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Freemium

Modelos de negocio existen tantos como uno quiera o pueda imaginar. Sin embargo, los
experimentos solamente suelen funcionar a los que ya llevan mucho recorrido en esto de
iniciar nuevos negocios.

El resto de los mortales nos conformamos con seguir unos estándares que nos permitan un
margen de actuación un poco más flexible. Algo muy necesario en la fase inicial de cualquier
proyecto.

Uno de esos estándares es el modelo de negocio freemium que, aunque con matices en cada
caso, sigue siendo el rey en lo relativo a la monetización de nuevos negocios.

¿Qué es el modelo freemium?

Es fácil adivinarlo solo con su propio nombre, ¿no? De las palabras anglosajonas free (gratis) y
premium nace el modelo Freemium.

FREE + PREMIUM = FREEMIUM

Es decir, el producto se ofrece al menos de dos formas o versiones distintas.

La primera (free) permite acceso abierto al público con una versión gratuita y unas
funcionalidad limitadas.

La segunda (premium) permite el acceso a funciones o contenidos exclusivos únicamente para


los usuarios que pagan una suscripción.

Evidentemente, el objetivo último de la compañía es que el mayor número posible de sus


clientes se suscriban al servicio premium.

Para ello, es habitual que muchos de ellos te permitan probar durante un período de tiempo
concreto la versión premium de forma gratuita.

Ventajas del modelo freemium:

¡Es gratis!

Ya sabemos que no hay mejor reclamo para el público que ofrecer un servicio gratuito. Lo
gratis vende más que cualquier cosa y es la mayor baza que cimienta este modelo.

Sin competencia:

Una forma rápida de eliminarnos posibles competidores es ofrecer nuestro servicio a coste
cero. Podrán competir en calidad, pero nunca en precios, y como mínimo deberán igualar
nuestra oferta.

Feedback constante:

El modelo freemium permite a los desarrolladores de un producto lanzarlo al mercado para


obtener rápidamente feedback sobre su funcionamiento e ir mejorándolo prácticamente en
tiempo real para adaptarse a las demandas de los usuarios.
Desventajas del modelo freemium:

Alto coste:

Sí, lo gratis vende, pero es evidente que tiene un coste que deberemos estar preparados para
afrontar. El retorno de la inversión en estos casos se planifica a medio y largo plazo.

¿Merece la pena? Solo el tiempo lo sabe.

Estancamiento de la conversión:

Ofrecer un servicio desde el primer día a coste cero implica un riesgo incuestionable.

Los usuarios pueden llegar a perpetuar la sensación de que el servicio es gratuito y nunca
llegará el momento en el que consideren pagar por él.

Uso fraudulento:

Probablemente, el problema más habitual al que se enfrentan los creadores de un negocio


freemium son las ‘trampas’ que los usuarios utilizan para no pagar.

Es decir, un usuario se registra con múltiples cuentas para disfrutar siempre de la versión de
prueba premian gratuita.

Ejemplos conocidos de modelos freemium:

Muchos de nuestros smartphones y ordenadores están invadidos por apps que ofrecen
servicios freemium. Aquí van algunos que seguro que te suenan:

Spotify:

El proveedor líder mundial de música en streaming es uno de los mejores ejemplos para definir
el modelo freemium.

Spotify ha conseguido que sus usuarios sepan valorar las funciones premium que ofrece y a día
de hoy ya cuenta con más de 60 millones usuarios suscritos a este servicio.

Candy Crush:

El juego más popular de todas las App Store es otro ejemplo de éxito de modelos freemium.

Jugar es gratuito, pero si quieres ahorrar tiempos de espera entre partidas u optar a niveles
extra va a tocar pasar por caja.

Y seguramente, la base del éxito es que los usuarios solo pagan por lo que realmente
necesitan.

Busuu:

Una conocida startup español para aprender idiomas cuyo éxito se ha basado en un modelo
freemium perfectamente planteado ofreciendo a sus usuarios distintos planes desde poco más
de 5€ al mes.

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