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Derecho Diurno Primer periodo académico 2018 (semestre 3)

Antropología jurídica 3.2 (Audio)


Miguel Antonio Morón

….Vigilar y castigar…
(Michel Foucault)

-Docente: Otro comentario un poco más acido y lo voy a decir con todo el respeto,
digamos ese tipo de concepciones no las compartes tú, las comparten muchas personas
que cotidianamente se sienten frustradas por la administración de justicia la cual ven
como un caso por falta de pruebas termina esa persona libre, como un monstruo como
Garavito hicieron lo que hicieron por tanto tiempo y hasta solo cierto momento fue que
lo condenaron, fue más o menos como la trasgresión de fondo, me estás hablando y me
imaginaba el caso de Garavito “el monstruo de Colombia”; Sin embargo, digamos, esa
misma lógica en ese mismo germen está las prácticas de violencia directa de grupos
paramilitares por lo cuales realizaron masacres al interior digamos de todo el país,
entonces, uno dice como que este tipo de actos sanguinarios realmente va a generar una
transformación de conflicto o va a seguir reproduciendo la violencia, supongo que la
pregunta que uno se haría frente a personas como que cómo tú defienden este tipo de
condiciones frente ante muchas absolutistas o … taleonistas de lo que implica la justicia.
Las personas en esa época tenia miedo de cometer delitos, esa es la pregunta concreta.

Pag. 8 (última línea), Capitulo: suplicio.


Surveiller et Punir: Naissance de la prisión – Michael Foucault
Vigilar y Castigar: El nacimiento de la prisión

Tres cuartos de siglo más tarde he aquí el reglamento redactado por león fauchet para
la casa de delincuentes jóvenes de parís. Art 17, la jornada de los presos comenzara a
las seis (6) de la mañana (am) en invierno y a las cinco (5) (am) en verano, el trabajo
durar nueve (9) horas diarias en todas las estaciones, se consagrarán dos (2) horas al
día a la enseñanza; el trabajo y la jornada terminaran a las nueve (9) (pm) en invierno y
a las ocho (8) (pm) en verano. Art 18, comienzo de la jornada, al primer redoble de
tambor los presos deben levantarse y vestir vestimenta mientras se abren las puertas
de las celdas y al segundo redoble deben entrar en pie y hacer su cama, al tercero se
colocarán en pie para ir en fila a la capilla donde se rezan las oraciones de la mañana,
entre redoble y redoble hay un intervalo de 5 minutos. Art 19, la oración se hace el
capellán y va seguida de una lectura moral o religiosa, este ejercicio no debe durar mas
de media hora… más tarde.

-Docente: Listo, ahí está, ¿de que año es el reglamento ese? 1848, y la condena de
Damián? 1773, ¿Cuánto hay entre uno y otro? 75 años; ¿pasan muchas cosas en 75 años?
con respecto al … de la humanidad, uno responde como el mero temedor, ¡DEPENDE!, 75
años es una vida, 75 años para la historia, el pensamiento, el conocimiento y el
entendimiento de la humanidad no es nada. La pregunta que se hace Foucault es esta
.una … hace 75 años que todo era tan diferente, teníamos una mente que se mataba en
la plaza publica y ahora tenemos un reglamento, ya no se hacen publicas sino en un sitio
privado, es decir, pasamos de la luz, del festival de la sangre por parte del derecho a la
oscuridad, ahora el castigo fíjate es en un sitio cerrado, un reglamento, hay un orden
del tiempo, un orden de la disciplina, ya no todo el mundo está viendo al preso o viendo
al condenado sino que lo están viendo ciertas personas, lo está viendo el capellán, el
guardia, el educador, etc. Son los únicos que lo ven. “¿Qué pasó?” es la pregunta que se
hace Foucault, y es el objetivo de ese libro, ¿Qué pasó en esos 75 años? ¿Cuál es el
vinculo entre uno y otro? ¿en que momento dejamos de matarnos en la plaza publica y
educarnos en la cárcel? Esa es la pregunta o esa es la reflexión que quiere hacer
Foucault con vigilar y castigar. Esa es la reflexión, no es una cuestión de que un día
vamos a hacernos mas humanos y ya, no, son 75 años, en 75 años una persona no cambia
de opinión, las condiciones culturales y estructurales cambian, pero vienen
cosechándose desde hace rato. Entonces, tenemos dos modelos de sistemas de castigos,
tenemos un suplicio que es la plaza pública y tenemos tenemos el otro sistema de castigo,
la cárcel, la prisión; ¿y que características tiene la prisión? Por ese reglamento que nos
leyó Andrés hace un momento, ¿qué características tiene la prisión?
Ahora, la pregunta va entonces en esa línea, ¿Qué pasó? ¿Cómo son los niveles por
supuesto tanto en el primer relato, la sentencia de Damián con el sistema de castigos
que tenemos actualmente, prisión? En los dos hay un ejercicio de violencia, pero lo
escucho ahora, ¿cómo se diferencian esos niveles?

-Yina: nosotras comparamos los castigos, como eran antes y ahora, entonces en la
directa (violencia directa) colocamos que, o sea, como exponían a las personas en el
pueblo que era como un castigo corporal ya que los mataban, los torturaban frente a
todo el mundo y acá en el sistema de castigo actual la violencia se manifestaba igual que
en el suplicio, pero ya no tan publica ni ritualista, el objetivo de opresión ya no es el
cuerpo sino el alma
-Jaider: la distinción que yo haría es que anteriormente mas allá de reparar a la
persona, se infundían castigos, muchos de esos castigos no eran solo una tortura física
en general sino que mataban a la persona hoy en día si usted va a una cárcel tu vas a
sanarte de eso, tu vas a una cárcel a aprender de que lo que hiciste estuvo mal y que no
puedes volver ahí, entonces esa sería la distinción más allá anteriormente no se buscaba
ese propósito sino simplemente que tu pagaras por lo que hiciste de cualquier manera
hoy no, hoy ok vas a pagar pero vas a tener una segunda oportunidad.
-Docente: vale, pero la pregunta es ¿Qué tantas oportunidades tiene una persona que
pone en su expediente de vida que estuvo preso en la cárcel? Aunque eso es otra
pregunta. Hay viene una cuestión tremendamente delicada. ¿podríamos decir que el
sistema de castigo este es mas humano que el anterior? ¿Quién piensa que no y que
razones tiene?
-Lesly: No, porque hablamos de suplicio y como habla el texto, te quitan tus partes, te
desmiembran, o sea, prácticamente te vuelven nada, te borran, ¿te queman y quedan y
tus cenizas y luego qué? Nada, es como si no hubieses existido. ¿Qué pasa cuando tienes
que vivir una vida cargando con lo que tu hiciste? Yo preferiría que me hicieran eso,
sentir que ya morí y no tener que cargar toda mi vida con eso, por ejemplo, alguien sale
de la cárcel que es como entrar a un mundo donde tiene todas las puertas cerradas,
donde es como que entre, pero sigo encerrado aún.
-Docente: estamos de acuerdo que tanto en el castigo de Damián como en el actual son
expresiones del derecho, es decir, tanto aquí como acá son expresiones del derecho, si
esto es una codena judicial, un reglamento para condenados por mas inhumanos que nos
parezca uno con respecto al otro ambos son expresiones del derecho y por lo tanto
independientemente de la forma en cómo se elabora son expresiones de violencia, vamos
aquí reafirmamos la tesis que venimos sosteniendo al interior de la clase, el derecho es
una herramienta de violencia y estás expresiones de violencia es la violencia del derecho
se arropa o se invisibiliza a partir de unos discursos, que es un discurso? Es decir, fíjate
que están viendo acá expresiones, acciones, actos que son que son condiciones
netamente violentas, pero detrás de estos actos hay un discurso que sostiene que los
justifica, digamos que la existencia del y uno y del otro depende de una existencia de
una cantidad palabras, de teorías cargadas de emociones, por ejemplo, la cárcel permite
reformar, ¿Qué es esto de la rehabilitación, de la reforma, la resocialización? Parece
que esta idea de la cárcel estuviera cargada de rehabilitar, reeducar, Re asociar,
integrar, como i la sociedad misma estuviera quebrando a ese sujeto y necesitamos una
institución, como si el sujeto estuviera vacío y necesitáramos una institución que lo
llenara. Entonces viene una situación mas delicada, ¿será que el estado garantiza una
situación en la que todos actuemos conforme al derecho? Es decir, que detrás de todo
material que supone el derecho, hay un discurso que los sostiene, que lo justifica y por
supuesto, este ejercicio de discurso es un ejercicio de conocimiento, son conocimientos,
son saberes, todo saber siempre dementa un poder, es decir, estos discursos que
sostienen que justifican el acto de uno u otro momento en ese lapso de 75 años los dos
son discursos de poder, son discursos de verdad, en su momento fue la verdad, entonces,
¿Por qué quiero que atravesemos esto con las categorías de violencia de Galtung? ¿Qué
tipos de expresiones violentas hay entre uno y otro? ¿Cómo es la violencia directa en el
suplicio y en el sistema de castigos?
¿Qué tipos de violencia cultural se presenta un o con respecto al otro? Un dato
importante, para ustedes identificar procesos de violencia cultural es necesario que
ustedes tengan la posibilidad de ver un contexto em el cual hay practicas de violencia
que son aceptadas a pesar de que así mismo son rechazadas, es decir, hay una
ambivalencia entre una y otra, por ejemplo, todos, absolutamente todos rechazaríamos
que alguien entre ustedes se agredieran en el salón, todo el mundo trataría de evitar el
conflicto o evitar que se golpearan sin embargo si esa misma riña se traslada a otro
escenario puede que no ocurra lo mismo, en la calle, las mismas personas, el mismo
problema, otro lugar. ¿Permitiríamos esa riña? ¿Porque afuera si y adentro no? La
violencia cultural siempre. ¿La violencia cultural es el nivel de violencia que permitimos
en la sociedad? ¿Cuál sería nuestra reacción si vemos que una madre le pega a su hijo?
¿Y si es un bofetón a un niño de 3 años? no se trata de que somos violentamente
culturales en la medida en que reaccionamos, no reaccionar es un signo de violencia. Los
problemas de violencia cultural se articulan con el miedo, la inseguridad. ¿Cómo buscar
un problema de violencia cultural? A partir del caso, es decir, una situación concreta es
la que te permite ver la expresión de violencia cultural. La violencia directa siempre es
efecto de la violencia cultural y la violencia cultural es efecto de la violencia estructural.
El objetivo de esto es que usted pueda realizar un análisis de un conflicto a partir de
estos tres tipos de violencia.

Lectura recomendada:
Tipos de violencia (triangulo de la violencia) – Johan Galtung.

El triángulo de la violencia es un concepto introducido por Johan Galtung para representar la


dinámica de la generación de la violencia en conflictos sociales. Según Galtung, la violencia es como
un iceberg, de modo que la violencia visible es solo una pequeña parte del conflicto. Solucionarlo
supone actuar en todos los tipos de violencia, que serían tres:

 La violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos


de violencia.
 La violencia estructural, (la peor de las tres), que se centra en el conjunto de estructuras
que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta, precisamente, en la
negación de las necesidades.
 La violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en
actitudes.
A menudo, las causas de la violencia directa están relacionadas con situaciones de violencia
estructural o justificadas por la violencia cultural: muchas situaciones son consecuencia de un
abuso de poder que recae sobre un grupo oprimido, o de una situación de desigualdad social
(económica, sanitaria, racial, etc,) y reciben el espaldarazo de discursos que justifican estas
violencias.
Violencia cultural:
Esta forma de la violencia hace referencia a aspectos de la cultura que la legitiman a través del
arte, la religión, la filosofía, el derecho, etc.
De los tres tipos de violencia (directa, estructural y cultural) la directa es clara y visible, por lo que
resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. En cambio, la violencia cultural y la
violencia estructural, son menos visibles, pues en ellas intervienen más factores, detectar su origen,
prevención y remedio es más complicado.
Hacia los años 90 surge, de la mano de Galtung, una nueva aproximación a la violencia al crearse
el concepto de violencia cultural, que la define como una violencia, simbólica, que “se expresa desde
infinidad de medios (simbolismos, religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, medios de
comunicación, educación, etc.), y que cumple la función de legitimar la violencia directa y
estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de quienes la sufren, y ofrece justificaciones
para que los seres humanos, a diferencia del resto de especies, se destruyan mutuamente y sean
recompensados incluso por hacerlo”.[1] Así, por ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa
de la fe o en defensa de la religión.
En el panorama sobre el tema de la violencia, la violencia estructural aportó una nueva visión, más
dinámica, más procesual, más amplia, de la violencia de la que había hasta entonces. Pero aún
quedaban incertidumbres por resolver: ¿por qué optaban las personas por el uso de la violencia aún
cuando sus posibilidades de lograr una victoria que les beneficiase eran muy escasas, teniendo en
cuenta que el poder siempre puede hacer uso de una violencia mayor, más planificada e incluso
legalizada? ¿Por qué no se usan, habitualmente, fórmulas diferentes a la violencia? Las respuestas
a estas preguntas vinieron del entorno cultural en el que todo ser humano se desarrolla y se educa.
Estamos educados en una cultura de violencia, donde no se nos enseña, ni se nos permite, ver
alternativas a la violencia. Porque en las escuelas y los demás medios de transmisión y
reproducción de la cultura nos han enseñado la historia como una sucesión de guerras; estamos
acostumbrados a que los conflictos se reprimen por la incuestionable autoridad paterna, o por la
autoridad del macho sobre la hembra, o por las leyes nacionales o internacionales; los medios de
comunicación de masas nos venden como la única vía de solución de los conflictos internacionales
el uso de los ejércitos, etc. Es decir, vivimos inmersos en una violencia constante, la cual se
manifiesta a diario, en todos los ámbitos y a todos los niveles.
La violencia cultural se utiliza para lograr la aprobación de posturas fanáticas en lo religioso, en
lo económico, en las relaciones de género, en las relaciones con la naturaleza, etc. Se basa en un
amplísimo entramado de valores que asumimos continuamente desde pequeños y que luego se
refuerzan con las normas legales de la sociedad para inculcarnos una cultura opresiva porque es
acrítica y de legadora y porque nos prepara para la colaboración pasiva y/o activa con estructuras
injustas e insolidarias. Por tanto, el problema es que luchar contra este tipo de violencia es muy
complicado, puesto que nuestra sociedad cultural nos acerca a la idea profunda de la visión
negativa de los conflictos, de nuestra visión simple, miedosa e impuesta de la paz, con lo que
encontrar alternativas a la manera de vivir y de actuar queda reducido y poco.
Este concepto, no por ello este tipo de violencia, es relativamente nuevo. Por eso, con el paso del
tiempo se han reconocido las grandísimas implicaciones que tiene la violencia cultural, incluso para
resituarlo al lado, en igualdad de condiciones, con los otros tipos de violencia (directa y estructural).
Como ejemplos de violencia cultural encontramos: el de una religión que justifique la realización
de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para
ejercer la violencia. Otro ejemplo, son las ideas y los conceptos que sirven para justificar la
violencia, la injusticia y la pobreza que se representa a través de las actitudes de "los ricos" que
asumen la situación como normal y continúan haciendo su vida como si nada ocurriera.

Violencia directa:
La violencia directa, física y verbal son visibles en forma de conductas, responde a actos de violencia
y se concreta en comportamientos. Es la que realiza un emisor o actor intencionado (en concreto,
una persona), y quien la sufre es un ser vivo dañado o herido física o mentalmente.
Entendiendo la violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural, nos referimos a un
abuso de autoridad cuando alguien cree tener poder sobre otro, acto que sucede generalmente en
las relaciones asimétricas. Si bien lo más visible de la violencia directa es la violencia física,
manifestada a través de golpes que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos),
no por ello es la única que se practica, puesto que toda acción destructiva contra la naturaleza
también debe de entenderse como violencia directa.
La acción humana no surge de la nada, tiene sus raíces; dos de ellas son indicativas para entender
el punto en el que nos encontramos, donde la violencia forma parte de nuestra cotidianidad. La
primera es la cultura de violencia (heroica, patriótica, patriarcal, etc.), y la segunda se refiere a la
estructura violenta en sí misma, por ser demasiado represiva, explotadora o alienante, demasiado
estricta o permisiva para la comodidad del pueblo.
La violencia directa tiene como principal característica diferenciadora que es una violencia visible
en lo que se refiere a muchos de sus efectos; básicamente los efectos materiales. Sin embargo,
también es cierto que algunos efectos aparecen más o menos invisibles (odios, traumas psicológicos,
sufrimientos, relaciones internacionales injustas, adicción a una cultura violenta, concepciones
culturales como la de «enemigo», etc.) y, aunque son igual de graves, no se suelen considerar tan
importancia como los efectos materiales.
De violencia directa podemos diferenciar tres tipos, dependiendo contra quien atente:
Toda aquella acción agresiva o destructiva contra la naturaleza (daños contra la biodiversidad,
contaminación de espacios naturales, etc.).
Contra las personas (violaciones, asesinatos, robos, violencia de género, violencia en la familia,
violencia verbal y/o psicológica, etc.),
Contra la colectividad (daños materiales contra edificios, infraestructuras, guerras, etc.).
Aunque seria muy común pensar que la violencia directa es la peor de todas las violencias, puesto
que es la más conocida, no es cierto ya que esta es visible, por tanto más fácil de identificar y de
actuar contra ella. También, este tipo de violencia es la manifestación de algo, y no el origen. Es
precisamente en los orígenes donde se deben buscar las causas y atacar para derrocarlas. La
violencia directa no mata tantas personas como las otras dos (cultural y estructural).
Según Galtung, la violencia directa es un concepto muy relacionado con dos concepciones erróneas:
la identificación de la violencia con la ausencia de paz (donde no hay paz, hay violencia) y con la
concepción del conflicto humano, social o natural como algo totalmente negativo. Por tanto, como
respuesta a estas ideas y manera de entender la violencia se han desarrollado una serie de
mecanismos represivos y punitivos para regular legalmente las situaciones de violencia que se dan
a diario, en la vida, en las relaciones sociales y/o internacionales. De este modo han surgido
legislaciones, leyes, ejércitos, policía, cárceles, etc. para hacer cumplir la legalidad estrictamente.
Esto nos vuelve a acercar a la idea anteriormente comentada de que todo sistema asume como
obvio, instaurado e inevitable la existencia cotidiana de los conflictos. Galtung en plantea que así
no se avanza en la forma de encarar los conflictos, ya que la represión sigue transmitiendo sólo una
visión negativa del conflicto [cita requerida].
Existen numerosos ejemplos de violencia directa, por ejemplo: un militar apaleando a una persona,
el enfrentamiento entre un policía y un manifestante, una persona asesinada, un chico
enfrentándose con piedras a un militar, una mujer violada.

Violencia estructural:
La violencia estructural está originada por todo un conjunto de estructuras, tanto físicas como
organizativas, que no permiten la satisfacción de las necesidades. Esta es la peor de las tres
violencias (cultural, directa y estructural), porque es el origen, es la más dañina y como es
complicado identificarla es difícil luchar contra ella. Si en un problema siempre una parte sale
ganando a costa de la otra, esto no es un conflicto sino que es violencia estructural. Por tanto, nos
encontramos ante un grave problema.
Para poder responder a cuestiones como, por ejemplo, que es lo que ha ocurrido para que estalle
una guerra en un país que hasta entonces habíamos creído pacífico, a inicios de la década de los
años 70’ del siglo XX, Galtung[2] y otros desarrollaron el concepto de violencia estructural, concepto
que avanza a una visión de violencia más dinámica y más invisible definiéndolo así: “aquello que
provoca que las realizaciones efectivas, somáticas y mentales, de los seres humanos estén por
debajo de sus realizaciones potenciales”.
El término violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones en las que se produce un daño
en la satisfacción de las necesidades humanas básicas (supervivencia, bienestar, identidad o
libertad) como resultado de los procesos de estratificación social, por tanto, no hay la necesidad de
violencia directa. El término violencia estructural remite a la existencia de un conflicto entre dos o
más grupos sociales (normalmente caracterizados en términos de género, etnia, clase nacionalidad,
edad u otros) en el que el reparto, acceso o posibilidad de uso de los recursos es resuelto
sistemáticamente a favor de alguna de las partes y en perjuicio de las demás, debido a los
mecanismos de estratificación social.
La importancia y utilidad del término violencia estructural se encuentra en el reconocimiento de
la existencia de conflicto en el uso de los recursos materiales y sociales y como tal, es útil para
entender y relacionarlo con manifestaciones de violencia directa (cuando alguno de los grupos
quiere cambiar o reforzar su posición en la situación conflictiva por la vía de la fuerza) o de violencia
cultural (legitimizaciones de las otras dos formas de violencia, como, por ejemplo, el racismo,
sexismo, clasismo o eurocentrismo).
La violencia estructural sería un tipo de violencia indirecta, es decir, las acciones que provocan el
hambre en el mundo, por ejemplo, no están diseñadas y realizadas directamente con ese fin, sino
que son derivaciones indirectas de la política económica capitalista y del injusto reparto de la
riqueza. Esto provocaría que las causas que producen la violencia estructural no sean visibles con
evidencia en algunos casos o en un análisis poco profundo y, por consiguiente que sea más difícil y
complicado enfrentarse a este tipo de violencia. Por el contrario, la violencia directa, al ser la más
visible de todas permite con mayor facilidad afrontarse a ella.
La v. Estructural se manifiesta cuando no hay un emisor o una persona concreta que haya
efectuado el acto de violencia sino que es una estructura y se concreta en la negación de
necesidades. También puede decirse que esta violencia es la suma total de todos los choques
incrustados en las estructuras sociales y mundiales, cementados y solidificados, de tal forma que
los resultados injustos y desiguales son casi inalterables.
La violencia estructural se subdivide en interna y externa:
La interna emana de la estructura de la personalidad de cada uno.
La externa proviene de la propia estructura social, ya sea entre seres humanos o sociedades. De
acuerdo con Galtung, las dos principales formas de violencia estructural externa, a partir de la
política y la economía, son: represión y explotación. Ambas actúan sobre el cuerpo y la mente, y
aunque no sea consuelo para las víctimas, no necesariamente son intencionadas.
Por otro lado, también se han descrito dos tipos de violencia estructural, la vertical y la horizontal:
Vertical: “es la represión política, la explotación económica o la alienación cultural, que violan las
necesidades de libertad, bienestar e identidad, respectivamente”.
Horizontal: “separa a la gente que quiere vivir junta, o junta a la gente que quiere vivir separada.
Viola la necesidad de identidad”.
Se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre, miseria,
enfermedad[3][4]o incluso muerte, a la población. Son ejemplos los sistemas cuyos estados o países
no aportan las necesidades básicas a su población. Está representada por las numerosas
situaciones de injusticia que se observan: mientras unos/as comen y beben en abundancia, otros/as
revuelven en la basura, no tienen qué comer, piden limosna, etc. Otros ejemplos claros de Violencia
Estructural los encontramos en el Apartheid, en el hambre mundial, la falta de accesso aen la
obligatoriedad del servicio militar, las dictaduras militares o en el sistema económico y jurídico
internacional que empobrece continuamente a los países del Sur, en beneficio de los del Norte.
Conflicto vs violencia
Los conflictos son situaciones de disputa en los que hay contraposición de intereses, necesidades y
valores. No debemos confundir conflicto con violencia puesto que hay conflictos que pueden
resolverse sin el uso de la violencia, aunque no es posible que haya violencia sin conflicto (pero esto
no quiere decir que el conflicto puede ser más o menos real para todo aquel que es objeto de la
violencia). La violencia es un fenómeno social, que se aprende y por tanto también se debería poder
desaprender. Por tanto, no se debe pretender eliminar los conflictos, puesto que estos son positivos
en tanto que son oportunidades de transformación; se debe luchar a favor del no uso de la violencia
para resolverlos.
Los conflictos, entendidos erróneamente como algo negativo, son connaturales a las relaciones
humanas y positivos en tanto que implican un cambios. Bien gestionados, pueden ser una excelente
herramienta pedagógica. Ahora bien, esto implica un trabajo, tanto de enseñar como de aprender
a gestionar los conflictos. El problema con el conflicto empieza cuando las necesidades de dos o más
personas/grupos son antagónicas, puesto que esto genera una crisis, difícil de resolver. Por eso, hay
que poder abordar el conflicto antes de que llegue a la crisis.

Necesidad → Problema → Crisis

La violencia, puede ser entendida como el uso o amenaza de uso de la fuerza o de potencia, abierta
u oculta, con la finalidad de obtener de uno o varios individuos algo que no consienten libremente
de hacerles algún tipo de mal (físico, psíquico o moral).[5]

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