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Josefa Ortiz de Domínguez
Josefa Ortiz de Domínguez
Biografía
En el año 1791 contrajo matrimonio con Miguel Domínguez, que por aquellos
años trabajaba en la secretaría de la Real Hacienda y en la oficialía del
virreinato de Nueva España. Gracias a sus buenas relaciones con el virrey
Félix Berenguer de Marquina, Miguel Domínguez fue nombrado corregidor de
Querétaro en el año 1802. Durante los primeros años de matrimonio, Josefa
se hizo cargo de las labores domésticas y de la crianza y educación de los
dos hijos de su esposo, que había enviudado de su primera mujer. Todo
parece indicar que la pareja era feliz; doce hijos nacerían a lo largo de un
matrimonio que perduraría hasta 1830, año de la defunción del marido.
Fiel a sus principios, Josefa Ortiz de Domínguez decidió pese a ello intervenir
y avisar a los revolucionarios. Elaboró una nota con letras impresas sacadas
de periódicos para evitar que se reconociera su propia caligrafía y la envió al
capitán Ignacio Allende a través del alcaide Ignacio Pérez, el cual cabalgó en
busca del capitán y, al no encontrarle en San Miguel el Grande, entregó la
misiva al padre Miguel Hidalgo.
El Grito de Dolores
Tras recibir la notificación de Josefa Ortiz, el padre Hidalgo decidió adelantar
el levantamiento a la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Desde su
posición como párroco de Dolores, Miguel Hidalgo convocó a sus feligreses a
una misa, y en ella hizo un llamamiento a alzarse en armas contra las
autoridades coloniales y a luchar por un gobierno más justo; tal proclama es
conocida como el Grito de Dolores. La inmensa mayoría de sus parroquianos
eran indígenas y gentes humildes que se encontraban en precaria situación
a causa de las duras condiciones de vida y las tremendas desigualdades
sociales que imperaban en el virreinato, y respondieron de inmediato a su
llamada. Comenzaba así el largo y cruento proceso de emancipación de
México, que no alcanzaría la independencia hasta 1821.
Gracias al aviso de la Corregidora, como se la apodaría popularmente en la
época, muchos conspiradores pudieron escapar antes de ser detenidos por
las autoridades virreinales; Josefa Ortiz, en cambio, no salió bien parada de
su arriesgada acción. El 14 de septiembre, después de recibir respuesta de
Hidalgo, había mandado una carta a Joaquín Arias para que se preparase
para la lucha; pero el capitán la delató, y tanto Josefa como su marido fueron
arrestados el mismo día en que se produjo el Grito de Dolores.