Simbolos religiosos en la construcci6n
de la identidad popular
Rubén Dri
Mitos, simbolos y fetiches
Las casas de Itati son bajas. Por algunas puer-
tas abiertas pueden verse patios coloniales, den-
samente poblados de plantas y flores. En el cen-
tro del pueblo, frente a la plaza, y en un terreno
elevado -artificialmente- dos metros por encima
del terreno, se erige el templo. Este puede verse
desde cualquier punto del pueblo. Ituminado, re-
corténdose sobre el fondo del cielo nocturno, es
francamente hermoso.
Eloisa Marin, “Diario de campo”
El santuario de la Virgen de Itat{ se encuentra en una elevacién del terreno
ubicada en el centro del pueblo. Se indican de esta manera dos simbolos
poderosos, de extraordinaria importancia, que aluden al sentido tras el cual
se orienta el ser humano tanto en su vida individual como social.
Cuando visitamos un lugar desconocido como puede ser una ciudad ex-
tranjera en la que se habla un idioma que ignoramos, buscamos siempre
un punto de referencia, un centro que nos sirva de orientacién. Si perdemos
ese centro nos sentimos extraviados, perdidos, desprotegidos.
Eso mismo nos pasa con relacién a los grandes problemas que se nos
presentan en la vida, tanto individual como social. Nos referimos a los pro-
blemas del nacimiento, la vida, la muerte, el dolor, el sufrimiento, la opre-
si6n, el poder, la injusticia, la alegria. Necesitamos imperiosamente encon-
trarles sentido, tener puntos de referencia.Nadie escapa de ello.
fe referencia significa orientarse en la totalidad, se trate
de una ciudad o de una cadena montafiosa. Desde ese punto se puede ver el
todo. Si ese centro, ademas, esta elevado por sobre el resto de la ciudad o de
la cadena montariosa, la orientacién es mas clara. El santuario dela Virgen
13]el centro del pueblo de Itatf y en un terreno ef
perfeccién con ambas caracteristicas. ;
cumple aed del ‘encontrarse en el centro ha Hevado siempre alas ety,
an aniionales a edifiear el poblad y-de-un simbolo fuerte,»
r
15, que hace Tas entro, Los conquistadares so
wane ee mpre ol mapa d a ciudad alrededor de un ej.
es trazavon wel templo y el municipio. Grecia estaba formada px,
ota co Ge polis, pero todas se orientaban hacia un centro comin. t
cer Apolo en Delfos, “el ombligo del mundo”.
ten simbole del centro sucle estar unido ala altura. Esta puede ser tanto
una formacién geol6gica natural, como es el caso de las montaiias 0 eleva.
ciones naturales del terreno, como el Sinai para los hebreos o el Garizin
para los samaritanos; 0 creada por la obra humana, como las pirémides,
tanto las egipcias como las aztecas, 0 los célebres zigurats o torres de siete
pisos de la antigua Babilonia, :
El centro, no geogréfico, sino orientador, de las diversas polis se encon-
traba en una altura, en la acropolis. Lo mismo debe decirse de los camari-
nes que no faltan en ninguno de los santuarios en los que se venera a algu-
na de las virgenes que analizaremos. El camarin lleva hasta la virgen o al
santo que es el simbolo mismo del centro.
Subir la montana, ascender los escalones que llevan al camarin, es en-
caminarse al centro, llegar al lugar desde el cual todo cobra sentido. Es alli
donde se produce la comunicacién con Dios, con la virgen o el santo. Una
cantidad de santuarios babilénicos se denominaban “vinculo entre el cielo
y la tierra”. Esto se aplica perfectamente a santuarios, camarines y ermi-
tas. Son lugares sagrados, centros en los que cielo y tierra se comunican y
donde se producen, por lo tanto, “milagros”.
Moisés recibe las Tablas de la Ley en la montaiia del Sinai (Ex 19) y
Jestis elige a los Doce que habrian de ser los fundamentos de su proyecto
del Reino de Dios en una montafia (Mc 3, 13-19). Jestis manifiesta su reali-
dad divina en una montafa, el Tabor (Mc 9, 1-10) y su muerte se produce
en una elevacién, el Gélgota (Me 15, 21-22). Todas estas alturas son, a su
vez, centros que otorgan sentido,
Desde el sentro Se ve el todo. Ello significa que se ve toda la historia
persondT, toda Ta historia te te-soeiedad o del pueblo. Es decir, se ubiean
tanto Ta vida como la-mierté;el dolor como el placer, la tristeza comola
alegria, Todo encaja y, en consecuencia, todo tiene sentido. ~
de Itatf, ubicado en evado,
yi
a
a
D
hacer como proyecto total de vida. dad de mi vida
Uno de los acon’ :
tecimie
dad en la que esi ato
que pre; + *
tamos viviendo os la penne denominada posmoderni-
es la pérdida del centro Y, por ende, sobre-
Ry: Por ende, sobre~_hui
‘Simbolos religiosos en la construccién de la identidad popular
vienen Ja fragmentacign y la desorientacién. La modernida
‘nacimiento Ta contradiccién entre el-céiitro-y el descentramiento. Si bien
desde el principio se establecié'al hombre como centro, Ia revolucion coper-
nicana lo sacé de ese lugar.
En todas las sociedades anteriores a la modernidad el hombre se en-
contraba en el centro o no le era muy dificil encontrarlo. Los dioses, los
santos, los angeles o Dios son otros tantos simbolos del centro. La procla-
macién hecha por Friedrich Nietzsche de la “muerte de Dios” significa la
desaparicién del centro, de toda posibilidad de encontrar el centro. El
hombre se encuentra “descentrado”, en un movimiento centrifugo: “Des-
de Copérnico ha rodado el hombre desde el centro hacia la periferia”
(Nietzsche, 1994b: 32).
Encontrar el centro es encontrarse a si mismo, llegar al sf mismo, iden-
tificarse, Fl que padece de esquizofrenia esta descefitrado; dividido. Co=
mienza a perder su identidad. En la locura el centro se ha perdido y el
hombre se encuentra literalmente extraviado. No sabe dénde est4. Se en-
cuentra disperso, descentrado.
Con la posmodernidad, al perderse el centro todo el universo estalla,
disperséndose en una multitud de fragmentos. La btisqueda ansiosa del
centro se hace ahora mas apremiante que nunca. Es un universo fragmen-
tado en el cual los centros se multiplican, las busquedas se suceden, los
simbolos se renuevan, aparecen nuevos y otros resurgen de una especie de
letargo.
Vemos asi, por una parte, la aparicién de simbolos novedosos como Ma-
ria Soledad, Gilda y la Virgen del Rosario de San Nicolas y, por otra, la
renovacién con un empuje desbordante del Gauchito Gil, San La Muerte y
la Virgen de Itati. En sus aniversarios semanales, mensuales y anuales
estos simbolos convocan a multitudes recientes que organizan sus vidas
en torno de ellos.
El simbolo de la Virgen del Rosario de San Nicolas se presenta con una
fuerza y una vitalidad que no son explicables si se lo considera fuera del
contexto de fragmentacin, desorientacién, marginacién y desocupacin en
el que surge y se desarrolla. Desde su nacimiento el 25 de septiembre de
1983 hasta la fecha no ha hecho mas que crecer y erecer en forma pasmosa.
‘Aesa necesidad de totalidad que recomponga la fragmentacién y la dis-
persidn responden tanto el mito como la religién y la filosofia. El mito es
una forma de conciencia social destinada a presentar esa visién de totali-
dad que permite encontrar el sentido de los grandes problemas que el ser
(6 SC plafitea desde-siempre. Todas Tas culturas, todos Tos grupos hu-
manos; Ios pueblos, las naciones conocen sus mitos fundantes, aquellos que
les otorgan sentido y legitimidad.
Es un error creer que la época de los mitos ha terminado. Esa fue una
concepcién del siglo XVII europe, coriocido como el siglo de la Tustracién.
Se pens6 entonces que el despertar de la razén humana y sus vastos descu-
ates
s—S16 Rubén Dy
7 ; . Simboos
brimientos, expresados en las ciencias, habian terminado con la
Tos mitos, considerados éstos como expresi racionalidad. Hoy os samos:
[anise aleiaaaairnamen: :
imposible sox
Los mitos son cntepeton tttiantow-Meante ellos los pueblos en, iat
cuentran su ubicacién en istoria y en ef mundo. Su raiz fundant
Sa te n
cto o razén, sino toda la vivencia del ser huma: iG. Esta viventiacs, Gonos
donee cn narrcionoeque seTehefén a acintecmiemne’ QAM
tuvieron lugar alld lejos, es decir, en el origen del mundo y del tiempo, Por Enp
ello son fundantes. Los grandes mitos, como los de la creacion, del diluvig ¢ error m
de la caida, son universales. Responden a problemas que todos los hombres leyenda
se plantean, no importa a qué época o a qué cultura pertenezcan. por la fa
Pero ademas de estos mitos universalmente fundantes hay otros desti- cual el
nados a instituir y dar sentido a determinadas actividades 0 a responder a Citemos
determinados problemas que se plantean los grupos humanos. Son mitos quemad
menores que pululan en todas las poblaciones. Asi, el mito de Rémulo y eae
Remo para la ciudad de Roma y el de la creacién del universo en siete dias a
para fundar la semana y el descanso sabatico.
Los mitos son, pues, creaciones colectivas, concepciones de la totalidad,
destinadas a darsentido a la vida y sus grandes problemas. Parr compren-—
der el sentido de las narraciones mediante las cuales los mitos se expresan
es necesario tener las claves de los diversos géneros literarios que emplean?
Es muy importante conocer la diferencia existente entre el mito como
no ode
plicar
Ent
Su nom
templo
j transpc
forma de conciencia social de sentido y la narracién correspondiente. So- Ja alzar
bre todo a partir de la Ilustracion, pero con rafces en el nacimianto de la gia que
filosofia griega, predominé la tendencia a confundir el mito con la narra- 6 a or
cién, interpretando ésta siempre como una leyenda que pretendia ser his- Emy
térica. La narracién es esencial al mito, pero no es el mito. Es un inst ra vist
mento del mito, es un componente esencial de él y no se reduce de ningu= fundan
na manera a la leyenda, que es sdlo uno de los tantos géneros literarios- un fun
que el mito emplea. i _ ee
"Los géné¥0s literarios son maneras
Cada cultura, cada lenguaje, tiene los suyos. Algunos pasan de una cultura
a otra o directamente pertenecen a diversas culturas. En un refrén como
“al que nace barrigén es al fiudo que lo fajen”, estamos empleando un géne-
r= literario cuya clave de interpretacién esta en nuestras manos. Si expre-
de expresar y transmitir mensajes. tienen
4.Una¢
pero Dik
salir int
Lot mir
2, Para todo el tema de los
Meazacasa (1982), Asi habla la Biblia °* ° 8PO¥® en el excelente estudio de Florencio
géneros liter:
> Vee‘Simbolos religiosos en la construccién de la identidad popular Ww
samos: “Te lo dije mil veces”, a nadie se le ocurriré contar las veces que lo
dijo. Se trata de géneros literarios cuyas claves poseemos
En culturas diferentes hay claves diferentes. Por ello, es muy importan-
te conocerlas si queremos entender los mensajes que se nos transmiten.
Para nuestro propésito, es decir, para comprender los relatos mitolégicos
de los sectores populares argentinos, destacaremos los mas pertinentes.
En principio, lagéyenda Se la suele confundir con el mito. Es ése un
error muy difundido por la concepcién cientificista de la Tlustracién. La
leyenda es una narracién sin fundamento histérico. Es creada totalmente
por la fantasia popular. Pertenece al momento de la narracién mediante la
cual el mito transmite sentido. En nuestro folclore abundan las leyendas.
Citemos la de Anahé, la princesa guarani que resiste la invasién y termina
quemada, convirtiéndose en la flor del ceibo.!
_Otro género literario muy difundido en la cultura de nuestro pueblo es
etiologi@>Esta es una narracién popular destinada a dar explicacién del
nombrede tn determinado lugar, de la existencia de determinado fenéme-
no o de determinada costumbre. Diversas etiologias suelen servir para ex-
plicar su historia. Son los habitantes del lugar quienes las erean.
En Federacién, al nordeste de Entre Rios, existe el arroyo de la Virgen.
Su nombre se deberia a que la estatua de la Virgen que se encuentra en el
templo y es la patrona de la ciudad se negaba a pasar el arroyo si no era
transportada por los indigenas, que eran sus creadores. Sélo cuando éstos
la alzaron sobre sus hombros, la estatua se dejé transportar. Es una etiolo-
gia que, como sabemos, explica también por qué la Virgen de Lujan se que-
dé a orillas del rio que leva su nombre.‘ _
Emparentada con la leyenda, pero diferente de ella, es la(saga)A prime-
ra vista parecen ser un mismo género literario, es decir, una narracién sin
fundamento histérico. En realidad aqui reside la diferencia. La saga tiene
un fundamento histérico, si bien éste es muy lejano. En general las narra-
ciones sobre el pasado histérico de acontecimientos sobre los cuales no se
tienen documentos hist6ricos son sagas.
Una narracién como la del sargento Cabral que salva la vida de San
Martin en el combate de San Lorenzo y exclama: “Muero contento, hemos
batido al enemigo”, es una saga. En efecto, el hecho asi narrado por Barto-
lomé Mitre no es histérico. Es inverosimil. Su fundamento histérico esta
8. Colombres (1992) releva una gran cantidad de leyendas argentinas.
‘Sodoma seré destruida por el fuego
én de Abraham, le concede a Lot y st familia salvarse. Para ello, deben
prohibicién de mirar hacia atras, “pero la mujer de
wn estatua de sal” (Gn 19, 26). De esa manera los
formacién salitrosa, a orillas del Mar Muerto, que
4. Una eélebre etiologia es 1a narrada en Génesis 19, 1
pero Dios, por interces
salir inmediatamente de la ciudad, con la
Lot miré para atras y qued6 convertida e
lugareios explicaban la existencia de una
tenia la forma de mujer.18
' . F muchos soldados como el gi
| constituide Pet ol eile Sede independenen’”®
Te agi do mucha lmportancia ara nuestro estudio la guy 4
cuentra en la base de la devocién a la Difunta Correa. No poser
documentacién que nos permita reconstruir su historia. Sin ape
demos dudarde un fundamento histérico. Como ella hubo mate
{as Correa, es decir, muchas mujeres que acompafiaron s su esposowe
tes en las Iuchas civiles. Varias de ellashieieron actos heroices
ia Difunta Correa tpifica en esa mujer el eomportamiento here
otra saga con sus variants esa referida aun simboo hoy de ung
lidad inerefble, la del Gauchito tos Cl, es de
muchos personajes que corrieron una suerte parecida. Sobfe un pone
histérieo que vivié en la zona mercedesia de Corrientes se construyéy
que sintetiza el sentido o los sentidos que para los sectores poprige
nen esos simbolos. ,
Pero lo fundamental en las narraciones mitolégicas esta consti4a
por los eee todo en ellos donde se expresa el sentido, Ne
fécil defiar el simbolo, y tal vez sea imposible hacerlorsi-nos Teles
una definicién en sentido estricto. Lo mejor es aproximarnos medi;
te una descripcién en la que peribamos la diferencia con otras signif
ciones emparentadas: el signo, la alegoria, la imagen y el fetiche
Las discusiones sobre las diferencias, semejanzas o identificaionesg
interminables.* No entraremos en ellas. Pro it
0
toda cultura y en especial de toda
es distinguir entre simbolo y signo.
Bl simbolojes algo que se muestra, que se percibe sensiblemente y
én su mostrarse apunta a otra realidad. El simbolo «i
8 lak Biblia incaye un gran ntimero de sagas, Tod
raham, Isaae y Jacob lo son, Bf : aor
“ii xXanes de Cate de eet ents Sm naman eee onen por
se poscen document? 2° Acontecimientas que ne .
6. Todorpy (1991)
Schelling ) Presenta un;
+ Goethe, Meyer, Gre
fi,
'8 Variedad de i i Sf
ae Soe interpretaciones del simbolo. Alli figuran10
le
‘Stmbolos religiosos en la construccién de la identidad popular 19
mlene, Sinpor st nguteade a cir seagemenetin. os deci, de]
na lucha por su significado. Un simul i inaci
lédominacion puede ser resignifcado por el domieade sen nnon Y Pr
Tos casos de las virgenes del Valle de Catamarea y de Itati son ejempla-
res. Ambos simbolos fueron utilizados por los espafioles en contra de los
indigenas, pero éstos, a su vez, los tomaron como propios, y por eso entra.
ron a cumplir un papel importante para su identidad. La Biblia nos da
muchos ejemplos de ese hecho. El caballo siempre represents en la tradi-
cién profética, a la que pertenecié Jestis, al dominador. Siempre va unido a
la guerra y la destruccién. El Apocalipsis de Juan lo pone en primer lugar
al servicio del imperio; sin embar; i i
0, el caballo h
slaervtio dal eit sta io luego le sirve al Mesias para
ElSignoppor su parte, siendo pura referencia a algo, se agota en ser esa
referencia. Asi la luz roja del seméforo se agota en significar Ia probibieton
“de pasar. Si bien hay autores para quienes signo y simbolo se identifican,
nosotros preferimos distinguirlos. El signo nunca puede tener la riqueza
del simbolo.
La imagenes fundamentalmente simbélica, pero también es signo. Como
signd tna imagen puede indicar una direcci6n 0 él fin de un camino. Pero
sarriqueza reside en el simbolo. Efectivamente, una imagen como la de la
Virgen dé Ttat{ puede tener tantos significados como creyentes 0 devotos se
aproximan a ella. Ser4 importante, en consecuencia, prestar atencion-ala
manera como se presentan las diversas imagenes de la devoci6n popular.
Ademés, la imagen suele ser portadora de diversos simbolos. Estos pue-
den encontrarse en su color o sus colores, en la forma en que esté tallada o
vestida, en el Iugar que ocupa, en el conjunto que la rodea. Las velas de las
ermitas del Gauchito Gil deben ser rojas y las de San Pantaleén, verdes;
las de la Virgen del Rosario de San Nicolas deben ser azules, blaneas 0
rosadas.
Los simbolos estan emparentados con los fetiches. En el simbolo el suje-
to se proyecta. No se puede ser sujeto sin proyectarse en simbolos; en este
sentido, son fundamentales para la constitucién det sujéto, quien es esen-
cialmente simbdlico. Ahora bien, el sujeto se desdobla en el simbolo, se ve a
si mismo en éste. Por lo tanto el simbolo pose una cierta independencia
del sujeto que en éI-se proyecta. Ello conlleva-une-tendencia del simbelo a
independizarse y a dominar al sujeto del que es momento constitutivo.
Fise es el momento fetichizante del simbolo. Lo propio del fetiche es,
precisamente, el hecho de ser una creaci6n del sujeto que se independiza de
éste y pasa a dominarlo. Acontece esto cuando, por ejemplo, se encarga al
simbolo, sea éste la Virgen de Itati o Gilda, que solucione el problema del
trabajo, sin que el sujeto que se lo pide haga nada por resolverlo. No sucede
lo mismo, en cambio, cuando el sujeto es consciente de que conseguiré i
trabajo si lo busca. El simbolo funciona entonces como Un. estimulo impul-
sor, como una fuerza que potencia la
queda. Es notable la fuerza inte-20 Rubén py:
rior que tienen los devotos de San Cayetano o de la Virgen de Itats. Sy fee Simbolos religi
vn si mismos, en su fuerza, en cuanto unido al simbol
el simbolo fa polemica de los profetas hebreos més radicales con
>SZacerdotes en torno del templo. Para éstos, el templo era el centro que dabs
sentido a todo porque en él estaba el centro de los centros, Yavé-Dios, que
Ios protegia de todo mal. No importaba el comportamiento personal y go.
Gal. El templo los protegia, les daba pleno sentido, aunque cometiesen log
peores delitos. Pero para los profetas mas radicales como Miqueas y Jere.
diluvio que
narraciones
que luego s«
La identid
rias_ pasaba de simbolo a fetiche o idolo. El templo no los iba a proteger sj Sélo los
llos continuaban con sus injusticias y crimenes. Miqueas afirma directa. el problem:
mente que el templo e incluso Jerusalén deben ser destruidos: “Pero preci. los mineral
samente por sus maldades, Sion va a quedar como un potrero arado, Jeru- tea desde ¢
salén sera reducida a escombros y el cerro del templo ser cubierto por ¢| os dec I
bosque” (Mq 3, 12). ee
Ello es asi porque para los profetas el verdadero centro se encontraba en roblews :
el seno del pueblo, en la practica solidaria del don. Ese centro se encontra- au
ba simbolizado en el “arca de la alianza” o del “pacto” intertribal, porque tipi de id
Yavé-Dios estaba comprometido en el mismo. Parece que, de esa manera, Distint
los profetas eliminaban todo simbolo. No es asi. Eliminaban determinados
simbolos convertidos en fetiches, porque crefan que era imposible resignifi-
carlos en funcién del proyecto liberador que ellos encarnaban.
Las estatuas, las representaciones, los simbolos que eliminaban, eran
verdaderos fetiches 0 fdolos que legitimaban la dominacién monarquica.
lo que es. I
del mismo
cambia a.
de ver alo
nocerlos. §
En lucha en contra de ellos, crean nuevos simbolos como el Sinai, el Arcade Ello sig
laAlianza, la Pascua, el Exodo, el siervo de Yavé, el burro como contrapues- prevalece:
to al corcel y al carro de guerra, simbolos de la destruccién y la muerte por que practi
obra de los ejércitos de las monarquias. esquizofre
_ Mediante la narracién los mitos estructuran los simbolos, les dan un Ja locura.
significado preciso. En las diversas narraciones del diluvio, por ejemplo, el de existir
agua, los animales, el héroe que se salva —sea Gilgamesh en el relato sume- ta ws
tio, Deucalién en el griego, Noé en el biblico- adquiere un significado preci- —
so, distinto en cada caso. Ademés, lo que puede si; ignificar el agua para una afrentar
cultura litoralenia puede significarlo el fuego en una mediterranea. El mun- mene
do, es decir, un determinado orden social, desaparecera por el agua en un ee al
pusble jtinto al mar, pero esa destruccién es impensable en el desierto. El da, antoc
alli don del ee falta? (Ue l@ Pose en abundancia lo cumple el fuego que pas
Cada tant cuentro ¢
del adiluvi tice ates Sobre la busqueda o presuntos hallazgos 88 cuestion:
ligico yl cientificn vente Ne Provienen de la confusién entre lo mito- En es
en la mesopotamia asiatica Lun yuna narracién histérica. Sin duda que no sabe ‘
eB como, asimismo, sedan eee" Muchos diluvios, muchas inundacio- personal
Runguno de esos diluvios en parti sntamente €n nuestra mesopotamia. Pero @ tea. Es ¢
aso los sumerios, cerea de tres ua S° Fefiere la narracién biblica. En todo profundi
1 afios antes, habian hecho un relato del
= neSimbolos religiosos en la construccién de la identidad popular 21
diluvio que influy6 decisivamente sobre la narracién biblica, 0 sobre las dos
narraciones biblicas, una hecha en el siglo X y la otra en el VI antes de Cristo,
que luego se sintetizaron en la tinica que conocemos.
La identidad de los seres histéricos
Sélo los seres conscientes y, por ende, historicos plantean y se plantean
el problema de la identidad. Para los seres ahistricos —como las piedras y
los minerales en general~ no hay, en realidad, identidad. Esta s6lo se plan-
tea desde el ser humano. Es éste el que dice que una piedra es una piedra,
es decir, la identifica como piedra. Esta no sabe nada de tal identidad.
El ser humano no puede dejar de plantearla. Ahora bien, es distinta la
manera como la plantea para unos y para otros. Para el ser ahistérico el
problema no existe. Simplemente es. Es lo que es. La piedra es. Su identi-
dad esta asegurada de una vez para siempre. Responde plenamente al prin-
cipio de identidad.
Distinta es la situacién para el ser histérico. Este es lo que no es y no es
lo que es. El no-ser lo atraviesa interiormente. Es un momento constitutivo
del mismo ser. Continuamente es otro que él mismo. Cada uno de nosotros
cambia a cada momento, continuamente se transforma. Cuando dejamos
de ver a los amigos por algtin tiempo, luego muchas veces nos cuesta reco-
nocerlos. Son otros, a pesar de ser ellos mismos.
Ello significa que la identidad no est4 asegurada. Siempre el no-ser puede
prevalecer y dominar al ser. Puede el no-ser crear una profunda fractura
que practicamente haga desaparecer el ser. Es el conocidisimo caso de las
esquizofrenias que, en sus momentos culminantes, pueden desembocar en
la locura. En ésta, el sujeto no se reconoce como tal. Ello significa que dejé
de existir como ser histérico, como sujeto.
La identidad es una tarea. El sujeto no es, se hace, se crea, se pone, se
realiza. Ser sujeto es realizarse como sujeto, es hacerse sujeto. Ello implica
afrontar los momentos de negatividad, de escision, de ruptura. Implica atre-
verse a salir, a realizar la odisea de la identificacion. El sujeto no es idénti-
co a si mismo. Se identifica a s{ mismo. Ser sujeto es hacerse idéntico.
La identidad es un problema. Se encuentra continuamente cuestiona-
da, autocuestionada. {Quién soy?, ,qué soy?, no son preguntas retoricas ni
que pueden responderse de una vez para siempre. Continuamente me en-
cuentro cuestionado en mi identidad. Me pregunto quién soy, qué soy. Este
cuestionamiento se acentuia en las épocas de crisis.
En esas épocas se produce el descentramiento, se pierde el centro, uno
no sabe “dénde esta parado”, es decir, no sabe quién es, qué es. En la vida
personal y en la social hay momentos de crisis en los cuales todo se replan-
tea. Es entonces cuando el problema de la identidad aparece en toda su
profundidad. Exige respuestas, orientaciones.Rubén
22
“globalizacién” es precisamente una
__ EL fenémene denon er una foros ofenava del gran capitay 8
Spoeas de err la que tal vez sea la crisis mas grave de su historia, lange
ara SUP guperconcentracién, a la que le da el nombre de “globalizacign®
Proce std presente, acta, modifica constantemente nuestras condicig!
ta cus via, Los estudios sobre ella se multiplican, pero cuando queremos
es ie tga coneepto nos encontramos con dificultades erecientes, Se
stereo nay tantos conceptos de globalizacién como autores 0 cientfficos
eesalee que tratan sobre ella. Paolo Bifani (1998) llega a enumeray si
soneeptos diferentes, pertenecientes a otros tantos autores.
ovpn la mayorfa de estos autores la globalizacién es un fendmeno de inten.
comunieacién mundial, por Io cual se In denomina también “mundializa
cidn”. Seria, pues, algo que en cierta manera iguala a todas las regiones'y
haciones; permite que el canjunto de los bienes, tanto los econémicos eons
Tos culturales, puedan ser compartidos por todos. Mediante la globalize
cién hoy estamos al tanto de lo que sucede en cualquicr parte del mundo,
Un aspecto fundamental de la globalizaciin es la desaparicion del Estg-
do-nacién. El capital salta de una regia a otra sin tener en cuenta los
Estados nacionales. Va alli donde puede obtener ganancias. Las redes de
comunicacién hacen que cada uno sentado en su estudio o en su casa me.
diante la manipulacién de botones o teclas pueda comunicarse con quien
quiera, hacer negocios u obtener placer.
En realidad, cuando se interpreta la globalizacién de esa manera, loque
se hace es acentuar algunos de los fenémenos que la conforman, Lo cual,
evidentemente, no es ingenuo. Enric Tello afirma:
La mal llamada globalizacién —pues nada tiene de global: se tra-
ta de organizar a escala mundial unos intereses absolutamente par-
ciales y minoritarios que contemplan el mundo desde una visién ex-
tremadamente limitada~ es una enfermedad c:
-aracteristica de las
fases de agotamiento de un “régimen social de acumulacién”. (Tello,
1999: 34)
._ De hecho, este fenémeno denominado “globalizacion”
dirigido por las corporaciones transnacionales, la “santf:
mada por el Fondo Monetario Internacio,
Desarrollo y la Organiz
acién Mundial de
dos por Estados Unidos, la Union Europe:
afirma James Petras:
esta impulsado y
ima trinidad” for-
nal, el Banco Interamericano de
Comercio, y los tres polos forma-
a y Japon (anni, 1999). Como lo
. Simbolos religiosos
El concepto ¢
sustituto de “im
vos. Son periéd
norteamericans
to de globalizac
de expansion di
nesas conquist:
En definitis
mente nuevo,
pansi6n o glob:
la, profundida
Jo que que Gil
lizaci6n”. Bl es
desterritoriali
torializa dond
Este fenén
de la tecnolog:
o transnacion
parte o mome
nico”. Es el
globalizacién
yes del merce
balizaci6n pr
cién. Es una
ni, dirigida a
estrategias ¢
verdaderas ‘
1999: 180).
‘Nunea ta
nunca tanto
lismos, tantz
universal y_
lo universal.
La denon
ma de sujet
tizar un mo
cuestionami
telectual fre
Nietzsche, J
Otras po
cién misma
decir, afirm:
de la violen
el caso de GSimbolos religiosos en la construccién de la identidad popular 23
El concepto de globalizaciGn comienza a circular a fines de los 60 como
sustituto de “imperialismo”, dado que este concepto tenfa acentos peyorati.
vos. Son periddicos como Business Week, Fortune y revistas de negocios
norteamericanas las que lo ponen en circulacién, de manera que “el concep-
to de globalizacién entré en la jerga periodistica para describir el fendmexo
de expansién de capitales y de empresas norteamericanas, europeas y japo.
nesas conquistando espacios econdémicos” (Petras, 2000: 19).
En definitiva, el proceso de globalizacion no es un fenémeno completa-
mente nuevo, pues el capitalismo ha conocido diversos momentos de ex.
pansi6n 0 globalizacién y concentracién. Lo novedoso “concierne a la esea-
|a, profundidad, intensidad y velocidad del fenémeno” (Tello, 1999: 59), Es
lo que que Gilles Deleuze denomina “desterritorializacion” y “reterritoria.
lizaci6n’. El capital, como sujeto desprendido de su matriz en el trabajo, se
desterritorializa y vaga por el mundo a la busca de ganancias, y se reterri-
torializa donde encuentra esos lugares propicios para la ganancia,
Este fendmeno est4 ahora potenciado por los avances espectaculares
dela teenologia moderna. Produce, por un lado, un proceso de integracién
o transnacionalizacién, que va mas alla de la internacionalizacién. Esta
parte 0 momento del fendémeno es el que se transforma en “pensamiento
tinico”. Es el neoliberalismo que pretende reducirlo todo al mercado. La
globalizacién seria, asi, un fenémeno que pertenece a las sacrosantas le.
yes del mercado a las que todos deben acatamiento. Por otro lado, la glo-
balizacién provoca el fenémeno contrario de la fragmentacidn o disgrega-
cién. Es una maquina estratificante, como afirma Néstor Garcia Caneli-
ni, dirigida a una distribucién desigual de los bienes en los mercados. Las
estrategias de las corporaciones y los Estados hegemsnicos constituyen
verdaderas “méquinas segregantes y dispersadoras” (Garcia Canclini,
1999: 180)
Nunca tanta globalizacin o universalizacion como ahora, y también
nunca tanto fraccionamiento, tantos particularismos, tantos fundamenta-
lismos, tantas luchas nacionales, étnicas, religiosas. Es la relaci6n entre lo
universal y lo particular que se encuentra trabada. Es la imposicin de
lo universal que, al no dialectizarse con lo particular, lo fracciona.
La denominada “posmodernidad” cuestiona radicalmente la nocién mis-
ma de sujeto proclamando su desaparicién. No hace otra cosa que absolu-
tizar un momento de la construccién del sujeto, radicalizando su auto-
cuestionamiento hasta su destruccién. Es la aceptacién de la derrota in-
telectual frente a la ofensiva globalizadora, Martin Heidegger, Friedrich
Nietzsche, Jacques Derrida, son filésofos que se ubican en esta posicién.
Otras posiciones posmodernas no Ilegan a destruir plenamente la no-
cién misma de sujeto, pero si a sostener la necesidad de debilitarla. Es
decir, afirman la necesidad de formar sujetos débiles para evitar el flagelo
de la violencia que seria producto del enfrentamiento de sujetos fuertes. Es
el caso de Gianni Vattimo, Umberto Eco y Pier Aldo Rovatti.
LRade
i expresi6n filoséfico-ideolégica que req,
EE eee eG fe lous cocaine Ruadionen el cuestiog a ity
oe tal debilftamiento de la nocién misma de sujeto. De esa ™aneray
Fry fusrea cue 56 psda opener al mercado; el nica Sujeto, aunque ng at
eae re de tal. Para que el mercado se pueda imponer de Manerg
sates vaceatta que ningtin sujeto esté en eapacidad de oponerse,
De este modo se evitaria la violencia. Es lo mismo que afirmar que
una sociedad de amos y esclavos, si los esclavos son completamente yest
Jes, nohabria violencia, einaria la paz. Como se ve claramente, se tayeee
la paz lograda con la maxima violencia, la reduecién de los otros a lacscig
vitud, es decir, la nogacién préctica de que sean sujetos,
Solo el ser histrico es sujeto y sélo el sujeto es ser histérico, Por at
puede tanto ser individual como colectivo. No sdlo los seres individuales
son sujetos, De hecho éstos, como sujetos en sentido estricto, nacieron como
productos de la revolucién moderna. También los seres colectivos como ¢|
Estado, la Iglesia, el gremio, la familia, la tribu, el partido, las clases sos
les, los sectores populares, son sujetos
Lo son en la medida en que se constituyen como tales. Lo son en la
medida en que deciden, producen hechos, luchan por sus derechos,
yrealizan proyectos. Un grupo que se reti
Soledad, la martir de Catamarea, se const
“marchas del silencio” capaces de
corrupta como la de los Sadi
planean
ine en torno de la figura de Maria
tituye en sujeto en tanto produce
voltear a una dinastia tan poderosa y
Identidad, memoria y arquetipos
‘Todo ser es un esfuerzo por permanecer en su ser. Este principio spino-
stéricos. A los sujetos. Estos son “conatus”, es-
er en su ser. Son lucha continua contra el no-
ser Todos nosotros queremos vivir, seguir viviendo, nos defendonen de todo
aquello que atenta contra nuestra vida
Perseverar en el ser es una ard:
tantemente al ser. La muerte rond;
sed, las enfermedades, las amen:
como de la sociedad, le hacen se
que no esta asegurada.
lua tarea, porque el no-ser asedia cons-
‘a al ser sin darle tregua. El hambre, la
‘azas provenientes tanto de la naturaleza
ntir al sujeto que su vida est& en peligro,
Simbolos retig
contentos.
ficultades.
para vivir.
menso esfu
Pero cu:
un hijo o ur
que nada ¢
entonces lg
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todo suje
Para
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un sujet
son vari
tin neve
GuevaraSimbolos religiosos en la construccién de la identidad popular 25
contentos. La vida se desliza placenteramente o, al menos, sin grandes di-
ficultades. No nos parece que hagamos esfuerzo alguno para seguir siendo,
para vivir. Lo menos que pensamos es que todos los dias hacemos un in-
menso esfuerzo contra los poderes de la muerte que nos acecha sin cesar.
Pero cuando acontece la pérdida inesperada de un ser querido, como de
un hijo o una hija, todo cambia. En esos momentos se tiene la sensacién de
que nada tiene sentido y que vivir implica un inmenso esfuerzo. Ronda
entonces la tentacién del suicidio. No por nada San La Muerte es uno de los
grandes simbolos que ronda constantemente en los sectores populares.
Ello ocurre porque somos seres diacrénicos, no sincronicos. Seres hist6-
ricos, temporales. No somos lo que somos 0, mejor, nunca somos plenamen-
te. Siempre queremos ser mas que lo que somos, o pretendemos ser plena-
mente, sentirnos bien, ser felices. Nunca lo logramos plenamente, lo que
significa que nunca somos plenamente nosotros. En cierta manera nos des-
parramamos en el tiempo. Cambiamos continuamente y cuando pensamos
en nuestra infancia nos cuesta reconocernos en los nifios que fuimos.
Por ello es tan importante la memoria, pues sin ella desaparecemos. Si
no logramos reconocernos en los nifios que fuimos, en nuestras raices, en
nuestros antepasados, no tenemos identidad. La memoria nos constituye
como seres, como sujetos. Sin ella directamente no somos. Nos transforma-
mos en objetos manejables a voluntad.
En el mito del eterno retorno se encuentra presente esta profunda intui-
cién. Consiste en volver continuamente a los origenes. Seguin este mito todo
retorna, todo vuelve a ser lo que fue al principio. Sin este retorno a los orige-
nes, sin esta reconduccién al nacimiento, desaparecemos. El tiempo es el
gran enemigo. Es el devorador, bien expresado en el dios Cronos que devora-
baa sus hijos. Por ello el Afio Nuevo siempre tuvo tanta importancia.
La memoria trae a la conciencia los arquetipos, los personajes y aconte-
cimientos fundantes, aquellos que tuvieron lugar en el origen. Es necesario
no confundir el origen con el comienzo histérico. Este es factico, objeto dela
ciencia histérica. Aquél es simbélico, objeto de la exégesis y la hermenéuti-
ca. Puede tener un nucleo histérico, pero ello no es lo importante. Lo que
interesa es su significado.
No tomamos la categoria de arquetipo exactamente como la establecié
Carl Jung, para quien los arquetipos son como principios constitutivos de
toda conciencia, es decir, son principios constitutivos universales. Son ver-
daderos a priori universales en el sentido kantiano, 0 sea, pertenecientes a
todo sujeto humano.
Para nosotros los arquetipos universales no son los unicos, ni siquiera
los que més nos interesan. Los simbolos que se encuentran en el pasado de
un sujeto individual constituyen arquetipos de ese sujeto. Muchas veces
son variaciones del arquetipo universal, pero no siempre. José de San Mar-
tin necesariamente es un arquetipo del sujeto argentino, y Ernesto “Che”
Guevara, del sujeto revolucionario tercermundista.vn
26 Ruben,
La profesién de fe que el pueblo hebreo debfa recitar anualment,
cfa asi:
Mi padre era un arameo errante que bajé a Egipto y fue a refy.
giarse alli, siendo pocos atin; pero en ese pais se hizo una nacién gran.
de y poderosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nog
impusieron dura servidumbre. Llamamos entonces a Yavé, Dios de
nuestros padres, y Yavé nos escuché, vio nuestra humillacin, nues.
tros duros trabajos y la opresién a que estabamos sometidos.
EI nos sacé de Egipto con mano firme, demostrando su poder con
sefiales y milagros que sembraron el terror. Y nos trajo aqui para dar-
nos esta tierra de la que mana leche y miel. Y ahora vengo a ofrecer los
primeros productos de la tierra que Yavé me ha dado. (Dt 26, 6-10)
El acontecimiento del Exodo, la salida de Egipto, es aqui el arquetipg;
cuya rememoracién asegura la identidad del pueblo. Debe recordarse
riédicamente, y sobre todo en los momentos de crisis, como lo atestigua
capitulo veinticuatro del libro de Josué. Ese acontecimiento es histérieo,
pero no lo es como lo recuerda la profesién de fe.
Efectivamente, quienes protagonizaron el Exodo eran individuos perte.
necientes a diversos sectores esclavizados. No constitufan una nacién y ni
siquiera un grupo identificable. La profesién de fe no pretende identificar
lo factico sino recrearlo: verse a sf mismo como pueblo. El éxodo, arquetipo
fundante, es continuamente recreado, reinterpretado. En ese arquetipo el
pueblo se ve a si mismo, tiene conciencia de su identidad, de su realidad
como pueblo, como sujeto
En este caso se trata de un acontecimiento histérico arquetipificado y,
en consecuencia, recreado. En nuestra historia podriamos citar el cruce de
los Andes como acontecimiento arquetfpico. El San Martin histérico y el
que recuerda nuestro pueblo como arquetipo no coinciden exactamente.
_ Los hechos deben ser sometidos a investigacién cientifica, es decir, ala
investigacion propia de las ciencias sociales. Cémo cruzé los Andes San
Martin y de cudntos hombres se componia su ejército constituyen hechos
historicos que es tarea de las ciencias historicas investigar.
mo tiempo, simbolos arquetipi-
Martin enfermo o un ojérei
‘iército ming
Al nuevo lector de la epopeya ne
aella, pues su situacién
sculo.
Popeya poco le sirve e;
Sa exe; is si juce
noes la de Mitre. Si sgesis si todo se red
an Martin y el ejército de los
Simbolos religioos
Andes son verd:
la hermenéutic
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Enel estudi
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Virgen de Itats
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historia de
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la resurrecin Dri
ede.
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ua el
rico,
erte-
Simbolos religiosos en ln construccién de la identidad popular
Andes son verdaderos arquetipos, deben significarlo hoy. Esaes la tarea de
la hermenéutica. Interpreta el texto en el contexto del lector
en nuestro contexto. F; en este caso,
; En cl estudio de los simbolos de identidad popular esto deberd ser teni-
lo muy en cuenta. La historia real, comprobable documentalmente, de l
Virgen de Itati, por ejemplo, pertenece a un nivel de andlis erftic ocien-
tifieo”, diferente de la historia simbélica; que pertenece propiamente al
momento de la identidad de vastos sectores populares,
La rememoracién del arquetipo no es una simple vuelta al pasado, Ello
seria postular un determinado esencialismo de origen, en contradiceién con
Ia realidad hist6rica de todo sujeto. Es una recreacion, una verdadera crea-
cion. E] sujeto es un “poner que presupone”, como decia Hegel. Esa presu-
posicidn se encuentra en los arquetipos. Sin ellos el sujeto no puede poner,
es decir, no puede hacerse, no puede ser.
En consecuencia, sin memoria, sin rememoracién, el sujeto no es. Por
ello los vencidos no tienen historia, No pueden tenerla, pues de lo contrario
se afirmarian en su subjetualidad, se pondrian a sf mismos como sujetos y
no aceptarian la humillante condicién del veneido, reducido a objeto.
La Argentina tiene el triste y humillante privilegio de haber introdu-
cido la categoria sociolégica y politica del desaparecido. La dictadura
militar (1976-1983) ejecuté un plan sistematico de exterminio de seres,
de los cuales slo debia saberse que desaparecieron. Ello pertenece a esa
necesidad de que el vencido no tenga memoria, no tenga historia, no
haya existido
Pero la memoria de un pueblo no es uniforme. Se forja a través de deter-
minados proyectos. Hay siempre una memoria oficial, perteneciente a los
sectores dominantes, y memorias fraccionadas, clandestinas, de los secto-
res dominados. Hay memorias hegeménicas y contrahegeménicas.
La Biblia, texto clave -pero no el tinico, ni mucho menos, en la confor-
macién de la identidad latinoamericana-, es un ejemplo claro de ello. El
Pentateuco, los cinco primeros libros que narran la historia del pueblo, des-
de su conformacién hasta las puertas de la tierra de Canadn, es una fusion
de relatos hechos desde proyectos contradictorios.
Todos esos relatos tienen como finalidad suscitar una determinada me-
moria en funcién de un proyecto. Pretenden conformar a un sujeto corres-
pondiente al proyecto en cuestién. Como la fusiGn de los relatos es realiza-
da por los sacerdotes bajo la supervision del imperio persa, en el siglo IV
antes de Cristo, es evidente que son los relatos populares, proféticos, los
que salen perdiendo. - ‘
Lo notable, sin embargo, es que los relatos proféticos no desaparecieron
completamente. Aunque bastante destrozados, alli estan. Es la primera
historia de los vencidos de la cual se puede reconstruir la narracién. Apo-
yandose en ellos Jestis les pudo decir a los saduceos que no podian creer en
la resurreccion, es decir, en el triunfo de la vida sobre la muerte, porque noa May
oria histérica, no conocfan al Dios de Abraham, de Isaqe
Jacob, un dios de vivos, no de muertos (Mc 12, 26-27).
‘Veremos repetirse esto en la manera como los sectores populares
tinos interpretan y reinterpretan determinados simbolos pertenecien,
la cultura cristiana y catélica, como las diferentes virgenes, y cémo erg
tenfan mem‘ Simbolos religioso
Es importa
de crisis. Ento
dor excluyent
recrean otros como el Gauchito Gil y la Difunta Correa. dom Insound
‘La Virgen del Valle de Catamarca es el simbolo fundamental en la eq cién de salir d
truccién de la identidad del pueblo catamarquefio. Su historia coincide « No 9s teak
lahistoria de la Virgen. El catamarqueiio no puede pensarse a si mismo Seaman
la Virgen. Su historia se confunde con Ia historia de la Virgen. Pero no es
misma la historia de la Virgen vivida por el pueblo que la narrada po
Iglesia.
ser argentino,
camino que Il
Gréficamente se expresan estas dos historias en la celebracién offe ovo no si
que se hace en la ciudad de Catamarca, que tiene como centro el temple, propio nacim
en la que esponténeamente realizan los peregrinos en la gruta donde, 2a ecuerds coal
gin la narracién, fue encontrada la imagen de la Virgen. La Virgen d puede hacer,
templo da el mensaje oficial, el que controla la Iglesia, aliada al poder pag] __ se lo realiiza s
tico. Es la Virgen que nunca condené a la dinastia Sadi. La Virgen de ellas se pued
gruta es la que conforta al pueblo, la que lo protege. Esta marginada d Es la imag
poder como el mismo pueblo. to. Asf como s
que la imagin
algo que se z
Identidad, proyecto-utopia e ideales nos constituy
somos, tamp
Ser sujeto es trascenderse, es ser mas de lo que se es. El sujetonoséloea] domi mn
eae mira el pasado. También, y tan esencialmente com yectando, es.
de proyectarse, Supeta oa he Solo tiene proyectos sino que es proyecto, acid] _comenzamos
Aunque no solo, peeces hacerse sujeto. Hacerse sujeto es esencialmental] en ol ser in
: : laimag
cu arigen Bo nctaPaede Ser estd en cl inicio mismo de su ser. Estée] _blesidas, no
Depende de que el sujeto quiera realis, ae puede ser, puede que nunca sea. rreras, Se de
lidades de realizaciin y to condichen ee, P1 tigen le da todas laspositiy) ‘ellanura q
suleto, hacerse sujet, sin fdelidad al crigen UC? Puede realmente sem] >TO
ero fidelidad al ori ead al origen.
vuelta al pasado, mera nica inmovilismo, repeticién mecéni Bie ni ai
mejores”. Precisamente la dimensié, nhs Pasados que “siempre sof le se hace
sacarlo del inmovilismo, de la tenon ol Proyecto, del proyectarse, viene error fatal,
Pero el proyectarse no puede ion la regresion. , Senda ya:
ner en cuenta k nO puede realizarse en cualquier direccién «in tes nalidad.
subjetualidad °S Propios origenes, Un oceid cualquier direccién, sin té La utopt
dental. El budismo pra SI tener en cuenta eacde conformat 54] exe ambito.
subjetualidad cecil Ser asimilado, vas ni ‘ Su conformacién occi des conquist
no simplemente horas asumida. Esta prods °00 Puede serlo desde no sélo lo pr
amenazante
, ——anli-
lel
er
ca,
on
ea
‘Simboloe religiosos en la construccién de la identidad popular
29
Es importante tener e1
a n cuenta esta cucsti
crisis. Ei cuestién,
de ntonces, como sucedié al imponerse ef nealbest en momentos
ismo conserva-
dor excluyente, la frivolidad
, com :
dor, la acumulacin sin precedents dole tee es csteras del po
cin de salir del pais, son mas fuertes que nunca nn nn a tents
a,
No se trata simplemente i S
ote aera de ae ae aeeaeeake Para experimentar otras costumbres,
sumamente laudable. Se trata de a tentacion de hus del pela ee dene ce
sor arguntino, de ser otrodel que ven, Calera mts tenet
secsits qbs lisra a le alisnacte® 4A prot ess eon eens ee
aun rbol. propio ser. Es como cortarle las raices
Billo no significa que no se
propio Ascisnienta, 0 que 10 oo eran ie Gar nema cn no oneal aL
Pere yo cam Lan cosucnbres y valeres de chew nasiée a ote otbore: tes
puede hacer, pero ser4 realmente realizador de la ee ee
Pure Jaliza ein negar, ni negarse a af mismo, sus propias ee
éllas se puede crecer. » pias raices. Sélo desde
Bs Ia imaginacién la que dibuja el futuro, la que abre camino a
to.Asfcomo somos memoria también somos imaginacién. Esto rae
que la imaginaci6n no ¢s una facultad o una cualidad que tenemos. No es
algo que se agrega al sujeto constituido, Por el eontraro, la imaginacién
nce constituye como nos constituye Ia memoria. As{ como sin memoria no
‘somos, tampoco somos sin imaginacién.
Wediante la imaginacidn siempre estamos més alld. Nunca estamos
donde estamos. Siempre nos estamos desplazando, siempre estamos pro
eectando, es decir, nos estamos proyectando, Bl dia que dejamos de hacerlo
seis os a mori, ya no somos mas. Ser no es simplemente permanecer
en el ser sino también ser-mas.
«te inmaginacién es imposible detenerla, No se atiene alas normas esta
blecidas. no respeta los dogmas, perfora todas las paredes, rompe las ba-
aerate desboea y avanza en forma impetuosa y fulminante como los ries
Feantors que en epocas de Iluvias intensas salen de madrey arrasan todo
a su paso.
De esta manera la imaginacion penetra en el dmbito utdpico. La uto-
pfa no conoce limites. Va siempre més alla. ‘Abre el camino. Si nada gran-
ve se hace sin pasién, nada grande se hace tampor sin utopfa. Es un
ae ee tal, introducido por el positivismo cientificista, contraponer la
cioncia y la utopfa, y condenar a esta ultima al fuego eterno de la irracio-
ni k
ta opin no sélo pertenece al ambito de la racionalidad: es la que abre
ese Ambito, Sin una gran utopia no se habrian Jogrado ninguna de las gran-
des conquistas de las ciencias. Pero Ta utopia, el estar siempre més all, es
no solo lo prometedor, la tierra prometida, sino también lo desconocido 2
amenazante. Atrae y repele, fascina, subyuga ¥ amedrenta. Precisament30 ug i
ecto sera acentuado, exagerado, unilateralizado, por log
Gomninanves que temen la posibilidad de un cambio. |
Gontdos los grandes cambios econsmicos, politicos, sociales y cultura
aoa se idacido‘a to largo do labistoria do ta hamartcen siem
qt 00 oe Fide par grandes utopias. Lo miema digase da tei ia
a fists cientificas. La imaginacién y su fabuloso poder ut6pico gi
soya lo que deapuds la clancia y la palltica realizeron Naturalm
fequeeladelantamiento utépico de la imaginacién siempre fue may
ealizacién.
‘o1ph lus novelas de Julio Verne podemes constatar el avance dela im
nacién respecto de los viajes submarinos y espaciales. Lo que en esas nov
las es ereacién propia de una imaginacion desbordante se transforma
teriormente en realidades eotidianas. Los grandessideales de libertad,
dad, fraternidad, fueron imaginados y pensados por multitud de hor
antes de que se hiciesen realidad eon Ia Revolucion Francesa. Su poh
realizacién hace que la imaginacién se siga adelantando y surjan lars
pias comunistas. ; - 1
Alrededor de cada uno dels simbolos que aqui se estudian, la imagine
cién popular crea, dibuja, proyecta un espacio utopico que le permita sive
que le dé fuerzas para soportar las pesadas contradicciones de la vide
Identidad, razén y simbolos 4
El hombre se encuentra, pues, en un prese:
compuesto. Siempre es lo que no es y viceversa.
a, es decir, le pertenece esencialmente. Por ello,
nte siempre quebrado y re
Su quebradura es ontolégi
el ser natural que ha roto con la natu
Elsur
raleza.
'gimiento de la conciencia significa la ruptura con la naturaleza a.
la que sin embargo el hombre sigue perteneciendo esencialmente. Romper
Con Ja naturaleza significa romper el equilibrio, la armonfa. Esa ruptura en’
la actualidad ha sido Nevada a términos escalofriantes, de manera que hoy:
existe el peligro de quela naturaleza toda sea destruida por el hombre qu
no Gaaine no puede vivir sin ella, porque él eg también naturaleza.
® eae i mae fandantes de nuestra cultura es el de la caida, expresa-
m de la expulsién de} Edén, traducido generalmente como
era de Adén , Eva. Hegel interpreta que una vez que comieron del
Fa del bien y del mal, es decir, del conccimiento, debieron
Noerantenr ue Dar ae
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‘Stmbolos relig
fuerza. Suc
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‘Simbolos religiosos en la construecién de la identidad popular an
fuerza. Su debilidad, en primer lu;
. Efe
fer daa le eta Ro Shon gar. Efectivamente, nunca podré tener la
del animal, su a:
i , su armonfa con la naturaleza.
Es el ser mas desvalido al nacer. Basta dejarlo librado a si mismo para
perezca. No nace armado para di vor Eel
lefenderse, par:
ke débi » Para permanecer e1
ser mas débil. Puede decirse que es un animalenfermo, zeal
‘Los animales, seres que no han roto oi
casomplotamente, Nase oi a aralra, nen aman
cual no han roto, Por ellonacen con plumas, con pelos, con escamas,o ense.
guida adquieren estas caracteristicas si no las tienen de entrada. El ser
humano, en cambio, nace “desnudo”, sin autoproteccién. Si se lo deja libra-
do a su solas fuerzas, enseguida perece.
Su fuerza, en segundo lugar. En efecto, domina a todos los otros seres.
Se constituye en amo y sefior de la naturaleza. La ruptura con la naturale-
za que significa la aparicién de la conciencia o del conocimiento es la que le
comunica toda su fuerza. Es decir, esa ruptura es, por una parte, debilidad
y, por otra, fuerza. Esta hace que pueda transformar todo a su imagen y
semejanza.
Pero ello significa que la quebradura debe ser siempre recompuesta.
Mejor, debe ser siempre superada. Si no lo logra, se pierde a si mismo, s¢
escinde, naufraga en la esquizofrenia. Merced a los avances en materia
psicoldgica, sobre todo a partir de los aportes de Sigmund Freud, conoce-
mos este fenémeno generalizado de la esquizofrenia.
El esquizofrénico es un ser dividido que no logra superar su division. Se
suele decir que tiene dos personalidades y, en consecuencia, no es él, no es
un sujeto. Todos tenemos algo de esquizofrénico, tenemos cierta experien-
cia de un desdoblamiento, sobre el cual, sin embargo, logramos un dominio
suficiente como para no desintegrarnos.
Pero la posibilidad de perdernos, de no ser nosotros mismos, siempre
estd latente. Es asi porque somos sujetos en la medida en que hemos roto
con la naturaleza. Ello significa que la ruptura nos constituye, como decia-
mos. La ruptura debe ser continuamente recompuesta, superada. Sélo de
esa manera somos nosotros mismos, somos sujetos. Ser si-mismo, ser suje-
to, poder decir siempre “yo”, es una tarea que debe ser continuamente re-
conquistada.
Ahora bien, para ser sf mismo uno debe verse a sf mismo, debe ser auto-
consciente, ser consciente de si mismo. René Descartes descubrié el verse a
si mismo. Quedé deslumbrado por su descubrimiento de manera que crey6
que era inmediato. Supuso que el pensarse a sf mismo era un acto claro,
distinto de todo otro, sin posibilidad alguna de confusién.
Menester es tener en cuenta que Descartes pertenece al siglo XVI, en el
cual las fracturas de la sociedad anterior, es decir la sociedad sobre bases
medievales, se hab{an profundizado de tal manera que una recomposicion
ya era imposible. En otras palabras, era una época de crisis profunda, de
descentramiento.Rak
‘ ue podemos sintetizar para ny,
Ba conocido su reonsmientt TU iad en la que viens. i
pésito de la erido abajo. Hemos perdido el centro. Si todo esté en eye
Poe. ona todo hasta el fondo para ver si hay algo ineuestionableg
tir del cual, como fundamento seguro, podamos reconstruir todo el ogi
Se enn todo; ex deci; demas de todo, metédicamente, para
si hay algo de lo que no se pueda dudar y nos airs sal buscado fandam,
to. Una vez que hemos Ilevado la duda hasta el fondo sélo nos queds
duda, esto: que dudamos, es decir, que pensamos. Nos queda como fun,
mento nuestro pensamiento, nuestra conciencia. Solo estoy seguro de
conciencia. Sélo estoy seguro de que soy y qué soy. Me conozco a mi clara:
distintamente.
Pronto se veria su error. Es Hegel quien plantea claramente que la
ciencia no se autové directamente, que el logro de la autoconciencia es
larga y tortuosa odisea. Es una conquista que exige esfuerzo, paciencia
tiempo. En la Fenomenologta del espiritu narra esa larga odisea,
La conciencia no puede autoverse en forma directa, es decir, no es j
diatamente autoconciencia. Bl bebé no comienza siendo autoconciencia, s
simplemente conciencia rudimentaria. Comienza conociendo objetos, lo
estd fuera. No puede volver su mirada hacia el interior para verse ¢ af
mismo y ser autoconciencia
Para lograrlo debera dar un largo rodeo a través de los stmbolos. Estos
pertenecon a su constitucién ontoldgica. Efectivamente, lo propio del sujeta
os estindirse, salir de sf, negarse. El es negacién de la objetualidad y séle
proyectdndose en el objeto puede verse a si mismo.
Verse y realizarse, dos momentos dialécticos. Verse en su historia, pues
€s su historia, es realizarse en su historia. Verse en su pasado, en los ar-
auetipos, que son rememorados, recreados, es verse cn eu presente, recrear-
remscarse. Si al arbol se le cortan las raices, no se puede proyectar en las
ramas, las hojas, las flores y los frutos. Si al sujeto se le amputan sus ar-
‘Uctipos, no se puede proyectar como sujeto
importa 8u origen histéric
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‘Simbolos religiosos en la construccién de la identidad popular
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pueblo, cada grupo, lo ha hecho si .
tun proceso que no tiene fin, camo no prey ia hake ‘a reinterpretado en
En consecuencia, el momento religioso del sujeto es un
mental de su identidad como sujeto. Asi lo sienten les cectonee weet,
Decia Inocencio Suave, correntino, devoto de la Virgen de Itati, Populares,
sea la prédica de los evangelistas, que él los recibie’ "nap nt tay
no me la sacan. Yo los recibo, pero ellos quieren que yo vevera la nlicion. Yo
no voy... La religién mia no me la saca nadie.. Hasta guevo vine’
Refiriéndose a la devoci6n del pueblo i :
saba Julién Zini: Pueblo correntino por la Cruz Gil expre-
__ Aun pueblo al que se le quita, que se le resta, que se le arranca su
identidad, no se lo deja ser como quiere ser [...] y se le impone otra,
vuelve a estos lugares, y de alguna manera se encuentra con sus pa-
rientes, con sus amigos, con su miisica, con su modo de estar libre, con
que nadie le manda nada, y de alguna forma es como que se bana de
identidad. (Entrevista de Diego Bocconi a Julian Zini)
La religién con todos sus simbolos -sea la Virgen de Itati ola Cruz Gil-
es un momento fundamental en la identidad de sectores sociales popula-
res. Querer “convertirlos”, para emplear el lenguaje propio de las religio-
nes, es pretender avasallar su identidad. Esto vale para todas las culturas
religiosas. La “evangelizacién” de los pueblos americanos fue un verdadero
avasallamiento de su identidad
Los arquetipos aparecen como simbolos presentes. La raz6n los descifra.
La exégesis aporta todo el material critico para su interpretaci6n, prepara el
terreno para su apropiacién por el sujeto. Este se los apropia mediante una
hermenéutica que es una recreacién desde sus propios intereses.
E] “devoto”, sea de la Difunta Correa, del Gauchito Gil o de la Virgen de
Itati, hace una hermenéutica espontanea, perteneciente a su sentido co-
mun. Es decir, ellos tienen una interpretacién del significado de esos sim-
polos para su vida. Este significado puede 0 no coincidir con el que se les
otorga desde la institucién religiosa que ejerce sobre ellos su control.
En torno de los simbolos se da una lucha hermenéutica, momento im-
portante en las luchas sociales y politicas. {El Gauchito Gil sufrié paciente-
mente sélo por desertar, por no querer derramar sangre de hermanos, 0
ademas, y tal vez unicamente 0 principalmente, por transformarse en un
lider justiciero a favor de los pobres? Los devotos hacen su propia herme-
néutica.