdelikt, ZStW 69
la fijación de la pena, suprimiéndose, como ya propone el Proyecto el criterio <1957), pág. 503; Oske, Das Konkurrenzverháltnis der Dauerdelikte zu den übri-
aritmético de cuantías y previéndose, si se quiere, una agravación para los gen Straftaten, MDR 1965, 532; Rippich, Die verfahrensrechtlichen Auswirkun-
casos en que se estime necesario. gen der Idealkonkurrenz und Realkonkurrenz etc., Strafr. Abh. núm. 322, 1935;
8. El tratamiento del delito continuado que describe el texto coincide Schróder, Konkurrenzprobleme bei den erfolgsqualifizierten delikten, N J W 1956,
sustancialmente con el que recibe en España por parte del TS: el delito con- 1.737; Schweling, Die Bemessung der Gesamtstrafe, GA 1955, 289; Stoecker, Die
tinuado se trata como u n solo delito, con la pena correspondiente al mismo y Konkurrenz, Materialien, t. II, 1, pág. 449; Widmann, Zur Bestrafung wegen
sin aplicación, por tanto, de las reglas del concurso de delitos.22 Deben distin- vorsátzlicher oder fahrlassiger Tótung bei gleichzeitigem Vorliegen eines sog.
erfolgsqualifizierten Delikts, MDR 1966, 554.
guirse, no obstante, dos grupos de supuestos: a ) aquéllos en que cabe sumar
la entidad de los actos parciales y obtener como resultado un delito único Cfr. además la bibliografía del § 66.
más grave (es lo que sucede en los delitos contra la propiedad cuya pena se
determina en función del valor económico del objeto material o del perjuicio: I. Esencia del concurso ideal
el delito resultante supondrá, por ej., un hurto por valor de la totalidad de
lo sustraído en los distintos momentos); b ) los casos en que los actos parcia- 1. Concurre concurso ideal cuando el a u t o r vulnera mediante una
les no son susceptibles de adición cuantitativa que se refleje en el delito misma acción v a r i a s leyes penales o v a r i a s veces la misma ley penal
continuado, que entonces podrá no resultar más grave que cada uno de los (§ 52 I ) . 1 Dos son, pues, los requisitos del concurso ideal: por una
distintos hechos calificados separadamente (p. ej., en delitos de falsedades). p a r t e , debe concurrir unidad de acción (cfr. supra, § 66 II-V) y, por
La figura del delito continuado beneficia, por ello, desigualmente según los o t r a p a r t e , mediante la única acción debe t e n e r l u g a r u n a pluralidad
delitos: más en los del segundo grupo que en los del primero. Tal resultado de infracciones de la Ley. Cabe, p a r a ello, t a n t o la aplicabilidad de dis-
contradictorio se ha considerado inadmisible por la doctrina-23 Por lo demás, t i n t a s leyes penales como también la posibilidad de que la m i s m a ley
a diferencia del TS y del planteamiento del texto, en la doctrina española se resulte v a r i a s veces aplicable. E l p r i m e r caso se denomina concurso
tiende a considerar la unidad del delito continuado como una pura ficción
ideal heterogéneo y el segundo concurso ideal homogéneo. L a figura
destinada a eludir las reglas del concurso, ficción que obligaría a fijar la aten-
del concurso ideal proporciona, así, la posibilidad, indispensable en
ción en los actos parciales, considerados auténticos delitos por sí mismos,
a la hora de resolver cuestiones como el inicio del cómputo de la prescripción Derecho Penal, de que una acción sea aprehendida exhaustivamente,
o de la ley aplicable en el tiempo.2* bien bajo el p r i s m a de distintos tipos penales, bien bajo la perspectiva
de la lesión de distintos objetos de la acción de c a r á c t e r homogéneo
(función de esclarecimiento del concurso ideal).2 La expresión " u n i -
§ 67 El concurso ideal dad de h e c h o " (cfr. supra, Preámbulo al § 66) sólo expresa correcta-
mente un aspecto de la cuestión, a saber, la existencia de una única
Ackenbach, "Tat", "Straftat", "Handlung" und die Strafrechtsreform, MDR acción, pero deja sin contemplar lo esencial, esto es, que h a n de to-
1975, 19; Baumgarten, Die Lehre von der Idealkonkurrenz und Gesetzeskonkur-
renz, Strafr. Abh. núm. 103, 1909; el mismo, Die Idealkonkurrenz, Festgabe für m a r s e en consideración o bien u n a pluralidad de tipos o bien la repe-
R. v. Prank, t. II, 1930, pág. 188; Bockelmann, Zur Lehre von der Idealkon- tición del mismo tipo p a r a caracterizar el contenido de injusto del
kurrenz, ZAK 1941, 293; Coenders, Über die Idealkonkurrenz etc., 1921; Cramer, hecho en todas direcciones.
Das Strafensystem etc., J u r A 1970, 183; H. Dreher, Real- und Idealkonkurrenz
Ejemplos: El acceso carnal violento del padre con su hija menor de,18
22
Es errónea, pues, la apreciación de Cuello Contreras, ADPCP 1979, pá- años constituye, al mismo tiempo, violación (§ 177), incesto (§ 173 I) y abu-
ginas 68 s., según la cual, al afirmar la unidad de delito la doctrina y jurispru- so sexual de personas sometidas a protección (§ 174 I, núm. 3), así como,
dencia españolas se apartan incomprensiblemente de la doctrina dominante en
Alemania, la cual hablaría de " Handlungseinheit, en el sentido del concurso ideal
de delitos", solución ésta que Cuello propone también para España, p. 73. Este 1 La expresión "concurso ideal" debe entenderse de modo que una acción
autor no tiene en cuenta probablemente que "Handlungseinheit" no significa "con- cumple, según la "idea", el tipo de varias infracciones legales, en tanto que en el
curso ideal" como "Tateinheit". ' concurso real" concurren "realmente" varias acciones. Sobre la sustitución del
concepto "hecho punible" por el de "acción" en el § 52 I cfr. Ackenbach, MDR
23 Así Castiñeira, Delito continuado p. 194. 1975, 20.
24 Cfr. Castiñeira, Delito continuado, pp. 184 ss. 2 Así, acertadamente, Schonke/Schróder/Stree, § 52 Anm. 2.
§ 67. El concurso ideal II. Formas de aparición del concurso ideal 1013
1012
posiblemente, lesiones (§ 223). El engañó de la otra parte contratante si- coincidir, sino que p a r a la apreciación de concurso ideal basta que,
mulando disponer de crédito mediante una falsa información bancaria cons- por lo menos, coincidan parcialmente. Según el grado y especie de la
tituye estafa (§ 263) y falsificación de documento (§ 267). El dar muerte coincidencia cabe distinguir distintas formas de aparición de con-
a varias personas mediante la colocación de material explosivo constituye curso ideal.
un número correspondiente de asesinatos (§ 211). 1. La ley menciona en el § 52 I, en primer lugar, el supuesto nor-
mal de que u n a acción vulnere dos o más distintas leyes penales (con-
2. P a r a explicar la esencia del concurso ideal se han propuesto la
curso ideal heterogéneo).
teoría de la unidad y la de la pluralidad. L a teoría de la unidad en-
tiende que, al concurrir únicamente una acción en el concurso ideal, Caben aquí varias combinaciones. Los tipos pueden coincidir comple-
en éste sólo existe también un único delito, aunque se apliquen varios tamente en la descripción de la acción, pero requerir distintos resultados;
tipos penales. 8 La teoría de la pluralidad destaca, en cambio, que la ello sucede, por ejemplo, cuando alguien de un disparo mata a una persona
infracción de varias leyes penales ha de conducir a la estimación de y, a la vez, daña una cosa (§§ 212, 303), o fuerza a otro mediante una le-
varios hechos punibles, aunque externamente concurra sólo una ac- sión corporal a realizar una acción (§§ 223, 240). Pero también puede ocu-
ción. 4 La polémica doctrinal afecta, sin embargo, a u n a cuestión cons- rrir que el autor ocasione, mediante la acción típica, al mismo tiempo un
tructiva carente de significación práctica. No es más que una lucha resultado comprendido en otro tipo; así, hubo que admitir concurso ideal
de palabras, puesto que existe unidad sobre la esencia del problema, entre asesinato (§ 211) y robo especialmente grave (§ 251) si la ruptura de
a saber, que únicamente concurre una acción a la que hay que aplicar la posesión tuvo lugar mediante el homicidio de su titular (RG 63, 101
[105]; 72, 349 [352]; BGH 9, 135) (en distinto sentido ahora a causa de
la pluralidad de leyes penales por la vía de una combinación de pena-
la nueva redacción del § 251, BGH 26, 175).e* También dos delitos de mera
lidades. 6 actividad, por ejemplo, perjurio (§ 154) y difamación (§ 187), pueden con-
También el tratamiento jurídico-procesal del concurso ideal es el mismo currir en forma de concurso ideal heterogéneo. Por último, existe concur-
desde ambos puntos de vista. 6 Aunque se parta de que sólo concurre un so ideal cuando concurre un tipo cualificado intentado con otro tipo básico
hecho punible, puede dividirse la querella (RG 62, 83 [87]) y hay que con- consumado (BGH 21, 78 [80] tentativa de robo y hurto consumado).
denar al acusado por todas las leyes penales que concurren idealmente, ya
que el hecho debe ser contemplado desde distintas perspectivas jurídicas. También existe el concurso ideal cuando, mediante una acción, se
Igualmente, desde el punto de vista de la teoría de la pluralidad, tampoco infringe varias veces la misma ley penal (concurso ideal homogéneo).
existe ninguna dificultad para que mediante el fallo ejecutorio se agote el E s t a posibilidad se menciona actualmente de forma expresa en el
derecho a la persecución penal en relación a todos los tipos concurrentes, § 52 I, aunque ya anteriormente se aceptaba por la Jurisprudencia y
ni para que la negación de una de las leyes penales indicadas en la resolu- la doctrina dominante. 7
ción de apertura del juicio como idealmente concurrentes no determine la
absolución. Ejemplos: Si alguien convence a varias personas en una conversación
a cometer perjurio, las cinco inducciones concurren en concurso ideal (RG
II. Formas de aparición del concurso ideal 70, 334 [335]). También se produce concurso ideal cuando un disparo da
muerte a varias personas, un término ofensivo se dirige a dos personas,
Concurso ideal significa que una acción realiza varios tipos pe- mediante una solicitud se determina a dos niños a la práctica de acciones
nales. Las distintas infracciones legales no precisan, sin embargo, deshonestas (BGH 1, 20 [22]), una acción deshonesta tiene lugar ante
varios niños (BGH 6, 81 [82]) o un anuncio engañoso lesiona a dos víc-
3 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 682; Blei, Allg. Teil, pág. 323; Baumgar- timas (BGH Dallinger MDR 1970, 381 y ss.).
ten, Frank-Pestgabe, t. II, pág. 189; Hopfner, Einheit und Mehrheit, págs. 101
y ss.; v. Liszt/Schmidt, pág. 359, nota 6; Kubisch, DJ 1942, 99; Maurach, Allg.
Teil, pág. 731; M. E. Mayer, Lehrbuch, pág. 156, nota 2; Mezger, Lehrbuch, pá- El concurso ideal homogéneo no sólo es imposible entre delitos
gina 469. contra bienes jurídicos altamente personales (por ej., integridad fí-
4 Así Binding, Handbuch, págs. 569 y ss.; Coenders, Idealkonkurrenz, pá- sica, vida, libertad y honor) o bienes jurídicos del Estado o de la co-
ginas 12 y ss.; Dreher, § 52 Vorbem. 4; Frank § 73 Anm. 1; LK (Mosl), § 73
Anm. 1; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 412; el mismo, GrundriB, pág. 191; Niese, lectividad (por ej., administración de justicia o seguridad del tráfico
Materialien, t. I, pág. 156; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 736.
5 Así Graf zu Dohna, Verbrechenslehre, pág. 64; Geeras, Konkurrenz, pá-
ginas 324 y ss.; v. Hippel, t. II, págs. 504 y ss.; Jescheek, ZStW 67 (1955), 6a Cfr. sobre esto, supra, § 26 II la, nota 29a.
página 533; Cramer, JurA 1970, 206; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 3. 7 Así Frank, § 73 Anm. III; v. Hippel, t. II, pág. 520; Jescheek, ZStW 67
6 En distinto sentido, en este punto, sin embargo, Maurach, Allg. Teil, pá- (1955), pág. 547; LK (Jagusch), 8." ed., § 73 Anm. 3b; Kohlrausch/Lange, § 73
gina 731. Por el contrario, la distinción de concurso ideal y real entraña impor- Anm. II; Mezger, Lehrbuch, pág. 468; Olshausen, § 73 Anm. 4; R. Schmitt,
tantes consecuencias jurídico-procesales, cfr. sobre esto, con más detalle, Rippich, ZStW 75 (1963), pág. 185.
Die verfahrensrechtlichen Auswirkungen, págs. 9 y ss.
1014 § 67. El concurso ideal III. Casos especiales de concurso ideal 1015
8 9 12
jurídico) , sino también en delitos contra los derechos patrimoniales. justo, a los otros delitos, en sí independientes. El efecto de abraza-
Como estos derechos patrimoniales "corresponden" a personas indivi- miento se rechaza, en cambio, con razón, cuando por lo menos una
duales, el derecho al respeto del bien jurídico protegido en el precepto de las acciones a vincular encierre un contenido de injusto esencial-
penal resulta vulnerado varias veces cuando el hecho daña a varias mente más grave que la acción vinculante, puesto que dos hechos, de
víctimas. La diferencia práctica existente entre las dos posibles con- suyo independientes no pueden quedar sustraídos a la regla más se-
cepciones es ciertamente escasa, ya que en el concurso ideal homogé- vera de determinación de la pena prevista en el § 53 por el hecho de
neo sigue siendo decisiva la pena máxima del tipo correspondiente. que, cada uno de ellos concurra con un mismo delito más leve (BGH 1,
2. El concurso ideal no requiere la plena coincidencia de las ac- 67 [69] ; 3, 165 [167] ; BGH NJW 1975, 985 [986]).
ciones requeridas en los tipos concurrentes. Basta, por el contrario,
la "identidad parcial de las acciones ejecutivas" en el tipo objetivo Ejemplos: Descuida aún el punto de vista de la "equivalencia valorati-
va" RG 68, 216 [218]: el uso indebido de un vehículo (§ 248b) uniría en
de las leyes penales en concurso (RG 32, 137 [139 y s s . ] ; 52, 298 concurso ideal el homicidio imprudente cometido durante la marcha (§ 222)
[300] ; BGH 7, 149 [151] ; 18, 29 [34]). 10 Para la delimitación de los y la huida del lugar del accidente (§ 142). Por el contrario, correctamente
tipos lo importante no es, a tal efecto, su consumación formal, sino su RG HRR 1935, núm. 535: el uso indebido de un título no despliega ningún
terminación material (BGH 26, 24 [27]) (cfr. supra, § 49 III 3). Las efecto de abrazamiento con relación a varias acciones de estafa indepen-
posibilidades del concurso ideal resultan ampliadas de forma impor- dientes ; BGH 2, 246 (247): varios intentos de asesinato no pueden reunirse
tante por esta doctrina. en concurso ideal por la concurrencia con una tentativa unitaria de robo:
BGH 18, 66 (69): el conducir sin permiso no puede convertir en unidad
Ejemplos: Existe concurso ideal de robo (§ 249) y extorsión (§ 253), varios hurtos de vehículos. El efecto de abrazamiento que opera la con-
cuando la aplicación de violencia conduce tanto a la sustracción como a la ducción en estado de embriaguez (§ 316), importante en la práctica para el
entrega de cosas (RG 55, 239 [241]), de lesiones (§ 223) y resistencia Derecho Penal del tráfico, ha sido restringido en la actualidad por el BGH
(§ 113) si el agente judicial es golpeado (RG 41, 82 [84]). Como la falsifi- mediante la apreciación de una interrupción cuando tiene lugar un acci-
cación de documento (§ 267) no se termina hasta que tiene lugar el uso del dente, de tal modo que el homicidio imprudente no se vincula a la huida del
documento falso, se aprecia concurso ideal con estafa (§ 263) cuando el fal- accidente (BGH 21, 203 [204]).
sificador presenta el documento con el fin de defraudar (BGH JZ 1952, 89;
BGH GA 1955, 245 [246]; en sentido restrictivo ahora, sin embargo, BGH
17, 97 [99] sobre el § 267). El rapto (§ 237) y la violación (§ 177) constitu- III. Casos especiales de concurso ideal
yen unidad de hecho si el raptor aprovecha para cometer el hecho la situa- 1. Acciones dolosas e imprudentes pueden encontrarse en con-
ción de desamparo de la mujer (BGH 18, 29 [34]). curso ideal, por ejemplo, puesta en peligro dolosa del transporte
3. La relación de concurso ideal puede, por último, producirse (§ 315) y homicidio imprudente (•§ 222) (RG DR 1943, 753), compli-
por el hecho de que dos acciones, de suyo independientes, se hallen, cidad en un aborto (§§ 218 I, 27) y homicidio imprudente (BGH 1,
cada una de ellas, en concurso ideal con una tercera acción, de tal suer- 278 [280]), la modalidad dolosa prevista en el § 330a y la actio libera
te que únicamente coincidan en este punto (unidad de acción por in causa imprudente respecto del § 222 (BGH 17, 333 [337]). 13
efecto de abrazamiento).11 Esta ampliación del ámbito de aplicación 2. En los delitos permanentes (cfr. supra, § 26 II la) hay que dis-
del § 52, acogida ya por la Jurisprudencia tempranamente (RG 44, tinguir. 14 Las acciones que solamente se cometen con ocasión de un
223 [228]), ha de ser admitida cuando el tipo que permite el concur- delito permanente — por ejemplo, la injuria del morador que llama la
so ideal equivale aproximadamente, en cuanto a su contenido de in- atención del intruso (§ 123) — según la opinión dominante se hallan en
concurso real con el delito permanente. Por el contrario, hay que es-
8 Pero así, Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 29. timar concurso ideal en los delitos que sirven al mantenimiento del
9 Así, acertadamente, BGH Dallinger MDR 1970, 381 y ss.; Lackner, §
73 Anm. 3.
10 Doc. absol. dom.; cfr. Frank, § 74 Anm. I ; Geerds, Konkurrenz, pág. 279; 12 También así, Geerds, Konkurrenz, págs. 280 y ss.; Lackner, § 52 Anm.
Baumann, Allg. Teil, pág. 687; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 241 y ss.; Kohl- 2b; Maurach, Allg. Teil, pág. 761; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 16; Dre-
rausch/Lange, § 73 Vorbem. H a ; Maurach, Allg. Teil, pág. 761; Schdnke/Schro- her, § 73 Vorbem. 1 A c; Welzel, Lehrbuch, pág. 232; Wessels, Allg. Teil, pági-
der/Stree, § 52 Anm. 9; Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 736 y ss.; Stratenwerth, na 130. Por el contrario, R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 48; Schmidhauser,
Allg. Teil I, núms. 1.240 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 231; Wessels, Allg. Teil, Allg. Teil, pág. 592; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.244; Wahle, GA 1968,
página 145. Pero en sentido crítico, respecto a la fórmula del RG por lo azaroso 107 y ss. quieren remitir totalmente al concurso ideal los casos de "abrazamiento".
de sus ^resultados, Honig, Studien, págs. 25 y ss.; pág. 42. Requiere la concurren- 13 Cfr. Lackner, § 52 Anm. 3c; Welzel, Lehrbuch, pág. 232.
cia de unidad de acción "con arreglo a una consideración natural" para los casos 14 Cfr. Lackner, § 52 Anm. 3c; Maurach, Allg. Teil, pág. 760; Schonke/
de identidad parcial, Wahle, GA 1968, 110. Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 88 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 738; Stra-
11 Sobre esto, ampliamente, Wahle, GA 1968, 97 y ss. tenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.243; Welzel, Lehrbuch, pág. 232.
1016 § 67. El concurso ideal III. Casos especiales de concurso ideal 1017
estado antijurídico, como la lesión del morador que se defiende del miento gravemente culposo, BGH 26, 175; BGH Dallinger MDR 1976,
intruso. Un sector estima, además, concurso ideal cuando el delito 15) ,19
permanente ha de crear el presupuesto para la comisión de otro hecho 4. La contemplación de los problemas concúrsales en los delitos
punible, por ejemplo, la tenencia ilícita de un arma de fuego sirve a de omisión ha de partir de los conceptos de "unidad de omisión" y
la perpetración de un robo (RG 66, 117 [119]). 15 Normalmente, la Ju- "pluralidad de omisiones" (cfr. supra, § 66 IV 2) .20 En caso de unidad
risprudencia requiere, sin embargo, con razón, que también en el de omisión cabe tanto el concurso ideal homogéneo como el hetero-
delito permanente se produzca la coincidencia parcial de las acciones géneo.
delictivas (RG 32, 137 [140]; 54, 288 [289]; BGH LM § 177, núm. 8;
BGH 18, 29 [34]; BGH GA 1967), no permitiendo, pues, la relaja- Ejemplo: Si un vigilante coopera en un atraco bancario dejando sin
ción de los principios generales sobre el concurso ideal aunque exista cerrar una puerta trasera en connivencia con los autores y, al mismo tiem-
una relación de medio a fin.16 También dan lugar a unidad de hecho po, no advierte por imprudencia que éstos eran capaces de causar un in-
varios delitos permanentes cuando las acciones ejecutivas coinciden cendio al aplicar soldadura sobre una caja de caudales, debe ser condenado
por lo menos parcialmente — por ejemplo, conducir sin permiso (§ 21 por complicidad en el hurto con fractura (§§ 242, 243 I, núm. 1, 27) en con-
I 1 SpVG) y hacerlo en estado de embriaguez (§ 316) (BayObLG curso ideal con incendio imprudente (§ 309), ambos delitos cometidos por
comisión.
GA 1975, 54).
3. También se plantean especiales problemas de concurso en los
delitos cualificados por el resultado, tanto en relación con los tipos Por el contrario, es discutible la cuestión de si un delito de omi-
imprudentes como con los dolosos que conminan con pena la produc- sión puede entrar en concurso ideal con un delito de comisión. Según
ción imprudente o dolosa del resultado cualificado en cuanto tal. 17 Si la opinión correcta debe negarse tal posibilidad, ya que la omisión y
el autor sólo puede producir la consecuencia cualificativa por impru- el hacer positivo no coinciden ni siquiera parcialmente, sino que, a lo
sumo, pueden sólo concurrir en un mismo momento (RG 68, 315 [317
dencia, pues si concurriera dolo daría lugar a otro tipo de delito, la
y s s . ] ; BGH 6, 229 [230]). 21 Así, hay que negar el concurso ideal en-
cuestión de la relación con el tipo imprudente correspondiente no
tre la omisión de prestación de socorro (§ 330c) y el alejarse del lugar
resulta dudosa. Tras la introducción del § 18 únicamente cabe con-
del accidente (§ 142) (pero en distinto sentido, RG 75, 355 [360];
curso de leyes, y en concreto especialidad (cfr. infra, § 69 II 1), ya BGH GA 1956, 120), así como entre el alejarse del lugar del acciden-
que el delito cualificado por el resultado siempre incluye el tipo im- te y el homicidio doloso cometido por medio de la omisión del socorro
prudente (cfr. BGH 8, 54 en relación con el § 226 y el § 222) .18 Cuan- (en distinto sentido, sin embargo, BayObLG NJW 1957, 1.485). Lo
do, por el contrario, el resultado cualificativo pueda ser realizado no contrario sólo procede cuando el delito de omisión constituye un de-
sólo por imprudencia, sino también dolosamente sin que con ello des- lito permanente y el delito de comisión ha de servir al mantenimiento
aparezca el tipo básico del delito cualificado por el resultado, debe de este estado — por ejemplo, dificultar la ejecución forzosa (§ 288)
estimarse concurso ideal con el correspondiente tipo doloso o impru- con el fin de no prestar alimentos (§ 170b).
dente, puesto que, en tal caso, sólo de dicha forma puede esclarecerse
si la consecuencia más grave se produjo en el caso concreto dolosa o
imprudentemente. De ahí que constituyan unidad de hecho el incendio
con resultado de muerte (§ 307, núm. 1), así como la privación de li-
bertad con resultado de muerte (§ 239 III), y los §§ 211 y 212, o el 19 También así, Lackner, § 251 Anm. 4; en distinto sentido, Dreher, §
251 Anm. 6; Schonke/Schroder/Eser, § 251 Anm. 9, que pese a la nueva re-
§ 222 (cfr. BGH 9,135 [136] con relación al § 251 ant. red.; BGH 19, dacción pretende acudir al § 18 ("¡por lo menos!") (cfr. también, § 26 II la,
101 [106]; 20, 269 [271] en relación al § 178 ant. red.; en distinto nota 29a). En favor de la unidad de ley en el caso de concurso del § 251 ant. red.
con el § 226 BGH NJW 1965, 2.116. En contra, con razón, Fuchs, NJW 1966,
sentido, porque los dos tipos actualmente sólo abarcan el comportá- 868, mientras que Widmann, MDR 1966, 554 pretende excluir el tipo de impru-
dencia en todos los casos en que éste concurra con un delito cualificado po» el
resultado. Como el último, también, Hruschka, GA 1967, 48, quien pide que se
resuelva la cuestión de si concurre homicidio doloso o imprudente en la parte
i s De acuerdo, Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 91; Welzel, Lehr- dispositiva de la sentencia, pero se opone a que ello se convierta en objeto de
buch, pág. 232; Wessels, Allg. Teil, pág. 145. la condena.
16 También así, Baumann, Allg. Teil, pág. 688; Oske, MDR 1965, 534; 20 Cfr. Welzel, Lehrbuch, pág. 233; Struensee, Konkurrenz, págs. 46 y ss.;
Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 738. Kubisch, DJ 1942, 97 y ss.
17 Así, también, Schroder, NJW 1956, 1.737 y ss. 21 Cfr. también así Lackner, § 52 Anm. 2c; Kohlrausch/Lange, § 73 Anm.
18 Así, también, Schonke/Schroder/Cramer, § 18 Anm. 6; SK (Rudolphi), I; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 19; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.243.
§ 18 Anm. 9; en distinto sentido, Kohlrausch/Lange, § 65 Anm. IV 5; Oehler, Pero en contra, Baumann, Allg. Teil, pág. 671; LK (Mosl), § 73 Anm. 4; Ma-
ZStW 69 (1957), pág. 519, que aprecian concurso ideal. schinsky, DJ 1942, 503.

21. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1018 § 67. El concurso ideal
V. Derecho comparado 1019
IV. T r a t a m i e n t o del concurso ideal Ejemplos: Si concurren infidelidad (§ 266) y prevaricación de abogado
(§ 356), sin ninguna circunstancia especial, la pena mínima es de tres
La estimación de la relación de concurso ideal sirve p a r a esclarecer meses (§ 356) y el límite máximo de la pena es de cinco años (el mismo
cómo debe formularse en estos casos el fallo y qué penalidades hay para el § 266 y el § 356). Caso de concurrir al mismo tiempo el § 356
que aplicar al hecho. II la pena mínima sería de un año. Si concurre un caso especialmente
1. E s t a s cuestiones resultan de sencilla respuesta en el concurso grave de infidelidad solamente resulta de aplicación el marco penal del
ideal homogéneo. El fallo debe expresar en este caso la repetida § 266 II. Junto a la pena privativa de libertad cabe imponer una multa
vulneración de la misma ley por la que el acusado resulta condenado (§ 52 III) si interviene ánimo de enriquecimiento (§ 41).
("se condena a A a cadena perpetua por asesinato de tres personas'*).
El nuevo Derecho únicamente sigue previendo la pena privativa
La pena, sin embargo, se toma por una sola vez de la ley repetidamen-
de libertad como pena única o bien, optativamente, dicha pena o la
t e vulnerada (§ 52 I ) . Dentro del marco del límite máximo de la pena-
de multa. La especie penal más grave es la de privación de libertad.
lidad correspondiente a este tipo, el hecho de la infracción repetida
El arresto penal sólo es ahora pena sustitutiva (§ 11 WStG) o una
de la misma ley ha de contemplarse normalmente en sentido agrava-
pena privativa de libertad de corta duración p a r a soldados (§ 12
torio (§ 46 I I : "el modo de ejecución y las consecuencias del hecho
WStG), pero en ningún caso sigue siendo una clase de pena prevista
culpablemente producidas"). La infracción repetida de la ley puede,
autónomamente. Igualmente se ha suprimido la previsión de la pena
sobre todo, justificar la estimación de un caso especialmente grave
de multa como única o cumulativa (cfr. p a r a el Derecho de los Lander,
(el t u t o r vulnera, por ejemplo, los intereses patrimoniales de t r e s pu- artículo 3, 290 E G S t G B ) .
pilos mediante un mismo negocio desfavorable, § 266 II) P-
2. E n el concurso ideal heterogéneo la condena debe indicar to- 3. Según el § 52 I I I la pena de multa puede imponerse junto a la
de privación de libertad cuando concurran los requisitos exigidos por
das las leyes penales concurrentes ("se condena a A a la pena de t r e s
el § 41 (cfr. el ejemplo a n t e r i o r ) . Cabe imponer penas accesorias,
años de privación de libertad por violación en concurso ideal con le-
consecuencias accesorias y medidas (§ 1 1 1 , núm. 8) si uno de los pre-
siones peligrosas"). Esto no se indica expresamente en el § 52, pero
ceptos aplicables lo permite o prescribe (§ 52 I V ) . P o r último, en la
resulta evidente, puesto que el pleno contenido de injusto del hecho
determinación de la pena h a de contemplarse en sentido generalmente
no resulta sino de todas las leyes penales aplicables. 28 La pena se toma
agravatorio la concurrencia de varias infracciones legales dentro del
de un marco penal resultante de la aplicación del principio de combi-
marco penal resultante de la combinación (RG 22, 388 [393] ; 49, 401
nación (§ 52 II-IV), en base a la consideración de las penalidades de
[402] ; BGH MDR 1966, 2 6 ; OLG H a m b u r g J R 1951, 8 6 ; OLG Kóln
todas las leyes violadas. 24 El marco penal de la pena principal se de-
MDR 1956, 374) .2«
t e r m i n a por a r r i b a fijándose como límite máximo el m á s grave de
las penas correspondientes a las leyes concurrentes, y por abajo aten-
diéndose a la pena mínima m á s benévola que las mismas determinen. V. Derecho comparado
Los límites máximo o mínimo del marco penal que deben formarse En el Derecho comparado 27 se prevé, a menudo, la pena unitaria para
no se fijan con arreglo al criterio abstracto que se emplea por el § 12 ambas especies de concurso, como en Austria (§ 28 StGB), 28 en Suiza (ar-
en la división de las acciones punibles en delitos graves y menos gra- tículo 68 StGB)29 y en Francia (art. 5 C. P.).8« El Derecho italiano trata,
ves (cfr. supra, § 7 IV 2 ) . Importa, por el contrario, cuál de las leyes en lo esencial, el concurso real con arreglo al principio de acumulación con
concurrentes permite, en atención a las circunstancias agravantes o límites máximos (art. 71 y ss. C. P.), y el concurso ideal según el principio
atenuantes presentes en el caso concreto, el tope penal m á s elevado de absorción con agravación de la pena (art. 81 C. P.), aplicándolo también
y el más reducido (sobre el Derecho anterior, cfr. RG 75, 14 [ 1 8 ] ; al delito continuado conducido únicamente por el "medesimo disegno cri-
7 5 , 1 9 [ 2 2 ] ; 76, 59 [60]).** 26 También así la doc. dom.; cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 4J69;
Lackner, § 52 Anm. 4b; LK (Mosl), § 73 Anm. 24; Maurach, Allg. Teil, pág. 766;
Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 47.
22 Cfr. Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 33. 27 Cfr. la completa exposición de Geerds, Konkurrenz, págs. 71 y ss.
23 Cfr. Baumgarten, Idealkonkurrenz, págs. 89 y ss.; Bockelmann, ZAK 28 Cfr. con más detalle Leukauf/Steininger, § 28 Anm. B. Sobre el Derecho»
1941, 294; Maurach, Allg. Teil, pág. 764; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.247; anterior, cuya regulación se adoptó, Rittler, t. I, págs. 338 y ss.; Nowakowskir
SK (Samson), § 62 Anm. 26. Grundrip, págs. 120 y ss.
24 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 764 y ss.; LK (Mosl), § 73 Anm. 20 y ss.; 29 Cfr. Hafter, Allg. Teil, pág. 378; Pfenninger, Das schweizerische Straf-
Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. 34; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 783; Stra- recht, pág. 233; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.206.
tenwerth, Allg. Teil I, núms. 1.248 y ss. 30 Cfr. Merle/Vitu, Traite, págs. 381 y ss., 597 y ss.; Stefani/Levasseur,
25 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 765; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Anm. Droit penal general, págs. 474 y ss., 477 y ss.; H. Dreher, Real- und Idealkon-
37; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 242. kurrenz, págs. 55 y ss.
1020 § 67. El concurso ideal Adiciones de Derecho español al § 67 1021
1
mínale" (art. 81 II C. P.). 31 España parte del principio de acumulación en se alega su tratamiento penal como concurso ideal. Mas la doctrina parece
el concurso real, pero lo combina con el principio de absorción y con el de evolucionar hacia la tesis del concurso real,2 que contaría a favor el que, pese
asperación, así como con ciertos límites máximos (art. 69 y ss. C. P.). 82 Para a todo, la ley no habla en este caso de "un solo hecho", sino que más bien
el concurso ideal rige el principio de absorción con agravación de la pena parece contraponer la relación de medio a fin al caso de un solo hecho que
(artículo 71 C. P.). 33 En el Derecho holandés rige lo mismo para el concurso constituye varios delitos.
ideal (art. 55 W. v. S.). En el concurso ideal solamente se impone una 2. La polémica entablada entre la teoría de la unidad y la de la pluralidad
pena, sometida a determinados límites máximos (art. 57 y ss. W. v. S.).34 dejleUtos en el concurso ideal no puede plantearse en España, ~ya~qúé la le-
En el Derecho inglés se aplica, en caso de concurso real, el principio de tra de la ley es inequívoca en afirmar que en el concurso ideal un solo hecho
acumulación, que, sin embargo, sufre una atenuación mediante la permi- constituye "dos o más delitos" 3 y no sólo que el hecho vulnere dos o más leyes
sión facultativa de la ejecución simultánea de varias penas privativas de ^penales, como declara el § 52 I StGB.
libertad. Para una parte de los casos de concurso ideal (merger of offenses)
rige el principio de absorción, y en los demás también el de acumulación.36 II. Modalidades de concurso ideal
Los mismos principios se encuentran mayoritariamente en el Derecho Pe-
nal americano.96 En el StGB de la RDA se prevé para el concurso ideal y 1. Según un sector importante de la doctrina, el art.<fT¿)primer inciso,
para el real la pena unitaria con posibilidad de agravación (§§ 63 y 64). 37 alcanza tanto al concurso ideal heterogéneo como al homogéneo.4 Mas lo
cierto es que, a diferencia del § 52 StGB,(eTar^) 71 CP, como el art. 88 Pro-
* * * yecto 1980, sólo se refiere a supuestos en que los delitoswns.iirrfint.p.s.tengan
distinta gravedad, pues remite a "la pena correspondiente a la infracción
más grave".5 Ello puede interpretarse como señal de que la ley no ha preten-
I. Esencia del concurso ideal dido alcanzar al llamado concurso ideal homogéneo, que necesariamente %m-
1. La doctrina española maneja en principio un concepto de concurso plica igual gravedad de los delitos en concurso. La razón material podría
ideal (a veces llamado también "concurso formal") coincidente con el emplea- verse en la consideración de que en esta clase de concurso de delitos (que se
do en Alemania. Desde él punto de vista terminológico debe señalarse que en da cuando mediante una sola conducta se producen varios resultados mate-
alemán se emplea con frecuencia la expresión "unidad de hecho" (Tateinheit) riales: mediante una bomba se da muerte a varias personas) en realidad
como sinónima de concurso ideal, lo que explica una observación crítica que concurren tantos "hechos" cuantos resultados producidos dolosamente, esto
al respecto hace Jescheck. Desde el prisma conceptual la única particularidad es: que se trata de un concurso real. Sobre la existencia, en estos casos,
existente en nuestro país es la división de opiniones en torno a la cuestión de de pluralidad de "hechos" me he extendido ya supra, Adiciones al § 67. Aho-
si constituye concurso ideal o real el supuesto de comisión de un delito como ra añadiré que sólo sobre esta base puede explicarse que en el ejemplo pro-
medio de cometer otro. La duda obedece a la regulación unitaria que los CP puesto se admita la existencia de varios delitos de homicidio, es decir, varios
españoles tradicionalmente efectúan de este supuesto y el de que un hecho "homicidios". Si no correspondiese un hecho distinto para cada muerte, sólo
constituya dos o más delitos, sometiendo a ambos al mismo tratamiento pe- podría decirse que existe un hecho con varias muertes, no con varios "homi-
nal (art. 71 CP; art. 88 Proyecto 1980). En favor de la consideración de que cidios", pues el delito de homicidio no sólo requiere la muerte, sino el hecho
el supuesto de relación de medio a fin constituye para la ley una modalidad de matar. Cada delito de homicidio requiere un hecho homicida.6
de concurso ideal, en la cual la unidad de fin unificaría los distintos hechos, Según estor£LQ,rt. 71 CP (y el art. 88 Proyecto 1980) sólo alcanzaría, en
su primer inciso los casos en que un solo comportamiento puede vulnerar
idealmente (¡concurso ideal/,) varios bienes jurídicos sin que para ello deba
31 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, págs. 596 y ss.; Pagliaro, Principi, pág. 567; producir otros tantos resultados materiales. Entonces sí que podrá decirse
Nuvolone, Sistema, págs. 360 y ss.
32 Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 721 y ss.; Antón Oneca, De- que mientras en el mundo empírico tiene lugar un solo "hecho", en la es-
recho Penal, págs. 456 y ss.; sobre los límites máximos, Córdoba Roda/Rodríguez
Mourullo, art. 70 Anm. II.
33 Cfr. sobre esto, Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 724 y ss.; Cór- 1
Cfr. en este sentido Antón Oneca, PG pp. 45, 65; Cuello Calón, PG,
doba Roda/Rodríguez Mourullo, art. 71 Anm. III. páginas 67, 95; Ferrer Sama, Comentarios II p. 242; Cuello Contreras, ADPCP
34 Cfr. sobre esto, ampliamente, Pompe, Handboek, págs. 274 y ss.; van
Bemmelen, Ons strafrecht, págs. 357 y ss.; D. Hazewinkel-Suringa, Inleiding, 1979, p. 66.
2
páginas 691 y ss. Cfr. así Rodríguez Devesa, PG pp. 788 s.; Gimbernat Ordeig, Introduc-
35 Cfr. Stoecker, Materialien, t. II, 1, págs. 452 y ss. ción p. 155; Quintano Ripollés, Gurso I p. 264; tácitamente, Córdoba Roda, Co-
36 Cfr. Honig, Das amerikanische Strafrecht, págs. 239 y ss.; Model Penal mentarios II pp. 351, 362.
Code Sect. 7.06. 3
Cfr. Antón Oneca, PG p. 458.
37 En el Derecho Penal de la RDA (Schroder/Weber/Wolf), § 64 Anm. 1. * Cfr. en este sentido Córdoba Roda, Comentarios II p. 71; Antón Oneca,
La pena unitaria es considerada en el concurso como una exigencia de "la jus- PG pp. 456 s.
ticia socialista". De los casos de pluralidad de infracciones legales se distinguen, 6
como casos de unidad de ley, la especialidad, la subsidiariedad y la consunción; Así Rodríguez Devesa, PG p. 794.
cfr. Lekschaa/Renneberg, Lehrbuch, págs. 446 y ss. « Cfr. Mir Puig, Coacciones, RJCat. 1977, p. 811.
1022 § 67. El concurso ideal Adiciones de Derecho español al § 67 1023
fera ideal de su valoración jurídico-penal constituye "dos o más delitos".1
2. Tanto la jurisprudencia como la doctrina incluyen también en el art. 71 III. Casos especiales de concurso ideal
CP los supuestos de coincidencia parcial, en que el hecho integrante de una
figura delictiva forma parte al mismo tiempo de otra, sea como modalidad Es característica de la jurisprudencia española él tratamiento que conce-
de la hipótesis de relación de medio a fin (inciso segundo),8 sea como caso de a los supuestos en que una sola conducta imprudente ocasiona más de un
incluido ya en el primer inciso de aquel precepto.9 La primera interpretación resultado típico. Como consecuencia de su concepción de la imprudencia como
sería coherente con una propuesta de restringir a los supuestos ahora exa- crimen culpae, el TS no estima en tales casos concurso de delitos impruden-
minados el segundo inciso del art. 71 CP, lo que justificaría su tratamiento tes, ni siquiera como concurso ideal — como propone la doctrina dominan-
como concurso ideal: en todo caso concurriría unidad de hecho. La propuesta te —, sino un único "delito de imprudencia"16 Si prospera la propuesta del
resulta atractiva y permitiría denegar un acaso injustificado trato de favor Proyecto 1980 de introducir el sistema de incriminación cerrada de los deli-
a un supuesto de concurso real,10 más no se cree suficiente para recusar la tos imprudentes, perderá todo fundamento la (ahora ya difícilmente soste-
interpretación más amplia que permite la letra de la ley — ésta no distingue nible) doctrina jurisprudencial.
entre todos los supuestos de relación medial—, se halla consagrada por la
jurisprudencia y parece encontrar reflejo en algún precepto del Código (ar- IV. Tratamiento del concurso ideal
tículo H0).n
El art. 71 CP, como el art. 88 Proyecto 1980, remite a la pena del delito
3. La doctrina incluye en el art. 71 CP los supuestos de hechos vincula- más grave en su grado máximo, hasta el límite que represente la suma de los
dos no directamente entre sí, sino a través de otro que actúa como "abraza- que pudieran imponerse penando separadamente los delitos. Cuando la pena
dera".12 Igualmente se ha admitido por algún autor la salvedad de que los computada exceda de este límite se sancionarán los delitos por separado.
delitos abrazados por él delito común sean ambos de mayor gravedad que Para saber qué pena es la más grave debe acudirse al criterio del CP. Mas
éste.13 Esta limitación (el texto de Jescheck la extiende al caso de que uno de los distintos preceptos a que en principio parecería posible acudir (ar-
de los delitos abrazados sea más grave que el que sirve de mediación, lo que tículos 27, 70 y 78 CP), sólo él art. 78, que enumera las escalas graduales,
parece más correcto) tiene sentido para lo que se ideó en Alemania: para resulta inequívoco. Queda pues sin resolver la cuestión cuando concurren
el concurso ideal en sentido propio, que requiere que el hecho abrazante penas pertenecientes a distintas escalas (así, extrañamiento y arresto ma-
pueda cubrir los abrazados. La situación en distinta en los casos de conexión yor).16 El Proyecto 1980 prescinde de la enumeración expresa de escalas
de medio a fin previstos también por el art. 71 CP, pues aquí no es preciso graduales, pero seguirá siendo posible, por supuesto, considerar más graves
más que dicha relación. Si se admite la aplicación de una sola conexión medial la de más duración que las más cortas de la misma especie. El art. 67 del
en el caso de que un delito sea medio para cometer otro que a la vez es medio mismo Proyecto, destinado a la clasificación de las penas según su gravedad,
para un tercero,14 no regirá, pues, la necesidad de que el delito intermedio podrá auxiliar también en este problema. En caso de duda no veo otra solu-
no sea menos grave que alguno de los otros. Lo cierto es, sin embargo, que ción más que consultar al reo.
resulta discutible que quepa admitir una sola conexión medial en tales casos, ¿A qué pena debe atenderse, a la prevista en abstracto por la conminación
pues sin duda es más grave cometer más de dos delitos (la cadena de ellos típica, o a la que en concreto resulte aplicable por él juego de las reglas de
puede ser muy larga) y la solución de la unidad deja impunes a los hechos determinación de la pena?11 La solución se encuentra en un punto medio.
que excedan de dos. Por lo demás, la letra de la ley no alcanza a dichos su- Por una parte, la clase de pena (arresto mayor o prisión menor, p. ej.) debe
puestos.14 Más ajustado al CP acaso sería estimar el art. 71 para una de las ser la que en concreto corresponda al sujeto. Pero, por otra parte, no puede
conexiones mediales, a su vez en concurso real con el delito o, en su caso, con concretarse más (no pueden tomarse en consideración las circunstancias mo-
las conexiones mediales sobrantes (así, lo primero sucederá cuando concu- dificativas dentro de la pena que corresponda, ni por supuesto el posible uso
rran tres delitos conectados y lo segundo cuando existen cuatro delitos en del arbitrio judicial), ya que la ley remite al grado máximo de la pena, lo que
relación de medio a fin), con el límite en todo caso de la pena que correspon- presupone que se refiere a una pena que tiene varios grados1S
dería de penarse separadamente los hechos. ¿Cuáles son las penas que pudieran imponerse penando separadamente
los delitos? Aquí será preciso optar por el criterio absolutamente concreto
de las penas que el juez habría impuesto de castigar con independencia las
7 Cfr. Mir Puig, RJCat. 1977, p. 812.
8 Así Antón Oneca, PG pp. 457 s. 15
Cfr. Quintano Ripollés, Derecho penal de la culpa, p. 19; Rodríguez De-
9 Así Córdoba Roda, Comentarios II pp. 357 ss. vesa, PG p. 795; Gimbernat Ordeig, Introducción p. 121.
10
En este sentido Córdoba Roda, Comentarios II p. 365. !6 Cfr. Mir Puig, La reincidencia en el CP, Barcelona 1974, pp. 213 ss.,
11
Cfr. Antón Oneca, PG p. 458, el propio autor de la propuesta restrictiva; 221 ss., donde se ofrecen criterios complementarios del art. 73 extraídos del Dere-
Córdoba Roda, Comentarios II pp. 365 s. cho positivo.
12
Cfr. Córdoba Roda, Comentarios II pp. 366 ss.; Cuello Contreras, ADPCP 17
En el segundo sentido Córdoba Roda, Comentarios II pp. 368 s.
1979, p. 67.
13 Así Cuello Contreras, ADPCP 1979 pp. 67 s. 18 En este sentido STS 1 jul. 75 y Circulares de la Fiscalía TS 10 en. y
14 11 febr. 1908, 30 nov. 42 y Consulta de la Fiscalía TS 5/1978. Cfr. ADPCP 1979,
Así Córdoba Roda, Comentarios II p. 368. página 790.
1024 § 68. El concurso real II. Tratamiento del concurso real 1025
infracciones. De otro modo, cuando concurrieren circunstancias o éstas se poco precisa como lo hace la expresión "unidad de hecho" respecto al
compensasen, al poder el juez recorrer toda la pena (art. 61, 8." y U* CP), concurso ideal, pues no siempre una pluralidad de hechos punibles se
incluso él grado máximo de la pena más grave no excedería nunca de la trata según las reglas del concurso real.
suma de los dos máximos que legalmente "pudieran imponerse" separando
los hechos. Y, sin embargo, es posible, y frecuente, que el juez hubiera Ejemplos: Varias infracciones de tráfico cometidas durante un viaje
impuesto el grado medio o el mínimo en caso de enjuiciamiento separado. originan, en principio, una pluralidad de hechos (OLG Hamm VRS 46, 338).
Tener que imponer, según el art. 71, el grado máximo de la pena más grave La puesta en peligro imprudente del tráfico rodado y el alejarse indebida-
podría suponer, pues, un injustificable perjuicio para él reo.19 mente del lugar del accidente constituye una pluralidad de hechos (OLG
Saarbrücken VRS 46, 21). La venta ulterior de estupefacientes constituye,
con relación a su posesión (§ 11 I, núm. 6b BetMG), un hecho punible inde-
§ 68 El concurso real pendiente.
Bender, Doppelte Gesamtstrafe oder "Einheits"-Gesamtstrafe? NJW 1964, 2. Los preceptos propios del concurso real no pertenecen solamen-
807; Bruns, Zum Verbot der Doppelverwertung von Tatbestandsmerkmalen etc.,
Festschrift für H. Mayer, 1966, pág. 353; Cramer, Das Strafensystem etc., JurA te al Derecho material, sino también al Derecho procesal, pues la
1970, 183; Dreher, Doppelverwertung von Strafbemessungsumstanden, JZ 1957, cuestión de si concurre la posibilidad de enjuiciamiento conjunto de
155; Henfller, Unterlassene Gesamtstrafenbildung nach § 79 StGB ais Revisions- una pluralidad de acciones punibles depende de las reglas del proceso
grund, NJW 1953, 452; Küper, Zur Problematik der nachtráglichen Gesamtstraf- penal.1 Sin embargo, para compensar los inevitables azares de la con-
enbildung, MDR 1970, 885; el mismo, Anmerkung zu OLG Hamm vom 20-3-1970,
NJW 1970, 1.559; el mismo, Anmerkung zu BGH 25, 380, NJW 1975, 547; Nie- figuración del proceso, el legislador ha creado la posibilidad de forma-
derreuther, Die prozessuale Behandlung der Realkonkurrenz im geltenden und ción posterior de una penalidad global según el § 55 StGB y el § 460
künftigen Recht, Strafr. Abh. núm. 278, 1930; Sacksofsky, Die Problematik der StPO. El ámbito de aplicación de las reglas relativas al concurso real
doppelten Gesamtstrafe, NJW 1963, 894; Schorn, Fragen zur Gesamtstrafe, JR resulta ampliado de forma esencial por estos preceptos.
1964, 45; Schrader, Bildung einer Gesamtstrafe nach vollstreckter Einzelstrafe,
MDR 1974, 718; Schweling, Die Bemessung der Gesamtstrafe, GA 1955, 289;
Zipf, Kriminalpolitik, 1973. II. Tratamiento del concurso real
Cfr. además la bibliografía del § 66.
1. La nueva regulación del concurso real en los §§ 53 y ss. se ha
mantenido fiel al principio de asperación como criterio de formación
I. Esencia del concurso real de una pena global 2 y ha extendido este procedimiento a la pena de
1. La contrapartida del concurso ideal es el concurso real. Con- multa, ya que la adición de penas pecuniarias que hasta ahora tenía
lugar alteraba la gravedad de la pena en perjuicio del condenado de
curre cuando el autor ha cometido varios hechos punibles indepen-
una forma tan desproporcionada como la adición de penas privativas
dientes que son enjuiciados en el mismo proceso penal (§§ 53 y ss.).
de libertad (§ 53 II). 8
El primer presupuesto del concurso real es, pues, la concurrencia de
una pluralidad de acciones (cfr. supra, § 66 I), y el segundo la posi- Sólo en casos excepcionales puede dejarse de formar una penalidad glo-
bilidad de su enjuiciamiento conjunto. No toda pluralidad de accio- bal. Ello sucede, en primer lugar, con relación a la cadena perpetua, la cual
nes conduce a la aplicación de las reglas de determinación de la pena se considera una especie de pena especial y extraordinaria y, por ello, no se
propias del concurso real. Puede suceder que la pluralidad de acciones incluye en el § 53. De ahí que, si concurren varias cadenas perpetuas (por
deba considerarse como un caso de unidad de ley (consunción) y no ejemplo, por varios asesinatos) deban imponerse todas, y que la cadena
quede sujeta a los §§ 53 y ss. (cfr. supra, § 69 II 3), pero también cabe perpetua deba imponerse también autónomamente junto a la pena de pri-
que falte la posibilidad de un enjuiciamiento conjunto en un mismo vación de libertad temporal o la de multa impuestas en la misma sentencia
(sobre la redacción del fallo y de los considerandos, en estos casos, § 260
proceso penal. Al igual que en el concurso ideal, en el concurso real IV 5 StPO).4 También deben imponerse separadamente las multas, con arr"e-
también se distingue entre casos de concurso homogéneo y hetero-
géneo. Existe concurso real homogéneo cuando el autor ha cometido 1 Cfr. sobre esto, Niederreuther, Die prozessuale Behandlung der Realkon-
varias veces el mismo hecho punible, y concurso real heterogéneo kurrenz, págs. 12 y ss.
cuando se dan cita distintos tipos de delito. La expresión usual "plu- 2 Críticamente sobre esto, Schmidhduser, Allg. Teil, pág. 784; Cramer,
JurA 1970, 212; Zipf, Kriminalpolitik, págs. 89 y ss.; en sentido crítico sobre la
ralidad de hechos" designa la esencia de la institución de forma tan formación de la pena global, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 470 y ss. De
acuerdo, Baumann, Allg. Teil, págs. 683 y ss.
3 Cfr. Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 4.
w Cfr. Antón Oneca, PG pp. 459 s.; también STS 1 jul. 75 y Consulta de la 4 Cfr. sobre esto, Maurach, Allg. Teil, págs. 786 y ss.; Schonke/Schroder/
Fiscalía TS 5/1978, en ADPCP 1979, p. 790. Stree, § 53 Anm. 25.
1026 § 68. El concurso real III. Formación de la penalidad global 1027
glo al OWiG, cuando en un proceso penal deba enjuiciarse junto a un hecho penas pecuniarias que deban permanecer independientes respecto de
punible una infracción administrativa en concurso real, puesto que el legis- la pena privativa de libertad, se formará con ellas a su vez una pe-
lador ha partido de una diferenciación esencial entre la pena pecuniaria y nalidad pecuniaria global según la regla del § 53 I (BGH 23, 260).
la multa administrativa. 6 Se sigue, pues, el principio de acumulación. Tam- Otras penas pecuniarias que no permanezcan separadas se incluyen,
bién se suman distintas multas administrativas (§ 20 OWiG).6 según el § 53 I, en la penalidad pecuniaria global, si el Tribunal no
2. Debe distinguirse, asimismo, entre los casos en que la forma- las quiere introducir en la pena privativa de libertad con arreglo al
ción de una penalidad global es obligatoria y aquellos otros en los § 53 II 1 (BGH 25, 380, con nota favorable de Küper, NJW 1975,
cuales ésta es sólo facultativa. Debe formarse una penalidad global 547) .10
cuando corresponden varias penas temporales de privación de liber- 3. No se halla regulada por la ley y resulta dudosa la cuestión de si
tad (incluido el arresto penal del § 9 WStG) o varias penas pecunia- debe formarse una penalidad global de privación de libertad sobre la base
rias separadamente (§ 53 I). En el primer caso se impondrá una pena de una pena de prisión y otra pena privativa de libertad sustitutoria im-
privativa de libertad global, en el segundo una pena pecuniaria glo- puesta en la misma sentencia para el caso de que resultara imposible el
bal. Puede formarse una penalidad global si concurren penas de pri- pago de una pena pecuniaria separadamente impuesta, con objeto de no
sión y pecuniarias (§ 53 II). acabar perjudicando al condenado por el hecho de que el Tribunal haya ele-
gido la posibilidad más favorable para él de la imposición separada de la
Resulta polémica la cuestión de si en este caso la formación de la pena- pena pecuniaria. La respuesta ha de ser negativa, ya que no existe ningún
lidad global debe tener lugar como regla7 o, por el contrario, han de impo- indicio de que el legislador quisiera abandonar el principio de acumulación
nerse en principio separadamente la pena de privación de libertad y la pe- anteriormente previsto de forma expresa para estos casos en el § 78 II
cuniaria,8 o si no cabe deducir de la ley en modo alguno ninguna relación de ant. red., y porque la formación de una penalidad global originaría difi-
regla-excepción.9 Esta última parece la opinión correcta. La primera per- cultades en caso de pago parcial de la pena pecuniaria y de aplicación de
judicaría al condenado en exceso, ya que el ahorro de dinero se traduciría los §§ 56 y 57 (BayObLG MDR 1971, 860).«
entonces normalmente en la pérdida, mucho más grave, de la libertad,
aparte de que dicha solución contradice el principio político-criminal de la 4. Para las penas accesorias y demás, el § 53 III remite a la regu-
preferencia de la pena pecuniaria en el ámbito de la criminalidad de poca lación del concurso ideal (cfr. supra, § 67 IV 3). Estas consecuencias
monta. Por otra parte, tampoco hay base alguna para inferir la relación jurídicas deben o pueden, pues, imponerse, aun cuando las mismas
inversa de regla-excepción a la vista de la redacción de la ley, que más sólo se hallen prescritas o permitidas junto a una pena individual.
bien favorece lo contrario. En todo caso, la mejor solución desde el prisma
político-criminal es dejar libertad al juez para que pueda aplicar las reglas
generales de determinación de la pena a la hora de adoptar la decisión, III. Formación de la penalidad global
altamente trascendente para la prevención especial, de si la pena priva- 1. El § 54 determina el modo en que debe obtenerse la penalidad
tiva de libertad ha de elevarse a costa de la pecuniaria. global. La formación de dicha penalidad atraviesa tres fases.
El único caso en que no cabe incluir una pena pecuniaria en una a) En primer lugar, en la sentencia ha de asignarse a cada hecho
penalidad global al lado de una pena privativa de libertad es el de punible una pena particular, debiéndose operar para ello en la de-
que aquélla se haya impuesto como segunda pena principal faculta- terminación de la pena en principio de la misma forma como si cada
tiva, puesto que de otro modo la especial finalidad político-criminal hecho debiera enjuiciarse solo. La estimación aislada del hecho
que en este caso se asocia a la pena de multa — por ej., la eliminación individual se extiende también de suyo a la cuestión de si corres-
del enriquecimiento obtenido mediante el hecho (§ 41) — se echaría ponde imponer excepcionalmente, con arreglo al § 47, una pena
a perder (§§ 53 III, 52 III). Si se imponen con dicho carácter varias corta de privación de libertad, mas en este punto ya se permite, con
razón, la contemplación del dato de que el autor haya cometido va-
rios hechos punibles, puesto que de otra forma no resultaría posibíe
5 En contra, Cramer, JurA 1970, 205; también críticamente, Schonke/ una pena de privación de libertad acaso imperiosamente necesaria
Schroder/Stree, § 53 Anm. 16.
6 Sobre las dificultades procesales que se han opuesto a la introducción de por razones de prevención especial, ni siquiera formando una péna-
la multa global, cfr. Begründung zu § 13 Entwurf OWiG, BT-Drucksache V/1.269. lo Así, también, Schonke/Schroder/Stree, § 53 Anm. 23.
7 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 706; LK (Mosl), § 74 Anm. 10; Maurach, 11 También así, Dreher, § 53 Anm. 2; Lackner, § 53 Anm. 3b; Maurach,
Allg. Teil, pág. 787; E 1962 Begründung, pág. 193. En esta línea, también, BGH
23, 260; así mismo, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.258. Allg. Teil, pág. 788; LK (Mosl), § 74 Anm. 8. En distinto sentido, Schonke/
8 Así Schonke/Schroder/Stree, § 53 Anm. 20. Schroder/Stree, § 53 Anm. 27; SK (Samson), § 53 Anm. 15; Cramer, JurA 1970,
9 Así Cramer, JurA 1970, 210; Dreher, § 53 Anm. 3; Lackner, § 53 Anm.
3b; SK (Samson), § 53 Anm. 14. página 210.
1028 § 68. El concurso real III. Formación de la penalidad global 1029
lidad global (BGH 24, 268 [271] ; BGH Dallinger MDR 1970, 196; esta forma espera conseguirse que la formación de la penalidad glo-
OLG Hamburg MDR 1970, 437) .12 Las penas particulares encierran bal no se agote en una esquemática o arbitraria elevación de la pena
en distintos aspectos significación jurídica independiente,18 por lo que aplicable, sino que refleje la personalidad del autor y los distintos
es preciso también fundamentarlas de forma separada (BGH 24, 26& hechos en su especificidad (cfr. antes RG 44, 302 [306]).1B De ahí que
y siguientes). al valorarse la personalidad del autor deba atenderse sobre todo a la
b) En base a lo anterior y con arreglo a los principios que rigen cuestión de si los hechos constituyen expresión de una tendencia cri-
también el concurso ideal (cfr. supra, § 67 IV 2) se averigua la pena minal o, por el contrario, delitos ocasionales carentes de conexión. La
particular de mayor gravedad, que recibe el nombre de penalidad "autoría en serie" debe considerarse en principio en un sentido agra-
disponible. Si se han impuesto únicamente penas particulares homo- vatorio (BGH 24, 268 [270]). Asimismo, la repercusión de la pena
géneas (por ej., dos penas de privación de libertad de 10 y 8 meses, en la vida futura del autor (§ 46 I 2) tiene que ser examinada bajo
respectivamente), la penalidad disponible será la más grave de las el punto de vista de la concurrencia de una pluralidad de acciones pu-
mismas. Si, por el contrario, se han pronunciado penas particulares nibles. La valoración conjunta de los hechos particulares está llamada
heterogéneas (por ej., un año de privación de libertad y una pena pe- en especial a permitir la estimación de la gravedad global del conte-
cuniaria de 10 cuotas diarias a 100 marcos cada una), la penalidad nido de lo injusto y la cuestión de la relación interna existente entre
disponible habrá de ser la privativa de libertad, en cuanto la más los distintos actos. Aquellos criterios de determinación de la pena que
grave por su naturaleza (§ 54 I). ya hayan sido utilizados en la medición de las penas particulares, no
c) Una vez fijada la penalidad disponible tiene lugar, por último, pueden ya, por razón de la "prohibición de doble valoración*' (cfr. in-
la elevación de dicha pena con arreglo al principio de asperación. fra, § 82 V 3), volver a ser tenidas en cuenta en la formación de la
Para ello debe respetarse un doble límite superior. Por una parte, la penalidad global (en distinto sentido, BGH 24, 268 [270 y ss.]; OLG
penalidad global no puede alcanzar, según el § 54 I I 1 , la suma de las Koln NJW 1953, 275, 276) .1€
penas particulares (límite superior relativo). Si se ha formado una
pena global compuesta de penas de privación de libertad y pecunia- Pese a la formación de la pena global, la cual únicamente aparece en el
rias (§ 53 II 1), en la medida en la que entran en consideración penas fallo, las penas particulares conservan su significación en distintos aspec-
pecuniarias, el cómputo del límite superior relativo debe ajustarse tos. A ellas se conectan las consecuencias accesorias impuestas en la con-
dena (§§ 53 III, 52 IV); también a ellas pueden vincularse consecuencias
a la regla general según la cual una cuota diaria equivale a un día jurídicas de naturaleza no penal (por ej., la retirada del permiso de caza);
de privación de libertad (§§ 43, inciso segundo, 54 III). Por otra si la penalidad global es levantada por vía de recurso, en principio subsisten
parte, la penalidad global no puede sobrepasar la duración de 15 años las penas particulares; éstas pueden adquirir fuerza ejecutoria de forma
tratándose de penas privativas de libertad, ni las 720 cuotas diarias separada, mas no ser ejecutadas previamente.
en caso de pena pecuniaria (límite superior absoluto). No obstante, el 2. Según el § 55, también resulta posible la formación de una penalidad
límite máximo propio de las penalidades señaladas por los preceptos global con posterioridad. Ello presupone, en primer lugar, que el hecho
infringidos puede ser sobrepasado. Dentro de este marco debe deter- enjuiciado posteriormente hubiera sido cometido antes de la condena an-
minarse la penalidad global como acto separado de determinación de terior y que, por lo tanto, ya en el primer proceso debiera haberse proce-
la pena. El § 54 I 2 ofrece para ello principios valorativos que van dido a la formación de una penalidad global caso de haber tenido el Tribu-
más allá del § 46 (BGH 24, 268 [269] con nota favorable de Jagusch, nal conocimiento de aquel hecho. El momento relevante en orden a la cues-
NJW 1972, 454). Según este precepto es preciso valorar la personali- tión de si el hecho después enjuiciado fue cometido antes de la condena
precedente, es el de la publicación de la última sentencia que se pronunció
dad del autor y los distintos hechos punibles en su conjunto, lo que
sobre la culpabilidad y la pena, y en la cual, por ello, el Tribunal hubiera
hace necesaria una específica fundamentación de la penalidad global, podido estimar una penalidad global (§ 55 I 2) (también así ya BGH 15,
f undamentación que anteriormente la Jurisprudencia, sin razón, úni- 66 [69]; 17, 173 [175]). 17 En segundo lugar, la pena anterior no puede ha-
camente había exigido por vía de excepción (BGH 8, 205 [211]). 14 De /
15 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 26. La crítica de Maurach, Allg. Teil,
12 También así, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 243; Dreher, § 54 Anm. 3; páginas 785 y ss. a la redacción de este precepto no parece fundada.
LK (Mosl), § 75 Anm. 15; Schonke/Schróder/Stree, § 53 Anm. 10; en distinto 16 Como el texto, Dreher, JZ 1957, 157; el mismo, § 54 Anm. 6; Maurach,
sentido, Cramer, JurA 1970, 208; cfr. también Protokolle V, págs. 931, 2.224. Allg. Teil, pág. 786; Schonke/Schróder/Stree, § 54 Anm. 15; Schweling, GA
13 Cfr. Lackner, § 53 Anm. 3a. 1955, 292. Pero favorable a una doble valoración, Bruns, Strafzumessungsrecht,
14 Así, con razón, Bruna, Strafzumessungsrecht, págs. 473 y ss.; Geerds, páginas 473 y ss.; el mismo, H. Mayer-Festschrift, págs. 374 y ss.; Geerds, Kon-
Konkurrenz, págs. 373 y ss.; Dreher, § 54 Anm. 6; Schorn, JR 1964, 45 y ss.; kurrenz, pág. 376, nota 765; LK (Mosl), § 75 Anm. 15.
Schweling, GA 1955, 289 y ss.; Lackner, § 54 Anm. 2; Schonke/Schróder/Stree, 17 La redacción del § 55 I 2 debe entenderse en este sentido comprensivo
§ 54 Anm. 54. de la cuestión de la pena.
1080 § 68. El concurso real Adiciones de Derecho español al § 68 1031

ber sido ejecutada, prescrita ni condonada, en el momento del enjuiciamiento los distintos hechos se haMan en relación de medio a fin se someten al régi-
posterior, puesto que sólo una pena no extinguida puede ser introducida men del concurso ideal (art. 71 CP). El requisito de que las diferentes in-
en el nuevo proceso y utilizada en la formación de una penalidad global. fracciones se hayan juzgado en un mismo proceso no se expresa por la ley,
El momento relevante en orden a la "condena posterior" es el de la última pero desde la reforma de 8 abril 1967 se deduce del -último párrafo que la
sentencia judicial (BGH 2, 230 [232]; 15, 66 [ 7 1 ] ) . " Si en la sentencia misma añadió al art. 70 CP.1 En cambio el Proyecto 1980 parte del principio
anterior se formó ya una penalidad global, ésta se deshace y, sobre la base contrario, de no necesidad de unidad de proceso, como se desprende del últi-
de las penas individuales anteriormente impuestas y de la pena de la se- mo párrafo de su art. 87.
gunda condena, se busca de nuevo la penalidad disponible. Ésta se agrava, 2. La mencionada reforma de 1967 introdujo un último párrafo en el
entonces, según las reglas generales sobre la formación de la penalidad artículo 70 CP que determina que las reglas del concurso real deban apli-
global. Las penas accesorias, etcétera, se imponen de forma unitaria por carse "aunque las penas se hubieran impuesto en distintos procesos, si los
la última sentencia. En caso de que las mismas se contengan en la senten- hechos, por su conexión, pudieran haberse enjuiciado en uno solo". Esta dis-
cia anterior, en principio subsistirán (§ 55 II). Si para la primera pena posición pretendía ampliar la esfera de aplicación de las normas del concurso
impuesta se acordó el sometimiento a prueba (§ 56), ello no se opondrá a real, pues presuponía la validez de la interpretación que la jurisprudencia
la formación posterior de una penalidad global. El sometimiento a prueba efectuaba en el sentido de requerir para tales normas que los distintos
quedará sin objeto por la inclusión en la nueva sentencia, por lo que el se- hechos se hubieran enjuiciado en el mismo proceso. Mas esta interpretación
gundo juez deberá decidir de nuevo sobre dicho sometimiento a prueba implicaba una restricción infundada de la letra de la ley, por lo que en
(BGH 7, 180). Lo importante es, a tal efecto, el monto de la penalidad glo- realidad la reforma de 1967 vino, contra la voluntad del legislador, a restrin-
bal (§ 58 I). El cómputo del tiempo de prueba ya transcurrido y de las pres- gir el auténtico alcance de la ley.2 Las críticas de la doctrina a esta restric-
taciones efectuadas por el condenado se regula en el § 58 II. Si los hechos ción encuentran reflejo en el art. 87 III Proyecto 1980, que sólo excluye del
que constituyen el objeto de la nueva condena son en parte anteriores y en beneficio de los límites del concurso real "las penas impuestas en sentencias
parte posteriores a la anterior condena, han de formarse dos penalidades ya ejecutorias al tiempo de cometerse las nuevas infracciones".
globales independientes (RG 4, 53 [55]; BGH GA 1955, 244) .19 En el su-
puesto de que la formación posterior de una penalidad global se omitiera 11. Tratamiento del concurso real
en la última sentencia porque el Tribunal no hubiera tenido conocimiento La regulación española del concurso real gira en torno a dos principios:
de la anterior sentencia, aún podrá decidirse por la vía de la resolución el de acumulación material y él de acumulación jurídica. La acumulación
prevista en el § 460 StPO. 20 El procedimiento a seguir en este caso se re- material, esto es, él cumplimiento de todas las penas impuestas, se establece
gula por el § 462 StPO. Excepcionalmente, la formación de la penalidad con carácter obligatorio para los casos en que fuera posible de forma simul-
global podrá dejarse para el procedimiento posterior cuando, pese a ser eje- tánea (art. 69 CP y art. 85 Proyecto 1980), y dentro de ciertos límites cuan-
cutoria la anterior sentencia, el acusado haya interpuesto una solicitud de do todas o algunas de las penas no pudieran ser cumplidas más que de forma
restauración de la situación anterior con posibilidades de éxito (BGH 23, sucesiva. En este segundo caso se seguirá en la aplicación de las penas el
98).2i orden de su respectiva gravedad, para cuya determinación la ley remite a una
* * * escala, en la que primero figuran las penas de privación de libertad y luego
las restrictivas de libertad (art. 70,1.° CP). En él Proyecto 1980 se suprime
I. Esencia del concurso real dicha escala, lo que puede obedecer simplemente a la desaparición de las dis-
tintas clases tradicionales de penas privativas de libertad y de las restric-
1. Casi todo lo dicho por Jeschek resulta perfectamente válido para el tivas de libertad, pero que da pie también a considerar incluido en el sistema
Derecho penal español. De la puesta en relación del art. 69 CP (literalmente de límites de la acumulación material la pena de multa, que en el Proyecto
coincidente con el art. 85 Proyecto 1980), con el art. 71 CP (art. 88 Proyec- aparece con carácter temporal, gracias a su nueva configuración con arre-
to 1980) se deduce que en nuestro Derecho él concurso real supone una plu- glo al modelo de los plazos-multa (arts. 55 ss. Proyecto 1980).
ralidad de hechos. Pero existe una diferencia con el Derecho alemán: cuando El cumplimiento sucesivo de las distintas penas encuentra dos límites
máximos, que al ser alcanzados convierten la acumulación material en acu-
18 Por el contrario, para Schonke/ Schróder/ Stree, § 56 Anm. 25, debe mulación jurídica. El primer límite, de carácter relativo, viene determina-
atenderse al momento de la última sentencia anterior a la obtención de ejecuto- do por el triplo del tiempo de duración de la más grave de las penas concre-
riedad; según Schrader, MDR 1974, pág. 719, al momento de la sentencia de tamente impuestas. El segundo límite es absoluto: en ningún caso podrá el
primera instancia. cumplimiento exceder de treinta años (art. 70, 2." CP). El Proyecto 1980,
19 En favor de la formación de una única penal global, Sacksofsky, NJW
1963, 894; en contra, con razón, Bender, NJW 1964, 807.
20 Pero, pese a esta posibilidad de corrección posterior, la omisión de for- 1
Cfr. Córdoba Roda, Comentarios II pp. 346 ss. Con anterioridad a la refor-
mación de la pena global con arreglo al § 55 sigue siendo una causa de revisión ma el requisito se exigía por la jurisprudencia. Cfr. también Antón Oneca, PG
(BGH 12, 1); cfr. Hender, NJW 1953, 453.
21 Cfr. sobre esto Küper, MDR 1970, 885 y ss. Cfr. además OLG Hamm, páginas 471 s.
NJW 1970, 1.200 m. Anm. Küper, NJW 1970, 1.559. 2 Cfr. críticamente Córdoba Roda, Comentarios II pp. 346 ss.
1032 § 68. El concurso real I. Esencia de la unidad de ley 1033
que en general fija como límite máximo de la pena de prisión los veinte años, no veo otra solución que atender al límite de la suma de las tres penas más
sustituye por esta cifra la de treinta años, añadiendo: "Excepcionalmente, graves — que coincidirá con el criterio tradicional en el punto en que éste es
cuando el culpable estuviere condenado por dos o más delitos a los que la ley válido: cuando las tres infracciones más graves tienen la misma pena—.
señala la pena de prisión de hasta veinte años, aquel límite máximo se am- El límite máximo debería depender del número de infracciones y de la suma
pliará hasta los veinticinco años" (art. 87). total de las penas concurrentes, cuya mitad podría ofrecer el tope máximo
El sistema descrito adolece de importantes defectos, que no se suprimen del arbitrio judicial, cuando dicha mitad excediese de la suma de las tres
en el Proyecto 1980. En primer lugar, supone una de las manifestaciones penas más graves.
más graves de la tan criticada concepción aritmética de la determinación de
la pena que caracteriza a nuestros Códigos. El juez no dispone de ningún
margen de arbitrio para fijar el cumplimiento que conviene imponer al con- § 69 La unidad de ley
denado, cuando ello resulta imprescindible dada la enorme variedad de su-
puestos que pueden producirse en caso de concurso real: ni el número de las Baumann, Straflose Nachtat und Gesetzeskonkurrenz, MDR 1959, 10; el
infracciones, que puede ser elevadísimo, ni su naturaleza o relación recípro- mismo, Amtsunterschlagung und Betrug, NJW 1961, 1.141; Bockelmann, An-
ca, ni las exigencias de prevención especial o general, nada en suma de lo que merkung zu OLG Hamm vom 4-11-1952, JZ 1953, 233; el mismo, Zur Konkurrenz
el juez debería tomar en consideración para determinar la medida de cum- der Vermogensdelikte, JZ 1960, 621; Graf zu Dohna, Grenzen der Idealkonkur-
plimiento de las penas procedente en el caso concreto, se le permite valorar renz, ZStW 61 (1942), pág. 131; Dreher, Anmerkung zu OLG Braunschweig vom
28-6-1963, MDR 1964, 167; Dünnebier, Die Subsidiaritatsklausel, GA 1954, 271;
al juzgador. Piénsese sólo en los problemas que el rígido sistema de límites Gelbert, Die mitbestrafte Tat, tesis, Heidelberg 1934; Hirschberg, Zur Lehre von
del concurso real ha originado en la esfera del delito continuado o del de- der Gesetzeskonkurrenz, ZStW 53 (1934), pág. 34; Honig, Straflose Vor- und
lito-masa. Nachtat, 1927; Klug, Zuz Begriff der Gesetzeskonkurrenz, ZStW 68 (1956), pá-
En segundo lugar, el límite del triplo del tiempo correspondiente a la gina 399; Kohler, Die Grenzlinien zwischen Idealkonkurrenz und Gesetzeskon-
pena más grave opera de forma muy desigual — injusta — según los casos. kurrenz, 1900; Kohlmann, Schlie(3t die Verjáhrung der Vortat auch die Bestraf-
Posiblemente responda a la idea de que, cualquiera que sea la cantidad de ung wegen der Nachtat aus? JZ 1964, 492; Kraufi, Zum Begriff der straflosen
las infracciones, la pena debe encontrar un límite dependiente de su grave- Nachtat, GA 1965, 173; Lenckner, Anmerkung zu OLG Stuttgart vom 4-4-1973,
JZ 1973, 741, 794; Mezger, Anmerkung zu RG 70, 357, JW 1937, 627; Peters,
dad, de suerte que infracciones de poca monta no puedan nunca determinar Einheitsstrafe bei verbrechensmehrheit, Festschrift für E. Kohírausch, 1944,
una pena gravísima aunque concurran en abundancia. Pero la limitación sólo página 199; Pflaum, Über Gesetzeskonkurrenz, tesis, Erlangen 1898; Rittmann,
opera en este sentido cuando todos los hechos son de la misma gravedad. En Wesen und Bedeutung der Konsumtion im Rahmen der strafrechtlichen Kon-
los demás casos el condicionar el límite del cumplimiento de todas las penas kurrenzlehre, tesis, Tübingen 1955; R. Schmitt, Die Konkurrenz im geltenden
a la impuesta por un solo hecho, el más grave, resulta arbitrario al no tener und künftigen Recht, ZStW 75 (1963), págs. 43, 179; Schneider, Zur Gesetzes-
en cuenta la gravedad de los demás hechos concurrentes. Así, pueden produ- konkurrenz im strafrechtlichen Gutachten, JZ 1953, 660; Schneidewin, Inwieweit
cirse los efectos más extraños. Por poner sólo un ejemplo: quien ha cometido ist es moglich und empfehlenswert, die Art der Konkurrenz zwischen mehreren
dieciséis delitos contra la propiedad que merecían cada uno la pena de un año Straftatbestanden im Gesetz auszudrücken? Materialien, t. I, pág. 221; Schroder,
de privación de libertad, puede contar con una pena máxima de tres años y Anmerkung zu BGH 20, 235, JZ 1965, 729; Wessels, Zur Problematik der Regel-
beispiele etc., Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 295; Wolter, Verurteilung
la impunidad de los trece delitos sobrantes, pero si a continuación comete aus nicht tatbestandsmápiger Nachtat? GA 1974, 161.
otro delito, aunque sea de naturaleza absolutamente distinta, cuya pena sea
de ocho años, "resucitan" los trece delitos hasta entonces impunes (pues el
triplo de ocho años son veinticuatro), con lo cual el último delito viene a su- I. Esencia de la unidad de ley
poner no ocho años, como correspondería a su gravedad, sino ¡veintiún años!
Por último, la regulación española del concurso real no permite al juez 1. J u n t o a las dos propias especies de concurso (concurso ideal
superar el límite del triplo de duración de la pena más grave, por muy ele- y real) aparecen otros supuestos en los cuales varias leyes penales
vado que sea el número de las infracciones concurrentes. Ello obliga a impo- concurren sólo en apariencia, excluyendo en realidad una de ellas a
ner la misma pena a quien ha cometido tres delitos de un año que a quien los las otras (concurso impropio). La idea básica común a este grupo de
ha cometido en número de veinte. Como además ello opera automáticamente, supuestos es la de que el contenido de injusto y de culpabilidad • de
el delincuente ya puede saber previamente con seguridad que después de una acción punible puede ya determinarse exhaustivamente con la
aquellos tres primeros delitos puede seguir cometiendo impunemente todos ayuda de una de las leyes penales que entran en consideración, de
los que quiera de la misma o inferior gravedad. suerte que desaparece una ulterior necesidad de pena (BGH 11, 15
Para evitar tales defectos convendría aprovechar la reforma del CP. [ 1 7 ] ; 25, 373) .* Como sólo puede aplicarse la ley p r i m a r i a y la ley
Habría que conceder un cierto margen de discrecionalidad al juez. Para
fijar el límite mínimo podría partirse de la idea que parece subyacer a la
fórmula del triplo de la pena más grave, pero corrigiéndola para tener en 1 También así, R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 48; Baumann, Allg. Teil,
cuenta como límite la gravedad de todos los hechos concurrentes. Para ello página 691; LK (Mosl), § 73 Vorbem. 45; Blei, Allg. Teil, pág. 317; Maurach,
Allg. Teil, pág. 749; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 730; Schonke/Schroder/Stree,
22. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n
1034 § 69. La unidad de ley II. Grupos de casos de la unidad de ley 1035
desplazada no aparece en absoluto en el fallo, parece adecuado susti- II. Grupos de casos de la unidad de ley
tuir la expresión tradicional, pero equívoca, de "concurso de leyes"
por la de "unidad de ley".2 Mientras que el legislador ha establecido En tanto que el concurso ideal y el real se diferencian claramente
para el concurso ideal y el real preceptos especiales sobre la forma- y gracias a los conceptos básicos, respectivamente concurrentes, de
ción del marco penal y la forma de determinación de la pena, la uni- unidad de acción y pluralidad de acción, la unidad de ley puede con-
dad de ley no se menciona en la parte general, ya que, en definitiva, currir en ambos casos y presentarse, tanto en forma de "aparente
sólo se aplica una ley penal, por mucho que primero parecieran apli- (impropio) concurso ideal" como de "aparente (impropio) concurso
cables varios preceptos. Igualmente, la cuestión de si varias disposi- real". 6 La delimitación de la unidad de ley debe efectuarse, por ello,
ciones penales se encuentran entre sí en relación de unidad de ley con la ayuda de otros criterios. Las cuestiones que aquí aparecen re-
tampoco se halla expresamente regulada por la ley, sino que única- sultan altamente polémicas hasta en la terminología. La opinión ma-
mente puede hallar respuesta mediante la interpretación de los tipos yoritaria distingue entre especialidad, subsidiariedad y consunción.7
que entran en juego. A la vista de la infinitud de posibilidades que en 1. La relación de especialidad concurre cuando un precepto penal
tal caso existen, el legislador ha renunciado acertadamente a fijar reúne todos los elementos de otro y sólo se diferencia de él en el he-
para el futuro externamente relaciones concúrsales por medio de re- cho de que por lo menos contiene un elemento adicional que permite
glas dotadas de validez general. 3 contemplar el supuesto de hecho bajo un punto de vista específico.8
2. La distinción de las propias especies de concurso y la unidad En la especialidad concurre, pues, la relación lógica de dependencia
de ley ha perdido mucha importancia por el hecho de que también propia de la subordinación, pues toda acción que realice el tipo del
en la segunda institución la Jurisprudencia va concediendo a la ley delito especial también realiza necesariamente, al mismo tiempo, el
desplazada, en forma creciente y en distintas direcciones, influjo en tipo del general, mientras que no sucede lo contrario. 9 En Derecho
la decisión del caso concreto (cfr. supra, § 69 III) .4 No obstante, pese Penal, ello tiene la consecuencia de que la ley general debe retroceder:
a esta aproximación, subsisten significativas diferencias respecto de "lex specialis derogat legi generali".
las propias especies de concurso. Por una parte, en la unidad de ley Existe siempre especialidad en la relación existente entre el tipo básico
el precepto penal desplazado no se recoge en el fallo, por lo que no y sus variantes cualificativas o privilegiantes (cfr. supra, § 26 III 2). Así,
contribuye tampoco a la caracterización del hecho. Por otra parte, la el asesinato (§ 211) y el infanticidio (§ 217) constituyen preceptos penales
toma en consideración de la ley excluida en la determinación de la especiales en relación con el homicidio (§ 212), y el hurto con armas y en
pena se ve a menudo imposibilitada por el hecho de que sus elementos cuadrilla (§ 244), al igual que el hurto doméstico o familiar (§ 247), lo
ya se contienen en el tipo de la ley aplicable (prohibición de doble va- son en relación con el hurto simple (§ 242).10 Asimismo se encuentran en
loración) . Por último, la ley desplazada queda definitivamente exclui- relación de especialidad con sus tipos básicos los tipos especiales elevados
da cuando la ley primaria aplicable contiene una atenuación que el a delitos autónomos (cfr. supra, § 26 III 3), así, el robo (§ 249) con rela-
autor perdería acudiendo a la ley desplazada (cfr. supra, § 69 III 1) .5 ción al hurto (§ 242) y a las coacciones (§ 240). Únicamente surgen dudas
si el tipo básico se halla cualificado por distintas causas de agravación, y
6 Cfr. M. E. Mayer, Lehrbuch, págs. 501, 511; Hirschberg, ZStW 53 (1934),
§ 52 Vorbem. 102 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 57; Stratenwerth, Allg. página 50; Blei, Allg. Teil, pág. 317; Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 102.
Teil I, núm. 1.174. De forma parecida, Geeras, Konkurrenz, pág. 163. Se fija en En distinto sentido, Baumann, MDR 1959, 10, nota 1; Maurach, Allg. Teil, pá-
el hecho de si concurre "realmente o sólo en apariencia una pluralidad de auto- gina 752, que limitan el concepto de unidad de ley a la unidad de acción.
rizaciones para castigar". Cfr. también Kóhler, Die Grenzlinien, pág. 62, que 7 Como el texto, por ejemplo, Baumann, Allg. Teil, págs. 691 y ss.; Blei,
sitúa el centro de gravedad en el hecho de si la pluralidad de tipos despierta Allg. Teil, págs. 317 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 239; Dreher, § 52 Vor-
una "pluralidad de representaciones de culpabilidad". bem. 18 y ss.; Lackner, § 52 Vorbem. V 1; SK (Samson), § 52 Vorbem. 60 y ss.;
2 Así BGH 11, 15 (17); 18, 26 (27). Cfr. también Bockelmann, Allg. Teil, LK (Mosl), § 73 Vorbem. 48 y ss.; Welzel, Lehrbuch, págs. 234 y ss.; Maurach,
página 239; Geeras, Konkurrenz, pág. 156; v. Liszt/Schmidt, pág. 356, nota 2; Allg. Teil, págs. 752 y ss.; Wessels, Allg. Teil, pág. 147; Schmidhauser, Allg.
LK (Mosl), § 73 Vorbem. 45; Maurach, Allg. Teil, pág. 750; Pflaum, Gesetzes- Teil, págs. 730 y ss. Tratan por separado el hecho posterior impune, Str&ten-
konkurrenz, pág. 9; Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, pág. 231; Schmidhauser, werth, Allg. Teil I, núm. 1.193; Wessels, Allg. Teil, págs. 148 y ss. Contra la
Allg. Teil, pág. 730; Wessels, Allg. Teil, pág. 147. En el sentido de un "concurso autonomía del concepto de consunción, Kohlrausch/Lange, § 73 Vorbem. I I I ;
por la aplicación", entiende Hirschberg, ZStW 53 (1934), pág. 37, la expresión Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 131.
concurso de leyes. Kohlrausch/Lange, § 73 Vorbem. III, habla de exclusión (con- 8 Así la clara definición de Honig, Straflose Vor- und Nachtat, pág. 113;
sunción) . cfr. también Geerds, Konkurrenz, pág. 193; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 49;
3 Cfr. sobre esto, Schneidewin, Materialien, t. I, pág. 229; E 1962 Begrün- Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 110.
dung, pág. 191; BT-Drucksache V/4.094, pág. 25. 9 Sobre la relación lógica entre la ley general y la especial, Klug, ZStW
4 Schonke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 103 entiende que la práctica "ha 68 (1956), págs. 405 y ss.
reducido casi hasta su supresión" la diferencia. 10 Sobre los problemas concúrsales que se plantean en el § 243, cfr. Schbn-
5 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 467. ke/Schroder/Eser, § 243 Anm. 59 y ss.
1036 § 69. La unidad de ley II. Grupos de casos de la unidad de ley 1037
16
se plantea la cuestión de en qué relación recíproca se encuentran estos ti- (formal) y tácita (material). La vigencia auxiliar de una ley puede
pos cualificados, por ejemplo, las lesiones peligrosas (§ 223a) con rela- regularse de forma que haya de retroceder ante todo otro precepto
ción a las lesiones graves intencionales (§ 225) y a las lesiones con resul- penal (por ej., § 143 I 2 ant. red.) (subsidiariedad absoluta). Como
tado de muerte (§ 226). En contra de la Jurisprudencia 11 deberá admitirse regla, sin embargo, sólo goza de preferencia el tipo que conmina la
aquí, normalmente, concurso ideal, puesto que de otro modo se escaparía el
acción con pena más grave (por ej., §§ 140, 145d, 248b, 265a) (sub-
específico contenido de injusto de la ley desplazada.
sidiariedad relativa). Generalmente deberá estimarse, además, que el
La contrapartida de la especialidad es la alternatividad. Concu- precepto penal subsidiario solamente debe retroceder ante una ley que
r r e cuando dos tipos contienen elementos incompatibles entre sí, ex- abarque acciones dotadas de una misma dirección de ataque criminal,
cluyéndose por ello mutuamente, como ocurre con el h u r t o (§ 242) y puesto que éste es el fundamento interno de la preferencia de la ley
la apropiación indebida (§ 246) .12 Como la unidad de ley (prescindien- primariamente aplicable. 17 E s t a restricción se deduce en p a r t e de la
do del caso de los hechos anteriores o posteriores impunes) requiere, letra de la ley (por ej., §§ 98 I, 99 I, 145d I) y en p a r t e de su sentido.
por lo menos, una coincidencia parcial de los tipos, la alternatividad
deja de constituir, ya por razones lógicas, una especie de unidad de ley. a) Existe subsidiariedad tácita, en primer lugar, cuando en una perso-
2. Subsidiariedad significa que un precepto penal sólo ha de en- na concurren autoría y participación o distintas formas de participación
con relación al mismo hecho punible, siendo en tal caso subsidiaria la for-
contrar aplicación de forma auxiliar, p a r a el caso de que no inter-
ma de intervención más débil respecto de la más importante (cfr. supra,
venga ya otro precepto penal. El tipo previsto por la ley como de re- § 64 V 2). 18 Si, por ejemplo alguien ha prestado también complicidad al
cogida retrocede ante la ley primariamente aplicable: "lex primaria hecho al que ha inducido, aquélla es subsidiaria; si el autor se ha procu-
derogat legi subsidiariae". El fundamento material de la subsidiarie- rado un coautor, sólo será responsable por su autoría y no también por
dad lo ve Honig en el hecho de "que distintas proposiciones jurídico- inducción. Asimismo, subsidiaria es la comisión imprudente del hecho
penales protegen el mismo bien jurídico en distintos estadios de frente a la dolosa, en relación al mismo objeto de la acción, por ejemplo,
ataque". 1 3 La estructura lógica de la subsidiariedad no es la de la cuando un conductor omite dolosamente la salvación de un peatón al que
subordinación, sino la de la interferencia. 1 4 ha lesionado, muriendo el mismo por falta de auxilio inmediato (en distin-
to sentido, BGH 7, 287 [288]).
Ejemplos: Hay casos de sospecha falsa (§ 164) que contienen al mismo 6) El segundo grupo de subsidiariedad tácita lo forman los delitos de
tiempo la simulación de un hecho punible (§ 145d), pero también existen paso. Éstos comprenden las fases previas de la realización delictiva y pier-
supuestos que sólo caben en uno u otro tipo. La misma relación existe entre den su significado autónomo tan pronto como se produce en una fase poste-
la estafa (§ 263) y el abuso de aparatos automáticos (§ 265a), y entre el rior un menoscabo más importante del bien jurídico protegido (hecho pre-
secuestro de personas de carácter extorsivo (§ 239a) y la toma de rehenes vio impune). Deben mencionarse aquí los actos preparatorios, por sí mismos
(§ 239b) (BGH 25, 386). punibles (por ej., § 30, cfr. supra, § 65 V), la tentativa y los delitos cuya
La relación de subsidiariedad se deduce del tenor de la ley 16 o a naturaleza exige que recorran varios tipos, como, por ejemplo el homicidio
pasa por el ámbito de la lesión corporal (BGH 16, 122; 21, 265; 22, 248).
través de la interpretación de la conexión del sentido de varios pre-
Bajo el punto de vista del hecho previo impune también es subsidiario el
ceptos penales. Se distingue, según esto, entre subsidiariedad expresa delito de peligro concreto respecto del delito de lesión, en la medida en que
el resultado de puesta en peligro no vaya más allá de los daños producidos,
11 Estiman unidad de ley: RG 70, 357 (359), con anot. crítica de Mezger mientras que el delito de peligro abstracto, conserva un significado autóno-
JW 1937, 627 entre § 223b y § 226; BGH 20, 235 (237), con anot. crítica de Schro- mo por su dirección de ataque en contra de la colectividad.19
der, JZ 1965, 729 entre § 249 y §§ 243, 244 a.r.; BGH 21, 183 (184) entre § 251
y § 250. Cfr. ahora, sin embargo, BGH 21, 78, en donde se aprecia concurso ideal Ejemplos: Así, la exposición del niño recién nacido (§ 221) es subsi-
entre tentativa de robo (§§ 249, 43) y hurto grave (§ 243 a.r.). diaria respecto del infanticidio (§ 217) (RG 68, 407 [409]), mientras que
12 Así, Hirschberg, ZStW 53 (1934), pág. 48; Honig, Straflose Vor- und entre el § 315c y el § 222 debe estimarse concurso ideal.20
Nachtat, pág. 113; v. Liszt/Schmidt, pág. 357; Maurach, Allg. Teil, pág. 752.
Un concepto de alternatividad antes más amplio ha perdido entretanto su ob-
jeto como consecuencia de la depuración de las penalidades, cfr. sobre esto Klug, 16 Cfr. LK (Mosl), § 73 Vorbem. 50; Schdnke/Schroder/Stree, § 52 Vor-
ZStW 68 (1956), págs. 409 y ss. bem. 106 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 63 y ss.
13 Honig, Straflose Vor- und Nachtat, pág. 113; cfr. también Hirschberg, 17 También así, Maurach, Allg. Teil, pág. 639; en sentido divergente,
ZStW 53 (1934), págs. 46 y ss. Por el contrario, Geerds, Konkurrenz, pág. 179, Schdnke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 106, que en caso de duda quiere estimar
en contra de Honig, se contenta con una definición formal. un desplazamiento incondicionado.
14 Cfr. sobre esto, con más detalle, Klug, ZStW 68 (1956), pág. 406; 18 Cfr. Schónke/Schroder/Cramer, § 25 Vorbem. 24; SK (Samson), § 52
Schmidhüu8er, Allg. Teil, pág. 732; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.188. Vorbem. 70.
15 Desaconseja el empleo de la cláusula de subsidiariedad en la ley, Schnei- 19 Cfr. Schdnke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 125; Stratenwerth, Allg.
dewin, Materialien, t. I, pág. 224. Sobre duda en la interpretación, BGH GA Teil I, núm. 1.191.
1974, 149. 20 Así, Lackner, § 315c Anm. 10; Dreher, § 316c Anm. 23.
1038 § 69. La unidad de ley II. Grupos de casos de la unidad de ley 1039

3. Especialmente polémico es el supuesto de consunción. 21 Con Si por medio de un documento hurtado se inflinge a la víctima un daño adi-
cional por estafa, el hecho posterior resulta punible con independencia
carácter general sólo cabe afirmar que hay que estimar consunción
(RG 49, 405 [408]; 64, 281 [284] ). 27 El hecho posterior también queda
cuando el contenido de injusto y de culpabilidad de una acción típica impune cuando el anterior se halla conminado con pena inferior, por ejem-
alcanza, incluyéndolo, a otro hecho o a otro tipo, de suerte que la con- plo, la apropiación indebida (§ 246) respecto de la inducción a la recep-
dena basada en un solo punto de vista jurídico ya expresa, de forma tación (§§ 26, 259), o cuando, de hecho, no puede ser castigado (por ej., por
exhaustiva, el des valor de todo el proceso: "lex consumens derogat impunidad de la tentativa, por falta de demanda de persecución penal o
legi consumptae".22 La diferencia entre la consunción y la subsidia- por prescripción), 28 pues el tipo penal que describe el hecho previo cons-
riedad es que en aquélla aparecen distintos hechos punibles en una tituye, en estos casos, la única base para la valoración de todo el proceso.
vinculación típica, lo que el legislador ha tenido en cuenta al estable- Para terceros, el hecho posterior sigue siendo, por el contrario, funda-
cer la penalidad de los tipos en cuestión. 23 La explicación del sentido mento apropiado de su propia punibilidad por participación, receptación y
de todo esto requiere r e c u r r i r a los casos incluidos en la consunción. favorecimiento, ya que no falta la tipicidad del hecho posterior, sino sólo
la punibilidad de su autor (RG 67, 70 [77]).
a) Una acción típica, posterior a un hecho punible, destinada a asegu- 6) También resulta consumido el hecho acompañante típico.29 Tal caso
rar, a aprovechar o realizar la ganancia antijurídica obtenida mediante el debe estimarse cuando el legislador, al establecer un precepto penal cuali-
primer hecho, resulta consumida si no se lesiona ningún nuevo bien jurí- ficado, ya ha tomado en cuenta la circunstancia de que el hecho, normal-
dico y el daño no se extiende cuantitativamente por encima de la medida del mente, aparece acompañado de otro hecho dotado de un contenido de injus-
ya producido (impune o mejor copenado hecho posterior). 24 Lo típico (Ty- to esencialmente inferior que no afecta a la gravedad del hecho principal. 30
pische) de la relación existente entre el hecho y el hecho posterior consiste Esto sucede, por ejemplo para el allanamiento de morada (§ 123) y los da-
aquí en que, normalmente, el autor también ha de cometer el hecho poste- ños (§ 303) en relación con el hurto con fractura (§ 243, núm. 1) (RG 40,
rior para que el principal pueda tener para él algún sentido. Así, la apro- 430 [431]; BGH 22, 127 [129]), 80a para la injuria (§ 185) en relación con
piación de la cosa hurtada por el ladrón no constituye ningún delito de los delitos contra la honestidad (RG 45, 344; BGH 8, 357 [359] en favor
apropiación independiente (según el BGH 14, 38 [45] falta incluso el tipo de la especialidad), para los daños (§ 303) con relación al homicidio (§ 212),
de apropiación indebida), 25 ya que con ello sólo se realiza la intención de para el atraco a conductores (§ 316a) con relación al robo intentado (§§ 249,
apropiación del § 242, pero la venta de la cosa a un tercero de buena fe, sí 22) (BGH 25, 373), para la adquisición de munición no permitida (§ 18 I,
debe de castigarse como estafa, porque se lesiona entonces un nuevo bien número 3 WaffG 1968) en relación con la posesión (§ 25 I, núm. 3 WaffG
jurídico en el patrimonio del adquirente (RG 49, 16 [20]). Lo mismo vale 1938) (BayObLGE 73, 171) y para la apropiación indebida (§ 246) con re-
para la relación existente entre apropiación indebida y estafa (RG 62, 61 ). 26 lación a la infidelidad (§ 266) (OLG Stuttgart, JZ 1973, 739 [741] con nota
favorable de Lenckner JZ 1973, 796). La idea de la consunción del hecho
21 Cfr. sobre el concepto de consunción, Baumann, Allg. Teil, págs. 692
y ss.; Geeras, Konkurrenz, pág. 222; Kohler, Die Grenzlinien, págs. 88 y ss.; 27 Resulta dudosa la cuestión de si también la destrucción posterior de
Rittmann, Konsumtion, págs. 40 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 733; SK la cosa resulta consumida por el § 242 o por el § 246, como supone la doc. dom.,
(Samson), § 52 Vorbem. 71 y ss.; Welzel, Lehrbuch, pág. 235. Consideran super- seguida por Schónke/Schroder/Stree, § 52 Vorbem. 114. Dicha cuestión debe re-
fluo el concepto de consunción, Klug, ZStW 68 (1956), pág. 415; Schbnke/Schrb- solverse en sentido negativo, ya que la destrucción del botín no constituye nin-
der/Stree, § 52 Vorbem. 131 y R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 55. Por el con- guna acción de apropiación; cfr. Jescheck, ZStW 67 (1955), pág. 535; Krau$,
trario, Kohlrawch/Lange, § 73 Vorbem. III, la expresión "consunción" (con las GA 1965, 180; Sauer, Allgemeine Strafrechtslehre, pág. 242.
-subdivisiones de especialidad, subsidiariedad y hecho posterior impune) susti- 28 Así OLG Braunschweig, NJW 1963, 1.936. De acuerdo, Baumann, Allg.
tuye a la de "impunidad de ley". Teil, pág. 714; Blei, Allg. Teil, pág. 322; Kraufr, GA 1965, 178; Schónke/Schro-
22 Cfr. Lackner, § 52 Vorbem. V le; LK (Mosl), § 73 Vorbem. 53 y ss.; der/Stree, § 52 Anm. 116; SK (Samson), § 52 Vorbem. 76; Stratenwerth, Allg.
Blei, Allg. Teil, págs. 320 y ss.; Wessels, Allg. Teil, págs. 148 y ss. Teil I, núm. 1.202; Welzel, Lehrbuch, pág. 228. En contra, BGH Dallinger MDR
23 A diferencia de la especialidad, la consunción no supone la relación de 1955, 269; BGH JZ 1968, 710; Dreher, MDR 1964, 167; Geerds, Konkurrenz,
subordinación; cfr. Klug, ZStW 68 (1956), pág. 409. pág. 229; Kohlmann, JZ 1964, 492; Maurach, Allg. Teil, pág. 779; LK (Mosl),
24 Cfr. Honig, Straflose Vor- und Nachtat, pág. 81; Geerds, Konkurrenz, § 73 Vorbem. 58; Sauer, Allg. Strafrechtslehre, pág. 242; Schmidhauser, Allg.
páginas 205 y ss. Aconseja una ampliación del concepto de hecho posterior, Bau- Teil, pág. 734; Wessels, Allg. Teil, pág. 149. La cuestión queda abierta en BGH
mann, MDR 1959, 10 y ss. Por el contrario, Maurach, Allg. Teil, pág. 778, con- GA 1971, 83 (84). Cfr. también Wolter, GA 1974, 161 y ss.
sidera la impunidad del hecho posterior como una causa personal de exclusión 29 Cfr. sobre esto Geerds, Konkurrenz, págs. 216 y ss.; Hirschberg, ZStW
de la pena condicionada por la efectiva punición del hecho previo. Schónke/Schro- 53 (1934), págs. 43 y ss.; LK (Mosl), § 73 Vorbem. 54 y ss.; Welzel, Lehrbuch,
der/Stree, § 52 Vorbem. 112; R. Schmitt, ZStW 75 (1963), pág. 55, y en lo esen- página 235; Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.185.
cial, también, Stratenwerth, Allg. Teil I, núm. 1.193, incluyen el hecho posterior 30 En favor de una amplia restricción del concurso ideal a través de la
impune en la categoría de subsidiariedad. idea del acompañamiento típico, Graf zu Dohna, ZStW 61 (1942), pág. 136; Pe-
25 En contra, con razón, Baumann, NJW 1961, 1.141; Bockelmann, JZ 1960, ters, Kohlrausch-Festschrift, pág. 222.
621; Schonke/Schroder/Cramer, § 263 Anm. 145; Stratenwerth, Allg. Teil I, 30a Ello no ha resultado modificado en absoluto por el hecho de que el
número 1.194. § 243 I 1 sólo constituya ahora una regla de determinación de la pena; cfr.
26 Más Jurispr. en Gelbert, Die mitbestrafte Tat, págs. 6 y ss., 12 y ss., Dreher, § 243 Anm. 46; Schonke/Schrbder/Eser, § 243 Anm. 61; Wessels, Mau-
19 y ss. Sobre la estafa de aseguramiento, en especial, Schonke/Schroder/Cra- rach-Festschrift, pág. 308.
mer, § 263 Anm. 144.
1040 § 69. La unidad de ley Adiciones de Derecho español al § 69 1041
acompañante no puede, sin embargo, aplicarse cuando el delito accesorio 1, 152 [ 1 5 6 ] ; 10, 312 [ 3 1 5 ] ) M y el Tribunal puede imponer penas
se aparta del curso normal y manifiesta un contenido de injusto propio, así accesorias y medidas en base a la ley desplazada (§ 11 I, núm. 8)
cuando el atracador destruye una cosa especialmente valiosa (por ej., la (BGH 7, 307 [ 3 1 2 ] ; 8, 46 [52] ). 3 6 El resultado corresponde, pues, a
ventana de una iglesia) para ejecutar el hurto. Asimismo, el § 251 se en- la regulación del concurso ideal.
cuentra respecto del § 250 en relación de concurso ideal, no de consunción 3. También en la determinación de la pena puede tomarse en con-
(en distinto sentido, BGH 21, 183).
sideración, en sentido agravatorio, el precepto excluido por unidad de
ley, en la medida en que no se t r a t e de elementos pertenecientes al tipo
III. Tratamiento de la unidad de ley de la ley aplicable (RG 59, 147 [148] ; 62, 61 [ 6 2 ] ; 63, 423 [424] ; RG
Cuando concurre unidad de ley, de suyo la ley que retrocede de- H R R 1939, núm. 4 7 1 ; OGH 2, 324 [328] ; BGH 19, 188 [189]). 3 «
bería dejar de merecer toda consideración, mas el principio de la
plena absorción del delito ha sido modificado por la Jurisprudencia * * *
en forma notable (principio de combinación). 31 Como la ley despla-
zada puede ejercer influjo en la sentencia, en todos los casos en que I. Esencia de la unidad de ley
tal influjo entre en juego, ha de ser examinada y comprobada. 3 2
1. Existe completa coincidencia entre el concepto de "unidad de ley"
1. E n caso de desestimiento de la tentativa, cuando la tentativa manejado por el texto y el de "concurso de leyes" empleado por la doctrina
constituya otro hecho punible consumado (tentativa cualificada), este española. La terminología "unidad de ley" es nueva en nuestro país, en
delito vuelve a ser punible con independencia al desaparecer la pena donde se utiliza no sólo la dominante de "concurso de leyes", sino también
de la tentativa, aunque el correspondiente tipo en sí resulte excluido alguna otra, como "colisión de normas penales", que intenta destacar que no
por unidad de ley (cfr. supra, § 51 VI 2 ) . Si el delito primario no se trata de una concurrencia pacífica, sino de un conflicto entre varias nor-
puede castigarse por concurrir una causa personal de exclusión de la mas que pugnan cada una de ellas por regular por sí solas el supuesto de
pena o por falta de demanda de persecución penal, cabe — prescin- hecho.1 En todo caso existe clara conciencia de que el concurso de leyes es en
diendo del caso del hecho posterior copenado (cfr. supra, § 69 I I 3a) — realidad aparente. 2
acudir de nuevo al delito desplazado (en distinto sentido, BGH N J W La reforma de 1944 introdujo en el CP el art. 68, que reza: "Los hechos
1964, 1.380 con nota en contra de Handel, N J W 1964, 1.733). susceptibles de ser calificados con arreglo a dos o más preceptos de este Có-
digo lo serán por aquel que aplique mayor sanción al delito o falta cometi-
Ejemplo: El hijo comete un atraco en la casa de sus padres (§ 247) y dos." Este precepto dice más de lo que quería decir. No sólo alcanza literal-
las víctimas sólo interponen demanda de ejecución penal por allanamiento mente al concurso ideal, sino que excluiría todo otro principio regulador del
de morada (§ 123) y daños (§ 303). concurso de leyes. La doctrina ha corregido el excesivo ámbito literal del ar-
tículo reduciéndolo a expresión de aquellos principios del concurso de leyes
Sin embargo, el tipo desplazado sigue siendo inaplicable cuando que conduzcan a la pena más grave. En realidad, la voluntad del legislador
el a u t o r h a de resultar privilegiado por el tipo p r i m a r i o (BGH 24, 262 fue únicamente poder prescindir en la Parte Especial, y en particular en las
faltas, de numerosas remisiones que antes existían a la subsidiariedad ex-
[266]). L a punibilidad con arreglo al delito excluido no puede re- presad
nacer en este caso porque, de lo contrario, el autor sería t r a t a d o más 2. Ni la jurisprudencia ni la doctrina españolas acogen la consideración
desfavorablemente que si fuera aplicable el precepto penal primario.
Así, no puede volverse a acudir al § 239 cuando falta la demanda de
34 Pero aquí también es válida la restricción según la cual ello no puede
persecución penal requerida en los §§ 237 y 238. 83 Tampoco renace la determinar la exclusión de una circunstancia privilegiante.
punibilidad según el § 30 I, I I si el a u t o r desiste posteriormente de la 35 Así, con razón, Bockelmann, JZ 1953, 235; Cramer, JurA 1970, 207;
tentativa (cfr. supra, § 65 IV 1). Dreher, § 52 Vorbem. 23; Lackner, § 52 Vorbem. V 1; Schonke/Schróder/Stree,
§ 52 Vorbem. 141; SK (Samson), § 52 Vorbem. 78.
2. La ley desplazada influye, además, en el marco penal de la ley 36 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 465 y ss.; Schónke/Schróder/
aplicable. Así, debe contemplarse un mínimo penal m á s elevado (BGH Stree, § 52 Vorbem. 141. La objeción de Maurach, Allg. Teil, pág. 756 y Geerds,
Konkurrenz, págs. 231 y ss., se tiene en cuenta mediante la restricción efectuada
en el1 texto.
31 Cfr. sobre esto, Dreher, § 52 Vorbem. 23; Dünnebier, GA 1954, 273 y ss.; 2
Cfr. Puig Peña, Colisión de normas penales, Madrid, 1955, pp. 16 ss.
Jescheck, ZStW 67 (1955), págs. 535 y ss.; Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vor- Cfr. Quintano Ripollés, Curso I p. 200, que habla de "conflicto (concurso)
bem. 134 y ss.; SK (Samson), § 52 Vorbem. 77; Stratenwerth, Allg. Teil I, nú- aparente de leyes"; Antón Oneca, PG 461; Cuello Calón, PG p. 686; Rodríguez
meros 1.195 y ss. Devesa, PG pp. 191 s.
32 Así, con razón, Schneider, JZ 1953, 660. 3 Cfr. Castejón, Génesis y breve comentario en RGLJ 1945, p. 467; Rodrí-
33 También así, Schonke/Schróder/Stree, § 52 Vorbem. 136; Stratenwerth, guez Devesa, PG pp. 198 s.; Córdoba Roda, Comentarios II; Quintano Ripollés,
Allg. Teil I, núm. 1.192; Welzel, Lehrbuch, pág. 235. Curso I pp. 200 s.
1042 § 69. La unidad de ley
del precepto o preceptos desplazados en la determinación de la pena. A dife-
rencia, pues, de lo que sucede en la práctica de los Tribunales alemanes, en
nuestro país no se ha producido la "aproximación" entre el concurso de leyes
y el ideal a que se refiere el texto.

II. Grupos de casos de la unidad de ley


La doctrina dominante acoge en España los supuestos del texto, añadién-
dose a veces además el principio de alternatividad. 4 Por otra parte, el princi-
pio de consunción suele formularse con carácter más restringido que en el
texto, comprendiéndose en él los casos de delitos complejos que incluyen actos
que a su vez constituyen por sí mismos otros delitos (así, en el caso del robo
con violencia en las personas, que desplaza al hurto y al ataque personal).6

III. Tratamiento de la unidad de ley TERCERA PARTE


Ya he dicho más arriba (I 2) que en nuestro país no se conoce lo que el
texto llama principio de combinación, sino él de la plena absorción del delito. LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
Ello se ha debido probablemente a que él CP no prevé, como el StGB, casos
de delitos más graves en cuanto a su límite penal máximo que a la vez tengan
un límite mínimo más leve que otros de máximo menos elevado, y viceversa.
En Alemania antes de la nueva redacción del StGB 1975 solía ponerse como
ejemplo el concurso de leyes entre tentativa de violación, cuya penalidad era
de tres meses a 15 años (%% 177, UJ* 1 StGB ant. red.) y abusos deshonestos
consumados del § 176 I StGB, cuyo marco penal comprendía desde un año
hasta diez años: la tentativa de violación desplazaba a los abusos deshones-
tos, pero no se veía razón para que ello permitiese recorrer la pena por deba-
jo del mínimo penal de los abusos deshonestos que también había realizado
el autor. Aunque desplazado, el precepto correspondiente a los abusos desho-
nestos debía limitar el marco mínimo de la pena de la tentativa de violación*
La nueva técnica de fijación de penalidades adoptada por el Proyecto 1980
puede dar lugar a situaciones parecidas (p. ej., suponiendo que sea posible
el concurso (de leyes) de tentativa de robo con fuerza en las cosas (art. 2¿5)
y hurto consumado (art. 287), en caso de sustracción de una caja de cau-
dales para abrirla fuera del lugar sin que ello se logre, sería preferente él
hurto por su mayor pena máxima (cuatro años frente a dos años de la ten-
tativa de robo), pero tendría un límite penal mínimo más leve (seis meses
frente a un año).
En cualquier caso, la subsistencia del delito consumado en caso de tenta-
tiva cualificada desistida, se reconoce por supuesto en nuestro país."*

4
Así Antón Oneca, PG pp. 462 s.; Rodríguez Devesa, PG pp. 197 s.; Cuello
Calón, PG p. 688. En contra de considerar la alternatividad como modalidad de
concurso de leyes Córdoba Roda, Comentarios II p. 330.
6 Cfr. Córdoba Roda, Comentarios II p. 329; Cuello Calón, PG p. 688;
Antón Oneca, PG pp. 461 s. Más ampliamente Rodríguez Devesa, PG p. 196.
6 Cfr. Stratenwerth, AT (1971), p. 312.
7 Cfr. Rodríguez Mourullo, Comentarios I pp. 137 ss.
La problemática de las consecuencias jurídicas del delito posee
hoy el mismo rango científico que desde siempre se ha atribuido a las
cuestiones de la teoría del delito. Para el condenado mismo y para la
comunidad las consecuencias jurídicas ocupan el primer plano, ya que
la cuestión sobre qué tratamiento se da por el Estado y la Sociedad
al delincuente es muchas veces decisiva para el futuro de éste y por
tanto cada vez más comienza también a ocupar a la comunidad que
tiene que entenderse con él. Las consecuencias jurídicas del delito
se dividen en penas, medidas y consecuencias accesorias. Como penas,
el Derecho actualmente vigente conoce la pena privativa de libertad,
la pena pecuniaria y la prohibición de conducir. Como medidas, el
StGB comprende las medidas de mejora y seguridad, la confiscación
del lucro ilícitamente obtenido, el comiso de los instrumentos del de-
lito y la inutilización de impresos (§11 núm. 8). En el Derecho Penal
especial existen otras medidas (prohibición de tener animales, § 20
TierSchG; privación del permiso de caza, § 41 BJagdG; confiscación
de la plusvalía, §§ 8-10 WiStG). Como consecuencias accesorias están
previstas la inhabilitación para cargo público y para el derecho del
sufragio tanto activo como pasivo (§ 45). La configuración de las
consecuencias jurídicas del delito es decisiva tanto para medir el ran-
go internacional del Ordenamiento juridicopenal como para compro-
bar la eficacia del Derecho Penal como medio para el mantenimiento
de la paz y seguridad jurídicas. La reforma de todo este sector ha
concluido provisionalmente con la entrada en vigor del nuevo StGB
el 1-1-1975 (sobre el programa de reforma cfr. edición anterior, pá-
ginas 566 y ss.). Sólo las disposiciones relativas al establecimiento de
terapia social (§§ 61 núm. 3, 65 y otros) deberían haber entrado en
vigor el 1-1-1978, pero no ha habido más remedio que aplazarla ya
que aún no hay una concepción común sobre los métodos de trata-
miento aplicables en estos establecimientos y existen también impor-
tantes dificultades de financiación y problemas de personal. Según un
Proyecto del Ministerio Federal de Justicia su entrada en vigor queda
aplazada hasta el 1-1-1983.

§ 70 Tendencias internacionales en la Política criminal moderna


Ancel, Die geistigen Grundlagen der Lehren von der "Sozialen Verteidigung",
MSchrKrim 1956, 51; el mismo, La défense sociale nouvelle, 2.a ed. 1966 (trad. ale-
mana de Melzer, con el título "Die Neue Sozialverteidigung", 1970); Andenaes,
Punishment and Deterrence, 1974; Arzt, Der Ruf nach Recht und Ordnung,
1976; el mismo, Verhandlungen des 51. DJT, 1976, t. II, Teil N, pág. 43; Burren,
1046 § 70. Política criminal moderna internacional I. El movimiento de la Défense sociale 1047
Der Vollzug der Zuchthaus- und Gefángnisstrafe, etc., Festgabe für H. Schultz, canto ante la escasa eficacia de los programas resocializadores que
1977, pág. 482; Cornil, Adolphe Prins et la défense sociale, Rev int dr pén 1951,
177; el mismo, Betrachtungen zum 50jáhrigen Bestehen der AIDP, ZStW 87 lleva aparejada la privación de libertad. Esta tendencia exige la más
(1976), pág. 438; Frey, Strafrecht oder soziale Verteidigung, en: Kriminalpolitik, extremada cautela en las intervenciones coactivas que realiza la Ad-
1975, pág. 110; Gassin, L'influence du mouvement de la défense sociale nouvelle ministración de Justicia Penal en la libertad y personalidad del in-
sur le droit franjáis contemporain, Recueil d'études en hommage á Marc Ancel, culpado y expresa esta exigencia con la frase "radical noninterven-
tomo II, 1975, pág. 3 ; Geerds, Ladendiebstahl, etc., Festschrift für E. Dreher,
1977, pág. 533; Gramática, Principi di difesa sociale, 1961 (trad. alemana de
tion". Ambas tendencias citadas no están en una oposición absoluta,
Mergen/Herbig, con el título "Grundlagen der défense sociale", 1966); Jescheck, pues también la Défense sociale se ha distanciado del optimismo en
Les principes de politique criminelle du Projet d'un Code penal allemand, etc., el tratamiento que existía en la posguerra y comparte el escepticismo
Rev dr pén crim 45 (1964/65), pág. 205; el mismo, Strafrechtsreform in Deut- general frente a las posibilidades de rehabilitación a través de la
schland, etc., SchwZStr 91 (1975), pág. 1; Kadish, The Crisis of Overcriminali- pena privativa de libertad. Las exigencias de la nonintervention van,
sation, Annals 374 (1967), pág. 157; Hilde Kaufmann, Gramáticas System der
Difesa Sociale und das deutsche Schuldstrafrecht, Festschrift für H. v. Weber, sin embargo, más allá de las ideas reformistas de la Défense sociale
1963, pág. 418; Levasseur, Reformes recentes en matiére pénale dues a l'école y conducen hasta casi la abolición de todas las sanciones que llevan
de la défense sociale nouvelle, Recueil d'études en hommage á Marc Ancel, t. II, aparejadas privación de libertad.
1975, pág. 35; Lipton/Martinson/Wilks, The Effectivenes of Correctional Treat-
ment: A Survey of Treatment Evaluation Studies, 1975; v. Liszt, Die Entstehung
der IKV, Mitt IKV, t. 21, 1914, pág. 3; Martinson, What Works? The Public In- I. El movimiento de la Défense sociale
terest, Spring 1974; Morris, The Future of Imprisonment, 1974; Morris/Hawkins,
The Honest Politician's Guide to Crime Control, 1970; Mullen, Pre-Trial Servi- 1. La historia de las ideas de la Défense sociale empieza con el positi-
ces, etc., 1974; National Advisory Commission on Criminal Justice Standards vismo científico (Augusto Comte) y su acuñamiento específicamente penal
and Goals: Courts, 1973; Naucke, Die Abhangigkeiten zwischen Kriminologie con la teoría de los tres científicos italianos Cesare Lombroso, Enrico Ferri
und Kriminalpolitik, 1977; Nejelski, Diversión, etc., en: Margaret Rosenheim y Rafaele Garófalo en el último cuarto de siglo xix (cfr. supra, § 8 IV 4) .2
(editor), Pursuing Justice for the Child, 1976, pág. 94; Nimmer, Diversión, The Las ideas representadas y defendidas por el positivismo italiano, el deter-
Search for Alternative Forms of Prosecution, 1974; Packer, The Limits of the minismo y la consecuente protección de la sociedad como misión del Dere-
Criminal Sanction, 1968; Palmer, Martinson Revisited, Journal of Research in
Crime and Delinquency 12 (1975), pág. 133; Pfersich, Die Strafzumessung im cho Penal, el rechazo de la culpabilidad y de la retribución y la conversión
Lichte der modernen amerikanischen Schule, 1956; Quensel, Der Anstaltsinsasse del Derecho Penal en un Derecho de medidas, fueron, sin embargo, relati-
ais Objekt von Strafjustiz und Behandlungseifer, etc., Festgabe für H. Schultz, vizadas de un modo relevante ya en la Asociación Criminalista Internacio-
1977, pág. 490; Ross, Law, Science and Accidents: The British Road Safety Act nal fundada en 1888 por v. Liszt, Adolphe Prins y G. A. van Hamel. En el
of 1967, 1973; Rüther, Abweichendes Verhalten und Labeling Approach, 1975; ideario de esta Asociación se encuentra una segunda fuente de la Défense
Schur, Radical Nonintervention. Rethinking the Delinquency Problem, 1973; sociale.8 Especialmente fue el belga Adolphe Prins quien con su obra "La
Simson, Neue Entwicklungslinien im schwedischen Kriminalrecht, Festschrift défense sociale et les transformations du droit penal" (1910) fundó una
für E. Dreher, 1977, pág. 747; StoU, Verhandlungen des 51. DJT (Ladendieb- nueva teoría politicocriminal a la que se remonta la nueva Défense sociale.4
stahl), 1976, t. II, Teil N, pág. 7; Sturm, Grundlinien der neueren Strafrechts- Los efectos de esta teoría son comprobables en la legislación penal de mu-
reform, Festschrift für E. Dreher, 1977, pág. 513; Vogler, en: Kaiser/Metzger-
Pregizer, Betriebsjustiz, 1976, págs. 356 y ss.; Vrij, Pour commémorer le pionnier chos países, desde la introducción de la "rélegation" y de la "libération
G. A. van Hamel, etc., Rev int dr pén 1951, 361; Würtenberger, Défense sociale, conditionelle" en Francia (1885) y de la "sursis" en Bélgica (1888)6 hasta
etc., MSchrKrim 1951, 60; Zimring, Measuring the Impact of Pretrial Diver- la "Loi de défense sociale" belga (1930) y la Ley alemana sobre el delincuen-
sión, etc., Chicago Law Review 41 (1074), pág. 224; Zipf, Kriminalpolitik, 1973. te habitual (1933).
2. A partir de 1945, la impresión de los horrores de la Segunda
Las sugerencias más importantes para la reforma de la Política
Guerra Mundial y el abuso del Derecho Penal por las potencias tota-
Criminal no sólo en Europa, sino también en otras partes del mundo
litarias contribuyeron al renacimiento y a la nueva orientación de las
en los últimos 25 años han partido del movimiento de la Défense so-
ideas de la Defensa sociale, que se realizó bajo el signo de la dignidad
ciale. Muchas de ellas han sido acogidas en muchos países 1 y han
humana, de la humanidad, del Estado libre y social de derecho y de la
ejercido también una influencia considerable en la reforma del De-
recho Penal alemán, aunque a veces no se sepa o no se reconozca (cf r.
infra, § 70 I 4). Frente a la anterior ha aparecido hace algunos años 2 Cfr. sobre ello Ancel, La défense sociale nouvelle, págs. 81 y ss.
3 Cfr. sobre la Asociación Criminalista Internacional v. Liszt, MittIKV,
en EE. UU. una nueva tendencia politicocriminal surgida del desen- tomo 21, páginas 3 y ss.; además los trabajos de la Rev. int. dr. pén. 1951, cua-
derno 2 / 3 ; sobre van Hamel, especialmente Vrij, Rev. int. dr. pén. 1951, 361 y ss.
Además Cornil, ZStW 87 (1975), págs. 438 y ss.
1 Cfr. para Francia, Gassin, Recueil d'études Ancel, págs. 3 y ss.; Levas- 4 Cfr. Cornil, Rev int dr pén 1951, 177 y ss.; Ancel, La défense sociale
seur, ebenda, págs. 35 y ss.; en general, Ancel, Défense sociale nouvelle, pági- nouvelle, págs. 92 y ss.; Melzer, Die neue Sozialverteidigung, págs. 23 y ss.
nas 81 y ss. 5 Cfr. Jescheck, Rev dr pén crim 45 (1964/65), págs. 205 y ss.
1048 § 70. Política criminal moderna internacional II. La tendencia de la "Nonintervention" 1049

configuración del Derecho Penal como instrumento de pedagogía y las necesidades personales del delincuente, y considera que el man-
criminal plena de sentido.6 La primera época fue acuñada por el ita- tenimiento de la paz jurídica y la reinserción social del condenado
liano Filippo Gramática, que fundó en 1949 la "Société Internationale constituyen las metas esenciales del Derecho Penal.
de Défense sociale". Gramática representaba una tendencia radical 4. La Défense sociale ha influido notablemente en la más reciente
que se apoyaba en el positivismo italiano y en el proyecto del Código reforma del Derecho Penal alemán, principalmente a través del Pro-
Penal, conocido como "Progetto preliminare" que en 1921 había sido yecto-Alternativo. Esto se observa en la introducción de la pena
confeccionado por Ferri de un modo consecuente contrario a la teoría privativa de libertad unitaria (en lugar de la distinción entre reclu-
clásica.7 En lugar del delito culpable, aparecía la antisocialidad ("an- sión, prisión y arresto), en la amplia sustitución de las penas priva-
tisocialitá") del delincuente; en lugar de la pena, la medida por tiem- tivas de libertad por penas pecuniarias, en la configuración de las
po indeterminado; en lugar del proceso penal de viejo cuño, un pro- penas pecuniarias conforme al sistema de los días-multa, en la am-
ceso dirigido a la investigación de la personalidad y a la averiguación pliación de la condena condicional, en la introducción de la amones-
de sus defectos y necesidades que debería ser confiado no a los ju- tación con reserva de pena, en la sustitución del sistema dualista du-
ristas, sino a médicos, sicólogos y pedagogos. Gramática se diferencia, rante la ejecución de las penas privativas de libertad por un sistema
sin embargo, del positivismo, en que no acepta la imagen determi- integrador de penas y medidas, en la creación del establecimiento
nista del hombre y en que reconoce valores morales como meta de de terapia social, en la desincriminación del Derecho Penal con la eli-
la resocialización, atendiendo a la curación, y no a la eliminación, minación de las faltas y la reducción de los delitos contra la familia,
como finalidad de las medidas y pretendiendo hacer de la responsabi- la religión y la moral sexual y en la nueva ordenación del sistema
lidad moral del hombre la fuerza impulsora de su educación.8 penitenciario conforme a la finalidad resocializadora (§ 2 pfo. 1
3. A partir de 1966 la dirección de la Défense sociale pasa al fran- StVollzG) . n Las diferencias que la separan de la Défense sociale re-
cés Marc Ancel, que representa una postura ecléctica.9 siden sobre todo en el mantenimiento del principio de culpabilidad
como centro del Derecho Penal alemán que, prescindiendo de su fun-
De Gramática le separa el que no rechaza el Derecho Penal, sino que damentación ética, constituye un importante medio de protección para
lo considera un medio legítimo de control social, y el que mantiene los con- el delincuente frente al poder excesivo de la reacción estatal. El De-
ceptos de "delito" y "delincuente", dando cabida a la prevención general recho Penal alemán sigue manteniendo el carácter de la pena como
junto a la prevención especial.10 Sin embargo, Marc Ancel se opone rotun- mal merecido y proporcionado por el hecho culpable, acentuando con
damente al Derecho Penal clásico, rechazando todos los conceptos penales ello la diferencia conceptual entre la pena y las medidas neutras desde
de base metafísica y todas las ficciones y apriorismos jurídicos. El Derecho un punto de vista valorativo.
Penal sirve únicamente a la protección de la sociedad, pero al mismo tiem-
po ha de promover la socialización y rehabilitación del delincuente.
En el proceso de resocialización incluye la responsabilidad moral como II. La tendencia de la "Nonintervention"
sentimiento de culpa del delincuente y punto de apoyo para el reconoci-
miento de la responsabilidad compartida de la sociedad. La culpabilidad, Desde hace algunos años se viene produciendo en los Estados
sin embargo, no es ni fundamento ni límite de la sanción penal. Unidos un cambio en las posiciones politicocriminales fundamentales.
Estadísticamente se viene comprobando los escasos éxitos que, a pesar
La nueva imagen de la Défense sociale coloca el centro de grave- de los grandes esfuerzos y elevados costos, arrojan los diferentes pro-
dad del Derecho Penal, del Derecho Procesal y de la ejecución penal en gramas de resocialización, una resignación cada vez más extendida
la personalidad del delincuente y con ello en el principio de humanidad frente a todas las intervenciones de la Administración de Justicia
(Cfr. swpra, § 4 III), reconoce el principio de legalidad, pretende sus- Penal que llevan aparejadas privación de libertad y, al mismo tiempo,
tituir el sistema dualista de penas y medidas por un sistema integral la creciente preocupación porque en la imposición y realización de
de sanciones, en cuya elección deben ser decisivas la clase de delito estos programas no se tenga suficientemente en cuenta la dignidad
humana y las garantías de un Estado de Derecho. Frente a esta pos-
6 Cfr. Ancel, MSchrKrim 1956, 51 y ss.
7 Cfr. Gramática, Principi di difesa sociale, 1961. tura pesimista existe una tendencia más optimista. Los partidarios
8 Cfr. Würtenberger, MSchrKrim 1956, 64; Hilde Kaufmann, v. Weber- de esta última quieren también evitar en lo posible las sanciones pri-
Festchrift, págs. 418 y ss. En contra, críticamente, Frey, Kriminalpolitik, pá- vativas de libertad y reforzar las garantías jurídicas para el incul-
ginas 110 y ss.
9 Cfr. el programa mínimo de la Asociación Internacional de Defensa So-
cial (traducido por Vogler), MSchrKrim 1956, 58 y ss.; Ancel, La défense socia- 11 Cfr. la exposición en conjunto en Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pági-
le nouvelle, págs. 283 y ss. nas 32 y ss.
10 Como Zipf, Kriminalpolitik, pág. 42 señala, predominan las diferencias.
23. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II
1050 § 70. Política criminal moderna internacional
II. La tendencia de la "Nonintervention" 1051
pado, pero no enjuician negativamente los resultados obtenidos con
los diferentes programas de resocialización y, por ello, no quieren los condenados deben ser resocializados, sino la sociedad en su con-
abolirlos, sino reestructurarlos, mejorarlos, desburocratizarlos y cum- junto. 17 Con la privación de libertad lo único que se consigue es agu-
plirlos con más humanidad. dizar aún más la mala situación de los grupos marginados en la so-
1. La frase que ha dado el nombre a esta nueva dirección politi- ciedad.
cocriminal en EE. UU. procede del título del libro "Radical Noninter- 2. Los partidarios de la Nonintervention han hecho diferentes
vention" del sociólogo americano Edwin M. Schur.n El escepticismo propuestas para mejorar la actual situación en la Administración de
frente a las intervenciones estatales en el proceso evolutivo de la Justicia Penal.
personalidad se desarrolló, en primer lugar, a partir de las críticas En primer lugar, se pide la derogación de preceptos penales an-
al Derecho Penal de menores americano que, por una parte, excede ticuados y superfluos, especialmente en el ámbito de los llamados
con mucho del marco de la conducta sancionada penalmente, pero que, "victimles crimes" (juego, mendicidad, vagabundaje, delitos sexuales
por otra parte, sólo puede realmente abarcar algunos pocos jóvenes de y relativos a las drogas de poca gravedad) .18 Se propone además que,
los que se clasifican como "delinquent".13 El resentimiento del conde- excepto en casos graves y de multirreincidencia, se excluya al incul-
nado contra la Administración de Justicia por este tratamiento des- pado del proceso penal, corrigiéndolo con medios de carácter no pe-
igual se ve reforzado por un sentimiento de desamparo, ya que fre- nal.19 Estas soluciones a medio camino entre el proceso penal y la
cuentemente tanto la vista ante el Tribunal de Menores como la de- total Nonintervention se denominan "diversión" (desviación) y pue-
cisión por él acordada son incomprensibles para el inculpado.14 La den consistir en la reparación del daño causado, en la "pre-trial pro-
resignación frente a la concepción del tratamiento basado en el celo bation", en convenios informales entre las partes, en un tratamiento
moralista y puritano del Derecho Penal americano es fomentada ade- siquiátrico, en el sometimiento a una cura de deshabituación, en logo-
más por las crecientes dudas ante la utilidad de cualquier tipo de tra- terapia, en la terapia de grupo, en procurar puestos de trabajo o
tamiento realizado en condiciones de falta de libertad. Así ha llegado vivienda, en un "Community service", etc.20 La intervención juridico-
el criminólogo Martinson, de la mano de un análisis secundarlo de penal debe limitarse a la criminalidad grave y reincidente, lleván-
programas de rehabilitación científicamente comprobados, a la con- dose en este caso a cabo en un proceso penal con todas las garantías
clusión de que ninguno de ellos ha supuesto una disminución digna de jurídicas. En estos casos, la pena no puede concebirse en forma de un
mención de la criminalidad ni de las cifras de reincidencia.15 En el tratamiento benefactor, sino que debe aparecer abiertamente como
sistema penitenciario de adultos, la crítica se dirige contra las inso- una intervención dolorosa del Estado en la libertad y en la propiedad.21
portables condiciones existentes en los establecimientos penitenciarios 3. La crítica a la idea de recortar drásticamente la intervención
a causa de las frecuentes y demasiado largas penas privativas de li- juridicopenal empieza por cuestionar la corrección del diagnóstico
bertad y contra la inseguridad y desigualdad jurídicas y contra el de Martinson de que "no sirve para nada" ("nothings works"), y
deficiente funcionamiento procesal en la decisión de las "parole- afirma que los programas de tratamiento tendrían realmente mucho
boards" sobre libertad condicional, especialmente en el caso de penas éxito, si se aplicaran a las personas aptas para recibirlos.22 La efica-
indeterminadas. 16 Una ulterior fuente para la crítica de la actual Ad- cia de la "diversión" es, además, cuestionable cuando se aplica a cri-
ministración de Justicia Penal se basa en la teoría de la etiquetación minales peligrosos, reincidentes y a personas con graves alteraciones
("labeling approach") que afirma que los funcionarios encargados de del comportamiento.23 También la limitación de las garantías proce-
la Administración de Justicia seleccionan desde un principio los gru- sales en los programas que se llevan a cabo fuera del proceso penal
pos marginados como objeto de intervención, mientras que la crimi-
nalidad es, en realidad, un fenómeno general y diario, así que no sólo 17 Cfr., en general, Riither, Abweichendes Verhalten und Labeling Appro-
ach, 1975; además, Kaiser, Kriminologie, págs. 92 y ss.; para la crítica al "label-
ing approach" sobre todo Naucke, Kriminologie und Kriminalpolitik, págs. 9 y ss.
12 Schur, Radical Nonintervention. Rethinking the Delinquency Problem, 18 Cfr. Kadish, Annals, 374 (1967), pág. 157; Packer, Limits, pág. 258 y ss.;
1973. Morris/Hawkins, Guide to Crime Control, págs. 2 y ss.
13 Cfr. Nejelski, Diversión, pág. 95. 19 National Advisory Commission, pág. 27.
14 Cfr. Schur, Radical Nonintervention, págs. 161 y ss. 20 Cfr. sobre los diversos programas Nimmer, Diversión, 1974.
15 Martinson, What Works?, pág. 22; Lipton/Martinson/Wilks, The Effec- 21 Cfr. Schur, Radical Nonintervention, pág. 23.
tiveness of Correctional Treatment, págs. 515 y ss.; Schur, Radical Noninter- 22 Cfr. Palmer, Journal of Research in Crime and Delinquency 12 (1975),
vention, págs. 54 y ss. páginas 133 y ss. Lo mismo sucede en Suecia donde se observa una cierta re-
16 Las objeciones surgidas en EE.UU. de las que ya daba cuenta Pfersich signación frente al optimismo resocializador del pasado, Simson, Dreher-Fest-
(cfr. Strafzumessung, págs. 140 y ss.), han aumentado entretanto y son compar- schrift, págs. 757 y ss.
tidas actualmente de un modo general. 23 Cfr. Zimring, Chicago Law Review 41 (1974), pág. 224; Mullen, Pre-
Trial Services, págs. 23 y ss.
1052 § 70. Política criminal moderna internacional I I I . Política criminal alemana vista internacionalmente 1053

tropieza con objeciones.24 Por último, se alega que la ampliación de la Vigilancia de la autoridad, es la pieza intermedia con la que se
los programas de diversión a personas que quedarían totalmente al intenta conseguir preventivamente un efecto positivo en el delincuen-
margen de una sanción tiene por consecuencia incluso un plus en in- te, sin tener que recurrir a la pena privativa de libertad. El tímido
tervención.25 inicio del empleo de la idea de la "diversión" por la fiscalía con el
sobreseimiento provisional de la querella acompañado de la imposi-
III. Valoración de la Política criminal alemana desde el punto de ción de determinadas obligaciones (§ 153a StPO) es suficiente para
vista internacional ir recogiendo experiencias antes de emprender programas más am-
biciosos.
De una consideración global de las modernas tendencias politico- 2. La Política criminal alemana se diferencia de las tendencias
criminales tal como aparecen en el movimiento de la Défense sociale internacionales sobre todo por la fuerte acentuación del principio de
y en la nueva dirección americana de la Nonintervention, se deduce culpabilidad (cfr. supra, § 70 I 4). A ello le obliga no sólo la Ley Fun-
que la reforma del Derecho Penal alemán ha adoptado una solución damental que considera a todo ciudadano como persona libre y res-
intermedia.26 El profundo proceso de aprendizaje y de cambio ideo- ponsable, sino que representa también una importante protección del
lógico que ha conducido a grandes cambios en la opinión pública res- inculpado ante intromisiones excesivas del Estado. El dualismo entre
pecto a la criminalidad, ha ido cuajando poco a poco en Alemania en penas y medidas que se deduce del principio de culpabilidad se apro-
la configuración de un Derecho Penal racional y humano, concebido xima durante el período de ejecución a la solución monista, a través
restrictivamente y orientado en la idea del bien común,27 cuya efica- de un flexible sistema de intercambio de las diferentes sanciones, sin
cia está, sin embargo, todavía por comprobar. contradecir con ello las tendencias internacionales. Una reducción
1. La limitación del Derecho Penal a la medida absolutamente excesiva del Derecho Penal y el desplazamiento de las sanciones pe-
necesaria para proteger la sociedad, la reducción de las penas pri- nales confiadas a los órganos de la Administración de Justicia por
vativas de libertad, especialmente de las penas cortas, en favor de programas de socialización y por mecanismos de sanción privada des-
otras sanciones que también se hacen sentir, pero que no llevan apa- provistos de carácter penal debilitaría la prevención general y las
rejada privación de libertad, y la abolición de la pena de reclusión y garantías procesales para el inculpado. Es por eso correcto, el que la
de todas las penas infamantes para evitar la estigmatización del con- Política criminal alemana siga manteniendo la prevención general,
denado, son los rasgos esenciales de la Política criminal alemana rechazando las tendencias radicales en pro de la desincriminación.
coincidentes con las grandes tendencias internacionales. La pena La "administración de justicia en el ámbito de la empresa** no debe
pecuniaria se convierte en una sanción eficaz que garantiza la pro- ser ciertamente eliminada, pero debe ser configurada con un proceso
tección de la sociedad en el sector medio de la criminalidad y repre- legalmente regulado 80 y debe rechazarse la exigencia de los que pro-
senta el necesario contraste con la pena privativa de libertad, parca- ponen que los "hurtos en grandes almacenes" se remitan al Derecho
mente aplicada, que se ejecuta en un sistema penitenciario basado civil.81
en los modernos conocimientos de la Sociología, de la Psicología y de
la investigación de la conducta. En sus esfuerzos por un ulterior me-
joramiento del sistema penitenciario con base científica, la Política § 71 Excurso: La pena de muerte
criminal alemana no debe apartarse del camino emprendido y espe- Alt, Das Problem der Todesstrafe, 1960; Althaus, Die Todesstrafe ais Pro-
cialmente no abandonar el establecimiento de terapia social.28 Mien- blem der christlichen Etnik, Sitzungsberichte d. Bayer. Akademie der Wissen-
tras, la pena pecuniaria y la ejecución de la pena privativa de libertad schaften, philos.-histor. Klasse, 1955, núm. 2; Ancel, Le probléme de la peine de
mort, Rev dr pén crim 44 (1963-64), pág. 373; el mismo, L'abolition de la peine
constituyen la piedra angular del sistema sancionatorio, el tratamien- de mort et le probléme de la peine de remplacement, Studies in Penology to the
to del delincuente en libertad a través de la suspensión condicional de Memory of Sir Lionel Fox, 1964, pág. 1; Barbero Santos, La pena de muerte, pro-
la pena, acompañada de determinadas obligaciones, especialmente de
29 Cfr. sobre ello Jescheck, SchwZStr 91 (1975), págs. 18 y ss. Cfr. en ge-
24 Cfr. Mullen, Pre-Trial Services, págs. 31 y ss. neral Arzt, Der Ruf nach Recht und Ordnung, 1976; Andenaes, Punishment and
25 Cfr. Morris, The Future of Imprisonment, págs. 9 y ss.; Mullen, Pre- Deterrence, págs. 164 y ss. Sobre las condiciones de eficacia del Derecho Penal
Trial Services, pág. 30. en el ejemplo del British Road Safety Act of 1967, Ross, Law, Science and Acci-
26 Cfr. Sturm, Dreher-Festschrift, págs. 518 y ss. dents, págs. 75 y ss.
27 Cfr. Jescheck, SchwZStr 91 (1975), págs. 11 y ss. 30 Cfr. Vogler, Betriebsjustiz, pág. 379.
28 Cfr. Sturm, Dreher-Festschrift, pág. 530; Burren, Schultz-Festschrift, 31 Cfr. Geeras, Dreher-Festschrift, págs. 546 y s.; así como Stoll, Ver-
páginas 487 y ss. El negativo análisis de Quensel, Schultz-Festschrift, págs. 490 handlungen des 51. DJT, 1976, Teil N, págs. 30 y ss. contra Arzt, ebenda Teil N,
y ss., sólo puede servir de acicate para mejorarlo. páginas 47 y ss.
1054 § 71. E x c u r s o : La pena de m u e r t e
I. La abolición de la pena de m u e r t e 1055
blema actual, 1964; Barbero Santos y otros„ La pena de muerte, 6 respuestas,
1976; Bassiouni/Lahey/Sang, La peine de mort aux États Unis, etc., Rev se crim pena "ilegítima". 3 En un Derecho Penal basado en principios racio-
1973, 23; Baumann, Zur Diskussion über die Todesstrafe, ArchRSph 1960, 73; nales y humanitarios hay que rechazar sin paliativos la pena de
Beri8tain, Katholizismus und Todesstrafe, ZStW 89 (1977), pág. 215; BockeU muerte, porque no existe ninguna razón en favor de su restableci-
mann, Todesstrafe, Niederschriften, t. XI, pág. 14; el mismo, Die rationalen miento y sí muchas absolutamente convincentes en su contra. 4 Tam-
Gründe gegen die Todesstrafe, en: Die Frage der Todesstrafe, 1965, pág. 131;
Coloquio comemorativo do centenario da abolicáo da pena de morte em Portugal, poco en los delitos que reflejan una grave culpabilidad puede su autor
tomo I-II, 1968, t. I I I ; Comité européen pour les probUmes criminéis (informe de ser castigado con la pena de muerte, ya que ningún juez del mundo es
Ancel), La peine de mort dans les pays européens, 1962; Dombois, Mensch und competente para pronunciar una sentencia condenatoria de tal mag-
Strafe, 1957; Dreher, F ü r und wider die Todesstrafe, ZStW 70 (1958), pág. 543; nitud.5 La pena de muerte no es necesaria desde el punto de vista
Düsing, Die Geschichte der Abschaffung der Todesstrafe etc., 1952; Ermecke,
Zur ethischen Begründung der Todesstrafe heute, 2.* ed., 1963; Die Frage der
politicocriminal, pues no tiene una mayor eficacia intimidatoria que
Todesstrafe. Zwólf Antworten, 1962; Sir Ernest Gowers, A Life for a Life, 1956; la prisión perpetua. 6 Por otra parte, la mayoría de las veces su efecto
Graflberger, Der Ruf nach der Todesstrafe, JB1 1958, 429; Graven, Le probléme es injusto, porque no se pueden determinar generalmente sus presu-
de la peine de mort et sa réapparition en Suisse, Rev crim pol tech 1952, 3 ; puestos en la ley, de modo que sólo se imponga en aquellos casos, en
Grofie Strafrechtskommission, Beratungen zur Todesstrafe, Niederschriften, tomo los que realmente sea merecida. En los casos de error judicial, la
XI, 1959; Heldmann, Der Homicide Act 1957, ZStW 71 (1959), pág. 314; Helfer,
Todesstrafe, HWB Krim, t. III, 1975, pág. 326; v. Hentig, Die Strafe, t. II, 1955; pena de muerte es, además, una desgracia irreparable, 7 ejerciendo un
Herrmann, Der Supreme Court der Vereinigten Staaten erklárt die Todesstrafe efecto deplorable en la psique de la comunidad, hasta el punto que
für verfassungswidrig, JZ 1972, 615; Jaywardene, Life or Death, etc., Canadian puede esperarse de ella un efecto criminógeno más que preventivo.8
Journal of Criminology 15 (1973), pág. 265; Jescheck, Die Todesstrafe im aus- La pena de muerte debería igualmente suprimirse en situaciones ex-
lándischen Recht, en: Die Frage der Todesstrafe, 1965, pág. 47; Arthur Kauf-
mann, Schuld und Strafe, 1966; Keller, Die Todesstrafe in kritischer Sicht, 1968; cepcionales o de guerra. 9 Sólo si se produjera un completo deterioro
Kohlrausch, Todesstrafe, HWB Krim, t. II, 1.a ed. 1936, pág. 795; Lange, Die del orden público (por ej., tras una explosión atómica) y no quedara
Todesstrafe im deutschen Strafrecht, en: Coloquio comemorativo, t. I, pág. 161; otro remedio que la pena de muerte, para posibilitar en el caos ge-
Lang-Hinrichsen, Zur Frage der Todesstrafe, JR 1961, 321; Levasseur, Considé- neral la supervivencia de por lo menos una parte de la población po-
rations sur la peine de mort, etc., en: Coloquio comemorativo, t. I, pág. 113; Liep- dría acudirse a ella; 10 pero estos casos extremos no pueden ser re-
mann, Die Todesstrafe, 1912; Maurach, Juristische Argumente gegen die Todes-
strafe, en: Todesstrafe? 1960, pág. 24; Middendorff, Todesstrafe — J a oder Nein? gulados por el legislador porque entonces la construcción de un nuevo
1962; Ohm, Das Todesurteil in seiner Aüswirkung auf die Personlichkeit, 1956;
Patrick, The Status of Capital Punishment: A World Perspective, JCrimL 1965, 3 Así, Schmidháu8er, Allg. Teil, pág. 759; aún más riguroso, Baumann,
397; Roy al Commission on Capital Punishment 1949-1953, Report, 1953; Schmid- Allg. Teil, pág. 629.
hduser, Vom Sinn der Strafe, 2.a ed. 1971; Eb. Schmidt, Goethe und das Problem 4 Cfr. Bockelmann, Die rationalen Gründe gegen die Todesstrafe, pági-
der Todesstrafe, SchwZStr 63 (1948), pág. 444; Sellin, Capital Punishment, 1967; nas 131 y ss.; Dreher, ZStW 70 (1958), págs. 553 y ss.; Arthur Kaufmann,
Sello, Die Irrtümer der Strafjustiz und ihre Ursachen, t. I, 1911; Todesstrafe? Schuld und Strafe, págs. 17 y ss.; Lange, Die Todesstrafe im deutschen Straf-
Theologische und juristische Argumente, 1960; United Nations (informe de An- recht, pág. 171; Kaiser, Kriminologie, págs. 142 y ss.; decisión del coloquio
cel), Capital Punishment, 1962; Welzel, Todesstrafe, Niederschriften, t. XI, pá- conmemorativo 1967 de Coimbra, tomo I, prólogo de Correia, págs. IX y ss.;
además, la mayoría de las intervenciones en las discusiones habidas en la Gran
gina 47; Würtenberger, Zur naturrechtlichen Problematik der Todesstrafe, Fest- Comisión para la reforma del Derecho Penal (Niederschriften der Grossen Straf-
schrift für J. Messner, 1961, pág. 521. rechtskommission, t. XI, págs. 31 y ss.).
5 Cfr. Beristain, ZStW 89 (1977), pág. 227. De otra opinión, Dombois,
Mensch und Strafe, págs. 130 y ss.; Welzel, Niederschriften, t. XI, pág. 48. ^
6 Cfr. sobre ello las cifras en United Nations, Capital Punishment, pági-
I. La abolición de la pena de muerte nas 54 y ss. y en Lange, Die Todesstrafe im deutschen Strafrecht, págs. 167 y ss.
Además, Maurach, Juristische Argumente, págs. 33 y ss., así como Helfer, HWB
1. La pena de muerte fue abolida por el art. 102 GG.1 En esta Krim, págs. 343 y ss. y las cifras referidas al Canadá en Jaywardene, CanJ Crim
decisión parlamentaria influyó sobre todo la conmoción que había 15 (1973), págs. 268 y ss.
7 Sobre esto, especialmente, v. Hentig, Die Strafe, t. II, pág. 181; cfr. ade-
despertado el empleo abusivo de la pena de muerte en el Tercer más los casos de indudables errores judiciales que cita Keller, Todesstrafe,. pá-
Reich.2 Pero también, al margen de esta especial circunstancia his- ginas 143 y ss.; además, la completa colección más antigua de Sello. Die Irrtü-
mer der Strafjustiz, 1911, así como Liepmann, Die Todesstrafe, págs. 137 y ss.
tórica, la pena de muerte se considera hoy precisamente como una 8 Para demostrarlo no hace siquiera recordar la descripción de la ejecu-
ción del "regicida" Damiens en París, en 1757 (cfr. Schmidhauser, Vom Sinn
der Strafe, págs. 8 y ss.). Basta con el relato de la ejecución en la silla eléctrica
llevada a cabo en 1953 (cfr. Middendorff, Todesstrafe, págs. 71 y ss.). Cfr. ade-
1 Cfr. sobre sus antecedentes, Düsing, Abschaffung der Todesstrafe, pá- más Baumann, ArchRSph 1960, 85 y ss. Sobre la figura del verdugo, Eb. Schmidt,
ginas 276 y ss.; sobre su historia, en general, Kohlrausch, HWB Krim., t. II, SchwZStr 63 (1948), págs. 456 y ss.
páginas 795 y ss.; v. Liszt/Schmidt, págs. 372 y ss.
2 Cfr. las cifras en Bockelmann, Niederschriften, t. XI, pág. 15 y Arthur 9 De otra opinión, Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 760 y ss.
Kaufmann, Schuld und Strafe, pág. 13. 10 En el mismo sentido, Alt, Todesstrafe, págs. 163 y ss.; escéptico Lang-
Hinrichsen, J R 1961, 325 y ss.
1056 § 71. Excurso: La pena de muerte Adiciones de Derecho español al § 71 1057
orden estatal debería comenzar bajo unos presupuestos en principio prorrogada por tiempo indeterminado en 1969. La pena de muerte sigue
desconocidos. vigente para los delitos de alta traición y piratería. En Francia sigue,
2. La opinión pública adopta una postura cambiante respecto a por el contrario, vigente la pena de muerte y desde 1959 ha sido impuesta
la pena de muerte. 1 1 El resultado de las encuestas realizadas en los en 52 casos y ejecutada en 17. Igualmente está prevista en el Avantprojet
últimos años entre la población muestra la existencia de u n a mayo- del nuevo Code penal, aunque cada vez encuentra mayor oposición en el
ámbito científico.17 También en EE. UU. es la pena de muerte todavía ex-
ría creciente a favor del restablecimiento de la pena de muerte. El
presión de la tradicional dureza del Derecho Penal; aunque ha sido supri-
aumento de los delitos violentos y la aparición del terrorismo inter- mida en algunos Estados miembros de la Unión, y también el Model Penal
nacional han incidido notablemente en esta evolución. E l legislador Code renuncia a la pena de muerte. 18 La Supreme Court declaró en 1972
debe resistirse a estas tendencias y sobre todo demostrar a la pobla- que la pena de muerte era incompatible con la prohibición de penas crueles
ción que el restablecimiento de la pena de muerte no alteraría ni la o inhabituales contenidas en el Bill of Rigths, basándose en que imponía
frecuencia en la crueldad de los delitos violentos ni cortaría la ola de en casos excepcionales imprevisibles y no en base a criterios racionales.19
terrorismo, sino que más bien podría tener un efecto contrario, porque Tras esta decisión intentaron 34 Estados miembros de la Unión, adaptarse
los decididos a realizar acciones extremas recurren a las a r m a s aún a las exigencias de la Supreme Court de un criterio racional para la impo-
más prontamente si ven que el Estado también mata. sición de la pena de muerte, modificando su legislación. Ante ello, la Su-
preme Court ha resuelto que la pena de muerte no es anticonstitucional,
pero que no puede ser prevista en la ley como pena absoluta.20 El resultado
II. La pena de muerte en o t r o s países es que la pena de muerte sigue estando vigente en EE. UU. (la última eje-
cución tuvo lugar en Uthah en 1977), aunque siga siendo discutida. Incluso
También en otros países va retrocediendo poco a poco la pena de muer- en países que tradicionalmente han sido partidarios de la pena de muerte
te.12 Principalmente ha sido abolida en Europa occidental 18 (en Portugal y que la aplican, como España, existen decididos abolicionistas.21 En Ho-
ya en 1867) y en Latinoamérica; 13 * pero pocos son los países de uno y otro landa, la pena de muerte fue suprimida ya en 1870 en el ámbito civil, pero
continente que la han abolido con todas sus consecuencias: sólo Alemania, fue introducida de nuevo en 1943 para delitos de guerra. 22 La República De-
Austria y algunos Estados latinoamericanos131» la han abolido también mocrática Alemana mantiene la pena de muerte para los delitos políticos y
para situaciones excepcionales y de guerra, así como en el Derecho Penal militares más graves y para el asesinato (§ 60 StGB DDR) (cfr. OG DDR
político. Los demás Estados hacen excepciones más o menos amplias de su NJ 1966, 156). Su necesidad se fundamenta con "la naturaleza agresiva y
postura abolicionista inicial para estos casos. Especialmente ilustrativa es antihumana del Imperialismo". 23 El Pacto Internacional sobre derechos po-
la reciente evolución de Austria, Suiza, Gran Bretaña, Francia y USA. líticos y civiles de 19-12-1966 (BGB1. 1973 II, pág. 1.534) deja ver en el art. 3
Austria abolió la pena de muerte en 1950, y en 1968 el proceso ante los II-VI claramente la tendencia hacia la abolición de la pena de muerte.
Tribunales de Guerra excepcionales, sin que exista el menor motivo para
suponer que vaya a ser restablecida.14 El StGB suizo de 1937, tras largas * * *
polémicas renunció a la pena de muerte, aprobándose por escasa mayoría
en el referéndum popular, precisamente en consideración a esta renuncia. 15 El art. 15, 2.' de la Constitución española declara: "Queda abolida la
En Gran Bretaña, la pena de muerte en el delito de asesinato fue suprimida pena de muerte salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares
en 1965, por vía de prueba durante cinco años, tras dramáticas discusiones para tiempos de guerra."
en el Parlamento. 16 El Murder Act 1965 (Abolition of Death Penalty) fue La declaración constitucional parece clara y contundente. Sin embargo,

11 Cfr. las cifras en Dreher, ZStW 70 (1958), pág. 548 y Lange, Die To- Report, 1953; Gowers, A Life for a Life, 1956; Heldmann, ZStW 71 (1959), pá-
desstrafe im deutschen Strafrecht, pág. 163. En contra de los esfuerzos de Alt- ginas 314 y ss.
haus, Die Todesstrafe, pág. 25 y Ermeeke, Todesstrafe, págs. 33 y ss., por dar 17 Cfr. Ancel, Rev dr pén crim 44 (1963-64), págs. 373 y ss.; el mismo, Fox-
una fundamentación absoluta a la pena de muerte, convincentemente Würtem- Gedachtnisschrift, págs. 1 y ss.; Levassewr, Coloquio conmemorativo, t. I, pági-
berger, Zur naturrechtlichen Problematik, págs. 527 y ss. nas 131 y ss. Importantes intelectuales se han reunido en la "Association fran-
12 Cfr. Jescheck, Die Todesstrafe im auslándischen Recht, págs. 47 y ss. y caise contre la peine de mort".
Patrick, JCrimL. 1965, 397 y ss. El coloquio conmemorativo organizado por la 18 Cfr. con detalles Sellin, Capital Punishment, págs. 22 y ss., 239 y ss.
Facultad de Derecho de Coimbra, publicado en tres tomos, ofrece una completa 19 Furman v. Georgia, United States Reports 408 (1972), pág. 238. Cfr. so-
documentación internacional científica sobre la cuestión de la pena de muerte. bre ello Bassiouni/Lahey/Sang, Rev se crim 1973, 29 y ss.; Herrmann, JZ 1972,
13 Cfr. con detalles Comité Européen pour les problémes criminéis, La 615 y ss.
peine de mort, págs. 14 y ss. 20 Gregg v. Georgia, The United States Law Week 44 (1976), pág. 5.230.
13a Cfr. la exposición de conjunto en Berdugo Gómez de la Torre, en: Bar- 21 Barbero Santos, La pena de muerte, 1964; Barbero Santos y otros, La
bero Santos y otros, La pena de muerte, págs. 82 y ss. pena de muerte, 6 respuestas, 1975. Sobre su historia y panorama doctrinal en
13b Cfr. ebenda, págs. 120 y ss. España, detenidamente, Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 753 y ss. Cfr.
14 Cfr. Grassberger, JB1 1958, 429 y ss. nota al § 71 (infra adiciones de Derecho español).
15 Cfr. Graven, Rev crim pol tech 1952, 50 y ss. 22 D. Hazewinkel-Suringa, Inleiding, págs. 549 y ss.
16 Cfr. sobre ello Roy al Commission on Capital Punishment 1949-1953, 23 Cfr. Lekschas/ Renneberg, Lehrbuch, pág. 509.
1058 § 71. Excurso: La pena de muerte
en algún sector de la doctrina penal española han surgido algunas dudas y
vacilaciones respecto al alcance de dicha declaración. Así, por ej., dice Ro-
dríguez Devesa: "mientras no se dicte una disposición específica o se pro-
nuncie el Tribunal Constitucional, la pena de muerte sigue en vigor en el
derecho común (subrayados míos), con la salvedad de haber sido derogada
en la ley penal y procesal de la navegación aérea y en la ley penal y dis-
ciplinaria de la marina mercante, donde se mantiene por disposición ex- CAPÍTULO PRIMERO
presa del citado R.D-L (se refiere al Real Decreto-Ley 45/1978, de 21 de
diciembre), para tiempo de guerra, a no ser que haya pronunciamiento en P E N A S Y CONSECUENCIAS ACCESORIAS
contra del Tribunal Constitucional pese a ser manifiesta su inconstitucio-
nalidad, ello con independencia de que el CP es supletorio de la legislación
penal especial".1 Esta opinión es, sin embargo, insostenible. Las consecuencias jurídicas del delito h a n sido ampliamente re-
Ciertamente las expresiones "leyes penales militares" y "tiempos de formadas a p a r t i r de 1969. La P a r t e General del StGB de 1975 ofrece
guerra" son sin duda ambiguas y difíciles de interpretar. En principio, la imagen de un moderno sistema sancionatorio orientado en el prin-
no habría por qué haber añadido la expresión "militares", salvo que se
cipio de culpabilidad, pero que ha modificado fuertemente el siste-
quiera dar a la expresión "leyes penales", un alcance distinto al habitual.
Entiendo que es esto lo que se ha querido hacer para incluir expresamente ma de la doble vía en la configuración de las medidas. 1 E l próximo
a los Bandos militares que, en determinados casos y bajo determinadas cir- paso significaría ya la transición al modelo de la vía única, abando-
cunstancias, pueden dictar con valor de ley material las Autoridades mili- nando conscientemente la distinción entre penas y medidas conforme
tares (cfr. arts. 54, 55 y 56 del Código de Justicia Militar). De acuerdo al modelo que sirve de base al Código Penal sueco de 1962 y al Avant-
con esta interpretación, los Bandos militares pueden imponer la pena de projet del Code Penal francés de 1976.
muerte, siempre que se dé el otro requisito exigido en el art. 15, es decir, La tendencia general del nuevo Derecho Penal se puede describir
que sea "tiempos de guerra".2 La interpretación de esta expresión es cier- a s í : asistencia social toda la que sea posible, pena sólo cuando sea
tamente difícil, ya que no existe definición alguna de ella en ningún pre- necesaria. La pena privativa de libertad continuará siendo en el fu-
cepto legal. El más aproximado es el de "estado de guerra" recogido en la
t u r o la espina dorsal del sistema penal, ya que es la única sanción
Ley de Orden Público (arts. 35 ss.); pero en la Constitución sólo se recogen
los estados de alarma, excepción y sitio. Entiendo, por ello, que la única aplicable en los casos de g r a v e criminalidad y multirreincidencia
posibilidad de interpretar esta expresión "tiempos de guerra" es la de re- (§ 48), siendo también aplicable como pena sustitutoria en caso de
ferirla a la situación de guerra formalmente declarada a la que se alude impago de multa (§ 43). Se ha derogado, sin embargo, totalmente la
por ej. en el art. 63, 3 de la misma Constitución, con lo cual cae por tierra pena privativa de libertad inferior a un mes (§ 38 II) — excepto en
cualquier otra posibilidad de aplicar la excepción del art. 15 en casos de los casos de arresto penal de soldados ( § 9 1 WStG) — y hasta 6 me-
situaciones fácticas de guerra, de "guerra sucia", terrorismo, etc., como ses se sustituye normalmente por la pena de multa (§ 47). La ejecu-
solapadamente pretende Rodríguez Devesa. Por otra parte, el Real Decreto- ción de la pena privativa de libertad en los demás casos ha sido redu-
Ley 45/1978, de 21 de diciembre (BOE 23 diciembre 1978) no tiene nada cida de un modo relevante con la ampliación de la suspensión condi-
que ver con la interpretación del art. 15, 2 de la Constitución, porque su cional de la pena (§§ 56-58). Con la introducción del sistema escandi-
finalidad no es otra que la de adaptar algunos preceptos legales del Código
navo de los días-multa (§ 40) la multa ofrece una una nueva imagen.
de Justicia Militar, de la Ley Penal y Procesal de la Navegación Aérea y
de la Ley Penal y Disciplinaria de la Marina Mercante a la declaración T r a s las primeras experiencias obtenidas por la praxis con la nueva
constitucional cuya interpretación no puede ser otra que la de la abolición regulación se puede decir que cumple su misión como el medio sancio-
de la pena de muerte en todo el Ordenamiento jurídico español con las ex- natorio más importante del moderno Derecho Penal. Su anterior
cepciones ya indicadas en el mismo precepto. Cualquier otro sentido que se función como privación de ganancias ilícitas obtenidas con el delito
quiera atribuir a tal Real Decreto-Ley sería contrario a lo declarado en la ha pasado a cumplirla ahora la nueva medida de la confiscación de
Constitución y, por tanto, nulo por anticonstitucional (cfr. disposición de- provechos ilícitos (§§ 73-73d). E n los casos en los que la multa no
rogatoria 3 de la Constitución). sea superior a 180 días, la amonestación con reserva de pena (§§ 59-
1
Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal español, Parte General, 7." ed.,
Madrid 1979, págs. 824 y ss. 1 Cfr. Jescheck, SchwZStr 91 (1975), págs. 32 y ss.; Sturm, Dreher-Fest-
2 schrift, págs. 522 y ss. Sobre los grados de la pena que dispone el nuevo Dere-
En este sentido también Higuera Guimerá, La previsión constitucional
de la pena de muerte, Barcelona, 1980. Por el contrario, considera Barbero San- cho, cfr. Grünwald, Schaffstein-Festschrift, págs. 221 y ss.; Horn, Die strafrecht-
tos, La pena de muerte en la Constitución, en Sistema 1981, que, de acuerdo con lichen Sanktionen, págs. 3 y ss., que, sin embargo, atiende para su clasificación
el art. 39, d, de la Ley de Orden Público, los Bandos no pueden crear nuevas sólo a su duración y no a la naturaleza de la sanción. Cfr. además la exposi-
penas y, por tanto, no pueden imponer la pena de muerte. ción de conjunto de Zipf, JuS 1974, 137 y ss.
1060 § 72. Las penas privativas de libertad I. L a prisión perpetua 1061
59c) ofrece una nueva posibilidad de perdonar condicionalmente al página 659; el mismo, Exécution des peines privatives de liberté infligées a des
delincuente primario aunque la pena llegue a pronunciarse. Como militáires, Recueils de la Société Internationale de droit penal militaire, t. II,
pena accesoria sólo conoce el Derecho vigente la prohibición de con- 1975, pág. 2 1 ; el mismo, Strafrechtsreform in Deutschland, etc., SchwZStr 91
(1975), pág. 1; Kaiser/Schoch/Eidt/Kemer, Straf vollzug, 1974; Arthur Kauf-
ducir. A diferencia de lo que ocurre en el Derecho francés con la ley mann, Lebenslánglich, Radius 1975, núm. 1, pág. 44; Kerner, Kriminologische
de 11-7-1975, en el Derecho alemán no existe la posibilidad de impo- Aspekte bei der Reform der lebenslangen Freiheitsstrafe, Kriminologische Ge-
ner penas accesorias como si fueran penas principales. Respecto a genwartsfragen 1974, núm. 11, pág. 85; Kreuzer, Kriminologische Aspekte zur
las medidas cfr. infra, nota previa al § 77. Debatte um die lebenslange Freiheitsstrafe, ZRP 1977, 49; Levasseur, Considé-
rations sur la peine de mort, etc., Coloquio comemorativo do centenario da abo-
La reforma penal ha producido importantes cambios en la praxis l i d o da pena de morte em Portugal, e. I, 1968, pág. 113; Müller-Dietz, Lebens-
penal. En 1974 las penas privativas de libertad constituían el 17 % lange Freiheitsstrafe und bedingte Entlassung, en: Helga Einsele y o., Die Re-
del número total de condenas y la multa el 82 %. Las penas privativas form der lebenslangen Freiheitsstrafe, 1972, pág. 35; el mismo, Strafvollzugs-
de libertad impuestas como sustitutoria en caso de impago de multa recht, 1977; National Swedish Correctional Administration, Facts on Swedish
no alcanzaron el 5 %. El 61 % de las penas privativas de libertad Corrections, 1975; Ohm, Haltungsstile Lebenslanglicher, 1959; Pradel, Le recul
de la courte peine d'emprisonnement, etc., Recueil Dalloz Chronique 1976, 63;
fueron suspendidas a prueba, suspensiones que fueron, sin embargo, Quensel, Kurzfristige Freiheitsstrafen, Festschrift für H. v. Hentig, 1967, pági-
revocadas aproximadamente en el 50 % de los casos. En conjunto, na 287; Róhl, Über die lebenslange Freiheitsstrafe, 1969; Schatzler, Handbuch
sólo un 12 % aproximadamente de las condenas está formado por des Gnadenrechts, 1976; Scholz, Wehrstrafgesetz, 2.a ed. 1975; Simson, Neue
penas privativas de libertad que realmente se ejecutan (cfr. supra, Entwicklungslinien im schwedischen Kriminalrecht, Festschrift für E. Dreher,
1977, pág. 747; Sturm, Die Straf rechtsreform, J Z 1970, 81; el mismo, Grundlinien
§ 5 V).« der neueren Strafrechtsreform, Festschrift für E. Dreher, 1977, pág. 513; Katja
Taver, Die Entstehung der Freiheitsstrafe in ihrer Zweiteilung, etc., tesis, Basel
1973; Triffterer, Die lebenslange Freiheitsstrafe, etc., ZRP 1976, 9 1 ; Triffterer/
§ 72 Las penas privativas de libertad Bietz, Straf aussetzung für "Lebenslángliche"? ZRP 1974, 141; Uppenkamp, Die
Begnadigung und ihre Bedeutung bei der lebenslangen Freiheitsstrafe, tesis,
Ancel, L'abolition de la peine de mort et le probléme de la peine de rempla-
Münster 1972; Vérin, Du bon usage de la courte peine d'emprisonnement, Rev se
cement, Studies in Penology to the Memory of Sir Lionel Fox, 1964, pág. 1; el
crim 1965, 441; Zipf, Die Rechtsfolgen der Tat im neuen StGB, J u S 1974, 137.
mismo, La peine privative de liberté du point de vue de la politique criniinelle
moderne, Festgabe für H. Schultz, 1977, pág. 453; Arzt, Die Delikte gegen das
Leben, ZStW 83 (1971), pág. 1; Bemmann, F ü r und wider die Vereánheitlichung El nuevo Derecho vigente ha introducido la pena unitaria priva-
der Freiheitsstrafe, GA 1967, 129; el mismo, F ü r eine Dienstleistungsstrafe, tiva de libertad2* (sobre la reforma cfr. edición ant., pág. 574). Junto
Festschrift für F . Schaffstein, 1975, pág. 211; Bresser, Die Begutachtung zur So-
zialprognose "Lebenslanglicher" und Sicherungsverwahrter, J R 1974, 265; Cal-
a ella continúa todavía el arresto penal de 2 semanas a 6 meses (§§
Ue8s/Müller-Dietz, Strafvollzugsgesetz, 1977; Cramer, Unfallprophylaxe durch 9-12 WStG), que sólo puede imponerse como pena militar para los
Strafen und Geldbuffen? 1975; Dreker, Richterliche Aussetzung des Strafrestes delitos cometidos por militares, y la pena para menores (§§ 17-19,
auch bei lebenslanger Freiheitsstrafe? Festschrift für R. Lange, 1976, pág. 323; 105 III JGG) que se aplica en el Derecho Penal de menores. Normal-
Dupréel, Jeunes adultes et courtes peines, Studies in Penology to the Memory mente la pena privativa de libertad se prevé en los tipos penales den-
of Sir Lionel Fox, 1964, pág. 77; Helga Einsele y otros, Die Reform der lebens-
langen Freiheitsstrafe, 1972; Erichsen, Zur Verfassungswidrigkeit der lebenslan- tro de un marco penal delimitado temporalmente; la prisión perpetua
gen Freiheitsstrafe, N J W 1976, 1.721; Feige, Vom Vollzug der lebenslangen sólo es aplicable cuando la ley la prevé especialmente (§ 38 I).
Freiheitsstrafe, en: Helga Einsele y otros, Die Reform der lebenslangen Frei-
heitsstrafe, 1972, pág. 1; Fondation intemationale pénale et pénitentiaire, Les
nouvelles méthodes de restriction de liberté, etc., 1967; Ganter, Die Spruchpraxis
I. La prisión perpetua
der Europáischen Kommission für Menschenrechte auf dem Gebiet des Straf- 1. Tras la abolición de la pena de muerte por el art. 102 GG es
vollzugs, 1974; Mechthild Goeman, Das Schicksal der Lebenslanglichen, 1977;
Groll, Die Geschichte der Einheitsstrafe, tesis, Kiel, 1972; Grünwald, Das Rechts- la prisión perpetua la sanción más grave del Derecho vigente. Se
folgensystem des AE, ZStW 80 (1968), pág. 89; el mismo, Offene Fragen im contiene en los tipos penales de asesinato (§ 2111) y de genocidio cua-
System der Hauptstrafen, Festschrift für F . Schaffstein, 1975, pág. 219; Hanack, lificado (§ 220a I, núm. 1) como pena absoluta, es decir, sustraída/al
Die lebenslange Freiheitsstrafe, Kriminologische Gegenwartsfragen 1974, núme- arbitrio judicial; en algunos preceptos penales aparece como pena
ro 11, pág. 72; Heijder, The Recent Trends Toward Reducing the Prison Popu-
lation in The Netherlands, International Journal of Offender Therapy and Com-
normal, alternativamente junto con la pena privativa de libertad tem-
parative Criminology 18 (1974), pág. 233; Horn, Die strafrechtlichen Sanktionen, poral (por ej., §§ 80, 81 I, 307), a veces sólo para casos especialmente
1975; Jescheck, Der erste KongrefJ der Vereinten Nationen, etc., ZStW 67 (1955),
2a Sobre la historia de la división de la pena privativa de libertad hasta el
siglo Xix, Katja Taver, Die Entstehung der Freiheitsstrafe etc., tesis, Basel 1973;
2 Este resultado se aproxima mucho a la "stratégie differenciée" que pro- sobre la evolución de la pena privativa de libertad unitaria hasta el siglo xix,
pone la "Défense sociale nouvelle"; cfr. Ancel, Schultz-Festgabe, págs. 459 y ss. Groll, Die Geschichte der Einheitsstrafe, tesis, Kiel 1972.
1062 § 72. Las penas privativas de libertad I. La prisión perpetua 1063
cualificados (por ej., §§ 94 II, 100 II, 810b I I ) ; otras veces como pena en los casos de extraordinaria gravedad del contenido del injusto y de
normal que en casos menos graves puede ser sustituida por la pena la culpabilidad la idea de humanidad debe posponerse a la de preven-
privativa de libertad temporal (§ 220a I, núms. 2-5 II) y, finalmente, ción general. Tampoco es anticonstitucional cuando se impone como
en algunos delitos cualificados por el resultado juntamente con la pena absoluta, por ejemplo en el asesinato, ya que las circunstancias
pena privativa de libertad temporal (por ejemplo, §§ 229 II, 239a II, de este delito (§ 211 II), que por sí solas justificarían la pena más
251, 312). grave, como sanción única, pueden limitarse a un núcleo reducido con
ayuda de una interpretación restrictiva (cfr. sobre la alevosía BGH 9,
En los delitos de comisión por omisión (§ 13 II), en los casos de error 385 con nota de Jescheck, JZ 1957, 386 y ss.; 20, 301). Por último, no
de prohibición vencible (§ 17 pfo. 2), de imputabilidad disminuida (§ 21), de puede alegarse a favor de su anticonstitucionalidad que su ejecución
tentativa (§ 23 II) y de exigibilidad de tolerar el peligro en el estado de ne- sea contraria a la dignidad humana. Evidentemente la prisión pro-
cesidad disculpante (§ 35 I 2, segundo inciso), así como en el caso de de- longada durante muchos años produce en muchos reclusos graves per-
sistimiento en el secuestro bajo rescate (§ 239a III) y en la toma de turbaciones de su personalidad, pero lo mismo puede decirse de las
rehenes (§ 239a II), puede imponerse, cuando el delito tiene asignada la penas privativas de libertad temporales de larga duración. Se trata,
pena de prisión perpetua, una pena privativa de libertad que no sea infe-
rior a 3 años (§ 49 I núm. 1). La pena máxima en estos casos es de 15 años por tanto, de un problema común a toda pena privativa de libertad
(§ 38 II). La atenuación penal es obligatoria para el cómplice (§ 27 II 2), de larga duración. Por otro lado, existen también numerosos ejem-
para el partícipe en el que no concurren las cualidades personales exigidas plos de antiguos condenados a prisión perpetua que, una vez indulta-
en el tipo (§ 28 I), en la tentativa de participación (§ 30 I 2) y en el error dos, han podido readaptarse socialmente tras vencer graves dificul-
sobre la presencia de los presupuestos del estado de necesidad disculpante tades. 5 Para contrarrestar el principal defecto de las largas penas
(§ 35 II 2). Cuando se trate de delincuentes menores el juez puede imponer, privativas de libertad debe configurarse el sistema penitenciario de
si se aplica el Derecho Penal común, en lugar de la pena de prisión per- un modo lógico. La pena de prisión perpetua se incluye según los
petua una pena privativa de libertad de 10 a 15 años (§ 106 I JGG). §§ 2, 3 StVollzG totalmente en los esfuerzos por mantener y forta-
lecer la aptitud vital de los reclusos (cfr. también art. 10 III 1 del
2. La prisión perpetua, cuya constitucionalidad ha sido puesta Pacto Internacional sobre derechos políticos y civiles, BGB1. 1973 II,
en duda por diversas razones,3 ha sido claramente confirmada por el página 1.534). Incluso se prevé la concesión de permisos de salida a
Tribunal Constitucional Federal en sentencia al respecto de 21-6-1977 los condenados a prisión perpetua (§ 13 III StVollzG).
(BVerfG NJW 1976, 1.525; igualmente, BGH NJW 1976, 1.755).
3. Pero para poder ejecutar de un modo lógico la pena de prisión
Ciertamente no se puede demostrar empíricamente que la prisión
perpetua, es necesario que al condenado se le siga manteniendo la
perpetua, al igual que sucede con la pena de muerte, tenga mayor
esperanza de que puede ser liberado, aunque sea tras el transcurso
eficacia preventiva que una pena privativa de libertad temporal de
de muchos años.6 Según el Derecho actualmente vigente en Alemania,7
larga duración. No obstante, tras la abolición de la pena* de muerte,
la liberación en este caso no es una cuestión perteneciente al ámbito
es necesaria para el mantenimiento de la conciencia jurídica y del
de la libertad condicional, que depende del juez, sino un acto de gra-
sentimiento de seguridad jurídica. 4 Con su presencia en la ley, su im-
cia para el que en los asuntos penales a que se refiere el § 120 I, II
posición por el Tribunal de Jurados y su ejecución se pone de mani-
GVG es competente la Federación (art. 60 II, III GG) y los Estados
fiesto que hay importantes bienes jurídicos cuya lesión dolosa repre-
miembros en los demás casos (§ 452 StPO). En la mayoría de los
senta un delito especialmente grave, al que la comunidad responde
casos, dicha liberación tiene lugar antes de haber transcurrido 20
con la permanente exclusión del ámbito de las personas libres, y que
años.8 La opinión dominante doctrinalmente es partidaria, por el con-
3 Cfr. la decisión del LG (Schwurgericht) Verden NJW 1976, 980. Sobre \
ello, Rohl, Über die lebenslange Freiheitsstrafe, págs. 153 y ss.; Triffterer, ZRP
1976, 92. Dudoso, Erichsen, NJW 1976, 1.721. Contra la pena de prisión perpetua, 5 Cfr. sobre ello Gresser, J R 1974, 265 y ss.; Mechthild Goeman, Das Schickr'
en general, Arzt, ZStW 83 (1971), págs. 23 y ss.; Baumann, Allg. Teil, pág. 632; sal der Lebenslánlichen, págs. 57 y ss.
Bemmann, GA 1967, 139; Grünwald, ZStW 80 (1968), pág. 99; Arthur Kauf- 6 Cfr. Ohm, Haltungsstile Lebenslánglicher, págs. 18 y ss.; Helga Einsele,
mann, Radius 1975, núm. 1, págs. 29 y ss.; Müller-Dietz, en: Helga Einsele y Die Reform der lebenslangen Freiheitsstrafe, págs. 25 y ss.; Feige, ibídem, pá-
otros, Die Reform der lebenslangen Freiheitsstrafe, págs. 38 y ss.; Hanack, Kri- ginas 6 y ss.
minologische Gegenwartsfragen, 1974, núm. 11, págs. 72 y ss.; Kerner, ibídem, 7 En Austria e Italia la libertad condicional se concede judicialmente; en
páginas 85 y ss.; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 761; Triffterer/Bietz, ZRP Suiza, por un funcionario de la Administración cantonal; en Francia, por el
1974, 174 y ss. ministro de Justicia; en Inglaterra, por la Home Secretary. Por el contrario, la
4 Cfr. Ancel, Fox-Studies, págs. 11 y ss.; Dreher, Lange-Festschrift, pá- concesión por indulto está prevista en Suecia y Holanda.
ginas 327 y ss.; Levasseur, Coloquio conmemorativo, t. I, pág. 137; Rohl, Über 8 Desde 1945 al 30-6-1973 han sido indultados 477 condenados a prisión
die lebenslange Freiheitsstrafe, pág. 199. perpetua, tal como se refleja en el siguiente cuadro:
1064 § 72. Las penas privativas de libertad
III. Pena privativa de libertad de corta duración 1065
trario, ante la ausencia de una fijación jurídica del procedimiento de
Con ello no se concedería un "derecho al ejercicio de la gracia". El
gracia, de que también en el caso de prisión perpetua pueda el juez
Tribunal Constitucional Federal ha rechazado, sin embargo esta solu-
acordar la libertad condicional.9 Éste es también el punto de vista del
ción y ha dejado al legislador la decisión sobre la conveniencia de in-
Proyecto Alternativo (§ 48 II 2), de la Comisión para la reforma del
troducir la liberación condicional por decisión judicial, en la que ha-
sistema penitenciario (Actas Parlamentarias, tomo 1, pág. 50) y el
bría que considerar desde luego, no sólo la prognosis social, sino tam-
de un Anteproyecto realizado por el Ministerio de Justicia Federal.
bién el contenido del injusto y de la culpabilidad del hecho (BVerfG
La prisión perpetua excluye, lógicamente, que se tenga derecho a re-
NJW 1977, 1.525 [1.529 y ss].).
clamar la liberación por buen comportamiento. El indulto es el único
camino para conceder al condenado la "oportunidad de participar de
nuevo en la libertad" sin contradecir la pena misma.10 Normalmente II. Pena privativa de libertad temporal
no se trata en absoluto de una cuestión de resocialización o, en su caso, 1. El límite máximo de la pena privativa de libertad temporal es
de si continúa la peligrosidad del delincuente, sino de la valoración de 15 años,13, el límite mínimo un mes (§ 38 II), aunque estos límites
total de todas las circunstancias del caso, especialmente también del sólo rigen, siempre que el precepto penal aplicable no prevea una
contenido del injusto y de la culpabilidad del hecho. Pero en el acto pena máxima inferior o una mínima superior (cfr., por ej., §§ 243 I,
de gracia "se puede tener más ampliamente en cuenta la naturaleza, 249, 250, 251). El límite máximo de 15 años tampoco puede ser supe-
circunstancias y extensión del hecho, la personalidad del delincuente rado cuando se trate de constituir una pena conjunta (§ 54 II). El lí-
cuando cometió el hecho y en el momento de la concesión de la liber- mite mínimo en los casos de pena privativa de libertad sustitutoria
tad ; su edad, su estado de salud, alguna tara hereditaria, los motivos es de un día (§ 45 pfo. 2).
del hecho, la culpabilidad concurrente de la víctima, posiblemente
también el comportamiento de sus parientes, la evolución de su con- 2. En el § 39 se regulan las unidades temporales para la medición de
ducta en el establecimiento penitenciario, la prognosis social y el ries- la pena privativa de libertad. Para ello se distingue entre penas privativas
go para la seguridad que cuando se trata de una valoración que atien- de libertad inferior a un año y penas privativas de libertad de mayor du-
de exclusivamente a la retribución de la culpabilidad o la simple pre- ración. Aquellas se miden por semanas y meses completos, éstas por meses
vención especial".11 El Derecho alemán no conoce un control judicial y años completos (sobre una excepción en la formación de la pena conjunta
limitado de los actos de gracia en casos de infracción jurídica o de BGH 16, 167). Sobre el cómputo del tiempo de la pena cfr. §§ 37 y ss.
StVollstrO.
grave injusticia, pero se puede admitir sin muchas dificultades.12
III. Pena privativa de libertad de corta duración
36 antes del transcurso de 10 años (7,5 %) í
15 antes del transcurso de 12 años (3,1 %) > 24,4 % 1. La pena privativa de libertad de corta duración no ha sido eli-
66 antes del transcurso de 15 años (13,8 %) ) minada en el nuevo Derecho vigente, aunque se ha reducido bastante
161 antes del transcurso de 20 años (33,8 %)
196 antes del transcurso de 25 años (41,1 %) (cfr. sobre la reforma, edición anterior, págs. 574 y ss.). La pena pri-
3 antes del transcurso de 30 años (0,6 %) vativa de libertad inferior a un mes sólo se admite como pena susti-
El 1-4-1973 se encontraban cumpliendo condena de prisión perpetua 963 tutoria de la pena de multa en caso de impago (§§ 38 II, 48 inciso 2) y
reclusos, de los que: como arresto penal frente a militares (§§ 9-12 WStG). Las penas pri-
175 llevaban más de 15 años reclusos (18,2 %) vativas de libertad de duración superior a uno e inferior a 6 meses
81 llevaban más de 20 años reclusos (8,4 %)
14 llevaban más de 25 años reclusos (1,5 %) sólo pueden, según el § 47 I, imponerse cuando, por especiales cir-
Las cifras proceden de la BT-Drucksache Vil/1.171, de 26-10-1973, pág. 3. cunstancias que concurren en el hecho o la personalidad del delincuen-
Cfr. además Kaiser, Kriminologie, págs. 145 y ss.; Schützler, Handbuch, pági- te, sea indispensable para actuar sobre el delincuente o defender el
nas 31 y ss. Ordenamiento jurídico (cláusula de última ratio) (cfr. sobre ello, $T-
9 Así Róhl, Über die lebenslange Freiheitsstrafe, pág. 198; Müller-Dietz,
en: Helga Einsele y otros, Die Reform der lebenslangen Freiheitsstrafe, pág. 72;
Kreuzer, ZRP 1977, 53; Triffterer, ZRP 1970, 38; Triffterer/Bietz, ZRP 1974,
141 y ss.; Triffterer, ZRP 1976, 92; Schützler, Handbuch, págs. 35 y ss. 13 La propuesta del Proyecto de 1962 de elevar el límite máximo de la
10 Igualmente, Dreher, Lange-Festschrift, pág. 341; Uppenkamp, Die Beg- pena privativa de libertad a 20 años no ha sido acogida en el nuevo Derecho vi-
nadigung, pág. 125. gente por considerarse innecesaria y objetable desde el punto de vista de la
11 Así, Dreher, Lange-Festschrift, pág. 342. resocialización; cfr. sobre ello Sturm, JZ 1970, 83. De este modo se acentúan
12 El BVerfGÉ 25, 352 ha aceptado ciertamente que los actos de gracia fuertemente las diferencias con la pena de prisión perpetua, sobre todo porque
no están sometidos al control judicial, pero el BVerfGE 30, 108 se ha pronun- en la pena privativa de libertad temporal puede concederse la libertad condicio-
ciado ya por el control de la revocación de un acto de gracia. nal después de haber cumplido dos tercios o incluso solo la mitad de la pena
impuesta (§ 57 I y II).

24. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1066 § 72. Las penas privativas de libertad IV. Ejecución de las penas privativas de libertad 1067
a
Drucksache V / 4.094, pág. 5; BGH 24, 40 [42]). El § 47 rige también privativas de libertad de hasta 10 días y para las faltas de la 2. categoría
para los delitos graves (caso de atenuación de la pena según el § 49) de hasta 6 días.20 Por otro lado, la ley de 11-7-1975 se propone reducir las
y es también aplicable cuando la pena de acuerdo con el § 56 se sus- penas privativas de libertad de corta duración con diferentes sustitutivos.21
pende a prueba. Si conforme al § 47 se excluye una pena privativa de
libertad de corta duración, el Tribunal impondrá una pena de multa. IV. Ejecución de las penas privativas de libertad
Caso de que el precepto penal aplicable no contenga esta pena, el juez
podrá imponerla en base al § 47 II. Si el precepto penal aplicable im- 1. La ejecución de las penas privativas de libertad se rige por
pone la pena privativa de libertad en un límite mínimo elevado, debe la ley sobre ejecución de penas y medidas privativas de libertad
también elevarse el límite mínimo de la multa; en la sustitución debe de 16-3-1976 (BGB1., pág. 581) P- La ejecución del arresto penal, con-
tenerse en cuenta que 30 días-multa corresponden a un mes de pena forme al § 9 WStG, para los funcionarios del Ejército Federal se
privativa de libertad (§ 47 II 2) (cfr. infra, § 84 I). regula por la Ordenanza de Ejecución del Ejército Federal de 29-11-
1972 (BGBL, pág. 2.205), cuyo principio general es que el soldado
Ejemplo: En el delito de malos tratos a menores y personas desvalidas, siga participando normalmente en el servicio (§ 2 II BwVollzO). La
la pena de multa mínima es, según el § 223b I, 90 días-multa ( = 3 meses novedad más importante de la Ley Penitenciaria es el rango pre-
de privación de libertad). eminente que se da a la resocialización como meta de la ejecución
(§ 2 pfo. 1 StVollzG). A este fin, la vida en prisión debe equipararse
2. El sistema penal no puede prescindir de la pena privativa de lo más posible a las circunstancias generales de vida (§ 3 I StVollzG),
libertad de corta duración. Para los militares el límite mínimo del debiendo cooperar el interno en la configuración de su tratamiento
arresto penal es de dos semanas ( § 9 1 WStG), ya que el manteni- y en la consecución de la finalidad resocializadora ( § 4 1 StVollzG).
miento de la disciplina militar puede hacer necesaria una interven- A esta finalidad resocializadora queda supeditada la protección de
ción breve, pero drástica. Igualmente puede ser eficaz este tipo de la comunidad ante futuros delitos (§ 2 pfo. 2 StVollzG). Se establece
pena en la criminalidad de tráfico16 y contra la economía16 por su para todo interno, en base a una investigación de tratamiento, un
fuerte eficacia intimidatoria en personas socialmente integradas, sin plan de ejecución (§ 7 StVollzG). Dentro de lo posible, los condenados
que por ello llegue normalmente a tener en estos grupos de personas deben ser internados en centros penitenciarios abiertos (§ 70 StVollz-
el temido efecto desocializador. Pero también, fuera de estos grupos G). Se prevén como atenuaciones del régimen penitenciario: trabajo
de delincuentes, puede la pena privativa de libertad de corta duración en el exterior, libertad de movimiento, paseos y salidas al exterior
ser indispensable por razones de prevención especial (efecto de shock, ( § 1 1 StVollzG). También pueden concederse hasta 21 días de vaca-
aplicación de medidas de control; BGH 24, 164 [166]) o para la ciones al afio (§ 13 StVollzG). Los internos trabajan juntos (§ 17
defensa del Ordenamiento jurídico (BGH 24, 40 [46]). StVollzG) y sólo son internados en sus celdas en el período de des-
canso ( § 1 8 StVollzG). El salario de los internos alcanza provisio-
3. También los países con una Política Criminal especialmente adelan-
tada siguen manteniendo la pena privativa de libertad de corta duración.17 nalmente sólo el 5 % del salario medio laboral de todos los asegurados
Así se impone en Suecia, especialmente en la delincuencia de tráfico, muchas en el Seguro legal de rentas de trabajadores y empleados (§§ 43, 200
veces una pena privativa de libertad de hasta 4 meses.18 También en Holanda StVollzG)22* y es, por tanto, más bajo que el importe que hasta la
crece la importancia de esta clase de pena.19 En el Avantprojet de Code fecha se venía pagando en algunos Estados federados como salario
penal francés de 1976 se prevén para las faltas de la 1." categoría penas laboral. Los internos quedan asegurados en el Seguro de desempleo,
aunque las normas relativas al Seguro de Enfermedad y Vejez sólo
entrarán en vigor por una Ley Federal especial (§ 198 StVollzG).
14 Cfr. sobre otros argumentos Scholz, § 9 WStG núm. 3. Sobre la ejecu- El interno tiene derecho a hacer reclamaciones ante el director
ción de las penas privativas de libertad de corta duración impuestas a militares,
en el Derecho comparado, Jescheck, Recueils, págs. 21 y ss. del establecimiento (§ 108 StVollzG) y a solicitar una decisión de la
15 Cfr. Cramer, Unfallprophylaxe durch Strafen und Geldbussen?, pági- Cámara de Ejecución penal, cuando alegue haber sido lesionado en
nas 20 y ss.
16 Cfr. Tiedemann, Wirtschaftsstrafrecht, págs. 73 y ss., 247 y ss. sus derechos por una medida o con el rechazo u omisión de ella
17 Cfr. Kaiser, Kriminologie, págs. 147 y ss.; Fondation internationale
pénale et pénitentiarie, págs. 116 y ss., 127 y ss.; Dupréel, Fox-Studies, pág. 77;
Quensel, v. Hentig-Festschrift, págs. 300 y ss. 20 Cfr. también Vérin, Rev se crim 1965, 441 y ss.
18 Cfr. Simson, Dreher-Festschrift, pág. 758; National Swedish Correctio- 21 Cfr. Pradel, Recueil Dalloz Chronique 1976, 63 y ss.
nal Administration, pág. 4. 22 Cfr. sobre ello, Müller-Dietz, Strafvollzugsrecht, 1977.
19 Cfr. Heijder, International Journal of Offender Therapy 19 (1974), pá- 22a Para el 31-12-1980 está previsto un aumento; cfr. sobre ello, Calliess/
gina 238. Müller-Dietz, § 200 StVollzG Anmerkung.
1068 § 72. Las penas privativas de libertad V. Derecho Comparado 1069

(§§ 108 y ss. StVollzG). 23 Los §§ 23 y ' s s . de la EGGVG sólo son apli- Alemania y Austria, la distinción entre reclusión, prisión y arresto y tam-
cables p a r a los casos de arresto y penas privativas de libertad im- bién la prisión perpetua. En el Derecho suizo no existe una regla de prioridad
en favor de la pena pecuniaria análoga a la contenida en el § 47 del StGB ale-
puesta a menores y p a r a los casos de detención preventiva. L a li-
mán. Un puesto importante ocupa la suspensión condicional de la ejecución de
beración del interno se p r e p a r a con medidas transitorias (•§ 15 St- la pena que puede concederse cuando la pena privativa de libertad no excede
VollzG) y se favorece con la ayuda social (§§ 74 y ss. StVollzG). E n de 18 meses. En Francia existe también, junto a la pena de muerte, la pri-
conjunto, el sistema penitenciario h a realizado importantes progre- sión perpetua. El Avant-projet des Code penal de 1976 mantiene la pena
sos en los últimos años. La cifra de reincidencia es todavía elevada, de muerte, pero pretende sustituir la prisión perpetua por penas privati-
pero ello se debe a que en su mayor p a r t e los internos son personas vas de libertad por tiempo determinado de hasta 40 años (para los delitos
con antecedentes (80 % ) , 2 4 que naturalmente están inclinadas a rein- de la 1.a categoría) o, en su caso, de hasta 20 años (para delitos de la 2."
cidir de nuevo, así que también puede considerarse un éxito, aunque categoría). El marco de las penas privativas de libertad temporales oscila
sólo se consiga en un limitado número de casos la resocialización. entre 10 a 20 años o, en su caso, 5 a 10 años para los delitos graves, y
entre 2 meses y 5 años para los delitos menos graves. También existen en
2. En los "Principios mínimos unitarios para el tratamiento de los re- Francia diferentes clases de penas privativas de libertad, aunque el Avant-
clusos",26 se establecen las exigencias internacionales mínimas que deben projet prevé la introducción de la pena unitaria privativa de libertad. El
ser tenidas en cuenta en la configuración de los sistemas penitenciarios de Derecho francés carece de una reglamentación expresa sobre la prioridad
los diferentes Ordenamientos jurídicos nacionales. Estos principios mínimos en favor de los sustitutos de las penas privativas de libertad, aunque la
fueron aceptados en 1955 por el Primer Congreso de las Naciones Unidas reforma de 11-7-1975 ha dispuesto una serie de sanciones para sustituir las
para la prevención del delito y el tratamiento del delincuente 26 y por una penas privativas de libertad de larga duración. El Derecho Penal italiano
Resolución del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas de 31-7- contiene tanto la prisión perpetua como las penas privativas de libertad tem-
1957 fue recomendada su aceptación y aplicación a los Gobiernos. La re- porales que oscilan entre 15 días y 24 años. No existen disposiciones espe-
dacción (mejorada) europea de estas reglas mínimas fue aprobada el 19-10- cíficas para limitar las penas privativas de libertad de corta duración, pero
1973 por el Comité Ministerial del Consejo de Europa. 27 La norma central el Gobierno tiene un proyecto de reforma que pretende reservar las penas
de estas reglas dice: "La privación de libertad debe llevarse a cabo en con- privativas de libertad para los casos de grave criminalidad. La suspensión
diciones morales y materiales que garanticen el respeto a la dignidad hu- condicional de la pena ocupa un puesto preeminente, incluso superior al
mana" (núm. 5 III). que ocupa en Suiza. En España no existe la prisión perpetua, pero sí la
pena de muerte (cfr. nota de Derecho español, supra § 71). Las penas pri-
vativas de libertad oscilan, normalmente, entre un día y 30 años, pero ex-
V. Derecho Comparado cepcionalmente pueden alcanzar 40 años. Se prevén cuatro clases de penas
privativas de libertad, cuya ejecución puede evitarse, dentro de ciertos
Las penas privativas de libertad siguen siendo en otros países la espi- límites, con la condena condicional.* En los Países Bajos existe la prisión
na dorsal del sistema penal, aunque cada vez sean más numerosas las crí- perpetua, aunque sólo se aplique muy raras veces. El límite mínimo de las
ticas contra este tipo de penas. No obstante, varía mucho la parte propor- penas privativas de libertad es un día, y el máximo 15 años y en algunos
cional que corresponde a las penas privativas de libertad en la totalidad delitos 20 años. Junto a la pena de prisión existe la pena de arresto, que en
de las condenas judiciales, así como también la parte de aquellas que son la práctica carece de importancia. Las penas privativas de libertad de corta
ejecutadas frente a las que son suspendidas a prueba. Austria conoce tanto duración tienen cada vez más importancia. En Inglaterra, la prisión per-
la prisión perpetua como la pena privativa de libertad por tiempo deter- petua es obligatoria en los casos de asesinato, y facultativa en otros delitos
minado, que va desde un mínimo de un día a un máximo de 20 años. Igual graves. El máximo es de 20 años para los "statutory offences", el mínimo
que en Alemania existe una regla de prioridad en favor de las penas pe- un día. Sólo se conoce la pena unitaria privativa de libertad llamada "im-
cuniarias cuando la pena privativa de libertad no exceda de 6 meses (§ 37 prisonment". Como sustitutos de las penas privativas de libertad de corta
StGB austríaco). Suiza sigue manteniendo, a diferencia de lo ocurrido en duración se conoce, por ejemplo, el "community service",28 la "probation"
y el "deferment of judgement". En la mayoría de los Estados de EE. UU.
23 Sobre las decisiones de la Comisión Europea para Derechos Humanos puede imponerse la prisión perpetua para delitos graves, aunque realmente
ante reclamaciones por lesión de estos derechos, cfr. Ganter, Die Spruchpraxis se trate de una pena indeterminada cuya duración depende de la decisión
der Europaischen Kommission für Menschenrechte auf dem Gebiet des Strafvoll- de los "parole board". Los límites máximos de las penas privativas de li-
zugs, 1974.
24 Cfr. Kaiser/Schoch/Eidt/Kerner, Strafvollzug, pág. 184. bertad son diferentes en cada Estado y oscilan entre 20 años (Pennsylvania)
25 Texto inglés del "Standard Mínimum Rules for the Treatment of Pri- y 50 años (Arkansas). En el sistema juridicopenal de la Federación, el Juez
soners", en: UN, Sales No. 1956 IV 4. Traducción alemana en: ZStW 67 (1955),
página 667 y Zeitschrift für Strafvollzug 1958, 141.
26 Cfr. el informe de Jescheck, ZStW 67 (1955), pág. 664.
27 Principios mínimos para el tratamiento de reclusos — Versión Euro- * Cfr. nota de Derecho español infra.
pea —1975. 28 En este sentido, Bemmann, Schaffstein-Festschrift, págs. 211 y ss.
1070 § 72. Las penas privativas de libertad Adiciones de Derecho español al § 72 1071

puede incluso fijar, a su arbitrio, un número de años como límite máximo. el Proyecto responder a las actuales exigencias de la moderna Política Cri-
En el Derecho americano existen diferentes clases de penas privativas de minal. Estas exigencias se centran en la eliminación de las penas privativas
libertad, aunque existen importantes diferencias materiales según se eje- de libertad de corta duración y en la reducción de las temporales a un
cute la pena en establecimientos penitenciarios locales o estatales. No existen máximo de quince años. Respecto a la primera exigencia, el Proyecto no
preceptos específicos para impedir las penas privativas de libertad de consigue plenamente eliminar la pena privativa de libertad de corta dura-
corta duración. Las penas privativas de libertad siguen siendo todavía en ción, ya que, aunque teóricamente no se pueda imponer una pena inferior
Estados Unidos una sanción penal muy frecuente. En la República Demo- a los seis meses, ello puede suceder por aplicación de las reglas de deter-
crática Alemana, existen tanto la pena de muerte como la de prisión per- minación de la pena (art. 83) o por imposición de la prisión sustitutoria
petua. Las penas privativas de libertad temporales oscilan entre 6 meses y en caso de impago de la multa (art. 58). El sustitutivo que prevé el Pro-
15 años, aunque excepcionalmente puedan imponerse penas privativas de yecto, el arresto fin de semana (actualmente una medida contenida en la
libertad entre 3 y 6 meses. Junto a este tipo de penas se prevé, también, Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social), tampoco satisface plenamen-
como pena de corta duración la pena de arresto de una a seis semanas. Se ha te desde el punto de vista político-criminal e incluso se duda de su efica-
suprimido el trabajo correccional. Las penas privativas de libertad consti- cia intimidante, sobre todo si se tiene en cuenta la posibilidad que estable-
tuyen en sí una pena unitaria, pero se distingue entre un sistema de ejecución ce él mismo Proyecto de que pueda cumplirse "en el propio domicilio del
general y otro atenuado. Sustitutivos de las penas privativas de libertad de culpable" (art. 42). Respecto a la duración máxima de la pena de prisión
corta duración son la condena a prueba, la multa y la reprensión pública tampoco el Proyecto satisface las exigencias político-criminales antes alu-
(que carece prácticamente de importancia). didas. Las más recientes investigaciones criminológicas han puesto de re-
lieve que las penas privativas de libertad de más de quince años de dura-
* # *
ción producen graves alteraciones en la personalidad del que las sufre,
produciendo un efecto desocializador contrario a la readaptación social que
como finalidad de las penas y medidas privativas de libertad se establece
Sin duda la novedad más importante que en la Parte General del Dere- en el art. 25, 2 de la Constitución. El Proyecto excede en cinco años para
cho Penal contiene el Proyecto de Código Penal de 1980 respecto al Código los supuestos normales este límite, e incluso en casos excepcionales permite
Penal vigente es la que se refiere a las consecuencias jurídicas del delito imponer penas de veinticinco y treinta y cinco años. Ello debe ser recha-
y dentro de ellas la que se refiere a las penas privativas de libertad. zado, por cuanto va contra los principios científicos antes citados y no tiene
I. En lo que se refiere a las penas privativas de libertad el Código Penal más justificación que la irracional de satisfacción de instintos colectivos
vigente prevé en la escala general de penas contenida en su art. 27 hasta de venganza. Por las mismas razones debe ser rechazada la prisión per-
ocho penas privativas de libertad: reclusión mayor, reclusión menor, pre- petua que, de todos modos, en la mayoría de los países que la mantienen no
sidio mayor, presidio menor, prisión mayor, prisión menor, arresto mayor suele en la práctica durar más de quince o veinte años. A partir de los
y arresto menor. Las siete primeras aplicables a los delitos, la última a las quince años de duración de una pena de prisión deben buscarse otros me-
faltas. Aunque originariamente la diferencia entre las diversas denomina- dios de control para aquellos delincuentes que puedan suponer un grave
ciones de estas penas respondía a una diversa calidad de las mismas (cfr. peligro para la convivencia.
por ej. art. 77), actualmente se puede decir que, dado el sistema de ejecu-
ción común a todas las penas privativas de libertad (salvo lo previsto para III. La ejecución de las penas privativas de libertad se regula por la
el arresto menor en el art. 85), la única diferencia que existe entre ellas Ley General Penitenciaria de 26 septiembre 1979. Esta ley responde a los
es su duración, que el art. 30 establece en los siguientes términos: reclusión principios del moderno Derecho Penitenciario. Desde el primer momento
mayor, de veinte años y un día a treinta años; reclusión menor, de doce destaca la finalidad resociálizadora (art. 1) y la necesidad de fomentar la
años y un día a veinte años; presidio y prisión mayores, de seis años y un cooperación del recluso en su tratamiento (art. 4, 2). Se pueden conceder
día a doce años; presidio y prisión menores, de seis meses y un día a seis permisos de salida de hasta siete días y por un máximo de treinta y seis
años; arresto mayor de un mes y un día a seis meses; arresto menor, de o cuarenta y ocho días por años (art. 47), visitas íntimas (art. 53) y la
uno a treinta días. Sólo en el caso previsto en el art. 75, núm. 1 puede pro- recepción de todos los libros, periódicos y revistas de libre circulación en
longarse la pena de reclusión mayor hasta cuarenta años. En los demás, el exterior, audiciones radiofónicas y televisivas (art. 58). El trabajo go-
incluso en los supuestos de concurso real de delitos (art. 70, 2.°), la pena zará de la protección dispensada por la legislación vigente en materia de
privativa de libertad en ningún caso puede exceder de treinta años. seguridad social (art. 26), será remunerado y se desarrollará en las condi-
II. El Proyecto de Código Penal contiene sólo dos penas privativas de ciones de seguridad e higiene establecidas en la legislación vigente (ar-
libertad: la prisión y el arresto fin de semana (art. 38). La pena de pri- tículo 27). Igualmente se prevé, también, la asistencia pospenitenciaria al
sión tendrá una duración mínima de seis meses y máxima de veinte años, liberado (título IV), con la importante declaración contenida en el art. 73
salvo algunos supuestos de concurrencia de circunstancias agravantes y de de que "los antecedentes no podrán ser en ningún caso motivo de discri-
concurso real de delitos en los que la prisión puede alcanzar los veinticinco minación social o jurídica", y el seguro de desempleo para los liberados
años y de terrorismo en los que puede llegar a los treinta y cinco años (artículo 35). Otra novedad importante es la figura del Juez de ejecución
(cfr. arts. 39, 82, 87, 560, 561, 562 y 56b del Proyecto). Con ello pretende de penas o Juez de Vigilancia (título V) que, entre otras tareas, tiene
1072 § 73. La multa I. Evolución de la multa en el sistema sancionatario 1073

como misión principal resolver los recursos y quejas de los reclusos, apro- vergleichender Sicht, Festschrift für Th. Würtenberger, 1977, pág. 257; Jescheck/
bar las sanciones de aislamiento en celda de duración superior a catorce Grebing, Die Geldstrafe im deutschen und auslandischen Recht, 1978; Jousselin,
días, etc.1 La contrainte par corps, 1906; Klufimann, Nochmals: Das Geldstrafensystem,
A pesar de estos buenos deseos, la praxis penitenciaria sigue siendo la etcétera, NJW 1974, 1.275; Knaus, Das Problem der kurzfristigen Freiheitsstrafe,
1973; v. Liszt, Kriminalpolitische Aufgaben, ZStW 9 (1889), págs. 452, 737; D.
cenicienta del sistema de ejecución de penas, entre otras razones, porque
Meyer, Gedanken zu Fragen der Schátzung des Einkommens, etc., DAR 1976,
la mayoría de los preceptos de la Ley General Penitenciaria y las exigen- 147; el mismo, Zu Fragen bei der Festsetzung der Hóhe eines Tagessatzes, etc.,
cias de los modernos penitenciaristas no pueden llevarse a la práctica por MDR 1976, 274; el mismo, Anmerkung zu OLG Hamm vom 10-12-1975, NJW
la escasez de medios, de establecimientos y de personal cualificado e incluso 1976, 1.110; el mismo, Anmerkung zu BGH 26, 325, NJW 1976, 2.219; Nowa-
falta la conciencia arraigada en la opinión pública de que las cárceles deben kowski, Das Tagesbu|3ensystem, etc., ÓJZ 1972, 197; Pélier, Réflexions sur le
ser mejoradas.2 La crisis de la pena privativa de libertad es la crisis de recouvrement des condamnations pécuniaires, Recueil Dalloz Chronique 1964,
su ejecución. 223; Pitschel, Die Praxis in der Wahl der Geldstrafe, 1929; Pohlmann, Anmer-
kung zu LG Lüneburg vom 27-7-1973, Rechtspfl. 1973, 436; Pradel, Le recul de
la courte peine d'emprisonnement, etc., Recueil Dalloz Chronique 1976, 63; Prei-
§ 73 La multa sendanz, Anmerkung zu OLG Zweibrücken vom 20-10-1975, J R 1976, 467; Ruth,
Die Strafzumessung nach Einführung der Tagessátze, en: 13. Deutscher Ver-
Alekseev, Die Geldstrafe im sowjetischen Strafrecht, ZStW 86 (1974), pági- kehrsgerichtstag, 1975, pág. 94; Irene Sagel-Grande, Die Ánderungen im Bereich
na 614; Baumann, Entwurf eines StGB, AHg. Teil, 1963; el mismo, Von den der Rechtsfolgen strafbaren Handelns im Strafrecht der DDR, ZStW 87 (1975),
Moglichkeiten einer Laufzeitgeldstrafe, JZ 1963, 733; el mismo, Beschrankung página 762; Schall, Ehegattensplitting und Tagessatzsystem, JuS 1977, 307;
des Lebensstandards anstatt kurzfristiger Freiheitsstrafen, 1968; Beristain, La Seib, Die Strafzumessung nach Einführung der Tagessátze, en: 13. Deutscher
multa penal, etc., Anuario de Derecho Penal 1975, 379; Blei, Anmerkung zu AG Verkehrsgerichtstag, 1975, pág. 106; Softley, A survey of fine enforcement,
Berlin-Tiergarten, NJW 1972, 257, J A 1972, 309; el mismo, Zum Nachdenken, 1973; Stree, Anmerkung zu BGHZ 41, 223, JZ 1964, 588; Thornstedt, Skandina-
J A 1976, 319; Bonnevüle de Marsangy, De l'amélioration de la loi criminelle, 2.* vische Erfahrungen mit dem Tagesbu(3ensystem, ZStW 86 (1974), pág. 595;
Parte, 1864; Andrea Brenn, Die Bu|3e und ihr Vollzug nach dem Schweizer StGB, Tronóle, Die Geldstrafe in der Praxis, etc., ZStW 86 (1974), pág. 545; el mismo,
1975; Bricola, II sistema sanzionatorio etc., en: Giustizia pénale e riforma car- Anmerkung zu OLG Celle vom 24-6-1975, J R 1975, 472; el mismo, Geldstrafe und
ceraria in Italia, 1974, pág. 41; Brüggemann, Abwálzung und Rückwalzung von Tagessatzsystem, ÓJZ 1975, 589; el mismo, Anmerkung zu BayObLG vom 30-7-
Geldstrafen, etc., GA 1964, 161; Cross, The English sentencing system, 2.a ed. 1975, J R 1976, 162; el mismo, Anmerkung zu OLG Celle vom 8-3-1977, J R 1977,
1975; Decocq, Les modifications apportées par la loi du 11 juillet 1975 a la théorie 385; Westén, Fines, imprisonment and the poor, etc., California Law Review 57
genérale du droit penal, Rev se crim 1976, 5; Dolcini, Pene pecuniarie e principio (1969), pág. 778; Wulfen, Die Strafzumessung unserer Gerichte, Arch. f. Krimi-
costituzionale de eguaglianza, Riv it dir proc pen 1972, 408; Driendl, Bericht über nalanthropologie 14 (1904), pág. 116; Würtenberger, Zur Reform des Geldstrafen-
das Kolloquium "Probleme der Geldstrafe nach der Reform", ZStW 88 (1976), wesens, ZStW 64 (1952), pág. 17; Zipf, Die Geldstrafe und ihre Funktion zur
página 1.137; Frank, Das "Nettoeinkommen" des § 40 II 2 StGB, MDR 1976, Eindámmung der kurzen Freiheitsstrafe, 1966; el mismo, Kriminalpolitik, etc.,
626; Fricke, Vervollkommnung der "sozialistischen Gesetzlichkeit", Deutschland- 1973; el mismo, Probleme der Neuregelung der Geldstrafe in Deutschland, ZStW
Archiv 1977, 452; Friebel, Zur Regelung der Geldstrafe in einem neuen StGB, 86 (1974), pág. 513; el mismo, Die Bemessung des Tagessatzes, JB1 1977, 304.
NJ 1959, 201; Gorner, Bemerkungen zur Anwendungsmóglichkeit der Geldstra-
fe, NJ 1962, 217; Graven, La revisión des concepts sur les courtes peines priva-
tives de liberté et la peine pécuniaire, SchwZStr 79 (1963), pág. 401; Grebing, I. Situación y evolución de la multa en el sistema sancionatorio
Probleme der Tagessatz-Geldstrafe, ZStW 88 (1976), pág. 1.049; el mismo, Recht 1. Después de la pena privativa de libertad, es la multa la segun-
und Praxis der Tagessatz-Geldstrafe, JZ 1976, 745; Heijder, Geldboete of korte
vrijheidsstraf? Nederlands Juristenblad 1974, 1.331; Horn, Das Geldstrafensys- da pena en importancia del Derecho vigente. Normalmente no se
tem, etc., NJW 1974, 625; el mismo, Die strafrechtlichen Sanktionen, 1975; el impone juntamente con la pena privativa de libertad, sino sola, ya
mismo, Geldstrafe bei Verheirateten, etc., JZ 1976, 585; el mismo, Zwei Jahre que con la multa se persigue, entre otros fines, precisamente evitar
neues Geldstrafensystem, etc., J R 1977, 95; Horstkotte, Die Strafzumessung la imposición de la pena privativa de libertad. La imposición con-
nach Einführung des Tagessatzsystems, en: 13. Deutscher Verkehrsgerichtstag,
1975, pág. 77; Jescheck, Die Kriminalpolitik der deutschen Strafrechtsreform-
junta de ambas clases de pena — prescindiendo ahora de los casos
gesetze, etc., Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 27; el mismo, Modern Crimi- de coincidencia por aplicación de las reglas del concurso real (§ 53
nal Policy in the Federal Republic of Germany and the Germán Democratic Re- II 2) (cfr. supra, § 68 II 2) — sólo está prevista excepcionalmente y
public, Essays in Honour of Sir L. Radzinowicz, 1974, pág. 509; el mismo, Deut- de un modo facultativo, cuando el delincuente se ha enriquecido o' ha
sche und ósterreichische Strafrechtsreform, Festschrift für R. Lange, 1976, pá- intentado enriquecerse con la comisión del delito (§ 41) (cfr. infra,
gina 365; el mismo, Die Geldstrafe ais Mittel moderner Kriminalpolitik in rechts-
§ 73 II 3). Actualmente es la multa, con mucho, la sanción que más
veces se impone en la Administración de Justicia penal (cfr. infra,
1 Para un comentario a cada uno de sus preceptos cfr. García Valdés, Co- § 73 V).
mentarios a la Ley General Penitenciaria, Madrid 1980.
2
Cfr. Muñoz Conde, La resocialización del delincuente, análisis y crítica
de un mito, en "La Reforma del Derecho Penal, edit. por Mir Puig, Barcelona 2. El triunfo de la multa comenzó a finales del siglo pasado como con-
1980, págs. 78 y ss. secuencia de la lucha contra las penas privativas de libertad de corta dura-
1074 § 73. La multa II. Ámbito de aplicación de la multa 1075
1
ción. Líderes de esta lucha fueron Franz v. Liszt en Alemania y Bonne- mía de la capacidad económica del delincuente como factor de la de-
vüle de Marsangy2 en Francia. En 1882 la relación entre penas privativas terminación de la pena frente a otros factores de determinación.
de libertad y multa era en la praxis de los Tribunales alemanes respecto a
delitos graves y menos graves del 75 al 25 %. El 80 % de las personas con-
denadas a penas privativas de libertad lo eran a penas inferiores a tres II. Esencia, ventajas, inconvenientes y ámbito de aplicación de la
meses. En 1913 la multa había casi alcanzado a las penas privativas de multa
libertad (48,5 % penas privativas de libertad, 47 % multa) y superado a
las penas privativas de libertad de corta duración.8 La primera reforma 1. La multa es u n a auténtica pena pública (RG 2, 23 [ 4 1 ] ; en
de la multa tuvo lugar, como anticipo de una reforma total del Derecho favor de la doble naturaleza, posteriormente, RG GA 49 [1.903],
Penal, con las leyes de 1921 a 1924. Con esta reforma que supuso la elevación página 131), no un simple Derecho de crédito del Estado de n a t u r a -
del límite máximo de la multa, la posibilidad, general de conversión de las leza juridicopública, como lo demuestra claramente la derogación de
penas privativas de libertad de duración inferior a 3 meses en multa (§ la anterior responsabilidad de la masa hereditaria (§ 30 a.r.) por
27 a.r.), la consideración obligatoria de las condiciones económicas del de-
lincuente (§ 27 a.r.), la concesión de plazos para su pago (§ 28 a.r.) y la el § 459c III StPO. P o r consiguiente, el condenado no puede com-
posibilidad de su cancelación por el trabajo voluntario (§ 28b a.r.), se consi- pensar las pretensiones que tenga contra el Estado, aunque sí pueda
guió una situación jurídica relativamente moderna que estuvo vigente hacerlo en otros casos de reclamaciones de naturaleza juridicopúbli-
hasta la segunda reforma de 1975.4 ca en el marco previsto en el § 395 BGB (OLG Braunschweig N J W
1951, 246) . 10 Tampoco es admisible el pago de la multa por un ter-
3. La segunda reforma de la multa en Alemania con la 2 . a S t r R G cero, ni la donación de su importe al condenado p a r a que éste pueda
(§§ 40-43) representa la introducción del sistema, ya experimentado p a g a r la multa. 1 1 El pago de la multa es un deber personalísimo del
en Finlandia, Suecia y Dinamarca, 5 de los días-multa. 6 El nuevo sis- condenado, del que nadie puede librarle, pues, de lo contrario, la
tema de determinación de la multa fue aceptado t r a s u n a detenida pena perdería su sentido.
discusión por al Gran Comisión de Reforma del Derecho P e n a l 7 en 2. L a Política Criminal moderna se apoya decididamente en la
los §§ 51 y ss. del Proyecto 1962, siendo después acogido en el nuevo multa a la que se le concede absoluta primacía, no sólo como sanción
Derecho vigente. 8 El modelo de la multa d u r a d e r a 9 propuesto en el frente a la criminalidad de poca importancia, sino también como
§ 49 IV A E no ha sido, por el contrario, aceptado. Con la aceptación sanción preferible p a r a la criminalidad media (§ 47) -12 La progresiva
del sistema de los días-multa, la multa, conforme a su amplia función ampliación de la multa se apoya en la consideración de que el sistema
en el nuevo sistema penal, debe ser tanto m á s j u s t a y comprensible penitenciario puede mejorarse cualitativamente de un modo esencial
p a r a el delincuente y la sociedad, cuanto m á s sensible y controlable. reduciendo el número de condenados a penas privativas de libertad. 1 3
Decisiva es la idea de la igualdad de sacrificio a través de la autono- También el desarrollo económico con la elevación general del nivel
de renta ha hecho posible una aplicación m á s efectiva de la multa y
1 Cfr. v. Liszt, ZStW 9 (1889), págs. 738 y ss.
2 Cfr. Bonneville de Marsangy, De l'améiioration de la loi criminelle, pá- 10 Cfr. también LK (Trondle), § 27 Vorbem. 15.
gina 251. 11 Opinión unánime; cfr. LK (Trondle), § 27 Vorbem. 17; v. Liszt/Schmidt,
3 Cfr. Wulfen, Arch. f. Kriminalanthropologie 14 (1904), pág. 116, que ya página 393. Discutible es, sin embargo, si existe el delito de ayuda a quebrantar
entonces calificaba a la multa como "la principal pena del futuro". una condena (§ 258), cuando otro paga la multa en lugar del condenado; sobre
4 Cfr. para un balance crítico, LK (Trondle), § 27 Vorbem. 2 y ss.; sobre el estado de opinión; cfr. Stree, JZ 1964, 588. Lo más correcto es esto: existe
los trabajos previos de la segunda reforma, Würtenberger, ZStW 64 (1952), pá- este delito cuando se paga la multa en lugar del condenado (RG 30, 232 [235]),
ginas 17 y ss. también cuando se le ayuda materialmente (de otra opinión, BGHZ 41, 223
5 Sobre las tendencias abolicionistas en Dinamarca (que no valen, sin [230]); pero no cuando se le hace un préstamo o se le indemniza una vez pagada
embargo, para Finlandia y Suecia) cfr. Waaben en Driendl, ZStW 88 (1976), la multa (RGZ 169, 267 [268]; BGHZ 23, 222 [224]), a no ser que se le prometa
página 1.138. Sobre Suecia cfr. Thornstedt, ZStW 86 (1974), págs. 606 y ss. al condenado antes del pago de la multa su posterior reintegro (así Blei,,JA
6 Sobre el origen del sistema de los días-multa, cuyos creadores se consi- 1976, 320; Schdnke/Schroder/Stree, § 258 Anm. 28; Stree, JZ 1964, 590;, LK
deran el danés Torp y el sueco Thyrén (Anteproyecto de Parte General del Có- (Trondle), § 27 Vorbem. 17; de otra opinión, Dreher, § 258 Anm. 9). Sobre otros
digo Penal sueco, § 20 de 1916), cfr. detenidamente Jescheck/Grebing, Die Geld- casos de traslación y reintegro de la multa, Brüggemann, GA 1968, 166 y ss.;
strafe, págs. 304 y ss. BGH NJW 1966, 1.270 (1.272). Para las multas impuestas en virtud de infrac-
7 Cfr. Niederschriften, t. I, págs. 155 y ss.; Proyecto de 1962 Begründung, ción administrativa conforme a la OWiG no existe un precepto análogo al § 258.
páginas 169 y ss. 12 Cfr. Zipf, ZStW 86 (1974), págs. 538 y ss.
8 Cfr. sobre esto BT-Drucksache V/4.095, pág. 20; además, Zipf, Die Geld- 13 Cfr. Zipf, Kriminalpolitik, pág. 104. Así, por ejemplo, el 31-3-1974 se
strafe, págs. 103 y ss.; el mismo, ZStW 86 (1974), págs. 515 y ss.; Trondle, encontraban en las cárceles de la República Federal Alemana 36.763 reclusos
ZStW 86 (1974), págs. 575 y ss.; Grebing, ZStW 88 (1976), págs. 1.050 y ss. frente a 46.745 el 31-3-1969, y esto aun habiendo aumentado el número total de
9 Cfr. sobre esto, Baumann, Entwurf eines StGB, § 35; el mismo, JZ condenados en la misma época de 618.169 (cifra de condenados: 1.310) a 699.198
1963, 733 y ss.; el mismo, Beschrankung des Lebensstandards, págs. 44 y ss. (cifra de condenados: 1.419).
1076 § 73. L a multa III. Multa según el sistema de los días-multa 1077
su empleo con una mayor amplitud que antes. La más importante una pena privativa de libertad inferior a 6 meses. No se prevé ya
ventaja de la multa frente a la pena privativa de libertad reside en la multa como conminación penal única, ni tampoco como segunda
que no separa al condenado de su familia ni de su profesión. No sig- pena principal obligatoria o facultativa en preceptos penales con-
nifica, por tanto una catástrofe social, sin ser, no obstante, una sim- cretos (cfr., por ej., § 226 a.r.). También ha sido derogada la antigua
ple bagatela.34 Característica común a la multa y a la pena privativa multa múltiple (art. 12 II EGStGB). En la Parte General, la multa
de libertad es la ventaja de la posibilidad de su graduación, con lo se impone según el § 47 II en todos los casos en los que el precepto
que se puede adaptar la magnitud de la pena al injusto, a la culpabi- penal aplicable no contiene una tal pena (cfr. infra, § 84 I 2b), cuan-
lidad y además a las circunstancias económicas del reo. En favor de do no viene en consideración una pena privativa de libertad de 6 me-
la multa habla, por último, la posibilidad de su distribución durante ses o de mayor duración y tampoco se da el caso excepcional en el
un largo espacio de tiempo, con la concesión de su pago a plazos y que se puede imponer una pena privativa de libertad de corta dura-
de imponerla con la suficiente gravedad para conseguir en el conde- ción tal como prevé el § 47 I. El ámbito de aplicación de la multa
nado un sensible efecto disuasorio. El más importante inconveniente se amplía además con las dos circunstancias atenuantes genéricas
de la multa reside en su desigual eficacia respecto a pobres y ricos; previstas en el § 49 I núm. 3 y II. Finalmente, el § 41 ofrece de un
inconveniente que no puede evitarse totalmente aunque se consideren modo general la posibilidad de imponer conjuntamente multa y pena
las circunstancias económicas del reo y que aparece de un modo es- privativa de libertad, cuando el reo se ha lucrado o ha intentado lu-
pecialmente claro cuando se impone la prisión subsidiaria por in- crarse con la comisión del delito. Por la WStG han sido derogados
solvencia del condenado. Igualmente desfavorables son también las los preceptos que excluían la multa del ámbito de los delitos milita-
consecuencias negativas de la multa en la familia del condenado, res; pero en interés de la disciplina, el § 10 WStG limita el ámbito
aunque éstas son mucho más graves en la pena privativa de libertad. de la multa en los delitos cometidos por soldados. El Derecho Penal
Los costos administrativos de la multa, incluso en los casos de con- de Jóvenes no conoce la multa, pero sí permite imponer determinadas
trol de los pagos a plazo, son mucho menos importantes que los de donaciones pecuniarias en favor de alguna institución de beneficen-
la pena privativa de libertad. Por otra parte, se considera que la efi- cia pública como medio correctivo (§ 15 I, núm. 3 JGG).
cacia preventiva general de la multa es menor que la de la pena
privativa de libertad 15 y que, por eso, no puede pensarse en la total
III. Determinación de la multa según el sistema de los días-multa
abolición de ésta. La multa puede desarrollar en relación con la pre-
vención especial incluso un efecto secundario negativo, pues, al co- Con el sistema tradicional de la suma global, la determinación
locar durante largo tiempo al condenado en el mínimo existencial, de la multa se llevaba a cabo en un solo acto.17 El distinto peso de los
puede tener un efecto criminógeno. dos factores: culpabilidad y capacidad económica del reo, sólo se
3. La multa posee un amplio ámbito de aplicación.16 En la Parte apreciaba cuando se imponía la prisión subsidiaria. Frente a este
Especial se impone en todos los delitos menos graves, alternativa- sistema la idea fundamental del sistema de días-multa consiste en
mente junto a una pena privativa de libertad prevista sin límite mí- considerar separadamente en la determinación de la multa los dos
nimo especial (así en la nueva redacción de todas las conminaciones factores — injusto y culpabilidad, por un lado; sacrificio financiero
penales por el art. 12 I EGStGB). También en casos menos graves del acusado, por otro —. Con este nuevo sistema, la determinación de
puede imponerse la multa alternativamente junto a la pena privativa la multa se lleva a cabo conjuntamente en tres actos.
de libertad, cuando en el caso normal sólo está prevista una pena pri- 1. En el primer acto, el juez determina, según los principios ge-
vativa de libertad con límite mínimo elevado (por ej., §§ 223b II, nerales de la determinación de la pena (§ 46), es decir, según el grado
224 II). La sucesión entre pena privativa de libertad y multa en la de injusto y de culpabilidad así como según las exigencias de pre-
conminación penal no significa una sucesión jerárquica, al contrario: vención general y especial, el número de días-multa dentro del marco
el § 47 impone la primacía de la multa cuando viene en consideración de cinco, y si la ley no determina otra cosa, a 360 días-multa com-
pletos (§ 40 I) o, en su caso, cuando se trata de pena compleja, 720
14 Según Kaiser, Kriminologie, pág. 153, entre 1968 y 1974 aumentaron días-multa completos (§ 54 II) (BGH 27, 70 [72]). 18 En este acto
las multas de cuantía superior a 1.000 marcos en más del triple, mientras
que las multas cuya cuantía no sobrepasaron los 1.000 marcos diminuyeron en
el mismo período de tiempo en más de la mitad. 17 Cfr. sobre esto Horn, N J W 1974, 625; Zipf, Die Geldstrafe, pág. 39.
15 Todavía se sabe poco sobre los efectos de la multa; cfr. sobre ello Kai- 18 Así, la opinión generalizada; cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 359; Dreher,
ser, Kriminologie, pág. 154. Sin razón pretende Zipf, Die Geldstrafe, pág. 64, re- § 40 Vorbem. 2; Lackner, § 40 Anm. 5; Maurach/Zipf, Nachtrag zum Allg. Teil,
nunciar a investigar este dato. página 2 1 ; Schonke/Schroder/Stree, § 40 Anm. 2, 4; SK (Hom), § 40 Anm. 4 ;
16 Cfr. Maurach/Zipf, Nachtrag zum Allg. Teil, págs. 19 y ss. BGH N J W 1976, 634; OLG Hamm N J W 1976, 723; OLG Bremen N J W 1975,
1078 § 73. L a multa III. Multa según el sistema de los días-multa 1079
sólo hay una peculiaridad en tanto que en principio "las circunstan- I I 1 ) . Para ello hay que partir de los ingresos netos que el reo obten-
cias personales y económicas" del reo (§ 46 II) sólo son tomadas en ga por término medio al día o pueda obtener de acuerdo con una va-
consideración en el segundo acto de determinación, ya que el precep- loración razonable de su actividad laboral (§ 40 II 2). 22 Los límites
to específico contenido en el § 40 II, 1, conforme al cual las circuns- del importe del día-multa están entre un mínimo excesivamente bajo
tancias personales y económicas del reo sólo determinan el importe de dos marcos y un máximo excesivamente elevado de 10.000 (§ 40
del día-multa, excluye normalmente la consideración de estas cir- II 3). El importe se calcula en marcos completos sin tener en cuen-
cunstancias en la determinación del número de días-multa. En el ta las unidades divisorias (peniques) (OLG Kóln, MDR 1976, 597).
primer acto, las circunstancias personales y económicas del reo sólo En el sentido del § 40 II se entiende por ingresos netos todos aquellos
deben ser tomadas en cuenta cuando han influido en el injusto y en ingresos derivados del trabajo por cuenta propia o ajena, del capital,
la culpabilidad, por ejemplo, en el caso de un hurto cometido en es- intereses, dividendos y participaciones, ejercicio de una profesión,
tado de necesidad económica.19 explotaciones agrarias y forestales, arrendamientos., alquileres, otras
En contra de la estricta separación de ambos actos de determinación se rentas, pensiones como seguro de desempleo y alimentos, incluyendo
acepta en parte que el juez debe tener en cuenta ya en el primer acto tam- las prestaciones naturales. De ellos hay que deducir impuestos y se-
bién el importe definitivo de la multa, que sólo puede conocerse si se tiene guros sociales, seguros voluntarios, cargas profesionales, gastos de
en cuenta el importe de los días-multa del que se deriva el importe defini- explotación y pérdidas de la empresa y pago de cuotas para continua-
tivo.2<> Se alega para ello como fundamento que tampoco la multa puede ción del seguro.23 No se cuentan entre los ingresos las ayudas recibi-
tener un efecto contrario a la socialización (§ 46 I 2). Para evitar este das por hijos (puntos) y otras ayudas familiares, así como tampoco
resultado, el juez debe, por tanto, tener en cuenta los dos factores de la el subsidio de vivienda.24 Se debe tomar como base los ingresos netos
determinación de la pena de un modo separado, pero previamente debe, sin medios en el momento de la condena. También pueden tenerse en
embargo, compararlos entre sí para excluir la agravación progresiva de la cuenta los empeoramientos y mejoramientos patrimoniales previ-
multa que, por ejemplo, en su grado mínimo elevado puede ser muy rele- sibles, por ejemplo, en base a una situación de desempleo provisional
vante (así, por ej., en el caso especialmente agravado del hurto, 90 días-
multa, §§ 243 secc. 1 p (o 1, 47 secc. 2 pfo. 2). Esta "desviación del sistema" o de próximo licénciamiento del servicio militar. La consideración de
parece fundada, pues tampoco en la determinación de la multa se trata los ingresos netos potenciales posibilita evitar cualquir discrimi-
de llevar hasta el final una operación lógica con todas sus consecuencias nación patrimonial intencional (cfr. BGH DaMnger, MDR 1975, 541;
teóricas, sino que lo que importa es conseguir, sin perjuicio de las concre- OLG Koblenz NJW 1976, 1.275).
tas fases de la determinación de la pena, un resultado final justo, soporta- En la determinación del importe de los días-multa surgen una
ble para el reo, que podría no serlo dado el efecto progresivo de un elevado serie de problemas específicos:
número de días-multa.21
a) La primera cuestión se refiere al cómputo de los deberes alimenticios
2. El segundo acto sirve para determinar el importe de los días- que tenga el reo. Frente a la opinión mantenida inicialmente de que sólo
multa según las circunstancias personales y económicas del reo (§ 40 deberían ser tenidas en cuenta aquellas obligaciones alimenticias excep-
cionalmente elevadas,26 se ha impuesto posteriormente el criterio correcto
1.525. Diferenciando respecto a la admisibilidad y a la distribución de los cri- de computar todos los deberes alimenticios en la determinación del importe
terios de prevención general y especial, Klussmann, N J W 1974, 1.275; Zipf, Die del día-multa (BayObLG 1977, 353 [355]; OLG Celle NJW 1975, 2.029;
Geldstraf e, págs. 66 y ss.
19 Así, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 232 (sobre ello, Bockelmann, en OLG Oldenburg MDR 1975, 1.038; OLG Schleswig MDR 1976, 243; OLG
Driendl, ZStW 88 (1976), pág. 1.057); Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 1.057; Hamburg MDR 1976, 156; OLG Hamm NJW 1976, 722; OLG Karlsruhe,
Horn, N J W 1974, 625; Schonke/Schroder/Stree, § 40 Anm. 4; Seib, en: 13. Deut- Die Justiz 1976, 393; OLG Koblenz NJW 1976, 1.275 [1.276]; OLG Dussel-
scher Verkehrsgerichtstag 1975, pág. 107; Ruth, ibídem, pág. 95; SK (Horn), dorf NJW 1977, 260).2« Se puede computar como si se tratara de reduc-
§ 40 Anm. 4.
20 En este sentido, Horstkotte, en: 13. Deutscher Verkehrsgerichtstag 1975,
página 8 1 ; Horn, J R 1977, 99; Lackner, § 40 Anm. 6b ce; Schonke/Schroder/ 22 P a r a una crítica al principio de los ingresos netos, cfr. Baumann, Alíg.
Stree, § 40 Anm. 6; SK (Horn), 40 Anm. 13; Trondle, J R 1977, 385. En favor Teil, pág. 636; Grebing, ZStW 88 (1976), págs. 1.063 y ss.; Jescheck, Gallas-Fest-
de una estricta separación de ambos actos de determinación de la pena, Dreher, schrift, pág. 43; el mismo, Lange-Festschrift, pág. 378; SK (Horn), § 40 Anm. 6.
§ 40 Vorbem. 2; Grebing, ZStW 88 (1976), págs. 1.088 y ss.; el mismo, J Z 1976, 23 Cfr. Dreher, § 40 Anm. 6; Frank, MDR 1976, 626 y ss.; Lackner, § 40
750 y 751; Zipf, JB1 1977, 305. El Tribunal Federal se inclina abiertamente por Anm. 6; Schonke/Schroder/Stree, § 40 Anm. 9.
la concepción de que para llegar a un resultado justo debe reducirse el importe 24 Así OLG Karlsruhe, Die Justiz 1976, 477; OLG Celle, J R 1977, 384;
de los días-multa en la medida en que aumente su número (BGHSt 26, 325 [331], Frank, MDR 1976, 627; Schonke/Schroder/Stree, § 40 Anm. 9. De otra opinión,
con nota contraria de D. Meyer, N J W 1976, 2.219 y ss.; con reservas, BGH 27, OLG Dusseldorf N J W 1977, 260.
70 [73]). Sin embargo, se admite la limitación del recurso de casación al impor- 25 Cfr. sobre esto, Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 1.071, nota 85.
te de los días-multa (BGH 27, 70). 26 Cfr. sobre esto Grebing, JZ 1976, 746, con datos en nota 23; Trondle,
21 Cfr. Trondle, 6 J Z 1975, 299. JR 1975, 472.
§ 73. La multa III. Multa según el sistema de los días-multa 1081
1080
ciones fiscales, por ejemplo, 20 % para la mujer 27 y 10 % por cada hijo.28 de estudiantes y el seguro de desempleo cuando se trata de parados. Los
Pero es más correcto tomar como punto de partida para los hijos que tienen ingresos de un estudiante por trabajo en la época de vacaciones o por ocupa-
derecho a los alimentos los preceptos de la Ordenanza reguladora del dere- ciones secundarias sólo pueden ser tenidos en cuenta cuando se han obtenido
cho de alimentos de 27-6-1970 (BGB1. I, pág. 1.010) en la redacción que en realmente (OLG Frankfurt NJW 1976, 635; OLG Kóln NJW 1976, 636;
cada caso esté vigente (así, ahora, OLG Hamm NJW 1976, 722; cfr. tam- igualmente en Austria OGH EvBl 1976, 217). De lo contrario, se falsearía el
bién OLG Celle JR 1977, 382 [384]). sentido del estudio.
b) Mayores dificultades que las obligaciones alimenticias, cuyo cómputo d) Por último, plantea un difícil problema la cuestión de si y en qué
en el fondo es evidente, deparan otras obligaciones de pago corrientes que extensión puede ser tenido en cuenta en el cómputo del importe del día multa
traban por largo tiempo una parte de los ingresos del reo (cfr. detenidamen- el patrimonio del reo. No se trata simplemente de una cuestión teórica, por-
te, OLG Karlsruhe, Die Justiz 1976, 477). Piénsese, por ejemplo, en los que la multa, como sanción normal en los delitos de tráfico, precisamente
gastos realizados para adquirir una vivienda en propiedad o en un contrato viene en consideración en relación con grupos de población que sólo raras
de ahorro-vivienda, en prestaciones para una formación profesional más veces comparecen ante un juez penal. Los ingresos derivados del patrimonio
cualificada del reo o de sus hijos, en el pago de los plazos de un crédito o se incluyen naturalmente entre los ingresos netos del reo; pero también
de un préstamo de adquisición, en el pago anticipado de un viaje de vaca- deben tenerse en cuenta el valor del capital depositado en cuentas bancarias
ciones, etc. La cuestión es de acuerdo con qué criterios debe valorar el juez o de ahorro y la posesión de títulos-valores (cfr. § 40 III) y posiblemente
estas obligaciones. La solución sólo puede consistir en una fórmula gene- colecciones artísticas, cuadros, muebles y objetos valiosos, cuya enajenación
ral que obligue al juez a enfrentarse con el problema, pues la mayoría de o gravamen dentro de ciertos límites parezca exigible. La jurisprudencia
las veces no aparece esta cuestión en el momento de determinar la pena rehuye, por el contrario, exigir la enajenación de una casa en propiedad
total. De acuerdo con esto sólo se puede decir que las obligaciones de pago habitada por el reo o su familia, porque de no ser así la multa tendría un
necesarias para llevar una vida normal deben ser tenidas en cuenta en la efecto desocializador que precisamente se pretende evitar. 32
medida en que parezcan adecuadas.29 Un problema por sí plantean las pres-
taciones por daños y perjuicios y las costas procesales y de abogado. En Los ingresos del reo, su patrimonio y las otras bases p a r a la de-
este caso el Estado concurre con la víctima, con el defensor y consigo mis- t e r m i n a c i ó n del importe del día-multa pueden ser calculados por el
mo. También aquí es necesario mantener un criterio estricto. En la liqui- juez (§ 40 III) (cfr. al respecto infra, § 76 I 6). E n la praxis apenas
dación de las consecuencias financieras de un hecho punible hay que dar la es posible otro procedimiento, sobre todo en el proceso sumario (Straf-
primacía a la multa, porque si se pospusiere a otras obligaciones que el
befehlsverfahren) (§§ 407 y ss. S t P O ) . Ni siquiera el acusado mismo
reo debe pagar en virtud de la ley como consecuencia del delito, se debilita-
ría en exceso su eficacia preventiva general.30 está obligado a declarar en este punto, porque no se t r a t a de ofrecer
c) En una situación especialmente confusa se encuentra el juez cuando datos sobre la identidad personal, sino de conseguir las bases p a r a la
trata de determinar el importe de los días-multa frente a personas que determinación de la pena. E l derecho a no declarar que tiene el acu-
carecen de ingresos propios, como amas de casa, parados, estudiantes o esco- sado se refiere tanto a estas bases como al hecho mismo. E n la pra-
lares. En la praxis se utiliza el criterio de tomar como base la pensión ali- xis se utiliza muy ampliamente esta posibilidad de cálculo y apenas
menticia a la que tienen derecho cuando se trata de amas de casa y de se hacen especiales investigaciones o pruebas, salvo aquellas que se
escolares que viven con su familia,81 la beca o la mensualidad cuando se trata refieren a la profesión ejercida, al estado familiar, a la edad y al
número de hijos con derecho a alimentos. 3 3 Ciertamente, es este pro-
cedimiento mejor que otros imaginables en los que el importe de la
27 La deducción de la mitad de los ingresos netos como alimentos para la multa se determina de un modo intuitivo, sin atender al daño irroga-
esposa sin ingresos, tal como sostienen OLG Hamm NJW 1976, 722, 723, con nota
contraria, D. Meyer, NJW 1976, 1.110; OLG Frankfurt NJW 1976, 2.220, ha do al r e o ; pero de todos modos las bases p a r a la determinación de
sido rechazada con razón como excesiva; cfr. OLG Dusseldorf NJW 1977, 260; los días-multa deberían investigarse m á s detalladamente que por el
OLG Karslruhe, Die Justiz 1977, 204; OLG Celle JR 1977, 382; Horn, JZ 1976, simple libre cálculo. Especialmente debería pensarse en la elabora-
585 y ss.; Grebing, JZ 1976, 747; Schall, JuS 1977, 311.
28 Así, por ejemplo, Horskotte, en: 13. Deutscher Verkehrsgerichtstag 1975,
página 85. i
29 Así, la opinión dominante; cfr. Dreher, § 40 Anm. 7; Lackner, § 40 total de lo que dispone el matrimonio para su manutención (así OLG Hamm
Anm. 6b aa; Schonke/Schróder/Stree, § 40 Anm. 14; Trondle, 6JZ 1975, 592 NJW 1976, 723, con nota en contra de D. Meyer, NJW 1976, 1.110 y ss.); cfr. en
y JR 1976, 163; Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 1.078: sólo "gravámenes extra- contra, Grebing, JZ 1976, 748.
ordinarios", pero no "gastos de inversión" (así, también, OLG Celle, JR 1977, 32 Así, para evitar los efectos confiscatorios de la multa, el OLG Wien
382 [384]); dudoso, SK (Horn), § 40 Anm. 7. EvBl. 1976, 130, sólo tiene en cuenta como fuente de ingresos el patrimonio dis-
30 Hay que tener en cuenta la reparación de daños materiales; cfr. OLG ponible.
Schleswig, MDR 1976, 243. Todo el complejo desempeña, además, un papel en 33 Cfr. sobre esto, Dreher, § 40 Anm. 14; Lackner, § 40 Anm. 7; Kleink-
la concesión de facilidades de pago; cfr. D. Meyer, MDR 1976, 278. necht, § 244 StPO Anm. 15; D. Meyer, DAR 1976, 148; Grebing, ZStW 88 (1976),
31 También debe rechazarse aquí la determinación del importe del día- páginas 1.097 y ss.
multa para la mujer casada sin ingresos, atribuyéndole la mitad del importe
25. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H
1082 § 73. L a multa IV. Ejecución de la multa 1083
ción de una encuesta policial y en el desarrollo de tablas practica-
bles sobre los ingresos netos en los diferentes grupos de tarifas y IV. Ejecución de la multa
de sueldos. El juez debería basarse en estos datos aun cuando se tra- 1. La eficacia politicocriminal de la multa depende decididamen-
tara de personas que ejercieran una profesión liberal. La valoración te de que se pague o de que, en todo caso, se cobre.39 La autoridad en-
de todas las circunstancias que deben ser tenidas en cuenta en la cargada de su ejecución es según los §§ 451 StPO, 4 I StVollstrO la
determinación del importe del día-multa, sigue siendo, sin embargo, Fiscalía. 40 De este modo se asegura una rápida realización del pro-
asunto del criterio del juez encargado de determinar la pena (BGH ceso ejecutivo. La autoridad encargada de la ejecución es compe-
NJW 1977, 1.459; OLG Celle JR 1977, 382). tente para modificar o anular la decisión del Tribunal respecto a las
3. El tercer acto de la determinación de la multa se refiere a la facilidades de pago concedidas según el § 42 (§ 459a II 1 StPO),
cuestión de si debe exigirse, una vez que la sentencia sea ejecutoria, pero sólo puede desviarse de dicha decisión en perjuicio del reo, si
en su totalidad el pago de la multa compuesta por el número de los aparecen nuevos hechos, o nuevos medios probatorios (§ 459a II 2
días-multa y de su importe o si pueden concederse facilidades de StPO). De las tareas que incumben a esta autoridad se encargan,
pago. Según el § 42, el Tribunal que conoce el asunto debe decidir según el § 31 II RPflG, especiales funcionarios ("Rechtspfleger"). Si
sobre los plazos de pago o, en su caso, sobre la concesión de pagos se alega alguna objeción corresponde la decisión al fiscal o, en su
parciales, pero una vez que la sentencia es ejecutoria la competencia caso, al juez en cuyo lugar actúa el "Rechtspfleger"; contra esta de-
pasa a la autoridad encargada de la ejecución (§ 459a StPO) o, en cisión puede apelarse según el § 458 II StPO. Como ayuda en la eje-
su caso, a la encargada de conceder indultos (cfr. § 41 Ordenanza cución de la multa se tramita actualmente la introducción de com-
de indultos del Badén-Württemberg de 23-3-1971). Hay que partir putadores que desarrollen todos los procedimientos burocráticos sin
del principio de que la multa debe ser pagada íntegramente tan pron- requerir proceso manual alguno y posibiliten en todo momento un
to como la sentencia sea ejecutoria; 34 si se conceden plazos para su control (cfr. Bayer. Staatsministerium der Justiz NJW 1977, núme-
pago, la multa adquiere entonces el carácter de una "multa tempo- ro 14, pág. VI).
ral". 35 En el importe de los días-multa no puede influir en contra del
reo el hecho de que se concedan plazos para el pago.36 Deben conce- 2. Para el procedimiento ejecutivo rigen los §§ 459a-f StPO y, además,
derse facilidades de pago, cuando no puede exigirse al condenado, subsidiariamente la Ordenanza de recaudación judicial 11-3-1937 (RGBL.
por sus circunstancias personales y económicas, el pago inmediato I p. 298). A ellos hay que añadir la Ordenanza de ejecución de 15-2-1956,
del importe total (por ej., familia numerosa, enfermedad, endeuda- recientemente modificada por el reglamento de 25-11-1974 (BAnz. núm. 230).
miento, cambio de profesión, edad, etc.). La multa debe seguir sien- Según el § 48 StVollstrO, la ejecución de la multa se rige por la Orden sobre
do, no obstante, una carga sensible y no puede convertirse en un recaudación y exacción de 20-11-1974 (BAnz. núm. 230). Según el 1 EBAO,
"cómodo negocio de pagos a plazos".87 En el acta de concesión del la exacción y recaudación de la multa se determina por la Ordenanza de
pago a plazos el tribunal (o, en su caso, la autoridad encargada de la recaudación judicial y por esta Orden. Caso de que no se concedan facilidades
de pago, debe procederse al pago en las dos semanas siguientes de que la
ejecución) según el § 42, pfo. 2 puede incluir una cláusula de venci- sentencia sea firme (§ 3 EBAO). Tras el requerimiento de pago (§§ 4 I, 5 I
miento que sustituya a la revocación del beneficio (§ 459a II StPO). 88 EBAO), normalmente se apercibe todavía una vez más al condenado, si éste
Caso de que no se pague el plazo el día de su vencimiento se conside- no paga a tiempo (§ 7 EBAO), y sólo después se procede a la ejecución. "Para
rará vencido el importe total restante, dejando constancia de ello en evitar una actividad administrativa superflua", puede renunciarse a comen-
las actas (§ 459a III 1 StPO). zar la ejecución de la multa, si se considera que en un tiempo previsible no
va a tener éxito (§ 459c II StPO). La Cámara de Ejecución penal (§§ 462 I 1,
462a StPO) puede además, según el § 459d StPO, ordenar que no se ejecute
la multa, si al mismo tiempo hay que ejecutar una pena privativa de libertad
34 Cfr. Hom, N J W 1974, 626; Zipf, en: Roxin y otros, Einführung, pá- o la ejecución de ésta se suspende a prueba y la ejecución de la multa pudriera
gina 73. dificultar la reinserción del condenado. De este modo pueden todavía evitarse
35 Cfr. Zipf, ZStW 86 (1974), pág. 517.
36 Cfr. Lackner, § 40 Anm. 6d; Tronóle, ÓJZ 1975, 595.
37 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 811; Tróndle, ÓJZ 1975, 595. 39 Cfr. Tróndle, ZStW 86 (1974), pág. 560.
38 Según Lackner, § 42 Anm. 3, debe recogerse la cláusula de vencimiento 40 El art. 315 EGStGB ha facultado, sin embargo, a los Estados de la
"si una determinada posibilidad habla en favor de la capacidad del condenado Federación, durante el período transitorio hasta 31-12-1979, para conceder al
para pagar a tiempo, pero se duda de su voluntad de pagar". El esquema de Juzgado de 1.a Instancia la competencia en materia de ejecución de multa, siem-
cómputo propuesto por Horn, Die strafrechtlichen Sanktionen, págs. 13 y ss. y pre que el Juez haya conocido el asunto en primera instancia. De esta facultad
NJW 1974, 629, para determinar el importe de los plazos es demasiado compli- han hecho uso la mayoría de los Estados de la Federación; cfr. Kleinknecht,
cado para ser llevado a la práctica. § 451 StPO, Anm. 1.
§ 73. La multa V. Imposición y ejecución de la multa en la praxis 1085
1084
en el procedimiento ejecutivo los efectos perjudiciales de la multa acumula- V. Imposición y ejecución de la multa en la praxis
tiva (§ 41). La ejecución se rige por el § 6 JBeitrO, que se remite a la ZPO,
y por los §§ 8 ss. EBAO. Del pago de la multa responde todo el patrimonio, 1. La multa se ha convertido con mucho en la pena de más fre-
mueble e inmueble del condenado. En caso de ejecución en cosas muebles la cuente aplicación de todo el sistema sancionatorio alemán.45 Presu-
autoridad encargada de la ejecución debe, según el § 9 EBAO, encargar esta puesto decisivo para su progresiva aplicación fue la abolición en el
misión directamente al (ejecutor judicial). Esta misma autoridad emite la siglo xix del sistema de pago a los trabajadores en mercancías, espe-
resolución de embargo y transferencia (§ 6 II 2 JBeitrO). El procedimiento cialmente en productos alimenticios y de consumo (Trucksystem) ,46
ejecutivo hipotecario en inmuebles se rige, por el contrario, por los preceptos con la norma prevista en el § 115 GewO, según el cual el empresario
generales.
3. Según el art. 293 EGStGB, los Estados miembros de la Federación está obligado a pagar el salario en dinero metálico. La multa alcan-
pueden regular con su propia legislación la cancelación de las multas inco- zaba en 1882 sólo el 25 % de todas las condenas judiciales, pero ya
bradas a través del trabajo en libertad. Sólo Hamburgo ha adaptado su ante- en 1930 alcanzó el 67 % y en 1969, en plena reforma, el 70 %. En
rior legislación a la nueva situación jurídica (VO de 15-4-1975, GVOB1. 1974, el 82,4 % de las condenas fueron multas y en 1975 se ha reba-
p. 76); esta posibilidad carece de importancia práctica. sado esta cifra. A largo plazo la multa, a consecuencia del sistema de
días-multa, puede situarse entre el 84 y el 87 % de todas las penas
4. Conforme al § 43, pfo. 1, en caso de impago de la multa se impuestas judicialmente.
impondrá una pena privativa de libertad sustitutoria. Si la multa 2. No obstante, el número de días-multa se mantiene, tal como
no puede ser cobrada o si, ante las pocas posibilidades de su cobro, se observa en la Estadística de condenas del Baden-Württemberg
se decide de acuerdo con el § 459c II no ejecutarla, se procederá para 1975, en el límite mínimo del marco penal. Son muy raras las
por orden del funcionario encargado de la ejecución a ejecutar la condenas entre 181 y 360 días-multa y tampoco es frecuente la apli-
pena privativa de libertad sustitutoria, a razón de un día de priva- cación del marco entre 91 y 180 días-multa. Lo más frecuente es
ción de libertad por cada día-multa,42 constituyendo el límite mínimo que se impongan entre 5 y 15 días-multa. Al mismo tiempo, ha
(a diferencia de lo que dispone el § 38 II) un día (§ 43 pfos. 2 y 3). aumentado el importe de las multas, debido a la elevación del nivel
Pero la Cámara de Ejecución Penal (§§ 462, 462a StPO) puede or- económico (en 1967 el 0,5 % superaron los 1.000 marcos, en 1974 el
denar, de acuerdo con el § 459f StPO, que no se ejecute la pena pri- 16,6%).
vativa de libertad sustitutoria si ello representara para el condenado 3. El principal problema que plantea la multa es la pena sustitu-
un rigor injusto.™ También puede la autoridad encargada de la eje- toria de privación de libertad, pues si al aumento de la multa co-
cución solicitar dicha orden de la Cámara de Ejecución Penal, si en rresponden también un aumento de la privación de libertad sustitu-
su opinión se dan los presupuestos del § 459f StPO. Igualmente pue- toria, supondría en la práctica el regreso por la puerta falsa de la
de el propio acusado, por razones obvias, hacer la misma solicitud. pena privativa de libertad de corta duración. Pero esto no es así. Una
Si paga el importe restante, el condenado debe ser puesto en liber- investigación básica de 1.340 actas penales del Baden-Württemberg
tad, y si paga sólo una parte, debe acostarse proporcionalmente la realizada en 1972 por el grupo de investigación criminológica del
duración de la privación de libertad sustitutoria. La ejecución del Instituto Max-Planck (Albrecht, Kupke) arrojó el siguiente resultado
resto de la pena privativa de libertad sustitutoria puede, conforme al provisional sobre la ejecución de la pena privativa de libertad sus-
§ 57 I o, en su caso, II, suspenderse a prueba,44 pero, por razones de titutoria :
prevención general, no cabe una suspensión total de la pena. En el 12,6 % de los casos se ordenó la ejecución de la privación
de libertad sustitutoria. Alrededor del 3 % de las personas condena-
41 Así Kleinknecht, § 459c StPO Anm. 3. das al pago de una multa cumplieron totalmente la pena privativa
42 Contra esta rigurosa relación, Blei, Allg. Teil, pág. 360; Dreher, § 43
Anm. 6; Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 1.111; Jescheck, Lange-Festschrift, pá- de libertad sustitutoria. El 1,7 % la cumplieron sólo en parte y paga-
gina 379; Tróndle, ZStW 86 (1964), pág. 575; el mismo, ÓJZ 1975, 598; Zipf, en: ron el resto de la multa. El 7,2 % pagaron la multa al ser requeridos
Roxin y otros, Einführung, pág. 74. A favor, sin embargo, Horn, JR 1977, 100.
43 Esta regulación restrictiva es necesaria para mantener el efecto de la para que cumplieran la pena privativa de libertad sustitutoria. 47
amenaza de ejecución de la pena privativa de libertad sustitutoria como medio
de presión para el condenado que se niega a pagar; cfr. Dreher, § 43 Anm. 5; Preisendanz, § 57 Anm. 2a; de otra opinión, OLG Schleswig OLGSt sobre el § 57,
Kleinknecht, § 459f StPO Anm. 5; Zipf, en: Roxin y otros, Einführung, pág. 74, página 23; OLG Celle MDR 1977, 65; LG Lüneburg Rechtspfl. 1973, 436, con
que sin razón considera debe también tenerse piedad del que, sin culpa por su nota favorable de Pohlmann; AG Berlin-Tiergarten, NJW 1972, 457; SK (Horn),
parte, ño puede pagar la multa. § 57 Anm. 3.
44 Así OLG Hamm NJW 1976, 159; OLG Zweibrücken, con nota favorable 45 Cfr. sobre la evolución hasta 1930, Exner, Studien, pág. 18.
de Preisendanz, JR 1976, 467; OLG Koblenz GA 1977, 222; Blei, JA 1972, 83; 46 Cfr. Pitschel, Die Praxis in der Wahl der Geldstrafe, pág. 9.
Dreher, § 57 Anm. 2; Lackner, § 57 Anm. 1; LK (Else Koffka), § 26 Anm. 4; 47 Así se demuestra, al mismo tiempo, que la abolición de la privación de
1086 § 73. La multa VI. La multa en el Derecho comparad 1087
cuenta la capacidad económica del reo.56 En la praxis aparece en primer pla-
48
VI. La multa en el Derecho comparado no la pena privativa de libertad de corta duración. Respecto a una reforma
son pocos los que prestan atención al sistema de los días-multa.57 El Código
El sistema de los días-multa como forma específica de multa fue introdu- penal español prescribe en su art. 63 que se tome en cuenta la capacidad
cida en Finlandia y Suecia y sigue siendo en ambos países indiscutida. En financiera del reo, pero la multa desempeña un papel relativamente poco
Dinamarca, no se aplica en la importante Legislación Penal Especial y en los importante. 58 * La comisión de reforma holandesa, tras una detenida investi-
restantes sectores será posiblemente de nuevo derogada. Noruega no ha gación iuscomparatista y empírica, se ha pronunciado en contra de la acep-
tenido nunca este sistema. Austria ha introducido el sistema del día-multa tación del sistema de días-multa.59 Las penas privativas de libertad de corta
en el § 19 de su nuevo StGB y al igual que el nuevo Derecho vigente en duración desempeñan todavía un importante papel.60
Alemania (§ 47) contiene también una cláusula de prioridad frente a las En Inglaterra el porcentaje de la multa es en las Magistrates 'Court muy
penas privativas de libertad de corta duración (§ 37 del StGB austríaco). 49 alto y la praxis recaudatoria, que también dispone de la pena privativa de
Suiza mantiene el sistema tradicional (art. 48 StGB) y también conoce la libertad sustitutoria, es eficaz.61 La Criminal Justice Act 1972 ha introdu-
transformación de la multa en arresto, a razón de un día de privación de cido como nuevos sustitutivos de las penas privativas de libertad de corta
libertad por cada 30 francos de multa (art. 49, 3 StGB). 60 Cuantitativamente duración el "community service" y el "day training centre". 62 La praxis de
la multa no tiene la importancia que tiene en la praxis alemana, aplicándose EE. UU. en materia de multa muestra relevantes deficiencias, sobre todo
con la misma frecuencia penas privativas de libertad de corta duración con porque apenas se tiene en cuenta la capacidad económica del condenado y,
ejecución condicional.51 Apenas se discute la conveniencia de introducir el por lo tanto, se tiene que imponer frecuentemente la pena privativa de liber-
sistema de los días-multa.52 tad sustitutoria. 63 En la República Democrática Alemana la multa, que ori-
En Francia, el art. 45 I C.p. prevé, a partir de la nueva redacción que le ginariamente fue despreciada como "expresión de las relaciones capitalis-
dio la ley de 11-7-1975, que el importe de la multa se determinara "en tenant tas", 64 ha sido mantenida en el StGB de 1968 (§ 36) y "ocupa actualmente de
compte... des resources et des charges des prévenus", aunque la praxis nuevo un importante lugar entre las medidas de responsabilidad penal"; 65
venía haciéndolo ya desde antes. La misma ley contiene varias alternativas sobre todo a partir de la reforma de 19-12-1974 (GB1. I 1975 p. 14) que se
a las penas privativas de libertad de corta duración,53 aunque la praxis por ha esforzado por combatir con más rigurosos medios de prevención general
ahora apenas hace uso de ellas y sigue imponiendo en gran medida penas el aumento de la criminalidad ante el fracaso de otras sanciones sociales que
de corta duración con suspensión condicional. Insuficiente es sobre todo la no han sido tomadas en serio por la población.66 Tras la reciente reforma de
regulación de la ejecución de la multa 54 para la que no está prevista la pena 7-4-1977 (GB1.1 p. 100), que ha dirigido el timón de la Política Criminal aún
de privación de libertad sustitutoria como medio coactivo, sino sólo un más claramente en favor de la prevención general, 67 quizá continúe esta ten-
arresto coactivo (contrainte par corps). 55 El Avant-projet de Code penal dencia. En relación con la República Federal Alemana la multa desempeña
de 1976 rechaza el sistema de los días-multa por su complejidad (p. 97). El en la República Democrática un papel poco importante, sin superar el 30 %
Derecho italiano descansa todavía en la idea clásica de que la determinación de las condenas.68
de la multa, por razones de una igualdad entendida formalmente, no tiene en
* * *
libertad sustitutoria pedida por Grebing, ZStW 88 (1976), págs. 1.111 y ss. y la
Comisión de reforma penitenciaria, Tagunsberichte, t. I, pág. 60 (Peters) y 146,
privaría a la multa de su propia base. 56 Así, especialmente, Bettiol, Diritto pénale, pág. 735; en contra, Dolcini,
48 Cfr. sobre esto, detenidamente, Jescheck/Grebing, Die Geldstrafe im Riv it dir proc pen 1972, 430 y ss.
deutschen und auslandischen Recht, 1978. Además, para Austria, Suiza e Italia, 57 Así por Dolcini, Riv it dir proc pen 1972, 439 y ss. y Bricola, en: Gius-
Jescheck, Würtenberger-Festschrift, págs. 275 y ss. tizia pénale e riforma carceraria, pág. 57.
49 Sobre la, por muchas razones, ejemplar regulación austríaca, Jescheck, 58 Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 775 y ss., especialmente
Lange-Festschrift, págs. 378 y ss.; cfr. además Nowakowski, ÓJZ 1972, 197 y ss.; nota 2; Beristain, Anuario 1975, 379 y ss.
Tronóle, ÓJZ 1975, 589 y ss. Sobre la determinación del importe del día-multa, * Ver nota de Derecho español.
cfr. Zipf, JB1 1977, 304 y ss. 59 Cfr. Grebing, ZStW 88 (1976), pág. 1.052.
50 Cfr. Andrea Brenn, Die Busse und ihr Vollzug nach dem Schweizer. 60 Cfr. Heijder, Nederlands Juristenblad 1974, 1.337 y ss.
StGB, 1975. 61 Softley, A survey of fine enforcement, 1973. i
51 Cfr. Graven, SchwZStr 79 (1963), págs. 401 y ss.; Knaus, Das Problem 62 Cfr. Cross, The English Sentencing System, pág. 26.
der Kurzfristigen Freiheitsstrafe, 1973. 63 Cfr. Westen, California Law Review 57 (1969), págs. 778 y ss.
52 Cfr., por el contrario, la observación favorable al sistema de días-mul- 64 Cfr. Górner, NJ 1962, 217; Friebel, NJ 1959, 201 y ss.; Jescheck, Rad-
ta de Schultz, Einführung II, pág. 27. zinowicz-Festschrift, pág. 517.
53 Cfr. Pradel, Recueil Dalloz Chronique 1976, 63 y ss.; Decoq, Rev se crim 65 Así Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, pág. 471.
1976, 25. 66 Irene Sagel-Grande, ZStW 87 (1975), págs. 785 y ss.
54 En la bibliografía se afirma que entre dos tercios y tres cuartos de las 67 Cfr. Frike, Deutschland-Archiv 1977, 452 y ss.
multas no se pagan; cfr. Pélier, Recueil Dalloz Chronique 1964, 223 y ss.; Bou- 68 Tras el nuevo aumento de la criminalidad, no se publica en la Repúbli-
zat, Traite, t. I, pág. 582; Stefani/Levasseur, Droit penal general, pág. 404. ca Democrática Alemana ninguna Estadística criminal; los últimos datos dis-
55 Cfr. Joussellin, La contrainte par corps, págs. 31 y ss. ponibles se refieren a 1970.
1088 § 73. La multa Adiciones de Derecho español al § 73 1089
/ . La multa en él Código Penal vigente responde al sistema de multa de la duración del arresto sustitutorio que el art. 90 deja al arbitrio del
global, según el cual el juez, dentro de los limites mínimo y máximo mar- Tribunal ("sin que en ningún caso pueda exceder de seis meses cuando
cados por la ley, impone una cantidad concreta o suma global, atendiendo se hubiese procedido por razón de delito, ni de quince días cuando hubiese
para ello a dos coordenadas: la gravedad del delito y la situación econó- sido por falta"), con lo que el arresto sustitutorio puede ser desproporcio-
mica del delincuente.1 Así se dice en el art. 63 que "en la aplicación de las nado a la importancia del delito que motivó la imposición de una multa.
multas, los Tribunales podrán recorrer toda la extensión en que la Ley per- Tampoco está muy claro si la cláusula de exclusión legal del arresto sus-
mita imponerlas, consultando para determinar en cada caso su cuantía, no titutorio para el condenado a pena privativa de libertad de más de seis
sólo las circunstancias atenuantes y agravantes del hecho, sino principal- años contenida en el art. 91, se refiere también a los casos de concurso real
mente el caudal o facultades del culpable". También en fase de ejecución se de varios delitos castigados con pena inferior a los seis años, cuando la
tiene en cuenta la situación del reo y así dice el art. 90 que "cuando el pena total resultante fuere superior a los seis años.4
multado carezca de recursos, él Tribunal podrá autorizarle para que satis- II. Para superar estas críticas, el Proyecto de Código Penal prevé un
faga la suma impuesta a plazos, cuyo importe y fecha serán fijados tenien- nuevo sistema de imposición y ejecución de la multa similar al del Pro-
do en cuenta la situación del reo". yecto Alternativo alemán.5 Respecto a la determinación de su importe, el
El sistema vigente permite, por tanto, que la multa, tanto en su apli- Proyecto acoge el sistema de las cuotas, que pueden ser diarias, semanales
cación, como en su ejecución, se adapte a las circunstancias económicas del y mensuales (art. 55). Luego el art. 56 establece que "las cuotas diarias
delincuente, siempre que se respeten los límites máximos y mínimo seña- se abonarán en el momento en que la condena sea firme. Las semanales y
lados en la ley, salvo en algún precepto aislado en el que la multa tiene mensuales, él último día de cada semana o mes". Con ello se establece, en
una cuantía fija predeterminada (cfr. art. 337), A pesar de ello, la doctrina realidad, un sistema temporal de ejecución de la multa que, a diferencia
española ha destacado la injusticia que supone este sistema, ya que el de lo que sucede con él actual pago aplazado, no pretende facilitar el pago
grado mínimo de la multa, que por imperativo legal no puede ser reba- de la multa, sino una reducción del nivel de vida del condenado por un
jado, puede ser excesivo para un delincuente pobre, mientras que el grado cierto tiempo. Pero para evitar que esta pena incida desfavorablemente
máximo, que por imperativo legal tampoco puede ser sobrepasado, puede en los delincuentes pobres, establece el art. 55, 2 que los Tribunales de-
representar una nimiedad para el delincuente rico. Igualmente se critica terminarán él importe de estas cuotas (diaria, un mínimo de 100 y un
el que la concesión del pago aplazado quede al arbitrio del Tribunal y, so- máximo de 20.000 ptas.; semanales, un mínimo de 700 y un máximo de
bre todo, el que el impago de la multa determine siempre la imposición de 1U0.000 ptas.; mensual, un mínimo de 3.000 y un máximo de 600.000 ptas.),
un arresto sustitutorio.2 El art. 91 dispone, en efecto, que "si el condenado "teniendo en cuenta exclusivamente la situación económica del reo". In-
no satisfaciere la multa impuesta, quedará sujeto a una responsabilidad cluso el art. 57 establece que "el Tribunal, excepcionalmente, podrá redu-
personal y subsidiaria". La interpretación de este precepto suscita diversas cir el importe de las cuotas, cuando el delincuente, después de la sentencia
cuestiones de dicícil solución. Así, por ej., se discute si el pago de la multa empeore de fortuna". Todo ello dentro de unos límites legales de un mí-
impuesta ha de ser voluntario o forzoso y si, en consecuencia, basta para nimo de un día y un máximo de veinticuatro meses, y de los marcos res-
imponer el arresto sustitutorio con que el condenado no quiera pagar, aun- pectivos de cada delito o falta de acuerdo con las reglas generales de de-
que tenga bienes. La cuestión es importante porque, según el art. 93, 3.", terminación de la pena.
la condena condicional también es aplicable a la privación de libertad im- El sistema parece indudablemente mejor y más justo, si bien más com-
puesta como subsidiaria por insolvencia en caso de multa. Bastaría, pues, plicado, que el actualmente vigente. Sin embargo, de nuevo la institución
con que el reo, en quien concurran las demás circunstancias exigidas en el del arresto sustitutorio prevista en el art. 58 puede frustrar en la práctica
artículo 93, decidiera no pagar la multa impuesta, cualquiera que fuese su estas ventajas del Proyecto. Ya la misma naturaleza de esta institución su-
cuantía, para que ésta automáticamente se convierta en un arresto susti- pone siempre de hecho una discriminación para el delincuente pobre que
tutorio que en ningún caso puede exceder de seis meses, al que puede apli- no siempre está en condiciones de pagar la multa impuesta, por más que
carse la condena condicional. Igual sucede con el abono de la prisión pre- ésta se adapte a sus circunstancias económicas. Pero es que además, tal
ventiva. Si el condenado ha sufrido ya prisión preventiva, procurará no como está regulada la prisión subsidiaria en el Proyecto para caso de in-
pagar la multa, ya que el tiempo de duración de aquélla se abonará en el solvencia del reo, va a ser de más frecuente aplicación de lo que se piensa,
arresto sustitutorio.9 Otros problemas plantea también la determinación ya que habrá que imponerla siempre que la insolvencia determine un im-
i

i Cfr. Beristain, La multa penal y la administrativa en relación con


las sanciones privativas de libertad, en "Cuestiones penales y criminológicas", Penal español, Parte General, 6/ ed., Madrid 1977, pág. 897. En contra, Del
prólogo de Muñoz Conde, Madrid 1980, págs. 457 y ss. Toro, en Córdoba Roda, Rodríguez Mourullo, Del Toro, Casaba Ruiz, Comen-
2 Cfr. Quintero Olivares, El arresto sustitutorio, en "Cuadernos de Polí- tarios al Código Penal, Barcelona 1972, tomo II, pág. 471; Quintero Olivares,
tica Criminal, 1977, núm. 2, págs. 122 y ss.; Boix Reig, Algunos aspectos de la El arresto
4
sustitutorio, cit., págs. 130 y ss.; Boix Reig, ob. cit., pág. 36.
responsabilidad personal subsidiaria, en "Cuadernos", cit., 1977, núm. 3, pági- Sobre estas cuestiones, cfr. Del Toro, lug. cit.; Quintero, lug. cit.; Boix,
nas 829 y ss. lug. 6cit.
En favor de la voluntariedad del pago de la multa, aceptando todas las Cfr. Manzanares Samaniego, La pena de multa en el Proyecto de Có-
consecuencias que de ello se derivan, expresamente Rodríguez Devesa, Derecho digo Penal, en "Anuario de Derecho Penal", 1980, págs. 17 y ss.
1090 § 74. La prohibición de conducir I. Regulación de la prohibición de conducir 1091
pago parcial, es decir, el impago de una o varias cuotas. Por otra parte, impone al autor culpable de una importante infracción en el tráfico
ese impago será también frecuente en los casos en los que la multa se im- automovilístico, siempre que parezca que por su personalidad toda-
ponga conjuntamente con una pena de prisión, ya que ello supondrá una vía tiene la aptitud necesaria para conducir vehículos de motor.3'4
merma notable de los ingresos del reo durante el tiempo que esté privado La prohibición de conducir, como pena que es, se trata según las re-
de libertad. El aumento de la prisión subsidiaria determinará también,
paradójicamente, el aumento de la imposición de las penas privativas de
glas generales de determinación de la pena (§ 46) .5 La prohibición
libertad de corta duración que teóricamente se quieren eliminar en el Pro- de conducir consistente en prohibir al condenado conducir vehícu-
yeto (respecto a la multa como sustitutivo de las penas privativas de li- los de motor de cualquiera o de una determinada clase durante un
bertad de corta duración, cfr. nota al § 8U). período de tiempo, de uno a tres meses.6 El condenado sigue con-
servando el permiso de conducir, pero no puede utilizarlo durante
el tiempo que determine la condena; si se infringe esta prohibi-
§ 74 La prohibición de conducir ción se incurre en el delito menos grave previsto en el § 21 I núme-
Bruns, Die Entziehung der Fahrerlaubnis, etc., GA 1954, 161; Cramer,
ro 1, II número 1 StVG. La prohibición de conducir comienza a
StrafJenverkehrsrecht, t. I, 2 / ed., 1977; el mismo, Die Austauschbarkeit der Ent- producir efecto desde que sea firme la sentencia emitida tras el
ziehung der Fahrerlaubnis gegen ein Fahrverbot, NJW 1968, 1.764; Hartung, juicio oral o tras un procedimiento sumario (•§ 407 II núm. 1 StPO);
Der BGH zur Entziehung der Fahrerlaubnis, JZ 1954, 137; el mismo, Das zweite mientras dure la prohibición el permiso de conducir será retenido
Gesetz zur Sicherung des StraBenverkehrs, NJW 1965, 86; Home Office Research oficialmente por la autoridad encargada de la ejecución (§ 44 III).
Studies, Driving while disqualified, 1975; Jagusch, StraBenverkehrsrecht, 2 3 /
edición, 1977; Lackner, Das Zweite Gesetz zur Sicherung des StraBenverkehrs, El tiempo de prohibición no comienza, sin embargo, a contarse hasta
JZ 1965, 92; Nüse, Zu den neuen Vorschriften zur Sicherung des Strapenver- el momento de la entrega del permiso de conducir, lo que puede
kehrs, J R 1965, 4 1 ; Pohlmann, Das Fahrverbot in vollstreckungsrechtlicher Sicht, perjudicar notablemente al condenado que no lo sepa (§ 44 IV).
Rechtspfl. 1965, 73; Schmidt-Leichner, Anmerkung zu BGH 5, 168, NJW 1954, 2. La condena a prohibición de conducir supone un hecho punible
159; Schwalm, Die kriminalpolitische Bedeutung des E 1962, GA 1964, 257;
Warda, Das Zweite Gesetz zur Sicherung des StraPenverkehrs, MDR 1965, 1; el (no sólo un hecho antijurídico en el sentido a que se refiere el § 11
mismo, Das Fahrverbot gemáp § 37 StGB, GA 1965, 65; v. Weber, Die Sonder- I núm. 5). Por lo demás deben darse aquí los mismos presupuestos
strafe, DRiZ 1951, 153; Wollentin-Breckerfeld, Verfahrensrechtliche Schwierig- que exige al § 69: el reo debe haber cometido el delito con ocasión
keiten bei der Durchsetzung des Fahrverbots, NJW 1966, 632. de, o en relación con la conducción de un vehículo de motor, o con
lesión de los deberes que le incumban como conductor de estos
I. Naturaleza jurídica y regulación de la prohibición de conducir vehículos (cfr. infra, § 78 II 3a). La jurisprudencia ha interpretado
ampliamente estos conceptos.7
1. La prohibición de conducir es la única pena accesoria del De-
recho vigente (§ 44); 1 aunque según el § 25 StVG también la autori- El concepto de conducción de un vehículo de motor se refiere a los delitos
dad administrativa puede imponer una prohibición de conducir, si, contra la seguridad del tráfico propiamente dichos y a otros hechos punibles
conforme al § 24 StGV, se impone una multa al autor de una que se cometen conduciendo un vehículo de motor, como el homicidio por
infracción administrativa en el tráfico automovilístico que la ha co- imprudencia. No es necesario, sin embargo, que el reo haya conducido el
mismo vehículo de motor (BGH 10, 333 [335]). Se comete también un delito
metido con grave o persistente lesión de su deberes como conductor.2 en relación con la conducción de un vehículo de motor, si el vehículo se uti-
De la prohibición de conducir hay que distinguir la privación del per-
miso de conducir prevista en el § 69 (cfr. infra, § 78 II). La privación 3 BVerfGE 27, 36 (40 y ss.) (zu § 25 StVG); Dreher, § 44 Anm. 22; Lack-
del permiso de conducir es una medida de corrección y seguridad que ner, § 44 Anm. 1; LK (Schafer), § 37 Anm. 2; Maurach, Allg. Teil, pág. 812;
atiende a la deficiente aptitud del reo para conducir vehículos de Schonke/Schroder/Stree, § 44 Anm. 1; SK (Schreiber), § 44 Anm. 3; Warda,
GA 1965, 72 y ss.
motor; mientras que la prohibición de conducir está pensada como 4 Ante la amplia coincidencia de ambas sanciones, en la práctica, se habla
una advertencia que, por razones de prevención general y especial, se de "estafa de etiquetas"; cfr. críticamente Cramer, NJW 1968, 1.764 y ss.\ LK
(Schafer), § 37 Anm. 15; SK (Schreiber), § 44 Anm. 2.
5 La prohibición de conducir puede ser injusta, en tanto que afecta más
1 Propuesta primeramente por v. Weber, DRiZ 1951, 153 y ss. Con deta- gravemente a los condenados que son conductores profesionales que a los "do-
lles al respecto Hartung, NJW 1965, 88 y ss.; Lackner, JZ 1965, 94 y ss.; Nüse, mingueros"; cfr. sobre esto OLG Stuttgart, Die Justiz 1964, 174; LK (Schafer),
J R 1965, 42; Schwalm, GA 1964, 273; Warda, MDR 1965, 1 y ss.; Cramer, Stras- § 37 Anm. 11.
senwerkehsrecht § 44 StGB Anm. 1; Jagusch, Strassenverkehsrecht, § 44 StGB 6 Sobre su problemática procesal, cfr. Wollentin-Breckerfeld, NJW 1966,
Anm. 2 y ss. La prohibición de conducir, igual que en la ley francesa de 11-7-1975, 632 y ss.; sobre las cuestiones ejecutivas cfr. Pohlmann, Rechtspfl. 1965, 73 y ss.
no puede ser impuesta como pena principal. 7 Cfr. Cramer, Strassenverkehrsrecht, § 44 StGB Anm. 17 y ss.; Jagusch,
2 Sobre la relación entre multa administrativa y prohibición de conducir, Strassenverkehrsrecht, § 69 StGB Anm. 3 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 69
cfr. BVerfG 27, 36 (40 y ss.); BGH 24, 11 (13). Anm. 12 y ss.
1092 § 74. La prohibición de conducir Adiciones de Derecho español al § 74 1093
8
liza para cometer otro hecho punible distinto. Ejemplos de ello son los miso de conducir (§ 69); en 1967, fueron 96.169; en 1974, 135.081
delitos que se cometen durante un viaje, por ejemplo estafas (BGH 5, 179 casos. También es importante el porcentaje en relación con las con-
[181 s.]); delitos contra la moral sexual cometidos en vehículo de motor
(BGH 7, 165); el traslado del botín tras el atraco a un banco (BGH 10, 333 denas por infracciones de tráfico: en 1967, 34,8 % ; en 1975, 50,6 %.
[336]); incluso la estafa cometida para procurarse un vehículo de motor La razón de la preferencia por la privación del permiso de conducir
(BGH 17, 218); la simulación de prestaciones de estaciones de servicios (BGH se debe a que los tribunales consideran demasiado corto un período
VRS 30, 275); los malos tratos a otros conductores en discusiones por infrac- máximo de tres meses; como lo demuestra el hecho que el 65,1 %
ciones de tráfico (BayObLG NJW 1959, 2.126; OLG Kóln NJW 1963, 2.379); de los casos de privación del permiso de conducir habidos en 1974 se
la puesta en marcha de un camión con las ruedas gastadas (OLG Stuttgart impusieron conforme al § 69a por un período de tiempo comprendido
NJW 1961, 690); pero no una violación cometida al final del viaje (BGH 22, entre seis meses y dos años, mientras que las privaciones hasta seis
328). También se considera que existe un hecho punible cometido con lesión meses alcanzaron en 1967 el 46,6 % y en 1974 el 31,4 %. Por otra
de los deberes de un conductor cuando se deja el volante a un inexperto o a parte, se prefiere la privación del permiso de conducir por su supe-
alguien que no posee permiso de conducir o cuando se ofrece resistencia a la rior eficacia jurídica frente a la simple prohibición de conducir, ya
extracción de sangre para hacer la prueba de alcoholemia (OLG Hamm VRS
8, 46). que la privación supone la pérdida de la legitimación para conducir,
que tiene que ser de nuevo conferida.
Si el reo es condenado por conducir en estado de embriaguez de
un modo doloso o imprudente (§§ 315c I núm. la, III, 316) y no se 3. Sorprendentemente alto es el número de aquellas personas que han
le impone la privación del permiso de conducir prevista en el § 69, sido condenadas repetidas veces a la prohibición de conducir o a la privación
debe imponérsele entonces, por lo general, la prohibición prevista en del permiso de conducir. En infracciones del tráfico fue impuesta la prohibi-
ción de conducir más de una vez el 1,6 %, y la privación del permiso de con-
el § 44 (§ 44 I 2). Esta peculiar limitación del arbitrio judicial en la ducir el 18,5 %. Esto demuestra, al mismo tiempo, que uno de los problemas
determinación de la pena se explica porque también el § 25 I 2 StVG fundamentales de ambas sanciones consiste en el control del período de sus-
prevé que normalmente debe imponerse una prohibición de conducir, pensión o, en su caso, en el descubrimiento de las infracciones.9
cuando conforme al § 24a StVG se impone una multa administrativa
por haber traspasado el límite del 0,8 por mil de alcohol en sangre * * #
(OLG Hamm NJW 1975, 1.983) (cfr. BT-Drucksache VII/133, pá-
gina 7).
En el Derecho español la privación del permiso de conducción puede
3. Cuando se trata de permisos de conducir extranjeros, sólo se puede ser impuesta como pena común a los delitos y faltas (art. 27 del Código
imponer la prohibición de conducir, según el art. 24 V del Acuerdo Interna- Penal) y como medida aplicable a algunos estados de peligrosidad social
cional sobre tráfico viario de 19-9-1949, en caso de infracción de los precep- definidos en la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social (art. 5, 7.a). En
tos que regulan el tráfico (§ 44 II). El permiso de conducción extranjero no el art. 42, 3 del Código Penal se precisa que la privación del permiso para
queda en poder de la autoridad, sino solamente sellado (§ 44, pfo. 2). Una conducir vehículos de motor inhabilitará al penado para el ejercicio de este
nueva regulación europea contiene la "Convention européenne sur les effets derecho durante el tiempo jijado en la sentencia. La duración de esta pena,
internationaux de la déchéance du droit de conduire un véhicule á moteur" según el art. 30 oscila entre un mes y diez años. Según el art. 28 se repu-
(1976) del Consejo de Europa (Serie des traites européens No 88). tará pena grave cuando fuese superior a tres meses y leve cuando no sea
superior a dichos tres meses. Sin embargo, también se puede imponer con
carácter definitivo en los casos previstos en los arts. 340 bis a) y 565. La
II. La aplicación de la prohibición de conducir en la praxis reforma de 1974 introdujo en él art. 516 bis, delito de utilización ilegítima
de vehículos de motor ajenos, la pena de prohibición de obtener el permi-
1. Cada vez con mayor frecuencia se aplica la prohibición de con- so de conducción que también está prevista como medida en el art. 5, 7.a
ducir (§ 44) como la pena especial más eficaz para los conductores. de la Ley de Peligrosidad.
En 1967, la Estadística señalaba 9.829 y en 1974, 12.840 prohibi- Esta confusión entre pena y medida de la privación del permiso de
ciones de conducir impuestas, aunque el porcentaje en relación con conducción o de la facultad de obtenerlo se observa también en el Proyecto
el número total de condenas por infracciones del tráfico viario es de Código Penal, en el que la "privación del derecho de conducir vehícu-
todavía relativamente escaso (1967, 3,6 % ; 1974, 4,8 % ) . los de motor" constituye tanto una pena como una medida (cfr. arts. 54
2. Mucho más frecuente es, por el contrario, la privación del per- y 135, 12). Una novedad del Proyecto es la posibilidad que prevé de im-
poner la pena de un modo general cuando el delito se hubiese cometido me-
8 Cfr. sobre esto, detalladamente, Bruns, GA 1954, 185 y ss.; Hartung,
JZ 1954, 138; Schmidt-Leichner, NJW 1954, 162. 9 Cfr. Home office Research Studies, págs. 120 y ss.
1094 § 75. Las consecuencias accesorias I. Pérdida de la capacidad para desempeñar cargos públicos 1095
diante un vehículo de motor (art. 54, 2) o éste fuese objeto de un delito Con ella se pierden, al mismo tiempo, los cargos que ostenta el con-
patrimonial (art. 208). denado (§ 45 IV), aunque no se excluye que puedan obtenerse de nue-
En el Código de la Circulación está prevista la suspensión del permiso vo tras el transcurso del plazo determinado en la ley, o en la sen-
para conducir por tiempo no superior a tres meses, para determinadas tencia. Son cargos públicos todos los puestos administrativos nacio-
infracciones previstas en los arts. 81, 1; 19; 21, 3; 25, apartados a), d) y nales que se derivan del poder estatal y sirven a fines estatales (RG
e); 30; 40; 45, apartado I, a); 48, apartados III, c) y V; 49, apartado I, a) ; 62, 24 [26 y ss.]). Entre ellos se cuentan también los cargos de las
147, apartado b); 149, apartado a) y 174, apartados b), números 2 y 3, corporaciones locales y de corporaciones e instituciones de Derecho
y c). La suspensión del permiso para conducir se llevará a efecto recogién-
dose el mismo al titular por la Autoridad gubernativa que hubiese impues- público como las Universidades y la seguridad social (RG 44, 121
to la sanción, o por la del domicilio de aquél, dando cuenta de la medida [129]). La pérdida de la capacidad para desempeñar cargos públi-,
a la Jefatura Central de Tráfico. eos produce también la pérdida para poder ser elegido como diputado
del Parlamento federal (§ 15 II núm. 2 BWahlG) y de la facultad
de ejercer como abogado o la revocación de esta facultad (§§7 núme-
§ 75 Las consecuencias accesorias ros 2, 14 I núm. 3 BRAO). Puesto que los notarios, según el § 1
Eser, Die Ehrenstrafe, 1956; Jekewitz, Der Verlust des Abgeordnetenman- BNotO, desempeñan un cargo público, la condena penal tiene para
dats aufgrund strafrichterlicher Entscheidung, etc., DÓV 1969, 781; el mismo, ellos, según el § 49 BNotO, la misma consecuencia que para los de-
Der AusschlufJ vom aktiven und passiven Wahlrecht, etc., GA 1977, 161; Petzold, más funcionarios de la Administración de Justicia: la pérdida del
Die Veroffentlichung von Strafurteilen durch Aushang an der Gemeindetafel, cargo. También los jurados deben tener la capacidad para desempe-
MDR 1962, 264; Rittler, Die Ehrenstrafen im künftigen Strafrecht, SchwZStr ñar un cargo público, tal como se deriva del § 32 núm. 1 GVG.3 La
37 (1924), pág. 10; v. Stackelberg, Die Folgen der strafgerichtlichen Verurtei-
lung, en: Deutsche Beitrage zum VII. Internationalen Strafrechtskongrep, 1957, pérdida de la capacidad para ser elegido para un cargo público (de-
página 181. recho electoral pasivo) consiste en la pérdida de la capacidad para
obtener derechos a través de elecciones públicas. Igualmente la
La privación de los derechos civiles honoríficos fue abolida en pérdida de esta capacidad tiene como consecuencia la pérdida de
el Derecho vigente, ya en 1967 (cfr. ed. anterior, pág. 594). Las úni- la situación jurídica que el condenado tenga (§ 45), por ejemplo, la
cas consecuencias de una sentencia judicial penal citadas en el § 45, pérdida del mandato para el Parlamento regional.4 Elecciones públi-
que afectan el status jurídico de una persona, son la pérdida de la cas son todas las elecciones (nacionales) en asuntos públicos, por
capacidad para desempeñar cargos públicos y del derecho electoral ejemplo, elecciones para los órganos legislativos generales o regiona-
pasivo y activo.1 El legislador las califica como consecuencias acce- les, para los órganos locales, para los órganos universitarios, para
sorias, expresando con ello que no se trata de una pena accesoria 2 las cámaras de industria y comercio, y para los órganos de la Segu-
como la prohibición de conducir (§ 44), y tampoco de medidas en el ridad Social. Ni las elecciones religiosas, ni los cargos públicos de
sentido de los •§§ 61 y ss., sino de sanciones de naturaleza peculiar esta clase están comprendidos en el § 45, ya que este precepto sólo
que, en virtud de la ley o por decisión judicial, se unen o pueden unir- se refiere al ámbito laico (de otra opinión, en ed. anterior, pág. 603) .5
se a una condena penal. También se califica como consecuencia ac- 2. La pérdida de estos derechos puede producirse automática-
cesoria la publicación de la sentencia condenatoria (§ 6 JGG). mente o por decisión judicial.
a) Automáticamente se produce la pérdida del derecho a desem-
I. Pérdida de la capacidad para desempeñar cargos públicos y del peñar cargos públicos o del derecho electoral pasivo como consecuen-
derecho electoral pasivo y activo (§§45 ss.) cia de una condena a pena privativa de libertad de cinco años como
1. La pérdida de la capacidad oficial a que se refiere el § 45 sig- mínimo, impuesta por un delito grave (§ 45 I). La pérdida del de-
nifica pérdida de la capacidad para desempeñar cargos públicos. recho a desempeñar cargo público dura en este caso cinco años.
b) El Tribunal puede privar de estos derechos durante un pé-
1 Sobre otras pérdidas de derecho fuera del Derecho Penal que se producen
o pueden producirse a consecuencia de una condena penal y que, por eso mismo, 3 Cfr. otros preceptos relacionados con la pérdida de la capacidad para
deben ser tenidas en cuenta conforme dispone el § 46 I 2, cfr. por ejemplo, ejercer cargos públicos en Dreher, § 45 Anm. 2.
§ 1676 BGB; §§ 9 I núms. 2, 24 BRRG; §§ 12 I, núms. 2, 48 BBG; § 32 núm. 1 4 En el § 47 I núm. 3 BWahlG se contiene una especialidad para el caso
GVG; §§ 10, 30 WehrpflichtG; §§ 38, 46 II SoldG; §§ 9, 45 ZDG; § 21 II de pérdida de la cualidad de parlamentario, que sólo puede ser decidida por la
HandwO; § 17 IV BJagdG; § 5 II WaffG. Cfr. sobre esto v. Stackelberg, Deut- Comisión de representantes parlamentarios, cfr. sobre esto Jekewitz, DÓV 1969,
sche Beitrage, págs. 183 y ss.; LK (Trondle) § 31 Anm. 34 y ss. página 783.
2 En el § 56 del Proyecto de 1962 se consideraban la pérdida de estos 5 Cfr. RG 47, 49 (51); Dreher, § 45 Anm. 2, 3; LK (Trondle), § 31 Anm.
derechos junto con la prohibición de conducir (§ 58) como penas accesorias. 27; Schonke/Schróder/Stree, § 45 Anm. 7, 9; SK (Horn), § 45 Anm. 6.
1096 § 75. Las consecuencias accesorias Adiciones de Derecho español al § 75 1097
ríodo de tiempo comprendido entre dos a cinco años, siempre que la se impone una pena. 8 L a consecuencia accesoria sirve como repa-
ley prevea esta consecuencia expresamente (§ 45 II). La pérdida del ración del ofendido 9 y como indemnización ideal de los daños ocasio-
derecho electoral activo sólo puede producirse por decisión judicial nados, rectificando la falsa denuncia o, en su caso, borrando la ofensa
(§ 45 V ) . E s t a s t r e s sanciones conjuntamente están previstas, por inferida a su honor (a favor de este doble carácter RG 73, 24 [26
ejemplo, en los §§ 92a, 101, 102 II, 109 I ; la pérdida de la capacidad y s s . ] ; BGH 10, 306 [ 3 1 1 ] ; OLG N ü r n b e r g N J W 1951, 124). E n la
p a r a el desempeño de cargos públicos y del derecho electoral pasivo Legislación Penal Especial es más frecuente la publicación de la sen-
en los §§ 129a VI, 264 VI, 375 I AO 1977; la pérdida del derecho elec- tencia, porque en este sector las consecuencias económicas de la san-
toral activo y pasivo en el § 108c; la pérdida de la capacidad p a r a el ción pueden afectar m á s sensiblemente al condenado que la pena
desempeño de cargos públicos en el § 358. T r a s estos preceptos está misma (§§ 23 I UWG, 111 UrhG, 49 I I I PatG, 16 III GMG, 30 I I
la protección del Estado, de sus instituciones y funciones. Las con- WZG).
secuencias impuestas judicialmente que repercuten en el status j u -
rídico de la persona, se consideran preponderantemente como penas 2. El tribunal impondrá la publicación de la sentencia tras el juicio oral
accesorias, a las que son aplicables las reglas generales de determi- 0 el proceso sumario (§ 407 II núm. 1 StPO), pero es necesario que se solicite
nación de la pena previstas en el § 46. 6 Pero, dado que el legislador así por el ofendido, por cualquier otro legitimado para ello (cfr. infra § 85
las califica expresamente como consecuencias accesorias y no como 1 3) o por el fiscal (§ 103 II 2). El tribunal decide también sobre la forma y
penas accesorias, se le ofrece aquí al juez un mayor ámbito p a r a su extensión de la publicación (§ 200 II). 1 0 La ejecución corresponde a la autori-
arbitrio. Decisivos son en primera línea los criterios de prevención dad competente (§§ 451 StPO, 59 II SVollstrO), pero sólo a petición del
general y especial, especialmente la necesidad de m a n t e n e r alejado querellante (§ 463c II StPO).
al reo de todos aquellos ámbitos de responsabilidad pública, incidiendo
también en la conciencia jurídica general, sin que el juez esté es-
trictamente vinculado en este caso al principio de culpabilidad. 7 * * *

3. Los efectos de las consecuencias accesorias comienzan a partir del mo- El art. 27 del Código Penal vigente define como penas accesorias la in-
mento en que la sentencia condenatoria adquiere firmeza (§ 45a I ) . En el terdicción civil y la pérdida o comiso de los instrumentos y efectos del de-
§ 45a II se regula el cómputo de los plazos. Sobre todo debe tenerse en cuenta, lito. Luego el art. 29 dispone que las penas de inhabilitación y suspensión
que la duración de la consecuencia accesoria se computa a partir del mo- para cargos públicos, derecho de sufragio, profesión u oficio, son acceso-
mento en que se liquide la pena o medida privativa de libertad. rias en los casos en que, no imponiéndolas especialmente la ley, declara que
4. La restitución por decisión judicial de las capacidades y derechos a otras penas las llevan consigo (cfr. también arts. 45, 46, 47 y 72). Estas
que se refiere el 45 I, II y V constituye una medida de rehabilitación (§ 45b). últimas pueden ser también, por tanto, penas principales, calificándose
El procedimiento se regula por el § 462 I 2 StPO; la competencia corres- como penas privativas de derechos junto con la pérdida de la nacionalidad
ponde al juez que entendió en primera instancia (§ 462a II StPO). española y la privación del permiso de conducción. El Proyecto de Código
Penal prevé una regulación similar. Como penas privativas de derechos con-
tiene, además de la privación del derecho de conducción (cfr. nota al § 75),
II. La publicación de la sentencia (§§ 165, 200)
la inhabilitación, absoluta y especial, y la suspensión (arts. .4.4 a 53) que
1. La publicación de la sentencia es una consecuencia accesoria también pueden imponerse como accesorias de penas de prisión (art. 63
que se prevé en la denuncia falta (§ 165), en la injuria común (§ 200) a 66). Como penas puramente accesorias prevé también el Proyecto la in-
terdicción civil y el comiso (arts. 59 a 62).
y en la injuria a los órganos y representantes de Estados extranjeros
Aunque este tipo de penas, de dudosa naturaleza jurídica, cumplen una
(§ 103 I I ) , cuando el delito se comete con publicidad o se propaga función político-criminal importante en el moderno Derecho Penal, si bien
por escritos y otras exposiciones gráficas (§ 11 III) y por esta causa
i

6 Así BGH Dallinger MDR 1956, 9; Dreher, § 45 Anm. 7, 9; Lackner, § 8 A favor del mantenimiento de la publicación de la sentencia, Esser, Ehren-
45 Anm. 3; LK (Tróndle), § 31 Anm. 15; Schónke/Schroder/Stree, § 45 Anm. 4; strafe, pág. 85; en contra, ya Rittler, SchwZStr 37 (1924), págs. 379 y ss.
Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 772, considera como "penas accesorias" las con- 9 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 654; Blei, Allg. Teil, pág. 347; Dreher,
§ 200 Anml 1; LK (Herdegen), § 200 Anm. 1 (de otra opinión respecto al § 165
secuencias accesorias. Anm. 1); Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 773. Como pena accesoria y como re-
7 Así, con razón, Bockelmann, Allg. Teil, págs. 213 y ss.; Maurach, Allg. paración del ofendido entienden los §§ 165, 200 Schonke/Schroder/Lenckner, §
Teil, pág. 816; SK (Horn), § 45 Anm. 11. Contra el § 45, en principio, Baumann, 165 Anm. 1, como "consecuencia accesoria de carácter similar al penal", Prei-
Allg. Teil, pág. 645; contra el efecto automático de una pena privativa de li- sendanz, § 165 Anm. 1.
bertad de por lo menos un año de duración por un delito grave, Jekewitz, GA 10 Sobre su colocación en el tablón de anuncios de la población, Petzold,
1977, 169 y ss. MDR 1962, 264.

28. — Hans-Heinrlch Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n


1098 § 76. Confiscación y comiso I. La confiscación 1099
no siempre como penas, sino también como medidas (cfr. infra § 78 III),1 y el comiso tampoco son medidas de corrección y seguridad. Las fina-
la regulación prevista, tanto en el Código Penal vigente como en el Pro- lidades politicocriminales que se pretenden alcanzar con las medidas
yecto, adolece de graves defectos y arcaísmos que conviene eliminar. Por de confiscación y comiso no se pueden determinar de un modo gene-
un lado, ni en el Código ni en el Proyecto existen diferencias entre la inha- ral, sino sólo en el contexto respectivo.
bilitación especial y la suspensión, salvo en la duración, ya que ambas se
refieren por igual a cargos públicos, al derecho de sufragio activo y pasivo
y al ejercicio de una profesión u oficio. Deberían, por consiguiente, unifi- I. La confiscación (§§ 73-73d)
carse en coherencia con la unificación de las penas privativas de libertad.
En cambio, debería diferenciarse cada tipo de inhabilitación o suspensión, 1. Mientras que el anterior Derecho vigente sólo preveía la con-
cuando se impusiere como accesoria, según él derecho sobre el que recaiga, fiscación de las ganancias obtenidas con el delito, o de la recompensa
distinguiendo sobre todo entre la inhabilitación al derecho del sufragio concedida por su comisión, en algunos pocos preceptos, como pena
pasivo y la inhabilitación al derecho del sufragio activo, imponiendo esta accesoria, y además en el § 27c I I a.r. como una de las t a r e a s a
última sólo en los delitos electorales. La interdicción civil debería suprimir- cumplir por la multa (cfr. edición anterior, págs. 595 y ss.), el nuevo
se, ya que genéricamente impuesta tiene un claro carácter estigmatizador Derecho vigente contiene normas generales sobre la confiscación de
y desocializador. La privación de algunos de los derechos sobre los que recae las ventajas patrimoniales conseguidas ilícitamente. No se t r a t a
podría imponerse como medida o como pena principal en algunos delitos ya de una pena accesoria, sino de una medida similar a la condición
concretos (por ej., privación de la patria potestad en el abandono de fami- contenida en el § 812 BGB dirigida a restablecer un orden econó-
lia). Finalmente el comiso debería tener una regulación especial junto a las
mico conforme a derecho (BT-Drucksache V/4.095, p á g . 39) .1 P a r a
medidas, porque para su imposición debería bastar la comisión de un hecho
antijurídico (cfr. infra, nota al § 76). imponer esta medida es suficiente con un hecho antijurídico, no sien-
do necesario un hecho culpable (§ 11 I núm. 5 ) . Los preceptos so-
bre la confiscación son aplicables en todo el Derecho Penal, excepto
§ 76 Confiscación y comiso en la WiStG en la que se prevé p a r a el caso de elevación abusiva de
los precios la obligación de entregar al Estado la plusvalía obtenida
Bauer, Anmerkung zu BGH 20, 192, JZ 1965, 491; Eser, Die strafrechtlichen (§ 8 I V WiStG). L a confiscación supone u n a regulación clara, nece-
Sanktionen gegen das Eigentum, 1969; el mismo, Informationsfreiheit und Ein-
ziehung, NJW 1970, 784; el mismo, Zum Eigentumsbegriff im Einziehungsrecht, saria y j u s t a de la privación de los beneficios ilícitamente obtenidos,
JZ 1972, 146; el mismo, Anmerkung zu BGH 25, 10, JZ 1973, 171; Faller, Gü- que sólo indirecta e imprecisamente podría conseguirse con la multa
terabwágung bei der Einziehung von Schriften, etc., MDR 1971, 1; Gilsdorf, Die elevando el importe de los días-multa, y con la multa cumulativa
verfassungsrechtlichen Schranken der Einziehung, JZ 1958, 641, 685; Góhler, (§ 41) j u n t o a la pena privativa de libertad.
Ordnungswidrigkeitengesetz, 5.a ed., 1977; Haensell, Die Zulássigkeit der Ein-
ziehung von Kraftfahrzeugen, tesis, Kiel 1972; Hoffmann-Walldorf, Eann ein 2. La confiscación exige los siguientes presupuestos: P o r un lado,
Kraftfahrzeug, wenn der Pahrer keinen Führerschein besitzt, eingezogen wer- debe darse un hecho antijurídico (§ 11 núm. 5 ) , que no es necesario
den? NJW 1954, 1.147; K. Meyer, Anmerkung zu BGH 24, 222, JR 1972, 385; el que sea cometido por un a u t o r o partícipe que actúe culpablemente
mismo, Anmerkung zu BGH 25, 10, JR 1973, 338; Nüse, Anmerkung zu BGH 20, (por e j . , §§ 20, 17, pfo. I ) . 2 También puede servir de base p a r a la
102, JR 1965, 231; Potrykus, Die Einfuhr unzüchtiger Schriften aus dem Aus- imposición de la confiscación un delito cometido por imprudencia, por
land, MDR 1969, 269; Rebmann/Roth/Herrmann, Gesetz über Ordnungswidrig-
keiten, 1968; Beich, Anmerkung zu BGH 25, 10, NJW 1973, 105; Rutkowsky, ejemplo, la infracción imprudente de la LMBG. 3 E l autor o el par-
Anmerkung zu BGH 19, 123, NJW 1964, 164; Schafer, Zum Eigentumsbegriff tícipe debe, además, haber conseguido con el delito o como conse-
im Einziehungsrecht, Festschrift für E. Dreher, 1977, pág. 283; Willms, Anmer- cuencia inmediata del delito un provecho patrimonial. Como tal se
kung zu BGH 23, 208, JZ 1970, 514; Zipf, Die Rechtsfolgen der Tat im neuen
StGB, JuS 1974, 147, 273.
1 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 647; Blei, Allg. Teil, pág. 403; Bockel-
mann, Allg. Teil, pág. 285; Dreher, § 73 Anm. 1; Eser, Sanktionen, págs. 89 y.ss.,
La confiscación y el comiso se califican por el legislador en el 284 y ss.; Lackner, § 73 Anm. 1; SK (Schreiber), § 73 Anm. 2; Schmidhauser,
§ 11 núm. 8 como medidas. E s t e concepto, que en el fondo sirve p a r a Allg. Teil, pág. 771; Schonke/Schróder/Eser, § 73 Vorbem. 19. En contra, Mau-
simplificar la técnica legislativa (cfr., por e j . , §§ 52 IV, 258 I, I I ) , rach, Allg. Teil, pág. 817 y Zipf, JuS 1974, 279, consideran intercambiables la
naturaleza de la confiscación tras la comisión del hecho y de la persona del
significa materialmente que en ningún caso se t r a t a de penas acce- que se ha enriquecido.
sorias. Igualmente se desprende del § 11 núm. 8 que la confiscación 2 El dolo pertenece, sin embargo, en los delitos dolosos al tipo del hecho an-
tijurídico (cfr. supra, § 24 III 4c); cfr. también Dreher, § 73 Anm. 2; SK (Schrei-
der), § 73 Anm. 3.
1
Cfr. Beri8tain, La inhabilitación penal ayer, hoy y mañana, en "Cues- 3 Cfr. Schbnke/Schroder/Eser, § 73 Anm. 4, que, para el caso de falta de
tiones penales y criminológicas", prólogo de Muñoz Conde, Madrid 1979, pági- culpabilidad en la imprudencia, remite a la exigencia de la lesión del deber ob-
nas 177 y ss. jetivo de cuidado.
1100 § 76. Confiscación y comiso I. La confiscación 1101
consideran no sólo cosas y derechos, sino también los provechos de- Ejemplos: El asesor en materia de impuestos consigue un beneficio fiscal
rivados del uso y los gastos ahorrados, como por ejemplo, la utiliza- ilegítimo para su cliente. El empleado realiza una estafa en beneficio del
ción de un vehículo de motor como medio de corrupción; en una empresario, el tutor en beneficio del tutelado (§ 14 I núm. 3). El interesado
palabra, todo lo que, según el § 812 I BGB, puede ser objeto de una en el acto de un funcionario entrega a la esposa de éste una cantidad de
pretensión de enriquecimiento (BT-Drucksache V/4.095, pág. 39). dinero para sobornarlo.
3. El ámbito de la confiscación se limita a los beneficios que el Por otro lado, según el § 73 IV, la propiedad de un tercero no
que interviene en la comisión de un delito ha conseguido con la co- representa ningún obstáculo para imponer la confiscación contra
misión de ese delito o como consecuencia inmediata de él, sin que, quien ha intervenido en la comisión de un delito, si ha sido el tercero
no obstante, se exija que el reo se haya enriquecido en el sentido pre- quien ha ofrecido el provecho patrimonial al que ha intervenido en
visto en el § 818 BGB. De todos modos, si no ha habido enriqueci- la comisión del delito a cambio de su intervención o, en todo caso,
miento, puede prescindirse de la imposición de la confiscación (§ 73c conoce las circunstancias del hecho. La intervención del tercero en
I 2). Los provechos patrimoniales indirectos sólo pueden confiscarse el proceso se deriva de los §§ 432 I, 431 StPO.
dentro de los límites previstos en el § 73 II. El § 73 II 1 prescribe
obligatoriamente la confiscación de las utilidades obtenidas, como, Ejemplo: La confiscación del importe del soborno, tipificado en el § 331,
por ejemplo, los alquileres cobrados por el arrendamiento de una también puede imponerse contra el funcionario, aunque según los §§ 134,
finca transmitida al autor de un delito como recompensa por haberlo 138 BGB el tercero continúe siendo propietario de dicho importe porque su
cometido (§§ 99, 100 BGB). Facultativa es la confiscación de los entrega es nula.
objetos sustitutivos, es decir, de los objetos que quien ha intervenido
en la comisión del delito ha obtenido por la enajenación del objeto 5. En el § 73a se prevé la confiscación del valor sustitutorio en
originariamente conseguido con el delito (por ej., precio de venta lugar de la confiscación de los objetos prevista en el § 73, siempre
del automóvil), o como indemnización por su destrucción, daño o que esta última, por la naturaleza de lo conseguido (por ej., simples
sustracción (por ej., prima de seguro por los daños ocasionados al utilidades derivadas del uso) o por cualquier otra causa (por ej., por
vehículo), o en base de un derecho conseguido (por ej., cobrando una no haber logrado ningún tipo de enriquecimiento), sea imposible o,
reclamación que se le ha transmitido) (cfr. § 818 I BGB). Según el según el § 73 II 2, no sea procedente la confiscación de objetos
§ 73 I 2, puede dejar de imponerse la confiscación, cuando el perju- sustitutivos. Según el § 73, se impondrá junto a la confiscación de
dicado por el delito tiene una pretensión amparada por el Derecho objetos la de su valor sustitutorio, cuando el valor del objeto en el
civil al provecho patrimonial que ha obtenido el que ha intervenido momento de la sentencia sea inferior al valor de lo conseguido ori-
en la comisión del delito, ya que la confiscación de los provechos ilí- ginariamente (por ej., porque se ha enajenado en parte o se ha
citamente obtenidos debe servir también para restablecer el derecho dañado). El valor sustitutorio cumple una exigencia de justicia, pues
del perjudicado y no debe empeorar, por tanto, su posición (cfr. Pro- el que ha intervenido en la comisión de un delito también debe per-
yecto 1962, fundamentación, pág. 41). Precisamente por esta situa- der los provechos patrimoniales conseguidos con el delito o como con-
ción preferente del perjudicado no puede imponerse normalmente la secuencia suya, aunque no constituyan cosas o derechos embargables
confiscación en los delitos patrimoniales (sobre la constitución de ga- o aunque no se haya enriquecido.
rantías en favor del perjudicado cfr. § 111b III StPO). 6. La entidad de lo obtenido, su valor y el importe de la preten-
sión del perjudicado (§ 73 I 2), pueden calcularse para facilitar el
4. Según el § 73 I 1, la imposición de la confiscación se dirige, en
procedimiento de acuerdo con lo que dispone el § 73b. Esta posibili-
principio, sólo contra el autor o el partícipe; pero el § 73 III y IV
dad de estimación significa en este caso, igual que cuando se trata
prevé dos excepciones: Por un lado, se puede imponer según el § 73
de determinar las bases para la medición del día-multa (§ 40 III),
III la confiscación contra un tercero que no haya intervenido en la
que el juez es libre para determinar el importe, sin quedar vinculado
comisión del delito, si el autor o el partícipe han actuado en su favor
a las exigencias de la prueba estricta que impone el § 244 StPO,
y el tercero ha obtenido de este modo un provecho patrimonial, sin
aunque no por ello deba prescindir de algunos medios de prueba de
que importe la naturaleza jurídica de la relación que tengan con el
fácil obtención (§ 287 ZPO).
tercero (cfr. § 822 BGB).4 La intervención del tercero en el pro-
ceso se rige por el § 442 II StPO.
la confiscación en base al mismo hecho, porque también la multa administrativa
4 Si, sin embargo, se trata de una persona jurídica o de una asociación y sirve para confiscar las ganancias ilícitamente obtenidas (cfr. Gdhler, § 30 OWiG
se le impone una multa administrativa, no se impondrán según el § 30 V OWiG Anm. 6).
1102 § 76. Confiscación y comiso I I . E l comiso 1103

7. El rigor de los preceptos que regulan la confiscación puede ser comiso (por ej., del vehículo utilizado para cometer el delito), que por
atenuado conforme dispone el § 73c I (cláusula de rigor), que pres- la pena misma.9 Por esto mismo, el comiso no está sometido al prin-
cinde de la confiscación cuando su imposición singnifique un rigor ex- cipio de culpabilidad (§ 46), sino al de proporcionalidad. El § 74b I
cesivo para el afectado por dicha medida. prescribe, por tanto, no imponer el comiso, siempre que la ley no lo
imponga obligatoriamente, si fuera desproporcionado a la importan-
Ejemplo: El funcionario hace donación a la Cruz Roja, antes de que se cia del hecho (por ej., no debe imponerse el comiso de un automóvil
le instruya el proceso, de la cantidad ofrecida por el soborno (OLG Hamm con el que se ha cometido un delito de contrabando de poca impor-
NJW 1973, 716 [719]).6 tancia). El tribunal puede, además, en los casos previstos en los §§
8. Sin que sea preciso un especial acto de transmisión, la pro- 74, 74a, dejar de imponer el comiso en la sentencia y sustituirlo por
piedad sobre un objeto o el respectivo derecho pasa al Estado con medidas de menor gravedad como la obligación de inutilizar los ob-
la imposición de la confiscación desde el momento que sea firme la jetos o de disponer de ellos en una determinada forma, si también
sentencia; siempre que, a diferencia de lo que sucede con el comiso así puede conseguirse el fin pretendido con la imposición del comiso
(§ 74e I), corresponda en ese momento este derecho al afectado por (•§ 74b II). El comiso es, por el contrario, una medida de seguridad,10
la medida (§ 73d I 1). Los derechos que terceras personas tengan cuando se impone sin tener en cuenta la cuestión de la propiedad o
sobre los objetos siguen en vigor (•§ 73d I 2). Mientras la confiscación de la mala procedencia en el caso del comiso de objetos pertenecientes
no sea firme, el § 73d II contiene una prohibición relativa de enaje- a tercero, el llamado comiso indiferenciado; cuando se impone, para
nación en favor del Fisco en el sentido de los §§ 135, 136 BGB. proteger a la comunidad porque los objetos decomisados por su na-
turaleza o por las circunstancias ponen en peligro a esa comunidad
(por ej., materias inflamables) o cuando existe el peligro de que pue-
II. El comiso (§§ 74-75) dan servir para la comisión de otros hechos antijurídicos (por ej.,
El comiso, que en el anterior Derecho vigente sólo estaba regu- armas) (§ 74 II núm. 2).
lado fragmentariamente, fue totalmente configurado de nuevo con 2. El comiso exige la presencia de dos presupuestos. En primer
la reforma del derecho de las infracciones administrativas por la lugar, debe existir un hecho antijurídico doloso, que, por lo que se
EGOWiG de 1968 que pretendía conseguir "un sistema de firmes prin- refiere al comiso frente al autor o al partícipe también tiene que ser
cipios generales",6 que actualmente se encuentra contenido en los cometido culpablemente, aunque este requisito no sea necesario en
§§ 74 y ss. caso de comiso indiferenciado (§ 74 I, III). Es suficiente con que se
1. Igual que a la confiscación, el legislador califica al comiso de haya intentado o preparado de forma punible la comisión del delito
medida (§ 11 I núm. 5), aunque los fines son en cada una distintos (BGH 13, 311 en relación con el § 49 a.r.). Como medida de seguri-
y el comiso no tenga una naturaleza jurídica unitaria.7 El comiso dad, el comiso queda también, no obstante, al arbitrio del Tribunal.
tiene un carácter cuasipenal,8 cuando se dirige contra el autor o el El comiso presupone además que los objetos sean producto de un
partícipe de un delito al que en el momento de la sentencia pertene- delito grave o menos grave doloso (producta sceleris) o hayan sido
cen los objetos (§ 74 II núm. 1) o cuando se impone el comiso de ob- utilizados o estén destinados a su comisión o, en su caso, a su prepa-
jetos o derechos que corresponden a terceras personas (§ 74a); aun- ración (instrumenta sceleris). El comiso se refiere a los "objetos"
que también en estos casos sirve el comiso, al mismo tiempo, para citados en el § 74 I, es decir, también a los derechos y no sólo, como
proteger a la generalidad, a la prevención general y a la idea de la en el anterior Derecho vigente, a las cosas corporales (cfr. §§ 74e I,
pérdida de la propiedad sobre los instrumentos del delito, incidiendo § 74f I). Como medida cuasipenal el comiso se puede imponer, cuan-
sobre el reo que puede ser afectado de un modo más riguroso por el do en el momento de la sentencia pertenecen (si son cosas corporales)
o corresponden (si son derechos) al autor o al partícipe. Lo que im-
5 Otros ejemplos en Dreher, § 73c Anm. 2. porta es la posición jurídica (BGH 19, 123, con nota en contrp de
6 Así LK (Schafer), § 40 Vorbem. 7. Rutkowsky NJW 1964, 164) y no la pertenencia económica del ob-
7 Cfr. Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen, pág. 57.
8 Así Blei, Allg. Teil, pág. 403; Lackner, § 74 Anm. l a ; SK (Hom), § 74 jeto, así que en los casos de propiedad cautelar o con reserva de do-
Anm. 3. En relación con la antigua regulación, la jurisprudencia consideraba el
comiso como una pena accesoria; cfr. BGH 2, 337; 8, 206 (214); 10, 28 (33); 16,
47. Igualmente, según el derecho vigente, Dreher, § 74 Anm. 2; Maurach, Allg. 9 Acertadamente, Lackner, § 74 Anm. la. Críticamente, cfr. Haensell, Die
Teil, pág. 820; Schonke/Schróder/Eser, § 73 Vorbem. 15 (pero mantiene la opi- Zulássigkeit der Einziehung von Kraftfahrzeugen, págs. 114 y ss.
nión del texto en Anm. 17 en lo que se refiere al comiso frente a terceros); 10 Así, la opinión general; cfr. OLG Dusseldorf NJW 1972, 1.382; Dre-
Schmidhauser, Allg. Teil, págs. 768 y ss. Dudoso, Baumann, Allg. Teil, págs. 648 her, § 74 Anm. 2; Lackner, § 74 Anm. I b ; LK (Schafer), 40, núm. 6; Maurach,
y siguientes. Allg. Teil, pág. 820; SK (Hom), § 74 Anm. 4; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 837.
1104 § 76. Confiscación y comiso I I . El comiso 1105

minio hay que contar con el tomador de la garantía o, en su caso, nada a cometer un delito político (de o t r a opinión antes BGH 19, 158 [ 1 6 3 ] ) ,
con el vendedor que se reserva el dominio (BGH 24, 222) . n No es pero no el patrimonio en su totalidad o un patrimonio separado. 1 6
necesaria una nueva interpretación del § 40 II núm. 1 en el sentido
de una "consideración económica'*,12 ya que también los derechos de 3. El comiso frente a terceros, es decir, frente a una persona a
adquisición futura (del comprador con reserva de dominio o del la que en el momento de la sentencia pertenece o corresponde uno de
dador de la garantía) pueden ser decomisados (BGH 25, 10, con nota los objetos citados en el § 74 I, sin que sea autor o partícipe, sólo
en contra de Eser, JZ 1973, 171) ,13 Por eso, debe el Estado rescatar puede tener lugar bajo presupuestos muy estrictos que ya la juris-
el objeto pagando la deuda, lo que es mucho más justo que la indem- prudencia, en atención a la garantía de la propiedad contenida en el
nización a que se refiere el § 74f. No es preciso que el autor o el par- artículo 14 III GG, había desarrollado anteriormente en relación con
tícipe, al que en el momento de la sentencia pertenezca el objeto, lo los §§ 401, 414 a.r. RAO (BGH 1, 351; 2, 311; 2, 320; 2, 328; 4, 344;
haya utilizado en la comisión del delito; basta con que lo haya em- 6, 11; 8, 70, 19, 123 [125 y ss.]). Según el § 74a núm. 1, el comiso
pleado con su consentimiento cualquier otra persona que haya in- supone, que el tercero haya cooperado por lo menos imprudente-
tervenido en la comisión del delito. Es necesario que el objeto esté mente (cfr. supra, § 54 II 2) a que las cosas o derechos hayan sido
destinado a la comisión del delito, aunque éste sólo más tarde se utilizados como medios u objetos del delito o de su preparación: el
cometa en forma punible (RG 59, 250). propietario del automóvil arrendado hubiera podido darse cuenta, si
por ej., hubiera tenido el cuidado mínimo, que el vehículo iba a ser
Ejemplos: Productos inmediatos del delito (producto, sceleris) son los utilizado para pasar contrabando (BGH 1, 351 [357]). También se
documentos falsos y la moneda falsificada (§§ 267, 150). Por el contrario, no puede imponer el comiso contra tercero, según el § 74a núm. 2, cuan-
puede ser decomisado el lucro conseguido por la comisión de un hecho puni-
ble como el producto conseguido con la venta de cosas receptadas (RG 54, 223) do éste ha adquirido de forma reprobable el objeto conociendo las
o el botín del cazador furtivo (RGSt 70, 92 [94]). El lucro, igual que el circunstancias que hubieran permitido el comiso contra el autor: el
precio del delincuente a sueldo, es objeto de la confiscación (cfr. supra § 76 I comerciante de coches usados compra, por ejemplo, el vehículo utili-
3). Objetos empleados o destinados a la comisión de un hecho punible zado para cazar furtivamente de noche, conociendo este hecho, ya
(instrumenta sceleris) son, por ejemplo, los útiles del robo, los medios utili- que el autor quería deshacerse de él por poco dinero a la vista del
zados en la falsificación (§ 150), las armas (RG 44, 140 [142]), el automóvil futuro comiso (BGH 6, 11 [13]). En este caso, la garantía de la pro-
que se utiliza para pasar una partida de contrabando (BGH 3, 355), la moto- piedad contenida en el art. 14 GG tiene que ceder porque el tercero
cicleta con la que el violador llevó a su víctima al lugar donde luego la violó estaba en una relación con el delito cometido que justifica también
(BGH NJW 1955, 1.327). Por el contrario, no puede descomisarse, según el frente él la imposición de una medida de carácter cuasipenal.17 En
§ 40, un objeto al que el hecho punible solamente "se refiere", como, por ej.,
el automóvil, que se utiliza sin permiso de circulación (OLG Karlsruhe VRS este caso, el tercero tampoco tiene, según el § 74f II, derecho a que
9, 549), o sin que el conductor tenga permiso de conducir (BGH 10, 28 se le conceda una indemnización. Sin embargo, el § 74a prevé como
[30]),14 o las armas que alguien posee sin la correspondiente licencia (OLG especial garantía jurídica que el precepto sólo sea aplicable cuan-
Hamm NJW 1954, 1.169). Pero sí es objeto utilizado en la comisión del do la ley se remite a él expresamente (cfr., por ej., §§ 92b párrafo 2,
hecho punible, el automóvil con el que el conductor comete un delito de huida 101a pfo. 2, 264 V 2, 285b pfo. 2, 296a II 2, 375 II 2 AO 1977). Esta
del lugar del accidente (BGH 10, 337). La extensión del § 74 a los derechos remisión se encuentra en todos aquellos casos en los que es típico
permite ahora también el comiso de la parte alícuota del copropietario de una que el tercero desempeñe un importante papel, sin participar direc-
bicicleta (de otra opinión antes BGH 2, 337)16 y de la cuenta bancaria desti- tamente (BT-Drucksache V/1.319, pág. 54). En los §§ 431 y ss.
11 Igualmente, OLG Karlsruhe NJW 1974, 709; OLG Hamm VRS 50, 420;
LK (Schdfer), § 40 Anm. 29; Rebmann/Roth/Herrmann, § 18 OWiG Anm. 18; Rebmann/Roth/Herrmann, § 18 OWiG Anm. 6; Schónke/Schróder/Eser, § 74
K. Meyer, JR 1972, 385; Schdfer, Dreher-Festschrift, págs. 289 y ss.; duda Anm. 6. De otra opinión, OLG Karlsruhe NJW 1974, 709 (710); Lackner, § 74
Blei, Allg. Teil, pág. 403. Anm. 2e a a ; SK (Horn), § 74 Anm. 5; Góhler, § 22 OWiG Anm. 5 A a. '
12 Así, sin embargo, la opinión dominante en la bibliografía; cfr. Dreher, 16 Cfr. LK (Schdfer), § 40 Anm. 13.
§ 74 Anm. 12; Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen, págs. 309 y ss.; el mismo, 17 Sobre la necesidad politicocriminal del precepto, cfr. LK (Schdfer), §
J Z 1972, 146 y ss.; Góhler, § 22 OWiG Anm. 5 Ab; Lackner, § 74 Anm. 2c a a ; 40a Anm. 4. La crítica de Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen, págs. 221 y ss.,
Schonke/Schróder/Eser, § 74 Anm. 24; SK (Horn), § 74 Anm. 16. a esta posibilidad de comiso no está fundada. Especialmente tampoco existen
13 Críticamente, sobre esto, OLG Karlsruhe NJW 1974, 709 (710); Reich, objeciones desde el punto de vista del principio de culpabilidad, ya que el tercero
NJW 1973, 105 y ss.; K. Meyer, JR 1973, 338. A favor, Baumann, Allg. Teil, debe haber actuado de un modo reprobable y el comiso es sólo una medida cuasi-
página 649, nota 16; Preisendanz, § 74 Anm. 2; Schdfer, Dreher-Festschrift, penal que no está sometida al principio de culpabilidad (cfr. supra, § 76 II 1);
páginas 300 y ss. cfr. Dreher, § 74a Anm. 1; Lackner, § 74a Anm. 1; SK (Horn), § 74a Anm. 2.
14 En favor de esto, Hoffmann-Walldorf, NJW 1954, 1.147 y ss. De otra opinión, especialmente, Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen, págs. 224
15 Así, con razón, Dreher, § 74 Anm. 3 ; LK (Schdfer), § 40 Anm. 421; y ss.; Schonke/Schroder/Eser, § 74a Anm. 2.

i
1106 § 76. Confiscación y comiso II. E l comiso 1107

StPO se regula la situación del tercero en el comiso en el proceso pe- furtiva, útiles para el robo, moneda y documentos falsificados.19
nal (cfr. infra, § 76 III). Puesto que en estos casos se trata de proteger a la comunidad, basta,
4. El § 74 I, II núm. 1 queda completado por el § 74c, que trata según el § 74 III, con que el hecho que motiva el comiso sea un hecho
del comiso del valor sustitutorio. El comiso contra el autor o el antijurídico (§ 11 I, núm. 5), sin que interese, por tanto, ni la capa-
partícipe supone como pena accesoria que estas personas sean en el cidad de culpabilidad ni el conocimiento de la antijuricidad del autor
momento de la sentencia propietarios de las cosas o titulares de los (RG 53, 81 [89]). Si la propiedad de la cosa o la titularidad del de-
derechos. Si después de haber cometido el hecho enajenan estos ob- recho que en interés de la protección a la colectividad se decomisan
jetos a un tercero, sólo puede imponerse el comiso frente al tercero corresponde a un tercero, debe ser éste indemnizado adecuadamente
si éste sigue teniendo los objetos y se dan una de las causas especia- por parte del Estado, teniendo en cuenta el art. 14 III GG (§ 74f I) .20
les contenidas en el § 74a (cfr. supra, § 76 II 3). Si falta alguno de No se concederá, sin embargo, esta indemnización, cuando el comiso
estos requisitos, no puede procederse al comiso. Lo mismo cabe decir, estuviere justificado también frente al tercero por su comportamien-
cuando el autor o el partícipe han inutilizado los objetos, o frustrado to reprobable (•§ 74f II núms. 1 y 2), o cuando en interés de la pro-
la realización del comiso destruyéndolos u ocultándolos. Para estos ca- tección a la comunidad así se permite en base a preceptos de carác-
sos el § 74c prevé la posibilidad de decretar el comiso de una can- ter no penal (por ej., leyes de policía regionales) (§ 74 f II núm. 3),
tidad monetaria por un importe similar al valor de los objetos. Este ya que entonces no existe ninguna razón, para privilegiar al tercero
comiso del valor sustitutorio tiene, todavía con mayor claridad que en el proceso penal.21
las otras formas de comiso, un carácter cuasipenal.18 6. Los §§ 74 y ss. no agotan el campo de posibilidades que el De-
recho vigente tiene para imponer el comiso. Tanto en la Parte Espe-
Según el § 74c II, también puede imponerse el comiso del valor sustituto- cial del Derecho Penal como en la Legislación Penal Especial se con-
rio, cuando el autor o el partícipe ha gravado el objeto con un derecho en tienen preceptos que prescriben o admiten el comiso más allá de los
favor de tercero, sin que pueda ser librado en caso de comiso como no sea límites previstos en el § 74 I. Así se dice expresamente muchas ve-
pagando una indemnización. El comiso del valor sustitutorio puede imponerse
también junto con el comiso de los objetos. ces que el comiso no queda al arbitrio del juez, sino que debe impo-
nerse obligatoriamente (por ej., §§ 150, 285b pfo. 1). Además debe
5. El § 74 II núm. 2 prevé como medida de seguridad el comiso tenerse en cuenta que aparte de los "producta et instrumenta scele-
indiferenciado de los producta e instrumenta sceleris. A través de ris" también pueden ser decomisados los objetos a los que "se refie-
esta institución pueden ser decomisados aquellos objetos que por su re" un hecho punible (por ej., §§ 92b núm. 2, 101a núm. 2, 132a IV,
naturaleza y por las circunstancias concurrentes ponen en peligro la 264 V 2, 325a núm. 2 StGB, § 55 LMBG). Para este comiso ampliado,
comunidad, o cuando existe el peligro de que puedan servir para la exige el § 74 IV que los objetos pertenezcan al autor o al partícipe,
comisión de hechos punibles. En este caso no importa si el propie- o que sean decomisados en interés de la protección a la comunidad.
tario de las cosas o titular del derecho ha sido autor o partícipe en El comiso de objetos en propiedad de terceros es, fuera de estos casos,
el delito grave o menos grave doloso cometido. No es aplicable la ga- según el § 74a, sólo admisible, cuando la ley se remita expresamente a
rantía de la propiedad contenida en el art. 14 GG en atención a la este precepto. De este modo se consigue una regulación unitaria para
cláusula sobre el bien común contenida en su párrafo segundo, ya el comiso en el StGB y en la Legislación Penal Especial y se elimina
que son de esperar otras relevantes perturbaciones del orden jurídi- una considerable inseguridad jurídica.
co (BGH 20, 253 [255]). La consideración de la naturaleza y circuns- 7. El comiso y la inutilización de escritos y otras exposiciones
tancias significa que no sólo importa la peligrosidad del objeto en sí gráficas ha sido regulado expresamente en el § 74d, ya que en el ám-
(por ej., material inflamable, tóxicos, armas y munición), sino que bito de la propiedad intelectual se deben tener en cuenta unos criterios
también de las circunstancias concurrentes debe desprenderse la po- que en el resto de los preceptos dedicados al comiso carecen de relé-
i
sibilidad de contar con una puesta en peligro de la comunidad. El se-
gundo grupo de objetos respecto a los que existe el peligro de que 19 Se debe t r a t a r de un peligro concreto (BGH 23, 64 [69]). Pero el pre-
puedan servir para la comisión de hechos antijurídicos compren- cepto apenas sería aplicable si se quisiera exigir como hacen Schonke/Schro-
der/Eser, § 74 Anm. 34; SK (Horn), § 74 Anm. 23 y Eser, Sanktionen, págs. 257
de, por ejemplo, armas destinadas a cometer un asesinato o a la caza y ss., que el hecho antijurídico en sus límites debe ser determinable con cierta
claridad. Correctamente, LK (Schafer), § 40 Anm. 49.
20 Críticamente, sobre el tratamiento de la indemnización, Güsdorf, JZ
18 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 651, que, sin razón, considera este tipo 1958, 690 y ss.
de comiso como "totalmente absurdo"; Dreher, § 74c Anm. 1; LK (Schdfer), 21 Ejemplos en LK (Schafer), § 41c Anm. 7; Schonke/Schróder/Eser, § 74f
§ 40c Anm. 9; Schonke/Schroder/Eser, § 74c Anm. 2; SK (Horn), § 74c Anm. 2. Anm. 8.
1108 § 76. Confiscación y comiso III. Ejecución de la confiscación y el comiso 1109
vancia. Por un lado, deben garantizarse los derechos fundamentales impedir la difusión ilegal del escrito o, en su caso, de la exposición
recogidos en los arts. 5 y 10 GG; por otro, se trata de proteger total- gráfica por este círculo de personas. Según el § 74d III, no es suficien-
mente determinados bienes jurídicos como el honor, la seguridad del te para decretar el comiso con que exista peligro de difusión por ter-
Estado, la intimidad. Bajo ciertas condiciones se prescribe obligato- ceras personas. Ni la confiscación, ni el comiso, ni la inutilización, al
riamente el comiso, o en su caso, la inutilización de escritos y expo- tratarse de medidas de carácter cuasipenal, están sometidas según el
siciones gráficas (sólo hay una excepción derivada del principio de § 2 V a la prohibición de retroactividad (está superada, por tanto, la
ponderación de bienes que impone la propia Constitución, BGH 23, opinión del BGH 16, 49 [56]).
208 [212]; 267 [270]). ** Por su naturaleza jurídica, este comiso
especial tiene el carácter de una medida de seguridad, ya que trata La libertad del arte y de la ciencia, de investigación y de cátedra, no
de prevenir un peligro para la comunidad (BGH 5, 168 [178], 16, puede limitarse por el § 74d, ya que el art. 5 III GG no contiene ninguna
49 [56]; 19, 63 [75]). Según el § 74d I, deben decomisarse escritos reserva de ley. Respecto a las obras de arte sólo son admisibles, por tanto,
y otras exposiciones gráficas (§ 11 III), cuyo contenido2* sea de tal limitaciones respecto a la forma de su difusión (§§ 74d V, 74b II, III), siem-
pre que esa difusión pudiera perjudicar otros bienes jurídicos protegidos
naturaleza que cualquier difusión dolosa a sabiendas de su contenido constitucionalmente, por ej., el libre ejercicio de una religión (art. 4 II GG),
realizaría el supuesto de hecho de una ley penal, por ej., como prepa- la protección específica del matrimonio y la familia (art. 6 I GG), el cuidado
ración de un intento de alta traición (§ 83), fomentar el odio contra y educación de menores (art. 6 II GG), ya que el art. 5 II GG sólo puede
sectores de población propagando por ejemplo escritos antisemitas ser directamente limitado por otros derechos fundamentales del mismo rango
(•§ 130, BGH 16,49 [56]), injurias (§§ 185 y ss.), difusión de grabados jerárquico (cfr. sobre ello BGH 20, 192).25 La libertad de información (ar-
u escritos pornográficos (§ 184 III, sobre el anterior derecho vigente tículo 5 11 GG) supone una restricción del comiso, en tanto tiene un "efecto
cfr. RG 47, 404; OLG Hamm NJW 1970, 1.754 [1.756] J.24 Es nece- recíproco" entre el derecho fundamental y las leyes generales (BVerfGE 7,
sario, además, que en todo caso una parte del escrito haya sido di- 198 [208]; 27, 71 [85 ss.]; 104 [109 ss.]).2«
fundida por un hecho antijurídico o destinado a su difusión; no se
8. El comiso tiene efectos reales inmediatos. La propiedad de la
exige, sin embargo, la culpabilidad del autor, ya que se trata de una
cosa o, en su caso, el derecho decomisado pasan al Estado desde el
medida de seguridad (RG 36, 145). Los efectos destinados o utiliza-
momento que la sentencia sea firme (§ 74e). En principio, siguen en
dos para la reproducción del escrito o de la exposición gráfica, como
vigor los derechos que terceras personas tengan en el objeto, ya que
discos, formas, útiles de imprentas u otros medios de reproducción
sigue vigente el límite constitucional que se contiene en el art. 14 III
no son decomisados, sino simplemente inutilizados. El comiso pre-
GG respecto a la expropiación (§ 74e II l). 2 7 En caso de comiso in-
visto en el § 74d no es, sin embargo, un comiso indiferenciado, sino
diferenciado en interés de la protección de la generalidad (§ 74 II
que se limita según el § 74d II sólo a aquellas partes de los escritos o
número 2) el tribunal ordenará, no obstante, de acuerdo con lo que
exposiciones gráficas que se encuentran en posesión de las personas
dispone el § 74e II 2, el rescate de estos derechos (indemnización se-
que cooperan en su difusión o preparación (por ej., autor, editor,
gún el § 74f). También puede ordenarse el rescate en otros casos,
compilador, redactor, impresor, librero, etc.), o que han sido comen-
cuando el tercero según el § 74f II núms. 1 ó 2, no va a ser indemni-
tados públicamente o que, en caso de envío postal, aún no han sido
zado por haber actuado culpablemente (§ 74e II 3). Antes de que sea
entregadas al destinatario. Si el destinatario ha recibido ya el escri-
firme la sentencia, la imposición del comiso tiene efecto como prohi-
to, no es posible ya decretar el comiso. Según el § 74d III, el comiso
bición relativa de enajenación en el sentido a que se refiere el § 136
comprende además los casos en los que según el contenido del escrito
BGB (§§ 74e III, 73d II).
su difusión sólo realizaría el supuesto de hecho de una ley penal
cuando se añaden otras circunstancias, por ej., en relación con el
§ 184 I, II o con el § 21 en relación con los •§§ 3-6 GjS. La medida de III. Procedimiento y ejecución de la confiscación y el comiso
seguridad se limita en este caso a los objetos que se encuentran en 1. La confiscación, el comiso y la inutilización se rigen por pre-
posesión del autor, o del partícipe, o de un representante suyo y que ceptos procesales específicos (§§ 430-441, 442 I StPO). Análogamente
todavía no han llegado a su posesión, pero están destinados a su di- a lo que dispone el § 154a StPO, el § 430 StPO ofrece la posibilidad
fusión. El comiso en este caso supone además que sea necesario para
25 Afirmativamente, Nüse, J R 1965, 231; Eser, Die strafrechtlichen Sank-
22 Igualmente, Schonke/Schroder/Eser, § 74d Anm. 20; SK (Hom), § 74d tionen, págs. 197 y ss.; Faller, MDR 1971, 1 y ss. A favor de una ilimitada li-
Anm. 19; Willms, JZ 1970, 515. bertad del arte, Bauer, JZ 1965, 491.
23 No es suficiente una infracción de preceptos formales (RG 16, 114 [118]). 26 Cfr. sobre esto, Eser, NJW 1970, 784 y ss.
24 Cfr. sobre esto, Potrykus, MDR 1969, 270. 27 Cfr. sobre esto, Eser, Die strafrechtlichen Sanktionen, págs. 369 y ss.
1110 § 76. Confiscación y comiso Adiciones de Derecho español al § 76 1111
de simplificar o acelerar el proceso, t r a t a n d o separadamente el comi- delito, privarle del beneficio que la comisión del delito le pueda haber re-
so o, en su caso, la confiscación; pero el comiso y la confiscación del portado. Lógicamente esto sólo es posible cuando se trata de sancionar con
valor sustitutorio pueden imponerse también posteriormente (§ 76). una pena de multa a los responsables de un delito. En cambio, la restitu-
E n el proceso penal contra un determinado autor pueden participar ción, la reparación del daño causado y la indemnización de perjuicios que,
aquellas personas que creen de buena fe que el objeto del comiso les como contenido de la responsabilidad civil proveniente de delito, impone el
artículo 101 del Código Penal no sólo es aplicable a los responsables del de-
pertenece o les corresponde o creen que tienen cualquier otro tipo
lito, sino también a otras personas como responsables civiles subsidiarias
de derecho sobre él (parte interesada en el comiso o en la confisca- (cfr. arts. 20, 21 y 22 del Código Penal). El art. 108 del Código Penal dis-
ción) (§§ 431 y ss. S t P O ) . El § 442 II 1 StPO determina quién es la pone que está obligado al resarcimiento hasta la cuantía de su participa-
p a r t e interesada en la confiscación. Las terceras personas que han to- ción "el que por título lucrativo hubiere participado de los efectos de un
mado p a r t e en el proceso en el que se decretó el comiso, pueden hacer delito o falta". Esta disposición se refiere a quienes hayan participado de
valer sus derechos aun después de que la sentencia sea firme en otro los efectos del delito, sin haber intervenido en la realización del mismo, ni
proceso conforme a lo dispuesto en el § 439 StPO. Según el § 442 II haber realizado actos de encubrimiento punible, ya que de lo contrario se-
2 StPO, lo mismo vale también p a r a las partes interesadas en la con- rían superfluos otros preceptos contenidos en el Código Penal que regulan
fiscación. Si por razones fdcticas materiales no puede ser acusado ni la responsabilidad civil de los intervinientes responsables del delito.1
condenado nadie por el delito (el autor, por ej., ha huido al extranjero La regulación del comiso que ofrece el Código Penal español difiere de
la que da el Código Penal alemán. De un modo general, el art. 48 del Có-
[OLG N J W 1970, 1.754], es desconocido o ha contraído una enferme-
digo Penal vigente (cfr. también el art. 61 del Proyecto) dispone que "toda
dad mental t r a s haber cometido el hecho), se t r a t a r á n autónomamen- pena que se impusiere por un delito llevará consigo la pérdida de los efec-
te en un proceso objetivo según el § 76a I la confiscación, el comiso y tos que de él provinieren y de los instrumentos con que se hubiese ejecuta-
la inutilización (§§ 440f S t P O ) . E n los casos de comiso en interés de do. Los unos y los otros serán decomisados, a no ser que pertenecieren a
la protección a la comunidad (§ 74 II núm. 2) y de comiso o, en su un tercero no responsable del delito. Los que se decomisaren se venderán
caso, inutilización de escritos y exposiciones gráficas es admisible si son de lícito comercio, aplicándose su producto a cubrir las responsa-
también el proceso objetivo, cuando por razones jurídicas no puede bilidades del penado, y si no lo fueren, se les dará el destino que dispongan
ser acusada una persona determinada (el acusado, por ej., es, en el los Reglamentos o, en su defecto, se inutilizarán". En otros preceptos se
momento de la comisión del delito, inimputable). Pero si lo que falta decreta expresamente el comiso de la imprenta en los delitos contra la se-
es la querella penal o cualquier otro requisito procesal similar, enton- guridad del Estado cometidos por medio de la imprenta (art. 218), del di-
nero, efectos, instrumentos y demás útiles destinados a juegos no autori-
ces no puede admitirse el proceso objetivo (§§ 76a I I 2).
zados (art, 350) y de las dádivas o presentes en el cohecho (art. 393). En
2. Los §§ 111b ss. StPO regulan la forma en que deben asegurarse pro- él art. 602 se regula el comiso en las faltas, especificándose en una larga
visionalmente los objetos sobre los que existen razones suficientemente evi- lista los objetos sobre los que debe recaer. El carácter de pena (accesoria)
dentes para pensar que va a recaer la confiscación o el comiso. La confiscación, que el comiso tiene (cfr. nota al § 75) hace que en nuestro Derecho no
comiso e inutilización de una cosa se ejecutan privando de la cosa al conde- pueda ser aplicado más que a los responsables del delito (de "responsabi-
nado o al tercero afectado por el comiso por orden de la autoridad encargada lidades del penado" habla el art. 48). Las lagunas que ello produce sólo
de la ejecución, a no ser que la cosa se encuentre ya en custodia oficial pueden ser evitadas, aunque de modo insuficiente, con la aplicación de la
(§ 459g I StPO). Si se trata de la ejecución de autos que obligan al pago de incautación en favor del Estado del dinero, efectos o instrumentos que pro-
una suma dineraria, serán de análoga aplicación los preceptos que regulan cedan prevista en el art. 5, 16 de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación
la ejecución de la multa (salvo en lo que se refiere a la pena privativa de social. También en algunas leyes especiales se contienen supuestos especí-
libertad sustitutoria) (§ 459g II StPO). ficos de comiso (cfr. Ley de Caza, art. 50; Ley de Propiedad Intelectual,
artículo 46; Ley de Pesca Fluvial, art. 59; etc.).
# # * La expresión "efectos" provenientes del delito tiene un alcance limita-
do, por lo que en principio sólo puede decretarse el comiso por este concepto
En el Código Penal vigente la multa y la responsabilidad civil derivada sobre los objetos producidos por el delito: por ej., documentos o monedas
del delito pueden cumplir en algunos casos un papel similar al que la con- falsificadas, comestibles adulterados, etc.; pero no sobre el objeto de la
fiscación o privación de las ventajas patrimoniales conseguidas ilícitamente acción delictiva misma: por ej., el arma en el delito de tenencia ilícita de
tienen en el Derecho alemán. La multa puede, en efecto, conseguir esta arma.2 Por "instrumento" hay que entender los medios empleados para la
tarea, cuando se impone por ej. en función de la suma defraudada en el
delito fiscal (art. 819), del valor de la dádiva en el cohecho (arts. 885, 386, 1
Cfr. Córdoba Roda, en Córdoba Roda, Rodríguez Mourullo, Del Toro Mar-
387, 892), de la utilidad reportada en la usurpación (arts. 517, 518), etc., zal, Casaba Ruiz, Comentarios al Código Penal, Barcelona 1972, tomo II, pág. 602.
puesto que con ella se pretende también, además de sancionar al autor del 2 Cfr. Córdoba Roda, ob. cit., pág. 196.
1112 § 76. Confiscación y comiso
comisión del delito. El art. 602 contiene una lista enunciativa de efectos e
instrumentos sobre los que necesariamente debe recaer el comiso en las
faltas.
La doctrina española se plantea el problema de si el comiso es aplica-
ble a las formas imperfectas de ejecución y a los delitos culposos, inclinán-
dose por la afirmativa.9 Sin embargo, en la práctica los tribunales no lo
aplican a los vehículos de motor en los delitos de imprudencia y contra la CAPÍTULO II
seguridad del tráfico, alegándose, entre otras razones, que ya el art. 787,
8." c) de la Ley de Enjuiciamiento criminal faculta al juez de instrucción M E D I D A S D E CORRECCIÓN Y S E G U R I D A D
"para acordar la intervención inmediata del vehículo y la retención del
permiso de circulación del mismo por el tiempo indispensable cuando fuere
necesario practicar alguna investigación en aquél o para asegurar las res- La pena fijada de acuerdo con la culpabilidad del hecho sólo pue-
ponsabilidades pecuniarias en tanto no conste acreditada la solvencia del de cumplir en una extensión limitada la misión preventiva del De-
encartado o del tercero responsable civil".4' Sin embargo, dicho precepto recho Penal. P o r razones de seguridad general puede ser necesaria
sólo tiene un alcance procesal precautorio y nada tiene que ver con el comiso
una privación de libertad superior a la que correspondería por la
como pena, por lo que estimamos que sigue vigente la posibilidad de decre-
tar el comiso del vehículo de motor. culpabilidad del r e o ; la resocialización puede hacer conveniente una
El art. Jt8 del Código Penal exige que los efectos o instrumentos no per- actuación sobre el reo d u r a n t e la privación de libertad distinta a la
tenezcan a un tercero, regulándose en los arts. 620, 621, 635 y 6M de la habitual en el establecimiento penitenciario. Además, deben prever-
Ley de Enjuiciamiento criminal los incidentes procesales que esta cuestión se, p a r a proteger la comunidad, también ciertas intervenciones sin
plantea. El art. 685 de dicha Ley admite, sin embargo, la posibilidad de que privación de libertad. Finalmente, son también indispensables, en
se inutilicen, previa indemnización, o que se les dé el destino que dispongan caso de peligrosidad, medidas frente a los incapaces de culpabilidad.
los reglamentos, "cuando las piezas de convicción entrañen, por su natura- P o r todas estas razones, el nuevo derecho vigente ha mantenido el
leza, algún peligro grave para los intereses sociales o individuales, así res- dualismo entre penas y medidas (§ 61), pero ha mejorado sensible-
pecto a las personas como de sus bienes". En los demás casos, sólo los mente el sistema anterior transformando su ejecución (§ 67), aña-
productos decomisados, es decir, los no pertenecientes a un tercero, pueden diendo la posibilidad de intercambio entre las diversas clases de in-
ser inutilizados o se les da el destino que dispongan los reglamentos, si
ternamiento (§ 67a) e introduciendo la suspensión condicional de las
son de ilícito comercio. Y si son de lícito comercio se venderán, aplicán-
dose su producto a cubrir las responsabilidades del penado. medidas (§§ 67b y ss.).
El sistema de medidas del actual derecho vigente se divide (se-
gún el criterio, decisivo p a r a el condenado y p a r a la sociedad, de la
necesidad o, en su caso, de la posibilidad de evitar el internamiento
en un establecimiento) en medidas privativas de libertad (cfr. infra,
§ 77) y medidas no privativas de libertad (cfr. infra, § 78). No es po-
sible, sin embargo, distinguir entre medidas de seguridad y medidas
de corrección, a pesar de que el § 61 parece presuponer esta distin-
ción, ya que todas las medidas deben servir p a r a proteger a la co-
munidad ante futuros delitos y pretenden alcanzar esta meta j u n t a -
mente también a través de un efecto resocializador sobre la persona
del reo (cfr. en general sobre las medidas supra, § 9) -1

1 Cfr. sobre la clasificación y denominación, Baumann, Allg. Teil, pági-


nas 741 y ss.; Maurach, Allg. Teil, págs. 880 y ss.; Maurach/Zipf, Nachtrag,
páginas 31 y ss.; Schmidhüuser, Allg. Teil, pág. 825 y ss.; Welzel, Lehrbuch,
páginas 263. Sobre las antinomias entre fin de seguridad y de corrección, H. Ma-
yer, Grundriss, pág. 179. Sobre el concepto sociológico de "sanción", que engloba
penas y medidas y que sirve de base al Avant-projet del Code penal francés de
8
1976, cfr. Miiller, JZ 1977, 385. Una visión de conjunto del Derecho comparado
4
Cfr. Córdoba Roda, lug. u. cit. de Beri8tain, Medidas, 100 y ss. (España), págs. 311 y ss. (otros países); un
Consulta número 6/68 de la Memoria del Fiscal del Tribunal Supremo, estudio comparado entre el Derecho alemán de medidas y el suizo ofrece Becker,
citada por Córdoba Roda, lug. cit. Die freiheitsentziehenden Massregeln, 1977.

27. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H


1114 § 77. Medidas privativas de libertad I. Generalidades 1115

§ 77 Medidas privativas de libertad MaPregel, 1972; Mauch/Mauch, Sozialtherapie und die sozialtherapeutische An-
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Vorschriften des 1. StrRG über den Rückfall und die Mapregeln, etc., JZ 1970, I. Generalidades
152; In der Beeck, Zwangsunterbrigung oder § 42b StGB, NJW 1963, 2.358;
Jescheck, Die kriminalpolitische Konzeption des AE, ZStW 80 (1968), pág. 54; el 1. A pesar de las dificultades que surgen a la hora de justificar
mismo, Das neue deutsche Strafrecht im internationalen Zusammenhang, Jahr- y realizar las medidas privativas de libertad (cfr. supra, § 9 II) y a
buch der MPG 1975, 49; Jessen, Behandelingsresultaten in de van der Hoeven- pesar de las objeciones constitucionales, juridicoteóricas y prácti-
Kliniek, Nederlands Tijdschrift voor Criminologie II (1969), pág. 173; Kaiser/
Schoch/Eidt/Kerner, Strafvollzug, 1974; Koch, Wann ist die Unterbringung cas formuladas contra ellas,2 en ninguno de los tres sistemas políti-
eines Geisteskranken erforderlich? MDR 1961, 561; Else Koffka, Anmerkung cos diferentes que sucesivamente ha tenido Alemania ha habido
zu BGH 24, 134, J R 1971, 424; Kreuzer, Der Drogenmipbrauch und seine Bekámp- oposición importante contra ellas. Fueron proyectadas en el Estado de-
fung, ZStW 86 (1974), pág. 379; el mismo, Drogen und Delinquenz, 1975; Hilde mocrático de derecho de la República de Weimar (cfr. Proyecto 1930,
Kaufmann, Kriminologie III, 1977; Landecho, Die Indikationsklausel zur Unter-
bringung in einer sozialtherapeutischen Anstalt, JZ 1971, 672; Lang-Hinrichsen, §§ 55 y ss.), introducidas por el Estado totalitario del Nacionalso-
Probleme der Sicherungsverwahrung, etc., Festschrift für R. Maurach, 1972,
página 311; Larguier, Droit penal general, Rev se crim 1973, 671; Marquardt, 2 Cfr. especialmente, H. Mayer, Strafrechtsreform, págs. 46 y ss.; el mis-
Dogmatische und kriminologische Aspekte des Vikariierens von Strafe und mo, Grundiss, págs. 179 y ss.; Rohl, JZ 1955, 145 y ss.; Stratenwerth, SchwZStr
82 (1966), pág. 337; Stree, Deliktsfolgen, págs. 217 y ss.
1116 § 77. Medidas privativas de libertad II. El internamiento en un hospital psiquiátrico 1117
3
tialismo (Ley sobre el delincuente habitual de 24-11-1933) , y man- 3. Tras su introducción en 1933 se valoró positivamente, en principio,
tenidas, reestructuradas y configuradas de un modo más elástico en el resultado de las medidas.6 Un Estado autoritario raras veces tendrá escrú-
el Estado social y liberal de derecho de la República Federal (§§ 61 pulos para utilizar ilimitadamente los medios de poder de que dispone. Sin
y siguientes). duda, las medidas pueden de este modo ser "efectivas" en alto grado. Los
2. Las medidas no son penas y, por consiguiente, no están some- estrechos límites que el Estado de Derecho impone o debe imponer a la apli-
tidas al principio de culpabilidad contenido en el § 46 I 1; sino al cación de medidas, condicionan, por el contrario, una valoración mucho más
principio de proporcionalidad que rige de un modo inmediato y ge- escéptica de su eficacia, ya que actualmente no es en absoluto imaginable
mantener en arresto permanente un número realmente importante de consi-
neral como principio fundamental del Estado de Derecho (BVerfGE derables multirreincidentes (cfr. el número relativamente escaso de imposi-
16, 94 [202]; BGH 20, 232 [233]) expresamente acogido en el § 62, ciones de medidas privativas de libertad, supra § 5 V 2 en relación con el
dada la profunda intervención en los derechos fundamentales del número de los frecuentes casos de reincidencia supra, § 5 II).
afectado que suponen las medidas. El precepto rige, además de para
las medidas privativas de libertad, también para la vigilancia de II. El internamiento en un hospital psiquiátrico (§63)
conducta y para la prohibición de ejercer una profesión; sin embargo,
de acuerdo con el § 69 I 2, no es preciso comprobar la proporcionali- 1. La finalidad del internamiento en un hospital psiquiátrico es
dad en la privación del permiso de conducir, ya que esta medida no proteger a la comunidad de personas que, dada su incapacidad de cul-
puede ser desproporcionada frente a una persona que carece de la pabilidad constatada conforme al § 20, no pueden ser castigadas o que,
aptitud necesaria para conducir vehículos de motor. En el enjuicia- dado que su capacidad de culpabilidad está disminuida, normalmente
miento de la proporcionalidad debe atenderse a la significación de sólo pueden ser castigadas de forma atenuada conforme a los §§ 21
los delitos cometidos por el autor y de los que cabe esperar cometa y 49 I, y que, sin embargo, siguen siendo peligrosas para la seguridad
en el futuro, así como al grado de peligro que procede de él, es decir, pública. Aparece aquí de un modo especialmente claro la necesidad
a la probabilidad de nuevos delitos. La proporcionalidad de una me- de completar la pena privativa de libertad con la medida, ya que o
dida depende sobre todo de la significación de los delitos que cabe es- no es posible imponer una pena o ésta no es suficiente para proteger
perar en el futuro del autor, mientras que los ya cometidos pueden la comunidad y la normal ejecución de la pena tampoco está en con-
ser menos importantes, ya que en las medidas ocupa el primer plano diciones de aportar el necesario tratamiento médico, psicoterapéutico
la necesidad de seguridad general (BGH 24, 134, con nota favorable y de asistencia social de los delincuentes con capacidad de culpa-
de Else Koffka, JR 1971, 235 y ss.). 4 Del principio de proporciona- bilidad disminuida. La importancia numérica de la medida es rele-
lidad se deriva, a la hora de elegir entre varias medidas que vienen en vante : en 1974 se impuso el internamiento previsto en el § 65 a 399
consideración, el principio de la menor intervención posible. El prin- personas, mientras que la custodia de seguridad sólo fue impuesta en
cipio de proporcionalidad se aplica también en las decisiones poste- 69 casos (cfr. supra, § 5 V 2). La dificultad principal de la medida
riores (OLG Hamm NJW 1970, 1.982: alta de un estafador interna- consiste actualmente en dar la adecuada asistencia de aquellas perso-
do en un hospital psiquiátrico, aunque se esperaba siguiera cometiendo nas que no son enfermos mentales en sentido médico y que, por tanto,
otras estafas de escasa importancia; OLG Karlsruhe NJW 1971, 204: no necesitan tratamiento psiquiátrico, sino que como delincuentes pa-
liberación de la custodia de seguridad, aunque seguía existiendo el sionales, sexuales, neuróticos o psicópatas incapaces de culpabilidad
peligro de que volviera a cometer hurtos de poca o mediana grave- o con capacidad disminuida son internados en los establecimientos
dad) . Para la prognosis se exige una probabilidad graduada según la destinados a los verdaderos enfermos. La mayoría de las veces los
gravedad de los delitos que cabe esperar; el principio de proporcio- hospitales psiquiátricos no pueden aportar nada positivo a dichas per-
nalidad no presupone, por el contrario, certeza (OLG Schleswig DAR sonas, constituyendo, por el contrario, su presencia en dichos esta-
1954, 139; OLG Hamm NJW 1971, 1.620) .6 blecimientos una importante fuente de molestias y dificultades para
llevar a cabo la asistencia a los enfermos que les es propia. Este pro-
blema será resuelto en el futuro con el establecimiento de terapia
3 Cfr. sobre ello, Schafer/Wagner/Schafheutle, Gesetz gegen gefáhrliche social, al que pueden ser destinados los inimputables o personas con
Gewohnheitsverbrecher, 1934; Frank, Nachtrag, págs. 66 y ss. imputabilidad disminuida, cuando los especiales medios terapéutico»
4 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 17; Dreher, § 62 Anm. 2; Lackner, y la asistencia social de este establecimiento sean más adecuados
§ 62 Anm. 2; Maurach, Allg. Teil, pág. 883; Blei, JA 1971, 235 y ss.
5 Así también Dreher, § 61 Vorbem. 3; SK (Horn), § 61 Anm. 13. La sim-
ple posibilidad de recaída no se considera suficiente por Geppert, NJW 1971, 6 Exner, Arbeitsbericht über die Sitzungen der Gesellschaft für deutscíres
2.156; LK (Lang-Hinrichsen), § 42a Vorbem. 25; Stree, In dubio pro reo, pági- Strafrecht, págs. 91 y ss. (sobre los ilimitados medios de la policía en el período
nas 91 y ss.; Schonke/Schrdder/Stree, § 61 Vorbem. 9; Schroder, JZ 1970, 93. de 1933-1945, cfr. pág. 105).
1118 § 77. Medidas privativas de libertad II. El internamiento en un hospital psiquiátrico 1119
para conseguir su resocialización que' el tratamiento en el hospital error de tipo condicionado por la perturbación psíquica del autor no
psiquiátrico (§§ 63 II, 65 III). 7 Sin embargo, dado el escaso coeficiente debe, sin embargo, impedir el internamiento, ya que el sentido del §
de inteligencia de estas personas, la participación en la terapia social 63 sería, según algunos, precisamente precaver tales peligros para
tiene pocas perspectivas de éxito y también muchas veces la presen- la seguridad pública.10 Esta concepción debe, sin embargo, rechazar-
cia de estos pacientes en dicho establecimiento representa sólo una se, ya que el concepto de delito no puede renunciar al dolo como ele-
carga. En el fondo, no existe actualmente todavía para estas perso- mento portador de la acción típica.11
nas ninguna clase de internamiento adecuado.
Ejemplo: Un artista enfermo mental, sin medios, concluye contratos de
El internamiento en un hospital psiquiátrico está también previsto en el préstamo que no puede cumplir, pero cree, dada su constitución maníaca,
Derecho Penal de menores (§ 7 JGG). Si el reo tiene su capacidad de culpa- que en el momento del vencimiento recibirá de algún modo el dinero (estafa:
bilidad disminuida conforme al § 21, pero no es penalmente responsable de BGH 3, 287 [289]; dudoso BGH 18, 235 [237]).
acuerdo con el § 3 JGG, es posible el internamiento (BGH 26, 67 con nota
favorable de Brunner, JR 1976, 116). Otra cosa sucede cuando el error no se refiere al tipo, sino a los
elementos de la causa de justificación o de exculpación, ya que aquí
2. Los presupuestos del internamiento se refieren, por un lado, sí existen el dolo del tipo y otros posibles elementos subjetivos del
al hecho que lo determina; en segundo lugar, al grado de capacidad injusto (BGH 10, 355 [357 y s s . ] : un enfermo mental que padece ma-
de culpabilidad del autor; y, en tercer lugar, al peligro para la se- nía persecutoria, cree ser objeto de una agresión y lesiona a otra
guridad pública. persona; RG 73, 314: un enfermo mental con ideas delirantes cree
a) El hecho determinante debe ser un hecho antijurídico en el que se encuentra en una situación de estado de necesidad como la pre-
sentido del § 11 núm. 5; pero, en atención a la gravedad de la inter- vista en el § 35) .12
vención, no es suficiente para decretar la medida de internamiento También es un hecho antijurídico en el sentido del § 63 la ten-
la comisión de delitos menos graves de poca importancia (BGH LM tativa, cuando viene sancionada en el respectivo tipo penal. En los
§ 42b núm. 10: daños materiales de escasa cuantía; BGH 20, 232: casos de desistimiento en la tentativa, previstos en el § 24, debe ne-
pequeñas estafas cometidas en estado de necesidad; BGH GA 1965, garse la posibilidad de internamiento prevista en el § 63, porque el
282: fraudes insignificantes; BGH NJW 1970,1.242: aproximación se- premio que se concede con la impunidad (cfr. supra, § 51 I 3) tam-
xual poco importante a un menor). Sin embargo, la misma jurispru- bién debe favorecer al incapaz de culpabilidad (de otra opinión, cla-
dencia considera que puede ser suficiente motivo para el internamien- ramente, BGH 23, 356 [359]) .13 Si, a pesar del desistimiento, el autor
to la comisión de un delito dep oca importancia, siempre que sea sin- sigue siendo peligroso, serán aplicables los preceptos del derecho
tomático por sí solo de una relevante peligrosidad de su autor (BGH regional relativos al internamiento.
24, 134 [136]). 8 El concepto de hecho antijurídico requiere la tipi- b) El autor debe ser incapaz de culpabilidad (§ 20) o tener su
cidad y la antijuricidad de la acción. La presencia de una causa de capacidad disminuida (§ 21). En los casos de capacidad disminuida
justificación excluye, por tanto, el internamiento del autor (RG HRR se impone el internamiento en el hospital psiquiátrico junto con la
1938, núm. 40). Quien incluya el dolo en el tipo de injusto (cfr. supra, pena (§ 67 I).
§ 24 III 4c), debe exigir también su presencia como presupuesto del
internamiento conforme al § 63. En todo caso, incluso los contrarios Si existen dudas sobre si debe excluirse totalmente la culpabilidad o sólo
disminuirse y el reo es absuelto en virtud de la aplicación del principio
a esta teoría exigen un "dolo natural", porque muchas veces no se in dubio pro reo, el § 63 es aplicable, porque de todos modos el precepto
puede determinar con seguridad, sin conocer el lado interno del he- viene en consideración en ambos casos (BGH 18, 167; 22, 1 [4] con nota
cho, qué tipo de delito se iba a cometer (BGH 3, 287 [289] .9 Un
10 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 745; Kohlrausch/Lange, § 42b Anm. A
I 2; LK (Lang-Hinrichsen), § 42b Anm. 15; H. Mayer, Grundriss, pág.' 180;
7 El OLG Karlsruhe, JR 1975, 473 considera que hasta la entrada en vi- Schonke/Schroder/Stree, § 63 Anm. 7.
gor de los §§ 63 II, 66 III debe imponerse normalmente conforme al § 67 II la 11 Así Blei, Allg. Teil, pág. 390; Bruns, JZ 1964, 478; Dreher, § 63 Anm. 2;
ejecución anticipada de la pena frente a los que tienen una capacidad de culpa- Maurach, Allg. Teil, pág. 888; Preisendanz, § 63 Anm. 2d; Mese, JZ 1953, 548;
bilidad disminuida; de esta opinión también Lackner, § 67 Anm. 2; críticamente, SK (Hom), § 63 Anm. 4; Welzel, Lehrbuch, pág. 264.
Hanack, JR 1975, 441 y ss. Sobre la ejecución en el hospital psiquiátrico, cfr. 12 Igualmente, Welzel, Lehrbuch, pág. 264.
Ehrbardt, Kriminologische Gegenwartsfragen 11 (1974), págs. 153 y ss. 13 Así Schlegl, NJW 1968, 25; Dreher, § 63 Anm. 2; Lackner, § 63 Anm.
8 Como aquí, Baumann, Unterbringungsrecht, pág. 40. 2a; SK (Horn), § 63 Anm. 8. Por el contrario, consideran Schonke/Schróder/
9 Cfr. Cramer, Der Vollrauschtatbestand, págs. 116 y ss.; Lackner, § 63 Stree, § 63 Anm. 6 y Geilen, J u S 1972, 79 que el internamiento sólo debe excluirse
Anm. 2a; Schonke/Schroder/Stree, § 63 Anm. 5; Schmidhauser, Allg. Teil, pá- cuando el desistimiento sea una prueba de la falta de peligrosidad.
gina 748.
1120 § 77. Medidas privativas de libertad III. Internamiento para la deshabituación 1121
favorable de Sax, JZ 1968, 533). Por el contrario, no es posible el interna- junto con la pena (BGH 11, 139). La realización de la medida per-
miento cuando no se sabe si el reo es completamente capaz de culpabilidad mite, además de la privación de libertad, profundas intervenciones
o tiene una capacidad disminuida, ya que se excluye el internamiento de una en la esfera de la personalidad.1* El tratamiento se rige por un cri-
persona completamente responsable (RG 70, 127 [128]; BGH GA 1975, 250). terio médico; debe pretenderse la curación o, por lo menos, la mejora
Mientras que en este caso se impone de todos modos una pena, cuando exis- del estado; se vigilará, asistirá y cuidará al enfermo (§ 136 StVollzG).
ten dudas sobre la capacidad de culpabilidad no se puede imponer ninguna
sanción: ni la pena, porque debe presumirse la incapacidad de culpabilidad En lo demás, es decisivo el derecho regional (§ 138 StVollzG). Espe-
en favor del acusado, ni el internamiento,14 porque tampoco están determina- cialmente difícil es la situación de los internos que no son realmen-
dos los presupuestos del internamiento. te enfermos mentales en sentido médico, ya que sufren el ambiente
del hospital psiquiátrico del mismo modo que éste ve perturbada su
c) Finalmente debe darse una prognosis desfavorable. La ley actividad por ellos (cfr. supra, § 77 II l). 1 9
exige para ello que, en base a una valoración total del hecho y del
autor, quepa esperar de éste, como consecuencia de su estado rele- 4. Si se lleva a cabo un proceso penal y, en su transcurso, se revela la
vantes hechos antijurídicos, 15 y, por lo tanto, pueda considerársele incapacidad de culpabilidad del acusado, se impondrá en el mismo proceso
peligroso para la comunidad. No son motivo suficiente hechos poco el internamiento después de haber oído la opinión de un perito (§ 246a StPO)
(BGH 22, 185). Si desde el primer momento, o ya en las diligencias preli-
peligrosos, aunque molestos, como acusaciones injuriosas ante las minares se comprueba la incapacidad de culpabilidad, el Ministerio Fiscal
autoridades (RG JW 1935, 2.367; KG DRZ 1948, 253), pequeñas es- podrá solicitar del tribunal que ordene el internamiento del reo en un pro-
tafas cometidas en estado de necesidad (BGH 20, 232) o tentativas cedimiento cautelar especial autónomo (§§ 413 y ss. StPO, 71 I StGB).
de estafa destinadas de antemano al fracaso (BGH MDR, 1971,
1.026). Además, es preciso que el peligro no pueda ser evitado de al-
III. El internamiento en un establecimiento de deshabituación (§ 64)
guna manera menos lesiva para el autor (principio de la menor inter-
vención posible). 1. La base de esta medida no está en el fin de seguridad, sino
en la finalidad correctora; por tanto, no puede decretarse si, des-
Ejemplos: Como medidas menos gravosas se consideran la vigilancia fa- de el primer momento, la cura de deshabituación carece de pers-
miliar (RG 69, 12 [13]; BGH NJW 1951, 450), la presentación espontánea pectivas de éxito (§ 64 II). El bebedor y el drogadicto, condena-
en un hospital psiquiátrico (de otra opinión, RG 76, 134), el establecimiento
de una tutela (RG HRR 1938, núm. 40; BGH LM § 42b, núm. 18; OLG Saar- dos por un hecho antijurídico relacionado con su vicio o que no
brücken NJW 1964, 1.633 [1.634]; restrictivamente, sin embargo, BGH 15, llegan a ser condenados por faltarle la capacidad de culpabilidad,
279 [284 y ss.]); el tratamiento psicoterapéutico voluntario (OLG Stuttgart deben ser sometidos a tratamiento en un establecimiento adecuado,
JZ 1951, 53); el internamiento decretado por las autoridades administrati- cuando existe el peligro de que a causa de su inclinación puedan come-
vas conforme a las leyes de internamiento regionales16 (la jurisprudencia ter otros hechos relevantes. Numéricamente, el internamiento en un
no es unitaria; cfr. BGH 7, 61 [63]; 12, 50; 17, 123 [126 y ss.].; 19, 348; centro de deshabituación no tiene ciertamente la misma importancia
24, 98)." que el internamiento previsto en el § 63, pero es tres veces más fre-
cuente que la custodia de seguridad (cfr. supra, § 5 V 2). También
3. Si se dan los presupuestos del internamiento éste debe impo- viene en consideración el internamiento previsto en el § 64 en el
nerse. La duración del internamiento no está limitada temporalmen- Derecho Penal de menores (§ 7 JGG).
te; la medida durará todo el tiempo que requiera para cumplir su 2. Los presupuestos del internamiento se refieren, por un lado,
finalidad; es posible que incluso dure toda la vida (§ 67d). En los a la personalidad del afectado; en segundo lugar, al hecho que lo
casos de incapacidad de culpabilidad se impondrá sólo el internamien- motiva; y, en tercer lugar, a la prognosis. El autor debe tener ten-
to ; en los casos de capacidad disminuida se impondrá el internamiento dencia a consumir en exceso bebidas alcohólicas20 u otras drogas

14 Críticamente, sobre esto, Geüen, JuS 1972, 75. 18 Cfr. sobre esto, detalladamente, Baumann, Unterbringungsrecht, pági-
15 Así ya la anterior jurisprudencia; cfr. BGH GA 1965, 282. nas 41 y ss. Sobre la relación entre los internos y el resultado del tratamiento
16 Cfr. por ejemplo la ley sobre el internamiento de enfermos mentales y cfr. Creutz, Allg. Zeitschrift für Psychiatrie 111 (1939), págs. 137 y ss.; Schottky,
drogadictos de 16-5-1955 del Baden-Württemberg (GB1, pág. 87). Sobre las leyes ibídem 117 (1941), págs. 287 y ss.
de internamiento de los Estados miembros de la Federación, cfr. Saage/Goppin- 19 Cfr. detalladamente Gruhle, MSchrKrim 1953, 9 y ss.; Haisch, NJW
ger, Freiheitsentziehung und Unterbringung, 1975. 1965, 330. Observaciones críticas sobre la situación de los internos en Calliess/
17 Cfr. también H. Mayer, Grundriss, pág. 181; por el contrario, In der Müller-Dietz, § 138 StVollzG § 138 Anm. 3.
Beeck, NJW 1963, 2.358 y ss. considera en todo caso preferente el internamiento 20 Sobre la personalidad del alcohólico, con ejemplos, Neumann, MSchr-
conforme al § 63. Krim 1962, 24 y ss.
1122 § 77. Medidas privativas de libertad IV. Internamiento para la terapia social 1123
21
(por ej., haschisch, LSD, heroína, cocaína, opio). Por tendencia, se 4. El internamiento en el establecimiento de deshabituación también
entiende la inclinación intensiva, basada en la disposición o en la puede imponerse autónomamente en un proceso cautelar, cuando no se
habitualidad, al alcohol o a las drogas; por exceso, la embriaguez puede llevar a cabo un proceso penal por la incapacidad de culpabilidad o
reiterada que produce daños en la salud o en la capacidad laboral. procesal del reo (§§ 413 y ss. StPO, 71 I StGB).
El hecho que motiva el internamiento debe haberse cometido en
situación de embriaguez o bajo el efecto de drogas (por ej., § 330a), IV. El internamiento en un establecimiento de terapia social (§ 65)
o ser atribuible a la tendencia (OLG Celle NJW 1958, 270: estafa o
falsedad documental para procurarse drogas). Condenar significa 1. El internamiento en un establecimiento de terapia social (§ 65)
que, por lo menos, se pronuncie el veredicto de culpabilidad, por ej., es la medida central creada en la reforma para la resocialización de
conforme al § 59 o al § 60. La jurisprudencia exige que haya una delincuentes con profundas alteraciones en su personalidad.26 Esta
relación causal, es decir, que el hecho tenga valor sintomático del medida debería constituir el núcleo del sistema, ya que dispone el
alcoholismo (BGH Dallinger, MDR 1971, 895, así como Dallinger, empleo de un nuevo instrumentario en el tratamiento de los delin-
MDR 1972, 196). Por último, se exige que exista el peligro de que el cuentes, prevé el intercambio entre las diferentes medidas (§ 67a)
autor, a consecuencia de su tendencia, cometa nuevos hechos anti- y posibilita el traslado del preso del establecimiento penitenciario
jurídicos relevantes (por tanto, no de poca importancia). La puesta al de terapia social (§ 9 StVollzG). Sin embargo, la ley de 30-7-1973
en peligro de sí mismo no es suficiente ya que no incumbe al Derecho (BGB1. I, pág. 909) aplazó la entrada en vigor de los preceptos rela-
Penal la asistencia a los bebedores (OLG Hamm NJW 1974, 614). tivos a esta medida (§§ 61 núms. 35, 65 entre otros) hasta el 1-1-1978,
Tanto en relación con la probabilidad, como respecto a la relevancia por considerar, con razón, que los Estados miembros de la Federación
de los nuevos hechos el § 64, en atención a la finalidad terapéutica no podrían antes de esa fecha poner en marcha los preparativos ne-
que se persigue como meta principal, impone menos requisitos que cesarios para la instalación de estos establecimientos. Entre tanto,
el § 6S.22 También aquí debe darse preferencia a medidas menos ra- se ha confirmado que ni siquiera este aplazamiento es suficiente; un
dicales.23 Frente a las leyes de internamiento, el § 64 es preferente Anteproyecto elaborado en el Ministerio de Justicia Federal, que se
conforme al principio de especialidad.24 convertirá probablemente en ley, prevé que la puesta en marcha del
3. Según el § 64, el tribunal debe imponer el internamiento, si establecimiento de terapia social se aplace hasta el 1-1-1988. Con
se dan los presupuestos de la medida. El internamiento se impondrá ello se abre, al mismo tiempo, la posibilidad de que se modifique sus-
junto con la pena, si el autor es condenado por el hecho que lo motiva. tancialmente el discutible concepto de establecimiento de terapia so-
La duración está limitada a un máximo de 2 años (§ 67d I ) ; este cial o de que incluso se abandone.26» De este modo puede que del
tiempo no puede ser superado por imposición reiterada del mismo nuevo sistema de medidas, en el que se habían puesto tantas espe-
tribunal o de varios tribunales. Normalmente, el internamiento se ranzas, sólo quede una parte o que incluso no llegue a realizarse.
cumple en establecimientos psiquiátricos cerrados. 26 El plan de ejecu-
ción lo determinará el establecimiento competente (§§ 53 I, 22 I St- 2. Fin de la medida es la actuación intensiva y sistemática con moder-
VollstrO). La finalidad del tratamiento es la curación y la elimina- nos métodos de terapia social sobre grupos de delincuentes especialmente
ción del defecto que condiciona la tendencia (§ 137 StVollzG). Por lo peligrosos que perjudican notablemente la seguridad de la comunidad; pero
que no están totalmente perdidos para una resocialización con éxito, si bien
demás, la ejecución del internamiento se rige por el derecho regional ésta no puede conseguirse con los medios habituales que se emplean en los
(§ 138 StVollzG). establecimientos penitenciarios. El establecimiento de terapia social (en
lugar del establecimiento de custodia previsto, dentro de estrechos límites,
en el § 82 II del Proyecto de 1962) fue tomado del § 69 del Proyecto Alter-
21 Detenidas exposiciones de toda la problemática del consumo de drogas nativo donde constituía "una de las novedades más importantes" (Funda-
y su represión en Dietze, GA 1972, 129 y ss.; Herrmann, ZStW 86 (1974), pági- mentación, pág. 133). Modelos extranjeros27 fueron los establecimientos 4a-
nas 423 y ss.; Kreuzer, ZStW 86 (1974), págs. 379 y ss.; el mismo, Drogen und
Delinquenz, 1975; LK (Lang-Hinrichsen), Anhang zu § 42c.
22 Cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 270; Dreher, § 64 Anm. 6; Lackner,
§ 64 Anm. 2d; Preisendanz, § 64 Anm. 4. 26 Así Hanack, Kriminologische Gegenwartsfragen 10 (1972), pág. 82. Cfr.
23 De otra opinión, Schonke/Schroder/Stree, § 64 Anm. 10, que niega aquí, también Blau, ZStW 89 (1977); págs. 538 y ss.
como en el § 63, el principio de la menor intervención posible. 26a Blei, Allg. Teil, pág. 394 se pronuncia en favor de una solución en el
24 Cfr. con detalles Baumann, Unterbringungsrecht, pág. 71. ámbito de la ejecución (§ 9 StVollzG) solicitando la supresión del establecimiento
25 Sobre la ejecución, detalladamente, Baumann, Unterbringungsrecht, de terapia social como medida judicial.
páginas 66 y ss.; Steigertahl, Blatter f. Gefángniskunde 69 (1938/39), páginas 27 Cfr. sobre esto Eisenberg, NJW 1969, 1.554 y ss.; Kaiser/Schdch/Eidt/
38 y siguientes. Kerner, Strafvollzug, págs. 227 y ss.; Hilde Kaufmann, Kriminologie III, pá-
ginas 160 y ss.
1124 § 77. Medidas privativas de libertad IV. Internamiento para la terapia social 1125

neses de Herstedvester y Horsens, 28 la van der Hoeven-Klinik en Utrecht, 29 de delincuentes:35 para delincuentes multireincidentes peligrosos con nota-
el establecimiento W. P. J. Pompe en Nimega y la Haxwell-Jones-Clinic en bles alteraciones de personalidad que no son susceptibles de tratamiento en
Londres. En Alemania se pusieron en marcha algunos establecimientos ex- el establecimiento penitenciario normal (§ 65 I núm. 1 ) ; para delincuentes
perimentales, 30 por ejemplo, en el hospital penitenciario de Hohensasperg 31 sexuales peligrosos (aunque sólo hayan delinquido una vez) (§ 65 I núm. 2 ) ;
en Stuttgart, en Berlín-Tegel, en Duren 32 y en Hamburgo-Bergedorf. Las para jóvenes reincidentes que no son susceptibles de tratamiento en esta-
dificultades que surgen con la puesta en marcha del establecimiento de tera- blecimientos educativos o penitenciarios normales y en los que dé una valo-
pia social como medida duradera se refieren, por un lado, a la financiación ración del hecho y del autor se deduce que pueden convertirse en delincuen-
y a la selección de personal cualificado. Se ha calculado que en la República tes de tendencia (§ 66) (§ 65 II) ; 3 6 y, finalmente, para incapaces de culpa-
Federal Alemana serían necesarios unos 20 establecimientos de esta clase, bilidad o con capacidad disminuida, peligrosos para la comunidad, cuya re-
cada uno de ellos con capacidad para 200 internos y con una plantilla de socialización puede conseguirse mejor a través del tratamiento en el esta-
12-15 médicos y psicólogos, 20 asistentes sociales, 4 pedagogos, 75 vigilantes blecimiento de terapia social que en el hospital psiquiátrico (§§ 63 II, 65 I I I ) .
y número aún mayor de funcionarios administrativos con el necesario per- Además, se prevé el traslado administrativo de los reclusos desde el esta-
sonal burocrático. Todo esto habría costado ya en 1969 6,5 millones de mar- blecimiento penitenciario al de terapia social, si el tratamiento que se em-
cos.83 A ello deben añadirse las dificultades que surgen en la aplicación de plea en éste parece más adecuado para conseguir la resocialización (§ 9
la terapia; debidas, por una parte, a que el paciente sólo acepta al terapeuta StVollzG).
a la fuerza, dadas las condiciones de falta de libertad en que se desarrollan 4. Como métodos de tratamiento 37 vienen en consideración: la terapia
las entrevistas, lo que dificulta enormemente la creación de un buen clima individual orientada psicoanalíticamente, la terapia de grupo psicoanalítica
para el tratamiento. También en la terapia de grupo surgen dificultades (discusión en grupo, psicodrama, group counsetting), la terapia del compor-
similares, ya que la experiencia enseña que los pacientes se ocultan entre tamiento orientada en la psicología del aprendizaje, la ergoterapia (que su-
sí sus delitos, especialmente cuando se trata de graves delitos sexuales que pone sobre todo la creación de centros de trabajos orientados pedagógica-
también en el establecimiento penitenciario aislan a su autor del resto de mente), la terapia que facilita el contacto con el mundo exterior (visitantes,
los reclusos. Otra cuestión delicada es la inclusión de los problemas del es- contactos familiares, salidas al exterior controladas) y la terapia ocupa-
tablecimiento en la entrevista terapéutica, ya que muchas veces se cae fá- cional (deporte, música, teatro, aficiones). A ello se añaden las medidas me-
cilmente en delaciones, hipocresía y buenas palabras. Muchas veces la in- dicamentosas y operativas, por ejemplo, la castración o las intervenciones
teligencia del paciente no está a la altura del plan terapéutico, porque la estereotaxicas como la cirugía cerebral, que supone el consentimiento del
reincidencia frecuente es signo de poca inteligencia. Finalmente las amplias paciente (cfr. BT-Drucksache V/4.095, pág. 30).
facilidades que se dan en el establecimiento para producir un mínimo de 5. La Ley Penitenciaria contiene sólo unos pocos preceptos relativos a
clima terapéutico, provocan, sobre todo cuando se trata de personalidades la ejecución del internamiento en el establecimiento de terapia social (§§ 123-
inestables y débiles, rápidamente desórdenes, abusos y perturbaciones, que 128 StVollzG). La meta del tratamiento es, al igual que la meta general del
pueden dificultar gravemente la marcha del establecimiento, como demues- sistema penitenciario (§ 2 pfo. 1 StVollzG), capacitar al condenado para
tran las experiencias habidas en Duren. 84 llevar en el futuro con responsabilidad social una vida sin delitos; los me-
3. El establecimiento de terapia social está pensado para cuatro grupos dios a emplear para conseguir esta meta son el tratamiento terapéutico, la
asistencia social y la ayuda después de la liberación llevada a cabo por per-
sonal especializado (§ 123 StVollzG). Los preceptos generales sobre la eje-
cución de las penas privativas de libertad (§§ 2-122 StVollzG) completan
28 Cfr. Stürup, Treating the "Untreatable" Chronic Crimináis at Hersted-
vester, 1968; el mismo, Heinitz-Festschrift, págs. 533 y ss.; Hoeck-Gradewwitz, los pocos preceptos específicos. El internamiento en un establecimiento de
en: Ehrbardt, Perspektiven der heutigen Psychiatrie, págs. 246 y ss. terapia social se regulaba, en cambio, detenidamente, incluso respecto a la
29 Cfr. A. M. Roosenburg, SchwZStr 81 (1965), págs. 391 y ss.; Jessen, terapia aplicable misma, en el Proyecto-Alternativo de Ley General Peni-
Nederlands Tijdschrift voor Criminologie 11 (1969), págs. 173 y ss.; Rotthaus, tenciaria (§§ 162-171).
MSchrKrim 1975, 83 y ss.
30 Cfr. Kaiser/Schoch/Eidt/Kerner, Strafvollzug, págs. 231 y ss.
31 Cfr. Mauch/Mauch, Sozialtherapie und die sozialtherapeutische Anstalt,
1971.
32 Sobre la organización del establecimiento de Duren Rasch, Kriminolo-
gisches Journal 1973, 3 y ss.; sobre las dificultades que surgieron tras la vuelta
a su estructura anterior, Felizitas Sagebiel, Kriminologisches Journal 1973, 16 35 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 892 y ss.; Zipf, JuS 1974, 274 y ss. So-
y siguientes. bre la realización del informe, Landecho, JZ 1971, 672 y ss.
33 Cfr. Hanack, Kriminologische Gegenwartsfragen 10 (1972), págs. 85 36 Sobre la negativa a incluir delincuentes jóvenes en el establecimiento de
y ss. Hasta cierto punto se han confirmado las objeciones que Jescheck, ZStW 80 terapia social reservado a los adultos, Gummel, Jungtaterverwahrung, pág. 55.
(1968) págs. 80 y ss., formulaba en relación con la financiación y la contratación 37 Cfr. Dilger, MSchrKrim 1969, 255 y ss.; Eisenberg, NJW 1969, 1.553
de personal. A pesar de estas experiencias, Baumann, Allg. Teil, pág. 750, pre- y ss.; el mismo, Kriminologische Gegenwartsfragen 9 (1970), págs. 104 y ss.;
tende mantener la concepción del Proyecto Alternativo mucho más amplia. Hilde Kaufmann, Kriminologie III, págs. 175 y ss.; Mauch/Mauch, Sozialthe-
34 Cfr. Jescheck, MPG-Jahrbuch, 1975, 59; Hilde Kaufmann, Kriminolo- rapie, págs. 40 y ss.; Helga Einsele, en: Die Strafvollzugsref orm, págs. 145 y ss.;
gie III, págs. 172 y ss. Kaiser/Schoch/Eidt/Kerner, Strafvollzug, págs. 224 y ss.; Zipf, JuS 1974, 274.
1126 § 77. Medidas privativas de libertad V. El internamiento en custodia de seguridad 1127

tiene que ser mayor de 25 años; 42 pero la entrada en vigor de este


V. El internamiento en custodia de seguridad (§ 66) precepto, como la de los demás relativos a esta medida, ha sido de
nuevo aplazada (cfr. supra, § 77 IV 1).
1. La finalidad de la custodia de seguridad, la medida más im-
portante del antiguo y del nuevo derecho vigente, es proteger la so- La custodia de seguridad43 se aplicó frecuentemente en los primeros
ciedad del delincuente por tendencia peligroso, frente al que se ha años a partir de su introducción, con el fin de combatir drásticamente la re-
demostrado como ineficaz incluso la permanencia prolongada en pri- incidencia de toda clase. Pero a partir de 1945 los Tribunales mostraron
sión.88 La primacía del fin cautelar no excluye, sin embargo, que grandes reservas, porque tenían serias dudas frente a la gravedad de una
mientras dure la ejecución de la medida tenga lugar un tratamiento intervención que prolongaba la detención de un modo relevante sin estar
intensivo, adecuado a las peculiaridades del delincuente por tendencia, apoyada en el principio de culpabilidad.44 Mientras que hasta 1939 se impu-
con el fin de conseguir su resocialización y una cuidadosa prepara- so la custodia de seguridad a más de 1.000 personas por término medio al
ción para la suspensión condicional (§§ 67d II StGB, 134 StVollzG).39 año e incluso en 1938 hubo un día en el que se encontraban sometidas a
La antigua custodia de seguridad fue reformada ya por la 1. a StrRG. 40 esta medida casi 4.000 personas;46 en 1967 el número de condenas fue toda-
Por un lado, se precisaron con mayor rigor los presupuestos de su vía ligeramente superior a 200 anuales, en 1970, 110; en 1974 sólo 69 y el
31-3-1974 se encontraban sometidos, en total, a esta medida sólo 376 perso-
imposición, para no incluir por más tiempo, como hasta entonces nas (cfr. supra, §5 V 2 y § 5 V I ) . Con la reforma del § 66 las cifras dis-
había sucedido preponderantemente, los delincuentes pasivos del sec- minuirán aún más. La custodia de seguridad va a comprender en el futuro
tor de la criminalidad patrimonial de escasa o mediana significación, sólo a aquellos delincuentes realmente peligrosos del sector de la crimina-
que actúan más por debilidad que por energía criminal (BT-Druck- lidad grave (cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 21).
sache V/4.094, páginas 18 y siguientes) (cfr. supra, § 9 III 1). Por
otro lado, se facilitó el internamiento de los delincuentes realmente Las objeciones juridicoconstitucionales que se han formulado con-
peligrosos del sector de la criminalidad de mayor gravedad, al aten- tra la custodia de seguridad no son convincentes.46 Quien abusa de la
der a la hora de realizar la prognosis de peligrosidad al momento libertad para cometer reiteradamente graves delitos y muestra tam-
de la condena y no, como se hacía anteriormente, atendiendo al mo- bién una peligrosidad de cara al futuro, debe, en interés de la legítima
mento, muchas veces lejano, de la liberación del establecimiento pe- necesidad de protección de la sociedad, ser sometido a las necesarias
nitenciario. 41 Además, se suprimió el § 20a a.r., injustificado desde limitaciones de sus movimientos (sobre la ejecución de la custodia de
el punto de vista de un Derecho Penal de culpabilidad, que dispo- seguridad BVerfGE 2, 118 [120]) (cfr. además supra, § 9 II l). 4 7
nía la agravación de la responsabilidad penal de los delincuentes 2. Debe distinguirse entre la custodia de seguridad prescrita obli-
habituales peligrosos (cfr. sobre ello la 1.a edición de este Tratado, gatoriamente, cuando se trata de delincuentes condenados anterior-
páginas 570 y ss.) al desconectar este requisito de los presupuestos mente (§ 66 I) y la custodia de seguridad reservada al arbitrio del
de la custodia de seguridad. La medida, que no puede ser impuesta tribunal cuando se trata de delincuentes que han cometido anterior-
ni a menores (§ 7 JGG), ni a jóvenes adultos (§ 106 II 1 JGG), tam- mente delitos que aún no han sido condenados (§ 66 II). La custodia
poco se impone normalmente, según la praxis que ha venido rigiendo de seguridad de los delincuentes condenados anteriormente está
hasta la fecha, a personas menores de 30 años. En relación con los vinculada a cuatro presupuestos:
preceptos que regulan el establecimiento de terapia social, debería a) Por un lado, deben existir según el § 66 I núm. 1 dos condenas
haber estado en rigor el 1-1-1978 una nueva redacción del § 66, se-
gún la cual el autor del hecho que motiva la imposición de la medida
42 Objeciones en contra en Maurach, Allg. Teil, pág. 894.
43 Sobre la historia de las medidas de seguridad contra delincuentes peli-
grosos desde la CCC, Rietzsch, en: Dringende Fragen der Sicherungsverwah-
38 Cfr. Baumann, Allg. Teil, pág. 752 y ss.; Lackner, § 66 Anm. 1; Schmid- rung, págs. 25 y ss.
hauser, Allg. Teil, pág. 832. 44 Cfr. sobre esto Dreher, DRiZ 1957, 52 y ss. /
39 Cfr. sobre esto, Rudolph, DRiZ 1956, 176 y ss. Sobre las anteriores cifras 45 Cfr. la estadística en Exner, Arbeitsbericht über die Sitzungen der Ge-
de reincidencia, Brückner, DRiZ 1955, 291. La disminución del número de los sellschaft für deutsches Strafrecht, pág. 92.
sometidos a custodia de seguridad con la nueva configuración del § 66 debe pro- 46 Así, por H. Mayer, Lehrbuch, pág. 380; el mismo, Grundriss, pág. 185;
vocar, entre otras cosas, en el sistema de ejecución renovadas aspiraciones por Hall, ZStW 70 (1958), pág. 54 (aunque ambos se refieren al derecho anterior-
conseguir la resocialización y aumentar la ayuda tras la liberación; cfr. BT- mente vigente).
Drucksache V/4.094, pág. 21. 47 Así la doctrina absolutamente dominante; cfr. Bruns, ZStW 71 (1959),
40 Cfr. Hanack, Kriminologische Gegenwartsfragen, 10 (1972), págs. 15 página 212; Bockelmann, Allg. Teil, pág. 274; Dreher, § 66 Anm. 2; Lackner,
y siguientes. § 66 Anm. 1; LK (Lang-Hinrichsen), § 42e Anm. 10 y ss.; Sax, Die Grundrechte,
41 Cfr. sobre esto Blei, J A 1971, 273; Dreher, § 66 Anm. 2; Hortskotte, tomo II 2, págs. 964 y ss.; Schonke/Schróder/Stree, § 66 Anm. 3; SK (Horn), § 66
JZ 1970, 156; Schróder, J Z 1970, 93 y ss. Anm. 2; Stree, Deliktsfolgen, pág. 223.
1128 § 77. Medidas privativas de libertad V. El internamiento en custodia de seguridad 1129

anteriores firmes por delito doloso que tenga asignada una pena pri- exigía ningún límite mínimo). En el caso de pena compleja, la pena
vativa de libertad (también pena de menores) de por lo menos un unitaria resultante debe ser de por lo menos dos años (BGH NJW
orno (antes 6 meses), considerándose la condena a una pena compleja 1972, 834).
como una sola condena (§§ 66 III 1, 48 III 1) .48 Al comprender sólo d) Junto a estos tres presupuestos formales, está el presupuesto
la criminalidad más grave, en los casos de condena a pena compleja, material decisivo que tiene la finalidad de limitar la custodia de se-
deberá exigirse que ésta contenga una pena única de un año de du- guridad a los delincuentes importantes, realmente peligrosos.53 De
ración como mínimo (BGH 24, 243 [245]; 345 [347]). 49 El mismo una valoración total del reo y del hecho, debe deducirse que aquél
presupuesto rige también, para la pena unitaria de menores ( § 3 1 es peligroso para la comunidad a consecuencia de su tendencia a co-
JGG), exigiéndose también aquí que por lo menos se haya cometido meter delitos de relevante importancia.54 Dada la limitación de la cus-
un hecho que deba ser castigado con una pena de menores de por lo todia de seguridad a la criminalidad importante, debe interpretarse el
menos un año de duración (BGH 26, 152) .60 En interés de la lucha precepto restrictivamente (OLG Schleswig SdelHA 1971, 67) .55
contra la criminalidad internacional se tienen también en cuenta las
condenas anteriores que han sido pronunciadas en el extranjero La imagen del delincuente por tendencia se caracteriza por la proceden-
(§ 66 III 2). En lo que se refiere a la sucesión temporal, el segundo cia de difíciles circunstancias educativas y sociales deficitarias, por la ac-
tividad criminal anterior (especialmente criminalidad precoz y alta frecuen-
delito debe haberse cometido después de que la primera condena pre- cia de reincidencia), por la clase de los delitos cometidos (sobre todo espe-
via sea firme.61 cialista y comisión profesional), por la ausencia de toda vinculación (por ej.,
b) Una novedad es que se exige ahora para la custodia de segu- carencia de un domicilio fijo y de relaciones familiares) y por la falta de in-
ridad que se haya cumplido previamente a su imposición una pena o teligencia y graves anomalías de carácter (especialmente horror al trabajo).56
medida privativa de libertad que haya durado en total dos años, por Los delitos que deben tenerse en cuenta en la valoración total deben ser sin-
lo menos (§ 66 I núm. 2). Este cumplimiento previo puede ser moti- tomáticos, es decir, dar a conocer la clase y dirección de criminalidad que
vado por la ejecución de una pluralidad de condenas, pero cada una es característica precisamente del reo (BGH GA 1969, 25 [26]; BGH 24,
de estas condenas debe haber sido a una pena privativa de libertad de 153 [156]). La tendencia debe además referirse a delitos r elevantes.™ Este
por lo menos un año de duración. Con este presupuesto se pretende concepto viene explicado en la ley a través de ejemplos a los que, sin em-
bargo, no se limita naturalmente la imposición de la custodia de seguridad
destacar especialmente el carácter de la custodia de seguridad como (BGH 24, 153 [154 y ss.]; OLG Hamburg NJW 1971, 1.574). Expresamen-
último medio de la Política criminal (cfr. BT-Drucksache V/4.094, te se citan aquellos delitos "por los que se producen graves daños corporales
página 20). La privación de libertad abonada (por ej., prisión pre- o psíquicos a la víctima, o graves perjuicios económicos".58 La relevancia de
ventiva, detención previa a la extradición, § 51) se considera como las lesiones jurídicas que cabe esperar, puede deducirse de la presencia de
pena cumplida (§§ 66 III 1, 48 III 2). diversos hechos punibles en sí de poca importancia (por ej., de la continua-
c) Tras las dos condenas previas firmes y tras el cumplimiento ción que cabe esperar en su actividad como carterista o como estafador),
previo de la pena, el reo debe haber cometido el delito que motiva la aunque deben excluirse por completo los casos de criminalidad de poca im-
imposición de la custodia de seguridad.52 Éste debe ser un delito do- portancia, por más que se sepa que van a repetirse con su frecuencia (BGH
loso, por cuya causa el reo deba ser condenado a una pena privativa 24, 153 [155] ; OLG Hamm MDR 1971, 155, OLG Koln MDR 1971, 154; OLG
de libertad de por lo menos dos años de duración (hasta ahora no se
53 Cfr. Horstkotte, JZ 1970, 155; Lackner, § 66 Anm. 5a bb; BT-Druck-
48 Esto vale también para los casos de formación posterior de la pena com- sache V/4.094, págs. 19 y ss.
pleja conforme al § 55 StGB y el § 460 StPO; en contra, sin razón, SK (Horn), 54 Con la elección del concepto típico criminológico de "delincuente por ten-
§ 66 Anm. 9. dencia", en lugar del de "delincuente habitual" (§§ 20a, 42e a.r.), se pretendía
49 Así, también, Hortskotte, JZ 1970, 155; Lackner, § 66 Anm. 3b aa; LK aclarar que la tendencia criminal no debía basarse en el hábito, sino que tam-
(Lang-Hinrichsen), § 42e Anm. 2 1 ; Schdnke/Schroder/Stree, § 66 Anm. 10; bién podía estar condicionada por una débil voluntad, por defectos corporales o
SK (Horn), § 66 Anm. 10. De otra opinión, Dreher, § 66 Anm. 5; el mismo, MDR por incontrolables defectos constitucionales; cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 896.
1972, 826 y ss.; Lenckner, Strafe, Schuld und Schuldfáhigkeit, pág. 202. Especialmente viene en consideración la custodia de seguridad frente a los que
50 Igualmente, Blei, JA 1975, 660. En contra, Dreher, § 66 Anm. 5. tienen una capacidad de culpabilidad disminuida (BGH 24, 160 [161 y ss.]).
51 Igualmente, BT-Drucksache V/4.094, pág. 19; Hortskotte, JZ 1970, 155; 55 Así, Schdnke/Schroder/Stree, § 66 Anm. 21; Weihrauch, NJW 1970,
Lackner, § 66 Anm. 3b bb; LK (Lang-Hinrichsen), § 42e Anm. 20. En contra, página 1.897.
Blei, Allg. Teil, págs. 394 y ss.; Dreher, § 66 Anm. 5; Schdnke/Schroder/Stree, 56 Cfr. sobre esto, detenidamente, Schdnke/Schroder/Stree, § 66 Anm. 22
§ 66 Anm. 7; SK (Horn), § 66 Anm. 8. y siguientes.
52 Igualmente, Horstkotte, JZ 1970, 155; Lackner, § 66 Anm. 3a; Mau- 57 Sobre esto, detalladamente, con propuestas para la delimitación del con-
rach, Allg. Teil, pág. 895; Schdnke/Schroder/Stree, § 66 Anm. 16. De otro modo, cepto de "relevancia", Lang-Hinrichsen, Maurach-Festschrift, págs. 314 y ss.
Dreher, § 66 Anm. 5; SK (Horn), § 66 Anm. 8, que también en este caso conside- 58 Cfr. sobre esto Greiser, NJW 1971, 789 y ss. En la valoración de los
ran indiferente el orden sucesivo. daños materiales debe atenderse a un criterio objetivo (BGH 24, 160 [163]).

28. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1130 § 77. Medidas privativas de libertad V. El internamiento en custodia de seguridad 1131
Celle NJW 1970, 1.199; OLG Hamburg ífJW 1971, 1.574).«> Finalmente, el años (§ 67d I 1 tercer supuesto). La Comisión de Ejecución de Penas
delincuente por tendencia debe ser peligroso para la comunidad. Esto signi- (•§ 463 III, 454, 462a StPO) puede, no obstante, suspender la ejecu-
fica que en el momento del enjuiciamiento (BGH 24, 160 [164]) debe existir
ción condicionalmente, tan pronto como parezca favorable la prog-
la probabilidad de que el reo, en base a su tendencia, cometerá otros delitos
relevantes y de que no será suficiente la aplicación de otras medidas menos nosis social (§ 67d II) .62
drásticas o que no podrá disponerse de ellas (por ej., vigilancia por la poli-
6. La ejecución de la custodia de seguridad se rige por los §§ 129-135
cía, BGH NJW 1951, 203; internamiento en un centro de deshabituación
StVollzG. El sistema vicarial entre penas privativas de libertad y medidas
(§ 64); custodia familiar, RG 72, 356 (358), internamiento en un hospital
está excluido en la custodia de seguridad (§ 67 I), ya que en ella no se lleva
psiquiátrico, RG HRR 1935, núm. 1.094).60
a cabo ningún tratamiento específico, que podría ser puesto en peligro por
Cuando se dan los presupuestos previstos en el § 66, debe impo- la ejecución preferente de la pena, y el sometido a custodia de seguridad no
puede ser puesto en mejor situación que el condenado a una pena privativa
nerse la custodia de seguridad (BGH J Z 1969, 196, con nota contra-
de libertad (BT-Drucksache V/4.095, pág. 31). 63 Pero el § 67c I ofrece una
ria de Hellmer). El tribunal sólo tiene un ámbito discrecional a la compensación, al permitir que la Comisión de Ejecución de Penas pueda
hora de determinar los elementos del presupuesto material. suspender condicionalmente la medida después de haberse ejecutado la pena
3. La imposición facultativa de la custodia de seguridad cuando privativa de libertad. Fin de la ejecución es, junto a la protección de la
se trata de delincuentes que han cometido anteriormente otros comunidad, ayudar al condenado, capacitándole para reintegrarse a la vida
delitos (§ 66 II), crea la posibilidad de incluir también en casos ex- en libertad (§ 129 StVollzG). Los preceptos sobre la ejecución de la pena
cepcionales al "delincuente h a b i t u a l " peligroso, que h a conseguido privativa de libertad rigen también en la ejecución de esta medida (§ 130
hasta entonces sustraerse a una condena o al cumplimiento de la pena StVollzG), aunque hay algunos preceptos específicos que diferencian la cus-
(BT-Drucksache V/4.094, pág. 21) (BGH N J W 1976, 300) . 61 El reo todia de seguridad de las penas privativas de libertad (§§ 131-133 StVollzG).
debería haber merecido en este caso por la comisión de t r e s delitos No obstante, apenas es posible marcar diferencias esenciales entre la eje-
cución de la pena y la de la custodia de seguridad, en base a las condiciones
dolosos sintomáticos una pena privativa de libertad por cada uno
de funcionamiento del establecimiento de cumplimiento. El Proyecto Alter-
de por lo menos un año y por uno o varios de estos delitos (pena nativo de Ley General Penitenciaria se esfuerza en configurar del modo más
compleja) haber sido condenado a una pena unitaria privativa de soportable posible la custodia que tan grave carga supone para el condenado.
libertad de por lo menos 3 años. Al faltar aquí las condenas y el cum- 7. En otros países como Suecia, el internamiento ha perdido práctica-
plimiento anteriores, se tuvieron que poner especialmente altos los mente importancia; 64 en Inglaterra la custodia (preventive detention) ha
límites de la condena que motiva la imposición de la medida. El pre- sido sustituida en 1973 por una pena privativa de libertad prolongada (ex-
supuesto material de la delincuencia por tendencia es, por lo demás, tended sentence); en Francia la "tutelle pénale" (art. 58 C. P . ) w introdu-
el mismo que en el caso del § 66 I núm. 3. cida en 1970 se corresponde tanto en su fin como en su realización con la
custodia de seguridad. Austria ha introducido en los §§ 23, 24 StGB aus-
4. A causa de la llamada prescripción de la reincidencia (§§ 66 III 1, 48 tríaco un internamiento de los delincuentes reincidentes peligrosos similar
LV), no se tendrá en cuenta en la determinación de los presupuestos forma- al del Derecho alemán.65» En la República Democrática Alemana la amplia
les del § 661 y II un delito cometido anteriormente, cuando entre él y el delito y estricta agravación para los reincidentes (§ 44 StGB República Democrá-
siguiente ha pasado un plazo superior a 5 años; en este período no se compu- tica Alemana) desempeña al mismo tiempo la tarea de asegurar la so-
tará, sin embargo, el tiempo durante el cual el reo ha estado internado en ciedad.651'
un establecimiento por orden de la autoridad.
62 Según Dreher, DRiZ 1957, 52 la libertad condicional regulada en el an-
5. La duración del internamiento en custodia de seguridad es in- tiguo § 42f II a.r. tenía lugar a los tres años por término medio, sin embargo,
determinada. El grado máximo del primer internamiento es de 10 el tiempo de duración de la ejecución debería prolongarse, ya que ahora sólo se
comprenden los casos más graves.
63 En contra, Hanack, Kriminologische Gegenwartsfragen 10 (1972), pági-
nas 77 y ss.; Jescheck, ZStW 80 (1968), pág. 83. En Suiza la custodia se impone,
59 Coincidente, Dreher, § 66 Anra. 14; LK (Lang-Hinrichsen), § 42e Anm. según el art. 42 1.° del StGB suizo, en lugar de la ejecución de la pena priva-
65 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 66 Anm. 39 y ss.; Lang-Hinrichsen, Mau- tiva de libertad; por el contrario, en Austria rige la misma regulación que en
rach-Festschrift, pág. 315; Zipf, JuS 1974, 275; Hortskotte, JZ 1970, 155, pero Alemania, cfr. § 24 StGB austríaco; cfr. Maria Rieder, ÓJZ 1976, 390 y ss.
el último sólo cuando se trata de una "planificación unitaria". En contra, Weih- 64 Cfr. Simson, Das schwedische Kriminalgesetzbuch, Einführung, pági-
rauch, NJW 1970, 1.898; Neu, MDR 1972, 915, que consideran suficiente la rele- na 70; Sveri, ZStW 80 (1968), págs. 186 y ss. Sobre el internamiento cfr. Aggel
vancia de un solo hecho. Lackner, § 66 Anm. 5 a bb, atiende, con razón, al "ca- Thomstedt, Das schwedische Strafrecht, págs. 293 y ss.
rácter perturbador de la paz de los frecuentes hechos punibles". 65 Cfr. Larguier, Rev se crim 1973, 676 y ss. (con referencias jurispru-
60 Con muchas reservas, Lackner, § 65 Anm. 5a ce. denciales) .
61 Cfr. sobre esto, Maurach, Allg. Teil, pág. 895; Hortskotte, JZ 1970, 155; 65a Cfr. Moos, en: Zum neuen Strafrecht, págs. 69 y ss.
LK (Lang-Hinrichsen), § 42e Anm. 87. 65b Cfr.. Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, págs. 484 y ss.
1132 77. Medidas privativas de libertad VIL Duración del internamiento 1133
las Penas puede imponer también posteriormente o anular la ejecución an-
VI. Sistema de la vía única en la ejecución de las medidas priva- ticipada de la pena, si las circunstancias personales del reo así lo aconsejan
tivas de libertad (§ 67 III). En este caso, es decisivo el precepto 68 que impone en virtud de
1. La reforma ha modificado las medidas privativas de libertad la ley el abono completo en la pena del tiempo cumplido durante la ejecución
de la medida (§ 67 IV) y también, yendo más allá de lo que dispone el § 57 I,
profundamente al sustituir la estricta diferenciación entre penas y
la suspensión condicional del resto de la pena privativa de libertad que quede
medidas (sistema de la doble vía) en el ámbito de su imposición por por cumplir, una vez que haya sido abonado el tiempo de ejecución de la
un amplio sistema de vía única en el ámbito de la ejecución. E n ello medida, aunque el abono no llegue a alcanzar los dos tercios de la pena
no hay ninguna contradicción, ya que parece lógico m o s t r a r clara- impuesta (§ 67 IV 1).
mente al acusado y a la opinión pública en la sentencia del tribunal 6) Además está previsto el intercambio de las medidas durante la eje-
que conoce el hecho la distinta significación de la pena y de la medida cución (§ 67a). La Comisión de Ejecución de las Penas puede ordenar que
en relación con el delito y con su autor, al ser también diferentes los el internado en un hospital psiquiátrico, en un establecimiento de deshabi-
presupuestos de una y otra y reconocerlo así la ley. Sin embargo, en tuación o en uno de terapia social, sea sometido a otras medidas si de este
el ámbito de la ejecución lo que importa es configurar del mejor modo se consigue mejor la resocialización. Con ello puede adaptarse la eje-
modo posible los presupuestos p a r a la resocialización del condenado, cución a un eventual cambio de la personalidad del condenado. También se
incluye aquí la custodia de seguridad, aunque de acuerdo con su naturaleza
manteniendo, al mismo tiempo, la medida de la pena como punto
sólo en el sentido de que el condenado pueda ser liberado de la ejecución de
orientador de la duración de la ejecución de la medida. 650 la custodia de seguridad y sometido a una de las otras tres medidas (§ 67 II).
2. P a r a conseguir " u n a actuación unitaria t o t a l " sobre el conde- Los plazos de duración del internamiento y de su control dependen de la
nado, durante la ejecución de las penas y medidas privativas de li- clase de internamiento que se haya impuesto en la condena, impidiendo con
bertad, se ha creado un sistema flexible que incluye también la vigi- ello que el intercambio de medidas perjudique al condenado (§ 67 IV).
lancia de conducta y al que se refieren las siguientes disposiciones. 66 c) Otra novedad es la posibilidad de suspender condicionalmente las me-
didas. Esta posibilidad es doble. En el internamiento en un hospital psiquiá-
a) De acuerdo con lo que dispone el § 67 I, se ejecutarán, en principio, trico, en un establecimiento de deshabituación y en uno de terapia social,
antes que la pena privativa de libertad impuesta coetáneamente, el inter- el tribunal que conoce el asunto puede tener en cuenta ya la suspensión a
namiento en un hospital psiquiátrico, en un centro de deshabituación y en la hora de imponer la medida, si especiales circunstancias así lo aconsejan
uno de terapia social (sistema vicarial). 66a De esta regla se exceptúa, por para conseguir mejor el fin de la medida (por ej., el internamiento familiar,
supuesto, la custodia de seguridad (cfr. sobre ello supra, § 77 V 6). El tri- tratamiento médico voluntario, aunque sea ambulatorio, incapacitación civil)
bunal que conoce del asunto puede, sin embargo, ordenar excepcionalmente (BGH Dallinger MDR 1975, 724). 69 La suspensión lleva aparejada por im-
la ejecución anticipada de la pena, si con ello puede conseguirse su fin más perativo de la ley la vigilancia de conducta (§ 67b II). La otra modalidad de
fácilmente (§ 67 II). Piénsese, por ejemplo, en el caso en que el condenado suspensión condicional de la medida es la que puede acordar la Comisión
deba someterse a un tratamiento deshabituador sólo inmediatamente antes de Ejecución de las Penas, cuando se ha ejecutado anticipadamente la pena
de su liberación o que, ante la falta de establecimientos de terapia social, privativa de libertad, sobre todo en el caso de custodia de seguridad (§ 67c
la ejecución de la pena ofrezca para la resocialización de los delincuentes I). 7 0 En este caso se aplica por analogía la fórmula contenida en el § 67d
que no requieren un tratamiento psiquiátrico, pero que tengan graves altera- II, que se refiere a la liberación provisional de la ejecución de la medida,
ciones en su personalidad y una capacidad de culpabilidad disminuida, me- según la cual lo importante es si puede responderse del riesgo que supone
jores condiciones que el hospital psiquiátrico (OLG Karlsruhe NJW 1975, el regreso a la libertad. 71 La suspensión lleva aparejada también aquí en
1.571 con nota de Hanack, JR 1975, 444). 67 La Comisión de Ejecución de virtud de la ley la vigilancia de conducta (§ 67 I 2).

65c Sobre la concepción de un sistema sancionatorio compuesto de penas y VII. Duración del internamiento
medidas, Nowakowski, Broda-Festschrift, págs. 197 y ss. (espec. págs. 211 y ss.).
66 Así, Zipf, Kriminalpolitik, pág. 44; el mismo, JuS 1974, 276. Cfr. ade-
más Baumann, Allg. Teil, págs. 741 y ss.; Bockelmann, Allg. Teil, págs. 275 y 1. Todas las medidas se imponen en la sentencia sin límite tem-
siguientes; Blei, Allg. Teil, págs. 401 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, pág. 828 poral alguno, incluso en aquellos casos en los que la ley prevé píazos
("consideración utilitaria adecuada a la materia").
66a Sobre ello, detenidamente y coincidente, aunque en contra de la ex-
cepción contenida en el § 67 II Marquardt, Dogmatische und kriminologische 68 Cfr. sobre ello Maurach, Allg. Teil, págs. 898 y ss.
Aspekte des Vikariierens, 1972. Cfr. además Horn, ZStW 89 (1977), pág. 554. 69 Cfr. Dreher, § 67b Anm. 3; Maurach, Allg. Teil, pág. 900.
67 La idea expresada en BT-Drucksache V/4.095, pág. 31 de que el "sen- 70 Si todavía no existe una decisión de la Comisión de Ejecución de las
timiento de sufrimiento" producido por la ejecución de la pena puede crear mejo- Penas sobre la suspensión de la ejecución de la medida, se comenzará con la
res presupuestos para la ejecución de la medida, es contraria al sentido y al fin ejecución de la custodia de seguridad (BVerfGE 42, 1).
de la reforma del sistema de ejecución; en contra, con razón, Hanack, Kriminolo- 71 Cfr. Dreher, § 67c Anm. 3; Lackner, § 67c Anm. Ib; LK (Lang-Hin-
gische Gegenwartsfragen 10 (1972), pág. 80. richsen), § 42g Anm. 4.
1134 § 77. Medidas privativas de libertad Adiciones de Derecho español al § 77 1135
máximos, ya que la duración del internamiento depende de que se llegue a conocer durante el período de vigilancia de conducta circunstancias
consiga el fin perseguido con la imposición de la medida. E l inter- que hubieran conducido a denegar la suspensión y que demuestran que el
namiento en un hospital psiquiátrico es por plazo indeterminado. Tam- fin de la medida exige que se mantenga el internamiento (§ 67g III). Si la
bién lo es el internamiento en custodia de seguridad, si ha sido im- suspensión no se revoca, la medida, una vez que termine la vigilancia de
puesto anteriormente ya una vez. E n el § 69d I, se prevén los plazos conducta (§ 68c, 68e), queda liquidada (§ 67g V).
máximos p a r a el internamiento en el establecimiento de deshabitua-
ción (2 años), en el de terapia social (5 años) y p a r a el p r i m e r inter- * * *
namiento en custodia de seguridad (10 años) ,72 Una vez transcurrido
el plazo máximo debe ponerse en libertad al interno, independiente-
mente de que se haya conseguido o no el fin de la medida (§ 67d I I I ) . El sistema de medidas actualmente vigente en el Ordenamiento jurídi-
co español, contenido en su mayor parte en la Ley de Peligrosidad y Reha-
Sólo en el caso de que la puesta en libertad se deba a que ha pasado el
bilitación social, es, desde el punto de vista de un Estado social y democrá-
plazo máximo del p r i m e r internamiento en custodia de seguridad tico de Derecho, absolutamente rechazable. A los defectos ya apuntados
se impondrá la vigilancia de conducta (§ 67d I V ) . (cfr. notas a los §§ 1 y 9) se añaden los inherentes a un sistema dualista
2. La Comisión de Ejecución de las Penas (§§ 463 III, 454, 462a extremo que mantiene de un modo autónomo un sistema de medidas que
I StPO) impondrá, antes del transcurso del plazo máximo y en los sirve como pseudo Código Penal, para prolongar los efectos de la pena o
casos en que no exista plazo máximo, la suspensión condicional de sancionar supuestos de peligrosidad social no constitutivos de delito. Ade-
la ejecución, tan pronto como pueda presumirse responsablemente más se parte del principio general de que en caso de concurrencia de penas
que el condenado no cometerá otros delitos una vez que se encuen- y medidas se ejecutará preferentemente la pena (cfr. art. 25 de la Ley de
t r e en libertad (•§ 67d I I ) . P a r a emitir esta prognosis lo único que Peligrosidad y Rehabilitación social). Sólo en el art. 65 del Código Penal
se prevé que el Tribunal pueda sustituir la pena impuesta al mayor de
importa es determinar si cabe esperar delitos cuya gravedad justi-
dieciséis años y menor de dieciocho "por internamiento en institución es-
ficaría la imposición de la medida (OLG H a m b u r g N J W 1970, 1933; pecial de reforma por tiempo indeterminado, hasta conseguir la corrección
OLG H a m m N J W 1970, 1.332; 1.982; OLG Celle N J W 1970, 1.199; del culpable1'. Pero, como ya se ha destacado por la doctrina,1 este precepto
OLG Karlsruhe N J W 1971, 204; N J W 1974, 1.390; OLG Koln MDR es incompatible con la más elemental seguridad jurídica, ya que no esta-
1971, 154; OLG Oldenburg N J W 1971, 1.951). Según el § 67d II 2, la blece ningún límite de duración máxima a dicha medida.
suspensión lleva aparejada en virtud de la ley la vigilancia de con- Precisamente es en las medidas privativas de libertad donde se plantea
ducta. E n cualquier momento puede la Comisión de Ejecución de las el problema de las relaciones entre penas y medidas y de la forma de eje-
Penas examinar la cuestión de si procede la suspensión condicional cución de ambas. Dada la similitud que de hecho tienen y la finalidad ejecu-
de la medida (§ 67e I 1) dentro de determinados plazos (§ 67e I 2). tiva idéntica que a ambas se asigna en el art. 25, 2 de la Constitución de-
Estos plazos varían según se t r a t e de un establecimiento de desha- bería introducirse un sistema en el que en primer lugar se ejecutara la
bituación (6 meses), de un hospital psiquiátrico, de un establecimiento medida y luego la pena, permitiendo el abono del tiempo de duración de
aquélla en el de ésta y la suspensión del resto de la pena que quede por
de terapia social (1 año), o de una custodia de seguridad (2 años)
cumplir, sin que con la ejecución de la medida se hubieran conseguido las
(§ 67e I I ) . metas resocializadoras. Igualmente es importante poner unos límites máxi-
mos a la duración de la medida en aras a la seguridad jurídica y a la pro-
3. El § 67g regula la revocación de la suspensión. La competencia co- tección de los derechos del sancionado con ellas, si no se quiere que el
rresponde en los casos previstos en el § 67b al tribunal que entiende del sometido a medida sea de peor condición que el condenado con una pena.2
asunto, en los demás casos a la Comisión de Ejecución de las Penas. Las Éstas y otras exigencias, solicitadas por una buena parte de la doctrina,
causas de revocación son, por un lado, la comisión de hechos antijurídicos sólo en parte son tenidas en cuenta en el Proyecto de Código Penal, si bien
y la infracción de los deberes impuestos al sometido a prueba durante el éste mejora indudablemente el sistema actual, al hacer depender la impo-
período de vigilancia de conducta (§ 67g I ) ; además el peligro de comisión
i
de otros hechos antijurídicos ante el empeoramiento del estado corporal
o mental del sometido a prueba, en los casos de internamiento conforme 1
Cfr. Cobo del Rosal, Atenuante de minoría de edad y sustitución de pena
a los §§ 63, 64, 65 III (§ 67g I I I ) ; y, por último, el hecho de que el tribunal por medida en el artículo 65 del Código Penal español, en "Revista de Derecho
Privado", núm. 41, enero-marzo 1970, pág. 80; Casaba Ruiz, en Córdoba Roda,
Rodríguez Mourullo, Del Toro Marzal, Casaba Ruiz, Comentarios al Código Pe-
72 Un plazo máximo de 10 años se prevé también para "extended senten- nal, 2Barcelona 1972, tomo II, págs. 288 y ss.
ce" según la sect. 28 II del Powers of Criminal Courts Act (1973) inglés y para Cfr. Quintero Olivares, Reflexiones sobre el monismo y el dualismo ante
la ^tutelle pénale" según el art. 58-2 del Code penal francés (1970). Cfr. sobre el Proyecto de Código Penal, en "La reforma penal y penitenciaria", Santiago
la "extended sentence" Cross, Punishment, págs. 42 y ss.; sobre la "tutelle pé- de Compostela, 1980, págs. 569 y ss.; Muñoz Conde, Culpabilidad y prevención
nale", Stefani/Levasseur, Droit penal general, págs. 494 y ss. en Derecho Penal, en "Cuadernos de Política criminal", núm. 12, 1980.
1136 § 77. Medidas privativas de libertad Adiciones de Derecho español al § 77 1137
sición de la medida de la previa ejecución de un delito, cuya comisión re- grama de tratamiento y ayuda al sometido a ellas. Ello ha determinado la
vele peligrosidad criminal (art. 181) y mandar guardar la proporcionalidad ineficacia práctica de estas sanciones e incluso el que algunas de ellas ni
con la peligrosidad y la gravedad del delito que resulte probable el sujeto siquiera se hayan puesto en funcionamiento alguna vez.4
pueda cometer (art. 133). Respecto a la ejecución de penas y medidas pri-
vativas de libertad el Proyecto sólo admite, en cambio, el llamado sistema
vicariál para los semiinimputables, es decir, enajenados mentales, sordo- § 78 Medidas no privativas de libertad
mudos y alcohólicos o toxicómanos que no hayan sido declarados plenamente
incapaces de culpabilidad y a los que por su peligrosidad criminal se les Arndt, Entziehung der Fahrerlaubnis- und Fahrverbot, SchlHA 1969, 10;
imponga una medida de intemamiento junto con la pena. En estos casos Bachof, Die Rechtsprechung des BVerwG, 1966, 58; Baumann, Ist durch das 2.
el Proyecto manda ejecutar primero la medida, computando su duración Strafüenverkehrssicherungsgesetz eine Verbesserung der Verkehrssituation zu
erwarten? DAR 1965, 225; Bettermann, Die allgemeinen Gesetze ais Schranken
en la duración de la pena, "sin perjuicio de que el Tribunal, por razones de
der Pressefreiheit, J Z 1964, 601; Blau, Die Kriminalpolitik der deutschen Straf-
equidad, pueda dar por extinguida la condena o reducir su duración en rechtsreformgesetze, ZStW 89 (1977), pág. 510; Braun, Vorübungen zur Füh-
atención al éxito del tratamiento" (arts. H5, 146 y 1U7). Respecto a los rungsaufsicht, Bewáhrungshilfe 1969, 202; Bruns, Die Entziehung der Fahrer-
mayores de quince años y menores de dieciocho se propone la sustitución laubnis, etc., GA 1954, 161; Copie, Berufsverbot und Pressefreiheit, JZ 1963,
de la pena de prisión que les sea impuesta por el intemamiento en un 494; Cramer, Die Austauschbarkeit der Entziehung der Fahrerlaubnis gegen ein
centro de rehabilitación para jóvenes delincuentes por tiempo indetermi- Fahrverbot, NJW 1968, 1.764; el mismo, Voraussetzungen für eine gerichtliche
nado, hasta conseguir su corrección, pero sin que en ningún caso pueda Entziehung der Fahrerlaubnis, MDR 1972, 558; el mismo, StrafJenverkehrsrecht,
exceder del límite máximo de diez años (art. H8); medida también apli- tomo I, 2 / ed. 1977; Eyermann, Untersagung der Berufsausübung durch Straf-
cable a los menores de quince años (art. H9).z Pero el sistema dualista urteil und Verwaltungsakt, etc., J u S 1964, 269; Geppert, Die Bemessung der
Sperrfrist bei der strafgerichtlichen Entziehung der Fahrerlaubnis, 1968; el
puro vuelve a introducirse para los delincuentes habituales y profesionales
mismo, Totale und teilweise Entziehung der Fahrerlaubnis, NJW 1971, 2.154;
a los que se puede imponer, "como complemento de la pena correspondiente Grünwald, Sicherungsverwahrung, etc., ZStW 76 (1964), pág. 633; Guelde, Die
al delito cometido", el intemamiento en centro de rehabilitación social por Entziehung der Fahrerlaubnis, 1956; Hanack, Das juristische Konzept der so-
tiempo que no podrá exceder de diez años para los primeros y de quince zialtherapeutischen Anstalt, etc., Kriminologische Gegenwartsfragen 10 (1972),
para los segundos (arts. 150 y 152). página 68; Hartung, Der BGH zur Entziehung der Fahrerlaubnis, JZ 1954, 137;
En la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social la situación, como Hentschel, Teilnahme ungeeigneter Kraftfahrer am Stra0enverkehr mit auslan-
ya se ha dicho, es mucho más grave, porque, además de bastar una simple dischen Führerscheinen, N J W 1976, 2.060; Himmelreich/Hentschel, Fahrverbot
peligrosidad social, sin previa comisión de delito, para imponer la medida, — Führerscheinsentzug, 1975; Horn, Neuerungen der Kriminalpolitik im deut-
schen StGB, ZStW 89 (1977), pág. 547; Jagusch, Strapenverkehrsrecht, 23.* ed.
ésta no está limitada por el principio de proporcionalidad. Concretamente 1977; Janiszewski, Entzug der Fahrerlaubnis im Strafbefehlsverfahren, DAR
las medidas privativas de libertad que pueden imponerse son: el intema- 1961, 134; Jescheck, Strafrechtsreform in Deutschland, SchwZStr 91 (1975), pá-
miento en un establecimiento de custodia o trabajo por tiempo máximo de gina 1; Lackner, Nochmals: Entziehung der Fahrerlaubnis, etc., NJW 1953,
cinco años, intemamiento en un centro de reeducación por tiempo no infe- 1.172; el mismo, Das 2. Gesetz zur Sicherung des StraPenverkehrs, JZ 1965, 120;
rior a seis meses ni superior a cinco años, intemamiento en un estableci- Lang-Hinrichsen, Umstrittene Probleme bei der strafgerichtlichen Untersagung
miento de preservación hasta su curación o hasta que, en su defecto, cese der Berufsausübung, Festschrift für. E. Heinitz, 1972, pág. 477; Martens, An-
el estado de peligrosidad social, el arresto de cuatro a doce fines de semana merkung zu BayObLG NJW 1957, 958, NJW 1957, 1.289; J. Martens, Verweige-
(que constituye una pena en el Proyecto de Código Penal) y el aislamiento rung der Fahrerlaubnis nach Ablauf der Sperrfrist? NJW 1963, 139; Mohr,
curativo en casas de templanza hasta su curación. En el Proyecto se mo- Fahrerlaubnisentzung auch künftig Sicherungsmapregel? DAR 1960, 280; el mis-
mo, Entzug der Fahrerlaubnis und richterliches Fahrverbot, DAR 1961, 47;
difican la duración de estas medidas generalmente para prolongarlas. Así, Nüse, Zu den neuen Vorschriften zur Sicherung der StraPenverkehrs, JR 1965,
por ej., el intemamiento en centro de rehabilitación social para delincuen- 41; Potrykus, Die Entziehung der Fahrerlaubnis gegenüber Jugendlichen und
tes jóvenes y habituales puede llegar hasta diez años y para delincuentes Heranwachsenden, MDR 1955, 72; Preiser, Bewáhrungs- und Sicherungsaufsicht,
profesionales hasta quince años (art. 135, U? y 5.a). El intemamiento en ZStW 81 (1969), pág. 249; el mismo, Die Führungsaufsicht, ZStW 81 (1969),
centros psiquiátricos y pedagógicos especiales durará el tiempo indispen- página 912; Raabe, Die Führungsaufsicht im 2. StrRG, tesis, Hamburg 1973;
sable (art. 135, 1.a y 3.a) y el intemamiento en centro de deshabituación, Reifrmiüler, Das Monopol des BVerfG aus art. 18 GG, JZ 1960, 529; Schmid, Die
un tiempo que no podrá exceder de tres años (art. 135, 2.a). Neuerteilung der Fahrerlaubnis, etc., DAR 1968, 1; Schmidt-Leichner, Alkohol
und Kraftfahrer, etc., N J W 1953, 1.849; Schmitt Glaeser, Parteiverbot und Straf-
El problema práctico que además de todos los teóricos antes señalados
recht, JZ 1970, 59; Schultz, Kriminalpolitische Bemerkungen zum E 1962, JZ
presenta las medidas privativas de libertad es el de la escasez de medios, 1966, 113; Schwenck, Umfang und Wirkung von Meinungs- und Pressefreiheit,
establecimientos y personal preparado para llevar a cabo un mínimo pro-

4
3 Cfr. Beristain, Medidas penales en Derecho contemporáneo, Madrid 1974,
Cfr., críticamente, Barbero Santos, Las medidas de seguridad en el Pro- páginas 111 y ss.; Muñoz Conde, La resocialización del delincuente, análisis y
yecto de Ley Orgánica de Código Penal, en "La reforma penal", cit., págs. 93 crítica de un mito, en "La reforma del Derecho Penal", edit. por Mir Puig, Bar-
y ss., 105 y ss. celona 1980, pág. 78.
1138 § 78. Medidas no privativas de libertad I. La vigilancia de conducta 1139

NJW 1962, 1.321; Stbckel, Das Institut der Führungsaufsicht, Bayerische Ver- de la vigilancia (así, BT-Drucksache V/4.095, pág. 35), y se asegura
waltungsblátter 1975, 5; Stree, Deliktsfolgen und Grundgesetz, 1960; Warda, también la protección de la comunidad a través del menor control
Obligatorische Entziehung der Fahrerlaubnis, J Z 1962, 304; el mismo, Das Fahr- posible.1 El logro de ambas tareas es principalmente una cuestión
verbot gem. § 37 StGB, GA 1965, 65; Weber, Strafersatz durch Berufsverbote,
NJW 1951, 699; v. Weber, Die Rechtsnatur der Entziehung der Fahrerlaubnis, práctica. Lo que importa es que los centros de vigilancia funcionen
JZ 1960, 52; Wilke, Die Verwirkung der Pressefreiheit und das strafrechtliche sin mayores problemas burocráticos y con un personal lleno de ini-
Berufsverbot, 1964; el mismo, Anmerkung zu BGH N J W 1965, 1.388, N J W 1965, ciativas, conocedor de sus límites y posibilidades, y que haya una
2.211; Willms, Art. 18 GG un der strafrechtliche Staatsschutz, N J W 1964, 225; buena colaboración con las personas encargadas de prestar ayuda
Wimmer, Entziehung der Fahrerlaubnis, etc., N J W 1959, 1.513; Zipf, Die Rechts- durante el período de prueba (§ 68a) . la Sin embargo, los fracasos son
folgen der Tat im neuen StGB, J u S 1974, 273.
inevitables, ya que en la mayoría de los casos se trata de personas
Las medidas no privativas de libertad no están sometidas a la muy peligrosas y difícilmente resocializables, cuya reincidencia sería
crítica que se hace al sistema de la doble vía entre penas y medidas segura si no se les prestara ayuda o no se les vigilara.2
privativas de libertad. Parece evidente que, para proteger a la so-
ciedad, pueda privarse de derechos que en sí corresponden a todo el La amplia crítica que se hace a la vigilancia de conducta3 es precipitada
mundo, cuando se abuse gravemente de las facultades que son inhe- y olvida hacer propuestas constructivas sobre cómo pueden resolverse de
rentes a estos derechos (cfr. supra, § 9 II 1). Tampoco se cuestiona otra manera la misión de ayudar y asegurar, sin privar de libertad, al
afectado.
el que, junto a la privación de estos derechos, se imponga una pena.
Lo único que se discute es la vigilancia de conducta, medida recien-
temente introducida (cfr. infra, § 78 I 1). Las medidas no privativas 2. En los presupuestos de la vigilancia de conducta deben dis-
de libertad que conoce el actual derecho vigente tienen diferente tinguirse dos grupos de casos:
importancia. La vigilancia de conducta consiste en un control con- a) Por un lado, está la vigilancia de conducta tras el cumplimien-
tinuado del sometido a prueba (cfr. infra, § 78 I 3). De gran impor- to de la pena. La medida puede ser impuesta a los delincuentes rein-
tancia para la seguridad del tráfico es la privación del permiso de cidentes cuando exista el peligro de que cometan otros hechos puni-
conducir (cfr. infra, § 78 II). La prohibición de ejercer determinadas bles (•§ 48) y en aquellos delitos en los que la ley la prevé expresa-
profesiones (cfr. infra, § 78 III) no es ciertamente desde el punto de mente en los casos de frecuente reincidencia,4 siempre que debiera
vista cuantitativo muy frecuente, pero representa, prescindiendo ser impuesta una pena privativa de libertad de 6 meses como mínimo.5
ahora de la privación de libertad, la más fuerte intervención imagi- La medida se impone en virtud de la ley, cuando el afectado ha cum-
nable que puede afectar a la libertad individual. plido totalmente una pena privativa de libertad de dos años como

I. La vigilancia de conducta (§§ 68 y ss.) 1 Como demuestra Blau, ZStW 89 (1977), págs. 522 y ss., la evolución si-
gue esta dirección.
La vigilancia de conducta es, junto con la introducción del estable- l a Cfr. Dreher, § 68 Vorbem. 2; Jescheck, SchwZStr 91 (1975), pág. 42;
Lackner, § 68 Vorbem. 1; Lenckner, Strafe, und Schuldf áhigkeit, págs. 220 y ss.;
cimiento de terapia social (cfr. supra, § 77 IV) y la vinculación fle- Preiser, ZStW 81 (1969), pág. 912 y ss.; Schmidháuser, Allg. Teil, pág. 836. Nin-
xible de la ejecución de las penas y medidas privativas de libertad guna crítica de principio formula Bockelmann, Allg. Teil, pág. 279 y ss.; obje-
(cfr. supra, § 77 VI), la parte más importante de la reforma del sis- ciones prácticas hace SK (Horn), § 68 Anm. 5.
2 Cfr. Braun, Bewahrungshilfe 1969, 202 y ss.
tema de medidas. 3 Cfr. Proyecto Alternativo, Fundamentación, pág. 159; Grünwald, ZStW
1. La misión de la vigilancia de conducta, a diferencia de la sus- 76 (1964), págs. 662 y ss.; Horn, ZStW 89 (1977), págs. 555 y ss.; Schultz, JZ
1966, 123 (sobre la vigilancia de seguridad del Proyecto de 1962); Baumann, Allg.
pensión condicional (cfr. infra, § 79 I 1), es intentar ofrecer la ne- Teil, pág. 756; Hanack, Kriminologische Gegenwartsfragen 10 (1972), pág. 88
cesaria ayuda a delincuentes peligrosos con una prognosis social des- y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 905; Zipf, en: Roxin y otros, Einführung, pági-
favorable en el tránsito de la privación de libertad a la libertad ple- na 100; el mismo, J u S 1974, 276 y ss. '
4 Los preceptos penales que vienen en consideración son muy diferentes:
na, asegurando, al mismo tiempo, la protección de la comunidad fren- junto a la formación de asociaciones terroristas (§ 129a VII) están las lesiones
te al delincuente peligroso, sin tener que llegar a privarle de libertad leves (§§ 223, 228) y el hurto simple (§ 242, 245). Cfr. la exposición de conjunto
(cfr. supra, § 9 II 1). El cumplimiento de esta doble tarea tiene una en Lackner, § 68 Anm. 26aa.
5 En los casos de pena compleja, una de las penas singulares debe ser de
gran importancia práctica para luchar contra la reincidencia de un seis meses; así, acertadamente, Lackner, § 68 Anm. 2b bb. De otra opinión,
modo eficaz y humano. Ambas tareas son compatibles entre sí, ya Dreher, § 68 Anm. 3 ; Schonke/Schrbder/Stree, § 68 Anm. 7. Si se impone la
que se considera primordial la ayuda social realizada con modernos vigilancia de conducta, se excluye su suspensión condicional, ya que el autor no
puede tener al mismo tiempo una buena y una mala prognosis, así, con razón,
medios, incluyendo la importante aportación del personal encargado Dreher, § 68 Anm. 5; de otra opinión, SK (Hom), § 68 Anm. 14.
1140 § 78. Medidas no privativas de libertad II. La privación del permiso de conducir 1141

mínimo (§ 68f) y, dada la desfavorable prognosis social, no pudo de imponer discrecionalmente otras instrucciones cuya infracción no
concedérsele la libertad condicional (§ 57) .6 es punible (§ 68b II).
b) Además está la vigilancia de conducta que se impone en rela- 4. La duración de la vigilancia de conducta es de dos años como
ción con una medida privativa de libertad (§ 68 II). En este caso la mínimo, incluso en los casos en que se imponga en virtud de la ley
vigilancia de conducta se impone siempre en virtud de la ley, tanto conforme al § 68 II, 8 y de 5 como máximo (§ 68c). La duración má-
cuando se trata de la suspensión condicional de una medida privativa xima puede ser acortada, si el tribunal así lo decide en el momento en
de libertad (§§ 67b, 67c, I, II, 67d II), como cuando ha transcurrido que imponga la medida o posteriormente (§ 68c I 2, 68d), o anulada
totalmente el plazo de diez años, caso que se haya impuesto por pri- anticipadamente porque se ha alcanzado la finalidad pretendida con
mera vez el internamiento en custodia de seguridad (§ 67d IV). la imposición de la medida (§ 68e). En materia de competencia es
3. La realización de la medida exige que el afectado se someta aplicable el § 462a StPO.
al control de un centro de vigilancia dependiente del Juzgado de 1. a
Instancia (art. 295 EGStGB) y que se le asigne además en todo caso II. La privación del permiso de conducir (§§ 69 y ss.)
una persona que se encargue de él durante el período de prueba
(§ 68a) .«• El Tribunal puede imponer al condenado instrucciones que 1. La privación del permiso de conducir es la medida de más fre-
serán controladas por el centro de vigilancia y por la persona encar- cuente aplicación y la más importante desde el punto de vista politi-
gada de él durante el período de prueba (§ 68b). Según la lista con- cocriminal que contiene el actual derecho vigente (cfr. supra, § 5 V 2).
tenida en el § 68b I, las instrucciones pueden referirse al domicilio, Fue introducido por la primera ley sobre seguridad en el tráfico via-
prohibir la residencia en determinados lugares, relacionarse con de- rio de 19-12-1952 (BGB1. I, pág. 832) y ampliada por la segunda ley
terminadas personas, ejercer determinadas actividades, poseer deter- sobre seguridad del tráfico viario de 26-11-1964 (BGB1. I, pág. 921).
minados objetos como, por ejemplo, vehículos de motor o conducirlos, Esta última ley introdujo un catálogo de hechos punibles cuya comisión
e imponer determinados deberes (§ 68b I). La principal dificultad que permite considerar a su autor, por regla general, como una persona
ofrecen estas instrucciones consiste en que el tribunal debe determi- incapaz de conducir un vehículo de motor (§ 69 II). Junto a esta medi-
narlas, tal como dispone el § 68b I 2, del modo más preciso posible, da, dicha ley introdujo la prohibición de conducir como pena accesoria
para no infringir el principio de certeza contenido en el art. 103 II, (§ 44) (cfr. supra, § 74). El carácter de medida de la privación del per-
ya que la infracción de las instrucciones contenidas en el § 68 I es pu- miso de conducir (BGH 7, 165 [168] ; 15, 393 [398]) se ha acentuado
nible conforme al § 145a, aunque esto sea criticado.7 El tribunal pue- con ello aún más. 9 La 1. a StrRG añadió el § 69 I 2 que aclara que "la
privación del permiso de conducir, cuando el condenado no tiene la ap-
6 Especialmente importante es, desde el punto de vista politicocriminal, la titud suficiente para conducir, debe ajustarse al principio de propor-
concesión de ayuda a "verdaderos presidiarios"; así, con razón, Dreher, § 68f cionalidad" (BT-Drucksache V/4.094, pág. 24). La regulación comple-
Anm. 1, en contra, Raabe, Die Führungsanfsicht, págs. 181 y ss. En el caso del ta de esta medida se plasma ahora en tres preceptos: el § 69 contiene
§ 68f debe ser suficiente una pena compleja de 2 años, ya que aquí lo importante
es el tiempo de condena en los casos de mala prognosis y no la gravedad del deli- los presupuestos de la privación del permiso de conducir; el § 69a
to cometido; así, con razón, Dreher, § 68f Anm. 2; de otra opinión, SK (Horn), trata la cuestión del plazo durante el cual no se puede obtener un nue-
§ 68f Anm. 5. vo permiso de conducir; el § 69b, finalmente, regula la privación del
6a Cfr. sobre esto Stockel, Bayerische Verwaltungsblatter 1975, 9.
7 El tipo en blanco, que en el marco del § 68b I debe ser completado por permiso de conducir extranjero. En el Derecho Penal de menores se
la instrucción judicial, no se opone en sí al art. 103 II GG, pero sólo tiene im- prevé también la privación del permiso de conducir (§ 7 JGG). 10
portancia práctica, si no queda ningún resto de pena o medida por ejecutar.
Después del cumplimiento total de la pena o de la medida, no está justificada
desde el punto de vista de la proporcionalidad la imposición de una sanción penal 8 Así, con razón, Dreher, § 68c Anm. 2; de otra opinión, SK (Horn), § 68
por la infracción de las instrucciones. El legislador debería renunciar en este Anm. 18, § 68e Anm. 9.
caso, igual que en el § 68b II, a una sanción penal, tanto más si se tiene en cuenta 9 Cfr. Dreher, § 69 Anm. 1; Lackner, § 69 Anm. 2; LK (Ruth), § 42m
que la oficina de vigilancia, que es la única legitimada para presentar la de- Anm. 3; Schonke/Schroder/Stree, § 69 Anm. 2; Jagusch, Strassenverkehrsreeht,
nuncia, con la presentación de la denuncia compromete la necesaria confianza § 69 StGB Anm. 1; Warda, GA 1965, 66. Contra el "sistema de la doble vía", sin
con el sometido a prueba. En contra del precepto penal, también, Blei, Allg. Teil, embargo, Mohr, DAR 1960, 280; el mismo, DAR 1961, 47. En favor del carácter
página 397; Grünwald, ZStW 76 (1969), pág. 664; Hanack, Kriminologische Ge- de pena de la privación del permiso de conducir, v. Weber, JZ 1960, 54; como
genwartsfragen 10 (1972), pág. 89; Maurach, Allg. Teil, págs. 905; Horn, ZStW medida cuasipenal la considera Wimmer, NJW 1959, 1.513. En los casos de
89 (1977), pág. 556; Raabe, Die Führungsaufsicht, pág. 152 (en favor de las privación del permiso de conducir por defectos caracterológicos considera Cra-
instrucciones singulares); por razones politicocriminales, también, Lackner, mer, NJW 1968, 1.765 esta medida como una pena; en contra, con razón, Schon-
§ 145a Anm. 4. Cfr., sin embargo, la fundamentación del precepto penal en el ke/Schrdder/Stree, § 69 Anm. 2. Cfr. sobre ello, también, Cramer, MDR 1972,
Proyecto de 1962, Fundamentación, pág. 221; BT-Drucksache V/4.095, pág. 46; 558 y SK (Horn), § 69 Anm. 3 que indican el efecto fáctico que esta medida tie-
Dreher, § 68 Vorbem. 5; Preiser, ZStW 81 (1969), págs. 257 y ss.; Schbnke/Schro- ne similar al de una pena accesoria.
der/Stree, § 145a Anm. 2. 10 Cfr. sobre esto Potrykus, MDR 1955, 72.
1142 § 78. Medidas no privativas de libertad II. La privación del permiso de conducir 1143
Junto a la privación del permiso de conducir acordada por el juez en sido condenado por este hecho, o no haberlo sido sólo por no tener o
el proceso penal, existe la privación del permiso de conducir acordada por no haberse podido demostrar su capacidad de culpabilidad. El hecho
la autoridad administrativa prevista en los §§ 4 StVG, 15b StVZO. Pero a debe, además, estar relacionado con la conducción de un vehículo
diferencia de lo que sucede con la prohibición de conducir (§25 StVG), la de motor, es decir, debe haber sido cometido con ocasión de o en rela-
medida de privación del permiso de conducir no está prevista en el Ordena- ción con la conducción de un vehículo de esta clase o con lesión de los
miento de las infracciones administrativas. El único presupuesto que exige deberes que incumben al conductor de un tal vehículo (cfr. sobre los
el Derecho administrativo para la privación del permiso de conducir es la presupuestos similares de la prohibición de conducir, supra, § 74 I 2).
demostración de que se carece de la aptitud suficiente para conducir vehícu- La relación con la conducción de un vehículo de motor supone que
los de motor. Los §§ 4 I StVG y 15b I StVZO tienen, por consiguiente, un
alcance mayor que el § 69, ya que éste supone la comisión de un hecho anti- la conducción sirva al autor para la preparación o realización del
jurídico. En la privación del permiso de conducir llevada a cabo por las hecho, o para su aprovechamiento o encubrimiento (BGH 22, 328).
autoridades administrativas vienen en consideración, sobre todo, los defec- Por último, debe deducirse del hecho (no de otras circunstancias)
tos corporales y psíquicos que todavía no han llevado a la comisión de un que el autor carece de la aptitud necesaria para conducir vehículos
delito de tráfico.11 Cuando en un mismo hecho son competentes el juez penal de motor.16 Con otras palabras, esto quiere decir que la falta de
y la autoridad administrativa, se atribuye a aquél la competencia. Mientras aptitud debe expresarse en el hecho mismo. Como tal falta de aptitud
exista un proceso penal pendiente, en el que se discuta la privación del per- se consideran, sobre todo, los defectos corporales y psíquicos, la poca
miso de conducir prevista en el § 69, no puede tratarse esta cuestión en un habilidad en la conducción, las condenas anteriores por el mismo
proceso administrativo (§§ 4 II 1 StVG) (efecto oclusivo). Una vez termi- hecho y los defectos caracterológicos (BGH 5, 179; BGH NJW 1954,
nado el proceso penal, la autoridad administrativa no puede desviarse en 1.167; BGH 7, 165) ,16 El tribunal tiene que ponderar todas estas cir-
su decisión en perjuicio del afectado de las constataciones contenidas en la
sentencia penal respecto al supuesto de hecho, a la cuestión de la culpabili- cunstancias a través de una valoración total del hecho y de su autor
dad y a la aptitud para conducir vehículos de motor (§ 4 III StVG) (efecto en relación con las circunstancias personales positivas. El momento
constatador).12 decisivo para el enjuiciamiento de la aptitud — también en caso de
recurso — es el juicio oral (BGH 7, 165 [175]). De ello se deduce
2. Fin de la medida es la defensa de la seguridad en el tráfico, que debe tenerse en cuenta si una falta de aptitud, que se deriva
excluyendo de él, de un modo provisional o permanente, como con- del hecho en sí, ha sido ya censurada por una privación más larga del
ductores a aquellas personas que carecen de las facultades físicas, permiso de conducir (§ 94 III StPO) o por una privación provisional
psíquicas y caracterologías mínimas para conducir vehículos de mo- del mismo (§ I l l a StPO) 1 7 (BayObLG NJW 1971, 206). Una vez
tor. Aunque la privación del permiso de conducir puede ser conside- comprobada la falta de aptitud, no es necesario, según la jurispru-
rada por el afectado por ella como una grave sanción, sobre todo si dencia, hacer una prognosis sobre el comportamiento futuro del autor,
utiliza el vehículo de motor para su actividad profesional, se trata pues en todo caso por la peculiaridad del tráfico viario la falta de
de una auténtica medida de seguridad que no puede ser justificada por aptitud significa que el autor representa un peligro para la seguri-
el juez con consideraciones culpabilísticas (BGH VRS 11, 425). No dad del tráfico (BGH 5, 168 [173]; 7, 165 [168]; BayObLG NJW
obstante, la imposición de la medida influye de algún modo en la de- 1954, 1.337; OLG Stuttgart NJW 1953, 1.882; OLG Karlsruhe NJW
terminación de la pena, ya que libera a ésta de su función preventiva 1954, 1.945) ,18
especial (OLG Hamm DAR 1955, 22) .13
3. Los presupuestos de la privación del permiso de conducir se re- 15 Cfr. con detalles Bruns, GA 1954, 185 y ss. Sobre la relación entre
fieren, por un lado, al hecho que motiva su imposición y, por otro, a hecho y personalidad, Jagusch, Strassenverkehrsrecht, § 69 StGB Anm. 12. En
contra de la excesiva amplitud del precepto, en los casos de defectos caractero-
la falta de aptitud para conducir. lógicos, Cramer, Strassenverkehrsrecht, § 69 Anm. 31, y Schmidhauser, Allg.
a) El autor debe haber cometido un hecho antijurídico (§ 11 I Teil, pág. 834, con referencias.
16 Críticamente, sobre esta sentencia, Cramer, Strassenverkehrsrecht, § 69
número 5) .14 El hecho debe, por tanto, ser un hecho típico y antiju- Anm. 31. '
rídico, sin que sea necesario que sea culpable. El autor debe haber 17 Un permiso de conducir concedido en la República Federal Alemana pue-
de ser retirado conforme al § 94 III StPO, si se dan los presupuestos del § I l l a
I StPO. Para la retirada del permiso de conducir extranjero rige el § I l l a VI
StPO. Cfr. Kleinknecht, § 94 StPO Anm. 16; § I l l a StPO Anm. 11.
11 Cfr. Jagu8ch, Strassenverkehrsrecht, § 4 StVG Anm. 9. 18 Igualmente, Bruns, GA 1954, 166 y ss.; Cramer, Strassenverkehrsrecht,
12 Cfr. con detalles Jagusch, Strassenverkehrsrecht, § 4 StVG Anm. 15 § 69 StGB Anm. 31; Lackner, MDR 1953, 74; Lenckner, Strafe, Schuld und
y ss.; Himmelreich/Hent8chel, Fahrverbot, pág. 146 y ss. Schuldfáhigkeit, pág. 226. En contra, Hartung, JZ 1954, 138; Schmidt-Leich-
13 Igualmente, Dreher, § 69 Anm. 1; SK (Schreiber), § 69 Anm. 2. ner, NJW 1953, 1.850; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 834. Sobre el estado de
14 No es suficiente, por el contrario, para el § 69 una simple infracción opinión, además, Guelde, Entziehung der Fahrerlaubnis, págs. 18 y ss. Ecléctico,
administrativa; cfr. Cramer, Strassenverkehrsrecht, § 69 StGB Anm. 16.
1144 § 78. Medidas no privativas de libertad II. La privación del permiso de conducir 1145
b) Una importante agravación de la medida contiene el § 69 II, La medida está bajo el ámbito de protección del § 21 I StVB. Además
que limita el arbitrio judicial en relación con la determinación de de la privación del permiso de conducir, también puede acordarse
la falta de aptitud, al declarar normalmente como inepto para condu- conforme al § 21 III núms. 1, 2 el comiso del vehículo de motor utili-
cir vehículos de motor a la persona que ha cometido determinados zado por el autor.
delitos.19 Se incluyen aquí aquellos delitos que, como la experiencia
enseña, evidencian un alto grado de irresponsabilidad (BT-Druck- El permiso de conducir expedido por autoridades de un país extranjero
sache IV/651, pág. 17): así, por ejemplo, la puesta en peligro del sólo puede ser retirado, conforme dispone el § 69b I 1, cuando el hecho in-
tráfico viario (§ 315c), la conducción bajo el efecto de bebidas alco- fringe las normas del tráfico, pero no cuando se trata de hechos conexos
hólicas (§ 316), la huida del lugar del accidente (§ 142), cuando el en el sentido del § 69 I.24 Esta limitación es consecuencia del art. 24 V del
autor sabe o debe saber que en el accidente ha muerto o ha quedado acuerdo internacional sobre tráfico viario de 19-9-1949 al que se ha adherido
la República Federal Alemana. Según el § 69b I 2, la privación tiene en
gravemente lesionada una persona o se han producido importantes este caso, además, sólo el efecto de una prohibición de conducir en la Re-
daños materiales, y la comisión de estos hechos en estado de embria- pública Federal Alemana, ya que la decisión de una autoridad alemana no
guez (§ 330a). En relación con esto, sólo existen dudas respecto a la afecta como tal al permiso concedido por una autoridad de otro tfaís. El
admisión del § 316 II, ya que se trata de un delito de peligro abs- permiso de conducir extranjero no es retirado, sino simplemente sellado con
tracto, que muchas veces se comete bajo la influencia de actitudes indicación del período de tiempo que dure la prohibición de conducir (§ 69b
de ligereza fácilmente comprensibles y que en ningún caso tiene siem- II). El § Illa III 2 StPO regula la forma en que se puede confiscar un
pre un significado sintomático de la falta de aptitud para conducir. permiso de conducir extranjero. El § 69b debe ser igualmente aplicado res-
En los casos del § 69 II, la falta de aptitud se deriva únicamente del pecto a los permisos de conducir concedidos en la República Democrática
hecho cometido; normalmente, no tiene lugar una valoración total Alemana, ya que las autoridades de la República Federal Alemana no pue-
del hecho y de su autor (BGH VRS 25, 246; OLG Koln MDR, 690), den anular los actos de soberanía de las autoridades de la República Demo-
crática Alemana (cfr. también supra, § 20 III 2).26
aunque la regla tiene excepciones (OLG Stuttgart, Die Justiz 1972,
207) .20 Si existen especiales circunstancias que hacen aparecer el 5. Juntamente con la privación del permiso de conducir, el Tri-
hecho y su autor bajo una luz distinta a como normalmente aparecen bunal determinará un plazo entre 6 meses y 5 años, durante el cual
en los delitos, puede ser negada la falta de aptitud; así, por ejemplo, no se puede obtener el permiso de conducir, o incluso puede decretar
cuando se trata de una imprudencia extraordinariamente leve o de que la privación sea definitiva (§ 69a I) .** Si la privación se impone
una situación parecida al estado de necesidad.21 más de una vez en los últimos 3 años, el plazo mínimo durante el
4. Si se dan los presupuestos debe imponerse la privación del per- cual no podrá obtenerse el permiso será de un año (§ 69a III). Si se
miso de conducir. Si el autor carece de él, se le impondrá la prohi- ha impuesto previamente una medida provisional conforme al § I l l a
bición de obtenerlo en el futuro durante un cierto tiempo. Incluso StPO o al § 94 III StPO, el límite mínimo del plazo durante el cual
aunque la falta de aptitud se refiera sólo a determinadas clases de no se puede obtener el permiso de conducir se reducirá al tiempo
vehículos de motor, debe imponerse la privación del permiso de con- que haya durado dicha medida, pero en ningún caso será menor de
ducir todo tipo de vehículos (BGH 6, 183); el § 69a II ofrece única- tres meses (§ 69a IV, VI). Durante el plazo que dure la prohibición
mente la posibilidad de excluir de la privación determinadas clases acordada en la sentencia no podrá concederse por las autoridades ad-
de vehículos (cfr. infra, § 78 I S).22 El permiso de conducir queda ministrativas ningún permiso de conducir al condenado,27 que tam-
anulado desde el momento en que sea firme la sentencia condenatoria poco tiene derecho a pretender que se le conceda de nuevo automáti-
(o, en su caso, la decisión judicial por la que termina el procedimiento camente una vez que haya pasado el plazo impuesto. La autoridad
sumario, § 407 II núm. 2 StPO) ; 23 si se trata de un permiso conce-
dido por una autoridad alemana, el permiso será retirado (§ 69 III). 24 Críticamente sobre esto Hentschel, NJW 1976, 2.060.
25 Igualmente, Schonke/Schroder/Stree, § 69b Anm. 3 ; Cramer, Strassen-
verkehrsrecht, § 69b StGB Anm. l a ; Jagusch, Strassenverkehrsrecht, § '69b
Schonke/Schroder/Stree, § 69 Anm. 30 y ss. que, prescindiendo de los casos nor- Anm. 2.
males de la sección segunda, exigen la consideración de todas las circunstancias. 26 La determinación de este plazo depende de hasta qué momento puede
19 Sobre esto, con detalles, Lackner, JZ 1965, 120 y ss.; Warda, JZ 1962, aceptarse que el condenado ha recuperado la aptitud para conducir vehículos de
304 y ss. Objeciones en contra formula Baumann, DAR 1965, 230. motor (BGH 15, 393 [397]). Cfr. sobre esto Geppert, Die Bemessung der Sperr-
20 Cfr. Jagusch, Strassenverkehrsrecht, § 69 StGB Anm. 16; Cramer, frist, 1968. Sobre el cómputo de los plazos en la privación del permiso de con-
Strassenverkehrsrecht, § 69 StGB Anm. 41. ducir y en la prohibición de conducir, Arndt, SchlHA 1969, 10 y ss.; Himmel-
21 Cfr. Nüse, JR 1965, 43. reich/Hentschel, Fahrverbot, págs. 37 y ss.
22 Cfr. Schonke/Schroder/Stree, § 69 Anm. 51. 27 Sobre la cuestión de la nueva concesión del permiso de conducir des-
23 Cfr. sobre esto Janiszewski, DAR 1961, 134. pués del transcurso del plazo, J. Martens, NJW 1963, 139; Schmid, DAR 1968, 1.

29. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H


1146 § 78. Medidas no privativas de libertad III. La inhabilitación profesional 1147
administrativa deberá comprobar de nuevo la aptitud del solicitante de la ordenación profesional. Fuera de estos casos no existe ningún precepto
(BVerfGE 20, 365 con nota crítica de Rupp, NJW 1968, 147). El pe- relativo a estas cuestiones, así que la Jurisdicción y la Administración ac-
ríodo de tiempo durante el cual no puede obtenerse de nuevo el per- túan cada una por su cuenta sin ninguna relación entre sí.80
miso de conducir comienza a computarse desde el momento en que
la sentencia sea firme (§ 69a V 1). 2. Presupuesto de la inhabilitación profesional es, según el § 70
I, que el autor haya sido condenado por un hecho antijurídico come-
De la prohibición de obtener el permiso de conducir durante un cierto tido con abuso de su profesión u oficio o con grave infracción de los
tiempo pueden excluirse determinadas clases de vehículos de motor en el deberes que les son inherentes, o que no haya sido condenado sólo
sentido del § 5 I 2 StVZO (OCG Saarbrücken NJW 1970, 1.052; OCG Hamm porque no tenía capacidad de culpabilidad o porque posiblemente ca-
NJW 1971, 1.618) (por ej., camiones, tractores agrícolas o ciclomotores), recía de ella. El abuso supone el aprovechamiento consciente y pla-
si con ello no se pone en peligro el fin de la medida (§ 69a II). En este neado de la actividad profesional para cometer hechos punibles (BGH
caso se puede conceder, sin atenerse a ningún plazo, un nuevo permiso de
conducir al condenado,28 que tiene una pretensión jurídica a ello. De acuer- Dallinger MDR 1968, 550), aunque por lo que se refiere a la infrac-
do con el § 69a VII, el tribunal puede acortar el período de tiempo durante ción de deberes profesionales ésta puede ser cometida también por
el cual no se puede obtener el permiso de conducir, si el condenado parece imprudencia. El hecho debe estar relacionado con los deberes inhe-
tener ya la aptitud necesaria para conducir vehículos de motor; pero en rentes a la profesión de su autor y éste debe ejercer realmente su
todo caso debe observar el plazo mínimo. El proceso se rige por los §§ 463 V, profesión (BGH 22, 114 [146]).
462 StPO.
Ejemplos: No se puede inhabilitar para el ejercicio de su profesión al
viajante de productos farmacéuticos que aprovecha sus viajes de negocios
III. La inhabilitación profesional (§§ 70 y ss.) para realizar abortos, ya que el aborto no está relacionado internamente con
1. El Derecho Penal ofrece al juez la posibilidad de prohibir al su actividad como viajante de comerciante (RG 68, 397 [398]). Tampoco
justifica la inhabilitación profesional del empresario el que éste haya infrin-
autor de un hecho antijurídico el ejercicio de su profesión u oficio. gido el deber de entregar a la Seguridad Social las cuotas de los trabajado-
Fin de la inhabilitación profesional es proteger a la sociedad frente res, ya que la entrega de las cuotas no es un deber profesional específico del
a aquellas personas que en el ejercicio de su actividad profesional empresario (BayOBLG NJW 1957, 958).81 Un hecho típicamente abusivo
cometen hechos antijurídicos (§ 11 I núm. 5), que representan un del ejercicio de una profesión es, sin embargo, el hurto de morfina realizado
abuso de su profesión u oficio o una grave infracción de sus deberes por la enfermera en una clínica (OLG Hamburg NJW 1955, 1.568).
profesionales (BT-Drucksache V/4.095, pág. 38). Esta medida no
se impone frecuentemente (cfr. supra, § 5 V 2), pero es muy impor- De la valoración total del hecho y de su autor debe deducirse,
tante porque supone una grave intervención en los derechos de la además, que exista el peligro de cometer otros hechos relevantes si-
persona. Se trata de una medida de seguridad y no de una pena acce- milares al que motiva la imposición de la medida. Al constituir la in-
soria.29 Según el § 132a StPO, el juez puede prohibir provisionalmente habilitación profesional, una profunda intervención en el derecho
al inculpado el ejercicio de su profesión u oficio, si existen razones fundamental del libre ejercicio profesional (art. 12 I 2 GC), tiene gran
importantes que aconsejen la imposición de la inhabilitación profe- importancia el requisito de la relevancia. La inhabilitación profesio-
sional prevista en el § 70. En el § 145c se castiga el quebrantamiento nal únicamente es necesaria, cuando no sólo es posible, sino también
de la inhabilitación profesional. probable la comisión de otros delitos (BGH GA 1955, 149 [151]). No
puede ser impuesta, cuando son suficientes otras medidas menos
Junto a la inhabilitación profesional, impuesta por el juez en la sen- graves, como el ejercicio benéfico de la profesión, el arrendamiento
tencia judicial, existe la inhabilitación profesional decretada por la autori- de la empresa, prohibición de ejercer sólo una parte de la actividad
dad administrativa (por ej., §§ 35, 58, GeWO, § 38 BSenchenges, §§ 15 y ss. profesional (RG DJ 1937, 819). También la prohibición de forma-
Gaststáttenges). Un precepto similar al § 4 StVG (cfr. supra, § 78 I 1) con- ción de aprendices, impuesta por la autoridad administrativa con-
tiene el § 35 III GeWO, que regula la relación entre la inhabilitación profe-
sional impuesta por el juez y la impuesta administrativamente en el marco 30 Sobre la relación entre ambas competencias, BVerfG 15, 282; Bachof,
JZ 1966, 63; Eyermann, JuS 1964, 269 y ss.; Dreher, § 70 Anm. 17; LK (Lang-
Hinrichsen), § 421 Anm. 55 y ss.; Lang-Hinrichsen, Heinitz-Festschrift, págs. 495
28 Cfr. Lackner, JZ 1965, 122; Geppert, NJW 1971, 2.154 y ss. en relación y ss. (en contra de BVerfG 15, 282, págs. 499 y ss.); Schonke/Schróder/Stree,
con la OLG Hamm NJW 1971, 1.618. § 70 Anm. 2.
29 La aplicación de la inhabilitación profesional como pena exige Weber, 31 De acuerdo, Schonke/Schroder/Stree, § 70 Anm. 7; en contra, Dreher,
NJW 1951, 699 y ss. En Francia está prevista ahora como pena principal en el § 70 Anm. 3; Lackner, § 70 Anm. 2b; Lang-Hinrichsen, Heinitz-Festschrift, pá-
artículo 43-2 C. P. ginas 492 y ss.; Martens, NJW 1957, 1.289; SK (Horn), § 70 Anm. 5.
1148 § 78. Medidas no privativas de libertad Adiciones de Derecho español al § 78 1149
forme al § 24 I HandwO, puede hacer innecesaria la imposición de o por persona que de él dependa (§ 70 I I I ) . La inhabilitación comien-
la inhabilitación profesional. za a t e n e r efecto desde el momento en que sea firme la condena (§ 70
3. Si se dan los presupuestos del § 70, la inhabilitación profe- IV 1).
sional depende del arbitrio del tribunal, quien debe tener en cuen- 5. U n a vez t r a n s c u r r i d o un año desde que fue impuesta la inha-
ta p a r a ello el grado de probabilidad de otros delitos y la gravedad bilitación profesional, ésta puede ser suspendida (§ 70a). E n este
de la puesta en peligro de la comunidad (BT-Drucksache V/4.095, caso pueden imponerse determinadas instrucciones y nombrarse una
páginas 37 y ss.). También puede imponerse la inhabilitación profe- persona que se encargue de ayudar al condenado durante el período
sional a un funcionario público, a pesar de las posibilidades de in- de prueba (§§ 70a I I I 1 , 56c, 56d). Si t r a n s c u r r e el período de prueba
tervención que tienen las medidas disciplinarias, a no ser que el sin que se revoque la suspensión, el tribunal declarará liquidada la
autor haya sido privado ya de la capacidad p a r a desempeñar cargos inhabilitación profesional (§ 70b V ) . La revocación está regulada en
públicos, por habérsele impuesto la consecuencia accesoria prevista el § 70b I-IV. Las cuestiones de competencia y el procedimiento se
en el § 45 I p a r a los delitos graves que tengan asignada una pena de rigen por los §§ 463 I, 462a I, II, 463 V, 462 StPO.
un año como mínimo, o, conforme al § 45 II, por decisión del tribunal.
E n la sentencia debe expresarse exactamente la clase de profesión, * * *
oficio o r a m a profesional cuyo ejercicio queda prohibido, evitando
así la inseguridad jurídica (•§ 260 II StPO) (cfr. también BGH V R S Las medidas no privativas de libertad constituyen en el Ordenamiento
30, 275). La duración mínima de la inhabilitación profesional es de jurídico español una parte numéricamente importante, contenida principal-
un año, la máxima normal cinco años. Se puede imponer una inha- mente en la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social, si bien en la
bilitación profesional definitiva si incluso el límite máximo no es práctica ocupan un lugar secundario pospuesto a las medidas privativas
suficiente p a r a prevenir el peligro (§ 70 I 2 ) . de libertad con las que generalmente se aplican para su cumplimiento su-
cesivo o simultáneo. El sistema español se caracteriza por una confusión
Discutida es la cuestión de la admisibilidad de la inhabilitación profesio- entre penas y medidas que hace difícil distinguir por su contenido cuándo
nal de los periodistas en relación con la libertad de prensa reconocida en el estamos ante una pena y cuándo ante una medida en este tipo de sancio-
artículo 5 1 2 GG y con la privación de este derecho por decisión de BVerfG nes. Así, por ej., la multa o la privación del permiso de conducir coinciden
prevista en el art. 18 GG. Según la opinión dominante, también puede impo- incluso literalmente con las penas del mismo nombre. La represión judi-
nerse la inhabilitación profesional a periodistas, ya que el § 70 representa cial tiene un gran parecido, incluso en el nombre, con la represión, pública
una ley general en el sentido del art. 5 II GG (BGH 17 38; BGH NJW 1965, y privada, prevista como pena en el Código Penal. También la obligación
1.388; pero cfr. también BVerfGE 10, 118).32-33 según la BVerf GE 25 88 de residir en un lugar determinado, la prohibición de residir en el lugar
(97 ss.), el § 70 no contradice en todo caso el art. 18 GG, si la inhabilitación o territorio que se designe o la expulsión del territorio nacional (arts. 5,
profesional va unida a una condena basada en un precepto penal que sirve 9, 10 y 12 de la Ley de Peligrosidad) prácticamente coinciden con las pe-
para proteger el Estado de los partidos políticos anticonstitucionales. 84 En nas restrictivas de libertad contenidas en el Código Penal vigente con el
los casos de competencia del BVerfGE para imponer conforme al art. 18 GG, nombre de destierro, confinamiento y extrañamiento. Igualmente parecidas
la privación del derecho fundamental de la libertad de prensa, cuando éste se a las penas de comiso y caución contenidas en él Código Penal son las me-
utiliza para combatir el orden fundamental pacífico democrático, debe acep- didas de incautación en favor del Estado del dinero, efectos e instrumen-
tarse una reserva de decisión en favor del órgano constitucional.85 tos que procedan (arts. 5 y 16 de la Ley de Peligrosidad) y de caución de
conducta que en el art. 5, 14, 8.' de la Ley de Peligrosidad se prevé como
4. La inhabilitación profesional tiene como consecuencia que el sustitutivo de la sumisión a la vigilancia de la autoridad. Sólo esta última,
la sumisión obligatoria al tratamiento ambulatorio y la prohibición de vi-
condenado no pueda ejercer la respectiva actividad en nombre de otro sitar establecimientos de bebidas alcohólicas representan una novedad res-
pecto al sistema de penas previstas en el Código Penal.
32 Sobre esto, Reissmüller, JZ 1960, 529 y ss. Presupuesto de la imposición de estas medidas, como también de las pri-
33 De acuerdo, Bettermann, J Z 1964, 601 y ss.; Wilke, NJW 1965, 2.211; vativas de libertad, es la apreciación de una peligrosidad social y la inclu-
Willms, NJW 1964, 227 y ss.; Dreher, § 70 Anm. 4; Schonke/Schroder/Stree, sión del peligroso en alguno de los supuestos previstos en los arts. 2 B, 3
§ 70 Anm. 3, § 421 Anm. 4; Schmidhduser, Allg. Teil, pág. 834. Con restricciones,
Copie, JZ 1963, 497; Schwenck, NJW 1963, 497; Schwenck, NJW 1962, 1.323; y 4 de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social. En el art. 6 de la
Lang-Hinrich8en, Heinitz-Festschrift, pág. 482; SK (Horn), § 70 Anm. 7; Stree, misma Ley se establece el orden de aplicación, sucesivo o simultáneo, de
Deliktsfolgen und Grundgesetz, pág. 226; restrictivamente para el ámbito del ar- las medidas correspondientes a los distintos supuestos de peligrosidad so-
tículo 18 GG, también, Wilke, Die Verwirkung der Pressefreiheit, págs. 118 y ss. cial. Generalmente estas medidas se imponen conjuntamente con alguna
34 Cfr. sobre esto Schmitt-Glaeser, JZ 1970, 59 y ss.; Lang-Hinrichsen, Hei-
nitz-Festschrift, págs. 484 y ss. privativa de libertad. La acumulación rígida que en el art. 6 se prevé con-
35 Cfr. sobre esto Lang-Hinrichsen, Heinitz-Festschrift, págs. 482 y ss. duce a la imposición conjunta y al cumplimiento simultáneo de medidas
1150 § 78. Medidas no privativas de libertad
opuestas entre sí: por ej., el internamiento en un centro de reeducación
y una multa (cfr. por ej. art. 6, 6." de la Ley de Peligrosidad en relación
con el art. 2, 8." de la misma Ley). El art. 18 del Reglamento de la Ley de
Peligrosidad prescribe que él juez determinará él orden de cumplimiento
de las medidas, teniendo en cuenta su compatibilidad, naturaleza y finali-
dad; pero, en todo caso, como indica Jorge Barreiro, resulta criticable la
rigidez del criterio mantenido en la Ley de Peligrosidad.1 CAPÍTULO III
El Proyecto de Código Penal mantiene en el catálogo de las medidas un
amplio número de medidas no privativas de libertad (cfr. art. 135, 6.a a SUSPENSIÓN D E L A P E N A , AMONESTACIÓN CON RESER-
19), en su mayoría coincidentes con las ya contenidas en la Ley de Peli- V A D E P E N A , D I S P E N S A D E P E N A Y DECLARACIÓN D E
grosidad y Rehabilitación social, aunque, como ya se ha indicado, haciendo
IMPUNIDAD
depender su imposición de la peligrosidad criminal revelada con la comi-
sión de un delito y del principio de proporcionalidad. Una novedad impor-
tante del Proyecto son las medidas que se pueden adoptar respecto a las
asociaciones, empresas o sociedades a causa de los delitos que sus directi- E l sistema de penas y medidas se completa con otros medios de
vos, mandatarios o miembros cometieren en el ejercicio de las actividades reacción jurídico-penal que, en parte, modifican; en parte, sustituyen
sociales o aprovechando la organización de tales entes (cfr. arts. 182, 185, las sanciones del Derecho Penal clásico. E n primer término, como
medidas 16,17,18 y 19 y art. 153, también art. 85). En caso de concurso de núcleo de la Política criminal moderna está la suspensión condicional
varias medidas el art. 136 dispone que él Tribunal señalará si han de ser
de la pena, que aparece j u n t o a la libertad condicional introducida
aplicadas simultánea o sucesivamente, siendo posible en algunos casos que
el Tribunal sustituya la medida de internamiento, bien desde un principio, mucho antes (§§ 23-26 en su redacción antes de la 3 . a StÁG) (cfr. in-
bien durante el tratamiento, por alguna medida no privativa de libertad fra, § 79). U n a sanción próxima a la auténtica "probation" es la amo-
(cfr. por ej. art. 1U2). nestación con reserva de pena (cfr. infra, § 80). Existen además otras
dos posibilidades, ya hace tiempo conocidas en el Derecho vigente
que no se apoyan en razones político-criminales, sino en consideracio-
nes de culpabilidad y que impiden la aplicación de una pena a pesar
de la existencia de u n a acción punible. E s t a s dos posibilidades son la
dispensa de pena y la declaración de impunidad (cfr. infra, § 81).

§ 79 Suspensión condicional de la pena y libertad condicional


Baumann, Die Auflagenkataloge im Strafrecht, GA 1958, 193; Baur, Die
Bewáhrungsauflage der Schadenswiedergutmachung und das Zivilrecht, GA 1957,
338; Bruna, Die Strafaussetzung zur Bewáhrung, GA 1956, 193; el mismo, Zur
rechtsdogmatischen Problematik strafrichterlicher Auflagen, NJW 1959, 1.393;
el mismo, Rechtsgrundlage und Zulássigkéitsgrenzen strafrichterlicher Auflagen,
etc., GA 1959, 193; Dora v. Caemmerer, Probation, 1952; Cramer, Das Strafen-
system des StGB nach dem 1-4-1970, JurA 1970, 183; Demski, Psychotherapeu-
tische Behandlung ais Bewáhrungsauflage, NJW 1958, 2.100; Dücher, Die Be-
wáhrungsauflage der Schadenswiedergutmachung im Verháltnis zur zivilrecht-
lichen Haftung, NJW 1956, 1.346; Dreher, Bei der Entscheidung über die bedingte
Entlassung ist die Berücksichtigung des Sühnezwecks der Strafe nicht ausge-
schlossen, JR 1955, 31; el mismo, Nach Ablauf der Bewáhrungszeit begangene
Straftaten konnen den Widerruf einer Strafaussetzung zur Bewáhrung,' etc.,
nicht rechtfertigen, MDR 1964, 75; el mismo, Anmerkung zu KG vom 13-11-1969,
JR 1970, 228; Dünnebier, Zur Strafzumessung bei Trunkenheitsdelikten im Stra|3-
enverkehr, etc., JR 1970, 241; Foth, Die Fristberechnung, etc., DRiZ 1976, 277;
Geeras, Anmerkung zu BGH 22, 192, JZ 1969, 341; Hanack, Rechtliches Gehór,
etcétera, beim Widerruf der Strafaussetzung zur Bewáhrung, JZ 1966, 43; Hir-
8chmann, Die Indikation zur Psychotherapie, etc., NJW 1961, 245; Horn, Neue-
1
Cfr. Jorge Barreiro, Las medidas de seguridad en el Derecho español, rungen der Kriminalpolitik im deutschen StGB, ZStW 89 (1977), pág. 547;
Madrid 1976, pág. 288. Horstícotte, Der Allgemeine Teil des StGB nach dem 1-9-1969, NJW 1969, 1.601;
1152 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional I. L a suspensión condicional de la pena 1153
el mismo, Die Vorschriften des 1. StrRG über die Strafbemessung, J Z 1970, 122; vés de las instrucciones (§ 56c) y de la ayuda durante el período de
Jagusch, Über die Strafaussetzung zur Bewahrung, J Z 1953, 688; Jütting, Die prueba (§ 56d) se le ofrece apoyo para observar una conducta orde-
kurze Freiheitsstrafe und der Begriff "Verteidigung der Rechtsordnung", tesis,
Hamburg 1973; Armin Kaufmann, Die Strafaussetzung zur Bewahrung und das nada durante el período de prueba, evitando, al mismo tiempo, los
Verbot der reformatio in peius, J Z 1958, 297; Kratzsch, VerstoP gegen Auflagen daños que lleva normalmente anejos el cumplimiento de una pena
und Weisungen, etc., J R 1972, 369; Kunert, Kurze Freiheitsstrafe und Straf- privativa de libertad. Con la imposición al condenado de determina-
aussetzung zur Bewahrung, etc., MDR 1969, 709; el mismo, Der zweite Abschnitt das obligaciones que sirven para reparar el ilícito cometido (§ 56b),
der Strafrechtsreform, N J W 1970, 537; Lackner, Die Strafaussetzung zur Be- se puede compensar de forma justa el favor que se le hace al no eje-
wahrung und die bedingte Entlassung, J Z 1953, 428; el mismo, Anmerkung zu
BGH 10, 288, J Z 1957, 757; el mismo, Anmerkung zu BGH 10, 182, MDR 1957, cutar la pena privativa de libertad. Mientras que existe unanimidad
498; el mismo, Anmerkung zu BGH 20, 213, J Z 1965, 542; el mismo, Strafrechts- en el hecho mismo de la esencia de la suspensión condicional de la
reform und Praxis der Strafrechtspflege, J R 1970, 1; Lenckner, Die kurze pena, se discute la cuestión de qué consecuencias deben extraerse de
Freiheitsstrafe, etc., J u r A 1971, 319; Maassen, Erste Zweifelsfragen zum Straf- ello para su naturaleza jurídica. La suspensión condicional de la pena
rechtsbereinigungsgesetz, MDR 1954, 2 ; Mittelbach, Die bedingte Entlassung
(§ 26 StGB), J R 1956, 165; D. Meyer, Zusammenrechnung mehrerer zu verbüfJ- es un medio autónomo de reacción jurídico-penal que tiene varias
ender Freiheitsstrafen, N J W 1976, 939; Naucke y o., Verteidigung der Rechts- posibilidades de eficacia.1 Es pena, en tanto que se condena a una
ordnung, 1971; Oske, Formelle Rechtsfragen zum Widerruf der Strafaussetzung, pena privativa de libertad y el condenado tiene antecedentes penales.
MDR 1966, 290; el mismo, Strittige Fragen zur Bewahrungszeit, MDR 1970, 189; Tiene el carácter de medio de corrección en el sentido del § 13 II JGG,
Payer, § 14 StGB in der Fassung des 1. StrRG, 1971; Pentz, Nochmals: Die
Bewahrungsauflage der Schadenswiedergutmachung, N J W 1956, 1.867; Riedl,
cuando va unida con determinadas obligaciones que sirven para
Die Auflagen und Weisungen, etc., tesis, Tübingen 1972; Romer, Die Strafaus- reparar el ilícito cometido, como multas administrativas y otras pres-
setzung zur Bewahrung nach § 23 II StGB, J R 1973, 448; Ru$, Anmerkung zu taciones socialmente útiles (§ 56b I núms. 2, 3). Se aproxima a una
KG vom 18-1-1974, J R 1975, 336; Schall, Verjáhrungseinrede bei Wiedergut- medida de ayuda social, cuando se dan instrucciones que afectan al
machungsauflage, N J W 1977, 1.045; Schatzler, Handbuch des Gnadenrechts, futuro comportamiento del condenado (§ 56c II), especialmente cuan-
1976; Eb. Schmidt, Reform des Strafvollzugs, ZStW 64 (1952), pág. 1; H. W.
Schmidt, Die Anhórung des Verurteilten bei bedingter Entlassung nach § 26 do se le pone bajo el control y dirección de una persona encargada
StGB, MDR 1961, 195; W. Schmidt, Rechtliche Gründe gegen eine Zusammen- de ayudarle durante el período de prueba (§ 56d). Tiene, por último,
rechnung mehrerer Freiheitsstrafen, N J W 1976, 1927; Scholz, Wehrstrafgesetz, un aspecto socio-pedagógico activo en cuanto estimula al condenado
2.* ed. 1975; Schrader, Der Widerruf der Strafaussetzung nach Ablauf der Be- para que sea él mismo quien con sus propias fuerzas pueda durante
wahrungsfrist, N J W 1973, 1.832; Schreiber, Besondere Umstande, etc., Fest-
schrift für F . Schaffstein, 1975, 275; Schrdder, Zur Verteidigung der Rechtsord- el período de prueba reintegrarse en la sociedad.
nung, JZ 1971, 241; Schroeder, Anmerkung zu LG Tübingen vom 22-6-1973, JZ
1974, 683; Schulze, Die Anwendung von § 25 StGB, N J W 1957, 772; Schwenck, La opinión dominante ve, sin embargo, en la suspensión condicional, dada
Die Strafaussetzung zur Bewahrung bei militarischen Straftaten, NZWehrr su configuración jurídica, sólo una modificación de la ejecución de la pena
1966, 4; Stree, Deliktsfolgen und Grundgesetz, 1960; el mismo, In dubio pro reo, (BGH 7, 182 [184]; BGH JZ 1956, 101, BGH 24, 40 [43]).2 Otros la consi-
1962; Sturm, Die Strafrechtsreform, J Z 1970, 8 1 ; Sydow, Erfolg und Miperfolg deran como una medida de corrección.8 En todo caso no se trata de un acto
der Strafaussetzung zur Bewahrung, 1963; Theuerkauf, Rückschrift bei der de gracia (BT-Drucksache V/4.094 p. 9).4
Bewáhrungsaussetzung, N J W 1971, 602; Tiedemann, Anmerkung zu BGH vom
27-8-1974, J Z 1975, 185; Treptow, Die Berechnung der Fristen des § 57 StGB, 1 En principio, de un modo análogo, Baumann, Allg. Teil, pág. 724 y SK
etcétera, MDR 1976, 99; Vrij, Zum Problem der Strafaussetzung, ZStW 66 (Horn), § 56 Anm. 2, 3 ("tercera vía del Derecho Penal"); Bruns, NJW
(1954), pág. 218; Wahl, Die Strafsenate des BGH über die Strafaussetzung zur 1959, 1.394 ("nueva sanción autónoma"); Jagusch, J Z 1953, 688 ("naturaleza de
Bewahrung, etc., Bewáhrungshilfe 1972, 219; Würtenberger, Zur Rechtsnatur pena autónoma"); Dreher, § 56 Anm. 1 ("medio de reacción politicocriminal de
der Bewáhrungshilfe im Strafrecht, MDR 1955, 9; Zipf, Rechtsfolgen der Tat peculiar naturaleza"); Geerds, Z7¿ 1969, 342 ("forma de sanción totalmente autó-
im neuen StGB, J u S 1974, 137; el mismo, Anmerkung zu OLG Karlsruhe vom noma") ; LK (Else Koffka), § 23 Anm. 1 y Zipf, J u S 1974, 145 ("medios sanció-
8-8-1974, J R 1975, pág. 296. natenos de peculiar naturaleza"); Welzel, Lehrbuch, pág. 252 ("medio penal de
especial naturaleza"); Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 809 ("impunidad provisio-
nal combinada con consecuencias juridicopenales no retributivas de peculiar na-
turaleza"). Sobre la esencia de la suspensión de la pena, gráficamente, V/rij,
I. La suspensión condicional de la pena (§§ 56 y ss.) ZStW 66 (1954), págs. 218 y ss. Cfr. también Bruns, Strafzumessungsrecht, pá-
gina 349.
1. La suspensión condicional de la pena es la parte más impor- 2 Así Bruns, GA 1956, 201; Dreher, § 56 Anm. 1; LK (Else Koffka), § 23
tante de la reforma político-criminal emprendida tras la 2.a Guerra Anm. 1; Lackner, § 56 Anm. 2a; Kohlrausch/Lange, § 23 Vorbem. I I 8; Moas-
sen, MDR 1954, 2; Schonke/Schrdder/Stree, § 56 Anm. 4; Sturm, J Z 1970, 84.
Mundial (cfr. supra, § 8 VI 3). En esta institución se une el juicio de 3 Así, por ejemplo, Eb. Schmidt, ZStW 64 (1952), pág. 7; Maurach, Allg.
desvalor ético-social contenido en la sentencia penal con el llamamien- Teil, pág. 866; Armin Kaufmann, J Z 1958, 298. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 244
to, fortalecido por la amenaza de ejecutar en el futuro la pena, a la la considera como "una sanción mezcla de pena y medida".
4 La suspensión de la ejecución de una pena privativa de libertad inferior
propia voluntad del condenado para reintegrarse en la sociedad. A tra- a 6 meses está también prevista, además del § 56 StGB, en los §§ 20 y ss. de la
1154 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional I. La suspensión condicional de la pena 1155
a 5
2. La 1. StrRG amplió la suspensión condicional de la pena; capacidad del condenado para comprender la oportunidad de resocia-
esta regulación ha sido acogida en sus aspectos esenciales en la 2. a lización que se le ofrece, la prognosis debe ser negativa, lo que de
StrRG. Se amplió de un modo relevante el límite superior de la pena hecho supone un "in dubio contra reum". 8 La prognosis exige una
cuya ejecución se suspende; se dividieron en obligaciones e instruc- valoración total de todas las circunstancias que hacen posible una
ciones las prescripciones que se imponen junto con la suspensión; conclusión sobre la conducta futura del reo. Estas circunstancias son
se independizó la ayuda durante el período de prueba; se elimina- su personalidad (por ej., inteligencia y carácter), su vida anterior
ron los obstáculos formales que impedían la suspensión; se limitó (por ej., otros delitos anteriormente cometidos de la misma o de otra
bastante el criterio de la prevención general como contraindicador naturaleza), las circunstancias de su delito (por ej., motivaciones y
y se restringió la obligatoriedad de la revocación en el caso de fines), su comportamiento tras haber cometido el delito (por ej., re-
que no se cumpliera bien durante el tiempo de prueba (cfr. sobre paración del daño, arrepentimiento), sus circunstancias vitales (por
la anterior regulación, 1. a ed., págs. 548 y ss.). El nuevo Derecho vi- ejemplo, profesión, matrimonio y familia) y los efectos que se espe-
gente estructura la suspensión condicional de la pena, según la du- ran de la suspensión (por ej., ayuda durante el período de prueba)
ración de la pena privativa de libertad que se va a suspender, en 3 (§ 56 I 2). No hay ninguna razón para excluir regularmente del be-
grados, cuyo denominador común es la prognosis social favorable neficio de la suspensión condicional determinados grupos de delitos
del reo que, en relación con la anterior regulación, ha sido facilitada. como los delitos sexuales, los delitos violentos, la conducción en esta-
Las penas privativas de libertad inferiores a 6 meses, cuando son im- do de embriaguez (OLG Karlsruhe VRS 50, 98) .9 La gravedad del
puestas por el tribunal, conforme a lo dispuesto en el § 47 I, se sus- injusto y de la culpabilidad sólo debe tomarse en cuenta en el hecho
penden siempre; las penas privativas de libertad de 6 meses a un enjuiciado cuando se pueda derivar de ello un peligro de reinciden-
año se suspenden salvo si la defensa del Ordenamiento jurídico im- cia.10 La prognosis debe entenderse en un sentido puramente preven-
pone su ejecución (§ 56 I, I I I ) ; las penas privativas de libertad entre tivo especial, no teniendo en cuenta los criterios de prevención ge-
uno y dos años se suspenden excepcionalmente, cuando el tipo de neral. La presunción de inocencia contenida en el art. 6 II de la Con-
delito y su autor justifiquen este favor extraordinario (§ 56 II). Esta vención de Derechos Humanos no impide que el tribunal puede tam-
regulación se mantiene en el marco de la evolución internacional y bién tener en cuenta a la hora de hacer la prognosis otros hechos pu-
está bien equilibrada.6 nibles aunque éstos aún no hayan sido condenados ejecutoriamente
3. La prognosis social favorable del reo, que debe darse en todo (OLG Stuttgart, Die Justiz 1976, 262). La suspensión condicional
caso, consiste en la esperanza de que el condenado sentirá la condena también puede aplicarse en relación con las penas privativas de li-
como una advertencia y no cometerá en el futuro ningún delito (§ 56 bertad impuestas por la comisión de un delito grave.
I 1). Con razón no se exige ya la perspectiva de una "vida futura 4. El tribunal debe, además, haber impuesto una pena privativa
ordenada y conforme a la ley" (§ 23 II a.r.), ya que para el fin pre- de libertad dentro de ciertos límites (en los casos de pena conjunta
ventivo de la suspensión basta con que no se vuelva a delinquir en el lo decisivo es, según el § 58, su duración total). La multa no puede
futuro (en esta dirección, ya antes, BGH 20, 203). Esperanza no sig- ser suspendida condicionalmente.11 El grado de vinculación o arbitrio
nifica certeza (BGH 7, 6 [10]). 7 El tribunal debe estar dispuesto a del tribunal varía según la duración de la pena privativa de libertad
asumir un riesgo prudencial; pero si existen serias dudas sobre la impuesta en la respectiva sentencia.
a) Cuando se trata de penas privativas de libertad de menos de
Ordenanza sobre el ejercicio del derecho de gracia de 6-2-1935 (DJ, pág. 203). 6 meses, la suspensión de la ejecución está obligatoriamente prescrita
Las ordenanzas relativas al ejercicio de este derecho de los Estados federados no para el juez, que no está facultado para tener en cuenta otras con-
contienen límites temporales (cfr., por ej., Ordenanza de Baden-Württemberg,
§ 28, Schatzler, Handbuch, pág. 171).
5 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 9; Sturm, JZ 1970, 84 y ss.; Horst-
kotte, NJW 1969, 1.604 y ss. 8 Cfr. Bruna, GA 1956, 207; Lackner, § 56 Anm. 4a; LK (Else Koffjca),
6 Similar a la regulación alemana es la regulación del perdón condicional § 23 Anm. 10; Stree, In dubio pro reo, pág. 112. De otra opinión, SK (Horn), §
de la pena en el § 43 StGB austríaco. El art. 41 de StGB suizo admite la sus- 56 Anm. 11 y ss. que opina que debe suspenderse la pena, cuando el tratamiento
pensión condicional de la ejecución de penas privativas de libertad de hasta 18 ambulatorio únicamente ofrece "mayores posibilidades" de resocialización que el
meses. En el Derecho francés, según el art. 734-1 C. p. p., puede aplicarse la cumplimiento de la pena.
"sursis" de penas privativas de libertad hasta 5 años. El Códice pénale italiano 9 Cfr. Lackner, J R 1970, 9.
conoce en su art. 163 la suspensión de penas privativas de libertad hasta 2 años; 10 Cfr. Dreher, § 23 Anm. 3; BT-Drucksache V/4.094, pág. 11.
también en el Derecho inglés hay la "suspended sentence" de penas privativas de 11 Cfr. sobre esto, con detalles, BT-Drucksache V/4.094, pág. 10. Otros
libertad hasta 2 años. países como Austria (§ 43 StGB), Francia (art. 734-1 C. P. p.) e Italia (art. 163
7 Cfr. Bockelmann, Allg. Teil, págs. 245 y ss.; LK (Else Koffka), § 23 C. p.), pero no Suiza (art. 41 StGB), conocen, sin embargo, la suspensión de la
Anm. 10; Schonke/Schroder/Stree, § 56 Anm. 16; SK (Horn), § 56 Anm. 1. multa.
1156 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional I. La suspensión condicional de la pena 1157

sideraciones de prevención general, ya que sólo en relación con la 1. a StrRG.17 Tal expresión contiene un "aspecto parcial de la pre-
prognosis puede el juez actuar con libertad (OLG Hamm DAR 1973, vención general". 18 Tras una jurisprudencia vacilante de las Audien-
101). Incluso, aunque la "defensa del Ordenamiento jurídico" exija cias Territoriales, pero en la que se alude claramente a la idea de-
la ejecución o aunque se hubiera impuesto una pena privativa de li- cisiva de la conmoción provocada en la confianza en el derecho de la
bertad de corta duración "para influir sobre el reo" (§ 47 I), debe sus- población (BayObLG NJW 1970, 1.382; OLG Stuttgart NJW 1970,
penderse condicionalmente la pena, si la prognosis social es favo- 258; OLG Dusseldorf NJW 1970, 767; OLG Hamm NJW 1970,1.614;
rable (BGH 24, 164 [166]).™ KG JR 1970, 227; OLG Frankfurt NJW 1971, 667), ha dado el Tri-
bunal Supremo Federal una acentuada interpretación restrictiva al
Únicamente para la ejecución del arresto de militares, según el § 14a concepto de defensa del Ordenamiento jurídico, en el sentido de la
WStG, sigue vigente el arbitrio judicial, en tanto que entonces la suspensión concepción total politicocriminal que tenía el legislador de la reforma
sólo tiene lugar "si la ejecución no es necesaria para el mantenimiento de la (BGH 24, 40 [64]). De acuerdo con esta interpretación, lo decisivo es,
disciplina".18 por un lado, la misión que tiene la pena de "mantener ante la comuni-
dad la evidencia de la inquebrantabilidad del Ordenamiento jurídico
b) Cuando se trata de penas privativas de libertad entre 6 meses y de prevenir, al mismo tiempo, otras lesiones futuras análogas del
y un año, la suspensión de la ejecución es igualmente obligatoria derecho por parte de los delincuentes potenciales"; y, por otro, el
para el juez en el caso normal. Únicamente no se suspenderá la eje- "criterio del mantenimiento de la confianza de la población en el de-
cución, "cuando ésta sea necesaria para la defensa del Ordenamiento recho" que aquí, sin embargo, se utiliza en una función limitadora.
jurídico" (§ 56 III). Este concepto, que con el mismo significado se La ejecución de una pena es, por tanto, sólo necesaria, "cuando de
emplea en el § 471 para limitar las penas privativas de libertad de cor- otro modo pudiera producirse un serio peligro para la actitud ante
ta duración (cfr. infra, § 84 I 3c), se refiere allí a la cuestión de el derecho de la población como consecuencia de la disminución de la
si se puede imponer una pena privativa de libertad inferior a 6 me- confianza en la función de la Administración de Justicia". Igualmen-
ses ; pero aquí se utiliza para decidir una cuestión diferente, la de si te, se considera en todo caso que debe ejecutarse la pena, "cuando la
se debe ejecutar una pena privativa de libertad de por lo menos 6 simple condena penal sin ejecución pudiera ser entendida por la po-
meses de duración. La expresión propuesta por la Comisión Especial blación, dada la inhabitual configuración del caso concreto, como una
parlamentaria para la reforma del Derecho Penal, "confirmación injustificada indulgencia y como muestra de inseguridad ante el de-
del Ordenamiento jurídico", 14 fue transformada en el pleno parla- lito". En este caso, la suspensión "parecería para el sentimiento ju-
mentario en "defensa del Ordenamiento jurídico", sin que se preten- rídico general sencillamente como incomprensible" (BGH VRS 47,14;
diera con ello una modificación sustancial.15 En todo caso, se puede OLG Koblenz VRS 48, 182: conducción en estado de embriaguez oca-
decir que la expresión elegida definitivamente es todavía más restric- sionando un grave accidente; OLG Koblenz GA 1975, 121: malos
tiva que la propuesta por la Comisión Especial. La significación del tratos a niños; BGH GA 1976, 113 [114]: propaganda para una aso-
concepto es dudosa, ya que no existe un material legislativo y tampoco ciación terrorista; BGH JZ 1975, 183 con nota favorable de Tie-
es posible apoyarse en conceptos jurídicos ya introducidos.16 La "de- demann: fraude fiscal (realizado por profesional); OLG Hamm NJW
fensa del Ordenamiento jurídico" tiene en todo caso un significado 1973, 1.891: puesta en peligro de la función determinadora del Dere-
más restrictivo que el de "fin de la pena" en el § 27b, o el de "interés cho Penal; OLG Karlsruhe NJW 1975, 1.936; graves consecuencias
público" en el § 23 III núm. 1 en la redacción que tenía antes de la del hecho cometido en estado de embriaguez) .19
Aunque de acuerdo con lo acabado de exponer no tenga que te-
12 Coincidente, Dreher, § 66 Anm. 7; Dünnebier, J R 1970, 127; Horstkotte, nerse en cuenta una "consideración global de todos los fines de la
JZ 1970, 127; LK (Else Koffka), § 23 Anm. 23; Schbnke/Schroder/Stree, § 66 pena" para decidir conforme a lo dispuesto en el § 56 III, sí sigue
Anm. 34; Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 811. i
13 Cfr. sobre esto SchSlz, Wehrstrafgesetz, § 10 Anm. 11 y ss.; § 14 Anm.
3; Schwenck, NZWehrr 1966, 4. 17 Cfr. LK (Else Koffka), § 23 Anm. 29; Dreher, J R 1970, 767; el mismo,
14 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 11. § 56 Anm. 8 con numerosas indicaciones; Kunert, MDR 1969, 709.
15 Cfr. Verhandlungen des Deutschen Bundestags, Stenographische Berich- 18 Así Horstkotte, NJW 1969, 1.603 y ss.; el mismo, JZ 1970, 127; Dreher,
te, t. 70, págs. 12.764 y ss. Sobre la historia de su nacimiento cfr. Hortskotte, § 56 Anm. 8; Jütting, Die kurze Freiheitsstrafe, pág. 128; LK (Else Koffka),
NJW 1969, 1.603; Sturm, J Z 1970, 85; Payer, § 14 StGB, págs. 10 y ss. § 14 Anm. 13; Kunert, MDR 1969, 709; el mismo, NJW 1970, 539. Yendo aún más
16 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 853; Lackner, § 47 Anm. 2c a a ; Lenckner, lejos (igual que el § 43 I 1 StGB austríaco), Cramer, JurA 1970, 203; Schonke/
J u r A 1971, 342; Schroder, JZ 1971, 241. Esto no significa, sin embargo, que los Schroder/Stree, § 56 Anm. 35, 38.
§§ 14, 23 sean en general inaplicables, como creen Naucke y otros, Verteidigung 19 Cfr. sobre esto, Dreher, § 56 Anm. 8; SK (Horn), § 56 Anm. 21. Sobre
der Rechtsordnung, pág. 137. otra reforma, Zipf, JuS 1974, 145.
1158 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional I. L a suspensión condicional de la pena 1159
siendo necesaria una valoración global de todas las circunstancias que aparecidas tras la comisión del delito (BGH Dallinger MDR 1974,
califican el hecho y su autor y ciertamente de acuerdo con los crite- 365). El requisito de la defensa del Orden jurídico debe tenerse en
rios expuestos anteriormente (BGH 24, 40 [46] ; 64 [66], OLG Karls- cuenta ya al ejercerse el arbitrio judicial.
ruhe NJW 1974, 283). En el caso concreto deben tenerse en cuenta 20 d) La suspensión de una parte de la pena privativa de libertad
la especial gravedad de las consecuencias del delito, la relevante in- no es admisible porque de este modo se favorecería precisamente la
tensidad criminal, el comportamiento obstinado de desprecio al de- ejecución de las penas privativas de libertad de corta duración; 25
recho, la especulación astuta de que se va a obtener la suspensión, la pero no se excluye que, tal como ya venía haciendo la jurisprudencia,
presencia de otros numerosos delitos de la misma especie y el haber se compute conforme al § 51 el período de tiempo pasado en prisión
sido ya condenado anteriormente, la reincidencia durante un anterior preventiva a la hora de decidir la suspensión de la pena (§ 56 IV).
período de prueba; en tanto en los casos citados últimamente no exista 5. Según el § 260 IV 4 StPO, en la sentencia se decidirá de oficio
ya una prognosis social desfavorable. También puede ser necesaria la suspensión condicional de la pena (BGH 7, 97 [99]). La concesión
la ejecución de la pena para la defensa del Ordenamiento cuando el de este beneficio tiene como efecto que la pena impuesta no se ejecu-
hecho "sea expresión de una actitud generalizada de no tomar en te, a no ser que el tribunal conforme a lo dispuesto en el § 56f I lo
serio una norma caracterizada por contener un desvalor relevante" revoque posteriormente. A diferencia de lo que sucede con la decisión
(BGH 24, 40 [47]), lo que debe tenerse en cuenta, por ejemplo, en la sobre la suspensión de la pena, las órdenes relativas al período de
conducción en estado de embriaguez con graves consecuencias según prueba, obligaciones, instrucciones y ayuda durante el período de
el § 315c I, núm. la, III (BGH 24, 64 [69]). prueba (§§ 56a-56d), las decreta el Tribunal a través de un auto es-
c) Las penas privativas de libertad entre uno y dos años pue- pecial que se pronuncia juntamente con la sentencia (§ 268a I StPO),
den suspenderse sólo excepcionalmente, aunque exista una prognosis lo que permite que en caso de impugnación de estas decisiones cada
favorable (§ 56 II) (BGH 25, 142 [144]), 21 ya que una ampliación una tenga su propia vía de recurso de acuerdo con lo dispuesto en
generalizada de la suspensión normal a penas de cierta magnitud per- el § 305a StPO. El recurso, sin embargo, sólo puede apoyarse en que
judicaría grandemente la eficacia preventiva general del Derecho la orden impuesta es ilegal. La forma en que se ejerce el arbitrio ju-
Penal. Se piensa sobre todo en delitos que surgen de graves situacio- dicial sólo puede ser impugnada, cuando se alegue una infracción ju-
nes conflictivas como los casos de doble suicidio en los que sobrevive rídica.
una persona (BGH 19, 135), otros casos de muerte a petición de la Al auto judicial correspondiente se reservan las siguientes ór-
víctima (§ 216), infanticidio (§ 217), graves casos de delitos pasiona- denes :
les, perjurio por motivos honorables (§ 154) (BGH 24, 3 [5 y ss.]). 22 a) El tribunal determinará un período de prueba no superior a
Pero en contra de lo que opina el BGH 25, 142 (144) no sólo vienen cinco ni inferior a dos años, que comenzará a computarse desde el
en consideración casos extraordinarios o conflictivos, como acepta el momento en que la sentencia que contiene la suspensión de la pena
BGH NJW 1976,1.413 (OLG Frankfurt NJW 1974, 2.062; OLG Zwei- es firme. Dentro de estos límites puede ampliarse o reducirse el pe-
brücken MDR 1973, 514; LG Mainz 1973, 688).» Las especiales cir- ríodo de prueba según la evolución del comportamiento del condenado
cunstancias que justifican la suspensión deben darse en el hecho y en (§ 56a). Durante este período se interrumpe la prescripción de la eje-
la persona de su autor (BGH 24, 3 [ 4 ] ; OLG Hamm MDR 1970, cución de la pena, porque todavía no está determinado si la ejecución
939) .24 También deben tenerse en cuenta circunstancias personales se suspende definitivamente (§ 79a núm. 2 b).
b) Según el § 56b, el tribunal puede imponer al condenado deter-
20 Cfr. también LK (Else Koffka), § 23 Anm. 32 y ss.; Lackner, § 56 minadas obligaciones. La anterior regulación consideraba obligacio-
Anm. 5b.
21 Cfr. Dreher, § 56 Anm. 9; Lackner, § 56 Anm. 6; LK (Else Koffka), nes tanto aquellas cargas que servían para reparar el ilícito cometido,
§ 23 Anm. 39; Romer, J R 1973, 452 y ss.; Wahl, Bewahrungshilfe 1972, 224 y ss.; como aquellas otras con las que se pretendía ayudar y controlar .la
Schonke/ Schroder/ Stree, § 56 Anm. 25. Contra la limitación contenida en el § 56 reinserción social del condenado; pero el Derecho actualmente vigen-
II, Hom, ZStW 89 (1977), pág. 563.
22 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 11; Blei, Allg. Teil, pág. 352; Sturm, te reserva el nombre de obligaciones para aquellas cargas que tienen
JZ 1970, 85. una finalidad reparadora, 26 atribuyendo a las instrucciones la función
23 Cfr. Romer, JR 1973, 448 y ss.; Schreiber, Schaffstein-Festschrift, pá-
ginas 285 y ss. (propuesta de reforma, pág. 289).
24 Igualmente, Dreher, § 56 Anm. 9; LK (Else Koffka), § 23 Anm. 39; 25 El Derecho francés admite, por el contrario, en el art. 738 III C. p. p.
Maurach, Allg. Teil, pág. 866; Blei, Allg. Teil, pág. 352. De otra opinión, expresamente la suspensión parcial y contiene un importante medio politico-
Schonke/Schroder/Stree, § 56 Anm. 27, que, contradiciendo el tenor literal, con- criminal en la combinación del cumplimiento con la suspensión subsiguiente.
sidera suficiente la consideración de uno de los dos factores. Fuerte crítica al 26 Cfr. sobre esto, Bockelmann, Allg. Teil, pág. 248; Lackner, § 56b Anm.
BGH 24, 3 ejerce Theuerkauf, NJW 1971, 602. 1; LK (Else Koffka), § 24a Anm. 2; Maurach, Allg. Teil, pág. 870; Schmidhüu-
1160 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional I. La suspensión condicional de la pena 1161
de ayudar a la reinserción social. Las obligaciones van dirigidas cionalidad que son las ideas básicas del Estado de Derecho (OLG
a fortalecer la función retributiva de la pena, ya que ésta, al suspen- Hamm VRS, 37, 262) .32 También pueden imponerse prestaciones en
derse su ejecución, se limita al pronunciamiento de la culpabilidad beneficio de la comunidad (§ 56b II núm. 3), como trabajar en la Cruz
y de la pena y debe buscarse, por razones de equidad y de justicia, Roja o en el servicio de vigilancia en los accidentes de tráfico, limpiar
otra manera de hacer sentir al condenado los efectos de la condena. los bosques y campiñas en los casos de contaminación del medio am-
Naturalmente las obligaciones no pueden imponer al condenado car- biente, cooperar en la ayuda a alcohólicos en los casos de delitos co-
gas inexigibles. La facultad que antes tenía el tribunal para imponer metidos en estado de embriaguez, el trabajo en hospitales en los
obligaciones no previstas en el catálogo legal, había provocado críti- casos de lesiones.33 En todo caso, siempre deben mantenerse los lími-
cas desde el punto de vista del principio de seguridad jurídica con- tes de proporcionalidad y exigibilidad.34 Para procurar la cooperación
tenido en el art. 103 II GG.27 A este respecto la nueva regulación con- voluntaria del condenado, el § 56b III prevé que él mismo se pueda
tiene un catálogo cerrado (BT-Drucksache V/4.094, pág. 92). La ofrecer a llevar a cabo estas prestaciones de un modo voluntario,
obligación de indemnizar los daños causados (§ 56b II núm. 1), re- siendo en este caso innecesaria la imposición de una obligación.
fuerza el deber de indemnizar los daños que impone el Derecho civil c) La ayuda de tipo preventivo especial y el control de la resocia-
permitiendo la revocación de la suspensión en caso de grave o persis- lización del condenado, siempre que sean necesarias tales medidas,
tente infracción (§ 56f I núm. 2). El juez penal está vinculado en su se procuran conseguir con las instrucciones (§ 56c). A diferencia de
decisión sobre el deber de indemnización a las normas del Derecho lo que sucede con las obligaciones que sirven a la reparación, el ca-
civil; siendo ilegal cualquier tipo de obligación que exceda de este tálogo de instrucciones no es en absoluto un catálogo cerrado, así que
marco (LG Bremen NJW 1971, 153) .^ Esto último no rige, sin em- el tribunal puede adaptarlo, eligiendo la que le parezca más conve-
bargo, en caso de que se alegue la prescripción (OLG Stuttgart MDR niente en el caso concreto (BT-Drucksache V/4.094, pág. 12, de otra
1971, 1.023; OLG Hamm NJW 1976, 527) .28a La obligación más fre- opinión el Proyecto Alternativo, Fundamentación del § 42), siempre
cuente en la práctica es la de pagar una cantidad de dinero a favor que se respeten naturalmente los límites constitucionales34* y la cláu-
de una institución benéfica o estatal (§ 56b II núm. 2), 29 eligiéndose sula de exigibilidad (§ 56c I 2). Las instrucciones tampoco pueden
para ello, dentro de lo posible, una institución que de algún modo ten- sustituir a otras sanciones para las que rigen presupuestos especí-
ga alguna relación con el hecho cometido (por ej., la Cruz Roja, en ficos.
los delitos de tráfico, sociedad protectora de animales en el delito de
maltrato de animales). La posibilidad de imponer el pago de una can- Ejemplos: Sería anticonstitucional la instrucción en la que se impusiera
tidad de dinero a la caja del Estado acerca mucho esta obligación a visitar regularmente la iglesia (art. 4 I GG), afiliarse a una asociación (ar-
la multa.30 Aunque en estos casos no se emplea el sistema de los días tículo 9 I GG) o separarse de los propios hijos (art. 6 III GG). Tampoco se
multa (§ 40), el juez tiene, no obstante, que orientarse en las circuns- puede exigir que se vuelva a vivir con la familia, cuando sus miembros viven
tancias personales y económicas del reo (§ 40 II l). 8 1 La obligación separados desde hace años y no haya perspectivas de restablecer la vida en
común (OLG Nürunberg GA 1959, 317). Igualmente inadmisible es la expul-
debe responder a la idea de la exigibilidad y al principio de la propor- sión de un extranjero (OLG Karlsruhe, Die Justiz 1964, 60).
El catálogo del § 56c II menciona los ejemplos más importantes
ser, Allg. Teil, pág. 821 ("penas sustitutivas encubiertas"); Riedl, Die Auflagen
und Weisungen, págs. 32 y ss. de instrucciones admisibles. Especial importancia para la resocia-
27 En este sentido, especialmente, Bruns, GA 1956, 211 y ss.; el mismo,
GA 1959, 200 y ss.; el .mismo, NJW 1959, 1.393 y ss.; Baumann, Allg. Teil, pá- 32 Cfr. Dreher, § 56b Anm. 7; Lackner, § 56b Anm 3b; Maurach, Allg. Teil,
gina 728; el mismo, GA 1958, 202 y ss.; Maunz/Dürig/Herzog, art. 2 I Anm. 78. páginas 870 y ss.; Schónke/Schrdder/Stree, § 56b Anm. 11.
28 Así Baur, GA 1957, 340; Dreher, § 56b Anm. 6; LK (Else Koffka), 33 El Derecho inglés conoce en la "Community Service Order", introducida
§ 24a Anm. 5; Lackner, § 56b Anm. 3a; Pentz, NJW 1956, 1.867; Schmidhauser, por el Powers of Criminal Courts Act 1973, una sanción análoga que, sin em-
Allg. Teil, pág. 821; de otra opinión, Dilcher, NJW 1956, 1.346 y ss.; Schónke/ bargo, se aplica como pena principal. /
Schrdder/Stree, § 56b Anm. 9. Cfr. también BGH 9, 365 y OLG München MDR 34 Las objeciones que, respecto a la constitucionalidad de esta norma
1957, 700; ilegalidad de la obligación de pagar las costas procesales. (principio de certeza y prohibición del trabajo forzoso), formula Schonke /Schrd-
28a Sobre esto, Schall, NJW 1977, 1.045. der/Stree, § 56b Anm. 14 y ss., no son compartidas por la doctrina dominante;
29 Cfr.. la exposición de Sydow, Erfolg und Misserfolg der Strafaussetzung, cfr. Dreher, § 56b Anm. 8; Lackner, § 56b Anm. 3c; Schmidhauser, Allg. Teil,
página 43. página 822; Maurach, Allg. Teil, pág. 871; dudoso, LK (Else Koffka), § 24a
30 Cfr. sobre esto Bruns, GA 1956, 210; Baumann, GA 1958, 198; además, Anm. 17; SK (Horn), § 56b Anm. 12.
LK (Else Koffka), § 24a Anm. 14; Schonke/Schrdder/Stree, § 56b Anm. 12. 34a Sobre esto, Dreher, § 56c Anm. 2; LK (Else Koffka), § 24b Anm. 2
Esta posibilidad está prevista, porque frecuentemente no existe una institución y ss.; Schonke/Schróder/Stree, § 56c Anm. 8; SK (Horn), § 56c Anm. 4; Riedl,
benéfica adecuada al hecho; cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 12. Die Auflagen und Weisungen, págs. 75 y ss.; cfr. además Stree, Deliktsfolgen
31 Va más lejos SK (Horn), § 56b Anm. 9. und Grundgesetz, pág. 137.

30. — Hans-Helnrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


I. L a suspensión condicional de la pena 1163
1162 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional
lización del condenado tienen las instrucciones que se refieren a resi- ha regulado autónomamente los preceptos relativos a la ayuda duran-
dencia (por ej., prohibición de entrar en algún establecimiento públi- te el período de prueba y los ha reunido en el § 56d. La orden de so-
co, prohibición de salir de noche), educación (aprendizaje o perfec- metimiento a una ayuda durante el período de prueba deberá impo-
cionamiento de una profesión), trabajo (OLG Celle NJW 1971, 718: nerse siempre que el condenado necesite del continuo apoyo de un
orden de buscar un trabajo por cuenta ajena con el fin de garantizar tutor y de asesoramiento y ayuda en las diferentes dificultades perso-
el cumplimiento de los deberes alimenticios), tiempo libre (prohibi- nales, profesionales y familiares en que se encuentre. El sometimien-
ción de visitar un casino de juegos) y orden de las relaciones econó- to al control y vigilancia de un funcionario durante el período de
micas (relación de ingresos y gastos) (§ 56c II núm. 1). Un impor- prueba significa, sin embargo, una intervención permanente del com-
tante complemento es el deber de presentarse durante un cierto tiem- portamiento del condenado y, por tanto, sólo puede imponerse de
po en la sede del tribunal o a la policía, que es indispensable en el acuerdo con el principio de proporcionalidad, cuando no sean suficien-
caso de personas de vida inestable (núm. 2). La prohibición de rela- tes otras instrucciones menos radicales.39 El § 56d II prevé que nor-
cionarse con determinadas personas que pueden ser partícipes en o malmente se imponga una ayuda durante el período de prueba, cuan-
víctimas de futuros delitos (núm. 3). El núm. 4 permite prohibir do se suspende una pena de más de 9 meses y el condenado aún no ha
la tenencia de armas o de útiles para cometer delitos. La orden de cumplido 27 años, porque la experiencia muestra que los Tribunales
cumplir los deberes alimenticios (núm. 5) se debe mantener en el todavía no utilizan suficientemente las posibilidades que ofrece la
marco de la regulación legal del derecho de alimentos.36 La orden ayuda durante el período de prueba cuando se trata de jóvenes adul-
de someterse a un tratamiento o a una cura de deshabituación*6 o de tos delincuentes. El tribunal nombra a la persona que se va a encar-
ingresar, en su caso, en una institución o establecimiento adecuado, gar de la ayuda durante el período, quedando estas personas some-
es sólo admisible si el afectado está de acuerdo con ello, porque, de lo tidas a sus instrucciones (§ 56d IV). Su tarea consiste en auxiliar y
contrario, fracasaría el efecto terapéutico pretendido (•§ 56c III). 37 atender al condenado, aconsejándolo y ayudándolo (especialmente
El § 56c IV permite también, en relación con estas instrucciones, que buscándole un puesto de trabajo y alojamiento); en controlar de acuer-
el condenado prometa cumplirlas voluntariamente lo que siempre que do con el tribunal el cumplimiento de las obligaciones e instruccio-
sea posible es preferible a la resocialización forzosa. Corresponde al nes (§ 453 StPO); en informar regularmente al tribunal y en denun-
tribunal, que conoció el asunto, la vigilancia del comportamiento del ciarle las infracciones, graves y reiteradas, de las obligaciones e ins-
condenado y del cumplimiento de las cargas y obligaciones impuestas, trucciones (§ 56dIII). 4 0
pero puede delegar esta tarea en el Juzgado de 1. a Instancia del do-
micilio (§§ 453b, 453, 462a II StPO). e) El tribunal puede decidir, modificar o anular decisiones sobre obliga-
ciones, instrucciones y ayuda durante el período de prueba (§ 56b-d), incluso
d) El núcleo de las instrucciones es el sometimiento del condena- después de haber sido acordadas, es decir, durante todo el tiempo que va
do a la vigilancia y dirección de un funcionario que se encarga de desde el auto que emite conforme al § 268a StPO hasta el final del período
ayudarle durante el período de prueba.38 El nuevo Derecho vigente de prueba; de esta forma se pueden adaptar del mejor modo posible las
circunstancias concurrentes a la evolución del condenado (§ 56e).41 El § 56a
35 Las prestaciones alimenticias para hijos que viven en la República De-
mocrática Alemana son de imposible cumplimiento, cuando su importe no puede
ser aceptado por el Tribunal de menores (LG Freiburg NJW 1968, 953). rante el período de prueba puede verse en Dreher, § 56d Anm. 2. En 1974 la
36 Cfr. Hirschmann, NJW 1961, 247; Demski, NJW 1958, 2.100. ayuda durante el período de prueba terminó en 6.871 casos por buen comporta-
37 Ante la coincidencia entre estas instrucciones y las órdenes previstas miento y en 5.942 por revocación (Rechtspflegestatistik 1974, pág. 30). La cuota
en los §§ 63 y 64 exige Schdnke/Schróder/Stree, § 56c Anm. 25, con razón que de éxitos obtenidos es, por tanto, bastante superior al 50 % lo que, en todo caso,
también sean aplicables aquí los límites de esas normas. es superior a la cuota de la suspensión condicional en conjunto (cfr. infra,
38 Cfr. sobre esto Lackner, J R 1953, 428 y ss.; LK (Else Koffka), § 24c nota 42).
Anm. 1; Würtenberger, MDR 1955, 9 y ss. Sobre la ayuda durante el período de 39 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 12; Lackner, § 56d Anm. I b ; Sturm,
prueba en su país de origen, Inglaterra, Dora v. Caemmerer, Probation, 1952. En JZ 1970, 86.
la República Federal Alemana existían el 31-12-1975 1.118 personas encargadas 40 Cfr. Kunert, MDR 1969, 712; LK (Else Koffka), § 24c Anm. 4 'y ss.
profesionalmente de ayudar durante el período de prueba, a las que correspondían 41 Con razón niegan, sin embargo, Schonke/Schroder/Stree, § 56e Anm. 3
61.532 condenados sometidos a prueba, lo que significa que a cada una de aque- y SK (Horn), § 56e Anm. 3, la facultad del tribunal de imponer posteriormente
llas personas le correspondían 55 condenados por término medio, cifra a todas obligaciones más gravosas, ya que la necesidad de reparación debe ser enjui-
luces muy alta (cfr. Rechtspflegestatistik 1975, pág. 40). Aunque el número de ciada, definitivamente, en el momento de la suspensión. De otra opinión, Dreher,
las personas encargadas de prestar ayuda durante el período aumenta aproxi- § 56e Anm. 1; Lackner, § 56e Anm. 1. La decisión sólo se puede modificar en fa-
madamente en 100 cada año, el número de condenados sometidos a prueba aumen- vor del condenado cuando se trata de indemnización de daños, ya que el daño
ta en 5.000. El número de personas no profesionales que cumplen tareas de ayuda muchas veces sólo se puede valorar definitivamente más adelante; cfr. LK (Else
durante el período de prueba es desgraciadamente escaso (inferior al 2 %). Una Koffka), § 24 Anm. 6. También en contra de esta posibilidad, SK (Horn), § 56e
recopilación de las leyes de los Estados federados sobre el servicio de ayuda du- Anm. 4.
1164 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional II. La libertad condicional 1165
II 2 regula la prolongación del período de prueba (OLG Frankfurt NJW previsto en el § 56g. También puede revocarse la suspensión aun habiendo
1975, 270). La modificación posterior de las decisiones supone que aparezcan pasado ya el período de prueba, pero entonces por aplicación analógica de lo
nuevas circunstancias que no eran conocidas en el momento de la decisión que dispone el § 56g II 2 deberá exigirse, que esta decisión se tome en el
(OLG Stuttgart NJW 1969, 1.220). El proceso se rige por lo dispuesto en el plazo máximo de un año a partir de la terminación del período de prueba,
§ 453 StPO. ya que esta norma indica que la voluntad del legislador es que el condenado
6. Si el condenado no se comporta correctamente durante el pe- conozca con certeza en un plazo prudencial cuál va a ser su destino.47 Las
ríodo de prueba, el tribunal revocará la suspensión de la pena (§ prestaciones que el condenado haya realizado en cumplimiento de las condi-
ciones impuestas en la suspensión de la pena, no serán, en principio, restitui-
56f) ,42 El proceso se regula igualmente por el § 453 StPO; la compe- das (§ 56f III 1). No obstante, el tribunal podrá computar según el pfo. 2
tencia corresponde al tribunal que entendió del asunto en 1. a ins- el pago de una suma dineraria y otras prestaciones de utilidad común en la
tancia (§ 462a II StPO) .^ Las causas de revocación no quedan al ar- pena privativa de libertad que se va a ejecutar y deberá hacerlo por lo gene-
bitrio del tribunal, sino que están exhaustivamente determinadas en ral, porque a partir de entonces la función reparadora será asumida comple-
el § 56f I núms. 1-3. Se debe tratar siempre de un comportamiento tamente por la pena.
ocurrido durante el período de prueba (OLG Stuttgart, Die Justiz
1972, 318) .44 Sobre todo, debe tenerse en cuenta la comisión de un 7. Si no existe revocación y el condenado se ha comportado co-
hecho punible durante dicho período (núm. 1), ya que, según el § 56 I, rrectamente, el tribunal perdonará la pena una vez que haya trans-
la prognosis se refiere a que el condenado no cometa en el futuro de- currido el período de prueba (§ 56g 11). Según el § 16 núm. 2 BZRG,
litos (OLG Hamm NJW 1973, 911). Otra causa de revocación es la in- la remisión de la pena será inscrita en el Registro central. Transcu-
fracción, grave y reiterada, de las obligaciones o instrucciones (nú- rridos tres años desde la sentencia no se podrá librar certificados de
mero 2) ,45 Por eso, se explica que uno de los más importantes deberes conducta de condenas de penas privativas de libertad inferiores a
del condenado durante el período de prueba es el cumplimiento de las un año, siempre que la suspensión no haya sido revocada y no esté
órdenes que acompañan a la suspensión de la pena. La tercera posi- inscrita en el registro otra pena privativa de libertad (§ 32 I núm. Ib
bilidad es que el condenado se sustraiga reiteradamente al control y BZRG) (cfr. infra, § 87 III Ib). La remisión no elimina, por tanto,
dirección de la persona encargada de ayudarle (núm. 3). Las causas la pena anteriormente impuesta, sino que sólo tiene como consecuen-
de revocación no deben entenderse con un criterio formalista, sino cia el que no se ejecute definitivamente.49 Una vez terminado el pe-
como muestras de los fallos del condenado habidos durante el perío- ríodo de prueba el tribunal debe decidir a la mayor brevedad posible
do de prueba. El condenado debe haber mostrado con su comporta- sobre la remisión, ya que cualquier retraso innecesario sería contra-
miento que no se han cumplido las expectativas que motivaron la con- rio a los principios del Estado de Derecho.60
cesión de la suspensión de la pena.46 El tribunal goza, además, de una El § 56 II permite al tribunal revocar la remisión de la pena, cuando el
amplia facultad para prescindir de la revocación, aunque exista mal condenado ha sido de nuevo condenado a una pena privativa de libertad supe-
comportamiento durante el período de prueba, siempre que, en pri- rior a seis meses por un delito doloso cometido durante el período de prueba.
mer lugar, parezca suficiente con una prolongación del plazo de prue- La revocación queda al arbitrio del tribunal, para que pueda considerar
ba dentro del tiempo máximo previsto de 5 años (§ 56a II 2 ) ; que se individualmente el hecho y su autor. La decisión debe, no obstante, tomarse
impongan otras obligaciones e instrucciones o que se someta al con- antes de que haya transcurrido un año a partir de la terminación del período
denado al control de una persona encargada de prestarle ayuda (§ 56f de prueba y dentro de los 6 meses siguientes a que sea firme la nueva condena.
II) (OLG Bremen MDR 1974, 593).
II. La libertad condicional (•§ 57)
Durante todo el período comprendido entre la firmeza de la suspensión y
la condonación total de la pena es posible la revocación de acuerdo con lo 1. El RStGB de 1871 conocía ya en sus §§ 23-26 a.r. la liberación condi-
cional de los condenados a largas penas de reclusión o prisión que hubieran
42 Cfr. Schulze, NJW 1957, 772 y ss. Aproximadamente en el 50 % de los 47 Así Schonke/Schroder/Stree, § 56f Anm. 13. En contra, LK (Etee
casos tiene que ser revocada la suspensión de la pena. Sobre las razones de esta Koffka), § 25 Anm. 17; Dreher, § 56f Anm. 2; Schrader, NJW 1973, 1.832;
relativamente mala cuota de éxitos, Kaiser, Kriminologie, pág. 152. Schroeder, JZ 1974, 683; SK (Hom), § 56f Anm. 39; OLG Hamm NJW 1974,
43 Cfr. con detalles Hanack, JZ 1966, 43 y ss.; LK (Etee Koffka), § 25 1.520; OLG Karlsruhe, MDR 1974, 245. Cfr. además Oske, MDR 1966, 290 y ss.
Anm. 18 y ss. 48 Cfr. en este sentido LK (Etee Koffka), § 25 Anm. 22; Schonke/Schro-
44 Sobre los defectos de esta regulación, Dreher, § 56f Anm. 1. Sobre esto, der/Stree, § 56f Anm. 19; SK (Hom), § 56f Anm. 41.
OLG Zweibrücken MDR 1976, 333 y OLG Stuttgart, Die Justiz 1972, 330. 49 No sin razón habla Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 809 de una exención
45 Cfr. sobre esto Kratzsch, JR 1972, 369 y ss. material de pena dispuesta por el tribunal en dos grados.
46 Cfr. Maurach, Allg. Teil, págs. 873 y ss.; Sturm, JZ 1970, 86. 60 Cfr. Lackner, § 56g Anm. 1; Sturm, JZ 1970, 87.
1166 § 79. Suspensión condicional y libertad condicional
I I . L a libertad condicional 1167

cumplido tres cuartas partes de la pena y, en todo caso, un año como mínimo. pre que se den las restantes condiciones. Pero este supuesto es
La competencia para conceder este beneficio correspondía al Ministerio de excepcional y sólo puede admitirse, cuando especiales circunstancias
Justicia y no al juez. La liberación condicional como medida judicial fue que rodean el hecho y la personalidad de su autor así lo justifiquen.
introducida por la 3.a StÁG de 4-8-1953 (§ 26 a.r.) y ha sido en sus aspectos Para ello el tribunal tiene que tener en cuenta junto a la prevención
esenciales ampliada en el nuevo derecho vigente (§ 57).61 especial todos los demás fines de la pena (retribución de la culpabi-
lidad, prevención general) (OLG Hamm MDR 1974, 55; OLG Karls-
2. Esta institución llamada también suspensión del resto de la ruhe JR 1975, 295, con nota favorable de Zipf).™ Discutida y muy
pena, pretende adaptar la duración del cumplimiento de la pena a dudosa es la cuestión de si, cuando deben ejecutarse varias penas pri-
la evolución del reo en el establecimiento penitenciario, estimulándole, vativas de libertad sucesivamente, se deben computar conjuntamente
al mismo tiempo, para que configure su destino durante el cumpli- las penas singulares 68 o si deben investigarse en cada pena con-
miento con un comportamiento positivo (cfr. también § 4 I StVollzG). creta los presupuestos del § 57.59 Parece más correcta la opinión
El condenado debe, además, ser estimulado a merecer el perdón de- citada en último lugar, ya que las diversas penas pueden reque-
finitivo del resto de la pena por su buen comportamiento en libertad rir un diverso tratamiento (OLG Bremen NJW 1975, 2.031; OLG
tras su liberación. La reinserción social del liberado puede facilitarse Karlsruhe, Die Justiz 1976, 173) .60 Según el § 57 IV, la prisión
imponiéndole las correspondientes obligaciones e instrucciones, espe- provisional computada se considera como pena cumplida (así ya
cialmente la ayuda durante el período de prueba. La libertad condi- antes, BGH 6, 215). Según el § 57 III, son aplicables aquí, análoga-
cional o suspensión del resto de la pena es una medida de ejecución mente, los preceptos sobre período de prueba, obligaciones e instruc-
penal,62 sobre la que corresponde decidir a la Sala encargada de la ciones, ayuda durante el período de prueba, revocación (LG Ham-
ejecución penal (§§ 454, 462a I StPO). No se trata de una modifica- burg MDR 1976, 946) y la remisión de la pena.61 Sin embargo, el pe-
ción posterior de la condena penal.53 ríodo de prueba no podrá ser inferior a la duración del resto de la
3. En las penas privativas de libertad temporales,64 la libertad pena que queda por cumplir. Para superar mejor las grandes dificul-
condicional se estructura en dos grados.55 La liberación es obligatoria, tades con las que se ve enfrentado en la sociedad el condenado tras
cuando se han cumplido dos tercios de la pena impuesta y, por lo me- haber cumplido una larga pena privativa de libertad, el § 57 III 2
nos, dos meses (§ 57 I). Supone una prognosis favorable sobre el con- prevé la ayuda durante el período de prueba como norma, siempre
denado y además su consentimiento.56 El precepto relativo a la prog- que el condenado haya cumplido más de un año de privación de li-
nosis (núm. 2) debe entenderse en un sentido puramente de prevención bertad. En caso de remisión definitiva de la pena, las consecuen-
especial. De su redacción se desprende que el tribunal debe correr un cias en el registro se encuentran reguladas igual que para la suspen-
riesgo prudencial. El tribunal tendrá en cuenta en relación con la sión de la pena en el § 32 I 16 BZRG (cfr. infra, § 87 III 16).
prognosis los mismos o, en su caso, análogos factores a los de la sus-
pensión condicional de la pena citados en el § 56 I 2. La libertad con-
dicional es facultativa, cuando el reo ha cumplido la mitad de una § 80 Amonestación con reserva de pena
pena privativa de libertad temporal o, por lo menos, un año, siem-
Berz, Anmerkung zu BayObLG vom 30-9-1975, MDR 1976, 332; Dreher, Die
Verwarnung mit Strafvorbehalt, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 275;
51 También aquí existe la correspondiente medida como acto de gracia, de Grau, Verwarnung mit Strafvorbehalt, en: Gürtner, Das kommende deutsche
acuerdo con lo dispuesto en el § 20 pfo. 2 de la Ordenanza sobre ejercicio del Strafrecht, 2.a ed., 1935, pág. 183; Grünwald, Das Rechtsfolgensystem des AE,
derecho de gracia de 6-2-1935 y en las normas regionales sobre el ejercicio de ZStW 80 (1968), pág. 89; el mismo, Offene Fragen im System der Hauptstrafen,
este derecho (cfr. infra, § 88 II 1). Festschrift für F . Schaffstein, 1975, pág. 219; Jescheck, Die kriminalpolitische
52 BayObLG 1954, 154; Dreher, JR 1955, 81; Schónke/Schroder/Stree, §
57 Anm. 2.
53 Así, sin embargo, Mittelbach, J R 1956, 165; LK (Else Koffka), § 26
Anm. 2. 57 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 14. También hay que tener en cuenta
54 En la prisión perpetua sólo existe actualmente la libertad condicional el hecho y su autor; cfr. Dreher, § 57 Anm. 9; LK (Else Koffka), § 26 Anm*. 17;
como medida de gracia, aunque por esta vía se haya transformado ya en una yendo más lejos, Schónke/Schroder/Stree, § 57 Anm. 23.
pena privativa de libertad temporal. Cfr. OLG Hamm MDR 1975, 859; BT-Druck- 58 Así OLG Hamm MDR 1976, 65, 159; D. Meyer, NJW 1976, 939; Trep-
sache V/4.094, pág. 10; LK (Else Koffka), § 26 Anm. 4. Cfr. además supra, tow, MDR 1976, 99 y ss.; Russ, J R 1975, 336; Schónke/Schroder/Stree, § 57
§ 72 I 3. Anm. 8; SK (Hom), § 57 Anm. 7.
55 Cfr. Maurach, Allg. Teil, pág. 875. 59 Así, Dreher, § 57 Anm. 5; Foth, DRiZ 1976, 277; W. Schmidt, NJW
56 Cfr. con detalles BT-Drucksache V/4.094, pág. 13. Cuando se trata de 1976, 1.927 y ss.
condenados que han cumplido totalmente penas privativas de libertad de más 60 Cfr. especialmente Lackner, § 57 Anm. 2b.
de dos años, se impondrá según el § 68f la obligación de someterse a vigilancia de 61 Cfr. Oske, MDR 1970, 861; Dreher, § 57 Anm. 10; H. W. Schmidt, MDR
conducta (cfr. supra, § 78 I 2a). 1961, 195.
1168 § 80. Amonestación con reserva de pena II. Esencia jurídica de la amonestación 1169
Konzeption des AE, ZStW 80 (1968), pág. 54; Peters, Verwarnung mit Strafvor- que se ha hecho a la prevención especial a costa del principio de cul-
behalt, DStr 1934, 310; Rezbach, Die Verwarnung unter Strafvorbehalt, 1970; pabilidad". 7
Ruth, Ánderungen auf dem Gebiet des Straf- und Ordnungswidrigkeitenrechts,
DAR 1975, 1; Schreiber, Besondere Umstande in der Tat, etc., Festschrift für
P. Schaffstein, 1975, pág. 276; Zipf, Die Rechtsfolgen der Tat im neuen StGB II. Esencia y naturaleza jurídica de la amonestación
JuS 1974, 137; el mismo, Anmerkung zu BayObLG vom 4-11-1975, JR 1976, 512.
1. E n la amonestación con reserva de pena la culpabilidad se
I. Antecedentes de la amonestación con reserva de pena declara en el veredicto de culpabilidad y se determina la pena que
el reo merezca, pero se suspende su imposición amonestándolo en su
1. La amonestación con reserva de pena estaba ya contenida en los
§§ 60-63 del Proyecto de 1936 * que la admitía para aquellos casos en los lugar (§ 59 I ) . Después de la dispensa de pena (§ 60) (cfr. infra, §
que el reo merecía una pena privativa de libertad inferior a un mes o a 81 II) es la sanción más leve que contiene el Derecho actualmente
una multa inferior a 90 días-multa. En dicho Proyecto era la única posibi- vigente. E l carácter sancionatorio de la amonestación se expresa en
lidad de atenuación que se ofrecía al juez, en tanto no se aceptara la suspen- la declaración de la culpabilidad, en la determinación de una pena
sión condicional de la pena. La Gran Comisión para la reforma del Derecho proporcionada al grado de injusto y culpabilidad y en la amonesta-
Penal hizo suya 2 la idea politicocriminal, discutiéndola detenidamente, 3 pero ción misma. E s t e carácter sancionatorio de esta reacción juridico-
la rechazó por diferentes razones (Proyecto 1962, Fundamentación p. 196).4 penal se fortalece por la posibilidad de imponer obligaciones, que, al
2. El Proyecto Alternativo quería, por el contrario, introducir la amo- igual que sucede en la suspensión condicional de la pena (cfr. supra,
nestación con reserva de pena desde una base más amplia, "como el primer § 79 I 5b), sirven p a r a r e p a r a r el ilícito cometido. El aspecto pre-
estadio de reacción juridicopenal en el ámbito de la criminalidad de masas ventivo especial de la amonestación consiste en no aplicar la pena al
frente a los delincuentes primarios" (Proyecto Alternativo, Fundamenta-
ción p. 113), reservando en este ámbito la imposición de la pena por el juez reo y en someterlo a un período de prueba (§ 59a I) . 8 La amonestación
a los supuestos de reincidencia. Por eso la amonestación debería imponerse tiene una doble situación y cumple también una finalidad preventiva
en todo caso, cuando el reo con una prognosis social favorable hubiera de ser especial.
condenado por primera vez a una pena privativa de libertad inferior a un 2. De todo ello se deriva la conclusión de que la amonestación no
año o á una multa de igual duración.5 tiene la naturaleza jurídica de una pena, ni de una medida, sino que
es una sanción cuasipenal, en tanto que ciertamente se declara la
3. La Comisión Especial del Parlamento Federal encargada de culpabilidad, se determina la pena y se desaprueba públicamente el
la reforma del Derecho Penal recogió de nuevo la idea de la amones- delito cometido, pero no se impone la pena. 9
tación con reserva de pena, pero la configuró como u n a regulación
marcadamente excepcional, 6 como se observa claramente en la cláu-
sula de merecimiento, restrictivamente redactada, recogida en el § 59
I núm. 2 y en la limitación preventiva general del § 59 I I (BT-Druck- 7 Así Bockelmann, Allg. Teil, pág. 255. La praxis francesa tampoco ha
sache V/4.095, pág. 24). También la jurisprudencia concibe la amo- aceptado, por ahora, la sanción similar a la amonestación, recientemente intro-
ducida del "ajournement du prononcé de la peine" (art. 469-3 C. p. p.), evidente-
nestación como una institución excepcional (BayObLG J R 1976, 511 mente porque se considera que la renuncia a la pena y la suspensión condicional
con nota favorable de Zipf) y, por eso mismo, hace un parco uso de del proceso suponen ya un debilitamiento excesivo del Derecho Penal.
8 La amonestación, con reserva, de la pena corresponde en el Derecho com-
esta nueva clase de sanción (cfr., sin embargo, BGH Dallinger MDR parado al aplazamiento del pronunciamiento de la pena del art. 469-3 del C. p. p.
1976, 14). E s t a s reservas son comprensibles, ya que la amonestación francés (cfr. supra, nota 7) y a la orden de "binding over in a fixed sum" admi-
con reserva de pena es h a s t a la fecha la "concesión más importante tida en la Common Law inglesa. Una estructura similar tiene la condena condi-
cional prevista en el Derecho Penal de la República Democrática Alemana (§ 33
StGB), aunque aquí esta institución sólo se aplica en las penas privativas de
libertad entre 3 meses y dos años, correspondiendo su función, por tanto, más
1 Cfr. sobre ello Peters, DStr 1934, 310 y ss.; Grau, en: Das kommende a la "probation" inglesa. i
deutsche Strafrecht, págs. 183 y ss. (ambos con referencias iuscomparatistas). 9 La naturaleza jurídica de la amonestación con reserva de pena se con-
2 Cfr. Welzel, Niederschriften, t. I, págs. 103 y ss. cibe de modo diferente; cfr. Dreher, § 59 Vorbem. 3 y Maurach-Festschrift, pá-
3 Cfr. las citas en Dreher, § 59 Vorbem. 2. gina 294 ("medio de reacción juridicopenal de peculiar naturaleza con un carác-
4 Cfr. Niederschriften, t. I, pág. 311. ter parecido al de una medida"); Lackner, § 59 Anm. 2 ("comparable a los me-
5 Una detenida exposición y fundamentación ofrece Rezbach, Die Verwar- dios correctivos del Derecho Penal de menores"); Maurach, Allg. Teil, pág. 876
nung unter Strafvorbehalt, 1970. Para la crítica cfr. Dreher, Maurach-Fest- ("complemento de la suspensión de la pena limitada a las penas privativas de
schrift, págs. 179 y ss.; Grünwald, ZStW 80 (1968), pág. 111; Jescheck, ZStW 80 libertad"); Schónke/Schroder/Stree, § 59 Anm. 3 ("institución jurídica de pe-
(1968), págs. 72 y ss.; Lackner, § 59 Vorbem. 1. culiar naturaleza"); Schmidhduser, Allg. Teil, pág. 812 ("institución jurídica si-
6 Cfr. sobre las deliberaciones habidas en la Comisión Especial Dreher, tuada entre la suspensión de la pena y el perdón judicial"); SK (Horn), § 59
Maurach-Festschrift, págs. 277 y ss. Anm. 2 ("gran semejanza con la tercera vía").
1170 § 80. Amonestación con reserva de pena III. Presupuestos de la amonestación 1171
3. Injustamente ha sido a menudo criticada la amonestación con reserva de la privación del permiso de conducir, ya que esta medida debería
de pena. El legislador no ha "falseado ni trivializado"10 esta nueva sanción,
sino que la ha concebido como una excepción en la.única forma que podía ser aquí tan admisible como lo es en la dispensa de pena.
ser compatible con el principio de culpabilidad. El principio de culpabilidad 2. La amonestación supone, además, una prognosis social favo-
mismo no es lesionado,11 ya que la pena se determina en base al veredicto de rable (§ 59 I núm. 1). Se espera que el reo no vuelva a delinquir, aun-
culpabilidad y su no imposición depende de que el grado de injusto y culpa- que no se le imponga una pena; pero en esto debe tenerse en cuenta
bilidad sea notablemente inferior al de otros casos análogos. Su proximidad la impresión de la amonestación y el efecto de las obligaciones im-
a algunas sanciones contenidas en la Ley de infracciones administrativas puestas (§ 59a II). A diferencia de lo que sucede en el § 56 I 2, aquí
(OWiG), que no conoce la amonestación,12 puede compensarse imponiendo las sólo hay una cláusula formal de exclusión: normalmente debe dejar
obligaciones monetarias previstas en el § 59a II en relación con el § 56b II de imponerse la amonestación, cuando el reo ha sido ya amonestado
número 2. No hay por qué temer un debilitamiento del efecto preventivo o condenado a una pena durante los últimos tres años anteriores a la
general de la multa,13 ya que se trata de casos excepcionales. Se ha evitado comisión del delito actual (§ 59 II).
cualquier tipo de interferencia entre la amonestación con reserva de pena
y la suspensión condicional de la pena. La mayoría de las veces deberán 3. La cláusula de merecimiento es el centro de los presupuestos
ciertamente liquidarse los casos del § 59 conforme a los §§ 153, 153a StPO de la amonestación (§ 59 I núm. 2), que permite compatibilizar toda
(cfr. infra § 81 I 4), pero es legítimo dar también al juez en el ámbito infe- la regulación con el principio de culpabilidad. Especiales circunstan-
rior un medio sancionatorio propio, para el que no necesita de la conformidad cias concurrentes en el hecho y en la persona del reo deben hacer
del Ministerio Fiscal. La imposición de la pena podría también atenuarse destacar el suceso del marco de casos similares, tan claramente, que
ampliando la norma que dispone que no se recogerán en el certificado de con- parezca adecuado el privilegio que se concede, sobre todo en atención
ducta las multas entre 90 y 180 días-multa (§ 30 II núm. 5a BZRG),14 pero a los graves prejuicios personales y profesionales que llevaría ane-
existe una notable diferencia entre imponer la pena, aunque no se recoja en jos el castigo del reo (BayObLG JR 1976, 511; OLG Hamm NJW
el certificado de conducta, y no imponerla en absoluto. 1976, 1.221) ,17 Los casos de esta clase, sólo raras veces llegan a ser
discutidas en el juicio oral; pero si se da el caso, razones de justicia
III. Presupuestos de la amonestación exigen la leve sanción del § 59, a no ser que el proceso haya sido ya
sobreseído conforme a lo dispuesto en los §•§ 153 ó 153a StPO (BGH
1. La pena a la que debería ser condenado el reo sólo puede ser Dallinger MDR 1976, 14: desliz sexual de un maestro, muy dotado y
una multa hasta 180 días-multa (BayObLG NJW 1976, 301 con nota sin antecedentes penales, con una alumna; AG Landetuhl MDR 1976,
favorable de Berz, MDR 1976, 332) ,16 Este límite es también el lí- 66: homicidio por imprudencia cometido sin apenas culpa del reo y
mite máximo para una pena conjunta (§ 59c I, 53 I ) . La imposición con gran parte de responsabilidad en el que resultó la víctima; AG
de una amonestación con reserva de pena no es obstáculo para que, Alzey DAR 1975, 163: homicidio por imprudencia ocasionado con
conforme al § 51 I, se compute en la multa el tiempo pasado en pri- motivo del transporte urgente de plasma sanguíneo por un funciona-
sión preventiva. 16 Junto a la amonestación puede imponerse sin re- rio de policía).
serva alguna la confiscación, el comiso y la inutilización de impresos, 4. Finalmente, es preciso que la defensa del Ordenamiento jurí-
aunque la medida tenga en el caso concreto un carácter cuasipenal dico no exija la condena penal. El concepto de defensa del Ordena-
(§ 59 I I I 1 ) . La amonestación no se toma en consideración, sin embar- miento jurídico corresponde al utilizado en el § 47 I (cfr. infra, §
go, junto a las medidas (§ 59III 2), ya que el reo no está necesitado de 84 I 3c) y en el § 56 III (cfr. supra, § 79 I 4b), pero hay que
resocialización. Pero esto no es siempre tan evidente cuando se trata tener en cuenta que aquí no se trata de la imposición de una pena
privativa de libertad de corta duración, ni de la ejecución de una
10 Así Baumann, Allg. Teil, pág. 733. pena privativa de libertad superior a seis meses, sino de si pare-
11 Objeciones en esta dirección, en Dreher, Maurach-Festschrift, pág. 283; cen necesarias el pronunciamiento y la (luego inevitable) ejecución
Gallas, Niederschriften, t. III, pág. 127; Preisendanz, § 59 Anm. l a .
12 A ello se refiere Zipf, J u S 1974, 146. de una multa hasta 180 días-multa para no conmover la f e ' de
13 Así Zipf, en: Roxin y otros, Einführung, pág. 86. la población en el derecho y la confianza en la seguridad de la
14 Por esta razón considera superflua la amonestación Dreher, Maurach-
Festschrift, pág 293.
15 Cfr. Dreher, § 59 Anm. 2; Lackner, § 59 Anm. 3. De otro modo, Ruth, 17 Así Dreher, Maurach-Festschrift, pág. 293; Lackner, § 59 Anm. 4b;
DAR 1975, 3 ; SK (Schreiber), § 44 Anm. 7, que también son partidarios de ad- Schonke/Schróder/Stree, § 59 Anm. 11 y ss. Críticamente al respecto, Grünwald,
mitir la amonestación en la prohibición de conducir. Schaffstein-Festschrift, págs. 237 y ss. Objeciones contra la practicabilidad de la
16 Lackner, § 59 Anm. 3 ; Schbnke/Schroder/Stree, § 59 Anm. 6. De otra regulación también en Schreiber, Schaffstein-Festschrift, págs. 290 y ss. Dema-
opinión, manteniendo, sin embargo, un criterio demasiado restrictivo, Dreher, siado ampliamente SK (Horn), § 59 Anm. 11 (aplicación a todos los delincuentes
§ 59 Anm. 2. primarios en el ámbito de la pequeña criminalidad con prognosis social favorable).
§ 80. Amonestación con reserva de pena
V. Liquidación de la amonestación 1173
1172
59b I), es decir, si el amonestado defrauda las esperanzas puestas
Administración de Justicia. En la mayoría de los casos en los de-
en él y comete un delito durante el período de prueba, o incumple,
litos cometidos en el tráfico automovilístico habrá que responder
de un modo grave y reiterado, las obligaciones que se le impusieron.
afirmativamente (BayObLG JR 1976, 511) ,18
Por regla general, prescindirá el tribunal de una prolongación del
IV. La sentencia y su realización período de prueba o de imponer otras obligaciones (§ 56f II), ya que
en la amonestación se deben imponer al condenado exigencias más
1. Si se dan los presupuestos del § 59, el tribunal puede pronun- estrictas que en la suspensión de la pena.21 Si el amonestado no es
ciar una amonestación con reserva de pena. Pero esta regla facultati- condenado a la pena que se reservó, en su día, el tribunal constatará
va tendrá que entenderse como un deber, porque todos los criterios tras el transcurso del período de prueba que ha sido suficiente con la
imaginables de juicio deben comprobarse ya en los presupuestos. 19 amonestación (§ 59b II). Con ello se liquida la reacción frente al de-
El tribunal declara la culpabilidad, determina la multa, cuya impo- lito que motivó la amonestación.
sición se reserva, y amonesta al reo. Todas estas decisiones se pro- 2. Tanto la condena a la pena que en su día se reservó, como la
ducen con el pronunciamiento de la sentencia (§ 260 IV 3, 4 StPO) constatación de la liquidación de la amonestación, se producen por
o con la terminación del procedimiento sumario (§ 407 II núm. 1 auto (§ 453 StPO). La competencia para ello corresponde al tribunal
StPO). 20 que entendió el asunto en primera instancia (§ 462a II, IV StPO).
2. El tribunal determina además la duración del período de prue- 3. Si se impone la pena que en su momento quedó reservada, la
ba, que aquí (de distinto modo a lo que sucede en el § 56a II 2), dada decisión se inscribirá en el Registro central; si se queda en la sim-
la menor gravedad de los casos, oscila entre uno y tres años, e im- ple amonestación, se borrará el Registro la inscripción que se había
pone al reo, en su caso, obligaciones (pero no instrucciones), para recogido, conforme al § 4 núm. 3 BZRG (§ 14 II BZRG).
las que rige de modo análogo lo dispuesto en los §§ 56b y 56c. Junto
a la reparación del daño causado, viene en consideración sobre todo § 81 Dispensa de pena y declaración de impunidad
el pago de una suma dinerada (§ 56b II núm. 2), para evitar privi-
Baumann, Die Beweislast bei § 199 StGB, N J W 1958, 452; el mismo, Grab-
legiar injustificadamente al amonestado. Las aportaciones espon- gesang für das Legalitatsprinzip, ZRP 1972, 275; el mismo, Mínima non curat
táneas del condenado de prestaciones adecuadas que sirvan para re- praetor, Festschrift für K. Peters, 1974, 3 ; Beling, Die geschichtliche Entwick-
parar el ilícito cometido (§ 56b III), también deben ser facilitadas lung der Retorsión und Kompensation, etc., 1894; Boxdorfer, Das offentliche In-
normalmente en la amonestación por el tribunal dirigiendo al amo- teresse an der Strafverfolgung, etc., NJW 1976, 317; Cramer, Das Strafensystem
nestado la correspondiente pregunta (§ 265a StPO). La decisión sobre des StGB, etc., J u r A 1970, 183; el mismo, Ahndungsbedürfnis und staatlicher
Sanktionsanspruch, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 487; Dallinger, Das
el período de prueba y sobre las obligaciones se produce por un auto Strafrechtsanderungsgesetz, J Z 1951, 620; Deneker, Strafrechtsreform im EG?
especial que se pronuncia juntamente con la sentencia (§ 268a I StPO) J Z 1973, 144; Dreher, Die Behandlung der Bagatellkriminalitat, Festschrift für
y que es impugnable autónomamente (§ 305a StPO). El presidente H. Welzel, 1974, pág. 917; Eckl, Neue Verfahrensweisen zur Behandlung der
del tribunal instruirá al acusado sobre el sentido del período de prue- Kleinkriminalitat, JR 1975, 99; Eser, Absehen von Strafe — Schuldspruch unter
Strafverzicht, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 257; Hartung, Anmerkung
ba y de las obligaciones (§ 268a III StPO); el tribunal vigilará el com- zu BayObLG 1958, 244, N J W 1959, 640; Hanack, Das Legalitatsprinzip und die
portamiento del condenado, especialmente el cumplimiento de las Strafrechtsreform, Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 339; Heinitz, Die Indi-
obligaciones impuestas (§ 453b StPO). vidualisierung der Strafen und Ma(3nahmen, 1960; Horstkotte, Die Vorschriften
des 1. StrRG über die Strafbemessung, JZ 1970, 122; Jescheck, Die kriminalpo-
3. La amonestación con reserva de pena, aunque se inscriba en el Regis- litische Konzeption des AE, ZStW 80 (1968), pág. 54; Kantorowicz, Tat und
tro central (§ 4 núm. 3 BZRG), no se recoge en el certificado de conducta Schuld, 1933; Kern, Grade der Rechtswidrigkeit, ZStW 64 (1952), pág. 255; el
(§ 30 II núm. 1 BZRG). mismo, Anmerkung zu BGH 10, 373, JZ 1958, 373; Kem/Roxin, Strafverfahrens-
recht, 14.a ed. 1976; Krümpelmann, Die Bagatelldelikte, 1966; Küper, Die Grund-
V. Condena a la pena reservada y liquidación de la amonestación lagen der Kompensation, etc., JZ 1968, 651; Küster, Zum Wesen der strafrecht-
lichen Kompensation, N J W 1958, 1.659; Lange, Die Systematik der Strafdrohun-
1. El tribunal condenará al amonestado a la pena que en su día gen, Materialien, t. I, pág. 69; Maiwald, Das Absehen von Strafe nach § 16 StGB,
83 (1971), pág. 663; el mismo, Anmerkung zu OLG Karlsruhe vom 7-3-1974; JZ
se reservó, si se cumplen los presupuestos del § 56f I núms. 1 ó 3 (§ ZStW 83 (1971), pág. 663; el mismo, Anmerkung zu OLG Karlsruhe vom 7-3-1974;
J Z 1974, 773; Meurer, Die Bekámpfung des Ladendiebstahls, 1976; Müller-Dietz,
18 Cfr. sobre esto Dreher, § 59 Anm. 4; Schonke/Schroder/Stree, § 69
Anm. 15.
19 Así Dreher, § 59 Anm. 6; Lackner, § 59 Anm. 6; Rezbaeh, Die Verwar- 21 Así Lackner, § 59b Anm. 1; Schonke/Schroder/Stree, § 59b Anm. 2. De
nung, pág. 72; SK (Horn), § 59 Anm. 14. otra opinión, Dreher, § 59b Anm. 1; SK (Horn), § 59b Anm. 4.
20 Sobre su redacción, cfr. SK (Horn), § 69 Anm. 21.
1174 § 8 1 . Dispensa de pena y declaración de impunidad I. L a dispensa de pena en casos de poca importancia 1175
Strafe, 1918; Naucke, Der Begriff der "geringen Schuld" (§ 153 StPO) im Straf- Más importante todavía es el segundo grupo de casos, en los que
tatsystem, Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 197; Petera, Der neue
StrafprozeP, 1975; Reiff, Vom Wesen und der Anwendung der Kompensation, la dispensa de pena sirve como premio, en los casos de desistimiento
NJW 1958, 982; el mismo, Weitere Gedanken zum Wesen der strafrechtlichen activo del delito consumado, al reo que merece la impunidad por su
Kompensation, NJW 1959, 181; Roxin, Recht und soziale Wirklichkeit im Straf- "actus contrarius" (cfr. supra, § 51 V).
verfahren, Kriminologische Gegenwartsfragen, 12 (1976), pág. 9; Schmidhüuser,
Freikaufverfahren mit Strafcharakter im StrafprozeP?, J Z 1973, 529; G. Schmidt, Este tipo de preceptos específicos sobre el desistimiento en el delito con-
Schuldspruch und Rechtskraft, J Z 1966, 89; Antje Schmitt, Untersuchungen zu
§ 16 StGB, tesis, Freiburg 1974; Schoetensack, Retorsión, VDA, t. II, pág. 397;
sumado ha aumentado entre tanto (§§ 83a, 84 V, 85 III, 98 II 1, 99 III,
Schroder, In welcher Weise empfiehlt es sich, die Grenzen des strafrichterlichen 129 VI, 129a V, 311c II, IV, 315 VI, 315b VI, 316a II StGB; § 20 II Vereins-
Ermessens im künftigen StGB zu regeln? Verhandlungen des 41. DJT, t. I, 1955, ges). Con razón exige Schroder6 en estos casos, como en los §§ 24, 31 (cfr.
página 57; el mismo, Die Koordinierung der Rücktrittsvorschriften, Festschrift infra § 81 I 2), la impunidad del reo que se la ha "merecido" con su desis-
für H. Mayer, 1966, pág. 377; Marlene Schroers, Das Absehen von Strafe, etc., timiento; aunque de lege lata no se puedan resolver algunas discordancias.
tesis, Heidelberg 1975; Schwarz, Erwiderung von Beleidigungen (§ 199 StGB),
NJW 1958,10; Schwarz/Wüle, § 51 StGB, etc., N J W 1971, 1.061; Stree, In dubio 2. La dispensa de pena no es un acto de gracia, sino que se basa,
pro reo, 1962; Wagner, Die selbstandige Bedeutung des Schuldspruchs, etc., GA
1972, 33; Waiblinger, Die Bedeutung der Schuldigerklarung im StrafprozeP, Fest-
en los casos citados anteriormente, en la falta de merecimiento de
schrift für H. F . Pfenninger, 1956, pág. 157; v. Weber, Das Absehen von Stra- pena ante el insignificante grado de injusto y culpabilidad o, en su
fe, MDR 1956, 705; Zickendraht-Wendelatadt, Straffreierklarung und Absehen von caso, en la compensación de la culpabilidad con el desistimiento vo-
Strafe, tesis, Hamburg 1973; Zipf, Die Rechtsfolgen der Tat im neuen StGB, J u S luntario. 7 No se trata sólo de una modalidad de determinación de la
1974, 137; el mismo, Anmerkung zu OLG Karlsruhe vom 7-3-1974, J R 1975, 162. pena,8 sino de una sanción especial del Derecho Penal, cuya peculia-
ridad consiste en que se condena al reo por el delito cometido, pero
I. La dispensa de pena en casos de poca importancia no se le impone una pena. 9
1. "La dispensa de pena es declaración de la culpabilidad sin De la dispensa de pena debe distinguirse la impunidad del reo que, en
condena penal".1 Esta institución estaba ya prevista en todos los varias ocasiones, se prevé igualmente para el desistimiento del delito con-
Proyectos de reforma a partir del de 1909,2 pero fue introducida en sumado (§§ 84 V segunda parte, 85 III, 98 II 2, 99 III, 129 VI segunda
el Derecho vigente por ley de 28-6-1935 (RGB1. I, pág. 839) (§ 175 II parte, 129a V, 139 IV, 310, 311c III, IV, 315 VI 2, 3, 315b VI). La impuni-
a.r.). Desde entonces ha venido haciendo uso el legislador cada vez dad conduce a la absolución.
con mayor amplitud de esta posibilidad de individualización de la san-
ción penal.8 Se trata, por un lado, de casos en los que la dispensa de 3. La dispensa de pena está reservada al arbitrio del tribunal y
pena parece justificada dada la poca importancia del delito. se pronunciará en la sentencia (§ 260 IV 4 StPO). El reo es condena-
do, pero la condena no se inscribe en el Registro central, no quedando,
La poca importancia puede derivarse bien del insignificante contenido del pues, con antecedentes. De todos modos el condenado debe satisfacer
injusto (§ 139 I), bien del insignificante contenido de la culpabilidad (§ 157 las costas procesales de acuerdo con lo dispuesto en el § 465 I StPO
I y II; § 25 V GjS), bien por regla general por una combinación de ambos (BGH 4, 172 [176]).i«
puntos de vista (§§ 23 III, 30 I 3, 84 IV, 85 III, 86 IV, 86a III, 89 III, 129 V,
129a IV, 175 III StGB; § 20 II Nr. 1 Vereinsges) **
Proyecto de 1962, cfr. Krümpelmann, Bagatelldelikte, pág. 197, nota 18. Contra
la introducción de la dispensa de pena en el Proyecto de 1962, especialmente
1 Así v. Weber, MDR 1956, 707. Le sigue la doctrina unánimemente; cfr. Lange, Materialien, t. I, págs. 79 y ss.
por ejemplo BGH 4, 172 (176); 16, 399 (403); Maurach, Allg. Teil, págs. 878 6 Cfr. Schroder, H. Mayer-Pestschrift, pág. 390. Igualmente, Schonke/
y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 54; Schmidhüuser, Allg. Teil, pági- Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 54; v. Weber, MDR 1956, 707; Maiwald, ZStW
na 803; Wagner, GA 1972, 35. 83 (1971), pág. 668.
2 Cfr. detalladamente Krümpelmann, Bagatelldelikte, págs. 198 y ss. 7 Así v. Weber, MDR 1956, 705; Maurach, Allg. Teil, pág. 830; Schroder,
3 El Derecho francés tiene una institución similar en la "dispense de peine" Verhandlungen des 41. DJT, t. I, pág. 94; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem.
introducida por ley de 11-7-1975 (art. 469-2 C. p. p . ) ; en el Derecho italiano exis- 54; Krümpelmann, Bagatelldelikte, pág. 196.
te el "perdono judiziale" para jóvenes (art. 169 C. p . ) ; en el Derecho inglés la 8 Pero debe admitirse, como lo hace el BGH 16, 399 (401), que también se
"absolute discharge". En Austria, por el contrario, la falta de merecimiento de trata de una modalidad de determinación de la pena. Cfr. sobre esto, además,
pena del hecho en el sentido del § 42 StGB conduce a la absolución (§ 259, núm. 4 LK (Else Koffka), § 13 Vorbem. 25; Maurach, Allg. Teil, pág. 830.
StPO). En Suiza se prevé en algunos preceptos concretos la renuncia facultativa 9 Cfr. Maiwald, ZStW 83 (1971), pág. 669. Sobre el significado autónomo
a imponer el castigo (por ej., art. 21 II, 304 2.° StGB); pero en el Derecho Penal de la declaración de culpabilidad como sanción, cfr. Waiblinger, Pfenninger-Fest-
de menores existe una regulación general (art. 88, 98 StGB). schrift, págs. 157 y ss.; G. Schmidt, J Z 1966, 91 y ss.; Wagner, GA 1972, 42 y ss.;
4 Cfr. sobre los grupos de casos, también, Zickendraht-Wendelstadt, Straff- Marlene Schroers, Das Absehen von Strafe, págs. 87 y ss.
reierklarung, págs. 166 y ss. 10 Por la equiparación en materia de costas con la impunidad en los casos
5 Sobre la amplia utilización de la dispensa de pena en la Parte Especial del de desistimiento, Schroder, H. Mayer-Festschrift, pág. 390.
1176 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad II. La dispensa de pena según el § 60 1177

Si se dan los presupuestos de la dispensa de pena el Ministerio Fiscal,


I I . La dispensa de pena en el § 60 StGB
puede renunciar de acuerdo con el Tribunal al ejercicio de la acción pública;
si ya se ha presentado la querella, el Tribunal puede de acuerdo con el Minis- 1. El anterior Derecho vigente, al igual que el Proyecto de 1962,18 no
terio Fiscal y con el inculpado y antes de que comience el juicio oral sobreseer conocía un precepto general sobre la dispensa de pena. Sólo el § 58 del Pro-
el proceso (§ 153b StPO). 11 yecto Alternativo preveía la posibilidad de determinar la culpabilidad, sin
4. La solución procesal es más importante que la dispensa de pena en el imponer la pena, "si el reo había sido ya castigado suficientemente por las
tratamiento de la criminalidad de poca importancia. 12 Jurídicamente se trata consecuencias del delito o éste había surgido en una grave situación conflic-
de casos de aplicación del principio de oportunidad, 13 en los que, prescindien- tiva extraordinaria". 19 El precepto del antiguo § 16 (ahora § 60), limitado a
do de los delitos patrimoniales con insignificante perjuicio (§§ 153 I 2, 153a I la primera de estas dos causas, fue añadido al Proyecto por la Comisión Es-
6 StPO), se presupone la coincidencia entre el Tribunal y el Ministerio pecial (cfr. Protokolle V, págs. 2.116 y ss.; BT-Drucksache V/4.094, pági-
Fiscal; materialmente se trata de medidas politicocriminales de la mayor nas 6 y ss.).
importancia práctica que se ponen en manos del Ministerio Fiscal. En cual-
quier situación en que se encuentre el proceso, es posible sobreseer el pro- 2. El nuevo § 60 prescribe la dispensa de pena, "cuando las con-
ceso penal por la poca importancia del hecho, cuando la culpabilidad del reo secuencias del delito que h a n alcanzado al reo son t a n graves que se-
es insignificante y no hay interés público en la persecución (§ 153 StPO). La ría evidentemente un error la imposición de u n a pena". La sanción
mayor parte de la criminalidad poco importante, especialmente cuando se también consiste en este caso en la declaración de la culpabilidad que,
trata de delincuentes primarios, se liquida de esta forma por el Ministerio
Fiscal ya en la base preliminar del proceso. Con la EGStGB se introdujo por supuesto, se complementa sensiblemente con las graves conse-
recientemente la renuncia provisional al ejercicio de la acción pública a cam- cuencias que alcanzan al reo. E l precepto rige de un modo general,
bio de la imposición de determinadas obligaciones e instrucciones (§ 153a no sólo p a r a los delitos de poca importancia, y es aplicable especial
StPO) (cfr. supra, § 8 VI l). 1 4 Las críticas 16 dirigidas, por diversas razones, y precisamente también en aquellos casos en los que el contenido del
contra esta normativa no están fundadas.16 Se trata de una forma, ya pro- injusto y la culpabilidad es grave. Sin embargo, el § 60 pfo. 2.° im-
bada hace tiempo en otros países, de liquidar delitos de poca importancia pone un límite máximo que excluye la dispensa de pena, "si el reo
con una sanción rápida, discreta y moderada, impuesta en la fase inicial del mereciera por su hecho una pena privativa de libertad superior a un
proceso penal, que es preferible al sobreseimiento sin reservas previsto en año". 2 0 Sólo deben tomarse en cuenta las consecuencias del delito pro-
el § 153 StPO, porque de este modo el reo recibe una advertencia. La ins- ducidas por el mismo reo, no las consecuencias legales o las medidas
cripción de la medida en un registro especial (que a efectos puramente inter-
de terceros, como pérdida de la capacidad p a r a desempeñar un cargo
nos es llevado por el Ministerio Fiscal) sirve para asegurar que el sobresei-
miento condicional sólo se conceda a delincuentes primarios. La praxis ha público o del puesto de trabajo, divorcios, pérdidas en los negocios,
hecho todavía poco uso del § 153a StPO, 17 ya que el control de las obligacio- boicot social, etc. 21 Las consecuencias pueden ser de naturaleza cor-
nes e instrucciones le supone un trabajo excesivo. poral o económica y basta con que alcancen al reo de un modo indi-
recto, siempre que sean graves, incluso aunque las consecuencias di-
rectas alcancen a un pariente o alguna persona próxima a él, siem-
11 Cfr., detalladamente, Dallinger, JZ 1951, 622 y ss. pre que en este caso suponga un grave daño también p a r a el reo. No
12 Igualmente, Dreher, Welzel-Festschrift, págs. 933 y ss.; Cramer, Mau- se opone a la aplicación del § 60, que se produzcan también al mismo
rach-Festschrift, pág. 496. Sobre la relación entre la dispensa de pena y el so-
breseimiento previsto en el § 153 StPO Wagner, GA 1972, 44 y ss.; Zickenrath- tiempo graves daños a terceros. Deben excluirse, sin embargo, los
Wendelstadt, Straffreierklárung, págs. 181 y ss.
13 En contra, considera Naucke, Maurach-Festschrift, págs. 208 y ss., la
"culpabilidad insignificante" en el § 153 StPO como una causa personal de ex- 18 En contra, Lange, Materialien, t. I, pág. 78 y la mayoría de la Gran
clusión de la pena; pero en el Derecho alemán — al contrario de lo que sucede en Comisión para la reforma del Derecho Penal, Niederschriften, t. I, págs. 115
el § 42 del StGB austríaco—, el precepto no está concebido de esta manera. y ss. Igualmente Schróder, Verhandlungen des 41. DJT, t. I, pág. 93; Heinitz,
14 Sobre el ámbito de aplicación, cfr. Eckl, JR 1975, 100 y ss.; sobre inter- Individualisierung, pág. 25.
pretación, Boxdorfer, NJW 1976, 317 y ss. 19 Cfr. sobre esto, críticamente, Jescheck, ZStW 80 (1968), pág. 72.
15 Cfr. Baumann, Peters-Festschrift, págs. 3 y ss.; el mismo, ZRP 1972, 20 Sobre las dificultades prácticas en la aplicación de este precepto, cfr.
275 y ss.; Dencker, JZ 1973, 144 y ss.; Hanack, Gallas-Festschrift, págs. 347 Maiwald, ZStW 83 (1971), págs. 690 y ss.; Müller-Dietz, Lange-Festschrift, pá-
y ss.; Roxin, Kriminologische Gegenwartsfragen 12 (1976), págs. 18 y ss.; Schmid- ginas 316 y ss.
háuser, JZ 1973, 529; el mismo, Allg. Teil, pág. 805. 21 Cfr. LK (Else Koffka), § 16 Anm. 2; Jescheck, ZStW 80 (1968), pág. 72.
16 Cfr. detenidamente Dreher, Welzel-Festschrift, págs. 934 y ss.; además, Dudoso, Schónke/Schróder/Stree, § 60 Anm. 6. Tampoco son suficientes las ta-
Kleitiknecht, § 153a StPO Anm. 2; Peters, Der neue Strafprozess, págs. 101 y ss.; ras anímicas como sentimientos de culpabilidad (otra cosa habría que decir
Eckl, JR 1975, 101 y ss.; Meurer, Die Bekampfung des Ladendiebstahls, pág. 42. caso de que fueran depresiones patológicas); cfr. Dreher, § 60 Anm. 3; Hort-
17 Hasta el momento no se ha dado en la praxis la hipótesis prevista por skotte, JZ 1970, 127; Lackner, § 60 Anm. 2b; LK (Else Koffka), § 16 Anm. 3;
Kern/Roxin, Strafverfahrensrecht, pág. 63, de que el cumplimiento de las obli- Schonke/Schróder/Stree, § 60 Anm. 8; Wagener, GA 1972, 51. De otra opinión,
gaciones e instrucciones se impondría con una fuerza que alcanzaría al § 136a SK (Horn), § 60 Anm. 8, que considera en general suficientes "consecuencias
StPO. menos graves".

31. — Hans-Helnrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1178 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad III. La declaración de impunidad (compensación) 1179
perjuicios producidos a sí mismo, que han sido queridos o por lo me- merecimiento de pena, sino por falta de necesidad de pena (OLG
nos previstos por el reo, ya que, de lo contrario, quedarían compren- Karlsruhe NJW 1974, 1.006) ,26 El reo se ha castigado a sí mismo con
didas aquellas situaciones conflictivas previstas en el § 58 del Pro- las graves consecuencias de su delito que le han alcanzado ("poena
yecto Alternativo que el legislador, por razones de prevención gene- naturalis"); ninguna de las razones reconocidas que justifican la im-
ral, no quiso incluir (de otra opinión, sin embargo, BGH Dallinger posición de una pena hacen necesaria en este caso una sanción penal
MDR 1972, 750 y ss.) P- Frente a las graves consecuencias del delito que vaya más allá de las consecuencias producidas.27 Un sobresei-
que alcanzan al reo, la pena debe haber perdido sentido en todas sus miento del proceso, conforme a lo dispuesto en el § 153b StPO, en
funciones — compensación del injusto y de la culpabilidad, preven- los casos del § 60 sólo puede, ciertamente, venir en consideración, si
ción general y especial —.23 La desproporción debe ser tan relevante el injusto y la culpabilidad no son graves y no se ha producido un
que el supuesto de hecho pueda ser calificado inequívocamente como perjuicio grave para terceros, porque, de lo contrario, se desvalori-
caso excepcional (BT-Drucksache V/4.094, pág. 7). El § 60 no ex- zaría el carácter sancionatorio que tiene la declaración de la culpa-
presa de un modo totalmente correcto esta idea, al exigir el elemento bilidad. Según el § 69, puede privarse al reo del permiso de conducir
procesal reflejado en el término "evidencia".24 también en los casos de dispensa de pena, lo que, frecuentemente,
Ejemplos: El § 60 fue aplicado en favor del conductor de un automóvil sucede en los casos en los que tal medida viene en aplicación. Sobre
que a consecuencia de un golpe de viento chocó contra un automóvil que el tratamiento procesal, cfr. supra, § 81 I 3.
venía por la vía contraria, muriendo en el accidente su esposa y la esposa del
otro conductor (OLG Celle NJW 1971, 575); en favor del conductor de un 4. Es necesaria una regulación general sobre la dispensa de pena para
automóvil que ocasionó culpablemente a consecuencia de un patinazo un acci- casos excepcionales.28 La introducción de una circunstancia atenuante ex-
dente en el que él mismo quedó gravemente lesionado sin posibilidad de traordinaria,29 que no está contenida en la dispensa de la pena (BGH 21, 139
recuperación y su acompañante muerta (OLG Frankfurt NJW 1971, 767); [141]), tendría, sin embargo, como consecuencia que los tribunales podrían
en relación con la conducción de un vehículo de motor en estado de embria- rebajar a su arbitrio el límite mínimo de la pena, procederían con diversos
guez que produjo un accidente en el que murieron el padre y la novia del criterios y llegarían de este modo a desiguales resultados.
conductor (OLG Stuttgart DAR 1974, 221); en relación con un accidente
producido imprudentemente en el que además de lesiones graves a un tercero III. La declaración de impunidad (compensación)
se produjo la muerte del padre (OLG Hamm DAR 1973, 247). Se denegó, sin
embargo, la aplicación del § 60 en casos en los que se alegaban situaciones 1. Mucho más antigua que la dispensa de pena es la institución
como el enorme susto pasado por el peligro corrido por el propio hijo en una de la declaración de impunidad (compensación o retorsión).80 En
grave situación de peligro creada por la madre (BayObLG NJW 1971, 766), caso de injurias mutuas, el juez puede dejar sin castigo a ambos acu-
la conmoción cerebral y siniestro total del vehículo del causante del accidente sados, o a uno de ellos (§ 199). Además de en este caso, existe una
sin daños a tercero (OLG Koblenz VRS 44, 415), la causación imprudente declaración de impunidad (que es como realmente debe llamarse es-
de la muerte de la propia esposa en un accidente de circulación producido al ta institución) y adicionalmente la posibilidad de atenuar la pena
adelantar el conductor de un modo temerario a otro vehículo, poniendo tam-
bién gravemente en peligro al ocupante del otro vehículo (OLG Kóln NJW (§ 49 II) en las lesiones mutuas (§ 223) y en las injurias que son
1971, 2.036; de otra opinión OLG Karlsruhe NJW 1976, 1.006, con nota favo- respondidas con lesiones o a la inversa; se incluyen también las le-
rable de Zipf, JR, 1975, 162 y crítica de Maiwald: JZ 1974, 773).2S siones producidas por imprudencia (§ 230), siempre que no hayan
3. La dispensa de pena prevista en el § 60 no se justifica, como 26 Cfr. Bockelmann, Allg. Teil, pág. 257; Cramer, J u r A 1970, 194; Mai-
en los casos de poca importancia (cfr. supra, § 81), por la falta de wald, ZStW 83 (1971), pág. 695; Müller-Dietz, Lange-Festschrift, pág. 309;
Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 803; Wagener, GA 1972, 35; Zipf, J u S 1974, 147.
Sobre la distinción entre merecimiento de pena y necesidad de pena (cfr. supra,
22 Así Maiwald, ZStW 83 (1971)', pág. 689; Blei, Allg. Teil, pág. 373; § 7 I la).
Schmidhauser, Allg. Teil, pág. 803. Otra cosa parece indicar los ejemplos cita- 27 Cfr. Eser, Maurach-Festschrift, pág. 260, con referencias a la dispensa
dos en BT-Drucksache V/4.094, pág. 7, así como Dreher, § 60 Anm. 4; Maurach, de pena contenida en el § 25 del StGB de la República Democrática Alemana, que
Allg. Teil, pág. 878; Schonke/Schróder/Stree, § 60 Anm. 8. va mucho más lejos y tiene una motivación ideológica distinta (págs. 261 y ss.).
23 Sobre la equivocación que supondría imponer en estos casos una pena, 28 Schultz, Einführung II, pág. 78, deplora su inexistencia en el Derecho
detenidamente, Antje Schmitt, Untersuchungen, págs. 67 y ss. suizo.
24 En este sentido, el § 60 es interpretado mal por Schwarz/Wille, N J W 29 Así Maiwald, ZStW 83 (1971), págs. 683 y ss.; Schonke/Schroder/
1971, 1.065. Acertadamente, en contra, Maiwald, ZStW 83 (1971), pág. 687; Stree, § 60 Anm. 11; Marlene Schroers, Das Absehen von Strafe, págs. 106 y ss.
Lackner, § 60 Anm. 26. Cfr. también Wagner, GA 1972, 52 y ss. 30 Cfr. Beling, Die geschichtliche Entwicklung, págs. 67 y ss. En la expre-
25 Estas contradictorias decisiones valoradas en conjunto cuestionan gra- sión "compensación" resuena todavía la originaria fundamentación civilista de
vemente la evidencia imaginada por el legislador del resultado en las decisiones esta institución con la idea de equilibrio; cfr. Schoetensack, VDA, t. II, pág. 404.
comprendidas en el § 60, cfr. Müller-Dietz, Lange-Festschrift, págs. 311 y ss. La expresión "retorsión" se refiere al acontecer mismo.
1180 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad III. La declaración de impunidad (compensación) 1181
31
ocasionado (§ 223) una consecuencia grave (§ 224) . El fundamento radica en la provocación del lesionado y que debe entenderse como
jurídico de esta institución es diferente, según se considere la impu- una sanción, ciertamente no equivalente, pero sí emparentada con la
nidad del que inició la ofensa o la del que la respondió (RG 70, 329 legítima defensa (RG 7, 100 [102]; 38, 339 [341]; 70, 329 [331];
[330 y ss.] : en un caso, el fundamento se encuentra en el "autocas- BGH10, 373 [374]).
tigo", en el otro, se considera la "excitación emocional").32 En am- 2. Los presupuestos de la declaración de impunidad son distin-
bos casos se trata de una peculiar sanción del Derecho Penal mate- tos según que se trate del delincuente que inicie la ofensa o del que
rial,93 no de una institución procesal (uso de la querella penal) 84 o responda.
de un acto similar al indulto.85 a) El que inicia la ofensa debe haber actuado típica, antijurídica
a) El que inició la ofensa puede quedar impune, porque no exis- y culpablemente y su hecho debe ser también perseguible, ya que, a
te necesidad de imponer una pena pública, cuando ha recibido una pesar de la declaración de impunidad, en todo caso será condenado.
especie de sanción privada a manos del que en la misma línea ha El hecho de respuesta, por el contrario, basta solamente con que sea
respondido a su ofensa (teoría de la compensación).86 Se trata, por típico y antijurídico, porque lo único que importa aquí es el efecto
tanto, de "preceptos arcaicos" que se basan en una concepción juridi- compensador de la respuesta, que también debe existir objetivamente
coprivada ya superada de la pena, "sin raíces en la actual conciencia y no simplemente ser imaginada, ya que una respuesta solamente pen-
jurídica". 87 sada no haría superflua la pena pública. La respuesta debe estar, ade-
b) Otra cosa sucede respecto a la declaración de impunidad del más, en una relación temporal y material tan estrecha ("inmediata-
que responde a la ofensa inicial. Aquí se trata de una falta de mere- mente") , que pueda ser sentida por un observador objetivo como com-
cimiento de pena en atención a una disminución esencial del conte- pensación del injusto y de la culpabilidad.89
nido del injusto y de la culpabilidad del delito (cfr. el paralelismo b) El que responde a la ofensa sólo queda impune cuando real-
con las causas de exculpación supra, § 43 III 2b). 88 Por un lado, se mente ha existido una acción cometida en una reacción emocional
considera como causa de atenuación de la culpabilidad la excitación (RG 38, 339 [341]; 67, 248; 70, 329 [331], OLG Braunschweig SJZ
bajo la que normalmente se encuentra el ofendido, cuando responde 1948, 767 [769]). El requisito "inmediatamente" debe ser interpre-
inmediatamente a la ofensa o lesión que se le ha inferido. Pero, por tado en relación con el hecho de respuesta, de tal forma que la con-
otro lado, es también de importancia la atenuación del injusto, que moción emocional motivada por el hecho inicial continúe aún y sea
la causa del hecho de respuesta ("subjetivación" del elemento obje-
31 La nueva redacción del § 223 con la 1.* StrRG debía servir sólo para tivo) .40 El hecho inicial debe, además, no sólo haber sido típico y an-
simplificar (BT-Drucksache V/4.094, pág. 34), pero ha planteado importantes tijurídico, sino también culpable, ya que, de lo contrario, no parece-
dudas; cfr. sobre esto Zickendraht-W'endelstadt, Straffreierklárung, págs. 131 ría disculpable la situación emocional del afectado por la ofensa.41 Si
y ss. Pero como no se pretendía una modificación material, se debe considerar
que sigue tratándose de un caso de compensación; cfr. Dreher, § 233 Anm. 5; el afectado por la ofensa cree erróneamente que existe una injuria
LK (Hirsch), § 233 Anm. 17; SK (Horn), § 233 Anm. 1. o lesión típica, antijurídica y culpable a la que responde, entonces
32 Sobre el "dualismo de las ideas básicas" Schoetensack, VDA, t. II,
página 406; v. Liszt/Schmidt, pág. 435. En contra de la propuesta de Küster, hay que distinguir: cuando el error se refiere a la existencia del hecho
NJW 1958, 1.659 y ss. quiere buscar un fundamento unitario a la declaración inicial o a su antijuricidad, no será posible declarar la impunidad si
de impunidad en la idea del "desagravio", hay que decir que existe una gran el que responde ha actuado imprudentemente (analogía con el error
diferencia entre si alguien se procura el desagravio o si alguien está obligado
a aceptar el desagravio de otro; cfr. LK (Hirsch), § 233 Anm. 3 ; Zickendraht- evitable sobre una causa de exculpación, cfr. supra, § 48 II 2) (OLG
Wendel8tadt, Straffreierklárung, págs. 113 y ss. Hamburg NJW 1966, 1.977) .42 Si el error se refiere, por el contrario,
33 Así, expresamente, BayObLG 1958, 244 (247); Hartung, NJW 1959,
641; Küper, J Z 1968, 654; Stree, In dubio pro reo, pág. 34; Wagner, GA 1972, 39.
34 Así Schwarz, NJW 1958, 10. De acuerdo, Baumann, NJW 1958, 453, 39 Küper, JZ 1968, 655, nota 45 atiende en este aspecto sólo a la sensibili-
nota 9. dad del afectado.
35 Así Reiff, NJW 1958, 983; el mismo, NJW 1959, 182. 40 Igualmente, Schónke/Schroder/Lenckner, § 199 Anm. 9; Maurach, Allg.
36 Así, especialmente, RG 2, 181 (183); Binding, Normen, t. I, pág. 32; Teil, pág. 166; Dreher, § 199 Anm. 2; LK (Herdegen), § 199 Anm. 10; LK
Nagler, Die Strafe, pág. 596, nota 2; Olshausen, § 199 Anm. 1; Schoetensack, (Hirsch), § 233 Anm. 16.
VDA, t. II, pág. 407; Lackner, § 199 Anm. 1; LK (Hirsch), § 233 Anm. 3. 41 De otra opinión, en este punto, Küper, JZ 1968, 659; LK (Hirsch), § 233
37 Así Kantorowicz, Tat und Schuld, pág. 184; Wagner, GA 1972, 39, Anm. 14. Pero la opinión mantenida en el texto es seguida por la doctrina do-
nota 65. minante, cfr., por ejemplo, Olshausen, § 199 Anm. 3e, con referencias; Maurach,
38 De acuerdo con lo dicho en el texto, Kern, ZStW 64 (1952), págs. 286, 290, Bes. Teil, pág. 166.
así como las opiniones detenidamente fundamentales de Küper, J Z 1968, 655 y ss. 42 Así Küper, JZ 1968, 661. Por la impunidad sin considerar la impruden-
Cfr. además, Lackner, § 199 Anm. 1; LK (Hirstch), § 233 Anm. 3 Maurach, cia, por el contrario, Lackner, § 199 Anm. 2 ; Maurach, Bes. Teil, pág. 167;
Bes. Teil, pág. 166; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 241; Schónke/Schroder/Lenckner, Schónke/Schroder/Lenckner, § 199 Anm. 5. Tanto LK (Herdegen), § 199 Anm. 6,
§ 199 Anm. 1; Stree, In dubio pro reo, pág. 33; v. Weber, MDR 1956, pág. 706. como Dreher, § 199 Anm. 1 no consideran en absoluto el error.
1182 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad Adiciones de Derecho español a los §§ 79, 80 y 81 1183
a la culpabilidad (se considera por ejemplo normal al enfermo mental y es la de conseguir un cierto disciplinamiento de la población reclusa, obli-
que profiere la injuria), debe configurarse como si el otro hubiera gándola de esta forma indirectamente al trabajo en condiciones económi-
actuado culpablemente. cas onerosas y consiguiendo con ello una fuente de mano de obra barata,
3. L a declaración de impunidad queda al arbitrio del juez, que tanto la condena condicional como la libertad condicional responden a un
puede dejar impune a uno, a ambos o a ninguno de los contendientes, mismo principio: el principio de no necesidad de ejecución de la pena (en
según la gravedad del injusto y la culpabilidad del hecho cometido la llamada condena condicional)3 o de no necesidad de ejecución de tanta
pena (en la libertad condicional). Desde el punto de vista teórico ambas
por cada uno de ellos. Si el hecho inicial se dirige contra la esposa
instituciones se justifican únicamente por las necesidades preventivas: la
(KG J W 1930, 1.316; KG J R 1957, 388; OLG Dusseldorf DRiZ 1933 ejecución de toda la pena o de sólo una parte de la misma no es, en efecto,
número 624) o contra alguna otra persona próxima al autor del hecho necesaria desde el punto de vista preventivo especial cuando puede conse-
(OLG H a m b u r g N J W 1965, 1.611), son también aplicables igual- guirse también con su suspensión que el sujeto no vuelva a delinquir, y des-
mente los §§ 199 y 233. Como la declaración de impunidad se t r a t a de el punto de vista preventivo general cuando, en los casos de suspensión de
de una institución de Derecho Penal material, no hay duda que le es la ejecución de penas no muy graves, el efecto intimidatorio se consigue
aplicable al principio "in dubio pro reo". 4 3 Por tanto, basta p a r a de- también con la simple amenaza de ejecución de la pena impuesta si el sujeto
clarar la impunidad con que no pueda refutarse la manifestación del vuelve a delinquir durante el período de prueba. En los casos de libertad
acusado de que ha sentido ya su "castigo" o de que ha respondido a condicional, dicho efecto se consigue igualmente si se cumple una parte im-
otro delito (BGH 10, 373, con nota favorable de Kern, J Z 1958, 3 7 3 ; portante de la pena impuesta y con la amenaza de ejecutar el resto suspen-
dido si durante ese tiempo el sujeto vuelve a delinquir.
BayObLG 1958, 244 [247]). El acusado será declarado culpable y
En la práctica no siempre son tenidos en cuenta estos criterios preven-
condenado, pero dejado sin castigo. El § 468 StPO permite en mate-
tivos y frecuentemente se producen desviaciones, "pietistas" o "rigoris-
ria de costas una regulación diferenciada. 44 tas", movidas por criterios moralistas ajenos a los puramente penales.
Y otras veces se observa un cierto "automatismo" en la concesión de tales
* * # beneficios que queda condicionado a la comprobación puramente formal de
los requisitos exigidos en la ley o incluso ni siquiera éstos se cumplen, frus-
/. La crisis de las penas privativas de libertad de corta duración (cfr. trando así la posible bondad político-criminal de dichas instituciones.* En
supra, § 72 III) ha conducido en la mayoría de los países a la creación buena parte, ello se debe a la deficiente regulación de la materia que ofre-
determinadas instituciones como la sursis, la probation, la condena condi- ce el Código Penal vigente. El Proyecto de Código Penal supone en este
cional, etc., destinadas, en determinados casos y bajo determinadas cir- sentido una mejora evidente de la actual situación, sin que, sin embargo,
cunstancias, a sustituirlas. España se incorporó bastante pronto a este mo- consiga una solución plenamente satisfactoria.
vimiento y ya por Ley de 17 de marzo 19081 se introdujo la llamada con-
II. En el Proyecto de Código Penal se dedica el capítulo III del título
dena condicional que, con algunas variaciones posteriores, recogida en el
III del Libro I a "las formas sustitutivas de la imposición y de la ejecución
Código Penal vigente (sección tercera, capítulo V, título III, Libro I), si-
de la pena" (sección 1.a), "la sustitución de la pena" (sección 2.a) y "la
gue siendo prácticamente el único sustituto posible a la ejecución de las
libertad condicional" (sección 3.a). Dejando aparte ahora la llamada sus-
penas privativas de libertad de corta duración (cfr. también nota al §
titución de la pena contenida en la sección 2a cuya finalidad no es otra que
84, I).
la de sustituir la pena privativa de libertad de corta duración por otra me-
Junto a esta institución también se recogen en el Código Penal otras nos lesiva para el condenado como el arresto fin de semana y la multa (cfr.
instituciones dirigidas a reducir el tiempo de duración de las penas priva- nota al % 84 I), la novedad más importante que brinda el Proyecto es la sus-
tivas de libertad cuya ejecución es inevitable. Estas instituciones son la pensión del fallo. Tal como se configura en los arts. 91, 92 y 93 del Proyecto,
libertad condicional (introducida por Ley 23 julio 1914) y la redención de esta institución equivale al sistema anglosajón de la "probation", en el
penas por el trabajo (cuyas bases se encuentran en el decreto de 28 de mayo que el Tribunal se abstiene de pronunciar la condena e impone al acusado
1937 aplicable a los prisioneros de guerra y a los condenados por delitos un período de prueba que, si se cumple satisfactoriamente, determina que
políticos e introducida de un modo general en el Código Penal con la re- se deje definitivamente sin efecto la sentencia.6 De hecho la única dife-
forma de 1944)^ Con excepción de esta institución, cuya función ha sido rencia entre esta institución y la remisión condicional de la pena que iam-
43 Cfr. Schonke/Schrdder/Lenckner, § 199 Anm. 4; Stree, In dubio pro 3
reo, pág. 33. La denominación usada por el legislador español no es del todo correc-
44 El § 465 I 2 StPO no es aplicable al § 223 a pesar de la modificación ope- ta ya que lo que queda condicionado no es la condena sino la pena, o más bien
rada 1 en su tenor literal; cfr. Kleinknecht, § 468 StPO Anm. 1. la ejecución de la pena, cfr. Núñez Barbero, Suspensión condicional de la pena
Sobre sus precedentes históricos, cfr. Yáñez Román, La condena condi- y "probation",
4
Salamanca 1970.
cional en España, en "Anuario de Derecho Penal", 1973, págs. 305 y ss. Cfr. Del Toro Marzal, en Córdoba Roda, Rodríguez Mourullo, Del Toro,
2
Cfr. Bueno Arús, La redención de penas por el trabajo en el ordena- Casaba
5
Ruiz, Comentarios al Código Penal, Barcelona 1972, t. II, págs. 480 y ss.
miento jurídico español, 1975. Cfr. Núñez Barbero, ob. cit.
1184 § 81. Dispensa de pena y declaración de impunidad Adiciones de Derecho español a los §§ 79, 80 y 81 1185
bien se prevé en el Proyecto y que coincide con la actual condena condicio- También la libertad condicional, regulada en el Proyecto de un modo
nal, es que en ésta la condena se pronuncia y se inscribe en el Registro de prácticamente idéntico al del Código vigente, debería ser reformada am-
Penados. Sin embargo, en la regulación que ofrece el Proyecto existen otras pliamente en sus presupuestos y en su contenido. Tanto en él Proyecto, como
diferencias entre una y otra institución. Así, por ej., la suspensión del fallo en el Código Penal vigente se configura la libertad condicional como una
es aplicable siempre que la infracción cometida no constituya delito grave institución sólo aplicable a las penas privativas de libertad y como un pre-
y generalmente sólo cuando el culpable es menor de veinticinco años al tiem- mio a la buena conducta penitenciaria. Sin embargo, no hay inconveniente
po de cometer el delito (art. 92, 3." y U.°), mientras que la remisión con- teórico en proponer también su aplicación a otras penas temporales, como
dicional sólo es aplicable a penas privativas de libertad, impuestas directa la multa, porque, en definitiva, el mismo interés preventivo puede existir
o subsidiariamente por impago de la multa, cuya duración no exceda de en acortar la duración de una pena temporal, aunque no sea privativa de
doce meses y excepcionalmente de veinticuatro meses (art. 9U, S.° y 5.°). libertad, cuando la evolución del comportamiento del reo y el comporta-
Por lo demás los requisitos de que el reo haya delinquido por primera vez miento sobre su comportamiento futuro hacen predecir que no volverá a
y no haya sido declarado en rebeldía, que se exigen también en la actual delinquir. En la concesión del beneficio debería ser decisivo, aparte del cum-
regulación de la condena condicional, son comunes a ambas instituciones, plimiento efectivo de una parte de la pena (por ej., dos terceras partes, en
como también lo son las instrucciones y tareas que se pueden imponer al lugar de las tres cuartas partes que propone el Proyecto, o incluso en casos
reo durante el período de prueba, el período de prueba misma y la revoca- excepcionales la mitad), únicamente el pronóstico favorable de que el suje-
ción del beneficio. to no volverá a delinquir y no los criterios moralizantes "de hacer vida hon-
A la vista de la compleja regulación que propone el Proyecto conviene rada en libertad" que exigen el Código Penal vigente (art. 98, í.°) y el
hacer algunas precisiones. Proyecto (art. 101, U').
Parece indudablemente un acierto la posibilidad de ofrecer al Tribunal III. Fuera de las instituciones citadas, ni el Código Penal vigente ni el
la alternativa de elegir entre la suspensión del fallo y la suspensión de la Proyecto de Código Penal prevén otras disposiciones de sustitución o dis-
ejecución de la pena impuesta, ya que, aunque la diferencia entre una y pensa de la pena. El "perdón judicial",* que en cierto modo equivale a la
otra sólo sea en la práctica que en un caso la condena no llega a pronun- "dispensa de pena" del derecho alemán, tampoco ha tenido acogida ni en
ciarse y por lo tanto no hay antecedentes penales y en el otro sí, desde el Código Penal vigente, ni en el Proyecto. Tampoco existe ni se prevé en el
punto de vista preventivo general y especial tanto la comunidad como el Proyecto una institución similar a la retorsión o compensación del Derecho
reo pueden sentir la diferencia que existe entre no llegar a condenar y con- alemán.
denar pero no ejecutar la pena impuesta. Pero ahí deben terminar las di-
ferencias. Tanto la suspensión del fallo como la remisión condicional de la
pena tienen la misma finalidad preventiva, se refieren a delitos de parecida
magnitud y son aplicables generalmente al mismo tipo de delincuentes. Ha-
bría, pues, que unificar los presupuestos de una y otra institución y dejar
al arbitrio del tribunal el que, de acuerdo con los criterios preventivos
antes indicados, elija entre ambas cuál de ellas conviene mejor al caso juz-
gado. En primer lugar, habría que unificar los requisitos personales y en
lugar de exigir que el reo haya delinquido por primera vez y no haya sido
declarado en rebeldía y, en la suspensión del fallo, que sea menor de vein-
ticinco años, debería simplemente exigirse una prognosis favorable en el
sentido de que, dados los antecedentes, móviles y personalidad del reo, pue-
da preverse que con la suspensión del fallo o de la pena será suficiente para
evitar que el reo vuelva a delinquir. También habría que unificar los pre-
supuestos objetivos en el sentido de poder aplicar la remisión condicional
a toda clase de penas, siempre que el delito no sea grave, igual que sucede
en la suspensión del fallo. Y, finalmente, debería prescindirse de la impo-
sición de tareas e instrucciones tanto en la suspensión del fallo como en la
remisión condicional de la pena, por lo menos en la forma genérica que
propone el Proyecto, que pueden suponer para el sometido a ellas un con-
trol y una molestia adicionales que le dificulten el desenvolvimiento normal
de su vida en libertad. En todo caso, la revocación del beneficio debería
condicionarse sólo a que el sujeto no vuelva a delinquir durante el período de
prueba o a que con su comportamiento durante dicho período no desvirtúe el
propósito favorable que hizo que el tribunal suspendiera el fallo o la pena. « Cfr. Antón Oneca, El perdón judicial, Madrid 1922.
CAPÍTULO IV

LA DETERMINACIÓN DE LA PENA

§ 82 Teorías generales sobre la determinación de la pena


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1969; Devlin, Sentencing Offenders in Magistrates' Courts, 1970; Dreher, Über
die gerechte Strafe, 1947; el mismo, Doppelverwertung von Strafbemessungsum-
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1188 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena I. Determinación legal y judicial de la pena 1189

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1; Nickisch, Die Strafzumessung im deutschen und italienischen Recht, tesis, pensión condicional con imposición de obligaciones e instrucciones, la
Berlin 1958; Nowakowski, Probleme der Strafzumessung, en: Strafrechtliche amonestación con reserva de pena, la dispensa de pena, la declaración
Probleme der Gegenwart, 1974, pág. 167; el mismo, Die Rechtsstaatlichkeit der de impunidad, la imposición de medidas de seguridad, la imposición
vorbeugenden Ma|3nahmen, Festschrift für H. v. Weber, 1963, pág. 98; Oppl del comiso y de la confiscación, así como la de consecuencias acceso-
Peukert, Eine empirische Untersuchung über die Hohe des Strafmaftes, en: Blan- rias. 1 Sólo en casos excepcionales prescribe la ley misma una pena fija
kenburg (comp.), Empirische Rechtssoziologie, 1975, pág. 134; Peters, Die krimi-
nalpolitische Stellung des Strafrichters, etc., 1932; el mismo, Strafzumessung, determinada. En el StGB sucede esto sólo en el asesinato (§ 211) y
HWB Krim, t. II, 1.a ed. 1936, pág. 737, 2." ed. Ergánzungsband, 1977, pág. 132; en el genocidio en su forma más grave de muerte de miembros de un
el mismo, Gedanken zur Kriminalstrafe, Stimmen der Zeit 160 (1956/57), pág. 12; grupo protegido (§ 220a I núm. 1). En los demás casos, el legislador
el mismo, StrafprozeP, 2.a ed. 1966; Pfenninger, Die Freiheit des Richters in der concede al juez un marco penal más o menos amplio (cfr. supra, § 15
Strafzumessung, SchwJZ 30 (1933/34), pág. 193; Pfersich, Die Strafzumessung
im Lichte der modernen amerikanischen Schule, 1956; Roxin, Franz v. Liszt und I 5), dentro de cuyos límites debe fijarse la pena. Como punto de par-
die kriminalpolitische Konzeption des AE, ZStW 81 (1969), pág. 613; Sarstedt, tida de la teoría de la determinación de la pena debe distinguirse, por
Die Revisión in Strafsachen, 4.a ed. 1962; Schaffstein, Spielraum-Theorie, etc., tanto, entre determinación legal y determinación judicial de la pena.2
Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 99; Eb. Schmidt, Probleme staatlichen 2. La determinación legal de la pena no se agota en la creación de
Strafens in der Gegenwart, SJZ 1946, 204; el mismo, Strafzweck und Strafzu-
messung, etc., Materialien, t. I, pág. 9; L. Schmidt, Die Strafzumessung in rechts- un marco penal que sea el mismo para todos los casos que se subsuman
vergleichender Darstellung, 1961; Schneidewin, Anmerkung zu BGH 7, 28, J Z en el precepto penal. El legislador ha formado frecuentemente den-
1955, 505; Schoch, Strafzumessungspraxis und Verkehrsdelinquenz, 1973; el tro del marco penal, para los diferentes grados de gravedad, grupos
mismo, Grundlagen und Wirkungen der Strafe, Festschrift f. F. Schaffstein, valorativos especiales, que vinculan y sirven de pauta al juez a la
1975, pág. 255; Schóneborn, Die regulative Funktion des Schuldprinzips, GA
1975, 272; el mismo, Schuldprinzip und generalpráventiver Aspekt, ZStW 88 hora de determinar la pena aplicable.3 Se trata en estos casos de cir-
(1976), pág. 349; Schroder, Grenzen des strafrichterlichen Ermessens, etc., Ver- cunstancias modificativas innominadas de la pena en forma de casos
handlungen des 41. DJT, t. I, 2,1955, pág. 57; Schultz, Probleme der Strafrechts- "especialmente graves" (por ej., §§ 212 II, 263 III) o "menos gra-
reform in der Schweiz, ZStW 67 (1955), pág. 291; el mismo, Schweizer Strafrecht, ves" (por ej., §§ 177 II, 249 II). Cada vez con mayor frecuencia em-
ZStW 83 (1971), pág. 1.045; Schwalm, Schuld und Schuldfahigkeit, etc., J Z 1970, plea el legislador, para calificar con más detalles los casos especial-
487; Schweling, Die Bemessung der Gesamtstrafe, GA 1955, 289; Spendel, Zur
Lehre vom StrafmaP, 1954; el mismo, § 51 II StGB und das Problem der Straf- mente graves, la técnica de los "ejemplos típicos" (por ejemplo,
zumessung, N J W 1956, pág. 775; el mismo, Die Begründung des richterlichen
StrafmaPes, N J W 1964, 1.758; el mismo, Zur Entwicklung der Strafzumessungs-
lehre, ZStW 83 (1971), pág. 203; Steinmüller, EDV und Recht (JA), 1970; Stile, 1 En el lenguaje internacional especializado ha adquirido carta de natu-
II giudizio di prevalenza o equivalenza t r a le circostanze, 1971; Stratenwerth, raleza la expresión inglesa "sentencing" para denominar la determinación judi-
Tatschuld und Strafzumessung, 1972; Stree, Deliktsfolgen und Grundgesetz, cial de la pena (cfr. Walker, Sentencing in a Rational Society, 1969). La expre-
1960; Tiedemann, Gleichheit und Sozialstaatlichkeit im Strafrecht, GA 1964, sión francesa "traitement" (inglés "treatment") va, por el contrario, más allá,
ya que denomina todo el proceso de tratamiento del delincuente desde el comienzo
353; Trbndle, Gedanken über die Strafzumessung, GA 1968, 298; Wahle, Die del arresto preventivo hasta la liquidación de la pena o medida. Cfr. sobre ello
strafrechtliche Problematik "besonders schwerer Falle", etc., GA 1969, 161; Middendorff, ZStW 80 (1968), pág. 1.030.
Walker, Sentencing in a Rational Society, 1969; Warda, Dogmatische Grund- 2 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 36 y ss. El mismo significado
lagen des richterlichen Ermessens im Strafrecht, 1962; v. Weber, Die richterli- tiene la distinción de Lange, Materialien, t. I, pág. 85. Sobre la relación jurídica
che Strafzumessung, 1956; Wessels, Zur Problematik der Regelbeispiele, etc., teórica entre el marco penal y la determinación judicial de la pena, cfr. además
Festschrift für R. Maurach, 1972, pág. 295; Würtenberger, Zur Phanomenologie Hassemer, Radbruch-Gedáchtnisschrift, págs. 284 y ss. Las decisiones judiciales
der richterlichen Erfahrung bei der Strafzumessung, Festschrift für G. Husserl, durante la ejecución de la pena como segundo grado del proceso decisor incumben
1968, pág. 177; el mismo, Kriminalpolitik im sozialen Rechtsstaat, 1970; Zipf, ahora normalmente a la Cámara de Ejecución de la pena (cfr. § 462a StPO).
Die Rechtsfolgen der Tat im neuen StGB, J u S 1974, 137; el mismo, Die Straf- 3 Cfr. detalladamente Lange, Materialien, t. I, págs. 78 y ss.; Dreher, § 46
Anm. 4 1 ; Lackner, § 46 Anm. 2a, b ; Maurach, Allg. Teil, págs. 828 y ss.; LK
maPrevision, 1969. (Else Koffka), § 13 Vorbem. 41 y ss.; Schbnke I Schroder I Stree, § 38 Vorbem,
44 y ss.; Zipf, Strafmassrevision, págs. 24 y ss.
1190 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena II. La pena como acto discrecional 1191
§§ 94 II 2, 243 I 2). 4 P a r a configurar de un modo más claro la pena, en una situación de crisis permanente, que con su rápida sucesión y
determinación legal de la pena, se han suprimido otras distinciones sus extremas oscilaciones pendulares ha contribuido no poco a dañar la con-
que se contenían en el anterior derecho vigente (cfr. ed. anterior, pá- fianza de la comunidad en la Administración de Justicia. Así estuvo la deter-
gina 642) (cfr. sobre todo esto supra, § 26 V ) . minación de la pena en la época de la República de Weimar dominada por
una actitud popular-moralizadora hacia el delito y el delincuente, que apenas
La aplicación de un marco penal especial depende de que el hecho en su se ajustaba a la misión preventiva del Derecho Penal. 7 Por influencia del
imagen global se distinga tanto de la media de los casos normales que parez- nacionalsocialismo se sustituyó esta actitud por una dureza exagerada, mu-
ca justificado subsumirlo en los grupos valorativos específicos. Cuando se chas veces rayana en la crueldad, que descansaba en un profundo descono-
trata de casos especialmente graves sólo vienen en consideración, en relación cimiento del sentido y de las posibilidades de la prevención general. 8 La
con esto, aquellas circunstancias objetivas y subjetivas que caracterizan derrota del régimen nazi en 1945 trajo al principio una fuerte reacción en
directamente el hecho (RG 69, 164 [169]; BGH 2, 181 [182]; 4, 8 [10 s . ] ; favor de una indulgencia excesiva que pronto condujo a la exigencia de una
5, 124 [130]), mientras que los casos menos graves, como anteriormente las "nueva teoría autónoma sobre la pena como protección".9 La inseguridad
"circunstancias atenuantes", comprenden todos aquellos puntos de vista que interna de la posguerra desembocó, finalmente, en un retorno a los criterios
pueden ser importantes para la valoración del delito y de su autor (BGH 26, moralizadores del pasado que no resisten la crítica de una teoría de la deter-
97), siendo indiferente si son inherentes, concomitantes, anteriores o poste- minación de la pena científicamente fundada.10 La evolución más reciente se
riores al hecho (BGH 4, 8 [9] ; BGH NJW 1960, 1.869). caracteriza por el giro positivo que ha tomado la teoría de la determinación
de la pena, gracias sobre todo a la obra de Bruns11 y a los trabajos que de
3. E n la determinación judicial de la pena, la conminación penal ella han surgido. Como consecuencia de esta elaboración científica de la deter-
contenida en la ley se materializa en un caso concreto. P o r ello, es minación de la pena también la jurisprudencia, apoyándose en los §§46 StGB
el punto decisivo en el que pueden considerarse en su conjunto las y 267 III StPO, ha profundizado y perfilado mejor este tema.
peculiaridades del delito y de su autor. 6 J u n t o a la valoración de la
prueba y a la aplicación del precepto juridicopenal al supuesto de he- II. La determinación judicial de la pena como acto discrecional
cho comprobado, la determinación judicial de la pena constituye la
tercera función autónoma del juez penal, representando el cénit de 1. La fijación de la pena, dentro de los límites que impone el
su actividad. 6 E n esta t a r e a el juez debe liberarse de prejuicios per- marco penal, es un acto discrecional del juez. E s t a discrecionalidad
sonales, de simpatías y de emociones, y b a s a r su decisión en criterios no es, sin embargo, libre,™ como la discrecionalidad de las autorida-
valorativos objetivos. Pero como los marcos penales legales son am- des administrativas que eligen entre varias decisiones jurídicamente
plios, y deben además serlo en interés de la individualización de la equivalentes sólo conforme a criterios de utilidad, 18 sino que se t r a t a ,
sin excepción, de una "discrecionalidad jurídicamente vinculada"
determinación judicial de la pena, y el control en casación de las de-
cisiones en esta materia tiene unos límites relativamente estrictos,
existe el peligro de que, a pesar de los diversos grupos valorativos, 7 Cfr. Exner, Strafzumessungspraxis, pág. 94.
8 Eb. Schmidt, SJZ 1946, 205. Cfr. sobre ello, además, OGH 2, 23 (28 y ss.);
se abuse del arbitrio judicial, tanto en un sentido rigorista extremo, BGH 10, 294 (300 y ss.). Consecuencia inmediata de esta praxis fue la prohibi-
como en uno excesivamente indulgente, y de que, a consecuencia de ción expresa de penas crueles y excesivamente duras en la MilRegG, núm. 1,
ello, no exista un criterio unitario en la praxis seguida por los t r i - artículo IV núm. 8.
9 Así Adolf Arndt, SJZ 1946, 31.
bunales en la determinación de la pena. Sólo una subordinación con- 10 Cfr. Dreher, Gerechte Strafe, págs. 21 y ss.; Stratenwerth, Tatschuld,
secuente del proceso de determinación judicial de la pena a los cri- página 4.
terios que vinculan y sirven de pauta al arbitrio judicial puede man- 11 Sobre el estado de la teoría de la determinación de la pena, cfr. Bruns,
Strafzumessungsrecht, págs. 8 y ss.; Spendel, Strafmass, pág. 240; Zipf, Straf-
tener dentro de sus límites la determinación judicial de la pena (cfr. massrevision, pág. 18 y ss. Una racionalización de la determinación de la pena
infra, § 82 I I ) . de la mano de un modelo de decisión económica intenta Haag, Rationale Straf-
zumessung, 1970. En contra, con razón, Spendel, ZStW 83 (1971), págs. 240 y ss.
Experiencias análogas de una determinación de la pena calculable emprenden
4. La praxis de la determinación de la pena en los tribunales alemanes v. Linstow, Berechenbares Strafmass, págs. 61 y ss., 206, y Bruckmann, ZRP
vive, a causa de la falta de una teoría desarrollada de la determinación de la 1973, 33 y ss. Cfr. en contra de la posibilidad de automatización, Reinhard v.
Hippel, Lange-Festschrift, págs. 294, 302; con muchas reservas, también, Stein-
müller, EDV und Recht, pág. 95. La creación de una documentación automati-
4 Cfr. sobre esto Wahle, GA 1969, 161 y ss.; Wessels, Maurach-Festschrift, zada de la determinación de la pena recomienda Hassemer, Automatisierte und
páginas 295 y ss. rationale Strafzumessung, págs. 100 y ss.
5 Engisch, Konkretisierung, págs. 199 y ss., no se sirve de este ejemplo 12 De un "margen discrecional libre", dentro de determinados límites,
para describir su tesis, pero debe citarse en este lugar, pues en ningún otro sitio parte Peters, Strafprozess, pág. 569. En contra, Schroder, Verhandlungen des
se puede decir con más razón que aquí, que la justicia se dirige al caso concreto. 41. DJT, t. I, 2, pág. 62; Schoch, Strafzumessungspraxis, pág. 14.
6 Así Spendel, NJW 1964, 1.758 y ss.; el mismo, Strafmass, págs. 58 y ss. 13 Así, sobre todo, Bettermann, W. Jellinek-Gedachtnisschrift, pág. 365.
1192 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena II. La pena como acto discrecional 1193

(BGH 1, 175 [177]). 14 El ejercicio de la discrecionalidad por parte No obstante, la jurisprudencia del BGH y BVerfG procede, con
del juez depende de principios de determinación de la pena en parte razón, con ciertas reservas a la hora de considerar las infracciones
no escritos. Estos principios se derivan de los fines de la pena en re- del principio de igualdad. Por un lado, se exige la evidencia de la exis-
lación con los factores que la modifican. De todos modos, el nuevo tencia de consideraciones extrañas al asunto; el acusado tiene, según
derecho vigente ofrece al juez dos reglas centrales para la determi- esta jurisprudencia, en principio sólo derecho a que la decisión se
nación de la pena: la culpabilidad es fundamento de la determinación mantenga dentro de los límites del marco penal prescrito legalmente
de la pena; el juez debe también tener en cuenta los efectos de la (BVerfGE 4, 1 [ 7 ] ; BGH 1, 183; 7, 86 [89])." Por otro lado, no se
pena en la vida futura del delincuente en la sociedad (§ 46 I). 15 En considera como una lesión del principio de igualdad el que exista una
este sentido, la determinación judicial de la pena es, desde luego, praxis distinta en los diversos tribunales o en las diversas salas del
"estructuralmente, aplicación del derecho".16 Pero no puede descono- mismo Tribunal o el cambio en la praxis de la determinación de la
cerse que el acto decisorio del juez también contiene un "componente pena de las mismas salas (BVerfGE 1, 332 [345 y ss.] ; BayVerfGH
individual", que no es controlable plenamente de un modo racional, GA1964, 151; 1970, 184) .20
ya que se trata de convertir justamente la cantidad de culpabilidad
en magnitudes penales y los principios que rigen la determinación de 3. Aunque el control de la determinación de la pena sólo es posible en
toda su extensión por los tribunales de apelación y de modo limitado por los
la pena son sólo pautas que no muestran la misma concreción que los
tribunales de casación, la jurisprudencia en general lo viene admitiendo con
elementos legales del tipo (BGH JZ 1977, 68) , 17 El BGH 21, 57 (58 una extensión cada vez mayor. Punto de partida para el control en la instan-
y ss.) va, sin embargo, demasiado lejos en la admisión de la libre dis- cia de casación es el § 267 III 1 StPO, que prescribe que en los considerandos
crecionalidad. de la sentencia se citen las circunstancias determinantes de la medición de la
2. Aunque la determinación de la pena tenga que servir a la indi- pena (BGH 24, 268 [271]). Pero, puesto que el recurso de casación sólo per-
vidualización de las consecuencias del hecho punible, el juez debe te- mite el control de la sentencia en los casos de infracción del derecho (§ 337
ner mucho cuidado en no lesionar el principio de igualdad recogido StPO), la determinación de la pena sólo puede ser objeto de un recurso de
en el art. 3 GG. Este principio exige que en la determinación judicial casación, en tanto que se trate de una indebida aplicación del derecho; en los
de la pena no se hagan distinciones arbitrarias. 18 demás casos, el elemento de valoración personal contenido en la determina-
ción de la pena, que se refiere tanto a cuestiones de justicia como a criterios
de utilidad (§ 46 1 1 y 2), queda sustraído al control del tribunal de casación
Ejemplos: Es inadmisible una agravación de la pena basada en el he- (cfr. supra § 82 II 1 ) : La determinación judicial de la pena sólo puede, por
cho de ser extranjero el acusado (BGH NJW 1972, 2.191; OLG Celle tanto, revisarse por el tribunal de casación, cuando la fundamentación en
NJW 1853, 1.603; cfr., sin embargo, también BGH DaMnger, MDR 1975, este punto es tan contradictoria o tiene tantas lagunas que el tribunal de ca-
195); e igualmente la consideración como agravante de la experiencia de sación no puede formarse un juicio sobre la existencia o no de infracciones
varios años como conductor del autor de un delito contra la seguridad del jurídicas (BGH Dallinger MDR 1970, 559; OLG Frankfurt VRS 37, 60), o
tráfico (KG DAR 1955, 19), o su alta posición social (OLG Hamm NJW 1956, cuando el juez del hecho desconoce o aplica indebidamente los principios
1.849), o la juventud de la víctima del accidente (OLG Koln DAR 1963, 306). decisivos en la determinación de la pena (BGH 17, 35 [36]). 21

19 Baumann, Summum ius, pág. 135 exige, por eso, una restricción del
14 Así la doctrina dominante; cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 91 marco penal que, sin embargo, apenas serviría a la justicia de la determinación
y ss.; Baumann, Allg. Teil, pág. 659; Frisch, Revisionsrechtliche Probleme, pá- de la pena. Con razón, se refiere, en contra, Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm.
gina 146; Peters, HWB Krim, 2.* ed., Ergánzungsband, págs. 135 y ss.; Schmid- 68 a la "imponderabilidad de las decisiones personales".
hduser, Allg. Teil, pág. 633; Maurach, Allg. Teil, pág. 851; Warda, Dogmatische 20 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 508; Schonke/Schroder/Stree,
Grundlagen, págs. 125, 173 y ss.; Würtenberger, Husserl-Festschrift, pág. 194; § 46 Anm. 68. Sobre el trasfondo de la distinta determinación de la pena, no
Zipf, Strafmassrevision, págs. 161 y ss. son convincentes las consideraciones Opp/Peukert, Empirische Untersuchung, pá-
15 Cfr. sobre ello Horstkotte, JZ 1970, 122 y ss. Sobre la importancia prác- ginas 141 y ss.
tica de estas declaraciones básicas, Lanckner, Gallas-Festschrift, págs. 123 y ss.; 21 En favor de un control de este tipo de la determinación de la pena,
Zipf, JuS 1974, 143, contra la crítica de Stratenwerth, Tatschuld, págs. 5 y ss. Bruns, Engisch-Festschrift, págs. 708 y ss.; Busch, Deutsche Beitrage, págs. 112
16 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 91; Warda, Dogmatische Grund- y ss.; Sarstedt, Die Revisión in Strafsachen, págs. 255 y ss.; Schonke/ Schroder/
lagen, pág. 119; Zipf, Strafmassrevision, págs. 165 y ss. Stree, § 46 Anm. 65; Warda, Dogmatische Grundlagen, págs. 180 y ss.; v. Weber,
17 Así, Engisch, Einführung, pág. 130; Heinitz, ZStW 63 (1951), pág. 57; Strafzumessung, págs. 7 y ss.; Zipf, Strafmassrevision, págs. 183 y ss. En con-
Henkel, Die "richtige", Strafe, págs. 34 y ss.; Peters, HWB Krim, t. II, 1.a ed. tra, se pronuncia a favor de una revisión total de la determinación de la pena
1936, pág. 743; Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm. 7; v. Weber, Strafzumes- Grünwald, MDR 1959, 713 y ss., 808 y ss. Un método de delimitación procesal
sung, pág. 13; Würtenberger, Kriminalpolitik, págs. 175 y ss. que atiende a la limitada comunicabilidad de los fundamentos de la determinación
18 Cfr. sobre ello, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 508 y ss.; Stree, de la pena, desarrollan Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 700 y ss. y Frisch,
Deliktsfolgen und Grundgesetz, págs. 61 y ss.; Tiedemann, GA 1964, 360 y ss. Revisionsrechtliche Probleme, págs. 260 y ss.
32. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H
1194 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena
III. Proceso de determinación de la pena 1195
Ejemplos: En un caso de homosexualidad entre adultos se infringió la ley
al imponer el tribunal la pena entonces más leve, la de 3 marcos, porque contribuyendo a la reinserción social del delincuente y procurando no
consideraba que la norma penal contenida en el § 175 a.r. era incorrecta perjudicar su situación social más de lo estrictamente necesario (§ 46
desde el punto de vista politicocriminal (LG Hamburg NJW 1951, 853). Se I 2). Esta exigencia se encuentra expresada en la conocida fórmula
trataba en este caso de una consideración improcedente de la determinación preventiva especial de Kohlrausch: "En la determinación de la pena
de la pena. En el caso de una multireincidente se consideró como demasiado el tribunal debe considerar principalmente qué medios son necesarios
leve la imposición de la pena mínima aplicable en cada caso concreto (RG 76, para que el reo lleve de nuevo una vida ordenada y conforme a la
325). Extremadamente hipervalorado fue, por el contrario, el fin preventivo ley".25 A la prevención especial pertenecen también, lo que a menu-
general de la pena, en un caso en el que un tribunal en tiempo de guerra do se olvida, la protección de la sociedad frente al delincuente peli-
castigó la ocasional expresión de desánimo de un soldado como derrotismo
con la pena de muerte (BGH 3, 110 [119]). En este caso se trataba de una groso (§ 2, párrafo 2.° StVollzG). Por último, debe tenerse en cuenta
consideración incorrecta de la determinación de la pena (BGH 10, 294 otro fin indispensable de la pena: la prevención general (cfr. infra,
[301]). § 8 II 3a). 26 De acuerdo con este fin, la pena debe determinarse de
tal modo que neutralice el efecto del delito como ejemplo negativo
para la comunidad, contribuyendo con ello, al mismo tiempo, a forta-
III. Estructura del proceso de determinación de la pena lecer la conciencia jurídica de la comunidad, procurando satisfacción
El proceso de determinación judicial de la pena se estructura en al sentimiento de justicia del mundo circundante que rodea al delin-
tres fases: la determinación de los fines de la pena, la fijación de los cuente (mantenimiento del Ordenamiento jurídico) (BVerfG NJW
factores que influyen en la determinación de la pena y el examen de 1977, 1.525 [1.531], BGH 6, 125 [126 y s s . ] ; 17, 321 [324] ; 24, 40
los considerandos en los que se fundamenta la determinación de la [40 y ss.], BGH NJW 1966, 1.276).27
pena.22 2. Tras la determinación de los fines de la pena deben fijarse los
1. Punto de partida de la determinación judicial de la pena es factores que influyen en la determinación de la pena (cfr. con deta-
la determinación de los fines de la pena, pues, sólo partiendo de los lles infra, § 83) . M Se trata aquí de aquellas circunstancias concurren-
fines de la pena claramente definidos, se puede juzgar qué hechos son tes en el caso concreto que, en relación con los fines de la pena, tienen
importantes en el caso concreto para la determinación de la pena y importancia para la determinación de la clase y gravedad de la pena
cómo deben valorarse. La pena es un concepto complejo y, por tanto, y para su suspensión condicional, como por ejemplo el valor de la
deben tenerse en cuenta en este proceso de inventario sus diferentes cosa robada (desvalor del resultado), la especial brutalidad del delin-
fines. La pena sirve, por un lado, a la retribución justa del injusto y cuente sexual (desvalor del acto), la actuación en estado de necesidad
de la culpabilidad, por lo que se atribuye al principio de culpabilidad en la estafa (culpabilidad), el creciente aumento de determinadas
una función tanto fundamentadora como limitadora de la pena (cfr. clases de delito en algún concreto sector (prevención general), la
supra, § 4 I 1 y 3). M Por ello, la determinación judicial de la pena
debe ajustarse, en primer lugar, a la función retributiva que la pena Nowakowski, Strafzumessung, pág. 189; Eb. Schmidt, Materialien, t. I, págs. 26
tiene (§ 46 11) (cfr. supra, § 8 II 2) (BVerfGE 6, 389 [439] ; 20, 323 y ss.; Stree, Deliktsfolgen und Grundgesetz, págs. 47 y ss. En contra, concede
Horstkotte, J Z 1970, 123 a la prevención especial "un peso específico", mientras
[331] ; 25, 269 [286] ; BVerfG NJW 1977, 1.525 [1.532] ; BGH 1, que Dreher, § 46 Anm. 3 le atribuye "el peso mayor". Sobre la "inevitable" dis-
67 [70] ; 7, 28 [31] ; 20, 264 [266] ; 24, 132). A la misma altura que crepancia entre el § 46 StGB y el § 2 pfo. 1.° StVollzG; Müller-Dietz, MDR 1974, 5.
la retribución justa está el fin preventivo especial de la pena (cfr. 25 Kohlrausch, Mitt IKV Neue Folge, t. 3, pág. 7.
26 Así Andenaes, Punishment, págs. 34 y ss.; Dreher, Gerechte Strafe, pá-
supra, § 8 II 3b) ,24 Conforme a este fin, la pena debe determinarse, ginas 118 y ss.; Drost, Ermessen des Strafrichters, pág. 171; Jakobs, Schuld und
Právention, págs. 8 y ss.; Jagusch, Strafzumessung, pág. 98; Lackner, § 46 Anm.
3c; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 18; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 12
22 Así, fundamentalmente, Spendel, Strafmass, págs. 192 y ss. Le sigue y ss.; Zipf, Strafmassrevision, págs. 105 y ss. De otra opinión, que considera que
la doctrina dominante; cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 46 y ss.; Zipf, tener en cuenta en la determinación de la pena la prevención general supone « n a
Strafmassrevision, pág. 22. infracción del art. 1 GG, son Badura, 37, 1964, 337; Bruns, v. Weber-Festschrift,
23 Así la doctrina dominante, Baumann, Allg. Teil, pág. 15; Blei, Allg. páginas 92 y ss.; el mismo, Strafzumessungsrecht, págs. 324 y ss.; SK (Horn),
Teil, págs. 382 y ss.; Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 311 y ss.; Jagusch, § 46 Anm. 11; Warda, Dogmatische Grundlagen, págs. 162 y ss. En sentido pa-
Strafzumessung, pág. 97; Arthur Kaufmann, Radbruch-Gedáchtnisschrift, pá- recido, la famosa frase de Kohlrausch, Mitt IKV Neue Folge, t. 3, pág. 14; "no
gina 325, nota 8; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 4; Lackner, § 46 Anm. 3a; Mau- hace falta preocuparse por 4a prevención general". Cfr. también Eb. Schmidt,
rach, Allg. Teil, pág. 838; Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm. 8; Spendel, Straf- Materialien, t. I, págs. 19 y ss. En contra de esta opinión, Hardwig, MSchrKrim
mass, págs. 87 y ss.; Zipf, Strafmassrevision, pág. 44; de modo distinto, SK 1959, 12; Nowakowski, v. Weber-Festschrift, págs. 105 y ss.; Stree, Deliksfolgen
(Horn), § 46 Anm. 4, 38. und Grundgesetz, pág. 45.
24 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 320 y ss.; Henkel, Die "rich- 27 Contra este "conglomerado de reflexiones", en principio, Schmidhauser,
tige" Strafe, pág. 19; Gruth, Die Berücksichtigung der Folgen, págs. 130 y ss.; Allg. Teil, pág. 795.
28 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 357 y ss.
III. Proceso de determinación de la pena 1197
1196 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena emocionales disculpables o de la imputabilidad disminuda, así como el efecto
falta de antecedentes penales del acusado (prevención especial), etc. atenuante de la confesión reconociendo la culpabilidad y de la reparación del
Las citadas circunstancias deben comprobarse en este caso, por un daño. La determinación de la multa conforme a las circunstancias económi-
cas del reo tiene en cuenta la sensibilidad a la pena, la no imposición de una
lado, desde el punto de vista de si pueden tener en general influencia pena privativa de libertad al delincuente primario la prevención especial.
en la determinación de la pena; por otro lado, debe preguntarse des-
pués en qué dirección configuran la gravedad de la pena y la cuestión Los principios decisivos de la determinación de la pena pueden ser
de su suspensión. En estos casos, no raras veces sucederá que los fac- diferentes según la relación de los fines de la pena entre sí. De acuer-
tores que influyen en la determinación de la pena puedan tener un do con el derecho vigente (§ 46 I), el Tribunal debe partir de la teoría
significado opuesto, según sea el fin penal al que se refieran (ambi- de la unión, que exige se llegue a una relación equilibrada de los dis-
valencia de los factores que influyen en la determinación de la tintos fines de la pena (cfr. supra, § 8 V). La pena debe determinarse,
pena).29 por tanto, de tal modo que se garantice, tanto la función retributiva
en relación con el contenido del injusto y de la culpabilidad, como
Ejemplos: Si el reo procede de circunstancias sociales especialmente que se haga posible por lo menos el cumplimiento de la misión reso-
malas, ello hablará desde el punto de vista del principio de culpabilidad en cializadora del reo. Además de esto, debe protegerse a la comunidad
favor de una multa leve; desde el punto de vista resocializador puede, por el
contrario, ser aconsejable una pena privativa de libertad de larga duración frente al delincuente peligroso, lo que muchas veces sólo será posible,
en una institución penitenciaria abierta (§ 10 StVollzG) con ayuda posterior dada la función limitadora de la pena del principio de culpabilidad,
durante el período de prueba. Si el reo, bajo la impresión de los frecuentes con la imposición de medidas. La defensa del Ordenamiento jurídico
casos de robo de bolsos de mujeres, "lo intenta por una vez", merece indul- exige, por último, que la pena se determine de tal modo que pueda
gencia desde el punto de vista del principio de culpabilidad, pero desde el tener un efecto sociopedagógico en la comunidad. En muchos casos
punto de vista preventivo general, por el contrario, una pena grave. Cfr. será posible una armonización práctica de los fines de la pena, reali-
también OLG Kóln MDR 1957, 247. zándose cada uno de ellos en la decisión judicial.32 En los casos en
los que, sin embargo, los fines de la pena conducen a considerandos
3. El proceso de determinación de la pena termina con los con- contradictorios incompatibles (antinomias de los fines de la pena),
siderandos que la fundamentan. Estos considerandos se refieren a no siempre ocupa un lugar preeminente la retribución justa, como
la cuestión de cómo hay que valorar y ponderar los factores que in- todavía hoy se acepta por la opinión dominante; 83 sino que todos los
fluyen en la determinación de la pena en relación con sus fines.30 puntos de vista concurrentes deben ser limitados tanto como sea ne-
La misión del juez aquí consiste en "combinar de un modo racional, cesario para que cada uno de ellos pueda desarrollar su eficacia del
libre de contradicciones y suficiente", los factores que influyen en mejor modo posible.34 Esto significa, en la práctica, lo siguiente: en
la determinación de la pena con los fines de ésta.31 En este caso la caso de conflicto, el principio de culpabilidad constituye el punto de
corrección o, en su caso, incorrección de los considerandos dependerá referencia y el límite superior de la determinación de la pena, porque
de la apreciación de la relación de los fines de la pena entre sí y de la representa el fundamento de toda pena pública. En este aspecto se
valoración de los factores decisivos dentro de esta relación (principios puede hablar — en efecto — de una "preeminencia" de la justa re-
de la determinación de la pena). tribución. En ningún caso puede admitirse, ni por razones resocia-
Ejemplos: Desde el punto de vista de la atenuación del injusto, los prin- lizadoras, ni de protección de la sociedad frente al delincuente peli-
cipios de la determinación de la pena son las situaciones análogas a la legí- groso, una pena superior a lo que permite la culpabilidad (BGH 20,
tima defensa o la no producción del resultado. Desde el punto de vista de la 264 [267]; BGH Dallinger MDR 1973, 727; OLG Hamm MDR 1972,
atenuación de la culpabilidad, son principios de la determinación de la pena 254) .36 Hasta este límite pueden tenerse en cuenta con todo su peso
la consideración como atenuante del error de prohibición, de las situaciones
32 Críticamente, sobre esto, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 215 .'y ss.
33 Así, especialmente, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 219 y ss.;' Dre-
29 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, página 619; Horsthotte, JZ 1970, her, § 46 Anm. 9; Jagusch, Strafzumessung, pág. 97; Maurach, Allg. Teil, pági-
página 125; Stratenwerth, Tatschuld, pág. 24. Sobre circunstancias "extrañas al na 838; H. Mayer, Lehrbuch, pág. 362; Welzel, Lehrbuch, pág. 258; Schonke/
asunto" y que, por tanto, no deben ser tenidas en cuenta como factores en la de- Schróder/Stree, § 46 Anm. 8; Zipf, Strafmassrevision, págs. 55 y ss. De la ju-
terminación de la pena, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 359 y ss. con nume- risprudencia cfr. RG 68, 106 (109); BGH 7, 28 (31).
rosas referencias. 34 Así Lackner, § 46 Anm. 3a; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 11.
30 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 613 y ss. La famosa fórmula 35 La cuestión es muy discutida. Dreher, § 46 Anm. 12, considera que es
de M. E. Mayer, Die schuldhafte Handlung, pág. 190: "el motivo atenúa, el ca- lícito traspasar, por razones de prevención especial y general, este marco, siem-
rácter agrava", no es del todo correcta por su misma significación, ya que lo pre que "la pena continúe siendo en esencia pena por la culpabilidad"; Horskotte,
que importa es la valoración de los motivos y de la estructura del carácter.
31 Así Spendel, Strafmass, pág. 239.
1198 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena IV. Las reglas del § 46 1199
los otros fines de la pena en la escala de la balanza. También puede [353]; 20, 264 [267]; OLG Hamburg NJW 1955, 1.938 [1.939]).38 Esta
tenerse en cuenta, siempre hasta el límite superior de la pena que teoría debe, sin embargo, rechazarse. 39 Es ciertamente correcto que para
permita el principio de culpabilidad, la prevención general (BGH ningún delito concreto existe una pena fija determinada como magnitud obje-
VRS 27, 102; BGH MDR 1956, 180) .36 Una mala costumbre exten- tiva, pero tampoco hay límites fijos de la pena justa tanto en su grado má-
dida no tiene por qué ser considerada como una causa de atenuación ximo como mínimo. El acto de la determinación de la pena debe entenderse
de la culpabilidad, ya que el reo sabe en todo caso que con su com- de tal modo que el juez parta de la pena que, de acuerdo con su criterio,
portamiento contribuye a que el Ordenamiento jurídico se debilite corresponda a la culpabilidad (pena exacta), modificándola después en favor
aún más (BGH NJW 1964, 261: hurtos de material en el lugar de de otros fines de la pena, combinando diferentes posibilidades de sanción, sin
trabajo; OLG Bremen NJW 1954, 404 [405]: frecuentes infraccio- que pueda ir más allá del límite que impone la culpabilidad. Sólo puede des-
viarse de su punto de partida, siempre que la pena siga manteniendo una
nes en el tráfico viario). Pero si con la aplicación de la pena corres- relación interna con su fundamento compartida por la comunidad (determi-
pondiente a la función retributiva se pusiera en peligro la resocia- nación de la pena como acto de configuración social). 40
lización del delincuente, la retribución justa debe retroceder de un La teoría del valor de empleo o teoría de los grados realiza una tajante
modo adecuado en atención a la misión preventiva del Derecho Penal, separación entre los puntos de vista de la culpabilidad y los puntos de vista
lo que puede ocurrir especialmente con la elección de la clase de pena preventivos. 41 Según esta teoría, la culpabilidad sólo debe tenerse en cuenta
y con la suspensión condicional de la pena.37 Pero en este caso tam- a la hora de determinar la duración de la pena; la prevención especial, cuan-
poco deja de tenerse en cuenta la función retributiva de la pena, que do se trate de decidir otras cuestiones en el marco de la determinación de la
encuentra su expresión en la sentencia penal misma, en el pronuncia- pena (clase de pena, suspensión condicional, amonestación con reserva de
miento de una pena accesoria (§ 44) o en las obligaciones impuestas pena) y sólo en estos casos. En contra de esta teoría habla el que la culpabi-
durante el período de prueba que sirven a la reparación. "La pena no lidad también desempeña un papel en la elección de la clase de pena (pena
privativa de libertad o multa) y el que la prevención especial igualmente
puede disolverse en su contenido como retribución justa de la culpa-
tiene importancia en la duración de la pena.42
bilidad ni por exceso ni por defecto" (BGH 24,132 [134] ; OLG Hamm
NJW 1977, 2.087).
IV. Las reglas del § 46
Para hacer posible la concordancia de los fines de la pena en el caso con- 1. El StGB no contenía anteriormente ninguna regla general para la
creto, ha desarrollado la jurisprudencia la teoría del margen de libertad. determinación de la pena. Algunos puntos relativos a ella se deducían de los
Según esta teoría la pena adecuada a la culpabilidad no es una magnitud §§ 27a, 27b y 27c a.r., que procedían de la reforma de la multa habida en la
exacta, sino que "existe aquí un margen de libertad que se limita, en el gra- época de la República de Weimar (cfr. supra § 73 I 2). El Proyecto de 1962
do mínimo, por la pena ya adecuada a la culpabilidad, y, en el grado máximo, seguía en el § 60 el ejemplo de todos los Proyectos anteriores, en los que se
por la pena todavía adecuada a la culpabilidad". Dentro de estos límites se contenían reglas sobre la determinación de la pena con el fin de ofrecer una
pueden tener en cuenta los otros fines de la pena (BGH 7, 28 [32]; 16, 351 base a la jurisprudencia. La Comisión especial recogió este precepto del
Proyecto de 1962, que todavía atendía sólo al principio de la pena conforme
JZ 1970, 124 sólo por razones de prevención especial. Igualmente la Comisión es- a la culpabilidad, pero lo completó con la cláusula preventiva especial conte-
pecial; cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 5. En contra, la opinión dominante;
cfr. Badura, JZ 1964, 337; Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 307; Cramer, JurA
1970, 190; Henkel, Die "richtige" Strafe, pág. 42; Maurach, Allg. Teil, pág. 838; 38 Así, ya antes, Peters, Stellung des Strafrichters, pág. 68; de acuerdo,
Gallas, ZStW 80 (1968), pág. 6; Kunert, MDR 1970, 538; Roxin, ZStW 81 (1969), Schaffstein, Gallas-Festschrift, págs. 107 y ss.; Lackner, § 46 Anm. 3b; Nowa-
páginas 629 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 13; SK (Horn), § 46 kowski, Strafzumessung, págs. 180 y ss.; Preisendanz, § 46 Vorbem le; Maurach,
Anm. 9; Schaffstein, Gallas-Festschrift, pág. 103; Schwalm, JZ 1970, 488; Allg. Teil, pág. 836; Blei, Allg. Teil, pág. 378; Lang-Hinrichsen, Grundfragen,
Zipf, Strafmassrevision, pág. 62. Cfr. en este sentido, especialmente, § 59 I 1, página 115; Spendel, NJW 1956, 775; el mismo, NJW 1964, 1.765; v. Weber,
Proyecto Alternativo. Strafzumessung, págs. 7, 12; Zipf, Strafmassrevision, pág. 55.
36 Cfr. Jakob8, Schuld und Právention, págs. 31 y ss.; Schoneborn, ZStW 39 Cfr. la crítica que desde diversos puntos hace Bruns, Strafzumessungs-
88 (1976), págs. 362 y ss. Sobre el papel de la prevención general en el Derecho recht, págs. 263 y ss.; Bader, JZ 1955, 526; Dreher, JZ 1967, 45 y ss.; el mismo,
Penal de tráfico, cfr. Kaiser, Verkehrsdelinquenz, págs. 394 y ss.; sobre elementos § 46 Anm. 10; Henkel, Die "richtige" Strafe, pág. 32; Jagusch, Strafzumessung,
de la praxis de la determinación de la pena en cuestiones de tráfico en los últimos página 89; Schneidewin, JZ 1955, 506.
20 años Kaiser, Kriminologische Gegenwartsf ragen, 1972, núm. 10, págs. 95 y ss., 40 Cfr. Dreher, Gerechte Strafe, págs. 64 y ss.; el mismo, JZ 1967, 45 y ss.,
así como Schoch, Strafzumessungspraxis, págs. 147 y ss. 1968, 211; el mismo, § 46 Anm. 12.
37 Como aquí, Peters, Stellung des Strafrichters, pág. 70; el mismo, 41 Así ya Henkel, Die "richtige" Strafe, págs. 22 y ss.; acuñada reciente-
Stimmen der Zeit 160 (1956/57), pág. 24; Pfenninger, SchwJZ 30 (1933/34), mente por Horn, Schaffstein-Festschrift, págs. 241 y ss.; SK (Horn), § 46 Anm.
página 214; Andenaes, ZStW 69 (1957), págs. 653 y ss., que correctamente des- 21 y ss.; Schoch, Schaffstein-Festschrift, págs. 259 y ss.; el mismo, Strafzumes-
taca que la determinación de la pena se trata de una mezcla de factores tradicio- sungspraxis, págs. 92 y ss.
nales, racionales y emocionales. Sobre ello, también, Würtenberger, Husserl-Fest- 42 En contra, también, Dreher, § 46 Anm. 5; Lackner, § 46 Anm. 3c;
schrift, págs. 184 y ss. Spendel, ZStW 83 (1971), pág. 231. Por otra parte, Bruns, Dreher-Festschrift,
página 263, únicamente pone en duda la compatibilidad con el § 46 I.
1200 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena V. Doble valoración de los factores de determinación 1201
nida en el § 46 I 2, modificando con ello la estructura de la totalidad, al ele- 3. El § 46 II ofrece a la determinación de la pena reglas en for-
var al mismo rango todos los fines de la pena.48 ma de principios jurídicos regulativos, que ya la jurisprudencia an-
terior en praxis continuada había considerado vinculantes. De acuer-
2. Fundamento de la determinación de la pena es la culpabilidad do con su pfo. 1.°, deben compensarse recíprocamente las circuns-
del reo (§ 46 I 1). Con esta declaración fundamental se reconoce ex- tancias favorables y contrarias al reo. Para ello el juez tiene que po-
presamente el principio de culpabilidad (cfr. supra, § 4 I 2) y se ex- ner en relación, aplicando los principios informadores de la determi-
presa que el sentido de la pena debe verse en todo caso en la retribu- nación de la pena, los factores que influyen en ella primeramente con
ción de la culpabilidad (cfr. supra, § 8 II 2). 44 Sin embargo, junto a los fines de la pena, investigando su valor de empleo en el caso con-
esta declaración, se establece en el § 46 I 2 el deber del juez de tener creto. Después deben ponderarse los resultados entre sí. El § 46 II 2
en cuenta en todo acto de determinación de la pena los efectos que menciona en un catálogo no cerrado las circunstancias que vienen en
puedan esperarse tenga la pena en la vida futura del reo en la socie- consideración como factores influyentes en la determinación de la
dad (cláusula preventiva especial). Con ello se da una respuesta ne- pena (cfr. infra, § 83 I 2-4, II 1, 2, III 1-3). Estas circunstancias son
gativa, por un lado, a toda teoría absoluta de la pena que ve en la re- ambivalentes en un doble sentido: por un lado, pueden favorecer o
tribución de la culpabilidad un fin en sí mismo. La pena sólo está jus- ser contrarias al reo, y, por otro lado, pueden hacer aparecer en di-
tificada, "cuando se muestra al mismo tiempo como medio necesario ferente luz tanto el grado de culpabilidad como también los requi-
para la realización de la misión protectora preventiva que el Derecho sitos de prevención especial.
Penal tiene" (BGH 24, 40 [42]). En la determinación de la pena rige,
además, que el juez tenga en cuenta que la sanción ayude a la rein-
serción social del reo, en tanto sea ésta necesaria y que, por otra parte, V. Prohibición de la doble valoración de los factores de determina-
evite lo más posible arrancarle de unas circunstancias sociales se- nación de la pena
guras. 45 La prevención general no es citada en el § 46, pero, como es 1. La prohibición de la doble valoración significa, en su forma
el fin de la pena que realiza del modo más directo la misión del De- más simple, que, en la determinación de la pena, no pueden emplear-
recho Penal, como protector del Orden jurídico y pacífico (cfr. supra, se ni como circunstancias agravantes, ni como atenuantes, los ele-
§ 1 I 1), no puede prescindirse de él en absoluto.46 La idea de la de- mentos del tipo legal, ni los puntos de vista que afectan a cada de-
fensa del Ordenamiento jurídico determina dentro de qué límites lito de la misma naturaleza, que han sido tenidos ya en cuenta en
deben tenerse en cuenta consideraciones de prevención especial, en la creación del marco penal por el legislador (§ 46 III) .48
el marco de la retribución de la culpabilidad, procurando, al mismo
tiempo, la necesaria equidad del castigo. Ejemplos: En el homicidio por imprudencia no puede utilizarse otra vez
como circunstancia contraria al autor el hecho de que su comportamiento
negligente haya producido la muerte de una persona (RG 57, 379; OLG
43 Sobre la evolución legislativa, especialmente sobre el papel decisivo Koblenz VRS 48, 180); en los delitos de caza, la circunstancia de que la uti-
del Proyecto Alternativo en la nueva valoración de los fines de la pena, cfr. LK lización de lazos sea una forma especialmente reprobable de caza (RG 70,
(Else Koffka), § 13 Anm. 1 y ss.; Horstkotte, JZ 1970, 122 y ss. La exigencia
de la creación de reglas de determinación de la pena es ya vieja; cfr. Kahl, DJZ 220 [223]); en la reincidencia, la comisión reiterada del delito (BGH
1906, 898; además Petera, HWB Krim, 1." ed. 1936, t. II, pág. 745; Bruna, Straf- DaUinger MDR 1967, 898). Tampoco puede tener un efecto agravante en el
zumessungsrecht, págs. 96 y ss. y la Resolución del VII Congreso internacional de perjurio la circunstancia de que las falsas declaraciones ante un tribunal
Derecho Penal en Atenas, ZStW 70 (1958), pág. 146. En contra, Proyecto Alter- son especialmente reprochables (BGH 17, 321 [324]; cfr. también, sin em-
nativo, Fundamentación, pág. 115.
44 Así la doctrina dominante; cfr. por ej., Cramer, J u r A 1970; Dreher, bargo, BGH NJW 1966, 1.276).
§ 46 Anm. 3; Lackner, § 46 Anm. 3a; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 1 1 ; Maurach,
Allg. Teil, págs. 837 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 5 y ss. Igual- 2. Tampoco puede utilizarse otra vez como circunstancia favo-
mente, BGH 24, 132 (134). La opinión de Horskotte, JZ 1970, 124, que entiende el
§ 46 I 1 como muestra de la "ascensión" del juez, no se ajusta al sentido de este rable al reo el que el delito haya quedado en el estadio de tentativa,
precepto. Tampoco corresponde al § 46 I 1 la exigencia de Stratenwerth, Tat- el que el reo tenga una imputabilidad disminuida o que sólo hubiera
schuld, págs. 13, 31, de entender el concepto de culpabilidad por el hecho pres-
cindiendo completamente de los momentos de la personalidad, como demuestra
el problema de la reincidencia (cfr. también infra, § 83 III 2). En contra, Schóne- 47 Así, acertadamente, Horskotte, JZ 1970, 125.
borm, GA 1975, 272 y ss. 48 En esto no existe discusión; cfr. Dreher, JZ 1957, 155; el mismo, § 46
45 Cfr. Dreher, § 46 Anm. 5; Horstkotte, JZ 1970, 124; Lackner, § 46 Anm. Anm. 37; Bruns, Strafzumessungslehre, págs. 363 y ss.; LK (Else Koffka), § 13
3c; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 12 y ss.; Maurach, Allg. Teil, pág. 839; Schón- Anm 86 y ss.; Proyecto 1962, Fundamentación, pág. 181. Tampoco se puede eludir
ke/Schroder/Stree, § 38 Vorbem. 15. la prohibición de doble valoración con invocaciones retóricas ("vida humana flo-
46 Cfr. LK (Else Koffka), § 13 Anm. 17 y ss.; Horstkotte, JZ 1970, 124 reciente", "hombre en la cima de su creación", "anciano vigoroso"); cfr. Ja-
y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 38 Anm. 12. gusch, Strafzumessung, pág. 103. Cfr. también BayObLG NJW 1974, 250.
VI. Derecho comparado 1203
1202 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena
cial de la Défense sociale, propugnado por una parte de la doctrina, y la
cooperado al delito en calidad de cómplice, si el juez se h a decidido actitud conservadora de la praxis. 57 El Avant-projet de Code penal (1976)
y a a aplicar la atenuación del marco penal prevista en el § 49 I (cfr. renuncia a la distinción entre penas y medidas y está fuertemente influido
supra, § 49 V 2) (BGH 16, 351 [354]).« No obstante, pueden tenerse por la idea de prevención especial. En Italia la determinación de la pena por
en cuenta modalidades de cada una de estas circunstancias (BGH los tribunales está estrictamente formalizada por un método de cómputo
26, 311). aritmético a la hora de considerar las circunstancias agravantes y atenuan-
3. Finalmente, tampoco pueden tenerse en cuenta en la formación tes concurrentes en el caso concreto (art. 63 ss. C. p . ) ; 5 8 no obstante, el
de la pena conjunta las circunstancias que ya han sido utilizadas amplio tratamiento que la ley hace de la determinación de la pena, obliga a
p a r a determinar cada pena singular (cfr. supra, § 68 I I I le) .50 E n el la doctrina también a una profunda exposición de los problemas.59 En el
Derecho inglés el juez está ciertamente vinculado de un modo estricto a los
mismo sentido, aunque restrictivamente, OLG Kóln N J W 1953, 275
tipos de conductas punibles que debe interpretar restrictivamente, pero es
[ 2 7 6 ] ; OLG Bremen N J W 1952, 1.069; de otra opinión, al parecer, libre en la elección y en la determinación de las consecuencias jurídicas, ya
BGH 8, 205 (210); 24, 268 (270). que, prescindiendo del asesinato, no existe una pena mínima prevista legal-
mente. Los tribunales ingleses pueden, por consiguiente, tener en cuenta
VI. Derecho comparado ampliamente consideraciones de prevención especial, tanto en las medidas
desprovistas de carácter penal (discharge, probation), como también en las
En los Ordenamientos extranjeros se refleja muchas veces la división penas de seguridad de gran duración (extended sentence), pero no siempre
existente entre una concepción conservadora de la determinación de la pena, lo hacen 60 y se atienen también al principio de culpabilidad.61 En EE. UU.
orientada en el principio de culpabilidad, tal como se hace en la praxis, y una es característico de algunos Estados, la aspiración de sustraer la determina-
concepción finalista de la pena basada en los resultados de la moderna inves- ción de la pena de los tribunales, por considerarlos organismos orientados
tigación de la conducta, tal como propone la ciencia.51 En Austria se parte, demasiado "normativamente", y confiarla a especiales gremios especializados
como en Alemania, de que el marco de la determinación de la pena viene compuestos por peritos. 62 El Model Penal Code contiene, por el contrario, en
trazado por la necesidad de retribución. 52 Su nuevo StGB contiene en el los arts. 6 y 7 un sistema gradual de reglas legales de determinación de la
§ 32 I sólo el principio de culpabilidad, no la cláusula preventiva especial. pena.63 El Derecho español contiene numerosos preceptos formales sobre
Las reglas de determinación de la pena contenidas en el § 32 II y III concre- la formación del marco penal en el caso concreto (art. 68 ss. C. p.), pero
tizan el principio de culpabilidad en una forma próxima a la praxis. Tam- acentúa la libertad del juez dentro de los límites existentes. 64 Especialmente
bién en Austria hay intentos de formalizar la determinación de la pena.53 grande es la libertad del juez en el derecho holandés; ya que no existe una
El StGB suizo contiene una sección completa sobre la determinación de la pena mínima específica de cada delito. Los fines de la pena son tenidos en
pena (arts. 63-69). La reforma parcial de 1971 no ha modificado nada esen- cuenta, pero se deja su apreciación completamente al arbitrio judicial. 65 El
cial.54 En la cima coloca el principio de que el juez determinará la pena de StGB de la República Democrática Alemana contiene en el § 61, los "princi-
acuerdo con la culpabilidad del reo.55 Schultz exige que en la determinación pios de determinación de la pena". El juez debe sobre todo "realizar los
de la pena se tenga aún más en cuenta la prevención especial.56 Francia se principios de la justicia socialista" (pfo. 1.°). En todo caso se exige además
caracteriza por el fuerte contraste entre el planteamiento preventivo espe- la "valoración clasista" del delito.66

49 Así Dreher, § 46 Anm. 35; el mismo, JZ 1957, 155; 1968, 213; Bruns, # # *
H. Mayer-Pestschrift, págs. 373 y ss. Cfr. sobre esto, también, LK (Else Koff-
ka), § 13 Anm. 93.
50 Así Dreher, § 46 Anm. 39. En contra, sin embargo, Bruns, Strafzu- 57 Cfr. el resultado de la encuesta judicial sugerida por Chazal en Francia,
messungsrecht, pág. 353; Schweling, GA 1955, 292. Cfr. LK (Else Koffka), en Middendorff, ZStW 80 (1968), pág. 1.031.
§ 13 Anm. 94. 58 Cfr. Nickisch, Die Strafzumessung im deutschen und italienischen Recht.
51 Cfr. sobre todas estas cuestiones, L. Schmidt, Strafzumessung in rechts- Berlín 1958.
vergleichender Darstellung, 1961. 59 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, págs. 745 y ss.; además, Messina, La dis-
52 Cfr. Nowakowski, Strafzumessung, págs. 178 y ss.; Rittler, t. I, pág. 328. crezionalita nel diritto pénale, 1947; Stile, II guridizio di prevalenza, 1971.
53 Grassberger, Die Strafzumessung, pág. 78 parte de la idea de que en 60 Cfr. Grünhut, Das englische Strafrecht, págs. 240 y ss. Sobre la forma
todo marco penal existe, según él, una "pena legal normal", que luego hay que pragmática de determinación de la pena que tienen los tribunales ingleses, cfr.
modificar según las circunstancias del caso concreto, en lo que debe tenerse en Cross, The English Sentencing System, 1971; Devlin, Sentencing Offenders in
cuenta sobre todo la impresión del hecho punible en el mundo circundante. De Magistrates' Courts, 1970.
un modo parecido estructura el proceso de determinación de la pena Dubs, Fest- 61 Walker, Sentencing, pág. 14.
gabe zum Schweiz Juristentag 1963, págs. 20 y ss. 62 Cfr. sobre esto, Pfersich, Die Strafzumessung, págs. 131 y ss.
54 Cfr. Schultz, ZStW 83 (1971), pág. 1.055. 63 Una exposición completa de la praxis americana ofrece Dawson, Sen-
55 En este sentido, decididamente, Ludwig, Der Sühnegedanke im schwei- tencing, 1969.
zerischen Strafrecht, págs. 8 y ss. Una exposición ponderada basada en la culpa- 64 Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal, págs. 781 y ss.
bilidad como "primer y con mucho principal fundamento de la determinación de 65 Cfr. D. Hazewinkel-Suringa, Inleiding, págs. 682 y ss.
la pena" ofrece Schwander, Das schweiz StGB, págs. 233 y ss. 66 Así Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, pág. 439.
56 Schultz, ZStW 67 (1955), págs. 296 y ss.
1204 § 82. Teorías sobre la determinación de la pena
/. Se entiende por determinación de la pena en sentido estricto aquel Adiciones de Derecho español al § 82 1205
proceso por el que juez o Tribunal decide la pena que merece un deter-
sejen.para evitar la desocialización del delincuente, siempre que ello no
minado hecho típico, antijurídico, culpable y punible de un autor concreto.
sea contrario a la "defensa del Ordenamiento jurídico" que como cláusula
También se habla en la doctrina de determinación de la pena en sentido
especial de contención de la excesiva atenuación de la pena recogen algu-
amplio en la que se incluye la decisión judicial sobre la concesión de la sus-
nos parágrafos del Código Penal alemán.
pensión condicional de la pena, la libertad condicional y otras institucio-
II. A la vista de la distinta regulación de la materia en el Código Penal
nes afines. Sin embargo, en este último caso realmente no se trata de de-
español (análoga a la que se prevé en el Proyecto de 1980) conviene hacer
terminar la pena a imponer, sino de si y en qué forma la pena ya deter-
algunas precisiones a las teorías que se acaban de exponer. En el Código
minada va a ser impuesta o ejecutada. Son pues cuestiones distintas que
Penal español no hay, desde luego, ningún obstáculo para considerar en la
conviene tratar separadamente. Esto no quiere decir, sin embargo, que,
determinación de la pena en sentido estricto también las finalidades pre-
como pretende la "Stellenwerttheorie" o teoría del valor de empleo, en la
ventivas. Así, por ej, en la regla U del art. 61 se dice que "cuando no con-
determinación de la pena en sentido estricto deban ser excluidas las fina-
currieren circunstancias atenuantes ni agravantes, los Tribunales teniendo
lidades preventivas que sólo deben ser tenidas en cuenta cuando se trata
en cuenta la mayor o menor gravedad del hecho y la personalidad del de-
de saber si la pena, ya determinada conforme exclusivamente a la culpa-
lincuente, impondrán la pena en el grado que estimen conveniente". Estos
bilidad, debe ser impuesta o ejecutada.1 También en la determinación de
criterios son, desde luego, fundamentalmente preventivos, pero, como bien
la pena en sentido estricto deben tenerse en cuenta las finalidades preven-
indica Mir Puig, preventivos generales* por lo que no puede decirse que
tivas, tanto general de intimidación y reforzamiento de la fe de la co-
la prevención especial sea el criterio decisivo en el Derecho Penal español
munidad en el derecho, como especial de aseguramiento, resocialización o,
para determinar la magnitud concreta de la pena a imponer. Sin embargo,
por lo menos, no desocialización del delincuente. En este sentido parece
la prevención especial, entendida como buen pronóstico sobre el futuro del
más correcta la "Spiélraumtheorie", según la cual la culpabilidad, o me-
delincuente, si es tenida en cuenta fundamentalmente en la concesión de
jor, el injusto culpable, ofrece un margen más o menos grande de libertad,
algunos beneficios como la condena condicional, la libertad condicional, etc.,
constituido por el marco penal, siendo las finalidades preventivas las que
pero siempre que se den otros presupuestos (gravedad del delito, cumpli-
deciden dentro de ese marco la magnitud exacta de la pena a imponer.2
miento efectivo de una parte de la pena, etc.) que sólo pueden entenderse
íntimamente relacionada con esta polémica está la cuestión de si se desde un punto de vista preventivo general. Por ello tiene razón Luzón
puede imponer una pena inferior a la correspondiente a la culpabilidad. Peña, cuando dice que en la determinación de la pena, tanto en sentido
En principio, parece haber acuerdo en que la pena no puede imponerse en amplio, como estricto, la prevención especial debe ser tenida en cuenta
un grado superior al correspondiente a la culpabilidad; pero ese acuerdo se siempre que no sea incompatible y contrapuesta a la prevención general.6
rompe en relación con el tema de si se puede imponer una pena inferior a En definitiva, en el Derecho Penal español los preceptos legales que disci-
la correspondiente por la culpabilidad. Sólo un sector minoritario de la plinan la determinación de la pena parten de la existencia de un marco
doctrina alemana está de acuerdo con ello. Dentro de este sector destaca penal previo, fijado legalmente, aplicable al autor del delito en su forma
Roxin. Para Roxin 3 la culpabilidad constituye el límite máximo, la barrera consumada (cfr. art. 1¿9 del Código Penal y 72 del Proyecto de 1980). Lue-
infranqueable, que en ningún caso puede traspasarse a la hora de determi- go la determinación de la magnitud penal concreta aplicable al autor del
nar la pena aplicable al autor de un delito. Pero por debajo de este límite delito depende de varios factores (consumación o no del delito, distinta
máximo considera Roxin que son sólo las consideraciones preventivas, y entidad de la intervención personal, circunstancias atenuantes y agravan-
ciertamente preventivas especiales, las que deben de tenerse en cuenta no tes concurrentes, etc.) de carácter preventivo general. Sólo en la concesión
sólo a la hora de determinar la magnitud exacta de la pena concreta a im- de algunos beneficios (condena condicional, libertad condicional, etc.), se
poner al autor del delito, sino también en la concesión a éste de determi- atiende también a la prevención especial.
nados beneficios como la suspensión condicional de la pena, la dispensa de
pena, la amonestación con reserva de pena, la sustitución de la pena pri-
vativa de libertad por otra pecuniaria, etc. Roxin lleva consecuentemente § 83 Factores determinantes de la pena
esta idea hasta el punto de admitir una pena inferior a la correspondien-
te por la culpabilidad, cuando razones de prevención especial así lo acon- Baumann, Das Verhalten des Táters nach der Tat, NJW 1962, 1.793; Bockel-
mann, Wie würde sich ein konsequentes Táterstrafrecht auf ein neues StGB a"us-
i En favor de esta teoría, sobre todo Horn, Zum Stellenwert der "Stellen- wirken? Materialien, t. I, pág. 29; Busch, Anmerkung zu BGH 10, 259, tiM
wertheorie", em Festschrift für Bruns, 1978, págs. 165 y ss. § 267 III StPO núm. 33; Dreher, Zur Sperrwirkung des § 49 BZRG, etc., JZ
2 Cfr. Maurach-Zipf, Strafrecht, Allg. Teil, 2, 5.* ed., págs. 410 y ss. 1972, 618; Engisch, Zur Idee der Táterschuld, ZStW 61 (1942), pág. 166; Frisch,
3 Son diversos los trabajos en los que Roxin ha expresado su opinión, fun- Die "verschuldeten" Auswirkungen der Tat, GA 1972, 321; Grünwald, Zur An-
damentales son los publicados en el Schultz-Festschrift, 1977, págs. 463 y ss.,
y en el Bruns-Festschrift, 1978, págs. 183 y ss. Ambos trabajos, traducidos por 4
Muñoz Conde, han sido publicados en castellano, juntamente con otros relacio- Cfr. Mir Puig, Introducción a las bases del Derecho Penal, Barcelona
nados con el tema, con el título Culpabilidad y prevención en Derecho Penal, 1976,5 pág. 100.
Madrid, 1981. Luzón Peña, Medición de la pena y sustitutivos penales, Madrid 1979,
páginas 9 y ss. Cfr. también Quintero Olivares, Determinación de la pena y po-
lítica criminal, en "Cuadernos de Política Criminal", 1978, núm. 4, págs. 52 y ss.
I. El contenido del injusto y de la culpabilidad 1207
1206 § 83. Factores determinantes de la pena
mejorar la praxis una teoría de la determinación de la pena concebi-
kündigung von Strafmilderung für den Fall eines Gestándnisses, NJW 1960,
1941; Heinitz, Anmerkung zu BGH 10, 259; JZ 1958, 176; Heldmann, Straf recht- da con un criterio criminológico y referida a los tipos delictivos.
liche Sonderbehandlung der Frau, MSchrKrim 1957, 86; Hertz, Das Verhalten
des Táters nach der Tat, 1973; Horstkotte, Die Vorschriften des 1. StrRG über
den Rückfall, etc., JZ 1970, 152; Kern, Grade der Rechtswidrigkeit, ZStW 64 I. El contenido del injusto y de la culpabilidad
(1952), pág. 255; Keutgen, Über die Strafzumessungspraxis der deutschen Ge-
richte bei Sittlichkeitsdelikten, en: Bekampfung der Sittlichkeitsdelikte, 1959, 1. Fundamento de la determinación de la pena es la significación
página 193; Klug, Probleme der Strafzumessung bei Diebstahl, Einbruch und del delito para el Orden jurídico violado (contenido del injusto), y la
Raub, en: Bekampfung von Diebstahl, Einbruch und Raub, 1958, pág. 291; Else gravedad del reproche que se hace al reo por el hecho cometido (con-
Koffka, Anmerkung zu BGH 24, 198, JR 1972, 471; Kohlhaas, Zur Strafbemes- tenido de la culpabilidad) (RG 58, 106 [109] ; BGH 3, 179; 20, 264
sung bei Autodiebstáhlen, DAR 1962, 281; Lackner, Anmerkung zu BGH 12, 129,
J R 1959, 226; Lang-Hinrichsen, Zur Frage der Zurechnung von Folgen der Straf- [266]). Pero estos dos factores, fundamentales en la determinación
tat bei der Strafzumessung, GA 1957, 1; el mismo, Bemerkungen zum Begriff de la pena, no están totalmente desvinculados entre sí, la culpabili-
der "Tat" im Strafrecht, Festschrift für K. Engisch, 1969, pág. 353; Lenckner, dad juridicopenal viene referida al injusto: su extensión se determi-
Die kurze Freiheitsstrafe nach dem StrRG, J u r A 1971, 319; Mannheim, Über na por el contenido culpable del injusto del hecho. La culpabilidad
Gleichmapigkeit und Systematik in der richterlichen Strafzumessung, ZStW 42 tiene, no obstante, también junto a esto, elementos autónomos que
(1921), pág. 40; Mittelbach, Zur Problematik des § 170b StGB, MDR 1958, 470;
Nagler, Herausgehobenes oder eigenstandiges Verbrechen, ZAK 1940, 383; Pe- carecen de paralelo en el ámbito del injusto (por ej., el grado de ca-
tera, Grenzen des strafrichterlichen Ermessens, etc., en: Verhandlungen des 41. pacidad de culpabilidad; la evitabilidad del error de prohibición, au-
DJT, t. 1, 2, 1955, pág. 1; el mismo, Anmerkung zu BGH 25, 24, J R 1973, 164; ténticos elementos de la actitud interna). Tanto el injusto como la
Rudolphi, Literaturbericht, ZStW 85 (1973), pág. 104; Sachs, Bewertung des culpabilidad entendidos como elementos materiales del delito, son
Leugnens und Verschweigens, etc., SJZ 1949, 102; Salm, Die Rechtsprechung conceptos graduables (cfr. supra, § 24 I 3a, y supra, § 39 II 1) .2 Esto
des BGH über den strafbefreienden Irrtum, ZStW 69 (1957), pág. 522; Sauer,
System des Strafrechts, Bes. Teil, 1954; Schafheutle, Anmerkung zu BGH 3, significa que, entre otras cosas, la entidad del daño, la forma de eje-
169, JZ 1953, 45; Eb. Schmidt, Strafzweck und Strafzumessung in einem künf- cución del hecho y la conmoción de la paz jurídica determinan el
tigen StGB, Materialien, t. I, pág. 9; Schwalm, Der Stand der Strafrechtsreform, grado del injusto del hecho, tanto como la desconsideración, la preme-
MDR 1959, 797; Schweikert, Strafrechtliche Haftung für riskantes Verhalten? ditación, la situación de necesidad, la tentación, la juventud, los tras-
ZStW 70 (1958), pág. 394; Seibert, Fehler bei der Strafzumessung, MDR 1952, tornos mentales o el error deben ser valorados para graduar la culpa-
457; 1959, 258; 1966, 805; el mismo, Fehler bei Strafurteilen, DRiZ 1955, 32; el
mismo, Strafzumessung, DRiZ 1966, pág. 183; Wagner, Die Rechtsprechung des bilidad.
BayObLG zum Strafausspruch bei Trunkenheit am Steuer, DRiZ 1970, 277; 2. La magnitud de la infracción jurídica se mide, por un lado,
v. Weber, Anmerkung zu BGH 10, 259, MDR 1957, 693; Wessels, Schweigen und
Leugnen im Strafverfahren, J u S 1966, 169; Wimmer, Gestehen und Leugnen im por la entidad del daño producido, para lo que debe tenerse en cuenta,
Strafprozep, ZStW 50 (1930), pág. 538. con carácter agravante o, en su caso, atenuante, el grado, tanto de
Cfr. además las indicaciones bibliográficas antes del § 82 las consecuencias materiales (RG HRR 1940, núm. 1.214), como de
las espirituales (RG JW 1939, 752) del delito. También pueden aquí
En el marco de una exposición de la Parte General del Derecho tenerse en cuenta aquellos daños que se producen fuera del ámbito
Penal, sólo pueden tratarse aquellos factores determinantes de la propio del tipo. 3 En la tentativa y en los delitos de peligro debe te-
pena que vienen en consideración en todos los preceptos penales. No nerse en cuenta además el grado de puesta en peligro del objeto de
hay todavía una Parte especial de la teoría de la determinación de la acción protegido. Un efecto atenuante tienen los esfuerzos del reo por
pena, en la que pudieran explicarse aquellos factores determinantes reparar el daño y la culpabilidad de la misma víctima (BGH 3, 218
de la pena en los tipos singulares. 1 Indudablemente ayudaría mucho a [220]). 4 La magnitud de la infracción jurídica depende además de
la forma de ejecución del hecho. Así, por ejemplo, deben valorarse
1 Cfr. sobre ello Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 29 y ss. Capítulos de- i
dicados especialmente a la determinación de la pena en concretos delitos contie- 1970, 277 y ss. Otras referencias sobre concretos delitos se encuentran además en
nen los Comentarios de Schdnke/Schroder (13.a ecl.) (por ej., § 242 Anm. 74 y ss.; el HWB Krim, 2 / ed., tomos I-III y complementario (1965-1977).
§ 263 Anm. 136 y ss.; § 267 Anm. 101) y la exposición de Sauer, System des Straf- 2 Cfr. Nagler, ZAK 1940, 384; Kern, ZStW 64 (1952), págs. 255 y ss.; ade-
rechts, Besonderer Teil, 1954 (por ej., hurto, págs. 38 y ss.; estafa, págs. 95 y ss.; más los ejemplos de Seibert, MDR 1959, 258. Cfr. la ejemplar regulación conte-
falsedad documental, págs. 183, 201 y ss.). Deben señalarse, además, las exposi- nida en el 32 II 2, III del StGB austríaco.
ciones singulares de, por ejemplo, Mannheim, ZStW 42 (1921), págs. 49 y ss.; 3 Cfr. detalladamente Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 398 y ss., ade-
Keutgen, en: Bekampfung der Sittlichkeitsdelikte, págs. 194 y ss.; Kohlhaas, más, las referencias jurisprudenciales en Schdnke/Schroder/Stree, § 46 Anm. 19.
DAR 1962, 281; Mittelbach, MDR 1958, 470; Klug, en: Bekampfung von Dieb- Sobre la problemática fundamental, v. Weber, MDR 1957, 693.
stahl, Einbruch und Raub, págs. 295 y ss.; Kaiser, Verkehrsdelinquenz, págs. 397 4 Cfr. además las referencias jurisprudenciales en Schdnke/Schroder/Stree,
y ss.; el mismo, Kriminologische Gegenwartsf ragen 1972, núm. 10, págs. 98 y ss.; § 46 Anm. 23.
Schdch, Strafzumessungspraxis und Verkehrsdelinquenz, 1973; Wagner, DRiZ
1208 § 83. Factores determinantes de la pena I. El contenido del injusto y de la culpabilidad 1209
como circunstancias agravantes: en el hurto un posterior hecho vio- 26: la víctima era un mutilado de guerra, lo que desconocía el reo;
lento del acusado (RG JW 1936, 737 [738]) y en las lesiones la espe- BGH Dallinger 1969, 533; en contra de lo que creía el ladrón, las
cial brutalidad al producirlas (RG DR 1943, 754). También es un joyas robadas no eran una imitación) .10
factor decisivo de la determinación de la pena, como aspecto subje- 4. La cúspide de los factores determinantes de la pena es, con
tivo de la ejecución del hecho, la voluntad en él empleada (§ 46 II 2). razón, el contenido de la culpabilidad del delito, que el nuevo dere-
La persistencia y la debilidad de voluntad son los dos polos de la sig- cho vigente señala al juez como "pauta" (así BT-Drucksache V/4.094,
nificación ambivalente de la voluntad, que puede tener distinta valo- página 5). 11 Los "motivos y metas del reo, la actitud interna que se
ración según se trate del contenido del injusto o de la prevención es- refleja en el delito, el grado de contrariedad al deber" (§ 46 II 2),
pecial (sobre el delincuente por convicción BayObLG 1976, 70 [73 son todas las circunstancias que hacen aparecer la formación de vo-
luntad del reo en una luz más o menos favorable, agravando o ate-
y ss.]). 5
nuando, con ello, el grado de reprochabilidad del delito (cfr. supra,
3. Puesto que el injusto puramente objetivo por sí solo no puede
§ 38 II 5). Entre los motivos del delito se distinguen los estímulos ex-
influir en la determinación de la pena en un Derecho Penal de culpa-
ternos (por ej., situación de necesidad económica, pasión política,
bilidad, sólo pueden tenerse en cuenta con carácter agravante los
coacción) de los motivos internos (por ej., odio, ánimo de lucro, pa-
efectos culpables del hecho (§ 46 II 2). Sin embargo, el RG mantuvo
sión). En ambos grupos lo que importa para la determinación de la
una línea predominantemente objetiva, ya que en aquella época se
pena es constatar el grado de fuerza del motivo e indagar su valor
acentuaba mucho más el carácter objetivo del delito (RG JW 1933,
ético. También debe investigarse la cualidad ética de las metas que
1.131; RG JW 1937, 3.217; RG DR 1943, 139 [140]). Una posición
el reo persigue. Existe una diferencia importante para el contenido
intermedia ha adoptado hasta la fecha el BGH. Para este último tri-
de la culpabilidad del delito entre la conducta del médico que da al
bunal basta con que el reo haya provocado culpablemente la situa-
moribundo una dosis excesiva de morfina para librarle de sus dolores
ción de peligro, pero no es necesario que haya previsto las consecuen-
y la del hipócrita heredero que hace lo mismo para impedir que el en-
cias dañosas derivadas de ella (BGH 10, 259 [263 y ss.] ; 11, 263
fermo modifique su testamento antes de morir. La actitud interna del
[266] ; 23, 375 [376] ; BGH VRS 14, 285; BGH MDR 1958, 15).« Por
reo no debe equipararse con su carácter, sino entenderse como un
el contrario, la doctrina dominante ha venido exigiendo siempre la
"actual pensar referido al hecho concreto, tanto en la formación de
culpabilidad respecto a las consecuencias del hecho.7 El § 46 II 2 ha
la voluntad, como en la ejecución del delito" (RG 67, 280: una vileza
decidido la cuestión en el último sentido, pero no ha aclarado qué
difícilmente insuperable al matar a los padres; RG 76, 323 [326] :
clase de culpabilidad se exige. Ante esto caben dos posiciones. Una
reprochable actitud interna de un estafador habitual, BGH 5, 124
aplica el § 16 en los delitos dolosos, y el § 18 en los delitos impruden-
[131] : indigna actitud, al alejarse del lugar del accidente). También
tes. 8 La otra considera que en todos los casos es suficiente base de la
la actitud interna del reo debe valorarse según las normas de la ética
culpabilidad, para la imputación en el sentido del § 18, la previsibili-
social (por ej., actitud negativa respecto al bien jurídico protegido,
dad de las consecuencias.9 Esta última posición es la correcta en lo
escasa reprochabilidad del delito ante las circunstancias externas,
que se refiera a aquellas consecuencias que representan la realización
carácter neurótico, error de prohibición, situación emocional límite
del peligro típico creado por el autor, ya que el § 18 sólo exige, tam-
o transtorno mental agudo). 12 Todas estas valoraciones deben ser
bién en los delitos dolosos, la previsibilidad del resultado cualificante
hechas conforme a la conciencia valorativa de la comunidad y no con-
(BGH VRS 15,112; 21, 45 y 337) (cfr. supra, § 29 II 39, y supra, § 54
forme a las ideas morales del juez, o de una doctrina o tendencia fi-
III 2). En otros casos debe darse también el dolo, en los delitos dolo-
losófica determinada. De todos modos, no es posible una determinación
sos, respecto a la consecuencia grave (BGH Dallinger MDR 1966,
de la pena en el actual derecho vigente sin recurrir a criterios mora-
5 Sobre la importancia de la voluntad, detenidamente, LK (Else Koffka),
les.13 Finalmente, debe tenerse en cuenta para el contenido de la cul-
§ 13 Anm. 58 y ss. i
6 De acuerdo, Baumann, Allg. Teil, pág. 665; Busch, LM § 267 III StPO, 10 Así Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 423 y ss. Frisch, GA 1972,
número 33; Peters, Verhandlungen des 41. DJT, t. I, 2, pág. 30; Salm, ZStW 69 330 y ss.; SK (Horn), § 46 Anm. 70 y ss. Dudoso, Lackner, § 46 Anm. 4a.
(1957), pág. 579. En el sentido del reconocimiento de una "responsabilidad por 11 Cfr. sobre lo que sigue, Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 548 y ss.;
el riesgo", también Schweikert, ZStW 70 (1958), pág. 395. LK (Else Koffka), § 13 Anm. 46 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm. 12
7 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 413. y siguientes.
8 Así, Schonke/ Schroder/ Stree, § 46 Anm. 26. 12 Sobre el tratamiento específico de la mujer por los efectos psíquicos de
9 Así la doctrina dominante; cfr. Dreher, § 46 Anm. 23, con jurispruden- las funciones reproductoras femeninas, cfr. Heldmann, MSchrKrim 1957, 86.
cia, Heinitz, JZ 1958, 176; Jagusch, Strafzumessung, pág. 111; Maurach, Allg. 13 Cfr. sobre ello la conferencia de Engisch sobre "Derecho y Moral" ci-
Teil, pág. 847; Lang-Hinrichsen, GA 1957, 11; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 45; tada por Weber, JZ 1966, 200.
Schwalm, MDR 1959, 799.
33. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n
1210 § 83. Factores determinantes de la pena III. Vida anterior del reo y conducta posterior 1211
pabilidad del hecho el grado de contrariedad al deber, que se incluye circunstancias patrimoniales especialmente favorables del reo, porque
especialmente en la determinación de la pena de los delitos impruden- el acusado, incluso con la imposición de la multa en su grado máximo,
tes (cfr. supra, § 57 II). no vaya a ser suficientemente afectado (OLG Dusseldorf NJW 1965,
1.614), o a que el acusado sea condenado a una pena privativa de
II. La personalidad del reo libertad, porque dados sus escasos ingresos en ningún caso va a po-
der pagar la multa (RG 77, 137 [139]; BayObLG JZ 1958, 316).
Además es esencial, tanto desde el punto de vista de la culpabi-
2. A la personalidad del reo pertenecen además el grado y clase
lidad, como también de la prevención especial, para la determinación
de la necesidad de resocialización del reo. El § 46 I 2 obliga expresa-
de la pena, la personalidad del reo, aunque en su investigación tam-
mente al tribunal a considerar la personalidad del reo, en atención a
bién tengan que ser tenidas en cuenta cualidades que no han encon-
los efectos que la pena puede tener en la vida futura del reo en la
trado expresión en el delito mismo.14
sociedad. Así, por ejemplo, el domicilio paterno, la educación, la for-
1. Por un lado, deben considerarse aquí las circunstancias perso-
mación escolar, la inteligencia, el puesto de trabajo y unos ingresos
nales y económicas del reo (•§ 46 II 2) ,16 Sin embargo, precisamente
seguros, el estado familiar, las obligaciones alimenticias y especial-
estas circunstancias deben tratarse con cuidado, porque en ningún
mente también una modificación parcial de estas circunstancias hacen
otro lugar como en este aparece tan claramente la ambivalencia de
aparecer en diferente luz los efectos que son esperables se deriven de
los factores determinantes de la pena. Así, por ejemplo, entre las
la imposición de la pena. Especialmente en la elección entre multa y
circunstancias personales, el origen familiar y la educación, el es-
pena privativa de libertad, en la duración de la privación de libertad,
tado familiar, la salud corporal y mental, la situación profesional y
en la determinación del número de días-multa, en la concesión de la
social, las condiciones de vivienda y, finalmente, la sensibilidad penal
suspensión condicional de la pena y en la elección de las obligaciones
del reo (BGH 7, 28 [31]; OLG Hamm NJW 1957, 1.003) desempeñan
e instrucciones, interesa considerar el efecto que tendrá el proceso
sólo un papel de fijación en el caso concreto. No obstante, es cierto
punitivo en su totalidad, incluyendo la ejecución de las penas priva-
que un elevado status social sólo puede tenerse en cuenta con un ca-
tivas de libertad, en el reo, en su situación profesional y social y en
rácter agravatorio cuando el delito está en relación con el círculo de
su carácter en relación con la prevención de futuros hechos punibles.
deberes específicos del reo (BGH Dallinger MDR 1966, 26) (ningún
"Derecho Penal de ricos").16 También las circunstancias económicas
del reo pueden tener en la determinación de la pena una influencia III. La vida anterior del reo y su conducta posterior al delito
diversa, según se consideren como motivos del hecho en el contenido 1. Con la consideración de la vida anterior del reo y de su con-
de la culpabilidad o, independiente de ello, en la comprobación de la ducta posterior al delito (§ 46 II 2) se amplía considerablemente el
sensibilidad penal del reo.17 En la determinación de la multa las cir- círculo de factores determinantes de la pena, pero esta ampliación
cunstancias personales y económicas del reo determinan el importe es indispensable para conseguir una forma de reacción justa y al mis-
de los días-multa, pero no se tienen en cuenta todavía normalmente mo tiempo, prevenir el delito. Con la inclusión de acontecimientos an-
en la determinación de su número (cfr. supra, § 73 III 1). La consi- teriores o posteriores a la comisión del delito no se lesiona el princi-
deración de las circunstancias personales y económicas no puede con- pio acusatorio (§§ 151, 155, 264 StPO) (BGH NJW 1951, 769 [770]).
ducir a que el juez imponga una pena privativa de libertad ante las Desde luego la determinación de la pena con su enorme extensión no
puede conducir a un completo ajuste de cuentas con el acusado, por-
14 Cfr. Bockelmann, Materialien, t. I, págs. 34 y ss.; Heinitz, ZStW 63 que no puede ser misión del Derecho Penal poner en el banquillo de
(1951), págs. 71 y ss.; Eb. Schmidt, SJZ 1946, 207; Schonke/Schrdder/Stree, § 46
Anm. 29 y ss.; Lang-Hinrichsen, Engisch-Festschrift, págs. 358 y ss. ("concepto los acusados toda la historia de la vida de una persona. En los delitos
normativo de hecho"); LK (Else Koffka), § 13 Anm. 64 y ss.; Zipf, Strafmass- de poca importancia está vedada una investigación profunda de la
revision, págs. 119 y ss. Por el contrario, pretende Stratenwerth, Tatschuld, pá- personalidad, ya que la protección de la personalidad también debe
ginas 28 y ss., extraer completamente la personalidad del delincuente de la valo-
ración de la culpabilidad del hecho y tenerla en cuenta sólo bajo el prisma de la observarse en el proceso penal y razones de economía procesal así lo
prevención. Pero la separación entre hecho y autor no es realizable de esta ma- aconsejan (cfr. supra, § 38 IV 1). Pero tampoco en los delitos graves
nera ; basta con pensar sólo en la cuestión de la culpabilidad en los casos de impu- puede conducir la consideración de la vida anterior y del comporta-
tabilidad disminuida, error de prohibición o imprudencia, así como en la reinci-
dencia. En contra, también, Rudolphi, ZStW 85 (1973), págs. 111 y ss. miento del acusado posterior al delito a un castigo de la actitud in-
15 Cfr. sobre ello, con detalles, Bruna, Strafzumessungsrecht, págs. 484 terna (BGH NJW 1954, 1.416); sólo puede incluirse en la determina-
y ss.; SK (Horn), § 46 Anm. 73, 79 y ss. ción de la pena aquellas circunstancias que tienen relación con el
16 Cfr. Stree, Deliktsfolgen und Grundgesetz, págs. 67 y ss.
17 Cfr. Dreher, § 46 Anm. 25 y ss.; LK (Else Koffka), § 13 Anm. 69 y ss. delito y pueden considerarse, por tanto, como indicios de la culpabi-
1212 § 83. Factores determinantes de la pena Adiciones de Derecho español al § 83 1213
lidad o la peligrosidad del reo (BGH MDR 1954, 693; BGH 5, 124 ligrosidad, aunque aquí, todavía más que en el comportamiento ante-
[132] ; BGH MDR 1955, 146; KG DAR 1957, 107) .18 rior, debe atenderse al efecto indiciario de la respectiva circunstancia
2. De la vida anterior del reo 19 puede tenerse en cuenta como cir- (BGH 17, 143 y OLG Oldenburg NJW 1968, 1.293 sobre la conside-
cunstancia atenuante su buen comportamiento anterior en tanto haga ración de la "embriaguez posterior al hecho" en el § 142). Especial-
aparecer el delito como un fallo aislado de su, por lo demás intacta, mente la reparación del daño por el reo puede tener un efecto ate-
personalidad (BGH 8, 186; BGH GA 1956, 154; BGH NJW 1966, nuante (OLG Kóln NJW 1958, 2.078 [2.079]), y uno agravante, el
894). Las condenas anteriores inciden en contra del reo, pero nor- comportamiento especialmente brutal tras la comisión del delito (RG
malmente sólo cuando se trata de condenas por el mismo tipo de de- DR 1943, 754, el reo dejó tendida en el suelo a la víctima gravemen-
lito de las que puede deducirse una mayor culpabilidad del reincidente te lesionada por una perdigonada) y la comisión de nuevos delitos
o su peligrosidad en el futuro (BGH MDR 1963, 331; OLG Hamm (BGH Dallinger MDR 1957, 528).
NJW 1959, 305); aunque no está excluida la consideración de con- 4. Un supuesto especial de conducta posterior al delito es el com-
denas por otra clase de delitos (BGH 24, 198 [199] con nota de Else portamiento del acusado durante el proceso. En este caso el Tribunal
Koffka, JR 1972, 471). El § 49 BZRG limita fuertemente la posibili- tiene que tener especialmente en cuenta que el ejercicio de sus dere-
dad de tener en cuenta las condenas anteriores (cfr. infra, § 87 IV chos procesales por parte del acusado no puede ni siquiera indirecta-
2). Las penas que han sido canceladas o que pueden serlo ya por el mente utilizarse en su contra a la hora de determinar la pena. Así, no
transcurso del tiempo, no pueden, según este precepto, gravar al afec- puede, por ej., imputársele la negativa a declarar, ya que el acusado
tado en el tráfico jurídico y tampoco pueden, por tanto, ser tenidas en tiene en cualquier estadio del proceso el derecho a callar de acuerdo
cuenta en la determinación de la pena en su contra (BGH 24, 378 con lo que disponen los §•§ 136 I 2, 163a IV 2, 243 IV 1 StPO (BGH
[380]; BayObLG 1972, 3). La jurisprudencia, sin embargo, ha en- 5, 238 [239]). Graves objeciones cabe formular contra una praxis, no
tendido restrictivamente esta regulación objetable para la determi- rara, en los tribunales de instancia de considerar de un modo esque-
nación de la pena 20 (BGH 25, 64: advertencia por un proceso ante- mático, como atenuante o, en su caso, agravante, la confesión y la ne-
rior que terminó en sobreseimiento; BayObLG 1973, 30 y OLG Kóln gativa a declarar, ya que de este modo se limita la libertad de defensa
VRS 45, 419: consideración de condenas no inscritas en el registro; en el proceso (OGH 2, 220; OLG Hamm SJZ 1950, 844) .^ Sólo cuando
BGH 25, 24 con nota crítica de Peters, JR 1973, 164: el delito sirve la confesión o la negativa del acusado "permita sacar deducciones
de base a pretensiones civiles de terceros). Un comportamiento re- sobre el índice de su culpabilidad personal o el grado de su peligrosi-
probable, aunque no punible, sólo puede utilizarse en contra del acu- dad" (BGH 1, 103 [105]; 105, [106]), pueden ser tenidas en cuenta
sado cuando tiene relación con el delito cometido (BGH 1, 5 1 : des- a la hora de determinar la pena (cfr. también BGH 1, 342) P Sobre la
trucción de la familia por alcoholismo y comportamiento desordena- cuestión de cómo debe valorarse la negativa a declarar del inculpado
do ; BGH 6, 243 [245]: callar anteriores condenas al colocarse como en la fijación de la pena se ha desarrollado una casuística ampliamente
funcionario; BGH MDR 1954, 151: cuidadosa preparación del futuro diferenciada.24
delito).
3. También la conducta del reo posterior a la comisión del deli- * * *
to 2 1 puede permitir obtener conclusiones sobre su culpabilidad o pe-
/. En el Código Penal vigente, las reglas fundamentales sobre determi-
nación de la pena se contienen en el capitulo IV del Título III del libro I,
18 Así la doctrina dominante; cfr. ya Beling, Die Lehre vom Verbrechen, bajo la rúbrica genérica "De la aplicación de las penas". En dicho capítulo
páginas 245 y ss.; además, Baumann, NJW 1962, 1.795 y ss.; Bruns, Straf- se mencionan, en secciones separadas, los distintos factores que deciden,
zumessungsrecht, pág. 565; Dreher, ZStW 77 (1965), págs. 225 y ss.; Maurach, a partir del marco penal abstracto asignado al autor del delito cometido en
Allg. Teil, pág. 847 y ss.; Schónke/Schróder/Stree, § 46 Anm. 30; Seibert, MDR su forma consumada (art. 49), la magnitud exacta de la pena a imponer
1952, 458; Spendel, Strafmass, págs. 230 y ss. A la "teoría indiciaría" contra- i
pone Lang-Heinrichsen, Engisch-Festschrift, pág. 366 un "concepto normativo
de hecho" que no está orientado a la personalidad del delincuente, sino a la "te- 22 Cfr. Grünwald, MDR 1959, 810; el mismo, NJW 1960, 1.941; Maurachr
mática típica". Allg. Teil, págs. 849 y ss.; Wimmer, ZStW 50 (1930), págs. 538 y ss.; Schmid-
19 Cfr. con detalle Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 578 y ss.; Maurach, hauser, Allg. Teil, págs. 798 y ss.
Allg. Teil, págs. 847 y ss.; Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm. 30 y ss. 23 Coincidente, Dreher, Gerechte Strafe, págs. 97 y ss.; Sachs, SJZ 1949,
20 Cfr. sobre ello Dreher, JZ 1972, 618 y ss.; Bruns, Strafzumessungsrecht, 104; Eb. Schmidt, Materialien, t. I, pág. 27; Wessels, JuS 1966, 174 y ss. Cfr.
páginas 582 y ss. además los ejemplos de Seibert, MDR 1966, 806.
21 Cfr. con detalle Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 591 y ss.; Maurach, 24 Cfr. las referencias en Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 601 y ss.;
Allg. Teil, págs. 849 y ss.; Hertz, Das Verhalten des Táters nach der Tat, pá- además, Seibert, DRiZ 1955, 35, y 1966, 183; Schonke/Schroder/Stree, § 46 Anm.
gina 129. 42 y ss.
1214 § 83. Factores determinantes de la pena Adiciones de Derecho español al § 83 1215

por el Tribunal. Estos factores son el grado de ejecución y de intervención ofendido o en otra causa personal" o "en la ejecución material del hecho o
personal en el delito, las circunstancias agravantes y atenuantes y las di- en los medios empleados para realizarla", se imputará sólo a aquellos cul-
versas formas de concurso. En el mismo capítulo se contienen además, es- pables en quienes concurran o a los que tuvieren conocimiento de ellas en
parcidas por las distintas secciones, otras reglas sobre la división de las el momento de la acción o de su cooperación para el delito.2
penas en grados y la ordenación en diversas escalas graduales, para faci- En principio, las circunstancias atenuantes y agravantes no alteran
litar, dentro del más estricto legalismo, la labor del juez tanto en el mo- el marco penal abstracto asignado al delito cometido. Sin embargo, en al-
mento de la elección de la clase de pena como en el de la magnitud concreta gunos casos se permite rebasar ese marco por debajo, cuando concurren
a imponer. Una particularidad representa la determinación de la pena en dos o más circunstancias atenuantes o una solo muy calificada (art. 61, 5.a),
los delitos cometidos por imprudencia (temeraria y simple con infracción cuando se trate de un mayor de dieciséis y menor de dieciocho años (ar-
de reglamentos), ya que el art. 565, 8, deja al prudente arbitrio del tribu- tículo 65), cuando él hecho no fuere del todo excusable por falta de alguno
nal la determinación de la pena en función de las circunstancias agravan- de los requisitos que se exigen para eximir de responsabilidad criminal en
tes y atenuantes concurrentes sin atenerse a las reglas que para ello pres- los respectivos casos de que se trata en el art. 8 (art. 66). En estos casos
cribe el art. 61. Otra particularidad representa el art. 601 respecto a las los tribunales podrán imponer la pena inferior en uno o dos grados. Pero
faltas, en las que la determinación de la pena queda al prudente arbitrio también se permite en otro caso, en el supuesto de multirreincidencia pre-
del tribunal, "dentro de los límites de cada una, atendiendo a las circuns- visto en el art. 61, 6.a, imponer la pena superior en uno o dos grados a la
tancias del caso y del culpable, sin ajustarse a las reglas de los artículos 49 señalada por la ley. El Proyecto de Código Penal modifica esta situación,
a 66 y con estricta observancia del artículo 68". al impedir que ninguna circunstancia agravante pueda determinar que se
Junto a estas reglas generales existen también otras particulares que imponga una pena superior a la prevista para el grado máximo del marco
se refieren a concretos delitos o a grupos delimitados de delitos y que ge- penal asignado al delito; pero en los casos en los que actualmente se per-
neralmente sirven para que el tribunal pueda agravar la pena, incluso por mite la rebaja en uno o dos grados, sólo admite la rebaja en un solo grado
encima del límite máximo del marco penal previsto para el delito cometido, (cfr. arts. 78, 80 y 81)*
en función del "estado de alteración del orden público" (art. 511), los "an- II. La gran novedad de la reforma de 1944 fue la introducción de la ex-
tecedentes del delincuente" (art. 511), "las circunstancias y gravedad del presión "personalidad del delincuente", como dato a tener en cuenta por
hecho, las condiciones del culpable y el propósito que éste llevare, siempre el tribunal a la hora de determinar la pena cuando no concurrieran circuns-
que las cosas objeto del delito perseguido fueren de relevante interés his- tancias atenuantes o agravantes (art. 61, 4 a). Con ello se pretendía in-
tórico, artístico o cultural" (art. 563 bis a). En otros preceptos "las cir- troducir en la fase de determinación de la pena un factor preventivo espe-
cunstancias del hecho y del culpable" permiten al Tribunal imponer la cial que obligara al tribunal a tener en cuenta las circunstancias sociales
pena inferior o superior en grado (cfr. art. 344); pero esto sucede más y personales concurrentes en el autor del delito y a un estudio criminoló-
raramente, pudiendo decirse que en nuestro Código Penal el arbitrio ju- gico4 que permitiera adaptar la sanción lo más posible a su persona. Sin
dicial sólo cabe para agravar la pena y que esta agravación va más allá embargo, la referencia aislada de los demás factores de la determinación
frecuentemente de los límites que impone el principio de culpabilidad, pues de la pena y contraída sólo a los casos en los que no concurren circunstan-
la imposición de una pena superior al grado máximo del marco penal abs- cias atenuantes o agravantes apenas permite sacar conclusiones en este
tracto asignado al delito en cuestión depende de factores que muchas veces sentido y pienso que no añade nada nuevo a otras expresiones como "cir-
están desconectados de la voluntad del autor del delito (cfr. además de los cunstancias del culpable" (arts. 61, 2.a, 344, 3, 601, etc.), "caudal o facul-
preceptos anteriormente señalados, los arts. 348, 411, 488 etc.). tades del culpable" (art. 68), "circunstancias del menor" (art. 65) etc.,
Un sistema más acorde con los postulados del principio de culpabilidad que lo único que pretenden es que el tribunal tenga en cuenta los efectos que
se refleja en las reglas sobre determinación de la pena en función de las puede tener la pena en el delincuente y en atención a esos efectos poder
circunstancias agravantes y atenuantes concurrentes (art. 61): así, por rebajar la pena, conceder sustitutivos penales, etc., siempre que ello sea
ejemplo, la concurrencia de una circunstancia atenuante determina la im- compatible con las necesidades preventivas generales. Por otra parte, salvo
posición del grado mínimo del marco penal aplicable, la de una circuns-
tancia agravante la del grado máximo, si concurren atenuantes y agra-
2 Cfr. Mir Puig, La reincidencia en el Código Penal, Barcelona 1974, pá-
vantes se compensan racionalmente, etc. Sin embargo, en la doctrina espa- ginas 295 y ss.; Muñoz Conde, Derecho Penal, Parte Especial, 2.* ed., Sevilla
ñola aún no está claramente diferenciado el lugar sistemático que corres- 1976, pág. 26. Un buen resumen de las distintas posiciones ofrece Diez Ripollés,
ponde a estas circunstancias modificativas y cuál de ellas determina una Naturaleza de las circunstancias modificativas, su referencia a los elementos
modificación del injusto y cuál de la culpabilidad.1 Mayor importancia se del delito, y el artículo 60 del Código Penal, en "Anuario de Derecho Penal",
atribuye a la clasificación que determina el art. 60, pues según consista "en 1977, págs. 597 y ss.
3 Cfr. Luzón Peña, Medición de la pena y sustitutivos penales, Madrid
la disposición moral del delincuente, en sus relaciones particulares con el 1979, págs. 105 y ss.
4 Cfr. Del Rosal, La personalidad del delincuente en la técnica penal, 2.a
edición, 1953; Mir Puig, Consideraciones actuales sobre la investigación de la
1 personalidad en el Derecho Penal español, "Revista Jurídica de Cataluña", 1972,
Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal Español, Parte General, 7.* ed.,
Madrid 1979, págs. 649, 684 y ss. páginas 37 y ss.
1216 § 84. Determinación de la pena en casos especiales I. Penas privativas de libertad de corta duración 1217
que se admitan los postulados de un Derecho Penal de autor o se quiera kunftsaussichten der osterreichischen Strafrechtsreform, etc., ZStW 84 (1972),
convertir la peligrosidad, como juicio de comportamiento futuro en la base página 198; Pohlmann, Ánderungen der StrafvollstrO, etc., Rechtspfl 1970, 265;
de la determinación de la pena, la expresión "personalidad del delincuente" Quensel, Kurze Freiheitsstrafen, etc., en: Mifllingt die Strafrechtsreform? 1969,
sólo puede tener un alcance muy limitado, reducido a aquellos rasgos más página 108; Schoene, Zur Verteidigung der Rechtsordnung unerlá(5lich, NJW
relevantes de la persona del acusado que han tenido mayor influencia o 1970, 2.241; Schróder, Anmerkung zu BGH 23, 307, JR 1971, 28; el mismo, Zur
Verteidigung der Rechtsordnung, JZ 1971, 241; Schultz, Schweizer Strafrecht,
están más relacionados con la comisión del delito. Claro que entonces, como ZStW 83 (1971, pág. 1.045; Tiedemann, Neue Methoden im Vollzug freiheitsbe-
señala Mir Puig, la referencia a la "personalidad del delincuente" no mi- schránkender Strafen, JZ 1967, 420; Trbndle, Die Geldstrafe im neuen Strafen-
raría a la prevención especial, sino a la prevención general, es decir, "sería system, MDR 1972, 461.
castigo de la perversidad reprochable al autor". 6 Cfr. además las indicaciones bibliográficas antes de los §§ 82 y 83
III. En el Código Penal español la vida del reo anterior a la comisión
del delito sólo puede tenerse en cuenta a los efectos de la apreciación de las
I. La limitación de las penas privativas de libertad de corta duración
circunstancias de reincidencia y reiteración y en algunos supuestos con-
cretos en los que se alude a comportamientos habituales en el delincuente (§ 47)
(cfr. arts. 10, 14a y 15.a, 402, 415, 542, 546 bis a, b y c). En algún precepto 1. Uno de los puntos más importantes del programa de la reforma del
aislado se hace también referencia de un modo genérico a "los antecedentes Derecho Penal fue la limitación de las penas privativas de libertad de corta
del delincuente" (art. 511). duración. El nuevo Derecho vigente realiza esta exigencia (que se afirma ex-
El comportamiento del reo posterior a la comisión del delito tiene presamente en la rúbrica del § 47), por un lado, con el § 47, que sólo en casos
importancia sobre todo a los efectos de la apreciación de la atenuante de excepcionales permite la imposición de una pena privativa de libertad de du-
arrepentimiento espontáneo, dentro de los estrechos límites con que está ración inferior a 6 meses; además, con la obligación que se impone el juez de
redactada dicha atenuante (art. 9, 9.a). En algunos supuestos, como el suspender en todo caso, cuando exista una prognosis favorable del reo, las
desistimiento de los rebeldes y sediciosos (art. 226), pago del importe del penas privativas de libertad inferiores a 6 meses (§ 56 I, III) y, finalmente,
cheque librado sin fondos (art. 568 bis b), este comportamiento posterior con la total supresión de las penas privativas de libertad inferiores a un mes
a la consumación del delito puede tener incluso un efecto eximente. (§ 38 II) (de modo distinto la privación de libertad sustitutoria en caso de
impago de la multa, § 43 pfo. 3.° y el arresto penal, § 9 I WStG). El legisla-
dor ha seguido con ello la conocida tesis de la especial dañosidad de las
§ 84 Determinación de la pena en casos especiales penas privativas de libertad de corta duración que no pueden conseguir la
resocialización y que, en cambio, muchas veces desocializa al condenado,
Baumgartner, Die Auswirkungen der Neufassung des § 60 I StGB, MDR
1970, 190; Bindokat, Zur Rückfallstrafe de lege ferenda, ZStW 71 (1959), pá- haciéndole perder su puesto de trabajo, separándole de sus vínculos familia-
gina 281; Blei, Die "Verteidigung der Rechtsordnung", etc., JA 1970, 397, 461; res, exponiéndolo al contagio criminal, acostumbrándolo a la vida carcelaria
el mismo, Anmerkung zu BayObLG NJW 1974, 1.256, JA 1974, 609; Cramer, y estigmatizándolo con la tacha de "haber estado en la cárcel". Igualmente
Das Strafensystem des StGB nach dem 1-4-1970, JurA 1970, 183; Dreher, las penas privativas de libertad de corta duración desbordan los estableci-
Anmerkung zu KG v. 13-11-1969, JR 1970, 228; el mismo, Zweifelsfragen zur mientos penitenciarios con masas fluctuantes de presos, impidiendo una
Anrechnung der Untersuchungshaft, MDR 1970, 965; Frosch, Die allgemeine efectiva mejora de las circunstancias en el período de cumplimiento.1 Sin
Rückfallvorschrift des § 48 StGB, 1976; Geerds, Anmerkung zu BGH 22, 192, embargo, la Comisión especial del Parlamento federal no aceptó la total
JZ 1969, 341; v. Gerkan, Verhángung und Aussetzung kurzer Freiheitsstrafen supresión de las penas privativas de libertad de corta duración recomendada
nach dem 1. StrRG, K + V 1969, 291; Grop, Die Anrechnung der Untersu- por el Proyecto Alternativo y por la Comisión de reforma penitenciaria
chungshaft bei Zurücknahme eines Rechtsmittels, NJW 1970, 127; Hanack,
Zur Problematik einer Sonderstrafe für Rückfalltater, en: Programm für ein (cfr. supra § 72 III 2), porque por ahora faltan todavía convincentes alterna-
neues StGB, 1968, pág. 100; Hillenkamp, Zur materiellen Rückfall-Klausel, etc., tivas, porque hasta ahora ningún Estado occidental ha aceptado esta radical
GA 1974, 208; Horstkotte, Der Allgemeine Teil des StGB nach dem 1-9-1969, solución y porque, finalmente, tampoco se ha intentado dar un sentido posi-
NJW 1969, 1.601; el mismo, Die Vorschriften des 1. StrRG über die Strafbemes- tivo a las penas privativas de libertad de corta duración con nuevos métodos
sung, JZ 1970, 122; el mismo, Die Vorschriften des 1. StrRG über den Rückfall, de cumplimiento 2 (Cfr. BT-Drucksache V/4.094 p. 6).
etcétera, JZ 1970, 152; Jescheck/Krümpelmann, Die Untersuchungshaft, etc., i
1971; Kaiser, Praxis der Strafzumessung, etc., Kriminologische Gegenwartsfra- 2. El nuevo § 47, que también rige para los delitos graves, con-
gen, 1972, núm. 10, pág. 92; Koch, Die "Verteidigung der Rechtsordnung" bei
Verkehrsvergehen, NJW 1970, 842; Kunert, Kurze Freiheitsstrafe und Straf- tiene una regla alternativa para elegir entre penas privativas de li-
aussetzung zur Bewáhrung, etc., MDR 1969, 705; Lackner, Strafrechtsreform
und Praxis der Strafrechtspflege, JR 1970, 1; Lenckner, Die kurze Freiheitsstra- 1 Cfr. las cifras supra, § 5 V 1; así como Kaiser/Schoch/Eidt/Kerner,
fe nach den Strafrechtsreformgesetzen, JurA 1971, 319; Pallin, Lage und Zu- Strafvollzug, pág. 138; además, Quensel, Kurze Freiheitsstrafen, págs. 112 y ss.;
Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 329 y ss.
2 Cfr. el informe de Tiedemann, JZ 1967, 420 y ss., sobre el coloquio de la
6 Mir Puig, Introducción a las bases del Derecho Penal, Barcelona 1976, Fondation Internationale Pénale et Pénitenciaire sobre el tema "nuevos métodos
página 101. en la ejecución de penas limitadoras de la libertad".
1218 § 84. Determinación de la pena en casos especiales I. Penas privativas de libertad de corta duración 1219
bertad inferiores a 6 meses y multa, pronunciándose en favor de la días-multa (§§ 243 1 1 , 47 II 2). El § 47 II es también aplicable cuan-
multa. do, por aplicación del precepto atenuante general contenido en el § 49,
a) Pero antes de aplicar esta regla alternativa, debe comprobarse la pena privativa de libertad es inferior a 6 meses.4 Cuando vienen
el presupuesto negativo de su aplicación. El § 47 supone, en efecto, en consideración varios delitos concretos, el § 47 debe referirse a
que ni sólo una multa, ni sólo una pena privativa de libertad, de por cada delito (BGH 24, 164; BGH MDR 1969, 1.022; OLG Hamm GA
lo menos 6 meses, es adecuada. Si por la escasa culpabilidad del reo 1970, 117), pero su frecuencia puede indicar que el reo está en cami-
la pena merecida conforme al § 46 I 1 es, desde el principio, sólo no de desarrollar una tendencia criminal y que, por tanto, es indis-
una multa y el respectivo precepto penal prevé la posibilidad de im- pensable la imposición de una pena privativa de libertad para inci-
poner únicamente una multa, no es aplicable el § 47 I, ya que la re- dir sobre él (especialmente con la suspensión condicional acompañada
gla alternativa en ningún caso puede conducir a que la pena corres- de instrucciones conforme a los §§ 56c, 56d) (BGH Dallinger MDR
pondiente exceda de la culpabilidad (OLG Koln NJW 1966, 1.326 1970, 196; OLG Hamburg MDR 1970, 437) . 5 Nada hay que objetar
[1.327]; OLG Zweibrücken MDR 1970, 434) .3 Si, por otro lado, se en relación con la constitucionalidad del § 47 (BVerfGE 28, 386 [389
deduce de la aplicación del § 46 que debe imponerse una pena priva- y siguientes]).
tiva de libertad de por lo menos 6 meses, igualmente debe excluirse 3. La excepción contenida en el § 47 I, que obliga a imponer una
la regla alternativa del § 47, porque no se trata de una pena priva- pena privativa de libertad aunque sea de corta duración, supone que
tiva de libertad de corta duración. Para poder aplicar el § 47 el juez existan especiales circunstancias en el hecho o en la persona de su
debe, por consiguiente, llegar a la conclusión provisional de que no autor. De estas circunstancias debe deducirse que la pena privativa
procede imponer una pena privativa de libertad superior a 6 meses. de libertad es indispensable, bien para incidir sobre el reo (funda-
b) El § 47 regula dos grupos de casos diferentes. El apartado 1 mento preventivo especial), bien para la defensa del Ordenamiento
se refiere a preceptos penales en los que debe elegirse entre multa y jurídico (fundamento preventivo general). "Ser indispensable" signi-
pena privativa de libertad (por ej., §§ 113, 142, 185, 246, 263). En fica, en este caso, que debe limitarse el ámbito discrecional del tribu-
este caso sólo excepcionalmente se puede imponer una pena privativa nal, entendiendo el carácter del § 47 como una cláusula de "última
de libertad y sólo si se dan especiales circunstancias en el hecho o ratio" y que, de acuerdo con ello, toda duda debe decidirse en favor
en la personalidad del reo que hacen indispensable la pena privativa de la multa (OLG Celle NJW 1970, 872).«
de libertad para incidir en el reo, o para la defensa del Ordenamiento a) Se dan especiales circunstancias, cuando el hecho en su con-
jurídico. tenido de injusto (gravedad del daño producido, alta peligrosidad de
El apartado 2 se refiere, por el contrario, a aquellas normas pe- la forma de comisión, desacostumbrado grado de infracción del deber),
nales en las que sólo se contienen penas privativas de libertad con un o en su grado de cupabilidad (intensidad de la voluntad criminal, vi-
grado mínimo inferior a 6 meses (por ej., §§ 80a, 106, 153, 223b, 272, leza de la actitud interna), o el reo en sus cualidades y circunstancias
315 I, 340 I 1). Esto vale también para casos especialmente graves (anteriores condenas, tendencias criminales) se diferencian tan cla-
(por ej., § 243) y casos menos graves (por ej., § 340 II, segundo apar- ramente de la imagen media de los casos normales que todo el acon-
tado) . El precepto penal amplía en estos casos el marco penal de tal tecer se eleva al nivel de un caso grave.7
forma que se permite además alternativamente la imposición de una b) De las especiales circunstancias puede deducirse, que el efecto
multa. La decisión entre pena privativa de libertad inferior a 6 me- necesario, desde el punto de vista preventivo especial, sobre el reo
ses y multa debe, por lo demás, realizarse conforme a la regla alter- no puede alcanzarse en modo alguno con la multa. En esto debe te-
nativa contenida en el apartado 1. Si el grado mínimo de la pena pri- nerse también en cuenta una multa muy sensible que pueda, con con-
vativa de libertad prevista como única pena es superior al mínimo
general de un mes (§ 38 II) (cfr. los ejemplos anteriores), el grado 4 Cfr. Dreher, § 47 Anm. 8; SK (Hora), § 49 Anm. 9.
mínimo de la multa se determinará conforme al grado mínimo de la 5 Cfr. Dreher, § 47 Anm. 10; Lackner, § 47 Anm. 2; LK (Else Koffka),
§ 14 Anm. 6, 12; Maurach, Allg. Teil, pág. 853; Schonke/Schroder/Stree, § 47
pena privativa de libertad a razón de 30 días-multa por cada mes de Anm. 8.
privación de libertad (§ 47 II 2). De acuerdo con esta regla, el grado 6 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, pág. 342; Lenckner, J u r A 1971, 331;
mínimo de multa en un caso especialmente grave de hurto es de 90 LK (Else Koffka), § 14 Anm. 8, 9; Trondle, MDR 1972, 463. A pesar del consi-
derable retroceso de las penas privativas de libertad no se ha producido un em-
peoramiento de la disciplina en el tráfico; cfr. Kaiser, Kriminologische Gegen-
wartsfragen 1972, núm. 10, págs. 114 y ss.
3 Así Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 331 y ss.; v. Gerkan, K + V 7 Cfr. Bruns, Strafzumessungsrecht, págs. 339 y ss.; Lackner, JR 1970,
1969, 292; Horstkotte, JZ 1970, 127; Lenckner, J u r A 1971, 323 y ss.; LK (Else 3 y ss.; Horstkotte, NJW 1969, 1.602; Kunert, MDR 1969, 708; Lenckner, JurA
Koffka), § 14 Anm. 3, 7. 1971, 329.
1220 § 84. Determinación de la pena en casos especiales I I . La reincidencia 1221
cesión de moratorias y de plazos (§ 42), hacerse soportable para el
II. La reincidencia (§ 48)
condenado, pero que, al mismo tiempo, le suponga una importante
carga durante largo tiempo (algo parecido a la "multa duradera" con- 1. El StGB conocía anteriormente una circunstancia agravante de reinci-
tenida en el § 49 del Proyecto Alternativo). También debe conside- dencia sólo respecto al mismo delito y también en algunos pocos preceptos
rarse el complemento de la multa con una prohibición de conducir penales de la Parte Especial (§§ 244, 250 I núm. 5, 261, 264 a.r.). Siguiendo
(§ 44) o con una medida (por ej., privación del permiso de condu- el modelo del § 61 del Proyecto de 1962, la Comisión especial introdujo en la
cir, § 69) .8 Si la multa no es suficiente para incidir sobre el reo, por- Parte General un precepto sobre la reincidencia no limitado a concretos tipos
penales (§ 17 a.r.), que, con dos modificaciones en su redacción, corresponden
que, por ejemplo, éste vuelve a reincidir, o porque ha tenido en cuenta al vigente § 48. La cuestión fue muy discutida en la Comisión especial, ya
ya la multa como un riesgo más a la hora de cometer el hecho o porque que el Proyecto Alternativo se había pronunciado decididamente en contra
alguien la paga en su lugar, debe además comprobarse el efecto que de un precepto general sobre la reincidencia, rechazándolo como un "suple-
cabe esperar de la pena privativa de libertad en el reo, especialmente mento por la desobediencia".13 En todo caso, el § 48 ha sido configurado de
de la suspensión, también posible en los casos previstos en el § 47 I, un modo sensiblemente más atenuado que su precedente en el Proyecto
unida a cargas e instrucciones (sobre todo ayuda durante el período de 1962: el nuevo precepto aumenta los presupuestos y atenúa, al mismo
de prueba). 9 La pena privativa de libertad de corta duración debe tiempo, las consecuencias de la reincidencia.
imponerse, cuando, por razones de prevención especial, sea indis-
pensable. 2. El precepto general sobre reincidencia contiene presupuestos
c) Si, por el contrario, no es necesaria por razones de prevención tanto formales como también materiales.
especial, la pena privativa de corta duración sólo puede imponerse, a) Entre los presupuestos formales se prevé que el reo haya sido
apoyándose en la idea de la "defensa del Ordenamiento jurídico". condenado antes de la comisión del actual delito como mínimo dos
El concepto empleado en el § 47 I es equiparable al utilizado en el veces por un delito doloso (§ 48 I, núm. 1). El segundo delito debe
§ 56 III (cfr. supra, § 78 I, 4b). 10 Decisivo es, según esto, el criterio haberse cometido tras la primera condena (BGH NJW 1971, 2.318),
del mantenimiento de la confianza de la población en el derecho. En aunque no es necesario que la primera condena previa tenga ya valor
atención a las especiales circunstancias que rodean el caso concre- de cosa juzgada cuando se cometa el segundo delito (BGH 26, 387).
to, la imposición de una multa sería "simplemente incomprensible para La condena a una pena compleja se considera a estos efectos, según
la sensibilidad jurídica general" y podría conmover "la confianza el § 48 III 1, como una sola condena. Lo mismo hay que decir, si la
de la población en la inquebrantabilidad del derecho" (cfr. BGH 24, 40 pena compleja se forma posteriormente de acuerdo con lo previsto
[46] en relación con el § 56 III; BayObLG NJW 1970, 871). en los §§ 55 StGB y 460 StPO (incluso tras la comisión del delito
actual, BGH GA 1976, 182) . u Además el reo debe haber cumplido,
4. En el Derecho comparado, el StGB austríaco conoce un precepto com- antes de la comisión del nuevo delito, penas privativas de libertad
parable al § 47 sobre limitación de las penas privativas de libertad de corta de 3 meses de duración como mínimo por uno o varios de los delitos
duración, en el que, sin embargo, las excepciones se formulan de un modo citados en el núm. 1 (§ 48 5 núm. 2 ) ; es decir, por lo menos una vez
menos estricto que en el derecho alemán (§ 37).11 En Suiza se ha discutido debe haber experimentado el reo la seriedad de la conminación penal
el problema en el marco de la revisión parcial de 1971, aunque no se ha abor- legal (BayObLG 1974, 34: no es suficiente la privación de libertad
dado legislativamente.12 sustitutoria en caso de impago de multa). Por último, el delito actual
debe ser un delito doloso, por lo que se deriva del § 48 II que el grado
máximo legal de la pena privativa de libertad debe ser por lo menos
8 Cfr. OLG Frankfurt NJW 1971, 669 (670); Cramer, J u r A 1970, 201; de un año. De este modo se excluyen de la agravación por reinciden-
Dreher, § 47 Anm. 7; Lenckner, J u r A 1971, 332; Schonke/Schróder/Stree, § 46
Anm. 70 y ss. cia los delitos menos graves de poca importancia (por ej., §§ 106a,
9 La decisión sobre la suspensión o, en su caso, ejecución de la pena privati- 107b, 160, 184a, 284a). La reincidencia prescribe (§ 48 IV) si'ha
va de libertad debe tenerse en cuenta en la valoración de su efecto preventivo transcurrido un plazo de 5 años entre la terminación del último y el
especial; cfr. Horstkotte, NJW 1969, 1.602; Lackner, J R 1970, 5; Lenckner, J u r A
1971, 337. De otro modo, Kunert, MDR 1969, 709.
10 Cfr. sobre la discutida problemática de la "defensa del Ordenamiento
jurídico", Brun8, Strafzumessungsrecht, págs. 333 y ss., 343 y ss. (referencias 13 Cfr. Proyecto Alternativo, Fundamentación, pág. 117, sobre ello, BT-
jurisprudenciales); Blei, J A 1970, 397 y ss., 461 y ss.; Dreher, J R 1970, 229; Drucksache V/4.094, pág. 7, así como Frosch, Rückfallvorschrift, págs. 35 y ss.
Lenckner, J u r A 1971, 342 y ss.; Koch, NJW 1970, 842; Schoene, NJW 1970, 2.241; Rechazan el § 48, Baumann, Allg. Teil, pág. 672; Frosch, Rückfallvorschrift,
Schroder, J Z 1971, 242. páginas 184 y ss.; Blei, JA 1974, 609.
11 Cfr. Pallin, ZStW 84 (1972), pág. 205. 14 Cfr. Dreher, § 48 Anm. 6; Horstkotte, JZ 1970, 153; LK (Else Koffka),
12 Cfr. Schultz, ZStW 83 (1971), pág. 1.062. § 17 Anm. 5.
1222 § 84. Determinación de la pena en casos especiales III. El abono de la prisión preventiva 1223
comienzo del nuevo delito, independientemente del momento de la 4. En el Derecho comparado, se encuentra un precepto general sobre la
condena y del cumplimiento de la pena (BGH 25, 106). Si son varios reincidencia en el § 39 del StGB austríaco que, sin embargo, está configurado
los delitos que hay que enjuiciar, la prescripción debe determinarse de un modo puramente preventivo especial y que en lugar de la pena mínima
eleva el grado máximo de la pena. El derecho suizo considera la reincidencia
independientemente para cada nuevo delito (BGH 24, 94). tras el cumplimiento parcial o total de una pena o de una medida como cir-
b) El presupuesto material de la agravante de reincidencia es cunstancia agravante genérica, sin entrar expresamente en la cuestión del
que se pueda hacer al reo un reproche en atención a la clase y cir- mayor grado del reproche de culpabilidad (art. 67). La revisión parcial de
cunstancias de los delitos anteriores, por no haber tenido en cuenta 1971 ha mantenido la misma regulación.19 El § 44 del StGB de la República
la advertencia contenida en las anteriores sentencias condenatorias Democrática Alemana contiene una regulación de la reincidencia verdadera-
(§ 48 I segundo párrafo). 15 En atención a la naturaleza y a las cir- mente dura (cfr. sobre esto supra § 77 V 7).
cunstancias de los delitos anteriores, sólo puede formularse un re-
proche de culpabilidad, suficiente para servir de base a la agravante III. El abono de la prisión preventiva (§ 51)
de reincidencia, cuando existe una relación interna (bien jurídico,
clase y forma de comisión, motivos) entre los diversos delitos en el El precepto contenido en el § 51 trata diferentes clases de abono
sentido que el reo, al cometer el nuevo delito, debería haberse acor- a una pena que se va a determinar.
dado de la condena anterior; 16 lo que tiene especial importancia en 1. La ley prescribe especialmente el abono de la prisión preven-
la reincidencia de delitos de distinta naturaleza (BGH GA 1972, 78 ; tiva (§ 51 I) e igualmente el de cualquier otra clase de privación de
BGH NJW 1974, 465; BGH Dallinger MDR 1975, 541 y ss.; OLG libertad que el condenado haya sufrido por razón de un hecho, que
Hamm NJW 1975, 548). Pero aunque pudiera afirmarse en sí esta sea o haya sido objeto del proceso (por ej., internamiento provisional,
relación, el delito puede aparecer en tan alto grado como consecuen- § 126a StPO; internamiento en observación, § 81 StPO, custodia po-
cia del "abandono social" (malas influencias en la cárcel, deficiente licial, § 127 II StPO; detención previa a la extradición; arresto pe-
asistencia tras la liberación, hostilidad del mundo circundante) que nal disciplinario, BVerfGE 21, 378 [388]; quizá también la pérdida
no deje penetrar prácticamente la advertencia contenida en las sen- de libertad prevista en el § 127 I StPO). 20 Sólo excepcionalmente,
tencias condenatorias anteriores. 17 También puede llegar a negarse puede ordenar el Tribunal, conforme al § 51 I 2, que no se realice,
la eficacia de la advertencia en los delitos pasionales (BayObLG NJW total o parcialmente, el abono. En el anterior derecho vigente se in-
1972, 1.380). cluía la decisión sobre el abono de la prisión preventiva en la "deter-
minación de la pena en sentido amplio". En el nuevo derecho vigente
3. La agravante de reincidencia tiene como único efecto el aumen-
se ha transformado la naturaleza jurídica del abono por su carácter
to de la pena mínima a 6 meses, con lo que se excluye la aplicación
obligatorio: actualmente se ha convertido en una regulación legal
de la regla alternativa contenida en el § 47. El grado máximo de la
de la ejecución de la pena.21 En tanto el tribunal haga uso del pre-
pena privativa de libertad permanece inalterado (§ 48 I 2). En la ate-
cepto excepcional, tampoco se trata de un acto de determinación de
nuación prevista en el § 49 debe partirse de la pena mínima aumen-
la pena, sino de una decisión judicial en el ámbito de la ejecución
tada, así que, por tanto, el límite de seis meses no representa el mí-
de la pena, ya que la pena, en su clase y gravedad, debe estar fijada
nimo absoluto.18 Si la pena se deduce del § 48, debe expresarse esto,
definitivamente antes de que el tribunal considere la cuestión de si
tal como dispone en el § 260 IV 1 StPO, en la sentencia (BGH Dallin-
no se realiza el abono. Sin embargo, es también útil tratar sistemá-
ger MDR 1975, 542) (BGH 23, 237 está superado).
ticamente en el marco de la determinación de la pena el abono de la
15 Contra la concepción de la reincidencia como causa de agravación de la prisión preventiva, ya que la gravedad de la pena, en definitiva, viene
culpabilidad, Bindokat, ZStW 71 (1959), págs. 287 y ss.; Frosch, Die allgemeine también determinada por la decisión en la cuestión del abono.22
Rückfallvorschrift, pág. 74; Hanack, en: Programm für ein neues StGB, pági- 2. Se abona toda la prisión preventiva sufrida durante el proce-
nas 110 y ss.; Strateniverth, Tatschuld, págs. 16 y ss. Esta crítica no está, sin
embargo, fundada, ya que el mantenimiento continuado de una actitud interna so hasta la ejecución de la sentencia. Con ello se ha quedado sin fun-
negadora de determinadas exigencias del Ordenamiento jurídico, a pesar de las damento la anterior praxis de los tribunales de casación de abonar,
repetidas condenas, hace aparecer, con razón, la actitud del reo a una luz espe-
cialmente desfavorable. Cfr. sobre esto, también, Horstkotte, JZ 1970, 154; Mau- al recusar una casación infundada, la prisión preventiva sufrida
rach, Allg. Teil, pág. 856; SK (Hom), § 48 Anm. 4 y ss.
16 Cfr. sobre esto, Dreher, § 48 Anm. 11; Geeras, J Z 1969, 341; Lackner,
§ 48 Anm. 3 ; Hillenkamp, GA 1974, 218 ("relación revelante para la culpabili- 19 Cfr. Schultz, ZStW 83 (1971), págs. 1.056 y ss.
dad") ; LK (Else Koffka), § 17 Anm. 19; Schonke/Schroder/Stree, § 48 Anm. 17. 20 Así Pohlmann, Rechtspfl 1970, 270; Lackner, § 51 Anm. 19.
17 Así, con razón, Horstkotte, J Z 1970, 153. 21 Cfr. Dreher, MDR 1970, 969; LK (Tróndle), § 60 Anm. 13; Schónke/
18 Cfr. LK (Else Koffka), § 17 Anm. 24; Maurach, Allg. Teil, pág. 858; Schrbder/Stree, § 51 Anm. 1.
Schonke/Schroder/Stree, § 48 Anm. 21. 22 Igualmente, la clasificación de Maurach, Allg. Teil, pág. 859 y ss.
1224 § 84. Determinación de la pena en casos especiales Adiciones de Derecho español al § 84 1225

desde la promulgación de la sentencia impugnada sólo en t a n t o dición a Alemania, el § 51 III 2 se remite al apartado 1, así que también
fuera superior a 3 meses (la duración normal del proceso de casa- es aquí aplicable la cláusula denegatoria.
ción). 23 La prisión preventiva se abona en las penas privativas de 5. El § 51 V declara aplicable el apartado 1, cuando se trata de abonar
libertad temporales y en la multa. 24 El abono se deriva directamente una privación provisional del permiso de conducir (§ I l l a StPO) u otra me-
dida de custodia del permiso (§ 94 StPO), conforme al § 44, en la prohibición
de la ley y no requiere, por tanto, su declaración judicial (BGH 29,
de conducir (sobre el abono en la privación del permiso de conducir cfr.
30) , 25 El cómputo de la pena a ejecutar incumbe a la autoridad encar- 69a IV, VI).
gada de la ejecución de la pena. Sólo cuando se imponga una multa 6. En el derecho comparado se reconoce en general, el abono de la prisión
j u n t o con una pena privativa de libertad (§§ 41, 53 II 2), debe indi- preventiva. Se hacen excepciones, cuando el condenado mismo ha provocado
carse en la sentencia la pena a la que se abona (BayObLG N J W 1972, la detención por su conducta en el proceso.29 En el § 38 del StGB austríaco
1.631 [1.632]). E n caso de abono de multa (por ej., conforme al § 51 se renuncia completamente a la posibilidad de no proceder al abono. En
I I ) , un día de privación de libertad equivale a un día-multa; en los Suiza se abona la prisión preventiva siempre que el reo no la haya provocado
casos de penas impuestas por tribunales extranjeros, el tribunal de- o prolongado con su comportamiento posterior al hecho (art. 69 StGB).
t e r m i n a r á el criterio a seguir (§ 51 I V ) .
3. Conforme al § 51 I 2, el tribunal puede denegar el abono, "si IV. Atenuación discrecional de la pena
no está justificado en atención a la conducta del reo posterior al de- En algunos casos la ley permite una atenuación ilimitada de la pena
lito". 26 Con esto se viene a expresar que la denegación del abono no (por ej., §§ 83a I, 113 IV, 311c II, 315 VI 1, 316a II). El tribunal no está
puede basarse en razones que afectan al delito mismo, como el con- vinculado aquí a los límites del § 49 I, sino que puede, de acuerdo con el § 49
tenido del injusto o de la culpabilidad, o un comportamiento posterior II, reducir la pena hasta el grado mínimo legal o imponer una multa en
del reo que eleve el grado del contenido del injusto o de la culpabili- lugar de la pena privativa de libertad, siempre que la ley se remita a este
dad, sino sólo en la conducta observada por el reo t r a s la comisión precepto. Cuando se prevé, junto a la citada posibilidad atenuatoria, también
del delito en el proceso, que hace aparecer como injustificado el abo- la dispensa de pena, la posibilidad de pena alcanza a veces todo el ámbito
no parcial o total (BGH 23, 307 con nota favorable de Schroder, J R imaginable de la escala, desde la prisión perpetua hasta el punto cero (cfr.,
1971, 28). Especialmente se d a r á este caso, cuando el acusado intenta por ej., § 81, 83a I ) , teniendo que decidir el tribunal según su arbitrio de
acuerdo con sus atribuciones. 80
prolongar la prisión preventiva p a r a procurarse beneficios injusti-
ficados frente al arresto penal, o cuando, de cualquier otro modo, * * *
dilata maliciosamente el proceso. 27
/. En el Código Penal vigente, fuera de los casos en los que es posible
4. El que el reo haya sido ya castigado en el extranjero por el mismo de- la condena condicional, no hay ninguna otra posibilidad de eliminar el efec-
lito, no es obstáculo para que pueda ser condenado también en Alemania (cfr. to negativo del cumplimiento de las penas privativas de libertad de corta
sin embargo, § 153c I núm. 3 StPO), ya que la prohibición de castigar dos duración. Sólo respecto al arresto menor, el tribunal puede autorizar al reo
veces el mismo hecho (art. 103 III GG) sólo rige por ahora en relación con para que cumpla la pena en su propio domicilio, siempre que la falta casti-
los tribunales de la República Federal Alemana.28 Sin embargo, por razones gada no tuviera un motivo deshonroso ni fuere por hurto o defraudación
de equidad la pena impuesta en el extranjero puede ser abonada conforme al (artículo 85). En algunos preceptos concretos la pena de multa puede im-
§ 5 1 III 1, siempre que haya sido cumplida (cfr. supra § 18 III 7). En rela- ponerse en lugar de la privativa de libertad, ofreciéndose en ellos la posi-
ción con la detención sufrida en el extranjero mientras se tramita la extra- bilidad de elegir entre una y otra (cfr. arts. 888 bis, 516 bis, 578).
En el Proyecto de Código Penal se arbitran, en cambio, una serie de
medidas dirigidas a evitar la imposición de dichas penas o su cumplimien-
23 Cfr. BT-Drucksache V/4.094, pág. 25. Sobre la interpretación del § 450 to. Por un lado, se suprimen totalmente las penas privativas de libertad de
StPO, acertadamente, Gross, NJW 1970, 127 y ss.
24 No, por el contrario, al valor sustitutivo (§ 74c) o al comiso (§ 73); duración inferior a seis meses (art. 89). Por otro, se prevé que, además
cfr. Dreher, § 51 Anm. 10. de los casos de suspensión del fallo y de remisión condicional de la pe¡na,
25 Así LK (Trondle), § 60 Anm. 36; Schonke/Schroder/Stree, § 51 Anm. se pueda sustituir la condena a pena de prisión que no exceda de un año
16. De otra opinión, Dreher, § 51 Anm. 20; el mismo, MDR 1970, 966. por la de arresto de fin de semana (art. 99) y, en casos excepcionales, y
26 El Proyecto Alternativo menciona, por el contrario, en el § 63 I 2 exclu-
sivamente dos razones para no proceder el abono. Cfr. sobre esto BT-Drucksache siempre que el reo no sea reincidente ni haya obrado por móviles abyectos
V/4.094, pág. 24. o fútiles, las penas privativas de libertad inferiores a dos años por la de
27 Igual, Dreher, § 51 Anm. 12; Horstkotte, JZ 1970, 128; Lackner, § 51 multa, aunque la ley no prevea esta pena para el delito de que se trata
Anm. 2 y ss.; LK (Trondle), § 60 Anm. 46; Maurach, Allg. Teil, pág. 861;
Schonke/Schroder/Stree, § 51 Anm. 18.
28 Sobre la relación con la República Democrática Alemana, cfr. LK 29 Cfr. Je8check/Krümpelmann, Untersuchungshaft, págs. 976 y ss.
(Trondle), § 60 Anm. 61. 30 Cfr. Lackner, § 49 Anm. 6.
34. — Hans-Helnrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. H
1226 § 84. Determinación de la pena en casos especiales Adiciones de Derecho español al § 84 1227

(artículo 100). Desde el 'punto de vista preventivo especial, es decir, en la de acumulación con la pena (cfr. arts. 78, ° y 150 del Proyecto), lo que la
medida en que el cumplimiento de una pena privativa de libertad de corta convierte de hecho en una prolongación de la pena, más nefasta aún que
duración puede tener un efecto desocializador y criminógeno sobre el de- el actual sistema de agravación que también aparece combinado con la po-
lincuente, el Proyecto supone, en la total erradicación de las penas priva- sibilidad de aplicación de una medida de internamiento prevista en él ar-
tivas de libertad de corta duración, un gran avance, pero queda lejos toda- tículo U de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación social que, no obstante,
vía de la supresión total. En primer lugar, no excluye que a través del tiene un límite máximo de cinco años.2
juego de las reglas de determinación de la pena (arts. 82 y 83), pueda im- III. El art. 33 del vigente Código Penal dispone que "el tiempo de prisión
ponerse, por concurrencia de circunstancias atenuantes, una pena priva- preventiva sufrida por el delincuente durante la tramitación de la causa se
tiva de libertad inferior a seis meses. Por otra parte, la exigencia de que abonará en su totalidad para el cumplimiento de la condena". Esta excep-
él sujeto no sea reincidente o la referencia a la naturaleza del hecho o a ción al principio contenido en el art. 32 de que la duración de las penas
los móviles del sujeto, introducen limitaciones que harán en muchos casos empezará a contarse desde el día en que la sentencia condenatoria hubiere
que la pena privativa de libertad tenga que ejecutarse a pesar de que con quedado firme o, cuando el reo no estuviere preso, desde que aquél se halle
la sustitución hubiera sido suficiente para evitar la recaída en el delito, a disposición de la Autoridad judicial para cumplir condena, se considera
que es lo que importa en estos casos, ya que las exigencias de prevención por un sector doctrinal exigencia de justicia, "pues, de hecho, la prisión
general quedan satisfechas con los límites temporales de las penas que se preventiva supone la imposición de un mal plenamente equiparable al de
pueden sustituir. Finalmente deberían equipararse los límites temporales las penas privativas de libertad".9
de la pena de privación de libertad que se sustituye, tanto si se la sustituye La jurisprudencia y doctrina españolas interpretan el art. 33 amplia-
por el arresto de fin de semana, como si se la sustituye por la multa, y si- mente, en beneficio del preso preventivo, entendiendo incluido en él no
tuarse en ambos casos en los dos años. sólo la prisión preventiva stricto sensu, sino también cualquier otra clase
II. Uno de los problemas fundamentales que tiene planteado el moder- de privación de libertad, como la detención y el arresto del quebrado.4 Ca-
no Derecho Penal es el del tratamiento de la reincidencia. La respuesta sabó considera que incluso debe abonarse la prisión preventiva sufrida en
tradicional ha sido la agravación de la pena, hasta límites que a veces lle- causas distintas a las que motivaron la condena, aduciendo en apoyo de
ga a imponer penas privativas de libertad de larga duración por delitos de esta tesis razones de justicia material, como la inexistencia de indemni-
relativa poca importancia cuando el autor ha sido condenado ya varias ve- zación para la persona absuelta que haya sufrido el mal de la prisión pre-
ces anteriormente (cfr. por ej. el tratamiento de los multirreincidentes en ventiva.5
el art. 61, 6.a o en el art. 516, 3.°, recientemente derogado por reforma de Respecto a las penas a que puede alcanzar el beneficio del abono, el pro-
12 enero 1980). El fracaso de dicho sistema se comprueba en el índice cada pio art. 33 dice que se abonará la prisión preventiva "cualquiera que sea
vez más elevado de reincidentes que llenan las cárceles sin posibilidad de la clase de pena impuesta", entendiéndose que se refiere a las temporales,
recuperación social. Por otra parte, ninguna de las razones que se dan privativas o restrictivas de libertad, y a la prisión subsidiaria por impago
para justificar la agravación de la pena para el reincidente desde el punto de multa en los casos de insolvencia del penado. En el párrafo segundo del
de vista jurídico es convincente.1 No siempre el delincuente reincidente es artículo 33 se dispone expresamente él abono de "todo él tiempo de priva-
más "perverso", ni más "culpable", ni más "peligroso" que el primario. ción de libertad del permiso para conducir vehículos de motor sufrido por
Cada vez se impone con mayor fuerza la idea de que el problema de la el delincuente durante la tramitación de la causa".
reincidencia sólo puede ser abordado en la fase de la ejecución de la pena
privativa de libertad, procurando que el delincuente no vuelva a delinquir
una vez que cumpla la pena y evitando, en todo caso, su desocialización con
una prolongación innecesaria de su internamiento. También la adopción de
medidas puede ser más efectiva que la agravación de la pena.
El Proyecto de Código Penal no ha acogido este camino, si bien mejora
la regulación actual, al refundir las actuales agravantes de reincidencia
y reiteración en una reincidencia específica y otra genérica, admitir la
prescripción de la reincidencia y eliminar la agravación especial por multi-
2
rreincidencia (art. 28, 11.a). Sin embargo, el Proyecto acoge entre las me- 3
Críticamente también respecto a esta regulación Mir Puig, lug. cit.,
didas el internamiento en centro de rehabilitación social para delincuentes Casaba Ruiz, en Córdoba Roda-Rodríguez Mourullo-Del Toro-Casabó, Co-
habituales y profesionales por tiempo que no podrá exceder de diez años mentarios al Código Penal, tomo II, pág. 155, Barcelona 1972; Muñoz Conde-
Moreno Catena, La prisión provisional en el Derecho español, en "La reforma
para los primeros y de quince para los segundos (art. 135, 5.a). La dura- penal4 y penitenciaria", Santiago de Compostela 1980.
ción excesiva de esta medida viene agravada por el hecho de la posibilidad Cfr. Casabó, ob. cit., pág. 156; Quintano Ripollés, Comentarios al Có-
digo Penal, 2.* ed., Madrid 1966, pág. 327; Lanar ove Díaz, Las quiebras punibles,
1 Barcelona 1970, págs. 290 y ss.
Cfr. Mir Puig, La reincidencia en el Código Penal, Barcelona 1974, pá- 6
Casabó, ob. cit., pág. 157. En contra, Ferrer Sama, Comentarios al Có-
ginas 537 y ss. Cfr. también Bergalli, La recaída en el delito: modos de reaccio- digo Penal, tomo II, Murcia 1947, pág. 202.
nar contra ella, Barcelona, 1980, págs. 69 y ss.
CAPÍTULO V

PRESUPUESTOS PROCESALES RECOGIDOS EN EL StGB

Los presupuestos procesales son circunstancias, que deben darse


en el caso concreto, para que pueda llevarse a cabo un proceso penal.1
Estos presupuestos procesales deben distinguirse tanto de los ele-
mentos del tipo como de las condiciones objetivas de punibilidad
(cfr. supra, § 53 I 3). Si falta un presupuesto procesal o existe un
obstáculo procesal (presupuesto procesal negativo), no puede tener
lugar un proceso penal. Si a pesar de ello se llega al juicio oral, el
acusado no será absuelto, sino el proceso sobreseído por sentencia
(§ 260 III StPO). Los presupuestos procesales que por su estrecha
relación con el Derecho Penal material han sido recogidos en el StGB,
son la querella penal y la autorización (cfr. infra, § 85) así como la
prescripción (cfr. infra, § 86).

§ 85 Querella penal y autorización


Allfeld, Antrag und Ermáchtigung, VDA, t. II, pág. 161; Boeckmann, Zur
gesetzlichen Vertretung des Kindes im StrafprozeP, NJW 1960, 1938; Coenders,
Über den Strafantrag und die Privatklage der Nichtverletzten, GS 83 (1915),
página 286; Dubs, Zur Problematik der relativen Antragsdelikte, SchwZStr 71
(1956), pág. 70; Hartung, Recht zur Stellung des Strafantrags bei Tod des An-
tragsberechtigten, NJW 1950, 670; Henkel, Strafverfahrensrecht, 2.' ed. 1968;
Hirsch, Gegenwart und Zukunft des Privatklageverfahrens, Festschrift für
R. Lange, 1976, pág. 815; Hilde Kaufmann, Strafanspruch, Strafklagerecht, 1968;
Kohler, Die Lehre vom Straf antrag, Straf r. Abh. Heft 18, 1899; el mismo, Zur
Lehre vom Strafantrag im künftigen Recht, Festgabe für R. v. Prank, t. II,
1930, pág. 27; Kohlhaas, Die Auswirkungen der Gleichberechtigung der Gesch-
lechter, etc., NJW 1960, 1; Lüke, Die gerichtliche Nachprüfung von Justizver-
waltungsakten, JuS 1961, 205; Maiwald, Die Beteiligung des Verletzten am
Strafverfahren, GA 1970, 33; Mittermaier, Bei welchen Verbrechen solí nur-auf
Antrag der verletzten Person der StrafprozeP eingeleitet werden? Archiv" des
Criminalrechts 1838, 609; Naucke, "Mipbrauch" des Strafantrags? Festschrift
für H. Mayer, 1966, 565; Oehler, Die amtliche Verfolgung der Korperverletzung,
JZ 1956, 630; el mismo, Die Zukunft der Privatklage, Schiedsmannszeitung 1977,
103; Oetker, Strafantrag und Verjáhrung, en: Aschrott/v. Liszt, Reform des
RStGB, t. I, 1910, pág. 279; Petera, StrafprozeP, 2.' ed. 1966; Pfenninger, Zum
Strafantrag im schweiz. StGB, SchwJZ 1944, 245; Schlichter, Der Strafantrag
die Strafverfolgnungsermáchtigung, etc., GA 1966, 353; Stree, Zum Strafantrag

1 Cfr. Peters, Strafprozess, pág. 236.


I. L a querella penal 1231
1230 § 85. Querella penal y autorización

durch Strafanzeige, MDR 1956, 723; el mismo, Strafantrag und Gleichheitssatz, cia como los §§ 22 UWG, 109 UrhG). 5 Un segundo grupo de estos
DOV 1958, 172; el mismo, Der Irrtum des Táters über die Angehorigeneigenschaf t delitos privados se compone de tipos en los que el proceso penal no
seines Opfers, FamRZ 1962, 55; Thierfeider, Anmerkung zu BGH 16, 225, N J W debe tener lugar sin el consentimiento del ofendido, cuando el delito
62, 116; Towe, Der Strafantrag, GS 112 (1939), pág. 22; Vogel, Das besondere está relacionado con su intimidad personal (así, por ej., §§ 247, 263
offentliche Interesse an der Strafverfolgung bei Kórperverletzungen, N J W 1961,
761; v. Weber, Die offentliche Klage bei leichter und fahrlassiger Kórperverlet- IV, 266 III, 294). Finalmente, la necesidad de la querella puede im-
zung, MDR 1963, 169; Zacharia, Von den Verbrechen, welche nur auf Antrag ponerse para proteger a la victima misma del delito, cuando la vista
des Verletzten verfolgt werden sollen, Archiv des Criminalrechts 1845, 566 y pública de la causa pudiera significar una afrenta aún mayor para la
1847, 390; Zipf, Strafantrag, Privatklage und staatlicher Strafanspruch, GA intimidad del ofendido que el delito mismo (por ej., §§ 182 II, 238 I).
1969, 234. Los delitos privados no son, por tanto, siempre delitos de poca im-
portancia; sino que también existen algunos delitos de cierta grave-
I. La querella penal (§§ 77-77d) dad cuya persecución requieren la previa querella penal (así los §§
235-237 y 247 en relación con los §§ 243, 244). En todos estos casos,
1. La persecución penal tiene lugar normalmente de oficio sin por las razones ya dichas, es requisito indispensable la querella penal.6
tener en cuenta la voluntad del afectado por el hecho (delitos perse-
guibles de oficio). Sin embargo, en algunos preceptos penales se 2. Se distingue entre delitos privados absolutos y relativos. En los abso-
exige como presupuesto procesal 2 la previa querella penal del ofen- lutos es siempre necesario para la persecución penal la querella penal; en los
dido (delitos perseguibles a instancia del ofendido).9 La querella pe- relativos, por el contrario, sólo cuando el reo está en una determinada rela-
nal es la petición del ofendido (o de cualquier otro legitimado para ción personal con el ofendido (por ej., § 247) que debe existir en el momento
ello), presentada en tiempo y forma, para que tenga lugar la per- de comisión del hecho (RG 72, 324 [325] ).* En el caso previsto en el § 232,
secución penal correspondiente a causa de un delito cometido con- la exigencia de la querella tiene un significado restrictivo. Conforme a este
tra él. La función de la querella penal es triple: 4 por un lado, puede precepto las lesiones corporales leves dolosa o imprudentemente ocasionadas
(§§ 223, 230) son ciertamente sólo perseguibles previa presentación de que-
ser que por la relativa poca importancia del delito parezca conve- rella, pero el Ministerio Fiscal puede proceder de oficio si considera que su
niente poner en marcha un proceso penal sólo cuando el ofendido intervención es necesaria por la existencia de un especial interés público en
muestra interés en ello (así, por ej., los §§ 123 III, 194, 232, 248a, la persecución penal (por ej., lesiones producidas por imprudencia en el trá-
288 II, 303 III y los delitos relativos a la protección de la competen- fico automovilístico, presiones a la víctima para que no presente la querella).8
Lo mismo rige para otros preceptos penales (por ej., §§ 183 II, 248a, 257 IV,
2, 263 IV). Contra la decisión del Ministerio Fiscal no cabe recurso alguno,
2 La doctrina dominante y la jurisprudencia consideran la querella penal ni en el procedimiento previsto en el § 23 EGGVG, ni en el proceso penal
en estos casos como un auténtico presupuesto procesal; cfr. Allfeld, VDA, t. II,
página 168; Dreher, § 77 Vorbem. 2 ; Lackner, § 77 Anm. I b ; Kohlrausch/Lange,
mismo (BGH 16, 225 [230 s.]).9 Estos preceptos específicos no son aplicables
§ 61 Anm. 1 1 ; Maurach, Allg. Teil, pág. 940; LK (Mósl), § 61 Anm. 5; Pfennin- a otros casos (BGH 7, 256 [258]).
ger, SchwJZ 1944, 246; Schónke/Schróder/Stree, § 77 Anm. 8; Towe, GA 112
(1939), pág. 28; Zipf, GA 237; RG 65, 150; BGH 6, 155, 18, 123 (125). Por el
contrario, son partidarios de una concepción mixta material y procesal de la 5 La mayoría de estos delitos son delitos privados (§ 374 StPO), es decir,
querella penal, Coenders, GS 83 (1915), págs. 296 y ss.; Kóbler, Die Lehre vom son perseguidos por el ofendido mismo en un proceso penal especial, en tanto
Strafantrag, pág. 13; el mismo, Frank-Festgabe, t. II, págs. 35 y ss.; H. Mayer, que el Ministerio Fiscal no procede de oficio (§ 377 II StPO). Sin embargo, debe
Lehrbuch, pág. 350; SK (Rudolphi), § 77 Vorbem. 8. Una teoría puramente ju- distinguirse entre estos delitos y los delitos perseguibles mediante querella del
ridicomaterial defienden Hafter, Allg. Teil, pág. 135; Hilde Kaufmann, Straf- ofendido. Algunas propuestas para la reforma de los delitos privados se encuen-
anspruch, pág. 153; Maiwald, GA 1970, 38; y probablemente también Schmid- tran en Hirsch, Lange-Festschrift, págs. 815 y ss. y Oehler, Schiedsmannszeitung,
hauser, Allg. Teil, págs. 492 y ss. ("impunidad"). 1977, 103 y ss.
3 Sobre la amplia utilización de la querella penal en el Derecho común, 6 Críticamente, Zipf, GA 1969, 242 y ss. (sólo casos de preponderancia del
Zacharia, Archiv des Criminalrechts, 1845, 571 y ss.; en los derechos particu- interés del ofendido); Maiwald, GA 1970, 43 y ss. (sólo casos de situaciones con-
lares, Mittermaier, Archiv des Criminalrechts, 1838, 609 y ss. flictivas limitadas a dos personas).
4 En contra de una ordenación esquemática por grupos, Oetker, en: Asch- 7 Dubs, SchwZStr. 71 (1956), pág. 77 atiende, por el contrario, al momento
rott/v. Liszt, Reform des RStGB, t. I, pág. 287, que se refiere, con razón, a las del proceso penal; en contra, Stree, FamRZ 1962, 57.
interrelaciones que existen entre los distintos grupos. La clasificación expuesta 8 Cfr. también las directrices para el proceso penal y el proceso sobre mul-
en el texto se encuentra, sin embargo, ya en Zacharia, Archiv des Criminalrechts, tas administrativas en su redacción vigente a partir del 1-1-1977, núm. 234 I,
1847, 391 y ss. En el mismo sentido, actualmente, Henkel, Strafverfahrensrecht, 243 III. La propuesta de Naucke, H. Mayer-Festschrift, págs. 565 y ss. de no lle-
página 188; Lackner, § 77 Anm. l a ; Maurach, Allg. Teil, pág. 940; Peters, var a cabo el proceso o de llevarlo a cabo, en su caso, sin querella cuando se dé
Strafprozess, pág. 167; Zipf, GA 1969, 241. Ambos puntos de vista son acogidos una presentación abusiva de la querella, o del mismo modo abusivo ésta no se
por Schonke/Schroder/Stree, § 77 Anm. 4; LK (Mósl), § 61 Anm. 2. Por el con- presente, contradice la ley y tendría por consecuencia una gran inseguridad
trario, Maiwald, GA 1970, 36 y ss., reconduce todos los supuestos al "principio jurídica (cfr. el caso RG 14, 202 [204 y ss.]).
de la reconciliación"; un criterio parecido, aunque restrictivo, es defendido por 9 Cfr. Oehler, JZ 1956, 630; Lackner, § 232 Anm. 3c; Dreher, § 232 Anm. 4.
SK (Rudolphi), § 77 Vorbem. 2 y ss. En favor del control judicial de la existencia de un específico interés público se
1232 § 85. Querella penal y autorización I. La querella penal 1233
3. Legitimado para presentar la querella penal está en primer ellos conozca el delito y su autor (BGH 12, 103). El representante
lugar el ofendido (§ 77 I). Por ofendido se entiende el titular del bien legal y el encargado de la tutela ejerce el derecho a presentar la que-
jurídico protegido en el tipo en el momento de la comisión del hecho, rella en lugar del legitimado en sí (teoría de la representación).12
por ejemplo, en el hurto, tanto el propietario como también el po- En la presentación de la querella es posible la representación. Pero debe
seedor; en la estafa, el perjudicado, no el engañado (RG 74, 167 distinguirse según se trate de representación en la declaración o en la volun-
[168]); en el allanamiento de morada, el morador. Si el ofendido es tad. En la representación en la declaración, actúa el representante como
una persona jurídica (por ej., una asociación registrada) o una so- mandatario, por eso, es posible que aun después de haber transcurrido el
ciedad personalista (por ej., una sociedad regular colectiva), hay que plazo para la presentación de la querella pueda aportarse la prueba de la
estar a la ley y a los estatutos que la regulan para saber quién es el existencia del apoderamiento (RG 61, 45). El apoderamiento debe concederse,
legitimado para presentar la querella en su nombre. En algunos de- sin embargo, dentro del plazo legal existente para presentar la querella, ya
litos cometidos por funcionarios (§ 11 I núm. 2), o por alguien espe- que la regulación legal de esta materia no permite una simple gestión de ne-
cialmente obligado a la prestación de un servicio público (•§ 11 I nú- gocios sin que haya un mandato expreso.13 Tampoco tiene efectos la autori-
mero 4), o por un soldado del ejército federal ( § 1 1 1 Soldó) o contra zación concedida, tras haber transcurrido el plazo para la presentación de la
querella, para ratificar la querella anteriormente presentada por alguien que
él, tiene en algunos casos un derecho autónomo a presentar la que- no tenía facultades para ello (RG 36, 413 [416]). Una representación en la
rella el superior jerárquico en el servicio (cfr. § 335 III 1, o, en su voluntad, por el contrario, sólo es posible cuando se trata de bienes jurídicos
caso, §§ 194 III 1, 232 II 1). En el § 77 a, se regula el ejercicio de materiales (RG 68, 263 [265]), no cuando se trata de bienes personalísimos
este derecho. Cuando se trata de miembros del Gobierno (que no tie- (RG 21, 231 ).14 La representación en la voluntad requiere un apoderamiento
nen superior jerarquía), está legitimado para presentar la querella con plenos poderes.
el Gobierno mismo (§ 77 a IV). El derecho del ofendido a presentar
la querella se extingue, en principio, con la muerte. 10 Excepcional- 4. La querella penal requiere una determinada forma. Debe pre-
mente puede transmitirse este derecho a determinados parientes (§§ sentarse por escrito ante el tribunal o ante el Ministerio Fiscal, o
194 I 2, 205 II 1, 232 I 2). Este supuesto se regula en el § 77 I I ; el ser recogida por escrito en acta por cualquier otra autoridad (§ 158
§ 77 b IV determina el plazo para presentar la querella en este caso. II StPO). En el escrito basta con que conste la pretensión penal co-
Cuando el legitimado para presentar la querella es incapaz, o tiene rrespondiente y la identidad del querellante (por ej., un telegrama).
una capacidad de obrar limitada, puede presentarse por el represen- Declaración en acta significa que la autoridad recibe la declaración
tante legal en asuntos personales y por el encargado de su tutela; la oral del querellante y la recoge documentalmente. En la declaración
persona con capacidad de obrar limitada, conforme al § 114 BGB, debe quedar expresada claramente la voluntad del querellante de que
puede presentar autónomamente una querella si es mayor de die- determinado hecho sea perseguido penalmente. Por eso también pue-
ciocho años cumplidos (§ 77 III). Si son varias las personas legiti- den considerarse como querella penal la acusación privada (RG 8,
madas para presentar la querella, cualquiera de ellas puede hacerlo 207 [209]), la adhesión como coadyuvante a la querella principal
autónomamente (§ 77 IV). Los representantes legales de un menor (OLG Stuttgart DR 1939, 1.148 [1.150]) e incluso la simple denuncia
de edad, hijo legítimo, son, en tanto subsista el matrimonio, según (§ 158 I StPO), siempre que en esta última se exprese claramente la
los §§ 1.626 II, 1.627 BGB, los padres conjuntamente; 11 por eso, tam- pretensión penal del ofendido (BGH GA 1957, 17 [19]). 16 El plazo
bién en este caso debe ser presentada la querella por ambos padres para presentar la querella es normalmente de tres meses (§ 77 b I)
conjuntamente (BGH FramRZ 1960, 197), aunque se pueda facultar y comienza a computarse desde el momento en que el legitimado para
a uno de ellos para representar al otro (BGH JZ 1957, 67; BayObLG presentar la querella llega a conocer el hecho y su autor con tal cer-
JR 1961, 72 [73]). El plazo para la presentación de la querella co- teza, que puede suponerse que es suficiente para decidirse a presentar
mienza, sin embargo, ya a computarse, tan pronto como sólo uno de la querella (§ 77 b II 1). No obstante, no se computará este plazo,
cuando el legitimado para presentar la querella no esté, por razories
materiales o jurídicas, en situación de poder presentarla (BGH 2,
pronuncian, sin embargo, LK (Hirsch), § 232 Anm. 9; Schonke/Schróder/Str&e,
§ 232 Anm. 3 ; Vogel, NJW 1961, 763; v. Weber, MDR 1963, 170; Lüke, J u S 1961,
211. Si el Ministerio Fiscal durante el proceso negara el interés público afirmado 12 Así, RG 57, 240 (241); OLG Oldenburg NJW 1956, 682; Dreher, § 77
originariamente, deberá sobreseerse el proceso por falta de querella (§ 260a, Anm. 17; Lackner, § 77 Anm. 4b; Schdnke/Schroder/Stree, § 77 Anm. 23.
260 III StPO); cfr. KG NJW 1961, 569; LK (Hirsch), § 232 Anm. 15; Dreher, 13 Cfr. Olshausen, § 61 Anm. 9b; LK (Mosl), § 61 Anm. 27; Dreher, § 77
§ 232 Anm. 6; Lackner, § 232 Anm. 3c; pero en contra, Oehler, J Z 1956, 632; Anm. 21.
v. Weber, MDR 1963, 169. 14 Cfr. sobre esto, detenidamente, LK (Mosl), § 61 Anm. 26, con numerosas
10 Cfr. RG 43, 355; Hartung, NJW 1950, 670. referencias.
11 Cfr. sobre esto, Kohlhass, NJW 1960, 2; Boeckmann, NJW 1960, 1.939. 15 Cfr. detalladamente Stree, MDR 1956, 723 y ss.
1234 § 85. Querella penal y autorización Adiciones de Derecho español al § 85 1235
121 [124 y s s . ] ) . Si, por ejemplo, el autor del delito contra un menor (§ 77d II) sólo viene en consideración, cuando la autorización esté vinculada
es el representante legal de ese menor (por ej., en el caso del § 182), personalmente y no sea oficial (§§ 90 IV, 90b II, siempre que la querella haya
el menor no puede jurídicamente presentar u n a querella (por apli- sido presentada por un miembro del órgano constitucional).
cación del § 181 B G B ) ; en este caso el plazo no comienza a correr
hasta que no se le haya nombrado un tutor de acuerdo con lo que * * *
dispone el § 1.909 BGB y éste tenga conocimiento suficiente del de-
lito y de su autor (RG 73, 113 [115] ; cfr. sin embargo, también, BGH La participación otorgada a los ciudadanos en el proceso penal espa-
6, 155 [157 y s s . ] ) . Cuando sean varios los legitimados p a r a presen- ñol difiere extraordinariamente del régimen establecido en los restantes
t a r la querella o varios los que han intervenido en el hecho, el plazo ordenamientos europeos continentales. La implantación de la acción popu-
se computa p a r a cada uno por separado (§ 77b I I I ) . Cuando se t r a t e lar supone que cualquier ciudadano español,1 haya sido o no perjudicado
de delitos recíprocamente cometidos, relacionados entre sí el plazo pre- por el delito, puede ejercitarla interponiendo la oportuna querella (ar-
tículo 270 de la L.E.Crim.), constituyéndose en parte procesal, y apare-
visto en el § 77b se modifica por el § 77c. La querella penal no necesita ciendo en el enjuiciamiento de la mayoría de los delitos como litisconsorte
ser dirigida contra una determinada persona; basta con que se limite del Ministerio Fiscal, del órgano público de la acusación. El que ejercita
a todos los que intervinieron en la comisión del delito, a no ser que la acción penal adopta la posición de parte principal en el proceso, posición
de la interpretación se derive que no deben ser acusadas determinadas por completo diferente, vgr., del Neben-Kláger del proceso penal alemán.
personas próximas al querellante. 1 6 La querella penal puede dividirse El art. 101 de la Ley de Enjuiciamiento criminal dispone, en efecto, que
respecto al objeto de la persecución penal y respecto a la persona que "la acción penal es pública. Todos los ciudadanos españoles podrán ejerci-
deba ser acusada. Igualmente puede limitarse a determinados delitos tarla con arreglo a las prescripciones de la ley".2 En el Derecho español
que estén en concurso ideal y a determinados intervinientes en los la acción penal se ejercita sólo mediante la interposición del escrito de
hechos delictivos, por ejemplo, sólo al autor del rapto previsto en el querella ante juez competente, con las formalidades establecidas en el
§ 236, pero no al cómplice (cfr. Proyecto de 1962, Fundamentación, texto procesal, lo que vale tanto para los particulares, como para el Minis-
terio Fiscal (arts. 270 y 271 de la L.E.Crim.).
página 252).
De esta forma resulta oportuno aclarar que a efectos del enjuiciamiento
5. El derecho a presentar la querella se pierde irrevocablemente criminal existen en Derecho español dos grandes grupos de delitos: los
cuando el legitimado p a r a ello renuncia a ejercerlo ante la autoridad delitos perseguibles de oficio y los delitos perseguibles sólo a instancia de
que se ocupa de la persecución penal o que debería haberse ocupado parte. Ello da lugar a las dos formas de iniciación del procedimiento penal;
caso de que se hubiera presentado la querella (RG 76, 345 [346] ; a saber: iniciación de oficio o a instancia de parte. En el primer caso basta
BGH N J W 1957, 1.368). El desistimiento de la querella es posible; con la mera notitia criminis (bien de forma específica — denuncia o que-
basta con una declaración informal ante la autoridad encargada del rella — bien de modo inespecífico) para que el órgano encargado de la ins-
asunto antes de que el proceso haya terminado con sentencia firme. trucción dicte la correspondiente resolución en forma de auto mandando
El desistimiento es irrevocable, por lo que, una vez que se h a desisti- incoar el sumario.*
do, no puede presentarse una nueva querella dentro del plazo de pre- Ahora bien, dentro de estos delitos perseguibles de oficio, que consti-
tuyen la gran mayoría de los tipificados en el Código, preciso resulta di-
sentación (§ 77d I ) . El derecho al desistimiento se t r a n s m i t e en caso ferenciar un grupo de ellos, contra la honestidad, que requieren una previa
de muerte del querellante a los parientes citados en el § 77 II denuncia4 de la persona agraviada para su persecución penal (art. UU8
(§ 77d I I ) .
i Con las excepciones escasas establecidas en los arts. 102 y 103 de la Ley
II. Autorización y petición de Enjuiciamiento criminal.
2
Para la diferencia de sentido entre la acción penal pública, existente en
1. En algunos preceptos penales se prevé también como presupuesto pro- todos los ordenamientos jurídicos como "principio inderogable, consustancial
cesal la autorización (§§ 90 IV, 90b II, 87 III, 104a, 194 IV, 353b III, 353c con la naturaleza del Derecho punitivo", y la acción popular establecida en' el
IV) o la petición (§ 104a). En este caso, según dispone el § 77e, son aplica- artículo 101 de la L.E.Crim. española (bien que con la denominación de accíión
bles los §§ 77 y 77d. pública), cfr., por todos, Gómez Orbaneja, Comentarios a la Ley de Enjuicia-
miento criminal, tomo II, vol. I, Barcelona 1951, especialmente págs. 208-209 y
2. Esto significa que ni la autorización ni la petición están vinculadas a 223 y ss.
plazo alguno y que cuando se dé el caso la autoridad encargada de la perse- 3 En este sentido, Herce Quemada, en Gómez Orbaneja-Herce Quemada,
cución penal debe recabarlas de oficio.17 El desistimiento de los parientes Derecho procesal penal, 8." ed., Madrid 1975, pág. 131, rectificando su posición
anterior afirma que "si la querella no reúne los requisitos legales, el juez la
rechazará y, en consecuencia, no tendrá por parte acusadora al querellante,
16 Cfr. Stree, MDR 1956, 724. pero como dicha querella le proporciona la noticia del delito, el instructor debe-
17 Cfr. Schlichter, GA 1966, 353, 360 y ss.; LK (Mosl), § 61 Anm. 56; rá incoar de oficio el sumario".
Schonke/ Schroder,/ Stree, § 77e Anm. 2, 5. 4
La denuncia, a diferencia de la querella, no otorga la condición de par-
Adiciones de Derecho español al § 85 1237
1236 § 85. Querella penal y autorización
se traduce en un procedimiento previo para examinar el contenido y funda-
del Código Penal), como son los de violación, abusos deshonestos, estupro mentación de la querella presentalla contra ellos (cfr. arts. 757 y ss. de la
y rapto con miras deshonestas (arts. 429, 430, 434 a 437 y 440 a 442 del Ley de Enjuiciamiento Criminal).
Código Penal), denuncia que supone una condición de procedibilidad en
estos supuestos.5
Dentro de los delitos perseguibles sólo a instancia de parte, es decir, § 86 Prescripción del delito y de la pena
reservados a la querella privada, se encuentran únicamente los de injuria
y calumnia contra particulares,6 los llamados en el Código Penal delitos con- A. Arndt, Zum Problem der strafrechtlichen Verjáhrung, JZ 1965, 145; Be-
tra el honor. En estos procesos penales se establece la necesidad del acto pre- ling, Aus dem neuesten Bande der Entscheidungen des BayObLG, ZStW 39
vio de conciliación y la figura del perdón del ofendido que extingue la ac- (1918), pág. 657; Bemmann, Zur Frage der nachtráglichen Verlángerung der
ción penal o, en su caso, la pena que se hubiera impuesto (cfr. arts. 25, Strafverfolgungsverjáhrung, JuS 1965, 333; Benda, Verjáhrung und Rechts-
112, 5.°, 467, 487 y 443 del Código Penal). Sin embargo, la Ley 62/1978, de staat, 1965; Bockelmann, Verjáhrung, Niederschriften, t. II, pág. 329; Brauel,
26 de diciembre, de protección jurisdiccional de los derechos fundamen- Die Verjáhrung der Strafverfolgung, etc., Materialien, t. II, 1, pág. 429; Foreg-
tales de la persona, dispone en su art. 4, 1-° que para el enjuiciamiento de ger/Serini, Strafgesetzbuch, 1975; Fuhrmann, Verjáhrung von NS-Verbrechen,
JR 1965, 15; Grünwald, Zur verfassungsrechtlichen Problematik der rückwir-
los delitos cometidos por medio de la imprenta, grabado u otros medios me- kenden Ánderung von Verjáhrungsvorschriften, MDR 1965, 521; Hans, Die
cánicos de publicación, sonoros o fotográficos, difundidos por escrito, radio, Aussetzung des Verfahrens nach art. 100 GG und die Strafverfolgungsverjáh-
televisión, cinematógrafo u otros similares, bastará denuncia de la perso- rung, MDR 1963, 8; Hilde Kaufmann, Strafanspruch, Strafklagerecht, 1968;
na agraviada o, en su caso, de su representante legal, sin necesidad de acto Kirn, Der Hintergrund der Verjáhrungsfrage, ZRP 1968, 3; Klug, Die Verpflich-
de conciliación. tung des Rechtsstaates zur Verjáhrungsverlángerung, JZ 1965, 149; Loening, Die
Dentro de estos delitos perseguibles sólo a instancia de parte conviene Verjáhrung, VDA, t. I, pág. 379; Lorenz, Die Verjáhrung im Strafrechte, 1934;
destacar aún dos supuestos excepcionales: cuando la injuria o calumnia el mismo, Die Verjáhrung in der deutschen Strafgesetzgebung, 1955; el mismo,
Die Regelung der Verjáhrung im Entwurf des AUg. Teils eines StGB, 1959; el
sea causada en juicio, es necesaria la previa licencia del juez o tribunal que mismo, Über das Wessen der strafrechtlichen Verjáhrung, GA 1966, 371; el mis-
de él conociere (art. 467, 2." del C. Penal), además de la susodicha querella; mo, Strafrechtliche Verjáhrung und Rückwirkungsverbot, GA 1968, 300; Maier,
y que cuando tales delitos se cometan contra Jefes de Estado de naciones Zur Frage der Verjáhrung in den Fallen des art. VII Abs. 3 des NATO-Truppen-
amigas o aliadas, agentes diplomáticos de ellas o extranjeros con carácter status, NJW 1974, 1.935; Mischnick, Gegen eine Verlángerung der Verjáhrungs-
público que se puedan asimilar a ellos, se requiere una previa excitación f risten, ZRP 1968, 63; Molari, La prescrizione del reato e della pena, 1965; Moser,
especial del Gobierno para poder proceder (art. 467, último párrafo del Zur Frage der rechtlichen Natur der Strafverfolgungsverjáhrung, GA 1954, 301;
Código Penal). Noli, Tatbestand und Rechtswidrigkeit, etc., ZStW 77 (1965), pág. 1; Oppe, Ver-
Finalmente hay que señalar dos importantes especialidades en el pro- jáhrung bei Anstellungs- und Rentenbetrug, NJW 1958, 1.909; Pawlowski, Die
Verlángerung von Verjáhrungsfristen, etc., NJW 1965, 287; el mismo, Der
cedimiento penal español, con independencia de la naturaleza del delito, en Stand der rechtlichen Diskussion in der Frage der strafrechtlichen Verjáhrung,
razón de la persona a quien se impute su comisión, procesos con garantía NJW 1969, 594; Peters, Strafprozep, 2.a ed. 1966; Reimer, Verjáhrung, en: Gürt-
reforzada.1? De un lado, la autorización de la Cámara legislativa correspon- ner, Das kommende deutsche Strafrecht, Allg. Teil, 1934, pág. 156; Scháfer,
diente en los procesos contra Senadores (art. 37 del Reglamento provisio- Verjáhrung, Niederschriften, t. II, pág. 332; P. Schneider, NS-Verbrechen und
nal del Senado, de 14 de octubre de 1977) o Diputados (art. 18 del Regla- Verjáhrung, Festschrift für O. A. Germann, 1969, pág. 199; Schreiber, Zur Zu-
mento provisional del Congreso de los Diputados de 13 de octubre 1977);8 lássigkeit der rückwirkenden Verlángerung von Verjáhrungsvorschriften, etc.,
por otro lado, el antejuicio para exigir responsabilidad criminal a jueces ZStW 80 (1968), pág. 348; Schroder, Anmerkung zu BGH 11, 119, JZ 1959, 30;
y magistrados por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, que el mismo, Anmerkung zu BGH 24, 218, JR 1972, 118; el mismo, Probleme straf-
rechtlicher Verjáhrung, Festschrift für W. Gallas, 1973, pág. 329; Schwenk,
Konkurrierende Gerichtsbarkeit in Strafsachen nach dem NATO-Truppensta-
tus, etc., NJW 1965, 2.242; Seibert, Sinn und Unsinn der strafrechtlichen Ver-
te al denunciante, ni está sujeta a los requisitos formales de aquélla; para su jáhrung, NJW 1952, 1.361; Spendel, Materiellrechtliche Straffrage und strafpro-
regulación positiva, cfr. arts. 259 y ss. de la L.E.Crim. zessuale Teilrechtskraft, ZStW 67 (1955), pág. 556; Willms, Zur Frage rück-
5 Serían las llamadas acciones mixtas, denominación que acepta Gómez wirkender Beseitigung der Verjáhrung, JZ 1969, 60. /
Orbaneja, en Comentarios..., cit., pág. 226. A propósito tanto de estos supues-
tos como de los que se exponen a continuación, cfr. el mismo, ob. cit., págs. 235
y siguientes. El StGB distingue la prescripción del delito (la persecución del
6 El párrafo tercero del art. 467 del C. Penal dispone que "nadie será
penado por calumnia o injuria sino en virtud de querella de la parte ofendida, delito) de la prescripción de la pena (la ejecución de la pena) (cfr. las
salvo cuando la ofensa se dirija contra la Autoridad pública, corporaciones o rúbricas de los títulos que contienen los §§ 78 y 79). Con la prescrip-
clases determinadas del Estado" y en los supuestos de desacato, insultos, inju- ción del delito se impide que, t r a s el transcurso de determinados pla-
rias y amenazas a la Autoridad, y de los insultos, injurias y amenazas a sus
agentes y a los demás funcionarios públicos. zos, se pueda imponer u n a pena o medida (§ 78 I ) ; y con la prescrip-
7
En el decir de Fenech, El proceso penal, 3 / ed., Madrid 1978, págs. 233 ción de la pena se evita que, también t r a s el transcurso de determi-
y siguientes.
8
Cfr. Adición de Derecho español al § 19.
1238 § 86. Prescripción del delito y de la pena I. Prescripción del delito 1239
nados plazos, se puedan ejecutar las,penas o medidas impuestas en nuación de la pena conforme al tiempo transcurrido antes de llegar a
sentencia firme (§ 79 I). Ambas clases de prescripción están perfec- la prescripción total (cfr., por ej., § 57 I 2 StGB austríaco). También
tamente delimitadas: la prescripción del delito termina en el mo- desempeñan un papel la idea del ejercicio del derecho de gracia, de la
mento en que es firme el pronunciamiento de una pena o medida; 1 equidad y la necesidad de autolimitación del Estado frente al factor
la prescripción de la pena comienza en ese momento. El nuevo Dere- tiempo y al cambio operado durante ese tiempo en la personalidad del
cho vigente sigue manteniendo ambas clases de prescripción, si bien delincuente.5 Pero la prescripción del delito no sólo descansa en la au-
con importantes modificaciones. sencia de la necesidad de pena, sino también en la experiencia procesal
de que, con el creciente distanciamiento temporal entre el proceso
penal y el momento de la comisión del hecho, aumentan las dificulta-
I. Prescripción del delito (§§ 78-78c) des probatorias, hasta el punto de ser cada vez mayor el peligro de
sentencias erróneas. Este punto de vista solo no es, desde luego, deci-
1. La naturaleza jurídica de la prescripción del delito es discu- sivo, como lo demuestran la imprescriptibilidad del genocidio (§ 78
tida. La doctrina más antigua y la jurisprudencia veían en la pres- II) y la gradación de los plazos de prescripción de acuerdo con la gra-
cripción una auténtica causa de anulación de la pena, porque con el vedad del delito (§ 78 III). Estas normas sólo pueden explicarse desde
transcurso del tiempo se borraba la necesidad del castigo (RG 12, 434 un punto de vista juridicomaterial y no procesal.6 Según la teoría
[436] [teoría juridicomaterial de la prescripción]). 2 Pero a partir mixta, la prescripción del delito es una causa personal de anulación
del cambio jurisprudencial operado en 1942 (RG 76, 159 [161]), se de la pena, que, sin embargo, está configurada desde el punto de vista
ha hecho dominante la teoría procesal que considera la prescripción juridicoprocesal como un obstáculo procesal. La redacción del § 78 I
como un simple obstáculo procesal (BVerfG 1, 418 [423]; 25, 269 corresponde a la del § 127 I del Proyecto de 1962 que partía de la teo-
[286]; BGH 2, 300 [306]; 8, 269 [270]; 11, 393 [395]; BGH NJW ría mixta (cfr. Fundamentación, pág. 257).
1952, 271) .8 Sin embargo, es preferible una teoría mixta que consi-
dere la prescripción como una institución jurídica de naturaleza pro- E s t a discusión teórica tiene importancia práctica sobre todo en relación
cesal y material al mismo tiempo (así anteriormente, RG 59, 197 con la cuestión de la admisión de la retroactividad de una ley que prolongue
[199] ; 66, 328) ,4 Por un lado, sirve de fundamento a esta teoría la el plazo de prescripción o que anule la prescripción (cfr. ed. anterior p. 110
idea de que la necesidad de pena, tanto desde el punto de vista retri- s.). 7 P a r a la teoría material y mixta, la regulación de la prescripción es una
butivo y general preventivo, como en atención al fin resocializador de cuestión que pertenece a los presupuestos de la penalidad, por lo que de
la pena, desaparece poco a poco con el transcurso progresivo del tiem- acuerdo con lo que dispone el a r t . 103 I I GG no puede modificarse retroacti-
po y termina por desaparecer finalmente. Esta experiencia explica por vamente en perjuicio del reo. 8 La teoría procesal no se ve ciertamente afec-
qué algunos Ordenamientos jurídicos extranjeros, permiten una ate- t a d a por esta consideración, pero, a pesar de ello, debería t e n e r en cuenta
que la prohibición de retroactividad se aplica actualmente cada vez m á s t a m -
bién a los presupuestos procesales. 9 Análogamente, determinaba en relación
1 Así RG 76, 46 (48); BGH 11, 393 (395); 20, 198 (200); OLG Bremen con la entrada en vigor del nuevo Derecho vigente el a r t . 309 I I I EGStGB,
N J W 1956, 1.248; Blei, Allg. Teil, pág. 378; Dreher, § 78b Anm. 1 1 ; LK (Mosl),
§ 66 Anm. 4; Schonke/Schroder/Stree, § 78 Vorbem. 1; Spendel, ZStW 67 (1955), 5 Así, especialmente, Bockelmann, Niederschriften, t. II, pág. 330; Gallas,
página 569. ibídem, pág. 348.
2 Así Alíjela, Lehrbuch, pág. 305, nota 2; Beling, ZStW 39 (1918), pág. 663; 6 Esto es también confesado por LK (Mosl), § 66 Anm. 6, aunque man-
v. Liszt/Schmidt, pág. 451; Loening, VDA, t. I, págs. 379 y ss.; Lorenz, Die tenga una teoría procesal.
Verjáhrung, pág. 5 1 ; el mismo, Die Verjáhrung in der deutschen Strafgesetz-
gebung, págs. 55 y ss.; el mismo, Die Regelung der Verjáhrung im Entwurf, pá- 7 Sobre la historia del problema de la retroactividad, cfr. Welzel, Lehr-
gina 9; también, Hilde Kaufmann, Strafanspruch, pág. 154. buch, 10/ ed., pág. 23.
3 Igual en la bibliografía, Binding, Handbuch, pág. 823; Kohlrausch/Lan- 8 Así Pawlowski, NJW 1965, 287 y ss.; el mismo, NJW 1969, 594 y ss.;
ge, § 67 Anm. I ; LK (Mosl), § 66 Anm. 6; Maurach, Allg. Teil, pág. 951; Blei, Lorenz, GA 1968, 300 y ss. A favor de la prohibición de la retroactividad, cqn
Allg. Teil, págs. 377 y ss.; Eb. Schmidt, Lehrkommentar Teil I, núm. 189; Schon- una fundamentación independiente de la naturaleza jurídica de la prescripción,
ke/Schroder/Stree, § 78 Vorbem. 3; P. Schneider, Germann-Festschrift, pág. 210. Arndt, JZ 1965, 148 (ampliación retroactiva de la competencia); Grünwald, MDR
Cfr. también la regulación para la votación de los tribunales colegiados en el 1965, 523 (prohibición de leyes ad-hoc); Mischnick, ZRP 1968, 63 y Schreiber,
§ 263 III StPO. ZStW 80 (1968), pág. 364 (lesión de los límites objetivos del poder del Estado);
Willms, JZ 1969, 61 (anulación del § 66 a.r. por la 3. a StÁG). "Graves objeciones"
4 Así v. Bar, Gesetz und Schuld, t. III, págs. 386 y ss.; Baumann, Allg. contra la retroactividad formula, por razones generales juridicoconstitucionales,
Teil, pág. 123; Dreher, § 78 Vorbem. 4; Lackner, § 78 Anm. 1; Frank, § 66 P. Schneider, Germann-Festschrift, pág. 221.
Anm. I I ; Gerland, Lehrbuch, pág. 286; v. Hippel, t. II, pág. 558; H. Mayer, Lehr- 9 En favor de la retroactividad, partiendo de una teoría procesal, Bem-
buch, pág. 353; Moser, GA 1954, 303 y ss.; Peters, Strafprozess, págs. 10 y ss.; mann, J u S 1965, 338; Blei, Allg. Teil, pág. 378; Klug, JZ 1965, 149 y ss.; Schon-
Lowe/Rosenberg (Schafer), Einleitung Kap. 12 Anm. 89; Mezger, Lehrbuch, ke/Schrdder, 17* ed., § 67 Anm. 2 1 ; con fundamentación independiente, igual-
página 496, nota 25; Welzel, Lehrbuch, pág. 262; SK (Rudolphi), § 78 Vorbem. 10. mente, Benda, Verjáhrung und Rechtsstaat, pág. 12 y Fuhrmann, JR 1965, 16.
1240 § 86. Prescripción del delito y de la pena I. Prescripción del delito 1241
que seguirían en vigor los plazos de prescripción más cortos del anterior No obstante, si el delito termina antes de que se haya consumado
Derecho respecto a los delitos cometidos anteriormente (de otra opinión formalmente, lo decisivo p a r a el comienzo de la prescripción es el
antes el art. 3 de la 9.* StÁG; sobre ello ed. anterior p. 670). De todos modos momento de la terminación material.
debe rechazarse, cualquiera que sea el criterio que se tenga, por aplicación
de los principios generales del Estado de Derecho, la posibilidad de volver a Ejemplos: En la estafa de rentas la prescripción comienza con el pago
abrir de nuevo, con efecto retroactivo, los plazos de prescripción ya transcu- de la última renta recibida (RG 62, 418 [419] ) ; 1 4 en el cohecho con la
rridos (la llamada gran retroactividad). 10 Por el contrario, si tiene efecto aceptación del último pago (BGH 11, 345 [347]); en el delito permanente
retroactivo la reducción posterior de los plazos de prescripción, bien se consi- con la terminación del estado antijurídico 15 (RG 44, 424 [428 y ss.];
dere como precepto procesal, bien como ley más favorable en el sentido del BayObLG NJW 1958, 110 [111]); en el delito continuado con la realización
§ 2 III (BGH 21, 367 [369 s.]). del último acto parcial (RG 74, 296 [297]; BGH 1, 84 [91 y ss.]; 24, 218
[220], con nota contraria de Schroder, JR 1972, 118).16
2. L a prescripción comienza " t a n pronto h a y a terminado el deli-
3. La duración del plazo de prescripción depende de la conmina-
t o " (§ 78a pfo. 1.°). Decisivo p a r a el comienzo de la prescripción no
ción penal que tenga asignada el respectivo delito (§ 78 I I I ) . E n ello
es, por tanto, la consumación, sino la terminación del delito (cfr. su-
es decisivo, igual que en el § 12 III (cfr. supra, § 7 IV 2, 3), la consi-
pra, § 49 I I I 3 ) . " E l § 78a pfo. 2.°, que atiende a la producción poste-
deración abstracta (§ 78 I V ) . El plazo de prescripción más largo es
rior de un "resultado perteneciente al t i p o " (por ej., producción de
el de 30 años p a r a los delitos que tengan asignada la pena de reclu-
la muerte en el homicidio), no tiene u n a significación autónoma, por-
sión perpetua. E n una serie gradual, los plazos de prescripción van
que la terminación del delito supone siempre la producción del resul-
reduciéndose hasta el plazo de tres años, aplicable a los delitos que
tado típico. Sin embargo, normalmente coincide la terminación del
tengan asignada una pena privativa de libertad de hasta un año como
delito con su consumación.
máximo (por ej., §§ 106a, 123, 136, 202, 203).
4. P a r a algunos grupos de delitos rigen preceptos específicos. Así,
Ejemplos: Así, el plazo de prescripción en el delito de aborto no comienza
con la ejecución de la acción abortiva, sino con la muerte del feto (RG 1943, por ejemplo, queda excluida (§ 78 III) la prescripción del genocidio
577); en la estafa, con la producción del daño patrimonial (RG 42, 171 (§ 220a). E n los delitos de p r e n s a comienza la prescripción, conforme
[173]); en la estafa laboral, por el contrario, desde el momento de la colo- a las leyes regionales de prensa, con la primera edición de la obra
cación (BGH 22, 38 [40]); en el incendio por imprudencia, en el momento impresa, aunque normalmente se dé una acción continuada (BGH 25,
de prender el fuego (BGH 11, 119 [121]); en la complicidad, con la termi- 347). E n los delitos cometidos por medio de la imprenta se aplica,
nación del hecho principal (BGH 20, 227 [228]) ; 1 2 en el homicidio por omi- además, conforme a las leyes regionales de prensa, un plazo de pres-
sión de una acción salvadora mandada, con la producción de la muerte. 13 cripción bastante reducido (por ej., 6 meses en Baviera y Hessen). 1 7
5. La interrupción de la prescripción tiene como efecto que co-
mience a correr un nuevo plazo el día en el que se produce la inte-
rrupción (•§ 78c III 1). E s posible una interrupción repetida de la
Kirn, ZRP 1968, 5, exige un "castigo claramente retroactivo de los asesinos prescripción (RG 23, 184 [188]), aunque, a diferencia de lo que ocu-
nazis", con lo que evidentemente no considera vinculante en esto a la Ley Fun-
damental. r r í a en el anterior derecho vigente, no pueda diferirse a r b i t r a r i a -
10 De otra opinión, sin embargo, Eb. Schmidt, Lehrkommentar Teil I, nú- mente el momento en que se produce la prescripción: la persecución
mero 201.
11 La cuestión es, desde luego, dudosa, ya que la EGStGB piensa, cuando penal prescribe, como muy tarde, cuando ha transcurrido desde su
habla de "terminación del delito", posiblemente en el momento final de la acción comienzo el doble del plazo legal de la prescripción y si se t r a t a de
del reo, queriendo colocar ya en ese momento el comienzo de la prescripción y plazos inferiores a tres años (por ej., leyes regionales de prensa),
prescindiendo de los casos en los que el resultado típico se produce más tarde
(así Lackner, § 78a Anm. 1). Pero, como tiene también sentido, atender para el cuando han pasado por lo menos tres años (•§ 78c III 2). P o r razones
comienzo de la prescripción a la terminación del delito entendida en sentido ma- de seguridad jurídica, el nuevo § 78c I determina, además, que sólo
terial (por ej., en la estafa en el logro del provecho patrimonial), es preferible los actos jurídicos allí citados de los tribunales, del Ministerio fiscal
la interpretación propuesta en el texto; igualmente, Blei, Allg. Teil, págs. 378
y ss.; Dreher, § 78a Anm. 2; Schonke/Schroder/Stree, § 78a Anm. 1; SK (Ru-
dolphi), § 78a Anm. 3. En favor de la concepción del texto habla también el 14 Sobre la distinción entre estafa de rentas y estafa laboral en relación
Proyecto de 1962, fundamentación, pág. 259. con la producción del daño, cfr. Oppe, NJW 1958, 1.909.
12 Cfr. también Dreher, § 78a Anm. 5; Lackner, § 78a Anm. 2 y ss.; LK 15 Cfr. Blei, Allg. Teil, pág. 379; Schónke/Schroder/Stree, § 78a Anm. 11.
(Mdsl), § 67 Anm. 10; Maurach, Allg. Teil, pág. 953; Schonke/Schroder/Stree, 16 En favor de la prescripción autónoma de cada acta parcial, Schroder,
§ 78a Anm. 8. Gallas-Festschrift, págs. 331 y ss.; LK (Mdsl), § 67 Anm. 9; Noli, ZStW 77
13 Cfr. Schroder, JZ 1959, 30; LK (Mdsl), § 67 Anm. 11. Cfr. también RG (1965), pág. 4; Schonke/Schroder/Stree, § 78a Anm. 9.
62, 212 (214). 17 Cfr. sobre esto Schroder, Gallas-Festschrift, págs. 334 y ss.
35. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II
1242 § 86. Prescripción del delito y de la pena II. Prescripción de la pena 1243

y de la policía (•§ 78c I núm. 1) pueden interrumpir la prescripción.18 mine definitivamente el proceso con fuerza de cosa juzgada (§ 78b
A pesar de esta regulación formal, se sigue manteniendo, en el § 78c III),
I, que no son suficientes los actos de investigación para los que no
existe ninguna razón material y que sólo sirven para interrumpir la 7. De entre los Ordenamientos extranjeros22 el que mayor significación
prescripción (BGH 9, 198 [203] ; 15, 234 [238] ; quizá también en ha tenido en la evolución alemana ha sido el Code penal francés que, a dife-
rencia de lo que sucedía en los Ordenamientos anteriores, introdujo la pres-
este sentido, BGH 25, 6 [8]). 19 Cuando se trata de comunicación oral cripción para todos los delitos, influyendo con este pensamiento reformista
la interrupción comienza desde el momento en que se pronuncie (§ 35 I liberal tanto en los Ordenamientos de los Estados particulares alemanes
StPO), cuando se trata de providencias escritas en el momento de en el siglo xix, como en el RStGB de 1871. Mientras que en Derecho fran-
su firma y no en el de su entrega (•§ 78c II). cés se destaca fuertemente la concepción procesalista de la prescripción
6. La suspensión de la prescripción está prescrita en el § 78b (art. 7-9 Code de procédure pénale); ^ se considera esta institución como
para aquellos casos en los que, de acuerdo con la ley, está excluido causa de anulación de la pena en España (art. 112 núm. 6 C. P.),24 en Aus-
todo acto de persecución y, con ello, cualquier posibilidad de interrup- tria (§§ 57-60 StGB)2* y en Suiza (art. 70 y ss. StGB).26 La misma con-
ción judicial (RG 52, 36). Esto rige, por un lado, cuando por ordenar- cepción predomina en Italia (art. 157 y ss. C. P.); aunque en este país se
lo así expresamente un precepto legal la persecución penal no puede declaran imprescriptibles los delitos que tienen asignada la pena de muerte
o de reclusión perpetua, porque el recuerdo de estos delitos no desaparece
comenzar o continuar. La segunda causa de suspensión es la depen- de la memoria de los hombres.27 El Derecho holandés (art. 70 y ss. W.v.S.)
dencia del proceso penal de la decisión de una cuestión prejudicial sigue el modelo francés al considerar la prescripción como una institución
que debe resolverse en otro proceso. La prescripción se suspende, ade- procesal.28 La Common Law desconoce, como el derecho alemán medieval,
más, por aplicación análoga de lo que dispone el § 203 BGB cuando la prescripción, y son relativamente frecuentes, por tanto, condenas por
se paraliza la Administración de Justicia. La suspensión de la pres- asesinatos cometidos hace 20 años y más. En Inglaterra y en USA sólo
cripción significa que se paralizan el comienzo y el transcurso de los existe la prescripción en algunos preceptos concretos en el Statute Law.
plazos de prescripción; pero, a diferencia de lo que sucede con la in- En el StGB de la República Democrática Alemana se regula la prescripción
terrupción de la prescripción, en la suspensión sigue teniendo efecto de un modo parecido a la República Federal Alemana (§§ 82-84).29 Los de-
la parte ya transcurrida del plazo. litos contra la paz y la humanidad y los delitos de guerra no prescriben.

Ejemplos: De acuerdo con el art. 46 II GG se suspende la prescripción


en los casos de inmunidad de los diputados en el Parlamento Federal (cfr. II. Prescripción de la pena (§§ 79-79b)
supra, § 19 II 2 al final), pero sólo a partir del momento en el que la auto- 1. La prescripción de la pena tiene como efecto que, tras el trans-
ridad encargada de perseguir el delito tiene conocimiento del delito y de
su autor, o se ha presentado una denuncia o querella penal (§ 78b II). La curso de determinados plazos, no puedan ejecutarse las penas o medi-
prescripción se suspende, además, de acuerdo con lo que dispone el art. 100 das (§ 11 I núm. 8) impuestas por sentencia firme. Esta institución
GG, el tiempo que dure la presentación de las actas ante el BVerfG en el sólo se puede justificar con la fundamentación juridicomaterial80 de
proceso sobre el control constitucional de las normas (OLG Schleswig NJW que pierde su sentido la ejecución, cuando hace ya tiempo que se han
1962, 1.580).20 Lo mismo rige para los delitos cometidos por miembros de olvidado el delito y la sentencia que lo condenó y el reo ha cambiado
las tropas extranjeras estacionadas en territorio alemán, hasta que sea
entregada la causa a la justicia alemana (cfr. supra, § 18 I 3) (OLG Celle
NJW 1965, 1.673; LG Krefeld NJW 1965, 310) .21 22 Cfr. detalladamente, Brauel, Materialien, t. II 1, págs. 429 y ss.
23 Cfr. Merle/Vitu, Traite, t. II, págs. 50 y ss., con observaciones críticas.
24 Cfr. Antón Oneca, Derecho Penal, pág. 575; Rodríguez Devesa, Derecho
También se paraliza el transcurso del plazo de prescripción desde Penal, pág. 582 (Cfr. nota de Derecho español infra).
25 Cfr. Rittler, t. I, pág. 373; Nowakowski, Grundriss, pág. 106; Foregger/
que se pronuncia una sentencia en primera instancia hasta que ter- Serini, StGB, § 57 Anm. I.
26 Cfr. Hafter, Allg. Teil, pág. 430; Schwander, Das schweiz. StGB, pági-
na 216; Schultz, Einführung I, pág. 207.
18 Cfr. detalladamente Maurach, Allg. Teil, págs. 954 y ss.; Lackner, § 78c 27 Cfr. Bettiol, Diritto pénale, pág. 784; Molari, La Prescrizione, págs. 24
Anm. 2. y siguientes.
19 Así Lackner, § 78c Anm. 3 ; SK (Rudolphi), § 78c Anm. 7. De otra opi- 28 Cfr. van Bemmelen, Ons strafrecht, pág. 196; D. Hazewinkel-Suringa,
nión sobre el nuevo Derecho vigente, BayObLG 1976, 28 (30) y § 33 I OWiG; Inleiding, págs. 523 y ss.
Dreher, § 78c Anm. 7; Gbhler, § 33 OWiG Anm. 2. 29 En Lekschas/Renneberg, Lehrbuch, pág. 522 se destaca que con el trans-
20 Igualmente, Lackner, § 78b Anm. Ib bb; Hans, MDR 1963, 9 y ss.; curso del tiempo la pena pierde su "sentido politicosocial".
LK (Mosl), § 69 Anm. 3; Schonke/Schroder/Stree, § 78b Anm. 4. 30 Partidarios de la teoría juridicopenal son Maurach, Allg. Teil, pág. 956;
21 Igualmente, LK (Mosl), § 69 Anm. 6. En contra, LG Duisburg NJW LK (Mosl), § 70 Anm. 1; Schonke/Schroder/Stree, § 79 Anm. 1. En el sentido
1965, 643; Schwenk, NJW 1965, 2.243; Maier, NJW 1974, 1.936. del texto, Lackner, § 79 Anm. 1; SK (Rudolphi), § 79 Anm. 1.
1244 § 86. Prescripción del delito y de la pena Adiciones de Derecho español al § 86 1245
con el transcurso del tiempo. Naturalmente carece aquí de importan- no respecto a la acción procesal"? Por ello creo que, en aras de la seguridad
cia la idea de la dificultad probatoria, por lo que no puede alegarse jurídica que determina el principio de legalidad en el Derecho Penal ma-
como fundamento de la prescripción una teoría procesal. No obstan- terial, los plazos de prescripción del delito no pueden ser modificados re-
te, la prescripción de la pena se trata como un obstáculo procesal ya troactivamente en perjuicio del reo, por más que, como sucede en Alema-
que el delito ha sido condenado ya ejecutoriamente y sólo afecta a nia con los crímenes nazis, ello comporte a veces una solución injusta desde
la ejecución de la pena o de la medida impuesta. el punto de vista de la justicia material. La prohibición de retroactividad
2. La duración del plazo de prescripción depende de la gravedad de las leyes penales desfavorables no es sólo un postulado jurídico-penal
de la pena impuesta (§ 79 III). No prescriben la ejecución de la pena material, tal como se desprende del art. 21* del Código Penal, sino un prin-
cipio constitucional general que, como se dice en el art. 9, 3." de la Constitu-
del genocidio (§ 220a) y de las penas de reclusión perpetua (§ 79 II).
ción, alcanza a todas "las disposiciones sancionadoras no favorables o res-
Tampoco prescribe la ejecución de la custodia de seguridad (§ 79 IV trictivas de derechos individuales".4
1). En el § 79 IV 2 se determina el plazo para la prescripción de las
restantes medidas. La prescripción comienza a partir del momento en
que adquiere firmeza la decisión en la que se impuso la pena o medida
(§79 VI).
3. La prescripción se suspende especialmente en los casos de
aplazamiento o interrupción de la ejecución, en los de suspensión con-
dicional y en los de concesión de facilidades de pago (§ 79a). El tri-
bunal puede prolongar el plazo de prescripción, antes de que haya
transcurrido, hasta la mitad de su duración legal, cuando el conde-
nado vive en un país en el que no puede conseguirse su extradición
o su traslado (sobre la competencia, cfr. §§ 462 I 2, 462a StPO).

* * *

En el Código Penal vigente se recoge la prescripción del delito y de la


pena entre las causas que extinguen la responsabilidad (art. 112, 6." y 7."),
dedicándose los arts. 113 a 116 al desarrollo de dicha institución. Práctica-
mente en idénticos términos regula la prescripción del delito y la pena el
Proyecto de Código Penal (arts. 103, 5." y 6.°, 104- a 107). El Proyecto, sin
embargo, resuelve expresamente el comienzo de la prescripción del delito
que el art. 11U del Código Penal vigente fija en "el día que se cometió el
delito" y el art. 105 del Proyecto diferencia según que el delito haya sido
consumado (la prescripción comienza a correr "desde el día en que se hu-
biere consumado"), fuere intentado ("desde el momento en que cesó la ac-
tividad delictiva"), continuado ("desde el día en que se realizó la última
infracción") o permanente (desde el día en que "se eliminó la situación ilí-
cita"), recogiendo así los criterios doctrinal y jurisprudencial dominantes.1
La inclusión de la prescripción en el Código Penal y la misma rúbrica
utilizada por el legislador para denominar las diversas instituciones que se
recogen junto con la prescripción ("De las causas que extinguen la respon-
sabilidad") demuestran claramente que la prescripción es en nuestro Or-
denamiento Jurídico una institución de derecho material o sustantivo que,
como indica Del Toro,2 "ha de valorarse en torno a la noción del delito y
1 3 La Ley de Enjuiciamiento criminal se refiere a la prescripción en su ar-
Cfr. Del Toro Marzal, en Córdoba Roda, Rodríguez Mourullo, Del Toro tículo 666 como artículo de previo pronunciamiento, pero ello no impide que
Marzal, Casaba Ruiz, Comentarios al Código Penal, Barcelona 1972, tomo II, pueda ser alegada en cualquier otro momento procesal y que incluso deba ser
páginas
2
685 y ss. apreciada de oficio por el Tribunal.
Ob. u. cit., p. 677. En el mismo sentido Morillas Cueva, Acerca de la pres- 4 Cfr. Cobo del Rosal/Vives Antón, Derecho Penal, Parte General, I, Va-
cripción de los delitos y las penas, Granada, 1980, págs. 39 y ss. lencia 1980, pág. 187. En el mismo sentido Morillas Cueva, ob. cit., pág. 58.
CAPÍTULO VI

LA REHABILITACIÓN DEL CONDENADO

La pena no sólo tiene como misión retribuir la culpabilidad por


un hecho ya cometido, sino también prevenir futuros delitos (cfr. su-
pra, §§ 1 II, 8 V 2). Para alcanzar esta meta debe ponerse especial
atención en la rehabilitación del condenado tras la ejecución de la
pena. "Rehabilitación significa restablecer jurídicamente el prestigio
social de un condenado dentro de la comunidad".1 Fundamental para
la rehabilitación es la regulación de las inscripciones en el Registro
federal central, la información que puede obtenerse del Registro y la
cancelación de las inscripciones, ya que en estos casos hay que decidir
el tiempo que debe permanecer anotada la condena, a quién se comu-
nica, y cuándo y frente a quién puede el condenado callar sus antece-
dentes penales (cfr. infra, § 87). También tiene importancia para la
rehabilitación el indulto, ya que a través del perdón total o parcial
de las penas y medidas y de la suspensión de la pena puede ayudarse
a la reinserción del condenado en la sociedad (cfr. infra, § 88) .2

§ 87 Inscripciones en el Registro federal central y cancelación de


las inscripciones
Creifelds, Straftilgung und Verwertungsverbot, GA 1974, 179; Delaquis, Die
Rehabilitation Verurteilter, 1906; el mismo, Die Rehabilitation im Strafrecht,
1907; el mismo, Begriff und Wert der Rehabilitation, ZStW 27 (1907), pág. 376;
Dreher, Zur Sperrwirkung des § 49 BZRG, etc., JZ 1972, 618; Drews, Das deut-
sche Gnadenrecht, 1971; Dünnebier, Moglichkeiten der Rehabilitation durch straf-
registerliche Mafínahmen, JZ 1958, 713; Eckleben, Das Strafregisterwesen im
Ausland, Materialien, t. X, 1959; Gótz, Das Bundeszentralregister, 2.a ed., 1977;

1 Así Peters, Verhandlungen des 42. DJT, t. II/G, pág. 3. Sobre las difi-
cultades para la reinserción de los condenados a penas privativas de libertad
(prejuicios sociales, dificultades de contacto, pérdida de la propia estimación, de-
caimiento, angustia vital, dificultades con la familia, puesto de trabajo y aloja-
miento) Neulandt, Zeitschrift für Strafvollzug 1966, 218 y ss. Fundamentales son
los trabajos de Delaquis, Rehabilitation im Strafrecht, 1907, con rico material
histórico y ZStW 27 (1907), págs. 376 y ss. Sobre el Derecho comparado cfr.
Schottelius, Materialien, t. II 1, págs. 149 y ss.
2 En este sentido, Delaquis, Rehabilitation Verurteilter, pág. 6 1 ; el mismo,
ZStW 27 (1907), pág. 378; además, Drews, Das deutsche Gnadenrecht, pág. 3,
así como la teoría de la restitución dominante en el Derecho de gracia; cfr.
Lowe/Rosenberg (Schafer), § 12 GVG Vorbem. IV 4b bb.
1248 § 87. Inscripciones en el Registro federal central III. Información registral 1249
el mismo, Aktuelle Fragen des BZRG, GA 1973, 193; el mismo, Das Verwertungs- al Ministro Federal de Justicia, como instancia superior en caso de
verbot des BZRG, JZ 1973, 496; Haffke, Hat das BZRG eine Konzeption? GA recurso. La ley pretende, por un lado, mejorar los presupuestos p a r a
1975, 65; Hartung, Die materiellen Wirkungen der Tilgung von Strafvermerken,
JR 1952, 42; Kohlhaas, Die Rehabilitierung Straffálliger, DRiZ 1957, 177; Neu- la resocialización de las personas condenadas, y, por otro lado, aumen-
landt, Strafmakel und Resozialisierung, Zeitschrift für Strafvollzug 1966, 218; t a r la eficacia del registro con la aplicación de modernos medios de
Peters, Rehabilitierung Straffálliger, Verhandlungen des 43. DJT, t. II/G, 1958, organización, especialmente con la elaboración electrónica de datos,
página 3; Schottelius, Rehabilitation und Resozialisierung, Materialien, t. II, 1, que también cumplen finalidades estadísticas y de investigación cri-
página 149; Willms, Anmerkung zu BVerfGE 36, 174, JZ 1974, 221. minológica (BT-Drucksache VI/477, págs. 1 y ss.). 5 E n el Registro
federal central existe también un Registro educativo, destinado a re-
E n el marco del Derecho registral penal hay que buscar un equi-
cibir las inscripciones de las decisiones judiciales en materia de De-
librio entre el interés del Estado y la Sociedad en tener siempre a
recho Penal de menores (§•§ 55 y ss. BZRG).
mano un buen medio de información sobre todas las condenas a penas
y a medidas, y el interés del delincuente en su rehabilitación, interés Junto al Registro federal central de Berlín existe un Registro central de
este último que en atención a la finalidad de prevenir delitos es, tam- tráfico en Flensburg (§§ 28 y ss. StVG), en el que se inscriben las condenas
bién al mismo tiempo, interés del Estado y la Sociedad. y medidas por delitos contra la seguridad en el tráfico, las condenas por in-
fracciones administrativas en el tráfico viario (multas de más de 40 marcos o
I. Evolución y reforma del Derecho registral penal prohibición de conducir por el § 25 StVG) y las condenas relativas a esta
materia impuestas por funcionarios administrativos.
1. El Registro penal fue introducido en Alemania en 1882 con la finali-
dad de anotar las sentencias condenatorias por hechos punibles y de dar
conocimiento de ellas a los órganos encargados de la Administración de Jus- II. Inscripciones en el Registro
ticia Penal y a otros funcionarios (cfr. 1.a ed., págs. 582 y ss.). 3 A través
del certificado de conducta policial sobre cualquier persona, en el que se re- 1. E n el Registro central se inscriben, por un lado, todas las de-
cogían todas las condenas no sujetas a información restringida, podían cisiones de los Tribunales penales en las que se impone una pena, se
también los particulares obtener indirectamente información del registro, ordena una medida, se pronuncia una amonestación con reserva de
exigiendo, por ejemplo, del solicitante de un puesto de trabajo la presen- pena o se suspende la sentencia en los casos de pena a menores, según
tación de un certificado de conducta reciente. El Derecho registral penal y el § 27 JGG (§ 4 BZRG). También se inscriben la suspensión a prueba
el sistema de cancelación estaban necesitados de reforma4 tanto desde el de la ejecución de una pena o medida, la sujeción a vigilancia durante
punto de vista de la rehabilitación del condenado como también en atención el tiempo de prueba y la terminación de la prohibición de obtener el
a su anticuada organización (fichas de las fiscalías). La resocialización se permiso de conducir por un cierto tiempo en los casos de privación de
dificultaba, por un lado, por los largos plazos exigidos para las cancelaciones
dicho permiso (§§ 8, 9 BZRG). A esto hay que añadir ulteriores deci-
regístrales, de las que, además, estaban excluidas normalmente las condenas
a reclusión y a custodia de seguridad; por otro lado, por la amplia exten- siones pronunciadas según el Derecho Penal general (§ 14 BZRG) y
sión del círculo de funcionarios que estaban autorizados para obtener in- según el Derecho Penal de menores (§ 15 BZRG).
formación del registro sin ningún tipo de limitaciones incluso en los casos
de información restringida; y, finalmente, por la regulación de las listas y 2. En el Registro federal central se inscriben además otras numerosas
certificados de conducta policiales. decisiones de naturaleza juridicopenal y policial administrativa. Entre ellas
se cuentan interdicciones civiles, decisiones de funcionarios administrativos
2. La ley sobre el registro central y educativo (BZRG) de 18-3- sobre expulsión de extranjeros, sobre no concesión o privación de autoriza-
ciones por comportamiento incorrecto, etc., sobre no concesión o privación
1971 (BGB1. I, pág. 243) en su redacción de 22-7-1976 (BGB1. I, pá-
de pasaporte y sobre prohibiciones en materia de tenencia de armas, así
gina 2.005) prevé la creación de un Registro federal central en Berlín como decisiones en casos de inimputabilidad (§§ 10-12 BZRG).
y t r a s p a s a todas las competencias en esta m a t e r i a al Fiscal Federal
¡
General ante el Tribunal Federal, como funcionario del registro, y
III. Información registral
3 Sobre historia del Registro penal, Gotz, Bundeszentralregister, Einleitung La información registral se obtiene con el libramiento de un
Anm. 1 y ss.
4 Sobre las aspiraciones de reforma en el Derecho alemán, Hartung, Mez- certificado de conducta o por una información ilimitada.
ger-Festschrift, págs. 503 y ss.; Kohlhaas, DRiZ 1957, 179 y ss.; Dünnebier, JZ 1. Un certificado de conducta, en relación con la propia persona,
1958, 715 y ss.; Peters, Verhandlungen des 42. DJT, t. II/G, págs. 15 y ss.;
Gotz, Bundeszentralregister, Einleitung Anm. 22 y ss. Sobre el Derecho Compa-
rado, Eckleben, Materialien, t. X, 1959. 5 Críticamente sobre la concepción básica de esta ley, Haffke, GA 1975, 69.
1250 § 87. Inscripciones en el Registro federal central IV. Cancelación de las inscripciones 1251
6
puede ser librado por el funcionario del registro a instancia del in- ello no sea contrario al interés público (§ 37 BZRG) . De este modo
teresado a toda persona mayor de 14 años (§ 28 I BZRG). Si el cer- se favorece la resocialización en algunos casos especiales con medidas
tificado de conducta se solicita para presentarlo a una autoridad, el flexibles incluso en contra de la regulación legal normal.
funcionario del registro lo remitirá directamente a dicha autoridad 2. La información ilimitada del Registro central significa que
(§ 28 V BZRG). Las autoridades pueden además, bajo determinadas también se da conocimiento de inscripciones que no son recogidas en
condiciones, obtener directamente un certificado de conducta sobre el certificado de conducta (§ 39 BZRG). Este tipo de información
determinada persona (•§ 29 BZRG). En el certificado de conducta se sólo puede ser obtenida, sin embargo, por determinadas autoridades
recogen, en principio, todas las inscripciones que afecten a las perso- que así lo soliciten expresamente con indicación del fin para el que
nas citadas (§ 30 I BZRG). Sin embargo, para facilitar la rehabili- se precisa la información y sólo se concederá en relación con este fin.
tación del condenado determinadas inscripciones no se recogen en el Entre estas autoridades se escuentran los Tribunales y Fiscalías, las
certificado de conducta. Este precepto constituye la primera etapa autoridades federales y regionales del más alto rango y la policía
de la rehabilitación. Aquí hay que distinguir entre inscripciones que, criminal. La información ilimitada sirve a los intereses en la perse-
desde el primer momento, no se recogen en el certificado de conducta cución de los delitos y a otras importantes necesidades del Estado, sin
y aquellas que no se recogen una vez que haya pasado un cierto tiem- perjudicar la resocialización del condenado.
po. Finalmente, el Fiscal Federal general puede ordenar que deter-
minadas condenas excepcionalmente no sean recogidas en el certi- IV. Cancelación de las inscripciones
ficado de conducta.
a) No se recogen desde el primer momento (§ 30 II BZRG), por 1. La segunda etapa de la rehabilitación es la cancelación de
ejemplo, la amonestación con reserva de pena, condenas a penas pe- una condena en el registro. Por cancelación se entiende la anulación
cuniarias que no excedan de 90 días-multa o a penas privativas de de la incripción en el Registro (§ 43 II BZRG). Debe distinguirse
libertad no superiores a tres meses, siempre que en el registro no esté entre la cancelación tras el transcurso de un período de tiempo y la
inscrita otra pena. De este modo los delincuentes primarios en casos cancelación por orden del Fiscal Federal General.
no graves pueden obtener inmediatamente un certificado de conducta a) Todas las inscripciones de condenas serán canceladas tras el
libre de inscripciones. transcurso de determinados plazos (contados a partir del pronuncia-
b) Otras condenas dejan de ser recogidas en el certificado de con- miento de la primera condena), excepto en los casos de condenas a
ducta sólo cuando han transcurrido determinados plazos (contados a prisión perpetua y de internamiento en una custodia de seguridad o
partir de la primera sentencia (§§ 31 y ss. BZRG). El plazo es, por en un hospital psiquiátrico (§ 43 III BZRG). La ley distingue tres pla-
ejemplo, de 3 años en las condenas a penas pecuniarias y privativas zos según la gravedad de la condena y la presencia de otras anotacio-
de libertad o arresto penal hasta tres meses, cuando no se dan los nes: 5, 10 y 15 años (§ 44 BZRG). Es interés de la resocialización del
presupuestos del § 30 II BZRG, y en las penas privativas de libertad condenado se han acortado sensiblemente los plazos del Derecho an-
hasta un año, cuando la ejecución de estas penas o del arresto penal teriormente vigente, aunque en la cancelación sigue predominando
ha sido suspendida a prueba, no ha sido revocada esta decisión y no el interés en la fidelidad del registro. 7 Debe tenerse, además, en cuen-
está inscrita en el registro otra pena privativa de libertad. En los res- ta que la cancelación de una inscripción es sólo admisible cuando el
tantes casos, excepto en las condenas a prisión perpetua y a custodia plazo de cancelación sirve para todas las condenas inscritas (§ 45
de seguridad, el plazo es de 5 años (a los que hay que añadir la du- II BZRG).
ración de la pena respectiva impuesta) (§ 32 II BZRG). No obstante, b) El Fiscal Federal General puede también ordenar a instancia
hay que tener en cuenta que cuando existan varias condenas deben de parte o de oficio que se cancelen inscripciones, aunque aún no
recogerse todas las inscripciones, en tanto exista alguna anotación haya transcurrido el plazo para ello, siempre que haya terminado la
susceptible de inscripción (§ 36 I BZRG). Con esta regulación se acor- ejecución y no sea contrario al interés público (§ 47 BZRG). Tam-
ta sensiblemente el plazo previsto en el anterior Derecho para la ob- bién en este caso se pone especial atención en que la decisión se adap-
tención de un certificado de conducta libre de inscripciones, facilitán- te a las exigencias específicas del caso concreto.
dose así de un modo relevante al condenado con voluntad de resocia-
lización su reinserción social. 6 No se trata aquí de un acto de gracia, sino de un acto administrativo que
puede ser impugnado de acuerdo con los §§ 23 y ss. EGGVG; cfr. Gótz, Bundes-
c) El Fiscal Federal General puede, finalmente, ordenar a ins- zentralregister, § 37 Anm. 5; § 47 Anm. 5; Lowe/Rosenberg (Schafer), 8 12
tancia de parte o de oficio que no se recojan en el certificado de con- GVG Vorbem. IV 7.
ducta condenas que normalmente deberían ser recogidas, siempre que 7 Cfr. Gótz, Bundeszentralregister, § 44 Anm. 3.
1252 § 87. Inscripciones en el Registro federal central Adiciones de Derecho español al § 87 1253
8
2. Los efectos jurídicos de la cancelación son considerables. Si tración estatal y local y contratar con la misma, hasta obtener una licencia
la inscripción de una condena ha sido cancelada o se ha cumplido el de armas.2
plazo de cancelación, el delito y la condena — excepto en algunos ca- El art. 118 del Código Penal exige para la cancelación que ésta sea so-
sos estrictamente limitados (§ 50 BZRG) — "no pueden utilizarse en licitada por los condenados que hayan cumplido su pena o alcanzado la re-
misión de la misma, que hayan transcurrido determinados plazos desde el
el tráfico jurídico ni en contra, ni en perjuicio del afectado" (•§ 49 I momento en que quedó extinguida la condena o que hubiera quedado ex-
BZRG).9 (Sobre los efectos de este precepto en la determinación de tinguida si el condenado obtuvo la remisión condicional, sin haber delin-
la pena, cfr. supra, § 83 III 2.) El condenado tiene, además, derecho quido y que hayan sido satisfechas, en lo posible, las responsabilidades ci-
a negar su anterior condena frente a cualquiera, también frente a viles provenientes de la infracción. La cancelación depende del Ministerio
los Tribunales y en caso de declaración jurada, y a no revelar el de Justicia, pero es preceptivo el informe del Juez o Tribunal sentenciador.
hecho que sirvió de base a la condena (§ 51 I núm. 2 BZRG). Con ello Su efecto es el de anular la inscripción sin que pueda certificarse de ella,
se anula prácticamente para siempre la marca penal.10 excepto cuando lo soliciten los Jueces y Tribunales en causa criminal para
apreciar la reincidencia o reiteración. La cancelación queda sin efecto, si
el rehabilitado cometiere con posterioridad otro delito.3
Y. Límites al deber del condenado de revelar su condena Para la constancia de los antecedentes existe en el Ministerio de Jus-
ticia un Registro Central de penados y rebeldes creado por Real Decreto 2
El condenado no sólo puede callar su anterior condena, cuando la octubre 1872 y que se rige por la R. O. de 5 diciembre 1892 y varias dis-
pena ha sido cancelada, sino también a veces antes en casos de poca posiciones y leyes complementarias posteriores. Dicho Registro está divi-
gravedad en los que la condena no se recoge en el certificado de con- dido en dos secciones generales, una dedicada a hombres y otra a mujeres.
ducta (•§ 511 núm. 1 BZRG) (cfr. infra, § 87 III 1). Con este precepto En él se inscriben, además de las condenas por delito y falta pronunciadas
se procura que la eficacia rehabilitadora de la no mención de algunas por los Tribunales de la Jurisdicción ordinaria y por los Tribunales mili-
condenas en el certificado de conducta no se vea afectada por el tares, las condenas a medidas de seguridad pronunciadas por los Jueces de
mismo condenado, que está obligado, en algunas solicitudes (por Peligrosidad. Teóricamente también deben inscribirse las condenas pronun-
ciadas por los Tribunales extranjeros, pero en la práctica no se hace. El
ejemplo, por el § 263 StGB), a manifestar sus anteriores condenas.
Registro se rige por el principio de la publicidad, aunque en algunos delitos
El condenado no puede, sin embargo, invocar el derecho a no revelar (como los de imprudencia en el tráfico automovilístico) y faltas existe una
condenas anteriores inscritas en el Registro, aunque no se recojan información restringida.4
en el certificado de conducta, frente a los Tribunales y funcionarios A la vista de la regulación legal de esta materia, no se puede decir que
que tienen derecho a obtener información ilimitada (cfr. supra, § 87 el sistema español ayude mucho a la auténtica rehabilitación del condenado.
III 2), siempre que haya sido advertido de ello (•§ 51 II BZRG). La cancelación de antecedentes penales se presenta como un obstáculo más
que tiene que salvar el condenado para su definitiva reincorporación a la
* * * sociedad y también como un excelente medio de control y marginación so-
cial en manos del Estado que prolonga de este modo, a mi juicio, injusta-
La "rehabilitación", término al que pomposamente se alude en la rú- mente, los efectos negativos, estigmatizantes y discriminatorios de la con-
brica del capítulo II del título V del Libro I del Código Penal vigente, no dena penal. Es necesaria, por tanto, una profunda reforma de toda esta
tiene otro alcance que la cancelación de los antecedentes penales que ori- materia que tenga también en cuenta la existencia de otros medios de con-
ginan las condenas por delito o falta.1 La existencia de tales antecedentes trol parapenales (como los antecedentes policiales) a veces más eficaces y
supone, en efecto, un gravamen para el condenado, a veces mayor que la gravosos que los propiamente penales. El derecho a la intimidad debe ser
pena misma, que le dificulta su plena reincorporación a la sociedad, dada la
frecuencia con que ésta exige el certificado de penales para las tareas más 2
Cfr. Muñoz Conde, El cómputo del tiempo para la cancelación de los an-
diversas, desde ingresar en los cuerpos civiles y militares de la Adminis- tecedentes penales de los condenados condicionalmente, en "Boletín de Infor-
mación de Ministerio de Justicia", núm. 807 (1969). Cfr. también Bueno Arfas,
Los antecedentes penales, en "Boletín", cit., núm. 929; el mismo, Interpretación
8 Sobre la evolución histórica de los efectos jurídicos de la cancelación, cfr. del art. 118, 1.° del Código Penal, en "Boletín", cit., núm. 1.055; el mismo, Los
Hartung, J R 1952, 42 y ss. términos reincidencia y rehabilitación revocada a efectos de cancelación de an-
9 Críticamente, sobre este precepto, Dreher, JZ 1972, 618 y ss.; Creifelds, tecedentes penales, en "Boletín", cit., núm. 1.079; el mismo, Una nota sobre la
GA 1974, 132 y ss.; Haffke, GA 1975, 76 y ss. En su defensa, Gótz, JZ 1973, rehabilitación en el Código Penal español, en "Boletín", cit., núm. 1.111.
496 y ss.; el mismo, GA 1973, 196. Por su compatibilidad con la Ley Fundamental, 3
Para el análisis de cada uno de estos requisitos cfr. Del Toro Marzal,
BVerfGE 36, 174, con nota crítica de Willms, JZ 1974, 224. en Córdoba Roda, Rodríguez Mourulho, Casaba Ruiz, Del Toro, Comentarios al
10 Como testigo, el condenado queda protegido por el § 68a II StPO de las Código Penal, Barcelona 1972, tomo II, págs. 711 y ss.
4
preguntas innecesarias sobre condenas anteriores, ya antes de la cancelación.
1
Cfr. Rodríguez Devesa, Derecho Penal español, Parte General, 7.a ed.,
Cfr. Camargo Hernández, La rehabilitación, Barcelona 1960. Madrid 1979, pág. 708.
1254 § 88. Indulto I. Fundamentos del indulto 1255

protegido frente a cualquier abuso o intromisión por parte del Estado. La las consecuencias de la condena, deja libre el camino p a r a el restable-
reforma es tanto más urgente, cuanto la Ley General Penitenciaria, que cimiento del prestigio social del condenado en la comunidad.
tiene carácter de Ley Orgánica, dispone en su art. 78, 2." que "los antece- 2. Las m e t a s del acto de gracia pueden ser diferentes. Por un
dentes no podrán ser en ningún caso motivo de discriminación social o ju- lado, el Estado puede buscar compensar con un acto de equidad el ex-
rídica", declaración evidentemente incompatible con la actual regulación. cesivo rigor jurídico ("fiat iustitia, pereat mundus"), especialmente
El Proyecto de Código Penal (art. 108) prevé entre otras novedades y cuando se ha producido un posterior cambio de las circunstancias
mejoras que la cancelación también pueda ser declarada de oficio por el generales o personales. 2 Además puede intentar corregir con el in-
Ministerio de Justicia una vez que hayan transcurrido dos años tras haber
dulto defectos legislativos, 3 sentencias judiciales que quedaron obso-
expirado los plazos señalados (no se dice si en este caso es preceptivo el
informe del Juez o Tribunal sentenciador) y que las inscripciones no serán letas por una ulterior modificación de la ley 4 o errores judiciales. El
públicas. La cancelación de antecedentes determina además, según el ar- derecho de gracia sirve también p a r a mantener la pena de prisión
tículo 28, 11.° del Proyecto, que no pueda apreciarse la agravante de rein- perpetua dentro de unos límites razonables, compatibles con el prin-
cidencia. cipio de humanidad (cfr. supra, § 72 I 3). El indulto puede emplearse,
por último, p a r a conseguir alguna finalidad politicocriminal. 6 Éste
§ 88 Indulto es el punto en el que debe apoyarse el derecho de gracia p a r a prepa-
r a r la rehabilitación del condenado. No obstante, las posibilidades ju-
Bachof, Die Klage auf Vornahme einer Amsthandlung, 1951; Drews, Das rídicas de a d a p t a r las consecuencias jurídicas del delito a las exigen-
deutsche Gnadenrecht, 1971; Egner, Strafaussetzung zur Bewahrung und Gna- cias de la resocialización del condenado, se han ampliado tanto en los
denrecht, NJW 1953, 1.859; Fórster, Zur Neuordnung des Gnadenwesens, JR
1950, 609; Geerds, Gnade, Recht und Kriminalpolitik, 1960; Gerland, Bemerkun- últimos años, que prácticamente al indulto sólo se le atribuye una
gen zum Begnadigungsrecht, Festgabe für R. v. Frank, t. II, 1930, pág. 215; función correctora. 6
Grau/Schafer, Das deutsche Gnadenrecht, Parte I, 1939; Grewe, Gnade und
Recht, 1936; Junker, Über Gnadenwesen, etc. ZStW 63 (1951), pág. 428; Kern, 3. Corresponde ejercer el derecho de gracia al supremo representante
Die Verdrángung des Rechts durch die Gnade, ZStW 43 (1922), pág. 588; Kern/ del poder estatal, ya que originariamente se consideró este derecho como
Wolf, Gerichtsverfassungsrecht, 5/ ed. 1975; Kern/Roxin, Strafverfahrensrecht, elemento integrante de un poder total superior a los tres poderes parciales. 7
14.a ed. 1976; Klecatsky, Die staatsrechtlichen Wurzeln des Gnadenrechts, JB1 Actualmente se considera que el derecho de gracia, como su equivalente el
1967, 445; Maurer, Anmerkung zu OLG Hamburg vom 5-3-1969, JZ 1969, 739; poder punitivo, es un atributo de la soberanía de la Justicia y se le entiende
Mittelbach, Die Frage einer Neuregelung des Gnadenrechts, NJW 1951, 96; en sentido amplio como parte de un poder punitivo total que abarca tanto
Monz, Die Anfechtbarkeit von Gnadenentscheidungen, NJW 1966, 137; Nüse,
Zur Frage der Reform des Gnadenrechts, MDR 1951, 71; Peters, Strafprozep, el derecho como la gracia. El poder de ejercer el derecho de gracia se divide
2.a ed. 1966; v. Preuschen, Für ein rationales Gnadenrecht, NJW 1970, 458; Rü- entre el Estado federal y los distintos Estados federados. Respecto a los de-
ping, Die Gnade im Rechtsstaat, Festschrift für F. Schaffstein, 1975, pág. 31; litos que han sido juzgados en primera instancia por audiencias territoria-
Schatzler, Handbuch des Gnadenrechts, 1976; el mismo, Gnade vor Recht, NJW les (Oberlandsgerichte) con jurisdicción federal (cfr. §§ 120 I, II, 142a
1975, 1.249; Eb. Schmidt, Begnadigung und Amnestie, Handbuch des deutschen GVG), corresponde al Presidente federal el ejercicio del derecho de gracia,
Staatsrechts, t. II, 1932, pág. 563; Trautmann, Geltung der Rechtsweggarantie aunque puede delegarlo en otras autoridades (art. 60 II, III GG, Orden de
des Art. 19 IV GG bei Gnadenentscheidungen, MDR 1971, 173. la Presidencia federal de 5-10-1965 en la redacción de la ley de 3-11-1970,
BGB1. I, pág. 1.513); en los demás casos, corresponde el ejercicio del derecho
I. Fundamentos del indulto de gracia a los Estados federados (§ 452 StPO). Según el art. 52 I de la

1. E n el ámbito de la Administración de Justicia, el indulto es


una intervención del ejecutivo, por la que en un caso concreto se 2 Cfr. sobre esto, Peters, Strafprozess, pág. 610. Sólo en esto pretende
Rüping, Schaftstein-Festschrift, pág. 42, basar el derecho de gracia.
perdonan, se atenúan o se suspenden condicionalmente a prueba las 3 Por ejemplo, por la imposición como pena única de la pena de muerte
consecuencias jurídicas de una condena penal ejecutoria. 1 Los pro- hasta la ley de 4-9-1941.
4 Por ejemplo, la condena de delincuentes jóvenes a una pena de prisión
cesos penales aún pendientes de resolución no pueden ser sobreseídos perpetua conminada como única antes del § 106 I JGG.
por un acto de gracia (prohibición de la abolición). La amnistía, por 5 Cfr., con detalles, Geerds, Gnade, Recht und Kriminalpolitik, págs. 35
el contrario, significa la concesión de la impunidad a t r a v é s de una y ss., 41; Junker, ZStW 63 (1951), pág. 433. Contra esta evolución, Kern, ZStW
43 (1922), pág. 594; restrictivamente, Kern/Roxin, Strafverfahrensrecht, pá-
ley que se promulga p a r a una pluralidad de casos con unas caracte- gina 304.
rísticas comunes. El indulto tiene enorme importancia, sobre todo 6 Cfr. Schatzler, Handbuch, págs. 29 y ss.; sobre el descenso estadístico de
p a r a la rehabilitación del condenado, ya que, al eliminar o a t e n u a r los expedientes de indulto, págs. 109 y ss.
7 Cfr. Grewe, Gnade und Recht, pág. 136; Peters, Strafprozess, pág. 610;
Rüping, Schaffstein-Festschrift, pág. 31. Sobre la historia del derecho de gracia,
1 Cfr. Schatzler, Handbuch, pág. 15. Schatzler, Handbuch, págs. 6 y ss.
1256 § 88. Indulto II. Rehabilitación del condenado a través del indulto 1257
Constitución de Baden-Würtemberg, corresponde el ejercicio del derecho
al Ministro-Presidente, que, de acuerdo con el Gobierno, puede delegarlo II. Posibilidades de conseguir la rehabilitación del condenado
en otras autoridades (cfr. en relación con esto la Orden de la Presidencia a través del indulto
sobre ejercicio del derecho de gracia de 8-12-1970, GB1, pág. 518). E n re-
lación con el procedimiento p a r a el ejercicio del derecho de gracia de las
1. El derecho de gracia comprende, por una parte, la facultad de
autoridades judiciales existe una Ordenanza de 23-3-1971 (Die Justiz, pági- perdonar, atenuar, transformar o suspender el cumplimiento de pe-
na 130), que se completa por la Ordenanza de 6-2-1935 (DJ 1935, 203) toda- nas ejecutoriamente impuestas (GnadO § 3 1), tanto si son privativas
vía vigente. 8 La elaboración de los expedientes en m a t e r i a de indulto co- de libertad y de prohibición de conducir, como si se trata de una mul-
rresponde al Ministerio Fiscal, que actúa tanto como autoridad encargada ta. De esta manera se pueden adaptar a través del ejercicio del de-
de la ejecución, que como autoridad encargada del ejercicio del derecho de recho de gracia las penas excesivamente rigurosas para el condenado,
gracia. 9 más allá de lo previsto en los §•§ 56, 57 y 42, a las circunstancias per-
sonales del reo, facilitando su resocialización y favoreciendo el res-
4. El indulto tiene importancia tanto material como procesal (teo- tablecimiento de su prestigio social. También es importante, como
ría mixta) (RG 50, 386 [388]; 54, 54 [56]; BGH 3, 134 [136] ; 4, complemento del Derecho Penal material, la posibilidad de conceder
287 [289]). 10 Por tanto, el acto de gracia significa, desde el punto de por la vía de gracia la libertad condicional o la suspensión condicional
vista material, la anulación del deber penal, si se atiende a los efec- de la pena (§§ 20 y ss. GnadO), cuando son insuficientes las posibili-
tos que el acto de gracia tiene para las autoridades encargadas de la dades legales.14 Especial importancia tiene la suspensión de la multa
ejecución penal.11 Desde el punto de vista procesal, el indulto aparece y de la pena privativa de libertad sustitutoria, que no está prevista
como un obstáculo a la ejecución penal. Frente a la teoría mixta exis- en el StGB.
te, igual que en materia de prescripción, una teoría puramente pro- 2. Fundamental importancia tiene además, para la rehabilitación
cesal del indulto.12 Los actos de gracia no pueden ser controlados ju- del condenado, la posibilidad que ofrece el § 3 II 2 GnadO de perdonar
dicialmente, excepto en los casos en que se den infracciones proce- las consecuencias accesorias (pérdida de la capacidad para desempe-
dimentales, ya que por su naturaleza pretenden precisamente corre- ñar cargos públicos y del ejercicio del derecho electoral pasivo y ac-
gir el derecho y faltan criterios normativos, objetivables para su en- tivo) (cfr. supra, § 75 I), ya que, de este modo, se elimina la tacha que
juiciamiento (BVerfGE 25, 352 [360 y ss.]; de otra opinión a favor incluso tras el cumplimiento de la pena sigue gravando al condenado.
de la revocación de un acto de gracia, BVerfGE 30, 108; sin pronun- 3. El perdón de las medidas de corrección y seguridad por la vía
ciarse BVerfGE NJW 1976, 305 [306]). 13 El ejercicio del derecho de del derecho de gracia, sólo viene en consideración, en líneas genera-
gracia está, sin embargo, sometido al control parlamentario. les, en caso de error judicial (•§ 3 II 4 GnadO). Las reglas normales
sobre el control judicial durante el período de duración de la medi-
da permiten, en todo momento, adaptarla a la evolución de las cir-
8 Una exposición de conjunto de estos preceptos en Schatzler, Handbuch,
cunstancias personales del condenado (cfr. supra, § 77 VI 2). Tam-
páginas 155 y ss. bién pueden perdonarse o atenuarse por esta vía la confiscación, el
9 A favor de la transferencia del derecho de gracia a los tribunales, Kle- comiso y la inutilización de impresos, lo que sobre todo viene en con-
catsky, JB1 1967, 445; Fórster, J R 1950, 613. En contra de la introducción de un
procedimiento judicial para el ejercicio del derecho de gracia, con razón, Junker, sideración para los casos en que en lugar de la confiscación del pro-
ZStW 63 (1951), págs. 440 y ss.; Mittelbach, NJW 1951, 99; Nüse, MDR 1951, 72. ducto del delito se impone el pago de una cantidad equivalente, para
10 Partidarios de la teoría mixta, Lowe/Rosenberg (Schafer), § 12 GVG no gravar al condenado con obligaciones financieras de imposible rea-
Vorbem. IV 4a (pág. 483); v. Hippel, t. II, pág. 580; Eb. Schmidt, Handbuch des
deutschen Staatsrechts, t. II, pág. 568. lización.15
11 Así Gerland, Frank-Festgabe, t. II, pág. 216. 4. El derecho de gracia también puede, finalmente, servir para
12 Partidarios de esta teoría son Geerds, Gnade, Recht und Kriminalpolitik, perdonar o rebajar las costas, incluso las costas de ejecución (§ 3 .II
páginas 9 y ss.; Maurach, Allg. Teil. pág. 947; Peters, Strafprozess, pág. 611.
13 Igual, Bachof, Klage, pág. 26; Peters, Strafprozess, pág. 610; Lowe/ 2 GnadO), ya que muchas veces la supresión de esta carga tiene gran
Rosenberg (Schafer), § 12 GVG, Vorbem. IV 5; Schatzler, NJW 1975, 1.249 y ss. importancia para la rehabilitación del condenado.
No se pronuncian Kern/Roxin, Strafverfahrensrecht, pág. 305 y Maurach, Allg.
Teil, pág. 950 (aunque parece que ambos se inclinan por el control judicial). En 5. No pueden, sin embargo, concederse por esta vía cancelacio-
contra, Maunz/Dürig/Herzog, art. 19 IV Anm. 27; Geerds, Gnade, Recht und nes del registro penal.16 En su lugar vienen en aplicación los §§ 37
Kriminalpolitik, pág. 36; Kern/Wolf, Gerichtsverfassungsrecht, págs. 62 y ss.
Opiniones contrarias al BVerfGE 25, 352, Maurer, JZ 1969, 741 (en favor de la
aplicación del § 23 EGGVG); v. Preuschen, NJW 1970, 459 (en favor de la apli- 14 Cfr. Egner, NJW 1953, 1.860; Maurach, Allg. Teil, pág. 949.
cación del art. 19 IV GG); Trautmann, MDR 1971, 177 (en favor de la vía con- 15 Cfr. Schatzler, Handbuch, pág. 57.
tenciosoadministrativa). Detenidas referencias en BVerfG NJW 1976, 306. 16 Cfr. Schatzler, Handbuch, pág. 53.

36. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1258 § 88. Indulto
y 47 BZRG que atribuyen esta decisión al Fiscal General (cfr. supra,
§ 87 1111c, IV I b ) .

* # •

El Código Penal recoge la amnistía y el indulto entre las causas que ex-
tinguen la responsabilidad (art. 112, 3." y 4.°). Ambas son manifestaciones Índice bibliográfico general
del derecho de gracia, que como una reminiscencia histórica de los tiempos
de la monarquía absoluta aún pervive en los actuales Estados de derecho.
Aunque ciertamente, desde un punto de vista político-criminal, el derecho Agge/Thornstedt, Das Agge, Ivar y H. Thornstedt: Das schwedische
de gracia puede ser utilizado como medio para conseguir la rehabilitación de schwedische Strafrecht Strafrecht en: Das auslandische Strafrecht der
algún condenado, para corregir errores judiciales o para templar el exce- Gegenwart, editado por Edmund Mezger, A.
sivo rigor de penas legalmente impuestas, pero incompatibles con la actual Schonke y H.-H. Jescheck, tomo V, 1976, p. 252
sensibilidad,1 de hecho en la práctica se utiliza por simples razones coyun- Allfeld, Lehrbuch Allfeld, Philipp: Lehrbuch des Deutschen Straf-
turales de política general e incluso como un arma política más. Sucede rechts, 8." ed. del Tratado fundado por Hugo
esto sobre todo con la amnistía, "la cual, según el art. 112, 3°, extingue por Meyer, 1922
completo la pena y todos sus efectos", lo que en cierto modo constituye una Antón Oneca, Derecho Penal Antón Oneca, José: Derecho Penal, t. I, Parte ge-
ruptura con el régimen jurídico y político anterior bajo cuyo mandato se neral, 1949
dictaron las condenas (cfr. por ej., la Ley de 23 de septiembre 1939 con- v. Bar, Gesetz und Schuld Bar, Ludwig von: Gesetz und Schuld im Straf-
siderando no delictivos determinados hechos de actuación político-social recht, tomo I: Das Strafgesetz, 1906; tomo II:
cometidos desde el 1U de abril de 1931 hasta el 18 de julio de 1936, y la Die Schuld nach dem Strafgesetze, 1907; to-
mucho menos amplia Ley U6/1977, de 18 octubre, sobre amnistía y sitúen- mo III: Die Befreiung von Schuld und Strafe
se ambas en sus respectivos contextos históricos). Pero también el indulto, durch das Strafgesetz, 1909
sobre todo el llamado "indulto general", reconocido en la Ley de 18 de Baumann, Allg. Teil Baumann, Jürgen: Strafrecht, Allgemeiner Teil,
julio 1870, puede ser utilizado con esta finalidad política y de hecho puede 8/ ed. con la colaboración de Ulrich Weber, 1977
tener la misma amplitud que la amnistía (cfr. por ej., Real-Decreto de lh Beling, Grundzüge Beling, Ernst: Grundzüge des Strafrechts, 11.a ed.
marzo 1977). Por más que tales medidas puedan ser arbitrarias y contra- 1930 [si no se indica otra cosa]; 2." ed. 1902
rias a los más elementales principios del Derecho Penal, parece difícil que Beling, Die Lehre vom Ver- Beling, Ernst: Die Lehre vom Verbrechen, 1906
puedan desaparecer, ya que el Derecho Penal refleja una determinada con- brechen
cepción política y es lógico que se modifiquen o anulen sus consecuencias van Bemmelen, Ons Bemmelen, Jakob M. van: Ons Strafrecht, Parte
cuando se cambian las circunstancias políticas que las condicionaron. No Strafrecht I: Het materiéle strafrecht. Algemeen deel, 5.a
obstante, la Constitución prohibe los indultos generales (art. 66 i) y el Pro- edición 1975
yecto de Código Penal sólo habla de indulto particular (art. 103, 3.°), por Berner, Lehrbuch Berner, Albert Friedrich: Lehrbuch des Deutschen
lo que parece que él Derecho de gracia de que habla el art. 66 i de la Cons- Strafrechts, 1857 (si no se indica otra cosa);
titución sólo puede referirse al indulto particular. 18.* ed. 1898
Bettiol, Diritto pénale Bettiol, Giuseppe: Diritto pénale. Parte genérale,
9.a ed. 1976
Binding, Handbuch Binding, Karl: Handbuch des Strafrechts, tomo I,
1885
Binding, Lehrbuch Binding, Karl: Lehrbuch des gemeinen deutschen
Strafrechts. Besonderer Teil, tomo I, 2.a ed.
1902; tomo 11,1, 2.a ed. 1904; tomo 11,2, 19Q5
Binding, Normen Binding, Karl: Die Normen und ihre Übertretung,
tomo I, 2.a ed. 1890 (4.a ed. inalterada 1922);
1
En este sentido el art. 2 del Código Penal prevé ya la posibilidad de que tomo II, 1, 2.a ed. 1914; tomo II, 2, 2.a ed.
sea el mismo Tribunal sentenciador quien se dirija al Gobierno, "exponiendo lo 1916; tomo III, 1918; tomo IV, 1919
conveniente, sin perjuicio de ejecutar desde luego la sentencia, cuando de la ri- Blei, Allg. Teil Blei, Hermann: Strafrecht I, Allgemeiner Teil,
gurosa aplicación de las disposiciones de la Ley resultare penada una acción 17.a edición de la obra fundada por Edmundo
u omisión que, a juicio del Tribunal, no debiera serlo, o la pena fuere notable- Mezger, 1977 [en la Primera y Segunda Parte
mente excesiva, atendidos el grado de malicia y el daño causado por el delito" se cita todavía la 16.a edición]
(En el mismo sentido art. 1, 3.° del Proyecto de Código penal).
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1974 Olshausen Olshausen, Justus von: Kommentar zum Strafge-
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Smith/Hogan, Criminal Smith, J. C. y B. Hogan: Criminal Law, 3.a ed.
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Stefani/Levasseur Stefani, Gastón y G. Levasseur: Droit penal gene-
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Roxin, Grundlagenprobleme Roxin, Claus: Strafrechtliche Grundlagenproble- Teil I, 2.a ed. 1976
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Roxin y otros, Einführung Roxin, Claus, W. Stree, H. Zipf y H. Jung: Ein- strafrecht, Allg. Teil Wirtschaftskriminalitát, t. I, Allgemeiner Teil,
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Sauer, Bes. Teil Sauer, Wilhelm: System des Strafrechts. Beson- Strafrechts, 2.a ed. 1948
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Sauer, Grundlagen Sauer, Wilhelm: Grundlagen des Strafrechts nebst 1951
Umrip einer Rechts- und Sozialphilosophie, 1921
Welzel, Lehrbuch Welzel, Hans: Das deutsche Strafrecht. Eine sys-
Schaffstein, Die allgemeinen Schaffstein, Friedrich: Die allgemeinen Lehren tematische Darstellung, 11. a ed. 1969
Lehren vom Verbrechen in ihrer Entwicklung durch die
Welzel, Das neue Bild Welzel, Hans: Das neue Bild des Strafrechtssys-
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tems, 4.a ed. 1961
Schmidháuser, Allg. Teil Schmidháuser, Eberhard: Strafrecht. Allgemeiner
Wessels, Allg. Teil Wessels, Johannes: Strafrecht. Allgemeiner Teil,
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6.a ed. 1976
Schmidháuser, Einführung Schmidháuser, Eberhard: Einführung in das
Wilda, Das Strafrecht Wilda, Wilhelm Eduard: Das Strafrecht der Ger-
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der Germanen manen, 1842
Eb. Schmidt, Einführung Schmidt, Eberhard: Einführung in die Geschichte
Glanville Williams, Criminal Williams, Glanville L.: Criminal Law, The Gene-
der deutschen Strafrechtspflege, 3. a ed. 1965
Law ral Part, 2.a ed. 1961
Eb. Schmidt, Lehrkommen- Schmidt, Eberhard: Lehrkommentar zur StPO
und zum GVG. Parte I : Die rechtstheoretischen Würtenberger, Situation Würtenberger, Thomas: Die geistige Situation der
tar
und rechtspolitischen Grundlagen, 2.a ed. 1964; deutschen Strafrechtswissenschaft, 2.a ed. 1959
Parte I I : Erláuterungen zur StPO, 1957, con
apéndices de 1967 y 1970; Parte I I I : Erláuter-
ungen zum GVG, 1960
Schonke/ Schróder Schonke, Adolf: Strafgesetzbuch, Kommentar, 16."
(nombre del autor) edición de Horst Schróder, 18.a ed. de Theodor
Lenckner, P. Cramer, A. Eser y W. Stree, 1976
Schultz, Einfürung I y II Schultz, Hans: Einführung in den Allgemeinen
Teil des Strafrechts, 2.a ed., tomos I, II, 1974
índice analítico

Los números remiten a las páginas del texto. Se destacan en negritas los
lugares más importantes.

A Accesoriedad de la participación
— estricta 901, 920
A sabiendas 404 — extrema 905
Aberratio ictus 404, 419 s., 453, 929, — hipotética 981
961 — limitada 901, 920, 981
Abolición 1254 — y responsabilidad por el hecho 592
Aborto 72, 144, 233, 256, 326, 449, 498 Acción
— Bien jurídico 58 — Ausencia de la esperada 849
— concurso 997 — Concepto de 289 ss.
— consentimiento 516 — como elemento del tipo 350, 374 s.
— Determinación alternativa 199 — imputación objetiva 389
— Inhabilitación profesional 1147 — lugar de comisión 238
— Medicina forense 64 — peligrosa 800, 814
— Prescripción 1240 — y resultado 377, 802
— Tentativa 725 — Teoría general del delito 10, 265
— Tentativa inidónea 326, 728 — típica (Autoría) 898
Absolución 201, 758 nota 8, 767, 1012, Acción, concepto jurídico-penal de —
1176, 1229 271, 274, 289 ss.
Absoluto (a) (s) — causal 278, 292 s.
— Delitos privados 1231 — en el concurso 996
— Pena determinada 176, 1063 — final 281 ss., 293 ss.
— Subsidiariedad 1037 — naturalístico 274
— Tentativa inidónea v. allí. — neoclásico 277 s.
— Teorías de la pena 96 ss., 1200 — social 278, 295 ss.
Abstracción en la redacción de la ley Acción de salvamento 389 ss.
174 Acción defensiva (legítima defensa)
Abstracto, criterio 77 467 s.
— Concurso ideal 1018 — Delito imprudente 812 s.
— Prescripción 1241 — Error 637
— Tentativa 710 Acción preparatoria 697, 699, 712, 966,
Tentativa de inducción 982 896, 1103
Abuso del Derecho, prohibición de — Autónomos 713
— Defensa de cosas 485 s. — del coautor 943
— Legítima defensa 459, 466, 469, 812 — complicidad 962 »"
Accesoriedad del D.° penal 73 — Delito de emprendimiento 715
Accesoriedad extrema 905 — Desistimiento 745 ss.
Accesoriedad limitada 364, 652, 901, 920, — extensión no autónoma 712 s.
925 — Fases anteriores a la intervención
Accesoriedad de la participación 891, 980 ss.
901 ss., 955 — Límites con la tentativa 701, 706 ss.
— en coautoría 939, 946 — Lugar de comisión 239
— y concepto unitario de autor 890 — Participación en — 713, 745
— Derecho comprado 907 s. — Subsidiariedad 1037
1268 índice analítico índice analítico 1269
Acción preparatoria Actuar cuidadoso Agresión (de) Analogía
— Tentativa 713 — Estado de necesidad justificante 496 — Antijuridicidad de la — 465 — Renuncia 182, 716, 746
Acciones automatizadas 293 — Hecho imprudente 811 — contra el Estado, cometida por ex- Analogía, argumento de 205 ss.
Acciones bélicas 168, 446 — Indicación médica 638 tranjeros 228 Ánimo de lucro, como elemento que re-
Acciones de salvación arriesgadas 554 s. — Riesgo permitido 555 — a la dignidad humana 366 fluye en la determinación de la pe-
Acciones peligrosas 800 Acuerdo 510 s. — Error 637 na 1209
Aceptación del ofrecimiento 981, 985 Acuerdo en común 899, 937, 941 ss., 962, — en la legítima defensa 461 ss. Anomalías sexuales (v. también anor-
— Desistimiento 986 984 Agresiones de animales 485 malidades psíquicas) 8, 597, 601,
Actio iüicita in causa 471 nota 42 Acuerdos cuatripartitos de Londres 17, Alcohol v. también embriaguez 604 s., 606
Actio libera in causa 583, 591, 610 ss., 163, 167, 178 — Delito militar 608 Anormal, costitución 391
613, 820 Acusación privada como querella pe- — Posadero 342 Antijuricidad 263, 266, 274 s., 279, 291,
— Concurso 1015 nal 1233 Alcohólicos 8,1121 ss. 314 ss., 398, 435, 654, 756, 999
— Estado pasional 603 Adecuación (de) 495 Alevosía 650 — de la agresión 465
— Principio de ejecución 710 — Estado de necesidad 489, 492, 495 s. Alternatividad — y culpabilidad 585 s.
— Tentativa de la — 715 — Legítima defensa 469 — de los hechos 196, 200 — y dañosidad social 279
Actitud interna, castigo de la —1211 Adecuación social 317, 341 ss. — de los tipos 1036 — del delito imprudente 778 s., 803
Actitud interna, elementos de la 436, — autorización oficial 501 Allanamiento de morada 214, 298, 354, — elementos positivos 335 s.
646, 649 ss., 651, 905, 1207 — y causalidad 387 512 — elementos subjetivos 434
— Error 650 — y riesgo permitido 533 s. — concurso 998, 1016 — elementos de valoración global del
— impropios 438, 650 Administradores de la quiebra — consentimiento presunto 525 hecho 401
Actitud jurídica (o actitud interna fren- — Derechos oficiales 537 — Delitos de actividad 357 — exclusión de la — 439 ss., 653 s.,
te al Derecho) defectuosa, falta de — Responsabilidad de los representan- — Legítima defensa 462 — formal 315
636, 692 tes 304 — por omisión 835 — grados de la — 453, 654, 656 s., 1207
— concepto de culpabilidad 647 Advertencia — Participación 944 — gravedad del injusto 316
— en él error de prohibición 629 — Delincuente ocasional 100 — Querella penal 1232 — del hecho principal 901
— en la imprudencia 780 — Infracciones administrativas 81 — Unidad de ley 1039 — e injusto 315
— objeto del juicio de culpabilidad 576, — Prohibición de conducir 1090 Ámbito de protección, fin de — de la — material 279, 315 ss., 435, 444, 605,
580, 587 ss. 596, 622, 655, 680 Advertencia en las sentencias condena- norma 212, 320 624
Actitudes 299, 401, 408, 435 s., 581, torias anteriores 1222 — bienes jurídicos extranjeros 237, 353 — objetiva 273, 374
587 ss., 646, 654, 817, 897 Aeronave — delitos imprudentes 388, 806 — de la omisión 827 s., 877
— y amenaza penal 71 — Aterrizaje forzoso 490 — imputación objetiva 390 — de la tentativa 326
— deshonrosas, viles 1219 — D.° P. internacional 226 s., 232 — límites de responsabilidad 387 — y tipo 332 ss.
— y dolo 327 — Poder de que dispone a bordo 545 Ámbito de vigencia espacial de una ley Antinomia de los fines de la pena 102,
— como factor que influye en la deter- Afirmación del Derecho (interés en la) 232 114, 1197 s.
minación de la pena 1209 444 Ámbito de vigencia personal del Dere- Antisocialidad 1048
Acto de soberanía — en la agresión ilegítima 465 cho Penal 248 ss. Antisocialidad 102, 578 nota 16
— en territorio de otro Estado 223 — en la defensa de cosas 486 Ambivalencia de los factores que influ- Antropología criminal 62
— Teoría del — 166 — en el estado de necesidad 492 yen en la determinación de la pena Aparatos automáticos, abuso de — 181 s.,
Actualidad — en la legítima defensa 410, 470 ss. 11%, 1201, 1210 1036
— del ataque 466 s., 543, 673 Afirmación del ordenamiento jurídico Amenaza 485, 745, 926 Apropiación indebida 353, 904
— del peligro 493, 661 104, 460, 470, 1156, 1195, 1200 Amnistía 236, 756, 758, 1254 — coautoría 941
Actuar Agente provocador 513, 958, 984 — en el extranjero 230 — Concurso 1038 s.
— bajo la propia responsabilidad 814 Agravación de la pena Amonestaciones por contravenciones ad- — delito de actividad 357
— en mandato oficial (causa de excul- — división de las acciones punibles 77 ministrativas 19, 82 — Determinación alternativa 199 no-
pación) 587, 676 ss. — exclusión de agravación retroactiva Amonestación bajo reserva de pena 32, ta 21
— en mandato oficial (causa de justi- 178 63, 106, 110, 143, 1049, 1059, 1151, — Dolo alternativo 409
ficación) 534 ss., 592 — prohibición de retroactividad 173, 1167 ss., 1189, 1199, 1249, 1250 — entre parientes 757 '
— en obediencia debida 628, 633, 681 s. 177 s., nota 14, 184 — Derecho comparado 150 notas 6 y 7 — malversación 199 nota 21, 316
— por otro 303 ss. — reincidencia 61, 583, 1221 ss. Amonestación, merecimiento para la — Arbitrio del Tribunal 888, 896, 1096,
— "pro magistratu" 543 ss. Agravantes con reserva de pena 1171 1103, 1130, 1141, 1143, 1148, 1155,
Actuar cuidadoso (en causas de justifi- — elementos 1201 s. Analogía 1159, 1163 ss., 1172, 1203, 1225
cación) 445, 447, 449 s. — elementos de culpabilidad 647, 649, — Ejemplos típicos 368 — Declaración de impunidad 1182,
— colisión de deberes exculpante 685 652 — Error 1181 — Determinación de la pena 1082,
— consentimiento presunto 527 s. — elementos personales 903, 946 — Estado de necesidad 660, nota 3 1143 ss.
— Empleo de la coacción estatal 537 Agresión (de) — para el estado de necesidad previsto — Dispensa de pena 1175 s.
— Estado de necesidad (§ 35) 662 — Actualidad de la — 466 s., 543 para el falso testimonio 693 — Ejemplos típicos 367
1270 índice analítico índice analítico 1271
Argucia 437 Atenuación de la pena Autoría accesoria B
Argumentum — desistimiento 747 — inducción 957
— a contrario 205 — división de las acciones punibles 77 Autoría individual 887, 891, 943 Barcos
— a fortiori 206 — duda de derecho 625 — imprudente 940 — delitos en — 226, 232
— a maiore ad minus 206 — error de prohibición 623 s., 628 s. Autoría mediata 452, 888, 891, 896, 902, — el poder del capitán a bordo como
— a simile 205 — estado de necesidad 660, 668 s. 907, 919 ss. causa de justificación 545
— ad ab8urdum 206 — exceso en la defensa 672 — Actio libera in causa 612 Bien jurídico 9 ss., 71, 334, 350 ss., 773,
Armas de fuego, uso de — 474 — exigibilidad 668 s. — Casos de error 928 1013 s.
— Defensa de cosas 486 — extraordinaria 1179 —• y coautoría 945 — antijuricidad material 316
— para la ejecución de órdenes 446 — inducción 961 —• Concepto restrictivo de autor 893 s. — capacidad de estado de necesidad
— legítima defensa 466, 470 — innominada 176, 366 — Delitos especiales y de propia mano 492, 660
— contra personas 536, 538 — justificación parcial 453 s. 362 — de la colectividad 520
— RDA 260 — tentativa 701 s. 710 s., 728 — Dominio del hecho 898 — concepto subjetivizado 513
Arrepentimiento activo 744 — variante del tipo 363 — y fórmula del "dar principio a" 709 — en delito continuado
Arresto 1250 Atenuación obligatoria 1202 — Grupos de casos 922 ss. — del Estado 463, 1013
— Abono de la prisión preventiva 1223 — complicidad 967 — imprudente 921 — extranjero 237, 353
Arresto coactivo 82 — doble 983 — e inducción, límites 891, 898, 920, —• en infracciones administrativas 80 s.
Arresto (pena) 143, 1223 s. — elementos personales 906 925 — nacional 228, 232
— Estadística 45 — error 693 — instrumento v. allí — y objeto de la acción 353 s.
Arresto penal 1019, 1059, 1061, 1065 s., — estado de necesidad putativo 669 — Lugar del hecho 242 — ordenación hacia la autonomía del
1156, 1217 — fases previas a la intervención 983 — Omisión 882, 930 individuo 444
Asesinato 72, 364 Atenuantes — Superior militar 926 — pretensión de vigencia 351
— Accesoriedad 652 — elementos —1201 — Tentativa de — 930 — valor del — 664, 797
— Autoría 895 — elementos de culpabilidad — 647 s., — Tiempo de comisión 185 — valoración subjetiva 516
— Castigo 256, 1057 s., 1061 s., 1189, 652 Autoridad encargada del ejercicio del Bienes jurídicos altamente personales
1203 — elementos personales — 905, 946. derecho de gracia 1256 353
— Concurso 1013 Autoauxilio (derecho al) 337, 463, 543 Autoridades, información del Registro — Concurso 996, 999, 1002, 1013
— elementos de culpabilidad subjetiva- — error 633 Central Federal 1250 — Consentimiento 521 nota 37
mente configurados 649 — del arrendador 544 Autoridades administrativas — Querella criminal 1253
— elementos del — 6 1 , 403, 647, 650 Autodeterminación del hombre (v. tam- — Discrecionalidad de las — 1191 Bienes jurídicos individuales 237, 353
— Estadística 44 bién Libertad de voluntad) 96, 563 — Información del Registro Central — Consentimiento 516
— impropios elementos de la actitud ss., 590, 596, 656 s., 660 1251 — Estado de necesidad 668
interna 438 Autor — Infracción administrativa 81 s. — Legítima defensa 460, 473
— Participación 199, 938 s., 961, 962 s. — concepto extensivo 894 ss. — Inhabilitación profesional 1146 Bienes jurídicos, intereses — (P.° del
— Prescripción 1243 — concepto primario 892, 920 — Internamiento 1121 Derecho universal) 229
— tipos cualificados 364 — concepto restrictivo 892 ss. — Privación del permiso de conducir Bienes jurídicos universales 353
Asistencia educativa (JWG) 597 — concepto secundario 892 1142 Bienes vitales, elementales 9
Asociaciones, sanciones que pueden su- — elementos referidos al — 304 Autorización oficial, permiso 335, 343 Bigamia
poner las — 20 — desvalor de la acción referido al — nota 29, 344, 485, 501 ss., 554 — Consentimiento 520
Asocial 265 323 ss., 904 — elemento del tipo 630 — Delito de estado 357
Astucia 437, 650 Autor, concepto unitario de — 83, 889 Autorización — Delito de propia mano 362
Asunción voluntaria, deber de gerente ss., 907 — para las leyes penales en blanco 151 — Objeto de la acción 375
857, 861 s. — y concepto extensivo de autor 894 — para persecución penal 1229,1234 s. Biología criminal 62
Atención, falta de 776, 781, 797 — Derecho Penal administrativo 891 Auxilio necesario 542 Bomberos
Atenuación (en tipos privilegiados) Autor en serie 1029, 1130 — para el agente de policía 464 — Deber más elevado de soportar el
362 ss., 435 Autor por tendencia 8, 437, 1029, 1121 — Corrección del maestro 542 peligro 657, 666
— en unidad de ley 10345, 1040 s., 1125, 1129 s., 1219 — Defensa de cosas 487 — Derechos especiales de los — 490,
Atenuación de la pena, causa de—, fa- Autor principal 749 — E. de N. agresivo 489 — Estado de necesidad justificante 496
cultativa 961, 1077, 1179, 1225 Autor tras el autor 892, 898 s. nota 31, — E. de N. justificante 496, 525 — Riesgo permitido 555
— capacidad de culpabilidad disminui- 908, 922 nota 19, 961 — Legítima defensa 452, 460, 474
da 607 s. Autoría, participación 265, 885 ss. — obligación de — 473 C
— colisión de deberes supralegal 686 — concurso, 968 — Poder estatal 474
nota 5 — delimitación 288, 889 ss. Auxilio necesario del Estado 473 Cámara o Comisión de las penas 115,
— cumplimiento de una orden 681 — Derecho comparado 907, s. Ayuda educacional voluntaria 597 1067, 1084, 1131, 1133, 1134
— delitos de emprendimiento 715 s. — ¿ii dubio pro reo 197 Azar 273, 397, 776 — ejecución de medidas privativas de
— delitos de omisión 838 ss., 871 Autoría accesoria 888, 921, 940, 943 — en imprudencia 803 libertad 120
— en imprudencia 901
índice analítico 1273
1272 índice analítico
Causas de justificación 25, 263 s., 268, Causas personales de levantamiento (o
Cámara encargada de la ejecución pe- Casación 24 anulación) de la pena
nal 1166, 1189 nota 2 314,. 332 ss., 343 s., 435, 439 ss.,
Caso Cutting 225 s. — in dubio pro reo 197 759
Cancelaciones del registro penal 1248 ss. 483 s., 553 s., 659, 683, 773, 850 no-
Caso especialmente grave 77, 176, 363, ta 6, 1118 — indulto 1256
— por vía de gracia 1257 s. 366, 400, 1018, 1189, 1218 — accesoriedad limitada 901 — partícipes 748 ss., 759, 905
Cancelaciones en el Registro federal — Error 416 — autorización oficial 502 — prescripción 1238 s., 1243
central 1247, 1251 Caso Lotus 228 — y causas de exculpación 451 653 s. — prohibición de analogía 182
— por vía de gracia 1257 s. Caso menos grave 77, 176, 363, 366, Ceguera jurídica 628, 680
Capa psicológico-profunda 570 — colisión de deberes 497
416, 1076, 1189, 1218 — conformidad de la víctima 510 Centro de gravedad del comportamiento
Capa vital de los hombres, 570 Caso Mignonette 264, 670 del autor (omisión o hacer positivo)
Capacidad de acción — consentimiento presunto 524 ss.
Castigo corporal 543 v. también pena 831
—• Actio libera in causa 603, 610 ss., — delitos imprudentes
de azote Centro del Yo (del hombre) 571
820 — de un Derecho extranjero 221
Castración 35, 139, 519, 522, 1125 Certificado de conducta 1170,1172, 1250
— y concepto de acción 294 nota 17, Casuística 174 s. — Derecho internacional 231
— Derecho consuetudinario 180 — Perdón de la pena 1165
299 Causa supralegal de atenuación de la
— y elementos de valoración global del — Policial 1248
— general 298, 596, 605 s., 715, 839 ss. culpabilidad 182 Ciencia del Derecho penal 57 s.
— individual 298 nota 31, 850, 865 hecho
Causalidad 355, 373, 376 ss., 798 — alemana 277 s., 292
— de los jóvenes 598 — efectos 451 ss.
— adelantada 385 — disciplinas próximas 59 ss.
Capacidad de comprensión y de discer- — empleo de coacción estatal 535
— complicadad 379, 964 s. — enjuiciamiento ante y ex post 450 — global o totalizadora 58
nimiento 605, 608 — condición ajustada a las leyes de la — error 450 s. 591, 632 ss., 1119, 1131 — italiana 89
— Autoría mediata 925 naturaleza 385, 804, 964 s. — examen cuidadoso 449 s. — origen 131 s.
— consentimiento 514, 522 s. — cumulativa 383 s. — en la historia 131 — del siglo xix 133 s.
— consentimiento presunto 527 — delitos de omisión 827, 851 ss.
— incompletas 453 s. — teoría del delito 265 ss.
— Joven 598 ss. — hipotética 383, 832, 836, 854
— informes parlamentarios 250 Ciencias penales 56 ss.
— para el acuerdo 512 — Diferencia entre hacer y omitir 830 — legítima defensa 459 ss. Cifra de condenados 40, 41, 42
Capacidad de culpabilidad disminuida — infracción del deber de cuidado 804 — lesión de derechos de terceros 453 Cifra de frecuencia 40
o bien capacidad de imputabilidad — interrumpida 385 — relaciones entre ellas 452 nota 40 Cifra oscura 39
139, 607 ss. — y libertad de voluntad 562 s., 566 — sistemática 443 ss. Circunstancias atenuantes 1190
— Actio libera in causa 610 ss. — y participación 889, 893
— supralegales 417, 445 s. Circunstancias atenuantes de la culpa-
— Culpabilidad por la conducción de Causalidad adelantada 385
Causas de exculpación supralegales bilidad 647, 655, 905, 907 1180
la vida 75 Causalidad cumulativa 383 ss.
683 ss. Circunstancias especiales 1219
— Derecho extranjero 609 Causalidad jurídica 852
— colisión de deberes 684 ss. Circunstancias personales del autor
— Determinación de la pena, 1062, Causas de agravación
— inexigibilidad 686 ss., 822, 871 680, 1082, 1257
1196 s. — concurso ideal 1018 Causas personales de exclusión de la — como factor de determinación de la
— Hospital psiquiátrico 1117 s. — delitos especiales impropios 361 pena 452, 651, 756 ss., 1038 nota 24 pena 1210
— Limitación de la accesoriedad 905 — encubiertas 765 s., 768
— accesoriedad 901 — sistema de días-multa 1078
— Prohibición de la doble valoración — innominadas o indeterminadas 176, — colisión de deberes 686 nota 5 Clases de tipos 354 ss.
1201 s. 366 ss., 400 — y condiciones objetivas de punibili- Clásica(o)
Capacidad económica del autor 1082, Causas de agravación innominadas dad 763 ss. — Concepto de delito 267 s., 274 ss.
1087, 1160 — dolo 400
— error 422, 759 — Escuela del Derecho Penal 97 no-
— Factores que influyen en la deter- Causas de exculpación 484, 556, 646, — y exceso en la defensa 672 nota 3 ta 30, 104, 321
minación de la pena 1197, 1209 653 ss., 681, 759, 773, 850 nota 6 — exclusión de Jurisdicción penal ale- Cláusula de equivalencia 287, 838
— Sistema de los días-multa 1078 — colisión de deberes 497
Capacidad de imputación v. capacidad mana 251 — Injusto de la acción 839
— y compensación 1180 s. Cláusula de prevención especial 1200
de culpabilidad — indemnidad 249
— según el Derecho extranjero 221 Cláusula de rigor (confiscación) 1102
Capitulares 129 — in dubio pro reo 197, 759
— Derecho Penal internacional 231 — informes parlamentarios 250 Cláusula penal en los contratos 20
Carácter 562, 571, 582 — Desistimiento 739
— partícipes 759, 905 Cláusula salvatoria 154
— culpabilidad 581 s., 1209 — Doble función 654
— privilegio de parientes 648 nota 10 Cláusulas generales 174 s., 287, 303' s.,
— Debilidad 116, 581, 607 nota 51, — Error 421, 691 ss., 1119
1129, 1143 — prohibición de analogía 182 317, 469, 556, 838
— Inexigibilidad como — 822 Coacción
Carácter fragmentario del Derecho Pe- — unidad de ley 1040
— Estado de necesidad 659 ss. — en acuerdo 512
nal 73 Causas personales de levantamiento (o
— Legítima defensa 672 — en consentimiento 515, 522
Carácter no penal anulación) de la pena 756 ss.
— Obediencia jerárquica 676 ss. — estatal 535 s.
— Complejos normativos 148 — y condiciones objetivas de punibili-
— orden antijurídica. Carácter vincu- dad 763 ss. — Factores determinantes de la pena
— Conceptos del derecho penal inter- lante 540 nota 13
— desistimiento 747 s. 1209
nacional 242 ss. — orden no vinculante 541
Casa de trabajo 47, 115 — error 759 — del hecho inmediato 921 s.
— supralegales 683
37. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II
1274 índice analítico índice analítico 1275
Coacción Cohecho Comportamiento voluntario consciente
Complicidad
— inmediata 535, 589 — Determinación alternativa 200 no- (finalidad) 411
— con la complicidad 968
Coacción estatal como causa de justifi- ta 22 Comunidad de peligro (deber de garan-
— concurso ideal 968
cación 534 ss. — Interpretación 210 te) 857
— concursos 1037
— error 639 — Tentativa inidónea 731 Concepción psicológica de la culpabili-
— con un delito cualificado por el re-
Coacción penal 249 Colisión de bienes 525 dad 577 s.
sultado 787
Coacción psicológica 99 s., 422, 780 Colisión de deberes 693 Concepto de causalidad
— en delito de omisión 882
Coacciones 334, 710 — error 692 s. — científico-naturalístico 379
— como delito de peligro abstracto 956
— Error 336, 627, 650 — exculpante 656, 686 ss., 757, 863 — con un delito especial propio 967 — filosófico 378
Coadyuvante en la querella penal 1233 — justificante 497 ss., 540 s., 684 Concepto sintomático de delito 75
— en delitos militares 149
Coautoría 888 ss., 891, 937 ss. Colisión de intereses 343, 475, 485, 525 Conceptos referidos a valor 365
— desistimiento 745, 748 ss.
— Accesoriedad 652, 901, 940, 946 Combinación propia de dolo e impru- Conciencia
dencia 357 — en la determinación de la pena 1062,
— Actos preparatorios 980, 984 1201 — de la capacidad de acción 867
— y autoría mediata 919, 945 Comercio de mujeres 229 — moral y social 566
Comisión lugar de (v. también Lugar — dolo en la — 966
— entre autor por comisión y omisión — del peligro concreto 450, 781
del hecho) 238 ss. — y elementos subjetivos del tipo 438
882 Conciencia (moral, jurídica) 563, 567 ss.,
Comisión, tiempo de 185 — en el estadio de la preparación 963
— causalidad 385 572, 576
Comiso 536, 1045, 1098, 1102 s., 1170, — Exceso 967
— Complicidad, límites 892, 937 s. Conciencia, ceguera de la — 568
1189, 1257 — Fases previas de la — 980
— Concepto restrictivo de autor 892 Conciencia, esforzar la — 568, 629
— ampliado 1107 — con homicidio 383
— Delitos cualificados por el resultado Conciencia de la antijuricidad 268, 275,
— en delitos cometidos por sociedades — con la inducción 968
787 284, 398, 567 ss., 577, 586, 620 ss.,
302 — en la inducción intentada 983
— Delitos especiales y de propia mano 653 s.
— de escritos y exposiciones gráficas, — imprudente 966, 967
362 — en comiso 1107
1108 — in dubio pro reo 197
— Delitos imprudentes 940 — en delitos de omisión 877 s.
— frente a terceros 1105 s. — infracciones administrativas 83
— en delitos de omisión 882, 945 — divisibilidad de la — 598
— indiferenciado 1103, 1106 — intentada 964 ss., 980
—• Desistimiento 748 s. — y dolo 579
— de obras de arte 1109 — mediata 968
— Dominio del hecho 898 — en un hecho imprudente 817 s.
— otro proceso 1110 — medios de la — 962
— Elementos subjetivos del tipo 438 — elemento de la culpabilidad 590
— permiso de conducción (v. Retirada — oculta 962
— Error de un coautor 930 s. — en órdenes, mandatos 541
del permiso de conducción) — por omisión 940, 946, 967 s.
— Exceso 941 Conciencia de la justificación 634
— proceso objetivo 1110 — como participación necesaria 969 s. Conciencia de lo injusto actual 625, 818
— en hecho intentado 945
— prohibición de retroactividad 189 — psíquica 882, 959, 962, 985 Conciencia del injusto (v. Conciencia de
— e inducción 938, 957
— sustitutorio 1106 — con suicidio 206 la antijuricidad)
— sucesiva 942
— tercero en el — 1106 Complicidad en cadena 968 Conciencia errónea 568
— Tiempo de comisión 185
Comiso del valor sustitutorio 1106 Complicidad frustrada (v. también Com- Conciencia jurídica 568
Coautoría sucesiva 942 plicidad intentada) 983
Code penal 61, 72, 76, 100, 133, 177, Common Law 151, 174 nota 2 — de la comunidad, del pueblo, 72, 95,
Compensación 1151, 1179 ss. Complicidad intentada 964, 966, 980 103
598, 700
— Error 1181 — inducción 983 — del hombre 567 ss.
Codicia 365, 649 Complot 942, 984, 987
in dubio pro reo 197, 1182 Conciencia potencial de lo injusto 818
Codificación 131, 147, 151, 173, 207 no- Competencia autónoma de los Estados Comportamiento alternativo ajustado a
ta 6 Conciencia valorativa de la comunidad
221 Derecho 391 1209
Código penal del Reich, historia de sus Competencia espacial, ejercicio de car- — Delitos imprudentes 391, 804
orígenes 134 Concierto para la comisión del delito
go público 537 Comportamiento del autor, actos que 980, 984
Colectividades o asociaciones de per- Competencia jurisdiccional en base al influyen en la determinación de la — Desistimiento 986
sonas lugar de comisión 358 pena Concreto
— acciones 299 Competencia objetiva, ejercicio del car- — en el proceso 1224 — Error de prohibición 627 nota 1.7
— Justicia propia 41 go 537 — tras haber cometido el delito 1155, — Peligro 405, 1107 nota 19 ¡
— penas 301 Complicidad 769, 888 ss., 891 s., 920 ss., 1212 s. — Redacción de la ley 174
— querella 1232 926, 953 s., 962 ss., 983 — Vida anterior del reo 1211 s. Concreto, criterio
— Sanciones contra — 299 s. — Accesoriedad 901 ss. Corportamiento humano 278 s., 296 — Concurso ideal 1018
Cohecho — Ámbito temporal de la —, 963 — socialmente relevante 296 ss., 773, — Determinación alternativa 201
— adecuación social 343 — en cadena 968 824, 849 ss. — Estado de necesidad justificante 494
— Coautoría 941 — causalidad de la —, 379, 964 ss. — voluntario 292 — Irretroactividad 187
— Comienzo de la prescripción 1241 — y coautoría 891 s., 943 ss., 962 ss., Comportamiento procesal del acusado, Concurso 993 ss.
— como delito autónomo 363 967, 968 factor de determinación de la pena — de deberes de actuar 497
— como delito especial propio 361 — comienzo de la prescripción 1240 1213 — impropio 1033
1276 índice analítico índice analítico 1277
Concurso Condicional(da) Consecuencias jurídicas del hecho pu- Contenido de injusto
— propio 1033 — conciencia de lo injusto 625 nible 69, 1043 ss. — compensación 1180
Concurso de leyes (v. también Unidad — condena 108 ss. Consecuencias relativas al status jurí- — concurso ideal 1011
de ley) 1033 ss. — liberación (v. también Suspensión dico 1094 s. — condiciones objetivas de punibilidad
Concurso ideal 706, 748, 994, 1011 ss., de la pena) 63, 1052, 1063, 1134, Consentimiento 23, 317, 353, 442, 453, 422
1035 s. 1165 ss. 495, 509 ss., 526 nota 64, 648 — consunción 1038
— aparente 1035 — suspensión de medidas (v. también —• y actuar bajo la propia responsabi- — y contenido de culpabilidad 591
— conciencia de lo injusto 626 allí) 111, 1126 lidad 814 — contravenciones administrativas 80
— delito continuado 1004 — voluntad de actuar 408, 703, 985 — conocimiento por parte del autor s.
— delito cualificado por el resultado Condiciones de punibilidad (v. también 523 — delitos de omisión impropia 839
1016 Condiciones objetivas de punibili- — contrario a las buenas costumbres, — delitos de poca monta 1174
— delito permanente 1015 dad) 586, 762 ss. 453 — desistimiento 741
— delitos de omisión 1017 Condiciones de punibilidad impropias — Derecho extranjero 523 s. — dispensa de pena 1177
— Derecho comparado 1019 765 ss. — en el hecho imprudente 812, 813 s. —• dolo eventual 405
— dolo alternativo 409 Condiciones de punibilidad propias 764 — histórico 515 — exceso en la defensa 673
— efecto de abrazamiento 1014 s., 767 s. Consentimiento del condenado — como factor de determinación de la
— función de esclarecimiento 1011 Condiciones objetivas de punibilidad — a la orden de someterse a un trata- pena 1077, 1207 ss.
— heterogéneo 1018 242, 267, 357, 379, 452, 756, 763 ss., miento 1162 — imprudencia 281, 776, 782
— homogéneo 968, 1013, 1018 773, 1229 — para la libertad condicional 1166 — infracción del deber de cuidado 802
— identidad parcial de las acciones — desvalor del resultado 322 Consentimiento presunto 344, 509, 524 — injusto del resultado (v. esta voz)
ejecutivas 1014 — error 422, 769 ss., 661 — intención y dolo 404
— tentativa de inducción 987 — lugar del hecho 240 — comprobación cuidadosa 449 — material 333
—• tratamiento del — 1018 s. — prohibición de analogía 182 — en acción de estado de necesidad 495 — participación 903
Concurso real 626, 994, 1011, 1024 ss., — prohibición de retroactividad 185 — en hecho imprudente 811, 813 — típico 335, 343
1035, 1073 — y resultado en los delitos impruden- — Error 638 — unidad de ley 1033
— aparente (impropio) 1035 tes 803 — y estado de necesidad agresivo 487 Contrariedad a deber
— en delitos permanentes 1015 Conditio 8ine qua non 380 ss. — y riesgo permitido 555 — del comportamiento previo, Injeren-
— en Derecho comparado 1019 s. Conducir sin permiso 502, 1016 Consentimiento putativo 637 cia 859
— heterogéneo 1024 Conducta posterior del autor como fac- Consideración económica (comiso) 1103 — como factor de determinación de la
— homogéneo 1024 tor que influye en la determinación Constitutio Criminalis Carolina 15, 89, pena 1210, 1219
— tratamiento 1025 ss. de la pena 1211 ss. 131, 147, 154 — subjetiva (estado de necesidad) 365
Condenas anteriores 1153, 1158, 1221 — Imprudencia 776
Confesión 1197, 1213 Contrato (Posición de garante) 827, 855,
— conceladas 1212 — Legítima defensa 460
— Custodia de seguridad 1127 s. Confiscación 1045, 1059, 1098 ss., 1170, 858
1257 — Participación 890 Contribución objetiva al hecho 943
— Deber de revelar su condena 1252 — P.° de legalidad 177
— y determinación de la pena 1212 — Abono de la prisión preventiva 1224 Control
nota 24 — Tentativa 699 — de conversaciones con el defensor
— Dispensa de pena 1175 s. — Dolo 397
— por el mismo tipo de delito 1143, — Prohibición de retroactividad 189 495 nota 37
Confiscación de las ventajas patrimo- Consumación 48, 362, 377, 697, 699, — de fuentes de peligro (deber de ga-
1212 705 s., 738
— y Perdón de la pena 1165 niales conseguidas ilícitamente 1099 rante) 861 s.
— Complicidad 963, 966
— Registro Central Federal 1248 s. Conformidad (v. también Consentimien- — de personas sospechosas 495 nota 37
— del delito continuado 1004
— Suspensión condicional de la pena to, acuerdo) 510 Convención sobre Derecho Penal Inter-
—• delito de empresa 715
1155 Conminación penal 72, 1190 nacional (Consejo de Europa) 226,
— e inducción 958 s.
Condición(al) — como causa jurídica de la pena, ge- 229, 234, 237
— comienzo de la prescripción 1240 s.
—• Amonestación con reserva de pena neral prevención 94 s., 99 — y terminación 705 s. Convenciones de Ginebra 168, 178 s.
1169 ss. — como medio de interpretación 212 Consunción 1024, 1035, 1038 Cooperación en el delito v. Participa-
— de autoridades 502 Consecuencias accesorias 1045, 1059, — hecho acompañante típico 1039 ción, partícipe »
— libertad 1166 s. 1094 ss., 1096 s., 1189 — del hecho posterior copenado 1038 Corporal
— Sobreseer el proceso penal 1176 — en concurso ideal 1019 Contenido de injusto 184, 315, 441, 664, — Exámenes 536
— en el sobreseimiento del ejercicio de — en concurso real 1029 668, 673, 982, 1063 — Falta 589, 781, 819, 1142
la acción pública 108 — Perdón por vía de gracia 1257 — autorización oficial 501 — Integridad — 168, 317, 352, 360,
— suspensión de la pena 110, 1052, Consecuencias del hecho — y causas de exculpación 655, 684, 494, 511, 514, 517, 542 s.
1152 ss., 1159, 1189, 1211, 1220 — culpabilidad 1208 691 Correspondencia en los elementos de la
Condición ajustada a las leyes de la na- — y dispensa de pena 1177 s. — circunstancias especiales 1219 acción 863
turaleza (causalidad) 385, 804, 852, — factor de determinación de la pena — coautoría 939 Costumbres populares como Derecho
965 1208 — complicidad 967 consuetudinario 152
1278 índice analítico índice analítico 1279
Creación de una nueva fuente de peli- Culpabilidad 60, 70, 90, 92 s., 266, 275, Culpabilidad, concepto — Culpabilidad, juicio de —
gro, Deber de garante 858 ss. 280, 291, 313, 319, 559 ss., 654, 756 s., — en el sistema clásico del delito — imprudencia 780 s., 817
Crímenes contra la humanidad 163 s., 999 273 ss. — objeto del — 580, 587 s.
168 s. — y antijuricidad 327, 585 s., 645 s., 654 — en el sistema neoclásico del delito — en la retirada del permiso de con-
— Prescripción 187 — del autor principal en caso de parti- 280 ducir 1142
Crímenes contra la paz 163, 167 cipación 901 Culpabilidad, contenido de — 591, 646, Culpabilidad, presupuesto de la — (v.
Crímenes de guerra 163 s., 168, 680 no- — culpabilidad por el hecho 75 1063 s. también capacidad de culpabilidad)
ta 9 — y exceso en la defensa 672 s. — acción realizada en estado de necesi- 275, 579
— Prescripción de los — 186, 1243 — en la imprudencia 280, 816 ss. dad 663 Culpabilidad, pronunciamiento de la —
Criminalidad 7, 94, 142, 1051 — medición de la pena, límite superior — causas de exculpación 655 ss. (también Fallo condenatorio) 1029,
— del bienestar 41 de la pena 105 s., 1192, 1200, 1209 — causas de exculpación supralegales 1122, 1160
— económica 1066 Culpabilidad, capacidad e incapacidad 684 s. — amonestación 1169
— Imprudente 8 de — 266, 275, 280, 418, 438, 468, — circunstancias especiales 1220 — concurso ideal 1018
— Inflación 43 578 s., 589, 593 ss., 626, 654 s., 773 — complicidad 967 — Unidad de ley 1034
— Juvenil 42 — actio libera in causa 607, 610 ss., — deber de soportar el estado de ne- Culpabilidad de la voluntad, culpa in-
— Ocasionales 1029 715, 820 cesidad 667 consciente 780
— Peligrosa 1123 — del autor principal 955 — declaración de impunidad 1180 — y culpabilidad por la conducta de la
— Pequeña 20 — autoría mediata 921, 825, 931 — delito continuado 1002 vida 582 nota 41
— Poco peligrosa 115, 1075, 1120 — y capacidad de acción 850 — delitos de omisión impropia 839 Culpabilidad imprudente 287, 591, 611,
— Precoz 7, 1126, 1129 — y causas de exculpación 656, — delitos de poca importancia 1174 780, 787, 816 ss.
— Reincidente 8, 41, 1051 — comiso 1103, 1107 — determinación de la pena 367, 1195 Culpabilidad jurídica 575 ss.
— senil 8 — confiscación 1099 — directriz de servicio 677 Culpabilidad por la conducta de la vida
— de la sociedad 302 — delito imprudente 817 — dispensa de pena 1177 30, 75, 107, 266, 581 ss.
— Total 40 s. — Derecho comparado 609 — error sobre causas de justificación Culpabilidad por la decisión de la vida
— de tráfico 8, 1066 — desviaciones psíquicas 142 451, 691 582 nota 41
— violenta 1057 — elemento de la culpabilidad 590 — error sobre el tipo de permisión 636 Culpabilidad por el hecho individual 30,
Criminalidad de las sociedades 302 — embriaguez plena 766 — exceso en la defensa 672 107, 266 s., 581 s., 1049 1210 nota 14
Criminalidad económica 145, 301 — error sobre — 421, 651 s. — como factor de determinación de la Cumplimiento 1125, 1189 nota 2
Criminalidad juvenil 42 ss. — establecimiento de deshabituación pena 1077, 1207 s., 1209 s. — Custodia de seguridad 1131
Criminalidad precoz 7, 1126, 1129 1121 — grados del — 655 — Hospital psiquiátrico 1120
Criminalidad por imprudencia 7, 8 — etapas de la — 597 ss. — imprudencia 776, 780, 783 — Medidas privativas de libertad 117
Criminalística 64 — Hospital psiquiátrico 1117, 1119 s. — imprudencia temeraria (Leichtfer- — Penas privativas de libertad 95, 441,
Criminología 57, 62 s., 1249 — inutilización 1108 tigkeit) 783 s. 536, 1067 s., 1210 s.
Crueldad 650 — medición de la pena, grados de la — — obediencia jerárquica 664 — Sistema de la vía única 1132
Cuidado 1207 — unidad de ley 1033, 1038 Curso causal 384, 388, 398 s., 787
— exigible en el tráfico 285, 325, 342, — privación del permiso de conducir Culpabilidad, elementos de la — 263 s., — Adecuado 788, 807
553 s., 797 s., 815 1142 436, 590 s., 647, 765 — Anormal 388
— externo 799 ss. — prohibición de ejercer una profesión — conciencia de la antijuricidad 622 — conducción de — 378, 410
— interno 797 1147 — en la doctrina normativa de la cul- — Dominio del — 390
Culpa, concurrencia de —, por parte de — registro central federal 1249 pabilidad 578 s. — Error en el desistimiento 744
la víctima Culpabilidad, Causas de exclusión de — error evitable de prohibición 625 — Error sobre el — 417 ss.
— Causa de atenuación de la culpabili- la — 275, 452, 590, 648, 654 s., 907 — error sobre los — 416, 651 s. — Hipotético 389
dad 819 — colisión de deberes 500 — objetivamente configurados 401, — interrupción 382, 787
— Factores que influyen en la determi- — concepción normativa de la culpabi- 647 s., 651, 663 — Previsibilidad del — 807 s„ 821 s.
nación de la pena 1207 lidad 579 — participación 652, 905 Custodia o internamiento de seguridad
— Previsibilidad del curso causal 807 — decisión en conciencia 872 — subjetivamente 649, 652 8,18, 94,111, 115 ss., 143, 1001, 1116,
— Prueba del nexo causal 382 — exceso en la defensa 475 — típicos del delito 590 1121, 1126 ss., 1132 s., 1250
Culpa consciente 406 s., 554, 782 s., 787, Culpabilidad, concepto de — Culpabilidad, elementos fundamentado- — derecho registral 1248
806, 821 s. — doctrina finalista de la acción 579 res de la 654 s., 906 — duración 120
— en delitos de omisión 867 s. — ético-individual 687 Culpabilidad, formas de la — 275, 326 — estadística 47 s., 1117, 1127
— y dolo eventual 287, 408 — formal 580 Culpabilidad, fundamentos antropológi- — de jóvenes adultos 600
— e inexigibilidad 688 — fundamentos antropológicos 559 ss. cos del concepto de — 559 ss. — justificación 116 s.
— Participación en — 900 s. — fundamentos dogmáticos 574 ss. Culpabilidad, juicio de —, reproche de — — prescripción 1244
Culpa por asunción 781 — material 580 s., 647 196, 571, 578 — salida 1134
— objetiva 799 — normativo 280 s., 578 ss., 686 s. — baremo del — 588 s. — tiempo de control 1134
— subjetiva 819 s. — psicológico 275, 577 — causas de exculpación 654, 657 — vigilancia de la conducta 1140
1280 índice analítico índice analítico 1281
D Deber de examen o comprobación Deberes de aseguramiento deberes de Delincuencia poco peligrosa 115, 1120
Daño (civil) — en el estado de necesidad 669 garante) 855 Delincuencia senil 8
— entidad del daño como factor de de- Deber de examen previo, cuidado inter- Deberes de custodia, deber de garante Delincuencia violenta nacional-socialis-
terminación de la pena 1138, 1219 no 797 855 s. ta 16, 164, 260, 413
— indemnización del daño como obli- Deber de garante 287, 462, 668, 831, Deberes de dominio 855 Delincuente de estado 7, 41, 101
gación en la condena condicional 834, 838, 854 ss., 836, 931 Deberes de información, imprudencia Delincuente de profesión 437
1160, 1163 nota 41, 1172 — Accesoriedad 904 778, 800 Delincuente ocasional 7, 41, 100 s.,
Daños 340, 358, 414, 487 s., 511, 535, — por acción de legítima defensa 860 — Salvaguardia de intereses legítimos 1029
939 — por la actuación de terceros 862 s. 557 Delicuente por convicción 569 s., 624
— consentimiento 514 — Actuar precedente 855, 859 s. Deberes de protección de determinados Delincuente por tendencia 8
— delito imprudente 69 — Asunción voluntaria 857 s. bienes jurídicos (deber de garante) Delincuente primario 1060, 1168, 1176,
— delito de lesión 358 — del cómplice 967 s. 856 ss. 1197, 1250
— dolo 414 — Comunidad de domicilio 857 Decisión de conciencia 872 Delincuentes habituales 8, 41, 101, 107,
— unidad de ley 1039 — Comunidad de negocios 858 Decisiones erróneas de la conciencia 114, 139, 582, 1005, 1047, 1116, 1126
Dar principio inmediatamente a la rea- — Comunidad de peligro 857 568 Delincuentes sexuales 1117
lización del tipo (v. también Princi- — Concurso 863 Decisiones posteriores Delito 69 ss., 76 s., 1217 s.
pio de la ejecución, fórmula del dar — Contrato 827, 855, 858 — Medidas 1116 — Actuar por orden 676 s.
principio) 704 — Control de fuentes de peligro 861 s., — Período de prueba 1159 — contra la humanidad 163 s., 168,
Deber(-es) 862 s. — para pena compleja 1221 925
— colisión de — v. Colisión de deberes — Creación de fuentes de peligro 861 — Registro Central 1249 — contra la paz 163, 167
— contrariedad al — v. Contrariedad — Deber de cuidado objetivo 869 — en suspensión de la pena 1164 — suspensión condicional 1155
al deber — Deberes de protección para deter- Declaración de culpabilidad con renun- — Tentativa 710 s.
— infracción del — 11 minados bienes jurídicos 856 ss. cia a la pena Delito, concepto de — 18 s., 76 s., 147,
— de soportar el estado de necesidad — Derecho extranjero 221 — compensación 1182 263 ss., 765, 773. 1120
667 — Error 631, 877 s. — renuncia a la pena o dispensa de pe- — de la criminología 62
— ponderación de — v. Ponderación — estrecha comunidad 857 na 758 nota 8, 1174, 1177 — División del — 267 nota 8
de deberes — estrecha relación vital 855 Declaración de impunidad (compensa- — Estructura del — 265 s.
Deber de actuar (v. también deber de — Fuente 855 ción) 1179 ss., 1189 — material 70
garante) — intervención del titular del bien ju- Declaración de voluntad, en consenti- — de omisión 824 ss.
— en colisión de deberes 497 ss. rídico 860 miento 520 ss. — sintomático 75
Deber de asegurar el tráfico 861, 1000 — Por ley Defecto de redacción 214 s. — subjetivo, 586
Deber de cuidado 280, 777 s. — Posición de monopolio 862 Defensa de cosas (§ 228 BGB) 340, 484, — tripartito, 272
— en delitos de omisión 869 — Responsabilidad por fuente de pe- 485 ss., 490 Delito autónomo v. Delictum sui generis
— especial 801 ligro 858 ss. — prohibición de abuso 486 s. Delito base — tipo 362 ss., 598, 709, 714,
— general 801 — Unidad de acción 1000 — provocación del peligro para la cosa 1035
— individual 688, 777 ss., 818 s., 822 — Vinculación natural 856 s. 487 Delito colectivo (Sammelstraftat) 1005
— objetivo 342, 778 s., 796 s., 817 s., 822 Deber de información — relación valorativa entre los bienes Delito continuado 152, 353, 705,1000 ss.
Deber de cuidado, lesión del — 267, 286, — como deber de cuidado 800 jurídicos 445 — combinación de dolo e imprudencia
406, 778 s., 796 ss., 802 — en el Derecho Penal especial 630 Defensa del Ordenamiento jurídico 784
— causalidad de la — 804 — y error de prohibición 629 s. 1065, 1159 — y delito colectivo 1005
— en combinación de dolo e impruden- Deber de obediencia (del subordinado) — Amonestación con reserva de pena — delitos imprudentes 1003
cia 785 1171 — In dubio pro reo, pluralidad de de-
538 ss., 656, 176 ss., 682, 692
— y finalidad 294 — Penas privativas de libertad de cor- litos 197
Deber de omitir en colisión de deberes
— con pluralidad de intervinientes, ta duración 1156, 1218, 1220 — Lugar de comisión 240
788, 900 497 ss.
— Suspensión condicional de la pena — Prescripción 1241
— unidad de acción 1000 Deber de presentarse como instrucción
1154 — Tiempo de comisión 185
Deber de diligencia v. Deber de cuidado en la suspensión de la pena 1140,
Defensa frente a meras incorrecciones Delito de participación 888 nota 2, 956
Deber de esclarecimiento 1162
y legítima defensa 472 Delito de peligro abstracto 352 nota 17,
— del Juez 194 Deber de revelar la condena 1252
Defensa ofensiva 467 358 s., 613, 956, 965
— del médico 528 Deber de soportar el peligro de deter- Defensa social 31 nota 8, 91, 102, 1047 — Combinación de dolo e imprudencia
Deber de evitar el resultado 827 s., minados grupos de personas 666 s.
ss., 1203 785
833 s., 837, 852, 855, 946 Deber jurídico 441, 576 s., 818, 855
— y principio de culpabilidad 562 no- — Imprudente 803
Deber de examen o comprobación (y — de evitar el resultado ta 4 — Infracción administrativa 80
derecho de) — de soportar el peligro 666 ss. Delictum sui generis 78, 362 s., 1035 — Lugar del hecho 239
— en las causas de justificación 636 s., Deberes de actuar equivalentes 497 ss., — Accesoriedad limitada 905 — Privación del permiso de conducir
638 s., 662, 677, 679 s., 811 500 Delincuencia de tráfico 9, 41 s. 1143
1282 índice analítico índice analítico 1283

Delito de peligro abstracto Delitos contra la honestidad Delitos de injusto insignificante Delitos de omisión impropia
— Subsidiaridad 1037 — imprudencia 781 — Reincidencia 1221 — problemática de la equivalencia
— Tentativa cualificada 748 — inducción 269 Delitos de intención 436, 705, 867 826 ss., 838, 863 ss.
Delito de peligro concreto 287, 358, 766 — medicina forense 64 Delitos de lesión, 358, 705 — tentativa 880 s.
nota 14, 965 — reproche de culpabilidad 572 — Dolo 399 s. — unidad de acción 1000
— Imprudente 803 — suspensión condicional de la pena — Imprudente 802 s. Delitos de omisión propia 359, 832 ss.,
— Lugar de comisión 241 1155 — Relación con el delito de peligro 848, 865
— Subsidiariedad 1037 Delitos cualificados por el resultado 268, concreto 1037 — Atenuación de la pena 840
— Tentativa cualificada 748 294, 355 ss., 387 396, 766 nota 14, Delitos de mera actividad 239, 292, 352, — Imprudencia 868
Delito imprudente 197, 325, 334, 387, 1062 357, 833 — Imputabilidad 870 s.
629, 774 ss., 1171 — coautoría 941 — comisión por omisión 829 — Legítima defensa contra — 462
— Actio libera in causa 612 — concurso 1016 — complicidad en — 565 — Lugar del hecho 239
— complicidad 967 — condiciones de punibilidad 765 — Concurso ideal heterogéneo 1013 — Tentativa 878
— Concurso 1015 — imprudencia 785 s., 869 — imprudente 778, 811 — Unidad de acción 1000
— Confiscación 1099 — imprudencia temeraria 783, 785 — por omisión 835 Delitos de órganos 301
— y delitos de omisión 830 — imputación objetiva 391 — sin objeto de la acción 375 Delitos de paso 1037
— Determinación de la pena 1208 — inducción 961 — tentativa 7 1 3 , „- Delitos de peligro 145, 358 s., 399, 705
— Error de prohibición evitable 635 ss. — medición de la pena 356 Delitos de omisión (v. también Delitos — Determinación de la pena 1207
— general 782 — participación 787 de omisión propia y Delitos de omi- — Imprudente 782, 802
— Imputación objetiva 390 — prescripción 1240 s. sión impropia) 285 s., 313, 359 s., — Tentativa cualificada 748
— Inhabilitación profesional 1146 — tentativa 713 ss. 773, 824 ss., 967 Delitos de poca importancia 140
— Participación en — 787 ss. — y teoría de la condición 381 — actio libera in causa 715 Delitos de propia mano 361
— Subsidiariedad 1036 Delitos de causación 863 — coautoría 940, 945 — autoría mediata 920
— Tipo general 795 Delitos de comisión 359, 715, 824 — comprobación de la equivalencia 838 — coautoría 941
— Unidad de acción 999 — Comisión mediante omisión 829 — concurso ideal 1017 — Omisión 865
Delito putativo 724, 729 ss., 732 — Concurso ideal con delito de omisión — dar principio a la ejecución del — Participación 890, 896, 902, 908
Delitos a distancia, 231, 240, 706 1017 hecho 709 Delitos de resultado 239, 292, 354 ss.
Delitos anteriores — Doloso 313 ss., 773 — Derecho comparado 840 s. — Autoría mediata 921
— en custodia de seguridad 1127, 1130 — equiparación al delito de omisión — dolo 865 ss. — Complicidad 965
— Reincidencia 1221 835 ss., 863 — error de mandato 877 s. — Delitos de omisión 832, 864 nota 60
Delitos colectivos 887 — imprudente 773, 781, 824 —• especiales elementos de autoría 865 — Dolo 399
Delitos cometidos en el extranjero — delitos de conexión 592 — exigibilidad 688 s., 870 s. Delitos de resultado cortados 361, 437,
220 s. Delitos de convergencia 969 — historia dogmática 826 ss. 705
— contra alemanes 234 Delitos de desobediencia 296 — imprudentes 781, 788, 824, 849, Delitos de tendencia 437
— por extranjeros 228 s., 234 Delitos de dos actos, Dolo 399 nota 8 868 s. Delitos de tráfico 150
— con participación desde el territorio Delitos de drogas 502, 1121 s. — injusto de la acción 864 — Amonestación 1172
nacional 231 — bien jurídico 352 — participación 881 ss., 965 — Consentimiento 520
Delitos cometidos por funcionarios 145, — principio del derecho universal 229, — tentativa 878 ss. — Deber de cuidado 798 s.
326, 906, 983 234 — tipo de los — — delito de peligro concreto 358
— Confiscación 1101 Delitos de emprendimiento 362, 546, 705, — unidad de acción — Desvalor de la acción 323
— delitos especiales propios 361 715 s. Delitos de omisión impropia 265, 359 s., — Determinación de la pena 1081,
— Derecho Penal internacional 232 — Desistimiento 746 832 ss., 848 1192, 1198, 1206 nota 1
— Participación 946, 969 Delitos de emprendimiento propio 362 — atenuación de la pena 838 ss., 1062 — Estadística 42 s.
•— Pérdida del derecho a desempeñar Delitos de encuentro 510, 969 — autoría mediata 931 — Estado de necesidad justificante
cargos públicos 1095 Delitos de estado 357 — causalidad 379, 851 ss. 490 s.
Delitos compuestos 360 Delitos de expresión 438 — complemento del tipo, 334, 836 — Imprudencia 268, 799
Delitos concúrsales 145, 767 Delitos de falso testimonio 363, 438 — y delitos de omisión impropia 832 ss. — Privación del permiso de conducir
Delitos contra la familia 144 — Consentimiento 520 — Derecho comparado 840 s. 119, 1141 ss.
Delitos contra la honestidad, delincuen- — Delitos de propia mano 362 — Derecho consuetudinario 151, 837 — Prohibición de conducir 1090 s.
tes — 8, 139, 143, 1092, 1124 s. Delitos de funcionarios impropios 361 — error de prohibición 632, 877 s. — Registro 1249
— capacidad de culpabilidad 605 — accesoriedad limitada 904 — y función de garantía del Derecho Delitos de tránsito 240
— consentimiento 520 Delitos de injusto insignificante 80, 150, Penal 835 ss. Delitos de un acto 360
— delitos de mera actividad 357 1174 ss., 1177, 1230 — imprudencia 869 Delitos de varios actos 360 s.
— delitos de tendencia 437 — Custodia de seguridad 1128 — inexigibilidad 688 s., 871 — Coautoría 944
— derecho penal internacional 233 — y Derecho Procesal penal 80 — lugar del hecho 241 — Lugar de comisión 239
— en la historia 72 — legítima defensa contra — 472 — participación 904 — Principio del desarrollo del tipo 709
1284 índice analítico índice analítico 1285
Delitos de varios actos Derecho a la corrección Derecho de resistencia como causa de Derecho Penal de acto 75 s., 266, 581 s.
— Tentativa 705 — y consentimiento presunto 528 justificación 445, 464, 545 ss. Derecho penal de autor 74 s.
— Unidad de acción 997 — de los padres, familia 19, 542 Derecho de sufragio activo, pérdida Derecho Penal de la guerra 75, 1057
Delitos especiales 361 s. — de niños ajenos 528 del — 1096 Derecho penal de la voluntad
— error sobre la idoneidad del sujeto — legítima defensa contra 465 Derecho de sufragio pasivo, pérdida — Atenuación de la pena en la tenta-
731 s. Derecho antiguo 98 del — 1095 tiva 710 nota 41
— omisión 865 Derecho Civil Derecho de la estirpe 129 —• Concepto unitario de autor 889
— participación 890, 896, 902, 908 — Accesoriedad del Derecho Penal 73 Derecho del Estado a errar 537 Derecho penal de jóvenes 8, 15, 43, 63,
Delitos especiales impropios 361, 375 —• actuar bajo la propia responsabili- Derecho electoral, pérdida del 1095 110, 117, 139, 149, 597 ss., 1050,
Delitos especiales propios 361 s., 375 s. dad 814 Derecho electoral activo, pérdida del — 1061, 1077
— Autoría mediata 920 — causalidad 387 1094 ss. — Hospital psiquiátrico 118
— Coautoría 941 — concepto de ilícito 70 Derecho franco 128 s. — Medidas 1121
— Complicidad 967 — consentimiento Derecho germánico 89, 128 —• Reforma 140
— Delitos de omisión 854 —• deber de asegurar el tráfico 861 — Dolo 397 — Registro 1249
— Inducción 959 — derechos, realización 543 — Legítima defensa 460 Derecho Penal económico 79, 149
Delitos incongruentes 360 nota 42 — elementos subjetivos del injusto 435 — Tentativa 699 —• Confiscación 1099
Delitos menos graves 76 ss. — estado de necesidad 487 ss. Derecho Imperial 130 — Estado de necesidad justificante 491
— Actuar por orden 677 s. — imprudencia 779, 783, 797 Derecho internacional 161 ss., 222 ss., Derecho Penal especial 74, 148 ss.
— Tentativa 710 — indemnización de los daños de la 227, 248 ss., 446 — Autorización oficial 501
— Transformación en infracciones ad- víctima 1160 — Derecho de extranjería 237 — Comiso 1107
ministrativas 79 — multa 1052 — Ilícito jurídico 70 —• Conciencia de la antijuricidad 625
Delitos militares 149, 168, 1077 Derecho comparado 60 ss. — Inmunidad 250 ss. — Consecuencias jurídicas 1045
— Delitos especiales propios 361 Derecho común 131 ss., 151, 355, 626 — como límites del poder del Estado 17 — Delitos de imprudencia 781 s.
— embriaguez 608, 612 — Concepto de delito 272 — P.° de territorialidad 225 — Delitos de omisión 829
— participación 946 — Concurso 994 nota 4, 995 — Prohibición de abuso jurídico 222, — Delitos de omisión imprudentes 868
Delitos mutilados de dos actos 361, 437 — Desistimiento 736 229 nota 75
Delitos permanentes 357 — Dolo 397 s. — Reglas generales del — 17, 161 s., — Error de prohibición 414 s., 630
— Comienzo de la prescripción 1241 — imprudencia 776 164 ss., 446, 539 — Multa 1086
— Concursos 1015 s. — participación 890 — Tratados 222 — Publicación de la sentencia 1097
— Querella penal 1230 nota 3 Derecho Internacional Penal 159 ss., Derecho Penal federal 154 ss., 161
— Legítima defensa contra — 466
— tentativa 699 161 ss. — parcial 257
— Lugar del hecho 240
— teoría de la culpabilidad 577, 585 Derecho natural (teoría del —) 60, 98 s., Derecho Penal forestal 156
— Terminación 705
Derecho consuetudinario 130, 151 ss., 132 Derecho Penal interlocal 254 ss.
— Tiempo de comisión 185 — como causa de justificación 445 Derecho Penal político 143
— Unidad de acción 998 173 s., 179, 195, 249, 255, 446, 683
— Consentimiento 516 — Concepción de la culpabilidad 577 — consentimiento 520
Delitos perseguibles a instancia del — Consentimiento 515 — Derecho penal interlocal 258 no-
ofendido 156, 757, 1230 — deber de garante 828
— deberes de cuidado 801 — Derecho Internacional Penal 162 ta 11
Delitos perseguibles de oficio 186, 1230 — Imprudencia 780 — Derecho penal internacional 237
Delitos privados 1231 nota 5 — delitos de omisión impropios 836
— derecho de corrección 542 — Legítima defensa 460 — pena de muerte 1056
Delitos recíprocamente cometidos 1234 — límites del poder punitivo 17 — República Democrática Alemana
— derecho internacional 162 s.
Delitos relativamente perseguibles a — Principio de legalidad 177 143
— en el derecho penal inglés y ameri-
instancia de parte 1231 Derecho penal Derecho Penal regional 133, 154 ss., 257
cano 67
Delitos sexuales (ver Delitos contra la — ataques contra el — 5 s. Derecho Penal tributario 149
— en el período germánico 128
honestidad, delincuentes contra la) Derecho de asilo 129 — concepción ius-privatista 128 Derecho real 129
Delitos simples 360 Derecho de censura 445 — como Derecho público 22 s. Derecho registral penal, evolución
Denuncia falsa Derecho de colisión 255 — división 25 s. del — (v. también Registro Federal
— Consentimiento 516, 520 Derecho de corrección del maestro — formal 23 Central) 1248 ss. ¡
— Desviación del curso causal 419 542 s. — función 6 Derecho romano
— intención 403 — Consentimiento presunto 638 — leyes accesorias 150 s. — consentimiento 515
— publicación de la sentencia 1096 — Derecho consuetudinario 152, 446 — leyes principales 149 s. — dolo 397
— Subsidiariedad 1036 — Elemento subjetivo de justificación — material 23, 220 — imprudencia 775 s.
Denuncia penal 1242 447 — misión del — 3 ss., 116, 324, 1047 — legítima defensa 460
— como querella penal 1233 — Problemas de error 637 — no codificado 148 — origen de la pena 89 s.
Derecho Derecho de detención como causa de — político 143 — recepción 130
— y Ética individual 327 s. justificación 543 s. — sistema 58 s. Derecho territorial general 133
— y Moral 575 s. Derecho de Guerra 17 Derecho Penal administrativo 78 s. Derecho tutelar de menores 15
1286 índice analítico índice analítico 1287

Derechos civiles honoríficos, pérdidas Destrucción del medio ambiente 140 Determinación o medición de la pena Dolo
de los — 1094 Desuetudo 152, 184 — práptica de la — 1190 s. — indirectus 355, 397
— Estadística 45 Desvalor de la acción 71 — principio de culpabilidad 30 s., 567 — malus 623
Derechos de tercero Desvalor de la acción referido al hecho — prohibición de doble valoración — subsequens 399, 852
— Comiso 1105, 1109 323 1029, 1034, 1201 s. Dolo, delito 72 s„ 242, 268, 291, 373
— Confiscación 1100 s. Desvalor de la actitud interna 71 — unidad de ley 1034, 1041 349 ss., 410, 776, 782, 921, 1221
Derechos humanos 102, 163, nota 12, Desvalor del resultado 10, 71, 285, 321 Determinación legal de la pena 6, 176, — Actio libera in causa 610
178 s., 233 ss., 354, 655 1029 s. — Adecuación social 341 ss.
— R.D.A. 259 Desviación en el curso causal 610 no- Determinismo 119, 563 ss., 1047 — del autor principal 143, 907 s., 956
Derechos inherentes al cargo público ta 67, 960 Días-multa, sistema de los — 143, 1059, —• clases de — 396, 401 ss.
como causa de justificación 445, — Esencial 418 1074, 1077 ss., 1160, 1210, 1224 — del cómplice 927 s.
535 ss. — Inesencial 418 s., 607, 941 Difamación — concepción psicológica de la culpabi-
— comprobación cuidadosa 449 Detención ilegal 340, 540 — condiciones objetivas de punibilidad lidad 577
— en la imprudencia 812 — Adecuación social 343 766, 768 s. — en el concepto clásico de delito 275
Derogación de las leyes 184 — Autoría 896 — delito de peligro abstracto 359 — y conciencia de la antijuricidad 579,
Desconsideración 781 — Autoría mediata 924 — salvaguardia de intereses legítimos 622, 628
— circunstancia de medición de la pe- — Delito permanente 357 554, 556 — y condiciones objetivas de punibili-
na 1207 — imprudente 415, 781 Dignidad humana, protección de la — dad 764, 765 s., 769
— en el dolo eventual 408 — en lo oficial 679 16, 34, 144, 168, 514, 539, 543, 1048, — continuado 1003
— en el tráfico rodado 71, 649 s. — por razón de derecho especial 535, 1063, 1067 — delitos de omisión 865 ss.
Descripción de la acción 544 Diplomáticos, comunidad 250 — Derecho comparado 397 (nota 5)
— Concurso ideal 1013 — Unidad de acción 998 Diputados — y determinación de la pena 1208
— Delitos de omisión 864 Detención provisional 536, 543 — Indemnidad 249 s., 757 s., 905 — doble función 326 s., 590 s.
— Participación 893, 898 — Comprobación cuidadosa 449, 538 — Inmunidad 249 s., 1242 — error sobre causa de exculpación
— Tipos dolosos 325 — Legítima defensa frente a la — 465 Disposición criminal 8 692 s.
Descriptivos Determinación alternativa 139, 194 ss., Distribución de funciones en la coauto- — y excepciones personales a la puni-
— Elementos del tipo 175, 278, 365, 339 198 ss., 776 ría 941 s., 944 bilidad 759
— Elementos de la causa de justifica- — en otros países 200 Divisibilidad — y finalidad 410 s.
ción 637 — equivalente 200 nota 27 — de la conciencia de lo injusto 598, — como forma de culpabilidad 281, 326
Descubrimiento del hecho 745 Determinación o medición de la pena 626 — y imprudencia 776
Desincriminación del derecho penal 10, 107, 176, 580 818, 889, 895, 923, 938, — de la querella 1234 — In dubio pro reo 195
109, 140 1001, 1091, 1096, 1142, 1187 ss. División bipartita de las acciones puni- — del inductor 957 s.
Desistimiento — acto de configuración social 1199 bles 76 s. — parte del injusto de la acción 324
— actos preparativos 713, 746 — agravación por reincidencia 583 División del proceso penal 118 ss., 326, 373, 434 ss., 904
— causa personal de levantamiento de — consignación de dolo e imprudencia División del trabajo — como presupuesto para la ejecución
la pena 747, 758 784 — Deber de cuidado 802 de la medida 1118 s.
— criterios objetivos 741 — concurso ideal 1015, 1018 — en coautoría 937 — resolución como — 703 s.
— delito consumado 745 s., 1175 — concurso real 1024 División tripartita de las acciones puni- — tentativa fracasa 741
— delito de emprendimiento 192, 362, — condiciones objetivas de punibilidad bles 76 —• tentativa supersticiosa 728 s.
716, 746 766, 768 Doble — y teoría de la condición
— Fases anteriores a la participación — control judicial 1192 s. — Dolo (partícipe) 958, 966 — unidad del — 1002
980 — delincuente por convicción 570 — error 731 Dolo alternativo 409
—• imposición de medidas 1119 — delito continuado 1004 Doble posición de dolo e imprudencia Dolo continuado 1003
— partícipes 748 s., 905 — delitos cualificados por el resultado 326 Dolo de peligro 399
— tentativa 699, 735 ss., 757, 986, 987 356 Doble valoración, prohibición de la — — Culpa consciente 782
— tentativa acabada 744 s. — delitos de omisión impropia 840 1029, 1034, 1201 Dolo directo 401, 403 s., 410
— tentativa cualificada 748, 1041 — Derecho comparado 1202 s. Dogmática jurídico-penal 58 s., 265 Dolo eventual 401 ss., 404 ss., 410, 461,
— tentativa fracasada 741 — Derecho penal internacional 221 Dolo 785, 966
— tentativa inacabada 742 ss. — Derecho penal de hecho o de autor — alternativo 409 — Aspecto de culpabilidad 408
— tentativa inidónea acabada 744 75 — antecedens 399 — y culpa consciente 406 s., 783
— tentativa inidónea inacabada 743 — desistimiento de la tentativa 736 s. — culpa determinata 355 — Delito de omisión 867
— tentativa de intervención 986 — dispensa de pena 1175 — directus de primer grado 401 nota 15 — Proyecto de 1962 y Proyecto alter-
— tentativa de omisión 878 ss. — doctrinas generales de la — 1189 ss. — directus de segundo grado 401 nota nativo 405 s.
— teorías jurídicas 736 s. — pena de multa 1075, 1077 15 — Riesgo permitido 554
— voluntariedad 742 ss., 986 — penalidad global 1028 — ex re 717 — Tentativa 703
Desplazamiento, derecho a — 260 — personalidad del autor 583, 1210 — generalis 355, 420 Dolo global (Delito continuado) 1002 s.
1288 índice analítico
índice analítico 1289
Dolo-imprudencia, combinaciones de — Ejecución, acción de
784 ss. Elemento(s) del tipo Elementos subjetivos del tipo
— Fórmula del dar 708 s.
Doloso — objetivos 263, 373 ss. — dolo del inductor, cómplice 958
— identidad parcial 1014
— Delito de comisión 313 ss., 773 — participación 388 — intención 402
— en participación 890, 939
— Delito de omisión 846 ss. — subjetivos v. esta voz — tentativa 704
— en tentativa 326, 699, 704, 708, 726 Embriaguez
Dominio del hecho 897 ss. — privilegiantes 362 s.
— en tentativa acabada 744
— colectivo o común 937, 943 s. Elementos altamente personales 304, — culpable 608, 612 s.
Ejecución de la multa 1083 s.
— complicidad 962 903 ss. —• Derecho comparado 613 nota 78
Ejecución de la pena 24 s., 95, 442, 1155,
— error sobre el — 928 s. Elementos de valoración global del he- — en el tráfico 1016, 1092, 1144, 1155,
1165, 1166
— funcional 899, 937 s., 943 cho 337 1158, 1178
— en penas de multa 1083 ss.
— del hombre de atrás 919 ss. — Dolo 401 — tratamiento en Derecho Penal 612 s.
— suspensión condicional 110
— inducción 957 — Error 627, 637 Embriaguez, hecho cometido en estado
Ejecución del hecho en común 943 ss.
— normativo 927 Elementos del injusto 652, 765 de 182, 611, 612 s., 768
Ejecución o cumplimiento de la pena
— en virtud del aparato de poder de — como elementos de la actitud inter- — condiciones objetivas de punibilidad
privativa de libertad, 19, 24, 34, 94, 766
una organización 928 na 649 s.
101, 114, 567, 1048 ss., 1067 s., 1075, — determinación alternativa 199
Dominio del hecho funcional 899 — subjetivos — v. la voz elementos
1152 s., 1217 — dolo 326, 422
Drogas 603 subjetivos del injusto
— duración 116
Elementos especialmente personales — imprudencia 778, 817 s. nota 5
— y ejecución de las medidas 1117, 652, 903 ss. — internamiento 1122
1123 Embriaguez alcohólica 603, 606 ss.
E — en coautoría 946
—• protección jurídica en la — 34 Embriaguez en el tráfico 139, 361, 612 s.,
—• Derecho Penal administrativo 891
— reforma 63, 138, 140, 1053
Edad 596, 597 ss., 817 — en complicidad 967 768, 817 nota 5, 1158, 1161
Ejemplo kantiano de la isla 96
Edad Media Ciencia jurídica italiana — en inducción 961 — condición objetiva de punibilidad
Ejemplos típicos (Regelbeispiele) 77,
130 s. — en tentativa de inducción 982 766
174, 367, 1189 s.
— Concurso 995 nota 7 — posición de garente 882 — delito de peligro abstracto 359
— Casos especialmente graves 367 — delitos de propia mano 361
— Culpabilidad 577 — responsabilidad de órganos 303
— dolo 400
— Dolo 397 Elementos negativos del tipo 338 ss., — determinación alternativa 199, 200
— error 416
— Esencia de la pena 89 513, 634, 648 s. nota 11 nota 22
Ejército federal
— Imprudencia 776 Elementos objetivos del tipo 373 ss., — dolo 326, 422
— d.° especial 149, 490
— Participación 891 412 — imputación objetiva 379
— órdenes 538
— Prescripción 1243 Elementos objetivos relativos al autor — retirada del carnet de conducir 1144
Elemento educador
— Tentativa 699 375, 904 Encierro, estadística 45
— en el cumplimiento de la pena 8, Encubrimiento v. también Strafvereite-
Educación asistencial 8, 597 Elementos personales modificativos de
101, 104 lung, quebrantamiento de condena,
Efecto de abrazamiento (concurso ideal) la pena 903
— de la pena 95, 101 encubrimiento 359, 375, 965
1014 Elementos positivos de la antijuricidad
Elemento de seguridad o aseguramiento — Delitos de emprendimiento impro-
Efecto de intimidación 95, 105, 107, 335 s.
de la pena 94, 107 pio 362
1056, 1076 Elementos privilegiantes del tipo
Elemento del deber jurídico 766 nota 16 — Determinación alternativa 199
Efecto oclusivo del tipo más benigno — error 416
Elemento(s) del tipo
364 — participación 903 — el hecho posterior castigado 1039
— autorización oficial 501 s. — Inducción al — 969
— unidad de ley 1040 Elementos subjetivos de justificación
— coautoría 943 s.
Efectos del delito como factor de deter- 447 ss. — Intención de — 402
— condición objetiva de punibilidad — Lugar de comisión 239
minación de la pena 1208 — autorización oficial 502
756, 763 ss.
Eficacia —• coacción estatal 538 — por omisión 834
— conformidad como — 510 s. — Participación necesaria 970
— de la determinación de la pena — consentimiento 523
— cualificantes 362 ss. — Privilegio de parientes 758
1191 s. — hecho imprudente 811
— delitos de omisión 848 ss., 863 s. — Tentativa inidónea 716
— de orden militar 538 — salvaguarda de intereses legítimos
— delitos especiales propios 731 —• tras la terminación del hecho 769
— de la Política-criminal 59 556
— descriptivos 175, 365, 374 Enfermedad mental 592, 604, 1110, 1Í17
— del sistema de sanciones 276 Elementos subjetivos de la antijurici-
— dolo 389 Enfermo mental 319, 490, 577, 587, 931,
Ejecución 1029 s., 1121, 1125 dad 267
— ejemplos típicos 366 1182
— Abono de la prisión preventiva 1223 Elementos subjetivos del injusto 281,
— elementos de valoración global del
— Confiscación, comiso 1109 s. 284, 324, 434 ss., 591, 646 nota 3, — y consentimiento 522
hecho 401
— y determinación de la pena 1194 649 nota 14, 1119 — Destinatarios de la norma 320
— indeterminados 176
— Publicación de la sentencia 1097 — accesoriedad 652, 904 — Homicidio de — 685
— negativos 335, 338 ss.
Ejecución, acción de v. también Princi- — unidad de acción 997 — Inducción de un — 981
— no escritos 334
pio de — Elementos subjetivos del tipo 263, 279, — como instrumento 883, 925
— normativos 175, 278, 364 s., 374 730,
— en coautores 944 373, 401, 433 ss., 579 — Legítima defensa contra 462, 465,
732
— coautoría 941 470

38. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1290 índice analítico índice analítico 1291

Enfermo mental Error Error de prohibición Error sobre límites


— Registro Central Federal, Inscrip- — como factor determinante de la pe- — exceso en la defensa 671 s. —• en el estado de necesidad exculpante
ciones 1249 na 1207 — incapacidad de culpabilidad 605 670
Engaño — in persona, objeto v. Error en el ob- — indirecto 451, 627, 632 ss., 636 — al revés 730
— en el acuerdo 512 jeto — del inductor 958 Escándalo (causación) 365, 374
— en el que consiente 522 — del inductor 958 — inevitable 568, 579, 590 s., 622, 627 s., Esclarecimiento
Entrada en vigor de leyes 184 — del intermediario 921 654, 674, 677 s., 685 s., 925 — de delitos 64
— inris 412 — del instrumento 925 s. Esclarecimiento, porcentaje 44
Epilepsia 602
— sobre el objeto de la acción 417, 929, — salvaguardia de intereses legítimos Escuela de Kiel 351
Equidad 230, 483 638 s. Escuela del Derecho Penal moderna
— Indulto 1255 960
— sobre presupuestos de procedibili- —• tipos abiertos 101, 114, 138, 276, 889
— Prescripción 1239 Error de prohibición abstracto 627 no- Escuela Positiva 101
Equiparabilidad ético-jurídica (determi- dad 422
— sobre la punibilidad 422 ta 17 Escuela sociológica de Derecho penal
nación alternativa) 199 s. Error de subsunción 252 s. 100, 515
— del superior 541, 677
Equiparación de hacer positivo y omi- — al revés 730, 732 Esfuerzo voluntario y serio (desisti-
— sobre el tipo de culpabilidad 422,
sión 827., 871 Error de subsunción y de tipo al revés miento) 774, 749 s.
647, 650, 651 ss.
— Primer criterio 854 s. — tipos abiertos 336 729 ss. Especial relación jurídica (exigibilidad)
— Segundo criterio 863 ss. Error de Derecho 284, 412, 414, 637 Error de tipo 142, 268, 284, 366, 373, 666
Error 339, 411 ss. Error de hecho 284, 412, 637, 730 no- 398, 411 ss., 623, 634, 635 s. Especialidad 1017, 1035 s., 1122
alejarse del lugar del accidente 631 ta 17 — acuerdo 512 — en el Derecho de extradición 17
— sobre el ámbito de vigencia del po- Error de mandato 877 s. — al revés 729 s., 731 Espejo de Suabia 130
der penal 242 Error de permisión v. también Error de — casos límite entre el error de tipo
— antijuricidad de la ventaja patri- Espontaneidad, libertad de voluntad
prohibición 451, 632 y el de prohibición 631 s.
monial 631 563 s.
Error de prohibición 82, 142, 212, 266, — del cómplice 966
— en actuación por mandato, orden .— del inductor 958 Esquí, deberes de cuidado 801
284, 286, 398, 412 s., 568, 587, 590, Establecimiento psiquiátrico 47, 115,
541 620 ss., 626 ss., 773 — del instrumento 923 s.
— en el acuerdo 512 — y ejecución de las medidas 1119 536, 566 s., 592, 599
— al revés 729 s.
— capacidad de culpabilidad 421 — y error de prohibición 413 s. Estadística 1050
—• Actuar de obediencia jerárquica
— casos límites entre el error de tipo 677 s. — y error sobre causas de exculpación —• Administración de Justicia 150 no-
y el de prohibición 631 — capacidad de culpabilidad, disminui- 692 ta 6
— sobre causas de exculpación 421, da 607 nota 50 —• teoría restringida de la culpabilidad — averiguación de los delitos 44
654, 691 ss., 1181 — casos límite con el error de tipo 635 — cadena perpetua 1063 s.
—• sobre causas de justificación 448, 631 s., 637 — tipos abiertos 336 — cifras de frecuencia 40 ss.
547, 591, 632 ss., 691, 1119 — como causa de exclusión de la cul- Error de tipo permisivo 451, 475, 632 ss., — clases de sanciones 1060
— sobre causas personales de exclu- pabilidad 654 s. 671, 674, 958 — criminal 39 ss.
sión de la pena 422, 759 — colisión de deberes 685 s. — y error de límites 639 —• criminalidad judicial 42 ss.
— en coacción 336, 631 — del cómplice 966 — y error de prohibición indirecto 636 — pena de multa 1985
— en compensación 1181 — consentimiento 513 s. Error de valoración 730 nota 17 — persecución penal 39 s.
— sobre condiciones objetivas de puni- — consetimiento presunto 638 s. Error en el motivo 417 — privación del permiso de conducir
bilidad 422, 763, 769 — delito de imprudencia 818 — en consentimiento 522 1092 s.
— en consentimiento 513, 521 —> delitos de omisión 877 s. — del instrumento 922 —• registro central federal 1248 s.
—• sobre la cualidad de pariente 759 — Derecho consuetudinario 151 s. Error en el objeto 417 Estadística criminal 39 ss., 100
— sobre el curso causal 383, 417 ss. — Derecho de corrección del maestro — autoría mediata 923 s. Estado de Derecho, Idea o principio
— en delitos de omisión impropios 542 — coautoría 939 del — 30, 33 ss., 91, 1047, 1049 s.,
631 s., 877 — Derecho extranjero 639 s. — consentimiento 522 1161, 1165
— D.° extranjero 412 nota 56 — Derecho penal administrativo 82 s. — inducción 923 s., 929 — concepto de culpabilidad 590 .
— en desistimiento 744 — Derecho penal especial 414, 630 s. Error judicial 1255, 1257 — concepto formal 33,171 ¡
— en detención 545 — determinación de la pena 1196,1207, Error sobre la existencia 637 —• concepto material 33 s., 171
— sobre el dominio del hecho 928 s. 1209 — al revés 730 —• condiciones objetivas de punibilidad
— sobre elementos que dan lugar a un — directo 626 ss., 633 — causas de exculpación 691 769
tipo privilegiado 416 — como error de subsunción 400, 421 s. — colisión de deberes 685 — delitos de omisión 840
— en estado de necesidad 485, 669 s., — y error de tipo 413 — una causa de justificación 451, 633 — Derecho penal de autor 75 s.
1062 — estado de necesidad justificante Error sobre los límites — elementos de la actitud interna 650
— en estado de necesidad disculpante 637 s. — en las causas de justificación 514, — ley penal 171
143, 659, 692 — estado de necesidad putativo 669 632, 637 — mandato de determinación (ver esta
— facti 412 — evitable 281, 284, 287, 568, 571, 583 — en las causas de exculpación 691 voz)
1292 índice analítico índice analítico 1293
Estado de Derecho Estado de necesidad supralegal (v. tam- lps derechos humanos y libertades Extranjero(s)
— medidas privativas de libertad bién Estado de necesidad justifi- fundamentales 17, 178, 474 s. — actos contra Estados extranjeros
1115 s. cante) 279, 446, 484, 491 s. — Convención sobre Derecho Penal in- 161, 764, 767
— pena final 101 Estado pasional asténico 672 s. ternacional (Proyecto) (v. allí) — amnistía 230
— plazos de prescripción, modificación Estados pasionales 602 s., 672 ss., 1209 — Derecho Penal 61 — codificación del Derecho penal 147
retroactiva 1240 Estafa 71, 80, 181, 210, 323, 1003, 1092 — Tribunal Supremo de la Comuni- nota 1
—• prohibición de retroactividad v. esta — autor mediato 924 dad — 237 — Derecho Penal 163, 220 s.
voz — Comienzo de la prescripción 1240 Evitabilidad
— servicio militar 680 — Jurisdicción 166
— Confiscación 1101 — del error de mandato 878
— sistema clásico de Derecho penal — Lugar de comisión del delito 223,
— como delito de resultado 355 — del error de prohibición (v. allí)
276 — como delito de resultado cortado 228 s.
Estado de necesidad 275, 280, 578, 739 361, 437 Exceso — Nacionalidad 234
— en el Derecho extranjero 502 s. — Determinación alternativa 199 — del autor principal 960, 966 — Pena (abono de la —) 1224
— Legítima defensa contra estado de — Determinación de la pena 1209 — del instrumento 930 — Permiso de conducir (retirada del —)
necesidad 485 — elementos subjetivos del tipo 402 — de los coautores 941 1145
— orden vinculante 541 — Iniciar la realización del tipo 705 Exceso en la legítima defensa 458, 475, — sentencia penal 230
Estado de necesidad agresivo (§ 904 — Intención 402 s. 579, 592, 657, 671 ss. — Tribunales 164
v. También Estado de necesidad — por omisión 863 — estado pasional 603 Extraterritorialidad 250, 758
487 ss. — parientes 1232 — extensivo 671, 674 s.
Estado de necesidad del Estado 464, 491 — Participación 940 — intensivo 671, 673 s.
Exceso en la legítima defensa putativa F
— Derecho de resistencia 464, 545 s. — Preparación 708
Estado de necesidad defensivo v. Defen- — Querella penal 1230 674
sa de cosas Exclusión del abogado defensor 26 Factores de la determinación de la pena
— Tentativa 710
Estado de necesidad exculpante 264, Estafa de etiquetas Exclusividad 1192 s., 1195 s., 1205 ss.
264, 453, 485, 579, 592, 658 ss., 688 — Ejecución 117 — Cláusula de adecuación 495 — ambivalencia 1196
— atenuación penal 1062 — del derecho regional 155 — consecuencias culpables del hecho
— Multas a sociedades 302
— Auxilio necesario 473 Esterilización 519 — Desistimiento 409 como — 1208
— Bienes jurídicos 660 Estimación — del Juez 34 — dolo 400 s.
—• Cláusula de exigibilidad 664 ss. — de la confiscación 1101 — de la ley 33, 158, 171, 176, 179 — prohibición de doble valoración 1201
— y concepción normativa de la culpa- — del importe de los días-multa 1081 s. Exención de la jurisdicción alemana Faltas 76, 891, 1049
bilidad 579 Estrecha relación vital (deber de ga- 251 — supresión 79, 145
— en los delitos de omisión 871 rante) 827, 855 s. Exigibilidad (v. también Inexigibilidad) Facultad de mandar del superior 538 ss.,
— Derecho extranjero 670 Estrechas relaciones comunitarias (de- — obligaciones, instrucciones 1161 s. 677
— Error 662, 669 s., 691 ber de garante) 856, 857 Expiación 90, 93 Faida 128 ss.
— del instrumento 926 Estructura estratificada de la persona- Extensiva (o) Falsificación de documentos
Estado de necesidad jurídico-civil (§ 904 lidad 570 ss. — Concepto de autor 892 nota 14, — como acción de legítima defensa 453
BGB) 487 s. 894 — Bien jurídico 352
Ética cristiana, teorías de la pena 97
Estado de necesidad justificante 266, — Interpretación 212 — Comiso 1104
279, 344, 444, 482 ss., 487, 484, 490 ss., Ética de la actitud interna 628 nota 18
Extorsión 323, 437 — Concurso 998, 1014
535 453 Ética de la responsabilidad 628 nota 18 — consentimiento 514
Ética individual 90, 327 s. — Bienes jurídicos 360
— Acción 663 —• Consumación 706 — Delito putativo 730
— Clases 483 ss. Ética social 60, 212, 328
— Determinación alternativa 199 no- — Delitos de intención 437
— Colisión de deberes 684 s. Ético-social(-es) ta 21 — delitos imperfectos de dos actos 361
— y consentimiento presunto 525 — doctrina — del Derecho penal 11 — Error 631 — Determinación de la pena 1206 no-
— Defensa de Bienes jurídicos del Es- — juicio de desvalor — 91, 99, 300, — Por omisión 863 ta 1
tado 464 562, 780 — Tentativa 710 — Elementos normativos del tipo 366,
— Derecho extranjero 670 — limitaciones — del derecho de defen- Extradición 374, 400
— Error 637 s. sa 469 s. — Derecho 226 nota 33, 1244 — Error 400
— Error de tipo permisivo 639 — punto de vista — 283 — Detención 1128, 1223 — Interpretación 209
— y E. de N. exculpante 659 — valoración — en el estado de nece- Extradición, prohibición de — de ale- — Tentativa 710
— en imprudencia 812 s. sidad 495 manes 235 — valoración paralela en la esfera del
— Indicaciones 144 — valores — de la acción 955, 210 Extranjero 234, 244, 259 profano 400
—• y riesgo permitido 554 Etificación del Derecho Penal 647 Extranjero 220 ss. Falso testimonio 648, 987
— salvaguardia de intereses legítimos Europea(o) — Conciencia de lo injusto 626 — Desistimiento 758
556 — Comunidad 17, 234 — Poder punitivo alemán sobre — — Participación 983
Estado de necesidad putativo 637 s. 669 — Convención para la protección de 235 s. — Rectificación 746
índice analítico 1295
1294 índice analítico
Génesis de la criminalidad 8 Hombre medio como medida (v. también
Falta burda de entendimiento, Tenta- Función de compensación de la pena 32, Hombre a la medida) 687, 818 s.,
tiva inidónea 727 95, 103 ss., 283, 1160, 1167, 1178, Genocidio 161, 168 176
— Pena 1189 849
Faltas de tráfico 9, 79 1194 Homicidio a petición (o solicitado) por
Fases anteriores a la intervención Función de esclarecimiento (concurso — Prescripción 1239 s., 1241, 1244
Gestión de negocios sin encargo la víctima (§ 216) 72, 78, 969, 1158
979 ss. ideal) 1011 — consentimiento 517, 518
Favorecimiento del hecho, complicidad Función de garantía del Derecho Penal — consentimiento presunto 527
— Querella penal 1233 — participación 905
964 26, 171 ss., 196, 208, 335, 447, 581, — teoría de los intereses 897
Filosofía del Derecho 60 1051 Gracia (v. Indulto)
Grados o etapas — como tipo privilegiado 364, 648
Finalidad 293 ss., 434 — Condiciones objetivas de punibilidad Homicidio doloso 69, 72, 365, 397, 398,
— y dolo 410 s. 769 — de la realización del delito 697 ss.
— de la rehabilitación 1250 ss. 535
Finalidad correctora 1121 — Delitos de omisión impropios 835 ss.
Grave anormalidad psíquica 597, 604 — causalidad 383
Finalidad educativa (Derecho de correc- — Imprudencia 779
Guerras de agresión 164,167, 232, 713 — concurso 1037
ción) 447, 542 s. Función de llamada del tipo 442, 510, — delito de lesión 358
Fines de la pena 107, 581, 1157, 1167, 629 nota 22, 635 s. — delito de resultado 355
1178, 1197 ss. Función de prevención del Derecho pe- — provocado 649
— antinomias de los — 103, 1197 nal 6 ss., 31, 93 ss., 98 ss., 107, 1191 H — tipo básico 364
— determinación de los — 1194 s. Función represiva del Derecho penal Homicidios en establecimientos 494, 685
— y determinación de la pena 1192 6 ss., 90 Homogeneidad de la forma de comisión
— igualdad de rango 1200 Habitualidad 75, 437, 904, 1005
Funcionario (delito continuado) 1001
— en la jurisprudencia 107 — Actuar en obediencia jerárquica co- Hacer peligroso precedente 827, 855,
859, 862 Homogéneo
Firmeza de la sentencia, ejecutoriedad, mo causa de exculpación 676 ss.
Hecho acompañante típico 1039 — concurso ideal 1001, 1013 s., 1018
efecto de cosa juzgada, 201, 1012, — como cualidad personal 906
1091, 1096, 1102, 1144, 1159, 1164 — Deber de obediencia 538 ss. Hecho posterior copenado (v. Hecho — Concurso real 1024
posterior impune) Homosexualidad 605
— comiso 1109 — Detención provisional 544
Hecho posterior impune 1036, 1038 Honor
— en el delito continuado — como elemento normativo del tipo
Hecho previo impune 1037 — Bien jurídico 73, 237, 353, 463, 1108
— plazos de prescripción 1238, 1244 366, 414
Hecho principal 901 s., 908. — Estado de necesidad 492
Fiscal, Ministerio — 223, 537, 1083, — Inhabilitación profesional 1148
1176, 1231, 1250 s. Hecho punible cometido por el órgano — riesgo permitido 554
— Obediencia jerárquica como causa Hospital psiquiátrico 8, 608, 1117 ss.,
— derecho de gracia 1255 de justificación 538 ss. 301 s.
Hegelianos 1122, 1125, 1130, 1132 ss.
— ejecución de la pena 1083 Funcionario de policía
— Consentimiento 515 — inscripción en el registro 1251
— ejercicio del cargo 536 — derechos especiales 489 s.
— Imprudencia 780 — duración del internamiento 120
— persecución penal 1241 s. — ejercicio del cargo, coacción inme-
— registro 1248 diata 535 s., 545 — Teoría de la culpabilidad 577, 780 — estadística 1117
Formal Heterogéneo(as) —• juvenil 1118
— mayor deber de soportar el peligro Huida del lugar del accidente en el
— Estado de Derecho 33, 171 496, 657, 666 — concurso ideal 1011, 1013, 1017
— ley 157 s. — concurso real 1024 tráfico
— obrar por orden 640, 677 s., 679 — Acuerdo 511
— Teoría del deber jurídico 855 — penas particulares 1027
— como profesión 59 — Autoría mediata 902
— Teoría objetivo — (Autoría-parti- Hipotética(o)(s)
Funcionarios
cipación) 893, 939, 945 nota 27 — Accesoriedad 981 — Bien jurídico 353
— Delitos contra — 238
— Teoría objetivo — (Tentativa-pre- — Causalidad 381, 383, 389 — Coautoría 941
— Error sobre el nombramiento 731
paración) 707 — Estados 602 — Comiso 1104
Fundamentación de la pena por
Fórmula de Frank — Hechos 408 — Concurso 999, 1017, 1025
— elementos de culpabilidad 647, 652
— Dolo eventual 407 — Procedimiento de eliminación 382 — Delito de propia mano 361
— elementos personales 903, 906, 1062
— Tentativa y preparación 707 Historia del Derecho Penal 127 ss. — Delito putativo 730
— elementos típicos enmascarados
— Voluntariedad del desistimiento 743 Histórica — Determinación de la pena 1209
condiciones de punibilidad impro-
nota 26 — Escuela del Derecho 515 — Error 631
pios) 765, 768 s.
Fórmula del ánimo 880, 985 s. — Interpretación 210 — Estado de necesidad justificante 492
Fórmula del dar principio a (Tentativa) Historia de los dogmas 60 — Estado de necesidad exculpante 663
v. también Principio de ejecución. G Historia del Derecho penal 59 s., 127 ss., — Interpretación 181, 213
703, 708, 727 175 — Participación 946, 967 s.
— Actio libera in cansa 715 General(es) Hombre a la medida 564, 589 — Privación del permiso de conducir
— Delitos de omisión 715 — Conceptos valorativos 176 ss. Hombre consciente y cuidadoso 798, 807 1144
Fuentes del Derecho Penal 127 ss. — Delitos 299 ss., 361 Hombre de atrás 920 ss. — Tentativa 732
— jerarquía de las — 153 ss. — libertad de actuación 34 — cualificado 927 Hurto 72, 78, 212, 279, 364, 625, 969
Fuentes del Derecho penal 147 ss. — Reglas del D.° Internacional 162, — Error del — 928 s. — actio libera in causa 610
Fuerza irresistible 297 s. 165 ss. — Imprudencia 788 — acuerdo 510
1296 índice analítico índice analítico 1297
Hurto Imprudencia Imprudente(s) Indeterminada(os)
— agente provocador 513 — clases de — 782 s. — delitos de omisión 781, 854 nota 28, — conceptos jurídicos 176
—• en autor mediato 923 — combinaciones de dolo e impruden- 868 ss. — condena 108
— en coautoría cia 784 s. — delitos de peligro 802 — duración de las medidas 120
— concursos — y concepto final de acción 294 — delitos de resultado 779 ss., 812, 818, — pena privativa de libertad 107
— consentimiento presunto 526 — condiciones objetivas de punibilidad 1000 — pena relativamente indeterminada
—• como delito mutilado de dos actos 748, 769 — falsedad 778, 797 118 nota 18, 1050
361,437 — conocimientos especiales del autor — inducción 958 Incapacidad de impartición (v. Incapa-
—• delitoefsie poca importancia 79 798, 807 — legítima defensa contra un hecho — cidad de culpabilidad)
— en DeirÜého penal, regional 156 — delito continuado 1003 461, 465, 470 Incautación
—• desvalor de la acción 325 — y delito de omisión 868 — lesión 781, 802, 818, 868, 1231 — Derecho oficial 537
— determinación alternativa 195,198 s. — delitos cualificados por él resultado — muerte 352, 364, 398, 553, 781, 788, — Legítima defensa contra actos de —
— dolo 399 355 ss!T396, 401, 765, 785 s. 797, 802, 818, 868, 1178, 1201 465
—• dolo alternativo 409 — en el Derecho Civil 779, 783, 797 — participación 891 —• del permiso de conducir 1143, 1145
— ejemplos típicos 363, 367 — Derecho comparado 789 s. — tentativa 704 Incendio 72, 177 nota 14, 358, 437, 997
— estadísticas 42, 44 — Derecho Penal regional 155 Impunidad — comienzo de la prescripción 1240
— in dubio pro reo 198 — determinación alternativa 198 — causas de exculpación 653 s. — Desistimiento 745
—• inicio del desarrollo del tipo 705 — doble posición 326 — desistimiento del hecho consumado — Imprudente 802
— intención 402 — error de tipo 415 1175 — Participación 963, 968
— medición de la pena 1078, 1206 no- — error de prohibición 634 ss., 671 — desistimiento de la tentativa 736 ss., — con resultado de muerte 714
ta 1 — error en compensación 1181 745 Incesto (v. también Yacimiento entre
— objeto de la acción 354, 375 nota 2 — error sobre las causas de exculpa- — y dispensa de pena 1175 parientes) 72
— entre parientes 364, 757, 1232 ción 692 — interrupción del embarazo 60 — Conciencia de lo injusto 626
— participación 962 — exceso en la legítima defensa 419 — tentativa irreal 729 — Privilegio de la edad 647, 758
—• preparación 708 — factor que influye en la determina- Imputación del hecho penal (v. también — Tipo de culpabilidad 647
—• en reincidencia 199 nota 21 ción de la pena 1208 Imputación objetiva) 264, 291, 297 Inconsciencia 610
— tentativa*. 716 — grados de imprudencia 783 Imputación en la coautoría 939 —• consentimiento presunto 525
— terminación 706 — grave 783 Imputación objetiva 377 ss., 381, 389 ss., — No es acción 297, 571, 596
—• variantes del tipo básico 143, 209, — in dubio pro reo 196 418, 421, 585 Indemnidad
363, 757, 942, 1035, 1040 — leve 783, 1144 — baremo 378 s., 388 — Diputados 249, 757 s., 905
Imprudencia de Derecho 631 — delitos de imprudencia 787 s., 804 ss. — Información del Parlamento 250, 757
Imprudencia en lo profesional 8 s. — delitos de omisión 835 s., 851 ss., 854 Indemnización
I Imprudencia inconsciente 571 s., 781, — error en el desistimiento 744 — en comiso 1105 s., 1109
782 s. — resultado más grave 356 — por medidas persecutorias penales
Idea de la adecuación 355 — concepción psicológica de la culpa- Imputación subjetiva 396, 398, 585, 26 s.
— en los delitos cualificados por el re- bilidad 578 646 s. Indeterminismo 119, 563 ss.
sultado 786 — conciencia del injusto 818 — baremo del juicio de culpabilidad Indicio, efecto de — del tipo 275, 443,
Idea del fin en el Derecho Penal 100, — culpabilidad por la conducta de la 589 629, 810
132, 581 vida 583 — concepto material de culpabilidad — Ejemplos típicos 367
Identidad — del instrumento 923 581 Individualización del Derecho Penal
— del núcleo del injusto 201 — participación 900 — teoría de la culpabilidad 577 646 s., 1174, 1190 ss.
— De las acciones ejecutivas 1014 — previsibilidad objetiva 807 — principio de culpabilidad 566 Inducción 888 ss., 926, 953 ss., 957 ss.
Identidad de la Norma, Derecho Penal — previsibilidad subjetiva 821 s. In dubio mitius 208 — accesoriedad 901 ss.
Internacional 229, 232 Imprudencia temeraria 765, 783 s., 868, In dubio pro libértate 208 — en autoría accesoria 957
Igualdad de sacrificio 1074 1105, 1201 In dubio pro reo 193 ss., 196 ss., 208, — y autoría mediata 892, 898, 920,
Igualdad respecto a la comisión 856 no- — en los delitos cualificados por el re- 385, 664 nota 10 923 s., 928, 957
ta 32 sultado 356, 396, 786 —• Amnistía 759 — en cadena 957 /
Ilícito administrativo 302 Imprudente(s) — capacidad de culpabilidad 1119 s. — en coautoría 957
Ilustración, tiempo de la — 61, 72, 98, — autoría accesoria 943 — Compensación 1182 — a la complicidad intentada 983
133, 147, 177, 350, 827 — autoría mediata 921 — Delito continuado 1003 nota 30 — concierto para — 984
Imperativo categórico 96, 483 — coautoría 943, 961 — Delitos de omisión 853 — concurso ideal 968, 1013
Impropios elementos de la actitud in- — complicidad 966 — y determinación alternativa 193 ss. — a un delito especial propio 959
terna 438 — delitos de comisión 773 ss., 840 — Excepciones personales de punibili- — en delitos cualificados por el resul-
Imprudencia 11, 71 s., 265, 267, 275, —• delitos de lesión 802 dad 759 tado 787, 961
280, 285, 291, 294, 296, 396 s., 579, — delitos de mera actividad 778, 781, — Imprudencia 776 s., 805 — en delitos de omisión 882
636, 764, 775 ss., 849, 881 1000 — Libertad de voluntad 565 nota 17 — en delitos militares 149

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1298 índice analítico índice analítico 1299
Inducción Infidelidad Injuria Instrumento, Autoría mediata 710, 891,
— desistimiento 748 — consentimiento presunto 527 — Publicación de la sentencia 1096 957
— dolo 957, 959 s. — Desvalor de la acción 323 — Querella penal 1230 — que actúa atípicamente 922
— elemento subjetivo del tipo 438 — Determinación alternativa 199 no- — que actúa con arreglo a Derecho
— Salvaguardia de intereses legítimos
— error de prohibición 958 ta 21 452, 924
555
— error del autor principal 928 s. — Limitaciones de derecho consuetu- — que actúa sin libertad 926
— Adecuado socialmente 343
— exceso 960 dinario 152 — Autoría mediata 888, 919 ss.
Injusto de la acción 10, 321 ss., 351,
— fallida 981 nota 4, 984 — por omisión 836 — sin culpabilidad 611, 920
— fases previas de la — 980 — Querella penal 1231 444, 486, 554, 650, 663, 673, 677
— Concurso 1002 — sin dolo 923
— imprudente 958 — Riesgo permitido 557 — Error en el objeto 929
— in dubio pro reo 197 — Tentativa 710 — y consentimiento 523
— Deber de soportar el peligro 668 —• Error de prohibición invencible 925
— a la inducción 968 Infracciones administrativas 9, 19, 78 — Exceso del — 930
— mediata 957 ss., 156, 187, 235, 653, 785, 1142, — Delitos de omisión 863 s., 868
— Delitos imprudentes de resultado — Incapaz de culpabilidad 925
— inidónea 984 1170, 1249 — sin intención o cualificación 927 s.
— intentada 902, 979 ss. — comiso 1102 811
— Error sobre causa de justificación — por omisión 882
— medios de la — 957 — competencia legislativa 159 ss. — plenamente responsable 920, 926
— por omisión 961 — cumplimiento de una orden 539 634 s.
— como factor que influye en la deter- — Subordinación del — 921
— como participación necesaria 968 — concepto unitario de autor 891 Instrumento doloso no cualificado 927
<— tentativa 983 — concurso real 1025 s. minación de la pena 1195
— Grados de la participación 982 Instrumento doloso sin intención 927
Inducción en cadena 957, 968 — definición material 80 s. Intención 342, 396, 401 ss., 410, 461
— intentada 983 — Derecho de la circulación 149 s. — Imprudencia 773, 779 s., 796 ss., 804,
807, 817 — Accesoriedad de la participación 905
Inducción frustrada (v. también Induc- — Derecho Penal económico 149 — Autoría mediata 927
ción intentada) 983 — detención provisional 544 nota 23 — Inducción 962
— Intervención médica curativa 317 — Delitos de omisión 867
Inducción intentada 958, 979 ss, 983 ss. — diferencia con el hecho punible — y dolo directo 404
— a la complicidad 983 80 ss. — Participación 889, 893
— Tentativa 700 s. — Elemento subjetivo del tipo 436
— Desistimiento 986 — error de prohibición 623, 630 s. — Unidad de acción típica 997
— Subsidiariedad 987, 1037 — estado de necesidad 485 Injusto del resultado 323, 351, 444 s.,
Intercambio de medidas 1133
Inducción intentada en cadena 983 — imprudencia temeraria 783 448, 465, 656 s., 773
Interceptar
Indulto (v. también Gracia) 230, 758, — omisiones 829 nota 20, 868 — Causa de exculpación 656 s. — conversaciones telefónicas 213
1063, 1153, 1166 notas 51, 54, 1175, — de órganos 301 — Concurso 1002 —• emisoras extranjeras 16
1180, 1239, 1247, 1254 ss. — procedimiento 82 — Consentimiento 516, 523 Internamiento en un establecimiento
Informes parlamentarios veraces 250 — prohibición de conducir 1090 s. — Defensa de las cosas 486 de deshabituación 8, 47, 111, 115,
Inexigibilidad de un comportamiento — teoría de la culpabilidad 630 — Delitos imprudentes 802 ss., 807, 815 120, 599, 1121 ss., 1130, 1132 s., 1162
adecuado a la norma Injusto (v. Antijuricidad) — Estado de Necesidad 663 Internamiento provisional 1223
— como causa de exculpación 579, Injusto personal 285, 323 ss. —• Exceso en la defensa 673 Interrupción
686 ss. — causas de exculpación 656 — Factores que influyen en la deter- — del curso causal 382
— como causa supralegal de exculpa- — dolo 434, 591 minación de la pena 1195 — de la prescripción del delito 1241 s.
ción 686 ss., 822 — elementos de la actitud interna 650 — Tentativa 701, 726 — prescripción de la pena 1244
— Delitos de omisión 688 s., 870 ss. Información del Registro federal cen- Inmoralidad Interés, jurídicamente protegido 350,
— encubrimiento 688 tral 1247, 1249 s., 1251 — castración y esterilización 519 463 ss., 493
— Error 669 s. Información judicial 6, 59 — consentimiento 514 ss., 517 s. Interés público especial en la persecu-
— Estado de necesidad 659, 668 s. Infracción juvenil 600 — en el consentimiento presunto 527 ción penal 1231
— Fundamento de las causas de excul- Inhabilitación profesional 9, 115, 186, — infracciones administrativas 81 Intereses legítimos, salvaguardia de
pación 655 s. 1116, 1138, 1147 ss. —• e injusto 624 442 s., 446, 555 s.
— Imprudencia 688, 822 s. — Estadística 47 Inmunidad, Diputados 249, 1242 — comprobación cuidadosa 449
— Legítima defensa, restricciones de Iniuria 515 Instrucciones — Elementos subjetivos de justifica-
la 468 s. Injerencia 859 s. — Suspensión condicional de la pena ción 447 ,
— Limitación del deber del garante 871 Injuria 278, 365, 374, 998 1052, 1152 s., 1159, 1161 s., 1189, —• Error 638
— como principio regulativo 688 — circunstancias externas 375 1220 — en hecho imprudente 811
Infanticidio 72, 364, 375, 1158 — Comiso 1107 — y amonestación 1172 —• como riesgo permitido 554
— Error 416, 651 — Compensación 1179 — como causa de justificación 540 s. Internacional(es)
— Privilegio 905 — Concurso 1013, 1039 — Inhabilitación profesional 1149 — Acuerdos 234
— Tipo de culpabilidad 647, 648 — Consentimiento 517 — Libertad condicional 1166 — Asociación criminalista 102, 1047
— a través de omisión 836 — Delito de propia mano 361 — en sobreseimiento 1176 — Asociación de Derecho Penal 102
Infidelidad — Delito de resultado 355 — Vigilancia de conducta 1139 s. — Asociaciones jurídicas científicas
— cláusula general 175 — Error 638 Instrumenta sceleris 1103 ss. 162, 178 nota 15

i
muamiM»»j»Ju
f

1300 índice analítico índice analítico 1301


Internacional (es) J Legislador, legislación Lesiones
— Criminalidad 229, 1128 — Competencia 154 ss. — Concurso 1036, 1037
— Derecho Penal 140, 217 ss., 258, 291, Jerarquía — Libertad decisoria 75, 155 nota 3, — de graves consecuencias 355, 360,
358 — de los deberes 498 184, 630 nota 27, 736, 888 397, 714, 785
— Derecho Procesal Penal 222 s. — de las fuentes del Derecho penal — Técnica 75, 158, 173 ss., 1189 Lesiones deportivas 342, 519, 553, 814
— Exigencias mínimas para el trata- 153 ss. Legítima defensa 266, 443 s., 458 ss., Lex artis 801
miento de los reclusos 1068 — de los valores 353 545 s., 663, 668, 860, 1181 Ley
— Jurisdicción 166 Jóvenes 7 s., 107, 149, 182, 901, 1061 — aspecto jurídico-individual 459 s. — abstracta, concreta, general 173 s.
— Law Comission 165 —• Derecho de ejecución de la pena 24 — aspecto jurídico-social 460 — ad hoc 184
— Lucha contra la delincuencia 224, — Legítima defensa frente a — 470 — y autoauxilio 544 — Deber de garante 828, 854
238 — Medidas 1126 — bienes jurídicos del Estado, de la — formal, material 157 s., 179 s.
— Poder soberano 167 — Privación del permiso de conducir colectividad 353, 463 Ley autorizante, determinabilidad 158
— Sociedades jurídico-penales 62 1141 — Convención de los derechos del hom- Ley delgada 151, 157 s., 179
— Sociedad para la Defensa social 102 — Responsabilidad 597 s. bre 474 Ley intermedia más favorable 188
— Tendencias político-criminales 1046 Jóvenes adultos 8, 107, 140, 149, 600, — derecho de corrección 542 Ley penal
ss. 1061 s., 1126 s. — Derecho comparado 475 s. — Ámbito de vigencia especial 244
— Tribunal Militar, Nuremberg, Tokio Juegos de azar 335, 343, 501 — error 339, 637 — Competencia de la legislación de los
163 s. Juez penal, funciones 1190 — contra estado de necesidad 485 Lander 155 ss.
— Tribunal penal 165 Juicio oral 1143 — estado pasional 657 — elementos integrantes 69 ss.
— Tribunal — permanente 178 nota Jurídico(a) — y estrechas relaciones personales 470 — en el Estado de Derecho 171
15, 228 — Lógica 59, 180, 205 ss., 737 — Frente a acciones justificadas 452 — formación del tipo 174 s.
Interpretación 58, 180 ss., 203 ss., 237, — oficio 59 — Frente a la legítima defensa 465 Ley penal en blanco 74, 150 s., 187 no-
287, 316, 351 s., 360, 363, 381, 996, — Teoría de la causalidad 378 — Frente a nuevas incorrecciones 472 ta 38, 1140 nota 7
1034, 1036 Jurisdicción (v. también Derecho Penal — contra hecho exculpado 654 — Error 414
— conforme a la Constitución 210 s. internacional) 248 — en hecho imprudente 812 ss. Ley penitenciaria o de ejecución de pe-
— consuetudinaria 152 Jurisprudencia (v. Sentencias judicia- — contra órdenes vinculantes 541 nas y medidas privativas de libertad
— Criterios 209 ss., 343 les) —• prohibición de abuso del Derecho 1067 s., 1125, 1131
— y Derecho comparado 60 s. Justicia 30, 89, 97 s., 171, 174, 197, 201, 461, 468, 469 Ley temporal 184, 188
— en el Derecho Penal especial y en 212, 495, 577, 582, 738, 840, 997, —• restricciones de la legítima defensa Leyes de la paz pública 129
el Derecho Penal administrativo 630 1160, 1171, 1193 805 ss. Libertad
— Dificultades 403, 626 — Absoluta, relativa 567 — en el tráfico rodado 462
— del arte y de la ciencia (comiso)
— extensiva 209 — Caso concreto 224, 225 —• voluntad de defensa 447, 467
— Distributiva 5, 36, 92 1109
—• restrictiva 469 Legítima defensa del Estado 446, 464
Legítima defensa preventiva 466 s. — como bien jurídico 72, 168, 353, 360,
Interpretación gramatical 209 — y dogmática del Derecho Penal 58
— Necesidad de — 90 Legítima defensa provocada 471 s., 610 463, 492, 659, 668
Interrupción de la causalidad 385 — personal, individual de los hombres
Intervención de un tercero 382 Justicia Penal 5 nota 65, 675, 924
Justicia penal subsidiaria, Derecho pe- Legítima defensa putativa 475, 637, 671, 91, 102, 116, 148, 158, 171, 514, 516,
Interrupción del embarazo (v. también 561 ss.
Aborto) 58, 60, 494 nal internacional 229 s., 234 s., 259 674
Juventud Lesión de un bien jurídico 10, 316, 319, Libertad, privación de 95, 544, 1049,
— deber de examen del médico 1096
— como bien jurídico 72 351, 357 s., 444, 890
— delito putativo 729 — Sistema de la vía única 1132
— como causa de exclusión de la cul- — delito de omisión impropia 854
— imprudente 781 Libertad, puesta en
pabilidad 648 — imprudencia 797 ss.
— indicada médicamente 490 s., 525 — condicional (v. Suspensión condi-
— como factor determinante de la pe- Lesiones 78, 339, 365, 382, 535
— justificación 446, 485 — Adecuación social 342, 553 cional de la pena)
na 1207
— no consentida 528 — cometidas en el desempeño de fun- — de la ejecución de la medida 1134
Intervención del titular del bien jurí- ción pública 361 Libertad de la voluntad 119, 287, 561 ss.,
dico 860 s. L — compensación 1179 578, 588, 606
Intervención menos lesiva, principio de — consentimiento 317, 518 s., 814 Ligereza, culpa consciente 406
la — 468, 537, 544, 663, 671 Labeling approach 1050 — consentimiento presunto 525 Lucro, intención 402
Inutilización de impresos 1045, 1170, Lagunas legales 889 — Derecho de corrección 542 Lucha de Escuelas 104
1257 — Concepto de autor 894 — graves intencionales 403 Lugar del hecho 238 ss., 944, 1002
— de escritos y representaciones 1107 — Concepto unitario de autor 889 — Participación 941, 946 — y condiciones objetivas de punibili-
ss. — en el Derecho Penal internacional —• peligrosas, 214 dad 769
— prohibición de retroactividad 189 230 — Querella penal 1231 — extranjero 231
Irretroactividad (ver Retroactividad, — Penalidad 174, 181 s., 211 — con resultado de muerte 355, 360, — participación 963
prohibición de) Legislación básica 155 785, 1036 Luxuria (v. Culpa consciente)

mmBm*m.JLWJm.9
1302 índice analítico índice analítico 1303
M Médico Medidas de seguridad y corrección Método psicológico-biológico (Incapaci-
— intervención curativa 317, 519, 528 — no privativas de libertad 115, 1113, dad de culpabilidad) 600 ss.
Magna Charta — secreto profesional 317 1137 ss. Modalidades de comisión del hecho 434
— del delincuente 75, 101, 184 — Como autor 732 — perdón por la vía del derecho de ss., 650
— Libertatum 177 — Colisión de deberes 498 gracia 1257 — como factor en la determinación de
Marco penal, penalidad 158, 176 — Consentimiento 633 — predelictuales 19 nota 13, 103 la pena 1207
— atenuación plural 711 — Consentimiento presunto 528 —• prescripción de la pena 1243 s. Moral
— concurso ideal 1018 s. — Deber de cuidado 778, 797, 800 — privativas de libertad, 115, 116, — actitud interna — 87
—• doble valoración 1201 — Deber de garante 858, 866, 878 1113 ss., 1140 — baremo en la determinación de la
— delitos de omisión propia 840 — Deber de soportar el peligro 666 — proporcionalidad de los medios 34, pena 1209
— determinación de la pena 1189 s. — Interrupción del embarazo 490, 1116 —• conciencia — 878
— especial 711 s. 1190 528 — reforma 141 — culpabilidad — 575 s.
— extranjero 221 — Intervención curativa 519, 528 —• responsabilidad por el hecho, falta — deber — 576, 855
— grupos valorativos 1189 — Obligación de información 528 de — 592 .— desvalor — 657
— normal 712 — Obligación de mantener el secreto — retroactividad 186 — grado de madurez — 598
— penalidad global 1027 ss. 490 s., 511 — sistema de la vía única en la eje- — Estado como idea — 96
— reincidencia 1222 — Preceptos de tráfico 490, 494 cución 1132 — Legitimación 96
—• tentativa 711 — Secreto profesional 498, 759 —• suspensión de las medidas 115, 117, Moralidad, ley moral 577
— unidad de ley 1040 s. Médico(a)(os) 120, 143, 1134 Moralidad y Derecho 577
Malevolencia 650 — Concepto de enfermedad mental — teoría de los imperativos 320 Moratoria para la pena de multa 1220
Mandato (v. Obediencia jerárquica) 1052 — terapéuticas 103, 113 Morbosa
Mandato de determinación 33, 149, 157, — Estudio de las huellas 64 Medidas educativas 320, 597 — Perturbación de la actividad psí-
173, 182 s., 304 s., 334, 650, 709, — Experimentos 496 — en jóvenes 599 quica 596
778, 836, 837 s., 901, 1140, 1160 s. — Indicación en el aborto 58, 485, Medios correccionales 19 — Perturbación psíquica 597, 601 s.
Manifestación 540 s., 492 490 s. — Derecho Penal juvenil 600 Motivación, motivos 636, 651, 654, 687,
"Manifestarse dispuesto" a delinquir —• Investigación 553 s. — Suspensión condicional de la pena 999, 1064, 1222
697, 980, 985 s. — Tratamiento del autor 113 ss., como — 1154 — Autónomos 742
— desistimiento 986 1117 s. Menor de edad — Culpabilidad 579, 587
Manifiesta antijuricidad de órdenes 539, Medida disciplinaria, contravención 20, — Consentimiento 521 — Desistimiento 737 ss.
587, 657, 677, 680 s. 785 — Querella penal 1232 — Dolo 402
Materia de prohibición 334, 501 Medidas 1019, 1041, 1045, 1098 Menor intervención posible, principio — Estado de necesidad 663
Material Medidas asistenciales 35 de la 1116, 1120 — como factores de determinación de
— Antijuricidad (v. Antijuricidad) Medidas de seguridad y corrección 7, Merecimiento de pena 71 s., 73, 76, 180, la pena 1196 s., 1209
— Bien como bien jurídico 350 15, 18, 63, 96, 102, 105 s., 112 ss., 182, 185 s., 340, 352, 468, 645 Móviles bajos 366, 647, 650, 652
— contenido de injusto (v. Contenido 139, 180, 201, 1045, 1059, 1067,1090, — causas de exculpación 655 Movimiento reflejo 268, 297, 572, 596
de injusto) 1099, 1103, 1113 ss., 1146, 1169, 1189, — condiciones objetivas de punibilidad Multa 19, 30 s., 157, 1077, 1090, 1153,
— Estado de Derecho 34, 171 1197, 1220 764, 768 1160, 1165
— Ley 157 — actuar con arreglo a Derecho 452 — desistimiento de la tentativa 738, — Amonestación 1171
— Significado del indulto 1256 — y amonestación 1170 s. 747 — contra colectividades 301
— Teoría jurídico — de la prescrip- — concurso ideal 1019 — en Derecho internacional penal 163 — Principio de acumulación 1025
ción 1238, 1243 — defensa social 1047 nota 12 Multa imposición de 82
— Teoría objetivo — (participación) —• en delitos imprudentes 778, 817 — dispensa de pena 1175, 1178 s. Multa duradera 1074, 1220
893 — Derecho comparado 114 nota 2 — excepciones personales a la punibi- Multa gubernativa 661
Teoría objetivo — (Tentativa) 707 — Derecho Penal de autor 76 lidad 757
Materiales legislativos 210 — Derecho registral penal 1248 — exceso en la defensa 673
Matrimonio — duración 120, 1133 s. — faltas 79 N
— Adulterio, supresión de la penalidad — elementos subjetivos del tipo 438 — forma de comisión del hecho 322 i
143 — estadística 45 ss. — ilícito administrativo 80 s. Nacionalidad 168, 223 ss., 234
— como concepto jurídico 74, 366, 414, — en el Estado de Derecho 1115 s. — imprudencia 71 s., 781 — alemana 244
662 — intercambio de las medidas 1123, — Tentativa 72, 700 s., 710 Nacional-socialismo
— Deber de garante — 827, 857, 863 1133 — Tentativa inidónea 725 ss. — Criminalidad 43
— Privilegio de los cónyuges 756 ss. — inutilización 1108 Meta propuesta por el autor 402 s. — Determinación de la pena 1191
Mayoría y minoría de edad penal — proporcionalidad de los medios 34, — como factor que influye en la deter- — Legislación penal 139, 178
— absoluta 596 s. 1116 minación de la pena 1209 — Medidas 1115 s.
— condicionada 596 ss. — jóvenes 599 Método dialéctico 97, 103 s. Naciones Unidas
Medicina forense 64 — liberación de la ejecución 1133 Método intuitivo (Pronóstico) 119 s. — Derecho Internacional Penal 164 s.
1304 índice analítico índice analítico 1305
Omitir P
Naciones Unidas Normativos
— y delito continuado 1002
— Guerra de agresión, definición 167 — Elementos de la causa de justifica- Pagos parciales, pena de multa 1082
— y hacer positivo 828 ss.
— Principio de legalidad, 180 ción 637 Paralización de la Administración de
— mediante hacer 831
Necesidad de pena 71, — Elementos del tipo 175, 278, 365 s., Justicia 1242
— tiempo de comisión 178
— compensación 1180 400, 414 Parentesco 662
Omisión de socorro 315, 848
— condiciones objetivas de punibilidad Noviazgo 662 — Posición de garante 827
— concurso 1017
764 — Posición de garante 857 Pariente(s) próximo
— delito de omisión propia 360, 833,
—• dispensa de pena 1179 Nullum crimen — Auxilio necesario 659
835
— excepciones personales a la punibi- — Nulla poena sine culpa 687 nota 12, — Concepto 662
— dolo 399
lidad 757 757 — Estado de necesidad 662, 665 ss.
— exigibilidad 688, 870
— prescripción 1238 s. — nulla poena sine lege 178 — Privilegios 648, 651, 757 ss.
— riesgo permitido 555
— tentativa inidónea § 23 III 728 — sine lege certa 183 — tras una acción en legítima defensa Parte especial del StGB 25, 140, 148,
— unidad de ley 1033 praevia 183 860 nota 47 152, 155 ss., 263, 265, 501, 888, 1076
Narcótico (v. Delitos de droga) scripta 179 Omnímodo facturus 959, 984 — Reforma 143 ss.
Naturaleza de las cosas 60, 283, 888 stricta 180 Orden Parte general del StGB 25, 148 ss., 155,
Ne bis in ídem 236 s., 1224 — Estado de necesidad 260, 663 s., 182, 265
Necesidad de la acción defensiva O 680 s. — Reforma 139 ss.
— Derecho de resistencia 546 — incumplimiento 664 Participación, partícipe en sentido am-
— Estado de necesidad agresivo 487 Obediencia al Derecho 95, 566, 576, Orden plio, 142 s., 885 ss., 890, 954 ss., 1100
— Estado de necesidad justificante 493 587, 672, 688, 822 — militar 538 ss. — en actos de participación 968
— Imprudencia 812 ss. Obediencia jerárquica Orden de arresto 536, 544 — en actos preparatorios 713
— Legítima defensa 467, 671 — como causa de justificación 538 ss. Orden jurídico 629, 1156 — Causas de justificación 452
— Peligro derivado de la cosa 486 — como causa de exculpación 676 ss. — auxilio necesario del — 463, 473 — Causas de exculpación 654, 759
— Restricción de la legítima defensa Objeto de la acción 71, 316, 320, 334, — de Estados extranjeros 223 — en combinaciones de dolo e impru-
469 s. 350 ss., 354, 375, 511, 725, 773, 803, — mantenimiento del — 90, 1106 dencia 784
Negativa del acusado, factor que influ- 848, 960 — misión del — 4 ss. — condiciones objetivas de punibilidad
ye en la determinación de la pena — Error sobre — (v. Error sobre el — unidad del — 445 769
objeto de acción) — vigencia del — 702, 726 — en delitos cualificados por el resul-
1213
Objeto de la agresión 354 Orden legal 353 tado 787
Negativa a declarar 1213 Obstaculización de la justicia penal (v. Orden militar — en delitos de omisión 882 s.
Negligencia (v. Culpa inconsciente)
también Favorecimiento) 648, 1075 — como causa de exculpación 676 — en delitos imprudentes 787 ss, 900
Negocio nota 11
— común, deber de garante 857 — como causa de justificación 166, 538 — delitos especiales y de propia mano
— dolo 407 ss. 362
— justicia 20, 1053 — delito putativo 730
— penal 20 — ejecución con armas 446 — en delitos subsidiarios 1037
— error in objecto 417 — error sobre la obligación 692 — Derecho comparado 907 s.
— secreto 233 — de funcionario 850
Neoclásico Orden público — desistimiento 748 s., 986
— inexigibilidad 688 — auxilio necesario 473
— concepto de delito 272, 276 ss. — elementos de culpabilidad y termi-
— participación necesaria 969 —• casos de necesidad 453
— sistema 91 nación 706
— tras la terminación 769 — interior del Estado 222, 224
Neokantismo 277 Ocupación — estado de necesidad 485
Neurosis 8, 604 s., 1117, 1209 — legítima defensa 460, 463 — y excepciones personales a la puni-
— Potencias de — 178, 188, 222, 446, — perturbación del — 90, 320
Niños bilidad
465 — principio de protección
— Ataque de 465 — fases previas a la — 979 ss.
— Tribunal de — 168 s., 236 — reserva de autorización 502 s.
— como instrumento 925 — finalismo 285
Ofendido Orden público en el Derecho Penal In-
— corrección 542 — y confiscación 1100 — en hecho cometido en el extranjero
— incapacidad de culpabilidad 320, 597 ternacional 256 221, 241 s.
— Legitimado para presentar la que- Orden social 4 ss., 9 s., 60, 341, 510, 553,
— legítima defensa contra 462, 470 rella penal 1232 s. — en hecho posterior copenado 1039
Nonintervention 1047, 1049 ss. 590, 828 — historia 131, 890
— jurídico-procesal 23, 353 — valores ideales del — 351 ss.
Norma complementaria 150 — Publicación de la sentencia 1097 — imprudente, 890
Norma de determinación 318 ss. Orden tópico 267 — lugar del hecho 241
Oligofrenia 8, 597, 600, 602, 356 s., 607 Ordre public en Derecho Penal Interna-
Norma de valoración 318 ss. Omitir, omisión 265, 291 s., 848 — razón del castigo 954 s.
Norma sancionatoria 150 cional 256 — teoría de la responsabilidad por el
— acciones peligrosas 199 Originamiento 955 nota 3
Normas de carácter organizativo 24 — como agresión 462 s. hecho 592
Normas preceptivas 630, 828, 877 OTAN, Estatuto de las tropas de la — — teoría restringida de la culpabilidad
— concepto causal de acción 292 s 223, 251
Normativa — concepto final de acción 294 635
— Teoría de la culpabilidad 280, 5^8 ss. Otro proceso (comiso) 1110 — tiempo de comisión 185
— concepto social de acción 274, 295 ss.
39. — Hans-Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. n
1306 índice analítico índice analítico 1307
Participación necesaria ss. Peligros para la vida y la integridad fí- Pena de multa Pena de privación de libertad
Pasional(es) 294, 572, 583, 607, 625, sica 856 — Acumulativa 1084 — hasta un año 1065, 1154, 1156, 1168,
1117, 1158, 1181, 1222 — Consentimiento 814 — Amonestación con reserva de pena 1250
— Dolo 399 — Deber de soportar — 667 1168 — historia 132
— y exceso extensivo en la defensa 674 — Estado de necesidad 659 — Cancelación 1084 — indeterminada (v. esta voz)
— Responsabilidad por el hecho 592 Peligrosidad — Concurso ideal 1019 — indulto 1257
Patrimonio concepto jurídico y econó- — Acciones socialmente adecuadas 553 — Concurso real 1052 — inferior a un mes 1218
mico 74 siguiente — Confiscación 1099 — límite mínimo 1065
Patrimonio(ales) — del autor 75, 92, 102, 113 ss., 700, — Derecho comparado 1086 — y medidas 115, 1116
— Bien jurídico 323, 353, 1014 1116, 1212 — Determinación 1077 ss., 1196, 1210 — o multa 1210
— Bienes jurídicos extranjeros 237 — Contribuciones al hecho 894 — Ejecución 1083 s. — y multa 1084
— Comiso 1105 — Desistimiento en la tentativa de las — Facilidades de pago 1082 — contra órganos 302
— del condenado 91 738 — incobradas 1084 — pena única (v. esta voz)
— Delitos 1176 — Fases anteriores a la intervención — indulto 1257 — perpetua (v. Pena de prisión perpe-
— Multa 1081 980 s., 982 — Moratorias 1220 tua)
— objeto de la acción 354 — general 358 — y obligaciones 1160 — prescripción 1241
— susceptible de defensa 463 — en infracciones administrativas 80 — contra órganos 302 — Registro Federal Central 1250
Paz jurídica de la comunidad 148, 440, — del modo de comisión 71, 650, 1219 — pena global 1025 — suspensión condicional 1152 ss.
726, 1045, 1049 — como momento de la culpabilidad — pena pecuniaria sustitutiva 106 —• temporal (v. esta vos)
Pedagogía criminal 63, 1048 581 nota 36 — y pena privativa de libertad 1059 — un año 1128, 1180, 1177
Peinliche Gerichtsordnung (v. Constitu- Pena r— plazos 1220 Pena de seguridad 118 nota 17
tio Criminales Carolina) — como consecuencia jurídica 1045 ss. — reforma 63, 106, 143, 1052, 1074 Pena exacta 1199
Peinliches Recht 15 — estadística 45 ss. — Registro Central general 1170, 1250 Pena final 100, 562
Peligro 358, 365, 389, 668 — función social 5 — como segunda pena principal — en el derecho comparado 1?02 s.
— Defensa de cosas 485 — justa 97 s., 105 s. — sistema de días-multa (v. esta voz) Pena global 1025, 1065, 1155
— Estado de necesidad agresivo 488 — y medidas 1122 — suspensión condicional 1156, 1257 — Custodia de seguridad 1128
— más elevado 856 — no criminal 19 s. — como sustitutivo de la pena priva- — Formación de la — 1027 s., 1202
— menor grado de — 664 — origen, esencia y justificación 89 ss. tiva de libertad 1066, 1069, 1217 — Formación con posterioridad 1025,
— no eludible de otro modo 661 — relativamente indeterminada 118 1029
— temporal 1074, 1082
— Normal 805 nota 18 — y tentativa inidónea (§ 23 III) 728 — Levantamiento de la — 1029
— para la vida, cuerpo o libertad 657, — sistema 1059 ss. — Límite superior de la — 1028
Pena de prisión 45 s., 143
659 s., 856 — teorías relativas de la 98 ss. — Marco penal 1028
— Posibilidad de advertir el — (impru- Pena, dispensa de — 647, 758 nota 8, Pena de prisión perpetua 176, 1061 ss.,
— Pena conjunta pecuniaria 1170
dencia) 779, 797 1151, 1169 ss., 1173 ss„ 1189, 1225 1166 nota 54, 1250
— y presupuestos de la reincidencia
— Proximidad del — 493, 555, 797, — Desistimiento 736, 744 nota 32, 746, — Concurso 1025
— Vigilancia de conducta 1140
859 757 — Derecho comparado 1068 s.
1221
— situación de estado de necesidad 661 — en casos de poca importancia 1174 — Estadística 45 ss., 1063 ota 8
Pena mínima 77, 1222
— situación de legítima defensa 466 siguientes — Indulto 1255
Pena normal 1061 s.
Peligro(sas) (sos) — en el § 60 1177 ss. — Jóvenes adultos 600
Pena pecuniaria sustitutiva de la priva-
— Delincuentes habituales 1126 — República Democrática Alemana — y pena de muerte 1056 ción de la libertad 106
— Estados de — para cosas 661 1179 nota 27 — Registro 1251 Penas privadas, compensación 1180
— Instalaciones 553 — Tentativa absolutamente inidónea — Prescripción 1241, 1243 Pena por simple sospecha 132
— Lesiones 360, 365, 864 726 Pena de privación de libertad 63, 141, Pena privativa de libertad subsidiaria
— Modos de conducta 341 s., 553 s. — Tentativa inidónea 702, 703, 728 151, 176, 179, 608, 668, 1018, 1045, 82, 1065, 1076 s., 1084 s., 1085, 1086
Peligro continuado, Estado de necesi- Pena canónica 20 1047, 1052, 1060 ss., 1095, 1155 ss., s., 1221
dad 493, 661 Pena de azote 129 (v. también Castigo 1167 1168 — Arresto penal 1019
Peligro del bien jurídico, del objeto de corporal) — corta (v. Pena corta privativa de li- — Concurso real 1027
la acción 320, 726, 780, 797 Pena de muerte 35, 132, 140, 149, 177 bertad) — Estadística 1060
— Actio libera in causa 715 s. nota 14, 256 1053 ss., 1062, 1069, — Derecho comparado 1068 — Indulto 1257
— Adecuación social 553 1194, 1243 — dos años 1128 Pena (privativa de libertad) unitaria
— Agente provocador 958 — ejecución 441 — ejecución de la — (v. también esta 46, 106, 143, 1061, 1068
— grado del — (factor que influye en — en el extranjero 1056 s. voz) 441, 535, 1067 Penalidad disponible 1028 s.
la determinación de la pena) 1207 — y prisión perpetua 1055 — estadística 45 ss., 1060 Penalización 10
— más elevado 805 Pena de multa 32,176, 1045, 1049, 1059, — hasta dos años 1154, 1158 Penas accesorias 1045, 1060, 1090 ss.,
— Tentativa 700, 702, 708, 880 1072 ss., 1110 — hasta seis meses 45 s., 1154 ss., 1219 1094 ss., 1096 s., 1102 nota 8, 1257
— Tentativa inidónea 726, 727 — Abono de la prisión preventiva 1224 — hasta tres meses 1250 — en concurso ideal 1019

39*. —Hans Heinrich Jescheck. — Tratado de Derecho Penal, v. II


1308 índice analítico índice analítico 1309

Penas accesorias Perjurio 258, 490, 625, 661, 1158 Personalidad del autor 107, 265, 1048, Policial
— en concurso real 1027 — Actio libera in causa 610 1051, 1065, 1091, 1122, 1124, 1158, — estadística criminal 39
— Determinación alternativa 201 — Complicidad por omisión 860 1171 — ilícito — 70
— Determinación de la pena 1198 — Determinación alternativa 199 no- — concepto unitario de autor 889 — vigilancia — 186
— Estadística 45 ta 21 — condena condicional 1155 Política criminal 28 ss., 58, 63, 99, 108,
— Inhabilitación profesional 1146 s. — Determinación de la pena 1201 — elementos de la actitud interna 646 287, 351 s., 971, 1001, 1052 ss., 1075,
— penalidad global con posterioridad — Dolo 399 s. — factores de determinación de la pe- 1151, 1255
1030 — Elementos descriptivos del tipo 365 na 711, 1028, 1210 — Determinación alternativa 199
— en unidad de ley 1041 — Error sobre causas de exculpación — hospital psiquiátrico 1121 — y dogmática 265, 281
Penas corporales 131 s. 692 — pena privativa de libertad 1218 — Ilustración 99, 132
Penas cortas privativas de libertad 32, — y falso testimonio 362 — pena corta de privación de libertad — Nacional-socialismo 139
101, 106, 110, 143, 1018, 1049, 1059, — Participación 941, 960, 968 1219 — Pena de muerte 1056
1065 ss., 1155 s., 1159, 1171 — Tentativa 713 — plazos de prescripción 1239 — Pena pecuniaria 1026
—• Derecho comparado 1068 s., 1086 s., — Valoración pararela en la esfera del — suspensión del resto de pena 1167 — Principio de culpabilidad 561
1220 profano 400 Personas jurídicas — Principio de legalidad 180
— indispensable 1219 Permiso (v. consentimiento Autoriza- — Legitimado para presentar la que- — República de Weimar 138 s.
— y multa 1073, 1076 ción oficial) rella penal 1232 — Tendencias internacionales 1046 ss.
— pena sustitutoria de privación de li- Permiso de conducción, retirada 9, 18, — Multas contra — 81 Ponderación de bienes 317, 444
bertad 1085 115, 119, 140, 1090 s., 1116, 1138, — Responsabilidad de órganos y repre- — como causa de justificación general
— Reforma 1217 ss. 1141 ss., 1178, 1220 sentantes 3j03_j!¡s. 556
— Transformación en infracciones ad- — Sanciones contra — 299 ss. — Estado de necesidad agresivo 487
— Abono en la privació?i del — 1225
ministrativas 150 Perturbaciones psico-patológicas 589, — Estado de necesidad justificante
— Amonestación con reserva de pena
Penas deshonrosas 35, 106, 1052 599 484, 491
1170
Penas individuales (concurso real), Petición de pena, autoridades 1234 s. — Legítima defensa 467, 469
1027, 1128 a., 1139 nota 5, 1167, — por autoridad administrativa 1142
— Estadística 47, 1092 s. Picota 129 Ponderación de deberes, estado de nece-
1202, 1219 Piratería aérea 17, 161 sidad justificante 491
Penas para jóvenes 8, 600, 1061, 1128 — extranjero 1141, 1145 — Acciones de preparación 712 Ponderación de intereses 488, 493 ss.,
— Ejecución 24, 1068 — inscripción en el Registro 1249
— Jóvenes 599, 1141 — Desistimiento 746 501 ss.
— Registro 1249 — P.° del derecho universal 229 — Consentimiento presunto 525 ss.
Penas principales 1026, 1073, 1257 — provisional 1145, 1225
Plan del autor — Estado de necesidad justificante 492
Penas privativas de libertad de jóvenes — Retroactividad 186 — Participación 893, 899, 937, 941 ss. Ponderación de valores 340, 442
25 Permiso de conducir, plazo de privación
del mismo o del derecho a obtenerlo — Tentativa 708 Posesión como bien jurídico susceptible
Pérdida de la capacidad para obtener Plazos
derechos 1045, 1095 ss. 1093, 1141, 1145 de legítima defensa 463
— Prescripción de la pena 1243 s. Posesión, recuperación de la — 544
— Perdón por vía de gracia 1257 Persecución penal — Prescripción del delito 1238 s. Posición de garante 334, 664, 689, 835,
Pérdida de la capacidad para ser elegi- — estadística 39 s. — Querella penal 1234
do para un cargo público 1045, 1095 — prescripción del delito 1238 ss. 838, 854 ss., 866
Pluralidad de acciones 994 ss., 1024,
siguientes — renuncia a la — 231 — Error 632
1035
— Perdón por vía de gracia 1257 — impresión condicional 1085 — Imprudencia 869
Pluralidad de hechos 1024
Pérdida del derecho electoral 1045, Persona próxima (Estado de necesidad) Positivismo 60, 100, 275 s., 577 s., 1047
Poder, 588 s., 656, 817
1045, 1095 ss. 659, 662 Poder de que dispone a bordo el capi- siguiente
— Perdón por vía de gracia 1257 Personal tán del barco, comandante de la na- Precedentes 151, 174
Perdón de la pena 230, 1029, 1165 — Capa personal del hombre 571 ve 545 Prensa, delitos de —
— Indulto 1247, 1257 — Teoría del injusto personal 448 Policía Federal de Fronteras, derechos — inhabilitación profesional 1148
— Suspensión de la pena 1167 Personalidad especiales 490 —• leyes de —, derechos de — 155 s.
Período de prueba 1159, 1167, 1169, — a la medida 564 Poder punitivo — Prescripción 1241
1172 — y criminología 62 — alemán 220 s., 768 — salvaguardia de intereses legítimos
Período de prueba, ayuda durante el — — dossier de la — 118 — concurrente 226 s. (deber de información) 556 s.
63, 109, 1053, 1153 ss., 1163, 1167, — denegación de la — 117 — y derecho de gracia 1255 Prescripción 1030, 1229, 1237 ss.
1196, 1220 1249 — culpabilidad por la — ver culpabili- — estatal 15 ss., 171, 220 s. — comienzo del plazo 706
Período de prueba, funcionario encarga- dad por la conducta de la vida — limitación 16 s. 248 ss. — de los crímenes de guerra y contra
do de ayudar al condenado durante — estructura estratificada de la — 570 — límites de derecho natm*al 16 la humanidad, 165, 186 s., 1241
el — 59, 110, 1140, 1149, 1159, 1162 siguiente — límites de derecho de gentes 17 — del delito continuado 1004
siguiente — ingerencia en la — 486, 1211 — relación con la RDA 257 ss. — del hecho previo 1039
Período de prueba, obligaciones impues- — investigación de la — 582 s. — supraestatal 17 — In dubio pro reo 197 s.
tas durante el — 1159 ss., 1198, 1211 — valoración global de la — 581 s. — titular del — 22 — Plazos 155
1310 índice analítico
índice analítico 1311
Prescripción Prevención especial
Principio de culpabilidad Principio de supremacía
— Prescripción retroactiva 186 s., — teoría de la pena 95, 100 ss., 1048
— condiciones objetivas de punibilidad — de la ley 33
1239 — teorías eclécticas 103 ss. 766 s. — del Derecho Internacional Penal
— Teorías 1238 — teorías relativas de la pena 99 — consecuencias accesorias 1096 166
Prescripción de la pena 1159, 1237 s., Prevención general 6 s., 62, 96 s., 102 s.,
1243 s. — defensa social 102, 1047 ss. Principio de territorialidad, Derecho Pe-
105 s., 150, 287, 340, 688, 726, 738,
Prescripción del delito (v. también — delitos cualificados por el resultado nal Internacional 142, 225 s., 228,
1048, 1053, 1063, 1076, 1084, 1087, 140, 356, 786 231
Prescripción) 230, 1237, 1238 ss. 1096, 1102 s., 1154, 1167, 1168, 1178,
— delito imprudente 821 Principio de la lex fori 256
— Derecho extranjero 1239, 1243 1191, 1200, 1219 s., 1238
— delito cometido en estado de embria- Principio de la pena unitaria 993, 995,
— Interrupción 1241 s. — Determinación de la pena 1195 guez 613 1049
— Naturaleza jurídica 758 — Pena de multa 1077 — derecho comparado 31, 1202 s. — Derecho comparado 1019
— Suspensión 1242 s. — en una relación jurídica específica — en la historia 131 Principio de derecho universal, Derecho
Presidente Federal, poder punitivo ale- 668 — idea de prevención 32 s. Penal Internacional 229, 234
mán 249 — Tentativa 710
— inexigibilidad 823 Principio del domicilio 227
Presión motivacional 656, 663 s., 668 Prevención individual (v. Prevención es- — internamiento asegurativo 1126 Principio del domicilio, Derecho Penal
— Exigibilidad 822 pecial) — medición de la pena, límite máximo Internacional 255
Prestaciones en beneficio de una resti- Previsibilidad
de la culpabilidad 30 s., 1192 s., 1197 Principio del interés 444
tución benéfica, de la comunidad — de la consecuencia más grave en de-
siguientes Principio del lugar de comisión del he-
1160 s., 1165 litos cualificados por el resultado — medidas 113, 1116 cho 255
Presunción de conformidad a Derecho 786 s. — sistema de sanciones 1059 ss. Principio del pabellón, Derecho Penal
en mandatos 538 s., 679 — del curso causal 807 s. Principio de ejecución (v. también Fór- Internacional 226 s., 232
Presupuestos y obstáculos procesales — de los efectos en un delito como fac- mula del dar principio a), 697, 699, Principio del Talión 97
(o de procedibilidad) 335, 452, 756, tor de determinación de la pena 706 ss. Principio universal (v. Principio de De-
758, 767, 1229 ss., 1244 1208
— Autoría mediata 930 recho universal)
— Derecho Penal Internacional 236 — objetiva, imprudencia 807 s.
— Coautoría 943 Prisión preventiva 1068, 1128, 1170
— error sobre — 422 — del resultado, imprudencia 386 s., — Delitos de omisión 879 — Abono de la prisión preventiva (v.
— in dubio pro reo 197 807 s., 817 — Tentativa de inducción 980 allí)
— indulto 1256 — subjetiva, imprudencia 591, 821 s. Principio de humanidad 35 s., 99, 102, — Derecho oficial 537
— inmunidad 249 Principio de absorción 993, 995 132, 1047, 1056, 1063, 1255 — y determinación de la pena 1223
— mayoría de edad penal 597 — en el Derecho extranjero 1019 Principio de igualdad 35, 154, 447, 822, — estadísticas 49
— participación 901 Principio de abono de las penas, Dere- 1160 Prisión preventiva, abono de la — 1159,
— prescripción 1238 s. cho Penal internacional 230, 237
— prohibición de analogía 182 — aplicación del derecho 651, 684 1223 ss.
Principio de acumulación 18, 114, 993, — Determinación de la pena 1192
— prohibición de retroactividad 186 — Derecho comparado 1225
995 nota 7, 1026 Principio de inversión en los delitos de Prisioneros de guerra
— procedimiento objetivo 1110. — Derecho comparado 1019
Prevaricación 324 omisión 824 — Convenciones de Ginebra 168, 179
Principio de asperación 993, 995, 1025
— delito especial propio 361 Principio de legalidad 67, 132 s., 173, — Homicidio y malos tratos 168
siguientes 197, 235, 638, 837, 841, 1048 s. — Trato inhumano 17
— tentativa 879 — Derecho comparado 1019
Prevención (v. Función de prevención) — Evolución histórica del — 177 ss. Privación de libertad, abono de — 1223
Principio de autoprotección, interés Principio de liquidación, Derecho Penal Privilegio de la edad 757 s.
Prevención, finalidad de la pena (v. tam- de —
bién Función de prevención del De- — aminoración 472 internacional 230 s. Privilegio de los ascendientes 758
recho Penal) 7 s., 92, 93 s., 98 s., — defensa de cosas 486 Principio de oportunidad 23 Pro magistratu, Actuar — 543 ss.
105, 1052 s., 1113, 1247 Principio de personalidad, Derecho Pe- Probabilidad
— legítima defensa 470 nal Internacional — Peligro concreto 358
Prevención especial 7, 62, 76, 95, 101 Principio de combinación 993
ss., 105 ss., 276, 1064, 1090, 1096 — activo 227, 231 s. — Teoría de la adecuación 386 s.
— en concurso ideal 1018 Probabilidad rayana en la seguridad
— agravación de la pena 608 — pasivo 228
— en unidad de ley 1040 s. — imprudencia 805 s.
— amonestación con reserva de pena Principio de confianza en el tráfico ro- Principio de proporcionalidad (v. pro-
— condena condicional 95 porcionalidad) — omisión 838, 853 '
dado 779, 801 Probation 109 s., 1069, 1203
— desistimiento de la tentativa 738 Principio de protección, Derecho Pe-
Principio de culpabilidad (v. también nal Internacional 228 s. Procedimiento asegurativo 544, 607,
— determinación de la pena 1026 Culpabilidad, principio de — 9 — ampliado 224 1121, 1123
— dispensa de pena 30 ss., 34, 63, 93, 108, 142, 145, 184, Principio de protección del Estado, De- Procedimiento de puntos, prognosis
— en pena de multa 1076, 1077 211, 561 ss., 622, 768, 1049, 1053, recho Penal Internacional 228, 232, 120
— penas privativas de libertad 1027, 1200 s. 258 Procedimiento sumario 267
1066 — y actio libera in causa 612 Principio de protección individual, De- Procesal
— suspensión del resto de pena 1166 s. — amonestación 1170
recho Penal Internacional 228, 233, — teoría — de la prescripción 1238,
— suspensión de la pena 1154 s. — comiso 1903 236, 259 1244
1312 índice analítico índice analítico 1313

Procesal Prohibición de regreso, Teoría de la — Protección de la Constitución (consen- Puesta en peligro del tráfico rodado
— teoría — del indulto 1256 382 nota 18, 788 timiento) 520 — retirada del permiso de conducir
Proceso de Nuremberg, Juicios 163 s., Propiedad 74, 171, 352, 360, 414, 514 Protección de la sociedad 3 ss., 29, 98, 1144
168 — Comiso 1103, 1107 1052 Punto de vista ontológico 282 s., 296
Proceso inquisitivo 131 — Confiscación 1101 — Defensa social 1047 ss.
Proceso objetivo, comiso 1110 — Estado de necesidad 492 Protección del honor 73, 237, 639, 768
Proceso penal, Derecho procesal penal — intromisiones permitidas en la — Provisionalmente Q
23 s., 118, 248, 576, 1048, 1123, 1142, 487 — comiso (confiscación, aseguramien- Querella penal, demanda de persecu-
1190, 1239 — Legítima defensa 463, 474 to) 1110 ción penal 363, 756, 767 nota 20,
— comiso, confiscación 1110 Proporcionalidad, Principio 34 s., 340, — Inhabilitación profesional 1146 1097, 1229 ss., 1242
— compensación 1180 444, 1049 — Privación del permiso de conducir — comienzo del plazo 1233
— concurso real 1025 — Autoauxilio 543 1145 — comiso 1120
— culpabilidad por la conducta de la — Ayuda durante el período de prueba Provocación — concurso ideal 1012
vida 582 1163 — compensación 1181 — delito continuado 1004
— delitos de poca importancia 1176 — Coacción estatal 537 — en la legítima defensa 471 — en delitos patrimoniales 145
— determinación de la pena 1191 — Comiso 1102 Psicópata, psicopatía 8, 559, 604, 606, — error sobre necesidad 422
— división 113 — Defensa de cosas 485 s. 1117 — legitimación 1232
— in dubio pro reo, determinación al- — Derecho de resistencia 546 s. Provocación intencional 471, 487 — prohibición de analogía 182
ternativa 195 s. — Detención provisional 544 Proxenetismo 665 — prohibición de retroactividad 186
— prescripción 1242 — Estado de necesidad exculpante 663, Proyecto alternativo 32, 105, 1049, — renuncia 1234
— presupuestos procesales 767, 1229 670 1123 s., 1131, 1168 — representasión 1233
siguientes — Estado de necesidad jurídico-civil Proyectos de un StGB 141 s. — desistimiento 1234
Producía sceleris 1104 ss. 487 s. Prueba, reglas de — 194 ss., 225, 536, — unidad de ley 1039 s.
Profesionalidad 75, 437, 904, 1005 — Legítima defensa 467 s., 469, 475 557, 572 nota 3, 717, 769, 768 nota
Prognosis (juicio de) 9, 63, 97, 119 s., — Medidas 34, 106, 115 s., 1116 29, 802, 820, 1190, 1239
1138, 1108 — Medidas privativas de libertad 47, Prueba de la apariencia 820 R
— amonestación con reserva de pena 1116 Pruebas de sangre extracción 536
1171 Rapto 437
— Obediencia jerárquica 541 Psicología criminal 62,
— custodia de seguridad 1131 — acuerdo 511
— Obligaciones 1160 Psicosis (ver Perturbación psíquica
— delincuente habitual 1126 morbosa) — Querella penal 1234
— Privación del permiso de conducir
— hospital psiquiátrico 1120 Rebeldía, condena en 223
1141 Psíquico(a) (s)
— privación del permiso de conducir Recepción 130
Proposiciones permisivas 337, 441 ss., — anomalías 600 Receptación 212
1143 468, 632, 637, 653, 815 — defectos criminales 8
— suspensión condicional de la pena — Coautoría 941
Protección — defectos, perturbaciones 7 s., 587, — Comiso 1104
1154 s., 1164, 1217 589, 596, 605, 1119, 1209
— del bien jurídico 9 ss — de cosas sustitutivas 214
— suspensión del resto de la pena 1166 — procesos, vida, 299, 374, 564 ss.,
— de la libertad individual 96 — Determinación alternativa 195, 198
— teoría de la adecuación 577, 580
— de la paz pública 5 — en hecho posterior penado 1039
— terminación de la ejecución de las
— de los valores ético-sociales de la Publicación de la sentencia 1096 s. — in dubio pro reo 195
medidas de seguridad 1116, 1139
Prognosis criminal 63 acción 9 ss. Público(a) (s) — Lugar de comisión 239
Prognosis objetivo-posterior (teoría de — de los valores fundamentales del or- — cargo, pérdida del — 1094 s. — Participación 970
la adecuación) 338 den social 9 ss. — elecciones 1095 — Tentativa 710
Prognosis social 1064 Protección de bienes jurídicos 9 ss., 104, — interés en la persecución penal 109, Reclusión correccional, pena de — 35,
Programa de Marburgo 100 129, 212, 224, 232, 378 1231, 1251 143
Programa de resocialización 1049 s. — internacional 234 — pena 128 — Abolición 1052
Prohibición de analogía 33, 82, 139, 173 Protección de la colectividad, sociedad — seguridad 581 — Estadística 45
ss., 178 nota 15, 180 ss., 213, 837, o comunidad 3 s., 29, 70, 95, 98, 115 Publicaciones obscenas, principio del Recluso '
902 s., 266, 494 derecho universal 229 — derechos fundamentales 543
— Analogía en favor del autor 182, — comiso 1103, 1107 Puesta en peligro del tráfico rodado 71, — estadística 48 s.
449 nota 33 — custodia de seguridad 1126 ss. 647, 746, 784 Recompensa por el delito, Confiscación
Prohibición de conducir 9, 140, 1060, — determinación de la pena 1195, 1197 — consentimiento 520, 813 ss. 1099
1090 ss., 1141, 1144, 1220 siguientes — delitos de resultado 355 Reforma del Derecho penal 18 s., 26 s.,
— Abono en la privación del permiso — inhabilitación profesional 1146 — desvalor de la acción 323 46, 61, 137 ss., 231, 1045 s., 1052,
de conducir 1225 — medidas privativas de libertad — elementos de la actitud interna 650 1074
— Estadística 45 s., 1093 — medidas no privativas de libertad — imprudente 804, 868 — del Derecho penal formal 26 s.
— Indulto 1257 1138 — por omisión 835, 868 — del Derecho penal material 26

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1314 índice analítico índice analítico 1315
Reforma del Derecho penal Relación de regla-excepción Resocialización Resultado
— internacional 231 — Capacidad de culpabilidad 626 — cumplimiento de la pena 19, 103, — Desistimiento de tentativa 744 s.
— antes de la primera guerra mun- — Causas de justificación 442 1067, 1121, 1132 — Teoría de los grados 700 s.
dial 138 — Pena global — del delincuente habitual 1126 — como elemento del tipo 375
— en la República Federal de Alema- Relación medio-fin 1016 — determinación de la pena 1196 s., — Lugar de comisión 239, 240
nia 139 ss. Relaciones personales 1210 s. — en los delitos de omisión 851 s.
Reforma del Derecho penitenciario 27 — especiales: (v. Elementos persona- — instrucciones 1161 Retención de rehenes 144
Reforma del proceso penal 138 les especiales) — medidas 1113 — Consentimiento 520, 746, 1062
Registro central de tráfico 25, 1249 — y legítima defensa 470 — penas cortas privativas de libertad Retorsión 1179
Registro central federal 25, 27, 1172, Renuncia a la querella penal 1234 1217 Retribución 92 s., 1047
1247 ss. Reparación 1097, 1153, 1159 s., 1165, — penas largas de privación de liber- — Culpabilidad por el hecho individual
— Cancelación 1251, 1257 1169, 1172 tad 1064 581 s.
— Determinación de la pena 1212 Reparación del daño 109, 1172, 1197 — plazos de prescripción 1238 — Determinación de la pena 1194, 1202
— Dispensa de la pena 1176 — Factores determinantes de la pena — suspensión condicional de la pena — Determinismo 562 s.
— Información ilimitada 1251 1207, 1213 110 — Prescripción 1238 s.
— Infracciones administrativas 82 Repetida realización del mismo tipo, Resolución 399, 408, 697, 703 — Teorías eclécticas 103 ss., 105 s.
— Multa 1170 Unidad de acción 998 — del omitente 866 — Unificación con prevención 95 s.
— Perdón de la pena 1165 Representación en la querella penal Resolución de voluntad unitaria (Uni- Retroactividad
— Reforma 1248 1233 dad de acción) 996
Representación moral 1209 — de la ley más favorable 187 s.
— Suspensión del resto de pena 1167 — en dolo e imprudencia 408
Representantes legales 304, 1232 — de la ley penal 33, 163, 173
Registro de educación 25, 1249 Responsabilidad 63, 102, 283, 566, 577,
Reprochabilidad — prohibición de — 24, 183 ss.
Reglamento de policía 157, 801 596 s.
— Actitud interna 71 — de la prolongación de los plazos de
Reglamentos administrativos 157 — jóvenes 597 ss.
— en infracciones administrativas 80 prescripción 165, 188, 1239 s.
Reglas de determinación de la pena, — según el Derecho Internacional 166
siguiente Responsabilidad de órganos 303 ss. Revocación
principios de — 363, 366 s., 1086, — de un acto de gracia 1256
— del modo de comisión 650 Responsabilidad del representante 303
1192 ss., 1199 ss., 1201 — libertad condicional 1167
Reprochabilidad, culpabilidad como — siguientes
— casos especialmente graves y menos — del perdón de la pena 1165
— 31, 71 s., 280, 559 ss., 578, 817, 1209 — Comiso 1109
graves 366 — Suspensión condicional de la pena
República de Weimar Responsabilidad penal (v. también Im-
— división de las infracciones penales 1160, 1164
— Criminalidad 41 putación objetiva) 386 ss.
en delitos graves y menos graves 77, — de la suspensión de la ejecución de
— Determinación de la pena 1191 Responsabilidad por determinadas fuen-
368 medidas 1134
— Preeminencia del Derecho imperial tes de peligro (posición de garante)
— ejemplos típicos o regulares 367 Riesgo, idea del — 788
154 858 ss.
Rehabilitación 138, 1247 ss. — acción de complicidad 964 s.
— Principio de legalidad 177 Responsabilidad por el hecho, teoría de
— etapas de la — 1250 ss. — Obra reformista 138 s., 1115 — y causalidad 389
la — 591 s., 654 nota 2, 815 nota 17
— mediante indulto 1254 República Democrática Alemana — en las condiciones objetivas de puni-
Responsabilidad por el resultado 30,
Reincidencia 8, 18, 41, 1050, 1059, 1127, — Condena condicional 1169 nota 8 bilidad
397, 778, 785, 803
1129, 1138, 1158, 1221 ss. — Derecho Penal interlocal e interna- Restitución de capacidades y derechos — delitos de omisión 766, 768, 854 no-
— como circunstancia agravante per- cional 254 ss. 1096 ta 28
sonal 106, 583 — Determinación de la pena 1203 Restricción de la pena, causa de — imprudencia 805 s., 812
— y culpabilidad por el hecho 1210 no- — Dispensa de pena — 1169 nota 8, — participación como —• 895 — jurídicamente desaprobado 387, 389
ta 14 1179 nota 27 — propia condición de punibilidad co- — permitido 526, 552 ss.
— determinación de la pena 1201, 1212 —• Inmunidad de los representantes mo — 764 Riesgo permitido 344, 389, 552 ss., 638
— Derecho comparado 1223 252 — resultado como — 357 — y deber de cuidado 800
— prescripción 1130, 1221 — Permiso de conducir (retirada) 1145 Restrictivo(a) — en hecho imprudente 800, 814
Reincidente 8, 75, 118, 583, 1117, 1125, — Reincidente 1131 — Interpretación restrictiva y exten- Robo 59, 77 s., 208, 364 .'
1168 Residencia, instrucciones que se refie- siva 212 s. (incluir en "Interpreta- — coautoría 941
Reinserción social del condenado ren a la — como forma de resociali- ción") — dar principio a la realización del ti-
— a través de instrucciones 1166 zación 1162 — Concepto restrictivo de autor (ver po 709
— a través de obligaciones 1159 Resistencia a la potestad estatal 541 esta voz) — como delito compuesto 306
— Determinación de la pena 1195, — Elemento del deber jurídico 766 no- Resultado 322 ss., 355 s., 448 s., 697 — como delito de intención 437
1200 ta 16 — Causalidad 377 — determinación alternativa 199 nota
— Indulto 1247, 1257 Resocialización, necesidad de, fin de — — Concurso 996 21
— Registro 1247 35, 93, 95, 101 ss., 1047 ss., 1123, — en los delitos imprudentes 821, 779, — especialidad 1035
Relación de dependencia, deber de ga- 1155, 1198 s. 802 ss. — grave 59, 187, 415
rante 856 — culpabilidad 567 — Imputación objetiva 390 — participación 940, 941
1316 índice analítico índice analítico 1317
Robo Situación profesional Subsidiariedad 410, 1035, 1036 s. Temporal, pena privativa de libertad
— con resultado de muerte 355 s. — Error de prohibición 628 s. — expresa (formal) 1036 s. (v. también Pena de privación de li-
— tentativa 714 — Como hechos de medición de la pe- —• fases previas de participación 987 bertad) 1025, 1065, 1166
Rose-Rosahl, Caso — 417, 960 na 669, 1210 — en pluralidad de formas áe inter- Tendencia interna trascendente 361 no-
Situación típica — (Delitos de omisión) vención 968, 1037 ta 43, 436
S 848, 865, 877 — principio de — 352 Tenencia 207, 353, 360
Soberanía de la jurisdicción penal na- — relativa 1037 Tentativa 11, 72, 362, 697 ss. 853, 924
Salario de los internos 1067 cional 222 — tácita (material) 1037 — acabada 710, 739 ss.
Sanción administrativa Sobreseimiento del proceso 80, 109, Subsunción 206 s., 400 — actio libera in causa 611 s., 715
— contra colectividades 301 1176 Suicidio 342, 660 — de actos preparatorios 713, 980 s.
— de mantenimiento del orden en los — sin el consentimiento del Tribunal — contribución imprudente 390 — antijuricidad de la — 326
juicios 19 145 — doble fallido 900, 1158 — atenuación 72, 448, 523, 711 s., 1062,
Sanciones coactivas 19 — y dispensa de pena 1179 — participación 956 1201, 1207
Secreto de la correspondencia, violación — falta de presupuestos procesales — víctima como instrumento 922 — del autor principal 961
del — 213, 453, 517, 535 767, 1229 Superior militar 149, 538 — autoría mediata 930
— consentimiento presunto 525 — en hechos extranjeros 230 — Deber de garantía 862 — coautoría 939 s., 945
Secreto profesional — posterior determinación de la pena — como autor mediato 926 — combinación de dolo e impruden-
— como causa de justificación 759 145 Suprapositivo(as) cia 784
— Inspección del — 492, 498 Social(es)(mente) — causas de justificación 446, 683
— violación del — 902 — condiciones objetivas de punibilidad
— acciones útiles — 800 — Derecho 446, 545 764
Secuestro de aviones (v. Piratería aé- — concepto de acción — 278, 295 ss., Sursis 110
rea) — cualificada 748, 1040
324 Suspensión
Seguridad jurídica, inseguridad — 33, — delito continuado 1002, 1004
— conciencia 566 — condicional de la pena (ver también
173 s., 184, 195, 201 s., 264, 276, — delitos cualificados por el resultado
— del condenado 1247, 1255, 1257 Libertad condicional) 106, 110, 143,
317, 333, 396, 447, 470, 702, 803, 713 s.
— consideración — (o prestigio) 1134, 1140, 1151 ss., 1165 ss., 1249,
838, 864, 1045, 1050, 1062, 1105, — control — 4, 62, 1048 — en delitos de emprendimiento 362,
1252, 1257
1148, 1231 nota 8 — defensa (v. Défense sociale) 715
— del ejercicio de la acusación 108,
Seguridad interior del Estado — desintegración — 955 nota 3 — delitos de mera actividad 713
145
— lex fori 256 — Estado — de Derecho 116 — delitos de omisión 878 ss.
— de medidas 111, 115, 1113, 1131,
— Dereccho de protección 228, 233 — función y responsabilidad 304 — Derecho comparado 716 ss.
1134, 1140, 1149
Sensibilidad a la pena, como factor de — orden (v. Orden social) — desistimiento (v. esta voz)
— de la prescripción del delito 242
determinación de la pena 1210 — pautas rectoras — 94 —• desviación esencial del curso causal
— de la prescripción de la pena 1244
Sentencia, publicación de la — 1096 s. — posición — como factor de determi- 418 s.
Suspensión condicional de la pena (o
Sentencias de los Tribunales (significa- nación de la pena 1192 condena condicional) 32, 63, 96, 106, — dolus generalis 420
do) 58, 151, 264 — responsabilidad — 469 110 s., 140, 143, 1049, 1052, 1059 s., — y ejecución de las medidas de segu-
Sentencias 1189 nota 1 — sentido — 351, 495, 832, 856, 888 1066, 1138, 1151 ss., 1189, 1195, 1219 ridad 1119
Sentido, conceptos referidos a — 365 s. — valor — 516 — y determinación de la pena 1198, — elementos subjetivos 438, 703 s.
Sentido de prohibición (tipo) 333 s. Sociedades, irregulares 1211 — y error sobre el tipo permisivo 636
Sentimiento jurídico 104, 462, 483, 500, — Multas contra 82, 300 — derecho comparado 1069 s. nota 47
629, 635, 712, 831 Sociología criminal 62 — estadística 45 s., 1060 — por falta burda de entendimiento
Sistema de la doble vía 9, 18, 108, 113 Soldados — formación de la penalidad global 727
ss., 142, 1049, 1053, 1059, 1113, 1138 — arresto penal (v. esta voz) 1030 — fracasada 741 s.
Sistema de la vía única del Derecho pe- — deber de obediencia 540 — naturaleza jurídica 1153 — fundamento del castigo 700 ss.
nal 118 — error en el sujeto 732 — y pena de multa 1083 — hecho previo impune 1037
Sistema vicarial 18, 115, 117, 1113, 1131 — mayor deber de soportar el peligro — y prescripción de la pena 1244 — historia 131
siguiente 657, 666 — registro central federal 1250 — imprudente 704, 784 s.
Sistemática — orden como causa de exculpación — y remisión del resto de pena 758 — inacabada 739 ss. '
— interpretación 209 676 ss. — por vía de gracia 1257 — inidónea 142
— ordenación de los elementos del de- Sistema de sanciones 1073 — lugar de comisión 241
lito 267 — escuelas de Derecho penal 1047 ss. — panorama histórico-dpgmático 699
Situación de colisión 665 s. Socialista, Sistema jurídico-penal 118 T siguiente
Situación de estado de necesidad nota 21 — de participación 890, 966, 979 ss.
— culpable 496, 664, 665 Subordinado 538 s., 677 s., 802, 967 Teleológica — penalidad 710 ss.
— estado de necesidad justificante 492 — en estado de necesidad 664 — interpretación 210 — punibilidad 72, 702, 710, 725 ss.
— estado de necesidad exculpable 660 — Error del — 677 — teoría del delito 277 — resolución 703
siguientes — Querella del — 1232 — teoría del tipo 333 — teoría general del delito 266
1318 índice analítico índice analítico 1319
Tentativa acabada 710, 739 ss. Teoría de la culpabilidad Teoría de los tipos de autor, tipología Teoría subjetiva de la tentativa
— en delitos de omisión 880 — delitos de omisión de autores 62, 75 s. — delimitación, tentativa acabada e
— Desistimiento de la — 880 — Derecho Penal especial 630 Teoría del abandono del interés (con- inacabada 740
Tentativa cualificada 748 — Derecho penal administrativo 82 sentimiento) 515, 526 — preparación, delimitación 707
Tentativa de participación 979 ss. — desistimiento 739 Teoría del autor, tentativa 702 Teorías de la causalidad 378 ss.
— Determinación de la pena 1962 — error de prohibición vencible 627 s. Teoría del consentimiento (dolus even- Teorías de la interferencia 852, 866 no-
Tentativa fracasada 741 — estricta 635, 637 s. tualis) 405 nota 29, 407 ta 68
Tentativa inacabada 739 ss. — que remite a la consecuencia jurí- Teoría del contrato social, 99, 177, 350 Teorías eclécticas (o de la unión) 103
— Delito de omisión 880 dica 636 Teoría del delito, general 263 ss. siguientes
— desistimiento 742 ss. — restringida 635 — Fases de desarrollo de la moder- — en la determinación de la pena 1197
— dolo 741 Teoría de la declaración de voluntad, na — 271 ss. — en el extranjero 105
— presuntamente 744 nota 30 consentimiento 521 Teoría del dolo 623, 623 nota 5, 628 Teorías objetivas de la participación
Tentativa inidónea 72, 206, 725 ss., 749, Teoría de la diferenciación (Estado de — Derecho Penal especial 630 892
966 necesidad) 484 — infracciones administrativas 82 Teorías penales 96 ss., 1200
— absolutamente 326, 700 s., 716 Teoría de la dirección de voluntad 521 Teoría del favorecimiento, participa- Teorías relativas de la pena 98 ss.
— en delitos de mera actividad 713 Teoría de la equivalencia (v. Teoría de ción 955 Terapia social
— delitos de omisión 879 la condición) Teoría del fin, Causas de justificación — Establecimientos de — 8, 18, 63,
— y delito putativo 729 s. Teoría de la exención (Estado de nece- 444 ss. 111, 115 s., 143, 186, 1045, 1049,
— Derecho comparado 716 s. sidad) 483 — Estado de necesidad justificante 490 1052, 1117 s., 1123 ss„ 1126, 1132 s.
— desistimiento 743 s. Teoría de la gracia (Desistimiento) 737 Teoría del fin de la pena, desistimiento — Tratamiento de — 103, 113, 1117 s.
— por falta burda de entendimiento siguiente 738 Terminación 185, 697, 705 s., 1221
430 Teoría de la impresión (Tentativa) 703, Teoría del indicio. Determinación de la — coautoría sucesiva 942
— Historia 699 s. 711, 726 pena 1211 — Comienzo de la prescripción 1240
— y legítima defensa 471 nota 7 Teoría de la imputación 60, 272 ss., 577 Teoría del margen de libertad 1198 — Complicidad 963
— medios inidóneos 725 s. s., 585 ss. Teoría del negocio jurídico, Consenti- — concurso 1014
— objeto inidóneo 716, 725 s., 733 Teoría de la irrevocabilidad (Tentati- miento 515 — condición objetiva de punibilidad
— relativamente 700 nota 6 va) 717 Teoría del resultado 239 769
— sujeto inidóneo 725, 731 ss. Teoría de la participación en la culpa- Teoría del rol 854 s. nota 29 — y consumación 705 s.
— teoría objetiva de la tentativa 726 bilidad 955 Teoría del sentimiento — el delito continuado 1004
— teoría subjetiva 727 Teoría de la pluralidad, concurso ideal — Dolo eventual 408 — Lugar de comisión 240
Tentativa irreal 702, 728, 731 1012 — Imprudencia 780 nota 26 Términos de actividad finales 325, 374,
Tentativa supersticiosa (v. Tentativa Teoría de la ponderación de bienes (Es- Teoría del valor de empleo 1199 403, 437 s.
irreal) tado de necesidad justificante) 491 Territorio estatal 223 s.
Teoría formal del deber jurídico 855
Teoría causal de la acción 278, 292 s. Teoría de la probabilidad, Dolus even- Territorio nacional 242, 259
Teoría intermedia (Consentimiento)
Teoría de participación en el injusto tuali8 407 Terrorismo 26, 144, 1056, 1157
521
955 nota 5 Teoría de la relevancia 388 s. — disparo mortal intencional 536 no-
Teoría mixta
Teoría de la acción final, fínalismo 272, Teoría de la renuncia a la protección ta 1
— Indulto 1256 — estado de necesidad justificante 494,
281 ss., 293 ss., 324, 579 jurídica, Consentimiento 515 s. — Prescripción 1238
— Extranjero 286 nota 70 Teoría de la representación 398 nota 6 495 nota 37
Teoría objetiva de la interpretación — principio del Derecho universal
— Jurisprudencia 286 Teoría de la ubicuidad 228, 231, 239 ss. 211 229
Teoría de la actividad 239 Teoría de la unidad
Teoría de la adecuación 380, 386 ss., — en el concurso ideal 1012 Teoría objetiva de la tentativa 700 s., — situación de necesidad 661
483, 854 — en deber de garante 865 nota 64 726 Testimonio en estado de necesidad 649,
Teoría de la alusión, interpretación 211 — en el desistimiento 738, 747 Teoría objetivo-individual 704 693
Teoría de la causación 955 — en el Estado de necesidad 484, — Delimitación entre tentativa y pre- — Error 652
Teoría de la colisión (Estado de nece- 656 paración 706 Tipicidad 263, 266, 273, 278, 291, 373
sidad) 484 Teoría de la voluntad — Tentativa inidónea 726 — acuerdo 510 s.
Teoría de la compensación 1180 — Dolo 398 nota 6 Teoría político-criminal — y antijuricidad 439 ss.
Teoría de la condición 380 ss., 895 — Imprudencia 780 nota 26 — Concepto de culpabilidad 588 Tipo 313, 332 ss., 645 s., 887, 896
— delitos de omisión 852 Teoría de las funciones 855 — Desistimiento 737 — abierto 335 ss.
— Imprudencia 804 Teoría de las normas 273, 315 Teoría subjetiva de la interpretación — y adecuación social 341 ss.
— Participación 893 nota 18 Teoría de los grados 1199 211 — y antijuricidad 274, 332 ss., 441 s.,
Teoría de la conformación, dolo even- Teoría de los imperativos 315 nota 2, Teoría subjetiva de la participación 629, 810
tual 404 319 ss. 890, 895, 938, 944 s., 957, 962 — concurso 996
Teoría de la culpabilidad, error de Teoría de los intereses (Participación) Teoría subjetiva de la tentativa 700, — de delito 335
prohibición 623 897 701 s., 733 — delito de omisión 846 ss.
1320 índice analítico índice analítico 1321
Tipo Traición, alta Valor sustitutorio Voluntad, Formación de la
— dependiente 703 — Desistimiento 746 — Comiso del — 1106 —• Actuar en obediencia jerárquica
— derecho internacional penal 167 ss. — Emprender 206, 238 nota 68, 712 — Confiscación del — 1101 681
— dolo como integrante 324 s — Principio de protección 228 Valores, conceptos valorativos 564, 567 — Capacidad de culpabilidad 600
— como especie de delito 273 Transformación 162 — del orden social 353, 516 — Elementos de culpabilidad 436, 647,
— estructura 348 ss. Trastorno de la consciencia 597 — superiores de la comunidad 489 651
— falta de — 726, 732 — profundo 600, 602 s. Valores éticos 564 ss., 646 s. — Error sobre causas de exculpación
— formación de tipos 175 Tratamiento curativo no consentido - - Desistimiento de la tentativa 738, 692
— función de llamada (o apelación) 519, 528 742 — Estado de necesidad exculpante 663
340, 442, 510, 629 nota 22, 634 Tratamiento del autor 1162 — Factores determinantes de la pena — Exceso en la defensa 673
— de la tentativa 703 ss. Tratamiento psico-terapéutico 1117 1209 — Factores determinantes de la pena
— de la teoría del Derecho 335 Tribunal Internacional, Nuremberg, Variante dependiente 362 s. 1209
— teoría general del delito 266 Tokio 163 s. Versari in re iÜicita 355, 626 — Inexigibilidad 686 ss.
— y unidad de acción 997 Tropas estacionadas Vicios de la voluntad 522 — Libertad de la — 511
Tipo, complemento del — — Poder punitivo 223 Víctima del hecho punible 1129, 1162 — Principio de culpabilidad 559 ss.
— delito de omisión 828 — Prescripción de hechos punibles parte 1231 — Reproche de culpabilidad 280, 327,
— judicial 334, 836 1242 — delitos perseguibles a instancia de 591, 622
Tipo de culpabilidad 335, 436, 645 ss. — y determinación de la pena 1192 Voluntad de salvación 447
— accesoriedad 907 Victimología 62 — defensa de cosas 487
— condiciones objetivas de punibilidad U Vida — error sobre causas de exculpación
763, 769 — Bien jurídico 353, 1013 692
— delito imprudente 778 Unidad — y consentimiento 518 s. — estado de necesidad agresivo 489
— error sobre el — 421, 652 — del ordenamiento jurídico 445, 465 — Legítima defensa 463, 474 —• estado de necesidad exculpante 663
— prohibición de analogía 182 — de la Jurisprudencia 174 — Estado de necesidad 492, 660 siguiente
Tipo de garantía 335 Unidad de acción 995 ss., 1011 — Protección de la — 73, 168, 237, 840 — estado de necesidad justificante 496
Tipo de injusto 279 s., 285, 313, 334 s., — efecto de abrazamiento 1014 Vida anterior del reo 1211 ss. — exceso en el estado de necesidad 673
646 — En los delitos imprudentes 999 — suspensión condicional de la pena Voluntad defensiva 447, 467, 486
— condiciones objetivas de punibilidad — tipológica 996 1155 — Delito imprudente 812
763, 766, 769 — jurídica 1001, 1005 Vida humana, valor no comparable 684 Voluntad del autor 320, 373, 398, 410,
— delitos de imprudencia 778 s., 795 — natural 741, 998 s. Vigencia, ámbito de —, del Derecho pe- 434, 577 ss., 1219
ss., 810, 817 — típica en sentido amplio 998 nal alemán 217 ss. — Concepto unitario de autor 889 s.
— dolo como parte del — 395 s. — típica en sentido estricto 997 — interlocal 254 ss. — Desistimiento de la tentativa 737
— prohibición de analogía 182 Unidad de hecho 1011, 1024 — internacional 217 ss. siguiente
Tipo subsidiario (de recogida) 197 Unidad de ley 748, 994, 1033 ss. — personal 248 ss. — Factor determinante de la pena
— como delitos de imprudencia 777 — Delitos modificados por el resulta- Vigilancia de conducta 8, 18, 115, 143, 1208
— para inducción 197 do 1016 186, 599, 1132 s., 1135, 1138 ss., — Fundamento del castigo en la ten-
— Subsidiariedad 1036 — Grupos de casos 1035 ss. 1166 nota 56 tativa 700 ss., 711, 726
Tipo total 335, 338 — en pluralidad de acciones 1024 Vinculante — Imprudencia 408, 776, 780
Tipos abiertos 335 ss. — Tentativa cualificada 1040 — Mandato, orden 538 ss., 676 ss. — Participación intentada 982
Tipos cualificados 59, 415, 435 — Tratamiento 1041 — del ordenamiento jurídico 568 s. — Tentativa inidónea 726
— entre consumación y terminación Unidad jurídica de acción 1001, 1005 Violación 72, 1092 — Teoría subjetiva de la participación
706 Unidad natural de acción 705, 998 s. — Acuerdo 512 895, 938 s.
— consunción 1039 s. Unidad típica de acción — Coautoría 944 Voluntariedad
— delito continuado 1004 — en sentido amplio 998 s. — Complicidad 895 — del acuerdo 512
— especialidad 59, 1035 — en sentido estricto 997 s. — Concurso 1011, 1014 — del desistimiento 736 s., 742, 745,
— participación 903 Unificación del Derecho 61 — Delito de varios actos 360 986 ;
— tentativa 703, 709, 713 s. Uso común, capacidad de legítima de- — con resultado de muerte 714 — partícipe 748 s.
Tipos de referencia 592 fensa 462 — Unidad de acción 997
Tipos, grupos de — 362 ss. Uso judicial 151, 154, 255 Violencia 206, 474, 492, 659, 745
Tipos mixtos alternativos (v. Alterna- Vis absoluta, exclusión de la acción 297
tivas, tipos mixtos) 360 siguiente
Tortura 130 V Voluntad, actuación de la Yacimiento entre parientes (v. también
Trabajo forzoso, prohibición del — — y contenido de culpabilidad 588 s. Incesto)
1161 nota 34 Valor de enfermedad de anomalías 604 — Delitos contra la — 511 — Concurso 1011
Traición, alta Valor sintomático del hecho 1122, 1129, — Injusto de la acción 324, 444 — Participación necesaria 969
— Comiso 1108 1130 UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

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